TEMA 33. LA MONARQUÍA HISPÁNICA BAJO LOS AUSTRIAS: ASPECTOS POLÍTICOS, ECONÓMICOS Y CULTURALES. INTRODUCCIÓN. 1. LA INSTAURACIÓN DE LOS HABSBURGO: CARLOS V. V. SU REINADO. REINADO.
1.1.
LOS COMUNEROS: NACIONALISMO Y REVUELTA.
La llegada a España de Carlos de Gante no hizo sino aumentar el descontento de la población. Su desconocimiento del castellano y de los asuntos españoles, y el séquito de extranjeros que lo acompañaban, no causaron una impresión nada favorable. Agravó la situación el hecho de enviar a su hermano Fernando a Flandes a los pocos meses de su llegada. Sus consejeros le habían recomendado que lo hiciera a fin de evitar que los grandes de Castilla lo erigieran en su cabecilla en contra del futuro rey. Fernando se había educado en España, había sido elegido por su abuelo Fernando “El Católico” para sucederle, hasta que éste redactó su último testamento, y tenía mucho muchoss seguid seguidore oress en Casti Castilla lla.. El 1518 1518 se convoc convocan an las las cortes cortes en Vallad Valladoli olid d para para presta prestar r juramento al nuevo rey. En 1519 el emperador Maximiliano muere. Carlos es nombrado su sucesor con lo que añade a su larga lista de títulos, el más importante de todos: emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico. Su nombramiento iba a empeorar las relaciones con sus súbditos pues iba a acarrear dos graves consecuencias para Castilla: 1. Largos Largos peri period odos os de absen absentis tismo mo real. real. 2. Un aumento aumento de las contribu contribucion ciones es para sufraga sufragarr los gastos gastos del rey-emper rey-emperador ador.. Las protestas se iniciaron en Toledo. El caballero Juan Padilla junto con varios seguidores se encargaron de pregonar las quejas de Castilla. Proponiendo una reunión de los representantes municipales, municipales, que deberían presentar varias exigencias: 1. Que el rey no abandonase su país, (como estaba previsto que hiciera). 2. Que no sacase más dinero de España. Y que los servicios al rey f ueran votados en cortes
3. Que los extranj extranjeros eros no fuesen fuesen designa designados dos para ocupar ocupar cargos cargos en España. España. El Consejo de Carlos I desoyó las quejas y siguieron adelante con sus planes para la marcha del rey a Inglaterra y Alemania, que incluían una reunión con las cortes castellanas para un nuevo servicio: la recaudación inmediata de dinero para sufragar el viaje y los costosos gastos de coronación del emperador.
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En 1520 estas cortes fueron inauguradas con desafíos de varias ciudades a las órdenes reales. En vano se trató de tranquilizar a las cortes argumentando la necesidad el viaje y la universalidad del imperio, siendo España su base. Pero los procuradores siguieron pensando que el rey no iba a regresar y se negaron a votar el subsidio. En 1520 nombra regente a Adrián de Utrecht y se hace a la mar para tomar posesión de su herencia. Dejando atrás una nación en rebeldía. La revuelta de los comuneros duró de mayo de 1520 a abril de 1521 con su derrota en la Batalla de Villalar (23 de Abril 1521). La revuelta fue confusa y carente de cohesión y de un objetivo definido, pero expresaba las hondas quejas existentes en la nación. Aunque historiadores del siglo XIX presentan la revuelta como liberal y democrática, ésta fue esencialmente esencialmente tradicionalista como queda demostrado en las reclamaciones de los comuneros. Su objetivo último era el de conservar la independencia de las cortes. Desde este punto de vista fue un movimiento de defensa, de reacción frente a un periodo demasiado largo, durante el cual el gobierno real había erosionado muchos de los poderes tradicionales y las prerrogativas de los municipios castellanos. Los rebeldes al luchar por una causa de interés general tuvieron mucho éxito y apoyo. Aunque fue un movimiento esencialmente ciudadano muchos campesinos campesinos lucharon en el ejército comunero. El movimiento se inició en Castilla la vieja con levantamientos populares contra los funcionarios reales, siendo la participación muy generalizada: el clero secular, los monjes y los frailes y gran parte de la nobleza y la hidalguía apoyaron la revuelta o al menos simpatizaron con ella, mientras la alta nobleza, aunque conforme con las reivindicaciones, reivindicaciones, prefería mantenerse a la expectativa. Las administraciones reales de las ciudades fueron sustituidas por COMUNAS, dirigidas normalmente a petición del pueblo, por miembros de las familias locales distinguidas. Aunque la coordinación entre comunas estuvo obstaculizada para evitar rivalidades existentes entre las ciudades castellanas. castellanas. En esto Adrián de Utrech ordenó un ataque a la ciudad arsenal de Medina del Campo, que tuvo como consecuencia una oleada de indignación aún más generalizada. Las ciudades del sur se sublevaron: Jaén se incorporó al movimiento comunero. Las ciudades del norte también mandaron sus representantes a la reunión de representantes comuneros comuneros en Ávila. Ante la incapacidad para establecer un programa de acción común para todas las Comunas, los jefes de la Junta optaron por dirigirse a la máxima autoridad del reino: la reina Juana. Si conseguían de ésta el reconocimiento por escrito de la legalidad de su causa, su triunfo sería completo. La reina aun mostrando su simpatía por la causa que defendían se negó a firmar documento alguno. El movimiento cayó entonces en el desconcierto; la indignación comenzaba a calmarse. Así el movimiento que se había iniciado con carácter de levantamiento nacional contra un régimen extranjero, comenzó a parecerse a partir de ahora a una revolución social. Valencia, en donde la Germanía (unión de artesanos que se apoderó del control de la ciudad, extendiéndose después por toda la comarca) se había convertido en un movimiento social radical, constituía una grave
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amenaza para el poder de la nobleza. Amenaza que como cualquier revolución social se extendió por toda España. Así, el movimiento se hizo cada vez más antiaristocrático. Mientras, la nobleza pasó de la simpatía, a la neutralidad e incluso hostilidad contra el movimiento. Así la revuelta estaba condenada al fracaso, sin el apoyo de los nobles, jamás conseguiría el éxito permanente. En 1521, el 23 de abril, el ejército comunero formado por milicias locales, campesinos y un puñado de nobles, se encuentra en los campos de Villalar, juntó a Toro, con el ejército realista. El ejército comunero es aniquilado; sus caudillos, Padilla (Toledo), Bravo (Segovia) y Maldonado (Salamanca), son ejecutados al día siguiente. En 1522, Carlos I de España, desembarca en Santander. Regresaba a una España pacificada. La derrota de los comuneros comportó el firme establecimiento de la sucesión de los Habsburgo, tanto en la corona Aragón como en Castilla. 1.2.
