EL CLOWN HOSPITALARIO, UN SER QUE COMUNICA MAS QUE PALABRAS Por Ángela María Puerta Puerta Josue Gabriel Santamaría Pérez
La funcion del Clown es generar emociones, ternura, despertar alegrías, momentos de comunicación y sacar sonrisas solo con su presencia. Por eso el es diferente, llama la atención con su vestuario y de esta manera, identifica a su personaje.
Los payasos Hospitalarios, vestidos con batas de medico adornadas, en las que se permite el color y uno que otro elemento para jugar, van siempre en pareja o en trio, como lo establece la histórica tradición del clown, para estar atentos a la improvisación, al juego teatral que les permite interactuar con los usuarios de los servicios que están visitando, forman equipos cómicos y divertidos que contrastan y dan mucho juego al momento de abordar las diferentes situaciones y circunstancias que se encuentran en las habitaciones y espacios del hospital, esto hace que rompa la monocromia y monotonia del espacio que, por tradicion, es silencioso y triste, la presencia de los Payasos en el hospital ha permitido el ingreso no solo del color, sino también que en algunos espacios ya se ha creado, la ludoteca, la biblioteca o sala de lectura, y otros espacios que permiten que los usuarios se sientan en un lugar más acogedor, más cercano a su espacio cotidiano, permite que interactúen entre ellos y sus acompañantes, desarrolla la socialización y la creación.
De esta manera, podriamos decir que lo central en el Payaso hospitalario, es la capacidad de despertar en los otros sentimientos de alegria, de nostalgia de su niñez solo con mostrar una sonrisa debajo de una nariz roja. Entonces,
entendemos que la nariz roja es para la técnica del clown teatral la máscara neutra que funciona como un dispositivo que permite conectar a la persona con su (inter)subjetividad, frustraciones o aquellas cualidades de su personalidad o físicas que le dan vergüenza y ser auténtico consigo mismo para, como sostiene Lecoq, darle más fuerza a su actuación (Lecoq, J: 2003; 212) o a la intervención terapéutica en el caso de los payasos de hospital. “El actor se va transformando en clown, a partir del encuentro con los aspectos más ingenuos e irrisorios de sí mismo, para permitirse otro modo de ser y ver la realidad (…) Un clown no es estático en su ser, se habilita a la transformación continua a través del tiempo y sus experiencias. Ser clown es un proceso dinámico”. (Romero, A; Méndez, L; Bianco M. y Castro Arata, V.: 2012; 55).
Este desarrollo interno que tiene el intérprete hacia su clown, lo materializa en sus prácticas comunicacionales con su auditorio. Al establecer un vínculo inmediato con su público se produce un intercambio de estímulos que pueden funcionar, desde la teoría de Rodari (1983) como puntos de partida para generar nuevas acciones o respuestas por parte de quienes reciben las intervenciones terapéuticas. Sus espectadores no se ríen del clown, se ríen de lo que pasa en la escena artística.
Como sostiene Guillermo Angelelli, el clown es un comunicador (Romero, A; Méndez, L; Bianco 2012; 55), es así como podríamos detenernos en los colores del Clown para identificarlos como una estrategia comunicacional pues no solo es para verse diferentes si no como una posibilidad de transmitir tranquilidad. Estos colores tambien los usa en su utileria, en sus implementos adicionales escenograficos, esto combinado magistralemente con los lengujes de la musica. De alguna manera, esta accion de escoger los colores del clown es importante y fundamental pues son claves como estrategia utilizada desde el arte terapia que utiliza las herramientas que da el arte como el color, los sonidos, el tacto, para producir bienestar en el otro.
Otro aspecto importante, es el juego como estrategia comunicacional. Sabemos como el juego permite que el sujeto se libere, permita que el yo interior aflore sin perjuicios y temores, haciendo que el paciente supere por algunos momentos, la enfermedad que lo acoge, el juego permite que el paciente experimente nuevas sensaciones y se conecte con otros espacios desde la imaginacion, las sonrisas y la alegria, pues el medico con su preocupacion por estar en todos lados, intentando salvar vidas, no tiene tiempo de conectarse con sus pacientes de una manera más tranquila y personal.
A nivel comunicacional, entendemos que el cuerpo es el mensaje, la forma de vestir, caminar, los gestos corporales, el tono de voz o la mirada siempre comunican algo. Por esto, en las intervenciones terapéuticas de los Clowns,
cada elemento que entra en juego es un eslabón semiótico que se interrelaciona y expande creando nuevas significaciones (Verón, E.: 1987), que también abarcan el espacio personal y hospitalario, el traje de clown terapéutico, la ropa de las personas, palabras, silencios, objetos médicos, objetos desdramatizantes y colores. Como se ha mencionado, es por esto que se encuentra articulado en la matriz discursiva ética del Clown hospitalario para evitar referir a significantes amos (Žižek, S.: 1992) relacionados con la muerte o enfermedad.
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