DESARROLLO PSICOSOCIAL Y AFECTIVO Las ocho etapas de Erikson Momento después de haber nacido, el niño tiene su primer encuentro social. Esto marca el inicio del desarrollo social, que continúa durante toda la vida, conforme ocurren mas encuentros de este tipo y el niño participa en tipos diferentes de interacción social. Si bien no hay dos individuos que tengan exactamente las mismas experiencias y aunque el desarrollo social varía de una persona a otra, es posible definir las etapas iniciales de desarrollo social. La teoría que mas influencia ha tenido en este sentido es tal vez la que propone Erikson, quien describe ocho etapas de desarrollo. Erikson, fiel partidario de Freud, basa su teoría en los tipos de aprendizaje e interacción social que se llevan a cabo en los diferentes niveles de edad, más que en el desarrollo de sistemas biológicos. Por guardar relación directa con las influencias de la sociedad, Erikson utiliza la denominación de etapas psicosociales. Durante cada etapa el individuo se enfrenta a un tipo particular de crisis o conflicto que debe resolver antes de poder avanzar a la etapa siguiente de desarrollo social. Dependiendo de que se resuelva o no la crisis , se aprenderán ciertas características sociales - o sus opuestos. 1. Confianza en oposición a desconfianza. La primera de las etapas psicosociales de Erikson es la etapa sensorial (que comprende el primero o los dos primeros años de vida). Semejante a la etapa oral de Freud, se refiere al período durante el cual los niños dependen de otras personas del ambiente social para satisfacer sus necesidades. Si el cuidado y la alimentación son adecuadas durante este período, aprenderá a confiar en quien lo cuida y se sentirá seguro y dependiente. La crisis se presenta cuando de niño no recibe buena atención durante la etapa sensorial o si el cuidado de los padres es incongruente. Si no recibe la atención apropiada tal vez no aprenda a confiar en la gente y en su medio ambiente. Quizá el niño maltratado se frustre, se sienta a disgusto e incluso llegue a ser desconfiado, receloso y temeroso cuando adulto. En casos extremos la desconfianza puede dar lugar a la depresión e incluso paranoia temor excesivo por todas las cosas y personas. 2. Autonomía en oposición a vergüenza y duda. A la segunda etapa del desarrollo psicosocial se la denomina etapa anal o muscular (del año y medio o dos años de edad a los tres y medio o cuatro). Al igual que Freud, Erikson señala que en esta etapa los niños aprenden a gatear, luego a caminar, y a utilizar sus capacidades recién descubiertas. La conciencia cada vez mas completa de su capacidad física produce un sentimiento de autonomía o independencia. Los intentos de ejercer la autonomía al menos durante la primera parte de esta etapa, tal vez se manifiesten en forma de berrinches, obstinación y negativas (en el sentido de rehusarse a seguir recomendaciones u órdenes); por ejemplo, los pequeños de dos años incluso cruzan resueltamente los brazos, a fin de evitar que un adulto los tome de la mano para atravesar una calle. A menudo se escuchan potentes y sonoros “¡No!” de niños de esa edad. Con frecuencia surge la crisis de la etapa muscular, porque los padres temen dejar que sus hijos muestren independencia; incluso algunos se angustian o se vuelven excesivamente protectores cuando sus hijos empiezan a mostrar signos de independencia. Si no se permite a los niños tener cierta autonomía desde temprana edad, tal vez comiencen a avergonzarse de sí mismos y a dudar de su capacidad, y en el estado adulto tal ausencia de autonomía puede manifestarse no sólo en vergüenza y duda, sino en timidez; por tanto las personas que no lo han adquirido en grado suficiente llegan a sentir que no tienen control sobre su vida y en consecuencia temen tomar decisiones. 3. Iniciativa en oposición a vergüenza y culpa. La etapa genital o locomotora (de los cuatro a los cinco años de edad) constituye la tercera etapa; se trata de una combinación de las etapas fálica y edípica de Freud. Durante este período la conciencia del niño comienza a extenderse más allá del propio cuerpo, hacia las personas y cosas que lo rodean. Aprende a utilizar su imaginación
