La cuestión del nacimiento en la perspectiva de una filosofía del sujeto 1 Mario Lipsitz
Es a título de cuestión límite para la fenomenología que el problema del sentido del nacimien nacimiento to permite permite experimen experimentar tar y poner poner a prueba prueba sus supuestos supuestos metodológ metodológicos. icos. Y, porque el nacimiento se comprende generalmente como la venida de lo viviente a la manifestación, es en última instancia la comprensión del sentido de la fenomenalidad misma del ente viviente aquello que está en juego en su elucidación. Pero si la cuestión fenomenológica del sentido de la fenomenalidad de lo viviente es la de su modo de aparecer y la de su eventual diferencia con la del ente no viviente, le pregunta rebasa inmed nmedia iata tam mente ente
el
campo ampo
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regu regula lac cione iones s
y
pres presc cripc ripcio ione nes s
de
la
Fenomenología, Fenomenología, por el que fuera concebida, para interrogar a la filosofía en general sobre los los supu supues esto tos s feno fenome meno noló lógi gico cos s y onto ontoló lógi gico cos s que, que, implí implíci cita ta o expl explíc ícita itame ment nte e la determinan en su comprensión del aparecer del fenómeno, esto es, de su fenomenalidad. La elaboración de la cuestión del nacimiento pone en juego una red de nociones y conceptos tales como "animalidad", "sexualidad", "sexualidad", "subjetividad" "subjetividad" entre tantos otros, otros, que en las significaciones asumidas a través de diferentes configuraciones han permitido dar expr expres esió ión n a las las diver diversa sas s comp compre rens nsio ione nes s del del prob proble lema ma.. Sin Sin emba embarg rgo, o, toda todas s esta estas s comprensiones ya presuponen alguna concepción de la fenomenalidad de la cual son tributarias. Resulta entonces entonces que una una renovación en en la comprensión comprensión del aparecer de lo 1
Texto preparado pedido de la UNGS en agosto de 1999 para formar formar parte de una publicación que presenta las diversas investigaciones en curso en las diferentes áreas de la Universidad.
viviente, de su nacimiento, habrá de renovar necesariamente el sentido de los conceptos indicados. Al menos dos veces veces el problema del nacimiento nacimiento se ha presentado como tema tema explícito e ineludible para la Fenomenología; una primera vez, en la obra de su fundador E. Husserl que reflexiona reflexiona en el cuadro de una fenomenolo fenomenología gía intencional intencional,, y una segunda, segunda, en el contexto de la tentativa de radicalización heideggeriana que en la analítica existenciaria de "Ser "Ser y Tiem Tiempo po"" oper opera a sobr sobre e fond fondo o de un desp despla laza zami mien ento to de las las cuest uestio ione nes s fundamentales de la fenomenología hacia la ontología2.
Los problemas del nacimiento (y también los de la muerte), se presentan para Husserl como problemas últimos y eminentemente complejos para la fenomenología 3. Dado que la comprensión trascendental es la verdadera comprensión, el examen de los diversos modos de constitución ha de ser el modo adecuado de acceso al fenómeno y entre ellos, al nacimiento, que, como todo otro fenómeno, se presentará como cogitatum cogito.4 correlativo al cogito. ¿En qué reside la "complejidad" y el carácter liminal de la cuestión? En el hecho de que el análisis intencional no encuentra fenómeno alguno que corresponda a mi nacimiento: la intencionalidad no encuentra su llenado intuitivo en alguna vivencia adecuada; fracasa también la donación presentificante ante aquello que, que, por nunca haber estado presente, presente, 2 3 4
Por razones de espacio no me referiré aquí más que a los "condicionantes" husserlianos de nuestra investigación.
Krisis, §55, MC, §61 Meditaciones Cartesianas (MC) §50 Husserl, E Meditaciones
no puede ser recordado y carece así de un sentido de pasado. Pensar mi nacimiento lleva sólo a una intención de de presunción cuyo llenado llenado será por principio imposible. Y si mi nacimiento
no puede ser recordado, es porque nunca tuvo lugar. Carente de
Ur-impression y de pasado, mi nacimiento se presenta como incierto, sobre el fondo de la cert certez eza a apod apodíc ícti tica ca del del Ego, Ego, y será será en todo todo caso caso cons constit titui uido do bajo bajo el modo modo de una una apresentación analogizante o imaginado, es decir, dado en un acto no posicional que lo caracteriza entonces entonces con un índice de irrealidad. El ser ser del del Ego, Ego, que que prec preced ede e en dere derech cho o a toda toda obje objeti tivi vida dad d cons constit titui uida da,, a la vida vida desc descub ubie iert rta a y tamb tambié ién n al nac nacimie imient nto o mund mundan ano, o, no nace nace (ni (ni muere uere)) porq porque ue su autoconstitución que es autotemporalización infinita se realiza en una temporalidad sui generis que no es la del tiempo del mundo. Y si no es posible pensar un nacimiento de la conciencia es que simplemente carece de sentido la pretensión de pensar mas allá del pensamiento. Por esto para Husserl Husserl la cuestión de un "comienzo" "comienzo" del Ego, Ego, es decir, de su nacimiento, carece por principio de sentido y será substituida por una problemática construida en una perspectiva genética. Por otra parte, la exclusión de la esfera trascendental, o más bien, su reducción a una eterna llegada en principio ajena a la idea de un inicio puntual, parece expulsar a "mi" nacimiento al plano de la experiencia mundana mundana donde será elaborado en una una perspectiva de la generatividad.
