La cultura taina. Aspectos de la cultura dominicana.
Integrantes: Nathaly Mena Duarte (2012-1880), Laura M. Perez
C. (2012-1510) y Cynthia Frías (2012-2265) Profesor: Ascanio Osiris de Oleo Materia: Historia Social Dominicana (Soc011), Grupo 14.
La cultura taina. Aspectos de la cultura dominicana. A)
La cultura taina:
1. Origen del hombre americano, americano, poblamiento poblamiento de las Antillas 2. División Política-territorial Política-territorial 3. Hábitat 4. Estratificación social (grupos sociales) 5. Base alimentarias: agricultura, caza, pesca. 6. Aspectos culturales importantes; areitos, música, arte, juegos, etc. 7. Aspecto físico-psicológico de los tainos 8. Religión. El rito de la cóhoba, ceníes. Animismo, enterramientos. enterramientos. 9. Organización familiar 10. El legado o herencia taina. B) Aspectos de la cultura Dominicana
1. simbiosis culturales 2. folklor 3. Idiosincrasia del dominicano.
La cultura taina. Aspectos de la cultura dominicana. A)
La cultura taina:
1. Origen del hombre americano, americano, poblamiento poblamiento de las Antillas 2. División Política-territorial Política-territorial 3. Hábitat 4. Estratificación social (grupos sociales) 5. Base alimentarias: agricultura, caza, pesca. 6. Aspectos culturales importantes; areitos, música, arte, juegos, etc. 7. Aspecto físico-psicológico de los tainos 8. Religión. El rito de la cóhoba, ceníes. Animismo, enterramientos. enterramientos. 9. Organización familiar 10. El legado o herencia taina. B) Aspectos de la cultura Dominicana
1. simbiosis culturales 2. folklor 3. Idiosincrasia del dominicano.
A)
La cultura taina:
1. Origen del hombre americano, poblamiento de las Antillas Para conocer a los primeros habitantes de las tierras de las Antillas, hay que adentrarse en la Prehistoria de estas tierras, desde la llegada de los primeros pobladores hasta el arribo de los españoles, en 1493. El hombre americano no surgió dentro del propio continente, como consecuencia de la evolución de los primates, sino que apareció desde otras regiones, por las migraciones que se produjeron hace miles de años. Ese es el enfoque defendido por todos los especialistas. Existen diversas teorías de cómo se pobló el continente americano. Entre las teorías formadas se encuentra la teoría del Estrecho de Bering y la teoría de las rutas del Océano Pacífico. Luego, fueron estableciéndose por todo el continente, en un lento proceso. Se estima que para el año 11000 antes de Cristo ya se habían asentado por toda América, desde el norte hasta el sur. Otra teoría más reciente sugiere que los primeros pobladores llegaron desde el sur de Asia, a través del océano Pacífico, y arribaron a lo que hoy es el sur de Chile. Los primeros pobladores no podían establecerse en ningún lugar fijo, ya que dependían de la caza y de la recolección de frutos. Cuando los recursos naturales se agotaban, era necesario que se movieran de un lugar a otro. Luego, con el pasar del tiempo, estos amerindios comenzaron a cultivar la tierra. Esta práctica les permitió desarrollar una comunidad y asentarse en un lugar. Entre los primeros pobladores de América existían varias similitudes. Se asemejaban en sus rasgos físicos, como el tono de piel rojizo y la ausencia de vellos superficiales, el cabello lacio y oscuro y la cabeza grande, con pómulos sobresalientes. Por otro lado, ninguna cultura amerindia conocía el uso del hierro, ni de la rueda. La falta de estos dos factores refleja cuán aislados del Viejo Mundo se encontraban estos grupos indígenas, pues allí ya todos conocían las técnicas de utilización del d el hierro y de la rueda. La teoría más generalizada y aceptada señala que el poblamiento de las Antillas tomó miles de años y que sucedió en diferentes etapas. La cercanía entre sí de los territorios de la región del Caribe permitió la migración de grupos indígenas, o amerindios, desde diversos puntos del continente americano hasta las Antillas. Probablemente, el poblamiento ocurrió desde varias vías: una, procedente del norte -La Florida-; otra, del sur -Venezuela-; y otra, del oeste -Centroamérica-. Lo que sí se sabe es que las huellas más antiguas de los primeros pobladores antillanos datan del año 2000 antes de Cristo. Estos grupos trajeron consigo un bagaje histórico, cultural, social y económico que ha perdurado a lo largo de los años. Los españoles encontraron, a su llegada a las Antillas, una gran variedad de culturas. Como evidencia de ello, están las vasijas, los restos humanos y los artefactos de guerra
encontrados. En Puerto Rico, por ejemplo, habitaban los taínos cuando llegaron los españoles. En las Bahamas habitaban los lacayas. Los guanahatebeyes y los ciboneyes ocupaban el oeste y centro de la isla de Cuba, respectivamente. Aunque en La Española la mayoría de los habitantes eran taínos, como en Puerto Rico, los españoles también encontraron otros grupos, como los macoriges y los ciguayos. En las Antillas Menores habitaban los caribes, a quienes les otorgaron características negativas. Hasta ahora, los restos más antiguos se han hallado en Cuba y corresponden al grupo amerindio de los arcaicos. Para muchos, los habitantes de las Américas descienden de personas procedentes de Asia, siendo que las primeras huellas de su presencia en América, obtenidas por medio de estudios arqueológicos, datan de 11 a 12,5 mil años. Sin embargo, todavía no hay consenso sobre el periodo en que habría sucedido la primera ola de migración del ser humano sobre la región. Los pueblos indígenas que viven hoy en día en América del Sur provienen de los antiguos pueblos cazadores instalados allí, llegando de América del Norte a través del istmo de Panamá, y que ocuparon prácticamente toda la extensión del continente hace miles de años. Desde entonces, estas personas desarrollaron diferentes modos de uso y gestión de los recursos naturales y desarrollaron diversas formas de organización social divergentes entre sí. Teoría del Estrecho de Bering La teoría del Estrecho de Bering se basa en el supuesto, de un evento físicogeográfico y en varios descubrimientos geográficos y arqueológicos. Entendamos mejor los planteamientos hipotéticos. Presupuesto: el hombre primitivo fue incapaz de desarrollar las técnicas de navegación, por lo que no podría haber llegado a América a través del Atlántico o del Pacífico. De este modo, podría optar por sólo un camino, el estrecho de Bering, a unos 100 kilómetros, que separa Asia de América.
Evento físico-geográfico: se caracteriza por la glaciación y reducción de la temperatura de la Tierra, entre el año 35.000 y el 12.000 a.C. Con la bajada de temperaturas, la masa de hielo polar y el nivel del mar descendieron. El estrecho de Bering fue tan seco que permitió el paso a los seres humanos a pie, desde Asia hasta América. Descubrimientos arqueológicos: el más antiguo de los restos humanos hallados en el continente americano, que data de alrededor del 12.000 a.C., fueron descubiertos en América del Norte. El mismo tipo de rastros fueron hallados en Centroamérica, aproximadamente en el 9000 a.C., y en América del Sur en el 8000 a.C. sobre la región andina. La nueva hipótesis Desde 1970, los nuevos descubrimientos arqueológicos y el conocimiento histórico comenzaron a cuestionar las viejas teorías, y ahora podemos decir que, probablemente, los caminos del hombre hacia América fueron otros. En primer lugar, surgió una duda. La glaciación, que comenzó a secarse el estrecho de Bering hace que la temperatura de la región, que ya era baja, se reduzca a niveles casi insoportables. Si el ser humano primitivo fue capaz de crear técnicas para sobrevivir en estas condiciones, también podría haber creado diferentes medios de navegación. Sin embargo, aunque no se puede demostrar la incapacidad del hombre para navegar por ese tiempo, tampoco existen pruebas de que él fuera capaz de hacerlo de hecho. EN segundo lugar, el hallazgo arqueológico de vestigios humanos en Estados Unidos, Canadá, México, Chile y Brasil, con datación anterior a los 30.000 años ha llevado a una revisión de los antiguos conceptos. Se admite así una hipótesis razonable: los primeros grupos llegados a América podrían haber aparecido entre 100.000 y 70.000 años atrás. Las vías de acceso podrían ser tanto por nivel terrestre como por mar, una vez que el nivel del mar varió durante las diferentes épocas y, en ciertos momentos, alcanzó hasta 150 metros por debajo del nivel actual, lo que significa una mayor existencia de islas haciendo que esos viajes fueran más fáciles para las innovaciones y herramientas existentes en la época. Cabe señalar que cada teoría tiene su sutestante, entre ellas están: Origen del hombre americano: Teoría de Hrdlicka
Hrdlicka creía que el hombre americano procedía de un grupo racial asiático, pero entre los indios americanos hay diferencias somáticas muy marcadas. Eso hace suponer, que sólo mongoles ingresaron por el Estrecho de Bering, sino también gente de otras naciones como coreanos y japoneses. También pudieron ingresar a la América, malayos y australianos. La primera oleada de hombres fue de cráneos dolicocéfalos. Parece que estos tuvieron que hacer frente a grupos rivales más numerosos de cráneos braquicéfalos que al fin impusieron. En la actualidad existen en el estado más primitivo algunos grupos humanos dolicocéfalos, como las tribus amazónicas de la espesura del Brasil, los botocudos y los fueguinos de la parte austral del continente. Hrdlicka, no daba más de 30.000 años al hombre americano, lo cual es contradicho por el antropólogo austriaco Oswaldo Menghin, que le supone entre 70 mil y 100 mil años. Paul Rivet, partidario del origen múltiple, suponía que por mar habían llegado inmigrantes al continente sudamericano. De la Oceanía habría sido traído el camote y cierta variedad de algodón. Por su condición de isleños, los
melanesios eran gente marinera y se supone que en la misma forma en que llegaron a la solitaria isla de Pascua, pudieron haber llegado al continente. La influencia china y japonesas en la alfarería pueden apreciarse según el arqueólogo ecuatoriano Emilio Estrada, en las estatuillas de Valdivia. Lo mismo puede decirse de cierta cerámica de Vicús. Cuando terminó la época glacial, los grandes hielos se derritieron, y el mar subió de nivel tapando el istmo de Bering todo lo cual unido a los movimientos sísmicos, dejó la tierra firme bajo una capa de agua poca profunda como la cual actualmente existente de sólo 50 metros, que es lo que constituye el estrecho de Bering. Por lo tanto de ahí en adelante, sólo por mar se podía venir al continente americano. El arqueólogo Oswaldo Menghin, supone que el poblamiento de la América primitiva se produjo en tres oleadas migratorias. La primera oleada correspondiente al grupo racial de los európidos, no era de origen mongólico. Llegaron cuando Bering era un istmo y no un canal, o sea que el paso se realizó a pié firme hace 70.000 años durante el período glacial que no afectó a la península de Alaska. Estos hombres eran cazadores de nivel cultural muy rudimentario. La segunda corriente migratoria, correspondió a los nolanésidos, que llegaron por mar. La corriente, pasó por el mar de Bering cuando la época glacial había terminado y al derretirse los hielos, se elevaron las aguas del Mar Ártico cubriendo las tierras bajas de Bering. De todos modos el salto marino de Asia a la península de Alaska, era corto y se podía salvar en pequeñas embarcaciones. Los inmigrantes fueron de raza mongólica, aún primitivos, que llegaron a partir del año 4.000 imponiendo a los anteriores pobladores americanos sus definidos rasgos mongólicos. Para este mismo científico, los araucanos, primitivos llegaron de la Oceanía en la misma forma que llegaron a la isla de Pascua. Menghin, en su obra ―Origen y Desarrollo Racial de la Especie Humana‖ da una antigüedad de 70 mil años al hombre de
América en contraposición a Krosber que sólo consideraba 10.000 años, al que los hechos y los últimos hallazgos arqueológicos han desmentido. Para el antropólogo argentino José Labelloni, el continente americano recibió siete corrientes migratorias que fueron: la tasmanoide, la australoide, la melanesoide, la proto-indonesio, la mongoloide, la Indonesia y la esquimal. Hay que hacer notar que este científico no menciona ninguna Corriente Europea, de Asia Menor o de Egipto.
