Percy Gibson Parra Percy Gibson Parra
Información personal
Nacimiento
6 de abril de 1908 Perú,, Mollendo Perú
Fallecimiento
26 de agosto de 1969 Perú,, Lima Perú
Nacionalidad
Peruano
Familia
Padres
Percy Gibson Möller y Möller y Mercedes Parra del Riego
Cónyuge
Pearl Effie Alcántara Butterfield
Hijos
Juan Henry Gibson Alcántara
Educación
Alma máter
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Información profesional Ocupación Obras
Poeta,, dramaturgo Poeta dramaturgo,, ensayista ensayista,, bibliotecario
Esa luna que empieza (1948) empieza (1948)
notables [editar datos en Wikidata] Wikidata ]
Mollendo,, 6 de abril de 1908 - Lima Lima,, 26 de agosto de 1969 1969)), fue Percy Gibson Parra, (Mollendo un poeta poeta,, dramaturgo dramaturgo,, ensayista y bibliotecario peruano peruano..
Biografía[editar ] Fue hijo del célebre poeta arequipeño, Percy Gibson Möller , y de Mercedes Parra del Riego. Sobrino del poeta Juan Parra del Riego. Riego .
Nacido en el puerto de Mollendo, fue trasladado a Arequipa, donde cursó su educación primaria en el Colegio de la Orden Lazarista, y la secundaria en el Colegio Nacional de la Independencia Americana. Americana . Pasó luego a Lima Lima,, donde culminó su secundaria en el Colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe. Guadalupe . Sus estudios superiores los cursó en la Facultad de Derecho de la Universida Universidad d Mayor de San Marcos (1924-1928). Viajó a Europa, radicando en España de 1929 a 1934. Luego recorrió Francia Francia,, Inglaterra y otros países. En 1936 volvió al Perú y reingresó en la Universidad de San Marcos, para terminar una especialización especializació n en Literatura. Fue director del suplemento literario del diario La Prensa de Lima (1944-1945). Cursó en la Escuela Nacional de Bibliotecarios, formando parte de su primera promoción (1944). Pasó enseguida a laborar en la Biblioteca Nacional Nacional del Perú Perú,, donde fue jefe de los departamentos departament os de Consulta y Lectura (1944-1947) e Ingresos (1947-1 (1947-1948); 948); y, finalmente, ascendió a secretario general, el 10 de junio de 1948. Asimismo, colaboró colaboró en el diario diario El Comercio como crítico de cine y dirigió el periódico literario Trilce (1966).
Obras[editar ]
Esa luna que empieza (1948), poema escénico en tres actos. Premio Nacional de
Teatro, 1946.
Primera piedra (1966), colección de sonetos consagrados a la historia y la naturaleza
del Perú.
El Sabor de la Poesía
La culinaria tradicional arequipeña en la pluma de Percy Gibson Moller
Por: César COLOMA PORCARI
En estos días en los que celebramos el aniversario de la fundación de la ciudad del Misti queremos ofrecerles a los lectores información muy importante sobre la notable cocina arequipeña, extraída de “Óleos y
carbones”, obra del destacado poeta don Percy Gibson Moller (Arequipa 1885 – Bielefeld 1960), fechada en Lima en 1928 y publicada en la revista “Mundial”, s/n, en el número especial “Homenaje de ‘Mundial’ a los departamentos del Cuzco y Arequipa”, Lima, 31 de diciembre de 1928, sin paginación.
Don Alberto Tauro del Pino, en su “Enciclopedia ilustrada del Perú” (Lima, Peisa, Empresa Editora El Comercio S. A., 2001, tomo 7, páginas 1071-1072), en su biografía de este destacado escritor
arequipeño, indica que “quizá la mayor parte de su obra poética se halla dispersa en revistas y publicaciones eventuales”. Por ello es indispensable realizar un minucioso trabajo de investigación y rescatarla, a fin de que se publique completa. El ensayo que mencionamos y que hemos hallado en esa famosa revista es muy importante, ya que en éste el poeta recoge veinte
sonetos, que, como lo indica “Mundial”, son “una versión acabada de lo más típico que Arequipa ostenta” y además “Es una galería que, en
el difícil y clásico metro, expone calles, costumbres y rincones de la
tierra que acunara al vate”.
