EL SACERDOCIO SACERDOCIO DEL ORDEN DE MELQUISEDEC MELQUISEDEC Y EL TERCER GRADO DE LA MASONERIA AZUL
Que difícil hablar de masonería, de sacerdocio y de un personaje bíblico como Melquisedec, cuando la mayor parte de los masones modernos no quieren saber nada de Biblias y menos de sacerdotes, pero de pronto nos despierta dudas el nombre de Melquisedec pues aparece en algunos rituales masónicos. Antes de acometer el tema miremos los textos comenzando por el que esta sobre el Ara bajo el compás y la escuadra. la Biblia Judeó Cristiana. Dice el Génesis XIV – 18-20 “Melquisedec, rey de Salen Salen y sacerdote del Dios altísimo, le ofreció pan y vino. Luego bendijo a Abraham con estas palabras:” “¡Que el Dios altísimo, creador del cielo y de la tierra, bendiga a Abraham!” “Bendito sea el dios altísimo, que entregó en tus manos a tus enemigos.” Dice el Salmo 110 -4 “El señor a jurado y no cambiara de parecer: Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec.” Dice el diccionario de Masonería de Frau Abrines, refiriéndose a Melquisedec: Se debe el titulo al grado 5° de los Hermanos iniciados del Asia en Europa, que generalmente se titulaban Sacerdotes Reales o Verdaderos Hermanos Rosa Cruz. Dice Robert Graves en su Diosa Blanca: “También se afirmaba que Jesús había cumplido la profecía del Salmo 110: Ha jurado Jehová y no se arrepentirá: “Tu eres sacerdote eterno según el orden de Melquisedec:” Melquisedec rey sagrado sagrado de Salém que acogió a Abraham Abraham en Canaán no tenía “Padre ni madre”.
Dice el Diccionario de Kier: “Se dice de Melquisedec, que fue su propio padre y madre y cuyas huellas siguen los iniciados. Simbólicamente representa a las jerarquías divinas que desempeñaron la labor dual de sacerdotes y reyes, gobernando a nuestra primitiva humanidad bisexual. Esotéricamente se le considera como el fundador de la misteriosa Orden de Melquisedec. Ya en el mundo Cristiano. En Hebreos 7 se habla del sacerdocio de Melquisedec y de: “Jesús, semejante a Melquisedec” Dice René Guenón sobre MELKI-TSEDEQ, a propósito de un estudio sobre el Rey del mundo y las bebidas sagradas, comenzando por el Soma de los Hindúes: Se dice en las tradiciones orientales que el Soma, en cierta época, devino desconocido, de manera que fue preciso, en los ritos sacrificiales, sustituirlo por otra bebida que no era más que una figura de este Soma primitivo; este papel fue jugado principalmente por el vino, y a ello se refiere, entre los Griegos, una gran parte de la leyenda de Dionisos. Ahora bien, el vino a menudo se toma para representar a la verdadera tradición iniciática: en hebreo, las palabras iaïn (vino) y sod (misterio) son intercambiables entre ellas como teniendo el mismo número; entre los Sufíes, el vino simboliza el conocimiento esotérico, la doctrina reservada a la élite y que no conviene a todos los hombres, lo mismo que no todos pueden beber el vino impunemente. Resulta de ahí que el empleo del vino en un rito confiere a éste un carácter claramente Iniciático; tal es, especialmente, el caso del «sacrificio eucarístico» de Melquisedec, y ahí está el punto esencial en el cual debemos detenernos ahora. El nombre de Melquisedec, o más exactamente Melki-Tsedeq, no es otra cosa que el nombre bajo el cual la función misma del «Rey del Mundo» se halla designada expresamente en la tradición judeo-cristiana. Hemos dudado un poco en formular este hecho, que comporta la explicación de uno de los más enigmáticos pasajes de la Biblia hebrea, pero desde el momento que nos decidimos a tratar esta cuestión del «Rey del Mundo» nos era verdaderamente imposible no hablar de ello. Podríamos retomar aquí la palabra pronunciada por San Pablo respecto a esto: «Acerca de esto tenemos mucho que decir, y cosas difíciles de explicar, porque sois lentos en entender ». He aquí en primer lugar el texto mismo del pasaje bíblico de que se trata: «y Melki-Tsedeq, rey de Salem, hizo traer el pan y el vino; y era sacerdote del Dios Altísimo y bendijo a Abraham, diciendo: «Bendito sea Abraham por el Dios Altísimo, dueño de los Cielos y de la Tierra; y bendito sea el Dios Altísimo que te ha entregado a tus enemigos en tu mano. Y Abraham le dio el diezmo de todo lo que había tomado». Melki-Tsedeq, es pues rey y sacerdote a la vez; su nombre significa «Rey de Justicia» y es al mismo tiempo rey de Salem, es decir, de la «Paz»; reencontramos pues aquí, ante todo, la Justicia y la Paz, es decir, precisamente los dos atributos fundamentales del «Rey del Mundo». Hay que
