CONCEPTOS ÉTICOS FUNDAMENTALES
C om pilación , introducción y revisión técnica d e las traduccion es M ark P la tts
U N IV ER SID A D N A C IO N A L A U T Ó N O M A D E M ÉXICO IN ST IT U T O DE IN V E ST IG A C IO N E S F IL O SÓ F IC A S M é x ic o
2006
BJ319 C65 C on ceptos éticos fundamentales / com pilación, intro ducción y revisión técnica de las traduccion es Mark Platts. — M éxico, D.F.: UNAM, Instituto de Investigacio nes Filosóficas, 2006. 512 p. — (Colección filosofía contem poránea. Serie antologías) ISBN 9 7 0 -3 2 -3 7 8 5 -1 1. É tica m oderna--Siglo XX . I. Platts, M ark, ed. II. Uni versidad N acional Autónom a de México. Instituto de In_________vestitraciones Filosóficas. III. Ser.
Cuidado de la edición: Laura E. Manrique? Composición y formación tipográfica: J. Alberto Barrañón C.
DR (c) 2006 Universidad Nacional Autónoma de México INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOSÓFICAS Circuito Mtro. Mario de la Cueva s/n, Ciudad Universitaria, Coyoacán, 04510, México, D.F. Tels.: 5622 74B7 y 5622 7504; fax 5665 4991 Correo electrónico:
[email protected] Página web: http://www.filosoficas.unam.mx Todos los derechos reservados Impreso y hecho en México ISBN 970-B2-B785-1
IN T R O D U C C IÓ N P O SIB IL ID A D E S É T IC A S Mark P
latts
I Ética e historia. En uno de los trab ajos éticos más discutidos en la seg u n d a m itad del siglo X X , 1 G.E.M . A nscom be sostu vo que los co n cep tos d e obligación m oral, de deber m oral, de lo que es m oralm en te correcto o incorrecto y del sentido m oral del térm in o “d e b e ” so n conceptos que habría que desechar si ello fu era psicológicam ente p osib le, ya que se trata de “sobre vivientes, o derivados de sobrevivientes” de un a concepción más an tigua de la ética que en g en e ral ya no sobrevive: la con cepción que explicaba los co n cep tos citad os en términos de m andam ientos d ivin os u órdenes sob ren atu rales, com o en las m orales teológicas de los estoicos, los ju d ío s y los cristianos. L a p alab ra “d e riv a d o s” encubre, sin em bargo, una oscuridad clave en el argu m en to de A nscom be. C on cedam os que el discurso sobre, p o r ejem plo, las obli gacion es m orales su rgió en el con texto de alg u n as creencias teológicas que defin ieron el sign ificad o de ese discurso; conce dam os tam bién que muchos in dividuos que sig u en utilizando dicho d iscu rso no com parten las creen cias te ológicas pertinen tes (y que otros, aun cuando las com partan , n o aceptan que tales creencias determ inen el sig n ificad o del discurso sobre las ob ligacion es m orales). Aún a sí sería e rró n eo concluir de inm ediato que el d iscu rso de e so s in dividuos sobre las obliga ciones m orales carece de sentido. L a con clu sión correcta sería la siguiente: o bien su discurso so b re las ob ligacion es m orales carece de sen tid o o bien hay que entender ese discurso en otros 1 G.E.M. A nscom be, “ M odern Moral Philosophy”; la versión en castellano, “Filosofía m oral m odern a", se incluye en este volumen, pp. 27-53.
térm inos no teológicos. Investigar históricam ente las raíces de nuestros conceptos a ctu ale s es casi siem pre un a tarea esclarecedora; no obstante, u n a investigación así que descuide la evolu ción subsecuente —los diferentes tipos de "d eriv acio n es”— que ha d a d o lugar a nuestros conceptos sería una p arod ia del tipo de investigación h istó rica que se requiere. A lasdair M aclntyre ha dicho que no encuentra n in guna bue n a razón p ara d u d ar de la convicción, presente desde sus pri m eros libros so b re ética, d e que: tenem os que aprender, a partir de la historia y la antropología, de la diversidad de prácticas morales, creencias y esquem as con ceptuales. L a idea de que el filósofo m oral puede estudiar (os conceptos de la m oralid ad meramente reílexionando, desde su torre de marfil en Oxford, sobre lo que él y los que lo rodean dicen y hacen es estéril.2
Al m ism o tiem po M aclntyre añade: "Pero m ientras afirm ab a la diversidad y la h etero ge n eid ad de las creencias, las prácticas y los conceptos m o rale s, m e percaté claram ente de q u e me esta ba co m p ro m etien do con las evaluaciones de diferentes creen cias, prácticas y co n cep to s p articu lares” (ibid.). C u alquier eva luación sensata de n u estros conceptos m orales, p o r ejemplo, dependerá de que antes se los identifique correctam ente y se los com prenda de m a n e ra reflexiva. P reocuparse por describir los presupu estos co n cep tu ales más gen erales de nuestro pensa miento moral, p o r tra z a r un m apa de las conexion es entre los conceptos m orales m ás gen erales y p o r determ inar las priori dad es con ceptuales entre sus elem entos no tiene p o r qué ser la sim ple m anifestación d e u n a preferencia c o n se rv a d o ra y m era mente tem peram ental. Las evaluaciones —las pretension es crí ticas y los proyectos revisionistas o incluso rev o lu cio n ario sadquirirán clarid ad d e contenido y tran sparen cia en su m oti vación sólo c u an d o se hayan identificado adecuadam ente los conceptos q u e se han de evaluar. Y p ese a to d o lo q u e h asta aq u í se ha dicho, p a rece q u e todavía no tenem os una idea muy clara, si es que a ca so tenem os alguna, de có m o acom eter esa em presa, de cóm o determ in ar, p o r ejem plo, si nuestro concepto 2 A. Maclntyre, After Virtue, p. vii.
de obligación m oral es vulnerable o no a la crítica o frecid a p o r A nscom be. II Etica y análisis. L o que se requiere, m e parece, es sensibilidad hacia las raíces históricas de los con ceptos m orales, sensibili dad h acia los diferentes tipos d e "d e riv a d o s” que han ocu rrid o en los subsecuentes d esarrollos co n cep tu ales, y sensibilidad ha cia las distintas dim ensiones de n uestros “u so s” actuales de los conceptos m orales. H ace casi cincuen ta años, W.B. G allie ofre ció un m arco teórico que nos p erm ite p o r lo menos acercarnos al debido equ ilibrio entre esas sen sib ilid ad es.3 Considérese un concepto com o el de los campeones en rela ción, d ig am o s, con un ju e g o co m o el fútbol, en el que ese con cepto no ha de entenderse en térm in os “fo rm ales” com o los de "los cam p eon es de lig a” o “ los g an ad o res de la c o p a ”, sino m ás bien en térm in os equivalentes a los de el equipo que mejor juega fútbol. C o n esta interpretación, la pregunta de quiénes son los cam p eo n es p ued e provocar un debate al parecer inter minable y notablem ente a p asio n ad o ; y esto, de acuerdo con Gallie, d e b e explicarse en térm inos del carácter esencialmente debatible del co n cep to involucrado. G allie plantea las siguientes siete características d e un co n cep to esencialm ente debatible: (I) es “estim ativo” o “evaluativo” de una actividad dada; (II) la actividad en cuestión p osee un "carácter internam ente com ple j o ”; (III) hay ordenam ientos rivales en lo tocante a la im p o r tancia de las p artes o los rasgos com p on en tes de la actividad; (IV) la actividad adm ite considerables m odificacion es a la luz de circunstancias cam biantes y acaso im previstas; (V) en las controversias, c a d a parte recon oce que su p ropio uso del con cepto involucrado es im p u gn ad o p or los d e las otras partes, y cada parte tiene por lo m enos cierta co m p ren sión de los "d ife rentes criterio s” a la luz de los cu ales las o tras partes afirm an que aplican el con cepto en cuestión; (VI) el co n cepto se deriva de un “m od elo origin al” cuya au to rid ad es recon ocid a por to dos los usuarios rivales del con cepto, y (V il) es posible que las discusiones acerca del "u so co rre cto ” del concepto perm itan 3 Véase W.B. G allie, “Essentially Concested C on cepts”.
q u e el logro del m od elo o rigin al “se sostenga o se d esarro lle d e m an era ó p tim a ”. E sas características se encuen tran, en efecto, en el concepto d e los cam peon es que acabam os de mencionar, y sin du da Gallie tiene razón al p en sar q u e tam bién se encuentran en otros con ceptos m ás im portantes (arte, dem ocracia, ju sticia social, una vida cristiana). Pero el interés en este m om ento de los co n cep tos y las controversias caracterizadas por G allie reside en que ejem plifican caso s de diferencias de concepción dentro de un m arco de conceptos compartidos. L o s conceptos q u e se están co n sid eran d o son evaluativos o “estim ativos”: ¿cóm o p o d ría compartirse un concepto sem ejan te cu an d o se discute su aplica ción ? P asan do p or alto la resp uesta teórica general —cu ando la m ejor teoría in terpretativa de los contrincantes revela que éstos hablan del m ism o su jeto—, la exposición de G allie nos perm ite agregar algo m ás específico: lo que hace posible que el con cepto se co m p arta es el acuerdo parcial previo sobre un uso del concepto —el acuerd o previo respecto del “ m odelo ori g in al", el acu erd o parcial p rev io respecto de algunos “m od elo s p a rad ig m á tico s” del co n cep to en cuestión—, (O bsérvese que G allie escribió m ucho antes d e que se p u sieran de m o d a cier tas teorías actuales de la referencia.) Y esa co n sid eració n que abre posibilidades se co m p lem en ta con otras: la apreciación de los “diferen tes criterios” utilizad os p o r los dem ás, e incluso el p ro p ó sito com ún de so sten er y desarrollar el logro del m odelo o rigin al. C uanto m ás se aclara la posib ilid ad de com partir el con cepto, m ás problem ática p u e d e p arecer la siguiente pregunta: ¿cóm o es posib le que su rjan diferentes concepciones so b re lo que es, p o r ejem plo, ju g a r bien al fútbol? Tam bién en este c a so Gallie nos perm ite decir algo al respecto. Pese al acu erd o parcial p rev io so b re los “ m odelos p a rad ig m á tico s” de la actividad en cuestión, pueden surgir diferen cias acerca de cóm o proceder a p artir de eso s m odelos (y acerca de qué es exactam ente lo q u e e stá su ced ien do en un p ro c ed e r sem ejante). L a com pleji d ad interna de la actividad, los “ordenam ientos rivales” conse cuentem ente posibles d e sus p artes o rasgos com pon en tes y el carácter “ab ierto” de la activid ad en relación con las circuns tancias cam biantes: estos elem en tos pueden d ar origen, de un
m odo natural e inteligible, a con cepcion es diferen tes de lo que es una bu en a ejecución d e la actividad (y p or lo tanto a dife rentes ideas sobre lo q u e convirtió a los m odelos originales en paradigmas). R eco n ocer lo anterior puede serv ir p ara explicar un hecho notable: que en m uchos de estos debates, am bos ad versarios p ued en estar dentro d e una y la m ism a persona. Y el reconocim iento y la com prensión de esto bien puede servir para d om in ar la prop en sión com ún a identificar a cualquier adversario externo con el factótum del diablo. ¿C óm o pued en resolverse tales diferencias de concepción? Es verdad q u e a veces las concepciones descan san , de un m odo com plejo, en su p u estos acerca d e las cu estion es de hecho co rrespon dien tes, y p o r lo tanto q u e el d e sp lie g u e de los m éto dos de la ciencia n atu ral, de las ciencias sociales y de otros m étodos de investigación em pírica p ued e serv ir en ocasiones p ara socavar ciertas con cep cion es erró n eas. Pero aun cuando los su p u estos acerca de los hechos co rresp on dien tes no con tengan errores, las discusiones p u ed en continuar razonable e inteligiblemente. Por lo general, cabe com pren der tales discu siones com o con troversias que giran , principalm ente, en tor no a la cuestión del ordenam iento, según su im portan cia —su p ertin en cia—, de las p a rte s o ra sg o s com p o n en tes de la activi d ad en cuestión; y a m enudo es posible entender que ésta es una cuestión q u e g ira en torno a otras, tanto so b re la mejor form a de ad ap tació n d e la actividad a circunstancias nuevas, com o sobre lo que constituye exactam ente un desarrollo po sitivo de esa actividad. Tales cu estion es se prestan tan poco a una resolución deduclivam enle razon ada com o a una decisión directam ente científica; pero ello no d em u estra que tales cues tiones representen un callejón sin salida, ni tam p oco que las presuntas resp u estas a las m ism as no puedan ser más, o menos, razonables. L o s intentos por cam biar la m an era en que otro ve los m odelos p arad igm ático s de la actividad respectiva, al igual q u e los intentos p o r hacerlo im aginar o ap reciar vividamente lo que sería la activid ad si se realizara su co n cepción preferida de ella, no n ecesariam en te son estud ios de mera m anipulación. A ceptar que n ocion es com o lo irrazon able, la m iopía y la cegu era pueden hallarse e n ju e g o en estas d iscu sion es entre concepciones rivales de cierta actividad todavía no significa
a ce p tar a lg u n a idea de la única concepción verdadera. G allie p are cía p e n sa r que cuando m enos e ra posiblem ente d eseab le q u e tales controversias con tin uaran sin fin; p e ro su pensam ien to p resu p o n ía la id ea d e una activid ad “sosten ida y / o d e sa rro lla d a d e m an era ó p tim a ”. Si h ubiera q u e entender esa últim a id e a en térm in os d el límite de “la m an e ra ó p tim a ”, la p o sic ió n de G allie resultaría an áloga a la q u e sostien e que, a la luz de he chos co n o cid o s sobre la co m p lejidad infinita del m undo natu ral y sobre nuestras restrin gidas cap acid ad es epistém icas en re lación con ese m undo, sería deseable u n a p lu ralidad de teorías cien tíficas rivales so b re el m un do n atural p a ra alcanzar la teo ría cien tífica verdadera del m undo. Sin em bargo, cu an do G allie h ab la de “m an era ó p tim a ” no e stá su p on ien do n in gu n a p o si ción sem ejan te y, de todas form as, d u d o que sea correcto atri buírsela. C on siderem os un ejem plo pertinente, el de un equi p o d e fútbol. Es obvio q u e tenem os el concepto de un bu en e q u ip o d e fútbol y, tam bién, el d e ser un equ ipo de fútbol m e jo r que otro. Por lo tanto, no es sorp ren den te que ten gam os a d e m á s el con cepto del m ejor e q u ip o real. Pero, ¿p o seem o s un co n cep to del m ejor equ ip o posible, o del equ ip o ab solu ta m ente p erfecto? D esde luego q u e no: ¿cuál sería exactam en te el m arcador! C u an do Gallie habla sobre “la m an era ó p tim a ”, lo único que está su p on ien d o es el con cepto del orden am ien to com p arativ o ap licado a casos reales y a p osib ilidades específi cas im agin ables: no está p id ien d o n in gu n a idea del punto final absolu to de ese ordenam iento. Por lo m enos en la g ra n m ayo ría d e los ejem plos de este tipo carecem os de una idea sem e jan te: si la idea de la única concepción verdadera de la actividad en cuestión está lig ad a a la id ea d e ese punto final, entonces tal co n cep c ió n no existe. El recon ocim ien to de este hecho tam bién p o d ría tener un efecto saludable: serv iría p a ra co n trolar la p rop en sión a las h ipérboles sin sen tido que se suelen exp resar en este seg u n d o tipo de polém icas entre con cepcion es rivales. L a s creen cias q u e d eterm in an la con cepción de una p e rso n a d a d a acerca de lo q u e es, p o r ejem plo, una vida cristiana, son ciertas creen cias m odales: su s creen cias sobre lo q u e es un a vid a cristian a, sobre la n atu raleza d e un a vid a cristiana, sobre lo que exige una vida cristiana. En m uchos ejem plos aparece rá un elemenLo de relativización con respecto a circunstancias
específicas dentro de los con ten id os d e esas creencias m odales (lo q u e exige la vida cristiana, lo que constituye una vida cris tiana, puede variar en espacio y tiem po); pero ese elemento de relativización no im plica u n a m erm a en la objetividad. Y es indudablem ente cierto q u e o tra s diferencias en las creencias acerca de los hechos —si hay, p o r ejem plo, más person as que llevan una vida cristiana en G u an aju ato q u e en V eracruz—p ue den ser consecuencias d e las d iferen cias de concepción; pero esto en nada socava el carácter distintivo de las creencias que constituyen la co n cep ción que una person a dada tiene, por ejem plo, d e lo q u e es una vida cristiana. III Evaluación y filosofía. A un cu an d o no haya sid o su principal ob jetiv o , Gallie logró esclarecer el tem a de las posibles contribu ciones filosóficas —las posibles con tribucion es d e los filósofos en cuanto tales— al estu d io d e ciertos fenóm enos sociales o colectivos, com o la m oral, la política o la religión. Señ alan do, a u n q u e fuera indirectam ente, a lg u n a s tareas p a ra el filósofo d e la m oralidad o para el filósofo político, logró explicar, aun cu an do lo haya hecho im plícitam ente, con qué derech o se mue ven los filósofos en esos terren o s, p or qué existen legítim am en te esas disciplinas filosóficas. (a) Un filósofo p o d ría cu an d o m en o s co la b o rar en la tarea d e identificar el “m od elo o rig in al” cuya autoridad s e a recon ocida p o r to dos los usuarios rivales d el concepto. É sa p o d ría parecer una tarea estrictam ente de orden lingüístico-histórico [filoló gico], una tarea de in vestigación m eram ente causal; así enten dida la tarea, se su p o n e q u e la existencia de raíces h istóricas com p artidas sería suficiente p a r a establecer la iden tidad actu al d e los conceptos. Pero el defecto q u e aq u í he señ alad o en la argum entación de A n scom b e d e m u estra q u e esa m an era d e con cebir la tarea está equ ivocad a; adem ás es esen cial tom ar en serio una frase de G allie —la tarea consiste en identificar el “m odelo origin al” cuya autoridad sea reconocida por todos los usuarios rivales del concepto—. D e hecho, esa au to rid ad pu ed e existir aun cuando falte la cau salid ad , tal y co m o se ap recia en
los casos de “ m odelos o rigin ales" inexistentes, “ m odelos o rig i n ales” im aginados o idealizados. (b) En relación con un “m o d e lo origin al” o con otros ejem plos “ positivos” d e la actividad en estud io, el filósofo p o d ría p o r lo m enos colab o rar en la tarea de identificar los elem entos con cep tu ales clave y las estru ctu ras b ásicas dentro de la com pleji d ad interna de la actividad. Q u izá en algun o s casos el filósofo p o d ría intentar d em ostrar subsecuentem ente la presen cia d e defectos filosóficos en los elem en tos y las estructuras p o r esta vía identificados; pero siem pre h abrá que tomar en cuenta la p o sibilid ad de que el filósofo se haya equivocado al su p on er que la activid ad en cuestión tiene un carácter por lo m enos parcial m ente filosófico. Quizá, p o r ejem p lo, la m oralidad sea m ucho m en os “filosófica” de lo que los filósofos suelen suponer. (c) M ás claram ente, un filósofo pod ría tratar de identificar y hacer explícitos los “diferentes criterios” a la luz de los cu ales las d iv ersas p a rte sa p lic a n e l co n cep to en cuestión. No hay n ad a m isterioso en la existencia d e e sa tarea: surge co m o co n secu en cia d el fen óm en o —co rrectam en te tan destacado en la filosofía co n tem p o rán ea del len g u aje— del carácter irreflexivo del uso com peten te del lenguaje en la vida cotidiana, del hecho de que la com pren sión que ten em os d e nuestro propio lenguaje es esencialm ente de índole p ráctica. Por lo tanto, surge la tarea o p tativ a —p ara n o so tro s o p ara quienes quieran e stu d ia rn o sd e reflexionar sobre los p o sib les “diferenLes criterios” que se m an ifiestan en nuestra c o m p re n sió n y en nuestra práctica irre flexivas. L a m ism a tarea surge, d esd e luego, cu ando som os n o so tro s los que querem os estudiar a otros, sean e so s otros co n tem p o rán eos o h istóricam en te distantes. Hay que subrayar, sin em bargo, que esta ju stificació n d e la tarea d e identificar los “diferentes criterios” relega a un lugar m enor las afirmaciones d e las partes acerca de los “c rite rio s” a la luz de los cuales apli can el concepto en cuestión. (d) S in n egar el carácter g en eralm en te irreflexivo del uso y de la com pren sión del lenguaje, tal vez algun o s quieran objetar que hay excepciones im p ortan tes a la regla general, excep cio nes especialm en te pertinentes p a r a el te m aq u e aquí nos ocupa..
E sas excepciones su rgen cu an d o los conceptos q u e usam os se ubican en el m arco d e algu n a teoría, d e tal m an era que el signi ficado de un concepto así se determ in a, al m enos en parte, por su papel dentro de la teoría. L o s “criterios” de uso del concepto no sólo se m anifiestan en su uso cotidiano; tam bién se deter m inan p or la teoría en la que se ubica el con cepto. Es verdad que m uchos de los que usan un con cepto así ap en as podrían expresar algo de la teoría en cu estión ; no obstante, eso podría conciliarse m ediante algún an álo g o de la h ipótesis de Hilary P u tn am sobre “la div isió n del trab ajo lingüístico”,4 en relación con las palabras p ara clases n atu rales; es decir, m ediante la idea de q u e el u so p o c o reflexivo y p o c o teórico d e este tipo de con ceptos p or parte de m ucha gente depen de del conocim iento que algunos otros tien en acerca de la teoría correspondiente. De esa manera, sigue la propu esta, pueden tom arse en cuen ta las afirm aciones d e p or lo m en o s algun as p erso n as sobre los “criterios” del uso de ciertos conceptos; a d e m á s, term ina la propu esta, surge aqu í otra tarea filosófica: analizar, articular, el papel de los con ceptos m orales de ese tipo dentro de la teoría que determ ina su significado, cu an d o m enos parcialm ente. Esa parece ser la m an era id ó n ea de entender, p o r ejem p lo , m uchas de las d iscusion es co n tem p o rán eas d el m anejo d e conceptos m orales específicos en las o b r a s de los gran d es filósofos del p a sa d o .5 A quí hay tareas im portan tes p a r a el filósofo, p e ro no es nada obvio que esa p rop u esta logre caracterizarlas adecuadam ente. IJna teoría es interna de una p rá ctica cuando quienes partici pan en ésta hacen lo que h acen p orq u e creen, aunque quizá tácitam ente, en dich a teoría; u n a teoría es externa a la práctica cuando no se satisface esta co n d ició n .6 C u alq u ier intento de identificar la teoría in tern a de una práctica con lo que sus par 4 Segú n la hipótesis dePutnaxn, toda com u n id ad lingüística “p o see cuando m enos alg u n o s térm inos cuyos ‘criterios' asociados sólo son con ocidos por un subconjunto d e los hablantes que los adquieren, y cuyo uso por parte de otros hablantes depende de una cooperación estructural entre ellos y los hablantes de los subconjuntos pertinentes” {Mind, Language, and Reality, p. 228). 5 Véanse, por ejem plo, algu n os de los ensayos en este volum en sob re la obligación moral. 6 Para algo más sobre esta distinción, véase M. Platts, Moral Realüies, pp. 3
ticipantes afum an que es esa teoría interna no sólo afronta el problem a de la gente p o c o propen sa a la reflexión, problem a con el cual tal vez P u tn am pued a ayudar; se en fren ta tam bién a la posibilidad de q u e aun los “e x p erto s”, aun las “au torida d e s”, tengan ideas equ ivocad as sobre la id en tidad de la teo ría interna de una p rá ctica Podríam os invocar sobre este pun to a los gran d es te ó rico s del encubrim iento, M arx, Nietzsche y Freud; o sim p lem en te p odríam os aco rd arn o s del eterno fe nóm eno del a u to en g añ o . De m anera estrictamente análoga, un análisis co n cep tual-estructu ral de las ideas so b re la m oral de alguien com o Locke, co m o H um e, o com o Kant, por sofisti cado que sea, d eja p e n d ien te de respuesta el siguien te tipo de pregunta: ¿es nuestro el concepto que Locke exp resa cuando habla de “ob ligación m o r a l”? Para contestar este tipo de pre gun ta es n ecesario sa b e r cuál es nuestro con cepto; y a riesgo de caer en p icad o d e sd e mi torre d e m arfil, creo que la única m an era de saberlo es investigando los “c rite rio s” que de hecho em pleam os en su uso, y a sí precisam ente no los “criterio s” que afirm am os estar e m p le a n d o en tal uso. El asunto, desd e lu ego , es algo m ás co m p licad o de lo que podría sugerir lo que a c a b o de decir. Straw son afirm a: hay u n a a m b ig ü e d a d b astan te g e n e r a l e n la n o c ió n d e “ n u e stro c o n c e p to o r d i n a r i o ” d e lo q u e se a. ¿ D e b e ría n la s fac c io n e s d e tal c o n c e p to t r a z a r s e e x c lu siv am e n te a p a r t ir d e su u so , a p a r tir d e n u e s tr a j/rá c tic a o r d in a ria , o, p o r c o n f u s o s q u e é sto s sean , d e b e ría m o s a ñ a d ir lo s a d itam e n to s reflexivos q u e , n a tu ra l o h is tó ric a m e n te , s e re ú n e n a su a lr e d e d o r? L a d is tin c ió n d ifíc ilm e n te es n ítid a; p e r o c u a n d o e s p o sib le h ac e rla , p r e f ie r o la p r im e r a o p c ió n .'
Aun con esta cau tela im prescindible, la posib ilidad que se ha dejado ver aquí es q u e nuestras prácticas m o rales, incluyendo, por sup u esto, el e m p le o de nuestros co n cep tos m orales en nuestro pensam iento y d iscu rso m orales, sean muy poco “teó ricas”. Evaluar e sa p o sib ilid ad y luego, en caso de descartarla, identificar la teoría —o las teorías— dentro d e la(s) cual(es) se ubican nuestros c o n c e p to s m orales, son tareas muy urgentes 7P.F. Strawson, “P.F. Straw son Replies", p. 265.
d a d o el e stad o actu al d e la filosofía m oral. Sin em b argo, enten d er la p o sib ilid ad de que nuestras prácticas m orales sean muy poco “teó ricas” co m o la mera p o sib ilid ad de que nuestra m ora lidad sea d e fectu o sa resultaría —claro está— u n a equivocación garrafal. (e) L a p osib ilid ad de reali 2 ar con éxito estas últim as tareas que acabo de m en cion ar se elevaría con siderablem en te si antes se h ubiera cu m p lid o con otra: diferen ciar las diversas c o sa s que podrían llam arse “ criterios”, y a sí m arcar alg u n as distinciones dentro d e la cate g o ría de “diferentes c rite rio s”. Un reconocido diccionario d e len gu a inglesa {Chambers, E dim burgo, 1993) nos ofrece, en ese idiom a, definiciones com o las siguientes: criterio m e d io o n o rm a de ju i c i o ; p r u e b a ; re g la , e stá n d a r, ca n o n . .. conforme a criterios (d ic h o d e u n e x a m e n o d e u n a e valu ación ) ju z g a r a lo s e x a m in a d o s con b a s e e n s u d o m in io p r o b a d o de c ie r ta s h a b ilid a d e s y d e stre zas (e n l u g a r d e c o m p a r a r lo s c o n los lo g r o s d e s u s s i m i la r e s .. .).
L a segu n da defin ición —que establece el contraste precisam en te con “co n form e a norm as”— serv iría p ara adm itir la posibili d ad , p o r ejem p lo, de que casi todos los fu tbolistas sean buenos futbolistas (o d e que casi ninguno lo sea); pero la prim era de finición señ a la la im portancia p a r a la tarea que aquí nos ocu pa de co n sid e rar paciente y d etallad am en te los “criterios” en relación con los muy distintos tipos d e “p ru e b a", “regla”, “es tándar”, “ can on ”, o —añadiría y o — “ p rin cip io ” .8 Com o queda de m anifiesto, p o r ejem plo, en los u so s tan diversos que dan a la frase “ criterio de iden tidad”, la relación de los filósofos con su len gu aje puede ser tan p o co reflexiva com o la del resto de los m ortales; cierta p reocu pación elem ental p o r la higiene profesion al hace im prescindible otro tipo de relación. (f) Un filó so fo p od ría participar —de hecho han participado, aunque no quede del todo claro hasta qué punto su participa ción h a sid o en cuanto filósofos— en los d ebates sobre la m ejor 8 Véanse las contribuciones de Atienza y Ruiz M añero (pp. 401-433), y de Vázquez (pp. 4 3 5 -4 6 7 ) incluidas en esta antología.
m an era d e m odificar cierta actividad a la luz de circun stancias cam bian tes, d e desarrollarla d e m anera óptim a C on siderem os p rim ero el ejem plo de una actividad regid a p o r reglas esLrictas y explícitas, en la cual surge la posib ilid ad de m o d ificarla cam bian do sus reglas: es decir, se trata d e un e je m p lo d e posible m od ificación no a la luz de circunstan cias cam biantes, sino con stitu ida p o r m edio de un cam b io en las “circu n stan cias” . En la historia d el ajedrez, la rein a ha cam bia do d e n om bre, de g én ero y de p o d e re s o facultades. E specífi cam ente, antes de la m itad del siglo X V , la reina só lo se p o d ía m over u n a casilla diagon alm en te y, en consecuencia, e ra la p ie za m ás d éb il del ju eg o . A h o ra bien, es fácil im aginar un d eb ate —no estam o s especulan do so b re la verdadera historia del c a so — en torn o al posib le “em p o d eram ien to ” de la reina, y tam bién es fácil im agin ar la particip ació n de algunos filósofos en d i cho d eb ate. Pero, ¿se trata d e p articip ación en cuanto filósofos? Por otro lado, podem os co n sid e ra r el ejem plo de una activid ad p o c o g o b ern a d a p o r reglas estrictas y explícitas pero q u e pare ce h ab er experim entado a lg u n a s m odificaciones im portan tes a la luz de circunstancias cam biantes durante su h istoria: me refiero a la actividad de filosofar, y a las circunstancias cam biantes en térm inos de los d esarrollo s científicos (incluyendo los d e sa rro llo s en el ám bito d e la lógica m atem ática), d e la a m p liación d e n uestro co n ocim ien to de la vida hum ana y su diver sid ad , y d e los cam bios estru ctu rales ocurridos en el sen o de las so c ie d a d e s hum anas y e n las relaciones entre ellas. ¿D eben m o d ificarse las prácticas de la filosofía a la luz de esos cam b io s? Y de ser así, ¿cóm o deben m odificarse? Independientem ente de las re sp u e sta s preferidas q u e se quieran d ar a esas p reg u n tas, el asu n to pertinente en este m om ento es m enos co m p lejo: sin o to rg a rle s la Ú ltim a P alabra, ningún tipo de “a u to rid a d ” p re d estin ad a, parece evidenU: que los filósofos pueden con trib uir a los d ebates so b re esas cu estion es y hacerlo en cuanto filósofos. Sin em b argo , una vez que se salen de ese terreno priv ilegiad o, ¿d ó n d e term ina la p o sib ilid ad de que los filósofos h ag an le g ítim am en te ese tipo de con tribución a los debates con tem pla d os p o r Gallie, a esos d ebates claram ente norm ativos? ¿C u án d o em piezan a a b u sa r de cu alq u ier “au to rid ad ”, prestigio o reco nocim iento que hayan recib id o —m erecidam ente o n o — p o r sus
activid ad es en el terren o n etam en te filosófico? El h echo d e que los sum os sacerdotes m exican os se sientan con facu ltades p ara pontificar so b re to d o s los a sp e cto s d e la vida social, y no sola mente sobre los a sp e cto s espiritu ales de la vida de su grey, no p rop o rcio n a n in gun a razó n p a r a q u e los filósofos los sigan por el cam ino de la fantasía y la m an ipulación ram p lon as. IV Fuera de la moralidad. L a filosofía ofrece un b u e n ejem plo d e una actividad que co rre sp o n d e a un concepto esencialm ente discutible o im pugn ado; y lo m ism o sucede con la m oralidad, d e tal m od o que la n aturaleza d e la filosofía de la m oralidad, la n aturaleza d e la ética, es, por decirlo así, d ob lem en te discuti ble. Esa es la verdad que subyace en el énfasis q u e Maclntyre p on e so b re “ la diversidad y la h eterogen eid ad d e las creencias, las prácticas y los con ceptos m o ra le s” y sobre las discrepan cias que han existido en torn o a los m étodos de la ética; tam bién explica en parte la razón p o r la cual resulta singularm ente fútil b u scar a lg u n a definición en sen tid o estricto d e “ la m oralidad” (o de la “é tic a ” ). P ién sese en la reacción de L u te ro frente a cu alquier sugerencia d e que la felicidad sea el fin d e la vida hum ana: “Sufrim iento, sufrim iento; la cruz, la cru z.”9 Podría m os afirm ar, siguien d o a B ern ard W illiam s, que la concepción luterana dice muy p oco so b re las posibles críticas m orales a las e structuras e instituciones sociales; pero tam bién podríam os aseverar algo sem ejante en relación con m uchas o tra s m orali d ad es tradicionales. A h ora bien, aun cu an d o n o n os sea posible o frecer una caracterización o definición g en eral de la “ m o ra lid a d ”, sí po d em o s indicar nuestra tem ática m ediante alg u n o s ejem plos de diversos m odos de pensam ien to y sus elem entos correspon dientes que, siendo prácticos, no son em pero m orales. Es decir, podem os señalar no algún “ m od elo origin al” d e la m oral uni versalmente acep tad o com o tal, ni siquiera alg u n o s “elem en tos origin ales” dentro d e todo pensam iento m oral (el proble ma que plantea el caso d e L u tero en relación con el concepto d e felicidad), sino m ás bien la existen cia de alg u n o s elementos 9 Citado por B. Williams en Morality. Art Introduclion to Ethics, p. 90.
con ceptuales que, p ese a su carácler práctico, se encuentran Juera de las estructuras del pensam ien to m oral. U n as sem an as d e sp u és d e Sos terrem otos o cu rrid o s en la ciu d a d d e M éxico en 1985, m e h allaba viajando en taxi en la c iu d a d provincial d e G u ad alajara. D espués d e pregu ntarm e acerca de la situación en la ciud ad de M éxico, el taxista me inform ó que los terrem otos habían sido un castigo de Dios p o r el vicio so estilo de v id a d e los habitantes de la ciudad capital. No le p ed í m ás detalles d e su explicación, p ero recordé la afir m ación del e m p e rad o r Ju stin ia n o de que la causa de los terre m otos es la h om osexu alidad . No obstante, tras las sim ilitudes su p erficiales que h ab ía yo captad o, yacían diferencias pro fu n das entre las ideas de Ju stin ia n o y las del taxista que me llevaba. In cluso p a ra quien posee el co n cep to de m oralidad, la p re g un ta “¿Q u é debo hacer?” no tiene por qué ser equivalente a la p regu n ta “¿Q u é d eb o h acer d e sd e un punto d e vista m oral?"; en realidad, alguien q u e se p a la resp u esta p a r a la segu n da pre gun ta puede, con to d a coherencia, continuar preo cu pán d ose por la prim era. M ientras que si alguien carece del con cepto de m o ralid ad , como Ju stin ia n o , cu alquier su p u esta equivalencia entre lo que se p o d ría d en o m in ar “la cuestión práctica g en e r a l”, p o r un lado, y la cuestión m oral, p o r el otro, no puede ser correcta. E lju icio d e ju stin ia n o no fue y no pu d o haber sido un ju ic io m oral. Se p u e d e n m ultiplicar los ejem plos: el prep o n d e rante respeto hom érico por la astucia de un general, m ed id a en función d e su h abilidad p a ra e n g a ñ ar a sus oponentes; el c ó d ig o d e h on or que se m an ifiesta en la práctica del duelo; los d ic ta d o s d el m achism o m exicano (o inglés). N inguno de éstos es, ni p reten d e ser, un fen óm en o que ejem plifique el p e n sa m iento m oral. A unque e so s ejem p los p u d ieran p a re ce m o s có m odam en te ajenos, no es esen cial rem itirnos a ellos p a ra indi car 5a n aturaleza de la m o ralid ad . T odos estam os fam iliarizados con otros valores prácticos que pueden traerse a colación con respecto a la pregunta p ráctica g en e ral “¿Q ué d eb o h acer?” N o es n ec esario poner g r a n énfasis en la cuestión d e la p ru d e n cia —lo cual es afortun ado, ya qué el co n cepto m ism o es d e un a o sc u rid a d casi tan g ra n d e co m o el asunto del lugar q u e o cu pan las con sid eracion es p ru d en ciales dentro del pensam ien to m oral—. L o s valores prácticos distintivos que se encuen tran en
la p ráctica d e la etiqueta, en la ley, en relación con la conser vación y la apreciación d e las o b ra s de arte, en las prácticas parcialm ente constitutivas de la identidad cultural, e incluso, creo, en la política (record em o s la observación d e H um e de que una buena filosofía p olítica no es necesariam ente una bue n a filosofía m oral) o frecen ejem p los m ucho m ás claros. Junto a esa lista de valores relativam ente “fo rm ales”, p o d e m o s agregar otros menos “fo rm ales”: a p arte del asunto del hum or, están p o r ejem plo los valores que se reflejan en “ideales individua les” particulares relativos a los estilos de vida,10 los que dan expresión y form a a caracteres y p erson alid ad es p ro p io s de los in dividuos, y los q u e surgen d e n tro de relaciones person ales distintivas, com o el am or y la am istad. M ediante ejem plos d e ese tipo nos ap roxim arem os m ás f á cilm ente a un a idea distin ta d e la m oralidad que a una id ea clara de ella (para exp resar la cuestión en térm inos cartesia nos, aunque sin los sign ificad os técnicos correspon dientes). Es m ucho m ás sencillo d eterm in ar lo que la m oralidad no es —sus relaciones potencialm ente a n lagó n icas exteriores— que deter m inarla de m anera positiva —su constitución interna, por lla m arla así—. Se puede d ecir exactam en te lo m ism o de cu ando m enos m uchos de los elem en tos de la m oralidad, de los con ceptos m orales esencialm ente discutibles. En am bos casos, sin em bargo, considerar d etallad am en te las relaciones exteriores p u ed e servir p a ra acercarn os al reconocim iento de la constitu ción interna correspon dien te, a la obtención de una idea clara. En la siguiente sección de e sta introducción, intentare, entre otras cosas, ejem plificar esta posib ilid ad . V Conexiones y prioridades. Se ha señ alad o a m enudo que la to leran cia no debe co n fu n d irse c o n la indiferencia: ini extrem a falta de interés por la vida d e m is vecinos no pon e d e m ani fiesto ningún g r a d o de to leran cia d e mi parte. En cuanto a esto, la tolerancia se asem eja al respeto por la auton om ía d e los dem ás, a la idea d e que d e b e m o s dejar a los agentes com petentes tom ar las decisio n es im p ortan tes p a ra su p ro p ia vid a 50 V éase Strawson, "So cial M orality an d Individual Id eal”.
según sus p rop ios valores, d e se o s y preferencias, libres de c o e r ción, m an ipulación o in terferencias: la indiferencia tam p o co es una m an ifestación de tal resp eto . Sin em b argo , hay que distin g u ir p o r lo m en os tres id eas que pueden estar in volucradas en el u so del térm in o “in d iferen cia”: la falta de interés en un tem a (e in cluso el ab u rrim ien to o fastidio); la su spen sión d e todo “ju ic io evaluativo” (e in cluso d e “ju icio co n d en ato rio ”); y el equilibrio d e l “ju icio evalu ativo”, la creencia d e q u e a lg o es tan b u en o co m o m alo. L a tolerancia tam poco debe con fun dirse ni con la ig n o ran cia n i co n la cautela evalualiva: no hay m anifestación d e tolerancia ni en mi ign orancia sobre la v id a d e m is vecinos ni en m i pen sam ien to, concerniente a algún ju i cio n egativo so b re u n o d e ellos, d e q u e mi ju icio , co m o to dos los ju icio s evaluativos, p o d ría resultar equivocado, y q u e p o r lo tanto no d eb ería in fluir en m is accion es, ni lingüísticas ni de otro tipo. El elem ento ausen te en aquellas otras ideas p arece ser la noción de acep tar a lg o au n q u e lo d esap rob em os. Pero h ab rá que a ñ ad ir d e inm ediato q u e la resign ación —reco n o cer el h ech o d e q u e som os im potentes ante la existencia d e cier to fen óm en o— tam poco puede co n sid erarse una m an ifestación de tolerancia. Sin aven turarn os en el territo rio austiniano con re sp e cto a qué concepto —tolerancia o intolerancia— es el que m an d a, se p o d ría avanzar u n p o co m ás si d irigiéram os la aten ción a la cu estió n d e lo q u e no es la intoleran cia. B ernard W illiam s es cribió: Si un g ru p o simplemente od ia a otro, com o en una vendetta entre clanes o en los casos de puro racismo, no es realmente tolerancia lo que se necesita; los involucrados tienen más bien que desha cerse de su odio, de su prejuicio o de sus recuerdos im placables. Si le estam os pidiendo a la gente que sea tolerante, estam os pi diéndole algo más com plicado q ue e sto ."
A l parecer, W illiams p reten d e exp licar esta diferencia entre in toleran cia y, d ig am o s, “p u r o ” o d io recurriendo a! punto q u e 11 B . W illiams, “Toleration: An Im possible Virtue?", p. 19. [“L a tolerancia: ¿un a virtud im posible?", p. 471, E ste texto de W illiams se incluye en este volumen; véanse las pp. 469-482.]
acabam os de plantear: “ para q u e se trate d e un prob lem a de tolerancia, es n ecesario que haya algo que se tolere; tiene que h ab er alg u n a creen cia o p ráctica o form a de vida q u e un g ru p o con sidere (p o r fanático o p o c o razonable que esto sea) e rró nea, equivocada o in d eseab le”. Sin em bargo, d ic h a condición parece q u e d a r satisfecha —to m an d o en serio la frase “p o r fa nático o p oco razon ab le que e sto se a ”— cu an d o m enos en m u ch os casos de “p u ro ” odio: p e se al carácter casi fisiológico d e sus reacciones, el racista puro y sim ple sí p ien sa q u e hay algo “in deseable” en, p or ejem plo, la form a de vida de la raza od ia d a (de hecho, en su m era existencia). T al vez W illiams haya tenido razón al p ensar que hay caso s de puro o d io sin, por d e cirlo d e algún m o d o , con tenido proposicion al, sin que en ellos in terven ga ningún pensamiento m ínim am ente específico; pero el pensam iento que él m en cion a —de indescabilidad, etc.— tie ne un con ten id o d e m a sia d o d é b il, sospech o, p a ra que pu ed a establecer la d e se a d a d istin ción con la intolerancia. L o que se necesita p a ra este prop ó sito, c r e o y o, es algo co m o lo siguiente: que en los casos de in toleran cia (a diferencia de los de “p u ro ” odio), la p erso n a intolerante no sólo ju zgu e que hay algo inde seable (o e rró n eo o equ ivocado) en cierta creen cia, práctica o fo rm a d e vida d e algu n a person a o grup o, sino tam bién que el rasg o in d eseable (o erró n eo o equivocado) es responsabilidad de la person a o del g ru p o odiado. U na m an era en que se p u e d e tratar d e d esp lazar la discu sión del ám bito de la in toleran cia al del puro o d io consistiría en intentar estab lecer la au sen cia de todo ju icio , todo pensa m iento p rop o sicio n al, en lo que con cierne a la in deseabilidad, etc., d e las creen cias, las p rácticas, etc., de aqu ellos que están siendo ob jeto d e rechazo; pero o tra m an era de tratar de hacer una ju g a d a equivalente sería intentar establecer la falta d e res pon sabilidad, d e p arte d e los rechazados, por los rasg o s que se ju zgan in deseables. Si esta se g u n d a tentativa culm ina con éxito y sin em b argo se sigu e rech azan d o a la gente en cuestión, esto nos m ostrará q u e estam os ante un caso de p u ro od io o algo similar, en el q u e “no es realm en te to leran cia lo que se n ecesita”; sin p resu p o n er la atrib u ción d e respon sabilidad, lo que “estam os p id ien d o ” es a lg o que dista de ser co m p licado (al m enos h ablan do d e sd e un p u n to de vista filosófico ) —sería
m ás bien com o el c a so en que se pide a alguien que trate de liberarse de su od io p o r los m urciélagos y por el trino de los p ájaro s al am anecer, en el cu al no hay n in gun a noción intere sante de tolerancia que sirva p ara caracterizar qué es aquello que estam os p id ien d o . Me parece que los casos de indeseabilid ad sin resp on sabilid ad se acercan m ás a los de p u ro od io, en los cuales la resp u esta a d e c u a d a puede ser que la gen te “se des h ag a d e su o d io ”, que a los casos de intolerancia, en los cuales la resp u esta a d e c u a d a puede ser que se siga ju z g a n d o que hay resp on sabilid ad p o r lo indeseable, m ientras que se so p o rta la existen cia de ese otro g ru p o diferente. Por supuesto, n ad a d e esto me com prom ete a n egar la im p ortan te tesis de W illiam s de que en la práctica “suele haber una frontera muy tenue o borrosa entre el m ero tribalism o o la lealtad al clan y las d iferen cias de puntos de v ista o convic ció n ” ;12 creo sim plem en te que existen dos fro n teras tenues o b o rro sa s que hay que atravesar. Desde luego, la seg u n d a fron tera, determ in ada p o r la (supuesta) ausencia o presencia de resp on sabilid ad , p u e d e ser tan difícil de detectar en la práctica com o la co n siderada por Williams: tal vez aún más, dad os los cap rich os en la atrib u ció n de responsabilidad que tan bien ha d iscu tid o en otro texto el propio W illiam s.13 C o n todo, sigue sie n d o cierto que el o d io se presta a proyectarse con bastante m ás facilidad en térm in os d e una supuesta in d escab ilid ad que en térm in os d e una su p u e sta responsabilidad. Esa co n sid eración de lo que la tolerancia no es —y de lo que la intolerancia n o es— invita a sacar la con clu sión tentati va de que la tolerancia, p o r lo m enos en sus c a so s centrales y distintivos, requiere que la person a tolerante a lo je algún ju icio evaluativo negativo sobre alg u n a faceta de la gen te tolerada, así com o alguna cre en cia so b re la resp on sabilidad de esa gente p o r d ich a faceta. Si a lg o a sí es correcto, se sigu e de inm ediato que el con cepto de resp on sab ilid ad es más fu n d am en tal que el con cepto de to leran cia (p aso por alto la p osib ilid ad , en este caso poco probable, de un círculo donde el co n cep to de res pon sabilid ad p re su p o n g a igualm ente el de tolerancia). Si esa 12 V éase Williams, ibid., p. 471. 13 V éase Williams, “R ecogn izin g Responsibility" [véanse las pp. 167-200 de esta antología].
consecuencia es, sin em bargo, suficiente o no p a r a establecer el carácter moral de la noción d e toleran cia es un a cuestión que no exam inaré aquí: sólo expresaré mi creen cia de que la m ejor m an e ra d e d a r un a respuesta sería reflexion an do acerca de qué concepción de tolerancia en con jun ción con qué concepción de la m oral im plicaría una contestación afirm ativa.14 N o sé si lo que acab o de d ecir hace patente algún apego exagerado a mi torre de m arfil; lo que de m an era evidente queda d e m anifiesto es una co n cep ció n relativam ente específi ca de una de las tareas posibles p a ra la ética. Straw son reafir ma la validez de lo que E.M. Forster am b icion aba —“basta con co n ectar”— no únicam ente en e l nivel m oral y personal, sino tam bién en el nivel filosófico: H a b ie n d o r e n u n c ia d o a ! p ro y e c to irr e a l d e !a v a lid a c ió n g e n e ra liz a d a , e! [.. .] f iló s o f o a b r a z a r á el p r o y e c to real d e in v e stig a r las c o n e x io n e s e n tre los p rin c ip a le s e le m e n to s e str u c tu r a le s d e n u e stro e s q u e m a c o n c e p tu a l.15 E sta b le c e r la s c o n e x io n e s e n tre lo s p r in c ip a le s r a s g o s o e lem en to s e s tr u c tu r a le s d e n u estro e s q u e m a c o n c e p tu a l —n o p a r a e x p o n e rlo c o m o un s is t e m a r ig u r o s a m e n te d e d u c t iv o , sin o co m o un to d o co h e re n te c u y a s p a rte s in te r d e p e n d ie n te s se ap o y a n m u tu a m en te, e n tr e la z á n d o s e d e u n a m a n e r a in te lig ib le —: b ie n p u e d e p a r e c e r que [ ...] h a c e r esto es la v e r d a d e r a t a r e a de la filo so fía a n a lític a , o al m e n o s la p r in c ip a l. C o m o e n r e a lid a d a mí me lo p a r e c e .15
Straw son escrib ió e sto en relación con cierta m an era de tratar de resp on d er a ciertos tipos de escep ticism o en torno a nues tras pretension es de conocim iento: sin em b argo, y pese a la im portan cia que aq u í se otorga a “la d iversidad y la heteroge neidad de las creen cias, las p rácticas y los co n ceptos m orales", los com entarios de Straw son sirven p a r a caracterizar una po sibilidad clave p a ra la filosofía in o ral. A d em ás, hay que hacer 14 Quizá, por ejem plo, tal contestación su rja de la com binación de la idea de la tolerancia como una virtud junto con una concepción de esa virtud como un a capacidad cognoscitiva. 15 Strawson, Skeplicism and Natwralism, p. 22. 16 Ibid., p. 23.
notar q u e el “relativism o” que p od ría aso m arse por el énfasis en la diversidad de la experien cia m oral, pod ría dism inuirse h asta alcan zar dim ensiones n ada prob lem áticas si el filósofo no solam ente b u scara las principales con exio n es entre los co n cep tos m orales fundam entales, sin o tam bién las conexiones entre estos co n cep to s m orales y otros elem en tos básicos de nuestro e sq u e m a con ceptual. Así, por ejem p lo, en este volum en D a vid W iggins exam ina de m an era notablem ente sutil algun as de las con exio n es entre el con cepto d e derech o y el con cepto de necesidad; Ja m e s G riffin ab o rd a algunas de las con exiones entre el co n cep to de un derech o h um ano y nuestro con cepto d e un agen te h um ano; Ju a n A ntonio C ruz Parcero trata algu nas de las relaciones entre d o s co n cep tos: el de un derecho y el co n cep to tan básico d e person a. Por otra parte, B ern ard W illiams, a su m anera, y yo a la m ía, exam inam os algu n as de las con exio n es entre el concepto d e respon sabilidad y diver sas facetas d e nuestro entendim iento d e las acciones hum anas. En todos estos casos, sería muy p oco instructivo intentar intro d ucir algu n a tesis “relativista" en relación con los elem entos no m orales involucrados. D esde luego, durante la historia han o cu rrid o diversos cam bios de opin ión , de actitud y de co n cep ción en relación con eso s elem entos de la vida hum ana; pero los cam b ios en relación con esos asuntos se asem ejan m ucho m ás a la creación de nuevos arreglos de com pon en tes co m partid os que a innovaciones con cep tuales drásticas. L o s resultados de las investigaciones de Williams so b re la historia an tigua de co n cep cion es de acción, parcialm ente incluidas en este volu men, plantean esta m oraleja a la perfección . M anejar la filoso fía m oral com o si fu era una d isciplin a aislad a de otras áreas filosóficas no sólo puede favorecer la indolencia, sino tam bién la sup osición irreflexiva de algún “relativism o co n ceptual” de im p ortan cia dentro de su tem ática. U n a m oraleja relacion ada su rg e de las discusiones ofrecidas aquí sobre los prin cipios y las reglas. Sólo un tipo de sin dicalism o de muy estrechas mi ras p od ría sugerir la irrelevancia d e estas discusiones, ofreci das p o r unos filósofos del derech o, p a ra la tem ática de esta antología: no obstante las evidentes diferen cias entre, por ejem plo, el escep ticism o de G.J. W arnock acerca de la u tilidad de las reglas m orales y el escepticism o d e Ronald Dworkin sobre
ciertos m odelos de reglas le g a le s, es igualm ente patente la p o sibilidad de qu e otros intentos p o ste rio res de con trarrestar uno d e e so s escepticism os sirva tam b ién p ara con trarrestar el otro. A d em ás, uno de eso s intentos —el de Jo sep h R az—p arece tener una con secuen cia instructiva: p arece m ostrar que los elemen tos suficientes p ara aclarar el c o n c e p to com pletam ente general d e d ecid ir hacer algo b astan p a r a elu cidar la idea co m pleta mente gen eral de una regla, de tal m an era que un escepticism o acerca de este últim o conlleva un escepticism o igual sobre el anterior. D e nuevo se exhibe la ética com o un com pon en te de la filosofía del razonam iento y d e la acción. Q u isiera ag ra d e ce r al C O N A C Y T el apoyo otorgado al proyecto “C o n ce p to s m orales fu n d am en tales” (38626-H ); esta antología es uno d e los frutos de ese proyecto. Sup on go que no es necesa rio insistir en que este proyecto no pretendió tener un carácter com prensivo, es decir, no tuvo c o m o meta la con sideración de to d o s los conceptos m orales fu n d am en tales —ni siquiera los que co rresp on d erían a las c re e n c ia s que un determ inado filó sofo tuviera al respecto—; en co n secu en cia, esta antología tam p o co tiene la pretensión de a b a rc a r todos los conceptos éticos q u e m e p arecen básicos. T am bién d eseo expresar mi ag ra d e cim iento a Ju an A ntonio Cruz y a Faviola Rivera, quienes se en cargaron d e la mayor parte d e la preparación inicial d e l p ro yecto; en él también han p a rtic ip a d o Ja m es G riffm , R odolfo Vázquez, Paulette Dieterlen y G u stav o Ortiz Millán. T odos ellos p ro p u siero n algun os textos p a r a esta antología; sin em bargo, la selección final —me guste el h ech o o no— es respon sabilidad absolutam ente mía. Finalm ente q u iero m encionar que la adm i nistración d e este proyecto h ab ría sid o insoportable si no fu era por la pacien cia y la ayuda de L a u r a M anríquez y Ju a n A ntonio Cruz. B IB L IO G R A FÍA Anscom be, G.E.M., “M odem M oral Philosophy”, Philosophy, vol. 33, 110 . 124, 1958, pp. 1-19. [La versión en castellano, “Filosofía moral m od ern a”, aparece incluida en esta antología, pp. 27-53 ]
Gallie, W.B., “Essentially Contested C on cep ts”, Proceedings of the Aristotelian Society, vol. 56, 1955-1956, pp. 167-198. [Versión en cas tellano: Conceptos esencialmente impugnados, trad. Gustavo Orliz Millán, Instituto de Investigaciones Filosóficas-UNAM, México, 1996.] Maclntyre, Alasdair, After Virtue, Duckworth, Londres, 1981. [Versión en castellano: Tras la virtud, trad. Amelia Valcárcel, Crítica, Barce lona, 1984.] Platts, Mark, Moral Realities, Routledge, L on d res/N u ev a York, 199 1 . [Versión en castellano: Realidades morales, trad. Ana Isabel Stellino y A ntonio Zirión, instituto de Investigaciones FilosóficasU N A M / Paidós, México, 1998.] Putnam, Hilary, Mind, Inriguage, and Reality, Cambridge University Press, Cam bridge, 1975. Strawson, P.F., “P.F. Strawson Replies”, en Zak van Straaten (comp.), Philosophical Subjects, Clarendon Press, Oxford, 1980. ------ , Skepticism and Naturalism: Some Varieties, Methuen, Londres, 1985. ------ , “Social M orality and Individual Id e a l”, Philosophy, vol. 36, 1961, pp. 1-17. Williams, Bernard, Morality. An Introduction to Ethics, Penguin, Harmondsworth, 1972. [Versión en castellano: Introducción a la ética, trad. M an u eljim én ez Redondo, Cátedra, Madrid, 1982.] ------ , “Recognizing Responsibility”, Shame and Mecessity, University o f C aliforn ia Press, Berkeley, 1993, pp. 50-74. [La versión en caste llano, “El reconocim iento de la responsabilidad”, aparece incluida en esta antología, pp. 167-200 ] -------, “Toleration: A n Impossible V irtue?”, en David Heyd (comp.), Toleration, Princeton LTniversity Press, N uevajersey, 1996, pp. 1827. [La versión en castellano, "L a tolerancia: ¿una virtud im posi ble?”, aparece incluida en esta antología, pp. 469-482.]
G .E .M . A N S c o m b e
C o m e n z a ré e n u n c ia n d o tres te s is q u e p resen to en este texto. L a p r im e r a es q u e actu alm en te en n a d a nos b en efic ia h a c e r filo so fía m o ra l; en to d o c a so , e sta t a r e a d e b e r ía p o ste r g a r se m ie n tra s n o te n g a m o s u n a filo so fía de la p sic o lo g ía a d e c u a d a , d e la q u e v isib le m e n te c are c e m o s. L a s e g u n d a es q u e d e b e m o s p re sc in d ir d e los c o n c e p to s d e o b lig a c ió n y d e b e r —e n tié n d a se o b li g a c ió n moral y d e b e r moral—, d e lo q u e es moralmente c o rre c to e in c o rre c to y d e l sen tid o m oral d e “d e b e ” si e sto es p sic o ló g ic a m e n te p o sib le ; p o r q u e son so b rev iv ien tes, o d e riv a d o s d e so b re v iv ie n te s, d e u n a c o n c e p c ió n an te rio r d e la é tic a q u e en g e n e ra l y a n o sob reviv e, y sin e l la só lo hacen d a ñ o . Mi te rc e ra tesis es q u e las d ife re n c ia s e n tre los au to res in gleses fa m o so s d e filo so fía m o ra l d e s d e S id g w ic k h a s ta n u estro s d ías te rm in a n sie n d o b a lad íe s. Q u ie n q u ie ra q u e h ay a le íd o l a Ética d e A ristó te le s y que ta m b ié n h ay a leíd o filo so fía m o ra l m o d e r n a tien e q u e h ab er q u e d a d o s o r p r e n d id o p or los e n o r m e s c o n trastes q u e e x iste n e n tre ellas. L o s co n c e p to s p ro m in e n te s en tre los m o d e rn o s p a r e c e n faltar e n A ristó tele s, o e n to d o c a so p a re c e n e sta r e n te r r a d o s o en u n p la n o m uy d ista n te . L o q u e m á s sa lta a la v ista e s q u e el p r o p io té rm in o “m o r a l ”, q u e h ered am o s d ire c ta m e n te d e A ristó te le s, sim p lem en te no p a r e c e ten er c a b id a , en su se n tid o m o d e r n o , en u n a e x p lic ac ió n d e la ética aristo télica. A ristó te les d istin g u e en tre virtu d es m o r a le s e in telectu ales. ¿T ie n e n a lg u n a s d e las q u e él d e n o m in a v irtu d e s “in tele c tu a le s” lo q u e nosotros llam aríarrios un a sp e c to “ m o r a l" ? Así p a re c e ría ; su p u e s tam en te el c rite r io es q u e un a fa lla en una v irtu d “in te le c tu a l” —c o m o la d e te n e r b u e n ju ic io p a r a calc u lar c ó m o p r o d u c ir "E ste texto fue presentado originalm en te en la Voltaire Society de O xford.
algo útil, d ig a m o s en un gob iern o m un icipal— puede ser cen surable. Sin e m b a rg o , cabría preguntar con toda razón: ¿acaso no es posible que cualquier falla com etida se convierta en un asunto de ce n su ra o reproche? C u alquier crítica despectiva, d igam o s sobre la m an u factu ra de un produ cto o sobre el d i seño de una m áqu in a, se puede llam ar cen su ra o reproche. De m odo que de n uevo querem os agregar la p a lab ra “m oralm en te ”: a veces tal falla puede ser moralmente censurable, a veces no, A h ora bien, ¿tien e A ristóteles esta idea de censura moral, en con traposición a algu n a otra? Si la resp u esta es afirm ativa, ¿por qué no o c u p a un lugar más central en su ética? Hay al gun os errores, d ice él, que son cau sas, no de involuntariedad en las accion es, sin o de bribonería, y por las cuales se cen su ra a un hom bre. ¿S ig n ifica esto que existe la o b ligació n moral de no com eter ciertos erro res intelectuales? ¿Por qué no discute la obligación en g en e ral y esta obligación en particular? Si al guien pretende e sta r expon iendo a A ristóteles y h abla de un m odo m o d ern o acerca de tal o cual cosa “m o r a l”, tiene que ser muy poco p ercep tivo si no se siente continuam ente com o alguien a quien de algún m odo se le han d e salin ead o los m axi lares; es como si su s dientes no se un ieran p a ra m order a p ro piadam ente. No p o d e m o s enton ces recurrir a A ristóteles para tratar de esclarecer la m an e ra m oderna de hablar acerca de la bon dad “m oral", la o b lig a ció n “m o ra l”, etc. Me parece, adem ás, que todos los m ás fam o so s autores d e ética de la ép o ca m oderna, d esd e Butler h asta Mili, tienen defectos co m o pensadores en esta m ateria; y e sto s defectos cancelan la p osib ilidad de e sp e rar que ellos p u ed an arrojar algu n a luz directa sobre el tema. Plantearé estas ob je cio n es con la brevedad que su carácter per mite. Butler exalta la conciencia, pero p arece ig n o rar que la con ciencia de un h om bre p ued e dictarle que h aga las cosas m ás viles. H um e defin e “ verdad" de m an era que excluye de ella los ju icios éticos, y luego presum e haber p ro b ad o que están ex cluidos. Im plícitam en te tam bién define “ p asió n " de tal m anera que p rop o n erse a lg o es tener una pasión. S u objeción a p asar de “e s” a “debe \ought\' valdría igualm ente p a ra p asar de “es” a
“está en d e u d a [o im ]” o de “e s ” a “n ec esita”. (No obstante, p o r la situación histórica, aqu í él h a en co n trad o algo; volveré a ello m ás adelante.) K an t introduce la idea de “le g isla r por uno m ism o", que es tan a b su rd a co m o si en estos d ía s, cu an do los votos por m ayo ría m erecen g ran respeto, llam áram os a cada decisión reflexiva q u e un ser h um ano tom a un voto que d a co m o resultado u n a m ayoría, la cual en proporcion es es ab ru m ad o ra, porque siem pre es 1-0. El con cepto de leg islació n exige un p od er su p erio r en el legislad or. Sus propias co n viccion es rigoristas so b re el tem a d e la m entira eran tan in ten sas que a Kant nunca se le o c u rrió que u n a m entira p o d ría ser d e scrita d e m anera rele vante en térm inos distintos a lo s de un a m entira sin más (p o r ejem plo, co m o “u n a m entira en ta le s y cuales circunstancias” ). S u regla acerca d e las máximas universalizables es inútil si no se estipulan las condiciones p a r a d eterm in ar qué vale co m o d e scrip ció n relevante de una a c c ió n con m iras a construir una m áxim a ace rc a de ella. B entham y Mili no se percatan d e la d ificultad del concepto “p la c e r”. A m enudo se ha dicho que se equivocaron al com eter la “falacia n atu ralista”; sin em b argo , esta acusación no m e im p resio n a, porque, a mi ju icio, las exp licacion es al respecto n o son coherentes. P ero la o tra cu estió n —acerca del placer— m e parece d e sd e el prin cipio una o b je c ió n fatal. En la A ntigüedad, este co n cep to se consideraba b a sta n te desconcertante. A ristó teles no p u d o m ás que farfullar a ce rc a d e “la flor d e la vida” (EN 1174b33), ya que, por b u e n a s razo n es, él quería presen tarlo idéntico a la actividad p lace n te ra y diferente de ella. Ge n eracion es de filósofos m odern os e n con traron dicho concepto muy p o co enigm ático, y hace a p e n a s un añ o o d o s reapareció en la literatu ra filosófica com o c o n c e p to problem ático, cu an do G ilbert Ryle escribió sobre él. L a ra zó n es muy sencilla: desde Locke, el placer fue con siderad o algú n tipo d e im presión inter na; pero convertirlo en el objetivo d e las acciones, si ésa era la explicación correcta de aquél, re su lta b a superficial. Podríam os ad ap tar a lg o que Wittgenstein d ijo acerca del “sign ificad o” y afirm ar: “El placer no puede s e r u n a im presión interna, pues ninguna im presión interna p o d ría tener las consecuencias del placer.”
M ili, com o Kant, ta m p o c o se d io cuenta d e la n ecesid ad de e stip u la r las d escrip cio n es relevantes, p ara que su te o ría tuvie ra contenido. N o se le o cu rrió que los actos de ase sin ato y robo p o d ía n ser descritos d e o tra m anera. Mili sostien e que cu an do cie rta acción que u n o se p ro p o n e es de un tipo tal q u e cae bajo un principio e stab lecid o p o r m otivos de u tilidad, ten em os que o p ta r p o r hacerla; cu an d o no cae b ajo ninguno o cae bajo va rio s, y éstos sugieren op in ion es con trarias de la acción , lo que hay que hacer es calcular las consecuencias particulares. Pero p rácticam en te cu alq uier acción puede ser d escrita de tal m odo qu e caiga bajo diversos p rin cip ios de utilidad (co m o lo diré p a r a abreviar) si acaso cae b ajo alguno. Vuelvo ah o ra a H um e. L a s características de la filo so fía hum ea n a que he m en cion ad o, co m o muchos otros de su s rasgos, me inclinarían a p en sar q u e I lum e no era m ás q u e un sofista —un sofista brillante—; y sus procedim ientos so n d e sd e luego so fistas. No m e siento fo rzad a a retractarm e d e e sta opinión, p e ro sí a a g r e g a r alg o , p o r un a peculiaridad de la fo rm a de filo so far de Hume: que aun que llegue a sus co n clu sion es —de las cu ales está e n a m o ra d o — p o r m étodos sofistas, su s conside racio n e s continuam ente p o n e n al descu bierto p ro b le m as muy p ro fu n d o s e im portan tes. Suele ocu rrir que conform e se va ha cien d o patente la so fística n os vam os dando cu en ta de ciertos asu n tos que m erecen ser exam in ados a fondo: su rg e la nece sid a d d e indagar sobre lo obvio co m o resultado d e los argu m entos que H um e p reten d e haber d em ostrado. En esto, por ejem p lo, difiere d e Butler. Ya se sa b ía que la co n cien cia p odía d ic ta r acciones viles; y el que B u tler haya escrito sin co n sid erar esto n o plantea ningún p ro b lem a nuevo p a ra n osotros. Pero c o n H um e sucede otra cosa: se trata, por lo tanto, de un gran filósofo, de un p e n sa d o r m uy profu n do, a pesar de su sofística. V eam o s un ejem plo: S u p o n g am o s q u e le d ig o a l señ or d e la tien da: “L a verdad co n siste en relaciones d e id eas, por ejem plo, que cien centavos su m an un p eso , o d e hechos, com o que pedí p a p a s, usted me las dio y luego me hizo la cuenta. Por lo tanto, no se aplica a u n a prop osición c o m o ésa q u e yo le debo tal o cual can tidad de d in e ro ."
A h ora bien, si h acem o s esta co m p aració n , d e inm ediato sale a la luz que la relación d e los h echos m en cion ados con la des cripción “A" le d eb e a Y tanto d in e ro ” es interesante; la llamaré la relación de ser “b ru to relativa a" esa d escripció n . Adem ás, los h ech os “b r u to s” a q u í m en cion ados tienen ellos m ism os des cripciones en relación con las cu ales hay otros hechos “brutas" —p o r ejem plo, mandó la s papas a mi casa y se quedaron ahí son hechos brutos relativos a “m e d io las p a p a s"—. Y el hecho X le debe dinero a l7 es, a su vez, “b ru to " en relación con otras des cripcion es —por ejem plo, “X es solvente”—. A h o ra bien, la re lación de “bruteza relativa" es com plicada. H aré algunas puntualizaciones: si xyz es un conjunto de hechos bru to s relativos a una d escripción A, entonces xyz es un conjunto de una gam a d e conjuntos, uno de los cuales es válido si A es válido; pero que alguno d e estos conjuntos sea válido n o im plica necesa riam ente A, p orq u e siem pre es p o sib le que c o n cu rra n circuns tancias excepcion ales que m arq u en un a diferencia; y especi ficar cuáles son e sas circun stan cias excep cion ales en relación con A es algo que en gen eral só lo se puede explicar dando al gun os ejem plos distin tos, p ero n o se puede tom ar ninguna me did a teóricam ente ad ec u ad a p a r a prevenir las circunstancias excepcionales, pues teóricam en te siem pre es p osib le im aginar otro contexto e sp e cia l q u e rein terp retaría cu alq u ier contexto especial. A dem ás, aun que en circun stan cias n orm ales, xyz sería una ju stificación d e A, esto no qu iere decir q u e A sim plem ente equivalga a “xyz"; y tam bién tien d e a h ab er un contexto ins titucional q u e d a su sen tido a la descrip ció n A; d e sd e luego, A no es en sí m ism a u n a d escrip ció n d e tal institución. (Por ejem plo, el en u n ciad o d e que d o y a alguien veinte centavos no es u n a descrip ció n d e la institución del d in e ro ni de la m on eda de este país.) Por lo tanto, aun que sería ridículo pretender que no p u ed e h ab er alg o a sí com o u n a tran sición de, p o r ejem plo, “es” a “d e b e ” [owes\, el carácter d e la transición es de hecho b astan te interesante y su rg e tras reflexionar en los argum entos de H u m e.1 Q u e le d ebo al ten dero tal o cu al sum a sería uno de u n conjunto de hechos “ brutos" e n relación c o n la descripción 1 L os dos párrafos p revios constituyen el resum en de mi artículo "O n Brute Facts".
“Soy un a e sta fa d o r a ”. “E stafar” es, p o r su p u esto, u n a clase de “d esh on estid ad ” o “in ju sticia”. (N aturalm ente, co n siderar esto no ten drá ningún efecto en mis acciones a m enos que quiera com eter o evitar actos de injusticia.) H asta aquí, a p e sa r de sus fuertes aso ciacion es, concibo “e s tafar”, “in justicia” y “d esh on estid ad ” de u n a m an era puram en te “fáctica”. Es bastante obvio que puedo hacer esto con “e s ta fa r”; en cuanto a “ju stic ia ”, no tengo idea de có m o definirla, excepto que su e sfe r a es la de las accion es que se relacionan con alguien m ás; p ero en lo que toca a “in ju stic ia ”, su falta, por el m om ento se puede ofrecer com o un nom bre genérico que abarca varias e sp ecies. Por ejem plo, la “e sta fa ”, el “ro b o ” (que es relativo a cu alesq u iera instituciones de p ro p ied ad exis tentes), la “d ifam a ció n ”, el “ad u lterio ”, el “castigo a un ino cente”. En la filosofía actu al se requiere una explicación d e cóm o un hom bre injusto es un hom bre m alo, o cóm o una acción injusta es una acción m ala. Le co rresp on d e a la ética d a r tal explica ción; pero ni siq u iera es posible em pezar a form ularla m ientras no contem os con un a só lid a filosofía de la p sicología, pues la p rueba de que un h om bre injusto es un h om bre m alo exigiría una explicación p o sitiva de la ju sticia co m o “v irtu d ”. Sin em bargo, e sta p arte d e la m ateria de la ética está com pletam ente cerrad a p ara n osotros m ientras no tengam os una explicación de qué tipo de característica es una virtud —p rob lem a no de la éti ca, sino del análisis co n cep tu al—y de có m o se relacion a con las acciones en las que se m anifiesta: asunto que, e n mi opinión, A ristóteles no lo g ró aclarar realmente. P ara ello necesitam os, desd e luego, explicar cu an do m enos q u é es una acción hum a na, y de q u é m an e ra su d escripción co m o “hacer tal o cual” se ve afectada por la m otivación y p or la intención o las inten ciones que contiene; y p a r a esto se necesita un a explicación de tales conceptos. L o s térm inos “d e b e r ía ” [should], “d e b e ” [ou^it] o “n ecesita” se relacionan con lo b u en o y lo m alo; p or ejem p lo, la m aquina ria necesita aceite, o d eb ería o d ebe ser lu b ricad a, porque fun cionar sin aceite es m alo p a ra ella, o p orq u e fu n cion a mal sin aceite. Seg ú n e sta co n cep ció n , desde lu ego , “d e b e ría ” y “d e b e ” no se usan en un sen tid o “ m oral" especial cu ando decim os que
un hom bre no deb ería estafar. (En el sentido aristotélico del térm ino “ m oral” (iQ'Oixóc;), se u sa en relación con un asunto moral, el de las p asion es hum anas y las acciones (no técnicas).) Sin em b argo , actualm ente h an ad q u irid o un sentido especial llam ado “m o r a l” —es decir, u n sen tido en el que implican al gún veredicto absoluto (como cu an do se declara culpable o n o culpable a u n hom bre) sobre 1o que s e describe e n las oraciones con “d e b e ” usad as en ciertos tip o s de contexto: no sim plem en te en los con textos que Aristóteles llam aría “m orales” —pasiones y acciones—, sino tam bién en alg u n o s de los contextos que él llamaría “in telectuales”. Los térm inos com u n es y co rrien tes (y muy indispensables) “d e b e ría”, “ n ecesita”, “d e b e ”, “ tiene que” [must] adquirieron este sentido esp ecial cuando, e n los contextos relevantes, se los equiparó con las expresiones “e stá o b lig a d o ” o “está sujeto” o “se le requiere q u e ”, en el sen tid o en el que se p uede estar obligad o por la ley o sujeto a ella, o en que algo puede ser un requisito legal. ¿C óm o llegó a o c u rrir esto? L a resp u esta nos la brinda la historia: en tre A ristóteles y n o so tro s su rg ió el cristianism o con su con cepción legal de la ética, d a d o que el cristianism o derivó sus b ases éticas de la Ley M osaica, o Tora. (Q uizá nos inclinaría m os a pensar que una con cepción legal de la ética sólo podría surgir entre quienes acep taran una ley positiva supuestam ente divina; el ejem p lo d e los estoicos m u estra que no es así, ya que ellos tam bién pensaban que cu alq u ier cosa que interviniera en lo que constituye actu ar conform e a las virtudes hum anas era algo que exigía la ley divina.) A co n secu en cia del dom inio d el cristianism o durante mu chos siglos, los con ceptos de “e star su je to ”, “ser perm itido" o “ser p e rd o n ad o ” se arraigaron profu n dam en te en nuestra len gua y en n uestro pensam iento. L a p a la b ra griega “ct^apTávav”, la más proclive a se r ad ap tad a a e se u so , adquirió el senti do de “p e c a d o ”, d esp u és de haber sign ificad o “e r ro r ”, “d esa tino”, “eq u iv o cació n ”. L a p alab ra latina peccatum, que más o menos co rre sp o n d ía a ói(iapT7]£iot, era incluso m ás adecuada para el sen tid o “p e c a d o ”, porque ya se asociaba con “culpa” —culpabilidad—, una noción ju ríd ica. El térm ino general “ilíci to”, “ile g a l”, cuyo significado se p arece mucho al de nuestro
térm ino g en e ral “in co rrecto ”, se explica por sí solo. Es inte resante q u e A ristóteles no haya tenido un térm ino así. Tiene otros térm inos g e n e rale s p a ra “m ald ad ” —“ca n a lla ”, “b rib ó n ”—; p ero , desd e luego, un h om bre no es un can alla ni un bribó n por realizar una m ala acción, o un as cu an tas accion es malas. Y tiene p alab ras co m o “vergon zoso”, “im p ío ”; y vocablos especí ficos que sign ifican fa lta de la virtud relevante, co m o “in justo”; p e ro n in gún térm in o que co rresp on d a a “ilícito”. L a extensión de esta p a la b ra (es decir, su cam po de aplicación) sólo se p o dría indicar en su term inología m ediante un a oración bastante larga: “ilícito” resulta aquello que, sea un a pasión pensada o a la que se consiente, se a un a acción o una o m isió n de p ensa miento o de acción , es co n trario a una de esas virtudes cuya falta m uestra q u e un h om bre es m alo qua hom bre. Esa form u lación g en e raría un con cepto coextensivo al concepto “ilícito”. Tener un a co n cep ción legal d e la ética es so ste n er q u e lo que se n ecesita p a ra actu ar conform e a las virtudes —cuya falta es el signo de que se es malo qua hom bre (y no sim plem ente, d igam os, qua artesan o o qua lógico)—, que lo que se necesita p ara esto es a lg o q u e exige la ley divina. N aturalm ente, no es posible tener una co n cep ción así a m enos q u e cream os en Dios com o legislad or; com o los ju d ío s, los estoicos y los cristianos. Sin em bargo, si Lal con cepción h a d om in ado durante muchos siglos y luego h a sid o aban don ada, uno de los resultados na turales es que el co n cep to de “o b ligació n ” —de estar sujeto a una ley, o q u e é sta nos requiera algo— perviva aun que haya p erd id o su raíz; y si, en ciertos contextos, la p a lab ra “d e b e ” ha adquirido el sen tid o de “ob ligació n ”, tam bién segu irá sien do p ron u n ciad a con un énfasis especial y u n a em oción especial en estos con textos. Es co m o si la n oción “p e n a l” su b sistiera un a vez abolidos y olvidados el d erech o p e n a l y los tribunales penales. Si alguien com o H um e d e sc u b rie ra e sta situación, qu izá llegaría a la con clusión de que h ab ía un sentim iento especial, exp resad o p o r “penal", q u e p o r sí so lo d io su sen tido a la palab ra. A sí fue com o H um e d e scu b rió la situación en la q u e la id ea “o b lig a ción” sobrevivió, y la idea “d e b e ” ad qu irió esa fuerza peculiar con la cual se dice q u e se u sa en un sen tido “m o r a l”, pero en el que d e sd e h ace m u ch o se ab an d o n ó la creencia en la ley
divina, p u e s en la é p o ca de la R efo rm a entre los protestantes se renun ció a ella fundam entalm en te.2 Si estoy en lo correcto, dicha situación, muy interesante, p u e d e describirse com o la su pervivencia de un concepto fu e r a del esquem a conceptual q u e lo volvió realm ente inteligible. C u ando H u m e elab o ró sus fa m o sa s observaciones acerca d e la tran sición de “e s” a “debe” [ought], estaba uniendo, enton ces, varios argum en tos bastan te diferentes. Ya traté de sacar a relucir un o de ellos, con mis co m en tario s sobre la transición d e “es” a “d e b e ” [owes\ está en d eu d a] y sobre la “bru teza” relativa de los hechos. Sería posib le p o n e r de m anifiesto un argum en to diferente in d ag an d o acerca de la tran sición de “e s” a “necesi ta”; p o n g a m o s por caso, de las características de un organ ism o al am biente que necesita. Decir que necesita ese entorno n o equivale a decir, p or ejemplo, q u e querem os que tenga ese am biente, sin o que no se d esarro llará bien —no “florecerá”—a m e nos que lo tenga. Claro está q u e to d o dep en d e de ¡si queremos que florezca!, com o d iría H um e. Sin em bargo, el “ todo” que “d e p en d e ” de que queram os que florezca es si el hecho de q u e necesite e se ambiente, o que no p ro sp ere sin él, tiene la m ínim a influencia en nuestros actos. A h o r a bien, se supone que ese tal o cual “d e b e ” ser o “es n ecesario” influye en nuestras acciones, y a partir d e ello p arecía n atu ral inferir que ju z g a r que e so “debe se r” es de hecho con ceder lo que ju zgam os que “d e b e ser” una influencia en nuestras accion es. Y ninguna cantidad de verdad en relación con lo que es el caso p odría poseer a lg u na titu larid ad lógica de tener in flu en cia en nuestras acciones. (No es un ju ic io en sí lo que n os p o n e en acción, sino nuestro ju icio sobre cóm o con seguir o h acer algo que queremos.) P or consiguiente, tiene que ser im posible in ferir “n ecesita” o “d e b e ser” de “ e s ”. N o obstante, en el caso de u n a planta, d igam o s, evidentem ente la inferencia de “e s” a “n ecesita” no gen era la 2 No n ie g a n la existencia de la ley divina; pero su doctrina m á s característi ca decía que n o era dada para ser o bedecida, sino p ara m ostrar la incapacidad del hombre p a ra obedecerla, con todo y la g r a c ia divina; y esto no se aplicaba únicamente a las prescripciones ram ificadas de la Tora, sino también a los requisitos del "iusnaturalism o divino”. CJr. en relación con esto el edicto d e Trento contra ¡a enseñanza de que Je su cristo sólo era de confiar como m edia dor, no p a ra ser obedecido como legislador.
m ás m ínim a duda. Esto e s interesante y d ig n o d e se r exam i n ado; p ero p a ra n ada so sp ech o so . Su interés es sim ilar al que g en e ra la relación entre h echos bru tos y m enos b ru to s: estas relaciones se han exam in ad o muy poco. Y si bien p o d em o s c o n tra sta r “lo que n ec esita ” con “lo que tiene" —co m o co n tras tar de facto y de iure—, e so no hace que la n ecesidad de este am biente sea m enos que un a “v e rd ad ”. Por supuesto que en el caso de lo q u e la planta necesita, la idea d e n ecesid ad sólo afectará la acción si lo que q u erem o s es que la planta florezca. Aquí, entonces, no existe u n a conexión n ecesaria entre lo que p o d e m o s ju z g a r que la planta “n ecesita” y lo q u e q u erem os. Sin em b argo , sí existe algún tip o d e con e xión n ecesaria entre lo q u e pensam os que nosotros n ecesitam os y lo q u e querem os. Se tra ta d e u n a conexión co m p licad a; es p o sib le no q u e rer a lg o q u e, a nuestro ju icio , necesitam os; pero no es posible, p o r ejem p lo, no q u erer nunca nada d e lo que, a n uestro juicio, n ecesitam o s. Esto, sin em bargo, no es un hecho q u e ten g a q u e ver con el sign ificad o del verbo “ n ecesitar”, sino con el fenóm eno d e querer. Podríam os d ecir que, en efecto, el razon am ien to d e H um e n os con duce a pensar que el p ro b lem a tiene que versar so b re la p a la b ra “necesitar” o so b re la fra se “ser bueno p a r a ”. Por lo tanto nos to p am o s con d o s problem as ya im plícitos en la o b serv ació n acerca d e la transición d e “es” a “d e b e ”; a h o ra bien , su p o n ien d o q u e h u b iéram os esclarecido la “b ru te z a re lativa” d e los h echos por un lado y las nociones im plícitas en “n ec esitar” y “flo re c e r” p o r el otro, todavía q u ed aría u n a ter cera cu estión . Pues, sig u ien d o a H um e, alguien p o d ría decir: T a l vez hayas e xp licad o tu argu m en to acerca d e la tran sició n d e “ e s ” a “d e b e ” [tiene u n a deud a] y d e “e s” a “n ec esita ”; p e ro sólo a c o sta d e m o strar q u e las oracion es con “d e b e ” y “ nece sita” exp resan cierto tipo d e verdades, cierto tipo d e h echos. Y sigu e sien d o im posible inferir oracion es con “debe moralmente" a p a rtir de o ra cio n es co n “e s ”. A mi parecer, e ste co m en tario sería correcto. H ab ién d o se con vertid o en un térm ino de m era fuerza m esm érica, la p a lab ra “d e b e " [ought] no pod ría, en su carácter de p o se e d o ra d e d ic h a fuerza, ser in ferid a a p a rtir de cu alquier co sa. Ca bría o b jetar que sería p o sib le inferirla de otras o ra cio n es con
“d eb e m oralm en te”; p e ro esto n o p u ed e ser cierto. Q u e parez ca ser así ob e d ece al h ech o de q u e decim os “T od os los hom bres son ip" y “Sócrates es un h om b re” im plica “S ó cra te s es
no fu e r a por q u e los se g u n d o s han tratado de en con trar un con tenido alternativo (m uy so sp ech o so ) y de co n servar la fu er za p sico lógica del térm ino. L o m ás sensato sería ab an d on arlo , p uesto que fu era d e un a co n cep ción legal de la ética no tie ne ya un sentido razon ab le. Ellos no van a p od er so sten er tal con cepción ; y podem os hacer ética sin ella, com o lo m u estra el ejem p lo d e Aristóteles. S e ría un g ran adelanto si, en lu g ar de “m oralm en te in co rrecto”, siem p re diéram os un género, co m o “em b u ste ro ”, “ im p ú dico”, “in ju sto ” , Ya deberíam os d e ja r d e p reg u n tar si hacer d e te rm in ad a c o sa fue “in co rrecto”, y de pa sar directam ente de la d e scrip ció n de una acción a esta noción; m ás bien deberíam os p reg u n tar si, p o r ejem plo, fue injusto; y a veces la resp uesta sería d e in m ed iato clara. V uelvo ah o ra a la é p o c a d e la filosofía m oral inglesa m o d e r na m arc ad a p or Sidgwick. Hay un cam bio sorp ren d en te q u e p arece haberse p ro d u cid o entre Mili y M oore. Mili d a p o r sen tado, co m o ya lo vimos, q u e no tiene caso calcular las co n se cu en cias específicas d e u n a acción co m o el asesin ato o el rob o; y tam bién vim os que su p o sició n e r a u n a tontería, p o rq u e no q u e d a p a ra n a d a claro cóm o u n a acción puede caer bajo un so lo p rin cip io de utilidad. En M oore y en m oralistas acad ém ico s de In g laterra después d e él en con tram os q u e se co n sid e ra b astan te o b vio q u e “la acción c o rre c ta ” es la acción que p rodu ce las m ejores consecuencias p o sib les (y entre las co n secu en cias se incluyen los valores in trínsecos q u e algun os “O bjetivistas” atri buyen a ciertos tipos d e a cto s).4 A h ora bien, d e aquí se sig u e que, d e sd e un punto d e vista subjetivo, un hom bre h ace bien si a c tú a con la m ejor intención en determ inadas circunstancias d e a cu erd o con lo q u e ju z g a que son las consecuencias totales d e esta acción específica. D igo q u e esto se sigue, no que algún filósofo lo haya dicho así precisam en te, porque, d e sd e luego, la d iscu sió n de estas cu estion es p u e d e volverse extrem adam en te com p licad a; p or ejem plo, se p u e d e poner en d u d a si “tal o cual 4 Por supuesto, los O bjetivistas de O x ford distinguen en tre "consecuen cias” y “valores intrínsecos" y de este m odo dejan la engañosa im presión de no ser “con secuencialistas”. Pero no sostienen —y R oss lo n iega explícitam ente— q u e la gravedad de, por ejem plo, b uscar que se condene a un inocente es tal que n o puede ser superada, digam os, p o r el interés nacional. Por consiguien te, su distinción carece de im portancia.
es la acción correcta" es u n a form u lación satisfactoria, ale g an do que las cosas tienen que existir p a r a p o d e r tener predicados —así, tal vez, la m ejor fo rm u lació n sea “estoy o b lig a d o "—. O, de nuevo, es posible que u n filósofo n iegue que “co rre cto ” sea un térm ino “d escrip tiv o ”, y entonces dé un rodeo p o r el análisis lingüístico p a ra llegar a una id e a que viene a se r lo m ism o que “la acción co rre cta es la q u e p rod u ce las m ejores co n se cu en cias” (p o r ejem plo, la id e a d e que form ulam os nuestros “p rin cip ios” p a ra lo g r a r el fin q u e elegimos seguir, en la cu al la conexión entre “elección ” y “lo m ejor” es supuestam ente tal que elegir reflexivam ente sign ifica que elegim os có m o actuar para lograr las m ejores con secuen cias); adem ás, hay que d es crib ir las funciones d e lo q u e llam am os “p rin cipios m o rales” y del “ m otivo d el d e b e r ”; es n ec esa rio explorar las diferencias entre “b u en o ” y “m oralm en te b u e n o ” y “c o rre c to ”, e investigar las características esp eciales d e las oracion es con “d e b e ”. T ales d iscu sion es generan la im p resión d e una im portan te diversi d a d d e puntos de vista, cu an d o lo realm ente im portan te es la sim ilitud general. L a sim ilitud g en e ral se hace patente si con si derarnos que todos lo s m ás fa m o so s filósofos m o rale s ingleses académ icos han p lan tead o un a filo so fía de acu erdo con la cual, p o r ejem plo, no es posib le so ste n er q u e no pu ed e ser correcto m atar a un inocente com o m ed io p ara alcan zar un fin cu al q u iera y que alguien que pien se lo contrario está en un error. (Tengo q u e m en cion ar am b os argu m en to s; porq u e, p o r ejem plo, si bien Haré en señ ab a u n a filosofía que alen taría a u n a p erson a a ju z g a r que m atar a l in ocen te es lo que “d e b e ” elegir p or razon es p rim o rd iales, tam bién enseñaría, m e parece, q u e si un hom bre decide q u e evitar m atar al inocente p or cualquier propósito sea su “p rin cip io p rá ctico su p rem o ”, n o se le p u ed e a c u sa r d e q u e se equ ivo ca: se tr a ta sim plem ente d e su “p rin ci p io". Pero con e sa salvedad, c re o q u e es posible advertir q u e lo q u e he dicho se ap lica a todos y ca d a un o d e los filósofos m o ra les ingleses acad ém icos a p artir de Sidgwick.) A h o r a bien, esto es im portante, p o rq u e sign ifica q u e todas estas filosofías so n bastan te incom patibles con la é tic a ju d co cristian a, ya que algo característico de e sa é tic a es e n se ñ a r que ciertas co sas están prohibidas in dependientem ente d e cuáles sean las consecuencias con que am enacen; p o r ejem plo, elegir m atar a l inocente p o r
cualquier fin, p o r bueno que éste sea; el castigo sufrido por o tro y no p or el culpable; la traición (p or la cual entiendo g a narse la con fian za de alguien en un asunto serio m ediante p ro m esas de autén tica am istad y luego en tregarlo a sus enem igos); la idolatría; la sod om ía; el adulterio; la falsa profesión de fe. Si bien es cierto que prohibir d eterm in adas co sas sim plem en te en virtud d e su d escripción com o tales o cuales tipos de acciones identificables, sin considerar otras consecuencias, no es, desde luego, todo lo que plantea la ética judeocristiana, sí constituye uno de sus rasgos notables; y si todos los filósofos académ icos a p artir de Sidgwick han escrito de m anera tal que quede excluida esta ética, no ver esta in com patibilidad com o lo más im portan te acerca d e estos filó so fo s, y, en com paración, co n sid erar las diferencias entre ellos com o algo que no son nim iedades, sugeriría cierta m entalidad provinciana. Se puede ap reciar que ninguno d e estos filósofos d a m ues tras de tener con cien cia de que existe esa ética, que están con tradiciendo: todos ellos dan prácticam ente p o r sentado que una proh ibición com o la que se im pon e al asesinato no fun ciona ante d eterm in ad as con secuen cias; pero, p or supuesto, lo estricto de la proh ibición tiene su razó n de ser en que no nos veremos tentados por miedo a las consecuencias o por la esperanza de que éstas ocurran. Si nos p ercatam o s de la transición que hay de Mili a M oore, sosp ech arem os que alguien la hizo en algún m om ento; p en sarem os en Sidgw ick com o un can d id ato probable, y en efec to la en con trarem o s avanzando en él, prácticam ente sin darle im portancia. Sidgw ick es más bien un autor insulso; y lo que tiene de im p ortan te lo enuncia en d ig resio n es y notas a pie de p ágin a y en p ed acito s de argum entos que no tienen nada que ver con su g ra n clasificación de los “ m étodos de la ética”. Una teoría de la ética b a sa d a en el derech o divino q u ed a reducida a una varied ad insignificante en una n ota a pie de página que afirm a que “los m ejores teólogos” (só lo D ios sabe de quiénes está h ab lan do) nos dicen que se ha d e ob ed ecer a Dios en su calid ad de ser moral. r¡ (pop_nxó<; 6 enoavoc; parece que estam os escu ch ando a A ristóteles decir: “¿N o es vulgar la alabanza?”5 J Eúca Nicomaquea, 1 178b 16.
Sin em b argo , Sidgwick es v u lgar de esa m anera: piensa, p o r ejem plo, que la hum ildad co n siste en subestim ar los m éritos p rop ios —es decir, en un a esp ecie d e falsedad—; y q u e el motivo para ten er leyes contra la b lasfem ia e ra que ésta resultaba ofen siva p a r a los creyentes; y que e stu d ia r con precisión la virtud de la p u reza es atentar co n tra su s cán on es, algo q u e recrim ina a los “ teólogos m ed ievales”, que no se dieron cuen ta de ello. D esde el punto de vista de la presente investigación, lo m ás im portante acerca de Sidgwick fu e su definición de intención. El d eíin e la intención de tal m a n e r a que se tiene que decir q u e las con secuen cias previstas d e nuestras acciones volunta rias son algo que querem os. E sta defin ición es obviam ente in correcta, y m e atrevo a decir q u e no habría nadie dispuesto a defen d erla hoy en día. Sidgw ick recurre a ella p ara plantear una tesis ética q u e ahora m uch os aceptarían: la tesis d e que, en lo q u e toca a la resp on sab ilid ad de una person a p o r alg o que previo, el hecho de que no lo haya deseado, ni com o fin ni com o m edio p ara un fin, n o constituye ninguna diferen cia. U sa n d o el lenguaje d e la in ten ció n d e m anera más propia, y p a ra evitar la defectuosa co n cep c ió n de Sidgwick, p o d em o s en u n ciar la tesis de la siguiente fo rm a: en lo que toca a la re s p on sabilidad de una persona p o r algú n efecto de sus acciones que p ued e prever, el hecho de q u e no haya tenido la intención de provocarlo no hace ninguna diferen cia. A h ora esta tesis sue na b astan te edificante; en mi o p in ió n , es bastante característi co de las muy m alas d egen eracio n es del pensam iento en tales cu estion es que suenen edificantes. V erem os a qué equivale esto si exam in am os un ejemplo. S u p o n g a m o s que un hom bre tiene la resp on sab ilid ad de m antener a a lg ú n hijo. Por consiguiente, retirarle el apoyo delib erad am en te es un tipo de cosa que e stá mal q u e haga. S ería m alo que le retirara la m anutención p o r que ya no quiere segu ir m an ten ién dolo; y tam bién sería m alo que se la retirara porque al h a c e r esto, digam os, obligaría a alguien m ás a hacer algo. (P o d e m o s suponer, con fines a r g u m entativos, que o b lig a r a dich a p erso n a a hacer eso es en s í m ism o m uy adm irable.) Sin e m b a rg o , ahora tiene que elegir entre hacer alg o vergonzoso e i r á prisión; si va a la cárcel, d e ello se derivará que le retire el ap oyo al hijo. Según la d o ctri na de Sidgw ick, en lo que toca a su respon sabilidad por dejar
d e m antener al hijo, no hay diferencia enlre el caso en que lo h ace p o r hacerlo, o com o m edio p a r a algún otro propósito, y cu an do sucede co m o u n a consecuencia prevista e inevitable de q u e vaya a prisión en vez d e hacer algo vergonzoso. Se deriva rá q u e tiene que so p e sa r lo que relativam ente hay de m alo en retirar el apoyo al hijo y e n com eter la acción vergon zosa; y es m uy posible que co m e te r la acción vergonzosa resulte de hecho m enos vicioso que retirar intencionalmente el sustento al hijo; si luego el hecho d e q u e retirar la m anutención al hijo com o efecto secun dario d e q u e vaya a prisión no h ace n in gu n a dife rencia en lo que to ca a su responsabilidad, co n sid e ra r esto lo inclinará a co m eter la acción vergonzosa, lo cual todavía puede ser bastan te m alo. Y, p o r supuesto, una vez que ha em pezado a exam in ar el asunto b ajo e sta luz, lo único sensato q u e debe con sid e rar son las co n secu en cias y no lo m alo intrínseco de ésta o aquella acción. A sí que, d a d o que él ju z g a sen satam en te que esa acción no o c asio n ará ningún gran daño, p u e d e hacer algo m ucho más vergon zoso q u e retirar delib eradam en te el apoyo a su hijo. Y si sus cálculos resultan de hecho equ ivocados, p a re cerá que no era resp o n sab le de las con secuen cias, porque no las previo, pues, d e hecho, la tesis d e Sidgwick co n d u ce a que resu lte prácticam ente im posible estim ar lo m alo de una acción si no es a la luz d e las con secuen cias esperadas. Pero si esto es así, entonces nosotros tenemos que estim ar lo m alo a la luz de las con secuen cias que nosotros esp eram os; y así se seguirá q u e p o d em o s e xcu lp arn o s de las consecuencias reales de las ac ciones más vergon zosas, siem pre y cuando p o d a m o s presentar argum entos que p ru e b e n que no las habíam os previsto. Yo d e fen dería más bien que una persona es respon sable de las m alas con secuen cias de sus m alas acciones, aunque no se le retribu yan las buenas; y, p o r el con trario, que no es resp on sab le de las malas con secuen cias d e sus buenas obras. En lo que a la resp on sab ilid ad co rrespon d e, Sidgwick no negó la existencia de algun a distinción entre las con secuencias p revistas y las b u scad as m ientras d esarrollab a algún “m étodo de la ética” en p articular; dio este im portante paso en nom bre de todos y sólo p o r darlo; y creo que es posible su g e rir que este p aso dado p o r Sidgw ick explica la diferencia entre el utilitaris mo a la vieja u san za y ese consecuencialismo, tal com o lo llam o,
que lo m arca a él y a to á o s lo s fi lósofos m orales ingleses acad é micos d esp u és de él. Por ese m ovim iento, los filósofos m orales confirieron cierto estatus en su s teorías al tipo de con sidera ción que antes habría sido visto com o una tentación, el tipo de co n sid eració n con que las e sp o sa s y los am igos aduladores alientan a los hom bres. Ser una filo so fía p oco p ro fu n d a es un ra sg o necesario del consecuencialism o, ya que siem pre hay casos límite en la ética. A h ora bien, si som os aristotélicos, o creyentes en la ley divina, m anejarem os un caso límite e x am in an d o si hacer tal o cu al co sa en tales o cuales circunstancias es, d igam os, un asesin a to, o un acto de injusticia; y seg ú n d ecid am o s que lo es o no, ju zgarem os que se tra ta d e a lg o que se d eb e hacer o que no. Éste sería el m éto d o d e la casuística; y si bien puede con ducir nos a hacer arbitrariam ente un a e x c ep ció n en la circunferen cia de uso, no nos perm itirá d e stru ir el centro. Pero si som os consecuencialistas, resulta una tontería preguntar: “¿Qué es lo correcto en tales o cuales circu n stan cias?” El casuista plantea esa interrogante sólo p a ra p reg u n tar “¿Sería permisible hacer esto o aq u ello ?” o “¿S ería perm isible no hacer esto o aqu ello?” Sólo sí no fu era perm isible no h a c e r e sto o aquello podría d e cir: “Esto sería lo que hay que h acer.”6 En otras circunstancias, aunque p u d ie ra h ab lar en contra de algun a acción, no p uede prescribir n in gu n a —pues en u n caso real, las circunstancias (más allá de las im aginadas) p o d ría n apuntar a todo tipo d e posibilidades y no podem os sa b e r d e an tem an o cuáles van a ser las p osib ilid ad es. En este caso, el con secuen cialista no tie ne una base sobre la cual d ecir: “Esto sería permisible, esto n o ”; porque, p o r su p ropia h ipótesis, so n las consecuencias las que deciden, y no tiene ninguna razó n p ara pretender q u e puede d eterm in ar qué posibles accion es pod rían caber en la descripción de que una p e rso n a h ag a esto o aquello; lo m ás que pued e d ecir es lo siguiente: un h om bre no debe provocar esto o aquello; no tiene derecho a d e cir que, en un caso real, provocará tal o cual cosa a m en os que h aga esto o aquello. A dem ás, aun p ara poder im agin ar c a so s límite, el consecuen6 N ecesariam ente es un caso raro, d ad o que los preceptos positivos, p o r ejemplo, “H o n rarás a tus p ad re s”, casi nunca prescriben u n a acción particular y pocas veces llegan a necesitarla.
cialista tiene q u e ad o p tar, desd e luego, a lg ú n tipo de ley o de parám etro d e a cu e rd o co n los cuales éste sea un caso límite. ¿De dón d e saca este p arám etro? En la práctica, la respuesta es invariablem ente: d e los parám etros vigentes en su sociedad o en su círculo. De hecho, el sello de todos estos filósofos es que han sido extrem adam en te convencionales; en ellos no hay nada m ediante lo cu al se rebelen contra las n o rm as convencionales de la gente d e su tipo; es im posible que sean profundos. Pero la prob ab ilid ad de que toda una gam a de parám etros conven cionales sean decen tes es pequeña. —Finalm ente, con siderar situaciones h ip otéticas, tal vez muy p oco p ro b ab le s, parece te ner p o r objeto sac ar d e nosotros m ism os o de alguien m ás la decisión h ipotética d e hacer algo de tipo m alo. No dudo que esto ten ga el efecto de p red isp o n er a la gente —que n unca se m eterá en las situ acion es sobre las cuales han tom ado decisio nes h ip otéticas— a con sen tir en acciones m alas sim ilares, o a elogiar y ad ular a aquellos que las com eten, siem pre y cuando su círculo de gente tam bién lo haga, cu an d o las d esesp erad as circunstancias im agin ad as no existen de ningún m odo. Aquellos q u e reco n o cen los orígenes de las nociones de “ob ligació n ” y d el en fático debe “m o ral” en la concepción de la ética b a sa d a en el d erech o divino, pero q u e rechazan la idea de un legislad or d ivin o, a veces bu scan a su alred ed o r la posi bilidad de q u e d arse con una con cepción legal sin el legislador divino. Esta bú sq u ed a, me parece, en cierra cierto interés; tal vez lo p rim ero que n os ven ga a la m ente sean las “n o rm a s” de la sociedad. Pero a sí co m o Butler no logra im presion arn os cuan d o reflexion am os so b re lo que la con cien cia pu ed e indicarle a la gente que h aga, m e parece que tam poco nos im presiona esta id ea si reflexion am os sobre cóm o pueden ser las “n orm as” de una socied ad. R ech azo p o r absurd a la idea de q u e es posible legislar “por uno m ism o ”; cualquier cosa que h agam os “p o r nosotros m ism o s” se r á adm irable, pero no es legislar. Una vez que advertim os esto, podem os decir: ten go q u e form ular mis p rop ias reglas, y éstas son las m ejores que p u ed o formular, y me guiaré por ellas h asta que conozca algo m ejor; tal y com o un hom bre p o d ría d ecir: “Me guiaré p or las costum bres de mis an cestros.” Q u e esto con d uzca al bien o al m al depen derá del contenido d e las reglas o de las costum bres de n uestros anees-
tros. Si tenem os suerte, con ducirá al bien. En todo caso, tal a c titud sería e sp e ran z a d o ra y a q u e p arece contener algun a d u d a socrática en circunstancias en q u e, de ten er que echar m an o de ta les recu rsos, quedaría claro que la d u d a socrática es algo bueno; de hecho, en gen eral tien e que ser bueno que algu ien piense lo siguiente: “T a l vez d e a lg u n a m an era no logro ver, quizá haya e r ra d o el camino, tal vez estoy irrem ediablem ente equivocado d e alguna forma e se n c ia l.” —L a b ú sq u eda de “ n o r m a s” p o d ría con ducir a alguien a bu scar leyes de la naturaleza, com o si el universo fuera un legislad or; pero actualm ente e s poco p rob ab le q u e esto nos lleve a bu en os resultados: p o d ría co n du cirn o s a com ernos al m ás débil co n fo rm e a las leyes d e la n aturaleza, p ero difícilmente nos co n d u ciría hoy en día a n o ciones de ju sticia; la idea p resocrática d e la justicia com o alg o co m p arab le al equilibrio o a la arm on ía que mantiene las co sa s en m ovim iento es algo muy rem oto p ara nosotros. E xiste o lra posibilidad aquí: “la o b lig a ció n ” puede ser co n tractual. T al co m o exam inam os las leyes para descubrir lo q u e se le exige h acer a un individuo sujeto a ellas, del mismo m o d o exam in am os un con trato p a ra descubrir qué es lo que se le exige a la p e rso n a que lo ha ce le b ra d o . A lgunos p ensadores —hay que ad m itir que muy lejan os a n o so tro s— podrían ten er la id ea de un foedus rerum, del un iverso n o co m o un legislador, sino co m o la m aterialización d e un con trato. Así, si descu brié ram os qué establece el contrato, sab ríam os cuáles son nuestras ob ligacion es co n form e a él. A h o ra bien, no podem os estar s o m etidos a una ley a menos q u e haya sid o prom ulgada p a ra n osotros; y los p en sad ores que creían en el “ iusnaturalism o d i vino” sostuvieron q u e se p ro m u lg ab a p a ra todo adulto en s u conocim iento del bien y el m al. T am p o c o pod em os estar suje tos a un co n trato sin haberlo celeb rad o , esto es, sin h ab er d a d o m uestras d e h ab erlo pactado. A p e n a s posiblem ente se p o d ría a rg ü ir que el uso q u e damos al len g u aje en la form a habitual d e dirigir nuesLra vida equivale en algún sen tid o a dar m uestras de la celeb ració n d e varios con tratos. Si alguien tuviera esta teoría, nos g u staría verla d esarrollad a. Sospech o que sería en buena m ed id a form al; tal vez sería posib le construir un siste ma que e x p re sara la ley (cuyo e statu s se p o d ría co m p arar con el de las “leyes” d e la lógica) —“la ley es ley p ara to d o s”—, p e ro
difícilm ente sería un sistem a q u e d e sce n d ie ra a p articu larida d es com o la p roh ib ición del asesin ato o la sodom ía. A dem ás, si bien q u e d a claro que pod em os estar sujetos a una ley que no recon ocem os o q u e no hem os co n ceb id o com o tal, no p a rece sen sato d ecir q u e p o d em o s ce le b rar un contrato sin sab er que lo estam os haciendo; se suele co n sid e rar que ese tipo de ig n o ran cia destruye la n aturaleza d e un contrato. Q u e d a ría la p osib ilidad d e b u sc ar “n orm as” en las virtudes hum anas: tal com o el hombre tiene cierto núm ero de dientes, que p o r su p u esto no es el p rom ed io d e dientes que los seres h um anos tienen, sino el n úm ero de d ien tes de la especie, a sí tal vez la esp ecie hombre, co n sid e rad a no sólo biológicam ente, sino d esd e el punto de v ista d e la actividad d e p ensar y elegir con respecto a las d istin tas e sfe ras d e la vid a —poderes y facultades y uso de las co sas n ecesarias—, “tien e” tales y cuales virtudes; y este “h o m b re ” con la d otació n co m p leta de virtudes es la “ nor m a”, tal co m o lo es, p o r ejem plo, el “h o m b re ” con la d en tad u ra com pleta. Sin em b argo , en este sentido, “n orm a” ha d ejad o de ser un equivalenle ap ro x im ad o d e “ ley”. En este sentido, la n o ción d e “n o rm a ” n os acerca m ás a una con cepción aristotélica d e la é tica q u e a u n a co n cep ción legal. A mi juicio, no hay n ad a dañino en esto; p e ro si alguien m ira ra en esta dirección p a ra d arle un sen tid o a “n o r m a ”, entonces d e b e reconocer lo q u e le h a o cu rrid o a la n o ció n “n o r m a ” , q u e él quisiera q u e sig nificara “ley —sin m eter a D ios—”: h a d e ja d o p o r com pleto de sign ificar “ley”; y entonces lo m ejor se ría proh ibir las n ocion es d e “obligación m o r a l”, “el d eb e m o ral” y “el d e b e r”, si acaso p u ed e hacerlo. Pero, m ien tras tan to, ¿n o q u e d a claro que hay varios co n cep tos q u e n ecesitan ser in vestigados sim plem en te com o p a rte d e la filosof ía d e la p sico logía y —com o yo lo recom endaría— que h abría que desterrar p o r completo la ética d e nuestra m ente? En concreto, p a r a em pezar: “a cció n ”, “in ten ción ”, “p la ce r”, “q u e rer”. P robablem en te sald rán m ás si com en zam os con éstos. A la larga se ría posible avanzar p a ra exam in ar el concepto d e “vir tu d ”, con el cual, su p o n g o , estaríam os em pezando algún tipo d e estu d io d e la ética. Term inaré d e scrib ien d o las ventajas de usar la p a la b ra “d e b e ” d e u n a m an e ra n o enfática, y no en un sentido “ m o ral”
especial; d e d escartar el térm in o “in correcto” en un sen tido “m o r a l”, p a r a u sar nociones c o m o “in ju sto ”. Si se perm ite p roced er só lo d a n d o ejem plos, será posib le d istin gu ir entre lo in trínsecam en te injusto y lo q u e es injusto d ad as las circunstancias. O rd e n a r que se castigue ju d icialm en te a un in dividu o por a lg o que a to d as lucos se ve que no hizo es intrínsecam ente injusto. E sto se p o d ría hacer, d e sd e luego, y a m en u do se ha hecho, con to d o tipo de variantes: so b o r n ando a testigos falsos, por u n a disposición legal, con form e a la cu al se “co n sid era” que a lg o ocu rre cuando en realidad hay que recon ocer que n o ocu rre, y p o r la fran ca insolencia de parte de los jueces y los p o d e ro so s cuando dicen d e m anera m ás o m en os abierta: “ Nos im p o r ta un bledo que usted no lo haya hecho; de todos m odos lo v a m o s a condenar p o r ello .” L o que resu lta injusto, p o r ejem plo, en circunstancias n orm ales es privar a la gente d e lo que aparen tem en te es suyo sin que m edie procedim ien to legal, no p a g a r las deudas, no cum plir los co n trato s y m uchas otras c o sa s p o r el estilo. A h ora bien, en ocasio n es las circunstancias con stituyen claram ente una g ran diferen cia al estim ar la ju sticia o in justicia de procedim ien tos co m o éstos; y tales circun stan cias a veces incluyen consecuen cias e sp e rad a s; p or ejem plo, la reclam ación de una p ro p ied ad , por p a rte d e una p erso n a, p o d r ía convertirse en un a nulidad cu an d o su confiscación y uso p u e d e n im pedir algún desastre obvio; p o r ejem plo, si u sá ram o s a lg u n a m áquina suya p a ra p rod u cir una explosión con la que el artefacto q u edaría des truido, pero con lo cual sería p o sib le desviar una riad a o ab rir una b rech a que un incendio no lo g r a r ía traspasar. A h o ra bien, esto d e sd e lu e go no significa q u e lo que ordinariam ente sería un acto d e injusticia, aunque n o sea intrínsecam ente injusto, pued a siem p re volverse ju sto m ed ian te un cálculo sen sato de las m ejores con secuen cias; d is ta d e ser así. N o obstante, los prob lem as q u e plantearía intentar trazar la frontera (o el área fronteriza) son en este caso ob viam en te com plicados. Y aun que, por supuesto-, sí existen a lg u n a s observacion es gen erales que se d e b e n hacer aquí, y ciertas líneas divisorias que se pue den trazar, la decisión sobre c a so s particulares estaría determ i nada, la m ayoría de las veces, x a x a to v óp'Oóv Xóyov “conform e a lo q u e es razo n ab le”. —Por e je m p lo , determ inar si un retraso
tal o cual en el pago de tal o cu al deud a q u e se tiene con un a p e rso n a en tales circunstancias, d e parte de o tra p e rso n a en tales otras circunstancias, se ría o no sería injusto, es realm ente algo que ha de decidirse “co n form e a lo que es ra z o n a b le ”; y p a r a esto es p osib le q u e no haya en principio ningún otro can on que d ar un os cuantos ejem plos. Esto qu iere decir que si bien es cierto que p o r una gran laguna en la filo so fía no p o d e m o s dar una explicación gen eral del concepto de virtud y del con cepto de ju sticia, sin o que tenem os que p ro ced er, en el uso de los conceptos, valién d o n os únicam ente de ejem plos; todavía hay un área en la q u e esto no se debe a la existencia d e un a laguna, sino a que en principio no hay ninguna expli cación que no pase p or la vía de los ejem plos; y es ahí don d e el can on es “lo que es ra z o n a b le ”, lo cual, d e sd e luego, no es un canon. E so es to d o lo q u e d eseo decir acerca de lo q u e es ju sto en ciertas circunstancias e injusto en otras; y acerca de la m ane ra en q u e las consecuencias e sp erad as pueden intervenir en la determ in ación de lo q u e es ju sto . Volviendo a mi ejem plo de lo intrínsecam ente injusto: si un procedim iento consiste en castig ar ju d icialm en te a un in dividuo p o r lo que a todas luces se entiende que no ha hecho, no cabe absolutam ente n in g u na d iscu sión en torno a d e scrib ir esto com o algo injusto. No hay circunstancias ni co n secu en cias esp erad as, q u e sin alterar la d escrip ció n del p roced im ien to com o el de c a stig a r ju d ic ia l m ente a un individuo p o r lo que se sab e que no ha hecho, lo g re n m odificar la d e scrip ció n del caso com o injusto. A lguien q u e intentara discutir esto só lo estaría pretendien do no saber lo q u e significa “injusto", ya q u e éste es un caso p a rad ig m ático de injusticia. Y aq u í vem os la su p erio rid ad del térm ino “in ju sto” sobre los térm in os “ m oralm ente co rrecto” y “m oralm ente in co rrec to ”, pues en el contexto de la filosofía m oral inglesa a partir de Sidgwick, parece legítim o discutir si en d eterm in adas cir cu nstan cias podría ser A m oralm ente co rre cto ” a d o p ta r ese p r o cedim iento; p e ro lo q u e no se p u ed e sosten er es que el p ro ce d im ien to sea ju sto en alg u n as circunstancias. A h o ra bien, me d eclaro incapaz de hacer la filosofía en cues tión —y creo que nadie en la situación actual de la filo so fía in
g le sa puede hacerla—, pero está claro que un hom bre bueno es un hom bre ju sto ; y un hom bre ju sto e s un hom bre que habitualm ente se rehúsa a com eter o a particip ar en accion es injustas aun cuando tem a a las con secuen cias, o au n q u e p u d iera ob te ner alguna ventaja, p a ra él o p a ra alguien más. T al vez en esto n adie discrepe; sin em bargo, s e d irá q u e av e ce s lo que es injus to está determ inado p o r las co n secu en cias e sp e rad as; y, desde luego, esto es cierto. N o ob stan te, hay casos en los que no lo es; y si alguien d ije ra ahora: “E sto y de acuerdo, pero todo esto requiere m ucha exp licación ”, ten dría razón, y, lo que es más, la situación actual es q u e no p o d e m o s elabo rar esta explicación; carecem os de las h erram ientas filosóficas p ara hacerlo. Pero si alguien realm ente pien sa, de antemano,7 que está a discusión q u e una acción com o lo g rar la ejecución ju d icial de un inocen te debería q u e d ar totalm ente e xclu id a de la con sideración —no quiero discutir con esa p erson a, pues está d a n d o m uestras d e tener una mente corrupta. En tales casos, nuestros filó so fo s m orales intentan im pon er nos un dilem a. “Si tenem os un caso en el que el térm ino ‘injus to ’ se aplica m eram ente en virtu d de una d escripció n fáctica, ¿acaso no pod em os preguntar si es razonable suponer que a l g u n a s veces d ebem os com eter injusticias? Si ‘lo q u e es in justo’ se determ ina co n sid eran d o si es correcto hacer ta l o cual cosa en tales y cuales circun stan cias, entonces la p reg u n ta so b re si e s ‘co rrecto ’ com eter injusticias n o se p uede plantear, sim plem en te porq u e 'incorrecto' se ha in c o rp o ra d o en la definición de inju sticia. Pero si tenem os un c a so en el que la d escripció n d e 7 Si 1o piensa en la situación concreta, desde luego, se trata m eram ente de un ser hum ano tentado como cu alq u ier otro. En la discusión que siguió a la lectura de este texto, com o quizá era de esperar, se planteó el siguiente caso: se pide a un gobierno que ju z g u e , condene y ejecute a un inocente con la am enaza de una “g u e r ra con b om b as de hidrógeno". Me parecería extraño albergar m uchas esperanzas d e que de este m odo se pudiera evitar la g u e r ra con la que am enazan ios h om b res que plantearon esta dem anda. Pero lo m ás importante acerca de la m an e ra en que se inventan casos como éste en las discusiones es la suposición de q u e sólo hay dos cam inos: en este caso, obediencia y franco desafío. Nadie p u e d e decir de antemano cuáles van a s e r las posibilidades con respecto a una situación así —por ejem plo, que no haya n in gun a posibilidad de ap licar una táctica dilatoria fingiendo disposición a obedecer, acom pañada por u n a “fu g a " hábilmente arreglada de la víctima.
‘in ju sto ’ se ap lica m e r a m e n te en v irtu d d e los h e c h o s, sin in tr o d u c ir ‘in c o r r e c to ’, e n to n c e s se p u e d e p la n te a r la p re g u n ta d e si tal vez ‘d e b e m o s’ c o m e te r u n a in justicia, si n o p o d r ía ser ‘c o r r e c t o ’ h acerlo. Y , d e sd e lu ego, ‘d e b e m o s ’ y ‘c o r r e c t o ’ se e s tán u sa n d o a q u í en su sen tid o moral. A h o r a b ie n , o ten em os q u e d e c id ir lo q u e es ‘ m o ra lm e n te c o r r e c to ’ a la lu z d e a lg u n o s otros ‘ p r in c ip io s’, o e la b o r a m o s u n ‘p rin c ip io ’ a c e rc a d e esto y d e c id im o s q u e u n a in ju stic ia n u n c a es ‘c o r r e c t a ’; p e r o au n si h ac e m o s esto ú ltim o e sta r e m o s y e n d o m ás allá d e lo s h ech o s; e sta r e m o s d e c id ie n d o q u e no c o m e te re m o s in ju stic ia s o que es in c o rre c to c o m e te rla s. Pero, en c u alq u ie r c a s o , si el térm i n o ‘in ju sto ’ está d e te r m in a d o sim p lem en te p o r los h e c h o s, no es e s ta p a la b ra lo q ue d e te rm in a q ue se ap liq u e el té rm in o ‘in c o r r e c t o ’, sin o la d e c isió n d e q u e la in ju sticia es incorrecta, ju n to con el d ia g n ó stic o d e q u e la d e sc rip c ió n ‘fá c tic a ’ c o n lle v a injus ticia. S in em b arg o , la p e r s o n a q ue tom a u n a d e c isió n ro tu n d a d e q u e la in ju sticia es ‘in c o r r e c ta ’ n o tiene fu n d a m e n to p a r a c r itic a r a alg u ie n q u e no to m a e sa d ecisió n a r g u y e n d o q u e éste ju z g a e q u iv o c a d a m e n te .” D e sd e lu ego, e n e ste a rg u m e n to , “in c o rre c to ” se e n tien d e c o n e l sig n ific a d o d e “m o ra lm e n te in c o rre c to ”, y to d a la atm ó s fe r a del térm in o se c o n s e r v a m ien tras q u e s u su sta n c ia se g u ra m e n te no existe. A h o r a re c o rd e m o s que “m o r a lm e n te in c o r r e c to ” es el té rm in o h e re d e ro de la n o c ió n “ilíc ito ”, o “a q u e llo q u e ten em o s la o b lig a c ió n d e no h a c e r”, la c u a l p e rte n e c e a la te o r ía d e la ética q u e se b a sa en el d e re c h o d iv in o . E n este c a so , d ecir q u e existe u n a o b lig a c ió n de no h a c e rlo realm en te sí a ñ a d e a lg o a la d e s c r ip c ió n d e “in ju sto ”, p u es lo q u e o b li g a es la ley d iv in a —tal c o m o o b lig a n las re g las en un ju e g o —. E n to n c e s, si las leyes d iv in a s o b lig a n a n o c o m e te r in ju sticias p r o h ib ie n d o la in ju stic ia , re alm en te sí añ a d e a lg o a la d e s c r ip ció n d e “in ju sto ” d e c ir q u e hay u n a o b lig a c ió n d e n o h acerlo. Y c o m o la e x p re sió n “ m o ra lm e n te in c o rre c to ” es la h e re d e ra d e este c o n c e p to , a u n q u e se tra ta d e u n a h e r e d e r a e sc in d id a d e la fa m ilia d e c o n c e p to s d e la q u e su rg ió , e se “m o ra lm e n te in c o r r e c to ” va m ás allá d e la m e ra d e sc rip c ió n fác tica d e “in ju s t o ” y p a re c e no te n e r c o n te n id o d isc e rn ib le e x c e p to cierta fu e r z a irresistib le, q u e yo lla m aría p u ram e n te p sic o ló g ic a . Y es tal la fu e r z a d el té rm in o , q u e los filó so fo s r e a lm e n te su p o n e n
q u e p u e d e n d e sc a r ta r la id e a d e d e re c h o d iv in o c o n sid e ra n d o que no d a pie a n in g u n a d ife re n c ia e se n c ia l au n q u e la estén so sten ien d o —porque p ie n sa n q u e un “p r in c ip io p rá c tic o ” q u e d ig a ‘'debo o b e d e c e r las leyes d iv in a s (i.e., estoy o b lig a d o m o ra l m ente a o b e d e c e r la s )” es n e c e sa rio p a r a la p e rso n a q u e cree en las leyes d iv in a s—. A u n q u e re a lm e n te e s ta id e a d e o b lig ac ió n es u n a n o c ió n q u e só lo o p e ra en el c o n te x to d el d erech o . Y yo m e in clin aría a felic itar a los filó so fo s m o ra le s ac tu ale s p o r q u itarle a “d e b e m o ra lm e n te ” s u e n g a ñ o sa a p a rie n c ia actu al d e co n ten id o , si tan só lo n o m a n ife sta ra n el d e te sta b le d e se o d e c o n se rv a r la a tm ó sfe r a d el térm in o . T a l vez se a p o sib le d e sc a rta r la n o ció n “d e b e m o ralm c n te ” , si e sta m o s resu e lto s a h acerlo, y vo lv er sim p le m e n te a l “d e b e ” co m ú n y c o rrie n te , el cual, c o m o d e b e ría m o s p e rc a ta rn o s, e s un térm in o tan e x tre m a d a m e n te fre c u e n te d e l len g u aje h u m a no q u e es d ifícil im a g in a r p o d e r v iv ir sin él. A h o r a bien, si d e v e rd ad vo lv em o s a él, ¿n o se ría ra z o n a b le p re g u n ta r si a lg u n a vez n e c e sita re m o s c o m e te r u n a in ju stic ia , o si n o se rá la m e j o r o p c ió n en d e te rm in a d a s c irc u n sta n c ia s? D esd e lu e g o q u e es p osible. Y las re sp u e sta s se r á n d iv e rsas. U n h o m b re —u n filó so fo — p u ed e d e c ir q u e c o m o la ju s t ic ia es u n a virtu d , y l a in justicia un v ic io , y la s v irtu d e s y lo s v icio s se estab lecen eje c u tan d o la ac c ió n e n q u e se e je m p lific a n , u n acto d e in ju sticia te n d erá a h ac e r a u n h o m b re m a lo ; y e n ese n c ia el “flo re c i m ie n to ” d e un h o m b re qua h o m b r e c o n siste en q u e sea b u e n o (p o r ejem p lo , en v irtu d e s); p e r o p a r a to d o X al q u e se a p li q u e n tales térm in o s, X n e c e sita a q u e llo q u e lo h ace florecer, a sí un h o m b re n e c e sita , o d e b e realizar, só lo a c c io n e s v ir tu o sas; y au n c u an d o , c o m o d e b e ad m itirse q u e p u e d e o c u rrir, florezca m e n o s, o n o florezca, en lo n o esen cial, al e v itar la injusticia, su v id a se e stro p e a en lo e se n c ia l a l n o ev itar la in ju stic ia —d e m o d o q u e todavía n e c e sita re a liz a r ú n icam e n te a c cio n es ju s t a s —. A sí es m ás o m e n o s c o m o P lató n y A ristó te le s h ablan; sin e m b a rg o , se p u e d e a d v e rtir q u e, d e sd e u n p u n to d e vista filo só fic o , h ay un in m e n so vacío, a c tu a lm e n te im p o sib le d e c o lm a r en cu an to a n o so tr o s se refiere, q u e n e c e si ta ser lle n ad o c o n u n a e x p lic ac ió n de la n a tu ra le z a h u m an a, la ac c ió n hum ana, el tipo d e c a r a c te r ístic a q u e es u n a v irtu d y, antes q u e n ad a, del “ flo re c im ie n to ” h u m an o . Y es este ú l
tim o co n cep to el q u e parece más d u d o so , pues no hay quien se tragu e q u e un h om bre con dolor, ham briento, p o b re y sin am igos e sté “flo re c ie n d o ”, com o el p rop io A ristóteles lo ad m i tió. A dem ás, alguien p o d ría decir q u e p ara “florecer” cu an do m enos se necesita seguir vivo. O tro h om bre no im presion ado por n ad a de e so dirá en un a situación difícil: “L o q u e n ecesi tam os es tal y cual, pero no lo con segu irem os sin hacer esto (que es injusto), d e m odo q u e esto es lo que debem os hacer.” O tro hom bre, q u e no siga el razon am iento bastante co m plica d o de los filó so fo s, sim plem ente dirá: “S é que, en to d o caso, es vergon zoso d ecir q u e lo m ejor sería q u e com etiéram os e sta acción injusta.” El h om bre que cree en las leyes divinas tal vez diga: “Está p ro h ib id o , y p arezca lo que parezca, com eter una injusticia no p u e d e ben eficiar a n a d ie ”; él, com o los filósofos griegos, quizá pien se en térm inos de “ florecim iento”. Si es un estoico, se in clin ará p or u n a noción decididam ente fo rzada de “en qué co n siste flo re c e r”; si es un ju d ío o un cristiano, no n ecesariam en te ten d rá un a n oción muy distinta: cóm o lo b en e ficiará ab sten erse d e las injusticias es algo que él deja q u e Dios determ ine, y se lim ita a de cir: “N o p u e d e hacerm e n in gú n bien o p o n erm e a su ley." (Sin em bargo, tam bién e sp e ra una g ra n recom p en sa e n u n a nueva v id a p osterio r, por ejem plo, cu an do llegue el M esías; p ara esto, em p ero, él confía en p ro m esas especiales.) L e q u e d a a la filosofía m oral m o d e r n a —la filosofía m o ra l de todos los éticos ingleses fam osos a partir de Sidgwick— co n s truir sistem as d e acuerdo con los cu ales el hom bre q u e d ig a “ N ecesitam os tal o cual, y sólo lo con segu irem os d e e sta m an e j a ” pueda ser un tipo virtuoso; es decir, q ueda com o tem a de debate si un proced im ien to com o el d e castigar ju d icialm en te a un inocente no p u ed e en algu n as circunstancias ser la op ció n “co rre cta” q u e d e b e m o s a d o p tar; y aun que los filósofos m o ra les de O x fo rd actu ales le otorgarían permiso a un hom bre p ara “con vertir en su p rin cip io ” no hacer alg o así, enseñan u n a filo so fía según la cual las con secuen cias específicas de una acción p or el estilo podrían ser to m ad as en cu en ta “ m oralm ente” p o r un hom bre q u e estu v iera d elib eran d o sobre lo que h a d e hacer; y si fu eran tales co m o p a ra cau sar un conflicto con sus “fin e s”, form ular un p rin cip io m oral b ajo el cual “lo g ra r a ” (p a ra usar
la frase del señ or Nowell-Sm ith)8 situar la acción podría ser u n p aso e n su educación m oral; o p o d ría ser una nueva “ decisión de p rin cip io ”, cuya elab o ración constituiría un avance en la fo r m ación d e su pensam iento m o r a l (p ara ad op tar el co n cepto d e H arc), p ara decidir: en tales y cuales circunstancias d e b e m o s co n segu ir la co n d en a ju d icial d e l inocente. Y es ésta mi queja. [Traducción de L aura E. M anriquez ]
B IB LIO G R A FÍA A nscom be, G.E.M ., “O n Bruce F ac ts”, Analysis, vol. 18, 1958, pp. 6 9 72. Aristóteles, Etica Nicomáquea, trad. Ju lio Pallí Bonet, Credos, M adrid, 1985 (Biblioteca Clásica Credos, 89). Nowell-Smith, Patrick, Etkics, Penguin, Londres, 1954.
Ethics, p. 308.
__
Ma rk P l a t t s
I L o que p od ría den om in arse un escep ticism o puram ente filosó fico acerca de la m oralid ad c o n sid e ra que el pensam iento y la práctica m orales presuponen, d e parte de los agentes m orales, com prom isos teóricos que exigen una defensa filosófica pero que íilosóíicam en te son insostenibles. En cam bio, para un es cepticism o p arcialm en te filosófico acerca de la m oralidad, ese pensam iento y e sa práctica p resu p o n en , de parte de los agentes m orales, c o m p ro m iso s teóricos que son de carácter filosófico pero que resultan insostenibles a la luz de ciertas verdades em píricas sobre la n atu raleza del m un d o. C on sidérese el caso de filósofos p ara quien es el pensam iento y la p ráctica m orales su ponen la creen cia en la libertad de la voluntad: los escépticos puram ente filosófico s pertenecientes a esta clase están repre sentados p o r aqu ello s que sostienen, co m o una verdad ap rio ri, que la idea de la libertad de la voluntad es incoherente; los escépticos p arcialm en te filosóficos estarán ejem plificados por aquellos que so stien en que tal cre en cia es falsa en vista de la na turaleza d eterm in ista del m u n d o n atural d escu b ierta em pírica mente. Se p od rían introducir o tras subd ivision es; por ejem plo, entre los e scep ticism o s parcialm ente filosófico s que sostienen q u e las v erd ad es em píricas q u e gen eran p rob lem as son eter nas y los que no; p e ro es más im p o rtan te h acer notar un tipo de escepticism o en torn o a la m o ra lid a d e x p re sa d o de vez en cuando p o r alg u n o s filósofos y que n o encaja nítidam ente en ninguna d é la s categorías hasta a h o ra d istin gu idas. Podríam os llam arlo e scep ticism o filosófico práctico acerca de la m orali dad. Sus d efen sores advierten la existencia de una tarea filosó fica sustantiva que consiste en identificar las presuposiciones
más generales del pensam iento y la práctica m orales; si alg u na vez se hiciera esto —sostien en ellos— luego habría que deci dir entre con tin uar o no con ese pensam iento y esa práctica; y p o r últim o se in trod u ce la afirm ación d e q u e con sideracion es prácticas influyen en esa decisión p ara favorecer el aban don o definitivo del pen sam ien to y d e la práctica. Hay un rasg o co m ú n en los tipos m en cionados de escepticis mo filosófico acerca de la m oralidad, y que com parten tam bién la gran m ayoría de las filosofías de la m oralid ad no escépticas. Se trata de la su p o sic ió n de que el pensam iento y la práctica m orales sí entrañan realm ente p resup osicion es de interés filo sófico: en pocas p a la b ra s, supon en que la filo so fía m oral tiene un a tem ática sustan cio sa. V ale la pena p regu ntarse cóm o es que esa suposición h a lle gad o a p arecer tan poco problem ática; pero, d a d o que así lo parece, tenem os que estar m ás alerta que co n fiad os ante el rie sg o m ayor de que los filósofos encuentren, en el pensam iento y la práctica m orales, co m p ro m iso s teóricos que no están ahí, p u e s los filósofos tienen un a gran propensión a esparcir su m ente so b re su propio m undo: p ropensión que, en este caso, p od ría dar com o resultado la su p o sició n irreflexi va de que la m o ralid ad es filosóficam ente más interesante de lo que en realidad es. Un filósofo p o d r ía exam in ar q u é co n secu en cias l iene, para entender el pensam ien to y la práctica m o rales, depen der de m odelos gen erales p red ilectos de pensam iento activo, m odelos gen erales p red ilectos, d igam o s, de d esear y valorar; al hacer esto hay que tener cu id ad o de no ad optar un punto de vista d em asiad o restrin gid o en cuanto a los m odelo s disponibles. Sin em b argo , es p ro b ab le que tal p rocedim ien to genere, en el m ejor de los caso s, filosofías de la m oralid ad de p o c a sustancia [thin\ filosofías que prácticam ente no d an cabida, p o r ejem plo, a escep ticism os filo só fico s dirigidos distintivam ente a la m ora lidad m ism a. Las c o sa s tam poco resultarán muy diferentes si se dirige la aten ción a m odelos gen erales favoritos de delibe ración práctica: la g en e ralid a d de esos m odelo s ce rrará las po sibilidades de que un procedim ien to de ese tipo genere algún escep ticism o filo só fico distintivam ente acerca d e la m oralidad. Si nos interesa lle g a r a con cretar tal escepticism o, lo m ejor que pod em os h acer es invertir la dirección del procedim iento.
Así que se p o d r ía afirm ar, p o r ejem plo, q u e las valoraciones m orales sólo se p u ed en entender en térm inos de algún m o delo de valoración distintivo —distintivo precisam ente d e e sa s valoracio n es—, O bien se p o d ría afirm ar que cuando ciertos tipos de con sid eracio n es m o rales intervienen en las d elib era ciones prácticas, interpretar tales deliberacion es exige recurrir a algún m odelo distintivo d e las m ism as. En cualquier caso, es el carácter distintivo del m o d e lo en cuestión lo q u e ofrece la p rom esa d e una filosofía d e la m o ralid ad sustanciosa —y d e un escepticism o filosófico su stan cio so acerca de la m oralidad m ism a—,
II Se puede in terpretar que a lg u n o s filósofos con tem porán eos que d ifieren notablem ente en o tr a s cu estion es han optad o p o r seguir este últim o enfoque —el q u e se centra en la delib eración práctica cuando están en ju eg o ciertos tipos d e consideraciones m orales—, al expresar una p re o cu p a ció n común por los con ceptos de ob ligación m oral y d e b e r m oral. Sin em bargo, antes de exam inar alg u n o s aspectos d e la discusión contem poránea, valdría la pena esb ozar el p erfil d e una explicación clásica d e los con ceptos en cuestión. En su Ensayo, Locke prestó escu eta atención a nuestras ideas de “relaciones in ó rales”; una relació n m oral se enliende co m o "la co n form idad o d iscrep an cia que las acciones voluntarias de los hom bres gu ardan con una regla a la cu al se rem iten, y m e diante la cu al son ju z g a d o s’’.1 D e las “ reglas m orales o leyes” en relación con las cuales los h o m b res ju z g a n la rectitud o la ab erración d e sus acciones, L o ck e d istin gu e tres tipos: la ley divina, que constituye la regla in m utab le de lo correcto y lo in correcto; la ley civil, con sus re co m p e n sa s y castigos defin idos; y la ley d e op in ión o repu tación , co n su sistem a de recom pen sas y castigos no m enos reales q u e o p e ra n a través del elogio y la desaprobación.' “Por la relación q u e tienen con la prim era d e éstas, los hom bres ju z g a n si su s accion es son pecados o d eb e res; p o r m ed io d e la segun da, si so n con den ables o inocentes; 1J. Locke, Ensayo sobre el entendimiento humano, libro II, cap.
XXV1U,
§ 4,
y p o r m ed io d e la tercera, si son virtudes o vicios.”2 Locke vuelve a referirse a esta m an era en que los hom bres ju z g a n sus acciones com o p ecad os o deberes; sien d o el con cepto de p eca d o un co n cep to explícitam ente teológico, es razonable pensar que, p a ra L o cke, el concepto de d eb er co m p artía ese carácter teológico. Y p o d e m o s atribuirle un a id ea sim ilar en cuanto al con cepto d e obligación , basán d o n os en otro pasaje: “a fin d e cuentas, to d a o b ligació n conduce d e re greso a D io s”.3 L a e xp licación de Locke en torn o a cóm o surgen las obli gacion es d eterm in ad as p o r Dios, sup uestam en te fundaciona les, p arece b astan te clara. Para em pezar se introduce la tesis gen eral d e que siem pre que sup on em os la existencia de un a ley, tam bién d e b e m o s su p o n e r q u e hay a lg u n a recom pen sa o algún castigo a n ex o a dicha ley.4 O d ich o aún con m ayor cla ridad: “P ara establecer, p o r lo tanto, la m o ralid ad sobre un a b a se ad ec u ad a y fundam entos tales que puedan entrañar una o b ligació n , te n e m o s p rim ero q u e d e m o strar que existe un a ley, lo cual siem p re su p o n e la existencia de un legislador: un ser su perior con d erech o a ordenar, y tam bién con una facultad p a ra recom p en sar y castig ar.”5 Y entonces las supuestas ob ligacio nes fu n d acio n ales se explican así: Creo que no hay nadie tan tonto como para negar que Dios ha dictado una norma con la cual los hombres deben gobernarse. El tiene derecho a hacerlo, porque somos sus criaturas; Él tiene la bondad y la sabiduría para dirigir nuestras acciones hacia lo que es mejor; y tiene el poder de imponerlo mediante recompensas y castigos de peso y duración infinitos en otra vida, pues nadie puede sacarnos de sus manos.6 2 Ibid,, libro II, cap. x x v m , § 7. -1 W. von L ey d en (comp.), Essays on the Law of Nature, p. 183. 4 Locke, Ensayo sobiv el entendimiento humano, libro II, cap. XXVIII, § 6. C om p árese la afirm ació n ligeram ente diferente q u e L ocke hace en otro sitio: ‘‘Pues la ley nacural se ría vana, como todas las leyes que se relacionan con los h om bres en este m undo, si en el estado natural no hubiese n adie [...] con p od er p ara h acerla ejecutar, defendiendo de ese m odo a los inocences y refrenando a los ofensores" (Locke, The Second Treatise of Government and A Letter Concerning Toleration, p. 6). 5 ‘‘O f Echick iri G en eral", en W. von Leyden (com p.), op. cit., p. 70. 6 Locke, Ensayo sobre el entendimiento humano, lib ro II, cap. XXV111, § 8. Pero com parem os el é n fasis diferente en W. von Leyden (com p.), op. cit,, p. 183: “Y
M uch as d e las dificultades q u e enfren ta la concepción ge n eral lockean a de la m oralid ad so n bien co n o cid as;' sin em bargo, hay una objeción en la q u e con frecuencia se insiste y cuya con tun d en cia es m enor de lo que parecería. Se ob jeta que la co n cep ció n de Locke com bina elem entos q u e no pueden ser com b in ad os de m an era coherente: p or un lado, la idea de un m éto d o a priori racion al para d e term in ar q u é acciones son m o ralm ente correctas o incorrectas; p o r el otro, la insistencia en la n ecesid ad de que exista una b a s e teológica p ara la m oralidad, una base que revele que las o b lig a cio n e s y los d eberes m orales surgen de m an datos de un Dios to d o p o d e ro so y sancionador. T al vez seg u ir con esa ob jeción nos m ostraría cóm o “el pro blem a con la m oralid ad religiosa p ro v ie n e ... de que la religión es in corregiblem en te ininteligible”; 8 pero, antes de llegar a este punto, L o ck e tiene cuando m en o s dos m an iobras a su alcance. U na es seg u ir a E scoto en su afi rm ación de q u e si bien las accio nes suelen ser buenas o malas en sí m ism as, son los m andatos divinos los que las hacen obligatorias.9 De esta m anera Locke p o d ría so sten er que la razón realm en te p uede determ inar qué acciones son m oralm ente bu en as o m alas, y al m ism o tiem po m antener el carácter esencialm ente teológico de los conceptos de o b ligació n m oral y deber m o r a l.10 L a otra m an iobra a la esca obligación p arece derivarse en p a rte d e la sabiduría divina del legislador, y en parce del derecho que el Creador cieñe sobre su creación, pues, a íin de cuencas, coda obligación nos conduce d e nuevo a Dios y escamos obligados a m oscrarnos obedientes a la autoridad d e Su voluntad porque nuescro ser y nuescro trab ajo depen den de Su \oluntad, ya que los hem os recibido de Él, y enconces escam os obligados a observar lo s límices que Él prescribe; además, es razon able que hagam os lo que le a g ra d a , a Él que e s omnisciente y el más sabio.” 7 V éase, p o r ejem p lo,J. Gibson, Locke's Theory of Knowledge and its Historical Relations, pp. 155-160, y R ic h a rd ! A aro n , John Locke, pp. 256-269. 8 B. W illiams, Moralüy, p. 86. a C/r. F. Copleston, A History of Philosophy, vol. II, p. 547. V éase también P.L. Q uinn, Divine Commands and Moral Requhtments, sobre las teorías p a ra las cuales si bien lo m oralm ente obligatorio d e p e n d e de los mandacos divinos, lo m oralm ence bueno o malo depende m ás bien de sus deseos o anhelos. 10 Cfr. R.I. Aaron, op. cit., p. 266: “ L a razón puede percibir que es bueno p ara el ser hum ano obedecer la ley n atu ral; sin em bargo, es ley, es obligato ria p ara el ser humano, porque, como cu alq u ier otra ley, es decreto divino."
q u e Locke p u ed e recu rrir aparece sugerida en alg u n o s com en tarios de su texto “O f Ethick in G en eral”: ¿Por qué un hombre paga a otro una suma que le debe cuando ese dinero le hace falta para comprar lo que a él le conviene o lo que necesita? ¿O por qué otro se abstiene de practicar el adulterio con la mujer de su prójimo? La respuesta podría ser: porque hay rectitud y bondad morales en un tipo de acción, y bajeza moral en la otra. Buenas palabras. Esta rectitud moral, que cuando se mira bien no es más que conformidad a la ley natural de Dios, no significaría nada y la b on d ad moral no seria razón p a r a d irigir mi acción, si no fuera realmente placer lo que se siguiera de la acción y si no se evitara un sufrimiento mayor del que se halla en la acción misma.11 En térm inos h u m éan o s,12 esto es, las conclusiones d edu cidas de la ciencia d e m o strativ a d e la ética serán especulativas, no p rácticas; a la luz de la naturaleza hum ana, el pensam iento m oral llega a ser p rá ctico p o r la intervención de un Dios sancio n ad o r to d o p o d ero so . L a con ducta m oral co rre cta no produ ce naturalm ente placer, tam p oco la con ducta m o ra l incorrecta p rodu ce naturalm ente dolor; no hay, por con sigu ien te, m otiva ción m oral n atu ral. Pero el dolor o el placer nos es “ im puesto” en tales casos “p o r la volun tad y el poder del le g isla d o r”,13 y de esta m an era la m otivación m oral se introduce en el m undo n atural desde fuera. Richard I. A aron afirm a q u e la ciencia de la m oral p ro p u es ta p or Locke “se olvid a p o r com pleto de analizar el concepto más im portante e n la m o ralid ad , a saber, la ob ligació n .14 Éste p o d ría parecer sim plem en te un juicio an acrón ico q u e se funda en una idea local d e “an álisis”; en todo caso está equivocado. L a con cepción gen eral d e la m oralidad p ro p u esta p o r Locke al m enos sugiere cierta estru ctu ra p ara el co n cep to de obliga ció n m oral. L a reflexión so b re las naturalezas de la hum ani d ad y de Dios, y so b re las com p lejas contingencias de la vida 11 Citado en von Leyden (com p.), op. cit., p. 72; las cursivas son mías. 12 David Hume, A Treatise of Human Nalure, libro III, parte 1, § 1. 13 Locke, Ensayo sobre el entendimiento humano, libro II, cap. XX VIH, § 5; cfr. Aaron, John Loclte, pp. 259-2 6 0 . 14 Aaron, ibid., p. 264.
hum ana sugiere lo siguiente: e n prim er lugar, que las obliga ciones m orales g en e rale s estarán determ in ad as por una bre ve lista de m an datos divinos gen erales; en seg u n d o , que, e n un contexto d eterm in ad o , las ob ligacion es m orales específicas surgirán co m o con secuen cias d e aquellas ob ligacio n es g en era les; en tercero, que debería ser relativamente sencillo para los hum anos d eterm in ar e sa s con secuen cias, recon ocer esas ob li gaciones m orales esp e cíficas;15 y finalmente, co m o n ada puede valer m ás que un m an dato de D ios, que el único tipo de co n sideración que m oralm en te será perm itido p a ra cancelar una obligación m oral es o tra obligación m oral que entre en con flicto con la p rim e ra .16 15 "Insisto: si tom am os esa ley de la m oda del país, o de la voluntad de un legislador, la m ente es fácilm ente c ap az de observar la relación que cualquier acción tenga con ella, y ju z g a r si la acción concuerda o no con la regla... ” (Locke, Ensayo sobre el entendimiento humano, libro II, cap. X X V I l l , § 14). Y compárese lo que dice T h o m a s Reid en sus Essays on the Active Powers of Ihe Human Mind, Ensayo Ir “El camino del deber es un cam ino llano, que el hombre de alm a recta ra ra vez puede equivocar. Así tiene que ser, pues todo hombre está obligado a cam inar por él." 16 En Ethics an d the Limits o f Phiiosophy, Bernard W illiams afirm a que e l concepto de obligación moral característico de la peculiar institución de la m oralidad está gobern ado p o r los siguientes principios: el principio de ¿a obli gatoriedad externa-interna, por el cual un a obligación gen eral siem pre tiene que respaldar a otra particular (p. 181), y el principio de que sólo un a obliga ción puede derrotar a otra obligación (p, 180). Si preguntam os cóm o ha llegado el concepto de obligación m oral a estar gobernado por esos principios —a diferencia de pedir eviden cia d e q u e ah ora está go bern ado p o r ellos—, mis comentarios en el texto sugieren la respuesta de que ha sid o por la influencia de la concepción de la obligación m oral basada en la ley divina, De m ane ra esquemática, una n oción de obligación que se puede defender (Williams, ibid., pp, 182 y ss.), que ha d e ser entendida en térm inos d e consideraciones a las que se otorga p rio rid ad deliberativa a fin de garantizar la conflabilidad, ha llegado a distorsionarse, p o r esa influencia, y de este m odo d a origen a l concepto de obligación m oral gobernado por los principios m encionados y para los cuales las obligacion es son exigencias ineludibles sobre la acción que deben ser cum plidas so pena de sufrir condena. (CJr. S. Wolf, “T h e Deflation o f Moral Phiiosophy", pp. 821-833.) Así, mientras que Elizabeth Anscom be piensa que el concepto de obligación m oral sólo es inteligible en un marco teológico, Williams, al m enos en lo que concierne a esta parte de su argum en to, piensa más bien que su estructura ha sido determ inada por m arcos de ese tipo. E s decir, al m enos en lo que concierne a esta parte de su argum ento, W illiams no sostiene que este concepto de obligación m oral se a ininteligible;
Por otra parte, Locke sí ofrece, en efecto, un análisis del con cepto de obligación m oral. T od a obligación m oral con duce de regreso a D ios, y esto es así porque las ordenanzas sob ren atu ra les gen eran ob ligacion es m orales precisam ente por el resp ald o que reciben del p o d e r de Dios p a r a prem iar y castigar. Es decir, Locke trata de analizar la id e a d e q u e un agente ten ga la o b li g ac ió n m o ra l de hacer algo en térm inos de la idea no m o ra l de u n a tentativa d e o b ligar a un agente a hacer algo, ju n to con la referencia a los tipos d e circun stan cias en los cuales se intenta hacer esto últim o. Éste es de verd ad un intento de análisis, y un análisis d e un tipo peculiarm en te fuerte, pues presu p o n e que es p o sib le ofrecer un an álisis del concepto de o b ligación m oral a d o p tan d o la fo rm a d e alg u n a caracterización g en eral de q u é es lo q u e hace que exista tal obligación cuando la ca racterización en cu estión no e m p lea ella misma el co n cep to de obligación m o ra l.17 En e¡ Ensayo, esa caracterizació n gen eral remite al p o d e r de D ios p a ra prem iar y castig ar.18 P ero si bien la referencia a ese p o d e r p o d r ía explicar q u e estemos obligados o forzados a o b e d e cer, seguram en te por sí solo no p u ed e explicar que tengamos él pien sa más bien que, dada su estructura, estaríam os m ejor sin é!. E n los térm inos de la prim era sección d e este texto, la posición de Williams sobre este punto es ejem plo del escepticism o filosófico práctico acerca de este con cepto de obligación m oral (y, p or ende, acerca de la institución p eculiar de la m oralid ad que caracteriza). L a discusión de Williams m erece un exam en m ucho m ás detallado del que p u e d o ofrecer aquí. P ero vale la p e n a h acer notar que, en esa discusión, se habla persistentem ente de tendencias y presiones y esto se acom pañ a de m aneras de h ab lar m en os cautelosas (por ejem plo, “la m o ralid ad .. es el punto de vista o, incoherentemente, p a rte del punto de vista, de casi todos nosotros" (p. 174, las cursivas so n mías)). Y si bien el interés teórico de e sa discusión no deb ería reducirse p o r d arse cuenta d e que la peculiar institución de la m oralidad que propon e Williams no es tal lu gar com ún, su dram ático im pacto s ise reducirá. 17 Una lista com pleta de las ordenanzas sobrenaturales pertinentes se pres taría a q u e se diera un análisis de este tipo peculiarm ente fuerte. En este contexto, es interesante hacer notar cómo Locke se dispensa de seguir su tra bajo filosófico en ética h aciendo una referen cia a la perfección m oral de los evangelios (véase Gibson, Loche’s Theory, p. 159). 18 O bsérvese de nuevo la diferencia d e én fasis en Essays on the Lato o]Nature m encionado en la nota 6 antes; las dificultades teológicas que surgen de ese énfasis son bien conocidas.
una obligación moral d e actuar c o m o Dios m an da.19 U n plantea miento clásico de este argu m en to es el que ofrece R ousseau: El hombre más fuerte nunca es lo suficientemente fuerte para ser siempre el amo, a menos que transforme su fuerza en derecho y la obediencia en deber. De ahí, “el derecho del más fuerte" —un “derecho” que parece ser irónico, pero que realmente se ha establecido como principio—. Pero, ¿se nos explicará algún día esta frase? La fuerza es un poder físico; no veo cómo sus efectos pudieran dar pie a una moralidad. Ceder a la fuerza es un acto de necesidad, no de voluntad; en el mejor de los casos, es un acto de prudencia. ¿En qué sentido podría ser un deber moral?20 Se p ued e intentar elu dir esa d ificu ltad extendiendo la caracte rización gen eral d ad a de lo que h ace que exista una obligación m oral d e m odo que incluya la referen cia a otras p rop ied ad es de Dios o a rasgos de n uestra relació n con El: su ser am oroso, m isericordioso, am able, sabio, om nisciente, ilim itado, nuestro creador, n uestro dueño, el so sté n de nuestra existencia, que ten gam os una relación p erson al co n El, que lo am em os, que lo ad orem o s, lo respetem os, que estem o s en d eu d a co n Él. Hay m ás q u e u n a “descon certan te ta re a sem ántica’’21 im plícita en 19 CJr. H .L.A . Hart, “L e g al and M o ral Obligation", específicam ente las pp. 89-90. Sobre el “pod ría", considérese Rush Rhees: “Si mi prim era y prin cipa! razón p a ra adorar a Dios tuviera que ser la creencia de que hay un súper Frankenstein que arrem eterá contra mí y m e m andará volando al infierno si no lo hiciera, entonces espero que p u e d a te n e rla decencia de decirle a este ser, que se llam a Dios Todopoderoso, que siga adelante y que arrem eta" (cita do en R. Beehler, Moral Life, p. 203). 2ÜJ.J. Rousseau, E l contrato social, p. 52. Y com párese el com entario de Rhees citado antes en la nota 19 con la siguien te observación de R ousseau (ibid., p. 53): “T o d o p o d er em ana de Dios, estoy de acuerdo; p e ro lo m ism o sucede con todas las enferm edades, y n adie nos proh íb e llamar al m édico.” 21 W illiams, Morality, p. 85, T a l vez p o d ría añ adir que no me parece que esia cuestión p ierd a fuerza p o r los resultados d e la discusión de la m oralidad y la creencia religiosa que W illiams expon e e n ese libro. L o que é l establece es que la creencia en Dios pod ría dar alg u n a “ra z ó n ... especial p a ra suscribir la m oralidad" (p. 86), esa creencia en D ios p od ría, p or ejem plo, afectar la fuerza de las motivaciones m orales del agente. L o que yo digo es que creer en Dios de ningún modo vuelve más plausible q u e se dé cierto tipo de caracteriza ción de lo que hace que exista una ob ligació n moral. N ada de lo dicho aquí
una tentativa de ese tipo. Para evitar hacer gala de mi d es concierto aquí, perm ítasem e sim plem ente afirm ar que no hay n in gu n a p o sib ilid a d de que los análisis resultantes del co n cep to de o b lig a ció n m oral evadan las objecion es afines a las de R ousseau,22 siem pre que ese concepto no se introduzca en la caracterizació n g en e ral d ad a (y si se in troduce, las dificultades teológicas e n ju e g o se exacerban). III En un texto fa m o so ,23 G.E.M. A n scom be afirm ó q u e, d e ser po sible, d eb eríam o s deshacernos de los co n ceptos de obligación m oral y d e b e r m oral, pues “son sobrevivientes, o derivados de sobrevivientes, de una concepción an terior de la ética que en g en eral ya no sobrevive, y sin ella só lo h acen d añ o ”.24 Y está claro lo q u e se su p o n ía que era esa “co n cep ció n anterior de la é tica” : la co n cep ción que explicaba los co n ceptos en cuestión en térm inos d e la ley divina. T e n e r u n a c o n c e p c ió n legal d e la é tic a es s o s te n e r q u e lo q u e se n e c e s ita p a r a a c tu a r c o n fo rm e a las v irtu d e s —c u y a fa lta e s el sig n o de q u e se es m a lo qua h o m b re (y n o sim p le m e n te , d ig a m o s , (¡u a a r te s a n o o q u a ló g ic o )—, q u e lo q u e se n e c e sita p a r a esto e s a lg o q u e e x ig e la ley divin a. N a tu ra lm e n te , n o e s p o sib le te n e r u n a c o n c e p c ió n a s í a m e n o s q u e c r e a m o s e n D io s c o m o le g is la d o r; c o m o lo s ju d ío s , lo s e sto ic o s y lo s c ristia n o s. S in e m b arg o , si tal c o n c e p c ió n h a d o m in a d o d u ra n te m u c h o s s ig lo s y lu e g o h a s id o a b a n d o n a d a , u n o de los r e s u lta d o s n a tu r a le s es q u e el c o n c e p to d e “o b lig a c ió n ” —d e e star s u je to a u n a ley, o q u e é s ta n o s r e q u ie r a a lg o — p e r v iv a au n q ue h ay a p e r d id o su raíz.
Así tanto p a r a A nscom be, com o p a r a Locke, los conceptos de ob ligació n m o ra l y deber m oral son, en esencia, co n ceptos teopretende sugerir que la disCinción enCre estar obligado o forzado a y tener una obligación moral de deba equipararse con una distinción supuestamente nítida entre prudencia/conveniencia/egoímo/interés piopio por un lado, y moralidad por el oCro. 22 Véase ibid,, pp. 77-78. 23 G .E .M A nscom be, “Filosofía m oral m od ern a”, pp. 27-53 de este volu men.
24 Ibid., p. 27. 25 Ibid., p. 34.
lógicos, y só lo p u ed en ser en ten d id o s en el m arco de la teoría de la ley divina. Adem ás, según A n scom be, el hecho de que sig am o s usando cualquiera d e e sto s conceptos después de ha ber ab an d on ad o ese m arco te o ló g ic o representa la interesan te situ ación de “la superviven cia de un concepto fu era del es q u e m a con ceptual q u e lo volvió realm ente inteligible”.26 E n la term in ología in troducida al co m ien z o d e su texto, la posición de A n scom be es un escep ticism o puram en te filosófico cuando menos acerca de los sectores d e l pensam iento y la práctica m o rales con tem porán eos com u n es que involucran los con ceptos de obligación m oral y d eb er m o ra l. Se p o d ría sospechar que la id e a d e qu e, so pena de ininteligi bilidad, cualquier m oralidad que use los con ceptos en cuestión d eb e cu an d o m enos sentirse b a jo el influjo del fantasm a de la idea de los m andatos divinos n o es m ás que el resu ltado de la p rop en sión de los Filósofos a presentar la m oralidad com o algo filosóficam ente m ás interesante de lo que es. Esto es tal vez lo que Straw son so sp ech ab a.27 Es posib le discernir tres etap as en la réplica de Straw son a A n scom be. En prim er lugar se ofrece un d iagn óstico más es pecífico de lo que ha salido m al en este caso, un diagn óstico q u e rem ite a un gu sto excesivo p o r el tratam iento totalm en te abstracto de nociones que seg u ram en te son gen erales.28 En segu id a, se sugiere que si se lo g r a r a evitar ese defecto, podría mos lle gar a una idea al p arecer n a d a problem ática de cu an do m enos ciertos usos actuales de los conceptos que A nscom be nos in staría a desechar: 26 Ibid., p. 35. 27 P.F. Strawson, “Social M orality an d Individual Id e al”, pp. 26-44. 28 Ibid., p. 33. EsCe diagnóstico Cal vez p o d ría ser com plem entado con u n a referencia a la im posibilidad d e ver la estricta irrelevancia d é la s cuestiones de origen p a r a la s cuestiones acerca del u s o o propósito actual: “las causas reales del origen de una cosa y sus usos fin ales, la m anera en que se incorpora a l sistem a de propósitos, son m undos d istin to s... ” (F. NieCzsche, L a genealogía de la moral, p. 209). Cfr. P. Winch, “W ho Is my Neighbour?", p. 160: “Es evidente q u e de la supuesta d esap arición de las circunstancias que u n a vez dieron cierta inteligibilidad al uso lin güístico no se sigue que tal uso ah ora no Cenga inteligibilidad. A lo sumo pod em os concluir que ahora tiene que ser encendido d e un a m anera m uy diferente."
N o h ay n a d a m ín im a m e n te m is te r io so o m e la físic o en e l h e c h o d e q u e los d e b e r e s y la s o b lig a c io n e s a c o m p a ñ e n a io s o fic io s , la s p o s ic io n e s y la s r e la c io n e s co n lo s d e m á s. L a s e x ig e n c ia s q u e se h a c e n a a lg u ie n e n v ir t u d d e q u e o c u p a cierta p o s ic ió n e fe c tiv a m e n te p u e d e n se r lis ta d a s d e m a n e ra m uy e x p líc ita y d e ta lla d a , y a m e n u d o e sto e s lo q u e se h ace. Y c u a n d o lla m a m o s a a lg u ie n c o n c ie n z u d o o d e c im o s q u e tien e u n fu e rte se n tid o d e l a o b lig a ción o d e l d e b e r, p o r io g e n e r a l no q u e r e m o s d c c ir q u e se sie n ta b a jo in flu jo d e l fa n t a s m a d e la id e a d e la s o r d e n a n z a s s o b r e n a t u ra le s; q u e r e m o s d e c ir, m ás b ien , c o sa s c o m o la sig u ie n te ; se p u e d e c o n ta r co n él p a r a q u e se e sfu e r c e c o n tin u a m e n te p o r h a c e r lo q u e se exige d e él en r e la c ió n co n c ie r ta s c a p a c id a d e s d e fin id a s , p a r a c u m p lir lo q u e se le p id e c o m o e stu d ia n te o m a e s tr o , c o m o p a d r e o s o ld a d o , o c o m o lo q u e se a ,29
En tercer lugar, se sugiere la id ea de que esos usos de los con cep to s q u e aquí nos o cu p an son legitim ados por u n a in terpre tación literalm ente co tid ian a e insulsam ente p o co p ro b lem áti ca d e dichos con ceptos. L a interpretación su rge de reílexion ar en el h ech o de q u e “es un a con dición de la existen cia de cual q u ier form a de org an izació n social, de cualquier co m u n id a d hum ana, q u e ciertas exp ectativ as de com portam ien to de parte de sus m iem bros se cu m p lan con bastante re g u la rid a d ”;30 e sa con d ición , se afirm a, exp lica la existencia de reglas m orales que determ inan las o b ligacion es y los derechos m o rales. U na regla m o ra l de este tipo es la expresión g en eralizad a de “una exigen cia m oral san cio n ad a socialm ente q u e se h ace a un in d ividuo en virtud sim plem en te de pertenecer a la so c ie d a d en cu estión , o en virtud d e cierta posición especííica q u e o cu p a en ella o d e una relación particular que m antiene con otros m iem b ros de la s o c ie d a d ”.51 Pese al p osterio r refin am ien to que hace Straw son d e esta “id e a fu n d am en tal”, d ista d e ser claro que este refinam iento realm en te refute el e scep ticism o de A nscom be. L a dificultad p ued e apreciarse desd e diferentes án gu los. P asan d o por alto el asu n to del d iag n ó stico , p o d ría parecer sim plem ente que la se g u n d a etap a de la rép lica de Straw son yerra el blanco de 29 Straw son, "Social M orality", p. 33. 30 Ibid., p. 30, 31 Ibid.., p. 32.
d ich o escep ticism o, de una m an era que tal vez se m anifiesta en la invocación a las o b ligacion es y los deberes “ p rem o rales” que han de ser explicados en térm inos del cum plim iento d e una función.32 A sim ism o, la o b v ia réplica inicial a la tercera etapa de la respuesta de Straw son consiste en in dicar que la explicación positiva que se ofrece de las obligaciones m orales en térm inos de exigen cias san cion ad as socialm en te no distin g u e tales obligacion es de las ob ligacion es ju ríd ica s, ni siquiera d e las que im pone la etiqueta. Sin em b argo, la dificultad de esta tercera etapa no term ina ahí. Sin duda, las con dicion es ne cesarias para “la existen cia de cualquier fo rm a de organización social” darán com o resu ltado q u e se ejerza p resión social sobre los m iem bros de cualquiera d e e stas organ izaciones para que se porten bien, p ara que cum plan, co n bastante regularidad, cier tas expectativas d e com portam ien to. Pero aun si ah o ra conce diéram os —erró n eam en te—que esta referencia a p ortarse bien d eb e ser entendida co m o p o rtarse m oralm ente bien, todavía no se habrá dado n in gu n a b u e n a razón p a ra in troducir una idea de obligación m o ra l.33 La discu sió n de Straw son no abor da el problem a distintivo, y por ende el carácter distintivo, del concepto de obligación m oral. Aun cuando las dos cosas vayan ju n tas en la explicación de Straw son, vale la pena señ alar que la Lentativa d e em pezar a neutralizar el escep ticism o de A n scom be, haciendo referencia al con siderable g rad o d e acuerdo q u e supuestam en te existe en torno a cu estion es co n cretas de ob ligacion es y d eberes m ora les, no tiene por qué tra e r con sigo el sup uesto de que la codificabilidad es requisito d e todo u so inteligible de los conceptos en cuestión. Es p rob ab le que e se supuesto sea una m anifesta SJ Cfr. A. Maclntyre, A Short Hutory o f Ethics, pp. 93 -9 5 y 196-198. Olvi dándonos de la referencia q u e hace Straw son a las “c ap acid ad es definidas”, una d e las cosas que un agen te “puede ser" es un ser hum ano: que la réplica d e Strawson yerra el blanco del escepticism o d e A nscom be se sugiere tal vez cuando com para "n o es tu obligación m oral, es tu obligación com o soldado” con "n o es tu obligación m oral, es tu obligación com o ser hum ano". 33 N ótese el inm ediato m ovimiento d e Strawson de la con dición bastante general de la existencia de cualquier fo rm a de organización social a hablar de deberes y obligaciones ("So cial M oralily", p. 30). L a m ism a cuestión se escon d e bruscam ente con la m era inserción d e la idea de una exigencia socialmente sancionada.
ción de aq u ella v isión d e las reglas com o co n cep to prim ario de la vida m o ral q u e, según A lasd air M aclntyre, constituye la po sición característica de la m odern idad;34 tam bién es probable que sea una m an ifestación de la creencia relacion ada —y que antes m en cion am os en conexión con la explicación de Locke— en la p osib ilid ad de que se ofrezca algu n a caracterización ge neral de qué h ac e que exista, d igam o s, u n a obligación m oral y en la q u e tal caracterización no em plee, ella m ism a, el co n cepto de o b lig a c ió n m oral. L a referencia a l (supuesto) g rad o con siderable d e acu erd o existente en to rn o a cuestiones con cretas de ob ligacion es y deberes m orales es n eutral en torn o a esos otros a su n to s. En este caso, la idea m o tiv ad o ra detrás de la referencia al acu erd o p o d ría ser la siguiente: si existe el su puesto g ra d o d e a cu e rd o en cuanto a las ob ligacion es m orales q u e surgen en n uevos casos y n uevas circunstancias, esto sugie re que, lejos d e ser ininteligiblem ente m etafísico, el concepto de obligación m o ra l sirve de verd ad p a ra distinguir, aun que de m aneras h a sta ah o ra resistentes a la co m p ren sión teórica, algún autén tico fen óm en o m o ral m un dan o.35 Si el escéptico acerca d e la o b lig a ció n m oral resp o n d e q u e ese acuerdo no sir ve m ás q u e p a ra d a r la ap arien cia d e que existe un fenóm eno a sí,36 la re sp u e sta ob via co n siste en insistir en la necesidad de que se explique e sa apariencia. M ientras el escéptico n o logre plantear u n a e xp licació n de esa ap arien cia —den tro de lo que se lo p erm iten lo s recursos lim itados con los que cuenta—, la conclusión p ro v isio n al es que, en este caso, las aparien cias no engañan. De h ech o , quien despliegue el argu m en to b a sa d o en el acuerdo e sta rá sobre terreno m ás firm e en este punto si no acepta la tesis d e la codifícabilidad: p ues esta tesis sería otro recurso d isp o n ib le p a ra el escéptico a ce rc a de la obligación m oral en su tentativa d e exp licar lo e n gañ oso d e la aparien cia —en térm inos, tal vez, d e que el sup uesto g ra d o de a cu erd o en torno a o b ligacio n e s m orales recién en con trad as no es m ás que un acuerdo e n torno a las consecuencias de aplicar, en nuevas Maclntyre, After Virtue, p, 112. V éase tam bién j . McDowell, “V irtue and Reason", 85 Cfr, H,P, Grice y P.F. Strawson, “In Defence o f a D ogm a”. 36 Cfr. G. H arm an , “Q uine on M eaning and E xisten ce 1",
circun stan cias, reglas generales d irig id as (ininteligiblem ente) a determ in ar ob ligacion es m orales gen e rale s—. IV Straw son su giere que cualquier d e sarro llo de su interpretación cotidiana d e la n aturaleza de la m o ralid ad se beneficiaría si se co n sid e rara d e algú n m odo la relación d e la m oralidad co n la ley.37 N o nos sorpren dería q u e estu viera pensando en el tipo d e co n sid eració n dada a e sa relación e n los escritos de H .L.A . H art;38 eso s escritos p ro m e te n de todos m odos llenar algun as de las lagun as en con trad as en la breve discusión d e Straw son so b re la obligación m o ra l. En eso s textos, H a rt se p reo cu pa efectivam ente p or p rese n tar un a explicación cotidia na, en bu en a m ed id a no escép tica,39 de las obligaciones ju r í dicas y m orales. En térm inos d e la arquitectón ica lockeana d e las reglas o leyes en relación c o n las cuales los seres hum anos juzgan la rectitud o aberración d e sus accion es, la ley divin a aban d on a la e sc e n a en la exp licación de H art,40 dejan do e n su lugar sim plem ente la ley civil y la ley de opinión o repu tación. P o r otro lado, esa p reo cu p ació n de H art lo conduce a tratar de d istin gu ir entre o b ligacio n e s jurídicas y obligacio nes m orales: a tratar de distinguir, en térm inos de Locke, las op eracio n es d e la ley civil de las d e la ley d e opinión o repu tación. Para los p ro p ó sito s de este texto, sim plem ente supondré que la explicación de H art de la o b ligació n ju ríd ic a es correcta; sin em bargo, existe o tra observación p relim in ar m ás im portante. Es extrañ am en te p rob ab le que el procedim ien to de H art ge nere una exp licación de la ob ligación m oral que la pinte más como o b ligació n ju ríd ica de lo q u e es. S i, partien do de algun a 17 Strawson, op. cit., p. 43. 38 En especial, “L e g a l and M oral O bligación" y The Concept oj Law. 39 H art p ien sa que "el uso no filosófico" del concepto de obligación m oral a veces sirve para ocultar "las diferencias entre distintos tipos de fenómenos m orales” ( “L e gal and M oral O bligation” , p. 100). ,,(l De hecho, segú n la m anera en q u e H art explica la obligación, d ista de quedar claro que lo s papeles tradicionales atrib u id o s a D ios p u d ieran dar origen a las ob ligacion es, pues “la au torid ad de Dios no e s tá .. constituida por la práctica real de un grupo social” {ibid.,, p. 106).
explicación d etallad a d e las obligaciones ju ríd ic a s, luego plan teamos la pregu nta sobre qué es lo que las distin gu e de las m orales, correrem os el riesgo de quedarnos cortos: dar con una diferen cia pertinente entre esos tipos de obligacion es y luego identificarla com o la diferen cia entre ellas, y lo que queda de la explicación p redilecta de las obligacion es ju ríd ic a s se trans fiere con d em asiad a facilidad a la explicación d a d a de las obli gacion es m orales. L a tesis gen eral de H a rt es que tanto las ob ligacion es m o rales como las ju ríd ica s surgen p o r la existencia de reglas de conducta:
S e co n cib e y se d ic e q u e las re g la s im p o n e n o b lig a c io n e s , c u a n d o la e x ig e n c ia g e n e r a l d e c o n fo r m id a d e s in siste n te y la p r e sió n s o c ia l d e ia q u e so n b la n c o lo s q u e se d e s v ía n o a m e n a z a n con d e sv ia rse d e e lla s e s g r a n d e [...]. L o im p o r ta n te e s q u e la in sis ten cia e n la im p o r ta n c ia o seriedad d e la p r e s ió n so cial q u e e stá d e trá s d e la s r e g la s e s el fa c to r p r im o r d ia l q u e d e te r m in a si se c o n c ib e n c o m o g e n e r a d o r a s d e o b lig a c io n e s .41
E sta tesis gen eral ace rc a d é l a obligación se aco m p a ñ a d e otras d o s.42 La prim era, sim ilar a un pensam iento de Straw son, es que las reglas llegan a ser con sid erad as im portan tes “porque se cree que son n ecesarias p a ra el m antenim iento de la vida social o de algún rasg o d e ella que se tiene en g ran estim a”; la segun d a es que la co n d u c ta req u erid a por las reglas a m enu d o puede entrar en con flicto con lo que el agente en cuestión en o tras circunstancias d esearía hacer. E stas tesis equivalen a un intento por e x p licar p ara qué se u sa el co n cep to de obli gación : un uso que se relacion a tanto con la función d e ese con cepto en térm inos sociales, com o con su funcionam iento en térm inos d e su p a p e l dentro de las delib eracion es prácticas de los. agentes. El co n cep to se usa p ara in du cir en los agentes una p ro p en sió n a d ar cu an d o m enos una elevada p rio ridad deliberativa, en otras circunstancias poco prob ab le, a ciertas The Concejil of Law, p. 84. 43 Ibid., p, 85.
form as de co n d u cta que de h ech o equivalen a las condiciones n ecesarias del m antenim iento d e la vida social. Según esta explicación , hay dentro del u so del concepto d e obligación un divorcio poten cial entre el funcionam iento y la función: la fu n ción de la p r io r id a d deliberativa inducida p o dría p erm an ecer fácilm ente sin ser recon ocid a p o r los agentes en cuestión. Si su reconocim iento fu era suficiente para m otivar las form as pertinentes de co n d ucta, entonces no habría necesi d a d de este co n cep to distintivo d e ob ligación ; suponiendo que hubiera tal n ecesid ad —su p o n ien d o , de m an era m ás exacta, 1a necesidad de u n a presión social que no se a apelar a la función social de la co n d u cta in volucrada—, no nos sorprendería que el reconocim iento d e e safu n c ió n e stu v iera a u se n te e n los agentes en cuestión. Pero este divorcio poten cial del funcionamiento y la función da origen a una n ueva p reocu pación : cu an do nos enfrentam os a un concepto cuyo funcionam iento en térm inos de la p rio rid ad deliberativa es el d escrito en el planteamiento de H art, ¿cóm o se puede d e term in ar si en ese planteam ien to tam bién se d e scrib e su función ? Hay u n a im portan te diferen cia d e tipo entre función y fu n cionam iento en la explicación que H art d a de ellos. Las cu es tiones de im p ortan cia o de serie d a d , en cuyos térm inos se e x plica la función del concepto d e o b ligación , son, al menos en gen eral,43 cuestion es de g rad o ; p ero H art sería el prim ero en insistir e n que, p o r ejem plo, e l co n cep to de obligación m oral, hecho m anifiesto en su funcionam iento deliberativo, no está situado así en un continuo c o n los con ceptos de otros tipos d e co n sid eracio n es m orales.44 L a tesis g en eral de que “la in sistencia en la im p ortan cia o seriedad de la p resió n social q u e e stá detrás de las reglas es el fa c to r p rim o rd ial que determ i na si se co n cib en com o g e n e ra d o ra s de ob ligacion es” p o d ría servir p a ra exp licar grosso modo en que punto del continuo de im portancia em p iezan a ap arecer las ob ligacion es; no puede servir p a ra exp licar que es lo q u e em pieza a aparecer ahí. L a afirm ación g en eral d e H art n o p u e d e , p o r consiguiente, acallar 43 E xam inarlo que es auténticam ente necesario p a ra el mantenimiento de la vida social servirá p a ra explicar muy p o c a s obligaciones morales.
u n escepticism o, como el de A nscom be, acerca de la inteligibi lidad d e lo que ap arece en ese punto.45 P ara Hart, las o b ligacion es m orales com parten tres “rasgos sob resalien tes” con las ob ligacion es ju ríd icas:46 d epen d en cia de la práctica actu al d e un g r u p o social, especialm ente en tér m in os de las prácticas g ru p a le s de criticar las accion es, de dar razo n es p ara ellas, y de e xigir que se lleven a cabo; la posible in depen den cia de contenido, de tal form a que el carácter obli g a to rio de una acción no necesite depender del tipo de acción d el que se trata independientem ente caracterizado;47 y la coac ción. Se supon e que la diferen cia entre ob ligacion es m orales y y u ríd icas sale a la luz al exam in ar las form as de coacción o p resió n social in volucradas.48 Si las sanciones físicas sobresa len entre las form as de p resió n social involucradas, las reglas en cuestión se clasificarán co m o una form a de ley, y las obliga cion es que surjan com o ob ligacion es jurídicas. Sin em b argo, es 45 En cuanto a la pregunta “con rem iniscencias kantianas" de cómo es posible h acer cosas como crear obligaciones jurídicas, Hart subraya que “sólo puede ser respondida describiendo en detalle cóm o se hacen” (ibid., p. 86). A hora a A nscom be le interesa claram ente insistir en una pregunta que suene parecida acerca de la obligación m oral: véanse sus trabajos posteriores “Rules, Rights and Prom ises" y “On the Source o f the Authority o f the State", am bos en su Ethics, Religión and Politics. 46 “L e g al and Moral O bligation ", pp. 90, 100-104. 47 Beehler, Moral Ufe, p. 198, critica que H ai t incluya este elem ento. L a idea de Beehler parece ser algo como lo siguiente: si bien cualquier tipo de acción p o d ría de verdad volverse legalm ente obligatorio, el concepto de lo moralmente obligatorio no es aplicable m ediante tales consideraciones m eram ente form ales o procedim entales; la aplicabilidad de este último concepto depen d e rá de los tipos de consideración involucrados aparte del m ero hecho de la presión social. Pero seguram ente no es nada sorprendente que un filósofo del derecho, incluido el derech o contractual, se muestre especialm ente im presion ado por la institución de la prom esa; y las prom esas, de m aneras un p o co extrañas, sí generan obligacion es morales independientem ente de las con sideracion es de contenido (cfr. Williams, Ethics an d the l.imits of Philosophy, p. 187). Nótese la afirm ación que Hart plantea antes en The Concept of Laui (p. 42) de que la forma en que o p e ra una prom esa es, de distintas m aneras, "un m odelo mucho m ejor que el de las órdenes coactivas p a ra entender mu ch os rasgo s del derecho, aunque no to d o s”; y en otro texto (“L e g al and Moral O b ligation ", p. 101) subraya que las prom esas “constituyen el caso obvio de obligación m oral". Sin em b argo , véanse algun as preocupaciones hum eanas acerca de ese caso obvio en A n scom be, “Rules, Rights and P rom ises”. 4B H art, The Concept of Law , p. 84.
posible que la p re sió n social in volucrada d e p e n d a básicam ente de los sentim ientos de vergüenza, rem ordim iento y culpa del agente, y quizá se exp rese únicam ente en m anifestaciones ver bales de d esap rob ación y, en esp ecial, en exh ortaciones a los agentes a que respeten las reglas en cuestión. En ese caso, las reglas son reglas m orales y las ob ligacion es que surjan serán ob ligacion es m orales. H art subraya que la “p resió n m oral su ele adop tar la form a de una ap elación no al tem or d e las consecuencias dañinas y la futilidad de rehusarse a h acer lo que a fin de cuentas estaría m os forzados a hacer, sino al su p u esto respeto del delincuente por las reglas que ha q u eb ran tad o ”.49 De ser así, esto sugiere un elem ento de realism o inteligente en el pensam iento moral, pues, sin invocar a D ios,50 sólo una visión descabelladam ente optim ista de este m u n d o p od ría sostener la idea de que los prem ios y los castigos, entendidos en térm in os no m orales, se reparten entre los agentes m o rales de una m an era media nam ente ju sta. Pero la ob servación de H a rt tam bién sugiere que, en el caso p articu lar del co n cep to de obligación m oral, su funcionam iento está peculiarm ente aislado, ya que a menos que la presión social que tiene p o r objeto sustentar el funciona miento deliberativo adopte la fo rm a de referencia a la supuesta función social d e la conducta d e la que se trate, ese funcio namiento no hará caso de n in gu n a de las consecuencias de tal conducta. No obstante, esle “ in tern alism o” acerca del con cepto de obligación m oral p o n e d e relieve, en este caso, una inquietud gen eral ya m encionada: cu an d o n os enfrentam os a un concepto cuyo funcion am ien to en térm in os de prioridad deliberativa es el que describe la explicación del concepto de obligación m oral que ofrece H art, ¿cóm o se puede determ i nar si esa explicación también d e sc rib e su fu nción ? De hecho, ¿cóm o se puede d eterm in ar si el con cepto que funciona de ese 49 H art, "Legal and M oral O bligation", p. 103. Esta afirm ación me parece compatible con el reconocim iento de la im portan cia d e verse forzado a hacer algo en el proceso de adquisición del concepto de obligación moral: cfr. Winch, op. cit., p. 162. 50 C om o Locke lo advirtió: véanse d e nuevo sus com entarios citados al final de la sección III. Y com párese con W illiams, Ethics and theLimits ofPhilosophy, p. 195.
m od o tiene in cluso un a función (tal c o m o se entiende esa no ción aquí)? El problem a de tratar de d eterm in ar n u estras obligaciones m orales en una situ ación específica se d istorsion aría irrem edia blem ente p o r re cu rrir a un m odelo d e cóm o se aplican, a esa situación, los p rin cip io s últimos q u e h em os decidido a d o p tar;51 p e ro no se sig u e que d eb am o s un irn os a H art en su bú squ eda de la idea del carácter impuesto de las ob ligacion es m orales. El problem a aquí no es que las delib eracion es de los agentes en tales situ acion es n o necesiten prestar atención a las opin ion es de sus so cied ad e s: el divorcio p lan tead o entre el funcionam ien to y las co n secu en cias (y la función) p u e d e dar cuenta de esto. T am p o co se tra ta aquí sim plemente de que un agente p u ed a estar (co rrectam en te) convencido de que su sociedad se equi voca por co m p leto en dicha cuestión, de m odo que si bien el se p o d ría sen tir socialm en te ob ligad o a actu ar com o los otros piensan que d eb ería hacerlo, él, aun así, no se co n sid erará en la ob ligación m o ra l de actuar de esa m an e ra;52 de nuevo, el di vorcio p lan tead o entre el funcionam iento y las con secuen cias (y d e a m b o s en re lació n con la función) al m en o s p u e d e em pezar a explicar esto. S e trata, m ás bien, de que cu alquier idea del carácter im p u esto d e las obligaciones m orales es distinta de la de su carácter no electivo: esta últim a id e a no invita a plantear la pregunta: “¿Q u ién las im p on e?” T odavía hay que m ostrar que una e xp licació n gen eral del concepto de obligación m o ral debería d irigirse a cap tu rar la id e a de la im posición. S in duda, com o verdad co n cep tu al, la ley se im p on e; pero no queda claro que suced a lo m ism o con la m o ra lid ad .53
51 Cfr. H art, “L e g a l an d M oral O bligation”, p. 100. 52 Cfr. A nscom be, "F ilosofía m oral m odern a”, p. 44: “así com o Butler no logra im presionarnos cuan d o reflexionam os sob re lo q u e la conciencia puede indicarle a la gente que h aga, me parece q u e tam poco nos im presiona esta idea si reflexion am os sob re cóm o pueden ser las 'norm as' de un a sociedad”. Sin em bargo, véanse tam bién: Strawson, op. cií., pp. 39-40; Williams, Ethics and the Limits of Phiiosophy, pp. 191 y 195; y Wolf, op. cit., pp. 826 y ss. M Cfr. Beehler, op. cit., sob re el sorp ren d en teju ego d e H art con la noción de coacción. Y com párese Williams, Ethics, p. 190, sob re la idea de confrontación.
