Umbrales y ámbitos de la experiencia del tiempo: sujeto e interacción Raymundo Mier Garza *
Resumen
El presente texto explora ierentes aspectos e la noción e temporalia, para erivar en na refexión sobre memoria e historia, eseo anticipación. Analiza Anali za asimi asimismo smo cómo las orma ormass e inte intercamb rcambio io e inter interacció acción, n, articl articlaas aas en patrones ritales ceremoniales, involcran patas e temporalia propias se expresan en moaliaes e la acción ética. Abstra Ab stract ct
The present text seeks to explore ierent aspects o the notion o temporalit.. Then it erives into a refection on memor an histor temporalit histor,, esire an expectation. It analzes also the orms o interchange an interaction as the become articlate in rital patterns an ceremonies, c eremonies, that involve their own temporalit an express themselves, sntheticall in moalities o the ethic action.
Umbrales, ámbitos y pliegues en la experiencia del tiempo
íntimamen te aliaos. Pero Pero el El tiempo cambio participan e sentios íntimamente
tiempo involcra también persistencia, invariancia, interroga el sentio mismo e ración como traecto, la aprehensión e la variación incesante, las ormas e la continia la iscontinia, repetición, * Proesor investigaor en el departamento e Ecación Comnicación. Proesor el Posgrao en Ciencias Sociales. universia Atónoma Metropolitana-Xochimilco. Proesor para las asignatras asignat ras e Teoría Teoría antropológica Filosoía el lengaje lengaj e en la Escela Nacional e Antropología Antrop ología e Historia. Historia. TRAMAS 33 • UAM-X • MÉXICO • 2010 • PP. 11-41
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ritmo singlaria, las moaliaes e la intensia, ss expresiones, s revelación en la experiencia e la catástroe: el cambio señala n rostro enitivo e nestra experiencia el tiempo: ss mbrales, la ración acotaa, la nit, la esaparición, la extinción. Spone en el sjeto la percepción la aección e la transormación, e las transgraci transgraciones, ones, pero también el e las ientiaes; la ragilia qe exhibe la inminencia el eterioro, la nit e las propias acciones qe hacen patente los lineros el sentio; la precariea la transitoriea e los vínclos s insistencia qe reclama la intervención e la memoria. La experiencia el tiempo hace posible el pleno sentio el aqí ahora, la memoria la espera, la inscripción el propio sjeto en relación con el mno, la aprehensión el transcrso e s propia experiencia. Ss propias metamorosis, la ea la mtación e las capaciaes. La interrogación sobre el tiempo no ha ejao e conjgar acetas complejas qe esembocan en la atribción e sentio para estas transormaciones: en principio, la aparición e implsos erzas, los procesos s persistencia, s inciencia en el ominio sbjetivo s expresión abierta en el vínclo entre sjetos la aprehensión e la colectivia. S aprehensión reclama primero el claro reconocimiento e las sensaciones lego s integración e incorporación en la trama compleja e lo psíqico, articlao acaso connio con experiencia experie ncia e lo extrínseco, el otro, el mno. La experiencia como acto e aprehensión atribción e sentio: acetas activas pasivas e lo psíqico conjgaas en la imaginación, la memoria, en los istintos aspectos e la inteligibilia las aecciones, constiten el pnto e partia potencial para la génesis e las ientiaes. Pero Pero este régimen e las ientiaes no las espliega toas t oas en el mismo ámbito e sentio. Las marca, las señala, las estaca, las arranca e n entorno inierente, las esplaza e intensica las aecciones, crea polariaes, elimita los perles, ja la atención. Pero este proceso no es inierente a la incesante transormación e vínclos, erzas, isposiciones potenciales. Involcra, Invol cra, en principio, el sentio mismo el tiempo la aprehensión e la temporalia especíca e los múltiples procesos qe concrren para ar s calia s relevancia a la experiencia. La experiencia e lo temporal e toa atribción e ientia como traecto e n proceso se expresa como n sentio atribio al esplazamiento e los acentos, 12
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las mtaciones e las sonomías, las raciones, las moaliaes en qe se expresa esta ración en la composición e las ormas correlaciones inámicas reconocibles. Procesos extrínsecos –lo extraño extr año a la esera e lo propio, el otro, el mno– encentran s corresponencia correspone ncia s aecación con los tiempos procesos propios, con las acetas acet as e lo íntimo. Garan entre ellos na cierta corresponencia, s conjgación, conjgació n, no obstante, es na cancelación e calqier refejo, analogía o mimesis. La génesis incesante e intensiaes graciones pone en relieve el permanente abanono e la compenetración analógica o corresponencia casal, mecánica entre el sjeto lo qe lo excee. Así, entre los procesos extrínsecos al sjeto sje to los qe conorman s particlar esempeño psíqico se a simltáneamente na corresponencia n extrañamiento, n “paralelismo concomitante”, como había sgerio Spinoza. Este paralelismo conlleva e manera necesaria n régimen e acción, entenio como realización singlar e na potencia; esa realización es na moalia e respesta a n acontecer qe incita la génesis e n implso propio, aecao a la aparición e na exigencia externa. El sentio el tiempo eriva e este régimen e acción, el sentio e na inámica e las aecciones, sscitaas por la corresponencia entre la acción propia el reclamo extrínseco –la conición pasional e la aprehensión psíqica– qe an sentio, orma, e intensia a toa acción. Más aún, el sentio sscitao s scitao por la acción sscita por sí mismo na iversia e acciones qe responen a ella. Se iversican las moaliaes e la acción en la meia mei a en qe se esarrolla la aprehensión refexiva e esa composición e intensiaes. Pero ante esta mltiplicia composición e acciones, e implsos, e aecciones, en síntesis, e erzas –como procesos esencialmente temporales–, se elinea aqí, con claria, na interrogación namental ormlaa por Hsserl: [...] ¿cómo se comprene la aprehensión e los objetos temporales [ Zeitobjek Zeitobjekten ten] trascenentes qe, o bien se extienen sobre na ración, se realizan plenamente en contina igala (como na cosa sin cambios) o bien en cambio constante (p.ej. procesos objetivos, movimientos, transormaciones, o similares...) (Hsserl, 1980:384).
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Para Hsserl, esta interrogante persiste, esemboca en na segna interrogante qe, sin embargo, no cancela la primera, más bien la esclarece. Este alismo e la pregnta eriva e na isnción intrínseca e la conciencia e lo temporal: por na parte, la comprensión el propio objeto temporal, por la otra, la comprensión el tiempo –ración scesión– en sí mismo. Esta isnción no spone na exclsión recíproca e estas acetas aparentemente isntivas e sentio. Por el contrario, exige n esclarecimiento no sólo e s natraleza istinta, sino e s conjgación e s expresión integral. La posibilia e esclarecimiento está en relación irecta con el acto perceptivo, con los lapsos, ritmos procesos e la aección el entenimiento, por las múltiples acetas e intervención e la conciencia inherentes a toa conición el actar. Too proceso psíqico es n acto qe engenra por sí mismo sentio. La acción spone asimismo na aprehensión refexiva: la aprehensión consciente el propio hacer. Esa refexión involcra también el sentio el esenlace e ese acto s inciencia en el entorno, respecto el otro, las resonancias secelas e ese acto. Anticipa respone e manera inherente, al espectro e acciones concorantes o iscorantes qe sscita a s vez la inciencia el sentio e la acción. En eecto, toa acción sscita na reacción. No obstante, en el ámbito signicativo el actar, sscitar no es casar. La acción qe respone a otra acción no tiene necesariamente el sentio e s negación. S erza no es tampoco, necesariamente, na resistencia. Entre na otra srge na ierencia irrectible a calqiera e ambas, n implso isrptivo, n enrarecimiento. Ese momento e enrarecimiento revela la creación e coniciones tanto tácitas, implícitas patentes, como materiales signicativas para la génesis e las respestas potenciales ivergentes, inconmensrables a la acción inciente. La acción qe emerge e esas coniciones es por sí misma acontecimiento. Así, la aprensión conceptal e esas metamorosis no pee arse a s vez sino como n acaecer el pensamiento, en ca orma se expresa el esenlace e na serie espectral e acciones. Múltiples series, scesiones, encaenamientos, engenramientos tensiones, en isipación o persistentes, se enlazan se istingen por s erza ierencial en caa orma el acontecer.
