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De los medios a las culturas cul turas Jesús Martín-Barbero
Introducción (Proyectar la comunicación, Jesús Martín-Barbero y Armando Silva (coords.), Tercer Mundo, Bogotá, 1997)
« Al filo del cambio de siglo el arco recorr r ecorrido ido por los estudios de comunicación no puede ser más significativo: iniciado por matemáticos e ingenieros, dominado durante un buen trecho por psicólogos y sociólogos, en los últimos años se ha convertido en preocupación decisiva de los historiadores y los filósofos. Pero las razones de ese trayecto quizá se hallen menos en el ámbito académico que en ese “exterior” que configuran la escena política y la vida cotidiana. Esto es, en la asociación que de ella hacen los ideólogos del neoliberalismo con el “fin de la historia”, con la ‘superación’ de la política por la tecnocracia de los expertos y gestores; y con la oscilación que la identifica, de un lado, con la neutra y ambiciosa utopía utopía de la “sociedad de la información” información” y de otro, con la panacea de todos nuestros males cotidianos (…) En todo caso, la comunicación nombra hoy a la vez uno de los más fértiles territorios de la investigación social y el espacio social más denso de ensoñaciones y pesadillas a las que la propia investigación no puede sacarle el cuerpo. Pues en alguna forma debe ella enfrentar el síntoma y la paradoja de que en la “era de la comunicación” comunicación” sea de incomunicación de lo que más parece sufrir tanto la sociedad como los individuos. »
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Introducción general
Colocada en el centro de la reflexión filosófica, estética y sociológica sobre la crisis de la razón y la sociedad moderna, la problemática de la comunicación desborda hoy los linderos del campo académico que la contenían. Hasta fines de los años setenta las “ideas fuertes”, las que hegemonizaron ese campo de estudios, respondieron más a un modelo de conocimiento instrumental que a un proyecto de comprensión; pero ese modelo se ha visto rebasado en los últimos años tanto por los procesos sociales como por los cambios en el terreno teórico. De un lado, la información y la comunicación han pasado a ocupar el centro en la configuración de nuevos modelos de sociedad; del otro, esa misma centralidad está implicando un serio replanteamiento de su sentido y su razón. De ahí que la comunicación sea hoy paradójicamente vinculada al relanzamiento de la modernización –que vía satélites, informática, video-procesadores, constituye la punta de la renovación industrial, gerencial, educativa– y a la búsqueda de una racionalidad otra que la instrumental, la que emerge de la experiencia de socialidad que entraña la praxis comunicativa. La comunicación cobra así una relevancia insoslayable en la renovación de los modelos de análisis de la acción social, de la agenda de investigación y la reformulación de la teoría crítica. Proyectar la comunicación - Introducción
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Desde los procesos, las prácticas, los discursos y los medios de comunicación se despliega actualmente un extenso mapa de desafíos a las ciencias sociales y de nuevos objetos para la reflexión. En América Latina hay sin embargo una fuerte reticencia en las ciencias sociales a hacerse cargo de esos nuevos problemas. Y aunque algunos la atribuyen al déficit de legitimidad académica que padecen esos objetos, pareciera más bien que sociólogos y antropólogos perciben oscuramente el estallido de fronteras que entraña la configuración de un campo de conocimiento poblado de objetos con contornos difusos, imposibles de encerrar en las mallas de un saber rígidamente parcelado. En las transformaciones del espacio y el tiempo que emergen en el campo de comunicación hay un fermento de cambios para el saber mismo, pues se trata de cambios que atraviesan por entero el desorden de la vida urbana y el desajuste entre identidades y territorios, entre sensibilidades, creencias y comportamientos. Hablamos de cambios no sólo sociales sino al interior mismo de los discursos y horizontes epistemológicos de las ciencias humanas, de la filosofía y el arte; pues si bien los estudios de comunicación comienzan por nutrirse de teorías informacionales en las que el proceso de comunicación se produce entre un emisor omnipotente y un receptor pasivo, el influjo de las diferentes disciplinas del lenguaje replanteará aquel esquema reubicando el proceso de comunicación en los pactos de cooperación interactiva desde los que se construyen los discursos sociales y los mensajes. De la lingüística moderna, y su proyección sobre las ciencias sociales acentuando el carácter comunicativo de los objetos de estudio, se pasa en los años ochenta a nuevos paradigmas que desplazan el acento de las interacciones lingüísticas a la cultura como eje de compresión de los procesos sociales. Este cambio de perspectiva –del lenguaje a las culturas– va www.mediaciones.net www.media ciones.net
