Alumno: Eduardo Humberto Del Castillo Kusterman Código: 10150030 Curso: Sociología Política E.A.P: Sociología Profesor: Jaime Ríos Burga
Análisis de Lectura Sociología Política--- Robert E. Dowse y John A. Hughes.
Capitulo 7 Cultura y Política Estas ideas culturales se asocian a modelos particulares de comportamiento social de modo que, por ejemplo los clubs de golf o, para poner un ejemplo más evidente, las comunidades hippies desarrollan un lenguaje semiprivado, una vestimenta distintiva y quizás un código moral propio. Tales subculturas tienen significación política porque pueden operar en dirección contraria a la cultura nacional en desarrollo, de modo que no exista la estabilidad considerada normalmente como consecuencia de una cultura común e interiorizada. Para un individuo, la cultura da sentido a las acciones y objetos de la vida social. La cultura política es el producto de la historia del sistema político y de los miembros individuales de l sistema, y, por ello, está asentada en los acontecimientos públicos y en la experiencia privada. Por ejemplo , al estudiar los orígenes de una sociedad política a través de las ideas comprendidas en el enfoque de la cultura política es preciso considerar el desarrollo histórico de la sociedad en conjunto y la experiencia vital de los individuos que, en ultimo termino, personificación la cultura de la sociedad. Aquí, algunos autores elaboran una serie de tipos de cultura política, son los siguientes:
1) La cultura localista: En ella, las orientaciones del ciudadano hacia los objetos políticos son extremadamente débiles, y no se pone en relación de manera positiva con las instituciones políticas y nacionales. 2) La cultura de súbdito: En ella el ciudadano es muy consciente del sistema político y sus productos, que pueden gustarle o no. 3) La cultura de participante: En ella el ciudadano es muy consciente de los objetos políticos, y posiblemente participa intensamente en ellos, y se h alla orientado hacia su rol políticamente activo. *Tres culturas mixtas: 1) Localista-de súbdito: En ella el ciudadano sale de los lazos políticos puramente locales de la cultura localista y empieza a prestar su adhesión a instituciones gubernamentales mas especializadas.
2) Cultura de súbdito-participante: En ella los ciudadanos se dividen en un conjunto relativamente importante de personas políticamente conscientes y activas, y el resto, que son relativamente pasivas. 3) Cultura de localista-de participante: En ella las instituciones input (políticas) tienen un carácter relativamente local-asociaciones de tribu o casta- mientras que las instituciones output (administrativas) nacionales están bastante desarrolladas.
Basado en lo anterior, se infiere que una cultura política no tiene porque ser necesariamente homogénea, sino que puede ser heterogénea de acuerdo con los dimensiones anteriormente mencionadas, con predominio de una u otra. Con respecto a las subculturas, estas pueden tener una enorme significación: incluso puede ocurrir que la cultura política oficialmente dominante sea de hecho la subcultura una minoría modernizadora. Los autores Almond y Verba llaman cultura cívica a su última categoría mixta de cultura política, que comprende la noción de participación de estructura generalmente considerados como legitimas. La estrategia general de este enfoque consiste en poner en relación las combinaciones de las orientaciones psicológicas y el comportamiento de hecho con los rasgos estructurales de la sociedad. Se descubrió que el sentido de la competencia política estaba estrechamente relacionado con la actividad política y con un contacto con las comunicaciones políticas a través de la radio, la TV, los medios informativos y las discusiones personales. Así pues, existe una congruencia entre las experiencias con autoridad en el hogar en el hogar, la escuela y el trabajo, experiencias que están relacionadas con el status socioeconómico y también con un sentido de la eficacia personal. La cultura politca en la democracia: En el lenguaje de análisis de la cultura política, la principal característica del gobierno democrático se encuentra en que consigue “un equilibrio adecuado entre el poder gubernamental y la sensibilidad del gobierno a los deseos y aspiraciones de los ciudadanos”. Tras la idea de cultura política se halla el supuesto implícito, y a veces explicito, de que las sociedades necesitan para su estabilidad de un consenso sobre valores y normas. Al tratar el problema de la relación entre las ideas culturales y la democracia, Eckstein centra su atención en un conjunto limitado de orientaciones, las que se atención en un conjunto más limitado de orientaciones. Emplea el término de “autoridad” para referirse a las relaciones de superioridad y la subordinación entre individuos en las organizaciones y grupos sociales. Los modelos de autoridad social son congruentes si el parecido con el modelo gubernamental aumenta a medida que disminuye la distancia con respecto al gobierno. Hay un importante elemento cultural en la teoría de Eckstein que gira en torno al empleo de conceptos de “anomia” y “tensión”. La anomia hace referencia a una ruptura total de las directrices normativas que dirigen o limitan el comportamiento; y la tensión, por otra parte, hace referencia a las expectativas ambivalentes que surgen de normas diferentes o incluso contrarias.
