ÍNDICE Introducción
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Asesinatos al alza e impunidad como factor común
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Doble infierno en Veracruz
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El peligro de cubrir nota policiaca
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Silenciar las comunidades
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Internet: campo de agresiones a la libertad de expresión
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Amenazas en redes sociales: lenguaje de odio, violencia homófoba, de género y narrativa audiovisual asociada al narcotráfico
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Impactos psicosociales de las amenazas en redes sociales
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Patrones de las amenazas en redes sociales
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Tipos de ataques más frecuentes en redes sociales
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Conclusiones
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Resumen ejecutivo
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TERCER INFORME TRIMESTRAL: DE LO DIGITAL A LO TANGIBLE Ejercer la libertad de expresión en México puede tener un precio muy alto, que a veces se paga con la cuota de la violencia. El presente informe trimestral da cuenta de las agresiones contra periodistas, medios de comunicación y otros particulares, y la relación con su legítimo derecho al ejercicio de la libertad de expresión y al de difundir información1. En un primer plano, este informe pretende brindar un panorama general de las agresiones contra la libertad de expresión en México documentadas por ARTICLE 19, durante el periodo que abarca los meses de julio a septiembre de 2016, poniendo especial énfasis en los casos de asesinatos a periodistas. En un segundo plano, aborda con mayor profundidad las amenazas en redes sociales, un fenómeno que ha cobrado mayor relevancia tanto en su tasa de prevalencia respecto al agregado total de agresiones perpetradas en el trimestre, como en su intensidad e instrumentación para agredir y censurar.
De las 88 agresiones registradas por ARTICLE 19 de julio a septiembre de 2016, 56 fueron dirigidas hacia hombres, 21 hacia mujeres1 y 11 a medios o colectivos.
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A pesar del discurso oficial que intenta deslindar la participación de actores estatales como responsables de las agresiones contra al libertad de expresión, la evidencia de la documentación de ARTICLE 19, demuestra lo contrario. De los 58 casos en los que se tienen indicios claros, 7 de cada 10 fueron perpetrados por agentes del Estado. Ante este cúmulo de 88 agresiones durante el tercer semestre –que se suman a las 218 perpetradas durante el primer semestre de 2016–, se debe resaltar que la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión de la Procuraduría General de la República (FEADLE), sólo ha atraído 3 casos, lo cual impide subsanar la falta de acceso a la justicia de estos crímenes en el ámbito local. En el mismo sentido, la FEADLE ha abierto solamente 21 averiguaciones previas durante los 9 primeros meses del año2, lo cual refleja un déficit de su labor en cuanto a la obligación del Estado de investigar para coadyuvar a sancionar a los responsables de crímenes que vulneran la libertad de expresión.
Asesinatos al alza e impunidad como factor común En el sexenio en curso de la administración de Enrique Peña Nieto –el más violento para la prensa en México– 3
, los asesinatos de periodistas siguen aumentando. La cruenta cifra de 7 asesinatos de periodistas durante
2015, ha sido superada en los primeros 9 meses de 2016. Hasta el cierre de septiembre de 2016, más de un periodista ha sido asesinado por mes, haciendo un total de 10 asesinatos en lo que va del año.4 Durante el tercer trimestre de 2016, Pedro Tamayo, reportero de Tierra Blanca, Veracruz; Agustín Pavia, locutor de Huajuapan, Oaxaca, y Aurelio Cabrera, reportero y director de un medio de Huachinango, Puebla, fueron asesinados. En ninguno de estos 3 casos documentados durante este trimestre por ARTICLE 19, la FEADLE ha ejercido su facultad de atracción para investigar los homicidios en contra de los periodistas. La impunidad imperante por parte de las autoridades en México para investigar y castigar a los responsables materiales e intelectuales en estos casos, envía un mensaje de permisibilidad de la violencia extrema, así como de desprecio hacia la libertad de expresión y el derecho de la sociedad a acceder a la información plural.
A pesar de que las cifras indican más agresiones documentadas para hombres, existen patrones de violencia específicos y dinámicas de invisibilización de distintos tipos de violencia contra las mujeres y otras minorías, relacionadas con la identidad de género. Por ello, hay fuertes elementos para pensar que las agresiones contra mujeres y estas minorías están subrepresentadas tanto en la denuncias como en las documentaciones a las cuales ARTICLE 19 tuvo conocimiento. Cfr. ARTICLE 19 Oficina para México y Centroamérica, (2015) Pautas y principios para documentar con perspectiva de género las agresiones contra quienes ejercen la libertad de expresión. 2 Procuraduría General de la República- Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión, Informe Estadístico de la fiscalía especial para la atención de delitos cometidos contra la libertad de expresión, Septiembre de 2016. 3
Cfr. ARTICLE 19 Oficina para México y Centroamérica (2015), M.I.E.D.O. (Medios, Impunidad, Estado, Democracia, Opacidad).
4 Este informe se concentra en los asesinatos del tercer trimestre de 2016. Para un abordaje a detalle de los periodistas asesinados durante el primer semestre de 2016, ver ARTICLE 19 Oficina para México y Centroamérica (2016), Segundo informe trimestral de 2016: un periodista asesinado cada 26 días.
