¡Fuera holgazanas! El movimiento feminista y el trabajo - una relación menos difícil de lo que parece
Roswitha Scholz Hasta los años 80, el discurso feminista se apoyaba en una crítica social que tenía su raíz en el pensamiento marxista. En su centro se encontraba ante todo la dimensión dimen sión "olvidada" del "trabao dom!stico". En los 0, en cambio, sur#ían las teorías postmodernas$deconstructivistas que ya no se preocupaban preocupaban del tema del trabao y que proclamaban el ue#o, ue#o, supuestamente subversivo, con las identidades de los #!neros, #!n eros, a pesar de los ya manifiestos problemas sociales provocados por la "crisis de la sociedad del trabao". %unque el discurso feminista nunca se olvidó del todo del tema del trabao &'abía y 'ay ' ay un n(mero considerable de sociólo#as feministas que se ocupan de ello), los correspondientes proyectos socio$teóricos socio$teóricos fueron arrinconados en favor de planteamientos basados en teorías postmodernas de la cultura. cultura. En los (ltimos años, sin embar#o, 'an quedado cada vez vez m*s evidentes los límites de estos conceptos postmodernos$culturales y 'an aumentado las voces que reclaman de nuevo un an*lisis m*s profundo de las dimensiones dimen siones sociales y materiales &ver +napp 8). %l mi smo tiempo, el tema del "trabao" adquirió a(n m*s importancia en el discurso feminista sobre la #lobalización, 'acia finales de los 0. %'ora quedaba en evidencia lo que ya se anunciaba en los añ os 80- bao el dictado de los mercados mundiales y las subsi#uientes tendencias a la flexibilización, la situación normal &la masculina) del trabao se va erosionando, y las bio#rafías laborales discontinuas, típicas de las mueres, se est*n convirtiendo cada vez m*s como "situación normal" para los 'ombres, sin que por eso se disuelva el orden er*rquico entre los #!neros. ero es si#nificativo que, en vez de elaborar una crítica a la sociedad sociedad del trabao, se busquen sobre todo "perspectivas feministas de la sociedad del trabao" &/tolz$illi#12eil ). or tanto, la distancia crítica al concepto de trabao dea tambi!n muc'o que desear en el feminismo. Hay que constatar que la mayoría de las corrientes feministas considera las actividades dom!sticas tambi!n como "trabao" &o sea, "trabao dom!stico"). /i las mueres $cosa corriente 'oy día$ se ocupan de la familia y a l a vez eercen una profesión , est*n "trabaando", por consi#uiente, en los dos *mbitos. 3 desde la perspectiva de la i#ualdad se presupone &dic'o de una una manera simplificada) que el bienestar de las mueres depende de su participación en la vida laboral capitalista. /e#uidamente quiero entrar en discusión con las conocidas posiciones posiciones que si#uen a(n determinando el discurso del trabao dentro del feminismo. Estas, en cierta manera, pueden considerarse como las posiciones fundamentales que resur#en siempre de nuevo, aunque con diferentes variantes, en la discusión feminista en torno al tema del "tra bao". 4o entrar! en otros planteamientos feministas que se pueden encontrar encontrar tambi!n en los 0 y que apoyan tendencias neoliberales, como las reivindicaciones de pasar del "proyecto a la #estión ", o las posiciones que aprueban el proceso de #lobalización capitalista con el ar#umento de que eso ofrecer* enormes posibilidades para las mueres. 5as encuentro absolutamente inaceptables. 6i tesis se expone expone de forma voluntaria al r eproc'e de las defensoras de una "política real" &7ealpoliti) que la acusar*n de una supuesta mala abstracción y absolutamente opuesta al sistema, y sin la m*s mínima posibilidad de un cambio cam bio social real. Hay que contestar, sin embar#o, a tales reproc'es que el feminismo de la "7ealpoliti" de los años 80 no 'a conse#uido tampoco #ran cosa. 9ustamente en la era de la #lobalización el espacio político$social queda cada vez m*s reducido bao la presión "real" de los mercados mundiales. El #obierno roi$verde &de %lemania) ya est* d emostrando claramente lo mal que va imponer im poner un nuevo contrato social y de #!neros &dentro del sistema capitalista), contrato q ue tantas feministas reivindican. Este fuera de "sentido de la realidad" de los 2erdes &":livera") 'a quedado expresado, sobre todo, en la #uerra de +osovo que 'a transformado a l;s "polític;s realistas" no sólo en l ;s #estor;s de la crisis, sino en l;s causantes de la crisis &5os 2erdes alemanes votaron a favor de la intervención militar en +osovo. 4.d.l.
>on este concepto me ad'iero a una interpretación int erpretación de 6arx m*s all* del marxismo del trabao, una interpretación que forma la base de todos los art ículos de este libro. ?ntentar!, sin embar#o, modificarlo desde una crí tica al patriarcado. /e#(n esta interpretación, en el centro de la crítica no se encuentra en primer lu#ar la plusvalía, es decir, la explotación del trabao por el capital, sino la l a misma forma del valor económico, o sea, el car*cter social del sistema de producción de mercancías y, por consi#uiente, la forma de a ctividad del trabao abstracto. 5a consecuencia es el cuestionamiento no sólo de la repartición desi#ual en la cual se basa el marxismo del movimiento obrero, sino una críti ca m*s fundamental. /e cuestiona el sistema del trabao como fin en sí. /e#(n este planteamiento, el "trabao" como al #o abstracto, como cate#oría abstracta$#eneral de la socialización sur#e con el na cimiento del capitalismo, con la #eneralización de la pr oducción oducción de mercancías. or esta razón, se rec'aza una ontolo#ía a'istórica del tr abao que se desvela como ideolo#ía bur#uesa. En tiempos premodernos se producía sólo para el uso, no existía un concepto #eneralizado y positivo del trabao. El moderno sistema de producción de mercancías, en cambio, cambio, se caracteriza por el 'ec'o de que la acti actividad vidad productiva se 'aya
convertido $por causa de la auto$referencialidad tautoló#ica del d inero$ en un fin en sí mismo &acumulación de capital). "/e olvida", sin embar#o, que en el capitalismo si#ue existiendo la necesidad de actividades de reproducción en el 'o#ar y que 'ay que educar a los 'ios, que se dan tareas de cuidado etc. que no pueden ser r ealizados por el mercado. 3 que estas actividades se adudican principalmente a las mueres. /e trata, pues, de actividades que no entran en el *mbito del trabao abstracto.
