EL PENSAMIENTO DE SIGMUND FREUD
Antonio Hernández Rodríguez
Título: El pensamiento de Sigmund Freud Autor: © Antonio Hernández Rodríguez I.S.B.N.: 84-8454-066-9 Depósito legal: A-1057-2001 A-1057-2001 Edita: Editorial Club Universitario www.ecu.fm Printed in Spain Imprime: Imprenta Gamma Telf.: 965 67 19 87 C/. Cottolengo, 25 - San Vicente (Alicante) e-mail:
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“No se puede gozar el presente sin comprenderlo y no se lo puede comprender sin conocer el pasado” (Sigmund Freud: Carta a Martha Bernays, 8 de julio de 1882)
ÍNDICE INTRODUCCIÓN:
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2.PENSAMIENTO INTRODUCCIÓN 2.1. LOS ORÍGENES DEL PSICOANÁLISIS
1. La ciencia médica en la época de Freud 1.1.Franz Antonio MESMER 1.2. Jean Martin CHARCOT 1.3. Pierre JANET 1.4. LA ESCUELA DE NANCY: 2. Tratamiento de la neurosis: 2.1. la hipnosis 2.2. La asociación libre 3. El descubrimiento de la sexualidad en la etiología de las neurosis
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2.2. EL PSICOANÁLISIS COMO DOCTRINA PSICOLÓGICA
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2.2.1. CONCEPTOS Y PRINCIPIOS BÁSICOS DEL PSICOANÁLIS FREUDIANO. 1. La mente como un aparato 2. La noción de pulsión 2.2.2. MANERAS DE CONSIDERAR EL APARATO PSÍQUICO: 1. El punto de vista tópico 2. El punto de vista dinámico
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Concepción dinámica de la personalidad
3. Consideración económica del aparato psíquico Teoría de la génesis del Yo
2.2.3. TEORÍA GENERAL DE LA SEXUALIDAD 1. Revolución sexual : Antes y después de Freud 2. Sentido de la sexualidad en Freud 3. Fases del desarrollo de la personalidad CONSECUENCIAS:
2.2.4. TIPOLOGIA PSICOANALÍTICA I. FREUD: II. ADLER III. JUNG: IV. Erich FROMM 2.2.5. LOS MECANISMOS DE DEFENSA DEL YO 2.3. EL PSICOANÁLISIS COMO DOCTRINA FILOSÓFICA
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INTRODUCCIÓN: 77 2.3.1. CONTEXTO EN EL QUE ESTÁ SITUADO EL PENSAMIENTO DE FREUD 79 1. Idealismo – Romanticismo - Vitalismo 79 2. Positivismo 80 3. El evolucionismo 82 4. El materialismo - mecanicismo 83 2.3.2. LA REVOLUCIÓN FREUDIANA 85
1. La ofensa psicológica 2. Las grandes aportaciones revolucionarias del psicoanálisis 1. LA AFIRMACIÓN DE LA EXISTENCIA DEL INCONSCIENTE Las manifestaciones del inconsciente: 2. LA IMPORTANCIA DE LA SEXUALIDAD EN NUESTRA VIDA PSÍQUICA
3. PANSEXUALISMO 1. LAS MANIFESTACIONES DEL PANSEXUALISMO
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2.3.3. CONSECUENCIAS DE ESTA CONCEPCIÓN DEL PSIQUISMO 105 1 . CONSIDERACIONES GENERALES 105 1.1. De la ciencia al materialismo 1.2. La materia viva: La evolución y su sentido Sentido de la evolución: 1.3. Dualismo y sentido de la vida
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2. CONCEPCIÓN DEL HOMBRE
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2.1. El proceso de hominización 2.2. Pesimismo y determinismo 2.3. Antropología materialista
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3. CONCEPCIÓN SOCIOPOLÍTICA 3.1. La agresividad humana: 3.2. Paralelismo entre individuo y sociedad 3.3. ¿Cuál es la solución?
4. RELIGIÓN 4.1. Las fuentes de su crítica a la religión 4.2. Origen de la religión 4.3. Aportaciones del psicoanálisis a la religión
5. ÉTICA
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5.1. La revolución de Freud 5.2. Origen de la conciencia moral 5.3. Moral social
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6. CRÍTICAS AL PSICOANÁLISIS
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6.1. Desde el psicoanálisis 6.2. Desde fuera
TEXTOS
CRÍTICAS A FREUD 1. Ofrece una visión deformada del hombre 2. Es un sistema cerrado 3. No es una ciencia 4. Es como una religión... pero sin espíritu PSICOLOGÍA: 1. Intención y proyecto de Freud. 2. La aportación del psicoanálisis a la historia de la psicología 3. Descubrimiento de la sexualidad infantil 4. Lo inconsciente 5. Las resistencias contra el psicoanálisis. FILOSOFÍA: 1. Revolución de Freud 2. Interés filosófico del psicoanálisis 3. Concepción del universo: 4. Sentido de la vida 5. Visión del marxismo por parte de Freud
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SOBRE LA RELIGIÓN: 1. Explicación psicológica de la religión 2. Función de la religión 3. Ciencia y religión 4. Razón frente a religión 5. Aspectos positivos de la crítica freudiana a la religión SENTENCIAS FUNDAMENTALES: 1.TRATADO DE LA NEUROSIS 2.LA MUJER 3.SEXUALIDAD 4.CONCEPCIÓN GENERAL DEL PSIQUISMO 5.ELICIDAD 6.RELIGIÓN Y MORAL 7.NATURALEZA, CULTURA, Y SOCIEDAD 8.PSICOANÁLISIS
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NOTAS
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INTRODUCCIÓN: El presente trabajo está pensado para los estudiantes de bachillerato. Su estructura refleja el desarrollo del pensamiento de Freud, que, siendo en sus orígenes una alternativa médica al tratamiento de las neurosis, derivó hacia la elaboración de una teoría psicológica y culminó con una visión filosófica sobre el mundo humano. Entender a un autor es leerle desde dentro (intus legere), de ahí que la lectura de las obras de Freud sea la vía regia para acceder al psicoanálisis. Su extensa bibliografía abarca desde obras de investigación clínica hasta las de índole claramente filosófica, pasando por las psicológicas y metapsicológicas (por este orden). Su trayectoria intelectual es la historia de un encuentro: el "conócete a ti mismo", y refleja la abrupta y escarpada senda que conduce a la filosofía. La pasión por Freud emana de esta simpatía que nace en el lector que se identifica con este espíritu luchador, inquieto, buscador, honesto, trágico y, sobre todo, sistemático. Los textos de Freud (páginas 155 - 204) han sido escogidos por su pertinencia con los temas tratados y su lectura, además de confortable y sugerente, es inexcusable para todo aquel que pretenda acercarse a una de las mentes más preclaras del siglo XX. La mejor introducción al pensamiento de Freud se halla en las obras que el mismo Freud escribió para tal fin1; ningún ensayo sobre Freud puede aspirar a ser más claro y ordenado que el mismo Freud; por ello, esta introducción y el trabajo que la acompaña son totalmente innecesarios; sólo a quien no haya leído a Freud y le mueva una mera y sana curiosidad o a quien desee enterarse por otras fuentes distintas del mismo autor, pueden ser útiles estas líneas. Sin más pretensiones, Antonio Hernández Rodríguez
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El pensamiento de Freud no tiene una estructura impersonal, tal como puede ser una obra filosófica o científica, sino que está íntimamente enlazado con la biografía de su fundador, porque el sujeto del psicoanálisis (el hombre) es un “desarrollo biográfico”, una biografía. El mismo Freud entrelaza sus teorías con aspectos de su vida y básicamente llegó a sus descubrimientos teóricos descubriéndose a sí mismo a través del autoanálisis. 1856
1860
1873
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El 6 de mayo nace Segismundo Freud; en Friburgo (Checoslovaquia); es judío e hijo de judíos; su padre, Jacob, de 49 años se casa en segundas nupcias con Amalia, de 21 años; la madre de Freud es joven y muy atractiva; Freud es el más pequeño, pues sus hermanastros, hijos de su padre, son mayores que su madre. Él es el preferido de su madre, de ello Freud es consciente; más tarde escribirá: “ Las personas que se saben preferidas por su madre dan pruebas en la vida de esta particular confianza en sí mismas, de este inconmovible optimismo, que no rara vez parecen heroicos y llevan a un éxito real”2 Su padre se arruina en el comercio de lanas. La familia de Freud se traslada a Viena, capital del imperio de los Habsburgo. Freud sentía desprecio por el imperio; sus héroes de la infancia son Oliver Cromwell (por su antimonarquismo) y el general cartaginés Aníbal por ser un jefe semítico que luchó contra los romanos: “Aníbal fue mi héroe favorito durante mis últimos años de gimnasio... Cuando fui comprendiendo las consecuencias de pertenecer a una raza extraña al país en que se ha nacido y me vi en la necesidad de adoptar una actitud ante las tendencias antisemitas de mis compañeros, la figura del guerrero semita se engrandeció ante mis ojos. Aníbal y Roma simbolizaron para mí la antinomia entre la tenacidad del pueblo judío y la organización de la Iglesia Católica”3 Entra en la facultad de medicina y estudia biología, inducido por la obra de Goethe: “La conferencia acerca del ensayo de Goethe sobre la Naturaleza dictada por el profesor Carl Brühl poco antes de terminar yo la escuela fue lo que me decidió a estudiar la carrera de medicina” 4 Sigue libremente los cursos de filosofía sobre Aristóteles(1874 – 1876) de Franz Brentano5 (1838 – 1917). Ingresa en el laboratorio de fisiología de Ernst Brücke, en el laboratorio de la Estación Zoológica Experimental de Trieste. De 1876 a 1881 realiza trabajos de investigación sobre las células nerviosas. Publica su primer trabajo: “Sobre los órganos lobulados de la anguila” Estos trabajos le animaron a dedicarse a la investigación neurológica.