y ampliar sus destrezas mediante juegos activos de cualquier tipo, incluso la fantasía. Aprende a cooperar con los demás y a dirigir, así como a ser dirigido. Por naturaleza al niño le causan curiosidad otras personas, lugares y cosas. Durante esta etapa empiezan a tomar iniciativas y a guiarse por su natural sentido de la curiosidad; entabla pláticas con amigos, vecinos, parientes, y explora su entorno físico. Durante la etapa la etapa locomotora es importante el adiestramiento social. Si bien ha de alentarse la iniciativa y la curiosidad del niño, también el debe comenzar a aprender que existen cosas que no deben examinarse ni explorar. No suele permitirse a niños que se acerquen a cualquier extraño que vean ni “explorar” en medio de una calle muy transitada; sin embargo, el excesivo control por parte de los padres puede acabar con la espontaneidad y curiosidad naturales del niño. Los infantes a quienes se les impide guiarse por algunos de sus instintos, pueden llegar a sentirse culpables por experimentar sentimientos naturales, y en tal caso, paralizados por la culpa, permanecerán al margen de los grupos y seguirán dependiendo indebidamente de los adultos, lo que restringirá el desarrollo de sus destrezas, juego y la imaginación. Cuando adultos, los niños cuya iniciativa no tuvo un desarrollo normal, son inhibidos, sienten temor ante lo nuevo, incluyendo a la gente, alimentos o ideas. 4. Industriosidad en oposición a inferioridad El período de latencia (de los seis a los 11 años de edad), coincide, por lo común, con los primeros años escolares, cuando los niños comienzan a aprender los valores y destrezas que son útiles en la sociedad a la que pertenecen. En este período, en especial en la escuela, el niño aprende a dominar las destrezas mas formales y a establecer una relación con sus compañeros con base en ciertas reglas; también aprende a pasar del juego libre al que sigue reglas y que puede exigir trabajo formal en equipo; el dominio de estudios de ciencias sociales, lectura, aritmética, etc. El trabajo en casa se vuelve una obligación y año con año aumenta el requisito de autodisciplina. Los niños que han resuelto satisfactoriamente las primeras crisis psicosociales tendrán, según Erikson, confianza, autonomía y plena iniciativa. Con gran facilidad aprenderán lo suficiente para ser industriosos y quedarán preparados para tratar de aprender nuevas habilidades; por ejemplo, si por naturaleza son curiosos, lo serán también en lo intelectual: si han aprendido a no ser tímidos al conocer a otra gente, podrán hacer amigos en la escuela y competir en certámenes intelectuales y lides atléticas (como juegos, deportes y trabajo escolar). Durante esta etapa la crisis se refiere al fracaso, ya que si los niños de corta edad fracasan en todos sus intentos, perderán toda la industriosidad o competencia que hayan desarrollado además, el fracaso continuo puede hacer que el niño se sienta inferior. Los padres y maestros que se dan cuenta que los niños necesitan tener satisfacciones con la mayor frecuencia posible, no fuerzan a los pequeños a enfrentar situaciones en que es imposible obtener éxito. 5. Identidad en oposición a confusión de papeles. Durante la etapa de la libertad y adolescencia (de los 12 a 18 años de edad) todo individuo atraviesa una crisis que no se resuelve con tanta facilidad como las crisis psicosociales previas. El problema consiste en integrar o reunir en una identidad o personalidad, todas las características de las primeras cuatro etapas. Durante la pubertad y la adolescencia los jóvenes advierten la necesidad de saber quiénes son en realidad. No son nada más los hijos de sus padres o los alumnos de sus maestros. Se trata de varones o mujeres jóvenes que se han formado una identidad sexual específica. Habrán adquirido cierta habilidad y talento, e identidad social que les permitirán ingresar a la universidad o seguir alguna carrera. Habrán establecido metas y creencias significativas. Todo lo anterior debe reunirse en una sola identidad. A los niños que no han logrado resolver con éxito las crisis de las etapas psicosociales anteriores, a veces les resulta difícil establecer una identidad, y con frecuencia experimentan una “confusión de papeles”; en otras palabras, no saben con exactitud quienes son o qué deben ser. Las dudas sobre su yo, la experimentación de diferentes papeles (incluso la delincuencia) y la rebeldía, se manifiestan en algunos niños mayores cuando intentan establecer una identidad firme y un papel mas adecuado.
