PRINCIPIOS DE LA PSICOLOGÍA ADLERIANA A continuación se detallan los principales conceptos o principios básicos de la Psicología Individual.
Estilo de vida Toda conducta, según la Teoría Adleriana, tiene un propósito. La meta última de cada persona es la superioridad o perfección, pero cada individuo expresa esa lucha de manera distinta, desarrollando un patrón único de características, comportamientos y hábitos. Este patrón, es lo que se denomina Estilo de Vida (Schultz, 2002). El estilo de vida empieza como un proceso compensatorio, producto del esfuerzo por eliminar o, al menos, ocultar las debilidades físicas o psicológicas que p resenta la persona. A medida que el sujeto compensa compen sa su “inferioridad”, la personalidad muestra una ma yor consistencia (Cloninger y otros, 2003). Según Cloninger y otros (2003), “El concepto de Estilo de Vida, además de la meta, incluye los conceptos individuales acerca del sí mismo y del mundo y su manera única ún ica de esforzarse hacia la meta personal en ese mundo”. mundo ”. (p. 114). Schultz Schultz (2002), lo define como la “Estructura única de carácter o patrón de conductas y características personales mediante las cuales cada uno de nosotros se esfuerza por lograr la perfección”. (p. 127). Según Schultz (2002), Adler describió varios problemas un iversales y los agrupó en tres categorías: 1.- Problemas que implican nuestra conducta haci a los demás, 2.- Problemas ocupacionales y, 3.- Problemas amorosos. Propuso cuatro estilos básicos de vida para afrontar esos problemas: 1.- El tipo dominante, 2.- El tipo de logro, 3.- El tipo evasivo, y 4.- El tipo socialmente útil.
Sin embargo, no todos los estilos de vida son deseables. En ocasiones, las personas desarrollan en la edad temprana estrategias para afrontar sus problemas qu e a la larga muestran ser adaptativamente malas (Cloninger y otros, 2003). Adler definió los tres primeros tipos mencionados como Estilos de Vida Errados. El Primero de ellos, el tipo dominante, es aquel q ue, como su nombre lo indica, busca dominar a los demás. Pueden confrontar activamente los problemas de la vida de una manera egoísta, volverse delincuentes, tiranos o sádicos. (Cloninger y otros, 2003). El tipo de logro, que es el más común de todos, es aquel que espera recibir satisfacción de los demás y llega a depender de ellos (Schultz, 2002). Y por último, el tipo evasivo, es aquel que no hace intentos por enfrentar los problemas de la vida, pues al evadir las dificultades, la persona evita cualquier posibilidad de fracaso (Schultz, 2002). Así mismo, se define como Estilo Sano de Vida, al tipo socialmente útil, el cual es un estilo de vida adaptativo que se caracteriza por una conducta benéfica para con los demás (Cloninger y otros, 2003).
Teleología y Finalismo ficticio Como se mencionó anteriormente, una de las grandes diferencias entre la Psicología Adleriana respecto al psicoanálisis clásico, es su enfoque finalista o teleológico (Martorell, 2002). Para Freud, las cosas que ocurrieron en la primera infancia del individuo determinan lo que este es en el presente. Para Adler por otro lado, la motivación es una cuestión de movimiento hacia el futuro. En vez de ser motivado mecánicamente por el pasado, el ser humano es impulsado hacia sus metas, propósitos e ideales. A todo esto, se le llama teleología (Boeree, 2005). Un autor que influyó mucho en el pensamiento de Adler, fue el filósofo Hans Vaihinger, autor del libro The Philosophy of “As if”, obra en la que postula la tesis de que la verdad última está siempre más allá del sujeto y es para e ste inalcanzable, razón por la cual el hombre necesita crear verdades parciales con las c uales guiarse en la vida (Boeree, 2005). El estado actual de la persona está conducido por sus expectativas de perfección, las cuales a su vez están conformadas por creencias que son aceptadas “como sí” fuesen reales. Estas expectativas fueron llamadas Finalismo ficticio, por el hecho de que no son asequibles, pero operan como la expresión colectiva de las metas de toda la vida (Brennan, 1999). Un ejemplo que puede ser señalado, y que permite comprender mejor estos conceptos, es el hecho de que muchas personas se comportan “como sí” hubiera un cielo o un infierno en su futuro, lógicamente, podría haberlos, pero nadie puede saberlo con seguridad, por lo cual puede decirse que dicha postura es una ficción en el sentido adleriano.