4 a tener una especial incidencia en los estudios de comunicación, pues redefine los contornos de ese campo marcando un decisivo encuentro con los “estudios culturales”. La oscilación de los linderos disciplinarios está permitiendo incorporar al campo de comunicación la riqueza de la reflexión y la experimentación metodológica de las ciencias de la cultura en cuanto saber acerca de los intercambios simbólicos, a la vez que éstas evidencian cada vez más la validez y el aporte del modelo comunicacional. En los últimos años, al desplazamiento ya señalado se añade el reconocimiento de la dimensión estética como eje fundante de una nueva perspectiva que, bajo las etiquetas de postmodernidad, modernidad tardía o sensibilidad contemporánea, amplía los horizontes de la investigación y la reflexión sobre comunicación. Fue a mediados de los ochenta cuando la configuración de los estudios de comunicación comenzó a explicitar cam bios que desde su campo convergían con movimientos de fondo en las ciencias sociales. La globalización, la “cuestión transnacional”, desbordó los alcances de la teoría del imperialismo obligando a pensar una trama nueva de territorios y de actores, de contradicciones y conflictos. Los desplazamientos con que se buscó rehacer conceptual y metodológicamente el campo de la comunicación provendrán entonces tanto de la experiencia de los movimientos sociales como de la reflexión que articulan los estudios culturales. Se inicia así un corrimiento de los linderos que demarcaban el campo de la comunicación: las fronteras, las vecindades y las topografías no son las mismas de hace apenas diez años, ni están tan claras. La idea de información –asociada a la innovación tecnológica– gana legitimidad científica y operatividad, mientras la de comunicación se desplaza y aloja en campos aledaños como la filosofía o la hermenéutica. El corrimiento de los linderos del campo se traduce en un nuevo modo de relación con (y desde) las disciplinas sociales, que no está Proyectar la comunicación - Introducción
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exento de recelos y malentendidos, pero que viene definido más que por recurrencias temáticas o préstamos metodológicos, por apropiaciones : desde la comunicación se trabajan procesos y dimensiones que incorporan preguntas y saberes históricos, antropológicos, semióticos, estéticos; al mismo tiempo que la sociología, la antropología y la ciencia política se empiezan a hacer cargo –ya no de forma marginal– de los medios y los modos como operan las industrias culturales. A propiciar esos encuentros y reapropiaciones entre comunicación y ciencias sociales está dirigida esta compilación, en la que no están todos los que debieran estar –unos por que no caben, y otros porque la trama editorial de las autorías y las propiedades lo hacen imposible–; pero los hitos que marcan las etapas claves del recorrido y las trayectorias más relevantes del campo si están. Y para facilitar su lectura hemos organizado los textos en dos partes, que corresponden a las dos trayectorias fundantes: la que entretejidamente lleva y trae de los medios a las culturas, y la que desde los lenguajes converge en las estéticas. Hay así en la composición de los textos un trazado histórico que remite su fuerza y su sentido hacia los avatares de este siglo con final de milenio, y un trazado teórico que señala los cruces, las intertextualidades intertextualida des que sostienen el campo. De lo que trata esta compilación es de recoger las huellas que han dejado ciertos textos fundamentales en la construcción de una teoría de la sensibilidad, de su modos y medios de expresión, a partir de preguntas, réplicas y sospechas acerca de la comunicación. Se dirige, por ello, especialmente a los investigadores de ciencias sociales, políticas y comunicacionales de América Latina, en un esfuerzo editorial por poner juntas lecturas básicas hasta ahora dispersas y aquí reunidas desde una mirada abierta a la pluralidad y
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6 diversidad de posiciones y discursos que hoy piensan la sociedad desde la comunicación.
I En el comienzo el proyecto fue transdisciplinar y crítico
Al terminar la segunda guerra mundial un equipo multidisciplinar de investigadores de MIT se propone repensar el desarrollo de las ciencias; y, frente a su creciente especialización, se da al proyecto de pensar su unidad a partir del espacio que consideran más fecundo, el de las “regiones fronterizas”. El equipo estaba dirigido por el matemático Nobert Wiener y el neurofisiólogo Artur Rosenblueth, y en él participaron tanto biólogos y físicos como psicólogos y antropólogos de la talla de K. Lewin y G. Bateson. En el año 1948 Wiener publica Cibernetics en el que escribe: “Si los siglos XVII y la primera parte del XVIII fueron la edad de los relojes, y el fin del XVIII y el XIX la de las máquinas de vapor, el presente es la edad de la comunicación”. Más que como un nuevo campo de especialización, la comunicación adquiere estatuto científico en cuanto espacio interdisciplinar, desde el que se hacen pensables las relaciones entre fenómenos naturales y artificiales, entre las máquinas, los animales y los hombres. Wiener ve en la comunicación una mathesis universa“nueva lengua del universo”, similar a la “ mathesis universalis ” de Galileo, de ahí que más que una nueva ciencia, lo que propone es una nueva manera de hacer ciencia; más que un substantivo un adverbio: pensar comunicativamente los fenómenos. Lo que equivale a estudiar los comportamientos en cuanto complejos intercambios de información. Y porque eso es lo que tienen en común los organismos y las máquinas, Wiener se arriesgará a afirmar que “en el universo todo comunica”, pues éste esta hecho de un flujo permanente de intercambios; y al hacerlo está poniendo las
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