Crónica de un realismo mágico anunciado Resumen Si el realismo mágico floreció con esplendor en la literatura latinoamericana de los años sesenta y setenta, fue por las discrepancias surgidas entre la cultura de la tecnología y la cultura de la superstición, y en un momento en que el auge de las dictaduras políticas convirtió la palabra en una herramienta infinitamente preciada y manipulable. La “magia” se convierte entonces en un elemento cotidiano, que en realidad lo era, pues en las culturas hispanoamericanas aun pervive la superstición en muchos aspectos, se cree en las brujas, en los maleficios, en los muertos que regresan buscando sus pasos perdidos, en fin, en una serie de elementos que de por sí tornan mágica la realidad circundante. Crónica de una muerte anunciada es una de las novelas más importantes y populares de Gabriel García Márquez, escritor colombiano que fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1982. García Márquez es uno de los principales representantes del llamado ‘boom’ de la novela hispanoamericana. Precisamente, en Crónica, publicada en 1981, se pueden observar algunos de los rasgos que caracterizaron ese movimiento renovador en lo literario: el tratamiento novedoso del ámbito rural, algunos destellos de realismo mágico y, sobre todo, el uso de novedosas técnicas narrativas y de un estilo extraordinariamente versátil. Se observa que en Crónica de una muerte anunciada, no está presente de la fusión entre lo real y lo maravilloso. El hecho de ser una “Crónica”, como su nombre lo indica, tiene gran peso al justificar esto.
Introducción La lógica nos manda la existencia de un único mundo, el real, el tangible, aquel en el que nos despertamos cada mañana, en el que sentimos el roce del agua cuando nos bañamos, en el café nunca queda perfecto pero hay que tomarlo para poder despertar por completo a la rutina diaria. Sin embargo, existen otros mundos, intangibles, quizá para muchos imperceptibles, que se debaten entre los sueños y la irrealidad, entre la fantasía y la locura. Cualquier persona normal considera a esos mundos inexistentes, propios de la literatura o del cine; pero los otros, los extraños, estos que nos adentramos en esos mundos cada noche y que regresamos de ellos con las visibles marcas de su realidad, creemos que lo fantástico, lo maravilloso y lo mágico, son mundos verdaderos de los que tan sólo nos separa un pequeño velo. Hay otros que también se adentran en esos mundos y los traen al nuestro, los describen para esta realidad cotidiana, esos, los escritores de literatura fantástica, de realismo mágico, de mundos reales maravillosos, nos llevan de la mano por relatos que discurren entre varios planos de verosimilitud, unos más imaginarios que otros, todos diferentes y a un tiempo parecidos, por eso se confunden en ocasiones y nos hacen dudar al mundo al que pertenecen, porque lo único que los separa es, como ya dije, un pequeño velo, casi transparente que delinea y delimita cada mundo, pero que permite atisbar al otro de forma, a veces, imperceptible. Es en ese velo en el que nos centraremos ahora, porque aprendiendo a verlo es como aprenderemos a observar el realismo mágico que permea la obra de Gabriel García Márquez
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Marco teórico La literatura siempre ha tenido toques de fantasía; sin embargo, el realismo mágico es otra cosa. En la narración fantástica, los hechos irreales no tienen justificación alguna, no existe una certeza sobre lo que ocurre, el lector necesita explicaciones y éstas no son provistas por el relato, por lo que la ambigüedad existe hasta el final. En todo caso, el lector toma la decisión de aceptar que esos hechos transcurren en universos distintos y con otras leyes, o bien intenta enmarcarlos y explicarlos desde la lógica de esta realidad. De cualquier manera, en la literatura fantástica la realidad y la fantasía se mezclan, pero cada una tiene su lugar específico. Tzvetan Todorov dice que para denominar a un texto como fantástico es necesario que éste obligue al lector a considerar el mundo de los personajes como un mundo de personas reales, y a vacilar entre una explicación natural y una explicación sobrenatural de los acontecimientos evocados. Lo fantástico es una fractura en la organicidad total de la experiencia humana; una inseguridad en lo real que nos deja ver la otra cara de ella, lo surreal. En cambio, el realismo mágico se diferencia del uso tradicional de los elementos fantásticos en la literatura, porque presenta lo real como maravilloso y viceversa, planteando como un suceso común escenas y hechos fabulosos; mientras que brinda un carácter fantástico e irreal a actos de la vida común. El término de realismo mágico no es propio de la literatura ni de Hispanoamérica, en realidad aparece por primera vez en las artes plásticas, es usado por el crítico alemán Franz Roh, en 1925, para caracterizar un grupo de pintores postexpresionistas; pero se extiende a la literatura y se utiliza para definir una tendencia en la narrativa hispanoamericana que surge en 1950.
