TEMA 4. LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN
I. ¿Qué es el Antiguo Régimen?
El Antiguo Régimen es un sistema político, social y económico por el cual una minoría privilegiada (nobleza y clero) ostenta todos los cargos públicos y no paga impuestos, mientras que la inmensa mayoría de la población paga los impuestos y no goza de ningún tipo de privilegio. En lo político se dan las monarquías absolutas (el rey tiene un poder absoluto) aunque en el siglo XVIII esté influido por las ideas de la Ilustración (despotismo ilustrado) y sólo busque el bienestar de sus súbditos. En lo económico la burguesía es el verdadero motor de la economía, tiene el poder económico, pero aspirará a tener el poder político, y eso sólo se puede conseguir por la fuerza (revolución).
El Antiguo Régimen se da en Europa durante la Edad Moderna, es decir, en los siglos XVI, XVII y XVIII. Durante estos tres siglos todavía perviven, sobre todo en lo social y económico, muchos rasgos propios de la Edad Media. Su fin llegará con las revoluciones liberales o burguesas y con la revolución industrial y tras él se inicia el régimen liberal y la Edad Contemporánea.
*.Contexto histórico.*
La etapa que vamos a tratar se circunscribe a los reinados de Carlo IV y Fernando VI, y es una etapa especialmente trascendental y convulsa en la Historia de España.
La muerte de Carlos II en 1788 elevó al trono a su hijo Carlos IV. En el primer reinado de Carlos IV permanece un modelo del Antiguo Régimen, aunque reformado por el despotismo ilustrado. Vemos los intentos de impedir la penetración de las ideas revolucionarias en la Península, a causa de la influencia de la Revolución francesa (1789) hecho que abrió paso al liberalismo político, al capitalismo y a la sociedad de clases, así como un posterior acercamiento a Francia por parte de Godoy, primer ministro de Carlos IV.
Un rey débil y sin carácter, suscitó la necesidad del pueblo de que la situación de España requería un monarca con ideas, dispuesto a implicarse en el gobierno del país y a no caer en la dinámica de dejar las cosas en manos de sus ministros. Esto propició la caída del propio Godoy y de Carlos IV tras un motín popular. Entre tanto, las fuerzas francesas, que estaban expandiendo las ideas revolucionarias y principios liberales por toda Europa entran en España, sometiendo tanto Carlos IV como su hijo Fernando al arbitrio de Napoleón en la lucha que les enfrentaba por la corona. Finalmente Napoleón les arrebata el trono y se lo entrega a su hermano José. La ocupación francesa hizo irreversible la crisis del absolutismo borbónico y provocó en el pueblo una lucha contra el invasor que durará cinco años en la guerra de la Independencia Española.
Mientras, en Cádiz, se elabora la Constitución de 1812, claro reflejo de la influencia de los principios liberales en España, que finiquitaba el Antiguo Régimen en España y proclamaba la monarquía parlamentaria.
Tras la derrota de Napoleón lega a España Fernando VII, el cual a pesar de que debía regresar como un monarca constitucional, continúa con una postura absolutista y anula todos los decretos de las Cortes, restaurando así el Antiguo Régimen, que salvo un periodo de tres años (Trienio Liberal) estará vigente hasta su muerte en 1833.
Es en esta época cuando se produce la independencia de las colonias americanas,. Por último, la muerte Fernando VI sin heredero varón, su hija Isabel tenía sólo tres años de edad, abrió la puerta a una guerra civil entre los partidarios de su hija y los que no la reconocían como reina que se agruparon en torno a Carlos María Isidro, hermano de Fernando.
1. LA CRISIS DEL REINADO DE CARLOS IV (1788-1808)
1.1. La monarquía de Carlos IV.
En 1792, el propio monarca Carlos IV, aparta del gobierno a los ministros ilustrados (Jovellanos…) y confía el poder a Manuel de Godoy, un joven militar que se encontraba en el círculo de confianza del rey. Esto muestra la total desconfianza del monarca hacia la corte.
La ejecución del monarca francés Luis XVI, impulsa una guerra contra la Francia revolucionaria (1793-1795).