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1878 Cambia su nombre – Segismundo – por el de Sigmund. Conoce a un médico vienés llamado Josep Breuer; con él entabla una relación de amistad que durará hasta 1894. 1881. Concluye sus estudios de medicina 1882. Conoce a Martha Bernhays, con quien se casará en 1886. Sus carrera como investigador queda truncada porque, aconsejado por Brücke, sus posibilidades de triunfo son escasa debido a su condición de judío 1883. Colabora con Meynert en su clínica de psiquiatría durante cinco meses 1883 Descubre las propiedades analgésicas de la cocaína, incluso llega a aplicársela a sí mismo; pero otro investigador, Koller, declaró haber sido el verdadero descubridor de los efectos anestésicos de esta droga. Esta experiencia le supuso a Freud una gran decepción; además, en 1886 comenzaron a conocerse muchos casos de adicción a la cocaína. 1884 Es nombrado “Privatdozent” (Profesor auxiliar) de neuropatología. Trabaja en un sanatorio psiquiátrico. Consigue una beca para asistir a los cursos de Charcot (1825 – 1893) en París, sobre la histeria 1885 Regresa a Viena, se casa con Martha y abre un consultorio privado como neuropatólogo; trata las primeras pacientes histéricas. Lee ante la Sociedad de Medicina de Viena su trabajo sobre “la histeria en el hombre”, provocando un rechazo unánime. A consecuencia de ello, escribe Freud , “opté por retirarme de la vida académica y de la relación profesional”6 1886 Entabla amistad con Wilhem Fliess (1858 – 1928), otorrinolarringólogo berlinés que será su confidente y su “doble” que hará posible el autoanálisis. 1889 Viaja a Nancy y conoce la técnicas de sugestión hipnótica por parte de Bernheim y Liébeault.. 1891 Publica un trabajos sobre las parálisis cerebrales infantiles, en colaboración con Oskar Rie: La concepción de las afasias 1892 Colabora con Breuer. Va abandonando poco a poco el hipnotismo y empieza a utilizar la técnica de la “asociación libre” en el caso de “Isabel R” 1895 En colaboración con Breuer publica Estudios sobre la histeria, en el que se describe el famoso caso de “Anna O” (Bertha Pappenheim, 1859 - 1936). También escribe, aunque no publica, Proyecto de una psicología para neurólogos 1896 Muere el padre de Freud. Rompe con Breuer: “El desarrollo del psicoanálisis me costó después su amistad. No fue fácil pagar un precio tan alto, pero fue inevitable”7. Comienza a escribir La interpretación de los sueños
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1897 En una carta a Fliess confiesa que, por medio de su autoanálisis, ha descubierto el Complejo de Edipo: “ Descubrí en mí el amor por la madre y los celos del padre y ahora los considero como un fenómeno general de la infancia temprana”8 1899 “ La interpretación de los sueños”, si bien el editor le pone la fecha de 1900. Freud la considera su obra más importante. 1901 Rompe con Fliess. Publica Psicopatología de la vida cotidiana. 1902 Es nombrado profesor extraordinario por el emperador Francisco José I. Funda la Sociedad psicoanalítica de los miércoles en Viena. Sus primeros discípulos serán: Wilhelm Stekel, Ludwig Jekels, Paul Federn, Alfred Adler,Otto Rank, Hans Sachs... Análisis fragmentario de una histeria, Tres ensayos sobre teoría 1905 sexual, El chiste y su relación con el inconsciente 1907 El delirio y los sueños en la Gradiva de Jensen 1908 Primer Congreso Psicoanalítico Internacional, en Salzburgo. Entre sus seguidores se encuentran: Eugen Bleuler, C.G. Jung, Oskar Pfister, Max Eitingon, Karl Abraham, Ernest Jones y Sandor Ferenzi 1909 Viaja a América y da unas conferencias en la Clark University, Worcester, Massachusetts. Publica “Análisis de un caso de neurosis obsesiva” (El hombre de las ratas) y “Análisis de una fobia de un niño de cinco años” (el pequeño Hans) 1910 Funda la Asociación Psicoanalítica Internacional, cuyo primer presidente es C.G. Jung. Obras: Cinco lecciones de psicoanálisis, Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci 1911 Ruptura con Adler, fundador de la “Psicología del individuo” Publicación de Observaciones psicoanalíticas sobre un caso de paranoia autobiográficamente descrito. Tercer congreso Psicoanalítico Internacional. Asiste Lou Andreas-Salomé 1913 Ruptura con Jung, fundador de la “Psicología analítica” Publica: Tótem y tabú El Moisés de Miguel Ángel, Historia del movimiento psicoanalítico , 1914 Introducción al narcisismo Consideraciones de actualidad sobre la guerra y la muerte 1915 Metapsicología. Visita a Rilke 1916 Duelo y melancolía, Introducción al psicoanálisis 1917 El hombre de los lobos: historia de una neurosis infantil 1918 Más allá del principio del placer 1919 Psicología de las masas y análisis del yo 1921 1922 Primera edición de las obras de Freud en castellano. El yo y el ello, se le diagnostica un cáncer de mandíbula. Será 1923 intervenido, hasta su muerte, en 33 ocasiones. 1924 Ruptura con Otto Rank
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Autobiografía Inhibición, síntoma y angustia El porvenir de una ilusión El malestar en la cultura Recibe el premio Goethe. Muere su madre. Nuevas aportaciones al psicoanálisis En Berlín queman públicamente las obras de Freud Huyendo de los nazis, Freud se exilia en Londres. Moisés y el monoteísmo El 23 de septiembre muere en Londres.
Dos aspectos a señalar en la vida y el pensamiento de Freud: La ruptura con amigos y seguidores: Breuer, Fliess, Adler, Jung, Rank... El alejamiento de ellos se debe, según Freud, a su rechazo de las ideas sobre la sexualidad y el inconsciente (resistencias), lo que, en última instancia, confirma la verdad del psicoanálisis. También Freud tuvo algo que ver con estas rupturas: su actitud no sería más que una ejemplificación del principio de “compulsión – repetición” o la “neurosis de destino”: “Conocemos casos... de individuos en los que toda amistad termina por la traición de un amigo... El psicoanálisis ha considerado desde un principio tal destino como preparado por la persona misma y determinado por tempranas influencias infantiles” 9
Su experiencia como judío perseguido. Freud vincula su condición de judío con varios aspectos de su obra: “Finalmente, el autor puede plantear con toda modestia la pregunta de si su propia personalidad de judío, que jamás intentó ocultar tal carácter, no habría participado en la antipatía que el mundo ofreció al Psicoanálisis. Sólo raramente fue expresado un argumento de esta clase, pero por desgracia nos hemos tornado tan suspicaces, que no podemos menos de sospechar que esta circunstancia debe haber ejercido algún efecto. Quizá tampoco sea simple casualidad el hecho de que el primer representante del psicoanálisis fuese un judío. Para profesar esta ciencia era preciso estar muy dispuesto a soportar el destino del aislamiento en la 10 oposición , destino más familiar al judío que a cualquier otro hombre”.