EL IMPERIO DE CARLOS V.
El emperador Carlos I de España y V de Alemania gobernó España desde 1517, hasta su abdicación, en favor de su hijo Felipe II en enero de 1556. Pero sólo pasó de estos años, dieciséis en España; después de abdicar sí que regresa a España para residir en un pequeño palacio, situado junto al monasterio de Yuste, donde murió en 1558. Una de las claves esenciales del carácter de su imperio y de la historia de España de esos años, es el hecho de que Carlos V fue un rey ausente, que tuvo que anteponer los más amplios intereses de la política imperial a los intereses nacionales de España. En 1526 casa con su prima Isabel y decidió que ella actuara de regente durante sus largas ausencias. Isabel (madre de Felipe II) muere en 1539. El gobierno efectivo de España estuvo durante 20 años en manos de Francisco de los Cobos. Durante casi todo este tiempo la nación estuvo tranquila. Las causas de ésto fueron: la habilidad de Cobos en el gobierno; el agotamiento de la nación causado por la guerra; el carácter esencialmente estático del imperialismo de Carlos V. Carlos V, tenía un concepto patrimonial de sus territorios. Considera cada uno de ellos como una entidad independiente gobernada según sus propias leyes. Este concepto patrimonial del imperio, condujo al congelamiento de los distintos sistemas institucionales de esos territorios y, por otro, evitó que los territorios se asociarán económica y políticamente, lo que hubiera contribuido a crear un sentimiento de participación en una misma empresa. Los dominios de Carlos V se rigieron según sus propios intereses, lamentando su implicación en guerras que según ellos les eran ajenas por completo. España, de todas formas, gozó de paz interior en una época en la que los territorios europeos eran escenario de guerras continuas.
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1.3. ORGANIZACIÓN POLÍTICA DE ESPAÑA.
Bajo los reinados de Carlos V y Felipe II una de las piezas claves de la historia de España fue la burocratización. Era necesario un gran número de funcionarios para gobernar España y sus posesiones en ultramar y para poder movilizar sus recursos para la guerra. El gobierno de la palabra oral, fue sustituido por el de la palabra escrita, debido a la imposición de nuevos métodos burocráticos y de nuevos procedimientos administrativos. La administración española debía racionalizarse. Entre 1522 y 1524 se reformó el Consejo de Castilla y creó el Consejo de Hacienda; se reorganizó el gobierno de la Navarra y se estableció un Consejo para las Indias. Estas fueron obras de Gattinara, Gran Canciller, del Imperio de Carlos V, que también creó un Consejo de Italia. En el sistema de gobierno eran esenciales los consejos consultivos, cuya misión más inmediata era asesorar el monarca y dependían del regente o directamente del rey. El Consejo de Castilla siguió siendo el órgano principal de gobierno. En el Nuevo Mundo la Corona creó un sistema de pesos y de contrapesos (de forman que cada uno de los organismos responsables, Audiencias y Virreinatos sobre todo, pudiesen poner freno al otro), con el fin de mantener su autoridad en aquellos territorios. 1.4. LA ECONOMÍA CASTELLANA.
El gobierno español tuvo que adaptar su organización política, social y económica, esencialmente medieval a las necesidades creadas por la responsabilidad de regir un imperio universal. 1.4.1. EL NUEVO MUNDO: CONSECUENCIAS ECONÓMICAS.
El nuevo mundo era una fuente de beneficios para Castilla, por un lado como mercado potencial para los productos castellanos y por otro como suministrador de artículos inexistentes o escasísimos en la metrópolis. La creación de la Casa de Contratación de Sevilla en 1503, había convertido esta ciudad en dueña del atlántico hasta el año 1680 en que cedió su primacía a Cádiz. Las importaciones más cotizadas eran obviamente las de oro y plata. Con Carlos V podían diferenciarse tres zonas económicas: 1. La Sevillana que miraba hacia atlántico. 2. La de Castilla del norte orientada tradicionalmente hacia Flandes y la Europa septentrional. 3. La de la Corona de Aragón que miraba hacia el Mediterráneo.
La región andaluza fue la más beneficiada en la Conquista y Colonización de América. Aragón sólo participó de esta prosperidad comercial marginalmente. Los castellanos consideraban el
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comercio con el nuevo mundo como algo exclusivamente suyo. 1.4.2. LA REVOLUCIÓN DE LOS PRECIOS.
Quizá la causa fundamental de este aumento desorbitado de los precios fue el impacto del incremento de la demanda sobre una economía subdesarrollada, no preparada para ello. Este incremento se produjo por el aumento demográfico español y por la expansión de los mercados de Flandes e Italia, junto con la creación de un nuevo y bastísimo mercado: el americano. Castilla trató de cubrir esa demanda, pero el carácter primitivo de su organización agraria y la escasez de mano de otra en algunos sectores, limitaron su efectividad. La agricultura no podía alimentar a una creciente población interior y abastecer a los nuevos mercados, así, subieron los precios de los productos alimenticios hasta un nivel que para el castellano medio era dificilísimo cubrir las necesidades básicas. El influjo de plata también colaboró en esta subida de los precios. Cuando el gobierno liberó las importaciones, la industria castellana se vio amenazada por la competencia de los productos extranjeros, mucho más baratos, que se introdujeron en el mercado interior y en el americano, que demandaba más cantidad y calidad a las manufacturas españolas. Los principales beneficiarios del alza de precios fueron los terratenientes, pues pudieron incrementar sus rentas.
1.4.3. LA AGRICULTURA CASTELLANA Y LA INDUSTRIA TEXTIL.
La agricultura castellana, perjudicada tradicionalmente por una política real que favorecía al sector lanero, debía ahora hacer frente a una demanda interior creciente y a las necesidades del mercado americano. El principal obstáculo para la agricultura, era la sequía y que no se contaba con los medios necesarios para vencerla. Así su única forma de aumentar la producción era roturar nuevas tierras. La escasez de mano de obra en la industria textil provocó un aumento en la demanda de mercado interno y en el indiano la subida del precio de los tejidos. Con este panorama la competencia de los productos extranjeros, más baratos y de mejor calidad, en el momento en el que las importaciones se liberaron, provocó la depresión de nuestra industria. La corona que había prohibido en 1552 la exportación de paños castellanos salvo a las Indias, por su subida de precio, por la demanda extranjera, tuvo ahora que rescindir esa prohibición. 1.4.4. EL FRACASO ECONÓMICO DE CASTILLA.
La expansión económica de Castilla se había visto estimulada por las posibilidades de extender el mercado, pero las dificultades que encontró el país para lograrlo no pudieron superarse.
