En la actualidad, en la atmosfera latinoamericana se percibe un aire de desconcierto referente a la crisis política y socioeconómica que aqueja al pueblo venezolano el cual enfrenta penurias por el quiebre de su democracia en manos del seudosocialista Nicolás Maduro, cuya autocracia mal disfrazada ha escollado una de las democracias más estables de América Latina empañando los ideales políticos tolerantes con burdos artilugios en aras de perpetuar su ocupación del Palacio de Miraflores (sede del gobierno venezolano). Así, pues el dilema que expone el presente texto orbita en torno al fenómeno migratorio venezolano por Latinoamérica, haciendo énfasis en el Perú así como la postura y esfuerzos de la comunidad internacional por dar desenlace a esta condición lamentable producto de las carencias que enfrentan diariamente debido a la inflación, crimen organizado e indiferencia de las instituciones gubernamentales que los han conducido a un éxodo. La postura del ensayo es esclarecer las suposiciones erróneas que han aflorado en la ciudadanía latina, especialmente la peruana haciendo hincapié en el paralelismo sufrido por los peruanos en 1986 y fi nalmente adjuntar un comentario afín a la Ley Concursal peruana vigente. En el Perú luego de los discursos de ayuda humanitaria, anti-dictadura, solidaridad y reciprocidad nacional (Crisis de 1985-1990) afloraron opiniones tanto de expertos analistas como de políticos que contrastan respecto a las medidas adoptadas por el gobierno frente a la inmigración venezolana que denotan el recelo no solo de los peruanos sino del resto de la comunidad iberoamericana ¿Realmente va afectar la empleabilidad y competencia salarial el ingreso de ciudadanos venezolanos en el Perú? Así pues, la declaración del congresista Justiniano Apaza aludiendo al caso venezolano fue de “Creo que el Ejecutivo debe tomar una decisión. El problema es el ingreso masivo que hay ahora. Creo que hay que poner restricciones o, en todo caso, regular su ingreso” (…) (La Republica, 2018) esta opinión que fue tildada de xenofóbica e ignorante
en las redes sociales, demás peruanos y venezolanos evidencio no el punto de vista de un individuo sino el de varios peruanos cuya incertidumbre por el real desconocimiento de los efectos sobre los diversos fenómenos migratorios convergió en dicha creencia. A esta opinión se añadió la del también congresista
Juan Sheput el cual declaro "La economía peruana, en estos momentos, no absorbe a los 300 mil jóvenes que se incorporan al mercado laboral cada año porque no está creciendo lo suficiente. Así, cómo vamos a poder absorber a todos los venezolanos que vienen" (El Comercio, 2018) la cual fue igualmente cuestionada. Puede apreciarse el desconcierto frente a las pautas adoptadas por el expresidente Pedro Pablo Kuczynski en su momento las cuales siguieron con su sucesor Martin Vizcarra que brindan estadía a los venezolanos mediante los Permisos Temporales de Permanencia que además de abarcar un año de vigencia brindan el respaldo de integrase al mercado laboral según la legislación peruana y que a su término ofrece cambiar la calidad migratoria de su usuario. Esto si bien asemeja reforzar tales aseveraciones deben ser igualmente rebatidas por expertos en la materia como el economista Elmer Cuba (2018) el cual situó la cuestión en una percepción de corto plazo que luego manifestara un efecto sinérgico en la economía y productividad nacional al introducir mano de obra calificada por una remuneración básica 1 aquí se puede inferir que las migraciones como tales no perjudican a la dinámica laboral de un país en vías de desarrollo puesto que no influye en su producto bruto interno al no ser nuestro ingreso per cápita “alto”. Aun así, a esto se sumó que la subcontratación empeora la informalidad que caracteriza a nuestras ciudades como lo afirmo también Juan Sheput: “Lamentablemente, están contribuyendo a consolidar la informalidad, y el ministro de Trabajo, irresponsablemente, se pronuncia sobre el tema; en lugar de garantizar la migración, pero de acuerdo a las leyes peruanas” (El Comercio, 2018). Ante tales aseveraciones el titular del ministerio de Trabajo, Javier Barreda anoto "No estoy de acuerdo con la expresión del congresista Apaza. Las teorías laborales modernas descartan que el factor migratorio distorsione los mercados laborales en cualquier parte del mundo. Hay percepción en la gente, pero solo eso" (Panam Post, 2018) podemos observar pues un intento de añadir al
