LE L E C T U R A S D E ECONOM ECO NOMÍA ÍA POLÍ PO LÍTI TICA CA
LE L E C T U R A S DE D E ECONO CONOM MÍA PO POLÍTIC ÍT ICA A Recop Re copilad iladas as po p o r
Je J e s ú s H u e r ta de Soto Volumen II
Unión Editorial, S.A.
© 1987 UNIÓN EDITORIAL, S.A. © 2008 UN IÓN EDITOR IAL, S.A. (2.” (2.” edición) edición) c/ Martín Machio, 15 • 28002 M adrid Tel.: 913 500 228 • Fax: 911 812 212 Correo:
[email protected] www.unioneditorial.es ISBN Obra completa: 978-84-7209-198-6 ISBN Volumen II (2.” edición): 978-84-7209-458-1 Depósito Legal: M. 00.000-2008 Impreso por G M , S.A. r á f ic a s
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d it o r i a l
INDICE Murray N. Rothbard: Falacias del sistema keynesiano 9 Murray N* Rothbard: La fijación general del precio de iosfactores ios factores de producción 21 Jesús Huerta de Soto: ¿Es el trabajo una mercancía 49 Friedrich A. Hayek: El paro y los sindicatos en los años ochenta Henry Hazlitt: Leyes del salario mínimo 89 Friedrich A. Hayek: Historia y política . 93 Bertrand de Jouvenel: Los intelectuales europeos y el capitalismo 109 109 William H. Hutt: El sistema de la fabrica a principios del siglo XIX 127 Friedrich A. Hayek: Leyes, mandatos y orden social * 143 143 Friedrich A. Hayek: El orden de mercado mercado o catalaxia . * 161 Friedrich A. Hayek: La disciplina de las normas abstractas y los impulsos emocionales de la sociedad tribal 191 Milton Friedman: Libertad económica y libertad política 213 213 Henry Hazlitt: Los impuestos desalientan la producción 227 227 Ronald Reagan: Discurso en la Fundación March 229 Samuel. Briltan y Peter Lilley: La política de rentas en la Alemanianazi Alemania nazi y el milagro de Erhar Er hardd 237 237 Ludwig Erhard: Bienestar para todos 249 .........................................................................
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Ludwig Erhard: Nacimiento Nacimi ento de la economía econom ía de libre mercado merc ado Francisco Cabrillo: Libertad financiera Henry Hazlitt: El odio a la máquina
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Murray N. Rothbard FALACIAS DEL SISTEMA KEYNESIANO Anteriormente vimos que, aunque las funciones keynesianas fueran correctas y los gastos nacionales fueran menores que la renta por encima de un determ inado punto , y vicevers viceversa, a, no se se prod ucirían consecuencias consecuencias lamentables lamentables pa p a ra la econ ec onom om ía. E l nive ni vell de r e n ta m o n eta et a rio ri o y, cons co nsec ecue uent ntem em ente en te,, de ates at eso o ramiento es una ficción. Proseguiremos ahora nuestro análisis del sistema keynesiano y demostraremos la existencia de otras falacias dentro del mismo. En otras palabras, veremos que la función de consumo y la inversión no determinan esencialmente la renta nacional. (Antes demostramos que era indiferente que lo hicieran.) A. Inlerexn Inler exn e invers inversión ión
A unq ue es el factor dinám ico y volátil del sistema sistema keynesiano, la inversión inversión es es tamíjicn su hijastra. Originalmente, Keynes lo determinaba por la compara ción del tipo de interés con la eficacia marginal del capital o perspectivas de rendimientos netos. Se supone que el tipo de interés viene determinado por la relación m onetaria. Ya hemos visto visto que esta id ea es errónea. De hecho, el el tipo de rendimiento neto de equilibrio “es” el tipo de interés, el tipo al que se a justan las cotizacione cotizaciones. s. Com o hemos visto, visto, son las variacion es de preferencias temporales las que se reflejan en los cambios de decisiones sobre consumo e inversión, antes que las de la inversión sean causadas por las de los tipos de interés. Las variaciones del tipo de interés y de la inversión son las dos caras de una misma moneda y ambas están determinadas por las valoraciones y prefe rencias temporales de los individuos. “ Críticos” Críticos” del sistema sistema keynesiano keynesiano com eten tam bién el error de con siderar el tipo de interés como causa de las variaciones de inversión y como determinado po p o r la rela re laci cióó n m o n e tari ta riaa , como co mo Pigo Pi gou, u, q u ien ie n afir af irm m a qu e el descen des censo so de prec pr ecio ioss lib li b e r ar á sufic su ficien iente te efec ef ectiv tivoo p a r a red re d u c ir el tipo ti po de inte in teré rés, s, e s tim ti m u lar la r la inversión y, finalmente, restablecer el pleno empleo. Loss modernos keynesiano Lo keynesianoss ha n tendido a aba nd on ar las complejidades de de la relación entre interés e inversión y simplemente se declaran agnósticos en MfíiK lu-om/nr lu-om/nr mi/lSlfiti\ N a sh P u b li sl ií ii g C o .. Líis .Angeles !970. voL II. 'romsidü c1l‘ MfíiK 'IVadiicción de Carmen Liiifu).