La derrota de las tropas españolas provocó que el gobierno se apresurara a poner fin a la guerra. Firmó la Paz de Basilea, por la cual reconocía a la República francesa y subordinaba a España a los intereses Franceses.
A partir de este momento, con el ascenso de Napoleón, la política de española vaciló entre el temor a Francia y el intento de pactar con ellas para evitar otro nuevo enfrentamiento.
Pacto con Francia
Tras la Paz de Basilea, el gobierno de Godoy culminó en una nueva alianza con Francia para defender la América hispana de las ambiciones británicas. La Alianza fue bastante estratégica por parte de Francia, ya que, su flota quedó completamente desorganizada tras la Revolución francesa y, buscaba el respaldo de la importante marina española para hacer frente a Inglaterra.
Nuevo conflicto con Gran Bretaña – Batalla de Trafalgar.
España y Francia entraron de inmediato en conflicto con Gran Bretaña, con el enfrentamiento de sus tropas en la Batalla de Trafalgar (1805). Tras la batalla, la armada francoespañola quedó destrozada y se perdió casi toda la flota española.
Consecuencias políticas y sociales del desastre
Este desastre acentuó la crisis de la Hacienda real, sobre todo por el declive en el comercio marítimo. El desempleo masivo y las grandes penurias de las familias sin trabajo se intentaron paliar mediante la desamortización de tierras eclesiásticas o impuestos hacia el campesinado con el fin de conseguir recursos para el Estado.
Estas medidas provocaron una amplia oposición del pueblo a causa del hambre y la muerte, pero sobre todo por parte de la nobleza y de la Iglesia, así como del propio Fernando, quienes rechazaban la política de Godoy.
1.2 El motín de Aranjuez.
Tratado de Fontainebleau
Napoleón con los deseos de convertirse en el amo de Europa pasaría a los intentos de la sustitución de la familia real española por su hermano José Bonaparte. Godoy quien buscaba desesperadamente la ayuda del Emperador acordó el Tratado de Fontainebleau, con el visto bueno de Carlos IV. Este tratado permitía a los ejércitos franceses la entrada en España para invadir Portugal y hacer un reparto equitativo de las tierras, con la creación de un principiado para el propio Godoy.
El motín de Aranjuez
Las tropas francesas habían entrado en la península antes incluso que la firma del Tratado de Fontainebleau., lo cual fue aceptado por las autoridades borbónicas pero provocó el descontento del pueblo.
Tras la conquista de Portugal comenzó a desenvolverse los verdaderos propósitos de Napoleón de ocupar España, lo cual provoca que el 18 de marzo de 1808 estalle el motín de Aranjuez, tras la retirada por temor de los propios reyes hacia el Sur, aconsejados por Godoy. El motín con participación popular, dirigido por la nobleza y el clero, consiguen la destitución de Godoy y la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando.
Crisis monárquica
Estos hechos evidenciaron una profunda crisis en la monarquía española. Carlos IV intentó recuperar su trono con la ayuda de Napoleón, el cual aprovechando la debilidad de la monarquía se decidió a invadir definitivamente España y a ocupar el trono.
1.3 La monarquía de José Bonaparte
Carlos IV y Fernando VII, llamados por Napoleón a Bayona, abdicaron en su persona. Así, Napoleón nombró a su hermano José rey de España, convocó las Cortes a fin de aprobar una Constitución que acabase con el Antiguo Régimen y pasó la administración borbónica a su servicio.
Esta nueva política se basaba en la abolición del régimen señorial, la desamortización de tierras de la Iglesia y la desvinculación de mayorazgos (Los bienes vinculados pasaban al heredero).
Sin embargo fue una reforma que no fue apoyada ni comprendida por gran parte de la población española, debido a un nuevo gobierno extranjero e ilegítimo. Esto puso al pueblo en contra del monarca francés.
2. LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA (1808 -1814)
2.1 La revuelta popular y la formación de Juntas.
Levantamiento contra los franceses mediante Juntas
El 2 de mayo de 1808 el resto de la familia real parte hacia Bayona, donde se cree que Napoleón tiene secuestrado a Fernando VII. Es entonces cuando una multitud se congrega ante palacio contra la
presencia francesa para impedirlo. La revuelta fue reprimida por las tropas al mando del general Murat, ejemplo que provocó que en toda España la población se alzara contra la invasión francesa formando Juntas de armamento y defensas. La Juntas comenzaron siendo locales, formadas por partidarios de Fernando VII, y evolucionaron a nivel provincial. Estas últimas asumieron la soberanía y declararon la guerra a Napoleón buscando el apoyo de Gran Bretaña.
Las juntas enviaron representantes a Aranjuez para formas una Junta Suprema Central que coordinase la lucha y dirigiese el país, rompiendo el gobierno monárquico. Los miembros más ilustres eran Floridablanca y Jovellanos, que reconocieron a Fernando VII como rey legítimo y asumieron la autoridad hasta su retorno. La junta huyó a Cádiz por la presión francesa, dónde fueron ayudados por los Británicos.
2.2 La resistencia: desarrollo bélico.
a) La primera fase: los éxitos iniciales - Inmovilización de las tropas francesas: Batallas en el Bruc y Bailén (julio y junio-noviembre de 1808)
La resistencia del pueblo español, en ciudades como Girona o Zaragoza, consiguieron inmovilizar parte de las tropas francesas impidiendo su avance, a pesar de las penurias y hambrunas de la población.
Las derrotas de los invasores en el Bruc(julio) y sobre todo en Bailén(junio) tuvieron un gran impacto:
Impidieron la conquista de Andalucía, forzaron a José I a abandonar el trono y parte de las tropas francesas se replegaron en el norte del Ebro.
b) La segunda fase: el apogeo francés (noviembre de 1808)
En noviembre de 1808 ante los éxitos españoles, Napoleón prepara un contraataque mediante un ejército superior, que en poco tiempo consigue un avance imparable. El ejército español era incapaz de oponerse a las fuerzas francesas y en Enero, José I vuelve a Madrid y retomas el trono.Un hecho decisivo en esta fase de la guerra fue la acción de los guerrilleros que supieron aplicar una guerra de desgaste. Los guerrilleros eran hombres del pueblo que se agrupaban en bandas o guerrillas que llegaron a alcanzar hasta 55.000 hombres. Estas se aprovechaban de su conocimiento de terreno y contaban con la complicidad
de las poblaciones, de las que obtenían víveres o información, permitiéndoles burlar la persecución de fuerzas muy superiores. Su aportación al éxito final de la guerra fue muy valiosa.
c) La tercera y última fase de la guerra: la ofensiva final anglo-española (primavera de 1812-agosto de 1813).
En la primavera de 1812, cuando Napoleón se vio obligado a retirar de España una parte muy importante de sus tropas para la invasión de Rusia. El debilitamiento de las tropas francesas fue aprovechado por las guerrillas españolas y el ejército británico al mando del general Wellington, consiguiendo la victoria de Arapiles, que marcó un punto de inflexión.
José I abandonó definitivamente Madrid, que fue tomada por Wellington. Napoleón decidió pactar el fin del conflicto con los españoles, retiró sus tropas y permitió el regreso de Fernando VII (Tratado de Valençay).
2.3 Actitudes sociales, políticas e ideológicas
Corrientes ideológicas:
Afrancesados
La invasión francesa suscitó en una minoría española una corriente ideológica: los llamados afrancesados, que colaboraron con la monarquía de José I. Procedentes del despotismo ilustrado,
apostaban por modernizar España sin excesos revolucionarios. Muchos de ellos tuvieron que exiliarse ante la persecución iniciada por Fernando VII.
Frente patriótico
La mayoría española formó el llamado Frente patriótico, que se opusieron a la invasión. Esta corriente tenía dos posiciones diferentes:
El clero y la nobleza: deseaban la vuelta del absolutismo bajo la monarquía de Fernando VII, defendían el catolicismo y rechazan cambios sociales. Algunos ilustrados creían en una reforma y modernización del país, aunque bajo el Antiguo Régimen.