Capitulo 8: Ideología política y opinión publica.
Ideologia Politica: La idea de la ideología como fuente potencial de influencia sobre el comportamiento político del sujeto es inseparable de su función de aislamiento del sujeto de las fuentes de critica y de las perspectivas intelectuales alternativas sobre la sociedad y los problemas sociales. La ideología política especifica también con mas o menos detalle el estado final deseable y los métodos para conseguirlo. Freud, por ejemplo, defendía que las ideologías eran ficciones mentales elaboradas que protegían la personalidad individual: eran una forma de racionalización personal. La ideología proporcionaba así a los hombres la esperanza de controlar su destino, una esperanza que les negaba credos y filosofías políticas más convencionales. Según la perspectiva marxista, la estructura social cambia, en términos generales, con independencia de la ideología, mientras la ideología burguesa, continua siendo la misma. Las ideologías, están para Marx, históricamente enraizadas y pueden , por consiguiente, perder su vigencia; no obstante, la ideología burguesa, aunque carezca de vigencia en términos del desarrollo técnico de las fuerzas de producción (simplificando, de la economía), se presenta como si estuviera una validez independiente de los intereses de una clase determinada. El marxismo es una síntesis fundamentada, no solo en cuanto a teoría y movimiento, sino también en cuanto estimación intuitivita de la psicología social y política de diversas clases. Las ideologías y zonas de desarrollo: La naturaleza precisa de los cambios estructurales e instituciones en las zonas en desarrollo, los cambios inciden inevitablemente en los valores tradicionales y en las estructuras normativas de esta sociedad. También se considera que una ideología tiene una función solidaria en las zonas en desarrollo, donde parece que se utilizas para fomentar un sentido de nacionalidad y comunidad nacional en una población muy variada. La vertiente económica de la ideología hace también hincapié en la necesidad imperativa de un rápido desarrollo, y este elemento refuerza la necesidad de un cambio económico dirigido. Ninguna ideología se establece en una forma puramente predictiva, de manera que sus resultados políticos no pueden deducirse de modo preciso y, por ello, el ideólogo en el poder siempre dispone de campo para la argumentación, la maniobra, la interpretación. El ideólogo en el poder ha de ser un político, ya que tiene que contemporizar con poderosos intereses creados y enfrentarse con problemas cotidianos que no conciernen al ideólogo fuera del poder. La ideología política en las sociedad industrales: La id eología se ocupa en ellas en la comprensión, dirección y fomento de los cambios, haciendo así de puente entre lo viejo y lo nuevo. Las sociedades desarrolladas, en resumen, fomentan el desarrollo de la ciencia social, ofrecen condiciones adversas para las ideologías.
Existe también otra dimensión, mas problemática, que se refiere a asi aquellos que proclaman, en nombre de la objetividad científica, el fin de las ideologías, son ellos mismos ideólogos. La conclusión mas importante de este tipo de critica es que la misma escuela del fin-de-lasideologías es ideológica y que sus miembros “no escriben como sociólogos o especialistas en ciencias sociales, sino como periodistas y como una cábala ideológica antiautoritaria”. Asi se puede afirmara, que las tesis de la decadencia de las ideologías es extremadamente difícil, si no imposible, de comprobar hasta que no se pueda demostrar de forma alguna que el conflicto intenso es casi siempre consecuencia de una creciente conciencia ideológica y que ambas cosas casi siempre asociadas con frustraciones estructurales. La concepción de la compulsión de la ideología , según Converse: Para Converse , una ideología política es un sistema de creencias de elevada compulsión e interdependencia , que proporciona un carácter central a los objetos políticos y cubre un amplio campo social, moral , político y filosófico. Esto significa que la capacidad de desarrollar, retener y sostener sistemas ideológicos de creencias supone la capacidad para discernir conexiones lógicas entre las ideas. Una consecuencia de la definición extremadamente rigurosa que da Converse es que solo una reducida minoría son verdaderos sujetos con capacidad ideológica, que una minoría más amplia se acerca a esta condición y que la mayoría sostiene sus creencias de forma mucho menos estructurada, y esas creencias tienen consecuencias en