Número de Clown Dramaturgia
Un número se podría resumir r esumir de manera muy básica así: La presentación: entrada del clown y exposición de los elementos de la l a escena. El desarrollo: el problema del personaje, el juego del clown con el público. El fin y la caída: resolución del problema y salida del clown. Pautas esenciales del clown por Alex Navarro y Caroline Dream Clowns Payasos Pallassos Alex navarro y Caroline Dream Si te estás iniciando en el mundo del clown o sientes curiosidad por conocer algunas claves del universo clownesco… esperamos que este texto te sea de ayuda ;-) Observa tus acciones, tus reacciones, tu manera de ser, de caminar, de ver el mundo, de expresarte… el clown ERES TÚ AMPLIFICADO. No has de ser diferente, pero si más grande que la imagen que tienes de ti mismo (a menos que ya seas un personaje increíble y no te haga falta). El payaso es exagerado por naturaleza. Como dijo Jacques Lecoq: Uno no actúa un Clown, uno lo es. Expresarte siendo tu mismo, siendo natural, es fantástico, pero tienes que jugar la naturalidad desde un estado de energía alta. No puedes salir al escenario como si estuvieras comprando pan en la panadería de la l a esquina. La búsqueda del clown es la búsqueda del PROPIO RIDÍCULO. Convierte tus debilidades personales en FUERZA TEATRAL. TOMA RIESGOS. Si algo no funciona, es decir no hace reír al público, o lo empujas (exageras) o buscas otra forma de decir lo mismo, o haces algo totalmente diferente. Ser clown es la máxima libertad: la libertad li bertad de tomar riesgos. Inocente y vulnerable, el clown NO SE DEFIENDE, en general nunca imaginará que vayan a hacerle algo malo. Por ejemplo… si un clown le baja los pantalones a otro, este no lo impedirá, observará como su amigo le quita el cinturón pensando desde su ingenuidad que quizás lo hace porque ha visto algo que está mal en el cintruón y quiere arreglarlo (o cualquier otra cosa) hasta que sus pantalones estén a la altura de sus tobillos y se dé cuenta que está en evidencia ante el público. O si ve entrar a su amigo con un pastel de nata, podria llegar a pensar “que fuerte… se ve que es mi cumpleaños y me he olvidado… ¡que detalle de mi amigo!” todos imaginaremos que el pastel de nata acabará en su cara, menos él. Luego podrá vengarse, pero de entrada no se defenderá, dejará que las cosas ocurran. Y es así, dejando que las cosas ocurran que nos mostrará su vulnerabilidad, su parte más humana, convirtiendose entonces en un espejo en el que el público se mira para reirse de si mismo. Si tu no disfrutas, nadie lo hará. Has de ENCONTRAR EL PLACER EN TODO LO QUE HACES. No puedes comunicar placer a menos que lo sientas. El clown juega a tope, pues
no tiene nada que perder, y por lo tanto es… ¡¡¡LIBRE!!! Ese es el placer con el cual el público conecta. Si estas incomodo, distraído o aburrido en escena, el público lo notará y se alejará de ti. Como dijo Philippe Gaulier: Cuando en escena las luces brillan sobre ti, debes volverte más grande que la vida. EL CLOWN ES… INGENUO, naïf, inocente… ¡pero no infantil! ENTUSIASTA. Se emocionará con cualquier cosa que le propongan y estará siempre entusiasmado de tener un público con quien compartir. TORPE y ESTÚPIDO. Siempre se equivoca o mete la pata. Hace las cosas al revés, por ejemplo si hay un piano y la silla esta lejos, no moverá la silla hacia el piano, moverá el piano hacia la silla. CURIOSO como un niño ante todo lo que le ocurre o se encuentra Soñador y realista al mismo tiempo. CLARO en todo lo que hace. Hasta la última persona de la sala, o la mas estúpida, ha de entender su intención y sus actos. HONESTO. Cree en lo que hace. Se muestra tal como es. Está desnudo ante el público (metafóricamente hablando claro, o no :-) Se tú mismo y ganarás el corazón del público. EL CLOWN… HA DE ESTAR… relajado y CONFORTABLE en escena, y EN COMUNICACIÓN con el público (escucharlo). Para el clown no existe la cuarta pared. El clown mira y ve al público, y comparte con él todo lo que le ocurre y se le ocurre. Su juego estará, por lo tanto, influenciado por las reacciones de la audiencia. DISPONIBLE y ATENTO a lo que ocurre a su alrededor, aprovechará cualquier cosa imprevista que ocurra para incorporarla a su mundo. QUIERE SER AMADO. QUIERE SER COMO LOS DEMÁS aunque nunca lo consiga. ESCUCHA LA RISA (o su ausencia). Si hace algo y el público ríe, te esta mostrando el camino, te esta diciendo eso que haces me gusta. Si el público no ríe, tendrás que empujar lo que haces, o cambiar, o reconocer que has fracasado (con lo que probablemente conseguirás una risa). EXPRESA SUS EMOCIONES con intensidad (y puede pasar de una a otra en un instante). TIENE EMOCIÓN y/o INTENCIÓN en todo lo que hace. Es MÁS VISUAL que textual.