Interés social Adler creía que la primera tarea a la que se enfrenta el ser humano en la vida es llevarse bien con los demás. Propuso el concepto de Interés Social, definiéndolo como el potencial innato del individuo para cooperar con otra gente a fin de lograr las metas personales y sociales. El término original usado en idioma alemán es Gemeinschaftsgefuhl, que puede traducirse como “sentimiento comunitario”, una capacidad con la que nace el individuo pero que puede perderse con el pasar del tiempo por la acción de los estilos de vida errados. (Schultz, 2002). Nadie puede desprenderse por completo de la sociedad, ya que el hombre es por definición un ser social, y requiere del apoyo de los demás para su existencia y realización. La primera persona con la que el niño entra en contacto, es decir, la madre, funge un papel sumamente importante en la vida del infante, ya que le enseña a este cooperación y empatía. Si un pequeño no recibe los cuidados necesarios de su progenitora esto podría generar en él una neurosis, llevándolo a desconfiar de la sociedad y a desarrollar estilos de vida errados (Schultz, 2002). En la Psicología Individual, se piensa que todo trastorno, como las neurosis, psicosis, criminalidad, alcoholismo, suicidio, perversiones y prostitución, por nombrar algunos, se deriva de una falta de interés social, por lo cual la terapia se basa, primero en la comprensión del estilo de vida del paciente, una vez que el terapeuta logra esto ha de facilitarle esta comprensión al individuo y por último apoyarlo para el cambio a un estilo de vida sano (Martorell, 2002). Un mal entendido muy común es la tendencia occidental a considerar al interés social propuesto por Adler como una forma de ser amigable para con los demás, brindándoles una sonrisa y un buen trato, sin embargo, aunque muchas personas muestran su interés o sentimiento social de esta manera, mucho otros también hacen esto con intereses egoístas, por lo que el concepto de interés social no se ha de entender como un comportamiento en particular, sino más bien, a un sentido más amplio de cuidado por el prójimo, por la familia, comunidad y humanidad en general (Boeree, 2005).
Inferioridad Aunque las personas son motivadas hacia la consecución de sus metas y expectativas, existe un algo que les frena en esta tarea. Según la Psicología adleriana esto sucede cuando hay falta de interés social. El complejo de inferioridad, desarrollado en la niñez, hace que el individuo se centre en sí mismo, impidiéndole así desarrollar o mantener el interés social necesario para su realización personal (Schultz, 2002). Existe una diferencia entre sentimiento de inferioridad y el llamado complejo de inferioridad. El primero hace referencia a una sen sación de imperfección que las personas desarrollan, producto de tres fuentes distintas, la inferioridad orgánica, el mimo ex cesivo y la negligencia (Schultz, 2002).
La inferioridad orgánica, es aquella que se da como consecuencia de defectos de tipo orgánicos, como son las enfermedades congénitas u otras desarrolladas en la niñez y que conllevan una desventaja respecto a los niños sanos. El mimo excesivo por su parte, puede generar en un sujeto el sentimiento de inferioridad, por el hecho de que este se siente inútil, debido a que no se le permite hacer nada por sí mismo. Además, la negligencia también es una fuente generadora de sentimientos de inferioridad, puesto que, un niño que no recibe los cuidados necesarios de parte de su progenitora, tiende a dudar de su propia valía (Boeree, 2005). Todos estos casos, pueden de alguna forma ser compensados por el individuo que los vive, ya sea a través del desarrollo del órgano débil, o esforzándose por destacar en alguna área en que sea bueno, como sucedió con Theodore Roosevelt y con el mismo Adler, sin embargo, de no lograrse esta compensación, se desarrolla el complejo de inferioridad, el cual es, según Cloninger y otros (2003), “un exagerado sentido de inferioridad aceptado como una precisa auto descripción” (p. 112). De acuerdo con Adler, aun las personas no neuróticas tiene sentimientos de inferioridad, pero solamente en su forma más pronunciada, cuando sobrepasa los intentos de moverse hacia el sentimiento más alto y estancan el crecimiento, se dice que tienen un complejo (Cloninger y otros, 2003).
Superioridad Además de la compensación y el complejo de inferioridad, algunos neuróticos reprimen sus sentimientos de inferioridad de otra forma, con el Co mplejo de Superioridad (Boeree, 2005). Estas personas se creen a sí mismos mejores que los demás, comportándose de manera arrogante; exageran sus logros, los cuales pueden ser académicos, físicos o emocionales, adoptando un comportamiento idiosincrásico que los separa de los demás. Adler sugiere que la xenofobia puede ser producto de un complejo de inferioridad (Cloninger y otros, 2003).