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Una inexión genealógica: la meditación de San Agustín sobre el tiempo. Vislumbres de la fnitud
Qizá n pnto e infexión raical en la comprensión contemporánea el tiempo se anncia tempranamente en la refexión e San Agstín. Ss refexiones espliegan a el espectro e la refexión por venir sobre el tiempo. A la lz e ss meitaciones la aparición, metamorosis esaparición propias e los hombres se espliega. En Las Confesiones , San Agstín abora la noción e tiempo a partir el contraste el evenir presente, la isolción el tiempo hmano en lo innitamente presente el tiempo absolto e la ivinia. de esa conrontación emerge la orma evanescente el tiempo hmano, s eqívoco el jego paraójico e s transcrrir a partir el inexistir el presente, s isipación incesante, s armación en la línea el instante. Es esa plenit vacia e la presencia la qe orja el eje el tiempo, srge ahí la conjgación imaginaria e os moaliaes e la asencia, tiempos esapariciones e istinta natraleza: lo pasao qe se isipa, el evenir inexistente e la presencia, lo por venir qe emerge como antasmagoría eicaa sobre el inexistir, sobre el evenir existente. La presencia como la composición e os implsos tensiones el inexistir: el presente como enlace entre las ormas qe emergen trastocaas por la memoria aqellas qe toman s orma e las aecciones los eseos qe moelan el sentio e lo tro. La experiencia el tiempo enlaza os sentios inconmensrables el evenir: evenir asente evenir presente. Figras también e la ración la nit. El tiempo se conne con la experiencia e esta conjgación e los sentios ispares el evenir, con s precipitación, s conensación e hellas e antasmagorías, con ss ritmos, ss acentos ss implsos, con lo qe acarrea este permanente lo el presente en el qe se expresan las os gras e la asencia entenia como n espacio e lo potencial. El tiempo señala esta conjgación e los traectos el inexistir irrectibles entre sí: el qe señala la esaparición e lo a atestigao, e lo a representao, e lo presente, el qe anticipa la realización potencial e lo inexistente, lo por venir qe ese la esaparición, ese el inexistir, evenrá presente, para en ese mismo instante precipitarse en el inexistir e lo transcrrio. 15
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Persisten como ración en el presente sólo las hellas, escombros evocaos como eviencia el pasao. El tiempo aparece en el texto e San Agstín vinclao con na exigencia refexiva; las conesiones, más qe la exploración e sí, expresan la exigencia las vacilaciones e la miraa e la propia inteligibilia, las caías e lengaje los recrsos refexivos el ecir en voz alta las zonas limítroes el entenimiento. Así, la conesión es na expresión qe conjga en el relato refexivo, expresao en voz alta, es menos el invocar la pricación, qe na invocación e n evenir n estino orecios como revelación, la ilminación en la vislmbre e namento. Es la exploración el rama la nit e la inteligibilia e sí, e la jsteza e la acción. La conesión es menos la expectativa e exteriorizar en lengaje la vera e sí, qe avertir en la incertimbre e la propia conición, las claves ciraas el misterio e la propia nit e la palabra e la inteligibilia e lo ao. Más qe soocar en la clpabilia la ragilia e la incomprensión, las Conesiones espliegan el asombro la palabra balbceante e lo inconmensrable el misterio. La conesión es menos la pretensión e alcanzar, asmir o expresar la vera e sí, qe la jsteza e aproximarse al lo el enigma asmir el asombro como conición limítroe e la ilminación. destino namento emergen como certeza en esta volnta e pricación por el rigor el entenimiento, como respesta al avenimiento e la extrañeza. El giro refexivo e San Agstín, al enrentar la negación ivina e s experiencia el tiempo, espliega la experiencia íntima, la gra e lo hmano, eicaa ese la nit en la sombra e la intemporalia e lo ivino. Revelación el tiempo en la esaparición: la propia transitoriea, la experiencia el presente como mero lgor en el lo el tiempo, co sentio emerge sólo e s inscripción en la presencia absolta, intemporal el tiempo negao armao por la presencia ivina. Lo absolto como articlación simltaneia e toas las temporaliaes, tiempo negativo, sin transcrso, origen estino sin tiempo, sin scesión, inscrito no en el otro –origen estino en na totalia paraójica, sin lineros sin inscripción. Ientia como composición e toas las ientiaes, más allá e too límite, sin límites. de ese trasono emerge el tiempo el sjeto eicao ese el acontecer e la existencia pra como evanescencia; evanescencia qe en 16
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s transitoriea no ele la paraoja: el tiempo hmano eicao ese el vacío mismo el tiempo, el tiempo inmóvil pleno, omnicomprensivo e lo ivino, presente perpeto sin el vértigo e la presencia, la raical intemporalia el instante innito e ios. El instante e ios como gacia sin tiempo, como lgor sin tránsito, como extinción absolta, como armación isipación e na calia pra, irrectible a toa otra calia temporal, qe, sin embargo, a s sentio s sonomía a toa ración, conorma el traecto e las intensiaes, ilmina la nit el tiempo hmano s vocación a la merte. Pero el instante hmano es ante too la experiencia e la implantación e na hella evanescente qe cobra s sentio al constitirse únicamente en vértice e la memoria e la espera. El tiempo se esobla en las gras e lo no-presente: lo esaparecio, lo perio, lo extinto, lo qe señala la tensión e too avenimiento, e too porvenir: anticipación eseo, espera esperanza, articlaos sobre el vacío e lo incalclable, e aqello qe sólo pee arse como vislmbre como antasmagoría, como antasía como ansiea. Este esoblamiento el instante, sin embargo, no a cabia a la vacia. El tiempo se exhibe como precipitación e inminencia. Esta conjgación e los moos e aparecer e lo esaparecio conere al tiempo hmano, ese la miraa e San Agstín, s contraste irrectible con el tiempo ivino, erigio ese los tiempos e la imposibilia e asencia, e los siempre presente, e lo absoltamente presente, e la imposibilia e la esaparición pra en la esera e lo ivino. Sma e toas las presencias lgar e la presencia e toas las esapariciones, la ivinia se expresa como evenir perpeto e imposible e na totalia intangible, plena sin esaparición. El enigma el tiempo emerge así en toas ss acetas e la paraoja el tiempo absolto, lgar inalterable e toas las moviliaes, e toos los cambios; sma extinción e orígenes estinos, presencia e too lo esaparecio más allá e la esaparición, presencia e lo por aparecer, lgar e toas las aecciones las pasiones velto perpetamente sobre sí mismo, totalia e presencias sin asencias, sin exterioria, sin lineros, lgar, tiempo ración inextingible e toos los mbrales. La opacia intransigente e lo invariante e la comprensión innita e too lo qe se trasmta. El tiempo ivino como el qe comprene toa variación posible, se agolpa en esa síntesis absolta. En el asombro 17
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e San Agstín, el tiempo e dios es toos los tiempos extinción el tiempo, toos los instantes conjntaos en la abolición raical el instante, no la invención e n origen sino s vera como misterio, no la anticipación o la vislmbre e too lo por venir sino s plena eviencia conrmación. El tiempo como scesión se anla, es sólo la ensia innita el instante en el espacio e lo ivino, caa no e los cales integra espliega toa temporalia posible. Origen namento e toa ientia, el tiempo asme la plena eviencia, inaccesible para la razón, e la sión e los tiempos: presente, pasao porvenir; s inscripción en el tiempo se a más allá e la exigencia allia e la memoria e la ansiea e la espera qe acompaña las aecciones e lo qe avenrá. Sin embargo, la experiencia el tiempo es extraña a la ivinia, emana e ella: na emanación no menos paraójica en la meia en qe no ha naa extrínseco a la ivinia; el mno el hombre mismo están inmersos en esa esera absolta el vértigo temporal e la intemporalia e ios. La emanación hmana el tiempo es interior a ios mismo, se a como experiencia al reractarse en el espectro propio e lo hmano: el sentio como seña testimonio e la nit. El tiempo ivino carece entonces e sentio; vacío e signicación se torna signicativo al esplegarse en scesión e inexistencias, al emerger e la esaparición. Es la extinción lo qe aporta el sentio, la negación qe a origen a los signos es la qe emerge e la nit e la merte. El tiempo toma sentio como experiencia e la extinción. El sentio el inexistir ampara la certeza e esta emanación e lo ivino en el seno e sí mismo como tiempo e lo hmano. La refexión e San Agstín señala n velco refexivo para el mno cristiano: la religión eropea se abre necesariamente a la sombra emergente e na violencia irrennciable: las e las vacilaciones e la e ante la interrogación lúcia rigrosa srgia e la experiencia e la nit. La visión ogmática enrenta ss propias vacilaciones. La erza e la interrogación el enrentamiento con la paraoja coneren a esta refexión sobre el tiempo orecia por San Agstín toa s vitalia. La erza e s interrogación no sólo se ha preservao, sino qe ha constitio el germen e la refexión namental sobre el tiempo. Si bien no es posible inagrar la refexión contemporánea el tiempo con 18