6. Intimidad en oposición a aislamiento. A diferencia de Freud, Erikson considera que el desarrollo continua después de la adolescencia; sin embargo, la continuación del desarrollo psicosocial depende en gran parte de la resolución satisfactoria de las crisis de la niñez y la adolescencia. Los individuos que no han desarrollado apego a un nivel inferior, por lo común adquieren un sentido de confianza e identidad que les permite llegar al inicio de la edad adulta y comenzar a establecer relaciones significativas con otros adultos. Según Erikson, tales relaciones significativas suelen dar lugar a una asociación duradera e íntima con un miembro del sexo opuesto. Dos adultos verdaderamente maduros, señala, deberán (una vez que se encuentren) ser capaces de amarse, confiar uno en el otro y compartir con igualdad todo, desde el sexo hasta el trabajo y el juego. Dos personas que se han encontrado a sí mismas, podrán luego establecer el ambiente social necesario para educar adecuadamente a sus hijos. 7. Generatividad en oposición a estancamiento. La crisis de la edad mediana se presenta cuando las personas se mantienen estáticas y no siguen desarrollándose en lo social. El termino generatividad designa la capacidad de reproducirse, generar o ser productivo. El adulto exitoso hace algo mas que producir niños; ha de ser capaz de generar obras e ideas. Las personas que siguen siendo productivas dan muestra del interés que tienen por sí mismas, su familia y la sociedad en general, y las que no siguen produciendo o producen sólo lo que necesitan, por lo común se “centran” en sí mismas. A menudo son conformistas con su escaso desarrollo y no siguen evolucionando en sentido social. Tales personas se estancan, y se vuelven viciadas, según Erikson. 8. Integridad en oposición a desesperanza. La madurez llega con la conjunción o integración de las primeras siete etapas de desarrollo. Las pocas personas que logran resolver satisfactoriamente todas las crisis o conflictos de su vida, alcanzan lo que Erikson llama integridad del ego. Les es posible evocar vivencias pasadas de su vida con una sensación de realización. A menudo, las personas que no han resuelto satisfactoriamente esas crisis, cuando miran al pasado, sienten que sus vidas no tienen sentido o fueron inútiles o mal aprovechadas. Quienes al mirar atrás sienten que su vida ha sido incompleta, suelen pensar en la muerte con un sentimiento de desesperanza. Si se considera la cantidad de conflictos y crisis que deben enfrentarse durante las diversas etapas de desarrollo, parece casi imposible que persona alguna alcance la madurez, o lo que Erikson llama integridad del ego; sin embargo la mayoría alcanza cierto grado de madurez. Las ocho etapas psicosociales de Erikson ofrecen un bosquejo útil para examinar el desarrollo social de los niños, pero poco contribuyen a explicar qué tipo de ambiente es el que produce confianza, autonomía, iniciativa e industriosidad; no obstante, la investigación actual trata de aclarar estos puntos, como se verá en este capítulo. Las investigaciones se centran, principalmente en la interacción de los niños con sus padres y compañeros, conductas prosociales, conductas antisociales y desarrollo moral.