EVOLUCIÓN DE PENSAMIENTO DE FREUD •
Primer período (1895 – 1909): Sus obras son la descripción de los terrenos en los que se desarrollará el psicoanálisis y los métodos que le servirán para explorar la vida psíquica: OBRAS: Psicopatología de la vida cotidiana La interpretación de los sueños Ensayos sobre la sexualidad
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Segundo período (1909 – 1917) Época de divulgación del psicoanálisis y de deserción de sus primeros seguidores: OBRAS: Tótem y tabú Estudio sobre Leonardo da Vinci El Moisés de Miguel Ángel
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Tercer período (1917 – 1923) Aparecen las grandes obras de teoría profunda en las que desarrollará las hipótesis explicativas. (Metafísica del Psicoanálisis) OBRAS: Metapsicología Más allá del principio del placer Psicología de las masas El yo y el Ello
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Cuarto período: Interés filosófico.- obras de investigación sociológica, antropológica, religiosa... OBRAS: El porvenir de una ilusión El malestar en la cultura Moisés y el monoteísmo
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2.
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PENSAMIENTO INTRODUCCIÓN
“Psicoanálisis es el nombre: 1º De un método para la investigación de procesos anímicos..., 2º De un método terapéutico de perturbaciones neuróticas basado en tal investigación; y 3º De una serie de conocimientos psicológicos así adquiridos, que van constituyendo paulatinamente una nueva disciplina científica ”11 El psicoanálisis es, por tanto: 1º. Un método de investigación y análisis de ciertos procesos mentales y además es una técnica de tratamiento (terapéutica). Se impone, pues, un estudio de los procesos que llevaron a Freud, por el camino de la medicina neurológica, hacia la cura de las enfermedades mentales. 2º. Un cuerpo de saber psicológico: es una teoría científica de la actividad psíquica normal. Por lo tanto, hemos de desarrollar la doctrina psicológica de Freud, que se conoce como TEORÍA DINÁMICA DE LA PERSONALIDAD. 3º. Una teoría que tiene una coherencia interna, un todo acabado y sin fisuras: “El edificio del psicoanálisis, si bien inacabado aún, constituye ya una unidad de la que no es posible sustraer a capricho elementos aislados”12 Es un sistema filosófico en el que a partir de ciertas leyes psicológicas y de unos supuestos ideológicos (materialismo, evolucionismo, positivismo...) pretende dar una explicación general de la realidad: arte, religión, antropología, cultura... Es, por ello, una DOCTRINA FILOSÓFICA.
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2.1.
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LOS ORÍGENES DEL PSICOANÁLISIS
1.1.
Franz Antonio MESMER
F.A. Mesmer (1734 - 1815), alemán que trabajó en Viena; fue doctor en derecho, filosofía y medicina y se hizo famoso por su libro Magnetismo animal. Esta obra deriva de su tesis doctoral: “De planetarium influxu”, que trataba de la influencia de los planetas en el hombre. Hay, según Mesmer, un “fluido universal” que lo recorre todo y que, hábilmente controlado, puede ser artífice de curaciones. Esta doctrina, y sobre todo el decorado teatral en el que Mesmer trataba a sus pacientes, le acarreó fama de charlatán o iluminado. Desde luego, Freud rechaza este tipo de pananimismo energético: “Nuestra crítica actual - (escribirá en 1915) - duda en lo que respecta a la conciencia de los animales, la niega a las plantas y relega al misticismo la hipótesis de una conciencia de lo inanimado”13 Pero lo que nos interesa resaltar de Mesmer es que la hipótesis del magnetismo animal dio lugar al surgimiento de la hipnosis como terapia. 1.2. Jean Martin CHARCOT
J. M. Charcot (1825 – 1893), perteneciente a la Escuela de París, es considerado el padre de la neurología clínica. Trabajó en la clínica parisina La Salpetrière. Charcot consideraba la hipnosis como una neurosis histérica artificial; la hipnosis era algo propio de los pacientes histéricos, algo patológico; por eso supuso que sólo los pacientes histéricos podían ser hipnotizados; mejor dicho, las histéricas, pues se pensaba - de ahí su etimología: “histeria” viene del griego υστερον , que significa útero- que la histeria era una enfermedad típicamente femenina; sólo al final de su carrera, hacia 1886, se convenció de que también había una neurosis histérica masculina. Charcot pensaba que las histéricas no eran simples simuladoras, sino que eran auténticas enfermas, por lo que , al considerar las histeria como una patología de carácter psíquico, requería un tratamiento psicológico: la hipnosis. 1.3. Pierre JANET
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Alumno y sucesor de Charcot, P. Janet (1859 –1947) fue el primero que introdujo el término “inconsciente” para explicar el origen de las neurosis. Janet utiliza el término “psicastenia” para referirse a la “desintegración mental causada por el agotamiento cerebral en una constitución débil” 14. La neurosis, según Janet, se debe a una disociación de la conciencia: “La histeria es una forma de conciencia personal y una tendencia a la disociación y emancipación de los sistemas de ideas y funciones que integran la personalidad” Así, pues, Janet es el primer médico de la época de Freud que postula la existencia de un estado no consciente. En realidad, Freud menciona a un filósofo alemán, Theodor Lipps (1851 - 1914) como el primero que “afirmó con la mayor claridad que lo psíquico es en sí mismo inconsciente y que lo inconsciente es lo verdaderamente psíquico” 15; la aportación de Janet la considera simplemente como una “forma de hablar” (“façon de parler”)16 , pues el sentido que Janet da al inconsciente “se basa únicamente en el empleo abusivo de la palabra “consciente”” 17: se trataría de afirmar la existencia de estados de “disociación” o “fragmentación” de la conciencia, que no implica la afirmación de la realidad autónoma del inconsciente que defiende Freud. 1.4. LA ESCUELA DE NANCY:
Los experimentos de Ambrose August LIEBEAULT (1823-1904) e Hippolyte-Marie BERNHEIM (1840 - 1919) mostraron que la hipnosis era un sueño ordinario inducido por una sugestionabilidad provocada por el experimentador: “El sujeto hipnotizado se duerme con sus pensamientos fijados en relación con el hipnotizador; de ahí la posibilidad de sugestión de los sueños, ideas y actos por esa voluntad ajena” (LIEBAULT) Bernheim fue discípulo de Liebault y a él se refiere Freud cuando señala los fenómenos de sugestión posthipnótica18 En 1889 fue a Nancy con la intención de perfeccionar su técnica hipnótica. Allí fue donde conoció los efectos de la “sugestión posthipnótica”, lo que le conduciría al descubrimiento del INCONSCIENTE: “Allí fui testigo de los experimentos de Bernheim con los enfermos del hospital, adquiriendo intensas impresiones de la existencia de poderosos procesos anímicos que permanecían, sin embargo, ocultos a la conciencia”19 Freud menciona algunos ejemplos de los que él mismo fue testigo: “Bernheim sugirió una vez a un enfermo que después de despertar del sueño hipnótico se llevase a la boca los dedos pulgares de ambas manos. El enfermo ejecutó este acto en el momento prescrito, y lo explicó diciendo que el día anterior, en el curso de un ataque epileptiforme, se había mordido la lengua, doliéndole ahora la herida. Una muchacha a la que se había sugerido una tentativa de asesinato en la persona de un empleado judicial y totalmente extraño a ella, la llevó a cabo, y al ser
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detenida e interrogada sobre los móviles de su acto criminal, inventó la historia de que había sido ofendida por aquel individuo e intentado vengarse de él”20.
El fenómeno de las sugestiones posthipnóticas será determinante en la teoría del psicoanálisis, pues pondrá de manifiesto la existencia del inconsciente y su carácter dinámico. También hay que mencionar a Gustave LE BON (1841 - 1931), que en 1895 escribió un obra, Psicología de las masas ( La psicologie des foules) que dio pie a la posterior obra de Freud del mismo título. Para Le Bon, lo que distingue a las masas del individuo es la sugestionabilidad, que es la causa del “contagio hipnótico” y que hace que la multitud acabe anulando al individuo: “El contagio es un fenómeno cuya presencia es fácil de establecer, aunque no así de explicar... Es un fenómeno de orden hipnótico”.
