D E CUERPO ENTE ENTERO RO ¿ S o m o s u n c u e r p o o u n e n v o l to to i u o d e t e n s i o n e s ?
Bettina Muraña
Editorial Bíblos
796.4 MUE MU E
Muraiia. Bettiaa De cueipo entero. - ls ed. - Buenos Aires: Biblos, 1994. 152 p,; p,; 23 x l 6 era. *() * () ISBN 950-786-046-0 I. Título - 1. Gimnasia - Atletismo
Tapa Ta pa,, el el¡s¿ñ o, ilustr ilu straci acion ones es y íbtos íbt os:./ :./o/‘C o/‘CfePcirano. A rm ado: ad o: i/í/frf/’c'íf Di C iuiw iu iw .. M ónita ita Urrestarazu. Conedinación: Món Impreso en muyo de 19l)4 en Segunda Edición, !.•. Rivera; l()í>6. Buenos Aires,.
© Editorial Biblos. 1994. Pasaje Jo Joí>é M. Giuffr Giuffraa 318, l064 l0 64 B ue no s Aires. Hechp e| -depósito que dispone la ley 11.723; Prohibida su reproducción reproducción total o parcia parcial.l. Impreso en la Argentina.
A mi m adre adr e , Camila Ríos. maes tras. Marta Mar ta B oumi ou mich chon on c ¡nx ¡nx Bayc Ba ycnh nh al /t mis maestras. A m is alumnos, quienes quie nes jum ju m sid o m is compañ com pañeros eros de trabajo. traba jo.
LAS CARTAS SOBRE LA MESA
En voz de lo que pensaba, se abrieron las puertas de un mundo conocido. Como buen miembro de la llamada ''generación del 60”, amo los libros y a ios escritores más. como a dioses. En el terror de estar ante ei papel vacío, con ei lápiz, goma, sacapuntas y guillete, mantenía casi como una consigna iniciática el tener presente y recordar que no era una escritora. Esto me salvaría de profanar el Olimpo, y después aflojarme y colmar. Así apareció el vasto caudal de palabras que se enlazan en la ca beza, pasan por todo mi cuerpo, se encaminan hacia el brazo, toman la mano y salen por el lápiz. En ei año 66 vi a dos pintores hacer un mural. Primero lo dibujaban sirviéndose de dos canas larcas en cuyas puntas habían atado una carbonilla. ¡Cómo hablamos esa mañana!, del cuerpo, las ideas, la transmisión de la energía creadora, del espacio... !En esa época era habitual compartir nuestras experiencias, ese contacto entre artistas era parte del crecimiento. Lo que me.atraía al ver ío$ trabajar era que paulatinamente, a medida que se iban metiendo en ei idiseño. sus cuerpos, la.manó en la caña, la carbonilla, eran un todo (uha sola cosa). Parecía una danza. Este recuerdo tan presente vino a raíz de sentir en mí el viaje de las palabras que, como en tropel, me llevan a descubrir que escribo pasando por mi “cabeza de artista”, tomando el permiso que me otorga lo común en todas las artes: ei “acto” de crear. Desde aquí es desde donde he podido llegar a comunicar mi; experiencia como maestra. :No es esto lo que se entiende normalmente por un libro de gimnasia, ni tampoco donde se enuncia una técnica incomparable en el área del la actividad corporal. Existe ya material, muchos y variados libros bien escritos, donde se plantean y de sarrollan diferentes métodos so bre los que nada puedo opinar o hacer crítica, porque desde que terminó! mi proceso de formación al final del año 69 no he hecho otra técnica Ique mi propia búsqueda. n
He leído los libros cuyos antecedentes me despertaban el respeto a sus propuestas, frente a las cuales nadie debe quedar ignorante. Leer no me otorga experiencia específica sobre cada uno de tales planteos, pero sí me permite comprobar algo qu e pude empezar a de scubrir hace años: la existencia de un árbol cuyas raíces son muy profundas, de tronc o robuslo. frondosa copa y ¡con tantas ramas como su deseo de crecer lo permitió, lo permite y lo seguirá permitiendo. Deduzco que existió en Europa una generación preocupada por 1a sistematización del trabajo corporal desde los conceptos comunes que podem os sintetizar desde la sensibilidad, la conciencia. ía percepción, la expresión, y cuyo objetivo era la unidad del hombre o el. hombre en su unidad. De una forma .o de otra, esas personas trasmitieron la enseñanza. Hay [quienes tuvieron mucha trascendencia, notoriedad; repercusión, pero!ta m bié n existieron y existen aquellas que no por m enor labo r, quizá por elección propia o p o r la vida como digo siempre no fueron conocidas pero son ramas y como tales las reconozco. Un maestro nun ca es anónimo Me encontraba detenida, ante la madurada certeza de que con el cuerpo se podía transitar expresiones, como las que veía en la plástica 0 en ja mús ica cuando cono cí a Marta Bournichon;1Tenía un rostro, tan 1fuerte como sus convicciones. No era de hacer demasiadas referencias. Escueta, nos contó que se había iniciado en la danza clásica, y qu e luego se alistó en la llamada “danza moderna”. En La Plata, junto a un buen grupo de agraciados, conoció el trabajo con que Dore Ho‘ yer marcó la danza contemporánea. Rastreando lenguajes comunes consideró que el paso siguiente sería ir a Montevideo para conocer el trabajo de Inx Bayerthal. Marta iue mi primera maestra, llamó a su trabajo “dinámica corporal”. Sustentaba ia premisa de hacer una regresión total de la posibilidades ¡dinámicas desde la relajación para llegar a un punto neutro e iniciar ¡desde allí el proceso de sensibilización, ¡hacia la dinámica consciente. El instinto me había guiado hacia la persona indicada. Formé parte de uno de sus grupos de trabajo. Nos daba todo el fervor de lo que ella; iba descubriendo. Cobijaba nuestra ignorancia con amorosa dureza; con imposiciones liberadoras. Nos inició; o me inició en el aprendizaje de adquirir elsecreto que encierra una disciplina, me enseñó a tener disciplina, me dio disciplina. Fui ¿ su discípula durante cuatro años sin interrupción y sin fatigas. En la
primera tregua me luí a Mo me video para co nocer a Inx Baverthal, nacida en Alemania y formada allí, en la década de 1920, en gimnasia y; danza con los maestros Hageman, Bauer. Von Laban y ioss. y con vinculaciones profesionales con Mary Wigman, Dore Hoyer y Jossy Chladek. Ella i lamo a su trabajo '‘gimnasia consciente”. No dejó de señalar sus dudas sobre esta denominación, y así me lo expresó en una cartaque me envío el 14 de mayo de 1970. Por esto transcribo sus propias palabras, dichas en oportunidad de encontrarse en Madrid y reproducidas, a su vez, por e! diario El País de Montevideo, el jueves 18 de noviembre de 1976. “Perfilé de¿de el comienzo mi sistema, bai ' sado en un serio estudio anatómico y fisiológico, con un enfoque ha ¡ cia la síntesis de las cosas. Desde entonces no ha variado su esencia: consiste en una toma de conciencia del cuerpo, con proyección en ei espacio y en el tiempo. Es fundamental sentir lá relación cuerpoespa cio y J a otra rela ció n, cuerpotiempo, con perfecta^daridad. Esto es imposible sin una evolución corporal. El hombre común sólo siente su cuerpo cuaudo se mueve. El hombre sensible en cambio siente.y sabe qu e1mueve^su cuerpo. Esa es la diferencia. El cerebro es fundamental: a nadie le ha hecho mal utilizar el cerebro inteligentemente. Hay que. loerar que e! cuerpo piense. Es muy importante la energía, pero no sólo como motor: lo. fundamental es tener la idea de esa energía”. Ella fue mi segunda maestra. Fui su discípula dura nte cuatro años, también sin interrupción y sin fatigas. Este período fue muy intenso para mí. Tomaba a veces hasta tres clases por día, pero también temamos períodos de convivencia en los que, estuviéramos en la cocina o caminando por los pinares de Maldonado, Inx seguía siendo la maestra. A su tiempo llegué a dar clases en su instituto. Un día mientras arregla ba unas cortinas en la biblioteca me dijo: “Niña, ahora es tu cam ino ,..’1. Fue ia segunda tregua, que m e perm itiría, pocos meses des pués, iniciar un viaje con mi esposo, qu e dura ría casi un año. Com enzó en el Perú. Allí se me dio la oportunidad de tener el primero de dos encuentros inesperados y de absoluta importancia. Era la mitad del año 1969. Fuimos inv itados por la Casa de |a Culturare Arequipa para desarrollar nuestras actividades artísticas y docentes. Al dar mi primera clase, una participante del seminario me di jo : “Usted tiene que conocer a Frau ...” (lam entablem ente, no recuerdo su nombre). “Ella nos enseña a movernos de una manera semejante a como lo hace usted. Algunas veces nos invita al zoo y nos muestra
cómo se comporian los animales: nos pide que miremos sus movimientos, nos habla de las relaciones entre los de ellos y los nuestros”. Así encontré a Frau .... una anciana alemana que había llegado a América del Sur antes de que terminara la segunda guerra. No supe si era victima o simplemente opositora, pero pude ver en ella io que era el destierro. Visité a esta dama en el Hospital Municipal de Arequipa, Se encontraba internada en una sala general y ¡as demás camas esta ban ocupad as por esos rostros cobrizos Henos de sol y viento, quietos, casi sin tiempo, de la gente del lugar. Ella era la única blanca;' Me es peraba en su cama peinada y maquillada como en los años 20; maravillosamente bella, impecable, omitiendo completamente la situación de pobreza en la que se encontraba. Nos recibió feliz, con una sonrisa generosa. Emanaba de ella una gran armonía, mucha fuerza. No me atrevía a preguntarle nada. A su requerimiento le conté mi formación, mencioné el nombre de Bayerthal deseando que la conociera, pero me dijo que no (ella tendría unos quince años más que Inx). Me escucha ba con su m a atención, concluimos en que el trabajo: era muy semejante y los orígenes comunes. Me pidió que caminara un poco, quería verme, que le mostrara mis pies y luego mis manos. Su energía era muy fuerte y siempre sonreía como si la visita fuera algo extraordinario. Ambas sabíamos que no volveríamos a vernos; nos tomamos fuertemente de las manos y reunimos nuestras miradas celebrando ha bernos conoc ido. Mi segundo encuentro se produjo en París en el año 197iX_Coii¡ací a madame Van Ven.a.través de un colega bailarín que me habló de ella luego de ver un espectáculo mío y de hablar mucho sobre la danza, el movim iento, etcétera. Madame Van Ven era una anciana belga, también pobre pero de buena saiud. Vivía en ei XIII Barrio de París, en lo que había sido un granero allá por ei año 1700. El piso era de ladrillo o algo parecido: el techo de chapas y vidrio; el espacio era inmenso, el frío también. Madame tendría unos 75 años, era muy bella, esbelta, de movimientos ágiles y rápidos y, a la vez, pausados. Su cuerpo tenía una especial levedad, se desplazaba por ese piso con movimientos fugaces. Nuestra conversación se parecía a la que mantuve en Arequipa con Frau ..., coincidimos en los principios y los caminos para ios objetivos que en ellas eran diferentes y en mí se harían con el tiempo. Madame Van Ven enseñaba la danza del zodíaco o danza cósmica.
Pendía del centro de ese ex granero un inmenso octágono tridimensional realizado en escala humana. Para ias clases era descendido hasta el nivel del piso, para enseñar la interpretación y el conocimiento de esa danza tan particular que ella me explicaba. La técnica tenía como base el caminar, con un tipo de paso que se acom pañaba ritmado desde la respiración. Ésta intervenía directamente en ei andar. Luego se componía de tomar diversas posiciones en las que eila describía la ubicación de las casas zodiacales. Los desplazamientos teman un desarrollo circular; se llegaba a componer el octágono en relación con el cosmos. Esta danza estaba sustentada desde lo filosófico y lo esotéri cp. Pasé unas dos horas con ella, escuchando, observando su paso, sus movimientos para la danza, para la cual usaba el canto gregoriano con tóda su complejidad. También quiso que yo intentara hacer el paso. No fue fácil. Vivía en ese lugar rodeada de fotos amarillentas en las paredes y libros. Había un lugar para dormir, unos sillones para recibir, un calentador para hacer su comida, todo viejo, polvoriento, donde se nota ba su historia. Al prepararme para partir, rápida tomó una bolsa y dijo que nos acompañaría porque iba a hacer sus compras. En la puerta nos saludamos; ella se fue hacia el otro extremo de la calle, yo me quedé en su puerta mirando su paso, su espalda, las ondulaciones, su cabello blanco peinado con rodete. Tampoco volveríamos a vernos. Frau ... de Arequipa relacionaba su trabajo corporal con la naturaleza: viento, animales, agua, plantas. Madame Van Ven con la danza y su relación con el cosmos. Ambas ancianas estaban solas y sin dinero pero no pobres. Ambas ancianasposeían el don de haber llegado. Ahora me encuentro escribiendo sobre nuestros cuerpos, su estado, su medio y algunas de sus circunstancias. Hace más de treinta años que trabajo en esta área, pero hará unos 24 que investigo. El paso del tiempo amasó un trabajo que contiene lo aprendido con Marta, con Irix y la continuidad de mi trabajo personal, ei estudio y la observación. Es desde esta disciplina buscada, hallada, pracucada que tam bién transito i a cre ación artística: la da nza hasta el año 1980, ei teatro hasta la actualidad. L a enseñanza y mi labor artística se potencian pero son ab solutamente paralelas e independientes.
Me gusta enseñar, no dar clases. Lo que enseño es lo que sé. Siem pre ha pasado antes por mí. Es la form a de mantener la enseñanza vi va. En el encuentro con el alumno vuelvo a tener otra experiencia, la del retomo. Así, juntos, construimos el crecimiento mutuo. ! Mi trabajo no tiene nombre; lijo. Eslá en continua mutación. La denominación actual más próxima sería Logoquinesis (conocimiento del m ovimiento). No me parecería mal que se lo reconociera desde este; concepto. El conocimiento no tiene fin. el movimiento, así visto, no se! limita al cuerpo humano sino que se extiende a todo y a todas las formas vivas, reconociendo parentescos y similitudes, concordancias que en definitiva permitirán nuestro enriquecimiento.
HACIENDO ORDEN
HACIENDO ORDEN
Para conocer hay que aquietarse, desprenderse de toda tensión, y ¡permitir que el sistema nervioso actúe enviando los estímulos necesarios para producir el movimiento; así la energía producida durante este proceso podrá fluir libremente sin bloqueos. La gran mayoría de los seres humanos se encuentran ante grandes inconvenientes concernientes al cuerpo. Su estado corporal, el uso ;qüe hacen de él, la falta de conocimiento de sí mismos, la dificultad que todos tenemos para vernos, comprendemos, aceptar las necesidadesrealidades corporales que producen los bloqueos que tan común ¡mente observo, resultado, en parte, de movimientos aprendidos, imita idos. heredados, etc. Poseemos toda una gama de movimientos condicionados que no nos son propios, pero lo ignoramos. Es necesario descubrir el gesto y el tiempo propios. El hombre es naturalmente un ser expresivo; cuando esa cualidad ;de su unidad no funciona, se produce un desequilibrio, o sea, la ruptura de su unidad. La naturaleza actúa siempre en nosotros, pero hay |que saber que existen tiempos de no hacer nada, de dejar hacer y lempos de hacer. La naturaleza desarrolla al hombre hasta el punto en que él pueda ■según su capacidad de selección y elección continuar con su proceso ;o frustrarlo. Es ía alternativa o la encrucijada que se presenta ante la ¡posibilidad de evolucionar o involucionar. El planteo que se hace en este trabajo contiene el objetivo de evolución de esta “unidad hombre”. El maestro es como un sembrador, ¡instrumenta los elementos desde afuera con total objetividad para lo ¡grarlo; luego el sem brador será uno mismo; adviene la independencia, lia selección propia.
Vivirnos imponiendo la mente sobre el cuerpo', ya sea con fantasías materiales, eróticas o espirituales, las que, al ser proyectas, ya las estamos exigiendo ai sistema nervioso y no cesarán hasta su realización o frustración. Éxito o fraca so que el cuerpo debió vivir. Esa energía l'ue producida, elaborada y, posiblemente desperdiciada, abonada. Muchas veces los alumnos hablan del agotamiento corporal. Esto rio es otra cosa que la acción de ia mente como preeminencia sobre el cuerpo, d abuso del sistem a nervioso, ia pérdida de energía, el desconocimiento del funcionamiento (fisiología) del cuerpo, de su acción y reposo, de su procesos, sus ritmos, sus tiempos, su dinámica. Al cuerpo se io vive en sus límites. no en sus contenidos. □ En sus bordes, no en o desde su interior. □ En su reacción, no en su reflexión. ü En su figura, no en su estructura (o desdo). La crisis corporal es tan grave (encama el estado del ser humano) que ha generado' toda una legión de soluciones, métodos, técnicas, entrenamientos sobre los que vale la pena detenerse un poco para enterarse de qué se trata. No es cuestión de tratar de salir de manipulaciones, maltratos de trabajo, de vida, para iágresar en otros con moñilo de regalo. Tengamos en cuenta que somos un cuerpo en el espacio sobre otro cuerpo t ierra, tam bién en el espacio, y ambos en movimiento.
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Dib ujo de una alumna de 9 años.