V Al parecer, Locke pensaba que las inquietudes filosóficas ace r ca del co n cep to de obligación m o r a l p od rían ser acalladas co n un listado de tales obligaciones;54 tam bién pensaba, sin e m b ar go, que era posib le hacer algún an álisis conceptualm ente m ás inform ativo del concepto, a lg u n a caracterización general con ceptualm ente m ás inform ativa de qué es lo que hace que exista una o b ligació n m oral sin que la caracterización en cuestión em plee ella m ism a el concepto d e obligación m o r a l55 A d a p tando p arte d e la term inología de H a rt,56 se podría decir que e l prim ero se ría un a caracterización d e l con jun to de las o b ligacio nes m orales, y la seg u n d a sería u n a caracterización del sistem a de ellas. Y p a ra L o cke, tal com o al p arecer lo es p a ra Straw son y para H a rt,57 el p rim ero ha de lo g ra rse mediante una ca ra c terización del conjunto de las reglas m o rales correspon dien te, m ientras que la segun d a por m e d io de una caracterización d el sistem a de e sa s reglas. El su p u esto papel de las re g las en una explicación de la obligación m o ra l p o d ría no p a re c e r m ás que una ilusión co n secuente de exten der sin mayor reflexión , al caso m oral, uri m odelo leg alista, sea el del le g isla d o r divin o o de otra n atu raleza. Aun en esos casos en que la d u d a tiene que ver con las o b ligacion es m orales que surgen p o r ocup ar alguna p o si ción particular, com o la de ser p ad re, el su p u esto papel de las reglas no su ele ser dem asiado evid en te. Y la tesis58 de que la naturaleza p ro b lem ática de tales c a so s siem pre h a de enten derse desd e el pun to de vista d e las dificultades que sup on e aplicar una regla gen eral d e te rm in ad o ra de obligaciones, en circunstancias específicas, p rov oca u n a inquietud obvia: ¿p o r 51 Véase la n o ta 17 antes. 55 Véase la sección II antes. 55 The Concept o f Law, p. 231. 57 Se podría discutir si Strawson y H art están realmente com prom etidos exactame nte con la posibilidad de este tipo de análisis; y bien se podría pen sar que si H a n h a de distinguir las ob ligacio n es m orales de aquellas de la etiqueta, un com prom iso así de todas m an eras tendrá que ser abandonado. Pero no m e o c u p a ré de estos asuntos aquí. 58 C om párense las observaciones de H a rt so b re la estructura de las obliga ciones, ibid., pp . 83 y 121.
qué siem pre se ha d e b u scar esa estru ctu ra en estos casos? Esta inquietud se acentúa en casos d e relaciones com o la de am is tad, y se vuelve casi a b ru m ad o ra cu an d o la única p o sició n o relación en ju e g o es alg o com o ser un transeúnte o cu alq uier o tro ser h um ano.59 Mi interés aq u í no es legislar “el uso co rre c to ” de la exp re sió n “o b ligació n m o ra l”, así que no tengo p o r q ué p ro testa r si, p o r ejem plo, alg u ien d esea lim itarse a h ablar d e “o b ligacio n e s m o rales” en los caso s en que hay reglas en ju e g o , y prefiere, d igam o s, h ab lar d e “requisitos m orales” p a r a casos p a recid o s en otros aspectos. Sin em bargo, el riesgo con tal m an era d e h ab lar es q u e p o d ría se rv ir p a r a esco n d er sim i litudes entre fen óm en o s m orales significativam ente sim ilares. Esa p reo cu p ació n obvia, sin em bargo, no va al fondo del asunto. L a explicación d e la ob ligació n m oral basada en las reglas no es sin o una m an era d e tratar de caracterizar el co n ju n to d e la s ob ligacio n es m orales o el sistem a d e ellas: no es sin o u n a m an e ra en la q u e los filósofos h an tratado d e d a r un a caracterizació n g en eral d e lo q u e hace q u e exista u n a o b liga ción m oral cu an d o la caracterización en cuestión no em plea ella m ism a el co n cep to d e o b ligació n m oral. Pero, ¿p o r qué se d a p or h ech o que es p osib le d ar e sla caracterización g en e ral? Es verdad que una caracterizació n a sí del conjunto d e las ob ligacion es m orales al p arece r serv iría p a ra dar in struccio nes m orales aparen tem en te precisas a algu ien que, en cu an to a la m oralidad, no está ni dentro ni fu era. Sin em bargo, hacien d o a un lad o la p regu n ta de p o r qué los filósofos —o, p a ra el caso, cu alq u ier o tra person a—d e b e rían pen sar que ése es a su n to suyo, in m ed iatam en te surge un a d u d a respecto d e p o r qué se d ebería p e n sa r q u e la m o ralid ad siem p re y únicam ente p u e de ser e n se ñ ad a de e sa m an e ra tan p o c o inteligente. T am bién e s verdad q u e tal caracterización del sistem a d e las o b ligacio nes m o rales ap aren tem en te p o d ría serv ir p ara m otivar a u n a p erso n a q u e e stá fu era d e la m o ra lid ad a q u e se introduzca en 59C uando m en os s e puede argüir q u e el gu sto de Locke por la enseñanza m oral de los evangelios (nota 17 antes) entra en conflicto con su concepción de la m oralidad com o sistema d e reglas. V éanse, p o r ejemplo, las observa ciones de Winch, op. cit., en relación con el p a p e l de la parábola de B uen Sam aritano en e s a enseñanza.
ella.60 Pero en un texto clásico , H .A. Prichard ofreció b u en as razones p ara p en sar que é ste es un proyecto im posible, q u e inevitablem ente pierde de v ista el propósito del pensam ien to m o ra l.61 En algún p asaje,62 H art exam in a el caso d e ciertas com u n i d a d e s prim itivas en las que el ún ico m edio existente d e co n trol social es aqu ella actitud g en e ral d e un g ru p o hacia sus p ro p ia s n o rm a s d e con ducta, en té rm in o s d e la cu al H art ha c a ra c terizado previam ente las reglas d e obligación . Una estru ctu ra social de ese tipo es d e “reglas p rim arias de o b ligació n ”. D e s pués d e m en cion ar algun os su p u e sto s defectos en este tipo d e estructura social sim ple —la in certidu m bre, el carácter estático de las reglas, la ineficiencia d e la vaga presión social p a ra el m antenim iento de las reglas—, H a rt con sidera el rem ed io c o n sistente en com plem entar las reglas prim arias de o b ligació n con reglas secu n d arias cuyo o b je to son las reglas prim arias. D e especial im p ortan cia es la re g la secu n d aria llam ada “regla d e l recon ocim ien to”: é sta e sp e cifica rasgos q u e una regla p lan tea da d e b e p oseer p a ra que se co n sid ere que efectivam ente m ues tra ser una regla del grupo, la cual será apoyada con p resió n so cial del tipo adecuado. Esta re g la d e reconocim iento p u e d e a d o p ta r la sencilla form a de u n a lista de las reglas prim arias e n cuestión, p e ro tam bién puede a d o p ta r form as m ás “in fo rm ati vas”. E n estos térm in os, la p rin c ip a l tesis d e este texto es que la p osib ilidad d e que haya una r e g la de reconocim iento p a ra la s o b ligacion es m o rales no es un r a s g o esencial del pen sam ien to m oral. A h o ra bien, esto no d e b e ría in terpretarse com o un a in sistencia en la posib ilid ad de q u e existan sistem as d e fec tu o so s d e pensam ien to m oral: sea c o m o fuere en el caso del d erech o , todavía q u e d a p o r m ostrar q u e los supuestos defectos que H a rt m enciona sean de verdad d efecto s en una m oralidad. L o s escep ticism os filosófico s acerca de la obligación m o ra l n orm alm ente h an sid o fo rm u lad o s c o m o respuestas a te o ría s 50 N o es nin gún accidente que Straw son plantee “esa vieja pregunta filo sófica: ¿Q ué interés tiene el individuo e n la m oralidad?” (op. cit., p. 33). L a idea m ism a de que la m oralidad tiene u n a función que alguien fu era d e l a m oralidad pu ed e reconocer es m ateria d e d eb ate aquí. 61 “D oes M oral Phiiosophy Rest O n a M ístale?", pp. 1-17. 62 The Concept of Law, p p 89 y ss.
—y en los térm in os de éstas— cuyo ob jeto es b rin d ar el tipo es pecificado de caracterización gen eral del conjunto de las obli gacion es m orales o del sistem a de ellas; y e so s m ism os térm i nos usualm en te han sido transferidos a tentativas para refutar dichos escep ticism os. No obstante, se han ofrecido otros tipos de caracterización del concepto de o b lig a ció n m oral (aunque sin d u d a éstos p u e d e n ser m ejorados). Q u e d a por ver qué res p u estas escé p ticas se dan a ellos. [Traducción de L au ra K Manríquez\
BIBLIO G RA FÍA Aaron, Richard I,, Joh n Locke, O xford University Press, Oxford, 1971. Anscombe, G.E.M ., Ethics, Religión and Politics, Basil Blackwell, Ox ford, 1981. -------, “M odern M oral Philosophy”, Philosophy, vol. 33, no. 124, 1958, pp. 1-19 (reim preso enEtkics, Religión an d Politics, pp. 26-42. [La versión en castellano, “Filosofía m oral m o d ern a”, aparece incluida en esta antología, pp. 27-53.] -------, "O n the Source o f the Authority o f the State", Ethics, Religión and Politics, pp. 130-155. -------, “Rules, Rights and Promises", Ethics, Religión and Politics, pp. 97-103. Beehler, Rodger, M oral Life , Basil Blackwell, O xford, 1978. Copleston, Frederick, A History of Philosophy, vol. II, Burns, Oates and W ashbourne, Londres, 1950. [Versión en castellano: H istoria de la filosofía, vol. II, trad. Ju an Manuel García de la Mora, Ariel, Barcelona, 2000.] Gibson, Jam es, Locke’s Theory of Knowledge an d its Historical Relations, C am bridge University Press, Cambridge, 1917. Grice, H.P. y P.F. Strawson, “In Defence o f a D ogm a”, The Philosophical Review, no. 65, 1956, pp. 141-158. Harman, Gilbert, “ Quine on Meaning an d Existence I ”, The Review of Metaphysics, no. 21, 1967, pp. 124-151. Hart, H.L.A., The Concept of Law, Clarendon Press, Oxford, 1961. [Versión en castellano: E l concepto de derecho, trad. Genaro R. Carrió, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1963.] -------, “L eg al and Moral O bligation”, en A.I. Melden (comp.), Essays in Moral Philosophy, University of W ashington Press, Seatlle, 1958,
pp. 83-107. [Versión en castellano: Obligación jurídica y obligación moral, trad. Javier Esquivel y L. A lfo n so Ortiz, Instituto de Investi gaciones Filosóficas-UNAM, M éxico, 1977.] Hume, David, A Treatise of Human N ature, ed. L.A. Selby Bigge, Clarendon, Oxford, 1978 [1739-1740], [Versión en castellano: Tratado de la naturaleza humana, trad. F élix Duque, Tecnos, Madrid, 1988.] Leyden, W. von (comp,), Essays O n The L a w O f Nature,, Clarendon Press, Oxford, 1954. Locke, Joh n , An Essay Concerning H um an Understanding, 34a. ed. preparada p or Peter H. Nidditch, Clarendon Press, Oxford, 1979 [1690]. [Versión en castellano: Ensayo sobre el entendimiento humano, trad. Edm undo O ’Gorm an, Fon do de Cultura Económica, México, 1956.]
---------, The
Second Treatise of Government a n d A Letter Concerning Toleration, ed. J.W, Gough, Blackwell, O xford, 1956. [Versiones en cas tellano: Segundo tratado sobre el gobierno civil: un ensayo acerca del verdadero origen, alcance y jin del gobierno civil, trad. Carlos Mellizo, Alianza, Madrid, 1990; y Carta sobre la tolerancia, trad. Pedro Bravo
Gala, Tecnos, Madrid, 2005.] Maclntyre, Alasdair, A Short H istory o f Ethics, Routledge. Londres, 1967. [Versión en castellano: H isto ria de la ética, trad. Roberto Ju an Walton, Paidós, Barcelona, 1971.] ---------, After Virtue, Duckworth, L on d res, 1981. [Versiónen castellano: Tras la virtud, trad. Amelia Valcárcel, Crítica, Barcelona, 1984.] McDowell, John, “Virtue and R e a so n ”, The Monist, no. 62, 1979, pp. 331-350. Nietzsche, Friedrich, L a genealogía de la moral, trad. Andrés Sánchez Pascual, Alianza, Madrid, 1997. Prichard, H.A., “Does M oral Philosophy Rest On a Mistake?”, M oral Obligation, Clarendon Press, O xfo rd , 1949. [Versión en castellano: “¿D escansa la filosofía moral en un error?”, trad. Margarita M. Valdés, en E, Rabossi y F. S alm eró n (comps.), Etica y análisis, I, Instituto d e Investigaciones Filosóficas-UNAM, 1985.] Quinn, Philip L., Divine Commands a n d M oral Requirements, Clarendon Press, Oxford, 1978. Reid, Tilom as, Essays on the Active Powers of the H um an Mind, ed. Baruch Brody, The MIT Press, Cam bridge, Mass., 1969 [1788]. [Versión en castellano: Los prin cipios de la acción, trad. A raceli H errera, Facultad de Filosofía de la Universidad Com plutense; Madrid, 1996.] Rousseau, Jean Jacq u es, E l contrato social, trad. Consuelo Berges, Aguilar, M adrid, 1981 [1762].
Strawson, P.F., “Social Morality and Individual Ideal”, Freedom and Re.sentm.ent and Other Es.says, Methuen, Londres, 1974, pp, 26-44. [Versión en castellano: “Moralidad social e ideal individual”, Libertady resentimiento y otros ensayos, trad.Juan José Acero, Paidós/ICEUniversidad Autónoma de Barcelona, Barcelona, 1995, pp. 69-92.] Williams, Bernard, Ethics and the Limits of Phiiosophy, Fontana, Lon dres, 1985. [Versión en castellano: La éticay los limites de la filosofía, trad. Luis Castro Leiva, Monte Ávila, Caracas, 1997.] ------ , Morality: An Introduction to Ethics, Cambridge University Press, Cambridge, 1972. [Versión en castellano: Introducción a la ética, trad. Manueljiménez Redondo, Cátedra, Madrid, 1982.] Winch, Peter, “Who Is My Neighbour?”, Trying to Make Sense, Black.well, Oxford, 1987. Wolf, Susan, “The Deflation o f Moral Phiiosophy”, Ethics, vol. 97, 1987, pp. 821-833.
Pa v i o l a R
iv e r a
C
a str o
L a obligación m oral resulta d ifícil d e exp licar en la teoría sen tim entalista de David Hume. L a id ea de obligación m oral im plica la de constricción, es decir, la im posición de acciones u om isiones hacia las cuales no n os sentim os naturalm ente incli nados. Esta constricción la p u e d e eje rcer tanto el agente m ism o com o algún p od er externo con la au to rid ad correspondiente; por ejem p lo, la autorid ad política. En el prim er c a só se trata de la obligación m oral propiam ente: aq u ella que im plica la exigen cia de actu ar p or m otivos m orales. En el segu n d o caso se trata de la ob ligación o exigencia de ad ecu ar la conducta externa a ciertas n orm as. En este ensayo m e interesa solam ente el prim er tip o de obligación . U sualm ente se p ie n sa q u e la autoconstricción o autoim posición es un ejercicio racional en dos sentidos: p o r un lado, pensam os que la ob ligación es una exigen cia ra cional de m o d o que quien actúa p or deber lo hace porque pien sa que d e b e hacerlo; p or el otro, co n sid eram o s que en la acción hecha p or obligación, la razón im p o n e su gobiern o sobre las inclinaciones o sentim ientos co n tra rio s a las exigencias m ora les. Por ello, no es casualidad q u e el concepto de obligación m oral norm alm ente se asocie con los p en sad o res racionalistas com o Sam u el Clarke o Im m anuel K a n t.1 H um e, sin em bargo, pensaba que la razón no d e se m p eñ a ningún papel en la acción m oral; segú n él, la razón es in cap az de determ inar q u é con ductas so n m orales o in m orales, así com o tam bién es incapaz de m otivarnos a la acción. En su teoría, estas funciones las de sem peñan los sentim ientos. M edian te los sentim ientos determ i nam os qué con ductas so n virtu o sas y cuáles viciosas, y son los 1 S. Clarke, A Discourse Concerning the Unchangeable Obligutions of Natural Religión', Im m anuel Kant, Fundamentación de la metafísica de las costumbres y Critica de la razón práctica.
sentim ientos los que nos m ueven a actuar. Por tanto, el m otivo del d e b e r o de la o b lig a ció n en su teoría es un sentim iento. L a dificultad es explicar cóm o un sentim iento p u ed a o b ligar; es decir, cóm o es posible que un sentim iento nos constriña a asu m ir con ductas hacia las cuales no nos sentim os inclinados. Por el con trario, parece ser q u e cu an d o un sentimiento nos m ue ve a actuar, ju stam en te decim os que nos sentim os inclinados a asu m ir ese tipo de conducta. Mi p ro p ó sito en este trab ajo es señalar algunas dificu ltades que en fren ta la teoría d e la o b ligación de Hume. El p resen ta d o s m an eras en que su rg e el sen tido de la obligación o del deber, las cuales en realid ad equivalen a d o s tipos distintos de ob ligación m oral. El p rim ero surge e n el contexto d e las v irtu d es n aturales, y m e referiré a el co m o el “sentido natural de la o b lig a c ió n ” . El seg u n d o e s el m otivo ap ro p iad o en las virtudes artificiales, p or lo que lo d en o m in aré el “sentido artificial d e la o b lig a ció n ”. En la p rim e ra sección co n sid ero el prim er sen tid o de o b lig a c ió n y explico có m o su te o ría sentim entalista se ale ja de la m an e ra usual en que enten d em os el motivo del deber. En la se g u n d a sección me o c u p o del seg u n d o sentido de o b lig a ción y cuestion o la tesis d e que se trata de un m otivo virtu o so .
En el libro III del Tratado de la naturaleza humana, H um e so s tiene que llam am os virtudes a aqu ellas cualidades de la m ente que p ro d u cen p lacer al con tem plarlas, y vicios a aqu ellas que p rod u cen d e sa g ra d o [T, p . 591).2 L a distinción m oral entre el vicio y la virtud se establece, segú n él, m ediante el sentim ien to y no m ediante la razón . Así, nos dice que “la m o ra lid ad es m ás prop iam en te sen tida que ju z g a d a ”, y q u e “cu alquier c u a lidad m ental, ya sea n uestra o ajen a, que nos produ zca satis facción por su co n sid e ració n o con tem plación es, desde luego, virtuosa, así co m o to d o lo que den tro de este gén ero p rod u ce d e sa g ra d o es vicio so ” (T , pp. 574-575). H um e sostiene que llam am os virtudes a aqu ellas cu alid ad es frente a las cuales, al 2 D . Hum e, Tratado de la naturaleza humana', las referencias a esta o b ra son a la edición en inglés. L o s núm eros de págin a de la edición en inglés aparecen en los m árgen es de la traducción castellana.
con tem plarlas, experim entam os u n sentimiento de ap rob ación , y vicios a aqu ellas que d e sa p ro b am o s. El sentim iento co n base en el cual evaluam os un carácter co m o virtuoso o vicio so es de un tip o especial. Por tanto, no cu alq u ie r cualidad que ap ro b e m os será una virtud ni cu alq u ie ra que d esaprobem os se rá un vicio, sino únicam ente aquellas q u e dan lugar a un sentim iento de ap ro b ació n o de d e sap ro b ac ió n particular que surge cuando “c o n sid eram o s el carácter de u n a p erson a en general, sin refe rencia a nuestros intereses p a rtic u la re s” {T, p. 472). Así, por ejem plo, la disposición del m a ñ o so a matar para p roteger a sus cóm plices será útil a estos ú ltim o s, pero no por ello se rá una virtud. Ju z g a r desde el punto d e vista general consiste, en pri mer lugar, en evaluar un carácte r con independencia de nues tros p rop ios intereses; en se g u n d o lugar, por sim patía co n los efectos que su carácter tiene so b re quienes rodean a la p e rso n a que evalu am os;3 y, en tercer lu gar, m ediante reglas gen erales, es decir, d e acuerdo con los efecto s usuales que una cu alidad tiene y no únicam ente con los e fecto s que d e hecho tiene en circunstancias particulares (T, p . 584), H um e sostiene que las cu alid a d e s que aprobam os desd e el punto de vista general son aq u ella s que resultan útiles o agra dables a los dem ás, o bien útiles o agradables a la p e rso n a que las p osee. L o s vicios son aquellas q u e d esaprobam os p o rq u e re sultan dañ in as o d esagrad ables a los dem ás, o bien a la p erson a que las posee. Por ejem plo, ju z g a m o s que la gen erosidad es una virtud p orq u e sim patizam os co n los efectos útiles y a grad ab les que la co n d u cta gen erosa tiene p a r a las personas cercanas a quien posee esta cualidad, in dependientem ente de si las accio nes gen erosas benefician o p e iju d ic a n nuestros p ro p io s inte reses. T am bién ju zgam os que u n a person a es virtu o sa aunque su co n ducta no pued a p rod u cir los efectos útiles y a grad ab les que usualm en te tiene d eb id o a circun stan cias que escap an a su control. L a m ansedum bre, la ben eficen cia, la caridad, la gene rosid ad , la clem encia, la m o d e ra c ió n y la equidad, so n virtudes porq u e resultan útiles p a ra los d e m ás (T, p. 578); el ingenio en la co n v e rsacio n es una virtu d p orq u e es agrad ab le p ara los dem ás (T, p. 590); la p ru den cia, la tem perancia, la fru galid ad , s Explicaré el m ecanism o de la sim p a tía un poco m ás adelante.
la laboriosidad, la co n stan cia y la destreza son tam bién virtu des porque son cu alid ad e s útiles a la persona q u e las posee (T, p. 587); y la au to estim a es una virtud porq u e resu lta útil y ag ra d a b le a la p e rso n a que la posee (T, p. 600). H u m e señ a la que las virtudes prácticam en te se recom iendan a sí m ism as y que los seres hum anos ten em os suficientes m otivos p ara ser virtuosos, p ues en lo q u e to c a a la virtud, “n ada se presen ta por nin gún lado, sin o só lo lo q u e es elogioso y b u e n o ” (T, p. 619). L a teoría de H um e se co n sid e ra una ética d é l a virtud p o r que, sostiene, la virtud de una acción depende de la presen cia de motivos virtuosos en la p e rso n a que la realiza. De acuerdo co n él, el objeto de ap ro b a ció n m oral por el cual evalu am os a las p erso n as y sus accion es com o virtuosas o v icio sas son los motivos, los cuales sie m p re son sentimientos. Un m otivo virtuo so es un sentim iento q u e ap rob am os desde el p un to de vista g en e ral porque usualm en te conduce a la realización de accio nes útiles o agrad ab les a los dem ás, o a la person a que lo posee. Una acción es virtuosa, nos dice, siem pre y cu an d o provenga de un m otivo virtuoso, de tal m odo que si descu brim os que el m otivo detrás de una acción aparentem ente v irtu o sa no es él m ism o virtuoso, ten drem os q u e negarle m érito m oral a la acción y a la p e rso n a que la realiza: Es evidente que cuando alabamos una acción nos cuidamos so lamente de los motivos que la produjeron, y consideramos esa acción como signo o indicación de ciertos principios de la men te y el carácter. La ejecución externa no entraña mérito alguno, sino que tenemos que mirar al interior para encontrar la cuali dad moral. Pero como no podemos hacer tal cosa directamente, nos fijamos en las acciones, signos externos de la cualidad; aho ra bien, estas acciones siguen siendo consideradas como signos, de modo que ei objelo último de nuestra alabanza y aprobación es el motivo que las produjo. (T, p. 477; las cursivas son mías.) En la virtud de la g en ero sid ad , p or ejemplo, las accion es ge n ero sas son virtu o sas p o rq u e ap robam os el sentim iento de la generosidad, el cu al tiene la tendencia a producir accion es q u e son útiles y a grad ab les a los dem ás. El objeto de ap ro b ació n m oral desde el punto de vista gen eral es el m otivo o senti m iento de la g en ero sid ad , y es en él don d e reside el m érito
m oral de la acción. H u m e co n ced e, no obstante, q u e es posi ble llevar a cabo acciones útiles o agradables p o r un sentido de la obligación cuando se carece del sentim iento natural. N os d ice q u e alguien “q u e siente faltar en su co razó n ese motivo puede o d iarse a sí m ism a” y actu ar por un sen tido del deber “con la intención de adquirir con la práctica ese principio vir tu oso” (T, p. 479). E ste tipo d e m otivación, sin em bargo, no pued e ser virtuoso. A ctuar por un sentido de la obligación es moralmente deficiente ya q u e algu ien se co m p o rta gen erosam en te por obligación cu an d o carece del sentimiento natural de la generosidad, el cu al es el m otivo que ap ro b am o s y que hacc virtuosas este tipo de acciones. Hume afirm a q u e “al hombre que no siente realm ente g ratitu d en su interior le agrad a, sin em bargo, realizar accio n es d e agrad ecim ien to , pen san do que de esa form a ha cu m p lid o con su deber” (T, p. 479). Se trata de un m otivo que entra en op eració n , por así decirlo, cuando se carece del m otivo virtuoso. El motivo de la obligación es claram ente secu n dario o derivado, porque actu ar p o r un sen tido del deber es posib le únicam ente cu an do ya sabem os de antem ano qué accion es so n virtuosas. Este m otivo presupone la ap robación de ciertos sentim ientos com o virtu o so s desde el punto de vista general. L a tesis d e que el m otivo de la obligación es m oralm ente inferior a los sentim ientos n aturales virtuosos es p rop ia de una ética de la virtud. En un a teoría de este tipo, se con sidera que la con ducta virtuosa es aqu ella h acia la cual nos sentim os incli n ad os porque experim entam os sentim ientos que nos mueven a ella, m ientras que la o b ligación m oral im plica la idea de la autoconstricción a accion es hacia las cuales no nos sentimos naturalm ente inclinados. En la con ducta m otivada p o r el sen tido de la ob ligación es perfectam en te posible la presen cia de sentim ientos co n trarios a ella y, p o r tanto, d e conflicto interno en el agente. La co n d u cta virtuosa, en cam bio, se caracteriza precisam ente por la ausen cia d e conflicto interno: la persona virtuosa no necesita o b ligarse a sí m ism a a a ctu ar de la mane ra correcta precisam ente p orq u e sus sentim ientos virtuosos la mueven a ello. La co n d u cta v irtu o sa se co n sid era m oralm entc su perior porque en ella el sen tido de la m oralid ad parece ser más genuino y m ás firm e: quien posee sentim ientos virtuosos
carece de obstáculos internos p a ra actu ar m oralm ente, perci b e m ejo r los hechos m oralm en te relevantes, y hace lo co rrecto con gusto. Q u ien actú a por obligación , en cam bio, no lo hace sig u ie n d o sus sentim ientos n aturales, y es posible que ten ga q u e luchar consigo m ism o p a r a hacer aqu ello que el d e b e r le exige. C om o lo m encioné al principio, no q u e d a claro có m o H um e p u e d a explicar el m otivo d e la obligación. De a cu e rd o con su teo ría de la acción , los seres hum anos no nos d eterm in am os a actuar con base en con sid eracio n es racionales, sino que nos ve m os im pulsados a actuar p o r los sentim ientos que exp erim en tam os. L a id ea de agen cia racio n al no tiene cabida en su teoría. El m otivo d e la obligación es un sentim iento que nos im pulsa a realizar accion es que ap ro b am o s d e sd e el punto de v ista ge n eral. Sin em b argo, resulta extrañ o sostener que el m otivo del d e b e r sea un sentim iento, y a que la ob ligación m oral im p lica la id e a d e autoconstricción . C on el fin de em pezar a acla ra r este p un to, en lo que resta de e sta sección explicaré có m o su rg e el sen tid o d e la ob ligación , se g ú n Hume. El sen tid o de la o b ligación surge a causa de cierto sentim ien to de d e sag rad o que experim en tam os respecto de nosotros m ism os. L o que m ueve a un a p e rso n a a a ctu ar p o r un senti d o d e la ob ligación , de a cu erd o con Hum e, es un sentim iento de d e sa p ro b ac ió n de sí m ism a, pues nos dice que “q u ien sien te fa lta r en su co razó n ese m otivo [virtuoso] p u ed e o d iarse a sí m ism o ” y, por ello, puede actuar por un sentido del deber “con la intención de ad q u irir con la práctica ese p rin cip io vir tu o s o ” (T, p. 479). En su teoría, el am or y el o d io son senti m ientos centrales ju n to con el orgullo y la hum ildad. El o b jeto del a m o r y del o d io es siem p re otra persona, y las causas de es tas p asio n es son siem p re ob jeto s relacionados con esa p erson a; c u an d o ju z g a m o s que el ob jeto relacionado es útil o a g ra d a b le , se rá cau sa de a m o r hacia la p erso n a, y si lo ju z g a m o s dañino o d e sa g ra d a b le será ca u sa de odio. Por ejem plo, si ju z g a m o s que los ojos gran d es son agra d a b les, quien los posea será o b je to d e am or por parte de los d em ás; y si ju zgam os que el m al alien to es d e sa g rad a b le , quien lo p o sea se rá objeto de od io . En cam bio, el ob jeto del o rg u llo y de la hum ildad es siem pre uno m ism o, y las cau sas son, d e m an era sim ilar, ob jeto s reía-
cion ados con n osotros; si estos ob jeto s son útiles o agradables sentirem os orgu llo , y si son d añ in os o d esag rad ab les experi m entarem os hum ildad. Así, p o r ejem plo, quien tenga los o jo s g ran d es sentirá orgu llo , y q u ien tenga m al aliento sentirá hu m ildad. H um e sostien e que las cau sas más im portantes de estas pasion es son las cu alidades del carácter, a sí com o las acciones que co n sid eram os expresiones del m ism o, porque son los o b je to s que están m ás estrecham ente relacionados con nosotros. L as cualidades del carácter y n u estras acciones son expresiones de n osotros m ism os o, m ás prop iam en te en la teoría de H um e, son aquello en lo que consiste nuestra p erson a en un sentido m oral. No p o d e m o s dejar de id en tificarn os con nuestras cuali dades y acciones de la misma m a n e ra en que pod em os distan ciarnos de los objetos que p o seem o s. L a virtud y las acciones virtuosas son, p o r tanto, las cau sas más p o d e ro sas de am or y d e orgullo, m ientras que el vicio y las acciones viciosas lo so n de o d io y de hum ildad. H um e a firm a que la virtud correspon de “al p od er de p rod u cir am o r u o rg u llo , y el vicio al p o d er d e producir h um ildad u o d io ” (T , p. 575). H u m e no d ic e explícitam ente q u e la carencia de alguna cua lidad útil o agrad ab le pueda se r causa de o d io y de hum ildad, pero esta idea está im plícita en varios p asajes, y resulta plau sible en el caso de aquellas cu alid ad es que nos im portan so brem anera. En particular, cu an do dice que quien carece de un motivo virtuoso puede odiarse a sí m ism o p or ello, sugiere pre cisam ente que la carencia de una cualidad que ju z gam o s virtuo sa pued e ser causa de odio y d e hum ildad. Estrictam ente, m e parece, Hum e debería decir q u e quien siente la carencia de esta cualidad exp erim en ta h um ildad y es objeto d e o d io p o r parte de los dem ás. L a hum ildad aq u í se p rod u ce p o rq u e quien care ce del motivo virtu o so re p ru eb a esta falta en sí m ismo. Q uien lo posee es o b jeto de a p ro b ació n desd e su p ro p io punto d e vista y en la op in ió n de los d e m ás. El ob jeto d e aprobación e n cuestión es de los que más nos interesan y, p o r tanto, el ju icio sobre el m ism o es de los que m ás nos afectan. Un elem ento im portante en la explicación de H um e es que una de las cau sas m ás im portantes del org u llo y de la hum ildad es la opinión d e los dem ás, la c u a l nos afecta por el m ecanism o de la sim patía. Esta ú ltim a es u n a p rop en sión q u e tenem os los
seres h um anos a recibir p or com unicación las inclinaciones y los sentim ientos de los dem ás (T, p. 316). C u ando percibim os, p o r ejem p lo, el sufrim iento en o tra person a no podem os dejar de sentir a lg u n a p asión semejante; las p asion es de los dem ás se nos con tagian . L a explicación q u e d a H u m e de e ste fenóm eno es que la idea q u e nos form am os de la pasión en la otra p e rso n a se convierte en la p asión m ism a en n o so tro s si estam os relacio n ad os con la p erson a p o r sem ejanza, causalid ad (relaciones de p aren tesco) o con tigüidad en el tiem po o en el espacio. S o s tiene q u e no p o d e m o s ser indiferentes a las pasiones de otros seres h um an os p or m ás lejanos que sean, p o rq u e to d o s co m partim os ciertos rasg o s que nos h acen sem ejantes. Pero entre m ás relacio n ad o s estem os, m ás fuerte será la sim patía, ya sea p o r sem ejanza, o p o r las otras dos relaciones. Seg ú n H um e, no p o d e m o s d ejar de experim entar sim patía con ningún ser h u m a no, pero la sim p atía será m ayor si se trata de otra m ujer si yo lo soy (p o r sem ejanza), m ayor aú n si es mi vecina (con tigüidad en el esp acio ), y mayor todavía si es mi herm ana (causalidad). N os dice que cu an do alg u n a p e rso n a expresa su opin ión so b re n osotros, con curren tanto la sim p atía co m o el razon am ien to so b re el valor o la au to rid ad d e e sa opinión. C u an d o el ju ic io es sobre n u e stro m érito y carácter, la o p in ió n tiene u n a g ran influencia, p o rq u e “ tales ju icios e stán acom p añ ad o s siem pre de p asión ; y n a d a tiende a p e rtu rb ar nuestro entendim iento, p recip itán d o n os en toda suerte de op in ion es p or irrazon ables que sean, q u e la conexión de estos ju icios con una pasión " (T, p. 321). L o que m e interesa destacar es que cuando alguien ca rece de un motivo virtuoso, se ve afectado no únicam ente p o r el ju icio que hace sobre sí m ism o, sino tam bién p o r el ju ic io y el sen tim iento d e reprobación d e los dem ás, los cuales se le tran sm iten p o r sim patía y contribuyen a acentuar el sentim ien to de hum ildad. No es difícil entender por q u é H um e sostiene que al e x p e rim en tar este sentim iento de hum ildad (o de o d io h acia u n o m ism o) n os verem os im pulsados a hacer algo p a ra lib rarn os d e él. En su teoría, los m otores de la acció n son los sen tim ien tos de p lacer y de dolor, N os dice q u e “es o b v io q u e cu an d o e sp e ram o s de algún objeto d olor o placer, sentim os una e m o ción co n sigu ien te de aversión o inclinación, y som os llevados a
evitar o acep tar aquello que n o s p rop o rcio n a dicho d e sag rad o o satisfacció n ” (T, p. 414). L a hum ildad, al ser un sentim iento d e sa g rad a b le (painful), (T, p. 2 8 6 ), nos im pulsa a evitar aquello que la produce; a saber, en el c a so que nos ocupa, la carencia de un m otivo virtuoso. Q uien p ercib e esta carencia lleva a cabo las accion es correspondientes p a r a aliviar su incom odidad con la e sp e ran z a de adquirir dicho m otivo m ediante la práctica o, com o d ice Hum e, por lo m enos p a ra ocultar su falta. E sta explicación sen tim en talista del origen de la obligación m oral, sin em bargo, se aleja d e m anera im portante de có m o entendem os tradicionalm ente e l sentido de la obligación. D e cir que alguien actúa p o r o b lig a ció n es sostener que se con s triñe a sí m ism o a h acer aquello que con sid era correcto cuan do no se siente naturalm ente in clin ad o a ello. De acuerdo con H um e, en cam bio, aquello a lo q u e llam am os m otivo del deb er no es m ás que el im p ulso de d esh ace rn o s de la hum ildad que experim en tam os cuando p ercibim os la carencia en n osotros de una cu alid ad virtuosa. Hay a q u í cierto sentido según el cu al quien actú a p or deber e x p e rim e n ta un conflicto interno: el ca rácter d esag rad ab le de la h u m ild ad nos p erturba y nos m ueve a tratar d e evitar su causa. No se tr a ta de un conflicto entre aq u e llo que nos sentimos inclinados a hacer y lo que pensam os que d ebem os hacer, sino de un con flicto entre la inclinación a a q u e llo que nos cau sa placer y la aversión hacia lo que nos cau sa d e sag rad o . En realidad, el sujeto m oral hum eano no se o b lig a a h acer nada: su sentimiento d e in com od idad co n sigo m ism o lo em p u ja a hacer lo correcto. N o sería ap rop iado sosten er que el sentim iento de hum ildad lo m ueve a actuar en contra de su inclinación natural a no actuar d e m anera virtuosa. L o que su cede es que el sentim iento de h u m ild ad lo mueve porque tiene más in flu en ciaen él q u e su s sen tim ientos contrarios a la virtud. Más aún, quien así actúa no h ac e lo correcto p orq u e con sidere que así deb a actuar, sino p orq u e quiere librarse del sentim ien to d e sag rad ab le de la hum ildad. Su p o n g am o s el caso de una p e rso n a que p od ría ayudar a o t r a en graves dificultades p e ro que no se siente inclinada a h a c e r lo porque e stá cansada, d e p ri m ida y a b so rta en sus p rop ios p roblcm as; no obstante, d ecide ayudar m ovida por un sentido d e l deber. C onform e a la teo ría de H um e, quien ofrece su ayuda lo hace porque de no h acerlo
se o d iará a sí m ism a p o r carecer d e m otivos virtu o so s, N o es difícil apreciar p or qué actu ar p or un sentido de la obligación en este contexto resu lta m oralm en te deficiente. En el ejem plo anterior, el p ro tag o n ista no experim enta la obligación m oral com o a lg o que le d eb a a otras personas. En la explicación de H um e, la obligación m o r a l se reduce al interés de aliviar en n osotros el sentim iento de in com odidad que surge por la per cepción de una d eficien cia en nuestro p rop io carácter. Puede ser que H um e ten ga r a z ó n y que el sentido de la obligación ten ga este origen; p ero , d e ser así, en lugar de explicar la obli gació n m oral, lo que su te o ría sentim entalista h ab rá hecho será m ostrar que aqu ello a lo q u e llam am os sentido del deber o de la obligación en re alid a d no existe. Si p en sam o s que actuar p o r obligación es h acerlo m ovidos p o r la co n sid eració n de lo que le debem os a los d e m á s, la teoría de H um e h abrá m ostra do que en realidad lo h acem os m ovidos por aliviar el d esa g rad o que nos p ro d u ce n u estra p rop ia falta de virtud. II No obstante el énfasis d e H um e en el carácter d e riv a d o y, com o vim os, m oralm ente deficien te del m otivo de la obligación , en su explicación de la ju stic ia y d e la fidelidad en el cum plim iento de las prom esas sostien e que el sentido del d eb er es el único m otivo virtuoso a p ro p ia d o . Este es el seg u n d o tipo de ob liga ción m oral que m en cion é al com ienzo de este texto. Nos dice que “no tenem os otro m otivo real o universal de observan cia d e las leyes de la equ id ad que no sea la e q u id ad m ism a y el m érito resultante de e sta ob servan cia” (T, p. 483), y que “es evidente q u e n o ten em os motivo algu n o que n o s lleve a reali zar nuestras p rom esas q u e sea distinto a l sentido del deber” (T, p. 518). Esta o b servación plantea un problem a, p orq ue, com o vim os, el sentido de la ob ligació n n o p uede ser el m otivo p o r el cual ju zgam o s v irtu o sa u n a acción. L a dificu ltad es q u e la con sid eración de la v irtu d de la acción no p u e d e ser el m otivo que hace virtuosas a las accion es justas, ya que, segú n Hume, para actuar por un se n tid o d e la obligación es n ecesario saber d e an tem an o qué m otivos son virtuosos. Por tanto, p a ra que las acciones ju stas sean virtu o sas, es n ecesario que exista algún m otivo distinto del sen tid o de la obligación a cau sa del cual
las ap robem os co m o tales. H u m e subraya este punto cuando sostiene que s u p o n e r q u e el m e r o re sp e to a la v irtu d d e la a c c ió n p u e d a s e r el m otivo p r im e r o q u e p r o d u jo e s a a c c ió n es r a z o n a r e n círculo. A n te s d e p o d e r t e n e r ta l r e s p e t o h a c ia e sa a c c ió n y a d e b e rá s e r é s ta re a lm e n te v ir t u o s a . Pero e s a v ir tu d d e b e e s t a r d e riv a d a d e a lg ú n m o tiv o v ir t u o s o . (T, p . 4 7 8 )
L a respuesta in m e d ia ta a esta d ificu ltad se ría p ro p o n e r algún sentim iento, distinto del sentido de la obligación , que nos m ue va a actuar ju sta m e n te y que a p ro b e m o s d esd e el punto de vis ta general. H um e co n sid era esta posib ilid ad , p ero despu és d e exam inar varios can d id ato s concluye que no existe e n la natura leza hum ana sem ejante motivo. L a s alternativas que considera son el interés p riv ad o , el respeto a l interés público y el am or al prójim o (T, pp. 4 8 0-481). D e scarta el p rim e ro y el tercero por inadecuados, y el segu n d o p o r ser “d e m a sia d o remoto y sublim e”. Acerca del p rim ero afirm a que “c u an d o se deja ac tuar al egoísm o a su libre arbitrio resu lta ser la fuente de toda injusticia y violen cia” (T, p, 480); del seg u n d o d ice que en g e n e ra l, p u e d e a firm a rse q u e e n la m e n te d e lo s h o m b re s n o e x iste u n a p a s ió n tal c o m o el a m o r a la h u m a n id a d , c o n s id e r a d a sim p le m e n te e n c u a n to tal y c o n in d e p e n d e n c ia d e las c u a lid a d e s d e la s p e r so n a s , d e lo s favores q u e n o s h a g a n o d e la re lació n q u e te n g a n c o n n o s o tr o s , (T , p, 4 8 1 )
Acerca del am o r a l p rójim o o “ resp eto p o r lo s intereses de la parte que en ese m om en to se tr a te ” sostien e q u e es inadecua do, porque tal m otivo no será efectivo cuando la otra parte sea un enem igo, un hom bre v icio so , o cuando hay motivos de interés propio m ás fuertes. L a dificultad, entonces, es que si detrás de las accion es ju stas no existe un sentim iento natural que ap robem os co m o virtuoso, resulta m isterio so p o r qué pen sam os que la ju stic ia es una virtud. M ás aún, ¿cóm o explicar la creencia m oral d e q u e el sentido d e la ob ligación es el motivo virtuoso a p ro p ia d o p a ra este tip o de accion es? H um e observa lo siguiente:
a m e n o s q u e a d m it a m o s q u e la n a tu ra le z a h a p u e s to c o m o fu n d a m ento u n s o fis m a , y lo h a im p u e sto com o n e c e s a r io e in ev itab le, d e b e r e m o s c o n c e d e r q u e el se n tid o d e la ju s t ic ia y la in ju sticia n o se d e riv a d e la n a t u r a le z a , sin o q u e su rg e , d e u n m o d o a rtificia ! a u n q u e n e c e s a r io , de la e d u c a c ió n y las c o n v e n c io n e s h u m an as. (T , p. 4 8 3 )
L a solución de H um e a esta dificultad es sostener que el sentido d e la ob ligació n no es un motivo virtu o so natural, sino artificial. Se trata de un sentim iento que surge en el contexto de ciertas con ven cion es sociales establecidas p o r el “artificio” d e los hom bres; a sab er, las reglas de laju sticia, las cuales rigen principalm ente las relacion es de propiedad y los con tratos.4 El sentido de la o b ligació n en la realización de accion es ju stas no puede ser natural, p o rq u e , si lo fuera, surgiría o bien com o un motivo derivado, o b ien en ausencia de la convención social de las reglas de la ju stic ia . N o puede ser un m otivo derivado, p o r que, com o señ ala H u m e, no tenem os otro m otivo p ara la rea lización de acciones ju s ta s que “la equidad m ism a ”. T am poco surge naturalm ente, p o rq u e , al revisar los posibles candidatos, concluye que el re sp e to p o r el interés público es “dem asiado rem oto y sublim e” co m o p ara ser natural. Es im portante dis tinguir entre este sen tid o artificial de la obligación y el sentido n atural que vim os en la sección anterior. C u an d o H um e sos tiene que el m otivo d e la obligación tiene que ser artificial, se refiere únicam ente a la m otivación que está detrás de las acciones ju sta s y del cum plim iento d e las p ro m e sas; esto es, al motivo de la o b lig a ció n que ju zgam os virtuoso. E l sentido del d eb er que surge d e m an e ra d erivada cu an do se carece de los sentim ientos v irtu o so s n aturales es él m ism o natural, porque n o presupone la existen cia de convenciones sociales, adem ás d e ser m oralm ente deficiente. H um e explica en d etalle cóm o las reglas de la ju sticia sur gen como una solu ció n a las necesidades n aturales de los seres hum anos. S ostien e que la ju sticia resulta ven tajosa a causa de “la escasa provisión co n que la naturaleza h a subvenido a las 4 En lo que sigue m e voy a ocu par únicamente del establecim iento de las reglas de justicia. L a explicación que ofrece Hume del surgim iento de la prác tica de las p rom esas y de la obligación de cum plirlas es muy similar.
necesidades d e [los h om bres]” , así co m o “a su egoísm o o gene rosidad lim itada” (T , p. 497). L a s reglas de la ju sticia aseg u ran la estabilidad d e las posesion es, con lo cual su rge la noción m is m a de “p r o p ie d a d ”. L a tesis de H um e no es que, en vista de las inconveniencias del e stad o de n aturaleza, los hom bres estable cen la ju sticia m edian te un con trato, sino que la convención m ediante la cu al los hom bres acep tan las reglas de la ju sticia se establece p o c o a poco, con form e se perciben las ventajas de regular las p o se sio n es m ediante reglas fijas. Al prin cipio, nos dice, el m otivo natural p a ra ob e d ece r las exigencias de la ju sticia es el interés propio: los h om bres perciben que es m ás provechoso regirse p o r reglas que ase g u re n la estabilidad de las posesion es que p erm an ecer e n la con dición natural d e in seguridad. En un p asaje que recu erd a a H obbes, afirm a que la p asión de la avidez p o r adquirir p osesion es es directam ente d estructora de la socied ad , p e ro tam bién señala que se limita a sí m ism a cu an d o resu lta evidente que la p asión se satisface m e jo r con la ju stic ia que sin ella. P o r ello sostiene que “lo m ism o da, en efecto, que la pasión p o r el in terés p ro p io sea considera d a viciosa o virtu o sa, dado que es ella m ism a la que por sí sola se restringe” (T, p. 492). A la luz de e stas con sid eracio n es se p o d ría sostener q u e, de acuerdo con H u m e, el motivo q u e nos im pulsa a observar las reglas d e la ju stic ia es el interés p rop io. En un principio, nos dice, cuan do recién h a sido fo rm a d a la socied ad y ésta es p e queña, el motivo p a r a observar las reglas de ju sticia es, efecti vamente, el interés p ro p io (T, p. 499). Sin em bargo, com o ya lo m encioné, H u m e n ie g a explícitam ente q u e la pruden cia sea el motivo m o ral d e trá s de las accio n es ju sta s, p o rq u e cuando se deja al egoísm o a su libre arbitrio, éste es fuente de injusticia. El motivo m oral, com o sabem os, es el sen tido de la obligación. Este motivo surge cu an d o , al p ercib ir las ventajas que la ju sti cia tiene p ara la so cied ad en su conjunto, no podem os d ejar de sim patizar con los efectos ú tiles q u e la ju sticia tiene p a ra aquellos que se b en efician de ella, a sí com o n o podem os d ejar de sentir aversión p o r los efectos dañinos q u e la injusticia tiene p ara quienes la p ad ecen . G racias a esa sim patía, aprobam os las acciones ju stas y reprobam os las injustas desde el punto de vis ta general, p o r lo c u a l llam am os a las p rim eras virtuosas y a las
segun d as viciosas. H u m e concluye que “la sim p atía con el inte rés público es la fu en te d e la ap rob ación m oral q u e acom p añ a a esa v irtu d ” (T, pp. 499-500). Si bien e sta sim patía p o d ría im pulsar d irectam en te la realización de accion es ju stas, H um e sostiene que no es e l m otivo usual. L a co n sid eració n del interés público, nos dice, es algo dem asiado rem oto y sublime, adem ás de carecer d e la fu erz a suficiente “en acciones tan con trarias al interés p riv ad o c o m o co n frecuencia lo son las accion es de la ju sticia y d e la h o n ra d e z com ú n ” (T, p. 481). E sto no signifi ca que las accion es ju s t a s m otivadas p o r la co n sid eració n del interés público no sean posibles; lo son, pero lo que a H um e le interesa m o stra r es q u e el motivo m oral u su al d etrás de las acciones ju sta s es e l sentido d e la obligación. Sostien e q u e el sentim iento m o ra l de la ob ligación su rge en co n sid eració n del interés público, m ed ian te la ed ucación , y g racias a los artificios de los políticos (T , p. 523). T odo ello contribuye “a p ro p o r cion arn os un sen tid o d el honor y del d e b e r en la regu lación estricta d e n uestras accion es por lo q u e resp ecta a la p rop ied ad ajena” (T, pp. 5 3 3 -5 3 4 ). Si bien H um e n o lo subraya, parece se r q u e, en prim era instancia, el o b je to d e ap rob ación m oral son las acciones ju s tas p o iq u e favorecen el interés público, m ientras que en las virtudes n atu rales, co m o vimos, el ob jeto de ap ro b ació n m o ral son siem p re los motivos. Parece supon er que ap ro b am o s la realización d e accio n es ju sta s desd e el punto d e v ista general, in depen dien tem en te d e cuáles sean los m otivos que subyacen en ellas. Sin e m b arg o , tam bién parece su p o n e r qu e, con el paso del tiem po, cu an d o el sen tid o d e la obligación se h a establecido en la m ente h um ana g racias a la participación en la sociedad, la educación y la in stru cció n pública de los políticos, ap rob am os com o virtu o sas las accio n es ju sta s realizad as p o r un sentido del deber. Este m otivo e s ob jeto de ap ro b ació n m o ra l porq u e conduce, d e m a n e ra m ás constante que cu alquier otro motivo natural, a la realizació n d e acciones ju stas. La p regu n ta q u e m e in teresa plan tear es si este m otivo ar tificial de la o b lig a c ió n puede co n sid erarse virtuo so . H um e piensa q u e lo es p o r q u e lo ap ro b am o s d e sd e el punto de vis ta general con b a se en nuestra sim patía con el interés público. L a dificultad, sin em b arg o , es que si se so stien e q u e el motivo
d e la ob ligación es virtuoso, s e p ierd e la distinción entre las acciones v irtu o sas y las acciones hechas por obligación. L o s defensores d e la é tic a d e la v irtu d afirm an que las acciones vir tu osas se caracterizan , entre otros elem entos, por la ausencia de conflicto interno: quien actú a virtuosam en te lo hace con base en sentim ientos favorables h acia la acción m oral. Q uien actúa por obligación , en cam bio, tiene que exigirse a sí m ism o hacer aquello h acia lo cual no se siente n aturalm en te inclinado, de tal m od o q u e la acción h ech a por ob ligación se caracteriza por la exp erien cia d el conflicto entre aqu ello h acia lo cual n os sentim os in clin ados y lo que co n sid e ra m o s correcto o debido. Este conflicto está presente en e l sen tid o n atu ral de la obliga ción. Com o se record ará, el m otivo n atu ral de la obligación surge al exp erim en tar un sentim iento de in co m odidad, el cu al conduce a la realizació n de acciones que se co n sid eran debidas a pesar de ca rec er del motivo n a tu ra l ap ro p iad o . Es posible lle var a cab o accio n es d e este tip o cu an d o se experim enta un a inclinación co n traria, siem pre y cu an d o el sentim iento de inco m od id ad sea m ás fuerte que la inclinación. En el m otivo arti ficial de la obligación tam bién en co n tram o s la posibilidad d e un conflicto interno: cu an do las exigen cias d e laju stic ia rivali zan con intereses particulares. Q u ie n experim en te un conflicto semejante se a p e g a r á a las exigen cias de la ju sticia siempre y cuando su sen tid o d e la ob ligación sea m ás fuerte que su in clinación a satisfa cer un interés particular. L a dificultad, sin em bargo, es que no es posible m an ten er la distinción entre las acciones v irtu o sas y aquellas h ech as p or o b ligación si resu lta que el sentido artificial de la o b lig a ció n es él m ism o virtuo so. L a idea d e q u e la co n d u cta m ov id a p o r un sentido de la obligación es v irtu o sa aunque im p liq u e un con flicto interno es propia de la filo so fía m oral d e Kant, p e ro precisam ente p o r esta razón m u ch o s intérpretes so stie n en q u e la virtud kantiana no pued e co n sid e ra rse propiam ente “v irtu d ” . A p e sa r d e las supuestas diferen cias en tre los d o s sentidos de la ob ligación q u e H um e explica, son m ás sim ilares de lo que parece a p rim e ra vista. En mi o p in ió n , la ún ica diferencia real entre am bos es q u e el sentido a rtificial d e la obligación presu pone, p ara ser posib le, la existencia d e convenciones sociales, mientras que el sen tid o natural p u ed e su rg ir n aturalm en te e n
las p erso n as. Según Hume, tam bién se distinguen en que só lo uno d e ellos es virtu o so y resulta, por tanto, ap ro p iad o , m ien tras q u e el otro es deficiente. C on sid ero, sin em bargo, q u e esta d iferen cia no se so stien e. El sen tid o artificial de la ob ligació n es v irtu o so p o rq u e lo a p ro b a m o s desde el punto de vista g e neral: p o se e r este motivo resu lta útil para la so cied ad en su conjunto, a sí que lo ap robam os porque sim patizam os con el interés público. Pero cabría p regu n tar si podem os igualm en te ap ro b ar el sentido n atu ral de la obligación. N o es en m odo algu n o im plausible sosten er que, en ausencia de m otivos vir tuosos n aturales, ap rob am os, desd e el punto de vista g en eral, la p resen cia del sentido n a tu ra l de la obligación de realizar accion es útiles o agrad ab les a los dem ás o a la p erson a q u e lo posee. De ser así, el m otivo n atural de la ob ligación sería tam bién v irtu o so ; no se p o d ría ob jetar que no puede tratarse de un m otivo virtuoso en vista del conflicto interno, ya que, co m o vim os, este conflicto caracteriza a las acciones ju sta s realizad as p o r un sen tid o del deber, y H um e no tiene p rob lem a e n afir m ar qu e son virtuosas. Su ob jeció n es que se trata de un m otivo d erivad o, p e ro no m e p arece q u e esto sea suficiente p a ra d e s cartarlo co m o can d id ato a m otivo virtuoso, ya que el sen tido artificial de la o b ligación tam b ién es derivado. Si bien H u m e no lo p o n e de e sta m an era, el sentido artificial de la o b ligación entra en o p eració n , p o r así d ecirlo, porque el sentim iento de sim p atía con el interés público no es lo suficientem ente fu erte com o p a ra im p on erse de m an era usual al interés p ro p io en caso de con flicto. E strictam ente, esta sim patía tendría q u e ser el p rim er m otivo m o ral en las acciones ju sta s, el cu al es artifi cial p o rq u e presupon e la convención de las reglas de laju stic ia . H um e n o enfatiza este punto p orq u e piensa qu e, de h ech o , la sim p atía con el interés p ú b lico no es el motivo o p erativ o ; co m o ya lo m encioné, sostien e que es d e m a sia d o sublim e. P ara co n cluir q uisiera m en cion ar d o s dificultades en la explicación de H u m e d e la m otivación q u e subyace en las acciones ju sta s. (1) En la con clusión de la Investigación sobre los principios de la moral, H um e discute los m otivos que tenem os p ara ser v irtu o sos. S o stien e que las virtu d es naturales “prácticam en te se re co m ien d an a sí m ism as”. N o s dice que “sería su p erflu o p ro b ar q u e las virtud es que son in m ediatam ente útiles o a g ra d a b le s
p a ra la person a que las posee so n deseables con m iras al inte rés p ro p io ” (/, p. 165). T am b ién tenem os m otivos p a ra p o seer aqu ellas virtudes qu e son útiles o agrad ables p ara los dem ás, y a q u e, afirm a, la op in ión que los dem ás tienen d e n osotros n os im p o rta sobrem an era, y no p u e d e dejar d e afectarn os debido al sentim iento de la sim patía. L a m otivación p ara p o seer las vir tudes artificiales no es, en cam bio, tan evidente. H um e escribe: Tratando el vicio con la mayor candidez, y aun haciéndole to das las concesiones posibles, hemos de reconocer que, mirando nuestro propio interés, en ningún caso hay pretexto para darle [al vicio] preferencia sobre la virtud, excepto quizá, en el caso de la justicia, en el cual, considerando las cosas desde un cierto án gulo, puede con frecuencia parecer que un hombre ha resultado perdedor como consecuencia de su integridad. (/, p. 168) L a p regu n ta de H u m e es qué m otivos pod em os ten er para ac tuar ju stam en te cu an d o ello e n tra en conflicto con el interés person al. Al igual q u e en las virtu d es naturales, n o sería a p ro piado sostener que el agente m o r a l hum eano se obliga él m is m o a actuar rectam ente a p esar d e no sentirse inclinado a ello o de experim entar una inclinación contraria. El sujeto no se ob liga a actuar, sino que sus sen tim ientos lo im pulsan a ello. L a pregu n ta es, entonces, ¿cóm o p u e d e e 1sentido de 1a obligación ser m ás fuerte que n uestros in tereses más particulares? H um e co n sid e ra el caso d e un pillo sen sato (sensible knave) que re flexion a sobre “un acto de in iqu id ad o de in fidelidad” que “s ig nificará un increm ento co n sid erable d e su fortun a sin producir p o r ello un a fractu ra im p o rtan te en la unión y con federación social" (/, p. 168). El ejem plo ilu stra la tentación de com eter un a injusticia en aras del b e n e ficio personal. L a resp u esta d e H um e es sorprendente: Debo confesar que si un hombre piensa que el anterior razona miento requiere refutación, será un poco difícil encontrar algu na que le parezca satisfactoria y convincente. Si su corazón no se rebela contra tales máximas perniciosas, si no siente una re pugnancia ante pensamientos de villanía o bajeza, habrá perdido, ciertamente, un motivo considerable para seguir la virtud; y po demos esperar que sus prácticas correspondan a su especulación. (/, p. 168)
Esta respuesta parece circular, ya que el p ro b lem a es precisa mente que al pillo sensato parece no im presion arle el hecho d e que está a punto d e com eter un acto de iniquidad.5 Aun que H u m e no lo diga, resulta plausible p en sar q u e su respuesta aquí es la m ism a que su explicación del surgim iento del senti do natural de la obligación : quien carece de motivos virtuosos se o d ia a sí m ism o al p en sar en la rep ro b ació n de los dem ás. D ebido a la influencia de la sim patía es im posib le que las opi niones de los dem ás dejen de afectarnos. Q uien se ve tentado a com eter un acto de in iqu idad sabe que, de enterarse, los dem ás lo odiarían, lo cual le p rodu ce hum ildad. C o m o vimos, H um e sostien e que la h um ildad es un sentim iento d e sag rad ab le del cual querem os librarn os, y es esto lo que nos m otiva a actuar rectam ente cuan do no nos vemos inclinados a ello. Según esto, el pillo sensato p o d ría verse m otivado a no com eter el acto de in iqu idad em p u jad o p o r el deseo de evitar el d e sa g rad o que le p roducirían los sentim ientos de rep ro b ació n propios y los que se im agina ten drían lugar en la m ente de los dem ás. L a d ificu ltad aquí es que la respuesta de H um e resulta ser muy poco convincente. T al vez el d eseo de evitar el sentim iento de reprobación de u n o m ism o pueda explicar m uchas acciones hechas por deber, en particular, acciones b u en as que co rres ponden a las virtu d es naturales. Pero es difícil cre er que este m ism o deseo p u ed a explicar el hecho d e que la gente, con gran regu laridad , realice accion es ju stas y cu m pla las p ro m esas p or un sen tid o del deber. (2) Una dificultad im portante co n la re sp u e sta de H um e es q ue resulta in ad ecu ad a si m odificam os el ejem p lo e im agin a m os a un p ro m o to r del interés público que reflexiona sobre una posible in justicia m ediante la cual p o d ría prom overlo m e jo r.6 En este caso, el tran sgresor de las reglas de laju stic ia se ve m otivado directam ente p o r su sim patía con el interés público; d e sd e este punto d e vista concluye que el interés público resul ta favorecido por el quebrantam iento de una regla de justicia. ES razon am ien to de H um e so b re el pillo sen sato no funciona aquí, p o rq u e es m ás plausible sostener que el prom otor del in 5 V éase C. K orsgaard, “T h e General Point o f View: L o v e and M oral Approval in I lu m e ’s E th ics” s V éase K orsgaard, L as fuentes de la normatividad, p. 112.
terés público piensa q u e la so c ie d a d n o reprobaría su acción. L o que m e interesa señ alar es que cu an d o la sim patía con el interés público es el motivo o p e ra tiv o , puede entrar en conflic to con el sentido de la ob ligación . E sta es una dificultad que H um e no considera, pero que a B en th am le produjo un g ran im pacto. En Un fragmento sobre el\ gobierno afirm a lo siguiente con relación al tercer libro del T ratado: A q u í se d e m u e str a , con g r a n e v id e n c ia , y tra s a lg u n a s e x c e p c io n e s, q u e e l fu n d a m e n to d e la v i r t u d re sid e e n la u tilid a d , a u n q u e n o v e o , al ig u a l q u e H e lv e tiu s, q u é n e c e s id a d h a b ía d e tales e x c e p c io n e s. R e c u e rd o bien q u e c u a n d o leí a q u e lla p a rte de la o b r a d o n d e se tratan e s to s tem as s e n tí c o m o si se m e h u b ie ra c a íd o l a v e n d a d e lo s o jo s. F u e e n to n c e s c u a n d o , p o r p r im e r a vez, a p r e n d í a lla m a r a la c a u sa d e la gente l a c a u s a d e la v irtu d .7
Bentham ap lau d e la tesis de q u e la virtud reside en la utili d ad , p ero no entiende qué n ec esid ad hay d e hacer excepcion es. H um e sostien e, efectivam ente, q u e n o todos los actos de ju sti cia son d e utilidad pública, pero q u e no p or ello dejan de ser virtuosos y obligatorios. Más aú n , a firm a que ciertos actos de ju sticia p u ed en resultar dañinos p a r a el interés público, pero que 110 p o r ello pierden su o b lig ato rie d ad : U n d e te r m in a d o acto d e ju s t i c i a e s c o n tr a r io m u c h a s veces al inte rés público. Y si tu v ie r a q u e p e r m a n e c e r a isla d o , sin v e rse s e g u id o p o r o tr o s a c to s, p o d r ía se r d e su y o m u y p e r ju d ic ia l p a r a la s o c ie d a d . C u a n d o un h o m b r e d e m é r it o o b ie n in te n c io n a d o d e v u e lv e u n a g r a n f o r t u n a a u n avaro, o a u n fa n á tic o s e d ic io s o , h a o b r a d o ju s t a y la u d a b le m e n te , p e ro el p ú b lic o e s q u ie n su fre re a lm e n te las c o n s e c u e n c ia s . (T , p. 4 9 7 , l a s c u rsiv a s s o n d el o rig in a l.)
La q ueja d e Bentham parece ser u n a exigencia de consistencia: si la u tilidad pública es el criterio con base en el cual ju z g a mos ciertos tipos de actos co m o virtu o so s, entonces aquellos actos que son contrarios a tal u tilid a d no pueden con siderarse virtuosos y obligatorios. Por ello, si se es consecuente, no hay 7jerem y Bentham, A Fragment on Government, cap. I, par. 36, nn. 1 y 2 ; citado e n Korsgaard, Las fuentes de la norm atividai.
necesidad de h acer excepciones. D esde este punto de vista, los actos q u e H um e m en cion a en la cita an terior no pueden con siderarse ju sto s precisam en te porque son co n trarios al interés público. H um e no d a el p aso que Bentham percibe com o n a tural, porque, afirm a, lo que prom ueve el interés público es el buen funcionam iento d e l “plan o esquem a, con siderado en su con jun to”. L o s d añ os sufrid os p or el interés público a causa de ciertos actos p articulares de ju sticia se ven com pen sados, nos dice, “p o r la constante p rosecución de la regla, y por la paz y el ord en que aq u élla establece en la so cied a d ” (T, p. 497). A firm a que si la gen te actu ara en este tipo de situaciones con base en co n sid eracio n es específicas, com o el carácter y las cir cunstancias de las p e rso n as, “[se] p rod u ciría un a confusión in finita en la socied ad hum ana, y la avidez y el p artidism o de los h om bres in troducirían rápid am en te el deso rd en en el m undo si no se vieran refren ad o s p o r algun o s prin cipios generales e inflexibles” (T , p. 532). L a an ticipada resp u esta de H um e a la objeción de B en th am es, entonces, q u e la inflexibilidad de las reglas d e ju sticia p ro d u ce orden y estabilidad en la sociedad, lo cual prom ueve el interés público de m ejor m an era que la alter nativa de d eterm in ar en cad a caso particular y sin el auxilio de reglas establecidas qué tipo de acción sería de utilidad pública. Vale la pena n o tar que am bos em plean el m ism o criterio, por lo que la acusación de inconsistencia resulta in fundada. Están de acuerd o en que la ju stic ia consiste en prom over el interés público; pero están en desacu erdo sobre cuál es la m ejor m a nera de hacerlo. A quí en con tram os la re sp u e sta d e H um e a la objeción plan teada con el ejem plo del prom otor del interés público, a saber, que el q uebran tam ien to de una regla de ju stic ia no puede p ro mover el interés público, porque este interés se ve favorecido por la ob servan cia estricta de sus reglas de ju sticia. Esta res puesta revela cuál es la dificultad real con la sim patía por el interés público. E l p ro b le m a no es sim plem ente que se trate de un motivo “d e m a sia d o rem oto y su blim e” com o para ser el motivo operativo en las.accion es ju sta s, sin o q u e es un motivo inadecuado: si la gente actu ara m otivada p o r su sim patía con el interés público se g en e raría un caos en la sociedad, pues el sistem a de reglas de ju stic ia no p o d ría ser estable; en cam
bio, el m otivo del d e b e r resu lta m ucho m ás apropiado p a ra el funcionam iento del esq u em a g e n e ra l de ju sticia. Hume está anticipando el p ro b le m a del utilitarism o del acto que muchos han querido resolver p ro p o n ien d o un utilitarism o de las re glas.8 Si bien su p o stu ra no es utilitarista porque no habla d e m axim ización de la utilidad, sí p ien sa q u e el motivo apropiado para las accion es ju sta s no es lo que las hace virtuosas (la sim patía con el interés público), y e llo se debe a que este motivo es con trap roducen te (self-defeating): la u tilidad pública se ve m ejor servid a si la gente n o se p rop o n e con tribuir a ella directam en te, sino que se limita a obedecer las reglas de laju sticia por un sentido del deber. BIBLIOGRAFÍA Clarke, Samuel, A Díscourse Concerning the Unchangeable Obligations of Natural Religión, enJ.B. Schnecwind (comp.), Moml Philosophyfrom Montaigne to Kant, vol. I, Cambridge University Press, Cambridge, 1990. Hume, David, A Treatise of Human Nature, ed. L.A. Selby-Bigge, Ox ford University Press, Oxford, 1990. [Versión en castellano: Tratado de la naturaleza humana, trad. Félix Duque, Tecnos, Madrid, 1988.] ------ , Enquiries Concerning Human Understanding and Concerning the Principies of Morab, 3a. ed., ed, L.A, Selby-Bigge y P.H. Nidditch, Oxford University Press, Oxford, 1975. [Versión en castellano: Investigación sobre los principios de la moral, trad. Carlos Mellizo, Alianza, Madrid, 1993.] Kant, Immanuel, Crítica de la razón práctica, trad. Dulce María Granja, UAM/Porrúa, México, 2001. ------ , Fundamentación de la metafísica de las costumbres, 6a. ed., trad. Manuel García Morente, Porrúa, México, 1986. Korsgaard, Christine, L as fuentes de la normathndad, trad. Laura Lecuona y Laura Manríquez, Instituto de Investigaciones FilosóficasU N A M, México, 2000. ------ , "The General Point of View: Love and Moral Approval in Hume's Ethics”, Hume Studies, vol. 25, nos. 1-2, 1999, pp. 3-41. Rawls, John, “Two Concepts o f Rules”, Collected Papers, ed. Samuel Freeman, Harvard University Press, Cambridge, Mass., 1999.
8 Véase J . Rawls, "Tw o Concepts o f Rules".
E L A N Á L IS IS K A N T IA N O D E L A O BLIG A CIÓ N : E L A R G U M E N T O DE L A FUNDA MENTACIÓN I* C
h r is t in e
M. K
o r sg a a r d
1 . L a normatividad de la moralidad Uno d e los d ebates d e la filosofía m o r a l reciente concierne a la cuestión de si los ju icio s m o rales exp resan razones “in tern as” o “e x tern a s” .1 De acu erd o con los internistas, si alguien sabe o acep ta un ju icio m oral, entonces d eb e tener un m otivo p a r a o b rar co n form e a él. El m otivo es p a rte del contenido del ju i cio: la razó n p o r la cual la acción es correcta es una razón para hacerla. Según los externistas, e sto n o necesariam ente es así: p od ría h a b e r un caso en el q u e yo en ten d iera q u e es correcto q ue h ag a a lg o y p or qué lo es y, sin em bargo, no tener ningún motivo p ara hacerlo. C om o la m ay o ría d e nosotros creem os q u e el que un a acción sea correcta es un a razón para hacerla, e l internism o parece m ás plausible; ca p tu ra un elem ento de n u e s tra idea d e q u e los ju ic io s m o rale s tien en fuerza normativa: so n motivadores. N o obstante, a lg u n o s filósofos creen que, de se r correcto, el in tern ism o tam bién im p o n d ría u n a restricción a las razones m o rales. Para que las ra zo n es m orales motiven, d e ben surgir de los deseos y los co m p ro m iso s person ales de u n agente.2 E sto no tiene mucho atractivo , pues a m enos q u e lo s * Q uisiera agradecer a Charlotte B row n y M anley Thom pson p o r su valiosa ayuda con este texto. 1 El d eb ate contem poráneo em pezó con el texto de W.D. Falk, " O u gh t’ an dM otivation ". Entre o tra s discusiones im portantes están la de W. Frankena, “O bligation and Motivación in Recent M oral Phiiosophy”; la parte I de T. N agel, The Pobsibilily of Altruismo B Williams, “Internal an d E xtern al R easons"; y S, Darwall, Impartíal Reason. Discuto el tem a en “Skepticism about Practícal Reason", pp. 5 -2 5 . 2 Véanse, p o r ejem plo, Frankena, "O b ligatio n and Motivation in R ecent M oral Phiiosophy”, y Williams, “Internal and E xternal Reasons" (am bos cita d os en la nota anterior).
d e se o s y los co m p ro m iso s q u e m otivan la conducta m oral sean universales e ineludibles, ésta no se le puede exigir a todos. Y esto d escarta el otro elem ento d e nuestra idea de que los ju ic io s m o rale s tienen fuerza n orm ativa: son vinculantes. Sin em b argo , alg u n o s internistas han a rg ü id o que la fuerza del internism o tiene el efecto opuesto. Si las razon es m orales deben m otivar, y yo te m uestro q u e u n a acción es m oralm ente correcta, ipso Jacto te he d a d o un m otivo p a ra hacerla. Las razon es m o ra les m otivan porqxte se p ercib en com o vinculantes.3 Segú n estos internistas, un a p e rso n a b u en a hace lo correcto p o rq u e es lo correcto, o actúa p o r el m otivo del deber. El d ebate entre los racio n alistas y los sentim entalistas del si glo XVIII an ticipó m uchos de los m ovim ientos en el debate con tem porán eo. En el centro d e su polém ica estab a la n oción de obligación, un térm in o que u saron prim ordialm ente p a r a h acer referencia a la normatividad del deber. El térm ino “o b lig a ció n ” es un a fuente d e co n fu sió n , p o rq u e “un a obligación ” se utiliza a veces d e m an era muy laxa co m o sin ón im o d e “un d e b e r ” , una acción requ erida; sin em b argo , “o b ligación ” no rem ite tanto a la acción com o al carácter requerido de la acción, a su fuerza norm ativa. D ecim os q u e n os sentimos obligados, o que esta m os en una obligación , p a r a expresar nuestra idea de q u e las pretension es d e la m o ra lid ad so n pretensiones que recaen sobre nosotros. La idea de que la co n d u cta m oral es ob ligatoria, co m o la id ea d e q u e los ju icio s m orales expresan razones internas, tiene la intención de ca p tu rar am b os elementos de la n o rm ati vid ad d e la m oralid ad : su fu e rz a p a ra m otivar y p a ra vincular. Y los m o ralistas del siglo X V III, al igual que los in tern istas con tem porán eos, se m etieron en p rob lem as cuan do trataron de co m b in ar estos d os elem entos. Los filósofos m orales racio n alistas criticaron a sus o p o n e n tes p o r no ser cap aces d e explicar có m o estam os obligados a cu m p lir con n uestro deber. Sam uel Clarke, por ejem plo, d iri ge esta q u eja co n tra lo que, seg ú n él, es el punto de vista de H o b b es: que las leyes m o rales son leyes positivas de u n so b e rano (posiblem en te D ios), quien tiene la facultad de h acerlas 3 V éase, p o r ejem plo, Nagel, The Possibility of Altruism, y mi texto "Skepticism ab ou t Practical R eason "
cumplir. Así, o bien estam os obligados a o b e d ece r al so b e rano, insiste Clarke, en cuyo c a so la obligación es anterior a la ley positiva, o bien n o e x iste de ningún m od o o b ligación real.4 Segú n algun o s racio n alistas p osteriores, el sen tim entalis m o está exp u esto a la m ism a objeción . El sentim entalista Francis H utcheson, p o r ejem p lo, cree que Dios nos ha provisto d e u n sentido m oral que hace q u e aprobem os la benevolencia y la considerem os v irtu o sa. Pero los racion alistas argu m en tan que proveernos de u n sentido que d o ta a ciertos m otivos de u n a cualidad m oral n o es m ás que una m an era en que D ios crea la m oralidad m ediante la institución positiva. H u tch eson adm ite todo esto, p o rq u e dice que Dios p u d o h abern os d a d o un sentido m oral d e ap rob ación de la m aldad si así lo hubie ra elegido. N o es p o rq u e la benevolencia sea o b ligato ria en s í m ism a, sin o porque D ios es benevolente, y p o rq u e ap ro b ar la benevolencia es b u e n o p a r a n osotros, que D ios ha h ech o que la ap ro b em o s.5 Sin e m b arg o , e l racio n alista R ich ard Price se q u e ja de que esto convierte a la m o ralid ad en un tip o de ilusión. Podem os efectivam ente ten er “ percepcion es” m orales, p e ro si lo que percibim os n o e s una co rrección que está realm ente en la acción, la acción no es realm ente correcta, y entonces, d es p u és de todo, no es realm en te obligatoria. Price dice que la teoría del sentido m o ral im p lica “Q u e n o h abien do n ad a intrín secam ente correcto o in correcto, ju sto o injusto, no hay nada obligatorio. .. ”6 L a co rrección de una acción no puede ser algo 4S. Clarke, "A Discourse C oncern in g the Unalterable O bligations of N a tural Religión and the Truth and Certainty of the Christian Revelation", pp. 609-610. A lgunos textos selectos d e las Conferencias Boyle se pueden encontrar en D.D. R aphael (comp.), The Briúsk Moralists 1650-1800, vol. I, p p . 191-225; los pasajes c itad o s están en las pp. 194-196. E n adelante este trabajo se citará com o "C lark e”, con lo s núm eros d e página d e la edición d e Garland, seguidos de los d e las selecciones de Raphael, cuan do s e incluyen en esta obra. SF. Hutcheson, Illustrations on the M oral Sense, pp. 133-140. E sta ob ra e s la segunda parte de An Essay on Che Nature and Conduct of the Passions and Affections. With Illustrations on the Moral Sense. En adelante cito esta obra com o “H utcheson, llluitrations". R. Price, A Review of the Principal Questions in Moráis, p. 49. Este texto s e publicó prim ero e n L o n d re s e n 1758, con el título A Review o f the P rin áp al Questions and Difficvlties m Moráis. La edición de Raphael, que ya he citado, e s una reim presión de la tercera edición de 1787. A lgun os textos selecciona
extrínseco a ella, alg o proyectado en ella, com o una cu alidad secundaria, por la op eració n de un sentido. L a acción tiene que ser intrínsecamente obligatoria si es que de algún m o d o es obligatoria. Pero, p or su parte, los sentim entalistas criticaron a los racio nalistas p o r n o ser capaces de explicar de qué m an era estam os motivados a cu m p lir con n uestro deber. D e acuerdo con los r a cion alistas, la co rrección es una p ro p ie d a d real de una acción o de la relación de una acción con su situación, discern ida por la razón; sin em b argo , la m era co m p ren sión de la verd ad ra cionalista p a rece no tener p od er m otivacional. H um e se queja m em orablem en te: [la experiencia ordinaria nos muestra] a los hombres frecuen temente guiados por su deber y disuadidos de cometer alguna acción por estimarla injusta, mientras que se ven inducidos a rea lizar otras por creerlas obligatorias. Por tanto, dado que la moral influye en las acciones y afec ciones [affections], se sigue que no podrá derivarse de la razón, porque la sola razón no puede tener nunca una tal influencia, como ya lo hemos probado.7 El problem a era en con trar una exp licación d e la obligación que co m b in ara los dos elem entos de la norm atividad: la m oti vación y el carácte r vinculante. Este p ro b lem a fu e heredado p or K anl. En A lem ania, la teo ría ética d om in an te era una form a d e racion alism o, y K ant e ra un racio n alista tanto p o r form ación, c o m o p o r tem peram en to; no obstante, tam bién e ra un g ran ad m irad o r de los sen tim entalistas b ritán ico s.8 Ya en la é p o c a del llam ad o Ensayo dos de la Review se pueden encontrar en D.D. Raphacl (com p.), The British Moialists 1650-1800, vol. II, pp. 131-198; el pasaje citado está en la p. 147. En adelante cito e sta o b ra com o “Price" con los n úm eros de p á g in a de la edición de R aphael, segu idos por lo s de la s selecciones incluidas en Bntish
Moralists. 7 D. H um e, A Trealise of Human Nature, p, 457 [versión en castellano: Trata do de la naturaleza humana, p. 618]. En adelante se cita com o “H um e, Tra tado''. 8 P ara una discusión, véase P, Schilpp, K an ís Pre-Critical Ethics, cap. 3, Kant elogia a H utcheson en el Ensayo para el Premio [Ensayo Prem iado] (véase
Prem iado [Ensayo p a r a el P re m io ],9 Kant identifica la o b liga ción ( Verbindlichkeit) com o el “c o n c e p to p rim ord ial” de la éti ca (PE 2 9 8 /3 1 ).10 A hí, arguye q u e el proyecto de la filosofía m o ra l es m o strar cóm o puede h ab er obligaciones, entendidas éstas co m o "d eb ere s” in co n d icio n ales que vinculan y m otivan. Es fácil ver cóm o una acción p u e d e se r n ecesaria para lo g ra r infra), y en trabajos posteriores trata la p o s t u r a de Hutcheson com o represen tativa de los intentos de basar la m oralid ad en el sentimiento, En su Introduc ción a Theory ofMoral Sentiments, de A d am Smith, D.D. R aphael describe una carta de 1771 enviada por Markus H e rz a Kant, en la cual Herz se refiere a Sm ith com o “tu favorito1’ (p. 31). 9 D igo “llam ado” porque fue escrito con motivo de un prem io ofrecido en 1763 por la Academ ia de Berlín. En realidad, Kant no ganó el prem io, que fue p a ra M oses M endelssohn. V éase L.W . Beck, Early Germán Philosophy: Kant and f l is Predecessors, pp, 441-442. 10 Todas las referencias a las p ro p ias o b ra s de Kant aparecen en el texio. Uso las siguientes abreviaturas: PE
Enquiry Concerning the Clarity of the Principies of Natural Theolog) and Ethics (“Prize Essay"), El p rim e r núm ero de págin a es el de la edición de la Academia Prusiana, vol. II; el segu n do es el de Kant: Selected Pre-Critical Wrüings an d Corresponiem.ee with Beck.
1UH “Idea for a Universal Hisiory fro m a C osm opolitan Point o f View", Prussian Academy, vol, VIII; K an t on History. [Versión en castellano: “Ideas p ara una historia universal en clave cosm opolita”,] CI
Critique of Puré Reason. Los n ú m e ro s de págin a de las ediciones A y B van segu id as entre paréntesis por los de la traducción de Norman K em p Smith. [Versión en castellano: Crítica de la razón pura. ]
G
Foundations of the Metaphysics o f M oráis> Prussian Academy, vol, IV; trad. Lewis White Beck. [V ersión en castellano: Funda-mentación de la metafísica de las costumbres.]
C2
Critique of Practical Reason, P ru ssia n Academy, vol. V; trad. Lewis White Beck, [Versión en castellano: Crítica de la razón práctica.]
R
Religión Within the Limits of Reason Alone, Prussian Academy, vol. VI; trad, Th eodore M. G reene y Hoyt H, Hudson. [Versión en castella no: L a religión dentro de los limites de la mera razón.]
MJ
The Metaphysical Elements offustice, parte I de The Metaphysics of Mo ráis, Prussian Academy Edition, vol. VI; trad. Jo h n Ladd, [Versión en castellano: ''Principios m etafísicos de la doctrina del derecho”, p rim era parte de L a metafísica de las costumbres.]
MV
The Metaphysical Principia o f Virtue, parte II de The Metaphysics of Moráis, Prussian Academy, vol. V I; Immanuel Kant: Ethical Philosophy. [Versión en castellano: “Principios m etafísicos de la doctrina de la v irtu d 1', segunda parte de L a meta física de las costumbres.]
cierto fin, p e ro p a r a un “d e b e r” in con dicion al, el fin m ism o tam bién debe ser n ecesario (PE 2 9 8 -2 9 9 /3 1 -3 2 ). E n este m o m ento d e su c a rre ra , Kant asiente a los p rin cip ios éticos wolffianos “H az lo m ás p erfecto posible que p u ed as” y “N o h agas aquello que d ificu ltaría la mayor perfección posible realizable a través de ti” c o m o “el fundamento form al prim o rd ial d e toda ob ligación ” (P E 2 9 9 /3 2 ). Sin em bargo, K ant d irige contra es tos principios u n a acu sació n que más tarde H egel dirigirá con tra la p ro p ia p o stu ra kantiana: p or sí m ism os, constituyen un form alism o vacío, a p artir del cu al “no em an a ninguna ob liga ción particularm en te d e fin id a” (PE 2 9 9 /3 3 ). El contenido de la m oralidad, e sp e cu la Kant, d ebe ser d eterm in ad o m ediante la o p eració n d e sentim ientos inanalizables. E lo g ia la idea de H utcheson del sen tid o m oral com o una posible fu ente de este contenido (PE 3 0 0 /3 4 ); no obstante, la d iscu sió n de la ética e n el Ensayo p a r a el Prem io term ina sin llegar a un a con clusión. Kant d ice, “p a ra empezar, todavía q u e d a por descu brir si la facu ltad d e conocer o sentir [...] d ecid e exclusiva m ente los p rin cip ios prim ordiales de la filo so fía práctica” (PE 3 0 0 /3 4 ). En el p e rio d o crítico d e Kant, esta alianza p rec aria entre ra cion alism o y sen tim en talism o está acabada, y el racio n alism o h a g a n a d o la batalla. El problem a d e la ob ligació n , com o cu al quier p rob lem a filo só fico , tiene q u e ser resu elto en dos etapas. D ad o q u e los c o n cep to s de la m oralidad so n con ceptos de la razó n pura, d e b e m o s em p ezar con u n a exp licación m etafísica que m uestre c ó m o la razó n p u ra genera estos con ceptos y, por ende, q u é co n tien en (analíticam ente). Pero la afirm ació n de q u e un co n cep to d e la razón p u ra se a p lica al m undo siem pre es sintética. K ant no puede insistir sim plem ente en que un ord en m oral ra c io n a l se intuye en la n aturaleza de las co sas, com o los p rim e ro s racionalistas. L a m etafísica dogm ática n o tiene m ás c a b id a en la ética que en la filo so fía teórica; de m o d o q u e d e b e m o s volvernos hacia una síntesis crítica p a ra m o stra r que los co n cep to s de la m o ra lid ad se aplican a aq u e lla parte del m u n d o a la cual pretenden ap licarse: a n osotros. El prim er p aso , y el único q u e m e interesa en este artículo, m uestra qué es la obligación , es decir, qué con tien e el con cep to d e obligación . El segu n d o p aso, o p a so sintético, m u estra
que el co n cep to tiene aplicación, esto es, que tenemos ob liga cio n es.11 En la Fundamentación II, K a n t p arece pensar que analizar el co n cep to d e obligación no p lan tea n in gun a dificultad. U na obligación estaría prescrita p o r un im perativo categórico, y analizar esa id ea nos conduce d e in m ediato a la Fórm ula d e la Ley U niversal. Kant dice: p a r a e m p e z a r a v e rig u a re m o s si a c a s o el m ero concepto d e u n im p e r a tiv o c a t e g ó r ic o n o nos p r o p o r c io n a ta m b ié n la fó r m u la d e l m ism o q u e c o n tie n e la ú n ic a p r o p o s ic ió n q u e p u e d e s e r u n im ‘ p e r a tiv o c a te g ó r ic o . [ ...] [S ]i p i e n s o u n im p e ra tiv o c a t e g ó r ic o , s é en seguida qué contiene. P u es c o m o el im p e ra tiv o , a p a r te d e la ley, só lo co n tien e la n e c e si d a d d e q u e la m á x im a se a c o n f o r m e a e sa ley, y la ley n o c o n tie n e n in g u n a c o n d ic ió n a la que e sté lim ita d a , n o q u e d a n a d a e n e lla sin o la u n iv e r s a lid a d d e u n a le y en g e n e r a l, a la c u a l d e b e c o n fo r m a rse la m á x im a d e la acción . [ ...] P o r c o n s ig u ie n te , só lo h ay u n im p e r a tiv o c a te g ó r ic o ,
y es: o b r a
c o m o si tu m á x im a fu e s e a s e r v i r a la v e z d e ley u n iversal. (G 4 2 0 4 21; la s c u r s iv a s s o n m ía s.)
De hecho, el análisis dado e n estos críp ticos pasajes es casi idéntico al argu m en to d e la Fundamentación I. E n este texto mi objetivo es m o strar có m o el análisis kan tiano d e la obligación , con tenido en el argu m en to de la Fun damentación I, ofrece una solución al p rob lem a de la ob liga ción que su rg ió d e la controversia entre el racionalism o y el 11 L os dos pasos descritos corresponden aproxim adam ente a las deduccio nes m etafísicas y trascendentales de la s categorías en la Critica de la Razón P u ra; aunque la relación entre una ded u cción m etafísica d e un concepto a priori y su an álisis no es del todo clara. E n todo caso, el análisis del concepto de obligación, q u e aquí me ocupa, m ostrará q u e es lógicam ente posible —que la idea no contiene ningun a contradicción—, m ientras que la síntesis m ostrará cómo es realm ente posible, cóm o se p u e d e aplicar a nosotros. Sobre la distin ción entre p o sib ilidad lógica y posibilidad real, véase C l , A 2 4 3 -2 4 4 /B 3 0 1 302 (pp. 262 -2 6 3 ) y A 596n /B 624n (p. 5 9 3 n ). L a explicación d e la posibilidad real en estos p asaje s se da en térm inos de la posib ilidad de la experiencia y, por consiguiente, no se aplica a los con ceptos éticos, pero todavía tiene que haber un an álogo p ara éstos si se quiere evitar el racionalism o dogm ático en la ética.
sentim entalism o. En la sección 2 explico en detalle cóm o el co n cep to m ism o d e ob ligación g en era u n dilem a central p a ra e sa controversia. El argum ento de la Funda-mentación I, que re construyo en la sección 3, m uestra la salid a de este dilem a, y al h acerlo qué tipo de cosa debe ser u n a obligación . 2 . E l dilema de Hume El argu m en to de la Fundamentación I intenta ofrecer lo que de n om in aré un “análisis m otivacion al” del concepto de acción correcta, a fin de d escu brir aquello a lo que el concepto se aplica, esto es, qué acciones so n c o r re c ta s.12 Un análisis rnotivacion al es aqu el que define o identifica acciones correctas en térm in os de los m otivos p o r los cuales una p erson a m oralm en te bu en a las h ace.13 El punto de p artid a del análisis de K ant es q u e una acción m oralm ente bu en a es aquella hecha por el m otivo del deber, o, p od ríam os decir, u n a acción correcta es aq u ella q u e una person a m oralm en te buena hace porque es correcta. Si el análisis funciona, el lo g ro de Kant es desarrollar un argu m en to que va de este ra sg o de las acciones co rrectas a un p rin cip io m oral sustantivo que iden tifica qué acciones son 12 E n la m ayoría d e lo s casos, usaré “c o rre cto ” y “ob ligatorio" p a ra denotar cualquier acción que es exigida m oralm ente. El térm ino “c o n ecto" se puede usar de m anera m ás am plia, p ara incluir acciones perm isibles, y el análisis de Kant tam bién explica en detalle esta noción; sin em bargo, me enfocaré en las acciones requeridas. “C o rre cto ” y “o b lig ato rio ” también se pueden usar de m an era m ás específica, p ara hacer referencia a accion es exigidas p or los lla m ados deberes perfectos, o de m anera todavía m ás específica a acciones que e xige la justicia. Algunos filósofos, por ejem plo H um e y Bernard W illiams, creen q u e “correcto” y “obligatorio" sólo se d e b e ría n u sar p ara una de estas d o s últim as clases de acciones, y en varios pun tos encontrarían en esta idea b ases p a ra o b jetare l argum ento que form u lo e n este texto. N o pretendo ab o r dar este problem a, pero sí trato de hacer n o tar los m om entos en que surge. V éanse las notas 14, 22 y 24. 15 Estrictam ente hablando, la corrección es u n a propiedad de lo s actos, y cualquier acto d ado puede ser realizado p o r u n a diversidad de motivos, bue nos, m alos o indiferentes. Sin em bargo, los actos correctos se pueden definir o identificar en térm inos de motivos au n cuando no siem pre se hagan p o r e so s motivos; pueden definirse com o aq u e llo s que un a persona con buenos motivos haría, d aquellos que los buenos m otivos alentarían. L a estrategia se con sid era característica de las teorías éticas cen tradas en la virtud, pero, como lo m ostraré, tam bién lo es de la de Kant.
co rrectas. Para apreciar la im p o rtan c ia de este logro, deb em o s co n sid e rarlo a la luz de un argu m en Lo de H um e que pretende m ostrar exactam ente que esto n o se puede hacer. Este a rgu m ento d a lugar a lo q u e llam aré "el dilem a de Hum e". En op o sició n a la tesis de q u e el sen tid o del d e b e r es el úni co m otivo m oral, H um e sostien e que “el prim er m otivo vir tuoso, que confiere m érito a u n a acción no puede consistir en el respeto a la virtud d e e sa acción , sino que debe ser al gún otro motivo o principio n a t u r a l”.14 El señala que cu an d o elogiam os una acción, y la c o n sid e ra m o s virtuosa, lo hacem os p o rq u e supon em os que tiene u n m otivo virtuoso. Y: suponer que el mero respeto a la virtud de la acción pueda ser el motivo primero que produjo la acción y la hizo virtuosa es razonar en círculo. Antes de p o d er tener tal respeto hacia esa ac ción ya deberá ser ésLa realmente virtuosa. Pero esta virtud debe estar derivada de algún motivo virtuoso. Luego el motivo virtuo so deberá ser algo distinto del respeto por la virtud de la acción. Hace falta un motivo virtuoso para cjue una acción lo sea tam bién. Una acción debe ser ya virtuosa con anterioridad a nuestro respeto por su virtud. Por consiguiente, algún motivo virtuoso deberá ser anterior a ese respeto.15 Este argu m en to se puede reform u lar en térm inos de la correc ción. Su p o n g am o s que una a c c ió n correcta es en esencia, o por definición, aquella p ro v o cad a p o r un motivo m oralm ente 14 H u m e, Tratado, p. 478. Este argu m en to aparece al principio de la sección en la que se identifica laju stic ia com o u n a virtud artificial, y es im portante señ alar que su conclusión de cierta m a n e ra sólo se aplica a las virtudes natura les. El “p rim er motivo" p ara laju sticia re su lta ser el interés propio (492; 495), pero éste no es ni un motivo especialm en te virtuoso (492) ni tam poco es el motivo que suele entrar en acción en ag e n te s que llevan a cabo acciones ju sta s. L o s actos particulares de ju sticia to m ad o s por separado no son necesariam en te en interés nuestro (497). A probam os la ju sticia porque la sim patía nos hace ap rob ar cualquier cosa que beneficie el interés colectivo (499-500); llevam os a cabo acciones justas, o nos abstenem os de las injustas, porque aprobam os la justicia: esto es, porque laju sticia es virtu o sa, y valorarnos nuestra propia re putación (500-501; véase también Enquiry Concerning the Principies of Moráis, p p 282-283). Éste es un sentido en el cual laju stic ia es una virtud “artificial”. Esto c o b ra im portan cia más adelante e n el argum ento; véase la nota 22. 15 H um e, Tratado, p. 478.
buen o. Para saber qué accion es son correctas debem o s saber q u é motivos son buen os; sin em bargo, si el único m otivo bu e no es el sentido del deber, entonces parece que sí caem os en esa esp ecie de círculo q u e H u m e describe aquí. Q uiero hacer lo que es correcto y te p reg u n to qué es eso. T ú m e dices: las accion es correctas son aq u ellas q u e se ejecutan precisam ente p orq u e son correctas. ¿C ó m o p ued o derivar algún con tenido de esto? Se puede co n sid e rar q u e la objeción es una versión del “ form alism o vacío”, pues el p rin cipio “haz lo correcto p orq u e es lo co rrecto” parece ser un form alism o vacío. De acu e rd o con H um e, necesito in fo rm ación antecedente acerca de cuáles actos son virtuosos o correctos antes d e q u e pu ed a ejecutarlos co n sid eran d o su virtud o corrección . Esto m uestra la necesi d ad de un sentido m oral, el cual nos perm itirá esco ger los m o tivos virtuosos que hacen que las acciones sean co rrectas. Y el sen tid o m oral debe a p ro b a r m otivos que no sean el m otivo del deber, a fin d e in troducir a lg ú n contenido en el sistem a. Esto nos d e ja con un dilem a. S i n o s quedam os con la tesis de que son los m otivos los que en e se n cia h acen q u e las accio n es sean co rrectas, aparentem ente d e b e tratarse de motivos distin tos de un respeto p o r la c o rre cc ió n m ism a. Por o tro lado, si n os q u e dam os con la tesis d e q u e el m otivo p rim ordial de la acción virtuosa es el motivo del d eb er, d eb em o s tener a lg u n a m an era de identificar o definir las accion es correctas q u e no d e p en d a d e sus motivos. L o s sentim entalistas o p ta ro n por un análisis en térm in os de las m otivaciones, pero tu vieron que p agar un costo por ello. D esde el punto de vista de H u m e y H utcheson, lo que hace que las acciones sean v irtu o sa s es nuestra ap ro b ació n de los sentim ientos naturales que las m otivan, y éstas son, en co n se cu en cia, los “prim eros m otivos v irtu o so s”, si u sam o s la frase de H um e, para una acción m oralm cn te correcta. L o an terior con duce a dos problem as, uno que atañ e al hecho de la o b lig a ción, y el otro al sentido d e la o b lig a c ió n o motivo del deber. Ya he m en cion ad o el p rob lem a con cern iente al hecho de la obli gación . S e supon e que la acción es co rre cta p o rq u e ap ro b am o s su m otivo; sin em bargo, si se nos Hubiese d a d o un sen tido m o ral con stitu ido de m an era distin ta, p o d ríam o s haber a p ro b a d o un m otivo diferente y, en co n secu en cia, una acción diferente.
Así, la acción no es necesariamente correcta; pero luego e s difí cil ver cóm o puede ser ob ligatoria. Una acción ob ligato ria es aquella que es vinculante —aqu ella que es n ecesario hacer—. N o obstante, si la acció n no es necesariam ente correcta, ¿cóm o p u e d e ser necesario realizarla? L o s internistas contem porán eos haccn una objeción sim ilar al externism o. Si el m otivo m oral es sim plem ente un sentim iento natural com o la benevolencia, realm ente no p od em os tener ob ligacion es, pues, ¿cóm o puede haber una obligación d e tener el motivo q u e nos g en e ra las ob ligacion es? ¿Y cóm o p o d e m o s ser obligados a llevar a cabo las acciones, si no estam o s o b lig a d o s a tener el m otivo que las provoca? Si no es n ecesario ten e r el motivo, no es realm ente necesario llevar a cab o las accio n e s.16 Detrás de am bas ob je ciones está la idea de q u e lo co rrecto de una acción no pue d e ser conferido extrínsecam ente. Si es necesario que tengam os un sentido m oral de ap ro b a ció n de la benevolencia o m oti vos benevolentes, esto d e b e ser porque la acción benevolente es intrínsecam ente ob ligatoria. Si la acción benevolente no es intrínsecam ente ob ligatoria, entonces ni un sen tido m oral ar bitrariam ente im plan tad o ni sentim ientos n aturales prescindi bles pueden hacerlo. C om o lo sugieren esto s argu m en tos, la idea de que estam os de hecho ob ligados se asocia naturalm ente con la id ea de que deberíam os actu ar por el m otivo de la obligación . Estar obli g ad o a llevar a cab o una acción es creer que se trata de una acción correcta y en co n trar en ese hecho un tipo de necesidad m otivacional: la acción es exigid a o d em an d ad a por la situa ción , y ése es el m otivo p a ra hacerla. Esto nos lleva al segundo problem a. Si los “p rim e ro s m otivos virtuosos” son m otivos na tu rales adm irables, entonces el m otivo de la o b ligación debe d esem p eñ ar cu an d o m ucho un p ap el secundario. En consecuencia, H u tch eso n descarta la m ayor parte de lo q u e se dice acerca d e la o b lig a ció n calificándolo de “c o n fu so ” y “o sc u ro ”.17 C u ando decim os que alguien está m oralm en te obli g a d o a una acción q u erem os d e c ir sim plem ente que el sentido m o ral ap ru eba la acción: que hay una razón justificadora p a ra 16 Véase, p or ejemplo, N agel, The Possibility of Altruism, pp. 4-5. 17 Hutcheson, Illustrations, p. 130.
e lla .18 N o estam o s hablando de razo n es que susciten o inotivad o ras. L as dos partes de la n orm ativ id ad de la m oralidad, su p o d e r p a r a vincular, o justificar, y su p o d e r p ara motivar, o sus citar, tien en fu en tes sep arad as. No ob stan te, H utcheson se q u e ja: “A lgunos provocan m ás descon cierto en torno a este tem a afirm an d o, ‘que las m ism as razo n es q u e d eterm in an la ap ro b a ción deben tam bién suscitar la elección ’ ”.19 Obviam ente él no e stá de acu erd o . Una b u en a acción no necesita estar m otivada p o r el hecho de que el agente la ap ruebe. Esto no significa que no haya accion es p a ra las cu ales nos sin tam os m otivados por la ap robación m oral. H utcheson dice: “ L a perspectiva del placer de la au to ap ro b ació n suele ser d e verdad un motivo para elegir una acción en lugar de otra; sin em b argo , esto supone el senti do m oral, o la determ inación p a ra ap robar, antes de elegir.”20 L a explicación hum eana d e las accion es hechas por el motivo del deb er es sim ilar: Y, sin e m b a r g o , ¿ a c a so no es p o s ib le q u e el se n tim ie n to [sense] de m o r a lid a d , o deber, p r o d u z c a u n a a c c ió n sin n e c e sid a d d e o tr o m o tiv o ? R e s p o n d o : es p o s ib le , p e r o e lla n o s u p o n e o b je c ió n a lg u n a a la p r e se n te d o c trin a. C u a n d o u n m o tiv o o p rin c ip io d e v irtu d e s c o m ú n a la n aL u raleza h u m a n a , la p e r s o n a q u e sien te fa lta r e n su c o r a z ó n e s e m otivo p u e d e o d ia rse a sí m ism a p o r e llo y r e a liz a r la acc ió n sin la e x iste n c ia d e l m otivo, b a s á n d o s e e n c ie r to s e n tid o d el d e b e r y c o n la in te n c ió n d e a d q u irir c o n l a p r á c t ic a e s e p r in c ip io v irtu o so , o al m e n o s p a r a o c u lta rse a sí m ism a e n lo p o s ib le la a u se n c ia d e d ic h o m o tiv o 21
En am bas explicacion es, ei m otivo de la obligación se reduce a un deseo d e autoap ro bación . T am b ién se reduce a un motivo m oral de se g u n d o nivel; una acción a p a rtir de un sentim iento natural esp o n tán eo es m ás autén ticam en te virtuosa,22 18 Ibid., pp. 121, 130. '°Ib id „ p. 139. 20 Ibid., p. 140, V éase tam bién H utcheson, “Inquiry Conceiriing the O rigi nal o f O ur Id eas o f Virtue or M oral G o o d ”, vol. I, p. 293. 21 H um e, Tratado, p. 479. 22 Sin em b argo, com o lo señalo en la nota 14, el motivo de la obligación es el motivo usual en acción en el caso d e las acciones ju stas (y, cuando nos sentim os tentados, de las abstenciones), y éste es un punto im portante en
Esto es contrario a la id ea m uy d ifun dida de que la o b li gación es central p ara la exp e rie n cia m oral, y que hay al m e nos algun as acciones que d eb en ser ejecutadas p o r el sentido de q u e son ob ligatorias. En el siglo X X se argum entó que d e bíam os aban d on ar e stas ideas acerca d e la obligación. En s u fam oso ensayo de 1958, “M o d e rn M oral Phiiosophy” [“F ilo so fía m oral m o d e rn a ”], Elizabeth A n scom be sostiene que el “d e b e ” m oral y la “ob ligación ” m o ra l son nociones específica m ente m odern as sin las cuales los filósofos clásicos com o A ris tóteles se las arreglaron muy b ien . A n scom be afirm a que estas ideas se asocian naturalm ente a una concepción de la ética b a sad a en la ley divina y, en au sen cia de esa concepción, carecen de sen tido.23 M ás recientem ente, B e rn ard W illiams hizo acu sa ciones sim ilares, en el último cap ítu lo de su libro Ethics and the Limits of Phiiosophy^ Pero A n sc o m b e y, aunque en m enor m e favor d e H um e. N uestra creencia en q u e la obligación debe s e r el motivo de las acciones ju stas es m ucho más íirm e que nuestra creencia de que debe ser el motivo de aquellas acciones q u e su rgen de lo que H um e llam aría las virtudes naturales, que podem os co n sid e rar m eritorias más que requeridas (véase la nota 12). S e debe observar q u e en el pasaje en el cual se queja d e q u e los racionalistas no pueden d ar c u e n ta del poder d e la m oralidad para m otivarnos, que he citado antes en la p , 111, H um e es cuidadoso al respecto: h abla específicam ente de acciones ju sta s. Así, H um e p o d ría argüir, en contra de lo que estoy tratando de mostrar a q u í, que su sistema favorece la operación del m otivo del deber exactamente en a q u e llo s casos en que nos sen tim os más se g u ro s d e q ue d e b e ría operar. 23 E. Anscom be, “Filosofía moral m o d e rn a ” [incluido en este volumen, pp. 27-53], 24 W illiams quiere q u e reconozcam os q u e las obligaciones “form an sólo u n tipo de consideración ética" (p. 196). A lg u n as acciones no son obligatorias sino m ás o m enos que obligatorias: adm irables, o heroicas, o sim plem ente lo que u n a persona de buena naturaleza h a ría (p. 179). L a idea d e W illiams e s sim ilar a la de H um e d e que el motivo d e la obligación e s apropiado p a r a un tipo d e consideración m oral (la de la ju stic ia), pero n o para todas (véanse las notas 12, 14, 22), Para Williams, los intentos p o r tratar todas las afirm aciones éticas com o form as de obligación (por m e d io de recursos com o las obligacio nes prim a Jacie de R oss, o los deberes im perfecto s, o los deberes generales, o los deberes con uno m ism o) están fundam entalm ente equivocados (pp. 178192). C reo q u e el objetivo d e tales in ten tos no es m eram ente im poner un orden artificial en el terreno moral, ni autorizar que se culpe a la gente que ignora ciertas afirm aciones éticas, sino explicar cóm o estas afirm aciones tie nen fuerza norm ativa p a ra los agentes q u e obran conform e a ellas. Williams sí entiende que esto form a parte del m otivo p a ra la idea de obligaciones ge-
dida, tam bién W illiams, com parten una suposición im portante con sus p re d e ce so res sentim entalistas, pues am bos tienden a p en sar que la fu erz a prim ord ial al decir que estoy o b ligad o a hacer algo e s q u e seré ju zgado, castigado, culpado, o que me culparé yo m ism a, si no lo hago.25 Este énfasis es caracte rístico del sen tim en talism o, el cual construye la m oralid ad to m ando co m o base el punto de vista del esp ectad o r o ju ez, y tom ando las afeccion es de aprobación y desaprob ación com o la fuente de n u e stras más fundam entales concepciones m ora les, Para un sentim entalista, la idea de ob ligación sólo puede surgir volvien do la d esap ro b ació n co n tra el yo.26 Para un ranerales o im perfectas u obligaciones prima facie; no obstante, piensa q u e es un error su p o n e r q u e toda necesidad práctica, o fuerza norm ativa, surge de las obligaciones (p. 196). Aun cuando esté en lo correcto, se necesita alguna explicación de la fuerza norm ativa de estas afirm aciones, com o él lo aceptaría. V éase la nota 27. 25 A nscom be d ic e que lo s térm inos “d eb ería” y “d e b e ” han adquirido hoy día un sentido especial llamado "m oral" —e s decir, un sentido en el q u e impli can algún veredicto absoluto (com o cuando se d eclara culpable o no culpable a un hom bre) so b re lo que se describe en las oracion es con “debe” ("Filosofía m oral m o d e rn a”, pp. 32-33; véanse también las pp. 36-37 de este volumen)—. Williams dice: “u n a vez que tengo la obligación, no esposible negarla, y el hecho d e que u n agente determ inado prefiriera no estar en este sistem a [el sistem a de la m oralidad] o no estar vinculado p o r sus reglas no lo exim irá; tampoco culparlo se b asará en un m alentendido. L a culpa es la reacción carac terística del sistema de la moralidad" (Ethics and the Umits oj Philosophy, p. 177; las cursivas so n m ías). Me parece q u e esto es incorrecto; el sistema de la mo ralidad que W illiams describe en el texto es inconfundiblem ente racionalista, pero el én fasis en la culpa, y en las ideas generales de m érito y dem érito, es m ás característico d e las teorías sentimentalistas, p o r razones que m enciono en el texto. Kant hace notar las form as en que los deberes d e respeto restringen nuestras prácticas de culpar: él dice que “el o prob io del vicio [...] nunca ha de llegar h asta el total d esp recio del vicioso y h asta n egarle al m alhechor todo valor m oral, p orq u e según esta hipótesis tam poco podría corregírsele nunca: lo cual es in con ciliable con la idea de un hom bre que (c o m o ... ser m oral) nunca puede perder toda disposición al bien" (MV 463). Discuto esta actitud hacia la culpa en “M orality as Freedom ", cap. 6 de Cieating the Kingdom o f Endí. 26E sto se ve de la m anera m ás explícita en la teoría d e A dam Smith, quien tiene más que decir acerca de la motivación m oral que Hum e o H utcheson, y quien da una explicación más positiva del papel del motivo del deber. Smith dice: “C uan do nuestros sentim ientos pasivos son casi siem pre tan sórdidos y egoístas, ¿de dón de resulta que nuestros principios activos sean a m enudo
cion alista, sin em b argo, enfocarse e n lao b lig ac ió n proviene d e una p ersp ectiva cen trad a en el agente, o deliberativa, no de la perspectiva del ju ez m oral. L a fuerza deliberativa p rim o rd ial al decir “estoy o b ligad a a h acer e sto ” no es “m e culparé si n o lo h a g o ”, sino “mi ju ic io de q u e es correcto me im pele a.h a ce r e sto ”.27 Y esto cu an do menos se relaciona con un pensam ien to más antiguo, que s í se encuentra en los filósofos clásicos. L a p e rso n a de sab id u ría práctica de la que h abla Aristóteles hace la acción virtuosa en aras de la acción m isma y en aras de lo que es noble ( t o ^aXov).28 Se ve im p u lsada a actuar p or una cu alid ad ética, una belleza y una nobleza m orales, que aprehende en la acción. N o o b ra sim plem ente por algún sentim iento n a tu ra l espo n tán eo q u e los q u e sólo o b se rv an a cierta distancia a p la u den.29 Y este elem ento d e la acción m oral —este rasg o de có m o se ve d e sd e el punto d e vista del agente— aban dona de m an e ra esen cial el sentim entalism o. tan gen erosos y tan nobles? [...] N o es el p o d er suave de la hum anidad, n o es la débil chispa de la benevolencia lo q u e la Naturaleza ha encendido en e l corazón hum ano, q u e es a s! capaz d e contrarrestar los m ás fuertes im pulsos del am or propio. E s un poder más fuerte, un motivo más contundente, e l cual se ejerce en tales ocasiones. E s la razón, el principio, la conciencia, e l habitante d el pecho, el hombre interior, e lgran ju ezy árbitiv de nuestra conducta' (The Theory of Moral Sentiments, p. 137; las cursivas son mías). El “h om bre inte rio r”, el espectador imparcial deSm ith , se desarrolla mediante un proceso d e internalización que em pieza con nuestro ju icio de la conducta de los dem ás. Sim patizar con los otros que nos ju zg an d e m anera similar vuelve n u estra atención hacia nuestra propia conducta, y mediante este proceso llegam os a la idea de un espectador interno cuyo ju icio es el motivo del d eb er (T he Theory of Moral Sentiments, pp. 109-178). 27 Para se r ju stos, Williams también discute este lado de la idea d e ob liga ción, en el capítulo citado y en “Practical Necessity", en Brian Hebblcthwaite y Stewart Sutherland (eds.), The Philosophical Frontiers of Christian Theology: Essays Presented to D.M. MacKinnon. 28 V éase Ética Nicomáquea, III.7 1 115bl 1 -14; III.12 1 H 9 b l5 ; IV.I 1120a23; X.9 1179b30; y X .9 1180a6-S. 20 D iscuto esto en mi texto “Aristotle on Function and V irtue"; véanse en especial las pp. 269-272. L a observación se relaciona con el hecho de q u e “no sólo e s un m odo de ser de acuerdo con la recta razón, sino q u e tam bién va acom pañ ada de la presencia d e la r e c ta razón, [...], lo que es la virtud” (Ética Nicomáquea, VI. 13 1 144b27)./ía;yun sentido en el cual la persona virtuosa de Aristóteles ob ra por la recta razón, aunque no es el mismo que los racionalistas tenían en mente.
C reo que lo an terior influyó m ucho p ara q u e el racio n alis m o ético se m antuviera vivo durante el siglo X V III. En m uchos asp ectos, los ataques d e H utcheson y H um e contra el prim er racio n alism o fu eron efectivos, y los racionalistas posteriores, com o Jo h n Balguy y R ich ard Price, adm iraron particu larm en te a H utch eson.30 Sin em b arg o , fue el sistem a ético de Clarke el que cap tó m ejor que cu alquier otro punto de vista sen tim en talista o h obbesian o la idea d e obligación y su con exió n con la m otivación. Al describir las acciones correctas co m o “a p ro p ia d as p ara ser h echas”, “razo n ab les” y "p ro p o rc io n a d as”, Clarke intenta captu rar el sen tido d e que las acciones co rrectas son exigid as o d e m an d ad as por sus situaciones, que tienen un tipo de n ecesidad racio n al co m p arab le a la n ecesidad de la verdad d e m o strab le .31 El sostien e que “de todas, la Obligación o rig i nal. .. es la eterna Razón d e las C o sa s”32 y que el m otivo m oral es el sentido de e sta ob ligación : Pues el Juicio y la Conciencia de la propia Mente de un H ombre, en lo que concierne a la Razonabilidad y la A decuación de la cosa, que sus Acciones deberían conformarse a tal o cual Regla o Ley, es la Obligación m ás verdadera y la más formal; y es aun más propia y estrictamente así, que cualquier opinión de la Autoridad o del D ador de una Ley, o cualquier Respeto que pueda tener a su Sanción mediante Recom pensas y C astigos 33
A m ed id a que va avanzando el siglo XVIII, en con tram os cada vez a m ás filósofos d e am b os lados del d ebate trab ajan d o p ara com bin ar las m ejores ap ortacion es del sentim entalism o con u n a explicación m ás racio n alista de la o b ligación .34 30 Tanto la Review de Price com o The Foundation of Morcd Goodnets: Or a Further ¡nquiry into the Original of Our Idea of Virtue (en adelante, “B a lg u y ”) fueron escritos directam ente en respu esta a la teoría de H utcheson. 31 Clarke, pp. 596-597; 6 0 8 - 6 1 2 /1 9 2 -1 9 9 . 32/¿¿d„ p p . 6 14/202. 33 Ibid., pp. 6 1 4 /2 0 2 . Price (118) y Frankena (''O bligation and M otivation”, p. 59) citan estos pasajes aprobándolos. 31 Por un lado, Price incorporó en su teoría racionalista la idea de un sen tido m oral, planteada p o r H utcheson (véase Price, pp. 5 7 -6 8 /1 4 8 - 1 5 2 ). Por otro, Adam Sm ith desarrolló una explicación de la gén esis del m otivo del deber, y le dio un papel prominente, en un contexto sentim entalista (véase
Pero el racio n alism o tam bién tiene que p a g a r un precio, siem pre que se acepte el argum en to de H um e, pues dicho ar gum ento hace p arecer que la idea de que el m otivo del d e ber es el motivo p rim ord ial p a r a la acción co rre cta sólo puede m antenerse a co sta d e la idea d e que las accion es correctas se definan esencialm ente en térm in os de buenos motivos. En lu gar de ello, el racio n alista debe sosten er que la corrección está en la n aturaleza d e las acciones requeridas. T a l com o Price lo plantea: to d a s la s a c c io n e s , in d u d a b le m e n te , tie n e n u n a n aturaleza. E sto es, les p e r te n e c e , d e s d e lu e g o , alg ú n carácter, y h ay alg o q u e s e h a d e a firm a r verdaderamente d e e llas. P u e d e se r: q u e a lg u n a s d e e lla s se an c o r r e c ta s , o tra s in c o r r e c t a s . P e ro si e sto no se a c e p ta , si n in g u n a a c c ió n e s, en s í m ism a, o c o r r e c ta o in c o r r e c t a ,... s e s ig u e q u e , en s í m is m a s , las a c c io n e s s o n to d a s in d ife r e n te s.35
C om o lo an terior es inaceptable, debem os con cluir que “c o rrecto e incorrecto son caracteres reales de las acciones”.36 D es de luego, esto elim ina del realizar acciones cu alq u ier dificultad con respecto a su corrección . S i la co rrección está en la acción, p od em os ciertam ente llevarla a cabo e n a ras d e esa co rrec ción; sin em b argo, a h o ra al racio n alista se le e n d ilg a la idea d e que la corrección es (p a ra h ab lar de m anera an acrón ica) un a p rop ied ad no n atural, inherente a las accion es, e intuida p o r la razón. De esta m an era, el racio n alism o p a re ce enredarn os en un realism o m o ral m etafísico, así com o en un intuicionism o epistem ológico, am b o s difíciles de aceptar. É sta en parti cular será una ob jeció n p ara K an t, pues su proyecto prohíbe la suposición acrítica de que es p osib le encontrar, por intuición racional, que los prin cipios n ecesarios están en la n aturaleza de las cosas. Y aunque los racionalistas rechazaron la teoría em pírica de la razón a partir d e la cual se sig u e q u e la razó n la n ota 26 supra). Y Jo se p h Butler, q u e , com o los sentim entalistas, asp irab a a explicar la m oralidad en térm inos de la naturaleza hum ana, argüyó q u e laco n cien ciaes intrínsecam ente autoritativa y no se n ecesita ninguna sanción p a ra obedecerla. V éase Jo se p h Butler, Five Scrmons Preached a i the Ralis Chapel, en adelante se cita com o “B u tler”, pp. 11,43. 35 Price, pp. 47-48, 146-147. 36 Ibid., pp. 15, 133.
no puede m otivar, no tuvieron ninguna explicación d e cómo p o d e m o s ser m otivados p o r las verdades racio n ales p a ra reem plazarla. Los racio n alistas advirtieron que la ob ligació n sólo es p osib le de una m anera: la p ercepción del carácter vinculante d e la acción co rrecta debe ser lo q u e nos im pulse; sin e m b ar go, en lugar d e explicar có m o es posible esto, sim plem ente se lim itaron a insistir en que lo es. En Inglaterra, en vez d e m ejorar, las cosas se pusieron peor. En el propio siglo X X , W.D. R oss defendió el intuicionism o recu rrien do a un argu m en to sim ilar al de H um e. En las pági nas que abren The Right an d the Good, Ross ataca la posibilidad d e un análisis m otivacional d e la corrección. C u an d o decim os que un acto p rocede d e un bu en motivo, estam os d icie n d o que es m oralm ente bueno. Así, d ecir que la co rrecció n adm ite un análisis m otivacional equ ivale a decir que “co rre c to ” significa “ m oralm ente b u e n o ”.37 Sin em bargo, R oss dice que no puede m ostrar que esto sea incorrecto, o, co m o él sorpren den tem en te lo form ula: “que n ada que d e b a ser hecho es alguna vez m oral m ente b u en o ’’.38 Uno d e sus argu m en to s reza así. A quellos que “sostien en que nuestro deb er es ob rar por cierto m otivo” n or m alm ente sostienen que el m otivo en cuestión es el sen tid o del deber. Pero: si el se n tid o d e l d e b e r ha d e s e r m i m otivo p a r a llevar a c ab o c ierto acto, tien e q u e se r el s e n tid o d e q u e e s m i d e b e r lle v a r a c a b o ese ac to . Si, p o r c o n s ig u ie n te , d e c im o s “e s m i d e b e r re a liz ar el a c to A p o r el se n tid o d e d e b e r ”, e sto sig n ific a “e s m i d e b e r re a liz a r el a c to A p o r el se n tid o d e q u e e s m i d e b e r r e a liz a r el ac to A ". Y a q u í to d a la e x p r e s ió n e n tr a en c o n tr a d ic c ió n c o n una p a rte d e e lla m ism a. T o d a la o r a c ió n d ice “e s m i d e b e r lle v a r a c a b o el a c to A p o r e l s e n tid o d e q u e es ini d e b e r lle v a r a c a b o 37 W.D. Ross, The Right an d the Good, p. 3 (en adelante, “R o s s ”), Ya be men cion ad o que un análisis m otivacional no exige esto: "acto correcto" puede sign ificar un acto que una p erso n a con cierto tipo de motivo haría, sin ningu na im plicación de que todo acto así se ejecute por ese motivo y por tanto sea m oralm en te bueno (véase la nota 13 supra). Pero esto no afecta et argum ento de R o ss y, por lo tanto, no viene al caso aquí. Nótese que la form a en que H u m e usa el térm ino "virtuoso” en el enunciado original del dilem a sí tiene la im plicación de “correcto” y de “m oralm ente buen o”. ss Ibid., p. 4.
el acto A ". Pero la última parte de la oración implica que lo que pienso es que es mi deber llevar a cabo el acto A simplemente.39 Probablem ente sin tien do que esto no es p ersp icu o, Ross rei tera: De nuevo, supongamos que te digo “es tu deber hacer la acción A por el sentido del deber"; eso significa “es tu deber hacer el acto A por el sentido de que es tu deber hacer el acto A ”. Enton ces pienso que es tu deber actuar por cierto motivo, pero sugiero que actúes partiendo de la suposición de que es tu deber hacer cierta cosa, independientemente del motivo, esto es, partiendo de una suposición que debo pensar que es falsa pues contradice la mía. L a única conclusión que se p u ed e establecer es que nues tro deber es hacer ciertas cosas, no hacerlas p o r el sentido del deber.40 Este argum ento, co m o el de H um e, gira en torn o a la idea d e que no podem os cu m p lir con nuestro deber p o r el motivo del d e b e r a m enos que sep am os, d e m anera in dependiente, cuál es nuestro deber. H a sta aq u í, c o m o el de H um e, este argum ento deja abierto que nuestro deber p odría haber sid o actuar p o r ciertos m otivos que no son el m otivo del deber. Pero R oss tie ne otro argum ento qu e, según él, rechaza cu alquier requisito m oral im puesto a los motivos. Este argu m en to gira en torno al principio de que “d e b e im plica p u e d e ”, al cu al R oss d a su asentim iento. Dice: No es el caso que por elección pueda provocar en mí mismo cierto motivo (sea éste un deseo común y corriente o el sentido de obligación) en un momento preciso, todavía lo es menos que pueda, en un momento preciso, hacerlo efectivo al estimularme para actuar.'11 Por consiguiente, R oss concluye: n o puede ser el caso que lo que d e b o hacer sea actu ar por ciertos motivos. 59 Ibid., p. 5. 40 Ibid., pp. 5-6. 41 Ibid., p. 5.
Com o los racio n alistas an teriores, R oss concluye q u e la c o rrección debe ser sim p lem en te u n a p ro p ie d a d de ciertas accio nes. Sin em bargo, a R oss le cuesta m ucho m ás trab ajo que a sus predecesores exp licar la fuerza norm ativa de la corrección , pues Clarke, Price y B algu y fueron, los tres, lo que a h o r a llam a ríam os internistas.42 Ellos creían q u e p ercibir una acción com o correcta, o, lo que p a r a e llo s era lo mismo, com o ob ligatoria, es un m otivo p a ra hacerla. A sí, el p ro b lem a q u e R oss hace notar en este último argu m en to, que no podem os convocar el senti d o de obligación en un m om en to preciso, no existe p a r a ellos. C o m o Price lo dice: Cuando estamos conscientes de que una acción es adecuada para ser hecha, o que debe ser hecha, es inconcebible que nos quede mos sin sentir la influencia, o carentes de un motivo para la acción. De poco serviría discutir mucho con una persona que negara esto; o que sostuviera que lo apropiado o lo razonable de una acción no es ninguna razón p ara llevarla a cabo; y que la inmoralidad o b poco razonable de una acción no es ninguna razón en contra de llevarla a cabo. Un sentimiento o inclinación a la rectitud no se puede separar de la idea de ella.43 A unque Ross, si seg u im o s a Prichard, es un extern ista.44 C om o algu n o s internistas, R oss y P richard pien san que un a person a bu en a hace lo co rrecto “ p o rq u e es lo co rre cto ”. Sin em bargo, Ross y Prichard co n cib en el m otivo del deber co m o algo simi lar a un deseo que tom a p o r ob jeto la acción correcta, no com o algo implícito en la c o m p re n sió n m ism a del hecho d e que la ac ción es correcta. Así, co m o H utcheson, Ross se p a ra en efecto la acción ju stifica d o ra —el h echo de que la acción es c o r re c ta de la razó n m otivad ora —el deseo d e hacer lo que es co rrecto—, Y com o este “d e se o ” p o d r ía sim plem ente no estar presente, no 42 V éase la cita de Clarke en la p. 118, y la de Price en esta página. Balguy dice: “¿Q ué es la ra zó n que alienta a un hombre a elegir una acción virtuosa? Respondo, el hecho m ism o de que la ap ru e b a .. ” Balguy, p. 45; véanse también las pp. 56, 61. 4*P ricc, pp. 186-187, 194. u Véase II.A. Prichard, "D u ty and Interest’’. E l texto de Falk ‘“ O ught and M otivadon”, que introdujo la distinción entre internismo y externismo, se dirige a Prichard y a Ross justam en te en este aspecto.
puede ser n uestro d e b e r actuar p o r él. T odo lo que podem os decir es que actu ar por él es m oralm en te bueno. Esto significa que, p ara R oss, el h ech o de que algo sea correcto sólo se co n vierte en un a razó n p a ra la acción¡ en el sentido de un motivo, cuando el d e se o de hacer lo que es correcto resulta estar sobre la escena p ara interesarnos en él. A dem ás, Ross niega que una acción correcta n ecesite ser de algu n a m an era buena, pues, según sostiene, si alg u ien lleva a cabo un a acción correcta p or un motivo m alo o indiferente, esto , en el m ejor de los casos, será instrum entalm ente bu en o.45 Ni siq uiera hay garan tía de que sea esto, pues “correcto" no sign ifica “productivo de bue nas con secuen cias” (y aq u e “co rre cto ” es inanalizable) ni jam ás se ha d e m o strad o que coincida con esa p ro p ied ad .46 Así, una acción correcta no es p o r n ecesid ad instrum entalm ente buena y, de acuerdo con R oss, no tien e valor intrínseco; lo que tiene valor, dice R oss, “es el hacer el a c to correcto p orq u e es correc to ”.47 Pero la co rrección por si m ism a “no es de ningún m odo una form a de v a lo r”;48 por sí m ism a, entonces, la corrección no tiene fuerza norm ativa. Esto d e ja claro p o r qué R oss tiene que ser un externista. D ad o que la co rre cció n no es un valor, el de seo de hacer lo que es correcto no es una respuesta a un valor; por consiguiente, tam p oco p arece ser un m otivo especialm en te racional. C om o los sentim ientos n aturales favorecidos por los sentim entalistas, es m eram ente un m otivo q u e d a la casua lidad que tenem os. Así la co rrección por sí m ism a ni m otiva ni vincula, ni tam poco estam os sujetos al deseo de hacer lo que es correcto por alg ú n lazo d e razó n o deber. Así, resulta que, p ara Ross, to d a la fuerza n orm ativ a de la co rrección surge del supuesto valor intrínseco de actu ar p or cierto motivo, que sim plem ente resu lta q u e tenem os. 3 .E l argumento d é l a Fun dam en tación I En el prefacio d e la Fundamentación, Kant dice que su m étodo en la prim era p a rte de la obra será “p ro c ed e r analíticam ente del conocim iento o rd in ario a la d eterm in ación de su principio 13 Ross, pp, 132-133. Ibid., pp. 7-11 y 3 4-39. 47 Ibid., p. 122n. ™Ibid., p. 122.
sup rem o” (G 392). Específicam ente, la p rim e ra parte de la Fundamentación b u sca el principio que está detrás “del conocim ien to racional m o ra l o rd in ario " (G 393). C om o e stá analizando el conocim iento co m ú n , K an t p arte de un a id ea que e sp e ra que el lector acepte, una vez que la reconozca: que n ad a es incondicionadam ente valioso excep to una voluntad buena. Siem pre que creem os h a b e r sid o testigos del ejercicio de tal voluntad, pensam os que hem os visto una acción que tiene un tipo e sp e cial de valor: un valor que es in depen dien te de “lo que lleva a cab o o lo g ra ” y, p o r consiguiente, in con dicionado (G 394). A fin de d escu b rir el prin cipio de la m o ralid ad , o de la acción incondicionalm ente buena, necesitam os descu b rir conform e a qué principio actú a una voluntad buena. L a noción de d e b e r incluye la de una voluntad buena, pues la noción d e d eb er es la noción de una voluntad buena que o p e ra bajo “ciertas restriccion es y obstáculos subjetivos” (G 397). Por consiguiente, K a n t p ro p o n e exam in ar casos en los que diría mos que una p e rso n a actuó “p o r d e b e r” a fin de d escu brir el principio de acció n que caracteriza a una voluntad buena. Pro cede p a ra d istin gu ir tres tipos d e m otivación. Podem os actuar p o r d eb er (hacer lo co rrecto porque es lo correcto), p o r inclina ción directa (llevar a cabo una acción p o rq u e la disfrutam os), o p o r inclinación in d irecta (llevar a ca b o una acción com o m edio p a ra un fin ulterior). El p rim ero de n uestros cuatro ejem plos tiene que ver con un com erciante que se abstiene de co b rar de más a sus clientes d esven turad os p orq u e una buena reputación ayuda en el n egocio. Éste es un ejem plo de inclinación indirec ta. Es poco p ro b ab le que co n fun dam os una acción así con un a acción p o r deber, d ic e Kant, P u es ah í se p u e d e d is tin g u ir fá c ilm e n te si la ac c ió n c o n fo r m e al d e b e r h a s u c e d i d o p o r deber o p o r u n p r o p ó s ito e g o ísta . E sa d ife r e n c ia es m u c h o m á s d ifíc il d e n o ta r c u a n d o la acción e s c o n fo r m e al d e b e r y e l s u je to tien e, a d e m á s , u n a in c lin a c ió n in m ediata a ella. (G S g ? ) 49 ',n Kant deb e qu erer decir q u e la confusión conceptual tiene cabida en el c aso de la inclinación directa. Si llevam os a cab o un acto conform e al deber que, p a ra algunos, tam bién resulta agradable en sí m ism o, no podem os decir si actuam os por deber o sólo por placer. Pero n adie d a el cambio correcto sólo
L o s otros tres ejem plos tienen p o r objeto ilustrar este punto: en cad a uno de ellos, co n sid eram o s una acción que d e b e m o s h acer p o r deber, p e ro que ta m b ié n p odríam os sentirnos in cli nados a realizar d e m anera n atu ral. P or ejem plo, dice K ant, existen person as tan predispuestas a la sim patía [la com pasión] que, incluso sin otro motivo de la vanidad o d e la propia conveniencia, encuen tran un placer interior en d ifu n d ir la alegría a su alrededor y se regocijan en la satisfacción d e los dem ás en tanto que es su ob ra.
(G 398) Las accion es hechas sobre e sta b ase son “con form e al deber y am ab les” y “m erecen elogio y s e r alen tad as”; sin em bargo, é sta s no p on en de m anifiesto el v a lo r m oral d e la acción h echa p o r deber (G 398). Para en con trar la esencia del deber y la b u e n a voluntad, debem os encontrar la b a se so b re lacu a l d istin gu im os estas acciones de aqu ellas h echas p o r deber. Es esen cial no confundir el o b jetivo de estos ejem plos con el del com erciante honesto, que n o actúa “ni p or deber ni por in clinación d irecta, sino sim plem ente por un p ropósito e g o ísta ” (G 397). C onform e a cierta le c tu ra con ocid a aunque equ ívo ca d e estos p asajes, Kant sostiene u n a teoría crudam ente hedonista acerca de todos los dem ás m otivos que no son los m o rales: pien sa que to d as las acciones e x c e p to las m orales se h acen p o r el p ro p io placer, y p o r lo tanto to d as so n igualm ente egoístas y carecen de valor m oral. Así e n ten d id o, K ant pretende su b ray ar la similitud en tre las acciones h ech as p or inclinación directa y aquellas hechas p or inclinación indirecta: su p ropósito, c o m o el del ca so d e l com erciante h o n e sto , es fundam entalm ente e l egoísm o. Pero lo que Kant d e stac a aquí con toda claridad e s la diferencia entre inclin ación d ire cta e indirecta, y dice explícita mente que una person a que actú a por sim patía es aquella “q u e no tiene ningún motivo de la v a n id a d o d e la p ropia con venien cia” (G 398). K an t v a lo ra tales acciones calificándolas de a m a bles e incluso de ser “con form e al d e b e r” (pflichtmassig), y las por el placer de hacerlo, así que, en este caso, sabem os que la acción obedeció al deber o al interés propio. Pero segu ram en te, acerca de una acción h o n esta real que resulta beneficiar alguien, no h ay m anera de determ inar si la hizo p o r interés m ás q u e p or
PE O A P C fG iC /l /; pfiCTíV*
c o m p a ra con accion es q u e surgen de la inclinación al honor, lo cual en otro lado d e scrib e com o un “sim ulacro” de m oralid ad (IU H 26).50 De hecho, si sup on em os que K an t sostiene una teo ría h edonista del propósito d e to d as las acciones hechas por inclinación, ni la d istin ció n entre inclinación directa e indirec ta, ni (com o m o straré e n un m om ento) el argu m en to general d e la Fundamentación I tien en m ucho sentido. M ás bien, Kant se im agin a el acto de la p e rso n a que actúa por sim p atía com o un acto hecho p o r el acto m ismo. El p lacer que a esa p erso n a le da. ayudar no es un p ro p ó sito ulterior, sino, m ás bien, la razón p o r la cual hace que ayudar sea su propó sito.51 El placer no es el propósito de su acción , sino la base p ara q u e adopte su p rop ó sito. Y la p e rso n a que ay u d a a otras p or deber también lo hace p o r el deber m ism o. El d e b e r en cuestión, com o K ant lo aclara en otro texto, es el d e b e r d e hacer que la felicidad d e los otros 50 En el pasaje citado, K ant suena negativo con respecto al honor; dice que “El ideal de la m oralid ad pertenece a la cultura; su uso p a r a algún simula cro de m oralidad en el am or al h on or y al decoro exterior constituye mera civilización ”, y que "T odo bien que no se basa en una disposición m oralm en te b u e n a ... no es otra cosa que pretensión y miseria relum brante’’. Pero en otro pasaje, Kant habla del honor con mayor indulgencia, E stá discutiendo la cuestión de si el gobiern o tiene derecho a castigar a dos tipos de asesinos: los jóvenes oficiales que m atan en duelos, y las m adres solteras que matan a sus hijos para evitar la deshonra. De m anera bastante sorprendente, Kant piensa que hay razón para dudar que estos asesinos puedan ser castigados, pues dice que el honor “n o es un engaño en estos casos" y que “la legislación m ism a,., es responsable d el hecho de que los incentivos del honor entre la gente no coincidan (subjetivam ente) con los están dares (objetivam ente) apro piados a su propósito” (MJ, pp. 3 36-337). Se suele caracterizar a Kant como alguien que cree que el deb er y la inclinación son los únicos dos tipos de m otivación; sin em bargo, e sto s d o s pasajes sugieren que, p a ra él, el honor es algo interm edio —una clase d e m otivo protom oral que antecede al auténtico motivo del deber en la ed u cació n de la especie hum ana—, Según mis especu laciones, lo que Kant quiere decir es que el motivo del honor se aproxim a al motivo de la autonomía m o ral en la medida en que la person a que se rija por él sigue, por su propio bien , u n a ley de conducta estricta que representa un ideal de carácter. Sin em b argo, los motivos del honor no llegan a constituir el motivo m oral pleno p orq u e las leyes del honor no se derivan de la autonom ía misma. Véase la nota 52, infra. 51 Véase A. Reath, “H edon ism , Heteronomy and Kant’s Principie of Happin e ss”,
sea nuestro fin (G 4 3 0 ; MV 385; 388). D ebido a esta similitud de propósito, las accion es de la p e rso n a q u e actú a p o r sim patía se caracterizan com o “conform e al d e b e r” a p esar de su falta de valor m oral. P o d em os decir, yendo más allá de Kant, que la sim patía es un sim ulacro de m o ralid ad p o rq u e es un im pulso inspirado por la h um anidad d e los otros, a sí co m o el honor es un sim ulacro de la m oralid ad ya que es un motivo para ob ed ecer ciertas estrictas leyes de co n d u cta por sí m ism as.52 De m od o que la diferen cia entre la person a que es servicial por sim patía y la p e rso n a q u e es serv icial p or d eb er no descansa en su p rop ó sito, sino en otra cosa. Esto co n d u ce a Kant a su “segu n d a p ro p o sic ió n ”, a saber, “El valor m o ral de una acción llevada a cabo p o r d eb er no está en el p ro p ó sito que se ha de alcanzar con ella, sin o en la m áxim a según la cual ha sido decid id a" (G 399). Decir q u e el valor d e una acción no ra d ica en su propósito, sino en su m áxim a, equivale a d ecir que su valo r está en los fundam entos so b re los cuales se h a elegido la acción, ju n to con su propósito. Lam entablem ente, en este punto del argum ento, K ant introduce la idea d e una m áxim a sin h ab er p reparado el terreno de n in gu n a m anera —sim plem ente dice, en una nota torpem ente ag re g ad a la quinta vez q u e la usa, que una m áxim a es un “p rin cipio subjetivo del q u erer [de la volición]" (G 400)—. De hecho, la idea de una m áxima es esen cial a la solución kan tiana del p rob lem a de la obligación. Según Kant, del h ech o de q u e un ser racio n al actúe “con form e a la idea d e libertad” (G 448) se sigue q u e actúa p o r u n a ra zó n o aten d ien d o a un p rin c ip io que d e b e considerar ad o p tad o voluntariam ente. L a cu estión aqu í tiene que ver con la m an era en q u e un ser racional d eb e co n ceb ir sus acciones cuando em p ren de la d eliberación y la elección. C u ando hace 52 Kant llam a a quien actú a por sim patía un “Menschenfreundes" (G 398): un filántropo o am igo de la humanidad. Y los filósofos m orales sentimenta listas pensaban que la sim patía es una respu esta que tenem os p a ra los seres humanos en cuanto tales (no sólo para aquellos a quienes estam os particu larmente apegados) en virtud de las características h um an as universales que los hacen sim ilares a nosotros mismos. Por lo tanto, la sim patía hace de la hum anidad un fin y a sí funge como un sim ulacro d e la Fórm ula de la Hum a nidad, tal como el h onor funge como sim ulacro de la Fórm ula de la Ley Uni versal.
m os un a elección , no nos vem os com o si fu era sim plem ente el d e se o o el im pulso lo q u e n os im pele a ella. Más bien, es co m o si hubiera algo p o r en cim a de todos nuestros deseos, a lg o q u e som os nosotros, y q u e d e cid e cuál de n uestros d e se o s hay q u e satisfacer, si acaso algun o. D esde luego, p o d em o s elegir actuar conform e a un deseo, p e ro eso no significa q u e nos vea mos im pelidos p o r el. Sign ifica que tom am os este d e se o co m o u n a razón , o, en el len guaje kantiano, hacem os q u e nuestra m áxim a sea satisfacer este d eseo. H asta p o d e m o s elegir actu ar con form e a nuestro m ás fu erte deseo; sin em bargo, esto todavía no significa que sea su fuerza lo q u e nos em p u ja Sig n ifica que estam o s tom ando la fuerza co m o una razón p ara elegir satisfa cer un deseo en lugar de otro, haciendo que n uestra m áxim a sea o b r a r con form e a n uestro m ás intenso deseo. N u e stra m á xim a exp resa entonces lo q u e tom am os com o una razó n p a ra la acción, com o las razon es se derivan d e principios, o leyes, la m áxim a e x p re sa n uestra con cepción de un a ley. K ant cree que tod a acción hum ana tiene un p ro p ó sito y p o r con sigu ien te que toda m áxim a d e acción contiene un fin (véa se G 427; MV 381; 38 4 -3 8 5 ; R 4), En general, una m áxim a de acción tendrá p o r lo tanto la fo rm a “Llevaré a cabo la acción A a fin d e lograr el p ro p ó sito P ”. S ólo ob rarem os con form e a esa m áxim a si tam bién la h acem os nuestra m áxim a “p a ra lo g rar el p ro p ó sito P". C om o esta m áxim a d e b e ser ad o p tad a tam bién por una razón , hay razon es p a ra tener p ropósitos, los cuales de n uevo se exp resan en m áxim as. Aunque Kant no subraya esto, tal vez lo m ás sencillo sea p en sar que las m áxim as están o rg a n iz a d a s jerárqu icam en te: “ Llevaré a cabo la acción A p a ra lo g rar el p rop ó sito P ” se a d o p ta con base en el “lo g ra ré el p ro p ósito P " (m ás un im perativo h ipotético pertinente); “lo g ra ré el P ro p ó sito P" se adopta, a su vez, sobre la base de o tra m áxi ma: “ h aré que mi p ro p ó sito se a tener las cosas que d e se o ” o lo que sea. P o r con sigu ien te, cu an do K an t d ice q u e la diferencia entre la p e rso n a q u e actúa p o r sim p atía y la p erso n a q u e actú a por d e ber d e sca n sa en sus m áxim as, el con traste que tiene en m ente es éste: aun que la person a q u e actú a por sim p atía y la p e rso n a que a c tú a p o r d e b e r tengan am b as el propósito de ayu dar a los d em ás, lo han ad o p tad o por razones diferentes. L a p e rso n a
que actú a p o r sim patía ve en ayudar a los dem ás alg o placen tero, y ésa es la razó n por la cu al lo convierte en su fin; la p erson a m oralm ente valiosa ve el ayudar a los d em ás com o a lg o exigid o, o n ecesario, y esto es lo q u e la m otiva a hacer de ello su fin.53 Una queja o rd in aria es que esto sugiere q u e un a person a q u e ayuda con reticencias y sin inm utarse es m oralm en te me jo r que alguien que lo hace con mucho gusto y p o r benevolen cia espon tán ea, y q u e esto no es ni intuitivo ni atractivo. Esta q ueja, sin em bargo, se basa en un a interpretación e rró n ea d e lo que Kant quiere decir. Existen tres cosas im portan tes que hay que recordar. En prim er lugar, Kant deja claro que la ra zón p or la cual él co n trasta casos en que hay un sentim iento n atural con casos en q u e el m otivo del d eb er o p e r a sin un sen tim iento n atural es q u e la o p e ració n del m otivo del deber e s especialm ente ob via en el seg u n d o tipo de caso. A p e sar d e los m alentendidos a los que d a lugar esta estrategia, la dife rencia esencial entre las dos p erson as co m p arad as no está en si d isfru tan la acción d e ayudar; rad ica e n si uno ayuda sólo p o r este placer o p o rq u e la ayuda se percibe co m o algo que es necesario dar. N ad a evita que alguien en quien la sim patía tam bién está presente lleve a cab o una acción por m otivo del deber. En realidad, debem os d istin gu ir dos casos aquí. Podría h aber una persona en q u ien la sen sibilid ad sirva com o un moti vo suplem entario o coadyuvante q u e ofrezca el apoyo necesario al m otivo del deber. Los motivos d e esta persona son im puros, 53 D esp ués de que Butler escribió su fam oso Serm ón XI sob re la congruen ■ cia de la benevolencia con el am or propio, no fue raro que los filósofos del siglo x v m trataran el principio del am or propio como proveedor de un mé todo de elección entre varios fmes, todos los cuales son valorados por ellos m ism os. Butler sostuvo que el placer que obtenem os al satisfacer un deseo presupone el deseo, más que explicarlo: es porque tenemos el d eseo que dis frutam os lograr su objeto (Butler, pp. 4 6 -5 4 ). El principio del amor propio selecciona entre varias cosas, a todas las cuales deseamos por sí mism as, con b ase en cuánto placer obtendrem os al lograrlas. Aparentemente Kant no leyó a Butler; sin embargo, la descripción de Butler de la o p eración del amor propio fue ad optada por H um e, Empnry Concerving the Principies o f Morab, pp. 281-282, 301-302, y en algun a m edida por Hutcheson en Illustrations. Kant usa el principio del amor propio en este sentido -c o m o un a m anera de elegir entre cosas que d eseam os por ellas m ism as— pero establece el principio del deber com o su rival —com o otra m anera de elegir nuestros propósitos—.
en el sen tido d e sa rro lla d o en L a religión dentro de los límites de la sola razón, y no llevaría a cab o la acción de ayu dar cu an do se le p id iera, o no lo llevaría a ca b o siem pre, si la sim p atía no sirv iera com o un puntal d el deber (R 24). E sto s í dism inuye el v a lo r m oral d e un in d ivid u o. Pero otra person a en quien la sim p atía esté presente p o d ría verse totalm ente m otivada, o al m enos suficientem ente m otivada, por el deber, de m odo que realizaría la acción de ayud ar aun cu an d o no in tervin iese la sim patía. Esta p erso n a tien e valor m oral, y su sim patía innata co n tribuirá a que d isfru te la acción. Sin em bargo, hay un se g u n d o elemento todavía m ás im p o r tante. K ant está h ab lan d o aquí acerca d e las razo n es por las cu ales se ad op ta un p ro p ó sito y se mantiene. D eb em os d is tinguir entre las em o cio n es, los sentim ientos y los d e se o s que nos incitan a adoptar un p ro p ó sito y aquellas que son resultado de la ad o p ció n del p ro p ó sito . Una vez que h em os a d o p tad o un p ro p ó sito y n os h em os d ecid id o a seguirlo, n atu ralm en te se p ro d u cirán ciertas em o cio n es y sentim ientos. E n particular, en circunstancias com u n es y corrientes, fom entar el logro del p ro p ó sito nos p o n d rá contentos, independientem ente d e si lo a d o p tam o s origin alm en te p o r inclinación n atu ral o p o r deber. Así, una p erso n a que actúa por deber y que, d e sp u és de todo, v alo ra realm ente la felicid ad d e los otros, d isfru ta rá por consi guiente haciendo felices a los dem ás,54 Esl.o es algo que K an t p lan tea explícitam ente en sus escritos éticos p osteriores. Por ejem plo, en Los principios metafísicos de la doctrina de la virtud, cu an d o Kant está explican do el d e b e r de beneficencia, dice: 54 Podría parecer q u e so y culpable d e com eter un error com ún y corriente al h acer estas observaciones: c o n fu n d ire l placer con la satisfacción o la grati ficación. Una vez que he d ecidido hacer o log rar algo, desde luego que estoy satisfecha de ver que lo he h echo; sin em bargo, esto vale h asta p ara las ac ciones em prendidas por las razon es más puramente instrum entales, acciones que sólo son m edios p ara otros fines. Lo que estoy diciendo aq u í es diferenle, y tiene que ver con lo que significa decir que has hecho de algo tu propósito. Mi afirm ación es que si realm ente logram o s h acer de alg o n u estro propósito, y lo valoram os com o un fin, llegarem os a sentir placer cuan d o ten em os éxito en su búsqueda, Explico esto m ás a fondo en “M oralit)' as Freedom ”, cap. 6 de Crealing the Kingdom of Ends,
H acer el bien es u n deber. Q uien 1o practica a m enudo y tiene éxito en su propósito benefactor, llega al final a am ar efectiva mente a aquel a quien ha beneficiado. Por lo tanto, cuando se dice: “Ama a tu prójim o como a ti m ism o”, esto no significa que (primero) debas am arlo inmediatamente y m ediante este amor (después) beneficiarlo; sino, m ás bien, “H az el bien a tu próji m o”, y esta beneficencia provocará en ti el am or a la humanidad (como hábito de la inclinación a la beneficencia). (MV 402)
Desde luego, p o d e m o s p regu n tarn os p or qué entonces la per so n a que actúa p o r d e b e r en el ejem plo q u e K ant pon e en la Fundamentación n o d is fr ú ta la acción d e ayudar, Kant sugiere dos escenarios. En el prim ero, alguien cuyo án im o “esté os curecido p o r las n u b es d e la p ro p ia con goja que ha extinguido to d a sim patía p o r los d em ás” es q u ien realiza la acción (G 398). En el otro, la p e rso n a es “fría d e tem p eram en to e indiferente al sufrim iento d e los dem ás, ta l vez p o rq u e está d o tad a ella m ism a de los dones especiales d e la paciencia y la fortaleza” (G 398). Las co n d icio n es de e stas p erson as las hacen incapaces d e derivar placer d e sus acciones de ayuda. Se trata d e casos en los cuales brilla el m otivo del deber, de acuerd o con Kant, por que fom entar la felicid ad de los dem ás se con cib e de m anera muy clara com o algo necesario, m ás que co m o un mero placer; n o obstante, n in gu n o d e estos ca so s sugiere q u e en condicio nes com unes y co rrien tes una p e rso n a que actúa por deber no tenga las em o cio n es que norm alm ente so n resu ltado de la ad op ción de un p ro p ó sito , in cluido el placer de su búsqueda exitosa y la alegría en su realización. Una vez acep tad o esto, la in tuición detrás d e la q ueja ordi naria d ebería venirse abajo, y éste es el tercer asp ecto im por tante. L a queja se basa en la com ún in terp retación equivocada de estos ejem plos, en la cual la persona q u e actúa por deber se im agina com o alg u ien que realm en te no tiene la felicidad d e los dem ás com o su fin. Este es sim plem ente un error. El d eb er n o e s un p ro p ó sito diferente, sino un a razó n diferente p ara la ad op ción d e un p rop ósito. Así, en este caso la idea de Kant se capta m ejor diciendo q u e el m otivo de la person a que actúa p or sim patía es más superficial que el de la persona mo ralm ente valiosa: am b as quieren ayudar, pero existe un tram o
m ás d e p e n sa m ie n to m o tiv a d o r acerca d e ay u d ar e n el q u e la p e r s o n a q u e a c tú a sim p le m e n te p o r sim p a tía n o h a e n tr a d o .55 E ste o tr o tra m o d e p e n sa m ie n to tiene q u e v er c o n el tip o d e m u n d o q u e se ría éste si n a d ie a y u d a r a —o m ejo r, si n a d ie p e rc i b ie r a la n e c e sid a d d e a y u d a r c o m o u n a razón p a r a a y u d a r, o un reclamo d e ayud a—. T a l m u n d o sería in a ce p ta b le p o r q u e m ira m o s n u e stra s p r o p ia s n e c e s id a d e s co m o r a z o n e s p o r las cu ales nosotros d e b e r ía m o s ser a y u d a d o s (G 423; MV 45 3 ). E n cu an to a m is n e c e sid a d e s c o m o n o rm a tiv a s p a r a los o tro s, o, co m o K an t lo p lan tea, q u e yo m is m a m e co n v ie rta en u n fin p a r a los d e m á s, d e b o c o n s id e r a r q u e las n e c e sid a d e s d e los d e m á s son n o rm a tiv a s p a r a m í (M V 3 9 3 ).56 Y e sto e q u iv a le a d e c ir q u e las n e c e s id a d e s d e los d e m á s s o n u n a ley p a ra mí. Así, la p e r s o n a m o ra lm e n te v a lio sa a y u d a p o r q u e c re e q u e las n e c e s id a d e s d e los d e m á s se lo re c la m a n y, p o r lo tanto, q u e h ay u n a e x ig e n cia n o rm a tiv a , o u n a ley, d e q u e d e b e ayudar. E sta c a r a c te riz a c ió n d e l m e o llo d e l e je m p lo n o s lleva a la te rc e ra p r o p o s ic ió n kan tia n a , que es q u e “el d e b e r es la n ec esid ad d e un a a c c ió n q u e se e je c u ta p o r re sp e to a la ley” (G 400). A h o r a bien , en este m o m e n to , es e se n c ia l r e c o r d a r q u e lo q u e K a n t e stá h a c ie n d o e s u n an álisis m otivacional d e la n o c ió n d e d e b e r o c o rre c c ió n . K a n t e stá an aliz a n d o la b u e n a vo lu n tad , c a r a c te r iz a d a co m o a q u e lla q u e h ace lo q u e es c o r r e c to p o r q u e es c o r r e c to , p a r a d e sc u b r ir el p rin c ip io d e la a c c ió n in co n d icio n a d a m e n te b u e n a .57 L a s u p o s ic ió n q u e su b y ace en ta l a n álisis 55 L o m ism o arguyen o tr o s ra c io n a lista s. P rice d istin g u e la b en ev o len cia ra c io n a l d e la b e n e v o len cia in stin tiv a y, co m o Kant, afirm a q u e la b e n e v o len c ia in stin tiv a e s en trañ ab le , p e r o d ista d e ser u n a virtu d (P rice, p p . 1 9 0 -1 9 1 , 1 9 6 - 1 9 7 ). B a lg u y h a c e u n a c o m p a ra c ió n sim ilar (Balguy, p p . 5 9 - 6 0 ). R oss d ice “ L a actitu d c o n c ie n z u d a e s a q u e lla que implica el p e n sam ie n to del bien o d el p la c e r p a ra alg u ie n m ás, p e r o e s u n a actitud más reflexiva q u e a q u e lla en la cual p re te n d o d ire ctam e n te p r o d u c ir algún bien o alg ú n p la c e r p a ra otro, p u e s [.. .] d e jam o s d e p e n s a r si en to d a s las circu n stan cias la g e n e ra c ió n de ese b ien o p lacer es lo que re a lm e n te n o s in c u m b e ... ” (R oss, pp . 1 6 2 -1 6 3 ; las cu rsivas so n m ías). 56 N ag e l em p le a u n a r g u m e n to sim ilar en The Possibility o f A ltriásm , pp. 82-84. 57 D ig o e sto a p e s a r d e q u e en la te rc e ra sección de la Fundam entación, K an t dice q u e el p rin cip io de q u e “ u n a volun tad ab solutam en te b u e n a es aq u e lla cuya m á x im a siem p re p u e d e in clu irse c o m o ley un iversal" e s una p ro p o sic ió n sintética p o rq u e “p o r m e d io del an á lisis d el con cepto de u n a v o lu n tad ab so lu
es q u e la razón p o r la cual una persona de buena voluntad reali za u n a acción, y la razón por la cual la acción es correcta, son la m ism a L a p e r s o n a d e b u e n a vo lu n tad h a c e lo co rre cto p o rq u e es lo c o rre cto , a sí si p o d e m o s d e sc u b r ir p o r q u é la p e rso n a de b u e n a v o lu n ta d lo lleva a cabo , h a b r e m o s d e sc u b ie rto ipsofacto p o r q u é es lo c o r re c to . L o que el a n á lisis re v e la es q u e la ra z ó n p o r la cu al la p e r s o n a d e b u e n a v o lu n ta d e je c u ta la a c c ió n n o es m eram en te p o r q u e s ir v a a tal o c u a l p r o p ó s ito , sin o p o rq u e es n e c e sa ria —es d e cir, se tra ta de u n a ley— lle v a r a cab o tal acció n o ten er tal p r o p ó sito . L a m áx im a d e la a c c ió n , o la m áx im a del p ro p ó sito , tien e lo q u e d e n o m in a ré u n “c a r á c te r le g a l”; es de cir, es n o rm a tiv a , tien e la c a p a c id a d d e e x p r e sa r u n a d e m a n d a q u e se n os ha h e c h o . C o m o el c a r á c te r le g a l d e la m áxim a es lo que m o tiv a a la p e r s o n a d e b u e n a v o lu n ta d , es eso, y no o tra co sa , lo q u e h a c e q u e la acció n o el p r o p ó sito s e a c o rre cto . El an álisis d e K a n t id e n tifica la c o r re c c ió n d e la a cció n en esencia c o n el c a r á c te r le g a l d e su m áxim a. A c o n tin u a c ió n v ien e el p a so d e cisiv o . S e sig u e que la m áxi m a no d e b e o b te n e r su carácter leg al d e n a d a q u e se a externo a sí m ism a, p u e s, si h u b ie ra u n a fu e n te e x te r n a d e l c a rá c te r legal, en ton ces e sa fu en te , m ás q u e el p r o p io c a r á c te r legal, se ría lo q u e h ace q u e la a c c ió n se a c o rre cta. En lu g a r d e ello, el carácter legal d e la m á x im a d e b e ser in trín se co : d e b e ten er lo q u e lla m aré “fo r m a d e ley” (o le g a lifo rm id a d ). E sto e x p lica p o r q u é el carácte r legal, o la universalidad, d e b e e n te n d e rse c o m o legali fo rm id ad , esto es, co m o un req u isito d e q u e s e a universalizable. K a n t sa c a e sta c o n c lu sió n d e la sig u ie n te m a n e ra : C om o he desp ojado a la voluntad de todos los im pulsos que pu dieran llegar a ella del cumplimiento de cualquier ley, no queda sino la universal conform idad a la ley de las acciones en cuanto tales únicamente la que ha de servir a la voluntad como princi pio: esto es, nunca debo proceder más que de m odo que pueda tam ente b u e n a no se p u e d e h allar esa p r o p ie d a d d e la m áxim a" (G 4 4 7 /6 5 ). C re o q u e é ste e s u n a tergiversación , al m e n o s u n a m a n e r a deficien te de plan tear el pro b lem a. L o q u e e s sintético es que la ley m o r a l vale para nosotros —que so m o s cap aces de ten er voluntades ab so lu tam e n te b u e n a s —. L a p ro p o sició n d e que una volu n tad b u e n a es aq u e lla cu y a m á x im a es un iversalizab le es sin tética sólo si “b u e n o ” se está u sa n d o en un se n tid o com p letam en te norm ativo —p a ra que sig n ifiq u e u n a d e m a n d a que se n o s im p o n e —,
querer también que mi m áxim a se convierta en una ley univer sal. Aquí es la mera conform idad a la ley en cuanto tal (sin poner com o fundamento ley alguna determ inada a ciertas acciones) la que sirve a la voluntad como principio, y tiene que servirle com o principio si es que el deber no ha d e ser enteramente una ilusión vana y un concepto quim érico. (G 402) L a c u e stió n es d elicad a. P o d r ía m o s su p o n e r, d e e n tra d a , q u e el ca rá c te r legal p o r el cu al la p e r s o n a d e b u e n a v o lu n tad e stá m o tiv a d a p o d r ía proven ir d e a lg o q u e n o fu e ra el c a rá c te r leg a lifo r m c d e la m áxim a. Por e je m p lo , p o d r ía m o s su p o n e r q u e la a c c ió n h a sid o p rescrita p o r c ie r t a ley cuyas b a se s son in d e p e n d ie n te s d e to d o lo q u e K a n t h a d ic h o aquí, y q u e la m á x im a fu e ra “l e g a l ” en el sen tid o d e q u e se co n fo rm a a e sta ley in d e p e n d ie n te . E sta es la p o s ib ilid a d q u e K an t p re te n d e bloquear en la cita a n te rio r c u an d o a ñ a d e la s p a la b ra s “sin p o n e r c o m o fu n d a m e n to ley a lg u n a d e te r m in a d a a ciertas a c c io n e s” , y es im p o r ta n te ad vertir p o r q u é la r e c h a z a . S u p o n g a m o s q u e e x is tie ra tal ley, q u e p re sc rib ie ra c ie r t a s a ccio n es. L la m a ré a e sta ley la L e y E x te rn a. Y s u p o n g a m o s q u e d e cim o s q u e la m áx im a to m a su le g a lid a d n o d e su le g a lifo r m id a d in trínseca, sin o d e l h ec h o e x tr ín se c o d e q u e la a c c ió n e stá p r e sc r ita p o r la L e y E x tern a. E n to n c e s ten d rem o s q u e p r e g u n t a r p o r q u é la L e y E x te r na es u n a ley an tes d e h ab e r e n c o n tr a d o la ra zó n real d e p o r q u é la a c c ió n es c o rre cta. Es d e cir, te n d rem o s q u e p re g u n ta r p o r q u é la L e y E x te rn a está v ig e n te , p o r q u é es n o rm ativ a. P o r que, o b v ia m e n te , la m era fo r m a g ram atical d e la u n iv e rsa lid ad no p u e d e h a c e r que a lg o sea u n a ley: u n a ley d e b e ser n o r m a tiva. U n a ley no m e p la n te a un r e c la m o sim p lem en te p o r q u e se d irig e a m í, o a alg ú n g r u p o q u e m e incluya. El c o n tro l o a u to r id a d q u e tiene so b re mí, su c a p a c id a d p a ra v in cu larm e , d e b e p r o v e n ir d e a lg u n a fu en te in te lig ib le . Pero e n to n ces s e r á la fu en te d e la n o rm a tiv id a d d e la L e y E x te rn a, m á s q u e e l ca rácte r le g a l d e la m áxim a, lo q u e m otive a la p e rso n a d e b u e n a v o lu n tad . L a r a z ó n p o r la c u a l la L e y E x te rn a e stá vigen te, y no el h e c h o d e q u e la m áxim a te n g a c a r á c te r legal, s e r á el m otivo d e la p e r s o n a d e b u en a v o lu n ta d , p u es ésta será la v e r d a d e r a razó n p o r la cu al la a cció n es c o r r e c ta . Y e sto es co n tra rio al an álisis k a n tia n o del m otivo d e l d e b e r .
Un ejem p lo h a rá q u e esto q u e d e m ás claro: su p o n g a m o s q u e las accio n es c o r r e c ta s fu e ra n a q u e lla s q u e o r d e n a n las leyes for m u lad as por D ios, De a c u e rd o c o n el an álisis d e K an t, la p e rso n a d e b u en a v o lu n tad realiza e sta s accio n es p o rq u e es u n a ley llevarlas a cab o . Pero, ¿ p o r q u e es un a ley llevarlas a c a b o ? L a re sp u e sta es: p o r q u e a sí lo o rd e n a D ios. A h o ra bien, ¿cuál d e e stas d o s r a z o n e s es la ra zó n p o r la q u e la p e rso n a d e b u en a vo lu n tad realiza la a c c ió n , y es ta m b ié n la ra z ó n p o r la cu al la acció n e s c o rre c ta ? S i la acción es c o r r e c ta p o r q u e D io s la o rd e na, no es c o rre c ta p o r q u e su m áxim a sea in trín se cam e n te legal; y la ra zó n p o r la c u a l la p e rso n a d e b u e n a v o lu n ta d la lleva a ca b o no será q u e e n tie n d e su c a rá c te r le g a l, sin o q u e re sp o n d e al m an d a to d iv in o . E sto es c o n tra rio al an álisis d e K ant. L a m á x im a d e la acción d e b e ser legal e n sí m ism a, y e sto só lo p u e d e ser p o r su fo rm a d e ley. T a l vez e l m o r a lista relig io so q u ie ra re sp o n d e r q u e el ca rá cte r legal d e la m áx im a y el h ech o de q u e la a cció n sea o r d e n a d a p o r D ios so n lo m ism o ; sin e m b a rg o , su c o n fo rm id a d a la ley d iv in a só lo p u e d e h ac er q u e u n a m áx im a sea e x trín se ca m en te leg al, n o in trín se ca m e n te leg al. De m o d o q u e el d ile m a p e rsiste : si la p e r s o n a actú a p o r m an d am ie n to div in o, en ton ces el c a rá c te r leg al n o es el m otivo, y el m otivo d el d e b e r n o está en acció n . C o m o el ca rá cte r legal d e un a m á xim a y el q u e u n a a c c ió n sea un m a n d a m ie n to d iv in o no so n a n alítica m e n te ig u a le s, la c o rre c c ió n d e b e r a d ic a r en esen cia en a lg u n o d e e sto s ele m e n to s, y, se g ú n el a n álisis, d e b e estar en el c a rá c te r leg al d e la m áxim a. Y e n to n ce s é sta d e b e ser su form a d e ley in trín seca. E ste a rg u m e n to se a p lic a rá a cu alq u ier in tento d e d e riv a r el ca rá c te r le g a l d e u n a m áx im a a p a rtir d e alg o q u e no s e a su le g a lifo r m id a d in trín se ca: só lo el carácter legal y su fo rm a d e ley son analíticam ente o e se n cia lm e n te lo m ism o ,58 A h o r a este ú ltim o a rg u m e n to p u e d e a c la r a r p o r q u é el ca rá c te r leg al d e una m á x im a no p u e d e p ro v e n ir d e una Ley E x te rn a; sin e m b a rg o , es p o sib le q u e la c o n c lu sió n —q u e p o r c o n sig u ie n te d e b e p ro v e n ir d e su le g a lifo r m id a d , tal co m o lo 58 F orm u lé una versión p re v ia de este a rg u m e n to en u n c o m e n tario al texto d e D avid C um m iskey “K an t’s R efu taú on o f C o n se q u e n tia lism ” en las reu n io n e s de la A m erican P h ilo so p h ical A sso ciatio n c e le b r a d a s e n ab ril de 1988, y m e g u sta r ía ag ra d e c e rle a C um m isk ey p o r in vitarm e a h acerlo.
e sp e c ific a la p r u e b a d el c a r á c te r u n iv ersalizab le— p a re z c a m u cho m e n o s obvia. ¿P or q u é , e n to n ces, co n clu y e K an t que una m áx im a tiene ca rá c te r le g a l intrínseco sólo si tiene lo q u e la p r u e b a d e lo u n iv e rsa liz a b le id en tifica c o m o fo rm a d e ley?59 P ara p o d e r en te n d e r esto, d e b e m o s ten er p r e se n te s d o s e le m en to s. El p rim e ro ya lo h ice notar. P ara q u e sea u n a ley, no b a s ta q u e u n p rin c ip io s e a g ra m a tic a lm e n te u n iv e rsa l; ta m b ién d e b e ser n o rm ativ o p a r a la p e rso n a que va a se g u irlo : d e b e h a b e r a lg u n a ra z ó n in telig ib le p o r la c u a l se a v in cu lan te p a r a esa persona. El se g u n d o e le m e n to tien e que ver c o n la m a n e r a en q u e fu n c io n a el re q u isito d e la u n iv e rsalizab ilid ad . El requ isito n o s d ice q u e d e b e m o s a c tu a r d e tal m o d o que p o d a m o s al m is 59 T a l vez valga la p e n a decir alg o sob re lo que sign ifica afirm ar que u n a m áxim a tiene un a "fo rm a ” . S e suele p e n sar q u e la “fo rm a ” d e u n a co sa se b asa en las relacion es que se e sta b le c e n entre su s partes, y las p arte s d e u n a m áxim a de acción (p a ra to m ar el caso m ás sen cillo) so n la acció n q u e se ha de llevar a cab o y el p ro p ó sito q u e se h a d e realizar. L a p la u sib ilid ad del p en sam ien to d e K ant d e q u e la c o rre c ció n de una acción particu lar d escan sa en la fo rm a de su m áxim a se p u e d e ver intuitivam ente si co n sid e ram o s los sig u ie n te s tríos de m áxim as: (A ) D e r rib a r é a A lex, p a r a q u ita rlo d e la tray ecto ria de u n a b a la q u e se ap roxim a. (B) D e rrib aré a A lex, p a r a d e sa h o g a rm e . (C ) G o lp e a ré un saco d e are n a, p a r a d esah o garm e.