Freud era médico y se había especializado en histología y neurología. En sus investigaciones neurológicas había seguido los preceptos de la biología mecanicista inspirada en el gran físico HELMHOLTZ: todos los procesos orgánicos pueden y deben explicarse mediante fuerzas materiales físicas o químicas. En 1876 trabajó en el laboratorio de fisiología de Ernst BRÜCKE, por quien sentía una gran admiración, hasta el extremo de que puso el nombre se su maestro a su primer hijo. En 1878 comienza a colaborar con BREUER en sus estudios sobre las enfermedades nerviosas. De 1880 a 1882 tuvo Breuer como paciente a una joven (ANNA O) cuyo caso clínico será la base de una obra posterior de ambos: Estudios sobre la histeria (1895). Freud dice que comentó tal caso a Charcot pero éste apenas mostrará interés por los descubrimientos de Breuer21. El caso de Anna O es importante porque con él comienza el ‘psicoanálisis. La psicología de Freud comienza como tratamiento terapéutico de las enfermedades nerviosas, en concreto, de la histeria. La palabra “histeria” viene del griego υστερον (útero o matriz); es , pues, una enfermedad, literalmente, uterina, que los griegos (Hipócrates) consideraban como exclusivamente femenina y unida al ciclo menstrual; era considerada como ficticia o inventada y que se manifestada mediante vómitos, un cierto teatralismo, dificultades respiratorias, etc. Ahora bien, Freud puso de manifiesto que: •El fenómeno de la dramatización no es un disimulo consciente, sino que la persona neurótica, en este caso, la histérica, se desdobla y actúa inconscientemente. •La enfermedad es una dramatización ante espectadores y que el espectador es una imagen del enfermo mismo. •la mayor parte de las manifestaciones histéricas van acompañadas de comportamientos eróticos: las histéricas parece como si quisieran seducir a alguien.
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•La histeria presenta síntomas que no se pueden regular mediante recetas “físicas”: elevación de temperatura, tos intermitente, parálisis, convulsiones... •Por lo tanto, los síntomas histéricos son simbólicos: aluden a una determinada situación o problema; son una especie de solución intermedia entre el acontecimiento traumático y la situación real, que no permite una expresión libre (lo que Freud llamará más tarde la represión), de tal manera que estos síntomas serían como una válvula de escape o manera de dar salida momentáneamente a una tensión interna. La consideración de la histeria como una enfermedad y no meramente como sinónimo de teatro y fingimiento fue lo que condujo a Freud a París (1885) , “atraído por el gran nombre de Charcot”22 y por sus progresos en los casos de histeria. En la clínica “La Salpetrière” Charcot se ocupaba de estos casos de DUPLICIDAD DE LA PERSONALIDAD. En general, todos tenemos una doble personalidad; por ejemplo: yo estoy escribiendo y mientras hago esto alguien se me acerca y me dice que le lleve un vaso de agua. Yo sigo escribiendo sin manifestar que le escucho; al cabo de un rato me levanto y le llevo un vaso de agua. Esto nos muestra una duplicidad de la persona, pues, en efecto, hay dos personas: la que escribe y la que escucha.
2.1. la hipnosis
Desde el 20 de Octubre de 1885 hasta el 23 de Febrero de 1886 Freud asistió a las famosas “leçons du mardi”23, “clases del martes” , que impartía Charcot. La influencia de Charcort en Freud puede concretarse en dos puntos: 1º. El tratamiento de la histeria con el método hipnótico y la consideración de ésta como una patología de origen nervioso: “De todo lo que vi al lado de Charcot, lo que más me impresionó fueron sus últimas investigaciones sobre la histeria, una parte de las cuales se desarrolló aún en mi presencia, o sea la demostración de la autenticidad y normalidad de los fenómenos histéricos y de la frecuente aparición de la histeria en sujetos masculinos, la creación de parálisis y contracciones histéricas por medio de las sugestiones hipnóticas y la conclusión de que estos productos artificiales muestran exactamente los mismos caracteres que los accidentales y espontáneos, provocados con frecuencia por un trauma”24
Aunque el descubrimiento de la sexualidad como etiología de las neurosis fue la gran revolución de Freud, sin embargo Charcot ya intuyó que en la histeria siempre existe como base un trauma sexual. Freud refiere una anécdota en la que Charcot comentaba el factor determinante del sexo en la histeria de un paciente: “En una de las reuniones nocturnas a las que Charcot invitaba a sus discípulos y amigos, me encontraba yo cerca del venerado maestro ... (a quien le oí el siguiente comentario): “Mais, dans des cas pareils, c´est toujours la chose génitale, toujours..., toujours..., toujours”. Y al hablar así cruzó sus manos sobre el vientre y movió dos o tres veces el cuerpo con su peculiar
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vivacidad. Recuerdo que durante un momento quedé poseído del más profundo asombro y me dije: “Pero si lo sabe, ¿por qué no lo dice nunca?” Sin embargo, olvidé pronto esta impresión”25
2º. La importancia que se ha de dar a los hechos en la investigación científica, pese a que contradigan las teorías. “El maestro discutía siempre nuestras objeciones con tanta paciencia y amabilidad como decisión, y en una de estas discusiones pronunció la frase: “Ça n´empêche pas d´exister” (“Esto no les impide existir”) para mí inolvidable”26. Inolvidable y fundamental, pues esta convicción le animó a defender la existencia de hechos que contradecían la teoría general de la sexualidad y que se convirtió, por ello mismo, en una de las grandes revoluciones del pensamiento humano. A su regreso a Viena dio a conocer ante la Sociedad de Médicos sus nuevas teorías sobre la histeria y experimentó una fría acogida: “Uno de ellos, un viejo cirujano, exclamó al oírme: “ Pero ¿cómo puede usted sostener tales disparates? Hysteron (sic) quiere decir útero. ¿Cómo, pues, puede un hombre ser histérico?”27 No obstante, Freud continuó investigando los fenómenos histéricos. En su obra Estudios sobre la histeria expone varios casos clínicos, a los que aplicó la técnica de la hipnosis. A través del trance hipnótico el enfermo revelaba al médico la historia del origen de sus síntomas. Veamos el caso más famoso. Se trataba de una joven (ANNA O, en realidad Bertha Pappenheim) que durante los años 1880 a 1882 fue una paciente de Breuer y que Freud, a su regreso de París, también trató. La paciente presentaba como síntomas tos histérica, tenía dificultades en mantener la cabeza erguida, con cefaleas y parálisis parcial del brazo derecho; además, le era imposible absorber líquidos a pesar de la sed. BREUER trató de aplicarle tratamientos de hidroterapia, lo normal en la época, sin resultado; hasta que se recurrió a la hipnosis y Anna comenzó a explicar una historia acerca de la muerte de su padre y una anécdota que vivió en su infancia con su criada, acompañando el relato con demostraciones afectivas, gritos, lágrimas, etc. El relato, tal como lo redactará Freud en su obra Estudios sobre la histeria ya es un clásico en la historia del psicoanálisis: “Podía tomar en su mano el vaso de agua, pero en cuanto lo tocaba con sus labios lo apartaba de sí... Para mitigar la sed que la atormentaba, no bebía más que frutas acuosas. Cuando ya llevaba unas seis semanas en tal estado, comenzó a hablar un día , en la hipnosis, de su institutriz inglesa, a la que no tenía gran afecto, y contó, con extremadas muestras de asco, que un día (en su infancia) había entrado en su cuarto y había visto que el perrito de la inglesa, un repugnante animalucho, estaba bebiendo agua en un vaso; mas por educación, no hizo observación ninguna. Después de exteriorizar en este relato aquel enfado, que en el momento en que fue motivado tuvo que reprimir, pidió agua, bebió sin
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dificultad una gran cantidad y despertó de la hipnosis con el vaso en las manos. Desde este momento desapareció por completo la perturbación que le impedía beber”28.