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Kslo es lo primero, lo esencial; es necesario saberlo y también sa ber que convivimos con ese gran espacio, por ejem plo, con la iunael sollas estrellas. Kstos son los cuerpos celestes que me mostraron de chica y que empezaron a ciarme dimensión. Son, por lo tamo, para mitán importantes y suficientes como para no arrendarme el espacio total. Estamos tan confundidos... Nos sentimos demasiado únicos. Somos únicos desde nuestra individualidad pero existen semejantes y existe el bien común. Le damos demasiada importancia al nombre y al apellido, cara, profesión, función social, ignoramos también ei tiem po, lo cual es totalm ente contradictorio porque se vive pendiente del tiempo, pero del tiempo menor, tiempo miserable y verdugo; se vive para y de sd e ese tiempo que nos sustrae del presente sustrayéndonos del tiempo mayor, del tiempo de vida. Vivimos sin conciencia de ti ni tud. aplicando el concepto del mañana, el después: “cuando sea tal o cual’*, “cuando tenga”, “cuando compre’'. Vivimos proyectándonos en el futuro y esto no existe, aún no existe. Lo que sí existe y esrá ocurriendo es el aqu í y el ahora. Pero el aquí y el ahora que veo es un manojo de nervios contenidos que piden con su mirada una salida. Ni siquiera se recurre al alivio del llanto o de la risa, el grito o el suspiro, manifestaciones éstas que tienen ei mismo valor desde la necesidad emotiva y que son muy diferentes a los endiablados sonidos ..sin. resolución que se producen cuando una persona e.xpíota (como suele decirse) a veces, a causa de la tan mentada culpa: coletazo infantil que retrasa la vida. Lo que existe es ignora r causas y efectos. □ ignorancia culpa □ c onocim iento = libre albedrío. Andar por la tierra sin “agarrarse” cumpliendo con el vivir, dejar de hacer tanta cuestión, comenzaría escucharnos, no a exglicarno.s. i Aprender a ubicamos sería muy bueno! Somos un cuerpo sobre otro cuerpo (tierra), que tiene su forma, su eje, su gravitación, su ritmo, sus ritmos, sus fuerzas. Nuestra relación es directa la dependencia también y pude sentirlo durante un movimiento sísmico de seis grados en Perú: el ejemplo sirve. ¿Tenemos concien cia de esta convivencia? Tam bién nosotros tenemo s un eje y estam os sujetos a las leyes físicas de los cuerpo s; por lo tanto lógica consecuencia debemos reía-
d o n a m o s con el cuerpo de nuestro planeta. Casi no conocemos núes ira forma, y mucho menos nuestra ¿strucmra. No somos enseñados eonceptualmeníe. sólo instruidos para vernos en esa relación dinámica. donde confluyen tiempos biológicos, tiempos cósmicos con el dramático tiempo existencia!: ¿desde dónde y hacia dónde? ¿desde cuándo y hasta cuándo? Vivimos sin proyectarnos, sin sentir ese gran espacio ; casi no se mira hacia arriba ni a ios costados, ni hacia atrás. Lamentablemente vivimos dentro del cuerpo cerrado, encerrándolo dentro de sus límites formales. Encofrado. Trataré, con ei desarrollo de este libro, de que podam os acercarnos a la corhprensión de estas formulaciones y a los intercambios que se.producen como consecuencia; aproximarnos ai concepto de placer y goce reconociendo, propiedades y facultades naturales de las que hemos sido dotados. Sentir nuestro cuerpo como un a creación maravillosa cuyo misterio excita nuestro acontecer.
PAISAJES HUMANOS
PAISAJES HUMANOS
Observo con especial interés la aceptación de técnicas y disciplinas de movimiento de origen oriental, que quizá pienso a veces pueden ser lomadas como una puerta de acceso a ese conocimiento milenario, patrimonio, por otro lado, de toda la humanidad, y presente en el conocimiento actual del hombre por lógica migración, por transmisión. comunicación de esos bienaventurados chasquis que, batallando con sus condicionamientos, pasaron años localizando monasterios o lugares de aprendizaje, permaneciendo y asimilándose, con todo io que ello implica, al lugar y a la gente para luego retornar a Occidente con ese conocimiento y transmitirlo desde allí para que se mezcle, se amase. “mute”. como siempre ocurre y ha ocurrido. En este laberinto hacia atrás, hacia el origen del conocimiento, no es tan difícil reconocer el camino, pero sí lo es la salida. Las técnicas confluyen; reconozco en nuestros ejercicios y planteos ese silencio de siglos, esa inmutabilidad del cerebro humano hacía el camino de su perfección. Mi “especial interés” reside en la pre ocupació n que m e causa la ortodoxia de las técnicas orientales puestas aquí, en este lugar y en esta época, eso ya no es la presencia de orígenes, es perm anecer en un conocimiento remoto y ajeno. Nuestra cabeza occidental, y más p re cisamente aquí en América latina, tiene otros condicionamientos o hábitos que hay que conocer, reconocer. reconocernos. Este planteo; aunque violente, es necesario para nuestro equilibrio. Desde ei más pequeño acto estamos poniéndonos de manifiesto. Quien tiene ascendencia europea tiene una respuesta, y quien tiene dos, tres o más generaciones americanas tiene la suya. Estas respuestas están en sus genes, en su sangre, en sus huesos, en sus músculos, su piel, su mirada. Sus emociones no son iguales. Las he registrado a lo largo de todos mis años de enseñanza, en lugares diversos. Por eso me cuestiono la práctica de técnicas tan repito ajenas,
con movimientos tan complejos, posiciones difíciles, códigos establecidos como una forma completa de Tai Clii Chuan o alguna asana de Yoga. No cuestiono que el hombre sea el mismo en todo el planeta, pero digo que no es igual. Técnicas o como se las llame surgidas en tan lejanas geografías... ¿y por qué haré referencia a la geografía? Porque las condiciones del lugar hacen al cuerpo, le dan sus características: igual que una planta que crece en la sierra o en la pampa o en la maceta del balcón recibiendo miles y miles de partículas de smog como lluvia diaria. Puede ser la misma especie, pero las condiciones le crean necesidades distintas. Esto es lo que hay que estudiar y saber: cuáles son nuestras necesidades como habitantes del planeta Tierra^ pertenecientes á un área llamada Occidente y a otra área llamada América y a otra a su vez llamada América del Sur, con todo el peso, además, de una cultura ignoradanegada., como tantas que han sido borradas por las sucesivas conquistas a lo largo de la historia de la humanidad. En ese viaje que hicimos por el Perú, hallándonos en Pisak, pudim os ver aun hombre anciano subiendo por la montaña con un ritmo propio, totalmente conectado con su entorno, abstraído totalmente, tocando su quena. Tuvimos la oportunidad, como nunca antes, de ver a un hombre en armonía en equilibrio. Una sencilla visión de unidad en el tiempo y en el espacio sobre la tierra. Subir una montaña para nosotros es toda una empresa, y tocando la quena ¡ni me imagino! La gente de allí, de esos lugares tan altos, está preparada físicamente: su corazón es de mayor tamaño ¿la función hace al órgano?... En otra oportunidad, durante el año 1973, pasé un descansó en la pro vincia de Córdoba. Allí conocí a un profesor, quien me con fe só orgulloso sus 80 años. Mientras aceptando su invitación realizábamos una caminata serrana, en un momento me aconsejó sabiamente: “Sí quiere disfrutar del paseo, mejor no hablemos, porque nos va a faltar el aliento. La montaña no es nuestro medio habitual, ahorremos aire”. Mientras escribo se me produce una reactivación de la memoria, no recuerdos; aparecen estas ‘‘pequeñas historias” que han actuado tanto en mí y lo siguen haciendo. Sin dudar las cuento a lo largo de todo este libro. Son presencias que sostienen mi intención de “desenmarañar la cabeza” para la aceptación de la sencillez de conectar el cuerpo en sí mismo y su medio. Cuando se llega a caminar con todo el cuerpo, disponiendo de él, se puede decir que el hombre no necesita hacer nada más. La gimnasta es la consecuencia de no usar ei cuerpo.
Saquemos nuestro cuerpo tic! cuarto de los cachivaches. Tengamos atému vigilancia sobre su función, con afecto ame su desconocimiento; sin olvidarnos de que nos pertenece, de que somos nuestro cuerpo. ; hinucnüo cuando la gente dice '“no me gusta hacer gimnasia’. i Pongámonos a razonar. Además de todas las exigencias de la vida para ¡as que "ponemos" el cuerpo ¿qué ganas se podrá tener de hacer cincuenta abdominales, treinta flexiones, etc.7 Sobre, encima, presionando unos intestinos ocupados, atascados, o un hígado inflamado o unps ovarios en iguales condiciones, donde la columna vertebral, con ignorancia total de su valor, es vapuleada en diversas direcciones con las consecuencias que corresponden. Además, "tener” que contagiarse,: "te n e r que tener un espíritu deportivo, sim pático, que reina en esás actividades: sobreencima presionando la angustia, la insatisfacción, la impotencia de varias cosas sin resolver que circulan por la ca beza. Otra área importante es la de la actividad deportiva: la com plejidad es mayúscula. He ayudado a arreglar cinturas, hombros, rodillas. El iamateurismo no hace excepciones. Hay muchos a quienes cuesta entender ia necesidad de una previa preparación. Tampoco los profesionales escapan a situaciones difíciles. ¡También son motivo de mi observación especial las teorías psicote ruf!)éuUcus relacionadas con eí cuerpo.. Varios son los castigos interpretativos a los que desde el racionalismo teórico ha sido sometido el comportamiento corporal. Afortunadamente, cada día son más los tera peüias qu e atienden a la necesidad de tran sitar el trabajo corporal, existiendo así la convivencia interdisciplinaria, que es lo más indicado. ;Detengámonos a reflexionar un poco sobre ios novedosos asedios corporales mediante propuestas maratónicas en las que el cuerpo es duramente exigido con la complicidad de imparables ritmos musicales o aparatos cada vez más sofisticados o dietas alimenticias que mane jan'valo res calóricos, vitamínicos y proteicos con toral holgura y dudosa idoneidad. El maíz primero fue importado de América, luego industrializado y transformado, por ejemplo, en pequeñas hojuelas o co pos muy dulces, muy transpare ntes y muy crocante s, pero que no reemplazan la importancia alimenticia de un tierno choclo hervido o de! una nutritiva y nada engordante mazamorra. Sabido es el valor del maíz en sus diversas formas, así como el de la papa, ía avena, la cebada' la miel, pero eso es otro tema. Esas seductoras propuestas son otro bien presentado y digitado ar
lículo de consumo que bien puede no ser el milagro prometidovendido sino un nuevo fracaso. ¿Por qué tanto maltrato? Un cuerpo que funciona en su totalidad no guarda nada, no tiene excesos. Los “rollos" no son reservas; son una carga que no se pudo entregar. Observen dónde están estos paquetes adiposos; registren prolijamente su cuerpo y verán que los' encuentran en zonas muertas, zonas musculares sepultadas, donde la energía muscular no circula. Lo doloroso de estas experiencias fallidas es que alejan a la persona del camino para redescubrir su cuerpo, cuidarlo, sanarlo, gozar de él. disponer la relación con los otros cuerpos. Sin necesidad de hacer demasiados explicaciones diré, por último, que la indumentaria no está concebida amorosamente en función del cuerpo, sino que lo ha sojuzgado poniéndolo totalmente a su servicio. La ignorancia que conlleva este sistemático avasallamiento ha conseguido entre muchas otras cosas que la prenda exponga al cuerpo a temperaturas inadecuadas. La ropa es considerada más que un cuello acortado por las tensiones o'un hombro bloqueado por falta de movimiento, o una esco liosis que modifica la postura natural. La ropa sirve para ocultar defectos que podrían corregirse; es más. el mercado de la indumentaria ha estudiado las necesidades para “crear figuras’' inventando elementos como las famosas hombreras. Tuve una alumna de baja; estatura pero de bellas proporciones qu& durante el tiempo que tomó:mis clases “no pudo” sacarse esos terri bles apósitos laterales que la dominaban. Por supuesto, abandonó mis clases. Estas decisiones son tomadas por el alumno cuando comprende el compromiso que implica comenzar a ser uno mismo. Hay personas que insisten en man tener sus de bilidades o en lograr resultados in mediatos. Nunca trato de convencerlos o de atraerlos; me cansaría a ntes. Esto que enseño es lento, y el tiempo se ocupa de hablar por mí.
EMPEZANDO LA TAREA
'EMPEZANDO LA TAREA
Poco a poco ios alumnos van llegando. Algunos vienen por un la miliar, otros por amigos que a su vez vinieron po r otro amigo, éste por otro y así sucesivam ente. Ésta es la forma. La tarea mi tarea, nuestra tarea es. digamos, pretenciosa: requiere ciertas condiciones para no ahogar el aprendizaje: la_paciencia (paz ciencia). el silencio, el humor, la disposición, más algunas otras, irán, don el tiempo, conformando la actitud de trab ajo que lejos de ser una Exigencia es la llave que permite abrir los cajones. El arm ario está lleno de lienzos hay incluso rayos de luna que puedo desdoblar. André Bretón. Le revolver aux cheveux blanc. p. 110.
liOGOQUINESIS El punto de partida en esta disciplina es la relajación que constituye asimismo la base para establecer el darrecibír, recibir^dar, ese vínculo de confiada correspondencia.con el alumno donde se me permite ingresar por umbrales muy personales; sin ruido, casi en puntas de pie, teniendo el cuidado de no profanar, ingre sa r en el conocimiento dél cuerpo de otro, con el otro, ayudándolo para que esté vigilante, atento, yendo con el otro unidos por ia sola necesidad de ser , de vivir . tanteando intuitivamente ei borde de sus huesos, sus formas, vistiéndose cada uno de ellos con ia tibieza de sus músculos, a los que defi nen en formajamañofunción. I La relajación es un elemento de trabajo. Paulatinamente, a medida que se va logrando, a med ida que se va instalando en el acontecer cor-
poral, perm ite la capacid ad de “poder neutralizarse"; el cuerpo tom a su tensión y ritmo natural, el corazón su ritmo, al que llamo latido bá sico. íluyenre y sostenedor de ritmos inesperados que lo pueden alterar. como miedo, íatiga, emociones varias. Rste latido básico actúa como tonificador del sistema nervioso y despertador de la actividad neuromuscular. I a relajación se instrum enta: Para estudio y ubicación
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□ □ □ a a
de la estructura ósea; de las articulaciones; de los músculos e inserciones, de ios contenidos; de la respiración;
de la disociación; □ de los sentidos y sú unificación: sentido común. b. Com o principio activo del movimiento (luego consciente). c. Como auxiliar terapéutico. La práctica de la relajación es. entonces, la base del aprendizaje, ei soporte para la disposición y la apertura corporal. Los elementos organizadore s son: □ □ □ □
esquema de estructura corporal; puntos de apoyo; respiración; silencio.
La relajación posee varias formas de ser instrumentada; desde los recorridos sensibles, los recorridos anatómicos, la gravedad, la respiración, etc. Personalmente, en muy contadas ocasiones utilizo imágenes. Los espejos y las imágenes no son buenos aliados. Generan condicionamientos.
Me dejo guiar por el objetivo y el nivel del grupo.
La forma básica es en posición horizontal, .sobre ei piso, boca arriba. La5 siguientes serán boca abajo, sobre costado izquierdo o cerecho y posiciones derivadas de éstas, i a posición que requiere mayor estudio y práctica es la vertical (parado); se verá más adelante con el tema ejes. El aprendizaje de ia relajación és lento; debe ser lento. Es la situación en la que uno se encuentra; en y con su totalidad; su cuerpo y su estado. Se está sobre ei piso sin hacer nada o. mejor dicho, nada más que observar, sentir, intuir, conocer la situación pautada desde una técnica conducida verbalmente: acompañada y contenida a partir del más mínimo movimiento inconsciente o involuntario que recibo como señal de lo que está ocurriendo dentro de cada alumno en ese momento. Señales son, por ejemplo, los ojos que siguen sin parar debajo de los párpados, ios inquietos dedos de los pies o de las manos tamborileando furtivamente contra el piso para llenar el vacío, el siiencio. Prácticamente casi nunca estamos sin ‘‘hacer nada”; conocemos poco del “dejarse ser” o del "acontecer natural”, casi no podemos estar sin hacer nada. En diversas ocasiones sociales puedo podemos ver cómo actúa la situación. Incita a movimientos de brazos que se cruzan, manos que toman mecánicamente un vaso, un cigarrillo, el borde de la mesa o se buscan por detrás, se trotan por delante, o se meten y entierran en ios bols il lo s/'1Ya sea de sapareciendo en ese fondo o agarrándose a algo, las manos no descansan con tal de sostenerse, apoyarse, tenerse, contenerse. Lo natural sería dejar los brazos pendiendo y pendientes colgando desde el cuello como lianas, abandonados sobre las piernas, indolentemente sobre ia mesa, morosos, suaves, largos; esperando sin esperar, permitiendo el reposo, “los reposos” que se toma el cuerpo en su ritmo vital, sin interferencias. ¡Cuánto cuesta no canalizar desde la tensión! Impulsados por ella, algunos:alumnos nuevos trasladan estos hábitos a la sala de cíase, acusando la violencia de estar de cuerpo entero y sin muletas. Aparecen así ias toses, sorpresivas picazones con las correspondientes “rascadas”, coqueteos en la cara, etc. Tuve una alumna que, no sé de dónde, pero siempre se conseguía un hilito quizá de ia media o de la manta y lo mantenía nerviosamente entre (I) Hueco en un traje u otra prenda para guardar algo, ¿ia mano?
sus dedos. Lo enrollaba y desenrollaba innumerables veces. Al terminar la clase, marchadas ya ias alumnas. siempre me encontraba recociendo los restos del hilo de A ria dn a.: L1 asunto de tenerse paciencia durante el proceso de relajación muscular lo destaco preferentemente. Tomo en consideración que ese tiempo de ciase ‘'es" para eiios un momento elegido, no obligado, y dispongo de toda mi paciencia para desplegar en el grupo y con cada uno. teniendo en cuenta que es la misma persona quien no se tiene paciencia. Hs su propio verdugo, La relajación muscular es un insíai mentó para desterrar la impaciencia: ese estado de continuo requerimiento en el que es muy difícil desarrollar cualquier aprendizaje. Cuando uno fundamenta ia vida su vida, por ejemplo, sobre la base del éxito . luego existe ei doior. Pero si uno fundamenta su vida la vida sobre la base de^la evolución, lo que ocurre, ocurre, y sirve para tal objetivo, dando ta perspectiva necesaria pura la reflexión. Lamentablemente, es frecuente comprobar el deseo de complacencia. de halago, que se necesita para vivir, no importando el precio en tanto alimente ese tipo de deseo egoístanarcisistadecadente'infantil onquistando la debilidad e inseguridad de este ''negador" de la realidad. imprimiendo en su sistema nervioso iodo ese esfuerzo. También mi trabajo está en la lectura del vestido muscular , donde la gratificación por el éxito es sólo un ejemplo, hay otros. Varías son las veladuras psicológicas que desvían ia conciencia personal tampoco nada fáciles que debo descubrir en clase. Deseo, a través de este acercamiento teórico, dar la oportunidad de "poner al tantor'. Éste no es un libro de recetas mágicas, quisiera que fuera como un dedo en el ojo.