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Doble infierno en Veracruz Después de una serie de amenazas y tras ser obligado a desplazarse, Pedro Tamayo fue asesinado con un arma de fuego el 20 de julio de 2016. Poco más de 3 meses después y ante la exigencia de justicia para el esclarecimiento de su asesinato, la familia Tamayo ha enfrentado nuevas agresiones. A pesar de contar con la protección de la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas (CEAPP) de Veracruz, la noche del 30 de octubre de 2016, mientras estaba ausente de su domicilio, la viuda del periodista Pedro Tamayo recibió una amenaza telefónica en la que le advertían que su casa sería incendiada. U na hora más tarde, la amenaza se materializó con la vivienda totalmente calcinada. Tanto el asesinato de Tamayo y la revictimización de su familia con nuevas amenazas y agresiones, continúan en la impunidad. De acuerdo con ARTICLE 19 no han habido avances en las investigaciones ni castigo a los autores materiales ni intelectuales, lo cual niega el legítimo derecho de la familia para tener acceso a la justicia, la verdad y la reparación del daño. Las falencias del mecanismo de protección estatal, reflejan la realidad de la entidad más violenta para la prensa en México y la vulnerabilidad que enfrentan, en este caso, los familiares de Tamayo en suintegridad física y psicosocial. Desde la entrada de Javier Duarte a la gubernatura hasta la fecha, ARTICLE 19 ha documentado el asesinato de 17 periodistas que laboraban en Veracruz, el estado más letal para ejercer el periodismo en este país, a pesar de la implementacion de un sistema de Alerta Temprana promovida por el Mecanismo de Protección para personas defensoras y periodistas en noviembre del
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2015. El sistema de Alerta no ha tenido el impacto esperado debido a que desde su lanzamiento han sido asesinados tres periodistas en la entidad.
El peligro de cubrir nota policiaca Aurelio Cabrera Campos, reportero y director de “El Gráfico”, periódico de la Sierra Norte de Puebla, falleció en la madrugada del jueves 15 de septiembre de 2016, en un hospital de Huauchinango, Puebla, después de ser atacado por sujetos desconocidos con armas de fuego, mientras circulaba a bordo de su camioneta sobre la carretera México-Tuxpan. Aurelio cubría principalmente notas policiacas de la zona norte de dicho estado. Aun cuando la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) solicitó al gobierno de Puebla la implementación de medidas cautelares para salvaguardar la integridad de la familia del periodista, la Fiscalía General del Estado de Puebla, ha deslindado las investigaciones del homicidio de Cabrera Campos sin agotar todas las líneas de investigación que relacionan el crimen con su trabajo periodístico. Lo anterior, constituye una falta al deber de las autoridades de agotar los recursos para investigar de forma expedita y con la debida diligencia, los crímenes y violaciones a derechos humanos de personas que ejercen el periodismo.
Silenciar las comunidades El 13 de septiembre de 2016, sujetos desconocidos arribaron al domicilio de Agustín Pavia en Huajuapan de León, Oaxaca y le privaron de la vida al dispararle con un arma de fuego en repetidas ocasiones. De acuerdo con familiares el homicidio “fue un acto preparado”, mismo que puede tener relación con “la lucha por los derechos humanos que llevaba a cabo, así como con la radio comunitaria Tu Un Ñuu Savi en la que participaba con su programa de crítica hacia la política pública del gobierno estatal y municipal”. En efecto, Pavia, además de maestro y defensor de derechos ambientales contra los abusos de la industria minera, era locutor de la radio comunitaria en el programa de análisis político “Forum”. Menos de tres meses antes del asesinato de Pavia, Salvador Olmos, tam bién locutor de la radio comunitaria Tu Un Ñuu Savi en Oaxaca, fue ejecutado por fuerzas policiales encargadas de la seguridad de Huajuapan de León. ARTICLE 19 ha tenido información r e s p e c t o d e otros miembros de las misma radiodifusora q u e t a m b i é n s u f r i e r o n acoso e intimidación por parte de supuestos policías previo al asesinato de los locutores. Entre otros temas, la radio comunitaria Tu Un Ñuu Savi que transmite desde la Escuela Normal Experimental de Huajuapan, dio cobertura informativa a la represión que tuvo lugar en los operativos policiales de Nochixtlán en junio pasado. A pesar de que las autoridades del estado de Oaxaca han abierto indagatorias por ambos crímenes, en ninguno de los dos asesinatos se han deslindado las responsabilidades de la cadena de mando en la comisión del crimen, 5
ni se han fincado responsabilidades penales a todos los autores, tanto materiales como intelectuales. Esta impunidad brinda un estado de garantía para agredir y censurar a medios de por sí marginados en términos de alcance y difusión como la radio comunitaria Tu Un Ñuu Savi. En el mismo tenor, estos asesinatos constituyen una privación indebida al acceso de información a las comunidades que requieren estar informadas sobre derechos humanos y ambientales y otros temas relevantes para sus comunidades desde una perspectiva crítica en Oaxaca.