VIVE EN EL FRACASO, pero nunca se instala en él. Vivirá el proceso cada vez que fracase, no huirá del fracaso (ni de los problemas), y una vez vivido y compartido con el público, recuperará el entusiasmo, con la misma facilidad con la que fracasó, y seguirá adelante. Fracaso de la pretensión: El clown realiza un número lamentable que él cree genial. Anuncia la proeza del siglo y es apenas una pirueta o un malabar de tres pelotas. El publico reirá de la creencia del payaso de que ha hecho algo increible. Fracaso de la Fracaso del accidente: El clown no logra hacer eso que el quiere (un equilibrio que no se logra dentro de un taburete, una caída después de un simple salto, etc) RECONOCE SUS FRACASOS. Cuando un clown fracasa, es decir… no consigue realizar algo que se proponia, o hace algo que el cree que es genial y es una estupidez que no hace gracia a nadie, en general conseguirá una risa si reconoce que ha fracasado. La forma de reconocer ese fracaso, variará en función del clown. APROVECHA SUS ÉXITOS. Si hace algo que funciona (el público ríe), es un as en la manga que puede utilizar en otro momento en el que algo no funcione para conseguir nuevamente una risa. PIENSA SIMPLE. Actúa con el corazón y no con la cabeza. En realidad no piensa, ¡hace! ¡Es! EMPUJA LAS COSAS al extremo. Cualquier cosa puede empujarse hasta extremos inverosímiles. Y es en esos extremos donde casi con toda seguridad conseguirá hacer reír al público. NO BUSCA PROBLEMAS, se los encuentra. Tiene problemas, porque es ESTÚPIDO, TORPE y encima tiene una GRAN BOCA. Dirá que si a cualquier cosa con tal de seguir en el escenario, aunque probablemente se meterá en un lío. Por ejemplo si le preguntan si habla ruso, dirá “¡Claaaaro! ¿Ruso del norte o del sur?”, aunque en realidad no tenga ni idea. Entonces le presentan al profesor Vladimir y le piden que traduzca lo que diga. Ya se ha metido en un problema. Puede tardar siglos en hacer algo (o incluso no llegar a hacerlo nunca) porque SE DISTRAE con cualquier cosa por insignificante que sea. Sale al escenario con energía de ganador incluso si su personaje es un perdedor (en tal caso saldrá con la energía del mas gran perdedor de la historia). En general tiene un TEMPO MÁS LENTO que el de una persona normal y 3 pasos básicos que nosotros llamamos “El 1, 2, 3 del payaso”. Es decir… al clown le ocurre algo que lo pone en evidencia ante el público, por poner un ejemplo cualquiera, sale con una maleta, se le abre y se le cae todo lo que lleva en su interior. Una persona normal reaccionaria con inmediatez recogiendo todo y tratando de pasar desapercibido, con el clown podría ser algo así por ejemplo:
Pasa por el escenario con una maleta, se le abre sin querer y cae al suelo todo lo que hay en su interior. 1 – Stop. Algo ha pasado. (pausa 1…2…3…). 2 – Mira sus cosas caídas en el suelo (pausa 1…2…3… para asimilar lo que le ha ocurrido). 3- Mira al público (pausa 1…2…3… para mostrar al público que se siente en evidencia) Finalmente lo recoge todo y vuelve a mirar al público como diciendo “aquí no ha pasado nada”. Esa PAUSA (ese tempo 1…2…3…) es el tiempo que el clown necesita para asimilar lo que le ha ocurrido y para mostrar al público como se siente, y es también el tiempo que el público necesita para “leer” que es lo que el clown está sintiendo. Podria resumirse como lo explicaba Joan Armengol (payaso y formador catalán ya desaparecido): 1 – LO RECIBO. 2 – LO SIENTO. 3 – LO EXPLICO. RESUMIENDO… No actúes, se real. Cuanto más natural seas, cuanto más honesto, más cerca estarás de tu clown. Pero recuerda…. energía alta!!! Mira y ve al público, escúchalo y comparte con el a través de tu mirada. Sé ingenuo y estúpido, pero no infantil. Muestra tu vulnerabilidad. Ten siempre una emoción y/o una intención. No ilustres las emociones, ¡exprésalas con tu mirada, con tu cuerpo! Reconoce tus fracasos y aprovecha tus éxitos. Haz reír con lo que eres, con como haces las cosas. Es tan interesante y divertido, o más, como haces algo que lo que haces en si mismo. No busques la risa, encuéntrala. ALEX NAVARRO & CAROLINE DREAM www.clownplanet.com www.cursosdeclown.com Clowneando Primero de todo: el clown y lo económico se muerden, en nuestra opinión. Uno no puede hacer clown con el único objetivo de ganar dinero y sin