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La estrategia del escritor consiste en sugerir un clima sobrenatural sin apartarse de la naturaleza y su táctica es deformar la realidad. Personajes, cosas, acontecimientos son reconocibles y razonables, pero como el narrador se propone provocar sentimientos de extrañeza, desconoce lo que ve y se abstiene de aclaraciones lógicas. No hay tampoco ambigüedad ni análisis psicológico de los personajes, sino oposiciones bien definidas, y éstos no se desconciertan jamás delante de lo sobrenatural. Representa la coexistencia y coincidencia de dos mundos: el real y el mágico. El acontecimiento mágico no irrumpe precisamente en el discurso realista, sino que corre paralelo a él. El hecho fantástico produce la duda en el lector; el hecho mágico produce un efecto de "encantamiento". La causalidad del discurso es discontinua, permitiendo la unión de elementos distantes En este tipo de narraciones, lo maravilloso no es maravilloso, sino natural. El realismo surge como un milagro o como una alteración privilegiada de la realidad. También, evita cualquier efecto emotivo de escalofrío, miedo o terror, provocado por un acontecimiento insólito. Lo insólito deja de ser el otro lado, lo desconocido, para incorporarse a lo real, la maravilla en esta es la realidad. Es como volver el velo al revés. Si el realismo mágico floreció con esplendor en la literatura latinoamericana de los años sesenta y setenta, fue por las discrepancias surgidas entre la cultura de la tecnología y la cultura de la superstición, y en un momento en que el auge de las dictaduras políticas convirtió la palabra en una herramienta infinitamente preciada y manipulable. La “magia” se convierte entonces en un elemento cotidiano, que en realidad lo era, pues en las culturas hispanoamericanas aun pervive la superstición en muchos aspectos, se cree en las brujas, en los maleficios, en los muertos que regresan buscando sus pasos perdidos, en fin, en una serie de elementos que de por sí tornan mágica la realidad circundante.
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Metodología Para analizar la obra de Gabriel García Márquez se tomó como hilo conductor el realismo mágico presente en la mayoría de su obra, con el objetivo de determinar si Crónica de una muerte anunciada tiene visos de ese estilo narrativo que le es tan característico. Para esto, lo primero fue leer a conciencia Crónica de una muerte anunciada, identificar sus personajes, determinar su tiempo narrativo y establecer las cinco versiones que contiene de la muerte de Santiago Nassar. Después, se hizo una investigación sobre la vida del autor y su obra en general; así como sobre el realismo mágico. Con toda la información obtenida se procedió a realizar el presente escrito.