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El gobierno y en concreto el Consejo de Hacienda fueron, según J. Perez, en gran parte los responsables de este fracaso económico, ya que no elaboraron un programa económico coherente:
□ No se intentó llevar a cabo una explotación sistemática de los recursos americanos, salvo de los mineros.
□ No se desarrolló en las Indias una política que complementara a la castellana. □ No se resolvió el problema de navíos, imprescindibles para monopolizar el comercio con América. Tampoco se encontró un procedimiento adecuado para utilizar el flujo de la plata americana en beneficio de la economía castellana. Además la economía tuvo un importante obstáculo con la financiación de la política imperial de Carlos V. 1.4.5. LOS PROBLEMAS DE LAS FINANZAS IMPERIALES.
Siempre falto de recursos, Carlos V se dirigía sucesivamente a sus distintos dominios para obtener más dinero. Negociaba con sus banqueros genoveses e italianos, en franca desventaja, la obtención de nuevos préstamos, y hipotecando los recursos presentes y futuros de España. La bancarrota era cuestión de tiempo. Llegó ésta por primera vez en 1557 con Felipe II, lo que supuso una renuncia a cualquier intento de reorganización racional de las finanzas imperiales y el establecimiento de un programa económico coherente para todos los territorios del imperio. Los Países Bajos e Italia soportaron el peso de la financiación del imperio Carolino durante la primera mitad de reinado de Carlos V, después fue España quien hubo de soportarlo. Aquí la corona de Aragón con unas cortes muy poderosas pagaba una parte muy pequeña por la financiación de la monarquía. Castilla en donde las cortes tenían menos poder, soportaba casi todo el peso de la financiación del Imperio. La Iglesia también contribuía (contribuciones directas y regulares a la Corona). Cuando las cortes lograron obtener el derecho a veto sobre cualquier aumento de las imposiciones (impuestos) reales. La Corona se vio obligada a buscar nuevas fuentes de ingresos, sobre las que las Cortes no ejercieran ningún control (ej. recurrir a banqueros). Con Carlos V tres procesos empeoraron la economía de Castilla en los siglos XVI y XVII: 1. Dominio de los banqueros extranjeros sobre las fuentes de riqueza españolas.
2. Castilla llevaría el peso de la carga tributaria de España. 3. Las clases castellanas sobre las que recayó casi todo el peso fiscal, eran las menos apropiadas para soportarlo.
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1.5. LIQUIDACIÓN DEL IMPERIALISMO CAROLINO.
Carlos V quería dejar la totalidad de su herencia a su hijo Felipe pero ésto chocó con la intransigencia de su hermano Fernando, y sobre todo del hijo de éste, Maximiliano, decididos a que las posesiones austriacas de los Habsburgo y el título imperial quedasen en su rama familiar. Además los protestantes alemanes no querían que Felipe dirigiera los asuntos de Alemania por lo que el conflicto iba a ser inevitable. En 1547 venció a los protestantes alemanes en la batalla de Mühlberg, pero esta victoria supuso una preocupación por la consolidación del poder imperial en Alemania, desfavorable para los intereses de los príncipes alemanes, incluso los que habían ayudado a Carlos V. En 1550 reúne a toda la familia Augsburgo para intentar que triunfe su concepción unitaria (de su herencia).En 1551, Maximiliano hijo de su hermano Fernando se niega a doblegarse y Carlos V impone su voluntad. Pero el curso de los acontecimientos en Alemania, demostraron que era inevitable la división del imperio Carolino. En 1522 Enrique II de Francia firma un pacto secreto con los príncipes alemanes protestantes y ocupa las plazas españolas de Toul, Metz y Alsacia. También Mauricio de Sajonia le traiciona, aliándose con los príncipes alemanes, también los turcos amenazan los territorios italianos y toman Trípoli. Al aparecer aquí Carlos decide abdicar y dividir sus territorios, antes concierta la boda de su hijo Felipe, viudo de María Portugal, con María Tudor de Inglaterra, realizada en 1554; A continuación firmó la Paz de Augsburgo en1555 que consagraba la escisión religiosa del imperio. Lo cual es un duro golpe para el emperador pues con ello debe renunciar al ideal de toda su vida: un imperio que abarcase toda europa, unido bajo su corona y bajo la religión cristiana católica. Su hijo Felipe II convertido ya en rey de Inglaterra, Gales e Irlanda, obtuvo en 1554 Nápoles y Sicilia; en 1555 Borgoña y en 1556, fecha que su padre se retira a Yuste la corona de España y los territorios de ultramar. En 1558, poco antes de morir, Carlos cede la Corona imperial a su hermano Fernando junto con los territorios austriacos. El imperio quedaba finamente dividido.
2. FELIPE II.
El reinado de Felipe II comienza marcado por la gran victoria de San Quintín en 1557, lo que en el momento fue considerado como presagio de un glorioso reinado, sin embargo a fines de 1558 muere María Tudor sin descendencia. Su muerte ponía fin a cualquier esperanza de unión de Inglaterra, España y los Países Bajos en una sola Corona. Mientras España reclamaba la vuelta de Felipe II la situación económica y financiera eran cada vez más precarias. En 1559 Felipe regresa a España, lo que significa el paso a un imperio de base española (no flamenca, como su
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padre) y atlántica que nacía el bajo doble signo de la bancarrota y herejía... Los problemas financieros de los últimos años habían obligado al gobierno de regencia a recurrir a toda clase de experimentos fiscales que comportaron la disminución de la eficacia de la administración y el debilitamiento de la autoridad real, (como venta de cargos municipales, enajenación de tierras reales, aumento del poder de los nobles, agobio al pueblo por el peso las contribuciones...) Felipe II llega a una Castilla completamente revuelta. 2.2. EL GOBIERNO DE FELIPE II
En 1561 Felipe II declara capital permanente de la monarquía la villa de Madrid. La monarquía de Felipe no sólo se iba haciendo cada vez más española sino cada vez más castellana. Había establecido su residencia en Castilla, dependía mayoritariamente de sus recursos y concedía casi todos los cargos de la corona a castellanos. Felipe II además, había heredado de su padre el concepto patrimonial de esos dominios, según el cual consideraba que eran unidades independientes dotadas de leyes propias que su conciencia le obliga a respetar. La esencia del sistema gubernamental de Felipe II era la combinación del asesoramiento de los consejos con la acción real. El rey atendía personalmente todos los asuntos del gobierno. Excluyó a los grandes nobles de los cargos del gobierno central, reservándolos para los virreinatos, las embajadas y los mandos militares. Creó el Consejo de Estado. Consejo en el que los diferentes partidos aristocráticos podían expresar sus puntos de vista. 2.2. LA CRISIS DE LOS AÑOS 60.