on ello, la separación por #!neros de "cualida des" y actividades forma, por un lado, part e del capitalismo y, por otro, en cambio, se sit(a fuera de la ló#ica del capital. ara comprender toda su compleidad se debería definir como forma social b*sica no sólo el principio aparentemente totalizador de las formas del valor y del trabao, sino tambi!n la . del valor que lo trasciende y que abarca tanto las formas económicas como los *mbitos separados de ellas. /ólo a este compleo meta$nivel teórico es posible determinar el verdadero y en sí contradictorio conunto de la moderna sociedad de producción de mercancías. ero el tradicional instrumental conceptual marxista tampoco resulta suficiente respecto a otra comprensión de la relación capitalista de los #!neros, puesto que $aparte del nivel socioeconómico$ 'ay que tener en consideración tambi!n los niveles socio$psicoló#icos y simbólico$culturales. =e este modo, por eemplo, es posible mostrar, mediante el an*lisis d e discursos reli#iosos y filosóficos, cómo se forman i ma#inarios colectivos referente a lo que "son" 'ombres y mueres en la modernidad, dominada por el 'ombre, y en qu! adudicaciones se expresa la escisión del valor &ver Hone##er ). >on un instrumentario psicoanalítico, por eemplo, pueden explicarse las consecuencias del 'ec'o de que la moderna educación de los niños est! sobre todo en manos de las mueres, es decir, que el niño $a diferencia de la niña$ ten#a que desidentificarse de la madre para adquirir su i dentidad, lo que conlleva a la vez una escisión y una desvalorización de lo femenino &v!ase, por eemplo, >'odoro@ 8A). 5a escisión del valor como modelo socio$cultural y mecanismo socio$ psíquico, unido con la división en trabao abstracto y actividades femeninas de reproducción, constituye de esta manera la sociedad en su conunto. En lo que se refiere a la definición teórica de la escisión del valor, las mueres tienen que ser ubicadas en primer lu#ar en la así llamada esfera de lo privado. Eso, sin embar#o, no quiere decir q ue el patriarcado se 'aya aposentado en una escisión tan nítida entre lo privado y lo p(blico &tanto político como económico). %ntes bien, se t rata de la fuerza de un contexto #eneral de relaciones materiales, conceptuales y socio$psicoló#icas que representa, por decirlo a sí, el "!ter de la sociedad", para utilizar una expresión de He#el pero con otro si#nificado. 5as consecuencias de la escisión del valor atraviesan, por tanto, tambi!n los diferentes *mbitos de l o p(blico. =e al#una manera se 'a encontrado desde siempre a mueres en las esferas de lo p(blico. 5a escisión, no obstante, se muestra tambi!n aquí. En la vida laboral, por eemplo, ocupan puestos subordinados, cobran menos etc. %unque la escisión del valor como modelo capitalista$patriarcal domine de esta forma las relaciones sociales a nivel #lobal, eso no quiere decir que las relaciones entre los #!neros sean completamente uniformes en todo el mundo. /on diferentes se#(n el fondo socio$cultural e incluso si#uen existiendo formaciones sociales con una tradición de simetría de #!neros que se 'an resistido 'asta 'oy a aceptar $del todo o en parte$ las ideas modernas referente a los #!neros.&ver, por eemplo, eiss A). =e i#ual manera que la abstracción d el "trabao" no es una cate#oría fundamental ontoló#ica, tampoco se puede partir de la idea de una relación de escisión entre los #!neros que no fuera culturalmente especificada y que se 'aya presentado en todo el mundo i#ual. En este contexto 'ay que tener en cuenta asimismo, que la relación entre los #!neros 'a sufrido cambios incluso dentr o del desarrollo moderno$occidental. >onviene subrayar, por eemplo, que el concepto moderno del trabao, al i#ual qu e el dualismo moderno de los #!neros, son un producto directo del d esarrollo específico 'acia el capitalismo desde el si#lo B2 y que los dos van de la mano. /ólo en el si#lo B2??? se empezó a formar el moderno "sistema de los dos sexos"&Ha#emann$'ite)C y, simult*neamente, se extendió la apolo#ía #eneralizada del trabao abstracto, tal como a(n si#ue vi#ente en la actualidad. Este proceso se reflea tambi!n en el artículo, ya cl*sico, que investi#a ustamente esta !poca- "5a polarización de los caracteres sexuales $ Dn refleo de la disociación de la vida l aboral y familiar" &Hausen F, publicado en alem*n). % pesar de que las mueres estuviesen muc'as veces tambi!n consideradas como inferiores en tiempos prebur#ueses, tenían 2
bastantes posibilidades de eercer influencia a trav!s de caminos informales. En la sociedad premoderna, el 'ombre sostenía m*s bien una superioridad simbólica, como afirm an Heintz1Hone##er &8). 5as mueres todavía no estaban definidas exclusivamente como ama de casa y madre, como ocurrió a partir del si#lo B2???, complementariamente a las adudicaciones para los 'ombres que desde entonces acapararían la incumbencia para las nuevas actividades p(blicas &economía, política, etc.) del patriarcado productor de mercancías. En sociedades a#rarias, en cambio, la contribución femenina a la reproducción material 'abía sido considerada pr*cticamente de i #ual importancia como la del 'ombre. &Heintz1Hone##er 8). /i la moderna relación de los #!neros 'abía sido limitada en un primer momento a la bur#uesía, con la #eneralización de la familia nuclear se fue extendiendo poco a poco a t odas las capas, teniendo su (ltimo #ran empue en los años A0 de este si#lo, o sea durante el fordismo. 5a escisión del valor no es, por tanto, una estructura rí#ida, tal como se puede encontrar en al#unos modelos estructurales socioló#icos, sino un proceso 'istórico. or consi#uiente no se 'a de entender como al#o est*tico y siempre i#ual. En la postmodernidad, la era postfordista, muestra una nueva cara. En el contexto de las tendencias 'acia procesos de individualización &Dlric' Gec), las mueres son consideradas a'ora como "doblemente socializadas" &7e#ina Gecer /c'midt), es decir, que tienen que 'acerse car#o tanto de la familia como de una profesión. El papel del 'ombre como sustentador familiar se disuelve con la precarización de las condiciones laborales y con la erosión de las tradicionales relaciones de familia.