disfrutar de ello: no funciona, no conectas, probablemente te convertirás en un payaso en el peor de los sentidos. Nosotros vamos a usar el clown como algo que sí, que nos dará de comer más de una vez y será usado con ese objetivo, pero sobre todo como un medio de: Superar la timidez: ambos somos tímidos encubiertos (en ciertas circunstancias, MUY tímidos) y la nariz roja es un medio para conectar con los demás de forma desprejuiciada y sincera... ¡lo cual genera una relación preciosa incluso con personas desconocidas! Conectar con nuestro "yo": uno de los momentos más bonitos de nuestras vidas nos lo dio el profesor de clown Didier Maes, en uno de sus "despertares clown"; más allá de lo que
hiciéramos -no nos acordamos muy bien, andábamos medio en trance-, tuvimos una hora de plenitud, de libertad para ser quienes quisiéramos ser sin preocuparnos de lo que pensaran los demás y conectar con nuestras emociones. Superar las barreras idiomáticas, culturales... Estimular nuestra creatividad para idear números, improvisar.. ¿QUÉ LE PASA POR LA CABEZA A UN CLOWN? El gran CharlotSin pretender dar una explicación suficientemente buena (todavía estamos a años luz de ser buenos clowns), diremos que un clown es fundamentalmente alguien que no se queda indiferente ante lo que le pasa. Al contrario: puede SENTIR hasta el suceso más insignificante con una intensidad desorbitada, siempre desde una inocencia que lo hace adorable. El buen clown es el que consigue que le queramos; de hecho, uno de sus principales objetivos es que los demás le quieran. Incluso en la rebeldía, el clown sigue teniendo una parte de sí que desea ser querida. Esta combinación de inocencia, emociones vividas intensamente y necesidad de aprobación hace que invariablemente el clown se meta en un problema. Una de las características clave del número clown es la existencia de un problema que éste debe resolver. Invariablemente, sus torpes intentos de solucionarlo harán que el problema se haga cada vez más grande o que genere nuevos problemas añadidos. Y es ahí donde el público, que en el fondo es un sádico, disfruta como nunca: a más sufre el clown (dentro de unos límites: recordemos que el clown no es tragedia) más cómico se hace. Él intentará además siempre hacer las cosas bien. Nunca tiene idea de cómo hacerlo, pero él se considera sin duda el mejor... y, en el caso improbable de que no se considere el mejor, intentará convencernos de que lo es. No tiene gracia un clown al que vemos hacer las cosas deliberadamente mal para hacer gracia: ahí se delata el actor. Vemos, pues, que el clown tiene muchas cosas en común con los niños. Pero ojo, un clown NO es un niño. Una cosa es que nos conecte con nuestro niño interior, con nuestra parte más inocente, y otra que no nos demos cuenta de que ese niño está dentro del adulto que somos ahora. Es una diferencia muy sutil que sólo podremos apreciar cuando nos conectemos interiormente con nuestro verdadero clown. ¿Tiene la obligación el clown de ser ñoño o cursi? Ninguna: de hecho, una de las cosas más desternillantes es ver a un clown enfadado, a un clown punki o a otro que intenta convencernos de que es un peligroso espía internacional. LA NARIZ Se puede ser clown sin ella perfectamente (algunos prefieren no usarla), o pintarte un puntito rojo en la tuya...pero, por lo general, el rasgo físico que más identifica al clown es la nariz. Es la máscara más pequeña que existe, y a veces las máscaras, paradójicamente, son un buen método para sacar nuestro verdadero "yo". Uno de los ejercicios en los cursos de clown es salir ante el público con y sin nariz, mirarle a los ojos y descubrir la diferencia en la reacción que provocamos. La nariz transforma toda nuestra cara, nuestros gestos, nuestra voz, transforma incluso la manera en que nos movemos (o en que perciben cómo nos movemos). Yo a veces la siento como un punto de energía luminosa, como el motor que tira de mí. Nariz de clownYa en la práctica, te desaconsejamos totalmente la nariz de espuma: aunque respires por la boca, te hará moquear enseguida, desconcentrándote. Lo mejor es una nariz de plástico o de goma con la que te sientas cómodo, sea roja o de otro color, preferiblemente con gomas que la sujeten a la cabeza: sin ellas, por muy agarrada que creas que está, en cuanto gesticules un rato ¡puede caer! Y eso destroza el número por completo, puesto que al clown NUNCA se le puede caer la nariz, eso lo delataría como actor. Además, NUNCA debes tocarte la nariz con la mano delante del público: la delatarás