Origen del hombre americano: la teoría autoctonista de Florentino Ameghino
Cualquier planteamiento o estudio relacionado con el origen del hombre piurano, tiene que estar necesariamente subordinado a las teorías ya existentes sobre los primeros hombres del Perú y América. Hay dos teorías con relación al hombre americano, la autoctonista y la inmigracionista. La teoría autoctonista afirma que el hombre americano se originó en nuestro continente como resultado de la evolución. El autoctonismo que fue planteado el siglo pasado por el argentino Florentino Ameghino, se vio favorecido por los estudios de Darwin sobre el origen del hombre. Por lo tanto, según Ameghino, América fue foco de otro proceso de evolución. En su obra ―Antigüedad del Hombre en el Plata‖, se refiere a restos
óseos a los que supuso gran antigüedad y consideró antecesores del hombre. En 1890 lanzó la teoría de que tales restos pertenecían nada menos a la época Terciaria y catorce años más tarde elaboró su Cuadro Filogénico de la Humanidad que la inicia con una especie de mono muy antiguo que llamó Prosimio Primitiva. Por evolución, esta especie dio origen a otra denominada Simioidea Primitiva, aún cuando siguieron existiendo simultáneamente seres de la especie original. Siguiendo la evolución se llega
sucesivamente a los Antropoides, Homunculidas, Huminidae Primitivo, Huminidae, Tetraprot-homo, Tri-prot-homo, Di-prot-homo y el antecesor del hombre que llamó Prot-homo. Fueron muchos los hombres eminentes que creyeron en la teoría autoctonista y hasta la reforzaron como ocurrió con el geólogo J.D.Whitney que en 1880 atribuyó al Cráneo de Calaveras, una antigüedad de muchos miles de años. Ameghino hizo un llamado a los científicos del mundo para certificar o refutar sus teorías. Los sabios acudieron y mostraron su disconformidad, sobre todo Ales Hrdlicka. Los restos fósiles que habían servido para construir la teoría de Ameghino eran de hombres de tiempos relativamente modernos y sólo el fémur de Miramar tenia cierta antigüedad, pero no la suficiente.
Teoría Oceánica de Paul Rivet:
Paul Rivet Antropólogo Francés creó la teoría ―Oceánica‖, llamada también ―Multilateral‖. Ella es el resultado de estudios comparados de los pueblos americanos y los del oeste del Pacífico en lo antropológico, cultural y lingüístico. Aparece expuesta en su obra ―Los Orígenes del Hombre Americano‖ y lleva el nombre de oceánica porque los diferentes
lugares de origen que Rivet atribuye a los indios están frente al Océno Pacífico.
Características: Partió Rivet de lo heterogéneo de la población encontrada por los descubridores, concluyó así: La población de América se hizo en cuatro grandes oleadas: la australoide, la melanomalayo-polinesia, la mongoloide y la uraliana. Los lugares de origen están en Australia, Polinesia-Melanesia, Mongolia y los Urales. La época de invasión más antigua, es decir, la australoide, fue hace unos veinticinco mil años. Las vías de acceso estuvieron constituidas por el estrecho de Bering y el ―Puente Antártico‖
de que habla el científico portugués Mendes Correa: el tamaño de la Antártida era mayor y su clima propicio para ser soportado por el hombre. De Australia pasó a diferentes islas de Oceanía, de allí a la Antártida y luego a la tierra de fuego.
2. División Política-territorial Los taínos estaban organizados en los claros de la selva, tierra adentro. Estos tenían dos clases de habitáculos: el bohío que era circular; y el caney, más grande y rectangular donde habitaba el cacique con su familia. Estas viviendas se construían con hojas de hinea, y maderas de los árboles de capa prieta y canela cimarrona. Para dormir usaban hamacas tejidas de algodón.
Se dividían en cuatro clases sociales distintas: el cacique, conocido también como guare que era el jefe de la tribu o yucayeque; los nitaínos, considerados los nobles de las tribus eran también los guerreros y familia del cacique; los behiques o sacerdotes que representaban las creencias religiosas; y los naborias o aldeanos trabajadores de la tierra. Los cacicazgos eran independientes uno del otro, y cada uno tenía como gobernante un cacique o jefe. Este gobierno era hereditario y era totalmente absoluto, a la población se le exigía obediencia y sumisión ante el cacique. Los límites de cada cacicazgo eran claros y precisos, ya que los primeros pobladores de la isla utilizaban elementos naturales que con simple observación, permitían establecer hasta dónde llegaba el dominio de un cacicazgo, y el territorio que comprendían cada uno de ellos. Cada cacicazgo estaba dividido en nitaínos, siendo estas demarcaciones de menor categoría.
Cacicazgos Cacicazgo Marién.
El cacicazgo Marién era gobernado por el cacique Guacanagarix, dividido en 14 nitaínos. Se extendía por toda la porción Noroeste, teniendo su asiento en un lugar conocido como El Guarico, cerca de la actual ciudad de Cabo Haitiano, en Haití. El cacicazgo abarcaba:
En República Dominicana: Dajabón, Montecristi, Santiago Rodríguez, Valverde, parte de Puerto Plata. En Haití: Artibonito, Departamento Centro, Departamento Nordeste, Departamento Noroeste, Departamento Norte.
Cacicazgo Maguá.
Santiago, La Vega y Monseñor Nouel.
El cacicazgo de Maguá gobernado por el cacique Guarionex, estaba dividido en 21 nitaínos. Este cacicazgo comprendía todo el nordeste de la isla, teniendo su asiento cerca del actual lugar del Santo Cerro, en La Vega. Este abarcaba, las provincias Puerto Plata, Espaillat, Salcedo, Duarte, Sánchez Ramírez, María Trinidad Sánchez, Samaná, y parte de las provincias de
El cacicazgo abarcaba :
En República Dominicana: Duarte, Espaillat, La Vega, María Trinidad Sánchez, Monseñor Nouel, Puerto Plata, Salcedo, Samaná, Sánchez Ramírez, Santiago. Cacicazgo Maguana
El cacicazgo Maguana, el cual estaba dividido por 21 nitaínos era gobernado por el cacique Caonabo. Comprendía el centro de la isla, teniendo su asiento en el lugar denominado plaza ceremonial de los Indios (corral de los indios), en Juan de Herrera, en la actual provicia San Juan. El cacicazgo abarcaba:
En República Dominicana: Azua, Baoruco, Elías Piña, La Vega, Peravia, San Cristóbal, San José de Ocoa, San Juan, Santiago, Higüey.
Cacicazgo Higüey
El cacicazgo de Higüey era gobernado por el cacique Cayacoa y estaba dividido en 21 nitaínos. Su superficie abarcaba toda la porción sureste de la isla. Tenía su asiento donde se ubica la actual ciudad de Higüey. Este cacicazgo se extendía desde Cabo Engaño hasta el río Haina.
El cacicazgo abarcaba:
En República Dominicana: Distrito Nacional, El Seibo, Hato Mayor, La Altagracia, La Romana, Monte Plata, San Pedro de Macorís.
Cacicazgo Jaragua
El cacicazgo Jaragua era gobernado por el cacique Bohechío, el cual se dividía en 26 nitaínos. Este cacicazgo era avanzado en términos culturales. Tras la muerte de Bohechío, ocurrida antes de 1502, su hermana Anacaona le sucedió en el cargo. El cacicazgo se extendía por todo el suroeste de La Española. Era el de mayor extensión de la isla, teniendo su asiento en un lugar llamado Yaguana, cerca de la actual ciudad de Puerto Príncipe, capital de Haití. El cacicazgo abarcaba:
En República Dominicana: Baoruco, Barahona, Independencia, Pedernales. En Haití: Artibonito, Grand'Anse, Nippes, Departamento Oeste, Departamento Sur, Departamento Sudeste.
