DERECHO DEL TRABAJO II TEMA II “ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LAS COALICIONES OBRERAS EN E N EUROPA ” 2.1 REVOLUCIÓN INDUSTRIAL INDUSTRIAL Y ACCIÓN ACCIÓN OBRERA LEYES REPRESIVAS La Revolución Industrial fue un fenómeno que se dio en el Siglo XVIII inicialmente en Inglaterra, Francia, Alemania, Estados Unidos y Rusia, como principales países que desarrollaron la Industria manufacturera y con aportes como la maquina a vapor, la máquina de hilar, el ferrocarril y las fabricas; estos aportes condujeron al desarrollo del capitalismo, junto con la ambición de los comerciantes en la búsqueda del lucro; trayendo como consecuencia la transformación de las fuerzas productivas y la estructura social en la que se encontraba el mundo. Las teorías de Smith son aplicadas a la Revolución Industrial de forma indirecta, como si fuera por una mano invisible. La humanidad estaba pasando por una época donde se afirmaba que la única clase que era productiva, y que creaba un excedente que provenía del trabajo (producto neto), eran los agricultores, la llamada “base de la sociedad” en el momento; esto se vivía más que todo en
Francia una de las potencias de Europa en el siglo XVIII, mientras que por otro lado, Inglaterra comenzaba a entrar, a una era de evolución tecnológica y de aumento de la producción, gracias a diversas formas. Desde los tiempos más remotos, al hombre le han interesado los problemas sociales ya que corresponden a sus intereses vitales más profundos. Los grandes pensadores Karl Marx y Friedrich Engels, crearon una teoría realmente científica acerca de las leyes generales del desarrollo social y demostraron que el mismo ser humano es el artífice de su historia. El término “Revolución Industrial” fue introducido por Friedrich Engels para describir aquel
fenómeno presentado en las grandes potencias mundiales, y que introdujo la gran producción fabril intercambiándola por la etapa de la manufactura. La Revolución Industrial se enmarca dentro de las concepciones del materialismo histórico, doctrina cuyo principal representante fue Karl Marx, quién intentó explicar que todos aquellos acontecimientos que definen el curso de la historia encuentran su origen en hechos materiales de orden económico, haciendo a un lado cualquier concepción idealista, posición que marcó un cambio esencial en la tarea del historiador. I. Causas y premisas históricas de la Revolución Industrial: La Revolución Industrial es un fenómeno previsto y completamente natural que aparece en Inglaterra. Desde la antigüedad las máquinas tuvieron una utilización realmente limitada; más la actividad humana daría un vuelco para dar cabida a la Revolución Industrial en la historia. - SURGIMIENTO DEL PROLETARIADO INDUSTRIAL: Desde la Edad Media, las masas de la población vivían más de la agricultura que del comercio, por lo cual los más ricos eran los
propietarios de tierras. Los campesinos eran hiladores o tejedores en sus tiempos libres, y sus tejidos eran enviados y vendidos en el mercado. Pero entonces sucedió que la demanda de los paños ingleses en el exterior aumentó tanto que los terratenientes expulsaron a los campesinos con el objetivo de convertir sus tierras en pastizales para oveja. Los campesinos tuvieron que dirigirse a las ciudades, y la población urbana, que antes era poca, aumentó a ser demasiada en muy poco tiempo. Entonces los trabajadores honrados eran arrancados de sus tierras y se veían obligados a trabajar en las más duras condiciones ya que todo vagabundo era legalmente asesinado. - SURGIMIENTO DE LA BURGUESÍA INDUSTRIAL: Las máquinas fueron apareciendo, pero aunque facilitaban y agilizaban el trabajo, creaban desempleo. Simultáneamente al proletariado, apareció una rica clase social que desde los tiempos pasados se habían dedicado a actividades de poco valor; mas el azar y el vuelco de comercio les favoreció, haciéndolos dueños de talleres, mercados, bancos, y manufacturas. Fue transcurriendo el tiempo, y los burgueses fueron adquiriendo tantas riquezas hasta tal punto de adquirir poder político. - CÓMO LA BURGUESÍA SAQUEÓ A PAÍSES Y PUEBLOS AJENOS: La ambición de los burgueses no duró en hacerlos mirar hacia países ajenos, en donde podían encontrar la mano de obra barata: los esclavos. Los burgueses se dirigieron rápidamente a otras naciones y las pusieron en cautiverio. Allí encontraron “gratis” los artículos industriales. El exterminio y la
esclavización fueron bien vistos por la clase burguesa, ya que les ayudaba a producir. Aprovechando su superioridad militar, los conquistadores obligaron desde de sde los asiáticos hasta has ta los americanos a que les sirvieran. Los indígenas de América se resistieron y lucharon hasta morir; por lo cual no se les pudo esclavizar y tuvieron el privilegio de ser siervos. Portugal se dedicó a saquearlos países de Oriente, mientras que los españoles sometían a los americanos. Los Países Bajos e Inglaterra pelearon por la cabeza de Europa e Inglaterra venció. Luego Francia quiso llegar a la cabeza, pero Inglaterra venció nuevamente. II. Etapas fundamentales del desarrollo de la técnica: El desarrollo de las máquinas se fue efectuando gracias a la necesidad de producción que tenían los burgueses. La competencia también era poderosa, mas su maquinaria no estaba tan bien desarrollada y muchos grandes productores de tejidos ya se encontraban en esclavitud. La maquinaria poco a poco se fue convirtiendo en un problema tanto para los proletarios como para ciertos inventores. La ambición y la rapacidad burguesa fueron aumentando junto al desarrollo fabril. - LAS PRIMERAS MÁQUINAS: La producción algodonera inglesa se encontraba en quiebra ya que la India era una poderosísima competencia. Se hicieron demasiados intentos para acabar con la importación india; pero la salvación sólo apareció con las máquinas, cuando Kay inventó la lanzadera. Los burgueses se apuraron en encontrar cada vez más inventores y perfeccionar sus máquinas. Así tiempo después, fue creada la “hiladora Jenny”. De éste
modo, la industria inglesa pudo llegar más arriba que la india. - LA MÁQUINA DE VAPOR: I. Polzunov era un mecánico ruso del siglo XVIII, el cual inventó la máquina de vapor, que no pudo aplicar ya que su país estaba muy atrasado tecnológicamente. Mientras tanto, en Inglaterra, James Watt inventó su propio modelo de máquina de vaporen 1769, la cual no duró mucho buscando uso y se puso en marcha en poco tiempo. Mas ésta máquina también creó mucho desempleo ya que sólo necesitaba de una