(A ) E v itaré visitar a mi a b u e la e n el h ospital, p a r a evitar un co n ta g io al que soy esp e cialm e n te v u ln e ra b le . (B ) E v itaré visitar a m i a b u e la en el h ospital, p a r a a h o r ra r m e u n m al rato. (C ) E vitaré m irar los p r o g r a m a s de televisión d e m áxim a au dien cia, p a ra a h o rrarm e un m al rato. E n c a d a con junto, las m á x im a s d e A y B atañ en al m ism o acto u om isión; sin em b argo, ad o p ta r la m áxim a A e s p e rm isib le o in clu so b u e n o , m ien tras q u e la B e s incorrecta. P ero esto n o se d eb e sim plem en te al p ro p ó sito d e la m áxim a B, pu es la m áxim a C tiene el m ism o p ro p ó sito , sin e m b argo , u n a vez m ás, ésta es p erm isib le. L o que es in co rrec to en re lació n co n la acción cuya m á x im a e s B, en tonces, n o e stá ni e n la acción que se lleva a cab o n i e n el p ro p ó sito p o r el cu al se lleva a cab o , sino en la relación entre am b o s. Y la re la ció n entre las dos partes d e la m áxim a es su form a.
m o tiem p o q u e r e r q u e n u estras m á x im a s sea n leyes un iversa les. Si u n a m á x im a p a sa e sta p ru e b a , la a c c ió n e s c o rre cta e n el sen tid o a m p lio —es c o rre c ta , p e rm isib le , no in co rrec ta—. S ó lo cu an d o u n a m á x im a no p a sa la p r u e b a te n e m o s un d e b e r —el deb er d e h ac e r lo o p u e sto d e lo q u e e s t a m áx im a d ic ta co m o ley—. A sí, u n a m á x im a d e deber n o e s m e r a m e n te a q u e lla que podemos q u e r e r q u e se a ley un iversal, sin o a q u e lla q u e debemos q u e re r que s e a ley u n iv ersal. Y e sto sig n ific a que la m áx im a es un a ley co n la c u a l n o s c o m p ro m e te n u e str a p ro p ia voluntad; sin e m b a rg o , u n a m áx im a co n la c u a l n os c o m p ro m e te n u estra p ro p ia v o lu n ta d es norm ativa p ara nosotros. Y esto, p a r a volver al p rim e r p u n to , es lo que un p r in c ip io d e b e ser p a r a que sea una ley p ara n o s o tr o s —d e b e ser n orm ativ a p a r a nosotros—. De nuevo, un e je m p lo e sc la re c e rá el a rg u m e n to . T om aré el e je m p lo m ás sen cillo d e Kant, el d e la p ro m e sa e n g a ñ o sa (G 422). U n h o m b re en a p u r a c io n e s e c o n ó m ic a s p ie n sa en pe d ir d in e r o en p r é s ta m o h acien d o u n a p r o m e sa fa lsa d e que lo devolverá. S u m áxim a es “P ara o b t e n e r d in e ro en p ré sta m o p ro m e te ré q u e lo d evolveré a u n q u e sé q u e e sto n u n ca su ce d e r á ”. S e p r e g u n ta si p o d ría q u erer q u e su m áx im a se c o n v irtie ra en u n a ley u n iv e rsa l. E sto sig n ific a q u e se im agin a u n m u n d o d o n d e to d o a q u e l q u e n ecesite d in e r o p r o m e te r á e n falso y se im a g in a qu e, al m ism o tiem p o , él fo r m a p a rte d e e ste m u n d o , q u e q u iere su m á x im a . S u p re g u n ta e s si p u e d e q u e re r to d a e sta situ ació n . A h o r a su m áx im a se d e r iv a d e un im p erativo h ip o té tico: “Si q u ie re s c o n se g u ir d in ero p r e s ta d o , en to n ce s haz u n a p ro m e sa fa ls a .” A su vez, este im p e r a tiv o hipotético se d e riv a del p rin c ip io r a c io n a l d e q u e q u ie n q u ie re un fin quiere los m ed ios n e c e s a r io s , ju n to con la ley “c a u s a l” d e q u e las p ro m e sas e n g a ñ o s a s so n m e d io s para la p o s e s ió n d el d in e ro , o q u e la ca u sa rán (G 4 1 7 ). Sin em b argo , en el m u n d o en el cu al e sta m áx im a se u n lv e rsaliz a, e sta ley “c a u s a l” n o se so stie n e, p u e s si to d o s los q u e n e c e sita r a n d in ero e n e fe c tiv o tra ta ra n d e h ac e r u n a p r o m e sa falsa, d ic e Kant, “n a d ie c r e e r ía q u e le h a sido p ro m etid o a lg o , sin o q u e se reiría d e to d a m a n ife sta c ió n sem e jan te c o m o d e un a sim u lac ió n inútil” (G 4 2 2 ). E l h o m b re d e l e je m p lo n o p u e d e q u e r e r ra cio n alm e n te a c tu a r c o n fo rm e a su m á x im a y, al m ism o tie m p o , q u erer ra c io n a lm e n te u n a situ ació n q u e m erm e la ley c a u s a l d e la cu al se d e r iv a la r a c io n a lid a d d e ac
tu a r co n fo rm e a su m áx im a . U n h o m b r e q u e q u ie ra u s a r la in stitu c ió n d e la p r o m e s a en la b ú sq u e d a d e s u fin d e b e q u e rer q u e la in stitu c ió n fu n c io n e ; y é sta n o fu n c io n a r a a m en o s q u e las p r o m e s a s en g e n e r a l se h a g a n d e b u e n a fe. A sí él mismo e stá o b lig a d o a q u e r e r c o m o ley q u e la g e n te h a g a s u s p ro m e sa s d e b u e n a fe, sie m p re q u e q u ie ra e sta m á x im a particu lar. P or co n sig u ie n te , n o p u e d e q u e r e r r a c io n a lm e n te a c tu a r c o n fo rm e a e sta m áx im a y al m ism o tie m p o q u e re r q u e é sta se co n v ie rta en u n a ley.60 L o im p o rta n te a q u í es q u e e s la p r o p ia v o lu n ta d d e l h o m b re lo q u e lo o b liga co n la ley d e q u e las p r o m e s a s d e b e n h acerse d e b u en a fe, si es q u e se v an a hacer. El a r g u m e n to n o es q u e p r o m e te r s e a en g e n e r a l u n a in stitu ció n útil o q u e la c o rre c ció n de m a n te n e r las p r o m e sa s e sté e sc rita e n la n a tu ra le z a d e las co sa s. El h o m b r e e stá c o m p r o m e tid o c o n la in stitu ción d e la p r o m e s a p o r su p r o p ia m áx im a ya que q u ie r e e m p le a rla co in o u n m ed io p a r a s u fin. Es su p r o p ia vo lu n tad , y n a d a m ás, lo q u e h a c e im p o sib le q u e él q u ie r a la u n iv e r sa lid a d d e las p r o m e sa s fa lsa s. De esta m an e ra , la p ru e b a d e lo u n iv e rsa liz ab le m u e stra cu áles so n los p r in c ip io s q u e n u e str a s p r o p ia s m áx im as n o s c o m p r o m e te n a q u e r e r q u e s e a n leyes. C o m o K an t lo dice, si el h o m b re q u ie r e la m áx im a, es im p o s ib le q u e a d e m á s q u ie ra q u e se c o n v ie r ta en ley, m ás b ien h a d e v e rse él m ism o c o m o u n a e x c e p c ió n (G 4 2 4 ).61 P e rm íta se m e h a c e r un a breve d ig re sió n . E s en e ste p u n to d e l a rg u m e n to c u a n d o la o b je ció n q u e K a n t fo rm u la co n tra W olff —la o b je ció n d e “ fo rm a lism o v a c ío ”— e n tra en acció n c o m o u n a o b je c ió n co n tra el p ro p io K an t. S e g ú n e sta o b jeció n , la F ó rm u la d e la L e y U n iv ersal c a re c e d e co n ten id o , p o rq u e n o hay re stric c io n e s so b r e lo q u e podemos q u e re r que sea ley un iversal, y p o r co n sig u ie n te n o hay im p lic a c io n e s a c e rc a d e M) E xplico m á s a fo n d o m is p u n tos de vista ac e rca d e c ó m o d e b e ría ap licarse la F ó rm u la d e la Ley U n iversal en “K an t’s F orm u la o f U niversal L a w ”, pp . 2 4 47. S1 Es e se n cial ten er en m ente q u e estas c o n sid e ra c io n e s p o r sí m ism as no m u e stran p o r qué la acció n es irracio n al. T o do lo q u e este argum en to m u estra es p o r qué la m áxim a no p u e d e ser qu erid a c o m o u n a ley —no por qué un ser ra c io n a l só lo deb e qu erer m á x im as que p u e d a n se r q u e rid as com o leyes—. P a r a esa p a rte del a rg u m e n to n ecesitam os d a r el o tro p a so d e scrito en la con clusión d e este texto.
lo q u e debemos q u e re r q u e s e a u n a ley un iversal. A h o ra e sp e r o q u e el e je m p lo q u e a ca b o d e d a r s u g ie r a q u e esta o b je c ió n e stá e q u iv o ca d a , y q u e existen leyes c o n las c u a le s n o s c o m p ro m e te n u e stra p r o p ia vo lu n tad . Pero ta m b ié n es im p o rtan te e n te n d e r en q u é se eq u iv o ca un a p r o p u e s ta p a r a reso lv e r el p r o b le m a d e la v a c u id a d q u e a veces p la n te a n a q u e llo s q u e , c o m o H e g e l, a p r u e b a n la e x p licació n kan tian a d e la m otivación m o ra l p e r o q u e p ie n sa n q u e la F ó rm u la de la L e y U n iv e rsa l es vacía. L a p r o p u e s ta es q u e es p o sib le im p o r ta r a l siste m a a lg u n a ley e x te rn a o c o n sid e r a c ió n n o rm a tiv a p a r a r e so lv e r el su p u e sto p ro b le m a d e la v a c u id a d y d a r co n ten id o a n u e s t r o s d e b e re s.62 E sta fue la p ro p ia so lu ció n d e K a n t en el E n sayo p a r a el Pre m io, d o n d e in trod u ce los ju ic io s d e l se n tid o m o ra l p a ra d a r c o n te n id o a las o b lig a c io n e s c u y a fo r m a es el p rin cip io “ haz aqu ello q u e es p e rfec to ”. U n a v a r ia n te d el p ro p io a rg u m e n to k an tian o en la Fundam entación I m u e str a p o r q u e se re ch az a e sta so lu ció n . S e a q u e la acció n tie n e su p e rfe c c ió n en sí m is m a, o q u e n o la h acem o s en v ir tu d d e s u p e rfecció n , sin o en vir tu d d e lo q u e le d a s u p e rfe c c ió n —e n e ste c a s o , la a p r o b a c ió n d e l s e n tid o m o r a l—. L a ra zó n p o r la cu al la acción es p e rfe c ta y la ra z ó n p o r la c u a l u n a p e r s o n a b u e n a la h ace d e b e n se r e x a c ta m e n te la m ism a. L a p e r fe c c ió n d e la acció n n o p u e d e s e r c o n fe r id a extrín secam en te p o r el s e n tid o m o ra l; d e b e s e r in trín se ca a la a cció n m ism a . El c o n te n id o in tro d u c id o a p a r tir d e fu e n te s n o rm a tiv a s ex tern as v u ln e r a el an álisis k a n tia n o d e la m a n e r a ta l co m o h e m o s visto. A h o r a p o d e m o s o c u p a r n o s d e u n a m a n e ra b a sta n te m ás sim p le d e e la b o r a r el a rg u m e n to c o n tr a la L e y E x tern a. S u p o n g a m o s, d e n u e v o , q u e la L e y E x te r n a e stá en v ig o r p o rq u e e s la ley de la v o lu n ta d d e D ios. S e s u p o n e q u e esto es lo q u e la h ac e n o rm a tiv a . P e ro , ¿có m o ? L a v o lu n ta d d e D io s s ó lo es n o rm a tiv a p a r a m í si es la ley d e mi p ro p ia v o lu n ta d o b e d e c e r la v o lu n ta d (a Por ejem plo, d e sp u é s de elogiar y ra tific a r la con cepción kan tiana d e la au to n o m ía d e la voluntad, H egel dice “ sin e m b a rg o , ad h erirse a la p o sic ió n exclu sivam en te m o ra l, sin h ace r la tra n sic ió n a la con cepción d e la ética, es red u cir esta gan an cia a un fo rm alism o vacío [. ..]; d esde lu ego , se p u e d e in troducir m aterial de fuera y en c o n se c u e n c ia se p u e d e lle g a r a d e b e re s particu lares [ ...] " , The Philosophy of Right, pp. 8 9 - 9 0 . D ebo la re fe re n c ia a D aniel B ru dn ey .
d e D ios. É sta es u n a v ie ja id e a h o b b e sia n a —q u e n a d a p u e d e se r u n a ley p a ra m í a m e n o s q u e e sté o b lig a d o a o b e d e c e r la , y n a d a p u e d e o b lig a rm e a o b e d e c e r la si n o te n g o un m otivo p a ra h a c e rlo — 63 N o o b stan te, K an t va u n p a so m ás allá d e H o bb es. N a d a e x c e p to mi p r o p ia v o lu n ta d p u e d e h ac er q u e u n a ley sea n o rm a tiv a p ara mí. Ni s iq u ie r a la im p o sic ió n d e u n a san ción p u e d e p a sa r p o r e n c im a d e m i vo lu n tad , ya q u e u n a re c o m p e n sa o u n castig o só lo v in c u la mi vo lu n tad si yo q u iero ob te n er la r e c o m p e n sa o e v ita r el c a stig o —es decir, si c o n v ie rto en m i m á x im a q u e mi in terés o p r e se r v a c ió n sea u n a ley p a ra m í—. S ó lo a q u e lla s m áx im a s q u e h an m o str a d o se r n e c e sa ria s por la p r u e b a de lo u n iv e rsa liz ab le —sólo a q u e lla s a las cuales m e c o m p ro m e te mi p r o p ia v o lu n ta d — so n intrínsecamente n o r m a tivas. Y e sto , com o lo s r a c io n a lista s lo han a r g ü id o d e sd e el p rim e r m om en to, es lo q u e d e b e ser u n a o b lig a c ió n . L a a u to n o m ía es la ú n ica fu e n te p o sib le d e la n o r m a tiv id a d in trín seca y, p o r lo tanto, d e la o b lig a c ió n . U n re su lta d o d e lo a n te r io r e s q u e m u e stra q u e lo s r a c io n a lista s b ritá n ico s e r r a r o n su o b je tiv o en a lg u n a m ed id a, Se o p u sie r o n a l h o b b e sia n ism o , a la te o r ía d el se n tid o m o r a l y a la te o ría d e l m a n d a to d iv in o , a le g a n d o , c o m o lo p e n sa b a n , q u e e sto s p un tos d e v ista h acen d e la m o r a lid a d u n asu n to de d e re c h o positivo. P ero el an álisis k an tian o m u e str a q u e la p o sitiv id a d no e s el p r o b le m a . U n a ley e n la n a tu ra le z a d e las c o sa s, si se la en tien d e c o m o u n p rin c ip io te ó r ic o o m etafísico q u e es extern o a la v o lu n ta d , d a o r ig e n a e x a c ta m e n te el m ism o p ro b le m a que el d e re c h o d iv in o .54 L a s leyes en la n atu raleza 6S V éase en especial L eviath an , parte I, cap. 14. 64 E sto puede resu ltar e sp e c ia lm e n te difícil d e en ten der, p o rq u e los a r g u m en to s q u e los ra c io n alistas b ritá n ico s usan p a r a m o stra r que las leyes m o rales so n en re alid ad leyes d e ra z ó n son sim ilares a las que K an t utiliza p a ra m o s tr a r q u e la s leyes m o r a le s so n leyes q u e d e b e m o s q u e re r racionalm en te. En se n tid o estricto, los ra c io n a lista s no d e b e ría n d a r a rg u m e n to s en fa v o r de las leyes m orales, d a d o que p ie n san que e sta s leyes son obvias. Sin em b ar go, Clarke, en particular, tra ta d e recalcarle este carácter o b v io a su s lecto r e s a p e la n d o a arg u m en to s to m ad o s d e la "R e g la d e O r o ”, y los argu m en tos p roven ien tes d e este p rin c ip io son sim ilares a los d e riv a d o s del im perativo categó rico . P o re je m p lo , C lark e d ice q u e si no fu é ra m o s c o rru p to s, “ sería tan im p o sib le que un h o m b re, co n trario a la ra z ó n e te rn a de las cosas, d e se ara o b te n e r una p eq u eñ a g a n a n c ia p a ra sí m ism o, vio len tan d o y d a ñ a n d o a su
de las c o sa s s ó lo p u e d e n h acer q u e n u e stra s m áx im as sea n e x trín sec am e n te n o rm ativ as, no in trín se ca m e n te n o rm ativ as. El p ro b le m a c o n e sta s te o ría s no es q u e su s leyes sean p o sitiv a s, sin o q u e su s ley es n o sean q u e r id a s d e m a n e r a a u tó n o m a , y p o r lo tanto q u e n o s e a n in trín se cam e n te n o rm ativ as, S in e m b a rg o , las leyes k a n tia n a s de la a u to n o m ía s o n leyes p ositivas: las leyes m o ra le s e x iste n p o r q u e nosotros la s le g isla m o s. O tro o b je tiv o e r r a d o , e sta vez d e la filo so fía m o r a l b r itá n ica m ás e n g e n e ra l, es el c a r á c te r an alizab le de lo s c o n c e p to s m o r a le s. P rice y H u tc h e so n e s t á n de a cu erd o e n q u e las id e a s m o r a le s so n fu n d a m e n ta lm e n te “ sim p le s”, y só lo p u e d e n ser d e fin id a s triv ialm en te m e d ia n te s in ó n im o s.65 E sta id e a tie ne e co en la in q u ie tu d d e G .E . M o o r e p o r la “fa la c ia n a tu r a lista ”: d a d o q u e, p o r eje m p lo , n o se p u e d e c o n sid e ra r q u e “el p la c e r” y el “b ie n ” sig n ifiq u e n lo m is m o , M oore concluye q u e e l “b ie n ” e s u n a id e a sim p le.66 S ig u ie n d o a M oore, R o ss h ace u n a afirm a ció n s im ila r ace rc a d e lo “c o r r e c t o ” .57 L a v e rd a d en e sto s a rg u m e n to s e s la sigu ien te: las a fir m a c io n e s acerca, d ig a m o s, del placer, o lo q u e m axim iza el p la c e r, n o so n in trín se cam e n te n o rm a tiv a s, c o m o sí lo son las a fir m a c io n e s a c e rc a d e lo c o r r e c to y el bien . L a n o r m a tiv id a d de u n c o n c e p to é lic o n o se p u e d e d eriv ar d e u n c o n c e p to n o ético, d e m o d o q u e n in g ú n c o n c e p to ético p u e d e ser a n aliz a d o p o r c o m p le to e n té rm in o s d e u n co n ce p to n a tu r a l o fáctico. T o d o s e sto s filó so fo s co n clu yen q u e los c o n c e p to s n o rm ativ o s so n in a n a liz a b le s. En c o n se c u e n c ia , p ien san q u e n u e stro e n te n d im ie n to d e l co n cep to n o rm ativ o n o n os p e rm ite e le g ir su s o b je to s, y q u e p o r lo tanto d e b e m o s r e cu rrir a un se n tid o , o a u n a fa c u lta d d e in tuición q u e fu n c io n e c o m o un se n tid o . P ero el a n álisis k an tian o n o r e d u c e el co n cep to n o rm a tiv o a u n c o n c e p to n o n orm ativ o; m á s b ien re d u c e el c o n te n id o n o rm ativ o a u n a fo rm a n o rm a tiv a . L o q u e el an álisis g e n e ra e s prójim o; en lu g a r d e e so , d e se a ría ser p r iv a d o d e lo n ecesario él m ism o , p a r a satisfacer la p o c o ra zo n a b le codicia o a m b ic ió n d e otro ” (C larke, p p . 6 1 9 6 2 0 /2 0 8 ). 65 Price, p. 4 1 / 1 4 1 ; H u tch eson , Inquiry Concerning Ihe O riginal of Our Id e as ofVirtue or M o ral Good, p. 305. 66 G .E. M o ore, Principia Etkica, pp. 5 - 1 7 . 67 W.D. R oss, The R ig h ta n d th e Good, p p . 7 - 1 2 .
q u e las accio n es c o r re c ta s s o n a q u ellas cu y as m á x im a s tien en u n a fo r m a d e ley, q u e e s la fo r m a d e la p ro p ia n o rm a tiv id a d . S ie m p re q u e p u e d a h ac erse q u e fu n c io n e el p ro c e d im ie n to del im p e ra tiv o c a te g ó ric o , el a n á lisis k a n tia n o sí n os p e rm ite ele gir los o b je to s del c o n c e p to ; es decir, n o s p erm ite id e n tific a r n u e stro s d e b e re s. D e sc u b r im o s el co n te n id o d e la m o r a lid a d v ie n d o q u é m á x im a s tien en fo r m a n orm ativ a. A u n q u e tal vez el e rro r m ás fu n d a m e n ta l d e los m o r a lista s b ritá n ic o s del sig lo X V li l a s í c o m o d e l siglo X X fu e a c e p ta r el d ile m a d e H u m e , p u e s e ste d ile m a n o s d e ja co n u n a e le c c ió n in fo rtu n a d a . S i es el m otivo d e la a c c ió n lo q u e le c o n fie re su v irtu d , e n to n c e s ese m otivo n o p u e d e ser el m otivo d e la o b lig a ció n . L o s ra cio n a lista s e n c o n tr a r o n e sto o b je ta b le , p o r q u e p a re ce c o m o si al m en o s a lg u n a s a c c io n e s realm en te d e b ie r a n ser r e a liz a d a s p o r el m otivo d e la o b lig a c ió n , y p o rq u e el h ec h o d e la o b lig a c ió n p a rece d e p e n d e r d e la p o sib ilid a d d e l m otivo. L o s r a c io n a lis ta s e v ita r o n la o b lig a c ió n , p e ro a c o sta d e situ ar la m o r a lid a d e n las p r o p ie d a d e s m e tafísica s d e las a c c io n e s, e n vez d e e n las p r o p ie d a d e s m o tiv a c io n a le s d e la gente. El a r g u m e n to d e la Fu n d am en tación I p o n e de m an ifie sto q u e n o te n e m o s p o r q u é a c e p ta r el d ile m a de H u m e , p u e s to q u e K a n t m u e stra q u e la p re m isa del a rg u m e n to h u m ea n o —q u e cu m p lir co n n u e stro d e b e r p o r el m otivo d el d e b e r es u n fo r m a lism o vacío— es fa lsa , U n a o b lig a ció n , o un a a c c ió n h e c h a p o r el m o tiv o d el d e b e r, es u n a acción q u e el a g e n te m is m o d e b e q u e r e r co m o u n a ley u n iversal, Se tra ta , en su n a tu r a le z a y e se n c ia , de una a c c ió n q u e r id a de m an e ra a u tó n o m a , P a ra c o m p le ta r el a r g u m e n to , y m o s tr a r q u e la o b lig a c ió n e xis te re a lm e n te , K an t só lo n e c e s ita m o stra r que los seres h u m a n o s so n c a p a c e s d e m o tiv ació n a u tó n o m a ; e sto es, q u e p o d e m o s ser m o tiv a d o s p o r a q u e lla s leyes q u e d e b e m o s q uerer. Si so m o s ca p a c e s d e d a r n o s leyes, e n to n c e s te n e m o s o b lig a c io n e s. [ Traducción de L a u r a E. M anríquez]
B IB L IO G R A F ÍA A nscom be, G .E.M ., “M o d ern M oral P h iio so p h y ”, Phiiosophy, vol. 33, no. 124, pp. 1-1 9 , 1958 (Collected Philosophical Papen of G.E.M. Ans combe, vol. III, University o f M innesota Press, M inneápolis, 1981). [La versión en castellan o, “F ilo so fía m oral m od ern a", ap arece in cluida en esta an tología, pp. 2 7 -5 3 .J A ristóteles, Etica Nicomúquea, trad. Ju lio Pallí Bonet, G rc d o s, M adrid, 1985 (Biblioteca C lásica C redos, 89), Balguy, Jo h n , The Foundation of Moral Goodness: O r a Further Inquiry into the Original of Our Idea of Virtue, G arland, N u eva York, 1976 [1728], Beck, Lewis White, Early Germán Phiiosophy: Kant and His Predecessors, H arvard University Press, C am bridge, 1969. Butler, Jo se p h , Five Sermons Preached a t the Rolls Chapel, ed. Stephen Darw all, H ackett, In d ian áp olis, 1983. Clarke, Sam uel, “A D isco u rse C on cern ing the U nalterable Obligations o f N atu ral R eligión an d the T ru th a n d C ertainty o f the Christian Revelation: T h e Boyle L ectures 1705”, The Works of Samuel Clarke, G arland, N u ev a York, 1978. Q. y P. K n ap lo n , Londres, 1738.] D arw all, Stephen, Impartial Reason, C o rn ell U niversity Press, Ithaca, 1983. Falk, W.D., “‘O u g h t’ an d M otivation” , Proceedings of the Aristotelian Society, vol. 48, 1 9 4 7 -1 9 4 8 , pp. 4 9 2 -5 1 0 (reim p reso en Ought, Reasons, and Morality: The Collected Papers of W.D. Falk, Cornell U niversity Press, Ithaca, 1986). Frankena, W illiam, “O b lig atio n and M otivation in Recent M oral Philo so p h y ”, en A.I. M elden (comp.), Essays in M oral Phiiosophy, Uni versity o f W ashington Press, Seattlc, 1958 (reim p reso en Perspectives on Morality: Essays of William K. Frankena, ed. Kenneth E. Goodpaster, University o f N o tre Dame P ress, L o n d re s, 1977). H egel, G.W.F., T he Phiiosophy of Right, trad. T.M . K n ox, O xford Uni versity Press, O x fo rd , 1952. H obbes, T h o m a s, Leviathan, cd. C .B . M acp h erso n , Penguin, Harm ondsw orth, 1968 [1 651]. [Versión en castellan o : Leviatán o la ma teria, forma y poder de una república eclesiástica y civil, trad. Manuel Sánchez Sarto, F o n d o de Cultura E co n ó m ica, B u e n o s Aires, 1980.] H um e, David, A Treatise of Human Nature, ed. L.A . Selby-Bigge y P.H, N idditch, C laren d o n Press, O xford, 1978 (1888). [V ersión en cas tellano: Tratado de la naturaleza humana, 3a. ed., ed. y trad. Félix D uque, T ecnos, M adrid, 1998.]
H u m e , David, Enquiry Concerning the Principies of Moráis, ed. L.A . Selby-Bigge y P.H. N íd d itch , C larendon P ress, O x fo rd , 1975. H u tch eson , Francis, lllustrations on the Moral Sense, ed. B ern ard Peach, H arvard University P ress, C am bridge, 1971 [1728]. ------- , “Inquiry C o n cern in g the O riginal o f O u r Id e a s o f V irtue o r M oral G o o d ” [1725], en D.D. R aphael (com p.), The British Moralists 1650-1800, vol. I. Kant, Im m anuel, Critique of Practical Reason [C2] (1788), P russian A cadem y E dition (Kants gesammelte Schriften, P rcu ssisch e Akadem ie d er W issenschaften, Berlín, 1900-1942), vol. V; trad. Lewis W hite Beck, Bobbs-M errill Library o f L ib eral A rts, Indianápolis, 1956. [Versión en c astellan o : Critica de la razón práctica, trad. Dul ce M aría G ranja, M igu el Á n gel P orrúa/U A M -Iztapalapa, México,
2000.]
-----, Critique of Puré Reason [C l]
(la . ed. 1781, 2a. ed. 1787), trad. N o rm an Kem p Sm ith, M a cm illan /S t. M artin P ress, N ueva York, 1965. [Versión en c astellan o : Critica de la razón pura, trad. Pedro R ibas, A lfagu ara, M ad rid , 1996.]
-----, Enquiry
Concerning the Clarity of the Principies of Natural Theology and Ethics [PE] ( “Prize E ssay”, 1763), P ru ssian A cadem y Edi tion (Kants gesammelte Schriften, P reussisch e A kadem ie d e r W issens chaften, Berlín, 1 9 0 0 -1 9 4 2 ), vol. II; Kant: Selected Pre-Critical Writings and Correspondence with Beck, trad. G .B. K e rfe rd y D.E. Wal-
ford, M anchester U niversity P re ss/B a rn e s and N o ble, Mancheste r/N u e v a York, 1968. ------- Foundations of the Metaphysics of Moráis [G ] (1 7 8 5 ), P ru ssian A cadem y E d ition ( Kants gesammelte Schriften, P reu ssisch e A kade m ie der W issenschaften, Berlín, 1 900-1942), vol. IV; trad. Lewis W hite Beck, B o bbs-M errill Library o f L ib eral A rts, Indianápolis, 1959. [V ersión en c astellan o : Fundamentación de la metafísica de las costumbres, trad. J o s é M ard om in go, Ariel, B arcelon a, 1996.] ------- , “Idea fo r a U niversal H istory from a C o sm o p o lita n Point o f V icw ” [IU H ] (1784), P ru ssia n A cadem y Edition (Kants gesammelte Schriften, Preussische A k ad em ie d e r W issenschaften, Berlín, 19001942), vol. VIII; Kant on History, ed. y trad. Lewis White Beck, Bobbs-M errill L ib rary o f L ib eral Arts, In d ian áp o lis, 1963. [Versión en castellano: “Ideas p ara u n a historia universal e n clave cosm o p o lita ” , Ideas para una historia universal en clave cosmopolita y otros escritos sobre Filosofía de la Historia, trad. C o n ch a R o ld án y Roberto R odríguez, T ecn os, M adrid, 1994 (la . ed . 1987).] ------- Religión Within the Lim its of Reason Alone [R] (1 7 9 3 ), Prussian A cadem y Edition (Kants gesammelte Schriften, P re u ssisc h e Akade-
,
,
m ié der W issenschaften, Berlín, 1 9 0 0 -1 9 4 2 ), vol. VI; trad. Theodore M. G reen e y H oyt H. H udson, O p e n Court, La Saíle, 1934 (reim p reso en H arp e r Torchbooks, N ueva York, 1950). [Versión en castellano: L a religión dentro de los límites de la mera razón, trad. Felipe M artínez, A lianza, M adrid, 1981.] Kant, Im m anuel, The Metaphysical Elements ofJustice [MJ], parte I d e The Metaphysics of Moráis (1797), P ru ssia n A cadem y Edition (Kants gesammelte Schriften, Preussische A k ad e m ie d e r W issenschaften, Berlín, 1900 -1 9 4 2 ), vol. VI. [Versión en castellano; “Principios m e tafísicos d e la d o ctrin a del derecho” , p rim e ra p arte de L a metafísica de las costumbres, trad. A Cortina y J . C on ill, T ecn os, M adrid, 1989 ] ------- The Metaphysical Principies of Virtue [MV], parte II de The Metaphysics of Moráis (1797), P ru ssian A cadem y E d ition (Kants ge sammelte Schriften, P reussische A kad em ie d er W issenschaften, B er lín, 1 900-1942), vol. VI; Immanuel Kant: Ethical Philosophy, trad. Jam es Ellington, Hackett, ln d ian áp olis, 1983. [Versión en castella no: “P rin cip ios m etafísicos de la d o c trin a d e la virtud”, se g u n d a parte d e L a metafísica de las costumbres, trad. A. C ortina y J. Conill, Tecnos, M adrid, 1989.] Korsgaard, C h ristin e M., “Aristotle o n F un ction and V irtu e”, History of Philosophy Qiiarterlyi, vol. 3, 1986, p p . 2 5 9 -279. ------- , “ K an t’s F o rm u la o f Universal L a w ”, Pacific Philosophical Quarterly, vol. 66, p p . 2 4 -4 7 , 1985 (reim p reso en Creating the Kingdom of
,
Ends). ------- , “M orality as Freed om ”, Creating the Kingdom of Ends, C am b rid ge University Press, C am bridge, 1996. ------- , “Sk ep ticism a b o u t Practical R e a so n ”, The Journal of Philosophy, vol. 83, p p . 5 -2 5 , 1986 (reim preso e n Creating the Kingdom ofEnds). M oore, G .E., Principia Ethica, C am b rid g e University Press, C am b rid ge, 1903. [V ersión en castellano: Principia Ethica, 2a. ed., trad. A dolfo G a rc ía D íaz y A n a Stellino, In stituto de Investigaciones Filosóficas-UNAM, M éxico, 1997.] Nagel, T h o m a s, The Possibility of Altruism, O x fo rd University Press, O xford, 1970. [V ersión en castellano: L a posibilidad del altruismo, trad. A riel Dilon, Fondo de C u ltu ra E con óm ica, México, 2004.] Price, R ich ard, A Revieiu of the Principal Questions in Moráis, ed. D.D. R aphael, C laren d o n Press, O xford, 1948. Prichard, H .A ., “Duty an d Interest”, Moral Obligation and Duty and Interest: Essays and Lectures by H.A. Prichard, C laren d o n Press, O x ford, 1928 (reim p reso en W ilfrid S e lla r s y Jo h n H osp ers (com ps.), Readings in Ethical Theory, Prentice-H all, Englew ood C liffs, 1970).
R aph ael, D. D. (com p .), The British Moralists 1650-1800, vols. I y II, O xfo rd University P ress, O xford, 1969. R eath, A ndrew s, “H ed o n ism , H eteron o m y a n d K ant’s Principie o f H a p p in e ss”, Pacific Philosophical Quarterly, vol. 70, no. 1, 1989, pp. 4 2-72. R oss, W.D., Tlie Right and the Good, C laren d o n Press, O xford , 1930. Sch ilpp, Paul, Kant’s Pre-Critical Ethics, N orth w estern University Press, C h icago, 1938 (reim p reso p o r G a rla n d , N u ev a York, 1977). [Ver sió n en castellano: L a éticaprecrítica deKant, 2a. e d ., trad. Je ró n im o M uñoz y E lsa C ecilia Frost, Instituto d e In vestigacion es FilosóficasU N A M , M éxico, 1997.] Sm ith, A dam , Theory of Moral Senliments, O x fo rd University Press, O x ford, 1976 (reim p reso en L iberty C lassics, In d ian áp olis, 1982). W illiam s, B ern ard , Ethics and the Limits of Phiiosophy, H arvard U niver sity Press, C am bridge, 1985. [V ersión en castellano: La ética y ios límites de Lafilosofía, trad. Luis C astro Leiva, M onte Ávila, C aracas, 1997.] ------- , “Internal a n d E xtern al R e aso n s” , Rational Action, ed. Ross Harrison, C am b rid g e U niversity Press, C am b rid ge, 1980 (reim preso en su Moral Luck, C am b rid ge University Press, C am bridge, 1981). [Versión en castellano: “R azon es in tern as y externas", L a fortuna moral, trad. S u san a Marín, Instituto de In vestigacion es FilosóficasU N A M , M éxico, 1993, pp. 1 3 1 -145.] ------- , “P ractical N ecessity", The Philosophical Frontiers of Christian Theology; Essays Presented to D.M. MacKinnon, ed. Brian H ebblethwaite y Stew art Suth erlan d , C am b rid ge University Press, C am b rid ge, 1982 (reim p reso en Moral Luck). [V ersión en castellano: “L a n ecesidad p rá c tic a ”, L a fortuna moral, trad . S u sa n a Marín, Instituto d e In v estigacio n es Filosóficas-UNAM, M éxico, 1993, pp. 159-167.]
G u sta v o O r t iz M il l á n
1. C o m o p a r te d e la m o r a lid a d q u e d ic ta el s e n tid o co m ú n , m u c h a s veces o ím o s a la gen te d e c ir : “T ie n e s el d e b e r d e res p e ta r te ”, “T ie n e s la o b lig a c ió n d e se r feliz”, “T ie n e s la o b li g a c ió n d e d e sa rro lla r tus p r o p io s ta le n to s”, o in clu so “M e he h ech o la p r o m e sa d e d e ja r d e f u m a r ”, sin que: e sto n o s p a re z ca r a r o .1 P ero, ¿qué sig n ific a e x a c ta m e n te ten er un d e b e r m o ra l co n n o s o t r o s m ism o s? E n e s t e te x to so ste n d ré q u e el c o m p o r ta m ien to m o r a l que recae en un o m ism o no se p u e d e in te rp re ta r a d e c u a d a m e n te e n té rm in o s d e d e b e r e s , p o rq u e la n o c ió n de d e b e r e s h ac ia uno m ism o e n tr a ñ a un a c o n tra d icció n . Sin em b a rg o , a firm a r que no hay d e b e r e s m o rale s h acia uno m ism o no su p o n e de n in gú n m o d o la in e x iste n c ia d e l c o m p o rta m ie n to m o ra l q u e re p e rcu te en n o s o t r o s m ism o s —é sta s e r ía u n a ge n e ra liz a c ió n ileg ítim a—; ta m p o c o sig n ific a que éste p e rte n e z c a al á re a d e l c o m p o rta m ie n to p ru d e n c ia l. H ay a c c io n e s m o ra le s q u e re c a e n en n o so tro s m ism o s, p e r o p o d e m o s e x p lic a rla s m e j o r d e s d e el p u n to d e v ista d e las v irtu d e s q u e d e s d e el d e los d e b e r e s. N o creo que to d o n u e str o léxico d e los d e b e r e s p u e d a ser re e m p la z a d o co n el d e las v ir tu d e s, co m o lo han a firm a d o en el p a s a d o m u ch o s te ó r ic o s d e la virtud; lo q u e sí creo es q u e é sta es un área en la q u e el le n g u a je d e los d e b e re s p u e d e ser su stitu id o co n el d e las v irtu d e s —y c o m p le m e n ta d o co n el de lo s d e r e c h o s —. 2. C o m o la m o r a lid a d d e sen tid o c o m ú n n o n o s b rin d a un an á lisis d e l c o n c e p to d e o b lig a c io n e s o d e b e re s con u n o m ism o , m e c e n tr a r é aq u í e n K a n t, p r o b a b le m e n te el filó so fo q u e con m ay o r c la r id a d se h a e x p r e sa d o a c e rc a d e los d e b e r e s h acia ' A l o la r g o d e e sta discu sió n no d istin go enere d eb eres y o b lig a c io n e s. L o s tom o c o m o sin ó n im o s,
u n o m ism o co m o b a s e d e to d o s lo s d e m á s tip o s d e d e b e r e s. D e m o d o q u e e x a m in a r é su s a r g u m e n to s p a r a d e te r m in a r si d e b e m o s q u e d a r n o s co n e sta d istin c ió n o , co m o m e p a re c e , m ás v a ld r ía q u e n o h a b lá r a m o s d e d e b e re s h ac ia n o s o tr o s m is m o s y q u e r e fo rm u lá ra m o s la id e a en o tr o s térm in o s. H a b la r d e e ste tip o d e d e b e r e s e je m p lific a un a exten sió n in c o r re c ta d e n u e str a s te o ría s s o b r e lo s d e b e r e s a un á r e a en la q u e d e b e ría m o s u sa r o tra te rm in o lo g ía . S e g ú n K an t, los d e b e r e s co n u n o m ism o ab arcan v a ria s p r o h ib ic io n e s y ó rd e n e s: p r o h íb e n el su icid io , la a u to d e g r a d a c ió n se x u a l, la g u la, la e m b ria g u e z , la m en tira, la avaricia y el s e r v ilism o ; y e xigen te n e r c o m o m e ta s la p e rfe c c ió n m o r a l y la n atu ral. P ero m ás im p o rta n te q u e la lista d e d e b e re s co n n o s o tro s m ism o s, Kant n o s o fr e c e u n a c a ra cte riz a ció n m uy útil d e e sto s d e b e r e s en L a m etafísica de las costumbres (en la se c c ió n “ D e b e re s h ac ia sí m ism o en g e n e r a l ”). N o o b stan te, d e s d e el p r in c ip io K an t a firm a q u e e l c o n c e p to d e d e b e r h acia u n o m is m o e n c ie r r a u n a c o n tr a d ic c ió n . C ito in extenso: Si el yo que obliga se tom a en el m ism o sentido que el yo obligado, el d e b e r hacia sí m ism o es u n co n cep to contradictorio, Porque en el co n cep to de d e b e r e stá co n ten id o el de u n a coerción p asiva (yo soy obligado). A h o ra bien, com o es un d eb er hacia mí m ism o, m e rep resen to com o obligando, p or tanto, ejerciendo una co erció n ac tiva (yo, el m ism o sujeto, soy el que obliga); y la p ro p o sició n que e x p re sa un d eb er h acia m í m ism o (yo debo ob ligarm e a m í m ism o) con ten dría una o b lig ac ió n d e e sta r ob ligad o (una o b lig ac ió n p a siva que, sin em bargo, sería a la vez activa en el m ism o sen tid o de la relación), p or con sigu ien te, con ten dría una con trad icción . —Se p u ed e sacar tam bién a la luz e sta contradicción m o stran d o que e! que ob liga (auctor obligationis) p u ede ex o n e rar de la o b lig ac ió n terminus obligationis) al o b lig a d o (subiectum obligationis) e n cu al quier m om ento; p o r tan to (si los d os son uno y el m ism o su jeto), n o e stá o b lig ad o en ab so lu to a u n d eb er que él m ism o se im pon e: lo cu al e n c ie rra una co n trad ic c ió n .2
(i
2 1. K an t, “P rin cip io s m e ta físico s d e la d o ctrin a d e la virtu d ", L a metafísica de la s costumbres, parte I, § 1, p p . 2 7 4 - 2 7 5 . L a s cursivas son del o rig in a l. S o b re u n a d e fe n sa d e la idea d e los d e b e r e s h acia uno m ism o en K a n t, v é an se M, Patón, “A R e co n sid e ratio n o f K a n t’s T reatm ent o f D u ties to O n e s e lf”, y L. D enis, ''K an t’s E th ics an d D uties to O n e se lf". V é an se tam b ién A n d rew s
L a afirm a ció n d e q u e u n a p e rso n a tiene d e b e r e s p a r a consi go m ism a no p u e d e se r v erd ad era, p u e sto q u e g e n e r a un a co n trad icció n : e x ig e q u e la p e rso n a sea c o a c c io n a d a pasivam en te (p o r tales d e b e re s) y q u e al m ism o tiem p o c o a c c io n e activa m en te (leg islan d o e sto s m ism os d e b e r e s). E xiste un a an tin om ia en la idea d e d e b e re s h acia un o m ism o ; p e ro , se g ú n K an t, dicha an tin o m ia es a p a re n te . T ie n e que h ab e r d e b e r e s con u n o m is m o si q u e rem o s h a b la r d e cu alq u ie r o tro tipo d e d e b e res. K an t argu m en ta q u e no h a b r ía ningún tip o d e d e b e re s, n i siquie ra d e b e re s e x te rn o s, si no hubiese d e b e re s h a c ia u n o m isino. E sto s so n c o n d ic ió n p a r a la existen cia m ism a d e los deb eres con o tro s y d e to d o tip o d e d e b e res. “ P o rq u e yo no p u e d o re c o n o ce r que estoy o b lig a d o a o tr o s m ás que e n la m e d id a en q u e m e o b lig o a m í m ism o ; p o rq u e la ley, en v irtu d d e la cual yo m e co n sid e ro o b lig a d o , p ro c e d e e n to d o s lo s ca so s d e ini p ro p ia razó n p r á c tic a , p o r la que soy c o a c c io n a d o , sie n d o a la vez el q u e m e c o a c c io n o a m í m is m o ” .3 De e s t a m an e ra , K ant estab lece q u e te n e m o s q u e re c o n o c e r los d e b e r e s hacia uno m ism o p ara p o d e r r e c o n o c e r los d e b e r e s h a c ia los d e m ás. Si un a p e rso n a n o se p u d ie r a ob ligar, no h ab ría d e b e re s en a b so luto, p uesto q u e to d o s los d eb eres m o r a le s se b a s a n en n u estra p ro p ia razó n p rá c tic a . C u an d o alg u ien se r e c o n o c e co m o el le g isla d o r d e u n a ley ca te g ó ric a , r e c o n o c e q u e e s t á o b lig a d o , De tal m an e ra, se g ú n K an t, la única fo r m a d e ju s t ific a r los deb eres p a ra con los d e m á s e s a ce p ta n d o lo s d e b e re s h a c ia un o m ism o, L a fu erza d e los a rg u m e n to s k an tian o s se b a sa , sin e m b ar go, en d o s s u p o s ic io n e s m uy cu e stio n a b le s: la id e a d e un yo d iv id id o y la id e a de q u e la razó n p rá c tic a e s la fu en te de la m o ra lid ad . P e rm íta se m e exp licar e sto , aun c u a n d o éste no se a el lu g ar p a r a d e b a tir d e te n id a m e n te e stas tesis q u e con stitu yen el n úcleo d e la filo s o fía m o ra l k an tian a. K a n t d ic e que la id ea d e d e b e r h ac ia u n o m isin o e n tra ñ a una c o n tr a d ic c ió n si tom a m os el “yo q u e im p o n e la o b lig a c ió n ” en el mismo sentido que el “yo q u e e stá o b li g a d o ”. L ín e as d e s p u é s a fir m a q u e no estam o s o b lig a n d o y o b lig a d o s en el m ism o sen tid o , K an t c o n sid e ra q u e el su jeto d e u n d e b e r tiene d o s a sp e c to s: el ser se n sib le (el ca Reath, “Self-L egislation a n d D uties to O n c se lf” y N e lso n Potter, “D uties to O neself, M otivational In te rn alism , and Self-D eception in K a n t’s Ethics". 3 Kant, "P rin cip io s m e ta físic o s”, parte I, § 2, p. 275.
rá c te r fe n o m é n ic o ), q u e e stá o b lig a d o co n la “h u m a n id a d en la p r o p ia p e r s o n a ”, y el se r ra c io n a l, co n su v o lu n tad r a c io n a l m en te le g is la d o r a que h a b la en n o m b re d e e sa h u m a n id a d . El c o n c e p to d e h o m b re n o se p ie n sa d e la m ism a m a n e ra en a m b o s c a s o s .4 C u a n d o alg u ien h a b la d e d e b e re s p a r a co n un o m is m o, e s l o n o su p o n e q u e el yo se v e a o b lig a d o a o b lig a rse ; esto , se g ú n K an t, im p lica u n a c o n tr a d ic c ió n (se ría m o s u n a e sp e c ie d e e sq u iz o fr é n ic o s o te n d r ía m o s q u e p a d e c e r a lg ú n tr a sto rn o d e p e r s o n a lid a d d iv id id a p a r a h a c e r esto). N o es q u e yo m ism o m e e s té o b lig a n d o , es m ás b ie n q u e el y o (c o m o ser ra c io n a l) e s tá im p o n ié n d o le u n a o b lig a c ió n al yo (c o m o ser sen sib le ). T e n d r ía m o s q u e a c e p ta r la id e a d e un yo d iv id id o o u n a c o n c ie n c ia d iv id id a co m o e le m e n to co n stitu tiv o d e la a g e n c ia , o c a p a c id a d d e a ctu ar, p a r a a c e p ta r q u e n o hay c o n tra d ic c ió n en la id e a d e lo s d e b e re s h ac ia u n o m ism o , c o m o el p ro p io K a n t lo v io .J P o r o tro la d o , K a n t p r e s u p o n e q u e la ra z ó n p rá c tic a e s la fu en te d e n u estro s d e b e re s. A q u í m e lim itaré a d a r p o r b u e n a s las c r ític a s q u e se han p la n te a d o c o n tra e sta p o sició n . C h a rle s L a r m o r e , p o r eje m p lo , d ice: L a r a z ó n p ráctica no p u ed e se r la fuente d e la m o ralid ad ; p o r el c o n trario , la razón sólo ad q u iere !a cap acid ad de arg u m e n tar m oralm en te en el seno de una m o ralid ad ya existente. N o es ele v á n d o n o s hasta un punto d e v ista absolutam en te ím parcial, sino únicam enLe a través d e la p erten en cia a una tradición m oral, o a u n a d iv ersid ad de tradiciones y p rácticas m orales com o p o d em o s to m a r con cien cia de n u estra p o sic ió n m oral.1’
L o s d e b e r e s su rg en de n u e slr a s p r á c tic a s so ciales co m o m ie m b ro s d e u n a so c ie d a d e sp e c ífic a ; tam b ién su rg en d e p r o m e sa s, d e a c u e r d o s , d e p u e sto s d e c o n fia n z a , d e c ie rtas p o sic io n e s 4 Cfr. ibid., parte I, § 3, p. 276, 5 S ie m p r e es posible ap e la r a este t ip o d e im ágen es d e u n yo d iv id id o o m ú ltip le co m o b a se p a ra los d e b e re s h ac ia uno m ism o; sin e m b arg o , es una p o s ib ilid a d q u e no voy a e x p lo r a r a q u í p o r q u e n e cesitaría u n e sp a c io m ucho m ay o r q u e el de estas p á g in as. V éase u n a in vestigación d e diferen tes tip o s de te o ría s del yo d iv id id o y del yo m ú ltip le en la in trod u cción a j . E lster (c o m p ), The M ú ltiple Self. fi C . L a r m o re , The M oráis of Modernity, p. 51. C ríticas sim ilares se p u e d e n e n c o n tr a r en la crítica h eg elian a a K an t.
o p a p e le s re c o n o c id o s q u e la gente o c u p a o d e se m p e ñ a e n g r u p o s so ciales, c o m o s e r an fitrión , m a r id o o p a d re , e tc .7 En su m a, p a r a a c e p ta r los a rg u m e n to s q u e K a n t p r o p o n e acerca d e los d e b e re s h ac ia un o m ism o, te n d r ía m o s q u e a ce p tar e s tas d o s su p o sic io n e s q u e nos c o m p r o m e te n c o n la p sic o lo g ía m o ra l kan tian a, y con su te o ría m o r a l en g e n e r a l.8 D e otro m o d o , co m o el p r o p io K an t lo a d v irtió , la id e a d e un d e b e r p a r a con un o m ism o p a re ce im p licar u n a c o n tra d ic c ió n . C reo, d e h echo, q u e e sta id ea sí im plica u n a c o n tra d ic c ió n . E xp lico e sto a co n tin u ació n . E n u n d e b e r m o r a l p o d e m o s d is tin g u ir tr e s d im e n sio n e s ló g ic a s: “el d e stin a ta r io ", “la ra z ó n ” y “ el c o n te n id o ” del d e b e r.9 M en cio n am o s al d e stin a ta r io de u n a o b lig a c ió n cu an d o res p o n d e m o s la p r e g u n ta “¿C o n quién tien e A una o b lig a c ió n ? ”; la ra z ó n , cu an d o r e sp o n d e m o s la p r e g u n ta “¿A c u e n ta d e qué tien e A una o b lig a c ió n co n B ? ”; y el c o n te n id o , c u a n d o co n tes ta m o s la p reg u n ta: “ ¿E n q u é co n siste la o b lig a c ió n d e A con B ?” C u a n d o le p r o m e to a m i je fe q u e te n d r á m i tr a b a jo listo a l fi nalizar la jo r n a d a , p o r e je m p lo , m e o b lig o con él a d a rle mi tra b a jo hecho al fin al d e l d ía. El d e s tin a ta r io es a q u e l a quien he hecho la p ro m e sa , a sab er, mi je fe ; la r a z ó n es el h echo d e que lo p ro m e tí; el c o n te n id o es lo q u e p ro m e tí, e s decir, d arle mi tra b ajo co n clu id o . U na o b lig a c ió n (d e c u a lq u ie r tipo, m o ral o legal) exige la p a r tic ip a c ió n de c u a n d o m e n o s d o s p e rso n a s, co m o el p ro p io K a n t lo re co n o c ió : e l q u e im p o n e la o b ligació n (auctor obligationis) y el q u e está o b lig a d o (subiectum obligatio7 V éan se H .L A . H art, “L e g a l and M o ral O b lig a c ió n ” (las p á g in as de la versión e n castellano se citan entre corch etes); The Concept of Law, cap. V il; véase tam bién RF. S tra w so n , “S o c ial M o rality an d In d ivid u al Id e a l” . 8 L a r a D enis, e n s u d e f e n s a d e la idea d e d e b e re s con u n o m ism o e n Kant, m u estra cóm o e sto s d e b e re s form an parte d e la é tic a kantiana, e incluso resis ten ob jecion es, p e ro só lo "d e n tro del con texto g e n e ra l d e la m o ralid ad kan tiana" (o¡j. cit., p. 343). 9 V éase K. B a ie i, The M oral Poiní o/View, p . 216. U n a b u e n a parte d e mi aná lisis se b asará en el cap ítu lo 9 d e esta o b ra , “D u tie s to O n e se lf", así com o en M arcus G. Singer, "O n D uties to O n eself". E l artícu lo de Sin ger fue discutido e n diversos textos p o r D an iel K ading, W arn er W ick, M ary M othersill, Frank H. K nigh t, todos p u b lic ad o s en Ethics, vols. 70-72 (1 9 6 0 - 1 9 6 1 ). N o obstante, m e ale jo d e la m ayoría de estos autores en s u co n ce p c ió n de las accion es que repercuten d irectam en te en uno mismo c o m o a cc io n e s m eram en te p ru den ciales, com o lo e x p o n d ré m ás adelante.
nis). L a s o b lig a c io n e s so n e x ig e n c ia s so c ia le s, le g a le s o m o ra le s que e sta b le c e n vín cu lo s c u a n d o m e n o s e n tre d o s p e rso n a s p a r a se g u ir o e v ita r c ie r ta s accio n es o lín e a s d e c o n d u c ta . L a s o b li g a c io n e s p a r a co n u n o m ism o p a r e c e n e s t a r ju stific a d a s p o r la e x iste n c ia d e c ie r ta c o n fu sió n en tre lo s p a rtic ip a n tes e n la re la ció n (o p o r q u e a c e p ta m o s la te o ría d e un yo d iv id id o e n l a q u e un age n te p u e d e o b lig a r y a l m ism o tie m p o estar o b lig a d o ). P e r m íta se m e p la n te a r e sta relació n en o tro s térm in os p a r a a c la ra r la cu esl ión. Existen d ifere n te s tip o s d e o b lig a c io n e s: las que se d e riv a n d e p a p e le s e sp e c ífic o s q u e te n e m o s en la s o c ie d a d (c o m o ser p a d r e s o h ijos); las q u e e m a n a n d e c o n tra to s o p r o m e sa s , e tc. En e l caso d e u n a o b lig a c ió n d e riv a d a d e u n a p r o m e sa , p o r e je m p lo , e s ta o b lig a c ió n in v o lu c ra al q u e p r o m e te y a l q u e se le ha h ech o la p r o m e sa . Si p ro m e to a mi je fe d a rle mi tr a b a jo term in ad o , é sta e s u n a relació n q u e in v olu cra a d o s p e r s o n a s , y la p e rso n a q u e h a h ech o la p r o m e sa no p u e d e p o r sí m ism a lib e ra rse d e ella. P u e d o ro m p e r la p ro m e sa y no cu m p lir co n m i o b lig a c ió n , p e ro só lo la p e rso n a a q u ien hice la p r o m e sa p u e d e lib e ra rm e d e e sa o b lig a c ió n ; n ad ie p u e d e li b e r a r se so lo d e u n a o b lig a ció n . L a s o b lig a c io n e s p a r a co n uno m ism o no p a re c e n sa tisfa c e r e ste re q u isito b ásico . Si te n g o u n a o b lig a c ió n co n a lg u ie n , e sa p e rso n a tien e d e r e ch o a e x ig ir m e q u e la cu m pla. Si estoy o b lig a d o leg a lm en te co n a lg u ie n , ex isten m e c a n ism o s co e rcitiv o s q u e p u e d e n fo rza rm e a c u m p lir co n mi o b lig a ció n e n c a so d e q u e no lo h ag a . T ra tá n d o se , en c a m b io , d e las o b lig a c io n e s m o ra le s, la c o e rció n a d o p ta la fo r m a d e “la e x p o sic ió n d e l in d iv id u o a re p ro c h e s d e q u e él n o h a cu m p lid o co n las re g las c o n sid e r a d a s p o r el g r u p o s o c ia l c o m o asun to d e se ria im p o r ta n c ia y a la e x ig e n cia d e q u e d e b ie r a cu m p lir co n e lla s ” .10 E x iste n m e c an ism o s so ciale s, c o m o la p resió n m o ra l, el re ch az o so c ia l o e l o s tra c is m o, q u e p u e d e n fo rz a rm e a c u m p lir co n m is o b lig a c io n e s. En el c a so d e las o b lig a c io n e s re sp e c to d e u n o m ism o , no q u e d a d el to d o c la ro q u e é stas sea n so c ia lm e n te o b lig a to r ia s o q u e haya m e c a n ism o s q u e n os fu e rc e n a cu m p lirlas. Si, p o r e je m plo , m e p r o m e to d e sa r r o lla r m is ta le n to s o b te n ie n d o un g r a d o a c a d é m ic o , y c re o q u e tengo la o b lig a c ió n c o n m ig o m ism o d e 111 H art, “L e g a l and M oral O b lig a tio n ’1, p. 103 [28],
h a c e rlo , e s t a p r o m e sa n o es o b lig a to r ia d e sd e un p un to d e vista so c ia l, ni ta m p o c o hay m e c a n ism o s e x te rn o s q u e p u e d a n for z a rm e a cu m p lir co n tal o b lig a c ió n . C u a n d o ten go e ste tip o de o b lig a c ió n , no existen fo r m a s de p r e sió n so c ia l q u e m e fuer cen a cu m p lirla si no lo h ag o , si d e c id o n o h acerlo o in cluso si d e c id o lib e r a rm e de ella. A h o r a bien, co m o ya lo d ije, u n a ca ra c te rístic a d e las o b liga c io n e s es que nadie p u e d a lib e r a r n o s d e e llas, e x c e p to la p e rso n a c o n q u ie n e stam o s o b lig a d o s; sin e m b a rg o , un a o b lig a ció n re sp e c to de u n o m ism o es u n a o b lig a c ió n d e la cu al es p o sib le lib e ra rse a vo lu n tad , y tal vez éste s e a el a rg u m e n to d e te rm in an te q u e nos m u estra q u e un a o b lig a c ió n p a r a con uno m ism o no es d e n in gú n m o d o u n a o b lig a c ió n . P o d e m o s fa lta r a u n a obli g a c ió n o re h u sa rn o s a cu m p lirla, p e r o no p o d e m o s lib e rarn o s d e ella n o so tro s m ism o s; si p u d ié r a m o s h a c e r e sto a voluntad, e n to n c e s las o b lig a c io n e s d e ja r ía n d e ser o b lig a c io n e s, y lo que es o b lig a to r io se volvería v o lu n ta rio . E sta es un a co n tra d icció n . U n a o b lig a c ió n d e la cu al p o d e m o s lib e ra rn o s a voluntad n o e s, en s e n tid o estricto, u n a o b lig a c ió n . L a s o b lig a c io n e s so n in d e p e n d ie n te s d e n u e str a v o lu n ta d : n a d ie p u e d e lib e ra rse p o r sí m ism o d e u n a o b lig a c ió n sim p le m e n te p o r q u e a sí lo d e se a o p o rq u e d e cid e no o b r a r en c o n se c u e n c ia —e sto sig n ific a ría n o c u m p lir la o b lig a c ió n , p e ro no lib e r a r s e d e e lla —, En m u c h o s casos, los d e b e re s h a c ia un o m ism o , co m o el que p a re c e existir cu an d o m e h a g o la p r o m e sa d e d e sa rro lla r m is talen to s, no son m ás q u e r e so lu c io n e s firm es d e llevar a ca b o lo q u e c o n sid e r a m o s n uestro d e b e r. C o m o M arcu s S in g e r lo dice: “ P ro m e te rn o s h ac er alg o n o es m ás q u e e sta r firm em en te re su e lto s a h acerlo , y si c a m b iá r a m o s d e p a r e c e r y n o h iciéra m os lo p ro p u e sto , n o h ab ría m o s r o to n in g u n a p r o m e sa .” 11 L a s p r o m e sa s q u e u n o se h a c e , p o r eje m plo, e x p r e sa n la d e te rm in a ció n d e h ac er a lg o y el d e s e o d e n o ser d is u a d id o s d e h a c e rlo .12 11 S in ge r, op. tit., p. 203. 12 A l e x p licar esto, tam b ién p o d ría ser ú til recu rrir a la distin ción entre tener una obligación y sentirse obligado. Esta ú ltim a su ele ser una d eclaració n acerca de las cre e n c ias y los m otivos por los c u a le s se ejecu ta u n a acción . Tal vez la s o b lig a c io n e s p a r a con u n o m ism o son, en cierto sen tido, el sim p le hecho de se n tirse o b lig a d o a lo g rar alg u n as m etas o a satisface r ciertos requisitos. V é ase m ás acerca de esta distin ción en H .L,A . H art, The Concept of Law, pp, 8 2 -8 3 .
En to d o ca so , este tip o d e “d e b e r e s'’ d e p e n d e d e los p ro y ecto s p e rso n a le s y los c o m p r o m iso s q u e e sto s u p o n e c o n u n o m ism o , p e ro no ten em o s q u e r e sp o n d e r p o r e llo s a n te n a d ie m ás q u e ante n o so tro s m ism o s —ta l vez con e x c e p c ió n d e los c a s o s e n q u e in v o lu c ra n o a fe c ta n a a lg u n a o tr a p e r s o n a — A h o r a b ien , a q u í to m aré d ista n c ia d e los filó so fo s que e n el p a s a d o a ta c a r o n l a id e a d e d e b e re s p a r a co n uno m ism o , a firm a n d o q u e el c o m p o r ta m ie n to q u e r e p e rc u te en uno m is m o p e rte n e c e al á m b ito d e lo p ru d e n c ia l. Q u ie n e s a sí o p in an p o d ría n a fir m a r q u e lo s sen tim ie n to s q u e su r g e n p o r el in cu m plim ien to d e un d e b e r h ac ia u n o m ism o n o so n m ás q u e la fru stra c ió n o la in sa tisfa c c ió n p r o d u c to d e los d e se o s no sa tis fech o s, lo cu al m u e str a q u e e sta s a c c io n e s p e rte n e c e n a l ám b ito d e la p ru d e n c ia , y no a l d e la m o r a lid a d . A un si a c e p ta ra que el le n g u a je d e los d e b e r e s h a c ia u n o m ism o p u e d e , en b u e n a m e d id a , ser tr a d u c id o al le n g u a je de las d e te rm in a c io n e s, las re so lu c io n e s y los p ro y e c to s p e rso n a le s, no viv ir a la a ltu ra d e los c o m p r o m iso s q u e le ñ e m o s con n u estros p r o p io s id eales d e v ir tud m o r a l tam b ién p u e d e g e n e r a r c u lp a —q u e es u n a c a ra c te rís tica d e la e m o c ió n m o r a l—. P u esto que, c o m o a rg u m e n ta re en la sig u ie n te se c c ió n , d e b e r ía m o s c o n c e b ir a q u e llo que c o n sid e ra m o s d e b e r e s h ac ia u n o m ism o en té rm in o s d e v irtu d e s m o rale s, n o cu m p lir n u e str o s c o m p r o m iso s co n c ierto s id eales d e v irtu d m o ra l p u e d e d a r c o m o r e su lta d o n o só lo la fru stra c ió n y la a u to c rític a , sin o ta m b ié n el se n tirn o s c u lp a b le s d e n u e stro p r o p io c a r á c te r m o r a l, d e n u e str a p r o p ia d e b ilid a d , de n u e s tra in d o le n cia y n e g lig e n c ia c o n r e sp e c to a n o so tro s m ism o s. 3. A fir m a r q u e no e x is t e n lo s d e b e re s h a c ia u n o m ism o no n e c e sa ria m e n te im p lica q u e la m o r a lid a d no tien e n a d a q u e ver co n a q u e lla s a c c io n e s q u e recaen en n o s o tr o s m ism o s, c o m o lo so stu v ie ro n la m a y o ría d e los a u to r e s q u e d ie r o n a rg u m e n tos en co n tra d e d ic h o s d e b e r e s .13 En m i o p in ió n , esto só lo se p u e d e in ferir si s o s te n e m o s u n a é tic a r ig u r o sa m e n te c e n tra d a en el d e b e r o d e o n to ló g ic a o un p u n to d e v ista d e la m o ra li 13 N o sólo S in g e r y B a ie r , sin o tam bién B c rn a rd W illiam s, p a ra quien lo s deb eres h acia u n o m ism o n o so n m á s q u e re iv in d ic a c io n e s de interés p ro p io d isfra z a d a s. V éase su o b ra M orality, p. 75, y su o b ra Ethics an d the Lim its of Phiiosophy, pp. 51 y 1 8 1 -1 8 2 ,
d a d e n el q u e é sta sólo a ta ñ e a a q u e lla s d e m is a c tiv id a d e s que se d ir ig e n a los dem ás. Me p a re c e que estas dos p o s tu r a s son c u e stio n a b le s y cre o q u e n o lo g r a n e x p lica r có m o v a lo r a r el c o m p o r ta m ie n to m o ra l q u e r e p e rc u te en u n o m ism o. Si so s tu v ié r a m o s un p u n to d e v ista d e o n to ló g ic o —que afirm e que la m o r a lid a d se p u e d e e n te n d e r b á sic a m e n te en té rm in o s de d e b e r e s — y a c e p tá r a m o s la idea d e q u e n o existen los d e b e re s co n u n o m ism o , en ton ces to d o el c o m p o rta m ie n to cu yo o b je t o s o m o s n o so tr o s m ism o s se c la sific a r ía co m o p r u d e n c ia l y no c o m o m o ra l. Sin e m b a rg o , e sto n os d ific u lta ría la p o sib i lid a d d e e n te n d e r to d a la p a rte d e n u estra c o n d u c ta q u e se d ir ig e a n u e str o p ro p io m e jo ra m ie n to co m o agen tes m o ra le s: el d e sa r r o llo del carácte r m o ra l, la c o n c ie n c ia d e las fa lla s m o ra le s, o la id e a del re sp e to p o r u n o m ism o , entre o tro s. M u ch as te o r ía s b a s a d a s en el deber, q u e intentan a p lic a r el co n ce p to d e d e b e r a to d o el c a m p o d e la m o ra lid a d , no p a rece n d a rn o s u n a e xp licación a d e c u a d a d e e stas c o sa s o se lim itan a v e rla s c o m o r a sg o s se c u n d a rio s d e n u e stra vid a m o ra l, su p e d ita d o s a la idea de deber. A e sto m e refería an tes cu an d o h ablé d e la m a n e ra in a p r o p ia d a m e n te exten siv a en q u e se ha a p lic a d o el c o n c e p to d e d eber. E sto no es nuevo: H .L .A . I la r t , p o r e je m p lo , n o s a d v irtió a c e r c a d e lo s r ie sg o s d e h acer lo: “la e x te n sió n d e esto s té rm in o s [o b lig ac ió n y d e b e r] a to d o el c a m p o d e la m oral n os im p id e ver su d iv e rsid a d y co m p le j i d a d ” . 14 E ste p u n to d e v ista d e la m o r a lid a d c e n tra d o en la n o c ió n de d e b e r e s n o só lo ha p ro d u c id o el m u y d u d o so a p a r a to te ó rico de los d e b e r e s p a r a con u n o m ism o , sin o tam b ién e x tr a ñ a s in te r p r e ta c io n e s d e p a rte d e a lg u n o s filó so fo s m o rale s. W arn er W ick, en un a rtíc u lo d o n d e d e b a te la refu tació n d e S in g e r d e la id e a d e d e b e r e s h ac ia u n o m ism o , b a s a b u e n a p a rte de su a r g u m e n ta c ió n en favor d e ello s e n el p a p e l q u e esto s “d e b e re s” te n ía n en la ética a n tig u a , p o r e je m p lo , en las id e a s de A ristó te le s a c e rc a d e la c o n stru c c ió n d el ca rá c te r m o ra l. Así, e n c o n tr a m o s la sig u ie n te a firm a c ió n e n Wick: M H a rt, “L e g a l a n d M oral O b lig a tio n ”, p . 83 [6], C o m p áre se con la afirm a c ión de B e r n a rd W illiam s d e que “E s un e r r o r d e la m o ra lid a d tratar d e con vertir to d o en o b lig acio n e s” (Ethics and the Limits of Philosophy, p. 180 [227]).
n e g a r q u e t e n e m o s u n a o b l i g a c i ó n p e c u lia r m e n te m o r a l d e o c u p a r n o s d e n u e stro s c a r a c te r e s, o q u e n u e stro d e b e r m o r a l es h a c e r d e c i e r t o s r a s g o s d e c a r á c t e r la b a s e d e n u e s t r a s a c c io n e s , d e j a n d o f u e r a in c lu s o lo s i n t e r e s e s q u e o t r o s p u d i e r a n t e n e r e n n u e s t r o c o m p o r t a m i e n t o e q u i v a l e a e lim in a r t o d o u n c a p í t u l o d e la d o c t r i n a d e la m o r a l i d a d . lJ
Ésta, d e s d e lu ego , es un a le c tu r a in u su al d e la é tic a a risto télica , p ro d u c to d e e sta e x ten sió n e r r ó n e a d e n u estro v o c a b u la rio d e las o b lig a c io n e s a o tra s á re a s q u e d efin itiv am en te se e x p lica n m e jo r d e s d e el punto d e v ista d e las virtud es. C o rn o b u e n a p a r te d el tr a b a jo reciente en é tic a d e la virtud (el d e A n sc o m b e y el d e M ac ln ty re , entre m u ch o s o tr o s ) lo ha s e ñ a la d o , A ristó te le s d io m uy p o c o p eso a la id e a d e las o b lig a cio n e s, d e m o d o q u e in te rp re ta r su ética en e sto s té rm in o s es e v id e n te m e n te un a e q u iv o ca ció n , P e n sa r q u e si n e g a m o s la e x iste n c ia d e los d e b e r e s h a c ia u n o m ism o e sta m o s exclu y en d o el co m p o rta m ie n to q u e re c a e en n o so tro s m ism o s d e l c a m p o d e la m o ra lid a d só lo p u e d e ser re su lta d o d e un a g e n e r a liz a c ió n inválida. Esto, a su vez, q u iz á sea p ro d u c to d e u n a id e a d e m o r a lid a d q u e la co n c ib e co m o a lg o q u e tie n e q u e ver ju sta m e n te con las a c c io n e s d ir ig id a s a los d e m á s, D esd e este p un to d e vista, a la m o r a lid a d le a ta ñ e n las re la c io n e s con o tro s a g e n te s, n o las a c c io n e s q u e in c id e n en un o m ism o . E n to d o ca so , se h a so ste n id o q u e las a c c io n e s q u e re p e rc u te n en un o m ism o tie n e n q u e ver con la p r u d e n c ia , no con la m o r a lid a d , en la m e d id a en q u e no afectan a o tr o s. E sta id e a se e n c u e n tra , p o r e je m p lo , en una re se ñ a p u b lic a d a hace p o co p o r Ju iia D river: L a “ m o r a l i d a d ” t ie n e q u e v e r c o n a q u e lla s d e m is a c t i v i d a d e s q u e s e d i r i g e n a o tro s. L a “p r u d e n c i a ” t ie n e q u e v er c o n a q u e l l a s d e m is a c t i v i d a d e s q u e se d i r i g e n a m í m is m o . [ ..,] A la “ m o r a l i d a d ” le i n t e r e s a n la s r e la c io n e s ; s e t r a t a d e u n a f u e r z a q u e p r e v a le c e e n tr e l o s s e r e s . [ . . . ] D a d a la p e r s p e c t i v a q u e d ic t a el s e n t i d o c o m ú n , n o e s p a r a n a d a so r p r e n d e n te q u e n o h ay a o b lig a c io n e s m o rales p a r a c o n el y o ,15 13 W. Wick, “M o re ab ou t D uties to O n e se lf”, p. 160. 1s' J . D river, “R eview of Fram Morality to Virlue”, p. 506. K urt B a ie r e sta ría de
E s cierto q u e la m o r a lid a d tiene q u e v e r c o n a q u e lla s de mis ac cio n es y a ctitu d es q u e se d irigen a lo s d e m á s y que le concierne la in teracció n entre p e r s o n a s ; en m i o p in ió n , sin em b arg o , ésta no es m ás q u e la m ita d d e la h isto ria. L a s a ctiv id a d e s d irigi d a s a un o m ism o no n e c e sa ria m e n te tien e n q u e se r puestas en el m ism o s a c o q u e las accion es p r u d e n c ia le s .17 T am p o c o hay p o r qué p e n sa r q u e las p re o c u p a c io n e s p o r n o so tro s m ism os tien en q u e ser sim p le s cu estion es d e in terés p ro p io , p o rq u e a veces co n stitu y en un m ed io p a r a la b ú sq u e d a d e los ideales altru istas: cu ltiv a n d o n u e stro p r o p io c a r á c te r m o ral, a través d e v irtu d e s com o la a u to estim a, la a u to n o m ía y la d ign id ad , p o d re m o s estar m ás d isp u e sto s a o c u p a r n o s d e los d e m ás y a p e rse g u ir m etas a ltr u ista s de m a n e r a m ás g e n e ra l. Pero no o lv id em o s a q u í q u e p e rse g u ir id e a le s a ltr u is ta s no sólo va a b e n e ficiar a los d e m á s: ayud ar a lo s otros p u e d e tener efectos p o sitiv o s en n o so tr o s m ism os, Si algo p o d e m o s a p r e n d e r d e A r is tó te le s, y d el reciente re su rg im ie n to d e la é tic a d e la v irtu d , es q u e la m o ra lid ad tam bién tiene q u e ver c o n los a su n to s y el c o m p o rta m ie n to q u e recaen d ire c ta m e n te en nuestra p e r s o n a , a saber, con p reo cu p a rn o s p or n o s o tr o s m ism o s, c o n n u e stro d e sa r ro llo m oral, con el re sp e to p e rs o n a l, con el m e jo r a m ie n to d e nuestro ca rá cte r m o r a l y c o n la p e rse cu c ió n d e id e a le s m o ra le s prop ios. A fin d e cu e n tas, to d o e sto re p e rc u tirá en n u e stra s relaciones in te rp e rso n a le s, en n u e str a s re lacio n es m o r a le s con los dem ás; sin e m b a rg o , las v ir tu d e s q u e tie n e n q u e ver con n osotros m is m os no so n v a lio s a s sim p le m e n te p or la s re p e rc u sio n e s que tienen en n u e str a s re la c io n e s con los d e m á s, so n b u en as en sí m ism as in d e p e n d ie n te m e n te d e s u s c o n se c u e n c ia s en dich as acu erdo, p u e sto que re c h az a las o b lig ac io n e s con u n o m ism o ya q u e p ien sa q u e la m o ralid ad “s u r g e de las relacion es entre in d iv id u o s” y “presu p on e in teraccion es entre p e r s o n a s ” (Baier, op. cit., pp, 2 1 5 y 231). Jo h n S tu art Mili es d e la m ism a o p in ió n , p e r o él apunta h a c ia lo q u e , en m i opinión, es la d irección c o rre c ta c u a n d o dice: “C u an d o sig n ific a alg o m ás que prudencia, el térm in o d e b e r con uno m ism o quiere d e c ir re sp e to p o r uno m ism o o p o r el p ropio d e sarro llo p e r s o n a l” (O n Liberty, c a p . IV, p ar. 6). 17 Esto tam b ién su g e riría q u e la línea d iv is o ria en tre lo pru d en cial y lo m o ral no es tan n ítid a com o a m uchos filó so fo s les g u s t a pen sar, Para ab un dar en esto, véase Ja m e s G riffin, Valué Judgment. Im provingour Ethical Beliefs, espe cialm en te el cap ítu lo V.
r e la c io n e s . S o n b u e n a s p o r q u e n o s ayud an a d e sa r r o lla r r a s g o s d e c a rá c te r co n stitu tiv o s d e n u e str a p r o p ia eudaim onia.18 A l in te n ta r e x p lic a r to d o e ste d e sa r r o llo d e n u e stro p r o p io c a rá c te r m o r a l, las te o ría s d e o n to ló g ic a s a p licaro n in c o rre c ta m en te e l c o n c e p to d e “d e b e r e s h ac ia u n o m is m o ”. M e p a re c e q u e e sto es a lo q u e se refiere K a n t c u a n d o h ab la d e te n e r u n d e b e r co n n u e stra p r o p ia p e rfe c c ió n . K an t h ab la d e cu ltiv a r n u e str a s fa c u lta d e s y v o lu n tad , d e p ro m o v er sen tim ie n to s m o ra le s, c o m o la a u to e stim a y el in te ré s p o r la felicid ad d e los o tro s, p e r o to d o e sto tien e p o r o b je to satisfa c e r los re q u isito s q u e im p o n e n n u e stro s d e b e r e s c a te g ó r ic o s. K ant d e fin e la v ir tu d c o m o la fu erza q u e n o s c o a c c io n a p a r a cu m p lir c o n n u e s tr o d e b e r p o r q u e es n u e stro d e b e r . L a s v irtu d e s se e x p lic a n co n re sp e c to a lo s d e b e r e s y d e s d e el pun to d e v ista d e los d e b e r e s; p e r o n o ten em o s p o r qué e x p lic a r la s v irtu d e s e n e sto s té rm in o s, en p a rtic u la r si re n u n c ia m o s a la id e a d e a p lic a r la te r m in o lo g ía d e los d e b e re s a to d o el c a m p o d e la m o r a lid a d . L a s v ir tu d e s ta m p o c o e stá n s u p e d ita d a s a lo s d e b e re s c o m o K a n t las c o n c ib ió . N o n os vo lv em o s v irtu o so s ni d e sa r r o lla m o s el c a rá c te r m o r a l só lo p a r a c u m p lir co n n u e stro s d e b e re s h ac ia los d e m á s. L o s p u n to s d e v ista d e la m o r a lid a d c o m o alg o q u e tien e q u e v er e x c lu siv a m e n te con a q u e lla s d e m is a c tiv id a d e s q u e se d ir ig e n a lo s d e m á s y u n a é tic a rig u ro sa m e n te c e n tra d a en lo s d e b e r e s no n os a y u d a n a e n te n d e r los a su n to s m o r a les en los q u e el o b je to s o m o s n o s o tr o s m ism o s. C o n to d o , é sta no es r a z ó n p a r a a b a n d o n a r p o r c o m p le to e sto s p u n to s d e v ista ni p a r a rech azar to ta lm e n te e l c o n c e p to d e o b lig a c ió n —c o m o m u c h o s filó so fo s d e la é tic a d e la v irtu d lo h a n p r o p u e sto , d e sd e E lizab eth A n sc o m b e h a sta M ichel S lo te —;10 se tra ta sim p le m e n te d e u n a ra z ó n p a r a restrin gir el u so e x te n sivo d e e ste c o n c e p to y p a r a c o m p le m e n ta r e sta p o s tu r a c o n la te rm in o lo g ía d e las v irtu d e s, d e las fo rm a s d e m e jo r a r la s re la c io n e s in te r p e r so n a le s m e d ia n te el d e sa r r o llo d e n u e stro 18 Cfr. R . H u rsth o u se , On Virtue Ethics, en e sp e c ia l el c a p ítu lo 8. 10 G .E .M . A n sco m b e , “F ilo so fía m o ral m o d e r n a "; M. Slote, Frorn M orality to Virtue; v é ase tam bién M ark Platts, “E sc e p tic ism o filo só fico acerca de Sa o b lig a c ió n m o r a l” .
c a rá c te r m o ra l —y d e las m a n e ra s d e d e sa r r o lla r lo p o r n o so tro s m ism o s—.20 U n a vez m ás, la m o r a lid a d sí tien e q u e v er con activ id ad e s q u e rep e rcu te n en los d e m á s, p e r o ta m b ié n tien e q u e ver con a ctiv id a d e s q u e se d ir ig e n a la m o d ific a c ió n m o r a l d e l sujeto. T ie n e que ver con la in te ra cció n e n tre las p e r s o n a s , p e ro ta m b ié n con sen tim ie n to s m o ra le s, r a s g o s d e ca rá cte r, etc., que aun c u a n d o sean p rin c ip a lm e n te un a su n to p e rso n a l, a fin d e cu en tas influyen en esa in te ra cció n . L a m o r a lid a d a b a rc a e stas dos d im e n sio n e s: la in d iv id u a l y la c o m u n ita ria . E sto se ad vierte c o n clarid ad en la o p in ió n d e Ju liu s M oravcsik: “L a ética en e ste sen tid o tiene d o s p a r te s [ . ..] la ética p a r a los in d ivid u os, la c u a l incluye, d e s d e lu e g o , ta m b ié n m a n e ra s m e jo re s y peores d e m an ten er re la c io n e s in te r p e r so n a le s. L a o t r a parte es la teo ría c o m u n ita r ia .” 21 É sta s d o s p a rte s están in te rre la c io n ad a s. L a é tic a p a r a los in d iv id u o s, c o m o M o rav csik lo d ic e m ás adelante, se e n tie n d e m e jo r e n té rm in o s d e v ir tu d e s, no d e d e b e r e s —y yo a g r e g a r ía q u e en e s p e c ia l c u an d o tie n e que ver co n el c o m p o r tam ien to q u e recae en u n o m ism o —. M e p arece , sin e m b a rg o , q u e la p arte c o m u n ita r ia tiene q u e to m ar e n cu en ta am b os: d e b e r e s y v irtu d e s. N o c re o q u e u n a c o n c e p c ió n a d e c u a d a de la m o r a lid a d en su co n ju n to te n g a que p r io r iz a r u n o d e estos té rm in o s p o r e n c im a d el otro; p e r o n o es el o b je to d e este tex to e sta b le c e r u n a d istin c ió n entre e sa s p a rte s e sp e c ífic a s d e la m o r a lid a d que se e n tie n d e n m e jo r e n té rm in o s d e virtu d es o d e d e b e re s. 4. P o r últim o, p e r m íta s e m e a b o r d a r un c a so q u e no parece h a b e r sid o tra ta d o e n mi d isc u sió n p rev ia so b r e el c o m p o rta m ien to m o ra l y los a su n to s m o r a le s que in c id e n en n o so tro s m ism o s. A lg u ien p o d r ía a firm a r q u e hay situ a c io n e s en las que la te rm in o lo g ía d e las v irtu d e s n o tie n e la fu e rz a m o r a l que sí 20 V éase David L. N o rto n , “M o ral M in im alism an d the D evelopm ent o f M o ral C h aracter". E ste artícu lo presenta un a b uen a e xp licació n d e la ética de )a virtud e n fo ca d a en el d e sa rro llo del carác ter m o ral; la idea de N orton de ab a n d o n a r el c o n cep to d e o b lig ac ió n p a r a e xp licar las accio n e s m orales es, sin e m b a r g o , discu tib le. E sto, m e p a re c e , se deriva del d e sarro llo original d e A n sc o m b e de la ética de la virtud. 21 J.M . M oravcsik, “T h e R o le o f V irtue in A ltern atives to K an tian and Utilitarian E th ics”, p. 33.
tien e la d e los d e b e r e s h a c ia u n o m ism o . E x a m in a ré u n e je m plo q u e p u e d e a y u d a rn o s a e n te n d e r esto m ejor. E n C a sa de m uñecas d e H e n rik Ib sen , o c u r r e un in teresan te e p is o d io q u e g ir a en to rn o a la id e a d e los d e b e r e s p a r a con u n o m ism o . F r u s t r a d a p o r h a b e r sa c r ific a d o s u vida a lo s hijos y al m a rid o , T o rv a ld H e lm e r, N o r a tien e q u e e le g ir en tre su s d e b e r e s c o m o e s p o s a y m ad re y o tro s d e b e r e s ig u a lm e n te v álid o s, a sa b e r , “los d e b e r e s c o n sig o m is m a ”. H E L M E R : E s in c r e íb le . A s i e s c o m o h a r ía s a u n l a d o t u s m á s s a g r a d o s d e b e r e s [lo s d e e s p o s a y m a d r e ] , N o r a . T en go otros d eb eres igualm en te sag ra d o s. H E L M E R . N o es así. ¿De q u é d e b e re s p o d ría tratarse? N o r a . D eb e re s c o n m ig o m ism a. H
elm er
, A n te s q u e n a d a , e r e s e s p o s a y m a d re .
N o r a . Ya no lo creo. C reo que antes que n ad a soy un ser h u m an o sensato, tal co m o tú lo ere s —o, en to d o caso, que d eb o in tentarlo y con v ertirm e en un ser así. Sé m uy bien, Torvald, q u e la m ayoría d e la gen te te d aría la razón , y que opiniones d e este tipo se en co n trarán en los libros; p ero ya no p u ed o con ten tarm e con lo que la m ayoría de la gen te dice, o con lo que se h alla en los libros. T en go que p en sar las c o sa s p or mí m ism a y e n te n d e rlas.22
P a ra N o r a , su s d e b e r e s c o n s ig o m ism a incluyen su d e b e r d e d e s a r r o lla r s e y re aliz a rse c o m o s e r h u m a n o , co m o se d a a e n te n d e r a lo larg o d e la d is c u sió n q u e so stie n e co n su m a r id o . Ya no q u ie re se r un o b je to d e c o r a tiv o en la c a sa d e su m ari do; q u iere ser un se r h u m a n o in d e p e n d ie n te , alg o q u e a su ju ic io n o p u e d e lo g r a r si s ig u e v iv ie n d o con él. Se sie n te fr u s tra d a y s a b e q u e se se n tiría a v e rg o n z a d a d e sí m ism a si s ig u ie r a v iv ie n d o la v id a q u e h a sta e s e m o m e n to h a llevad o. N o p o d ría v iv ir en paz c o n sig o m ism a si c o n tin u ara en e s a situ a c ió n y n o b u s c a r a s u re aliz a ció n e in d e p e n d e n c ia , A l p a re c e r, é ste es un c a so e n e l q u e el a g e n te n o só lo a firm a la e x iste n c ia d e d e b e r e s p a r a c o n sig o m ism o ; sin o q u e los p re se n ta c o m o d e b e res q u e e n tr a n en c o n flic to c o n los d e b e re s m o ra le s q u e tien e 22 C asa de muñecas (1879), a c to III, p . 133,
p a r a c o n lo s d e m á s, E n e l d ilem a m o r a l q u e su rg e entre estos d o s tip os d e d e b e re s, o p ta p or o b e d e c e r a los prim ero s, y d ar p rio rid a d a su s d e b e r e s p a r a c o n sig o m ism a p o r en cim a d e los q u e tiene c o n los o tro s. D esd e lu e go , las p a la b ra s d e N o ra con stitu yen u n a d e c la r a c ió n muy p o d e r o s a en favor d e la em an c ip ació n y el d e sa r r o llo p e rso n a l d e la m ujer, p e ro ¿tiene acaso ra z ó n cu an d o ju s tific a sus accio n es en té rm in o s d e “d e b e re s c o n sig o m is m a ”? A m i ju ic io , é ste e s u n c a so en q u e su id eal d e v id a v irtu o sa , su id e a l d e l r e sp e to p o r ella m ism a, e n tr a en con flicto c o n su s d e b e r e s hacia s u fa m ilia . N o se trata d e un c a so d e d e b e r e s en co n flicto , sino d e co n flicto en tre e l d e b e r h acia su fa m ilia y el id e a l d e re a liz a c ió n y r e sp e to p e rso n a le s q u e ella a lb e r g a ,23 Sin em b arg o , te n g o la im p re sió n d e q u e si N o r a fu e r a un a m u je r c o n te m p o rá n e a , no h a ría este p lan tea m iento a p e la n d o a los d e b e res q u e tie n e c o n sig o m ism a, sino a sus derechos. H ay a lg o ra r o en la m a n e r a en q u e p la n te a su afirm ació n , q u iz á esto se d e b a a q u e a h o ra n o s sen tim os m ás fa m ilia riz ad o s c o n u n vo cab u lario d ife re n te , el d e los derech o s. L o m ás p r o b a b le es q u e ella h u b ie ra h ab la d o d e su d e rech o al d e sa rro llo p e rso n a l. “ T en g o d e rech o a d e sa r r o lla r m e (o a rea lizarm e) c o m o se r h u m a n o ”, p o d r ía h a b e r d ic h o . Es realm en te e l le n g u a je d e los d e re ch o s el q u e nos a y u d a a d a r u n a fu erza m o r a l m ás c o n tu n d e n te a la b ú sq u e d a d e id e a le s d e virtud, H ay c a so s en q u e la te rm in o lo g ía d e las v ir tu d e s no p a re c e ser lo su ficien tem en te fu erte y tien e que c o m p le m e n ta r se con el discu r so d e los d e re c h o s —en p articu lar p o r q u e , e n la m o ra lid a d que nos d icta el se n tid o c o m ú n p arece h a b e r c ie r ta a sim e tría entre el su jeto y lo s o tro s, en favor de los o tr o s —. L a s p a la b r a s d e N o ra acerca d e cu m p lir c o n sus d e b e r e s p a r a co n sig o m ism a so n u n a m a n e r a d e a fir m a r q u e tiene d e r e c h o a b u sc a r su p ro p io d e sa rro llo p e rso n a l, y u n a m a n e ra d e p ro te g e r e sta b ú sq u e d a co n tra la p o sib le in terfe ren cia d e s u m a r id o o d e la so cied ad . E s u n a fo r m a d e p ro te g e r su d e c isió n ace rc a d e có m o q u iere 2S Según esta in te rp re tac ió n , podem os to m a r esto, c o m o u n caso distinto de d ile m a m oral: no entre o b ligac io n e s en co n flicto , sin o entre una ob ligació n y un ideal d e la virtud. Éste es un d ile m a en el q u e n o qu ed a claro que el prim ero d e rro te al se g u n d o , com o en el c aso d e N o ra. P a ra m á s sob re el e n fo q u e de la ética de la virtu d a d ile m a s m o ra le s, véase H u rsth ou se, op. cit., cap. 2.
vivir su v id a , u n a fo rm a d e a s e g u r a r su a c c e so a e ste d e sa r r o llo p e rs o n a l y a su id e a l d el r e sp e to p o r sí m ism a. P e r se g u ir id e a le s d e v irtu d m o r a l en cu an to a u n o m ism o (c o m o el d e sa r r o llo y la p e rfe c c ió n p e rso n a le s, el r e sp e to p o r u n o m ism o , la a u to n o m ía, la d ig n id a d , etc.) y a s e g u r a r s e fo rm a s a través d e las c u a le s p o d a m o s a lcan z ar esto s id e a le s son, d e sd e lu ego , c o sa s q u e tien e n q u e ser p r o te g id a s co n el d is c u r s o d e lo s d e re c h o s. A h o r a bien , tr a d u c ir el le n g u a je d e los d e b e r e s h ac ia u n o m ism o al d e los d e re ch o s n o im p lic a que p o d a m o s ten e r “d e re c h o s e x ig ib le s a n o so tro s m is m o s ” . L o s d e re c h o s so n re iv in d ic a c io n e s o d e m a n d a s m o r a le s q u e h ac em o s a o tra s p e r s o n a s o a in stitu c io n e s so ciale s, p e r o n o a n o so tro s m ism o s.24 L o s d e r e c h o s g e n e r a n o b lig a c io n e s a las p e rso n a s o in stitu c io n e s a las q u e se d irig e n ; sin e m b a r g o , la p e rso n a o e n tid a d a la q u e se r e c la m a el d e re c h o tien e q u e ser a lg u ie n m ás, n o el p ro p io agen te. ¿Q u é p o d r ía s ig n ific a r ten er u n d e re c h o o u n a re iv in d ic a c ió n q u e n o s r e c la m a m o s a n o so tro s m ism o s? ¿S ig n i fica a c a s o q u e te n e m o s q u e p r o t e g e r aq u ello q u e v a lo r a m o s en n u e str a p e r s o n a de n o so tr o s m ism o s? ¿En q u é c a so s se co n si d e r a r ía q u e se e stá v io la n d o u n d e r e c h o e x ig ib le a un o m ism o ? ¿ P o d r ía m o s re c u rrir a a lg u ie n , q u e no fu é r a m o s n o so tro s m is m o s, en c a so d e un a tr a n s g r e s ió n así? ¿A un trib u n al? T o d o esto su e n a a b su rd o . 5. En e ste te x to , mi o b je tiv o h a sid o a r g u m e n ta r q u e el c o m p o r ta m ie n to y los a su n to s m o r a le s q u e re cae n en n o so tro s m ism o s no d e b e r ía n e n te n d e rse en té r m in o s d e d e b e r e s, p u e s e sto d a c o m o r e su lta d o v a r ia s c o n tr a d ic c io n e s. L a id e a d e d e b e r e s h a cia u n o m ism o es c o n tr a d ic to r ia y só lo co n d u c e a una m a n e ra m uy e x tr a ñ a d e h ab lar a c e rc a d e a lg o q u e se e x p lic a m e jo r en té rm in o s d e v irtu d e s y se c o m p le m e n ta co n el d isc u rso d e los d e re c h o s. E n el á rea del c o m p o r ta m ie n to m o ral q u e r e c a e en M Jo s e p h R az n o s o fre ce la sig u ie n te d e fin ició n d e d e re c h o s: '"X tien e un d e re c h o ’ si y sólo si X p u e d e ten er d e re c h o s, y, ceieris paribus, un asp e c to del b ie n e sta r d e X (su in terés) e s razó n su fic ie n te p a ra c o n sid e ra r q u e otra(s) persona(s) tien e(n ) un deb er." (The Moralky ofFreeclom, p. 166; las c u rsiv as son m ías.) V éase tam b ién , al respecto, las te o ría s de los d e re c h o s b a sa d a s en la e lección y el in terés, tal c o m o las p r e se n ta je r e m y W aldron en su in trod u cción a Theories of Rights. Sin em b argo , v é a se la discusión acerca d e los d e re c h o s e x ig ib le s a u n o m ism o en M. F reed en , /üig-fa.s.
u n o m ism o , los c o n c e p to s d e ó n tic o s tien e n q u e se r reem p laza d o s con los c o n c e p to s d e las v irtu d e s, p e ro sin lle g a r a la ge n era liz a ció n d e q u e to d o s los c o n c e p to s d e ó n tic o s tien en que se r re d u cid o s a éstos ú ltim o s, p o rq u e p r e sc in d ir de los co n cep tos d e d e b e r u o b lig a c ió n sería d e n uevo u n a in terp re tació n e rró n e a d e la m o r a lid a d —au n q u e ten go q u e d e ja r e ste tem a p a ra a lg u n a o tr a o c a s ió n —. El c o m p o r ta m ie n to m o ra l que re p e rcu te d ire ctam e n te e n u n o m ism o s e e n tie n d e m u ch o m ejor si en lu g a r d e la te rm in o lo g ía de los d e b e re s se u tiliza la de las v ir tu d e s .25 B IB L IO G R A F ÍA A nscom be, G .E.M ., “M o d ern M oral P h ilo sop h y ”, Philosophy, vol. 33, 1958, pp. 1-19. [L a versión en castellano, “F ilo so fía m oral m oder n a ”, aparece in cluida en esta antología, pp. 2 7 -5 3 .] Baier, Kurt, The Moral Point of View, C orn ell University Press, Ithaca, 1958. D enis, L ara, “K a n t’s Ethics an d Duties to O n eself", Pacific Philosophical Quarterly, vol. 78, 1997, pp. 3 2 1 -3 4 8 . Driver, Ju lia, “R eview o f From Morality to Virtue", Nolis, vol. 28, 1994, pp. 505-514. Elster, J o n (com p.), The Múltiple Self, C am b rid g e University Press, C am bridge, 1986. Freederi, Michael, Rights, University o f M in n eso ta Press, M inneápolis, 1991. GriHin, Jam e s, Valué Judgment. Improving our Ethical Beliefs, O xford University Press, O x fo rd /N u e v a York, 1996. H art, H .L.A ., “L e g a l a n d M o ral O b lig atio n ”, e n A .I. M elden (comp.), Essays in Moral Philosophy, University o f W ashington Press, Seattle, 1958. [Versión en castellan o : Obligación jurídica y obligación moral, trad. Jav ier E squively L. A lfo n so O rtiz, In stitu to d e Investigaciones Filosóficas-UNAM, M éxico, 1977.] ------- , The Concept of Law, 2a. ed., C laren d o n P ress, O xford , 1994 (1961). [V ersión en castellan o; E l concepto de derecho, tra d . Genaro R. Carrió, A beledo P errot, Buen os A ires, 1968.] 25 Una versión an te rio r d e e ste artículo fu e p r e se n ta d a en C o lu m b ia Uni versity, A g rad e zco a! p ú b lico ah í presente, a s í com o a K en E h re n b e rg p or sus com en tarios en e s a ocasió n . T am b ién q u ie ro a g ra d e c e r a E le o n o ra Cresto, H éctor Islas, B o n n ie Kent, M ary M oth ersill, M ark Platts, F aviola R ivera y Mi chael Slote sus ú tiles críticas.
H u rsth ouse, R osalind, On Virtue Ethics, O xfo rd University Press, O x fo rd , 1999. Ibsen, H enrik, Casa de muñecas, trad. A n a V ictoria M o n d ad a, Porrúa, México, 1976 (1879). Kant, Im m anuel, “P rin cip ios m etafísicos de la d o ctrin a d e la v irtu d ”, L a metafísica de las costumbres, trad. A dela C o rtin a O rts y Je sú s Conill, T ecnos, M ad rid , 1994. L arm o re, C harles, The Moráis of Modernity, C am b rid g e University Press, N ueva York, 1996. M ili, Jo h n Stuart, OnLiberty, C am bridge University Press, N u ev a York, 1989. M oravcsik, Ju liu s M., “T h e R ole o f Virtue in A lternatives to Kantian an d U tilitarian E th ics”, Philosophia,\o\. 20, 1990 -1 9 9 1 , pp. 3 3-48. N o rton , D avid L., “M o ra l M in im alism and th e D evelopm ent o f M oral C h aracter”, Midwest Studies in Phiiosophy, vol. 13, 1988, pp. 180195. Patón, M argaret, “A R ec o n sid eratio n o f K a n t’s T reatm ent o f D uties to O n e se lf”, Philosophical Qiiarterly, vol. 40, 1990, pp. 2 2 2 -2 3 3 . Platts, Mark, “P h ilo sop h ical S cep ticism about M oral O b lig a tio n ”, Pro ceedings of the Aristotelian Society, vol. supl. 67, 1993, p p . 175-194. [L a versión en castellan o, “E scep ticism o filosó fico acerca d e la obli g ac ió n m o ral”, ap arec e in clu id a en esta antología, p p . 5 5 -8 0 .] Potter, N elson, “D uties to O n eself, M otivational Intern alism , an d S e lfD ecep tio n in K a n t’s E th ic s”, en Mark T im m on s (co m p .), Kant’s Metaphysics of Moráis, p p . 3 7 1 -3 9 0 . R az, Jo se p h , The Morality of Freedom, O xford University Press, O xford, 1986. R eath, Andrew s, “S e lf-L e g islatio n and D uties to O n e s e lf”, e n M ark T im m ons (com p.), K ant’s Metaphysics of Moráis, pp, 3 4 9 -3 7 0 . Singer, M arcus G., “O n D u ties to O n e se lf”, Ethics, vol. 69, 1959, pp. 202-205. Slote, M ichael, From Morality to Virtue, O xfo rd University Press, O x ford, 1992. Straw son, P.F., “S o cial M o rality and Individual Id e a l”, Freedom and R.esentment and Other Essays, M ethuen, L o n d res, 1974. [V ersión en castellano: Libertad y resentimiento y otros ensayos, trad . Ju a n Jo s é A ccro, Paidós, Barcelon a, 1995.] T im m on s, M ark (co m p .), K ant’s Metaphysics of Moráis, O x fo rd Univer sity Press, O xford, 2002. W aldron, Jerem y (co m p .), Theories ofRights, O xfo rd U niversity Press, O xford, 1984.
Wick, Warner, “M o re ab ou t Duties to O n e s e lf”, Ethics, vol. 70, 1960, pp. 158-163. Williams, B ern ard , E thics an d the L im its o f Philosophy, H arvard Uni versity Press, C am bridge, Mass., 1985. [V ersión en castellano: L a ética y los lím ites de la filosofía, trad. L u is C astro Leiva, M onte Ávila, C aracas, 1997.] ---------, M orality, T orchbook, Nueva York, 19-72. [Versión e n castellano: Introducción a la ética, trad. Manuel Jim é n e z R ed on d o, C átedra, M adrid, 1982.]
B
ern ard
W
il l ia m s
C u a n d o , h a c ia el fin al d e la Odisea, O d isc o y T elém aco se e n cu en tra n c o m b a tie n d o a los p r e te n d ie n te s, su ce d e alg o que alarm a m u ch o a O d ise o : ve a los p r e te n d ie n te s p o n e rse las a r m ad u ras y e m p u ñ a r las lanzas, q u e p re c av id a m e n te h ab ían sido g u a rd a d a s e n la sala del tesoro a n te s d e l ataq u e . A lg u ie n tien e q u e h a b e r a b ie rto la sala, y O d is e o se p reg u n ta q u ié n p u d o h a b e r sid o . “ P ad re, fu e e r r o r m ío ” , d ic c T elém aco, y en verdad ningún otro dio m otivo a tal cosa: dejé sin cerrar la gran puerta del tesoro, entornada no más, y sin duda un espía lo observó m ás despierto que yo.1 L o an terior p o n e d e m an ifiesto a lg o im p lícito en la e x p lica ció n d e la a cció n q u e e n c o n tra m o s en H o m e r o en otro te x to .2 A u n qu e, co m o los c rític o s lo h an s e ñ a la d o , H o m e ro no te n ía u n a p a la b ra e q u iv a len te a l sustan tivo a b s tr a c to “in te n ció n ”, en e sta d e sc rip c ió n e s tá im p lícita cierta id e a q u e p o d e m o s id en tificar con la d e u n a in ten ción : T e lé m a c o d e jó la p u e rta e n tre a b ie rta —esto, en e fe c to , fu e alg o que h iz o —, p e ro no q u e r ía h acerlo . E s b a sta n te o b v io q u e n o p o d e m o s d e cir q u e H o m e ro tiene cierto c o n c e p to sim p le m e n te p o r q u e n os p rese n ta u n in c id e n te q u e n o so tr o s d e sc rib iría m o s en e s o s té rm in o s. S in e m b a rg o , sí p a re c e r a z o n a b le d e c ir q u e en H o m e r o existe cierto c o n c e p to c u an d o él y sus p e rso n a je s h a c e n d istin c io n e s q u e só lo se p u e d e n e n te n d e r e n térm in os d e d ic h o co n cep to . D esd e lu e go, esto e s cierto d e la in ten ción , co n re sp e cto a lo q u e d ic e 1 Odisea, X X II, 1 5 4 -1 5 6 : <¿ i t á t E p , aO toc é y ¿ > tó 5 s y * ^ [ i p p o i o v — oüSé t i c áXXoc / aíticK, Se $aXa[J.oío -0úpr]v rcuxivüc ápapuíotv / xáXKmov otYxXívaq- T£>v 5É axoxó< T)ev áneívwv. 2 V éase el c ap ítu lo 2 d e Shame and N ecessity.
T e lé m a c o ; y m á s o m e n o s lo m ism o q u e d a c la ro , a u n q u e con m e n o s n itid ez, en los m ú ltip le s p a sa je s q u e d e s c r ib e n in d iv i d u o s a c e rta n d o o e r ra n d o y, m á s en g en e ral, te n ien d o éxito o fr a c a s a n d o en lo que in ten tan hacer.® T ales caso s b ien p o d ría n ser su fic ie n te s p a ra p e rm itir n o s d e cir q u e H o m e r o ten ía un c o n c e p to d e intención, au n c u a n d o c a re c ie se p o r c o m p le to d e u n a p a la b r a re la c io n a d a co n la id e a gen eral. P e ro H o m e ro d e h ech o sí c u e n ta con tal p a la b ra , hekon, que m u ch a s veces sig n ific a “in te n c io n a lm e n te ” o “d e lib e r a d a m e n te ” y en la Jlía d a r a r a vez sig n ific a a lg o d istin to. S e utiliza, p o r e je m p lo , p a r a d e c ir q u e c u a n d o D io m e d e s a r r o jó u n a lan za a D o ló n y e r r ó el tiro, su in te n ció n e ra no d arle, hizo esto d e lib e ra d a m e n te .4 Un d a to m uy sig n ificativ o ace rc a d e esta p a s C o m p á r e s e e n p a r t i c u l a r e l u s o d e tu y x < ív (0 c o n o t r o v e r b o q u e s i g n i f i c a é x i t o a l h a c e r e s o m is m o : e .g ., ¡lia d a IV , 1 0 6 - 1 0 8 : Ejkó a T É p v oio T u x w a í ! ■ ■■ (3e(3Xiíxei; X X I I I , '1 6 6 o ú x é c u / t i o e v s X iía c -
1
Iliad a, X , 3 7 2 ; ’H p a , x a i
e y x o c otípr^xev, é x w v 5 ’ íjjiá p ra v e ( ¡ h o t o c . D e n u e v e
v e c e s q u e a p a r e c e la p a l a b r a , h a y c i n c o q u e t i e n e n c l a r a m e n t e e s t e s e n t i d o : IV , 4 3 , d i s c u t i d a e n e l te x to ; X X I I I , 4 3 4 - 4 3 5 , 5 8 5 , d e g u i a r lo s c a b a l l o s p a r a e v i t a r u n a v o l c a d u r a ; V I, 5 2 3 , H é c t o r r e p r u e b a l a i n a c t i v i d a d d e P a r i s e n la b a t a l l a , áX X á é x ú v
te
x a l o ú x é -Se Xe ic , q u e e n p a r t i c u l a r d i c e q u e n o
s ó lo n o e s t á d i s p u e s t o , s in o q u e h a c e e s t o d e l i b e r a d a m e n t e ; y 111, 6 6 , lo s d o n e s d e lo s d i o s e s n o s e p u e d e n d e s p r e c i a r , ocrcra x e v a ü i o l 8¿>aiv, éxa>v 5 ’ o ú x av tic cX orco, d o n d e lo q u e se d i s c u t e n o e s q u e la p e r s o n a n o lo s r e c i b a d e b u e n g r a d o —c la r o q u e lo h a r í a —, s i n o q u e n o p o d r í a e s c o g e r l o s p or voluntad
propia. E n V I I , 1 9 7 , s ó lo p a r e c e t e n e r f u e r z a r e t ó r i c a ( A r i s t a r c o i n t e r p r e t ó é\cl>v). E n V I H , 81 y X III , 2 3 4 p u e d e s i g n i f i c a r s i m p l e m e n t e q u e a l g u i e n h a c e a lg o v o l u n t a r i a m e n t e , s e n t i d o e n e l c u a l e s l o c o n t r a r i o d e á é x w v ( v é a s e m á s a d e l a n t e e n e l te x to y la n o t a 5). É s te e s e l s e n t i d o m á s c o m ú n e n l a Odisea, el c u a l s e e x p r e s a c l a r a m e n t e e n IV , 6 4 6 - 6 4 7 , rj az pírj á é x n v t o c
s x ú v oí S ü x a c ;. E n X X I I , 3 5 1 - 3 5 3 , ¿be; éy¿o ou t i éx¿ov Éc; aóv
oó¡.i.ov oü5É
/ TtüiXcii^i)v. . . / áXXá ?toXij 7tXéovKC x a l xp eíctcto v ec t]Yov
á v á y x r ), la i d e a n o e s q u e e l t r o v a d o r a e d o h a y a e n t r a d o a la c a s a s in q u e r e r , n i i n v o l u n t a r i a m e n t e , s in o m á s b i e n q u e f u e f o r z a d o a e n t r a r , l o c u a l n o e r a u n a a c c ió n s u y a e n a b s o lu to . L o s p r o b le m a s s o b r e e s ta f r o n te r a s o n e n d é m ic o s d e la c o a c c i ó n . V é a s e e l c a p í t u l o 6 d e Shame an d Necessity, p p . 1 5 2 - 1 5 4 , la n o t a 4 3 y la r e f e r e n c i a q u e a h í s e h a c e a A r i s t ó t e l e s ; c o m p á r e s e s u c u i d a d o s a f o r m u l a c i ó n e n A r i s t ó t e l e s , Etica Nicomáquea, 1 1 1 0 a 2 - 4 , p íw o v 5e ou í) á p x i) TotocÚTT} o ú a a ev 7) ^ rj5 sv oui.ij3áXXe'cat 6 npávT aiv r¡ o tcóectXí^v, oíov et TivEÚti.a xo¡.ucfcíi jtoi '0 Svi3pco7toi x ú p io i ó v t e c ; , L a f r a s e ó TtpóiTTCOv i} ó x á a x c o v n o s i g n i f i c a “e l q u e h a c e o e l q u e s u f r e , s e g ú n s e a e l c a s o " , s i n o “e l q u e h a c e o , c o m o p o d r í a m o s l l a m a r l o , e l q u e s u f r e ”, c o m o l o p r o p o n e B u r n e t . (E l e j e m p l o d e l v i e n t o p a r e c e r e f e r i r s e a u n b a r c o a l q u e lo s v ie n to s e s t á n d e s v i a n d o d e s u
lab ra es q u e en la ílía d a y la O disea só lo a p a re c e en el n om i nativo sin g u lar: fu n c io n a com o un a d v e rb io , u n id a a verbos de acción , lo c u a l en sí m ism o c o n c e n tr a su sen tido en la in tención. Si e ste té rm in o sig n ific a ra p r im o rd ia lm e n te , com o a veces o c u rre , “d e a c u e rd o con n u e str o s d e s e o s ”, no h a b ría r a zón p a r a esta re stricció n ; p o d e m o s h a c e r q u e n os h ag a n co sas o q u e nos s u c e d a n c o n fo rm e a n u e str o s d e se o s. De hecho, así p a sa con el n e g a tiv o d e hekon: aekon, q u e casi siem p re sig n ifi ca “a r e g a ñ a d ie n te s ”, “c o n tr a n u e stra v o lu n ta d ”, o “co n tra rio a lo q u e en o tra s circ u n sta n c ia s d e s e a r ía m o s ”. Este térm in o m uy a m en u d o h ac e re fere n cia a lo q u e le su ce d e a la gente (aparece m uch as veces en casos d istin to s d e l n om in ativo), así co m o a las a c c io n e s .3 T am b ién se a p lic a , con e ste m ism o sen tid o , a las accio n e s. L a a cció n q u e se re a liz a co n e ste án im o, a regafiad ien tes, tien e q u e se r d is tin g u id a d e la acción q u e se realiza sin q u erer, A d e c ir verdad, las d o s c o sa s so n m u tu a m ente exclu yen tes: un agen te en e s ta situ a c ió n es alg u ien que p reten d e o tie n e la in ten ció n d e h a c e r algo, p e ro que d e se a ría no tener q u e h acerlo . E n sus u s o s m ás com unes, en ton ces, hekon no es ni o p u e sto ni c o n tr a r io a aekon. o p e ra n en e sp a cio s d ifere n te s. Es esto lo que H o m e r o e x p lo ta d e m an era su cinta c u a n d o h ace q u e Zeus d ig a q u e e stá co n ce d ie n d o lo q u e H e r a q u ie r e hekon aekonti de thumdi —co m o A lb rech t Dihle lo e x p o n e c o n e x a c titu d —: “ [Z eu s] ha e n tre g a d o T ro y a de m an e ra d e lib e r a d a e in ten cion al p a r a q u e sea d e stru id a por la ira d e H e ra , a u n q u e sus sim p a tía s le a co n se ja b a n lo con tra r io .”6 curso p a r a d irig irlo h ac ia un destin o n o d e s e a d o : véase R.A. G au th ier y J.Y. Jo lif, L ’Ethique á Nicomaque, ad. loe.) 5 E l u so h ab itu al d e las e x p resio n es n e g a tiv a s se ilustra, asim ism o, con la con strucción áéxT|Tt + genitivo, que se e m p le a con frecuencia p a ra decir “con tra )a voluntad de alg u ie n ". H ay sólo u n p a s a je en H o m ero en el que ásxíov sign ifica in equívocam en te “sin q u e r e r ”: Ilía d a, X V I, 2 6 3 -2 6 4 , que se usa en relación con el Caso del cam inante q u e sin q u e re r ahuyenta a las avispas de un p an al; su c a so se c o m p a ra con el d e los n iñ o s latosos que p o r m era diversión las alb o ro tan . 6 Ilíada, IV, 43; A lb rech t Dihle, The Theory of Will in Clasúcal Antiquity, p. 26. G. Kirk, The Iliad Boolis I-IV , ad. loe., d ice que ésta es “u n a sutil m ues tra de p sic o lo g ía de p a rte de H o m e ro ”; m á s b ie n se trata de u n a brillante expresión de p sic o lo g ía com ún y corriente. T a m b ié n se d e b e decir q u e Dihle no siem pre re p re se n ta con tan ta nitidez lo q u e tien e fren te a sí; a p e sar de la
L o q u e T e lé m a c o d ic e a ce rc a d e h a b e r d e ja d o la p u e r ta a b ie rta im p lic a la id e a d e in ten ció n ; tam b ién hace u so d e a l g u n a s o tr a s n o c io n e s, las c u a le s se c o m b in a n en u n a p a la b r a g rie g a . T e lé m a c o d ic e q u e é l y n in g ú n o tro fu e aitios, y e sto sig n ific a, e n p rim e r lugar, q u e fu e la c a u s a d e lo q u e h a p a sa d o , q u e lo s p re te n d ie n te s se h ic ie ra n con las a rm a s; y, en s e g u n d o , q u e si a lg u ie n d e b e r e c ib ir los co m e n ta rio s d e sfa v o rab les a c e rc a d e lo su c e d id o , es él. Es p o sib le asim ism o q u e , d e u n a u o tr a m a n e ra , T elém a co te n g a q u e c o m p e n sa r su e rro r, P recisam en te e n e sto s se n tid o s él tien e la cu lp a . A d em á s hay u n a e x p lic a c ió n c o n sa b id a d e c ó m o llegó a h acer e sto sin q u e rer, q u e no se fijó en lo q u e e sta b a h acien d o : un o d e los p r e te n d ien tes fu e m e jo r o b se rv a d o r. E n H o m e r o (co m o en to d o s lad o s), se e n c u e n tr a n m u ch o s e r r o r e s ru tin a rio s d e e sc tip o : re su lta d o s m a lo s q u e se p r o d u je r o n sin q u e e sa fu e ra la in ten ción . C o n e ste tr a s fo n d o p o d e m o s e x a m in a r un e je m p lo m á s e s p e c ta c u la r y fa m o s o . A u n q u e el c a so h a sid o m u y d isc u tid o p o r lo s e stu d io so s d e l m u n d o h o m é ric o , n o d e b e r ía m o s p e rd e r d e v ista q u e se tr a ta d e u n a situ a c ió n d e m u ch a s m an e ra s a típ ic a. D e sp u é s d e q u e A q u ile s le h a d ic h o a A g a m e n ó n q u e su c ó le r a h a q u e d a d o a tr á s , A g a m e n ó n le e x p lic a c u á l e r a su e s t a d o d e á n im o c u a n d o e m p e z ó la lu c h a ;7 y su s p a la b r a s d icen lo o p u e se r u d ic i ó n y la s u tile z a d e s u li b r o , é l e s o t r o d e a q u e llo s c u y a p e r s p e c tiv a se v e d i s t o r s i o n a d a p o r s u p o s i c i o n e s f i l o s ó f i c a s m a l e n f o c a d a s . A sí, c i t a a l g u n a s p a l a b r a s d i r e c t a s d e H e s í o d o a c e r c a d e l p e r j u r i o ( O p. 2 8 0 y s s.): eí y h p t i c x ’ e$éXr] x a S ix a i’ áY o p eO crat / y iT v á ia x íJ V . , . / o< Bé x c ¡.lapTupírjaui £xa>v é jiío p x o v ¿¡.lÓCTaac / rj>eúaET0ü. . . , y c o m e n t a q u e “la c o n n o t a c i ó n d e la i n t e n c i o n a l i d a d s e i n t r o d u c e s ó lo m e d i a n t e y i y v ú o x u v y
D e h e c h o , Y iy v íia x io v t i e n e
p o c o q u e v e r c o n 1a i n t e n c i o n a l i d a d e n e s t e c a s o , a u n q u e é0éX») s í se r e l a c i o n a : la p r i m e r a c l a u s u l a s e r e f i e r e a a l g u i e n q u e q u i e r e d a r t e s t i m o n i o v e r d a d e r o y e s t á e n p o s i c i ó n d e h a c e r l o , y la s e g u n d a a a l g u i e n q u e c o m e t e p e r j u r i o i n t e n c i o n a l m e n t e . L a i d e a d e q u e a lg o m ás p u d i e r a r e s u l t a r n e c e s a r i o p a r a e x p r e s a r e s to s p e n s a m ie n to s p a r e c e s e r p r o d u c to , c o m o m u c h a s c o s a s e n s u a n á lis is , d e u n a p s i c o l o g í a t r i á d i c a y a p a s a d a d e m o d a b a s a d a e n l a r a z ó n , la e m o c i ó n y l a v o l u n t a d ( lo “r a c i o n a l , lo “a f e c t i v o ” y lo “c o n a t i v o o a p e t i t i v o " ) . E s to p r o v i e n e d e la d i v i s i ó n p l a t ó n i c a d e l a l m a : v é a s e e l c a p í t u l o 2 d e W i l l i a m s , Sham e a n d Necessüy, p . 4 3 . 71 liada, X I X , 8 6 y s s ,, e! p a s a j e s e s u e l e d e n o m i n a r ¡ a a p o l o g í a d e A g a m e n ó n . D o d d s , q u i e n l o d i s c u t e e n e l c a p í t u l o 1 d e The Greeks a n d the Irrational, e s t á e n t r e a q u e l l o s q u e r e l a c i o n a n l a s r e f e r e n c i a s a Z e u s c o n la s f a m o s a s
to d e las q u e p r o fir ió T elém aco : Yo no soy aitios [culpable], d ice, sino Z eus y el H ad o y la Erinia, q u e va y viene entre las tinieblas, los que en aq u ella ju n ta m e in fu n d iero n un a feroz c e g u e ra [ate], aquel día en que yo a m i arbitrio intentaba quitarle a Aquiles su botín de gu erra. M as, ¿qué h ab ría p o d id o yo h acer? T odo lo lleva a cab o algún dios.
L u e g o d a u n a e x p lic a c ió n d e c ó m o o p e r a la ate —“o fu s c a c ió n ”, “fe r o z c e g u e r a ”— y d e c ó m o h a sta Zeus p u e d e ser afe ctad o p o r ella, acerca d e lo c u a l A g a m e n ó n c u e n ta u n a m uy larg a a n é c d o ta . T e lé m a c o e r a aitios en v irtu d d e a lg o q u e h izo sin que é sa fu e s e su in ten ción , A g a m e n ó n no e s aitios, d ic e él; sin em b arg o , lo q u e hizo en este a su n to , lo hizo in te n c io n a lm e n tc . D esd e lu e go, en ese m o m e n to su in ten ción e ra a r r e b a ta r le a A quiles su re c o m p e n s a —B r ise id a — y q u e d á r s e la p a r a él m ism o ; ni siq uie ra en el e x trem o d e su e la b o r a d a y e x a g e r a d a a u to ju stifica ció n lle g a a in sin uar q u e lo q u e salió m a l h ay a sid o u n accidente o q u e no sab ía lo q u e e s t a b a h acien d o . L o q u e d ice es q u e cu an d o tuvo e sa in ten ción , e s ta b a en u n e sta d o de á n im o a n o rm al y q u e d ic h a c o n d ic ió n o b e d e c ía a u n a c a u sa so b re n a tu ra l, Ate, c u a n d o a lu d e a u n e sta d o d e á n im o , p a rece ten er sie m p re una c a u s a d iv in a ,8 y en e ste c a so , d e s d e luego, el h e c h o d e que la ate fu e r a c a u sa d a, d e hecho c a u s a d a d e lib e ra d a m e n te , por casi Lodo tipo d e a g e n c ia so b r e n a tu r a l a la que p u e d e pon er un n o m b re , co n trib u y e n o ta b le m e n te a q u e A g a m e n ó n afirm e q u e él n o es aitios. p a la b ra s de I, 5 (e lla s m ism as ya muy d isc u tid a s en la a n tig ü e d a d ) Atoe 6’ p o i A r j , so b re las cu ales, c /r . el cap ítu lo 5 d e W illiam s, Shame and Necessity, pp. 1 0 3-104. 8 N o se lim ita de esta m a n e r a cuan d o s ig n ific a un a situ a c ió n o estado de c o sa s —ru in a o d esastre: ta m p o co es el v e rb o que se a so c ia con el sustantivo—. El p o b re E lp cn o r d e verdad cayó en ese e sta d o m en tal p o r u n a con junción d e v in o y 6ccí(.iovo<; o ia a xaxií (O disea, XJ, 61), pero el C e n ta u ro (X X I, 297) sim p le m e n te cae en él por el vin o . En X , 68, ácccráv n ’ Etapoí xe xaxoi rcpóc t o íc t í t s ü n v o t ;, a a c r a v no h ace re fe re n cia a un esta d o mental; co rre sp o n d e al se n tid o de "e sta d o de co sas" d e átr) y sign ifica que se h u n d iero n en el desastre. é te X e íe to
C u a n d o T elém aco tu vo la cu lp a, alg o im p lícito e n e sto e r a q u e p o d r ía ser a su n to su y o o frece r u n a c o m p e n sa c ió n . Pero c u a n d o A g a m e n ó n d ic e , a d ife re n c ia d e T e lé m a c o , q u e no e ra aitios, con e llo n o q u ie r e d e c ir q u e n o se a asu n to su y o c o m p e n sa r la situ ació n . P or el c o n tr a rio : Pero p u esto q ue m e o b c e q u é y las m ientes Zeus m e arreb ató, qu iero volver atrás y r e p a r a r la falta com etida y o b se q u iarte con infinitas in d em n izacion es.9
C o m o q u ie ra q u e h ay an o c u r r id o sus a ccio n es, Licne q u e re sa rc ir a A q u iles. E n ese se n tid o , sí a ce p ta su r e s p o n s a b ilid a d .10 D ice, d e h echo, “puesto que m e o b c e q u é ”, a u n q u e , p o r su p u e s to, co n e sto no q u ie re d e c ir q u e si no h u b ie ra e sta d o o fu sc a d o y h u b ie r a h echo lo m ism o e n un e sta d o d e á n im o n orm al, no h a b r ía te n id o q u e r e p a r a r el m al. C u a n d o a fir m a , “T e n g o q u e p a g a r u n a c o m p e n sa c ió n p o r q u e Z eus m e a r r e b a t ó las m ien te s ”, q u ie re d e cir “d e b id o a lo q u e hice c u a n d o Z eus m e a r r e b a tó las fa c u lta d e s ”. T ie n e q u e p a g a r e n v irtu d d e lo q u e hizo. A sí, ¿q u é q u iso d e c ir c u a n d o d ijo q u e no e r a aitios? P or su p u e s to, a l d e c ir e sto tr a ta b a d e d isc u lp a rse : n e c e sita b a q u e A q u iles re g re sa ra , p o sib le m e n te n o p o d ía o fe n d e rlo d e n u ev o , y, sin e m b a rg o , ten ía q u e in te n tar salir a iro so d e la situ a c ió n . P ero p a r a q u e e sa s p a la b r a s lo ay u d en en su c o m e tid o , lo q u e dice d e b e ten er a lg ú n s e n tid o , y p o d r ía m o s p r e g u n ta r n o s cu ál es ese se n tid o . 9 litad a, X IX , 137. H,T a l c o m o lo ve H u gh Lloyd-Jon es, The Justice of Zeus, p. 2 3 (la alu sió n a Z eu s “ay u da a A g a m e n ó n a c o n se rv a r cierto p re stig io , p e ro no can cela su re sp o n sa b ilid a d ”) ;Ja m e s R e d fie ld , Nature an d Culture in the Ilia d , p. 97. A .H . A d kin s, Merit and Responsibility: A Study in Greek Valúes, p p . 5 1 - 5 2 , dice, “A le g a r ate n o p u e d e equivaler a in ten tar evad ir la re sp o n sa b ilid a d d e n u estras a c c io n e s”, sin o —co n tin ú a— “ [e ]n este sentido, la re sp o n sa b ilid a d no es m o ral, au n q u e tam p o co p u e d e se r e v ita d a .. . , tales so n las im p lic ac io n e s del e s q u e m a com petitivo d e los v a lo re s. L a resp o n sab ilid ad moral [las cu rsivas so n su y as] no tien e lu gar en e lla s." V é a s e u n a crítica decisiva d e có m o establece A d kin s una distin ción entre v a lo re s "com p etitivos" y c o o p e ra tiv o s", en A.A . L o n g , “M o ral and V alúes in H o m e r ", Jo u rn a l of Hellenic Studies; y véase el c ap ítu lo 4 d e Sháme an d Necessity, p p . 100 y ss. S o b re la su p o sic ió n d e q u e hay c ie rta n o ció n d e re sp o n sa b ilid a d “m o r a l", véanse, m ás ad elan te , ¡as pp. 17 6 177 y 187 y ss.
E n e l c a s o d e T e lé m a co , su c o n d ic ió n d e aitios incluía d o s ideas: que, a trav é s d e un a acción n o rm a l, él e ra la cau sa d e lo su c e d id o y q u e tal vez ten d ría q u e r e p a r a r el d añ o . En su p ro p io caso, A g a m e n ó n a ce p ta q u e tie n e q u e o to r g a r u n a com p en sació n . A d e m á s, él fu e la c a u sa in m e d ia ta d e lo que p a só ; p o r e so d e b e p a g a r . E l ún ico sen tid o en el q u e no es aitios es q u e cu an d o o c a s io n ó e sa s cosas, y d e v e r d a d lo que hizo fue in ten cion al, n o se e n c o n tra b a en u n e s ta d o d e án im o n orm al; no e ra, si e sta m o s d isp u e sto s a d e ja r e n t r a r e sta p e lig ro sa frase, su yo n orm al. A g a m e n ó n n o se e s tá d e slin d a n d o d e su acción; lo q u e e stá h a c ie n d o , p o r d e cirlo d e a lg ú n m o d o , es d eslin d ar la a cció n d e sí m is in o .11 Esto n o s r e c u e r d a o tr a s d os c o s a s a c e r c a d e T elém aco. U na es h asta q u é p u n to e r a n o rm a l el e s t a d o d e á n im o de T elém aco cu an d o c o m e tió el e rro r; era su y o n o rm a l. N o n ecesitam o s a Zeus ni al H a d o ni a la Erinia, q u e v a y v ie n e en tre las tin ieblas, ni su até p a r a q u e n o s h agan h ac e r c o sa s sin querer. T o d o el m u n d o h ace e so to d o el tiem po. L a o tr a c o sa , re la cio n ad a e ig u alm e n te c o n sa b id a , es que, d e suyo, e l a c tu a r sin intención n o d e slin d a tal a c c ió n d e n o so tro s m ism o s. T elém aco p u e d e ser c o n sid e r a d o r e sp o n sa b le d e c o s a s q u e hizo sin querer, y p o r lo tan to, d e s d e luego, tam bién n o so tr o s. E n el c a s o d e A g a m e n ó n , los d io s e s in te rv in ie ro n (o a l m e n os e so dice él) v o lv ié n d o lo loco d u r a n te u n rato; sin em b arg o , é sta no es la ú n ic a m a n e ra en q u e la a g e n c ia d iv in a p u e d e in ter venir p a r a q u e la a cció n sa lg a m al. L o s d io s e s tam bién o p e r a n en el nivel m ás c o tid ia n o y co n trib u y en , a m en u d o , a q u e las c o sa s to m en un c u r so co n trario a lo q u e el agen te p rete n d ía; y p u e d e n h acer e sto en vario s m o m e n to s d e la c a d e n a cau sal. C u a n d o un g u e r r e r o a p u n tá n d o le a u n h o m b re le d a a otro, e s p o sib le q u e h ay a a p u n ta d o tan b ie n c o m o lo h ace sie m p re y q u e el d io s h ay a d e sv ia d o la lan za d e su tray e cto ria. O qu izá e l d io s, in te rv in ie n d o d e m an e ra m á s d ir e c t a e n la p e rso n a , h ay a h ech o q u e en e sta o c a sió n a p u n ta r a m al. N o obstante, tam b ién 11 Un p e ligro d e u sa r estas expresion es p a r a la a c c ió n en un estado d e á n i m o a n o rm a l es q u e n o s p o d e m o s olvidar d el c a s o d e los agentes q u e n o rm al m en te están en un e s ta d o an orm al. L a s m ú ltip les dificu ltad es de in terp retar tales c a so s son , h u e lg a decirlo, d e gran im p o rta n c ia p a r a la práctica ju ríd ica , p ero cae n fu e ra d el ám b ito de e sta in vestigación .
é se es e l tip o d e c o sa q u e le su c e d e a c u a lq u ie r a , y el o b je to d e m e n c io n a r a lo s d io se s e n ta le s c irc u n sta n c ia s e s, co m o o c u r r e en el c a s o d e la s d e lib e r a c io n e s,12 q u e a y u d a a e x p lica r lo q u e n o tien e e x p lic a c ió n ob via. L a te m id a ate, p o r o tro lad o , im p lica un a g r a n y m isterio sa su b v e rsió n d e l e stad o m e n tal d e l agen te. E n el c a s o d e A g a m e n ó n , él a fir m a b a q u e su s in te n c io n es h ab ía n sid o c a m b ia d a s ra d ic a lm e n te ; es p o sib le, sin e m b a r go, q u e las su b v e rsio n e s p s ic o ló g ic a s d e la ate tam b ién a d o p te n o tr a s fo rm a s. T a l vez las in ten cio n e s d e l a gen te p e rm a n e z c a n sin c a m b io , p e ro su p e rc e p c ió n d e lo q u e e stá h acie n d o se vea a lte r a d a r a d ic a lm e n te , d e m o d o q u e se e n g a ñ e en el se n tid o m ás c o n o c id o d e l térm in o . E sto fue lo q u e le su c e d ió a l A yax d e S ó fo c le s, y m ás ad elan te v o lv ere m o s a él. A sí, sim p le m e n te a p a rtir d e e sto s d o s in cid en tes h o m é ric o s, te n e m o s c u a tr o id e a s: q u e en v ir tu d d e lo q u e hizo, a lg u ie n ha p ro v o c a d o u n a situ ació n m a la ; q u e e se a lg u ie n tenía o n o la in ten ció n d e p r o v o c a r e s a situ ac ió n ; q u e e sta b a o n o e n un e sta d o m e n ta l n o r m a l c u a n d o la p ro v o c ó ; y q u e es asu n to suyo, si a c a so es d e a lg u ie n , c o m p e n sa r la . P o d r ía m o s lla m a r a e sto s c u a tr o e le m e n to s causa, in ten ció n , e s ta d o y re sp u e sta ; y c o n s titu yen lo s e le m e n to s b á sic o s d e c u a lq u ie r c o n c e p c ió n d e r e s p o n sa b ilid a d . N o h ay (y tal vez no la h a y a n u n ca) u n a ú n ica m a n e ra a p r o p ia d a d e a ju sta r e sto s e le m e n to s e n tre sí —p o d r ía m o s d e cir q u e no e x iste só lo u n a c o n c e p c ió n c o r r e c ta d e r e sp o n sa b ilid a d —. M uy a p a rte d e las d ife re n c ia s en tre n u e str a s p rá ctica s y la s d e los g rie g o s, n o s o t r o s m ism o s, en d istin ta s circ u n sta n c ia s, n e c e sita m o s c o n c e p c io n e s d ifere n te s. T o d a s la s c o n c e p c io n e s d e r e sp o n s a b ilid a d a l re sp e c to se co n stru y e n in te rp re ta n d o e sto s c u a tro e le m e n to s d e d iferen tes fo rm a s y v a ria n d o el é n fasis e n tre ellos. L o s c u a tro ya están en H o m e r o , y a sí te n ía q u e ser, p u e s la n e c e s id a d d e co n tar con ellos, y c o n id e a s q u e lo s u n a n en un m o d e lo u o tro , se s ig u e sim p le m e n te d e a lg u n a s b a n a li d a d e s u n iv e rsa le s. En to d a s p a rte s, los s e r e s h u m a n o s a c tú a n y su s a c c io n e s h a c e n q u e p a se n c o sa s, y a veces q u e rían e sas c o sa s y a veces n o ; en to d a s p a rte s, a veces el age n te u o tro s q u e su fre n p o r lo o c u r r id o , o a m b o s, lo la m e n ta n o lo d e p lo r a n ; 12 V é a s e e l c a p í t u l o 2 d e Shame a n d Necessiiy, p . 3 2 .
y c u a n d o esto o c u rre, tal vez se e x ija q u e e l a gen te re sp o n d a de a lg ú n m o d o , y esta e x ige n cia p u e d e venir de él m ism o, de o tro s o d e a m b o s. C u a n d o todo e sto es posib le, tien e que ha b e r a lg ú n in terés en las in ten cio n e s d e l agen te, a u n q u e sea p a ra e n te n d e r lo q u e ha s u c e d id o ; d e m a n e r a p aten te, un T elém aco c o n la in ten ció n de d e ja r la p u e rta a b ie r ta al m e n o s h abría te n id o u n plan m uy d ifere n te y tal v e z sus re la c io n e s c o n O d iseo h a b ría n sid o m uy d istin tas d e las q u e tuvo el T e lé m a c o q u e dejó la p u e r t a a b ie r ta p o r q u e n o p e n só lo q u e e sta b a h a c ie n d o . U na vez m ás, tiene que ser p o s ib le p r e g u n ta r có m o las in ten cion es y la s a ccio n e s d e un a g e n te en un m o m e n to d a d o c o in c id e n o no c o n su s in ten cio n es y a c c io n e s e n otros m o m e n to s. En cua le s q u ie r a c irc u n sta n cia s so c ia le s, e s o es algo q u e se p re g u n ta a los o tro s q u e tien en q u e v iv ir con d ic h o agente. É sto s s o n realm en te m a te ria le s u n iv e rsa le s. L o q u e no debe m o s s u p o n e r es que sie m p r e se r e la c io n a n entre sí de la mis m a m a n e r a o, in clu so, q u e hay u n a m a n e r a id e a l e n la que d e b e r ía n re la cio n arse u n o s co n o tr o s . E x isten m u c h a s fo rm as d e re la c io n a rlo s, en p a rtic u la r d e re la c io n a r la in ten ció n y el e s ta d o con la re sp u e sta . E x isten m u c h a s fo rm a s d e in te rp re ta r lo s e lem en to s, d e d e cid ir, p o r e je m p lo , lo q u e se c o n sid e ra la c a u sa , o la c a u sa en un g r a d o su ficie n te , d e un a situ a c ió n d ad a; qué es un a re sp u e sta a d e c u a d a e n d e te rm in a d o tip o de caso y q u ié n p u e d e exigirla; q u é e sta d o s m e n tale s p o d r ía n ser lo su fic ie n te m e n te e x trañ o s c o m o p a r a d e slin d a r el a cto del agen te. A d e m á s, a lg u n o s de e sto s c u a tro ele m e n to s, o to d o s, están e x p u e sto s a lo s a ta q u e s d e l e sc e p tic ism o . C o m o lo verem os, a lg u n a s d e las fo rm a s en q u e los g r ie g o s in te rp re ta b a n y a rr e g la b a n estos m ateriales d ifie re n d e c u a lq u ie r a q u e te n g am o s a h o r a o q u e q u isié ra m o s ten er. O t r a s d e su s in te rp re ta c io n e s so n ig u a le s a a lg u n a s d e la s n u e stra s, m ie n tra s q u e h ay to d a vía o tr a s que d an te stim o n io de in q u ie tu d e s que m ás v ald ría q u e r e c o n o c ié r a m o s. S o b r e to do, lo q u e n o d e b e m o s su p o n e r e s q u e h em o s d e s a r r o lla d o u n a m a n e r a d e fin itiv am e n te ju sta y a p r o p ia d a d e c o m b in a r e so s m a te r ia le s —p o r e je m p lo , un a m a n e r a d e n o m in a d a e l c o n c e p to d e r e sp o n s a b ilid a d m o r a l—. N o lo h e m o s hecho. El p rim e ro d e estos e le m e n to s, la ca u sa , es p r im o r d ia l: los o tr o s sólo p u e d e n su rg ir e n re la c ió n c o n el h ech o d e que al
g ú n a gen te se a la c a u s a d e lo q u e h a s u c e d id o .15 Sin ella, n o hay d e n in g ú n m o d o c o n c e p to d e re sp o n sa b ilid a d . P or e sta ra zó n , el chivo e x p ia to r io y sus p arien tes, ta m b ié n co n o c id o s en la a n tig u a G r e c ia ,14 se q u e d a n d el o tro la d o d e cierta línea c o n ce p tu a l: el chivo e x p ia to r io no es r e sp o n sa b le en los e sq u e m as d e n ad ie; él so la m e n te to m a el lu g a r d e a lg u ie n q u e es el re sp o n sa b le . En el m u n d o m o d e r n o se a p lic an d istin cio n e s a n á lo g a s. C ie r to es q u e en el d e rech o m o d e r n o ex isten re g las d e re sp o n s a b ilid a d o b je tiv a [strict liabilüy], se g ú n las cu ales al g u ie n no sólo p u e d e se r c o n sid e r a d o p e n a lm e n te re sp o n sab le d e c o n se c u e n c ia s q u e n o d e se a b a —re g re sa re m o s a e sto m ás ad e la n te —, sin o, en a lg u n o s ca so s, h a sta d e re su lta d o s q u e ni siq u ie r a cau só . A sí, u n a p e r s o n a p u e d e se r sa n c io n a d a p o r q u e b ra n ta m ie n to s de re g las c o m e tid o s p o r sus e m p le a d o s sin q u e fu e r a su in ten ción . C u a n d o las a trib u c io n e s m o d e rn a s d e re s p o n sa b ilid a d o b je tiv a im p lica n p a sa r p o r alto no só lo la in ten c ió n , sino in cluso la c a u sa lid a d , la id e a p a r e c e ser q u e existe una a su n c ió n d e r e sp o n s a b ilid a d an te rio r y g e n e ra l; es p a rte d e a q u ello a lo q u e se c o m p r o m e te , p o r e je m p lo , cu alq u ie ra q u e d irija c ie r to tip o d e e m p re sa : q u e se rá re sp o n sa b le d e d e te rm in a d a s fa lla s d e su s e m p le a d o s. L o a n te r io r in trod u ce, en cierto se n tid o , la id e a d e r e sp o n sa b ilid a d sin ca u sa lid a d . S in e m b a rg o , en la m ay o ría d e las e sfe r a s d e la vid a q u e se rig e n p o r id e a s d e r e sp o n s a b ilid a d , la n o rm a a p lic a b le relacio n a re s p u e sta co n cau sa: el o b je tiv o es q u e la re sp u e sta c o n c ie rn a a la p e rso n a cuya a c c ió n fu e la ca u sa d e l d a ñ o (d e la m ism a m an e ra, si el siste m a e stá c o r r o m p id o , lo q u e h ay q u e fin g ir es q u e a sí so n las c o sa s). 13 D esd e lu ego , e sp e c ífica m e n te en u n a so cied ad c o m p le ja su rg en in n u m e ra b les p ro b lem as en to rn o a e s ta cu estión , co m o ¡a a sig n a c ió n d e cau sa lid ad e n tre v a rio s agen tes q u e , en tre to d o s, h a n o casio n a d o alg ú n efecto. Ilay p r o b lem as, a sim ism o , a c e r c a d e la re sp o n sa b ilid a d colectiva; no obstante, se tra ía d e dificu ltad es en la a p lic a c ió n d e la id e a ru d im en taria q u e e sto y d isc u tie n d o . H V é a se un a ex p licac ió n d e varios ritu ale s p o r el estilo en W alter Burkert, Greek Religión, pp. 8 2 -8 4 (las re fe re n c ias aq u í citad as so n a la versión en inglés); R. Parker, M iasm a: Pollution an d Purification in Early Greek Religión, p, 258 y ss., que. e x p o n e el arg u m en to d e que, en la p rá c tic a (no es de s o r p ren d er), n o siem p re se d istin g u ió entre chivos e x p iato rio s e in fractores co n sid e rad o s c a u sa s d e co n ta m in ació n .
D e sd e lu e g o , e sta verd ad n o re su e lv e si en d e te rm in a d a es fe ra d e n u e str a v id a d e b e ríam o s r e g ir n u estros asu n tos usan d o las e str u c tu r a s d e la r e sp o n sa b ilid a d . É sa es otra cu estió n ; es a lg o q u e p o sib le m e n te no p o d r ía m o s resolver sin sa b e r q u é sig n ific a r e sp o n d e r p o r a lg o y q u é c a so tien e h acerlo, y es algo q u e d e b e m o s ten e r en m ente, en p a r tic u la r , cu an d o p e n sa m o s a c e rc a d e las re sp u e sta s del d e r e c h o p e n al. P a r a lo s g r ie g o s, el vínculo e n tre c a u s a y re sp u e sta e stab a in c o r p o r a d o en su lengua. El v e rb o aitiaom ai sig n ifica “c u lp a r ” o “c e n s u r a r ”. “E se h om b re tr e m e n d o ”, d ijo Patroclo ace rc a de A q uiles, “ fá c ilm e n te h a sta a un a n a itio s c u lp a ría ”, a un in o c e n te, a a lg u ie n q u e n o h a hecho n a d a m a lo .15 En el c a so d e la c u lp a p o r r iñ a s o g u e r r a s , la p r e g u n t a cau sal suele ser —co m o es b a sta n te n a tu ra l— q u ié n las inició. S e m ata a los p re te n d ie n tes p o r q u e fu e ro n ellos los que e m p e z a r o n a c o m e te r actos v e r g o n z o s o s ,16 y en la Iliad a, en u n a e x p re sió n so rp re n d e n te , M en elao a lu d e a los m u ch o s m ale s q u e tro y a n o s y argiv o s h an s u fr id o “p o r mi p o rfía , q u e Paris [A le ja n d r o ] o r ig in ó ” .17 Aition es, a p a r tir d e los e scrito s h ip o c r á tic o s, una p a la b ra q u e se su e le u tilizar p a r a “c a u s a ”, y su p a r ie n te a itia se m antuvo lig a d a a a m b o s tip o s d e sen tid o: s ig n ific a b a un a q u e ja o un a a c u sa c ió n , a u n q u e ya p a r a la é p o c a d e l lib r o d e Ile r ó d o to sim p le m e n te tju iere d e c ir “c a u sa ” o “e x p lic a c ió n ” .18 15 llíada, X I, 654, Seivóc áviíp' t á x * xev ávah iov ahióí^ co. Cfr. tam b ién [liada, XIII, 7 75; Odisea, X X , 135. Odisea, X X , 394, ¡cpócepcn Yap ÓEixéa [.ir)xav ó u v io . Debo este argu m en to y el d e áp^T] en la llía d a , III, 100 (véase ¡a n o ta 17) a Olivei Taplin. 17 Iliada, III, 100, x a l AXe^ávSpou évex’ áp ^rje Z en o doto in terp retó curie, que, au n q u e h ay a variantes, p a re c e se r c o r r e c to en lo s p asaje s sim ilares V I, 356 y X X IV , 28. S o b re lo s prob lem as, v é a s e K irk , The Iliad Books I-IV , ad. loe. A u n qu e no cam b ia el texto, el p ro p io K ir k se inclina por órne; M onro en c am b io d e fie n d e dpxi¡€ convincen tem en te, c ita n d o a H eródoto 8.142, d o n d e tod os lo s m a n u sc rito s d icen ;cepi —íjc ÍHietepoK oipxj)C ó áY¿)v tyévezo. L o s ed ito re s han e n m e n d a d o e se p asaje, p o r q u e tien en la im presión d e q u e á p ^ c h ab ría s ig n ific a d o "im p erio "; no obstante, cfr. 5.97.3, q u e alu d e al asu n to que estam os d isc u tie n d o (el apoyo ate n ie n se a la revu elta jó n ica ), aúxai ai vi¡ec “ PX^I *ax
T al v ez el vín culo fu n d a m e n ta l co n la id e a d e c a u sa n o s ayu de a e n te n d e r a lg u n o s d e los m o d o s en que los g r ie g o s veían la r e sp o n s a b ilid a d que nos p a r e c e n m ás p ro b le m ático s. C re o n te, en el Edipo rey, fue e n v ia d o al o r á c u lo a p re g u n ta r p o r q u é T e b as vivía a q u e ja d a p o r la p este. C u a n d o , a su re g re so , le d ic e a E d ip o q u e su s m ales se d e b e n al a se sin a to im p u n e d e L a yo y q u e los a se sin o s tien en q u e s e r c a stig a d o s, el rey, e sc ser á v id o p o r reso lv e r e n ig m a s, e m p ie z a a l in stan te la in d a g a c ió n : “ ¿D ó n d e se h a d e h allar —p r e g u n ta — e l ra stro in d isc e rn ib le d e u n a n tig u o c r im e n ? ” ipou tod’heurethesetai / ichnos p a la ia s dustekmarton a itia s ?19 E xiste, e m p e r o , un co m p le jo m en saje e n las p a la b r a s d e S ó fo cle s. A itias e fe c tiv a m e n te h ace refere n cia a un crim e n , p e r o en su p a p e l d e c a u sa , n o co m o m otivo de q u e ja ; no h a h a b id o q u e ja y e s ah í e x a c ta m e n te d o n d e ra d ic a n los p r o b le m a s d e la ciudad. A itia s ig n ific a “c a u sa ” y e sta p a la b r a p e rte n e c e a l le n g u a je p r o p io d e l d ia g n ó s tic o y d e la in d a g a ción ra c io n a l, u n a te rm in o lo g ía d e la cu al e stá lle n a la o b ra . E d ip o p la n e a s u p e r a r el p r o b le m a , c o m o lo d ic e ,20 v a lié n d o se d e los m ism o s re c u r so s q u e e m p le ó p a r a ven cer a la E sfin g e , p o r m e d io d e la gnome, la in te lig e n c ia r a c io n a l —la gnbm e en cu y o s té rm in o s T u cíd id e s r e p r e s e n ta a P ericles c u a n d o h a b la d e la d e r r o t a d e los p e rsa s y la c o n d u c c ió n d e la g u e r r a d e l P e lo p o n e so — 21 Dustekmarton e s ig u a lm e n te un térm in o d e l vo c a b u la rio d e lo racio n al: es d ifíc il en un caso así, d ic e, h ac e r u n a in fe r e n c ia , tekm airesthaiP' S in e m b a r g o , la m a n e ra e n q u e tam b ién so n la c a u s a inm ediata de la g u e r r a , é í otou se p rodu jo. V éase A.W. G om m e, A H isto rical Commentary on Thucydides, vol. 1, pp. 1 5 3 -1 5 4 ; G .E.M . d e Ste. C ro ix , The Origins o f the Peloponnesian War, pp. 51 y ss. 19 Edipo rey, 109. 20 Edipo rey, 398, d o n d e se co n tra p o n e a la d e p e n d e n c ia d e la s se ñ a le s del o rácu lo. 21 T u cíd id e s 1.144; de m a n e ra m á s g e n e r a l, so b re el p a p e l de yvíÍh 1! y la in d ag ac ió n ra c io n a l, véase E d m u n d s , C h an ce an d Intelügence in Thucydides. L a im p o rtan cia de tal len gu aje en Edipo rey ha sid o su b ray ad a m uch as veces, en e sp e c ia l v éase B. K nox en su b rillan te artículo “W hy Is O e d ip u s C a lle d T y r a n n o s? ”, con su tan p e rsu asiv a te sis d e q u e E d ip o se p a re c e a la p r o p ia A ten as d e P ericles. 22 C o m o H e r ó d o to lo plantea (2.33), t o í c n émpctvéai - a (ir) YivioaxojiEVoc. En Edipo rey, 9 1 5 - 9 1 6 , "Vbcasta h ab la d e u n a in fe ren c ia en otro sen tido, ávrip / e v v o i k x a x a i M a t o T c rcáXat cexliaípeTOii, y d ic e q u e E d ip o ya no se está c o m p o r tan d o co m o cal. E n realid ad , e sto e s ju s ta m e n te lo que ha e m p e z a d o a hacer.
ta l v o cab u lario se a p lic a a q u í re su lta in q u ietan te. Ichnos e s un term in o in e q u ív o cam e n te a so c ia d o a las c o sa s v iv a s y a la caza: sig n ific a una h u ella h u m a n a o el r a s t r o d e un a n im al, y rem ite a h ab ilid ad es m ás a n tig u a s. A d em ás, ca b e p r e g u n ta r qué sig n i fica Ichnos p a r a q u e s e a dustekm arton; p o d r ía sig n ific a r q u e fue d ifícil de h alla r o q u e fue d ifícil d e in terp re tar. L a p reg u n ta d e E d ip o im p lica lo p rim e ro , q u e se rá d ifícil d e h allar; p e ro él tam b ién d ice tod\ “e s t a h u e lla ”, lo c u a l s u g ie r e d e m an e ra co n tu n d en te q u e ya la ha e n c o n tr a d o y q u e sa b e d e q u é tipo d e c o sa se trata. L a p r im e r a d e sc r ip c ió n q u e E d ip o d a d e la in d a g a c ió n ya p o n e e l p a sa d o y el p resen te, la c a u sa y la bú s q u ed a, d e m a sia d o c e rc a co m o p a r a no in q u ie tarse . L o q u e un e la c a u sa a n tig u a co n la p e ste p re se n te es el m ias m a, la co n tam in ació n , y, co m o el o rá c u lo lo d ijo , lo q u e lo a tr a j o fue el h o m icid io : fu e esto, y n o lo que m ás ta rd e resultó ser un incesto. L a c re e n c ia e ra q u e el a se sin a to p o d ría traer a flicció n a u n a fa m ilia o a to d a u n a c iu d a d y q u e las fuerzas so b re n a tu ra le s q u e su b y a c e n en e sto se verían m itig a d a s sólo cu a n d o el re sp o n sa b le , q u ie n lo h u b ie ra hecho, fu e r a m atad o o d e ste r r a d o . E ste c u e r p o d e ideas 110 está del to d o p resen te en H o m e ro , y en lo que c o n c ie rn e a e s t a h istoria, m u c h a s veces se h a su b ra y a d o que, en H o m e ro , la m a d r e d e E d ip o , ah í llam ad a E p ic asta , se ahorca, a u n q u e E d ip o s ig u e re in a n d o en T e b a s.23 Es p o sib le q u e la c re e n c ia y las p u rific a c io n e s a so c ia d a s se ha y an co n v ertid o en un r a s g o de v id a m ás im p o rta n te duran te el siglo V II; se d ic e q u e a ñ o s an tes d e 600 a.C ., E p im é n id e s de C re ta (c o n o c id o p o r los ló g ic o s c o m o la p e r s o n a q u e p recip itó la P a r a d o ja del M en tiro so ), en su c a lid a d d e kathartés, p u rificó A ten as d e la c o n ta m in a c ió n c ilo n ia .24 A u n q u e h u b o vo ces di 23 Odisea, XI, 271 y ss,: E p icasta, en su ig n o ra n c ia , néYa epyov éps$ev, algo m o n stru o so ; cfr. A esth , Ag., 1546, sobre lo que C lite m n e stra hizo. F.s signifi cativo que E p icasta haya d e ja d o a E dipo c o n m u ch as trib u lacio n es, ó o o a xs Hiycpóc ’Epiwet; sjtTeXéouoiv, 280. 2,1 Arist. Ath. Pol. 1; Plut. Solon 12. D e b o e sto s se ñ alam ie n to s a Burkert, pp. 77 y ss. L a idea de que la creen cia en la co n tam in ació n de la san gre se d e sa rro lló e n la é p o c a p o sth o m é ric a fue p la n te a d a p o r D o d d s en The Greeks and the Irralionai, au n q u e es p o sib le que s u au se n c ia en H o m e r o ob edezca a ciertos patron es c o n o c id o s de reticen cia h om érica. Parker, M iasm a, p. 16 (y cfr. la s pp. 6 6 y ss., 130), su g ie re q u e l a im p resió n d e un au m en to en la cre e n cia se b asa en b u e n a m e d id a en la c o m p a ra c ió n de d o s gé n e ro s, la épica
sid e n te s, el co n ce p to p e r s is tió , y sig u ió s ie n d o u n a in q u ie tu d p a r a el e sq u e m a legislativo p r o p u e s to en las Leyes d e P lató n a m e d ia d o s del siglo IV a .C .25 S e in c u rría e n el m iasm a tan to p o r m atar d e m a n e r a invo lu n ta r ia co m o p o r h acerlo in ten cio n alm e n te. S im p le m e n te se c o n c e b ía co m o u n efecto d e m ata r a un s e r h u m a n o , y lo q u e en la filo so fía m o d e rn a se lla m a e x te n sio n alid a d de la relació n c a u s a l im p lica q u e si hay a lg ú n e fecto d e e se tipo, e n to n ce s un s u c e s o q u e es m ata r a u n s e r h u m a n o te n d rá tal e fe c to se a o n o sea u n a se sin a to d e lib e r a d o .26 El m iasm a es u n e fec to s o b r e n a tu ra l; y el h echo d e q u e h ay a sid o visto en e sto s té rm in o s to ta lm e n te c a u sa le s p u e d e n h a c e r n o s d e c ir q u e se tr a ta d e un tip o p a rtic u la r d e efecto so b r e n a tu r a l, que p e rte n e c e a lo m á g ic o m ás que a lo m e r a m e n te re lig io so . En el c a so e sp e cia l d e E d ip o , sin e m b a rg o , ta m b ié n e stá im p líc ita o tra d im e n sió n de lo so b re n a tu ra l. L a c o n ta m in a c ió n fu e e fec to d e lo q u e h izo —la te rrib le m a ld ic ió n q u e so b re sí m ism o lan zó p o r ig n o r a n c ia , co m o él lo p la n te a —,27 pero , d e s d e lu e g o , lo daim ánico e s t a b a im plícito ig u alm en te en la cau sa de lo q u e hizo, p o r q u e to d o e sta b a p re d e stin a d o d e sd e antes d e q u e n aciera. C u a n d o , c o m o lo verem o s m ás a d e la n te , E d ip o , a p u n to d e m o rir e n C o lo n o , re fle x io n a s o b r e los h o r r o r e s d e lo o c u r r id o m u c h o s a ñ o s a n te s y dice p o r p r im e r a vez q u e él n o fu e cu lp ab le, m e n c io n a y d istin g u e e sa s d o s c o s a s d ife re n tes, que no fu e su in te n ció n h a c e r lo q u e hizo y q u e de to d o s y la tra g e d ia : lo q u e h ay q u e e x p lic a r es el asce n so d e la tra g e d ia , co n su típ ic o tem a d e la violen cia en la fam ilia. S o b re la p u rificació n c o m o “u n a cien c ia de la d iv isió n ”, el e sta b le cim ie n to de fron teras, véase Parker, cap . 1 (y su re fe re n cia a ja g g e r s , pp. 1 8 -1 9 ). 25 P lató n , Leyes, 831 A , 865 y s s . C o m o siem pre, existen voces e sc ép tic as q u e s e r á n e scu ch ad as en E u ríp id es {cfr. IJlgenia en Táuride 380 y ss., Heracles Furioso 1234), au n q u e la o b servación de D o d d s (The Greeks and the Irrational, cap . 2, n. 4 3 ) d e q u e E uríp id es “p ro te stó c o n tr a ello " es se g u ram e n te d e m a sia d o fu er te. V éanse alg u n o s com en tarios ra c io n a lista s sobre el tem a aso c ia d o de las p u rific ac io n e s p a r a la p e rtu rb a c ió n m en tal, en H ip ó crate s, De morb sacr. 1.42. V é a se G .E .R . Lloyd, Magic, Reason a n d Experience, p p . 4 4 -4 5 a l., q u e sub raya las c o n tin u id a d e s entre p u rific a c io n e s y prácticas religio sas m ás cercan as a la c ie n c ia m édica. 26 S o b re las relacion es en tre s u c e s o , acción , c au sa lid a d e in tención, la o b ra fu n d a m e n ta l es la d e D. D avidson , Essays on Actions and Events. 27 Edipo rey, 7 4 4 -7 4 5 .
m o d o s e sta b a e sc r ito e n s u d e stin o .28 L a m ita d d e e stas p a r ticip acio n es d a im ó n ic a s —el d e stin o , la n e c e sid a d y los planes d iv in o s— no so n p e rtin e n te s p ara el te m a d e este texto; m e he o c u p a d o d e e llo s en o t r o sitio.29 L o q u e sí n o s in teresa aq u í es el sig n ific a d o d e l m iasm a y su re la c ió n , o fa lta d e relación, con las in ten cio n e s d e la gen te. L a c u e stió n d e q u e el efecto y la c a u sa so b re n a tu ra le s pue d an s e p a r a r s e n o e s u n a m era d is tin c ió n p o é tic a o filo só fica. L a id e a d e q u e se p o d ía in cu rrir en u n a c o n ta m in ac ió n h asta p o r un a m u e rte n o in ten cio n al e r a im p o r ta n te en los trib u n a les aten ien ses, d o n d e n o h a b ía n in g u n a p o s ib ilid a d de p red e stin a ción d iv in a, m u ch o m e n o s d e d e stin o trá g ico . En las Tetralogías atrib u id as a A n tifó n , u n a o b ra d e l sig lo V a.C ., se o frece un ejem p lo so r p r e n d e n te d el análisis d e los p ro b le m a s co tid ian o s —y tam b ién del tip o d e ingenio o p t im is ta q u e los a b o g a d o s y los filó so fo s tie n d e n a ap licar a este tip o d e a su n to —. El e je m p lo co n sta d e tres c o n ju n to s d e cu atro d is c u r s o s , c a d a un o de los cu ales se d e d ic a a un c a so de h o m ic id io . C a d a te tra lo g ía e stá co n stitu id a p o r d o s d isc u rso s p r o n u n c ia d o s p o r un q u erellan te y o tro s d o s d e un d e fen so r; e n g e n e r a l se a c e p ta q u e sus fines e ra n d id á c tic o s y no rem iten a h ec h o s reales. L a co n ta m in ación a p a re c e en estos d isc u rso s c o m o e fec to de u n h om i cidio q u e e x ig e u n a re sp u e sta , H ay in c lu so a lg u n a s referen cias a sus o p e r a c io n e s so b re n atu rales, e n e sp e c ia l al co m ien zo y al final d e la Tercera tetralogía; p e ro s u p r in c ip a l efecto so b re es to s a rg u m e n to s in g e n io so s y b a sta n te s o fistic a d o s es d e ín dole e stru ctu ra l. L a s d isc u sio n e s no v e rsan so b r e la co n tam in ació n ni so b re su e x p ia c ió n , sin o so b re s u c a u s a lid a d .30 N o ob stante, los p ro b le m a s se p la n te a n p o r u n a c o n d ic ió n proven ien te d e la 28 Edipo en Colono, 9 6 0 y ss. 29 V éase el c ap ítu lo 6 d e Shame and Necessity. 3(1 Parker, p. 130, e scrib e : “P arece q u e el a u to r de las Tetralogías h a ad o p tad o la doctrina de la co n ta m in ació n hasta un e x tre m o teó rico q u e de alg ú n m o d a reb asa el nivel de in c o m o d id a d que en la p r á c tic a c r e ó .” E n un sentido, esto es correcto, pero, a mi ju ic io , lo q u e Parker q u ie r e d e c ir es q u e el tem a de las Tetralogías en traría la in c o m o d id a d misma, y m e p a re c e q'ue no hay razón p a ra creer esto. E llas re p re se n tan la casuística, n o la re lig ió n . A dkins, Merit an d Responsibility: A Study in Gnek Valúes, pp. 102 y ss., c o n s id e r a que los argu m en tos acerca d e la c a u sa lid a d están totalm ente m o tiv a d o s p o r la an siedad acerca de la contam in ación.
id e a d e c o n ta m in a c ió n . E s t a c o n d ic ió n e s q u e el efecto d e la acció n tien e q u e se r re sa rc id o p o r lo q u e p u e d e d e n o m in a rse la re sp u e s ta d e “u n a p e r s o n a ”: a lg u ie n tien e q u e ser m a ta d o o d e ste r r a d o . El p r o b le m a c e n tra l es, p o r co n sig u ien te, c ie r to tip o d e p r e g u n ta cau sal. ¿L a a cció n d e qu ién o c a sio n ó la m u erte? En la Tercera tetralogía, p o r e je m p lo , un h o m b re e b r io pro v o ca a o tr o , q u e lo g o lp e a e in su lta ; la víctim a e s a te n d id a p o r un m é d ic o in c o m p e te n te y lu e g o m u e re.31 Si la p r e g u n ta fu e r a se n cillam e n te ¿ Q u é o c a s io n ó su m uerte?, se p o d ría d e cir q u e h a s id o r e sp o n d id a en la n a r r a c ió n . Sin e m b a rg o , lo q u e e stá e n j u e g o es la r e sp u e s ta s o c ia l d e “u n a p e r s o n a ”, d e m o d o q u e la p r e g u n ta tien e q u e se r ¿Q u ié n prov ocó su m u e rte ? C o m o lo m u e str a n los d isc u rso s, e ste e s un asu n to m u ch o m ás d iscu tib le . El c a s o q u e co n stitu ye el te m a d e la Segunda tetralogía es a q u e l q u e , se g ú n se n os d ic e , fu e d isc u tid o d u ra n te to d o un d ía p o r P e ricles y el filó so fo P r o t á g o r a s .32 A q u í el a se sin a to e s u n in fo rtu n io . (Jn jo v e n se e n c u e n tr a p ra c tic a n d o c o n la j a b a lin a e n e l g im n a sio ; en el m o m e n to en q u e la a r r o ja h ac ia el o b je tiv o , o tro m u ch ach o , q u e a n d a h ac ie n d o u n m a n d a d o , se c ru z a en la tray ecto ria d e la ja b a lin a , e s a lcan zad o p o r é sta y m u e re. N a d ie n ie g a q u e fue un accid en te ; sin e m b a rg o , la p re g u n ta tien e que s e r r e sp o n d id a : ¿q u ie n cau só la m u e rte ? El q u e h a b la en favor d e t jo v e n q u e lan zó la ja b a lin a c o n c e d e q u e é ste le d io a la víctim a, p e ro no q u e le haya c a u s a d o la m u e rte : “L e d io , p e ro n o m a tó a n a d ie si c o n sid e ra m o s la v e r a c id a d d e lo q u e hizo; in cu rrió , sin cu lp a suya, en la a itia c u a n d o a lg u ie n m ás se d a ñ ó p or su p r o p io e rro r.”33 S e e sta ría d e a c u e r d o en q u e , en la m ay o ría d e las circu n stan cias, d a r le a alg u ien co n la ja b a lin a vald ría, si la v íctim a m u riera, c o m o la c a u sa d e su m u erte; el o r a d o r s e ñ a la q u e si, p o r e je m p lo , la ja b a lin a h u b ie se h e rid o d e m u e rte a a lg u ie n q u e e stab a p a r a d o S1 L o s lectores m o d e rn o s tal vez no se s o rp re n d a n d e sab er que el m é d ic o , en to d o caso , no ib a a p a g a r el castigo: fu e in d e m n iz ad o , Tercera tetralogía, 3.5. Plu tarco, “P e ric le s”, 3 6 , en Vidas p arale las, vol. 2. 33 Segunda tetralogía, 2.3, ?(3oAe \±é\i e .q .s épaXe d e b e sign ificar “g o lp e a r", " d a r ”; cfr. 2.5, oóBéva yóp £(3ccXe:, y 3.5, el p a ra le lism o de PaXóvca y ip ü a a i. El arg u m en to e s sim plem en te que el q u e el a c u s a d o le haya d a d o no fue la c a u sa de la m uerte.
tra n q u ila m e n te en e l á r e a d e e sp e c ta d o re s, p o sib le m e n te no se p o d r ía n egar q u e la a c c ió n de d a r le con la ja b a lin a le cau só la m u e rte (2 .4 ).34 Pero, ta l co m o s u c e d ió , la v íc tim a o c a sio n ó su p r o p ia m u erte p o r e r r o r : n o fue n u e stra acción (ergon), d ice el o r a d o r , sino la del m uch ach o, q u e no se fijó p o r d ó n d e iba (2 .5 , 8). N o hay p a r a d o ja —co n tin ú a el o r a d o r — al d e cir q u e la v íctim a cau só su p r o p ia m u erte. E sto no im p lica, p o r e jem p lo , co m o la o tra p a rte a firm a b a , la a b s u r d a c o n se c u e n c ia d e q u e la p r o p ia víctim a ten ía q u e h ab erse a r r o ja d o la ja b a lin a . A firm a r e sto es no e n te n d e r e l m eo llo d el asu n to: n o fu e la a cció n de lan z a r la ja b a lin a lo q u e la m ató. P ara a p o y a r lo an terior, el o r a d o r s o stie n e q u e o tro s tam b ién lan zaron ja b a lin a s d u ra n te la sesió n d e p rá c tic a sin d arle a n a d ie . L a e x p lic a c ió n d e que no le d ie r a n a n a d ie n o es q u e no h u b ie ra n tira d o , sin o q u e n a d ie se c ru z ó en el cam in o, Así, la e x p lic a c ió n d e q u e le d en a un m e n sa je ro tien e q u e corresp o n d e r le a éste, no al lan zad or. El q u erellan te (q u e e s el p a d re d e la víctim a) p o d r ía h a b e r c o n te sta d o rá p id a m e n te : al m ism o tie m p o , otros tam b ién c o rrie ro n sin q u e n a d a les d ie ra . De h e ch o , n o p lan tea este a rg u m e n to , p e r o sí lo g r a c a p tu r a r a u n a p a r te d e l te rre n o in te r m e d io a rg u y e n d o que c u a n d o m en o s se te n d ría q u e a c e p ta r q u e el lan z a d o r y la v íc tim a o c a sio n a ro n , en tre los d o s, la m u e rte d e e ste ú ltim o ; p e ro si é sa e s la exp lica c ió n c o rre c ta d e l h e c h o , en ton ces a m b o s tien e n q u e p a g a r u n a sa n c ió n , y su h ijo ya p a g ó la suya, p u e sto q u e e stá m u erto. S i bien e sto s a r g u m e n to s se d e sa r r o lla n co n un tra sfo n d o de c re e n c ia m ág ic a, en sí m ism o s no tien en q u e ver con la m a g ia ; y no s o n e stú p id o s, ni s iq u ie r a en el s e n tid o en q u e este té rm in o es c o m p a tib le to n s u c o n d ic ió n d e se r in g e n io so s. D e sd e luego, no d isc u tir ía m o s esto s a su n to s p re c isa m e n te en esto s té rm in o s. L a s Tetralogías sí a su m e n u n a c o n ex ió n b a sta n te ríg id a en tre c ie rto tipo d e c a u sa , m atar a a lg u ien , y c ie r ta re sp u e sta , la r e sp u e s ta d e “ u n a p e r s o n a ”. E s ta c o n e x ió n S'1 En el derech o m o d e rn o se llega a c o n sid e ra r q u e el p r o p io e sp e ctad o r se ha p uesto en riesgo a l asistir, y se le pu ed e im p e d ir que o b te n g a u n a in d em n izació n p o r d a ñ o s c u a n d o e s g o lp e a d o p o r el d isco fu e ra de la can ch a d e ju e g o d u ran te un p a rtid o de h ockey s o b r e hielo: M u rray v. H arringay Arena Ltd. [1951] 2 K.B, 529, c ita d o p o r H .L.A . H art y A.M . H o n o ré , Cautation in the Law, p . 199.
h ac e q u e el a r g u m e n to a c e rc a d e la c a u sa lid a d sea m u y rígido, y exija una r e sp u e sta in fle x ib le , q u e sin la c re e n cia m ág ica es in ju sta e in in telig ib le.35 H a s ta a los g r ie g o s les llegó a p arece r p o c o ra z o n a b le e sta c o n e x ió n . L o s c r ític o s h an su g e rid o que to d a la d isc u sió n d e las Tetralogías se b a s a en u n a co n cep c ió n p rim itiv a d e la r e sp o n sa b ilid a d , c o n e c ta d a e se n cia lm e n te con n o c io n e s m á g ic a s y b á sic a m e n te d ife re n te s d e n u e str a p ro p ia c o n c e p c ió n . P ero si b ie n n o so tr o s no e x ig iríam o s la re sp u e sta d e “u n a p e r s o n a ” en tal c a so , no es v e rd a d q u e las c o n c e p c io n e s d e r e sp o n sa b ilid a d e m p le a d a s en e sto s te x to s sean todas tan d ifere n te s d e a lg u n a s d e las n u e stra s. En b u e n a m e d id a , la id e a d e q u e lo s g r ie g o s p e n sa b a n en la r e sp o n s a b ilid a d d e m a n e r a m uy d ife re n te d e c o m o lo h acem o s n o so tr o s, y en p a r tic u la r m ás p rim itiv am en te, es u n a ilusión g e n e r a d a p o r p e n sa r s ó lo en el d e re c h o p en al y o lv id arn o s del d e re c h o d e r e sp o n s a b ilid a d civil e x tra c o n tra c tu a l (o d e rech o d e a g ra v io s). N o so tro s sí d isc u tim o s le g a lm e n te a ce rc a de la c a u sa lid a d , y e n u n e stilo no tan d ifere n te , e n a q u e llo s caso s en q u e el d a ñ o es c o n se c u e n c ia d e lo q u e a lg u ie n p ro v o ca sin q u erer. D o s h o m b r e s c o r r e n tras un tren q u e se e stá m arch an d o . Un g u a r d ia los e m p u ja p a r a q u e a lca n ce n a m eterse; m ien tr a s e sto su ced e, a u n o d e e llo s se le cae lo q u e p a re ce ser un p a q u e te co m ú n y c o r rie n te , p e r o q u e re su lta c o n te n e r fu e g o s a rtific ia le s. El p a q u e te e x p lo ta y hace q u e al o tro e x tre m o d e la p la ta fo r m a se d e sp r e n d a n a lg u n o s m ateriale s. E stos m ateriales g o lp e a n y h ieren a u n a m u jer, q u e p o n e u n a d e m a n d a c o n tr a ía c o m p a ñ ía fe rro v ia ria. E s te es un caso real. C u a n d o tales co sas s u c e d e n , la g en te n e c e sita r e c ib ir una c o m p e n sa c ió n , se exige q u e a lg u ie n re sp o n d a y, en un siste m a d e r e sp o n sa b ilid a d , esto p la n te a Ja p re g u n ta no d e si el agen te b u sc a b a ese re su lta d o —e stá claro q u e n o —, sino e x a cta m e n te d e q u é es lo q u e se p u e d e d e c ir q u e su a c c ió n c a u s ó .36 L a c o n e x ió n d e un re su lta d o E sto no sign ifica qu e, d e sd e un p u n to d e vista aje n o a la m a g ia, se a ininte^ lig ib le q u e los g rie g o s tuvieran la p ráctica. Platón, Leyes, 8 6 5 e h ace referen cia a la ira d e los p arien tes d e la víctim a al ver al ase sin o fre cu e n ta n d o los l u c r e s q u e eran m as fam iliares p a ra el m u erto; tal ira p u e d e c o n d u c ir a la vendetta Cfr. Parker, p. 118. ■K P alsg ra fv . L m g lslan d R ailro ad Co. (1 9 2 8 ) 248 N.Y. 3 39, 162 N .E . 99. E] a g e n ie tiene q u e h a b e r sid o n e glige n te en algún g r a d o , p e ro a lr e d e d o r de
con la c a u s a lid a d del agen te no tie n e p o r qué a d o p ta r la d r á s tica fo rm a q u e v e m o s en las T etralogías, au n q u e, p o r s u p u e sto , c u a lq u ie r e x ig e n c ia q u e se h a g a a l agen te irá m ás allá d e lo que e ste p re te n d ía . Las p r o p o r c io n e s del d esastre tien en q u e influir en la r e sp u e sta y, en ta les c a so s, d ich as p r o p o r c io n e s so n c u e stió n d e m ala su e rte . J u s t a m e n te p o r lo s tip o s d e r a z ó n e n u n c ia d o s e n la Segunda tetralogía, el agen te p u e d e p e n sa r c o n m u ch a ra z ó n q u e fácilm en te p o d r ía h a b e r h ech o e x a c ta m e n te lo q u e h izo, sin q u e o c u r r ie r a n in g ú n d e sa stre de e sa m a g n itu d co m o c o n se c u e n c ia . En tales c a s o s , la re sp u e sta ja m á s p o d r ía re girse e x c lu siv a m e n te p o r la in te n c ió n . Si n o hay un re su lta d o m alo, no hay a itia , n a d a d e que q u e ja r s e ; el m e ro h ech o de q u e haya algo p a r a d iscu tir ya re b a sa la s in ten cion es del agente. L o s e sc r ito re s p ro g re sista s h a c e n re fere n cia a un c o n c e p to d e r e sp o n s a b ilid a d m o r a l d el q u e su p u e sta m e n te n o so tro s d is fru ta m o s y lo s g r ie g o s carecían ; p e r o n o q u e d a m uy claro e n qu é e stá n p e n s a n d o e x actam e n te . E n la m ayoría de estos ca sos, p a r e c e n p e n s a r q u e los g r ie g o s , o al m en os los g r ie g o s arcaico s, c u lp a b a n y castig ab an a s u s c o n g é n e re s p o r c o sa s q u e u n a m uy p e q u e ñ a se m illa d e n egligen cia p u e d e crecer un g r a n crista l d e res pon sab ilid ad . Cfr. Restatement of the Laiv o f Torts, par. 430: “P a ra que un a c lo r n egligen te se a re sp o n sa b le p o r el daño o c a s io n a d o a otro, es n e c e s a r io ... q u e ¡a n egligen cia del actor se a la causa ju r í d i c a del daño provocado al o tro "; y un re q u isito p a r a q u e la co n d u cta n e g lig e n te se a u n a "cau sa ju ríd ic a " del d a ñ o es q u e sea “un factor sustan cia! e n la p ro d u c c ió n d e l d a ñ o ” (431). L a in te rp re tació n d e “un factor sustan cial” y a su n to s relacion ad os {cfr. 432 y ss.) conlleva p re g u n ta s co m o q u é es u n a c o n d ic ió n n ecesaria, u n a cau sa co n trib u yente, etc., que serían del todo re c o n o c ib le s p a r a el autor de las Tetralogías. V éase un tipo de caso en el que se llegó a c o n c lu sio n e s diferentes acerca de la cau sació n (y un q u erellan te e n Nueva J e r s e y tuvo éxito, m ie n tras que otro en Pen silvania n o, e n to rn o a h ech os casi id é n tic o s) e n H art y H o n o ré , p. 95. H art y H o n o ré sostien en com o objetivo d e la ju risp r u d e n c ia que la in terp re tación c a u sa l del acon tecim ien to se haga in d e p e n d ie n te m e n te de la n e c e sid a d d e re c o m p e n sa . E st á a discu sió n si es p o s ib le alcan zar este id eal. S o b r e un e n u n cia d o con tu n d en te del p u n to de v ista con trario , cfr. C ardozo, ju e z p rin cipal, en P alsgraf: “U n a causa, p e ro no la c a u s a próxim a, L o q u e ... q u e re m o s d ecir c o n la p a la b r a ‘p ró x im a ’ es que p o r co n ven ien cia, p o r p olítica pública, p o r un se n tid o am p lio de ju sticia, el d e re c h o arb itrariam en te declina ra stre a r una se rie de su c e so s m ás allá de ciertos lím ites. Esto no es ló g ic o ; es po lítica p ráctica." E n Palsgraf, de hecho, los trib u n a le s fin alm en te fallaro n a favor de la c o m p añ ía fe rro v ia ria ; se consideró que I o que le su ced ió a la querellante se con ectab a (po r así decirlo) d e m anera d e m a s ia d o rem o ta con el acto.
h acían sin q u e r e r o, d e n uevo —a u n q u e e s t a d istin ció n su e le ser s o s la y a d a —, p o r c o s a s q u e , c o m o en el c a so d e A g a m e n ó n , h iciero n in te n cio n a lm e n te p e ro en u n e sta d o m en tal e x tr a ñ o . S e su e le p e n s a r q u e n o so tro s n o h a c e m o s e sto , o q u e a l m e n o s n o s p a r e c e in justo. P ero si c o n e llo se q u ie r e d e c ir q u e los g r ie g o s no p r e sta b a n a te n c ió n a las in ten cio n es, m ie n tra s q u e n o s o tr o s h a c e m o s que to d o g ire en to rn o a ellas, o al m e n o s p e n sa m o s q u e a sí d e b e r ía m o s h a c e rlo , e sto es d o b le m e n te fa l so. El caso d e T elém aco ya n o s ha r e c o r d a d o que in c lu so los g r ie g o s a r c a ic o s p o d ía n p r e sta r a te n c ió n a las in ten cio n e s; y, al m ism o tie m p o , n o so tro s n o a ju sta m o s n u e stra re sp u e sta al d a ñ o c a u s a d o p o r u n a a c c ió n sim p le m e n te p a r a que c o n c u e rd e con lo q u e se p rete n d ía , ni p o d r ía m o s h acerlo. C u a n d o d ir ig im o s la m ir a d a h ac ia n u e stro s p ro c e d im ie n to s p e n a le s, e n c o n tra m o s, d e s d e lu e g o , m u ch o s co n tra ste s si lo s c o m p a r a m o s c o n las p r á c tic a s d e la A n tig ü e d a d ; sin e m b a r g o , las d ife r e n c ia s no so n sim p le s. A d ife re n c ia d e los g r ie g o s , n o s o tr o s d is tin g u im o s en tre lo s p ro c e d im ie n to s civ iles y lo s p e n a le s: en la a n tig u a A te n as, p o r e je m p lo , n o h ab ía fisc a le s. L a in te n c io n a lid a d d e se m p e ñ a u n p a p e l im p o rtan te en n u e s tro s p r o c e d im ie n to s p e n a les, p e r o d e n in g ú n m o d o d e te rm in a to d o , y hay d isc u sio n e s le g a le s c o m p le ja s so b re q u é p u e d e y d e b e d e te r m in a r , con r e sp e c to a la im p ru d e n c ia , p o r e je m p lo , y a la n e g lig e n c ia p e n al, y en c a s o s en q u e si bien es p o s ib le prev er u n r e su lta d o d a ñ in o , c o m o la m u e r te , esto no e r a lo q u e se p re te n d ía . E n ú ltim a in stan cia, hay, c o m o y a lo m e n c io n é , d e lito s d e r e sp o n s a b ilid a d o b je tiv a , e n lo s q u e no se re q u ie re ni in ten ció n ni n in g ú n o tro e s t a d o m e n tal cu lp o so ; é sto s e n g e n e r a l c o r r e s p o n d e n a lo q u e los a b o g a d o s d e n o m in a n m ala prohibita inás q u e m ala in se , e im p lic a n a q u e llo q u e a veces h e m o s lla m a d o d e lito s c o n tra el b ie n e s ta r p ú b lic o , en lo s c u a le s, lo s trib u n a le s e n g e n e r a l se re siste n a a b a n d o n a r p o r c o m p le to la in te n c io n a lid a d c u a n d o se tr a ta d e a c to s q u e su scitan m ay o r o p r o b io .37 s7 V é a se un llo de Ja c k so n intención y la ponnbility, pp.
p lan team ien to clásico en el d e re c h o estad o u n id en se, e n el fa e n ' Morisette v. U.S., 342 US 2 4 6 (1 9 5 1 ). So b re el asu n to de la p rev isió n , antes m e n c io n ad o , véase H art, Punishment and Res119 y ss.; y so b re n e g lige n cia, las p p . 145 y ss.
