LA SENSIBILIDAD FRENTE A LAS NECESIDADES DE SU ENTORNO
"LA SENSIBILIDAD HUMANA"
Es la facultad o la percepción interna gracias a la cual tenemos diversas sensaciones, desde que nacemos sentimos sentimos : alegría, alegría, tristeza, tristeza, amor, amor, duda , apatía, apatía, curiosidad curiosidad,, miedo, miedo, euforia, euforia, desconfianza, desconfianza, libertad, entusiasmo, intriga, etc.. En nuestra sociedad las personas prefieren aparentar ser duras o insensibles, para no comprometerse e involucrarse en problemas que suponen ajenos a su responsabilidad o competencia. De esta manera, las aflicciones ajenas resultan incómodas y los padecimientos de los demás molestos, pensando que cada quien tiene ya suficiente con sus propios problemas como para preocuparse de los ajenos. La indiferencia es el peor enemigo de la sensibilidad. Vivimos rodeados de noticias sobre problemas sociales, injusticias, corrupción, inseguridad, pobreza, etc... Estas cuestiones no dejamos que formen parte de nuestra vida , que sean otros quienes piensen, tomen decisiones y actúen para solucionarlas. No es correcto pensar que somos inmunes a estos problemas y que no nos afectarán. La sensibilidad es el valor humano que nos hace despertar hacia la verdadera realidad de los demás. Con sentido común podemos hacer frente a todo tipo de inconvenientes, con la seguridad de hacer el bien al servicio del prójimo. La sensibilidad nos permite descubrir en los demás a ese "otro yo" que piensa, siente y requiere de nuestra ayuda. Es interés, preocupación, colaboración y entrega generosa hacia los demás. El exceso de sensibilidad puede ser una carga pero ante todo es un don. Jung fue el primer psicólogo que habló de la sensibilidad como un rasgo de carácter y advirtió sobre lo poco que se valora en nuestra sociedad. Las personas sensibles recuperan su energía cuando descubren que pueden dar cosas buenas y cuando se les aprecia por ser personas que saben escuchar, precisas en sus juicios y fieles en sus sentimientos. No solo tenemos sensibilidad con nuestros semejantes también tenemos sentimientos de sensibilidad con los animales, con la naturaleza , etc...... Las películas y los juegos de vídeo violentos reducen la sensibilidad al sufrimiento ajeno. La persona sensible suele ser intuitiva, observadora y artística. Parece que el mundo sea de la gente extrovertida que busca poder, fama o dinero. Pero ¿qué haríamos sin personas personas conscientes conscientes de los problemas problemas ambientale ambientales?. s?.
La sensibilida sensibilidadd nos aporta muchas cosas cosas positivas que nos conviene conviene
cultivar, nos proporciona la sabiduría para estar en contacto c on las profundidades del desvelo humano. CAMPAÑAS DE AYUDA EN FAVOR DE LOS NECESITADOS.
La Iglesia está presente en los acontecimientos más importantes de la vida, acompañando a las personas que se acercan a Dios en los momentos más importantes de la existencia humana: en los felices (matrimonio, bautismo, confirmación) y también en los dolorosos (pecado, enfermedad, muerte). Por la Iglesia, el Dios del Amor, visible en Jesucristo, se acerca a cada uno para darle sentido y esperanza La Iglesia ayuda a los más necesitados de la sociedad: sin techo, familias rotas y desestructuradas, inmigrantes, ancianos, enfermos, etc. La Campaña «Compartir» es una acción solidaria de toda la Iglesia Católica Peruana que a través de la Conferencia Episcopal, se dirige a favor de las poblaciones más necesitadas del país. Su accionar se enmarca dentro de lo que a nivel internacional se denomina: «Campañas de Solidaridad» o de «Comunicación de Bienes de la Iglesia Católica». Este año la XX Campaña «Compartir», nos anima a seguir reflexionando y mejorando nuestro compromiso con nuestros hermanos y hermanas que todavía viven situaciones extremas de necesidad en las zonas afectadas por el terremoto del 15 de agosto del 2007. Los Obispos del Perú señalan señalan que «La solidaridad solidaridad humana y cristiana cristiana nos impulsa impulsa a estar muy cercanos a todas todas las personas personas afectadas por esta terrible tragedia» (Mensaje CEP, del 17/8/07); y dado que persiste en no pocos casos esta situación podemos decir junto con el Apóstol Pablo: «la caridad de Cristo nos urge» (II Cor 5,14), y nos urge a fortalecer la contundencia y fecundidad de la solidaridad con los damnificados del Sur.