3. Hábitat Los taínos estaban localizados en las costas, las colinas, los valles y las montañas. En cada uno de estos lugares, los taínos aprovechaban los recursos naturales que el entorno les ofrecía. Los taínos habitaban esta isla desde el año 800 A .D. Se organizaban en unidades tribales que se regían diariamente y dedicados a una vida sedentaria simple y rica en tradiciones religiosas y agricultoras, la expresión de su cultura en nuestra isla era la más rica del área del Caribe. Los taínos habitaron en la isla de Santo Domingo y en los actuales territorios de Puerto Rico, el norte de Cuba y Jamaica. Estos grupos son producto de un proceso de evolución local a partir del surgimiento de las poblaciones ostionoides. Después del año 1000 d.C., los taínos llegaron a constituirse en cacicazgos, que tenían como principales características una producción agrícola de alto rendimiento y un desarrollo artesanal dirigido hacia la confección de objetos ceremoniales y los adornos usados por caciques y curanderos como distintivo de su rango. Otros rasgos culturales taínos eran la construcción de áreas para uso ceremonial, cementerios y obras de infraestructura como los canales de irrigación, y la práctica del intercambio de productos alimenticios y objetos entre las islas que poblaban. Las aldeas taínas estaban formadas por una plaza central, o batey, usada para realizar festividades religiosas y sociales y para el juego de la pelota. Alrededor de esta plaza se distribuían los bohíos donde vivían las familias comunes, y el caney donde vivía el cacique con sus esposas e hijos. Los bohíos y los caneyes se construían con paredes de caña o palos y techos de hojas de palma o yaguas. Formaban parte del poblado taíno las áreas destinadas a los montones agrícolas y a los cultivos mediante el sistema de roza y quema. Las áreas destinadas para enterramientos generalmente estaban ubicadas a las afueras del pueblo, en las zonas que eran menos útiles para los cultivos. Los taínos desarrollaron una cultura basada fundamentalmente en la producción agrícola que les permitió incrementar una apreciable actividad artesanal de objetos utilitarios, tales como vasijas y otros recipientes de barro y de madera, hachas de piedra bien pulimentadas, objetos de cestería de fibras vegetales y tejidos de algodón que eran decorados con tintes extraídos de la jagua (Genipa americana) y de la bija (Bixa
orellana), con los cuales, también se pintaban sus cuerpos en ocasiones especiales. La recolección de algunos frutos silvestres, la pesca y la caza marginal complementaban la alimentación del pueblo taíno, empleando en tales actividades instrumentos y técnicas que, junto al uso práctico y medicinal dado a ciertas plantas, denotan su profundo conocimiento del medio ambiente natural. Los indios macorixes y ciguayos habitaron en la zona nororiental de la isla de Santo Domingo, ocupando la península de Samaná y tierras aledañas. Se caracterizaban por ser muy belicosos y diferir lingüísticamente de los taínos. Los taínos siempre andaban desnudos, llevando solamente en sus brazos y piernas unas ligas o fajas de hilos de algodón, aunque algunas mujeres casadas utilizaban unas faldillas, tejidas también en algodón, denominadas naguas.
4. Estratificación social (grupos sociales) • Naborías. Se encontraban por debajo de
la población común. Eran siervos que trabajaban para mantener la riqueza de las clases
gobernantes
o
―principales‖
(caciques, nitaínos y behíques). Se piensa que eran descendientes de igneris que habían sido sometidos por las poblaciones que terminaron constituyendo la cultura taína. •
Población común. Sus bienes eran
colectivos.
• Behíques. Integrantes del grupo de los
los dioses; también hacían de curanderos.
principales, eran sacerdotes que actuaban como intermediarios entre los hombres y
• Nitaínos. Formaban parte del grupo de los principales; asistían a los caciques. •
Caciques. Jefes políticos, tenían a su mando una determinada jurisdicción o señorío
territorial.
Con el desarrollo histórico social, la institución de la jefatura se consolido completamente dentro de las comunidades tainas, siendo asequible en lo esencial sólo a ciertos grupos de la población y con carácter hereditario. Eso significa que el conjunto de la población se formó un sector identificado con la jefatura, teniendo carácter permanente y compuesto por los caciques, sus familiares, favorecidos y lugartenientes. Salvo casos especiales, el pueblo no sólo elegía a los jefes, sino que no intervenía en las decisiones que envolvían las actitudes del conglomerado tribal ante un problema de importancia puesto que eran tomadas por el cacique individualmente o, con el respaldo de otros jefes de menor jerarquía. En la isla de Santo Domingo, había una gran cantidad de aldeas taínas que se regían automáticamente. Hubo algunos casos en que varias de estas unidades tribales aldeanas se colocaban bajo el mando de una de ellas, la más poderosa, para constituir una especie de confederación tribal. Caciques de estas uniones fueron; Bohechio, Guarionex, Mayobanex.
Grupos sociales
La población de las aldeas se dividía entre jefe y trabajadores. Esta división era estable, es decir que los jefes habían constituido para fines del siglo XV un grupo social estable, separado del grueso de los productores. Sin embargo, ello no significa que esa división diera lugar a la constitución de clase sociales, porque los jefes no explotaban el trabajo de los productores directos. La función de los jefes era ya una necesidad debido al grado complejo de desarrollo histórico a que habían llegado los taínos. Las aldeas necesitaban especialistas permanentes que organizaran la producción, la distribución de los productos, la defensa militar de la comunidad, rituales religiosos. Por realizar esas funciones, los caciques y otros jefes subordinados como los nitaínos y los behiques, los primeros jefes de unidades en que dividía la tribu, así como los jefes militares y los ayudantes del cacique y los segundos, sacerdotes, rústicos o hechiceros se apoderaban de parte de los excedentes de los bienes materiales producidos por el conjunto de aldeanos trabajadores, estando ellos mismos desligados de las faenas productivas Con esos excedentes, los jefes se hacían toda una serie de objetos de lujo y de ídolos muy finamente construidos, que les servían para justificar su poder social. Lujo y rareza se hacían sinónimo de jefatura, y la posesión de objetos de lujo constituía hacerse respetar y distinguirse del grupo de los trabajadores.
5. Base alimentaria: agricultura, caza, pesca. La agricultura
Los taínos eran dedicados a la agricultura, sembraban plantas domesticadas en Sudamérica, que éstos habían traído en
su primer viaje. Para cultivar la tierra usaron el sistema de los montones, que consistía en acumular la tierra en forma circular, éstos sembrados se llamaban conucos. Utilizaban la coa, como instrumento para hacer hoyos sobre los montones y sembrar las semillas o las estacas. Hacían sus cultivos en pequeños plantíos o conucos. El único instrumento de labranza que utilizaban era un palo puntiagudo al que llamaban coa. En los conucos laboraban las mujeres. Los nobles o nitaínos y el cacíque dirigían los trabajos. Sembraban yuca, batata, maíz, ají, cohibá y otras plantas, algunas de las cuales eran medicinales. El maíz les proporcionaba alimento y además podían obtener del mismo una bebida embriagante llamada uikú. De la yuca obtenían una especie de pan llamado casabe y dos bebidas: una dulce y otra agria que utilizaban como miel y vinagre. Para preparar el casabe, los indios raspaban la corteza de la yuca con conchas de moluscos. Luego, la rallaban utilizando los guayos. De este procedimiento obtenían una masa de color blanco que llamaba catibía. Esta masa blanca la depositaban en unos sacos que colgaban de los arboles con el propósito de que perdiera el zumo que contenía. Después, hacían unas tortas que extendían en unas cazuelas planas que llamaban burenes y finalmente, las tostaban al fuego. La cojiba, rollo de hojas secas, la quemaban como si fuera incienso durante las ceremonias religiosas. También, la empleaban como medicina en ciertas ocasiones. A los españoles lo que más les llamó la atención fue que a los indios les gustaba aspirar el humo que se producía al quemar la cojiba. Hacían un rollo de hojas, al que daban el nombre de tabaco, lo colocaban encendido en el extremo de una pequeña caña hueca para aspirar el humo por el otro extremo. El algodón lo utilizaban para hacer tejidos, pero no lo cultivaban porque crecía como planta silvestre. La caza
La caza era una de las ocupaciones predilectas de los taínos. Cazaban con macanas, piedras y flechas. También, empleaban con frecuencia trampas ingeniosas para atrapar a las aves. Los niños se dicaban principalmente a la caza de las cotorras. Se cubrían la cabeza con un gorro de paja y se escondían entre los árboles para camuflajearse. La pesca
Los taínos pescaban con redes tejidas que llamaban nasas. También utilizaban anzuelos de huesos o espinas de pescado o hechos con los dientes del manatí. Pescaban desde la orilla del agua, en sus embarcaciones, llamadas canoas. Estas embarcaciones se construían de los troncos de los árboles, que derribaban haciendo una abertura a todo lo largo del tronco con las hachas para después ahondar la abertura con fuego. Tenían dos tipos de canoas: pequeñas con capacidad para tres o cuatro personas y grandes con capacidad para más de
50 hombres. Estas embarcaciones eran movidas por remos a los que daban el nombre de nahes.
6. Aspectos culturales importantes; areitos, música, arte, juegos, etc. El Areíto
principal.
Una ceremonia ritual de suma importancia para el taíno lo constituía el areito, que era una expresión musical de cantos y danzas, complementada con recitaciones de hechos y hazañas ocurridas en tiempos antepasados. El areito se considera el signo más avanzado dentro de todas las expresiones culturales del pueblo taíno. Por lo regular lo practicaban en plazas ceremoniales que los españoles llamaron "corrales" y era dirigido por una persona
El areito servía para expresar la unidad tribal y educar a los jóvenes y niños en las tradiciones familiares y de la sociedad. Tenían significados muy variados, por lo cual un areito podía ser amoroso, doliente, de guerra, plañidero y de carácter místico-religioso. En otras palabras, los areitos solemnizaban ritos, aniversarios, celebraciones de bodas, ascensión de caciques, las cosechas y las victorias guerreras. Cantos bailados y fraseados coralmente iban acompañados por instrumentos musicales fabricados de madera fuerte y hueca. Como instrumentos musicales utilizaban maracas de madera o de higüero, el mayohabao o tambor confeccionado de un tronco ahuecado que colocado en el suelo se golpeaba con un mazo, además de fotutos o trompetas de caracol, ocarinas de barro y flautas de caña o hueso. A estos cantos y bailes acudían los hombres y mujeres, pintándose el cuerpo con tintes rojos, blancos y negros, adornándose, también, con sartas de caracoles y semillas que hacían las veces de sonajas, cuya sonoridad ayudaba a mantener el ritmo a los danzantes. Al mismo tiempo tomaban ciertos brebajes embriagantes.