L o fu n d a m e n ta l e s q u e si bien e s c ie rto q u e tr a ta m o s d e ma* ñ e r a d ifere n te la r e sp o n sa b ilid a d p e n a l c o n fo r m e a las leyes, e sto se d e b e a q u e te n e m o s un p u n to d e v ista d iferen te, no d e la r e sp o n sa b ilid a d e n g en eral, sin o d e l p a p e l d e l E sta d o al a tr ib u ir re sp o n sa b ilid a d y a l e x ig ir q u e se r e sp o n d a p o r ciertos a c to s y c ierto s d a ñ o s. El m u n d o m o d e r n o c o n fie re al E stad o fa c u lta d e s p a r a h ac e r co sa s q u e h a b ría n sid o in co n ce b ib le s en la s fo rm a s d e g o b ie rn o d e la A n tig ü e d a d , y a l m ism o tiem p o , en las so c ie d a d e s lib e ra le s, e s p e r a sen tar un m arco p a ra e je rc e r tales fa c u lta d e s. U n ob jetivo d e esto s a r r e g lo s es que el p o d e r p u n itiv o d e l E s ta d o no r e c a ig a so b r e un ciu d a d an o a m e n o s q u e é ste se p o n g a él m ism o en rie sg o con lo que hace in ten cion alm en t.e (en lo s asu n tos d e r e sp o n s a b ilid a d ob jetiva q u e ya m en cio n ó se p o d r ía decir q u e e sto o c u r r e d e m an e ra v ic a ria ). N o q u e d a m uy claro h a s ta q u é p u n to se realiza este id e a l; y c u a n d o el E s ta d o e la b o r a su s r e sp u e sta s a eso s actos in te n cio n a le s, todavía se vuelve m e n o s claro q u é es lo q u e su p u e sta m e n te sig n ific an e sa s re sp u e sta s, in clu so q u é es lo q u e e l siste m a ju d ic ia l p e n a l p ie n sa q u e e stá h a c ie n d o e n los e stad o s m o d e r n o s. A veces n o s q u e d a m o s con la im p re sió n d e que los c rític o s p ro g re sista s d e l m un d o a n tig u o p ien san q u e las prácti ca s p e n a le s m o d e r n a s tien e n a lg ú n se n tid o r a c io n a l, p e ro que a lb e r g u e n e sa e x tr a ñ a c re e n cia es a lg o q u e no v ie n e a l caso . L o q u e sí viene a l c a so es q u e el p r o b le m a d e si é sta o cu alq u ier o t r a p a rte del sistem a ju r íd ic o e stá en b u e n a fo rm a , o no, só lo se p u e d e d isc u tir e n té rm in o s d e lo q u e p e d im o s d e un sistem a ju r íd ic o y d e có m o c o n c e b im o s lo s p o d e r e s d el E sta d o . N u e stra s c o n c e p c io n e s d e r e sp o n s a b ilid a d ju r íd ic a d ifie re n d e c u a lq u ie r a p o r el e stilo que h a y a n te n id o los g rie g o s, p e ro b á sic a m e n te esto se d e b e a q u e c o n c e b im o s el d e r e c h o d e m a n e r a d istin ta —no a q u e te n g am o s u n a c o n c e p c ió n d iferen te d e la re sp o n sa b ilid a d —. N o e s que h a y a m o s lo g r a d o su stitu ir las id e a s d e los g r ie g o s c o n u n a n o c ió n p u r ific a d a d e alg o a lo q u e lla m a m o s r e sp o n sa b ilid a d m o r a l, y lu e g o h a y a m o s h ech o to d o lo p o sib le p o r in c o r p o r a r e sto e n las leyes d e l E sta d o . S e g u im o s p r e o c u p a d o s p o r la r e sp o n s a b ilid a d y en e sa m e d i d a u sa m o s los m ism o s e lem en to s q u e lo s g r ie g o s. C u a n d o los a r re g la m o s d e m a n e ra d iferen te, p o n ie n d o e n a lg u n o s a sp e c to s —a u n q u e d e n in gú n m o d o en to d o s— m ás é n fa sis en lo in
te n c io n a l d e l q u e e llo s p u sie r o n , e s e n p a rte p o r q u e ten em o s c o n c e p c io n e s d ife re n te s d e las re sp u e sta s q u e se re c la m a n p a ra c ie rto s actos. E n p a rtic u la r, h em o s tra n sfe rid o m u ch as de las r e sp u e s ta s a u n a fo r m a c ió n m uy e sp e cia l, el E sta d o m o d e rn o , y te n e m o s p rin c ip io s q u e rig e n lo q u e ta l E s ta d o p u e d e y d e b e h acer. U n id e a l im p o r ta n te q u e ayuda a d ar fo r m a a e sto s p rin c ip io s e s q u e , h a sta d o n d e s e a p o sib le , un in d iv id u o d e b e ría ten er co n tro l d e su v id a , en relació n co n el p o d e r d el E sta do. E ste id eal tien e im p lic a c io n e s p a ra e l d e r e c h o ,38 y tam b ién p a r a o tro s a sp e c to s d e la vida. E n la m e d id a en q u e n u e stra s id e a s a c e rc a d e la r e sp o n s a b ilid a d ju r íd ic a se fo r m a n a p a rtir d e e s e id e a l, se rig e n p o r c ie rta teo ría p o lítica d e la lib e rta d e n el E sta d o m o d e r n o , n o p o r u n refin am ien to m o ra l d e la c o n c e p c ió n m ism a d e re sp o n sa b ilid a d . En el cap ítu lo 2 d e Sham e a n d Necessíty y a l co m ie n z o de e ste texto v im o s q u e los g r ie g o s u sa b a n c ie rta n o c ió n d e lo in ten cio n a l. P o d e m o s d e c ir q u e lo h iciero n to m a n d o c o m o b a se d o s v e rd a d es: situ a b a n las accio n es d e las p e r s o n a s en tre las c a u s a s d e lo q u e s u c e d e y e n te n d ía n que las d e lib e ra c io n e s de los in d iv id u o s, sus id e a s a c e rc a d e lo q u e h a b ía q u e hacer, d a b a n c o m o r e su lta d o su s a c c io n e s. A m b a s v e rd a d e s so n o b v ias (au n q u e antes m e p a r e c ió n e c e sa rio d e se n tra ñ a r la se g u n d a de ellas d e las in te r p r e ta c io n e s d e los e sp e c ia lista s q u e, b u sc a n d o c o sa s e le v ad as y p r o fu n d a s, p e rd ie ro n d e vista el su elo q u e p i sa b a n ), C o m o ya lo v im o s, lo s g rie g o s ta m b ié n c o n c e b ía n que h a b ía co sa s q u e se h ac ían in ten cio n alm en te en e sta d o s m en tales ra r o s. U sa n d o e sto s m ate riale s es p o sib le c o n stru ir u n a 38 L a id e a es su b ra y a d a p o r H a rt, q u ie n n o s o fre c e u n a g r a n ayuda al in sistir (Puniskm ent, p p . 3 8 y ss.) e n q u e la restricción (gen eral) del c astig o a lo voluntario se p u e d e b a sa r en una e x ig e n cia gen eral d e lib e rta d y no n ecesita vin cu larse a u n a idea d e “c u lp a b ilid ad m o ra l” . E s im p o rta n te , sin e m b argo , q u e su argu m en to ten g a q u e ver con el castigo. E l d e re ch o civil, co m o lo he d ic h o en el texto, plan tea m ás p ro b le m as. A hí, el ob jetivo del con trol cad a vez m ayor p or p arte d e los c iu d a d a n o s en lo que c o n c iern e a su vida pu ed e a d o p ta r o tra s form as, c o m o el ase g u ra rse con tra lesio n es sin im p o rtar quién se a el cu lpable d e h ab erlas o c a sio n a d o . E stos p ro b lem as p la n te a n u n a p re g u n ta m uy b ásica, si el o b jetivo lib e r a l se ha de en te n d e r c o m o u n a p rotección m e ra m e n te restrictiva p a r a el c iu d ad an o contra in cursion es im previsibles, es pecíficam en te d e p a rte del E sta d o , o m ás en gen eral c o m o p ro m o to r positivo de p o líticas de fom en to d e la lib e r ta d y el con trol del in d iv id u o .
id e a —in h eren tem en te v a g a y lim ita d a — d e lo vo lu n tario: a lg o se h ace v o lu n tariam en te si (en lín e a s m uy g e n e rale s) es un a s p e cto in te n cio n a l de u n a acció n e fe c tu a d a en un e sta d o m en tal n o rm a l. T o d a s las c o n c e p c io n e s d e re sp o n sa b ilid a d d istin g u e n h a sta c ie rto p un to, co m o T e lé m a c o lo hizo, entre lo q u e es v o lu n ta r io e n este se n tid o y lo q u e n o; al m ism o tiem p o , no hay n in g u n a co n c e p c ió n de r e sp o n s a b ilid a d q u e re strin ja la re sp u e sta to talm en te a lo v o lu n tario . D en tro d e l am p lio e sp a c io d e fin id o p o r e s o s lím ites, la s d i feren tes c u ltu r a s p o n e n d istin tos p e s o s en lo volu n tario. P u ed e ser que, c o m p a r a d a s co n las s o c ie d a d e s a n tig u a s, las s o c ie d a d e s m o d e rn a s h a g a n q u e m ás c o s a s g ire n a lr e d e d o r d e lo vo lu n tario c u a n d o se tra ta de c o n se c u e n c ia s im p o rtan tes p a r a el in d iv id u o . N o estoy se g u r o d e q u e e sto s e a cierto si to m am o s en cu en ta to d o el e sp e ctro de a tr ib u c io n e s d e re sp o n sa b ilid a d , ta n to fo r m a le s co m o in fo rm a le s, a d ife re n c ia sim p lem en te de a lg u n a s e x p lic a c io n e s id e a liz a d a s d e c ie rto s a sp e c to s d el d e re ch o p e n a l. En to d o caso, no m e p r e o c u p a n egarlo . L o que s í n ie g o es q u e to d o e l é n fa sis que p o n e m o s e n lo v o lu n tario se su sten te, d e m a n e r a m ás p r o fu n d a , e n u n a id e a b á sica d e lo q u e e s ser “re a lm e n te ” re sp o n sa b le , u n a id e a e n relació n co n la c u a l p o d e m o s m ed ir (en p a r tic u la r ) la s p rácticas del siste m a ju r íd ic o . P o r su p u e sto , p a r a m u c h o s fin e s es m uy útil d istin g u ir las a c c io n e s e n té rm in o s d e lo v o lu n ta rio y d e m a n e ra s d e sc o n o c id a s p a r a los g r ie g o s; entre e s o s fin es d e sta c a n de m a n e ra m u y im p o r ta n te los de la ju stic ia . S in e m b a rg o , tales p ro p ó sito s só lo se p u e d e n id en tificar si vo lv em o s al p r o b le m a de q u é es lo q u e p e d im o s d e las leyes y d e o tra s in sta n c ia s q u e atrib u yen re s p o n sa b ilid a d , a p artir d e c o n sid e r a c io n e s m ás g e n e ra le s a ce rc a d e las re la c io n e s del in d iv id u o con el p o d e r social. N os e n g a ñ a m o s si s u p o n e m o s que es p osib le d e r iv a r las p rácticas p ú b lica s d e a trib u c ió n d e r e sp o n sa b ilid a d d e u n a n o c ió n a n teced en te d e r e sp o n s a b ilid a d m o ra l, o q u e la id e a de lo vo lu n tario es lo ú n ico q u e im p o r ta p a r a la r e sp o n s a b ilid a d . T a m b ié n e s u n e r r o r p e n sa r q u e la id e a m ism a d e lo vo lu n ta rio p u e d e ser re fin a d a m ás allá d e c ie r to s lím ites. L a id e a es útil y a y u d a a p r o m o v e r los fines d e l a ju s t ic ia , p ero e s e n e se n c ia s u p e rfic ia l. S i llevam o s m ás allá d e c ie rto p un to las p re g u n ta s a c e rc a d e q u é r e su lta d o se b u s c a b a e x a c ta m e n te , d e si a c a so
cierto e sta d o m en tal e ra n o r m a l o si el a g e n te h u b ie ra p o d id o c o n tro la rse e n d e te rm in a d o m o m e n to , n o s e m p a n ta n a re m o s en un e s c e p tic is m o co tid ian o , e n te ra m e n te ju stific a d o . E ste e s c e p tic ism o es d e verd ad c o tid ian o y se g e n e ra p o r un c o n o c i m ien to h o n e sto d e los a su n to s h u m a n o s. E s un e r r o r s u p o n e r q u e la id e a d e lo vo lu n tario es u n a c o n c e p c ió n p r o fu n d a q u e ú n ic a m e n te se ve a m e n a z a d a p o r a lg u n a te o ría c o n tra ria y p r o fu n d a ace rc a d e l u n iverso (en p a rtic u la r, lo q u e eq u iv ale a q u e el d e te rm in ism o sea v e rd a d ero ). E sa su p o sic ió n suby ace en el p r o b le m a m e ta físic o tra d ic io n a l d e la lib e r ta d d e la vo lu n tad . El p r o b le m a (d ig o un p o c o m ás al r e sp e c to en o tro lu g a r).39 e x iste só lo p a r a aq u ello s q u e tien en e x p e ctativ as m e tafísica s. A sí c o m o e l “ p ro b le m a d e l m a l” s ó lo existe p a r a a q u e llo s q u e e s p e r a n q u e el m u n d o sea b u en o , el p ro b le m a d e la libre v o lu n ta d só lo e x iste p a ra aq u ello s q u e p ie n sa n q u e se p u e d e p r o fu n d iz a r m e tafísica m e n te en la id e a d e lo vo lu n tario. H ay q u e r e c o n o c e r q u e a u n q u e s e a p o sib le e x te n d e r la o re d u c irla d e v a ria s fo r m a s , d ifícilm en te h a b r á m a n e r a d e p r o fu n d iz a r en ella. L o q u e la am e n aza es e sle in ten to d e llevarla a u n nivel m á s p r o fu n d o , y el efecto q u e se o b tie n e al tra ta r d e h acerlo es q u e q u e d a m ás a llá d e lo d o re c o n o c im ie n to . L o s g r ie g o s no se m e tie ro n en e sta s h o n d u ra s; he ahí u n o d e los c a so s en lo s q u e nos e n c o n tr a m o s con su ta len to e s p e c ia l p recisam e n te p a ra se r p ro fu n d o s. I la s ta a h o r a n o s h e m o s o c u p a d o d e las r e sp u e sta s q u e a lg u n as p e r s o n a s , o a lg ú n siste m a ju r íd ic o , e x ig e n d e o tro s. E xiste, sin e m b a r g o , o tr o a sp e cto d e la r e sp o n sa b ilid a d , y é ste su rg e si e m p e z a m o s p r e g u n ta n d o n o p o r la r e sp u e sta q u e el p ú b lico , el E s ta d o , los v e cin o s o las p a rte s d a ñ a d a s exigen d e l age n te , sino p o r lo q u e el agen te e x ig e d e sí m ism o. A q u í te n e m o s q u e re tr o c e d e r d e nuevo, d e ja r e l d e r e c h o y la filo so fía, p a ra re m o n ta r n o s a la tr a g e d ia , p a s a r d e l accid en te en e l g im n a sio al e r r o r en la e n c ru c ija d a . L a re sp u e sta d e E d ip o , c u a n d o hiz.o su h allazg o , se la im p u so él m ism o : “N a d ie m e h irió , sin o yo m ism o en m i d e s g r a c ia ”, d ic e d e su c e g u e r a .40 E n la o b r a p o ste r io r , Edipo en Colono, 39 V é a s e el c ap ítu lo 6 d e Shame a n d Necessity. 40 Edipo rey, 1331 aÜTÓxa?, la m ism a p a la b r a q u e u só en 266 p a ra el ase sin o de Layo.
d ic e q u e m ás tard e lle g ó a p e n sa r q u e e l c a stig o q u e s e había in flig id o e r a e x c e siv o .41 E n C o lo n o , E d ip o ta m b ié n dice que realm en te no hizo las c o s a s p o r las c u a le s lu e g o se sacó los ojo s; y lo afirm a en u n a fr a se n o tab le m e n te sin tética: “P o rq u e de mis acto s he sido m ás el p a c ie n te q u e el a g e n te .” 42 “L e n g u a je for z a d o ”, es la e x p re sió n q u e u sa un c rític o p r o g r e s is ta , que ve en e sta s p a la b ra s un e x a g e r a d o in ten to d e a c o m o d a r el len guaje p a r a q u e se aju ste a los tip o s de c o n sid e r a c io n e s q u e aparecen en las Tetralogías. D u d o q u e S ó fo c le s e stu v ie ra lu ch an d o p o r a d a p t a r s e al d e sa r r o llo d e la c o n c ie n c ia m oral, y e sto y seg u ro d e q u e si lo ún ico q u e q u e r ía e ra d e sc r ib ir lo q u e E d ip o había h ech o , tenía un le n g u a je a d e c u a d o p a r a h ac e rlo . L o que esas p a la b r a s e x p re sa n es a lg o m uch o m á s d ifícil: el in ten to d e E d i po de a c e p ta r lo q u e su erga, sus o b r a s, sig n ific a r o n para su v id a . Pues, si a c a so c a b e fo rm u lar u n a p r e g u n ta m uy ingenua, ¿q u é se su p o n e q u e d e b e m o s h ac er si d e sc u b r im o s q u e no sólo en la fan tasía, sino en la v id a real, h e m o s m ata d o a nuestro pa d re y d e sp o sa d o a n u e str a m ad re? N i s iq u ie r a E d ip o , tal com o es re p re se n ta d o en sus ú ltim o s d ía s, p e n s a b a q u e la c e g u e ra y el exilio fu e ra n la r e s p u e s ta a d e c u a d a . Sin e m b a rg o , ¿es q u e no d e b ía e n to n ces h ab e r r e sp u e sta ? ¿ H a b ía q u e h ac e r a c a so co m o si nunca h ub iera s u c e d id o n ad a? O m ás b ien , p a r a p lan tear la p re g u n ta c o rre cta: ¿ H a b ía que h a c e r c o m o si ta les c o sa s hubie ra n p a sa d o , p e ro no p o r su p r o p ia acció n ; e s d e cir, q u e Layo h u b ie ra m u erto, p o r e je m p lo , d e h e c h o a se s in a d o , p e ro , co m o E d ip o p rim e ro lo c re y ó y luego, d u r a n te un breve lap so , e sp e ró, a m an os d e a lg u ie n m á s? T o d o el Edipo rey, e s a h o rro ro sa m áq u in a, se m ueve h a c ia el d e sc u b rim ie n to de u n a sola cosa: q u e él lo hizo. ¿P o d e m o s e n te n d e r e l te r r o r q u e re p re se n ta ese d e sc u b rim ie n to só lo p o r q u e d e m a n e r a r e sid u a l co m p artirn o s cre e n c ia s m á g ic a s en la c u lp a b ilid a d p o r c r ím e n e s d e san gre, o n o c io n e s a rc a ic a s d e r e sp o n s a b ilid a d ? D esd e lu e g o q u e no; lo e n te n d e m o s p o r q u e sab e m o s q u e en la h isto ria d e n uestra 41 Edipo en Colono, 437 y ss. S e g ú n el Edipo en Colono, su d e stie rro no fue au to in flig id o y o c u rrió m u ch o tiem po d e s p u é s de que se h ab ía sacado los ojo s. 42 Ibid., 2 6 6 -2 6 7 tá y ' Ip y a [io u / R e n o v d ó x ’ e c t t 'i nñMov fj BeBpa/tóxa. Cfr. 5 3 9 o ú x £pe£a. El co m e n ta rio c ita d o e s d e A dkins, Merit and Responsibilily, p. 105 (él vincula in m e d iatam e n te el p a sa je a su d isc u sió n de las Tetralogías).
v id a hay u n a a u t o r id a d e je r c id a p o r lo q u e h e m o s h ech o , y n o sim p le m e n te p o r lo q u e h e m o s h ec h o in ten cio n alm e n te. E n las p a la b r a s q u e V e rn an t d e d ic a a la t r a g e d ia —a u n q u e en su sig n ific a c ió n p a r a la tr a g e d ia él só lo las a p lic ó a un m u n d o en el q u e h ab ía d io s e s —,43 h ay d o s lad o s d e la a c c ió n , el d e la d e lib e ra c ió n y el d el r e su lta d o , con u n a b re c h a n e c e sa ria entre am b os. El p e sa r tie n e q u e o b e d e c e r, en b u e n a m ed id a, a los re su lta d o s q u e van m ás allá d e la in ten ción . A veces, el p e s a r s e p u e d e ce n tra r sim p le m e n te en las c irc u n sta n c ia s e x tern a s q u e h iciero n q u e la a c c ió n s a lie r a m al y la id e a es la sig u ie n te : actu é y d e lib e ré lo m e jo r q u e p u d e , y es un a p en a q u e las co sa s hayan s a lid o d e e sta m a n e r a . Pero el p e sa r n o sie m p r e se p u ed e m an ten e r a e sa d ista n c ia , y e n to n ce s se vuelve a lo s m o m e n to s de la d e lib e ra c ió n y la a c c ió n , y lam e n tam o s h a b e r a c tu a d o co m o lo h icim os. E sto to d a v ía n o tien e p o r q u é im p lic a r q u e haya m o s d e lib e ra d o sin el c u id a d o n e c e sa rio ; ta l vez d e lib e ra m o s lo m e jo r q u e p o d ía m o s , y sin e m b a rg o , s e g u im o s lam e n ta n d o p r o fu n d a m e n te el c u r so q u e sig u ió la d e lib e ra c ió n , y h a b e r h e c h o lo q u e h icim o s. N o se tr a ta sim p le m e n te d e un p e sa r p o r lo q u e p a s ó , c o m o e l q u e p o d r ía te n e r u n e sp e c ta d o r; es el p e s a r d e l agen te, y e s tá en la n a tu ra le z a d e la a c c ió n q u e tales sen tim ie n to s n o p u e d a n ser e lim in a d o s, q u e n u e s t r a v id a no se p u e d a d iv id ir en a q u e llo q u e h a c e m o s in ten cio n a lm e n te y lo q u e m e ra m e n te n o s su c e d e . Y a h em o s v isto q u e o tro s n o s p u e d e n c o n s id e r a r re sp o n sa b le s d e lo q u e h e m o s h e c h o sin q u erer. L o s q u e h an sid o h eri d o s n ecesitan u n a r e sp u e s ta ; sim p le m e n te h ab e r s u fr id o lo q u e les p a só p u e d e d a rle s d e re c h o a b u sc a r q u e a lg u ie n re sp o n d a , ¿y d ó n d e p u e d e n b u s c a r d e m a n e ra m ás a p r o p ia d a sino en n o so tro s, la c a u sa ? E n el m u n d o m o d e rn o es p o sib le co n tra ta r un se g u r o p a r a a lg u n a s re clam acio n e s d e ese tipo, p e ro la 43 "E n la p e rsp e ctiv a trág ica , actuar, se r un agente, tie n e un carácter dob le. P o r un lad o, con siste e n to m a r c o n se jo co n u n o m ism o , so p e sa r los p ro s y los co n tras y h acer to d o lo p o sib le p o r p rever el o rd e n de los m e d io s y lo s tiñ es. P o r el otro, s e t r a ta d e h acer u n a a p u e s ta so b r e lo d esco n o cid o y lo in com pren sib le y to m ar u n riesgo so b re un terren o que sig u e sien d o im pen etrab le p a r a n o so tro s. E sto im plica en trar e n el ju e g o d e las fuerzas s o b re n a tu ra le s... en el que no se sa b e si é sta s p re p aran el é x ito o el d esastre.” V ern an t, citad o p o r W illiam s e n Shame an d Necessity, cap . 1, p. 19.
p ro p ia e s t r u c t u r a d e los se g u ro s im p lic a q u e las v íc tim as es tán b u s c a n d o en la d ire cció n en la q u e n os e n c o n tra m o s. A d e m ás, n o to d a reclam ación , ni s iq u ie r a actu alm en te, cae d en tro del tip o d e c o s a s q u e un se g u r o p o d r í a resarcir. S in e m b a rg o , a p a rte d e los e fe c to s q u e cau sa m o s e n o tr a s p e rso n a s y d e n u es tra a c titu d h a c ia su s vidas, e stá la p r e g u n t a d e n u estra actitu d p ara co n n u e s t r a p ro p ia v id a. T al v e z a lg u ie n sim p le m e n te haya a r r u in a d o su v id a , o, si no p e r m itie r a q u e n ad a to m a ra u n a d e te rm in a c ió n ta n a b so lu ta co n r e sp e c to a ella, al m e n o s p o d r ía h ab e rla lle v a d o a un e sta d o d e a b a n d o n o en el cu al se n ec esita ría n g r a n d e s in iciativas y m uch a s u e r t e p a r a p o d e r d evolverla a a lg o q u e v a lie r a la p ena. Si e sto h a su ce d id o , en ton ces es alg o q u e le h a su ce d id o , p e ro al m is m o tie m p o quizá sea a lg o q u e e sa p e r s o n a h a o c asio n ad o . L o que le ha pasado es, de hecho> eso que él m ism o ha ocasionado. E se es el m eo llo del a su n to en las p a la b r a s q u e E d ip o p ro n u n c ia e n C o lo n o . A q u ello te rrib le q u e le s u c e d ió , n o p o r su p r o p ia fa lta , fu e q u e h izo e sa s co sas. D e sp u é s d e su caída, m uch os d e su s su frim ien to s n o so n m ás q u e su fr im ie n to s, c o sa s q u e le p a s a n . A lg u n a s d e ellas le s u ce d e n p o r la re a c c ió n d e o tras p e r s o n a s ante lo q u e hizo: el h o r r o r d e l c o ro , p o r e jem p lo , al c o m ie n z o del Edipo en Colono, c u a n d o d e s c u b r e n q u e el in d iv id u o q u e h a lle g a d o h a sta su sa g r a d o b o sq u e c illo es este h o m b re c o n ta m in a d o . S u p o n g a m o s q u e h a c e m o s a u n lad o la id e a d e c o n ta m in a c ió n ; p a se m o s p o r alto, ta m b ié n , la s c o n ce p c io n e s q u e d a n fo rm a a l d e se n la c e d e la ob ra, s e g ú n el cual, sólo p o r lo q u e h a h ech o y h a su fr id o , E d ip o se c o n v ie r te a l m o rir en u n p o d e r en favor d el bien, en u n a fu e r z a cu rativ a . Ig n o re m o s, a sim ism o , to d a id e a d e q u e lo q u e s u s a c c io n e s ca m b iaro n f u e q u e le c o n firie ro n n u e v o s p o d e r e s c a u s a le s, p a r a el m al o p a r a el bien . H a c ie n d o a u n lad o t o d o esto , p ersiste u n a v e r d a d a c e r c a d e él q u e h a h e c h o e sta s c o sa s , y se trata d e u n a v e r d a d en tiem p o p re se n te : él e s la p e r s o n a q u e h iz o e sa s co sas. D ecir h a s ta d ó n d e im p o rta e sa v e r d a d p resen te d e p e n d e d e m u ch as c o s a s . C u án to cam b ió p o r lo q u e hizo: q u e e r a el triu n fan te rey d e T e b a s, p o r ejem p lo, y y a n o lo es. O q u é p ie n sa é l m ism o a h o r a a l resp e cto ; y uno d e lo s r a s g o s m ás fin o s d e l E d i po en Colono es la m a n e ra e n q u e e s te h o m b re a m a r g a d o , d e sv a lid o y to d a v ía e n o ja d o a fe c ta a los o tr o s al d e scrib ir él m ism o s u
v id a . C u a n d o el co ro se r e tir a d e s p u é s d e rech azarlo p o r p r im e ra vez, e sto n o o b e d e c e sim p le m e n te a q u e a lg u ien , p o r e je m p lo , a lg ú n a b o g a d o , les h ay a d a d o u n a n u e v a in te rp re ta c ió n de la v id a d e E d ip o : se les h a d a d o la interpretación de Edipo. D e sd e lu e g o , no se tr a t a d e u n a in te rp re ta c ió n en la q u e la s c o sa s se p lan te e n c o m o si él n u n c a las h u b ie ra h echo. N o p o d r ía se r a s í n i siq u ie ra si lo s m iasm as s e d e sv an e cie ra n d e la e sc e n a . E n tre el m om en to e n q u e e l c o r o d e ja d e c o n c e b irlo e x c lu siv a m e n te co m o un s e r c o n ta m in a d o y antes q u e e m p ie ce n a verlo c o m o un p o d e r d e l in fr a m u n d o , en tab lan c o n él re la c io n e s h u m a n a s c o m u n e s y c o r rie n te s, in sp ira d as, e n p a r ti cu lar, p o r la lástim a. L a c o m p a s ió n d e l c o r o todavía re c o n o c e la p r e s e n c ia d e su p a sa d o ; y la d e sp ie r ta n o só lo lo q u e m ás ta rd e s u fr ió , sin o lo q u e h izo, y e l h ec h o d e q u e él m ism o r e c o n o c e lo q u e h izo: su v isió n d e lo q u e h iz o y la v isión d e los o tr o s c o n fo rm a n , co rn o tiene q u e se r en c u a lq u ie r c a s o a sí, u n p a r cu y as p a rte s se e stru c tu ra n u n a a o tra , S e n tir lá stim a e s la r e sp u e s ta h u m a n a m ín im a, m en o s v e n g a tiva, m e n o s m á g ic a a a lg u ie n q u e h a h echo tales co sas; d e sp u é s d e e so , s ó lo h ay c u rio sid a d , o lv id o o in d iferen cia. Q u e los d e m á s sie n ta n lástim a p o r lo q u e h izo es a lg o q u e E d ip o a h o r a a c e p ta e in c lu s o quiere. S in e m b a r g o , p a r a a lg u n o s o tro s, e ste re c o n o c im ie n to final y m e n o s p u n itiv o d e c o sa s h echas in v o lu n ta ria m e n te re su lta in to le ra b le ; e n sí m ism o d e stru y e lo q u e su vida h a b ría sid o en o tra s c irc u n sta n c ia s. A sí su c e d e co n el A yax d e S ó fo c le s. A yax e s a lg u ie n cuyas a c c io n e s s u sc ita n e s t a s p re g u n ta s n o d e b id o a su s in ten cio n e s in m e d ia ta s ,44 sin o (a p lic an d o e l té r 41 N o se su g ie r e q u e el proyecto de a s e sin a r a los je fe s fu e ra en sí m ism o un sig n o de locu ra. C o m o lo m u e stran las p a la b r a s c ita d a s d e C a lc a s (758 y ss.), Beivóc; c o m o el coro lo d ice d e sp u é s de Á yax siem p re h a s id o ítEpiaaóc, su m uerte, e ra aTepcótppcJv (9 2 6 ), (9 3 0 ). L a im portan cia d e lo q u e realm en te h a h e c h o rad ica en c ó m o c o n tr a sta c o n su riíoc n o rm al: cfr. 18 2 183 o&Ttoxq Yap (ppevó-Scv y ’ érc’ ápioxEpá / .. . sf3a,c. V éase un én fasis d istin to, q u e su b ray a c ierto se n tid o en el q u e el íjfloc n o rm al d e Á yax e s d e su y o an o rm al, en R.P. W in n in gton -In gram , Sophocles: An Interpretation, cap . 2; v é ase tam b ién G o ld h ill, Reading Greek Tragedy, p p . 181—198. En la m e d id a en q u e ia co n ce p ció n d e la a n o rm alid a d g e n e ra l d e Á yax se b asa en un contraste con los p ro to tip o s h o m é rico s, hay un c o rre c tiv o útil en la form a en que V ern an t (L'lndividu, la morí, l’amour, pp. 4 3 - 4 5 ) c a ra c te r iz a lo e xtrem o d e A quiles.
m in o que u s é an tes) d e b id o a su e sta d o . O fe n d id o p o rq u e la s a r in a s d e A quiles h a n sid o a sig n a d a s a O d is e o , p la n e a m atar a los je f e s d el ejército. P a ra e v itarlo , A te n ea lo vuelve loco. P en sa n d o q u e está m a ta n d o a O d ise o y a los d e m á s, m a ta al reb añ o y al g a n a d o del e jé rcito (y tam b ién , a u n q u e S ó fo c le s m in im iza el asu n to, a d o s p a sto r e s). A d iferen cia d e la c o n d ic ió n d e A g a m en ó n en la Ilía d a , esta e n fe r m e d a d , c o m o re p e tid a m e n te se la lla m a ,43 no afecta su s p ro p ó sito s, sin o su s p e rc e p c io n e s: en u n a fra se vivaz, se dice q u e A ten ea le ha “e c h a d o fa lsa s im áge n e s a los o jo s ”.46 P rim e ro se lo ve sin sen tid o , c u b ie rto en sa n g re en tre las bestias d e str o z a d a s , y la p r im e r a re a c c ió n h u m an a q u e d e hecho d e sp ie rta es la lástim a —lástim a p o r to dos n o so tro s y n o sim p le m e n te p o r él—. A te n ea a la rd e a : ¿Ves, Odiseo, el p oder de los d io ses cuán gran de es? ¿Viste jam ás hom bre alguno que fuera m ás sensato que éste, O mejor dispuesto a ob rar conforme a las circunstancias? Y O d ise o re sp o n d e : Es cierto que no he conocido a ninguno; no obstante, io compadezco. .. Y pienso tanto en mi destino, com o en el suyo. Veo, pues, la verdadera condición de cuantos vivimos, N o som os sino fantasm as, una som bra vana.47 Á y ax d e sp ie r ta lu e g o y m u e stra q u e h a r e c u p e r a d o el ju i cio . H ay un a p a s io n a d o e x a b r u p to lírico d e d e se sp e r a c ió n y, so b re to d o , d e v e rg ü e n z a : antes q u e c u a lq u ie r o tr a co sa , se ha p u e sto to talm en te en rid íc u lo .48 P a r a él, c a d a vez se vuelve m ás 45 Áyax, 59, 66, 207, 215, 452, al. 46 Ibid., 5 1 -5 2 ; y cfr. la p r o p ia d e sc rip ció n d e Á yax en 4 4 7 - 4 4 8 , xri n#) tó 5 5 Sim a xal tppévcc Stáaxpotpoi / oacfj^ctv xije d o n d e y v ú ¡.iti cum ple otra fu n ció n , com o su ju ic io o p la n n o rm al. 17 Jbid., 118 y ss. E ste d isc u rso n otab le ya m u estra a u n O d ise o que n o e s tá en tram p ad o e n el nivel d e lo s ú ltim o s argu m en to s, y el p u n to clave se su b ra y a c u an d o M en elao se re fie re con d e s d é n a Á yax e n 1257 llam á n d o lo dvSpóc oúxéx Svtoc, áXV oxide: O d iseo sabe que no es el m o rir lo que n o s h ac e eso. 48 t é Xu toe 367.
ev id e n te q u e lo ú n ic o q u e p u e d e h a c e r e s m ata rse . S a b e q u e n o p u e d e c a m b ia r su éthos, su carácter, y sa b e q u e d e sp u é s de lo q u e ha h ech o —e sa h u m illa c ió n g r o te s c a —, no p u e d e vivir el ú n ico tip o d e v id a q u e s u éthos le e x ig e . E n la p r im e ra m i ta d d e la o b ra , q u e c u lm in a co n su m u e rte , p a sa d e la m e ra re a c c ió n a un e n te n d im ie n to m ás p r o fu n d o d e p o r q u é tiene q u e ser así, c o n sid e r a n d o có m o es él y c ó m o es el m u n d o .49 L o s a rg u m e n to s in d e c o r o s o s que o c u p a n b u e n a p a rte de la se g u n d a m itad d e la o b r a in d ic a n que, a l m e n o s en esto, A yax ten ía razó n . S ie n d o lo q u e e r a , no p o d r ía h a b e r v ivid o co m o el h o m b re que h ab ía h e c h o e s t a s c o sa s; se ría sim p le m e n te im p o si ble, e n virtu d d e las re la c io n e s en tre lo q u e e sp e r a del m u n d o y lo q u e el m u n d o e s p e r a d e un h o m b re q u e e sp e ra e so d e l m undo. E u ríp id e s su g ir ió —y e sto es lo q u e sie m p r e hace, n u n ca m u e stra — que p o d r ía h a b e r h a b id o u n a s a lid a , au n p a ra un h o m b re así. En la tr a g e d ia q u e lleva su n o m b re [Heracles f u rioso o L a locura de H eracles], H e ra c le s, p o r ra z o n e s b astan te sim ilares, hace a lg o m ás h o r r ib le y en su lo c u r a m ata a sus hi jo s . C u a n d o se r e c u p e r a , ta m b ié n se p r o p o n e su ic id a rse , p e ro a lg u ie n lo d isu a d e , S e h a p la n te a d o co n v in ce n te m en te que la o b ra ten ía la in ten ció n d e s e r un c o m e n ta rio al Áyax,50 y en cu an to tal, es m uy a g u d a , p u es T e se o u sa u n a rg u m e n to b ien d ir ig id o a un h éro e así, e n el q u e s e ñ a la q u e o p t a r p o r el su ici 49 En mi opin ión, en nin gún m o m en to se a rre p ie n te d e su decisión . L a ab u r rid a controversia de si el g r a n d iscu rso en 647 y ss. es sincero o un Trugrede ya ha sid o su p e ra d a , en p a rtic u la r p o r la o b ra de M. Sicherl, “T h e T rag ic Issu e in S o p h o c le s’ A ja x ”, C o m o S ic h e r llo d ice m a g n íficam e n te , a c e rca de su m u erte Ayax h abla c o m o H e ráclito lo hace del o rác u lo d e D elfos: o ü t e Xéyei oOte xpúnTci, áXka aTjualvci. N o e s tá h ab lan d o a los d e m á s —d e h echo n o se di rig e a ellos, excepto al fin al; y tam p o co está h ab lan d o c o n sig o m ism o—, com o G o ld h ill lo in dica (p. 192), lo q u e en sí m ism o n o resolvería n in gún p rob lem a; está h ab lan do d e sí m ism o. T a l vez la m ás n o tab le d e la s am b igü ed ad es, se ñ ala d a p o r m uch os c rítico s, se a la d e 6 5 8 -6 5 9 : Yotíac se h a d e entender c o m o ópú^ac, n o co m o ÉviSa, q u e h ace re fe re n c ia a su c u e rp o : e sto se confirm a con la fra se d el an u n c io d e T e k m e ssa e n 899, xpucpaúp ifxxcryávu rcepinTUXTlc. 50 L o ha d ich o D. Furley, "E u ríp id e s on th e San ity o f H e r a k le s”. S e ñ ala que ja e q u e lin e d e R om illy p la n te ó el m ism o a rg u m e n to d e m an e ra in d epen d ien te en "L e R efus d u su ic id e d a n s YHeraclés d 'E u r ip id e ”. S o b r e la disp osició n g e n e ra] de los p e rso n a jes d e E u ríp id e s, en c o m p a ra c ió n con los d e o tra s tragedias, a cam b iar de opin ión, véase B. K n o x , “S e c o n d T h o u g h ts in G reek T rag e d y ”.
d io e s u n a re a c c ió n m uy vu lgar.51 C u a n d o , h ab ie n d o re n u n cia d o a esa p o sib ilid a d , H e ra c le s se v a a vivir a A ten as, d o s c o sa s lo so stie n e n : el a m isto so ap oyo d e T eseo y la id e a d e q u e el su ic id io h a b r ía sid o un a fo rm a d e c o b a r d ía .52 N o h a b ía m u ch a o p o r tu n id a d p a r a la a m ista d en la situ a c ió n de Áyax; la tra ic ió n d e la a m ista d es u n a d e sus m ay o re s o b se sio n e s y su s o le d a d es in v en cib le, e x p re sa d a , p o r e je m p lo , al m ata rse so lo en el e sc e n a rio , a lg o sin p a ra le lo e n t o d o el d ra m a g r ie g o q u e c o n o cem os. P e ro la id e a d e c o b a rd ía p o d r ía h ab érsele o c u rrid o . L a im a g e n d e sí m ism o q u e c o n d u jo a Áyax a co n clu ir q u e n o p o d r ía vivir c o m o un h o m b re q u e h a h ech o e sa s c o sa s e stá d e verd ad fu n d a d a en valo re s que p o n e n un g r a n peso e n có m o n o s ven los d e m á s. T a le s valo re s y las fo rm a s e n q u e p u e d e n so s te n e r o d e str u ir u n a a u t o n o m ía au tén tica so n m otivo de otro te x to .33 P ero lo q u e e sp e ro q u e ya esté claro es q u e n o tien e p o r q u é se r m era m en te un e x a g e r a d o sen tim ie n to d e p a recer rid íc u lo , o c u a lq u ie r otro v a lo r q u e sim p le m e n te g ire en to rn o a la s a p a rie n c ia s, lo que c o n d u c e a u n in d iv id u o a p e n sa r q u e n o p u e d e viv ir co m o a lg u ie n q u e ha re aliz a d o c ie rta acción , a u n c u a n d o la haya h e c h o in v o lu n tariam en te o co n u n a in ten ció n d e sv in c u la d a d e su yo n o r m a l. L a gen te n o tiene p o r q u é p e n sa r q u e n o p o d r ía v iv ir e n ta l situ ac ió n ; n o hay por qué p e n sa r n a d a p o r el e stilo , y éste es el tipo d e p e n sa m ien to é tic o m ás a le ja d o q u e p u e d e h ab e r d e las cu estio n es d e la o b lig a c ió n . Sin e m b a rg o , los in d iv id u o s se n sa ta m e n te p u e d e n p e n sa rlo si su m a n e r a d e e n te n d e r su vid a y e l sig n ific a d o q u e su v id a p o se ía p a r a o tro s es tal q u e lo h e c h o p o r ellos d e stru y e la ú n ica ra z ó n q u e te n ía n p a r a se g u ir v iv ie n d o . L o q u e es m ás, tal vez re c o n o z c a n q u e lo q u e h icieron d e m a n e ra in v o lu n taria, si n o 51 cTpr)xac ém-cuxóvioc ¿tv-Spómou Koyouc; Heracles, 1248. M ás ad elan te T e se o le p ro m e te re g alo s, fam a y, d e sp u é s d e s u m u erte, sacrificios: p e ro e s te d isc u r so (1 3 1 1 - 1 3 3 9 ) term ina con la c o n sid e ra c ió n de que lo q u e H e ra c le s n e c e sita es un cpO.ot;. 52 Heracles, 1348. “A poyo am isto so ” es u n a m an e ra (en d eb le) d e tra d u c ir q>iXía, un térm in o que, c o m o m uch os e s c rito r e s lo han señ alad o , tie n e im p li c acio n e s so c ia le s m á s exten sas q u e “a m is t a d ”: véanse, p o r ejem p lo, G oldh ill, cap . 4; y M. W hitlocK-Blundell, Helping Frien ds and H arm in g Enemies: A Study in Sophocles and Greek Ethics. 53 V é a se el cap ítu lo 4 de Shame and Necessity.
d e stru y ó su v id a, la c a m b ió r a d ic a lm e n te , y la cam b ió p o r e s a a cció n , n o só lo p o r lo q u e les su c e d ió . El “s ile n c io ” d e los h éro es y las h e r o ín a s trágico s, al c u a l se re firió B e n ja m ín , se re la c io n a en p a r tic u la r co n esto, q u e tie n en u n a vid a q u e e stá su je ta a la fo r tu n a en e sa e sc a la , y e sto sim p le m e n te es p a te n te : n o tien en q u e e x p lica rlo a n a d ie ni d isc u tir a l re sp e cto , C u a n d o H e r a c le s e sc u c h a se n sata m e n te a T e se o y se v a al retiro, ya e stá sa lie n d o d e la trag ed ia. Es un g r a ve e n g a ñ o tr a ta r de e x p r e sa r ese sile n c io y e sa g ra n d e z a en la v id a real; e c h a n d o m an o d e lo q u e d e b e r ía s e r un lu g a r c o m ú n , la tra g e d ia es u n a fo r m a d e arte. P e ro u n a c o sa q u e e x p r e sa es q u e la im p o r ta n c ia d e la v id a d e un in d iv id u o y su s re la c io n e s co n la s o c ie d a d p u e d e n s e r ta le s q u e a lg u ie n te n g a q u e r e c o n o cer y e x p r e sa r su r e sp o n sa b ilid a d p o r c ie rta s a c c io n e s c u a n d o n a d ie m ás te n d ría el d e rech o d e h a c e r u n a re cla m ac ió n p o r d a ñ o s ni e sta r ía e n p o s ic ió n d e h a c e rlo . A d em ás, e n la p r im e ra p a r te d e e ste texto tra té d e r e c o r d a r c ó m o , c u a n d o a lg u ie n m á s exige q u e se r e s p o n d a p o r a lg o y hay re cla m ac ió n p o r d a ñ o s, esto m is m o r e b a sa la s in ten cio n e s d e l agen te re sp o n sa b le . C o m o los g r ie g o s lo e n te n d ie ro n , las r e sp o n sa b ilid a d e s q u e te n e m o s q u e r e c o n o c e r se e x tie n d e n de m u ch a s m a n e ra s m á s a llá d e n u e str o s p r o p ó sito s n o r m a le s y d e lo q u e h ac em o s inte n cio n alm en te. [Traducción de L a u ra E. M anríquez\ B IB L IO G R A F ÍA A dkins, A .H ., Merit and Respomibility: A Study in Greek Valúes, Clarend on Press, O x fo rd , 1960. A ristóteles, Constitución de los atenienses [Ath. Pol.], intr., trad. y n o tas M anuela G a rc ía Valdés, G red o s, M ad rid , 1984. , Etica Nicomáquea, trad. Ju lio Fallí B o n e t, G redos, M adrid, 1985 (B iblioteca C lásica G re d o s, 89). Burkert, W alter, Griechische Religión der archaischen und klassischen Epoche, K ohlham m cr, Stuttgart, 1977. [V ersión en inglés: Greek Religión, trad . Jo h n R affa n , H arvard U niversity Press, C am b rid g e, 1985.] D avidson, D on ald, Essays on Actions and Events, C laren d o n Press, O xford , 1980. [V ersión en castellano: Ensayos sobre acciones y sucesos,
-----
trad. O lbeth H an sb erg, J o s é A n ton io R obles y M arg arita Valdés, C rític a/In stitu to de In vestigacion es Filosóficas-UNAM, Barcelona, 1995.] D ihle, A lbrecht, The Theory ofWitl in Classical Antiquity, University of C alifo rn ia P ress, Berkeley y Los Á n g eles, 1982. D o d d s, E.R., The Greeks and the Irrational, U niversity o f C alifornia Press, Berkeley y L o s Á ngeles, 1951. E d m un ds, Lowell, Chance and Intelligence in Thucydides, H arvard Uni versity Press, C am b rid ge, 1975. E u ríp id es, Tragedias, trad. C arlos G a rc ía G u al, G red o s, M adrid, 2000. Furley, D avid, “E u ríp id es o n r.he S an ity o f H e ra k le s”, e d ició n p rep a ra d a p o r J.H . Betts, J.T . H ooker y J.R . G reen , Studies in H onourof T.B.L. Webster, vol. 1, B ristol C lassical Press, Bristol, 1986. G au th ier, R.A . y J.Y . J o l i f (introd., tra d . y com en tarios), Áristote: L ’Ethique a Nicomaque, vol. 2, Publications U nivcrsitaires, Louvain, 1970. G o ld h ill, S im ón , Reading Greek Tragedy, C am b rid g e University Press, C am bridge, 1986. G o m m e , A.W., A Historical Commentary on Thucydides, vol. 1, Clarendon Press, O xford , 1959. H art, H .L .A ., Punishment and Rfiponsibility, O x fo rd U niversity Press, O xfo rd , 1968. H a rt, H .L.A . y A.M. H o n o ré, Causation in the Law, O x fo rd University Press, O x fo rd , 1959. H ip ó c rates, “S o b re la en ferm ed ad s a g r a d a ” [De morb sacr.}, Tratados hipocráticos, trad. Carlos García, G re d o s, M adrid, 1983. H o m e ro , litada, trad. A n ton io L ópez Eire, C áted ra, M adrid, 1989. Odisea, trad. J o s é M anuel P abón , G red o s, M adrid, 1982 (Bi blioteca C lásica G red o s, 48). K irk, G., The lliad Books I-IV, C am b rid g e University Press, C am brid ge, 1985. K n ox, B ern ard, “S e c o n d T h o u g h ts in G reek T rag e d y ”, Greek, Román and Byzantine Studies, no. 7, pp. 2 1 3 -2 3 3 , 1966. ------- , “W hy Is O e d ip u s C a lle d T y ra n n o s?”, Classic Journal, vol. 50, 1954, pp. 9 7 -1 0 2 . Word and Action, Jo h n s H op kin s University P re ss, Baltim ore y L o n d res, 1979. Lloyd, G .E.R ., Magic, Reason and Experience, C am b rid g e University Press, C am bridge, 1979. Lloyd Jo n e s, H u gh , TheJustice of Zeus, 2a. ed ., University o f C alifo rn ia Press, Berkeley y L o s Á ngeles, 1983 (1971).
-----,
-----,
L on g, A .A ., “M o rá is an d Valúes in H o m e r” , Journal ofHellenic Studies, vol. 90, pp. 121-139, 1970. Parker, R obert, Miasma: Pollution and Purification in Early Greek Reli gión, O xfo rd University Press, O xfo rd , 1983. Platón, Diálogos VIII, trad. F ran cisco L isi, G red o s, M adrid, 1992 (B i b lio teca C lásica G red o s, 160). Plutarco, Vidas paralelas, trad. A urelio Pérez Jim én ez, G red os, M a drid, 2001, 2 vols. R edfield, Ja m e s M., Nature and Culture in the lliad, University o f C h icago P ress, C h icago y L o n d re s, 1975. Romilly, Jac q u elin e de, “L e R efus d u su icid e dans 1'Heracles d'Eurip id e ”, Archaiognosia, no. 1, p p . 1-9, 1980. Sicherl, M., “T h e T ragic Issu c in S o p h o c le s’ Ajax", Yale Classical Studies, vol. 25, 1977, pp. 6 7 -9 8 . Sófocles, Tragedias, trad. A ssela A lam illo, G red o s, M adrid, 1981 (B i blioteca C lásic a G red o s, 160). Ste, C roix, G .E.M , de, The Origins of the Peloponnesian War, Duckw orth, L o n d re s, 1972. Vcrnant, Jean -P ierre, L ’lndividu, la mort, l'amour, G allim ard, P aiís, 1989. W hitlock-Blundell, M ary, Helping Friendo and Harnúng Enemies: A Study in Sophocles and Greek Ethics, C am b rid g e University Press, C am b rid g e, 1989. W illiams, B ern ard , Shame and Necessity, U niversity o f C alifornia Press, Berkeley, 1993 (S a th e r C lassical L ectu res, 57). W innington-Ingram , R.P., Sophocles: An Interpretation, C am b rid g e U ni versity Press, C am bridge, 1980.
Mark Pla tts
1 . R azones y razonamiento H u m e tuvo d e sd e lu e g o su m etáfo ra : El entendim iento se ejerce de d o s form as diferentes: en cuanto que ju zga por dem ostración, o p o r p rob ab ilid ad ; es decir, en cuanto que c o n sid era las relaciones ab stractas d e n u estras ideas, o aquellas otras relacio n es de los objetos de las q u e sólo la ex p e riencia nos p ro p o rc io n a in form ación . C reo que difícilm ente p o drá afirm arse que la prim era e sp e c ie de razon am ien to llega por sí sola a ser alguna vez la causa d e un a acción. D ad o que su p ro vincia ap ro p iad a es el m u n do de las ideas, y que la voluntad nos sitúa siem pre en la de las realid ad es, la d em o stració n y la volición p arecen p o r ello estar totalm ente ap artad as un a de o tr a .1
A l p arecer, d e b id o a e sta d ife re n c ia “ p r o v in c ia l”, la so la razó n “n o p u e d e n u n ca p r o d u c ir un a a c c ió n , o d a r lu g a r a la voli c ió n ”. S e g ú n u n a in te rp re ta c ió n , H u m e e s t á a d o p ta n d o aq u í u n a d e las r e sp u e sta s e te rn a m e n te p o p u la r e s a l g r a n p ro b le m a de có m o se p u e d e co n ciliar el p a p e l c a u s a l d e los e sta d o s m en tales con el p a p e l ra c io n a liz a d o r de lo s co n te n id o s p r o p o sic io n a le s d e e so s e sta d o s: H u m e n ie g a q u e tal c o n c ilia c ió n se a p o sib le y lu e g o re a c c io n a d e se c h a n d o la e str u c tu r a id eal d e la r a c io n a liz a c ió n en favo r d e los fu n d a m e n to s c o n c re to s y n a tu ra lis ta s d e la c a u sa lid ad . L a p ro v in c ia o e s fe r a d e la ra zó n es e l m u n d o d e las id e as, m ie n tras q u e la c a u s a lid a d n o s sitú a en la d e las re a lid a d e s, sin q u e haya n in g u n a p o sib ilid a d d e u n ir e sta s d o s p ro v in cia s e n u n a e str u c tu r a fe d eral. P e ro si e sto fu e r a a sí, ¿q u é se p o d r ía d e c ir d e u n a a c c ió n q u e se g e n e r a p o r 1 A Treatise of H um an N ature, p. 413.
u n a c o m b in a c ió n d e cre en cia s y d e s e o s ? S u p o n g a m o s q u e m i d e s e o d e to m a r a g u a y m i c r e e n c ia d e q u e e sto e s a g u a se c o m b in a n p a r a g e n e r a r la a c c ió n d e q u e m e b e b a e sto : éste se d e b e e n te n d e r c o m o un p ro c e so m e r a m e n te c a u s a l e n c u y a e x p li cació n lo s co n te n id o s p r o p o sic io n a le s d e m is e sta d o s m e n ta le s n o p u e d e n d e se m p e ñ a r n in g ú n p a p e l. L o a n te rio r e q u iv a le, sin e m b a r g o , a re n u n c ia r a la id e a d e q u e la p a reja fo rm a d a p o r c r e e n c ia y d e s e o p u e d a c o n stitu ir la r a z ó n p o r la q u e a c tú o y p o r c o n sig u ie n te a a b a n d o n a r la id e a d e q u e mi a c c ió n e s in te n c io n a l. S e g ú n la exp licació n o fic ia l d e ra zó n q u e d a H u m e , d e a c u e r d o c o n e sta in te rp re ta c ió n n o c a b e a lg o a sí c o m o u n a ra z ó n p a r a a c tu a r y p o r lo tan to ta m p o c o tie n e cab id a la a c c ió n in te n c io n a l n i n a d a q u e se le p a re z c a . El p r o b le m a es, p o r su p u e sto , m á s g e n e ral. H u m e h ac e q u e las c o n e x io n e s ra c io n a le s y las c o n e x io n e s ca u sa le s e sté n ta n d ista n te s u n a s d e o tra s q u e se v u elve im p o sib le e n te n d e r c u a l q u ie r tip o d e ra z o n a m ie n to c o m o a lg o q u e su c e d e e n el m u n d o n a tu ra l, e n el m u n d o d e las r e a lid a d e s . L a s d ificu lta d e s q u e e n fr e n ta s u m a n e r a de tr a ta r el “r a z o n a m ie n to a p a r tir d e la s m e r a s id e a s ”, la “ R a z ó n ” y su s o b je to s , h an sid o b ien r e su m id a s p o r B a r r y S tro u d : [ H u m e ] a c e p t a , c a s i sin r e f l e x i o n a r lo , q u e s e h a b le d e “la s m i s m a s ” y d e “ d i s t i n t a s ” id e a s , y d e “ l a s r e l a c i o n e s e n tr e i d e a s ”, c o m o si é s t a s h a b i t a r a n e n u n d o m i n i o o b je t i v o d e t e r m i n a d o e i n m e d i a t a m e n t e a b i e r t o a la i n s p e c c i ó n d e n u e s t r a s m e n te s . L a t e o r ía d e l a s i d e a s a l i m e n t a e s t a r e p r e s e n t a c i ó n d e u n c o n ju n to d e “c o s a s ” a u t ó n o m a s , in t e r c o n e c t a d a s , e n tr e l a s c u a l e s e s p o s ib le d e s c u b r i r q u e h a y c i e r t a s r e la c io n e s q u e s u b s i s t e n m e r a m e n t e e n v i r t u d d e q u e “ p o s e e m o s ” la s id e a s e n c u e s t i ó n . 2
E sta fo r m a d e ver las co n e x io n e s r a c io n a le s , las re lacio n es d e la ra z ó n d e d u c t iv a fu e r a d e e ste m u n d o , d e ja a H u m e co n p o c o m ás q u e d e c ir so b re el r a z o n a m ie n to c o m o a lg o q u e s u c e d e e n el m u n d o d e la s re a lid a d e s q u e lo sig u ie n te : C o n s i d e r a n d o e l a s u n t o c o m o e s d e b i d o , la r a z ó n n o e s s i n o u n m a r a v i l l o s o e in in t e lig ib le in s t in t o d e n u e s t r a s a lm a s , q u e n o s 2 B. S tro u d , Hume, p. 240 [p. 334]; e n g e n e r a l, Jo s n ú m ero s entre c o rch e te s c o rre sp o n d e n a la s p á g in a s d e las version es en castellan o.
conduce a lo largo d e c ierto curso de ideas y les c o n fiere cualida des particulares, se g ú n su s p articu lares situ acion es y relaciones. [.. .] L a naturaleza, d e sd e luego, p u e d e p rod u cir to d o lo que pue d a surgir p o r hábito. M e jo r dicho, el hábito n o es o tra cosa que u n o de los p rin cip io s d e la naturaleza, y d eriv a to d a su fu erza de ese origen.
¿P or q u é el p r o c e so d e ra z o n a m ie n to n o es sin o s e r co n d u ci d o s p o r h ábito a lo la r g o d e cierto c u rso d e id e a s? P o rq u e al p a r e c e r cu alq u ie r o tra c o s a r e q u e riría l a id e a d e q u e en u n a ca d e n a de, d ig a m o s, ra z o n a m ie n to d e d u c tiv o a se r tó r ic o válido, u n a c re e n c ia d a lu g a r a o t r a en v irtu d d e a lg u n a re lació n de ra z ó n existen te en el m u n d o de las id e a s en tre las p ro p o sic io n e s q u e co n stitu yen los c o n te n id o s d e e sa s cre en cias: p e r o ese “en v ir tu d d e ” n o p u e d e sig n ific a r c a u s a lid a d , ya q u e la s relacio n es d e razó n en tre p r o p o sic io n e s en el m u n d o d e las id e a s, co m o las p ro p o sic io n e s m ism a s, son “s e r e s ” a b str a c to s. P a ra H u m e, sin e m b a rg o , el “e n v ir tu d d e ” n o p o d r ía sig n ific a r n in g u n a o tra co sa. D a d a su ex p lica ció n d e la “R a z ó n ” y su s ob jeto s, e l ra zo n am ie n to c o m o u n p r o c e s o q u e o c u r r e e n el m u n d o n a tu r a l tien e q u e ser e n te n d id o c o m o un p r o c e s o m eram en te c a u sa l, d ig a m o s, c o m o u n asu n to d e re la c io n e s c a u s a le s b ru tas y sin se n tid o ( “in in te lig ib le s” ). Y esto, d e sd e lu e g o , d e ja f u e r a l a e se n c ia l d im e n sió n n o r m a tiv a d e la n o c ió n d e ra zo n am ien to , el h ech o , p o r e je m p lo , d e que el r a z o n a m ie n to —d e cu alq u ie r tip o — p u e d a ser só lid o o e rró n e o . 2 . Ilusiones v an as y autoengaño H a c e a lg u n o s a ñ o s tr a té d e e x p r e sa r p a r te d e l d e sc o n c ie rto q u e g e n e ra el a b a n d o n o (im a g in a d o ) d e los c o n c e p to s de un a r a z ó n p a r a a ctu ar y d e a c c ió n in te n c io n a l m e d ian te el ejem p lo sig u ie n te :4 ¿p o r qué, de to d a s m is c re e n c ia s, e s la c re e n c ia de q u e esto es a g u a la q u e se c o n sid e r a q u e se c o m b in a con e l d e s e o d e to m ar a g u a p a r a g e n e r a r la a c c ió n ? ¿S e tra ta sim ple m en te de q u e p e n sa m o s (de m a n e r a in v ero sím il) q u e h em o s o b s e r v a d o u n a “c o n ju n c ió n c o n sta n te ” en tre ta le s p a re ja s de c re en cia -d ese o , p o r un la d o , y el to m a r a g u a , p o r e l o tr o ? C laro 3 m d „ p. 179. 4 En Moral Reaüties, p. 121 [p. 138],
q u e n o : p a ra q u e la a cció n s e a in te n c io n a l b a jo e sa d e sc r ip c ió n , tien e q u e se r g e n e r a d a , m á s o m e n o s, p o r a lg u n a p a reja así, p u e s só lo d e e sa m a n e ra se r a c io n a liz a b a jo tal d e sc rip c ió n . E sta es u n a o b se r v a c ió n a ce rc a d e las c o n d ic io n e s en las c u a le s es p o sib le q u e el c o n c e p to d e a c c ió n in ten cion al te n g a a p lic a ció n ; a h o r a q u ie r o in tro d u c ir u n m iste rio r e la c io n a d o a c e rc a d e la n e g a c ió n g e n e r a l d e la r e a liz a c ió n d e e sa s co n d ic io n e s. En in glés, la s d isc u sio n e s filo s ó fic a s en to rn o al c o n c e p to d e a u to e n g a ñ o su e le n d istin g u irlo d el c o n c e p to d e ilu sio n e s v a n as (w ishful thinking). La id e a p a re c e s e r que este últim o es u n c o n c e p to m e r a m e n te c a u sa l, el cu al re q u ie re p a r a su c o r re c ta a p lic a c ió n a lg u n a re lació n m e ra m e n te c a u sa l entre un d e s e o (la c a u sa ) y u n a c re e n c ia (el e fe c to ), m ie n tra s q u e la a p lic a ció n c o rre c ta d e l co n cep to d e a u to e n g a ñ o exige a d e m á s q u e, cu a n d o la c r e e n c ia en c u e stió n se g e n e r a o m an tien e, tan to las d e lib e r a c io n e s p r á c tic a s d e l a g e n te b a s a d a s en el d e se o , c o m o su s a c c io n e s in te n c io n a le s c o n se c u e n te s d e se m p e ñ e n alg ú n p a pel. L a n a tu r a le z a p a r a d ó jic a del a u to e n g a ñ o só lo p arece s u r g ir u n a vez q u e se a p re c ia el p a p e l d istin tiv o d e l ra z o n a m ie n to p rá c tic o :5 ¿ c ó m o , p o r e je m p lo , p u e d e n la in d isp e n sa b le d eli b e r a c ió n p r á c tic a co n tin u a y la a c c ió n in te n cio n a l g u ia rse p o r una c re e n cia p re v ia , su p u e sta m e n te d e sa g r a d a b le , q u e o bien h a sid o e lim in a d a p o r co m p le to o h a s id o d e ste r r a d a a l in c o n s cien te p a r a e v itar q u e d e in m e d ia to e n tre en co n flicto co n la c re e n cia re c ié n c r e a d a , y su p u e sta m e n te m á s “a d m isib le ”? P o d ría p a r e c e r q u e e sa n a tu ra le z a p a r a d ó jic a h a c e m á s a c e p tab le c u a lq u ie r p r o p u e s ta h u m e a n a d e q u e d e b e ría m o s re n u n c ia r a e m p le a r el c o n c e p to d e a u to e n g a ñ o —d a d a su d e p e n d e n cia d el c o n c e p to d e ra z o n am ie n to p r á c tic o — y b a sa rn o s m ás b ien en el c o n c e p to p o c o p r o b le m á tic o d e ilu sio n e s vanas. S in e m b a rg o , e sa v isió n d e la s ilu sio n e s v a n a s re su lta b a sta n te inve rosím il. U n a e x p lic a c ió n h u m e a n a d e las ilu sio n e s v an as d iría a lg o c o m o lo sig u ie n te : el d e s e o d e T o m á s d e q u e su e sp o sa le s e a fiel sim p le m e n te cau sa su c r e e n c ia d e q u e ella lo es; e sto es, el d e s e o d e q u e su e sp o sa le s e a fiel c a u sa p o r casu alid ad la c ie c n c ia c o r re sp o n d ie n te . E se d e se o p o d r ía h ab e r c a u sa d o 5 V éase, p o r e je m p lo , D Pears, Questinns in the Philosophy of M ind, pp. 8 0 -
a lg u n a o tr a creen cia o n in g u n a en a b so lu to ; la c r e e n c ia d e To m ás p o d r ía h ab er sid o c a u s a d a p o r algú n o tro d e se o o p o r nin g u n o en ab so lu to ; q u e ese d e se o h ay a c a u s a d o p o r c a su a lid a d (que p o r m era c a su a lid a d s e a la c a u s a de) e sa c re e n c ia no v ie ne a s e r m á s q u e la m a n ife sta c ió n d e u n a co n ju n c ió n co n stan te “h a b it u a l” entre ese tip o d e d e se o y e se tip o d e c re e n c ia . Esta tesis d e “p o r c a s u a lid a d c a u s a ” es tan in verosím il p a r a las ilu sio nes v a n a s corno lo es p a r a el c a so d e la p a r e ja d e creen cia-d eseo y el to rn ar agu a, p e ro esto no s ig n ific a q u e las ilu sio n e s van as te n g an q u e ser a sim ila d a s al p r o c e s o in ten cio n al d e au toen gaño c o m o ta m p o c o sig n ific a q u e to d a s las in ten cio n es se fo rm an in ten cio n alm e n le . O lv id a n d o p o r u n m o m en to el e sc e p tic ism o en to r n o a los c o n c e p to s d e una r a z ó n p a ra actu ar y d e acción in ten cio n al, H u m e tien e q u e s u p o n e r q u e las ilu sio n e s vanas d e p e n d e n d e la c a u sa lid a d b r u ta in in telig ib le o b ien d e b e ser a sim ila d o al au to e n g a ñ o ; r e c o r d a n d o e se e sc e p tic ism o , H um e tien e q u e a c e p ta r la e x p lic a c ió n m e ra m e n te ca u sa l d e la idea d e ilu sio n e s van as, s e p a r a r la d e la d e a u to e n g a ñ o so ste n ie n d o q ue la se g u n d a im p lica la id e a m ític a d e la a cció n in ten cion al. Sin e m b a rg o , lo in v ero sím il d e esta fo rm a d e v er las ilu sio n es v an as p u e d e o c u lta rse co n u n a c o m p lic a c ió n a d ic io n a l. L a e x p lic a c ió n q u e H u m e p la n te a d e l ra z o n a m ie n to c o m o el sim p le p ro c e so d e ser c o n d u c id o p o r h áb ito a lo la r g o d e cier to c u r s o d e id eas p a re ce h acerlo in d istin g u ib le d e cu alq u ie r se rie h a b itu a l d e e sta d o s m en tales ca u sa lm e n te su ce siv o s; p o r c o n sig u ie n te , tien e q u e c o n sid e r a r al m e n o s p o sib le q u e el ra z o n a m ie n to o c u r r a d e n tro d e q u ie n se fo rja las ilu sio n e s vanas c u a n d o es “c o n d u c id o ” d e l d e se o a la creen cia, (C u a lq u ie r g r a d o m ay o r q u e “al m e n o s p o s ib le ” r e q u e r ir á del “h á b it o ” .) Pero e sta m a n e r a d e in tro d u c ir la r a z ó n —y el se n tid o — e n quien se fo r ja las ilu sio n es van as só lo es p o sib le m ed ian te la e xp lica c ió n in v ero sím ilm en te d é b il d a d a d e ra zo n am ie n to , c o m o una c u e stió n d e p r o c e so s c a u s a le s h a b itu a le s a u n q u e b r u to s y sin sen tid o . L o in v ero sím il d e un p u n to d e v ista h u m ean o d e las re la c io n e s c a u sa le s en tre e sta d o s m e n ta le s en las ilu sio n e s vanas se p u e d e ocu ltar, esto es, p o r su ex p lica ció n e q u iv o c a d a d e las c o n d ic io n e s su ficien tes p a r a el ra z o n am ie n to , U n a m a n e r a m e n o s a r tific ia l d e in tro d u c ir el se n tid o en q u ie n se fo rja las ilu sio n e s v a n a s es re c u rrie n d o a p o s ib le s dis-
to rsio n e s d e a lg u n a s re la c io n e s “m e r a m e n te ” c a u sa le s —esto es, c a u sa le s, a u n q u e no in te n c io n a le s y sin embargo inteligibles— en tre e n tid a d e s m en tales, q u e p u e d e n o c u r r ir en fo r m a s no d is to r s io n a d a s d en tro d el q u e se fo rja n las in ten cion es y el ra z o n a d o r : re c u r r ie n d o , e sto e s, a p o s ib le s d isto rsio n e s de e sas re la cio n es q u e d e m an e ra n a tu r a l, se e n tie n d e, so n lo s o b je tos d e los q u e h ab lam o s c u a n d o d e c im o s, en relació n c o n el fo r ja d o r d e in ten cio n es y el r a z o n a d o r , q u e so n “c o n d u c id o s a lo larg o d e cie rto cu rso d e id e a s " , E s tan n atu ral y ra z o n a b le q u e a lg u n a p a r e ja d e cre e n c ia -d e se o “d é lu g a r a ” u n a in ten ció n c o r re s p o n d ie n te , co m o p u e d e se r n a tu r a l y ra zo n ab le q u e a lg u n a p a r e ja d e cre en cias “d é lu g a r a ” u n a te rce ra; en a m b o s tip o s d e c a s o , el p r o c e s o d e g e n e r a c ió n p u e d e se r p o c o ra z o n a b le —d e b ilid a d d e la volu n tad, ra z o n a m ie n to fa la z — y en to n ce s n os e sta m o s a c e rc a n d o al te rre n o d e las ilu sio n e s van as. P ero aun en e ste ú ltim o caso, e sta m o s c a si tan le jo s c o m o es p o sib le de a lg u n a c a u sa c ió n bru ta, sin se n tid o e n tre un d e se o y u n a c r e e n cia con —¡so r p re sa , s o r p r e s a !— a lg u n a c o n e x ió n e stre c h a entre su s c o n te n id o s p i o p o sic io n a le s. E l ra z o n a m ie n to ta m b ié n p u e d e e sta r e q u iv o cad o ; sin e m b a rg o , c u a n d o lo está, se a c e rc a b a s ta n te m ás a la g e n e r a c ió n d e e fe c to s ra z o n a b le s que a l e s t a b le c im ie n to d e c o n e x io n e s lu n á tic a s. En c u a lq u ie r sen tid o en el q u e s e a v e rd a d e ro q u e las m ism a s c r e e n c ia s in iciales p u d ie r a n h a b e r c a u s a d o cu alq u ie r c r e e n c ia , c u a lq u ie r d e se o , o n a d a en a b s o lu to , e sa v e rd a d n o im p lic a q u e la s a ltern a tiv a s c o n te m p la d a s h u b ie ra n sid o ig u a lm e n te in telig ib le s, q u e h u b ie ra n te n id o el m ism o se n tid o . 3 . R espon sabilidad: causación e intención C o n b a s e en un an álisis d e c ie rto s in c id e n te s n a rra d o s p o r H o m ero , B e r n a r d W illiam s se p r o p o n e id e n tific a r “lo s e le m e n to s b á sico s d e c u a lq u ie r c o n c e p c ió n d e r e sp o n s a b ilid a d ”:
q u e en virtud de lo que hizo, a lg u ie n h aya provocado u n a situ a ción m ala; que ese algu ien haya ten id o o no la intención de p rovo car e sa situación ; que estu viera o no en un estado m ental norm al cu an d o la provocó; y que sea asu n to suyo, si acaso es de algu ien ,
c o m p e n s a r la . P o d r í a m o s lla m a r a e s t o s c u a t r o e le m e n t o s c a u s a , in te n c ió n , e s t a d o y r e s p u e s t a ,6
L o s c a so s en los q u e al intentar a y u d a rn o s a lg u ie n term in a d e h ech o d a ñ á n d o n o s, a s í co m o lo s c a so s en q u e al intentar d a ñ arn o s, a lg u ie n te rm in a b e n e fic iá n d o n o s, m u e stran la g ra n im p o rta n c ia q u e a tr ib u im o s al a su n to d e las in ten cion es, a la b u e n a o la m a la v o lu n ta d . N o o b sta n te , W illiam s c o n sid e ra q u e la c a u sa c ió n es el e le m e n to b á s ic o d e la re sp o n sa b ilid a d : “los p ro b le m a s r e la c io n a d o s co n los o t r o s só lo p u e d e n su rg ir e n relació n c o n el h e c h o d e q u e a lg ú n age n te s e a la ca u sa de lo q u e ha s u c e d id o ”. S in e m b a rg o , a ñ a d e : T e n e m o s q u e r e c o n o c e r q u e e n el d e r e c h o m o d e r n o h ay r e g la s d e r e s p o n s a b i l i d a d s in c u lp a b a jo las c u a le s la g e n t e p u e d e s e r c o n s i d e r a d a r e s p o n s a b l e p e n a l m e n t e n o s ó l o p o r c o n s e c u e n c ia s q u e n o t u v o la i n t e n c ió n d e c a u s a r [ . . , ] , s i n o t a m b ié n , e n a l g u n o s c a s o s , p o r c o n s e c u e n c i a s q u e n i s i q u i e r a c a u s ó . A s í la g e n te p u e d e s e r s a n c i o n a d a p o r q u e b r a n t a m i e n t o s d e r e g la s q u e s u s e m p l e a d o s h a n c o m e t i d o e n c o n t r a d e s u s i n t e n c i o n e s .7
A u n q u e el p ro b le m a es h asta c ie rto p u n to te rm in o ló g ico , c re o q u e W illiam s m ezcla d o s id e a s q u e d ifie re n d e un m o d o im portan te. En el d e re c h o a n g lo s a jó n se h a d e sa r r o lla d o e n los ú ltim o s cien añ o s el c o n c e p to d e d elitos d e “ r e sp o n sa b ilid a d sin c u lp a ” (o “r e sp o n s a b ilid a d o b je tiv a ”): en el caso d e ta le s d elitos p e n a les, la c o n d e n a no e x ig e m o strar q u e el a g e n te h izo intencion alm en te lo q u e la ley p ro h íb e o q u e p u d o h a b e rlo e v itad o si h u b iese p r o c e d id o c o n m ayor c u id a d o . U n a lista o rd in aria d e los d e lito s en c u e stió n revela q u e m u ch o s —a u n q u e n o to d o s ni m u ch o m e n o s— so n m en o res y p u e d e n ser c a s tig a d o s im p o n ie n d o u n a m ulta, al p a rece r m u y se m e ja n te a lo q u e o c u rr e co n las fa lta s a d m in istra tiv a s: v e n d e r w hisky a u n a p e rso n a y a e b ria; v en d er a lim e n to s a d u lte r a d o s; d a r m e n o s q u e el p e so e x a c to en la ven ta d e ciertas m e rc a n c ía s; p o r t a r un p a s a p o r te a lte ra d o ; estar en p o se sió n d e d r o g a s ; c o n d u c ir p e lig r o sa h B. W illiam s, Shame an d Necessüy, p, 5 5 7 Ibid., p p . 5 6 -5 7 ,
m en te; no ten er un se g u r o c o n tr a a c c id e n te s a d e c u a d o ; d e so b e d e c e r las r e g la s d e trán sito ; co n tra v e n ir las leyes de se g u ri d a d in d u stria l y las leyes sa la ria le s; in frin g ir los re g lam e n to s de co n stru cció n ; d e lito s se x u a le s q u e tien e n q u e ver con m en o res q u e no h a n lle g a d o a la e d a d a p a r tir d e la c u a l es v álid o el c o n se n tim ie n to q u e se d a p a r a ten er relacio n es sex u ales; la b ig am ia, y la b la sfe m ia . En re la ció n c o n el p ú b lic o h isp a n o h a b lan te —a c o s tu m b r a d o a la tra d u c ció n d e l térm in o in glés strict liability co m o “ r e sp o n s a b ilid a d o b je tiv a ”—, es d e e sp e c ia l im p o r ta n c ia su b ra y a r la d ife re n c ia entre la c u e stió n de la “re s p o n sa b ilid a d sin c u lp a ”, c o m o un e le m e n to q u e se e n c u e n tra en cie rto s c ó d ig o s ju r íd ic o s , y la c u e stió n d e la d o c trin a d e la “r e sp o n sa b ilid a d o b je tiv a ”, d e fe n d id a c o n ta n ta veh em en cia y e n re d o p o r un a n tig u o p re sid e n te d el S u p r e m o T rib u n al d e E s ta d o s U n id o s, O liver W endell I lo lm e s .8 I lo lm e s a firm a b a qu e, al ap licar la p e n a, la ley no c o n sid e r a b a las in ten cio n e s re ales del a c u sa d o , sin o q u e m ás b ien se le a s ig n a b a la in ten ción q u e se c o n sid e r a b a q u e u n a p e r s o n a m e d ia , p o s e e d o r a d e u n a cu l tu ra m ed ia, te n d r ía al a c tu a r c o m o el a c u s a d o lo h ab ía h echo. A esa d o c tr in a le in te re sa la in ten ción artificialm ente atribuida al agen te; y m ás al g r a n o : la p rá c tic a de a tr ib u ir “re sp o n sa b ili d a d sin c u lp a ” s ig u e sin p ro n u n c ia rse s o b r e la cu estió n de los contenidos d e c u a le s q u ie r a in ten cio n es. Por o tro lad o , la r e sp o n sa b ilid a d p o r los actos d e o tro s n o se suele e n c o n tra r en los siste m a s m o d e r n o s d e d e rech o p e nal, a u n q u e sí es c o m ú n en to d o s los siste m a s de d e re c h o c i vil: la g en te tien e q u e p a g a r u n a c o m p e n sa c ió n p o r los d a ñ o s c a u s a d o s p o r o tr o s , n o rm a lm e n te su s e m p le a d o s. S in e m b a r go, c o m o I Iart lo s e ñ a la ,9 las leyes de la m ay o ría d e los p a íse s van a ú n m ás le jo s, y e x ig e n q u e u n a p e r s o n a p a g u e un a c o m p e n sa ció n p o r el d a ñ o su fr id o p o r o tr o s, a u n q u e ni él ni sus e m p le a d o s lo h ay an c a u sa d o : c o m o en el ca so , p o r eje m p lo , en el q u e , sin h a b e r n e g lig e n c ia d e m i p a r te ni d e la de m is e m p le a d o s, los fe lin o s q u e c o m p a r te n su v id a c o n m ig o lo g r a n e sc a p a r d e m i z o o ló g ic o p r iv a d o y lu e g o a ta c a n salvajem en te al m uy q u e rid o p e r iq u ito d e m i vecino. 8 The Common L aw , c o n fere n cia II, “T h e C rim in a l L aw ”. 9 H .L .A . H art, Punishm ent and Responsibility, p. 216.
A h o r a b ie n , la m ay o ría d e las d is c u sio n e s filo só fic a s so b re la r e sp o n s a b ilid a d em p iezan , sigu en y term in an e x a m in a n d o la d istin ció n en tre c a so s e n los q u e lo s a g e n te s so n m o ra lm e n te re sp o n sa b le s d e su s a c c io n e s y c o n se c u e n c ia s y c a so s en lo s que no lo so n ; p e r o un vistazo a c u a lq u ie r d ic c io n a rio de in g lés c o m ún y c o r rie n te m o stra rá q u e e sta n o c ió n de lo q u e p o d r ía d e n o m in a rse “ r e sp o n sa b ilid a d p o r las a c c io n e s y sus c o n se c u e n c ia s” d ista d e a b a rca rlo to d o , y p o d r í a ni siq u ie r a in clu ir lo b ásico . A sí, p o r e je m p lo , el d ic c io n a r io Chambers (E d im b u rg o , 1993) o fr e c e —en in g lé s— u n a d e fin ic ió n q u e e q u iv a ld ría a lo sig u ien te: responsabilidad calidad de ser responsable; tarea o cargo del que alguien es responsable [...]. responsable dícese del que está suje to a responder o rendir cuentas p o r tener a su cargo o bajo su control [.,.]. L o s p a d r e s s o n r e sp o n sa b le s d el b ie n e s ta r d e sus hijos, u n p ro feso r d e la e d u c a c ió n de sus a lu m n o s, un d o c to r d e l cu id a d o m éd ico d e sus p acien tes. T ale s r e sp o n sa b ilid a d e s —q u e p o d ría n d e n o m in a rse “r e sp o n sa b ilid a d e s d e u n c a r g o ”—10 p u e d e n ser d ire c ta m e n te p e rtin e n te s p a r a la c u e s tió n q u e W illiam s p la n tea de “ re sp o n sa b ilid a d p o r las a c c io n e s y su s c o n se c u e n c ia s ”: el g r a d o d e re sp o n sa b ilid a d d e u n agen te p o r “ u n a situ ació n m a la ” q u e h a p ro v o c a d o p u e d e a u m e n ta r sig n ificativ am en te si el h e c h o d e h ab e rla p ro v o c a d o e n tra ñ a alg ú n d e sc u id o (o a lg o p e o r ) de las “r e s p o n s a b ilid a d e s d e su c a r g o ” (p ié n se se en el a b u so d e los h ijo s p o r p a r te d e los p a d re s). A d em ás, e sa d is tin c ió n entre n o c io n e s d e r e s p o n s a b ilid a d es im p o rtan te p a ra la p r e g u n ta sobre la d ife re n c ia entre la p r á c tic a de atri buir r e sp o n s a b ilid a d p o r la a cció n d e o tro s y la id e n tifica ció n (e v id e n te m e n te in ju sta) d e ch ivos e x p ia to r io s. L a re sp u e sta a e sa p r e g u n ta , ta l vez in sin u a d a p o r W illiam s,11 no es d ifícil de im a g in a r: la s re sp o n sa b ilid a d e s p o r las a c c io n e s y las c o n se c u e n c ias d e l p r o c e d e r d e o tro s, o in clu so s ó lo p o r situ acio n e s 10 S o b r e " la re sp o n sa b ilid a d q u e im p o n e n los p a p e le s” , cfr. H art, ibid., pp. 2 1 2 - 2 1 4 . 11 W illiam s, op. cit., p p . 5 6 -5 7 ,
d e p lo r a b le s, su rg e n co m o c o n se c u e n c ia d e los tip o s d e “r e s p o n s a b ilid a d e s d e l c a r g o ” m e n c io n a d o s . D e b id o a c ie rta s c o n sid e ra c io n e s b a sta n te g e n e r a le s q u e su g ie ren la d e se a b ilid a d e x tre m a d e h a c e r casi c u a lq u ie r c o s a p a r a red u cir la p r o b a b ilid ad d e d istin ta s situ a c io n e s d e p lo r a b le s, qu izá ju n to co n o t r a s c o n sid e r a c io n e s g e n e r a le s r e la c io n a d a s co n lo s p la c e re s, los b e n e fic io s, e in cluso los p riv ile g io s, las “r e sp o n s a b ilid a d e s d e l c a r g o ” d e un e m p le a d o r (o d e l p r o p ie t a r io d e u n a m a sc o ta ) se tra d u c e n en la p o sib ilid a d d e q u e e x istan lo s tip o s r a z o n a b le s de r e sp o n s a b ilid a d p o r las a c c io n e s d e o tros q u é e sta m o s e x a m in a n d o . T a l vez m e re z c a la p e n a se ñ a la r q u e m ien tras q u e e ste tipo d e e x p lic a c ió n p u e d e u s a r s e fácilm en te p a r a e x p li c a r m u c h o s c a s o s d e a tr ib u c ió n d e “ re sp o n sa b ilid a d sin c u lp a ”, p a re c e te n e r m e n o s p o sib ilid a d e s d e e x p lic a r a lg u n o s d e los c a s o s m ás s e r io s d e tal c la s e d e a tr ib u c io n e s d e r e sp o n sa b ili d a d , co m o los c a s o s d e las re la c io n e s se x u a le s co n a lg u ie n q u e no ha a lc a n z a d o la e d a d a p a r tir d e la cual su co n se n tim ie n to vale. Si b ien hay m u ch as sim ilitu d e s y co n e x io n e s en tre los c o n c e p to s d e “ r e sp o n sa b ilid a d sin c u lp a ” y r e sp o n sa b ilid a d p o r las a c c io n e s d e o tr o s , s ig u e h a b ie n d o b u e n o s m otivos p a r a d is tin g u irla s. C r e o q u e fu e el ju e z K e n n e d y q u ie n , en las a u d ie n c ia s d e l S u p r e m o T rib u n a l d e E s ta d o s U n id o s d e sp u é s d e las e le c c io n e s d e 2000, c o m e n tó q u e h a s ta un p e r r o s a b e la d ifere n cia e n tre ser p a te a d o y q u e a lg u ie n tr o p ie c e c o n él; si el e sc e p tic ism o hum e a n o acerca d e los c o n c e p to s d e u n a ra z ó n p a ra actu ar y d e acció n in te n c io n a l fu e ra c o r re c to , n i s iq u ie r a un p e rro d e b e r ía re cu rrir a la d istin c ió n del ju e z K e n n e d y . Sin e m b a rg o , la d is c u sió n a n te r io r m u e stra q u e e sta re v isió n h u m ean a n o e x ig iría q u e se re n u n c ia r a a h a b la r p o r c o m p le to d e r e sp o n sa b ilid a d : to d av ía n o s q u e d a r ía a lg u n a n o c ió n d e r e sp o n sa b ilid a d o b je ti va p a r a ser u sad a, Es cie rto q u e hay un a m uy b u e n a p r e g u n ta en e sto s c a s o s , c o m o H a r t lo p la n te a ,12 en cu an to a la a d m isib ilid a d o n o d e cie rta s e x c u s a s c o m o la c o a c c ió n , el “a u to m a tis m o ”, o la d e m en cia. E ste es u n c a so lím ite e n lo q u e se refiere a la p r e g u n ta, d e o b v ia im p o r ta n c ia g e n e ra l y d e in teré s p a rtic u la r p a r a 12 H a rt, op. cit,, p. 242.
W illiam s, so b re la n a tu r a le z a d el “e s t a d o m e n tal n o r m a l” de los agen tes cu an d o a c tú an . A h o r a bien , la p r e g u n ta d e H a rt ta m b ié n sirve p a r a q u e n o s d e m o s cu en ta d e la te n d e n c io sid a d en el p a sa je d e H u m e citad o al in icio d e e ste texto, cu an d o u b ica “la v o lu n ta d ” en la p ro v in c ia o e s fe r a d e las re alid ad es. Y esta “v o lu n ta d ”, ¿q u é p o d r ía e x a c ta m e n te c a u sa r y có m o p o d r ía c a u sa rlo ? De m a n e r a m ás sim p le y llan a: ¿q u é p o d ría ser e sa “v o lu n ta d ”? L a re sp u e sta o fic ial d e H u m e e s la sig u ie n te : “D e se o q u e se p u e d a o b se rv a r que, p o r la voluntad, no q u ie ro d e c ir o tra co sa sin o la impresión interna que sentimos, y de la c u a l somos conscien tes, cuando a sabien das dam os origen a a lg ú n nuevo movimiento de nuestro cuerpo, o nueva percepción de nuestra m ente.” 13 A g re g a n d o q u e e s a im p resió n es in d efin ib le, H u m e se a c e rc a a co m b in ar lo m iste rio so y lo s u p e r flu o en su c o n c e p c ió n d e “la vo lu n tad ” . Si la e x p e rie n c ia d e la volun tad, d e l e je rcicio d e la volu n tad, no es m ás q u e la e x p e r ie n c ia d e a c tu a r c o n fo rm e a a lg ú n d e se o , e n to n ce s la “v o lu n ta d ” y el “e je rc ic io d e la v o lu n ta d ” so n m eras fio ritu r a s e stilística s, c o m o I lo b b c s casi lle g ó a verlo: E n la deliberación, el últim o A petito, o A versión, q u e de inm ediato se adhiere a la acción , o a la o m isió n de la m ism a, es lo que llam am os la V O L U N T A D . . . 14
P ero si la “v o lu n ta d ” es un a cosa a p a r te , p a re c e e sta r tan d ista n te d e las c o n sid e r a c io n e s q u e tienen q u e ver con la p reg u n ta de H a rt, co m o a le ja d a e s t á d e la m a n e r a en q u e o rd in aria m e n te se la e n tie n d e cu a n d o se h ab la d e “ la v o lu n ta d ” y sus co g n a d o s. S u o p e ra c ió n en v u elta en un velo d e m iste rio , la p o stu lació n d e la c o sa no p u e d e h ac er n ad a p a r a re d u c ir las p e rp le jid a d e s g e n e r a d a s p o r la fa lta d e ate n ció n h u m ean a al co n te n id o p ro p o sic io n a l d e los d e se o s, 4 . ¿Es posible la intención? P ara el p e n sa m ie n to y la p rá ctica m o ra le s, las co n se c u e n c ia s d e q u e se a b a n d o n e n las id eas d e u n a ra z ó n p a r a a ctu ar y de 13 H um e, op. cit., p. 399. 14 Leviathan, p. 127 (P arte 1, C ap . VI),
acción in te n cio n a l g a n a r á n en in terés si se lo g ra o frecer a lg ú n o tro a rg u m e n to e n favo r d e ta l a b a n d o n o , algú n a rg u m e n to libre de la in flu e n c ia d e las c u e stio n e s te n d e n c io sa s de la filo so fía de H u m e. H a b ie n d o o b se r v a d o a n te s q u e “las r a z o n e s p o d ría n ser c a u s a s ”, Jo h n M cD ow ell n os d ic e q u e “ u n a ra z ó n p u e d e s e r u n a c a u sa , a u n q u e n o e s en v ir tu d d e su s re la c io n e s ra c io n a le s q u e o c u p a un lu g a r en las r e la c io n e s c a u s a le s ” .15 Pero, ¿en v irtu d d e q u é , e n to n ce s, p u e d e in te rv e n ir en las re lacio n es ca u sale s? U na re sp u e sta te n ta d o r a —a u n q u e n o p r e te n d o a trib u írse la a M cD ow ell c o m o ta m p o c o se la atrib u iría, d ig a m o s, a H u m e — p o d r ía ser la sig u ie n te : u n a ra z ó n p u e d e o c u p a r un lu g a r en las re la cio n es c a u sa le s, e stá c a u sa l y “e fe c tu a lm e n te ” e m p o d e ra d a , en v irtu d d e su re aliz a ció n física. ¿P o r q u é p o d r ía esta re sp u e s ta p a re c e r te n ta d o r a ? B ien , c o n sid e r e m o s en p rim e r lu g a r u n a tesis a m p lia m e n te a c e p ta d a del fisic a lism o o n to ló g ico : éste so s tiene q u e el ú n ico tip o d e m a te r ia o su sta n cia en el m u n d o es la m a te r ia física, a q u e llo c u y a s p r o p ie d a d e s so n el o b je to de e stu d io d e la cien cia física. C u a lq u ie r e n tid a d su stan cial es u n a e n tid a d física; y a p e sa r d e las s o r p r e s a s q u e las in v estigacio n es físicas h an d a d o —y q u e sin d u d a s e g u ir á n d a n d o — en c u an to a las p r o p ie d a d e s fu n d a m e n ta le s d e la m a te r ia en cu estió n , n o h an g e n e r a d o n in g u n a ra z ó n p a r a d u d a r d e l co n te n id o d e la tesis d el fisic a lism o o n to ló g ic o , c o m o se m u e str a cu an d o e x clu yen d e la r e a lid a d de la m a te r ia el a lm a ca rte sia n a y c u a lq u ie r o tro su p u e sto tip o d e su s ta n c ia n o física. A sí, c u a lq u ie r e n tid a d su sta n cia l te n d r á u n a r e a liz a c ió n física, y d e ahí que, p o r eje m plo , las m en tes y los e sta d o s m e n ta le s y los su ce so s m en tales o tien en re a liz a c io n e s físicas, se re a liz a n físicam en te, o no son d e n in g ú n m o d o e n tid a d e s su sta n c ia le s. Y en co n se cu e n cia a e s tas a ltu ra s p o d r ía p a r e c e r o b v io q u e las ra z o n e s —e n te n d id as c o m o p a r e ja s d e c r e c n c ia -d e se o o c o m o el su rg im ien to d e tales p a r e ja s— se re aliz a rán física m en te; y e n to n c e s la q u iz á te n ta d o ra re sp u e sta a la p r e g u n ta s o b r e las c o n d ic io n e s de e m p o d e ra m ien to c a u sa l d e las r a z o n e s ta m b ié n p u e d a p a re c e r ob via. D e cir e x a c ta m e n te q u é h a sa lid o m a l en los p re c ip ita d o s p a so s fin ales d e e sa lín ea d e p e n sa m ie n to es un a su n to q u e 13J . M cDowell, M in d an d World, p. 75, n. 6, y antes, p. 71, n, 2.
a q u í p a s a r é p o r alto ; lo q u e sim p lem en te he e sta d o tra ta n d o d e su g e r ir es q u e p o d r ía parecer q u e la am p lia m e n te a c e p ta d a tesis d el fisicalism o o n to ló g ic o a p o y a la id e a de q u e las ra zo n es p u e d e n in terv en ir e n re la c io n e s causales en v ir tu d d e sus re a liz a c io n e s físicas. S u p o n g a m o s , sin e m b a rg o , q u e de to d a s m a n e r a s ace p ta m o s tal id e a y la c o m b in a m o s con o t r a tesis a m p lia m e n te a c e p ta d a , la d e la re aliz a ció n v ariab le d e lo m en tal: la te sis q u e so stie n e q u e existe u n a p o sib ilid a d —u n a p o s ib i lid a d casi sie m p re e je m p lific a d a, se g ú n m u ch o s te ó r ic o s — d e q u e u n a y la m ism a e n tid a d m en tal (e sta d o o su ce so ) te n g an d ife re n te s re a liz a c io n e s físicas e n d iferen tes ag e n te s o en un a g e n te d a d o en d ife re n te s m o m e n to s. E n to n ces p a r e c e r á q u e e x iste al m e n o s la p o s ib ilid a d d e q u e se d e n re a liz a c io n e s físicas v a ria b le s d e ra z o n e s, e n te n d id a s s e a co m o p a re ja s d e creenciad e s e o o co m o el su rg im ie n to d e tales p a re ja s. L a n a tu ra le z a d e e s a p o sib ilid a d d e p e n d e r á d e los fu n d a m e n to s p a r a so ste n er la tesis d e la re aliz a ció n variab le. In te n tar d e r iv a r e sa tesis a p a rtir, d ig a m o s, d e l c a rá c te r a n ó m a lo d e la m en te m e p a r e ce te n d e n c io so y en to d o c a so m o s tr a r ía u n a m era p o sib ilid a d ló g ic a . T a l vez se a m e jo r d a r u n a in te rp re ta c ió n e m p ír ic a a la tesis, e n te n d e rla co m o e je m p lific a c ió n del fe n ó m e n o d e la p la s tic id a d d e l c e re b ro , d e m o d o q u e las r e a liz a c io n e s (v a ria b le s) se c o n sid e r e n c e re b ra le s y las p o sib ilid a d e s c o m o p o s ib ilid a d e s e m p íric a s reales. C o m b in a r e sa tesis co n la r e sp u e sta p o sib le a n te s e sb o z a d a p a r a la p r e g u n ta d e e n v irtu d d e q u e p u e d e u n a ra z ó n o c u p a r un lu g a r en las re la c io n e s c a u s a le s g e n e r a la c o n se c u e n c ia d e q u e el e m p o d e r a m ie n to c a u sa l d e u n a ra z ó n d e u n su je to d a d o e n u n m o m e n to d a d o d e p e n d e r á d e la re a liz a c ió n físic a e sp e c ífic a d e e sa r a z ó n e n e sa p e r s o n a en e se m o m e n to . E l p r o b le m a co n esto su rg e c u an d o se a g r e g a u n a c o n sid e r a c ió n m ás: p a r a q u e u n a p e r s o n a se fo r m e u n a in te n ció n d e
co m b in a ció n d e id e a s a q u í e sb o z a d a s en cu an to al fu n d a m e n to físico variab le d e l e m p o d e ra m ie n to c a u sa l d e cu alq uier ra zó n , ¿c ó m o p o d r ía la cre en cia d e l a g e n te e n la efica cia cau sal d e a lg u n a ra z ó n s u y a p a r a a ctu ar e sta r ju stific a d a ? L o s éxitos p a sa d o s d e la c a p a c id a d d e a c tu a r d e l a g e n te n o b rin d a n n in g ú n su ste n to p a r a e sa cre en cia a h o r a , p re c isa m e n te p o r la c o m b i n a ció n d e id e a s a q u í e sb o z a d a; a fa lta d e cu alq u ie r o tro tip o d e ju stific a c ió n , la c r e e n c ia d el a g e n te en el e m p o d e ra m ie n to cau sal d e c u a lq u ie r a d e su s ra z o n e s se re v e la rá in fu n d ad a. L a s c o sa s ta m p o c o m e jo ra rá n d a n d o m arc h a a trá s p a r a c o n sid e ra r las c o n d ic io n e s n e c e sa r ia s p a ra q u e u n a p e rso n a se fo rm e la inten ción d e tr a ta r d e <¿>-ar p o r a lg u n a ra zó n : la cre en cia en el e m p o d e r a m ie n to c a u sa l d e la ra z ó n es ju sta m e n te tan n e c e sa ria p a r a tra ta r c o m o lo es p a ra c u a lq u ie r o tr a acción . S i nos p o n e m o s te o ló g ic a m e n te o rto d o x o s, p o r el m o m en to la ú ltim a p a la b r a so b re la co n clu sió n d e e ste a r g u m e n to p u e d e ser la q u e Wit tg e n ste in e x p r e sa en el T ractatus (6 .3 7 4 ): A u n c u a n d o s ie m p r e s u c e d i e r a t o d o lo q u e d e s e a m o s , e s to s o l a m e n te s e r ía p o r o b r a y g r a c i a d e l d e s t i n o , p u e s n o h ay n i n g u n a c o n e x ió n l ó g i c a e n t r e la v o lu n t a d y el m u n d o q u e lo g a r a n t i c e , y e n c u a n t o a l a s u p u e s t a c o n e x i ó n f ís ic a , n o p o d e m o s q u e r e r í a .16
¿Q u e m e jo r r a z ó n p o d r ía h a b e r p a r a a b a n d o n a r el u s o d e l c o n cep to d e ten er la in ten ción d e a c tu a r p o r a lg u n a ra zó n q u e el h ech o d e q u e las c o n d ic io n e s n e c e s a r ia s p a r a su u so ju s tific a d o n u n ca se s a t is fa g a n ? Y si se re n u n cia a e m p le a r ese co n cep to , ¿qué se n tid o te n d r ía c o n tin u ar u s a n d o el co n cep to de un a r a zón p a r a a c tu a r ? 5 . D el pensam iento a la acción L as p re m isa s de aq u el a rg u m e n to c o n c e rn ie n te al co n ce p to d e tener u n a in te n c ió n y el a su n to d e la re aliz a ció n variab le h an lfi T om o la f r a se d e la versión en inglés que A n sc o m b e presen ta en Intention, p. 52; "E ven if w hat we wish were always to h ap p en , this would o n ly b e a g ra c e o f fate, fo r it is n ot any logical co n n exio n b etw een vvill an d che w orld Chat w ould g u a ra n te e this, a n d a s for the p r e su m e d physícal con n exion , we can n ot will that."
sid o b a sta n te d isc u tid a s p o r o t r o s ,17 d e m o d o q u e a q u í m e p ro p o n g o term in ar sim p le m e n te c o n a lg u n a s o b se rv a c io n e s d e m a s ia d o breves d ir ig id a s a la o t r a p re m isa c o n ce rn ie n te a las c o n d ic io n e s d e l e m p o d e ra m ie n to c a u sa l d e las ra z o n e s y a la d e sc r ip c ió n d e la (d is)c a p a c id a d d e a c tu a r q u e s u r g e del a r g u m en to gen e ral, D a ré fo r m a a m is o b se r v a c io n e s c o n sid e ra n d o a lg u n o s de los p u n to s d e vista q u e M cD ow ell p lan te a en M ind a n d World. C r e o que una b u e n a m an e ra de e n te n d e r g r a n p arte de e s a o b r a d e M cD ow ell, al m en o s p a r a lo s p r o p ó sito s que aq u í m e o c u p a n , co n siste en verla c o m o un a ta q u e a la d istin ció n in tern o -ex te rn o c o m o la q u e se h a u s a d o e n la filo so fía m o d e r na —“q u e re m o s b o r r a r la fro n te ra q u e sim b o liz a b a un a b rech a en tre el p e n sa m ie n to y el m u n d o ”; 18 cre o q u e p a ra e sa in terp re ta c ió n tam bién es útil re c o rd a r u n o d e los p rim e ro s artícu los d e M cD ow ell so b re los n o m b re s p r o p io s .19 En el, M cD ow ell d e f e n d ía q u e se d e p e n d ie r a de a x io m a s a u ste ro s p a r a los n o m b re s p ro p io s en el m arc o d e una te o r ía d e la v e rd a d q u e se p r o p o n e tra ta r (fra g m e n to s d e ) el in g lé s en in g lé s; e sa restricció n al c a so h o m ó fo n o fu e p o ste r io r m e n te d e s c a r t a d a p o r M cD ow ell y en to d o c a so ca rec e d e im por ta n cia p a r a el te m a q u e estoy a b o r d a n d o . U n a x io m a au stero típ ico , se g ú n M cD ow ell, es e l sig u ien te: ‘H é s p e r o ’ r e p r e se n ta (d e n o ta ) H é s p e r o ,20 S u p o n g a m o s e n s e g u id a q u e un h ab la n te e stá n d a r tien e un p e n sa m ie n to q u e se p u e d e e x p re sa r p r o fir ie n d o a se rtó ric a m e n te , d ig a m o s, “ H é sp e ro está m uy le jo s ”; u sa r el a x io m a d e M cD ow ell p a ra e sp e c ific a r el co n ten id o ele ese p e n sa m ie n to trae c o m o c o n se c u e n c ia q u e H é sp e r o m ism o sea p a rte d e d ic h o p e n sa m ien to . El o b je to “e x t e r n o ” —en e s t e c a so , m uy d ista n te — e n tra 17 T a l vez de m an e ra m á s.n o ta b le p o r IT.P. G rice, “In ten tion an d U ncertainty" y J . H ornsby, "W hich Physical E ven ts Are M en tal Events?" 18 J , McDowell, op. cil., p. 146. 19 "O n the S en se an d R eferen ce o f a P ro p e r Ñ a m e ”, re im p re so en Platts (co m p .), Reference, Truih a n d Reality, p p . 1 4 1 -1 6 6 , a cu y as p á g in a s c o r r e s p o n d e n las re fe re n cias q u e a q u í señ alo. V é ase en especial la sección V III, p p . 1 5 2 -1 5 4 , so b re u n a "co n ce p ció n de la m e n te ”, que es al m ism o tiem p o “p ro fu n d am e n te atractiva y p ro fu n d a m e n te in sa tisfa c to ria ”. 20Ibid.., p. 143.
en el c o n te n id o d e l p e n sa m ien to , el c o n te n id o d e ese a c to m is m o d e p e n sa r q u e m u ch o s d iría n “o c u r r e d e n tro de la c a b e z a ” d el h ab la n te . ¿E stá en to n ce s H é sp e ro m o m e n tá n e a m e n te d e n tro d e su c a b e z a ? ¿O a c a so su m en te se sale m o m e n tá n e a m e n te de la c a b e z a y se a le ja p a r a a b a r c a r al d istan te H é sp e ro ? T a l vez la m a n e r a c o r re c ta d e a b o r d a r e sta s p re g u n ta s, a p a r te d el e sta b le c im ie n to de d istin c io n e s o b v ias, se se ñ a la en d o s p a sa je s d e M cD ow ell, el p r im e ro d e lo s c u a le s co m e n ta so b re la o b se r v a c ió n d e W ittgenstein: C u a n d o d e c i m o s , y querem os decir, q u e la s c o s a s s o n a s í y a s á , n o s o t r o s —y l o q u e q u e r e m o s d e c i r — n o n o s q u e d a m o s c o r t o s c o n r e s p e c t o al h e c h o ; s in o q u e lo q u e q u e r e m o s d e c ir es: la s c o s a s - a s í - s o n .21
G e n e ra liz a d a , a fir m a M cD ow ell, e s t a o b se rv a c ió n “dice q u e el p e n sa m ie n to n o se q u e d a c o r to c o n r e sp e c to a los h ech o s. El m u n d o p u e d e se r a b r a z a d o en el p e n sa m ie n to .”22 El se g u n d o p a sa je h ac e u n c o m e n ta rio so b re u n a o b se rv a c ió n d e D ona ld D a v id so n d e sp u é s q u e M cD o w ell h a in se r ta d o su p ro p ia g lo s a d e n tr o d e la o b se rv a c ió n de D a v id so n : “Al re n u n cia r al d u a lism o d e e sq u e m a y m u n d o [esto es: el m u n d o c o n c e b id o c o m o la fu e n te d e d e m a n d a s im p u e sta s a n u e stro p e n sa m ie n to en la e x p e r ie n c ia , d e sd e fu e r a d e l p e n sa m ie n to ], no e sta m o s re n u n c ia n d o a l m u n d o , sin o r e e sta b le c ie n d o un co n tacto no m e d ia d o con lo s o b je to s c o tid ia n o s c u y a s tra v e su ra s h a c e n q u e n u e stro s e n u n c ia d o s y o p in io n e s se a n v e rd a d e ro s o fa ls o s .”23 C e n tr á n d o s e e n e sta o b se r v a c ió n g lo sa d a , M cD ow ell dice: p o d e m o s v e r q u e la im a g e n q u e r e c o m i e n d o [.. .], e n la c u a l e l p e n s a m i e n t o n o t ie n e lím it e s , d e b e r í a s e r d e l t o t a l a g r a d o d e D a v i d s o n . L a im a g e n r e c h a z a d a , c o n u n a f r o n t e r a q u e e n c i e r r a e l p e n s a m i e n t o y lo d e ja s e p a r a d o d e l m u n d o , d a r ía e x p r e s i ó n g r á f i c a a la i d e a d e q u e h a y p r o b l e m a s f ilo s ó f i c o s e n t o r n o a la r e l a c i ó n e n tr e el p e n s a m ie n t o e n c u a n t o tal y su s o b je t o s . R e c h a z a r ia im a g e n e s n e g a r s e a d e j a r q u e n u e s t r o “c o n t a c t o n o m e d i a d o ” c o n el m u n d o c o n o c i d o s e v e a a m e n a z a d o p o r u n c o n ju n t o d e 21 Philosophical Investigations, § 95. 22 M cD ow ell, M in d a n d World, p. 33. 23 D o n a ld D av id so n , “O n th e V ery Id e a o f a C o n c e p tu al S c h e m c ”, p. 198.
s u p o s i c i o n e s f il o s ó f i c a s q u e s ó lo d a n l a a p a r ie n c i a i lu s o r i a d e s e r o b l i g a t o r i a s .24
U n a m a n e ra sen cilla d e d a r e x p re sió n no g r á fic a a la falta de ta les p ro b le m as filo só fic o s ace rca d e la relació n en tre el pen sam ie n to y sus o b je to s es d e p e n d e r del tip o d e a x io m a au stero o fre c id o p o r M cD ow ell p a r a el c a s o d e “H é s p e r o ” , siem p re y c u a n d o n o o lv id e m o s q u e está en el nivel d e su s te o re m as que u n a ca ra c te riz a c ió n d e la verd ad p u e d e hacer co n ta c to con los h e c h o s en los cu ales se b a s a su a c e p ta b ilid a d . L a tesis d e q u e los p e n sa m ie n to s fa lso s y los n o m b re s vacíos d a n razó n su ficien te p a r a re c h a z a r esa e x p lic a c ió n d e l p en sa m iento es c o m p a r a b le c o n el uso d e l a rg u m e n to b a s a d o en la ilu sió n p a r a m ostrar q u e la e x p e r ie n c ia p e r c e p tu a l sólo ofrece el punto de p a r tid a p a r a el acce so inferencial a la re alid ad : S i r e s t r i n g i m o s el p a p e l d e la e x p e r ie n c i a e n el p e n s a m i e n t o e m p ír ic o a la c o n d i c i ó n d e s e r a l g o a p a r t ir d e lo c u a l p o d e m o s a r g u m e n t a r p a r a l l e g a r a u n a c o n c l u s ió n s o b r e el m u n d o , d a d o q u e c o n o c e m o s la t e o r ía p e r tin e n t e , e n to n c e s n o p o d e m o s c o n c e b ir la e x p e r ie n c i a c o m o si e lla m i s m a c o n s t i t u y e r a e l a c c e s o a l m u n d o .25
E n c o n tra d e l a r g u m e n to y la re stric c ió n , M cD ow ell es en fático: D e s d e lu e g o se n o s p u e d e e n g a ñ a r p a r a s u p o n e r q u e e n te n d e m o s q u e la s c o s a s s o n a s í y a s á c u a n d o la s c o s a s n o s o n a s í y asá . P e ro c u a n d o n o se n o s h a c e c a e r e n el e r r o r , c a p t u r a m o s c ó m o s o n la s c o s a s . 26 C u a n d o n o s o m o s e n g a ñ a d o s p o r la e x p e r ie n c ia , n o s v e m o s d i r e c t a m e n te c o n f r o n t a d o s p o r u n e s t a d o d e c o s a s d e l m u n d o , n o a t e n d id o p o r u n in t e r m e d ia r i o q u e p o r c a s u a l i d a d d ic e la v e r d a d . 27
Y en c u an to al p lan team ien to d e “ d a to s s e n s o r ia le s ” y sus sim i lares p o r p a rte d e te ó ric o s del a r g u m e n to b a s a d o e n la ilusión 24 M cD ow ell, op. cit., p. 138. 25 Ibid., p. 165. ™ Ibid., p. 9. 27 Ibid,, p. 143.
en su e x p lic a c ió n de có m o la e x p e r ie n c ia p e rc e p tu a l m e d ia e n tre la m en te y la re alid ad , las q u e ja s d e M cD ow ell so n b a sta n te clara s. E n p r im e r lu g ar: si “los d a to s se n so r ia le s” (o “ im p r e s io n e s ”) se c o n sid e ra n n o c o n c e p tu a liz a d o s, no p o d r ía h a b e r n in g u n a re la ció n r a c io n a l en tre e llo s y las c re e n c ia s s o b re el m u n d o “ e x t e r n o ” q u e su p u e sta m e n te ju stific a n . Y en s e g u n d o lu g a r : a u n si “lo s d a to s s e n s o r ia le s ” se c o n sid e ra n c o n c e p tu a liz a d o s, e n cu an to im p lica n el e je rcicio d e la s c a p a c id a d e s c o n c e p tu a le s , el m o d e lo in fe re n c ia l d e l a rg u m e n to b a s a d o en la ilu sió n tr a e c o n sig o la su p o s ic ió n d e l carácte r “in te r n o ” d e la e x p e r ie n c ia p e rc e p tu a l y a sí ni siq u ie ra c o n sid e ra u n a e x p li c a c ió n a lte rn a tiv a de ta l e x p e rie n c ia y su co n te n id o , la a lte r n a tiva b o s q u e ja d a en las sig u ie n te s o b se rv a c io n e s: E n la e x p e r ie n c i a c a p t u r a m o s , p o r e je m p l o , v e m o s , que la s c o sas so n a s í y a sá . É se e s el tip o de c o s a q u e t a m b ié n , p o r e je m p l o , p o d e m o s j u z g a r . 28 A u n q u e la r e a lid a d e s i n d e p e n d i e n t e d e n u e s tr o p e n s a m i e n t o , n o d e b e s e r i m a g i n a d a c o m o si e s t u v ie r a d e l o t r o la d o d e u n a f r o n t e r a e x t e r i o r q u e e n c ie r r a la e s f e r a c o n c e p t u a l. Q u e las c o sa s so n a s í y a s á e s e l c o n t e n i d o c o n c e p t u a l d e u n a e x p e r ie n c ia , p e r o si el s u je t o d e la e x p e r ie n c ia n o e s e n g a ñ a d o , e s a m is m ís im a c o s a , que ta s c o sa s so n a s í y a s á , c o n s tit u y e t a m b i é n un h e c h o p e r c e p t i b l e , u n a s p e c t o d e l m u n d o p e r c e p t i b l e .29
A sí q u e c u a n d o no so m o s e n g a ñ a d o s p o r la e x p e rie n c ia —c u a n d o los h e c h o s se m an ifie sta n e llo s m ism o s en la e x p e r ie n c ia , c u a n d o s e p re se n ta n —, el h ec h o p e rc e p tib le es el c o n te n id o c o n c e p tu a l d e la e x p e rie n c ia : e n té rm in o s w ittg en ste in ian o s, la e x p e r ie n c ia p e rc e p tu a l n o se q u e d a c o rta co n r e sp e c to al h e c h o ; en los d e M cD ow ell, el h e c h o p u e d e ser a b r a z a d o e n la p e rc e p c ió n . L o s o b je to s c o tid ia n o s p u e d e n ser p arte d e l c o n te n id o de la e x p e rie n c ia p e r c e p tu a l; d e ig u al m o d o , y p e se a im p o r ta n te s d ife re n cia s e m p ír ic a s , H é sp e ro p u e d e se r tan to p a r te del c o n te n id o d e la e x p e r ie n c ia p e rc e p tu a l co m o p u e d e se r lo d e l p e n sam ien to . 28 Ibid., p. 9 . Ibid., p. 2 6 .
L a s v e rd ad es e m p íric a s a c e rc a d e los p r o c e s o s c a u sa le s de p e rc ep c ió n , in clu y en d o los d e ta lle s d e casos en q u e p o d ríam o s se r e n g a ñ a d o s, no h a c e n n a d a p a ra m o str a r q u e la e x p lica ció n de la e x p e r ie n c ia p e r c e p tu a l p r o p u e s ta p o r M cDowell e stá eq u iv o cad a; a sim ism o , la a p lic a c ió n d e la s “a n sie d a d e s filo só fi c a s ” e x p lo ta d a s en e sa e x p lic a c ió n d e la e x p e r ie n c ia p e rc ep tu a l a l c a so de la c a p a c id a d d e a c tu a r es alg o q u e p e rm a n e c e ría in m u tab le ante las v erd ad es e m p ír ic a s sobre los p ro c e so s c a u sa le s de la acció n , in clu id as las v e rd a d e s acerca d e los c a so s en q u e e sa c a p a c id a d , p o r d e c irlo así, falla. (E sto n o equ ivale a n e g a r q u e a lg ú n tip o d e relato cien tífico p u d ie r a se rv ir p a r a e x p lic a r p o r q u é en a m b o s c a s o s e s tan p o c o c o m ú n algún e rro r.) T a l vez é sta s e a la p r im e r a p ista en lo q u e se refiere a c ó m o evitar ser p r e s a s del a r g u m e n to e x p u e sto en la secció n an terior. En u n a o b se r v a c ió n en la q u e n o se exp lay a, M cD ow ell dice lo siguien te: “C re o q u e la m a n e r a en la q u e ciertos su ceso s c o r p o ra le s son n u e stra e sp o n ta n e id a d en a c c ió n , n o só lo efectos de ella, es central p a ra u n a c o m p re n sió n a p r o p ia d a del yo co m o p re se n c ia c o r p o r a l en el m u n d o .”30 S in e sta r d e l to d o seg u ro en cu an to a si he e n te n d id o lo a n te rio r, term in aré con u n a serie d e co m e n ta rio s q u e so n u n a p o sib le g lo s a so b re ello , a s í co m o u n intento de a c e r c a r n o s a d ar c u e n ta d e la p o sib ilid a d n e g a d a p o r el a rg u m e n to de la se cc ió n previa. (i) T o m an d o e se a rg u m e n to se ria m e n te , p a re c e ría q u e un p re p arativ o e se n c ia l p a r a c u a lq u ie r intento de a c c ió n in ten cion al tien e q u e ser el a r r e g lo d e a lg u n a re aliz ació n c e re b ra l a p r o p ia d a —a p r o p ia d a m e n te e fec tiv a — de la ra z ó n p e rtin e n te p a r a actu ar. P ero, ¿ c ó m o e x a c ta m e n te se va a c o n se g u ir e se “m e d io ” p a r a lo g ra r el “fin ” d e se a d o ? H a s t a d o n d e a lc a n z o a ver, só lo e x iste u n a m an e ra : a g a r r a r el “ fin ” , sim p le m e n te ¡actuar co m o se p reten d e a c tu a r! L a ú n ica fo r m a q u e te n e m o s d e “m a n ip u la r ” n u e stro ce re b ro en la vida c o tid ia n a a fin d e p ro d u c ir los “ m e d io s” ca u sa lm e n te e fec tiv o s p a r a la a c c ió n es m edian te la a c c ió n m ism a, lo cu a l, cre o , a c a r r e a la c o n se c u e n c ia de q u e e ste m o d e lo d e “m e d io s ” p a ra un “fin ” se in v oq ue eq u iv o ca d a m ente. 311 Ibid., p. 91, n. 5.
(ii) Esto ta m b ié n su g ie re, a m i en te n d e r, q u e el a rg u m e n to q u e se e stá c o n s id e r a n d o se e q u iv o ca al c e n tra rse en el c o n ce p to d e tener la intención de e n lu g a r d e c o n c e n tra rse e n el d e actu ar intencionalm ente —a u n q u e el e r r o r n o e s in m otivad o , p u esto q u e re su lta d ifícil en u n ciar u n a rg u m e n to c o m p a ra b le y p lau sib le en té r m in o s d el s e g u n d o c o n c e p to —. L a e q u iv o ca ción , b a sta n te r e c o n o c id a co m o tal e n m u c h a s d iscu sio n es re la c io n a d a s, c o b r a e sp e c ia l im p o r ta n c ia en el p rese n te co n texto d a d a la id e a “p ro fu n d a m e n te a tra c tiv a ” d e q u e ten erla intención de es “in te r n o ”, el p un to de p a r tid a “ in te rn o ” d e l p ro ceso ca u sal que, D io s q u ie r a , d a r á co m o re su lta d o algú n m ovim iento “e x te r n o ” a d e c u a d o . (iii) L a im a g e n d e u n “ h o m b re in te rio r”, un h o m ú n cu lo , co m o el v e rd a d e ro a g e n te q u e trata d e m a n ip u la r a s u c u e rp o “e x te r n o ", exterio r, g a n a to d av ía m ás en im p la u sib ilid a d fen om en o lógica si se a ñ a d e la tesis d e q u e el ú n ico c u e r p o “e x te r n o ” q u e p o d r ía p o sib le m e n te e sta r b ajo el c o n tr o l d el agente es ¡su c e re b ro (q u iz á in c lu so p re c isam e n te su g lá n d u la p in eal)! Pero a u n sin a ñ a d ir n a d a, u n a im age n d e l “m o v im ien to c o r p o r a l” in te n c io n a l en c a so s n o rm a le s c o m o el re su lta d o de e x i to so s in ten to s te le q u in é sic o s d e a c c ió n d e s d e u n a d istan cia in m e n su ra b le es ta n p o c o v e ríd ic o fe n o m e n o ló g ic a m e n te c o m o la d e sc r ip c ió n c a rte sia n a r e la c io n a d a d el d o lo r físico c o m o un tip o d e tristeza o c a s io n a d a al n o ta r q u e n u e stro c u e rp o h a sid o d a ñ ad o . “M e le v an té d e l silló n ” q u iz á p o d r ía su g e rir algú n o b s tácu lo “c o r p o r a l ” q u e re q u ie re a lg ú n e sfu e r z o e sp e cial: sin e m b a r g o , el o b stá c u lo soy yo mismo y e stá “ m uy c e rc a ” d e mí. (iv) T en g o en e s p e c ia l mis d u d a s co n r e sp e c to a si e n tie n d o lo que M cD ow ell d ic e d e q u e cie rto s su c e so s c o r p o r a le s son “n u e s tr a e s p o n ta n e id a d e n a c c ió n ” (lo cu al, en el p resen te co n texto, es de c u alq u ie r m o d o a m b ig u o ). T ra tá n d o se d e l “m o v im ien to c o r p o r a l” in te n c io n a l en c a so s n o rm a le s y p o c o p ro b le m á ti co s, d ic h o “m o v im ie n to c o r p o r a l" p u e d e ser u n a p arte de m i e x p e r ie n c ia c o n c e p tu a liz a d a tan to c o m o p u e d e n serlo los m o vim ien tos “e x t e r n o s ” , p o r e je m p lo , los d e un g a to sa lta n d o a la ja u la de los c a n a r io s , p e ro M cD ow ell o b v ia m e n te quiere alg o m ás q u e e so : el m o v im ien to h a de ser la c o n c e p tu a liz a c ió n , el e jercicio c o n c e p tu a l h a d e s e r el m o v im ie n to . A p arte d e m is o b
s e r v a c io n e s an teriores, to d o lo q u e aq u í p u e d o o fre c e r e s una a n a lo g ía con la p r o p u e sta d e A n sc o m b e de q u e en un a acción “e x it o s a ” n orm al, el a g e n te tien e “co n o cim ien to sin o b se rv a c ió n ” d e lo q u e e stá h a c ie n d o ,31 y q u e en los c a so s n o rm ale s e n q u e se e m p le a la c a p a c id a d d e a c tu a r y e n los c u a le s, no o b sta n te , a lg o sale m a l in e sp e r a d a m e n te , el e r ro r no r a d ic a en las c r e e n c ia s d e l agen te, n i en su ju ic io , n i en el e je rc ic io de sus c a p a c id a d e s c o n ce p tu a le s, s in o en su acción , en su e je cu c ió n .32 Sin e m b a rg o , e sa a n a lo g ía d e b e e n te n d e rse a la luz de o t r a s te sis d e A n sc o m b e so b re (la n o c ió n d e ) co n o cim ien to sin o b se r v a c ió n . T a l c o n o cim ie n to —dice ella— o c u r r e tam b ién e n lo s ca so s c o m u n e s d e co n o cim ien to d e la p o s ic ió n d e n u e str a s p ie rn as (en lo s q u e no e stá p r e se n te n in g u n a “s e n sa c ió n q u e se p u e d a d e s c r ib ir p o r s e p a r a d o ”),33 e n ciertos c a so s de m o v im ien tos c o r p o r a le s in v olu n tario s c o m o la p a ta d ita que se p ro d u c e c u a n d o n o s g o lp e a n la r o d illa ,34 y h a sta e n a lg u n o s c a s o s de (c o n o c im ie n to d e) la c a u sa c ió n de a lg u n o s m o v im ie n to s (sa b e r q u e el e stré p ito n o s hizo s a lta r ).35 Así, seg ú n u n a le c tu ra de la fr a se , la “e sp o n ta n e id a d en a c c ió n ” —e n te n d id a co m o el ejerci cio d e c a p a c id a d e s c o n c e p tu a le s— p u e d e o c u r rir en situ ac io n e s de c o n o c im ie n to sin o b se r v a c ió n a l m en o s en los sig u ien tes ti p o s d e ca so s: (a ) la p o s i c i ó n d e la s p ie r n a s E s p o n t a n e i d a d e n la a c c i ó n
en relación con
(b ) la a c c i ó n r e f le ja (c) la a c c i ó n i n t e n c io n a l
( S e g ú n o tra lectu ra, “e sp o n ta n e id a d en a c c ió n ” se lim ita a (c).) T a n to (b ) c o m o (c ) im p lica n s u c e s o s c o r p o r a le s; p e r o la p re s e n c ia d e (a) en la lista s e g u r a m e n te m u e stra q u e ni siq u ie ra e s 31 Anscombe, Intenlion, pp. 13 y ss. 32 Ibid.., pp. 56-57. 33 Ibid., p. 13. 34 Ibid., pp. 14-15. 35 Ibid., p. 15.
su ficie n te p a r a los p ro p ó sito s d e M cD ow ell, c u a n d o h ab la d e q u e c ie r to s su c e so s c o r p o r a le s son n u e stra e sp o n ta n e id a d en a c c ió n q u e é sta —la “e s p o n t a n e id a d en a c c ió n ”— se e n tie n d a p re c isa m e n te en térm in os d e l e je r c ic io d e c a p a c id a d e s c o n c e p tu a le s q u e g e n e r a n c o n o c im ie n to sin o b se r v a c ió n —a m en o s, e sto es, q u e M cD ow ell e stu v ie r a d is p u e s t o a so ste n e r q u e la p o sició n d e n u e str a s p ie rn a s es e s p o n t a n e id a d en a cció n —. M ás b ien el o b je to d e e sta im p r o v is a d a in te rp re ta c ió n a n sco m b e an a d e los p o sib le s p u n to s d e v ista d e M cD ow ell es su g e rir q u e p u e d e n v e rse d e m an e ra r e v e la d o r a c o m o p a rte d e u n a fo r m a “g e n e r a l” d e c o n c e b ir la re la c ió n d e u n a p e rs o n a n o rm a l c o n su c u e r p o e n circ u n sta n c ia s n o r m a le s, fo rm a “g e n e r a l” q u e lu e g o se d iv id ir á en varias s u b e a te g o r ía s, in c lu id a la e sp e c ia lm e n te im p o rta n te (c), e n te n d id a a h o r a c o m o lo q u e M cD ow ell q u ie re d ecir, e n la n o ta a pie d e p á g in a c ita d a , cu an d o h a b la d e “e sp o n ta n e id a d en a c c ió n ” . A sí v isto , y c a si d e m a n e ra trivial, lo q u e M cD ow ell d ic e d e q u e cie rto s su c e so s c o r p o r a le s son n u e stra e sp o n ta n e id a d en a c c ió n p u e d e e scla re ce rse m ed ian te u n a e sp e c ific a c ió n m ás p re c isa d e los c a so s co n los q u e tie ne q u e ver: se a e sto en té rm in o s d e ciertos su ce so s c o r p o r a le s c o m o “r e a liz a c io n e s c o r p o r a le s ” d e a c c io n e s in ten cio n ales o en té rm in o s d e q u e e so s s u c e so s c o r p o r a le s sean los e fec to s d e ra z o n e s y ra z o n a m ie n to s o in clu so quizá en térm in os de q u e e so s su ce so s c o r p o r a le s son “ e je r c ic io s d e la v o lu n tad ” , E liz a b e th A n sc o m b e c o n te m p ló la p o sib ilid a d de q u e la “ fi lo so fía m o d e r n a ” h u b iese “m a le n te n d id o r o tu n d a m e n te ” el c o n o c im ie n to p r á c tic o .36 L a p r o p u e s t a a q u í es q u e c u a lq u ie r c o n c e p c ió n m ín im am e n te a d e c u a d a d e l ra z o n a m ie n to p rá c tic o —d e h ech o , d e su m e r a p o s ib ilid a d — tien e q u e c o n fig u r a r se en in te ra c c ió n con a lg u n a d e s c r ip c ió n ig u a lm e n te p la u sib le d e la re la c ió n q u e te n e m o s co n n u e str o c u e r p o .
[Traducción de Laura E. Manríquez]
sc Ibid., p. 57,
B IB L IO G R A F ÍA A nscom be, G.E.M ,, Intention, 2a. ed ., Basil Blackwell, O x fo rd , 1963. [Versión en castellano: Intención, trad . A n a Isabel Stellin o, Paidós, B a rc e lo n a /B u e n o s A ire s/M é x ic o , 1991.] D avidson, D onald, “ O n th e Very Id e a o f a C o n ce p tu al Sch em c”, Inquines into Truth and Interpretation, C laren d on Press, Oxford, 1984. [Versión en castellano: De la verdad y de la interpretación, trad. G. Filippi, G edisa, B arcelon a, 1990.] G rice, H.P., “Intention a n d U n certain ty”, Proceedings of the British Academy, vol. 57, 1971, p p . 2 6 3 -279. H a rt, H .L.A ., Punishment and Responsibility, O x fo rd U niversity Press, O xford, 1968. H ob b es, T h o m as, Leviathan, ed. C .B . M acpherson, P en guin, Harm ondsw orth, 1968. [Versión en castellan o: Leviatán o la materia, forma y poder de una república, eclesiástica y civil, trad. M anuel Sán chez Sarto, Fon do de C u ltu ra E con óm ica, Buenos A ires, 1980.] H olm es, O liver W endell, The Common Law, Little Brow n, Boston, 1881. Ilornsby, jen n ifer, “W hich Physical Events A re M ental Events?”, Pro ceedings of the Aristotelian Society, vol. 81, 1980, pp. 7 3 -9 2 . H um e, David, A Treatise of Human Nature, ed, L .A . Selby-Bigge, C larendon Press, O xford , 1888. [Versión en castellano: Tratado de la naturaleza humana, trad . Félix D uque, E d ito ra N acion al, M adrid, 1977.] M cD ow ell,John, Mind and World, H arvard University P ress, C am brid ge, 1996. [Versión en castellano: Mente y mundo, trad. M iguel Ángel Q u intana, E diciones S íg u em e, S alam an ca, 2003.] ------- , “O n th e S en se a n d Reference o f a P ro p er Ñ a m e ”, Mind, vol. 86, pp. 159-185, 1977; reim p reso en P latts (com p .), Reference, Truth and Reality, R outled ge an d Kegan Paul, L on d res, 1980. [Versión en castellano: Sobre el sentido y la referencia de un nombre propio, trad. L o u rd e s Valdivia, In stitu to de In v estigacion es Filosóficas-UNAM, M éxico, 1983.] . Pears, David, Questions in the Philosophy of Mind, Duckw orth, L on dres, 1975. Platts, M ark, Moral Realities, R outledge, L o n d re s/N u e v a York, 1991. [Versión en castellano: Realidades morales, trad. A n a Isabel Stellino y A n ton io Zirión, P a id ó s/In stitu to d e Investigaciones FilosóficasU N A M , M éxico, 1998.]
Strou d , Barry, Hume, R ou tled ge an d K eg an Paul, L o n d re s, 1977. [Ver sión en castellan o: Hume, 2a. ed., trad. A n ton io Zirión, Instituto de In vestigacion es F ilo só fic a s- U N A M , M é x i c o , 1995.] W illiams, B ern ard , Shame and Necessity, University o f C aliforn ia Press, Berkeley, 1993. W ittgenstein, L ud w ig, Philosophical Investigations, trad. G .E.M . A n s com be, B asil Blackw ell, O xfo rd , 1963. [Versión en castellano: In vestigaciones filosóficas, trad. A dolfo G a rc ía S uárez y U lises Moulines, C rític a/In stitu to de In v estigacion es Filosóficas-UNAM, M éxi co, 1988.]
JO E L F E IN B E R G
I M e g u sta r ía e m p e z a r d ir ig ie n d o u n e x p e rim e n to m en tal. T ra te m o s de im a g in ar N u sq u a m —un m u n d o m uy sim ilar al n u estro e x c e p to q u e ah í n a d ie , o casi n a d ie (el m atiz n o im p o rta ), tie ne derechos—. Si este d e fe c to h ace q u e N u sq u am sea d e m a sia d o fe o co m o p a r a q u e d a r s e en la c o n te m p la c ió n d u r a n te m u ch o tie m p o , p o d e m o s h ac e rlo tan b o n ito c o m o d e se e m o s en o tro s a sp e c to s m o ra le s. P or e je m p lo , p o d e m o s h acer q u e los se re s h u m a n o s q u e viven a h í se a n t o d o lo atractiv o s y v irtu o so s q u e s e a p o sib le sin e x ig ir d e m a s ia d o a n u e stra s c o n c e p c io n e s d e lo s lím ites d e la n a tu r a le z a h u m a n a . En p a rtic u la r, d e je m o s q u e flo re z c a n las v irtu d e s d e la se n sib ilid a d m o ra l. L le n e m o s este m u n d o im a g in a d o con to d a la b e n e v o le n c ia , la c o m p a sió n , la sim p a tía y la lástim a q u e co n v e n ien tem e n te a g u a n te sin fo rzar lo. E n se g u id a p o d e m o s im a g in a r a los sere s h u m a n o s ay u d án d o s e unos a otros m e ra m e n te p o r m otivo s d e c o m p a s ió n , tanto o in clu so m ás d e lo q u e se a y u d a n en n u e stro m u n d o real p o r u n a d iv e rsid a d d e r a z o n e s m ás c o m p lic a d a s. A u n q u e e sta im a g e n p arece tan a g r a d a b le en a lg u n o s a s p e c to s, d ifícilm e n te h a b ría sa tisfe c h o a Im m a n u e l K ant. L a s a c c io n e s m o tiv a d a s p o r la b e n e v o le n cia h a c e n bien , lo a d m i tió K an t, y p o r co n sig u ie n te s o n m e jo re s, ceteris p a rib u s, q u e las a c c io n e s m o tiv a d a s p o r la m ale v o le n c ia; sin e m b a rg o , n in g u n a a cció n p u e d e a lc a n z a r el tip o su p re m o d e v a lo r —lo q u e K an t lla m a ría “v a lo r m o r a l”— a m e n o s q u e to d a su fu erz a motiv a d o r a p r o v e n g a d e l p e n sa m ie n to d e q u e es un requisito del deber. En c o n se c u e n c ia , tr a te m o s d e h ac er que N u sq u a m se a m á s atra ctiv o p a r a K a n t in tro d u c ie n d o la id e a d e d e b e r en él, y d e ja n d o que el se n tid o d e l d e b e r s e a un m otivo su ficien te
p a r a m u ch as a c c io n e s b e n é fic a s y h o n o ra b le s. Pero, ¿n o h ace esto q u e la c o n c lu sió n d e n u e stro e x p e rim e n to m en tal o r ig i n al se m a lo g r e ? Si se p e rm ite q u e los d e b e r e s en tren en N usq u a m , ¿n o te rm in a rá n los d e r e c h o s n e c e sa ria m e n te c o lá n d o s e co n ello s? L a p r e g u n ta b ien vale la p e n a y e x ig e a q u í u n a breve d ig r e sió n d e m o d o q u e p o d a m o s c o n sid e r a r la lla m a d a “d o c tr in a d e la c o r r e la tiv id a d ló g ica d e los d e r e c h o s y lo s d e b e r e s ”. E s ta d o c tr in a so s tie n e q u e (i) to d o s lo s d e b e r e s im p lican d e re c h o s d e o tr a s p e rso n a s, y (ii) to d o s los d e r e c h o s im plican d e b e res d e o tra s p e r s o n a s . A q u í só lo n os ten em o s q u e o c u p a r d e la p r im e r a p a r te d e la d o c tr in a , la su p u e s ta im p licació n d e d e rech os a p a rtir d e d e b e re s. ¿E s c o r re c ta e sta p arte d e la d o c trin a? N o d e b e r ía so r p r e n d e r q u e mi resp uesL a sea: “E n u n se n tid o s í y en o tro n o .” E tim o ló g ic a m e n te , la p a la b ra “d e b e r ” se a so c ia co n a ccio n e s q u e se deben a a lg u ie n , el p a g o d e d e u d a s a a c re e d o re s, el cu m p lim ie n to d e a c u e rd o s co n los te n e d o re s d e la p ro m e sa , el p a g o d e c u o ta s d e m e m b re sía , d e h o n o r a r io s d e a b o g a d o s o g r a v á m e n e s a ra n c e la rio s a las a u to r id a d e s p e rtin e n te s o a su s re p re se n ta n te s. En e ste se n ti d o o rig in a l d e “d e b e r ”, to d o s los d e b e r e s e stán c o rre la c io n a d o s co n los d e r e c h o s d e a q u e llo s a q u ie n e s se a d e u d a el d e ber. Por o tro la d o , p a re c e h ab e r n u m e r o sa s clase s d e d e b e re s, ta n to d e tip o le g a l c o m o n o leg a l, q u e no se c o rre la c io n a n ló g ica m en te co n los d e r e c h o s d e o tr a s p e rso n a s. E sto p a r e ce ser c o n se c u e n c ia d el h e c h o d e q u e la p a la b r a “d e b e r " h a lle g a d o a u sa r se p a r a cualquier a cció n q u e se e n tie n d a c o m o exigida, s e a p o r los d e r e c h o s d e o tr o s , p o r la ley, p o r u n a a u to rid a d su p e rio r , p o r c o n c ie n c ia , o p o r c u a lq u ie r o t r a c o sa . C u a n d o la n o c ió n d e e x ig e n c ia se e n fo c a claram en te, e s p r o b a b le q u e p a r e z c a e l ú n ico e le m e n to e se n cia l en la id e a d e d e b e r, y la o tra n o c ió n c o m p o n e n te —q u e un d e b e r es alg o que se debe a a lg u ie n m ás— p ie r d e fu erz a . A sí, en e ste u so e x te n d id o a u n q u e d e riv a d o , “ d e b e r ” tie n d e a e m p le a rse p a r a c u a lq u ie r a c c ió n q u e n o s p a r e z c a q u e debemos h ac er (p o r a l g u n a ra z ó n ). E n re su m e n , lle g a a s e r m e ra m e n te un té rm i no d e m o d a lid a d m o ra l; y n o hay q u e a so m b r a r s e d e q u e la p r im e ra tesis d e la d o c tr in a d e la c o r re la tiv id a d ló e ic a su e la fallar.
In tro d u z c a m o s e n to n c e s lo s d e b e r e s e n N u sq u a m , p e ro s ó lo en el sen tid o d e a c c io n e s q u e so n , o q u e se c r e e q u e son , m o ra lm e n lc o b lig a to r ia s, p e ro no en el a n tig u o sen tid o d e a c c io n e s q u e se d e b e n a o tro s y q u e p u e d e n se r re c la m a d a s p o r o t r o s c o m o d e re c h o s su y o s. A h o r a N u sq u a m p u e d e ten er d e b e res co m o los q u e im p o n e el d e re c h o positivo . Un d e b e r leg al n o es a lg o q u e sim p le m e n te se n os im p lo re o a c o n s e je hacer; es a lg o q u e la ley, o u n a a u to r id a d r e c o n o c id a p o r la ley, nos exige h acer q u e rá m o slo o n o , so p e n a d e c a stig o . S in e m b arg o , c u a n d o el se m á fo ro c a m b ia a ro jo , no se p u ed e d e c ir de m a n e r a co n vin cen te q u e hay una d e te r m in a d a p e r s o n a que n os r e c la m a el d e te n e rn o s c o m o algo q u e se le d e b e , d e m o d o que el c o n d u c to r le d e b e la a c c ió n d e d e te n e r se , tal c o m o un d e u d o r d e b e e l p a g o a su a c re e d o r. E n n u e stro p ro p io m u n d o real, d e s d e luego, a veces d e b e m o s a los demás conductores el d e te n e r n o s; p e ro e se tipo d e d e b e r c o r re la c io n a d o co n un d erech o no e x iste en N u sq u am . A h í, los c o n d u c to re s “d e b e n ” o b e d ie n c ia a la ley, p e ro no se d e b e n n a d a u n o s a o íro s. C u a n d o ch o can , n o im p o r ta d e q u ién se a la cu lp a, n a d ie es m o r a lm e n te re sp o n sa b le co n n ad ie m ás, y n a d ie tiene n in g ú n só lid o m otivo d e q u e ja o “d e r e c h o a q u e ja r s e ”. C u a n d o d e ja m o s lo s co n texto s le g a le s p a ra c o n sid e r a r las o b lig a c io n e s m o ra le s y o tro s d e b e r e s e x tr a le g a le s , se p re se n ta u n a m a y o r d iv e rsid a d d e d e b e re s sin d e re c h o s co rre lativ o s. L o s d e b e r e s d e c a rid a d , p o r e je m p lo , n os e x ig e n h a c e r a p o rta c io nes a un o u o tro d e un g r a n n ú m e r o d e re ce p to re s elegib les, n in g u n o d e los c u a le s p u e d e r e c la m a r la a p o r ta c ió n q u e le h a c e m o s c o m o alg o q u e se le deba. L as a p o r ta c io n e s caritativ as se p a re c e n m ás a s e r v ic io s g ra tu ito s, fav o res y re g a lo s, q u e a p a g o s d e d e u d a s o in d e m n iz a c io n e s; y, sin e m b a rg o , sí ten e m os d e b e re s d e ser caritativ o s. A d e m á s, en n u e stro m u n d o real m u ch o s creen q u e su p r o p ia c o n c ie n c ia les exige p a r a cu m p lir co n e se “d e b e r ” h a c e r m ás d e lo q u e su s p o sib le s b e n e fic ia rio s les pueden exigir. l i e re c u rrid o , e n o tro texto, a un p a sa je to m a d o d e II,B . A cton en el q u e c ita a c ie rto p e rso n a je de u n a n o v ela d e M alrau x , el c u a l “d io to d a su p ro v isió n d e veneno a su s c o m p a ñ e ro s d e p r isió n p a r a p e rm itir le s, m e d ian te el suici d io , e sc a p a r a se r q u e m a d o s vivos, d e stin o q u e les e sp e r a b a a él y a los d e m á s ”. Este h om b re, a ñ a d e A cton , “ p ro b a b le m e n
te n o p e n sa b a q u e [lo s d e m á s] tu v ie ra n m á s d erech o que él a l v en en o , a u n q u e sí p e n sa b a q u e e r a su d e b e r c e d é r s e lo ”. 1 Estoy se g u ro d e q u e existen m u ch o s c a s o s reales, d e m en o r h e ro ísm o d r a m á tic o q u e e ste e je m p lo ficticio , d e p e rso n a s q u e creen , c o rre c ta o in c o rre c ta m e n te , q u e deben hacer digo (de ah í la p a la b r a “d e b e r ”) p o r o tra p e r s o n a q u e e s m ás d e lo q u e d i ch a p e rso n a p u e d e a p r o p ia d a m e n te exigirles (d e ah í la fa lta d e “d e r e c h o ”). A q u í se a c a b a la d ig r e sió n y p o d e m o s volver a N u sq u am p a r a re su m ir lo q u e h e m o s p u e sto h a s ta a h o r a e n e se lugar. E n co n tr a m o s b e n e v o le n c ia e sp o n tá n e a en un g r a d o alg o m ay or q u e e n n uestro m u n d o real, a sí c o m o la e x iste n c ia re co n o c id a d e d e b e r e s d e o b e d ie n c ia , d e b e re s d e c a r id a d y d e b e re s im p u e sto s p o r c o n c ie n c ia s p r iv a d a s exige n te s, y su p o n g a m o s q u e tam b ién hay ahí un g r a d o d e e sc r u p u lo s id a d con re sp e c to a e so s d e b e res d e a lg u n a m a n e r a su p e rio r al q u e se e n c u e n tra en n u estro m u n d o real. D u d o q u e K a n t h u b ie ra q u e d a d o del to d o satisfe ch o co n N u sq u a m au n a h o r a q u e se le h a n a g r e g a d o el d e b e r y el r e sp e to p o r la ley y la a u to r id a d ; no o b sta n te , esto y se g u ro d e q u e c o n sid e r a r ía q u e los e le m e n to s a g r e g a d o s so n cu an d o m e n o s un a m e jo ra . A h o r a in tro d u c iré o t r a s d o s p rácticas m o ra le s en N u sq u a m q u e n o h ará n q u e e ste m u n d o sea m uch o m ás atractiv o p a r a K ant, p e ro q u e sí lo g r a r á n q u e parezca m ás c o n o c id o p ara n o so tro s. Se tr a ta d e las p r á c tic a s c o n e cta d as co n las n o c io n e s d e merecimiento personal y lo q u e d e n o m in a ré u n monopolio de derechos del soberano. C u a n d o se d ic e q u e u n a p e r s o n a m e re c e re cib ir a lg o b u en o d e n o so tro s, lo q u e q u e re m o s d e c ir es, en p arte , q u e h ab ría a lg o c o rre c to en q u e le o to r g á r a m o s e sa c o s a b u e n a a ella, tal vez en v irtu d d e l tip o d e p e r s o n a q u e e s o, m á s p ro b a b le m e n te, en v irtu d d e a lg o e sp e c ífic o q u e ha h ec h o . L o co rre cto en c u e stió n es, en e ste c a so , a lg o d e u n tip o m u ch o m ás d é b il q u e lo q u e se d e r iv a d e h ab erle p r o m e tid o d a r le e sa c o sa b u e n a o d e q u e se la h a y a g a n a d o sa tisfa c ie n d o las c o n d ic io n e s c la ra m en te e x p lic ita d a s d e a lg u n a r e g la p ú b lica, En el se g u n d o caso se p o d r ía d e c ir q u e la p e rso n a n o só lo m ere ce e sa c o sa b u en a; ta m b ié n se p o d r ía d e cir q u e tien e un derecho a ella, q u e está e n 1 H .B , Acton, “S y m p o s iu m o n 'R ig h ts” ’ , pp. 1 0 7 -1 0 8 .
p o sic ió n d e e x ig irla c o m o algo q u e se le d e b e ; y d e sd e lu e g o no te n d re m o s e se tip o d e c o sa en N u s q u a m . Ese tipo m ás d é b il de c o rre c c ió n q u e es sim p le m e re cim ie n to no es m ás q u e u n tipo d e correspondencia e n tre el c a r á c te r o a cció n d e un a p a r te y la re sp u e sta fav o rab le d e la o tr a p a rte , m uy sim ilar a la q u e se d a entre h u m o r y risa, o b u e n a e je c u c ió n y ap lau so. El sig u ie n te p a rece s e r el o rig e n d e la id e a d e m e re c e r b u en o m al tra to d e los o tro s: un a m o o s e ñ o r n o estab a b a jo n in g u n a o b lig a c ió n d e re c o m p e n sa r a su sirv ie n te p o r u n se rv icio e sp e cialm en te b u en o ; sin e m b a rg o , el a m o p o d r ía sentir d e m an e ra n a tu ra l q u e h ab ría u n a c o r r e s p o n d e n c ia e sp e c ia l al d a r u n a re c o m p e n sa g ra tu ita c o m o r e sp u e s ta e n a g ra d e c im ie n to p o r el b u e n se rv ic io (o, a la in v ersa, al im p o n e r un c a stig o p o r u n m al se rv ic io ). A u n q u e se g u ra m e n te u n a c to a sí es lo q u e c o r re s p o n d e y re su lta a p ro p ia d o , sería del to d o su p e re r o g a to rio . A su vez, la r e sp u e sta c o r re sp o n d ie n te p or p a r te del sirvien te re c o m p e n sa d o d e b e r ía ser la g r a titu d . Si n o se le h u b ie ra o to rg a d o la m e re c id a re co m p e n sa , no d e b e r ía h a b e rse q u e ja d o , p u e s só lo merecía e s a re co m p e n sa , e n o p o sic ió n a ten er un derecho a ella, o un a b a se p a r a re cla m arla co m o a lg o q u e se le d e b e . H o y d ía, la id e a d e m ere cim ien to ha e v o lu c io n a d o m u ch o a le já n d o se d e sus o ríg e n e s; n o o b sta n te , claram en te p a re c e se r u n a d e e sa s p a la b r a s d e las q u e J . L . A u stin d ijo “ n u n ca o lv id an p o r e n te ro su p a s a d o ”.2 A ctu a lm en te los sirvien tes se g a n a n el sa la rio h a c ie n d o los q u e h a ce re s a c o r d a d o s , ni Ynás ni m en o s. Si no se les d a su sa la rio , se h a b r á n v u ln e rad o su s d e r e c h o s c o n tra c tu a le s y p u e d e n reclam ar leg a lm e n te el d in e ro q u e se les d e b e . S in e m b a rg o , si h acen m e n o s d e lo a c o rd a d o , sus e m p le a d o r e s p u e d e n “d e sc o n ta r le s” y p a g a r le s p ro p o r c io n a lm e n te m e n o s d e la ta rifa a c o rd a d a . T o d o esto es cu estió n d e d e r e ch o; p e ro si el sirvien te hace un tr a b a jo e sp lé n d id o , p o r e n c im a y m ás allá d e su s d e b e r e s c o n tr a c tu a le s m ín im o s, el e m p le a d o r no e stá e n m ayor o b lig a c ió n d e r e c o m p e n sa r lo , ya q u e e sto no fu e lo q u e se a c o rd ó , ni siq u ie ra tácitam en te, p o r a n tic ip a d o . E l s e r v ic io a d ic io n a l fue p o r c o m p le to id ea d e l sirvien te y lo h izo to ta lm e n te p o r su gu sto . N o o b sta n te , él e m p le a d o r c o n s e n sib ilid a d m o ra l p u e d e p e n sa r q u e sería e x c e p c io n a lm e n te 2J.L . A ustin, “A P le a f o r E x c u s e s " ,
a p r o p ia d o qu e, al m e rito rio se r v ic io d e l sirv ien te , él r e sp o n d ie ra, lib re m en te p o r su gusto, co n una re co m p e n sa . El e m p le a d o no p u e d e d e m a n d a r la c o m o a lg o q u e se le d e b e , p ero la a c e p ta rá d e b u en talan te, co n g r a titu d , co m o un a re sp u e sta q u e c o r re s p o n d e a su m ere cim ien to . En n u e stra é p o c a d e tra b a jo o r g a n iz a d o , h a sta esta d e sc rip ción resu lta a rc a ic a , p u e s casi to d o tip o d e in tercam b io de se r vicio s se rige p o r c o n tra to s d e d ifícil n e g o c ia c ió n , de tal m a n e r a que h asta las re c o m p e n sa s lle g a n a se r e x ig id a s c o m o u n a c u e stió n d e d e r e c h o , y en la m e s a d e n e g o c ia c io n e s n in g u n a de las p a rte s d a n a d a a c a m b io de n a d a . Y tal vez esto sea b u en o ; p u e s c o n sid é r e se u n e je m p lo a n a c ró n ic o d e la a n te rio r c la se d e p rá c tic a q u e so b re v iv e , al m e n o s p o r fó r m u la , en la c u rio sa y a n tig u a c o stu m b r e d e “d a r p r o p in a ” . L a p r o p in a se c o n c e b ía o rig in a lm e n te c o m o un a r e c o m p e n sa q u e h a b ía q u e g a n a rse co n un “s e r v ic io e sm e r a d o ". N o e s a lg o q u e d e b a d a rse p o r se n ta d o c o m o u n a re sp u e sta e stá n d a r a cu alquier serv icio . Esto q u iere d e c ir q u e su p a g o es una “gratificación ", no el cu m p li m iento d e un a o b lig a c ió n , sin o a lg o q u e se d a ap arte , o co m o co m p lem e n to , d e cu alq u ie r c o sa q u e el re c e p to r p u e d e e sp e r a r co m o c u e stió n d e d e re c h o . E sto es lo que o rig in alm e n te sig n i fic a b a la p r o p in a d e c u a lq u ie r m o d o , y to d av ía hoy se h abla de las p ro p in a s c o m o “g r a tific a c io n e s ” en los fo rm u la rio s p a ra las d e c la ra c io n e s fiscales en a lg u n o s p aíse s. S in e m b a rg o , trate d e e x p lic a r to d o e sto i a un ta x ista d e N ueva York! Si se ha gan ado su g r a tific a c ió n , p o r D io s, la e stá e s p e r a n d o , y m ás vale q u e se a un re c o n o c im ie n to su ficie n te d e su m erecim ien to , p u e s si n o, ¡nos d irá n u e stra s v e rd a d e s! N o m e in clin o a d e fen d e r en g e n e ra l a los ta x ista s d e N u e v a York, a u n q u e sí tienen a lg o d e razó n en este c a so . S e h a fo r m a d o u n a p a r a d o ja e n el c o n c e p to ra ra m e n te in e sta b le d e “g r a tific a c ió n g a n a d a ”. P o d e m o s e n te n d e r có m o “ m e re c im ie n to ” en el se n tid o d é b il de “lo c o r re c to ” o la “ m e ra c o r r e s p o n d e n c ia ” tien d e a g e n e r a r un sen tid o m ás fu e rte en el que el m é r ito es en sí m ism o la r a z ó n p ara re clam ar un d erech o . En N u sq u a m , n o o b stan te, so lam e n te te n d re m o s el tipo de m erecim ien to d é b il o rig in al. D e h ech o , s e r á im p o sib le m an te n er esta id e a f u e r a si p e rm itim o s p r á c tic a s c o m o la a sig n a c ió n de c a lific a c io n e s a los e stu d ia n te s d e p a rte d e los m a e stro s, el
o to rg a m ie n to d e p re m io s p o r p a r te d e ju eces, y sirv ie n te s q u e sirv e n a a m o s b en évolos, a u n q u e c o n c o n c ie n c ia d e clase. Nusq u a m es un m un d o r a z o n a b le m e n te b u e n o de m u ch a s m an e ra s, y sus m ae stro s, ju e c e s y a m o s g e n e ra lm e n te tra ta rá n d e d a r a su s a lu m n o s, c o n c u rsa n te s y sirv ie n te s las n o tas, p rem ios y r e c o m p e n s a s que m erecen . P o r e sto los re c e p to re s e sta rá n a g r a d e c id o s ; p e ro n u n ca p e n s a r á n en q u e ja rse , ni siq u ie ra se se n tirán a g r a v ia d o s c u a n d o n o r e c ib a n la re sp u e sta e s p e r a d a p a r a su s m ere cim ien to s. D esp u és d e to d o , los am o s, los ju e c e s y los m a e str o s no tienen que h a c e r c o sa s b u e n a s p o r nadie. D e b e ría m o s co n ten tarn o s con que a lg u n a vez n o s tr a ta ra n bien, y no q u e ja r n o s p o r sus fa lla s o c a sio n a le s. D esp u és d e to d o , las r e sp u e s ta s q u e se e s p e r a n de e llo s son gratificaciones, y no hay n a d a de m alo en la o m isió n de lo q u e sim p le m e n te es g ratu ito . A sí re sp o n d e n las p e r s o n a s que n o tien en el c o n c e p to d e dere chos, ni siq u ie ra a q u e llo s q u e e s t á n o r g u llo so s de su s p ro p io s m e re c im ie n to s.3 S e g u r a m e n te , p o d r ía m o s o b je ta r , los d e r e c h o s tien en q u e c o la r se p o r a lg u n a p arte , si q u e r e m o s te n e r fo rm a s au n q u e sea m o d e r a d a m e n te c o m p le ja s d e o rg a n iz a c ió n so c ia l. Sin re g la s que c o n fie ra n d e re c h o s e im p o n g a n o b lig a c io n e s, ¿c ó m o p o d e m o s ser p r o p ie ta r io s d e b ie n e s, h ac e r trato s y n e g o c io s, p r o m e sa s y co n trato s, n o m b r a m ie n to s y p r é sta m o s, m atrim o n io s y so c ie d a d e s? Muy b ien , in tro d u z c a m o s to d a s e stas p rá cti cas s o c ia le s y e c o n ó m ic a s e n N u s q u a m p e r o con u n importante cambio. C o n e llas m e g u sta r ía in tr o d u c ir la c u rio sa n o c ió n d e “ m o n o p o lio d e d e rech o s del s o b e r a n o ”. R e c o rd a r e m o s que, e n el l.eviaLhan d e H o b b e s, los sú b d ito s n o tenían n in g ú n tip o d e d e r e c h o s q u e p u d ie ra n re cla m ar a su s o b e r a n o . Él p o d ía h ac er lo q u e q u isie r a con ellos, h asta d a ñ a r lo s sin m otivo , p e ro e sto n o les d a b a m otivo d e q u e ja válid o c o n tr a él. P or su p u e sto , e l s o b e r a n o ten ía cierto d e b e r de t r a t a r b ien a sus sú b d ito s; sin e m b a r g o , e ste d e b e r n o se les d e b ía d ire ctam e n te a los s ú b d i tos, sin o a Dios, tal c o m o p o d r ía m o s ten er, co n a lg u ie n , el d e b e r d e tr a ta r b ien su p ro p ie d a d , p e ro , d e sd e lu e go , n o se tien e n in g ú n d e b e r co n la p r o p ie d a d m ism a , sin o só lo c o n su p r o p ie ta rio . A sí, a u n q u e el so b e r a n o e r a b a sta n te c a p a z d e d a ñ a r a su s 3 P a ra u n a discusión más am p lia d e l c o n c e p to d e m erecim ien to perso n al, véase m i tex to "Justice an d P erson al D e s e r t ”.
sú b d ito s, n o p o d ía c o m e te r n in g u n a a c c ió n in c o r r e c ta co n tra e llo s d e la cu al p u d ie r a n q u e ja rse , p u e s n o te n ía n n in g ú n d e re ch o p rev io co n re sp e c to a la c o n d u c ta d e l s o b e ra n o . El ú n ico a l que se trataba incorrectamente c u a n d o el so b e r a n o m a ltra ta b a a sus sú b d ito s e r a D io s, el le g isla d o r su p r e m o . A sí, a l a r r e p e n tirse d e la c r u e ld a d co n su s sú b d ito s, el s o b e r a n o p o d r ía d ecir a D ios, co m o D a v id lo h izo d e sp u é s d e m a ta r a U rías: “S ó lo p e q u é co n tra ti.” 4 S in e m b a rg o , a u n en el Leviath an la g en te c o m ú n y co rrien te ten ía d e re c h o s c o m u n e s y co rrie n te s con respecto a los demás. D e se m p e ñ a b a n p a p e le s, o c u p a b a n p u e sto s, h acían a c u e rd o s y firm a b a n c o n tra to s. E n un au tén tico “ m o n o p o lio d e d e re ch os del s o b e r a n o ”, tal co m o u sa ré e sta fr a se , la g en te ta m b ién h ace to d a s e sta s c o sa s , y a s í in cu rre en o b lig a c io n e s gen u in as p a r a c o n lo s d e m á s; p e r o las o b lig a c io n e s (he a q u í el cam b io ) n o se te n d rá n d ire c tam e n te con lo s te n e d o re s de u n a p ro m e sa , los a c r e e d o r e s , p a d r e s, e tc., sin o m ás bien co n D io s e x c lu siv a m e n te , o co n lo s m ie m b r o s d e a lg u n a elite, o co n un so lo s o b e r a n o a las ó rd e n e s d e D io s. De ah í q u e to d o s los d e r e c h o s c o rre la tiv o s a las o b lig a c io n e s que se d e r i van d e e stas tr a n sa c c io n e s p e rte n e z c a n a a lg u n a a u to r id a d “e x te r io r ”. H a s ta d o n d e sé, n in g ú n filó so fo h a s u g e r id o n u n ca q u e in clu so las o b lig a c io n e s d e r iv a d a s d e los p a p e le s q u e d e se m p e ñ a m o s y d e lo s c o n tra to s q u e c e le b ra m o s (en éste, n u e stro m u n d o re al) se a n to d a s d ire c ta m e n te co n u n in te r m e d ia rio d iv in o ; p e r o a lg u n o s te ó lo g o s sí se h an a c e rc a d o a e ste o c a sio n a lism o m o r a l ta n e x tre m o . T e n g o en m e n te la c o n o c id a fra se q u e se e n c u e n tr a en cie rto s p a n fle to s r e lig io so s m u y d ifu n d id o s d e q u e “p a r a c a sa rse h ac e n fa lta t r e s ”, lo c u a l s u g ie r e q u e lo s vo tos m a rita le s no se h a c e n entre los n o v io s d ire c tam e n te , sin o en tre c a d a u n o d e lo s e s p o s o s y D ios, d e m o d o q u e si a lg u n o r o m p e sus vo to s, el o tro n o se p u e d e q u e ja r co n ra z ó n de h ab e r sid o tr a ta d o in c o rre c ta m e n te , p u e s s ó lo D ios p o d r ía h a b e r re c la m a d o el c u m p lim ie n to d e los d e b e r e s m aritale s co m o a lg o q u e se le d e b e a él; y, p o r c o n sig u ie n te , só lo D ios te n ía un 4 II Sam . 11. C ita d o c o n a p ro b a c ió n p o r T. H o b b e s e n Leviathan, p a rte II, cap. 21.
d e re c h o -p re te n sió n [claim-right]* v u ln e r a d o p o r in cu m p lim ie n to. Si J u a n r o m p e su voto ante D io s, b ien p o d r ía e n to n c e s a rr e p e n tirse u sa n d o las p a la b r a s d e D a v id : “S ó lo p e q u é co n tra ti.” E n n u e str o m u n d o re al, m uy p o c o s cónyuges c o n c ib e n sus o b lig a c io n e s m u tu a s de e sta m a n e r a ; sin e m b a rg o , e s p ro b a b le q u e sus h ijo s, en cierta e ta p a d e su crian za m o ral, se sien tan p re c isa m e n te así con re sp e c to a s u s o b lig a c io n e s m u tu a s. S i M em o p a te a a B eto y e s c a s tig a d o p o r s u p a p á , q u iz á lle g u e a a rr e p e n tir se d e su m al c o m p o r ta m ie n to p o rq u e le d u e le sen tirse d is ta n c ia d o d e su q u e r id o p a d r e . L u e g o ta l vez se sie n ta d is p u e sto a re p a r a r el d a ñ o y a d is c u lp a r se sin c e ram e n te con p a p á 1, p e ro cu an d o p a p á in siste e n q u e se d iscu lp e con su lasti m a d o h e r m a n o , é sa es o tr a co sa. P a r a M em o, d isc u lp a rse d ire c ta m en te c o n B e to sería el re c o n o c im ie n to tácito de la p o s ic ió n de é ste c o m o p o se e d o r d e d e r e c h o s co n resp ecto a él, a lg u ie n a q uien p u e d e tra ta r in c o r r e c ta m e n te , a sí co m o h ac erle d añ o , y a lg u ie n an te q u ie n e s d ire c tam e n te re sp o n sa b le p o r su s m a lo s tra to s. E s ta es u n a p o sic ió n q u e M e m o co n g u s to c o n c e d e a p a p á ; p e ro q u e , en el c a so d e B e t o , im p lica ría un re sp e to q u e , p o r e l m o m e n to , n o sien te p o r él, a s í q u e le m o le sta tr e m e n d a m en te co n c e d é rse lo . S e g ú n el m o d e lo d e “tres p a r a c a s a r s e ”, l a re la c ió n d e c a d a cón yuge con D io s se ría sim ilar a la q u e e xiste en tre M e m o y p a p á : ni siq u ie ra s e r í a n ec esa rio el re sp e to p o r el o tr o có n y u g e co m o u n re c la m a n te in d e p e n d ie n te ; y d e a p a recer, d e sd e lu e go , n u n ca sería su ficie n te . L o s d e fe n s o r e s del m o d e lo d e “ tre s p a r a c a s a r s e ” q u e lo c o n cib e n c o m o u n a d e scrip ció n d e n u e s t r a in stitu ción re a l d e l m a trim o n io o c o m o u n a r e c o m e n d a c ió n d e lo q u e el m a tr im o n io d e b e r ía se r, q u iz á d e se e n e s c a p a r d e e sta situ ac ió n e m b a r a z o sa o t o r g a n d o a los e sp o so s d e r e c h o s e n o tr a s c a p a c id a d e s q u e n o so n las d e l te n e d o r d e u n a p r o m e s a . T a l vez q u ie r a n d e cir, p o r e je m p lo , q u e c u an d o J u a n p ro m e te a D io s q u e le s e r á fiel a M aría , con e llo e stá c o n fir ie n d o un d e re c h o n o só lo a D ios co m o te n e d o r d e u n a p r o m e s a , sin o ta m b ié n a la p r o p ia M aría c o m o terce ra b e n e fic ia ría , ju sta m e n te ta l c o m o su c e d e " E s te té rm in o h a sid o trad u c id o a l esp añ ol con d istin tas variantes: “d c rc c h o -re c la m o ”, “d e re c h o -re iv in d ica c ió n ”, “d ere ch o -d e m an d a", “d e re c h o (su b je tiv o )”; d e s d e el punto d e v ista d e la term in o lo gía ju ríd ic a , “d crc c h o p re te n sió n ” p are ce el m á s ad e c u a d o y e s el q u e aquí ad o p ta m o s. [N. d e los t.]
cu a n d o Ju a n c e le b r a u n co n trato co n u n a a s e g u r a d o r a y n o m b r a a M a r ía b e n e fic ia r ía d e sig n a d a : ella tien e d e re c h o a re cib ir los fo n d o s a c u m u la d o s d e sp u é s de la m u e rte de J u a n , a u n cu an d o la a s e g u r a d o r a n o se haya c o m p r o m e tid o con ella. Pero é sta p a re c e se r u n a c o m p lic a c ió n in n e c e sa ria m e n te e n g o r r o sa que n o a p o r t a n a d a a n u e stra c o m p r e n sió n del vínculo m a trim o nial. L a tr a n sa c c ió n d e u n se g u r o d e v id a e s n ec esa ria m e n te un a re la c ió n d e tres p a rte s, q u e im p lic a a los titulares d e tres p o sic io n e s d istin ta s, y n o h ab ría n in g u n a m a n e r a de que d o s d e ellos h ic ie r a n so lo s to d o el tra b a jo . L a tra n sa c c ió n , d e sp u é s de to d o , se d e fin e c o m o la c o m p r a d e l clien te (p rim e ra p o si ción ) al v e n d e d o r (se g u n d a p o sic ió n ) d e p ro te c c ió n p a r a un b e n e fic ia rio (te r c e r a p o sic ió n ) c o n tr a la m u e rte p re m a tu ra del cliente. El m a tr im o n io , p o r o tr a p arte, en n u e str o m u n d o real, p a re c e s e r u n a r e la c ió n b in aria en tre u n m a r id o y u n a e sp o sa , y aun c u a n d o h ay a te rce ro s c o m o lo s hijos, los v ecin o s, los p s i q u ia tra s y los sa c e r d o te s q u e a veces so n ú tile s e in clu so causalm ente n e c e s a r io s p a r a la su p e rv iv e n cia d e la relació n , no so n ló g ica m e n te n e c e s a r io s p a r a n u e str a concepción d e la relació n ; d e hecho, m u c h a s p a r e ja s c a s a d a s se las a r r e g la n b a sta n te bien sin ellos. N o o b sta n te , a h o r a no m e p r o p o n g o d e sc rib ir n ues tro m u n d o re a l; m á s b ien estoy tra ta n d o d e c o n tra sta rlo con un m u n d o e q u iv a le n te d e la im a g in a c ió n . E n ese m u n d o , h acen fa lta tres p a r a fo r m a r casi cualquier r e la c ió n m o r a l y to d o s los d e re c h o s so n d e D ios o d e a lg ú n s o b e r a n o a su s ó rd e n es. D e sd e lu e g o , h a b rá a u to r id a d e s d e le g a d a s en el m u n d o im a g in a rio , fa c u lta d a s p a r a d a r ó rd e n e s a sus s u b o r d in a d o s y c a s tig a rlo s p o r su d e so b e d ie n c ia . Pero las ó r d e n e s se d an to d a s en n o m b re d el m o n o p o lio d e d e re c h o s que, a su vez, so n las ú n i c a s p e rs o n a s c o n q u ie n e s se tien e o b lig a c ió n . P o r lo tanto, ni siq u ie r a lo s s u p e r io r e s in te rm e d io s tie n e n d e re ch o s-p re te n sió n c o n re sp e cto a sus s u b o r d in a d o s , sin o s ó lo poderes le g a le s p a r a c re ar, e n los s u b o r d in a d o s , o b lig a c io n e s con los titu lares d e d e re c h o s d e l m o n o p o lio , y ta m b ié n el privilegio le g a l d e im p o n e r c a s tig o s en n o m b r e d e e se m o n o p o lio .
II* B a s ta y a d e l “m u n d o sin d e r e c h o s ” im a g in ario . N o im p o r ta si a lg u n o s d e los c o n c e p to s y p r á c tic a s m o ra le s q u e he p e rm itid o en ese m u n d o n o a rm o n iz a n b ie n . A h o ra , si p u e d e h acerlo, im a g in e a N u sq u a m con to d as e s t a s p rá c tic a s o, si lo p refiere, co n a lg ú n su b c o n ju n to a r m o n io s o d e e llas. L o im p o r ta n te no es lo q u e he in clu id o ahí, sin o lo q u e he d e ja d o fu e r a . El resto d e este a rtíc u lo se d e d ic a r á a a n a liz a r p re c isam e n te lo q u e le fa lta a un m u n d o c u a n d o n o c o n tie n e d e re ch o s y p o r qué e sa a u se n c ia e s m o ra lm e n te im p o r ta n te . L a d ife re n c ia m ás e v id e n te e n tr e los h ab itan tes d e N u sq u a m y n o s o tr o s m ism os tien e a lg o q u e ver, m e p arece , c o n la activi d a d d e redam ar. A un cu an d o los n u sq u a m ia n o s sean d isc rim i n a d o s n o to ria m en te, se los deje s in lo q u e n e c e sita n o recib an a lg ú n o tro tipo d e m a ltra to , no p ie n sa n lev an tarse im p e tu o sa m en te y p lan te arse r e c la m o s ju stific a d o s u n o s a o tro s, au n q u e ta l vez no d u d e n e n r e c u r r ir a la fu e rz a y a las a r tim a ñ a s p a r a c o n se g u ir lo q u e q u ie re n . No tie n e n n in g u n a id e a d e los d e r e ch o s, d e m o d o que n o tien e n n in g u n a id e a de q u é se les d e b e o les c o r r e s p o n d e ; e n c o n se c u e n c ia , no reclam an a n te s d e tom ar. El vín cu lo c o n c e p tu a l en tre d e r e c h o s p e rso n a le s y re clam o s ha sido p u e sto de relieve p o r los le g is ta s y se refleja en el u so e s tá n d a r en el cu al los “d e r e c h o s-p r e te n sió n ” se d istin g u e n de las m e r a s lib ertad es, in m u n id ad e s y fa cu lta d e s, a veces ta m b ién lla m a d a s “d e r e c h o s ” , co n las c u a le s se c o n fu n d e n fácilm en te. G u a n d o u n a p e r s o n a tien e un d e re c h o -p re te n sió n le g a l a x, tie n e q u e o c u r r ir (i) q u e esté e n lib e r ta d co n re sp e c to a x, es decir, q u e n o te n g a n in g ú n d e b e r d e a b ste n e r se ni d e re n u n c ia r a ello; y tam b ién (ii) q u e s u lib e r ta d sea la b a se d e lo s deberes d e o tr a s p e r s o n a s d e o to r g a rle x o d e n o in terfe rir c o n é l en lo q u e s e refie re a x. A sí, en el s e n tid o de “d e re c h o s-p re te n sió n ” , "E n e sta sección , el au to r h ace u n a n á lisis del sign ificad o y el u s o d e las vo ces in g le sa s rights, que tra d u c im o s in v ariab lem en te co m o “d e r e c h o s ”, y claim (con sus d eriv ad o s y distin tas fu n c io n e s g ra m a tic a le s: to claim, claim.íng, claÍTii, ciaim ant, etc., así com o su s usos en e x p r e sio n e s id io m áticas: to viake claim to, to have a claim), que es p o lisé m ica y, e n e sp añ o l, p u e d e a d o p ta r d iversos sentidos: pretensión, reivin d icación , reclam o , reclam ación , a le g a r, reclam ar, reivin dicar, afirm ar, d em an d ar, p re te n d e r, etc, S e conservan en tre corch etes los térm in o s en in glés p a ra m an te n e r la in te lig ib ilid a d del texto. (N. de los t.]
es v e rd a d e ro , p o r d e fin ic ió n , q u e los d e re ch o s im p lica n ló g i ca m en te los d e b e re s d e o tr o s . L o s e je m p lo s p a r a d ig m á tic o s d e ta le s d e re c h o s son el d e r e c h o del a c re e d o r a re c ib ir el p a g o d e la d e u d a d e parte del d e u d o r , y el d erech o d e u n te rra te n ie n te a q u e n ad ie in te r fie r a e n la o c u p a c ió n exclu siv a d e su tie rra . El d e rech o d el a c r e e d o r co n re sp e c to a su d e u d o r, por e je m p lo , y el d e b e r d e l d e u d o r con re sp e cto a su a c re e d o r son, p re c isa m e n te , la m ism a r e la c ió n v ista d e sd e d o s p o sic io n e s di fe re n te s, tan in e x tric a b le m e n te u n id as c o m o las d o s ca ra s de u n a m ism a m o n e d a. Y, sin e m b a rg o , é sta n o e s p re c isa m e n te u n a e x p lic a c ió n e x a c ta d e l asu n to, p u e s n o h a c e ju stic ia a la m a n e ra en q u e lo s d e rech o s-p re te n sió n so n , h a s ta cierto punto, a n te rio re s a los d e b e r e s con los c u ale s n e c e sa ria m e n te se c o r re la c io n a n , o m ás b á s ic o s q u e ellos, Si N a ta lia tien e un d e rech o -p reten sió n con re sp e c to a T eresa, c o m o c o n se c u e n c ia de e sto T e r e sa tiene un d e b e r co n N atalia. S ó lo p o r q u e algo de T e re sa se le debe a N a ta lia (elem en to d ire c c io n a l), hay alg o q u e T e re sa tiene que hacer (e le m e n to m o d al). Se tr a ta d e una relació n , a d e m á s, en la que T e r e s a está o b lig a d a y N a ta lia está libre. N a ta lia no só lo tiene un d e re c h o , sino q u e p u e d e elegir si lo e je rce o n o , si lo re clam a , si re g istra las q u e ja s en c a so d e in fracc ió n , y h asta si lib e r a a T ere sa de su d e b e r y se olv id a d el a su n to . S in e m b a r go, si el “d e r e c h o -p r e te n sió n ” p e r s o n a l ta m b ié n se a p o y a en sa n c io n e s p e n ales, T e re sa p u e d e segu ir ten ien d o el d e b e r d e o b e d e c e r a la ley del cu al n a d ie , ni siq u iera N ata lia , p u e d e libe ra rla . T e n d ría eso s d e b e re s a u n si v iv ie ra en N u sq u a m ; p e ro los d e b e r e s su je to s a actos d e re cla m ac ió n , los d e b e r e s d e riv a d o s d e los d e re c h o s p e r s o n a le s d e los d e m á s, y q u e d e p e n d e n de é sto s, ni se co n o ce n ni n a d ie h a so ñ a d o n u n ca co n ellos en N u sq u a m . M u c h o s e scrito re s d e filo s o fía en inglés sim p le m e n te tratan los d e re c h o s [rights] y las p r e te n sio n e s [claim s] c o m o si fu era n la m ism a co sa . L o s d ic c io n a r io s tien d en a d e fin ir “p r e te n s ió n ”, a su vez, co m o “la a fir m a c ió n d e un d e re c h o ” [assertion o f right], lo c u a l se co n v ie rte en u n c a s o d e c irc u la rid a d q u e m are a y q u e a lg u n a vez c o n d u jo a u n filó so fo a q u e ja rse : “V a m o s en b u sc a d e d erech o s y nos r e m ite n a las p re te n sio n e s y luego de n u e v o de re g re so a los d e r e c h o s en u n a e sp e c ie de dar vuel
tas b u r o c r á tic a s in ú tile s.” 5 ¿C uál es e n to n c e s la re lació n entre una p rete n sió n y un d erech o ? C o m o v e re m o s, un d erech o es un tip o d e p rete n sió n , y u n a p reten sió n es “ la a firm a c ió n d e un d e r e c h o ”, d e m o d o q u e u n a d e fin ic ió n fo r m a l d e c u a lq u ie r a d e e stas n o c io n e s en té r m in os d e la o t r a n o n o s llevará m uy lejos. Por lo tanto, si lo q u e b u sc am o s es u n a “d e fin ic ió n fo r m a l” del tipo filo só fic o com ún , el ju e g o term in a antes de h ab e r e m p e z a d o , y p o d e m o s decir q u e el c o n c e p to d e d e re c h o es “sim p le, in d efin ib le, in a n alizable y p r im itiv o ”. A q u í, c o m o en o tr o s ca so s en filo so fía, esto te n d rá el e fe c to d e h acer q u e el lu g a r co m ú n p a rez ca in n e c e sa ria m e n te m iste rio so . Creo q u e se r ía m ás a co n se ja b le n o intentar u n a d e fin ic ió n fo rm al ni d e “d e r e c h o ” ni d e “p re te n sió n ”, sin o m ás bien u sa r la id e a d e p rete n sió n en u n a d ilu c id ac ió n in fo r m a l d e la id ea d e un d e re c h o . E sto es p o sib le p o r el h ech o d e q u e reclamar [claim in g] es un c o m p lica d o tip o d e actividad q u e se rige p o r n o rm a s, U n a p reten sió n [claim] e s aq u ello q u e se r e c la m a [claimed], el o b je to d e l acto d e re c la m a ció n [claim ing]. Existe, d e sp u és d e Lodo, un verb o “ re c la m a r” , pe ro n o hay n in g ú n v erb o “d e r e c h e a r ”. S i n o s c o n c e n tra m o s en to d a la a c tiv id a d de reclam ar, q u e e s p ú b lica, c o n o c id a y se p u e d e o b se rv a r, en vez de e n fo c a r n o s sólo en su re su lta d o final, a p r e n d e r e m o s m ás sobre la n a tu ra le z a gen érica d e los d e rech o s d e lo q u e ja m á s p o d ría m o s e s p e r a r a p re n d e r con u n a d e fin ic ió n fo rm a l, en c a s o de q u e fu e r a p o sib le lle g a r a a lg u n a . A d e m á s, c ie r ta s cu e stio n e s ace rca d e los d e re ch o s se e x p re sa n m ás fácilm en te, si n o es q u e exclu siv am e n te , en el le n g u a je d e las p r e te n sio n e s y e l reclam ar, y s o n e se n c ia le s p a ra lo g r a r u n e n ten d im ien to c a b a l n o só lo de lo q u e s o n los d e rech o s, sin o tam b ién d e p o r q u é so n d e tan v ita l im p o rtan c ia . C o m e n c e m o s p o r d istin g u ir e n to n c e s en tre los sig u ie n te s [u so s lin g ü ístic o s q u e tien en q u e ver con la p a la b ra claim ]: (i) re iv in d ica r o re cla m ar a lg o ... [m ak in gclaim to]; (ii) afirm a r o a le g a r q u e . .. [claim in g that]; y (iii) ten e r u n a p re te n sió n [h avin g a claim ]. U n o d e lo s tip o s d e c o s a que p o d e m o s e star h a c ie n d o c u a n d o a le g a m o s \clairrí\ es reivindicar o reclam ar algo [m ak in g claim to \ es d ecir, “e le v a r un a p e tic ió n o in star en v irtu d d e u n 5 H .B . A cton, op. cit.
s u p u e s to d e rech o ; e x ig ir a lg o p o r c o n s id e r a r q u e n o s c o rre s p o n d e ”. A veces e sto lo h ac e el titular re c o n o c id o d e un d e re ch o cu an d o n o tifica q u e q u iere q u e se le e n tr e g u e aqu ello q u e y a se ha r e c o n o c id o q u e le p e rte n e c e , a lg o q u e prestó , di g a m o s , o algo q u e se le a r r e b a tó d e m a n e ra in a d e c u a d a . Esto se su e le h acer p re se n ta n d o un p ap elito , un re c ib o , un p ag aré , un c h e q u e , u n a póliza d e s e g u r o , o un a e sc r itu r a , es decir, un titulo de propiedad o derecho \title\ d e a lg o q u e d e m o m e n to está en m a n o s d e a lg u ie n m ás. En o tras o c a s io n e s , re iv in d icar o re cla m ar [m akin g claim ] s u p o n e so licita r los títu lo s o los d e re ch os m ism o s, co m o c u a n d o el c a te a d o r d e m in a s solicita los d e r e c h o s al su b su e lo , o c u an d o el d u eñ o u o c u p a n te de una c a sa p id e u n a e x te n sió n d e tie r r a d e l d o m in io p ú b lic o , o cu an d o u n in ven tor so lic ita su s d e re c h o s d e p a te n te . E n el p rim e r ca so , re iv in d icar es e je rc e r d e re c h o s q u e ya se tienen p rese n ta n d o el título o d e re c h o d e p r o p ie d a d ; en el s e g u n d o , es so lic ita r la titu la rid a d m ism a , m o str a n d o q u e se han satisfech o las c o n d ic io n e s e sp e c ific a d a s p o r u n a n o rm a p a ra co n v alid ar la p r o p ie d a d d el título o d e re c h o y, p o r c o n sig u ie n te , q u e se p u e d e re cla m ar co m o a lg o q u e n os c o r r e s p o n d e . H a b la n d o en g e n e ra l, só lo la p e r s o n a q u e y a tie n e u n a titu la r id a d o q u e h a c u m p lid o con los requ isito s p a r a ad q u irirla, u o t r a p e r s o n a q u e h a b la en n o m b re d e la p r im e ra , p u e d e re iv in d ic a r o re cla m ar a lg o co m o c u e stió n d e d e re c h o . A lg o im p o rta n te a c e rc a d e los d e r e c h o s ( o las p r e te n sio n e s), e n to n ce s, es q u e sólo p u e d e n s e r re iv in d ic a d o s p o r aq u ello s q u e los p o s e e n . En relación con esto, n a tu ra lm e n te c u a lq u ie ra p u e d e a fir m a r que este p a r a g u a s es tuyo, p e ro só lo tú o tu re p re se n tan te p u e d e n realm en te re cla m ar e l p a r a g u a s. Si L ó p e z le d e b e a ji m é n e z cinco p e so s, só lo Jim é n e z p u ed e r e c la m a r los cinco p e so s co m o su yo s, a u n q u e c u a lq u ie r tra n se ú n te p u e d a afirm ar que p e rte n e c e n a jim é n e z . E n to n ce s, una d ife r e n c ia im p o rta n te e n tre red am ar legalmente algo y afirm ar que es q u e la p rim e r a es u n a a cció n ju r íd ic a co n c o n se c u e n c ia s le g a le s d irectas, m ie n tr a s q u e la s e g u n d a su ele ser un m e ro c o m e n ta r io d es c rip tiv o caren te d e fu erza le g a l. E n té rm in o s ju r íd ic o s , reclamar algo [m akin g claim to] p u e d e tr a e r c o m o c o n se c u e n c ia p ro p ia q u e p a s e n c o sa s; d e m o d o q u e este se n tid o d e “claim ”, co m o r e c la m a r o re iv in d icar a lg o , b ien p o d r ía d e n o m in a rse “e l sen
tid o p erfo rm ar.iv o ” o ejecutivo. E l p o d e r le g a l p a r a re ivin d icar [iclaim ] (p e rfo rm a tiv a m e n te ) n u e str o d e re c h o o las c o sa s a las cu ales te n e m o s d e rech o p a re ce s e r e se n c ia l p a r a la n o ció n m is m a de d e r e c h o . Un d e rech o q u e no p u d ié r a m o s reiv in d icar (esto es, ni siq u ie ra su re c o n o c im ie n to ) sería d e v e rd ad un d e rech o m uy “im p e r fe c to ”. A firm a r q u e se tien e un d e re c h o (lo q u e p o d e m o s llam ar “a firm a c ió n p r o p o sic io n a l” [propositional claim ing] en o p o si ción a “re iv in d ic a c ió n p e r fo r m a tiv a ” [performative claim ing]) es otro tip o d e c o s a q u e p o d e m o s h a c e r co n el len g u aje, a u n q u e no es el tip o d e co sa q u e suela te n e r co n se cu e n cia s leg a le s. A firm a r q u e se tienen d erech o s e s h ac e r u n a a se v e ra ció n d e q u e se tie n e n , y h acerla d e tal fo r m a c o m o p a r a e x ig ir q u e sean re c o n o c id o s o insistir en e ste re c o n o c im ie n to . En e ste se n tid o d e “c la im ”, se p u e d e n afirm ar m u c h a s c o sa s a d e m á s de d e re ch os, esto e s, se p u e d e n a se v e rar m u c h o s o tro s tipos de p r o p o sicion es con la im p licació n d e un r e c la m o . Por e je m p lo , p u e d o a firm a r [claim that] q u e tú, él, o e lla tie n e n ciertos d erech o s, o q u e Ju lio C é s a r a lg u n a vez tuvo c ie r t o s d e re c h o s; o p u e d o a fir m ar q u e c ie r to s e n u n c ia d o s son v e r d a d e r o s , o q u e te n g o c ie rta s h ab ilid a d e s, o lo g ro s, o c a si c u a lq u ie r co sa. P u e d o a firm a r q u e la T ie r r a es p la n a . L o e se n cia l p a r a q u e haya u n a afirm ación, p a r a afirm ar que, e s la fo rm a d e l a a se v e ra c ió n . P o d em o s a se v e ra r alg o sin siq u ie ra p r e o c u p a r n o s m u ch o d e si hay a lg u ie n e sc u c h a n d o ; p e ro p a r te d e l o b je tiv o d e la afirm a ció n p r o p o s i c io n a l e s asegurarse d e q u e la gen te e sc u c h e . C u a n d o , p o r e je m plo, afirm o a o tro s q u e sé algo, n o estoy m eram en te a se v e rá n d o lo ; m ás b ie n estoy “im p o n ie n d o mi su p u e sto c o n o cim ien to a su a te n ció n , e x ig ie n d o q u e sea r e c o n o c id o , q u e aq u ello s a los q u e les a tañ e tom en n ota a p r o p ia d a m e n te d e é l .. . ”6 N o to d a verd ad es p r o p ia m e n te a se v e ra b le , m u c h o m en os reclam ab le [claim able], en to d o contexto. A le g a r q u e [to claim that] a lg o es el caso en c irc u n sta n c ia s q u e no ju s t if ic a n m ás q u e un a a s e v e ració n tr a n q u ila es c o m p o r ta r se c o m o un p atán [g ro se ro ]. (E ste tip o d e p a ta n e ría s, p o d ría a ñ a d ir , es p ro b ab le m en te m e n os co m ú n en N u sq u a m .) Pero no a le g a r en las circu n stan cias a p r o p ia d a s q u e un o tiene un d e r e c h o e s ser p u silán im e o tonto. 6 G.J. W arnock, “C laim s to K n ow ledge", p. 21.