(2) Ariadna; personaje de !a mitología griega, hija de Minos que ¡e dio a Teseo el hilo con el cual pudo salir del laberinto.
LA RESURRECCIÓN DE LÁZARO
LA RESURRECCIÓN DE LÁZARO
Empecé a abrir la espalda, las axilas, en una respiración que se am pliaba luminosa y me descendía a la tierra donde quedaba deposita do un cansancio casi ancestral. Cansancio, cuerpo cerrado, cuerpo abierto y salió la palabra "mie do'' y su opuesto con todo un camino de autoobservación entre me dio... Con movimientos que me parecían como latigazos energéticos empecé a bajar desde las ce trícales a lo largo de la columna, soltan do, soltando, abriendo, abriendo.. ¡Una,maravillosa sensación! Re gresé a mi casa pensando, con la espalda alerta. Me duché con gran lavada de cabeza. Tuve muchas ganas de llorar... (Comentario textual de una alumna durante el curso de verano en Cruz Chica. Córdoba. 1993.)
“Desatadle y dejadle ir...’*1 Tales palabras son para el ligado cuerpo de Lázaro muerto y resu rrecto. Somos Lázaros. Estamos sepultados debajo de planos musculares que como bloques semejan las piedras del sepulcro y nos impiden el movimiento, la entrada del aire y la vida. Esta no es una referencia anecdótica, es para mí el paralelo más patético que existe en relación con el estado del cuerpo humano. La palabra es transmisora, es convocadora, es apaciguante. Energiza, remueve, revive y despierta. Ese modulado sonido significante y con significado produce en el cuerpo del otro la resonancia que lo ayuda a animarse . a abrir sus fibras musculares,: sus pliegues, alargándose y estirándose como ios moluscos en el mar, como los pájaros en el espacio,
ü ) La Santa Biblia: Cap. 11, pág. 105, “El Santo evangelio según San Juan”, Socie dad Bíblica, Madrid, ByE (versión de Cipriano de Vareta)
co m o ei lomo dei ciervo, c om o el cuerpo de los felinos o co mo ia o n dú lam e serpiente.
La palabra es mi herramienta de trabajo en las ciases, es la que toma vida propia y desencadena en el grupo el clyua de la irremplazable tradición oral. Pasamos buenos ratos devanando los misterios del conocimiento corporal. La palabra repercute en la profundidad de cada uno. promueve la integración del grupo e. incluso, que algún inquieto llegue a comprender que "ese’' estar sin moverse no significa estar sin trabajar. Lstar acostados sobre el piso, sintiendo la tierra como base dejándose atraer por la fuerza de gravedad, hace que empiece el desprendimiento inicial, el primer alejamiento de lo que llamo ‘‘madrigueras’', '‘cuchas", "cuevas”, refiriéndome a las zonas articulares. Los ligamentos cordones fibrosos que ligan ios huesos, debido a ias tensiones y al sedemarismo. van transformando la elasticidad de sus fibras en verdaderas ataduras... verdaderos nudos que reducen el espacio articular.'"Pierde así cada miembro su independencia o movimiento individual para quedar "as ociado’’ al inmediato y actuar en bloque. D esatar. entonces, abrir zonas aniculares para que los ligamentos puedan unir, conectar huesos, transmitir el movimiento que produce lá acción muscular. Cuando uno apneia o cierra ias articulaciones está encarcelando los músculos que están dispuestos entre ellas; atando esos extremos se ios confina a una función impotente. Podemos reconocer esta referencia en algunos ejemplos: hombros encogidos encerrando el cuello, axilas pegadas al tronco, pies y manos crispados, una pierna enroscada en la otra. Obsérvense y observen para tomar conciencia de estas tensiones que nos aran. No es difícil. Cuando lo noten, aflójense inmediatamente y verán qué placer íes dará sentir "ios lulos sueltos’'. Un monie sudafricano, hace muchos años, me enseñó io mismo a su manera: "Cuando tengas las manos cerradas, verás que es porque estás con problemas, solíalas y empezá a cantar: la vida es un teatro, la vida es un teatro’'. Muchas veces lo cuento. En general, produce risa. A mí me encanta esta verdad tan simple. Empecemos, entonces a considerar "ese soltar", la relajación. técnicamente hablando, como un camino primero: luego las prácticas ayudarán al cuerpo en su autonomía y en la prescindeneia de tensiones exiras. Apretado desde adentro o desde afuera, con tensiones in-
ternas o externas, se produce la misma consecuencia: una madura de tensiones, hs un error impedir la expresión de un oslado interno cíe ángusüa. por ejemplo. Hagámoslo más sencillo: cuando se tienen pa ilas de llorar, hay que llorar, de lo contrario esio se transformara en una tensión interna, en una acumulación de energía sin salida, en un irse hacia los rincones corporales: pero si cedemos a esa descarga natural la habremos liberado. "El llanto alio ja", decía mi madre, pero también están las otras interpretaciones, las que considero verdaderos verdugos pues reprimen la manifestación emotiva. Veamos algunas de ellas, pues hay veces que suenan dentro de la ca beza como reflejo condicionado ante una circunstancia personal o ajena,
¡Estás llorando como una Magdalena! 4 Llora r no es de hombres... — No dem uestres que tenes gana s de llorar. 4 No des el brazo a torcer: no llores, tenes que s er más duro, Estás llorando como una mujer. — Estás llorando como un niño. 4 No llores que me pones nervioso i efecto dobla . ■V-
El subiexto sería “no llores que me vas a hacer llorar o gritar o ir oí., en fin... hacer lo que siento". Este impedimento hace que el hom bre. en lugar de responder naturalmente, reaccione. Presenciar el lian* tej de un niño es una buena experiencia, desde los sonidos que logra producir hasta el. a veces, inso portable vo lumen que alcanza y el tiempo que puede mantener ese estado. Es admirable cómo los chicos pueden parar abruptamen te de llorar y mirar de frente como cuestionando io que pasa, y también pasar deí llanto a la risa sin ningún pro blema. Con la risa, precisam ente, el prejuicio es menor, sin embargo, ja;risa no necesariam ente es siempre una expresión de felicidad, podemos reír frente a una catástrofe como así también podemos llorar 'rente a un nacimiento. La expresión de ia emoción no tiene estereoti pos que la lim iten,.pero hay que abrirle la puerta. ; En el aprendizaje de la relajación aparece, en un determinado momento. el punto de apoyo interior . Este punto de apoyo interior reúne
todas ¡as posibilidades. Es el núcleo de todas nuestras capacidades. Es la voluntad sin esftierzo. A pesar de la■existencia de su presencia no solemos actuar desde allí, Sin embargo, podemos ver que existe, des pués de que una persona ha descan sado,muc ho o ha queda do libre d e problemas su ele escuchárse le la siguiente expresión: "Hoy me siento capaz de lodo", ¿Desde dónde lo dice? Sin duda, desde un espacio lo suficientemente “amplio”.ó sereno queje permite ex-presarse. Tiene de dónde proyectarse. Todo acto o acción íiene un punto de partida. Si nos resulta difícil observar, saber desde dónde hacemos nuestra vida, tratemos de crear situaciones que nos ayuden. Reparemos otra vez en las expresiones populare^.nos son comunes y nos sirven.
— Tengo un nudo en la garganta. — Tengo el estóma go hecho un nudo. —■Estoy hecho un nudo. — Tengo las m anos atadas. — Ata do de pie s y manos.
No hay una “sola form a7’ de ayudarnos. Desatarnos es una de ellas. Trate deaflojar sus nudos sin ejercer violencia: insistas lentamente se irán deshaciendo hasia abrirse. “ Con los ejercicios para relajar los músculos de la cara (el de lle var el aliento en las manos) hicimos otros para la zona de la boca y la gargarita (el de sacar la lengua un par de veces emitiendo ciertos sonidos), y otros más. En el momento no pasó riada, pero al otro día me di cuenta de que algo pasaba en mi garganta. Era la sensación de que se me había desatado "un moñito (Com entario textual de una alum nad e ios cursos regulares del año 1989. en mi escuela de Cruz Chica.}
EL CUERPO, LA FORMA QUE HABITAMOS
D ib ujo de una alu mn o de 6 añ os a ra íz de una clas e
"cu erpo -forma
EL CUERPO, LA FORMA QUE HABITAMOS
El cuerpo como forma es una totalidad en el espacio y. como tal, puede expresarse, ser mirado y considerado por nosotros en toda su superficie. El priorizar su frente debilita el poder de la forma. No es lo mismo proyectarse desde un frente que desde todo el volumen. Podemos reflexionar que “el frente’' aparece cuando existen referentes fi jo!; y condiciona mientos, porque en la form a libre el adelante puede seir luego atrás; el abajo, arriba, y viceversa. Durante el año 1975 traté este tema con un grupo de niños, de entré seis y nueve años, que concurrían a mi escuela en la ciudad de La Plata. Les explicaba que nuestro cuerpo es una unidad apoyada sobre lajtierra y rodeada de espacio, con capacidad de desplazamientos en y ha;cia todas las direcciones. Me interesaba mucho desarrollar la comprensión de estos conceptos con ellos, porque la frontalidad condiciona totalmente el crecimiento y tiene derivaciones tales como ía excesiva importancia de la cara, pautándose así valoraciones que la separarán del todo significativo: uno. Intentaba, entonces, traer a un primer plano la comprensión de nuestra individualidad física y la importancia que esta comprensión tenía tiene en el desarrollo de ia identidad. Puse los árboles como ejemplo. Analizamos y buscamos las diferencias, remarcando la libertad de los pies. En mi experiencia con los niños se dan fácilmente los encuentros verbales, en un clima de múltiples imágenes que convergen en el universo mítico que resurge espontáneamente a través de los cuentos que haj:en entre todos. La convivencia con una enseñanza que opera en la imaginación creadora y en lo cotidiano produce en los niños el efecto consecuente. Verano de por medio, en el siguiente período de clases una mamá mé contó un episodio ocurrido durante las vacaciones en la gratificante naturaleza.
Una de. sus hijas le dijo: Mamá, tengo ganas de hacer pis. Bueno, andá atrás de ese árbol. Ella liie hacia el árbol y volvió. Encarando a su madre le dijo: Mamá... si el árbol no tiene atrás. Esta niña integraba ese grupo que mencioné y, afortunada mente* su mamá, otro grupo de adultos, de manera que pudo no sólo comprender el planteo de su hija sino incorporarlo también a su propia experiencia. Con este para mí alentador ejemplo, iniciaré el tema de la vertical. Así como para com enza r la práctica de la relajación la posición in dicada es la horizontal; la vertical es la que corresponde para abordar el estudio de nuestro cuerpo en el espacio, su percepción y proyección. Recordemos lo ya planteado: Un cuerpo sobre otro cuerpo, ambos en el espacio. H om bre tierra.
A través del siguiente esquema podremos entrar en este tema. Gráficamente veremos las cuatro posiciones básicas que permiten realizar ejercicios puntuales. Marcaré algunos ejercicios en cada posición para ejemplificar:
_ Q
Posición I: Relajación. Ejercicios de localización, fortificación, ere. Posición 2. Ejercicio de columna vertebral. Estudio de la forma. Posición 3: Ejercicio con relaciones espaciales. Posición 4: a) Estudio de los ejes del cuerpo. b) Estudio del caminar, otros desplazamientos a partir de esta posición. Las cuatro posiciones básicas contienen entre sí las múltiples posi bilidades* dinámicas de que dispo ne el; cuerpo humano. Ejes del cuerpo: El tratamiento de este tema no es fácil, el hecho de que constituya un valioso sustento teórico me alienta a desarrollarlo. Trataré de que sea lo menos arduo posible.
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F Gravedad
1. Eje vertical: Atraviesa todo el cuerpo desde la cabeza hacia los pies, po r la mitad del cuerpo. 2. Eje trans versa ! su pe rio r: Se ubica de hombro a hombro. 3. Eje transversal inferior: Aproximadamente, se ubica por debajo del ombligo y va de costado a costado pélvico. 4. Eje de la profundidad: Este eje confluye en el eje vertical y en el transversal inferior en un punto conceptualizado como el centro de movimiento del cuerpo.
El eje de ia profundidad contiene en sí mismo el eje que pertenece ai tiempo. Éstos son los ejes básicos, desde los cuales se hacen las proyecciones en todas las direcciones. También cada miembro, partiendo de este esquema de organización, tiene su eje desde donde se lo puede tra bajar en disociaciones. Ejem plo: la mano, o un dedo, toda la colu m na o sólo un sector de ella, pues cad a vértebra tiene sus propios ejes. Pe ro aceptemos esto sólo como pla nieo inform ativo de su existencia en este trabajo, dado que se trata de un estudio muy minucioso y, aunque pueda hacer toda una explicación teórica, no servirá de nada porque es imposible experimentarlo. Se necesita a la guía. El eje vertical es una convención virtual que luego de su explicación y comprensión nos permite ubicarnos sobre la tierra y ubicar desde el mismo el centro de gravedad que, en esta posición, cae como una plom ada éntre los dos p ies y entre el talón y la punta.
Jla plomada nos da la posibilidad de ubicar o reubicar el peso del cuerpo, de saber si nos apoyamos más sobre los talones o sobre los medias puntas, sobre los bordes internos o externos del pie. Esta detección es muy importante, es el indicio que nos conduce al reconocimiento de nuestra postura, en general afectada por sobrecargas de zonas!, que se dejan caer sobre otras. Por la acción de la gravedad esto repercute en los pies, que soportan como pueden esto que les "viene de arriba”. Lo correcto es apoyarse con el peso repartido en los tres puiito de apoyo del pie: centro del talón, extremos derecho e izquierdo de la media punta.
Esto se considera ía pauta inicial para tomar el eje vertical, cuidando que los dedos estén totalmente libres, sin presionar contra el piso; luego se irá disponiendo ei cuerpo desde allí hacia arriba edificándo lo , 0esde cada una de sus articulaciones, con los brazos pendiendo a los lados y ia cabeza emergiendo “de entre” los hombros, elongándo se hacia arriba, alargando sensiblemente toda la columna. Nuestro cueípo es estructuralmente simétrico, nos servimos de ello para comenzar a notar nuestros problemas.
Co n la asisten cia de i eje transversa ] sup erio r podem os darmos cuenta de sí tenemos un hombro más aito que el otro. Con la asistencia del eje transversal inferior podemos también darnos cuenta de si la pelvis está desplazada hacía arriba o hacia atrás, tea un costado más que en el otro... etc. Las observaciones son varias y complejas, los ejemplos nos ayudiasE a con siderar que realmente podemos “servirnos” de estos elementos.. El eje vertical es el que ocupa el mayor tiempo de estudio y o>í> servación. Para llegar a tomarlo nada extra hay que hacer con ía¡ musculatura, excepto atender* los glúteos mayores y los abdomímales, los que, en su ’antagonismo, intervienen directamente en la posición vertical. Una vez que hemos tomado.este eje, permanecemos cen: él, visualizando mentalmente su presencia. Se trata de tener la co*a ciencia de la estructura interna del cuerpo, es decir, del ordenamiento de la estructura ósea . Los músculos acuden hacia los huesos qpe retoman su lugar, desde donde estén y como estén. Es un retorne» »■: sus lugare s, a veces Con dolor, otras Con resistencias, otras con m a cho placer. Desde ese eje vertical ubicamos luego los otros ejjes men cionados, proyectándolos.
*
ATENDER: Tener en cuenta, cuidar de aigo, Con “atender" quiero indicar qoc esos músculos cumplan su función en esa posición. Esta palabra para nosotras siempre querrá decir: “hacer cumplir conscientemente”.
Proyecciones
l: Dentro de In fo rm a .
2: H asta ios extremos de la fo rm a con dinámica.
3. En la form a libre; en el tiempo-espacio.
Para proyectar el cuerpo en el espacio necesitamos conocerlo en sus límites, incorporar la posibilidad de su capacidad de proyección creciente y de disociación. Proyecciones en un solo miembro. Tomemos la mano. Se disocia sensiblemente la mano dei resto del cuerpo, se localiza, se reconoce su morfología, se visualizan sus ejes y, desde allí, su centro de gravedad. para llegar a su desarrollo dinámico. Este ejemplo podría corres ponder a una reha bilitación específica o a una rutina de digitación para músicos. La disociación es el medio que usamos para estudioob servacióntrabajo técnico desde ios ejes; es indispensable en todo lo relativo a la columna vertebral. Por supuesto que ios tiempos modifican la enseñanza. En la actualidad, lomar ei eje vertical permaneciendo por unahora o más en silencio y en la posición parada sólo lo instrumento con los grupos de especialización. mientras que en los grupos de principiantes se hace la experiencia a partir de los referentes externos: nariz, esternón, ombligo. pubis, centro entre ambos pies. ¿Qué quiero decir con esto? El maestro debe saber qué es lo que tiene que enseñar. Debe tener claro el objetivo. El cómo lo tendrá que ir creando con su conocimiento de las circunstancias. Hay veces en
que. por ejemplo, doy ejercidos que llevan a generar situaciones musculares que hacen que el eje los ejes em erjan como consecuencia. Digamos. pues, que uno puede ubicarse y también ser ubicado. Esro es parte de la técnica, hasta qu e naturalmente la estructura se organiza. Por lo general observo que las personas se instalan en sus cuerpos , no se ubican. Se instalan desde: □ lo adquirido; □ la imagen externa; □ la imagen que tienen de sí; □ la imagen que quieren de sí. □ la imagen que creen que la sociedad les imponen. ; Ubicarse en el cuerpo es desde lo que se “es” y desde lo que se "tiene” como posibilidades, tomando conciencia de la unidad y su ejnergía. Desde este planteo, tenemos la posibilidad de rever la forma su estructura y su funcionamiento con elementos virtualmente concretos, teóricamente válidos y con la asistencia del estudio de la anatomía y la fisiología. | Este asunto del eje a veces es tarea de años. A medida que el alumno ya sea en clase o en su búsqueda individual va conociendo el trabajo en sí mismo, este eje va apareciendo y con él lo que llamamos actitud de trabajo. Es algo así como la posición de partida o disposición corporal, i Por este tema transita toda la existe ncia de una persona. Desde el útero a la cuna, de la cuna al piso (gateos), del piso al espacio. El eje vertical es horizontal cuando estamos en la posición de acostados o cuando se divide en las posiciones intermedias. *
Es todo'un circuito dinámico donde los pulsos o impulsos vitales van dando al cuerpo sus posturas y sus características. La voz el sonido del cuerpo interviene fuertemente en él haciéndose deseo, pensamiento y palabra manifiesta e inteligente; el oído, grabando ininte rrupidamente; los ojos, imprimiendo imágenes modificadoras o no; la nariz, ventilando, abriendo, henchiendo espacios internos. Todo se hatee en conjunto. Por lo tanlo, tomarestarproyectarse en y desde el eje vertical es ordenar milimétricamente nuestro cuerpo', intuir, sentir, escuchar cacM pedacito; conocer para poder habitar en él. Nos comportamos como inquilinos, no como sus propietarios, y pagamos un precio muy a t o por su depredación.
