Pontificia Universidad Javeriana – Desarrollo Desarrollo y dolor psíquico – 11 11 de Agosto de 2014 Presentado por: Ma. Camila Mejía Merchán Fredu, S. (1916/1979) Conferencia XXII. Algunas perspectivas sobre el desarrollo y la regresión. Etiología. En: “Obras completas”. Amorrortu editores. Buenos Aires
La función libidinal recorre un largo camino de desarrollo para llegar a estar al servicio de la reproducción de manera “normal”, es importante ahora comprender las implicaciones que tiene lo anterior para el desarrollo de la
neurosis. Los procesos biológicos tienden a la variación y ocurre además que no todas las fases precursoras transcurrirán con i gual “tranquilidad” y serán superadas, pues habrá partes que quedarán retrasadas de manera permanentes en los estados tempranos haciendo así que haya cierto nivel de inhibición inhibición en el desarrollo. De esta manera introduce Freud el concepto de (1) fijación (1) fijación en el desarrollo, ésta puede ser definida como “una demora […] de una aspiración parcial en una etapa anterior” (p. 310) El segundo peligro que acarrea un desarrollo con fijaciones es explicado mediante el concepto de regresión. Ésta implica que “las partes que ya han avanzado pueden revertir en un momento de retroceso, hasta una de esas etapas anteriores” (p.310) Es decir, que las fijaciones fijaciones y las regresiones regresiones no son independientes, pues mientras más fuertes sean las fijaciones, más se buscará evitar las dificultades externas mediante una regresión hacia dichas fijaciones y la función mostrará una resistencia menor frente a los obstáculos externos. El vínculo entre fijación y regresión es importante para la comprensión de las neurosis. Freud aclara que hay regresiones de dos tipos; la primera es un retroceso a los primeros objetos investidos por la libido y la segunda es un retroceso de toda la organización sexual a estadios anteriores. Estos dos tipos de regresiones se presentan en la neurosis de transferencia. Es importante no confundir el concepto c oncepto de regresión con el de (2) represión. Éste es el proceso mediante el cual un acto admisible en la conciencia se vuelve inconsciente. También puede hablarse de represión si el acto anímico es rechazado en el umbral por la censura. Es importante comprender comprender que este proceso es puramente psicológico de carácter tópico. La represión se subordina a la regresión pues es el retroceso de un acto psíquico a un estadio más profundo y anterior del desarrollo. Sin embargo, no es la dirección retrocedente de la represión la que le interesa a Freud, pues le llama más la atención el sentido dinámico, es decir cuando un acto psíquico es retenido en el estadio más bajo, en el inconsciente. En resumen “la represión es un concepto tópico -dinámico, y la regresión, un concepto puramente descriptivo.” (p. 312)
Aclara luego que en la histeria hay una regresión de la libido a los objetos sexuales primarios, incestuosos pero no hay una regresión a una etapa anterior de la organización sexual. En la histeria el papel principal recae en la represión. La unificación de las pulsiones parciales bajo el primado de los genitales se ha cumplido pero sus resultados entran en conflicto con el sistema preconsciente que está enlazado con la conciencia. Es decir que la organización genital rige para el inconsciente pero no para el preconsciente. En el caso de la neurosis obsesiva obsesiva la regresión de la libido al estadio previo de la organización sádico-anal es el hecho más llamativo y el decisivo para la exteriorización en síntomas. El impulso de amor tiene que enmascararse entonces como un impulso sádico. En conclusión: una regresión de la libido sin represión represión no puede dar como resultado resultado una una neurosis sino que generaría generaría una perversión. perversión.
