Calderón Monroy Milly Danahé HISTORIA MUNDIAL II
HISTORIA DEL SIGLO XX. CUARTO CAPÍTULO. La caída del liberalismo .
La política de Occidente previa a la Segunda Guerra Mundial, debe interpretarse como una guerra civil ideológica internacional. Una guerra internacional por que suscitó las mismas respuestas en la mayor parte de los países occidentales y una guerra civil porque en las sociedades se registró un enfrentamiento entre las fueras pro y antifascistas. !ue el ascenso de "itler el factor que convirtió esas divisiones civiles en una #nica guerra mundial, civil e internacional al mismo tiempo. $esde %&'% la guerra se consideraba inevitable, pues las potencias del ()e progresaban en sus conquistas. La debi debililida dad d de las las demo democr crac acia iass libe libera rale les, s, triu triunf nfan ante tess en la prim primer era a guer guerra ra,, y su incapacidad para resistir el avance de los enemigos, convirtió las políticas nacionales en un conflicto internacional. (l apoyo contra el fascismo tuvo un triple llamamiento* a la unión de todas las fueras políticas con un inter+s com#n en oponerse al avance del ()e, a una política real de asistencia y a unos gobiernos dispuestos a practicar esa política. nte el peligro alem-n, los comunistas consideraron la aliana con otros sectores en un !rente acional acional de todos los que pensaban que el fascismo fascismo era el peligro peligro principal, m-s all- de sus ideologías o creencias. La unión del centro y la iquierda estableció !rentes /opulares en !rancia y (spa0a, que consiguieron rec1aar la ofensiva de la derec1a. (stas victorias no entra0aron un aumento importante del apoyo político de las fueras antifascistas. $e 1ec1o, en la d+cada de %&'2 no 1abía signos de un giro electoral 1acia la iquie iquierda rda en los países países de la (uropa (uropa orient oriental al y surori surorient ental al donde donde se celebra celebraban ban elecciones. Los intelectuales y los artistas fueron los que se ad1irieron m-s f-cilmente al antifascismo. (l racismo nai se tradu)o en el +3odo en masa de intelectuales )udíos e iquierdistas, que se dispersaron por las onas del mundo donde 1abía tolerancia, ya que al principio la estrategia alemana no era el e3terminio, sino la e3pulsión sistem-tica de la población que consideraban 4invasora5. o obstante, lemania era un país estable y económicamente flor florec ecie ient nte, e, dota dotado do de un gobi gobier erno no popu popula larr, aunq aunque ue con con algun algunas as cara caract cter erís ístitica cass desagradables. La política contra el fascismo consistía en unir a todos los países contra los agresores, en no 1acerles concesiones y en disuadirles o derrotarles mediante la amenaa, o en su caso, la acción concertada. (l principal obst-culo era la división de intereses entre los países que compartían el temor al fascismo. Muc1os conservadores consideraban que la me)or solución sería una guerra germano6sovi+tica, que serviría para debilitar, y tal ve destruir, a los dos enemigos. !ue el temor a enfrentar a "itler en solitario lo que indu)o finalmente a Stalin a firmar en 7ibbentrop el pacto de agosto de %&'&, para concluir una aliana con Occidente contra lemania.