Internet: campo de agresiones a la libertad de expresión El espacio digital se ha convertido en un espacio que complementa la participación en las protestas en las calles, asambleas y discusiones presenciales. Por su relevancia como campo para la participación social y política, el ejercicio de derechos y el intercambio de información e ideas, las plataformas digitales son un campo de batalla en el cual la libertad de expresión es atacada. En este sentido, el acoso en internet, especialmente mediante amenazas en plataformas de redes sociales, se ha consolidado e n e l p e r i o d o como una forma para intimidar, infundir miedo y censurar. Las amenazas en general constituyeron las agresiones más comunes del total de agresiones registradas por ARTICLE 19 a n i v e l n a c i o n a l este trimestre, y representaron casi una cuarta parte (23), del agregado total de agresiones trimestrales. De este cúmulo de amenazas, 6 de cada 10 fueron realizadas vías redes sociales. Durante este periodo ARTICLE 19 ha notado con especial preocupación que las amenazas en redes sociales han incrementado: mientras que en los primeros seis meses de 2016, se documentó en promedio una amenaza mensual por esta vía; durante el tercer trimestre del año, se documentaron 4.6 amenazas promedio por mes. Durante el primer semestre del año, las agresiones a comunicadores y periodistas que laboraban en medios digitales representaron aproximadamente un tercio de las agresiones totales. Para el tercer trimestre del año, la misma cifra representó casi la mitad de las agresiones documentadas (41/88). Antes de llevar a cabo un análisis sustantivo de las amenazas documentadas por ARTICLE 19 y sus efectos de censura sobre la libertad de expresión, es importante entender que las amenazas declaradas en el espacio digital pueden ser verbales o simbólicas (uso de imágenes, memes) y usualmente se dan a través de plataformas abiertas (como Twitter). Una plataforma abierta ofrece la posibilidad de generar agresiones de bajo costo, de forma rápida, además de que facilita la interacción con figuras públicas. A pesar de que se pueden llevar a cabo agresiones mediante el uso de herramientas técnicas sofisticadas, también se pueden llevar a cabo amenazas simplemente teniendo al alcance un dispositivo promedio con conexión a internet y
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formulando un mensaje intimidatorio. Cabe destacar que las 14 amenazas en redes sociales documentadas por ARTICLE 19 durante el tercer trimestre del año, fueron hechas a periodistas a través de Twitter. Las amenazas en redes sociales buscan censurar la información crítica y el debate de información relevante para la ciudadanía. Por ejemplo, la periodista Kennia Vázquez recibió amenazas de daño sexual posterior a que publicara mensajes a través de su cuenta de Twitter @kenniaV. En su publicación, Velázquez promovía la igualdad de derechos para niñas y niños que pertenecen a familias que no encuadran las visiones excluyentes de familia.
Los mensajes de la periodista hacían un planteamiento crítico fundamental para debatir el contexto de discriminación prevalente en México que busca restringir derechos. En el marco de la discusión sobre un estado laico y la diversidad de las familias más allá de criterios homoparentales discriminatorios, voces como la de Kennia son fundamentales para brindar argumentos que debatan la agenda y se avance en los derechos para minorías históricamente marginadas como las LGBTTI. Otro ejemplo es el de las amenazas al caricaturista Juan de Alarcón, que utiliza la sátira gráfica para plantear una crítica a políticos de alto nivel como Enrique Peña Nieto y sus acciones desde la presidencia. Las amenazas en este caso intentan amedrentar con el fin de restringir el derecho a difundir información crítica de interés público en un régimen democrático.
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En el mismo tenor José Luis Montenegro, ex corresponsal de The Guardian en México, fue amenazado vía Twitter los días 12 y 15 de agosto, tras publicar el 9 de agosto de 2016, un reportaje sobre posible conflicto de interés que involucra a la pareja presidencial. A partir de ahí recibió una amenaza desde la cuenta @jovenplacebo (ahora inexistente) que le espetaba: “Joven @jl_montenegroj el jefe ha solicitado MESURA en sus textos, esto de antemano para que nadie salga lastimado”.
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Desde la experiencia de las y los periodistas, las amenazas en redes sociales tienen un impacto real en términos de censura y autocensura: “Después de las amenazas dejé un tiempo de tratar en mis redes ciertos temas, dado el ambiente agresivo que percibí […] Sí practiqué la autocensura y desde que volví a tocar temas polémicos o fuertes soy más cuidadosa” – Kennia Vázquez “Considero que ese es el principal objetivo de las amenazas: censurarte y que como periodista optes por autocensurarte, […] Las redes sociales no son libres para expresar lo que uno cree o lo que uno piensa al momento, hay intereses de por medio que, si tocas a través de la difusión de tu trabajo, incomodan, sacuden y despiertan conciencias. Eso no le gusta al sistema.” –José Luis Montenegro “Cada que estoy por involucrarme en un tema polémico, vienen a mi mente las amenazas […] no puedo quitarme el recuerdo de los días en que recibí las amenazas y el hostigamiento […] dejé de publicar en redes sociales unos días ” –Bela Braun
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Amenazas en redes sociales: lenguaje de odio, violencia homófoba, de género y narrativa audiovisual asociada al narcotráfico Las amenazas en el espacio digital se han consolidado como un medio para reproducir la violencia de género. A partir del informe anual M.I.E.D.O., de 2015, pudimos constatar que el acoso, hostigamiento y violencia características en las calles, se comienza a reflejar en los espacios digitales: “Persiste el uso de lenguaje violento de connotación sexual, discriminatoria y misógina para limitar, obstaculizar o nulificar la difusión de opiniones y expresiones” (p. 102).
Este es el caso de amenazas en redes sociales hacia periodistas utilizando lenguaje de odio y articulado con violencia de género explícita, como en el caso ya mencionado de la reportera Kennia Vázquez, que fue amenazada con el uso violencia sexual a través de Twitter, por un usuario desconocido el 30 de agosto de 2016.
Como menciona Kennia Vázquez, esta es una violencia diferenciada que pone riesgos y amenazas específicas para mujeres periodistas: “Creo que si intentan vulnerar [a las periodistas]. Las agresiones tienden a hacer alusión a la vida sexual o al físico de las reporteras y [este tipo de amenazas] se dan en mayor medida hacia las mujeres que a los hombres”.