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MURRAY N. ROTHBARD
cuanto a los factores que determinan la inversión. Se basan en una supuesta determ inación del consumo ^ B. B . L a ‘Junción de cons consum umo* o*’’
Si los keynesianos keynesianos se se han m ostrado ostra do inseguros inseguros con respecto a la inversión, han sido, sido, sin emb argo, argo , m uy tajan ta jantes tes en lo que se refiere al consumo. La inversión es un gasto volátil y dudoso* Por otra parte, el consumo total es una ^'función” pas p asiv ivaa y esta es tabl blee de la r e n ta n acio ac ionn al prev pr evia ia.. Lo Loss gastos gas tos neto ne toss tota to tale less que qu e determinan y equivalen a la renta neta total en un período (no se consideran, desgpraciadamente, los gastos brutos entre cada etapa de la producción) se componen de inversión y consumo. Además, el consumo se comporta siempre de m anera que, por debajo de u n d eterminado nivel de renta, será m ayor que éstos y, por encima, será menor. La figura muestra las relaciones entre con sumo, inversión, gastos y renta nacionales.
Figura Figura L— L — Relación entre Consumo, inversión, gastos y renta social, según el sistenna keynesiano
La relación e ntre ren ta y gastos gastos es la misma que la que mu estra la Figura 78 (del original, ,'V. d. T.) (“Atesoram iento y sist sistema ema keynesiano” keynesiano” ). Vemos aho ra po p o r q u é los keyn ke ynes esian ianos os su p o n en q u e la c u rv a de gasto ga stoss tien ti enee u n a incl in clin inac ació iónn menor que la de la renta. Se presume que el consumo tiene la misma inclina ción que q ue los los gastos, gastos, ya q ue no se relacio na la inversión con la ren ta, puesto pu esto que no se conocen sus determinantes. Por tanto, se considera la inversión sin relación funcional con la re nta y se representa como un espacio espacio constante entre las líneas de gasto y consumo.
FALACIAS DEL SISTEMA KEYNESIANO
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La estabilidad de la pasiva función de consumo, en comparación con la volatilidad de la activa inversión, es la clave del sistema keynesiano. Esta pres pr esuu n ció ci ó n se en e n c u e n tra tr a ta n re p leta le ta de erro er rore ress q u e debe de bem m os ex am inar in arla lass u n o a uno. a) ¿Cómo justifican los keynesianos la presunción de la estabilidad de la función de consumo con una forma como la mostrada en el gráfico? Por un lado, a través de los “estudios de presupuesto” —estudios interregionales de la relación entre renta y gastos familiares por sectores de renta en un determi nad o año. Estudios Estudios de presupuesto como los los realiza realizados dos po r el Com ité Nacional de Recursos en los años 30 dieron unas “funciones de consumo” similares con un aum ento del desate desatesoramient soramientoo por debajo de un determ inado pu nto y con atesoramiento por encima de él (es decir, renta menor que gastos por debajo de dicho punto y gastos mayores que la renta por encima). Se supone que esto indica que aquellos que *‘desahorran”, esto es, que desatesoran, son son gente pobre en u n n ivel inferior inferior al de subsist subsistencia encia e incurren en défici déficitt a través través de préstamos. préstamos. Pero, ¿cuánto se supone que d ur a esta situa ción? ¿Cómo puede haber un déficit continuo? ¿Quién seguiría prestando a esta gente? Es más razonable suponer que los desatesoradores están “desacu mu lando” el capital capital que previamente hab ían acumu lado, es es decir que se se trata de gente rica cuyos negocios sufrieron pérdidas durante ese año. b) A p a rte rt e del de l h ech ec h o de q u e se m a lin li n te rp r e te n los estu es tudi dios os de pres pr esup upue uest sto, o, hay implicadas falacias más graves, ya que la causa dada por dichos estudios no tiene na da que ver con la función función de consumo keynesiana keynesiana.. Los primeros, en el mejor de los casos, estudian las relaciones interregionales entre clases de gastos gastos y rentas familiares familiares dura nte un año. L a función de consumo keynesia keynesiana na inten ta establecer establecer la relación entre consumo consumo y renta nacionales totales totales du rante cualquier año y que esto sea válido para una hipotética gama de niveles de renta. En el mejor de los los cas casos os,, un a curva ente ra de presupuestos presupuestos se se resume resume en un solo punto de la función de consumo keynesiana. Por tanto, los estudios de pre p resu supp uest ue stoo no p u ed e n c o n firm fi rm a r las pres pr esun unci cion ones es keyn ke ynesi esian anas. as. c) Otra conocida estratagema para confirmar la función de consumo alcanzó su máxima popularidad durante la Segunda Guerra Mundial. Se trata de la correlación histórico-estadística de la renta y consumo nacionales du ran te un período concreto de tiempo, h abitu alm ente los los años 30. 30. Se supuso supuso que esta ecuación de correlación era la función de consumo “estable”. Los errores de este procedimiento fueron numerosos. En primer lugar, aun acep tand o tal relación estable, estable, se trata ría sólo sólo de una conclusión conclusión "histórica” , no de una “ley teórica”. En física, se puede presumir que una ley definida experimentalmente es constante pa ra o tras situacione situacioness idénticas; idénticas; en la acción h um ana , las situa situacione cioness históricas nunca son iguales y por tanto no hay constantes cuantitativas. Las