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San Agstín, tampoco es posible ignorarla. Hace patente qe la refexión sobre el tiempo, eicaa ese el lo el presente, exige constrir la imaginación sobre el tiempo sobre la extrañeza la erza e la memoria, asimismo sobre las tensiones esasosiegos e lo por venir. Este giro e la imaginación: comprener el presente sobre la memoria la espera, implsa, por na parte, a la exploración e las moaliaes e la memoria: evocación, reminiscencia, la esión e las hellas e lo pasao, origen, implso, la transgración e la memoria en historia, en mito, en certeza, s apntalamiento el régimen e vera, s implantación en la conciencia como gra e la certeza; por la otra, a las moaliaes expresivas e la tensión hacia lo por venir: espera, esperanza, eseo, antasía, topía, vislmbre, anticipación, estrategia, nalia, proecto, estino. Ambas acetas e la refexión, la exploración e la memoria la moelación antasmagórica el tro exhiben n incesante trabajo e recreación recíproca, conjgan en la invención e la orma expresiva el tiempo, el qebrantamiento, la nit, la extenación, la esaparición, la anticipación e la merte, pero también las antasías el eseo las lgraciones metóicas el cálclo. La experiencia e lo presente articla en n vértice estas moaliaes –pasaas tras– el sentio el tiempo, empja al sjeto a na inscripción pasional en el mno, la exigencia incesante e na respesta a las ormaciones enigmáticas el acontecer. Pero la experiencia el presente está ilminaa también por la tentación oscra e lo absolto: la nit como absolto, la merte. La certeza la ansiea e la merte, como realización corpórea, hmana, e lo absolto el tiempo, se enlazan con el peso e la extrañeza intemporal el tiempo ivino, s innit. La experiencia el tiempo se nca en esta aparición e la nit como amenaza como exigencia e reención. Ahona la experiencia e nit como conición patente anqe intangible e lo hmano. No obstante, la experiencia sbjetiva el tiempo, apntalaa en la gacia el presente, atenazaa por lo absolto, no pee sino nirse con la certeza e la esaparición: como conición e esa nit señalaa por la evanescencia perpeta el presente.
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Tiempos de la acción: la fguración corporal del presente. Dinámicas y catástroes de la identidad
La experiencia el evenir asente el evenir presente se eclipsa en la exigencia qe impone el acontecer el mno e los vínclos al sjeto; el presente no es sino la respesta a esa emana, el imperativo el presente; esa respesta es siempre acto. Pero la acción se transorma en velo, inclso en olvio el tiempo: la acción espliega el espejismo e la plenit la atonomía el instante, la isipación e la memoria, la transormación el horizonte en na nalia inmeiata, el olvio el acto como postergación o como promesa esplegaos en n horizonte más allá e la propia nit. La experiencia el tiempo no pee aprehenerse así sin conrontarse con las moaliaes e la acción el proceso narrativo qe la signica. Pero el sentio e la acción eriva sobre too e la aprehensión signicativa e los marcos las congraciones e la reglación. Regla norma 1 como expresión e la erza imperativa qe signica la acción, sbacen a toa aprehensión narrativa e ésta. El acto señala el evenir presente el sjeto. Acota s régimen e ientia. El evenir presente e n sjeto no es menos catastróco qe la súbita irrpción e lo absolto el tiempo, e la esaparición. Revela el estino eqívoco mtable el reconocimiento como namento no sólo e la aprehensión e sí, sino e la expresión colectiva e la propia ientia. El proceso e reconocimiento: el actar el sjeto, srgio el ámbito propio, se inscribe en el ominio el otro, ante él, respecto e él. Incie sobre la ientia el otro tanto como la acción el otro moela la ientia propia: conjgación e los horizontes el eseo. La acción no es nnca simple, niireccional. Es siempre múltiple, caa acción es la composición potencial e toas las reacciones posibles, la La istinción entre regla norma es crcial. Remite a la erza imperativa e caa exigencia e invariancia, a la aprehensión eiética el actar, e s necesia. Señala así s pretensión e generalia s inciencia en la comprensión el acto como moalia el intercambio e éste como expresión signicativa, comnicativa, e la intersbjetivia –orma primorial el reconocimiento recíproco– la interacción, gra comnicativa el régimen e la particlaria, ajeno a la expectativa e generalia o niversalia e la norma. 1
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expresión potencial e múltiples evenires, la isnción consonancia e los eseos, la apertra no sólo a los hábitos a la anticipación, sino a la isposición ante lo incalclable. Conlleva asimismo el errmbe la recomposición el mno, el otro, e sí mismo. Pero la acción conlleva en sí misma na transgración el entorno, e las ientiaes, el sentio; hace patente na mtación qe exacerba, simltáneamente, la memoria el olvio, las catástroes los límites el eseo. Así, el presente qe emerge e la síntesis e lo pasao e las anticipaciones vislmbres el tro, e s inciencia ecaz sobre la experiencia el aqí ahora, no revela na sola temporalia sino la composición e múltiples tiempos, cronologías, ritmos, involcraos en la composición isnción e los procesos e reconocimiento. En éstos se ne en na síntesis isntiva, el espectro e las memorias las concorias iscorias sobre el sentio e lo pasao. Acto reconocimiento no srgen así e n sjeto originario, primorial. Revelan n tiempo qe antecee a toa acción qe hace e ésta n acto qe respone a otros actos, n reconocimiento qe respone a otro reconocimiento, qe se expresan como na exigencia, como n imperativo. Ince a la acción ante la génesis e na apesta e sentio, ante el vértigo teleológico srgio el reclamo e la αναγκή. Es e esta conrontación con la αναγκή e one eriva la exigencia ética ante la emergencia el otro, en n mno en perpeto movimiento, en incesante catástroe. Este reclamo hace patente la rgencia e la reinvención e la memoria la precipitación el horizonte e sentio sobre el eseo, sobre el implso e la acción srgia siempre ese el concernimiento qe lo otro sscita. Trastoca también el espectro completo e los tiempos; reclama la implacable invención el sentio la iseminación el esarraigo, e la metamorosis irreparable e las ientiaes exigia por la erza paraójica e la αναγκή. Ésta conjga acontecimiento necesia, transitoriea e innito, movimiento jeza, el espectro completo e los tiempos: pasao, presente tro. En la αναγκή se enlazan estino, conición, imperativo, atalia lógica, haecceia, origen, nalia, eterminación e lo incalicable conición invariante el evenir: pregra la constelación e tensiones isntivas el ser como evenir. El presente se revela así como evenir presente e lo otro –siempre es lo otro–, tanto lo otro inherente al 21