como una máscara ajena a tu cuerpo. Tampoco debes ponértela delante del público: si no puedes ocultarte detrás de algo, simplemente dales la espalda y póntela. LA MIRADA Lo que diferencia al clown del actor es que el clown SIEMPRE interactúa con el público. Esa "cuarta pared" invisible que cierra el escenario de teatro y separa del patio de butacas la escena que ocurre en él no existe en el clown. Éste deberá estar preparado para improvisar ante los sucesos que ocurran entre el público, pero sobre todo deberá estar dispuesto a MIRAR.La primera y la última mirada del clown son siempre para el público, y durante la representación mantendrá periódicamente el contacto visual, porque el clown busca siempre la aprobación. Utiliza la mirada para remarcar emociones o sucesos: cualquier cosa que ocurra y que impacte al clown será resaltada por él con una mini-pausa para mirar a los espectadores y hacerles partícipes de lo que ha pasado, sea bueno o malo. Ojo, no es una mirada general sobre el público como masa: durante todo el número, el clown va mirando a las personas individuales que lo componen, y de este modo es como conecta con cada uno de nosotros. EL ENCAJE Pues sí: una de las cosas que delatan a un mal clown es la falta de encaje. Precisamente porque nunca desarrolla un número cerrado, sino que está abierto a lo que ocurra alrededor, no puede hacer como si nada si entre el público suena un móvil, si alguien le grita algo o si una parte del número no sale como tenía previsto. Estas son ocasiones extraordinarias para sacar a la luz su capacidad de improvisación, que deberá estar siempre alerta. Si pasa por alto cosas muy patentes, el público deja de ver al clown y se delata el actor, con lo cual la conexión y la magia se pierde. LA JUSTA MEDIDA Ahí está otra de las sutilezas del clown: lo que nos hace gracia de él es la intensidad con la que vive cada emoción. Probablemente nos desternillaremos observando cómo intenta convencernos de que patina a la velocidad de la luz sin moverse del sitio mientras se va poniendo más y más rojo y desencajado. Pero si el público nota en algún momento que está sobreactuando para hacer reír, se habrá perdido la magia. Estos momentos "cumbre" de la exageración deben ser combinados necesariamente con otros de contención: un simple micro-gesto es muchas veces infinitamente más cómico, y no hay que tener miedo a que el público no lo capte: seguramente, lo verá. Un clown puede actuar para niños, pero nunca se comporta como los payasos para niños, con su constante histrionismo. La mejor forma de encontrar el equilibrio es, una vez más, concentrarse y SENTIR REALMENTE. HACER REÍR La trampa en la que caen siempre los aspirantes a clown más creativos es imaginar continuas gracias con las que hacer reír al público. Esto desemboca casi siempre en lo contrario, porque un clown no es un humorista. El espectáculo pierde sinceridad y espontaneidad si el público siente que todo ha sido ya preparado de antemano para sacarle una sonrisa. Necesita ver que la situación que está presenciando es espontánea, natural. Un clown que siente no prepara gracias: lo gracioso surge inesperadamente durante el número, de un modo mucho más auténtico. A veces, puede incluso cabrearse si la gente se ríe... lo que acrecentará todavía más las risas. Eso sí, a la vez debemos observar al público y ver qué es lo que funciona (vamos... ¡que tenemos que tener una personalidad multiple!). Si algo funciona, repítelo. Una vez, por lo general (no insistas mucho porque a la tercera probablemente ya se vea repetitivo.... en ocasiones llevar las repeticiones hasta el extremo es también gracioso, pero te aconsejaríamos no arriesgar).
Pero nunca debemos obsesionarnos con hacer reír: no es el objetivo más importante del clown (su objetivo es comunicar, llegar al alma, o simplemente hacer pasar un buen rato). Además, muchas veces la falta de risas entre el público no indica ni mucho menos que lo esté pasando mal: a veces, un número "de sonrisa" conecta más que otro de reír a carcajadas.