Freud explica luego que la neurosis puede contraerse cuando se le quita la posibilidad al sujeto de satisfacer su libido, es decir cuando se frustran y los síntomas neuróticos son el sustituto de la satisfacción frustrada. Ahora, eso no quiere decir que toda frustración de la satisfacción libidinosa provoque una neurosis pues no es omnímoda ni absoluta, sino que se asocia a las particularidades del sujeto. Es importante comprender entonces que las mociones pulsionales de carácter sexual son extraordinariamente plásticas, es decir que pueden remplazarse unas a otras, tomando unas la intensidad de las otras, de esta manera cuando la satisfacción de una es frustrada por la realidad la de otra puede ofrecer un resarcimiento. re sarcimiento. Las pulsiones parciales tienen además la capacidad de mudar su objeto, cambiándolo por otro que puede ser más asequible. Este desplazamiento y
predisposición a adoptar sustitutos, contrarrestan el efecto patógeno de una frustración. Uno de los fenómenos que protegen de enfermar ha alcanzado una particular importancia cultural: la aspiración sexual abandona su meta dirigida al placer parcial o al placer de la reproducción y adopta una meta que se relaciona, pero que está resignada pues ya no es ella misma sexual sino social. A este fenómeno se le da el nombre de sublimación, que puede definirse también como una clase especial de apuntalamiento de unas aspiraciones sexuales en otras no sexuales. ¿Cómo se relaciona la privación con lo anterior? Las medidas antes descritas que pueden ser usadas para contrarrestar la privación no son suficientes, pues el grado de libido insatisfecha que puede soportar un ser humano es limitado. La plasticidad o libre movilidad de la libido no se conserva intacta en todas las personas y la sublimación no puede tramitar sino una porción de la libido. La más importante de las restricciones cae sobre la movilidad de la libido pues hace depender la satisfacción del individuo del logro de un número escaso de metas y objetos. Un desarrollo libidinal incompleto dejará tras de sí una serie de fijaciones libidinales, extensas y múltiples, a fases anteriores de la organización y del hallazgo de objeto. La fijación libidinal es el segundo factor que se conjuga con la frustración para causar la enfermedad. “En la etiología de las neurosis la fijación libidinal es el factor interno, predisponente, y la frustración es el factor e xterno, accidental” (p.316)
Queda por resolver la pregunta ¿son las neurosis exógenas o endógenas?, explica Freud que la causación de las neurosis se ordenan dentro de dos factores: uno constitucional de la sexualidad y la vivencia, es decir: fijación libidinal y frustración. Hay que añadir que uno aumenta cuando el otro disminuye. A este fenómeno le da el nombre de series complementarias. Hace luego una aclaración con respecto a la viscosidad de la libido, ésta es “la tenacidad con que la libido [se] adhie re a determinadas orientaciones” (p. 317) es un factor autónomo, que varía de un individuo a otro y que tiene una gran importancia en la etiología de las neurosis y las perversiones. Hay que aclarar que en los individuos “normales” también se presenta est a característica. Reconoce Freud un nuevo factor, además de los ya expuestos, es la lucha entre mociones de deseo, al que llama ( 3) conflicto psíquico. Un pedazo de la personalidad aboga por ciertos deseos, mientras que otra se defiende de los mismos. En conflicto es generado por la frustración, que hace que la libido pierda su satisfacción y deba buscar otros objetos y caminos. Estos nuevos caminos serán bloqueados por una parte de la personalidad, imposibilitando así la satisfacción. Este es el inicio de la formación del síntoma, pues las aspiraciones que han sido rechazadas logran desfigurarse con el fin de satisfacerse de manera sustitutiva. Otro factor que hace parte del conflicto patógeno son las pulsiones yoicas, éstas luchan con las pulsiones sexuales. Son fuerzas pulsionales de carácter no sexual y el conflicto neurótico debe su origen al conflicto entre el yo y la sexualidad. En los casos en que el yo deja su libido fijada tras de sí en algún punto del desarrollo se configurará una perversión, es decir se volverá infantil, en los casos en que “acepta” dicha fijación. Cuando la rechaza habrá una represión de la fijación. En resumen, la causación de las neurosis está multideterminada, en primer lugar está la frustración, en
segundo lugar está la fijación de la libido y en tercer lugar se haya la inclinación al conflicto que proviene del desarrollo del yo que rechaza las mociones libidinales. Por último Freud introduce el concepto de apremio que se refiere a las tendencias internas del desarrollo, Explica que las pulsiones sexuales y las de autoconservación no se comportan de la misma manera ante el apremio. Las segundas son más fáciles de educar mientras que las primeras son más difíciles de educar pues al principio no conocen el apremio de objeto, ya que se satisfacen de manera autoerótica. El apremio está estrechamente relacionado con la formación del principio de realidad, pues el yo experimenta que es inevitable posponer la ganancia de placer y soportar un poco de displacer, se vuelve así razonable.