Además de la violencia de género en contra de mujeres, al hacer un análisis del discurso de las amenazas también encontramos violencia homófoba basada en estereotipos de discriminación de género hacia hombres periodistas.
En las amenazas documentadas por ARTICLE 19 este trimestre, otro factor común es la reiteración de temáticas de violencia con lenguaje y narrativa visual asociada al narcotráfico y la violencia del crimen organizado. La referencia a personajes como “sicarios”, “el patrón”, y material audiovisual que hace referencia a comandos, cárteles o armas, es utilizado. En algunos casos incluso, se han documentado la personalización de amenazas y el nombre de las personas amenazadas escritos con balas.5
5 Se sabe que grupos de trolls como “Los Sicarios del troll” y otros “equipos de odio” (dedicados a promover hashstags discriminatorios y ataques en redes) han usado este tipo de narrativa para amedrentar. Algunas de estas imágenes no son de manufactura original o hechas ex profeso para la amenaza en cuestión, sino que son genéricas y provienen de internet.
Impactos psicosociales de las amenazas en redes sociales Las amenazas ejecutadas en el espacio digital tienen como objetivo y infundir miedo, sentimiento de persecución e inseguridad ante la percepción de un riesgo inminente:
“[Lo que más me impactó fue] Ver mi nombre y el de personas cercanas a mí escrito en una cartulina junto a balas,
cuchillos y mensajes obscenos […] Cuando las amenazas subieron de tono e incluyeron a
personas de mi entorno
inmediato, hubo un lapso de unas horas en que pensé que en verdad corría
peligro. Recuerdo caminar por la calle mirando por encima de mi hombro. Fue una sensación terrible.” –Bela Braun “Tuve que desactivar por semanas mis cuentas de redes sociales por dos motivos; el primero, no estar leyendo tantas agresiones y que eso no me generara inestabilidad emocional y profesional” –José Luis Montenegro
Las amenazas además tienen el efecto de comunicar el riesgo no sólo a nivel personal sino que logran extender la sensación de inseguridad hacia los círculos cercanos como familiares y amigos6 e incluso las fuentes de los periodistas:
“Sí tuve que instalar un sistema de seguridad en casa, para que mi familia se sintiera más segura” -Bela Braun “No eran únicamente las amenazas que enviaban a mis redes sociales, sino los intentos por robar dichas cuentas. Es decir, "alguien" tiene un interés genuino por conocer información confidencial, tus fuentes profesionales o cualquier otro dato que les pueda dar indicios de tu actividad diaria.” –José Luis Montenegro La intención de infundir miedo en la persona receptora de la amenaza es proyectar la sensación de inseguridad sobre sus círculos cercanos. En un segundo plano, se busca inhibir la capacidad de respuesta o censurar al paralizar a la víctima. En otro sentido, la amenaza también busca que mediante las respuestas posteriores
6 Cfr. Beristain, Carlos Martín (2011), Manual sobre la Perspectiva Psicosocial en la investigación de derechos humanos, Fundar-SERAPAZHEGOPA-CDHDF.
al shock de la amenaza, tanto la víctima como terceras partes, revelen información ya sea sobre la misma víctima primaria o sobre sus círculos y redes de apoyo, para poder utilizarla y seguir infundiendo miedo, incluso a nuevas personas.
Patrones de las amenazas en redes sociales7 En s u informe “ M.I.E.D.O.” de 2015 ARTICLE 19 documentó el aún incipiente patrón de efecto dominó en distintas amenazas perpetradas en redes sociales. Durante el tercer trimestre de 2016, pudimos documentar con mayor claridad dicho patrón. Las cuentas de Twitter de los periodistas Bela Braun, Denise Maerker, Olivia Zerón y Julio Astillero recibieron amenazas después de haber denunciado en las mismas redes sociales una primera amenaza a la cuenta del periodista Héctor de Mauleón. Cuentas como @guzzanotj comenzaron a etiquetar en amenazas a los periodistas que también se pronunciaron respecto al primer ataque contra Mauleón.
Por ejemplo el periodista Bela Braun sufrió amenazas después de poner de relieve la amenaza originaria y expresar su apoyo al colega Mauleón.
6 7 Nota metodológica: Se analizaron todos los casos de amenazas documentados en el trimestre para encontrar patrones y dinámicas en los ataques. Para identificar las interacciones entre agresores y víctimas de ataques, se realizó un análisis de big data con la información pública de la plataforma de Twitter, mediante una herramienta de visualización estadística que convierte los nombres de usuarios en “nodos”, los tuits, retuits y respuestas. Esto se expresa en gráficas de puntos y líneas. El “punto” representa al usuario y las líneas, las interacciones con otro nodo (ver gráficos).
Al aislar los vínculos entre los ataques a Héctor de Mauleón, podemos ver que las cuentas de Rafael Perez Gay y de Bela Braun tienen como nodo la cuenta troll de @guzzanotj quien agredió a las tres cuentas de los periodistas.
En varios de los ataques documentados este trimestre se pudieron identificar cuentas de ataque pertenecientes a una misma red o comunidad de agresores, como las de los denominados “Hiena Machitroll”, “Hakunito de Jesus” o “El noruego”, que ya habían participado en episodios de amenazas previas contra periodistas. Varias de las cuentas de esta red amenazaron, por ejemplo, al caricaturista Alarcón.