persona para su manejo. Jonathan Hornblower creó un modelo más complejo de la máquina de vapor, pero la ambición del burgués Boulton, que financiaba a Watt, hizo que Hornblower fuera reconocido culpable tras una demanda judicial y se arruinara. Así se ve cómo hasta los inventores se ven afectados por sus propias máquinas. - LA SIDERURGIA Y LA MINERÍA: Durante el siglo XVIII, el hierro era fundido con carbón vegetal, y los bosques estaban siendo destruidos. El gobierno inglés prohibió entonces la existencia de empresas siderúrgicas en Londres y cerca al Támesis. Pero tráfico ilegal no duró en aparecer, y los bosques seguían siendo talados y el hierro era escasamente fundido ya que el carbón vegetal se hacía cada vez más caro. Mientras tanto, el carbón mineral seguía intacto, ya que no podía ser utilizado en la colación de hierro a causa del azufre que éste contenía. Abrahán Derby encontró la solución al problema, echándole cal al carbón de hulla; y así obtuvo un buen hierro colado. Aún había un problema: la forja no podía ser hecha sin carbón vegetal; al menos era lo que se pensaba; hasta que por fin Henry Cort, logró un buen resultado después de un largo procedimiento. Cort, al igual que muchos otros inventores, fue engañado por los rapaces burgueses y se arruinó. Así después de todo, el ambiente forestal que quedaba pudo ser conservado y la economía ingles a aumentó. - MEDIOS DE COMUNICACIÓN: Los medios de comunicación siempre dependieron de los medios de transporte, los cuáles al principio sólo fueron bestias de carga, que eran lentas e incómodas. Luego éstas fueron sustituidas por carrocerías, las cuáles también eran lentas y caras. Apareció entonces la idea de crear canales para la comunicación fluvial. Así fueron sustituidas las carretas por veleros, y éstos a su vez por vapores. En la comunicación terrestre fue apareciendo el ferrocarril, primero con tracción de sangre; que fue exitoso hasta que George Stephenson inventa la locomotora, que inicia siendo más lenta aún que una bestia de carga, pero luego superó a los ferrocarriles con tracción de sangre. La locomotora no fue bien recibida por la población ya fuere por supersticiones o competencia. III. Consecuencias económicas y sociales de la Revolución Industrial y comienzos del Movimiento Obrero en Inglaterra: La invención y aplicación a gran escala de las máquinas tuvo vastas consecuencias: Se incrementó en alto grado el rendimiento del trabajo y se redujo el costo de producción, se suprimió la pobre competencia de la fábrica capitalista, culminó el proceso de desaparición del campesinado inglés, aparecieron las grandes ciudades, y lo más importante es que aparecieron las dos clases sociales: La Burguesía Industrial y El Proletariado Fabril. - EL AUMENTO DE LA POBLACIÓN: Los estadistas ingleses hablaban de la disminución de la población como algo incuestionable, pero el azar cambió de rumbo y demostró que todos estaban equivocados, de manera que en 51 años (1750-1801) la población había aumentado en dos millones y medio. - CRECIMIENTO DE LAS GRANDES CIUDADES: La maquinaria que ahora circulaba por las ciudades, hacía de los campesinos seres incompetentes, y todos se veían obligados así a cambiar el campo por la ciudad. Al incrementar la población en las ciudades, hay obligación de hacer cambios en las edificaciones industriales. Los ciudadanos se encargan ahora de sus intereses personales nada má s; “los londinenses sacrificaron los mejores rasgos… por vivir en la capital comercial del mundo.
- LA CATASTRÓFICA SITUACIÓN DE LOS TRABAJADORES: Los jefes burgueses se aprovechaban de los obreros dándoles un sueldo realmente miserable, por lo cual el trabajador se veía obligado a robar y era visto como un completo criminal. -LOS INGLESES RICOS. La burguesía industrial: En las ciudades nuevas, vivían lejos de la miseria toda la clase burguesa: el primer lugar lo ocupaban los propietarios rurales, quienes tenían una gran influencia en el poder inglés ya que conformaban la mayoría del Parlamento. Tras los magnates rurales iban los banqueros, cambistas y arrendatarios, cuya riqueza era el dinero, generalmente eran acreedores del gobierno, por lo cual también tenían un gran poder político. El tercer grupo de los ricos lo componían los mercaderes y comerciantes, asociados a menudo en compañías de grandes capitales. Terratenientes, Comerciantes y Banqueros no integraron el conjunto de empresarios industriales, ya que no se fiaban de las máquinas. La nueva clase de las empresas industriales estuvo conformado no por inventores, ya que se vieron engañados, sino por pequeños terratenientes y modestos artesanos. Debían pasar por un cruel proceso de selección que eleva al rango de potentados sólo a los más capaces. No se destacaban por su talento para la invención, sino por saber aprovechar magistralmente los bienes ajenos. A medida que pasaba el tiempo, la nueva clase se iba mostrando cada vez más en enemistad con los trabajadores. Una de sus teorías fue la ley del derecho natural, en la que dicen que todo hombre tiene derecho a saciar sus necesidades. -SITUACIÓN DE LOS OBREROS: A los obreros no les podía beneficiar la ley del derecho natural, ya que su mísero capital no podía satisfacer sus necesidades, y el hurto iba contra la ley. Los obreros eran maltratados por sus capataces y engañados por sus amos. Mujeres y niños también entraron en la tortura, empezando por los niños de los orfelinatos, los cuáles eran negociados entre los párrocos y los industriales. Los trabajadores evitaban que sus niños fueran al trabajo, pero su resistencia no pudo durar mucho ya que el hambre aumentó penosamente. El único límite del trabajo era el cansancio absoluto, cuando ya la persona no se pudiera ni mover; esto era porque los capataces no perdonaban ni un segundo de ocio, ya que su sueldo disminuía o aumentaba de acuerdo a la producción del taller. El alimento consistía de una sopa de avena, un poco de tocino pasado y un pedazo de pan negro. El trabajo infantil era apetecido por los fabricantes, ya que con los adultos no se podía permitir de tan grandes crueldades y abusos. Los trabajadores adquirían deformaciones y enfermedades como la fiebre fabril. Así, pues, la consecuencia más importante de la producción mecanizada fue la considerable acentuación del antagonismo entre el trabajo y el capital. -COMIENZOS DEL MOVIMIENTO OBRERO: Desde un principio, los obreros no pudieron reconocer a su verdadero enemigo, y le tomaron rencor a las máquinas. Toda la multitud de masas rogaba al Parlamento la destrucción de las máquinas. Pero la mayoría del Parlamento pertenecía a la Burguesía Industrial, y se encontraban en desacuerdo con los trabajadores, por lo cual no se aprobó el objetivo del Proletariado Fabril. El Parlamento llegó a la conclusión de que no se podía trabar la libertad de la industria; de modo que para satisfacer al obrero, se le dio la libertad de morir de hambre. Entonces, los proletarios disgustados, se pusieron en marcha y empezaron a destruir las máquinas. Éstos se hicieron llamar luditas en honor a su legendario participante Ned Ludd.