trabajo dulcifica la vida: La metafísica del trabajo en Frigga aug
Jri##a Hau# cree que la capacidad de rendimiento, la eficacia en el aprovec'amiento del tiempo, el dominio de la naturaleza y el aumento de la fuerza productiva $todos ellos fenómenos que van estrec'amente unidos con la asimetría d e la relación entre los #!neros$ representan las re#las del sistema capitalista y determinan el desarrollo de la sociedad bur#uesa. Eso es v*lido tanto para el individuo como para el modelo de civilización patriarcal$capitalista como conunto &si no 'ay otra indicación, todas las citas que si#uen se refieren al libro de Hau# de F). En el centro de su planteamiento se encuentra el si#uiente contexto- KLMu! pasa con todos los trabaos que n o #eneran nin#(n beneficio porque 'ay que invertir muc'o tiempo en ellos y no son susceptibles de posibles automatizaciones, porque su necesidad sirve para la supervivencia de la 'umanidad y de la tierra pero que, paradóicamente y usto por esta razón, podrían ser a' orrados1suprimidos como al#o e#oísta, individual y luosoN L>on estas actividades ... que no deberían ser renumeradas para que no se man c'en con la m*cula del cambio, es decir, con actividades como el amor, el cuidado, la satisfacción de la s necesidades de todas estas personas que no pueden dar una contraprestación &vieos, enfermos, minusv*lidos, niños)N Estas actividades son separadas del conunto del trabao social, son puestas fuera del trabao y adudicadas a un #r upo de seres 'umanos aptos para ello- las mueresO &Hau# 0, p. ). ontra eso se debería obetar que el trabao dom!stico es, por un lado, efectivamente el producto de la división social del tr abao en el capitalismo. or otro lado, se separa en esta "división" paradóicamente al#o que en principio no puede ser concebido como "trabao". ero es esta relación paradóica la que constituye la cualidad diferente del "trabao dom!stico". /on precisamente los sectores de reproducción y de lo privado, y las actividades de las mueres en ellos, los qu e tienen un car*cter fundamentalmente diferente del sector renumerado. 6*s a(n, ti enen que ser cualitativamente diferentes, ya que de no ser así no tendría sentido separarlos del sector del valor. 5as actividades en dic'os sectores no p ueden ser subsumidas tan f*cilmente al concepto del trabao. /i el sentido com(n a(n puede aceptar que la actividad de barrer la cocina se considere como trabao, la cosa se vuelve m*s complicada trat*ndose de 'ablar con el marido sobre sus problemas laborales, y ya n i 3
'ablar si se trata de actos sexuales. ues, en las actividades en el campo de la reproducción entran tambi!n emociones, comportamientos, etc., que de nin#una manera pueden ser subsumidos a los conceptos del "trabao" o de la "producción". 4o ver eso o dearlo del lado &en Hau# 'ay que constatar, por lo #eneral, una metafísica del trabao y de la producción) es una falta muy #rave que marca el concepto en su totalidad. ara Hau# el "trabao" en #eneral es una cate#oría a'istórica, un ras#o característico de la especie. Ella n o reconoce que tanto el trabao como el sector s eparado, conuntamente con las correspondientes ideas de los #!neros, no son sino un producto 'istórico de la modernidad definida como productora de mercancías. >ualquier tendencia a idealizar estos sectores o activida des separados por su alteridad sería, no obstante, i#ual de equivocada. or eso 'ay que destacar que las acti vidades dom!sticas, la educación de los 'ios, el cuidado, etc. cuestan naturalmente muc'o esfuerzo y pena, aunque de otra manera que el trabao renumerado, y eso tanto en el aislamiento de las mueres en la familia nuclear como en las "relaciones de patc'@or" postmodernas &Heiner +eupp). En las relaciones existentes, el "trabao dom!stico" esta subordinado al trabao asalariado y abarca servicios personales, dependencias, etc. El ama de casa depende del salario del maridoC ella no se puede sustentar y para ella no existe una relación directa entre "trabao" y "salario". En una sociedad dominada por el trabao asalari ado, el "trabao dom!stico" resulta $se#(n Hau#$ un "anacronismo" &p. RR). E sta afirmación olvida totalmente que esta forma de actividades representa una parte estructural del capitalism o. Dn obetivo de Hau# es la inte#ración de las amas de casa en el trabao renumerado, defendiendo al mismo tiempo una reducción radical del tiempo de trabao un el sector laboral, para que 'aya suficiente tiempo $y en eso se muestra de nuevo la visión ontoló#ica del tra bao$ para el "trabao cultural de la reproducción" y el "trabao político" &p.). % pesar de unir los dos sectores de manera forzada bao su concepto positivo del trabao, Hau# puede proporcionarnos desde una visión crítica del trabao y del valor unas determinaciones conceptuales valiosas para la diferencia cualitativa entre el trabao asalariado y las actividades "femeninas" de la reproducción. Eso es v*lido para la diferenciación de dos "ló#icas del tiempo" contrapuestas que obran en est os casos. 2isto desde el punto de la t otalidad de la sociedad existe, se#(n Hau#, por un lado, una "ló#ica de a'orrar tiempo", obedeciendo las leyes del mercado y del beneficio. or otr o lado, en cambio, 'ay una "ló#ica de invertir tiempo", tal como se da en el *mbito del "trabao dom!stico". Esta diferenciación analítica desmiente, en principio, la subordinación de las actividades dom!sticas y de cuidado bao la abstracción del "trabao". =esde el punto de vista cultural, esta estructura se muestra, por eemplo, en la veneración conservadora de la maternidad y tambi!n $como ar#umenta Hau# desde su posición positivista del trabao$ en la discusión sobre lo que debería considerarse "trabao" y no. &v!ase p. I ss). >omo las mueres tienen que 'acerse car#o tanto d e las actividades privadas de reproducción como de un trabao renumerado &se#(n Hau#, cada uno de los dos puede ser "seductor" a su manera), 'ay que dotar los dos *mbitos con ciert o atractivo, sobre todo cuando muc'as de las mueres ni t ienen la posibilidad de ele#ir entre ser sólo ama de casa o ser empleada a tiempo completo sin las car#as dom!sticas. or tanto, las mueres est*n expuestas a una situación ambivalente y contradictoria, como afirma Hau#. or un lado, act(an en el marco de un sistema d e le#itimación capitalista del mercado, de beneficios etc., que se presenta como universal y #aranti zado por las leyes y los valores. Eso es v*lido para ellas en cuanto son seres 'umanos &por eemplo, en el sector del trabao). or otro lado, en cambio, no es v*lido para ellas en cuanto act(an "como mueres". or eso se necesitan #arantías especiales para que las mueres vean claramente el error de creer en los valores capitalistas dominantes