observar que la palabra Salem, contrariamente a la opinión general, no ha designado nunca en realidad una ciudad, pero que si se la toma por el nombre simbólico de la residencia de Melki-Tsedeq, puede verse como un equivalente del término Agarttha. En todo caso es un error ver en ello el nombre primitivo de Jerusalén, pues este nombre era Jébus, o sea, al contrario; si el nombre de Jerusalem se dio a esta ciudad cuando se estableció allí un templo espiritual por los Hebreos, es para indicar que era desde entonces como una imagen visible de la verdadera Salem; y hay que notar que el Templo fue edificado por Salomón, cuyo nombre (Shlomoh) también deriva de Salem, que significa el «Pacífico». He aquí ahora en qué términos San Pablo comenta lo que se ha dicho de Melki-Tsedeq: «este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote de Dios Altísimo, que salió al encuentro de Abraham cuando él volvía de derrotar a los reyes, que le bendijo, y a quien Abraham dio el diezmo de todo el botín; que es primeramente según el significado de su nombre, Rey de Justicia, luego Rey de Salem, es decir, Rey de Paz; que no tiene ni padre ni madre, sin genealogía, que no tuvo ni principio ni fin de su vida, pero que se ha hecho así semejante al Hijo de Dios; este Melquisedec permanece sacerdote a perpetuidad». Ahora bien, Melquisedec es representado como superior a Abraham, ya que le bendijo, y «sin discusión alguna es el inferior el que resulta ser bendecido por el superior »; y, por su parte, Abraham reconoció esta superioridad, ya que le dio el diezmo, lo que es señal de su dependencia. Hay en ello una verdadera "investidura" casi en el sentido feudal de esta palabra, pero con la diferencia de que se trata de una investidura espiritual; y podemos añadir que ahí se halla el punto de unión de la tradición hebrea con la gran tradición primordial. La «bendición» de la que se habla es propiamente la comunicación de una «influencia espiritual» en la que Abraham va a participar de ahora en adelante; y se puede observar que la fórmula empleada pone a Abraham en relación con el «Dios Altísimo», que el mismo Abraham invoca luego identificándolo con Jehováh. Si Melki-Tsedeq es así superior a Abraham, es que el «Altísimo» (Élion), que es el Dios de Melki-Tsedeq, es él mismo superior al "Todopoderoso" (Shaddai), que es el Dios de Abraham, o, en otras palabras, que el primero de estos nombres representa un aspecto divino más elevado que el segundo. Por otra parte, lo que es sumamente importante y lo que parece no haber sido señalado nunca, es que El Elion es el equivalente de Emmanuel, estos dos nombres teniendo exactamente el mismo número; y esto vincula directamente la historia de Melki-Tsedeq con la de los Reyes Magos, de los que anteriormente hemos explicado el significado. Además, se puede ver lo siguiente: el sacerdocio de MeIki-Tsedeq es el sacerdocio de El Elion: el sacerdocio cristiano es el de Emmanuel; si por tanto, El Elion es Emmanuel, estos dos sacerdocios no son más que uno y el sacerdocio cristiano, que además contiene esencialmente la ofrenda eucarística del pan y del vino, es verdaderamente "según el Orden de Melquisedec". La tradición judeo-cristiana distingue dos sacerdocios, uno «según el orden de Aarón» y el otro «según el orden de Melquisedec», y éste es superior a aquél como Melquisedec mismo es superior a Abraham, del cual ha nacido la tribu de Leví y, en consecuencia, la familia de Aarón. Esta superioridad es afirmada por
San Pablo, cuando dice: «Leví mismo, que recibió el diezmo (por el pueblo de Israel), lo ha pagado, por decirlo así en Abraham 1[15]». No tenemos que extendernos más aquí sobre el significado de estos dos sacerdocios, pero citaremos una vez más estas palabras de San Pablo: «Aquí (en el sacerdocio levítico), son los hombres mortales los que perciben los diezmos, pero allí es un hombre del que se atestigua de que está vivo 2[16]» Este hombre viviente, que es Melki-Tsedeq, es el Manú que permanece en efecto «perpetuamente» (en hebreo le-ôlam), es decir, para toda la duración de su ciclo (Manvantara) o del mundo que él rige especialmente. Por ello es sin genealogía, pues su origen es "no-humano" puesto que es él mismo el prototipo del hombre, y es realmente «hecho semejante» al Hijo de Dios, ya que la Ley que él formula es, para este mundo, la expresión y la imagen misma del Verbo divino 3[17]. Pero, ¿quién es en realidad este personaje? ¿Se trata de un extraordinario sacerdote o de una inteligencia eterna? Aunque Juana de Arco se refirió a él en sus cartas a los ingleses, su papel fue siempre