LAS PRIMERAS ASOCIACIONES OBRERAS. Participación del proletariado en el movimiento democrático: Aparte de los luditas, también aparecieron los movimientos huelguísticos tales como el sindicato y los clubes obreros. Los sindicatos organizaban huelgas que producían pánico a los fabricantes, los cuáles empezaron a rogar al Parlamento que prohibiera los sindicatos. Entonces el gobierno inglés prohibió las huelgas y coaliciones y dio pena de muerte a esto; pero esto no detuvo al movimiento obrero, ya que las organizaciones secretas fueron apareciendo poco a poco. Tras la prohibición que dio el gobierno, los trabajadores se dieron cuenta que el gobierno no era neutral, y se metieron en la lucha política. Los obreros deseaban cambiar al Parlamento, y siguieron con sus huelgas y destrucciones montándose algunos en armas. El 16 de agosto de 1819, el gobierno inglés cometió un crimen sangriento. Aquel día decenas de miles de obreros se congregaron, para celebrar un mitin, en el Campo de San Pedro. Inesperadamente, la policía montada y los húsares cargaron contra los asistentes de modo que hubo cientos de heridos y once muertos incluyendo mujeres y niños. Con amarga ironía, el pueblo inglés llamó a aquella matanza “Batalla de Peterloo” ya que los húsares que se
abalanzaron contra el pueblo habían participado en la batalla de Waterloo. La Batalla de Peterloo fue muy importante, ya que hizo entrar en protesta al proletariado de toda Inglaterra. El gobierno tuvo que ceder anulando la ley que prohibía las coaliciones obreras. En todo el país aparecieron coaliciones llamadas tradeuniones. Pero la reforma del Parlamento pasó igualmente a ser el objetivo principal. Las coaliciones obreras no tardaron a desaparecer a causa de la mala organización. 2.2 EL CARTISMO Siendo Inglaterra la cuna de la revolución industrial, no debe de extrañar que allí tuvieran lugar algunos de los acontecimientos sociales más importantes del siglo XIX. La prohibición, paralela a la contenida en la Ley Le Chapelier de que se constituyeran sindicatos, había sido levantada en el año de 1824, lo que vino a amortiguar el impacto de la Ley de 1812 que imponía la pena de muerte a los destructores de máquinas. Por otra parte, la influencia del pensamiento de Robert Owen y aun de Fourier, era considerable y todo ello, aunado a la expansión del proletariado y a una organización política burguesa, inaccesible para los trabajadores, creo las condiciones para que tomara impulso un movimiento aparentemente de reformas constitucionales, pero que, en el fondo, perseguía clara finalidades de exigencia proletaria. Los sindicatos obreros ingleses habían sufrido la derrota de 1834, de ahí que fuera necesario presentar, en otros términos, las reivindicaciones sociales, de esa manara nace el movimiento cartista que debe su nombre a “La Carta del Pueblo”, documento redactado por un grupo de
obreros de Londres, con el auxilio de algunos miembros, radicales del parlamento. La “Carta del Pueblo” de mayo de 1838, plantea seis puntos de exigencia política y de
naturaleza constitucional. En realidad constituía un primer intento que, de prosperar, llevaría a otras peticiones posteriores claramente económicas. Los seis puntos eran: derecho de sufragio para los varones; voto secreto; que no fuera necesario ser propietario para
pertenecer al Parlamento; que a los miembros del Parlamento se les pagase un sueldo; distritos electorales iguales y renovación anual del Parlamento. Los hombres que principalmente redactaron el documento pertenecían a la Asociación Obrera de Londres. Entre sus jefes estaban William Lovett, Henry Hettherington, James Watson, Robert Haitweil y Henry Vincent; con quienes tuvieron en estrecha relación Francis Place y Joseph Hume. En realidad el movimiento Cartista agrupaba no solo a socialistas owenianos sino a todo tipo de personas, inclusive no socialistas, a los que violentaba además la Ley de Beneficencia de 1834, que excluía de sus beneficios a quienes tuvieran buena salud, uno de los factores más importantes de unidad de este movimiento, sin olvidar el intento de “reformas de las fabricas”,
otras de las reclamaciones sociales fundamentales. La situación anterior determino que en 1838, alrededor de la “Carta del Pueblo” se unieran “los contrarios a la nueva Ley de beneficencia, los defensores de la reforma de las fábricas y todos los descontentos de los distritos urbanos e industriales, así como también los radicales, republicanos y “socialistas” de varios matices, excepto una parte de los owenianos y de los fourieristas que mantuvieron su desconfianza en la acción política y no se apartaron de su camino”.
El movimiento adquirió fuerza aun con la depresión industrial prolongada que sufría Inglaterra al final de la década de 1830. Sin embargo la falta de un programa económico definido y de una dirección coherente provoco la desunión en dos grupos rivales del movimiento cartista: los Cartista de fuerza física y los cartistas de fuerza moral. Los primeros divididos a su vez en dos grupos, proponían la revuelta, si ello era necesario. Los segundos eran partidarios de una conquista pacífica. Esto provoco el fracaso del movimiento e, inclusive, el de una huelga general, en 1839. En 1842 la “Asociación Nacional de la Carta” organizo una segunda petición nacional, firmada
por muchas personas que la primera fundamentalmente miembros de la clase obrera, que dieron así su apoyo al cartismo y a su jefe principal O’Connor. Se inició una serie de
movimientos de huelga, inicialmente ajenos a los cartistas y después apoyados por estos, pero el hambre hizo desistir a los obreros y de nuevo fracasó el cartismo. Para 1848 el cartismo intento una tercera petición nacional apoyada por una gran manifestación organizada en Kennington Common, en el mes de abril, que fue contenida por las tropas dirigidas por el ya anciano duque de Wellington. Ésta fue la última actividad coherente del cartismo que después se convirtió, definitivamente, en movimiento socialista. 2.3 EL MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO FRANCES DE 1848 -Primera Internacional- La comuna de Paris.
Dos acontecimientos económicos mundiales: la plaga de la patata y las malas cosechas de 1845 y 1846, por una parte y la crisis general del comercio y de la industria en Inglaterra, puesta de manifiesto en el otoño de 1845 por la quiebra general de los especuladores de acciones ferroviarias y confirmada en 1847 por otras quiebras de comerciantes y banqueros ingleses, y, además de condiciones internas especialísimas que tenían a la monarquía francesa en crisis, provocaron la revolución popular, iniciada en febrero de 1948 u ahogada en sangre, pocos meses después, a finales de junio del mismo año, por el ejército, la guardia móvil y la guardia nacional de París, al servicio de la burguesía. La aristocracia financiera imponía en Francia su poder absoluto. El comercio y la industria no podían ya soportar, ni ese absolutismo ni la crisis económica. Se inicia entonces una campaña de agitación en forma de banquetes a cargo de la burguesía de la oposición en los que se exige una reforma electoral. Por otra parte, una ola de quiebras de pequeños comerciantes, desplazados por la competencia de otros más poderosos para los que se había cerrado el comercio exterior, hace que se engrose el grupo de los revolucionarios. Este conjunto de circunstancias provoca el levantamiento de febrero que, aunado, a la pasividad de la Guardia Nacional, que no auxilia al ejército, derriba a la monarquía, sustituida por un gobierno provisional. De él forman parte dos representantes de la clase obrera: Louis Blanc y Albert Lamartine, el eximio poeta francés. De este gobierno dice Carlos Marx que “no representaba a
ninguna clase determinada: era la misma revolución de febrero, el levantamiento conjunto, con sus ilusiones, su poesía, su contenido imaginario y sus frases. Por lo demás, el portavoz de la revolución de febrero pertenecía, tanto por su posición como por sus ideas, a la burguesía. La República se proclama el 25 de febrero, sobre la base del sufragio universal lo que excede, con mucho, de las intenciones de la burguesía al participar en la revolución. Aparece en primer plano el proletariado. Los campesinos, gracias al sufragio universal se convierten en los grandes electores. La República de febrero se ve obligada a anunciarse como una República rodeada de instituciones sociales. “El proletariado de París-dice Carlos Marx- obligo también, a hacer esa concesión. Las pretensiones de los obreros franceses, que habían hecho la revolución con la burguesía, eran claras: creación de un ministerio del trabajo, que sería el ministerio proletario, junto a los de Hacienda. Comercio y obras públicas, típicamente burguesas; y consagración del derecho al trabajo mediante el establecimiento de los Talleres Nacionales, parecidos a las Workhouses inglesas, instauradas por la Ley de pobres de 1834. En estos talleres los obreros franceses realizarían “monótonos e improductivos trabajos de explanación, po r un jornal de 23 sous ” (céntimos). El enfrentamiento de los precarios aliados de febrero, no se hizo esperar. Marzo y abril de 1848, son en París etapas de luchas iniciales y de provocaciones en contra de la clase obrera y particularmente de los comunistas Louis Blanc, Blanqui, Raspail y Cabet.
