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EL TMPERTO DEL REY MINOS .i:
Los palacios de la isla de Creta, de los que Cnosos era el mayor, rigieron en el ll milenio a.C, uninrperio comercial que se extendía por todo el Egeo, hasta que una catástrofe natu
ra l terminó
con aquel la fasci na nte civil ización
óscRR.tvtRRrínez ESCRTTOR
y
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DOCTOR EN'Eil-O¡-Oe
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CLASICA
ESPLEN DOR,Y
DESTRUCCION l93O a.C. Etapa de formación de la cultura minoica, muy
influida por elementos
egipcios. Empieza la construcción del palacio de Cnosos.
*$ l70O
a.C.
Un terremoto destruye los palacios de Cnosos y Festos, y empiezan a llegar pobladores foráneos, tal vez del suroeste de Anatolia.
xg lTOO-l45OaC. Se construyen nuevos palacios sobre los antiguos. El palacio de Cnosos es el hegemónicoen
Creta y centralizará el gobierno de la isla. rÍ.1
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1450-1350 aC. )
comienzos del siglo)OÇ el arqueólogo británico sir Arthur Evans
Entrada norte de Cnosos En el acceso norte
del palacio se alza un mirador con un relieve pintado. Se creyó que el palacio habia inspirado el
mito del laberinto del Minotauro.
hundió su pala en el emplazamiento de Cnosos, en Creta, revelando aI mundo los vestigios de una civilización que había permanecido dormida bajo el suelo de la islapor espacio de más de tres mil años. Evans sacó a la luz una descomunal cons-
trucción palaciega, sin límites definidos, consistente en más de un millar de dependencias, almacenes y salas de ceremonias que se comunicaban entre sí a través de un tortuoso entramado de escaleras y corredores. La complejidad arquitectónica del edificio evocabapoderosamente laforma de unlaberinto, Io que de inmediato hizo pensar a Evans enla ñguradelreyMinos, hastaelpunto de que dio atoda
sos fue el primer monarca en proyectar un dominio absoluto sobre el mar. Y Ttrcídides, en su Hístoría de Ia guerra del Peloponeso, se expresa-
do a sus hijos y parientes en el poder. Si el descubrimiento de Evans había puesto de maniñesto la realidad que servía de base al mito del laberinto, cabe preguntarse si la talasocracia minoica, evocada en estos episodios legendarios, cuenta con fundamento en la realidad. Lo cierto es que existen evidencias arqueológicas que asíparecen confirmarlo. Se han hallado restos de asentamientos permanentes minoicos en islas como Tera, Melos, Citera, Rodas, Naxos,
ba en los siguientes
lonias
y garanlízar la seguridad del mar. Otra tradición explica que Minos expulsó a los léle-
de lapasiónanimal de Pasífae,
carios de su territorio en Asia Meno¡ y llevó a cabo una expedición sobre el Ática, donde impuso a los atenienses el mencionado tributo de jóvenes del que les acabó liberando el no menos legendario héroe Teseo tras derrotar al Minotauro en su laberinto. De igual manera, Minos mandó construir un tipo cle nave
continental, con la que habría establecido vínculos a partir de la isla de Citera. Más difícil es saber si estas evidencias permiten hablar en sentido estricto de un imperio colonial cretense. Para los historiadores de la Antigüedad no había duda de que esto era así. Heródoto afrrmaba. en el tercero de sus nueve
la esposa del rey, por un hermoso toro blanco
rápida y ligera, llamada epatroÞeles, para com-
libros
En efecto, según una tradición
mític4 Minos ha-
bía mandado construir en Cnosos, la principal ciudadde Cret4 ungranlaberinto donde encerró al monstruoso
Minotauro. el ser mitad hombre
mitadtoro nacido
HtsToR A NA-floNAL GEOGRÄPH
batir a los piratas. Por medio de su poderosa flota, el rey cretense se hizo con el dominio de las islas delEgeo, fundando colonias e instalan-
Telos y Quíos, por mencionar algunos de los emplazamientos más relevantes, que indican que Creta mantenía un estrecho contacto con los territorios de su entorno, incluida la Grecia
la civilización que acababa de descubrir el nombre de minoica en honor al legendario monarca.