Además, el autor, al final, incluye una importante lexicografía de
“modismos y quechuismos” de Arequipa, es decir, de arequipeñismos, en la cual estudia magistralmente infinidad de términos del habla local. En este artículo nos ocuparemos únicamente de las referencias
culinarias, y, por ejemplo, en el magnífico soneto, “Repiques y camaretas”, el poeta se ocupa de los frailes y la chicha, y lo dedica “Al doctor Francisco Mostajo, insigne polígrafo, clerófobo y chichero arequipeño”. Aquí el soneto: Patrona de las Armas, plata y alba, orden de fray Palomo mercedario, entre murga, granujas, humo y salva, “leendo” de cabeza su breviario. Émula y abogada, oro y malva, entre santarrositas del Rosario, orden de fray Cenobio con su calva que celebra con chicha el calendario. Fuegos y procesión la mercedaria, procesión y castillos la dominica, torres de campaneo y luminaria. Y entre toda esta profusión lumínica, –de acólito Mefisto– , la plegaria ganguea con su faz aguda y cínica. El autor afirma que “creye” o “leendo”, son “faltas ortoparlantes u ortofónicas de cholazos y frailotes de cogollo y responso, intolerables y punibles en éstos, incultos gañanes de culto hiperdúlico, porque si
así hablan el castellano como ‘leyeran’ los latines…si ‘leyen’ “.También señala que es la “Chicha, bebida fermentada de maíz exclusivamente, ácida y tónica, distinta de las de jora y maní limeñas, dulces y refrescantes, lo que entraña una distinción de
caracteres”.
Mientras que en “Hogaño”, escribe: Llatan, rocoto, occopa, camarones, y “buen bebe” al cobijo de la parra, le incitan y le embotan … y se amarra
con un guato de caito los calzones.
Los arequipeñismos contenidos en este soneto (además de “guato de caito” o “cinturón burdo de lana de oveja y llama, con que los cholos amárranse los pantalones de casinete”), los define así: “Llatan, ají seco molido a batán… que acompaña a los platos para excitar el apetito”; Rocoto, pimiento muy bravo con que condimentan los guisos arequipeños”; “Occopa, crema de ají verde con huevos duros rebanados, nueces, aceitunas, etc., para comer con papa sancochada”; y “Bebe, gran vaso de chicha. Algunos de estos grandes vasos blasonan banderas entrelazadas y escudos nacionales,
con motes patrióticos”.
Y en “La chacra” también se ocupa de la culinaria arequipeña: Con la mano el sudor se escurre y luego para la guatia tojjras amontona, desenterrando del humoso fuego
la calcinada papa reventota, faenas que yo vi en los alfalfares de mis lares de chicha y pachamanca y pastores aún crepusculares . Los arequipeñismos de este soneto, además de “tojjras” o terrones son: “Guatia, papas que asan entre glebas calcinadas”, y Pachamanca, en Arequipa tiene similar acepción a guatia, ésta más chacarera y de menor amplitud, como el distingo entre comida y
banquete”.
En “Cerro Colorado”, soneto dedicado a “Vinatea Reinoso, pintor costumbrista de Areqquepay Churi”, escribe: Mistiana medialuz de los ocasos,
junto a la choza el saucedal susurra, la mesa chicheril, enormes vasos y en torno peonada indobaturra. Baraja, el herrador mano de comba, el ccapero y su bombo entra de ccapo y con el bajamar llega la bomba . El “ccapero” es el “músico de murga”, mientras que el “ccapo” es un “agreste combustible de raíces”, y el “Bajamar”, el “aguardiente anisado o de ginebra desabotagante que ‘engurgitan’ al trago sobre descomunales y sendos ‘bebes’ diuréticos, motivo suficiente para no canalizar la ciudad socorrida de acequias”. Se refiere también al balneario de Tingo:
Oh guachafo balneario del domingo en donde la nevada se disipa con un chakke de tripa… y con la pipa y el chop de Pilsen y el spleen del gringo. Además de “guachafo” o “cursi nacional”, se refiere aquí al “Chakke de tripa, sustancioso Chupe netamente arequipeño”.