1
Cfr. Gestión 2011
paradigma de la informalidad al caso venezolano cuando este ya de por si es agudo en nuestra sociedad antes de su llegada y cuyo verdadero germen son las políticas empresariales que buscan el beneficio de corto plazo junto con la menguante supervisión institucional así pues surge una percepción errada de que las personas foráneas vienen a arrebatar lo poco que tienen los peruanos esto añadido a la novedad de su presencia en un país poco habituado a recibir extranjeros por motivos no turísticos. Si bien aquellos peruanos que interceden en favor del venezolano suponen que esta situación de ignorancia es particular del Perú, no es del todo absoluta países como Colombia y Panamá (que les son menos lejanos) han presentado un clima igualmente inseguro y poco acogedor al venezolano. En un artículo de New York Times se indicó: “Viajan sobre todo a Colombia (donde el vicepresidente ha hecho declaraciones xenófobas sobre ellos), a Panamá (donde se han producido protestas con el eslogan “No más Arepas”), (...) y a Argentina (donde hay mayores controles migratorios desde enero)” (New York Times, 2017) aunque la segregación parece ser la adversidad más difundida no es la única puesto que también han sufrido robos de lo poco conseguido orillándolos poco a poco a situaciones desesperadas. Aun así la actitud de Maduro no se ha inmutado en lo más mínimo ante la creciente escases de medicamentos y alimentos en territorio bolivariano, donde las iniciativas humanitarias internacionales no son bien recibidas por la necedad seudo-ideológica del régimen frente a las democracias europeas y latinas como de la iglesia católica, que comparten la postura de atender los menesteres elementales de los fatigados venezolanos la cual se contrapone a las aseveraciones del gobierno en cuanto a su aptitud para lidiar con las necesidades venezolanas. Esta “tolerancia cero” a cualquier crítica o contrariedad hacia la administración de Maduro en perjuicio del pueblo que dice servir reluce el desdén suyo y de sus partidarios ante la realidad que existe en las inmediaciones de toda Venezuela, donde el crimen organizado de los “cooperativos” además del mercado negro que exprime a la gente impera sin contención. Debe puntualizarse también, que las esferas de poder dentro de Venezuela pactaron una repartición de sus recursos con miras a perpetuar el mandato vigente. El Ejército asumió el control de la minería en la cuenca del Orinoco rica
en minerales de oro, coltan, etc. mediante su obligatoria participación en la explotación de estos por parte de cualquier empresa estatal o extranjera, asimismo un tema que llena de indignación es la participación de la Guardia Nacional en el tráfico de alimentos como pollo, harina de maíz, carne y demás de puertos a carreteras en complicidad con contados ministros que lucran con sobornos implantados mientras la hambruna acompaña a los venezolanos. El sector petrolero y financiero fue a parar manos del resto de políticos lo cuales saquean el crudo de sus reservas naturales, entretanto al país ingresan dólares de turbio origen, beneficiándose de la política de divisas traficantes inescrupulosos por la poca oferta de dólares en un país donde el bolívar quedo crónicamente devaluado. Se puede inferir entonces cuales son los intereses dominantes en la mencionada república, mientras Maduro persiste con su: “Venezuela es un país pujante, trabajador, no es un país de mendigos como han pretendido algunos con aquello de la