HACIENDO EQUILIBRIO
HAC IENDO EQUILIBRIO
Toda nuestra liistoria personal, y más. está en nuestra piel. ojos. oídos, músculos, huesos, en el sistema nervioso... ¡Me tienta entrar en elucubraciones filosóficas, psicológicas, que darían mucho material, pero deseo que éste sea un libro simple, am plió; opto, enton ces, por ejem plos personales o de mis alumnos, cuyas experiencias hablan solas. ¡Hace siete años en mi escuela de Cruz Chica, un grupo trabajaba en un iejercicio al que llamo “ei qué me importa”, en el cual interviene la musculatura de todo e l cinturón escapular, m ovilizando la zona que rodea el cuello. Inusitadamente una alumna com enzó a llorar, cuanto más hacía el movimiento más lloraba; se mostraba confundida por ia aparición sorpresiva de esa emoción, pero no frenaba ese llanto que. por otrj} lado, era conmovedoramente silencioso y carente de tintes catártico^. Suavemente le sugerí: “Vaya a saber qué había allí guardado”. |A1 rato sus mejillas estaban bien coloraditas, no lloraba más y mi rabia a todo el grupo riéndose. ¡A uno le vienen cosas, “esas cosas”, y dejamos que vengan, que se mahifiesten. que nos agiten de pronto, en clase no se frena ni se consuela ni se. interpreta. Se respeta ei proceso que se ha iniciado y se crea el Ambiente propicio para que esto no se interrumpa manteniéndose cada .uno en su propio trabajo. Lo mío es dar las consignas, dar la teoría vivja del funcionamiento del cuerpo: mostrar, no demostrar. Lo mío es sab|er responder las dudas o las inquietudes de lo alumnos dentro de un marco de contención, o saber derivar a otro marco de contención en losicasos en los que fuera necesario. Todo con la mayor simpleza posi ble | y regado con buen humor. El humor siem pre es bien venido en mis clases. Ventila: Su ausencia no haría más serio mi trabajo; de a poco se !ue¡ metiendo en mi forma de enseñar. Si uno está ubicado descubre paulatinam ente todo lo que va conformando una profesión y paralela-
mente la vida; pone en operación io que ingrésa para que ¡a respuesta se produzca sin el temor de perder algo o mantener algo. Pero si. en caso contrario, se está instalado, el equilibrio peligra; es más sensible a las situaciones internas o externas que no pertenezcan a su modelo. Es sacado del lugar donde fue o se había colocado. Habitualmente se dice o se escucha: □ Quedó descolocado. □ Está tambaleando... □ Ya no la veo tan firme. □ Aguantó* pero al final... cayó. ¿Vivimos haciendo equilibrio? ¿Disponemos de cierto equilibrio? ¿Tenemos una organización en equilibrio? ¿Sabemos algo sobre nuestro equilibrio? El equilibrio corporal está dado cuando en todas y en cada una de sus panes las fuerzas contrarias operan en igualdad. Las proporciones de la forma cuerpo establecen pautas que en el espaciotiempo, más el manejo de la energía , producirán o no tal equilibrio. En el tema anterior los ejes tuvimos la oportunidad de apreciar cómo podemos organizar la estructura corporal y desde dónde, precisamente, se desarrolla la sensibilización de este verdadero conjunto de balancines que es nuestro cuerpo. Por ejemplo: levantar esta mano con la cual ahora estoy escribiendo es ya una pmeba. Mi brazo permanece relajado, pongo la energía en el centro de ella manteniendo; el lápiz entre ios dedos y recibo el peso en la muñeca; luego suelto la tensión y la mano reposa sobre la mesa. ¿Cuántas veces hago esto durante mi tarea ? Yo diría que muchas, tantas como la duda o la reflexión me hacen parar. Tener el concepto de equilibrio me guía para que, después de siete horas de escribir sin interrupción, no termine con el brazo dormido, o cansado, o la espalda dolorida. La forma más simple de evitarlo es desde la relajación, que me permite la conciencia de mi estructura en la posición en la que el trabajo m e pide para ubicarla desde el centro, dejando luego que los músculos sean ios que se ocupen de hacer las sumas y las restas hasta que se autosostenga en equilibrio. Otra posibilidad sería desde ei
diafragma como músculo organizador; el resto de la musculatura res ponderá. Sabido es que en cada inspiración y exhalación participa toda la unidad. La inspiración une y reúne, la exhalación l i b e r a venciendo toda contención. El estar ubicadorel ajado hace que la respiración sea rítmica, adaptando el cuerpo a su necesidad, impidiendo, por su función, depositar los miembros de cualquier manera. La respiración es una función diría sagrada del cuerpo; transporta la vida en el misterio de la sangre, a la que encausa y esparce por sus canales, transformándose, consecuentemente, en un principio organizador del equilibrio. Por lo tanto es necesario familiarizarse con sufunción; dejar que se haga sola, “amasando” con su movimiento las zonas de bloqueos musculares. Éstas son etapas en este trabajo, pero el lector, el bien venido recién llegado, puede comenzar a beneficiarse desde la siguiente consigna: La respiración organiza la unidad corporal. Dejemos que actúe. Todos sabemos cuál es nuestro ritmo propio, todos en algún momento nos hemos encontrado respirando tranquilos, con un ritmo sostenido y continuo. Tratar de tomar conciencia de ese ritmo básico como piso, dejando que se afirme, será nuestra referencia para normalizarlo en los estados alterados que producen desequilibrios, con bastante frecuencia, en lo personal y en lo relacional. Pero la respuesta será diferente si tenemos la asistencia de ciertos elementos con ios cuales podamos manejar las tormentas y ayudarnos ante las afecciones respiratorias que tanto perturban. Es posible que se logre poder recurrir a esa constante que nos dará el aliento necesario para reintegrar la armonía. Podríamos analogar el cuerpo con el esquema de familia. Cuando a uno de sus miembros le ocurre algo, toda ía familia lo siente, toda la familia está afectada, toda la familia está implicada. Esto trasciende las buenas o las malas relaciones porque siempre se acusa recibo, no importa de qué característica. Hasta la indiferencia conmueve el agua del estanque. Cuando el cuerpo sufre una operación, un accidente en miembros, órganos, zonas, lesiones emocionales o traumatismos psíquicos, etc., la unidad íntegra también lo siente, tam bién es afectada. Las con secuencias físicas son, por supuesto, inmediatamente evidentes y auxiliadas, pero con las emocionales, por ejemplo, no ocurre lo mismo. Considero esto como el punto más deli
eado dentro de mi tarea como maestra. Siempre que nos alejamos tíie lo concreto y representable acercándonos a io que se siente, intuyie, pasa, actúa, produce, provoca, afecta a veces modificando conductats debemos afinar la mirada y el oído, demorar ia palabra, crear la situación para que el alumno se encuentre en su problema y pueda sobre volarlo. Los problemas físicos o no no se resuelven en el mismo piano en que se producen; es necesario modificar su nive! para resolverlo. Este enunciado teórico encierra una chistosa trampa: el problema en sí mismo sigue existiendo; es uno el que cambia de nivel, no»¡el problem a. Allí es dond e uno puede verlo, y cuando uno pued e veirilo es que ha apañado de sí aquello que se lo impedía. Es recobrar la v i sión y la selección. Por io tanto, con una mezcla de pacienciaética uno en frenta situaciones no sóio difíciles sino a veces largamente ad unadas. Es recurrente ver cómo existen alumnos que lustran y frotan ;su problema. SaintExupéry lo refiere en su obra Cindadela con la figura del mendigo que mantiene sus llagas pues sin eilas no podría llamar la atención, despertar la lástima, ser mendigo. La producción de tensiones justificadas o no como consecuencia de imposiciones de la vida nos llevan a un estado difícil de resisüür. Varias son ías puertas que aparecen en la desesperación. Algunas; ¡no son las más sanas desde el concepto de salud ni las más indicadas díes de el concepto de evolución. Así, por ejemplo, como trabajo más. tumo más, como más, grito más. Por no dorm ir o por estar solo, po r la ambición o por el miedo recurro a drogas, consumo alcohol. Para poder rendir, tener, lograr, ahogo ia naturaleza que se manifiesta no siólo ante la agresión de las exigencias sino ahora también frente a estas soluciones para seguir tirando del carro. La propuesta es mejorar la calidad de vida: en lo orgánicoemooo naisocial. es necesario un reaprendizaje de vida, reincorporando los valores afectivos, la alimentación, no como dietas con sustentación! filosófica o comilonas de placer, sino como concepto de nutrientoe y productora de energía q ue generará la opción de □ moverse, □ pensar, □ crear, □ amar.
Nos agota Ja ignorancia de lo que poseemos y somos como seres y cómo grupo humano. Desde la Logoquinesis, equilibrio es estar en el eje corporal operando en cualquier posición, en atenta disposición dinámica, sin condicionamientos, disponiendo en el tiempo y eri ei espacio absoluto y relativo: □ como un gato. □ como un tigre, □ como una pantera. flojo y, a la vez, dispuesto al salto.
CAMINAR
CAMINAR
Dhne con qu ién andas y te diré q uién eres. Dar el p rim er pa so es lo más difíc il Y... una vez que di el prim er paso... ya no voy a volver atrás. Cuando aún no hab ías dado tu prim er pa so yo... Tengo que an da r con pie de plomo. No vuelvas a las andadas. Vos tenés el pa so cam biado, no sos el mismo. Vos andás en la cnerd a floja. Es como ca min ar p o r el borde de un precipicio. Ya dejaste tu huella. O, como dice Machado: "Se hace camino al andar ”,
Ei acto dinámico más completo en el hombre es el caminar. Esta característica de la especie humana involucra a toda la unidad desde i a estructura hasta el último filete nervioso. La función cardíaca marca ei pulso dinámico según su estado; los sentidos orientan y ubican. En esta acción no queda músculo sin ser invitado. Caminar es la gimnasia más perfecta. Esta afirmación es poco popular, algo desconocida quizá, pero consideremos también casi un acto de libertad “el levantar el pie de la tierra” porque luego, irremediablemente, va a retornar a ella. Y así siempre. No podemos levitar o por lo menos no es mi
experiencia aún... Siempre, por más que sallemos, caemos, somos agarrados por la gravedad; somos casi cautivos. En ei caminar está contenido el trole y la carrera, sólo varía el ritmo dinámico, eí pulso cardíaco y, por supuesto, ei respiratorio. Se establece todo un juego de energía: ^
TIERRA
CUERPO ----- TIEMPO — ^
RITMO
E S P A C IO ,^ 4 No hay m ovim ientos, por prodigioso que sea, que reúna esta com ple ta sencille z. Es una verdaderaprueba de equil ib rio din ám ico. Cuando el pie despega del piso produce una energía que sube por el costado donde se inició la marcha convocando en su recorrido ondulante (anteroposterior) cada una de las articulaciones; susiigamentos responden asegurando el sostén, llamando a ia acción muscular hasta el desplazamiento y buscando, sin interrumpir su ruta, el otro costado que quedó atrás pendulado en el tiempo, el que la retornará a la tierra cerrando un ciclo en sí mismo o generando una continua^ circulación de energía dinámica. La práctica del caminar, que con el tiempo será el andar , constituye, en mis clases, un testimonio de 1a experiencia temporal consciente. Es muy valiosa para ios alumnos porque pueden comprender lo que significa: el paso que di. el paso que estoy dando; el paso que daré. Ex periencia d é la conciencia, donde el tiem po se manifiesta claram ente.' Aproximadamenteen el año 67, en una de aquellas nunca olvidadas charlas que mi esposo y yo manteníamos con Inx Bayerthal. el tema en cuestión la llevó a mostrarnos fotografías que ella y su marido habían sacado de sus pies caminando y corrien do sobre ia aren a hú meda. Estas marcadas huellas tenían diferentes formas y: relieves, las había con mucha fuerza, leves, muy cercanas, alejadas. Diferentes energías las habían generado. Ella siempre recomendaba caminar por entre las piedras de la playa sintiendo la form a de la piedra y, a la vez. la forma que tomaba el pie. Yo lo hacía regularmente. Notaba entonces que la estructura, del pie se abría y su arquitectura se modificaba adaptándose a su base; sentir cómo la aponeurosis plantar resistía, se estiraban los músculos vecinos a veces temblando, respondiendo y proyectándose a lo s extremos del pie en cada de do. Cada dedo solo o
Sétima Muraña. P>/ , .,,, , ' 1'‘dios. Montevideo. 1967
unido a su inmediato o todos juntos conformaban verdaderas pinzas, garras, tenazas. Esto quedó en mí como una constante. Lo hago y se hace solo, cada vez que estoy en playas donde hay piedras. Ahora que vivo en Córdoba camino siempre por el lecho de los arroyos, de los ríos, cuyas piedras so n innumerables, de tamaños variados y multiformes. Las camino, las salteo eligiendo formas, las acaricio sintiendo todo lo que se mueve y remueve en mí: el placer de la enseñanza recibida y el placer de la memoria intacta plagada de imágenes, risas, sonidos y detalles de las muchas y nunca de más observaciones de ínx.
COMO EL PEZ EN EL AGUA
COMO PEZ EN EL AGUA
El universo está en constante actividad. Ni un instante se sustrae a esa ley general. Análogamente, nosotros tampoco. Aun en contra de nuestra voluntad nos vemos impelidos a. una u otra acción. La acción es preferible a la inacción; el trabajo a la ociosidad. La acción fortalece, la ociosidad debilitaJ El ocio corporal es el abandono. se condena el cuerpo al abandonarlo. Abandonar el cuerpo es ale jarse de él: no habitarlo. Ks como una casa abandonada. Asi lo veo y lo escucho en las entrevistas que mantengo con posi bles alumnos. En general hablan del deseo de recuperar su cuerpo, ventilar sus pulmones, mover sus articulaciones... Mis clases llenen orientaciones diferentes y se pautan según las características de cada grupo: □ Para actores, bailarines, deportistas, profesores de otras técnicas corporales. □ De orientación terapéutica, con asistencia de control médico rehabilitación vertebral (de traumatismos varios, etcétera). a De desarrollo de los fundamentos teóricos y enseñanza práctica de la Logoquinesis para aspirantes a maestros y alumnos sin prisa y sin pausa. Este trabajo es a partir del aprendizaje de la anatomía, ia fisiología, la sensibilización del cuerpo en sus posibilidades natu ra les , sin pos funis que transgredan las articulaciones o su elongación muscular. Queda planteada la necesidad de la instrumentación teórica, siendo el campo sensible el camino hacia el proceso del movimiento consciente. El movimiento en sí. Existen una serie de señalamientos generales que me ocupo de recordar constantem ente en clase hasta que siento que están incorporados:
1. conocer Jos límites; 2. aprender la naturaleza de las tensiones; 3. aprende r que cada movimiento es nuevo cad a vez; 4. aprender a sentir ia acción de la gravedad; 5. reconoc er ia presencia del espacio, 6. reconocer el transcurrir del tiempo; 7. sentir la presencia del silencio; Siendo la energía la protagonista, se ia trata con el cuidado que merece, sin interpretaciones paralelas.