40
surgido del mar. AILí, en el interior del laberintq ei monstruo devoraba periódicamente a los jóvenes que los territorios sometidos a Minos Ie entregaban como sangriento tributo; una práctica que sugiere que eI rey cretense había establecido un imperio de terror sobre el Egeo. Las leyendas aportan diversas referencias que muestran a Minos como el dueño de un gran imperio ma¡ítimo o
, como ya io denominaba el historiador Tbcídides. Una de ellas, por ejemplo, cuenta que Minos fue un rey justo y un sabio legislador que a su muerte se habría convertido en uno de los tres jueces de los infiernos debido a que había logrado estabiIizar el comercio marino, fundar numerosas co-
Una seriedeterremotos acaba con la hegemonía mediterránea de Creta,
c
ges y a los
de
laHistoria (III, rzz), que Minos de Cno-
términos:
limpió del mar la pira-
que es ocupaoa por griegos micénicos llegados del continente.
g I350-I2OO aC. Tras una recupe-
ración parcial, el palacio de Cnosos es al fin des-
truido
y
aban-
A^^-À^ rouu uur
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tería en cuanto le fue posible para que los tributos le llegaran con mayor facilidad> (I, +).
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Lainfluenciaminoica En cualquier caso, desde sus orígee históricos más remotos, el pueblo cretense oareció tener sellado un contrato con el mar. Así se refleja en el célebre mito de Europa y el toro. La leyenda contaba que eI dios Zeus, enamorado de una jovenprincesa fe-,* nicia, surgió de las profundidades del mar bajo Ia forma de un hermoso toro; la princesa se subió a sus lomos. hechizada por la
nes míticos
DMIIIDAD
FE[4ENINA
CON SIRPIENTES EN LAs i\iANOs
HACIA]5OOAf DE HERAKTION
MUSEO
Un gigante de bronce contra los piratas De acuerdo con el historiador griego Tucídides, el rey Minos habría acabado con la piratería que desde tiempos inmemoriales asolaba los
enclaves ribereños: el mar de piratas para que los tributos le llegaran más fácilmente. LoscRtEGos de antaño, así de hogueras sobre atalayas y como los bárbaros de la cos- oteros que seguían el perímeta continental y los habitantes tro de la isla, y que quizá tiene de las islas, se dedicaron a la un trasunto mÍtico en la figura piratería desde que empe- de Talos. Éste era un gigante zaron a relacionarse entre sí de bronce que Hefesto había gracias a sus naves. En este construido para Minos y que sentido resulta llamativo el vigilaba la isla, recoiriéndola hecho de que, a diferencia de las ciudadelas de la Edad del Bronce existentes en otros lugares, los palacios minoicos nocontaran con murallas que
tres veces aldía. Repelía a los
asaltantes arrojando rocas contra sus barcos, y ocasionalmente abrasaba a sus adversarios mediante un abrazo
los defendiesen de los piratas tras calentarse él mismo so-
que surcaban el Egeo. Ello se debe no sólo a la capacidad disuasoria de su flota,"sino también al dispositivo de vigilancia y alertas por medio
bre un fuego. Su único punto débil era eltobillo, que Talos se seccionó con una roca al tratar de expulsar de la isla a los famosos argonautas.
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mansedumbre y belleza del animal, y éste la condujo, sin que se diera cuenta,
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EGIPTO
través de las olas hasta las costas de Creta, donde yació con ella. Su nombre era Europa, y fue la madre de Minos. El mito de la llegada de Europa a suelo cretense se corresponde, de nuevo, conlas conclusiones de los arqueólogos modernos, quienes han comprobado que ya desde época neolítica los minoicos estuvieron en contacto con otras culturas, y este contacto, como resulta evidente, sólo pudo producirse a través del mar. Una de estas rutas prirnitivas era precisamente la que, bordeando la línea exterior del mar Egeo, conectaba las playas de Asia Menor y las costas nororientales de Creta; por tanto es natural que fuese en esta área donde, con el tiempo, florecieran los más influyentes focos de poder. De este modo, ya desde la época de los (hacia rgoo-r7oo a.C.), el coa
mercio parece estar controlado por centros I ¡
s
minoica + minoicos
lnfluencia cultural Enclaves
Ámbito comercial mìnoico
a
Enclaves micénÌcos
palaciales que se erigían en las proximidades de estratégicos fondeaderos, como en los casos de Zakro (cuyo palacio estaba unido al puerto por una carretera que corría en paralelo Malia y el propio Cnosos.