U n a lista d e “ c irc u n sta n c ia s a p r o p ia d a s ” in clu iría las o c a sio n e s en q u e se n o s d e sa fía , c u a n d o se n ie g a n u e str a p r o p ie d a d , o é sta p a r e c e in su ficie n te m en te r e c o n o c id a o a p re c iad a ; y, p o r su p u e sto , a u n e n e sta s c irc u n sta n cia s, la reclam ació n d e b e r ía h ac e rse s ó lo c o n el g r a d o a p r o p ia d o d e veh em en cia. A un c u an d o se a p o sib le im a g in a r circu n stan cias en las q u e co n c ie rta d ifid e n c ia un o te n d ría q u e a d m itir la existen cia d e d e re c h o s, n o hay d u d a d e q u e s u u so c a ra cte rístico —y el u s o p a r a el c u a l so n e sp e c ia lm e n te id ó n e o s — es que se re iv in d i q u en , se e x ija su cu m p lim ie n to , se h a g a n valer, se in sista en e llo s. S o n o b je to s e sp e c ia lm e n te ro b u sto s e n lo s cu ales “a p o y a r se ”, u n a e s p e c ie d e m o b ilia rio m o r a l d e g r a n u tilid ad . El ten er d e r e c h o s, p o r su p u e sto , h ace q u e s e a p o sib le re iv in d ic a r los o re c la m a rlo s; p e ro es e ste “re iv in d ic a rlo s o re c la m a rlo s” lo q u e c o n fie re a los d e r e c h o s su sig n ific a d o m o ra l e sp e cial. E ste ra sg o d e lo s d e r e c h o s se c o n e c ta d e cie rta fo rm a c o n la a c o s tu m b ra d a r e tó r ic a a c e rc a d e lo q u e su p o n e se r un se r h u m a n o . T e n e r d e r e c h o s n o s p e rm ite “le v a n ta rn o s c o m o h o m b re s” , m i r a r a lo s d e m á s a los o jo s, y se n tirn o s d e un m o d o fu n d a m e n ta l ig u a le s a c u a lq u ie r a . C o n c e b irn o s c o m o titu lares d e d e re c h o s no es e sta r e x c e siv am e n te , sin o d e b id a m e n te o rg u llo so s; es te n er e se m ín im o d e a m o r p r o p io q u e es n e c e sa rio p a r a m e re c e r el a m o r y la e stim a c ió n de los d e m ás. D e h ec h o , es p o sib le q u e el re sp e to p o r las p e rso n a s (é sta e s u n a id e a fa scin a n te ) s e a sim p le m e n te el re sp e to p o r s u s d e r e c h o s, d e m an e ra q u e n o p u e d a h a b e r u n o sin el o tr o ; y q u e lo q u e se llam a “d ig n id a d h u m a n a ” ta l vez 110 se a sin o la re c o n o c ib le c a p a c id a d d e re iv in d ic a r p r e te n s io n e s [to assert claim s]. P o r lo tan to, re sp e ta r a u n a p e rso n a , o c o n c e b ir la co m o p o s e e d o r a d e d ig n id a d h u m a n a , es sim p le m e n te p e n s a r en ella c o m o u n a p o te n c ia l r e iv in d ic a d o r a d e p re te n sio n e s. N o to d o e sto se p u e d e m eter en la d e fin ic ió n d e los “d e r e c h o s ”; p e ro é sto s so n hechos q u e tien e n q u e v er con la p o s e sió n d e d e r e c h o s y q u e e x p o n e n co n clarid ad su im p o r tan cia m o r a l su p r e m a . M ás q u e c u a lq u ie r o tr a c o s a q u e vay a a decir, ta les h ec h o s e xp lican q u é e stá m al en N u sq u a m . A h o r a lle g a m o s al tercer u so in teresan te del léxico re la c io n a d o co n “p r e t e n s ió n ” [claim ]: é se q u e se re fie re no al v e rb o re clam ar, re iv in d ic a r, a le g a r, a firm a r [to claim ], sin o al su stan tiv o p rete n sió n , r e c la m o , re iv in d ica ció n , a firm a c ió n [a claim], ¿Q u é
s ig n ific a tener u n a pretensión, y c ó m o se r e la c io n a e sto con los d e r e c h o s? Me g u sta r ía p r o p o n e r q u e tener un a pretensión consis te en estar en una situación que permite reclamar, esto es, reivindicar o afirm ar que algo es e l c a s o . Si e s ta p r o p u e s ta es c o rre cta, de m u e str a la p rim a c ía de la fo rm a v e rb a l so b re las n om in ales. E sta b le c e una c o n e x ió n e n tre las p re te n sio n e s y cierto tipo de a c tiv id a d y so slay a la ten tació n d e p e n sa r en las p rete n sio n es c o m o cosas, sig u ie n d o el m o d e lo d e las m o n e d a s, lo s láp ices y o tr a s p e rte n e n c ia s q u e so le m o s lle v a r en los b o lsillo s trasero s. H a y q u e ad m itir q u e a m en u d o re iv in d ic a m o s o e stab le ce m o s n u e str a s p rete n sio n es p r e se n ta n d o títulos, y q u e é sto s tienen típ icam e n te la fo rm a d e recib o s, b o le to s, c e rtific a d o s y otros p e d a z o s de p a p e l o p e rg a m in o . S in em b arg o , el título no es lo m ism o q u e la p re te n sió n ; m ás bien es la p r u e b a q u e establece la v alid e z de la p re te n sió n . S eg ú n este a n álisis, se p o d ría te n e r u n a p rete n sió n [have a claim ] s in re cla m ar [claim in g] n unca a q u e llo a lo q u e se tien e d e re c h o o d e lo q u e se es titular, o sin siq u ie r a sa b e r q u e se tien e u n a b a se p a r a re cla m ar; p u es es p o s ib le q u e sim p le m e n te ig n o r e m o s el h ech o d e q u e estam os en p o sic ió n d e reclam ar; o q u e p u d ié r a m o s n o e sta r d isp u e sto s a e x p lo ta r e sa situ ac ió n p o r un a u o t r a razó n , in clu id o el tem o r d e q u e la m a q u in a ria ju r íd ic a fu n c io n e m al o e sté c o rru p ta y q u e 110 h a g a q u e se r e sp e te n u e stro reclam o a p e sa r de su va lidez. C a si to d o s los a u to re s s o stie n e n q u e existe a lg u n a co n ex ió n e stre c h a entre ten e r u n a p rete n sió n y ten e r u n d e re ch o .7 A l g u n o s id en tifican p r e te n sió n y d e re c h o sin h a c e r n in gún m a tiz; o tro s d e fin e n “d e r e c h o ” c o m o u n a p r e te n sió n ju stific a d a o ju stific a b le , o tro s co m o u n a p re te n sió n re c o n o c id a , y otros m ás co m o u n a p r e te n sió n válida. En m i caso, m e in clin o p o r e s t a ú ltim a d e fin ic ió n . N o o b stan te , a lg u n o s a u to r e s rech azan la id e n tifica ció n d e d e r e c h o s co n p r e te n sio n e s v á lid a s sobre la 7 E xiste un a im p o rtan te d ifere n c ia entre d e re ch o s y m e ra s p reten sio n es. Es an álo ga a la diferen cia e n tre evidencia de cu lp ab ilid ad (su je ta a g r a d o s d e co n tu n d en cia) y d e claració n d e cu lp a b ilid ad (q u e e s to d o o n ad a). P o dem os “ ten er e v id e n c ia” q u e n o se a con cluyen te, tal c o m o p o d e m o s “ten e r una p re te n sió n ” que n o se a válida. En el sen tid o d e "p re te n sió n " [claim ] e stá in c o rp o ra d o el carácter p rim a ja c ie , p e r o la n o c ió n de un d e re c h o p r im a facie carece d e se n ü d o . So b re este ú ltim o p u n to , v é a n se A.l, M elden, Rights a n d Right Conduct, pp. 18-20, y H e rb e rt M o rris, “P e rso n s and P u n ish m en t", pp. 498-499.
b a s e d e que to d a s las p r e te n s io n e s en cu an to ta le s s o n válidas; p o r lo tan to , la e x p re sió n “ p r e te n sió n v á lid a ” es un p le o n a sm o . P o r c o n sig u ien te, e sto s a u to re s id en tificarían los d e re c h o s con las p re te n sio n e s sim pliciter. E sta , e m p e ro , es sim p le m e n te u n a c o n fu sió n . T od os las p r e te n s io n e s , hay q u e a d m itirlo , se p la n tean co m o ju stific a d a s , e sté n o n o de h echo ju s t ific a d a s . U na p re te n sió n cuya in v alid e z es a d m itid a in clu so p o r su p r o p io reiv in d ic a d o r no es en n in g ú n se n tid o un a p re te n sió n , sin o un a m e r a exigen cia. El s a lte a d o r d e cam in o s, p o r e je m p lo , exige el d in e r o d e su víctim a; p e r o d ifícilm en te lo reclam a co m o suyo p o r legítim o d erech o . N o o b sta n te , d e este s ó lid o a rg u m e n to n o se sig u e co m o c o n se c u e n c ia q u e resu lte re d u n d a n te a g r e g a r a las p re te n sio n es el calificativo d e ju s t if i c a d a s (o, co m o yo lo p r e fie ro , d e v á lid a s) en la d e fin ic ió n d e un d e rech o : p u e s s ig u e sie n d o cier to q u e no to d a s las p r e te n sio n e s p la n te a d a s c o m o v álid as re al m en te lo son ; y só lo las q u e s o n válidas p u e d e n s e r re c o n o c id a s c o m o d e rech o s. Si n o es re d u n d a n te te n e r u n a p rete n sió n válida, es decir, si n o es re d u n d a n te p r o n u n c ia r q u e la p rete n sió n d e otro es vá lid a, d e b e existir a lg o q u e p u e d a d e sc rib irse c o m o “te n e r un a p r e te n sió n no v á lid a ”. ¿En q u é co n sistiría esto? Se p o d r ía a c u m u la r ju sto la e v id e n c ia su fic ie n te p a ra a r g u m e n ta r con p e r tin e n c ia y co n tu n d e n cia q u e se tien e un d e re c h o (o q u e se le d e b e o t o r g a r un d e re c h o ), au n c u a n d o la c a u sa p u d ie r a n o ser a b r u m a d o r a m e n te co n clu y e n te. En ta l ca so , p o d r ía m o s ten er a rg u m e n to s d e su ficie n te fu e r z a co m o p a r a te n e r el d e r e c h o a u n a a u d ie n c ia y a recib ir u n a c o n sid c r a c ió n ju s ta . C u a n d o n os e n c o n tra m o s en esta s itu a c ió n , se p o d r ía d ecir q u e “ te n e m o s u n a p re te n sió n ” q u e m e re c e ser c u id a d o sa m e n te p o n d e r a d a . N o o b sta n te , t.al vez al s o p e s a r las ra z o n e s en su c o n ju n to , el re su lta d o vaya en co n tra d e l re co n o c im ie n to d e la p re te n sió n , d e m o d o que e sta p r e te n sió n q u e se tenía, y q u e tal vez se sig a te n ie n d o , no s e a u n a p r e te n s ió n ni u n d e r e c h o v álid o . E n este s e n tid o , “ ten er u n a p r e te n s ió n ” es u n a e x p re sió n m uy p a re c id a a la fr a s e ju r íd ic a “te n e r p r e s u n c io n e s ra z o n a b le s” [a p r im a ja c ie case]. Un d e m an d an te e sta b le c e la existen cia d e p re su n c io n e s r a z o n a b le s d e la r e s p o n s a b ilid a d del d e m a n d a d o c u a n d o e sta b le c e las b a s e s q u e serán su fic ie n te s p a r a d e m o str a r d ic h a re s
p o n sa b ilid a d , a m e n o s q u e el d e m a n d a d o o frezca ra z o n e s de o tro tip o q u e p e se n m ás. D e ig u a l m o d o , en el d erech o p e n a l, un g r a n ju r a d o d ic ta un auto d e p r o c e s a m ie n to cu an d o p ie n sa q u e la fiscalía tien e su ficien te e v id e n c ia p a r a q u e se la to m e en se rio y se le c o n c e d a u n a a u d ie n c ia im p a rc ia l, sean c u a le s se a n las razo n es d e p e so q u e en su fa v o r llegu e a o fre c e r fin a lm e n te la o tra p a r te . A esas p ru e b a s in ic ia le s —e sa s “p re su n c io n e s r a z o n a b le s”— se ria s a u n q u e n o c o n c lu y e n te s, tam bién se las lla m a a veces “p r u e b a s suficien tes a p r im e r a v is t a ”. En un “s e n tid o p rim a f a c ie ' p a r a le lo de la p a la b r a “p r e tc n sió n ” [claim ], ten er un a p r e tc n sió n co n r e sp e c to a x n o es (todavía) lo m ism o q u e ten er un d e r e c h o a x; es m ás b ie n te n e r a rg u m e n to s de, p o r lo m en o s, u n m ín im o g r a d o de p la u sib ilid a d , p a ra fu n d a m e n tar la a fir m a c ió n d e q u e se tiene un d e rech o a x, a rg u m e n to s q u e sí e sta b le c e n un derech o, n o a x, sino a ser e scu ch a d o y c o n sid e r a d o im p a rcia lm e n te . L a s p r e te n sio n e s, co n ceb id as d e e sta m a n e ra , d ifie re n en g r a d o ; a lg u n a s son m ás fu e rte s q u e o tras. En c a m b io , lo s d e rech o s n o d ifie r e n en g r a d o : n in g ú n d erech o es m ás un d e re c h o q u e o tr o . O tr a r a z ó n p a r a no id e n tifica r lo s d e r e c h o s co n las p re te n sion es es, sencillamente, q u e e x iste un uso bien e stab le c id o e n el d e re c h o in te r n a c io n a l q u e h a c e u n a in teresan te d istin ció n entre las p re te n sio n e s y los d e r e c h o s. L o s e sta d ista s a v eces se ven en la n e c e sid a d d e h ab lar d e “p r e te n sio n e s” c u a n d o s e o c u p a n d e las n e c e sid a d e s n a tu ra le s d e lo s se re s h u m an o s c o n g r a n d e s ca re n c ia s y en c o n d ic io n e s d e e sc a se z . L o s n iñ o s h u é r fa n o s necesitan b u e n a ed u ca ció n , u n a a lim e n ta c ió n b a la n c e a d a , e scu ela y e n tre n a m ie n to técnico e n to d a s p arte s del m u n d o; sin e m b a rg o , e x iste n , p o r d e sg r a c ia , m u c h o s lu g a re s d o n d e e sto s b ien es so n tan e sca so s q u e resu lta im p o sib le su m in istra rlo s a to d o s a q u e llo s a q u ie n e s les h a c e n fa lta . N o o b stan te, si p e rs is tim os en h a b la r d e e sta s n e c e sid a d e s co m o si c o n stitu y e ra n d e rech os y no m e ra m e n te p re te n sio n e s, n os c o m p ro m e te m o s c o n la c o n c e p c ió n d e un d e re c h o c o m o la titu la r id a d [entitlemenl] a a lg ú n b ien , p e r o n o c o m o p r e te n sió n v á lid a reclamable a a lg u n a p e rso n a en p a rtic u la r, p u e s en c o n d ic io n e s d e escasez quizá n o exista n in g u n a p e r s o n a d e te r m in a d a a la q u e p la u sib le m e n te se p u e d a a tr ib u ir el d e b e r de s u m in is tr a r los bien es faltan tes a q u ien es los n e c e sita n . En c o n s id e r a c ió n d e to d o esto, J.E .S .
Faw cett p refie re m a n te n e r firm e m e n te p re se n te la d istin ció n e n tre p re te n sio n e s y d e re c h o s. L a s p re te n sio n e s, d ic e , so n n e c e sid a d e s y d e m a n d a s e n m o v im ien to , y h a y u n a tra n sfo r m a c ió n c o n tin u a , a m e d i d a q u e u n a s o c ie d a d av an za [h acia u n a m a y o r a b u n d a n c ia ], d e p re te n sio n e s e c o n ó m ic a s y so ciale s e n d e r e c h o s c iv iles y p o lític o s [...] y d e n in g ú n m o d o t o d o s lo s p a ís e s o t o d a s las p r e t e n s i o n e s s e e n c u e n t r a n e n la m i s m a e t a p a d e l p r o ceso
.8
P o r o tro lad o, m e p a re c e q u e la a ctiv id a d d e los a u to re s d e m a n ifie sto s q u e p a re c e n id e n tific a r n e c esid a d e s, o p o r lo m en os n e c e s id a d e s b á sica s, con lo q u e llam an “d e r e c h o s h u m a n o s ”, se d e sc rib iría m e jo r c o m o u n e x h o rto a la c o m u n id a d m u n d ial p a ra q u e a d o p te el p r in c ip io m o ra l d e q u e todas las n e c e sid a d e s h u m a n a s b á sic a s sean re c o n o c id a s co m o pretensiones (en el se n tid o p rim a facie h ab itu al), q u e m erecen sim p a tía y c o n sid e r a c ió n seria en este m o m e n to , a u n q u e , en m u c h o s caso s, no p o d r á n se r tr a ta d a s p la u sib le m e n te c o m o p re te n sio n e s válidas, e sto es, co m o b a se s d e los d e b e r e s d e o tro s. H a b la r de e sta m a n e r a e v ita la a n o m a lía d e a trib u ir a h o r a m ism o a to d o s los se re s h u m a n o s, a u n a los q u e v iv e n en so c ie d a d e s prein d u striales, ta le s “d e re ch o s e c o n ó m ic o s y so c ia le s” c o m o “v a ca cio n e s p e r ió d ic a s p a g a d a s ” 9 A p e sa r d e to d o esto, sien to cierta sim p a tía p o r lo s au tores d e m a n ifie sto s, e in clu so estoy d isp u e sto a h a b la r d e un e sp e cia l “ s e n tid o m a n ifie sto ” d e “d e r e c h o ”, seg ú n el cu al un d erech o n o n e c e sita estar c o r r e la c io n a d o co n el d e b e r d e alg u ien m ás. L a s n e c e sid a d e s n a tu ra le s so n v e r d a d e r a s p r e te n s io n e s a u n q u e s o la m e n te sea p o sib le h a c e r la s valer co n r e sp e c to a h ip o téti co s sere s fu tu ro s q u e to d a v ía n o existen . A ce p to el p rin cip io m o r a l d e q u e ten e r u n a n e c e s id a d no sa tisfe c h a es ten e r u n a e sp e c ie d e p re te n sió n rc c la m a b le al m u n d o , a u n q u e n o sea rec la m a b le a n a d ie en p a rtic u la r. U n a n e c e sid a d n a tu r a l de a lg ú n s J.E .S . Fawcett, “T h e In te rn atio n a l Protección o f H u m an R ig h ts", pp. 125 y 128. 9 C o m o se declara en el A rtícu lo 2 4 de L a D ecla ra ció n U niversal d e los D e r e c h o s H u m an o s que ad o p tó , el 10 d e d iciem b re del 1948, la A sa m b lea G e n e ra l de las N aciones U nidas.
b ie n en cu an to tal, co m o u n m e re c im ie n to n atu ral, siem p re es un m otivo q u e a p o y a la p rete n sió n d e ese bien. A sí, u n a p e rso n a n e c e sita d a e stá sie m p re “e n p o s ic ió n ” d e reiv in d icar u n a p rete n sió n , au n c u a n d o no e x ista n ad ie en la p o sic ió n c o rre sp o n d ie n te p a r a h ac er algo a l re sp e c to . T ales p rete n sio nes, b a s a d a s ú n icam en te e n la n e c e s id a d , so n “p o sib ilid a d e s p e rm a n e n te s d e d e r e c h o s” , la sem illa n a tu ra l a p a rtir d e la cu al g e rm in a n los d erech o s. C u a n d o lo s a u to re s d e m an ifie sto s h a blan d e ello s c o m o si fu e r a n ya d e r e c h o s reales, fácilm en te se les p u e d e p e rd o n a r, ya q u e é sta no es m ás q u e u n a m an e ra p o d e ro sa d e e x p re sa r la co n v icció n d e q u e d e b e n ser re c o n o c id o s p o r los e sta d o s a q u í y a h o ra co m o d e re c h o s en p o te n c ia y, en c o n se c u e n c ia , co m o d e te rm in an te s d e las a sp ira c io n e s actuales y g u ía s p a r a las p o lítica s actuales. C r e o q u e e ste u so es u n ejer cicio válido d e licen cia retórica. P re fie ro c a ra c te riz a r los d e r e c h o s c o m o p re te n sio n es válidas m ás q u e co m o p re te n sio n e s ju stific a d a s , p o r q u e so sp e c h o que la ju stific a c ió n es un calificativo d e m a s ia d o am p lio . “ V alid ez", co m o yo lo e n tien d o , es ju stific a c ió n d e u n tip o lim itad o y p e culiar: ju stific a c ió n d e n tro d e un siste m a d e reglas. Lina p e r so n a tien e un d e re c h o le g a l c u a n d o el re co n o c im ie n to o ficial d e su p r e te n sió n (c o m o válida) e stá ju stific a d o p o r las reglas vigen tes. P o r su p u e sto , e sta d e fin ic ió n d ifícilm en te se ap lica a los d e r e c h o s m o ra le s, p e ro e sto n o es p o rq u e el g é n e ro al q u e p e rte n e c e n los d e r e c h o s m o r a le s c o m o e sp e c ie sea algo distinto del d e las pretensiones. U n h o m b r e tiene un d e rech o m o ra l c u a n d o tien e u n a p re te n sió n cuyo re co n o cim ie n to está ju stific a d o , no (n e c e sa riam e n te ) p o r n o rm a s ju ríd icas, sin o p o r p rin c ip io s m o ra le s, o p o r los p r in c ip io s d e u n a co n cie n cia ilus trada. E xiste to d a v ía un tipo fin a l d e a ta q u e m ás co n tra la id en tifi cación g e n é r ic a d e los derech o s y la s p re te n sio n e s; éste ha sid o lan zad o co n m u c h o s b río s en u n a r tíc u lo d e H .J. M cC loskey, “R ig h t s ” (1 9 6 5 ), q u ien so stie n e q u e los d erech o s de n in gú n m o d o so n en e se n c ia p re te n sio n e s, sin o m ás bien titu la rid a d e s [entitlements]. El tra m p o lín d e su a r g u m e n to es su in sisten cia en q u e los d e re c h o s, en su carácter e se n c ia l, son sie m p re derechos a algo, no derechos reclamables a a lg u ie n :
Mi derecho a la vida no es un derecho reclamable a nadie. Es mi derecho y, en virtud de él, normalmente es perm isible que yo mantenga mi vida frente a obstáculos. De él sí surgen dere chos reclamables a otros en el sentido de que los demás tienen o pueden llegar a tener deberes de abstenerse de m atarm e, pero es esencialmente un derecho mío, no una lista infinita de preten siones, hipotéticas y reales, reclamables a una cantidad infinita de seres humanos reales, potenciales y hasta ahora inexistentes [. . .]. De m odo similar, el derecho del miembro de un club de tenis de ju gar en las canchas del club es un derecho a jugar, no un derecho reclamable a algún grupo indefinido de obstr uctores potenciales o posibles.10 El a r g u m e n to p a rece s e r q u e , d a d o q u e los d e re c h o s son e se n c ia lm e n te d e r e c h o s a alg o , m ien tras q u e las p re te n sio n e s so n e se n c ia lm e n te p re te n sio n e s reclamables a algu ien , los d e rech os n o p u e d e n ser p r e te n sio n e s, a u n q u e sí p u e d e n ser las b a se s d e é stas. Sin e m b a rg o , el a rg u m e n to es d o b le m e n te d e fe c tu o so . P ara em p ezar, c o n tr a r io a lo q u e d ice M cC loskey, los d e r e c h o s (p o r lo m en os los d e re c h o s-p re tc n sió n le g a le s) sí se reclam an a o tro s. M cC loskey a d m ite e sto en el caso d e los d e rech os su b je tiv o s [in personam rig h ts] (que él llam a “d e re c h o s e s p e c ia le s ”), p e ro lo n ie g a en el c a so d e los d e re c h o s re a le s [in rem rig h ts] (q u e é l llam a “d e r e c h o s g e n e r a le s ”): L o s derechos especiales son a veces reclamables a individuos o instituciones específicos, p o r ejemplo, los derechos generados por prom esas, contratos, etc. [. ..]; pero difieren de [. . .] los dere chos generales característicos, donde eí derecho es simplemente un derecho a a lg o .. . 11 Q u e yo se p a , la ú n ica ra z ó n q u e M cC loskey o frece p a r a ne g a r q u e los d e rech o s reales se a n re clam ab le s a o tro s o co n tra o tro s es q u e la s p e r s o n a s a q u ie n e s ten d rían q u e re c la m a rse fo rm a n un g r u p o e n o rm e m e n te m u ltitu d in a rio e “in d e fin id o ”, q u e incluye h asta a p e r s o n a s h ip o té tic a s q u e a ú n n o existen . M u ch o s m ás han visto en é sta u n a c o n se c u e n c ia p a r a d ó jic a d e 10 H.J. M cCloskey, “R ig h ts", p. 118. 11 Ibid.
la n o ció n d e lo s d e re c h o s in rem, p e r o yo no veo n a d a p r o b lem ático en ella. Si una re gla g e n e r a l m e d a un d e rech o de no in terfe ren c ia en alg ú n asp ecto rc c la m a b le a to d o el m u n d o , h ab rá e n to n c e s lite ralm en te cien to s d e m illo n es d e p e rso n a s con un d e b e r h a c ia m í en e se a sp e c to ; y si la inism a regla g e n era l o to r g a el m ism o d erech o a to d o s lo s d e m á s, luego m e im p o n e a m í lite ralm e n te cien tos d e m illo n e s de d e b e res —o d e b e res h acia c ie n to s de m illon es de p e r s o n a s —. N o veo, e m pero , n a d a d e p a r a d ó jic o en e sto . L o s d e b e r e s son, a fin d e cu en tas, n e g a tiv o s; y p u e d o c u m p lirlo s to d o s d e un ja ló n sim plem en te no m e tié n d o m e en lo q u e n o m e im p o rta. Y si to d o s los se re s h u m a n o s fo rm a m o s una so la c o m u n id a d m o ral, y s o m os cien tos d e m illo n e s d e seres h u m a n o s, es de e sp e r a r q u e haya cien to s d e m illo n es d e re la c io n e s m o r a le s q u e im p e ren entre n o so tro s. L a o tr a p re m isa d e M cCloskey e s aú n m ás ob v iam en te d e fe c tu osa. N o hay n in g u n a b u en a r a z ó n p a r a p e n sa r q u e to d a s las p reten sio n es so n n ecesariam en te contra (es decir, reclam ab les a a lg u ien ), en vez d e p rete n sio n es de. D e h e c h o , la m ayor p a rte de la d isc u sió n an tes exp u esta ha v e r s a d o so b re pretension es de a lg o , y, c o m o h e m o s visto, el d e r e c h o e n c u e n tr a útil q u e se re c o n o z ca n pretensiones d e alg o (o “ m e r a s p r e te n s io n e s ”), que no están todavía c a lific a d a s p a r a ser p r e te n s io n e s contra a lg u ien , o d e re c h o s (e x c e p to en el sen tid o “d e m a n ifie sto ” d e “d e r e c h o s ”). Sin e m b a r g o , e ste m o s h a b la n d o d e p re te n sio n e s o d e d e r e chos, d e b e m o s d a r n o s cu en ta de q u e p a r e c e n tener d o s d im e n sion es, c o m o lo in d ic a n las p r e p o sic io n e s “d e " y “c o n tr a ”, y e n to n ces es b a sta n te n a tu ra l p r e g u n t a r n o s si a lg u n a de e stas d im e n sio n e s es d e a lg ú n m od o m á s fu n d a m e n ta l o e se n cial q u e la o tra . T o d o s los d e rech o s p a r e c e n fu sio n a r las titu larida des de [entitlements to] hacer, ten er, o m itir, o se r a lg o , con las pretensiones en contra d e q u e otros a c tú e n o desistan d e a ctu ar de ciertas m a n e r a s. En alg u n as d e c la r a c io n e s d e d e rech o s, la titu larid ad e stá p e rfe c ta m e n te d e te r m in a d a (p o r e je m p lo , a j u g a r al te n is) y la p r e te n sió n es v a g a ( p o r e je m p lo , c o n tra “a l gún g r u p o in d e fin id o d e o b stru c to re s p o te n c ia le s o p o s ib le s ”); p e ro , e n o tro s ca so s, el ob jeto d e la p r e te n sió n e s c la ro y e stá d e te rm in a d o (p o r e je m p lo , contra los p r o p io s p a d res), y la titu
larid a d es g e n e r a l e in d e te r m in a d a ( p o r e je m p lo , a re cib ir u n a e d u c a c ió n a d e c u a d a ). Si e n te n d e m o s p o r “titu la rid a d ” a lg o a lo que se tien e d e re c h o y p o r “ p r e te n s ió n ” alg o q u e se d irig e h a c ia aq u e llo s c o n tr a q u ie n e s se p u e d e re cla m ar el d erech o (c o m o ap a re n te m e n te lo hace M cC lo sk ey ), en to n ce s p o d e m o s d e c ir q u e to d o s los d e re c h o s-p re te n sió n n e c e sa ria m e n te im p lica n las d o s c o sa s , a u n q u e un o u o t r o e le m e n to s e a m ás p ro m in e n te se g ú n el caso. A m a n e r a d e breve co n c lu sió n : te n e r un d e re c h o sig n ific a ten er u n a p re tc n sió n c o n tra a lg u ie n o reclam ab le a a lg u ie n cuyo re c o n o c im ie n to c o m o p re te n sió n válid a esté ju s t ific a d o p o r a lg ú n co n ju n to d e n o r m a s v ig e n te s o p rin cip io s m o r a le s. E n c a m b io , ten er u n a pretensión e s te n e r u n a cau sa o a r g u m en to s q u e m erecen c o n sid e r a c ió n , es d ecir, ten er ra z o n e s o fu n d a m e n to s q u e n o s c o lo c a n en p o sic ió n d e h acer re iv in d i c a c io n e s p e rfo r m a tiv a s y a fir m a c io n e s p ro p o sic io n a le s. F in a l m en te, la a c tiv id a d d e reclam ar, m ás q u e n ad a, h ace p o sib le el a m o r p r o p io y el r e sp e to p o r los d e m á s, d a un se n tid o d e d ig n id a d p e r s o n a l y d istin g u e e ste m u n d o , m o ra lm e n te im p e rfe c to en o tr o s a sp e c to s, d e l m u n d o tod avía p e o r d e N u s q u am . [Traducción de C.J. Follett y L a u r a E. M an riquez] BIB L IO G R A FÍA Acton, H.B., “Symposium on ‘R igh ts’ ”, Proceedings of the Aristotelian Society, vol. supl. 24, 1950, pp. 95-110. Austin, J.L ., “A Plea for Excuses", Proceedings of the Aristotelian Society, vol. 57, 1956-1957, pp. 1-30. Fawcett, J.E .S ., “The International Protection o f Ilum an R ights” , en D.D. Raphael (comp.), Political Theory and the Rights of M an, Indiana University Press, Bloom ington, 1967. Feinberg, Joel, “Ju stice and Personal D esert”, en C.J. Friedrich y J. Chapman (com ps.), Nomos VI, Justice, Atherton Press, N ueva York, 1963, pp. 69-97. McCloskey, Il.J., “R ights”, Philosophical Qiiarterly, vol. 15, 1965, pp. 115-127.
Melden, A.I., Rights and Right Conduct, Basil Blackwell, Oxford, 1959. M orris, Hcrbcrt, “Pcrsons an d Punishment”, The Monist, vol. 52, 1968, pp. 475-501. Warnock, G. J., “Claims to Knowledge”, Proceedings of the Aristotelian Society, vol. supl. 36, 1962, pp. 19-32.
D
a v id
W
ig g in s
T h e a r t o f our n e ce ssitie s is stran ge . S h a k e s p e a r e (K in gL e ar, III, 2, 70)t
O, I llave ta’en T o o Jittle care o f th is! Take physic, p o m p ; E x p o sc thyself to fe el what w retch es feel, T h a t thou mayst sh a k e the s u p e r flu x to them A n d show the h eaven s m ore ju st. (Ib id .,]U , 4 ,3 2 )t
1. D u ran te m u ch o tie m p o se h a c o n s id e r a d o q u e d e b e e x istir a lg u n a re la ció n e str e c h a entre las n e c e sid a d e s d e lo s seres h u m a n o s y sus d e re c h o s a b stracto s. H .L .A . H a r t d a b a voz a u n a in tu ición só lid a y m uy c o m ú n c u a n d o e sc r ib ió : U n
c o n c e p to d e d e r e c h o s legales r e s tr in g id o a a q u e llo s c a so s e n
l o s q u e l a l e y [. . . ] r e s p e t a la e l e c c i ó n d e l a s p e r s o n a s s e r í a
de
m asiad o lim itado,
ley
p u e s exisLe u n a f o r m a d e c r í t i c a
m oral
a
la
’ U na versión lige ram e n te distinta d e e s te ensayo a p a r e c ió en u n h om enaje a Jo h n M ackie: T. H o n d erich (com p.), Morality and Objectivity. l a s secciones 4, 5 , 6, 7, 8 y 14 son a d a p ta c io n e s d e un tra b a jo so b re n e c e sid a d e s que ap are ce rá en o tra pu b licació n y, d e o tr a form a, en el Jo u r n a l o f M edical Ethics, con S ira D erm en co m o c o a u to r a , a quien le e sto y m uy a g r a d e c id o . Me fueron d e g ran provecho las c artas q u e B ern ard W illiam s y R on ald D w orkin tuvieron la gen tileza dé en v iarm e so b re el penúltim o b o rra d o r. T am b ién ag ra d e zco las re c o m e n d a cio n e s y su g e re n c ia s d e Je n n ife r I lornsby, Su sa n Ilurley, E o b ert G ay, M ich ael Sm ith y M arg ery Eagle, a sí c o m o d e R o g e r S c ru to n y A nthony P rice (qu ien es h icieron m u c h as m ás su g e re n c ia s q u e aq u ellas a las que p u d e h acer justicia). t ¡A rte e x tra ñ o el d e n u e stra s n e cesid a d e s. . .! (E l rey Lear, III, 2, 70). * ¡O h, c u á n p o co m e h a b ía p re o c u p ad o p o r esto! P o m p a, a c e p ta e sta m edi cina; exponte a sen tir lo que sien ten los d e sg r a c ia d o s, p a r a q u e p u ed as verter so b re ellos lo su p e rflu o y m o stra r a los c ie lo s m ás ju sto s. (III, 4, 32)
q u e [. . .] s e i n s p i r a e n l a c o n s i d e r a c i ó n d e l a s n e c e s i d a d e s q u e l a s p e r s o n a s tien en d e c ie rta s lib e rtad e s y p r o te c c io n e s o b e n e ficio s fu n d a m e n t a le s . L a c r ític a a la ley p o r n o s a t is fa c e r ta le s n e c e s id a d e s i n d i v i d u a l e s e s d i s t i n t a , y e n o c a s io n e s c o n t r a r i a , a la c r ític a en la q u e B e n th a m e sta b a in teresad o , tal vez d e m a n e r a d e m a sia d o e x c lu s iv a , d e q u e la le y e n m u c h o s c a s o s n o l o g r a p o t e n c i a r al m á x i m o la u t il id a d a g r e g a d a
.1
E n la p rá c tic a , sin e m b a rg o , la re lació n e n tre las n e c e sid a d e s y los d e re c h o s h a m o stra d o ser d ifícil d e a p re h e n d e r. D e sd e lue g o , no c a b ía e s p e r a r q u e un vín culo de este tipo fu e r a sen cillo o in m u tab le , o q u e a p o r ta r a la p ista faltan tc p a r a to d o lo q u e aú n n o s in trig a en la id e a d e ju stic ia . P ero si se tra ta d e u n a re la c ió n n o só lo c o m p le ja , sin o im p o rta n te , y lo q u e la afian za está ah í p a r a ser d e sc u b ie r to en tre lo q u e nos p a r e c e que en re a lid a d susten ta n u e str a s d iv ersas ideas so b re la ju stic ia , se ría u n a v e rd a d e ra lástim a q u e el no ser sim p le o in m u tab le si g u ie ra in terfirie n d o e n n u e stra ten tativ a d e e n te n d e r la fu erza e sp e c ia l y el im p acto p o lític o d e u n a p re te n sió n d e n e c e sid a d seria. P o sp o n e r e l p r o b le m a e q u iv a le a p o sp o n e r el d ía en q u e in te n te m o s o fr e c e r n o s u n a e x p lic a c ió n d e la ju s t ic ia b a s a d a e n ta n ta s id e a s d istin ta s c o m o tal vez la ju stic ia m ism a resu lte e n ce rrar. S in e m b a rg o , an tes q u e to d a s las p r e g u n ta s s o b re la ju s t i cia y la titu la rid a d d e u n d e r e c h o [entitlement], te m a en el q u e m e he se n tid o c ó m o d o tr a b a ja n d o en un m a rc o sim ilar a l de J .L . M ack ie, no p r e s u p o n ie n d o el E sta d o de b ie n e sta r, sino r a z o n a n d o ca te g ó ric am e n te y p u n to por p u n ió so b r e el tip o de d e re c h o q u e crea la n e c e s id a d ,2 será n e c e sa rio a b o r d a r p o r su p r o p ia e n v e rg a d u r a y co n c ie r ta a m p litu d la p r e g u n ta d e q u é e s n e c e sita r —u n a p r e c a u c ió n q u e n o h an to m a d o en cu en ta ni los d e fe n so r e s ni ta m p o c o los crítico s d e la id e a d e q u e se d e b e h a c e r a lg o serio co n e sta n o ció n d e n lro d e la filo so fía p o lític a —. D ifícilm en te se p u e d e e x p lic a r la fu e r z a e sp e c ia l d e u n a p re te n sió n si an tes n o se d e te rm in a co n p r e c isió n q u é d ic e 1 H .L .A . H art, "B en th a m o n L e g a l R ig h ts”, p. 200. 2 J .L . M ackie, "C a n T h e r e Be a R igh ts-B ased M o ral T h e o r y ? ” y “R igh ts, U tility, an d U n iv e rsalizatio n ” . V éan se tam bién su “R igh ts, U tility an d E xternal C o sts" y otros artículos de Penons and Valúes: Selected Papers, vol. II, ensayos X Il-X V I.
q u ie n la p lan tea, o en q u é c o n te x to s p a re c e p a rtic u la rm e n te n a tu r a l p la n te a rla , o a q u é c o n c e p c io n e s o fa lsa s c o n c e p c io n e s en e sp e c ia l se p r e s ta n e sto s co n te xto s. 2. Q u ie n e s se q u e jan d e q u e e n n u e str a tra d ic ió n se h a d e ja d o relativ am e n te d e lad o la p r e g u n ta d e q u é es n e c e sita r a lg o a veces a cu d e n a los e sc rito s de H e g e l y M arx ; p e ro lo m ás prob a b le es q u e los d e cep cio n e n . Es cierto q u e e sto s d o s a u to re s h acen un re co n o c im ie n to a le n ta d o r d e la fa m ilia rid a d y la im p o r ta n c ia d el c o n c e p to d e n e c e sid a d , y es cie rto tam b ién q u e e n el c a so d e M arx se e n c o n tr a r á la c é le b re , o tristem e n te cé le b re, fó r m u la “d e c a d a q u ie n s e g ú n su c a p a c id a d , a c a d a q u ie n s e g ú n su n e c e sid a d ” 3 (au n q u e, e n r e a lid a d , él n o inventó e ste p rin c ip io ).4 P ero ni M arx ni I le g e l d ic e n lo q u e es u n a n e c e si d a d ni in d ic an q u é es lo que, en u n d e te r m in a d o caso , o c a s io n a q u e a lg u ie n n ecesite esl.o o a q u e llo . E n H e g e l, hay u n a fu e r te te n d e n c ia a a b o r d a r las n e c e sid a d e s ju n to con los d e se o s : p a r a e m p e z a r, se co lo can las n e c e s id a d e s ju n to c o n lo s d e se o s d e l lad o d e la su b jetiv id ad , en c o n tr a p o s ic ió n a los o b je to s d e n e c e sita r y d e se a r y la re alid a d q u e se les re siste (c o m o en la d e sc r ip c ió n d e la e v o lu c ió n de la c o n c i e n c i a d e s í e n la Fenome nología del espíritu)-, y lu e go se v u elv en a a g r u p a r con los d e s e o s , en el nivel so cial, e n la to ta lid a d q u e a b a r c a todos lo s in tere se s y m o tiv a c io n e s q u e con stitu yen la s o c ie d a d civil co m o un “s is te m a d e n e c e s id a d e s ” (tal c o m o o c u r r e e n la Filosofía del derecho). N o se p u e d e a c u sa r a M a rx de e sL a fu sió n ; sin e m b a rg o , lo q u e o b se r v a m o s e n su ca so es la n e g a tiv a filo só fica m e n te d e b ilita n te a d e c ir a lg o q u e p reju z g u e c u a lq u ie r p a r te d e la su sta n c ia d e l c rite rio p ú b lic o d e n e c e sid a d q u e su p u e sta m e n te a p o r t a r á la h istoria, o a an tic ip a r d e a lg u n a o tr a m a n e r a las n e c e s id a d e s q u e u n a fu tu r a “c o n c ie n c ia q u e r e b a s e su s lím ites” re c o n o c e r á c o m o e x p r e sió n a p r o p ia d a d e la “e se n c ia h u m a n a ”. 3 Crítica del Program a de Gotha (hacia e l fin al del tercer co m en tario de M a rx so b re el docu m en to). P a ra m ayores re fe re n c ia s a M arx y H egel, véase P a tricia S p rin g b o rg , The Problem ofH u m an Needs a n d the Critique o f Civilization. V é a se tam b ién el im p o rta n te e stu d io de A g n e s H eller, The Theory ofN eed in M arx. 4 Cfr. W. Sh ak esp eare, E l rey Lear. “ ¡D istrib u y an cu an to le so b ra, y así te n d r á cad a u n o lo q u e basta! (IV, 1, 66). Y p a r a fo rm u lacio n es p re m arx istas d el s i g lo X i X s o b r e el p rin cipio de c a p a c id a d e s/n e c e sid a d e s, véase G. D el V ecch io, ju stice: An H istorical and Philosophical Essay, pp. 1 4 7 -1 4 8 , n ota 3.
A e s t e re sp e c to , lo s filó so fo s a n a lític o s n o se v e n ta n re s trin g id o s c o m o , al p a re ce r, lo e sta b a M arx . P e ro en el tip o de filo so fía q u e n o so tr o s h acem o s, a u n q u e sen sible co m o sie m p re lo es a p r e g u n ta s d e la fo rm a ¿qué es tp-ar?, la id ea d e n e c e sita r a lg o p a d e c e la c u lp a p o r a so c ia c ió n . O b ien la idea h u ele a dirigism o, in te rfe re n c ia e statal en los p r o c e s o s d e p r o d u c c ió n y d e s a g r a d o p o r la “ p referen cia d e los c o n su m id o r e s ”,5 o b ien re vive m alo s r e c u e r d o s acerca d e la “in v e stig a ció n d e c a p a c id a d e c o n ó m ic a ” y o tro s n u m e ro so s in ten tos p rev io s p o r re strin g ir el n ú m e ro d e in d ig e n te s co n d e re c h o a re cib ir a siste n cia en la calle e n v ir tu d d e la Ley d e P o b re s (Poor L aw ) de 1601 y su s e q u iv a len tes m ás recien tes ( se g u r id a d so cial, etc.). O , si n o, d e a lg u n a m a n e r a lo g r a d e sp e r ta r a m b o s tip o s d e a so c ia c ió n . Y, en c a so de q u e é s t a no re p re se n te u n a d e sv en taja su ficie n te p ara la id e a , q u ie n e s han e sta d o d isp u e sto s a e x p lo r a rla se h an se n tid o d e s c o n c e r ta d o s al p e rc a ta rse d e q u e , al v e r el p r o b le m a d e la ju s t ic ia co m o te n d ían a v erlo , en vez d e sim p lific a r las c o sas, c o n sid e r a r p o r se p a r a d o la n e c e s id a d só lo las c o m p lic a b a. T am b ié n d a b a a a lg u n a s p re g u n ta s un tin te d e in d e fin ició n q u e e slo s filó so fo s se m o str a b a n re acio s a a c e p ta r c o m o in h eren te al tem a. 3. N o o b sta n te lo in h ib id o ra s q u e h a n sid o e sta s d u d a s, s o s p e ch as y d ific u lta d e s d en tro d e la filo so fía m ism a, resu lta un h ech o s o r p r e n d e n te y d e s u m a im p o r ta n c ia q u e s ó lo o p e re n en el nivel te ó ric o . E n la p rá c tic a —y e n u n a m e d id a q u e n o se p o d ía p re v e r o s iq u ie r a im a g in a r s o b r e la b a se d e u n e x a m e n d e la te o ría p o lític a a c tu a l—, el p r o c e so p o lítico -a d m in istra tiv o , tal c o m o lo c o n o c e m o s en E u r o p a y A m é r ic a d e l N o rte , a d u r a s 5 Cfr. A n th on y Flew, The Politics of Pror.rv.sles, p. 117: E l é n fa sis e n las n e c esid a d e s en c o n tra p o sic ió n a los d e se o s [...] n o p u e d e sin o d e s p e r ta r el in terés de a q u e llo s a q u ie n e s les g u staría verse co m o e x p e rto s c a lific a d o s tanto p a ra d e te rm in a r c u á le s son la s n e cesid a d e s de otros, c o m o p a ra in d icar y ap lic a r los m e d io s a d e c u a d o s p a r a satisface r tales n e c esid a d e s. O c o m p á re se Je r e m y B ray , Decisión in Government, p. 72, citad o en la n o ta 5 d e l ensayo V I d e m i Needs, Valúes, Truth.. P a ra críticas en un ton o y un ten or m uy distin tos, v é a se J a m e s G riffin, "M o d e rn U tilita ria n ism ’1, pp. 3 4 0 -3 4 3 .
p e n a s p o d r ía c o n tin u a r (a d u r a s p e n a s p o d r ía in c lu so co n clu ir un
a r g u m e n t o ) sin
n e c e sid a d
rec u rrir d e
m an era
c o n s t a n t e a la id e a d e
:6
El principal objetivo del Plan Beveridge consiste en ofrecer en la mayor medida posible un sistem a unificado de mantenimiento del ingreso para cubrir las necesidades originadas por una di versidad de causas. (G.D.H. Colé, panfleto explicativo del Plan Beveridge.) L a opinión casi unánim e de los científicos es que, a pesar del desarrollo de los m étodos in vüro de pruebas y experimentación, y a pesar de los avances en las técnicas de cultivo tisular, todavía necesitamos realizar experim entos con anim ales vivos. La Dirección de Energía Atómica del Reino Unido [. . .] dijo al go bierno que piensa que se necesita construir un reactor rápido y, naturalmente, tiene interés en avanzar a partir de la experiencia obtenida en las dos plantas de pequeña escala que ha operado en Dounreay, Escocia, y p asar a la siguiente etap a lógica de desarro llo. (The Times, 18 de m arzo de 1981.) El ministro decidió no reabrir la investigación; en su resolución dijo haber considerado los cam bios generales relacionados con el proyecto de niveles de circulación y los pronósticos de tráfi co desde la investigación, y dio por hecho que no afectaban las pruebas en las que el inspector b asó su recom endación. Se mos tró convencido de que los proyectos son necesarios y el camino 6 A u n q u e es en el ra zo n a m ien to y la arg u m e n ta c ió n oficiales, y no en los d e c re to s legislativos, d o n d e se o b se rv a e l uso m á s fre c u e n te d e la p alab ra "n e c e sid a d ”, é sta de n in g u n a m anera se d e sc o n o c e ni siq u ie ra en las leyes ap ro b a d a s por el Parlam ento. Por ejem plo, en la cláusula 2 de la Ley de T rans p o r te de 1978 se ob liga a los c o n se jo s de los c o n d a d o s d e In g la te rra y Gales a p r e p a r a r y p u b lic ar cada añ o u n plan q u in q u e n a l de tra n sp o rte público en el q u e se exam in en los se rv ic io s d isp o n ib les “en relación con las n ecesidades". (V éase la fuen te d o n d e se d a este uso, e n el L ib r o B la n co Transport Policy 1977 Crnnd. 6836, el cual e sta b le c e com o u n o de los ob jetivos de la política oficial “satisfac e r las n e c e sid a d e s sociales a s e g u r a n d o un nivel razon able de m o v ilid ad ".) N ó tese que en e! tercer e je m p lo de la s e r ie sigu ie n te en co n tram o s, con la m ism a frecuen cia, la fo rm a “x n ecesita se r V a d o ”, q u e , c a b e su pon er, es un a tran sfo rm a c ió n de “es n e c esa rio q u e x se a V -ado”, q u e p resu m ib lem en te viene d e “n e cesitam o s V-ar a x” o “n e cesitam o s q u e x se a V -ado”.
debía construirse. ( T h e T im es, Inform e Jurídico, 10 de diciembre de 1977.) E n a lg u n a o c a sió n , un e c o n o m ista m e d ijo —y d e sd e en to n ces m e he d a d o cu en ta d e q u e es u n a r e a c c ió n p ro fe sio n a l típ ica—: “ ¿ Q u é q u ie re u ste d d e cir c o n n e c e s id a d ? ¿U na n e c e sid a d es a c a so sim p le m e n te a lg o q u e q u ie re , p e ro p o r lo q u e no e stá d isp u e sto a p a g a r ? ” S e tra ta d e un p la n te a m ien to in g e n io so , así c o m o p e rsp ic a z con resp ecto a a lg o {cfr. secs. 2 6 -2 7 ). Sin e m b a rg o , su im p re c isió n literal s e r á e v id e n te p a r a c u a lq u ie ra q u e h a g a el e x p e r im e n to d e re fo r m u la r las a firm a c io n e s de “n e c e s i d a d ” o “n e c e s it a r ” an tes c ita d a s p a r a r e e m p la z a r estos té rm in o s p o r “q u e r e r ”, “d e s e a r ”, “p r e fe r ir ” o su s d e r iv a d o s n o m in a le s. N o im p o rta c ó m o lo h a g a m o s, el r e su lta d o no só lo carec erá d e la fu e rz a re tó rica d el o r ig in a l, sin o in clu so d e su sig n ific a d o , c o h e r e n c ia y se n tid o a r g u m e n ta tiv o p artic u lare s. Y e sto es a lg o q u e d e b e m o s exp licar, e n vez d e a r r e m e te r c o n tra la id e a d e n e c e s id a d y a c u sa rla d e tr a ta r d e o b lig a r n o s a a ctu ar o d e fo m e n ta r y s e c u n d a r u n a tr a n sic ió n ilícita d e un e n u n c ia d o d e lo q u e es a un e n u n c ia d o d e lo q u e d e b e se r.7 De hecho, d e b o d e c ir que, d a d a la fu erza e sp e c ia l q u e co n llev an las p a la b r a s “ n e c e s id a d ” o “ n e c e s ita r ”, d e b e m o s tra ta r d e id e n tifica r a lg ú n co n te n id o e sp e c ia l q u e p o se a n en v ir tu d d el cual a d q u ie re n esa fu e rz a . S e r ía u n a su e rte d e m a g ia d e p a la b r a s si u n a d ife re n c ia tan n o ta b le co m o la q u e hay en tre “q u e r e r ” y “n e c e sita r ” o b e d e c ie r a a a lg o q u e no fu e r a u n a d ife re n c ia su stan cial. 4. E sta ú ltim a a se v e r a c ió n p o d r ía d e fe n d e r se en té rm in o s g e n e r a le s r e la c io n a d o s con el s ig n ific a d o y la fu erza. P ero c u a n d o a lg u ie n se sie n te m uy a tra íd o p o r la id e a d e q u e las n e c e sid a d e s so n c ie rto tip o d e fu ertes d e se o s o p r e fe r e n c ia s, o d e fu e rte s d e 7 Cft: S p r in g b o rg , op. cit., A p é n d ice . D e ja n d o d e lad o cu alq u ier o t r a c o n sid e rac ió n , la a c u sa c ió n con cedía d e m a sia d o a la p a lab ra . N o hay n in gu n a co n trad icció n real en decir: “E sta pacie n te n e c e sita una tran sfusión d e san g re ; p e ro n o p u e d e recibirla. L a ún ica sa n g re c o m p a tib le se d e stin ó a o tra p e r so n a," (E.D. Watt, “H u m a n N eeds, H u m an W ants, a n d P o litic a l C o n se q u e n c e s", p . 541, atrib u y e el m ism o e rro r a K .R . M in o g u e , q u ie n equivocadam en te c a ra c te riz a u n a n e c e sid a d com o algo q u e tien e p o r d e fin ic ió n “u n d e re c h o a la satisfac c ió n ". V é ase M in o g u e , '['he Liberal M in d, p p . 46, 103.)
s e o s o p referen cias in c o n sc ie n te s,8 se p u e d e n a d u c ir c o n sid e ra cio n e s m ás p articu lare s. Si q u ie ro te n e r x y x = y, en ton ces no n e c e sa ria m e n te q u ie ro te n e r y. Si q u ie ro c o m e rm e e se ostión y ese o stión es el o stió n q u e m e r e le g a r á al o lv id o , n o se sigue q u e yo q u ie ra c o m e rm e el o stió n q u e m e r e le g a r á al olvido. P e ro co n las n e c e sid a d e s e sto n o es así. S ó lo p u e d o n e c e sitar x si a lg o idén tico a x es a lg o q u e n ec esito . A sí que, a d ife re n c ia de “ d e s e a r ” y “q u e r e r ”, “n e c e s ita r ” no es ev id en tem en te un verbo in ten sio n al. L o que n e c e sito n o d e p e n d e d el p e n sa m ie n to ni d e l fu n cio n am ien to d e m i m en te (o n o sólo d e e llo s ), sin o d e la m a n e r a co m o es el m u n d o . A d e m á s, si q u e re m o s a lg o p o rq u e es F , c re e m o s o so sp e c h a m o s q u e es F \ p e ro si n e c e sitam o s algo p o r q u e es F , d e b e ser re a lm e n te F, cre am o s o n o q u e lo e s.9 5. U n a vez re g istra d o d e e ste m o d o el evidente c a r á c te r d istin ti vo d e n ecesitar, p o d e m o s a c e rc a rn o s un p o c o m ás a u n a eluci d a c ió n p ositiva. A lg o e n lo que se h a in sistid o en la m ayoría de las e x p lica cio n e s a n a lític a s d e n e c e s ita r 10 es q u e n ec esitar es, 8 ¿O d e se o s o p re fe ren c ias q u e yo d e b e ría tener si fu e ra ra c io n a l? Pero, ¿qu ién p u e d e decir q u é e s ra c io n a } que alg u ie n q u ie ra an te s d e sab er qué n e c e sita? D esde luego, d e b e h a b e r m uch as o tras m a n e ras d e llegar a deseos ra c io n a le s que no sea por m e d io de las n e cesid a d e s; p e ro en la m edida en que la ra c io n alid ad entra en ju e g o , si ac a so esto ocurre —es decir, la racion a lid a d segú n se con cibe in d e p e n d ie n te m e n te de m otivacion es reales d ad as— sin d u d a la idea de n ecesitar p o r lo m en os deb e ocu rrir sim u ltán eam en te con la id e a d e querer, y se le d e b e re c o n o c e r s u p ro p ia id e n tid a d sem án tica, 9 V éan se las contu nd entes críticas d e A .R . W hite a la asim ilac ió n d e las n e ce sid a d e s y los d e se o s e n M odal Thinking, p. 114. H a y v a ria s o tr a s m aneras d e sacar este tipo d e d ifere n cia; pero un a fo rm a d e hacer la d istin ció n puede y d e b e ser descartada con firm e z a y es ciertam en te su p e rflu a . S e trata de la p re te n sió n de que un h om b re que n e cesita se eo ipso carece d e se y p ad ece sin x, en tanto q u e un h om b re q u e qu iere x tal vez no carezca d e x. El prob lem a c o n siste en q u e no e s v erd ad que carezco d e todo aq u e llo q u e necesito; todo tipo d e cosas que ya tengo so n co sas q u e n ecesito. A este re sp e c to , véase d e nuevo W hite, p. 107. S o b re e l otro p u n to d e vista, c o n sú lte se , p o r ejem plo, Ben n y Peters, Social Principien and the Democratic State, p. 143. 10 L a s excepcion es son (1) G .E.M . A n sc o m b e , “F ilo so fía m o r a l m o d e rn a", p. 35: “D ecir que [un o rg a n ism o ] n ecesita e s e entorno n o e q u iv a le a decir, p o r ejem p lo, q u e q u erem os q u e ten g a ese am b ien te, sino q u e no se d e sarro lla rá b ie n —no 'flo recerá’— a m e n o s que lo ten g a. C laro está q u e todo d e p e n d e d e isi queremos q u e florezca!, co m o d iría H um e. Sin e m b arg o , el ‘to d o 1 q u e ‘d e p e n d e ’ de que q u e ram o s q u e florezca es si el h echo d e q u e necesite e se am bien te, o que no p ro sp e re sin tie n e la m ínim a in flu e n c ia en n uestros
él,
p o r n a tu ra le z a , n e c e sita r p a r a u n p r o p ó sito , y io s e n u n c ia d o s d e n e c e sid a d q u e no m en cio n an los p r o p ó sito s c o rre sp o n d ie n tes (o “ e s t a d o s fin a le s” co m o lo s llam a W hite) son u n a elip sis —a lg u n o s d iría n u n a elip sis tr a m p o s a — d e o r a c io n e s q u e sí los m e n c io n a n .11 E n e sta a fir m a c ió n hay a lg o q u e p a r e c e c o rre c to y alg o m ás q u e p a re ce e q u iv o ca d o . L o q u e p a re c e c o rre c to tien e q u e ver co n lo q u e p o d e m o s lla m a r u n a n e c e s id a d m e ra m e n te in stru m e n ta l. A lg u ie n p u e d e d e cir “N e c e sito te n e r d o s m il p e so s a h o r a p a r a c o m p r a r un tra je ” , o, sie n d o elíp tico , “N e c e sito d o s m il p e s o s ”. Si no p u e d e c o n se g u ir el tr a je q u e tiene p e n sa d o en m e n o s d e d o s m il p e so s, e n to n ce s es v e rd a d , seg ú n un a in te r p r e ta c ió n in stru m e n tal d e su a firm a c ió n , q u e n e c e sita los d o s m il p e so s. L o q u e se d e b e so ste n e r p a r a q u e e sto s e a a sí es a lg o d e la form a: E s n e c e sa rio (en re lació n con el m o m e n to t y co n las cir c u n sta n c ia s c d e t) q u e si ( ...........en t") en ton ces (_______ en O -12 a c to s ; (2 ) Jo e l Fein berg, Social Philosophy, p. I I I : “E n sen tid o gen eral, decir q u e S n e cesita x es d e c ir sim plem en te q u e si no tiene * re su ltará d a ñ a d o ." (Cfr. D. Miller, Social Justice, p. 130; D.A .J R ich ards, A Theory o f Reasonsfor Aclion, pp. 3 7 -3 8 ; A .M . H o n o ré , “S o c ia lju s t ic e ”, p. 78.) L a p rin c ip a l d ifere n cia entre estos an álisis o e lu cid ac io n e s y el que e x p o n d ré estriba en q u e p ro p o n g o ver necesitar co m o un co n ce p to explícitam en te m o d a l, lo q u e n o s lleva a in sistir en q u e el c o n d ic io n a l d e A n scom b e esté re g id o p o r “ n e c esa riam e n te ". P ara o tro s trab a jo s q u e p are ce n estar bajo la in flu e n cia d ire c ta o in d irecta d e la fo rm u lació n d e A n sc o m b e , véanse D, Wigg in s, Sameness and Substance, p. 183, y j. F in n is, N atural Law and Natural Rights,
passim. 11 É ste es el p u n to en co m ú n en las e x p licacio n e s p o r lo dem ás m uy diver gen tes (y en tonos tam bién divergentes) de Flew, W hite y Barry. V éase Flew, The Politics of Procrustes, p. 120 (“Si d igo q u e n e c esito algo, nunca es irrele vante p r e g u n ta r p a ra q u é Siem pre hay alg o h ip otéticam en te im perativo a c e r c a d e mi n e c e sid a d "); W hite, Modal Thinking ("D e c ir que A n ecesita t/-ar es u n a elipsis d e decir q u e A n ecesita t/-ar p a r a /-ar [d o n d e / a r es el estad o final] (p. 105), [.. .] no p e rcib ir la n atu raleza elíptica d e los en u n ciad os sob re lo q u e A n e c e sita d a pie a argu m en tos que van c a d a u n o p o r su lad o (p. 106) [...]. “¿A n e c e s i t a * ? ” e s un a p re g u n ta elíptica, no n o rm ativ a " (p. 10G)); B rian B arry, Political Argument, cap . III, sec. ña. 12 E n se n tid o estricto, a q u í d e b e m o s a g r e g a r alg o q u e im p liq u e q u e cu al q u ie r cosa q u e o c u p e el lu g a r “ .......... ” e s un asunto de interés. P ero muy pron-
E n el c a s o q u e nos o c u p a , el a n te c e d e n te del c o n d ic io n a l se re la c io n a c o n el h echo d e q u e el h o m b re ten g a el tra je , y el c o n se c u e n te co n el h ech o de q u e te n g a los d o s m il p e so s. H a s ta a h í v am os bien . Si a lg o a sí es c o rre cto , e n to n ces re su lta p e rfe c ta m e n te c o m p r e n sib le la a firm a c ió n de q u e c ierto s u so s d e “N e c esito te n e r x" son e líp tic o s (p o r e je m p lo , la a firm a c ió n “ N e c e sito d o s m il p e s o s ” q u e h ace este h o m b re ); y u n a cla se c o m p le ta d e o ra cio n e s no e líp tic a s so b re necesitar recib e u n tra ta m ie n to verosím il. P e ro hay a lg o m ás que la e lu cid a ció n n o lo g r a exp licar. E s el h ech o d e q u e , si y a h em o s visto to d o lo q u e e ste h o m b re p u e d e d e cir s o b r e su n e c e sid a d , en to n ce s p o d e m o s re sp o n d e r d e m a n e r a a p r o p ia d a y ce rte ra a su a fir m a c ió n co n : “ N e c e sita s d o s m il p e s o s p a r a c o m p r a r e se traje, p e r o n o n e c e sita s d o s m il p e so s, p o r q u e n o n ec esitas c o m p r a r e se tr a j e . ” L a te o ría d e la elipsis in d ic a e n to n c e s q u e él d e b e in sistir e n q u e tien e un fin p ro p io p a r a e l c u a l es n e c e sa rio e l traje. S in to, c u an d o lle g a m o s a las n e c esid a d e s n o instru m entales, q u e s o n la s q u e re a lm e n te n o s interesan, lo añ ad id o s e r á su p e rflu o , p o rq u e su stitu irem os el “ ...........” del antecedente p o r u n e n u n c ia d o q u e represente algo q u e in evita b lem en te se a del interés de la p e rso n a. N o obstan te, llam o la aten ció n h acia esto, po rq u e, au n q u e haya un u so d e a c u e r d o con el cu al el an teceden te n o n e cesita av alar algún fin com o asu n to d e in terés (“p a r a h acer algo totalm ente in útil a sab ien d as de que es totalm ente in útil, se n ecesita m ucha p a c ie n c ia”, ¿ p u e d e alg u ie n realm ente d e c ir eso?), el u so elíptico co m ú n d isc u tid o en el p á rr a fo sig u ie n te sólo existe cu an d o el an teced en te su prim id o s i se re lacion a con alg o que es un asu n to d e interés. P ara m ayores detalles so b re la n e c e sid a d in v ocada en la fórm u la, véase la sección 8 m ás adelante. L a s tres variab les d e tiem p o t, t' y t" son n e c esa rias en la fo rm a co m p le ta del en u n ciad o d e “ n e cesid ad " sin n in gun a elipsis ni ab rev ia c ió n (aun que, com o es evidente, n o varían de m an era totalm ente in d e p e n d ie n te ). t" no tien e p o r q u é se r t', p u e s e s posible alcanzar la fin alid ad m e n c io n ad a en el antecedente d e sp u é s del requisito m en cio n ado en el con se cuente. t no tiene p o r qué ser t ", p u e s el e sta d o final —que un niño ten ga u n a b u e n a s e g u n d a dentición, p o r e jem p lo — tal vez c re e u n a n ecesid ad an terior de q u e se tom en ciertas m edidas. Y t t a m p o c o tien e p o r qué ser t', p u e s ahora (i) p u e d e ser n ecesario que se tom en c ie r ta s m ed id as para el año sig u ie n te (i') p o r el b ien de la su b sigu ien te (t" ) se g u n d a den tición —au n cu an d o e l añ o an te rio r (antes d e i) n o haya sido n e c e s a r io q u e estas m ed id as s e to m aran en i '—. Antes d e t existía la posibilidad d e p re sc in d ir de estas m ed id as en t7, p o r e jem p lo , cu idan do de la m a r e r a a p ro p ia d a , o m ejor, la p rim era den tición . D ete rm in ar la relación d e los in d ic a d o re s d e tie m p o en este tipo d e elu cida ción con los tiem pos verbales q u e a p a r e c e n en las d iversas fo rm as del le n g u a je n a tu ra l q u e preten de elucidar re b a sa c o n c re c e s m i objetivo presen te.
e m b a r g o , q u e d a c la r o q u e sin u n a d e lib e ra d a in te rp re ta c ió n e r r ó n e a d e lo q u e e sta m o s d ic ie n d o , n o p u e d e r e p lic a r d e e sa m a n e ra . En c a s o d e q u e tu v ie r a a b ie n r e sp o n d e r así, en to n ce s se n o s a b riría la p o s ib ilid a d , d a n d o a n u e stro c o m e n ta r io el ú n ic o se n tid o q u e p o d r ía m o s d a r le , d e d e c irle que sim p le m e n te n o c a p tó lo q u e e stá en ju e g o . L o q u e él d e b e d e m o stra r, si q u ie r e h a c e r algo m ás q u e la a fir m a c ió n in stru m e n ta l, es q u e no puede seguir adelante sin ese traje, q u e su vida se m alogrará sin él, o a lg o p o r el estilo. ¿ Q u é su g ie re la e x isten cia d e e ste req u isito a d ic io n a l m ás p r o b le m á tic o ? S u g ie re q u e si b ie n “ n e c e sid a d ” e n tra ñ a un s e n tid o in stru m e n ta l d e a c u e r d o c o n el c u a l p o d e m o s p e d ir q u e se e sp e c ifiq u e a lg ú n p r o p ó s ito e n u n a v e r sió n n o e líp tic a d e la p r e te n s ió n d e “ n e c e sid a d e s” y n o hay lím ites p a r a e ste p r o p ó s i to (e x c e p to lo s lím ites d e lo q u e p u e d e ser co n c e b ib le m e n te d e in te ré s p a r a a lg u ie n ), “ n e c e s id a d ” tie n e o tro s e n tid o en el q u e el p r o p ó s ito ya está fija d o , y fija d o e n v irtu d d e l sig n ific a d o d e la p a la b r a . L o q u e es m á s, é s te d e b e ser el se n tid o d e la p a la b r a e m p le a d a p o r la m ay o ría d e los cien tífico s, la D ire c c ió n d e E n e r g ía A tó m ic a d e l R e in o U n id o , el M in istro y lo s o tr o s q u e p la n te a n la s p re te n sio n e s d e n e c e s ita r cita d as en la se c c ió n 3 .13 E s ta s p e r s o n a s e stá n r e p r e s e n ta n d o , y el s ig n ific a d o d e su s p a la b ra s las c o m p ro m e te a r e p r e s e n ta r , q u e sim p le m e n te n o p o d e m o s se g u ir ad elan te si n o hay m á s cam in o s, m ás re a c to re s o m ás e x p e rim e n to s c o n a n im a le s o lo q u e sea. ( “ N o te n e m o s a lte r n a tiv a .” ) T a l vez se e q u iv o c a n ; tal vez se a un p o c o o sc u ro lo q u e q u ie r e n d e c ir e x a c ta m e n te c o n esto . N o o b sta n te , lo q u e r e su lta d isc u tib le en lo q u e se d ic e n o es la n e c e sid a d d e e v itar un d a ñ o a lo s seres h u m a n o s —ju sta m e n te el h ech o d e q u e este a c to n o s e a u n p r o p ó sito d is c u tib le o to r g a a las p re te n sio n e s d e n e c e sita r su e sp e c ia l fu e r z a p r á c tic a y a rg u m e n ta tiv a prim a facie —, sin o la p re te n sió n d e q u e n u e str a a d h e sió n p re v ia a e ste fin nos compromete a ten er m á s c a m in o s , m ás re acto re s rá p id o s, 13 A h o r a esta m o s fam iliarizad o s con lo s rie s g o s de a firm a r la e stric ta d istin ción léxica d e lo s sen tidos. E sta m o s a f ir m a n d o q u e la s c o n sid e ra c io n e s en el texto b a sta rá n co m o un a p r u e b a d e d istin c ió n d e l se n tid o d e "n e c e sita r” a la a ltu ra d el c riterio p ro p u esto e n D . W ig g in s, “ S e n te n c e S e n se , W ord S e n se an d D iffe rcn ce o f W ord S e n s e ” , o B. R u n d le , G ram m arin Philosophy, p p . 1 4 -1 5 .
m ás e x p e rim e n to s c o n an im ales o lo q u e sea. L o d iscu tib le e s la afirm a ció n d e q u e n o hay altern ativ a. 6. D e b e m o s a sig n a r e n to n ces al m e n o s d o s sen tid o s a “ necesi tar” si h e m o s d e a sig n a r el sig n ific a d o c o r re c to a los tipos d e c o sa que la g e n te d ic e u sa n d o e sta p a la b r a , y en te n d e r la fu erza a rg u m e n ta tiv a e sp e c ia l d e las p r e te n sio n e s d e n ecesid ad . D es d e luego, e x iste u n a vin cu lación en tre el se n tid o p u ra m e n te in stru m e n tal y n o p u ra m e n te in stru m e n ta l, o lo q u e p o d r ía m o s llam ar (s ó lo p o r p o n e r le un n o m b re , n o p a r a excluir las re la ti v id ad e s q u e se p la n te a n e n la se c c ió n 7) el se n tid o a b so lu to o c a te g ó ric o d e la p a la b r a . A sí: N e c e sito [ab so lu tam e n te ] te n e r x si y s ó lo si N e c esito [in stru m e n talm e n te ] ten e r x si he d e e v itar s u fr ir u n d a ñ o si y s ó lo si E s n e c e s a r io q u e , sien d o las c o s a s c o m o so n en re a li d a d , si e v ito su frir un d a ñ o , e n to n c e s te n g o %. L o q u e d istin g u e a l s e g u n d o se n tid o d e “ n e c e sid a d ” , d e fin id o así en re fe re n c ia al p r im e ro , es q u e es en v ir tu d d e lo q u e co n lleva este s e n tid o m ism o d e la p a la b r a “ n e c e s id a d ”, y n o del co n texto ( c u a lq u ie r a q u e sea la p a r t e q u e d e se m p e ñ a el c o n texto p a r a d e te r m in a r q u e éste e s el s e n tid o b u sc a d o ), q u e se a p e la a las c o n d ic io n e s n ec esarias p a r a e v ita r el d a ñ o . D e s e r así, la id e n tid a d d e l an teced en te “ ........... ” d e l c o n d ic io n a l “ N e ce sa ria m en te, d a d o q u e las c irc u n sta n c ia s so n tales, s i ............. e n t o n c e s ______”, e stá fija d a p o r la p r e s e n c ia d e la p a la b r a “ ne c e sid a d ” to m a d a en e ste sen tido a b s o lu t o .14 L a c o n se c u e n c ia 14 L o q u e quizá p o d r ía c o n fu n d irn o s e s que si alg u ie n dice q u e n ecesita alg o [ab so lu tam en te], e n to n c e s podría e x p lic a r se a la p e rfe cció n (com o d e h echo lo in dican n u e str a s equivalen cias) h a c ie n d o referen cia a lo que n e c esita [in siru m en talm en te] p a ra m an ten erse co n vida o e v ita r un daño.
tie n e q u e se r e n to n ce s q u e no h ay un a e lip sis en e ste c a so . (N o se tie n e que d a r d e n u ev o lo q u e ya e stá a h í.)15 D a d a esta e x p lic a c ió n d el co n te n id o d e la p a la b r a , no es d e s o r p r e n d e r q u e “ n e c e s id a d ” Lom ada en su se n tid o ab so lu to te n g a el p r o p ó sito y la fu e r z a e sp e c ia le s q u e p a r e c e ten er tanto en el c a so in d iv id u a l c o m o en el c a so d e q u e la c o m u n id a d n e c e site algo. (P o s p o n g o in d e fin id a m e n te la ta r e a n o fácil ni ta m p o c o im p o sib le d e e x p lic a r la relació n d e esto s d o s ca so s d e n ecesitar.) A sim ism o , c a b e e sp e r a r q u e, e n te n d id a de e sta m a n e ra , “n e c e s id a d ” se a un té rm in o n o rm a tiv o o e v alu ativ o , y n o rm a tiv o o e v a lu ativ o en virtud de su contenido. 7. Al m arg e n d e la n o r m a tiv id a d , hay p o r los m e n o s tres m a n e r a s d istin ta s en las que lo s e n u n c ia d o s d e n e c e sid a d d e la v a r ie d a d sin g u la r sim p le q u e h em o s e lu c id a d o d e b e n p arecer relativos (no o b sta n te el o tro a sp e c to , v é a se la se c c ió n 5, d o n d e so n a b so lu to s). E n p rim e r lu gar, la e lu c id a c ió n p r e s e n ta d a en té rm in o s del d a ñ o e x p o n e cierto p a r á m e tr o q u e siem p re e stá ah í p a ra se r d e sc u b ie rto d en tro d e las p re te n sio n e s d e n e c e s id a d a b so lu ta. S e tra ta d e la id ea, n o e x e n ta d e la m e tafísic a d e la p erson eid a d (c o n d ic ió n d e p e r s o n a ), d e b ie n e sta r o p r o s p e r id a d , en re fe re n c ia a la cu al h a c e m o s ju ic io s so b re el d a ñ o . ¿Q u é se s ig u e d e e sta re la tiv id a d ? L a re la tiv id a d co n re sp e c to a a lg o m ás n o es u n o b stá c u lo en sí p a r a el tip o m ás e xtrem o 15 so sp e c h a de q u e e sta p r o p u e sta c o m p o rta u n a sin g u la r id a d sem án tica de alg ú n cipo se p u e d e redu cir su stan cial m ente re firié n d o n o s a c ierto ejem plo m ás c o n o c id o y m e n o s co n tro v e rtid o d e a m b ig ü e d a d , en el q u e la e xplicación de cierto sen tido d e una p a la b ra e n c ie r ra , de m a n e ra sim ilar, otro sen tid o de e s a m ism a p a lab ra : d o n d e “ V" o c u p a el lu g a r de un v erb o o u n a fr a se verbal y "ssi” es la ab rev ia tu ra d e “si y sólo s i” . z tiene el d e re c h o [d e lib e r ta d ] a V ssi z n o tien e n in gú n d e b e r de no V; z tien e el d e re ch o [p re te n sió n ] a V ssi z tiene el d e re c h o [de lib e rta d ] a V y alg u n a p e r so n a o a g e n cia no tiene n in gú n d e re ch o [de lib ertad ] a no garan tizar a z la o p o rtu n id a d y la cap acid ad de e je r c e r su derech o [de libertad] a V. Cfr. J . Fein b erg, Social Philosophy, p. 58: “S e p u e d e ten er u n a lib e rtad q u e no s e a tam b ién un d erech o [p re te n sió n ], p e r o n o se p u e d e te n e r un derech o [p re te n sió n ] que no sea tam b ién una lib e rta d .”
o p e rfe c to d e o b je tiv id a d . En r e a lid a d , e x p licita r p le n a m e n te d ic h a re la tiv id a d en o c a sio n e s tie n e e l e fec to d e re v e lar el tem a en cu estió n c o m o ca n d id a to a u n a v e r d a d sin re striccio n e s o a b s o lu ta .16 L a p r im e r a re lativ id ad n o e r a m á s q u e u n a cu e stió n d e q u e necesitar su p o n e un p a rám e tro . L a se g u n d a m an e ra , d iferen te, en q u e los e n u n c ia d o s d e n e c e s id a d p u e d e n p a re c e r relativos m atiza c u a lq u ie r e sp e ra n z a q u e p u d i e r a in sp ira r e sta e x p lic a ción d e la p rim e ra . L o q u e c o n stitu y e un su frim ien to o u n a d e sd ic h a o un d a ñ o es un a su n to e se n cia lm e n te d iscu tib le, y en cierta m e d id a es relativo a u n a cu ltu ra , in clu so en c ie rta m e d id a relativ o a las c o n c e p c io n e s d e la gente so b re el su fr i m iento, la d e sd ic h a o el d a ñ o . O b v ia m e n te , hay m u ch o m ás q u e d e c ir a l resp ecto (a u n c u a n d o s e a d u d o so cu án to d e e sto e n tra ñ a la id e a d e “p riv ació n re la tiv a ” —re la tiv id a d q u e n o s h e m os a v e n tu ra d o a o m itir p o r c o m p le to d e l a rg u m e n to —); p e ro p r o s ig a m o s, m ás bien , in sistie n d o sim p le m e n te en que, pese a re c o n o c e r la in e sta b ilid a d d e a lg u n a s de las o p in io n e s a las q u e se ha lle g a d o e n n u e stra cu ltu ra s o b r e la s n e c e sid a d e s a b s o lu tas, a lg u n a s p re te n sio n e s d e n e c e s id a d están tan lejos d e ser in d e te r m in a d a s o seriam en te d is c u tib le s q u e m ás o m e n o s se p u e d e d e c id ir so b re ellas. V o lv e re m o s b revem en te a este a su n to d e sp u é s d e m e n cio n a r un a te r c e r a relativ id ad . L a te rce ra es la relativ id ad con re sp e c to a las circ u n sta n cia s p a rtic u la re s d e l m o m e n to o los m o m e n to s (v é ase la n o ta 12, p á rra fo 2) r e la c io n a d o s co n la n e c e s id a d y el tra sfo n d o d e los su p u e sto s (sin d u d a n orm ativos) r e la c io n a d o s con e sa s circ u n s tancias. C u a n d o h acem os u n a a fir m a c ió n d e l tip o N ecesaria mente en t si tal y cual entonces ta l y cual, d o n d e t es un m o m e n to al q u e te m p o ra lm e n te refiere el necesariamente, lim ita m o s n u e stra c o n sid e r a c ió n a to d o s los fu tu r o s a ltern a tiv o s a p a r tir d e t, y lo q u e e sta m o s d ic ie n d o e q u iv a le a la a firm a c ió n d e q u e u’ Por e je m p lo , relativizar la lon gitu d, la d u ra c ió n y e l m ovim iento, y reform ular las leyes d e N ew ton p a ra volverlas relativ as al m arco de re fe re n cia d e l o b se rv a d o r y a tod os lo s m arcos de r e fe re n c ia en m ovim ien to un ifo rm e co n resp ecto a él, y d e sp u é s c o n d ic io n a rla s leyes en ciertas fo rm a s in d ica d a s p o r la T e o ría E sp e c ia l d e la R elatividad, h izo d e u n a teo ría q u e antes n o e r a in c o n d icio n alm e n te verd adera u n a teo ría q u e a ú n p u e d e resu ltar se r ab so lu tam e n te verd ad era.
to d a alte rn a tiv a en la q u e tal y c u a l se so stie n e es a q u e lla en la q u e tal y c u a l se so stie n e . S i s ó lo n o s in te re sa ra la n e c e sid a d h istó r ic a p u r a en í, □ (, e n to n ce s un fu tu ro c o n ta ría co m o u n a a lte rn a tiv a p a r a m o m e n to s > t só lo si se lo p u d ie r a d e sc rib ir co n co h e re n c ia, y c a d a u n a d e s u s d e sc rip c io n e s c o rre c ta s fu e r a c o m p a tib le con la c o n ju n c ió n d e (i) el e sta d o d e l m u n d o q u e re alm e n te existió en t y (ii) to d as las leyes v e r d a d e r a s de la n a tu ra le z a . D e tal m o d o , □ ¡ ( p ) es v e r d a d e r o si y s ó lo si p es v e r d a d e r o en c a d a u n o d e los m u n d o s altern ativ o s cu y a h isto ria es in d istin g u ib le d e la h istoria d el m u n d o re al h a s ta el m o m e n to t, c o n sid e r a n d o las leyes n a tu r a le s co m o p a rte d e la h istoria d el m u n d o y fija d a s en í.17 S in e m b a rg o , c u an d o n e c e sita r e stá d e p o r m e d io , p a re c e q u e la d e fin ic ió n d e a lte r n a tiv id a d se d e b e m o d ific a r p a r a re strin g ir el tip o d e fu tu ro s a lte rn a tiv o s a los fu tu r o s > t q u e (i) d e m a n e r a re a lista sea n c o n c e b ib le s d e sd e el p u n to d e v ista e c o n ó m ic o o te c n o ló g ic o , d a d o el e sta d o real d e las c o sa s en í, y (ii) n o n o s h ag a n p a rtíc ip e s d e acto s o in te rv e n c io n e s m o ra lm cn te (o d e a lg u n a o tra m a n e r a ) in a c e p ta b le s 18 en las fo rm as d e o r g a n iz a c ió n d e c ie r ta s v id a s h u m an as e sp e c ífic a s o so c ie d a d o lo q u e sea, y (iii) se a n im a g in a b le s sin im a g in a r n o s a n o so tr o s m is m o s to le ra n d o lo q u e n o ten em o s q u e to lerar. E sta re la tiv id a d con re sp e c to a las c irc u n sta n c ia s c o m p o r ta u n a c a ra c te rístic a m ás q u e a m e r ita un c o m e n ta r io e sp e cia l. El a n te c e d e n te fija d o d e to d a la o r a c ió n c o n d ic io n a l q u e se rige p o r el o p e r a d o r m o d a l “ n e c e sa ria m e n te relativo a las circun s ta n c ia s c q u e existen en t" h a b la d e e v itar un d a ñ o . E sto no es d e suyo o sc u ro , p e ro n o tr a n sm itir á e x a cta m e n te el se n tid o que re q u e r im o s p a ra a b a rc a r to d o s lo s tip o s d e n e c e sita r a b so lu to (m á s q u e el m eram en te in str u m e n ta l) q u e ese u s o perm ite, a m e n o s q u e se p ie n se en a p o r ta r algún c rite rio a s o c ia d o p a r a ju z g a r el d a ñ o d e a c u e r d o con el co n te x to , d o n d e el c rite rio 17 Cfr. D avid W iggins, “Tow ards a R e aso n a b le L ib e rta ria n ism ", ensayo V III de Needs, Valúes, Truth, sec. 4. 18 O b sé rv e se que ya h em os a c u d id o im p lícitam en te a e sta idea en la d iscu sió n d el se n tid o in strum ental, e n la m e d id a en que p e rm itim o s que N nece sita ra dos mil p e so s p a ra co m p rar un traje. N o se p e rm itió el h ech o de que h aya un fu tu ro en el q u e tiene e se traje sin p a g a r los dos mil p eso s, p o rq u e se ro b a u n o, p a r a ir en contra de esta p re te n sió n .
crearía la p r e su n c ió n d e q u e en s í e stá in d ic a d o p o r algún nivel de florecimiento, por mínimo que sea, realmente akan zab le en este caso. E n to n ce s, sie m p re se p u e d e e n te n d e r el evitar un d a ñ o p o r re fe re n c ia a u n a n o r m a d e flo re c im ie n to q u e es relativa a c, y esto, p o r su p a r te , p u e d e in tro d u c ir la im p licación estricta o la im p lica tu ra d e q u e si y n ecesita d e un m o d o n o in stru m e n tal x en t en las c irc u n sta n c ia s c, e n to n c e s existe un fu tu ro a lte rn a ti v o en el q u e y flo r e c e en a lg u n a m e d id a , p o r m ín im a q u e s e a .19 (C u an d o , c o m o q u ie r a q u e se vea el fu tu r o d e m a n e ra realista, mi c a so es u n c a so p e rd id o , e n to n c e s p u e d o e m p e z a r a p e r d e r a lg u n a s de m is n e c e sid a d e s o r d in a r ia s , a u n q u e a d q u ie ra n e c e sid a d e s a c o rto p la z o m u y e sp e c ia le s.) En el c a s o d e l n e c e sita r n o in s tr u m e n ta l o ca te g ó ric o , e sta tercera e sp e c ie d e relativ ism o a p o r t a m á s de lo que ya a p o r tó la se g u n d a . N o se tra ta só lo d e q u e la id e a de d añ o , o la n o r m a d e flo re c im ie n to co n re fe re n cia a la cu al se ju z g a el d a ñ o , esté h istó ric a m e n te c o n d ic io n a d a o s e a esen cialm e n te d isc u ti ble. T am b ién e stá c o n d ic io n a d o c irc u n sla n c ia lm e n te en cierto momento t q u é fu tu r o s se p u e d e n c o n t a r co m o altern ativ as r e a listas y m o ra lm e n te a ce p ta b les, h a s t a q u é p u n to fu tu ro p o d e m os im a g in a r el florecim ien to al e x a m in a r lo q u e se c o n sid e ra c o m o d a ñ o y c u á l d e b e se r el c r ite rio relevan te d e d a ñ o co n re sp e cto al la p s o q u e se ace p ta c o m o el a d e c u a d o p a r a su a p li cación en el c a so d a d o . In cluso p u e d e se r d iscu tib le —antes d e c o n sid e r a r en q u é m ed id a el p r e s e n te restrin ge el fu tu ro — cu áles son e x a c ta m e n te las c irc u n sta n c ia s p rev alecien tes en l. E l se g u n d o y el terce r tip o s de r e la tiv id a d in teractú an. A este r e sp e c to , un o b jetiv ista tien e m u ch o p o r en frentar. Sin e m b a rg o , a p e sa r d e l carácter re a l y d e m ú ltiples m a n e ra s discu tib le d e la m ay o ría d e estas c o s a s , a lg u n o s se sen tirían te n ta d o s a c o n c lu ir (c o m o yo) q u e el a c u e r d o al q u e se; p u e d e lle g a r so b r e la v e rd ad o la fa ls e d a d d e u n a a m p lia v a rie d a d d e 19 Así, p a ra n u e stro c o n d ic io n al de la se c ció n 6 re g id o p o r la m od alid ad especialm en te in d izad a, sim plem en te no se p re se n ta el p ro b lem a de que la im p o sib ilid a d d e l an teced en te h ag a que e l c o n d ic io n a l se a vacuam ente verda dero. So b re las ra z o n e s p a ra p re fe rir la fo rm u la c ió n en térm in os de “d añ o ” en vez de un a fo rm u la ció n d ire cta en térm in o s de “florecim ien to'’ (“N e c e sa ria m ente (si z flo rece e n to n c e s ...)"), véase la sección 14 m á s adelante, acerca de A ristóteles.
p r e te n s io n e s d e n e c e sitar (c u a n d o se in terp re tan seria y c o r r e c ta m e n te c o m o las p r e te n sio n e s co n te x tu a lm e n te m uy re strin g i d a s, p e r o m uy fu e rte s q u e , en e fe c to , p lan tean ) e s m u ch o m ás llam ativ o q u e el d e sa c u e r d o q u e o t r a s su scitarán . E x iste la te n tació n , q u e n o trataré d e e v a lu a r e n esta o c asió n , d e a fir m a r q u e la o b je tiv id a d e s u n a c u e stió n de g r a d o y q u e é s ta p u e d e c o e x is tir en un g r a d o sig n ific a tiv o in c lu so c o n el s e g u n d o de los tres tip o s d e re la tiv id a d que h e m o s d istin g u id o . 8. L a id e a a la q u e h e m o s lle g a d o e s q u e u n a p e rso n a n e c e sita x [a b so lu ta m e n te ] si y só lo si, s e a c u a l se a la v a ria ció n m o r a l y so c ia lm e n te a c e p ta b le (d e sd e el p u n to d e v ista e c o n ó m ic o , te c n o ló g ico , p o lític o , h istó rico . . . , etc.) q u e es p o sib le im a g in ar q u e o c u r r a d e n tr o d e l lap so p e rtin e n te , re su lta d a ñ a d a si se q u e d a sin x. U n d e sa r r o llo a p r o p ia d o d e lo a n te rio r q u e n o s p e rm itie r a tr a ta r d e m e d ir lo s p e so s p ú b lic o s relativ o s d e d iv e rsa s p re te n sio n e s d e n e c e sid a d te n d ría q u e d e ja r e sp a c io p a ra c ie r ta s s u tile z a s o b v ia s y e se n c ia le s. A d e m á s, te n d ría q u e p r e p a r a r el te rre n o p a r a é stas m ed ian te la d istin c ió n d e c ie rtas c u e stio n e s d ifere n te s. E stá la c u e stió n de la seriedad o gravedad d e las n e c e s id a d e s. ¿C u á n to d a ñ o o su frim ie n to se o c a sio n a r ía p riv á n d o se d e la c o sa d e q u e se trate? A d e m á s, hay u n a cu estió n c o n se c u e n c ia ! d e urgencia: d a d o q u e se o c a s io n a r ía c ie rto d a ñ o o s u fr i m ie n to n o d e sd e ñ a b le p r iv á n d o se d e la c o sa d e q u e se tra te , ¿c o n q u é p ro n titu d se d e b e s u m in istr a r e sta co sa? Y ta m b ié n e stá la c u e stió n d e lo básico, lo arraigad o y lo sustituible d e las n e c e sid a d e s. Por tr a ta r se d e té r m in o s técn icos, em p e ro , to d a s e sta s c a te g o r iz a c io n e s re q u ie re n u n a in tro d u cció n m ás e la b o rada. C u a n d o in te n ta m o s e x a m in a r la c lase d e fu tu ro s a lte r n a ti v o s p o sib le s y lu e g o , r e strin g ie n d o e sto a fu tu ro s a c e p ta b le s im a g in a b le s, p r e g u n ta m o s si to d o s lo s fu tu ro s en los q u e la p e rs o n a y n o re su lta d a ñ a d a s o n a q u e llo s e n los q u e é sta tie n e x, a m e n u d o d e sc u b r ire m o s q u e la d ific u lta d p a r a im a g in a r d e m a n e r a re a lista u n a a lte r n a tiv a e n la q u e y e lu d a el d a ñ o sin te n e r x, o q u é tan m o r a lm e n te a c e p ta b le se r ía p r o p o n e r —o c o n se n tir —q u e se g e n e r a r a e s a a lte rn a tiv a d e lib e ra d a m e n te e s u n a c u e s tió n d e g r a d o . M u ch as v e ce s te n d rem o s q u e r e so l
ver e stas d ific u lta d e s im p o n ie n d o un u m b r a l q u e señ a le c u á les d e sv ia c io n e s d e lo fam iliar h a b re m o s d e c o n sid e r a r c o m o u n a p o lítica im a g in a b le d e m a n e r a re alista, m o ra lm e n te a c e p ta b le o práctica. C u a n to m ás b a jo s sea n lo s u m b ra le s fijad os, m ás fu tu ro s h a b rá q u e cu en ten co m o a lte rn a tiv a s re a le s y s e r á m ás difícil q u e u n e n u n c ia d o de n ecesitar c u e n te c o m o verda d e ro . A l ver los e fe c to s d e fyar u m b r a le s b a jo s , p e ro reacios p o r c o m p le to a n e g a r q u e y re alm e n te n e c e s ita x, a m e n u d o e le g ire m o s en tre (i) volver a su b ir el u m b ra l d e la p o sib ilid a d so c ia l y m o ral; (ii) a lg o m uy d istin to , b a ja r (re la ja r) el crite rio c o n el q u e s o ju z g u e el d a ñ o a y, y co n e llo se p e rm itirá q u e m ás c o sa s se c o n sid e r e n d a ñ o ; y (iii) m a n te n e r el u m b r a l m ás b a jo d e p o sib ilid a d m o r a l y p olítica, ju n to co n la c o n d ic ió n d e v e rd a d m ás e x ig e n te q u e é ste su p o n e , p e r o s e p a r a n d o el h ech o d e te n e r x d e l d e te n e r u n p o sib le su stitu to d e x lig eram en te in ferior. A la luz d e to d o lo an terior, se rá útil e stip u la r q u e la n ecesi d a d d e y d e ten er x e stá a rraig a d a si la c u e s tió n d e si y p u e d e re su lta r no a fe c ta d a al no tener x es m ás b ie n in sen sib le a la fija ció n d e l u m b r a l an tes m e n c io n a d o d e p o d e r im a g in ar d e m a n e ra re alista lo s fu tu ro s altern ativ o s p o lític a y m oralm en te a ce p ta b le s. C u a n d o n o s p r e o c u p a el p r o b le m a d el a rb itra je entre p r e te n sio n e s d e n ecesitar g e n e r a le s o d e có m o arb i tra r entre p r e te n sio n e s d e n ecesitar y d e o t r o tipo, en ton ces es im p o rtan te la d istin c ió n entre el a r r a ig o c o n re sp e c to a un p lazo m ás c o rto ( c u a n d o las c o n d ic io n e s e x isten tes c re an req u i sito s d e fin id o s q u e n o se p u e d e n e lu d ir d e m a n e r a in m e d iata, p e ro sí a su d e b id o tie m p o ) y el a r r a ig o co n re sp e c to a un p la z o m ás largo. E s p r á c tic a m e n te in co n ce b ib le q u e , p o r a sí decirlo, d e la n oche a la m a ñ a n a se p ro d u je ra n a lg u n o s tra sto rn o s d e seab le s d e l o r d e n e sta b le c id o q u e p e rm itie r a n a la g en te e lu d ir el d a ñ o sin ten er x; p e ro en m u ch o s c a so s s e p u e d e d e scrib ir, c o n co h e re n c ia y fa c ilid a d , q u e el c a m b io o c u r r e p a u la tin a m e n te y p o r e ta p a s, y a sí se p uede im a g in a r q u e o c u r r e d e m a n e ra realista. P a r a d e sa r r o lla r u n c a s o e sp e c ia l d e a r r a ig o , h a b r ía q u e e s tip u lar q u e la n e c e s id a d d e y de te n e r x e s b á sica só lo si lo q u e exclu y e los fu tu r o s e n lo s q u e la p e r s o n a y sa le ile sa p e se a n o te n e r x so n leyes d e la n atu raleza, h ech o s a m b ie n ta le s in a lte ra
b le s e in v ariab le s, o h e c h o s a c e rc a d e la c o n stitu c ió n h u m an a.20 Y d e n tro d e lo b á sico , p o d r ía m o s tra ta r d e d is c r im in a r entre (1 ) lo q u e o b e d e c e a te n d e n c ia s in m u tab les d e las co sa s p a r a re su lta r d e u n a y n o d e o tr a m a n e r a e s p e c ific a b le (ya se a e n g e n e r a l o d a d o s el lu g ar, e l m o m e n to y la c u ltu ra p a rtic u la re s) y (2) lo q u e o b e d e c e a a lg o n o n e g o c ia b le e n las d iv e rsa s id e a s so b r e el d a ñ o a los h u m a n o s y el flo re cim ie n to q u e c o n d ic io n a n n u e str a p e rc e p c ió n d e lo so cialm en te p o s ib le (a sí co m o n u e stra p e rc e p c ió n d e lo q u e y d e b e tener). P o r últim o , tal vez n os s e r ía d e u tilid a d p o d e r d e c ir q u e la n e c e sid a d d e y d e te n e r x es sustituible con respecto a x si u n a lig e r a d ism in u c ió n d e l c r ite rio d e a c u e rd o c o n e l cu al se.ju zga el d a ñ o a y nos p e rm ite a te n u a r las p re te n sio n e s d e n e c e sid a d e sta b le c ie n d o la d isy u n c ió n en tre q u e y te n g a x o la p o sib ilid a d d e q u e te n g a u o v o xu o lo q u e sea. D e b e ría resu ltar o b v io q u e e stas e tiq u e ta s c o r re s p o n d e n a c a te g o riz a c io n e s q u e tie n e n e le m e n to s e n co m ú n , p e ro q u e so n in d e p e n d ie n te s. L a n e c e s id a d d e te n e r x p u e d e se r n o m u y se ria, p e ro b á sica , p o r e je m p lo ; o se ria y ta m b ién u rg e n te y, sin e m b a rg o , su stitu ib le c o n r e sp e c to a x; o se r ia en e x tre m o y m uy a r r a ig a d a e n la m e d id a en q u e es urgen te, p e r o e n la m e d id a en q u e no lo es, a r r a ig a d a d e u n m o d o re la tiv a m e n te su p e rfi cial a m e d ia n o p lazo y no a r r a ig a d a en a b so lu to a larg o plazo. D e b e r ía ser ig u a lm e n te o b v ia la im p o r ta n c ia d e s e r claro s e n 20 “B á sic a " s e r á a q u í, c o in o en to d o s lo s e sq u e m a s q u e e n co n tram o s en o tro s au to re s, un térm in o técn ico q u e s e en ten derá, en el p r im e r caso, d e a c u e rd o co n la d efin ición de la c a te g o ría y, en el se g u n d o c a so , en referen c ia al propósito d e establecer tal c ate g o ría. (O lv idar esto y d eb atir com o si las c a te g o ría s estu v ieran d a d as con a n te rio rid a d es e n fr a sc a r se en el tipo de lo g o m a q u ia q u e d a m ala fa m a a la filo so fía.) E n particular, h a ría m o s notar que n u e stra catego ría b ásica n o e s igu al en d efin ición o p ro p ó sito q u e la categoría de necesidades de supervivencia, o n e ce sid a d e s b io ló g ic as c o m o las llam an Ben n y P eters (Social Principies, p p . 1 4 4 -1 4 6 , véase tam bién la crític a d e F. R osen, “B asic N e e d s an d Ju stice", p. 88). T a m p o c o es igual en d e fin ició n o p ro p ó sito q u e la cate go ría d e necesidades básicas d e B en n y P eters, q u e se re fie re sim p le m en te a un nivel d e vid a decente; ni igu al q u e la cate go ría m a rx ista m o d e rn a d e necesidades realmente hum anas, o nuestras necesidades como seres humanos, que n o rm a lm e n te se introducen p a ra c o n tra sta rla s con las necesidades fa lsa s. (C on traste q u e h e m o s asim ilad o p arcialm e n te, p e ro sólo parcialm en te, al pon er de m an ifiesto la e xige n cia p le n a d e las c o n d ic io n e s d e verdad d e los en u n ciad o s d e n e c esid a d .)
cu an to a si la n e c e s id a d d e la q u e e sta m o s h ab lan d o se d e riv a d e un ju ic io s o b r e u n se r h u m a n o e n p articu lar, o so b re to d o s los se r e s h u m a n o s en a lg u n a s c irc u n sta n c ia s e sp e c ific a s, o (e sta b le c ie n d o la c o n d ic ió n de v e r d a d m ás exigente d e to d a s) so b re to d o s los sere s h u m an o s e n to d a s las v a ria c io n e s re ale s de las c irc u n sta n c ia s. 9. ¿C ó m o , e n to n c e s, se re la c io n a n las n e c e sid a d e s y los d e se o s, y las n e c e s id a d e s y los in tereses? Q u iz á m ás n o s v a ld ría ver las n e c e sid a d e s e n sí m ism as (c o n tr á ste se co n la s c o sa s n e c e sita d a s) c o m o estados de dependencia (con respecto a no resultar d a ñado), q u e tien en c o m o o b je to s p r o p i o s las co sas n e c e sita d a s (o, p a r a ser m ás estrictos, tener o u s a r e sa s c o sa s). E n e se c a so , n u e str a c a te g o r iz a c ió n e n la se c c ió n 8 es u n a ca te g o riz a ció n d e e s t a d o s d e d e p e n d e n c ia . E sto s e s t a d o s a m e n u d o se e x p re sa n a través d el d e s e o o el e sfu e rz o p or a lc a n z a r a lg o (o d e evitar a lg o o lo q u e se a ): y a m e n u d o el o b je to p r o p o sic io n a l d el d e se o o el e sfu e rz o p o r a lc a n z a r a lg o será e l m ism o q u e e n c o n tra m o s en a lg u n a p r e te n sió n d e n e c e sid a d c o rre c ta . P ero ni siq u ie ra en e se c a s o e s p e c ia l es a to d a s lu c e s o b v io q u e el d e s e o d e b a id e n tifica rse sim p le m e n te c o n la n e c e s id a d . H ay u n a id e n tifi ca c ió n m ás p la u sib le entre q u e a lg u ie n te n g a cierta n e c e sid a d y q u e alg o s e a d e su in terés. Si u n a p e r s o n a n ecesita x, e n to n ces es d e in te ré s suyo q u e x esté o se p o n g a a su d isp o sició n . Y si n e c e sita im p e rio sa m e n te en t te n e r x en í, y la n e c e sid a d e stá sig n ific a tiv a m e n te a r r a ig a d a e n / y es a p e n a s su stitu ib le, si a ca so , e n to n c e s se p u e d e d e c ir q u e te n e r x re p re se n ta un interés vital p a r a ella. T e n e r la n e c e s id a d d e x equ ivale, en e sta s c irc u n sta n c ia s, a q u e ten er x s e a d e v ita l in terés p a r a ella. M e p a re ce q u e é s t a e s u n a b u e n a d e c is ió n , p e r o só lo si u sa m o s l a p a la b r a “ in te r é s” c o n el sig n ific a d o q u e tien e interest e n in glés, d o n d e su c o n e x ió n co n “ want" ( q u e r e r ) o “ desire” (d e se a r) e s c o m p lic a d a e in d ire cta (cfr. W hite, M od al Thinking, p . 120), y si la e q u iv a le n c ia p r o p u e sta no p r e ju z g a e n favor de n in g u n a a lin e a c ió n g e n e r a l entre n e c e sid a d e s e in tereses. 10. H a s ta a q u í v a m o s b ien . D ad o q u e la id e a d e n e c e sid a d h a e m p e z a d o a p a r e c e r c u a n d o m e n o s su sc e p tib le de a c la ra c ió n e in te lig ib le m e n te r e la c io n a d a c o n n o c io n e s c o n o c id a s, sus d e fe n so re s se a p r e s u r a r á n a señ alar e l p a p e l tan im p o rtan te q u e
tu v o e n la m o tiv a c ió n d e la s c a m p a ñ a s h u m a n it a r ia s d e fin a le s d e l s ig lo x i x y d u r a n t e el s ig lo X X , la s c u a le s h a n tr a n s fo r m a d o las c o n d ic io n e s d e v id a d e ta n to s h a b ita n te s d e las u r b e s d el sig lo XX.
S in e m b a rg o , e s im p o r ta n te q u e v e a m o s el o t r o lad o d e la m o n e d a . L o s d e tr a c to r e s d e l c o n c e p to d e necesidad se ñ a la rá n q u e, en tre q u ie n e s c o n o c e n los fr a c a s o s y lo s é x ito s de la plan e a c ió n m o d e r n a , es a las re g la m e n ta c io n e s y las n o rm a s m í n im as q u e lo s g o b ie r n o s n a c io n a le s y m u n ic ip a le s h an estab le c id o e im p u e sto co n c a rá c te r d e ley, in s p ir a d o s en las id eas s o b r e lo q u e n ecesita la gen te, a las q u e a h o r a se c u lp a en g r a n m e d id a p o r el d e te r io r o u rb a n o , el m e d io a m b ie n te s o m b río y m o n ó to n o , la a r q u ite c tu r a p o c o e le g a n te y e ste re o tip a d a e in c lu so la in e rcia e c o n ó m ic a d e e so que ha lle g a d o a re em p lazar la ciu d a d d e b a r r io s p e r d id o s y fá b r ic a s h u m e a n te s. U n a y o tra vez, d irá n e sto s crítico s, las ríg id a s n o rm a s d e v iv ie n d a, los re g la m e n to s d e c o n stru c c ió n , la re g la m e n ta c ió n e n m a te ria de sa lu d p ú b lica y las re stric c io n e s d e z o n ifica ció n , to d o s b a s a d o s en la id e a d e la n e c esid a d h u m an a y m u ch o s d e lo s cu ales su p u e s ta m e n te o to r g a n u n a p r o te c c ió n e sp e c ífic a a lo s m ie m b ro s m ás p o b re s y en p e o re s c o n d ic io n e s d e la so c ie d a d , se h a n co m b in a d o d e u n a fo rm a sin g u la r e im p re v ista p a r a s u g r a n d esven taja. E n la p rá c tic a , e stas n o r m a s y re stric c io n e s h an e m p e z a d o p o r re d u c ir en to d o m o m e n to la d isp o n ib ilid a d re al d e v iv ien d as p a r a se r h ab itad a s p o r h u m a n o s, lo q u e h a e le v a d o las ren tas y lo s p re c io s d e las v iv ie n d a s p a r a q u ie n e s tien en m en o s p o s i b ilid a d e s d e p a g a rla s; d e sp u é s se h an c o n fa b u la d o p a ra inhibir to d o s los e sfu erzo s in d iv id u a le s e n c a m in a d o s al m e jo ra m ie n to im p r o v isa d o d e los b a r r io s , q u e p ro b a b le m e n te q u e d a rá n e n ru in a s en su to ta lid a d ; y d e s p u é s h a n re strin g id o la o fe rta, en lo re fe re n te a n u ev as c o n stru c c io n e s, a la m ás p o b r e y m en o s flex ib le de las c o n c e p c io n e s (a l d e ja r fu e r a d e c o n sid e ra c ió n casi to d o lo q u e so le m o s a d m ira r cu a n d o lo e n c o n tra m o s en la a r q u ite c tu r a y el u r b a n ism o d e l p a sa d o ). D e e ste m o d o , un b a r r io de c a lle jo n e s, v e c in d a d e s y te r r a z a s q u e m u ch o tiem p o a trá s re e m p la z ó a u n a c iu d a d p e rd id a s e m ir r u r a l d e ch ozas y ca su ch a s c o n stru id a s e n p e q u e ñ o s terren o s no es, a su vez, i eeinpla7.ado g r a d u a lm e n te , o a un ritm o q u e c o r r e s p o n d a a lo q u e c u a lq u ie ra c o n u n in te ré s d ire c to en él p u e d e im agin ar
o p rev e r d e u n a m a n e ra p r á c tic a , sin o q u e —tal e s e l p o d e r d e u n a id e a c o m o la d e necesidad~ te rm in a s ie n d o d e m o lid o y a r r a s a d o p o r en tero . L o s h a b ita n te s y las in d u stria s lo ca le s se d isp e rsa n . Y m ás a d elan te, s u je to a u n a lista crecien te d e e sp e c ific a c io n e s re g la m e n ta ria s y u n p r e s u p u e s to m e n g u a n te (m a l p r o te g id o d e la c o r ru p c ió n ), las to rre s o los e d ific io s que v e m o s en el E a st E n d d e L o n d r e s (o L iv e rp o o l o G la sg o w o, sie n d o m ás b en év o lo s, en S h e ffie ld ) están c o n stru id o s en el v asto e sp a c io q u e se h a d e s p e ja d o , c o m u n ic a d o s só lo p o r an d a d o r e s o (d o n d e los ca m in o s n u e v o s d e m ay or c a p a c id a d así lo e x ig e n ) p a so s p e a to n a le s a d e sn iv e l, e n un m ed io a m b ie n te q u e re ch az a to d a ten tativ a h u m a n a d e c o n g r a c ia r s e c o n él y casi p a ra liz a la in iciativa p ráctica. A ún cab e e sp e ra r q u e á r b o les o c é sp e d lo g r e n ech ar ra íce s e n a lg ú n lu g a r y cre z ca n d o n d e p u e d a n . D e lo c o n tra rio , y sin d u d a al m e n o s en p a rte c o m o r e su lta d o d e u n a d e te rm in a c ió n o fic ia l d e lo q u e se n ecesita, u n b a r r io c o m p le to q u e d a e ste r iliz a d o c o n tr a to d a a d a p ta c ió n , in iciativa o c a m b io b e n é fico . Y, salv o los r a r o s c a so s en lo s q u e la in d u stria y las e m p r e sa s se r e e sta b le c e n ah í co n fu erza, e sc a p a r a la c o n d ic ió n d e clien tes a la q u e h an q u e d a d o r e d u c id o s r e b a sa r á las fa c u lta d e s d e los h a b ita n te s d e l lugar. 1 1. Q u ien q u ie r a to m ar las n e c e sid a d e s en serio h aría m al en n e g a r q u e esto s c a so s re su lta n b a s ta n te c o n o c id o s en la p r á c ti ca, o sim p le m e n te re p licar h a c ie n d o a lu sió n a lo s e x tra v a g a n te s e sq u e m a s q u e g o b ie rn o s d e d ife re n te sig n o p ro m u e v e n a h o r a p a sa n d o por encim a de lo q u e lo c a lm e n te s e n ecesita. D o n d e q u ie ra q u e la n e c e sid a d haya s id o re alm e n te la m o tiv ació n d o m in a n te , la a c u sa c ió n q u e e sa p e r s o n a e n fren te d e b e s e r se ria y las a tr ib u c io n e s d e n e c e sid a d e sta r á n p r o fu n d a m e n te im p li c a d a s en la in c rim in a c ió n . D e sd e lu ego , e se su je to p u e d e ale g a r q u e hay tan to s m a le n te n d id o s y d e sc u id o s se p u lta d o s en la d e n s a h isto ria d e e sca sez , e m e rg e n c ia y o p tim ism o ir r a c io n a l q u e c o n fo r m a el e x p e d ie n te d e la e ta p a in ic ia l d e re c o n stru c c ió n lu e go d e la S e g u n d a G u e r r a M u n d ial —m ie n tra s q u e la h isto ria p o s te r io r d e la id e a d e n e c e sita r e stá r e c u b ie rta p o r tan ta c o r r u p c ió n in co n sc ie n te ,21 d o g m a tis m o y m e g a lo m a n ía 31 L a c o rru p c ió n florece de m a n e ra e sp e c ia l c u a n d o n a d ie sa b e b ien a b ien q u é cuenta c o m o co rru p ció n , e in clu so h o m b re s h o n ra d o s n o sab e n a q u é
(to d o s su ste n ta d o s p o r la, en la p ráctica, c a si ilim itad a a m b i g ü e d a d d e la e x p r e sió n “el in teré s p ú b lic o ”) —, q u e su o p o n e n te e n re a lid a d no p o d r á a firm a r h ab e r p u e sto al d e sc u b ie rto el ún ico e r r o r q u e e x p lic a to d o lo q u e d e p lo r a y lam e n ta e n este caso. H ay c ierta ju s t ic ia en ello. N o o b sta n te , d a d a la m otiva c ió n o rig in al y lo s p e n sa m ie n to s o r ie n ta d o s h ac ia la n e c e sid a d e x p r e sa d o s d e b u e n a fe p o r h o m b re s d e E sta d o , fu n c io n a rio s p ú b lic o s y los e x p e r to s en q u ie n e s se a p o y a r o n , se re q u ie re u n a d e fe n sa m ás su sta n cia l. A m en o s que e n c o n tre m o s u n a grave c o n c e p c ió n e r r ó n e a d e l n e c e sita r entre las id e a s q u e m otivaron a e sta s p e rso n a s, o b ie n , c o m o so sp e c h o , id e n tifiq u e m o s cierta b u rd e z a e sp e c ífic a en su a p r e c ia c ió n d e lo q u e es n ecesitar, se rá e x tre m a d a m e n te d ifícil re b a tir el a r g u m e n to d e d e sc a r ta r p o r co m p le to la id e a d e n e c e s id a d en la filo s o fía p olítica. L o p rim e ro q u e yo m ism o d e b o d e c ir en d e fe n sa d e la id ea d e n e c e sita r e s q u e , tal c o m o h em o s d ilu c id a d o e n u n c ia d o s s o b re lo q u e n e c e sita c ie r ta p e rso n a o co n ju n to d e p e rso n a s, é sto s n o s c o m p r o m e te n no s ó lo a d a r r e sp u e sta s a ciertas p re g u n ta s g e n e ra le s so b r e d a ñ o , so b r e lo q u e se p u e d e to le ra r o n o, y so b re el tip o d e c o sa s q u e se p u e d e im a g in a r o no d e m an e ra re alista, sin o ta m b ié n a a lg o m uy p a rtic u la r y e sp e c ia l p a r a las c irc u n sta n c ia s d a d a s d e la gen te —q u ie n q u ie r a q u e é sta se a — qu e, se d ic e, no e lu d ir á el d a ñ o , e sta n d o s itu a d a d o n d e está, sin la c o sa q u e se e n u n c ia c o m o n e c e sitad a . E sta c o m b in a ció n d e lo p a rtic u la r y lo g e n e r a l es u n a d e las c a ra c te rístic a s m ás im p o rta n te s e in trig a n te s d e las n e c e sid a d e s n o in stru m e n ta les p a rtic u la re s. Y q u e d a ab ie rto a d isc u sió n si la h an c a p ta d o a p ro p ia d a m e n te q u ie n e s se h an co n te n ta d o c o n p e n sa r e n fund isian cia m anten erse d e a lg u n o s o tro s h om bres de e n e r g ía y espíritu e m p re sariales. P ara u n a p a rte d e la razón d e este esta d o d e d u d a y co n fu sió n , véase ia sección 24 m ás ad elan te. É ste e s un esta d o d e d u d a y con fu sió n q u e da cab id a a m é to d o s de p e r su a sió n y p ro m o c ió n q u e re p re se n tan la co rru p ció n en o tro sen tido m o r a l/in te le c tu a l (n o ju ríd ico ). C fr. F. G lad sto n e, The Poli lies o f Planning, p. 105, so b r e el u so re tó rico de los “d e s p o s e íd o s ” com o un m edio p a r a d isfraz ar los d e sid e ra ta d e aq u e llo s q u e "p o s e e n ” . PostScript (1997). A lg u n o s d e los é n fasis y fo rm u la c io n es d e las p á g in a s de la sección 10 e stab le ce n q u e é sta s d a ta n de lo s añ o s och en ta. Sin e m b arg o , los su ce so s y las situ acio n es frente a lo s q u e reaccion an s ig u e n sien d o im p o rtan tes, p o r m ás que s e recu b ran con n u e stras n uevas circ u n sta n c ia s. E s n ecesario enten derlos.
ció n d e c ó d ig o s d e n o r m a s m ín im a s. S in d u d a , la n o rm a ríg id a e stá en c o n sta n te p e lig ro d e in stitu c io n a liz a r el olvido d e tales d ife re n cia s. A m en az a la d istin ció n en tre n e c e sid a d e s p a rtic u la res q u e so n serias (las cu ales in c lu so e q u iv a le n al in terés vital d e c ie r ta s p e rso n a s e sp e cíficas e n un m o m e n to p a rtic u la r) y a lg o a ú n m ás d ifícil d e id e n tificar y fo rm u lar, a saber, n ecesi d a d e s básicas o profundamente a r r a ig a d a s y su scep tib le s d e ser generalizadas p a r a lle g a r a p r e c e p t o s p r á c tic o s cuya a p licac ió n p o r p arte d e fu n c io n a rio s p ú b lico s sea s e g u r a y se n sa ta e n un n ú m e ro in d e fin id o d e c a so s y en u n n ú m e ro in d e fin id o d e cir c u n s ta n c ia s .22 En s e g u n d o lugar, d e b o decir q u e , si los re sp o n sa b le s de la r e c o n str u c c ió n d e la p o s g u e r r a c o m p r e n d ie r o n im p e rfe c ta m ente las re la tiv id a d e s p la n te a d a s en la secció n 7, e r a p o c o p ro b a b le q u e h u b ie ra u n a b u e n a c o m p r e n sió n d e la in terac ció n d e la s e g u n d a y la te rc e ra e s p e c ie s d e relativ id ad . P a ra su 25 S o b re la in d e fin ic ió n inherente del t e m a d e la p ráctica, cfr. A ristóteles, Ética Nicomáquea, V.x. 4 -5 . P ro b ab lem en te se d eb erían dirigir o b se rv a c io n e s e n cierto m o d o sim ila res a las q u e ap arecen en el texto a la c o n c e p c ió n d e lo s m arxistas d e las "n e c e sid a d e s v erd ad eram en te h u m an as", n e c e sid a d e s “ que ex p re sa n la esen cia h u m a n a ", etc. In con tables n ecesidades, en cu alq u ier situación con cebib le, serán tanto urgen tes co m o n o básicas —es decir, e sta rá n colocad as ah í p o r c irc u n sta n c ia s p articu lares—. Y siem pre h a b r á circu n stan cias particulares, por ad m irab le q u e se a la n ueva con d ició n d e l ser h u m an o . Entonces, en la m e dida en que n o p o d e m o s en fren tar el p r o b le m a de q u e "E n el régim en de p r o p ie d a d p r iv a d a ... cad a p e rso n a e sp e c u la sob re la creación de una n ueva n e cesid a d en o t r a s ” (M arx, 1844 M SS., p. 1 4 7 ) in sistien do en la interpretación a p ro p ia d a d e las preten sio n es de n ecesitar, el p ro b lem a de la s falsas necesi d a d e s e s d e m a sia d o difícil co m o p ara q u e p u e d a ser resuelto con la sim ple iden tificación d e la clase de la s n e c esid a d e s b ásicas o esencialm ente h u m an as. L o llam ativo del con traste entre el e x ig u o con ju n to de n ecesid ad es univer sale s q u e la naturaleza su sc rib irá y el c o n ju n to d e c o sas q u e p o d ría n ecesitar a lg u ie n co lo c a d o en u n a situación p a rtic u la r q u e d a p la sm a d o , p or tan gen cial que sea a la intención de Sh akespeare, d e m a n e r a muy vivida en el Rey L ear (11, 4, 262): N o c o n c e d á is a la N atu raleza m ás de l o q u e n ecesita, L a vida del h o m b re es de tan bajo v a lo r com o la d e las bestias. R esulta obvio que n o hay un a n ecesidad h u m a n a " de tener un séquito de cien c ab alle ro s. P e ro un rey que h a ab dicad o, e n la p o sic ió n d e Lear, n ecesitab a ese sé q u ito - y m uch o m ás, a ju z g a r p o r lo q u e le s u c e d ió - .
a c e p ta c ió n o rech azo , m u ch as p r e te n sio n e s d e n e c e sid a d d e p e n d e n d e m o d o c ru c ia l d e q u e e ste m o s d isp u e sto s a tr a ta r d e e n c o n tr a r la n o r m a p rá c tic a m e n te im a g in ab le d e flo re c im ie n to o b ie n e s ta r e n re fere n cia a la c u a l se p u e d a n ju z g a r las c u e s tio n e s s o b r e d a ñ o (o m ay or o m e n o r d a ñ o ) y se p u e d a n re so lv e r las p r e g u n t a s so b r e la p o s ib ilid a d d e su stitu c ió n d e u n a m a n e r a q u e r e sp e te la p o sib ilid a d p o lític a real. S in d u d a , to d a c o n d ic ió n n e c e s a r ia d e cu alq u ie r situ a c ió n p o sib le d e n o re su lta r d a ñ a d o es c o m p a tib le co n c u a lq u ie r o tr a c o n d ic ió n n e c e s a r ia sie m p r e q u e el d a ñ o n o s e a in e v ita b le . Pero si, p o r o r g u llo o c o n u n á n im o d e u n a p r e te n d id a re volu ción q u e e n r e a lid a d n o lle g a r á a n a d a , o p o r c u a lq u ie r o tr a ra zó n , lo s h o m b r e s d e E sta d o o los a d m in istr a d o r e s e sta b le c e n u n a n o rm a d e m a s ia d o e le v a d a (y e sto y a h a o c u r r id o en efecto d o n d e q u ie r a q u e el r e e m p la z o d e lo q u e e stá a r r u in a d o n o re p re se n ta en los hechos n in g u n a m e jo r ía real), o si n o lo g r a n se r re a lista s co n r e s p e c to a lo s fu tu r o s im agin ab le s d e s d e un p u n to d e vista p r á c tic o , e n to n c e s, e n el e sp a c io lim ita d o q u e e s to d o lo q u e re a lm e n te h ay a q u í, u n a co n d ició n p a r a e v ita r d a ñ a r se c u m p lirá a e x p e n sa s d e o tr a c o n d ic ió n . (In c lu so a e x p e n sa s d e u n a c o n d ic ió n q u e e s m á s im p o rtan te y n a d a m e n o s q u e u n re q u isito e se n c ia l p a r a u n e s t a d o a u n m ás m ín im o d e n o re su lta r d a ñ a d o .) S i la n o r m a q u e se e stab le ce e s in a lc a n z a b le en c ie rta e s fe r a d e in te ré s,23 y al m ism o tie m p o so s la y a m o s o n o r e sp e ta m o s (a u n H ay una dificultad estrechamente relacio n ada al intentar utilizar la teoría de los bienes p rim arios de Rawls en relación con el problem a de las necesidades, com o yo lo concibo, pues una de las cosas a las que debem os estar dispu estos en ese caso es a m irar tras los acu erdos sociales, definidos en térm in os de bienes prim arios, y tras las situaciones representativas de tip os representativos de p erson as, para fijarnos en las circunstancias reales de ciertas p erson as en p articu lar —todo de una m an era aparentem ente prohibida por Rawls en A T heory o f fu s tic e -, A este respecto, v é ase B. Barry, The L ib era l T heory o f Justice, en especial las pp. 54-55, 114-115. 23 P a ra a lgu n as observaciones relacionadas, basadas en la experiencia de países en desarrollo, véase P. Streeten, First Things First, pp. 190-191. D ebo macizar, em pero, las afirmaciones que h ago en el texto. E n condiciones espe ciales —y cuando el resultado in m ediato n o es de suyo muy costoso—, puede ser heurísticam ente indispensable fijar la n orm a en un nivel d em asiado alto (in cluso se ría vergonzoso no hacerlo), C u an d o no existían los anestésicos, algu nas fo rm as de sufrimiento y daño eran inevitables; sin em bargo, ten ía sentido decir q u e los anestésicos eran necesarios; y, si nuestros ancestros no hubieran
q u e s e a p o r no h ac e r c o sa s ) la to ta lid a d d e o t r a s n ecesid ad es (y si n o re c o n o c e m o s q u e n o sa b e m o s m u c h o so b re m uch as de estas c o sa s), e n to n ce s a lg o así es c a si se g u r o q u e ocu rra. C u an tos m ás re c u r so s se d e stin e n e n to n c e s a la ta re a de cum plir la n o rm a d e n e c e sita r q u e se fijó e n u n a e sfe r a , m ás p ro b ab le será q u e e sta te n d e n c ia e m p e o r e , y m ay or s e r á el p e lig ro de q u e, a la la rg a , u n a e x ig e n c ia e sp e c ífic a d e sp la c e o tra s m en os e sp e cífica s, m e n o s c o n d u c tu a lm e n te tr a n sp a r e n te s, pero quizá d e ig u al o in c lu so m ay o r im p o rta n c ia (e n e sp e c ia l exigen cias c o m o la e le cció n y la in d e p e n d e n c ia ); o m ay o r el p e lig ro de que lo su m in istr a d o p u e d a venir b ie n a a lg u n a s p e rso n a s pero n o a o t r a s —r e su lta d o n o in c o m p a tib le con la o b je tiv id a d del valor, p e ro q u e re fle ja la te n d e n cia d e q u e los v a lo re s co m p itan e n tre sí y d e q u e las v id a s d e d ife re n te s p e r s o n a s represen ten re sp u e sta s m uy d ife re n te s a p re te n sio n e s d e v a lo r irred u cib le m en te d istin ta s—, (U n é n fasis o e n fo q u e d e v alo r diferen te.) 12. Si te n e m o s su fic ie n te fe en e s t a d e fe n s a p a ra persistir en el d e se o d e to m ar las n e c e sid a d e s c o n u n a s e r ie d a d totalm ente p ro p o r c io n a l a la fre c u e n c ia con la q u e r e a lm e n te se invocan en el d e b a te p o lític o y a d m in istra tiv o {cfr. la se c . 3), en ton ces p are ce qu e, h ab ie n d o c a p ta d o la c o m p le jid a d y el r ig o r d e la c o n d i ción d e v e rd a d , d e b e m o s e m p e z a r p o r ver c u a lq u ie r e n u n ciad o d e la fo r m a “y n e c e s ita x [a b so lu ta m e n te ]” c o m o equ ivalente al reto d e im a g in ar un fu tu ro a lte rn a tiv o e n el q u e y e lu d e el d añ o sin ten er x, o u n a a lte r n a tiv a en l a q u e los in tere se s vitales de y se aju stan m e jo r a los in tereses v ita le s d e o tro s d e lo q u e se a ju staría n si lo q u e tu v ie ra fu era x. D e b e m o s p r o c e d e r d e e sta m a n e ra n o p o r q u e o c u p a r se d e n e c e s id a d e s sig n ifiq u e asu m ir u n a a c titu d r ig u r o s a o m e z q u in a (si e sto d e n o ta a lg u n a actitu d en p a rtic u la r, e sa a c titu d e s m u ch o m ás c e r c a n a a o c u p a rse de todos lo s d e re c h o s, “c o n tr a d e r e c h o s ” , cfr. la se c . 20 m ás ad elan te, y a fir m a c io n e s sim ila re s a la s d e los d e r e c h o s), sino p o rq u e , si n o lo h a c e m o s, a lg u n a s n e c e sid a d e s e in te re se s vitales tal vez n o e stén d e te r m in a d o s a p r o p ia d a m e n te , o se h a g a c a so om i so d e ellos. N o tien e n in g u n a c o n se c u e n c ia , n i a favor ni e n sentido algo así, n o se habrían esforzado tanto com o lo hicieron para hacer que estas cosas fu eran im aginables de m an era realista o p ara descubrirlas.
co n tra , p a r a la s a tis fa c c ió n d e d e se o s d e c o s a s q u e no s o n ne ce sarias. En o c a sio n e s (c o m o h em o s o b se r v a d o ), este tipo d e re to p a r a la im a g in a c ió n n o c o n d u c ir á al re ch az o tajante d e un en u n ciad o , sino al d e b ilita m ie n to d e la e sp e cifica ció n d e la c o sa q u e se d ic e q u e es n e c e sa ria : “ S e la s a r r e g la r á si tien e x o w o v." S e tra ta d e un m o v im ie n to m uy c o m ú n y la e lu cid a ción d e n e c e sita r q u e se p r e s e n ta a q u í e x p lica p o r q u é e sto es así. L a e sp e c ific a c ió n excesiv a en un e n u n c ia d o d o n d e a p a re c e “n e c e s id a d e s ” lo vu elve fa ls o .24 P e ro lo q u e n u estra e lu cid ació n p red ice ig u a lm e n te e s q u e a m e n u d o la c o s a q u e so b re v iv e al d e b ilitam ie n to (la in tro d u c c ió n d e d isy u n c io n e s, etc.) se g u ir á sie n d o un e n u n c ia d o m uy fu e rte —d e m a n e ra m uy e sp e c ia l c u a n d o e lju ic io p a r tic u la r d e la n e c e sid a d n o in stru m en tal d e y es el re su lta d o d e un p r o c e so e n el q u e la r e a lid a d de la situ a ción co n creta d e y y la s re striccio n e s q u e é sta im p o n e al fu tu ro son p le n a m e n te a p r e h e n d id a s (te n ie n d o en cu en ta las in ten cio n es re ales, p o r h ip o té tic a s q u e sea n , d e c u a lq u ie r o tra p e r s o n a o g r u p o d e p e r s o n a s re lev an te), y c u a n d o el p ro c e so esclarece tanto lo p e o r c o m o lo m e jo r q u e le p u e d e su c e d e r a j y a sus in tereses v ita le s—. (Q u iz á h a c ié n d o n o s b a ja r d e "y n e c e sita x ”, d o n d e x es el m e jo r r e m e d io p e r o el m á s c a ro , m uy le jo s d el alcan ce de y a m e n o s q u e ren u n cie a to d o lo d e m á s, a “lo q u e y realm e n te n e c e sita [d a d a s las circ u n sta n c ia s] es tu”, d o n d e la a u sen cia d e tu a r r u in a r á a u n e se n ivel m ín im o d e b ie n e sta r q u e e s la m e jo r p o s ib ilid a d r e a l p a r a y.) P a r e c e in evitable q u e , in clu so c u a n d o la s p r e te n sio n e s d e n e c e s id a d se e x a m in a n d e 24 Encontram os un buen ejem plo de esto en el arra ig a d o hábito de los plani ficadores de transporte m oderno'; de hablar de la “m ovilidad” (en autom óvil) com o una necesidad perm anente de la civilización occidental. No hay duda de que, con las tendencias actuales a la concentración de instalaciones, el cierre de negocios y oficinas más pequeños, y esqu em as de desarrollo más dispersos, dicha m ovilidad se acerca a una necesidad a corto o m ediano pla zo con un grado considerable y creciente de arraigam iento. Sin em bargo, si acaso se pueden prever tendencias alternativas, podrem os tener una visión m ás imparcial d e todas las opcion es disponibles si nos percatam os de que el nom bre correcto p a ra la n ecesidad perm anente e invariable (la necesidad subyacente en la n ecesidad a m ás corto plazo) no es “m ovilidad", sino, de una m anera m ás plástica e indefinida, “acceso [a instalaciones qu e con frecuencia son necesarias]’’.
e sta m a n e ra , n o s q u e d e m o s co n m u c h o m ás q u e u n d im in u to p u ñ a d o d e e n u n c ia d o s de n e c e sid a d . D e s e r así, n o h ace falta p o s te r g a r m á s la c u e stió n d e si la s n e c e sid a d e s v ita le s se satis fa c e n m e jo r o p e o r ah o ra q u e a n te s, p o r q u é se sa tisfa c e n p e o r (si e s el c a so ) y si s e p u e d e n sa tisfa c e r m ejor. 13. E n o c a sio n e s se so stie n e q u e el p a p e l d e l g o b ie r n o es res p o n d e r en to d o lo p o sib le y d e la s m a n e ra s m ás d iv e rsa s que se p u e d a a la m ay or c a n tid a d p o s ib le d e d e se o s de sus g o b e rn a d o s. Sin e m b a rg o , re su lta o b v io q u e cu an to m ás m arc ad a m e n te se in clin e a lg u ie n a la o p in ió n c o n tr a r ia d e q u e lo q u e e xigen la p r u d e n c ia y la ju stic ia es que la p o lític a p ú b lic a s e a selectiv a en lo q u e in ten ta p o sitiv am e n te y q u e se b a se s o b r e to d o en las n e c e sid a d e s, m ás im p o rtan te p e n s a r á q u e es p a r a los g o b ie rn o s, en la m e d id a en que e sté n d ire c ta o in d ire ctam e n te re la c io n a d o s co n a lg ú n asu n to, n o eq u iv o carse al e sp e c ific a r las n e c e sid a d e s y ten er c u id a d o d e a p ro v e ch ar al m á x im o to d a s las m a n e r a s a lte rn a tiv a s d e sa tisfa c e r la s ( y / o d e ja r q u e si g a n sie n d o satisfec h as, co m o q u ie r a q u e esto se h ay a h ech o ). E n tre las n e c e sid a d e s d e las que s e o c u p a u n a p o lític a d e e ste tip o , las m ás p lásticas d e b e n d e ja r esp a cio a las m e n o s plásti cas, y (lo q u e es d istin to ) las m e n o s se ria s d e b e n a b r ir p a so a las m ás se r ia s. S e d e b e e n c o n tr a r u n e q u ilib rio a d e c u a d o en tre las n e c e sid a d e s p re se n te s y las fu tu ra s. Y, ceteris p arib u s, los d e s e o s co m o tales d e b e n c e d e r s u lu g a r a lo q u e su rg e , d e u n e sc r u tin io c u id a d o so , c o m o n e c e sid a d e s g rav es, a r r a ig a d a s , n o su stitu ib le s. L a n e c e sid a d g rav e, a r r a ig a d a , n o su stitu ib le d e n a d ie , o c o m o u n o d iría (e x p lo ta n d o la a m b ig ü e d a d en el ad je tiv o que se g u ra m e n te se hizo ju s t o p a r a este p r o p ó s ito ) el interés vital d e n a d ie , d e b e ser sa c r ific a d o p o r la so c ie d a d en a ra s d e l m e ro d e se o d e a lg u ie n m á s , o d e c u a lq u ie r g r u p o d e o t r a s p e r s o n a s p o r n u m e ro so q u e sea. O tal co m o Del V ecchio e x p r e sa e sta o p in ió n en su fo rm u la c ió n d e lo q u e se llam a, en su e stu d io clásico d e la h isto ria d e la id e a d e ju stic ia , ju stic ia providencial' asistencial o social: E s u n a e x ig e n c ia d e la ju s t ic ia q u e , a n te s d e a sig n a r lo s a c u a lq u ie r o tr o p ro p ó sito , el E sta d o d e stin e to d o s los m e d io s d e los q u e d is p o n g a le g a tm e n te a la p ro te c c ió n d e la v id a y la in te g r id a d m o ra l y físic a d e su s m ie m b ro s, en e s p e c ia l d e a q u e llo s q u e n o está n en
p o sición d e p ro c u rarse tal protección p o r su s p ro p io s m edios o con la in term ed iación de person as ob ligad as particu larm ente a e llo .25
D e l V ecchio no es a m ig o d e necesidad. L o he p re se n ta d o a q u í c o m o alg u ien e x p líc ita m e n te h ostil en p rin c ip io a e sa m a n e ra d e h ac er a fir m a c io n e s a c e r c a d e la so c ie d a d .26 P ero n o s co n d u c e a p e n sa r q u e el p ap el in d isp e n sa b le d e l c o n c e p to d e n e c e sid a d es p r e c isa m e n te a sistir n o s en la p u n tu a liz a c ió n o se ñ a lam iento d e a q u e llo s m ism o s in tereses q u e d e b e n ser la p re o c u p a c ió n especial d e la ju s t ic ia social, tan to d o n d e el E sta d o tiene q u e in terv en ir e n su n om b re com o en los caso s en los q u e c o r r e s p o n d e a l E s ta d o in sistir en cierta p a u s a o titu b eo, p o r e jem p lo , en re la ció n con g r a n d e s p ro y e c to s (p riv a d o s o p ú b lic o s) q u e a te n d e r á n a los d e se o s re ale s o h ip o té tico s de m illo n e s, p ero en cu y o n o m b re se sa c rific a rá n los in tereses vi ta le s p resen tes o fu tu r o s d e o t r a s p e rso n a s id e n tifica b le s o no id e n tifica b le s.27 S i se d e m u e stra q u e e sta so sp e ch a e stá b ien fu n d a d a , c ie r tam en te a rro ja rá u n a n u e v a luz s o b r e lo in e lu d ib le m e n te vago, d isc u tib le e in eficaz p o r lo q u e se c ritic a tan a m en u d o la id e a d e n e c e sid a d . L a v e r d a d e r a situ ac ió n p u e d e ser q u e , en rea lid ad , e sta s a c u s a c io n e s en su c o n tra co n stitu y a n un tribu to in d irecto a la im p o r ta n c ia e in d isp e n sa b ilid a d re ales d e la idea p a r a n o so tro s. P u ed e ser q u e , p ace a lg u n o s c rític o s lib e ra le s o c o n se rv a d o r e s, un a s p e c t o d e su in d isp e n sa b ilid a d se re fie ra a la d e fe n sa que p u e d e o fr e c e r al in d iv id u o , en u n a c o m u n id a d q u e h a e n c o n tra d o u n a m a n e r a de aju star su s in stitu c io n e s a su s sen tim ien to s, c o n tr a el u so a r b itr a r io del p o d e r del E stad o . [C fr la secció n 23 m ás a d e la n te .) 14. D e tal m o d o , h a b ie n d o lle g a d o a la fr o n te r a d e la filo so fía p o lítica y p r e s e n ta d o —h asta a h o r a sin g r a n d e s ten tativas d e p re c isa r o a r g u m e n ta r — u n p rin c ip io p r io r ita r io so b re las 25 Del V e c c h io , Justice, p. 148. 2B Véanse sus críticas en l a p 148 n, un tamo m atizadas en la p. 143. 27 Cfr. la sección 23 m ás adelante y Mackie, “Can Th cre B e a Rights-Based Moral Theory?". O bsérvese tam bién la discrepancia con Mackie, que u sa el concepto de un derecho para lograr lo que nosotros conseguim os usando juntos derecho, con trapreten sión y n ecesidad vita l.
n e c e sid a d e s v e r d a d e r a s q u e es u n p rin cip io p o lític o in cip ien te (un p r in c ip io d e ju stic ia so c ia l) o n a d a , no un p rin c ip io d e m o r a lid a d in d iv id u al c o m o tal, q u is ie r a h acer u n a p a u s a p o r e sp a c io d e u n a secc ió n y tra ta r d e v er c o n m ayor c la r id a d d e d ó n d e h e m o s v e n id o , a n te s de p r o se g u ir . H e m o s to m a d o p a r tid o p o r A n sc o m b e y F e in b e rg co n tra W hite, B a r r y y Flew (v é a n se las n o t a s 9, 10 y 11) en n u e stro intento d e id e n tifica r un sen tido a b s o lu to d e “n e c e s id a d ”. H e m os e sta d o con W hite, e m p e ro , a l in sistir en q u e necesitar es un c o n c e p to m o d a l. Y, d e n uevo, n o so m o s los p rim e ro s en a d o p t a r e sta p o stu ra . Por lo g e n e r a l, no se atrib uye a A ristó tele s el ten er o p in ió n a lg u n a s o b r e lo que es u n a n e c e sid a d ; sin e m b a rg o , e n M etafí sica V in cluye la sig u ie n te e n trad a p a r a “n e c e s a r io ” c o m o p a rte de su léx ico filo só fico : 1015a20: S e llam a necesario (a) a q u e llo sin lo cual, co m o concausa, no es p osible vivir (por ejem plo, la resp iración y el alim ento so n a lg o n ec esario p a ra el anim al, p u e s es im posible q u e sin ello s exista). T am b ién (b) aquello sin lo cual n o es p osible q u e ex ista o se g en ere el bien, ni desechar el m al o librarse de él (p o r ejem p lo, b e b e r la m edicin a es necesario p a r a no e sta r en ferm o , y navegar h acia Egirta, p a ra recibir el dinero).
P or b u e n a s ra z o n e s (en e sp e cia l, la im p o rta n c ia de q u e el ca p ítu lo se vea c o m o la ú n ica e n tr a d a de A ristó te le s p a r a v a rio s se n tid o s d e la p a la b r a g r ie g a e q u iv a le n te a “n e c e sa r io "), la p a la b ra otvayKaiov n u n ca se h a tr a d u c id o a q u í c o m o “ n e c e sita d o "; p e ro , e n o tr o se n tid o , es u n a lá stim a q u e esto no haya su c e d id o . A n te u n a e lu c id a c ió n a risto té lic a , la c o n c e p c ió n r e d u c c io n ista d e n e c e sid a d e n térm in o s d e d e s e o s in ten so s r a c io n a liz a d o s n o p o d r ía h a b e r p e rsistid o tanto tie m p o sin un c u e stio n a m ie n to serio. L a p a r á f r a s is (a) d e A ristó te le s p a r e c e d e m a s ia d o re stric ti va p a r a a g o t a r lo q u e h em o s lla m a d o el se n tid o a b so lu to . (E l a rg u m e n to e n favo r d e q u e haya c ie r to relajam ien to d e la c o n d ic ió n v ie n e , d e sd e lu ego , de m u c h o tiem p o a trá s. Cfr. A d a m S m ith , L a riqueza de la s naciones [V .2.2]: “P or n e c e s id a d e s e n tie n d o no só lo los p ro d u c to s b á s ic o s q u e so n in d isp e n sa b le s
p a r a el su ste n to d e la v id a , sin o c u a lq u ie r c o sa d e la q u e , s e g ú n las c o stu m b r e s d e l p aís, s e a in d e c o r o so q u e p e rso n a s d e m é rito s, in clu so d e l n iv el m ás b a jo , ca re z c an .”) L a p a r á fr a s is (b ) d e A ristó te le s c o r re el r ie sg o d e h acern o s c la sific a r c ie rtas o c u r r e n c ia s a b so lu ta s d e n e c e sid a d (n ecesitar to m a r la m ed icin a, p o r e je m p lo ) con o tra s o c u r r e n c ia s d e la p a la b ra q u e s e r ía m e jo r tr a ta r c o m o e líp tic a s y p u ra m e n te in stru m e n ta le s (p o r e je m p lo , n e c e sita r n a v e g a r h ac ia E g in a ). E stas d o s fa lta s, si a c a so lo so n , se c o r rig e n d e m e jo r m a n e r a e n la fo rm u la ció n d e “d a ñ o ” p la n te a d a p o r F ein b erg, su giero, q u e su stitu y en d o “ viv ir” p o r "flo r e c e r ” en la p a r á fr a s is (a ) d e A ristó te les. (N o s se n tim o s o b lig a d o s a p e n sa r q u e se c o rrig e n m e jo r c o n la fó r m u la d e “d a ñ o ” si s o m o s r e a c io s a d e ja rn o s llevar p o r la ta u to lo g ía d e q u e “ flo r e c e r ” es u n a co n d ició n n e c e s a ria d e “flo r e c e r" p a r a d e c ir q u e lo s se re s h u m an o s necesitan florecer, p e ro no te n e m o s in co n v e n ie n te en d e ja rn o s llevar p o r la m ism a fo rm a d e a rg u m e n to a la co n clu sió n d e q u e los se res h u m a n o s n e c e sita n e v ita r u n d a ñ o .) N o obstante, el v a lo r d e la c o n tr ib u c ió n d e A ristó te le s a este te m a n o se ve o p a ca d a p o r la n e c e s id a d d e e x p lic a r e sta s m o d ifica cio n e s; re si d e e n su se ñ a la m ie n to (a u n q u e s ó lo s e a p a r a q u ie n e s ya se a b r ie r o n a e sa id e a ) d e q u e la necesidad es un co n cep to m o d a l d e un tip o e sp e c ia l28 e im p o r ta las id e a s v in cu lad as de u n a situ ac ió n y un b ie n n o n e g o c ia b le (o no n eg o ciab le en ta les c irc u n sta n c ia s), q u e en conjunto n o d e ja n o t r a altern ativ a real, s i n o ... 15. In clu so a q u e llo s q u e n o s e x h o r ta n a p re sc in d ir d e la id e a d e n e c e sitar re c o n o c e n el c a r á c te r p r im a fa c ie irresistib le d e un v e rd a d e ro e n u n c ia d o d e n e c e s id a d no e x a g e r a d o . De ahí, s u p o n g o , la a n im a d v e rsió n q u e les in sp ir a . P ero, ¿qué tip o d e re c la m o s e h ac e a la s o c ie d a d m e d ia n te ta l e n u n cia d o ? ¿Y se tra ta re alm e n te d e un re c la m o d e ju s t ic ia , o a veces d e un re cla m o d e ju s t ic ia y a veces d e u n a in v o ca ció n d e a lg o m ás a llá 28 El argum ento, desde luego, qu ed a intacto au n si suponem os que el con dicional natural ya es secretam ente modal. Esto difícilmente volvería redun dante la m odalidad que hace referencia, com o en la sección 7, al momento y la circunstancia.
d e la ju s t ic ia o a d ic io n a l a ella? ¿ O q u é e s? El resto d e l artícu lo se d e d ic a r á a e sta s cu estio n es. En la m ay o ría d e los au to re s en los q u e se p u e d e d e sc u b rir un in terés p o r la fu crea d e la s p r e te n sio n e s d e n e c e sid a d , s e o b se r v a u n a m a rc a d a te n d e n c ia a a g r u p a r la s , p a r a to d o p r o p ó sito d e ju sticia, d e n tro d e la c a te g o ría g e n e ra l d e re c la m o s d e ig u a ld a d (rec la m o s d e ig u a ld a d d e trato , o re c la m o s sobre la in to le ra b ilid a d d e c ie r ta s d e sig u a ld a d e s).29 M u ch o s c o n se rv a d o r e s lib e ra le s, al m ism o tie m p o q u e ven la p r e o c u p a c ió n p o r las n e c e sid a d e s e n sí c o m o sin to m ática d e u n a actitu d m al c o n ce b id a, e n tro m e tid a o in te rv e n cio n ista an te la p o lític a p ú b lica o d e u n a id ea sim p lista d e la ju stic ia , d e sc o n fía n d e la id ea d e u n a n e c e s id a d p o r q u e la p e rcib en in d iso lu b le m e n te ligad a a c o n c e p c io n e s d e ig u a ld a d que c o n sid e r a n p ro fu n d a m e n te s o s p e c h o sa s. Y p a re c e ría q u e au tores r a d ic a le s o a n tic o n se rv a d o re s a su m e n el m ism o vín culo en tre p re te n sio n e s d e n e c e sid a d e ig u a ld a d . De hecho, en la m e d id a en q u e hay d ife re n c ia s d e o p in ió n en tre r a d ic a le s e n cu an to a las n e c e sid a d e s, la d iv er g e n c ia im p o rtan te p a r e c e g ir a r e n to rn o a la c u e stió n d e si ven la idea d e n e c e sid a d c o m o una ayu d a p o sitiv a 30 o co m o un 59 C fr. V. Pareto, Les Systemes soctalistes, vol. II, pp. 167-168: "La formule: o chacun selon ses besoins, deviene... un travestissement métaphysique de la form ule: á chacun p a r í égale, avec certaines corrections"', G. Vlastos, “Justice and Equality": ‘“ A cada uno según su necesidad’. .. es en realidad la forma m ás perfecta de distribución equitativa” (p. 40); A.M. H onoré, “Social Justice” , p. 78: "El principio deju sticia so c ia l... establece que los seres hum anos tienen derecho a ventajas y a una parte equitativa de las ventajas. Por consiguiente, el principio de ju sticia de acuerdo con la necesidad se podría considerar com o un aspecto, o un corolario, del principio de la justicia social. Desde el punto d e vista de este principio, a q u ello s que tienen una necesidad tienen derecho a señ alar el hecho de que carecen de las ventajas a los que les da derecho el principio de ju sticia social"; H onoré cita aquí a D.D. Raphael, "Justice and Liberty": “De este m odo, la b ase de la afirm ación de necesidad social es, en realidad, un reconocim iento del derecho a la igualdad "; Feinberg, Social Ph i losophy, en la nota 10 antes, p. 111; A. Sen, “Equality ofW hat?", en especial, las pp. 217-219; David Miller, S o c ial Justice : “Se podría decir que el principio d e necesidad representa la parte m ás urgente del principio d e igu ald ad ”, p . 149. V éase también Peter Singer, “T h e Right to Be Rich or Poor”, p. 49; Flew, The Politics o f Procustes, en la nota 5 antes; R.H . Tawney, Equality, p. 42. 30 Cfr . B ern ard Williams, Problems of the Selj] pp. 240 y ss; y, p o r ejemplo, V lastos, Honoré, Miller, citados en la nota 29.
o b stá c u lo p a r a la ju stific a c ió n y m a y o r e lu c id a c ió n d e la id e a de ig u a ld a d .31 N o se g a n a n a d a n e g a n d o lo n a tu r a l y a p r o p ia d o q u e es, c u a n d o un a u t o r y a tiene un a r g u m e n to só lid o y d e c isiv o en favor d e la id e a d e q u e lo s se r e s h u m a n o s tien en u n a titu la ri d a d y u n a titu la rid a d ig u a l a to d a s las ven tajas q u e en g e n e r a l se d e se a n y, en efecto , c o n d u c e n a l b ie n e sta r (a fo rtio ri c u a n d o tien e un a r g u m e n to en favo r d e la id e a d e q u e los se re s h u m a n o s tie n e n d e rech o a u n a p a rte ig u a l d e tales v e n ta ja s),32 q u e in v o q u e el c o n c e p to de n e c e s id a d p a r a a y u d a rse a a rtic u la r su p r o p u e s ta . (S in d u d a , re d istr ib u ir to d o —si fu e r a c o n c e b ib le — d e a c u e r d o c o n la n e c e sid a d s e r ía u n a a p ro x im a c ió n m á s e fi cien te a la ig u a ld a d d e a siste n c ia s o c ia l q u e, d ig a m o s, a sig n a r a c a d a q u ie n u n a p a rte ig u a l d e b ie n e s.) L o q u e sí m e re c e ser n e g a d o e s q u e la s p re te n sio n e s d e n e c e sid a d so n e n e se n c ia , o p o r su n a tu ra le z a , p r e te n sio n e s q u e se d eb en a b o r d a r d e a c u e r d o c o n los p re c e p to s d e lo s tip o s d istin tiv os d e ju s t ic ia so c ia l d e fe n d id o s p o r lo s ig u a lita r is ta s . E xisten v a ria s m a n e r a s d e v er q u e , sim p lem en te c o m o ta le s, n o lo so n . O fre c e ré d o s c o n sid e r a c io n e s , n in gu n a d e las cu ale s es u n a p r u e b a . C a d a u n a s e ñ a la , e sp e ro , a lg o q u e el le c to r ya p u e d e ver. L a p r im e r a c o n sid e ra c ió n es la sig u ie n te : las p re te n sio n e s d e n e c e s id a d vital se p u e d e n s a t is fa c e r (o c u an d o m e n o s sa tis fa ce r en u n a b u e n a m e d id a ) en u n a so c ie d a d d o n d e h ay u n a g r a n d e s ig u a ld a d de riq u e z a e in c lu so u n a c o n sid e ra b le d e s ig u a ld a d de o p o r tu n id a d e s e c o n ó m ic a s 33 (en e sp e c ia l —p o r g r a n d e s q u e se a n las r e se rv a s d e e ste s i— si se evita q u e las d e s ig u a ld a d e s e co n ó m ica s so c a v e n los d e re c h o s ju r íd ic o s y la 31 Se p od ría con jeturar que Ronald Dworkin la consideraría un obstáculo, al m enos en lo que concierne a la elucidación. Véase “ What is Equality? (Pare 1)". (M arx, al d o tener paciencia con l a ¡dea d e igualdad com o cal, es, desde luego, una excepción a la tesis general del texto.) 32 Me apoyo fuertem ente aquí, y m ás adelan te, en las útiles form ulaciones de H on oré, "Social Justice". 33 ¿Y cal vez incluso desigu aldad de respeto? (Cfr, H.L.A. H art, The Concept o f L a w , p. 158.) A lgunos podrían sentirse tentados a decir que la igualdad de respeto es u na necesidad. Esto es algo que no negaré; pero obsérvese que si es en esto do n d e reside la urgencia de igu al respeto, entonces hay un peligro, no de que las consideraciones de igualdad engullan a las de necesidad, sino de que estas últimas se traguen a las prim eras.
ig u a ld a d efectiv a a n te la ley). C u a n d o v e m o s c ó m o están las co sa s en u n a s o c ie d a d así, y lo q u e s u p o n d r ía en los niveles d e p e n sam ien to y a c c ió n , y de a b s tin e n c ia d e acción [cfr. las secs. 7 -1 3 ), m a n te n e r este e stad o d e c o sa s feliz, n a d a p arece ra c io n a lm e n te in e v ita b le a l p asar d e to m ar las a firm a c io n e s de n e c e sid a d co n p r o fu n d a serie d a d , c o m o las to m a e sta so cied a d , a to m a r co n un g r a d o d e se rie d a d sim ila r la p re te n sió n de to d a p e rso n a d e te n e r un n iv el de b ie n e s ta r e fec tiv a m e n te igual al d e cu alq u ier o t r a .34 En s e g u n d o lu g ar, la s p re te n sio n e s d e n e c e sid a d y ios recla m o s d e un tra to ig u a l se su sten tan en se n tim ie n to s in structiva m en te distin tos y a p e la n a ellos. E sta c u e s tió n es tal vez m ás c la ra c u an d o in te rv ie n e la d e ce p c ió n . E n ta les c o n d ic io n e s, los re c la m o s de un tra to ig u a l p or lo g e n e ral p ro v ie n e n d e l sen tim ien to d e h a b e r s id o o fe n d id o , in su lta d o , m e n o sp re c ia d o o (en térm in os m ás g e n e r a le s) n in g u n e a d o , o u sa d o d e sp e ctiv a m ente; y, en su fo r m a d e g r a d a d a o p a to ló g ic a , estos sentim ien tos p u e d e n d e g e n e r a r en la s im p le e n v id ia. L o q u e se exige con esto s re cla m o s es q u e q u ien es los h acen sean tratad o s c o n e l re sp e to d e b id o a u n s e r h u m an o q u e e s a c e p ta d o , sim ple m en te en cu an to ser h u m an o , c o m o un p a r tic ip a n te ig u al c o n un in terés ig u a l en lo q u e se ve b a jo el a s p e c t o d e u n a ta re a co m ú n .35 P o r o tro lad o , la s p re te n sio n e s d e n e c e sid a d , in clu so c u a n d o están te ñ id a s d e in d ig n a c ió n m o ra l, se p u e d e n e x tra e r Y, de se r así, e n to n ce s al m enos a lg u n o s c o n se rv a d o re s p od rían p e rm i tirse relajar su actitu d cau telo sa frente a l n ecesitar. Si la actitu d frente a la n e c esid a d que p r o p o n d r é se tom a tal c u al es, y n o se in te rp re ta n ad a m ás por la fuerza d e la a so c ia c ió n política h ab itu al, e n to n ce s q u e d a por ver si la provin cia a p ro p ia d a d e la acció n o la in te rfe re n cia estatal es am p lia o estrecha, e x c e p to si h ay u n a fu erte p re sió n p ara ta l intervención d esd e el rincón de la n ecesidad h u m an a vital que, d e otra m a n e ra, se ría im p o sib le satisfacer. P e ro el sign ificad o final d e d ic h a s p re te n sio n e s d e n e c e sid a d d e p e n d e rá en tonces de la to ta lid a d d e p re te n sio n e s d e ju stic ia q u e se in v o q u e n . L o que es m ás, la s p ro p ias c o n sid e rac io n e s d e n ecesidad su g e r ir á n p rin c ip io s d e lim itación d el alcan ce de la ac c ió n e statal. (V é ase la se c ció n 23 m ás ad elan te.) S5E sto no quiere d e c ir qu e, sim plem en te sa b ie n d o q u e los sen tim ientos relevantes p ro v ie n en de e sta reserva, p o d r ía m o s d e te r m in a r el contenido y el carácter d el reclam o d e un trato ig u a l. L o im p o rta n te p a ra el argu m en to es sólo que d e b e h ab er a lg u n a diferen cia distin tiva o d e otro tipo en lo s sentim ientos carac terística m e n te in volu crad os a l h ac e r o recon ocer los d o s tipos d e reclam o.
d e u n a sim p le p a s ió n p o r s u b sistir (o p a r a q u e q u ien es d e p e n d e n de n o so tr o s su b sista n ) en c o n d ic io n e s to lerab les —un a p a sión q u e en su fo rm a extrem a o p a to ló g ic a n o lle ga a la e n v id ia n e c e sa ria m e n te , sin o a la a u to c o m p a s ió n o la in d e fe n sió n o el e n sim ism a m ie n to —. C u a n d o se so sla y a n la s p rete n sio n es d e n e ce sid a d , lo q u e se d e fr a u d a es la e x p e c ta tiv a d e q u e se te n d ría en cu en ta q u e lo q u e e sta b a en ju e g o e r a la su p e rv iv en cia re a l o el b ie n e sta r m á s m ín im o d e q u ie n las hacía. In v o car la n e c e s id a d d e p e n d e , d e s d e luego, d e l re c o n o c im ie n to de que q u ie n re cla m a e s ig u a lm e n te u n p a r tic ip a n te e n la so c ie d a d ; p e ro lo q u e so s tie n e la in v o cació n q u e h ac e el reclam an te y q u e le d a fo rta le z a tal vez te n d ría q u e in c lu ir la m e r a c o m p a sió n o sim p a tía (p o r p a rte d e q u ien r e c o n o c e el re clam o , y la e x p e c ta tiv a d e q u e a sí se a p o r p a r te d e q u ie n lo h ac e ), o u n a fo rm a p a r tic u lariz ad a d e lo q u e H u m e lla m ó el “ rese n tim ie n to de la m ise ria d e l g é n e r o h u m a n o ” —sen tim ien to m u c h o m ás p o d e r o s o , c o m o ju stific a d a m e n te lo h an se ñ a la d o S c h o p c n h a u e r y otros, q u e la b e n e v o le n c ia o la c o m p a sió n im p a r c ia lc s —. P or su p u e sto , es v e rd ad q u e , en la m e d id a en q u e las p re te n sio n e s d e ig u a ld a d y las p re te n sio n e s d e n e c e sid a d se a c e p ta n co m o p re te n sio n e s d e ju stic ia , la a c e p ta c ió n d e b e s u p o n e r el reco n o cim ie n to d e q u ie n p la n te a la p re te n sió n c o m o p a r te d e u n a re d c o m p le ta d e in te rre la c io n e s e sta b le c id a s in te rsu b je tiv a m e n te entre y o s q u e c re an d e b e r e s y d e re c h o s r e a le s .36 S in e m b a rg o , p a r a e fe c to s d e c u a lq u ie r d e r e c h o o e x p e c ta tiv a e s p e c ia l q u e el n e c e sita r se co n fie ra , e sta r e d o siste m a n o tien e q u e le g itim a r la e x p e c ta tiva d e ig u a ld a d su stan tiv a d e d e r e c h o a to d a s las ventajas. L o m ás q u e lle g a a v a lid a r es la e x p e c ta tiv a d e que, sie m p re q u e los d e re c h o s e n sí estén fo r m u la d o s en té rm in o s d e n e c e sita r e n cu an to tal, necesidades ig u a le s d e ip c o m p o r ta r á n titu la rid a d e s ig u a le s al b e n e fic io d e riv a d o d e
n ar, la fu erza p o lític a d istin tiv a d e un e n u n c ia d o d e n ec esid ad se ria ? L a re sp u e sta p o s it iv a que d a r é a e sa p r e g u n ta d e p e n d e rá d e q u e la d ivida d e u n a m a n e ra q u e c o r r e s p o n d a a tres fases o n iv eles. L a ju stic ia d e la fa s e un o se rá la ju s t ic ia co m o guardian a d e los derech os in te r p r e ta d o s d e la fo r m a m ás r e strin g id a y e stric ta ; la ju stic ia d e la fa s e dos s e r á la ju s t ic ia co m o d e fin id o ra d e los lím ites del ra z o n a m ie n to acu m u la tiv o y árb itro vigilan te en tre d e re c h o s y o tra s p r e te n s io n e s (q u e lla m a re m o s co n trad e re ch o s) que d e suyo n o s o n d e re c h o s; la ju s t ic ia d e la fa s e tres s e r á Ia ju stic ia co m o c u s t o d ia y d is tr ib u id o r a d e b ien e s con que el E sta d o cu en ta. L a ju s t ic i a de la fa s e tres sólo o p e r a r á dentro del á rea que le p e rm ite cierto p r in c ip io de ju s t ic ia d e la fase d o s , lo que lim ita la o p e r a c ió n d e l ra z o n a m ie n to acum ulativo. Sin e m b a rg o , esto es a n tic ip a rse ; y d e b e m o s c o m e n z a r p o r e la b o r a r cu áles so n lo s re q u isito s in d isp e n sa b le s p a r a q u e algo c u e n te co m o u n a m o r a lid a d so c ia l p o sib le y tr a ta r de identifi c a r el p a p e l q u e ese a lg o d e b e a tr ib u ir (en la fa s e o nivel uno) a la id e a d e un d e re c h o . A lg u n a s n e c e sid a d e s a p a re c e r á n en to n ces c o m o c a n d id a ta s e sp e c ia le s a d e re c h o s-p re te n sió n a b s tra c to s (d e re c h o s-p re te n sió n que d e b e n ser r e c o n o c id o s y rea lizad o s d e m a n e r a c o n c r e ta ); y a lg u n a s o tra s q u e n o alcan cen e s ta c a te g o ría a p a r e c e r á n en la fa s e o nivel d o s co m o can di d a ta s a re p re sen ta r contrapretensiones a b str a c ta s. S in em b argo , e sta s c o n tra p re te n sio n e s se situ a rá n claram en te en la prov in cia d e la ju stic ia , p o r e str ic ta m e n te q u e é sta se co n cib a, y se b a s a r á n en el m ism o tip o d e fu n d a m e n to que los d e re c h o s abs tra c to s. H ay d o s an te ced e n te s n e c e sa rio s p a r a este p lan team ien to. E n p rim e r lu g ar, a u n q u e lo s e n u n c ia d o s d e n e c e sitar, cu an d o tie n e n a lg ú n p e so p a r a n o so tro s, sie m p re lo tie n e n al m en o s en p a rte como e n u n c ia d o s de n e c e sita r, cab e h a c e r notar, no o b stan te, que su fu e rz a p ú b lic a es su m am e n te v ariab le , aun c u a n d o su verd ad n o se p o n g a en te la d e ju ic io . S in d u d a , esta fu e r z a n o es sie m p re p r o p o r c io n a l a la s e r ie d a d a d m itid a de la n e c e sid a d . C u a lq u ie r e x p lic a c ió n d e e stas c u e stio n e s debe d a r cu en ta d e e sta v a r ia b ilid a d , o p e rm itirla, y d e ja r e sp a c io p a r a la in flu en cia en un se n tid o o en o tro de fa cto re s distin tos d e la n e c e sid a d en sí. E n s e g u n d o lu g ar, to d av ía vale la p en a in sistir, co n tra un tip o d e p o sitiv ista , q u e la fu e rz a m o r a l d e
u n a p re te n sió n d e n e c e s id a d n o se p u e d e id e n tific a r c o n el re c o n o c im ie n to d e q u e p o s e e tal fu erza, ni c o n el h ech o d e q u e la s o c ie d a d tom e m e d id a s al re sp e c to o la r e sp e te —así c o m o la m o r a lid a d s o c ia l d e la q u e d e p e n d e la fu e rz a d e u n a p rete n sió n d e n e c e sid a d se d e b e d is tin g u ir claram en te tan to d e las n o rm a s re a le s d e r e c ip r o c id a d y c o o p e r a c ió n q u e la m o r a lid a d h ac e p o sib le , c o m o d e la s ley es e in stitu c io n e s s o c ia le s existen tes q u e re g u la n e sa s n o r m a s —. (C o n sid e r o q u e tal m o r a lid a d no p u e d e c o in c id ir a p r o p ia d a m e n te co n n in g u n a d e e stas c o sa s si e n o c a sio n e s d e s p ie r ta c rític a s d e a c u e rd o s s o c ia le s existen tes, y sirve tam b ién p a r a su sten tar co stu m b re s, in stitu c io n e s y leyes, c o n d e b ilid a d o fo r ta le z a , a u n q u e al m ism o tie m p o las so m e ta a e sc ru tin io .) 17. H a b ie n d o c o n c lu id o e s t o s p relim in ares, la p r im e r a p arte d e mi r e sp u e sta a n u e str a p r e g u n ta es la sig u ie n te : qu e, en el c a s o d e a lg u n o s e n u n c ia d o s d e n e c e sid a d , co m u n ic a n u n a n e c e s id a d d e a lg o cu y o ser n e c e sita d o e s u n a p a r te d e lo q u e p re c isam e n te c r e a el d e r e c h o o titu la rid a d a b s tr a c to s a ello. S u g ie r o q u e , p a r a e fe c to s d e u n a m o r a lid a d s o c ia l S q u e e fec ti v a m e n te se vive y lo g r a p r o p o n e r a age n te s in te re se s c o m u n e s q u e p u e d e n h a c e r p r o p io s , hay un derecho-pretensión abstracto o un a titu laridad abstracta a x en las condiciones C só lo c u an d o x es algo cuya negación o elim inación en las condiciones C da (y se puede ver que d a f 7 p arte de u n a razón o toda u n a razón a la 37 O b sérv ese que la no disponibilidad de x no es su ficien te. La co n d ició n se lim ita a la n e g a ció n o p riv ació n o e lim in ació n de x. E n rig o r, d e sp u é s d e “v er” s e d e b e n a g re g a r p a la b r a s c o m o : d e n tro d e 5 y d e n tro d e cu alq u ier tra n sfo rm a c ió n recon ocib le d e 5 q u e co n tin ú e d e fin ie n d o un p u n to d e vista q u e p u e d e se r "c o m ú n a todo h o m b re con o tro s” c u an d o se a p a r ta de su "situ a c ió n p a rtic u la r y p riv a d a ”. (C/V. H u m e, Investigación sobre los principios de la moral, IX, p a rte 1, 222.) B a sta p a r a e s ta in te rp re ta c ió n s i, cu an d o hay se n sib ilid a d e s m o rale s con d ife re n c ia s in teresantes p o r d e sc u b rir d e n tro d e u n a c u ltu r a h istóricam en te d a d a , h ay a lg u n o s c o m p o n e n te s m ín im os com u n es o u n n ú cleo d e sen sib ili d a d e s divergentes. E n cuanto a la a firm a c ió n (no req u erid a p or n ad a en io que a q u í se insiste ni in con sisten te con ello) d e q u e se p u e d e alcan zar lo q u e es eternam ente e se n cial p a ra el m e o llo d e la m o r a lid a d se p a ra n d o el ethos d e la m o ral en sí, den tro de lo q u e él ve sólo c o m o m o ralid ad es su p e rfic ia lm e n te distintas, v éase A u rel K oln ai, "M o ra l C o n se n su s".
persona que sufrió la privación o negación, y un a razón admisible y públicam ente sostenible dentro de S, p a r a reconsiderar su apego a las norm as de reciprocidad y cooperación sustentadas p o r S. E sto sig n i fica q u e, si en un c a so a s í la v íc tim a q u e se ve p r iv a d a d e x nos d e c e p c io n a en u n a ex p e ctativ a d e c o o p e r a c ió n exp lícita o an te rio rm e n te tácita, en to n ce s eso c u e n t a c o m o a lg o m o ra lm e n te in teligib le d e n tro d e la se n s ib ilid a d c o m p a r tid a q u e d e p e n d e d e e sta e x p e c ta tiv a .38 P ara c a p ta r e n lo d a su e x te n sió n la im p o rta n c ia d e e sta co n d ic ió n tan e x ig e n te p a r a la e x iste n c ia d e un d e re ch o , co n v en d r á e n u n c ia r la su p o sic ió n en la q u e se b asa. E s la su p o sic ió n de q u e a m e n o s q u e e x istie ra a lg u n a c o n d ic ió n en la q u e el re tiro d e u n c o n se n so s e c o n s id e r a r a in teligib le y n a tu ra l in cluso dentro de S —es decir, un a c o n d ic ió n en la c u a l S p o r lo m en o s p e r m itie r a q u e alg u ien p a r t id a r io d e S p e n s a r a q u e fu e sa c rific a d o in ju sta m e n te (in clu so in ju stific a b le m e n te )—, en ton ces S d ifíc ilm e n te p o d r ía c o n sid e r a r se u n a m o ra lid a d so cial, p u es u n a m o r a lid a d so c ia l, tal c o m o se c o n c ib e p a r a esto s p ro p ó sito s, no es só lo c u a lq u ie r c o n ju n to d e p rin c ip io s a b stra cto s. E s a lg o q u e só lo existe co m o r e a liz a d o o e n c a rn a d o (o c a p a z d e ser re a liz a d o o e n c a rn a d o ) en lana s e n sib ilid a d c o m p a rtid a , y en las costumbres e in stitu cio n es h istó ric a m e n te d a d a s qu e, de suyo, e lla p e rp e tú a . S ó lo p a r tic ip a n d o e n e ste tip o d e co sa, y v ié n d o se u n o s a o tro s co m o p a r tic ip a n te s , los se re s h u m a n o s co m u n es y c o rrie n te s tal y c o m o están c o n stitu id o s efectiv a m ente so n ca p a c e s d e a b ra z ar in te r e se s y o b je tiv o s co m u n es P ara o tr a e xplicación d e los derech os q u e es c o m p le m e n taria y d a ría prác ticam ente la m ism a versión q u e ésta d e la c o n e x ió n entre n e c esid a d e s y dere chos, v é ase la n o ta 45. 38E n re la ció n c o n todo e s te plan team ien to , cfr., p o r ejem p lo, J .L . M ackie, "R ig h ts, U tility a n d U n iversalization ”, y E th ics; B e r n a rd W illiam s, M oral Luck, p. x y passim , por ejem p lo, "In terna] an d E x te r n a l R e a s o n s ”, pp. 1 0 1 -1 1 3 . L a fo rm a en q u e a b o r d o este asun to difiere d e las de Mackie y W illiam s so b re to d o en lo q u e re sp e c ta a la im p o rta n c ia crucial q u e en estas c u estio n es d e m otivación d e b o asig n a r a los ju icio s d e v a lo r q u e so n lo q u e p arecen ser, a sab er, e n u n c ia d o s sob re c aracterísticas d e la re a lid ad , si b ien en e se n c ia c ate g o riz a d o s an trop océn tricam en ie, q u e n u e stro in te ré s en ellos n os lle v a a descu b rir. Cfr. lo s ensayos III y V de m i lib r o Needs, Valúes, Truth: Essays in the Philosophy o f Valué. V éan se c ie rto s asp ectos de m o r a lid a d so cial igu alm e n te so slay ad o s p o r W illiam s, M ackie y p o r mí, en A.M. H o n o r é , “ G ro u p s, Law a n d O b e d ie n c e ” .
q u e a d q u ir ir á n v id a p r o p ia o se p e rc ib irá n c o m o valores c o n sa g r a d n o s q u e p o se e n lo q u e H u m e lla m a en o c a sio n e s “b e lle z a m o r a l”. D e sd e lu e g o , u n a m o r a lid a d so cial n o p u e d e g a r a n t i z a r a n in g u n a p e r s o n a en p a r tic u la r el d e re ch o a la riq u e z a, la sa lu d , la fe lic id a d o la s e g u r id a d c o n tr a el in fo rtu n io c o tid ia n o . Pero ta m p o c o d e b e se r ta l q u e a m e n a c e a c u a lq u ie r in d iv id u o su jeto a e lla co n a c a rre a rle a el o a c u a lq u ie r o t r o p a rtic ip a n te , d e m a n e ra g r a tu ita , el in fo rtu n io d e v e r sus in tereses v ita le s sa c rific a d o s sim p le m e n te en a r a s d e un b ien p ú b lico m ay o r.39 A q u e llo q u e su ste n te y re g u le o a ju ste u n a m o r a lid a d s o c ia l y, a d e m á s, re fu te las o b je cio n e s en su c o n tr a d e b e se r a lg o in teli g ib le p a r a c a d a u n o d e sus p a rtic ip a n te s, d e sd e u n a p e rsp e c tiv a h u m a n a (no h a b le m o s d el o b s e r v a d o r a rc a n g é lic o o id e a l).40 39 Cfr. J .L . M ackie, “C an T h e re B e a R igh ts-B ased M oral T h e o r y ? ” U na d ificu ltad cen tral p a ra las teo rías m ás con ocid as b asad as en o b je tivos, las d iv e rsa s form as del u tilitarism o , es que el bien estar d e un in d iv id u o se d e b e sa c rific a r sin lím ites p o r el b ien e star de otros (p. 352). [. ..] ¿P o r q u é n o h abría d e ser un p r in c ip io m oral fundam ental q u e el b ie n e sta r d e una p e rso n a no se p u e d a re e m p la z a r sim plem en te p o r el d e o tra ? N o hay p ru e b a d e un c o n se cu e n cialism o pu ram en te acu m u lativ o en n in gún nivel, (p. 354) V éase la fo rm u la c ió n , en p a lab ra s de un a b o g a d o , de un a rg u m e n to c asi igu al en A m o ld G o o d m a n , N o t f o r t h e Record, pp. 1 8 -1 9 : L a p ro p u e sta p o p u lar de que d e b e m o s h acer a un lad o n u estro in terés p e rso n a l e g o ísta en n om b re del bien p ú b lico [...) ob liga al e sc ru tin io m á s rig u ro so y a l escep ticism o m ás fuer te, p u e s se tra ta d e la p r o p u e s ta q u e p u e d e ju stific a r cu alq u ier p e n u r ia o in justicia p a ra vina p e r so n a p riv ad a , y la m ás proclive a ig n o r a r el lu g a r c o m ú n a ritm é tic o d e q u e ia c o m u n id a d e s la su m a d e s u s in d iv id u o s. E se a g ra v io a un in d iv id u o —n o equ itativ o o n o m erecid o— es, en a u se n c ia d e u n a p r u e b a s ó lid a en c o n trario , u n a in justicia p a r a la c o m u n id a d en cuyo n o m b re se lo c o m e te tan a la lig e ra . Pero los sistem as d e g o b ie rn o la invocan [esta p ro p u e sta] co n una m o n ó to n a im p lacab ilidad. 40 L o s e sta d o s van a la g u e r ra , y en e sa lu ch a han e x ig id o el sa c rific io d e m illon es d e v id as. P ero los e sta d o s q u e m e re ce n la le altad d e s u s g o b e r n a d o s no van a la g u e r r a “ para m axim izar el b ien p ú b lic o ”, sin o p a ra e v ita r u n a invasión , u n a h u m illación n acion al o u n a su b y u g a c ió n , o p a r a d e fe n d e r a s í in tereses vitales con los q u e se p u e d e n id e n tifica r los go b e rn ad o s.