1. Conocer ios límites El reconocimiento de los límites corporales está directam ente relacionado con los límites personales. Dentro del aprendizaje, éste es ei autoestudio que redundará en la aceptación de lo que uno es o es uno y a partir de allí emprender la marcha. 2. A pre nd er la naturale za de las tensiones
Desequilibrio del sistema nervioso
TENSIONES E c o n ó m i c a s, p r o f e s io n a l e s , e m o c i o n a l e s ¡i m últiptós situac ione s
También las tensiones corporales tienen su paralelo en la personalidad, pero existen tensiones de otra naturaleza específica com o el e xceso de actividad, laboral, intelectual o física. He ayudado a gente que durante años ha mantenido posturas incorrectas para poder rendir más, cuyos planos musculares eran verdaderos bloques anudados. Existen también tensiones producidas por lesiones nerviosas. Pero
confieso que nacía tensíona más secreta y profu ndame nte que d miedo. Es necesario alcanzar cieno grado de maestría para poder ayudar a los alumnos a encontrarlo, sorprenderlo en el lugar donde está alojado y! poder realizar un abordaje sin violencias. X A prende r que cad a movimiento es nuevo ca da vez
i En el aprendizaje de ía concie ncia corporal se realiza cada movimiento, evitando el automatismo, permitiendo ei pulso natural que sensibiliza la contracción y decontracción, resultando que cada movi níiemo será único, nuevo cada vez. sin que se quede con energía del movimiento anterior, que no sirve; es una regurgitación inútil, insisto mucho en esta marcación porque ayuda a apartar el automatismo que pjroduce cierto estado hipnótico y retarda el estado de conciencia. Cada vez será la primera vez, y consecuentemente será cada instante, cada hora, cada día encadenando el crecimiento, aceptando que nada permanece, aun a pe sar de nosotros. 4. Aprender a sentir la acción de la gravedad Se rinde total culto a Newton. , La gravedad es nuestro juego : el manejo del peso, los distintos pesias. las densidades, las calidades, tema que se trata a lo largo de todo el libro. 5. Reconocer la presencia del espacio , Como el agu a es para el pez su medio, lo es el espacio para el hombre; iodos en algún momento hemos sido captados por los suaves desplazamientos de los peces, o hemos visto a otros, mirarlos, totalícente absortos y con evidente placer, en.grandes acuarios o en una simple pecera. El buceo me dio la oportunidad de verlos en su lugar;
ve/. abajo, traté de quedarme lo más quieta posible sintiendo como se imprimía en mi cuerpo ei movimiento deí agua; luego me dejé mover por ella hasta que comencé con mis desplazamientos. Los lím ites no existían. Las algas y ios peces estaban muy cerca; me sentía en ese mundo submarino en contacto total con el medio, su silencio y el transitar de sus habitantes. Lo que nos admira y nos provoca el placer de verlos es la integración que tienen con su medio. La armo nia se establece ente miies de pulsos e impulsos que confluyen, se encuentran, conviven. De ahí la expresión "estás como pez en el agua ¿Por qué el hombre no se desplaza sobe la tierra en el espacio con la misma holgura? ¿Por qué: no tengo eJ. mismo placer cuando nie siento en un cate para ver pasar á la gente? A pesar de sus ropas puedo ver su estado. Es un destile continuo donde puedo confirmar que es necesario dar clases, escribir un libró y cumplir con el servicio de esta profesión. Mirar y ver a mis semejantes en las ciudades me confronta irremediablemente con el absurdo. ¿Dónde está el espacio? El aire se ha ido. Se transita esquivando autos, gente, ruido, de cualquier manera y como se pueda. : Sin su medio natural el ser humano, el homo erectas, el homo sa piens, será cada vez menos erectas y menos sapiens. Él lo ha reducido a una esperanza de fin de semana, quince días en verano o en invierno, pero a veces ni siquiera existe ese lujo; tal reducción hace que. ai cuerpo la cueste adaptarse a un terreno desparejo, sinuoso, a una espesa vegetación, al viento, al sol. al frío, al silencio del campo o al sonido del mar: “Ambos me ponen nervioso'’, decía un ingeniero amigo nuestro... pero ¡atención! Aprovechemos, porque aun.la naturaleza es pródiga, aun existen lugares donde la| explotación turística no ha llegado con los to boganes plásticos que caen sobre una gran pileta de natación anulando la presencia de los arroyos cercanos; con las calesitas en medio de serranías, con túneles mágicos, o periplos innecesariamente motorizados. Antepropuestas taléis o similares les sugiere observar “qu é” les están castrando como seres llenos de aptitud para subir, bajar, correr, trepar, arrastrarse, mirar, oír, tocar, oler, gustar. Es hermoso sentir cómo funcionamos, correr y palpitar el descanso sobre el pasto, rodeado de olores, escuchando ios sonidos, mojado por la transpiración. Esta función glandular, reguladora del cuerpo, tan necesaria, que tanto se
Como pe z cu el agua
ha ocupado la industria cosmética en disfrazar intentando incluso anuíarla con los antitranspirantes. Compartimos un medio total en el que todos los seres vivos se manifiestan y actúan; ü el pez nada, □ el pájaro vuela, □ el reptil repta, □ el hombre anda. Convivimos en el espacio con los ¿lemás. Pero el hombre no sólo anda, también altera este medio común.
Así como aprendemos a desatar el cuerpo, también podemos aprender a desatar el cuerpo en el espacio. Cada nudo que deshacemos en nuestro cuerpo es un avance hacia el espacio, ese miembro crece, va ocupando su espacio en esa dinámica adentroafuera, se va reconociendo el campo de acción y poniendo el cuerpo en acción. Se trata de un pasaje paralelo del jmundo de uno (interno) al mundo de los de afuera (externo). Irremediablemente se producirá una fractu ra , cuando uno se proyecta desde su adentro, sin aceptar la realidad del afuera, o su inversa: reprimir su adentro, aceptando el afuera, imponiéndoselo.
Los estados abusivos, ios infantilismos. etc., suelen tomar esta colorativa: trasladan la idea interna (personan para modificar ei afuera o, al revés, lo que comúnmente llamamos persecuiü. Esto implica un gran esfuerzo y desgaste de energía pues, en general, opera como fuerza de choque. Tengamos en cuenta que esto de estar con gente que impone su realidad es bastante cotidiano. Me recuerda los autitos ehocadores con su forma compacta {cerrada). que se proyectan imponiendo su fuerza. En nuestro trabajo se aprende a conocer las calidades de ios espacios internos y externos y sus relaciones con ios otros cuerpos, ia comunicación, la vinculación expresiva. Prácticas precisas conducen ia experiencia de encontrarnos en y con nuestro medio.
6. Reconocer el transcurrir del tiempo En el proceso de concientización, cuando entramos en nuestro ritmo propio, ei tiempo se nos abre: captamos diferencias, otros ritmos y el transcurrir. Esto es la concreción del concepto de que el movimien* to se desarrolla en el espacio y sucede en el tiempo. Es casi como uti entrenamiento para comprender tiempos más importantes, tiempos existenciaies ritmos existenciales que se cumplen, que se cumplirán y no precisamente con un sentido dramático en lo que a la finitud personal se refiera conciencia de ia muerte sino lo digo otra vez para la revalorización dei presente. El tiempo circula en nosotros en cada respiración y siempre. La sensación que despierta es de grandeza, de inmutabilidad, de algo de lo que participamos sin voluntad; pasa en y por nosotros; está en nuestra misma materia; es su levadura. Nunca descansa. Opera permanentemente e inexorablemente. La relación con el tiempo es de aceptación, no de sumisión; es la de comprender que nuestra composición es también temporal
7. Sentir la presencia del silencio El silencio es consecuencia del tiempo. Cuando se llega a tener el pulso propio, a sentir qu e hemos logrado calibrarnos, sinc ronizarnos con nuestros ritmos biológicos, con nuestros estados, aparece el silen
cío. Ocurre cuando el trabajo ha logrado aquieta:' todas las urgencias. El silenc.o nos devuelve el oído. Esto, en nuestro momento cultural, es una necesidad ya que vivimos en medio de todos los ruidos posi bles. El umbral de audición es violentado constantemente. Si midiéramos el sonido básico que existe en un medio natural (en ei campo o las sierran) sería superado (res veces por el que produce ei tránsito de una calle, más todavía por ías bocinas, pero ías ululantes sirenas casi lo quintuplicarían. Los artefactos electrodomésticos se ubican en medidas intermedias entre esos extremos; lo mismo ocurre con las máquinas motores que se acercan más ai máximo que al mínimo al que son expuestas las personas en sus lugares de trabajo. La exposición continua a ruidos que superan el nivel normal penetrando ei um bral doloroso va afectando la audición hasta ía sordera, el sistem a nervioso y el equilibrio. El oído es el órgano del equilibrio y de la audición; se divide en oído externo, oído medio y oído interno. Este último contiene el órgano del equilibrio y el órgano auditivo. En el traba jo , en la casa, en la calle, la contam inación acústica crece afirmada y ¿eallrmada por el uso de auriculares, la amplificación electrónica del sonido parra eí deleite musical, la suma de ruidos como los de la radio y ía aspiradora, v ia suma de situaciones, como la de almorzar mirando el noticiero de la televisión, p erturban, provocan y alteran, creando un desencadenante o emergente que es ¡a violencia. Considero ías reacciones como eí auxilio que está pidiendo toda la entidad hombre frente a tal violación. Cambiemos nuestra condición de vida, no aumentemos ei caos; mejoremos los hábitos. Está en nosotros dejar que actúen los instintos naturales, intentemos facilitar el rápido almuerzo éntre las horas de trabajo, enterarnos qué es lo más simple de digerir, que por supuesto no será una hamburguesa con papas fritas empujada con una gaseosa. Tratar de acostarse por la noche sin los restos del día, bañarse antes, dejar que corra ei agua por la espalda y que desa parezca por la rejilla arrastrando cosas para no llen árnoslas a la cama. Es común en mi trabajo realizar este tipo de observaciones que tienen relación con el cuerpo. Tenemos más sabiduría . no inteligencia... para comer... para... sa bemos vivir. (Mujer mapuche -grupo en extinción-. Tomado de una nota de televisión a causa de asentamientos ilegales, en junio de 1993.)
PROPUESTAS Y PRÁCTICAS Dejar que aumente el conocimiento del cuerpo
PROPUESTAS Y PRÁCTICAS Dejar que aumente ei conocimiento del cuerpo
La Logoquinesis ofrece, mediante su técnica, interminables posibilidades y combinaciones de movimientos; por lo tanto, he seleccionado iuna serie de pro puestas orientadas a estructuras corporales afectadas por trabajos, por malas posturas o. como lo sintetizo, en mi decir pefsonal: por la v id a.1 “La vida te da y te quita1’, salmodiaba mi madre. Será cuestión de considerar que se puede intervenir voluntariamente para modificar los efectos y tener en cuenta que las primeras res puestas pu eden significar la aparición de algún dolor, hormigueos, calambres. Son molestias normales causadas por ei reordenamiento de i a estructura ósea y muscular. A qué gato le gusta que lo saqu en del sillón? ;Nuestra musculatura está apoltronada sobre los huesos y además, en;ciertos casos, acolchada por el tejido adiposo. De todas formas no estan terrible como parece, invito, entonces, a iniciar, a partir de elijas, la revalorización de nuestra unidad corporal, manteniendo este cohcepto de unidad. Cada movimiento que se gesta, por más pequeño que él sea. se proyectará en todo el cuerpo. Así será y se hará a medida! que la práctica íes vaya perm itiendo la circu lación de la energía dinámica. Eí trabajo cotidiano se repartirá en todos los músculos; cada uno hará su parte, sostendrá, ventilará, acompañará, se opondrá. Se irá ieniendo la idea de no involucrar otras zonas corporales a ¡a implicada directamente en una acción determinada. ¿Por qué manejar su auto y apretar los dientes? Obsérvese. Ahorrará aliento y salud. i
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1 i L a s p e r s o n a s a f e e tu d a s p o r t ra t u n a l i s m o s . p a t o l o g í a s u o t r a s c a u s a s d i v e r s a s p o d r á n b e n e f i c i a r s e ,
p r e v ia c o n s u l t a m é d i c a .
Para tener en cuenta: la reiteración de ciertas palabras, frases, ex plicaciones, marcan consignas que actúan en ia conciencia corporal.
Pequeño ritual con uno mismo Encontrar un lugar silencioso donde el piso sea preferentemente de madera, usar ropa floja de color claro mejor será blanca, tener la ro pa para trabajar quiero decir: no usarla para otra cosa, una manta de lana o de algodón para poder disponer el cuerpo sobre ella. El;espacio necesario lo dará el largo de sus miembros y. un poco más; esta aclaración basta ante la realidad de que las casas no disponen de lugares ideales. Evaluar la consigna antes de comenzar, para no interrumpírse Luego; tratar de no hac er analogías. que siempre surgen y dejar que ei silencio opere permitiendo que la consigna aparezca en nosotros.
Desprendimiento del vestido muscular Localización de los puntos de apoyo del cuerpo en posición acostada boca arriba
1. La nuca 2. Los omóplatos 3. parte de ia columna dorsal * 4. La pe lvis 5 . parte de los muslos 6. Las pantorrillas (gemelos*) 7. Los talones. Brazos: 8. codos 9. punta de los dedos de la mano. Zonas donde no se apoya. Zonas de suspensión:
l. el cuello 2. La cintura La corva de las rodillas (hay casas es peciales en los qu e se apoya) 4. Los tobillos ri. Las muñecas 6. Las palmas de la mano.
Práctica
Forma básica de relajación Acostarse sobre la manta, boca arriba, ios brazos a lo largo del cuerpo, codos en leve flexión, palmas;hacia el piso, talones que se toquen apenas; las puntas de los pies vertidas hacia afuera. S.entir la relación con el piso. Ubicar-visualizar los puntos de apoyo en su cuer po. Busque cada uno soltan do sobre él la zona que le corresponde. La localización de estos puntos de ¡apoyo, área de suspensión y su reconocimiento, conforma la etapa en la que el cuerpo comienza a ordenarse. Sentir la relación con el piso le devuelve la conciencia de que la gravedad actúa constantemente en nosotros. Los más importante es aprender a dejarse atraer por la gravedad y llegar a tener todo el cuerpo perfectamente depositado en sus puntos de apoyo sobre el piso. Permanecer así, sin hacer nada más que sentir cómo la musculatura busca el piso haciendo presente su apoyatura derramando el vestido muscular sobre ei piso; el ‘‘dejarse estar” sobre los puntos permite el desprendimiento inicial, los músculos liberan la estructura ósea, la sueltan, ella descansa en toda su longitud sobre sus apoyos, e irá acó modándos ^-equidistándose, Éste es ya un ejercicio, una práctica que deberá de ser cotidiana. El tiempo que le dediquemos se irá determinando solo. Lo siguiente será empezar a realizar los recorridos de sensibilización para estimular nuestro aprendizaje desde la relajación. Siempre se com enzará igual;
Acostarse sobre ia manta boca arriba, sentir la pane posterior del cuerpo en relación directa con el piso. Estar en silencio ubicándose en esta posición sobre los puntos de apoyo; soltar la musculatura, dejar que la respiración Huya normalmente tomando su ritmo normal, sintiendo que la calma va entrando. El oxígeno riega internamente todo el cuerpo, la mente se silencia espontáneamente. De a poco irá apareciendo el punto de apoyo interior; lo descubrirá sin duda, es el lugar donde i4es posible”. Allí uno comienza a sentirse, a aceptarse, a ha cerse cargo de uno mismo sin preeoneeptos. Cuando aparezca la sensación de comodidad corporal es que se pueden iniciar los recorridos de los cuaies sólo propondré los más simples. Se harán en el siguiente orden y progresivamente, a medida que se logren. □ Prim er recorrido (óseo) Visualizar intuitiva y sensiblemente ia estructura ósea a partir dei cráneo, se seguirá con las vértebras del cuello (cervicales), los omó platos. clavículas, costillas, vértebras de la espalda (dorsales), esternón. brazos (húmero), antebrazos (cubitoradio), mano (huesos de la mano). Tratar de ir adivinando la forma y sentir el peso de cada uno de los huesos. Seguimos con las vértebras de la cintura (cinco), y de allí pasaremos a la pelvis (sacro, coxis, coxales), las piernas (fémur, tibia, peroné) y los pies (huesos del pie). Al llegar al pie hay que detenerse unos minutos y sentir este recorrido óseo individualizándolo. Iniciar la vuelta al punto de partida desde los pies al cráneo. El retomo ofrece !a oportunidad del camino ya hecho. Se observarán más detalles. Quedarse en silencio sintiendo la estructura ósea en su unidad: ei esqueleto. Terminar con unos buenos estiramientos que provocarán desperezos, bostezos y ampliación respiratoria.*
* Siempre se terminará igual.
Como pez. cu <■/ nylfll
fUpLV
□ S egundo reco rri ció (articular} Localizar ios encuentros de los huesos, o sea. sus articulaciones. Siempre comenzar desde la pane superior del cuerpo. No detallaré los nombres de los huesos para no complicar. Apuesto a que ei trabajo despierte el interés de consultar un aílas anatómico. Hay que tener en cuenta que en Id cabeza tenemos una articulación muy importante. !a máxilocraneul;: allí se alojan grandes tensiones con repercusiones varias, las más notables sobre la dentadura. En la cabeza: cráneo con maxilar inferior. En el cuello: vértebras cervicales.; En el tórax: vértebras dorsales cort las costillas y éstas con el esternón. Se sienten bien mediante la respiración. En el hombro: codo, muñeca, mano, dedos. En la cadera: rodilla, tobillo, piededos. Después de la localización sensible, hacer un recorrido de mínimos movimientos probando las articulaciones hasta que esto lo lleve a querer saber cómo y cuánto se mueve cada articulación o cómo y cuánto puede ser. movida. Mantenga: la posición acostado ampliando la dinámica articular; se dará cuenta de que ya empezó a abrir las venas. Cuando sea suficiente, reubíquese mentalmente sobre los puntos de apoyo y descanse sintiendo todas las articulaciones pero no de a una. sino la unidad articular: esqueleto. Terminar siempre con los estiramientos. □ Tercer recorrido (muscular) Está asociado consecuentemente con el anicular. Aunque su com plejidad no me permite darlo, ustedjpuede, desde las articulaciones, sentir cómo Sas masas musculares se acortan y elongan revelando su presencia y también su estado. Tendremos más adelante varias prácticas para esto.
Como pe:. t‘/i ri tirita
Pr áctica . continuidad de estos recorridos nos cap ad la para realizar el siguiente uuioexanien: Observar detenidamente .si ios omóplatos apoyan en el piso por igual, así com o las superficies laterales de i a espalda, los codos, las manos, ios glúteos, los muslos o las piernas en su totalidad, y los talones. dándole especial atención a la columna vertebral. La simetría de nuestro cuerpo nos ayuda en esta observación que nos proporcionará un simple y valioso autodiágnóstico. No corregir la postura, no intentar modificar nada. Sólo observar, registrarlo claramente. Retener la observación para luego poder anotarla en un cuaderno que usaremos para nuestra ayuda. Escribir las diferencias’si las hubiere; así sabremos dónde nuestra estructura nos está revelando el estado muscular. Con estos datos podremos organizar una rutina de movimientos que ayudarán a recuperar planos, distancias, flexión, extensión, etc. La tarea es fw la musculatura con repercusión en ligamentos, tendones, te jidos blancos, o sea, en sus uniones y co nex ione s, funciones. Es el músculo el que se acorta, se contrae hasta perder su tamaño, llegando, en casos, hasta a atrofiarse, no los huesos. En ellos puede que existan malformaciones congénitas, miembros más cortos, lesiones por traumatismos, patologías concretas (artrosis. osteoporosis, reumatismo, etc.), por supuesto, de esto también podemos hacer la observación sensible que será de gran beneficio personal en el trabajo que nos aconse je el terapeuta especialista. Repito: la tarea se centra en el sistema neuromuscular: empezar a aprender a decontraer desatar, dándole al músculo la posibilidad de que se contraiga naturalmente en función de la dinámica estructural. Después vendrán las contracciones y decontracciones voluntarias que abrirán paso a la conciencia neuromuscular. Pero esto... después. J Cuarto recorrido (para el desprendimiento de los contenidos de! cráneotóraxpelvis (encéfaloórganosvisceras) Manteniendo la actitud corporal que se haya logrado, nos detendremos a sentirla respiración. Ella se hace sola. No intervendremos para mod ificar su ritmo. Entregarse a su movimiento. En la inspiración se produce la reunión de toda la materia; en la expiración, la expansión de la misma. En este flujo y reflujo los con-
tenidos son estimulados por la acción respiratoria. Si logramos estar bien, atentos, podremos darnos cuenca de que el movimiento respiratorio llega hasta toda nuestra periferia para luego expandirse hacía el espacio: pero en este punto trataremos de sentir cómo ella actúa en ¡o que yo llamo los contenidos de la estructura. Ella, con su movimiento, ablanda y ayuda al desprendimiento de éstos hacia el piso óseo. Sentir entonces cómo los ojos caen en sus cuencas y la descom presión de la masa encefálica. ■ La lengua hacia atrás y abajo soltando ía garganta. Respetando su ritmo se logra que el corazó n pueda hacer su tarea y ios pulmones expandirse en toda su superficie (en general no llega hasta sus vértices). Sentir cómo la acción respiratoria ma sajea todo el contenido abdominal soltándolo. Es posible que se sientan corridas; de líquidos que circulan sin interferencia. provocando una agradable sensación y estimulando funciones. Este cuarto recorrido sería el más completo pero dada la limitación teórica e impersonal que constituye el libro, tratemos de beneficiamos tai como se nos ofrece. La relajación es un instrumento muy eficaz para tratar las reacciones de nuestra unidad. La ansiedad, el medio externo en general, el miedo, por dar algunos ejemplos, modifican el estado emocional alterando conductas fisiológicas produciendo palpitaciones, digestiones irregulares, etc. Estaremos así ante la activación o depresión funcional, posiblemente indefensos ante las.sensaciones dolorosas que estas disfunciones causan y nos hacen recurrir a ios muchos paliativos químicos que resuelven nada más que la: molestia momentánea y, en general, la empeoran.