DESARROLLO DE LA MORAL Significado de la Conducta Moral: Los términos de “moral” e “inmoral” se usan con toda soltura que su significado moral se ignora o pasa por alto con frecuencia. Es necesario comprender el significado de esos términos. Conducta Moral: La conducta moral significa un comportamiento que se conforme al código moral del grupo social. “Moral procede de la palabra latina mores, que significa modales, costumbres y modos populares de hacer las cosas. La conducta moral se ve controlada por los conceptos de moralidad, las reglas de conducta a las que se han acostumbrado los miembros del grupo. Conducta Inmoral: La conducta inmoral es el comportamiento que no se conforma a las expectativas sociales. Esa conducta no se debe a ignorancia e esas expectativas, sino a la desaprobación de las normas sociales. Conducta Amoral: La conducta amoral o no moral, se debe a la ignorancia de lo que el grupo social espera, mas que a una violación intencional de las normas colectivas. Parte de la mala conducta de los niños pequeños el amoral más que inmoral. Patrón de Desarrollo Moral: El desarrollo moral depende del intelectual. Se produce en etapas predecibles, relacionadas con las del desarrollo intelectual. Conforme cambian las capacidades que tienen los niños para percibir y comprender, van pasando a niveles superiores de desarrollo moral. El desarrollo Moral se refiere a los procesos a través de los cuales los niños adoptan principios que los guían a juzgar ciertas conductas como “correctas” y otras como “incorrectas” y gobernar sus propias acciones en relación de estos principios. Si la gente ha de vivir en sociedad, si la vida social es posible, deben compartir ciertos conceptos de qué es correcto y qué incorrecto. No siempre los padres pueden estar alertas vigilando las acciones de sus hijos. Con el tiempo sus voces y otras voces (por ejemplo, maestros, líderes religiosos y amigos que ejemplifican o emocionan valores morales y sociales) están dentro de la psique del niño, de tal modo que puede elegir y atender a su propia voz interior, la voz de la conciencia. Muchos teóricos delinean una distinción entre los valores sociales (normas o convenciones) y normas morales. Las primeras pueden variar de una cultura a otra y de una sociedad a otra; también se sujetan, a media que transcurren los años, a cambios radicales. Las normas morales, sugieren ellos, son intemporales, universales y fundamentales, en el sentido de que se refieren a aspectos básicos como mantener la ayuda mutua, la confianza y la justicia en las relaciones humanas. El comportamiento moral consiste en todas las cosas que la gente hace en relación con las normas morales que son positivas (por ejemplo altruismo y generosidad), como las negativas (por ejemplo prohibiciones acerca de mentir o ser desleal). Los niños no se convierten en personas verdaderamente morales y capaces de dirigir sus actos por un conjunto de principios éticos si todavía no se inicia la etapa de las operaciones concretas, lo cual ocurre en los primeros grados de la escuela primaria. Este período es el que los teólogos llaman “edad de la razón”, expresión que indica que el niño llega a un nuevo nivel del desarrollo cognoscitivo.
