BASES FILOSÓFICAS SOBRE LAS TEORÍAS DE ENFERMERÍA QUE SUSTENTAN EL CUIDADO DEL NIÑO Y TEORÍAS DEL CRECIMIENTO Y DESARROLLO HUMANO Las enfermeras(os) constituyen una fuerza humana y profesional de primer orden entre los profesionales del equipo de salud, sus competencias están diversificadas, y se les encuentra en todas las esferas de actividades relacionadas con la salud: LAS ENFERMERAS CUIDAN, EDUCAN, ACONSEJAN, DIRIGEN Y TAMBIÉN INVESTIGAN. El estudio de los paradigmas, las concepciones y los principios que han guiado la profesión enfermera desde Florence Nightingale es esencial para la comprensión de la naturaleza de los cuidados y de los cuidados enfermeros, a fin de descubrir o redescubrir la riqueza de un pensamiento no reconocida todavía. Desde hace algunos años, se ha insistido mucho sobre la importancia de destacar los cuidados. Con asombro e interés nos preguntamos: ¿Quiénes son las enfermeras? ¿Qué hacen? estas preguntas nos llaman la atención, ya que las enfermeras tienen una extensa práctica, anclada en la historia, historia que ha moldeado su evolución según los acontecimientos sociales. Estas preguntas también estimulan nuestro deseo de expresar, con justicia y claridad, los significados, los objetivos y las preocupaciones de la disciplina enfermera en el alba del siglo XXI. Estas preguntas son urgentes y apremiantes y merecen atención y consideración. Desde hace muchos años, las enfermeras han intentado precisar su propia área de investigación y de práctica. Han hecho el esfuerzo de buscar las palabras que describan justamente sus actividades de cuidados al lado de las personas provenientes de diversos lugares. Estas enfermeras, a menudo llamadas enfermeras teorizadas y metateóricas, han querido delimitar el campo de la disciplina enfermera. Con el fin de precisar las características de la disciplina enfermera, Fawcet (1984) ha examinado los escritos de varias enfermeras teorizadoras y ha reconocido, como Flaskerud y Halloran (1,980), que los conceptos CUIDADO, PERSONA, SALUD Y ENTORNO están presentes en estos escritos, a menudo de manera explícita y a veces de manera implícita. Desde 1859, estos cuatro conceptos están presentes en los escritos de Nightingale (1969). Es precisamente gracias a la manera particular con que las enfermeras abordan la relación entre el cuidado, la persona, salud y el entorno que se clarifica el campo de la disciplina enfermera. No podemos hablar de la disciplina enfermera sin tener en cuenta los contextos que han marcado su evolución, en esta óptica es de suma importancia situar las grandes corrientes del pensamiento que han favorecido el resurgir de los actuales conceptos de la disciplina enfermera , haciendo una revisión bibliográfica que permita al estudiante hacer un análisis crítico de las orientaciones que inspiran el quehacer de enfermería.
1.1.
Paradigmas:
Las grandes corrientes del pensamiento, o maneras de ver o comprender el mundo, han sido llamadas “paradigmas”, principalmente por el filósofo Kuhn (1970) y el físico Capra (1982). Estos pensadores han precisado los paradigmas dominantes del mundo occidental, paradigmas que han influenciado todas las disciplinas
Paradigmas en enfermería. 1.1.1.
Paradigma de la categorización
Según el paradigma de la categorización, los fenómenos son divisibles en categorías, clases o grupos definidos, considerados como elementos aislables o manifestaciones simplificables Un cambio en un fenómeno es consecuencia de condiciones anteriores. Así, los elementos y las manifestaciones conservan entre sí las relaciones lineales y causales. Bajo el ángulo de este paradigma, el desarrollo de los conocimientos se orienta hacia el descubrimiento de leyes universales. Aplicado en el campo de la salud, este paradigma orienta el pensamiento hacia la búsqueda de un factor causal responsable de la enfermedad. Por ejemplo, el aislamiento diferenciado de las bacterias ha permitido clasificar y asociar estas bacterias a los signos y síntomas precisos de enfermedades en el ser humano. Estas manifestaciones poseen características bien definidas y medibles.