el comportamiento mucho menos previsibles que las del sujeto con capacidad ideológica. La opinión publica: Una opinión se puede concebir como una respuesta verbal pronunciada por una persona ante una cuestión particular, o sostenida por ella acerca de un suceso, persona u objeto determinados. La opinión publica se considera a menudo como una especie de agregado de opiniones de toda la población nacional, como en la formula “la opinión pública británica pide el mantenimiento de la pena de muerte”; Gobierno y opinión publica: El aumento de la información y la discusión, dirigido a influir en la opinión publica, puede muy bien aumentar la intensidad de las diferencias de opinión. La facilidad con que se podía controlar la opinión se verá incrementada si controlase también el sistema educativo y el contenido de la educación, de modo que los mensajes de los medios de comunicación fuesen congruentes con los difundidos a través de las escuelas. Un efecto importante de la aceptación de las opiniones del partido que uno apoya es que esta aceptación provoca un agrupamiento de opiniones, de forma que las opiniones de una persona se escalonan; es decir, que , si sostiene una opinión, sostendrá probablemente otro íntimamente asociada a ella. En ninguna sociedad la autoridad política se contentara con considerarse como simple instrumento de respuesta, sino que, como se dijo antes, intentara también una actitud responsable tratando de adoptar decisiones políticas que sean coherentes. Se infiere, que los medios políticos disponen de medios organizados para intentar conformar la opinión política, aunque todo parece indicar que, por muchas razones, la gente es mucho menos influenciable de lo que se podría haber pensado.
Capitulo 9 : Participacion política Loa participación se ha considerado como un deber cívico, como un signo de salud política, como el mejor método para asegurarme de que los intereses privados no sean desdeñados y como una condición sine quan non de la democracia.
Según McClosky , la define como “aquellas actividades voluntarias mediante las cuales los miembros de una sociedad intervienen en la selección de los gobernantes y, directa o indirectamente, en la formación de la política gub ernamental”. Lane sintetiza los correlativos sociales de esta participación: Explicación económica en la participación política: Lane reduce el imperativo económico a un imperativo cultural y psicológico, en el cual el éxito económico esta cubierto con otros valores como el éxito mundano, la vanidad y el logro. La participación como satisfacción de las necesidades psicológicas: Algunos hombres necesitan ganar la aprobación de si mismos y los demás, y otros necesitan reducir tensiones internas que no son necesariamente políticas en su origen. Los hombres hombres participan en política, solo secundariamente por sus consecuencias distributivas: aunque la redistribución de la renta, el prestigio, la aprobación y el status pueden desempeñar un papel, el origen de la participación se encuentran en necesidades psicológicas personales.
Oportunidades y recursos de la participación política: No todos permanecen en la misma clase o con el mismo status toda la vida, sino que son móviles entre las diversas categorías de status y clases. Sin embargo, la participación política y su dirección – hacia la derecha o la izquierda- es mas problemática. En EE.UU , y en Gran Bretaña, tanto la movilidad ascendente como la descendente tienden a estar asociadas con el desarrollo de actitudes sociales y comportamiento electoral mas conservadores. La participación , a un nivel relativamente elevado en la jerarquía de participación se puede entender como reductora de tensiones (especialmente en los movimientos ideologicos), porque proporciona una oportunidad de cambiar o atacar las estructuras que producen la contradicción. La teoría económica básicamente una teoría del intercambio, que supone un actor calculador y racional. Un hombre actúa racionalmente cuando minimiza los costos necesarios para alcanzar cualquier fin deseado. El modelo de Dows resulta eficaz en relación con otros aspectos de la participación. Se deducir que, en circuscripciones marginales, es mas probable que la gente influya en el resultado de la elección, y esta expectativa esta confirmado en gran numero de elecciones locales en el Reino Unido. Se puede inferir que cuanto mas reñida cree la gente que va a ser la elección, es decir, cuanto mas estrechos sean los márgenes entre los partidos, es tanto mas probable que la participación sea elevada.