En una conferencia en el Wiener Medizinischer Club expone Freud el “ Mecanismo psíquico de los fenómenos histéricos”29. ¿Cómo explicar el caso de Anna O? En ella se manifestaba un nuevo caso de desdoblamiento de la personalidad: su padre era alemán y su institutriz era inglesa; pues bien, durante el tratamiento, Ana sólo hablaba en inglés. El mero hecho de manifestar oralmente lo que le pasaba constituía una especie de liberación. El recuerdo del trauma psíquico surgía en el estado hipnótico, el cual puso de manifiesto un caso anormal de conciencia: “Aquella disociación de la conciencia, que tan singular se nos muestra como “double conscience” en los conocidos casos clásicos, existe de un modo rudimentario en toda histeria, siendo la tendencia a esta disociación, y con ella a la aparición de estados anormales de conciencia, que reuniremos bajo el calificativo de “hipniodes”, el fenómeno fundamental de esta neurosis”30 Sus síntomas eran la expresión , en forma simbólica, de un problema que no había podido resolver: Anna no había podido dar expresión a una gran fuerza afectiva que llevaba dentro (= asco y repulsa ante la escena del perrito) y eso le producía una especie de malestar que después sería la fuerza que se atribuiría a los síntomas histéricos. Hubo un acontecimiento traumático que fue el punto de partida de la enfermedad (“trauma” quiere decir “herida” , “lesión”). El fenómeno traumático y la situación real son dos extremos o polos en medio de los cuales se sitúa la histeria. La histeria -y, en general, toda enfermedad psíquica - es un intento de dar salida a una situación interna. El enfermo experimenta una tensión interna que lo angustia, siendo la histeria una salida a esta situación: “Vemos que los hombres enferman cuando, a consecuencia de los obstáculos exteriores o falta interna de adaptación, queda vedada para ellos la satisfacción de sus necesidades sexuales en la realidad, y vemos que entonces se refugian en la enfermedad, para hallar con su ayuda una satisfacción sustitutiva de la que les ha sido negada... La fuga en la que el sujeto abandona la insatisfactoria realidad para refugiarse en aquello que por su nocividad biológica denominamos enfermedad, pero que jamás deja de ofrecer al enfermo un inmediato placer, se lleva a cabo por el camino de la regresión”31 El caso de Anna es una histeria de conversión: los conflictos psíquicos, al no poderse expresarse directamente debido a la represión (en el caso de Ana: la censura social), se convierten en síntomas corporales. Por lo tanto, la histeria es una enfermedad psicosomática, pues los conflictos psíquicos ocultos se expresan en el lenguaje, confuso, del síntoma corporal: parálisis, rigidez, sequedad, temblor...
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La percepción del perro llevaba -como toda percepción- una carga afectiva. Cuando posteriormente Freud considere el aparato psíquico desde el punto de vista “económico”, tendrá en cuenta estos fenómenos: todo objeto tiene un doble aspecto: - Su representación: una foto, por ejemplo. - Su carga afectiva: amor, pasión, ternura... A esta carga afectiva que llena cada una de las representaciones las llama Freud “cathexia”: son “ocupaciones” de las representaciones. De este modo, unas fotos nos llaman la atención frente a otras porque están “cargadas” de valor. En general, podemos decir que cada cosa tiene ligado un cierto valor, y este valor yo se lo puedo sacar; tal ocurre con el fetichismo: nos seduce el objeto perteneciente a la persona amada y traslado o amplío este afecto y lo cargo sobre todos los objetos semejantes, por ejemplo, los zapatos. Ha habido un trasvase de carga afectiva a otro objeto y ahora todos los zapatos son un objeto erótico. Pero Ana trata de olvidar aquella representación y para ello “ lanza fuera de la conciencia la representación” : esto es el inconsciente. Pasar lo reprimido al inconsciente es descargar la carga inicial que tenía antes la representación: Cuando reprimo algo, le saco a la representación su carga pulsional, del mismo modo que si me quiero olvidar de una cosa he de des-interesarme de ella, olvidarme de la fuerza pulsional que tiene aquella cosa y que me atrae. Por ejemplo: surge un deseo sexual hacia una chica, pero no puedo aceptar este deseo porque se trata de una compañera casada; entonces “descargo” esta afección y la paso al inconsciente. La fuerza pulsional queda desligada, y por ello la energía se desplaza a otra representación (imposibilidad de beber líquidos).Ahora bien, la histérica sólo logra pasar la representación, no la fuerza afectiva (lo que ella quería manifestar con una energía vital); esto le llevará a realizar actos neuróticos (no poder beber líquidos); la fuerza afectiva se liga a otro tipo de representación y se convierte en la imposibilidad de beber líquidos. Para poder pasarlo al inconsciente ha aislado el hecho: la primera manera como la chica se defiende es aislar la representación. Cuando esta chica asistió a la consulta del doctor Breuer no sabía nada. El médico comenzó aplicándole tratamientos de hidroterapia, lo normal en la época, pero no obtuvo resultados positivos. Procedió a hipnotizarla, pero ésta ofrecía una resistencia a todo intento de explorar el origen de su síntoma patológico. El problema de la “resistencia” es fundamental en el psicoanálisis, pues mostrará la ineficacia del método hipnótico y conducirá al método definitivo: las asociaciones libres. El concepto de RESISTENCIA hace referencia a los obstáculos que el individuo presenta a cualquier intento de explorar su zona inconsciente cuando otro (el médico) trata de ir a buscar aquellas representaciones que se han enquistado dentro del inconsciente. Estas resistencias se dan, según Freud, tanto en el individuo como en la comunidad en forma de reacción frente a cualquier doctrina que ponga en peligro una cierta inestabilidad social. El fenómeno de la resistencia explica por qué, según Freud, no fue o no sigue siendo aceptado el psicoanálisis, pero también, como
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veremos, ofrece la base del argumento de algunos filósofos (Popper) para rechazar el psicoanálisis como ciencia. Si el individuo ofrece resistencias, el intento que puede realizar el médico es complicado, indirecto; este método indirecto es el PSICOANÁLISIS: Conjunto de procedimientos forzosamente indirectos que tratan de explorar el inconsciente del sujeto superando las resistencias que éste ofrece y, a la vez, tratando de recuperar el equilibrio psíquico normal gracias a la reintegración a la conciencia de las representaciones que habían estado enquistadas en el inconsciente32 Cuando existe un determinado fenómeno que por su fuerza afectiva perturba la conciencia, inquieta, es llevado al inconsciente, donde no permanece tranquilo, sino que trata de manifestarse de otro modo; la solución es reintegrarlo a la conciencia , y en esto consistirá, en esencia, la terapia psicoanalítica. Por ejemplo33, hay un elemento que molesta en clase (= la conciencia); lo mando fuera (= inconsciente); para solucionar el problema he de hacerlo volver a la conciencia y que se integre 34. Así, el psicoanálisis es un método hermenéutico: hay que saber interpretar los síntomas y reintegrar el hecho a la conciencia. Pero en nuestra exposición hemos avanzado en el tiempo, sin tener presente que lo que es propiamente el método psicoanalítico no surgirá hasta después de abandonar Freud la hipnosis y las sugestiones posthipnóticas. Retomemos, pues, el hilo de los acontecimientos. En la paciente histérica se produjo una abreacción (más que una reacción, una especie de descarga de afecto, de sentimiento) que iba vinculada a un recuerdo y que al nivelarse produjo una liberación o “catarsis”, es decir, una purga psicológica, una “limpieza del alma”. Del tratamiento de este caso nació lo que se dio en llamar MÉTODO CATÁRTICO: la curación sobreviene cuando el paciente ha logrado sacar fuera lo que tenia dentro; si la neurosis es una regresión, la curación de la neurosis consiste en regresar de nuevo al “lugar de los hechos” y “poner las cosas en sus sitio”: “los distintos síntomas histéricos desaparecían inmediata y definitivamente en cuanto se conseguía despertar con toda claridad el recuerdo del proceso provocador, y con él el afecto concomitante, y describía el paciente con el mayor detalle posible dicho proceso, dando expresión verbal al afecto”35 Una vez que la enferma hubo explicado las causas de su enfermedad, fue curándose en varias sesiones; en inglés este método recibe el nombre de “talking cure” (curación por la palabra) o “chimney sweeping” (limpieza de la chimenea). El resultado fue una curación total. A pesar de algunas críticas modernas hacia la ineficacia terapéutica del psicoanálisis, el final de la historia, tal como nos la relata Freud, no dejar lugar a dudas:
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“Después ella dejó Viena para hacer un viaje, pero aún habría de pasar bastante tiempo para que recuperase completamente su equilibrio. Desde entonces ha gozado de una salud excelente”