S e d e b e vin cu lar con las p a sio n e s d e aq u ello s q u e han d e vivir d e a c u e rd o co n ella —o c u a n d o m e n o s n o desvin cularse d e esas p a sio n e s —. 18. H ay só lo u n a p e q u e ñ a d ista n c ia e n tre r e q u e r ir q u e u n a m o ra lid a d so c ia l c a rez c a d e esta lic e n c ia y re q u erir, de m an era m ás c a te g ó ric a y d e fin itiv a: (i) q u e e stab le z c a lím ites explícitos a los o b je tiv o s so c ia le s q u e p ro m u ev e o to le ra , a las c a r g a s que n o rm a lm e n te se p u e d e p e d ir a los in d iv id u o s que so p o rte n en la lucha p or c o n se g u ir tal o cual o b je tiv o p ú b lic o , y a l alcan ce y ám b ito de c u a lq u ie r m o d o d e ra z o n a m ie n to acum ulativo que a ce p te ; (ii) que su ste n te los d e re c h o s c o n fo r m e a un E sta d o de d e re ch o , p r o te g ie n d o a los in d iv id u o s de a rre sto s, encarcela m ien tos o c a stig o s a rb itra rio s, y g a r a n tiz á n d o le s o tras p rotec c io n e s cív icas y le g a le s; y (iii) que re sp e te el d e rech o a c e le b ra r c ie rto s tip o s d e a c u e r d o con o tr o s in d iv id u o s, a c o m p r a r lo n e c e sa rio p a r a vivir, a v e n d e r el p r o d u c to de su tra b a jo y a no d e sp o se e r a una p e r s o n a d e lo que ha a d q u ir id o o ha co m b in a d o con su tra b a jo d e m a n e r a s c o n s id e r a d a s d ig n a s d e recibir re co n o c im ie n to legal. L o s e le m e n to s q u e o c u p a n un lu g a r en e sta e n u m e ra c ió n no lo o c u p a n simplemente p o r q u e s e a n n e c e sita d o s. Sin em b argo, c o m o H a rt lo an tic ip ó (sec. 1), la id e a d e n e c e sita r d e se m p e ñ a su p ro p io p ap el d istin tiv o y r e c o n o c ib le en la g e n e rac ió n y re stricció n d e la e n u m e ra c ió n . L o que es in ás, su p resen cia c o n trib u y e a h ac e r q u e la id ea d e un d e rech o -p reten sió n abs tra cto p ie rd a su m iste rio . D esd e lu e g o , la d e riv a c ió n no está o b lig a d a a re p re se n ta rse com o a p rio ri o premoral, o co m o si se b a s a r a en la ley n a tu r a l (un c o n c e p to que no n ec esita invocar ni d e n u n cia r). D e m o d o gen eral, e s a posteriori. Sin d u d a , a m u ch o s filó so fo s d e c ie r to s te m p e r a m e n to s les p a re c e rá q u e la aposterioridad d e la c u e stió n de c ó m o d e b e n ser las m o ralid a d e s so ciales p a r a se r p o sib le s d e sc a lific a to d o el planteam iento. P ero in d iscu tib le m en te la aposterioridad es lo q u e d e b e ríam o s h a b e r p red ich o si e s p e r a m o s que la m o r a lid a d te n g a relación co n el m otivo y la acció n que H u m e a r g u m e n ta b a q u e d eb ía ten er. L a m o r a lid a d d e b e ten er e s t a re la c ió n in teligiblem ente, en v ir tu d del co n ten id o d e los ju ic io s q u e e m ite y de la posibi lid ad d e q u e los v a lo re s e in tereses q u e p r o p o n e a los agentes
se v u elvan p a r a e llo s n a d a m e n o s q u e fin e s e n sí m ism o s, o fre c ié n d o le s lo q u e é sto s p u e d e n ver c o m o r a z o n e s p a r a sen tirse p r e o c u p a d o s o a fe c ta d o s d e c ie rta s fo r m a s en p a rtic u la r.41 T o d a e sta c o n c e p c ió n d e lo s d e r e c h o s p u e d e d a r lu g ar a la a c u sa c ió n d e que estoy d ic ie n d o q u e existe un d e re c h o siem p re q u e existe u n a o p o r tu n id a d p a r a el ch an taje , o q u e so m e to la m o r a lid a d m ism a a lo q u e N ie tzsch e llam ó “la m e n ta lid a d c o m e r c ia l” y q u e co n ig u a l p re c isió n p o d r ía h ab e r llam ad o , casi co n la m ism a fe a ld a d m o r a l, “la m e n talid a d c o n tr a tis ta ”. Pero e sta a c u sa c ió n n o ca b e aquí, p o r p e rtin e n te q u e p u e d a re su ltar en c u alq u ie r o tro c a so . L a c o n c e p c ió n d e d e r e c h o s que d e fie n d o es co n siste n te co n el h e c h o d e q u e u n a m o r a lid a d no es alg o cu y a fu erza, n a tu ra le z a o co n te n id o p r o v e n g a d e a lg ú n tipo d e p ru d e n c ia . E sta c o n c e p c ió n no só lo r e sp e ta el h ech o d e que no o p ta m o s p o r u n a m o r a lid a d so c ia l ni ta m p o c o la a d q u iri m os c o n tra c tu a lm e n te . N o se ha ten id o q u e d a r p e s o a lg u n o a la p o s ib ilid a d (q u e d e sc a r to p o r c o m p le to ) d e re c o n stru ir las ra z o n e s q u e te n d ría m o s o p o d r ía m o s ten er, c o n c e b id a s preso c ia lm e n te , p a r a tal e le c c ió n o a d q u isic ió n . U n a m o ra lid a d so c ia l, se g ú n se co n cib e aqu í, ni siq u ie r a es a lg o que es comosi h u b ié ra m o s o p ta d o p o r ella o la h u b ié r a m o s a d q u irid o co n tra c tu a lm e n te .42 E s sim p le m e n te el tipo d e c o s a en m ed io d e 41 L a aposterioridad e s d e n u evo lo que d e b e ría m o s p re d e c ir si vam os a perm itir q u e la relació n entre la m o r a lid a d social y las in stitu cio n es so ciales que la en carn an necesite ser recíp ro ca. N e cesita ser re c íp ro c a si la m o ra lid a d ha de tom ar d e las costumbres y las in stitu cion es el tinte y los én fa sis distintivos q u e caracterizarán los fines en com ún y lo s fin es in d iv id u ale s socialm en te c o n d ic io n a d o s q u e la m o r a lid a d recon oce com o fin es in teligibles del e m p e ñ o y el in terés h u m an os. (En realid ad, d e sd e el punLo d e vista tanto lógico com o h istórico, la m o ralid ad so cial y las in stitu cio n e s sociales d e b e n n acer de m a n e r a sim u ltán ea.) R ech azar aquí la aposterioridad equ ivale a rech azar la id e a d e que los valores y lo s in tereses c o m p a rtid o s n e c e sita n tener un asp ecto h istórico. P ero sin un asp ecto h istó rico , la m ay oría d e los valores e intereses q u e trascie n d e n la sim ple su p e rv iv e n c ia h u m an a son sim plem en te arb itrario s y, en tod os los sentidos relevan tes d e la fra se , ra c io n alm e n te in inteligibles. Si su p o n e m o s q u e es a u n q u e se a u n p o c o co m o a lg o p o r lo que se p u e d e optar, en ton ces in m e d iatam e n te n o s v em o s o b lig a d o s a p e n sar q u e d e b e ría ser p o sib le reco n stru ir las razo n e s q u e (a h o ra e s com o si) en alg ú n m om en to tuvim os p a ra elegir tal o p c ió n q u e (e s ah o ra com o si) en algún m om ento dec id im o s cuan d o o p tam o s p o r ello, Pero, sin d u d a, si tu viéram o s que h allar a lg u n a ra zó n , no h allaríam o s n in gu n a. ¿C ó m o p o d r ía c u alq u ie r can d id ata a
la c u a l n o s e n c o n tra m o s. En v i r t u d d e se r lo q u e es y d e te ner el c o n te n id o q u e en efecto tie n e y en virtu d d e m e re ce r c o n ta r c o n el c o n se n so d e a q u e llo s q u e viven d en tro d e ella, es a lg o q u e no d a a su s p a r t id a r io s lo q u e éstos te n d rían que ver c o m o ra z o n e s q u e se p u e d e n d e c la r a r decen tem en te p a r a desentenderte de ella. N o vierte a c u e n to si hay to d a u n a g a m a de o tra s m o r a lid a d e s q u e p a sa n e sta p r u e b a y dentro de las cu a les n o s o tr o s m ism o s p o d r ía m o s h a b e r n o s e n c o n tra d o . N u e stra a d h e sió n n o d e p e n d e d e q u e e so n o se a a sí n i d e q u e n o s c o n v e n z am o s d e q u e n o h ay n in g u n a o tra m o r a lid a d so cial q u e p o d r ía h a b e r o fre c id o a alg u ien e n n u e str a p osición u n m e jo r p a q u e te d e d e rech o s. 19, L o s p rin c ip io s (i), (ii) y (iii) se re fie re n a g ra n d e s b ien e s y lo q u e p r e su p o n e n es ya un a e n o r m e c a rg a p a r a el E sta d o . Pero la c o n sid e r a c ió n d e todo lo q u e se requ iere p a r a a s e g u ra r su p e rsiste n c ia en el m u n d o r e a l in d iscu tib le m en te a g r e g a p e so a u n a d e m a n d a in d e p e n d ie n te d e cie rto s d e re c h o s m u cho m ás e sp e cífica m e n te p o lític o s, a s í c o m o de siste m as p ú blicos d e e d u c a c ió n , ju ríd ic o s y d e se rv ic io s m éd icos b á sic o s. E sta s c o sa s so n e x te n sio n e s in telig ib le s, a las q u e m e re fe riré co n m ay o r d e ta lle m ás ad e la n te , e n el lím ite d e lo q u e to d a vía es p o sib le re c o n o c e r co m o e l m ism o esp íritu . D e b o d e c ir q u e e sta s c o sa s, a lo su m o , e s t a b a n u n p a so ad elan te d e los d e re c h o s cu y a n o realizació n d a a los sere s h u m a n o s u n a b u e n a ra z ó n p a r a r o m p e r co n la s o c ie d a d , p o r q u e (i), (ii) y (iii) y su s e x te n sio n e s a p r o p ia d a s so n sim p le m e n te las c o n d ic io n e s p re v ia s p a r a q u e a lg u ie n g a r a n tic e su su p e rv iv en cia m a te ria l a su m a n e ra , o d e la m e jo r m a n e r a p o sib le en re la ció n c o n sus c irc u n sta n c ia s, p o r su s p r o p io s e sfu e rz o s. A lg u ie n q u e exi ge d e r e c h o s c o m o é sto s n o h ace e stric ta m e n te m ás q u e p e d ir se r ta l r a z ó n m ostrar, c o m o h ab ría d e m o stra r lo , q u e ésta e r a la m o ralid ad a la que h a b r ía sid o m ás prudente o racional a d h e rir se , y tam b ién re sp e ta r el esta tus como u n a m oralidad d e lo q u e es como s i lo h u b ié ram o s e legid o ? C u alq u ier co n sid e ra c ió n que p ro m e tie ra ser a d e c u a d a p a r a con tar com o u n a ra z ó n del tipo r e q u e r id o o bien em p le aría un c o n c e p to de ra c io n a lid a d y p ru d e n c ia q u e e lu d ie r a el p ro b lem a (é sta es, in sisto , la m a n e r a inocente, fru c tífe ra d e ab o rd a r la cuestión en to d as la s d em ás c o n e x io n e s), o bien d e p e n d e ría d e un c o n cep to d e ra c io n a lid a d q u e n o s h aría e le g ir v irtu d o ju stic ia no p o r lo que esto es en sí m ism o, sino por la e x p e c tativ a d e u n a re c o m p e n sa de otro tipo.
b ie n e s d e p rim e r o rd e n —só lo a q u e llo co n lo c u a l c o n se g u ir lo suyo, d e n tr o d e u n a c o m u n id a d q u e lo re c o n o c e c o m o u n p a rtic ip a n te co n e ste d e re c h o y a la que él, a su vez, r e c o n o ce c o m o o to r g a n te , g a r a n te y lim ita d o r a d e e se d e re c h o , y tal corn o se h a su p u e sto , en u n a u o tra co n d ició n , a c u a lq u ie r v id a q u e él p u e d a v a lo r a r p le n a m e n te — Y m u ch o m e n o s pi d e un d e r e c h o ig u a l a u n a p a r te ig u a l d e b ien e s d e p rim e r o rd e n . P o r c o n o c id o o d e sc o n o c id o q u e p u e d a p a re c e r n u e str o m é to d o g e n e r a l d e ju stific a c ió n , lo s d e rech o s in cip ie n te s q u e g e n e ra so n b a sta n te s a b id o s. L o q u e ca b e señ alar, no o b sta n te , es qu e, a u n q u e a h o r a r e su lta q u e a lg u n a s n e c e sid a d e s g e n e r a n d e r e c h o s o lib e rta d e s co n u n a b a r r e r a p r o te c to r a d e d e rech o sp re te n sió n , s e g u im o s sin te n e r u n a re iv in d icació n g e n e r a l de la fu e rz a d e las p re te n sio n e s d e n e c e sid a d e s se ria s en cuanto tales. S in d u d a , es cierto q u e a lg u n o s q u e a trib u y e n valor a los d e re c h o s tien d en a in sistir en d e re c h o s m ás n u m e r o s o s y firm e s q u e c u a lq u ie r a o to r g a d o c o n fo rm e a (i), (ii) y (iii), y ta m b ién es cierto e im p o r ta n te que, en la p rá ctica , m u ch a s m o ra lid a d e s so c ia le s existen tes r e c o n o c e rá n , y p la sm a rá n en las in stitu c io n e s y leyes q u é s u s te n ta n , m ás d e rech o s q u e la s c o sa s a b s tr a c ta s q u e p o d a m o s d e m o s t r a r m ed ian te el m é t o d o g e n e ra ] q u e h e m o s e sb o z a d o .43 (E n su s circu n stan cias e sp e c ia le s, tal vez te n g a n q u e h acerlo . V é a s e la sección 21 m á s a d e la n te .) P ero e so n o b a s ta p a r a n u e str o s fin e s, p u e s, h a b ie n d o re c h a z a d o la id e a d e u n c o n tra to s o c ia l y lo q u e se n o s debe p o r n u e s 43 H istó ricam e n te , a lg u n o s h an re c o n o c id o bastante m en o s. P e ro el le c to r h ab rá a d iv in a d o q u e afirm aré q u e e sto n o im porta. L o que la gen te afro n ta rá es u n a p r e g u n ta a posteriori, que d e p e n d e de factores de p sico lo g ía h u m an a y co n cien cia q u e c am b ian d e m a n e ra p a u la tin a y con tin ua a lo la r g o d e l tiem p o, En su m ayoría, estos cam b io s son irrev ersib les. C o m o en to d o s lo s asu n to s d e con cien cia, a q u í o p e r a u n a e sp ecie d e m e can ism o d e trinquete. L o que las p e r so n a s con sen tirán es, en cierto g rad o , u n a c u e stió n m oral, p u e s lo q u e las p e rso n a s p u e d e n co n se n tir d e p e n d e de lo que c o n sid e re n que es ju sto p a r a ellas. Y lo que c o n sid e re n ju s to debe depender, por in d ire c ta o m ín im am en te q u e sea, de lo q u e « j u s t o . Si nuestras e x p lic a c io n e s en e stas se c c io n e s p re te n d ie ra n se r re d u ccio n ista s o elim in acio nistas, esto se ría fu n e s to p a ra ellas. Pero en este ensayo n u e stro ob jetivo es sim p lem en te e x p o n e r las interconexiones d e los con cep to s derecho-pretensión, necesidad, consenso de los participantes, ju sticia social...
tr a a c e p ta c ió n d e l m is m o —ya q u e re c h a z a m o s la id e a d e u n a re c o n stru c c ió n d e c u a le sq u ie ra r a z o n e s , p o r h ip o téticas y b a s a d a s en la p r u d e n c ia que sean , p a r a o p t a r p o r la m o ra lid a d —, se ría m u y a tre v id o ver b en eficio s d e p r im e r o rd e n que su p e ra n co n cre ce s a (i), (ii) y (iii), o todas las n e c e sid a d e s sim p lem en te c o m o tales, b a jo el a sp e c to d e d e re c h o s m o r a le s o titu la rid a d es a b s tr a c ta s —p o r q u e si lo h a c e m o s p o d r ía n p a re c e r co m o si fu e ra n u n a e sp e c ie d e quid pro quo p o r la re te n c ió n d e a d h e sió n o c o n se n so p a r tic ip a tiv o s —. N in g u n a id e a p o d r ía su bv ertir m ás ráp id am e n te u n a m o r a lid a d s o c ia l o e c h a r p o r tie r ra co n m a y o r e fica cia el lo g r o q u e re p re sen ta . [Cfr. A. S ch o p e n h a u e r, E l fundam ento de la m oral, sec. 7.) H ay u n a s e g u n d a r a z ó n p a ra n o e n c o n tr a r d e rech o s, o lo q u e en o c a sio n e s h an sid o lla m a d o s “ d e rech o s-p re te n sió n en g e sta c ió n ” o “d e r e c h o s d e m a n ifie sto ”, c a d a vez que re su lta h a b e r a lg u n a s n e c e sid a d e s se ria s, y e sta r a z ó n se rá válid a in clu so en c a s o s en lo s q u e ciertas n e c e sid a d e s se a n m u ch o m ás d ifíciles d e so sla y a r d e lo que lo s o n a lg u n o s d e rech o s no p r o b le m á tico s, r e c o n o c id o s . Si n os a p e g a m o s a la co n cep c ió n de d e re c h o s in tr o d u c id a en la se cc ió n 17, e n to n c e s s e r á n a tu ra l su p o n e r q u e só lo e x iste u n d e re c h o -p re te n sió n a b stra c to ca te g ó ric o c u a n d o , en p rin c ip io , p o d r ía h a b e r a lg u n a o b lig a c ió n in stitu c io n a l p a r a q u e a lg u ie n o a lg o se e n c a r g u e de q u e la g e n te te n g a la o p o r tu n id a d d e e m p re n d e r a lg u n a acció n o fic ia l o le g a l co n tra a lg ú n in c rim in ad o o e n t id a d le g a l e sp e cífico s a fin d e exigirles a lg u n a a ctu ac ió n e sp e c ífic a .44 S in e m b a rg o , c o m o q u ie ra q u e re o r d e n e m o s la so c ie d a d y su s p ro c e so s, sie m p re h a b r á p r e te n sio n e s d e n e c e sid a d e s e x tr e m a s q u e no p a se n e sta p r u e b a . Si a c u d im o s a la id e a d e d e r e c h o p a r a e v ita r q u e é sta s c a ig a n en el o lv id o , e n to n c e s c o r r e m o s el r ie sg o d e e n c o n tra r n o s sin n in g ú n c r ite rio en a b so lu to d e lo q u e es un d erech o y d e p e rd e r to d a la n itid e z en la id e a d e un d e rech o .45 D a d a la 44 S o b re los derech os-p reten sión , cfr. la n o ta 15 an terior; y véase tam b ién A. Ryan, “O v e rrid in g ln te r e sts”, p. 411. 45 Cfr. tam bién l a p re g u n ta plan teada p o r C, F ried , Right. and Wrong, p. 122: L a p rin cip al o b je c ió n a u n a teoría d e los d e re c h o s b a sa d a en las n e c esi d ad e s [es que] si b ien la s n ecesid ad es y su sa tisfac ció n tienen u n a c alid a d objetiva, el h ech o es que, m ediante el re co n o cim ie n to de derech os p o siti vos, cu alq u ier c o m p ro m iso p a ra satisfac e r la n e c e sid a d tam bién nos vuel
n a tu r a le z a d e la o p o sic ió n , n o e s u n r ie sg o q u e s e a p ru d e n te c o rre r. E n e ste m o m en to se te n d r á la ten tació n d e tr a ta r d e d a r c a b id a a las n e c e sid a d e s en n u e stro p a n o r a m a v ie n d o q u e cier ta s n e c e sid a d e s q u e n o so n b u e n a s c a n d id a ta s p a r a ser sim ples d e re c h o s tien e u n a fu e r z a d e a lg u n a m a n e r a c o m p a ra b le a un d e rech o -p reten sió n , y e xigen q u e q u ie n q u ie r a q u e ten g a ta l o cu al n e c e sid a d s e r ia se a r e c o n o c id o c o m o a lg u ie n a q u ie n se d e b e u n a consideración especial c u a n d o se revisan las m ú ltip le s a firm a c io n e s r e la c io n a d a s con c u a lq u ie r a su n to en p a rtic u la r . Sin e m b a rg o , a u n q u e e sto sea c o r re c to p a r a ciertos tip o s d e p rete n sio n es d e n e c e sid a d , re su lta d e m a s ia d o vago; lo q u e es m uch o peor, s ig u e sin e x p lic a r n a d a. ¿P o r q u é estos tip o s d e n e c e sid a d deben m e r e c e r u n a c o n s id e r a c ió n p ú b lica e sp e c ia l? v e reh en es d e n ecesid ad es m u y d iv e rsa s y voraces [...]. ¿ C ó m o con ten er e sta voracidad ? Si las n e c e sid a d e s crean derech os p a r a s u satisfacción , ¿c ó m o vam os a evitar q u e h ag a n tan to s reclam os q u e no q u e d e en ergía p a ra p erseg u ir otros ob jetivos? H a b ie n d o o fre cid o una e x p licació n d e los d e re c h o s q u e re sp o n d e a la p re g u n ta d e Fried —véase la sección 17 an tes—, me p erm ito re fe rirm e ah ora a u n a ex p lic ació n co m p le m e n taria y sin d u d a m ejor d e los d e re c h o s, q u e no c o n o c ía c u an d o form u lé la m ía: la versión d e jo s e p h R az d e la lla m a d a teoría d e los d e re c h o s en térm in os del b e n e fic ia rio co m o la p re se n ta e n su "O n the N a tu re o f R ig h ts”. Un p a rtid ario c u id a d o so d e una p o stu ra se m e jan te a la de R az in d u d ablem en te so ste n d rá q u e d e c ir q u e una p e rso n a tie n e un derech o e q u iv a le a decir que algún in terés d e e sa p e rso n a es razón su fic ie n te p a ra exi g ir q u e otra p e rso n a o en tidad se su jeten a un d e b e r q u e sirv a a ese interés. P e ro no só lo con tará cu alq u ier in terés, o cu alq u ier fu n d am e n to . T o d o d e p e n d e d e q u é tip o de interés, d e q u é p r o c e d e n c ia y (si el in terés p a sa esa prueba) q u é p ro te c ció n , si la hay, no sólo e s estable y p rev isib lem en te b e n e fic io sa p a ra el titu lar del d erech o en la so c ie d a d , sin o tam b ién casi in variab lem en te in d is p e n s a b le p a ra la protección y el d is fr u te de ese interés. L o q u e la teoría aristo télica explica es la fo rm a en q u e las n e cesid a d e s p u e d e n s e r lo suficien te m e n te im p o rtan tes en ciertos tipos de caso p a r a ser in d isp e n sa b le s al ju stifica r q u e s e im p o n g an d ich o s d e b e re s, no la m a n e ra en q u e las n e c e sid a d e s gen e ra n au to m áticam en te derech os dondequiera q u e la s n e ce sid a d e s d e b an incidir c o m o ta le s en la determ in ación d e la p o lítica pública. Cfr. tam b ién E.D. Watt, “ H u m a n N e e d s”: “L o que es im p o rta n te reiterar [...] es que p u e d e ten er senti d o h a b la r de n ecesid ad es sin q u e esto im p liq u e u n a o b lig a c ió n activ a de parte d e n in g u n a p e rso n a p a ra satisfac e r e sta s n e c e sid a d e s.”
L a fo r m a g e n e r a l d e la r e sp u e sta q u e d a r é a e sta p reg u n ta, en lo q u e n u m e r a r é co m o la fase d o s d e la e x p lica ció n p ro m e ti d a en la se c c ió n 16, es q u e las n e c e s id a d e s se r ia s n o in stru m e n tales q u e n o co n stitu y e n d e r e c h o s e n o c a sio n e s p u e d e n e sta r e n c ierta r e la c ió n d e c o n tra p e so , p r im e r o c o n d erech o s sim ples y lla n o s re a lm e n te r e c o n o c id o s, y lu e g o (d e u n a m a n e ra p o tcn cia lm e n te c o n tra sta n te ) co n lo s fin e s d e la acción p ú b lica co n c e rtad a . En e sp e c ia l, las n e c e sid a d e s v ita le s (tal c o m o se d e fin e n en la se c c ió n 9) p u e d e n fu n c io n a r así. 20. L o s p r in c ip io s (i), (ii) y (iii) d e la se c c ió n 18 em piezan sie n d o a p e n a s a lg o m á s q u e las c o n d ic io n e s p r e v ia s p a r a q u e el se r h u m an o a s e g u r e s u su p e rv iv e n c ia a su m an era, o d e la m e jo r m a n e r a p o sib le en re la c ió n c o n su s circu n stan cias. N o o b stan te, tie n d e n a c re c e r p ron to. Y e n n u e stro plan team ien to c o n se n su a l a posteriori, la fu erza y la c a te g o r ía d e los d e re c h o s d e clase (iii) y d e las titu la rid a d es d e p r o p ie d a d , h eren cia, etc., n o e stá n fija d a s c o n e x a ctitu d o p a r a to d o s los lu gares y m o m entos. L o q u e está d e te rm in a d o s o b r e e llo s —d a d a la fin itu d de los re c u rso s n a tu r a le s d el m u n d o , la im p o sib ilid a d a larg o plazo de q u e c a d a p e r s o n a se a p r o p ie d e los re c u rso s n a tu ra le s d e ja n d o tra s d e sí la m ism a c a n tid a d y c a lid a d p a r a la sigu ien te, y la a c u m u la c ió n d e p o d e r que in e v ita b le m e n te se h a o to r g a d o en un e sp a c io s o c ia l fin ito a q u ie n e s se e n c u e n tra n al fin al d e larg a s c a d e n a s d e h ere n cia d e p r o p ie d a d c in flu e n cia— es só lo q u e cu an to m ás só lid o s so n el a p o y o y la c o n firm a c ió n q u e u n a m o ra lid a d so c ia l d e te rm in a d a o t o r g a a la s titu la rid a d e s a r r a i g a d a s , y c u a n to m a y o r es la p ro te c c ió n ju r íd ic a y p o lítica o fre c i d a en c o n se c u e n c ia a aq u ello s q u e e je rc e n un g ra n n úm ero d e d e re c h o s d e clase (iii), m ayor s e r á el d e b e r m o ra l del E sta d o y sus s e r v id o r e s d e re sp e ta r, en to d a d e lib e ra c ió n ju r íd ic a y política, las n e c e s id a d e s y los in te re se s v ita le s d e aq u ello s —q u e sie m p re los h a b r á — q u e n o se h a n c o lo c a d o en p o sic ió n d e a d q u irir o e je r c e r m u ch ísim o s d e e s o s d e r e c h o s. Y m ás p r e p a ra d o d e b e e sta r el E sta d o , h a b ie n d o s e ñ a la d o la p r o p ie d a d y o tra s titu la rid a d e s, p a r a d ism in u ir e l g r a d o en q u e e sto s d e re chos a r r a ig a d o s p u e d e n c o m p e n sa r p r e te n sio n e s d e n e c e sid a d v ita l v e r d a d e r a s q u e d e o tro m o d o d e b e n q u e d a r in satisfech as. D e sd e lu e g o , las n e c e sid a d e s d e b e n c o m p e n sa r los d e re c h o s
d e p r o p ie d a d cuando menos en la m e d id a en q u e la s a p r o p ia c io n es y las tra n sfe re n c ia s d e lo s sig lo s vu elvan in eficaces to d o s los e sfu e r z o s a c tu ale s p a r a d is p o n e r d e los re c u rso s q u e n e c e sita m o s p a r a vivir d e n u e str o s e sfu e rz o s.46 P ero d e b e m o s ir m ás allá. C u a n to m ás s ó lid o s s o n los d e re ch o s d e p r o p ie d a d p o lítica m e n te r e c o n o c id o s y ju r íd ic a m e n te a p lic a d o s, y m ay or es la e fic a c ia d e la m o r a lid a d s o c ia l p a r a su ste n ta r a las in s titu c io n e s q u e p r o te g e n e sto s d e re c h o s, m ás co n scien te d e b e se r la s o c ie d a d (al m e n o s en las c o n d icio n es a las q u e e sta m o s a c o s tu m b r a d o s a h o r a en to d a s las p arte s m á s p o b la d a s, civili zadas y e co n ó m ic a m e n te e x p lo t a d a s de la T ierra) re sp e c to a la inflexibilidad y el posible fr a c a so d e los sistem as d e re la c io n e s d e titu la rid a d q u e rigen la p o s e s ió n y el u so ,47 y m á s p r e p a r a d a d e b e e star p a r a d a r e x p r e sió n p rá ctica a e sta c o n c ie n c ia , m e d ia n te la re g lam e n ta ció n d e l c o m e rc io , la aten ció n d ir e c ta a las n e c e s id a d e s vitales no sa tis fe c h a s , o (m ejo r) a s e g u r a n d o que la riq u e z a se cree m ás c e rc a d el p u n to d o n d e liay in te re se s v itale s q u e d e lo c o n tra rio q u e d a r ía n in satisfe ch o s. L a s o c ie d a d d e b e cu ltivar e sta co n c ie n c ia so p e n a d e ser v ista ju sta m e n te co m o un fa c to r q u e e m p e o r a la d ifíc il situ ac ió n d e q u ien es m en o s tien en y q u e , d e o tro m o d o , p o d r ía n h ab e rse u n id o p a r a to m a r p o r la fu e rz a lo que n e c e sita n p a r a ser au to su fic ie n te s48 —o si 46 Cfr. J .L . M ackie, Ethics, p p . 1 7 5 - 1 7 6 ; y “R igh ts, Utilily an d U niversalizat io n ”. Y p a r a u n a aseveración relativam en te an tigu a del lu gar com ú n relevante (au n qu e olvidado), v é a se J. von N e u m an n , Collected Works, vol. VI, p, 505: “ En se n tid o lite ra l y Figurado, se n o s e s tá a g o tan d o el espacio. Fin alm en te e m p e za m o s a se n tir los efectos del tam añ o real finito d e la T ie rr a d e un a m an e ra c rític a .” ’17 En e s ta form u lación estoy en d e u d a con im portan tes id e as g e n e ra le s e x p u e sta s p o r A m arty a Sen en Poverty a n d Famines y, m ás adelan te, con su afir m ación de que lo que la h am b ru n a d ra m a tiz a no es tamo el p o d e r del d esastre n atu ral, sino el fra ca so o la d e b ilid a d d e los sistem as de rela cio n e s d e titula rid a d . 48 D ig o “d e otro m o d o ", p e r o , d e s d e lu e go , pueden h acer esto d e cu alq u ier m odo . V p u e d e n h acerlo de una m a n e r a q u e vaya m uch o m ás allá d e to m ar p o r la fu erza lo que n ecesitan . A lo q u e s e in sta a q u í sin p re ju icio p a r a n in g u n a d e e s a s p re g u n ta s es sim p lem en te la preten sió n m á s débil: q u e , si en e stas circ u n sta n c ia s los se re s h u m an os se u n ie ra n p a ra to m ar p o r la fu e rz a lo q u e n ecesitan , en ton ces h ab ría u n a ju s tific a c ió n m oral p a ra ello, in d e p e n d ie n te m en te de cu alq u ier co n d e n a q u e tam b ié n p u e d a se r p o sib le a c u a lq u ie r o tra co sa q u e h agan .
n o, so p e n a d e q u e el E stad o se v e a fo r z a d o a so m eter a e stas p e rso n a s con m é to d o s q u e al fin a l su b v e rtirá n la m o ra lid a d m ism a—, 21. S e ría un g r a n e r r o r su p o n e r q u e la p e rc e p c ió n pú b lica del fra c a so d e las re la c io n e s de titu la rid a d e stá lig a d o in cluso h istó ricam en te (ya n o d ig a m o s filo só fic a m e n te , véase la secc ió n 15) co n e l id e a l d e ig u a ld a d (en el s e n tid o d e q u e to d o s te n e m o s un d erech o ig u a l a to d a s las ven tajas), o q u e e ste fra c a so es a lg o nuevo y d e a lg u n a m a n e r a es el p ro b le m a d e riv a d o del E sta d o d e b ien e sta r c o m o tal. D ejan d o d e la d o las a n tic ip a cio n e s clási cas y m e d ie v ale s, in clu so el c a p ita lism o d e l siglo X IX re c o n o c ió con re alism o lo q u e n o e r a sino u n f r a c a s o d e las re lacio n es de titu la rid a d c u a n d o v io un p r o b le m a e n la v ivien d a de los p o b re s (e n e sp e c ia l, los p ob res e m p le a d o s e in d u strio so s).49 E s v e rd a d q u e de Jacto, y qu izá in e v itab lem e n te , la filan tro p ía en tró aqu í. P ero a u n si h ace fa lta u n a e m e r g e n c ia p a r a o c u p a rn o s d e lo q u e e s in to le ra b le e n ciertos f r a c a s o s d e la titu larid ad , v.gr., en e l c a so d e la h a m b ru n a co m o la h a d ise c c io n a d o A m a rty a S en , n o d e b e m o s d e ja r d e d istin g u ir e n tre e se tip o c o m b in a d o de d e sa str e s y d e sa s tr e s n a tu ra le s c o m o u n a in u n d ació n , u n sism o o un h u ra c á n . L a so cie d a d ta m b ié n in terv ien e en e sto s caso s, p e ro lo h ac e a b ra z an d o la c a u s a d e la filan tro p ía. M ien tras q u e en el c a s o d e lá sim ple in a n ic ió n o de la falta de u n techo, el d e b e r d e p re g u n ta r si é sto s s o n fr a c a so s d e la titu lari d a d y de e sta r d isp u e sto s, si es n e c e s a r io , a re d u cir o m o d ific a r v ario s d e re c h o s d e tip o (iii) es u n a e x ig e n c ia d e la ju stic ia , y s e g u ir á s ié n d o lo a u n c u a n d o no p o d a m o s d e sc r ib ir la situ ac ió n ya se a c o r r e c ta o e sc la re c e d o ra m e n te e n fu n c ió n d e d e re c h o s esp e cífico s. (D e sd e lu ego , en el c o n te x to d e un d e te rm in a d o siste m a ju r íd ic o y ad m in istrativ o q u e se h a vuelto sen sib le a la s c o n tra p re te n sio n e s, p u e d e su c e d e r q u e lo s c iu d a d an o s a d q u ie ra n cierto s d e r e c h o s le g a le s a c ie r to s tip o s d e b en eficios, e n d in ero o en e sp e c ie , p o r ejem p lo, a te n c ió n m éd ica o v iv ie n d a su b sid ia d a , o in clu so tra n sp o rte s u b s id ia d o . Y, co m o h e m o s So b re la m a n e ra en q u e la ju stic ia d e f a s e d o s (q u e ah o ra veo) h ace un u s o in elim in able d e u n a id e a distintivam ente ig u a lita r ia ( p e r o restrin gida), véase, m ás adelante, el “E p ílo g o ”, ñ o la 70, 49 P ara u n a e x p lic ació n esclarecedora, véase, p o r ejem p lo, J.N . T arn , Five Per Cent Philanthrofiy.
v isto , p u e d e h ab e r un r e s p a ld o en la ju stic ia p a r a e sto s d e re ch o s, c o n sid e r a d o s c o n d ic io n a lm e n te , a l m en o s en p re se n c ia d e c ie rta s c o n d ic io n e s s o c ia le s a h o r a c o n o c id a s q u e se d e riv a n d e d isto rsio n e s de varios tip o s h e te ro g é n e o s. S in e m b a rg o , este r e s p a ld o d ifícilm en te p u e d e a b a r c a r a lg ú n d e rech o c a te g ó r ic o a b stra c to a tales b ien e s o s e r v ic io s, p o r m ás q u e se n e c e site n .) 22. C o n las c o n tr a p re te n sio n e s y to d o lo q u e s u p o n e n , en tra m o s in m e d ia ta m e n te en u n á r e a d e con flicto, o in clu so de re v o lu ció n . De m o d o q u e n o e s d e s o r p r e n d e r lo d ifícil q u e re su lta d e c ir a lg o , p o r te ó r ic o q u e sea, p a r a sa tisfa c e r a to d a s las p a r te s en con flicto. U n a m ita d d e la d ific u lta d e str ib a en q u e d e re c h o s c o m o los d e la c la se (iii) d a n o rig e n a e x p e c ta tiv a s to talm e n te leg ítim a s s o b r e el c a r á c te r y la a m p litu d d e las in te rv e n c io n e s c o n tra la c o n tin g e n c ia h istó rica y la su e rte q u e la so c ie d a d llevará a c a b o en n o m b re d e la ju stic ia . L o s d e re c h o s c o m o los p e rte n e cien te s a la c lase (iii) n o só lo se fu n d a m e n ta n d e u n a m a n e r a e sp e c ia l en u n a n e c e sid a d h u m an a; ta m b ié n es u n a p r o fu n d a n e c e sid a d h u m a n a s e r capaz d e fo rm u la r ta le s ex p e c ta tiv a s a larg o p la z o so b r e te n e n c ia y se g u r id a d . (E lim in ar la p o sib ilid a d d e é stas s ig n ific a a b a n d o n a r u n a d e las ve n tajas m ás d istin tiv as d e la p r o p ia civ iliz a ció n a la q u e a s p i r a a d is fr u ta r casi to d o aq u el q u e ve en la p o lítica o r d in a r ia u n a fo rm a d e r e p a r a r la in ju sticia.) L a o t r a m ita d d e la d ific u lta d estrib a, d e s d e lu e g o , en q u e en c ie r t o s c a s o s la situ a c ió n d e a q u e llo s a q u ie n e s u n d e te rm in a d o s is te m a d e d e rech o s les im p id e vivir d e su s p ro p io s e sfu erzo s p u e d e ser n o m en o s q u e d e se sp e r a d a . A p e g á n d o n o s a lo q u e n u e str o p lan team ien to in d ic a q u e d e b e ría se r lo m e n o s c o n tro v e rtid o , in sistiría en (1) q u e el a r g u m en to m ás claro , tan to en fav o r d e los d e re c h o s p e rte n e c ie n te s a las c la se s (i), (ii) y (iii) c o m o en fa v o r d e las c o n tra p re te n sio n e s, d e sc a n sa en las n e c e s id a d e s vitales qu e, d e o tr o m o d o , los h o m b re s n o p o d rá n s a t is fa c e r co n su s p ro p io s e sfu e rz o s; (2 ) q u e , p o r s ó lid o q u e s e a el a r g u m e n to b a s a d o e n las n e c e s id a d e s a favor d e u n a r e d u c c ió n , p o r sev era q u e s e a , d e d e re c h o s d e a d q u isic ió n o te n e n c ia , la c o r re c c ió n o re d istrib u c ió n d e b e r ía ser g ra d u a l y no r e tr o sp e c tiv a si no q u e r e m o s q u e las c o n sid e r a c io n e s d e ju stic ia s o c ia l in v ad an y a n iq u ile n la id ea m ism a d e un d erech o . U n a vez m ás (3), c u a n d o la sa tisfa c c ió n
d e las c o n tr a p re te n sio n e s hace n e c e s a r io re d u c ir d e re ch o s o a u m e n tar los im p u e sto s m ás a llá d e los n iv eles q u e ju stific a b a el co sto d e o to r g a r y p ro teg e r d e r e c h o s y b e n e ficio s p e rte n e cientes a las c a te g o r ía s (i), ( ii) y (iii), e sto se d e b e h ac er de u n a m a n e ra (a ) p e r s p ic u a e n su in ten ció n ; ( b ) c o n g ru e n te e n tér m in os g e n e r a le s co n el d e rech o o r ig in a l d e un h o m b re a lo q u e g a n a ;50 (c) tal q u e se n o s o b lig u e a p r e g u n ta rn o s si se e stá in ten tan d o lo su ficien te (o d e m a s ia d o ), y si se e stá h a c ie n d o d e la m a n e ra c o r r e c t a .51 De lo c o n tr a r io , p e rd e m o s d e vista los té rm in o s d el c o n flic to o rigin al y h a c e m o s q u e la d istin ció n e n tre ése y o tr o s p ro b le m a s q u e s u r g e n en u n a fase p o ste rio r d e la ev o lu ció n d e la ju s t ic ia so c ia l (a sa b e r , la fa se tres, v é a se m ás ad elan te, la se c c ió n 26) se a m en os n ítid a. P o r últim o , (4) o b se r vo q u e cu an to m á s co m p lic a d a s y d iv e r sa s so n las co n trap re te n sio n e s a d m isib le s q u e p u e d e n a p a r e c e r con el a sp e c to d e p re te n sio n e s en ju stic ia , y cuanto m á s c o m p lic a d a y d iv e rsa s e a la r e sp u e sta a e lla s q u e se intente d a r e n n o m b re d e la s o c ie d a d , m ayores se r á n la s p ro b a b ilid a d e s d e q u e e sta r e sp u e sta p ú b lic a se c o n fu n d a co n d ifere n te s Lipos d e p ro y e cto s p ú b lico s cu y a ló g ica n o está b a s a d a en ab solu to e n n e c e sid a d e s vitales. L a ju s t ic ia m e d ia entre los d e r e c h o s y los c o n tr a d c re c h o s p a rtie n d o d e l p rin c ip io d e que, c u a n d o el sistem a d e d e r e c h o s n o d e ja e s p a c io suficiente p a r a q u e to d o s s a tisfa g a n s u s n e c e sid a d e s v ita le s, tal vez haya q u e r e d u c ir d e re c h o s so b re la b a se d e u n p r in c ip io d e interés ig u a l p o r la n e c e sid a d v ita l d e to d as y c a d a u n a d e las p e rso n a s. N o o b sta n te , m u ch as veces e ste in terés llevar á a u n ra z o n a m ie n to co le c tiv o q u e tien e p o r o b je to a u m e n ta r la su m a g lo b al d e o p o r tu n id a d e s , lo q u e a s u 50 A u n c iu d a d a n o s e le c o b ra n im p u e sto s, d e s d e luego, so b re l o q u e h a g a n a d o y ha hecho suyo. N o se debe c o n s id e r a r q u e ni siq u ie ra ha gan ado la sum a que en trega. N o p u e d e devolver a la s o c ie d a d lo que n un ca ha sido su y o . 61 C o n sid é re se , p o r e jem p lo , la viv ien d a su b sid ia d a d e p ro p ie d ad pú b lica. ¿E s é sta u n a s o lu c ió n m e jo r al p ro b lem a q u e su b sid ia r las rentas d e la p o blación d e b ajos in gre so s en un sector p r iv a d o p r ó sp e ro y a d ecu a d a m en te reglam en tado? V é ase un argu m en to v ig o ro so , p e r o totalm ente soslay ad o, d e que la vivien d a p ú b lic a o especial n o e r a la m e jo r ni la ú n ica solución a l problem a, en J. Ja c o b s , Death and Life o f the Great American City, p p . 3 2 3 - 3 2 7 . ¿Y por qué, en t o d o c a so (siem pre d e b e m o s p re g u n ta rn o s), los in gresos d e a l gu n a s p e r so n a s tr a b a ja d o ra s e in d u strio sas q u e h acen lab o res esen ciales so n d e m asiad o b ajo s p a ra que pu edan pagar u n a v iv ie n d a ad ecu ad a?
v ez p u e d e am en azar las n e c e s id a d e s vitales d e a lg u n o s in divi d u o s. 23. T a l vez el p rin cip io lim ita tiv o que d e b e re g u la r ta n to el a r b itr a je en tre d e rech o s y c o n tr a d e r e c h o s como el ra z o n a m ie n to co le c tiv o h ech o en b u sc a d e b ie n e s públicos es el sig u ien te. A u n c u a n d o n o h ay a n a d a in ju sto e n las accio n es d e l E sta d o o s u s o r g a n ism o s p a r a h ac e r a u n h o m b r e m ás p o b r e de u n a m a n e r a q u e vuelve a o tr o m e n o s p o b r e d e lo q u e e ra (e n e sp e cie o e n d in ero ) —y au n c u a n d o n o s e a n e c e sa rio q u e h ay a u n a in ju stic ia en cu an to tal (in d e p e n d ie n te m e n te d e lo q u e h a g a p e n s a r ) si en tre aq u ello s q u e s u fr e n de e se m o d o e n c o n tra m o s a lg u n o s q u e so n ya los m e n o s a fo r tu n a d o s d e to d a s las p a rte s im p lic a d a s —, es pro tanto in ju sto si el E s ta d o o un o r g a n is m o del E s ta d o in terv ien e en caso d e co n tin g e n c ia , o c a m b ia su p olíti ca, o c o n fu n d e las e x p e c ta tiv a s ra zo n ab le s d e los c iu d a d a n o s, d e m a n e r a q u e sa c rific a los in tere se s e strictam e n te vitales de u n a p e r s o n a p o r los m ero s d e s e o s d e o tro s, sea n cu an to s sean ; y (si e sp e c u la m o s m ás) es p ro tanto injusto si, en tre los intere se s v ita le s efectivam en te a fe c ta d o s p o r tales in terv en cio n es, la m ay or n e c e sid a d e stric ta m e n te v ita l d e c u a lq u ie ra se sa c rific a en n o m b r e d e las n e c e sid a d e s m e n o re s d e otros, se a n cu an to s sea n . E ste p rin c ip io —q u e se d e b e b a sa r, c o m o sie m p r e , en la c o n e x ió n en tre ju stic ia , c o n s e n s o y el se n tid o c iu d a d a n o de la le g itim id a d d e un g o b ie rn o (y se d e b e a ju star o c o r r e g ir y de b ilita r o fo r ta le c e r a la luz d e e s a c o n e x ió n )— s ig u e r e sp e ta n d o el e s p ír it u d e los a rg u m e n to s d e las secc io n e s 2 0 -2 1 . L o q u e h ac e u n a so c ie d a d q u e p e r m ite q u e los d erech o s d e tip o (iii) s u p e r e n su p r o p ia ju s t ific a c ió n es p rec isam e n te a m e n a z a r los in te re se s vitales. Y lo m ism o s e ap lica a u n a s o c ie d a d q u e no c u e s tio n a las c o n tr a p r e te n s io n c s q u e c o n sid e r a v á lid a s. S in e m b a r g o , q u e q u e d e claro q u e n o só lo los a fo r tu n a d o s n e c e sita n e sta r p r o te g id o s p o r la o p e r a c ió n d e u n p rin cip io lim itativo , y n o es s ó lo la cu estión d e la s c o n tra p re te n sio n e s lo q u e d a o r ig e n a la n e c e sid a d de e sta p r o te c c ió n . Casi in v ariab le m en te, la p e r c e p c ió n real d e las s o c ie d a d e s en cu an to al d e b e r d e los g o b ie r n o s d e in terven ir en n o m b re d e las c o n tra p rc te n sio n e s h a c o in c id id o co n u n a p e r c e p c ió n (o in clu so la h a p r e c e d id o )
de ra z o n e s m uy d istin ta s p a r a la in te rv e n c ió n púb lica, v .g r ., la n e c e sid a d d e re so lv e r p ro b le m a s d e c o o r d in a c ió n u o to rg a r b e n e fic io s q u e, p o r p r o b le m a s d e c o o r d in a c ió n , el m erc ad o no p u e d e o to rg a r. En p rin c ip io , es d ifíc il p r e se n ta r a lg u n a o b je ció n a esto , in c lu so c u a n d o los p ro y e c to s re su ltan tes n o estén b a sa d o s en n e c e s id a d e s vitales. P e r o to d a la e x p e rie n c ia in d i ca q u e , a m e d id a q u e las a c c io n e s p ú b lic a s de u n a so c ie d a d se vuelven m ás h e te ro g é n e a s, q u e los in g r e so s m ás b a jo s e m p iezan a ser fu e rte m e n te g r a v a d o s y q u e los p roy ectos p ú b li co s in cid en c a d a vez m ás y d e m o d o m ás g r a v e en el m ed io am bien te, d e sp la z a n d o a c iu d a d a n o s p o r o b r a s p ú b lica s c o m o e sc u e la s, h o s p ita le s , p a r q u e s y la c o n str u c c ió n d e cam in o s p ú b lic o s (esto s ú ltim o s c o n un a te n d e n c ia c o m p re n sib le a b u sc a r sie m p re las zon as d e m e n o r v a lo r c a ta str a l), só lo r a r a vez so n los r ic o s o los a fo r tu n a d o s q u ie n e s m á s n e c e sita n del P rin c ip io d e L im itació n . Y a sí cu an to m ás e m p ie z a a p a re c e r a p r o p ia d a la in terv en ción d e l E sta d o , m e n o r es la p r o b a b ilid a d de q u e to d a la p r o te c c ió n c o n se n su a lm e n te r e q u e r id a d e los in tereses vitales d e c a d a in d iv id u o exista d e a n te m a n o , en fo rm a de d e rech os y o tra s r e p a r a c io n e s le g a le s y / o c o n stitu c io n a le s q u e sea n efectivos y re c o n o c id o s, c o m o los p e rte n e cie n te s a n u es tras clases (i), (ii) y (iii), q u e se p u e d e n o p o n e r a los efectosre ale s o p o te n c ia le s, d ire c to s o in d ir e c to s d e la acción p ú b lica. 24. A n te este tip o de p ro b le m a, a lg u n o s h an p r o p u e s to q u e los m é to d o s a c e p ta d o s c o m o el a n á lisis co sto -b en e ficio se usen co n m ayor a m p litu d y se fo rta le z c a n a l m ism o tie m p o a fin d e re fle ja r e l h ech o o b se r v a d o d e q u e lo m ás q u e u n a p e rs o n a e stá d isp u e sta a p a g a r p o r un b e n e fic io q u e n o h a o b te n id o , o a e v itar u n m a l q u e no sufre, es m e n o s q u e la m e n o r can ti d a d q u e a c e p ta ría p o r verse p riv a d o del b e n e fic io o fo rz a d o a to le ra r el m al; o q u e tales m é to d o s d e b e r ía n d a r un p e so e sp e cial d en tro del p la n a los carg o s y b e n e fic io s q u e se acu m u len en las seccio n es m ás p o b re s d e la c o m u n id a d . P ero este p a liativo52 d ifícilm e n te co n d u ciría a l ce n tro d e la d ificu ltad : q u e un n ú m e ro su fic ie n te d e m e ro s d e s e o s sie m p r e p u e d e a h o g a r 52 C fr. mutatis m utandis e l com en tario d e S e n en “E qu ality o f W hat?” , pp. 1 56-157 (“C o m o cate g o ría p a ra un an álisis cau sal los pobres n o ayuda m uch o").
c u a lq u ie r n e c e sid a d p o r m ás p e so q u e se le d é ; y q u e un n ú m e ro su ficien te d e n e c e s id a d e s n o v itale s sie m p r e p u e d e p e sa r m ás q u e c u a lq u ie r n e c e s id a d v ita l p o r m ás p e s o q u e a ésta se le d é .63 O tro s han c o n s id e r a d o q u e lo q u e se re q u e ría e ra u n a n u e v a se n sib ilid a d h a c ia los d e rech o s o to r g a d o s a lo s in d iv id u o s p o r el d e rech o c o n su e tu d in a r io [common lavo] y a lg ú n fo rta le cim ien to legislativo d e los d e re c h o s in d iv id u ale s. Sin e m b a rg o , en la p rá c tic a e sto sin d u d a h a b ría sid o in e fic az e n a lg u n o s ca sos y d e m a sia d o e fic a z en o tr o s —si a ca so s ig n ific a q u e a lg u n o s tip o s d e p roy ecto p ú b lic o , in clu so proyectos ju s t ific a d o s p o r la 63 T e ó ric o s m o d e r a d o s co m o E .j. M ish an siem p re h an m a n ife sta d o clara m ente q u e los proyectos a d m itid o s de acu erd o con el a n á lisis costo-ben eficio s o n “c o n g ru e n te s con la in e q u id a d tran sp a re n te ” y q u e “p a r a q u e un proyecto s e a so c ialm e n te aceptab le n o b a sta con m ostrar que el re su ltad o de un an á lisis costo-b en eficio e s a c e p ta b le [ ...] ; tam bién se d e b e d e m o s tra r q u e n o se c o m e te n in e q u id a d e s fla g r a n te s”. M ack ie te n ía u n a id e a q u e p o d ría p a re c e r útil en e ste c a so , e n “C a n T h e re B e a R igh ts-B ased M o ral T h e o r y ? ”: N o [vam os a ] p e r m itir q u e lo s intereses vitales de n a d ie se sacrifiquen e n b en eficio d e otros, que u n con jun to de in tereses m e n o s vitales p ese m ás que aq u éllos. M á s bien p o d ría m o s pen sar en fu n c ió n de un m odelo en el que c a d a p e r so n a esté rep re se n tad a p or un pu n to ccn tral d e fuerza y las fu e rz a s (que re p re se n tan d e re ch o s prim a facie) o b e d e zc an un a ley d e c u a d ra d o s inversos, d e m o d o que el p e so d e un d e re ch o dism inuye con la lejan ía d el asu n to en el que incide en relación co n la p e rso n a que tien e ese derech o. H a b r á asu n to s tan cercanos a cad a p e r so n a que, con re sp ecto a ellos, los d erech o s d e e sa p e rso n a casi s ie m p re p esarán m ás que c u alq u ier co n ju n to d e otros derech os. El m o d e lo m atem ático in v ita a la reflexión y q u ed ará c laro q u e estoy en d e u d a c o n él (a u n q u e d u d e que fu n c io n e d el to d o bien). Sin e m b a r g o , tem o q u e h ará que p e r so n a s in ge n io sas y d e sate n tas n o entiendan n a d a d e lo q u e sign ifica s o ste n e r un a p o stu ra c o m o la de M ackie; y, si el m o d e lo s e ap lic a ra a la e x p o sic ió n d e la presen te p r o p u e s ta (lo que com p licaría el p a n o ra m a al traer a c o lació n c o n trap re te n sio n e s b a s a d a s en n ecesid ad es com o in tereses vitales q u e n o n e cesariam en te c o r r e s p o n d e n a d erech os), sin d u d a h a ría q u e e sa s m ism as p e rso n a s m a le n te n d ie ran el fu n d am en to y la in te n ció n del Prin cipio de L im itac ió n . E n m i p lan team ien to , el P rin cipio no e s, d e sd e lu ego , p a rte de un p ro ce d im ie n to d e d e cisió n e sq u e m á tico , sino u n o d e los varios prin cip ios q u e la ju s tic ia com p ren d e, con la p r o p ie d a d esp ecial de d e lim ita r d e m a n e ra e se n cialm en te d iscu tib le el á re a en q u e p u e d e n o p e r a r a lg u n o s otros.
n e c e sid a d m á s e xtrem a, siem p re p u d ie r a n s e r o b stru id o s (p o r e jem p lo , c u a n d o las víctim as d e lo s e fe c to s de u n proyecto p ú blico se r e h ú sa n o am en azan c o n r e h u sa r se a a ce p ta r la c o m p e n sa c ió n o fr e c id a c o m o a d e c u a d a )—.64 D e sd e luego, no n ie g o q u e q u iz á h aya a rgu m e n to s en fa v o r d e cierto fo rtalecim ien to de los d e r e c h o s in d ivid u ales; p e r o , c o m o re sp u e sta g e n e ra l, este tipo d e p lan team ien to no a b o r d a el verd ad ero p ro b le m a. iQ u é n u ev o s d e re c h o s h an de e n c o n tr a r s e o c re arse , y con b a s e en q u é p r in c ip io ? ¿Y c o m o p u e d e n s e r o r g a n iz a d o s p a ra a n ti c ip a r el n ú m e r o indefinido d e p o s ib le s in ju sticias fu tu ra s q u e se c o m e te r á n c o n tra gen te id e n tific a b le y no iden tificable e n n o m b re d e l in teré s p ú b lico?55 54 Sin e m b a r g o , n a d a m e n o s que la p o s ib ilid a d de rech azar lo que se o fre c ió h ab ría s id o su fic ie n te en el caso de m u c h a s d e la s in justicias q u e realm ente s e h an co m e tid o e n e ste ám bito. A este re sp e c to , y de m ú ltip les m a n e r a s r e la c io n a d a s, es instructivo le e r el d ocum en to e la b o r a d o p o r el go biern o b r itá n ic o y presen tado al P arlam en to, Cmrtd. 5124 (o ctu b re de 1972) Developmertt an d Compensation [D e sa rro llo y c o m p e n sac ió n ], e n e sp e c ia l si tenem os u n a m o tiv ació n m á s allá de c u a lq u ie r cosa q u e e stim u le activam ente el le n g u a je fr ío y co rre c to del d ocum en to e n sí p a ra tratar d e re c o rd a r o im aginar las in c o n ta b le s accion es que a la la r g a d ie ro n o r ig e n a la n e c e sid a d d e e sta e x tra o rd in a ria m e n te franca, p ara lo s están d ares v ige n tes, con fesión oficial d e in ju sticia s d e l pasado. 55 T a l vez se a ad e c u a d o dar un e jem p lo en el que los derechos del cormnon law se ag o tan antes d e que los asuntos d e ju s t ic ia p u e d a n agotarse. C u a n d o la co n stru cció n d e o b ra s p ú b licas arrasa c o n u n b a r r io com pleto y algu n os d e sus h ab itantes o tod os d eb en ser re u b ic ad o s, e l ú n ic o derecho-pretensión j u r í d ico que c u a lq u ie r a h aya ten ido n o rm alm e n te a u n a com pen sación se d e r iv a d e la p r o p ie d a d le g a l de un terreno o u n a c a sa ; p e r o siem pre hay m uchos q u e n o tienen n in g u n a d e estas cosas. Es v e rd a d q u e , e n ép ocas m ás recientes, la s au to rid ad e s lo c a le s oto rg an algún d e re c h o ju r íd ic o a quien es efectivam en te viven ah í en u n a fech a esp ecífica p a r a se r re u b ic a d o s, y d e acu erd o con d is po sicio n es re cie n te s incluso pueden c a lific a r p a r a recib ir u n a subvención p o r co n ce p to d e “m o le stia s” (u n a sum a q u e , en 1972, se p ro p u so q u e sim p le m e n te fu e ra d u p lic a d a , c o n b a se en una v a g a id e a d e su insuficiencia). É stas s o n m e jo ra s en la ju s tic ia , au n q u e la s a u to r id a d e s lo c a le s n o sean n e c esa riam e n te el a r re n d a ta rio que habrían elegido, ni n e c e sa ria m e n te sean re u b icad o s c o n la renta q u e p a g a b a n antes. E s p osible im a g i n a r q u e éstas y otras d e fic ie n c ia s se c o rr ig ie ra n . S u p o n g o que h a sta es p o s ib le im a g in a r u n có d igo d e c o m p e n sacio n e s q u e re sa rc ie r a en térm inos r e a le s lo q u e un plan de h e c h o q u itó a lo s p ro p ie ta rio s y n o p ro p ie ta rio s que p u d ie r a n s e r identificados. N ótese, e m p e r o , q u e ni s iq u ie ra esto ab arcaría, de m o d o a lg u n o , a tod os aq u ellos cuyos in te re se s vitales e n re a lid a d se vieron afectad os, v.gr., m ed ian te la p osib le co n trib u -
O tr o e n fo q u e lig era m en te d istin to h a p ro p u e sto in stitu ir un d e re c h o p ro c e sa l y c o n stitu c io n a l p a r a que n u e stra s n e c e sid a d e s o in te re se s vitales se c o n sid e r e n in tereses v ita le s c u a n d o se p r o p o n g a n plan es o p r o g r a m a s p ú b lico s, d o n d e este d e rech o e sta ría re sp a ld a d o p o r el p o d e r le g a l de o b lig a r a los fu n c io n a rios q u e c o r r e s p o n d a ya sea a d e m o str a r en u n a a u d ie n c ia q u e esto s in te re se s h an sid o to m a d o s en cu en ta y se h an m a n e ja d o d e a c u e r d o co n algú n p r in c ip io p e rtin en te o a a b a n d o n a r su p ro y ecto . S in e m b a rg o , p o r im p re sio n an te q u e e sto p arezca, se ría c u r io sa m e n te in eficaz si n o h u b ie ra p rin c ip io s a c o r d a d o s s o b re có m o se d e b e rá n m a n e ja r los in tereses vitales q u e no so n d e r e c h o s le g a le s, y, a sim ism o , a d o le c e ría d e las m ism a s d ific u lta d e s co n víctim as n o id e n tific a d a s o n o id e n tifica b le s q u e p la n te a n en su p e rsp e c tiv a el en fo q u e d el n uevo d e re ch o e sc rito y el common law. D e m o d o q u e a la p o stre n o s in clin am o s en d ir e c c ió n d e l ca m in o q u e c o n d u c e no a través de los d e re ch o s en c u a n to tales, sin o d ire c ta m e n te d e re g r e so a lo q u e e m p ie z a a p a re c e r n a d a m en o s q u e u n a n e c e sid a d d e p o lític a cu ltu ral, a sab er, el reco n o c im ie n to exp lícito c o m o un p r in c ip io de ju stic ia co n stitu tiv o (ju n to co n c u a le sq u ie r o tro s p r in c ip io s q u e p o d a m o s reu n ir) d e a lg ú n p rin c ip io c o m o los q u e e n u n cié en las se c c io n e s 2 2 23. (Cfr. ta m b ié n la secció n 1 3 .) L o s d e ta lle s a d m in istra tiv o s y leg a le s son im p o rta n te s, p e ro se c u n d a rio s; lo m ás im p o rta n te es q u e a lg o co m o aq u ello a lo q u e llam aré el P rin c ip io d e L im ita c ió n se le d e b e r ía r a tific a r co n la ca te g o ría d e u n p rin c i p io d e im p a rc ia lid a d , y d e b e r ía lle g a r a d a r se tan p o r se n ta d o c o m o u n p rin c ip io d e im p a r c ia lid a d q u e n o rm a lm e n te sería im p o sib le p a r a la p rá ctica a d m in istr a tiv a y la to m a d e d e c isio n es p o lític a s p r o c e d e r en p a te n te d e sa ca to d el P rin c ip io . (P or “n o r m a lm e n te ” q u ie ro d e cir “en co n d icio n e s en las q u e n o hay un a r g u m e n to só lid o p a r a p a s a r p o r alto las c o n sid e r a c io n e s d e ju s t i c i a ” .) A n te la e x p e c ta tiv a d e e sto , en g r a n m e d id a se rá u n a c u e stió n de tra d ic ió n ju r íd ic a si los c iu d a d a n o s tien en o ción d e tales proy ectos p ú b lic o s a la e scase z {h acien d o q u e su b a n las re n tas o los p re cio s d e la s c a sa s), el d e te rio ro u r b a n o y el a b a n d o n o del e m p le o local. C u a lq u ie r plan team ien to q u e su b ra y e lo extenso d e la clase d e p e r so n a s que se v erán a fe c ta d a s d e estas m a n e ras d e b e ir m uch o m á s a llá d e la p re o c u p a c ió n p o r lo s d e re c h o s q u e g e n e ra el common law y los c ó d ig o s d e c o m p e n sac ió n .
n o los d e re c h o s p r o c e sa le s-c o n stitu c io n a le s previstos o de qué otra m a n e r a se g a r a n tiz a la o p e r a c ió n d e l p rin cip io .56 Si n o existe la e x p e c ta tiv a d e q u e las n e c e s id a d e s vitales se je r a r q u i c e n d e esta m a n e ra , las p e rsp e c tiv a s a la rg o plazo, en el m u n d o tal co m o es a h o r a , n o so n muy b u e n a s p a r a g o b e rn a r con el p le n o co n se n tim ie n to d e los g o b e r n a d o s . H a b rá c o sa s que se n o s q u e d e n a tr a v e sa d a s cu an d o b u s q u e m o s ju stific a r lo q u e el g o b ie rn o e stá o b lig a d o a d ecir y a h a c e r a q u ien es se quejan p o r sus in tro m isio n e s. 25. Si el P r in c ip io d e L im itació n e s u n in ten to de exp licar d e ta lla d a m e n te , en té rm in o s de un a v a g u e d a d ad ec u ad a p a ra el tem a, un o d e los re q u isito s in d isp e n sa b le s p a ra que los p a rti d a rio s de una. m o r a lid a d social c a r e z c a n d e ra zo n e s adm isibles p a r a re n u n cia r a ella, enton ces en to d a s las so cied ad e s m o d e r n as g o b e r n a d a s p o r co n se n tim ie n to , la co n cie n cia m oral de los sere s h u m a n o s d e b e co in cid ir c o n el P rin cip io de L im ita ción . Pero qu izá n o d e b e ríam o s e s p e r a r e n c o n tra r un a p ru e b a p rá ctica o fe n o m e n o ló g ic a muy d ir e c t a p a ra el P rin cipio o la co rre cc ió n del a r g u m e n to que p r e s e n te a su favor, pues d e b e m os e star d is p u e sto s a acep tar que d istin ta s so c ie d a d e s p u e d e n d ife rir c o n sid e r a b le m e n te en la in te r p r e ta c ió n q u e le d a n a “v i t a l ” e n el c a s o d e “in terés o n e c e s id a d v ita l", [Cfr. la sección 9.) S e p o d r ía p r e d e c ir q u e éstas y o t r a s d ife re n c ia s d e in terp re tación o é n fasis se co m b in a rán c o n c o n c e p c io n e s divergentes del p ap el in te rv e n to r del g o b ie r n o p a r a d ar o rige n a m uch as v a ria cio n e s im p o r ta n te s en la p r á c tic a y en los sen tim ien tos d e la ju s tic ia . L a e x iste n c ia d e estas v a r ia c io n e s es p erfectam en te c o n g ru e n te con q u e se a co rre cto el P rin c ip io d e L im itación , cu ya o p e r a c ió n es, e n to d o caso, m u y sen sib le, in cluso en un m o m en to p a r tic u la r en un co n te x to p a rtic u la r, co n resp ecto a d ó n d e se c o n s id e r a q u e yace e x a c ta m e n te la fro n tera de los in 56 Un p ro p u e sta e q u ilib rad a puede tom ar en cu en ta la p o sib ilid a d de ap e lar contra tales p ro c e d im ie n to s com o la O r d e n d e C o m p ra O b ligatoria o el Poder d e E x p ro p iac ió n y p o d ría p erm itir q u e a q u e llo s directam en te afectad os co n sigu ie ran una a u d ie n c ia form al en la q u e fu e ra pertin en te y ap ro p iad o re ferirse al P rin cip io d e L im itac ió n . D e h ech o, c r e o q u e la fuerte p red isp o sició n oficial a favor del le n g u a je d el n ecesitar, s e ñ a la d a e n la sección 3, d escan sa precisam en te en un en ten d im ien to in cip ie n te y p arcial de lo a p ro p ia d o que esto resulta.
te re se s v ita le s. C u a n d o u n a n e c e s id a d es (se g ú n su fo rm u lació n c o r re c ta ) vital y e stá e sp e c ia lm e n te p r o te g id a c o m o tal p o r el p rin c ip io , en to n ces lim ita el e sp a c io e n el c u a l es ju sto q u e la s o c ie d a d b u sq u e m a x im iz a r la v e n taja so cial co lectiva. Si, p o r o tr o lad o , la n e c e sid a d n o lle g a a c ru z a r ese u m b ra l, en ton ces se e n c o n tr a r á m e tid a c o n o t r a s n e c e sid a d e s se m e ja n te s, y hay c o n d ic io n e s en las q u e ta l v ez sea sa c rific a d a , y sa c rific a d a de m a n e r a n o in justa, en n o m b r e del p e so co lectiv o d e o tro s inte r e se s. E s ta d isc o n tin u id a d p u e d e p a re c e r e x tra ñ a , p e r o la reflexión in d ic a q u e las c o sa s tien e n q u e se r así. H a y a lg u n a s c o sa s que, c o n ju stic ia , n o p o d e m o s h ac erle a un se r h u m a n o , p o r g ra n d e q u e se a el b e n e fic io co le c tiv o p a r a o tr o s.57 (C a s i n a d ie p ien sa q u e p u e d e ser ju s t o m a ta r a u n a p e rso n a in o c e n te sim p le m en te p a r a q u e m illo n e s r e c ib a n a lg o m e n o s q u e un ben eficio v ita l.) L a ú n ica p re g u n ta es en q u é m e d id a e sta p ro te c c ió n es p e c ia l v a m ás a llá d e la v id a m ism a ; y, d e sd e lu e g o , d e b e h ab er a lg ú n lím ite. D e lo c o n tr a rio , a p e n a s p o d r ía m o s r a z o n a r co lec tiv a m en te sin in c u rrir en la im p u ta c ió n d e se r in ju sto s h asta c ie r to p u n to con a lg u ie n . L o q u e en to n ces d e b e m o s e sp e r a r n o es p o d e r p re sc in d ir d e l u m b r a l re cié n m e n c io n a d o , sino q u e , d a d o u n lu gar, un m o m e n to , un clim a d e o p in ió n y un co n ju n to d e e x p e ctati vas, la c o lo c a c ió n d e l u m b r a l n o se a a r b itr a r ia sin o , en el p e o r d e lo s ca so s, e se n cialm e n te d isc u tib le . T a m b ié n p o d r ía m o s es p e r a r que, co n fo rm e u n a s o c ie d a d se e n riq u ec e —y c o n fo rm e a u m e n ta su te n d e n c ia a tr a ta r co m o si fu e r a n c o n tr a p re te n sio n es en ju stic ia los r e c la m o s d e a q u e llo s a q u ie n e s u n a desv en ta ja n a tu ra l, m ás q u e el p o d e r o las a p r o p ia c io n e s a n te rio re s de o tr o s , les im p id e v iv ir d e su s p r o p io s e sfu e rz o s—, los m ie m b ro s d e e sa so c ie d a d in te r p r e te n los “in tere se s v ita le s ” con m ayor g e n e r o sid a d . Q u izá a s í sea n su s sen tim ien to s. E n la p rá c tic a , sin e m b a r g o —au n c u a n d o en p r in c ip io lo s se n tim ie n to s h u m an o s 57 Vale la p en a re c o rd a r aquí' q u e si p e rm itim o s q u e a lg u n a circu n stan cia im a g in a b le p e ro terrib le n os o b lig u e a p a sa r por alto el reclam o de justicia, se rá m e jo r decir "T u vim os que ser in ju sto s” q u e d e c ir “L o q u e h icim os fue, en e s a s circu n stan cias, ju s to ” (o “ju s to en e sa s c irc u n sta n c ia s”). (V éase u n a b uen a e x p o sic ió n so b re el im pacto de la e m e rg e n c ia sobre los c riterio s de n ecesid ad v ital e n Finnis, N atu ral Law an d N atu ra l Rights, p. 174.)
están p r e p a r a d o s p a r a e sto y ta m b ié n p a r a e n ten d er el Princi p io de L im ita c ió n co n m ay o r g e n e r o s id a d q u e la q u e yo a trib u í a l a sig n a rle el p a p e l excluyente q u e p r o p u se —, la c o n cie n cia b u ro c rá tic a in te rp re ta los “ in tereses v it a le s ” d e u n a m a n e r a m uy re strin g id a , tan re strin g id a en o c a s io n e s q u e in clu y a p o c o m ás que los m e r o s re q u isito s d e la v id a .58 L o s p e lig r o s a larg o p la z o d e e s t a re strin g id a in te rp re ta c ió n son lo s m ism o s, cre o , q u e los p e lig r o s d e un re c h a z o ca te g ó ric o d e l P rin c ip io d e L im itació n . S in em b arg o , p ie n so q u e la p rin c ip a l r a z ó n p a r a la re strin g id a in te r p r e ta c ió n n o es n in g u n a m a ld a d p a rtic u la r d e los b u r ó c r a t a s , sino la in ten sa co m p e te n c ia q u e tie n d e a tocarles p r e s e n c ia r d e ce rca (o en la q u e p a r tic ip a n co m o re cep to res d e l c a b ild e o , su p u e sta s n u e v as r a z o n e s en con tra, p re sió n d e los d ia r io s en relación co n cie rta s c a u sa s, etc.) entre c o n sid e r a c io n e s c o m o el P rin cip io d e L im ita c ió n (e n te n d id o co m o u n p rin cip io d e ju stic ia , p e ro n o p ro p ia m e n te e n te n d id o co m o u n p rin c ip io d e lim itación , y casi sie m p re subrepresentado p o r q u e m u y p o c o s p ro y ecto s p o n en c la ra m e n te en p e lig r o los in te re se s v ita le s de un n ú m e ro d e p e r s o n a s m ayor q u e el n ú m e ro a l q u e b e n e fician ) y tip o s m uy d ife re n te s d e p re te n sio n e s b a s a d a s en el n ecesitar. El fu n d a m e n to d e e sta s o tr a s p r e te n s io n e s (q u e no se d e b e n to m a r a la lig e r a c o m o un fu n d a m e n to e n ju stic ia ) se p re se n ta en lo q u e e s ló g ic a m e n te (si n o es q u e h istó rica m e n te ) u n a te rce ra 58 N ad ie q u e n o ten ga ya a lg ú n co n o cim ien to d e las so m b ría s e sc e n a s m en cionadas e n el Cmnd. 5 1 2 4 (n ota 54 an te rio r) q u e rrá aceptar esto p o rq u e yo lo d igo; pero a q u ie n e s sí lo tienen le s se ñ alaré lo raro que e s que un a d e p e n d e n cia pública a carg o de un proyecto gran d e con m u ch as co n secu en cias d ire c tas e in d irectas se d e te n g a a c o n sid e rar to d o s lo s o b stá cu lo s ju ríd ic o s y m o rale s que un p ro m o to r p riv ad o h a b ría tenido q u e en fren tar si h u b iera intentado realizar el m ism o proyecto com o una e m p r e s a com ercial. P o s L s c r i p t (1 9 9 0 ). L a d é c a d a que re c ié n fin alizó , c argad a c o m o estuvo de plan es y p roy ectos social y estéticam ente d estru ctivos fo m e n tad o s p o r u n a ley p ro m o v id a p o r un m iem b ro del p a r la m e n to en lo in dividual y a p ro b a d a p o r el p len o , u o tro s procedim ien tos e s p e c ia le s, no fue favorab le al su p u e sto form u lad o e n la últim a o ración , a saber, q u e los p la n es y proy ectos p riv ad os o m ixtos (p riv ad o s y pú b licos) se e x am in e n con m ayor d eten im ien to, o con si d e ra n d o en m ayor m e d id a las ex p e c tativ a s le g ítim as del tipo e x p r e sa d o p o r el P rin cip io d e L im itación , de com o fu e r o n e x am in a d o s lo s p lan es y proyec tos pú b licos. L o q u e la d é c a d a fo rtaleció fu e el argu m en to a favor d e que se recon ozca u n prin cip io com o el P rin cip io d e L im itació n .
fa se , d e sp u é s d e la s d o s q u e d e sc r ib í en la s s e c c io n e s an te rio re s. 26. U n a s o c ie d a d lle g a a la f a s e tres, se g ú n mi c u e n ta , c u a n d o u n g o b ie r n o no só lo se c o n sid e r a el g u a r d iá n d e lo s d e re c h o s (la fa s e u n o ) y d e las c o n tra p re te n sio n e s (la fa se d o s), sin o ta m b ié n c u a n d o se r a tif ic a en su p a p e l c o m o a g e n te d e c o o r d in a c ió n y e n c a r g a d o in d isp e n sa b le (al m e n o s en c ie r ta s e sfe r a s p a rtic u la re s) d e a te n d e r la s n e c e sid a d e s h u m a n a s q u e , d e lo c o n tr a r io , q u e d a r ía n in sa tisfe c h a s. (Y ta m b ié n lo s d e se o s, sin d u d a , a u n q u e , c o m o s e ñ a la m o s al p rin cip io , u n a vez a su m id o s, a ésto s se les suele a s ig n a r el título o fic ia l d e n e c e si d a d e s .) E n e ste c a so se c re e q u e el n ú m e ro q u e se b e n e fic ia d e c u a lq u ie r p ro y ecto y la c a n tid a d d e n e c e sid a d q u e se p u e d e s a tis fa c e r m ed ian te un r e c u r s o d a d o son u n a c o n sid e r a c ió n fu e rte —y, en v irtu d d e la e s c a s e z d e re cu rso s, se c r e e e sto c o n ju s t a r a z ó n —, p u e s a h o r a e n lo q u e el a d m in istr a d o r e stá e n v u elto es en u n r a z o n a m ie n to in c re m e n la l o a g lo m e r a d o r —es d e c ir, su je to a c ie rta s r e stric c io n e s , e stá m ax im izan d o a lg o —, y p re su m ib le m e n te lo q u e im p o r t a m ás dentro de la esfera apro p ia d a de tal razonamiento es la m e d ic ió n y la p re d ic c ió n e x a c ta s d e las c o n se c u e n c ia s, a sí c o m o la v o lu n tad de r o m p e r la r u tin a sie m p re q u e se a n e c e s a r io p a r a la e x p lo r a c ió n im a g i n ativ a d e a ltern a tiv a s q u e tr a ig a n u n a m ay or sa tisfa c c ió n to tal y e v ite n la p ro y ecció n al fu tu r o d e situ acion es q u e y a están o r ig in a n d o in sa tisfa c c ió n y e l c o n su m o c a d a vez m ay o r d e rec u r s o s 59 5S N o e s m u y ú til p re d e c ir c ó m o se c o m p o rta ría la gente, ni q u é p r e fe r e n - . cias re v e laría con ello, en u n fu tu ro e s ta d o d e c o sa s q u e h e re d a la m a y o r parte d e las carac terística s in sa tisfacto rias d e las que b u sca e scap ar en el p resen te. ("S ie m p r e p la n e a m o s d e m a sia d o y p e n sa m o s m uy p o co ", co m o dice Schum p e te r e n co n e x ió n con o tra cosa.) P e ro , d e sd e lu e g o , p a ra e sc a p a r de este c a llejó n sin salid a , d e b e m o s e n te n d e r m e jo r, e n los niveles d e razó n y c reen cias, d e se o s, n e c e sid a d e s, in tereses v ita le s c o n stitu tiv o s..., lo q u e la g e n te e v ita o b u s c a en el presente, y q u é c a ra c te rístic a s alterab les d e l p re se n te c o n d ic io n a n e s ta s c re e n c ia s, d e se o s, n e c e sid a d e s, in te re se s v ita le s... (y c ó m o lo s c o n d ic io n an ). (V é a n s e D avid W iggin s, Sam eness a n d Substance, p p . 180 y ss; y tam b ién “D e lib e ra tio n a n d Practical R e a s o n ”, q u e es u n e x tra c to d e l E n say o V I in clu id o en Needs, Valúes, Truth: Essays in the Philosophy o f V alué) Y e sto p u e d e d e sp e rta r e n n o so tro s un re n o v a d o in té ré s p o r las co n sid e racio n e s d e ju stic ia qu e an te c e d e n a la fase tres.
C u a n d o u n a s o c ie d a d e m p r e n d e la fa s e tre s (y lo h ac e p o r r a z o n e s n o e sp e c ia lm e n te r e la c io n a d a s c o n la ju stic ia ) y h a in s titu id o r e g la s y p r á c tic a s c o r r e s p o n d ie n te s, se in tro d u c e en u n a se rie to ta lm e n te n u e v a d e p o sib le s in ju stic ia s. Y , con to d a s e g u r id a d , las p r o te s ta s co n tra la in ju stic ia se rá n estriden tes y llenas d e r e n c o r sin p re c e d e n te s, y h a s ta d a rá n , a un a o b se sión c o n la p a rte m ás a n tig u a e im p o r ta n te d e la ju sticia, la in ju stific a d a r e p u ta c ió n d e e n v id ia y e strid e n c ia . “Si p o r z q u e tien e la n e c e sid a d x se hizo tal y cu al co sa, ¿p o r q u é 110 s e h ace n a d a p o r m í, q u e ten go la n e c e s id a d w?” L o q u e n e c e sita to d a a d m in istr a c ió n q u e h a e n t r a d o en la fa s e tre s es u n e sp e c tro d e r e s p u e s ta s d e fe n d ib le s p a r a e sa s p re g u n ta s. P are ce q u e sie m p re d e b e se r c a p a z d e d a r u n a d e las sig u ie n te s re sp u e sta s: “S í lo h a r e m o s” o “L a n e c e sid a d d e z es m ay o r” o “E s m ás c a ro sa tisfa c e r tu n e c e s id a d ”. C u a lq u ie r c o sa q u e d é a alg u ien situ ad o d e ta l y cu al m a n e r a ta m b ié n d e b e rá d á rse la a c u a lq u ie r o tra p e r s o n a en la m is m a situ a c ió n ; y lu ego (p u e s, d a d o q u e s ó lo s e c u e n ta con r e c u r s o s fin ito s, éste d e b e se r e l re su lta d o d e la m ism a p olítica) d e b e te n e r cu id a d o d e n u n ca d a r a n ad ie n a d a a n te s d e h a b e r s e a s o m a d o p o r lo s c o n fin e s d e la T ie r r a p a r a a s e g u r a r s e d e q u e n o hay m u ch o s o tro s q u e p u e d a n re c la m a r q u e so n titu lares e x a c ta m e n te d e l m ism o d e recho, 27. N o hay m a rc h a a trá s d e la f a s e tre s. E stam o s d e m a s ia d o a c o s tu m b r a d o s a los b en eficio s q u e le atrib u im o s. Y n u e stro s sen tim ien to s están a ta d o s e n c o m ia b le m e n te (p o r c o n fu so q u e esto se a ) a c u a n d o m en o s un fa c to r c o n c o m ita n te p e q u e ñ o , p e ro c o n sp ic u o : n u e str a nueva d is p o s ic ió n a in terven ir en c a s o de co n tin g e n c ia s p a r a ay u d ar a c o r r e g ir c ie r ta s d e ficien cias e n la titu la rid a d d e d e r e c h o s que d e n in g u n a m a n e ra s o n cu lp a o estricta r e sp o n s a b ilid a d d e la so c ie d a d . N o ten íam o s q u e se n tir esto, p e r o d e h ec h o lo sen tim o s. L o q u e se d ijo acerca de la d is tin ció n en tre las p re te n sio n es d e n e c e s id a d y la s p re te n sio n e s d e in to le ra n c ia d e la d e sig u a ld a d s ig u e sie n d o válid o; p e ro e s a d istin c ió n d a c a b id a a u n a id e a (q u e d e su y o n o carece d e c ie r to vín cu lo c o n el c o n se n so , p e r o sin n in g ú n laz o especial co n l a n e c e sid a d ) d e q u e p u e d e h aber a lg o a s í c o m o u n a d is p a r id a d d e m a sia d o m a r c a d a en tre las o p o r t u n id a d e s de v id a d e la g e n
te .60 N o im p o n e ni tien e c o m o c o n se c u e n c ia e s t a id e a , p e ro la p e rm ite . P ero si no hay m arch a a tr á s, y es en la m o s q u e d a r n o s, en to n ce s h a lle g a d o el e n te n d e r m ucho m e jo r la in e sta b ilid a d d e ju s t ic ia social q u e h e m o s a d o p t a d o . lo g r a r e m o s si no in ten tam o s a lg u n a vez to d e id e a s d iv ergen tes q u e a b a r c a .
fase tre s d o n d e d e c id i m o m e n to d e tr a ta r de e se n c ia l del co n cep to Y e sto d ifícilm e n te lo d e sc ifr a r el p a lim p se s
E n p rim e r lugar, el necesitar en sí fig u r a a h o r a n o sólo d el la d o d e la ju sticia como lim itativa, protectora y correctiva (fase s un o y d o s), sino ta m b ié n d el lad o fre cu e n te m en te con flictivo d e la. ju stic ia como la gu ard ian a/d istrib u id o ra/cread o ra de benefi cios. E n la co n v e rsa ció n c o n el e c o n o m ista q u e m e n cio n é en la se c c ió n 3, d ifícilm en te p o d ía m o s e n te n d e rn o s p o rq u e él es ta b a p r e o c u p a d o p o r el s e g u n d o d e e sto s p a p e le s y yo e sta b a p r e o c u p a d o p o r el p r im e ro . S i n o s h u b ié ra m o s d a d o cu en ta d e e llo y yo h u b iese e x p r e s a d o en to n ce s q u e e sta b a d e acu e rd o co n su idea d e q u e las p r e te n s io n e s d e n e c e sid a d a m en u do van a c o m p a ñ a d a s d e l a b u s o y la in vocación d e ra z o n e s inte r e s a d a s , h ab ría m o s p o d id o lle g a r un p o c o m ás le jo s e in cluso ta l vez n o s h a b ría m o s e n c o n tr a d o h a b la n d o d e in tereses vita les, de los lím ites d e la c o m p e n sa c ió n y el p r o b le m a de legar a n u e stro s d e sc e n d ie n te s u n m u n d o c o n a l m e n o s tantos ni c h o s to le ra b le s p a r a la e x iste n c ia h u m a n a in d iv id u a l co m o el q u e n o so tr o s h e re d a m o s. P o cas cu e stio n e s so n m á s im p e rio sas; p e ro no se p u e d e lo g r a r a b so lu ta m e n te n in g ú n avance al re sp e c to si n o hay u n a c o m p r e n sió n p ú b lica d e c ó m o d ifieren e sta s m a n e ra s en que las p r e te n sio n e s d e n e c e s id a d n o s a fe c tan , y a lg u n a c o n cie n cia de la s u p u e sta p r io r id a d , en la ju stic ia m ism a, d e las c o n sid e r a c io n e s d e las fa se s u n o y d o s s o b re las d e la fa se tres. 60 T a l vez v a lg a la p en a c o m p a ra r este principio relativam en te déb il con for m u la cio n e s más fuertes com o el “P rin c ip io Ig u alita rio G e n e r a l” que p ropon e R. N o rm an en “D oes E quality D estroy L ib e rty ?” (p. 102): “la satisfacción de las n e c esid a d e s b ásicas de tod os y, a d e m á s, la igu ald ad de los in g re so s m on e tario s (au n q u e tal vez esto re q u ie ra m ay o re s p re cisio n e s si se d e se a ra au m en tar a lg u n o s in gresos p a ra c o m p e n sa r un trab ajo p articu larm en te p e lig ro so o d e s a g r a d a b le )” .
E n s e g u n d o lu gar, d e b e m o s a p r e n d e r a a c e p ta r u n a te n sió n q u e sie m p r e h a b r á dentro d e n u e str a fo r m a d e p e n sa r so b r e la ju s t ic ia d e la fa s e tr e s co m o g u a r d ia n a y d istr ib u id o ra d e c u alq u ie r r iq u e z a q u e se ju z g u e p ú b lic a . C o n sid é r e n se lo s d o s p rin c ip io s d e ju s t ic ia siguien tes: (U ) C ete risp arib u s es injusto n o d a r u n a ig u a l aten ció n a n e c e sid a d e s ig u ales, y su jeto a la p o sib ilid a d y el costo, es ju s t o a tr ib u ir ig u a l im p o r t a n c ia a n e c e sid a d e s ig u a le s. (E) Ceteris p arib u s es injusto o t o r g a r u n a im p o rta n c ia d is tin ta a la gen te en r e la c ió n c o n su s n ecesid ad es; y, s u je t o a la p o s ib ilid a d y el c o s to , es ju sto satisfa ce r p o r ig u a l a la gen te en re la c ió n c o n su s n ecesid ad es, C a d a u n o p a r e c e r á co n vin cen te, e n e sp e c ia l a falta de in d ic io s d e q u e el o tr o es con vin cen te. (U) d a la im p re sió n d e ser ju s t a m e n te el tipo d e p rin c ip io q u e r e q u ie re el b u r ó c r a ta o a d m in is t r a d o r q u e se e n c u e n tra b ajo m u c h a p re sió n . Este su jeto e s t á ah í p a r a lib ra r al m u n d o de los d iv e r so s tip o s d e n e c e sid a d in satisfech a, e m p e z a n d o s u p u e sta m e n te co n las m ás g r a v e s d e las n e c e sid a d e s in sa tis fech as. E n c u a lq u ie r e ta p a a la q u e lle g u e d u ra n te el p r o c e s o 61 d e b e id e n tific a r to d a s las n e c e s id a d e s p e n d ien tes tan o m ás s e r ia s q u e (ig u a l o m ayores q u e ) a q u e lla s a te n d id a s h a s ta e se m o m e n to , y a te n d e rla s —sujeto d e sd e lu e g o a l costo—, P ero, ¿q u é s ig n ific a e sto en realid ad ? L a r e sp u e s ta q u e se s u g ie re es: C o n sid é r e n se lo s re c u rso s d is p o n ib le s y h á g a se lo m ás q u e se p u e d a co n e llo s p a r a satisfa cer la s n e c e sid a d e s. Y, p o r su p u e s to, el sig u ie n te p e n sa m ie n to es: d e s p u é s d e to do, las n e c e sid a d e s se van c o n v ir tie n d o en d e se o s , d e m o d o que s e ría m e n o s a rb itr a r io h a c e r lo m e jo r que se p u e d a c o n lo s recu rso s d is p o n ibles p a r a sa tis fa c e r to d a s las n e c e s id a d e s a sí como los d e s e o s in sa tisfe c h o s. Y tras h ab er lle g a d o a e ste p u n to —es d ecir, a l u tilita rism o d e a c to s c o n re sp e cto a la p o lític a p ú b lica— in clu so el P rin c ip io d e L im ita c ió n e m p ie z a a p a r e c e r a n ó m alo , o listo fil R e c u é rd e n se a q u í los "cin co g ig a n te s” d e B ev erid ge en el cam in o de l a reco n stru cció n : “la C aren cia, la Ig n o ra n c ia , l a M iseria, la O ciosid ad y la E n fe rm e d a d ”.
p a r a q u e lo a b so r b a la n u e v a d o c trin a . E n re alid a d , el P rin cip io d e L im ita c ió n , en la m e d id a en q u e p r o p o n e c u a lq u ie r p o lític a d isc re p an te co n lo q u e p r o p o n e la u tilid a d m a r g in a l d e c re c ie n te d e la g e n e r o s id a d p ú b lic a p a r a lo s in d iv id u o s, p a re cerá a h o r a sim p le m e n te ir r a c io n a l. S ó lo p u e d e p a r e c e r q u e se in te r p o n e en la g u e r r a c o n tr a las n e c e sid a d e s y lo s d e se o s in sa tisfe ch o s. P e ro el p rin cip io (E) p u e d e in icia r su p ro p ia e v o lu c ió n . S in d u d a , c u a n d o d a m o s u n tra to d ife r e n c ia d o a l a s p e r s o n a s , d e b e h ab e r u n a r a z ó n p a ra h a c e r lo . ¿Y q u é m e jo r razó n p a ra d a rle s un tra to d ife re n c ia d o q u e el h e c h o d e q u e un a d e ellas ten g a m ás n e c e sid a d e s in sa tisfe c h a s? A sí, d e b e m o s h a c e r q u e la g e n e r o s id a d q u e la g e n te re c ib a s e a p r o p o r c io n a l a l g r a d o en el q u e su fre n c a re n c ia s; o, m e jo r d ich o , d e b e m o s h a c e r esto su je to al co sto . N o p o d e m o s g a s t a r veinte m illo n e s d e p e so s en h a c e r la vid a d e u n p a r a p lé jic o a p e n a s p e rc e p tib le m e n te m e n o s m ala, tan só lo p o r q u e s u su frim ien to es m ay o r q u e el d e o tr o s q u e ta m b ién tie n e n n e c e sid a d e s seria s, o a p e sa r d e q u e e se m ism o d in e ro h a b ría d a d o a e so s o tro s u n a g r a n p arte d e lo q u e n ecesitan . D e m a n e r a q u e, co m o d ijim o s, to d o se su je ta a l c o sto . P ero, ¿q u é p u e d e sig n ificar e sto en r e a lid a d ? El a d m in is tr a d o r q u e r r á u n a re g la. Y si d e b e te n e r u n a regla, en to n ce s tal vez la ú n ic a re gla p o sib le co n sista en a s ig n a r lo m ism o a c a d a p e rso n a p a r a su s n e c e sid a d e s (o, c o m o se van c o n v ir tie n d o en d e se o s , p a r a s u s n e c e sid a d e s y d e se o s ) p a r a q u e h a g a lo m ejo r q u e p u e d a co n e llo —o m ás bien , r e c o r d a n d o el p u n to d e p a rtid a y la p r e o c u p a c ió n de q u e a lg u n o s ten ían m ás n e c e s id a d e s in sa tisfe c h a s y o tr o s m en o s, la re g la d e b e ser a sig n a r lo s re c u rso s p ú b lic o s d e tal fo rm a que el to tal d e l q u e g o c e c a d a p e rso n a a la la r g a (su m a d o s lo s re c u rso s p ú b lic o s y p r iv a d o s) sea ig u al a la s u m a to ta l d e la q u e g o ce c u a lq u ie r o tra p e rs o n a a la larg a—, Y h a b ie n d o lle g a d o a e ste p u n to , o a lg u n a m ay o r so fistic a c ió n d e é s t e —e s d e c ir, a u n a filo so fía p ú b lic a d e ig u a ld a d p u r a —, d e b e p a r e c e r a n ó m a lo y a b su rd o re c o n o c e r u n P rin c ip io d e L im ita c ió n d istin to . D a d o q u e e sta m o s h acien d o lo m e jo r q u e p o d e m o s p o r c a d a u n o , los in tere se s v ita le s d e to d o s se c o n se rv a rá n in tacto s si lo están los d e c u a lq u ie r a . El p rin c ip io d istrib u tiv o (E ) sim p le m e n te e n g u lle el p rin c ip io p ro te c to r lim itativo.
28. D e s a r r o lla d o s d e e sta m a n e r a , (U ) y (E ) están e n fra n ca o p o sic ió n en tre sí. C a d a uno in ic ia u n a e v o lu c ió n o sim p lifica ción que, d e n tro d e sus p ro p io s p a r á m e tr o s , p a re c e irre sistib le ; p e r o lu ego c a d a u n o p ie rd e c o n ta c to co n el im p u lso o rig in a l q u e lo co lo c ó ah í. (U ) n os p r e p a r a en p r in c ip io p a r a sacrifi c a r a in d iv id u o s sin lím ite, c o m o lo e x p r e s a r ía M ack ie. (E) o fre c e u n c o n c e p to d e ig u a ld a d d e r e c u r s o s tan a b stra c to que a p e n a s tien e a lg u n a in flu e n c ia en lo s se n tim ie n to s q u e h izo que la s n e c e sid a d e s p a r e c ie r a n im p o rta n te s e n p r im e r a in stan cia. Si p arece in s o p o r t a b le la p e rs p e c tiv a d e vivir co n e ste c o n flicto o to le r a r la n a tu r a le z a e se n c ia lm e n te d iscu tib le d e la fro n te ra q u e lo c o n tie n e y q u e tien e p o r o b je to im p e d ir q u e (U ) y (E ) in v ad an e l ra z o n a m ie n to s o b r e l a ju s t ic ia en las fa se s u n o y d o s , e n to n ce s, t r a s d e sc ifra r e l p a lim p s e s to d el q u e h ab lé, p o d ría m o s, s u p o n g o , volver sobre la s h u e llas q u e h em o s d e ja d o y co n te m p lar la r e sta u r a c ió n (p o r e lim in a c ió n d e l m ás recien te) d e l u n iverso m o r a l m á s sim p le en el q u e e l E sta d o se o c u p a d e lo m ín im o y e n e l q u e los d e re c h o s y las c o n tra p re te n sio n e s in te g ra n la ju stic ia e n su con jun to. P arece s e g u r o q u e re fle x io n a r so b re las ve n tajas m o ra le s d e e sto p o d r ía in d u cir un sen tid o d e p ro p o rc ió n ; sin e m b a r g o , esto n o sig n ific a q u e s e a re alm e n te p o sib le v o lv er a e ste p u n to . U n a r e sp u e sta m u ch o m ás c a r a c te r ístic a d e los filó so fo s y los p o litó lo g o s c o n siste en h a c e r p e q u e ñ o s aju stes y tra ta r d e e n c o n tra r un p r in c ip io que de a lg ú n m o d o m ed ie o co n cilie entre (U ) y (E), y lu e g o en h a c e r q u e e l n uevo p rin cip io a b s o r b a to d o lo q u e h e m o s su b su m id o e n la s fa se s u n o y d o s. P u es estoy s e g u r o d e q u e no h ay lím ite p a r a el in g e n io q u e s e p o d r ía ap licar a la ta r c a de m a tiz a r y a ju sta r los a rg u m e n to s q u e llevan a (U ) y (E ) d e l e stad o d e ten sión a l e sta d o de fr a n c a in co m p atib ilid ad p rá c tic a . P ero q u izá s e r ía m ejo r a p re n d e r a vivir co n (U ), (E ) y el P rin cip io d e L im ita c ió n c o m o tres tip o s in d e p e n d ie n te s y m u tu a m e n te ir r e d u c ib le s d e re cla m o s que s e n os p lan tean , a s í c o m o e v itar q u e el r u id o e n so rd e c e d o r d e l co n flicto entre (U ) y (E ) a h o g u e la s p e tic io n e s d e o tra s d e m a n d a s d e ju stic ia m á s im p o rtan te s y a n te r io r e s. S e r ía m e jo r a b s ten erse d e a sim ila r la ju stic ia p r o te c to r a lim ita tiv a (fases uno y d o s) a la ju stic ia d istrib u tiv a (fa se tres), sin c o n sid e ra r q u e la ju stic ia p r o te c to r a (e n te n d id a a p r o p ia d a m e n te co m o p r o te c to
r a y lim itativa, p e ro n o c o m o si p r e su p u sie r a la fa s e tre s) tiene a lg ú n co n ílic to co n la r a c io n a lid a d p ú b lica co lectiv a. S in d u d a, no p u e d e n e star e n c o n flic to . U n a sim p lem en te d e fin e el teatro d e o p e r a c io n e s a p r o p ia d o d e la o tra, p or m ás e se n c ia lm e n te d isc u tib le q u e e sto re su lte . ¿P o r q u é e n to n c e s la p e r s p e c tiv a d e vivir co n e sto s e lem en tos irre d u c ib le s p a rece in to le r a b le —o p o n e m ás n e r v io s o q u e la p e rsp e c tiv a de a n d ar e n b ic ic le ta —? S o sp e c h o q u e p a re c e rá in to le ra b le só lo si p e n s a m o s q u e la ta re a d e u n a te o ría d e ju s t i cia co n siste en e n c o n tr a r p rin c ip io s o a x io m a s a d e c u a d o s q u e d e n o rig e n a u n a d e sc r ip c ió n o p la n p a r a u n e s t a d o o u n a so c ie d a d ju sto s , p o r e je m p lo , a se m e ja n z a d e l q u e P la tó n a d o p ta e n la República, b a s á n d o se e n la n o a u to su fic ie n c ia d e l h o m b re y el su p u e sto lu g a r c o im in d e q u e c a d a h o m b re d e b e h ac er lo q u e h ace m ejor, o a se m e ja n z a d e Jo h n R aw ls, q u e lle g a a un o r d e n d e c o sa s ju s t o d e te r m in a n d o q u é d e sv ia c io n e s d e la ig u a ld a d e stric ta e sta ría n p re v ista s en un c o n tra to so c ia l e la b o r a d o e n c o n d ic io n e s id e a le s, ig n o r a n d o la r e a lid a d so c ia l tal c o m o la ten em o s y la p o sic ió n q u e o c u p a en ella c a d a p e rso n a . E n la e x p e rim e n ta c ió n m e n ta l c a ra c te rístic a d e e sto s p lan tea m ie n to s, n a d a se d e ja al a z a r y n a d a es p rim a fa c ie d e n ad ie (a u n cu a n d o la c o sa en c u e s tió n n u n ca h u b ie ra e x istid o si n o f u e r a p o r e sa p e rso n a ) h a s ta q u e se le a sig n a c o m o su p a rte —a u n q u e , d e sd e lu ego , la e x a c titu d d e los cálcu lo s te ó r ic o s q u e el p ro c e d im ie n to p re te n d e h a c e r p o sib le s en a lg u n a s varian tes v a d e sa p a r e c ie n d o h a s ta n o d e ja r ra stro c u an d o to c a m o s el p r o b le m a d e la c rítica s o c ia l e in ten tam o s h ac e r u n a c o m p a r a c ió n c o n c r e ta d e p o s e s io n e s re a le s co n p o se sio n e s a las q u e se p od ría h a b e r lle g a d o m e d ia n te p ro c e d im ie n to s s e c u n d a d o s p o r el c o n tra to s o c ia l r a w lsia n o —. E n la m e d id a en q u e se e sté c o m p r o m e tid o c o n e ste p lan te a m ie n to , se p e n sa r á q u e se d e b e in ten tar co n stru ir u n a e sp e cie d e m o d e lo d e ju stic ia . L o q u e h e m o s in ten tad o h a sid o m uy d istin to —d e h echo casi o p u e s to en in ten ción —. E m p e z a m o s c o n la c o n tin g e n c ia h is tó r ic a d e q u e los se re s h u m a n o s viven en s o c ie d a d e s, d o n d e las s o c ie d a d e s so n c o sa s c u y a e x isten cia d e sc u b r im o s c u a n d o ya p o s e e n n a tu r a le z a s p a rtic u la re s, q u e c o m p le ta n y c o n d ic io n a n la s v id a s h u m a n a s d e m a n e r a s m uy d iv e r sa s, y m an ifie stan d ife r e n te s g r a d o s d e c o h e s ió n y c o n se n
so. Y lu ego h e m o s e sp e cu la d o s o b r e l o q u e a h o ra req u ieren las s o c ie d a d e s q u e existen p o r c o n s e n s o si h an d e p e rp e tu a rs e en té rm in o s y p o r m ed io s tales q u e su s p a rtic ip a n te s p u e d a n adm itir an te sí m ism o s sin tener q u e d e sa p r e n d e r su c a p a c id a d instintiva p a r a r e c o n o c e r a o tro s ta m b ié n c o m o su jeto s c o n s cientes y o b je to s d e re cip ro c id a d c in te r p r e ta c ió n 52 —so b re lo q u e re q u ie re n las so c ie d a d e s p a r a s e g u ir h ac ie n d o esto au n c u an d o en tre los m ie m b ro s de e s t a s s o c ie d a d e s au m en te la con cien cia de su p r o p io p o d e r —. E n e ste e n fo q u e c o n se n su al, evo lutivo, la filo s o fía de la ju s tic ia no tie n e q u e in ven tar y p o n e r p a r a c o m p a r a c ió n un sistem a id e a l c o n tr a c tu a lista (o lo q u e sea) co n el q u e se p u e d a c o n fr o n ta r la r e a lid a d co n fines d e aju ste y crítica. T ie n e q u e tratar d e r e c u r r ir a las d iv ersas id e a s y sen tim ie n to s p o ten c ia lm en te d iv e rg e n te s y d iscre p an te s q u e ya te n em o s, co n m ira s a d e sc rib ir d e q u é m a n e r a y en q u é m e d id a la c o n tin g e n c ia h istórica, y to d o s los ob jetivos q u e p e r se g u im o s a d e m á s d e la ju stic ia , h a b r á n d e c o m p e n sa rse co n re g la m e n ta c ió n e in terv en ció n d e lib e r a d a s , en o c a sio n e s a p e sa r d e q u e h aya e x p e c ta tiv a s le g ítim a s, p a r a a s e g u r a r u n a m ayor c o n c o r d a n c ia c o n n u estro sen tid o c a d a vez m ás d e sa r ro lla d o d e lo q u e es ju s t o q u e se le p id a a la g e n te q u e h a g a y so p o rte , u n a m ay or c o n c o r d a n c ia co n n u e str o sen tid o d e la titu la rid a d q u e d e b e a c o m p a ñ a r al esfu erzo o el lo g r o o la h ere n cia o la e x p e ctativ a e sta b le c id a , y u n a m a y o r c o n c o r d a n c ia co n n u e stro sen tid o n o te ó r ic o d e las fu erzas r e la tiv a s d e las d iv e rsa s clase s d e p re te n sio n e s d e n ecesid ad . L a ju s t ic i a a q u í es la fa lta d e c ie ito tip o d e m al. (U n a teoría al r e s p e c to n o n ec esita o fre c e r un p a r a d ig m a d e te r m in a d o p a ra la s fo r m a lid a d e s ju r íd ic a s y c o n stitu c io n a le s d e un p aís.) No s ó lo hay m u ch o s o tro s a su n to s a d e m á s d e la ju s t ic ia d e los que se d e b e o c u p a r u n a so c ie d a d (la s e g u r id a d d e l E sta d o , la s u p e rv iv e n c ia e c o n ó m ic a , etc.); ni sólo e sta s o t r a s c o n sid e ra c io n e s d e b e n lim itar h asta q u é p u n to es p o sib le ser ju sto s . S in e m b a rg o la ju s t ic ia misma es u n a id e a c o m p le ja y d e m ú ltip les ra íc e s; e in c lu so p u e d e e n tra r en co n flicto c o n sig o m ism a —o e so es lo q u e n u e stro e n fo q u e n o s 62 Cfr. Sameness and Subslance, cap. 6, c o n su a p é n d ic e , pp. 174-1 8 4 , Longer Note 6 .3 6 sec, 3; P. W ínch, en “Em e E in ste llu n g zur Se ele”, destaca c o rre c ta m ente el carácter p r e rra c io n a l de este re c o n o c im ie n to .
d is p o n e a e s p e r a r — d e m a n e r a s p a r a las q u e t a l vez n o h ay a un m o d o p re d e te r m in a d o de re so lu c ió n . C u a n d o se tr a ta de a p lic a r u n a c o n c e p c ió n d e ju s t ic ia c o m o é sta a la r e a lid a d so cial, y a s e a en la fo rm u la c ió n d e p o lític a s o en la crític a , su a p lic a c ió n p r á c tic a es a la vez d ire cta, subd e te r m in a d a y co n te x tu a lm e n te r e strin g id a (y d e ja m u ch o p o r d e c id ir a a lg o c o m o la aisthesis a risto té lic a ).63 N o e s d ifíc il ver q u e c ie r ta s c o sa s son a to d a s lu c e s ju s t a s y q u e c ie r ta s o tr a s so n a ( o d a s lu c e s in ju stas; p e ro q u e d a e sp a c io in clu so p a r a que u n a y la m ism a so c ie d a d en un m o m e n to d a d o e lija entre v a ria s fo r m a s d ifere n te s d e r e s p o n d e r c ie rto s tip o s d e p re g u n ta s. T a m p o c o e s é ste u n p u n to p o sitiv o en favor d e a c e p ta r a lg ú n o tro p a n o r a m a q u e elim in e e sta su b d e te rm in a c ió n , y a s e a d e n tro d e la p r o p ia ju stic ia o en la c o m p e te n c ia en tre la ju s t ic ia y o tro s v alo res. D a d a u n a m o r a lid a d so cial tan d e te r m in a d a c o m o se q u ie r a (tan d e te r m in a d a in clu so c o m o a lg o a sí p u e d e se rlo ), n o es d e m o stra b le m e n te r a c io n a l e sp e r a r co n co n fia n z a la e lim in a c ió n d e la d is c u tib ilid a d esen cial. P e ro e n to n ce s, si n o s d e te n e m o s un p o c o m á s en e se p u n to , ta l vez e n c o n tr e m o s n o d e se sp e r a n z a , sino c o n su e lo —in clu so a lg u n a o sc u r a e sp e ra n z a p a r a la p o lític a m ism a ( ¿ a c a s o tenemos q u e p e n s a r que n u e stro s o p o sito re s p o lític o s s o n m alv ad o s o e stá n m o ra lm c n te tr a s to r n a d o s ? )— en la r e fle x ió n c o n la que c o n c lu iré c ita n d o a o tro c o le g a a quien , c o m o a M ack ie, d e b e m u c h o e ste en say o : L as in tuiciones m orales básicas d e la hum an idad —q u e la izquier d a y la derecha no pueden sino d a r p o r sentadas com o una p rem i sa p a ra p ed ir un resp ald o m o ra l— no ap o rtan n in g u n a solu ció n ex ce p to en un sen tid o p roh ibitivo y lim itante, p a ra los p rob lem as p e rm an en tes y de actu alid ad d e o rgan izació n y op ció n p o lítica.M
6* Cfr. J .R . L u c as, “T h e L e sb ia n R u le ”; el ensayo VI d e Needs, Valúes, Truth: Essays in the Philosophy of Valué, secs. 4 -5 . C o r rig ie n d o y am p lian d o lo q u e se dice a q u í, el asu n to de la su b d e te rm in a c ió n se traca m á s a fo n d o en las p p . 318 y 3 4 8 d e l "P o stScrip t” d e Needs, Valúes, Truth. 6-1 A u rel K oln ai, “T h e M oral T h e m e in Political D iv isió n ”. P a ra o tra s re feren cias al p en sam ien to de K oln ai so b r e éste y otros asu n tos re la cio n a d o s, véase la in tro d u cció n d e B e rn a rd W illiam s y D avid W iggin s a Ethics, Valué and Reality, d e Kolnai.
[E n e l e p ílo g o q u e a p a re c e a c o n tin u a c ió n se reto m an e sta s p re g u n ta s y se a b o r d a n a lg u n o s te m a s r e la c io n a d o s.] E p ílo g o E. 1. A l volver a ver el en say o a n te rio r, lo q u e a h o ra m e in q u ieta m ás e s la so sp e c h a d e q u e he s u b e s tim a d o g rav em e n te la re sis ten cia q u e d e b e e s p e r a r c u a lq u ie r a q u e d e fie n d a un p rin cip io d e ju stic ia c o m o el P rin c ip io d e L im ita c ió n p la n te a d o a l in icio d e la secc ió n 23.65 S i lo p lan tea c o m o u n o d e lo s lím ites del á re a d e n tro d e la c u a l p u e d e fu n c io n a r el ra zo n am ien to co le c 65 El pasaje en cu estió n d ic e así: T al vez el p rin cip io lim itativo que d e b e reg u lar tanto el arbitraje entre d e re ch o s y c o n trad e re ch o s como el ra z o n a m ie n to colectivo hecho en b u s ca de b ien es p ú b lic o s es el siguiente. A u n c u a n d o n o h aya nada injusto en las accion es del E stad o o sus o r g a n is m o s p a r a hacer a un h om b re m á s p o b re de u n a m a n e ra que vuelve a otro m e n o s p o b re de lo que era (en esp e cie o en d in e ro ) —y au n c u a n d o n o se a n e cesario que haya u n a in justicia en cu an to tal (in d ep en d ien tem en te d e lo q u e h aga p e n sar) si entre aq u ello s q u e su fre n d e ese m o d o e n c o n trare m o s alg u n o s q u e son ya lo s m en os afo rtu n a d o s de todas la s p a rte s im p licad a s—, es pro tanto injusto si el E stad o o un organ ism o d e l E sta d o in terv ien e en caso de con tingencia, o cam b ia su política, o c o n fu n d e las expectativas razon ables de los c iu d ad an o s, de m an era que s a c r ific a lo s in tereses estrictam ente vitales d e una p e r so n a p o r los m eros d e se o s d e otros, sean cuantos sean; y (si e sp e c u lam o s m ás) es pro tanto injusto si, entre los intereses vitales efectivam ente afe c ta d o s p or tales in terv en cio n es, la mayor n e c e sid a d es trictam en te vital d e c u alq u iera se sa c r ific a en n o m b re d e las n ecesid ad es m en ores de otros, sean cuantos sean. Es un asu n to u rgen te m e jo ra r to d as e stas fo rm u la c io n es, pero creo que esto se d e b e h acer a la luz d e la p re g u n ta a b o r d a d a en la se c ció n 17 d e este ensayo. A fu m o que ése es un e n fo q u e mucho m á s se n sa to p a ra el d iálo g o en tre el co n se rv a d u rism o y el so cialism o , que la c u e stió n d e la igu aldad. Por so cia lism o p ro p o n g o q u e d e b e m o s referirn os a u n a p o sic ió n cuya preocu pación central so n las contrapretensiones, según s e d e fin e n en la sección 12. S ó b r e l a m a n e ra en q u e la idea d e la co n trap re te n sió n d a rá m ayor sen tido a alg u n as de las cu e stio n e s m ás p ro m e te d o ras s o b r e la ig u a ld a d , v é ase la n o ta 7 0 m ás adelante. S o b re la fo rm a en q u e u so la e x p re sió n pro tanto en el pasaje citado, y en o tro s lugares, véase S u sa n Hurley, 'C o n flic t, A k ra sia , an d C o g n itiv ism ”, pp. 23 y ss. En cuan to a la n ecesidad d e este térm in o , v éase la c rítica de B e rn a rd W illiam s al térm in o “prim afacie" en “C o n siste n cy an d R e alism ”.
tivo sin in ju stic ia s y a n u n cia , c o m o lo' hice y o , q u e e ste p rin ci p io h a d e fo r m a r p a rte d e un c e rc o en tre la ju s t ic ia referid a a los d e r e c h o s o c o n tr a d e r e c h o s y un tip o d e ju s t ic ia a b o rd a d o c o n m e n o s r e sp e to en ese e n say o y q u e recibe el n o m b re de “ju s t ic ia d e fase tre s” o “el re sto d e la ju s t ic ia ”, e n to n c e s d e b e e s p e r a r q u e se le r e p re g u n te rig u r o sa m e n te so b re lo q u e so n lo s in te re se s v itale s. C u a n d o el d e fe n so r d e l p r in c ip io d e lim ita ción p r o c e d e a rev elar q u e los in tereses vitales se d e b e n defin ir en té r m in o s de n e c e sid a d e s se r ia s , p ro fu n d a m e n te a r r a ig a d a s y a p e n a s su stitu ib lc s (se c c ió n 9 ), sin d u d a se v erá m uy p re sio n a d o p a ra e n fre n tar la p r e g u n ta d e có m o se h an d e d e te rm in a r e x a c ta m e n te tales n e c e sid a d e s y q u ié n h a de d e te rm in arlas. A m e n u d o se d a p o r se n ta d o q u e b a s ta co n h a c e r la ú ltim a p r e g u n ta en el to n o a d e c u a d o p a r a d isip a r to d a la fu e r z a de la p r o p u e s ta d e q u e las n e c e s id a d e s son un ele m e n to co n stitu tiv o u rg en te o c e n tra l en la id e a d e ju stic ia . ¿Q u ié n q u ie re que o tr a g e n te le d ig a lo q u e n e c e sita ? E n tre los p rim e ro s q u e v ie r o n e sto c o m o la d ific u lta d estuvo P a re to , q u e e sc r ib ió lo sig u ie n te : L a f o r m u le : á chacun selon ses besoins s e c h a n g e a i n s i e n l’a u tr e : á chacun selon ce que decide Vautorité: et e lle v a u t e n g é n é r a l ce q u e v a u t l’a u t o r it é ,
L a o b je c ió n de P areto no ha p e r d id o su fu erza. A ú n se d irigen v arian te s d e ella con la e x p e c ta tiv a d e un triu n fo d ia lé c tic o co n tra d e fe n so r e s d el c o n c e p to d e n e c e sid a d q u e, a d ife re n c ia del e n e m ig o d e P areto, n u n ca h an p ro p u e sto “d e c a d a un o seg ú n su c a p a c id a d : a c a d a u n o seg ú n su n e c e s id a d ” co m o p a rte de un p r in c ip io su p re m o u o m n ím o d o d e to d a la ju s tic ia , so n b a s tan te a je n o s a to d a s las a s p ir a c io n e s to ta lita ria s o a u to rita ria s en la p o lítica , y tienen c o m o su p r in c ip a l tr a n s g r e sió n n ad a p e o r q u e e sto : no e n c o n tra r n a d a irre sistib le o co n v in ce n te en n in g u n a d e las d e riv a c io n e s o a te n u a n te s d e l P r in c ip io d e la M á x im a F e lic id a d que han te n id o p o r o b je to a te n d e r a n u e s tr a s id e a s d e ju stic ia e in ju sticia. Q u iz á la ú n ica m a n e ra d e a c e p ta r el c o m e n ta r io con so rn a “¿Y q u ié n e n to n ce s h a d e d e te r m in a r sim p le m e n te lo s intereses 6S Les Systémes socialistes, vol. II, p. 167.
vitale s, o las n e c e sid a d e s?” c o n sis ta e n a p a r e n ta r q u e n o se p re ten de ser d e sd e ñ o s o , p a sa r p or a lto las in ten cion es re tó ric a s con la s q u e tan a m en u d o se h a c e n e s t a s p reg u n tas y tra ta r d e d a rle s u n a re sp u e sta literal, ta l y c o m o están , o c u p á n d o se en el cam ino d e to d as las p r e g u n ta s su p le m e n tarias q u e sin d u d a su rg iría n en un in tercam bio p o lític o o filo só fico s o b r e el tem a. E.2 ¿C ó m o han d e d ete rm in arse las n e c e sid a d e s? A nte e sta p re gunta, n u e str a p r im e ra tarea, q u e no la ú n ica, es se g u ra m e n te d e cir q u é determina la cu estió n d e n e c e sita r y qué le e s y qué n o le es p e rtin e n te . L a s se c c io n e s 3 - 7 d e l ensayo o b je to d e este ep ílo go p re te n den re aliz ar e sta tarea. Q u é d e te r m in a la cu estió n d e las n ece sid a d e s d e p e n d e , en p rim era in sta n c ia , d e lo q u e es n e c e sitar y d e lo q u e la g e n te quiere d ecir c u a n d o h ab la seria m e n te d e las n e c e sid a d e s (en el sen tid o a b s o lu to o cate g ó ric o , v é a se la se c c ió n 6). D e m o d o que la p r im e r a p a r te d e la p rim e ra tarea es la c u e stió n del sig n ific ad o . Q u e las se c c io n e s 3 - 7 e sté n en lo c o rre c to y q u e el uso que en e lla s se h ace de id e a s co m o d a ñ o y n e c e sid a d e s tam b ién lo e sté , d e p e n d e p rin cip alm en te d e q u e las p r o p u e s ta s ah í p la n te a d a s den m ay or se n tid o a los d a to s q u e c u a lq u ie r h ip ótesis se m á n tic a rival. U n a vez q u e s u p e re m o s e sa c u e s tió n sem á n tic a, si lo lo g r a m os, p a r e c e r á q u e la id e a de d a ñ o e s co rre lativ a a las id eas d e vid a h u m a n a y florecim ien to q u e c a d a era, c o m u n id a d y cu ltu ra tien e q u e llevar a l nivel m á x im o p osib le. É sta s son del d o m in io p ú b lic o y el tem a a p r o p ia d o d e u n a d iscu sió n co n s tructiva; sin e m b a rg o , co m o ta n ta s o t r a s id e a s o rd in a ria s, ta m bién son m e ta físic a s y e se n c ia lm e n te d isc u tib le s. Y p a r a a lg u nos te ó ric o s d e la p o lítica esto p a r e c e r á tan to p e lig ro so co m o in c ó m o d o . B u sc a rá n ra zo n e s p a r a d e sp la z a r esto s c o n c e p to s con e q u iv a le n te s m ás té cn ico s, s u p u e s ta m e n te m ás o p e ra r io n ales, cu ya a p lic a c ió n d é lu g ar a m e n o s cav ilacio n es y m e n o r d iscu sió n . Si los p r in c ip io s d e n e c e s id a d c o n stitu y e ra n a lg ú n p rin c i pio p o lític o q u e e sta b le c ie ra q u e u n a p e r s o n a h a d e ten e r s ó lo lo q u e n ec esite, e n to n ces lo e se n c ia lm e n te discu tib le d e las p re te n sio n e s de n e c e sid a d sería u n a s p e c t o p ro b le m ático y la
d e te r m in a c ió n p ú b lic a d e n e c e sid a d e s e in tereses v ita le s re p re se n ta r ía u n a v io lac ió n in to le ra b le a la a u to n o m ía p e rso n a l. P ero d e b o in sistir en q u e n o se p la n te a n in g ú n p rin c ip io de ese tip o en el ensayo an te rio r. L o que se p lan tea es un p rin cip io q u e tien e p o r o b je to s a lv a g u a r d a r el e sp a c io q u e ro d e a al in d iv id u o y p ro te g e rlo a é l y su s o p o r tu n id a d e s de v id a d e ciertos tip o s d e in ju stic ias qu e, d e o tro m o d o , se p o d ría n c o m e ter en su c o n tr a a d u c ie n d o a lg ú n p rete xto e sp u rio d el in terés p ú b lico . D e h ech o , se p o d r ía o to r g a r a ú n m ás p ro tec ció n a los in tere ses d e los in d iv id u o s d e n tro d e l m a rc o d e las n e c e sid a d e s si la p ro te c c ió n d e l in d iv id u o c o n tr a el ra zo n am ien to co lectiv o fu e ra el ú n ico tip o d e p ro te c c ió n q u e e stu v iera a d isc u sió n aquí. N o o b sta n te , lo s p r o p ó sito s le g ítim o s d el E sta d o , de m a n e r a m ás e v id e n te los req u isito s d e la ju s t ic ia de fase d o s, no p u e d e n ev itar c irc u n sc r ib ir lo q u e se d e b e r ía in ten tar h acer a l re sp e c to . A q u e llo q u e re alm e n te se r e q u ie r e es u n a m a n e r a d e a r b it r a r entre to d o s lo s tip o s d e re c la m o s: el reclam o d el in d iv id u o , el re c la m o d e la c o m u n id a d , los re c la m o s d e otros in d iv id u o s.57 Q u e este ú ltim o fin se d e b a a lc a n z a r de algún modo es un p un to d e co in c id e n c ia . L o c o n tro v e rtid o es si el co n ce p to de 67 Y u n a vez q u e la ju stic ia d e fase d o s e n tra explícitam ente, p o d e m o s e n con trar u n a in terp retación q u e a n a d ie tiene p o r qué p arecerle d e m a sia d o siniestra p a r a o b se rv a cio n e s tan c o n o c id a s com o las que exp resa W ade en su Administralive Law . “las n e c esid a d e s so c ia le s y las an tigu as lib e rta d e s suelen ser d ifíc ile s d e re c o n c iliar”; au n q u e esto no sig n ifica que todos los g r a n d e s m in isterio s e sta ca le s, en los que a u to r e s en d erech o adm inistrativo c o m o W. R ob son esta b a n d isp u e sto s a d e p o sita r e sa confianza, hayan a trib u id o siste m áticam en te u n a p r io rid a d real a la in te rp re tac ió n de "n e ce sid a d e s s o c ia le s ’’ den tro de la fa se d o s. L a s c o n sid e ra c io n e s de la fase tres n o sólo h a n lle g ad o con p a so len to, sino tam b ién fir m e p a r a aventajar a to d a s las d em ás. E sto s m in isterios se h an d e m o r a d o en d isc e rn ir el fun dam en to c o n c e p tu a l de la p r o fu n d a v e rd ad d e q u e lo q u e u su alm en te req u iere la ju stic ia r e a l no es q u e se m a x im ic e la u tilid a d p o r c u a le sq u ie r a m e d io s y luego “se re d istri b u y a” (so b re lo e x tra ñ o de este verb o, v é ase la se c ció n 17 d e este artícu lo ), sino q u e (p o r d ifícil q u e se a lo g ra rlo ) se h a g a p osib le que la riq u e z a d e la q u e d e p e n d e n lo s in tereses vitales se p r o d u z c a m ás cerca d el punto d o n d e ha d e c o n fe rir su b en eficio , y q u e su p re se n c ia ahí, u n a vez q u e e stá p re se n te, se p ro te ja activam en te u sa n d o tod os los re cu rso s ju d ic ia le s y d e otro tipo de que d is p o n g a el E stad o concra d e p r e d a c io n e s de to d o s tipos, sin e x c lu ir las d e p re d a c io n e s por p arte d e d e p e n d e n c ia s del propio E stado,
n ec esid a d re su lta d e a lg ú n m o d o p e r n ic io s o en relació n co n esto. A firm o q u e n o lo es y que en e s t o s c o n flicto s a m en u d o e sclarece lo q u e está en ju e g o d e c a d a la d o . Sin d u d a, la id ea de n e c e sid a d n o q u e d a d e sp ro v ista d e su p a p e l c o n c e p tu a l en u n o u o tro la d o d e l d e b a te p o r el c a r á c te r e se n c ia lm e n te d iscu tib le q u e los e n u n cia d o s d e in terés vital h e r e d a n d e la d iscu tib ilid ad e se n c ia l d e los e n u n c ia d o s de n e c e s id a d , p u es en e sta área, el carácter e se n c ia lm e n te d iscu tib le es la c o n d ic ió n d e to d as las id eas im p o rta n te s. S u p re se n c ia n o su p o n e q u e sim p lem en te to d o se vale, ni que el p ro c e so d e d e te r m in a c ió n del d añ o (ca u sa d o ya sea al in d iv id u o o p o r el in d iv id u o ) co n siste sim p le m en te en c o n ta r lo s sí y los no. E sta s id e a s d e v id a, dañ o, flo recim ien to son el ce n tro de un a c o n tro v e rsia a m p lia y a b ie r ta y d e un a rica v a r ie d a d d e a n a lo g ía s o p u e s ta s q u e todavía se p u e d e e sp e r a r que con verjan e n un a c u e rd o so b re puntos e se n ciale s (ya sea un a c u e r d o g e n e r a l o un a c u e r d o en tre un a m ay o ría d e re p re se n ta n te s a p r o p ia d a m e n te e le g id o s), b a sa d o en p rin c ip io s y c a p a z d e d ar un a ju s t ific a c ió n d e sí m ism o. En la a c tu a lid a d te n e m o s que a p ro v e ch a r la p la u sib ilid a d que nos b rin d a la p e rsp e c tiv a de q u e en el fu tu r o n o s a c e rq u e m o s m ás a ese a u sp ic io so e sta d o d e cosas. C ie r ta m e n te , las id e a s d e flore cim ien to y d a ñ o no se vuelven in a p lic a b le s al se r c o n d ic io n a d a s te m p o r a l y c u ltu ra lm e n te , pues p o d r ía m o s p e n s a r que los co n ce p to s que están c o n d ic io n a d o s p o r n u e stro tie m p o y cu ltura s o n a q u ello s q u e d e b e r ía ser m ás fácil c r itic a r de u n a m an e ra p rá c tic a y, d e sp u é s d e p u lirlo s m ed ian te la crítica, aplicarlos. E .3 P ero, ¿por qué, se m e p o d ría p r e g u n ta r a h o ra, los intereses v ita le s en x, y, z han d e d efin irse e n fu n c ió n d e n e c e sid a d e s que s o n se ria s, n o su stitu ib le s en re la c ió n con x, y, 2 , a rra ig a d a s, etc.? Mi re sp u e sta es q u e estas c a te g o r ía s, c o m o se d e fin e en las se c c io n e s 8 -9 d e l e n sa y o , tienen el p r o p ó s ito de c a p ta r algo q u e e sp e ro que to d o s recon ozcan c o m o los m otivo s d e cierto tipo d e p r e o c u p a c ió n p o r un in d iv id u o cu y o s in tereses están grav em e n te a m e n a z a d o s p o r n u e str a b ú s q u e d a d e algú n bien su p u e sta m e n te co m ú n , u n a p r e o c u p a c ió n en la q u e se a b u n d a en la secc ió n 12. P ero las c a te g o ría s se p u e d e n ver d e sp laz a d a s p o r c u a le sq u ie r a o t r a s m ejor c o n c e b id a s p a ra cu m p lir esta ta re a y que se e n g r a n e n m ejor co n las o p in io n e s relevantes.
E .4 D e a c u e rd o , p u e d e d e c ir alg u ie n . Y a o í to d o e so . Pero, en to n ce s, ¿qué e sta d o s, c o n q u é o b je to s, m e re c e rá n el calificativo d e n e c e sid a d e s se r ia s, no su stitu ib le s, a r r a ig a d a s ? C u a n d o res p o n d a m o s e sta p r e g u n ta , se r e m o s v isto s en n u e stra v e rd a d e ra fa c e ta d e a u tó c r a ta s , o c o m o los o b se c u e n te s esclavos d el a u tó c ra ta . R e sp o n d e ría q u e la secc ió n 12 d a a lg ú n in d ic io d e lo s e sta d o s q u e d e b o se ñ a la r p a r a este calificativ o e sp e c ia l: sin e m b a r g o , es filo só fic a m e n te im p o rta n te d istin g u ir a q u í (y ya di p o r se n ta d o q u e d e b e m o s h a c e r esta d istin c ió n ) e n tre la cu estió n d e c ó m o e sp e c ific a r e sto s e sta d o s, es d e cir, e n u m e ra rlo s, y la c u e stió n ló g ic a m e n te p rev ia d e q u é determ ina en un c a so d a d o si, en las c irc u n sta n cia s c, x es un a n e c e sid a d o interés vital de ta les y cu ales p e r s o n a s . E n cu an to a que el te ó ric o o c u p a aq u í un a p o sic ió n p r iv ile g ia d a , ésta sólo co n siste en su p rete n sió n d e h a b e r tra ta d o d e a r tic u la r e sta c o sa ló g ica m e n te p rev ia, y en la lib e rtad (que n o es e x c lu siv a m e n te suya) de re c o rd a rn o s esto , si no lo h ace n a d ie m á s, en cu alq u ier m o m e n to y lu g ar en q u e su rja e sta d is c u sió n en relació n con co sa s co m o n e c e sid a d es, d e re ch o s y c o n tr a p re te n sio n e s. A p arte d e e sto , el teórico no tiene un a p o s ic ió n p riv ile g ia d a ; ta m p o c o la te n d rá n e c e sa riam en te n in gú n o tr o s u p u e s to ex p e rto , d e sig n a d o , au tod esign a d o o e le g id o . L a c u e stió n de las n o r m a s d e florecim ien to o d a ñ o , y de la su b c la s ific a c ió n d e é sto s, no es p r o p ie d a d intelec tual exclusiva d e n a d ie , salv o en la m e d id a en q u e lo p ro p u e sto sea la creació n o p e r p e tu a c ió n de un siste m a d e g o b ie rn o que convierte estas c u e stio n e s e n el m iste rio o d o m in io exclu sivo de a lg u ie n . E .5 ¿Q u ié n e n to n c e s h a d e d e te r m in a r , en un c a so d a d o o en té rm in o s m ás g e n e r a le s, q u é so n los d a ñ o s, q u é so n las n ecesi d a d e s y q u é son los in te re se s v ita le s? P a reto v islu m b ra q u e la r e sp u e s ta a e ste tip o d e p re g u n ta se rá “la a u t o r id a d ”; y lu e g o se ñ a la a d e c u a d a m e n te q u e no se pu e de e sp e r a r que la r e sp u e s ta que o b te n g a m o s d e e s a a u to r id a d s o b re n u e stra s n e c e sid a d e s ten g a m ay or v a lo r q u e el p ro p io valo r d e e sa a u to r id a d . P e ro d a d o q u e n o esto y p la n te a n d o “d e c a d a u n o seg ú n su c a p a c id a d : a cad a u n o se g ú n su n e c e sid a d ” co m o el ún ico p r in c ip io su p re m o de la ju s t ic ia , y to d o lo q u e
estoy d ic ie n d o (c o m p á re n se la s o p in io n e s de a lg u n o s d e los o p o n e n te s d e P areto ) es q u e la id e a d e n e c e sid a d fig u r a e se n cialm en te en tre los p rin cip ios c o n stitu tiv o s de la ju stic ia de fase un o y d e fa se d o s, s e r á obvio q u e a q u í n o se pon e a d iscu sió n n in g u n a p r o p u e s ta p a r a e s t a b le c e r a lg u n a a u to rid a d d ic ta to rial u n ita r ia q u e d eterm in e las n e c e sid a d e s o c a p a c id a d e s d e to d a s y c a d a u n a de las p e rso n a s. E n fre n ta n d o en to n ce s las c u e s tio n e s q u e e n fren tam o s en re a lid a d , h a g a m o s el e x p e rim e n to m e n tal d e im ag in ar co n cier to d e ta lle el e sq u e m a actu al d e l g o b ie r n o , d e l p o d e r ju d ic ia l, etc., y e sp e c u le m o s cu ál es el m e n o r c a m b io in stitu c io n a l q u e se re q u e r ir ía p a r a a p lic a r el P r in c ip io d e L im ita c ió n y l o g r a r q u e te n g a n e fec to la s c o n tr a p re te n sio n e s. En el ensayo a f ir m é q u e lo p r im e ro q u e se r e q u e ría a q u í e r a un m ay o r (de n in g u n a m a n e r a n o v e d o so o in e s p e r a d o ) d e sa rro llo d e n u e str a cu ltu ra m o r a l y p o lítica ; y q u e lo s e g u n d o q u e se re q u e ría p o d ría se r to m a r m e d id a s (o to m a r se ria m e n te a lg u n a s m e d id a s a n tig u a s) en v irtu d d e las cu ales e l g o b ie r n o o su s d e p e n d e n cias e sta r ía n o b lig a d o s p o r ley e n cie rto s tip o s d e o c a s io n e s a d e m o str a r q u e tal o cu al p rá ctica o p ro y e cto p ú b lico no in fr in g ió lo s p r in c ip io s d e la ju stic ia .68 ¿Q u ié n e n to n ce s ju z g a r ía e s o ? B ien , su p o n g a m o s q u e e n e sas o c a s io n e s c o rre sp o n d ía a a lg ú n m ie m b ro o a a lg u n o s m ie m b ro s d e l p o d e r ju d ic ia l d e te r m in a r la c u e stió n d e la in fra c c ió n o no in fra c c ió n . En e ste tip o d e o c a sio n e s, la c u e stió n de la d e te r m in a c ió n d e n e c e sid a d v ita l c o r re sp o n d e ría a lo s ju e c e s. ¿Y e n q u é se b a sa ría n lo s ju ec es? En últim o caso, te n d rían q u e b a s a r s e (c o m o en o c a s io n e s tienen q u e h acerlo e n a su n to s d e e q u id a d ) en lo s p r o n u n c ia m ie n to s m ás d u r a d e r o s d e la m o r a l y la c u ltu ra p o lític a q u e c o m p a rtim o s. P ero, ¿ d e q u é d e p e n d e r ía n e so s p ro n u n c ia m ie n to s? D e m a n e ra in d ire c ta M En lo q u e re sp e c ta a las co n trap re te n sio n e s, p rob ab lem en te se rá n e c e s a rio im ag in a r un tercer elem ento: a lg u n a e sp e c ie de p ro ce d im ie n to d e s tin a d o a lla m a r la aten ció n a la co n d ició n a la que han sid o re d u c id a s c ie r ta s p e rso n a s p o r los sistem as vigentes de r e la c io n e s d e titu larid ad. N o h aré m á s den sa la d isc u sió n tratan d o d e e sp e c ific a r e se pro ced im ien to . B astará c o n su pon er, en a r a s de la determ in ación, que qu ien es arb itre n el resu ltado p o d rían s e r m ie m b ro s del p o d e r ju d ic ia l o d e la s c á m a ra s, alta o b aja, del p o d e r legislativo.
p e ro e n ú ltim a in stan cia s e g u r a m e n te d e p e n d e ría n d e nosotros, de lo c u id a d o s o s q u e h ay am o s s id o al e sc u c h a r lo q u e e stá b a m os d ic ie n d o y p e n sa r lo q u e q u isim o s d ecir co n ello, y de lo c u id a d o s o s q u e h ay am o s sid o , ta n to en lo in d iv id u al c o m o en lo co lectiv o , p a r a to m a r n o ta d e n u estros ju ic io s y n u e str a s ra z o n e s p a r a h acerlos. E n e s ta á re a resu lta q u e, si la p o lític a p ú b lic a e stu v ie ra m ás o r ie n ta d a a las n e c e sid a d e s y m e n o s a las p refere n cias, y si se c a m b ia r a el é n fasis d e la ju s t ic ia d e fase tres a la d e fa se d o s , a veces les to c a r ía a los ju e c e s , o a los leg islad o re s o a sus s e r v i d o re s p ú b lic o s d e te rm in a r la s u s ta n c ia d e c ie rtas n e c e sid a d e s vitale s. L o a n te rio r c o n c u e r d a co n la so m b ría p re d ic c ió n g e n e ra l d e P a re to ; sin e m b a r g o , o b sé r v e s e a h o r a q u e la su sta n c ia d e las n e c e s id a d e s v ita le s n o e s m u y d istin ta d e lo q u e lo s le g isla d o re s y los se r v id o r e s p ú b lic o s ya p re te n d e n d e te rm in ar. (V é a se la se c c ió n 3 d e e ste e n sa y o .) L a d ifere n cia en la q u e e s toy in te r e sa d o e s qu e, en el e sta d o d e c o sa s m ás feliz q u e tra to de d e sc r ib ir, e sto s le g isla d o re s y su s se r v id o r e s no te n d r ía n q u e u sa r las p a la b r a s “n e c e s id a d ” o “ in terés v ita l” ta n a la lig e ra ó sin p e n s a r en lo q u e q u isie ro n d e c ir co n lo q u e dijero n ; y q u e p a r a a d m in is tr a r l a ju s t ic ia d e la f a s e d o s te n d rían e n to n c e s q u e p r o p o n e r s e articu lar, p a r a ta l o c u a l p ro p ó sito e sp e c ífic o , lo m ás só lid o y p e r d u r a b le en la s id e a s d e n e c e sid a d e s, in terés vital, e tc ., q u e e n to n ce s les h ay a p a re c id o a d e c u a d o . D e a h í la im p o rta n c ia (ya r e sa lta d a ) d e q u e a h o r a e n te n d a m o s lo m e jo r que p o d a m o s d e qué e sta m o s h a b la n d o cu an d o d e b a tim o s e n el á re a d e las n e c e sid a d e s, los d e r e c h o s y las c o n tr a p re te n sio n e s —y d e q u e n o p e rm ita m o s q u e filó s o fo s m o ra le s o p o lític o s o p o litó lo g o s o e c o n o m ista s n o s e n g a ñ e n q u itá n d o n o s n u e s tro d e r e c h o co n cep tu a l in a lie n a b le a l red u cir las c u e stio n e s de e le c c ió n y ju s t ic ia so c ia l a c u e s tio n e s que se p u e d e n a b o r d a r e n lo s d e p a u p e r a d o s té rm in o s d e l m e ro d e se o , la p re fe re n c ia re v e lad a, etc., p o r m a tiz a d o s o a te n u a d o s q u e e sté n p o r la s u p e rp o sic ió n d e id e a s r a d ic a le s o in s p ir a d o r a s d e ig u a ld a d o fr a te r n id a d q u e lu e g o se les o c u r r a n —. Si n u e stra p ro p ia m a n e ra de p e n s a r se vuelve d e m a s ia d o e sq u e m á tic a o sim p lific a d a , o in se n sib le a los in tereses v ita le s d e a q u e llo s s u p e r a d o s en votos o en n ú m e ro , en to n ce s s e g u r a m e n te p a sa r á lo m ism o co n la de n u e stro s se r v id o r e s p ú b lic o s.
E.6 E n a lg u n o s p a sa je s d e la ú ltim a r e s p u e s t a rocé el m iedo q u e se m an ifie sta a veces d e q u e la o p in ió n de los exp erto s o cierto co n se n so p ú b lico am p lio so b re lo q u e es u n a v id a b u en a o d e sd ic h a d a o u n a n e c e sid a d v ita l p u e d a ir e n d etrim en to d e los in tereses d e q u ie n e s no fo r m a n p a rte d el co n se n so y au to rice u n a in te rfe re n c ia m asiv a en su lib e rta d . D e sd e lu e g o , la d e te rm in a c ió n d e a su n to s p rá c tic o s p o r p a r te d e q u ie n e s re p r e se n ta n a las m ay o ría s, o del co n se n so e d u cado, o (lo que d e n u e v o es d ifere n te ) d e e x p e rto s sujetos a l co n se n so e d u c a d o es sie m p re p e lig r o sa . E s u n a n ec esid a d p e lig ro sa (un a vez d a d o el p elig ro m ayor d e p re sc in d ir de! g o b ie rn o en su to ta lid a d ). L a única in te rro g a n te real es si, en las co n d icio n es q u e he lla m a d o el e s t a d o d e c o sa s m ás feliz, c o sa s co m o las m ay o rías o los e x p e r to s o c o n se n so s serían m ás p e lig ro sa s de lo q u e tie n e n que ser, o r e sp o n d e ría n m en o s a l co n tro l r a c io n a l, p u e s, co m o d ije , este e sta d o m ás feliz no e s u n n uevo a c o m o d o p o lític o m ed ian te e l c u a l u n a so la p e rso n a u ó r g a n o se a e l n uevo re sp o n sa b le d e h a c e r r e a lid a d cu alq u ie r p rin cip io su p re m o o d e in m iscu irse en c a d a d e ta lle de la vid a d e to d o el m u n d o . E s sim p le m e n te un e s t a d o d e c o sa s q u e d i fiere en m o m e n to s e sp e c ífic o s d e l p rese n te , e n v irtu d d e q u e c ie rtas re fle x io n e s s o b r e la ju stic ia se to m an m ás e n serio y d e sp u é s se las ap lica. L o q u e a firm o , c o m o señ alé, es q u e en la a c tu a lid a d los ex p e rto s y los m in istro s o su s se r v id o r e s p ú b lic o s d icen que (d e h ech o ) d e te rm in a n q u é p re fe re n c ia s se h an revelad o y lu e go (co n lím ites y re stric c io n e s, sin d u d a , p e ro só lo c o n sid e ra n d o d e m an e ra ir r e g u la r la ju stic ia d e fa se d o s) fo rm u la n las p o lí ticas q u e re su lte n ó p tim a s en re la c ió n con a q u é lla s. L a g r a n e le cció n q u e n e c e s ita m o s h acer v iab le n o es si u n a g r a n v a rie d a d de c o sa s s e g u ir á sie n d o d e te r m in a d a en n uestro nom bre, sin o si a q u e llo s q u e las d e te rm in a n c o n tin u a rá n tra b a ja n d o p a ra m ax im izar la sa tisfa c c ió n de las p re fe re n c ia s d e n tro d el m arco de lo que lla m o ju stic ia de fa s e tre s; o si, m ás bien , d e ja rá n q u e m ás d e e sta s p re fe re n cia s e n c u e n tre n su p ro p ia sa tisfa c c ió n p a r a co n c e n tra rse , e n c a m b io , e n los m a rc o s d e la ju stic ia d e fa se u n o y d e fase d o s, en n u e stra s n e c e sid a d e s se ria s, in su stitu ib les, a r r a ig a d a s, in te r p r e ta n d o n u estro s in te reses vitales a la luz d e lo que la g en te b u sc a y dice b u sc a r
q u a n e c e sita d o , y a la luz d e lo q u e p a re c e n se r las m ejo re s id e a s q u e se p u e d e n te n e r s o b r e e stas co sas. E n e ste a sp e cto , pace P areto , el d e fe n s o r d e la s n e c e sid a d e s tien e tan to d e re ch o co m o c u a lq u ie r a a d e c la r a r s e o p o sito r d e l d e sp o tism o y el a u to rita rism o . P u ed e s u m a r s e a la o p in ió n d e o tro s d e q u e s e r ía a lg o b u e n o q u e en las d e lib e ra c io n e s s o c ia le s e n las q u e se a p e la a n u e str a c o n d u c ta co m o p ru e b a d e có m o c o n c e b i rn os n u e stro s in tere se s p r e v a le c ie r a n co n m ay o r fre c u e n c ia las in te rp re ta c io n e s q u e n o s o t r o s m ism os ten em o s d e n u e stro s ac to s —a u n q u e s e a a d e sp e c h o d e l c o n d u c tism o q u e ha c o n fig u r a d o el d e sa r r o llo d e n u e s t r a s teo rías d e la e c o n o m ía p o líti c a y las h a vu elto tan c ie g a s a la cu estió n d e lo q u e la gente p o d r ía h ab e r e le g id o si h u b ie ra existid o la o p c ió n d e re aliz ar o tra e lecció n , en la c o n d u c t a q u e en ton ces el e c o n o m ista p o d ría h a b e r o b se r v a d o —. 69 D e s d e cu alq u ie r p u n to d e vista sen s a to , la voz h u m a n a e s n e c e s a r ia en c u a lq u ie r c a s o ; p e ro , la voz h u m an a, c u a n d o se p e rm ite , n o está p e o r a d a p ta d a a la re v e la ció n , la e x p r e sió n y la c rítica c o n stru c tiv a d e las n ece sid a d e s d e lo q u e e stá a la d e las p re fe re n cia s (a m en u d o es n o to r io có m o las p r e fe r e n c ia s m ism as n o lo g ran u n a d e te rm i n a c ió n ú n ica d e la d e c is ió n c o r re c ta , o la d e c isió n “d e m o c r á tic a ” ). E .7 P o r ú ltim o te n e m o s la lib e r ta d y la a m e n a z a a la lib e rtad q u e e n o c a sio n e s se p e r c ib e e n cu alq u ie r te o ría d e las n e c e sid a d e s. E n e ste ca so , tal vez só lo p o d a m o s r e c u r r ir a u n a p reg u n ta. A p lic a d o s d e n tro d e u n a s o c ie d a d n o a u to rita ria , crítica, d o n d e la d iscu sió n fu e r a lib re y efectiv a, ¿p o r q u é p r in c ip io s co m o el P rin c ip io d e L im ita c ió n , e x p lic a d o e n té rm in o s d e in tere ses y n e c e sid a d e s v ita le s, n o h a b ría n d e restituir la lib ertad o la e le cció n o la in d e p e n d e n c ia a clases cu ya lib e rta d es a h o ra in to le ra b le m e n te r e s tr in g id a y e sc a sa , o se h a v isto sustan cialm e n te d ism in u id a? L o q u e e s m ás, la lib ertad , la elecció n y la a u to n o m ía son d e su y o n e c e sid a d e s h u m a n a s v ita le s y son c a n d id a ta s ju sta m e n te al tip o d e p ro tecció n q u e se o to r g a en c u a n to n e c e sid a d e s a o t r a s n e c e sid a d e s re ales. ¿A c a so no e stá d e n tro d e las a tr ib u c io n e s d e la id e a d e n e c e s ita r m a rc a r lím i tes a los p r o p ó sito s d e l E s ta d o , a sí com o in d ic a r la d eseab ili<>0 Cfr. D. W iggins, Sameness an d Substance, p. ISO.
d a d , en c ie rto s c a s o s b ie n e n te n d id o s q u e se p u e d e n d e fin ir co n c u id a d o , d e q u e el E sta d o a u m e n te lo s im p u e sto s co n el p ro p ó sito d e d a r e d u ca ció n , s a lu d o a u to su fic ie n c ia (req u isi tos d e la ju s t ic ia d e las fa se s u n o y d o s) a su s c iu d a d a n o s?70 El e n e m ig o real d e la lib e rta d h u m a n a no es la id ea d e ne cesitar —o c u a lq u ie r o t r a id e a m o r a l o p o lític a o r d in a ria q u e p o d a m o s s o s te n e r en u n u so d istin tiv o d e te rm in a d o —, sin o las c o n c e p c io n e s d e las cien cias p o lític a s q u e re d u c irá n o sim p li fic a rá n el c o m p le jo v o ca b u la rio d e la p o lític a y la e v a lu ac ió n política, q u e ya e m p le a m o s sin r e p a r o s [¿.s se co n d n a tu r e to ms], y b rin d a rá n u n a a y u d a in m erecid a a a q u e llo s ya e m p e ñ a d o s en re d u cir in d ig n a m e n te la g am a d e p o sib ilid a d e s p o lític a s q u e p u e d e n se r su ficie n te m e n te v isib le s in clu so p a ra ser to m a d a s en c u e n ta .71 E .8 U n a y o t r a vez en esto s a su n to s n o s e n c o n tra re m o s re fi rié n d o n o s a lo q u e m ed ian te u n e s fu e r z o se p u e d e d e sc u b rir d e n tro d e n o so tro s o d e n u e stra c o n c ie n c ia v alo rativ a. ¿Q u ié n es este n o so tr o s ? T o d o s y c a d a u n o e stá n in cluidos en él h a sta q u e q u e d e n e x p lícitam e n te e x c lu id o s (y p o r r a z o n e s v á lid a s, cfr, p. 66, d e N eeds, Vahees, T r u th ). V e r a a lg u ie n e n d e sa c u e r d o es verlo p rec isam e n te co m o p a r t i c i p a n t e en el e sfu e rz o p o r co n stru ir e l p u n to d e v ista q u e s e a c o m p a r tid o p o r u n a p e r s o n a y p o r o tr a s. Si la s co sas s a le n b ien , e n to n ces to d o s s o n 70 H a b ie n d o d e jad o tod as e stas cosas e n su sitio, con gu sto m atizo a lg u n a s de m is c ríticas a la id e a de igualdad, p u e s lo que h a su rg id o co m o re q u isi to p la u sib le d e la ju sticia d e fase dos es q u e en la b ú sq u e d a d e ese tip o de justicia, cu a n d o en re alid ad la busca, el E s t a d o no sólo d e b e d elim itar la e s fera del cálcu lo colectivo, sino que deb e c o n sid e ra r, y co n sid e rar por ig u a l, tanto en sus a cto s co m o en su s d e lib e rac io n e s, el in terés igu alm en te vital de cad a p e r so n a como el interés vital d e é l o ella. N ótese, sin em b argo, q u e este só lid o p rin c ip io sigu e d ejan d o sm definir c u ál se rá el alcan ce d e la inter vención del E stad o , y qué otro co m p ro m iso , si lo hay, debe ten er el E sta d o con otros asp e c to s o d im e n sio n e s de la ig u a ld a d . De lo que no me p u e d o retra c tar es d e mi afirm ació n de que es u n a crítica gratu itam en te débil (y defacto in eficaz) a la m ayoría d e los a c to s re a le s d e injusticia p ú b lic a d e c ir que lo q u e se está h acien d o es no ig u a lita r io . (O , si no, es u n a crítica g r a tuitam ente o scu ra.) S iem p re hay tanto e q u iv o c a d o tam bién. ¿N o es p o sib le exp resar eso? 71 Cfr, la se cció n 3 d e l Ensayo VIH; s e c c ió n 4 del Ensayo V I; sección 8 d e l Ensayo V il, todos en Needs, Valúes, Truth: Essays in the Philosophy of Valué.
p a rtic ip a n te s; p e ro ni siq u ie ra c u a n d o las c o sa s sa le n b ien e s ta m o s sim p le m e n te co n ta n d o c a b e z a s. M ás bien , h em os c o n ce rta d o n u e stro s e sfu erz o s p a r a h a c e r posib le q u e p rev a le z can las m e jo re s c o n sid e ra c io n e s —como las m ejo re s c o n sid e r a c io n e s —, [T raducción de Virginia A guirre; revisión de L a u r a E. M anríquez.)
B IB LIO G R A FÍA A n sc o m b e , G .E .M ., “M odern M oral P h ilo so p h y ”, Philosophy, vol. 33, no, 124, p p . 1 -1 9 , 1958. [L a versión en castellano, “F iloso fía m oral m o d e r n a ”, ap are c e incluida en esla an to lo gía, pp. 2 7-5 3 .] A ristóteles, Etica Nicomaquea, trad . J u lio P allí B o n et, G red o s, M adrid, 1985 (B ib lio teca C lásica G red o s, 89). Metafísica de Aristóteles, 2a. ed., ed. trilingüe d e Valentín G arcía Yebra, G red o s, M adrid, 1982, B arry, B rian , Political Argument, R ou tled ge an d K egan Paul, L o n d res, 1965. The Liberal Thecrry offustice, O x fo rd University Press, O xford , 1975. [V ersión en castellano: La teoría liberal de la justicia: examen
-----,
-----,
crítico de las principales doctrinas de “teoría de la ju sticia” de John Rawis, trad . H erib erto R ubio, Fon do d e C u ltu ra E con óm ica, M éxi co, 1993.] B en n , Stan ley 1. y R ichard S. Peters, Social Principies and the Democratic State, A lien an d Unwin, L o n d res, 1959. [Versión en castellano: Los principios sociales y el estado democrático, trad. R.J. V ernengo, E u d eb a, B u e n o s A ires, 1984,] Bray, Jerem y, Decisión in Government, G o llan cz, L o n d res, 1970. D el V ecchio, G iorgio, Justice: An Historical and Philosophical Essay, ed . A .H . C am p b ell, Edin burgh U niversity Press, E d im b u rgo , 1952. D workin, R on ald , “W hat is Equality? P a r t 1: Equality o f W elfare”, Philosophy and Public Affairs, vol, 10, n o . 3, 1981, pp. 185-246. Feinberg, J o e l, Social Philosophy, P ren tice H a ll, N u e v aje rse y , 1973. Finnis, J., N atural Law and Natural Rights, C laren d o n P re ss, O xford , 1980. [V ersión en castellano: Ley natural y derechos naturales, trad. C ristó b al O rrego S., A beledo-Perrot, B u e n o s A ires, 2000.] Flew, A nth on y, The Politics of Procrustes, T e m p le Sm ith, L on d res, 1981. F ried, C h arles, Right and Wrcmg, H a rv a rd University Press, C am brid ge, 1978.
G ladston e, Francis, The Politics of Planning, T em ple Sm ith, Londres, 1976. G o o d m an , Arriold, Not for the Record, D eutsch , L on d res, 1972. G riffin , Ja m e s, “M o d ern U tilitarian ism ”, Revue Internationale de Philosophie, vol. 141, 1982, pp. 331-375. H art, H .L.A ., “Ben tham on L egal R ig h ts”, en A.W .B. Sirnpson (com p.), Oxford Essays in Jurisprudence. Second Series, O xford Uni versity Press, O xford , 1973. ------- The Concepl of Law, O xford U niversity P ress, O xford, 1961. [V ersión en castellano: E l concepto de derecho, Irad. G en aro Carrió, A beledo-Perrot, B u en os A ires, 1963.] H eller, A gnes, The Theory of Need in Marx, A llison a n d Busby, Lon d res, 1976. [Versión en castellano: Teoría de las necesidades de Marx, trad. J.F. Yvars, Península, B arcelo n a, 1998.] H on d erich , T ed (co m p .), Morality an d Objectivity: A Tribute to J.L. Mackie, R outledge and K e g a n Paul, L o n d res, 1985. H o n o ré, A.M ., “G ro u p s, L aw an d O b e d ie n c e ”, en A.W .B. Sim pson (com p.), Oxford Essays in Jurisprudence. Second Series, O xford Uni versity Press, O xford, 1973. ------- , “S ocial J u s tic e ”, en R .S. S u m m crs (co m p .), Essays in Legal Phiiosophy, Basil Blackwell, O xford, 1970. H um e, David, An Enquiry Concerning the Principies of Morah, Oxford, University Press, O xfo rd , 1 9 9 8 (1 7 5 1 ). (V ersión en castellano: Inves tigación sobre los principios de la moral, trad. C arlos M ellizo, Alianza Editorial, M adrid, 1993.] H urley, Susan, “C on flict, A_krasia, an d C ogn ii.ivism ”, Proceedings of the Aristotelian Society, vol. 86, 1 9 8 5 /1 9 8 6 , pp. 23-49 . J a c o b s , Ja n e , Death and Life of theGreat American City, Jo n a th a n Cape, L on d res, 1962! [V ersión en castellan o: Muerte y vida de las grandes ciudades, 2a. ed., trad. A n gel A bad, Península, M adrid, 1973.] K olnai, A urel , Ethics, Valué and Reality, A thlone, L o n d res, 1973. ------- , “M oral C o n se n su s”, Proceedings of the Aristotelian Society, vol. 70, 1 9 6 9 /1 9 7 0 , pp. 9 3 -1 2 0 . ------- , “T h e M oral T h e m e in P olitical D iv isió n ”, Phiiosophy, vol. 35, 1960, pp. 234-254. L u cas, J.R ., “T h e L e sb ia n R u le”, Phiiosophy, vol. 30, no. 114, 1954, p p . 195-213. M ackie, J .L ., “C an T h ere B e a R igh ts-B ased M oral T h e o ry ?”, Midwest Studies in Phiiosophy, vol. 3, 1978, p p . 3 5 0 -3 5 9 . ------- Ethics, P en guin, H arm o n d sw orth , 1977, [Versión en castellano: Etica: la invención de lo bueno y lo malo, trad. T om ás Fernández Auz, G ed isa, Barcelon a, 2000.]
,
,
M ackie, J .L ., “R ig h ts, U tility a n d E xtern al C o sts”, Persons and Valúes: Selected Papers, vol. II, C laren d o n Press, O xford, 1985. ------- , “R igh ts, Utility, a n d U n iversalization ”, en R .C . Frey (com p.), Utility and Rights, Blackwell, O xfo rd , 1984. M arx, K arl, Critica del Programa de Gotha, en K. M arx y F. E n gels, Obras escogidas, t. III, P ro g reso , M o scú , 1974. 1844 MSS,, Law rence y W ishart, L ondres, 1970. [Versión en castellan o: Manuscritos económico-filosóficos de 1844, trad. W enceslao R oces, G rijalbo, M éxico, 1968.] M iller, David, Social Justice, O x fo rd University Press, O x fo rd , 1976. M in ogu e, K.R., The Liberal Mind, M ethuen, L o n d res, 1963. N eu m an n , J . von, Collected Works Vol. VI Theory of Games, Astrophysics, Hydrodynamics and Meteorolopy, ed. A.I-I. T aub, P e rsa m o n Press, O x fo rd , 1961. N o rm an , R ichard, “D oes E q u ality Destroy L ib e rty ”, en K . G raham (co m p ), Contemporary Political Philosophy: Radical Studies, C am b rid ge University Press, C am b rid g e , 1982, pp. 8 3 -1 0 9 . Pareto, V ilfredo, Les Systémes socialistes, vol. II, G iard et B riére, París, 190 1 -1 9 0 2 . R ap h ael, D.D., “Ju stice an d L ib e rty ”, Proceedings of the Aristotelian Society, vol 51, 1 9 5 0 /1 9 5 1 , pp. 1 6 7 -J9 6 . Raw ls, Jo h n , A Theory of Justice, H arvard University Press, C am bridge, 1971. [Versión en castellan o: Temía de la justicia, trad. M aría D olo res G onzález Soler, F on do de C ultura Económ ica, M éxico, 1979.] Raz, Jo se p h , "O n the N ature o f R ig h ts”, Mind, vol. 93, no. 370, 1984, pp. 192-214. ------- (com p .), Pract.ic.al Reasoning, O xford University P ress, O xford, 1978. [V ersión en castellan o: Razonamiento práctico, :ra d . J u a n J o s é U trilla, F on d o de C u ltu ra E con óm ica, 1986.} R ic h a rd s, D avid A.J., A Theory of Reasonsfor Action, O x fo rd University P ress, O xford, 1970. R o sen , Frederick, “B a sic N e e d s a n d Ju stic e ”, Mind, vol. 86, 1977, p p . 8 8 -9 4 . R u n d le, B e d e , Grammar in Philosophy, O xfo rd U niversity Press, O x ford , 1981. R yan, Alan, “O v errid in g In terests”, Times Literary Supplement, no. 4177, 22 de abril de 1983. S ch o p cn h au er, A rthur, Uber die grundlage der Moral, M einer, H am burgo, 2006 (1840). [Versión en castellano: El fundamento de la moral, trad . F. D íaz-Crespo, A tlante, B arcelon a, s / a .] S e n , A m artya, “Equality o f W h at?”, e n S . M cM urrin (co m p .), Tanner Leclures on Human Valúes, C am b rid g e University P ress, C am bridge,
-----,
1980. [V ersión en castellano: “¿ I g u a ld a d d e q u é?”, en J . Rawls, A. Sen el al., Libertad.,, igualdad y derecho, trad . G uillerm o Valverde, Planeta, B arcelo n a, 1994, pp. 1 3 5 -1 5 6 .] Sen, A m artya, Poverty and Famines, O x fo r d University Press, O xford, 1983. S h ak esp eare, W illiam , KingLear, T h o m a s N e ls o n , Walton-on-Thames, 1997. [V ersión en castellano: El rey L ear, en Obras completas, vol. II, trad. L u is A stra d a M arín, Aguilar, M a d rid , 1991, pp. 547-610.] Singer, Peter, “T h e R ight to be Rich o r P o o r ”, en Jeffrey Paul (co m p ), Reading Nozick: Essays on “Anarchy, State, and Utopia", Blackwell, O xford, 1981. Sm ith, A dam , L a riqueza de las naciones, trad. Carlos Rodríguez, A lianza, M adrid, 1995. S prin gb o rg, Patricia, The Problem of H um an Needs and the Critique of Civilization, G eo rg e A lien and U nw in, L o n d res, 1981. Strecten, Paul, First Things First, O x fo r d U niversity Press, O xford, 1981. Tarn, J .N ., Five Per Cent Philanlhropy, C a m b rid g e University Press, C am b rid g e, 1973. Tawney, R .H ., Equality, A lien and U n w in , L o n d re s, 1952. V lastos, G regory, “Ju stice and E q u a lity ”, en Richard B. B ran d t (com p .), Social Justice, Prentice H all, E n g lew o o d Cliffs, 1962. W ade, W illiam y C h ristop h er Forsyth, Administrative Law, 9a. ed., O xfo rd U niversity Press, Oxford, 2 0 0 4 . Watt, E.D., "H u m a n N eed s, H u m an W ants, a n d l’olitical Conseq u e n c e s”, Political Studies, vol. 30, n o . 4, 1982, pp. 533-543. W hite, A .R ., Modal Thinking, Blackwell, O x fo rd , 1971. W iggins, D avid , ‘'D eliberation and P ra ctic al R e aso n ”, en J . R az (co m p .), Practical Reasoning, pp. 1 4 4 -1 5 2 . ------- Needs, Valúes Truth: Essays in the Philosophy of Valué, 3a. ed., O x fo rd U niversity Press, O xford, 1 998. Sameness and Substance, Blackwell, O x fo rd , 1980. ------- , “S en ten cc S e n se , W ord Sense a n d D ifferen ce o f W ord S e n se ”, en D anny S te in b e rg y L e ó n J a c o b o v it s (com ps.), Semantics: An Interdisciplinary Reader, C am bridge U niversity Press, C am bridge, 1971. ------- , “T ow ard s a R eason able L ib e rta ria n ism ”, Needs, Valúes, Truth: Essays in the Philosophy of Valué, pp. 2 6 9 - 3 0 2 . W illiams, B ern ard , “C on sistency an d R e a lis m ”, Proceedings of the Aristolelian Society, vol. supl. 40, 1966, p p . 1-22. [V ersión en castellano: “ L a consistencia y el re a lism o ”, Problemas del yo, pp. 245-268.]
, ---- ,
,
W illia m s , B e r n a r d ,
“I n t e r n a l a n d E x t e r n a l R e a s o n s " ,
Moral Luck,
p p . 1 0 1 - 1 1 3 . [V e r s ió n e n c a s t e l l a n o : “R a z o n e s in te r n a s y e x t e r n a s ” ,
La fortuna moral, p p . 1 3 1 - 1 4 5 .]
-----, Moral Luck,
C a m b r i d g e U n iv e r s ity P r e s s , C a m b r id g e , 1 9 8 1 . [V e r s ió n e n c a s t e lla n o : La fortuna moral, t r a d . S u s a n a M a r ín , I n s
t it u t o d e I n v e s t i g a c io n e s F ilo só fic a s- U N A M , M é x ic o , 1 9 9 3 .] C a m b r i d g e U n iv e r s ity P r e ss, C a m b r i d g e ,
-----, Problems of the Self
1 973. [V e r s ió n e n c a s t e lla n o :
Problemas del yo, tra d . J o s é H o l g u e r a ,
U N A M , M é x ic o , 1 9 8 6 .]
Proceedings of the Aris totelian Society, v o l. 8 1 , 1 9 8 0 - 1 9 8 1 , p p . 1 - 1 5 .
W in c h , P e te r , “ E in e E in s t e ü u n g z u r S e e l e ” ,
J
uan
A
n t o n io
C
ruz
Pa
rcero
1. Introducción E n los c a so s m ás c o m u n e s en q u e so le m o s h ab lar d e d erech o s, n o s d i c e j o e l F e in b erg , el titu lar d e ta le s d e re c h o s es un ser h u m a n o ad u lto c o m p e te n te ; ig u a lm e n te el su je to c o n tr a quien se en tabla un d erech o su e le ser o tro se r h u m a n o adulto, q u e p u e d e se r un fu n c io n a r io p ú b lico . L o s d e r e c h o s suelen n o r m alm en te p re d ic a rse d e seres h u m a n o s a d u lto s c a p a ce s, so n e llo s el tipo d e su je to s d e los que se p r e d ic a con se n tid o que tie n en d e r e c h o s.1 L o q u e F e in b erg s u p o n e es que hay casos claro s d e in d iv id u o s d e los q u e so le m o s p r e d ic a r sin p ro b le m a s q u e tien e n d e re c h o s, y c a s o s q u e ta m p o c o r e p r e se n ta n n in gú n p r o b le m a so b re c ie rta s e n tid a d e s re sp e c to d e las q u e no p o d e m o s d e cir que te n g a n d e r e c h o s, c o m o p o r e je m p lo las p ie d ra s. M e p a re c e que e sto e s b á sica m e n te c o r r e c to , au n q u e h a b r á que m a tizar alg o el a lcan ce d e e s ta afirm a ció n p a ra q u e n o se co n fu n d a con la a firm a c ió n d e q u e a todos los se re s h u m a n o s adultos c a p a c e s n o rm alm en te se les re c o n o c e n d e r e c h o s. El m atiz e s im p o rta n te p o rq u e si b ien la a fir m a c ió n d e F e in b e rg p o d e m o s c o n sid e r a r la v e rd a d e ra , la se g u n d a d e p e n d e r á d e l con texto e n q u e e ste m o s h ab lan d o . E je m p lo s h istó ric o s y re cie n te s so b ra n p a r a ilu stra r có m o a seres h u m a n o s a d u lto s y c a p a c e s se les h a n e g a d o to d o tip o d e d e re c h o s y h a s ta la c o n s id e r a c ió n de sere s h u m a n o s, d e p e rso n a s o d e n o r m a le s. A los e scla v o s n e g ro s, los ju d ío s , las m u jeres, los h o m o se x u a le s, los p e rte n e cien te s a c ie r ta religión , etc., se les ha n e g a d o , p o r d istin to s m otivos, el ca lific ativ o d e “n o r m a le s ” , de m o d o q u e n o ca lific an co m o titu lares d e d e re ch o s. R ic h a rd Rorty n a rr a u n h ech o m uy reciente d e la g u e r r a en los B a lc a n e s: 1J . F ein b erg, “T h e R ig h ts o f A nim áis a n d U n b o rn G e n e ra cio n s", p. 45,
l o s a s e s i n o s y v i o l a d o r e s s e r b i o s n o c o n s i d e r a n q u e v i o l a n lo s d e r e c h o s h u m a n o s , p o r q u e e llo s n o h a c e n e s t a s c o s a s a o t r o s s e r e s h u m a n o s s in o a m u s u l m a n e s . E llo s n o s o n in h u m a n o s s in o q u e d i s c r i m i n a n e n tr e lo s v e r d a d e r o s h u m a n o s y lo s p s e u d o h u m a n o s . S e t r a t a d e l m i s m o t ip o d e d i s t i n c i ó n q u e lo s c r u z a d o s h a c ía n e n t r e lo s h u m a n o s y lo s p e r r o s in fie le s , y q u e lo s m u s u lm a n e s n e g r o s h a c e n e n t r e lo s h u m a n o s y lo s d i a b l o s d e o j o s a z u le s , E l f u n d a d o r d e m i u n i v e r s i d a d f u e c a p a z ta n to d e p o s e e r e sc la v o s c u a n t o d e p e n s a r q u e t o d o s lo s s e r e s h u m a n o s e s t a b a n in v e s tid o s p o r su c r e a d o r c o n c i e r t o s d e r e c h o s in a lie n a b le s . S e c o n v e n c ió a s í m i s m o d e q u e la c o n c i e n c i a d e lo s n e g r o s , c o m o la d e lo s a n i m a le s , ''p a r t i c i p a m á s d e la s e n s a c i ó n q u e d e la r e f l e x i ó n ”. C o m o l o s s e r b i o s , J e f f e r s o n n o c r e í a v io la r lo s d e r e c h o s h u m a n o s . 2
E n to d a so c ie d a d h istó ric a m e n te h an e x istid o c ie r to s crite rio s d e te r m in a d o s p o r c irc u n sta n c ia s h istó rico -cu ltu ra le s s o b r e q u é es “ser n o r m a l”, q u é e s se r u n “se r h u m a n o ”, q u ié n es d e b e n tener o n o d e r e c h o s, y a q u ié n e s se les atrib u y e n o n o d e b e re s y r e sp o n s a b ilid a d e s. N o es m i p r o p ó s ito h ac e r u n e stu d io d e las m a n e r a s en q u e cu ltu ralm en te se co n stru y e u n c o n c e p to d e “s e r h u m a n o ” , d e “p e r s o n a ”, d e “n o r m a l”, n i s o b r e a q u ié n e s h istó ric a m e n te s e le s h an a tr ib u id o d e re ch o s, r e sp o n s a b ilid a d e s y d e b e r e s. E l h ec h o d el re lativ ism o cu ltu ral n o im p lic a q u e la d e te r m in a c ió n d e q u é es u n ser h u m an o , un in d iv id u o n o r m a l o q u ié n es su je to d e d e re c h o s o d e r e sp o n sa b ilid a d e s , se a a lg o relativ o só lo a las cre e n c ia s o c o stu m b re s d e c a d a so c ie d a d o d e c a d a in d iv id u o . L o q u e es im p o rtan te es te n e r p rese n te e ste h e c h o y e n te n d e r q u e u n a d isc u sió n co n c e p tu a l n o s d e b e a y u d a r ta n to a h ac e r e x p lícito s lo s c rite rio s q u e u s a m o s, c o m o la r a c io n a lid a d o fa lta d e r a c io n a lid a d d e ta le s c rite rio s. N o es p u e s o c io s o d iscu tir, y s e g u ir d isc u tie n d o , 2 R. Ruity, “Derechos humanos, racionalidad y sentimentalidad", pp, 117118. Aunque esta cita de Rorty alude al problema concreto de la adscripción de derechos humanos, me parece que ejemplifica lo que sucede también en términos más generales con la adscripción de derechos que no son necesaria mente tan importantes para considerarlos derechos humanos. No conviene confundir la discusión sobre quiénes deben ser titulares de derechos huma nos con la discusión sobre quiénes deben ser titulares de derechos en general; quizá para muchos se trate de la misma discusión, pero no tiene por que ser así; piénsese, por ejemplo, en quienes sostienen que los animales tienen de rechos.
u n te m a so b re e l q u e m u ch o s p ie n sa n q u e n o se p o d r á lle g a r ni a u n a c u e r d o te ó r ic o ni a u n o p r á c tic o , lo cu al es en p a rte fa lso , y a q u e los a c u e rd o s se h an p r o d u c id o y h an ay u d ad o a d e se ch a r a lg u n o s c rite rio s c o m o ir r a c io n a le s y a r b itr a r io s, a u n q u e ello n o sig n ifiq u e q u e hoy d ía la ir r a c io n a lid a d h ay a sid o su p e ra d a d e l to do. Es co n v e n ien te, en ton ces, d is tin g u ir en tre la cu estió n n o r m ativ a de a q u ié n e s d eb e c o n sid e r á r se le s titu lares de d e rech o s y la cu e stió n e m p ír ic a d e a q u ié n e s se les c o n sid e r a d e h ech o titu lares. A m b a s c u e stio n e s p u e d e n e s t a r re la c io n a d a s, p e ro no d e b e n c o n fu n d ir se ; en la p r im e ra se a p e la a la b ú sq u e d a d e un fu n d a m e n to , d e r a z o n e s q u e ju stifiq u e n c o n sid e ra r a a lg u ie n titu lar d e d e re c h o s; en la se g u n d a se a p e la a lo q u e d e hecho su c e d e , a e x p lic a c io n e s cau sale s de p o r q u é o c u rre así. M uch os e stu d io s a n tr o p o ló g ic o s p u e d e n a d o p t a r e ste ú ltim o punto de vista y d e sc r ib ir s o c ie d a d e s, tan to p r im itiv a s c o m o m o d e rn a s, d o n d e c ierto s in d iv id u o s so n tr a t a d o s d e tal o cu al m o d o , d o n d e a a lg u n o s s e r e s h u m a n o s a d u lto s p o r a lg u n a ra zó n cu ltu ral se les n ie g a el tra to d e h um an os, d e p e r s o n a s o de n orm ale s, y co n ello el c o n sid e r a r lo s le g ítim o s p o s e e d o r e s de d erech o s. A sim ism o , se p u e d e n e n c o n tra r s o c ie d a d e s q u e atrib uyen de re c h o s a c o sa s, a n im a le s o p lan tas, in c lu so a e n tid a d e s no exis ten tes (fa n ta sm a s, d io se s, e tc é te r a ).3 C u a n d o se in ten ta e stab lecer q u ié n e s d e b e n ser titu lares de d e rech o s es im p o sib le d e ja r de p a r t ir del p u n to b á sic o del q u e a r r a n c a F e in b erg , e sto es, d e a fir m a r q u e los sere s h u m an o s a d u lto s cap aces d e b e n tener d e r e c h o s; sin e m b a rg o , e s o no re suelve to d o s lo s p r o b le m a s que s u r g e n cu a n d o nos en fren ta m o s a u n a se rie d e c a so s co m o el d e lo s b e b é s , los feto s, los en fe rm o s m e n tale s, lo s p acien tes en e s t a d o vegetativo o en com a, los a n im a le s, etc. M u ch as veces se c r e e d e m a n e ra in g e n u a que el p ro b le m a d e la titu la rid a d de los d e r e c h o s se resu elve dicien d o q u e só lo lo s seres hum anos o la s person as so n (o d e b e n ser) titu lares. El ob jetiv o d e este tr a b a jo es h a c e r u n a re v isió n d e l co n cep to ju r íd ic o d e p e r s o n a y có m o se r e la c io n a con el te m a d e la titu la rid a d d e los d e re c h o s. N o r m a lm e n te la s te o rías ju r íd ic a s 6 Véase, por ejemplo, D, Gowler, "On the Concept of the Person: A Biosocial View”.
so stie n e n q u e los ún icos titu la re s d e d e re c h o s son las p e r s o nas y a su vez s o stie n e n q u e el c o n c e p to ju r íd ic o de p e rs o n a e s p r a g m á tic o , q u e r ie n d o co n e llo d e fe n d e r la id e a d e q u e el le g isla d o r p u e d e c o n sid e r a r p e r s o n a casi a c u a lq u ie r co sa . Mi p r o p ó sito es so s te n e r q u e el c o n c e p to ju r íd ic o es tam b ién un c o n c e p to n o rm a tiv o , y e so lo re la c io n a co n el co n cep to m o r a l y m e ta físic o d e p e rso n a . A sim ism o , s o ste n g o q u e la id e a d e titu la rid a d d e d e r e c h o s n o im p lic a q u e s ó lo d e la s p e r s o n a s se p u e d a n p r e d ic a r d e re c h o s. 2 . Ser h um ano y persona En a lg u n o s co n te x to s so le m o s u sa r e l té rm in o “p e r s o n a ” c o m o sin ó n im o d e “se r h u m a n o ” u “h o m b r e ”. E sto sig n ifica q u e n o r m alm en te tra ta m o s la “h u m a n id a d ” c o m o u n a m a rc a d e cisiv a de la “p e r s o n a lid a d ”;4 sin e m b a r g o , ta n to en filo so fía c o m o e n d erech o su e le n to m a rse c o m o c o n c e p to s distin tos. L a s p r e g u n ta s “¿q u é es u n s e r h u m a n o ? ” y “¿q u é es u n a p e r s o n a ? ” só lo p a r a a lg u n o s a u to r e s so n e q u iv a le n te s; p e r o m e atrevo a d e c ir que, p a r a la m ay oría, so n c u e s tio n e s d istin ta s q u e n o su e le n te n e r la m ism a r e sp u e sta . L a s r e s p u e s ta s q u e se d a n a la s e g u n d a p re g u n ta las a g r u p a re m o s en tres g r a n d e s tip o s: a) la s q u e id en tifican a la p e r s o n a co n el s e r h u m a n o , es decir, p a r a e s t a s p o s tu r a s las d o s p r e g u n tas so n e q u iv a le n te s; b ) las q u e s o stie n e n q u e s ó lo so n p e r s o n a s a q u e llo s se re s q u e p o s e e n c ie rto a tr ib u to F (d o n d e F a lu d e a a lg u n a c a p a c id a d co g n itiv a), y c) las q u e h acen d e p e n d e r el c o n c e p to d e p e r s o n a d e c ie rto tr a to o c o n sid e ra c ió n q u e se le d is p e n s a a a lg o .5 P a r a la s d o s ú ltim a s p o stu ra s, la p re g u n ta “¿qué es u n ser h u m a n o ?” a lu d e só lo al c o n c e p to z o o ló g ic o y se d ife re n c ia d e la c u e stió n d e q u é es u n a p e rso n a. 1 U tilizo el té r m in o “p e r so n a lid a d " p a r a re fe rirm e n o a la s características in d iv id u ale s q u e d istin gu en o d e sta c a n a a lg u n a s p e r so n a s (in dividuos), sin o a la s c u a lid a d e s o ap titu d e s p a ra se r p e rso n a . E n in glés se su ele u sar l a ex p re sió n “p e r s o n h o o d ”, q u e en a lg u n a s tra d u c c io n e s ap arece c o m o “p erso n eid a d ”; yo o p to p o r “p e r so n a lid a d " en u n a d e las a c e p c io n e s ace p tad as p o r el Diccionario de la L e n g u a Española. 5 N o rm alm e n te , e sta s tesis están re la c io n a d a s c o n la se g u n d a , así q u e las a b o rd a re m o s d e m a n e ra conjun ta, a u n q u e n o e s o c io so d istin gu irlas p o r q u e son cu alitativ am en te diferentes.
