DESARROLLO Y CONSOLIDACIÓN DE LA BURGUESÍA COMERCIAL Y FINANCIERA
BURGUESÍA: CONCEPTO En la edad media, la burguesía fue un estrato social formado por aquellas personas que no obedecían a un señor feudal. Es decir los sujetos que producían artesanías por su cuenta o los comerciantes, comerciantes, éstos se situaban por debajo de quienes ejercían el feudalismo pero por encima de los siervos. La burguesía era una clase social no privilegiada privilegiada (ya que no estaba formada por los religiosos rel igiosos ni por los nobles) nob les) pero tampoco pertenecía pertene cía al ámbito ámbit o campesino. Fue clave para la caída del Antiguo Régimen y la instauración del capitalismo. del capitalismo. Esta creciente clase social necesitaba de una organización diferente del Estado, del Estado, que que defendiera sus intereses y no los intereses de los sectores tradicionalmente privilegiados. Entre los valores que históricamente defiende la burguesía, se encuentra el derecho a la propiedad privada, la división de los poderes estatales y el fomento de las posibilidades de ascenso social.
DESARROLLO Y CONSOLIDACIÓN COMERCIAL Y FINANCIERA.
DE
LA
BURGUESÍA
1. CONPETOS: 2. DESARROLLO Y CONSOLIDACIÓN: CONSOLIDACIÓN: Aunque ya en la Antigüedad existieron hombres de negocios dedicados a las, actividades mercantiles y manufactureras y vinculados al mundo urbano, el importante papel de los aparatos públicos en las actividades económicas no solía mucho margen para la iniciativa privada, por lo que no podemos hablar de burguesía propiamente dicha. En Europa occidental, el crecimiento económico y demográfico experimentado a partir del siglo XI permite el asentamiento de una población cada vez más numerosa en las ciudades, tanto antiguas como de reciente fundación (burgos). Estos burgueses se especializan en actividades artesanas y, cantiles, que pronto les proporcionan una fuerza económica suficiente para presionar sobre los señores feudales, de los que obtuvieron libertades jurídicas, autonomía administrativa administrativa y protección protección para sus actividades. Los burgueses comenzaron a desarrollar una nueva forma de vida ejerciendo diferentes oficios, entre ellos estaban: tejedores, sastres, zapateros, carpinteros o ebanistas, joyeros, orfebres y peleteros, cuyos productos fueron vendidos porque el comercio fue junto con la
manufactura artesanal la actividad principal. El motor que le dio una mejor salida a los productos y poder superar el comercio local fue la creatividad de los burgos al comenzar a celebrar en determinadas fechas las “ferias comerciales”, las cuales se hicieron exitosas debido a que los consumidores podían comprar mercancías de distintas regiones que entonces tenían mucha demanda, desde los artículos básicos hasta los productos suntuarios. Era habitual la creación de museos en los que se trataba de enseñar e instruir al público en los más variados saberes. Al irse desarrollando el comercio de las ciudades, también se fue intensificando la circulación de la moneda, el poder del dinero fue creciendo cada vez más. Siendo el comercio cada vez más importante para el desarrollo de la economía, los primeros bancos comenzaron a surgir, en ellos se podían cambiar las monedas extranjeras por monedas locales, así como también conseguir préstamos con interés. Sin embargo, no consiguieron distinguirse jurídicamente de la mayoría campesina de la población, y el esquema social feudal, basado en la división en tres órdenes o estamentos (nobles, eclesiásticos y trabajadores o estado llano) se mantuvo inalterado. Esto no impidió que dentro del mismo grupo burgués se produjera una creciente estratificación, sobre todo Partir del siglo XIII, diferenciándose las oligarquías de grandes comerciantes y banqueros que normalmente controlaban los gobiernos municipales, del «común», integrado por artesanos, sirvientes y pequeños comerciantes. La oposición de intereses entre ambos grupos dio lugar a la aparición de conflictos durante la baja Edad Media. Además, esa oligarquía burguesa se asimila progresivamente a la nobleza terrateniente, cuyo estilo de vida copia y cuyo estatus social codicia. Desde fines de la Edad Media y durante toda la Edad Moderna, muchas familias burguesas entroncan con la nobleza (mediante matrimonios con familias aristocráticas empobrecidas), o acceden a esa condición mediante la compra de cargos o tierras vinculadas a títulos, convirtiéndose en rentistas y asumiendo los valores conservadores de la clase noble. otra forma de ascender socialmente era mediante el servicio en la creciente burocracia estatal que las monarquías autoritarias de la Edad Moderna estaban desarrollando Los monarcas preferían emplear en su administración a letrados procedentes de la
clase media burguesa, en lugar de a los miembros de la alta nobleza, susceptibles de desafiar su poder. De todas formas, los burgueses no ennoblecidos siguieron perteneciendo estado llano, y normalmente eran ellos los que acaparaban su representación Cortes y otras instituciones representativas de origen medieval, a las que los reyes Antiguos Régimen recurrían lo menos posible, sólo cuando estaban necesitados financiación extraordinaria. La expansión mercantil europea desarrollada a partir del siglo XVI, con el descubrimiento y colonización de nuevos y vastos territorios ultramarinos y la apertura nuevos mercados, proporcionó unas inmensas posibilidades de enriquecimiento burguesía. Pero el mantenimiento de las estructuras tradicionales le impedía un papel social y político acorde con su poder económico. A partir del siglo XVI se produjo también un cambio de mentalidad, con la difusión de nuevas ideas: el humanismo, el racionalismo e incluso la ética protestante (especialmente en su versión calvinista), transformaciones ideológicas, filosóficas y culturales que encuentra culminación en la Ilustración, que tuvo en la burguesía a su principal valedora beneficiaria. Se santificó el afán de lucro y el éxito en los negocios, como signo del divino y como contribución a la prosperidad general. El individualismo y la igualdad entre los hombres se elevaron a la categoría de dogmas, contradiciendo el sí de privilegios estamentales que impedía a la burguesía desempeñar un papel destacado en la vida pública. Por último, el apoyo al progreso científico y técnicas a la mentalidad racionalista, también en la economía, se oponían a las viejas estructuras productivas (gremios) y comerciales (mercantilismo), que constituían una para el pleno desarrollo del capitalismo, el nuevo sistema socioeconómico que ido gestando con las actividades de la burguesía.