Piaget (1932) fue uno de los primeros en estudiar los cambios del nivel del juicio moral que acompañan a los del desarrollo cognoscitivo. Señaló que a medida que los niños superan el egocentrismo y adquieren la capacidad cognoscitiva que les permite ponerse en el lugar de los otros, empieza a atender la importancia de las normas, se dan cuenta de que todos reciben un tato justo y comprenden conceptos como la equidad y la reciprocidad, o sea los fundamentos de la regla de la moral. Para Piaget el desarrollo del juicio moral es el resultado de un proceso esencialmente activo amparado por dos pilares básicos que son la maduración y la interacción social. Estos dos mecanismos son los responsables de que el sujeto se desplace, en su proceso evolutivo, desde la sumisión pasiva (MORAL HETERONOMA) hasta la aceptación de la reciprocidad. El sentido moral se desarrolla en dos etapas; en la etapa del realismo moral, los niños creen que todas las reglas han de ser obedecidas por ser cosas reales e indestructibles no por ser principios abstractos. En esta etapa juzgan la moralidad de un acto a partir de sus consecuencias, siendo incapaces de atender a las intenciones del mismo. Por ejemplo, un niño pequeño pensará que la niña que rompe 12 platos accidentalmente mientras pasa por una mesa es más culpable que la que intencionalmente rompe dos platos porque está enojado con su hermana. Cuando los niños llegan a la etapa de relativismo moral o estadío de reciprocidad moral (la moral de la cooperación se caracteriza porque las reglas son creadas y aceptadas de modo cooperativo por los individuos y que es legítimo modificarlas cuando sea preciso. Ello lleva a la comprensión de que no hay el bien ni mal absoluto y que la moralidad depende de las intenciones, no de las consecuencias. Por ejemplo, “si me dejas tirar una vez, te dejará montar mi bicicleta” o “juguemos hoy diez minutos a medias en lugar de veinte”. Esta clase de comentarios sugiere que el niño está usando una moral de reciprocidad. Se piensa que este del razonamiento moral se alcanza un poco después de los siete u ocho años y que perdura a lo largo de la adolescencia que es el límite cronológico máximo de la teoría de Piaget en su explicación del desarrollo moral.
LA TEORÍA DE LOS SEIS ESTADÍOS DE KOHLBERG Piaget fue auténtico iniciador de la investigación de la moral, pues fue el primero en utilizar historias hipotéticas como un medio para obtener expresiones de los pensamientos morales de los niños y en llamar la atención sobre la relación existente entre el desarrollo de los procesos cognitivos y el desarrollo del juicio moral. Sin embargo, la teoría de los dos no consigue poner de relieve los cambios morales más sutiles que tienen lugar durante la maduración. La teoría de Laurance Kohlberg es una teoría de los más elaborados, construida intencionalmente como una extensión del trabajo de Piaget. Mientras que la investigación de Piaget se centró en los niños de doce años y menos edad, los estudios de Kohlberg abarcan sujetos de todas las edades, incluyendo adultos. Kohlberg (1984) plantea que los cambios ocurridos en el razonamiento pueden explicarse mejor como una consecuencia de tres niveles y etapas, aunado con algunas muestras del razonamiento de individuos en cada etapa. La teoría de Kohlberg presupone que las personas pasan por las seis etapas en un orden preciso y que no alcanzan la etapa más alta sino hasta cerca de los 13 años de edad fundamentalmente debido a deficiencias en el desarrollo cognitivo que no son superados sino hasta dicha edad. Kohlberg pertenece a la tradición de Piaget y ha pedido a los niños que juzguen la moralidad de la conducta descrita en relatos. Los relatos de Kohlberg son de su propia invención y plantean dilemas morales como el siguiente:
“En Europa, una mujer se hallaba al borde del a muerte a causa de una clase especial de cáncer. Había una droga que, según los doctores, podría salvarla. Era una forma de radio que había descubierto recientemente un farmacéutico de la misma ciudad. La producción de la droga resultaba muy cara, pero el farmacéutico cobrada diez veces más de lo que costaba la producción misma. Pagaba doscientos dólares por el radio y cobraba dos mil dólares por una pequeña dosis de la droga. El esposo de la mujer enferma, llamado Heinz, acudió a todos sus conocidos para le prestarán dinero, pero sólo consiguió alrededor de mil dólares, que era la mitad de lo que costaba, le dijo al farmacéutico que su esposa se estaba muriendo y le pidió que se la vendiera más barata o que le permitiera pagarle más tarde. Pero el farmacéutico le dijo, “no, descubrí la droga y estoy dispuesto a ganar dinero con ella”. De manera que Heinz se desesperó, penetró en la tienda del hombre y robó la droga que necesitaba para su esposa. ¿Hizo bien el esposo al obrar de esa manera? ¿por qué? (Kohlber 1963ª, pp. 18-19). El relato del farmacéutico de corazón duro no trata de averiguar la comprensión que el niño tiene de los pecados y de las virtudes sencillas, a la manera de los relatos de Piaget. El relato sencillas, a la manera de los relatos de Piaget. El relato de Kohlberg opone una regla legal social a una necesidad humana y pide al niño que razone acerca de la moralidad del caso.