El juego de pelota
Los indios de fueron muy aficionados al juego de la pelota, utilizando para ello una pelota de goma
posiblemente extraída del copey , la cual sorprendió a los españoles quienes desconocían la existencia de la goma. En el juego participaban dos equipos de indeterminado número de jugadores que trataban de mantener la pelota en el aire, golpeándola tan sólo con las caderas, los codos, los hombros y con la cabeza, sin poder emplear las manos para darle, precisándose gran agilidad y destreza por parte de los jugadores, ya fuesen estos hombres o mujeres. El lugar donde se jugaba recibió el nombre de batey, consistiendo en una cancha generalmente de forma rectangular, cuyos linderos podían estar demarcados por una hilera o calzada de piedra, teniendo algunos de estos peñazcos, petrogliflos o figuras labradas con representaciones de cemíes u otras imágenes tutelares.
Arte taíno
El arte de los taínos, conceptual y a la vez, utilitario, refleja antes de nada, su visión mágico-religiosa del mundo. Sus obras de arte están representadas por una vasta gama de objetos de uso personal y doméstico, y, en particular, por un rico repertorio ceremonial. La variedad y cantidad de estos objetos, trabajosamente elaborados (recordemos que no disponían de instrumentos metálicos) en los más diversos materiales obtenibles en su ambiente o derivados de su comercio, constituyen la muestra más fehaciente de su innata inclinación artística. Las formas abstractas, naturalistas o estilizadas de estos objetos eran tradicionales y estereotipadas, por lo cual podemos distinguir verdaderas series de objetos similares en las diversas islas habitadas por los taínos o en aquellas a las que llegaba su comercio. Esta producción representa una arte conceptual al servicio de la sociedad taína a la vez que refleja una fuerte voluntad artística y una decidida intención mágico-religiosa. En algunas ocasiones los taínos se veían obligados a alterar las formas convencionales para adaptarlas al material o campo decorativo disponible, lo que hacían verdadera habilidad y sentido estético. El arte taíno logra sus más bellas expresiones plásticas en el medio escultórico. Con el propósito de lograr su objetivo artístico, los taínos utilizaron las duras piedras como el granito, la diorita, el basalto y otras más fáciles de tallar como el mármol y la serpentina. En muchos casos el color de la piedra, las vetas de la misma y el pulimento que lograba darle enriquecimiento a la obra artística. También se hacía uso de las bellas y duras maderas de los bosques tropicales como el guayacán la caoba y otras. Los huesos del manatí, el mamífero de mayor tamaño en la fauna antillana, le proveyó de material para algunos de los más bellos artefactos de uso ceremonial así como para tallar idolillos. El hueso humano, en particular el fémur y el cráneo también le ofrecían la oportunidad de grabar representaciones antropomorfas de carácter mágico-religioso y adornos ceremoniales.
Entre los objetos más destacados del arte taíno están los destinados al culto de los cemíes, como los ídolos tallados en piedra y madera, los artefactos rituales de la cohoba, junto a ciertos instrumentos musicales como las maracas monóxilas (de una sola pieza de madera). En lo relativo a la indumentaria y adornos de uso corporal los taínos confeccionaron objetos de gran belleza, sobresaliendo los amuletos y collares de piedra, caracoles y colmillos, las guaizas o carátulas de concha sostenidas en los cinturones trenzados de algodón, y los guaníes o discos de oro que usaban los caciques.
Dentro del mobiliario taíno resaltan los duhos o banquillos ceremoniales que se consideran, junto a los imponentes cemís de la cohoba, unas de las realizaciones más representativas del arte primitivo universal. Por su parte, los elaborados aros monolíticos (de una piedra) y las piedras acodadas, empleados posiblemente en el juego de la pelota, así como los vasos efigies cerámicos, de notable interés iconográfico, son igualmente valiosos exponentes de la pericia artística alcanzada por estos aborígenes en el logro de sus ejecuciones en piedra, concha, barro, hueso y sobre todo en la dura madera del guayacán y la caoba. Incluso sus vasijas, manos de morteros, pintaderas de barro, hachas líticas y otros utensilios de uso cotidiano pueden ser apreciados como verdaderas creaciones artísticas por su esmerada terminación y bellos rasgos decorativos de carácter esotérico. Los morteros y majadores líticos de la cultura taína generalmente tienen esculpidos elementos figurativos que pueden tener forma humana o de animales, que junto a otras decoraciones en bajo relieve, le imprime a estos artefactos utilitarios un carácter propiamente ceremonial, por lo cual, los arqueólogos consideran que estas piezas talladas con gran esmero tendrían un sentido o función ritual y se emplearían en la pulverización de las plantas embriagantes inhaladas por los indios en la ceremonia de la cohoba con lo cual creían comunicarse con sus dioses o cemíes.
7. Aspectos Físicos-Psicológicos de los Tainos Piel color cobre;ojos achinados; mandíbula prominente; pómulos marcados; frente inclinada hacia atrás; cabello negro, lacio y largo; su estatura es mediana y su cuerpo ágil. Eran pacíficos, con buen corazón. No eran vengativos; pero, se sabían defender de los ataques de los Caribes.
Según un reciente estudio, este sugiere que más del 61% de la población posee algún ADN de origen mongoloide (mezclado con ADN caucasoide y/o negroide), aunque este puede provenir de immigrantes chinos y yucateques y no solo de ancestros taínos. .Sus vestidos y adornos Los taínos por lo general andaban casi desnudos. Los hombres y las mujeres casadas usaban naguas, una especie de tapa rabo o pequeños delantales amarrados a la cintura. Algunos jefes utilizaban naguas que le cubrían desde la cintura hasta el tobillo. Les gustaba adornarse con collares de piedras de colores, de dientes de animales y de caracoles. Los jefes o caciques se distinguían por que usaban un disco de oro llamado guanín (simbolo de autoridad). Cuando iban a la guerra adornaban su cabeza con plumas de colores, se pintaban la cara y el cuerpo con jugos de ciertas plantas o minerales. El azul lo obtenian del añil silvestre; el negro, de la jagua; el amarillo, del achiote. Los colores mas usados eran rojos, blancos, negros, azules y amarillos. La pintura, además de utilizarse como un adorno, se utilizaba como repelente para los mosquitos. Sus principales diversiones fueron: 1. Bailes y cantos ( areytos) 2. Juego de pelota (batú)
El Rito De La Cohoba
Entre los taínos, la principal ceremonia religiosa fue la cohoba en la cual, mediante la inhalación de unos polvos alucinógenos, el cacique o behique entraba en un estado de trance creyendo comunicarse con sus dioses o espíritus a los que invocaba pidiendo ayuda y protección. Antes de entrar al templo los taínos se introducía en la boca una espátula con la finalidad de vomitar, purificándose interiormente, para así evitar los efectos de indigestión que podrían producir los elementos tóxicos que contenían los polvos de la cohoba. El polvo alucinógeno empleado en la cohoba era colocado sobre un plato de ofrendas que generalmente tenían los ídolos tallados sobre la cabeza (cemíes de la cohoba, como el que aparece arriba), desde donde los oficiantes lo inhalaban mediante unos cañutos en forma de Y. Los participantes en esta ceremonia se decoraban el cuerpo para la ocasión y, al entrar al reciento, eran recibidos por el cacique, quien tocaba el mayohabao o tambor de madera, sentándose luego en cuclillas en torno al cemí ante el cual se practicaba el ritual.
Al presidir esta ceremonia de la cohoba, al igual que los juegos de pelota y otras festividades, los caciques, junto a los demás señores principales, empleaban para sentarse unos banquillos, hechos de madera o piedra, llamados duhos.
Cemíes
Los taínos son otro de los pueblos de las islas del Caribe. Los taínos daban culto a los cemíes, a los que atribuían poderes sobre todos los seres vivos de la naturaleza. Hacían muñecos para que un cemí los habitase y creían que estas figuras tenían vida propia. Ciertos cemíes contenían restos humanos o algunos objetos que estaban asociados con el espíritu que representaban.Su vida religiosa estaba centrada en rituales que agradasen a los cemíes y en cada aldea había una choza en la que se guardaban sus imágenes y en la que se realizaban los principales rituales. Los cemíes más importantes estaban relacionados con la fertilidad y las buenas cosechas. Por ejemplo, el cemí de la yuca, una planta de raíz gruesa de la que se extrae una harina comestible y que era el principal alimento de este pueblo, o el cemí que gobernaba el agua, pero también los huracanes, por lo que el cemí podía ser beneficioso o problemático. Entre sus ídolos de piedra están excepcionalmente realizados los Trigonolitos o ídolos de tres puntas, a los cuales los caciques y sus pueblos muestran gran devoción. Creen que en el cielo hay un ser inmortal, que nadie puede ver y que tiene madre más no tiene principio llamado “Yacahu Bagua Maorocoti” (Dios de la Yuca) que representaban en el semi trigonoliti, los enterraban en los plantíos de yuca para fertilizar la cosecha. El Animismo
Sin embargo, el rasgo más característico de la mitología taína fue considerar a los espíritus respecto a los hombres y animales, plantas y seres inanimados. Este animismo confería al chamán grandes poderes, al ser el único capaz de domeñar a los espíritus. Para este fin confeccionaban ídolos de algodón, piedra, hueso, concha, etc., que recibían el nombre de cemíes. Los cemíes tenían poderes sobre el hombre, ya que en ellos residían los espíritus que regulaban las actividades humanas.
En 1907, Fewkes estudió los ídolos taínos, llegando a la siguiente conclusión: los taínos creían en dos seres sobrenaturales llamados cemíes que eran los progenitores de los demás. Estos dos padres creadores estaban simbolizados por ídolos de piedra, madera o barro, a quienes los indígenas rezaban sus oraciones y en cuya presencia celebraban los ritos para implorar la abundancia de frutos y la dicha de la raza humana. Un grupo de estos sobrenaturales cemíes tutelaban y representaban a los antepasados del clan. El culto de estos ídolos se hallaba supeditado a las familias, y sus imágenes eran guardadas en la casa-templo del cacique. Ramón Pané, fraile que entre 1494 y 1498 vivió entre los taínos de Santo Domingo, es tajante respecto a las creencias religiosas: Yocahú (el padre creador) vive en el cielo, es un ser inmortal al que nadie puede ver, y aunque tiene madre no tiene principio. Su madre, diosa sin principio también, tiene varios nombres: Atabex, Yermaoguacar, Apito y Zuimaco. Oviedo, cuando habla de la pareja divina, dice: El cemí es el señor del mundo, del cielo y la tierra. Yocahú es la divinidad suprema, hijo y abuelo mítico invisible e intangible como el fuego, como el viento, el sol o la luna. En los museos puertorriqueños hay abundantes muestras de estos curiosos ídolos, los cemíes, cuya forma ha suscitado entre los ovniólogos las más disparatadas creencias y especulaciones.