ignorado por la mayoría. Y aún menos conocida es la Orden iniciática que lleva su nombre, a la cual la tradición confiere la misión de gobernar nuestro planeta en un régimen de justicia. Según dicha tradición, existe en la Tierra un centro iniciático de naturaleza metafísica, del cual todos los otros centros no son sino ramificaciones. Para conservar esta llama, aparece un Ser que posee todo el conocimiento y el poder: el representante de Dios en la Tierra. Esta energía fue conocida como Melquisedek entre esenios y cabalistas –«Rey de Justicia» o «Maestro de la Verdad»–, pero también se manifiestó bajo numerosos nombres: Cristo, Zoroastro, Mercurio, Adan Kadmon, Merlín, Arturo, Krishna, Buda, Apolo, Horus, Hermes Trismegisto, Mitra y Ahura Mazda, entre otros. También se encuentran alusiones a Melquisedek en libros de origen tan diferente como los tibetanos, y hay iniciados que cuentan que éste reside en las cavernas del reino de Agartha o en Shamballah, dos ciudades míticas ubicadas en el tibet, ocultas a los chinos, en las que residen Maestros, guias y seres de luz que velan por los hombres. De Melquisedek se cuenta que es el maestro de los Maestros, el Rey del Mundo, el Genio de la tierra, el poseedor de la piedra filosofal, alguien con cuerpo físico e inmortal conocedor de todos los secretos... También hay que recordar que en el Libro de Urantia se alude a él en numerosas ocasiones, e incluso es el protagonista de uno de los capítulos. Aunque hay muchas alusiones directas a Melquidesek, también hay textos en los que se le nombra de pasada, dando por conocida su supuesta naturaleza. En las leyendas del rey Arturo, al presentarnos a Galahad, el caballero que se pudo sentar en el asiento libre en la mesa redonda a la derecha del rey , 1 2 3
reservado única y exclusivamente al mejor caballero del mundo, ya que todo aquel que se sentara en él y no fuera digno moriría en el instante, se nos dice que éste pertenece a la "Sagrada Orden del Sumo Melquisedek". En ésta ocasión nos encontramos con que el más importante caballero de la mesa redonda también está ligado a nuestro enigmático personaje. No vamos a entrar a filosofar sobre la naturaleza de Melquisedek, simplemente vamos a darnos cuenta de que según todas las fuentes que hablan de él (muchas), se trata de un ser de elevado rango, como se puede ver en la alusión que de él hace la Biblia , y que dada la distinta procedencia de todas las referencias que le aluden, nos hace pensar que efectivamente, éste misterioso y enigmático personaje en verdad existe e influye de manera importante en la vida de los hombres. Pero, ¿quién es en realidad este personaje? ¿Se trata de un extraordinario sacerdote o de una inteligencia eterna? Aunque Juana de Arco se refirió a él en sus cartas a los ingleses, su papel fue siempre ignorado por la mayoría. Y aún menos conocida es la Orden iniciática que lleva su nombre, a la cual la tradición confiere la misión de gobernar nuestro planeta en un régimen de justicia.
DEL CRISTO SIMBÓLICO AL JESÚS RACIONAL. El primer milenio cristiano estuvo marcado por la Iglesia Romana a partir de volverse la religión oficial del imperio Romano, con Constantino. Fue un desafió inmenso para el cristianismo que paso de ser la religión proscrita y perseguida por el Estado a ser la religión oficial del Imperio y por las necesidades metafísicas de su monoteísmo llevado a todas las esferas de la sociedad romana, elimino primero cualquier otro culto religioso distinto al suyo, como era lógico siendo mosaica, e hizo una versión machista, obviamente guerrera, del cristianismo al excluir la mujer del culto. Se extinguió el gnosticismo y otras vertientes cristianas primitivas. Todo el esfuerzo de la Iglesia durante el final de la Edad Media al imponer el racionalismo aristotélico como el único medio para el pensamiento cristiano, condujo al encubrimiento, al desconocimiento y a la iconoclastía de cualquier forma simbólica de pensamiento, no a la muerte, pues el pensamiento simbólico es algo genético del ser humano, al punto de que la genética moderna en su estudio del comportamiento y la herencia ha descubierto que la actitud religiosa del ser humano es preponderantemente genética y creemos con Salustio que “El mundo es un objeto simbólico”. La Iglesia cristiana, nació de manos de un hombre que hacia parábolas, que era terapeuta ambulante, cabalista y rabino y como lo demostró su magisterio, Jesús de Nazaret fue un inmenso constructor de mitos y el suyo lo encarnó a conciencia, como lo demuestran los evangelios gnósticos.