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evenir e lo propio, al esastre e las ientiaes, como lo otro patente en el avenimiento e lo extrínseco: emergencia e lo qe irrmpe, la erza qe implsa ese evenir presencia la catástroe e los vínclos los mbrales el mno propio. El presente, entenio como el momento e la composición e las erzas antagónicas articlaas ese la irrpción e la αναγκή, pone en jego en principio la experiencia el propio cerpo en el ominio, la inteligibilia el implso isrptivo e la acción. El cerpo propio srgio como aprehensión e sí como régimen pasional a partir el vínclo con el otro. Cerpo acción se revelan así en na composición inextricable, capaz e esplegar los regímenes simbólicos el vínclo expresión e éste, pero también el acontecer mismo el cerpo la realización e ss aecciones potenciales, e ss tramas plsionales e las intererencias espectrales e ss eseos. No obstante, como se ha hecho patente ese Spinoza, la imensión corpórea el sjeto en el mno conere na calia especíca a los movimientos anímicos. La percepción el entorno, el otro, e sí, las sensaciones e la pertrbación anímica son a n vértice e confencia entre el sentio ss ormas simbólicas objetivaas las exigencias el vínclo: proección e las intensiaes, los tiempos, las raciones, la calia e las aecciones pasiones, sobre las capaciaes anímicas, qe conorman con ellas las graciones las sonomías e los objetos, establecen la proximia o la lejanía, asmen s isponibilia o s inaccesibilia, s amiliaria o s extrañeza. La percepción, como “acción pasiva” qe se expresa como contemplación, esccha, intensiaes táctiles, emoras gstativas, son n momento, a s vez e la experiencia íntima qe va el registro, al nombrar, al narrar, al testimonio, el recero, la anticipación. A pesar e esta plena mnania el cerpo, la inscripción el sjeto en el mno no pee arse sin n extraño esarraigo: siempre entro era el mno. Lo contempla ese na raical extrañeza srgia e s incorporación en n régimen e sentio, pero sometio plenamente a ss reclamos, a las necesiaes, a las epenencias los estinos trazaos por la trama e los procesos erivaos e s estar en el mno. Es la acción lo qe hace patente el acontecer corpóreo el vínclo; esplaza transgra, ebilita o acentúa ss rasgos, ilata o restringe los alcances. El vínclo –qe es simltáneamente reconocimiento, 22
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intersbjetivia, interacción, intercambio compromiso pasional con el otro– se hace presente como orma e las intensiaes, la variea o la insistencia o ración e las aecciones, la aprehensión e sí como realización potencial e los vínclos. Pero también reclama na síntesis insitaa e la moalia e la inscripción el sjeto en el eje temporal e n aqí ahora; transorman el sentio el instante al moelar la inscripción el cerpo en s iálogo con el mno. El aqí ahora, orma espacio-temporal el presente como no e convergencia e las hellas e aecciones las reminiscencias, como lgar e na síntesis isntiva e las hellas e lo vivio, no pee elir tampoco n moo particlar e integración el tro, expresao como expectativa promesa. La intensia el carácter e la espera erivan e la exigencia e la necesia, e la implacable presión el eseo, el reclamo intransigente el mno, e las moaliaes e s imperativo. Esta conjgación e necesia, eseo reclamo e respesta, impesta por las coniciones e la orma e via, plantea la interrogante sobre las tensiones entre la orma objetivaa –institia– el tiempo la experiencia sbjetiva. Alienta la inqiet por el alismo namental en el régimen el tiempo: s institcionalización la expresión e ésta el espectro amisible e ss expresiones narrativas, las ormaciones sbjetivas –intensiaes aectivas, plsionales signicativas propias. El tiempo propio, el tiempo íntimo, el tiempo enteramente cirao en los mecanismos en los horizontes e la experiencia, se istancia se entrelaza con los nombres, las ciras los encaenamientos e las transormaciones normaas, hábitos convertios en ceremonias e imperativos, extraños a la plena eterminación e las propias acciones. dar sentio al mno –sentio inteligible e intensicación e la presión plsional– ancla al sjeto plenamente en el mno, pero también lo arranca e él. No pee haber ningna incorporación plena el mno cano el sjeto se separa el mno al objetivarlo en n régimen simbólico institio. Pero es esta misma simbolización la qe lo inscribe en el mno teje los vínclos pasionales con la expresión las moaliaes el acontecer. El mno aparece plenamente al mismo tiempo como na exterioria como resltao e n moo particlar e inscripción e sí en el seno e este mno; aera aentro, extraño e inscrito plenamente en el mno, arrancao por el 23
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propio sentio más allá e la mecánica silenciosa el mno e inmerso en él en la meia en qe el mno existe sólo como sentio. En este jego complejo qe explora Merlea-Pont: la relación crzaa, ambivalente, oble inscripción paraójica e la mnania el cerpo la corporeia el mno, la percepción como acción, como interioria exterioria e la conciencia ante en el mno, n mno engenrao ese la interioria e la conciencia. MerleaPont asme este jego e inversiones e inscripciones recíprocas entre sjeto mno; los ientica con la gra retórica el qiasmo; n jego e múltiples inversiones, e composiciones antagónicas, contrastantes, permanentemente en sión. El qiasmo e la relación sjeto-mno se expresa también en la relación entre el lengaje el silencio –silencio e los cerpos, e los objetos, pero también orma silenciosa el espacio el tiempo–, entre el aentro el aera el lengaje, el evenir lengaje el silencio, el evenir silencio el lengaje. Las gras el qiasmo esboran la clasra e na relación negativa cerraa sobre sí misma. Revelan tensiones ispares, imposibles e eqiparar: tensiones en movimiento. Cerpo, espacio, tiempo, lengaje: exhiben también esta conjgación e tensiones, moos e arse e la simbolización; pero también la relevancia qe aopta en la aprehensión el sentio las potencias erivaas e la capacia refexiva el lengaje, s posibilia e transormación e s propia calia signicativa las resonancias las secelas e s pliege. El lengaje se reere a sí mismo, a s objeto a s génesis, a ss reglas a la voz las coniciones e s ennciación, a s signicación a las moaliaes e s realización a las coniciones e s ecacia. El lengaje espliega na calia singlar e s atribción al revelar los múltiples jegos potenciales e este “pliege”: volver sobre sí mismo para trastocar ss sos, el sentio e s realización como acto simbólico, las reglas qe lo orientan, los objetos a los qe se reere, los sentios qe sscita, la erza e s inciencia en el espacio simbólico, s papel en la génesis e las ientiaes. Este pliege ha sio esignao con n concepto eqívoco: metalengaje. No obstante, es posible evolver a esta capacia e pliege na relevancia carinal: crea, en la esera misma el lengaje, na iscoria en las caliaes e la signicación, na isnción qe es al mismo tiempo e signicación, e reerencia, 24
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pero también sobre too e la erza inherente al implso refexivo el acto e lengaje. Se instara así n jego singlar: el lengaje se revela como na acción simbólica otaa e múltiples acetas. En realia, la acción simbólica es na conjgación asimilación e múltiples acciones, caa na con erza, orientación reglación propia. Así, el “jego” metalingüístico no es la conormación e n saber sobre el lengaje, sino na conjgación e actos, e moaliaes e simbolización, la implantación e n múltiple estrato e signicaciones simltáneamente articlaas isntivas. Ese “jego” metalingüístico instara na presencia singlar el sjeto en el seno el lengaje marca también s inscripción en la conjgación e los planos e temporalia inherentes al ecir: ecir sobre el tiempo, ecir en el tiempo, nombrar el tiempo, inscribirlo en n ámbito múltiple e esignaciones, narrar para hacer inteligible el tiempo como transormación e ientiaes procesos. Pero el “jego” e los plieges metalingüísticos es también n moo e composición e los tiempos el lengaje, ss moos e signicar el tiempo: señala la posición el sjeto en el lengaje en la experiencia e sí, pero también señala la posición el sjeto en s relación con los tiempos el otro. Aparece así otro jego: el el iálogo, qe no es sino la composición e las simbolizaciones propias el otro, simbolizaciones a la vez corpóreas, rítmicas, reglaas singlares, objetivaas en la composición e voces, en acetas contrastantes e la narración ss corresponencias. Acciones simbólicas isntivas qe, sin embargo, se someten a las reglaciones e la reciprocia, qe participan en procesos e reconocimiento qe moelan el sentio e sí a partir e las moelación el sentio el otro. El iálogo invoca evoca la erza signiicativa e la acción simbólica propia e los cerpos. En el vértice el presente se esobla la experiencia el tiempo en toas ss acetas: tiempo como régimen e lo vivio, tiempo como conición e toa inteligibilia, tiempo como moo en qe el sjeto istinge las gras las potencias e la imaginación –imaginación como presentación como representación–, tiempo como ámbito e reglas con las qe la experiencia respone a las exigencias e la ienticación, tiempo como moalia e inscripción e sí en n oble régimen e sentio: como reconocimiento e sí el otro, como conición e la responsabilia como régimen e 25