Antes de continuar con la exposición que nos conduce desde la hipnosis al psicoanálisis, vamos a detenernos en otro caso de histeria que nos dará luz para la comprensión de los fenómenos histéricos. Freud distingue un segundo tipo de histeria: la histeria de angustia, también llamada a veces “fóbica”. La FOBIA es un miedo o terror invencible a determinadas situaciones o hechos que las personas “normales” no consideran como temibles; así, la agorafobia (miedo a los espacios abiertos), claustrofobia (miedo a los espacios cerrados), etc. Freud diferencia siempre entre la realidad objetiva y la realidad psíquica de una situación: es más importante la realidad psíquica que la concordancia con los hechos exteriores y, precisamente, la enfermedad consiste en tener únicamente esta realidad psíquica como punto de referencia. Freud estudió el caso clínico del “pequeño Hans”36; en realidad él sólo intervino ofreciendo una explicación del caso pues, de hecho, sólo estuvo presente en el análisis una sola vez; fue el padre de Juanito , que confiaba plenamente en el método de Freud, quien llevó a cabo el psicoanálisis. El niño manifiesta una fobia a los caballos y no quería salir de casa por temor a que un caballo le mordiera. Al ser interrogado por la causa de este miedo, el niño manifiesta que un día vio cómo dos enormes caballos enganchados a un carruaje se caían y se debatían en el suelo, tal escena le causó un inmenso pavor, pues le habían dicho que los caballos muerden. Esta explicación no convence a Freud, quien piensa que hay otras razones ocultas. El análisis le mostrará a Freud unos aspectos fundamentales de la teoría psicoanalítica: la sexualidad infantil, el complejo de Edipo, el complejo de castración... Sobre ello volveremos más adelante. Por ahora sólo señalar que el niño había visto en su infancia los órganos genitales de su padre, lo que le causó una impresión afectiva traumática; esto se manifestó en una angustia, que proyectó en los caballos; esta angustia era la represión de un afecto hacia su padre: “En la neurosis de angustia la libido reprimida no se traduce o “convierte” en síntomas corporales (tos nerviosa, afonía, parálisis, etc....) como en la histeria de conversión, sino que queda libre en forma de angustia, en disposición de ser proyectada sobre cualquier objeto que pueda acoger la carga afectiva. Extrañamente, el enfermo siente terror ante cosas o situaciones que los demás consideran inocuas, pero que para su inconsciente vehiculan a la fuerza de su libido, cuya violencia, mal reprimida, le angustia. Es la forma más frecuente de neurosis y la más común durante la infancia.”37 En resumen: al comienzo, el psicoanálisis fue sobre todo un estudio de esta especie de traslado de cargas afectivas de unas representaciones a otras, y puso de manifiesto que las dificultades personales, en su mayoría, se deben a una mala distribución de estas cargas afectivas, y por ello la tarea del psicoanálisis es buscar el
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punto de origen de las cargas afectivas que producen la enfermedad. Los síntomas histéricos procedían de un conflicto entre unas expresiones afectivas que querían exteriorizarse y una represión que lo impedía; los síntomas que manifiesta el neurótico presentan una especie de “solución de compromiso” entre las fuerzas que no se han podido manifestar y la represión que lo ha impedido; es una especie de lenguaje ambiguo que el psicoanalista tendrá que interpretar buscando los puntos de partida que le den un sentido claro y unívoco. 2.2. La asociación libre
El método originario utilizado por el médico era la hipnosis, pero ésta presentaba unas limitaciones que la hacían inadecuada para el tratamiento de las neurosis. Vamos a ver ahora el proceso que le condujo a Freud desde la hipnosis a las asociaciones libres. Hemos visto cómo el hipnotismo surgió -como terapia médica- de la mano de Mesmer; Freud recuerda que “siendo aún estudiante, asistía a una sesión pública del “magnetizador” Hansen...”38 y que fue a París atraído por la fama de Charcot en su uso de la hipnosis. En 1889, como señalamos, se trasladó a Nancy para presenciar los experimentos de Liébeault y Bernheim... “ Todas estas circunstancias me llevaron a hacer de la sugestión hipnótica mi principal instrumento de trabajo ”39. Más adelante abandonará esta técnica porque, como escribe en su Autobiografía, “no resultaba posible hipnotizar a todos los enfermos, y en segundo lugar, no estaba al alcance del médico lograr, en determinados casos, una hipnosis tan profunda como lo creyese conveniente”40 En otra obra41 justifica Freud su abandono del método hipnótico: “Como la posibilidad de hipnotizar a una persona no depende tan sólo de la mayor o menor destreza del médico, sino sobre todo de la personalidad del sujeto, existiendo muchos pacientes neuróticos a los que no hay modo de sumir en la hipnosis, la renuncia al hipnotismo hacía posible la aplicación del procedimiento a un número ilimitado de enfermos. Pero, por otro lado, suprimía aquella ampliación del campo de la conciencia que había suministrado precisamente al médico el material psíquico de representaciones y recuerdos con cuyo auxilio se conseguía transformar los síntomas y liberar los afectos. Así pues, para mantener la eficacia terapéutica del tratamiento era preciso hallar algo que sustituyese a la hipnosis. (...) La hipnosis encubre la resistencia oculta así, a los ojos del médico, el funcionamiento de las fuerzas psíquicas. Pero no vence la resistencia, sino que se limita a eludirla, y de este modo sólo procura datos incompletos y éxitos pasajeros” . Las limitaciones que ve Freud en la hipnosis son, pues, las siguientes:
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1. No todos los neuróticos son fácilmente hipnotizables. 2. La curación es provisional y no definitiva, pues depende de la relación entre el médico y el paciente. 3. En esta relación, el lazo afectivo que se establece entre el médico y el paciente puede llegar a situaciones comprometidas: “Llegó un día en el que me fue dado comprobar algo que sospechaba ya desde mucho tiempo atrás. Una de mis pacientes más dóciles, con la cual había obtenido por medio del hipnotismo los más favorables resultados, me sorprendió, un día que había logrado libertarla de un doloroso acceso refiriéndolo a su causa inicial, echándome los brazos al cuello al despertar del sueño hipnótico. Una criada que llamó a la puerta en aquellos momentos nos evitó una penosa explicación; pero desde aquel día renunciamos, por un acuerdo tácito, a la continuación del tratamiento hipnótico. Suficientemente modesto para no atribuir aquel incidente a mis atractivos personales, supuse haber descubierto con él la naturaleza del elemento místico que actuaba detrás del hipnotismo...”42 Tal elemento místico no es otro que el que subyace en el fenómeno del enamoramiento: “No puedo menos de recordar aquí la crédula docilidad del hipnotizado para con el hipnotizador, fenómeno que me hace sospechar que la esencia de la hipnosis debe suponerse en la fijación inconsciente de la libido del sujeto a la persona del hipnotizador...”43 4. Pero, sobre todo, el hipnotismo no pone de manifiesto el juego de fuerzas que se dan en el inconsciente; así, por ejemplo, quedan disimuladas las resistencias que se oponen a la concienciación de los conflictos que han originado la enfermedad. Lo que se propone Freud es que sean los enfermos mismos los que sacasen fuera de sí el recuerdo perturbador que causaba el trauma; el método hipnótico era ineficaz para lograr este objetivo y Freud busca un nuevo método ; entonces, escribe Freud, “recordé un experimento del que había sido testigo durante mi visita a Bernheim” 44. Ya hemos señalado algunos ejemplos mencionados por Freud; detengámonos en otro caso de sugestión posthipnótica para poder comprender las consecuencias que extrajo Freud: “El médico entra en la sala del hospital, apoya su paraguas en el rincón, hipnotiza a uno de sus pacientes y le dice: “Ahora me voy. Cuando vuelva, usted saldrá a mi encuentro con mi paraguas abierto y lo mantendrá sobre mi cabeza”. Entonces el médico y sus ayudantes abandonan la sala. En cuanto vuelven, el paciente, que ya no se halla hipnotizado, lleva a cabo exactamente las instrucciones que se le dieron mientras estaba bajo hipnosis. El médico le pregunta: “¿Qué está usted haciendo? ¿Qué significa esto?”. El paciente queda claramente confundido. Hace alguna observación inoportuna, como: “Sólo pensé, doctor, que, como llueve afuera, usted abriría su paraguas en la sala antes de salir”. La explicación es evidentemente inadecuada y
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hecha en el apuro del momento para ofrecer algún motivo de su conducta sin sentido”45
¿Qué mostraron estos fenómenos de sugestión posthipnótica? 1. Existe un psiquismo inconsciente (el paciente comprende y registra una orden sin tener de ella ninguna conciencia). No se trata ya meramente de que el sujeto tenga “dos conciencias” y una de ellas esté presente y la otra ausente. No es un caso de “double conscience” (duplicación de la conciencia) tal como lo entendía Janet, sino de un único proceso , originario y fundamental, que después puede o no hacerse consciente. De ahí un principio fundamental del psicoanálisis: todo en el psiquismo es inconsciente : “Para el psicoanálisis todo es, en principio, inconsciente y la cualidad de la conciencia puede agregarse después o faltar en absoluto” 46 “Lo inconsciente es una fase regular e inevitable de los procesos que cimentan nuestra actividad psíquica, todo acto psíquico comienza por ser inconsciente, y puede continuar siéndolo o progresar hasta la conciencia, desarrollándose según tropiece o no con una resistencia”47. 2. El inconsciente es una fuerza dinámica que interviene en la vida psíquica consciente (el paciente - estando consciente- realiza una orden inconsciente): “(Este experimento) nos lleva, de una concepción puramente descriptiva del fenómeno, a una concepción dinámica. La idea del acto prescrito durante la hipnosis no se limita a devenir en un momento dado objeto de la conciencia, sino que se hace eficaz, circunstancia ésta la más singular de los hechos. Pasa a convertirse en acto en cuanto la conciencia advierte su presencia. Dado que el verdadero impulso a la acción es la orden del médico, no podemos por menos de suponer que también la idea de esta prescripción ha llegado a hacerse eficaz”48 3. Las intervenciones del Inconsciente en la vida psíquica consciente se expresan a través de mecanismos inconscientes del yo consciente: la conciencia actúa movida por impulsos, pero racionaliza su conducta a fin de adaptarla a las exigencias de coherencia y racionalidad que nos exige nuestra condición social de entes racionales. 4. Pero, sobre todo, que el enfermo sabe lo que tiene que hacer, aun desconociendo el origen y circunstancia de este impulso. De lo que se trata es de que él descubra - con ayuda del médico - esas fuerzas o, en su caso, el conflicto de fuerzas que anidan en él. “Cuando el sujeto despertaba del sonambulismo, parecía haber perdido todo recuerdo de los sucedido durante dicho estado. Pero Bernheim afirmaba que sabía perfectamente cuanto había pasado; y cuando le invitaba a recordarlo, insistiendo en que nada de ello ignoraba, debiendo decirlo, y
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colocaba la mano sobre la frente del sujeto, acababan por surgir los recuerdos olvidados, vacilantemente primero, y luego con absoluta fluidez y claridad. Decidí, pues, emplear este mismo procedimiento. Mis pacientes tenían también que “saber” lo que antes les hacía accesible la hipnosis, y mi insistencia en este sentido había de tener el poder de llevar a la conciencia los hechos y conexiones olvidados”49.