Enterramientos
Muerte y funeraria La muerte no era extinción o castigo, era un episodio en la transición de una existencia a otra, un evento esperado y previsto en el orden cósmico natural. Los fallecidos estaban en una isla, esperando la noche para salir a comer guayaba, tener relaciones sexuales, celebrar y bailar. Bartolomé de las Casas sugiere que cuando el final se le acercaba, el taíno era abandonado por sus familiares en el bosque con pequeñas raciones de agua y comida, desde donde una vez fallecido, transcendía al Coaybay donde viviría eternamente. Este parece ser el motivo por el que se encontraron pocos enterramientos en las islas. La organización de cementerios se produjo en algunos centros en un breve período previo a la conquista española. Existió la practica de entierros secundarios en cuevas. También la de incinerar parte de los huesos, enterrando solo algunos junto al cráneo, o la de conservar los huesos de antepasados en cestas al aire libre. La muerte de un cacique era seguida por una serie de ritos funerarios que podían durar más de un año. Varios días se ocultaba la noticia, mientras se realizaba el embalsamiento,
preparaban los ajuares y ofrendas y se organizaba la sucesión. El cuerpo era vaciado de vísceras y partes blandas, y rellenado por elementos - sal, hojas de muña, etc.- que ayudaban a su conservación. Luego, según Fernández de Oviedo: "... se fijaba todo con unas vendas tejidas como cinchas de caballos, e muy luengas, y desde el pie hasta la cabeza lo envolvían en ellas muy apretado, e hacían un hoyo e allí lo metían, e ponianle sus joyas e las cosas que el mas preciaba... e hacían una bóveda de palos, Y asentaban lo en un duho...". Preparado el cuerpo, se comunicaba su muerte al pueblo que entraba en un período de luto, tiznando sus caras y realizando diversos actos para demostrar su dolor. En la tumba era colocado en posición fetal, sugiriendo la idea de un nuevo nacimiento, se lo proveía de un ajuar con todo lo que pudiera necesitar en su vida en el más allá y algunos casos de una o varias de sus esposas. Toda la comunidad continuaría rindiéndole veneración, era frecuente sacarlo en procesión a la plaza durante las festividades, o para propiciar la lluvia.
9. Organización familiar de los Tainos La familia taína era, esencialmente, monógama. La organización familiar sugiere un patriarcado, pues la autoridad de la familia se encontraba en manos del hombre. Sin embargo, la sucesión de la herencia eran matrilineales. Un grupo de familias se asociaban y formaban clanes, unidades más amplias de organización social. En los clanes, el punto de referencia era la casa de los abuelos paternos. Ellos, junto a los padres y madres, tenían el deber de educar a los hijos. Las unidades sociales de los taínos consistían en grandes familias, cuyos integrantes eran los moradores de una gran vivienda o caney, de forma circular. Estas grandes familias se formaban de la unión de varias familias naturales, basadas en el matrimonio estable de una pareja. Pero las familias naturales no tenían funciones sociales específicas entre los tainos, sino que el organismo más pequeño con atribuciones sociales era la gran familia extendida. Los integrantes de una gran familia, habitantes de un caney, debían oscilar entre 25 a 30 personas pertenecientes a unas 5 a 8 familias naturales, todas a su vez unidas por vínculos de sangre. Estas grandes familias o linajes de los taínos eran exógamos, es decir que el matrimonio entre sus miembros o cualquier tipo de relaciones sexuales entre ellos estaban terminantemente prohibidos. A su vez, los linajes deban lugar a unidades más amplias que
Bartolomé de Las Casas designó como ―barrios‖, pero es poco lo que se sabe de ellas.
Probablemente estaban regidas por jefes con atribuciones económicas y militares, designados por los caciques. La unión de linajes y barrios daba lugar a la unidad social más importantes de los taínos. La tribu de la aldea. Cada aldea taína de cierta importancia tenía su propio cacique o, en caso de ser muy pequeña, se encontraba unida a una aldea que tuviera su cacique.
10. El Legado o Herencia Taina Muchas evidencias demuestran que sigue viva la cultura Taína en la vida diaria de los dominicanos. como el legado cultural y biológico que la gente contemporánea ha llevado en su pasado ancestral y que forma una parte de su identidad comunal en el presente. Herencia‖
puede
definirse
La herencia Taína esta ubicada en la Republica Dominicana en muchas formas, incluyendo el idioma, agricultura, comida tradicional, conocimiento medicinal y de las hierbas, tecnologías, artesanías, arquitectura, creencias espirituales, vida familiar, fiestas, cultura popular y genes sanguíneos. Esta herencia Taína ha sido pasada de generación en generación con orígenes de gente de lengua Arahuaca quienes emigraron al Caribe desde el valle del rió Orinoco unos 1,500 años antes de la colonización Española. Los arqueólogos creen que había una cultura Taína distinta, desarrollada en el Caribe por el año 600 B.C. y floreció por 900 años antes de Colón (Rouse 1992; Weeks y Ferbel 1994). Con el entendimiento de esta escala de tiempo, no es sorprendente que los Taínos tenían una cultura bien plantada con un entendimiento profundo del paisaje y medioambiente del Caribe. La cultura taina.
En el año 1492 Cristóbal Colón toca las costas de la isla y descubre en sus habitantes una raza indígena desconocida llamada ―taínos‖ que en lengua arawaca quiere decir bueno o noble. Los taínos habitaban esta isla desde el año 800 A.D. Sin embargo, el descubrimiento y sus métodos de conquista exterminaron esta raza en un período aproximado de 50 años, lo cual limitó el impacto de dicha cultura indígena sobre la
dominicana. Algunos elementos dejados por los tainos a la cultura dominicana.
Rasgos físicos tainos: piel cobriza, pelo negro y lacio. Artesanía hecha de barro y canastas tejidas con hojas de maguey. Sabrosos alimentos que hacemos con: yuca, batata, achiote, maíz, jobo y ají. Nombres de animales taínos como: Iguanas, juey, manatí y cetí. Fiestas con instrumentos musicales como: maracas y güiro. Participación en actividades colectivas: fiestas (areytos), deportes (batú) y sus creencias religiosas. Pintura en el cuerpo, collares y otros adornos.
Palabras de origen taino: huracán, sabana, higuera, maracas, hamacas…
Nombres de pueblos: Gurabo, Caguas, Orocovis. Los nombres de los pueblos nos recuerdan a los yucayeques taínos.
Ejemplos Lingüísticos de la Herencia Taína . La República Dominicana usa el nombre indígena ―Quisqueya‖ como referencia a su país,
Colón aseguró luego de su primer viaje que éste era el nombre usado por los taínos al referirse a la Isla. A los dominicanos les gusta llamarse ―Quisqueyanos‖. Este nombre también aparece en las primeras palabras del Himno Nacional Dominicano: ―Quisqueyanos valientes…‖
El idioma español tiene unos centenares de palabras que vienen del idioma Arahuaca indígena del Caribe. Esas palabras son más que nombres de objetos, lugares, flora y fauna que no existían en el idioma español, por ejemplo canoa, huracán, hamaca, caimán, barbacoa, tabaco, maraca, iguana, manatí. También hay muchas palabras y expresiones que son indígenas en origen y que se usan comúnmente, como; mabí (un jugo natural), macana (arma de policía), y macuto (mochila de mano). La frase Taína ―un chin‖ o ―chin chin‖ significa una cantidad pequeña, y es tan común como la frase española ―un poquito‖
Muchos, o tal vez la mayoría, de las ciudades, campos, ríos, y lomas de la isla llevan nombres indígenas, incluyendo: Amina, Bao, Bonao, Cotuí, Cutupu, Dajabón, Damajagua, Guajaca, Guayubín, Inoa, Jacagua, Licey, Magua, Maguana, Mao, Nagua y Samaná. La majaría de los ríos tienen nombres Taínos, incluyendo: Haina, Maimón, Ozama, Sosua, Tireo, y Yaque. La mayoría de los árboles y frutas tienen nombres Taínos como: Anacajuita, Caimito, Cajuil, Cana, Caoba, Ceiba, Cuaba, Guacima, Guaño, Guao, Guayaba, Guanábana, y Guayacán. Además de flora, hay cientos de insectos, aves, peces, y otros animales
conocidos por nombres Taínos. Incluyendo: Bibijagua (hormiga), Comején (termita), Carey (tortuga marina), Hicotea (tortuga de rio), Guaraguao (águila) y Haiba (cangrejo). A través del proceso de mestizaje, donde los hombres españoles colonizadores buscaban esposas Taínas, se formó un sistema de patriarquía. Por esta razón los apellidos Taínos no sobrevivieron. Pero los dominicanos usan nombres históricos de los Taínos para sus hijos. Ejemplos incluyen los políticos Caonabo Polanco y Hatuey Deschamps; y el músico Guarionex Aquino. Es interesante que algunas palabras Taínas que se usan en otras partes del Caribe no se usan en la República Dominicana se usan palabras españolas. Lechosa es un ejemplo. La palabra indígena es papaya. Aquí se usa la palabra española piña y no la palabra indígena, yayama, y la palabra española cotorra en lugar de la indígena iguaca. Sin embargo, mucha gente sabe los nombres indígenas aunque no las usan. Hay algunos ejemplos donde se usan las dos palabras indígenas y españolas intercambiablemente, como la palabra española tarántula y la palabra Taína Cacata.
Agricultura. Muchos términos de agricultura tradicional tienen orígenes Taínos. La palabra conuco, aunque perdió su significado como un método de cultivo mixto parecido a la milpa indígena de América Central, ha retenido el concepto como un pedazo de tierra que se usa para la agricultura. Muchos agricultores Dominicanos usan lo que se llaman los misterios o secretos espirituales de las plantas, incluyendo sembrando con el ciclo de la luna. Los Taínos también tenían un alto entendimiento de los ciclos de la naturaleza. Es interesante ver que en algunas regiones, el día de la semana en particular influencia cuando es un buen día para sembrar. Esta práctica puede ser una manera transcultural de entender la división espiritual del mundo humano. Un ejemplo final de la agricultura que viene de tiempos precolombinos es el uso de la coa, que es la palabra indígena para un palo de sembrar que se usa hoy en día. Yuca y casabe.