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objetivación e la esera e lo propio, el mno, e los vínclos en na expresión material: las ormaciones simbólicas, privilegiaamente, el lengaje. La objetivación el lengaje –toos los planos e relaciones entre las ormas sonoras s integración en la ensa trama el lengaje institio: na lenga las patas reglaoras e s so– no es na ormación relacional inerte. Por el contrario, las ormaciones el lengaje constiten constelaciones e erzas articlaas en n régimen e composición raero capaz e orientar la cognición las ormaciones plsionales, otarlos e n tiempo qe conronta acota la violencia el acontecer, pero paraójicamente, lo hacen ese la posibilia e hacer el lengaje el germen mismo el acontecer el sentio, la irrpción corpórea signicativa e la imaginación. Pero el acto e lengaje, al apelar a las ormas objetivaas e la expresión, inne a la signicación institia la erza cticia e na generalización sin agente, sin tiempo, sin circnstancia. El lengaje aparece como na ormación al margen el tiempo. Esta cción hace e las ormas objetivaas el lengaje erzas ajenas a too anclaje sbjetivo, isipa en ellas toa hella raera e apropiación. Imponen con ello n marco potencial para las ormaciones generales e la aección el pensamiento. Orecen el espejismo e na ientia estable, completa, erivaa e la insistencia e la reglación, qe srge así con el ara e na le, asme s erza imperativa. La lenga aparece entonces como na ormación atónoma, na estrctra articlaa completa. Sstenta aemás toas las ormas e objetivación e la reglación s erza e obligatoriea –lo qe enominamos “normas”– engenra, con ello, algo qe poemos reconocer como na ormación raera, persistente, nca n tiempo colectivo. La objetivación el lengaje expresa na ecantación e las erzas psíqicas2 en ormas expresivas, simbólicas, qe hacen posible la realización e esas erzas potenciales psíqicas, qe hacen posible na aectación e los otros, na emana a los otros para la creación e na inteligibilia expresaa a s vez en ormas simbólicas inámicas. La orma e lengaje expresa esa síntesis compleja la espliega e manera espectral como La metáora e la ecantación spone, en principio na esagregación, na iscriminación, na extracción na síntesis e esas erzas composiciones. 2
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na erza qe se sstenta en la resonancia entre las ormas objetivaas. Expresa, en na constelación especíica e ormaciones sonoras materiales, tanto las reglaciones, restricciones, coniciones e las ormaciones cognitivas, como las propensiones potencias marcaas aectivamente en los procesos conscientes e inconscientes el esempeño psíqico. Las ormas objetivaas el lengaje los procesos sbjetivos –las ormaciones cognitivas aectivas en acto– no garan entre sí corresponencia plena ni aecación mimética, tampoco revelan na analogía, ni corresponencia estricta con los procesos psíqicos ni con la orma e los procesos extrínsecos al acto e lengaje. Lo qe emerge el jego simbólico no es sino n espectro e resonancias entre toas las acetas e la acción simbólica el régimen e interacción reconocimiento. Los procesos psíqicos los implsos corporales son extraños a la materia misma el lengaje, pero emergen como actos signicativos a partir e s expresión material en los símbolos objetivaos e institios. No obstante, esta institcionalización e lo simbólico no articla niversos homogéneos, sistemas orenaos, completos, patrones estrctrales. Por el contrario, los patrones simbólicos, ss composiciones amisibles, las erivaciones conceptales relacionales, las secencias inerenciales, la traslación e jicios órmlas e comprensión en hábitos en nevos patrones e acción simbólica ponen en jego ormaciones e reglas heterogéneas, congraciones relativas a sitaciones especícas e la interacción. Fijan moaliaes para la heteronomía e los sentios. Pero cerpo palabra, enlazaos en la composición e acciones simbólicas espliegan s propia temporalia: son asimismo procesos, n evenir sentio, evenir vínclo; asmen la inciencia e la memoria la espera, nan orenan los tiempos e la sbjetivia e los vínclos. El vínclo la acción expresan moaliaes namentales el tiempo. No ha vínclo qe no involcre necesariamente las vicisites e la ración las molaciones ritmos e la intensia. dración, ientiaes, intensiaes, aecciones, memoria, son invención también e cronologías, mitos, memoria e orígenes imaginerías e tros, proección, horizonte; el vínclo exhibe en s propio evenir el espectro e la temporalia. El vínclo reclama constelaciones e acciones pero 27
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no eriva s sentio solamente e ellas. Asme la orma la experiencia el instante, e lo pntal, pero asimismo reclama siempre el sentio e la ración, e los ritmos como recapitlación e las reglariaes la certeza e las ientiaes, como conrmación renovación el sentio e lo ocrrio como anticipación, vislmbre resgaro e sí ante la incertimbre el porvenir. Invoca el sentio e la repetición. Sscita las imaginerías el retorno o el abanono, las antasías e la circlaria, la erza o los espejismos el aprenizaje. Mitiga el esconselo e lo irreparable, a cabia a la serenia el elo. La experiencia el vínclo sstenta otra experiencia crcial: la el conselo, como expresión e la soliaria, como la orma insitaa, inconicionaa el vínclo. una ración sin sstento, qe se preserva más allá e las esapariciones. Vínculos y ritualidad: tiempos imaginarios del drama colectivo
La relación el sjeto con la comnia como totalia no pee erivarse e las tensiones, alianzas confictos e la interacción o e la reciprocia, la conrontación lcha inherente a los procesos e reconocimiento, no pee ser sino imaginaria apntalaa en el sentio qe se esprene e la vigencia e lo normativo. de ahí la relevancia privilegiaa e los ritales, inclso ínmos, circnscritos a esos intercambios precarios ceremoniales qe sscitaron la atención e Goman. La interacción objetivaa en tipologías e sitaciones, en reglaciones al margen e la conrontación evental e los sjetos, se plasma en esos hábitos reiterativos, normas locales ceremoniales particlares qe rigen la via cotiiana. Esos intercambios ceremoniales, interacciones resiales esibjaas qe prevalecen en los márgenes, en las riveras crepsclares e los granes ritales, son la vía para la visibilia integral e integraora, sinóptica, e las colectiviaes. Conorman las ientiaes en n marco normativo raero qe sstenta la experiencia e estabilia e las cltras traicionales. Esos ceremoniales –interaction rituals , en la conceptalización e Goman– como recrso e aprehensión sintética, cticia, e la generalia e la norma e s observación consensal. Los ceremoniales 28
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asmen na erza metonímica particlar: en principio, como ormas atómicas, resiales, germinación e los ritales integraores e la colectivia; pero también como ormas inicativas e orenamientos e ientiaes. Si bien las ceremonias cotiianas son inconmensrables con los ritales e integración colectiva e las comniaes, se teje entre esta constelación e ceremonias la serie articlaa e procesos ritales comnitarios na trama e vasos comnicantes qe cristaliza en la experiencia íntima. Como las series ritales, esta constelación e ceremoniales pntúa ene los tiempos los ritmos e la interacción cotiiana, hace patente la “realia” íntegra e la presencia comnitaria como na erza intemporal, como n imperativo sin exterioriaes. Sstraerse a la erza integraora el rital o a este espectro complejo e ceremonias es asmir la violencia exclente e la marginalia normativa, es experimentar el eclipse e las ientiaes o bien en n moo e inexistir simbólico, la vacia el reconocimiento como expresión raical e la violencia sin agente, ejercia por la entia intangible e lo social. Con estos ceremoniales se enlazan nos con otros los hilos e las tramas vitales qe an s sonomía a las ormas e via se revela, en patrones gestales, verbales, escénicos aectivos, la erza patente el oren imaginario e la totalia social. La interacción, así, no tiene n tiempo o na ración, sino múltiples. Ritalizaa, o en el moo inicativo e la ceremonia, la interacción emerge como restaración e la memoria, toma la ea insonable el mito se proecta sobre el horizonte como na plenit e la vigencia inalterable e la norma. No obstante, la realización rital, siempre en conrontación real o imaginaria con el acontecer potencial, asme na realización siempre singlar. Si bien es, por consigiente, realización e la memoria, es también s reinvención s revocación. Revela siempre na aceta el acontecer social. Pero es la preservación e la norma s revocación, s enrarecimiento s restaración. Es la plena reapropiación e na ientia pasaa s olvio. Caa interacción o bien ritalizaa, o bien meramente bosqejaa en la ceremonia, ragaa en hábitos generalizaos particlares, es, por consigiente, repetición, recreación istanciamiento e las graciones qe emanan e la jeza meramente conceptal, cticia, e la norma.