Un caso que sigue un patrón similar es el del periodista Leo Augusto, quien fue agredido en Twitter por dos redes de agresores, en este caso, al salir en defensa del caricaturista Juan Alarcón. De la misma manera, las cuentas de las periodistas Olivia Zerón y Denisse Maerker, sufrieron ataques después de responder a agresiones iniciales en contra de un colega. Aunque estas agresiones fueron hechas por distintas comunidades de trolls, existe una relación con su tipo de ataque, dirigido a quienes defienden a un primer usuario agredido. En el agresiones.
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8 Ver nota metodológica.
siguiente gráfico, las lineas representan las interacciones que conectan las
Algunos de los patrones y tendencias identificadas mediante el análisis de las interacciones en las amenazas de Twitter en este trimestre de 2016, son las siguientes:
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Las amenazas no son respaldadas por una red de trolls o bots única.
•
Las cuentas de periodistas atacadas son muy activas en redes sociales, con un promedio de 46 mil seguidores si excluimos la cuenta de Denisse Maerker, y de 700 mil si la incluimos. Ninguna de las agresiones iniciales se realizó a alguna cuenta con menos de mil seguidores.
•
Las amenazas no están directamente vinculadas a una red conocida de trolles. No son “reclamados” por ningún grupo como “los sicarios del troll” o “legión Hulk”, u otras redes conocidas de trolls que han agredido a periodistas y personajes públicos previamente. Tampoco se han utilizado hashtags que agrupen las agresiones y que son comunes en este tipo de ataques.
•
Estos ataques han tenido una duración de 2 a 3 días en promedio.
•
Los ataques no registran una gran cantidad de menciones como en otros casos conocidos de ataques en redada (ver Tipos de ataques más frecuentes en redes sociales). Incluso, las agresiones más intensas no registran más de 15 interacciones hacia los y las periodistas atacados.
•
9 de las amenazas en redes sociales afectaron periodistas que residen o laboran en la Ciudad de México, mientras que el resto de las amenazas se distribuyeron por igual en periodistas que residen o laboran en León, Monterrey, San Luis Potosí y Veracruz.
•
2 de cada 3 casos de periodistas amenazados en redes sociales y que residen o trabajan en la Ciudad de México, ocurrieron en el periodo del 22 al 27 de septiembre de 2016. Otro de los ataques de amenazas estuvo concentrado durante los días del 19 al 22 de octubre, siendo este el tercer mes en el que se registran ataques directos a periodistas a la capital en estos días (ver Tipos de ataques más frecuentes en redes sociales).
Tipos de ataques más frecuentes en redes sociales Existe una infinidad de formas de elaborar ataques en redes sociales, sin embargo, hay algunos que responden a patrones que se repiten en distintos ámbitos y momentos. Hay ataques cuyo origen corresponde a una cuenta, pero también existen ataques que se gestan desde varias cuentas e inclusive desde varias plataformas. Existen ataques únicos, esporádicos, coyunturales y ataques sistemáticos.
Operativos de bots Durante las elecciones de 2012 en México, la red se comenzó a perfilar como un espacio de disidencia a la par que su número de usuarios mexicanos incrementó. Ante este horizonte surgieron gran cantidad de empresas de comunicación y marketing web, así como consultores que han desarrollado un catálogo abundante de estrategias para contrarrestar y modificar tendencias en las conversaciones en redes sociales. La mayoría de estas empresas y usuarios especializados trabaja para clientes de carácter c a o público y político y en ocasiones ofrecen servicios que caen dentro de un área opaca, por ejemplo: •
Creación de granjas de bots: cuentas falsas que interactúan entre sí (se dan retweets y menciones) y que además tienen una aparente personalidad. Se denominan como “granjas” porque se van “sembrando” es decir son grupos de cuentas falsas que se desarrollan a lo largo del tiempo para que aparenten ser comunidades orgánicas con intereses específicos. En general este tipo de cuentas tienen muchos elementos en común (nombres parecidos, fotos del mismo tipo, seguidores en común).
•
Compra de influencers: Twitter replica con mayor resonancia los mensajes de quienes tienen más seguidores. Si una cuenta tiene muchos seguidores los tweets que salgan de estas cuentas tendrán máyor difusión. Existen cuentas muy populares en Twitter que dependiendo de su número de seguidores (sean estos falsos o reales) venden sus tweets o en otras palabras su nivel de difusión al público. También existen cuentas que compran seguidores para tener un público más grande. Estas prácticas son comunes común para promocionar todo tipo de productos, servicios e incluso candidatos políticos.
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Creación de tendencias: con la combinación de granjas de bots e influencers se ofrece crear trending topics que pueden ser para promocionar las cuentas del cliente
también para posicionar una
temática o personas entre un público objetivo o círculos con influencia en la opinión pública.
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Implementación de operativos de bots para ataques en línea: son casos en los que las granjas de bots son utilizadas para incurrir en agresiones y trolleo contra cuentas de periodistas, activistas, medios o personajes públicos.
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Sicarios digitales: existen comunidades grandes y organizadas que venden sus servicios para acosar en redes a usuarios o para promover temas “de odio” como los denominan ellos. Muchas veces venden sus servicios.
Campañas de difamación Entre los posibles ataques colectivos que distintos grupos organizan en contra de comunicadores/as y periodistas, existen campañas de difamación de diferentes tipos. Las campañas en Twitter suelen ser operativos masivos de bots que promueven una imagen, un meme, un tweet o un hashtag que pretenda difamar a la persona atacada. La difamación puede incluir una suplantación de identidad en las redes e incluso el robo de cuentas personales y perfiles públicos para hacer mal uso de ellas.