Pueden ser ordenadas, tienen entre sí secuencias definidas de aparición y de enlaces previsibles. El paradigma de la categorización ha inspirado particularmente dos orientaciones en la profesión enfermera, una orientación centrada en la salud pública que se interesa tanto en la persona como en la enfermedad y más tarde, una orientación centrada en la enfermedad y estrechamente unida a la práctica médica. 1.1.2. Paradigma de la integración El paradigma de la integración prolonga el paradigma de la categorización reconociendo los elementos y las manifestaciones de un fenómeno e integrando el contexto específico en que se sitúa un fenómeno. El contexto en que se encuentre un niño o adolescente, o cualquier persona en el momento en que aparece una enfermedad influenciará sus reacciones frente al agente causal y su respuesta al tratamiento. Son múltiples los factores responsables de las reacciones. Este paradigma ha inspirado la orientación enfermera hacia la persona. Según esta orientación, el cuidado va dirigido a mantener la salud de la persona en todas sus dimensiones, salud física, mental y social. La enfermera evalúa las necesidades de ayuda de la persona teniendo en cuenta sus percepciones y su globalidad. Centra su atención en la situación presente y utiliza los principios de la relación de ayuda (Meleis, 1991). Intervenir significa “actuar con” la persona, a fin de responder a sus necesidades. La enfermera planifica y evalúa sus acciones en función de las necesidades no satisfechas. Se vuelve una consejera experta que ayuda a la persona a escoger los comportamientos de salud mejor adaptados a un funcionamiento personal e interpersonal más armonioso. 1.1.3. Paradigma de la transformación El paradigma de la transformación representa un cambio de mentalidad sin precedentes. En las condiciones de cambio perpetuo y de desequilibrio, la interacción de fenómenos complejos es percibida como el punto de partida de una nueva dinámica aún más compleja. Según este paradigma una persona es única en el sentido que no se puede parecer totalmente a otro. Cada fenómeno es una unidad global en interacción recíproca y simultánea con una unidad global más grande, el mundo que lo rodea. Es la base de una apertura de la ciencia enfermera hacia el mundo. Apertura hacia el mundo
Bajo esta orientación, la persona es considerada como un ser único cuyas múltiples dimensiones forman una unidad. Este ser, entero y único, es indisociable de su universo (Martín, 1984). La persona está en relación con su entorno o su medio próximo, ya sea exterior o interior a ella. La salud está concebida como una experiencia que engloba la unidad ser humano-entorno. La salud no es un bien que se posee, un estado estable o una ausencia de enfermedad. Formando parte de la dinámica de la experiencia humana, la salud “se integra en la vida misma del individuo, la familia y los grupos sociales que evolucionan en un entorno particular”. En esta óptica (de los cuidados primarios de salud), los profesionales de la salud no poseen el poder absoluto en las respuestas que se han de dar a las necesidades de los colectivos, sino más bien se presentan como personas de recursos que caminan en el marco de un enfoque colectivo con los individuos, las familias y las comunidades, con la intención de ayudarles a encontrar los elementos de respuesta en la satisfacción de sus necesidades de salud y de desarrollo económico. Esta orientación de apertura sobre el mundo influye necesariamente en la naturaleza de los cuidados enfermeros. El cuidado va dirigido al bienestar, tal como la persona lo define. La enfermera, habiendo acumulado diversos conocimientos, se adelanta a la manera de ver de esta persona. La acompaña en sus experiencias de salud siguiendo su ritmo y su camino. Utiliza todo su ser, incluida una sensibilidad que comprende elementos más allá de lo visible y palpable. Intervenir significa “estar con” la persona. La enfermera y la persona atendida son compañeros en un cuidado individualizado. En una atmósfera de mutuo respeto, la enfermera crea las posibilidades de desarrollar el potencial de la persona; la enfermera también se beneficia de los lazos auténticos que ha tejido con esta persona para el desarrollo de su propio potencial. Desde los años sesenta los sistemas de salud se han desarrollado de una Forma excepcional; actualmente frente a las crisis financieras que Atravesamos, se formulan varias preguntas respecto a las orientaciones Que será necesarias priorizar, en este afán creemos que la salud es Importante para todas las personas, pero de manera innegables es necesario tomar muy encueta la salud infantil y del adolescente, por una parte porque son indicadores del desarrollo de un país y por otro lado trabajar por la salud de la infancia y adolescencia es cimentar el futuro. Bibliografía Recomendadas. KEROUAC, Susane y otros.1996.El Pensamiento Enfermero. Masson. Barcelona, España MARRINER, Tomey 2000. Modelos y Teorías de Enfermería.Mosby Doyma. Madrid, España WALDOW,Regina 1998. Cuidado Humano .SagraLuzzato. Porto Alegre-Brasil
Tarea. El estudiante realizará investigación bibliográfica sobre las teorías de enfermería que sustentan el cuidado del niño: cuidado humanizado de Jeam Watson, Adopción del rol maternal de Ramona T. Mercer Modelo de interacción padres-hijo, Kathryn E. Barnard, cuidados culturales: teoría de la diversidad de Madeleine Lenniger, Modelo de Relación de persona a persona. Joyce, Travelbee, cuidar/cuidado de Waldow. Necesidades humanas de A. Maslow. Presentará resúmenes de cada una, acompañando su respectiva opinión, e indicando la forma de como serán incorporadas en su práctica formativa.
Es frecuente que ambas palabras, crecimiento y desarrollo, así como los conceptos que expresan, se entremezclen y empleen en forma conjunta, dado que ambas se refieren a un mismo resultado: la maduración del organismo. En general, todo crecimiento conlleva cambios en la función. El crecimiento o aumento de tamaño ocurre básicamente por medio de dos mecanismos posibles que se dan en todos los seres vivos: la hiperplasia o aumento de número de células que ocurre a través de la multiplicación celular; y la hipertrofia o aumento del tamaño de las células. Ambos mecanismos contribuyen al crecimiento humano, aunque operan con diferente intensidad en distintos momentos de la vida (figura 1). El crecimiento puede estudiarse también en otros planos más complejos de organización, por ejemplo, a nivel de los tejidos. El crecimiento de la piel para cubrir una lesión previa constituye un buen ejemplo de crecimiento tisular. A nivel de los órganos, el gráfico 1 ilustra el crecimiento de algunos de ellos.