PRÁCTICAS (A partir del cuarto recorrido) Prác ticas simples de respiración: 1) Inspirar generosamente por ía nariz llenando de aire los pulmones (dilatando las aletas nasales), dejarlo allí sintiendo la tensión en ellos y cómo se abren las costillas. Expirar allojando suavemente todo, por la boca y con los dienies tocándose, permitiendo que el aire haga un cliistido ai salir. Hacer ocho respiraciones completas, deteniéndose al finalizar cada una; notar que, paulatinamente, va creciendo la capacidad de ia inspiración: es que se van abriendo ias fibras1musculares, es comenzar a desbloquearse. Quedar luego en silencio descansando. Es posible que se produzcan mareos a) aumentar la ventilación. NOTA: Siempre un caso de afecciones respiratorias y/o cardiovascu lares, consultar con el médico para su aprobación. 2) Atender el ritmo respiratorio, seguirlo, así como el movimiento de las costillas y el diafragma. Ubicar mentalmente algún órganoviscera (hígado, intestinos, corazón). Podemos elegir, por ejemplo, los pulmones. Enfocar la atención en ellos, sin modificar el ritmo, sintiendo la acción de la respiración. De a poco notarán que se irán como separando del contexto. Se trata de hacer una disociación atencional,* de ia acción de la respiración. Esta actúa sobre el órgano en cuestión según la intención que pongamos, ampliando, abriendo, en este caso, el tejido pulmonar y toda la musculatura adyacente que ios mantiene com primidos. '‘enc halecado s1’. Esta práctica es muy beneficiosa y consecuentemente para todas las zonas pero, en especial, para la columna lumbar. Actúa como masaje interno en el caso de inflamaciones hepáticas, intestinales u ováricas. Sólo hay que ubicar voluntariamente y dejar * Atencional: por ahora será atención, luego será conciencia.
que la respiración actúe concentrando su movimiento sobre lo que elegimos. Es posible que ella se amplíe (es correcto). El tiempo de ia práctica será determinado por la respuesta del tra bajo. Se repetirá tanto como io necesite hasta la modificación del malestar. Terminar ía práctica retornando atencionalmente a la respiración cíe ia unidad. Final habitual..
SIN PRISA Y SIN PAUSA Atendiendo a mi experiencia, seleccioné prácticas con desplazamientos simples y de necesidad más general de las que podrán disponer a partir de tas observaciones que hayan podido hacer desde el au toexamen.
Consignas 1) Hacer io que puedo. 2) Después de varios días de práctica: hacer lo que puedo y un poq uito más. Esto se hará posible porque las articulaciones, los músculos e inserciones irán cediendo.
Objetivos j.° Apoyar los omóp latos po r igual. 2.° Poder llegar con ambos brazos hacia atrás a ios costados de la ca beza (es muy com ún apoyar más con uno que con el otro). I o Apoyar con la totalida d de la pelvis en el piso y las vértebras lum bares suspendidas, sin tenáión. 4° Acostado, que ios muslos en flexión alcancen la misma elongación al rotar lateralmente (acortadas a causa de problemas en la zona lumbar). Éstos son sólo algunos ejemplos: el asunto es descubrir el propio, que será resultado del proce so de trabajo.
Cuanto más lentos sean ios movimientos será mejor, pues tanto la fibra muscular como los nudos articulares se irán abriendo sin la violencia con que fueran '‘atados”, de esta manera también la participa' ción será más sensible y acti va.
Práctica Omóplatos que no apoyan por igual o un hombro más separado en íreiación con el piso.
Posición boca arriba, brazos a lo largo de cuerpo, piernas llojas, puntas de pie caídas hacia afuera. Ubicar el hombro, plantearse que el brazo nace allí (tomemos esto como una conven ción para este trabajo).* Desde el hombro llevar el brazo que corresponda al omóplato que apoye menos hacia atrás quedando al costado de la cabeza, respetar su limitación, no forzar. Seguram ente la musculatura está contra enturada, la cápsula articular afectada, y su mano o el antebrazo no to cará el piso. Notarlo y dejar que llegue “hasta donde pueda”, aflojarlo de manera que queda pendiendo en el espacio unos segundos, llevarlo juego hacia el punto de partida. Aflo ja r Cuando esté totalm ente rela jado, ha cer otra vez ese mov im iento, hacerlo hasta co mpletar seis m ovimientos. El resto del cuerpo estará totalmente flojo, así ayudarla, y el otro brazo será testigo, Al sexto movimiento dejarlo en el piso: compararlo con el que no trabajó. Registrar sensiblem ente las diferencias y modificaciones. Hacer con el brazo testigo el mismo desarrollo (seis movimien * El punto de partida de ios movimientos siempre se acuerda antes de comenzar. Aclaro que el “nace desde allí” es una convención.
ios) y dejarlo en e¡ piso, comprobar si ahora están más parejos, por io menos en ei plano sensible. Hacer seis movimientos con los dos. siendo bien cuidadosos de no poner tuerza. Luego dejarlos en ei piso descansando. Comparar su estado y su densidad. Sentir la articulación dei hombro, Testear si el omóplato que apoyaba menos, tuvo modificaciones. Insistir en esta práctica: sin prisa jy sin pausa. Cuando noten adelanto, hacerlo también sentados contra la pared, bien apoyados..
Práctica (Para la misma observación) Posición boca arriba, piernas .flojas, puntas de pies caídas hacia afuera. Brazos en cruz.
Dejarlos allí flojos, que bajenal piso. Localizar la articulación del codo; flcxionar el antebrazo sobre el brazo de manera que las manos toquen ios hombros. En esta posición llevar el brazo del costado afectado, desde el codo sobre el pecho. Se procede igual que en la práctica anterior; hacer seis movimientos: pausa. Seis movimientos con el brazo testigo; pausa. Seis movimientos con ambos brazos; pausa. Reparar en cómo se separan tos omóplatos liberando parte de la columna dorsal que se apoyará más proyectándose hacia la zona cervical y la lumbar. Sea protagon ista en cuanto a lo m arla iniciativa y hacer la práctica, pero sea también espectador en cuanto a la. observación. Compare los miembros antes y después déjese sorprender también por las repercusiones del movimiento más allá del área precisa. Quizá sea una forma de recuperar la capacidad de asombro; jQué sano, ¿no?! No hay nada más terrible que sentir la reiteración de vivir. En. ambas prácticas se está actuando sobre el om óplato: en la práctica primera sobre el vérti-
ce interior y el borde superior, abriendo las libras musculares, en la segunda sobre el borde interno (en relación con la columna) y ei externo. Así podemos iniciar el rescate de este hueso tan importante de entre planos y masas musculares compuestas por músculos asociados por tensiones, devolviendo a cada músculo su propia acción desde su independencia. Parece un planteo de política social, pero sóio estoy hablando de anatomía y fisiología. La conciencia corporal es una consecuencia. Es mUs. importante aceptar no poder que querer pode r para lograr un movimiento com pleto. de manera que se puedan recono cer los ¡imites, descubriendo el camino hacia el objetivo (práctica que se planteó). Descubrir lo que el cuerpo aún: — no puede hacer; — no se atreve a hacer; — se olvidó de hacer y aún puede disfrutar y gozar. Hay que darse tiempo. Perseverar. Insistir. ¿Se acuerdan cuando el Principito arrancaba una y otra vez los baobabs...?
COLUMNA VERTEBRAL
Interpretación grá fica de una clase sobre co lumna vertebral de una alumna de 6 años.
I 'isla posterior
l'ixta lateral
I ' is l a a n t e r i o r
COLUMNA VERTEBRAL
Lábil, flexible, precisa en cada una de sus partes, en cada uno de sus grupos, enérgica y ondulante en su totalidad, maravilla absoluta én su compleja función es, sin embargo, también víctima. La ignorancia corporal, la indiferencia prejuiciosa que nos caracteriza frente a lo que nos “hace bien”, los esfuerzos impuestos, desnutrición, traumatismos eongénitos, etc. van generando denominaciones como escoliosis. Iordosis, cifosis, que nombran algunas de sus alteradas geografías. Él tiempo que sin interrumpirse también actúa nos enfrenta a otra serie de situaciones, verdaderas contracturas que desde tensiones sostenidas durante años han armado "masas” musculares, que “se hacen íjentir" ¡y cómo! En general, y lamentablemente, pareciera que la sensación del cuerpo se recuperara en el placer o en ei dolor Es como vivir de las consecuencias. i La columna debe trabajarse en toda su longitud durante un buen tiempo, recuperando la movilidad de cada una y todas sus vértebras. Cuando una articulación está bloqueada* influye sobre los tejidos ¡Implicados en ella, se produce una reacción en cadena, de “arrastre” muscular que altera las otras articulaciones. Así es como trabajará el cuerpo con sus articulaciones falseadas', provocando la desestructuración de la estructura ósea, la que se agarrará como, desde y donde se pueda. Esto recae directamente sobre la columna vertebral y también so bre la fisiología del cuerpo. La convivencia es mutua. Por lo tanto ha brá disfunciones que con el tiempo afe ctará n la estructura y viceversa.
* Las alteraciones revisten variadas características
Sistem áticam ente duran le algún tiempo una aíumna que tuve en mi escuela de La Plata salía a partir de la mitad de la clase para ir al baño; un día me explicó me agradeció la liberación intestinal que se le producía a causa de los trabajos desde la colum na. En cada clase se atiende la dinámica vertebral, cuando está más sensibilizada se hacen los ejercicios que corresponden a cada zona según su estado y necesidad. Más adelante, en la etapa de conciencia corporal, se pasa a la disociación vertebral, llegándose a movilizar de a;pares vertebrales o cada una de ellas en relación con su inmediata, i Pero siem pre se retornara a trabajar en toda su extensión , esto le devo lverá la funcionalidad. INFORMACIÓN BREVE (Y NECESARIA) La columna vertebral surca longitudinalmente el cuerpo, desde el coxis hasta la nuca, e implica ton su movimiento a ia cabeza, a la que consideramos en nuestra técnica como a una “vértebra” más, desde el punto de vista dinámico. Los músculos que corren directamente a lo largo de ella, como así también los situados en sus adyacencias, tienen una organización simétrica o de a pares que nos servirá para encarar las asimetrías. Composición vertebral Siete vértebras en el cuello! cervicales. Doce vértebras en la espalda: dorsales. Cinco vértebras en la cintura: lumbares. Cinco, algunas veces seis.i excepcionalmente; cuatro vértebras sacras. separadas durante la juventud, luego se sueldan formando el hueso sacro. i Cuatro o cinco vértebras rudimentarias con desarrollo de fragmentos óseos de forma alargada, ¡que componen el hueso coxis, situado debajo del sacro y articulando con él. La columna dispone de tantos movimientos de flexión extensión rotación como articulaciones vertebrales posee. Su riqueza articular too
se manifiesta en .su relación con el cráneo, una con oirá o entre sí. con las costillas, o .mi el sacropelvis v sacrocoxis. Esta última es una articulación. de m/nim o desplazam iento. Rem arco entonces que es absolutamente móvil y movilízable.
En los casos traumáticos se realiza la rehabilitación adecuada mediante una práctica asistida. Práctica (Leer varias veces las indicaciones.)!
“El colgarse”, dejarse caer hacia adelanteabajo.
Ubicarse en el eje vertical (remitirse al tema eje). Sentir el cuerpo desde los pies hacia arriba, repartiendo bien el peso del cuerpo para que esté ni muy pesado ni muy liviano: sostenido. Los brazos colgando flojos. Tratar de sentir el cráneo en su articulación con la primera vértebra. Tocar y buscar con las puntas de los dedos lo que se describe. Las siete vértebras del cuello, lás doce de la espalda, cinco de la cintura: allí detenerse. La cuestión es sensibilizar y sensibilizarse vertebral mente y reconocer la com posición vertebral, el beneficio vendrá; sea prolijo. Dejar caer el cráneo, no el cuello, sólo el cráneo cae hacia adelante. desprendiéndose de la primera vértebra el movimiento es muy pequeño, allí queda r un momento, Com enzar a dejar caer cada vértebra del cuello mientras las vamos contando desde la primera a laiséptima hacia adelante y abajo. Ahora tendremos cabezacuello icolgando. Siempre dejando caer hacia adelante y abajo; seguir desde allí con las dorsales, contando desde la uno a ia doce. Sentirán q[ue rápidamente comienzan a des prenderse los om óplatos separándose entre sí, alejándose de la columna, liberándola de la tensión ^que crea 1a musculatura que está sobre, entre y debajo de ellos. Este desplazamiento saca a los brazos de su lugar acompañando enjsu caída a ia columna dorsal. Estas vértebras articulan con las costillas notarán que éstas también se sueltan, se pliegan, nos detendremos en la decimosegunda. Tendremos ahora cabeza, cuello, espalda, brazos “colgando”. Quedan las cinco vértebras lumbares para dejar caer hacia adelante
y abajo. Esto es un poco di líe i i porque no hay que dejar caer la pelvis. Tener esto muy en cuerna; contar de la primera a ia qu inta y llegar al borde articular con el sacro: detenerse. Finalmente colgará: cabeza, cuello, espalda, brazos, cintura. Las piernas deberán de perm anecer estiradas, la pelvis en su sitio. Esta parte del cuerpo cae así hacia la tierra con todo su peso. No se trata de tocar ei piso con las manos, ni nada parecido. Se trata de abrir (siempre abrirseparur) fibras musculares y lacias que mantienen presa a ía columna. Emparedada. Dejar que la gravedad actúe, quedar allí cblgando'un buen rato, hasta que ese aflojamiento o separación muscular se manifieste. Elevarse, sintiendo el peso en el centro de los pies hacer base allí pasando po r los tobillos, rodillas. Se irán contrayendo los músculos de las piernas, especialmente los glúteos apoyando el ascenso que se liará desde ia cintura (o sea de abajo hacia arriba) y también vértebra a vértebra rehaciendo la columna hacia la vertical. Sentir los músculos que acuden para '‘hacer su trabajo”, no interferir con “voluntades ansiosas’*, dejar que las vértebras recuperen “su lugar”, ocupándose de que no se desplomen una sobre otra. Tratar de que se separen creciendo hacia arriba. Hacer todo lentamente, hasta llegar a la cabeza creciendo en longitud Quedar allí y mantener ia posición. Hacerlo tres veces o más, pero no menos. Notar las simetrías y registrar si aparecen asimetrías. Ejemplo: un brazo más largo que otro. Le doy a esta práctica mucha importancia dentro del trabajo de recu peración y de rehabilitación vertebral. Eixisten. además, otras com binaciones de retorno. Deseo que, a pesar de la limitación de esta trans misión . rinda electo. Recuerde, cuando está colgando, abandonar ia musculatura, que ":>e caiga” hacia el piso, las tensiones también se irán cayendo. En el tercero o cuarto movimiento completo usted se sentirá más alto. Es nada más que la recuperación de los espacios intervertebrales. Trate de incorporar la postura corporal que a través de esta práctica se va consiguiendo. Paulatinamente se irá ubicando en la vertical. Practica Con 1a ayuda de una pared.
Posición: la pelvis sobre el piso y contra ia pared, las piernas estiradas pero sin tensión sin apoyarán en ia pared. Los ¡trazos pueden asilar ai costado, en cruz o hacia atrás.
i. Se trabajará i a columna por sectores vertebrales. Í0 Pelvis cintura Ubicar mentalmente la pelvis y en ella a los glúteos. Contraerlos sua ye pero ¡firmemente hasta que empiecen a levantarse y despegarse del piso, las rodillas, que estarán flojas, se irán tlexionando para posibilitar éi ascenso que será hasta la primera costilla. La pelvis y la cintura estarán arriba, llevadas y sostenidas desde los glúteos y ios abdominales. Quedar allí, sosteniendo, contar cuatro tiempos, luego dejar “caer’' de a poco hasta ia posición de partida, sentir ia acción del descenso. Atlojar áe. Contar cuatro tiempos y continuar con el próximo movimiento. Hacer seis movimientos.
l>) Pelvis - cintura - parte i nterior de la espalda Igual indicación para comenzar. Ampliar el movimiento levantando la columna hasta ios omóplatos. Sostener, contar cuatro tiempos. Descender cuidadosamente tiasta la posición de partida, sintiendo las vértebras. Aflojarse. Contar cuatro tiempos y continuar con ei próxi irno movimiento. Hacer seis movimientos
Igual indicación para el comienzo. Se levantará la pelvis, la cintura ;y toda la espalda, depositando el peso sobre los hombros, esto hará descender el cuello hacia el; piso, rotar la cabeza y apoyar el mentón sobre el pecho, elongándose así la columna cervical. Quedar allí, sos tenercontar cuatro tiempos. En el descenso estar muy atentos: bajar vértebra por vértebra hasta el sacro (sin violencia), dejando la pelvis Otra vez sobre el piso. Aflojar suavemente toda la columna. Contar cuatro tiem pos y continuar cpn ei próximo movimiento movimiento.. Ha cei'cuatro movimientos completos completos..