3. LAS REVOLUCIONES BURGUESAS Todas esas estructuras económicas y sociales anticuadas encontraban su máxima expresión en el sistema político de las monarquías absolutistas. La burguesía utilizaba, en su beneficio el descontento de gran parte del estado llano, el estamento no privilegiado, que incluía desde los más pobres jornaleros hasta los banqueros o comerciantes
más ricos. La serie de revoluciones iniciada en Inglaterra (1642-48 y 1688) Norteamérica (1773-83) y Francia (1789), y extendida durante el siglo XIX al re Europa, significó la abolición del Antiguo Régimen y la instauración del estado General burgués, la sociedad de clases y el capitalismo industrial. Esta transformación social, económica y política sirvió especialmente a los intereses de la gran burguesía capitalista, convertida en clase dominante. En efecto, la revolución Industrial iniciada en la segunda mitad del siglo XVIII en Inglaterra había lugar al desarrollo de un nuevo sector económico. Los capitales acumulados por el comercio fueron invertidos en las nuevas fábricas, donde se empleaba a la mano de obra que una transformación agraria orientada al mercado había dejado sin tierras y si bajo. La nueva economía industrial, cuyos medios de producción están en manos de la burguesía capitalista, se transforma en el motor del desarrollo de los estados occidentales. El poder económico se convierte en la pauta que marca las divisiones y jerarquías de la nueva sociedad de clases. Se produce entonces la clara separación la burguesía y las clases trabajadoras, que no tienen acceso a los bienes de producción ni al reparto de la riqueza generada por su trabajo. La recompensa que obtiene el proletariado por haber apoyado las revoluciones burguesas es el pago de un salario por su trabajo, privado de voz en los mecanismos económicos y políticos. 4. EL CAPITALISMO El capitalismo como sistema de producción es un sistema social, politico y económico basado fundamentalmente en la propiedad de los medios de producción. Capitalismo monopolico se dio con el surgimiento de la revolución francesa ya que era necesario reunir más capitales. En la segunda mitad del siglo XIX era necesario recurrir a muchos ahorristas, estos ahorristas con su capital compran partes o acciones de empresas. El monopolio surge por la absorción o fusión de pequeñas empresas, hasta que el mercado era controlado por unas pocas empresas. El Capitalismo Financiero era muy importante ya que los bancos se especializaban, no sólo en la emisión de dinero, ahorro y préstamos, sino, también en invertir en la industria comprando acciones. El capitalismo financiero surge de la fusión del capital industrial con los bancos. La prosperidad de este período no fue continua, sino que hubo períodos de depresión.
5. EL FIN DE LA BURGUESÍA REVOLUCIONARIA La antigua burguesía revolucionaria se convierte en una clase conservadora. Se priman los valores del orden (además de los de la familia, el trabajo y el ahorro), se defiende a ultranza la propiedad privada, y se intenta restringí acceso de las clases populares al poder político (sufragio censatario). De vez en cuando, la presión popular en los movimientos revolucionarios y corrientes como el socialismo intentan despertar la conciencia de clase del proletariado y organizarlo para luchar por mejorar su posición. Ante esto, la burguesía responde con concesiones que intentan integrar a las clases populares en el sistema, instaurando el sufragio universal, extendiendo su ideología mediante la educación nacional, y creando el mito según el cual, en una sociedad de clases «abierta», cualquier individuo es capaz, por mérito esfuerzo, de mejorar su condición. En el siglo XX, la evolución económica y social de los países más desarrollados ha dominado la aparición de una amplia clase media o pequeña burguesía, que no está definida tanto por la propiedad de los medios de producción como por su formación cultural y técnica, que le permite desempeñar los puestos intermedios de la administración pública y empresarial. Por otro lado, se ha producido también una elevación del nivel de vida y formación de las clases trabajadoras, cuyos miembros más cualificados se confunden con los estratos inferiores de la clase media («aburguesamiento» de la clase obrera). Al mismo tiempo, la difusión de unos hábitos culturales y de consumo homogéneos por parte de los medios de comunicación ha propiciado aparición de una «sociedad de masas» o de consumidores, que pretende desdibujar las fronteras entre clases.