Si mi nacimiento se presenta entonces como "fenómeno-límite" para la fenomenolgía, es en tanto que poniendo a prueba y superando a los instrumentos movilizados, termina imponiéndose como límite de la fenomenología fenomenología misma. misma. No es sin sin emba embarg rgo o en su obsc obscur ura a cond condic ición ión de "lím "límite ite"" sino sino en su cond condic ició ión n de "fenómeno" que el nacimiento debe ser interrogado. Pues la fenomenalidad, comprendida comprendida en su sentido esencial, no admite ninguna gradación, no se decide en el plano de la evidencia evidencia o de la duda y finalmente finalmente aquello aquello que parece parece estar en juego en la expresión expresión "fenómeno-límite" es la decisión aún no asumida acerca de la pertenencia del nacimiento a la manifestaci manifestación ón o a la no-donación. no-donación. Por esto, si mi nacimie nacimiento nto es algo más más que la eterna autotemporalización del ego inmortal, si entre la experiencia trascendental del ego y el nacimiento nacimiento mundano mundano hay algo más que una indefinida indefinida dialéctic dialéctica a que alimenta a ambos mientras misteriosamente los identifica5, entonces es hacia el principio mismo de la Fenomenología en tanto que intencional que el cuestionamiento debe orientarse al constatar la ineficacia de su Principio fundamental para librarnos aquello que de algún modo se manifiesta. Compre Comprendi ndido do en su signif significa icació ción n última última,, el "Princ "Principi ipio o de todos todos los Princi Principio pios" s" de la fenomeno fenomenología logía husserlian husserliana: a: "toda "toda intuición intuición donadora donadora originaria originaria es un fundament fundamento o de dere derech cho o para para el cono conoci cimi mien ento to""6, no sólo sólo expr expres esa a la pres prescr crip ipci ción ón meto metodo doló lógi gica ca sino que que design designa a fundamental para el análisis intencional sino 5
la esenci esencia a
misma misma de la
Depraz, N. “Naître à soi même” Alter. Revue de Phénoménologie Nº1, Paris, 1993. que según entiendo no nos aclara en nada la cuestión de que un nacimiento pueda y deba en derecho referir al otro. 6 Ideen, §24
fenomenalidad , incluyendo a aquella de la propia intuición, su aparecer. Es, en efecto, en la intuición intuición y por ella que el ente accede accede a su manifestación manifestación.. Pero la intuición, intuición, como lo muestra M. Henry7 es la intencionalidad llena, de tal modo que todos los caracteres de la intencionalidad determinan a priori los rasgos de la donación: los horizontes no llenados, los perfiles, las potencialidades irrealizadas, la contingencia y la finitud. En la identificación husserliana de la intuición con el aparecer del fenómeno, es decir con el "cómo" de su manifestación, se rompe sin embargo el lazo exigido por otro principio decisivo de la fenomenología: el lazo del ser y el aparecer requerido para garantizar el Zu dem proyecto de alcanzar el ser absoluto del fenómeno, el fenómeno en persona. ““Zu Sachen selbst " expresa en realidad la disociación del ser (dem Sachen) y de su aparecer aparecer (la intuición, el método) disociación radical que encontrará su expresión acabada en la afirmación de que es el objeto mismo quien decide sobre el modo de acceso a él. Aporía extraordinaria de la fenomenología "clásica", según M. Henry, pues: "¿Qué podemos saber de la naturaleza de la cosa y de la manera según la cual determina los medios de acceder a ella, a menos que esta cosa y lo que llamamos su naturaleza ya estén descubiertos para nosotros en su aparecer y gracias a él?". Cuando el fenómeno que debe servir de guía para el análisis intencional es mi nacimiento, que no ofrece ningún punto de apoyo apoyo a la intuición, la aporía reviste un carácter ejemplar ejemplar . Tras la disociación en el fenómeno entre la cosa y su aparecer, la preminencia universal que el método asigna a la primera sobre la segunda no expresa sino una determinación ingenua y 7