En 1559 se afirma la paz de Cateau- Cambrésis, que ponía fin a la guerra Hispano-Francesa y que daba, según Lynch, a España la preponderancia en el continente, al renunciar Francia a sus pretensiones italianas, reteniendo el imperio de Felipe II el Franco Condado y manteniendo intactos todos los territorios de Países Bajos, además se concierta el matrimonio de Felipe II con Isabel de Valois, hija del rey francés Enrique II. Pese a esta victoria política, en 1557 Felipe II había declarado por primera vez la bancarrota, evidenciando los gravísimos problemas económicos a los que se enfrentaba. La debilidad del poder otomano indicaba que ahora que había paz con Francia era el momento oportuno para intentar recuperar la iniciativa en el Mediterráneo. Felipe II entabla la guerra contra los turcos. Mientras, España a principios de los 60 rehacía lentamente su poder en el Mediterráneo. Felipe II, por otro lado, recibe serios avisos sobre el peligro que corre su frontera septentrional por la
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expansión del calvinismo. El estallido de las guerras de religión en Francia en 1562 confirmó el peligro, pero además debe enfrentarse con una rebelión que acaba de estallar en los Países Bajos, donde la herejía se extendía cada vez más. La situación financiera había comenzado a mejorar durante 1562-1563, gracias a la superación de la depresión del comercio sevillano con el Nuevo Mundo, que aumentó los envíos de plata. Felipe II optó por la represión de la rebelión en los Países Bajos. Un ejército bajo el mando del Duque de Alba, fue enviado a Flandes para reprimirla. Pero los holandeses no estaban solos, Hugonotes, marinos, bretones y corsarios ingleses les apoyaban. Por tanto, esta rebelión constituía un problema mucho más grave de lo que en principio el rey había pensado. 1568 fue terrible para Felipe, fue el año de la detención y muerte de su hijo y heredero don Carlos; de la ruptura de las comunicaciones marítimas a través del golfo de Vizcaya (con Flandes), de la actuación enérgica del rey contra las autoridades catalanas por su temor a que se convirtieron en unos segundos Países Bajos por la presión protestante sobre su frontera y por ser un terreno abonado debido a su tradición independentista, sus leyes y privilegios y su odio a Castilla. Un año además en el que una banda de forajidos moriscos, al intentar sin éxito, apoderarse de Granada, provocaron el estallido de la rebelión en todo el reino (segunda rebelión de las Alpujarras). La causa de ésta rebelión fue un decreto por el que se obligaba a vestir a la forma castellana, se prohibía el uso de la lengua árabe y se obligaba a abandonar sus costumbres tradicionales a los moriscos (éstos son los herederos de aquellos que fueron obligados a bautizarse en 1502-1503 si querían permanecer en suelo peninsular, pero su conversión en general por lo que se ve fue más por conveniencia que por convencimiento), . Este decreto fue sacado, además por temor a la unión morisco-turcos, y que Granada fuera un nuevo campo de batalla contra turcos. Pese a que no lograron tomar Granada, fue muy difícil sofocar la rebelión, esto se hizo 1570 con Juan de Austria al mando,y Felipe ordenó la dispersión de los moriscos por toda Castilla. 2.3. LOS AÑOS 70.
Entre 1570-1571 se creó una Liga Santa, formada por Venecia, los estados pontificios y España para luchar contra los turcos. La flota de la Liga en 1571, derrotó a la flota Otomana en la Batalla del Lepanto. La flota de la Liga estaba dirigida por Don Juan de Austria (hermanastro de Felipe II). Cuando se trató de continuar con la lucha se fracasó rotundamente, por lo que la lucha contra los turcos terminó en un “empate.” De todas formas, un ataque de los persas a los turcos, hizo que éstos retiraran sus fuerzas del Mediterráneo para volverlas contra aquellos, así dejaban a España las manos libres para luchar contra las potencias europeas protestantes del Norte de Europa.
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Pero en 1575 llegó la segunda bancarrota, habiendo suspensión de pagos a los banqueros, lo que destruyó el mecanismo por el que se enviaban fondos desde Castilla a Flandes. Así, las tropas en Flandes, que dejan de cobrar, se sublevan y saquean la ciudad Amberes en 1576, acabando de paso con cualquier posibilidad de reconciliación con los rebeldes de los Países Bajos. Ese año llega a la zona un nuevo pacificador, que sustituye al antiguo, muerto antes del saqueo, Requesens; este nuevo es don Juan de Austria, que había pedido permiso antes de salir de España para gobernar, respetando los fueros y privilegios holandeses y además para emprender la invasión de Inglaterra; quizá la mejor solución para doblegar a los holandeses. Pese a que su gobierno, según Elliot, fue pacífico, Don Juan se terminó convenciendo de que una política conciliadora era impracticable y que era por tanto necesario que el rey autorizada la reanudación de la guerra. 2.4. LA ANEXIÓN DE PORTUGAL.
A mediados del siglo XVI la situación de Portugal era bastante precaria; la aventura de las Indias había agotado a una nación que sólo contaba con un millón de habitantes. El país está gobernado por un régimen en continua bancarrota y la incompetencia del gobierno estaba minando las bases económicas del Imperio. Además el futuro económico y político de Portugal, tras la muerte de su rey y tras la destrucción de su ejército, era dudoso. En 1580 el cardenal Enrique, regente de Portugal, fue persuadido para que apoyara a Felipe II como sucesor al trono portugués. Aunque una gran mayoría (clero, aristocracia, comerciantes...), aprobaron esta elección, el Consejo no se atrevía a proclamar abiertamente la sucesión española. El pueblo luso era decididamente anti-castellano. Finalmente en 1580, Felipe II (nieto de Manuel I de Portugal, línea materna) se proclamaba soberano de Portugal. La anexión portuguesa, a quien Felipe respetará sus leyes, instituciones, libertades y sistema monetario, le concedió a España un nuevo poderío naval, ya que su flota mercante conjunta era la mayor del mundo. Además, Portugal aportaba un ancho litoral atlántico, muy importante para la guerra contra el Norte de Europa y un segundo imperio, extendido de África a Brasil y de Calcuta a las Malucas. En 1585 se le aconsejó a Felipe II que trasladara su gobierno a Lisboa pero él decidió permanecer en Castilla. 2.5. LA REVUELTA DE ARAGÓN.