En “El artesano” escribe: Después bajo los tintes de la tarde criollo acude al chicheresco rito que de jarana y picantes arde. De noche en la penumbra del garito, él ni supersticioso ni cobarde, con resacao atiza el té con pito.
Y nos explica que son los “Picantes Guisos arequipeños que chisporrotean de ají, de los que sirven tres platos con el ‘bebe’ por dos reales, ¡qué baratura! Y como el ‘tiempo pasado’, antes acompañaban cinco platos al ‘bebe’ … ¡lo que era la gloria! Y que es el “Resacao, aguardiente de caña o cañazo, muy fuerte, que mezclan con té”, mientras que el “Té con pito” proviene de “un enorme caldero original de invenc ión hojalateril, que en los umbrales gariteros pitea al vapor llamando al transeúnte a consumir ,
una taza simple o ‘cabeceada’, quiere significar con mezcla de licor, que es el auténtico ‘té con pito”’.
Por último, en “Parroquial”, soneto dedicado a don Juan Manuel Polar, se ocupa del vino y las damajuanas:
Bajo la rubia lumbre veraniega se complace la pícara sotana ante la lujuriosa damajuana con el polvo abacial de la bodega. Entrevé por la bíblica ventana
en el oro armonioso de la vega el muslo tentador de una labriega que se inclina a segar la mies lozana. Al influjo del vino picaresco en un sopor litúrgico y faunesco dobla el cándido rostro de durazno. Y en esa paz cristiana y virgiliana Le saca de su siesta parroquiana el gran rebuzno cínico de un asno. Como la podemos comprobar en estas líneas, el insigne poeta arequipeño, padre de doña Doris Gibson Parra, notable periodista (fundadora de CARETAS), nos ofrece valiosa información sobre la famosa cocina de la tierra de la “occopa” y del “llatan”, que estamos seguros, será de utilidad para los investigadores, ahora que está de moda llenar cuartillas sobre el origen imaginario o verdadero de los platos criollos.
(Publicado en “Caretas” Nº 1 887, Lima, 18 de agosto de 2005, páginas 42-44).
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Vallejo y Gibson: Una Amistad Nacida del Humor E s cribe: J org e K is himoto Yos himura | Vallejo s abía reír. Un artículo poco conocido de Percy G ibs on pinta al poeta a 125 años de su nacimiento.
Henriette Maisse, César Vallejo y Carlos More. Noche de Navidad de 1926 en París.
Hoy celebramos los 125 años del nacimiento de César Vallejo, el poeta más grande del habla hispana. A nivel mundial, en efecto, se realizará una serie de actividades para celebrar al escritor peruano de mayor impronta universal. En tal sentido, no queda sino preguntarnos, ¿a qué se debe el reconocimiento mundial que constantemente recibe nuestro poeta? La respuesta es muy simple, y es que cada día que pasa se lee y
se estudia con creciente entusiasmo a Vallejo. Prueba de ello no solo es la copiosa bibliografía que su obra produce año tras año, sino el incremento de las traducciones que se realizan de sus textos, en múltiples idiomas. Si a ello le agregamos que el colectivo Vallejo, Siempre organiza, desde 2014, cada dos años, de manera ininterrumpida, un congreso mundial sobre la vida y obra del representante más emblemático de las letras nacionales (resaltando que en 2018, 2020 y 2022 ya se tiene previsto realizar congresos vallejianos en Salamanca, Nueva York y Londres, respectivamente), y que, al mismo tiempo, se incrementan los institutos de estudios dirigidos a estudiar la obra de Vallejo en diversas universidades de América y de Europa, llegamos a la conclusión de que pasarán los siglos y la obra de Vallejo conseguirá perdurar en el tiempo, tal como ha sucedido con Homero, Sófocles, Dante, Shakespeare, o el padre de la lengua castellana, Miguel de Cervantes. Por ende, debido a esa preocupación constante y, repito, creciente, por profundizar el estudio de nuestro poeta universal, es muy probable que aparezcan, dentro de las nuevas investigaciones, aspectos desconocidos de la vida y del proceso creativo de Vallejo.