NOTA; Las vertebras irán desprendiéndose de a poco. Los músculos abdominales se contraerán naturalmente, estirándose asimismo la musculatura paravertebral.
Práctica También con la ayuda de una pared. Posición: Sentarse con la pared apoyando totalmente la parte posterior. desde la pelvis hasta la cabeza, dejar las piernas estiradas y los braz br azos os d e sc ansa an sand nd o sobr so bree los m uslo us los. s. L e v a n tar ta r desd de sdee el homb ho mbro ro a m bos braz br azos os haci ha ciaa adela ad ela me y arri ar riba ba h a sta st a lleg ll eg a r a toca to carr la pare pa redd a ios costados de ia cabeza. No permitir que la cintura se pronuncie, tampoco que la espalda se separe. Es posible que ios brazos no tengan éxito, o quizá llegue uno más que ei otro. Paciencia. Llegar hasta donde “se llegue". Se irá modificando con la práctica. La musculatura comenzará a abrirse, ampliando la articulación del hombro y eí movimiento. Retornar al punto de d e partida. Aflojarse, detenerse, contar cuatro:tiempos y continuar con ei próximo movimiento. Hacer seis movimientos completos;
Práctica Posición: igual a la anterior, pero con los brazos abiertos en cruz, palm pa lmas as h a c ia adel ad elan ante te.. D esli es liza zarr los lo s braz br azos os p o r la pare pa red, d, hast ha staa lleg ll eg ar a los costados de la cabeza, tocando casi las orejas. Detenerse. Respirar suavem ente con ritmo normal. Contar cuatro tiempos. tiempos.
Retornar al pumo de partida. Aflojarse. Detenerse, Contar cuatro tiempos. Iniciar iuego el movimiemo siguiente. Hacer seis movimientos completos.
En esía práctica hacer cuatro movimientos más, extras, con el brazo que tenga dificultad. dificultad. Terminar iuego coa ambos equilibrando. equilibrando. Cuando la dinámica crezca se h ará todo el semicírculo. semicírculo. Se mantiene igual posición, pero se partirá desde ei costadopiso, llegando a ios costados de la cabeza. Recuerde: mantener la columna apoyada contra la pared. No será fácil. Piense que estamos desabrochando músculos que poseen diferentes proporciones, algunos son superficiales y otros profundos. Persevere sin prisa y sin pausa.
Iguai posición, brazos en cruz. Llevarlos desde los pectorales hacia adelante hasta que las palmas de las manos se encuentren, detenerse, aflojar los hombros manteniendo suavemente las manos juntas, contar cuatro tiempos y retornar díbsde los omóplatos al punto de partida. Aílojarse. Contar cuatro nipos y continuar. Hacer seis seis m ovimientos com pletos. pletos. Esta práctica fortalece la musculatura pectoral y reubica la columna dorsal.
Práctica Posición: sentada, piernas estiradas, columna con su elongación natural, brazos flojos a los costados o sobre los muslos. Trate de sentir la columna vertebral desde abajo hacia ariba. incluyendo la cabeza. Lentamente ir buscando con la columna el piso, acostándose. La sucesión será sacrocolumna lumbarcolumna dorsal al llegar a la columna cervical ésta no se apoyará; pero sentirá un agradable estiramiento prévio a que se apoye la cabeza. Reposar los suficiente e iniciar el próximo.
No ade lante movim ientos. Es nece sario que se respete el orden vertebral. Lo s m úsculos de la caira anterio r del cuerpo sostendrán todo el descenso. En lo posible mantener los brazos flojos.
Retornar ai punto de partida rotando sobre un costado y sentarse luego. Esto evitará las tensiones que se producen ai elevarse de trente. Hacer cuatro movimientos.
Práctica Enserie A y B Posición: de gateo. Ponerse en cuatro patas: La distancia entre las manos será igual a la distancia entre las rodillas.
Las puntas de tas manos ligeramente hacia adentro. Las pumas de Sos pies se tocan. Los codos en leve flexión. Repartir uniformem ente el peso dei cuerpo sobre estos puntos de apoyo. * Soltar la column a vertebral desde el coxis hasta la cabeza. Sentir que cuelga pareja en toda su longitud. Tomar esta posic ión es también una prá ctica.
a) “cola afu era ” (retrov ersión pélvica) Inervar la columna vertebral desde el coxis hasta la cabeza. Se tata de dar un impulso en el coxis que hará rotar la pelvis hacia atrás y arri ba* haciendo un rulo de energía que actuará sobre cada una y todas las vértebras. A partir de la cintura ia columna vertebral irá descendiendo de a poco hacia el piso y luego ascendiendo hacia adelante y arriba, hasta llegar a La cabeza que rotará y quedará mirando el techo. La cabeza y el coxis serán proyectados hacia arriba describiendo un eje en diagonal.
Este movimiento produce simultáneamente toda ia flexión posterior y la extensión anterior vertebral. Cumplido en su totalidad aflo jar suavemente y retornar ai punto de partida. Descansar sin cambiar la posición e iniciar el próximo. Como referencia general diré que con esta práctica se puede: Reordenar los espacios vertebrales; Reordenar las articulaciones de las vértebras; Reubicar las articulaciones de las caderas y de los hombros; Definir la articulación sacrolumbar; Abrir los espacios intercostales; Estim ularla tan necesaria articulación cervical. Atendiendo a estas indicaciones y conduciendo lentamente la inervación que originamos en el coxis, localizar donde no responde, la circulación del movimiento. Insistir en cada práctica aflojando ese sector hasta que vaya cediendo. En la Logoquinesis el elemento técnico más importante repito es aflojar; para abrir, para desatar, para volver a mover. En estas prácticas a) y b) no se indicará el número de movimientos. Al transitar por su aprendizaje y comprensión se transformarán en una necesidad cotidiana. b) Cola adentro Posición de gateo. En esta práctica se desarolla exactamente el movimietno inverso que en a). Contraer los glúteos mayores, situados en la parte posterior de la pelvis, los que la harán rotar hacia adentro, hacia la entrep ierna.* Esta contracción será seguida por la de los músculos largos del abdomen, que se insertan en el pubis, Se contraerá toda ia parte anterior ayudada por ei resto de los músculos abdominales más la musculatura del tórax, al cual sus músculos intercostales plegarán como si fuera un fuelle. La cabeza será llevada por el movimiento y rotará hacia adentro, entre los brazos. Se describe una línea cóncava en relación * Se conoce esta práctica como “meter la coía adentro”.
con e! piso y un amplio tomo a( quedar la pelvis y ¡a cabeza en el eje horizontal.
i .a zona de la cintura deberá ser la más saiieme vista de perfil. Esto es de máxima importancia. Esta zona ofrece mucha resistencia a causa Üe ios bloqueos musculares que sufre. Aflojar bien desde la cintura hacia los hombros en la carra posterior para que la musculatura de la cara anterior pueda contraerse sin hacer fuerza. Evitar que ia zona de losjomóplatos sea la que se proyecte más. hacia arriba. Este movimiento produce simultáneamente toda la extensión posterior y la flexión anterior vertebral. Cumplido eí movimietno en su totalidad, aflojar suavemente y retornar al punto de partida. Descansar sin cambiar de posición, iniciar el próximo. Como referencia general diré que con esta práctica se puede: Recuperar la función de los glúteos mayores. Estos músculos intervienen directamente, por ejemplo, en la posición vertical del hombre. Recuperar la función de ia musculatura abdominal en antagonismo con ios glúteos mayores para ia consecución de la posición vertical. Recuperar la función de la musculatura abdominal en relación con procesos orgánicos. Desbloquear la cintura al actuar sobre !a aponeurosis lumbar. Desdé los glúteos mayo resiniciadores del m ov í m le n ío - t a r a s í m r á n !á mu sculat ura que está sobre el lomo e stirando y abriendo sus fibras.
Abrir los espacios vertebrales para con secuen teme nte tener una mayor articulación vertebral. Separar la articulación sacrolumbar. m
Separar las auicu iaciones cervicales. Llastizar la musculatura intercostal tan importante en ia función respiratoria. Las propiedades y los beneficios de estas dos prácticas a) y b) tam bién están relacionados con el nivel de trabajo que se logre. Lo más importante es saber que se trabaja con la columna verte bral en su long itud total y en sus relaciones articulares inm ediatas. A partir del manejo de cada una de estas dos prácticas precedentes se puede iniciar la práctica AB que será la combinación de ambas. Comenzar tai como marcan las indicaciones con la práctica a). Cuando se termina el movimiento y se retoma al punto de partida, descansar. Contar cuatro tiempos y comenzar con la práctica b), igual a indicaciones. C ontar siempre cuatro tiempos que pausarán los cambios.
Se logrará sumar las virtudes de ambos movimientos y de tantos otros que, por hacerlo más accesible, no he mencionado. A no dudar que los efectos se producirán igual porque al estar atendiendo las necesidades corporales el cuerpo intuye, percibe y responde. Pazcienc ia y buena suerte.
Interpretación grá fica de una clase sobre posición de gateo de una alumn a de 5 años.
CINTURA Haciendo una referencia simple. diré que la cintura es una zona de ;ran importancia y sin embargo es ignorada y sometida durante lloras ■i la inmovilidad. La consecuencia es que se acopla funcionalmente ai sacro o a ia columna dorsal o a ambas. La cintura une y reúne el iiiembro superior con el miembro interior. Ks una zona de tránsito llámeme musculada. Las vértebras que las conforman son las más i,randes y tuertes de ia columna vertebral. No existe la presencia de oíros huesos en ella; sólo vertebras y músculos a modo de un resisten j y vigoroso cableado compuesto por músculos largos, músculos piaos, músculos profundos y pequeños, una gran aponeurosis y hasia el
u
Desde la cadera llevar la rodilla izquierda a tocar ei talón derecho, ila repercusión se hará notar en la cintura. dejar los omóplatos sobre el piso, esto marcará un límite. Si en principio no llega a tocarlo, de a poco !ó hará mediante la práctica. Hacer seis movimientos con la misma rodilla. Detenerse. Soltar toda tensión. Sentir y comparar el lado izquierdo con el lado derecho, o sea. el que trabajó con el que '“aún" no trabajó. Hvaluar la diferencia v hace con el derecho otros seis movimientos.
D) A continuación, juntar las piernas siempre flexionadas, y desde t a i s rodillas ir a “tocar” el piso hacia el costado izquierdo; traerlas hacia el punto de partida; aílojar y llevarlas hacia el costado derecho. Co m pletar doce mov imientos, seis hacia cada lado.
C) Posición: Boca abajo. La cabeza reposará sobre las manos. He xionar las rodillas..Desde ia cadera ir hacia el costado izquierdo "a tocar" el piso con los pies. Aflojar. Volver al punto de partida. Aflojar y llevar hacia el costado derecho. Doce movimientos, seis para cada lado/ Valorizar la movilización de la cintura.
Práctica A, B y C Activando la musculatura de la cintura desde las piernas. Ai Posición: Acostado sobre el costado izquierdo, la pierna de abajo Oexionada: brazo debajo de la cabeza y el otro con libertad.
Levantar suavemente toda la pierna desde la cintura, con rodilla, tobillo y pie flojos, hasta unos 40 centímetros del punto de partida se sentirá también la articulación de la cadera. Detenerse en el espacio: contar cuatro tiempos y bajar despacio, alio jar. Hacer seis movim ientos; Aflojando en cada uno. Pasar al otro costado. Tomar ia posición y con iguales indicaciones hacerlo con éste.
B) Posición. Boca arriba. Brazos a ios costado del .'uerpo. Piernas estiradas y paralelas.
Levantar des de la zona abdominal lia pierna izquierda hasta separarla aproximadamente 40 centímetros!del piso. El pie y la rodilla flo jos. Sostener y bajar. Aflojar, contar, tres tiem pos y hacer el próximo. Hacer seis movimientos en total; después de lo cual se harán otros seis con la pierna derecha. O Posición. B oca abajo. El cuerpo bien dispuesto sobre el piso. Posar la cabeza sobre las manos que estarán una sobre ía otra. Piernas flojas y estiradas.
Desde la cintura levantar la pierna izquierda aproximadamente 40 centímetros del piso. Es muy notoria la repercusión en la cintura. Se sentirá toda la parte posterior de ¡a pierna. Tener cuidado de no forzar. Recordar de aflojar siempre entre movimiento y movimiento, contar tres tiempos. Hacer seis movimientos; controlar la diferencia que se establece con el lado que aún no trabajó; Pasar a trabajar con la pierna derecha y hacer los otros seis movimientos.
Terminaremos esta serie probando la cintura y el tránsiio de la energía por ella. Práctica Posición. Boca arriba. Apoyar y aflojar bien la espalda. Piernas estiradas y paralelas. Brazos libres, flexionar desde la zona de la cintura ambas rodillas, llevarlas sobre el abdomen. Estirar alternativamente cada pierna hacia arriba, tratando de ir sintiendo que “se estira” suavemente la muscultura de la parte posterior proyectándose hacia los brazoscabeza, a medida que se contrae la anterior. La pelvis se levantará un poquito en cada movimiento. Disfrutar del estiramiento sin violentar sus límites. Aflojarse lentamente retomando al punto de partida. Se puede hacer tantas veces como se desee. Su práctica masajea la columna, activa y fortifica las piernas.
NOTA. Siempre al terminar ias practicas tomar la posición básica t i c relajación y des cansar. Salir de este reposo con estiramientos que se harán desperezos y bostezos.
PROPUESTAS Y PRÁCTICAS COTIDIANAS
PROPUESTAS Y PRACTICAS COTIDIANAS
SERIE DE ROTACIONES ARTICULARES Se trata de un trabajo simple y gratificante. Es aconsejable hacerlo en la mitad de la jornada de trabajo, o en. un ratito libre que. tengamos durante el día. Es algo así como “cambiar eí aceite y cargar combusti ble”. Renueva y potencia. Posición/Acostada. Parada. Sentada. A elección.
Práctica Ejemplo en posición sentada: Tomar un banco o una silla, si fuera esta última no apoyarse en su respaldo. R espiración normai. Sentarse sintiendo bien la base de ia pelvis. La columna erguida pero floja. Cerr ar ios ojos. Loc alizar las articula cio nes de todo el cuerpo, desde la cabeza hasta ios pies; que estarán apoyados descalzos sobre el piso, y paralelos,
Práctica Cabezacuello: Describir un círculo en cuatro tiempos: llevar primero el mentón hacia ei pecho. luego la oreja hacia el costado izquierdo, la nuca hacia atrás y la otra oreja al costado derecho. Se completa el círculo al comenzar el próximo movimiento. Se harán cuatro círculos hacia la izquierda y después otros cuatro a a derecha, aflojando entre cada uno,
Hombros: Con el hombro izquierdo describir un círculo rotando desde adelante hacía atrás. Seis movimientos. ídem con el hombro derecho. Equilibrar haciendo diez movimientos con ambos hombros. Siempre los círculos serán hacia atrás.
Codos: Describir círculos hacia aíueraadentro, con el antebrazo izquierdo. ídem con ei derecho, seis movimientos, luego diez movimientos con ambos.
Muñecas: Describir círculos hacia afueraadentro con la mano izquierda, ídem derecha. Seis movimientos. Luego diez con ambas. Columna: Hacer base en la pelvis. Sentir la base pelviana y desde allí erguir la columna hasta la cabe ¿a. Soltar los brazos, no contraer las rodillas, mantener los pies sin presionar contra el piso. Describir un círculo que nacerá en la pelvis e irá subiendo envolventemente por cintura, espalda, cuello, cabeza. Hacerlo lentamente; ver cómo nace, se desarrolla emergiendo por la cabeza.
Cadera: Hacer base en la pelvis, elevar el pie del piso unos veinte centímetros. Describir un pequeño, círculo en la cadera desde el muslo izquierdo. Seis movimientos hacía adentro, seis movimientos: hacia afuera, ídem con 1a derecha.;
Rodilla: Base en la pelvis, elevar ;el pie del piso unos veinte centímetros. Describir un círculo en la rodilla desde la antepierna, hacer seis riioví 'mientes hacia adentró; adentró; y seis movimientos hacia afuera. ídem con ía derecha.
Tobillo: Igual posición. i Describir un círculo con el tobillo, desde el pie izquierdo hacer diez movimientos hacia adentro. adentro. ídem con el pie derecho.
Para terminar, aflojar la columna sobe los muslos descansando allí. Brazos*hacia el piso. Luego pararase, estirarse sin límites buscando desperezos y bostezos. Sacudirse un poco “como saliendo del agua”... y ya está. Se podrá hacer también sólo por sectores. Según (a necesidad. Buscando cómo poder hacerlo en la posición que nos encontremos. Por ejemplo, si antes de dormir tuviera fatiga en la parte inferior de la pierna pie rna,, senta se ntado do e n el bord bo rdee de la cam ca m a colo co loqu quee la ante an tepi pier erna na sobr so bree el muslo dejando el tobillo ¡ibre; allí rotarlo siempre hacia adentro 34 veces, luego con el otro hacer lo mismo..
Si se desea hacerlo más profundamente, ayudarse con la mano opuesta del pie elegido que tomará la punta de los dedos e iniciará ei círculo, la otra ma no sostiene el tobillo tobillo como como una pulsera.
Estos circuios distienden ia zona articular, y esto ¿floja las inserciones y el volumen muscular. Lo que ocurre es que se genera a partir del círculo inicial una suerte de espiral dinámica en donde se estabiliza el estado energético. Manos Pies Las manos, como los pies, suelen alojar gran cantidad de tensiones: aspiraciones y deseos. A los pies es muy bueno hacerles baños con un puñado ce sales y luego estimular toda la planta, talón y cada dedo.
Práctica Colocar el pie de manera que nos permita trabajarlo. Cerrar la mano. golpetear rítmica y suavemente con ese puño sobre toda su planta, y en el talón. Pasar luego al otro pie. Retorna Re tornarr al primero. prim ero. Tomar Toma r cada dedo y ‘‘planch pla ncharlo arlo’’’ con estiraest iramientos en ia parte posterior, desde su nacimiento hasta su borde. Separar cada dedo de su vecino, dar pequeños tironcitos alargándolos..finalmente “atornillar y de satornillar” desde la base base.. ídem con el otro pie. Terminar Term inar coloca co locando ndo un pie paralelo ai otro otro estirando estirando y flexión ando toda su estruc tura en relación con eí piso. piso.