2 . 1 . L a id e n tifica ció n d e la p e r s o n a co n el ser h u m a n o N o rm a lm e n te , c o m o se d ijo , las id e a s d e se r h u m a n o y d e per s o n a e stán e stre ch a m e n te r e la c io n a d a s; hoy d ía s o le m o s co n si d e r a r a la g r a n m a y o ría d e los s e r e s h u m a n o s co m o p e rso n a s. El c o n c e p to z o o ló g ic o d e “s e r h u m a n o ” co n siste en id e n tificar lo c o n cie rto s r a sg o s b io ló g ic o s, e sto es, con la p e rte n e n c ia a la e sp e c ie Hom o sapien s, c o n ten e r c ie r to c ó d ig o g e n é tic o , etc. Sin e m b a rg o , la s tesis z o o ló g ic a s, p o r lla m a rla s d e a lg ú n m o d o , no se q u e d a n en este p r im e r p a s o , q u e c o n siste en la id e n tifica ció n d e l c o n c e p to d e “s e r h u m a n o ” o “ p e r s o n a ” co n cie rto s r a sg o s b io ló g ic o s, sin o q u e d a n a lg u n o s p a s o s m ás. P e rte n e c e r a la e s p ecie o ten e r cierto c ó d ig o g e n é tic o , suelen a fir m a r e x p lícita o im p lícitam e n te , so n relevan tes m o ra lm e n te : éste e s el se g u n d o p a s o . D e e sta a firm a c ió n so b r e la re le v a n c ia m o ra l d e ciertos r a s g o s , d a n un terce r p a so y a firm a n q u e ello es c o n d ic ió n su ficie n te p a ra p o se e r d e r e c h o s, d e b e re s, p riv ile g io s, e tc é te r a .6 P e ro b ie n p o d e m o s r e f u t a r los d o s ú ltim o s p a so s. ¿P o r que c ie r ta s c a ra c te rístic a s b io ló g ic a s so n m o ra lm e n te relevantes?; ¿ p o r qué u n e m b rió n , u n fe to , un ser h u m a n o en e sta d o vegeta tivo, in clu so un m u e rto o un e sp e r m a to z o id e (que p e rte n e c e n a la e sp e cie ), h an d e ser c o n s id e r a d o s ig u a l q u e un ser h u m an o a d u lto n o rm a l? ; ¿ c ó m o e x p lic a r la re le v a n c ia p a r a q u e un d ato b io ló g ic o s e a una c o n d ic ió n p a r a a s ig n a r d e re c h o s y d e b e re s?; ¿c ó m o e x p lic a r q u e en c ie rta s circ u n sta n cia s se c o n sid e r a ju sti fic a d o q u e a cie rto s sere s h u m an o s n o rm a le s se les p riv e d e sus d e re c h o s, in clu so d e a lg u n o s d e re c h o s b á sic o s (lib e r ta d , vida), si el ú n ico re q u isito p a r a ten e r tales d e re c h o s es p e rte n e c e r a la e sp e c ie ? D e s d e B e n th a m a S in g e r, m u ch o s a u to re s h a n re c o n o c id o un “ p re ju ic io d e e sp e c ie ” q u e n o s h a c e d isc r im in a r a o tro s se re s, co m o los an im ales, q u e p u e d e n p o s e e r c ie rta s c a r a c te rísti c a s sim ilare s a las d e ciertos sere s h u m a n o s: p u e d e n su frir, a l g u n o s so n in teligen tes y p u e d e n c o m u n ic a r se ; in clu so a lg u n o s a n im a le s so n m ás p a r e c id o s en e stas c a ra c te rístic a s a los sere s h u m a n o s a d u lto s q u e a lg u n o s sere s h u m a n o s co m o los b e b é s o cie rto s e n fe r m o s m e n tale s. ¿Por q u é , e n to n ces, n o c o n sid e ra r lo s m e r e c e d o r e s de un tra to se m e ja n te ?; ¿ p o r q u é n o co n 6 P o r ejem p lo, J.T. N o o n a n .Jr ., “A n A lm o st A b so lu te V alué in Hisr.ory".
s id e r a r lo s p e rso n a s, a u n q u e n o sea n d e la m ism a e sp e c ie ? Po d e m o s im a g in ar sin d ific u lta d q u e si algún d ía lle g á ra m o s a te n e r co n tacto con o tro s se r e s, c o n o tra s c r ia tu r a s e x tra te rre s tres, q u e no sien d o d e n u e str a e sp e cie fu e ra n se m e ja n te s en in telig en cia, se n sa c io n e s, c o m u n ic a c ió n (le n g u a je ), etc., ¿ten d r ía m o s que c o n sid e r a r lo s n o -p e r so n a s p o r q u e no se ría n seres h u m a n o s? Este tem a se h a p r e s ta d o a m u ch as re fle x io n e s en la lite r a tu r a de cien cia ficció n ; p o r e je m p lo , en la p elícu la Blade R u n n e r,7 existe u n a g e n e r a c ió n m uy avan zad a d e ro b o ts, los replicantes, sem ejan tes a lo s s e r e s h um anos en a p a r ie n c ia y en in telig en cia ; in clu so le s so n im p la n ta d o s re c u e rd o s, S o b re esta p e líc u la , Ja v ie r d e L u c a s se p la n te a las sig u ie n te s p re g u n ta s: “ ¿ s o m o s los sere s h u m a n o s los ú n ico s titu la re s d e la d ig n id a d , d e la c o n d ic ió n h u m an a?, ¿q u é es lo q u e n os c o n fie re este in m e n s o p r iv ile g io ? ” L a p e líc u la su g ie re que ese p r iv ile g io no es un m o n o p o lio d e los sere s h u m a n o s.8 A p are n te m en te, e n to n c e s, s e g ú n las an te rio re s c o n sid e ra c io n es, p o s e e r cierto c ó d ig o g e n é tic o , c ie rtas c a ra c te rístic a s b io ló g ic a s, no es a lg o q u e te n g a m o s q u e c o n sid e r a r co m o un a c o n d ic ió n suficien te, ni s iq u ie r a n e c e sa ria p a r a n u e stro co n c e p to de p e rso n a y m e n o s aún p a r a la a sig n a c ió n d e d e rech o s y d e b e r e s . Sin e m b a rg o , no n o s a p re su re m o s a c o n sid e r a r q u e el q u e sea m o s cierto tipo d e s e r e s, d e sd e el p u n to d e vista b io ló g ic o , no cu en ta n ad a. C o m o so stie n e Ja m e s G rifñ n , a u n q u e n o s c e n tre m o s en la id ea de la p e r s o n a lid a d (r a c io n a lid a d e in te n c io n a lid a d ), en la id e a d e a gen te a u tó n o m o , no p o d e m o s c o n c e b ir la s al m o d o k a n tian o c o m o id e a s p u ra s, sin n a d a q u e las in flu y a d e sd e el e x terio r. L a r a c io n a lid a d re q u ie re la p re se n c ia d el len g u aje , y el le n g u a je es un p r o d u c to de la cu ltu ra, p ro fu n d a m e n te in flu id o p o r la fo rm a d e vida v iv id a en cu an to a n im a le s q u e so m o s. L a a u to n o m ía , p o r tan to, ten em o s que e x p lic a r la tal y corno la e n c o n tr a m o s en el m u n d o , p r o fu n d a m en te in flu id a p o r un a re d c a u sa l. N o so tro s, d ic e G riffin , no s a b e m o s c ó m o es se r un sim io s u p e r io r o u n a d e id a d ; n u e stra a u to n o m ía no es la d e u n ser a b str a c to , sin o la a u to n o m ía de 7 B lade R u n n er (1982), dirección de Ridley Scott, guión de Hampton Fancher y David Peoples, basado en la novela de P.K. Dick, Do Androide Dream o f
Electric Sheep?
8 J. de Lucas, Blade R u n n er. E l Derecho, guardián de la diferencia, p. 31.
un Homo sap ie n s.9 L a a c e p ta ció n d e la id e a de q u e la n o ció n de p e rso n a es u n “c o n c e p to so c ia l” y n o z o o ló g ic o , n o d eb e lle v a rn o s —n os a d v ie rte D a v id W iggin s— a h a c e r un a d e d u c c ió n a p re su r a d a y d e ja r fu e r a el c o m p o n e n te an im al, q u e nos sirve co m o ún ico c rite rio d e a c c e so a la s c a p a c id a d e s re a le s del ser h u m an o y a la d ife re n cia entre lo q u e es v ariab le y lo que es n atu ralm e n te in v ariab le en su fo r m a d e s e r ,10 2 . 2 , L o s p r o b le m a s d el co n cep to d e p e r s o n a L a im p o r ta n c ia q u e so le m o s d a r a l c o n c e p to de p e rso n a es, en a lg ú n se n tid o , co m o lo afirm a D a n ie l D en n ett, in elim in ab le de n u e stro e sq u e m a co n cep tu al, e s m á s q u e un título h o n o rífi co o alg o chic q u e p red ica m o s s o b r e n o s o tr o s m ism os y so b re otros q u e ta m b ié n c o n sid e ra m o s chic.l] E sp e ra ría m o s p o d e r e n c o n tr a r c o n d ic io n e s n ec esa ria s y su fic ie n te s p a ra d e sc rib ir el co n cep to , p e ro e sto no ha sid o aú n el c a so . L a m ayoría de las d isc u sio n e s so b r e el c o n c e p to d e p e r s o n a versan p re c isa m en te so b r e cu á le s serían estas c a r a c te r ístic a s y o p e ra n con el su p u e sto de q u e hay un so lo c o n c e p t o d e p e rso n a . Esto n o s co n d u ce a u n a d ific u lta d s e ñ a la d a p o r D e n n ett: la p o sib ilid a d de que q u iz á h ay a m ás de un c o n c e p t o de p e rso n a , y si esto es así, las c o n d ic io n e s p a r a u n o d e e llo s n o s e r á n exactam en te las m ism as q u e p a r a el o tro o los o t r o s c o n c e p to s, D en n ett co n si d e r a q u e se p u e d e d istin gu ir en tre u n c o n c e p to “m e ta físic o ” y u n o m o ra l d e p e rso n a , y p o d e m o s a ñ a d ir o tro ju r íd ic o .12 En su fa m o s o Ensayo sobre el entendim iento humano, L o ck e sostuvo q u e “p e r s o n a ” flJ. Griffin, “First Steps in an Account o f Human Riglits”, p. 312. 10 D. Wiggins, Loche¡ B utler y la corriente de conciencia: los hombres como u n a clase n atural, véanse las pp. 46-49. 11 D. Dennett, ‘‘Conditions of Personhood”, p. 146. KJohn Rawls habla incluso de un concepto político de persona distinto de un concepto moral. El concepto político de persona estaría basado en los poderes m orales de justicia y de autonomía; estos poderes proporcionan el lenguaje de la justificación pública en el cual la gente discute sus derechos y sus responsabilidades como ciudadano. P ara Rawls, este concepto puede no coincidir con el de persona usado para ám bitos no públicos (véase j. Rawls, ‘‘Kantian Constructivism in Moral Theory”). Algo que puede ser interesante sería el considerar las relaciones entre un concepto político de persona y uno jurídico; en este trabajo, sin embargo, no puedo detenerme en este asunto.
[e]s un término forense que im puta las acciones y su mérito; per tenece, pues, tan sólo a los agentes inteligentes que sean capaces de una ley y de ser felices y desgraciados. Esta personalidad no se extiende ella misma más allá d e la existencia presente hacia lo pasado, sino p or su tener conciencia, que es por lo cual se preo cupa y es responsable de los actos p asad os, y los reconoce y se los im puta a sí misma con el m ism o fundam ento y por la misma razón que lo hace respecto a los actos presentes [.. .].,s L a p r e g u n ta e s, e n to n ce s, si la n o c ió n metafísica d e agen te in teligen te, c o n sc ie n te y se n sib le c o in c id e c o n la idea d e a g e n te m o ra l; es d e cir, c o n la d e a g e n te r e sp o n sa b le . P o d e m o s ex te n d e r p o r a n a lo g ía la id ea d e agen te m o r a l re sp o n sa b le a la de agen te c o n d e r e c h o s.14 D e n n e tt se p r e g u n ta si es su ficien te la p r im e ra p a r a la s e g u n d a o es só lo un a p r e c o n d ic ió n .15 A d e m á s h a b rá q u e p r e g u n ta rse cu ál es su r e la c ió n , e n cu an to “té rm in o fo r e n s e ” —esto es, u n té rm in o u sa d o e n el le n g u a je d e l d e re ch o p a r a im p u ta r la r e sp o n s a b ilid a d p o r las accio n es—, co n los o tro s d o s c o n c e p to s; si el c o n c e p to ta l y c o m o se u sa en el len g u a je ju r íd ic o c o in c id e con el c o n c e p to m o r a l o el m etafísico ; si lo s p re su p o n e , y si, a d e m á s, p r e s e n ta o t r a s ca ra cte rística s. 13J . L ock e, E n sayo sobre el en ten dim ien to hu m ano, lib. II, cap. X X V I I , § 26, p p . 3 3 0 -3 3 1 . 14 L o ck e n o h ace re fe re n c ia en su E n sayo sobre el en ten dim ien to h u m ano a la idea d e los derech os. P o r m ay oría d e razón p o d e m o s c o n sid e rar q u e un ag e n te re sp o n sa b le es tam b ién un ág e m e co n d erech os, ya q u e la re sp o n sa b ilid a d im p lica q u e el in d iv id u o e s inteligente y con scien te. E sto se p u e d e sosten er a p o y a d o s en el S eg u n d o tra ta d o sobre el gobierno c iv il, d o n d e los h o m b re s e n el e sta d o d e n atu ra le za tien en tanto d e b e re s co m o d e re c h o s n aturales. U n p r o b le m a d e la teo ría d e L o c k e se ría d e te rm in ar si la ad sc rip c ió n d e los d erech o s n atu rales a la vida, la libertad y la p ro p ie d a d so n d e re ch o s que se ad scrib e n a todos los seres h u m an o s en cuanto q u e p e rte n e c e n a la especie o sólo en cu an to q u e son cap ace s d e h ace r u so d e la razó n . P ie n so q u e la p rim era in terp re tació n es m ás a c o r d e con sus ideas. P e ro a u n q u e los derech os n atu rales fu e ra n d e tod os lo s h o m b re s, d e la h u m an id a d , e sto s d e re c h o s n atu ra le s son sólo el d e re c h o a la a u to p rc se rv a ció n (la v id a), la lib e rta d , el d e re c h o de p ro p ie d a d , el d e re ch o a c a stig a r y a ser c o m p e n sa d o p o r las ofen sas; d e estos d e re ch o s se p u e d e n d e riv a r otros m uchos d e n tro d e una so cied ad civil, p e r o ya n o s e rá n d e re c h o s d e to d o h o m b re , sin o d e re c h o s q u e sólo p u e d e n c o n ferirse a lo s h o m b res en cuan to p e rso n a s, es d e cir, in d iv id u o s ra c io n ale s q u e se tra z a n fm es m ás a llá d e la m era p re se rv a c ió n d e la vida. V é a se el S egu n do tra ta d o sobre el gobierno civil, caps. 1, 2 y 9. 15 D en n ett, "C o n d itio n s o f P e rso n h o o d ", pp . 1 4 6 -1 4 7 .
L a d istin ció n en tre c o n c e p to s d e p e rso n a a la q u e ap u n ta D e n n e tt p u e d e e n te n d e rse a tra v é s d e u n e je m p lo : si d e c la ra m o s e n fe rm o m en tal a u n h o m b r e , lo p o d e m o s d e ja r d e tra ta r c o m o m q ra l y ju ríd ic a m e n te r e sp o n sa b le d e sus a c to s, y n e g a r le m u ch o s d erech o s; p e ro n u e str a s in teraccion es co n él p u e d e n c o n tin u a r sien d o se m e ja n te s a las q u e te n ía m o s a n te s de dich a d e c la r a c ió n , y todavía p o d e m o s s e g u ir c o n sid e rá n d o lo titular d e a lg u n o s d erech o s. E n u n se n tid o d e “p e r s o n a ”, lo p o d e m o s s e g u ir tr a ta n d o co m o p e rso n a , a u n q u e no en u n sen tid o m o r a l de p e rso n a . A u n q u e p o d e m o s e n te n d e r estos d o s sen tid o s d e p e rso n a es m uy c o m p lic a d o e sta b le c e r las re la c io n e s entre e llo s. L a c o n ex ió n d e e sto s c o n c e p to s con el c o n c e p to ju ríd ic o d e p e r s o n a la h ab rem o s d e ver m á s ad e la n te , a u n q u e co n v ien e a d e la n ta r q u e p u e d e h ab e r u n a re la tiv a in d e p en d e n cia , p o rq u e el d e rech o p u e d e d e cla ra r n o -p e rso n a a in d iv id u o s q u e lo so n d e sd e lo s o tr o s p u n tos d e vista, y p u e d e c o n sid e ra r p e r s o n a s a e n tid a d e s q u e n o so n p e rso n a s ni m o r a l ni m etafísicam en te. D en n ett d istin gu e seis te m as y a co n o cid o s q u e p rete n d e n id e n tific a r a lg u n a c o n d ic ió n n e c e sa r ia p a r a el c o n c e p to de p e r s o n a (m etafísico y m o ra l). I>a p r im e r a co n d ició n es qu izá a la q u e se a lu d e c o n m ás fre c u e n c ia , a q u e lla q u e so stien e q u e las p e r s o n a s so n seres racionales (A ristó teles, K a n t, Raw ls). L a se g u n d a dice q u e las p e r s o n a s so n seres a los q u e p o d e m o s a tr ib u ir estados mentales o a lo s q u e se les p u e d e n atribuir predicados intencionales o psicológicos (L ocke, S traw so n , Tooley), c o m o la e x te n d id a tesis d e q u e la s p e rso n a s so n a q u e lla s ca paces de tener intereses (B e n th a m , F e in b e rg ). L a te r c e r a so sten d ría q u e si a lg o es c o n sid e r a d o p e r s o n a , d e p e n d e en a lg u n a m e d id a d e u n a actitud to m a d a fre n te a ello, de u n a c o n sid e r a c ió n e sp e c ia l a d o p ta d a e n re la c ió n co n ello; q u e si a lg o es o n o p e r s o n a d e p e n d e d e c ó m o l o tra te m o s, q u e e l tra to es c o n stitu tiv o d e l ser p e r s o n a (S traw so n , A. R orty, P u tn am , Nag el, T ooley, D en n ett). L a c u a r ta e s t á re la cio n ad a c o n la an te r io r y s o stie n e q u e el q u e a lg o s e a u n a p e rso n a d e p e n d e de q u e s e a capaz de adoptar u n a actitud, de reciprocidad, es decir, de tr a ta r a o tro s co m o p e r s o n a s , d e e n ta b la r con ello s relacio n es m o r a le s (S traw so n , G rice, R aw ls, N ag e l). L a q u in ta so stie n e q u e las p e r s o n a s d e b e n ser c a p a c e s d e c o m u n ic a c ió n verbal (G ric e , D en n ett). L a sexta, q u e s e r ía u n a v arian te d e la según-
d a , so stie n e q u e las p e r s o n a s d e b e n ser c o n sc ie n te s, p e ro d e u n a fo rm a e sp e c ia l q u e las d istin g u e d e o tro s s e r e s co n sc ie n te s; se exige a sí el s e r auto consciente (A n sco m b e , S artre, Frankfu rt). P a ra los e fe c to s d e e ste tr a b a jo e s im p o sib le a b o r d a r c a d a u n a d e e stas fo rm a s d e d e fin ic ió n , las cu ales, a su vez, a d o p ta n se g ú n D e n n ett d istin ta s m a n e r a s d e p re se n ta rse y d e c o m b in a r se co n las o tr a s. P o r m i p a rte , creo q u e co n v ie n e e n te n d e r que hay v a rio s c o n c e p to s d e p e r s o n a que nos sirv e n p a r a distin tos p r o p ó sito s ; q u e re r r e d u c ir el co n cep to d e p e r s o n a a u n co n ce p to m etafísico o a u n o m o r a l sig n ific a c o n fu n d ir q u e n ues tro s c o n c e p to s c u m p le n u n a fu n ció n , p u es n o s o n c o n c e p to s q u e p r e te n d a n d e sc r ib ir sin m ás u n a r e a lid a d , son c o n c e p to s n orm ativ os. S e p u e d e c o m p a r tir el e sc e p tic ism o d e D en n ett re sp e c to de la im p o s ib ilid a d d e e n c o n tra r cu á le s so n las c o n d i c io n e s n e c e sa r ia s y su fic ie n te s d e l c o n c e p to d e p e rso n a , p e ro n o p o r q u e tal c o n c e p to s e a u n a n o c ió n “ in c u e stio n a b le m e n te n o r m a tiv a ”,15 c o m o él p ie n sa , sino p o r q u e e s un c o n c e p to q u e a d o le c e d e v a g u e d a d . L a s c a ra c te rístic a s q u e a lg u n a s d e las d is tin tas c o n c e p c io n e s to m a n en cu en ta alu d en a a lg o im p o rtan te c o m o la r a c io n a lid a d , la c o n c ie n c ia , la c a p a c id a d d e e lección , la in te n c io n a lid a d , la a u to n o m ía , la c a p a c id a d d e se n tir y sufrir, etc. L o s sere s h u m a n o s (y o tro s a n im ale s) só lo p u e d e n a p ro x i m arse d e m a n e r a g r a d u a l a e sta s c a ra c te rístic a s c o n sid e ra d a s id ealm en te, y n o hay m a n e r a d e tra 2 a r u n a lín e a tajan te, entre lo q u e es o no u n a p e r s o n a d e c o n fo rm id a d co n tales ca ra cte rístic a s, q u e n o s e a en c ie r to se n tid o arb itraria. 17 L o s o tr o s tip o s d e d e fin ic io n e s a lu d e n a c ie r ta actitud co m o c o n stitu tiv a d e lo q u e es u n a p e rso n a . Q u izá las d ife re n c ia s q u e se p u e d a n h ac e r en tre el c o n c e p to m etafísico y los c o n c e p to s m o ra le s y ju r íd ic o d e p e r s o n a co n siste n en b u e n a m e d id a en lo q u e esto s c o n c e p to s in te n ta n reflejar, C o m o s o s tie n e S tra w so n , e s p e rfe c ta m e n te p o s ib le ten e r trato co n se re s h u m a n o s sin n in g ú n g r a d o d e in v o lu c ra m ie n to personal, tr a tá n d o lo s sim p le m en te c o m o c ria tu ra s q u e h a n d e ser m a n e ja d a s en fu n c ió n d e n u e stro p ro p io in teré s, del in terés d e la so c ie d a d o en fu n c ió n d e su p r o p io in terés. A e sta a c titu d h ac ia c ie r to s se re s h u m a n o s 16 Ibid., p. 163. 17 En la sig u ie n te s e c c ió n m e o c u p a ré d e esto.
S tra w so n la d e n o m in a objetiva. C u a n d o a su m im o s u n a actitu d o b je tiv a en c ie rto s c a so s e s p o r q u e c o n sid e ra m o s que e stán fu e ra d e n u e str a s “re la cio n es p e r s o n a le s o r d in a r ia s ”, q u e ve m os al su je to c o m o si e stu v iera in c a p a c it a d o en a lg ú n a sp e c to , o en to d o s, p a r a e n ta b lar d ich as r e la c io n e s o rd in arias. A d o p tar u n a a c titu d o b je tiv a en un c a s o p a r tic u la r es c o n se c u e n c ia d el a b a n d o n o , p o r d iferen tes r a z o n e s en d ifere n te s c a so s, de las a c titu d e s in te r p e r so n a le s o r d in a r ia s .18 S ig u ie n d o e sta id e a d e S tra w so n , p o d e m o s d e c ir q u e s o le m o s n eg ar la c a lid a d de p e rso n a a c ie r to s se re s h u m an o s ( o a lo s a n im a le s) c u a n d o ve m os que r e su lta in a p r o p ia d o p o r a lg u n a ra zó n , p o rq u e el s u je to es d e a lg ú n m o d o un ob jeto in a p r o p ia d o p a r a ten er h ac ia él a c titu d e s r e a c tiv a s o rd in a ria s, y a s e a te m p o ra l o p e rm a n e n te m en te.19 P e ro en to n ce s h ab ría q u e d e te rm in a r c u á n d o e stá ju s t ific a d a la a d o p c ió n d e un a a c t it u d objetiva fren te a cie rto s se re s h u m a n o s y c u á n d o se re q u ie re a d o p t a r u n a a c titu d perso n al fren te a se re s h u m a n o s, y si a c a s o p u e d e lle g a r a re q u e rirse a d o p ta r u n a a c titu d p e rso n a l fr e n te a c ie r to s a n im ale s, p la n ta s u o tro tip o d e e n tid a d e s u o b je to s. 18 Straw son , Libertad y resentimiento, pp . 2 0 - 2 1 . I!l Ibid., p p . 1 3 -1 4 . “C u a n d o vem os a a lg u ie n b ajo u n a luz sem ejante, to d as nuestras a c titu d e s reactivas tienden a m o d ific a rs e profu n d am en te [...]. L o que quiero c o n tra sta r es la actitud (o g a m a de actitu d es) de involucram iento o particip ació n en una relación h um an a, p o r un lado, y lo que p o d ría llam arse 1a actitud (o g a m a d e actitu d es) objetiva h a c ia o tro se r h um an o, p o r el otro [...]. A d o p tar u n a actitu d ob jetiva h acia otro s e r h u m an o es verlo, quizá, com o un caso social; com o un sujeto q u e requiere lo q u e p o d ría llam arse tratam ien to, en un am p lio se n tid o ; corno alg o que c ie rta m e n te h a de tom arse en cuenta, quizá con p re c a u c ió n ; com o algo a ser c o n tr o la d o o m an ejad o o c u ra d o o en trenado; q u izá sim plem en te a ser e v itad o , a u n q u e esto úlcim o no es p e c u liar a los c a so s d e o b je tiv id a d d e actitud. L a a c titu d o b jetiv a p u e d e teñirse e m o cio n alm e n te d e m u c h a s m a n e r a s , p ero n o d e c u alq u ie r m an e ra: p u e d e in clu ir rep u lsión o m ie d o , p u e d e in cluir co m p a sió n o h a s ta am or, a u n q u e no to d a s las clases de am or. P e ro n o p u e d e incluir el ra n g o de sentim ientos y actitu d e s reactivos q u e p e rte n e c en al in volu cram ien to o p articip ació n co n o tro s d e n tro d e re la cio n e s h u m an as in te rp e rso n ale s; n o p u e d e incluir resen tim ien to, g ratitu d , p e r d ó n , e n o jo , o el tipo de a m o r q u e a veces p u e d e decirse q u e dos ad u lto s sien ten recíp rocam en te uno p o r el otro. Si tu actitud hacia otro es co m p le tam e n te objetiva, entonces, a u n q u e p u e d e s com batirlo, no p u e d e s d iscu tir con él, y au n q u e p u e d a s h ab larle, in clu so n e g o c iar con él, no p u e des ra zo n a r con él. P u ed es a lo m ucho h a c e r com o si d isc u tie ra s o ra z o n a ra s con él" [Cfr. S traw so n , op. cit., p p . 15—16).
L a p re g u n ta so b re si a lg o es o n o p e r s o n a su rge, c o m o dijo L o ck e, c u a n d o se tr a ta d e l p r o b le m a d e a q u ié n e s im p u ta rle s a c c io n e s y su m érito ; c u a n d o a lg o m alo (o b u e n o ) se h ac e y a p a re c e la c u e stió n d e la re sp o n sa b ilid a d ; c u a n d o n o s p re g u n ta m o s c ó m o tr a ta r a a lg u ie n o q u é ex igirle o e sp e ra r d e él; su rg e ta m b ié n en re la c ió n co n el tem a d e los d e rech o s y los d e b e r e s, y, c o m o s o s tie n e R aw ls, co n el te m a d e la ju stic ia . H ay d o s cu estio n es im p o r ta n te s q u e in ten tan re fle ja r las c o n c e p c io nes d e la p e rso n a ; u n a c o n c ie r n e al a sp e c to p asiv o , d o n d e la p e rs o n a es vista c o m o o b je to de c o n sid e r a c ió n m o ra l y se p re g u n ta ¿q u é d e b e r ía m o s h acer p o r ella?; la o t r a c o n c ie rn e al a sp e c to activo, q u e se c e n tra en la p e r s o n a co m o a g e n te q u e actú a y se p r e g u n ta ¿qu é d e b o h acer? E l p r o b le m a q u e su rge en los caso s-lím ite e s si b a sta con a c e p ta r el a sp e c to p asivo, p re sc in d ie n d o d e l a ctiv o , p a r a c o n sid e r a r a a lg u ie n p e rs o n a o re q u e rim o s n e c e sa r ia m e n te el a sp e c to activo. P o r lo q u e h ace a la a d sc rip c ió n d e d e re c h o s, su ce d e a lg o se m e ja n te al p r o b le m a an terior: te n e m o s q u e e sta b le c e r si se p u e d e d iso c ia r la c u e stió n d e a q u ié n e s a d sc rib im o s d e re c h o s d e la c u e stió n d e a q u ié n e s a d sc r ib im o s d e b e re s y re sp o n sa b ilid a d e s. ¿P o d e m o s a d sc rib ir d e r e c h o s a e n tid a d e s c o m o los a n im a le s, los b e b é s, los fetos, los p a c ie n te s en e sta d o v e g etativ o , los m u ertos, etc., a u n q u e n o p o d a m o s a d sc rib ir le s d e b e re s y re sp o n sa b ilid a d e s? , o ¿es n e c e sa rio q u e se a n su je to s d e d e b e r p a r a ser su je to s d e d e re c h o s? 3 . E l concepto ju ríd ico de persona y la arbitrariedad P o d e m o s p a r tir p r o v isio n a lm e n te d e la idea d e q u e los c o n c e p tos c o n q u e o p e r a el d e re c h o p o sitiv o —y m e p a re c e q u e en esl.o h a b ría c ie rto a c u e r d o — son p ra g m á tic o s. C o m o lo sostu v o Ja v ie r E squ ivel: esle concepto se introdujo por causa de necesidades prácticas, com o las de rep artir los derechos y las obligaciones sociales. Para ello era necesario saber cuándo em pieza a existir un sujeto de tales derechos y obligaciones, cóm o se establecía su identidad, cóm o precisar el m om ento de su muerte en el cual se tienen que redistribuir m uch os de sus derechos y obligaciones, etcétera20 20 J. E squivel, “L a p e r so n a ju ríd ic a ", p. 57.
P or e je m p lo , la d istin ció n legal e n tr e n iñ o y a d u lto es h asta c ie rto p un to m o ra lm e n te a r b itr a r ia , p o rq u e d e fin ir leg a lm en te lo q u e es un a d u lto im p lica traz ar u n a línea en un co n tin u o . Si tra z a m o s la lín ea e n u n lu g a r se le c c io n a d o , 18, 20 o 22 años, te n d re m o s n e c e sa ria m e n te a lg u n o s re su lta d o s a rb itr a rio s, es decir, p o r razo n es p rácticas se a p lic a arbitrariam ente. L a distin ció n en tre el n iñ o y el a d u lto , el s a n o y el e n fe rm o m en tal, el id io ta y el r e tr a sa d o , son en este s e n tid o p ra g m á tic a s. S o n divi sio n es d e co n tin u o s y no es algo c la r o d e te rm in a r d ó n d e d eb e ría m o s tr a z a r e x a cta m e n te la línea. L a d e fin ic ió n le g a l de ad u l to (te n e r 18 añ os o m ás) n o s ig n ific a q u e al cu m p lir esa e d a d al g u ie n te n g a a lg u n a c a ra c te rístic a físic a q u e n o tenía a n te s y que a h o r a lo h ace se r un a d u lto , sin o q u e se utiliza tal d e fin ic ió n p a r a ten e r la m ism a ley ap licab le a to d o s, p a r a a s e g u r a r un va lor c o m o la s e g u r id a d ju r íd ic a , p o r q u e a esa e d a d en p ro m e d io lo s in d iv id u o s su e le n ten e r c ie rto g r a d o d e m ad u rez p sic o ló g i ca, c ie r to nivel ed u cativo , etc. L a s r a z o n e s q u e p u e d e n ju stifi car q u e se tra ce la lín ea en un d e te r m in a d o punto so n c o n sid e ra c io n e s so b r e lo q u e p u e d e re su lta r so cialm e n te con venien te, útil, a d e c u a d o d e a c u e rd o c o n c ie r to s p r o p ó sito s d e l leg islad o r, etc. S i b ien es d e se a b le q u e e stas c o n sid e r a c io n e s se ap oy en en c ie r ta s c a ra c te rístic a s g e n e ra le s d e lo s su je to s, é stas n o p u e d e n p o r sí so las d e te rm in a r a q u é e d a d a lg u ie n es adulto. En el d e re c h o , el c o n c e p to d e p e r s o n a , a sí c o m o el d e ad u l to y m u c h o s o tr o s, ha r e sp o n d id o a p ro b le m a s p rá c tic o s tra za n d o lín e a s d iv iso ria s en m u ch as o c a sio n e s a r b itr a r ia s . H is tó ric a m e n te p o d e m o s c o n statar c u á n a r b itr a r io h a sid o esto y n a d a im p id e q u e en el fu tu ro , en a lg u n a leg islació n , se llegu e a c o n sid e r a r p e rso n a s a los a n im a le s, a las p lan tas, a las g e n e ra cio n es fu tu r a s, etc. Sin e m b a rg o , el q u e a c e p te m o s la artificialid a d y m u ta b ilid a d cu ltu ra l d el c o n c e p to ju r íd ic o d e p e rso n a n o im p lic a q u e n o g u a rd e n in g u n a r e la c ió n co n el c o n c e p to m o ra l y co n el m etafísico d e p e r s o n a , y en e sa m e d id a se a no só lo un c o n c e p to p ra g m á tic o , sino ta m b ié n un c o n c e p to n o r m ativo. L o s c rite rio s p a r a d e te rm in ar q u é e s en el se n tid o m o ra l (o en el m e ta físic o ) u n a p e r s o n a y q u ié n d e b e ser tra ta d o c o m o tal, son c rite rio s q u e el d e re c h o d e b e to m ar en cu en ta al m o m ento d e d e te rm in a r leg alm en te q u é es y q u ié n es p e rso n a . El
d e r e c h o n o e s u n a in stitu c ió n q u e e sté a l m arg e n d el re q u e ri m ie n to d e la r a c io n a lid a d ; los c o n c e p to s ju r íd ic o s e la b o ra d o s p o r la d o g m á tic a ju r íd ic a n o p u e d e n se r só lo d e sc rip tiv o s d e lo q u e so n la s n o rm a s, s in o q u e cu m p le n u n a fu n c ió n n o r m a tiv a q u e p erm ite r e fo r m a r la s n o rm a s. A u n q u e d e b id o a la n e c e s id a d p rá c tic a d e e s ta in stitu c ió n d e se rv ir p a r a resolver c o n flic to s, p a r a g u ia r la c o n d u c ta y p a r a d e te r m in a r q u ie n e s tie n e n d e re c h o s y o b lig a c io n e s y a q u ién es se les p u e d e n a d sc ri bir r e sp o n sa b ilid a d e s, tien e q u e d e c id ir so b re esto s asu n to s. El c o n c e p to d e p e r s o n a en el á m b ito ju r íd ic o sirve a e sto s p r o p ó sito s y p a r a ello tien e q u e p o n e r fin (al m e n o s te m p o ra lm e n te ) a las d isc u sio n e s te ó ric a s y lo g r a r a sí c ierta se g u r id a d ju r íd ic a . E llo lo h ac e se r h asta cierto p u n to , c o m o se h a d ic h o , arbitrario. P ero e sta a firm a c ió n d e que e l c o n c e p to d e p e r s o n a ju r íd ic a es a r b it r a r io p u e d e s ig n ific a r c o sa s d istin tas. E n p rim e r lu g ar, q u e la d e c isió n d e u n a a u to r id a d p o n e fin a u n a d is p u t a te ó rica a b ie r ta e im p o n e u n a re g la (o u n a serie d e re g la s y / o princip io s) d e a c u e rd o co n a lg ú n o a lg u n o s c rite rio s su b y ac en tes q u e in te n ta r á n d a r fu n d a m e n to a la re g la a d o p ta d a . L a re g la q u e d e te r m in a q u é es y a q u ié n e s se les c o n sid e r a p e rs o n a s en el d e r e c h o in ten ta lo g r a r la s e g u r id a d ju r íd ic a en la a p lic a c ió n d e la ley y en la a sig n a c ió n d e d e r e c h o s y d e b e res. E sto hace que el c o n c e p to sea co n tin g en te h istó ric a m e n te h a b la n d o . En se g u n d o lu g ar, el id e a l d e la se g u r id a d ju r íd ic a só lo p u e d e a lc a n z a r se en alg ú n g r a d o e n la m e d id a en q u e el le n g u a je u tiliz a d o p o r la re g la sea claro p a r a e v ita r p r o b le m a s de v a g u e d a d y a m b ig ü e d a d . S in e m b a r g o , n o sie m p re es p o s ib le cu m p lir e ste re q u isito p o r la d e p e n d e n c ia q u e se tien e d e l le n g u a je na tu ra l. El ju e z llam ad o a a p lic a r n o r m a s se to p a r á en a lg u n a s o c a s io n e s con su p u e sto s q u e cae n en la z o n a d e p e n u m b r a d e los té rm in o s (v a g u e d a d ), o c o n p r o b le m a s d e la g u n a s ju r íd ic a s d o n d e n in g u n a regla h a g a re fe re n c ia e x p lícita a l c a so c o n c re to q u e se d e b e d ecid ir. E n e sto s c a so s e lju e z te n d rá cierto p o d e r d e d e c is ió n p a r a d e te rm in a r si el c a so q u e d a o no c o m p re n d id o p o r o tra regla. P ero e s e n e sto s c a so s d o n d e el c o n c e p to m o r a l o m etafísico de p e r s o n a p u e d e e n tra r d e n tro d e l ám b ito d e la a r g u m e n ta c ió n ju r íd ic a , ya q u e si se p r e te n d e q u e e lju e z ju s t if iq u e sil d e cisió n te n d rá q u e re m itirse a las c o n sid e r a c io n e s m o r a le s s o b r e lo q u e es u n a p e rso n a .
En terce r lu g ar, se h ab la ta m b ié n d e a r b itr a r ie d a d cu a n d o se g e n e ra c ie rto d é fic it d e r a c io n a lid a d en la m e d id a en q u e e n la a p lic a c ió n d e la re gla in e v ita b le m e n te h ab rá a lg u n o s c a so s en los que, d e a c u e rd o co n la re g la , se d e b a c o n sid e ra r c o m o p e rso n a a lg o q u e n o se a d e c ú a a lo s c rite rio s que el le g isla d o r to m ó en cu e n ta; es d ecir, a la ju s t ific a c ió n suby acen te q u e utili zó p a r a tr a z a r la “lín ea d iv iso r ia ”, o p o r q u e alg u ien q u e seg ú n tales c r ite rio s su b y acen tes d e b e r ía se r tr a ta d o corno p e rso n a no lo es c o n fo r m e a lo q u e q u e d ó e sta b le c id o en la regla. S e tra ta d e los p r o b le m a s c o n o c id o s c o m o d e “su p ra in c lu sió n ” e “in fra in c lu sió n ” de las re g la s.21 L a c u a r ta id e a d e a r b itr a r ie d a d se refiere a q u e q u ie n d e te r m in a (el ju e z o el leg islad o r) q u ié n es o no p e rso n a , en o c a sio nes d e c id e equivocadamente. C o m o ya se h a d ic h o en e ste tra b a jo , a lo larg o d e la h istoria recien te y re m o ta n os to p a m o s tan to con c a so s en q u e in ju stific a d a m e n te se a m p lía el c o n c e p to d e p e rso n a p a r a in cluir an im ales, o b je t o s , sere s im a g in ario s, etc., c o m o co n c a s o s en q u e se re strin g e in ju stifica d a m e n te d e ja n d o fu e r a a o ír o s sere s h u m an o s p o r m o tiv o s raciales, sex u a les, p o lítico -so c ia le s, etc. E sta s e q u iv o c a c io n e s p u e d e n d e b e rse a que se b a s a n en p reju icio s, en r a z o n e s su b jetiv as (c a p ric h o s) o q u e se n c illam e n te no se a p o r ta n r a z o n e s. D e sd e lu e g o , h a b rá a lg u n a s e q u iv o ca cio n e s q u e s e r á n co m p re n sib le s a la luz d e la in su fic ie n c ia d e in fo rm a ció n o d e l e sta d o del c o n o cim ien to técn ico-cien tífico. E sto s tip o s d e “a r b itr a r ie d a d ” s ó l o im p lican que el c o n c e p to ju r íd ic o tien e u n a sp e c to p r á c tic o in e lu d ib le , v in cu lad o a la tom a de d e c isio n e s au to ritativ as, p e r o n o q u e la a rb itra rie d a d sea lo q u e d istin g u e a l co n ce p to ju r í d ic o d e l m o ra l, ya q u e éste su e le ten er un a sp e c to p ráctico. R e s p e c t o d e l c o n c e p to de p e r so n a en el ám b ito ju r íd ic o , los c u a t r o sen tid o s d e a rb itr a rie d a d p u e d e n ten er lu gar. E n el p r im e r s e n tid o , el co n ce p to ju r íd i co d e p e r s o n a se r á n e c e sa ria m e n te a r b itr a r io , a u n q u e p re c isa m en te p o r e llo es el sen tid o m e n o s relevan te. En el s e g u n d o caso, p o r q u e d e b id o a la v a g u e d a d d e los térm in os o a la fa lta 21 V éase J.C . Bayón, “P rin cip ios y re g las: le g islac ió n y ju risd icc ió n en el E s tado c o n stitu c io n a l", p. 45; y tam bién F. S c h a u e r, Playingby the Rules. A Philosophical Examination of RuleESased Decisión-Making in Law and in Life, pp. 149— 155.
d e n o r m a exp re sa, e n un c a s o p a r tic u la r el ju e z d e b e d e c id ir si a lg o o a lg u ie n es o n o p e r s o n a , a q u í la d e c isió n y la a p licac ió n q u e se h a g a d e las n o r m a s n o es n e c e sa ria m e n te a rb itra ria si a c e p ta m o s q u e las d e c is io n e s p u e d e n ju s tific a r s e ra c io n a lm e n te a c u d ie n d o o bien a los c r it e r io s su b y acen tes q u e el le g isla d o r q u is o c o n sid e ra r, o b ien a o tr o s c r ite rio s é tico -p o lítico s. E n el tercer c a so p o r q u e al q u e r e r d e te rm in a r d e fo rm a g e n e ral lo q u e es u n a p e r s o n a se s ig u e n n o rm a lm e n te c ie rta s co n se c u e n c ia s no d e se a d a s (y a veces n o p re v ista s) a l m o m e n to d e a p lic a r la re g la g e n e r a l a c a s o s c o n c re to s. L a a r b itr a r ie d a d en este caso, a u n q u e n o r m a lm e n te es in e v ita b le, es u n a cu estió n g r a d u a l .22 E n el c u a r to s e n tid o , lo q u e se m u e str a e s q u e las d e c isio n e s q u e están in v o lu c r a d a s en los c a s o s a n te rio re s p u e d e n ser e q u iv o c a d a s (p r e ju ic ia d a s o c a p r ic h o sa s), es decir, in justi fic a d a s (irra c io n a le s); en e ste se n tid o , el c o n c e p to ju ríd ic o de p e r s o n a es só lo c o n tin g e n te m e n te a rb itrario . L o a n te rio r sig n ific a q u e en el d e re c h o , e n tan to q u e los le g isla d o re s y los ju e c e s tie n e n que d e te rm in a r en la ley y en los c a s o s co n c re to s q u ié n e s so n o n o p e r so n a s, el c o n c e p to ju r íd i c o d e p e rso n a tiene q u e ju s t ific a r s e a p e la n d o a a lg ú n c rite rio n o rm a tiv o . N o o b sta n te , c u a n d o se o m ite e sta ju stific a c ió n y se d e cid e irra c io n a lm e n te , si n o hay fo rm a d e an u lar la d eci sió n , é sta te n d rá a lg u n o s e fe c to s ju r íd ic o s q u e se tra d u c irá n en c o n sid e r a r a alg u ien q u e e s u n a p e rso n a d e sd e el p u n to de v ista m o ra l o m e ta físic o c o m o si n o lo fu era , y a lg o q u e d e sd e el p u n to d e v ista m o r a l o m e ta físic o n o es u n a p e rso n a , se le c o n s id e r a r á h asta cie rto p u n to c o m o p e r s o n a , y se sim u lará a trav é s d e u n a se rie d e a r tific io s leg ale s q u e se le trata c o m o tal. P o r co n sig u ie n te , e n e sto s c a s o s la a d sc rip c ió n o n o d e d ere c h o s d e p e n d e r á en b u e n a m e d id a d e a q u ié n e s sí y a q u ién es n o se les c o n sid e ra p e r s o n a s .
22 Es “n orm alm en te in e v itab le ", p o rq u e en los c aso s n o rm ale s siem pre ocu rre, au n q u e n o es ló g ic a m e n te n e c esa rio q u e se a a sí. A l m en os teó rica m en te se ría p o sib le q u e la lín ea q u e se fije lo g re e v itar el p ro b le m a d e infrainclu sió n o el de su p rain clu sió n ; e s to se lo g raría , p o r un lado, recorrien d o la lín e a h ac ia u n o d e los e xtrem o s, y, p o r otro lad o, que al m o m e n to de ap licar se la reg la el m un do fu e ra de tal fo rm a que ningún su je to q u e d a ra de hecho in frain c lu id o o sup rain clu id o.
4 . E l concepto de persona y los derechos En a lg u n a s d e fin ic io n e s d e l c o n c e p to d e p e rso n a se alu d e a los d e rech o s c o m o elem en to d e fm ito r io ; p o r eje m p lo , cu an d o se so stie n e q u e son p e r s o n a s a q u e lla s e n tid a d e s a las q u e se les a d sc rib e n d e r e c h o s y o b lig a c io n e s, o b ien , co m o so stie n e Kelsen, q u e p e r s o n a “es e sa s o b lig a c io n e s y d e rech o s su b je tiv o s” .23 L a p e r s o n a p a r a K e lse n es “no u n h o m b r e , sin o la u n id a d p e r so n ific a d a d e las n o r m a s ju ríd ic a s q u e o b lig a n y facu ltan a u n o y el m ism o h o m b re . N o se trata d e u n a re alid a d n a tu ra l, sin o d e u n a c o n str u c c ió n ju r íd ic a cre a d a , p o r la cie n cia d e l d ere ch o; de u n c o n c e p to a u x ilia r p a ra l a e x p o sic ió n de h ec h o s ju r í d ic am e n te re le v a n te s.” 24 En este c a s o , lo q u e sea u n a p e rso n a e stá en fu n c ió n d e la m e ra a d s c r ip c ió n de d e re c h o s y d e b e res. D e sd e e sta p o sic ió n , si la p r e g u n t a s o b r e q u ié n e s tienen (o d eb en te n e r) d e re c h o s la r e sp o n d e m o s d ic ie n d o q u e las p e rs o n as, la r e s p u e s ta re su lta rá ta u to ló g ic a ; ig u a lm e n te ta u to ló g ic a re su lta ría la a firm a c ió n de que las p e r s o n a s tien en d e re c h o s y o b lig a c io n e s. N o m e in te re sa tra ta r este t i p o d e id en tificació n c o n c e p tu al q u e m e p a re c e se se p a r a d e la fo rm a en q u e so le m o s u sa r los c o n c e p to s . M e in teresan o tro tipo de a firm a cio n e s d e c ó m o se e n tie n d e la re lació n e n tr e el c o n c e p to d e p e rso n a y el de d e re c h o s; p o r ejem p lo , c u a n d o se a firm a q u e a) só lo las p e r s o n a s (a lg u n a s o to d a s) s o n c a p a c e s d e te n e r d e rech o s o so n m e r e c e d o r a s d e d e re ch o s o s o n ú n icam e n te d e q u ie n es se p u e d e p r e d ic a r in telig ib le m e n te q u e tien en d e rech o s, y b) c u a n d o se d ice q u e las p e r s o n a s (a lg u n a s o to d a s) s o n c a p a c e s d e ten er d e re ch o s, p e ro n o se d e sc a rta a o tra s enti d a d e s q u e n o so n p e rso n a s. En e s t o s caso s, p a ra q u e lo q u e se dice n o resu lte u n a tau to lo g ía, lo q u e se e n tie n d a p o r p e r so n a n o d e b e e sta r d e fin id o en té r m in o s d e te n e r d e re c h o s.25 23 H. K e lse n , Tecrria pura del derecho, p. 183. T am b ién en a lg u n a s defin i ciones de filó so fo s se alude a este req u isito, véase, por ejem p lo, N. R esch ei, “W hat Is a P e r s o n ? ”, p. 12. 24 K elsen, op. cit., p. 184. 25 H ay u n a d e fin ic ió n d el co n ce p to de p e r s o n a que u sa la id e a de derech os y que n o re su lta tau to ló g ica co m o la de K e ls e n ; m e refiero a la d efin ición de Michael Tooley, quien so stie n e que decir “X es una p e rso n a ” es sin ó n im o de “X tiene un d e re c h o m o ral (serio) a ia v id a ” ; este uso difiere de aq uellos don-
E s im p o rta n te q u e n u e str a d e fin ic ió n d e p e r s o n a n o coin ci d a con la d e se r p o r t a d o r d e d e r e c h o s p a r a q u e p o d a m o s d e te r m in a r si los p o r ta d o r e s de d e r e c h o s d e b e n s e r o no p er s o n a s. A q u í m e p a re c e q u e e s n e c e s a r ia u n a p re c isió n . E n la s d is c u sio n e s so b re la re la c ió n d e l c o n c e p to d e p e r s o n a c o n el tem a d e los d e re c h o s hay q u e d e te r m in a r no sólo el tip o d e co n c e p to d e p e rso n a al q u e n o s r e fe r im o s, sin o ta m b ié n el tip o d e d e r e c h o s d el q u e e sta m o s h a b la n d o , si de d e r e c h o s m o ra le s o d e d e re c h o s ju r íd ic o s (o , en se n tid o m á s a m p lio , d e rech o s in stitu c io n a le s).26 E sta a c la r a c ió n es p e rtin e n te p o r q u e las re la c io n e s entre estos c o n c e p to s es co m p le ja . Se p u e d e afirm ar, p o r e je m p lo , q u e só lo las p e r s o n a s (en sen tid o m o r a l) tien en d e r e c h o s (m o ra le s), p e r o q u e o tr o s sere s c o m o lo s b e b és, los fe to s y lo s a n im ales p u e d e n s e r p e r s o n a s ju r íd ic a s (n o m o ra le s) y te n e r d e re c h o s (ju r íd ic o s) (T ooley). C u a n d o en o c a sio n es se d iscu te el te m a d e los d e r e c h o s d e lo s a n im a le s o d e las fu tu r a s g e n e ra c io n e s, e tc ., a lg u n o s a u to re s a firm a n q u e tie n e n (o d e b e n ten er) d e r e c h o s, p e ro e sta a fir m a c ió n es im pre c is a p o r q u e no e sp e c ific a n si se re fie ren a d e r e c h o s m o ra le s o ju r íd ic o s . F e in b erg , p o r e je m p lo , a c e p ta la d istin c ió n entre d e r e c h o s m o ra le s y d e r e c h o s ju r íd ic o s , y su te sis de que los a n im a le s, las fu tu ra s g e n e r a c io n e s , los fe to s y a lg u n o s en fer m o s m en tales tien en d e r e c h o s (c ie rto s d e r e c h o s) m e p arece q u e h ace referen cia a c ie r to s d e r e c h o s m o r a le s, c o m o el d e re c h o a vivir, el d erech o a c u r a r s e , el d erech o a n acer, etc., p o r e s t a r a p o y a d o s en u n c r ite r io q u e p a ra él r e su lta m o ra lm e n d e se d ic e “X es p e rso n a ” es equivalen te a "X tiene d e r e c h o s ”. S e g ú n Tooley, si todo lo q u e tiene derechos tien e d e re c h o a la vida, esta in te rp re tac ió n sería e x ten sio n alm e n te equivalente; p e ro él no ace p ta q u e esto se a así, sino que so stie n e q u e ciertos an im ales p u e d e n tener derech os, au n q u e no tendrían un d e re c h o se rio a la vida p o rq u e no son p e rso n a s. Cfr. “A b o r tio n an d Infantic id e ", p. 40. 2S S o b re la existencia d e los d e re c h o s m o rale s y so b te la d istin c ió n con los d e re c h o s ju ríd ic o s existe u n a am p lia literatu ra; entre o íro s estu d ios, pu ed en verse: H .I.. A. H art, “A re T h e re A ny N a tu ra l R ig h ts ? ”; R. D w orkin, L os derechos en serio] J . Fein b erg, “T h e S o c ial Im p o rta n c e o f M o ra l R ig h ts ”; J.R . d e P áram o, “D e r e c h o subjetivo"; F. L a p o rta , “S o b re el con cepto de d e re c h o s h u m an os"; C. N iño, ¡tlica y derechos humanos; J.A . C ru z P a rce ro , “D e re ch o s m orales: con c e p to y re le v an cia”,
te relevante, q u e e s e l d e ten er in te r e se s y p o d e r b en eficiarse. P ero tam b ién a fir m a q u e esto s se re s, a u n q u e carezcan d e otras ca p a c id a d e s im p o r ta n te s, p u e d e n te n e r o tro s d e re c h o s ju ríd i co s (a c o n tra ta r, a h ere d a r p r o p ie d a d , e tc .) que, al ig u a l que sus d e re c h o s m o r a le s, p o d ría n e je r c e r a tra v é s de su s represen07 tantes, L a c o n o c id a t esis d e T ooley28 d e q u e “p e r s o n a ” e s aq u el ser que tien e un “d e r e c h o se rio a la v i d a ” sin d u d a se refiere a un d e rech o m o r a l a la v id a y no al r e c o n o c im ie n to ju r íd ic o de tal d e rech o . L a le g isla c ió n a m b ie n ta l d e un p aís p o d r ía prote g er la v id a d e c ie r to s an im ales c u y a e sp e c ie se en cu en tra en p e lig ro d e e x tin c ió n , p e ro ello no s ig n ific a r ía q u e tu v ieran un derech o m o r a l a v iv ir y q u e fu e r a n p e r s o n a s (a u n q u e no d e s carta q u e a lg u n o s a n im a le s ten gan un d e r e c h o serio a la vid a y p o r tan to sea n p e r s o n a s ). Su p o lé m ic a tesis co n siste en so ste n e r q u e , a u n q u e la vid a d e los fetos y los b e b é s e stu v ie ra p ro teg i d a leg a lm en te, e sto no sig n ific a q u e te n g a n u n d erech o se rio (m o ral) a la v id a , p o r q u e no tie n e n c a p a c id a d (actu al, y no p oten cial) d e ten e r d e se o s n i in te re se s; es d ecir, d e sd e el p u n to d e v ista d e s u c o n c e p c ió n m o r a l no son p e rso n a s. L a idea de un “d e r e c h o s e r io ” parece r e fe r ir s e a la idea d e d e rech o s m o ra le s.29 Si a h o ra u sa rn o s e sto s c o n c e p to s y lo s co m b in a m o s, ob ten e m os cu atro c a s o s en q u e pueden r e la c io n a r s e : a) C u a n d o se a fir m a q u e u n a p e r s o n a m o ra l o m etafísica tien e d e r e c h o s m o rale s. b) C u a n d o se a fir m a q u e u n a p e r s o n a m o r a l o m etafísica tien e (o d e b e te n e r) d e r e c h o s ju r íd ic o s . 27 V é a s e J. F e in b erg , “T h e R igh ts of A n im á is a n d U n born G e n e ra tio n s”. 28 M. Tooley, "A b o rtio n an d In fan ticide". 29 E sto n os lleva a o tro p r o b le m a re la cio n a d o con o tro co n cep to : el d e de rechos h u m an os. Si lo s d e re ch o s h u m an o s so n d e re c h o s m orales (vid supra, nota 21), y si lle g a m o s a a c e p tar que, p o r e je m p lo , a lg u n o s an im ales son p e rso n as, ten d ría m o s q u e ac e p tar que le s c o rr e s p o n d a n al m e n o s alg u n o s derech os h u m an o s. Y a la inversa, si lle g a m o s a a c e p tar que a lg u n o s seres hu m an o s no son p e r so n a s m o rale s, en ton ces no les p o d e m o s atribuir derech os hum anos.
c) C u a n d o se a fir m a q u e u n a p e rso n a ju r íd ic a tien e d e re ch os m o r a le s.30 d ) C u a n d o se a fir m a q u e u n a p e rso n a ju r íd ic a tien e (o d e b e ten er) d e r e c h o s ju r íd ic o s. Si los c o n c e p to s d e p e r s o n a e n sen tid o m o r a l y e n se n tid o ju r íd ic o d ifie re n p o r q u e n o to d a p e r s o n a m o r a l es p e r s o n a ju r í d ic a (a u n q u e d e b a se rlo ) y n o to d a p e rso n a ju ríd ica e s p e rso n a m o r a l, e n to n c e s e s im p o rta n te d istin gu ir el tipo d e e n u n cia d o q u e u tiliz a m o s. S e p u e d e lle g a r in cluso a d e c ir co n sen tid o q u e u n a p e rso n a m o r a l o m e ta físic a tien e d e r e c h o (m o ra l) a se r p e r s o n a en sen tid o ju r íd ic o ; es d ecir, a q u e se le re c o n o z c a le g a lm e n te ese estatus. P o d e m o s a g r e g a r o tr a s d o s p o sib ilid a d e s: e) C u a n d o se a firm a q u e u n a n o -p e rso n a tien e d e re c h o s m o r a le s (p o r e je m p lo , c u a n d o se a firm a q u e c ie rto s an i m ales tien en el d e r e c h o a no se r to rtu ra d o s). f) C u a n d o se a fir m a q u e u n a n o -p e rso n a tien e d e re c h o s ju r íd ic o s (c u a n d o se d ic e , se g ú n cie rta s leyes, q u e un a n im a l tien e d e re c h o a u n a h eren cia o q u e el c a b a llo d e C alí g u la tiene d e r e c h o a ser có n su l). 5 . E l len gu aje de los derechos C o m o se d ijo en el a p a r t a d o a n te rio r, ten e r d e r e c h o s n o p u e d e se r el e le m e n to d e fin ito r io d e lo q u e es u n a p e r s o n a . A lan R. W h ite d istin g u e p r im e ro e n tre p re g u n ta rse p o r las co n d i c io n e s n e c e s a r ia s y su fic ie n te s p a r a ser capaz de tener u n dere cho y p r e g u n ta r s e p o r las c o n d ic io n e s n e c e sa ria s y su ficie n te s p a r a tener u n derecho.31 D e n tro d e la p rim e ra c u e stió n d istin g u e a su vez entre el p r o b le m a d e las c o n d ic io n e s n e c e sa r ia s 30 E n e s te c a so , el e n u n c ia d o lo q u e q u e r r ía sig n ific ar e s q u e u n su je to a q u ie n s e le re c o n o c e p e rso n a lid a d ju r íd ic a es tam b ién p e rso n a m o ra l y, p o r tan to , se a firm a ría que p o se e d e re c h o s m o rale s. 31 S o b r e e sta se g u n d a cuestión n o m e voy a d eten er, p e ro n o d e b e con fu n d irse c o n la an terior. Si a lg o e s n e c e s a r io y suficiente p a ra tener la cap acid ad de te n e r d erech o s, eso n o sign ifica q u e se a tam bién suficien te p a r a ten er un d e te r m in a d o d e re c h o . P a ra W hite, los d e re ch o s n ecesitan un fu n d am e n to ; se tiene un d e re c h o en virtu d de a lg o , d e u n a característica q u e p o se e m o s o
y su ficien tes p a r a la c a p a c id a d p a r a te n e r d e re c h o s e n g en e ral y la c a p a c id a d p a r a ten e r a lg u n o s d e re c h o s en particular. L a re la c ió n en tre e l p r im e r y el s e g u n d o tip o d e c o n d ic io n e s es q u e c u a lq u ie r c o sa q u e se re q u ie ra e n g e n e r a l p a r a ten er un d e re c h o s e r á u n a c o n d ic ió n n e c e sa r ia p e r o n o suficien te p a ra te n e r u n d e r e c h o e n p articular, p e r o n o a la in v ersa.32 T en tativ am en te, so stie n e W hite, se p u e d e d ecir, en p rim e r lugar, q u e u n a c a ra cte rística p u ra m e n te ló g ic a q u e es n e c e sa ria, p e ro n o su fic ie n te , es q u e ser c a p a z d e ten e r u n d erech o a V, im p lica s e r c a p a z d e hacer V. A q u e llo d e lo q u e n o tiene sen tid o d e c ir q u e p u e d e hablar, so n re ír, ca sa rse , ser alim en ta d o , in fo rm a rse , o se n tirse d e c e p c io n a d o , n o p u e d e tener d e rech o a n in g u n a d e e sa s cosas. S in e m b a rg o , é sta no es u n a c o n d ic ió n su ficie n te , ya que, en p r im e r lu g ar, p o d e m o s d ecir q u e el vien to so p la , la in fla ció n c re c e y el tie m p o p a sa , p e ro ello no sig n ific a q u e te n g a se n tid o d e c ir q u e el v ien to , la in flación o e l tie m p o te n g a n d e rech o a h acer, ta le s co sas. E n se g u n d o lugar, el h ec h o d e q u e alg u ien p u e d a h a c e r cie rta s c o sa s no im p lica q u e te n g a d e rech o a h a c e rla s, si n o son el tip o d e c o sa s so b re las q u e se p u e d e p red ica r i n te lig ib le m e n te q u e se tiene un d erech o . E n te rce r lugar, au n si V e s el tipo d e c o sa sobre la cu al se p u e d e p r e d ic a r q u e se tie n e un d e rech o , el h ech o de que A p u e d a V n o es co n d ició n su fic ie n te p a r a co n sid e ra r a A ca p a z d e te n e r d e r e c h o a V.33 W hite se o p o n e a la te o ría del in te ré s y p a r a ello p a rte de d istin g u ir e n tre d e c ir q u e algo tie n e o e s c a p a z d e tener un in terés e n a lg o y d e c ir q u e algo p u e d e ser e n su interés. Q u e a lg o p u e d a ser en in terés d e a lg u ie n o a lg o n o m u e stra q u e p u e d a ten er d e r e c h o a ello o que s e a el tip o d e ser q u e p u e d e p o rq u e alg u ien q u e lo ten ía n o s lo otorga. D e a q u í q u e p u ed an hacerse dos tipos d e p re g u n tas: “¿q u é te d a derech o a h a c e r V?” y "¿q u ié n te d a derech o a h acer V ?” V éase A .R . W hite, Righls, pp. 9 3 y 94. P o r e jem p lo , un a p erso n a pu ed e se r cap az e n lo g e n e ra l d e tener d e re c h o s y ad em ás reunir cierto s r e q uisitos g e n e ra le s p a ra se r capaz de h e re d ar (se r hijo, pariente, cónyuge, no h ab e r in c u rrid o en a lg u n a c a u sa de d e sh e re d ac ió n , etc.), p e ro eso n o sign ifi c a q u e en re alid ad se a un h ered ero; i.e., q u e ten g a el d e re c h o a u n a herencia; p a r a ello se re q u ie re , en tre a lg u n a s cosas, q u e a lg u ie n lo n o m b re h eredero y q u e tal p e rso n a m u e ra. 32 Ibid., pp . 7 6 -7 7 . 33 Ibid., p. 78.
ten e r d e rech o s. Q u e a lg u ie n p u e d a tener un in terés en a lg o ta m p o c o es co n d ició n ni n e c e s a r ia ni suficien te p a ra d ecir que sea el tipo de ser q u e p u e d e te n e r d e re c h o s. P o d e m o s ten er d e re c h o s a c o sa s s o b r e las cu ale s no te n e m o s n in gú n in terés, y p o d e m o s aceptar, p o r e je m p lo , q u e un an im al tiene in terés en su alim en to , p e ro n o n e c e sa ria m e n te q u e tien e d e re c h o a él; n o so tro s m ism o s p o d e m o s ten er m u ch o s in tere se s en c o sa s a las q u e no te n e m o s d e re c h o . C o n e sto s a rg u m e n to s re fu ta a los d e fe n so r e s d e la te o ría d e l in terés y lle g a a la c o n c lu sió n d e q u e m u ch as teorías ju r íd ic a s fr a c a sa n p o rq u e no existe n in g u n a c a ra c te rístic a su sta n tiv a q u e p o r sí m ism a s e a u n a c o n d ició n n e c e s a r ia y su ficien te p a r a c o n sid e r a r a a lg u ie n c a p a z d e ten er d e rech o s. L a su g e r e n c ia d e W h ite es que las c a ra c te rístic a s q u e p u e d e n re su lta r re le v a n te s son a lo m u ch o u n a m a rc a d e ciertos su jeto s re sp e c to d e los c u a le s tien e sen tid o u sa r lo q u e d e n o m in a “el len g u aje c o m p le to d e los d e r e c h o s” (the fu ll language ° f ?ights).'iA U n p osib le p o s e e d o r d e d e r e c h o s es c u a lq u ie r a de q u ie n p u e d a h ab larse c o r r e c ta m e n te en e se le n g u a je ; es decir, c u a l q u ie r a d e quien p u e d a d e c ir s e in teligib lem en te q u e ejerce, g a n a , d isfru ta , d e m a n d a , a firm a , ced e, etc., u n d e rech o ; d e q u ie n p u e d a ló g icam en te d e c ir s e q u e tien e un d e re c h o a tal v a rie d a d d e cosas, a te n e r d e b e r e s, p riv ile g io s, p o d e re s, res p o n sa b ilid a d e s, etc. En el le n g u a je co m p leto d e los d e re c h o s, a fir m a W hite, só lo u n a persona p u e d e ló g ic a m e n te ser su jeto d e ta le s p re d ic a d o s; los d e r e c h o s no so n el tip o d e c o sa s q u e p u e d a n p re d ic a rse d e las n o -p e r so n a s.35 P ara W hite, en la m e d id a en que c o n sid e r e m o s p e r s o n a s a los fetos, lo s bebés, los d is c a p a c ita d o s, los p a c ie n te s en e sta d o vegetativ o, los an im ale s, etc., p o d e m o s a trib u irle s d e r e c h o s. A un q u ie n e s so n p rá c tic a m en te in ca p a ce s d e h a c e r c o sa s co m o reclam ar, d isfru ta r, eje r cer, etc., un d e re c h o p u e d e n se r c o n sid e r a d o s p o s e e d o r e s de d e re c h o s. Un an im al, un fe to , un árb o l, no p u e d e n d em an d ar, e je rc e r u o to rg a r d e r e c h o s ; p e r o el q u e e v en tu alm en te sea n c o n sid e r a d o s p e r s o n a s p e rm ite a trib u irle s d e re c h o s. El d e re cho, so stie n e W hite, s ie m p r e h a lig a d o el c o n c e p to d e perso1,4 Ibid., p. 89. 35 Ibid., p. 90.
n a co n el d e titu la r d e d e re c h o s, d e b e r e s , re sp o n sa b ilid a d e s, e tc é te ra .35 Sin e m b a rg o , W hite no nos d ic e p o r q u é ra z ó n los d e re c h o s no p u e d e n a fir m a r se d e n o -p e rso n a s; re su lta un tanto p a r a d ó ji co que a fin d e c u e n ta s p o d a m o s a tr ib u ir d e rech o s a c u a lq u ie r tip o de e n tid a d si la c o n sid e r a m o s p e r s o n a ; es m ás, p a r e c e r ía 3C En d le n g u a je ju ríd ic o hay dos tip o s d e p e r so n a s ju ríd ic a s, las “p e r so n a s físicas” y la s “p e r s o n a s c o lectiv as” (qu e e x tra ñ a m e n te a veces no so n colectivas y q u e e x trañ am e n te so n llam a d as tam bién “p e r so n a s m o r a le s’ ). E sta s ú ltim as so n aq u ellas c o rp o ra c io n e s, socied ad es, g r u p o s , q u e con form an u n a u n id a d ju ríd ica y a la s que se les atribuyen derech os y o b lig ac io n e s. Se u sa el térm in o “p e rso n a " s e g u r a m e n te n o p or algu n a a n a lo g ía con características o c a p a c i d ad e s d e lo s s e re s h u m a n o s, sin o p o rq u e a e s ta s c o rp o ra c io n e s y g ru p o s s e les trata co m o a u n "in d iv id u o ”, com o a u n a e n tid a d un ificada sin im p o r ta r el n ú m e ro de m ie m b ro s q u e la s c o m p o n en y sin im p o r ta r el tipo de re la c io nes que existen en tre ellos. C on ven d ría re fle x io n a r so b re cu án ta distorsió n ha g e n e ra d o en n u e str a com pren sión d e e ste tip o de fen ó m en o s ju ríd ic o s l a utilización del c o n c e p to d e perso n a, si b ie n es in n e g a b le que a través d e e ste con cepto se han lo g r a d o sim p lificar m u c h o s p r o b le m a s, c o m o la realización de cierta s tra n sa c c io n e s y relacion es c iv ile s y m ercan tiles d e to d o tipo. S in em b argo, el ver a ta le s e n tid a d e s com o p e r s o n a s o sc u re c e el h ech o de q u e lo s derech os, la s o b lig a c io n e s y las re sp o n sa b ilid a d e s —lo c u al im plica b e n e ficio s y c a rg a s—so n d istrib u id o s e n m uchos c a s o s de m a n e r a no equitativa, ya q u e e stas c o rp o ra c io n e s tien en u n a o rgan iza ció n y e stru c tu ra interna q u e re p a rte e sas c a r g a s y b e n e fic io s. L o q u e se .o sc u re c e e s q u e la "u n id ad ", la “p e r so n a c o le c tiv a ”, p o r sí m ism a ni g a n a ni p ie rd e n ad a , ni ejerce n ada, ni e s re s p o n sab le d e nada, ni tien e n in gú n derech o, sin o que son ciertos in dividuos, q u e actú an c o m o rep resen tan tes, socios, etc., los q u e ejercen fu n cio n es, lo s q u e g a n a n y p ie rd en , los q u e so n o no r e s p o n s a b le s , etc. C o m o h a so ste n id o H art, lo im p o rta n te de c o n c e p to s com o el d e " p e r s o n a colectiva” es d e term i n ar qué fu n c io n e s cu m plen cu an d o los e m p le a m o s en distin tos e n u n ciad o s; si se p ro c e d e así, s e e n c o n tra rá que tales f r a s e s so n equivalen tes a en u n cia d o s so b re la c o n d u c ta d e c ie rto s individuos e n d e te rm in a d a s condiciones, o tra s son trad u cib le s a e n u n c ia d o s que se re fie re n a siste m a s norm ativos, etc. C fr. H .L.A . H a rt, “D efin ició n y teo ría en la c ie n c ia ju r íd ic a ", pp. 130 y s s . C u a n d o en o tra p a rte d e este trab a jo he sosten ido q u e c o n v ie n e no con fun dir la d isc u sión so b re q u ie n e s so n p e rso n a s con la d e q u ié n e s so n titu lares de d erech os, ad e m á s de p e n sa r en c a so s com o el de l o s an im a le s, p ie n so en este caso d e las p e rso n a s co lectiv as, y a q u e a q u í el c o n c e p to d e p e rso n a n o sig n ific a q u e estem os a n te u n a p e r so n a m o ral o m etafísica; e s decir, a s ig n a m o s d erech os a ciertos g r u p o s u o rg a n iz a c io n e s que n o son p e r so n a s en sentido m oral, au n q ue u sem o s la p a la b ra “p e rso n a " p a r a re fe r ir n o s a d ich o s g ru p o s. N o o b s tante, quiero d e ja r a b ie rto el tem a de p or q u é u sam o s el concepto de p e rso n a en e sto s casos, si re su lta ju stific a d o o no, y h asta q u é punto, este uso,
q u e p o r d e fin ic ió n cu alq u ier entidad d e la q u e se predique que tiene derechos ten d ría que ser con siderada una person a y eso n os p o n e en u n a situ ación sem ejante a la p o stu ra d e Kelsen, en la que p e rso n a es cu alq uier entidad a la que se le im putan derechos y deberes. El problem a p ara la teoría ju ríd ic a con siste en p e n sa r el co n cep to ju rídico de p e rso n a com o un con cepto exclusivam ente pragm ático y no norm ativo, desvincula d o por com pleto d e los conceptos m orales. L a idea de White d e l u so co m p leto d e l len guaje de los derech o s puede salvarse si nos sirve p a ra determ in ar p ara qué usam os la noción d e te ner un derech o; esto es, qué significa decir q u e se es titular de un derecho. L a s co n d icio n es que establece White p a ra p red i car con sentido q u e algu ien o algo tiene un d erech o es un buen com ienzo; p e ro en vez d e profundizar en e sta línea de análisis, la interrum pe y a cu d e a la noción d e p e rso n a creyendo que finalm ente aq u í se resuelve to d o problem a en torno a la titu laridad. P ara W hite, casi cu alquier cosa p u e d e ser co n sid erad a p erson a y, p o r co n sigu ien te, tener derechos. E sta conclusión es muy p arecid a a la d e Kelsen. L a idea d e W hite que con sidero conveniente rescatar es la de p regu n tarn os qué sen tid o tiene hablar de derech os y cuándo liene sentido d e cir que algo o alguien tiene un derecho. “T e ner un d e rech o ”, a u n q u e haya muchos p rob lem as p a ra dar un a definición, im plica, co m o m uchos autores lo h an enfatizado de diversas m an eras, ten er un a dem anda, una pretensión ju stifica d a (Feinberg, M artin), un poder (Wellman), u n a libertad (H art) o u n a exp ectativa (D w orkin) p a r a hacer o absten erse d e hacer algo, p ara que alg u ien m ás h aga o se a b ste n ga d e algo o nos p rop o rcio n e algo. Esta es la idea central de tener un derecho; desd e lu ego , h ab rá que com plem entarla d icien d o entre otras co sas que tales d e m a n d a s, poderes, exp ectativas, etc., deben estar ap oyad os en algú n tip o de n orm as (reglas o prin cipios m orales, ju ríd ic o s o de otro tipo). Esta id ea nos lleva a soste ner que un p o se e d o r de derechos es un dem andante, alguien q u e p reten d e alg o o tiene un a expectativa. El análisis de estas ideas no resulta sen cillo y según en ten dam os estas nociones tendrem os una n o ció n d e titular d e derech o s; pero si no q u e rem os llevar al ab su rd o la idea d e tener un derecho, habrá que aceptar que só lo q u ie n e s pueden hacer una dem an da, plantear
u n a pretensión, tener una expectativa, etc., serán titulares de derechos. E ste pueden plantea alg u n o s p rob lem as precisam en te porque p o d e m o s acep tar que no es n ecesario que los su je tos tengan ciertas cap acid ad es p a ra que p o r sí m ism os realicen ciertas accion es p ara dem an dar o exigir un derecho. Esto n os lleva, entonces, a tener q u e plantearnos el problem a d e la re presentación y sus límites. 6 . Representación Fein berg recon oce que los anim ales y los bebés, por ejem plo, no p u e d e n acudir a una co rte p ara reclam ar sus derechos, no pueden in iciar p o r sí m ism os un procedim ien to legal, no so n capaces d e en ten d er sus derechos, ni de d arse cuenta de c u án d o son violad o s, ni d e distinguir cuándo se com ete un ilícito, ni d e resp o n d er con indign ación o con algún sentido d e ju sticia, m ás q u e el m ero enojo o fu ria. L o s argum en tos d e Feinberg p ara d efen d er que los an im ales, los bebés, las futuras g e n e racio n es y los fetos tienen derech os (y no a sí las plantas, las especies y los seres hum anos en estad o vegetativo) con sisten en so ste n er q u e debido a q u e poseen intereses y pueden b e n e ficiarse, p u e d e n entonces se r represen tados. Feinberg ace rta d a mente no e n fo ca el prob lem a de la titu laridad de los derech os co m o si se tra ta ra d e determ inar sim ultáneam ente el con cepto d e persona, no dice en ningún m om ento q u e los anim ales o las futuras gen eracion es sean p erso n as. L o que hace Feinberg es introducir un criterio que p u e d e serv ir p a ra determ inar cu án d o al m enos n o es irracio n al ad scrib ir derech os a ciertas enti d ades; este criterio es el d e 1a representación. Em pero, habrá que adm itir que ten er un interés no es una con dición que parezca suficiente p a ra que algo se a represen tado, ya que si tener un interés im p lica q u e es posible p en sar en su bienestar y p ro te gerlo, tal c o sa p ued e conseguirse sin n ecesidad de n om brarle representantes. O b rar en interés de algu ien o algo, co m o vim os antes, no im plica q u e ten gam os que ten er una actitu d person al ni co n si derarlo p e rso n a . M oral y ju ríd icam en te hablando, cuando a su m im os un a actitu d objetiva en ciertos caso s es porque, co m o sostiene Straw son, con sid eram os que están fu era de n u estras “relaciones p e rso n ales o rd in aria s”; a los an im ales los so lem o s
ver en varios aspectos, c o m o inhabilitados perm anentem ente —a diferencia de los bebés— p a ra entablar relaciones ordin arias con nosotros. No n egam os que puedan sufrir, sentir, y q u e en algun o s asp ectos se parezcan a nosotros. Pero es un argu m en to fuerte el decir que no p u e d e n entablar relaciones m orales y ju ríd icas por sí m ism os, y ese “no pueden” es defin itivo.37 En el caso de los bebés, los fetos, los pacientes con ciertas defi ciencias m entales no severas y las futuras gen eracion es, el que no puedan entablar relaciones ordin arias con n osotros no es una cuestión definitiva. N o es, com o piensa Feinberg, porque tienen intereses o pueden llegar a tenerlos, sino p o rq u e ade m ás pueden llegar a tener relaciones ord in arias o, en el caso de algunos enferm os m entales no graves, de hecho pueden te ner ya algu n as relaciones ord in arias con n osotros. Si las co sas transcurren con n orm alid ad , los bebés y los fetos crecerán y podrán asu m ir por sí m ism os sus derechos, o b ligacion es y respon sabilidades, En el caso de algunos enferm os m entales y d e las gen eracion es futuras, se necesita no el tran scu rso “n or m al” de los hechos p ara que puedan llegar a existir o a superar su deficiencia m ental, sino que hagam os algo p a ra a se g u ra r que ello p u ed a ocurrir; pero suponem os que tenem os espe ranzas fundadas en que lo q u e hagam os resulte eficiente. Eso hace distintos los casos an teriores de los casos de los enferm os m entales graves, pacientes en com a o en estado vegetativo, los an im ales (al m enos la g r a n m ayoría de ellos) y las plantas. En estos últimos no tenem os esp eran zas fundadas de que, aun ha37 El "110 pueden” se refiere a que son incapaces de realizar ciertas con ductas o acciones; este “no p u e d e n ” se reduce a las posibilidades fácticas para hacer o no hacer algo. L a afirm ación de que los anim ales o los bebés no pueden por sí mismos entablar relaciones se refiere a que son incapaces de realizar ciertas acciones; en el caso de los anim ales esa incapacidad “fí sica" se mantiene invariable, e s decir, es definiLiva; en el c a so de los bebés, en condiciones norm ales, se su p e ra con el crecimiento y el aprendizaje. Este “p o d e r” hay que distinguirlo de otros dos tipos: los “p od eres deónticos” y los "p oderes anankásticos”. El prim er tipo de poder se refiere a lo que está perm itido; alguien puede hacer o no hacer algo cuando esa conducta le está o no perm itida, independientem ente de que fácticamente pu ed a o no llevarla a cabo. L os poderes anankásticos se refieren a lo que se puede hacer o no dentro de un marco' de reglas técnicas o institucionales, sin las cuales no se podría decir que tales con ductas se pueden realizar; por ejem plo, contraer m alrim onio, divorciarse, hacer un testam ento válido, testificar, etcétera.
c ie n d o a lg o p or ellos, p u ed an entablar con n osotros relaciones ordinarias. Por ello, se justifica q u e a d o p tem o s una actitud ob jetiv a38 y nos n eg u em o s a atribuirles la c a lid a d de personas, y los veamos tam bién com o incapacitados p a r a asum ir responsa bilidades y d eberes. El adscribirles algún d erech o puede tener sentido en los casos de los bebés, d e los fetos y quizá de algunos anim ales, y habrá que decir enton ces qué razo n es po d ría haber para ello; aun que, d e sd e luego, no será p o rq u e son personas en el sentido de agentes m orales, sino en to d o caso porque son seres hum anos, o an im ales con ciertas cap acid ad es semejantes hasta cierto p un to a las nuestras. Pero en los oíros casos de plantas, de la mayor parte de los an im ales, de seres hum anos en estado vegetativo, etc., el ad scribirles d erech o s no tiene sen tido. A ceptar e sto no significa que ten gam os q u e aceptar el mal trato de los an im ales o de otros seres h um an os. N uestros de beres m orales p u e d e n incluir la exigen cia de no hacerlos sufrir y de d arles un trato adecu ad o; p o d e m o s tratarlos de m anera sem ejante a las person as, pero h a sta cierto punto. La idea de la d ig n id a d humana, a p e sa r de se r una idea bastante confusa, n orm alm ente suele relacion arse co n la idea de que n uestras voliciones y nuestro con sen tim ien to sean tom ados en cu en ta y suele incluir tam bién la idea del respeto a la inte gridad. A los an im ales, a los enferm os m entales graves, o a los p a cientes en e sta d o d e com a d ebem o s y p o d e m o s tratarlos bien; p e ro lo q u e no p o d em o s hacer e s tom ar en cuenta sus volicio nes y su consentim iento (salvo q u e en el c a so de los pacientes en com a o los enferm os mentales se trate de un consentim ien to o voluntad m an ifestados con an te rio rid ad al estado en cues tión). L a mayoría d e los p artid ario s d e los d erech o s de los niños, de los an im ales, etc., ponen én fasis en la teoría del interés o del beneficiario; es decir, resaltan el lado p asivo y consideran ciertas características como si fu eran relevantes p ara dicho es tatus, tales com o la capacidad d e sentir p la c e r y dolor, o la ca 38 Véase supra nota 19.
p acid ad d e ten er intereses.39 D ad o que ciertos seres hum anos, los an im ales u otras entidades com o las generaciones fu tu ras o las especies no pueden por sí m ism os realizar ciertas accion es que den sentido al lenguaje de los derechos, estas teorías tie nen que r e c u r r ir á la idea de la representación. T ales sujetos y entidades pueden ser adecuadam en te represen tados por otras p erson as cap aces de realizar por ellos ciertas acciones p ara d e m andar, p roteger y g aran tizar sus derechos. De este m odo las cu estion es de la person alidad , la acción y la asign ación de d ere chos q uedan co n ectad as a través d e una técnica específica que es la represen tación . I.a represen tación p o d e m o s d ividirla en dos tipos básicos; p o r un a parte, la represen tación de person as que pueden ejer cer por sí m ism as sus derechos pero que, por distintas circun s tancias, no p u ed en o no desean ejercerlas por sí m ism as y n om bran p ara ello un representante. É s l o s son casos de represen tación volu n taria que deriva de un contrato com o el m andato, la represen tación de u n a sociedad, o caso s en los que la ley o rd en a la asisten cia de un representante, com o en la cú ratela y la a se so ría legal. Por otro lado, la representación legal incluye casos esp eciales, com o la tutela, la patria potestad y la ad m i nistración d e bienes, que difieren d e los anteriores porq u e en estos últim os casos se trata d e sujetos incapaces d e ejercer p o r sí m ism os sus derech os (enferm os m entales, bebés, n iñ os p e queñ os, fetos, p e rso n as en estado d e com a, ausentes, anim ales, etc.). S e trata, pues, de una represen tación necesaria. Es a través de la técnica d e la representación que ciertas re glas establecen que cien os actos de otros se los atribuyam os a un sujeto distinto, a quien m uchas veces el derecho lo term i na recon ocien do com o persona, precisam ente por esa idea tan a r r a ig a d a en tre los ju ristas d e iden tificar persona con titular de derechos. Pero la diferencia entre la representación voluntaria y la necesaria es que, en esta última, la representación se vuelve un requisito necesario para el ejercicio de la p erson alidad. S ó lo en la m ed id a en que algu ien que p o r sí m ism o es in cap az de ejercer o reclam ar cu alq uier tipo de d erech os te n g a un repre 39 Esta cap acid ad es pasiva porijue para algun os autores, com o Feinberg, sólo se requiere q u e algo sea en interés de algu ien y no que ese sujeto ten ga o tom e interés en algo.
sentante, podem os decir con a lg o de sentido que es p oseed o r de derechos. Por ejem plo, p od ríam os co n siderar a los anim ales titulares de derechos; pero si no tuviesen un representante que h ab lara p o r ellos, no serviría d e nada, en nada cam biaría su situación, sería tan sólo una m a n e ra retórica d e hablar. C onviene distinguir d os c a so s de representación necesaria: la perm an en te y la transitoria. L a representación necesaria per m anente es aquella que se refiere a casos en donde la p e rso n a d e p en d e en todo m om ento d el representante; p o r tanto, el re p resen tad o en ningún m om ento p o d rá llegar a ejercer por sí m ism o sus derechos, ya sea p o rq u e se trate de un ser que no tiene tal capacidad, o porque la p erdió (total o parcialm ente, en este último caso en un g r a d o considerable) y no es facti ble q u e la recupere. L a represen tación n ecesaria transitoria es aqu ella en la q u e el rep resen tad o es un ser que por el m om en to (d eb id o a circunstancias n o rm ales o accidentales) no tiene la ca p acid ad o no la suficiente p a r a ejercer p o r sí m ism o sus de rechos, pero que si todo tran scu rre norm alm ente o se realizan ciertas acciones, llegará a ten erla o a recuperarla. Esta distinción nos tiene que hacer pensar en la relevancia y las funciones de la represen tación . En los casos de frontera, es decir, los caso s sujetos a debate so b r e el estatus de person a, m ás allá de la discusión filosófica, con vien e pregu ntarse qué senti do, q u é función, qué ventajas y desventajas puede ten er tanto la represen tación n ecesaria y p erm an en te (anim ales, plantas, o b je to s inanim ados, especies, se re s hum anos con enferm edades m en tales graves e irreversibles), com o la represen tación n ece saria pero transitoria (niños, bebés, fetos, algun os enferm os m entales, sujetos en estado d e co m a que eventualm ente p u e d a revertirse). Los caso s son distintos, p orq u e aunque en los últim os casos citados p o d ríam o s dejar abierta la cuestión de si se trata de person as desde el pun to de vista m oral, hay otras ra zo n e s40 que pueden ju stific a r tanto que los tratem os co m o p e rso n a s desde el punto de v ista jurídico, co m o q u e les a tri b u y am o s derechos. En estos caso s, la representación legal es u n a técn ica ju ríd ica ad ec u ad a y útil. En los otros c a so s no hay 40 Son seres humanos, poten ciilm en te serán personas; es decir, podrán d e sarro lla r p o r sí m ism os ciertas c ap acid ad es q u e actualmente no tienen o no en el g ra d o suficiente, etcétera.
b u en as razon es p a ra co n sid erarlo s person as ju ríd icas; adem ás, la técnica de la represen tación tam p oco cum pliría con fines racio n ales. Podem os a c e p ta r que en ciertos casos en los que un a p e rso n a pierde sus cap acid ad es de form a perm an en te, por cu estion es de se g u rid ad ju r íd ic a q u e tienen q u e ver con sus bien es, sus deberes y resp on sabilid ad es, se ju stifiq u e al m enos tem p oralm en te que un represen tan te actúe “en su n o m b re ”; p e ro e so só lo p u ed e ser útil durante un p e rio d o de tiem po y n o a largo plazo. ¿P ara q u é q uerríam os q u e un an im al, o un ser hum ano en estad o vegetativo, o uno con un trastorn o m en tal muy severo (sin e sp e ran z a de q u e saliera de su estado), p u d ie ra n realizar acto s ju ríd ic o s a través de representantes?, ¿c ó m o p o d ría esto ayudarlos a ellos m ismos?, ¿qué beneficios sociales pod rían justificar la ficció n de con siderarlos titulares d e derech os? A dem ás, el h echo de que el derecho los p u ed a llegar a tratar com o p e rso n a s ju ríd icas no im plica que necesa riam en te los dem ás los veam os y tratem os com o p erso n as. No en cuen tro, pues, n in gu n a razó n im portante para q u e se insista en estos casos en recon ocerles person alid ad y en quererles a d s cribir derechos. Su b ien estar p u ed e ser a se g u ra d o por otros m ed io s m ás efectivos y racio n ales. Aunque la represen tación es u n a técnica ju ríd ica q u e p ued e perm itir m uchas ficciones, n o ten em os q u e caer en el ab su rd o de que e so n os p erm ita a trib u ir p e rso n a lid a d ju r íd ic a y d erech o s a cu alq u ier cosa. B IB L IO G R A F ÍA B a y ó n , J .C ., “P r in c ip io s y r e g la s : le g isla c ió n y ju r is d ic c ió n e n el E sta d o c o n s tit u c io n a l” , /weeMp a ra la democracia, n o. 27, 199 6 . C r u z P a r c e r o ,J .A ,, “D e r e c h o s m o r a le s : c o n c e p to y r e le v a n c ia ” , Isono-
mia, no, 15, 2 0 0 1 , pp. 5 5 - 7 9 . D e n n e tt, D., “C o n d it io n s m an
o f P e r s o n h o o d ”, e n M ic h a e l F. G o o d
(c o m p .), What h a Person?, H u m a n P re ss, N u e v a Je r s e y ,
19 8 8 , pp. 1 4 5 - 1 6 7 . [V e rsió n e n c a ste lla n o : Condiciones de la cua lidad de persona, tra d . L o r e n a M u rillo , In stitu to de In v e stig a c io n e s F ilosóficas-U N A M , M é x ico , 1 9 8 9 (C u a d e r n o s d e C r ític a , 4 5 ).] D ick , P.K ., Do Androide Dream o f Electric Sheep?, B a lla n d n e , N u e v a York, 1984. D w o rk in , R ., Los derechos en serio, A riel, B a rc e lo n a , 1984.
J,, “L a p e r s o n a ju r í d i c a ”, R acionalidad jurídica, moral y políti ca, F o n ta m a ra , M é x ico , 1996, pp. 4 9 - 7 3 .
E sq u iv e!,
F e in b e rg , J ., “T h e R ig h ts o f A n im á is a n d U n b o r n G e n e r a tio n s ”, en W illiam T . B la c k sto n e (c o m p .), Philosophy an d Environmental Crisis, U n iversity o f G e o r g ia P re ss, A th e n s, 1 9 7 4 , p p . 4 3 - 6 8 , --------, “ T h e S o c ia l I m p o r t a n c e o f M o r a l R ig h t s ”, en Ja m e s E. Tom beríin (c o m p .), Philosophical Perspectives 6, Ethics, 1992, p p , 1 7 5 -1 9 8 . G ow ler, D ., “O n th e C o n c e p t o f t h e P e rso n : A B io s o c ia l V iew ”, en R alp h R u d d o c k (c o m p .), Six Approaches to the Person, R o u tle d g e and K e g a n P au l, L o n d r e s / B o s t o n , 1 9 7 2 , p p . 3 7 - 6 9 . G riffin , J . , “F irst S t e p s in a n A c c o u n t o f H u m a n R ig h t s ”, European
Journal of Philosophy, vol. 3, no. 9, 2 0 0 1 , p p . 3 0 6 - 3 2 7 . H a rt, H .L .A ., “A re T h e r e A n y N a tu r a l R i g h t s ? ”, Philosophical Review, vol. 64, no. 2, 1955, pp. 1 7 5 -1 9 1 . --------, “D e fin ic ió n y te o ría e n la c ie n c ia j u r í d i c a ”, Derecho y moral.
Contribuciones a su análisis, trad. G e n a r o C a r r ió , D e palm a, B u en os A ire s, 1962, p p . 9 3 - 1 3 8 , K e lsen , H ., Teoría pu ra del derecho, tr a d . R o b e r t J . V e rn e n g o , U n iversi d a d N a c io n a l A u tó n o m a d e M éxico, M é x ic o , 1986, L a p o r ta , F., “S o b r e e l c o n c e p to d e d e r e c h o s h u m a n o s ”, Doxa, n o . 4, 1985, p p . 2 3 - 4 6 . L o c k e , J . , Ensayo sobre el entendimiento humano, tra d . E d m u n d o O ’Gorm an , F o n d o d e C u ltu ra E c o n ó m ic a , M é x ic o , 199 9 . L u c a s , J . d e , Blade Runner. E l Derecho, gu ardián de la diferencia, T irant lo B lan ch , V ale n c ia, 2 0 0 3 . N iñ o , C., Etica y derechos humanos, A r ie l, B u e n o s A ire s, 1989. N o o n a n , J.T ., J r ., “A n A lm o st A b so lu te V a lu é in H is to r y ”, e n J. Noon an (c o m p .), The Morality of Abortion, H a r v a r d U n iv e rsity Press, C a m b r id g e , 1 9 7 0 , p p . 1 - 5 9 . P á ra m o , J.R . d e , “D e r e c h o su b je tiv o ” , e n Enciclopedia Iberoamericana de Filosofía, t. II, E l derecho y la ju stic ia , c o o r d . E rn e sto G arzó n V a ld é s y F r a n c isc o L a p o r ta , T ro tta , M a d rid , 1996, pp. 3 6 7 - 3 9 4 . R aw ls, J . , “K a n iia n C o n str u c tiv ism i n M o r a l T h e o r y ”, Jo u rn a l of Phi
losophy, vol. 77, n o . 9, 198 0 , p p . 5 1 5 - 5 7 2 . R esch er, N ., “W h a t Is a P e r so n ? ”, H um an Interests. Rejlections on Phi
losophical Anthropolog'y, S ta n fo rd U n iv e r sity P re ss, S ta n fo rd , 1990, pp. 6 - 2 1 . R orty , R,, “D e r e c h o s h u m a n o s, r a c io n a lid a d y se n tim e n ta lid a d ”, en S te p h e n S h u te y S u s a n H u rle y ( c o m p s .) , De los derechos humanos, trad. H. V a le n c ia V illa, T rotta, M a d r id , 1 9 9 8 , p p . 1 1 7 -1 3 6 .
Sc h au e r, F., P lay in g by the Rules. A Ph.ilosoph.ical E x am in atio n o f RitleB ased D ecision-M aking in L au i an d in L i f e, C la r e n d o n P re ss, O x fo rd , 1991. S tra w so n , P.F., L ib e rtad y resentimiento, trad . L a u r a L e c u o n a , In stitu to d e In v e stig a c io n e s F ilosóficas-U N A M , M éxico , 1992 (C u a d e rn o s d e C rític a , -17). T ooley, M., “A b o r tio n a n d I n fa n tic id e ”, Philosophy an d Public Affairs, vol. 2, no. 1, 197 2 , p p . 3 7 - 6 5 . W iggin s, D ,, Locke, B u tle r y la corriente de conciencia: los hombres como u n a clase n atu ral, tr a d . M a n u e l Silva C a m a re n a , I n s titu to d e In v e stig a c io n e s F ilosóficas-U N A M , M é x ic o , 1986 (C u a d e r n o s d e C rí tica, 44). W h ite, A .R ., Rights, C la r e n d o n P re ss, O x fo r d , 1984.
J a m e s G r if f in
1. L a condición de persona y el contenido de un derecho humano a la privacidad Un derecho h um an o es aquel q u e u n a person a tiene sim ple mente en virtud de ser humana. T odo el m undo está de acuer do con esto. El prob lem a es que hay muy poco acuerdo sobre lo que in m ediatam en te se sigue de esto, a saber, sobre el sen tido pertinente d e ‘hum ano’. A finales de la E d ad M edia y a principios del Renacim iento, se retom ó la idea (no era pre cisam ente nueva; véase G énesis 1.26) d e que, a diferencia de otros elem entos de la creación, a los seres hum anos nos han hecho cread o res de nosotros m ism os. Las person as se pueden form ar co n cep cion es de una vida que m erece la pena y luego actuar p ara h acerlas realidad. Yo tam bién quiero sugerir una explicación d e los derechos h um anos b a sa d a en la “condición de p e rso n a” (o “p e rso n e id ad ”): q u e los derechos hum anos son protecciones d e lo que nos hace “p e rso n a s”, a saber, nuestro estatus com o agen tes norm ativos. L a co n dició n d e persona, es una b ase d e los derechos hu m anos, pero no es posib le que se a la única. Esto todavía deja los d erech os m uy indefinidos. Por ejem plo, la condición de ser person as nos d ice que tenem os un derech o a la segu rid ad de la person a. Sin este tipo de seg u rid ad , no tenem os seguridad de la agen cia n orm ativa; pero, ¿q u é excluye la segu ridad de la p erson a? ¿Q u e p or la fuerza se tom e un a g o ta de mi san gre? ¿Uno de mis riñ on es? ¿D ónde se debe trazar la línea diviso ria? Por sí solo, el fundam ento de la p erson eid ad no puede establecer una fro n te ra lo suficientem ente d em arcad a para la práctica, y sin esto no p od ríam os d ecir que todavía existe un derecho. Para estab lecer una línea d iv isoria lo suficientem ente
defin ida, tenem os que co n sid e rar cuestiones com o éstas: para que sea efectiva, la línea tiene que ser clara y no dem asiado com pleja; d a d a la n atu raleza hum ana, m uchas veces debería mos d ejar un gen eroso m argen d e seguridad, etc. Llam em os a estas con sideracion es “a sp e cto s p ráctico s”. Mi p rop u esta es la sigu ien te. Existen d o s fundam entos de los d erech os hum anos: en prim er lugar, la co n dició n de persona; en segundo, los aspectos prácticos. T en ien do a la m an o los recursos de la exp licación basad a en la p erson eidad, p o d e m o s plantear los siguientes argum entos en favor de un d erech o hum ano a la privacidad. Existen tres d erech os suprem os: la au to n o m ía (esto es, fo rm arn o s nuestras p rop ias ideas sobre có m o vivir), la libertad (ser libres de buscar la realización d e esas id e a s) y los bienes de apoyo (p o r ejemplo, tener los recursos m ateriales mínim os para p o d e r funcionar co m o agentes n orm ativos). T odos los derechos hum anos más específicos se pueden u b icar b a jo uno u otro de estos tres dere chos suprem os. A unque el derecho a los bienes d e apoyo es del más alto nivel, es un d e rech o d erivado; se deriva de la idea de agen cia norm ativa, c o m o algu n as de sus co n d icio n es necesa rias. En cam bio, la au to n o m ía y la libertad son los com pon en tes reales d e la agencia norm ativa, El prob lem a clave en cuanto a la privacidad es, enton ces, éste: ¿necesitam os ciertas form as d e p rivacidad p ara p o d e r funcionar de m anera au tó n o m a y en lib ertad ?1 Al m enos p od em os decir lo siguiente: sin privacidad, la auto n om ía se ve am en azada. L a m ayoría de n osotros le tenem os m iedo a la d e sap ro b ació n , al ridículo, al od io, a que se nos aísle y a q u e se nos ataque. Som os anim ales sociales; busca m os el consenso; te n d em o s a ser estrictos cen so res d e nuestra con ducta, a m enudo inconscientem ente; p or naturaleza som os conform istas. Se n ecesita un a rara fortaleza p ara n adar contra las corrientes sociales. Si nuestra deliberación y n uestras deci siones acerca de có m o vivir q ued aran expu estas al escrutinio 1 De vez en cuando encontram os, en la bibliografía especializada, la condi ción de persona como e! fun dam en to de un derecho a la privacidad. Véanse, por ejemplo, David A.J. R ich ards, Toleration and the Conslitution, cap, 8, en especial las pp. 243-244, 2 5 2 -2 5 3 ; P. Strum , Privacy: The Debate in the United States Since 1945, pp, 202-2 0 3 ; L Weinreb, “T h e Right to Privacy", p. 25,
público, n uestro im perativo d e au to cen su ra, defen sa propia y conform idad en traría en acción d e m an e ra febril. Desde luego, no hay m áquinas que lean la m ente fu era del m un do de la cien cia ficción, pero existen alternativas: q u e algu ien se apodere de nuestros d iario s, a g e n d a s o docu m en tos person ales, que nos sujeten al d etecto r de m entiras, o que nos adm inistren algún tipo de suero de la verdad. Todo esto es p osib le en el caso de los pensam ientos solitarios de una persona; p e ro muchas d e nuestras m ás fructíferas deli beraciones o c u rren en com un icación co n otros. L a com unica ción fran ca am plía nuestra visión, co rrige o con firm a nuestras ideas, nos d a la co n fian za de segu ir p en san d o audazm ente. L a com un icación fra n c a necesita, asim ism o , el e scu d o protector de la privacidad; n ecesita restringir la posib ilid ad de que haya mirones y “o r e ja s”, llam adas in terven idas y m icrófonos ocul tos en nuestra casa, d e que se ab ra nuestro co rre o o que se confisque n uestra co rresp on d en cia. Éste es sólo un comienzo, pero tam bién ten em os que protegern os p ara que la lista no se haga más larga. Muy a m enudo la fo rm a del argum ento en d e fensa d e un d e re c h o hum ano, o d e cu alq u ier tipo de derecho, consiste en iden tificar un valor (d ig a m o s, una fo rm a valiosa de privacidad) p a ra lu ego concluir q u e hay un derecho que lo pro tege; sin em b argo, é sta es una flagran te con clu sión ilógica. No todos los valores fundam entan d erech o s hum anos. Por ejem plo, la relajación es valiosa p a r a n osotros; sin cierto tipo de privacidad no p o d e m o s relajarnos por com pleto. No obstante, esto difícilm ente m u e stra que exista un derech o humano a la relajación. Sin relajación , p odríam os ser más bien agentes cstresados, pero, si no es u n gran e strés, de todas m an eras seríam os agentes. H asta aquí la autonom ía. P asem os a h o ra a la libertad. L a autonom ía es un r a s g o d e d elib eración y decisión; la libertad, un rasgo de acción. S ó lo con co m u n icació n fran ca y privada puedo d escu b rir que tú y yo co m p artim o s ciertas creencias im populares y entonces tener bastante co n fian za en actuar por separado o d e scu b rir la o p o rtu n id ad d e actu ar conjuntam ente. Esto im porta en todos los niveles, d esd e la m ás g ran d e escala política hasta la m ás pequeña e sca la p erson al. Estaríam os im pedidos de experim entación sexual, en esp ecial del tipo que
escan d aliza y cau sa d esap ro b ació n , a m enos que no h ubiera tem or de la presen cia d e m irones o de cám aras ocultas. L a riqueza de las relaciones p erso n ales dep en de de que salgam os d e nuestros capullos, pero pocos de nosotros nos arrie sg aría mos a salir sin el velo de la privacidad. N o debem os su bestim ar lo terriblem en te renuentes que som os a dejar al descu bierto n uestra psique; pocos logran algu n a vez la v e rd a d era intimi d ad, in cluso con sus cónyuges e hijos. N o se trata de ningún m od o d e q u e los d erech o s h um an os tengan por objeto garan ti zar el logro d e n uestras m etas, por ejem plo, relaciones p e rso n a les p ro fu n d as; más bien, p reten d en garantizar su búsqueda, y la p osibilidad de b ú sq u ed a exige ciertas form as de privacidad. L o que es m ás, no sólo necesitam os el hecho, sino tam bién tener la g ara n tía de la privacidad, y p a r a p oder estar seguros de ella, ne cesitam os principios de co m p ortam ien to bien establecidos, d is p o sicio n es p rofu n das, convenciones sociales efectivas y leyes.2 El problem a, o al m enos uno d e los problem as, con un d e recho hum ano a la privacidad es d eterm in ar si ciertas form as d e p rivacid ad son con dicion es n ecesarias de la agen cia n o rm a tiva. S in em bargo, las afirm acion es que he hecho h asta ah o ra han sido muy lim itadas, creo que correctam ente: sólo dije que, sin ciertas form as de p rivacidad, la autonom ía y la libertad se verían am en azad as —no im posibilitadas, sino am en azad as—. Pero, ¿es ésta una afirm ación lo suficientem ente sólida co m o p a ra d e ja r en claro lo que intento plantear? ¿Q u é tipo de ne ce sid a d de con dición está en ju e g o ? D esde luego, no se trata d e n ecesid ad con ceptual;3 podem os im aginar a un a p e rso n a s V éase T.M. Scanlon, Whal WeOuie to Each Other, p. 203. 5 Sin d u d a, lo que Charles F ried dice de !o "inconcebible” es hiperbólico. V éase su texto “Privacy”: “Mi tesis es que la privacidad no es sólo un m edio posible entre otros p ara ase g u ra r algún otro valor, sino que se relaciona ne cesariam en te con los fines y las relaciones del tipo más fundam ental: respeto, am or, am istad y confianza. L a privacidad no es m eramente un a b uen a técnica p a ra prom over estas relaciones fundam entales; m ás bien, sin privacidad, di chas relaciones son sim plem ente inconcebibles. Ellas exigen un contexto de privacidad o la posibilidad de privacidad p ara pod er existir” (p. 205). A pesar de lo que dice sobre lo "inconcebible", parece que Fried, en especial p or la últim a oración, realm ente está pen san d o en la necesidad empírica. En otros pasajes, sin em bargo, Fried parece volver a la necesidad con cep tual. “Explicar la necesidad de privacidad como un contexto p a ra el respeto,
que funcione com o agente norm ativo a pesar de que haya una p lag a de mirones, ap arato s de escu ch a y revistas dedicadas a publicar fotografías de m om entos íntimos. L a fo rm a m ás fuer te de necesidad q u e se p o d ría p reten der aquí es la necesidad em pírica: que el Homo sapiens no funcione d e h echo com o agente norm ativo en ausencia d e estas form as de privacidad. Sin em bargo, esto tam bién es m uy poco plausible. Bien pu e de haber unas cuantas p erson as lo suficientem ente valerosas o muy segu ras de sí m ism as, o sim plem ente lo bastante exhibi cionistas, com o p ara sentirse a sus anchas estan d o totalm ente bajo la m irada pública. L o único que sucede es que el resto de n osotros no pod em os sentirnos igual. Pero m ien tras estos co n ocidos puntos débiles sean característicos de la hum anidad en general, son suficientes p a ra ofrecer un fundam ento a un dere cho humano. La agen cia n orm ativa constituye lo que llam am os “d ig n id ad hum ana”. Los derechos hum anos b u scan proteger la d ign id ad d e seres hum anos absolutam ente co m u n es y co rrien tes. Lim itarlos a lo que es n ecesario p ara la agen cia norm ativa d e superhom bres o exh ibicion istas sería d isto rsion ar las con di ciones de existen cia de tales d e rech o s hum anos. Por el contra rio, incluir lo que es n ecesario p a r a la agencia norm ativa hasta d e los más pusilánim es de n osotros tam bién los distorsion aría; probablem en te el resultado se ría un a gran pérdida en otros valores, com o la exp resión en érgica de la opin ión . E ste es, entonces, el lim itado derech o a la p rivacidad, enfoca do en la agencia, q u e se puede d erivar de la explicación b a sa d a en la personeidad. ¿Q ué es lo que protegería? P rotegería lo que varios autores recientes han calificad o com o “privacidad de la in fo rm ación ”: los dem ás n o d eb erían tener acceso a algunos d e el amor, la am istad y la confianza se realzan también por qué un a am enaza a la privacidad parece am en azar nuestra integridad m ism a com o personas. Respetar, amar, confiar y sentir afecto por otros y con siderarnos objetos d e amor, confianza y afecto de los demás e stá en el núcleo d e nuestra noción d e nosotros mismos [ . . Si n privacidad, dice Fried, no hay am or, respeto, etc.; sin ellos, parece decir, no som os personas. Sin em bargo, un m isántropo que no am a, no respeta, etc., a los demás ni tam poco es am ado, respetado, etc., por ellos no deja de ser persona. De nuevo, Fried cam bia de un argum ento conceptual a otro empírico; el pasaje concluye: "la privacidad es la atm ósfera necesaria para estas actitudes y acciones, como lo es el oxígeno p a ra la com b ustión” (p. 205).
mis actos, pensam ientos y pronunciam ientos y, si acaso los co n ocen , no se deberían seg u ir difun dien do. ¿De cuáles se trata? Aquellos que, de h acerse públicos, típicamente am en azarían la agen cia norm ativa. “P rivacid ad de la in form ación ” no es el n o m b re ideal, p u es su giere d a to s —financieros, m édicos, de his toriales escolares y sim ilares—, cu an d o tam bién d eb ería enten d e rse com o privacidad que tam bién protege co rrespon den cia, ciertas conversaciones, accion es y h asta ob ras de arte si revelan ra sg o s del autor que d elib erad am en te han sido m antenidos en secreto. Pero fu ncion ará siem p re y cuando nos dem os cuenta exactam ente de cuánto p reten d e abarcar el n om bre “ privaci d a d d e la in form ación ”. El peligro es que este d erech o a la privacidad de la infor m ación es tam bién d e m a sia d o lim itado para p o d e r constituir el d erech o a la p rivacidad. D uran te los últim os cincuenta años, los ab o gad o s d e varias ju risd iccio n e s han apelado, a m en u do con éxito, a un derech o a la p rivacidad a fin de p ro te g e r tam bién todo lo siguiente: la venta y el uso de d ispositivos anti co n cep tivos, el aborto, la so d o m ía, el m estizaje, el m atrim on io entre p erson as del m ism o sexo, el acceso a la p o rn o g ra fía , el uso de d ro g a s en la p ro p ia casa, el rechazo a incrim inarse uno m ism o, la eutanasia, el su icid io asistid o, el no ser in v ad id os por ru id o s fuertes y m alos olores q u e penetren en nuestro d om ici lio, no sufrir ataques a la repu tación p erson al o ser puestos en situ acion es co m p ro m etid as, nuestro sentido de iden tidad, la elección de la escuela d e los hijos p o r parte de los p ad res, la p articip ació n de uno d e los p rogen ito res en el nacim iento de su hijo, y otros más. Sin d u d a, cu an d o hoy d ía se apela al derech o a la privacidad, se apela a m uch as cosas; pero ¿estaríam o s d is p u esto s a ver que estas ap elacio n es se reduzcan exclusivam ente a la privacidad de la in fo rm ació n ? 2 . Enfoques jurídicos del derecho a la privacidad L a s constituciones d e v a rio s países prom eten p rotecció n de la “p riv a c id a d ”.4 A unque la D eclaración de los Derechos Civiles 4 Por ejem plo, las constituciones d e Argentina, art, 19; C u b a, art. 32; Ni geria, art. 23; N oruega, art. 102; Polonia, art. 74; Portugal, art. 8; la antigua
d e Estados U nidos n un ca usa la p alabra, la C u arta Enm ienda (1795) prom ete sustancialm ente lo m ism o. Establece: El d e re c h o d e l p u e b lo d e e s ta r s e g u r o e n c u an to a s u p e r so n a , su d o m ic ilio , su s d o c u m e n to s y e fe c t o s , c o n tr a c u a lq u ie r re g istro y d e c o m is o a r b it r a r io s , s e r á in v io la b le [. ..].
L a Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) dice, en su artículo 12: N a d ie s e r á o b je to d e in je r e n c ia s a r b itr a r ia s e n su v id a p riv ada, su fam ilia, su d o m ic ilio o su c o r r e s p o n d e n c ia , ni d e a t a q u e s a su h o n o r o a s u r e p u ta c ió n [. . .]
lo cual se repite casi a l pie de la letra en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1966), artículo 17. L a Convención Europea de Derechos Humanos (1950), artículo 8, señala: T o d a s la s p e r s o n a s t ie n e n d e r e c h o a q u e s e r e s p e t e su v id a p riv a da y fam iliar, su d o m ic ilio y su c o r r e s p o n d e n c ia [ ...]
lo que se repite casi literalm ente com o el artículo 8 de la Ley de Derechos Humanos (1998) del R eino Unido. L o que en con tram os repetid o m uchas veces en estos docu m entos son los requisitos del respeto a la in violabilidad de la person a (seguridad de la p erson a), vida privada, vida familiar, dom icilio y corresp on d en cia, o, con m ás fu erza, las afirm acio nes del carácter inviolable de to d o lo anterior, con no pocas m enciones, asim ism o, a la p rotecció n con tra ataq ues al honor y la reputación. A p rim e ra vista, se trata de una lista hetero génea. Podem os advertir cóm o la vida m arital y fam iliar, el dom icilio y la co rresp o n d en cia p o d ría n reun irse todos bajo el rubro “p riv acid ad ”. Pero, ¿qué p a sa co n los ataque al honor y la reputación? P arecen más b ien un asunto de difam ación y calum nia, y sus vínculos con la p rivacidad no q u ed an del todo claros. En todo caso, resu lta una con clusión ilógica bastante obvia inferir de la p rem isa todo lo mencionado en un artículo de Unión Soviética, art. 1 2 8 ;laan tig u aY u go slav ia,art. 53, a p a r tir d e 1965, Véase A m o sJ. Peaslee (com p.), Co?istitutio?is ofNations.
una constitución o declaración a la con clu sión se trata de uno y el mismo derecho. N uestro interés in m ediato al exam inar las leyes radica en lo que nos sugieren acerca del contenido d el derech o hum ano a la privacidad, en p articu lar q u é m ás sugiere aparte de sim ple m ente la p rivacidad d e la inform ación. L a extrem a brevedad de las con stitu cion es y las declaracion es, de las cuales apenas acabam os d e ver una m uestra representativa, no es de m ucha ayuda aquí; es m ás útil consultar la ju risp ru d en cia. Exam inaré la rica ju risp ru d e n c ia que, en m ateria d e privacidad, ha surgi d o en torno al T ribu n al Su p rem o de E stad os Unidos. En los últim os cincuen ta añ os, el derecho con stitu cion al estadouni dense ha m ás q u e co m p en sad o el no h ab er d eclarado antes explícitam ente un derech o a la privacidad; ha u sado el térm i no p riv acid ad ’ p a r a explicar m ucho m ás de lo que cualquier o traju risd ic ció n ha hecho. D esde luego, los fines últimos de la d eliberación de un ju e z , un legislador y un filósofo m oral no tienen p o r q u é ser idénticos. L as lim itacion es im puestas al pri m ero p a ra in terp retar un a constitución o un a ley y, cu an d o es posible, construir el caso tom an do los p receden tes, y las restric ciones que recaen sobre el segun d o p ara en con trar soluciones a problem as so ciales reales y sin salirse de los límites de lo que factiblem ente p u ed e ser tratado por la ley, no so n tan fuertes p ara un filósofo q u e bu sca form ular un derech o hum ano. Pero aquí no trataré de in terp retar ni el d erech o estadounidense ni los fallos del T ribu n al Suprem o, sin o, m ás bien, intentaré usarlos com o m otivos de reflexión. Dicho esto, tam bién sucede q ue de vez en cu an do los ju e c e s, los legisladores y los filósofos com parten en buena m edida el m ism o objetivo: identificar un derecho hum ano in dependiente de la ley pero que la guíe. L a p rim era preten sión explícita, aunque fallida, de un dere cho con stitu cional a la privacidad se m an ifestó en el desacuer d o del ju ez L ouis B ran d éis en el caso Olmstead v. United States (1928). El pleito e r a p o r intervención telefónica; sin em bargo, la p reo cu p ación de B ran d éis acerca de tales introm isiones re trocedió m ucho en el tiem po —a un artícu lo que él y Sam uel D. W arren p u b licaro n en H arvard Law Review en 1890—.5 Fue 5 S.C. W arren y L.D, Brandéis, “T h e Right to Privacy”. El artículo tuvo gran influencia en el pensam iento jurídico estadounidense. Véase el desacuerdo
la señ ora W arren quien de h ech o inició la causa; se alarm ó de notar có m o el avance tecn ológico m inaba lo que hasta en tonces h abía sido m uy naturalm ente del ám bito privado. Las prim eras cám aras requerían q u e el sujeto se q u ed ara quieto durante un buen rato, de m odo que un fotógrafo solía tener el consentim iento d e su objetivo, p e ro las cám aras de alta ve locidad perm itieron tom ar y p u b licar fotos de la vida privada sin consentim iento. Los rum ores en la plaza del pueblo no se p ro p a g ab a n lejos, pero luego em p e zaro n a circular p o r todos lados p eriódicos dedicados prin cip alm en te a los chismes. El resultado de la gran p reocu pación que esto generó fue el ar tículo que Warren y Brandéis p u b licaro n b ajo el título “T he Righl. to Privacy” [El derecho a la privacidad]. C o m o Brandéis lo expresó en su d esacu erdo en el c a so Olmstead, haciendo eco del artículo: Es muy poco probable que el progreso científico que suministra al gobierno los medios de espionaje se detenga en la intervención telefónica. Es posible que algún día se inventen métodos con los cuales el gobierno, sin retirar papeles de gavetas secretas, pueda reproducirlos ante los tribunales [...]. Los avances en las ciencias de la mente y otras relacionadas pueden ocasionar que surjan medios para explorar las creencias, los pensamientos y las emo ciones no expresados. L a privacidad que in quieta a B ran d éis aquí es la privacidad de la inform ación. Pero afirm a, ad em ás, que el d erech o constitu cional a la privacidad, el cual se deriva, según él, de la C uarta y la Q uinta Enm iendas,5 ofrece protección co n tra “la invasión ‘del h ogar y las privacidades d e la vida de una persona, los cu ales son sa g r a d o s’ ” . Para p lan tearlo en líneas generales (lo d e l juez B lack en el caso Griswold v. Connecticut, 381 U.S. 479 [1965): "En b u e n a m edida como resultado de este artículo, algunos estados han aprobado leyes que crean tal causa de acción, y en otros estados los tribunales han hecho lo mismo ejerciendo sus poderes como tribunales de derecho judicial {common law courts)" (n o ta 1). 6 Cuarta Enmienda: "E l derecho del p u eb lo de estar seguro en cuanto a su persona, su dom icilio, sus documentos y efectos, contra cualquier registro y decom iso arbitrarios, se rá inviolable. N o se em itirán autos, excepto con causa probable y afianzada en juram ento o afirm ación , que describa en particular el lugar y las personas o cosas objeto d el decom iso.”
gen eral se te n d rá q u e afin ar m ás adelante), esto p arece co m o el derecho a la p rotecció n d e algún tip o d e espacio privado y d e la vida p rivada, y el valor que se a g re g a a estas form as d e priva cidad sirve co m o fu n d am en to del derecho. L lám ese a ésta “p r i vacidad del esp acio y d e la v id a ”. El derech o a la privacidad de la in fo rm ación n os p rotege con tra el acceso de otros a ciertos h echos y d a to s q u e nos conciernen. El d erech o a la privacidad del esp acio y d e la vida n os p rotege con tra intrusiones en ese esp acio y en e sa parte d e n u estra vid a —digam os, en n u estra vida co n y u g al o fam iliar—, E sto s d os derech os se traslap an en sus p roteccio n es, pero, a p rim e ra vista, son diferentes. En seguid a, B ran d éis d a u n p aso q u e aum en ta co n siderable m ente el ám bito del derech o a la p rivacid ad propuesto: La protección garantizada por las enmiendas [léase, la Cuarta y la Quinta] es de mucho mayor alcance. Los creadores de nuestra Constitución se comprometieron a garantizar las condiciones fa vorables para la búsqueda de la felicidad [...]. Confirieron, contra el gobierno, el derecho a ser dejados en paz —el más amplio de los derechos y el más apreciado por los hombres civilizados—. A hora bien, éste p arece ser un derech o no sólo a la protec ción d e la p rivacidad d e la in form ación o de la privacidad del espacio y la vida, sino, com o B ran d éis lo plantea, d e “las co n d i cion es favorables p a ra la b ú sq u ed a d e la felicidad”. N o d eb ería m os d a r m uch a im p ortan cia al tono psicológico de la p a lab ra “fe licid ad ”. L a “b ú sq u e d a d e la felicidad ” en el derech o co n s titucional estad o u n id en se es, com o ya lo planteé antes, co m o Quinta Enmienda. "Excepto en c aso s su rg id o s dentro de las fuerzas arm ad as, o la milicia, du ran te el servicio m ilitar en tiempo de gu erra o de peligro público, nadie p o d rá ser llam ado a respo nd er de un delito capital u otro con siderado inf am e, salvo bajo evidencias p resen tadas por un ju ra d o especial. No se e x p o n d rá a p e rso n a alg u n a al riesgo d e se r doblem ente procesada, Tam poco se la o b ligará a ser testigo en su propia contra en un caso penal, ni a ser privada de su vida, libertad o propiedad, sin el debido proceso legal. N inguna propied ad privada será expropiada y utilizada p a ra uso público, sin ju sta com pen sación .” Todas la s siguien tes en m ien d as h an sido citad as en el Tribunal Suprem o, una u o tra vez, en ap oy o al derech o a la privacidad: la Prim era, la Tercera, la Cuarta, la Novena y la D ecim ocuarta (cláusula del debido proceso, cláusula de la protección igual),
m ínim o, la b ú sq u ed a d e n u estra co n cep ción de u n a vida que m erece la pena, y p u e d e ser todavía m ás. Y éste es un derecho general a la libertad. B ran d éis, n o obstante, lo exagera. Com o sin d u d a él lo sabía, sólo existe u n derecho a ser dejado en paz a menos q u e haya un interés público p rim ord ial. Varios principios d e libertad fam osos ad o p tan e sta form a: l a lib e r ta d de acció n a m e n o s q u e h ay a u n in te ré s p ú b lic o p r im o r d ia l. Por ejem plo, ésta es la form a en q u e J.S . Mili form u ló su p rin cipio d e libertad: lib e r ta d de a c c ió n a m e n o s que se d a ñ e a o ír o s ? Según Mili, sólo el d añ o a otros ju stifica la restricción; n i siq uiera el p ro p io bien de un agente, ni au n q u e sea el bien m oral, basta. T am bién es la form a del p rin cipio d e libertad tan em p icad o p o r el propio T rib u n al Suprem o en la seg u n d a m itad del siglo XX : lib e r ta d de ac c ió n a m e n o s q u e h a y a c ie r ta s f o r m a s d e in m o r a lid a d , lo cual bien puede incluir el daño a terceros. En el ju icio B o w e rsv . H a rd w ic k (1986), el T ribunal an un cia que en g en eral se d eb e dejar a la gente e n paz, p e ro q u e el g o b ie rn o está ju stificad o p a ra pro hibir actos tan repelentes a las sen sib ilid ad es estadoun iden ses co m o el sexo oral y an al.8 ¿P or que B ran déis se mueve tan fácilm ente y sin notarlo de la privacidad d e in form ación a la relativam ente lim itada priva cid ad del e sp acio y la vida y, finalm ente, a la am plia privaci d a d d e la libertad? N o se trata sim plem ente del muy com ún m étodo “r á fa g a ” d e los ab o gad o s: cítese to d o prin cipio que pu d iera resultar relevante. B ran d éis se m ovía muy fácilm en 7j.S . Mili, On Liberty, cap. 1. Lo llam am os “el principio de Mili” p o r q u e la suya e s probablem ente la m ejor y la m ás fam osa form ulación, Sin embargo, data d e mucho antes de Mili. Véanse, p o r ejem plo, j , Locke, A Letter Concernin g Toleration: [Q uizá el Estado no prohíba, por ejem plo, matar un ternero com o un sacrificio religioso] "pues con ello no se hace daño a nadie, ni se perjudican tam poco los b ien es d e n in gún otro hom bre" (p. 341); T. Jefferson, Notes on the State of Virginia: “L o s p od eres legítim os del gobierno se extienden a esos actos sólo cuando sean injuriosos p ara otros” (p. 159); Declaración o f the Rights o f Man and of the Citizen, art. IV, “L a lib ertad política consiste en p o d e r hacer todo aquello que no p erju d iq u e a otro [..,]; artículo V: "L a ley sólo tiene derecho a proh ib ir los acto s perjudiciales p a ra la socied ad [., véanse también los artículos V I-X I. E n Rights of M an, T h om as Paine circuló am pliam ente éstos (y otros) artículos de la Declaraáón francesa con aproba ción; véase II. Collins (com p.), Rights o f Man, p. 133. 8 L a defensa de estas prohibiciones e n el caso Bouiers v. Hardwick fue rever tida en 2003.
te porque co n sid erab a que estos prin cipios eran iguales. Lo m ism o hicieron diversos autores posteriores, incluidos m uchos d e sus co legas ju eces del T rib u n al Suprem o. Por ejem plo, en 1962 ap areció un libro de M orris Ernst y Alan Schw artz con el título Privacy: The Right to B e Let Alone [L a privacidad: el derech o a ser dejad os en paz], y si bien el título no lo hace notar tanto, el texto no d e ja n in gu n a d u da de que p a ra los autores son idénticos.9 Pero no lo son, ni siquiera con form e a la p ro p ia explicación que B ran d éis d a de cad a uno d e ellos. P ara em pezar, los p aso s argu m en tativos de Brandéis im plican diferentes sentidos de la p a la b ra “p riv ad o ”. C ualquier prin ci pio de libertad define un área en la cual el Estado no p u ed e entrom eterse, esto es, un á re a no de legítim o interés público, es decir, un á rea privada. L lam em os a esto, com o lo hice hace un m om ento, la privacidad d e la libertad. Un g ran n ú m ero de accion es que m anifiestan la priv acid ad de la libertad son lo q u e d e o rd in a rio d en o m in aríam os “ p ú b licas”. Caerían dentro de la esfe ra p riv ad a de la libertad, p o r ejem plo, organ izar u n a m ani festación política m uy pública; tam bién entraría en esa e sfe ra privada, al m enos según la explicación de Mili, que d o s h om o sexuales se b esaran m uy públicam ente. El sentido en el cu al las intim idades del diario c e rra d o bajo llave y la cam a m atrim on ial son privadas no es el m ism o q u e el sen tid o técnico, e x tra íd o de un p rin cip io gen eral d e libertad , en el cual una m an ifestación m asiva es privada. Y no p arece q u e el d erech o al espacio pri vad o y a la vida p riv ad a sea p recisam en te una form a específica de un derech o gen eral a la libertad . La afirm ación hecha por el T ribunal Suprem o, y p o r m uchos otros, parece ser q u e el espacio privado y la v id a p riv ad a son de suyo valiosos p a ra nosotros, incluso “s a g r a d o s ”, y q u e el derecho a ellos se d eri va de tales valores. Un d erech o g en e ral a la libertad, por o tro lado, se d eriva del valor d e que som os capaces de luch ar por nuestra concepción de una vida q u e m erece la pena; los valores del e sp acio privado y la vida p riv ad a no d esem p eñ an ningún p ap el en esta derivación. Un d erech o g e n e r a la la libertad es un 9 M .L. E rn st y A.U. Schwartz, Privacy: The Right to Be Let Alone, Por ejem plo, “h em os elegido un tema exclusivam ente de naturaleza personal [...]: el derecho de privacidad, o, com o preferim os llamarlo, el derecho a ser dejados en paz", p. xii.
d erech o a hacer varias cosas: exp resar nuestros pensam ientos, reun im os pacíficam ente y tal vez tam bién usar an ticon cepti vos y tener relaciones hom osexuales. L a libertad no dice nada explícito acerca de si, cu an d o en efecto uso dispositivos anticon ceptivos en el lecho conyugal, n adie puede esp iarm e. Ésa es una protección adicional, que necesita o tra base. Este enigm ático cam bio de la privacidad de la inform ación a la del espacio y la vida y luego a la privacidad de la libertad vuelve a presentarse a m en u d o e n razonam ientos posteriores del Tribunal Suprem o. C uatro años antes del fam oso fallo del caso Griswold v. Connecticut, el cu al tenía que ver con la pro hibición del estado de C o n n ecticu t a la venta y el uso de dis positivos anticonceptivos, el Tribunal fue invitado a co n siderar la m ism a prohibición en el ju icio Poe v. Ullman (1961), pero declin ó alegan do que n o había controversias planteadas que exigieran la decisión de un asunto constitucional, co n el d esa cu erd o del ju ez Harían, quien p o r el con trario insistió en que había asuntos constitucionales q u e tenían que ser d ecid id o s, y ser decididos así: P re c isa m e n te lo q u e e s t á e n ju e g o a q u í e s lo sig u ie n te : el E sta d o e stá a firm a n d o el d e r e c h o a im p o n e r su ju ic io m o r a l e n tr o m e tié n d o se en lo s d e ta lle s m á s ín tim o s de ta re la ció n m a rita l. [...] En re su m e n , la C o n s titu c ió n p e r m ite q u e el E sta d o f in to le ra b le m ente] c a stig u e a las p a r e ja s c a s a d a s p o r el u s o p r iv a d o d e
su
in tim id ad c o n y u gal.
Esto parece una invocación a l derech o al esp acio y la vida privados; sin em bargo, unas cuantas líneas más adelante el “precisam ente lo que está e n ju e g o aqu í” cam bia: E sta im p o sic ió n im p lic a lo q u e , p o r in te rp re ta c ió n c o m ú n en el m u n d o d e h ab la in g le s a , se tien e q u e ac e p ta r q u e e s u n o de los m ás fu n d a m e n ta le s a s p e c t o s d e la “ lib e r ta d ” [...].
D e hecho —dice H arían —, la libertad que está e n ju e g o aquí es la libertad de la que habló B ran déis en el caso Olmstead, el derech o a ser d ejad os en paz, el cual H arían en salza com o “tal vez la enunciación m ás am p lia del principio de libertad
que está detrás d e estos asp ectos d e la C on stitu ción ”. C u a n d o H arían h ace la ob servación d e q u e el E sta d o de C on necticu t e stá im p on ien d o sus p rop ios ju icios m orales, se p o d ría p e n sa r que e stá su girien d o q u e e sto , p o r sí solo, es incorrecto; sin em b arg o , no es lo que quiere decir. L a libertad en cuestión no es absolu ta, dice; los estados p u ed en im p on er una m oralidad. De m odo q u e no se trata d e la libertad de Mili, libertad de acción a menos que se dañe a otros, sin o d e una libertad form alm ente sim i lar, au n q u e m aterialm ente diferente: libertad de acción a menos que haya ciertas form as de inmoralidad. D e ah í que H arían se co n centre en las p arejas ca sad a s. En cuan to a lo que dice la C o n s titución, a los forn icad ores, a los ad ú lte ro s, a los h om osexu ales y a los in cestu o so s se les pueden n egar los anticonceptivos. S ó lo cu atro añ os d esp u és, en el ju ic io Griswold v. Connecti cut (1965), el desacu erdo d e H arían se volvió, en casi to d o s los p rin cip ales d etalles, la opin ión d el Tribunal. P or p rim e ra vez, el p ro p io T ribunal declaró un derech o a la privacidad, “el d e rech o d e p rivacidad m arita l”: E ste c a s o [ ...] a ta ñ e a u n a r e la c ió n q u e c a e d e n tro d e la z o n a d e la p r iv a c id a d c r e a d a p o r v a ria s g a r a n tía s c o n s titu c io n a le s fu n d a m e n t a le s . ¿ P e rm itiría m o s a la p o lic ía r e g is tr a r lo s s a g r a d o s re c in to s de las h a b ita c io n e s c o n y u g a le s [ ...] ? L a id e a m ism a e s r e p u ls iv a p a r a las n o c io n e s d e p r iv a c id a d q u e g ir a n en to rn o a la r e la c ió n del m a trim o n io .
Éste claram en te p arece ser el d erech o al espacio privado (“los sa g ra d o s recintos d e las h abitaciones con yugales”) y a las rela cion es p riv ad as (“la relación del m atrim o n io ”), y es “lo sa g ra d o ” del esp a cio y de la relación lo q u e al parecer se ofrece com o fu ndam ento del derecho. Pero luego, u n a vez m ás, aparece el ya co n o cid o cam bio. L o que el m ag istrad o G oldberg, e n coinci dencia, cita co m o el fundam ento del d erech o a la privacidad es la lib e rta d g en e ral d e B ran d éis —y, u n a vez m ás, no la libertad d e ser libres a menos que se dañe a otros, sino la libertad a menos q ue haya ciertas form as de inmoralidad—. L o s fornicadores, los adúlte ros y los h om osexu ales, in depen dien tem ente de cuán privadas sean sus accion es, no están p ro teg id o s por este derecho. L a o p in ió n del T ribunal en el caso Roe v. Wade (1973), que resolvió la in con stitucion alidad d e un a proh ib ición gen eral del
a b o rto , extendió la idea d e la “ p riv acid ad ” todavía más. L a opi n ió n em p ieza con una id e a de la priv acid ad que ya hem os visto antes: El Tribunal [hasta ahora] ha reconocido que la Constitución sí ampara un derecho de privacidad personal, o una garantía de ciertas áreas o zonas de la privacidad. [...] el derecho se extien de de alguna manera a las actividades que se relacionan con el matrimonio [...], la procreación [...], la anticoncepción [...], las relaciones familiares [ . . . ] y la crianza y la educación de los hijos. Esto d e nuevo se parece al derech o al e sp acio privado ( “áreas o zonas d e privacidad ”) y a la vid a p riv ad a (“ m atrim on io”, “p ro cre ac ió n ” , “ relaciones fam iliares” ). Sin em bargo, ¿se p u ed e de cir que un aborto es privado en a lg u n a de estas fo rm as? No siem p re se lleva a cabo en un e sp a c io p riv ad o (el dom icilio, la a lc o b a conyugal), más bien hoy día se suele practicar en clíni cas u hospitales con la aten ción d e m édicos y enferm eras. El a b o rto tam p oco es un a cuestión d e relación person al; es, en parte, un asunto q u e supon e u n a relación profesional. En el ju ic io Roe v. Wade, pronto o c u rre el m ism o cam bio de la priva cidad del espacio y la vida a la p riv ac id a d de la libertad. El ju ez Stew art, en coincidencia, exp lica el derech o de una p erson a a la priv acid ad com o “su d erech o a q u e los dem ás la dejen en p a z ”, es decir, a la libertad. Los p rin cip ios d e libertad que he m os p resen tad o h asta ahora tie n e n la fo rm a libertad de acción a menos que haya un interés público predominante. Su p o n g am o s q u e la libertad es la libertad de acción a menos que se dañe a otros. P ien so que el aborto —la m u erte— de un feto puede verse a m enudo, sin intolerable tensión con ceptual, com o un “d añ o” a la p erson a potencial a la q u e se n iega la vida; sin em bargo, esto no b asta p a ra resolver el p roblem a m oral. Si la frase, “se d añ e a otros” se glosa m ejor c o m o “ se d añ e a otras p e rso n a s”, en to n ces tenem os qu e d ecid ir si u n feto, o un feto en u n a etap a avan zad a de la gestación, es u n a “p e rso n a ” en el sentido m oral m ente carg ad o que se pretende. S u p o n g a m o s, por otro lado, que la libertad es la libertad de acción a menos que haya ciertas for m as de inmoralidad. Entonces te n e m o s que decidir la cuestión de la m oralid ad del aborto. S ig u ie n d o cu alq u iera de estas con ce p cio n es de la libertad, ten em o s que resolver los principales
p roblem as acerca d e la m oralid ad del a b o rto independiente mente de la n oción de privacidad. El razonam iento en la opin ión del T ribu n al en el caso Roe v. Wade está, en mi op in ión (y difícilmente sólo en mi o p i nión), gravem en te viciado. Las con cepciones de la privacidad que prim a facie p a rece n ser ap ro p iad as p ara otros casos no p a recen aplicarse al ab o rto , ni siquiera prim a facie. L a libertad, sin em bargo, sí p arece aplicarse, pero diversos principios de libertad vienen a co m p añ ad o s de una cláusula “a m enos” que difícilm ente puede ser ign orad a. El Tribunal, em pero, lo igno ra, y eslo es com pren sible. Para afrontarlo, el Tribunal habría tenido que tom ar una p osición ju sto sobre los problem as que entonces dividían y que siguen dividiendo profundam en te al país, y, tal vez, al p r o p io Tribunal; p o r ejem plo, si el feto es una person a, si la m uerte daña al feto, si hay un a in m oralidad grave en el aborto. D e m od o que no es n in gun a so rp resa que el Tribunal, en su o p in ió n m ayoritaria, aun que ap elan d o tam bién a la libertad, e lig ie ra no subrayarla, sino refugiarse en las ideas de esp acio p riv ad o y relaciones privadas. D ótese de “in v iolab ilid ad ” a los e sp a cio s privados o a las relaciones privadas, y estam os fu era del atolladero: lo que o c u rra entonces en ese espacio o en esas relaciones, sea m oral o no, no p u ed e ser re gulado. El prob lem a, sin em bargo, es que las ideas de espacio privad o y relación p riv ad a no se ajustan al aborto. L o que m erece n uestra atención en el ju icio Bower.s v. líardwkk (1986), en el q u e el Tribunal declaró con stitucional la penalización de la so d o m ía en Georgia, es la op in ión discrepante del ju ez Blackm un. El quid del asunto, dice él, es el derecho a ser d ejad o en paz, y ese d erech o protege la práctica de la so dom ía. A estas altu ras ya estam os fam iliarizados con la form a en que se tran sm u tan las interpretaciones del principio de li b e rta d d e B ran déis. Pero Blackm un p ro sig u e en su desacu erdo p a r a brindar un fu ndam ento al derech o a la libertad diferente de cu alquiera de los que ya hemos visto antes en la delibera ción del T ribunal S u p rem o , y un fundam ento, debería yo decir, de gran poder: Protegemos estos derechos [se refiere aquí a ciertos derechos aso ciados con la familia], [...] porque forman una parte tan central
d é la vida de un individuo [.. .]. Protegemos la decisión de tener un hijo porque la paternidad altera tan notablemente la autodefínición de un individuo [..,]. En el juicio Roberts, 468 U.S. en 6] 9, el Tribunal reconoció que la “capacidad independiente de definir nuestra pro piaidentidad, que es central para cualquier concepto de libertad", no puede expresarse verdaderamente en un vacío; todos dependemos del “enriquecimiento emocional de los lazos cercanos con otros”. El im p ortan te p asaje hace que d os co sas m erezcan nuestra atención. O fre ce una defensa d e la p rivacidad de la inform a ción; e introduce una nueva co n cep ció n de la libertad. H ace am bas cosas p on ien d o un g ran peso en la idea de person eidad. N u estra cap acid ad com o agentes n orm ativos constituye lo que la trad ición ha llam ado “d ig n id ad h u m a n a ”. C om o Blackm un lo expresa: som os capaces de au tod efin irn os. Com o el T ribunal lo planteó en la d ecisión del c a s o Roberls, tenem os la “cap aci d ad in depen dien te de definir n u estra p ro p ia identidad” y que —añ ad e— “es central para cu alq uier concepto de libertad” —o, co m o yo preferiría decirlo, cen tral p ara cualesquiera co n cep ciones de au to n o m ía y libertad—. L a a ge n cia norm ativa no p u e d e ejercerse co n éxito en un vacío. N ecesitam o s leer y hablar y re u n im o s sin presiones sobre n osotros p ara co n form arn os, y e sto requ iere, entre otras co sas, la ausen cia de varios tipos d e control —es decir, requiere p riv acid ad de la inform ación—. El recurso de Blackm un a una co n cep c ió n de la libertad b a sa da en la p erson eid ad no fue el ún ico; unos años después, en el caso Planned Parenthood of Southeastern Pennsylvania v. Casey (1992), los m agistrad o s O ’Con n or, K ennedy y Souter tam bién rechazaron el punto de vista de las m agistratu ras anteriores y aseg u raro n que “en el corazón d e la libertad ” está la co n dició n de ser p e rso n a .10 10 E l c aso Planned Parenthood of Southeastern Pennsylvama v. Casey (1992) tie ne que ver con la consti tucionalidad de im p on er ciertas restricciones al aborto —no una prohibición total, sino restricciones a cómo puede tener lugar; p o r ejem plo, que a u n a m ujer que busque un ab orto se le d é cierta inform ación 24 h oras antes de la operación, y que u n a m en or d eb e tener el consentim ien to inform ado de uno d e sus padres—. E l tribunal resolvió que algunas de las restricciones en' cuestión del estado d e Pensilvania eran constitucionales y otras no, A unque el fallo del Tribunal d e fe n d ió , de dientes afuera, la idea d e
Esta n ueva con cepción de la libertad b a sa d a en la condición de p e rso n a se puede exp licar de la siguiente m anera. Existen in terp retacio n es lim itadas y am p lias d e la libertad. Según la co n cep ción am plia, cualquier restricción a lo que deseam os “p riv acidad”, el quid del asunto, de acuerdo con la mayoría de los jueces, era la libertad —la libertad personal que confiere la cláusula del debido proce so de la D ecim ocuarta Enm ienda—, L ps jueces O ’Connor, Kennedy y Souter rechazaron enfáticam ente la que hasta entonces había sido la concepción de libertad predom inante en la Corte: La p alab ra clave en los casos que tenem os ante nosotros es “libertad" [...); es una prom esa de la Constitución que hay un ám bito de libertad en el cual el Gobierno no puede entrar [..,], A algunos de nosotros,, com o individuos, nos parece que el aborto ofen de nuestros m ás básicos principios m orales, pero esto 110 puede determ inar nuestra decisión. Tenem os la ob ligación de definir la libertad de todos, no de im poner nuestros p rop ios puntos de vista m orales. Y aquí están explícitam ente los que m e parecen ser los térm inos de personei dad en los cuales prosiguen para caracterizar la libertad: En el centro de la libertad está el derecho a definir nuestro propio con cepto de existencia, de significado, del universo y del m isterio de la vida hum ana. L a s creencias acerca de estos asuntos no pod rían definir los atributos de la condición de p erso n a si se form aran bajo ia coacción del Estado. Señalo su adopción de la concepción de libertad b asad a en la condición de persona p a ra m ostrar que cuando Blackmun re cu rrió a ella en elju icio Bowers v. Hardwick no fue el único. Los jueces O ’C onnor, Kennedy y Souter justifican su repudio al prim er principio de libertad de acció?i a me?ios que haya ciertas fonnas de inmoralidad, expresado por el Tribunal, recurriendo a la m odestia epistcm ica: Los h om bres y las m ujeres d e buena con cien cia pueden no estar de acuerdo, y supon em os que algun os siem pre to estarán, en las profundas im plicaciones morales y espirituales que acarrea term inar un em barazo [...). El asunto constitucional subyacente es si el Estado puede resolver estas cuestiones filosóficas de una m anera tan definitiva que a la mujer no le q u ed e n ingun a elección en el asunto [. . .). E l giro epistém ico es, m e parece, poco afortunado. Cuando llega a los límites de la libertad, la ley no puede abjurar de todos los juicios m orales no defi nitivos. N uestras ideas m orales acerca de que u n a m adre o un médico mate
hacer es un a restricción a n u estra lib ertad , aunque a m enudo se ju stifiqu e. Esto es lo que he e stad o llam ando “libertad a m en o s”: esto es, la libertad in d iscrim in ad a a menos que haya una ju stificació n p ara establecer u n a restricción. S eg ú n esta con cepción , la restricción de circular en un solo sentido en el cam ino por el que me encan taría escabullirm e cu an do se me h a hecho tarde p a ra ir a trab ajar in frin ge mi libertad, pero sin d u d a lo hace ju stificadam en te. Sin em bargo, la explicación b a sa d a en la p erson eid ad gen era una concepción lim itada de la libertad. Lo que la libertad p ro teg e, dice, es la b ú sq u ed a de n u estra p rop ia con cepción de u n a v id a que m erece la pena. Y, d esd e luego, mi huida en sen tido con trario por una calle de un a so la dirección no form a p a rte de mi concepción de una v ida que merece la pena; es d e m a sia d o trivial para ello. Según la con cepción limitada, la restricción de tránsito no viola mi libertad, ni siquiera un a libertad m uy secundaria. Perm ítasem e dar otro ejem plo de cóm o difieren las con cep ciones am plia y lim itada. S u p o n g a m o s que n uestro club pro híbe fu m ar en el salón de reun ión. “Esto infringe n uestra li b e r ta d ”, protestarían los m iem bros del club que hayan leído a Mili. “Siem p re nos reun im os en el extrem o sur del salón, lejos de todos los dem ás, y som os m u y pocos y nos m antenem os m uy ap artad o s com o p a ra que los otros su fran los dañ os del fu m ad o r p asivo,” Sup on gam o s q u e todo esto es cierto. “Sin em b argo , no nos gu sta el olor”, re sp o n d e la mayoría. “Pero el hecho d e que no les gu ste no sig n ific a d a ñ o ”, replicarían p o siblem ente los m illianos, “de m o d o que realm ente nos protege la lib e rta d ”. Éste es un caso sencillo en el cual un g ru p o redu cido d isfru ta fum arse un cigarrillo, y a un g ru p o m ás extenso le d isg u sta que fum én. L a co n cep ció n am plia de la libertad, en la versión de Mili, convierte esto (a mi parecer, de m anera a un recién nacido deform e tam poco son definitivas, pero creem os que un Estado puede, no obstante, prohibir tales actos. En todo caso, no necesitam os ad optar la m odestia epistém ica p ara rech azar el principio de libertad de acció?i a menos que haya ciertas formas de inmoralidad,. L a idea de libertad m ism a nos da un a sólida razón p a ra no interferir co n agentes susceptibles de persuasión racional. Podem os razonar con tales agen tes, tratar de convencerlos, pero a m enudo no podem os, aun cuan do sep am o s definitivamente que se equivo can, decidir p or ellos. El respeto a la lib e rta d p o r sí solo sería suficiente para contenernos.
muy poco convincente) en un problem a d e d erech o s hum anos. La co n cep ción lim itada no lo hace, y p od ría dejar la decisión a una sim ple p o n d e rac ió n d e cuántos d isfru tan fum ar y cuánto, en co m p aració n con a cuántos les d isg u sta y cuánto. Es redu cida p o rq u e hay lim itaciones m ateriales que inciden en ella. Según la co n cep ción am plia, el dom in io d e la libertad es todo lo que q u ed a d e sp u és de que la cláusula “a m enos” ha hecho sus exclusion es; es el exten so residuo, S eg ú n la concepción re ducida, sin em bargo, el d om in io d e la libertad se limita a lo que es suficientem ente im portan te p ara ser incluido com o parte de lo que co n sid e ram o s una vida que vale la pena. H ay también, según la co n cep ció n lim itada, una restricción form al al conte nido d e la libertad: estam os en libertad d e hacer sólo lo que es com patible con la m ism a libertad d e todos. Volveremos a estas dos co n cep cion es pronto. M encionaré brevem ente una posibilidad radical planteada por el caso Bowers v. Hardwick. El ju ez Stevens, tam bién en una posición d iscrep an te, d eclara que si bien el Tribunal ha puesto el énfasis en la privacidad, su decisión realm ente se b asa “en una in quietud todavía m ás fundam ental": “ la libertad indivi d u a l”.11 Así, tal vez, igualm ente en o tra d e sus resoluciones —sus d ecisio n es sobre el aborto, la anticoncepción, etc.—, la li b ertad , no la p rivacidad, está h acien do todo el trabajo. Tam bién tenem os q u e regresar a esta p osibilidad. B asta d e mi estudio selectivo so b re las decisiones del Tribu nal Sup rem o . ¿A h o ra q u é debem os hacer con él? 3. ¿Hasta dónde llega el derecho?: (i) privacidad de la información, (ii) privacidad del espacio y de la vida, y (iii) la privacidad de la libertad Salim os de la in d ag ació n anterior con tres fo rm as de privaci d ad p ara n u estra co n sideración : la p rivacidad d e la inform a ción, la p rivacid ad del espacio y la vida, y la privacidad de la 11 “F.1 Tribunal ha recalcado el interés individual en la privacidad, p e ro sus decisiones realmente han sido alentadas por una inquietud aún m ás funda mental [...]. El carácter del lenguaje del Tribunal [...] nos trae a la mente los orígenes de la herencia estadounidense de la libertad: el perdurable interés en la libertad que hace que ciertas intromisiones en el derecho d e los ciudadanos a decidir cóm o vivirán su propia vida sean intolerables.”
libertad. De ese m odo hem os id en tificad o varias in terpretacio nes d el derech o a la privacidad, u n a p a ra cada un a de estas tres form as d e privacidad y cuatro p a r a sus posibles com bin aciones. Y encon tram os d os distintas in terp retacio n es de libertad: una libertad am plia o resid u al y un a libertad relativamente estrech a b a sa d a en la condición d e person a. H em os hallado, asim ism o, dos ejem p los diferentes de la lib e rtad residual: libertad a menos que se dañe a oíros y libertad a menos que haya ciertas form as de inmoralidad, aunque en principio hay más. ¿Q u é fundam ento sólid o hay e n to d o esto? Existen, me p a re ce, d o s piezas de sólida base. U n o es el derecho a la privacidad de la inform ación. H em os visto ya la base lo suficientem ente só lid a co m o p ara considerar p o r lo m enos que ése es un d e recho hum ano, L a segun da p ie z a d e base sólid a es el derecho a la libertad. La pregunta en to rn o a si se ha de preferir la in terpretación am plia o la estrech a d e la libertad todavía nos q u e d a pendiente, p e ro n adie d u d a de q u e existe un derech o gen eral a la libertad, conform e a una u otra de las interpreta ciones. A h o ra d eb em o s tratar de h ac er m ás firm e algo del resto d e la base. Em pezaré con la relación entre privacidad y libertad. ¿En los casos que nos han in teresado, deberíam os olvidarn os del derech o a la privacidad y a p e la r únicam ente al derech o a 1a libertad? ¿De verdad la libertad h ace todo el trabajo? Yo diría q u e no. L o que el ju ez Stevens q u e ría d e cir con “ libertad” en su opin ión so b re el caso Bowers v. Hardwick es lo q u e yo entiendo p or “lib e rtad ” en cuanto distinta d e “auton om ía” . L o s diversos prin cip ios d e libertad que hem os identificado atañen todos a la “libertad" en el sentido que yo d istin go , Sin em bargo, la priva cidad d e la inform ación, la cual d e sd e luego constituye cuando m enos parte d e un derecho a la p riv acidad , no sólo se sustenta en la libertad , sino tam bién en la autonom ía. C o m o ya lo dije, n ecesitam os ciertas form as de p riv acid ad p ara d e sarro llar la con fian za y la capacidad para s u p e r a r las enorm es b arre ras a la d ecisió n autónom a. L o que es m ás - e s t o tam bién ya lo dije antes—, la libertad es un derech o a hacer ciertas cosas, a buscar nuestra p ro p ia felicidad, a b u sc a r n u estra propia con cepción de u n a vida que m erece la p en a. N o se trata de un derecho, a h acerlas con la protección de la privacidad. L a privacidad
parece una protección adicional, que necesita otra base. Así, no podem os a b a n d o n a r el d erech o a la privacidad y con cen trarnos exclusivam ente en la libertad, sin que haya un a clara pérdida. Ya expliqué antes p o r qué, aunque el valor de la agen cia norm ativa o, d e m an era m ás fundam ental, la calidad de vida constituían buena parte del valor que se co n ced e a los dere chos hum anos, los d e rech o s no podrían reducirse p o r com ple to a algu n o d e ellos. H ay un sentido pragm ático m ás lax o de la reducibilidad en el cu al los derechos hum anos tam bién son irreducibles. N o p o d ría m o s desh acern os de derech os específi cos y apelar sólo al d e rech o om n ím odo a la agen cia norm ativa, sin que hubiera una p é rd id a práctica. Difícilm ente basta con decirle al policía: “no viole la agencia n orm ativa”. H ay mucho trabajo y m ucho discern im ien to, norm alm ente n ad a obvios, im plícitos en una d eriv ació n estricta de un derech o específico, co m o la privacidad, a p artir del interés om n ím odo, la agencia norm ativa. Una so c ie d a d no lo g raría proteger los derechos hu m anos si ap elara solam en te al único valor om ním odo. N ecesi tam os principios bastan te m ás específicos, por ejem plo, que se respete la privacidad d e la inform ación de la p e rso n a, esto es, su correspon d en cia, agen d as o diarios, creen cias, asociaciones, etcétera.12 Pasaré ahora a la p reg u n ta clave: ¿hay más en la privacidad que la privacidad d e la inform ación? Q uiero señalar que mi respuesta es “n o ”. El T ribu n al Suprem o, d e sd e luego, conti nuam ente ha dicho: sí, hay un espacio privado protegido y una parte privada de nuestra vida que está protegida. IS Por lo tanto, estoy de acuerdo con Ruth Gavison en cuanto a que siem pre es posible reducir el d erech o a la privacidad a algún otro interés y derecho, pero que pueda ser reducido no m uestra precisam ente que tam bién pueda ser desechado. Véase su texto “Privacy". N o coincido con la tesis d e ju d ith ja rv is Thom son de que hay derech os de propiedad y derechos sob re nuestro propio cuerpo más básicos que dan justificación a los derechos de privacidad en varias de sus formas. Es decir, el derecho humano a la p riv a c id a d -u n derecho a la privacidad de la in form ación — se entiende m ejor si su justificación está en la autonom ía y la libertad, no en los derechos de propiedad ni en la muy d u d o sa versión de los derech os sobre el propio cuerpo que plantea Thomson. Véase su artículo “T h e Right to Privacy".
Tengo d os razon es p ara sentir un p ro fu n d o escepticism o acerca de un d erech o a la privacidad del e sp a cio y de la vida. En prim er lugar, no sólo no es n ecesario p a ra resolver los pro blem as del T rib u n al en cuanto a la an ticon cepción, el aborto y m uchos otros; tam p o co es lo que realm ente las resuelve. El juez Stevens está en lo co rrecto: el p ro b lem a que e so s asuntos plan tean es la libertad. El gobierno n o puede in terferir en mi uso d e anticonceptivos, ni cuando m i co m p a ñ e ra tiene un abor to, ni cuando veo películas p orn o gráficas, ni en m uchas otras cosas adem ás, a m en os que haya un interés p ú b lico lo suficien temente sustancial com o para que p ese m ás que mi libertad, y en ninguno de e so s casos hay alg u n o . De to d o s m odos, esto es lo que estaría d isp u esto a argu m en tar y es, en todo caso, el problem a real. L a segu n d a razó n de mi escepticism o es la dificultad para encontrar una explicación convincente de p o r qué el espacio privado y la vida p riv ada deberían tener el tip o d e valor que da sustento a un d erech o humano. Es fácil exp licarlo en el caso de la privacidad de la inform ación; este tipo de p rivacidad es una condición n ecesaria p a ra la agencia n orm ativa y, p o r ende, es instrum entalm ente valiosa. Pero, ¿p o r qué d e b e ría preocupar nos, d igam o s, un e sp a cio privado? Existe un argum en to an á logo: el espacio p riv ad o también es una co n d ició n necesaria para la agencia n orm ativa. Después de to d o, he perm itido dos fundam entos p ara los derechos hum anos: la con dición de per sona y los asp ectos prácticos. Para ser p ráctico un momento, no es segu ro que la sociedad lo g ra ra m an ten er mi correspon dencia, mis creen cias y mis prácticas sexuales en privado si sus funcionarios tuvieran la libertad d e entrar a mi c a sa cu ando lo desearan . T am bién las leyes, incluso las leyes m orales, necesi tan trabajar con fro n teras bastante claras y fáciles de entender, y los m uros de n u estra casa form an una fro n te ra bastante más clara que la línea q u e separa aquellas d e n u estras creencias y prácticas pertinentes p a ra la p rivacidad de la inform ación de las que no lo son. Y, p o r buenas razon es p rácticas, nos gustaría tener una am plia zo n a d e am ortigu am ien to en torno a lo que es especialm ente valioso para n osotros. Así, tal vez p o r razones com o éstas, el d erech o a la privacidad incluya un espacio pri vado. Pero aun así, el valor de un esp acio p riv ad o , según esta
explicación, d e p en d e ría del valor d e la privacidad de la infor m ación; d e m o d o que esto no nos d a n in gu n a razón p ara tratar la p rivacidad del e sp acio com o un a g re g ad o independiente a la privacidad de la inform ación. H acien do esto a un lado, ¿qué otras explicaciones del valor del e sp acio p riv ad o p o d ría haber? N u estra pregunta no es si el esp acio p riv ad o tiene algiln valor. D esde luego que lo tiene. N ecesitam os el e sp acio p riv ad o p a ra relajarnos m ejor y para ser más creativos (“ la habitación p ro p ia ” de Virginia W oolf).13 Pero au n q u e el argu m en to de V irginia W oolf pudiera ser una buena razón p a r a la aspiración de mi fam ilia a, digam os, que cad a quien ten g a su propio cuarto, es cuan to m ás im plausi ble que nos d é un derecho hum ano a uno. Existen niveles de salud, fo rm as de educación, así com o tipos de privacidad q ue son altam en te valiosos, pero q u e caen más allá de lo que exigen los d e rech o s hum anos. A h o ra bien, ¿que sucede con los otros c a so s? Con frecuencia nos p reo cu pa la privacidad de los no agen tes —p or ejem plo, los pacientes ingresados en un asilo o clín ica privada con dem encia avanzada—. Su pri vacidad no sólo es m oralm ente im portan te; tam bién es, de cim os, un a cu estió n de la dign id ad q u e se debe otorgar a la p e rso n a h um an a. ¿P or q u é entonces este valor de la no agen cia no d a su sten to a un derech o h um ano? Sin em bargo, del hecho de q u e h ablem os aquí d e “d ig n id a d hum ana” no po dem os m eram en te concluir que se trata de un derech o hu mano; la exp re sió n “d ig n id a d h um ana” se usa de una m ane ra dem asiad o g e n e ral co m o p ara que la inferencia sea válida. ¿No es acaso cuan to m ás convincente una explicación com o la siguiente: que aquellos sum idos en la dem en cia todavía m e recen p ro fu n d o respeto a la person a ín tegra que alguna vez fueron, cuyos rastro s todavía sobreviven, y quienquiera que falte a ese respeto tiene sentim ientos terriblem ente defectuo sos? L o m ism o vale, aun que en un g r a d o un poco menor, p a ra alguien que ca rec e d e sentim ientos respetu o so s por el cadá ver de una p e rso n a . No obstante, en n in gun o de estos casos parece que el re sp e to se explique m ejor en térm inos de la po1S V. Woolf, A Room o f One’s Ovm, secc. 1: "T o d o lo que podría hacer es ofrecerle una opin ión sob re un aspecto m enor: u n a m ujer debe tener dinero y una habitación p rop ios si quiere escribir ficción ... ”
sesión d e un derech o humano. E l com portam ien to aprop iad o no siem pre tiene q u e ser d eterm in ad o por los derechos; hay que adm itir que existen casos lím ite difíciles. Podríam os ser unos m iron es con éxito, a los q u e d u ran te buen tiem po na die ha so rp ren d id o espiando c ierto s m om entos ocultos de las person as y, co m o no hemos sid o d escu biertos, no am en aza mos su agencia. Pero la agencia se ve am enazada si am ena zamos la auton om ía o la libertad de una persona. Y, co m o ya lo he subrayado, p a ra n u estra libertad no sólo necesita mos el hecho de que no haya un m irón en acción o que si gam os tan tranquilos sin p ercatarn o s del hecho de que sí hay algun o, sino la confianza gen eral d e que nuestra privacidad se resp eta, y e sa confianza n ecesitará reglas sociales bien esta blecidas y actitudes profundam ente a rraig a d a s. Aun los hasta ahora exitosos m irones corren el rie sg o de ser descubiertos, y que se se p a del descubrim iento b a s ta p ara m inar esa confian za. A dem ás, el segun d o fundam ento de los d erech os hum anos, los asp ecto s prácticos, con ducirán a un dom inio privado fá cil de co m p re n d er y m uy establecido: un dom inio que favo rezca los niveles de seguridad y esp o n tan e id ad , sin inhibición ni tensión, que la libertad necesita, así co m o una tranquilizado ra zona d e am ortiguam iento. Ésas so n las exigencias del dere cho a la p rivacidad en cualquier so cied a d , aunque los niveles exactos involucrados varíen de u n a cu ltu ra a otra. En nues tra so cied ad , pod ría exigir, al m en o s por un tiempo, protec ción de n u estra desnudez y alg u n a s otras form as culturalm en te d eterm in ad as de pudor, así c o m o protección de asuntos más tran sculturales, com o la privacidad d e n uestras afiliaciones po líticas. Hay un an tiguo sentimiento q u e todavía ejerce influencia en nuestro pensam iento m oderno acerca del espacio privado: “p ara un inglés, su casa es su c a s tillo ”.* D urante algún tiem po, el h om bre (el género aqu í es ese n cial) e ra reconocido com o el so b e ra n o absoluto de su propio h ogar. Este sentimiento ori gin ad o en una é p o c a en la que los h om bres tenían sus perte nencias, su s an im ales se incluían entre sus pertenencias, y su m ujer y sus hijos a m enudo no q u e d a b a n muy por encim a de ‘ Esta frase indica la importancia que los ingleses atribuyen a la “privaci d ad ” del hogar. [N. de la t ]
éstos. Pero ah o ra pensam os que la so cied ad tiene deberes ur gentes y todavía insuficientem ente recon ocidos de regu lar lo qu e o cu rre d en tro d el e sp acio p riv ad o , h asta en el lecho con yugal, H oy día, la socied ad correctam en te ejerce control sobre la violación en el m atrim on io, la violen cia contra la esposa, el abu so físico o sexual de p ad res a hijos, el incum plim iento d e los p ad res en cuanto a la salud o la educación de sus hi jo s , la cru e ld ad d e la fam ilia con tra los anim ales, y —lo q u e es un caso r a r o p e ro real— sobre un ju e g o sado m asoq u ista co n se n su a d o en el cual una p e rso n a va m atando lentamente a la otra. El juez Blackm un afirm a que lo que está particularm ente p rotegid o contra la regulación estatal es “el com portam iento íntimo q u e o cu rre en los lugares ín tim o s”,14 pero esto resulta bastante d u d o so . L a a n tig u a id ea del h ogar de un inglés, con una p rivacidad que casi se entendía com o absoluta prohibición a los e xtrañ o s, ha dado p aso a un a p riv acidad m odern a m ucho más perm eable. Estas observacion es p on en de m anifiesto la fuerza del ataque fem inista contra la privacidad; sin em bargo, las fem inistas plantean sus objecion es no al verdadero derecho h um ano a la privacidad sin o, sim plem ente, a la distorsión pa triarcal del m ism o .15 L o que hem os estad o b u scan d o es un valor vinculado al e sp a cio privado que no sea un valor que, aunque, p o r un lado, no ofrezca n in g u n a d u d a d e que se trata de un valor, resulte insuficiente p a ra apoyar un derecho hum ano, ni, p o r el otro, un valor q u e dé sustento a un d erech o hum ano p e ro sólo p o r su con exión instrum ental con la priv acid ad d e la inform ación. En cierto m om ento, o bien tenem os que p rod u cir exactam ente ese valor, o con fesar que no lo h em o s podido encontrar. Yo ad m ito que no he en con trad o n in gu n o. L o que vale p a ra el e sp a c io p riv ad o tam bién vale p a r a la vida privada. “L a vida p riv ad a” abarca, entre otras cosas, las relacio nes p erson ales. É stas constituyen un com ponente im portante de un a vid a bu en a y, ele hecho, son lo suficientem ente fu nda m entales en la con cepción de la m ayoría sobre lo que es una vid a buen a com o p a ra ayudar a su sten tar un derecho hum ano, 1,1Juez. Blackmun, en el caso Bowersv. Hardwick, 478 U.S. 186 (1986), en 478 U.S. 184, 214, 15C. M acK innon, Tornará a Ferninist 'l'heory of the State.
norm alm ente la libertad. L a lib e rtad equivale a ser libre de bus car nuestra p rop ia con cepción d e un a vida que m erece la pena, y la so cied ad puede interferir en esa bú sq u ed a levantando una b a rre ra entre n osotros y n uestros fines, d igam os estableciendo una prohibición legal y m erm an d o las con dicion es n ecesarias del p rop io fin, p o r ejem plo, d estru yen d o la p rivacidad que las relaciones person ales necesitan. Pero la privacidad que necesi tan es privacidad de la in form ación , com o condición necesaria para la autonom ía y la libertad. L a privacidad del espacio y de las relaciones no d e se m p eñ a ningún papel independiente adicional. 4 . Una propuesta acerca del derecho a la privacidad Si n ad ie más puede plantear el tip o de valor que sirva de base a un derecho y que yo no he p o d id o encontrar, entonces nos q u ed am o s solam ente con dos d erech o s: el derecho bastan te cir cunscrito a la privacidad de la in fo rm ación y el muy arraigad o derech o a la libertad. Mi propuest a es que reduzcam os a estos dos los derechos hum anos a los q u e ap elam o s p ara resolver los casos que hem os ten id o ante n o so tro s. Antes listé los m uchos p rob lem as heterogéneos que, según se afirm a, se arreglan con el d erech o a la privacidad. Si mi p ro p u e sta es aceptada, la lista te n d r á q u e ser re co rta d a con siderablem ente. De acuerd o c o n m i propuesta, los siguientes p roblem as se arreglarán, no a p e la n d o a la privacidad, sino a la libertad: la anticoncepción, el abo rto, los actos h om osexu a les, la p o rn o grafía, el m atrim on io m ixto, el m atrim onio entre p e rso n as del mismo sexo y la eu tan asia. L o s siguientes prob lem as, sin em b argo, se habrán de solu cion ar ap elan d o a la privacidad: la intervención telefónica, la colocación de m icrófon os y otros ap arato s de escucha en la casa de alguien , las fotografías n o autorizadas de n uestra vida sexual o de nuestras relaciones p erson ales, la pu blicación de listas de militantes de o rgan izacion es políticas, la divulgación de inform ación re co g id a de e sta s fuentes proh ib id as a m enos que haya un interés público predom in ante, y, si los aspectos prácticos de verdad reco m ien d an exten der la zona de exclu sión a las paredes de la casa, en ton ces la privacidad de ese es pacio.
Por lo tan to, hay las q u e se co n sid eran cuestiones d e privaci d a d que no so n asun tos ni d e privacid ad ni de libertad: los rui d os y los o lo re s m olestos que p enetran en la casa (¿es éste acaso un prob lem a d e derech os hum anos?, ¿no es m ás bien un asunto del derecho de entuertos o d e respon sabilidad civil extracontractual?), los ataq u es a nuestro honor y reputación (de nuevo, ¿es éste un p ro b le m a de derechos h um anos?, ¿no d eb ería d e ja rse tam bién al derecho d e resp on sabilid ad civil extracontractual?), y dos asuntos m uy estrecham ente relacionados —los d e rechos a la se g u rid a d d e la p erson a y a la integridad c o rp o ra l—, (Digo “estrech am en te re lacio n ad o s”, p e ro tal vez el p rim e r d e recho sim plem en te incluya al segu n d o .) C ad a uno d e estos d o s derechos es derivable d e la agen cia n orm ativa —esto es, de la autonom ía, la libertad y los bienes d e apoyo—. No tendríam os seguridad de age n cia sin ciertos tipos d e segu rid ad de la p erso na o c o rp o ra l. Así, estos derechos p arecen un asunto de bienes de apoyo, y no d e libertad ni de privacidad. Existe tam bién el supuesto d e rech o a determ in ar lo que sucede en y a nuestro cuerpo. U na in terpretación d e este derech o adicional es aqu e lla que afirm a que nuestro cu erp o es un espacio privado, d en tro del cual so m o s soberan os o casi so b eran o s. Ésta p o stu ra ha sido citad a de m an e ra prom inente p a ra defen der el derech o de una m ujer al a b o r to .16 Así usada, hace eco de la an tigua tesis de la d om in ación m asculina: p a ra un inglés, su h ogar es su casti llo; y se h a co n vertid o en la m oderna afirm ación de la dom ina ción fem en in a: p ara una mujer, su cu e rp o es su castillo, la cual es igualm en te sosp ech o sa. ¿P rotegería e sta interpretación el que una m ujer tom e d ro g as que probablem ente causen graves d eform acio n es al feto, o que tenga todos los hijos que quiera? ¿Protegería el rech azo d e una m ujer o d e un hom bre a ser vacu nado sin n in gún p eligro en co n tra d e u n a enferm edad que p o ne en serio p elig ro la salu d pública, o a d a r u n a m uestra de su aliento, san g re, orin a o A D N ? ¿H aría q u e las pruebas an tido pa je ob ligatorias a los pilotos d e líneas aéreas fueran un a infrac ción a sus d e rech o s? ¿N os daría un d erech o hum ano a vender las partes d e n uestro cu erp o? S o sp ech o q u e no hay n a d a m ás en este su p u esto derech o, excep to lo q u e ya está incluido en el 16 Lo ha hecho J. Ja rv is T h om son , “A D efense o f A bortion".
derech o a la libertad o en el d e rech o a la segu rid ad de la per sona. En todo caso, no parece se r un asun to de p riv acid ad .17 17 P ara completar, deberíam os explicar p o r qué varios derechos incluidos en la D eclaración de D erechos de E stad os U n idos que fueron concebidos para im plicar un derecho al espacio o a la vida privada, en realidad no lo hacen. En la jurispruden cia del Tribunal Suprem o, se ha considerado que el derecho contra la autoincrim inación se basa en un derecho a la privacidad de nues tros pensam ientos (e.g., el ju e z Douglas, del lado de la mayoría, en el caso Gnswold v, Connecticut, 381, U.S. 479 (1965), en 381 U.S. 479, 485: “Varias garan tías crean zonas de privacidad [. ..]. L a Quinta Enm ienda en su cláusula d e autoincrim inación perm ite al ciudad an o crear u n a zona de privacidad a la q u e el gobierno no puede obligarlo a ren un ciar en detrimento propio.”). ¿El derech o contra la autoincrim inación su p o n e la privacidad del pensam iento? ¿N o se b asa más bien en la evitación d e una injusticia? Una confesión no es, por m uchas razones, evidencia ideal. Atribuir dem asiado peso a la con fesión fácilmente degenera en las prácticas ju diciales de la Inquisición y de la Cám ara d e la Estrella. Fácilmente conduce a la tortura, y aunque ésta es obviamente incorrecta por la agonía q u e lleva consigo, también es incorrec ta, y un asunto de derech os humanos, porque suele usarse para m erm ar la cap acidad d e acción de la persona; tien e p o r objeto quitarle s u facultad de decidir qué hacer y luego ceñirse a la decisión . ¿No se basa el derecho con tra la autoincrim inación en la justicia procedim ental y la protección de la agen cia norm ativa? “N uestros an tepasados sabiamente incluyeron la Quinta Enm ienda en nuestra Constitución en un intento por evitar inquisiciones del tipo tan común en E uropa en esa é p o c a y para proteger a los ciudadan os acusados de ser obligados a incrim inarse en condiciones de tortura.1’ L.C. Byman, “A C om m on Sense Vievv o f the Fifth A m endm ent”. M cNaughton sub raya que "la política que apuntala el p riv ilegio [contra la autoincrim inación] no es nada claro" (p. 150); sin em bargo, s u propia conclusión es que tenía dos propósitos: en prim er lugar, “retirar el derech o a una respuesta en los casos difíciles de situaciones en que la coacción puede co n d u cirá la inhum anidad, la principal inhum anidad son las tácticas abusivas que aplica un interrogador celoso de su d eb er”; y, en segun do, cu m p lir con la ética im perante d e que el individuo e s soberano y [,..] que no sea m olestado si no hay una b uen a razón [ ...] ” (p. 151). J. M cNaughton, “The Privilege Against Self-Incrimination: The C onstitutional Appreciation, R a iso n d ’E tre and Miscellaneous Im plications”. ¿Y qué pasa con el ah ora antiguo derech o de la Tercera Enm ienda d e no tener a ningún soldado alojado en casa sin el consentimiento del propietario? ¿Im plica esto, como en la ju rispru den cia del Tribunal Suprem o se ha con siderado que implica, un derecho al e sp acio privado? De nuevo, véase juez D ouglas, en Griswold v. Connecticut, 381 U .S. 479 (1965), en 381 U.S. 479,485: "V arias garan tías crean zonas de p riv acidad [...]. La T ercera E nm ien da en su prohibición d e alojar so ld ad o s 'en c u alq u ier c asa’ en tiem pos de paz sin el consentim iento del propietario es o tra faceta de esa privacidad." Los colo nos am ericanos resintieron enorm em ente el alojamiento forzoso de tropas del
5 . L a privacidad frente a libertad de expresión y el derecho a la información ¿El derecho de una p e rso n a a la privacidad no en trará en cons tante conflicto con la libertad de expresión de las otras p e r so n a s? Y si el d e rech o es específicam ente a la priv acid ad de la información, ¿no en trará a m enudo en conflicto co n el derecho d e los dem ás a la in form ación ? S e insiste m ucho, y no sólo lo hacen los dueños de los periódicos, en que la protección legal d e la privacidad del in d ivid u o es incom patible co n la libertad d e p ren sa.18 R esolver si dos derech os realm ente entran en conflicto no es suficiente p a ra sab er sus nom bres. D ebem os co n ocer su conte nido. La libertad de exp resión es libertad de declarar, discutir y d eb atir cualquier c o sa relevante p a ra nuestro funcionam ien to com o agentes n orm ativos: religión, ética, aprendizaje, arte y cualquier otra co sa q u e su ced a en la socied ad o en el gobiern o que influya en n uestro p e n sar y decidir autón om am ente, y en nuestra libertad p a ra b u sc a r nuestra con cepción de un a vida que m erece la pena. S i h ago que un am igo deje de gritar ju guetonam ente “ ¡F u e g o !” en un teatro lleno, o sim plem ente de que nos a b u rra co n tán d o n o s historias acerca de sus vacaciones, no estoy infringiendo su libertad de expresión. Igualm ente, el derech o a la in form ación es un derecho a la in form ación que se n ecesita p ara fu n c io n a r co m o agen te norm ativo: acceso a los pensam ientos relevantes d e otros, a las artes, al intercam bio de ideas y, en un a dem ocracia, a la in form ación acerca de los problem as que el público tiene ante sí, ciertos actos e inejército británico en sus casa s familiares, La Tercera E n m ien da no garantiza que esto no .suceda en el futuro, sólo que no ocurrirá en tiem pos de paz, y que en época de gu erra sólo ocurrirá "conform e lo dispon ga la ley'1. Así, ¿define la Tercera Enm ienda un derecho humano (la p alab ra 'derecho' no se usa nunca), o sim plem ente prom ete reducir y, en alg u n a m edida, regular una práctica muy molesta, au n q ue todavía posiblem ente necesaria? Si la Tercera E nm ienda tiene algún vínculo con la privacidad, sería porqu e el alojamiento obligado de tropas am en azaría nuestra privacidad de la inform ación, tal como sucedería si tuviéramos a la policía entrando y saliendo de nuestras casas a su voluntad. Pero la com paración con la frecuente intrusión de la policía es exagerada; el alojam iento forzado de las tropas fue algo muy raro. 18 C om o ejemplo, véase el artículo “Privacy Law Ruled Incom patible with Free Press", The Times, Londres, 17 de ju n io de 2003,
tenciones del gobiern o, etc. S i el g o b ie rn o de mi país no d a a co n ocer algu n o s de sus actos e intenciones, mi derecho a la in form ación puede verse vuln erado. S i los d iario s londinenses no publican los resultados de mi eq u ip o favorito en Irkursk, puedo sen tirm e fru strado h asta el límite, p ero mi derecho a la inform ación n o resultará infringido. L a libertad d e un diario p a r a p e rse g u ir y acosar a D iana, princesa d e G ales, y a Dodie Fayed y p ara publicar las foto grafías resu ltan tes no entra en co n flicto con su derecho a la privacidad. S e a lo que sea la lib ertad d e expresión, no es lib e r tad p ara p e rse g u ir y acosar a e sa s d o s p erson as. En térm inos gen erales, som os libres de e x p re sa r lo que es im portante p a ra vivir bien, hacer bien, norm ar y m ejo ra r la sociedad, p articip ar efectivam ente en el gobierno, la ed u cació n y las artes —todos los cuales son asu n tos de legítim o interés público—. L o m ism o es cierto d e n uestro derecho a la in fo rm ació n . Y nuestro d ere cho a la p rivacid ad es, en gen eral, un derecho a lo que no es de legítim o interés público. L e jo s d e que el conflicto sea co n s tante, sería raro. Y esta arm on ía g e n e ral no es provocada por m edios artificiales —p o r ejem plo, añ ad ien d o al contenido d e los derech os cu alquier excepción q u e e n otras circunstancias causaría co n flicto—. El contenido d e los derechos a los que h e m os ap ela d o h a sido determ inado exclusivam ente por las co n diciones de existencia de los derech os hum anos. No es que la arm onía entre los d erech o s a la privacidad, la libre expresión y la inform ación s e a com pleta. Aun d esp u és de haber u b icad o esta nueva línea d iv iso ria entre los ám bitos público y privado, los dom inios se p u e d e n traslapar. El tipo d e discu sión realm ente privada entre u n g ru p o de gente ace rca de las injusticias de la so cied a d y sus p osib les rem edios p o d ría incluir d ecisio n es y planes p a r a rebelarse que a un p erio d ista al tanto d e ellos le podrían p arecer correctam en te co m o d e interés público. Este significativo elemento d e a rm o n ía contribuye en g ran m ed id a a resp on der dudas en cuanto a si la legislación p a r a proteger la p rivacid ad individual fu n cion aría en la práctica. U n derecho legal a la privacidad n o en traría en conflicto constante mente con la libertad de expresión , ni co n s u libertad de p ren sa derivada, y la reso lu ció n de los co n flicto s que p udiera haber n o
sería totalm ente co n fusa ni interm inablem ente polém ica. Por el con trario, 1a introducción d e u n derech o a la privacidad ayuda ría a definir, finalm ente, có m o el p ro p io dominio de la libertad de expresión tiene límites. Sin d u d a tom aría tiem po que en la so cied a d se d esarro llara un entendim iento ad ecu ad o d e la dis tinción entre los ám bitos p ú b lico y privado, pero la legislación pron to se com plem en taría con la ju risp ru den cia. Establecien do un a ad ec u ad a interpretación de la distinción entre p ú b lico y p rivad o, la so cie d a d podría luego exigir argu m en tos m ucho m ás afin ad os en favor de la existencia de un in terés público q u e cu alq u iera d e los que se n o s dan ah o ra. El argu m en to d e que ad o p ta r u n a v id a pública hace p e rd e r la vida privada es ridículo. C u an d o p o r p rim e ra vez se habló en los dia rio s de un a relación sexual entre el presidente Clinton y M onica Lewinsky, d e b e ría haber sid o in aceptable argum en tar alg o tan b u rd o co m o esto: la m o ralid ad de un presidente es p ertin en te en el d esem p eñ o de su cargo; lo que sucedió entre Clinton y Lew insky tiene pertin en cia p a r a la m oralidad del an tig u o pre sidente. A unque am bas afirm acio n es son verdaderas, no lo son en g r a d o suficiente p a r a estab lecer un interés público. Existe el argu m en to o b v io d e q u e el h echo d e q u e a lg o s e a de interés p ú blico (esto es, un asun to q u e afe cta los intereses del p ú b lico —lo que es en ventaja o en detrim en to del público—) es diferente de que alg o sea un ob jeto p o r el cual el público adqu iera interés (esto es, un asunto de su cu riosid ad ); sólo el prim er sentido d e “interés p ú b lico ” nos con ciern e. C u ando Clinton e stab a en el cargo, algun as de sus v irtu d es y algun os d e sus vicios eran d e hecho de interés público: si era honesto o valiente o com e d id o o com pasivo; sin em bargo, el que fuera m uy libidinoso y estuviera d isp u esto a explotar, co n su consentim iento, a las jó v e n es adultas que fungían co m o internas en la Casa Blanca, p ara ob ten er satisfacción no lo es. N o es que la vida sex u a l de un político no p u d ie ra n un ca ad qu irir interés p ú b lico ,19 pero |,J H u b o un caso más convincente de un interés público (un riesgo de segu ridad) cuando, a principios de los años sesenta, John Profumo era Secretario de Estado para,la G uerra en el gabinete británico y gozaba de los servicios de una prostituta que tam bién “ aten día" al ag reg ad o militar en la em b ajada soviética. Pero aun en este c aso , si h ub iera habido una ley que prohibiera hacer pública la vida sexual de u n a p erso n a a menos que hubiera un interés
la relación Clinton-Lewinsky n o se acercaba ni rem otam ente a esta posibilidad, tam poco n in g u n o d e los dem ás episodios publicitados de su v id a sexual. L a línea p ara se p a ra r lo público de lo privado que la so cied a d necesita habría perm itido que Clinton respon diera: “ No h ab laré d e mi vida privada, ni p ara con firm ar ni p ara n egar lo q u e se d ice.”20 L a o d io sa práctica d e revelar la h om osexu alidad d e a lg u nos hom osexuales tam bién h a sid o defendida, de una m an era sólo un poco m ás plausible, so b re la base del interés público. Peter Tatchell, el líd er de la organ ización britán ica Outrage!, una vez (sin d ar sus n om bres) instó a diez obispos anglicanos a adm itir su h om osexu alid ad , con la am enaza, pen dien do d e sus cabezas, de revelarla él m ism o. H acer esta revelación se ju s tificaba —d ijo— “cu an d o hay fig u ra s públicas que abusan de su p o d e r p ara dañ ar a otros g a y s ”. “Los m aricones h om ófobos —continuó— son un os h ipócritas, y su hipocresía m erece se r exp u esta.” Hay aquí un aparente interés público: u n a sociedad es m ás sana si co m b ate ciertas form as de h ipocresía; y desd e luego es m ejor si com bate la injusticia. Pero un o b isp o h om o sexual que cree, aun que sea equivocadam ente, que los sacerd o tes no deben ser h o m osexu ales activos no necesariam ente está público y a m enos que no hubiera o tra manera de cumplir con ese interés, los diarios habrían sido obligados a presen tar la inform ación a la policía o a los servicios de inteligencia, lo que h ab n 'asid o más eficiente y más humano. Hay, desde luego, consideraciones en contra que deben ser ponderadas; p or ejem plo, ¿em prenderían los diarios e ste tipo de periodism o de investigación av eces útil s in o hubiera posibilidades de publicarlo? 20 Hay varios ejem plos de cóm o las sociedades necesitan desesperadam ente norm as más claras y más elevadas p a ra establecer e! interés público. En L o n dres, en 1992, el periódico The Independent reveló que Virginia Bottomley, entonces Secretaria de Salu d, dio a luz a su prim er hijo tres m eses antes de casarse, 25 años antes, con el padre de su hijo y todavía su m arido. Su esposo acusó al diario, ante la C om isión de Q u ejas con tra la Prensa, de invasión d e la privacidad. “Se trata d e u n asunto d e legítimo interés público’’, respondió The Independent, arguyendo en un ed ito rial que la historia “am pliaba nuestro entendimiento al descubrir que una cap az y muy respetada Secretaria de Salu d, que llam a la atención a lo s problem as q u e rodean a las jóvenes m adres solteras, había ella misma p asad o por esa experiencia difícil aunque no des h onrosa" (inform ación de The Times). Q u é estado lastim oso d e una sociedad en la cual The Independent tendría la desfachatez de publicar un argum ento tan endeble.
a b u sa n d o d e su p od er. N o to d as las person as cuya aparien cia difiere d e su realid ad son p o r ello hipócritas. Un hom ófobo, sea h o m osexu al o no, que actúe hostilm ente hacia los hom o sexu ales ún icam en te p orq u e son hom osexuales es injusto. La injusticia m erece ser exp u esta. Ése es el interés público. Pero si el h om ófobo es él m ism o tam bién hom osexual, hacer público este otro hecho no es un acto p ro teg id o p o r la libertad de ex p resión de quien lo pone al d escu bierto ni por el derech o del público a la in form ación. Por el contrario, es una infracción de lo más in d ign an te del d erech o a la privacidad del h om ófobo. [Traducción de Laura E. Manríquez] BIBLIOGRAFÍA B y m a n , L o u is C ., “A C o m m o n S e n s e View o f the Fifth A m e n d m e n t”, J o u r n a l o f C rim in al L aw , C rim in ality a n d Pólice Ju stic e , vol. 5 1 , no. 2, 196 0 , p p . 1 5 5 - 1 6 0 . C o llin s, H e n r y (c o m p .), Rights o f M a n , P e n g u in B o o k s, B a ltim o r e , 1969. E rn st, M o r r is L . y A la n U . S c h w a rtz , Privacy: The R ight to Be L e t Alone, M a c m illa n , N u e v a Y ork, 196 2 . F rie d , C h a r le s , "P r iv a c y ”, e n R . W ack s, Privacy, vol. 1. G a v iso n , R u th , “P riv a c y ", e n R. W acks, Privacy, vol. 1. J c f f e r s o n , T h o m a s , Notes on the State o f Virginia, cd . W illiam P eden , U niversity o f N o rth C a r o lin a P r e ss, C h a p e l H ill, 1955. L o c k e , J o h n , A Letter C oncerning Toleration, e n Works o f ju h n Locke, vol. 6, T h o m a s D av iso n , L o n d r e s , 1823, [V e rsió n en c a ste lla n o : C a r ta sobre la tolerancia, tra d . P e d ro B rav o G a la , T e c n o s, M a d rid , 1991.] M a c K in n o n , C ., Tow ard a Fem inist Theory of the State, H a r v a r d U niversity P r e ss, C a m b r id g e , M a ss., 1 9 8 9 . M c N a u g h to n ,Jo h n T ., “T h e P r iv ile g e A g a in st S e lf-ln c r im in a tio n : T h e C o n s titu tio n a l A p p r e c ia tio n , R a is o n d ’E tre a n d M isc e lla n e o u s Imp lic a ü o n s ” , J o u r n a l o f C rim in a l L aw , Crim inology an d Pólice Science, vol. 5 1 , no. 2, 1 9 6 0 , pp. 1 3 8 - 1 5 4 . M ill.J.S ., O n L ib erty , P e n g u in , H a r m o n d sw o r th , 1974. [V e rsió n e n c a s te lla n o : Sobre l a libertad, tra d . P a b lo d e A z c árate, A lian za, M a d rid , 1 9 7 0 .] P e a s le e , A m o s J . (c o m p .), C on stitution s o fN atio n s, 3 a . ed. rev., N ijh o ff, L a H a y a , 1 9 6 5 - 1 9 7 0 , vols. 1 - 4 .