En esta época se convierte Aragón en una zona muy difícil de gobernar. Sus clases dirigentes se habían fortificado tras los fueros del reino, mientras las tensiones sociales se agudizaban. Aragón aún arrastraba un problema agrario. El rey debía intervenir para evitar un enfrentamiento entre señores y vasallos. La situación privilegiada de los moriscos se acusaba aún más debido al
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crecimiento demográfico. La población rural estaba agobiada por el peso de los derechos feudales y los moriscos labradores cultivaban las tierras más fértiles y gozaban de la protección de los señores. Así la única esperanza de la población rural, de cristianos viejos, era el rey. Y éste optó por designar para Aragón un virrey imparcial que no fue aragonés. Pero poco antes de la llegada del virrey, Antonio Pérez, ex.-secretario del rey, acusado de ser instigador de una trama palaciega, incluido el asesinato de un hombre de estado como lo era Juan de Escobedo Secretario de Hacienda y Secretario personal de Juan de Austria, se fuga de la prisión y acude a Aragón para solicitar el “privilegio de manifestación” (fuero especial que ponía al refugiado bajo la jurisdicción del Justicia Mayor de Aragón). Ante el intento de trasladar a Pérez a la prisión de la Inquisición, único Tribunal aragonés donde los fueros no tenían fuerza de ley , el pueblo de Zaragoza se revela, (al ver amenazados sus fueros). Tras concentrar el ejército en la frontera aragonesa y ver que la rebelión proseguía, decide dar la orden para que entre en Aragón (1591). La mayoría de los aragoneses no ofrecieron resistencia al ejército real, considerado por campesinos como un ejército de liberación frente a la opresión aristocrática. Ni valencianos ni catalanes acudieron en su ayuda. Finalmente el ejército entra en Zaragoza, la rebelión queda totalmente vencida. El rey, respetó, pese a todo, los fueros aragoneses, éstos no se revelaron más bajo la Casa de Austria. 2.6. LOS AÑOS 80 Y LA CRISIS DE LOS 90.
En 1588 la derrota de la Armada invencible por los ingleses puso de manifiesto que España estaba perdiendo su batalla contra las fuerzas del protestantismo internacional. Aunque los desastres materiales de la derrota no fueron excesivos, las consecuencias psicológicas del desastre fueron terribles para Castilla. Cuando Enrique III de Francia se enteró de esta derrota, decidió intentar librarse de la dependencia de los Católicos de la Liga. Y ya Enrique IV desde su acceso al trono, lucha contra la Liga y los ejércitos españoles, aunque finalmente proclame su conversión al catolicismo (1593 “París bien vale una misa”). Pese a que Francia no había caído en el protestantismo, la política de Felipe II en el norte de Europa había fracasado. La bancarrota de 1596 (3ª) hacía indispensable la paz con los enemigos de España. De este modo envió en 1596 a los Países Bajos al archiduque Alberto y nombrarlo junto con su mujer, su hija Isabel Clara Eugenia, príncipe soberano de los Países bajos. También firmó la paz con Francia, con el Tratado de Vervins en 1598, con lo que se ponía fin a la guerra franco-española. La bancarrota de 1596 había significado el fin del poderío financiero de las ciudades del norte de Castilla y también el fin de los sueños imperiales de Felipe II. Las causas de este fracaso imperialista fueron, según Elliot: 1. Nacionales. La crisis nacional castellana. Provocada en parte por las guerras contra las
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potencias
protestantes del norte de Europa (carga tributaria,
problemas
de
abastecimiento), también por los obstáculos geográficos y materiales, prácticamente insuperables, con los que acaba el desarrollo económico de Castilla: un suelo pobre , clima desfavorable, unas comunicaciones internas difíciles, la exigencia de grandes inversiones de capital para realizar mejoras, la concentración del poder efectivo del país en pocas manos. 2. Universales. a) Intrusión de los holandeses en el Caribe que dislocaron el sistema de
comunicaciones marítimas existentes entre las diversas posesiones españolas en América. Su Monopolio de ultramar se vio cada vez más amenazado por ataques ingleses y holandeses ( a menudo bajo bandera pirata) b) Transformación del carácter de la economía americana, debido en parte a la
disminución de la nación indígena (mando de obra fundamental para los colonizadores). Economía americana cada vez más autosuficiente. Felipe II quiso combatir al protestantismo en todos los lugares donde pudiera minar su propia autoridad o amenazar la viabilidad de su monarquía. Además las provincias holandesas rebeldes, organizadas y poderosas, dirigieron una red de resistencia a España en la que se juntaron intereses ingleses, franceses, venecianos e incluso, por otro lado los otomanos. Felipe II vio como las fronteras principales de su Imperio eran simultáneamente presionadas durante la última década de su reinado. Este desafío de poder era un preludio de la guerra total en la que se vería inmersa España en el siglo XVII. Felipe II murió en 1598.
3. FELIPE III. 3.1.
EL GOBIERNO DE FELIPE III.
Felipe III heredó una hacienda en quiebra, un país empobrecido, aunque con inmensos dominios territoriales y conflictos con Inglaterra, hasta 1604 que se firma la Paz de Londres, y con los Países Bajos, debido a que las provincias del norte no habían aceptado a los nuevos príncipes soberanos. En 1609 se firma “La Tregua de los Doce años” con los holandeses. En medio de un ambiente de desilusión y de inseguridad que reinaba en Castilla, surgieron los arbitristas, un grupo de patriotas dispuestos a analizar las causas de la crisis castellana y a buscar soluciones para superarlas. Proponían los arbitristas un programa de reformas basadas en: reducción de los gastos del
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gobierno; que se estudiara un nuevo sistema tributario castellano; que contribuyeran en mayor cantidad al erario real los demás reinos; que se repoblara Castilla estimulando la inmigración; que se hicieran navegables algunos ríos y que se protegiera la agricultura y la industria. Felipe III había caído antes de la muerte de su padre, bajo la influencia de Francisco Gómez de Sandoval y Rojas marqués de Denia, duque de Lerma desde 1599, quien nada más fallecer el rey situó a sus familiares y amigos en los altos cargos del estado. Muy pronto quedó de manifiesto que sería muy improbable que el gobierno del duque de Lerma introdujera las reformas que se precisaban. La incapacidad del rey para gobernar por si mismo consolidó al Duque de Lerma dentro del gobierno. Lerma se convirtió así en el “Valido” (favorito) del rey. 3.2 MEDIDAS POLÍTICAS DEL GOBIERNO DE LERMA.
