FUERA DEL UNIVERSO EFECTO El espectador mezcla repetidas veces la baraja, en distintas formas. Se reparten las cartas en tres paquetes. El mago adivina cuántas cartas rojas y negras contiene el paquete central y muestra que en los otros dos paquetes el espectador ha separado los colores sin saberlo
TECNICA Este juego se debe a la mente del mago americano Harry Lorayne. Veamos cómo funciona. Baraja preparada y separada por colores. Mezcla en falso (cualquiera de ellas) Mezcla americana en mesa
DESARROLLO (Literal del libro CARTOMAGIA CARTOMAGIA FUNDAMENTAL FUNDAMENTAL – V.Canuto) Antes de empezar, desconocido por los espectadores, espectadores, separa los colores de una baraja francesa, las cartas con palos de color rojo encima y las cartas de palos de color negro debajo. Dirígele a un espectador que hayas elegido como ayudante en estos términos: "¿Sabes jugar al Bridge? ¿No? Buena, no importa. Es suficiente que sepas que en el Bridge las cartas se reparten en cuatro manos de trece cartas cada una. Coge esta baraja mezclada y reparte cuatro manos de Bridge" Tú deberás realizar, previamente, una falsa mezcla que mantenga los colores separados. La más asequible de todas ellas es mezclar por arrastre en grupitos hasta que estés cerca de la mitad de la baraja, a partir de ahí ve pelando cartas una a una, hasta que calcules que han pasado más de la mitad de las cartas y termina la mezcla pelando paquetitos hasta el final. Los colores no se habrán mezclado, sólo habrán intercambiado sus posiciones, el rojo, que estaba encima, ahora estará en la parte inferior. Con la baraja en tus manos, reparte las cuatro primeras cartas, depositándolas en las esquinas de un cuadrado imaginario, continúa diciendo: "Tienes que dar las cartas de una en una, pero contó tú quieras, en diagonal, de izquierda a derecha, de delante atrás, como prefieras. Una vez puedes ir de derecha a izquierda y otra al revés, etc. Esto es sólo una forma poco corriente de mezclar las cartas, pero has de reconocer que se mezclan muy bien". Tú realizas las maniobras a modo de demostración. Reparte unas cuantas cartas más, al azar, como acabas de explicar. Recoge todas las cartas que has distribuido, colócalas sobre el juego y entrégalo al espectador para que reparta en la forma descrita toda la baraja. Si alguno de los cuatro paquetes que el espectador forma tiene una o dos cartas más no tiene mucha importancia; pero debe dar de una en una las cuatro manos, para que, al final, cada mano esté compuesta: la mitad de cartas rojas y la otra mitad de cartas negras. Compruébalo haciendo estas maniobras con tu baraja. Pide a un espectador que te señale dos de los montones. Tómalos y mézclalos uno con otro, una sola vez, en mezcla por hojeo (a la americana), de la forma más regular posible. Si algún espectador sabe hacer bien esta mezcla, invítale a que la realice. Di: "Estas cartas están mezcladas a fondo, nos quedan estas otras dos mitades..." Baraja las otras dos mitades entre sí, también a la americana, Y por último, recoge los dos
paquetes de veintiséis cartas cada uno y mézclalos a la americana, reconstruyendo la totalidad del mazo. Nadie tendrá la menor duda de que las cartas están supermezcladas. Devuelve la baraja a un espectador. Dile que vaya repartiendo cartas de una en una en una pila, tú le indicarás cuando debe pararse. Mientras él da cartas, tú las cuentas (mentalmente) hasta que haya repartido dieciséis cartas. Párale y dile que comience a repartir en una segunda pila, al lado de la primera. Esta vez déjale repartir veinte cartas. Por último, mándale colocar las cartas restantes al lado de los otros dos montones, en un bloque. El espectador tiene tres paquetes delante de él. Los paquetes de los extremos, de dieciséis cartas cada uno, están compuestos: uno, solamente de cartas rojas; y el otro, de cartas negras. El paquete central, de veinte cartas, tiene diez cartas rojas y otras diez negras. Esto ocurrirá siempre si las mezclas han estado bien hechas, ¡parece imposible! Vamos a sacarle partido a esta situación. Toma el paquete central, mézclalo mientras comentas: "Si yo ahora dijera que este paquete tiene veinte cartas, esto no sería muy extraordinario, podrías pensar que las he contado mientras hacías los paquetes. Pero si yo te dijera que hay diez cartas rojas y diez cartas negras, esto estaría mejor, ¿verdad? Pues compruébalo porque es así". El espectador cuenta las cartas de este paquete y confirma tus aseveraciones. Marca un tiempo de pausa que permita a los espectadores registrar el efecto. Después toma las dos pilas, una en cada mano, diciendo: "No ha estado mal, pero si te enseño que después de todas estas mezclas has separado las cartas rojas de la negras sería un milagro, ¿no?" Finalizando la última frase, gira los paquetes cara arriba y extiéndelos en dos filas verticales... Saluda.