Redadas Se trata de un ataque agresivo, sistemático y con mayor organización colectiva, en el que un grupo de personas se dedica a extraer información sensible o privada de la víctima desde sus cuentas personales. Puede hacer uso de la intrusión no autorizada en cuentas con recursos técnicos sofisticados para acceder a información privada, pero también puede echar mano de la extracción de información pública o semi-pública de las mismas redes sociales o los círculos cercanos de la víctima para utilizar esa información en su contra y sin su consentimiento. Por ejemplo compartir la dirección de residencia de la víctima y amenazar con un ataque físico. Estos son ataques sistemáticos y suelen tener como objetivo no sólo censurar a la víctima, sino también generarle una situación extrema de miedo y estrés.
Stalking “Stalking” se traduce literalmente como “acoso”, pero en el lenguaje digital tiene otras connotaciones al grado de que se ha creado el anglicismo “stalkear” o “stalkeo” en vez de utilizar “acoso”. Se refiere a la actividad de “urgar” en los perfiles personales de conocidos o desconocidos. La gente que practica el stalking escruta
de manera rigurosa la información disponible sobre una persona, usualmente valiéndose de información disponible de manera pública, o porque tiene acceso privilegiado a cierto contenido de las redes sociales de la persona atacada.
Conclusiones Además de buscar censurar, las amenazas intentan desviar el flujo de información en las redes sociales. De esta manera, en vez de que la información relevante y que originalmente busca ser difundida por ciudadanos, periodistas, caricaturistas, bloggers, comunicadores y ciudadanos, llegue al público, los agresores buscan que dicha información pase a segundo plano al “saturar” el espacio digital con la difusión de mensajes verbales y audiovisuales violentos. Estos mensajes se caracterizan por una extrema violencia en mensajes de odio que incluye violencia homófoba, violencia de género y que echan mano de una narrativa asociada a la violencia normalizada que padecen miles de mexicanos a lo largo del país. En términos psicosociales, las amenazas en redes sociales tienen un efecto profundamente inhibitorio de la libertad de expresión ya que en varios casos logran que efectivamente las víctimas de amenazas se autocensuren. En suma, las amenazas en el espacio digital minan las redes como un espacio de pluralidad y disidencia crítica. Esto es grave debido a que se trata de un espacio digital que se ha vuelto tan relevante para el flujo de información y el debate democrático y en algunas ocasiones, constituye uno de los espacio de difusión y expresión para voces que han sido históricamente marginadas o que no tienen acceso a difundir sus posturas a través de grandes medios. Los patrones y tendencias de las amenazas analizadas en este documento no se plantean como concluyentes. ARTICLE 19 vislumbra este informe especial como un ejercicio de exploración pertinente para la muestra documentada durante este trimestre. Derivado de lo anterior, de ninguna manera se puede afirmar que estos patrones son representativos del cúmulo de agresiones en redes sociales. Independientemente, ARTICLE 19 considera relevante continuar este tipo de análisis para entender a cabalidad las agresiones en las redes sociales y con ello, dar luz sobre nuevas formas para revertir estas violencias y garantizar el derecho a la libertad de expresión y el acceso a la información en el espacio digital. Sin duda, la novedad de este tipo de agresiones realza la necesidad de continuar indagando en las lógicas detrás de las amenazas y sus impactos primarios tanto en quienes las sufren, como en los impactos secundarios para quienes no llegan a recibir la información censurada. En este sentido, también hace falta indagar qué actores e intereses políticos y económicos están entreverados para agredir con la intención de censurar información de interés público en los espacios digitales. Pese a las dificultades inmediatas para conocer la identidad de los agresores, ARTICLE 19 reafirma su postura en contra de cualquier tipo de espionaje o intrusión extralimitada e infundada por parte del Estado para recabar información masiva de las personas usuarias de redes sociales, en menoscabo de su derecho a la privacidad
o cualquier otra intrusión que resulte en la restricción de derechos humanos. Lo anterior no exime al Estado Mexicano de su responsabilidad de investigar con debida diligencia y en el marco del debido proceso, recabar información que coadyuve a dar con los perpetradores de las amenazas en redes sociales. Hasta el momento de cierre de este informe y a pesar de existir investigaciones judiciales abiertas para algunos de los casos presentados, ARTICLE 19 no tiene conocimiento de que algún responsable intelectual ni material de las amenazas haya sido identificado y llevado ante la justicia como resultado de una investigación diligente y exhaustiva. Esta impunidad en casos de agresiones en el espacio digital se suma al clima existente para crímenes y violaciones en contra de la libertad de expresión en México. La ausencia de justicia impide que se brinden garantías de no repetición, lo que representa un caldo de cultivo para que este tipo de amenazas se incrementen en el corto plazo. Respecto a lo anterior y ante el advenimiento del proceso electoral de 2018, es crucial que el Estado mexicano garantice que la ciudadanía tenga plena libertad para difundir y recibir información plural en el espacio digital. Los ataques a través de las redes sociales representan una forma más en la que se violenta la libertad de expresión y se persigue a los periodistas en México. Esta tendencia va en aumento sin encontrar por parte del Estado formas efectivas de protección y de procuración de justicia.