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Los tiempos e interacción exhiben los planos temporales abiertos e la reciprocia como conición inelible el eecto imaginario, procio por la escenicación sinóptica e la integria imaginaria e comnia. No obstante, esta integria imaginaria se experimenta como eectiva. La realización comnitaria tiene el tiempo el rereno e la alianza: es na oble promesa, la e la irrelevancia e los qebrantamientos –no s olvio ni s perón–, la e la preservación cmplimiento tros e los ciclos e intercambio. En los ceremoniales los ritales, el tiempo e la promesa, en particlar el momento e s cmplimiento se asme e antemano como inexorable, na gra eqívoca e la necesia. de ahí s erza cohesiva. No habrá sspensión e la trama e los intercambios. No habrá jamás n abanono o na interrpción e la serie qe exige como conición e lo colectivo la “reacción ante la reacción el otro”, en la órmla sintética compleja e Bateson, la preservación e las órmlas e reconocimiento e intercambio. Pero esta serie no habla e na continia plena entre caa ase e la interacción. una reacción mestra, ante la otra, na iscontinia, n esase, n momento isntivo. Lo qe separa na reacción e otra es n hiato introcio por la intervención simbólica –a s vez institia singlarizaa por s realización especíca aecaa en la acción simbólica– qe hace e toa respesta, la realización e na respesta postergaa. Ni siqiera en la reacción súbita, intempestiva, inmeiata e n sjeto rente a otra acción ha inmeiatez: se inscribe entre ambas na postergación introcia por el anacronismo e la memoria, e las reminiscencias, e la irrpción e lo pasao sobre lo presente la anticipación, por mínima qe sea e la respesta las resonancias por venir por la propia ilminación opacia inherente a la intervención constittiva e lo simbólico. Ceremonias ritales asmen, sin embargo, los tiempos contrastantes e la reciprocia la hella el acontecimiento mismo el intercambio: creación preservación e las reglaciones, pero, asimismo, preservación e la erza isrptiva el acontecer qe aparece con caa ase el intercambio, con caa moalia e la acción incorporaa en el proceso e raticación reinvención e la norma. En eecto, caa ase el intercambio es al mismo tiempo raticación e las prescripciones prohibiciones, pero también interpretación atónoma e las 30
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exigencias e caa imperativo el intercambio. Esta “aplicación” e la interpretación es n acontecer qe marca potenciales enrarecimientos, incertimbres, istanciamientos conrontaciones en el traecto mismo e rereno e las ientiaes las reglaciones. La preservación e la cohesión colectiva reclama así n olvio e esos momentos el acontecer. S visibilia introce la potencial ragmentación e la colectivia, la incitación e las conrontaciones, la exhibición e ss sras, ss jerarqías confictivas, s potencial isolción. La erza e creación e la ceremonia el rital srge e la integración erza e isrpción e estas tensiones temporales en la trama e las interacciones. Lo comnitario se revela así no como na calia especíca e n conjnto e interacciones, no ene n sjeto integral, coherente, sin ierencias sin sras. La ientia comnitaria, s cohesión no es sino n sentio qe se le atribe metonímicamente a n patrón interacción comprenio siempre como inacabao, ragmentao, recorrio por tensiones qe emergen incesantemente e las ormas los propios procesos e interacción, pero ca corresponencia se asme como necesaria, postergaa pero actal, potencial pero asmia como a realizaa. Lo comnitario es n atribto cticio pero ecaz, creaor e experiencias generalizaas e ientia, anclaa en la visibilia e lo rital o en las resonancias metonímicas e las iversas ceremonias, n valor atribio al régimen qe entrelaza qe conjga las tensiones las inámicas e interacción. Acaso, n concepto crcial para reconocer este jego e temporaliaes se exprese en el concepto psicoanalítico e la instaración retroactiva el sentio e la experiencia [Nachträglichkeit ]. Es n movimiento refexivo e la signicación, n jego singlar e la memoria qe sscita n momento e certeza a partir e n instante e aparición relevante e lo no signicao el pasao qe, sin embargo, se preserva aparentemente como na hella inierente en la memoria. Es na operación singlar e memoria en la meia en qe este rememorar no es na evocación ni na mera inciencia o reaparición e lo no signicao, sino s intererencia en las certimbres e la ientia e sí, e los vínclos, e la colectivia, el mno mismo. Pero también na recreación e too relato e la experiencia el tiempo erivao e este signicar lo insignicante, inscribirlo en la historia qe se revela como n relato opaco, inacceso, 31
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marcao por lo insignicable. La signicación retrospectiva obliga así a rehacer no sólo la propia historia, sino el sentio mismo e la memoria, e los procesos e reconocimiento, las gras e la ientia. Pero qizá lo más pertrbaor e esta ilminación retrospectiva es qe el sentio e lo insignicable no emerge e na mera operación refexiva e la conciencia, no es na “reconsieración” ni n retorno pramente refexivo hacia las hellas e lo vivio. Por el contrario, ese sentio emerge e instancias ajenas a toa simbolización, a too proceso e signicación ao. Srge e las presiones el eseo e las vicisites plsionales expresaas como signicación aberrante, como na signicación sin reglaria ni reerencia, como n acontecer pro e la signicación qe srge e los tiempos las hellas inaprehensibles e la sbjetivia. La memoria, a la lz e la operación retroactiva e atribción el sentio a la experiencia, ese la inscripción patente e lo no signicao, revela na orma e sentio qe conjga el reconocimiento el acontecimiento mismo el signicar, como e las moaliaes insitaas e la memoria. Pero esta retroacción no srge el sjeto mismo, sino el proceso e interacción, el intercambio, el reconocimiento; proviene e esta inciencia el vínclo. Introce na oscria na ilminación en la génesis misma e los procesos e reconocimiento e conormación e la ientia, marca con la inqiet e lo plsional too relato e la memoria toa prospección, toa imaginación el tro. Las modalidades de la historia y el espectro de lo imaginario: las modalidades éticas como síntesis disyuntiva de la experiencia del tiempo
La constrcción e las ientiaes los estinos e la interacción no reqieren sólo la intervención ecaz e la memoria, las inciencias signicativas e las antasmagorías el eseo las sobras grativas e la plsión, e las imaginerías los mbrales signicativos el proecto la anticipación. Reclaman la ormlación e las narrativas qe en inteligibilia e estas ientiaes, a s génesis, a s posible estino.