42
HISIoRIA NATIoNALGEoGRAPHIc
a
la ciudad),
Durante este período, los cretenses comen-
zaronatener relaciones con las islas del
Egeo,
las costas de Alatolia y los puertos de Egipto. Pero no fue hasta la etapa siguiente, la de los (hacia rToo-r45o a.C.), cuando se produjo un aumento significativo de su actividad comercial. El desarrollo de la cultura de este período vino acompañado por la
expansión por el Mediterráneo de un estilo de vida propiamente minoico: el arte, la cultura, la arquitectura, e incluso las costumbres funerarias y los rituales religiosos cretenses penetraron progresivamente en las zonas con las que los minoicos mantenían contacto. De este modo, a partir del siglo XVI a.C. los textos egipcios mencionan cada vez con mayor frecuencia a los habitantes de Keftiu (nombre equivalente a Ia Kaftor del Antiguo Testamento), palabra con la que los egipcios designaban a la isla de Creta y a sus habitantes, que les proveían de metales, madera, piedras preciosas e incluso productos farmacéuticos. Los escribas egipcios se interesaron por sus prácticas funetarias, su medicina, su magia y, por supuesto,
por sus capacidades navales, hasta el punto de
que se ha valorado Ia posibilidad de que recua los keftiu a la hora de navegar por las aguas del Gran Verde, nombre que los egipcios daban aI mar Mediterráleo.
rrieran
Las ruinas deCnosos Vista áerea de los restos de este
La ercpansión mediterránea Al mismo tiempo, los minoicos establecieron
conjunto palacial, símbolo del poderÍo
numerosos asentamientos en todo el ámbito del Egeo. El auge de la isla en el lapso que va desde rToo hasta 15oo a.C. provocó un desmesurado aumento de la población al que se tuvo que poner freno fundando colonias en el exterior, fundamentalmente en las costas del Egeo. De ello bien pueden dar testimonio los once enclaves que llevan eI nombre de Minoa o Minoia, o la fundación cretense de Akrotiri, en la
ocupaba
mrnorco, que
i7000
m'?
y tenia más de
,l.500
estancias.
isla de Tera, colonia creada hacia el r5óo a.C., de donde procede una gran cantidad de representaciones pictóricas que constituyen hoy en día los iconos más representativos de Ia cultura minoica: los Púgiles, elPescador,Ios AntíIopes, los Delfines olaFIotiIIa, entre otros. Tampoco es totalmente descartable que 1os cretenses fundaran colonias en Iapropia Grecia continental, aunque lo que sí es indudable es que HISTOR A NAILONAL GEOGRAPHIC
43
,'1.
Unlran patio cental dividía
el paìacio de
Cno:
sos en dos secciones: el'ala'oesteLu[a.4ona
ädministrätiva donde se situaban el salón ,.' del troné.flasdependencias oficiales; y ala este, donde se localizaban los
aþar-
tamentos y almacenes reales, asícomo lostalleres. Construida sobre un desnivel topográfico, elala este se elevaba cuatro o cinco Disos con un sistema de terrazas v grandes patios de luces que iluminaban las
estancias. Aquíse ubicaban salas.de estar, habi-
.'
tacionesreales,lujososaposentosycámarasprivadas
decoradas cÖn hermosos frescos, e incluso con baños que disponían de un avanzado sistema de canalización y evacuaòión de las aguas, asícomo almacenes con productos para el consumo del palacio o para uso personal del rey.
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rr¡rcnnóN
DE LA REINA
Evans consideró oue la estancia decoøda con bellos frescos de tema marino oertenecía a los aposentos de la reina. Se comunicaba con un baño y un tocador abierto a un patio.