RESUMEN EJECUTIVO Este informe pretende brindar un panorama general de las agresiones contra la libertad de expresión en México documentadas por ARTICLE 19, durante el periodo que abarca los meses de julio a septiembre de 2016, poniendo especial énfasis en los casos de asesinatos a periodistas. En un segundo plano, aborda con mayor profundidad las amenazas en redes sociales, un fenómeno que ha cobrado mayor relevancia tanto en su tasa de prevalencia respecto al agregado total de agresiones perpetradas en el trimestre, como en su intensidad e instrumentación para agredir y censurar. De las 88 agresiones registradas por ARTICLE 19 de julio a septiembre de 2016, 56 fueron dirigidas hacia hombres, 21 hacia mujeres y 11 a medios o colectivos. A pesar del discurso oficial que intenta deslindar la participación de actores estatales como responsables de las agresiones contra al libertad de expresión, la evidencia de la documentación de ARTICLE 19, demuestra lo contrario. De los 58 casos en los que se tienen indicios claros, 7 de cada 10 fueron perpetrados por agentes del Estado. Ante este cúmulo de 88 agresiones durante el tercer semestre –que se suman a las 218 perpetradas durante el primer semestre de 2016–, se debe resaltar que la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión de la Procuraduría General de la República (FEADLE), sólo ha atraído 3 casos, lo cual impide subsanar la falta de acceso a la justicia de estos crímenes en el ámbito local. En el mismo sentido, la FEADLE ha abierto solamente 21 averiguaciones previas durante los 9 primeros meses del año, lo cual refleja un déficit de su labor en cuanto a la obligación del Estado de investigar para coadyuvar a sancionar a los responsables de crímenes que vulneran la libertad de expresión. En el sexenio en curso de la administración de Enrique Peña Nieto –el más violento para la prensa en México–, los asesinatos de periodistas siguen aumentando. La cruenta cifra de 7 asesinatos de periodistas durante 2015, ha sido superada en los primeros 9 meses de 2016. Hasta el cierre de septiembre de 2016, más de un periodista ha sido asesinado por mes, haciendo un total de 10 asesinatos en lo que va del año. Durante el tercer trimestre de 2016, Pedro Tamayo, reportero de Tierra Blanca, Veracruz; Agustín Pavia, locutor de Huajuapan, Oaxaca, y Aurelio Cabrera, reportero y director de un medio de Huachinango, Puebla, fueron asesinados. En ninguno de estos 3 casos documentados durante este trimestre por ARTICLE 19, la FEADLE ha ejercido su facultad de atracción para investigar los homicidios en contra de los periodistas.
La impunidad imperante por parte de las autoridades en México para investigar y castigar a los responsables materiales e intelectuales en estos casos, envía un mensaje de permisibilidad de la violencia extrema, así como de desprecio hacia la libertad de expresión y el derecho de la sociedad a acceder a la información plural. En este contexto adverso para la libertad de expresión, el espacio digital se ha convertido en uno que complementa la participación en las protestas en las calles, asambleas y discusiones presenciales. Por su relevancia como campo para la participación social y política, el ejercicio de derechos y el intercambio de información e ideas, las plataformas digitales son un campo de batalla en el cual la libertad de expresión es atacada. En este sentido, el acoso en internet, especialmente mediante amenazas en plataformas de redes sociales, se ha consolidado en el periodo como una forma para intimidar, infundir miedo y censurar. Las amenazas en general constituyeron las agresiones más comunes del total de agresiones registradas por ARTICLE 19 a nivel nacional este trimestre, y representaron casi una cuarta parte (23), del agregado total de agresiones trimestrales. De este cúmulo de amenazas, 6 de cada 10 fueron realizadas vías redes sociales. Durante este periodo ARTICLE 19 ha notado con especial preocupación que las amenazas en redes sociales han incrementado: mientras que en los primeros seis meses de 2016, se documentó en promedio una amenaza mensual por esta vía; durante el tercer trimestre del año, se documentaron 4.6 amenazas promedio por mes. Durante el primer semestre del año, las agresiones a comunicadores y periodistas que laboraban en medios digitales representaron aproximadamente un tercio de las agresiones totales. Para el tercer trimestre del año, la misma cifra representó casi la mitad de las agresiones documentadas (41/88). Las amenazas en redes sociales buscan censurar la información crítica y el debate de información relevante para la ciudadanía. Por ejemplo, la periodista Kennia Vázquez recibió amenazas de daño sexual posterior a que publicara mensajes a través de su cuenta de Twitter @kenniaV. En su publicación, Velázquez promovía la igualdad de derechos para niñas y niños que pertenecen a familias que no coinciden con las visiones conservadoras. Los mensajes de la periodista hacían un planteamiento crítico fundamental para debatir el contexto de discriminación que prevalece en México y que busca restringir derechos. Otro ejemplo es el de las amenazas al caricaturista Juan de Alarcón (@alarcondibujos), que utiliza la sátira gráfica para plantear una crítica a políticos de alto nivel como Enrique Peña Nieto y sus acciones desde la presidencia. Las amenazas en este caso intentan amedrentar con el fin de restringir el derecho a difundir información crítica de interés público en un régimen democrático.