Los liberales: (burguesía) Veían en la guerra una oportunidad para realizar cambios con una política liberal, con una constitución, soberanía nacional, división de poderes, instituciones representativas e impulsó en el desarrollo del capitalismo.
En general, al margen de corrientes ideológicas y a pesar de apoyar el retorno del monarca el pueblo adoptó una actitud revolucionaria.
3. LAS CORTES DE CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812
3.1 La convocatoria de Cortes.
Tras la guerra, la idea de convocar Cortes estaba muy extendida y fue recogida por la Junta Suprema Central.
Ésta, a mediados de 1810, se disuelve pasando el poder a un Consejo de Regencia, que procedió a la convocatoria de elecciones a Cortes. Éstas, que según la Junta deberían haberse convocado según el
procedimiento tradicional del Antiguo Régimen (es decir, con representación estamental) terminó siéndolo como deseaban los partidarios de poner fin al absolutismo monárquico, o sea, como una cámara única donde los representantes eran elegidos sin distinción, acordándose, ante la imposibilidad de hacer elecciones en las provincias ocupadas por los franceses, el nombramiento de diputados suplentes entre los naturales de esas mismas zonas residentes en Cádiz. Así, en el verano de 1810 eran elegidos los diputados por sufragio universal, en unas condiciones, como vemos, nada fáciles, por la situación de guerra en que se vivía. En realidad, estas Cortes sólo se parecían a las tradicionales en el nombre; por su primer acto se aprobó la soberanía nacional (es decir, el reconocimiento del poder sobre los ciudadanos, representados por las Cortes)
3.2 La Constitución de 1812.
Tras la formación de las nuevas Cortes, se aprobaba el 19 de marzo de 1812la primera Constitución de nuestra Historia: una Constitución de carácter liberal, conocida como "La Pepa" por su aprobación el día de San José.
La Constitución es un texto largo, con 384 artículos, y su contenido se basa en una declaración de los derechos del ciudadano:
- Afirmación de la soberanía nacional: el poder político pertenece a la nación, siendo delegado en los representantes elegidos por los ciudadanos.
- La división de poderes: el ejecutivo, que corresponde al rey; el legislativo a las Cortes, aunque comparte con el rey; y el j y el judicial a los Tribunales.
- La proclamación de una monarquía constitucional - "moderada hereditaria", como forma de gobierno del Estado español. El monarca ya no era el titular de la soberanía y quedaba limitado por la Constitución. Entre otras limitaciones, el rey poseía un derecho de veto suspensivo transitorio, durante dos años, sobre las leyes aprobadas por las Cortes.
- Las Cortes era unicamerales y elegidas por sufragio universal indirecto de los varones. Sin embargo, para ser candidato a diputado era necesario tributar a la Hacienda una cierta cantidad.
- La igualdad de todos los ciudadanos ante la Ley, significaba el fin de las diferencias estamentales y de los privilegios fiscales, militares y jurídicos que venían beneficiando a los nobles.
- El reconocimiento de los derechos y libertades individuales: libertad de imprenta, libre comercio e industria, derecho a la propiedad… Sin embargo, no reconoce la libertad religiosa y establece a la religión católica como la única de la nación española.
- Enseñanza pública, gratuita y obligatoria, así como reformas en Hacienda y un servicio militar obligatorio.
- Creación de un ejército a nivel local y provincial la Milicia Nacional
-Abolición de la antigua división en reinos, estableciéndose la uniformidad y centralización administrativa con una nueva división de España en provincias. Se recuperaba para el Estado los cargos públicos que muchas personas, como ocurría en los Ayuntamientos, habían adquirido por venta y que transmitían en sus herederos.
Nace, pues, la Constitución como un símbolo, como un arma en la lucha contra el invasor, y, sobre todo como solución a los problemas de España.
3.3 La labor legislativa de las Cortes.
Además de redactar una Constitución, las Cortes aprobaron una serie de decretos y leyes, para eliminar el Antiguo Régimen:
- Libertad de imprenta, aunque supervisada no obstante por la Iglesia.
