Informe de Lectura: “Modernidad y sociedad de masas: variedad de las experiencias culturales” Daniel Bell. Profesor: Marco Rodríguez W. Cátedra: Sociología de la cultura. Por: Mariana Peralta G. Toda época es caracterizada por algo en especial, y todas tienen algo que los une, ya sea un movimiento intelectual, uno cultural, pinturas, música, sonidos, etc. A lo largo de nuestra historia hemos podido apreciar lo anteriormente mencionado. Los años 20 son caracterizados por sus bailes, Charleston, la década del ’60 por el movimiento hippie, los Beatles, etc. Y así podríamos seguir respecto de cada “época”. Pero lo que no siempre es tan fácil de descifrar es acerca de ¿cuál ¿cuál sería aquella “cosa” caracter ística ística de nuestra época? ¿Qué sería aquello que tenemos t enemos siempre presente en nuestras vidas, o por lo menos que tenemos presente y que hace que nos unamos? ¿Qué sería aquello que nos representa o nos representará a futuro, a ojos de las futuras generaciones? Hoy, ¿Qué sería lo común? El texto del autor Daniel Bell nos entrega una exhaustiva descripción de la sociedad moderna y de la cultura moderna, m oderna, llevándonos también al producto de ésta, la cultura de masas. Bell nos presenta variadas perspectivas y opiniones de diversos autores acerca de la cultura de las masas, entre ellas, Ortega y Gasset, Hannah Arendt, Thorstein Veblen, Edgar Morin, entre otros. Hoy vivimos en un mundo globalizado, bien sabemos eso, en donde las distancias se han acortado, las artes que eran pertenecientes a un solo país, ahora se ven en diversos lugares del globo, en donde ya no necesitas ir a un país en específico para comer su respectiva comida, sino que en tu propio país existen lugares en donde se puede adquirir aquella comida; los límites geográficos ya no existen. Dado todo esto, hoy existe una cultura y sociedad diferente a la de antaño, y no me refiero a “antaño” “ antaño” a a un siglo o más, sino que a apenas 50 o 60 años atrás. Los medios de comunicación masivos cambiaron nuestra sociedad, y, con ella, nuestra cultura. En estos tiempos, surge la cultura de masas. Aquella de todos y a la vez propia de nadie. Uno de estos medios de comunicación es el televisor, el televisor fue toda una revolución para nuestra sociedad, nunca antes una misma imagen, video, película, había podido ser vista por muchas personas simultáneamente. simultáneamente.
La modernidad y todo lo que trae consigo (cultura de masas: medios de comunicación social), también ha afectado a incentivar y fomentar las artes en nuestra sociedad. En donde estas pasan a un segundo plano, en donde no hay un centro, un ágora, plaza, etc. Que concentre todo tipo de artes y que haga que las unas se junten con las otras. El autor se refiere a este tema, llevándolo particularmente al caso de Estados Unidos, en donde menciona que “es un hecho característico de la vida cultural americana la carencia de un centro, ya sea geográfico o espiritual, que otorgue autoridad y espacio a los principales pintores, músicos y novelistas, para que puedan encontrarse y conocerse.” conocerse.” (Bell, D. 1992, pp. 33)
Falta/ba un centro que lograra estimular cada una de las artes y estimularlas entre sí. El autor menciona que las universidades han tenido que adoptar, de alguna u otra forma, ese rol, por lo menos en el escenario estadounidense. “Las universidades se han convertido en la fuerza dominante del mundo cultural estadounidense de nuestros días; muchos novelistas, compositores, pintores y críticos encuentra s asilo en las universidades, dispersas por los rincones más remotos, donde se editan las más importantes publicaciones literarias y culturales trimestrales” (Bell, D. 1992, D. 1992, pp. 35) “Las artes tienen papeles diferentes en la cultura y en la vida social de cada época y expresan, sea a través del contenido, sea a través del estilo, intereses y valores distintos. El punto de vista que predomina en una época, aun cuando pueda ser aislado, no influye del mismo modo sobre todas las artes y no todas las artes son capaces de expresar con igual intensidad un mismo punto de vista”. vista” . (Bell, D. pp. 36-37).