Se reúne la Asamblea Nacional, fruto de las elecciones generales y directas, el 4 de mayo. En ella llevan la voz los republicanos burgueses y en esa fecha es cuando, ciertamente se proclama la República, no la que el proletariado impuso en las calles de París; sino una República que no representaba ningún arma revolucionaria contra el orden burgués. El 15 de mayo el proletariado se introduce por la fuerza en la Asamblea Nacional y trata, en vano, de reconquistar su influencia revolucionaria. Lo único que consigue es la detención de sus jefes, Barbès, Albert, Raspail y Sobrier y pocos días después, Blanqui, quienes son encarcelados Vicennes. Pero la burguesía no se detiene allí. La Comisión ejecutiva de la asamblea Nacional prohíbe las aglomeraciones populares en abierto desafío a la clase trabajadora. Además, lanza sus principales ataques en contra de los Talleres Nacionales, convirtiendo los salarios por día en salario por destajo y desterrando a Sologne a los obreros no nacidos en París. El 21 de junio publica un decreto que ordena la expulsión de los obreros solteros de los Talleres Nacionales. Triunfo de la burguesía en aquella lucha. Después de una resistencia increíble de cinco días, los obreros cedieron ante la fuerza unida del ejército, la Guardia Móvil, la Guardia Nacional de París y la de provincia. Más de tres mil prisioneros fueron exterminados. Es la victoria de Cavaignac, al frente de las tropas de la burguesía, que celebra el París de los triunfadores, la noche del 25 de junio, y llora el París proletario que arde, gime y se desangra. La comuna de París Después de que Luis Bonaparte consigue el poder y establece el segundo imperio, se inicia en Francia una era de expansión económica con un incremento industrial extraordinario, a cargo de un pequeño sector de la burguesía. En forma paralela se desarrollan –afirma Engelsla corrupción y el robo en masa por quienes pululaban en torno a la corte imperial y se llevaban buenos dividendos con este enriquecimiento. El segundo imperio intenta la reivindicación de las fronteras del primer imperio, perdidas en 1814 o, al menos, de las de la primera República. La frontera más atractiva para estos intentos era la del Rhin. Llega así la guerra franco prusiana, la derrota de Sedán el 2 de septiembre de 1870 que derrumba el imperio y proclama, de nuevo, la República. El ejército prusiano llega a las puertas de París y le pone sitio, las tropas francesas se encontraban, a su vez, sitiadas en Metz o prisioneras en Alemania. En París se crea un “Gobierno de Defensa Nacional” y todos los parisinos capaces se enrolan en la Guardia
Nacional, que agrupa, en su mayoría, a los obreros armados que toman por asalto el Hotel de Ville (Alcaldía). El 28 de enero de 1871, capitula París. El ejército Alemán celebra un armisticio que mantiene a la Guardia Nacional en posesión de sus armas y sus cañones, y no se atreve a entrar a parís, en son de triunfo, ocupando, por unos cuantos días, solo un pequeño rincón de la
ciudad, el que es rod eado por los obreros armados, y los “Junkers prusianos, que habían venido a tomarse la venganza en el hogar de la revolución. Thiers, a la cabeza del gobierno, advierte que esta situación pone en gran peligro los intereses de los grandes terratenientes y capitalistas e intenta desarmar a los obreros. El 18 de marzo envía tropas de línea con órdenes de robar a la Guardia Nacional su artillería. París, ante esta provocación, se moviliza y se declara la guerra entre Paris y el gobierno francés instalado en Versalles. El 26 de marzo es elegida y el día 28 se proclama la Comuna de París. De inmediato la Comuna dictó una serie de medidas de gran contenido social. Se declaró la abolición del servicio militar obligatorio, declarando única fuerza armada a la Guardia Nacional y se condonaron los pagos de alquiler de vivienda desde octubre de 1870 hasta abril del 1871, suspendiéndose la venta de objetos empeñados en las casa municipales de préstamos, el día 30 de marzo se confirma en sus cargos a los extranjeros elegidos en la Comuna, por ser la bandera de la comuna, la bandera de la República mundial. El 1º de abril se acordó que el sueldo máximo que podría percibir un funcionario de la Comuna, no podría exceder de 6,000 francos. La separación de la iglesia se acuerda al día siguiente. El día 06 de quema públicamente la Guillotina y el día 12 se ordena demoler la Columna Triunfal de la Plaza Vendome, fundida con el broce de los cañones tomados por Napoleón después de la guerra de 1809, por ser un símbolo del chovinismo e iniciar al odio entre naciones, orden que se cumple el 16 de mayo. Se ordena por la Comuna, el 16 de abril, abrir un registro de las fábricas clausuradas por los patrones y se preparan los planes para su explotación en cooperativas de obreros que integrarían una gran unión. El día 20 se suprime el trabajo nocturno de los panaderos y las oficinas de colocación, que era un medio de explotación para los obreros durante el segundo imperio. El 30 se clausuran las casas de empeño, por ser una forma privada de explotación a los obreros. El 5 de mayo se dispone la demolición de la capilla expiatoria, erigida para expiar la ejecución de Luis XVI. A partir del día 7 de abril, el gobierno francés inicia el ataque sobre París. La llegada de las tropas francesas prisioneras en Sedán y en Metz y liberadas por los prusianos, otorga a las tropas otorga una superioridad numérica. Se rompen las pláticas para el canje de Blanqui por el arzobispo de París y toda una serie de clérigos, presos en la capital como rehenes. Aumenta la presión sobre París y, después de una lucha encarnizada, caen en las alturas de Belleville y Menilmontant, el dia 28 de mayo, los últimos luchadores de la Comuna. La represión es bestial y concluye con el asesinato en masa de los prisioneros que tiene lugar en el “Muro de los federados” del cementerio del “Pere Lachaise”. Culmina así, bañado en
sangre, primer intento de establecer una dictadura del proletario. La Primera Internacional.
A partir de 1870, el movimiento obrero, disminuida la represión iniciada con motivo de las revoluciones de 1848, resurge. Esta situación la aprovecha Karl Marx quien, con motivos de celebrarse en Londres, en el año de 1862, una exposición universal, establece contactos con los obreros que vienen a visitarla. El día 5 de agosto de 1862, Marx celebra una reunión de confraternidad internacional en Free Mason’s Tavern, local que le es facilitado por la masonería ingles a. Allí se propone crear un “Comité de Trabajadores para el intercambio de correspondencia sobre las cuestiones de la industria internacional”, que anticipa la creación de la Primera Internacional.