Mano: Colo car a m bas manos sobre una mesa. mesa. El cuerpo auto sostenido desd e i a colu m na erguida erg uida y floja, hombros relajados, codos también,
ambos lucra de! borde de ía mesa. Cerrar ios ojos. Hacer confluir iodos los dedos hacia un punto soltando luego muy despacio a medida que van estirándose. Ritmar este movimiento con el recuerdo del mar. De a poco el estiramiento se irá ampliando, llegará la transmisión dinámica basta e! cuello, masajeando las vértebras cervicales. Práctica iTomar la mano izquierda con la derecha y su dedo gordo sobre el nacimiento de la palma que estará mirando bacia arriba, los dedos restantes por detrás haciendo soporte. Trabajar esa palma desarmando su estructura ósea basta el nacimiento de cada dedo: esto bien cumplido, continuar desde el nacimiento de cada dedo hasta su extremo, separando las articulaciones. Luego hacer toda la línea desde la articulación con la muñeca hasta el extremo del dedo.
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Para terminar, sacudirlos com o si estuvieran mojados. Y luego... a tocar la guitarra, el piano, u “orientar1‘ las manos hacia algún receptor de caricias. Siempre habrá otra mano cerca dispuesta a la vinculación afectuosa. Tocar o ser tocado es un disparador de posibilidades ilimitadas.
PROPU ESTAS DE A UTO MAS AJE Y DESBLO QUEO Serie de seis movimientos básicos que estimularán las libras musculares en el proceso de ablandamiento y desbloqueo. Actúan como ei aiitomasaje que nadie mejor que uno sabe dónde lo necesita. Proveerse de un palo de madera; de aproximadamente un metro de largo por dos centímetros de diamétro.
Práctica 1 Posición: sentada. Acción: ro lar un palo sobre la musculatura del cuello. Tomar el palo con las p an os de cada uno de sus extremos: Ubicarlo en ia base poserior de cuello. Esto es válido para ab. a. Volcar ligeramente Ja Gabeza hacia atrás. Rolar el palo .hacia y hasta la nuca sobre ias vértebras cervicales. Sentir en su pasaje una a una cada vértebra. Hacerlo sin presionar. Retomar de igual forma ai punto de partida. Hacer seis movimientos completos. Se sensibiliza la zona cervical.
b. Volcar ligeramen te la xabeza hacia adelante. Roiar el palo sobre ei costado izquierdo del cuello, desde su base hacia y hasta la nuca y
desde la nuca hasta ¡a base. Rolar sin pausa hasta cumplir ocho movimientos completos. Luego hacerlo sobre el costado derecho. Se actúa sobre el músculo trapecio (parte superior), ubicado en esa zona c inmediatamente debajo de la piel y sobre la musculatura que está por debajo y adyacente a él.
Práctica Z Posición; sentada. La cabeza volcada sobre ei pecho. Acción: pendular, con ei palo sóbre la musculatura del cuello. Tomar el palo con las manos de cada uno de sus extremas. Ubicarlo en la base posterior del cuello. Pendular hacia abajo y arrib;* presionando suavemente, sobre la zona lateral izquierda de la columna cervical hacia y hasta la nuca y desde la nuca hasta la! base. Hacer pequeños péndulos sintiendo las tensiones acordonadas en él costado vertebral. Péndula sin pausa hasta cumplir ocho movimientos completos. Luego Ileerlo sobre el costado derecho. Trabajar con delicadeza. No ejercer lucr/;i x
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Práctica 3 Posición: sentada. Acción: pendular sobre la musculatura ubicada entre la base lateral del cuello y la articulación del hombro. Ludo izquierdo: colocar el palo sobre el hombro. Tomarlo con la mano izquierda por delante y la derecha por detrás. Ubicarlo en la base lateral del cuello, desde donde se irá pendulando hacia abajo y hacia arriba hasta la articulación del hombro.y desde aquí otra vez a la base. En general causa mucha dificultad poder hacer este movimiento. No hay que desalentarse. No sirve. Siempre hay que hacer lo que .se pued a hacer. El problema está en 1a articulación del hombro que por falta de funcionamiento se encuentra limitada y en la zona del omó plato que está bloqueda y sin mayores desplazamientos. Este pendular abrirá la articulación y despegará los omóplatos porque obliga a reestablecer la dinámica funcional. Pendular sin pausa hasta cumplir ocho movimientos completos. Lado derecho :''colocar e! palo sobre el hom bro. Tom arlo con la mano derecha por delante y la izquieda por detrás y trabajar con iguales indicaciones sobre este lado.
Práctica 4 Posición: parada. Tórax ligeramente volcado hacia adelante y aba jo . La cabeza acom paña.
Acción: pendular con el palo en el sector dorsal. Lado izquierdo: tornar el palo de un extremo con ¡a mano izquierda. colocarlo sobre la espalda y toma el otro extremo con la derecha. Chicarlo enlre el borde interno del omóplato y la columna dorsal. Pendular hacia abajo y hacia arriba, presionando suavemente sobre esa zona. Se abrirá ei espacio entre la columna y el omóplato. Se aflo jarán planos musculares internos y externos. Hacer ocho movimientos. Descansar. Sentir la activación de la zona. ; Lado derecho: tomar el palo de un extremo con la mano derecha, colocarlo sobre la espalda y toma el otro extremo con (a izquierda. Trabajar con iguales indicaciones sobre este lado, fcsta práctica ofrece diSlicultades semejantes a las de la práctica 3, pero de a poco se notará qúe la musculatura responde.
Práctica 5 Posición: parada, con el cuerpo volcado hacía adelante y abajo. Acción: Rolar con el palo sobre los laterales de la columna dorsal y iuínbar. Ludo izquierdo: tomar el palo de un extremo con la mano izquierda. palma hacia adelante, colocarlo sobre la cintura en su parte posterior, y tomar el otro extremo con la derecha palma hacia atrás. Inclinarlo hacia el lazo izquierdo sobre la musculatura de la región lum bar. Rolar so bre ésta y continuar hacia la m uscula tu ra de la región
dorsal y hasta ia axila. Descender rolando hacia la cintura. Cumplir con seis movimientos completos. Descansar. Sentir cómo uno puede ir desarmando los núcleos de tensión alojados en ese recorrido, y cómo estimula a. ampliar la articulación del hombro ai desplazar ai omó plato y a la clavícula. Lado derecho', tomar eí palo de un extremo con ia mano derecha palm a hacia adelante, colocarlo sobre la cintura en su parte posterior y tomar ei otro extremo con la izquierda palma hacia atrás. Trabajar con iguales indicaciones sobre este lado. Es posible notar que existen diferencias entre el estado!muscular de cada lado. Se puede insistir más sobre el más contracturado, sin ejercer fuerza y suavemente.
Práctica 6 Posición: parada.Cuerpo yolcado hacia adelante y abajo. Acción: pendular sobre la musculatura paravertebral. Lado izquierd o: tomar el jpalo de un extremo con la mano izquierda, colocarlo sobre la espalda y tomar el otro extremo con ia derecha. Ubicarlo paralelo a la columna vertebral y pendular (hacia abajo y hacia arriba), presiona ndo sin hacer fuerza sobre la muscu latura parave rtebral. expuesta por la posición. Se tratará de actuar'sobre todo ei canal vertebral desde la cintura hasta el cuello. Reactiva esta musculatura. Estimula los m úsculos situados en planos profundos que participan en la articulación de las vértebras, liga planos musculares superficiales. La do derech o: tomar el palo de un extremo con la mano derecha, colocarlo sobre la espalda y tomar el otro extremo con la izquierda. Trabajar con iguales indicaciones sobre este lado.
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Práctica final Posición: inicial parada. Acción: estimular con el palo las zonas trabajadas como usted lo sienta, encontrando posiciones cómodas. Dejar que el movimiento sea encaminado por el propio cuerpo.
PROPUESTA S PARA REALIZAR DESDE EL EJE VERTICAL A PARTIR DE LA TÉCNICA EXTERNA Es indispensable integrar el cuidado corporal a la vida cotidiana para que ei cuerpo sea nuestro vehículo vital. Es posible que ia serie que sigue ayude a ayudarse. 1. En el caso de tener que estar durante el días varias horas parados, hallar un momento para aflojar las articulaciones. Hacer pequeñas flexiones y extensiones en cada una de ellas.Luego, desde la cintura empezar a estirar todo el tronco hacia arriba, proyectando los bra zos hacia el techo. Mantener los pies sin levantarlos del piso. Se alineará el esqueleto, los ligamentos y los músculos. Algunos estiramientos se transformarán en desperezos y aparecerán bostezos espontáneos. Los desperezos no perdonan rincón. Estiran todo y regulan el tono muscular. Recupérelos. 2. Recordar que el cuerpo es una unidad. Repartir pesos, trabajos, esfuerzos. Aprender las diferencias que existen entre poner fu erz a o p o n er energía: fuerza uso desgaste energía conducción recambio Instrumentemos la forma más simple de tomar el eje vertical para po der tenerlo en cuenta en las situaciones y posiciones cotidianas. No reclama demasiado esfuerzo y se puede además estimular al estudio completo de los ejes (cap. 6). el que requiere mas detenimiento. La insistencia y la aplicación reiterada creará la presencia constante del eje. Se recuperan de a poco las posturas correctas y se aflojan las tensiones. Un cuerpo que se está ordenando descansa mejor, funciona me jor. Estar en el eje es poner cada co sa en su lugar. Es recu perar el an tagonismo muscular. R eco rrido e xterno de autoobservación. Eje vertical a) Parado o cam inando ubica r los puntos de apoyo. Tender una línea imaginaria que pase por la nariz, esternón, zona umbilical y caiga
entre los pies como plomada. La parce posterior del cuerpo responderá si está Hoja. Sentir esa línea, darse cuenta de que actúa como si fuera un tutor.* Contiene al cuerpo e impide que se desplome sobre los pies. Organiza ía columna vertebral evitando cabezas caídas (atrás, adelante), tórax salidos, cinturas hundidas y abdómenes volcados. Sostiene la postura erguida sin pesar sobre las articulaciones. A ! cam inar ayuda al desplazamiento dei cuerpo.
Observemos en los siguientes gráficos actitudes corporales que se dében evitar
O
* Palo o varilla que mantiene derecho un árbol.
b) En la po sición sentada se quiebra el eje vertical. El punco de apoyo será la.base pelviana y los pies que equilibran,y compensan el peso general. Sentarse apoyando la pelvis pareja. Trazar la línea imaginaria: nariz. esternón.zona umbilical; y pubis. Desde allí la linea caerá como plomad a hacia el piso. Mantener los pies paralelos.
Sentir que la línea ordena y sostiene. Tratar de no cruzar las piernas o por lo menos evitarlo hasa que se maneje ia postura. Aflojar el cuerpo con confianza. No se caerá. El antagonismo muscular aparecerá para cumplir con la función de 'sosté# y los órganos internos estarán agradecidos. Observemos en los siguientes gráficos actitudes corporales que se deben evitar:
Observación frontal. Eje transversal Si bien el cuerpo humano no es perfectamente simétrico, su disposición es armónica. Por lo tanto, un hombro más alto que otro debe de significar, ser un motivo de preocupa ción. a) Traz ar una línea imaginaria de hom bro a hom bro que deberá atravesarlos por igual.
b) Trazar la línea imaginaria, de cadera a cadera, que deberá de atravesarlas por igual.* Si esta coincidencia no se produce, puede de berse a las perturba cion es que sufre el eje transversal inferior o superior a causa de tensiones de diversos orígenes, que provocan acortamientos musculares con sus consecuentes derivaciones. Fuertes contractivas en los distintos sectores vertebrales. Con mayor frecuenica en el sector cervical y el sector lumbar. Atrofias musculares. Alteraciones vertebrales. Desplazamientos articulares. Hacer la observación pertinente y evaluar las posibles causas. Sugiero, de todos modos desde mi escritorio, acostumbrarse a no cargar los pesos siempre sobre el mismo lado ni sobre el mismo hombro. Re* Esta observación puede hacerse frente a un espejo.
partir todo peso, toda carga que deba trasladarse entre ambos costados corporales. Usar mochilas o también bolsos que se* puedan cruzar en bandolera. Hay que evitar instalarse en lugares y rincones del cuerpo. Observemos en los siguientes gráficos algunas de las actitudes corl porales que se deben evitar:
Reemplazar por
No carg ar con la vida en el bolso. Llevar el bolso y po ner sólo lo necesario.
PRÁCTICA DE EXAMEN VISUAL
Examinemos las siguientes figuras en las que se podrán hacer diversas obser vaciones propias y ajenas. Las imágenes pueden mezclarse y hacerse con ellas una composición diferente. Siempre hallaremos elementos para trabajar con nosotros mismos.
PROPUESTA FINAL: ANDAR
A Felisa Jezier, mi amig a y co ndiscípulo
PROPU ESTA FINAL: ANDAR
Practicar este sencillo acto humano mediante el cual además de pon er en movim ieno todo el cuerpo podre m os'tom ar conciencia del paso en ei tiempo. □ El paso que di ya fue es pasado. □ El paso que daré no existe es futuro. □ El paso que estoy dando es el presente.
Futuro
Pasado Presente
La tentación del presente es posible. La tierra está bajo nuestros pjies para ser am ada con el suave ritmo del andar o con el fuerte golpe de la carrera.
Práctica : Apropiarse de cuanto rato libre aparezca y considerar que podemos disfrutar d e él caminando.
Planificar la práctica desde ei tiempo que se disponga, sin imponerse r esultad os rápidos. No es una propuesta maratónica. Se; trata, com o en todas las práctic as,1de abrir espacios. Co nv ertir este acto en otro pequeño ritual. Tener siempre a mano un buen calzado y desnudar los pies siempre que e terreno lo permita. Determinar previamente el objetivo de la caminataj Cada una de ellas contribuirá al conoci mietno de la dinámica corporal. De a poco se irá recuperando el andar.
Prácticas y objetivos 1. Se ntir las articulacio nes inferiores: el tobillo, la rodilla, la cadera, y cómo al avan zar se transmite el m ovimiento de una a otra. 2. Sen tir cóm o a poyan los pies y corregir si fuera necesario en rela I ción con los tres puntos de apoyo (ver cap. 6). Esta práctica ayuda a la reubicación de la estructura contribuye al equilibrio. 3. Iniciar voluntariam ente el paso desde el pie, desd e el muslo o desde la pelvis. Se podrá o b s e m r que en cada caso el tamaño serú diferente y que intervienen distintos grupos musculares. Esta prácti i ca aumenta la capacidad motriz. 4 . ; Cam inar sintiendo la cintura. A flojar esa zona muscular. Se produ cirá un movimiento pendular en la pelvis y en la columna lumbar. 1Se flexibiliza la articulación vertebral, 5. Sen tir la colu m na vertebral ¡sobre las piernas com o si fuera llevada en andas. Se logra una gran ¡liberación de tensiones. ó. Cam inar con todo el cuepro, desde la estructura ósea, identificando el eje vertical. 7. Caminar haciendo ritmos lentos o ritmos rápidos. Probarlos en el paso, el trote y la carrera. 8. Se ntir el desplaza m iento del cuerpo en el espac io y percibir la den sidad co rporal: pesado, liviano o en equilibrio, El Ultimo objetivo elegido de esta interminable gama será para cuando se esté en u n medio natural. 9. Cam inar con los ojos cerrados dejando que los sentidos lo orienten, revelan do sonido s, olores y temperaturas. La respiración unirá y ex pan dirá to da la unidad;y la co nectará con el espacio. Los sonidos, los olores, las temperaturas, el aire, las texturas, via
jarán desde afuera hacia adentro y serán incorporadas. Así se nutren las capacidades naturales. Los estados anímicos afectan al estado corporal... pero ei trabajo corporal modifica y mejora el ánimo.
e píl o g o
EPÍLOGO
Cuando empecé a escribir este ljbro hará unos nueve meses ya tenía clara conciencia de mi inconciencia. algo así como un estado de total entrega al riesgo que ello implicaba, pero ignoraba totalmente que en tan poco tiempo reviviría tantos años de mi vida; agradezco la experiencia, porque recordé rostros, voces, salas de clase, palabras que se cumplieron, cielos, calles, poemas que me acompañaron y tanto más. Finalmente, de la mano de mi historia en lo relativo al conocimiento corporal, los convoco a mejorar la relación con su cuerpo, a ampliar la conciencia corporal, a comprender que somos nuestro cuer po; a incorporar elem entos que, de a poco, irán actuando casi como educadores corporales. Nos mostrarán el uso que hacemos de él y permitirán que la operatividad vital bruña sus bordes internos y externos, desate sus ligaduras, rompa el dique dé la garganta para que suelte la risa, el llanto, los gritos... La palabra. Recordemos que el tiempo no descansa, las leyes físicas actúan siempre. Recobremos el instinto de conservación con el que fue dotada la especie, confiemos en la memoria genética. Terminemos con las postergaciones y las debilidades que impiden vivir de cuerpo ente ro. Buenos Aires, 25 de setiembre de 1993
1 Las cartas sobre i a me ¡a ......... .................................................9 2 Haciendo orden...................................................................... 17 3 Paisajes humanos.....................................................................23 4 Empezando la tarea
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.............. ...............................................
29
5 - La resurrec ció n de L ázaro ..................................................... 35 6 - El cuerpo , la forma que h abitam os.......................................41 7 - Haciendo equ ilibrio .......... ...................................................... 53 8 - Ca m inar ................ .....................................................................6í
9 Como pez en el agua ............................................................... 67 10 Propuestas y prácticas ............................................................. 77 Pequeño ritual con uno mism o................................................. 80 Desprendimiento del vestido muscular..................................... 80 Práctica de la forma básica de relajación.................................. 81 Primer recorrido (ó se o) ..........................:................................ 82 Segundo recorrido (anicular) ................................................... 85 Tercer recorrido (muscular)...................................................... 85 .
88 Sin prisa y sin pausa................................................................... 91 Cuarto recorrido (de los contenidos)........................................
11 Columna vertebral ......... .........................................................
95
Cintura......... ........................... ............................................... 114 12 - Propuestas y prácticas cotidianas ..................................... 119 .
Serie de rotaciones articulares ............................... ................
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Examen visual ................................................ .......................
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