E snLn DE Los EscuDos Las paredes de esta sala de recepción están
decoradas con escudos en forma de ocho, símbolo de la cultura cretense. Evans dedujo que era la entrada a los aposentos reales.
PISOS SUPERPUESTOS este se elevaba 4 ô 5 pisos, cada uno con cubie(as planas y remates de piedra. En las fachådas se abrían dobles ouertas y ventanas con dintel y alféizar de maderá. El ala
E urcnnón orL nrv En su interior hay una sala con pilares
decorados, donde han aparecido vestigios de un trono en un oedestal. Posiblemente se trataba de una sala de audiencias orivada.
lllGRAN
ESCALTNATA
Esta majetuosa escalera de peldaños planos conectaba el patio central del palacio con los aposentos privados Sus cinco tramos conducen a un enorme oatio de luces.
E pnrto DE LUCES Las estancias se iluminaban
mediante
patios de luces que dejaban penetrar la luz cenitalmente. Por otra parte, su orientación oermitía que se ventilasen con facilidad.
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ACNOSOS Sz'
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fresco dela Flotilla, hallado entre los restos de una colonia minoica en la isla de Tera (Akrotiri), representa una travesía marítima a Creta. Podría ser una expedición militar o, más probablemente, una procesión náutica por algún festival religioso, El
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El fresco muestra una ciudad situada en un delta, rodeada por la naturaleza salvaje, que tal vez corresponda a Akrotiri. Desde las casas de ladrillo y desde el puerto, sus habitantes asisten a la partida de la flota hacia Creta.
La flota se aproxima a una costa rocosa, que parece corresponder a la del noreste
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en esta moneoa,
también cretense, dpl çioln
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altos edificios y amplias escalinatas, parece corresponder al palacio de Cnosos, desde el que muchos contemplan la llegada de los navíos; otros reciben a la avanzadilla en el puerto.
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ministraciónyelcomercio.
¿Configuraba esta amplia red de vínculos comerciales que irradiaba de Creta un verdadero imoerio marí-
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timo, basado (como insinúan
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Una gran construcción, con
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su influencia se hizo sentir de forma determi-
aparece recreaoa
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de Creta. En el fresco se aprecia una construcción de cinco pisos, tal vez el palacio de Malia, el tercero más grande de la isla.
nante sobrelos giegos micénicos, lapujante sociedad de guerreros çlue, con foco en la ciudad de Micenas, comenzaba a despuntar y que con el paso deltiempo acabóusurpando alos minoicos el dominio sobre el mar. Si bien es casi seguro que los micénicos permanecieron políticamente independientes de los cretenses, no fueron capaces de sustraerse a su invasión cultural. Probablemente la idea de las tumbas circulares micénicas (tholoi) fue tomada de Creta, y también de allí procedían los motivos artísticos con los que los señores de la guerra continentales embellecieron centros de poder como el palacio de Pilos. Sin embargo, la decisiva aportación de los minoicos sobre los micénicos fue el sistema de escritura; primero unos y luego otros sustentaron en ella supoder gracias a sus ventajas en el campo de la ad-
levantada por el rcv dp Crct:
a las altas personalidades
llevarán los navios fenicios
Ellaberinto
construcción
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popa de los navíos, tras
timonel, estaba
En la flotilla figura un único velero. La vela es rectangula¡ como la que
de Minos La fabulosa
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remos, lleva 4
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pRLRCIO CRETENSE
E rlrcnoR
LA FLOrA
componen seis barcos de gran tamaño: tres de 42remos, dos de 36 y uno de 46. El rango de las naves parece indicarlo el número de emblemas conocidos como , de uno a cuatro, que coronan la proa. La
t}"
La nave capÍta na, de
el
mito y
los antiguos historiadores griegos) en una poderosa armada capaz de sojuzgar y someter a
tributo a las ciudades del Egeo?