En el mismo tenor José Luis Montenegro (@jl_montenegroj), ex corresponsal de The Guardian en México, fue amenazado vía Twitter los días 12 y 15 de agosto, tras publicar el 9 de agosto de 2016, un reportaje sobre posible conflicto de interés que involucra a la pareja presidencial. Las amenazas en el espacio digital se han consolidado como un medio para reproducir la violencia de género. A partir del informe anual M.I.E.D.O., de 2015, pudimos constatar que el acoso, hostigamiento y violencia características en las calles, se comienza a reflejar en los espacios digitales: “Persiste el uso de lenguaje violento de connotación sexual, discriminatoria y misógina para limitar, obstaculizar o nulificar la difusión de opiniones y expresiones” (p. 102). Este es el caso de amenazas en redes sociales hacia periodistas utilizando lenguaje de odio y articulado con violencia de género explícita, como en el caso ya mencionado de la reportera Kennia Vázquez, que fue amenazada con el uso violencia sexual a través de Twitter, por un usuario desconocido el 30 de agosto de 2016. Además de la violencia de género en contra de mujeres, al hacer un análisis del discurso de las amenazas también encontramos violencia homófoba basada en estereotipos de discriminación de género hacia hombres periodistas. En las amenazas documentadas por ARTICLE 19 este trimestre, otro factor común es la reiteración de temáticas de violencia con lenguaje y narrativa visual asociada al narcotráfico y la violencia del crimen organizado. La referencia a personajes como “sicarios”, “el patrón”, y material audiovisual que hace referencia a comandos, cárteles o armas, es utilizado. En algunos casos incluso, se han documentado la personalización de amenazas y el nombre de las personas amenazadas escritos con balas. Las amenazas ejecutadas en el espacio digital tienen como objetivo y infundir miedo, sentimiento de persecución e inseguridad ante la percepción de un riesgo inminente. Además, logran extender la sensación hacia los círculos cercanos como familiares y amigos e incluso las fuentes de los periodistas: En un segundo plano, se busca inhibir la capacidad de respuesta o censurar al paralizar a la víctima. En otro sentido, la amenaza también busca que mediante las respuestas posteriores al shock de la amenaza, tanto la víctima como terceras partes, revelen información ya sea sobre la misma víctima primaria o sobre sus círculos y redes de apoyo, para poder utilizarla y seguir infundiendo miedo, incluso a nuevas personas. Esta virulencia se pudo documentar con mayor claridad durante el tercer trimestre. Las cuentas de los periodistas Bela Braun, Denise Maerker, Olivia Zerón y Julio Astillero recibieron amenazas después de haber denunciado en las mismas redes sociales una primera amenaza a la cuenta del periodista Héctor de Mauleón.
En varios de los ataques documentados este trimestre se pudieron identificar cuentas de ataque pertenecientes a una misma red o comunidad de agresores, como las de los denominados “Hiena Machitroll”, “Hakunito de Jesus” o “El noruego”, que ya habían participado en episodios de amenazas previas contra periodistas. Varias de las cuentas de esta red amenazaron, por ejemplo, al caricaturista Alarcón. Un caso que sigue un patrón similar es el del periodista Leo Augusto, quien fue agredido en Twitter por dos redes de agresores, en este caso, al salir en defensa del caricaturista Juan Alarcón. De la misma manera, las cuentas de las periodistas Olivia Zerón y Denisse Maerker, sufrieron ataques después de responder a agresiones iniciales en contra de un colega. Aunque estas agresiones fueron hechas por distintas comunidades de trolls, existe una relación con su tipo de ataque, dirigido a quienes defienden a un primer usuario agredido. Ante la cantidad de ataques en redes sociales, es necesario hacer una diferencia entre ellos. Hay algunos que responden a patrones que se repiten en distintos ámbitos y momentos. Hay otros cuyo origen corresponde a una cuenta, pero también existen ataques que se gestan desde varias cuentas e inclusive desde varias plataformas. Existen ataques únicos, esporádicos, coyunturales y ataques sistemáticos. Los más presentados son: operativos de bots, campañas de difusión, redadas y 'stalking'. Los patrones y tendencias de las amenazas analizadas en este documento no se plantean como concluyentes. ARTICLE 19 vislumbra este informe especial como un ejercicio de exploración pertinente para la muestra documentada durante este trimestre. Los ataques a través de las redes sociales representan una forma más en la que se violenta la libertad de expresión y se persigue a los periodistas en México. Esta tendencia va en aumento sin encontrar por parte del Estado formas efectivas de protección y de procuración de justicia. En este sentido, hace falta indagar qué actores e intereses políticos y económicos están entreverados para agredir con la intención de censurar información de interés público en los espacios digitales. Pese a las dificultades inmediatas para conocer la identidad de los agresores, ARTICLE 19 reafirma su postura en contra de cualquier tipo de espionaje o intrusión extralimitada e infundada por parte del Estado para recabar información masiva de las personas usuarias de redes sociales, en menoscabo de su derecho a la privacidad o cualquier otra intrusión que resulte en la restricción de derechos humanos.
Hasta el momento de cierre de este informe y a pesar de existir investigaciones judiciales abiertas para algunos de los casos presentados, ARTICLE 19 no tiene conocimiento de que algún responsable intelectual ni material de las amenazas haya sido identificado y llevado ante la justicia como resultado de una investigación diligente y exhaustiva. Esta impunidad en casos de agresiones en el espacio digital se suma al clima existente para crímenes y violaciones en contra de la libertad de expresión en México. La ausencia de justicia impide que se brinden garantías de no repetición, lo que representa un caldo de cultivo para que este tipo de amenazas se incrementen en el corto plazo.
NOTA: La publicación de este reporte ha sido posible con el apoyo del pueblo de los Estados Unidos a través de la Agencia
estadunidense para el desarrollo internacional (USAID). El contenido de este reporte es responsabilidad de ARTICLE 19 y no refleja necesariamente la visión de USAID o del gobierno de los Estados Unidos.