ayuda humanitaria. No. Venezuela produce su cosa vale, uno se siente orgulloso. Además es un cuento falso” (El Nacional, 2017). Retrocediendo hacia la época de 1989 en el Perú, las circunstancias tampoco eran alentadoras, los peruanos padecían de extensas colas por leche y pan entretanto soportaban discursos alucinados por Alan García renuente a aceptar que su “experimento” había arrastrado al país una condición peor a la sufrida al término de la Guerra del Pacifico. Cuando se pregunta por qué permitir que los venezolanos ingresen (además de la solidaridad) asoma la emigración que tuvieron que hacer miles de peruanos en esa tétrica época, siendo uno de los puntos de llegada el país bolivariano y que sería reciproco corresponder igualmente a quienes dieron asilo. Aunque mucho se ha conversado sobre aquel periodo siendo actualmente paralelizado con la crisis venezolana, en ese entonces la devaluación imparable de nuestro desaparecido inti en compañía de la hiperinflación devenida de la incapacidad del gobierno electo de turno (porque el de Maduro es una autoproclamación) sumió al país en una restricción de los productos de primera necesidad, una inseguridad salarial y desempleo masivo de profesionales calificados. Al existir una incerteza sobre la sobrevivencia de sus familias miles tuvieron que recorrer como nómadas todo el continente en busca de “dinero real” bajo cualquier medio (trabajos informales y de baja
cualificación) orientándose solo al bienestar de sus f amiliares. Esta breve reseña de nuestra historia se asemeja verídicamente a lo cotidiano del venezolano teniendo que laborar como forastero de sol a sol, porque ahora los bolívares se juntan en fajos como lo hacían nuestros padres y abuelos con los intis. De nuestro país dirigimos la mirada al resto de América, donde igualmente sus mandatarios han reconocido la crónica situación de Venezuela y exigido su retorno
a
una
democracia
honesta
e
incluyente.
Su
más
reciente
pronunciamiento se dio en la última VIII Cumbre de las Américas, foro de la mediación y concertación latinoamericana donde continúan los esfuerzos aunados de las repúblicas colindantes para cimentar una senda hacia la tolerancia política. Así pues, presidentes como Michel Temer (Brasil) declararon: "(…) la democracia es uno de los pilares de nuestra integración, no podemos dejar de mencionar la crisis política, económica y humanitaria que atraviesa el país vecino" (El Observador, 2018) otras más rotundas fueron las de Juan Manuel Santos (Colombia) cuyo país es uno de los que evidencia la realidad del pueblo venezolano el cual citando la anticipación de las elecciones por Maduro asevero: "no reconoceremos los resultados de unas elecciones que están maquilladas para legitimizar una dictadura, en tanto la crisis social se sigue agravando cada día más" (Peru21, 2018) y Sebastián Piñera (Chile) quien profirió acerca de la reclusión de opositores al régimen: "En Venezuela no hay democracia, no hay estado de derecho, no hay respeto a los derechos humanos, no hay independencia de poderes, hay presos políticos" (Peru21, 2018) dichas opiniones carentes de miramientos vienen de países que al igual que el Perú amparan a la dispersa población venezolana. A estas m anifestaciones se sumó su homólogo argentino Mauricio Macri quien expreso su integro desacuerdo con las circunstancias insostenible en suelo bolivariano "Quiero expresar una vez más la preocupación por Venezuela, por los millones de venezolanos que se han visto obligados a dejar su tierra, y por aquellos que diariamente sufren la carencia de alimentos y servicios sanitarios básicos (…) no podemos mirar hacia otro lado cuando se atropella el derecho de los venezolanos a elegir en libertad, con presos políticos y sin garantías mínimas de transparencia" (Perfil, 2018). No obstante, también hubo pronunciamientos de países como Cuba y Bolivia quienes respaldaron las acciones de Nicolás Maduro recalcando una instigación