El dominio de los mares Uno de los problemas
a la hora de
calibrar la
capacidad naval de los cretenses viene dado por
el hecho de que no se han encontrado restos reconocibles de embarcaciones minoicas en el lecho marino. Sin embargo, actualmente podemos hacernos una idea muy aproximada de las características que poseían estas naves gracias a las numerosas representaciones que de ellas se han hallado, tanto en figuras depositadas en tumbas y santuarios, como en dibujos inscritos en sellos y anillos de la época, y en imágenes pictóricas como el famoso fresco delallotilla
descubierto en la isla de Tera. Apartir de todos estos testimonios se ha deducido que la flota cretense que dominó el mar Egeo disponía de embarcaciones de dos o tres velas, con una proa elevada con la que rompían las olas y una popa baja en la que se situaba un gran remo encargado de gobernar la embarcación a modo de
timón. La tipología de las naves, no
obstante, podía variar; al parece¡ algunas tenían una proa baja y una popa alta, mientras que otras eran elevadas en ambos extremos. En cuanto a su tamaño, los barcos debían de ser lo bastante pequeños como para poder ser arrastrados sobre laplaya. Era ésta una operación semejante ala que Homero describe apropósito de los feacios , el legen-
dario pueblo marino de la Odisea, que parece estar inspirado en Ia memoria idealizada de los viejos marinos cretenses : < Cuando llegaron a la nave y el ma¡ arrastraron su negra nave al hondón marino, colocaron a bordo el mástil y las velas, y sujetaronlos remos con sus tiras de cuero, todo como conviene>, No obstante, no es sencillo determinar si todos esos navíos eran barcos de guerra, Aunque Homero nos presenta a los feacios embarcados en grandes naves de cincuenta remos, las representaciones nos revelanbarcos dotados de unañlade quince remos como máximo, aunque de forma excepcional algún sello muestra la evidencia de una potente embarcación de treinta remos, precursora, sin duda, de los navíos de guerra que, efectivamen te, existieron en época más tardía.
-
La respuesta a la cuestión de la existencia o no de una flota de guerra permanente y, por ende, de una verdadera talasocracia minoica, depende en cierta medida de Ia interpretación que demos al mencionado fresco delaFIotiIIa,f.echable hacia 1560 a.C. Según algunos autores, el fresco representa a una serie de barcos de guerra (como sugieren la longitud de las embarcaciones y los emblemas que portan) en el curso de una expedición militar. Según otros, podría escenifrcar el ataque de una armada cretense contra algún pacífrco emplazamiento costero africano, como indica la presencia de determinados animales (leopardos y leones) y los rasgos físicos de algunos personajes en él mostrados, O bien, por el contrario, mostraría la defensa de un enclave minoico del mar Egeo ante el asalto de agresores extranjeros. No obstante, frente a cualquiera de estas interpretaciones militares, en
los últimos tiempos ha prevalecido otra hipótesis según la cual estaríamos ante una procesión náutica de ca¡ácter festivo: los hombres a¡mados que se observan en ella no serían sino una especie de guardia de honor, lo que subrayaría, en todo caso, elprestigio de la flota cretense, HISToR]A NATIoNAL GEoGRÀPH
c
47
El lado oscuro de los hijos de Minos En1979 se hallaron en Anemospilia los restos de un templo con vestigios de un sacrificio humano. El descubrimiento heló la sonrisa de quienes veían en los coloristas frescos minoicos el testimonio de una sociedad refinada y pacífica. SoRPRENDIDOS
por un te-
Tríada), la posibilidad de que
rremoto, el oficiante del
se hubieran realizado sacriy de ficios humanos en Creta tan sacrificio el encargado la recoger en un recipiente sólo la insinuaba el mito del sangre vertida del cuello de Minotauro, en el que este la víctima fallecieron a cau- monstruoso ser devoraba a sa del derrumbe del templo; siete muchachas y siete mupara entonces, el joven que chachos dentro del laberinto completaba la siniestra es- en el que vivía. Poco después
Y,::r ,t
cena había muerto sobre del hallazgo de Anemospilia se descubrieron, en la parte occidental de Cnosos, ros lado, Pero mientras oue la restos de un grupo de niños existencia de sacrificios de sacrificados, cuyos huesos un altar, con los pies atados y con un cuchillo ritual a su
animales, en especial de to- mostraban signos de haros, aparecía ampliamente ber sido desollados con un documentada (como en fas cuchillo, hecho en el que se pinturas que decoran un sarcófago encontrado en Hagia
vio un indicio de prácticas de
canibalismo.