como al#o "universalmente reconocido", a pesar de que las mueres experimenten en su propia carne la contradicción de tales ló#icas tan opuestas. ara eso, pues, existen $aparte de la socialización típicamente femenina$ diversas re#ulaciones urídicas, como, por eemplo, el derec'o de familia, el derec'o matrimonial$ precisamente para cubrir estos *m bitos que se encuentran al mar#en de la ló#ica supuestamente universal del mercado. &p. IF). >omo planteamiento alternativo al existente, Hau# propone que Kla valoración de los trabaos en los diferentes *mbitos debería 'acerse de manera que permitiera el d esarrollo de una sociedad 'umana a los niveles económicos, ecoló#icos y socialesO &p. A0). /e#(n ella, eso si#nificaría t ambi!n, acabar con la erarquización de actividades que obedecen a diferentes ló#icas del tiempo y rene#ociar de nuevo la repartición del "trabao en su totalidad". En este contexto, ella defiende un nuevo "contrato de los #!neros" a un nivel político, en el cual la re#ulación de la s cuotas tuviera un lu#ar importante. =esde un punto de vista institucional, estas ideas van íntimamente li#adas a un pensamiento para el que la así llamada política si#ue siendo una cate#oría no cuestionada al i #ual que el trabao, puesto que los dos van de la mano. En este contexto Hau# olvida, sin embar#o, $como muc'a #ente de la izquierda y muc'as feministas$ el 'ec'o de que la política 'a sufrido un profundo cambio de función bao las condiciones de la #lobalización. 5a acción en el marco de las instituciones políticas bur#uesas est* sometida a'ora, como nunca antes, a la influencia de los mercados mundiales, lo que 'ace imposible que se pueda actuar o "ne#ociar" políti camente como en los tiempos eynesianos$fordistas. /e ve que Hau# a(n cree en la posibilidad de proyectos emancipadores que apuntan a intervenciones reformistas del Estado. ienso que este procedimiento es muy problem*tico, tambi!n por otra razón, puesto que el concepto de un contrato social1de #!neros a nivel de unas instituciones políticas bur#uesas presupone implícitamente el Estado nación como marco de actuación. ero bao las condiciones de la competencia #lobal por la supervivencia, eso podría alimentar, involuntariamente, tendencias nacionalistas. El planteamiento de Hau# es, des#raciadamente, socialdemócrata y reflea a(n muc'a fe en el mercado. or esta ra zón puede reivindicar que Kel predominio de la motivación de aumento de beneficios &con los efectos de la automatización y de la eliminación de puestos de trabao), estru cturalmente unido a la opresión de la muer, debe ser limitado a favor de obetivos orientados 'acia un meora de la calidad de vidaO. &p. ). ienso, sin embar#o, que 'oy menos que nunca puede cambiarse al#o con una mera "delimitación" en el sentido de una política tradicional de reformas. En la crisis del trabao y 4
de la política ya no se puede tratar de colar por el camino oficial de la política otros elementos civilizadores mediante una modificación de las cate#orías capitalistas. %ntes bien sería cuestión de plantearse otro modelo de civilización cualitativamente del todo diferente al actual y que superase tanto el trabao &renumerado en dinero) como las actividades femeninas separadas en el *mbito de la r eproducción conuntamente con sus respectivas estructuras rí #idas del tiempo. >on "la motivación de aumento de beneficios" sólo 'ay dos p osibilidades- o se acepta, o se rec'azaC Ppero no es posible "delimitarlo"Q 6ientras que no se piensa en su abolición es ilusorio esperar a ni vel de toda la sociedad una reorientación fundamental 'acia una mayor calidad de vida, tal como lo enti ende Hau#. ero el problema no sólo est* en que Hau# espere una solución para las contradictorias formas de actividades y ló#icas del tiempo a trav!s de procedimientos m*s bien eynesianos, sino que ella trate el patriarcado productor de mercancías en principio como un sistema con estructuras totalmente rí#idas e inmutables. 3 para ella sólo puede 'aber cambios dentro de estas estructuras. Hau# 'abla, por eemplo, de l a transformación de las condiciones laborales mediante la mi croelectrónica o las posibilidades de trabaar menos 'oras, sin tener en cuenta seriamente la nueva cara de est e patriarcado en la postmodernidad. &v!ase p. 0 s.). En este contexto Hau# menciona la "doble socialización" d e las mueres a trav!s de sus actividades tanto laboral como en el *mbito separado del trabao dom!stico y del cuidado. ero en ella esta "doble socialización" tiene un aspecto un poco rebuscado, como caído del cielo. =e al#una manera parece como si este problema no encaara bien en su concepto. >omo ella no cuenta con la din*mica 'istórica de la forma de la escisión del valor, tampoco puede ver que para las mueres de la postmodernidad la "doble socialización" si#nifica al#o nuevo. Hoy día, las mueres ya no sólo sufren formalmente la "doble socialización, sino que !sta actualmente se 'a convertido en el modelo oficial y la 'an interiorizado como parte de su autoentendimiento. Eso, sin embar#o, representa una nueva cualidad. La cerda !ue da leche " lana " además pone huevos - sobre la # doble socialización# de las mujeres
%l contrario de Jri##a Hau#, 7e#ina Gecer$/c'midt parte de una nueva cualidad en la "doble socialización" de las mueres. Ella 'abla de una ambivalencia fundamental, resultado de las contradicciones de la situación social de las mueres. K5as mueres 'an adquirido una complea capacidad de trabao que las califica para dos "puestos de trabao"- el de la casa y el de fuera de casa. /i quieren tener experiencia en ambos campos de trabao, est*n amenazadas por los problemas cualitativos y cuantitativos de la doble car#a ... 5as dos formas del dominio a #udizan a(n los problemas- la supervivencia de estructuras patriarcales en la famil ia ... dificulta la participación de las mu eres en el mundo laboral fuera de casa y en otras formas de la vida p(blicaC y la erarquía de valores del sistema laboral, que calcula a los seres 'umanos se#(n cate#orías económicas y no se#(n las necesidades vitales, no t oma nota de la existencia de un puesto de trabao famil iarO &Gecer$/c'midt 8, /. RI s.). Mueda patente que Gecer$/c'midt transmite tambi!n el concepto del trabao a las actividades femeninas en la esfera privada. ero si aquí a(n trasluce una crítica de la situación esquizofr!nica en la que se encuentran las mueres, nuevas reflexiones psicoanalíticas de Gecer$/c'midt elucidan que procede de una "valoración m*s alta" de las mueres en comparación con los 'ombres, cuando pr*cticamente remite a una dimensión subetiva de la "doble socializaciónK6ediante inversiones de la polaridad y cambios en las fiaciones de introyecciones maternales y paternales, las niñas $al contrario de los niños$ se atienen en su formación del 3o a b(squedas que traspasan los límites de los #!neros. % pesar de que no consi#an realizar todos sus potenciales en el curso de su curriculum, puesto que no las dean entrar en determinados sectores reservados a los 'ombres, ... &y tambi!n) a pesar de resi#narse a las ideas masculinas sobre el papel femenino dentro de la familia, en su condescencia, no obstante, se encuentra al#o como una "obediencia bao protesta" &Jerenczi). 