Evidentemente una tarea de esta naturaleza no era fácil. Era preciso poner de acuerdo tendencias tan opuestas como las de los proudhonianos, los blanquistas, los carlistas y sindicalistas ingleses, lasallistas, en Alemania, etc. Sin embargo, circunstancias especiales producen otra reunión (1863) en el Saint James Hall de Londres, en ocasión de una insurrección en Polonia y nuevamente se encuentran varios de los dirigentes que asistieron a la primera junta. Por último, el 28 de septiembre de 1864, bajo la presidencia del profesor Beesly, se lleva a cabo un mitin en el Martin's Hall de Londres, al que acuden, entre otros, Tolain, por Francia, Wolff, secretario de Mazzini, por Italia y Marx, por Alemania, allí se acuerda constituir la Asociación Internacional de trabajadores. Se encarga de preparar los estatutos a un consejo del que participa Marx. El domicilio de la asociación se establece en 18 Greek Street, lugar donde, a partir del 5 de octubre de 1864, sesiona el consejo General que integran Odger, como presidente; Weeler, tesorero; Gremer, secretario; Le Lubex, por Francia; Wolff, por Italia y Marx, Alemania. Los estatutos de la Primera Internacional son redactados por Marx, y el texto definitivo, presentado en tres idiomas: inglés, francés y alemán, es aprobado por el primer Congreso General celebrado en Ginebra del 3 al 8 de septiembre 1866. El congreso de la asociación Internacional de los trabajadores celebrado en Ginebra el 3 de septiembre de 1866 declara que esta asociación, así como de todas las sociedades o individuos adheridos, reconoce como deber de su base de conducta hacia todos los hombres: la verdad la justicia, la moral, sin distinción de color o de nacionalidad. El Congreso considera como un deber reclamar no solamente para los miembros de la asociación los Derechos del Hombre y del Ciudadano, sino para cualquiera que cumpla sus deberes, ni deberes sin derechos, ni derechos sin deberes. La primera internacional sigue una línea ascendente, al incorporar a sus filas, con el paso del tiempo, un número cada vez mayor de obreros. Celebra diversos congresos. El segundo, en
Lausana (Suiza), del 2 al 9 de septiembre de 1867; el tercero, en Bruselas, del 6 al 13 de septiembre de 1868 en el que se aprueba una resolución contra la guerra. El cuarto congreso de la Internacional se celebra en Basilea, Suiza, durante los días del 6 al 12 de septiembre de 1869. La asistencia fue nutrida. Para entonces la AIT contaba con unos 245, 000 afiliados solo en Francia, pese a la represión del gobierno francés. La guerra francoprusiana impide se celebre el Congreso de París, de 1870. Al producirse los acontecimientos que crean la Comuna de Paris, en 1871, la Internacional manifiesta su total apoyo a los obreros franceses y les rinde homenaje al ser derrotados. En la Haya, del 2 al 9 de septiembre de 1872, se celebró el Quinto Congreso que ratifica los principios políticos de la Internacional frente al apoliticismo anarquista. Allí se plantea, en una discusión borrascosa, la situación de la “Alianza” anarquista, llegándose a la expulsión de Bakunin y de James Guillaume, lo que determina la retirada de los anarquistas. Es el principio del fin de la Primera Internacional. La Internacional cambia su domicilio a Nueva York. Su Consejo General convoca al VI, Congreso, que se celebra, con escasa asistencia, en Ginebra, del 8 al 13 de septiembre de 1873. Paralelamente los escisionistas de Bakunin convocan para otro congreso que celebra del 1 al 7 de septiembre, también en Ginebra. En el congreso escisionista, que es considerado por estos el VI de la Internacional, se aprueban sus nuevos estatutos y de hecho, aunque en una forma irregular, el anarquismo toma el control de la Primera Internacional. A su vez, el otro grupo celebra en Filadelfia, en julio de 1876, y aprovechando de nuevo una exposición universal, el VII Congreso. Las tremendas dificultades de transporte que permiten la asistencia de un solo delegado europeo; la dimisión de F. A. Sorge y otra serie de factores conducen al congreso a adoptar una resolución que declara disuelto el Consejo General de la AIT. 2.4.- EL PARTIDO SOCIAL DEMOCRATA ELEMÀN. Como ocurre en Francia y en Inglaterra, la historia del movimiento obrero alemán está íntimamente ligado al socialismo. El punto de arranque lo constituye la fallida revolución burguesa de 1848, en Berlín y Viena, que falta de apoyo popular, ya que no se pidió ayuda de los obreros de los obreros por miedo a las exigencias que habían presentado los obreros franceses, permitió el rápido regreso de las casas reinantes, sin otras concesiones que algunas a favor de los campesinos a los que se libera de la servidumbre, y el otorgamiento del derecho laboral a las clases acomodadas. La revolución empezó en Baden, en marzo de 1848, habiéndose producidos desordenes en Berlín. El rey de Baviera tuvo que abdicar. Se intentó dictar una constitución por una asamblea internacional en Frankfurt, que inició sus trabajos en mayo del mismo año, pero al ser disuelta a mediados de 1849, no había logrado nada. Ese momento marca el final de la revolución alemana.
El socialismo alemán, que se inicia apenas termina la revolución de 1848, es, fundamentalmente, obra de Ferdinand Lassalle. Marx, en razón de encontrarse en el exilio, no podía actuar directamente sobre la opinión alemana. Inclusive sus obras eran pocos conocidas. Lassalle, además de ser un hombre culto, excelente filósofo y economista, buen abogado y conocedor, especialmente, del pensamiento de Marx, con quien tenía mucho en común, era un caudillo de hombres, que no habían aceptado la jefatura de otro, y esa circunstancia habría hecho difícil el trabajo común de ambos. Creía Lassalle en la necesidad de que la clase obrera alemana de organizarse en una poderosa asociación nacional, con ese objeto funda en Leipzig, el 23 de mayo de 1863, un año antes de su muerte (31 de agosto 1864), la Asociación General de Trabajadores”. Su principal aportación a la teoría económica será, pro bablemente, la, “ley de bronce de los salarios”, inspirada por Ricardo y Rodbertus, y en la que sostiene que aun cuando el salario
del obrero bajo el capitalismo tiende siempre y en todas partes al nivel de subsistencia, y este es variable, en realidad dicho nivel permanece estático durante largos periodos, dependiendo las fluctuaciones por encima o por debajo de ese nivel, de las condiciones relativas de la oferta y la demanda, de trabajo. Estas fluctuaciones estarán sujetas a la ley de subsistencia de Malthus, o sea, la tendencia de la población a presionar continuamente los medios de subsistencia, en tal sentido que todo aumento en los salarios reales, seria seguido del aumento de la población, el cual, a su vez, motiva un aumento de la oferta de la mano de obra. A partir de ese momento los salarios volverán otra vez al nivel de subsistencia o quedaran por debajo de él. Por el contrario, el descenso del salario real por debajo del nivel de subsistencia, produce una reducción de la población, lo que provoca una demanda de trabajo que determina un aumento de los salarios. Lassalle creía con la eficacia del sufragio efectivo para que los obreros llegaran a ocupar el poder, extremo en el que difería de Marx. Se fundaba en la concepción del Estado como instrumento para expresar adecuadamente la voluntad de todo el pueblo y no como un poder de coacción, tal como lo entiende el marxismo. Parece que, de acuerdo con esas ideas las relaciones entre Lassalle y Bismarck no fueron malas. En todo caso Bismarck concedió el sufragio universal para los varones en el nuevo imperio alemán de 1870. La muerte de Lassalle con motivo de un duelo produjo, de hecho, una escisión en el socialismo alemán. El propio Lassalle había designado a Becker como su sucesor, pero este fue destituido y su lugar lo ocupó Baptist von Schwirtzer. A su vez Wihelm Liebknecht, quien seguía en general una orientación marxista, secundado por Bebel y con apoyo de la “Internacional”, creo el Partido Social Demócrata. Ambos se enfrentaron de nuevo al triunfar
Bismarck sobre Napoleón III, pero el mismo triunfo llevó a Bismarck a reprimir a los dos partidos, ya que no sentía la necesidad de su apoyo. Con ese motivo, en 1874 se iniciaron las tereas de fusión que culminaron en el Congreso de Unificación de Gotha. Llevada a cabo en 1875, de donde surgió el único partido obrero social demócrata alemán, bajo la dirección del grupo minoritario, o sea, el encabezado por Liebknecht y Bebel.
El programa del partido fue objeto de una crítica de Marx, en carta dirigida a Bracke en la Marx insiste en atacar los conceptos de Lassalle acerca de la “ley de bronce” de los salarios, el “derecho a todo el producto del trabajo” y el carácter del Estado y la actitud que respecto de
él debe tomar un partido de la clase obrera. Particularmente Marx afirma que debe rechazarse toda aptitud “nacionalista” como la que sugiere el programa e in siste en el carácter internacional del movimiento obrero que no puede reducirse, como se proponía, a una simple “fraternización de los pueblos”.
