Martín J. Staciuk
Surgimiento del estado en Mesopotamia y Egipto
Introducción En los procesos de surgimiento y conformación del estado en Mesopotamia y Egipto se observa la diferencia fundamental de que en este último caso la organización se da desde muy temprano mediante un estado único con características de imperio que tiene bajo su dominio a todo el terri territo tori rio, o, y en la prim primera era medi median ante te el desa desarro rroll llo o de ciud ciudad ades es-es -esta tado do autó autóno noma mass (Uru (Uruk k principalmente, Lagash, Uma, Ur, Eridu, Nippur, etc)
Egipto Siguiendo el razonamiento de Barry Kemp 1, la dualidad dualidad característica característica de la cultura egipcia, el conflicto perenne y a la vez equilibrio entre “…dos fuerzas contrarias: la una encaminada al orden y la otra al desorden” 2 desempeñó un papel primordial en la construcción del mito unificador del Imperio Egipcio con la idea de los dos reinos, del Alto y Bajo Egipto -que se corresponde con la división geográfica del país- y proporcionó una base más fiable del papel del rey como garante de la unidad unidad que la realid realidad ad de una serie serie de núcleo núcleoss poblac poblacion ionales ales anárqu anárquico icoss de menor menor magnit magnitud ud extendidos a lo largo del Nilo. La paleta de Narmer en lo que respecta a la unificación política y la piedra de Shabaka (teología menfita) con la creación del mundo por Ptah que culmina cuando "... Horus se alzó como rey del Alto Egipto y como rey del Bajo Egipto, en el abrazo de su padre Osiris y de los dioses que se encontraban delante y detrás de él" 3 son los ejemplos de ésta legitimación ideológica. Kemp hace hincapié en este modo de pensar de los egipcios como determinante, asevera que la ideo ideolo logí gíaa apar aparece ece a la par par del del esta estado do,, y esta establ blece ece como como prim primor ordi dial al en los los inic inicio ioss de la construcción de esta mentalidad el factor psicológico que asocia a la ocupación permanente y trabajo de la tierra que "...crea un fuerte sentido de los derechos territoriales que, al final, se expresa 1 2 3
Barry J. Kemp. El Antiguo Egipto: Anatomía de una civilización Ed. Crítica, 1992 Barry J Kemp. (ob. cit.) p. 11 Teología menfita, columna 64
en términos místicos y simbólicos." 4 Posteriormente, mediante la posibilidad de acumular depósitos de bienes excedentarios por una parte; y el poder de la mente para construir una ideología capaz de infundir respeto y obediencia por otra, se comienzan a sentar las bases del estado egipcio. En la unificación política, destaca -además de los procesos de concentración que se desarrollaban en toda la región- al protoreino de Hieracómpolis, en el Alto Egipto, que emprendió una expansión militar que terminó absorbiendo todo Egipto. La situación bélica que precedió a la unificación está sugerida por la Paleta de Narmer, con su corona del Alto Egipto e insignias de monarca antiguo en el anverso, y la corona del Bajo Egipto, los cuerpos descabezados de los enemigos y el poder conquistador simbolizado por el toro que embiste contra la ciudad amurallada en el reverso. Esta "contención del desorden" como punto de partida mítico fue ideada como parte integrante del compacto sistema intelectual concebido por "unos individuos creativos" 5, sistema compuesto además por la escritura jeroglífica, el arte conmemorativo formal característico del Egipto faraónico y una iconografía básica de la monarquía y la autoridad. Párrafo aparte merece la arquitectura, portadora de una notable expresión política según Kemp, las edificaciones mortuorias monumentales que "(levantaron) una barrera entre el faraón y el pueblo"6, reforzando el carácter unificador del monarca en el estado. En resumen, el estado faraónico se preocupó por diseminar un "marco mítico nacional" como sustrato ideológico de su control político ya de manera temprana, teniendo en cuenta que "La dinastía I se inició ya en un estado cuyo territorio era tan grande como el de la mayoría de los que ocuparían la parte baja del Nilo en los tiempos modernos. No hubo un largo proceso de desarrollo a partir de la expansión de las ciudades-estado..."7. Lo que nos lleva al caso de Mesopotamia.