- Abolición de los señoríos jurisdiccionales y del régimen señorial. No obstante, la nobleza consiguió salvar
buena parte de su bienes raíces al poder convertir sus señoríos territoriales en bienes de propiedad privada.
- La supresión del mayorazgo y como medida desamortizadora, se decretó la incautación y venta de bienes de públicos y de la Iglesia con objetivos de recaudar para la deuda pública.
- Abolición de la Inquisición, medida que fue recibida con desagrado por la mayor parte del clero.
- Eliminación de gremios e introducción de la libertad económica, abriendo paso, así, a las relaciones económicas capitalistas
- Derogación de los privilegios de la Mesta (ganaderos), reconociendo a los dueños de las tierras el derecho a cercar, cultivar o arrendar sus tierras.
4. EL REINADO DE FERNANDO VII (1814-1833) La evolución de este reinado se divide en tres etapas:
4.1 Restauración del absolutismo (1814-1820)
Traición de Fernando VII(DECRETO)
Una vez acabada la Guerra, las Cortes se trasladan a Madrid. De acuerdo con la Constitución, las Cortes, para aceptar a Fernando VI como rey, éste debía jurar la Constitución. Fernando temeroso acató las órdenes.
Sin embargo, el monarca buscó el acercamiento a los viejos absolutistas (nobleza y clero), quienes mediante el regreso de Fernando pretendían deshacer la obra de Cádiz y volver al Antiguo régimen.
Estos se movilizaron y Fernando recibió el Manifiesto de los Persas por parte de los absolutistas que pedían que implantase de nuevo el Antiguo Régimen. El monarca traicionando a sus promesas mediante el Real Decreto de 4 de mayo de 1814 anuló la constitución y leyes de Cádiz y restauró el absolutismo "como si no hubiesen pasado jamás tales actos".
Debe tenerse en cuenta que el retorno al absolutismo se inscribe en un contexto favorable a la vuelta al Antiguo Régimen en Europa a la caída de Napoleón. Las potencias que vencieron a Napoleón se reunieron en el Congreso de Viena y terminaron creando la Santa Alianza, una unión entre las monarquías absolutistas para acabar con cualquier brote liberal.
Política de Fernando: desastre y represión
Tras el golpe de Estado vino la represión política. Fueron detenidos y juzgados liberales y afrancesados y otros muchos lograron abandonar antes el país.
En cuando a la labor de los gobiernos de Fernando VI hay que decir que fue desastroso. Hubo una gran inestabilidad. Enderezar la caótica situación económica requería unas medidas que estos gobiernos eran incapaces de adoptar. La Hacienda estaba prácticamente en bancarrota, los pagos de los intereses de la deuda estatal no se cumplían y la guerra en América se llevaba los pocos ingresos de la Hacienda.
Pero el mantenimiento de las colonias americanas era clave para la Hacienda, por los recursos que desde siempre habían generado a la Hacienda, lo que explica el esfuerzo de Fernando VI para hacer fracasar la independencia de las colonias. La represión política no detuvo la acción de los sectores liberales. Se integraron jefes de la guerrilla en el ejército que originan un sector liberal partidarios de reformas. Son los pronunciamientos militares, que mostraban el descontento de los campesinos.
4.2 El Trienio Liberal (1820-1823).
El comienzo.
El 1 de Enero de 1820, el teniente coronel Rafael del Riego en Las Cabezas de San Juan (Sevilla) con las tropas que se concentraban para combatir en las colonias americanas, se sublevó y reconoció la Constitución de 1812. A causa de esto, de la presión de liberales y la pasividad de ejercito obligó al rey a que jurara la Constitución el 10 de Marzo ``Marcharemos francamente, y yo el primero, por la senda constitucional".
Entramos así en el llamado Trienio Liberal.
Reformas políticas, económicas y sociales.
El rey Convocó elecciones a Cortes, conforme a la Constitución, donde obtuvieron la mayoría los liberales.