Vallejo, Gibson, Huidobro, Riquelme, Larrea y More. Cita en el café Le Dôme en Montparnasse.
Esto nos lleva a rescatar un artículo prácticamente desconocido de Percy Gibson Möller (ese gran poeta arequipeño con quien aún se ti ene la enorme deuda de publicarle su obra poética completa). Ese t exto, que lleva por título “El ‘Cholo’ en París”, publicado en 1944 en la revista Palabra, en defens a de la C ultura (Lima, octubre de 1944, época segunda, No. 7, pp. 6-7), nos cuenta un aspecto poco tratado sobre la personalidad de Vallejo: su gran sentido del humor. Como siempre he señalado, hay que desmitificar la figura imperturbable de Vallejo. Y es que nuestro poeta no se halla cabalmente representado en esas imágenes de dureza que nos muestran las fotografías que se conocen de él –y que luego han sido replicadas o servido de insumo para grandes artistas como Picasso –, sino que su verdadera imagen, quizás no capturada por la fotografía, pero sí por la literatura, está en su reivindicación de la vitalidad; ello además del gran humor que siempre lo caracterizaba en público y del que dan testimonio los múltiples personajes que lo conocieron. Si bien Vallejo y Gibson no se conocieron en el Perú, se confirma, por la crónica que en esta ocasión presentamos, que se conocieron personalmente en París. Como explica Gibson, durante el año 1915 intercambiaron correspondencia, de lo cual se entiende que cuando Vallejo es apresado, el 6 de noviembre de 1920, el poeta arequipeño emprendiera una cruzada, en la Ciudad Blanca, en favor de la libertad de su amigo.
Percy Gibson publicó artículo sobre el vate en revista Palabra.
En un testimonio recogido por Ernesto More en su libro Vallejo: E n la encrucijada del drama peruano (Lima: Librería y Distribuidora Bendezú, 1968, 209 págs.), cuenta el propio Gibson que visitó al presidente de la Corte Superior de Arequipa para que intercediera, ante el presidente de la Corte Superior de Trujillo, con el objeto de que liberasen a Vallejo, lo que, sin duda, contribuyó, sumado a la presión nacional de estudiantes, periodistas e intelectuales, para que Vallejo fuera puesto en libertad el 26 de febrero de 1921. En la crónica de Gibson que hoy presentamos, este nos dice que por fin conoció a Vallejo en el famoso café Le Dôme, en el barrio de Montparnasse, corroborando, en persona, ese gran sentido del humor que siempre caracterizaría a César Vallejo, cuando señala, por ejemplo, que “El gran poeta y el gran humorista surgían desde las profundidades del cholo de Santiago de Chuco”, o cuando destaca que “Era una fiesta estar con el ‘Cholo’ ”.
Personalidad y Genes 0
El autor de esta nota trató a Doris Gibson solo una vez, pero quedó prendado de una mujer que ya era octogenaria. Estudioso de la literatura, quiso contribuir en esta ocasión a recordar su realidad familiar. Doris fue criada en el aquelarre intelectual que derivó en la generación Colónida y tuvo un tío cuyos polirritmos cautivaron a Uruguay y América. Pocas mujeres han dejado tanta huella en el periodismo nacional como Doris Gibson Parra, no sólo por su pasión por esta profesión que busca llevar la verdad a los lectores, sino también por su lucha incansable por la libertad de expresión en el país. A esto se suma su valiosa actividad de promotora cultural y su participación activa en innumerables hechos que marcaron época y que ya forman parte de la historia. Con su abuela, María Mercedes González del Riego de Parra del Riego, y sus tíos José, Luis y Manongo.
Conocí a Doris una tarde de verano en la Av. Diagonal hace más de diez años. Estaba con Roberto Cores, amigo fotógrafo, quien solía reunirse con ella en un restaurante. Me detuve a saludarlos.
Doris me preguntó: “¿y usted qué hace?”, y yo le dije: “vivir para la literatura”.