Pese a ello el nuevo partido desestimo los argumentos de Marx y el programa fue aceptado con solo ligeras modificaciones. Al lado de este movimiento surgió también en Alemania un socialismo cristiano, opuesto a Bismarck y en contra del cual el canciller dicto enérgicas medidas (leyes de mayo de 1873), que provocaron el encarcelamiento de muchos sacerdotes, la expulsión de clérigos y que en 1875 se suprimieron las subvenciones del Estado para la Iglesia. Fue hasta 1878 que Bismarck, necesitado de apoyo en su política contra los liberales, y en su lucha contra los social demócratas, disminuyo la represión contra los católicos. En el mismo año (21 de octubre 1879), dicta Bismarck las leyes antisocialistas, lanzando al partido a la clandestinidad, leyes que no fueron derogadas hasta 1890. Es justo señalar que la actitud de Bismarck en contra de los social demócratas tuvo una contrapartida importante en la creación del Seguro Social (17 de noviembre de 1881), del seguro de enfermedades (1883), del seguro de accidentes (1884) y del seguro de vejez e invalidez (1889), obra formidable que ha permitido que el nombre de Bismarck haya quedado asociado en forma más positiva que negativa a la evolución del Derecho Social. La segunda Internacional Celebrada en siglo XX, antes de su disolución, con motivo de la guerra, los congresos de Amsterdam (14 al 20 de agosto de 1904), de Stuttgart (16 al 24 de agosto de 1907), de Copenhague (28 de agosto al 3 de septiembre de 1910), de Basilea (24 y 25 de septiembre de 1912) y, el ultimo, en Bruselas, el 28 de julio de 1914. En el Congreso de Amsterdam se condena el revisionismo y se declara que la huelga política de masa es, solamente, “un medio externo para obtener importantes cambios sociales o contrarrestar acciones reaccionarias contra los derechos de los obreros”. Al mismo tiempo se
aprueba por unanimidad un rechazo al colonialismo. Los congresos ulteriores comprueban la lucha de los obreros contra el militarismo que era, ciertamente, el problema más angustioso. Quizás el documento más claro respecto al papel de la II Internacional se deba a Lenin, quien formula una crítica feroz de Plej ànoc y Kautsky “los dos socialistas prestigiosos más típicos y
más cercanos a nosotros, a los que califica de oportunistas y contarios a los principios del socialismo marxista, en virtud de que defendieron, frente a la guerra, una formula conciliadora pequeñoburguesa y de oposición nacionalista, que los condujo, inclusive, a adoptar posiciones al lado de sus gobiernos, a pesar de todos los acuerdos en contra aprobados en los congresos internacionales. La guerra, que estalla por un pretexto baladí como es el atentado de Sarajevo en el cual el nacionalista serbio Gravilo Príncipe, asesina al archiduque heredero de Austria-Hungría, Francisco Fernando, y a su esposa, suspende toda acción social y consolida, además, que lo desvía definitivamente del internacionalismo proletario de inspiración marxista. Son justas pues, las críticas de Lenin. Sin embargo, la propia inercia del movimiento social, particularmente en Alemania, determinara que un país francamente imperialista encuentre sus propias formulas sociales, aun durante el transcurso de la guerra, que desembocarán en el formidable documento de Weimar. 2.5 Leyes sobre reconocimiento de sindicatos y leyes de Seguridad Social y Jornada. El surgimiento del derecho laboral, individual y colectivo, se confunde en un sólo proceso con la formación de la sociedad industrial o capitalista y del movimiento sindical. Las normas se fueron expidiendo por países y de manera muy desigual. Haremos énfasis en los procesos sociales y políticos que sirvieron de fundamento al surgimiento de la normatividad. Las primeras expresiones de la protesta obrera fueron inorgánicas, más políticas que reivindicativas y enmarcados en las fronteras de países como Inglaterra, Francia, Alemania, Estados Unidos; luego se hicieron más generales e internacionales y se fueron configurando, en la segunda mitad del Siglo XIX y las dos primeras décadas del XX, las corrientes políticas – sindicales que han predominado hasta nuestros días. La Iglesia, también, desde muy temprano, ingresó en esta disputa por influir en los trabajadores. El anterior proceso social y político sirvió de sustento al surgimiento de las instituciones del derecho colectivo del trabajo. Los hechos fueron primero, luego vino la intervención de la sociedad y el Estado para regularlos: “Las instituciones del derecho colectivo del trabajo nacieron antes de su
reconocimiento y de su reglamentación legales; el orden jurídico reconoció la coalición, la asociación profesional, la huelga y el contrato colectivo tiempo después de su existencia, cuando el Estado perdió fuerza y no logró destruirlos. Es un aspecto novedoso en la discusión económica. Al contrario se ha estado realizando desde la revolución industrial, con respecto al tiempo dedicado al trabajo. La reducción es constante debido al crecimiento económico así como a la evolución tecnológica, lo que ha permitido disminuir el tiempo de trabajo en el conjunto de la vida laboral y generalizado jornadas laborales más cortas en todos los países occidentales.
La reducción del tiempo de trabajo se puede constatar al observar las jornadas laborales de 14 horas diarias de finales del siglo XIX con la aplicación de una jornada laboral de ocho horas diarias. Así, entre 1870 y 1990 la duración media anual del tiempo trabajado pasó de más de 3000 horas a 2000 horas en la actualidad (Maddison, 1998). La diferencia entre los países también es considerable; en un grupo con mayores tiempos de trabajo se encuentra Estados Unidos y Japón (en torno a 1850 a 2000 horas); por el contrario, ciertas economías europeas, como los Países Bajos o Noruega, registran una media inferior a 1 400 horas trabajo anuales, mientras que el resto de economías de la Europa continental se sitúa en 1550 y 1800. Es pertinente señalar que el tiempo de trabajo de toda una vida también disminuye debido a cada vez más tardía incorporación al mercado laboral, así como, a la más pronta salida del mismo. Por otro lado, gracias a la incorporación de la mujer al mercado laboral, la población económicamente activa ha aumentado, lo que a su vez ha permitido una reducción generalizada en el tiempo dedicado al trabajo y un aumento del tiempo libre o dedicado al ocio. El 22 de septiembre de 2004, la Comisión Europea propuso la revisión de la Directiva Europea sobre Tiempo de Trabajo, reabriendo el debate sobre ese espinoso tema. Según esa propuesta “los Estados miembros podrán adoptar medidas en escala nacional para regular los acuerdos individuales de no aplicación del tiempo máximo semanal de 48 horas”. Se hacen
más explícitas las condiciones que deben respetarse en caso de acuerdo entre empresario y trabajador. Este cambio de orientación en la doctrina comunitaria sobre la jornada de trabajo abunda, en el debate sobre su papel en la dinámica competitiva de las empresas, que ha entrado en el campo de la praxis de las relaciones laborales con acuerdos (como los firmados en Alemania) que alargan las horas semanales de actividad. Crece la idea de extender la jornada laboral en los países desarrollados como fórmula (defensiva, desde luego) para encarar el deterioro de la posición competitiva de algunas empresas resultado del avance del proceso de globalización. La amenaza de deslocalización se aborda, pues, con la intensificación del esfuerzo laboral por parte de los asalariados. No obstante en esa tendencia que se apunta, impulsada por ciertos sectores empresariales, subyacen dos posibles consecuencias a considerar, al menos desde el punto de vista del análisis económico: a) el posible impacto sobre los costos laborales (en términos absolutos) de un incremento de la jornada laboral que de llevarse a cabo sin alterar el valor del salario por persona (como está ocurriendo) supondría un descenso del costo salarial por hora, y b) sobre la dinámica real de la productividad del trabajo.