A lo largo de los tres años, las Cortes aprobaron una legislación reformista, que completaba y desarrollaba la labor legislativa de las Cortes de Cádiz, con la intención de acabar con el Antiguo Régimen:
- Supresión de la vinculación de la tierra (mayorazgos). - Abolición de los señoríos jurisdiccionales y territoriales, con una fórmula favorable a la nobleza titular de los señoríos, que pasaban de ser "señores" a "propietarios". Una solución que demostraba como los liberales se mostraban en esta cuestión más moderados que revolucionarios. Y también viene a explicarnos la postura antiliberal que apareció entre el campesinado, que veía ante sus ojos como se consolidaba la gran propiedad.
- Venta de bienes de la Iglesia. La consecuencia de esta legislación fue el enfrentamiento con la Iglesia, dispuesta a apoyar la vuelta al absolutismo. También quedó suprimido el Tribunal de la
Inquisición.
- Ley de desamortización de tierras de propios, que en el fondo vino a beneficiar a los ya propietarios agrícolas.
- Restablecimiento de la Milicia Nacional, fuerza cívico-militar, que los liberales apoyaban en los medios urbanos para defender la Constitución.
Sin embargo, estas nuevas medidas provocaron el descontento de los campesinos, ya que se abolía los señoríos jurisdiccionales, pero no les facilitaban el acceso a tierras. Los antiguos señores se convirtieron en los nuevos propietarios, y los campesinos en arrendatarios que podían ser expulsados de las tierras si no pagaban. No se bajó demasiado los impuestos, y los campesinos con la monetización de las rentas y diezmos debían vender a un buen precio sus productos lo cual era muy difícil. Los eclesiásticos y nobles a causa de la supresión de diezmo y la venta de sus bienes, junto con los camposinos más humildes se unieron a la agitación antiliberal y formaron partidas absolutistas.
Mientras, en el interior de la cámara empezó a darse una división entre los mismos liberales.
Moderados: buscaban una aceptación del sistema por la corona, lo que pasaba por reformar la
Constitución; eran partidarios, por tanto, de realizar reformas con prudencia que no perjudicasen a las élites sociales
Exaltados: querían una aplicación estricta de la Constitución, con una política más revolucionaria que favoreciera a la clase media y popular.
4.3 La década Ominosa (1823-1833)
El comienzo
El propio monarca y los absolutistas lo veían claro. Para terminar con el régimen constitucional no había otra forma que actuar desde fuera. Y así fue. Las potencias de la Santa Alianza decidieron en el congreso de Verona (octubre de 1822) intervenir en España para restablecer el poder real. Francia fue la encargada de enviar un ejército (llamado los Cien Mil Hijos de San Luis) que entró en España en abril de 1823 al mando del duque de Angulema.
Recorrió, sin apenas oposición, la Península y repuso a Fernando VII como monarca absoluto.
En 1823 el rey declaraba la nulidad de todo lo aprobado por las Cortes y el gobierno durante los tres años constitucionales. Otra vez, comenzó una feroz represión contra los liberales y muchos de ellos se
veían obligados a abandonar España huyendo de la cárcel o la muerte. Sin embargo otros tantos fueron ajusticiados, como María Pineda uno de los casos más emblemáticos de la represión, el fusilamiento de Torrijos o de Rafael de Riego.
Se comprende, en fin, que la historiografía liberal denominara como "ominosa" o abominable a esta década.
Reformas del absolutismo
El problema económico seguía siendo una de las preocupaciones principales de la monarquía, debido a las dificultades de la Hacienda agravadas por la pérdida definitiva de las colonias americanas. Con esto se controló el gasto público. El rey buscó apoyo en la burguesía más moderada de Madrid y Barcelona para paliar estos problemas: concedió a Cataluña un impuesto proteccionista a sus manufacturas y llamo a López Ballesteros, que se ocupó del Ministerio de Hacienda
Sin embargo, la actitud del monarca, que no había restablecido la Inquisición ni actuaba contundente ante los liberales, provocó en Cataluña (1827) la aparición de partidos realistas, los llamados ``Malconets´´, que querían un mayor poder para aquellos con ideas ultraconservadoras y el retorno de fueros.