Después de este pequeño encuentro no volví a verla más, pero a mi memoria siempre vienen los recuerdos de sus amigos que en algunos casos fueron amigos míos y que me contaron la maravillosa persona que fue y su constante lucha por las causas que algunos consideraban perdidas. Esa actitud le viene de familia. Hay que recordar que su padre, el poeta Percy Gibson Moller, estando en Arequipa se enteró de que César Vallejo había sido recluido injustamente en la cárcel de Trujillo. Inmediatamente movilizó a los intelectuales arequipeños para protestar. Convenció al presidente de la Corte Superior de Arequipa para que hablara con el ministro de Justicia, que en ese entonces era su amigo, a fin de que intercediera por la libertad del poeta.
Juan Parra del Riego. Percy Gibson Moller.
Desde niña, Doris Gibson debió ver a su padre en ajetreos editoriales. En 1916, Percy Gibson Moller fundó en Arequipa una revista literaria con el nombre de El Aquelarre, junto a César A. Rodríguez y Renato Morales de Rivera. Éstos formaron un grupo con el mismo nombre, en el que se bebía whisky y se hablaba de poesía, o se hacia poesía y se bebía whisky. De vez en cuando se reunían a la luz de la luna. Percy Gibson Moller también formó parte del grupo fundado en 1916 por Abraham Valdelomar, Colónida, cuya revista llevaba el mismo nombre. Asimismo, participó del proyecto de Nuestra Época (1918), revista fundada por José Carlos Mariátegui que fue cerrada por un artículo que escribió el Amauta contra los militares de la época. Ya en Lima, Doris Gibson concluyó sus estudios de secundaria en el Chalet de Chorrillos. En su casa en Miraflores su padre ensayaba una comedia satírica y se realizaban espontáneas tertulias artísticas y musicales con la presencia de José Sabogal y José Carlos Mariátegui, así
como de los jóvenes valores literarios y artísticos que hicieron de la casa de Gibson un núcleo de alegre despertar de inquietudes. Percy Gibson se casó con Mercedes Parra del Riego, hermana del poeta Juan Parra del Riego, creador del polirritmo, canto vigoroso y ágil en cuyos versos expresó su fe en la generosidad de la naturaleza y en la aptitud realizadora del hombre, y del narrador Carlos Parra del Riego, cuya obra más famosa es ‘Sanatorio’ (1938), novela que describe la desgarradora penuria de
los tuberculosos en esos tiempos. Luis Alberto Sánchez dice de Percy Gibson Moller lo siguiente: “irónico, sonriente en la
expresión; esbelto, rubio, aguileño en lo físico, Gibson representó un tipo de poesía contradictorio. Fue un autodidacta. No optó por un estilo grandilocuente: prefirió el común y coloquial que caracteriza sus precisiones verbales. Gran paridor de expresiones, las acuña como para que circulen inexorablemente”.
El hermano de Doris, Percy Gibson Parra, fue un excelente dramaturgo, laureado con el Premio Nacional de Teatro en 1946 por su obra ‘Esa luna que empieza’, y que en 1966 publicó una colección de sonetos bajo el título de ‘Primera piedra’, dirigiendo por otra parte el periódico
literario Trilce. En la década de los 50, Doris formó parte de la peña literaria Pancho Fierro, que organizaron las hermanas Alicia y Cecilia Bustamante. A dicha pe ña acudían personajes como Sérvulo Gutiérrez, Emilio Adolfo Westphalen, César Moro, Chabuca Granda, Sebastián Salazar Bondy, Nicomedes Santa Cruz y muchos otros más. Era de esperar que sumado a su legado familiar, este influyente ambiente que frecuentara hiciera despertar en ella esa vocación creadora innata que ya llevaba en los genes: por ello se volcó hacia el periodismo y creó Caretas en 1950, junto a Francisco Igartua, la más importante revista peruana de la segunda mitad del siglo XX y que hasta el día de hoy marca la pauta del quehacer nacional. Por su trayectoria en el periodismo, dentro de la que ha tenido que enfrentarse en repetidas ocasiones a presiones políticas y económicas, incluyendo el cierre de su revista en varias ocasiones, el Presidente Fernando Belaunde Terry le impuso la Orden del Sol en el grado de Gran Oficial en 1981. Hace un año, esta gran mujer se nos adelantó en su partida de este mundo; pero nos dejó como lección sustancial que uno puede mantener sus ideales sin tener que claudicar con los grupos de poder. Ahora está en la eternidad junto con Percy Gibson Moller, Percy Gibson Parra y Juan Parra del Riego. (Por: Jorge Kishimoto Yoshimura*)