Mesopotamia Para Mario Liverani8, la "revolución urbana" que dio surgimiento a las ciudades-estado mesopotámicas no obedece a un único factor, sino que es una concatenación de causales tecnológicos, demográficos y organizativos, dando preeminencia a éstos últimos, ya que si bien el incremento de la productividad agrícola es la base y el aumento demográfico llamativo, la cuestión organizativa es fundamental: "El origen de la ciudad es el origen del estado y de la estratificación económica."9 4 5 6 7 8 9
Barry J Kemp. (ob. cit.) p. 43 Barry J Kemp. (ob. cit.) p. 61 Barry J Kemp. (ob. cit.) p. 73 Barry J Kemp. (ob. cit.) p. 68 Mario Liverani. El Antiguo Oriente: Historia, sociedad y economía, Crítica, Barcelona, 1995 Mario Liverani, ob. cit., p. 98
El desarrollo agrícola es la piedra basal del crecimiento, según Liverani. Este proceso da lugar sucesivamente a las ordenaciones hídricas, el sistema de canales, la innovación en la tecnología agrícola -el apin (en sumerio) o eppinu (acadio), arado que acortó el tiempo de labrado es un ejemplo-, y repercute en la creación de no sólo centros urbanos, sino también de poblaciones intermedias con funciones administrativas descentralizadas para el control de las aldeas que tributan; proceso que se da en paralelo al crecimiento demográfico exponencial fruto del excedente alimentario disponible. La organización de las ciudades-estado requiere para sus fines acumulativos y redistributivos "operaciones de normalización administrativa": un sistema de pesos y medidas integrado en un sistema de numeración (sexagesimal en este caso), un sistema de valores para la comparación de mercancías (cebada y plata como unidades de medida de valor) y finalmente un anclaje regulatorio entre ambos. Como garantía de corrección de las operaciones surge el sistema de sellos, con crétulas descartables con códigos de objetos primero y gráficos luego, que devendrán en las tablillas logonuméricas y posteriormente en signos pictográficos. La recombinación de éstos últimos para connotar otros conceptos abstractos, enunciar nombres propios o "expresar elementos morfológicos (prefijos, infijos, etc.) y construir verdaderas frases." 10 contribuye a consolidar el sistema "estatal" dando lugar a la clase administrativa especializada -la más especializada de todasde los escribas. Según Liverani, la formación protoestatal resultante, consecuencia de la "revolución urbana" y su especialización laboral es "un organismo basado en la desigualdad[...] El núcleo que gestiona la relación con la divinidad (clero) y el que gestiona la dirección técnica (burocracia) se sitúan muy por encima de la masa de la población productiva." 11 Los dos sectores mencionados, junto con la milicia de dedicación plena (especialistas, no los reclutados por coacción para períodos de guerra), pertenecen a una clase privilegiada pero que no posee medios de producción y está en dependencia directa de la ciudad-estado. Todos ellos "se subliman y reúnen en la persona única del jefe de la comunidad, el rey"12, que oficia de sumo sacerdote. En el terreno (también físicamente en el terreno, la tierra) opuesto, están los productores de alimento "libres", que poseen sus propios medios de producción como la tierra y el ganado, pero son tributarios del estado con sus excedentes alimentarios, quienes "...entran en el engranaje redistributivo a la hora de dar, mas que a la de recibir"13, en una relación mediatizada y cohesionada por "la autoidentificación, en relación con el amo divino (...) y también, por oposición, frente a las fuerzas exteriores" 14, en un sistema dual de estímulos positivo y negativo. 10 11 12 13 14
Mario Liverani, ob. cit., p. 116 Mario Liverani, ob. cit., pp. 116-118 Mario Liverani, ob. cit., p. 119 Mario Liverani, ob. cit., p. 100 Mario Liverani, ob. cit., p. 122
Consideraciones críticas "Los egipcios no tenían una palabra para 'religión'. La religión era inseparable de la vida diaria. No obstante poseían un rico vocabulario para referirse al clero, las deidades y el culto. Todos los aspectos de la actividad estatal, vida común y cultura material en el antiguo Egipto estaban teñidos por el simbolismo y las creencias religiosas" 15 La cita de Trigger expresa la profunda imbricación de la religión en la mentalidad egipcia y lo determinante que era en su estructura de pensamiento. Lo que parece un tanto exagerado en Kemp es poner como preeminente la estructura psicológica, -o al menos al mismo nivel que las condiciones materiales- para el surgimiento y consolidación del estado egipcio. Al emparejar la capacidad de producción de bienes excedentarios y la necesidad de expansión y dominio, a la invención por "los individuos creativos" que menciona de toda una estructura mítica como sostén del estado como causas con un mismo peso parece mezclar causas u orígenes con elementos superestructurales como la ideología o la religión. Liverani recorre el camino enumerando y aportando las consecuencias sucesivas de la dinámica de las relaciones sociales de producción formativas de la ciudad-estado mesopotámica, aunque la pertinencia de las categorías que utiliza al referirse a la propiedad de los medios de producción, clases, o generación de excedente económico puede sonar extemporánea y asimilarse mecánicamente a una situación distinta de otro momento histórico (no es lo que hace Liverani, desde ya, pero puede prestarse a confusión en una lectura rápida). Por otro lado, al centrarse en los procesos económicos y organizativos, la atención a los "entre tres mil y cuatro mil dioses del panteón Mesopotámico"16 y a como este tipo de creencias coadyuvó a la configuración de la mentalidad del antiguo habitante de Mesopotamia está en un decidido segundo plano.
Bibliografía
Kemp, Barry J. El Antiguo Egipto: Anatomía de una civilización. Ed. Crítica, Barcelona, 1992, pp.
15
Bruce G. Trigger. Understanding Early Civilizations: A Comparative Study. Cambridge University Press, 2003. p.409
16
estimación de T. Jakobsen citada por Trigger en ob. cit. p. 418
7-82 Liverani, Mario. El Antiguo Oriente: Historia, sociedad y economía . Ed. Crítica, Barcelona, 1995, capítulos 4, 5, 6 y 8 Sanmartín, J. y Serrano, J. M. Historia antigua del Próximo Oriente . Ediciones Akal, Madrid, 2006, pp. 182-256 Postgate, J. N. La Mesopotamia arcaica. Sociedad y economía en el amanecer de la historia . Akal, Madrid, 1999, pp. 14-36 Oppenheim, A. L. La antigua Mesopotamia. Retrato de una civilización extinguida . Ed. Gredos, Madrid, 2003, pp. 29-47 Trigger, Bruce G. Understanding Early Civilizations: A Comparative Study. Cambridge University Press, 2007.