M. Henry “Les quatre principes de la Phénoménologie”, Revue de Métaphysique et de Morale.
ruinosa del conocimiento por la cosa, de la fenomenología por la ontología, propia a toda la filosofía occidental8. Y es precisamente la identificación inicial y exclusiva del aparecer con la intuición y entonces con la intencionalidad la que, por diversas vías, habría arrojado inevitablemente a la fenomenología contemporánea fuera de la fenomenalidad ("a-Dieu" y "Autrement qu ´etre" en Levinas, "hors d´etre" en J-L. Marion, y ante todo, el Ser heideggeriano). Librada a su propio poder, la intencionalidad no sólo se revela incapaz incapaz por principio de garantizar su propia propia fenome fenomena nalida lidad d sino sino que, que, separa separando ndo de modo modo radica radicall al fenóm fenómeno eno de su aparecer, torna al fenómeno incomprensible y al aparecer inexplicable. Pero Pero la empre empresa sa de M. Henry Henry no es solam solament ente e crític crítica a y la refuta refutació ción n del supuest supuesto o metodológico que ha condicionado el desarrollo de la fenomenología husserliana se revierte en una afirmación propiamente fenomenológica: en efecto, la radicalización de la reducción fenomenológica, la puesta en la mira del aparecer mismo para distinguir en él dos modos modos de aparec aparecer er -en la inmane inmanenci ncia a y
en la trasce trascende ndenci nciaa- (allí donde donde la
fenome fenomeno nolog logía ía "clási "clásica ca"" no veía veía mas mas que uno expre expresad sado o en una única única signifi significac cación ión formal), es lo que permitiría reconocer por primera vez y promover al plano teórico a la fenomenalidad originaria ahora correctamente entendida como auto-afección inmanente y como Vida; si la crítica henryana nos parece irreprochable tanto por el rigor de sus anál anális isis is como como por por su resp respet eto o al proy proyec ecto to orig origin inal al de la feno fenome meno nolo logí gía a -pon -poner er de manifiesto la inscripción inscripción originaria del fenómeno fenómeno en la vida, nos enfrenta en retorno retorno a una 8
Henry, M, Ibid.
nuevo interrogante que condiciona nuestra aceptación: ¿se nos pide que sea nuevamente por la puesta ante la mirada, por el despliegue de una nueva intencionalidad intuitiva que esta radicaliz radicalización ación llamada llamada a salvar el aparecer aparecer del aparecer aparecer se lleve a término? término? Sin duda no; y la insistencia de M. Henry al respecto lo atestigua: un nuevo despliegue ecstático de la intencionalidad en la “reducción radical” se revelaría por principio incapaz de exhibir exhibir en él la vida. vida. Sin embarg embargo o su insist insistenc encia ia no se transfor transforma ma jamás jamás en una indicación positiva acerca de la vía a emprender 9. Más problemático aun es que, si como Henry Henry lo sugier sugiere, e, contrar contrariam iament ente e al hacer hacer ver ver de la reducc reducción ión fenom fenomeno enológ lógica ica que encuentra su poder apofántico en el mostrar intuitivo intuitivo,, la fenomenalidad originaria se trae a la presencia por sus propios medios en una autoafección patética inmanente ajena a todo horizonte y por lo tanto a todo ver ¿no quedaría entonces abolido el poder de la reducc reducción ión radical radical,, es decir, decir, la necesi necesidad dad del método método y en última última instancia instancia,,
la de la
Fenomenología misma? Si levantando estas restricciones se revelara que cierta radicalización de la reducción fenomenológica que opera "suspendiendo" la intencionalidad no cierra por completo la donación, si la puesta fuera de juego del aparecer extático y de aquello que en él aparece nos deja en presencia de nosotros mismos como autoafección patética experimentada en una una inme inmedia diate tez z sin sin fall fallas as,, pues pues ento entonc nces es se abre abre la puer puerta ta a una una posi posibi bili lida dad d aún aún
9
M. Henry, "Phénoménologie de la naissance", Revue de Phénoménologie Alter N°2, Alter N°2, Paris, 1994,. "A vrai dire aucune réduction phénoménologique au sens d´un procés de pensée n´est susceptible de nous livrer l ´ego", p.308 y también, "la réduction phénoménologique radicale dont nous parlons n´est possible que parce que, en tant que mouvement de pensée, elle indique autre lieu que le sien, celui où l`Ego advient à lui-même selon le mode d´une provenence qui lui est propre". Ibid