En un primer momento las manifestaciones obreras se orientaron a la destrucción de los telares mecánicos en las fábricas, por entender que la tecnificación era la responsable de la pérdida de trabajo para los artesanos, que hasta entonces eran los responsables de la fabricación de manufacturas. Luego de esta reacción inicial los trabajadores comprendieron que no eran las máquinas las culpables de los cambios en el mercado laboral sino el uso que los empresarios hacían de ellas, dando lugar a la aparición de un movimiento obrero que orientaban su lucha hacía el modelo capitalista impulsado por los patrones. Frente a estas acciones de protesta gobierno inglés resolvió prohibir a las asociaciones obreras, dando inició a una historia marcada por la persecución y la clandestinidad del movimiento obrero. En la etapa inicial de la industrialización (1750-1850) se produjo una degradación de las condiciones de vida de los trabajadores a partir de: • Jornadas laborales prolongadas y en espacios insalubres. • Salarios bajos • Producción a destajo. • Generalización del trabajo infantil. • Ausencia de licencias por enfermedades y falta de un sistema previsional
Por todo esto se crearon los sindicatos en los que se reunía la gente trabajadora de un mismo oficio para defender sus reivindicaciones mediante huelgas. Constituían sociedades de ayuda mutua, las cuales disponían de cajas comunes con capital proveniente de las cuotas de los asociados, para afrontar períodos de huelga, asistencia a las familias de obreros fallecidos, gastos por servicios fúnebres, etc. En sus orígenes el sindicalismo británico optó por efectuar solo reivindicaciones económicas, sin adherirse a ideales políticos revolucionarios que cuestionarán el funcionamiento del sistema capitalista y la propiedad privada. Al extenderse el proceso industrializador a otros países del norte europeo y a Estados Unidos durante las décadas de 1830 y 1840, también se fundaron asociaciones obreras en esos países. En la etapa 1830-1850 el movimiento obrero británico dejó de concentrarse solamente en las acciones sindicales y comenzó a participar de acciones políticas tales como reclamar el voto universal masculino, pero la represión policial, las divisiones internas y la derrota de las revoluciones liberales de 1848 en varios países europeos, arruinaron sus planes. A partir de 1850 los obreros comenzaron a consolidar un espíritu de clase en oposición a los sectores patronales, posteriormente las doctrinas socialistas impulsaron la conformación de partidos políticos de carácter exclusivamente obrero, como el Partido Laborista Inglés. Frente esta creciente presión en algunos países las condiciones laborales comenzaron a mejorar
paulatinamente, pero usualmente luego de largos procesos de lucha, que culminaron en muchos casos en el encarcelamiento, muerte o exilio de dirigentes obreros. "Los sindicatos en general y los partidos PRI, PRD, PT y PVEM han manifestado su rechazo por considerar que tal como está planteada la reforma es regresiva y afecta el derecho colectivo de los trabajadores y así no va a caminar, es necesario adecuarla" Asegura que la iniciativa afecta los derechos colectivos e individuales de los trabajadores, por lo que el sector sindical diseñará su propia propuesta que en breve presentará. Aunque al igual que empresarios y académicos reconoce que existen puntos positivos en la propuesta. Puntos positivos de la reforma: • Evitar el trabajo infantil • Mayores facilidades a mujeres embaraza das • Inclusión de los discapacitados al mercado laboral • Incorporación de los recién egresados al mercado laboral
Puntos en contra: • Flexibilidad en el tipo de contratación pues al plantear contratos por horas se pierde el
derecho a la seguridad social y prestaciones como aguinaldo, vacaciones pues no se genera antigüedad. • Modificaciones a la democracia sindical • Modificaciones al artículo 123 Constitucional
"No se modifica el artículo 123 porque es uno de los pilares fundamentales de la Constitución Mexicana. Es el que tiene todo el catálogo de principios, de fundamentos de los derechos individuales y colectivos como el derecho de huelga, la contratación colectiva, la autonomía sindical, las jornadas de trabajo, las condiciones de seguridad e higiene en los centros de trabajo, la capacitación para el mismo, el acceso a la seguridad social. LEYES DE SEGURIDAD SOCIAL Y JORNADA La seguridad social se refiere principalmente a un campo de bienestar social relacionado con la protección social o la cobertura de las necesidades socialmente reconocidas, como la salud, la pobreza, la vejez, las discapacidades, el desempleo, las familias con niños y otras. La Organización Internacional del Trabajo, (OIT), en un documento publicado en 1991 denominado "Administración de la seguridad social"
El objetivo de la seguridad social es la de ofrecer protección a las personas que están en la imposibilidad (temporal o permanente) de obtener un ingreso, o que deben asumir responsabilidades financieras excepcionales, puedan seguir satisfaciendo sus necesidades ARTÍCULO 37.- El trabajo es una función social, goza de la protección del Estado, y no se considera artículo de comercio. El Estado empleará todos los recursos que estén a su alcance para proporcional ocupación al trabajador, manual o intelectual, y para asegurar a él y a su familia las condiciones económicas de una existencia digna. De igual forma promoverá el trabajo y empleo de las personas con limitaciones o incapacidades físicas, mentales o sociales. ARTÍCULO 38.- El trabajo estará regulado por un Código que tendrá por objeto principal armonizar las relaciones entre patronos y trabajadores, estableciendo sus derechos y obligaciones. Estará fundamentado en principios generales que tiendan al mejoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores, e incluirá especialmente los derechos siguientes: 1º En una misma empresa o establecimiento y en idénticas circunstancias, a trabajo igual debe corresponder igual remuneración al trabajador, cualquiera que sea su sexo, raza, credo o nacionalidad; 2º Todo trabajador tiene derecho a devengar un salario mínimo, que se fijará periódicamente. Para fijar este salario se atenderá sobre todo al costo de la vida, a la índole de la labora los diferentes sistemas de remuneración, a las distintas zonas de producción y a otros criterios similares. Este salario deberá ser suficiente para satisfacer las necesidades normales del hogar del trabajador en el orden material, moral y cultural. En los trabajos a destajo, por ajuste o precio alzado, es obligatorio asegurar el salario mínimo por jornada de trabajo; 3º El salario y las prestaciones sociales, en la cuantía que determine la ley, son inembargables y no se pueden compensar ni retener, salvo por obligaciones alimenticias. También pueden retenerse por obligaciones de seguridad social, cuotas sindicales o impuestos. Son inembargables los instrumentos de labor de los trabajadores; 4º El salario debe pagarse en moneda de curso legal. El salario y las prestaciones sociales constituyen créditos privilegiados en relación con los demás créditos que puedan existir contra el patrono; 5º Los patronos darán a sus trabajadores una prima por cada año de trabajo. La ley establecerá la forma en que se determinará su cuantía en relación con los salarios; 6º La jornada ordinaria de trabajo efectivo diurno no excederá de ocho horas y la semana laboral de cuarenta y cuatro horas.