A partir de este momento Freud renuncia a la hipnosis y adopta un nuevo método comparable a la mayéutica socrática: ayudar al paciente, mediante preguntas, a alumbrar las causas de su enfermedad: “Abandoné, pues, el hipnotismo y sólo conservé de él la colocación del paciente en decúbito supino sobre un lecho de reposo, situándome yo detrás de él de manera a verle sin ser visto”50 Freud “acosa” con preguntas al paciente con el fin de vencer las resistencias de éste; en una sesión (1895) la paciente reprocha a Freud que no la deja hablar y le pide “que le deje relatar lo que desee” 51 ; esto orienta a Freud a adoptar la técnica de presionar con su mano la frente de las pacientes y dejar que ellas relaten cuanto deseen. En el caso clínico de “Isabel R” 52, ésta, tendida en el diván, relató a Freud aspectos de su vida que poca o nula relación parecían guardar con la causa de su enfermedad. Pero el psicoanalista observó que los relatos que la paciente consideraba triviales, sus silencios, vacilaciones, etc., componían un “puzzle” que el analista debía recomponer. A partir de estas experiencias, Freud adopta el método definitivo y propiamente psicoanalítico: la asociación libre: “En lugar de llevar al paciente a manifestar algo relacionado con un tema determinado, le invitamos ahora a abandonarse a la asociación libre, esto es, a manifestar todo aquello que acuda a su pensamiento, absteniéndose de toda representación final consciente. Ahora bien: el paciente tiene que obligarse a comunicar realmente todo lo que su autopercepción le ofrezca, sin ceder a las objeciones críticas que tienden a rechazar algunas de sus ocurrencias por carecer de importancia, de conexión con el tema tratado o de todo sentido. Esta absoluta sinceridad del paciente es condición indispensable de la cura analítica. Puede parecer extraño que este procedimiento de la asociación libre, con observancia de la regla fundamental psicoanalítica, diera el rendimiento que de él se esperaba, llevando a la conciencia los elementos reprimidos mantenidos lejos de ella por la resistencia. Pero hemos de tener en cuenta que la asociación libre no entraña realmente una completa libertad. El paciente permanece bajo la influencia de la situación analítica, aun cuando no dirija su actividad mental hacia un tema determinado. Tenemos derecho a suponer que no se le ocurrirá nada que no se halle relacionado con dicha situación. Su resistencia contra la reproducción de lo reprimido se manifestará ahora en dos formas distintas. Ante todo, por aquellas objeciones críticas a las que responde la regla psicoanalítica fundamental; pero si el enfermo logra dominar tales objeciones siguiendo
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dicha prescripción, la resistencia adoptará una segunda forma, consiguiendo que las ocurrencias del paciente no contengan jamás lo reprimido, sino sólo algo como una alusión a ello; y cuanto mayor sea la resistencia, más se alejará la ocurrencia sustitutiva comunicada de los elementos reprimidos buscados. El analista que escucha recogidamente al enfermo puede entonces utilizar en dos formas distintas el material que el mismo le proporciona. Puede, en efecto, conseguir, dada una resistencia no demasiado intensa, adivinar por las ocurrencias del enfermo los elementos reprimidos, y puede también, cuando se trata de una resistencia más enérgica, deducir de las ocurrencias, que parecen alejarse del tema, la naturaleza de dicha resistencia misma, naturaleza que descubrirá entonces al paciente. Este descubrimiento de la resistencia es el primer paso para su vencimiento”53
Ya C. G. Jung utilizaba las “experiencias de asociación” , que consistían en presentar al sujeto una serie de “palabras inductivas” e invitar al sujeto a que, a partir de éstas, asociase espontáneamente otras palabras; en la concatenación de palabras llevada a cabo por el enfermo, el médico podría interpretar el contenido manifiesto del mensaje, para averiguar el “contenido latente”. De este modo, el método psicoanalítico no es sólo un método terapéutico, sino también y sobre todo un arte de interpretación (HERMENÉUTICA) no sólo de los fenómenos patológicos de la mente, sino de los fenómenos “normales” (chistes, sueños, lapsus) y de las manifestaciones culturales (civilización, arte, cultura, religión...). Las ventajas del nuevo método superan con mucho al método catártico desarrollado por Breuer y por Freud en sus inicios: “El método de la asociación libre presenta grandes ventajas con respecto al anterior, aparte de resultar menos penoso. Impone, en efecto, al analizado una violencia mínima, no pierde jamás el contacto con la realidad presente y ofrece amplias garantías de que en ningún momento puede perder el médico de vista la estructura de la neurosis o integrar en ella algo que no le pertenece. En él se abandona casi por completo al paciente la función de determinar la marcha del análisis y la ordenación de la materia, razón por la cual se hace imposible la elaboración sistemática y aislada de los diversos síntomas y complejos. En oposición a lo que sucede en los métodos hipnóticos o sugestivos, el médico averigua cosas íntimamente enlazadas entre sí en diversos lugares y momentos del tratamiento (...) Otra de las ventajas del método es que, en realidad, no puede fallar nunca. Teóricamente tiene que ser siempre posible al enfermo producir una ocurrencia, dado que no se fija ni limita en absoluto la naturaleza de la misma. Sin embargo, esta falta de ocurrencia se presenta siempre en un caso determinado; pero precisamente por tratarse de un caso aislado, resulta también fácilmente interpretable.” 54. Recapitulando:
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No requiere habilidades “mágicas” por parte del médico y está abierto a todo tipo de sujetos. No es tan restrictivo como la hipnosis. El paciente goza de autonomía e interviene en el proceso de su curación: someterse a una sesión de psicoanálisis propicia el autoconocimiento del sujeto. A diferencia de la hipnosis, la asociación libre no oculta el mecanismo por el que el inconsciente se ha formado: la represión de las tendencias y la resistencia del sujeto. Es un método infalible, pues todo lo relatado por el paciente puede ser interpretado, incluido lo silenciado ya que los silencios también son expresión de lo reprimido.