impensada para comprender el nacimiento en su dimensión trascendental. ¿No es en el acto de la relación sexual, que la comprensión mundana asocia espontáneamente con el nacimien nacimiento to y la "perpetuaci "perpetuación", ón", que cuanto más más se despliega despliega el ver intencional, intencional, tanto mas se extingue en beneficio de un pathos que no apunta a asumir ningún sentido relación ón sexual sexual parece parece operar operar como como una reducc reducción ión prácti práctica ca que, que, a mundano? 10 La relaci término, promete un sentir puro sin cuerpo y sin mundo, sentir que no es el de los amantes y en el cual, no obstante, participan participan.. El carácter progresivamente involuntario de la relación, la creciente pasividad de las partes no va en detrimento de la acción sino que sugiere el desplazamiento del centro de decisión a un sí mismo autotemporalizado en una temporalidad no mundana: aquello que Sartre nombraba “la petite mort” se presenta, cuando la tésis henryana de una afectividad inmanente es llevada hasta sus últimas nacimiento. consecuencias, como un nacimiento. Comprendida de esta manera, la venida a sí de lo viviente como afectividad comenzante no deja atrás su proveniencia afectiva si no que la conserva como lo que es y será su porvenir. Es por este comienzo enraizado en la carne afectiva y diferenciada de los amantes, en su subjetividad, que la ipseidad naciente no es la eterna y variada llegada de lo mismo11, sino el aparecer de un modo original del aparecer, la irrupción inmanente en 10
"autant de reduction, autant de donation"; la tésis de J-L Marion (Réduction et Donation, PUF, Paris1989) parece encontrar aquí, aunque sin duda en un contexto para el que no fuera formulada, una notable confirmación 11 En nuestra opinión, Henry fracasa su elaboración elaboración del nacimiento, tras la notable crítica de la intencionalidad intencionalidad que es esencialmente la del intelectualismo, cuando paradógicamente pretende conquistar la fenomenalidad originaria por el método. Por esto es que su análisis análisis del nacimiento se presenta como una mera mera repetición del análisis de la autoafección autoafección y se asemeja en este punto punto al de Husserl. Esto explica también que, tal como como sucede con Husserl y Heidegger, Heidegger, la sexualidad y su diferencia no sean requeridas y sólo encuentren encuentren su lugar fuera del plano plano ontológico.
la vida de una nueva tonalidad afectiva fundamental a partir de la diferencia que se conserva en ella como su propia materialidad fenomenológica. Llevar a término término esta reflexión significa enfrentar difíciles difíciles problemas, entre entre los cuales, la objeción que formulamos a la "reducción radical" de M. Henry no es el menor, pues en la posibilidad o en la imposibilidad metodológica de llevar al concepto la esencia de la manifestación como inmanencia absoluta se decide el sentido, ya sea fenomenológico ya sea metafísico, del procedimiento. Su consecución abriría no obstante la posibilidad de enriquecer las perspectivas para la elaboración de los problemas de la subjetividad y de la intersubjetividad, examinando en particular las condiciones para la asignación de un estatu estatuto to precis preciso o a la sexual sexualida idad d fenome fenomenol nológ ógica ica y a su difere diferenci ncia a12, que supere el carácter puramente formal y por lo tanto indeterminado que asume en la idea de una "intencionalidad sexual o pulsional"13. La afirmación por M. Henry de una afectividad ontológica14 nos servirá como suelo para interrogar, en la dirección de de los problemas presentados, a los pensamientos decisivos de E.Husserl, M. Heidegger, E.Levinas y G. Bataille.
12
Como lo muestra D. Franck, ("Chair et Corps", Ed. De Minuit, Paris, 1981). La diferencia sexual debiera implicar en la fenomenología husserliana la relación de una "Leib" a la otra: no es el cuerpo quien es sexuado sino la "carne". La in-corporación debiera por ello significar la reducción de la diferencia, y sin embargo Husserl, comprendiendo la diferencia como una característica mundana prescinde de ella 13
El enfoque formal de la sexualidad en Husserl y el desconocimiento de su diferencia se transforma, como lo muestra Derrida, en el caso de Heidegger, en la eliminación del problema cuando la neutralización desemboca en la total "Geschlechtlosigkeit" "Geschlechtlos igkeit" del Dasein. Al suponer que la diferencia sexual no está a la altura de la diferencia ontológica nos parece contornear por decisión metodológica un problema inesquivable. Ni la sexualidad, ni su diferencia son convenientemente examinadas antes de ser descartadas de las estructuras fundamentales del Dasein a título de determinaciones ónticas. 14 Henry, M, “L`Essence de la Manifestation”, puf, Paris, 1963.