de una libertad total, de una autonomía absoluta, pero tampoco resulta definitivamente determinada ya que nunca deja de “subjetivarse” subjetivarse”. Por esta razón, la subjetividad se encuentra necesariamente en la paradójica situación de ser a la vez el punto de reproducción y desestabilización de las relaciones de poder. Si el neoliberalismo es la ontología, una reflexión que muestra el carácter de indeterminación, de apertura y de permanente constitución de la subjetividad se presenta como el inicio de un planteo subversivo. Creo que desde esta óptica debe estudiarse la reflexión que Foucault realiza sobre los antiguos.7 La misma, opone al dispositivo de la subjetividad concebida como una unidad depositada, consumada y definitiva, la idea de un trabajo sobre sí siempre inacabado y en permanente constitución destinado a articular de un modo autónomo las distintas tramas que componen el “sí mismo”. mismo”. Desde este punto de vista, es interesante considerar que en la antigüedad el sujeto remite a un movimiento, a un proceso ascético en el cual cada uno elabora los principios y las verdades espirituales necesarias para enfrentar los acontecimientos de la vida: “ En cambio, cuando se plantea la cuestión de las relaciones sujeto/conocimiento del mundo, se descubre {…} la necesidad de modificar el saber del mundo de tal manera que asuma, para el sujeto, en la experiencia del sujeto, para la salvación del sujeto una un a forma y un valor espirituales determinados.” determinados.” (Foucault, 2014 b, p. 304). 304).
Se define así una ascesis que no consiste en una renuncia de sí como algo objetual, que será lo característico del cristianismo y posteriormente de la modernidad. Renuncia de sí para otorgar el control a la voluntad de otro (también en sentido objetual), a una palabra Verdadera que es proferida por otro, una Revelación fundamental o un Texto (Foucault, 2014 b, p. 313). Por el contrario, esta ascesis, se relaciona con la elaboración de un conjunto de saberes y prácticas (prepación, pertrechamiento, paraskeue) paraskeue) para que sea posible lograr una relación con uno mismo plena, estable y relativamente autónoma. Pero autonomía no implica la libertad absoluta de un libre arbitrio que cree moverse por fuera de toda determinación externa, la libertad ilusoria del ethos neoliberal en el cual creemos ser
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“Si me interesé en la antigüedad fue porque, por toda una serie de razones, la idea de moralidad como obediencia a un código de reglas está desapareciendo, ya ha desaparecido. Y a esta ausencia de moral corresponde, debería corresponder, una búsqued a búsqued a de una estética de la existencia” (Foucault, citado en Chignola, 2018, p. 228).