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Estas narrativas no son simples expresiones refexivas e la experiencia, sino tramas en las qe se enlazan, se conjntan, se conjgan, se nen, se sintetizan las historias múltiples e los otros, el propio sjeto. Los iscrsos sobre el pasao se separan en moaliaes istintas –asmieno la caracterización hecha por Benveniste el iscrso histórico–: aqellas, como los relatos e la memoria, qe orecen la marca el acto mismo el evocar, qe exhiben la hella e la aección sscitaa por la eviencia e lo esaparecio, aqellas, el iscrso propiamente histórico, qe orecen el relato e lo pasao en la retórica e la realia, testimonio sin testimoniante, relato escriptivo o valorativo e lo ocrrio. La historia, entenia por consigiente en la perspectiva e Benveniste, srge como conjnto articlao e relatos e hechos pasaos privaos e toa hella patente e s relator, arrancaas e acto e ecir, asmios como escripciones valoraciones sin otra temporalia qe la ormlaa en s propio contenio. Los géneros e la historia la memoria exigen así moos isntivos e signicar el tiempo: por na parte, la memoria exhibe na comprensión inámica qe asme la experiencia presente como síntesis e lo evocao, las reminiscencias, el eseo, la expectación o incitación, la emana e las sitaciones e intercambio e la conormación e las spremacías; por otra, el iscrso e la historia como la comprensión srgia refexivamente e la pesta en narración e acciones signicaas como pasao sin la hella viva e la memoria: el simlacro e memoria sin sbjetivia, n “así e” sin tiempo ni orma e la ennciación. Pero la memoria propia como ejercicio e na capacia e inteligibilia e lo esaparecio en la experiencia el sjeto, la memoria colectiva originaa ese el conjnto articlao e relatos singlares sobre lo pasao reclama n moo complejo e composición. El tránsito e los iscrsos particlares e la memoria propia, anclaa en la experiencia e los sjetos, a la conormación e la trama ierencial e los relatos qe se asme como memoria colectiva conlleva la conormación e n género narrativo, qe no es otra cosa qe n conjnto e reglas aceptables e inteligibilia compartia e la cal se eriva n campo e variaciones narrativas amisible verosímil. La memoria colectiva emerge así como n marco reglaor e los patrones narrativos el pasao, asmio como conición e inteligibilia 33
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reclamao en los procesos e intercambio colectivo. Como gra e la verosimilit e las narraciones e lo pasao, la memoria narrativa no es sino n género a s vez histórico. Se istinge así e las moaliaes el mito qe se presentan bajo la imagen el relato intemporal e la temporalia. No obstante, ambas, el género e relatos míticos el género e relatos e lo pasao comprenio como el género iscrsivo llamao “memoria colectiva”, se integran en lo qe emerge, en las coniciones e intercambio como conición como eviencia e too régimen e intercambio too estino ialógico e la interacción. No obstante, la historicia el género llamao “memoria colectiva”, al inscribirse como conición e las acciones recíprocas, las gras e reconocimiento los procesos e ientia se integra plenamente en las estrategias para constrir spremacía, sometimiento exclsión. Aparece como conición e las ormas el poer e s ejercicio. Es esa la inámica qe rige s transormación. Los relatos el pasao se transorman nos en otros por las sitaciones qe rigen la inámica e la spremacía e las ientiaes los ámbitos capaciaes e acción. El tránsito e n momento en la invención e los relatos el pasao a otro no ocrre según na scesión progresiva. No ha reglariaes ni lógicas invariantes en el esplazamiento, composición, sión o iscoria entre esos relatos. Asmen moos e composición en series e variantes en las qe la invención narrativa, los jegos imaginarios, las antasmagorías el eseo las inciencias e la retroacción espliegan los tiempos entreveraos e la eicación e las acetas estratégicas e la volnta e ominación. Historia, mito memoria revelan géneros moaliaes istintas e la reerencia narrativa a lo pasao articlaos necesariamente en procesos e enlace, composición coalescencia. El mito no pee ncar s valiez como relato e los polos escatológicos –origen estino comnitario– sin hacer posible el tránsito incesante entre s propia textra alegórica los arraigos patentes con los relatos e historia las variantes e relatos e la memoria. Pero caa no e estos géneros –historia, mito memoria– involcra ecacias moos e inciencia istintos en el crso e los procesos e interacción el esenlace e éstos. Caa género participa así e manera particlar en la instaración evental e las spremacías en la 34
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inteligibilia el namento imaginario e las acciones. Caa género revela también implsos ierenciaos inherentes a la atribción e ientia al proceso e reconocimiento. Estos planos e la temporalia, a pesar e s conjgación, e s aparición simltánea, no se nen. Intereren no en otro, se islocan recíprocamente pero sin isipar s calia propia. Más aún, las acetas qe intervienen en la síntesis inámica el tiempo: memoria, eseo, expectación, incitación no esignan coniciones o actos simples. Emergen a s vez e otras síntesis: la memoria conjga a s vez invocación esión, volnta jego plsional, exigencia erivaa el iálogo real o virtal con el otro, e las exigencias refexivas erivaas el imperativo e inteligibilia e la emana, la incitación el presente. El eseo, por s parte, no se expresa en n acto simple: conjga series e actos –“el eseo es siempre eseo e algo”, pero también implsa a expresiones pragmáticas ierenciaas, eserzos orientaos por la necesia e cmplir el eseo o por el rechazo e esta necesia–, asimismo el eseo reclama la traslación e las aecciones al régimen e la gración s eicación como antasmagoría. Por consigiente, involcra la conormación graa e s propio objeto qe srge, ineliblemente, no el propio sjeto, sino el vínclo con otro e las patas e intercambio reciprocia. La inscripción el eseo, como gra el tiempo, e la memoria la anticipación, inscribe en el régimen e intercambio tensiones erivaas e la inaecación constittiva entre eseo objeto. Marca con ello el vínclo, le conere na carga intensiva e las aecciones qe trastoca el crso mismo e las aecciones la experiencia e las spremacías, el sometimiento la exclsión. deseo memoria son inextricables. Así, la memoria no esigna sólo na capacia qe conere sentio al evocar, rememorar o hacer presente la memoria propia, compromete también, en la orma e la propia evocación la inciencia la intererencia e las memorias e otro, e los otros, como conición e la implantación en la memoria el tiempo tro marcao por la hella intensa el eseo. La memoria se nca en las isciplinas e los cerpos en los hábitos gestaos consoliaos en el iálogo con los otros, en la relevancia en los arraigos aectivos e la interacción, e los atomatismos sbjetivos colectivos. Es na composición e acciones, aectos 35
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movimientos incesantes e la conciencia, pero marcao pntao por los atomatismos e la repetición, las intererencias e la plsión, la irrpción e las antasmagorías ragmentaas el eseo. Participan en esta conjgación e planos ormas, relaciones, gras qe emergen e na oble inscripción sbjetiva e la conciencia el inconsciente, pero qe se nen recomponen e los sentios expresos tácitos qe erivan e las tramas normativas el espectro social. La memoria toma así gras, esqemas, gras inámicas qe se espliegan en múltiples planos: corpórea psíqica, consciente e inconsciente, aectiva cognitiva, íntima pública, erivaa e los atomatismos propios e las epenencias normativas. S expresión aopta los esqematismos corporales los atavismos recrrencias e los hábitos, patrones narrativos esqematismos míticos, ormaciones ramáticas ritales colectivas patrones particlares e intercambio, moos normaos el reconocimiento la reciprocia, órmlas verbales petricaas certezas sin ennciaor, hnias en las órmlas intemporales e la cltra. Ss signicaos expresos srgen e la intererencia, la amalgama, la síntesis la incesante reconstrcción e estos ámbitos e la gración e lo pasao, es este conjnto e erzas tensiones lo qe moela el sentio e too jego e ientiaes iniviales colectivas. Pero esta conjgación e memoria eseo, e erza testimonial, sin sjeto, e los relatos, estas moaliaes narrativas e la historia, inscriben en la trama la inámica e los vínclos entre sjetos –inclso aqellos enmarcaos en el rital la ceremonia– na tensión splementaria: la qe enlaza, en los iscrsos sobre el pasao en los regímenes e acción, las experiencias e vera, certeza, erza normativa compromiso pasional, ético. Esta tensión srge e la relación entre tiempo eviencia, entre tiempo vera. Señala los moos e inciir e la memoria inivial e las reglas el género e memoria colectiva en la inteligibilia los actos en la erza el vínclo qe emerge al margen e las normas e la jriicia –la ética e la soliaria. La qe srge e os moaliaes e signicación refexiva, la atribción e vera la experiencia e la certeza, ambas moaliaes a s vez ierenciaas en n jego complejo e conormación recíproca qe involcra a s vez, moos e inscripción e la relación el sjeto con s entorno con s esera e vínclos. Estas moaliaes e la 36