ETAPAS DEL DESARROLLO MORAL EN LA NIÑEZ DE KOHLBERG Kohlberg extendió las investigaciones de Piaget y nos habla de 3 niveles del desarrollo moral y en cada una incluye 2 etapas. NIVEL I “Moralidad Preconvencional” Aquí la conducta del niño se ve sometida a los controles externos. - En la conducta del niño se orienta a la obediencia y al castigo y la moral de un acto se evalúa en función de sus consecuencias físicas. El niño juzga lo incorrecto con base en lo que se castiga. La obediencia se respeta por su propio bien. Se obedece porque los adultos tienen poder superior. - En la segunda etapa, los niños se conforman a las expectativas sociales, con el fin de obtener recompensas. El niño obedece para obtener recompensa, que los favores sean recíprocos. NIVEL II “Moralidad Convencional” También llamada de las reglas tradicionales y la conformidad: Primera Etapa: “La moralidad del niño bueno”, el pequeño se conforma a las reglas para obtener la aprobación de otros y mantener buenas relaciones con ellos. La familia o grupo al que pertenece el niño se vuelve importante. Ser bueno es importante por si mismo. El niño tiende a valorar la confianza, lealtad, respecto, gratitud y a mantener relaciones mutuas. Segunda Etapa: Los niños creen que si el grupo social acepta las reglas como apropiadas para todos los miembros, se deben conformar a ellas para evitar la censura, y la disposición social. NIVEL III “Moralidad Post Convencional basado en principios morales o principios autoaceptados” Primera etapa: El niño esta consciente de que hay diferentes perspectivas y valores y que éstos son relativos. Se deben mantener las reglas y leyes para poder preservar el orden social, pero se pueden cambiar. Se aceptan algunos valores básicos no relativos (es decir, el derecho a la vida y a la libertad).
Segunda etapa: Las personas se conforman tanto a las normas sociales como a los ideales interiorizados, para evitar la moralidad basada en el respecto a los otros, mas que en los deseos personales. Fases de desarrollo moral: Para alcanzar la moralidad verdadera, el desarrollo moral se debe producir en dos fases distintas: en primer lugar, el desarrollo de la conducta moral y, en segundo, el de los conceptos morales. Los conocimientos morales no garantizan la conducta moral porque esta última está motivada por factores distintos a los conocimientos. Las presiones sociales, el modo en que los niños se sienten respecto a ellos mismos, como los tratan los miembros de la familia y los coetáneos, los deseos del momento y otros muchos factores influyen en el modo en que se conducen los niños cuando se tiene que hacer una elección. Por ejemplo, los estudios de la sinceridad ha revelado correlaciones de aproximadamente 0.25 entre los conocimientos y la conducta moral, lo que sugiere que lo más frecuente es que los niños no se conformen a las normas que han aceptado para su comportamiento. Desarrollo de la Conducta Moral: Los niños pueden aprender a comportarse de un modo socialmente aprobado mediante tanteos, la enseñanza directa o la identificación. De los tres métodos, la enseñanza directa y la identificación no sólo son los mejores sino también los más utilizados (37, 63, 79). El modo en que cada uno de esos métodos contribuyen al desarrollo de la conducta moral se explica en la casilla 14-2. Desarrollo de Conceptos Morales: La segunda fase del desarrollo moral consiste en el aprendizaje de conceptos morales o los principios del bien y el mal, en una forma abstracta y verbal. Por supuesto, esto es demasiado avanzado para un niño pequeño. Por consiguiente, el adiestramiento en los principios morales debe esperar hasta que el niño tenga capacidad mental para generalizar y transferir un principio de conducta de una situación a otra.