4o dean que se les ate a la casa ... 5a tarea de realizar el potencial innovador y opciones socialmente tenaces en un curriculum para reunir de esta forma lo socialmente separado $lo privado y lo p(blico$ en el sentido de un trabao de inte#ración, es emprendida por el #!nero femeninoO &Gecer$/c'midt A, p. R0). En la moderna 'istoria de las ideas del patriarcado capitalista nos encontramos ante al#unos proyectos de filosofía de l a vida que presentan a la muer como el "individuo m*s completo" en comparación con el ' ombre, porque ella, en tanto que ama de casa y madre &y, desde lue#o, en correspondencia con todo su car*cter) que queda fuera del proceso laboral, no tiene tendencia a la unidimensionalidad, y por tant o tiene los sentimientos meor inte#rados. >uando nos 'ablan así, no se trata sino de la versión postmoderna pero invertida de lados, de la visión patriarcal- 5a muer como ama de casa y madre n o es m*s "completa" por el 'ec'o de estar fuera del proceso laboral, sino bien al contrario, es m*s "completa" como persona "doblemente socializada". or eso no es de extrañar que en el planteamiento de Gecer$/c'midt se trate Ktambi!n de reivindicar la i#ualdad de los derec'os sociales y polít icos de participación, respectando las diferencias entre contextos vitales femeninos y masculinos que se dan por razones 'istórico$socialesO &Ge cer$/c'midt1=Sllin# , p. R). Gecer$/c'midt ar#umenta aquí como si 'oy en día el ser sólo ama de casa fuera la (nica manera de existir con connotaciones conservadoras y como si las mueres debiesen luc'ar exclusivamente contra eso. ?#nora simplemente que, en la actualidad, la forma dominante del conservadurismo no quiere un re#reso a la norma de la muer como esposa, ama de casa y madre, sino que opera tambi!n con la ima#en de la muer "doblemente socializada", como lo muestran unas declaraciones de olf#an# /c'Tuble, 7ita /UVmut' y >laudia /c'ulte &los tres son d estacados políticos alemanes. 4. d. <.). >on la s uposición de una especial capacidad de resistencia e innovación de las mueres, que sería precisamente un resultado positivo de la "doble socialización", Gecer$/c'midt reafirma en el fondo a la muer postmoderna como "cerda que da lec'e y lana y adem*s pone 'uevos", que reparte sus actividades en dos "puestos de trabao", confirmando a sí sólo las condiciones patriarcales postmodernas. En conclusión eso si#nifica que Gecer$/c'midt no lle#a a formular una crítica radical de la forma social de la escisión del 5
valor, ni referente a las actividades dom!sticas y de cuidado, ni del trabao renumerado capitalista con sus correspondientes limitaciones. El trabao constituye tambi!n para ella un concepto universal a'istórico que aplica, como Hau#, a las actividades "femeninas" de la reproducción. %l describir la "doble socialización" de las mu eres se#(n este modelo, Gecer$/c'midt fomenta su idealización a pesar de criticar la consi#uiente sobrecar#a que resulta de dic'o modelo. En este punto tanto Gecer$/c'midt como Hau# i#noran que "la muer que lo quiere todo" &familia y trabao renumerado) actualmente ya forma parte fia de la propa#anda. Dnos an*lisis de los discursos de pelí culas, novelas, propa#anda etc. de nuestro tiempo se#uramente mostraría que desde 'ace tiempo las mueres ya n o est*n representadas (nicamente como ama de casa y madre, o sea, que se 'a producido tambi!n un cambio en el orden simbólico. 5as dos autoras tampoco tienen en cuenta que el mercado no conoce sus límit es y que est* socavando desde los años F0 su propia base de existencia al inte#rar a las mueres cada vez m*s en la vida laboral y al liberarla de su papel tradicional, causado tambi!n por los procesos de automatización en el 'o#ar, por la contracepción etc. &v!ase, por eemplo Gec1Gec$Werns'eim, Garcelona 8). ero como la muer precisamente no puede ser una "cerda que da lec'e y lana y adem*s pone 'uevos", una parte de las actividades separadas se convierte en precaria con las correspondientes consecuencias para la socialización mercantil, cuestionando así su fondo "mudo". on el aumento del empeoramiento de la situación económica 'ay que temer que, para una creciente parte de la población, las relaciones entre los #!neros se encaminen en una dirección que conocemos de los #'ett os de EE.DD. o de los slums de los países del ada vez m*s son inte#radas en el mercado sin que ten#an por ello una posibilidad de ase#urar su propia existencia. >rían a sus 'ios c on la ayuda de parientes femeninos o de vecinas. 5os 'ombres vienen y se van, pasan de empleo en empleo y de m uer en muer, las que muc'as veces a(n los mantienen &aunque tambi!n puede pasar al r ev!s), sin que el orden er*rquico entre los #!neros se 'aya superado &v!ase- /c'ultz , p. I ss.). % pesar de todos los espectaculares secuestros de 'ios por sus padres, el sentido de la responsabilidad de los 'ombres para con sus 'ios tiene una tendencia #eneralizada a disminuir. En los (ltimos años se 'an repetido las noticias de prensa sobre la creciente m orosidad de padres divorciados y padres de 'ios extramatrimoniales. >omo no existen movimientos sociales con exi#encias emancipadoras, tampoco se puede producir una verdadera superación de las tradicionales relaciones entre los #!n eros, y, por consi#uiente, tampoco de la división de funciones entre ellos. En su lu#ar, la escisión del valor se desli#a en cierta manera de los rí#idos vínculos institucionales de la m odernidad. En vez de lle#ar a una superación, se est* produciendo un creciente "embrutecimiento" del patriarcado. Este embrutecimiento se muestro tambi!n en el 'ec'o de qu e la tiera entre &pocos) ricos y &muc'os) pobres se abre cada vez m*s, y tambi!n entre las mueres, lo que conlleva que nos encontramos 'oy ante formas de "individualización de luo" y formas de "individualización de miseria". 5as variantes de luo se pueden ver en las mueres pr ofesionalmente bien situadas, que 'an conse#uido 'acer carrera en el sector del high-tech o de los mercados financieros, aunque se si#ue prefiriendo a los 'ombres que no tienen responsabilidad de reproducción y que, por tanto, son m*s flexibles &v!aseic'teric' 8, p. ). :tro indicio de ello es la contratación de mueres inmi#rantes mal pa#ados por parte de las mueres privile#iadas &y empeñadas en su carrera) para que !stas las liberen de las actividades de reproducción. ¡N inguna vaca para illar"$