Los partidos políticos parecen responder al incremento del electorado rebaj ando los costos de la adquisición de información, aumentando su publicidad, personalizando la elección y establecimiento focos de atracción de carácter simbolico-ideologico. Los correlatos psicológicos de la participación política Todo indica , que los rasgos de la personalidad básica como la rigidez, el sentimiento de culpa, la intolerancia ante la ambigüedad, la depresión maniaca y la ansiedad manifiesta no están en correlación estrecha con la participación política. Además, la gente con un alto sentido del deber cívico tiende también a ser mas participante que aquellos que no los tienen, y es mas probable que los primeros sean de status socioeconómico superior a los segundos. La probabilidad de que los individuos con alta sociabilidad participaran en la vida publica es significativamente mas elevada, que entre quienes mostraban niveles bajos de sociabilidad. El contexto publico de la participación: Con respecto al sufragio universal, es plausible imaginar que, junto a los factores psicológicos y sociales ya discutidos, las estructuras de partido pueden influir en las tasas relativas concurrencia electoral, y de participación. Se podrá pensar que la polarización ideológica de los partidos debería influir en la participación, ya que aquellos que no apoyasen una ideológica tendrían normalmente un fuerte incentivo para votar por la otra. Una consideración que no debe olvidarse cuando se examina la participación política es la posibilidad de que una misma acción pueda tener repercusiones políticas en unas circunstancias y no tenerla otras. Esta consideración sugiere que la participación política es una categoría bastante arbitraria, y que las mismas actividades pueden ser calificadas como políticas en un caso, mientras que en otro entraran en otra categoría, como la económica o social.
Capitulo 10: El lugar de las elecciones en el proceso político Las elecciones y el proceso político: Las elecciones representan un mecanismo social, entre otros, para sumar preferencias de un tipo particular. Una ele cción es, por tanto, un procedimiento reconocido por las reglas de una organización voluntaria o de cualquier otro tipo, en la que todos o algunos de los miembros eligen un número más reducido de personas que desempeñen un cargo o cargos de autoridad en el seno de la organización. Se afirma que en un cierto número de naciones en desarrollo, donde la legitimidad esta poco desarrollada, la participación electoral puede arrastrar a los individuos a movilizarse y a participar más y ser más receptivos a la reglamentación de los asuntos públicos, con o sin competencia entre partidos. Las elecciones también pueden considerarse como un método entre otros a través del cual las acciones de los gobernantes pueden ser sometidas a la influencia de los gobernados. Las pruebas de que el nivel de conciencia política que tiene la gente es muy bajo, son casi abrumadoras. Por si mismo, este hecho no va en contra de la idea de que la gente, cuando permite que estas consideraciones influyan en ella, actúa de forma razonable, o incluso racional. En cualquier campaña electoral es enormemente difícil que la mayoría de la gente sepa lo que esta discutiendo y, lo que todavía es más importante, nadie sabe lo que deciden realmente unas elecciones generales. McKenzie ha argumentado que las elecciones son rituales de elección, que su carácter aglutinante se deriva de la participación del individuo como elector de un acto social que confiere autoridad legítima a la persona elegida. Los partidos de izquierda representan los intereses económicos o sociales d e los pobres, que reclaman mayor igualdad, trabajo mas satisfactorio y status mas elevado, mientras que los partidos de derecha representan el deseo de los privilegiados de continuar siéndolo. Este hecho es una posible fuente de conflicto y, por supuesto históricamente ha sido una causa muy corriente de lucha civil. Según Parkin, en lo que respecta a los países con tradición de gobierno socialista, el efecto de ese gobierno ha sido “ampliar la base social de reclutamiento a posiciones privilegiadas mas que igualar las retribuciones asignadas a las diferentes posiciones.” Elecciones y sistemas de partidos: El sistema proporcional, otorga importancia a la relación entre u n número determinado de votos y la elección de un número determinado representantes, mientras que el otro, el sistema de mayoría relativa, divide el país en distrito electorales, en cad a uno de los cuales se elige un solo miembro, el candidato que ha obtenido más votos. Se ha sostenido que esta división es la principal variable que influye en el número de partidos que hay en un país. Como señala Grumm, el juego electoral se convierte en un juego en el que las probabilidades están casi completamente determinadas. Por otra parte algun os partidos, debido a la distribución geográfica de sus votos y la consignación de los distritos, están casi permanentemente subrepresentados o superrepresentados. Se podría decir que las elecciones y el orden político es que, por si mismas, las elecciones tienen mu poca influencia directa sobre la política y las decisiones de gobierno.
Cabria resaltar que las elecciones ocupan un lugar central en el credo democrático, pero no es fácil justificar empíricamente este lugar central. Considerada la elección más ritualista, la elección puede servir como una forma moralmente valida de interacción social ; siempre que se pueda demostrar que la gente cree que es una parte integrante del credo democrático.