El tubérculo almidonado yuca es una parte central de la dieta contemporánea dominicana. Yuca dulce es un vívere, sancochada y servida por el desayuno y la cena muchas veces con huevos o un poquito de carne. Preparar pan de casabe de la harina de yuca amarga es una tradición dominicana que tiene una fuerte conexión al pasado Taíno. Aunque era común en el pasado preparar casabe en las casas particulares, hoy la producción de casabe es principalmente para panaderías y pequeñas industrias que llevan su casabe a bodegas locales para todo el país.
Usos alternativos de harina de yuca han bajado en los últimos años, aunque unos productos todavía están en uso. Panecicos son palitos de harina de yuca con manteca de puerco, y se consideran una especialidad del Cibao. Las empanadas dominicanas se hacen muchas veces con masa de harina de yuca. Bolas de yuca se preparan fritas. Hojaldras son polvorones hechos de almidón de yuca, lo mismo algunos otros alimentos populares. Cultura de la comida y uso de tabaco.
Más allá de yuca hay muchos frutos y vegetales de origen indígena que se usan en la dieta dominicana. Esos incluyen guayaba, guanábana, piña, lechosa, yautía, batata, maní y ñame. Otros frutos y vegetales que la gente come, pero son menos comunes, son el anón, mamón, caimito, jagua, jobo, y muchos otros. Ajíes son un ingrediente esencial para las habichuelas, y el popular salcocho dominicano que parece relacionado con la sopa indígena que se llama ajiaco. Arepas parecen que son de origen indígena, y la sazón bija (achiote) es puramente indígena. El uso de esta especia roja ha bajado con la disponibilidad de sazones en paquetes y salsa de tomate enlatado. Otra raíz, guayaro o ñame silvestre, aparece por todo el Cibao, aunque es poco conocido. El tabaco viene de la cultura indígena y tiene un uso muy amplio en la Republica Dominicana, especialmente en el campo hoy en día. El tabaco es una parte integral de las ceremonias espiritistas. Fumándolo es como una ofrenda para los muertos y los santos. También se usa en los cementerios y para adivinar el futuro. La industria del tabaco es una industria fuerte en la República Dominicana, y el consumo es alto por todo el país. Dominicanos fuman cigarros, puros y pipas; muchas tradiciones del uso de tabaco incluyen enrollar su propio tabaco (túbanos), o fumarse un tabaco compacto llamado andullo en una pipa (cachimbo) o enrollado en papel de maíz, llamado también con el nombre de pachuche. Medicina natural.
El conocimiento de la medicina natural viene por tradición oral. Mucho entendimiento de las propiedades de las plantas y maneras de saneamiento tienen una asociación Taína. Ejemplos de usos son numerosos, incluyendo el uso de hojas de calabaza para el dolor de dientes e hinchazón, el jugo de la cepa del maguey como antibiótico, y la hoja de guayaba para nausea. El tónico popular, mamajuana, tiene ingredientes como el bejuco de indio que tiene propiedades energéticas y estimulantes. Hay yerbalistas y curanderos en cada campo, pero también casi todos los viejos saben algo de su propia experiencia con las plantas medicinales.
Pesca.
Estas incluyen el uso de corales, envenenamiento temporáneo de ríos pequeños y charcos (algunas veces con el almidón de la yuca amarga), el uso de redes (nasas), y otras técnicas para localizar pescados y mariscos en aguas bajitas. Los siguientes peces y animales marinos tienen nombres Taínos: Carite, mengua, conjinua, jurel, dajao, guabina, macabí, tiburón, guatapaná, lambí, burgao, y juey. En los últimos años, la pesca ha disminuido en su importancia debido a las presas, erosión de suelo y contaminación en general. La Fabricación de Canoas o coyucos sobrevive todavía hoy en la cultura dominicana, incluso se le continúa llamando de la misma forma que los taínos. Arquitectura.
La palabra bohío describe una casa campesina con techo de cana y paredes de yagua (palma real), que tiene orígenes Taínos. También describe un rancho, patio o estructura que tiene techo de cana o palma típica. Los bohíos tienen forma circular, como el caney indígena. Pero también pueden ser construidos en una forma rectangular. Cana se usa, si esté disponible, porque resiste el agua y dura hasta veinte años; además tiene propiedades de ventilación. También un techo indígena se aprecia por su belleza y se usa en discotecas, restaurantes, hoteles, y galleras. Arte, poesía y literatura.
En los campos de arte, poesía y literatura, los dominicanos han usado muchos temas indígenas (García Arévalo 1988). Trabajo de pintores cibaéños como Luis Muñós, Bottín Castellanos, y Gina Rodríguez usan temas Taínos y tecnología indígena en sus expresiones artísticas. Temas indígenas también aparecen en obras de poesía, literatura teatral y danza moderna. El merenguero Juan Luis Guerra, por ejemplo, usa muchos temas indígenas en su música —por ejemplo, hay una obra reciente que se llama Areito, nombre Taíno para una fiesta. En muchas canciones hace referencias a los Taínos, incluyendo los caciques Enriquillo y Anacaona. No podemos olvidar que el merengue y la bachata llevan instrumentos y ritmos indígenas, como es el uso de la güira, uno de los instrumentos principales. Identidad popular.
Tal vez la asociación más fuerte con el pasado indígena viene con el rasgo biológico conocido como el color ―indio‖. Colón creyó haber llegado a las Indias y de ahí viene el
término, muchas cartas de identidad oficiales usan el término trigueño para describir el color de la mayoría de los dominicanos. Pero la palabra indio es el concepto más común para la tez Dominicana y de la raza de su gente. Este término, popularizado astutamente
por Trujillo para separar los dominicanos de sus vecinos Haitianos , no es una palabra que trata de la herencia indígena, sino es una definición de la manifestación de ser criollo o multibiológico. Carlos Dobal escribió sobre cualidades físicas indígenas, temperamentos y sensualidad del origen Taíno, y sugiere que el pelo largo y lacio, ojos marrones y grandes, y la piel suave de las campesinas son de origen Taíno. Aunque estas descripciones parecen obvias por Dobal, las características físicas son subjetivas y no son confiables para interpretar generalizaciones culturales. También es muy difícil usar las descripciones que nos dejaron los españoles para describir la belleza física de los Taínos y entender como ellos parecían. Sin embargo, los rasgos físicos de una comunidad cultural son muchas veces conocidos por sus miembros. Muchos dominicanos piensan como Dobal que saben la fisonomía de los Taínos y la herencia biológica en los dominicanos de hoy. Dobal sigue explicando que el dominicano tiene la herencia indígena por su amor a la libertad, la falta de ambición, el amor a su patria y el lugar de su nacimiento. La fortaleza y bravura es una cualidad de los Taínos asumido por los Dominicanos, y muchos campos que se conocen por el coraje de su gente son sitios donde se dice había mucha gente indígena. La matrifocalidad es una característica descrita en documentos sobre los Taínos y que aún existe. Tal vez es el amor matrifocal que sugiere Dobal de estar en el lugar donde nació y creció. En la Republica Dominicana, las oportunidades históricas y contemporáneas de casamientos entre individuos de diferentes herencias Africanas, indígenas y Europeas han sido muy altas y han producido muchas mezclas biológicas en la población. Hay variaciones tremendas en rasgos ―raciales‖, por ejemplo, textura de pelo, color de piel, y forma de cara. Los dominicanos conocen y hablan de la biología, diciendo que algunos parecen más ―Negros‖, otros más ―blancos‖, y otros más ―indios‖. En este sentido, los dominicanos son o
parecen como un pueblo multibiológico. No obstante, muchos dominicanos tienen combinaciones de rasgos raciales que lo hacen muy difícil saber su linaje biológico. Los dominicanos han inventado nombres de más de veinte diferentes apariencias físicas incluyendo: trigueño, indio, indio claro, indio oscuro, canelo, pinto, etc. Estas descripciones físicas no están basadas en ningún conocimiento de su descendencia biológica. O sea, en la misma familia apareces personas de diferentes colores. Es decir, no existe una cultura distinta negro-dominicana, indio-dominicana o blanco-dominicana. Si, existen diferencias regionales, pero en general las diferencias culturales son más fuertes dentro de los dominicanos ricos y pobres, y dentro de los dominicanos de la ciudad y del campo, y esas diferencias no son tan grandes cuando se busca una identidad cultural común. Podemos ver que la cultura es más fuerte que el color de la piel. Y así es en otras comunidades indígenas contemporáneas como los Lumbee, Haliwa, Pequot, Lakota, Cherokee etcétera, donde gente mezclada son igualmente indígena como los de supuestamente ―sangre pura.‖
Cultura popular.
La imagen del Taíno se romantiza en la cultura nacionalista y capitalista Dominicana. El gobierno usa caciques Taínos como héroes nacionales en sellos y en la moneda. Hay imágenes que se usan en esculturas, en edificios, que muchas veces muestran esclavos encadenados. Los indios son denigrados como mascotas vendiendo los siguientes productos: Soda Enriquillo, saladitas Guarina, ron Sibonei, galletas Hatuey…. El nombre
Taíno es un adorno para los negocios. Una cerveza popular se llama Quisqueya. Para muchos dominicanos esos productos son la asociación más conocida de su pasado indígena. Para finalizar, es importante resaltar que Bernardo Vega, economista e historiador, aborda el tema de ―Lo que heredamos de los taínos‖ precisa que países como México, Guatemala,
Ecuador y Perú, disfrutan de una rica y vibrante cultura indígena, ya que una parte importante de la población es descendiente de las etnias precolombinas, pero en el caso dominicano, los 400,000 taínos estimados en la isla a la llegada de los europeos, se extinguieron al no resistir las enfermedades de los colonizadores. Empero la mezcla de taínas con españoles mantiene la sangre de los primeros habitantes de la isla ―fluyendo entre nosotros‖, aunque afirma que ―si la herencia taína en nuestros rasgos físicos es débil,
la misma es abundante en otros aspectos, principalmente en el lenguaje, la comida, la pesca, la caza y el ajuar doméstico, y hasta en la ubicación de nuestras ciudades y en nuestra literatura‖.
"Muchas mujeres taínas tuvieron hijos con los recién llegados y se ha comprobado que la sangre
india
todavía
fluye
entre
nosotros‖.