Desarrollo Crónica de una muerte anunciada es una de las novelas más importantes y populares de Gabriel García Márquez, escritor colombiano que fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1982. García Márquez es uno de los principales representantes del llamado ‘boom’ de la novela hispanoamericana. Precisamente, en Crónica, publicada en 1981, se pueden observar algunos de los rasgos que caracterizaron ese movimiento renovador en lo literario: el tratamiento novedoso del ámbito rural, algunos destellos de realismo mágico y, sobre todo, el uso de novedosas técnicas narrativas y de un estilo extraordinariamente versátil. Para el autor, su novela representó un acercamiento entre lo periodístico y lo narrativo, y una aproximación a la novela policíaca. La historia contada se inspira en un suceso real, ocurrido en 1951, del que el autor tomó el suceso central (el crimen), los protagonistas, el escenario y las circunstancias, alterándolo
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narrativamente, pero sin descuidar nunca los datos y las precisiones obligadas en toda crónica periodística. De este carácter real y verídico viene el nombre de crónica, que no sólo aparece en el título de la novela, sino que la orienta estructuralmente, ya que, desde el comienzo, lo que pretende el narrador es la recopilación de datos y testimonios, que de alguna manera puedan ayudar a entender el por qué del asesinato de Santiago Nasar, lo inevitable del mismo, así como los perfiles humanos y psicológicos de todos los personajes que tuvieron, por acción y omisión, algo que ver con el funesto suceso. La narración del hecho se realiza 27 años después de la muerte de Santiago Nasar, cuando el narrador se reune con la madre de este el aniversario 27 de la muerte de su hijo y se reconstituye toda la historia de la muerte de Santiago Nasar. La novela se presenta como la reconstrucción de una historia: un narrador en tercera persona y testigo de algunos hechos asume, años después del suceso, la función de investigador para reconstruir la historia mediante informes, cartas, testimonios diversos, su memoria (pues él mismo estuvo en el pueblo el día de la boda). El narrador nos presenta la historia dividida en cinco partes (cada una de las cuales desarrolla temas concretos y gira alrededor de los diferentes protagonistas) alterando la ordenación de los hechos y su ordenación temporal. El tiempo fluye de forma alineal, circular y caótico, consiguiéndose a través de anticipaciones, retrocesos, reiteraciones, superposiciones, elipsis, etc. El resultado es una especie de 'rompecabezas'.
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La imposibilidad de acceder al conocimiento de la verdad es uno de los aspectos de la novela que más llaman la atención es que deja sin aclarar al menos dos aspectos fundamentales de la historia: uno, si fue o no Santiago Nasar quién desvirgó a Ángela Vicario; dos, cómo fue posible que su asesinato no pudiese llegar a ser evitado dadas las circunstancias públicas en que se desarrolló. Dado que la novela se presenta como la reconstrucción casi periodística de unos hechos reales a través de minuciosa investigación, la conclusión de la misma dejando sin resolver aspectos tan esenciales pone de manifiesto la dificultad extrema de alcanzar en ocasiones el conocimiento de la verdad, sobre todo, cuando, como es el caso, se indaga con cierta profundidad en los hechos. La violencia, no sólo en lo que se refiere en la ejecución del crimen sino también en otras dimensiones de la historia; se trata de la violencia presente en la vida cotidiana: el machismo, el sentimiento irreprimible de venganza obligado por un cruel código de honor, Además, el lenguaje utilizado potencia esa violencia. El fatalismo, el tema del destino fatal, del sino trágico: por acumulación de adversas casualidades, Santiago muere; la novela parece querer incidir en la idea de que el destino de Santiago Nasar estaba ya predeterminado y que nada que hubiese podido evitarlo tuvo ocasión de ocurrir. El honor, un implacable mecanismo de venganza al que hay que acudir para restaurar el orden de la moral colectiva; no admite vacilación ni demora para ser restaurado y es obligación inexcusable; además, el honor legitima y sublima cualquier conducta (por ejemplo, tanto el cura como Carmen Amador consideran que los Vicario han probado su hombría, recuperando su dignidad y el honor de su familia). La religión y las creencias de los individuos: se presenta como una mezcla de fetichismo, superstición, milagrería, credulidad y simplismo; se incluye aquí,
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también, el tema de la figura del obispo y su visita frustrada, tratado desde un punto de vista crítico, con matices paródicos, irónicos... La casualidad que mueve los hechos y que permite el crimen nos da a entender de como el azar y acontecimientos triviales pueden cambiar el curso del destino. Ejemplos son: Santiago Nasar (al final de la novela) entra a la casa de su novia de súbito y Cristo Bedoya no le puede advertir de su muerte. Plácida Lineros cierra la puerta creyendo que su hijo había subido, error que costaría la muerte de este. Si se profundiza se puede deducir que nos mueve al azar. Preguntas como: ¿Que hago aquí? ¿Por qué nací con esta familia? ¿En este lugar? ¿Con esta gente y no con otra? ¿Por qué se tenía que casar con Ángela Vicario y no con otra? ¿Por que el padre de Santiago Nasar llegó a ese pueblo? Si hubiera llegado a otro nada de eso hubiera pasado. Crónica de una muerte anunciada presenta una desmesura, característica que podría llegar a ser considerada como uno de los factores determinantes de la novela. Tal es el extremo que ni un solo integrante del pueblo se digna de avisarle a Santiago Nasar que lo buscan para matarlo, ya sea por temor, o por la simple suposición o certeza de que ya está enterado de la situación y por lo tanto fuera de peligro. Este silencio masivo es lo que termina causando la muerte de este personaje. La desmesura también se ve presente en la forma en que lo asesinan: “Desesperado, Pablo Vicario le dio un tajo horizontal en el vientre, y los intestinos completos afloraron con una explosión.”1 La manera violenta y grotesca con la cual se consuma el crimen es una pura y bruta exageración, recalcando así los sentimientos de venganza y la necesidad de recuperar el honor perdido. Esto puede verse como una desmesura en los sentimientos, elemento que también observamos en los personajes de Angela, especialmente en su desesperación por recuperar a Bayardo, su locura e insaciable pasión. 1
García Márquez, Gabriel. Crónica de una muerte anunciada. Editorial Sudamericana: Buenos
Aires. (1998) p. 190.
