LA TRAZABILIDAD EN EL MANTENIMIENTO AERONÁUTICO por Rolando Bermejo *
Desde hace tiempo, la falsificación de repuestos ocasiona no pocos dolores de cabeza a la industria del transporte aerocomercial, ya que en muchas oportunidades es motivo de accidentes. Por esta razón las líneas aéreas deben hacer un control muy estricto para defenderse de ese tráfico ilegal. La desregulación en la aviación comercial a fines de los ‘70 trajo una serie de consecuencias, algunas de las cuales resultaron graves para el sector en su conjunto. Por ejemplo, el reordenamiento que se produjo entre las aerolíneas causó una rebaja generalizada en las tarifas, lo que fue recibido con beneplácito por los pasajeros. El entusiasmo que reinaba en el mercado obligó a las líneas aéreas a continuar disminuyendo los precios, obviamente bajando los costos. La comida a bordo empeoró, cuando no se eliminó, particularmente en las rutas cortas, los interiores de las cabinas están cada vez más descuidados y muchas rutas fueron levantadas. Pero la presión del mercado continúa hostigando, razón por la cual las líneas aéreas quieren seguir bajando los costos; los aviones deben estar más tiempo en el aire y el mantenimiento se resiente. Esto es así a tal punto, que ya se escuchan voces acerca de que el mercado tal como está no brinda seguridad, razón más que suficiente para que se proponga volver a un mercado regulado. En lo que respecta al mantenimiento en particular, el ansia por bajar los costos tentó a no pocas aerolíneas, dando lugar a un tráfico ilegal de partes en todo el mundo. Un repuesto original puede parecer auténtico a simple vista, pero ¿quién con sólo verlo puede garantizar que su proceso de fabricación haya sido el correcto? ¿quién puede predecir a simple vista las limitaciones y alcances de su funcionamiento? ¿quién puede determinar con sólo mirar que se ha cumplido con un determinado tratamiento térmico? ¿quién es capaz de establecer visualmente cuanto tiempo y bajo qué condiciones se almacenó? Por estas razones la autoridad aeronáutica continúa haciendo esfuerzos para que los operadores se aseguren el origen de las partes de remplazo para sus aeronaves. Habitualmente las empresas quebradas, los talleres de reparación o los distribuidores ponen a la venta sus excedentes de producción, que generalmente son obsoletos o no conforman el certificado de diseño. En estos componentes es muy difícil establecer los tiempos de almacenamiento, además son susceptibles de tener daños ocultos causados por los sucesivos traslados o manipuleos bruscos. En este sentido, cabe recordar que las autoridades aeronáuticas no emiten certificados a distribuidores, por lo tanto, éstos no tienen autoridad para extender aprobaciones de aeronavegabilidad. Cuando un distribuidor avala que está enviando la parte correcta, lo que asegura es que el número de parte concuerda con el solicitado en la orden de compra, no que el estado del componente es aceptable. El instalador tiene la obligación de establecer que el componente fue fabricado conforme a las normas de producción aprobadas. Por consiguiente, debe estar en condiciones de demostrar cuál es el origen de esas partes. Si el origen es incierto o 1
no puede establecerse no deben instalarse sino declararlas en cuarentena hasta que se pueda asegurar su procedencia. Existen varias maneras de fabricar componentes y partes auténticas: a) PC (Producer Certificate) b) TC (Type Certificate) c) PMA (Producer Manufacturer Authorization) d) TSOA (Technical Standard Order Authorization) e) STC (Suplemental Type Certificate). También hay otras, pero se encuentran restringidas por la autoridad competente que son las que hace el propietario u operador durante la realización de modificaciones o reparaciones, para poner en servicio una aeronave. Como se puede observar, los compradores son una parte esencial para asegurar una aeronavegabilidad continuada. Para ello deben establecerse procedimientos que permitan adquirir partes desde fuentes aprobadas. Deben conocer, calificar y auditar a los proveedores, no permitiendo que en sus decisiones influyan promesas de bajos precios y entregas inmediatas que sólo ocasionan demoras y pérdidas a sus compañías. Estas pérdidas suelen ser de millones si existen juicios de particulares perjudicados luego de incidentes, cuyas causas son defectos en las partes o componentes montados en el avión, por tratarse de falsificaciones. En síntesis, el operador deberá demostrar de qué lugar provienen, por dónde han pasado y dónde se encuentra cada una de las partes, de manera que pueda certificarse el cumplimiento de las regulaciones, única forma de garantizar una aeronavegabilidad continuada. La industria designa con una palabra inglesa el rastreo de partes para conocer su origen: traceability, que generalmente se traduce como trazabilidad, entendiéndose que para conocer la procedencia de un objeto se debe trazar el camino que recorrió desde el momento de su fabricación. * El autor de este artículo es técnico aeronáutico y se desempeña actualmente en el área de Aseguramiento de la Calidad en Aerolíneas Argentinas.
2