Cultural
El Sabor de la Poesía 2
FOTOS
En estos días en los que celebramos el aniversario de la fundación de l a ciudad del Misti queremos ofrecerles a los lectores información muy
importante sobre la notable cocina arequipeña, extraída de “Óleos y carbones”, obra del destacado poeta don Percy Gibson Moller (Arequipa 1885-Bielefeld 1960), fechada en Lima en 1928 y publicada en la revista
“Mundial”, s/n, en el número especial “Homenaje de ‘Mundial’ a los departamentos del Cuzco y Arequipa”, Lima, 1929, s/p . Don Alberto Tauro del Pino, en su “Enciclopedia ilustrada del Perú” (Lima, Peisa, Empresa Editora El Comercio S.A., 2001, t. 7 , pp. 10711072), en su biografía de este destacado escritor arequipeño, indica que “quizá la mayor parte de su obra poética se halla dispersa en revistas y publicaciones eventuales”. Por ello es indispensable realizar un minucioso trabajo de investigación y rescatarla, a fin de que se publique completa. Percy Gibson retrató de manera magistral y artística la esencia del arequipeñismo.
El ensayo que mencionamos y que hemos hallado en esa famosa revista es muy importante, ya que en éste el poeta recoge veinte sonetos suyos, que, como lo indica “Mundial”, son “una versión acabada de lo más típico que Arequipa ostenta” y además “Es una galería que, en el difícil y clásico metro, expone calles, costumbres y ri ncones d e la tierra que acunara al vate”. Además, el autor, al final, incluye una importante lexicografía de “modismos y quechuismos” de Arequipa, es decir, de arequipeñismos, en la cual estudia magistralmente infinidad de términos del habla local. En este artículo nos ocuparemos únicamente de las referencias culinarias, y, por ejemplo, en el magnífico soneto, “Repiques y camaretas”, el poeta se ocupa de los frailes y la chicha, y lo dedica “Al doctor Francisco Mostajo, insigne polígrafo, clerófobo y chichero arequ ipeño”. Aquí el soneto: Patrono de las Armas, plata y alba, orden de fray Palomo mercedario, entre murga, granujas, humo y salva, “leendo” de cabeza su breviario. Emula y abogada, oro y malva, entre santarrositas del Rosario, orden de fray Cenobio con su calva que celebra con chicha el calendario. Fuegos y procesión la mercedaria, rocesión y castillos la dominica, torres de campaneo y luminaria. Y entre toda esta profusión lumínica, – de acólito Mefisto, – la plegaria ganguea con su faz aguda y cínica. El autor afirma que “creye” o “leendo”, son “faltas ortoparlantes u ortofónicas de cholazos y frailotes de cogollo y responso, intolerables y punibles en éstos, incultos gañanes de culto hiperdúlico, porque si así hablan el castellano como ‘leyeran’ los latines… si ‘leyen’ “. También señala que es la “ Chicha, bebida fermentada de maíz exclusivamente, ácida y tónica, distinta de las de jora y maní limeñas, dulces y refrescantes, lo que entraña una distinción de caracteres”. Mientras que en “Hogaño”, escribe:
Llatan, rocoto, occopa, camarones, “buen bebe” al cobijo de la parra, le incitan y le embotan .... y se amarra