ara finalizar quiero abordar a(n diversas visiones de subsistencia o de "trabao propio" que se cotizan en la discusión feminista como posibles soluciones para los actuales fenómenos de crisis de la sociedad del trabao. El concepto m*s conocido en nuestro país lo constituye se#uramente el proyecto de subsistencia de 6aria 6ies, 2erona Genn'oldt$ <'omson y otras. 5a (ltima publicación de sus principios lleva el título si#ni ficativo "Una vaca para H ill ary. La per s pectiva d e l a subsistencia" , proponiendo a Hillary >linton, muer con !xito profesional y esposa de p residente, ustamente esta perspectiva &Genn'oldt$<'omson16ies ). >on la concentración en la a#ricultura de pequeños campesinos, esta concepción rec'aza de forma #lobal cualquier 6
producción industrial o desarrollo de alta tecnolo#ía. 3a que $se#(n 6ies y compañía$ son la causa de la opresión de la muer, la naturaleza y los otros "pueblos". Estas ideas se cotizan entre muc'a #ente como el m*s radical "concepto de salida" del mercado y del Estado. % mi entender, sin nin#una ustificación, puesto que $deando del lado la muy problem*tica y no diferenciada 'ostilidad 'acia la tecnolo#ía$ en la "perspectiva de la subsistencia" no se trata para nada de una salida de la racionalidad del mercado, sino simplemente de la instalación o del refuerzo de mercados locales interiores. or tanto, este proyecto tampoco se plantea sacudir l os fundamentos de la cate#oría del trabao y del valor &económico) que caracteriza de modo esencial el patriar cado productor de mercancías. 3 naturalmente tampoco la forma b*sica trascendente de la escisión del valor. 5a división de la vida y de la r eproducción social en trabao abstracto y actividades femeninas de reproducción no se cuestiona 'asta las (ltimas consecuencias, m*s bien se int enta introducir la producción de subsistencia "femenina" como el centro social. En su pretendida oposición al conunto de los mercados mundiales, la muer$ama de casa$artesana$comerciante, dedicada a c'apuzas de subsistencia, #ana así una valoración positiva &2!ase- Genn'oldt$ <'omson16ies , p. R0 ss.). =e este proyecto difieren las propuestas de >arola 6Sller que se mencionan tambi!n a menudo en el debate feminista. 6Sller defiende una "economía orientada 'acia el municipio", n o 'acia el mercado actual y sus leyes &ver- 6Sller 8). Estas propuestas se basan en el concepto del "trabao propio" con la meta de un autoabastecimiento en un marco local. =e esta manera se pretende confi#urar el "trabao #lobal" de otro modo. En 6Sller tampoco encontramos una crítica de la misma cate#oría del trabao. Ella se refiere a los an*lisis de Jri##a Hau#, pero saca de ellos otras consecuencias y quiere lle#ar a una superación de la "división del trabao" se#(n #!neros, intentando nuevamente $ella tambi!n$ superar la escisión del valor dentro del mar#en de la mi sma escisión del valor, puesto que no dispone de un concepto adecuado y por falta de una crítica cate#orial. or esta razón, las actividades de reproducción que 'asta 'oy día l levan una connotación "femenina", $se#(n 6Sller$ tambi!n "pueden" ser consideradas como trabao. =a la sensación de que el mundo entero debería convertirse en cierto modo en un conunto de casas locales de trabao. 5a total in#enuidad de este planteamiento se mu estra cuando 6Sller pretende que este conunto de autoabastecimiento paradóicamente se vea caracterizado por el "cambio usto", de ser posible sin dinero- KEl cambio de "rendimiento por dinero" ser* minimizado, se preferir* el cambio "rendimiento por rendimiento", siendo el tiempo la medida para el cambio. /e cambiar* una 'ora de trabao de una persona por una 'ora de otra personaO &6Sller 8, p. 8I s.). Esto son fantasías bur#uesas del cambio usto del si#lo B?B que reclaman sin perdón la compensación directa del rendimiento de unidades de trabao. ienso que lo m*s problem*tico en 6ies, 6Sller, etc., es su actitud no reflexionada de lo " small is beautiful ". 4iveles y contextos que sobrepasan lo local quedan absolutamente mar#inados o bien aparecen en el an*lisis ne#ativo de la formación de sociedad lobal). arola 6Sller) y que desplie#an una propa#anda bastante parecida a la de los nazis que veían en los intereses &r!ditos) la raíz de todos los males &/ilvio Wesell). 5o mismo puede afirmarse de los dem*s ideolo#emas del "trabao propio", como por eemplo del concepto del "4e@$or" de Jrit'of Ger#mann que prev! la existencia simult*nea de trabao asalariado y "trabao" informal. En este concepto firmarían como "trabao productivo" 'asta las actividades individuales creativas libremente ele#idas. 5as dos posiciones 'an tenido t ambi!n bastante repercusión en el discurso feminista. uesto que 'oy predomina la tendencia al Xust$in$tim eX, que todo es or#anizado de forma "racional" &en el sentido de las limitaciones empresariales) y que el tr abao renumerado $que en el desarrollo de la modernidad 'a sido en primer l u#ar lo esencial para la creación de la identidad sobre todo de los varones$ se est* convirtiendo a nivel #lobal cada vez m*s en al#o 7
escaso, se ve que pr*cticamente todas las posibles acti vidades deben ser declaradas de modo inflacionario como "trabao" &y eso no sólo en círculos de la oposición). >omo si de esta manera se p udiese exorcizar la crisis imparable del trabao. Eso pasa tambi!n respecto a las actividades "femeninas" de la reproducción, incluso cuando ya existe la consciencia de que estas actividades obedecen a otra ló#ica que la d e la abstracción del "trabao". 3 el movimiento feminista 'a contribuido tambi!n con su óbolo al 'ec'o de que el moderno et'os internalizado del trabao abstracto no quiera perecer y que necesite, por ello, m*s y m*s pasto. A pesar
de todo: E l sector terciario no es "a de entrada un #ámbito de sabandijas#
