Chamé Buendía: “El clown nace de nuestro tarado interior” Por Hernán Firpo
[email protected] El ex Cirque du Soleil nos enseña el oficio.
Podria interesarte • Chamé Buendía Puntos suspensivos, como que la charla viene de otro lado, hasta que le proponés lo siguiente: Composición tema: Soy clown, tengo una sola máscara y me embola cuando se dice que los actores polifacéticos son buenísimos porque pueden componer a muchos, muchísimos personajes. Gabriel Chamé Buendía tiene un apellido que nos hace tropezar, -¡será posible!- con García Márquez. Realismo mágico y clowns, es cierto, pueden tener alguna proximidad alegórica. Y por si eso fuera poco, nuestro payaso de exportación nos dirá que su Buendía tiene bastante que ver con ese universo. Pero decíamos: Composición tema (copy paste): Soy clown, tengo una sola máscara y me embola cuando se dice que los actores polifacéticos son buenísimos porque pueden componer a muchos, muchísimos personajes. “Mientras hablabas pensaba en casos como Groucho Marx, Buster Keaton, Chaplin. La paradoja es que así como el actor es considerado bueno cuando puede hacer personajes completamente distintos, y se dice ahh, este es un genio, uh, todos los personajes que puede hacer, al clown se lo desvaloriza por tener una sola cara, sin saber que la fuerza del clown radica en el perfeccionamiento de su propio trabajo. Caso Keaton y sus caídas, caso su genialidad para la imagen, o la inigualable explotación del gag en Chaplin. Por eso siento que la obsesión del payaso radica en el perfeccionamiento de su acto. Los grandes clowns han repetido sus acciones años de años y las van purificando hasta un punto de virtud, que ya el público no tiene ninguna posibilidad de acceso a esa magia”. ¿Chamé Buendía será un abracadabra, será el homenaje a una yerba mate? “Son dos apellidos, vienen de padre y de madre. El Buendía tiene relación con el de Cien años de soledad. Es más, mi Buendía contiene la densidad de los Buen-día de Cien años... Es una larga historia. Yo soy octava generación de ese apellido. Criollo. Criollo. Incluso, hay un antepasado mío que figura en Juvenilia”. La tercerización del contacto. Seas actor, clown, mimo, político. Chasman nos hablaba a través de Chirolita. Macri puede hacerlo a través de un asesor. ¿Y Buendía? ¿Qué tiene para decirnos utilizando las facultades de su alter ego fijo? Perdón. Fijo. Quieto. Sujeto. Establecido. Piñón Fijo. ¿Te gusta Piñón Fijo? “No sé quién es Piñón Fijo. A mí me gusta definir a mi personaje como una entidad viva. Cuando doy clases en diferentes lugares -Chamé vive entre Madrid, París y Buenos Aires- digo: ojo, no se pongan egocéntricos con sus problemas, porque el personaje escucha y se cansa de uno. El personaje va a aparecer cuando uno esté ligero, suelto, profundo. Cuando ocurra algo que valga la pena; si no, el personaje no te da ni bola. Pero volviendo a nuestros queridos Groucho, Chaplin y Keaton, uno nunca recuerda otra cosa que no sea el personaje. Si vos hablás de Alfredo Alcón, pensás en el actor. Sí pensás en Chaplin, no podés despegarte del bigote y los zapatos... ¿Y el clown de dónde nace? El clown nace de la fragilidad, del error, del pequeño tarado interior.
Para ser clown hay que tener una gran autocrítica. Hay que tener un gran sentido del humor. Reírse de sí mismo es muy lindo cuando se asume desde el costado psicológico, pero yo te quiero ver cuando hacés el ridículo delante de un público. La relación es muy chocante. No es para cualquiera. El payaso tiene que ver con la tontería humana. El clown se ríe de sí mismo. ¿El mimo es más dañino? ¿Porque imita decís? No, el mimo es súper inocente. Jugar con el cuerpo no es fácil. La gente lo reprime constantemente. Por eso los políticos estudian hasta los mínimos ademanes. Lo que me da pena es que el mimo se haya estereotipado tanto. Que se haya quedado en esa elaboración de una manera tan cerrada. Desgraciadamente, el público se alejó y el mimo hoy es nada más que una estatua a la que hay que ponerle una moneda para que se mueva. ¿La proliferación de clowns hace que se necesiten más semáforos? Muy respetado, por cierto. Si la gente tiene que comer... Yo cuando era chico hice muchas cosas para poder comer con mi arte. No es la idea, hacer un curso de clown para trabajar en un semáforo. Sin embargo, me parece súper que este trabajo tenga un correlato social: ir a una villa, ir a ver a enfermos terminales que puedan pasarla bien un ratito... Vos que trabajaste en el Cirque du Soleil debés saberlo. ¿Cómo hizo esa empresa para reconvertir la mística del más antiguo espectáculo que recuerde la humanidad, el circo, en un concepto suntuoso, fino y caro? Trabajar en el Cirque es trabajar en un empresa del show business. Se trata de un concepto norteamericano 100 % donde el criterio es la venta de un show de alto nivel. La gente que trabaja ahí no dice “al arte, el arte”. Dice, “cómo es mi contrato”, “cuánto voy a ganar”. Yo tuve la capacidad de entrar y salir del Soleil. Mucha gente se siente realmente muy agobiada repitiendo lo mismo tantos años. Pero supongo que te sirvió para tu currículum... Me sirvió para tener un poquito más de prensa. Si el Cirque salió de al calle y entró en los grandes escenarios es porque es un producto que nació entre California y Las Vegas. No en Europa. Ellos reestructuraron el circo y montaron una estructura de casting mundial. Una empresa muy seria.