1. Decidió unificar las contribuciones fiscales de las distintas provincias, para descargar un poco a Castilla del peso de la contribución. Pero por la fuerza de las cortes de Aragón y Cataluña, prácticamente no se logró ningún beneficio de ellos. Así la redistribución de la carga tributaria se abandonó por desidia. En Castilla también se fracasó en el intento de distribuir más equitativamente las contribuciones. Lerma terminó recurriendo fatalmente para la economía castellana a la venta de cargos y jurisdicciones, a la obtención de subsidios de los judíos portugueses y a las manipulaciones del sistema monetario castellano para obtener más ingresos. 2. En 1609 firma “La Tregua de los Doce años” con los Países Bajos. 3.- La expulsión definitiva de los moriscos de España (1609-1614) decretada por el deseo del gobierno de Lerma de lograr popularidad en una época en la que el descontento iba en aumento. 3.3. EL PROGRAMA DE REFORMAS.
A principios de siglo XVII se hizo evidente el favor del gobierno de Lerma hacia los privilegiados a expensas de los que no lo eran. Tanto en el interior como el exterior la situación empeoraba alarmantemente. Desde 1609 los holandeses aprovechan la paz para extender su poderío en Extremo Oriente a expensas del imperio portugués. “Afortunadamente” para España Enrique IV de Francia es asesinado en 1610 y aleja el peligro inminente de una guerra contra los galos. Los posteriores arreglos matrimoniales, mejoran las relaciones franco-españolas.
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En el interior, mientras la situación de Castilla y las finanzas reales se deterioraban progresivamente. El agotamiento gradual del flujo de plata americana, provocó el que se tuviera que abandonar urgentemente el problema de reforma económica y financiera. Por fin, Lerma a mediados de 1618 se decide a crear una junta especial, la Junta de Reformación y ordenar al Consejo de Castilla que elabore un informe con posibles medidas para superar la crisis castellana. El 4 de Octubre de 1618 Lerma pierde el favor real, como consecuencia de una intriga de palacio, dirigida por su propio hijo, el duque de Uceda. Ya en enero de 1619 el Consejo de Castilla presentaba su consulta compuesta por siete recomendaciones. Con medidas expuestas antes por los arbitristas. 1. Reducción de imposiciones y reforma del sistema fiscal. 2. Expulsión de los parásitos de la corte. 3. Nuevos impuestos sobre artículos de lujo. 4. Repoblación de regiones desérticas. 5. Concesión de privilegios especiales a agricultores para estimularlos.
6. No conceder más permiso para fundaciones de órdenes religiosas. 7. Reducción del número de escuelas y de conventos y abolición de las 100 rectorías creadas en 1613. Aunque muy vagas, estas recomendaciones eran muy importantes, al ser el primer reconocimiento del gobierno de Felipe III de la seriedad de los problemas económicos de Castilla. Pese a todo el gobierno del duque de Uceda las ignoró los dos años que le quedaban de mandato. En 1621 muere Felipe III, Felipe IV con 16 años le sustituirá. 4. FELIPE IV.
Felipe IV difería de su padre por su ingenio vivo, su inteligencia y su cultura y se parecía mucho a él en la falta de carácter; antes de subir al trono había adoptado al que iba a ser el más importante de los validos, a Gaspar de Guzmán, el conde-duque de Olivares. 4.1. EL INICIO DEL GOBIERNO DEL CONDE-DUQUE.
Desde el momento en que Felipe IV fue coronado, Olivares comenzó a prepararse para el puesto de privado, ayudado por su tío don Baltasar de Zúñiga, primer ministro oficial de Felipe IV. En 1622 por muerte de su tío, alcanzaba el puesto de privado. Olivares, heredero por convicción de
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los arbitristas, llegó el poder decidido hacer las reformas, tanto tiempo aplazadas. También heredero de la tradición imperial, defendía la justicia e inevitabilidad de la hegemonía española (castellana) en el mundo. Cuando era su primer mes de mandato y dispuesto para emprender la reforma, tuvo que reanudarse la guerra con los Países Bajos. La Tregua de los Doce años no fue renovada por diferentes motivos: 1. Triunfo los Países Bajos del partido Orangista, partidario de la guerra. 2. El Consejo de Portugal insistía en los daños irreparables que los holandeses habían
causado en sus posesiones. 3. Se frenaría con la guerra la incipiente piratería holandesa. 4. El mantenimiento del ejército permanente en Flandes, ocasionaba los mismos gastos en la
guerra que en la paz. 5. Verdaderas posibilidades vistas en Madrid para ganar la guerra. Con esta reanudación de la guerra el programa de reformas era ahora mucho más urgente. 4.2. EL PROGRAMA DE REFORMA. 4.2.1. LA REFORMA MORAL Y ECONÓMICA.
El gobierno comenzó la reforma económica reduciendo la larga lista de favores y pensiones reales; investigando sobre las fortunas adquiridas por ministros y diferentes cargos públicos desde principios de siglo y desde el comienzo de sus servicios políticos e inyectándole nueva vida a la Junta de de Reformación. En 1623 la junta publicaba 23 artículos de reforma, inspirados en las propuestas de los arbitristas y la consulta del Consejo de Castilla de 1619, e imbuidos de la convicción de que moral y económica son difícilmente separables. Estos artículos se proponían: la reducción de los cargos municipales, la aprobación de leyes estrictas que regularan los excesos en el vestir, la adopción de medidas para aumentar la población, la prohibición de importación de manufacturas extranjeras y la clausura de burdeles. Pero todos los puntos fueron inviables por lo que la reforma económica-moral tuvo que aplazarse indefinidamente. 4.2.2. LA REFORMA FINANCIERA.
La finalidad de la reforma financiera de Olivares era conseguir una redistribución más equitativa de la carga tributaria soportada por Castilla y obligar a las restantes provincias de la monarquía a pagar una parte proporcional de la tributación. El plan principal para Castilla era el de crear un sistema bancario nacional. El proyecto consistía en una cadena de bancos nacionales que ayudara a la corona a reducir sus deudas y su
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dependencia de los asentistas extranjeros y a desviar parte del capital invertido en préstamos hacia las inversiones directas. Pero en 1626 tuvo que abandonarse el proyecto bancario por la fuerte oposición de las Cortes castellanas a las propuestas. Por otro lado, Olivares pensaba que introduciendo la uniformidad legal en toda la monarquía desaparecería la separación existente entre los diversos reinos, y que así podrían movilizarse todos los recursos del Imperio. Así, optó por proponer un ajuste gradual de las leyes de los distintos reinos a las de Castilla y un giro en el carácter de la monarquía para que se hiciera menos castellana. Para conseguirlo, Olivares estableció una fórmula de cooperación militar de todas las provincias, fórmula que además resolvería parte del problema de la falta de capital y recursos humanos en Castilla. El nombre de este proyecto fue “La Unión de Armas.” Parte fundamental de un proyecto mucho más ambicioso conocido como “Gran Memorial”. 4.2.3. LA UNIÓN DE ARMAS.