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certeza “apntalan” el sentio ético e las acciones.3 La moalización e la certeza –posible, experimentaa, inelible– asme la erza e na ormlación ética en la meia en qe resie esencialmente en la relevancia e la relación entre el ennciaor s ennciao, cobra, eventalmente, la gra e lo ejemplar. La memoria se expresa como n relato histórico con alcances peagógicos asme la erza e na acción e valiez general –acotaa o no a las coniciones propias e la sitación. La relación e la certeza la atribción e vera a lo pasao íntimamente relacionaas entre sí por la ragilia pramente argmentativa e toa corroboración e la eviencia e lo esaparecio, correspone a n apntalamiento el eecto peagógico e la memoria a partir e s transormación en paraigma, en ejemplo, traslaaa a la acción ejemplar –con toa la variea e ss expresiones simbólicas: verbales, corporales, objetales, espaciales, rítmicas, sonoras, tanto como ss moaliaes aectivas articlaas– se conjgan en na objetivación s expresión institia. La generalia tácita e s erza ejemplar toma la orma e na reglación articlaa e las acciones. Asme na generalia ajena a a la singlaria e la sitación: inierente a la ientia especíca e los actores e s marco imperativo. Esa traslación al régimen e na generalia anónima preservaa en la memoria corporal, verbal, rítmica o sonora e los otros, traslaaa a na exigencia aectiva en consonancia con los reclamos peagógicos inherentes, Gaamer ha llamao la atención sobre el carácter constante, necesario, inámico , no obstante ineterminao e estos sentios objetivaos el pasao. En s perspectiva toman el sentio e “la traición”, ésta, el sentio e na historia qe incie eectivamente sobre caa acto e atribción e sentio: es el alcance e la “historia eectal” [Wirkungsgeschichte ]. No obstante, la relación entre la “traición”, la historia como saber como iscrso sobre el pasao con pretensión e vera institia, la historia En eecto, la relación entre cognición el sentio ético e la acción no eriva e na moalia e la implicación entre ambas, ni e na necesia lógica especíca: ni erivación ni graos e obligatoriea. No obstante, es posible amitir qe entre ellas se a na relación e apntalamiento en la conciencia, na relación no eterminaa, qe respone a las coniciones especícas e na sitación qe se expresa como motivación, como respesta aecaa, legítima qe, a s vez, se asme como na racionalia singlarizante. 3
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“eectal” las ormas genéticas e la memoria no es inmeiata. Más aún, la noción e historia reeria a la experiencia e lo pasao como inciencia eectiva e las reminiscencias las hellas e la experiencia sobre la atribción e sentio es raicalmente inconmensrable, no sólo con las múltiples expresiones acetas e la memoria, sino con la “traición” –constelación e certezas esplazaas al régimen e lo ejemplar, e lo peagógico, objetivaa en moelo normativo, o asmia como regla e orientación ética, aectiva o cognitiva– con la historia como iscrso con pretensión e vera. El esaío e la historia como saber es la transormación e lo esaparecio en eviencia meiante la recreación e las hellas eqívocas e lo ocrrio –señales, monmentos, reminiscencias, testimonios, ocmentos– s transormación en objeto e conocimiento meiante la conormación el archivo s gestión sistemática e esas hellas. La historia concebia como saber institio es la transgración e las trazas ispersas, ragmentarias, incompletas el archivo, en gra patente e la plena inteligibilia e acontecimientos procesos extintos, marcaos al mismo tiempo por la atribción e vera por la experiencia e la certeza. Pero la historia eectal se expresa privilegiaamente en la exigencia e atribción e sentio, no sólo a na textalia patente, sino a las orientaciones las moaliaes el intercambio, a las acetas múltiples opacas e la interacción. Es en la imensión ética el vínclo one se expresa en na síntesis abierta, incesante, isntiva, toas las acetas e la experiencia el tiempo. En la meia en qe esta imensión ética eriva e na moalia expresa el sentio el actar. El carácter múltiple e la acción –la noción e qe lo qe se aprecia como acción única se revela como na mltiplicia e acciones en composiciones iversas, otaas e s propia temporalia, ritmos, reglaciones, horizontes, moaliaes coniciones e relevancia– se expresa en las moaliaes éticas inherentes a ésta. Caa na e estas acetas expresa también, por consigiente, lazos propios con acetas e la memoria, asme s propio sentio en el ominio histórico, respone a acetas el eseo qe se revela asimismo como múltiple a la lz e la orma mltiacética e la acción se orienta según iversas expectativas. Las moaliaes e la ética así, responen a coniciones normativas ierenciaas: aqellas ajenas 38
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a toa erivación normativa engenraas como singlaria e na composición inconicional e na relación con el otro erivaa e na reciprocia aectiva (en el sentio spinoziano), aqellas conormaas según la expresión imaginaria e la relación con el otro erivaa e n oren normativo particlar, aqellas erivaas e na orma general e la reciprocia ajena a too régimen e ientia e reconocimiento qe, en los marcos e la moernia está estinaa a intercambios meramente instrmentales estratégicos. Las iversas moaliaes éticas e la acción garan relaciones singlares con la memoria. La ética singlarizante conorma, por sí misma, a partir el acontecer e la composición aectiva, n régimen propio e la memoria, ajena a toa erza prescriptiva erivaa e la generalia. La moalia normativa e la ética apela a las ormas objetivaas, institias e na memoria colectiva –el género narrativo e la memoria– qe se acoge a ámbitos normativos especícos se conne con gras el relato histórico. Las moaliaes generales, instrmentales o estratégicas, erivan e na memoria na historia erivaa e patrones cognitivos estinaas a sstentar la inteligibilia aceptabilia –ormas eqívocas e lo legítimo– e los esenlaces el intercambio. Estas moaliaes éticas toman na calia especíca el régimen e vera certeza e los relatos e la memoria e los patrones e vera asociaos a los géneros e la historicia. La experiencia el tiempo se expresa en na síntesis incesante e pasao, presente tro en caa moalia ética e la acción en s régimen e composición. La erza e la ética no conicionaa, singlarizante, eriva e la certeza e lo íntimo, es ecir, e la ración la intensia e la relevancia el otro, e la erza incesante recrrente e la plsión qe encentra en el otro, la conrmación el reconocimiento ajenos a la gra e la spremacía; es la vigencia raical el vínclo asentao en la ierencia como ente e intensia aectiva, expresaa como responsabilia primorial, es n régimen e potencia incesantemente realizao en isipación, sometio a na exigencia implacable e reinvención. La moalia ética qe eriva e patrones normativos toma s erza e la inciencia e la norma en la conormación e los patrones e reconocimiento, en la moelación orientación e patrones sitaciones e creación e ientia, inivial colectiva. Invoca por sí misma 39
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na alianza entre valiez certeza, entre vera necesia. de ahí el sentio e intemporalia, e ración sin lineros, qe acompaña la plena realización, la inciencia eectiva e la erza normativa en el crso el sentio e las interacciones los intercambios. Esta ración esta intemporalia apelan asimismo a la reglaria la aceptabilia general e los relatos e la memoria, e los prespestos e vera e la historicia. Por s parte, las moaliaes e la ética general apelan a n régimen e natralia el sentio e las interacciones, cesa la exigencia e reciprocia el intercambio qe se transgra en n horizonte vago, eqívoco, elsivo. La erza e la memoria se isipa en la eviencia e lo inmeiato en la vigencia incontrovertible e la eviencia srgia e los prespestos e la natralia. La instrmentalia plena la aceptabilia e la acción estratégica restringen la erza el reconocimiento a las coniciones e ecacia e la propia acción. Es el ominio el olvio, más qe e la historicia. Pero el olvio inherente al sentio instrmental estratégico e los intercambios aparece como na exigencia propia e la natralia e los patrones instrmentales e la acción. Es n olvio orientao a las aecciones e la memoria la erza vinclaora e la memoria colectiva, qe acentúa, sin embargo, la memoria cognitiva, restringia a la operación práctica, capaz e asegrar la ecacia la relevancia e los patrones e intercambio. Es también n olvio e las ormas singlares e la reciprocia, e s exigencia incesante e recreación tanto progresiva como regresiva. El olvio no es la cancelación e la memoria. Señala ss límites, ss patrones, la ragilia e ss recrsos, la reiteración e ss vacíos ss errmbes. Olvio memoria no son cosas separaas ni antagónicas. El olvio no es tampoco lo contrario e la memoria. Es s bore, el ominio e s extrañamiento. una erza qe alienta en la memoria misma. La moernia las separa, las velve na contra la otra. Bsca la primacía el olvio como garantía e la racionalia instrmental, eciente. Hace srgir na moalia eqívoca e la historia: el relato e lo pasao como objetivación e la exigencia e olvio. Es el olvio e las moaliaes éticas e la soliaria e la erza cohesiva e la memoria colectiva, e la incertimbre qe emerge e las interrogaciones sobre la conición nita e la experiencia. 40