Para mantener su prestigio en el Mediterráneo oriental, Creta clebía cornpetir con colosos como Egipto o el Imperio hitit:r, y, cle modo incipiente, con los señores de la guerra nicénicos de Ia Grecia continental. No hay ducla de que para ello debía sustentarse en nna acreditada capacidad militar; ésta es, al menos, la conclusión a la que hanllegado enlos últimos tiempos los historiadores frente a la visión traclicional de los minoicos como unpueblo pacífico y algo ingenuo.
El cataclismo
final
En el agresivo mundo mecliterráneo de Ia Edad
delBronce, en el que lapìratería, las expediciones de castigo y las razias estaban a la orden del día, elpredominio marítimo que los cretenses acreditaron durante siglos presupone tanto la autoridad de una poderosa flota cle naves como la solvencia administrativa cle sus centros de poder. En efecto, no deja de ser signilicativo el hecho de que la fase de máximo esplenclor cretense se concentrase entre la etapa de Ia construcción de los
(Cnosos, F'cstos, Malia) y su repentina destrucción, en tomo a r5oo a.C.,
procedente, paradójicamente, del rnar. 48
H 5TORIA
NATIOIIAI GEoGRAPHIC
Según los arqueólogos, el derrumbe de la cise debió a la erupción de la isla volcánica de Tera, donde se localizaba Ia colonia cretense de Akrotiri. La explosión hizo que Ia isla quedara salvajemente fragrnentada en tres
vilización minoica
partes y originó un maremoto de inimaginable fuerza devastadora que provocó la destrucción de Ia flota minoica y de puertos como los de Katsamba, Amnisos, Malia, Festos o Cnosos. La consecuencia de todo ello fue eI colapso del sistema de administración palacial cretense y la paralización de su producción y su economía. El rugido de Tera, Ios cielos oscurecidos y la silenciosa lluvia de ceniza llevaron al pueblo mi¡roico a una crisis económica, pero también espiritual; aprovechando ese momento de desorientación y de debilidad, poco tiempo después los griegos micénicos tomaron posesión de la isla de Creta sin demasiado esfuerzo. En el final de esta poderosa sociedad de la Edad del Bronce también se ha querido ver el trasunto real de una de las mayores quimeras de la arqueo-
logí4
mito de Ia Atlántida.
trofe, la isla de la Atlántida desapareció bajo el mar>; así refuió elfilósofo Platón, en su diálogo Crítias, el final de esta mítica civiJización. Según las noticias que Platón había recibido de sus antepasados (y éstos, a suvez, de los sabios egipcios), los atlantes se convirtieron en dueños del mar
sometiendo alos otrospueblos, hastaque los dioses decidieron sumergirlos bajo las aguas como castigo a su desmedida arrogancia, Muchos han sido los intentos por desentrañar el enigma del continente perdido y muchos los lugares que se han postulado como la desaparecida patria de los atlantes. Pero entre las teorías más sugerentes se encuentra la que vincr,rla su apocalíptica caída con el misterioso final de una civfización, la minoica, cuya gloria impe¡ecedera se labró en el mar. Para saber mós
Sala de
los escudos Arthur Evans, que entre 1901 y 1903 comenzó a sacar a la luz el palacio de Cnosos, reconstruyó diversas estancias, como la que aparece en la imagen.
ENSAYO
Sir Arthur Evans. El arqueólogo del mito .Joseph A. MacGillivray. Edhasa, 2006.
La vida cotidiana en la Creta minoica R Faure Argos Vergara,1984 NOVETA
Teseo: el rey debe rnorir / EI toro del ma¡ Mary Renaull, Edhasa, 2007 INTERNET
http://ancient-greeceorg/history/minoanhtml
HISToRIA NATIoNAL GEoGRAPHIc
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