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La segunda guerra mundial puso en evidencia que cualquier aliana antifascista debía incluir a la U7SS. /ero una cosa era reconocer el peligro del ()e y otra 1acer algo para con)urarlo. La democracia liberal retrasó o impidió las decisiones políticas e 1io difícil adoptar medidas impopulares. (sto sirvió de prete3to para )ustificar la apatía de algunos gobiernos. /or e)emplo, en (stados Unidos, un presidente popular como 7oosevelt no pudo realiar su política antifascista contra la opinión contraria del electorado, y fue el episodio de /earl "arbor y la declaración de guerra de "itler lo que permitió a (stados Unidos entrar a la segunda guerra mundial. (l 1ec1o de que el fascismo significara la guerra era una buena raón para opon+rsele, pero la resistencia al fascismo no podía ser efica sin las armas. Los antifascistas no albergaban ninguna duda de que cuando llegara el momento no podrían 1acer otra cosa que luc1ar. /ara !rancia y Gran 8reta0a, demasiado d+biles para defender el orden establecido en %&%&, la política m-s lógica era negociar con lemania para alcanar una situación m-s estable en (uropa y para ello era necesario 1acer concesiones al creciente poderío alem-n. Lamentablemente, esa lemania renacida er a la de dolf "itler. o era difícil prever que una segunda guerra arruinaría la economía de 9nglaterra, aunque este era un precio que los socialistas, los comunistas, los movimientos de liberación colonial y 7oosevelt estaban dispuestos a pagar para derrotar al fascismo, sin embargo, el compromiso y las negociaciones eran imposibles con lemania porque los ob)etivos políticos del nacional socialismo eran irracionales e ilimitados. La ocupación alemana de :1ecoslovaquia en maro de %&'& fue el episodio que impulsó a Gran 8reta0a a resistir al fascismo, y +sta foró a su ve a !rancia, a la que no le quedó otra opción que solidariarse con su #nico aliado efectivo. :omo la guerra era evidente, lo #nico que proseguía era prepararse lo me)or posible para ella. o obstante, 1abía la duda acerca de si, en caso de que fuera imposible mantener el statu quo, no era me)or el fascismo que la solución alternativa* la revolución social y el bolc1evismo. :laro e)emplo, fue la situación de (spa0a, donde su política interna encarnaba las cuestiones políticas fundamentales de la +poca* la democracia y la revolución social por una parte, y la aliana de una contrarrevolución o reacción, inspirada en la 9glesia católica. Los liberales reemplaaron en el poder a los 8orbones mediante una revolución pacífica en %&'%, pero no pudieron contener la agitación social de los m-s pobres con reformas sociales efectivas. (n %&'' fueron sustituidos por conservadores cuya política de represión contribuyó a aumentar la presión revolucionaria. !ue cuando la iquierda espa0ola descubrió la fórmula frente populista de la :omintern. La idea de que todos los partidos formaran un frente #nico electoral contra la derec1a fue bien recibida por una iquierda que no sabía que rumbo seguir. (n febrero de %&'; el !rente /opular triunfó en las elecciones y consiguió una importante mayoría en las
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:ortes. !racasada la política ortodo3a de la derec1a, (spa0a retornó a la fórmula política del pronunciamiento o golpe militar. $e la misma forma que la iquierda espa0ola adoptó el 4frente populismo5, la derec1a se apro3imó a las potencias fascistas. Las condiciones para un pronunciamiento no se daban en (spa0a. (l golpe de los generales en )unio de %&'; triunfó en algunas ciudades y encontró gran resistencia en la población, por lo que se precipitó la revolución social en algunas onas que pretendían evitar una guerra civil entre la 7ep#blica y los generales insurgentes. Uno de ellos, !ranco, se convirtió en el líder de un nuevo r+gimen, que en el curso de la guerra se convirtió en un estado autoritario, con un partido #nico y un conglomerado de derec1as. :on la política de no intervención !rancia e 9nglaterra se negaron a responder a la intervención del ()e en (spa0a, abandonando así a la 7ep#blica. (sto reforó el prestigio de la U7SS, #nica potencia que ayudó a (spa0a. La guerra civil espa0ola, que se suscitó entre %&'; y %&'&, fue una versión en miniatura de una guerra europea en la que se enfrentaron un estado fascista y un comunista. (n el frente interno, la derec1a se movilió con muc1o m-s +3ito que la iquierda, que fue totalmente derrotada. Sin embargo, prefiguró la estrategia política de la segunda guerra mundial* la aliana de frentes nacionales de conservadores patriotas y revolucionarios sociales, unidos para derrotar al enemigo de la nación y conseguir la regeneración social. (n todos los países europeos que 1abían sido ocupados, se formó, despu+s de la victoria, el mismo tipo de gobierno de unidad nacional con participación de todas las fueras que se 1abían opuesto al fascismo, sin distinciones ideológicas. (sta unificación 1abría sido imposible de no suaviarse los conflictos entre los defensores y enemigos de la revolución de octubre. La guerra civil espa0ola lo 1io muc1o m-s f-cil.