En la corte, este sector se agrupaba alrededor de Carlos María Isidro, hermano del rey y su sucesor si el rey no hubiera promulgado la Pragmática Sanción (marzo de 1830), que derogaba la Ley Sálica y dotaba a su hija Isabel I el derecho a gobernar. Esta decisión del monarca llevó a un desacuerdo entre los llamados ``Carlistas´´ y los defensores de Isabel, conflicto que se resolvería posteriormente en la 1ª guerra Carlista a favor de la reina Isabel, la cual se vio obligada a apoyarse en los liberales.
5. LA INDEPENDENCIA DE LA AMÉRICA LATINA.
5.1 La américa española a finales del siglo XVII
Durante el siglo XVII, la política de los gobiernos españoles sobre las colonias había dado lugar a una etapa de prosperidad basada en la reactivación del comercio y en la explotación de plantaciones con mano de obra esclava. El crecimiento económico propició el desarrollo de un grupo burgués criollo de raza blanca pero nacido en América.
Fue esta burguesía, conocedora de las ideas de la ilustración, quién dio forma a las ideas de emancipación mediante proyectos de independencia. Todo esto provocado por el trato discriminatorio hacia ellos, la obligación a pagar impuestos y el control de España hacia su economía y comercio. También la independencia de Estados Unidos supuso un ejemplo de superación.
Este movimiento fue respaldado por Gran Bretaña, que deseaba controlar el mercado americano.
5.2 El proceso de independencia.
El proceso emancipador puede dividirse en dos fases:
- Primer periodo (1808- 1812). Coincide en con la Guerra de la Independencia en España (1808). Los criollos optaron por no someterse a la autoridad de José Bonaparte y crearon Juntas que asumieron, a imitación de las españolas, el poder en sus territorios. Sin embargo, aun fieles a Fernando VII no asumían la autoridad de la Junta Suprema Central. Entre los movimientos independentistas destacan (1810): en el territorio del Río de la Plata la independencia de la República Argentina de la mano de José de San Martín; el virreinato de Nueva Granada y Venezuela, dirigido por el gran líder de la independencia americana, Simón Bolívar; el levantamiento de México a mano de Miguel Hidalgo y José María Morelos.
- Segundo periodo (1812 – 1824). Las Cortes consideran las colonias territorio español y reconocen los derechos de los criollos, aunque no son capaces de intervenir en el movimiento independentista.
En 18014, finalizada la guerra hispanofrances y el gobierno Fernando VII envía un ejército en contra de cualquier acuerdo con los americanos. El ejército sublevó Nueva Granada y México, pero no pudo con el virreinato del Río de la Plata, pues Paraguay y Argentina ya se habían consolidado como naciones independientes.
En los años siguientes los movimientos independentistas se incrementarán. San Martín atravesó los Andes, derrotó a los españoles en Chacabuco (1817) y propició la independencia de Chile (1818).
Las campañas de Simón Bolívar en el norte con los triunfos sobre las tropas españolas en Boyacá (1819) y Carabobo (1821) permitieron la liberación de Ecuador, Venezuela y Colombia. En México, el movimiento independentista liderado por Agustín de Iturbide triunfa (1822).
Tras la derrota de Ayacucho (1824) del último ejército español, se originó la independencia de Perú y de Bolivia (nombre en honor a Simón Bolívar) y se acabó la presencia española en América continental.
En 1824 la mayor parte de las colonias se habían independizado de la corona española,
que sólo mantenía la Antillas (Cuba y Puerto Rico), las Filipinas,
España se quedó convertida en una potencia de segundo orden y económicamente maltrecha
5.3 Los problemas de las nuevas naciones americanas
- El sueño de Bolívar de una América unida y solidaria fue imposible. Surgieron intereses entre los caudillos locales, la burguesía comercial y los grandes terratenientes que querían dominar y explotar todos los territorios. Esto provocó sucesivas guerras y el fraccionamiento territorial en múltiples repúblicas.
- Los criollos que habían estado al frente de la independencia abandonaron a la gran mayoría de la población india, negra o pobre que provocó grandes convulsiones sociales.
- Lo independencia política no supuso también la económica, ya que el dominio español fue sustituido por el de Gran Bretaña y Estados Unidos.