La unión se llevaría a cabo creando una reserva de 140.000 hombres que debían ser aportados y mantenidos por todos los estados de la monarquía según una proporción previamente establecida. El mayor obstáculo para esto era que la Corona de Aragón, que poseía leyes muy estrictas que regulaban el reclutamiento de tropas y su servicio fuera de las fronteras. Así se presentó la Unión de Armas a las Cortes de Aragón, Valencia y Cataluña. Valencia y Aragón no transigieron. Las Cortes catalanas, convencidas de que se trataba de un nuevo intento de los castellanos para abolir sus fueros se mostraron aún más intransigentes y más al enterarse de que el objetivo último de Olivares era una Monarquía con “un rey, una ley y una moneda”. Aún así, el rey pudo alegrase de las contribuciones que Aragón y Valencia realizaron y las contribuciones que regularmente realizarían a la corona. Así, en 1626 se inauguró oficialmente la Unión de Armas, a partir del dinero conseguido y la contribución real. Por fin se ponía en marcha el programa de reforma de Olivares. De 1621 a 1627 el equipo ministerial de Felipe IV, logró una larga lista de éxitos, (interior y exterior), con lo que por primera vez en hacía muchos años, las perspectivas de la corona eran alentadoras. 4.3. LA PRESIÓN DE LA GUERRA.
A pesar de estos éxitos había que adoptar medidas muy eficaces para que Castilla y con ella la Monarquía no fuera al desastre, ya que, Castilla seguía soportando el peso principal de la corona y de su costosa política. Pero la situación internacional era favorable para poder llevar a cabo la consolidación y la reforma
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de la monarquía. (Francia tenía problemas internos, los Augsburgo triunfaban en Alemania y con Inglaterra habían cesado las hostilidades). Pero en 1627 se reanudaron las hostilidades con Francia por la sucesión de Mantua, que hicieron que las oportunidades se perdieran. Ante el coste de la guerra en Italia (Mantua) que era muy elevado Olivares recurrió a nuevas fuentes de ingresos. Así la Unión de Armas debía convertirse urgentemente en una realidad y Cataluña y Portugal deberían empezar a colaborar, pero éstos se negaron a prestar ayuda financiera y militar regularmente. En 1635 se declaró la guerra abierta con Francia, ahora al ser Cataluña estratégicamente vital se necesitaba de su colaboración para una buena defensa y para sufragar la nueva guerra. Pese a los esfuerzos Olivares para acercar a los catalanes a la Unión de Armas éstos fueron en vano. Cuando los franceses se retiraron del principado catalán los estragos habían sido enormes. Mientras en la guerra con los Países bajos, España había perdido posiciones: Breda y Breisach. Además en 1639 la escuadra española fue derrotada en la Batalla de las Dunas, y además de la armada española quedaron destruidas las posibilidades de mandar refuerzos a los Países Bajos. Ahora un tratado de paz con Holanda o Francia era absolutamente necesario. Además Cataluña se levantó al dejar Olivares allí el ejército que había luchado contra los franceses. Los levantamientos pasaron a rebelión y el virrey fue asesinado en los acontecimientos conocidos como El Corpus de Sangre. Aprovechando, los portugueses, rompieron los lazos con Castilla, se apoderaron de todo Portugal y proclamaron rey al Duque de Braganza, Juan IV. En este estado de cosas Olivares ofreció a los catalanes condiciones favorables para finalizar el conflicto, pero Pau Claris, cabeza de la Diputación catalana, proclamó la obediencia de Cataluña al rey francés, en 1641. 1640 señaló el final del sistema económico y político del que la monarquía había dependido durante mucho tiempo, la decadencia del sistema comercial sevillano y la disgregación de la organización política de la Península Ibérica. En 1643, Felipe IV obligaba al Conde-Duque de Olivares a presentar su dimisión y a retirarse a sus posesiones. Murió en 1645, desterrado y lejos de la corte. 4.4. EL FINAL DE REINADO DE FELIPE IV.
Con la caída de Olivares se desmanteló su sistema de gobierno; aunque el rey decidió gobernar él, el poder fue pasando gradualmente de sus manos a las del discreto cortesano. Don Luís de Haro, que rehusó el título de privado. Su primera misión fue pacificar España y no perder muchas posesiones en la paz de Westfalia en 1648 que ponía fin a la Guerra de los Treinta años (16181648). Con esta paz terminó definitivamente la hegemonía de España y los Habsburgo en Europa. A la vez que surgían nuevas potencias (Francia, Suecia, Países Bajos) y se fraccionó el Imperio en una confederación de estados independientes. Por el tratado de Münster (1648) hispano-
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holandés, España reconoció la independencia y soberanía de los Países Bajos. En Cataluña, desde la muerte de Clarís, no había surgido un cabecilla con el prestigio suficiente para frenar muchos elementos anárquicos de la sociedad catalana, que provocaban la huida de los aristócratas del principado, por incipiente revolución social. Don Luís de Haro aprovechando que Francia no podía ayudar en ese momento a Cataluña (estallido de la Fronda), mandó un ejército que tomó Barcelona en 1652. Felipe IV respetó sus fueros. En 1659 concluía la guerra con Francia, con la paz de los Pirineos, que supuso la pérdida de Artois, Rosellón, y Cerdeña y un último reconocimiento del fracaso de la monarquía española en Europa. En paz con Europa, se propuso recuperar Portugal, pero éstos resistieron con la ayuda de Francia e Inglaterra. Así en 1668 se firma el Tratado de Lisboa por el que España reconoce la independencia de Portugal. Felipe IV había muerto en 1665. 5. CARLOS II. 5.1. LOS INICIOS DE SU REINADO.
Hasta la mayoría de edad de Carlos II, su madre Mariana de Austria fue regente de España, su gobierno lo formaba una Junta de Gobierno, compuesta por cinco ministros, pero el poder de dicha Junta cedió rápidamente al Confesor de la reina, el padre Nithard, enemigo del hermanastro de Carlos II, Juan José de Austria, excluido del gobierno por su padre y que quería el trono para sí. Tras hacer huir a Nithard, la reina le ofreció a Juan José el virreinato de Aragón, y éste aceptó retirándose de la capital. El poder recayó ahora en Fernando de Valenzuela que había conseguido el favor de la reina. En 1675, Carlos II “El Hechizado”, era proclamado mayor de edad, la reina y Valenzuela seguían en el poder. Por el rápido ascenso de Valenzuela, los grandes se unían para exigir el regreso de don Juan y éste iniciaba una marcha sobre Madrid al mando de un ejército. La reina tuvo que ofrecerle el gobierno y admitir el destierro de Valenzuela. Don Juan fracasó en sus intentos por solucionar los problemas del gobierno, perdiendo así progresivamente el apoyo del ejército, de la Iglesia y del pueblo. Tras la muerte de don Juan en 1679, viene un colapso económico y administrativo en Castilla (dos tercios de la plata de América iba directamente al extranjero). En los años de 1680 Castilla se paralizó económica, cultural e intelectualmente, mientras Cataluña se recuperaba. Esto supone el preludio de la transformación económica más importante de la Edad Moderna en España, el desplazamiento del dominio económico de España hacia la periferia.