/ería cínico denunciar cada acción que, a pesar de la desolidarización #eneralizada y a pesar de la ausencia de un amplio movimiento social, intente 'acer al#o contra la actual situación de decadencia como exclusivamente afirmativo para el sistema. ada una y cada uno recibe el mi smo &escaso) salario. 4o 'ay efes &ver- K4ull$omma$nixO, R1, p. A ss.). >oiniciados, entre otros, por este proyecto e interrelacionados con !l existen a(n otros #rupos y actividades de autoayuda que van desde iniciativas de re'abilitación de casas &an ti#uamente) oupadas 'asta acciones de apoyo para solicitantes de asilo amparados i#lesias. 5o que encuentro muy positivo en estos #rupos es que todas las actividades $tambi!n cocinar, la educación de los niños etc.$ est*n consideradas i#ual de importantes, es decir, tambi!n las actividades de reproducción, normalmente adudicadas a las mueres. ero este proyecto sufre t ambi!n el mismo problema de todos los dem*s- en cierta manera queda bao la f!rula ideoló#ica del concepto del trabao. : sea, el intento emancipatorio de una inte#ración no er*rquica de diferentes *mbitos queda subsumido bao la abstracción del "trabao". 5o importante, en cambio, sería un replanteamiento de la relación entre esfuerzo y ocio. uesto que $si lo interpreto bien$ el obetivo de la //6 es que se est! "'aciendo y currando" constantemente al#o, en el sentido de la ideolo#ía del trabao, a pesar de que se admita y se tome en cuenta que personas que 'an vivido durante muc'o tiempo en la calle, no son capaces de cumplir con una orna da de 8 'oras. 5a crítica de la ideolo#ía del trabao no impide, sin embar#o, r econocer en este proyecto un mínimo de planteamientos que posibiliten un aprendizae social con fines emancipatorios, aunque no fuera de la sociedad del trabao, pero sí al mar#en de ella. /i se toma en serio el dia#nóstico del embrutecimiento del patriarcado a muc'os niveles, que se mostrar* en el futuro a(n con m*s contundencia que 'asta a'ora en tendencias a la desmoralización y el desarrai#o social, entonces no podemos menos que constatar que necesitamos concepciones "peda#ó#icas" &aunque para nada en el sentido de un adiestramiento bur#u!s 'acia el rendimiento) para defendernos de estas tendencias. % lar#o plazo eso, no obstante, sólo es posible en el contexto de unos procesos compleos y amplios de transformación 'acia "otra sociedad" m*s all* del trabao. En este contexto encuentro remarcable que en el //6 se intente superar la erarquía entre asistentes sociales y asistidos, o sea, que se aspire a una disolución de la peda#o#ía como profesión, como *mbito separado. % pesar de lo cínico que resultaría insistir en una situación social como la actual exclusivamente en el obetivo abstracto de una "sociedad fundamentalmente otra", tampoco se puede renunciar a este obetivo si n o se quiere caer en la trampa de las relaciones dominantes. % mi parecer, la dificultad de estos proyectos est*, por tanto, en la cuestión de cómo evitar la caída en una falsa inmediatez, donde deberían mantener una distancia crítica 'acia su propio que'acer, una distancia que al final si#nifica la capacidad de superarse a sí m ismo. En otras palabras-
El an*lisis de diferentes concepciones feministas 'a dado como resultado que tanto en Jri##a Hau# como en la tesis de la "doble socialización" de 7e#ina Gecer$/c'midt, así como en las diversas ideas sobre el trabao de subsistencia y el "trabao propio", se encuentra una clara metafísica del trabao. Estos planteamientos intentan subsumir tambi!n las actividades "femeninas" de la reproducción del sector separado a las formas de actividades capitalistas. arece que las mueres quieren le#itimar de esta manera su existencia en la sociedad del trabao en vía de extin ción, sin determinar claramente la cualidad especial de estas actividad es en su ensamblae dial!ctico con el sector renumerado y sin someterlas 8
como tales a una crítica fundamental. ero no sólo en el discurso t eórico pueden encontrarse actualmente posiciones que 'acen de la n ecesidad de la "doble socialización" una virtud. on tales ideas se quedan en el camino tambi!n la relaación y el ocio, y n o "solamente" cara a los individuos, sino tam bi!n como punto de referencia para una crítica d e la sociedad que se opusiera a las existentes r elaciones sociales con su permanente persecución del rendimiento. 5o emancipatorio sería superar como tales los sectores separados de lo privado y lo p(blico conuntamente con sus correspondientes ló#icas separadas del tiempo. En esta perspectiva ya no se trata de fiar determinadas estructuras &de tiempo) y principios se#(n sectores. 5o importante sería (nicamente la orientación 'acia la necesidad sensorial1sensual y social de diferentes ló#icas de acción y 'a cia una relación adecuada entre esfuerzo y ocio en todos los *mbitos de la vida. Eso, sin embar#o, presupone la abolición de la m *xima empresarial del beneficio m*s all* de una mera orientación 'acia un capitalismo del Estado, pero eso si#nifica tambi!n, m*s all* del vieo marxismo del movimiento obrero. 9ustamente porque la quiebra total e ' istórica de este paradi#ma 'a dado malas cartas a una crítica radical del capitalismo desde el año 8, es preciso que se elabore una nueva formulación que d! un paso decisivo m*s y que pon#a en el centro de la crítica tanto la cate#oría del trabao como las formas de actividades separadas. El discurso feminista resulta poco (til para eso, mientras no se le ocurra rec'azar la orientación 'acia la "familia y el trabao" en toda su limitada variedad como una existencia forzada del sistema capitalista$patriarcal. Gien al contrario- a esta forma de existencia muc'as veces se le adudica un car*cter "pionero". En cierto modo se la considera como el modelo del futuro para toda la sociedad, tambi!n para los 'ombres. arece que un #ran n(mero de proyectos feministas 'aya lle#ado al eslo#an del fetic'ismo del trabao- PJuera 'ol#azanasQ En un acto de rara concordia, el feminismo parece 'aberse puesto de acuerdo con el vieo leitmotiv de la ?nternacional del socialismo de Estado, a pesar de que exista ya desde los años 80 una fuerte crítica al pensamiento abstracto$cultural y que se insista en las difer encias &culturales) entre las mueres y en las diferentes relaciones entre los #!neros. Eso, al parecer, no es v*lido respecto a la cate#oría abstracta del trabao. =es#raciadamente todavía no se 'a escrito un panfleto mordaz como- KEl derec'o a la pereza, Ptambi!n para las mueresQO En los años 0, a muc'a #ente le parece totalmente aceptable que $se#(n las teorías p ostmodernas$ la diferencia entre los #!neros, e incluso el mismo cuerpo, sean en primer lu#ar sólo unos "productos discursivos". 5a abstracción universal del "trabao", sin embar#o, debe mantener su car*cter a'istórico$ontoló#ico. >ontra su 'istorización y su relativización &cultural) se resiste incluso la mente postmoderna$deconstructivista que en otros casos ya 'a lle#ado a niveles totalmente absurdos de relativización. Existen posiciones deconstructivistas de ori#en etno$metodoló#ico que incluso lle#an a disparates como 'ablar del "trabao" de int eracción en la "PconstrucciónQ de los &dos) #!neros" &Wildemeister1etterer R). ero tampoco 'ay que pensar que todas las investi#adoras del #!nero, que se definen como feministas de izquierda, persi#an (nicamente una perspectiva del trabao y del celo, aunque pr*cticamente todas quieran salvar de al#una manera al "trabao". ?n#rid +urz$/c'erf defiende, por eemplo, a semeanza de Jri##a Hau#, una reducción de la ornada laboral que debería incorporar al mismo tiempo el "derec'o al trabao", pero tambi!n $y aquí se distancia de Hau#$ "el derec'o a no trabaar". Dna crítica radical de la sociedad del trabao y de su int ernalización no tiene lu#ar en estos proyectos que no van m*s all* de una perspectiva feminista$sindical. 