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También en Bayardo, de una manera más compleja, no sólo en recursos y riquezas interminables, que muestra con ostentación, sino también en algunas de sus reacciones y actitudes a lo largo de la novela. Por ejemplo, cuando compra todas las rifas o cuando devuelve a la novia y se sumerge en una borrachera extrema. Esta desmesura es de gran importancia en la novela, no sólo por el efecto que tiene en la trama misma sino también para resaltar la presencia de la desmesura como algo cotidiano y constante en la vida latinoamericana, tal como es el caso de los caribeños en Crónica. Las conductas que florecen de tal forma no están condicionadas simplemente por pensamientos y sentimientos, sino por una fuerte presión social y la necesidad de mantener el tan preciado honor. Hay una numerosa cantidad de otros ejemplos de desmesura en Crónica, tales como el hecho de que la carta que dejan por debajo de la puerta para avisar del asesinato no es vista por nadie hasta muy tarde, las proporciones de la boda de Ángela y Bayardo, y el persistente olor a Santiago.2
Conclusiones Se observa que en Crónica de una muerte anunciada, no está presente de la fusión entre lo real y lo maravilloso. El hecho de ser una “Crónica”, como su nombre lo indica, tiene gran peso al justificar esto. Una crónica es un relato periodístico de hechos que ocurrieron en el pasado, y por lo tanto es muy difícil insertar algo maravilloso sin que el lector dude de la veracidad de lo leído. Sin embargo el lector es puesto en una particular situación donde vacila entre la realidad y la ficción, siempre en busca de la verdad absoluta, que nunca es revelada. Aún sin la irrupción de fantasmas o milagros, de cierta manera puede determinarse que no es un texto puro, verídico y realista. En el texto subyacen 2
“No sólo yo. Todo siguió oliendo a Santiago Nasar ese día.” Ibid. p. 126.
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símbolos, metáforas e ideas en gran cantidad, dado que, en contraste a lo que puede ser la primera impresión, ‘Crónica’ va mucho más allá de ser una simple novela u relato policíaco. Un fuerte mensaje hacia la sociedad en forma de crítica puede ser observado dados ciertos comportamientos que se demuestran en la novela. A través de un relato aparentemente realista, esta dura crítica a la sociedad, entre otras cosas, es percibida por el lector. Debido a la necesidad de hacer llegar este mensaje es que el autor, en esta novela, se privó de utilizar la fusión entre lo real y lo maravilloso, elemento característico en muchas de sus obras. En cierta forma, la omisión de este elemento ayuda a crear más rápidamente una predisposición de credibilidad de parte del lector hacia lo que lee.
Bibliografía S/A, “Alejo Carpentier cumple cien años”, en http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/misc, domingo 26 de diciembre de 2004. Tzvetan, Teodorov; Introducción a la literatura fantástica, Ediciones Coyoacan, México
DF, 1995
Valentín Pérez Venzalá, Notas sobre el realismo mágico, Minotauro Digital, Febrero 2002.
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