con un guato de caito los calzones. Los arequipeñismos contenidos en este soneto (además de “guato de caito” o “cinturón burdo de lana de oveja y llama, con que los cholos amárranse los pantalones de casinete”), los define así: “ Llatan, ají seco molido a batán... que acompaña a los platos para excitar el apetito”; “ Rocoto, pimiento muy bravo con que condimentan los guisos arequipeños”; “ Occopa, crema de ají verde con huevos duros rebanados, nueces, aceitunas, etc., para comer con papa sancochada”; y “ Bebe, gran vaso de chicha. Algunos de estos grandes vasos blasonan banderas entrelazadas y escudos nacionales, con motes patrióticos”. Y en “La chacra” también se ocupa de la culinaria arequipeña: Con la mano el sudor se escurre y luego ara la guatia tojjras amontona, desenterrando del humoso fuego la calcinada papa reventona. Faenas que yo vi en los alfalfares de mis lares de chicha y pachamanca pastores aún crepusculares. Los arequipeñismos de este soneto, además de “tojjras” o terrones son: “ Guatia, papas que asan entre glebas calcinadas”, y “ Pachamanca , en Arequipa tiene similar acepción a guatia, ésta más chacarera y de menor amplitud, como el distingo entre comida y banquete”. En “Cerro Colorado”, soneto dedicado a “Vinatea Reinoso, pintor costumbrista de Areqquepay Churi”, escribe:
Mi stiana medialuz de los ocasos, Junto a la choza el saucedal susurra, la mesa chicheril, enormes vasos en torno peonada indobaturra. Baraja el herrador mano de comba, El ccapero y su bombo entra de ccapo Y con el bajamar llega la bomba. El “ccapero” es el “músico de murga”, mientras que el “ccapo” es un “agreste combustible de raíces”, y el “Bajamar”, el “aguardiente anisado o de ginebra desabotagante que ‘engurgitan’ al trago sobre descomunales y sendos ‘bebes’ diuréticos, motivo suficiente para no canalizar la ciudad socorrida de acequias”. Se refiere también al balneario de Tingo: Oh guachafo balneario del domingo en donde la nevada se disipa con un chakke de tripa… y con la pipa el chop de Pilsen y el spleen del gringo. Además de “guachafo” o “cursi nacional”, se refiere aquí al “ Chakke de tripa, sustancioso chupe netamente arequipeño” En “El artesano” escribe: Después bajo los tintes de la tarde criollo acude al chicheresco rito que de jarana y picantes arde. De noche en la penumbra del garito, él ni supersticioso ni cobarde, con resacao atiza el té con pito. Y nos explica que son los “ Picantes, guisos arequipeños que chisporrotean de ají , de los que sirven tres platos con el ‘bebe’ por dos reales, ¡qué baratura! Y como el ‘tiempo pasado’, antes acompañaban cinco platos al ‘bebe’ .... ¡lo que era la gloria! Y que es el “ Resacao, aguardiente de caña o cañazo, muy fuerte,
que mezclan con té”, mientras que el “ Té con pito” proviene de “un enorme caldero original de invención hojalateril, que en los umbrales gariteros pitea al vapor llamando al transeúnte a consumir una taza simple o ‘cabeceada’, quiere significar con mezcla de licor, que es el auténtico ‘té con pito’”. Por último, en “Parroquial”, soneto dedicado a don Juan Manuel Polar, se ocupa del vino y las damajuanas: Bajo la rubia lumbre veraniega se complace la pícara sotana ante la lujuriosa damajuana con el polvo abacial de la bodega. Entrevé por la bíblica ventana en el oro armonioso de la vega el muslo tentador de una labriega que se inclina a segar la mies lozana. Al influjo del vino picaresco en un sopor litúrgico y faunesco dobla el cándido rostro de durazno. Y en esa paz cristiana y virgiliana le saca de su siesta parroquiana el gran rebuzno cínico de un asno. Como la podemos comprobar en estas líneas, el insigne poeta arequipeño, padre de doña Doris Gibson Parra, notable periodista (fundadora de CARETAS), nos ofrece valiosa información sobre la famosa cocina de la tierra de la “occopa” y del “llatan”, que estamos seguros, será de utilidad para los investigadores, ahora que está de moda llenar cuartillas sobre el origen im aginario o verdadero de los platos criollos. (César Coloma Porcari)
Mirando al Futuro
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En esta edición histórica en que celebramos los 60 años de CARETAS, quiero rendir homenaje a las raíces poéticas de la revista y su fundadora, Doris Gibson Parra (1910-1998), encarnadas por dos grandes poetas peruanos: su padre, Percy Gibson Möller (1885-1960) y su tío, Juan Parra del Riego (1894-1925). Habiéndome referido al primero en otra edición histórica, la número 2000 de CARETAS, me corresponde esta vez dedicarme al segundo. Juan Parra del Riego y Percy Gibson Möller.