B) Aspectos de la cultura Dominicana. 1. Simbiosis cultural. Desde el momento mismo del descubrimiento de la Española, cuando Colón y sus acompañantes pisan tierra y entran en comunicación con los aborígenes, tiene lugar un proceso más o menos complejo de relaciones raciales y culturales entre los unos y los otros. Los contactos de los españoles con los nativos de la isla fueron desde el principio conflictivos, tanto que produjeron la progresiva, pero implacable desaparición de los nativos. Ya hacia 1560 apenas quedaban algunos grupos dispersos de indígenas, sin mayores consecuencias para el futuro progreso de miscegenación que daría nacimiento al
hombre dominicano. A diferencia de otros países de América, Santo Domingo no presenta en la actualidad el nuevo tipo étnico común a otras latitudes del continente: el mestizo. La temprana desaparición de los naturales de la Española fue también causa que su cultura, que a la llegada de los conquistadores atravesaba por una etapa neolítica, de cultivo intenso de la agricultura y producción de cerámica y materiales líticos, no pasara a integrarse por completo a la simbiosis operada más tarde con la cultura de otros grupos foráneos. De la cultura taína restan muy pocos remanentes, y estos corresponden sobre todo a los aspectos materiales de la misma. Hay que advertir, por lo demás, que varios de esos aspectos perduraron a través del esclavo africano, quien los hizo suyos y los incorporó a sus costumbres y hábitos de trabajo. Así, por ejemplo, cuando los taínos empezaban a extinguirse, los negros habían logrado ya dominar la técnica del cultivo de la yuca y la preparación del casabe, que era el alimento básico de aquellos. A través de los esclavos africanos, los taínos dejaron a nuestra cultura el cultivo de roza, cuya quema y tala de árboles serían luego continuadas por los plantadores azucareros. Otros elementos importantes de la cultura material taina que subsistieron y aparecen hoy incorporados a la vida y actividad cotidianas del dominicano son: a. instrumentos como la canoa, la hamaca, el caracol –usado como trompeta para dar avisos – y la cuchara de higüero; b. técnicas como el sistema de pesca denominado barbasco o "encandilamiento", el ahumado para la conservación de las carnes, la cestería –especialmente mediante el empleo de cuerdas de cabuya y la petaca de yagua –, el encendido de hornos de carbón, la utilización de la piel de ciertos peces para limpiar y rayar vegetales, etc.; c. productos agrícolas como la batata, la yautía, la jagua, el jobo, el maíz, el lerén, el maní, etc. Todos ellos forman parte de la dieta dominicana. El mundo espiritual del taíno apenas dejó huellas en la cultura criolla, y las pocas muestras de ese mundo se hallan fuertemente sincretizadas con las creencias y ritos cristianoafricanos. Podemos citar, al respecto, la sacralización de ciertos caciques taínos, elevados a la categoría de luases o divinidades del panteón voduísta; las supersticiones relativas a las hachas indígenas, popularmente conocidas como "piedras de rayo" y el mito de la ciguapa, entidad femenina que camina con los pies al revés. La mayor aportación del taíno a la cultura dominicana hay que buscarla, sin duda, en el lenguaje. Numerosos vocablos forman parte del habla criolla. Los grupos étnicos que proporcionarán el mayor caudal de rasgos y complejos a la cultura nacional son el español y el africano, con una evidente e indiscutible prevalencia del primero sobre el segundo a pesar de la opinión de algunos sociólogos e historiadores. No es extraño, por tanto, que las escasas investigaciones sobre la realidad social dominicana apuntaran exclusivamente a rescatar y valorar el folklore de ascendencia
hispánica, el cual, si en verdad es hegemónico, no constituye nuestra única veta etnográfica. Para los hispanistas a ultranza, las tradiciones negras no se viven ni se recuerdan. Y ni siquiera la historia las menciona. Será necesario citar al notable afroamericanista M. J. Herkovits, quien nos dice que la persistencia de africanismos ocupa en Santo Domingo un lugar prominente en toda América. La presencia del negro en la isla data de los primeros años de su descubrimiento. Sabemos con certeza que ya en 1503 existían en la Española esclavos suficientes en número como para rebelarse y huir a los montes. Los esclavos traídos a Santo Domingo procedían de diversas zonas de África y, por tanto, pertenecían a culturas diferentes. En las primeras épocas esos esclavos eran ladinos, es decir, nacidos en España y cristianizados, pero a medida que el tráfico y comercio se intensificaban y las autoridades de la colonia reclamaban más mano de obra servil para las plantaciones y otros quehaceres, se permitió la introducción de negros bozales, importados directamente de África. El negro africano llegó, pues, a Santo Domingo, en calidad de esclavo, y fue él quien completó, con su trabajo forzado, la actividad del español conquistador. Es por tanto la situación de esclavitud la que marca, como trazo fundamental, la presencia del negro en la isla. Como esclavo, y a causa de esa situación, el negro arribó a América con sus culturas quebrantadas. Arrancado por la fuerza de su tierra, transportado y trasplantado a un nuevo hábitat, obligado a integrarse a una sociedad que no era la suya y en la que se encontraba en una posición de absoluta subordinación económica y social, el negro africano vio así destruida su organización tribal y política, sus formas de vida familiar y, en fin, todas sus estructuras sociales originales. Mientras el español se limitó a importar su sociedad y civilización, no teniendo que hacer otra cosa sino adaptarlas a un nuevo medio, la esclavitud, al desgarrar la cultura africana original, sólo permitió que el negro trajera consigo sus creencias y valores, debiendo sujetarse, en cambio, a una sociedad distinta a la suya e impuesta por su amo blanco. Aun cuando el trasplante de esclavos negros tuvo como escenario un hábitat similar al existente en la costa occidental africana, las características singularmente dramáticas de ese trasplante impidieron que aquellos pudieran mantener intactas sus culturas. De ahí que, en la actualidad, tal como dice Bastide (1969), no puede hablarse de civilizaciones o culturas africanas en América, sino de culturas negras o más bien de rasgos, restos de esas culturas. En Santo Domingo las aportaciones del hombre de color continúan siendo ignoradas en gran parte. Hasta hace poco, y sólo de pasada, se hacía referencia, a ciertos aspectos del África "salvaje" y "supersticiosa" incrustados, como un tumor maligno, en las entrañas del alma dominicana, y aún así esos aspectos fueron siempre vistos como extraños y producto de aciagas circunstancias históricas.
Para los afroamericanistas, Santo Domingo constituye un campo de trabajo fértil y virgen, no sólo por la escasez de investigaciones realizadas hasta hoy, sino por las excelentes y envidiables condiciones sociológicas que el país ofrece. Remanentes culturales africanos se observan en Santo Domingo en muy diversos aspectos: música, baile, creencias mágico-religiosas, cocina, economía, diversiones, hábitos motores, lenguaje, etc. Un estudio pormenorizado de esos remanentes está todavía por realizarse a pesar de los intentos parciales llevados a cabo hasta ahora por algunos investigadores. Los principales vestigios negros africanos presentes en la cultura dominicana actual son: Tal vez la mayor influencia del esclavo africano se observe en la música y baile. Tal influencia se origina en las danzas, que como lacalenda, se practicaban en Santo Domingo, como en otros lugares de América, desde los años iniciales de la esclavitud. Debemos al padre Labat, quien viajó por las Antillas en el siglo XVIII, una descripción bastante minuciosa de la calenda. De esta danza derivan, según investigaciones realizadas por el folklorista Fradique Lizardo, varios de nuestros ritmos populares. Uno de los más generalizados de todos es los palos, nombre con que se designa tanto al ritmo como a los membranófonos utilizados. Ritmos nacionales de obvia impronta africana son la zarandunga, los congos, la jaiba, el chenche matriculado, etc. La salve, que al decir de la etnomusicóloga norteamericana Martha Davis, es la más típica de los géneros tradicionales dominicanos, presenta dos estilos: uno claramente español, amétrico y antifonal, y otro polirrítmico, fuertemente hibridado entre lo español y lo africano. Entre los instrumentos de origen africano cabe citar los palos, el balsié, la gayumba, etc. La música popular dominicana está íntimamente ligada a la cultura religiosa, y se interpreta sobre todo en las llamadas fiesta de santos, conocidas también, según la zona del país, como velaciones, velas o noches de vela. Otros ritmos populares son de evidente origen español, como la mangulina y el carabiné. Las creencias mágico-religiosas dominantes entre las capas campesinas y populares dominicanas reflejan el sincretismo cristiano-africano operado desde los tiempos de la colonia. El vodú dominicano es de obvia procedencia haitiana, pero sus rasgos y complejos se muestran degradados en Santo Domingo. Al panteón voduísta criollo se han incorporado muchas divinidades o loas nativos. El rasgo más característico del vodú dominicano es el que lo relaciona directamente con la actividad mágica. Las correspondencias entre los loa y los santos católicos son similares a las haitianas. La magia dominicana es también una mezcla heterogénea de creencias y ritos africanos y europeos, estos últimos especialmente españoles. Animales míticos como el bacá y el galipote proceden de Haití. Las clásicas brujas y las características que las rodean son españolas. De Europa nos viene la superstición del mal de ojo, la supuesta existencia de lugarús (loup-garou) y numerosos hechizos y encantamientos, amén de la mayoría de las artes adivinatorias.