3 eso en un tiempo en que la política sindical a favor de una reducción de la ornada laboral pr*cticamente 'a desaparecido del mapa. +urz$/c'erf se entre#a incluso a la paradoa de una Ksociedad del trabao liberada en la que 'an desaparecido el dominio y la opresiónO &+urz$/c'erf , p. A). En este contexto, ella sueña con la mala utopía de una "unificación de las posibilidades de trabao y de vida d e 'ombres y mueres", con la "compatibilidad de formas elementales de vida" & y da como (nico eemplo- familia y trabao), y con la ampliación y meora de las posibilidades de participación de la #ente en la política, cultura y otros *mbit os" &+urz$/c'erf , p. F0 s.). Mueda por remarcar que +urz$/c'erf extiende tambi!n el concepto del trabao a las actividades femeninas de reproducción. =e un reduccionismo similar es la ar#umentación de %nneliese Graun que abre $al contrario que el pro#rama de 6ies, Genn'oldt$<'omsen y otras$ la viea oposición entr e el "imperio de la libertad" y el "imperio de la necesidad", una oposición que tiene desde siempre la ontolo#ía del trabao como fun damento. En este contexto, Graun reclama tambi!n "espacios de libertad" para las mueres &Graun 8, p. ss.). 3 todo eso ocurre otra vez en el contexto problem*tico de 9
un proyecto de la economía de subsistencia &v!ase Graun 8). 6i crítica no apunta de nin#una manera a buscar con la sutileza de un detective en todos los textos la palabra &no tan inocente) "trabao" para l ue#o mac'acarlos. Gien al contrario. ienso que es importante mostrar como planteamientos que en principio no se q uieren someter a la presión real de la m*xima capitalista del trabao, quedan pendientes de !l y ponen en entredic'o así su propia intención emancipadora. En total 'ay que insistir en la necesidad de buscar ur#entemente una alternativa m*s all* de la forma de la escisión del valor y, por consi#uiente, m*s all* de la sociedad del trabao1"trabao" dom!stico. Hace falta un movimiento social que contrarreste la ideolo#ía dominante del rendimiento y que desarrolle un ima#inario de la "buena vida". 6ientras no exista tal movimiento, por lo menos la reflexión crítica &aparte de al#unos proyectos pr*cticos, necesariamente limitados) nos da la posibilidad de ir m*s all* de la situación existente de la sociedad del doble trabao forzadoC una posibilidad que el feminismo acad!mico con su fiación en il usorias perspectivas inmanentes al sistema des#raciadamente est* perdiendo. Bibliografía Gec, Dlric'1Gec$Werns'eim, Elisabet' &8)- El normal caos del amor, Garcelona, Edit. El 7oure Gecer$/c'midt, 7e#ina &8)- =ie doppelte 2er#esellsc'aftun# $ die doppelte DnterdrUcun#- Gesonder'eiten der Jrauenforsc'un# in den /ozial@issensc'aften. En- Dnterirc'ner, 5ilo1a#ner, ?na &Ed.)- =ie andere HTlfte der Wesellsc'aft.Zsterreic'isc'er /oziolo#enta#, 2ienna Gecer$/c'midt, 7e#ina &A)- 2on 9un#en, die eine 6Tdc'en und von 6Tdc'en, die #erne 9un#en sein @ollten. Wesc'lec'tsspezifisc'e Dm@e#e auf der /uc'e nac' ?dentitTt. En- Gecer$/c'midt, 7e#ina1+napp, Wudrun$%xeli &Ed.)- =as Wesc'lec't in den /ozial@issensc'aften, Jranfurt16ain Gecer$/c'midt, 7e#ina1=Sllin#, ?rene &)- Wesc'lec'terver'Tltnis und Jrauenpoliti. En- 4e#t, :sar &Ed.)- =ie z@eite Wesellsc'aftsreform. R lTdoyers, WSttin#en Genn'oldt$<'omsen, 2eronia16ies, 6aria &)- Eine +u' fUr Hillary. =ie /ubsistenzperspetive, 6unic' Graun, %nneliese &8)- [berlebensstrate#ien z@isc'en GarfuVSonomie und Jrauenemanzipation. En- =as %r#ument. \eitsc'rift fUr 'ilosop'ie und /ozial@issensc'aften n] RRF. >'odoro@, 4ancy &8A)- =as Erbe der 6Utter. syc'oanalyse und /oziolo#ie der Wesc'lec'ter, 6unic' Wildemeister, 7e#ine1etterer, %n#elia &R)- ie Wesc'lec'ter #emac't @erden. =ie soziale +onstrution von \@ei#esc'lec'tlic'eit und i're 7eifizierun# in der Jrauenforsc'un#. En- +napp, Wudrun$%xeli1etterer, %n#elia &Ed.)- 'ristine1+opp$=e#et'of, Heidi17ammin#, Dlrie &Ed.)- ider das sc'lic'te 2er#essen. =er deutsc'$deutsc'e Eini#un#sprozeV- Jrauen im =ialo#, Gerlin Hau#, Jri##a &0)- once, erner &Ed.)- /ozial#esc'ic'te der Jamilie in der 4euzeit Europas, /tutt#art Heintz, Gettina1Hone##er, >laudia &8)- \um /trutur@andel @eiblic'er iderstandsformen im . 9a'r'undert. En- Heitz, Gettina1Hone##er, >laudia &Ed.)- 5isten der :'nmac't. \ur /ozial#esc'ic'te @eiblic'er iderstandsformen, Jranfurt16. +napp, Wudrun$%xeli &8)- ostmoderne <'eorie oder <'eorie der ostmodernN %nmerun#en aus feministisc'er /ic't. En- +napp, Wudrun$%xeli &Ed.)- +ursorreturen. Jeminismus z@isc'en +ritisc'er <'eorie und ostmoderne, Jranfurt16. +urz$/c'erf, ?n#rid &)- Es #ibt nur z@ei Jrei'eiten $ lTdoyer fUr eine onsequente oliti der %rbeitszeitverUrzun#. En- 4e#t, :sar &Ed.)- =ie z@eite Wesellsc'aftsreform. R lTdoyers, WSttin#en 6Sller, >arola &8)- =ie #esellsc'aftlic'e Wesamtarbeit neu#estalten. En- =as %r#ument. \eitsc'rift fUr 'ilosop'ie und /ozial@issensc 'aften, n] RRF /c'olz, 7os@it'a &A)- =ie 6etamorp'osen des teutonisc'en 3uppie. o'lstands$c'auvinismus, 0er$9a're$5ine und asinoapitalistisc'er %ntisemitismus. En- +risis. beitrT#e zur riti der @aren#esellsc'aft, n] F1 /c'ultz, ?rm#ard &)- =er erre#ende 6yt'os vom Weld. =ie neue 2erbindun# von \eit Weld und Wesc'lec't im Zolo#iezeitalter, Jranfurt16. /tolz$illi#, Gri#itte12eil, 6ec't'il d &Ed.) &)- Es rettet uns ein 'S'Xres esen ... Jeministisc'e erspetiven der %rbeits#esellsc'aft , Hambur# eiss, Jlorence &A)- \ur +ulturspezifi der Wesc'lec'terdifferenz und des Wesc'lec'ter$ ver'Tltnisses. =ie ?atmul in apua 4eu#uinea. En- Gecer$ /c'midt, 7e#ina1+napp, Wudrun$%xeli &Ed.)- =as Wesc'lec'terver'Tltnis als We#enstand der /ozial$ @issensc'aften, Jranfurt16. ic'teric', >'rista &8)- =ie #lobalisierte Jrau. Geric'te aus der \uunft der Dn#leic''eit, 7einbe Este artículo se publicó con el título "Die Müßiggängerinnen schiebt beiseite! Zum Verhältnis von Geschlecht und rbeit im eminismus" en #obert $ur%& Ernst 'oho((& )orbert *ren+le ,Eds-. eierabend! El( ttac+en gegen die rbeit ,/01e acabó! 2nce ata3ues contra el traba4o-.- 5amburg $on+ret 'iteratur Verlag& 6777
&^) /c'olz entiende por este concepto la exclusión de las actividades "femeninas" del proceso de valorización capitalista. T rad ucción:
E l Kok etivo, Bar cel ona, abr il 2000 E -mail : kok etivo + @ sindominio.net
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