En el curso del tratamiento se da un fenómeno de crucial importancia, sin el cual no es posible el análisis y, por ende, la curación: la TRANSFERENCIA: “En todo tratamiento analítico se establece sin intervención alguna del médico una intensa relación sentimental del paciente con la persona del analista, inexplicable por ninguna circunstancia real; esta relación puede ser positiva o negativa y varía desde el enamoramiento más apasionado y sensual hasta la rebelión y el odio más extremo. Tal fenómeno, al que abreviadamente damos el nombre de “transferencia”, sustituye pronto en el paciente al deseo de curación e integra, mientras se limita a ser cariñoso y mesurado, toda la influencia médica, constituyendo el verdadero motor de la labor analítica. Más tarde, cuando se hace apasionado o se transforma en hostilidad, llega a constituir el instrumento principal de la resistencia, y entonces cesan, en absoluto, las ocurrencias del enfermo , poniendo en peligro el resultado del tratamiento. Pero sería insensato querer eludir este fenómeno. Sin la transferencia no hay análisis posible. No debe creerse que el análisis crea la transferencia, y que ésta sólo aparece en él. Por el contrario, el análisis se limita a revelar la transferencia y a aislarla. (...) La transferencia es hecha consiente al enfermo por el analista y queda suprimida, convenciéndole de que en su conducta de transferencia vive de nuevo relaciones sentimentales que proceden de sus más tempranas cargas de objeto realizadas en el período reprimido de su niñez. Por medio de esta labor pasa la transferencia a constituir el mejor instrumento de la cura analítica, después de haber sido el arma más importante de la resistencia. Su aprovechamiento y manejo constituye, de todos modos, la parte más difícil e importante de la técnica analítica”55 Se trata de una relación específica ( de carácter “erótico”) entre el médico y el paciente; una relación no creada por el médico, sino surgida por la dinámica del tratamiento, y que se caracteriza porque: 1. Se puede observar en otro tipo de relaciones (alumno- profesor; devotosacerdote; soldado- capitán; etc.)
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2. Adquiere una gran intensidad. Primero las consideró Freud como un síntoma, un obstáculo para la curación, que es necesario comprender y hacer desaparecer. Más adelante, con el descubrimiento del Complejo de Edipo descubre su verdadera significación: ♦ El paciente revive como si fueran presentes las situaciones infantiles que se encuentran en el origen de sus traumas psíquicos. ♦ El neurótico proyecta en el médico la imagen de su padre. ♦ Se crea un sentimiento ambivalente: mezcla de amor y de odio; por eso, hay dos tipos de transferencia: positiva (simpatía y admiración) o negativa (abierta hostilidad) ♦ Por lo tanto, la transferencia tiene una doble función: 1. Es una resistencia : se convierte en el obstáculo más importante que se opone al retorno de lo reprimido. 2. Es el soporte de las proyecciones del paciente, que revivirá los conflictos de su etapa edípica. Al hacer consciente esta situación, el enfermo puede curar: el analista ha de dominar la transferencia, utilizarla y destruirla. Por ello, la transferencia se convierte en el instrumento más poderoso de la terapia psicoanalítica: “La transferencia, que tanto en su forma positiva como en su forma negativa entra al servicio de la resistencia, se convierte, en manos del médico, en el medio auxiliar más poderoso del tratamiento y desempeña en el dinamismo del proceso de curación un papel de extrema importancia”56
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Las fantasías y las pulsiones sexuales han sido siempre reconocidas como algo “normal”; lo que diferencia a un perverso de una persona normal es que este último satisface parcialmente esos impulsos en su vida sexual y en sus sueños, mientras que el perverso hace de su conducta sexual algo “normal”, es decir: la “neurosis es el negativo de la perversión”57. Al neurótico la sola idea de entregarse a sus fantasías sexuales le produce asco porque le provoca una gran resistencia el admitirla. Freud se pregunta por la causa de esta resistencia y por ello busca en la infancia el origen de esa actitud patológica. Puesto que la causa de la neurosis es de índole sexual, Freud acabará admitiendo la realidad sexual de la infancia humana. La paciente de Breuer - Anna O - en el curso de su tratamiento se enamoró de Breuer hasta el extremo de que llegó a simular una situación de parto, lo que provocó la ruptura de Breuer con su cliente y, por extensión, con el tratamiento de la histeria por medio de la hipnosis. Breuer consideró este incidente como un una “ infortunada casualidad ”58, pero para Freud se trataba de un caso de “amor por transferencia”: “El hecho de la transferencia cariñosa u hostil, de franco carácter sexual, emergente en todo tratamiento neurótico, a pesar de no haber sido deseada ni provocada por ninguna de las dos partes, me ha parecido siempre la prueba más incontestable de que las fuerzas impulsoras de la neurosis tienen su origen en la vida sexual”59
A esta conclusión llegó mucho después de publicar Estudios sobre la histeria: “La teoría que habíamos intentado edificar en los “Estudios” era muy incompleta. Sobre todo, apenas habíamos rozado el problema de la etiología, o sea, el de la base del proceso patógeno. Posteriormente hube de comprobar con mayor evidencia cada vez que detrás de las manifestaciones de la neurosis no actuaban excitaciones afectivas de naturaleza indistinta, sino precisamente de naturaleza sexual, siendo siempre conflictos sexuales actuales o repercusiones de sucesos pasados”60
¿Cómo llegó Freud a esta conclusión? Cuando Freud comenzó a tratar enfermas histéricas se encontró con un hecho que constituirá el punto de partida de su descubrimiento: las enfermas indicaban como hecho traumático primario el intento de seducción sexual por parte de algún pariente cercano durante su etapa anterior61. Al principio, Freud pensó que se trataba de un hecho real y, precisamente por su realidad y gravedad, podía explicar el estado neurótico de sus pacientes. Sin embargo, la coincidencia de todas las enfermas sobre un trauma sexual era excesiva y a Freud le costaba creer en la inmoralidad general de los progenitores en la Viena victoriana62. Por esta época Freud se escribía con Fliess, a quien le cuenta estos casos; también le hace partícipe de los resultados de su propio autoanálisis: en el análisis de
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sus propios sueños constata que ha soñado con su madre desnuda y que en el sueño había sentido una especial atracción por ella (Complejo de Edipo): “ Mi autoanálisis es, en efecto, lo más importante que tengo entre manos y promete ser de valor inmenso para mí cuando lo haya concluido... Descubrí en mí el amor por la madre y los celos del padre y ahora los considero como un fenómeno general de la infancia temprana... si en verdad es así, resulta comprensible el poder cautivador del rey Edipo (...) El mito griego retoma una compulsión que todos respetamos porque percibimos su existencia en nosotros mismos. Cada espectador fue alguna vez, en germen y en su imaginación, un Edipo semejante y ante la realización onírica que materializa en la realidad, todos retrocedemos espantados, dominados por el impacto de la represión que separa nuestra situación actual de nuestra situación infantil”63
Resultaría así que en la infancia se dan las condiciones del surgimiento de las neurosis. Las preguntas se le amontonan: 1. ¿Es posible que la neurosis comience en la infancia?; esto quiere decir que también en la infancia hay impulsos sexuales. 2. Ahora bien, ¿cómo es posible que el instinto sexual se convierta en objeto de represión antes de despertarse (durante la infancia), si – como se suponía comienza en la adolescencia? A partir de su autoanálisis y de la exigencia de dar respuesta a estas cuestiones, Freud concluye que la seducción es a la inversa: el ser humano ha experimentado en la infancia una situación (complejo de Edipo); el sujeto experimenta culpabilidad y vergüenza y por ello el recuerdo se hace intolerable. Las pacientes no habrían reprimido una experiencia real, sino una fantasía: las histéricas, en vez de relatar un hecho real, relataban un deseo: querían que el padre les hiciese aquello que ellas pensaban como real; las histéricas alucinan, imaginan como si lo hubieran hecho, confundiendo el deseo con la realidad. Las enfermas histéricas mostraban una evidente tendencia sexual hacia la figura paterna: “Me vi forzado a reconocer que tales escenas de corrupción no habían sucedido realmente nunca, siendo tan sólo fantasías imaginadas por mis pacientes” 64
Freud considerará posteriormente que tal situación edípica será común a todos los seres humanos; en 1905 publicará la primera obra clave sobre este tema : Tres ensayos sobre la vida sexual. El caso clínico del pequeño Hans ilustrará, como se ha visto, sobre la existencia de la sexualidad infantil. Las consecuencias que de estas observaciones se derivan son sobrecogedoras: si la neurosis tiene una causa sexual y la sexualidad comienza en la infancia, resulta que el niño es un perverso sexual en potencia; además, las sexualidad abarca un ámbito más amplio y ya no puede confundirse con la genitalidad... El descubrimiento de la sexualidad fue una tarea penosa, ardua y que levantó el rechazo general: