“SE INICIO LA CAÍDA”. “COMER DEL FRUTO DEL ÁRBOL DE LA CIENCIA DEL BIEN Y DEL MAL” (frag. P.D. Ouspensky - Nuevo modelo del universo) EL HOMBRE VIVÍA EN PLENA COMUNIÓN CON LA NATURALEZA, VEÍA LAS PROPIEDADES INTERNAS DE TODAS LAS COSAS, DE TODOS LOS SERES; COMPRENDÍA ESTAS PROPIEDADES Y DABA NOMBRES A TODAS LAS COSAS DE ACUERDO CON CADA UNA. LOS ANIMALES LO OBEDECÍAN, ESTABA EN ÍNTIMO CONTACTO CON LOS ALTOS PODERES QUE LO HABÍAN CREADO. Y EL HOMBRE SE REMONTO A GRANDES ALTURAS, Y LO HIZO CON GRAN RAPIDEZ, PORQUE NO COMETIÓ ERRORES EN SU ASCENSO. Pero esta incapacidad de cometer errores y la ausencia de ellos, mientras por una parte aceleraban su progreso, por la otra lo exponían a un gran peligro, porque llevaba consigo la incapacidad de evitar los resultados de los errores, que, a pesar de todo, seguían siendo posibles. Eventualmente el hombre cometió un error, y cometió este error cuando ya se había remontado a grandes alturas. Este error consistió en empezar a creer que se encontraba más alto de lo que en realidad estaba. Pensó que ya sabía “lo que era bueno y lo que era malo”; pensó que por sí mismo podía gobernar su vida sin ayuda del exterior. Este error podría posiblemente no haber sido tan grande, sus resultados podrían haber sido corregidos o alterados si el hombre hubiera sabido cómo hacer con el resultado de sus errores. Pero no habiendo tenido experiencia con errores no sabía cómo combatir sus resultados. El error empezó a crecer, empezó a asumir gigantescas proporciones hasta empezar a manifestarse en todos los aspectos de la vida del hombre. “SE INICIO LA CAÍDA”. La ola bajo. El hombre volvió rápidamente al nivel de donde había partido, con el pecado original además. Y después de un periodo estacionario, más o menos largo, el penoso ascenso con la ayuda de los poderes superiores principio otra vez. LA ÚNICA DIFERENCIA ERA QUE AHORA EL HOMBRE TENÍA LA CAPACIDAD DE COMETER ERRORES, TENÍA UN PECADO. Y la segunda ola de cultura se inicio con un fratricidio, con el crimen de Caín, que se coloco como piedra angular de la nueva cultura. Pero además del “karma” del pecado, el hombre había adquirido cierta experiencia por sus errores primeros, y cuando, por consiguiente, llego el momento fatal del error, no todos los humanos lo cometieron. Hubo un cierto número que no cometió el crimen de Caín; que no se asocio con el en ninguna forma ni saco ningún provecho en ningún respecto. Desde este momento los caminos de la humanidad divergieron. Los que cometieron el error empezaron a caer hasta llegar otra vez al nivel más bajo. Pero desde el momento en que ellos principiaron a necesitar ayuda, los que no cayeron, esto es, los que no cometieron el error, estuvieron en posibilidad de ayudarlos. Este es, en resumen, el esquema de las primeras culturas.