Es obvio que Jesús era un simbolista magistral, pues solo así se puede dialogar con el espíritu cósmico y ser constructor de mitos. Elevo su vida personal a la calidad de símbolo de lo divino, se sacralizó y se entrego al destino de su mito y vaya que lo hizo bien, ha tenido dos mil años de vigencia. Descendió el verbo a la dignidad de lo humano, manteniendo su origen divino, como lo estableció Moisés en el Sinaí, Cristo es el símbolo histórico del verbo encarnado, obvio que para los cristianos. Pero todo esto fue traicionado una vez más por la Iglesia. La academia que nació del cristianismo, mantuvo el culto al verbo pero al hombre que lo encarnaba simbolizándolo, haciéndolo real, lo disolvió en abstracciones verbales de carácter filosófico. Al defenestrar el pensamiento simbólico, la civilización cristiana se fue haciendo poco a poco materialista, perdiendo todo vínculo con sus raíces, con su inconsciente, con su imaginario colectivo diríamos ahora, hoy tenemos todas las puertas del espíritu totalmente tapiadas, aun cuando los muros puedan tener rimbombantes nombres académicos y hasta de corporaciones multinacionales. Es claro para el conferencista, que lo expuesto no es fácil de demostrar ni de ver y menos cuando no se quiere saber nada del fenómeno religioso, pero algunos esfuerzos se hacen hoy en día por establecer puentes sobre estos vacíos históricos del alma de la cultura occidental, necesitamos cubrir el abismo de lo simbólico para reencontrarnos y sacralizar de nuevo la razón, divinizar el Verbo que se encuentra prostituido en manos de intereses económicos y financieros. El verbo se encuentra atrapado en la superficialidad ligth de la sociedad de consumo. El erotismo de un seno, un rostro y unas caderas ya no sirven para conducir a la sabiduría, como lo hacían la Etairas griegas sino al desperdicio hedonista de la energía sexual cuando no el comercio. La Academia Platónica nunca desvinculo la sabiduría ni el erotismo, el entusiasmo platónico es precisamente el gozo sensual del conocimiento, adquirir sabiduría debe producir placer erótico, entusiasmo. Todo esto con el fin de aclarar el tema, pues es posible otra forma de ver los textos bíblicos diferentes a la que nos enseñaron en la escuela, el colegio y la sociedad cristiana en que vivimos. Esa forma de leer los textos no es nada nueva, lo que pasa es que fue expurgada de la cultura occidental, y es de alguna manera uno de los temores que le tiene la iglesia católica a la masonería, tratar los textos bajo una epistemología simbólica, entender la Biblia como historias simbólicas, ni más ni menos que mitos, igual que los de cualquier pueblo, con una sola y esencial diferencia, a partir de Moisés se prohíben los símbolos sensibles, las imágenes, solo se permite el verbo, las palabras, el resto de mitos usan sin tapujos el lenguaje simbólico. Los mitos son como dice Robert Graves en la Diosa Blanca, una iconografía verbal, lenguaje de imágenes simbólicas. Es desde esta perspectiva simbólica donde el masón le da sentido a la presencia de la Biblia Judeocristiana en el Ara, la usamos pues es el libro sagrado y simbólico de nuestra cultura y civilización occidental de la que
formamos parte, es obvio que tienen presencia tácita en ella todos los libros sagrados de la humanidad, pues todos tratan la sabiduría mística en diferentes tonos simbólicos. Ojala seamos capaces de producir libros de carácter simbólico para el alma sedienta de dialogo con el espíritu de esta sociedad del siglo XXI. MAESTRIA MASÓNICA Y SACERDOCIO Dice el Diccionario abreviado de Masonería de Frau Abriles: Sacerdotal (Arte). Se dio este nombre en los tiempos antiguos, y muy especialmente entre los egipcios, al conjunto de los conocimientos de los secretos de la naturaleza en la producción de los cuerpos mixtos, físico y divino, conjunto que actualmente se distingue con el nombre de ciencias herméticas u ocultas. El empleo de la magia, de la cábala, de la astrología, la quiromancía y otras ramas de las primitivas ciencias, cuyo conocimiento fue durante muchísimos siglos del patrimonio exclusivo de una casta privilegiada, es lo que constituye el arte sacerdotal y a cuyo estudio se dedicaron con ahínco gran número de masones durante e! curso del siglo XVIII, formando una rama especial que se distingue con el nombre de Masonería