estadounidense por parte del llamado “Grupo Lima” y que estaría violando el principio de no intervención en política interna por parte de sus Estados integrantes. Es así que el canciller cubano Bruno Rodríguez advirtió lo que considera la perpetuación de la doctrina Monroe en la postura del resto de los países latinoamericanos “La exclusión del Presidente Nicolás Maduro Moros de esta Cumbre es una afrenta a todos los pueblos de Nuestra América y un retroceso histórico impuesto por el actual gobierno de los Estados Unidos. (…) Cuba no aceptará amenazas ni chantaje del gobierno de los Estados Unidos. No desea la confrontación, pero no negociará nada de sus asuntos internos, ni cederá un milímetro en sus principios. En defensa de la independencia, la Revolución y el Socialismo, el pueblo cubano ha derramado su sangre, asum ido extraordinarios sacrificios y los mayores riesgos” (Cubadebate, 2018). En congruencia con lo afirmado por Cuba el Presidente Boliviano Evo Morales condeno el retiro de invitación de Maduro a la mencionada Cumbre, indicando además la responsabilidad de Estados Unidos en el clima internacional actual. “Bolivia condena categóricamente las sanciones unilaterales y las amenazas de invasión realizadas por el gobierno de Estados Unidos en contra de Venezuela. Nuestra región no es un patio trasero de nadie (…) Lamentamos profundamente que nuestro hermano Nicolás Maduro no esté sentado junto con nosotros, producto de las presiones de los Estados Unidos” (El Comercio, 2018) Durante su intervención califico no solo a los países contrarios al régimen y a los Estados Unidos por sus cortapisas económicas, sino que añadió su crítica frente a la OEA por su “pasividad” entorno a la ejecución de la Cumbre "La OEA tiene que definirse: o es una organización de integración o es un instrumento de exclusión; o respeta la soberanía de los pueblos o es un títere neocolonial" (América TV, 2018). Relacionada a dicha controversia el Secretario de Asuntos Jurídicos de la OEA Jean Michel Arrighi exclamo que es: “una decisión exclusiva del país organizador de cada cumbre (…) No son invitaciones que se hacen en el marco de la OEA” (El Comercio, 2018). En el mismo escenario la Vicepresidenta Ecuatoriana María Alejandra Vicuña se había referido sobre lo apremiante que significaba la presencia del gobernante venezolano en la mencionada Cumbre, “Es importante que Venezuela esté presente para
escuchar las distintas posturas y sobre todo las recomendaciones y las sugerencias, nosotros jamás estaremos en la línea de la intervención de ningún tipo, mucho menos la militar” (La Republica, 2018) este mensaje fue uno se dieron en reacción a la propuesta del mandatario estadounidense Donald Trump sobre una posible intervención militar para dar fin al panorama imperante en la república bolivariana. En definitiva deben apoyarse las iniciativas de transición democrática en Venezuela, iniciando así el trayecto de re-estabilización del país que con cada día de régimen empeora dramáticamente, los esfuerzos conjuntos de las diversas republicas del hemisferio dan manifiesto del compromiso conjunto por culminar con la dispersión de los venezolanos, sus carencias y aflicciones diarias por recuperar su país, retornar a sus hogares y trabajar en su renacer.
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cumbre-de-las-americas-cuba-no-aceptara-amenazas-ni-chantajes-de-estadosunidos/#.Wt98rC5uaCh) EL COMERCIO (2018) No debemos ser ingenuos en satanizar al congresista Apaza (consulta: 18 de abril de 2018) (https://elcomercio.pe/politica/juan-sheput javier-barreda-habla-irresponsablemente-situacion-venezolanos-peru-noticia492753?newslast) EL COMERCIO (2018) Morales se pronunció a favor de Maduro en Cumbre de las Américas (consulta: 19 de abril de 2018) (https://elcomercio.pe/politica/evomorales-lamenta-nicolas-maduro-participe-cumbre-noticia-512097) EL COMERCIO (2018) OEA señala que invitación a la cumbre es “decisión exclusiva”
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