El máximo de horas extraordinarias para cada clase de trabajo será determinado por la ley. La jornada nocturna y la que cumpla en tareas peligrosas o insalubres, será inferior a la diurna y estará reglamentada por la ley. La limitación de la jornada no se aplicará en casos de fuerza mayor. La ley determinará la extensión de las pausas que habrán de interrumpir la jornada cuando, atendiendo a causas biológicas, el ritmo de las tareas así lo exija y la de aquellas que deberán mediar entre dos jornadas. Las horas extraordinarias y el trabajo nocturno serán remunerados con recargo; 7º Todo trabajador tiene derecho a un día de descanso remunerado por cada semana laboral, en la forma que exija la ley. Los trabajadores que no gocen de descanso en los días indicados anteriormente, tendrán derecho a una remuneración extraordinaria por los servicios que presten en esos días y a un descanso compensatorio; 8º Los trabajadores tendrán derecho a descanso remunerado en los días de asueto que señala la ley; ésta determinará la clase de labores en que no regirá ésta disposición, 9º Todo trabajador que acredite una prestación mínima de servicios durante un lapso dado, tendrá derecho a vacaciones anuales remuneradas en la forma que determinará la ley. Las vacaciones no podrán compensarse en dinero, y a la obligación del patrono de dar las corresponde la del trabajador de tomarlas; 10º Los menores de catorce años, y los que habiendo cumplido esa edad sigan sometidos a enseñanza obligatoria en virtud de la ley, no podrán ser ocupados en ninguna clase de trabajo. Podrá autorizarse su ocupación cuando se considere indispensable para la subsistencia de los mismos o de su familia, siempre que ello no les impida cumplir con el mínimo de instrucción obligatoria. La jornada de los menores de dieciséis años no podrá ser mayor de seis horas y de treinta y cuatro semanales, en cualquier clase de trabajo. Se prohíbe el trabajo a los menores de dieciocho años y a las mujeres en labores insalubres o peligrosas. También se prohíbe el trabajo nocturno a los menores de dieciocho años. La ley determinará las labores peligrosas o insalubres; 11º El patrono que despida a un trabajador sin causa justificada está obligado a indemnizarlo conforme a la ley; 12º La ley determinará las condiciones bajo las cuales los patronos estarán obligados a pagar a sus trabajadores permanentes, que renuncien a su trabajo, una prestación económica cuyo monto se fijará en relación con los salarios y el tiempo de servicio. La renuncia produce sus efectos sin necesidad de aceptación del patrono, pero la negativa de éste a pagar la correspondiente prestación constituye presunción legal de despido injusto.
En caso de incapacidad total y permanente o de muerte del trabajador, éste o sus beneficiarios tendrán derecho a las prestaciones que recibirán en el caso de renuncia voluntaria. ARTÍCULO 39.- La ley regulará las condiciones en que se celebrarán los contratos y convenciones colectivos de trabajo. Las estipulaciones que éstos contengan serán aplicables a todos los trabajadores de las empresas que los hubieren suscrito, aunque no pertenezcan al sindicato contratante, y también a los demás trabajadores que ingresen a tales empresas durante la vigencia de dichos contratos o convenciones. La ley establecerá el procedimiento para uniformar las condiciones de trabajo en las diferentes actividades económicas, con base en las disposiciones que contenga la mayoría de los contratos y convenciones colectivos de trabajo vigentes en cada clase de actividad. ARTÍCULO 40.- Se establece un sistema de formación profesional para la capacitación y calificación de los recursos humanos. La ley regulará los alcances, extensión y forma en que el sistema debe ser puesto en vigor. El contrato de aprendizaje será regulado por la ley, con el objeto de asegurar al aprendiz enseñanza de un oficio, tratamiento digno, retribución equitativa y beneficios de previsión y seguridad social. ARTÍCULO 41.- El trabajador a domicilio tiene derecho a un salario mínimo oficialmente señalado, y al pago de una indemnización por el tiempo que pierda con motivo del retardo del patrono en ordenar o recibir el trabajo o por la suspensión arbitraria o injustificada del mismo. Se reconocerá al trabajador a domicilio una situación jurídica análoga a la de los demás trabajadores, tomando en consideración la peculiaridad de su labor. ARTÍCULO 42.- La mujer trabajadora tendrá derecho a un descanso remunerado antes y después del parto y a la conservación del empleo. Las leyes regularán la obligación de los patronos de instalar y mantener salas cunas y lugares de custodia para los niños de los trabajadores. ARTÍCULO 43.- Los patronos están obligados a pagar indemnización y a prestar servicios médicos, farmacéuticos y demás que establezcan las leyes, al trabajador que sufra accidente de trabajo o cualquier enfermedad profesional. ARTÍCULO 44.- La ley reglamentará las condiciones que deban reunir los talleres, fábricas y locales de trabajo. El Estado mantendrá un servicio de inspección técnica encargado de velar por el fiel cumplimiento de las normas legales de trabajo, asistencia, previsión y seguridad social, a fin de comprobar sus resultados y sugerir las reformas pertinentes.
ARTÍCULO 45.- Los trabajadores agrícolas y domésticos tienen derecho a protección en materia de salarios, jornada de trabajo. Descansos, vacaciones, seguridad social, indemnizaciones por despido y, en general a las prestaciones sociales. La extensión y naturaleza de los derechos antes mencionados serán determinadas por la ley de acuerdo con las condiciones y peculiaridades del trabajo. Quienes presten servicios de carácter doméstico en empresas industriales, comerciales, entidades sociales y demás equiparables, serán considerados como trabajadores manuales y tendrán los derechos reconocidos a éstos. ARTÍCULO 46.- El Estado propiciará la creación de un banco de propiedad de los trabajadores. ARTICULO 47.- Los patronos y trabajadores privados, sin distinción de nacionalidad, sexo, raza, credo o ideas políticas y cualquiera que sea su actividad o la naturaleza del trabajo que realicen, tiene el derecho de asociarse libremente para la defensa de sus respectivos intereses, formando asociaciones profesionales o sindicatos. El mismo derecho tendrán los trabajadores de las instituciones oficial es autónomas. Dichas organizaciones tienen derecho a personalidad jurídica y a ser debidamente protegidas en el ejercicio de sus funciones. Se disolución o suspensión sólo podrá decretarse en los casos y son las formalidades determinadas por la ley. Las normas especiales para la constitución y funcionamiento de las organizaciones profesionales y sindicales del campo y de la ciudad, no deben coartar la libertad de asociación. Se prohíbe toda cláusula de exclusión. Los miembros de las directivas sindicales deberán ser salvadoreños por nacimiento y durante el período de su elección y mandato, y hasta después de transcurrido un año de haber cesado en sus funciones, no podrán ser despedidos, suspendidos disciplinariamente, trasladados o desmejorados en sus condiciones de trabajo, sino por justa causa calificada previamente por la autoridad competente. ARTÍCULO 48.- Los trabajadores tienen derecho a la huelga y al paro. Para el ejercicio de estos derechos no será necesaria la calificación previa, después de haberse procurado la solución del conflicto que los genera mediante las etapas de solución pacífica establecidas por la ley. Los efectos de la huelga o el paro se retrotraerán al momento en que éstos se inicien. La ley regulará estos derechos en cuanto a sus condiciones y ejercicio. ARTÍCULO 49.- Se establece la jurisdicción especial de trabajo. Los procedimientos en materia laboral serán regulados de tal forma que permitan la rápida solución de los conflictos. El Estado tiene la obligación de promover la conciliación y el arbitraje, de manera que constituyan medios efectivos para la solución pacífica de los conflictos de trabajo. Podrán
establecerse juntas administrativas especiales de conciliación y arbitraje, para la solución de conflictos colectivos de carácter económico o de intereses. ARTÍCULO 50.- La seguridad social constituye un servicio público de carácter obligatorio. La ley regulará sus alcances, extensión y forma. Dicho servicio será prestado por una o varias instituciones, las que deberán guardar entre sí la adecuada coordinación para asegurar una buena política de protección social, en forma especializada y con óptima utilización de los recursos. Al pago de la seguridad social contribuirán los patronos, los trabajadores y el Estado en la forma y cuantía que determine la ley. El Estado y los patronos quedarán excluidos de las obligaciones que les imponen las leyes en favor de los trabajadores, en la medida en que sean cubiertas por el Seguro Social. ARTÍCULO 51.- La ley determinará las empresas y establecimientos que, por sus condiciones especiales, quedan obligados a proporcionar, al trabajador y a su familia, habitaciones adecuadas, escuelas, asistencia médica y demás servicios y atenciones necesarias para su bienestar. ARTÍCULO 52.- Los derechos consagrados en favor de los trabajadores son irrenunciables. La enumeración de los derechos y beneficios a que este capítulo se refiere, no excluye otros que se deriven de los principios de justicia social.