Sus famosos “Polirritmos” son fulgurante tributo a la modernidad, abordando las grandes
novedades de su tiempo: el fútbol, la aviación, el automóvil, la motocicleta. Parra del Riego era un hombre abierto al futuro, actitud que comparte con CARETAS, a la que esta misma apertura le ha permitido seguir viva y latente al cabo de seis décadas, y es seguro que mantendrá su vigencia por muchas más.
Pero el poeta también tuvo una vertiente amorosa, inspirada por su esposa uruguaya Blanca Luz Blum. El siguiente poema es muestra de ella, y está en el libro “Nocturnos y otros poemas”,
antología (Montevideo, 1965). NOCTURNO No. 4 Me la llevé corriendo por el más hondo lado / de la noche y las rosas del jardín empapado de latidos y lágrimas… Las heladas vihuelas / de la luna, las locas y tristes castañuelas
de las estrellas; mi alma que se enredó en su mano, / lo inmenso, lo fantástico, lo oscuro, lo lejano, / los que allá se quedaron con su dicha y su fiesta / todo nos dio el misterio de la otra vida y de ésta. (Juan Parra del Riego)
Un Precursor 0 PDF
Un tema muy atractivo para investigadores literarios sería la obra y biografía del poeta Percy Gibson Moller* (18851960), sobre el cual hasta el momento no se ha escrito mucho. Su producción, en la que anticipa contenidos y recursos artísticos que sustentarían lo mejor de nuestra poesía contemporánea, y suscita la simpatía del lector por su humor escéptico e irreverente, no exento de melancolía y ternura, permanece en su mayor parte sin publicarse. Tuvo una vida intensa, novelesca, siempre en primera fila 13 de abril: 121 cumpleaños. donde se producían los acontecimientos, especialmente en el aspecto literario y artístico, y fue amigo de muchos de los peruanos que significaron algo en su época. A continuación, uno de sus poemas inéditos, hallado por el poeta Carlos Zúñiga Segura entre los manuscritos de la Biblioteca Nacional: La humilde, religiosa Yanahuara, junto al enorme Misti, cándida se prepara a celebrar el Corpus Christi. Y levanta sus rústicos altares, profusos, estelares / de terciopelos, oro y escarlata / y morado y plata. Derrama la amorosa huertería por los viejos tapiales, su judaica, glorial policromía de enchaparrados árboles frutales, / y abigarradas flores sobre este misticismo de pastores... *Ver más en CARETAS 1811 y 1868
Primera Fuente 0 PDF
El poeta arequipeño Percy Gibson Moller (1885-1960), padre de la fundadora de CARETAS y abuelo de quien la ha llevado adonde está, es posible que sea el origen primigenio de muchos de los rasgos que caracterizan a esta revista: - Libertad y coraje: Por su vida bohemia, llena de aventuras, viajes y defensa de sus convicciones. Percy Gibson y el espíritu de CARETAS.
- Gracia y humor: Dan testimonio de ellos su poesía y
anécdotas personales. - Conciencia clara de la peruanidad: Mientras sus pares se identificaban con Francia o Inglaterra, él se orientaba a lo nuestro, especialmente en sus manifestaciones populares. - Vocación democrática: Uno de sus poemas más conocidos es un extenso “Evangelio Democrático”. Tampoco debe ser ajeno a las inclinaciones artísticas de la revista, expresadas en “El Cuento de las Mil Palabras” y en la gran cantidad de representantes de la poe sía, literatura, artes
plásticas e incluso música que han pasado por sus páginas. A continuación, un soneto en el que Gibson hace un paralelo entre el Génesis y la mítica fundación del Imperio Incaico.
PAREJA EDÉNICA Surgió aquí una pareja terrenal y hubo también un árbol de la ciencia que al antiguo peruano en la experiencia y el saber inició del bien y el mal. Manco Cápac, Mama Ocllo, con sapiencia de edénica pareja patriarcal vencieron el pecado original y dieron a su grey de sí conciencia. Lacustre cuna azul, pétrea matriz dio al primer poblador el nacimiento y una dura ocasión de ser feliz. Mas nuestro antepasado, en arduo intento, estableció la paz y halló el sustento en su edén de la papa y el maíz.