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(sto e3plica el predominio de los comunistas en los movimientos de resistencia y el avance político que consiguieron durante la guerra, con e3cepción de lemania, donde los comunistas no se recuperaron al golpe sufrido en %&''. Los comunistas participaron en los movimientos de resistencia sólo porque la estructura del partido de vanguardia de Lenin 1abía sido creado para conseguir cuadros disciplinados para situaciones e3tremas como la ilegalidad, la represión y la guerra, y eran diferentes de los partidos socialistas de masas, que no podían actuar fuera de la legalidad que definía y determinaba sus acciones. Sin embargo, los comunistas no trataron de establecer regímenes revolucionarios. (l ob)etivo era la coe3istencia a largo plao, la simbiosis de los sistemas capitalista y comunista, de modo que los cambios sociales y políticos tendrían que surgir de las democracias de nuevo tipo que emergerían de coaliciones establecidas durante la guerra. >ale la pena destacar que las revoluciones comunistas que se llevaron a cabo en ?ugoslavia, lbania y :1ina, se realiaron contra la opinión de Stalin. (l socialismo quedó limitado a la U7SS y al territorio que se le asignara en las negociaciones, pero incluso dentro de esta ona, fue un vago proyecto de futuro m-s que un programa inmediato para la consecución de nuevas 4democracias populares5. (n los países donde se celebraron elecciones libres se produ)o un marcado giro a la iquierda@ este fue un fenómeno general en los países beligerantes de (uropa occidental. La situación es m-s difícil de evaluar en las onas de (uropa liberada por la revolución de la guerrilla o por el e)+rcito ro)o, ya que el genocidio, el desplaamiento en masa de la población y la e3pulsión o emigración forosa 1acen imposible la comparación de determinados países antes y despu+s de la guerra. o obstante, en todos estos países estaban a punto de iniciarse una era de profunda transformación social. La U7SS y (stados Unidos fueron los #nicos países en los que la guerra no entra0o un cambio social e institucional significativo. Sin embargo, en la mayor parte de sia, Africa y el mundo isl-mico, el fascismo como ideología o como política, no fue nunca el principal enemigo. (sta condición le correspondía al imperialismo, siendo las principales potencias imperialistas las democracias liberales* 9nglaterra, !rancia, /aíses 8a)os, 8+lgica y ((.UU. (l anti imperialismo y los movimientos de liberación colonial se inclinaron mayoritariamente 1acia la iquierda, pues la iquierda occidental 1abía desarrollado la teoría y las políticas antiimperialistas, adem-s, estos movimientos fueron apoyados por la iquierda internacional, y sobre todo por la U7SS. Sin embargo, sólo durante este periodo antifascista consiguieron los partidos comunistas apoyo e influencia en el mundo isl-mico. !ue muc1o despu+s cuando las voces seculares y moderniadoras quedaron silenciadas por la política de masas del fundamentalismo. (l escenario b+lico no europeo no brindó grandes triunfos políticos a los comunistas, salvo en :1ina y :orea, donde coincidieron el antifascismo y la liberación nacional social.
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(l principal atractivo del fascismo europeo, fue su condición de salvaguarda contra los movimientos obreros, el socialismo y el comunismo, lo que le deparó un importante apoyo en las clases adineradas conservadoras. La consecuencia final de doce a0os de dominio del nacional socialismo fue que e3tensas onas de (uropa quedaron a merced de los bolc1eviques. (l fascismo desapareció )unto con la crisis mundial que 1abía permitido que surgiera, porque nunca fue concebido como un programa o un proyecto político universal. (n cambio, el antifascismo, se cimentaba en los valores y aspiraciones compartidos de la 9lustración y de la era de las revoluciones* el progreso mediante la raón y la ciencia, la educación y el gobierno popular, el rec1ao a las desigualdades, y sociedades que miraban 1acia el futuro.
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BIBLIOGRAÍA.
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