Los ritos funerarios contienen muchos rasgos de ascendencia africana que son compartidos con otros países de América. En el campo económico destacan las diversas instituciones de ayuda mutua, existentes tanto en los campos como en las ciudades. En los medios rurales, estas instituciones se presentan en forma de agrupaciones de campesinos que se reúnen para colaborar en determinadas faenas agrícolas, como siembras, talado de bosques, preparación del terreno, etc. Reciben el nombre de juntas o convites y presentan características similares al combite haitiano, estrechamente emparentado con el dokpwe de los fon de Dahomey. Otra institución de ayuda mutua, de origen africano, es el sistema de crédito rotativo que se conoce con el nombre de san y que corresponde al Esusu yoruba. Como en Nigeria y otras partes de Afroamérica, el san lo integran preferentemente mujeres. Consiste, como es sabido, en el establecimiento de una caja común a la que cada participante del san contribuye con una suma mensual o semanal. Cada socio recibe, en forma rotativa, el valor total de la caja, empezando por el que la organizó (Pollak-Eltz). La cocina dominicana contiene productos y platos de procedencia africana. Entre los primeros figuran el gandul, el ñame y el funde. Platos típicamente africanos parecen ser el mofongo, preparado a base de plátanos verdes y, derivados de la cocina cocola, el fungí y el calalú. Una bebida común entre los esclavos negros era el guarapo, que se saca del jugo de caña de azúcar. La influencia africana en el lenguaje dominicano no es muy significativa, pero aun así es posible rastrear numerosos vocablos importados por el esclavo negro y que se han incorporado al léxico popular. Una gran parte de esos vocablos es común a otros países antillanos, como Cuba y Puerto Rico. Citamos, entre otros, las voces bemba, bachata, guineo, quimbambas, añangotarse, etc. Si la cultura dominicana es una simbiosis rica y dinámica de distintas influencias –indígena, negra, española – conviene preguntarse, ¿en qué momento de la historia de Santo Domingo comienza a producirse esa simbiosis? La respuesta no es fácil y para encontrarla habría que remontarse, tal vez, a los comienzos del siglo XVIII, cuando lo que Veloz Maggiolo denomina el "sentido del criollismo", empieza a surgir a partir de las devastaciones del gobernador Osorio, hecho que condujo, a la división de la isla en dos colonias. El término criollo, aplicable en sentido general a todo lo originario de los países americanos, estaba reservado exclusivamente, a partir del siglo XVI, para denominar a los hijos y nietos de africanos nacidos en estas tierras. El documento más antiguo que atestigua la presencia de esa palabra se encuentra en el testamento de Juan de Castellanos, en la parte que hace relación a los esclavos domésticos, propiedad de este autor. En esa relación aparecen los nombres de varios esclavos domésticos, como "Ambrosio, negro criollo"; "Andrés, criollo de Santo Domingo", etc. (Álvarez: 1974). En 1590, el padre Acosta lo utiliza para nombrar a los nacidos de españoles en Indias, y el Inca Garcilaso de la Vega lo aplica indistintamente a los españoles y negros. Ya en el siglo XVIII el adjetivo criollo designa a todos los nacidos en América, no importa la casta o mezcla de donde provengan. Se exceptúan de este calificativo a los descendientes de indígenas.
El proceso de formación de la cultura dominicana, que puede situarse a partir del siglo XVII, responde pues a la necesidad del criollo de adaptarse al hábitat donde vive y es el resultado de un largo y prolongado mecanismo de transculturación que se inicia sobre todo a partir de la cultura española, lógicamente predominante, a la que luego se mezclarán ingredientes procedentes de la aborigen y africana.
2. El Folklor
¿Qué es folklore?
El Folklore de origen inglés, folk traducido al español significa pueblo y lore saber. Se define etimológicamente como lo que el pueblo sabe de sí mismo. Es el saber del pueblo. Se denomina Folklore al conjunto de tradiciones y costumbres relativas a la cultura de un pueblo tales como las manifestaciones artísticas, culturales, sociales o del conocimiento popular. De alguna manera, estas tradiciones nacieron de manera espontánea en el pasado y han llegado a nosotros gracias a su transmisión de generación tras generación. El folklore no se nutre sólo de esa herencia de padres a hijos que con el paso del tiempo va cambiando y evolucionando, además, de todas las experiencias acumuladas por las diferentes tradiciones que proceden de distintos lugares geográficos e históricos. Se puede considerar al folklore como la cultura en la que mejor se identifica el ser humano ya que no pertenece a nadie en concreto sino a todos y cada uno de los individuos. Es la cultura ―por y para el pueblo‖.
El folklore dominicano se vive a través de su artesanía, su música, su colorido y su gente. Sin embargo, el más enriquecedor y popular, la expresión del pueblo dominicano es el merengue, el ritmo con más trascendencia que, generación tras generación, ha crecido y ha vivido una importante evolución musical. El pueblo dominicano se distingue porque vive día a día al compás de su música. La pintura y escultura dominicana empezaron su desarrollo con la emigración de artistas e intelectuales españoles que huyendo de la guerra civil española se establecieron en nuestro país. Música y baile folklórico dominicano: El merengue.
Este ritmo musical nació entre 1844 y 1850. Su origen humilde hacía referencia a hechos cotidianos y en algunos casos se convertía en una auténtica provocación de tal manera que durante un tiempo llegó a prohibirse en algunas regiones. Sin embargo, su ritmo caliente y sensual derribó cualquier barrera. Con el tiempo, orquestas sinfónicas nacionales y extranjeras han llegado a interpretar los acordes de compositores dominicanos como Julio Alberto Hernández, Juan Francisco García, Rafael Solano, quienes han marcado la historia del merengue y lo traducen como la gran tradición nacional, símbolo de la cultura y pasión dominicana. EL merengue vive de la magia de la güira, la tambora y el acordeón. Estos son los instrumentos principales utilizados para interpretar los ritmos de su música. El merengue es un estilo musical y de baile originado en la República Dominicana a fines del siglo XIX. En sus orígenes, el merengue era interpretado con guitarras. Posteriormente las guitarras fueron sustituidas por el acordeón que junto con la güira y la tambora, forman la estructura instrumental del conjunto de merengue típico. Este conjunto, sintetiza las tres culturas que conformaron la idiosincrasia de la cultura dominicana. La influencia europea viene a estar representada por el acordeón, la africana por la tambora (tambor de dos parches), y la taína o aborigen por la güira.
Vestuario del folklore dominicano.
Los dominicanos acostumbran a vestir con indumentaria de gran colorido y más cuando se trata de bailar al ritmo del merengue. Las mujeres usan largos vestidos en los que predominan el amarillo, rojo, anaranjado, blanco y azul. Esta mezcla de colorido se enriquece con los complementos, como son los largos collares de piedras, pulseras, grandes aros que lucen en los rostros de la belleza dominicana. Los hombres visten con trajes y zapatillas blancas y utilizan un pañuelo alrededor del cuello que, por lo regular, es del mismo color de la vestimenta de su pareja.
Carnaval dominicano.
La tradición del carnaval es parte de la identidad de los dominicanos. Desde que comienza el mes de febrero comienza la alegría y la fiesta en todo el territorio nacional, cada pueblo tiene la celebración del carnaval y en el mes de marzo la temporada termina con un majestuoso desfile en el Malecón de Santo Domingo. El personaje más famoso del carnaval dominicano es el denominado ―Diablo Cojuelo‖ que es un vistoso personaje que usa un colorido atuendo con
espejitos, cascabeles y cintas acompañado de una máscara con grandes cuernos. Otros personaje original y pintorescos es el ―roba la gallina‖, que aviva siempre el carnaval.
3. Idiosincrasia del dominicano. (Del gr. ἰδιοσυγκρασία, temperamento particular). f. Rasgos, temperamento, carácter, etc., distintivos y propios de un individuo o de una colectividad. Idiosincrasia:
El dominicano es conocido por su amabilidad, cariño, alegría y espontaneidad. También, por su afición a las bebidas alcohólicas, sobre todo la cerveza. Una fresca, una fría, grande, pequeña, jumbo, ceniza, vestida de novia…
Por otro lado, existen en el habla popular formas especiales de comunicación que por la manera sintética y llamativa de presentar su contenido, gozan de aceptación y reconocimiento social. Me refiero a los proverbios, frases y refranes, los cuales han sobrevivido al tiempo y a la modernidad. Ausentes de vuelos conceptuales, se presentan en un lenguaje sencillo y llano, lo que posibilita desentrañar su moraleja. Muy pocas personas han logrado en su vocabulario, sustraerse de ellos, pues estos están en el imaginario social e irrumpen con facilidad en el vocabulario cotidiano. Ciertamente, los refranes son un legado cultural generacional, pero es necesario descodificarlos, descomponerlos en su semántica ideológica y en su intencionalidad. El refranero dominicano es muy diverso. Los hay de una variedad de mensajes envueltos en prejuicios, pesimismos, optimismos, y elementos de contradicción. Son famosos algunos pertenecientes al ambiente campestre como son: Cuando el rio suena, agua lleva. Quien siembra viento, cosecha tempestades Árbol que crece torcido, nunca su rama endereza. En el último ejemplo, se aprecia una gran carga de prejuicio y desprecio hacia alguien, en los refranes pueden identificarse imágenes que distorsionan sentimientos y actitudes respecto a personas y a cosas, y es por eso que hay que hacerse la pregunta ¿cuándo y en qué grado puede ser aplicable este y otros refranes? Así, estos no se convierten en una pauta para pensar y una guía para actuar. En "dime con quién andas y te diré quién eres" hay una clara censura contra alguien. Cada vez que este refrán es empleado, la intención es denostar, el cual es un juicio falso. Que una persona de buena reputación tenga acercamiento con alguien que no sea tal, no implica necesariamente que anden en lo mismo. En la Biblia hay pasajes que hablan de Jesús mezclándose con señalados pecadores, y él no era uno de ellos. En refranes como "más vale un malo conocido, que no un bueno por conocer", hay una intención intimidatoria, ante la toma de una decisión. Imagínese por un momento a una mujer maltratada en la relación de pareja, pero que está en disposición de terminar con esa situación, y busca la solidaridad en su familia, o en otros espacios, y obtenga como consejo lo antes dicho. Lo mismo si la decisión implica el campo laboral o de otra naturaleza. Cierto es que para hacer cambios en la vida, hay que analizarlo, sopesarlo bien, pero este pensamiento, promueve la duda, el miedo y el estancamiento. En todos los refranes hay una filosofía de vida digna de analizar. Con algunos pudiéramos estar de acuerdo en buena medida, mas siempre a la expectativa de que las circunstancia deparen otros significados según la realidad. En el caso de "los tropezones hacen levantar
los pies". Es algo cierto, pero ocurre que en el incesante trajinar humano, muchas veces se tropieza varias veces con la misma piedra. También, ha quedado establecido en estudios y por su comportamiento, que la población dominicana tiene mucho apego a la política y a la filiación partidaria. Aun cuando se queja permanentemente del desempeño de los partidos, de sus dirigentes, del gobierno y de sus funcionarios, al final todos asumimos una posición partidaria en las discusiones y al ejercer el derecho al voto. Otras particularidades de los dominicanos son:
Usamos el término ―tíguere‖ para referirno s al hombre que es astuto y muy hábil.
Racismo. Machismo. Auto medicarse. Creer que todo lo importado es bueno. Creencias en brujería, hechicería, en supersticiones, en leyendas urbanas, etc. Creer, que hasta lo malo que sucede, es obra de Dios. Creer que quienes tienen relaciones sexuales Viernes Santo se quedan pegados. Entre muchos otros.