hermética u oculta. El diccionario Espasa dice del sacerdote que es el ministro de un culto religioso. Debemos diferenciar el fenómeno religioso en sus diferentes etapas históricas, una cosa es la religión de los Egipcios, basada en ritos iniciáticos de carácter hermético, análogos a los practicados por la masonería y otra cosa es el judaísmo y una muy distinta el cristianismo, todas se basan en el espíritu, pero a niveles y en grados muy distintos. Nosotros hijos de esta llamada civilización cristiana, identificamos el fenómeno religioso con lo que hemos vivido y vivimos del Catolicismo, a gusto y la mayor parte de las veces a disgusto, pero la verdad es que la gran mayoría de hermanos masones solo tienen esta miope visión del fenómeno religioso, sesgada, claro, aun cuando no por culpa nuestra sino por la de aquellos que nos la impusieron a sangre y fuego, primero en Europa y hace medio milenio en América. Una visión moderna, aun cuando simbólica, de lo religioso nos la ilustra magistralmente Mircea Eliade en muchas de sus obras pero fundamentalmente en su Tratado de Historia de las Religiones Una visión filosófica de lo que envuelve el fenómeno religioso la encontramos por ejemplo en Platón, pero como desde el materialismo del siglo XIX se decidió que el idealismo era equivoco, su autor filosófico debía ser expurgado del conocimiento, dándose el insólito fenómeno de maestros de filosofía que
no lo han leído y obvio que de masones que lo ven con desprecio y solo tienen referencias tergiversadas de él, ignorando quizás que la orden masónica esta inmersa en el neoplatonismo desde sus comienzos modernos pero indudablemente que también todas las corrientes esotéricas medioevales. La paradoja con muchos materialistas, de buena fe, que los hay, amantes del socialismo, ignoran que el creador del comunismo no fue Carlos Marx sino Platón. El idealismo platónico no es antropomórfico, como lo es el católico, el idealismo platónico es Matemático, la Idea que existe en y por si es la Idea matemática, por eso sobre la Biblia que representa ese idealismo antropomórfico, los masones colocamos el compás y la escuadra, pues por encima de todo esta la idea matemática, en este caso la Geometría Sagrada, que era la geometría a la que se refería la leyenda colocada sobre la entrada a la Academia: “Quien no sepa geometría no entre aquí.” Y es así como por encima de la religión de Abraham, se coloca el orden de Melquisedec, señalando los orígenes iniciáticos de la religión de Moisés, aun cuando el catolicismo no toma esto como cierto, pues el cristianismo derivo en una fe de lo revelado, de lo común a toda la humanidad, que no es el caso de lo Iniciático, pues desgraciadamente la iniciación no es ni democrática ni común a todos, pues la humanidad puede ser igual en derechos pero no en capacidades. Aquí es clara la gran diferencia de los Templarios con las otras ordenes cristianas, ellos practicaban ritos iniciáticos y esto fue traicionado el 13 de octubre de 1307, este mes hace setecientos años, rompiéndose la cadena iniciática del cristianismo que estos hijos de las cruzadas habían establecido, no quedando de ellos más que el resplandor masónico de la Llana, que aún mantenemos viva. Los masones ejercemos un sacerdocio iniciático así como lo nuestro es una religión iniciática, de raíces pitagóricas y obviamente neoplatónicas, nuestro lenguaje simbólico es el constructivo, creamos símbolos vivos con el martillo de la voluntad y el cincel del conocimiento, hacemos brillar la luz de la sabiduría cósmica sobre la piedra bruta y edificamos templos espirituales para la humanidad, El sacerdocio masónico se ejerce cuando oficiamos nuestros ritos iniciáticos y desarrollamos nuestras tenidas y aún cuando hacemos nuestros banquetes. Todas estas tradiciones exigen que las conozcamos y las estudiemos para poderlas enseñar y practicar, los detalles de cada ritual, los elementos, las vestiduras del Templo, las tenidas de instrucción, etc. todo forma parte del Arte Real por excelencia, el Arte Sacerdotal del orden de Melquisedec. Esa fuerza de oficio sacerdotal es la que esta noche invocamos frente a nuestros queridos maestros y en cámara de maestros para fortalecer las columnas con pueblo masónico que sin él es imposible nuestro sacerdocio.
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