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5.2. EL CAMBIO DE DINASTÍA.
Carlos II no tuvo hijos de ninguno de sus dos matrimonios. Por ello las grandes potencias de Europa inician complicadas maniobras para apoderarse del patrimonio de Carlos II, el cuerpo inerte de la monarquía española, como lo denomina Lynch. En 1698 en un acuerdo secreto se decidió dividir esta herencia entre los tres candidatos al trono español: José Fernando de Baviera, el archiduque Carlos de Austria, y Felipe de Anjou, nieto de Luís XIV de Francia. Carlos II se enteró de esto y al ofenderle la idea de la disgregación de sus dominios, nombró heredero en su testamento al príncipe de Baviera, pero éste muere. Finalmente se inclina por la candidatura de Felipe de Anjou. Poco antes de morir el último rey de la casa de Austria, un hombre débil corporal y mentalmente, insistió en que su voluntad, contraria a muchos, incluida su esposa, debía cumplirse. Al morir Carlos II en 1700, sube al trono Felipe V de Borbón con lo que tras la conocida como Guerra de Sucesión y la consiguiente Paz de Utrecht el cambio de dinastía quedó fijado.
6. LA CULTURA EN LA ESPAÑA DE LOS AUSTRIAS.
La cultura española del siglo XVI, de carácter elitista y cortesano, se formó a partir de modelos normalmente italianos y su desarrollo, muy complejo, sintetizó la tradición y la modernidad y las influencias extranjeras y su singularidad característica. Tanto la expansión de la imprenta, como la fundación de nuevas Universidades españolas, contribuyen en la segunda mitad del siglo XV a la difusión del Renacimiento en España. El humanismo español, con Juan Luís Vives, alcanzó enorme prestigio, pero no rompió completamente con la tradición medieval. El humanismo cristiano español se caracterizó por un desarrollo muy personal, marcado por el espíritu de la contrarreforma. Su máximo representante fue el dominico Francisco de Victoria, fundador del Derecho Internacional (1483-1596). El clima religioso de la España de la Reforma quedó plasmado en las obras de varios autores de la literatura mística. Fray Luis León, cumbre de la lírica española escribió “Noche Serena”. De los místicos ascetas los más relevantes son Santa Teresa de Jesús con “Camino de Perfección”, “Las moradas” y San Juan de la Cruz escribió “Noche oscura el alma” y “Cántico Espiritual”. Dentro de la poesía destacó Garcilaso de la Vega (1503-1536), autor de la incorporación definitiva de la métrica italiana a literatura castellana. A mediados del siglo XVI se inicia con el Lazarillo de Tormes el género de la novela picaresca, género que se oponía a la narrativa heroica y que reflejaba el espíritu decadente reinante en la sociedad española.
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En arquitectura encontramos el estilo plateresco; singularidad española donde destacan Gil de Hontañón, autor de la fachada de la Universidad de Salamanca. En Andalucía la arquitectura renacentista alcanza su esplendor con el Palacio de Carlos V, en la Alhambra de Pedro Machuca y la catedral de Granada de Diego de Siloé. Entre el Renacimiento pleno y el Manierismo se realizó la magna obra de el Escorial, proyectado por Juan Bautista de Toledo y terminado por Juan de Herrera. En escultura destaca la obra de Alonso de Berruguete (1490-1561) que anunciada la llegada del Barroco. En pintura la transición al Renacimiento fue expresada por Pedro Berruguete y en el Renacimiento pleno destacan Sánchez Coello y Luís Morales. Fuera de la corte, El Greco (15411614) que con su obra constituyó la expresión más auténtica del misticismo español del siglo XVI. En medicina destacó Miguel Servet, por descubrir la doble circulación sanguínea. En la transición del Renacimiento al Barroco influido por ambas culturas transcurrió la vida de Miguel de Cervantes (1547-1616). Su obra cumbre, de la literatura universal “El ingenioso hidalgo don Quijote de la mancha”, reflejó la dualidad entre el idealismo en declive (don Quijote) y el pesimismo realista (Sancho) de la sociedad de su tiempo. El Barroco, movimiento conformado por el espíritu de la Contrarreforma y pueda surtirlo, se desarrolló en España luego de siglo XVI. A finales del siglo XVI la poesía de Fernando Herrera produjo al recargamiento ornamental y el CULTERANISMO DE GÓNGORA, “ Polífeno “, “ Soledades “ (1561-1635). Francisco de Quevedo (1580-1545) es el más polifacético de los literatos españoles, es el representante de la escuela CONCEPTISTA (opuesta a la Culterana). Baltasar Gracián (1601- 1658) autor de la obra cumbre de la novela simbólica del siglo XVI “El Criticón “. La novela picaresca culmina el siglo XVII con Mateo Alemán y su obra “ Guzmán deAlfarache. “ En el teatro destacó Lope de Vega (1561-1635). Con un amplísimo repertorio, por ejemplo, Fuente Ovejuna. Entre sus discípulos figuran también grandes autores como Tirso de Molina y en cuanto a la temática pero no a la técnica Pedro Calderón de la barca “ La Vida es Sueño “ por ejemplo. En la arquitectura de este periodo, que se desarrolla en estrecha relación con la escultura y la pintura y que tiende al monumentalismo destacan: Pedro de Rivera, Juan de Churriguera, Narciso Tomé (transparente, catedral de Toledo) y Casas Novoa (fachada del obrador). En escultura, destaca la religiosa (imaginería) obra de Martínez montañés, Alonso Cano y Pedro de Mena, con gran auge. La pintura Barroca, cuya innovación estética se basó en la luz y el realismo, se desarrolló en
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España con características propias; los más destacados fueron: Francisco de Zurbarán (15981664). Diego Velázquez (1599-1660). Obra muy extensa, el más grande de los pintores españoles se ha dicho. Retratos, obras religiosas, mitológicas. Es autor de “Las Meninas”. Murillo (16181682), pinta temas realistas, populares y religiosos. Por ejemplo “ La Inmaculada “. Otro pintor fue José Ribera. Los siglos XVI y XVII, que vieron la decadencia del Imperio español, fueron, sin embargo, siglos de esplendor para el arte de España, siendo conocido el siglo XVII fundamentalmente por ello EL SIGLO DE ORO.
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