Las artes en general también sirven para poder identificarnos y sentirnos parte de algo, tal como podemos evidenciar en lo que mencioné anteriormente respecto al Charleston o a los Beatles con el movimiento hippie en los ’60. Por otro lado, en el tema de la cultura y sociedad, se puede mencionar que “El antiguo concepto de cultura se funda en la continuidad. El moderno en la variedad. El antiguo otorga valor a la tradición. El ideal contemporáneo es el sincretismo” (Bell, D. 1992, p. 31). Siempre ha sido tema de debate el definir el concepto de cultura y siempre ésta ha tenido diferentes acepciones, pero hoy la cultura ha vuelto a ser definida e incorpora los códigos de conducta de un grupo o pueblo. Respecto a este último y, en otras palabras, la cultura hoy es mayoritariamente y, en un principio, representativa de un cierto grupo de personas, pero que, a la larga, esa exclusividad ya no existe; es para todos
igual y al alcance de todos. “La cultura dejó de concebirse, tal como había sido si do hasta entonces, fundada sobre las obras de arte, y pasó a considerarse desde el punto de vista de cómo se organizaba y realizaba un estilo de vida.”(Bell, D. 1992, p. 22). Un problema dentro de esta cultura moderna es que no hay una definición de “hombre culto” no hay rasgos exclusivos para atribuirle y para identificarlo. “Hoy el modo de ver predominante es visual. Visión y sonido, pero más todavía la vista, organizan el mundo estético y orientan al público. Quizá no pueda ser sino así dentro de una sociedad de masas. (Bell, D. 1992, p. 37). La cultura moderna es una cultura netamente visual y en la cual se busca el escándalo. “No se ha logrado encarar el aspecto más importante de lo que es la cultura de masas: el hecho de tratarse, de un modo innegable, de una cultura visual” (Bell, D. 1992, p. 39) “El antiguo concepto de cultura se funda en la continuidad. El moderno en la variedad. El antiguo otorga valor a la tradición. El ideal contemporáneo es el sincretismo” (Bell, D. 1992, p. 31). Por otro lado, la sociedad y, en este caso, la estadounidense, “El elemento que contribuyó a amalgamar desde dentro, desde su aparición, nuestra sociedad nacional, fuera de algunos pocos héroes políticos, tales como Roosevelt, Eisenhower o Kennedy, ha sido la cultura popular” popular” (Bell, D. 1992, p. 14). “La sociedad a la que le faltaban instituciones nacionales bien definidas y una clase dirigente consciente de serlo, se amalgama a través de los medios de comunicación de masas.” (Bell, D. 1992, p.14). Las diferencias entre una una clase y otra, ya no es tan grande cuando tenemos a nuestra disposición éstos últimos. Y, tal como dice una frase de Edward Shils, “la masa de la población ha sido incorporada a la sociedad”. (Bell, D. 1992, p. 15). “(…) el hecho de que las masas rechacen su rechacen su exclusión de la sociedad, se transforman en las características determinantes de la sociedad de masas. El estilo de vida, los derechos, las normas y los valores, el acceso a los privilegios, la cultura, todo cuanto fue antes propiedad exclusiva de una élite, pertenece hoy a todos.” (Bell, D. 1992, pp.15).
“Todo esto ha sido posible a partir del momento en que surge la producción y el consumo masivo y la consiguiente nivelación de los estilos de vida que contraponían a las clases.” (Bell, D. 1992, p. 15). 15).
Hoy la sociedad de masas es una democrática, en donde la cultura no queda arraigada al hecho de cuán culto seas o cuál sea tu situación económica y también es una en donde predomina la variedad, la heterogeneidad, una muy diversa, en donde cuesta encontrar un todo, una unidad, pero esa misma unidad, es aquella pluralidad. Como bien sabemos, uno de los medios de comunicación masivos mayor utilizados es la televisión. Uno de los problemas es que la televisión se ha convertido en el símbolo de cultura, en donde uno cree que se ve representado, pero que en realidad, a veces, no está ni cerca de la realidad que vives. Hasta se ha convertido convertido en el protagonista protagonista de las cenas cenas familiares. En donde ésta ha controlado nuestra forma de pensar, ver y sentir. Y consigo también hay un adoctrinamiento, quizás implícito, pero que está ahí presente. A la larga, la televisión tiene una gran responsabilidad, y es esa misma la cual no está, al parecer, lo suficientemente clara, la televisión no tiene sólo un rol informativo o de entretención, también tiene uno social, que es lo más importante. Y es aquella labor la que no desarrollan del todo— todo —si es que lo llegaran a hacer —. Mediante esta también hay cierto acostumbramiento, la gente sólo ve lo que aparece en “la tele” y tele” y si no es de su interés, da lo mismo, m ismo, o sigue haciendo zapping o se queda viendo lo que hay; ni si quiera se anteponen los propios intereses sino los intereses del resto, ya la individualización no tiene cabida dentro de los m edios de comunicación masiva, la particularidad dejó de ser lo principal y se dejó de hacer distinciones y diferencias. Hoy, quizás hemos dejado de ser tú o yo, para ser un todo. A juicios de algunos, eso nos haría ser más sociedad, con unidad en lo cultural o, nos haría ser
más
consumidores
que
sociedad.
Se
han
dejado
de
lado
las
particularidades propias de cada persona, de cada individuo y se ha antepuesto a nosotros lo común. Asimismo, lo que sí queda bastante plasmado, es que, de alguna u otra manera, cada vez somos más parecidos, más iguales, en nuestros modos de vida y estilos de vida. Hay que dejar de ver estrellas y poner los pies en la tierra y ver qué realmente nos interesaría ver, conversar, pintar, cantar, descubrir, etc. Y que no todo nos lo cuenten mediante la
televisión, la cual también ha sido enemiga de las artes; el cine, el teatro, artes plásticas, entre otras. Los medios de comunicación de masas, podrán darnos mucha entretención, sobre todo la televisión, pero que no todo se concentre alrededor de ella, que no sea la protagonista de la cena familiar, ni que sea punto de encuentro de la familia, ni que sea plataforma para educarse (no todo los contenidos que emiten son en pos a este último) ni sea ocupado como el anhelado “centro” para las artes, ya que esto haría que estas es tas mismas pierdan su particularidad, los pintores tendrían que pintar para el público, para su agrado, para el odioso rating, pero no para ellos mismos ni como expresión cultural y espiritual. Solamente esperemos que la libertad de poder “elegir” no sólo se resuma a los canales de televisión o a los programas de turno. Ojalá que, así como tenemos libertad para elegir lo anteriormente mencionado, tengamos para poder tomar decisiones que involucren a todos de igual forma: leyes, constituciones, derechos, etc. Política en general. Bibliografía: Bell, D. (1992): “Modernidad y Sociedad de Masas: Variedad de las Experiencias Culturales”, p.11-57 p.11-57 en: Industria cultural y sociedad de masas, Monte Avila Editores, Caracas, 1992