R ic h a rd s, D a v id A . J., Toleration and the Constitution, O x fo r d U n iversity P r e ss, N u e v a York, 1986. S c a n lo n , T .M ., What We Owe C a m b r id g e , M a ss., 1998. S tru m , P h ilip p a ,
to Each Other, H a rv a rd U n iv e rsity P ress,
Privacy: The Debate in the United States Since 1945,
H a r c o u r t B r a c e , F o r th W orth, 1 9 9 8 . T h o m s o n , Ju d ith J a r v is , “A D e fe n se o f A b o r tio n ”,
Philosophy and Public Affairs, vol. 1, no. 1, 197 1 , p p . 4 7 - 6 6 . [V ersió n e n c a ste lla n o :
“U n a d e fe n s a d e ! a b o r to ”, trad . M a r g a r it a M. V ald é s, e n M a rg a rita M. V a ld é s (c o m p .), Controversias sobre el aborto, F o n d o d e C u ltu ra E c o n ó m ic a /I n s t it u t o d e I n v e s tig a c io n e s Filosóficas-U N A M , M é x i c o , 2 0 0 1 .] --------, “ T h e R ig h t to P r iv a c y ”, 1 9 7 5 , pp . 2 9 5 - 3 1 4 . W acks, R a y m o n d (c o m p .),
Philosophy and Public Affairs, vol. 4,
Privacy, vol. 1, N e w Y ork U n iv e rsity P ress,
N u e v a York, 1993. W arre n , S a m u e l C. y L o u is D . B r a n d é is , “T h e R ig h t to P riv acy ”, Harvard Law Review, \ ol. 4 , 1890, p p . 1 9 3 - 2 2 0 . W ein reb , L lo y d , “T h e R ig h t to P r iv a c y ", vol. 17, 2 0 0 0 , pp. 2 5 - 4 4 . W o olf, V irg in ia, A Roorn of
Social Philosophy and Policy,
One’s Own, F la m in g o , L o n d r e s , 1994.
[V e rsió n e n c a s te lla n o : Un cuarto propio, trad , J o r g e L u is B o r g e s, C o lo fó n , M éxico, 1989; e x iste n o t r a s e d ic io n e s en c a s te lla n o con el títu lo
Una habitación propia]
L A S NORM AS D E M AN D A TO : PR IN C IPIO S Y R E G LA S M a n u e l At ie n
za y
J
uan
R
u iz
M
añero
1 . Introducción: tipos de principios 1 . 1 . Kl inicio de la d iscu sió n so b re principios en la teoría del D erecho contem poránea La discusión acerca de los prin cipios ju ríd ico s arran ca, en la teoría del Derecho d e los últimos añ os, de un fam oso ai L Í c u l o de R onald Dworkin publicado en 1967, con el título de “¿Es el D erecho un sistema de reglas?" (e in co rp o ra d o d esp u és, com o capítulo 2, a Dworkin 1978). L a preten sión fundam ental d e di cho artículo era —como se sabe— im p u gn ar lo que el propio Dworkin denom in aba “la versión m ás p o d e ro sa del positivism o ju r íd ic o ”, esto es, la teo ría del D erech o d e H.L.A. H art. Entre los defectos capitales de d ich a teoría se hallaría, según Dwor kin, su incapacidad para d ar cuenta de la p resen cia en el Dere cho de p au tas distintas d e las reglas —eslo es, d e prin cipios—, lo que privaría tam bién a la con strucción d e H art de la posi bilid ad de com prender aspectos esen ciales del razonam iento ju d ic ia l en los llam ados caso s difíciles. Reglas y principios se diferenciarían, según Dworkin, p o r lo siguiente: A m b o s c o n ju n to s d e p a u t a s a p u n ta n a d e t e r m in a d a s d e c isio n e s s o b r e la o b lig a c ió n ju r í d i c a en c ir c u n s ta n c ia s d e te r m in a d a s, p e r o u n o s y o tro s d ifie r e n en la o r ie n ta c ió n q u e d a n . L a s re g la s s o n a p lic a b le s a la m a n e r a d e to d o -o -n ad a . S i s e d a n lo s h e c h o s q u e e s tip u la u n a re g la, e n to n c e s o b ien la r e g la e s v á lid a , e n cu y o c.aso la r e s p u e s ta q u e d a d e b e s e r a c e p t a d a , o b ien n o lo es, e n cuyo c a s o n o co n trib u y e e n n a d a a la d e c is ió n [,..] . P e r o n o es d e e sta m a n e r a c o m o o p e r a n lo s p r in c ip io s [. . .]. N i s iq u ie r a a q u e llo s q u e s e p a r e c e n m á s a la s r e g la s e sta b le c e n c o n s e c u e n c ia s ju r í d ic a s q u e se s ig a n a u to m á tic a m e n te c u a n d o la s c o n d ic io n e s p r e v ista s e stá n sa tisfe c h a s [...]. L o s p r in c ip io s tie n e n u n a d im e n s ió n q u e
la s re g las no tie n e n : la d im e n s ió n de p e s o o im p o r ta n c ia . C u a n d o h ay u n a in te rfe re n c ia e n tre p rin c ip io s [...] q u ie n h a d e re so lv e r el c o n flicto h a de to m a r e n c u e n ta el p e so re la tiv o d e c a d a u n o [...]. L a s re g la s no t ie n e n e s a d im e n sió n . (D w o rk in 1 9 7 8 , p p . 2 4 - 2 7 )
C om o ejem plo d e su tesis Dworkin ad u cía u n caso —Riggs versus Palmer— del que hubo de entender, a finales del siglo p asad o, un tribunal del estado d e N ueva York. El asunto era básicam ente el siguiente: un nieto solicitaba al tribunal entrar en posesión de la h eren cia de su abuelo, lo que, de acuerdo con la ley testam entaria del estad o de N ueva York, le correspondía. L a peculiaridad del c a so residía en q u e entre los atributos de dicho nieto se e n c o n tra b a el de ser el asesino d e l causante, cir cunstancia que la ley testam en taria aplicable no contem plaba com o causa de exclu sió n de la sucesión: de acu erdo con las disposicion es aplicables, tal circunstancia d eb ía considerarse, pues, com o irrelevante. El tribunal n egó al nieto, sin em bargo, el entrar en p o sesió n de la herencia de su ab u elo apoyándo se en el principio d e q u e “n adie puede sacar provecho de su p ro p ia acción ilícita”. C o m o cab e observar, el ejem plo aduci do por Dworkin e n d e fe n sa d e sus tesis quizá no resultara del to d o coherente con é sta s, al m enos en un p a r de puntos: a ) se gún Dworkin, si una regla es válida, y se dan los hechos que la m ism a estipula, la ap licación de la regla solu cio n a, sin más, el caso. Pero en Riggs versus Palmer el tribunal no cuestionó la validez de las d isp o sicio n e s sobre la sucesión aplicables, sino que m ás bien c o n sid e ró que, en relación con las circunstancias del caso, el principio Nernine doluus suus prodesse debet había de prevalecer sobre el p rin cip io de que “d e b e ser lo prescri to p o r las reglas ju r íd ic a s ”, y b) según Dworkin, los principios p o r sí m ism os n un ca determ in an por co m p leto el contenido de una decisión particular, m ientras que en el c a so de referencia parece que, una vez d eterm in ad a p o r el tribu nal la prevalencia del principio q u e im pide sacar provecho del propio ilícito, dicho principio vino a ser el fundam ento único y com pleto de su decisión. S e a com o fuere, las tesis de Dworkin sobre los principios, ulteriorm ente exp an d id as h asta la con cepción global del De recho que en con tram os en Law ’s Ernpire (Dw orkin 1986), han
sido uno d e los an im ad o res más d e stac ad o s de la discusión en teoría y filosofía del Derecho de las últim as décadas, proyec tándose sobre tóp icos tan centrales a estas disciplinas com o las relaciones entre m oral y D erecho, la tipología de las dis posiciones ju ríd ica s, la caracterización d e los casos difíciles, la creación ju d icial del Derecho, el c a rá c te r y estructura del razonam iento ju ríd ic o justificativo, etc. N uestro propósito, sin em bargo, en este capítulo no es el d e relatar e intervenir en dicho debate, m o stran d o nuestros acu erd os y desacuerdos con sus principales p rotagon istas A un q u e utilizarem os co n liber tad elem entos su rg id o s en él, lo q u e aqu í nos p rop on em os es construir, a p artir de la distinción entre reglas y principios (y entre cad a una de las especies q u e nos p arece hay que distin guir dentro de c a d a uno de estos g én e ro s), un prim er paso en una teoría de los enun ciados ju ríd ico s. Dicha teoría, a nuestro ju icio, debe esclarecer, en relación con cad a tipo de enunciado, lo siguiente: en p rim er lugar, cu áles son sus rasgos estructura les; en segundo lugar, qué tipa de razó n para la acción prop o r ciona; en tercer lugar, cóm o se co n ecta co n los intereses y las relaciones de p o d e r existentes en la so cied ad . 1 . 2 . Diversos sen tid os d e “principio ju r íd ic o ” No d eb e olvidarse que, aunque la d iscu sió n so b re los p rinci pios ju ríd ico s en la teoría del D erecho recien te tiene su origen en la ob ra de Dworkin (y, en g ra n m edida, sigue girando en torn o a ella), la reflexión sobre los p rin cip ios ju rídicos no ha faltado en la teoría del Derecho an terio r a Dworkin, de lo que son bu en a m uestra ob ras com o la d e Esser (1956), Del Vecchio (1958), Bobbio (1966) o, entre n o so tro s, G arcía de Enterría (1963). Y por lo que hace a los textos legislativos, la referen cia a los p rin cipios ju ríd ico s tiene u n a larg a tradición, que es usual rem ontar al C ó d igo civil au stríaco de 1811. O curre, sin em bargo, que los teóricos del D erech o y los ju ristas han usa do —y continúan usan d o— la e x p re sió n “p rin cipios ju ríd ic o s” (o “principios gen e rale s del D erech o ”) con sentidos diversos, que a su vez se solapan , al m enos parcialm ente, entre sí. En to d o caso, las acep cio n es más sign ificativas p arecen ser las si guientes (tom am os en cuenta, fu n d am en talm en te, los análisis de C arrió 1986 y Guastini 1990): >
a ) “Principio" en el sen tido de n orm a muy general, enten d ie n d o por tal la que regula un caso cuyas p ro p ied ad es rele vantes son muy gen erales. Por ejem plo, el artículo 1091 del C ó d ig o civil español, cu an do establece q u e “las ob ligacion es q u e nacen de los co n tratos tienen fuerza de ley entre las p a r tes contratantes, y deben cum plirse al tenor de los m ism o s”, N i que decir tiene que la p ro p ied ad de que u n a n o rm a sea g e n e ral es cuestión relativa y gradu able: la anterior n o rm a —o p rin cip io —es más gen eral que las que se aplican exclusivam en te a los contratos de arren dam ien to (por ejem plo, el art. 1545: “los b ien es fungibles q u e se consum en con el uso no pueden ser m ateria de este co n trato ”), y m enos gen eral que las que se aplican a los con tratos y otros actos ju ríd ic o s (p o r ejem plo, el arl. 11.1: “las form as y solem n id ad es de los con tratos, testa m entos y dem ás actos ju ríd ico s se regirán por la Ley del país en que se o to rg u e n ”). L a gen eralid ad de una norm a no es, en el sen tido en que aquí em pleam os la expresión, u n a cu alidad que tenga que ver con la am plitud mayor o m enor de la clase de los destinatarios de la m ism a, sino con la m ayor o m enor g e n e ralid a d (o “g en ericid ad ”, si se quiere) de las p ro p ied ad e s relevantes del caso que regula. b) “P rin cip io ” en el sen tido d e n orm a re d actad a en térm i n o s particularm ente vagos, com o el artículo 7, a p artad o 2 del C ó d ig o civil español: “la Ley no am p a ra el ab u so del derech o o el ejercicio antisocial del m ism o ”, Por supuesto, hay m uchas n o rm a s que son vagas en el sentido de que en la d escrip ció n del caso gen érico (o su p u esto de hecho) aparecen térm inos que tien en una periferia de textu ra abierta: el gru eso de los casos o rd in ario s caen claram ente dentro o fu era de la n orm a, pero existen tam bién supuestos (excepcion ales) en los que es d u d o so si se les aplica o no la n orm a. Sin em bargo, el ejem p lo de n o r m a (o de principio) in d icad o alude a otro tipo de vag u ed ad que se p rod u ce cu an d o se utiliza lo que los ju ristas llam an con ceptos jurídicos indeterminados¡ esto es, térm inos (p o r ejem plo, “ ab u so del d e rech o ”) que so n centralm ente vagos y que no tie n en sólo u n a periferia d e textu ra abierta: tam bién aq u í pueden en co n trarse casos claram ente cu biertos o claram ente fu e ra del alcan ce de la norm a, pero la inm ensa m ayoría de los caso s rea les exige una tarea de co n creción , esto es, una p o n d e ració n de
factores relevantes cuya iden tidad y posibles com binaciones no resultan anticipablcs. c) “P rin cipio” en el sentido de n orm a p ro g ra m á tica o direc triz, esto es, de norm a que estip ula la o b ligación de perseguir determ in ados fines. Por ejem plo, el artículo 51.1 de la Consti tución española: “los poderes p úb licos garan tizarán la defensa de los consum idores y usuarios, protegien do, m ediante proce dim ientos eficaces, la segurid ad , la salud y los legítim os intere ses económ icos de los m ism os”, d) “Principio” en el sentido de n orm a q u e exp resa los va lores superiores de un ordenam iento ju ríd ic o (y que son el reflejo de un a d eterm in ada fo rm a de vida), d e un sector del m ism o, d e una institución, etc, P o r ejem plo, el artículo 14 de la C onstitución española: “los esp añ o les son iguales ante la ley, sin que p u ed a prevalecer discrim in ación alg u n a por razón de nacim iento, raza, sexo, religión, op in ión o cualquier otra con dición o circunstancia person al o social". e) “P rin cipio” en el sentido d e n orm a d irig id a a los órganos de aplicación del D erecho y que señala, con carácter general, có m o se debe seleccionar la n orm a aplicable, interpretarla, etc, Por ejem plo, el artículo 4, ap artad o 2 del C ó d ig o civil: “las le yes penales, las excepcionales y las de ám bito tem poral no se aplicarán a supuestos ni en m om entos distintos d e los com pren d idos expresam ente en e lla s” , f ) “Prin cipio” en el sentido d e regula iuris, esto e s, d e enun ciad o o m áxim a de la ciencia ju r íd ic a de un con siderable gra do de gen eralid ad y que perm ite la sistem atización del orde nam iento ju ríd ico o de un sector del m ism o, Tales principios pueden o no estar in co rp o rad o s al D erecho positivo. Ejemplo de lo prim ero es (al m enos en el D erech o españ ol) el principio d e je r a r q u ía n orm ativa (en el art. 9.3 de la C onstitución). De lo seg u n d o , el principio del legislador racio n al que, aun sin estar form ulado explícitam ente en nuestro D erecho, es utilizado en num erosas ocasion es por los ju rista s teóricos o prácticos, por ejem plo, p ara d efen der que un a n o rm a d ebe interpretarse de una d eterm in ada m an era (pues só lo así p o d ría sostenerse que el legislador persiguió algún p ro p ó sito racional al dictarla).
1.3.
U n a p ro p u esta de clasificación
E sta lista d e significados no tiene carácter exhaustivo (C arrió d istin g u e —sin pretensiones d e agotar los sentidos en q u e los ju rista s hablan de “p rin cip io s”— once acepciones), y no es tam p o c o excluyente: los anteriores sign ificados se solapan entre sí y, co m o el lector h abrá o b se rv a d o , buena parte de las n orm as utilizadas com o ejem plos de un determ in ado sentido de “p rin c ip io ” podrían haberse utilizado igualm ente com o ejem plos de otros sen tid os de la exp resión . P ara evitar, por lo m enos en par te, las im precision es a que inevitablem ente lleva el m anejo de un térm in o tan am b igu o y tan vago, partirem os de e sta triple clasificación de los prin cipios. 1.3.1. Por un lado, se p u ed e d istin gu ir entre principios en sen tido estricto [“p rin cip ios” en la acep ció n indicada en d)] y direc trices o normas programáticas [“p rin cip io s” en la acepción indi cad a en c)]. Esta distinción la entendem os com o de carácter exh austivo y excluyente. El co n fig u rar la distinción co m o ex h au stiva im plica que las características a) —gran g e n e ralid a d — y b) —p resen cia de térm inos centralm ente vagos—, que acom pañ an n orm alm ente a los p rin cip ios en sentido estricto y a las d irectrices, no perm iten por sí m ism as calificar a un a determ i n ada pauta com o principio; en cuan to a las características e) y f), las pautas que las exhiben resultan, si reúnen tam bién las p ro p ie d a d e s a) y /o b), recon ducibles a principios en sentido estricto o a directrices. El c o n fig u ra r la distinción co m o exclu yente im p lica que, aunque es p osib le que un mismo enu n ciado p u e d a con sid erarse en ciertos con textos argum entativos com o p rin cip io y en otros com o directriz (y h asta p u ed a d ecirse que ello constituye una am b ig ü ed ad característica de m uchos prin cip ios), un m ism o ju r ista no p u ed e utilizarlo, en un m ism o con texto argum entativo, com o am bas cosas a la vez. 1.3.2. L a se g u n d a d istin ción q u e nos p arece im portante es la que p u e d e trazarse (utilizan do librem ente la term in ología de A lch o u rrón y Bulygin (1974) cón un alcance algo distinto del que tiene en estos autores) entre principios en el contexto del sis tema primario o sistema del súbdito y principios en el contexto del sistema secundario o sistema del juez, (y, en general, de los órganos ju
rídicos)', esto es, entre los principios (pautas de com portam iento form idables com o p rin cipios e n sen tido estricto o com o nor m as program áticas) en cuanto d irigid os a guiar la conducta de la gente y los principios en cuanto dirigidos a guiar el ejercicio de poderes norm ativos p úb licos (la creación o aplicación de n orm as) de los órganos ju ríd ico s. Esta distinción es exhaustiva, p e ro no excluyente. Hay, sin d uda, principios cuya virtualidad se lim ita a guiar el ejercicio de poderes norm ativos públicos, p e ro no principios que o p eren sólo en relación con la con d u cta de los súbditos: todos los prin cipios de los q u e puede p red icarse que guían la co n d u cta de los destin atarios de las n orm as ju ríd icas en gen eral constituyen al m enos el criterio d e valoración de esa m ism a co n d u cta por parte de los órganos de aplicación. 1.3.3. Finalm ente, la últim a distinción que nos interesa es la q u e m ed ia entre principios explícitos, esto es, p rin cipios formu lado s expresam ente en el ordenam iento ju ríd ico , y principios implícitos, esto es, principios extraídos a partir de enunciad.os presentes en el ordenam iento ju r íd ic o (por ejem plo, el princi pio de que las norm as han de in terp retarse com o si las hubiera d ic tad o un legislador racional). E sta distinción, obviam ente, es exh austiva y excluyente. 2 . Principios y reglas A dem ás de estas distinciones de carácter interno, los principios deben distinguirse hacia afuera (externamente) de otras pautas de com portam iento que in tegran un sistem a ju ríd ico . A quí par tirem os de la idea de q u e los sistem as ju ríd ico s están forma d o s no sólo por norm as de m an dato, sino tam bién por otros en u n ciad os (de los que n os o cu p arem os en capítulos sucesivos, co m o las disposiciones perm isivas, las definiciones y las reglas q u e confieren poderes) y de q u e las n orm as de m andato pue den , a su vez, ser reglas o principios. El problem a, por tanto, puede plan tearse en estos términos: ¿có m o se pueden d istin gu ir los p rin cip io s de las reglas y, simul táneam ente, cuál es el alcance q u e tienen las an teriores clasifi cacion es de los p rin cipios? N u estra estrategia p ara contestar a e sta p regu n ta consistirá en p artir de tres enfoques caracterís
ticos que suelen a d o p ta rse en relación con las n orm as y que n osotros p royectarem os al problem a que nos o cu p a. Al prim e ro de estos en foques p o d ría llam ársele estructural, pues consis te en ver las n orm as co m o entidades organ izad as de una cierta form a. Un ejem p lo d e ello es la con cepción de las n orm as que encontram os en la o b r a de Alchourrón y Bulygin Normative Systems (1974), esto es, co m o enunciados que correlacionan ca sos gen éricos (con jun tos d e propiedades) con solucion es (esto es, la calificación n orm ativa de una d eterm in ada conducta), La seg u n d a fo rm a característica de entender las n o rm as podría llam arse funcional, p ues se centra en el papel o la función que las m ism as cu m p len o pretenden cum plir en el razonam iento práctico de sus d estin atarios, Un ejem plo de este enfoque, en la teoría del D erecho con tem porán ea, lo ofrecen de form a muy d estacad a la o b ra de R az y algún trabajo del últim o Hart. En dichas ob ras, com o se sabe, las norm as son vistas com o r a zones p ara la acción; lo q u e interesa básicam ente, desde esta perspectiva, es m ostrar qué tipo de razones son las norm as, y cóm o operan en el razonam iento práctico, L a tercera aproxi mación consiste en ver las norm as no en térm inos de casos y soluciones o d e razo n es p ara la acción y razon am ien to prácti co, sino en conexión con los intereses y relaciones de poder existentes en la so cied ad . Por un lado, las n o rm as ju rídicas pueden verse co m o el resu ltad o o el efecto de determ inadas relaciones sociales; por otro lado, las norm as jurídicas con form an relaciones entre sujetos atribuyendo p o d e re s y prote giendo intereses de unos frente a ot ros; y, finalm ente, el poder que las n orm as ju ríd ic a s p on en a disposición de ciertos indi viduos —o g r u p o s— es utilizado por éstos p a ra m odificar —o, en gen eral, p a r a in cidir en— las propias relacion es sociales. Este tercer tipo de en fo q u e en relación con las n orm as —más bien ligad o a la so cio lo g ía del Derecho o a la crítica ideoló gica del D erech o— está en gen eral ausente de las principales direcciones de la teoría del Derecho con tem porán ea, lo que, en n u estra opin ión , su p o n e una lim itación im portan te de la m ism a. C om o luego tratarem o s de m ostrar, to m ar en consi d eración tam bién esta tercera perspectiva contribuye de una m an era fu n dam en tal a aclarar el lugar de los p rin cipios en la v ida del Derecho.
L a cuestión d e cóm o distinguir los p rin cip ios de las reglas o, entre sí, los diversos tipos d e p rin cip ios antes señalados, podría ad qu irir tonos diferentes, seg ú n cu ál sea la perspectiva escogid a p ara co n sid e ra r las norm as. 2 . 1 . Un enfoque estructural de la d istin ción Desde el p rim ero de los enfoques, el p rob lem a que se plantea es el de si los p rin cipios, al igu al que las reglas, pueden for mularse siem pre recurrien do a un esq u e m a condicional, esto es, de correlación caso/so lu ció n (lo que no significa aceptar —ni n egar— que las n orm as sean en tid ades lingüísticas, sino tan sólo que p u ed en exp resarse en un len guaje). Antes de contes tar a esta p regu n ta es preciso efectuar un par de aclaraciones previas, L a p rim e ra es que el esq u e m a con el que operan Alchourrón y Bulygin, y que aquí n os sirve de punto de partida, entiende las n o rm a s jurídicas co m o co rrelacion es entre casos genéricos (conjun tos de p rop ied ad es) y solucion es (esto es, la calificación n orm ativ a de una d eterm in ad a conducta). Sin em bargo, en el terren o m ism o de las r e g la s d e b e advertirse que el ver el con secuen te (la solución) de las n o rm as en términos de calificación n orm ativ a de una d e t e r m in a d a c o n d u c ta es sólo ade cuado p a ra el tip o m ás común de reglas ju ríd ic a s de mandato, a las que p ro p o n e m o s llamar reglas de acción. Junto a ellas, los sistem as ju ríd ic o s contienen tam bién reglas que caliíican deónlicam ente no una determ in ada co n d ucta, sino la obtención de u n cierto e sta d o de cosas. Proponem os d en o m in ar a las reglas de m andato de este últim o tipo r e g la s de f in . La diferencia entre las reglas de acción y las reglas de íin es relevante en ocasiones, si bien en otras puede tratarse de un a m e ra cuestión de estilo legislativo. Así, por ejem plo, tanto da que —a no ser que con curra una cau sa de ju stificación — se p roh íb a la acción de matar como que se p ro h íb a el estado d e co sas con sisten te en haber produ cido la m uerte: en este sentido, cu alq uier regla formula da en térm inos de regla de acción es “trad u c ib le ” a términos de regla de fin (y u n a y otra no son m ás que dos form as de decir lo m ism o ). Pero la distinción es relevante cuando la dispo sición que estip u la com o obligatoria, p o r ejem plo, la produc ción de un d eterm in ad o estado d e co sas d e ja a la discreción de su destin atario la selección de los m edios c a u s a lm e n te idóneos
para p rod u cirlo: en este sentido, las reglas d e fin dejan a sus destinatarios u n m a r g e n d e d iscreción que no existe en el caso de las reglas de acción . C o m o ejem plo d e regla de fin podem os utilizar el artículo 103, 3. “ del C ódigo civil. En esta disposición se dice que, una vez ad m itid a la d em an d a d e nulidad, separa ción o divorcio, y a falta d e acuerdo entre las partes, el ju ez habrá de ad op tar, entre otras, las siguientes m edidas: “ fijar la contribución d e c a d a cónyuge a las cargas del m atrim onio [.. establecer las b ases p a r a la actualización de can tidades y d isp o n er la s g a r a n t ía s , d e p ó sito s, reten cion es u o tra s m e d id a s c au te lare s con ven ien tes, a f i n de a s e g u r a r la efectiv id ad de lo q u e p o r estos c o n ceptos u n cónyuge h a y a d e a b o n a r a l otro ”,
L o q u e aquí se ordena al juez es que logre un cierto estado de cosas (aquel en que se encuentre a se g u r a d a “la efectividad d e lo que por estos co n ceptos un cónyuge haya de abo n ar al o tro ”), m ientras que se le deja un m argen d e d iscre ció n a la h ora d e seleccion ar los m e dios idóneos p a ra lo g rarlo (“d isp o n e r las garan tías, depósitos, retenciones y otras m ed id as cautelares convenientes”). La segu n d a a claració n se refiere a cuáles d e las anteriores clasificaciones de los p rin cip ios son relevantes a los efectos que ahora nos interesan. Parece claro que no lo es ni la distinción entre principios exp lícitos e implícitos, ni entre principios en el contexto del sistem a p rim ario y principios en el contexto del sistem a secu n dario: si existiera a lg u n a diferen cia estructural p o r el hecho d e q u e el caso regulado p o r un a n orm a con sista en o h ag a referen cia al ejercicio de un p o d e r norm ativo p ú blico, es lógico p e n sa r q u e esto se aplicar ía tanto a los principios com o a las reglas. Así pues, lo que se trata d e ver es si los prin cipios e n sen tid o estricto y las directrices tienen o no una e stru ctu ra co n d icio n al (esto es, co rrelacion an un caso con una solución n orm ativ a) y / o si los o p e rad o re s deónticos que rigen p ara las reglas so n los m ism os q u e los d e los princi pios. 2.1.1. En n uestra o p in ió n , los prin cipios en sentido estricto pueden form u larse siem p re com o enu n ciados que correlacio nan casos con. la calificación norm ativa de una deter m inada conducLa, per o eso no quiere decir que, d e sd e esta perspectiva, no exista n in gun a d ifere n cia con las reglas (y en p articu lar con
las reglas d e acción). L a d ife re n c ia estrib a en que los principios co n fig u ran el caso d e form a abierta, m ientras q u e las reglas lo hacen d e fo rm a ce rrad a. Con ello q u erem os decir q u e mien tras que en las reglas las propiedades que conform an el caso constituyen un conjunto finito y c e rrad o , en los principios no p uede form u larse un a lista c e rra d a d e las m ism as: no se trata sólo de que las propiedades que constituyen las con diciones de aplicación ten gan un a periferia m ay or o m enor de vague dad, sino d e que tales con dicion es no se encuentran siquiera genéricam ente determ inadas. El tipo d e indeterm inación que aqu eja a los principios es, pues, m ás ra d ic a l que el de las reglas (aunque, d e sd e luego, entre uno y otro tipo de indeterm ina ción puede h ab er casos d e penu m bra). R obert A lexy, desarrollan do, p o r lo d em ás, algo que ya es taba presente en Dworkin, ha escrito que “el punto decisivo para la d istin ció n entre reglas y p rin cip io s es que los princi pios son n orm as que orden an q u e se realice alg o en la mayor m edida posible, en relación con las posibilidades ju ríd icas y fácticas. L o s prin cipios son, por con sigu ien te, m an datos de o p tim ización que se caracterizan p o rq u e pueden ser cum plidos en diversos g ra d o s y porque la m ed id a ord en ada de su cu m plim iento no sólo d ep en d e de las p o sib ilid ad es fácticas, sino tam bién d e las posibilidades ju ríd icas. El cam po de las posibi lidad es ju ríd ic a s e stá d eterm in ado a través de principios y re glas que ju e g a n en sentido contrario. En cam bio, las reglas son norm as q u e exigen un cum plim iento pleno y, en e sa m edida, pueden siem pre ser sólo cum plidas o in cum plidas. Si una regla es válida, en ton ces es ob ligatorio hacer precisam ente lo q u e or dena, ni m ás ni m en os” (Alexy 1988, p p . 143-144; cfr. tam bién Alexy 1993, p. 86). A nuestro ju ic io , q u e los principios p u ed an ser cu m p lido s en diversos g ra d o s es verdadero por lo que se refiere a las directrices o n orm as p ro g ram áticas, pero n o lo es en el c a so de los principios en sen tid o estricto. V eám oslo m ediante algun os ejem plos. Un principio com o el form ulado en el artículo 14 d e la C on s titución e sp añ o la, visto com o p rin cip io secun dario, puede, nos parece, presen tarse en form a d e un en u n ciado co n dicio n al co m o el siguiente: “Si (condición d e ap licación ) un ó rg a n o ju rí dico usa sus poderes norm ativos (esto es, d icta una n orm a p a ra
regu lar un caso gen érico o la aplica p ara resolver un caso indi vidual, etc.) y en relación con el caso individual o gen érico de q u e se trate no co n cu rre o tro principio qu e, en relación con el m ism o, tenga un m ayor p eso , entonces (solución norm ativa) a esc órgan o le está p ro h ib id o discrim inar b asán d o se en razones d e nacimiento, raza, sexo, op in ión o cualquier otra condición o circunstancia p e rso n a l o social.” L a in determ in ación caracte rística de los p rin cip ios la encon tram os a q u í únicam ente en la con figuración a b ie rta de las condiciones de aplicación, pero n o en la d escrip ció n d e la conducta p roh ibida: discrim inar. Puede, desde luego, en ten d erse que “d iscrim in ación ” es un tér m in o vago en ciertos con textos, pero este tipo d e vaguedad se da tam bién en las p a u ta s a las que llam am os “ reglas”, L a regla d e que la m ujer tra b a ja d o ra debe recibir igual salario que el hom bre se diferen cia del p rin cip io anterior únicam ente en que sus condiciones de ap licació n se con figuran de form a cerrad a (así, el art. 28 del Estatu to d e los T rab ajad ores establece q u e “el em p resario está o b ligad o a p a g a r por la prestación de un tra b a jo igual el m ism o sala rio , tanto por salario base com o p o r los com plem entos salariale s, sin discrim inación a lg u n a p o r razón d e se x o ”), pero tam bién aqu í puede haber prob lem as de vague dad a la hora de e stab lecer tanio si sus con dicion es de aplica ción se dan en un d eterm in ad o caso individual (p u ed en existir d udas sobre si una d e te rm in ad a actividad debe con siderarse o no com o “tra b a jo ” ), o so b re el alcance de la descrip ció n de la conducta p roh ib id a (un com plem en to salarial para vestuario diferente por razón del sexo ¿debe co n sid erarse proh ibido por dicho art. 28?). E stru ctu ralm en te, la única diferen cia entre el artículo 14 CE y el artícu lo 28 ET reside en que, en el últim o caso , las con d icion es de aplicación de la n orm a constituyen un conjunto c e rrad o , a u n q u e su form ulación p u e d a presentar problem as de in d eterm in ación sem ántica (e insistim os en que las indeterm inaciones sem án ticas no afectan al carácter de re gla, a no ser que alcan cen un g ra d o extrem o que no perm itan q u e se hable ya d e d eterm in ació n de las con dicion es de apli cación). Pero en cu an to a la descripción del m odelo de con d u cta calificado deón ticam en tc, am bas n o rm as presentan un g r a d o de d eterm in ación sem ejante. Dicho d e o tra form a: una vez establecido que, en la co m bin ación de factores relevantes
que p resen ta un determ inado ca so , el principio d e igualdad co n sag rad o en el artículo 14 prev alece frente a principios o reglas que ju e g u e n en sentido co n trario, este principio exige un cum plim iento pleno: o se cu m p le o no se cum ple, p ero no caben m od alid ad es graduables d e cum plim iento. 2.1.2. Si de los prin cipios en sentido estricto pasam os a las di rectrices o n o rm as p rogram áticas, las co sa s parcccn ser algo distintas. L o característico de las d irectrices se halla en que este tipo de pautas configuran de form a abierta tanto su s condicio nes de aplicación como el modelo de conducta prescrito. Utilizarem os com o ejem plo de directriz el artículo 51.1 de la Constitución española, antes recordado. A quí, a sem ejan za del artículo 14 CE, las co n d icio n es d e aplicación ap arecen tam bién con figura das d e fo rm a ab ierta: la disp osición no d ice en qué condiciones d eben los p od eres públicos realizar la co n d u cta prescrita, esto es, proteger a los consum idores y usu ario s. Pero, a diferencia del artículo 14 CE, el artículo 51 no o rd en a —ni prohíbe— nin gun a acción, sino la con secución d e un objetivo, de un estado de cosas co n cierta característica: a saber, que la segu ridad, la salud y los legítim os intereses econ ó m icos d e los consum idores y usuarios se encuentren eficazm ente p rotegid os. Cuáles sean las acciones (o los cursos de acción ) causalm ente idóneas para lograr este ob jetivo no se encuentra constitucionalm ente deter minado, Y el p ro p io objetivo cuya co n secución se ordena —que la segu rid ad , s a lu d o legítimos intereses econ óm icos de los con sum idores y u su ario s se encuentren eficazm ente p ro te g id o sno es, por su parte, co m o es ob v io , el ún ico objetivo coristitucionalm ente ord en ad o. Im p o rta aquí destacar dos cosas: en prim er lugar, qué cursos de acción id ó n eo s p ara m aximizar un cierto objetivo con stitucionalm en te ord en ad o (p.ej., el ab ara tamiento de los créditos hipotecarios o la liberalización en los usos del suelo co m o m edios idóneos p a r a facilitar el acceso de todos los ciu d ad an o s a una vivien d a d ig n a y adecuada, objeti vo orden ado p o r el art. 47 CE) p u e d e n ten er efectos negativos sobre otros ob jetivos asim ism o con stitu cion alm en te ordenados (por ejem plo, sobre la estab ilid ad e con ó m ica —art. 40 C E —, en el prim er caso, o sobre el logro d e un “m e d io ambiente adecua d o para el d esarro llo de la p e rso n a” —art. 45 C E —, en el según-
do). Y, en segun d o lugar, que estos objetivos constitucional m ente o rd e n a d o s resultan, en m uchos casos, interdependientes: p o r ejem plo, el deterioro d e la estab ilidad econ óm ica p o d ría ten er efectos negativos so b re el acceso a la vivienda o los sistem as d e protección social. De ahí que, a diferencia d e lo que ocu rre con los principios en sentido estricto, en la co n d u cta go b ern ad a p or directrices no se tra ta de determ in ar la prcvalencia d e un a u otra en relación con un d eterm inado caso, sino de articular políticas capaces d e lograr, en el m ayor g rad o posible, la co n secución conjunta de to d os estos objetivos. La teoría de R obert Alexy d e los p rin cipios co m o m a n d a to s de o p tim iz a c ió n resulta, a nuestro juicio, d isto rsio n a d o ra , por lo antes dich o, en relación co n los prin cipios ju rídico s en sentido estricto, pero p erfectam en te ad ecuad a p a r a d a r cu en ta de las directrices. L a s directrices vendrían a ser, en el terren o de los p rin cipios (en sen tid o am plio), el p e n d a n t d e las reglas de fin. L a diferen cia entre reglas d e fin y d irectrices se halla en que las p rim e ra s co n fig u ran d e form a c e r r a d a su s con diciones de aplicación, m ientras que las seg u n d a s lo h acen de fo rm a abierta, y, so b re to do, en que las p rim eras estab lecen un fin que d e b e cu m plir se en fo rm a plena y no, co m o es el caso de las segun das, en la m ayor m e d id a posible teniendo en cu en ta su concurrencia con o tro s fines y los m ed ios d isp on ib les. 2 . 2 . P rin cipios y reglas com o razo n es p a r a la acción L a otra form a de entender las n o rm as —com o razon es p a ra la acción — es probablem ente m ás ilum in adora que la anterior, referid a al tem a de los p rin cip ios. Para facilitar el análisis em p ezarem o s por con siderar ún icam en te los principios en el con texto d el sistem a secu n d ario, esto es, los principios en cuanto pautas dirigid as a las au to rid ad es n orm ativas y, m ás en co n cre to, a los ó rg an o s ju risd iccio n ales en ten d id os en sentido am plio (lo que R az llam a “ó rgan os p rim a rio s”), esto es, com o aquellos ó rg an o s a los que el p ro p io D erecho confiere el p o d e r n o r m a tivo p ara resolver a u t o r it a t iv a m e n t e las dispu tas y les im pon e el d e b e r d e h acerlo ju r íd ic a m e n t e (fun d am en tan do sus reso lu cio nes en las pautas identificadas co m o ju ríd icas). N os olvidam os tam bién por el m om ento d e la d istin ció n entre prin cipios en sen tido estricto y directrices.
2.2.1. Pues bien, en este contexto, la distinción —y las rela ciones— entre reglas, p rin cipios explícitos y prin cipios implíci tos puede entenderse m ejor v ista d e sd e el ángulo d e la distin ció n —y de las relacion es— entre obediencia a las autoridades norm ativas y p ropia d elib eració n en la conducta ju rídicam en te g u iad a de los órgan os ju risd iccio n ale s. 2 2.1.1. Tom ando co m o punto de p artid a una co n o cid a ca racterización del últim o H art (1982), cabe co n siderar a las re glas jurídicas de acción co m o razo n es p ara la acción perentorias e independientes del contenido. “R azones p eren to rias” quiere d ecir lo m ism o que “ razones p ro te g id a s” (en la term inología d e Raz), a saber, que con stituyen una razón de p rim er orden p a r a realizar la acción exigida —en el contexto que nos inte resa, p ara dictar una resolución cuyo contenido co rre sp o n d a al d e la regla— y una razó n de seg u n d o orden p ara “excluir o suprim ir cualquier d e lib e ració n independiente por parte de su destin atario sobre los argum en tos en pro y en con tra de realizar la acción ” —en el m ism o contexto, p ara exclu ir que el con tenido d e la reso lu ción se fu n d am en te en la apreciación p or p arte del ó rg an o ju risd ic c io n a l de cuál fuera, aten diendo a los m éritos del caso, la m ejor reso lu ció n a d ictar—. L as reglas están destin adas, pues, a que, cu an d o se dan sus condicion es de aplicación, los ó rg an o s ju risd iccio n ale s excluyan, en cuanto b ase de su resolución, su p ro p io ju icio acerca del balan ce de razon es aplicables y ad o p ten com o tal base el con tenido de la regla. El carácter independiente d e l contenido afecta al por qué los ó rgan os ju risd iccio n ales d e b e n ob ed ecer las reglas, esto es, a las razones por las que deben co n siderarlas com o razones “p eren to rias” o “p ro te g id a s”. Y e n este sentido, se su p o n e que los órgan os ju risd iccion ales d eb en con siderarlas así p o r razón d e su fuente (esto es, de la au to rid ad norm ativa que las ha dic tado o adop tad o ): su o rige n en d ich a fuente es la razó n por la q u e los ó rg an o s ju risd iccio n a le s d e b e n co n sid e ra rla s com o razon es perentorias. L a s reglas de fin constituyen tam bién razones peren to rias e independientes del con tenido p a r a procurar el estado d e cosas prescrito. Ello no obstante, p resen tan diferencias im portantes co n las reglas de acción en cuanto al m odo de g u ia r la con ducta. Las reglas de a cció n p erm iten sim plificar el p ro c eso de
decisión de quien debe co m p o rtarse de acu erd o con ellas (el de quien debe cum plirlas o controlar su cum plim iento): lo Único que d e b e hacer es c o m p ro b a r si se han d a d o o no determ ina das condiciones p a r a h acer o d ejar d e h acer una determ ina d a acción, d esen ten d ién d o se de las con secuen cias, esto es, del proceso causal que va a desen cad en ar su com portam iento. Sin em bargo, las reglas d e fin trasladan al d estin atario de las n or m as el control (o la resp on sabilid ad) de (por) las consecuencias de la conduct a .1 2.2,1,2. De los principios explícitos cabe d ecir que son razones p a ra la acción in depen dien tes del contenido, pero no perento rias. Son in depen dien tes del contenido p o rq u e la razón por la que son razones p a r a la acción d e los ó rg a n o s ju risdiccion ales, esto es, la razón p o r la que d eb en entrar a form ar parte del razonam iento ju stificativ o de las decisiones d e los ó rg an o s j u risdiccionales es la m ism a que en el caso de las reglas: a saber, su origen en una d eterm in ad a fuente. No son, sin em bargo, razones peren torias p o rq u e no están d e stin ad as a excluir la de liberación p or parte del ó rg an o ju risd iccio n al acerca del conte nido de la resolución a dictar, sino que constituyen m eram ente razones de p rim er o rd e n p ara resolver en un determ in ado sen tido, cuya fuerza resp ecto de otras razones (otros principios) —que puedan constituir, a su vez, razo n es p ara resolver en otro sentido— ha de ser p o n d e rad a por el p ro p io órgano jurisdic cional. 1 Por otro lado, parece claro q u e la con ducta d e los órgan os jurisdiccio nales como tales no se encuentra gu iada en general p o r norm as de fin, sino por norm as de acción (si bien cabe encontrar ejem plos, como el antes citado, de reglas de fin d irigid as a un órgano jurisdiccional com o tal). En todo caso, los órganos jurisdiccion ales sí deben controlar el cum plim iento de norm as de fin por parte de los destin atarios de las mismas —muy señaladam ente órganos administrativos—. En dicho control debe tenerse en cuenta tanto el carácter reglado del estado de cosas que aparece en el consecuente de la regla de fin, como el carácter discrecion al de la selección de los m edios para produ cirlo. L a distinción, tal com o aquí aparece trazada, entre reglas de acción y reglas de fin, es deudora, com o el lector habrá advertido, de la distinción de N. Luhmann {cfr. Luhm ann 1983) entre “program ació n condicional" y “pro gram ación final”’ de las decisiones. Una aplicación de ello al problem a de la discrecionalidad adm inistrativa (y de su control jurisdiccion al) se encuentra en Atienza (1995).
2.2.1.3. L o s principios implícitos, a su vez, son razones p ara la acción q u e no son perentorias ni independientes del conte nido. No so n peren torias por la m ism a razón por la que no lo son los p rin cip ios explícitos, y n o so n independientes del con tenido p o rq u e si deben entrar a fo rm a r parte del razonam iento de los órgan os jurisdiccion ales n o es p o r virtud de su origen en fuente alg u n a, sino por cierta cu alid ad d e su contenido. En n uestra o p in ió n , dicha cu alid ad no es su ju sticia intrínseca (esto es, los p rin cip ios no se extraen sin m ás de la m oral social, com o a veces parece d a r a e n ten d er Dworkin (1978 y 1986), ni son sim plem en te pautas que g o z a n d e arraigo social, com o sostienen a lg u n o s civilistas ilustres com o Diez Picazo (1989)), sino su ad ecu ació n o coherencia en relación con las reglas y principios b a sa d o s en fuentes. Puede d ecirse, pues, que las re g las son razones autoritativas tanto en cuanLo al por qué o p e ra n co m o al cóm o operan en el razonam iento justifi cativo de los ó rg a n o s ju risdiccion ales; que los p rin cipios explícitos son razo n es autoritativas en cuanto al porqué d e su presen cia en d ic h o razonam iento, pero no en cuanto al có m o op eran en él; y que los principios implícitos, en fin, no son autoritativos en cu an to a su form a de o p e r a r e n el razonam iento y, en cuanto al p o rq u é d e su presencia en él, lo son, en to d o caso, sólo indirectam ente, en tanto que tal pre sencia se fu n d am e n ta en su a d ecu ació n a las reglas y principios explícitos. 2.2.2. Si de los p rin cipios secu n d arios pasam os ahora a los prin cipios p rim ario s, esto es, a los p rin cip io s en cuanto pautas diri gidas a la gente en gen eral, el análisis no tendría por qué variar mucho con resp ecto al anterior. L a d iferen cia parece estribar más bien en que, a diferencia d e los órgan os jurisdiccionales, la gente —salvo en casos excep cion ales— no tiene por qué ju sti ficar su co m p o rtam ien to en relació n co n las norm as jurídicas. Pero, por lo dem ás, las reglas —p ara quien las acepta— o p e ran com o razo n es perentorias o p rotegidas, m ientras que los principios lo hacen com o razon es d e p rim er orden que de ben ser p o n d e ra d a s con otras razo n es. 2.2.3. Por lo que se refiere a la c o n tra p o sició n entre principios en sentido e stricto y directrices, co n sid eram o s que tal distin
ción, en térm inos d e razo n es p a ra la acción, p o d r ía trazarse com o sigue. Las directr ices gen eran razones p ara la acción de tipo utilitario: el que la consecución de un fin F sea deseable hace que exista, en p rin cip io, una razón en favor d e todo aq u e llo que conduzca al fin; la razón no es excluyente, pues puede haber razones en sen tid o con trario y que tengan un a mayor fuerza, Por el co n trario , las razones p ara la acción que derivan d e principios en sen tid o estricto son razones d e corrección: al igu al que las an teriores, no son tam poco excluycntes, pero, en la d elib eración del sujeto, las razo n es de co rrección operan com o razones últim as (no son razon es fin alistas, sino razones finales). Por eso, las razo n es utilitarias que derivan d e directri ces pueden y deben ser evalu ad as —y, en su caso, su p e ra d a s— por razon es de co rrecció n , basad as en principios, m ientras que lo contrario no p u e d e o cu rrir: si se tiene una razón de co rrec ción p a ra hacer X, entonces el no hacer X sólo puede ju stificar se ap elando a o tras razo n es del mismo tipo —esto es, basad as en principios— que ten gan un mayor peso, pero no a razones utilitarias —b a sa d as en d irectrices—que m uestren que la con se cución de un cierto fin es incom patible con la acción X. De otro lado, los p rin cip ios en sen tido estricto, al estipular en su consecuente co m o ob ligato ria (o proh ibida) la realiza ción d e una determinada conducta perm iten que su destin atario se desen tien da de las co n secu en cias de su acción. E sto es, un a vez d eterm in ad a la prevalencia, en un cierto caso, de un deter m inado principio, su destin atario se halla en la situación del destin atario d e un a regla d e acción: él debe, sin más, realizar la co n d ucta prescrita, sin tener que prestar aten ción al p roce so causal que la realización de tal co n d u cía d esen cad en e. Las directrices, p o r el co n trario , exigen que el d estin atario de las m ism as delibere acerca d e la idoneidad de su co n d u cta (de los m edios p o r él e m p lead o s) tanto en relación con el fin persegu i d o com o en relación con otros fines cuya p ersecu ción resulta asim ism o ord en ad a y que pueden verse afectados p o r el em pleo d e tales m ed io s.2 2 Esto tiene consecuencias en lo relativo al control ju risdiccion al del c u m plimiento, bien de prin cipios en sentido estricto, bien de directrices. En el prim er caso, el órgan o ju risdiccion al no tiene m á s que determ inar la preva lencia o no, en el caso a exam en, del principio de que se trate p a ra evaluar
2 . 3 . P rincipios, reglas, p oder e intereses Para aclarar có m o el concepto d e p rin cipios ju ríd ico s puede recibir una luz im portante a p artir de los de p od er e interés, quizá convenga em pezar por en fren tarse con estas dos últimas nociones, que no dejan d e ser prob lem áticas. 2.3.1. El co n cep to de “p o d e r ” p u e d e ser co n sid erado con bue nas razones co m o ejem plo p a rad ig m á tico de concepto “esen cialm ente co n te stad o ”. Cabe decir, sin em bargo —com o lo ha m ostrado Steven Lukes, utilizando u n a distinción paralela a la introducida p or Rawls (1971) entre co n cep to y concepciones de laju stic ia— q u e lo que resulta co n te stad o no es tanto el concep to co m o las diversas con cepcion es o en foques del poder. Así, es posible form u lar un concepto d e p o d e r que subyace a todas o, p o r lo m en os, a la mayoría d e las con cepciones del poder que se suelen m an ejar en las ciencias sociales De acuerdo con Lukes, este concepto subyacente a las diversas concepciones sobre el p o d e r pod ría definirse así: "A ejerce poder sobre B cuan do A afecta a B en sentido co n tra rio a los intereses de B ’’ (Lukes 1985, p. 29). A h o ra bien, este concepto resu lta todavía, p a ra nuestros efectos, excesivam ente estrecho, y por dos razones: en prim er lugar, p o rq u e no nos interesa sólo el ejercicio del poder, sino tam bién el tener poder en cuanto tal; en se g u n d o lugar, porque nos interesa una n oción de pod er que no d e je fu era los supuestos en que no se afecta negativamente los intereses de otros, Para evitar estos inconvenientes, n u estra defin ición de poder será ésta: “A tiene p o d e r sobre B cu an d o A tiene la capacidad de afectar a los intereses de B." Esta defin ición —si se quiere, este concepto de p od er— puede in terp retarse d e diversas m aneras: puede d ar lu g ar a diversas con cepcion es del poder. De todas ellas, la m ás g en e ral —y es la que ad o p tam o s aquí— se carac teriza por entender: 1) que A y B p u e d e n ser tanto individuos com o g ru p o s: clases sociales, g r u p o s d e presión, etc.; 2) que como lícita o ilícita la conducta del destinatario del m ismo. En el segundo, sin embargo, debe tenerse en cuenta que el destin atario —usualm ente, los órga nos legislativos y adm inistrativos—goza d e discreción en orden a la selección de los medios idón eos para satisfacer conjuntam ente, en la mayor medida posible, los diversos fines cuya consecución se le ordena maximizar.
p a ra “tener c a p a c id a d ” basta, p o r un lado, con que B cre a que A la tiene aunque d e hecho no sea así y, p o r otro lado, A pue d e tener cap acid ad aunque no lo sep a o no sea consciente de ella; 3) que la cap acid ad d e A p a r a afectar a los intereses de B puede ser en sen tid o negativo (esto es, p o d e r para perjudicar los intereses d e B) o en sen tid o positivo (el poder ejercido en beneficio de otro —p or ejem plo, el p o d er d e l padre sobre el hijo cuando se ejerce correctam ente— tam bién es poder), y 4) que puede tratarse tanto d e intereses subjetivos com o d e in tereses reales u objetivos d e B. Por estos últim os entendem os aquellos intereses d e los que B no es consciente, pero que es razon able su p o n e r que percibiría com o sus intereses, sobre la b a se d e lo que el p ro p io B co n sidera co m o sus intereses úl tim os, si d isp u sie ra de la inform ación relevante acerca de las conexiones cau sales pertinentes.3 En definitiva, lo que q ueda es una noción de poder am plísim a pero que conecta de m anera esencial a esta n oción con la d e interés: el p o d e r es un tipo de relación en que los sujetos que participan en ella están en una situación de d e sig u a ld a d en cuanto que unos pueden afectar los intereses d e los otros. 2.3.2. A h ora bien, las n orm as ju ríd icas, en gen eral, están co nectad as d e d iv ersas m an eras con los intereses y con el poder. Com o antes se ha dicho, por un lado son el resultado de in tereses y de relaciones d e poder; por otro lado, configuran ju ríd icam en te relacion es de poder; y, finalm ente, el ejercicio d e esos poderes p rodu ce com o efecto d eterm in ad as alteracio nes en las relaciones de p od er y en los in tereses existentes en la sociedad, A h o ra nos interesa la seg u n d a d e e stas conexiones entre las norm as y el poder; lo que se trata d e resakar aqu í es que, en relación con las n orm as ju ríd icas, el poder no ap a rece únicam ente en el m om ento de su establecim ien to o de su aplicación, sino que ellas m ism as co n figu ran u n a estructura de s C om o puede verse, u sam os la expresión “intereses objetivos” en lo que podríam os llamar un sentido mínimo: para referirnos no a algo en lo que un agente debiera, sin más, estar interesado, sino a algo en lo que, aun no estando interesado, debiera estarlo a la luz de sus intenses subjetivos últimos. Para una crítica de otros conceptos más fuertes de la noción de “intereses objetivos", c/r. Bayón 1991, pp. 114 y ss. En general, en la noción de “interés” y, más tarde, en la de “valor” seguim os de m anera un tanto libre a Baytín, ibid.
poder: e sto es, otorgan a ciertos in d iv id u o s o gru pos la capaci d a d d e afectar a los intereses d e otros individuos o grupos. U na ju stificació n mínima de la existencia del ordenam ien to ju ríd ic o com o tal reside e n el dato d e que los individuos y g ru p o s son p ortad ores de in tere se s cuya articulación recí p roca no parece posible dejada a la espon tan eidad de la vida social. O, dicho d e otra m an era, si no existieran norm as ju rídicas, la vid a social sería im posible o, cuando menos, sum a mente co stosa. A h o ra bien, e sta fu nción de articulación —de n orm ativización — de intereses p u e d e llevarse a cabo de- diver sas form as. 2.3.2.1. U n a de ellas consiste e n h acerlo por m edio de d isp o siciones ju ríd ic a s que posibiliten a sus d estin atarios desarrollar su plan d e vida sin necesidad d e p o n d e ra r en ca d a ocasión de que m an era su acción podría a fe c ta r a los intereses d e otros sujetos sociales. Esta form a d e p ro c e d e r es típica d e las nor mas ju ríd ic a s a las que hemos lla m a d o "reglas de acción ”, es pecialm en te de aquellas pertenecien tes a lo que, siguiendo a A lch ourrón y Bulygin, hemos lla m a d o el “sistem a del súbdito” (y que por o tra parte integran, d e acu erd o con el "sistem a del ju e z ”, el criterio sobre cuya base éste h a d e valorar la conducta de los "sú b d ito s”). Tales reglas c o n sig u e n evitar la necesidad de p o n d e rac ió n en cad a ocasión im p on ien d o restricciones re cíprocas a la p ersecución por c a d a cu al d e sus propios inte reses (las reglas que imponen d e b e re s posiúvos o negativos) y garan tizan d o, en la persecución p o r parte d e cad a uno de sus p ro p io s intereses, una esfera de no interferencia por parte de otros su jeto s sociales (las reglas perm isivas, que imponen in directam en te prohibiciones de in terferen cia a terceros). 2.3.2.2. Sin em bargo, esa fo rm a d e o p e rar es insuficiente cu an d o se entien de que el D erech o —las n orm as— no tiene com o fu nción única la de d elim itar el terreno dentro del cual c a d a uno p u e d e p ersegu ir sus p ro p io s intereses, sino también el d e p rom over activamente d e te rm in a d o s intereses sociales. Para co n se g u ir este propósito n o resu ltan ya suficientes las reglas de acción , sino que d e b e n estab lecerse reglas de fin y d irectrices, cuyo tratamiento de los intereses es característica mente diferente. Pero la diferen cia no consiste en que este úl tim o tipo d e n orm as no p re su p o n g a co m o el otro la existencia
d e con flicto de intereses (ni las reglas d e fin ni las directrices son n o rm a s técnicas q u e p resu p o n gan una unidad de Unes, de m an era que el ún ico p rob lem a a plantear sea el de cuáles son los m ed ios ad ecu ad o s p a ra alcan zarlos). L a diferencia estriba m ás bien en q u e las reglas d e fin y, so b re todo, las directrices no d elim itan ex ante la articu lación d e los intereses en con flicto —ni tam p o co , en el c a so de las directrices, de las fin alid ad es al m enos relativam ente in co m p atibles—, sino q u e exigen en ca d a c a so un a p on d eración d e eso s in tereses que d esem boqu e en una determ in ación del p e so relativo d e cada un o de ellos. L a s directrices —cabría decir— no determ in an los espacios de p o d e r de un a vez p or todas y h ac ie n d o abstracción de los intereses realm ente en presen cia e n cad a ca so —com o su ced e con las re glas de acción —, sin o que h acen d e p en d e r dicha determ in ación d e circuns tancias variables y no determ inables a priori, esto es, no con ten id as en las n orm as. 2.3.2.3. Finalm ente, los orden am ien tos ju rídico s im pon en restricciones a la p ersecu ción d e intereses por parte d e los di versos sujetos so ciale s m ed ian te la asu n ció n d e valores q u e se co n sid eran co m o razones categóricas frente a cualesquiera intere ses. De ah í que —com o se ha d ic h o — las norm as que recogen tales valores —los prin cipios en sen tid o estricto— prevalezcan frente a las directrices y ju e g u e n un papel predom inantem ente negativo: los principios en sen tido estricto no tratan de o rd e nar la con curren cia de intereses ni d e prom over unos u o tro s intereses sociales, sino d e evitar q u e la p ersecu ción de c u ales quiera intereses p u ed a d a ñ a r a d ich o s valores. El que dichos valores se co n sid eren co m o razo n es categóricas frente a cu ales quiera intereses no excluye, obviam ente, la posibilidad de co n flicto entre ellos. A l m en os los orden am ien tos ju ríd ico s liberald em o cráticos recogen una p lu ralid ad d e valores cuya je ra rq u ía interna no siem pre se en cuen tra predeterm in ada por el o rd e nam iento m ism o. D e ah í la p o sib ilid ad de que se produ zcan con flictos q u e sólo cabe resolver tras una pon deración de la que resulte cuál es el valor que tiene un mayor p eso , d a d a s todas las circun stan cias d el caso. 2 .3 .3 .1,o q u e se acaba d e e xp o n er nos p arece que sirve p a ra es tablecer —desde esta tercera p ersp ectiva acerca de las n o rm a s—
en qué consiste la diferen cia entre reglas y p rin cip io s y entre los d os tipos de p rin cip io s d istin gu id os al com ienzo: las direc trices y los principios e n sen tid o estricto. Lo que a h o ra cabe plantearse es si este tip o d e an álisis puede p ro seg u irse en rela ción con las otras distin cion es antes efectuadas a p ro p ó sito de los principios ju ríd ico s. 2.3.3.1. Por lo que se refiere a la distinción entre p rin cipios explícitos c im plícitos, quizá la cu estión q u e te n g a un m ayor interés co n sid erar d e sd e esta p ersp ectiva es si los prin cipios im plícitos (no im p orta ah o ra si se trata de directrices o d e prin cipios en sentido estricto) están con ectados con la prevalencia encubierta en el orden am ien to d e determ inados intereses o va lores o con la in co rp oració n tam bién encubierta al m ism o de determ in ad as relaciones de p o d e r (y sin q u e im p o rte a h o ra si quienes dictan o ace p tan las n o r m a s so n o no conscientes de ello). En nuestra opin ión , la co n ex ió n se d a en ocasion es, pero no siem pre. O, dicho de otra m anera, el que los principios de un sistem a ju r íd ic o n o aparezcan siem pre claram ente explicitad os se debe, en parte, a razo n es técnicas que tienen q u e ver con la propia n aturaleza d e los principios: por un lado, la dinám ica social hace q u e su rjan constantem ente nuevos ob je tivos o finalidades que no p o d ía n preverse por los ó rg an o s de p rod u cció n norm ativa; p o r o tro lado, los p rin cipios d epen den d e las reglas y son, al mismo tiem po, fuertem ente interdependientes entre sí, de m an era q u e la m odificación d e las reglas o p rin cipios explícitos g en e ra constantem ente nuevos principios im plícitos; finalm ente, a l m e n o s algun os de los q u e h em o s lla m ad o prin cipios en sen tido estricto descan san en lo q u e cabe llam ar “fo rm as de vid a” de u n a sociedad que, co m o se sabe, no son fáciles de caracterizar en todos sus con torn os. Pero, por otro lado, el p o n e r d e m an ifiesto —desvelar— cuáles son los p rin cipios im plícitos d e un ordenam iento ju ríd ic o con sti tuye, en n uestra opin ión , un o d e los núcleos de un análisis id e o ló g ic o del D erecho; el otro consiste en m ostrar el carácter con tradictorio —o potencialm ente con tradictorio— del conjun to d e principios que in tegran u n ordenam iento ju ríd ic o m o derno. 2.3.3.2. En relación con la d istin ció n entre p rin cip io s en e l contexto del sistem a p rim ario y prin cipios en el con texto del
sistem a secundario lo que quizá valga más la pena destacar, desd e la p ersp ectiva d e sd e la que estam os con tem plan do ahora las norm as, es que, d ad as las p eculiarid ades de los principios frente a las reglas, aq u éllo s otorgan a los ó rg an o s d e aplicación del D erecho un p o d e r (una capacidad d e afectar —positiva y negativam ente— los in tereses de los súbditos) muy sup erior al de las reglas. Por eso , 1a im portan cia creciente d e los principios en los orden am ien tos ju ríd ic o s —com o se ha o b se rv a d o m uchas veces— corre p a ra le la a la progresiva ju d icializació n del D e recho. 3 . Dimensiones explicativa, justificativa y legitimadora de los principios El últim o punto a tra ta r aqu í consistirá en m o strar cuáles son las funciones m ás im p ortan tes q u e los p rincipios cum plen en el Derecho. El p u n to d e p a rtid a en este caso será la distin ció n en tre la dim en sión d e explicación, de ju stificació n y de legitim a ción y control del p o d e r que realizan los p rin cipios. C ada una de e sas tres funcion es —co m o en seguid a verem o s— se conecta, de una m anera muy esp ecial, con uno de los tres en foq u es p o sibles sobre las n o rm a s ju ríd ic a s que venimos distin gu ien do : el análisis estructural lleva a destacar, sobre todo, la función de explicación y de sistem atización del Derecho; la co n sideració n de las norm as com o ra zo n e s p a ra la acción lleva a co n siderar cóm o op eran éstas e n el razonam iento ju ríd ico ju stificativo; y la contem plación de las n orm as en relación con los intereses y con el poder lleva fin alm en te a plantearse el p ro b le m a del uso, de la legitim ación y del control ju ríd ico del poder. 3 . 1 . Los p rin cipios en la explicación del D erecho Plantearse el p rob lem a de h asta qué punto los prin cip ios per miten explicar lo q u e es el Derecho en g en e ral, un orden a miento ju ríd ico en p a rtic u la r o un sector del m ism o, podría pensarse que sig n ifica tanto com o situar el p ro b le m a en el con texto de la ciencia del D erecho (con sus diversos niveles de abstracción). Los p rin cip io s se verían, pues, co m o piezas o ins trum entos que p e rm ite n d ar cuenta de una d eterm in ad a rea
lidad (el D erech o visto desde diferentes án gu los o niveles d e abstracción). Pues bien, los principios cu m plen con esta función explica tiva al m enos en estos dos sen tid os. En prim er lugar, por su capacid ad p a ra sintetizar una g r a n can tidad d e inform ación: 1a referencia a unos p o co s principios nos perm ite entender cóm o funciona una institución ju ríd ic a en el conjunto del orden a miento ju ríd ico , y en relación con el sistem a social. Los prin cipios son —com o las leyes científicas— enunciados que hacen posible una d escrip ció n económ ica d e una determ in ada reali dad (en este caso, el Derecho), y cum plen por tanto una fun ción d id áctica —en sentido am p lio— de una g ran im portancia. Pero, en se g u n d o lugar —y e sto es aún más im portante— los principios nos p erm iten tam bién entender el D erecho —o los diferentes D erech o s— no como un sim p le conjunto d e pautas, sino com o un conjunto orden ado, esto es, com o un conjunto dotado de sen tido. Por ello, co n o ce r los p rin cipios de una insti tución o de un determ in ado D erecho p erm ite incluso, hasta un cierto punto, p red e cir cuáles so n las solucion es a los problem as ju ríd icos fijad os en disposicion es esp ecíficas. Esta doble cap a cidad de los p rin cip ios para p resen tar de una m anera breve y ord en ad a un secto r de (o todo) un orden am ien to ju rídico no e s ni m ás ni m en os q u e lo que suele llam arse sistem atización del Derecho. Y c o m o é sta es la fu nción prin cipal que, se supone, ha de realizar la ciencia jurídica, q u e d a claro q u e los principios tienen aquí un p a p e l fundam ental. Sin pretender, p o r supuesto, n e g a r esto, nos parece im por tante p on er el é n fasis en que la ciencia ju ríd ic a —o, m ás exac tamente, lo que suele llamarse “d o g m á tic a ju ríd ic a ”— es una disciplina n orm ativa, pero no ún icam en te en el sentido obvio en que su ob jeto so n norm as, sin o tam bién en otros dos sen tidos (p rob ab lem en te igual de ob v io s, au n q u e no siem pre se haya entendido así), a saber: en cuanto que su punto de vista es n orm ativo (el punto de vista d e la d ogm ática no es el punto de vista e xtern o en relación con las n orm as) y en cuanto que cu m ple una fu nción q u e podría llam arse “n o rm a tiv a ”, p uesto que el d o g m ático no se limita a d escrib ir las norm as vigen tes, sino q u e p ro p o n e o sugiere crite rio s p ara la resolución de problem as ju ríd ic o s. P ara la d o g m ática, en nuestra opinión, la
sistem atización de un cierto m aterial norm ativo es u n a tarea central, pero que no constituye un fin en sí m ism a, sino un m ed io para realizar lo que constituye su función social m ás re levante: sum in istrar criterios p a r a la aplicación, interpretación y m odificación del D erecho. En definitiva, lo que caracteriza a la dogm ática no es tan to —o, al m enos, no es sólo— su función explicativa, sino su fu n c ió n de ju stificación . 3 . 2 . L o s prin cipios en el razon am ien to ju ríd ico Pasem os, pues, a o c u p a rn o s de la dim ensión ju stificativ a de los p rin cipios ju ríd ico s o, dicho d e otra m anera, del papel que los m ism os tienen en el razonam iento ju rídico. 3.2.1. El razon am ien to ju ríd ico , en cuanto tipo e sp e cial de ra zonam iento práctico, es, por supuesto, una actividad com pleja y que puede envolver elem entos de muy diverso gén ero. Ciñénd on o s a su aspecto normativo, pued e decirse que el papel d e los prin cipios con trasta con el de las reglas en cuanto que, desde un a cierta perspectiva, su contribución a la argu m en tación es m ás m odesta, m ientras que, vistas las cosas d e sd e otro punto de vista, cabría decir que los p rin cipios su p eran a las reglas. L o s p rin cipios son menos que las reglas en estos dos senti dos. Por un lado, no p resen tan las ventajas de las reglas, pues no perm iten a h o rrar tiem p o a la h ora de d ecid ir un curso de acción. Pues si una regla es acep tad a y ella es aplicable al caso que nos ocupa, entonces se evita tener que entrar en un proce so d e p o n d eració n d e razon es en pro y en co n tra de una deter m in ada decisión; la regla opera, por tanto, com o un elemento que reduce la co m p lejid ad de los p rocesos de argum entación. Sin em bargo, los p rin cip io s —com o se h a visto— no exim en de la tarca de efectuar e sa pon d eración . Por otro lado, los princi pios, en cuanto p rem isas a utilizar en los argu m en tos prácticos, tienen m enos fu erza (so n m enos concluyentes) que las reglas. Si alguien acep ta co m o p rem isa de su razon am ien to la regla “si se da X, entonces se debe hacer Y" y ace p ta tam bién que “X ha tenido lu g ar”, de ahí tiene que inferir necesariam ente “se debe hacer Y” . Sin em bargo, de la p rem isa " F es un fin a alcan zar en la m ayor m ed id a p o sib le ” y “ G (aun cuando se trate de un co m p o rtam ien to no proh ibido por el ordenam ien
to ju ríd ico ) conduce a F ” no p u e d e p a sa rse a la conclusión “se d ebe hacer G ”, sin o sim plem ente a la d e "existe una razón p ara efectuar G ”; lo m ism o cabe d e c ir en relación con las prem isas “ C es un tipo d e com p ortam ien to valioso” y “c es una acción del tipo C" que no perm iten ir m ás allá de la conclusión “hay una razón p a ra efectuar c” . Pero los principios son tam bién m ás que las reglas, y en otros dos sentidos. Por un lad o, p orq u e al e star enunciados —o po d e r enunciarse— en térm inos m ás g en erales, entran también en ju e g o en un m ayor núm ero de situ acion es; esto es, del mismo m od o que tienen un mayor p o d e r explicativo que ¡as reglas, tienen tam bién un m ayor alcance ju stificativo. Por otro lado, la m enor fuerza de los p rin cipios en cuanto prem isas del razo nam iento práctico va aparejada a un a m ayor fuerza expansiva. Así, por ejem plo, a p artir de las p rem isas “ lodos los varones fí sicam ente aptos d eb erán hacer el serv icio m ilitar” y “si te inter vienen quirúrgicam ente pasarás a ser co n sid erad o físicamente ap to” no se concluye “debes intervenirte quirúrgicam ente” y ni siquiera “existe una razón p a ra que te intervengan quirúrgi cam ente” (pues es posible que uno no desee hacer el servicio militar, de m an era que, para él, ello n o cuenta com o razón). En cam bio, a p artir del principio de q u e “los españoles tienen derecho a u n a vivienda digna” ju n to con el enunciado “a b a ra tar los créditos p ara viviendas facilita que un m ayor núm ero de person as acceda a una vivienda d ig n a ” sí que se concluye, cuando m enos, que “hay una razó n p ara que el Estado abarate los créditos para la c o m p ra de v iv ie n d a s”. 3.2.2. L as diferencias q u e se acab an de establecer entre la di versa form a de o p e ra r en el razo n am ien to ju ríd ico , reglas y principios parecen valer para los p rin cip io s en general, esto es, no tom an en co n sid eració n todavía la triple clasificación de los principios con que habíam os o p e ra d o hasta ahora. Conviene, pues, analizar si esas distinciones son tam bién relevantes —y en que sentido lo son— desde el punto d e vista del razonam iento ju ríd ico . V eám oslo. 3.2 2.1. En p rim er lugar, p arece que tiene q u e h ab er un a di ferencia entre p rin cipios p rim arios y secu n d ario s, en la m edida en que la distinción se entienda co m o referida a la utilización
d e los prin cipios p or p a rte d e la gente en gen eral o p o r parte de los órgan os ju risd iccio n ale s (el supuesto d e utilización de los principios por parte d e a b o g a d o s, dogm áticos, etc., pod ría asi m ilarse —a estos efectos— a la argum entación ju risdiccion al). Y la diferencia —com o ya antes se apun tó— es que p ara los prim e ros los prin cipios no constituyen generalm ente m ás q u e guías p ara la acción, m ientras que p a ra los ó rg an o s ju risd iccion ales (y p a ra los abo gad os y d ogm áticos) los p rincipios —com o el resto de las pautas del o rden am ien to ju r íd ic o —deb en servirles no solam ente p ara resolver el p rob lem a d e qué hacer, sino tam bién el d e có m o ju stific a r lo que se ha hecho o se va a hacer, esto es, la toma de d ecisio n es ju rídicas. A veces se supon e q u e los principios sólo entran en ju e g o en el razonam iento ju stificativ o de los ó rg an o s ju risdiccion ales cu an do éstos tienen que hacer frente a casos difíciles, pues en los casos fáciles las reglas son elem entos n ecesarios y suficientes p a ra ju stificar la d ecisión . E sta form a de ver las co sa s no nos parece, sin em bargo, a ce p tab le, por lo siguiente. Un caso es fá cil precisam ente cu an d o la subsunción de unos determ in ados hechos bajo una d e te rm in ad a regla no resulta controvertible a la luz del sistema de principios que dotan d e sentido a la ins titución o sector n orm ativo d e que se trate. Y “q u e d otan de sen tid o” p u ed e tener, a su vez —com o ya se ha in d icad o —, un d ob le sentido: p u ed e tratarse de los valores cuya realización viene asegu rad a por el cum plim iento d e la regla, o bien de los objetivos sociales p a ra cuya con secución el cum plim iento de la regla aparece com o m edio. Pero, en uno u otro de los sentidos d e "dotar d e sen tid o ”, es a la luz de los p rin cipios explícitos o im plícitos del sector n orm ativo de que se trate com o cabe d eterm in ar si un caso es fácil o difícil. L o anterior tiene im p ortan tes consecuencias, p o rq u e invali d a una im agen muy e x ten d id a acerca de la m anera com o el D e rech o guía la co n d u cta d e los órgan os ju risd iccio n ales. Dicha im agen p od ría resum irse así: el D erecho guía prim aria y cen tralm ente tal co n d u cta m edian te reglas de acción, esto es, m e dian te razones p eren to rias (razon es —repetim os— p ara dictar un a resolución cuyo c o n te n id o esté b a sa d o en el d e la regla y p a r a excluir que opere n in g u n a otra razón com o base del con ten id o de la resolución) y só lo requiere la d elib eración de los
órganos ju risd iccio n a le s en zonas p eriféricas originadas, bien por los déficit del lenguaje o rd in ario (caso s que caen dentro del área de p e n u m b ra del significado de los térm inos em plea dos en la form u lación d e la regla), bien p o r la relativa indeter m inación de p ro p ó sito s del legislad or (supuestos de lagunas y antinomias n orm ativas y tam bién d e atribución a los órgan os ju risd iccion ales d e potestades d iscre cio n ales en la resolución d e d eterm in ad os caso s). En esta co n cep ción , lo central de la conducta ju ríd icam en te guiada d e los ó rg an o s jurisdiccion ales es la ob ed ien cia a razones perentorias; la d elib eración acerca de razones no p eren to rias es p e rifé rica o m arginal. A h ora bien, si la con sid eración de un caso com o fácil, esto es, com o su b su m ib le e n una d eterm in ad a regla a adop tar com o razón peren toria p a ra la resolución del m ism o, sólo puede ha cerse teniendo en cuen ta principios, entonces la dim ensión de obediencia a razo n es perentorias ya no puede aparecer com o prim aria: la obediencia a tales razo n es exige la previa delibera ción y sólo tiene lugar en el territo rio acotad o p o r ésta. Na turalm ente, el D erech o no reconoce a cu alquier razón válida com o un in tegrante legítimo de tal deliberación : salvo que el Derecho faculte en algún caso a l ó rg a n o ju risdiccion al para atender a razo n es distintas de las que él m ism o contiene, ha de tratarse d e razo n es contenidas en el p rop io Derecho, esto es, de p rin cipios explícitos o im plícitos. Puede hablarse así de una deliberación normativamente g u ia d a que, si se quiere, cons tituye tam bién una fo rm a de “o b e d ie n c ia ”, pero —y esto es lo im portante— sustancialm ente diferen te de la obedien cia que consiste en el seguim ien to de un a razó n perentoria. Quizá to d o lo a n terio r pueda resu m irse diciendo que el De recho constituye, p a ra los ó rgan os ju risd iccion ales, un sistema excluyente en un d ob le nivel y en un d o b le sentido, En un pri m er sentido —y en un prim er nivel— p o r cuanto que im pone a tales órgan os ju risd iccio n ales el d e b e r d e co m p o n er un balan ce de razon es in teg rad o únicam ente p o r las constituidas por las pautas ju ríd ic a s, sien d o adm isible la tom a en consideración d e otras razo n es únicam ente en la m ed id a en que las propias pautas ju ríd ica s lo perm itan. En un se g u n d o sentido —y en un segun do nivel— p o r cuanto que ta l balan ce de razon es remite, no en todos los ca so s pero sí en la mayoría, a a d o p tar com o
base de la reso lu ción un a regla ju ríd ica , esl.o es, una razó n pe rentoria. C a b ría así d ividir los caso s en dos g ru p o s: aquellos cuya resolución se fundam enta en el balan ce de razones ju ríd i cas que se in tegran en la d elib eración del órgan o ju risd ic c io nal, y aqu ellos otros en los que tal balance de razon es exige el ab an d on o de la deliberación y la ad op ción co m o base d e la resolución d e u n a ra zó n peren toria.4 3 2.2.2. Por lo que se refiere a la distinción entre el uso ar gum entativo de p rin cipios en sen tido estricto y de directrices, lo fu n d am en ta! ya ha q u e d ad o d ich o con anterioridad, cu an do con trapusim os las razon es de co rrección a las razones de ca rácter utilitario. A h o ra podem os añ ad ir nuestro acuerdo con la afirm ación d e Su m m ers (1978) de que las rightness reasons y las goal reasons constituyen los prin cipales tipos de razon es sustantivas (que él conLrapone a las razones autoritaLivas), las cu ales, a su vez, vienen a ser el núcleo de la argu m en tación ju ríd ica en los casos difíciles. 3.2.2.3. Finalm ente, en lo que co n ciern e a la distinción entre principios explícitos e im plícitos, no cab e d u d a de que los seg u n d o s su p on en un a m ayor co m p lejid ad que los p rim ero s, pues en re lació n con ellos no se plantea únicam ente el p r o blem a d e có m o d e b e n ser usados en cuanto prem isas de una argu m en tación ju r íd ic a , sino tam b ién el d e có m o se jusLifica ad op tarlos com o tales prem isas. En este sentido, nos parece que afirm ar que “X es un p rin cipio im plícito” de una d eter m inada in stitución , sector norm ativo, o sistem a ju ríd ico es lo rnismo que a firm a r que las reglas y prin cipios explícitos co rre s pon dien tes son coherentes con X y que a tales reglas y p rin cipios explícitos, en ten d id os co m o form ulaciones lingüísticas, d ebe ad scribírseles un contenido p ro p o sicio n al que resulte co11 En el prim er caso, la deliberación del órgan o jurisdiccional lleva a la for mulación de una regla. Esto es, frente a un caso difícil, el ju e z procede, una vez aceptado que el c a so debe resolverse efectuando un balance de razones, en dos p asos: el prim ero consiste en p a sa r de los principios a u n a regla que ex prese, para esa clase de supuestos, el resultado de ese balance o ponderación de principios; en el segu n d o, puesto que se dispone ya de un a regla, se ad o p ta la misma, esto es, una razón perentoria, com o base para la resolución. L a di ferencia con los casos fáciles es que aquí la regla (la razón perentoria) ha sido form ulada —sobre la base d e un balance de razones jurídicas no perentorias— por el propio órgano jurisdiccional.
herenLe con X. Pero el requisito d e “coh eren cia” con el m aterial normaLivo, com o es sabido, p u e d e en muchas ocasiones ser sa tisfecho tanto por el principio X com o por otros principios. En este sentido, el problem a d e la identificación de prin cipios ju ríd ic o s im plícitos viene a coin cid ir con el p ro b lem a gen eral d e la in terpretación jurídica. P ero ello queda ya fu e r a de los lím ites d e este trabajo. 3 . 3 . Principios, control y legitim ación del p od er El problem a que d ebem os plan tearn os ahora —el de cóm o inci d e n los p rin cipios jurídicos en el uso, la legitim ación y el co n trol d el pod er— viene a ser un o d e los aspectos del problem a m ás g en eral de las funciones so ciales del Derecho. O bviam en te, los principios están co n ectad os con la realización de to das las fu n cion es sociales d e se m p eñ ad as por el Derecho, pero aquí nos interesa sólo la que tiene q u e ver con la utilización del p o der p a ra realizar ciertos objetivos sociales (para co n figu rar las con dicio n es de vida de la so cie d a d ) y con su legitim ación y control; en cierto m odo, una y o t r a vienen a ser caras distintas d e u n a m ism a realidad. L a p rim era d e estas fu ncion es —o, si se quiere, el lado posi tivo d e esa función com pleja— se conecta con la nueva realidad del E stad o con tem porán eo —del E stad o del bien estar— que ge n era un Derecho que no se co n fo rm a ya con d e sem p eñ ar las clásicas funciones d e represión y d e garantía, sino q u e preten d e o p e r a r tam bién com o una técn ica de ingeniería social. L a im p o rtan cia creciente que se atrib uye a las directrices en todos los orden am ien tos jurídicos d e las sociedades d e sarro llad as re fleja, precisam ente, este hecho. A h o r a bien, ju n to con esta ten d en cia a acrecentar —por así d e cirlo — el poder del Derecho e n la sociedad, aum enta tam bién la d em an d a de que ese p o d e r esté lim itado p o r criterios m o ra le s que los ordenam ientos ju ríd ic o s tienden a in co rp o ra r b ajo la form a d e derechos h u m an o s o derechos fu ndam enta les. Por eso, los prin cipios ju ríd ic o s —en este caso, sobre todo, los p rin cipios ju ríd ico s en sen tido estricto — encuen tran una form u lación , c a d a vez m ás e x p lícita, en las declaracion es de d erech o s recogidas en las C on stitu cion es. N aturalm ente, la ne ce sid ad de legitim ar y controlar el p od er no es un a c o sa nue
va. Pero lo que quizá se a nuevo es la m an e ra d e obtenerlo. C om o ha escrito Aulis A arnio (1991), “en las cu ltu ras jurídicas occiden tales, la fe en las autoridades ha exp erim en tado una fuerte m erm a en co m p aració n con las d é cad as an terio res”, lo que ha venido a tradu cirse en un refuerzo de la exigencia de ju stificació n de sus decisiones. El eje d e la co n sid eració n com o legítim o del ejercicio de los poderes públicos reside hoy en que éstos sean capaces d e p ersegu ir —y de lo g rar— objetivos sociales sin vulnerar los d erech os fundam entales de los individuos, El logro de este difícil equilibrio —que viene a ser el principio regulativo del ju rista c o n te m p o rán e o — dep en d erá, en buena m edida, de que se d esarro lle una teoría y un a práctica adecua d as de los p rin cipios ju ríd ico s. B IB L IO G R A F ÍA
A a r n i o , A u l i s , 1 9 9 1 , Lo racional como razonable, t r a d . E r n e s t o G a r z ó n V ald é s, C e n tro d e E stu d io s C o n stitu c io n ale s, M a d rid .
Introducción a la metodo logía de las ciencias jurídicas y sociales, A stre a , B u e n o s A ir e s. [V ersión en in glés: Normative Systems, S p r in g e r V erlag, V i e n a / N u c v a York,
A lc h o u r r ó n , C a r lo s y E u g e n io B u ly g in , 1974,
1 9 7 1 .] A le x y , R o b e rt, 1993, Teoría de los derechos fundamentales, trad . E rn e sto G a rz ó n V ald é s y R uth Z im m erlin g , C e n tro de E s t u d io s C o n s titu c io n a le s, M a d rid . --------, 1988, "S is te m a ju r í d i c o , p rin c ip io s ju r íd ic o s y r a z ó n p r á c tic a ",
Doxa. Cuadernos de Filosofia del Derecho, no. 5, p p . 1 3 9 - 1 5 1 . A tie n z a , M an uel, 199 5 , “S o b r e el c o n tro l de l a d is c r e c io n a lid a d a d m i n istra tiv a . C o m e n ta r io s a u n a p o lé m ic a ", Revista Española de Dere cho Administrativo, no. 8 5 , p p . 5 - 2 6 . B a y ó n M o h ín o , J u a n C a r lo s , 1991, La normatividad del Derecho. Deber jurídico y razones para la acción, C e n tro de E stu d io s C o n s tit u c io n a les, M ad rid . B o b b io , N o r b e r to , 1966, “P r in c ip i g e n e ra li d e l d ir it t o ”, Novissimo Digesto Italiano, vol. X III, p p . 8 8 7 - 8 9 6 . C a r r ió , G e n a r o R., 1986, “ P r in c ip io s ju r íd ic o s y p o s itiv is m o ju r íd ic o " , Notas sobre Derecho y lenguaje, 3a. e d ., A b e le d o P e rro t, B u e n o s A ire s. D el V e c ch io , G io r g io , 1958, “S u i p rin c ip i g e n e r a li d e l d iritto ", Studi sul diritto, vol. I, D iez-P icazo , L u is y A n to n io G u lló n , 198 9 , Sistema de Derecho civil, vol. I, 7a. e d ., T e c n o s , M a d rid .
D w orkin, R o n a ld , 1 9 8 6 , Lau’s Empire, F o n ta n a P ress, L o n d re s. [V er sió n en c a ste lla n o ; El imferio de la justicia, trad. C la u d ia F e rra ri, G e d isa , B a rc e lo n a , 1988.] --------, 1978, Taking Rights Seriously, D u c k w o rth , L o n d re s. [V ersión e n c a ste lla n o : Los B a rc e lo n a , 1 9 8 4 .]
derechos en serio, trad . M a rta G u stav in o , A riel,
Grundsata uncí Norm in der richterlichen Forbüdung des Privatrechts, J .C .B . M ohr, T u b in g a . [V e rsió n e n c astella n o : Prin cipio y norma en la elaboración jurisprudencial del Derecho privado,
E sser, Jo s e p h , 195 6 ,
trad. E. V ale n tí F io l, B osch , B a r c e lo n a , 1 961.] G a rc ía d e E n te rría, E d u a r d o , 1 9 6 3 , “R e fle x io n e s so b re la L ey y lo s p r in c ip io s g e n e r a le s d e i D e r e c h o e n e l D e r e c h o a d m in istra tiv o ",
Revista de Administración Pública, n o. 40, pp, 1 8 9 -2 2 2 . (R e im p re so en Reflexiones sobre la Ley y los principios generales del Derecho, C iv ita s, M a d rid , 1984.) G u a stin i, R ic c a rd o , 1990, “R e g ías c o n s tit u tiv a s y g r a n d iv is ió n ",
Cua
dernos del Instituto de InvestigacionesJurídicas, n o . 14. H a rl, H .L .A ., 3982, “C o m m a n d s a n d A u th o rita tiv e L e g a l R e a so n s",
Essays on Bentham. Jurisprudence and Political Theory, C la r e n d o n P re ss, O x fo r d . L u h m a n n , N ild as, 1983, Sistema jurídico y dogmática jurídica, trad . Ig n a c io d e O tto , C e n tr o de E s lu d io s C o n s titu c io n a le s , M a d rid . L u k e s, Steven , 1985,
El poder. Un enfoque radical, trad . Jo r g e D eike,
S ig lo X X I, M a d rid . R a w ls ,J o h n , 197 1 , A Theory
ofJustice, H a r v a r d U n iversity P re ss, M as-
sa c h u se tts. [V e rsió n e n c a ste lla n o : Teoría de la justicia, ira d . M a ría D o lo re s G o n z á le z Soler, F o n d o d e C u lt u r a E c o n ó m ic a , M éxico, 1979.) R az, Jo s e p h , 1991,
Razón práctica y normas, trad . J u a n R u iz M añ ero,
C e n tro d e E stu d io s C o n s titu c io n a le s , M a d rid . S u m m e r s , R o b e r t S ., 1978, “T w o T y p e s o f S u b sta n tiv e R e a s o n s ”,
Cometí Law Review, n o . 63, p p . 7 0 7 - 7 8 8 .
T E O R ÍA S, PR IN CIPIO S Y R E G L A S. R E F L E X IO N E S D ESD E LA B IO É T IC A * R
o d o lfo
Vázq uez
¿Deben co n sid erarse las teorías éticas y los prin cipios y reglas normativos relevantes p ara o rien tar la actividad de los legis ladores, de los ju e c e s, del p erson al san itario, de los funciona rios públicos d e la salud? Si acaso la resp u esta es afirm ativa, ¿qué tipo de teorías y qué características d eb en reunir tales principios y reglas p ara resultar pertinentes? ¿Cuál es, en defi nitiva, el lugar d e la filosofía en las d ecisio n es de los comités gubern am en tales y, de m an era especial, en las decisiones de los diversos com ités de ética h o sp italario s? D esde la publica ción del libro d e T o m B eau ch am p y Ja m es C hildress, Principies of Biomedical Ethics, 1 estas preguntas, entre otras, han venido ocupan do crecien tem en te la aten ció n d e los filósofos prácti cos dedicados al estu d io ético d e los problem as de m edicina y salud. En general pod em os decir q u e existen d o s puntos de vis ta encontrados an te tales cuestionam ientos. Por una parte, se piensa que frente a la im posibilidad d e alcanzar algún consenso entre las diferentes teorías m orales, el filósofo “ m odesto" debe limitarse al oficio d e técnico en su disciplin a. Por la otra, el filósofo “a m b icio so ” p ien sa que cualquier d ecisió n pública se inscribe en un m arco teórico q u e d ebe ap licarse a la resolu ción d e cada un o d e los casos q u e se p resen tan a considerá o s t e trabajo, ad em ás de f o r m a r p a rte del proyecto C O N A C Y T coordinado por Mark Platts, se benefició d e un su b sid io d e la Fundación Sim ón Guggenheim. 1 T. Beaucham p y j . Childress, Principies of Biomedical Ethics. El libro lleva ya varias ediciones (1983, 1989, 1994, 2001) en las cuales los au tores han ido ajustando o corrigiendo su postura inicial.
ción.2 Estos últim os, a su vez, ab o g a n bien sea por u n a concep ción gen eralista d e la m o ra l (ética deontológica, utilitarista, de d erech o natural, p o r ejem p lo) o una con cepción particu laris ta (contextualism o, casuística, ética del cuidado, de la virtud, entre otras posibles). En un terreno interm edio señ alan d o las lim itaciones d e cad a una d e las dos posiciones extrem as, se ubican aquellos filó so fo s que apelan a un “equ ilibrio reflexivo” entre principios gen e rale s y convicciones particulares, o bien recon ocen la prim acía d e los piincipios p e ro no con un carác ter absoluto, sino co n un valor prim a facie. Por cierto, estas dos últim as no son excluyentes. De acuerdo con este m arco general he dividido este ensayo en cu atro partes: 1. El filósofo m odesto: el oficio d e técnico; 2. El filósofo am bicioso g en eralista; 3. El filósofo am b icioso p articu larista; y 4. El filósofo de la tercera vía: p rin cip ios prim a facie y equilibrio reflexivo. C o n algun as divergencias m en ores ad elan to mi acuerdo con e sta últim a p o sición d e sd e la cu al intentaría ofrecer algun a re sp u e sta a las pregu n tas form uladas. 1. E l filósofo modesto: el oficio de técnico D espués de caer en la cu en ta de que es p rácticam ente im po sible que los filósofos se pon gan de acuerdo con respecto a alguna teoría m oral, M ary W arnock se pregunta: ¿C u ál e s, e n to n c e s, el l u g a r d e la filo so fía en la s d e c is io n e s d e los c o m ité s g u b e r n a m e n ta le s ? M e p a r e c e q u e lo s f iló s o fo s d e s e m p e ñ an u n p a p e l s im p le m e n te c o m o p r o fe sio n ista s, e s d e c ir, q u e p o r e n tre n a m ie n to y h á b ito e s tá n a c o s tu m b r a d o s a d i s t in g u ir las b u e n a s d e las m a la s e v id e n c ia s , lo s a r g u m e n to s c o r r e c to s d e la s fa lac ias, el d o g m a d e la e x p e r ie n c ia . S o n p r o f e s io n a le s a c o s tu m b r a d o s a c o lo c a r la s c o n c lu s io n e s y las lín e a s p r e lim in a r e s d e u n ra z o n a m ie n to d e m a n e r a in te lig ib le .3
En el m ism o sen tido se exp resa Peter Singer: “la virtu d dis tintiva d e los filósofos es el pensam iento crítico —la habilidad 2 Cfr. W. Kymlicka, "M oral Philosophy and Public Policy: T h e C ase of New Reproductive Technologies'’, pp. 244s. s M. Warnock, “Ernbryo T lierapy: T h e Pliilosopher’s Role in Ethical De bate", citado por Kymlicka, ibid., p. 250.
p a ra p on d e rar argum entos, d e te c ta r fa lacias y evitarlas en su p rop io razo n am ien to ”.4 Más recientem ente, Mark Platts se plantea la m ism a interro gante: “¿cóm o p o d ría el filósofo en tanto filósofo colaborar en la resolución d e los problem as p rácticos m o rale s? ¿Q ué contribu ción distinta n o s perm ite un entren am ien to filosófico?” D esde un enfoque an alítico, Platts divide la re sp u e sta en d os partes: a) si es cierto q u e el primer objetivo de la ética es un objetivo descriptivo, con sisten te en la iden tificación d e la institución de la m oralidad y la d escripción d e sus presu p u esto s conceptuales m ás gen erales, en ton ces el análisis “d e nuestro discurso m oral cotidiano, llevad o a c a b o a la lu z de las m ejores teorías filosó ficas de la co n d u cta lingüística, es n u estra única gu ía segura al principio d e la tarea descriptiva m en cio n a d a ”; y b) si lo que se intenta es una clarid ad reflexiva so b re los conceptos, esto se hace con el p ro p ó sito d e llegar a un a resolución razonable de los problem as e n litigio, es decir: la d is c u s ió n s o b r e la s p r e te n d id a s s o lu c io n e s tie n e q u e in v o lu c ra r r a z o n a m ie n to s , a r g u m e n to s en fa v o r o en c o n tr a d e las s u p u e s ta s so lu c io n e s. T a le s a r g u m e n to s p u e d e n s e r b u e n o s , m a lo s o d u d o so s; p e r o si n o e x iste la p re te n sió n d e o f r e c e r b u e n o s arg u m e n to s, la d is c u s ió n n o p u e d e s e r r a z o n a b le 5
Platts está con scien te de que, con este d ob le objetivo, la con tribución del filósofo no adopta la fo rm a d e teoría o tesis sobre la m oralidad, sin o , m odestam ente, la d e una d ebida utilización de las técnicas prod u cto de su entrenam iento. Sin em bargo, ¿no resulta e sta con tribución d e m a sia d o m odesta, se pregunta el misino Platts, si con un poco que ob servem os el discurso m oral cotidian o n otarem os que la gente com ún y corriente sostiene tesis so b re el carácter ob jetivo o subjetivo de las dis tintas m o ralid ad es? ¿No defienden los in d ivid u os acaso ideas m etafísicas acerca d e la libertad d e la voluntad en contra del determ inism o? ¿Y quién sino el filó so fo p u e d e ofrecer opinio nes com petentes so b re e stas tesis? “Q uizá, quizá, q u iz á ..., pero 1 P. Kasim ba y P. Singer, “Australian Com m issions an d Com m ittees on Issues in Bioethics”, p. 406. 5 M. Platts, Sobre usos y abusos de la moral, “A péndice: ética y práctica", pp. 139s.
lo d u d o —p ien sa Platts—, p o r lo m enos en tanto que verdad ge n eralizad a sobre la institución h um an a de la m oralid ad .” L o que él quiere d ecir es que si bien no se puede negar la exis tencia d e id eas cu asifilosóficas en el discu rso m oral de la gente y aún en los m ism os có d igos d e ética m édica, de aq u í no se sigue que tales ideas sean elem entos in dispen sables p a ra las m o ralid ad es cotidianas y p a ra tales códigos. S igu ien d o a P.F. Straw son, Platts sostiene que: “L a m o ralid ad no requiere en la p ráctica n in gún [...] anclaje m etafísico, aun cu an d o algu n o s d e quienes la p ractican estén dispuestos a im aginar, en sus m o m entos d e reflexión, que sí lo n ecesita.” N o cabe d u d a d e q u e la con tribución de la filosofía analí tica en el nivel d e la m etaética ha sido relevante y fértil, p ero tam bién in suficien te. El problem a, creo, es que los argum en tos p u ed en ser claros e incluso consistentes, p ero aún a sí pueden ser m oralm en te inicuos p a r a p o n d e ra r alg u n a con sideración m oral. Y esto no es p o c a cosa. R en un ciar a la posibilidad de construir ciertos principios norm ativos generales que tom en com o p un to de p artid a el respeto h acia las personas es renun ciar al “p un to d e vista m o r a l”, a la persp ectiva desde la cual el in dividu o intenta pon erse en el lu g ar del otro. En este sen tido, p arece existir un punto de acu erd o entre las diversas teo rías m o rale s con respecto a la v ieja regla de oro: actúa con los dem ás ta l co m o quisieras que actu aran contigo. E sta re gla se e n cu en tra presente no sólo en la ética ju d eo cristian a, sino tam bién b a jo enun ciados diversos: en la ética deontológica de Kant, en utilitaristas com o Bentham y Mili, contractualistas com o Scanlon y e n éticas del “c u id a d o ” com o la de G illigan.6 A sum ir el punto d e vista m oral es asum ir, a fin de cuen tas, el punto d e vista de la im parcialidad . Entenderé por ésta la p osib ilid ad d e valorar los conflictos en térm inos de ciertos principios gen erales que se acepten independientem ente d e la situación en particular, sin perm itir que mis preferencias o pre ju icios p e rso n a les influyan en el ju icio . Es reconocer, com o in sistentem ente lo h a señ alado R ich ard H aré, que el pensam iento m oral se m ueve en dos niveles: el intuitivo y el crítico. M uchos de los p ro b le m as m orales surgen p orq u e en el nivel intuitivo, 6 Cfr, Kymücka, op. cit., p, 251,
tales intuiciones —intra o in terp erso n ales— entran en conflicto, y ellas m ism as están lejos de autoju stiñ carse. Se requiere un nivel diferente p a r a d a r re sp u e sta a esos conflictos; un nivel crítico q u e sea em pleado “no s ó lo p a r a resolver conflictos en tre intuiciones en el nivel in tuitivo, sino p a r a seleccionar los prin cipios m orales y [,..] las v irtu d e s que debem os cu ltiv aren n uestros hijos y en nosotros m ism o s”, En otros térm inos: “L o s p rin cip ios parciales en el nivel intuitivo deben ju stificarse p o r un razonam iento imparcial en el nivel crítico.””7 E stá claro, com o sostienen S traw so n y Platts, que en la p rá c tica —en el nivel intuitivo de H a r é —, la m oralidad no requ iere un an claje m etafísico, pero difícilm en te se p u ed e n eg ar la ne cesid ad de principios en el nivel crítico, si n o es a co n dició n de ren u n ciar a la m ism a m o ra lid ad . Y creo que de esto to m a co n cien cia Platts cu an do al fin a l de su libro se pregunta a g u d a y puntualm ente: ¿ N o h ay a c a s o u n a ta re a filo só fic a d e e v id e n te u tilid ad p a r a ta le s d e b a te s [m o ra le s] c u y o o b je to se a fo r m u la r io s p rin c ip io s m o r a le s g e n e ra le s q u e su b y a c e n e n lo s ju ic io s m o ra le s m á s e sp e c ífic o s q u e lo s in d iv id u o s h a c e n e n c a d a s i t u a c i ó n p a r tic u la r ? ¿ N o p o d r í a s e r u n e je m p lo d e e sta ta re a l a id e n tific ac ió n , d ig a m o s, d e a lg ú n p r in c ip io d e r e s p e t o a la a u t o n o m í a q u e se e n c u e n t r e d e t r á s d e l o s j u i c i o s m á s e s p e c í f i c o s s o b r e lo s a s u n t o s d e la c o n f i d e n c i a l i dad el c o n se n tim ie n to in f o r m a d o e n la p r á c tic a m é d ic a ?
y
L a respuesta de Platts es p o sitiv a y las cautelas que in trod u ce p ara entender ad ecu ad am en te su posición m e parecen sugerentes. En prim er lugar, la id en tificación del principio de resp e to a la auton om ía debe en ten d erse com o “la p ro p u esta n o rm a tiva d e un principio q u e fu n cion e p a ra m axim izar cierto tip o de coh eren cia ‘p ro fu n d a’ en tre los ju icios m orales específicos o fre c id o s”; y en segu n d o lugar, “que p a ra que la iden tificación de tal principio del respeto a la autonom ía en el con texto d e los d ebates contem poráneos s o b r e problem as m orales p rá cti cos se a útil, se requiere que, tan to en térm inos d e su con ten ido 7 Cfr. R. Haré, “Methods o f Bioethics: Soin e Defective P ropo sals”, pp. 2 9 s . Para un desarrollo de la posición de H a ré véase, del mismo autor, Essays on Bioethics, cap, 1 “Medical Ethics. Can t h e M oral Philosopher Help?”
com o en térm inos d e sus relaciones lógicas con los ju icio s m o rales com unes y co rrien tes, el principio no se quede dem asiado ‘distan te’ de aquellos ju ic io s ” .8 H abría que pregu ntarle a Platts q u e quiere decir con la exp resión “coherencia profun da" y con la m etáfora espacial de la distancia. A mi juicio, no es sino una alusión hacia la n ecesid ad d e una ética crítica, en los térm inos d e lia re . Lo sugerente d e su p rop u esta es que el acceso a los principios —al p rin cip io de autonom ía, en este c a s o — está le jo s de d arse por la vía d e las intuiciones m etafísicas d e las cu a les se pueda inferir deductivam en te la solución p a ra los con flictos m orales esp ecífico s. L a vía es más bien la inversa: una suerte de inducción que concluya en la con stru cción de los p rin cipios norm ativos gen erales. Q uisiera ah o ra deten erm e a an alizar la p rop u esta de lo que, con Kymlicka, he llam ado filó so fo s am biciosos. 2 . E l filósofo ambicioso generalista A diferencia de la m o d e stia que caracteriza a aqu ello s que li m itan la función del filó so fo m oral a sus h abilidades técnicas, propias d e su profesión , los filósofos am biciosos piensan que las com isiones g u b ern am en tales deberían ad o p tar una teoría m o ral com prensiva y a p licarla a las diversas situaciones o ca sos m édicos, o de salu d en general. Esta pretensión es fuer tem ente criticada p o r K ym licka cuando se p regu n ta sobre las teorías m orales, sean g en eralistas o particularistas: ¿qué es lo distintivo d e cad a una de ellas?, ¿cuál es la más ad ecu ad a?, ¿qué con clusion es prácticas se sig u en de cad a una p ara la resolución de problem as?9 C on respecto a la p rim e ra pregunta, piensa Kymlicka, pare ce que no existe ningún c rite rio relevante que d istin g a una teo ría d e otra. Por ejem plo, qué distingue a una ética con tractual de un a d con tológica o utilitarista. Si tom am os el caso de Jo h n Rawls, a lg u n a s lectu ras d e su o b ra enfatizan su d e u d a deontológica con Kant, otras insisten en que el m étodo constructivista conduce, de hecho, al utilitarism o y no ha fa lta d o quien argum ente a favor d e u n a ética d el cuidado im plícita en la ex 8 Plaits, op. cit., pp. 155-156. s Kymlicka, op, cit., pp. 24Gs.
plicación de la p osición original. Rawls m ism o en A Theory of Justice se co n sid e ra co n tractu alistay deon tologista. Otros autores han su bsu m ido el con tractu alism o bajo el utilitarism o y las teorías d e d erech o natural b a jo las deon tológicas y, así, term i nan reducien do las teorías éticas a la op o sició n más radical en tre con secuen cialistas y deon tologistas. O tros rechazan am bas por su carácter abstracto, ahist.órico e im personal, y reducen las teorías a éticas contextualistas. Resulta entonces im posible po n erse d e a c u e rd o sobre la id en tid ad y la clasificación de las teorías éticas. C reo que Kyrnlicka no está diciendo que los de bates en to rn o a la identidad d e las teorías o la exégesis de las ob ras d e los g ra n d e s teóricos m o rale s se a irrelevantc para la discusión filosófica, L o que d ice —y pien so que resulla una obviedad— es q u e p a r a aquellos q u e d eb en to m ar decisiones públicas o recom endarlas; el m ap a d e las teorías se presenta confuso, y el tiem p o que d isp on en p ara d ecid ir es limitado. Pero su p o n g am o s que se logre identificar las teorías y clasi ficarlas con claridad. Todavía hay que pregu ntarse cóm o poner de acuerd o a los integrantes d e los com ités p ara evaluarlas y finalmente escoger la m ás ad ecu ad a. Si bien creo que es posi ble p ro p o n e r con cierta objetividad alg u n o s principios m ora les, a sí co m o tam bién creo en la posibilidad d e d a r respuestas correctas —no a b so lu tas— a los p rob lem as m orales, com o veré más adelante, sería ingenuo su p o n e r que existe un argum ento unificador de todas las teorías y un principio absoluto regula dor de todos los com portam ien tos hum anos, Sin em bargo, au n si asum im os q u e todos h em os llegado a un acuerdo con resp ecto a una sola d e las teorías éticas, se tiene que d ecid ir todavía cómo aplicarla a las situaciones particula res. Y ésta no es una tarea sen cilla si p en sam os que no existe un con sen so gen eralizad o acerca d e có m o d eben entenderse cad a una d e las expresiones básicas q u e caracterizan a las dife rentes teorías: “a c u e r d o ”, “u tilid a d ”, "n atu ra le z a ”, “cu id a d o ”, “d e b e r ”; pero, sobre todo, có m o deben usarse p a ra dar res puesta a los distin tos problem as que plantean la m edicina y la salud. T odo p arece in dicar que es p o c o realista pensar que en los com ités se p u ed e llegar a un co n se n so en la selección y apli cación d e algun a teo ría m oral. P ero ad em ás, esta pretensión de uniform idad resultaría in ap rop iad a si se quiere c o rre sp o n d e rá
las d e m an d as p lu rales d e los ciudadan os en una so cied ad d e m ocrática. D icho lo anterior, el carácte r am bicioso del filósofo consiste, p recisam en te, en p e n sa r q u e es posible identificar y clasificar las te o ría s; que p u e d e seleccio n arse u n a que, bajo un prin cipio regu lad or, ha de ap licarse incondicionalm ente; y que e sta teo ría es la ap rop iad a p a r a re sp o n d e r a las d em an das de to dos los ciu d ad an o s. N o n ecesito a g r e g a r que un a pretensión de este tipo p u ed e llegar a tener una fuerte dosis de au toritarism o m o ral y que, d e sg ra cia d a m e n te , no son pocos los com ités de bioética, aun los no co n fesio n ales, que se distin gu en por ello. Entre los filósofos am b icio so s, el que aqu í he d en o m in ad o ge n eralista se caracteriza p o r u n a p osición m etaética ab so lu tista y p o r lo que Dan B rock h a llam ad o “el m étodo dcd u ctivista de razon am ien to m oral” .10 V eam os estas características con m ás detenim iento. Torn Beaucham p o fre c e una b u en a caracterización de los p rin cip ios a partir d e lo que él llam a un a “concepción ro b u sta ” y que con trapon e a la co n cep ció n “prima fa c ie ’, que él sostie ne y q u e analizaré m ás adelante. E sta concepción rob usta, pro pia d e lo que aqu í he calificad o d e p osición m etaética absolutis ta, sostien e que x es un p rin cip io m oral si y sólo si x es: general, norm ativo, sustantivo, no excep tuable y fu n d acio n al.11 Es ge n eral p orq u e un p rin cip io es aplicable para n orm ar un am plio cam p o d e circunstancias y, en este sentido, co n trasta con las proposiciones esp ecíficas; es n orm ativo p o rq u e un p rin cip io es un están dar d e accion es c o rre c tas, buen as u ob ligato rias y p o see la cap acid ad d e dirigir accio n es y o frecer las b ases p a ra una evaluación crítica d e las m ism as; es sustantivo p o rq u e los p rin cip ios expresan con ten id os m orales y no sólo la fo rm a en que tales contenidos d eb en ser co n sid e rad o s; ad em ás, un prin cip io m o ral n o tiene e xcep cion es au n cu an d o entre en con flicto con o tro s principios; fu n d a m é n ta la s reglas y los ju icios m o ra le s sin ju stificarse a sí m ism o en o tro p rin cipio, ni e sp e ra r u n a ju sti ficación d e tipo pragm ática. L o cuestion able de esta p o stu ra es el carácter no e x c ep tu a b le y fundacional de los prin cipios. 10 Cfr. D. Brock, “PublicMoral Discourse", pp. 279s. 11 T. Beauchamp, “The Role o f Principies in Practica! Ethics", pp. 8 Is.
P ara el absolutism o m o ra l, los p rin cip ios m orales son invio lables, es decir, racionalm ente in cuestion ables. Esto significa, com o afirm a B eauch am p, que n o está m oralm en te justificado invalidarlos aun cu an d o exista un conflicto entre ellos. Estas si tuaciones, com o es ob vio, se presen tan en un contexto trágico, donde nada de lo q u e uno hiciera sería m oralm en te aceptable o correcto. L a altern ativa sería o bien la no actividad, que po d ría incurrir en un acto d e om isión m oralm ente reprobable, o bien la actividad, que entonces respon dería no ya a razones objetivas sino a razo n es subjetivas que privilegiarían , dogm áti cam ente, un prin cipio sobre los dem ás. L as verdades m orales se adquieren o bien p o r una intuición m etafísica no corroborable intersubjetivam ente, o bien, e n el extrem o, p o r un acto de fe religiosa, C o n respecto al ded uctivism o, en los térm in os de Rrock, éste consiste en em plear la v erd ad era teoría y los principios, ju n to con los hechos em píricos relevantes en su aplicación, p a ra deducir lógicam ente la conclusión m o ra l correcta p ara el caso o la política en cuestión. El p ro b le m a es que no existe tal teoría m oral com p ren siva con la que todos estén de acuerdo y que pued a ser ap licad a deductivam ente a las diversas situa ciones. El d ed u ctivism o sería, finalm ente, el m étodo de razo nam iento m oral p ro p io d e las teorías fu n d acion alistas. Otro nom bre p ara el absolu tism o m o ra l que, reitero, caracteriza a los filósofos gen eralistas. C o n tra el ab so lu tism o m oral es n ecesario sosten er la po sibilidad de un con trol racional de n u estras creen cias y, por lo tanto, in validar cu alq u ier argu m en to d e autorid ad aceptado dogm áticam ente. A este respecto, nadie m ejor que Popper ha visto con claridad la n ecesidad d e an tep on er a to d o autorita rism o dogm ático un racio n alism o crítico fu n d a d o en la obje tividad de la exp erien cia y en la d isp o sició n al d iálo g o crítico, lo que implica la co n fron tación de argum en tos y la disponi bilidad p ara ab an d on ar las creen cias cu an do existen razones fu n d ad as p a ra hacerlo: el autoritarismo y el racionalismo, tal como nosotros los entende mos, sostiene Popper, no pueden conciliarse, puesto que la argu mentación —incluida la crítica y el arte de escuchar la crítica— es
la b a s e d e la r a c io n a lid a d [ ...] . L a id e a de im p a r c ia lid a d ta m b ié n c o n d u c e a la de r e s p o n s a b ilid a d ; n o só lo te n e m o s q u e e s c u c h a r lo s a r g u m e n to s, sin o q u e te n e m o s la o b lig a c ió n de r e s p o n d e r allí d o n d e n u e stra s a c c io n e s a fe c te n a o tro s. D e este m o d o , e n ú ltim a in stan c ia, el r a c io n a lis m o se h alla v in cu lad o c o n el re c o n o c im ie n to de la n e c e sid a d d e in stitu c io n e s so c ia le s d e s tin a d a s a p r o te g e r la lib e r ta d d e c rític a , la lib e r ta d d e p en sam ien to y, d e e sta m a n e ra, la lib e rta d de los h o m b r e s .12
3 . E l filósofo ambicioso particularista En tre los filósofos am b iciosos, el que aquí he d en o m in ad o particularista, se caracteriza p o r u n a concepción m etaética subje tiv ista y por lo que a p artir de la o b ra de Albert Jo n s e n y S tep h en Toulmin se identifica com o una nueva casuística que, a diferen cia de la “tiran ía de los p rin cip ios”, centra su atención en el caso co n creto.13 Entre los teóricos particularistas es re cu rren te incluir tam bién a los defen sores de las llam adas éticas de situación y las m ás recientes éticas de la virtud y del cui d a d o . N o m e deten dré en e stas últim as.14 Prefiero con cen trar mi atención en dos p osicion es q u e se ubican plenam ente en el d eb ate de la bioética: el con textualism o de Earl W inkler y la ya m en cion ad a casuística de Jo n se n y Toulmin. W inkler propone su co n cep ción contextualista con fron tán d o la críticam ente con la teoría p arad igm álica de los principios tal co m o fue d esarrollad a por B eauch am p y Childress en su ya citado libro Principies of Biomedical Ethics.Xb En la in terpre tación d e Winkler, la crítica a estos autores se cen tra en la 12 K. Popper, La sociedad abierta y su s enemigos, tomo II, pp. 317 y 336. Para Popper, la libertad de pensamiento y la discusión racional son valores liberales que no requieren ulterior justificación pero, y esto me parece relevante para no in currir en la misma crítica que se hace del absolutism o m oral, “pueden ju stificarse pragm áticam ente so b re !a b ase del papel que desem peñ an en la b úsqu ed a de la verdad". Ésta exige, al menos, “a) im aginación, b) ensayo y error, c) el descubrim iento g rad u al de nuestros prejuicios m ediante a) y b) y la discu sió n crítica" (En busca de un mundo mejor). 13 A. Jo n sen y S. Toulmin, The Abv.se of Casuisliy. A History of M oral Reasoning. H Para un análisis crítico de estas teorías, véase Haré, op. cit., pp. 19 yss. 15 V éase E. Winkler, “ Moral Philosophy and Bioethics: Contextualism ver sus the Paradigm Theory".
idea d e que la ju stifica ció n m oral que ofrece tal paradigm a es esencialm ente deductivista, e im plica diversos niveles de g e neralización: un ju icio particular se ju stifica si cae bajo una regla y esta lo hace m ostran do q u e es una especificación de un principio general. D e esLa m an era, la bioética m édica, por ejem plo, debe co n ceb irse com o u n a división prim aria de la éti ca aplicada y, en definitiva, de una teoría ética general. Con poco que se analicen los tres p rin cipios fundam entales de la teoría paradigm ática, continúa el autor, se cae en la cuenta de la cleuda de cada uno de ellos con diversas teorías generalistas: el prin cipio de auton om ía es d e u d o r de la ética kantiana; el de beneficencia (incluyendo aquí el d e no m aleficencia) de la éti ca utilitarista y el de ju stic ia del con tractu alism o. C ada una de estas teorías, co in cidiría Winkler con Kymlicka, se enfrentaría con las interrogantes señ aladas por este últim o y ya analizadas en este trabajo. Para Winkler, la te o ría p arad igm ática no ofrece un criterio que perm ita d ecidir cuál de los p rin cipios debe seleccionar se en ciertas circunstancias co n cretas o, en otros términos, qué concepción teórica debe prevalecer. Precisam ente, cuan do se enfrenta a los ca so s límite, que son los más interesan tes y conflictivos d e sd e el punto de vista m oral (el uso de niños anancefálicos com o posibles d o n ad o re s de órganos; la investigación con em brion es y su u so en las nuevas técnicas reproductivas, p o r ejem plo), la teoría prin cipalista incurre en om isiones serias, P arecería apelar finalm ente a una suerte de intuicionism o difícilm ente ju stificable desde un punto de vis ta em pírico-racional. Al con trario, el contextualism o procede m etodológicam ente “de abajo hacia a rrib a ” y por ello conside ra que los problem as m orales d eb en resolverse precisam ente a la luz de la p rop ia com plejidad d e las circunstancias concre tas apelando a las tradicion es h istóricas y cu lturales relevantes. De esta manera, una teoría contextualista debe com enzar por el reconocim iento de una m oral con ven cion al con sus propias reglas y valores ju stificatorios, los cuales d eben con siderarse con un criterio de validez instrum ental de acu erdo con el con texto social q u e contiene el caso. W inkler concluye m ostrando có m o cada uno de los principios —autonom ía, beneficencia y ju sticia — terminan relativizándose y apelando a principios su
pletorios para intentar d ar una resp uesta razon able a los casos concretos. Para Jo n se n y Toulm in d eb e recu p erarse la casuística en el cam p o d e la bioética, es decir, una form a d e razonam iento que d e b e centrar su atención en el caso concreto. Lejos de partir de principios gen erales aplicables deductivam en te, de lo que se trata es d e co n sid e rar las m áxim as y los tópicos que definen el sen tid o y la relevan cia del caso. Linas y otros, finalmente, de berán clasificarse en form a an alógica de a cu e rd o con sus sem e jan zas y diferencias. En un escrito más reciente, A lbert Jo n se n ha suavizado su casuística inicial d estacan d o el papel q u e de sem peñan las circunstancias en el ju icio y en la respon sabilidad m oral d e los age n te s.16 En la Etica N kom áquea de A ristóteles, en el De Officiis d e Cicerón y en L a metafísica de las costumbres de Kant, o b ra s fu ndacion ales p ara diversas teorías éticas, se encuentran p a sa je s alusivos al p ap el relevante de las circuns tancias: quién es el agente, q u é hace, qué co sa o persona es afectada, qué m ed ios usa, q u é resultados se desean obten er con la acción, etc. L a pregunta p or las circunstancias, piensa Jo n sen , no es una p regu n ta que d em an d a un a respuesta por un sí o un no d e acuerd o con prin cipios ríg id o s, sino m ás bien, p o r una suerte d e ju icio p ru d en cial. L a s m ás de las veces, los caso s difíciles co n d u ce n a situaciones d o n d e las d o s respues tas se presentan no com o una situación d ilem ática, paralizante de la actividad, sino com o con clu sion es posib les de un razo nam iento ap oy ad o con b u en os argu m en to s ju st ificadores. En este contexto, las circunstancias ad qu ieren un valor relevante en cuanto "características m oralm en te ap reciad as de una situa ción ” y tam bién d e ciso rias p ara la situ ación particular. El caso concreto, entonces, d eb e verse com o un to d o en el que d eb en p o n d erarse los “m en ores rie sg o s”, “los co stos significativos”, “los dañ os m ín im os”, etc. Ante la in cap acid ad de las m áxim as o los tópicos p ara dirim ir las situacion es conflictivas, de lo que se trataría es d e que el balan ce y la p o n d e rac ió n entre ellos d ep en d iera d e un ju icio p ráctico m oral, de la discreción, de la pruden cia, o de lo q u e A ristóteles d e n o m in ó phronesis. L a lb A, jon sen , “M orally A ppreciated Círcum stances; A T h eoreü cal Problem for Casuistry”, pp. 37 y ss.
casu ística se resuelve finalm ente en una su erte de apelación a las circunstancias y p on d eración d e las m ism as. A m bas p ostu ras —con textualista y casuística— incluidas en la d enom in ación general d e p articu laristas, son criticables. Si en los gen eralistas el defecto era h ab e r in currido en un absolutis m o m o ral bajo un esquem a d ed u ctivista, el problem a entre los p articu laristas es elabo rar una te o ría que descansa en un sub jetiv ism o relativista y un m étodo gen eralizador que no acierta a resolver tam poco, con criterios racio n ales, los conllictos fre cuentes en bioética entre las p r o p ia s m áxim as y los tópicos. Earl W inkler critica con lu cid e z las posiciones generalis tas, au n q u e quizá exageró al e xtrem o la teoría p aradigm ática de B eauch am p y Childress y no reco n o ció —com o en seguida verem os— el valor prima facie de lo s principios defen didos por estos autores. Sea d e ello lo que fu ere, el problem a de su contextu alism o es el m ism o p rob lem a al que se enfrenta cualquier convencionalism o o relativism o cu ltu ral. Si p o r éste se entien de la descripción del hecho so cio ló g ico d e que las sociedades difieren en sus juicios éticos o d e que los individuos tienden a tom ar en cuenta las evaluaciones prevalecientes en su com uni d ad histórica y culturalm ente d eterm in ad a, esta afirm ación es a to d as luces verdadera pero irrelevan te, ya que no afecta la va lidez ni la posibilidad de ju icios m oralm en te universales. Si lo que se p reten d e es esto últim o, el relativism o es aulodestructivo, p o rq u e su referente norm ativo no está contenido en las prácticas o convenciones de la so c ie d a d , Com o afirm a Carlos Niño: La dependencia de la crítica respecto de la práctica moral pue de dar lugar a un relativismo conservador que, por un lado, es inepto para resolver conflictos entre quienes apelan a tradicio nes o prácticas en el contexto de una sociedad, ya que la valora ción presupondría esas prácticas y no es posible discriminar entre prácticas valiosas o disvaliosas sin contar con principios morales que sean independientes de ellas.17 L a casuística d e Jo n sen y Toulm in se enfrenta a la crítica de H aré an alizada líneas atrás: la in suficien cia de un a m oral intui17 C. N íno, '‘Liberalism o vs. com un itarism o", p. 367.
cion ista y la necesidad d e asum ir una ética crítica, im parcial, p ara resolver los conflictos entre las propias intuiciones, máxi mas o tópicos. M anuel A tienza lo ha expresado con claridad a lu d ien d o a la o b ra d e am bos autores: e l r e c u r s o q u e e llo s s u g ie r e n a las m á x im a s o tó p ic o s e s m a n ifie s ta m e n te in su fic ie n te p a r a e la b o r a r c rite rio s o b je tiv o s d e r e s o lu c ió n d e c o n flic to s. E sto e s a s í p o r q u e fren te a un c a s o d ifíc il (bien se tra te d e l d e re c h o , d e la m e d ic in a o de la é tic a ) e x iste siem p re m á s d e u n a m á x im a a p lic a b le , p e r o de sig n o c o n tra d ic to rio ; y el p r o b le m a e s q u e la t ó p ic a —o la n u e v a c a su ístic a d e Jo n s e n y T o u lm in — no e s tá e n c o n d ic io n e s d e o fre c e r u n a o r d e n a c ió n d e e sa s m á x im as; o, m e jo r d ic h o , no p o d r ía h a c e rlo sin n e g a rse a sí m ism a , p u e s e s o s ig n ific a r ía q u e , e n ú ltim o té r m in o , lo d e te r m i n an te se ría n lo s p r in c ip io s y las re g la s —si se q u ie re , d e s e g u n d o n ivel— q u e je r a r q u iz a n la s m á x im a s .18
Por lo que hace a la ap elació n d e Jonsen a la phronesis aris totélica cabe para ésta la m ism a crítica de H aré a las éticas intuicionistas. C om o dice A tienza con razón: “estos au tores pa recen d e p o sitar u n a excesiva con fian za en la p ru d en cia o sabi duría práctica [.. .] y en su cap acid ad para resolver en form a cierta (o, al m enos, con to d a la certeza qu e p u ed e existir en las cu estio n es prácticas) p rob lem as esp ecíficos”.19 P a r a concluir este a p artad o quiero agregar algo que los crí ticos de una ética, con p retension es de universalidad, tienden a o m itir o, sim plem ente, a no reconocer. Es el hecho de que asu m ir un punto de vista im parcial no es ign orar que el dis cu rso m oral —y, p a r a n uestro caso, el de la b io é tica— tam bién se m ueve en un m undo real. N ad a m ás concreto, por ejem plo, q u e tom ar co m o p un to d e p artid a las “circun stan cias de la ju s tic ia ”, las “convicciones espon tán eas p ara un equ ilibrio reflexi vo” o el “recon ocim ien to d e las n ecesidades b á sica s”, com o es d e so b ra conocido en autores com o H erbert Hart, Jo h n Rawls o E rn esto Garzón V aldés, respectivam ente; pero, precisam en te, éstos con form an un punto d e p artid a que ap u n ta hacia una 18 M. Atienza, “Ju rid ificar la b ioética", p. 69. Un análisis crítico de la “nueva casuística" propuesta p o r estos autores puede verse en F. Luna, Ensayos de bioética, pp. 33-46. ] 9 Ibid.
em presa com ún m ás am biciosa: la p osib ilid ad de lograr algún acu erd o entre puntos d e vista d istin tos y encontrados. Con este fin es necesario proporcion ar razo n es objetivas para la acción y prop o n er un punto de vista im parcial que involucre a todos los seres hum anos en cuanto agentes m orales. 4 . E l filósofo de la tercera iría: principios prim a facie y equilibrio reflexivo Con la expresión “ filósofo de la tercera vía” no quiero insinuar ningún com prom iso de la bioética con p ropu estas políticas de m oda, ni tam poco intento d e se m p eñ ar el p ap el d e m ediador. Por lo general, este últim o no d e ja satisfecho a nadie y los que pretenden hacerlo tienden a ser co n fu so s en sus conclusiones. L a id e a de u n a te rce ra vía me fu e su gerid a en un texto d e N or man D aniels,20 en el que este autor m an ifestaba su asom bro ante la riqueza de la disputa en el terreno de la bioética en torno a las teorías m orales, los prin cipios, las reglas y los ju i cios y las acciones particulares. D esp u és de h ab er trabajado d u ran te los años setenta en los p roblem as de una teoría gene ra l de la ju stic ia y en el desarrollo de una con cepción am plia del equilibrio reflexivo a partir de u n a revisión de las ideas d e John Rawls, D aniels concluye que, en relación con los pro blem as d e m edicin a y salud, no es a p ro p iad o aplicar sin más la teoría gen eral y resolver los c a so s com o si se tratara de un ejercicio deductivo. L o s principios d e ju sticia en Rawls fueron con stru id os a partir d e un supuesto idealizado: p erson as capa ces que especificarían los principios d e ju sticia en el marco de una co o p eració n imparcial. N ad ie se en con trab a en situación d e desventaja p or razon es de e n ferm ed ad o in capacidades físi cas. Pero, ¿debía entonces añ adir la teoría d e Rawls otro bien prim ario: la sa lu d ? ¿Q ué debía en ten d erse p o r “ap licar” los p rin cip ios de una teoría gen eral?21 D aniels se fig u ra el debate com o si se en con trara en un cam p o d e batalla y en el que como co rre sp o n sal realiza “un breve re p o rte d esd e la zona de gu erra en la tierra d e la b ioética” (The L an d of Bioethics). El cam po d e b atalla está seccion ad o en diferentes niveles y en las zonas 20 N. Daniels, “W ide Reflective Equilibrium in P ractice ”, pp. 96 yss. 21 ibid.., p p . 107-108,
altas se ubican los Uplanders, ban das p rotegidas en to rn o a las teorías generales; abajo, e n el valle, se encuentran los Lowlanders, contextualistas y casu ísticos, que descon fían de los lugares altos y se deleitan sin tien do el polvo y el pasto bajo sus pies; y en un lugar interm edio, en una serie de colinas fo rtificad as con p rin cipios y reglas se en cuen tra los habitantes de Middle Kingdorn. Es a los h abitantes d e este reino interm edio a los que, con fo rtu n a o no, he llam ad o “filósofos d e la tercera vía”: una zo n a de prin cipios y reglas u b icad a entre las teorías gen erales y las teorías particularistas. ¿Q u é p ro p o n en los defen sores de esta p ostu ra? C o m en zaré p o r expon er, brevemente, la te o ría de Tom B e au ch am p y Ja m es C h ildress. Para ello distin gu iré tres m o m entos sucesivos en el plan team ien to d e las tesis de esto s auto res: a) una teoría prin cipalista, gen eral y rígida, que, con m ás o m enos diferencias, se d e sa rro lla en las cuatro p rim e ra s e d i ciones d e su libro clásico (1979, 1983, 1989 y 1994); b) una p ro p u esta m od erad a en la línea d e un “equ ilib rio reflexivo” p rese n tad a por Tom B e au ch am p ;22 y c) una reestructuración del capitulado del libro en la últim a edición (2001) q u e incluye n ocion es com o “m o ra lid ad co m ú n ” (common morality), “esp eci ficació n ” (specification) y “ p o n d e rac ió n ” {balancing), así co m o la p resen tació n de otras teorías éticas, adem ás del utilitarism o y del kantism o, com o el in d ividu alism o liberal, el com unitarisino y la ética del cuidado. En seg u id a analizaré la con tribución d e D an B rock,23 p a ra co n clu ir con la exposición y co m en tario s a un trab ajo d e M anuel A tienza.24 C on divergencias m en ores, y algún añ adido, adelanto mi acuerd o con esta tercera posición ; en e sp e cial con la p ro p u e sta de Atienza, desd e la cual creo q u e p u e d e ofrecerse algu n a re sp u e sta a las preguntas fo rm u ladas al in icio d e este ensayo. C o m o es sab id o enire los bioeticistas, la teoría de B eau cham p y Childress, h asta la cuarta edición de su libro, se es tructura a p artir de un ord en je rá rq u ic o de ju stificació n que va d e sd e las teorías éticas g en e rale s hasta los ju icios p articulares p asan d o por los p rin cipios y las reglas. El ord en del cap itu lad o 22 T. Beauchamp,' “T h e Role o f Principies in P raciical Ethics”, pp. 79 y ss. 23 Brock, op. til. 2,1 Atienza, op. cit.
sig u e el m ism o ord en je rá rq u ic o d e ju stificación. D espués de una exposición de las diversas teorías gen erales que, en último térm ino, p ued en red u cirse a la s con secu en cialistas y a las deontológicas, el d esarro llo p rin cip al recae so b re los principios; en seg u id a dedican un cap ítu lo a las reglas d e riv ad as de las rela ciones m édico-paciente y, finalmente, concluyen con otro capí tulo dedicado a una dim en sión d e la ética qu e tiene que ver con los ideales y las virtud es relacion adas con el carácter m oral. L o s prin cipios, afirm an estos autores, son m ás generales que las reglas y sirven p a r a ju stificarlas. Las reglas están especi ficadas en los contextos y son m ás restrictivas en su alcance. Beauch am p y C h ildress parten del enunciado de cuatro prin cipios fundam entales: au ton om ía o respeto a las personas, a sus opin ion es y a elegir y realizar acciones b a sa d as en los va lores y las creen cias person ales; no m aleficencia, q u e obliga a no causar d añ o a otro; beneficencia, que exige prevenir o eli m in ar el daño y prom ov er el bien; y ju sticia en el tratam iento ig u al d e las p erson as a m enos q u e entre ellas se dé una dife rencia relevante. Por lo q u e hace a las reglas, p u ed en justificar se en un solo p rin cip io o en la com bin ación de varios. Ellas son las reglas de veracid ad , privacidad, con fid en cialid ad y fide lidad. L o relevante p a ra nuestros p ro p ó sito s es que, segú n Beau ch am p y Childress, los prin cipios deben en ten derse prima facie y no com o absolutos, es decir, o b ligan siem p re y cu ando no entren en conflicto entre sí. Si resu lta un conflicto, se deben je ra rq u iz a r co n sid e ran d o la situación concreta. N o existen cri terios p ara d eterm in ar la p rio rid ad d e un p rin cip io so b re otro, p o r lo tanto, el recu rso fin al d ebe ser un co n se n so entre todos los integrantes, p o r ejem plo, de un com ité decisorio. Dígase lo m ism o de las reglas en cuanto depen dien tes de los princi pios, con la diferen cia d e que así com o los p rin cip ios no pue d en eludir cierta p referen cia d éb il con resp ecto a a lg u n a de las d o s gran d es teorías éticas (consccu en cialista o deontológica), las reglas no p u ed en o b v iar ciertas d isp osicion es de carácter, ideales m orales y virtu d es p erso n ales en las relacion es médicopaciente, lo que las acerca a las teorías particu laristas. Entre o tras virtudes se an alizan la co m p asión , el discernim iento, la confiabilidad, la in tegrid ad y la gen erosidad .
L a teoría d e B eauch am p y Childress ha representado, sin lugar a d u d as, el punto d e referen cia obligado de los teóricos d e la bioética, pero tam bién el blanco d e ataques provenien tes de las teorías gen eralistas y particularistas, especialm ente d e sd e e stas últimas, co m o ya se ha visto. Q uiero d eten erm e ah o ra en un artículo ya citad o d e T om Beauch am p, que resu lta especialm en te interesante p o rq u e retom a algunas d e las críti cas, y p orq u e su resp u esta lo ace rc a a la id ea de un equ ilibrio reflexivo apartán dolo d e un a co n cep ción estrictam ente principalista. C o m o vimos, B eau ch am p rech aza la co n cepción “ro b u sta ” d e los p rin cipios, co m o él la h a llam ad o, p ara adherirse a una co n cep ción prima facie. L o q u e no es adm isible en la co n cep ción robusta, piensa este autor, es el carácter no exceptuable y fu ndacion al d e los p rin cipios, y opon e a éstos lo que sigu ien do a Rawls llama “ju icio s c o n sid e r a d o s”, p on derado s o razo nables. Un juicio es c o n sid e ra d o si cum ple con las siguientes con dicion es: 1) que exista un ju icio m oral; 2) q u e se m an tenga imparcial, 3) q u e la person a q u e realiza el ju icio sea competente; 4) que el ju icio sea generalizable a todos los casos sim ilares; y 5) q u e se a coherente, en cuanto refleje una rica historia d e a d a p tación a la exp erien cia m o ral g en eran d o credibilidad y con fianza entre los individuos. Estas con dicion es no son privativas d e los principios, ni d e las reglas. L o s ju ic io s p u ed en d a rse en cu alq u ier nivel d e g e n e ra lid a d y aun en los ju icios so b re los c a so s concretos. L o que se requ iere es que, a partir de su for m ulación, se realice un p ro c eso de ida y vuelta, de abajo hacia arrib a, y a la inversa, h asta e n c o n tra r un punto de equilibrio. Si éste, p o r ejem plo, se alcan za en un nivel muy particular, será su ficiente, sin necesidad d e tener q u e buscar algún principio más g en e ral ju stificatorio. Así, por ejem plo, el ju icio “no se debe influir en los ju eces d u ran te su s d elib eracio n es”, en la m ed id a en q u e reún e las cinco co n d icio n es señ alad as anteriorm ente, resulta un bu en can d id ato p a r a un ju icio p o n d e rad o , sin n ece sid ad d e recurrir a algún p rin cip io ulterior d e ju stificación o a algun a teoría gen eral co m p ren siva, y sin n ecesidad d e hacerlo d e sc a n sar en ellos. C on este p roced im ien to —piensa el a u to r— se evitan los d os p rob lem as m ás recurrentes que p rese n ta la con cepción robusta: el d ed u ctiv ism o y el distanciam iento d e
la m oralidad com ún. L a con cep ción prim a facie, afirm a enfáti cam ente Beaucham p, es enem iga, no am iga del deductivism o. L o s principios prim a facie no son instrum entos p a ra deducir reglas o ju icio s no exceptuables. No existe ya una relación de depen den cia, sino de interdependencia entre las proposiciones. Más aún, los ju icio s p o n d e rad o s tal com o se presentan, de acuerdo con el m étodo d el equ ilibrio reflexivo, son com pati bles con la casuística y su tesis d e los “casos p arad igm ático s”. P ara que un caso p u e d a ser co m p arad o y “tra n sp o rta d o ” a otro caso, h asta d a r con el ca so p arad igm ático, es necesario algún nivel d e gen eralid ad y d e im p arcialid ad y, en este sentido, la m ism a idea de “p a ra d ig m a ” con tien e ya la de prin cipio prima facie. En la quinta ed ición d e su libro (2001), Beaucham p y Chil dress introducen alg u n as categorías ep istem ológicas y m ora les. La introducción d e estos elem entos significó la necesidad de reestructurar el con tenido del libro, tal com o indiqué. Con respecto a la idea d e “equilibrio reflexivo” y las nociones de “especificación ” y “ p o n d e rac ió n ”, b u en a parte de la reflexión retom a lo afirm ado p o r Beaucham p, y no es n ecesario reiterar lo ya dicho. Diré algo más al final d e este ensayo. Q u iero co n centrar ah o ra mi aten ción en una d e las nociones que resulta n ovedosa en el planteam iento d e los autores, la idea de “m o ralidad co m ú n ”, y que acerca su p osición a la p ro p u esta que intento defen der en este trabajo. En la línea d e Jo h n Rawls, los autores han argu m en tado a favor de un “equilibrio reflexivo” que perm ita la ju stificación d e decisiones a partir d e lo que el p rop io Rawls ha llam ado "juicios p o n d e ra d o s”, “ razo n ab les” o “co n sid e ra d o s” . Esto per mite evitar el extrem o del universalism o prin cipalista rígido y excesivam ente form al, a sí com o el particularism o relativista y, en el extrem o, escéptico. L o s ju icio s co n sid e rad o s no tienen su fuente en los prin cipios ni en las reglas, tam poco en las d isp o si ciones d e carácter o id eales d e virtud, sino en un a “m oralidad co m ú n ”. Seg ú n B eau ch am p y C hildress, todas las p erson as que se toman en serio el vivir una vida m o ra l parecen co m p artir un núcleo d e m oralid ad : sab en que n o hay que mentir o robar una p ro p ied ad , que hay que m an ten er las prom esas y resp etar los derechos de otros, q u e no hay q u e m atar o causar d añ o a per
sonas inocentes, y a sí p o r el estilo. Esta m o ralid ad com ún es co m p artid a por todas las p e rso n as en cu alquier lugar; y si bien es cierto que en el d iscu rso p ú b lico este n úcleo d e m oralidad se ha representado a p a rtir de la noción de derech os hum anos, no m enos cierto es q u e tal n ú cleo se integra, tam bién, p o r las obligaciones y las v irtu d e s m o ra le s.25 ¿Q ué caracteriza a esta “ m oralidad co m ú n ”? En prim er lu gar, no se trata d e u n a teoría m ás, sino que todas las teorías de la m o ralid ad com ún, p o r ejem plo, las p ro p u estas por Frankena y R o ss,25 descansan en creen cias m orales o rd in arias y co m par tidas sobre los co n ten id os básicos, que no requieren apelar a la p u ra razón, a la ley n atu ral o a un sentido com ún especial; en segun do lugar, to d as las teorías de la m oralid ad com ún q u e no resulten consistentes con estos ju icio s m o rales de sentido com ú n preteóricos (pretheoretical commonsense moral judgements) caen bajo sospech a; y en tercer lugar, todas las teorías de la m oralid ad com ún so n p lu ralistas, es decir, el nivel norm ativo gen eral lo constituyen una serie de p rin cip ios prim a facie que los autores sintetizan en los cu atro ya conocidos: autonom ía, no m aleficencia, b en eficen cia y justicia. A sim ism o, la teoría de la m oralid ad com ún q u e p ro p o n e n B eau ch am p y Childress no supone que todas las costumbres m orales califiquen com o par te de la m ism a. Más bien, la n orm atividad g en eral contenida en la m oralidad com ú n constituye la base p ara una evaluación y una crítica de g r u p o s y com u n id ades cuyas costum bres son deficientes en algún sen tid o. En síntesis, tal n orm atividad tras ciende las costum bres locales y sirve de p arám etro crítico p ara las m ism as.27 Finalmente, el p ro p ó sito de am bos autores en esta últim a versión de su o b ra co n siste en unir la teo ría de la ju stificación delin ead a p árrafo s atrás en térm inos d e un “equilibrio reflexi vo” con su co n cep ción ele la “ m oralid ad c o m ú n ”. Por supuesto, con esta estrategia no se p reten d e resolver de m an era correcta tod as las situaciones m oralm en te conflictivas: q u e d a un am plio espacio p a ra el arreglo, la m ed iación y la negociación, pero sin du da ofrece un punto d e p a rtid a que se co lo ca m ás allá o m ás 25 Véase Beaucham p y Childress, op. cit., 2001, p. 3. 2B V éase ibid., pp. 401-403. 27 ibid., p. 403.
acá, co m o se prefiera, d e un ab so lu tism o rígido d e los princi pios, o de un particularism o que d iluye tod a posib ilidad de una m oral crítica. En la m ism a dirección ep istem o ló gica y m oral del “equ ili brio reflexivo” se encuentra Dan B ro ck , quizá uno de los teóri cos co n tem p o rán eos m ás im p ortan tes en el cam po de la bioéti ca. Brock com ienza criticando tanto las posicion es generalistas com o las particularistas. L as p rim e ra s p or su deductivism o y las seg u n d as por su rechazo de algún criterio racional e im parcial que perm ita dirim ir los con flictos concretos. N o me deten dré en estas críticas que, co n más o m enos especifica ciones, han ido aparecien do en e ste trabajo. Más interesante es su d efen sa de un equilibrio reflexivo en térm inos de “co n sis tencia” del p ro p io razonam iento m o ral. Si bien es inaceptable partir de una teoría general in d epen d ien te y establecida com o la única verdadera, que m ecán icam en te se aplica para la re so lución d e los casos concretos, p ie n sa Brock, lo cierto es que cualquier razonam iento en torno a dich o s casos supone, im plí cita o explícitam ente, fragm entos o p artes de teorías generales. Precisam ente, la consistencia en el razonam iento m oral signi fica acep tar las im plicaciones de las razon es o principios a los que ap elam o s en la resolución de los casos particulares. Suce de con m uch a frecuencia que las con viccion es más profundas tienen q u e ver no con un ju icio o situación determ inada, sino con p rin cip ios gen erales, y con ciertas teorías im plícitas. Así, p o r ejem plo, el principio d e ig u a ld ad de oportun idades, carac terístico d e una teoría liberal, y d e la m oral y cultura política estad o u n id en se, en particular, ha sid o u sad o p a ra decidir sobre prob lem as concretos de in eq uid ad en el acceso a los servicios de salud. É sta es, sin d u d a, una co n cesió n que d e b e hacerse a las teorías gen eralistas. Pero es cierto , también, que tales con vicciones pueden entrar en con flicto con otras convicciones igualm en te gen erales, o bien con ju ic io s m orales sobre casos particulares, y aún con la ap reciació n sobre los hechos em píri cos, con respecto a los cuales ta m p o c o hay consenso. Lo que se requ iere entonces es alcanzar un equilibrio reflexivo en el que la revisión de los principios o d e !as convicciones indivi duales sea tal que perm ita al individuo co n servar el m áxim o de con vicción posible.
B ro ck se anticipa a u n a posible crítica. ¿A caso tom ar las con viccion es co m o punto d e p artid a p a ra el equilibrio reflexi vo, sea en un dom in io p articu lar o m ás general, que im plique los valores d e una com u n id ad y de una cultura determ in ada, no co n d u ciría a un co n servadu rism o m oral, a un reforzam ien to del statu quo? ¿No estam os finalm ente en presencia d e un subjetivism o relativista? De n in g u n a m anera, piensa el autor, ya q u e en el proceso de revisión d e las convicciones d eb en c o n sid e ra rse p or igu al, y críticam ente, las m ism as alternativas, p o r m ás radicales o aberran tes q u e sean. Si al térm ino de este ejercicio crítico se concluye la in com patibilidad de dos ju icios m orales, entonces, sin d u d a d e b e asum irse un a posición relati vista, p e ro un relativism o q u e Brock denom ina “ju stificato rio ”. El d eb ate entre subjetivistas y objetivistas term ina resolvién d o se en favor del prim ero, si se com p ren de que, al térm ino del p roceso deliberativo, las teorías, los principios y las reglas d e p en d e rán d e lo que ca d a in dividu o esté dispuesto a asum ir e in co rp o ra r librem ente en su vida. L a elección de alg u n o de los d o s ju icio s incom patibles es, sin duda, subjetiva, p ero no arbitraria, sino ju stificad a en una d elib eración m oral pública. A ntes d e p a sa r al texto d e A tienza, vale la p en a hacer a lg u nos co m en tario s a las p o stu ras de Beaucham p y C hildress, y Brock. Con respecto a los p rim ero s, el recurso al “equ ilibrio reflexivo” lleva lod a la intención de tom ar distancia d e esque m as gcn cralistas-deductivistas, p a r a in co rp o rar los principios g en erales al d iscu rso m oral con un valo r prim a facie. E sto m e p arece aceptable. L o q u e no q u e d a claro es có m o h ac er com patibles entre sí algun as de. las condiciones que señalan am bos autores —especialm ente B eau ch am p en su artícu lo— p a ra q u e e x ista un ju ic io p o n d erad o . ¿C óm o es posible so ste n er al m ism o tiem po la con dición de im parcialidad y la de coh eren cia? Si la im parcialidad sup on e un punto d e vista m oral críti co que, por definición, requiere asum ir una posición in d ep en diente d e las situaciones p articulares, y la coherencia sólo es com pren sible en térm inos d e una ad aptación de los p rin cipios a la m o ra l positiva d e u n a com u n id ad cultural determ in ad a —p or m ás "ric a ” que ésta sea — entre am bas condiciones pu ed e darse un a in com patibilidad m anifiesta. S e r im parcial p o d ría significar, eventualm entc, estar en con tra d e la m oral positiva
d e u n a com unidad, es decir, ser a la vez incoherente. L a inver sa tam bién vale. Pero lo que resu lta m ás difícil com pren der es q u e se exijan com o con dicio n es del juicio p o n d e rad o la im par cialidad y la gen eralid ad , y aú n la propia coherencia, y al mis m o tiem po se so ste n ga que tales ju icio s no son dependientes sino independientes. C u alq u ier generalización requiere algún m etacriterio p ara la co m p a ra ció n d e los casos, a no ser que gen eralizar se reduzca a una sim ple en um eración y conteo d e los m ism os, y esto no es lo q u e se p rop o n e. C o n más razón lo que se refiere a la im parcialidad , con resp ecto a la cual el m etacriterio se constituye en u n a razón ju stificato ria y, por lo tanto, exige establecer un vínculo de d ep en d en cia c o n el ju icio particular. L a m ism a co n d ició n d e coherencia dem an da, com o criterio, un a relación d e d ep en d e n cia entre el ju icio particular y un convencionalism o social. C reo qu e son este tipo d e críticas y, d e m anera especial, la necesidad de apelar a un m etacriterio norm ativo las que co n d u jeron a am b o s autores a su concepción d e una “m oralid ad co m ú n ” —aún incipientem ente p resen tada y defen d ida— muy cercan a a las p rop u estas rob ustas d e M anuel Atienza, que veré in m ediatam en te, y de Ernesto G arzón Valdés con su concepción del “coto v e d a d o ”.28 Brock parte d e u n a co n cep ción del "equilibrio reflexivo” no en térm inos de coherencia, sino de consistencia. R econoce la relación de d ep en d e n cia d e los ju icios particulares con los prin cipios com o razon es ju stificato rias y, finalm ente, la com pren sión de una teoría gen eral im plícita en la elección de los m ism os. L a defen sa d e un equ ilibrio reflexivo no tiene p or q u é estar reñida con prin cipios ju stificatorios y, por lo tanto, con relaciones d e d ep en d en cia. Creo que esto es correcto. L o cuestion able de su p ro p u esta es, por una parte, el criterio d e co rrección del "eq u ilib rio reflexivo”, es decir, el criterio que afirm a que se d e b e p ro c u rar co n se rv ar el m áxim o d e convic ción posible y, por la otra, lo que denom ina, con p o co acierto a mi ju icio, relativism o ju stificato rio . ¿Q ué sign ifica en el p ro ceso de revisión entre p rin cip ios y ju icios particulares llegar al punto en el que el criterio sea que el individuo, o los in dividuos, “conserve(n) el m áxim o de co n vicción”? Resulta cla28 Véanse e n tre o íro s escritos, E. G arzón Valdés, “Representación y dem o cracia", y “P ara ir term in an do”.
ro que si no hay conflicto, es decir, nadie tiene convicciones sobre ju icios p articulares o principios gen erales que choquen entre sí, no es n ecesario b u scar un equilibrio. P u ed e ser que en el m ism o proceso de d eliberación d esaparezca la convicción y entonces el conflicto q u ed e resuelto. Pero si éste persiste, no b asta p rop o n er que se m an ten ga el m áximo de convicción que sea posible; se requ iere algú n criterio p ara determ inar, precisa mente, qué es lo m áxim o y que es lo posible, B ro ck está cons ciente de que el criterio d e corrección es insuficiente. Puesto que rechaza la p osib ilid ad de un objetivism o ético, aun en los térm inos de un co n sen so so b re hechos em píricos, la vía que encuentra más acep table es la del subjetivism o. N o un subjeti vism o arbitrario y c o n s e r v a d o r —ya que tal subjetivism o es el resu ltad o de un p ro c e so d e d iscusión pública en el que se han p o n d e rad o aún las posicion es más radicales—, sino justificatorio y, finalmente, in dividual. Y esto es lo que resu lta confuso, Q ue a l final d e un p ro c e so arduo d e deliberación, en el que se concluye con ju icio s an tagó n ico s, sea el individuo el q u e deba d e cid ir qué opción segu ir y cóm o in co rp o rarla en su vida es algo obvio que un liberal no pued e más que acep tar, pero no es éste el problem a que e stá a discusión. D esde un punto de vista psicológico y social p u ed e ser interesante an alizar estas decisiones en térm in os d e autenticidad, sin ceridad, hipocresía, p ero no d esd e el punto de vista de una m oral crítica, Aquí lo que se requiere son criterios m orales que perm itan decidir con algu n a pretensión d e co rrección , im parcialidad y objetividad, con el fin de con sen su ar reglas que orienten y orden en las con d u ctas de los individuos. En este sentido, un subjetivism o justificatorio, resulta ser, d esd e mi punto de vista, una contradictio in terminis. En un texto ruulticitado en el contexto de la discu sió n en cas tellano sobre bioética, M anuel Atienza ofrece una de las contri bu cion es más lúcidas en el d ebate que nos ocup a. “Ju ridificar la b io ética” no es, d e acu erd o con el autor, el título d e un artículo que pretenda “una vuelta a la deon tología m éd ica tradicional, esto es, a la co n cep ción d e la ética m édica —y, por extensión, d e la bioética—com o un có d igo único de preceptos y obligacio nes aplicados según p roced im ien tos bu rocráticos y respaldados coactivam ente”; d e lo que se trata, más bien, es de “sostener
q u e hay un t ipo d e conflicto ju ríd ico cuya reso lu ción consiste justam en te en ‘p o n d e r a r ’ p rin cip ios con trapuestos y que, p ara tratar con esos ca so s, se ha ido d esarrollan d o una m etodología que p odría resu ltar d e utilidad tam bién p a ra la aplicación de los casos co n cretos de los prin cipios de la b io ética”. Después de pasar revista y critica r la teoría “p rin cip alista” d e Beaucham p y Childress, la tó p ic a o “casuística” de Jo n sen y Toulmin, y la que, a reserva de un m ejor nom bre, p od ría denom inarse de “principios je ra rq u iz a d o s” del filósofo esp añ ol Diego G racia, A tienza d e sa rro lla s u p ropia con cepción . Q uiero com entar su p ro p u esta a partir d e tres p rem isas básicas: la aceptación de un objetivism o m oral; un a orden ació n de p rin cip io s prim arios y secundarios; y la distinción entre prin cipios y reglas. Para Atienza, la tópica d e Jo n sen y Toulm in y el m odelo p r o puesto por D iego G racia, so b re el q u e regre saré en seguida, “apun tan en la dirección ad ec u ad a al esforzarse por construir una ética —o una bioética— que p ro p o rcio n e criterios de ca rá c ter objetivo y que, p o r así decirlo, se sitúe a m itad del cam ino entre el ab so lu tism o y el relativism o m o r a l”, aunque el au tor los critique in m ediatam en te, por otras razon es. Si bien Atienza no d esarrolla en este trabajo su con cepción m etaética objetivista, creo que es uno d e los su p u esto s b ásico s p ara d ar sentido al mismo. Por lo p ron to, com o bien lo ha m ostrad o Jam es Fishkin, no d e b e co n fu n d irse el objetivism o con el absolutism o m o ral, ni mucho m en o s con el relativism o,29 En la línea d e M ario Bunge y E rn esto Garzón V ald és, pienso que Atienza no ten dría mayor inconveniente en acep tar que se p uede alcanzar un consenso p ro fu n d o con resp ecto a las n ecesidades básicas que dem an da c u alq u ie r ser h u m an o —p ara n uestro caso, en m ate ria de salud y m ed icin a—y que tales n ecesid ades no son objeto de negociación, ni de acuerdos m ayoritarios, ni están sujetas 29 J. Fishkin, Jiistúe, Eqxial Opportunity and the Family, pp. 169 ss. Y, del mis mo autor, “L as fron teras de la obligación ". Como señala Fishkin, existe una tendencia común a c re e r que cualquier alejam iento del absolutism o m oral, por mínimo que éste sea, conduce irrem ediablem ente al relativismo o a la arbitrariedad. Uno d e los ejem plos m ás ilustres de esta posición es el de L eo Strauss, quien, en su crítica a Isaiah Berlín, reprocha a éste su intento de ubicarse en un punto intermedio entre el relativismo y el absolutismo c o n la propuesta de un objetivism o pluralista de los valores. V éase Fishkin, Justice, Equal Opportunity and the Family, pp. 190 y ss.
a los valores cu lturales d e un a com u n id ad . C reo q u e tam bién estaría d e a cu e rd o en que la exigen cia de satisfacción de tales n ecesid ades es una co n d ició n n ecesaria p a ra el ejercicio de la a u to n o m ía p erson al;30 que “ los h om bres tienen derecho a no se r d a ñ a d o s en sus intereses vitales y tienen el d e b e r d e no dañ ar a los d em ás im pidien do la satisfacción d e su s n ecesida des b ásicas o d e sus intereses v i t a l e s " , y q u e la co n sid eració n igu alitaria d e las p erson as en s u s exigencias de cu id ad o y sa lud su p o n e el rechazo d e cu alq u ier trato discrim inatorio p o r razon es d e sex o , raza, convicciones religiosas, etc. En síntesis, que los p rin cip io s n orm ativos d e autonom ía, beneficencia, no m aleficen cia e ig u a ld ad no se construyen arbitrariam ente ni se p ro p o n e n dogm áticam en te, sino q u e se levantan so b re la a c e p tación d e un d ato cierto: el reconocim iento y la exigencia de satisfacción de las n ecesidades b ásicas. Es la afirm áción de este ob jetivism o m o ra l lo q u e p erm ite tom ar distancia p o r igual de las teorías gen eralistas y p articu laristas en bioética y, p o r lo tanto, d el ab so lu tism o p rin cip alista y el subjetivism o casuístico que las caracterizan , respectivam ente. L a crítica d e Atienza a la co n cep ción de D iego G racia —d eu d ora, a su vez, del pensam iento d e R onald Dworkin— va d eli n ean d o lo que luego será su p ro p u e sta d e orden y en u n ciad o d e los p rin cip io s. Para G racia, en la in terpretación de A tienza, los cu atro p rin cip ios clásicos d e la bioética no tienen el m ism o rango p o rq u e su fundam entación es distin ta: “L a no m aleficen cia y la ju stic ia se diferencian d e la auton om ía y la beneficen cia en que o b lig a n con in depen den cia de la opin ión y la voluntad de las p e rso n a s im plicadas, y ( ...] p or tanto, tienen un ra n g o su p erio r a los otros d o s.’’ Los principios del prim er nivel —no m aleficen cia y ju sticia— son, ad em ás, “expresión del principio gen eral d e que todos los h om bres so m o s básicam ente igu ales y m erecem os ig u al con sid eración y re sp e to ”.32 A tienza critica a G racia, con razón, en el sen tid o d e q u e la d iv isió n de los prin cipios q u e sugiere no está ju stificad a: 30 V éase C. N iñ o, “A utonom ía y necesidades b á sicas”, p. 22. 31 Garzón V aldés, “N ecesidades básicas, d eseo s legítim os y legitim idad políticae n la concepción ética de Mario Bunge'', pp. 417 y ss. 32 C itado p or Atienza, op. cit., pp. 67 y ss.
Por un lado, el fundamento de esa jerarquización (el hecho de que unos obligan con independencia de la opinión y la voluntad de los implicados) parece envolver una suerte de petición de prin cipio: si se acepta el criterio, entonces, obviamente, la autonomía ha de tener un rango subordinado, pero lo que no se ve es por qué ha de ser ése el criterio de la jerarquía; esto es, queda sin fundamento por qué la opinión y la voluntad de los implicados —o sea, la autonomía— ha de subordinarse a alguna otra cosa, a algún otro valor.3/1 Por otro lado, si se acepta la p rio rid a d del p rin cip io de igual co n sid eració n y respeto por e n c im a del de autonom ía, “no se en tien de muy bien por qué la op in ión y la voluntad de un in divid u o ha d e con tar m enos q u e la d e otro, esto es, no se en tien d e p o r qué la autonom ía n o e s tam bién expresión de ese p rin cip io gen eral” .3,4 Para Atienza —con cuya crítica a D iego G ra cia coincido—, el p rin cip io de au ton om ía tiene cierta prevalencia, entonces, so b re el principio de igual co n sideración y respeto. En este en tendido, el autor p ro p o n e cu atro p rin cipios norm ativos: auto n om ía, dignidad, ig u ald ad e in form ación . Estos p rin cip io s res p o n d e n a las siguientes p regu n tas: “a) ¿quién d e b e d ecid ir (el enferm o, el m édico, lo s fam iliares, el investigador)?; b) ¿qué dañ o y qué beneficio se puede (o se debe) causar?; c) ¿cóm o d eb e tratarse a un individuo e n relación co n los dem ás?, y d) ¿qué se debe d ecir y a quién?” 35 Estos cuatro principios se rían suficientes p a ra resolver los “c a so s fáciles”, p e ro so n insu ficientes p ara los “caso s difíciles” . Para éstos harían falta prin cip io s secu n darios q u e d erivaran d e los p rim arios de m od o tal q u e , an te la insuficiencia d e l p rin cip io d e autonom ía, se apela ra al p rin cipio de paternalism o ju stificad o; de la insuficiencia del de d ig n id ad al de utilitarism o restrin gid o; del d e igu ald ad al d e trato diferenciado, y del d e in form ación al d e secreto. En 33 Ibid. 34 Ibid. 35 Ibid. El enunciado de los principios norm ativos de autonom ía, dignidad e igu ald ad y la explicitación de la teoría liberal (igualitaria) que subyace a los m ism os, con la prevalencia del p rin cip io de au tonom ía personal, puede con sultarse en R. Vázquez, Liberalismo, estado de derecho y minorías, pp, 31-81.
el d isc u rso p rá c tic o —p o r eje m p lo , en un com ité d e ética— se p o d r ía e sta b le c e r
cierta prioridad en favor de los primeros, que podría adoptar la forma de una regla de carga de la argumentación: quien pretenda utilizar, para la resolución de un caso, uno de estos últimos prin cipios (por ejemplo, el de paternalismo frente al de autonomía, etc.) asume la carga de la prueba, en el sentido de que es él quien tiene que probar que, efectivamente, se dan las circunstancias de aplicación de esc principio.31’ El e n u n c ia d o d e los p rin c ip io s se c u n d a rio s q u e A tienza p r o p o n e se r ía c o m o sigu e:
Principio de paternalismo justificado: Es lícito tomar una decisión que afecta a la vida o salud de otro si: a) este último está en situa ción de incompetencia básica; b) la medida supone un beneficio objetivo para él, y c) se puede presumir racionalmente que con sentiría si cesara la situación de incompetencia. Principio de utilitarismo restringido: Es lícito emprender una acción que no supone un beneficio para una persona (o incluso que le supone un daño), si con ella: a) se produce (o es racional pensar que podría producirse) un beneficio apreciablc para otro u otros; b) se cuenta con el consentimiento del afectado (o se puede pre sumir racionalmente que consentiría), y c) se trata de una medida no degradante. Principio de trato diferenciado: Es lícito tratar a una persona de ma nera distinta que otra si: a) la diferencia de trato se basa en una circunstancia que sea universalizable; b) produce un beneficio apreciable en otra u otras, y c) se puede presumir racionalmente que el perjudicado consentiría si pudiera decidir en circunstan cias de im parcialidad/7 A tien za e n u n c ia un c u a rto p rin c ip io se c u n d a rio —el d el se creto q u e c o r r e sp o n d e r ía al p rin c ip io p r im a rio d e in fo rm a ció n . C re o q u e este p a r de p rin c ip io s p o d r ía su b su m irse 36 Atienza, “Ju rid ife ar la bioética", pp. 83 y ss. 37 Ibid. 38 Para un an álisis del secreto m édico en relación con el paternalism o, véase R. Casáis M iret y L. Buisán Espeleta, “El secreto m édico".
adecuadam en te en el principio d e auton om ía p erson al y de paternalism o jusLificado, respectivam ente. Parece claro que p a ra q u e un in dividuo pueda d ecid ir con respecto a aqu ello que afecta su salud es una co n d ició n necesaria que se encuentre debidam ente inform ado. L a d o c trin a del “consentim iento in fo rm ad o", tan d esarro llad a en el contexto an glosajón , es una prolon gación n atural del d e b id o respeto a la auton om ía de c a d a individuo. Con todo, sea m ediante p rin cip ios prim arios o secun darios, por su carácter d e “no co n clu yen tes”, no sería posible aún re solver definitivam ente un caso . Por tanto, adem ás de princi pios son necesarias las reglas, e s decir, “un conjunto d e pautas específicas q u e resulten coherentes con ellos y que perm itan resolver los problem as p ráctico s q u e se plantean y p a ra los que no existe, en principio, c o n se n so ”. El problem a fundam ental d e la bioética no sería otro, en definitiva, q u e el de p asar del nivel d e los principios al d e las reglas. Este tránsito d e niveles puede ilustrarse con varios ejem plos: a) an te el caso controvertido de la tran sfusión san guín ea a un niño Testigo de Jch ová, el principio primar io de auLonom ía person al de los p a d res, debe ceder ante el princi pio secun dario de p atern alism o ju stificad o que ju stifica la regla: “un padre no p u e d e im ped ir que su hijo sea trasfundido en caso d e n e c e sid a d ”; b) an te la situación con creta d e un paciente en e stad o term i nal vegetativo, irreversible, el posible principio prim ario d e d ig n id ad p erson al d e b e ced er ante el principio secun dario del utilitarism o restrin gid o que ju stifica la regla: “es lícita la eu tan asia activa p a ra evitar un mayor d a ñ o a los fam iliares y beneficiar a terceros con los recursos hospita lario s”; c) ante la escasez d e ó rg a n o s y la creciente d em an d a de los m ism os, el prin cipio p rim a rio d e igu ald ad d e b e ceder ante el principio secu n d ario de trato diferen ciado que ju stifica la regla: “es lícito p referir p a ra un trasp lan te (en ig u ald ad de otras co n d icio n es) al enferm o que, según los pronósticos, sea el can d id ato q u e p ued e alzanzar una ma yor cantidad y una m ejor ca lid ad de v id a ”.
l a p rop u esta de A tien za se inscribe así en una concepción de la “p o n d e rac ió n ” d e p rin cip io s que se ap arta de esquem as rí gidam ente ab so lu tista s, en la m edida en que los principios p o r él enunciados se caracte rizan por ser prim a facie, y tam bién de posiciones escé p ticas q u e hacen de la p on deración un a acti vidad rad icalm en te subjetiva, resultado de un ju icio de valor del intérprete y, p o r lo tan to, no sujeta a un control racional. Para Atienza, de a c u e r d o co n el pensam iento de R obert Alexy, la p on d eración de p rin cip ios constituiría un paso previo a la “subsun ción ”, es decir, en casos conflictivos don d e colisionan dos principios, la p o n d e rac ió n de los m ism os es necesaria p ara que, d e a cu erd o con ciertos criterios racionales, se p ro c ed a a m ostrar que el c a so individual de referencia no es o tra cosa que “un ejem plo d e un c a so gen érico al que una n o rm a ju ríd ica aplicable co rre lacio n a con u n a co n secu en cia norm ativa” .39 En los térm inos de A lexy y Atienza, en una colisión de principios, las con dicion es en las cu a le s un p rin cipio precede a o tro c o n s tituyen el su p u e sto d e h ech o de un a regla que expresa la c o n secuencia ju r íd ic a del p rin cipio p receden te. En el ejem plo del niño T estigo d e je h o v á , el p rin cipio d e patem alism o ju stifica do precede al d e a u to n o m ía person al si se cum plen para el c a so individual sus co n d icio n es d e aplicación: se trata de un c a so de incom petencia b á sic a , la m ed id a su p o n e un beneficio o b jeti vo p a ra él y p o d ría p resu m irse racionalmente que consentiría el acto si cesara la situ ac ió n d e incom petencia. Estas con dicion es de aplicación constituyen, a su vez, el supuesto de hecho de una regla q u e se en u n ciaría: “ un padre no d e b e im pedir que su hijo m enor d e e d ad sea trasfu n d id o en c a so d e n ecesidad”. R egresan do a las p reg u n ta s iniciales de este ensayo, es p re cisam ente en el m ism o p roceso deliberativo de p o n d eració n de p rin cipios y de trán sito de los p rin cipios a las reglas p a ra alcanzar un eq u ilib rio reflexivo d o n d e la actividad del filósofo ,n V éase Jo sé Ju a n M oreso, "Conflictos entre principios constitucionales". Moreso an aliza críticam ente las teoríis de G uastini y Alexy sobre “p o n d era ción" y, coincidente co n M anuel Atienza, presenta u n a noción de ponderación que no se contrapone a la d e subsunción: "la ponderación es un paso con ceptualmente previo que hace posible la inevitable subsunción” (p. 100) de acuerdo con un ideal de p len itu d norm ativa. Este ideal de plenitud norm a tiva, siguien do a A lch ou rrón y Bulygin, distancia a Moreso de Atienza y de Alexy, pero no es relevante p a ra los propósitos de este ensayo.
práctico d esem p eñ a un p ap el im portante. A h ora bien, que los p rin cip ios norm ativos (y las reglas) sean relevantes p ara o rien ta r las decisiones de los fu n cion ario s públicos de la salu d o d e los m iem bros de los com ités d e bioética parece claro, entonces, siem pre que se acepten alg u n as condiciones: 1) su p lu ralid a d y ob jetivid ad por cu an to exp resan la exigencia de satisfacción de necesidades básicas y p resu p o n en un a "m o ralid ad co m ú n ”; 2) su valor prima facie y el re cu rso a la “p o n d eració n ” cu an do dos principios entran en con flicto; 3) la distinción entre p rin cip io s p rim arios y secu n d arios y la prevalencia de los p rim ero s p a r a determ in ar la c a rg a de la p rueba; y 4) la “su b su n ció n ” que sig n ifica el tránsito necesario de los principios a las reglas p a ra la resolución de las situ acion es concretas. El conjunto d e p rin cip io s y reglas —de resolucion es q u e fueran em an an do de cad a u n o de los com ités h osp italarios, estatales y a nivel n a c io n a lirían conform ando, com o lo sugiere el propio Atienza, u n a su e rte de “ju risp ru d en cia”, la cu al garantizaría con tin u idad en las decisiones y segu ridad en tre los ciudadanos. BIB LIO G R A FÍA Atienza, Manuel, "Juridificar
la bioética”, en Rodolfo Vázquez
(c o m p ,), Bioética y derecho, F o n d o d e C u ltu ra E c o n ó m ic a /íT A M ,
México, 1999, pp. 64-91. Beaucham p, Tom, ''The Role o f Principies in Practical Eth ics”, en Sumncr y Boylc, Philosophical Perspectives on Bioelhics, pp. 79-95, B eaucham p, Tom yjam es Childress, Principies o f Biom edical Ethics, O x ford University Press, Nueva York, 1979 (y ediciones subsecuentes: 1983, 1989, 1994, 2001), Brock, Dan, “Public Moral D iscourse”, en Sumner y Boyle (com ps.), Philosophical Perspectives on Bioethics, pp. 271-296. C asals Miret, Ramón y Lydya B uisán Espeleta, "El secreto m édico", e n M aría C asado (comp.), Bioética, derecho y sociedad, Trotta, M adrid, 1998, pp. 151-176. Daniels, Norman, ''Wide Retleclive Equilibrium in Practice”, en Su m ner y Bnyle, Philosnphical Perspectives on Rioethics, pp. 96-114. Fishkin, Jam es, fustice, Equal Opportunity and the Family, Yale Univer sity Press, New Haven, 1983. ------- , “L as fronteras de la ob ligació n ”, Doxa, no, 3, 1986, pp. 80-82.
Garzón Valdés, Ernesto, Derecho, ética y política, Centro de Estudios Constitucionales, M adrid, 1993. -------, “Necesidades básicas, deseos legítimos y legitimidad política en la concepción ética de Mario Bunge", Derecho, ética y política, < pp. 417-435. , "Para ir term inando", Cátedra Ernesto Garzón Valdés, 1TAM/
----
Escuela Libre de D erech o /IN A CIPE/U A M -A zcapolzalco, M éxico,
2003. -------, “Representación y dem ocracia”, Derecho, ética y política, pp. 631-650. Haré, Richard, Essays on Bioethics, Clarendon Press, Oxford, 1993. -------, “Methods o f Bioethics: Som e Defective P roposals", en Sumner y Boyle, Philosophical Perspectives on Bioethics, pp. 18-36. Jonsen, Albert, “M orally A ppreciated Circum stances: A Theoretical Problem for C asuistry”, en Sum ner y Boyle, Philosophical Perspecti va on Bioethics, pp. 37-49. Jonsen, Albert y Stephen Toulmin, The Abuse of Casuistry. A History of Moral Reasoning, University o f California Press, Berkeley, 1988. Kasimba, Pascal y Peler Singer, “Australian Com m issions and Committees on Issues in B ioethics ”¡Journal of Medicine and Philosophy, vol. 14, 1989, pp. 403-424. Kymlicka, Will, “M oral Philosophy and Public Policy: T h e Case o f New Reproductive T echn ologies”, en Sum ner y Boyle, Philosophical Perspectives on Bioethics, pp. 244-270. Luna, Florencia, Ensayos de bioética, Fontamara, M éxico, 2001. Moreso, Jo sé Juan , “Conflictos entre principios constitucionales", en Miguel Carbonell, Neoconstitucionalismo(s), Trotta, Madrid, 2003, pp. 99-121. Niño, Carlos, “A utonom ía y necesidades básicas”, Doxa, no. 7, 1990, pp. 21-34. “Liberalism o vs. com unitarism o”, Revista del Centro de Estudios Constitucionales, no. 1, 1988, pp. 363-376.
---- ,
P latts, M ark , Sobre usos y abusos de la moral. Etica, sida, sociedad, Paid ó s / ln s t it u t o d e In v e s tig a c io n e s F ilosóficas-U N A M , M é x ic o , 1999.
Popper, Karl, En busca de un mundo mejor, trad. Jo rg e Vigil Rubio, Paidós, Barcelona, 1994. ------- La sociedad abierta y sus enemigos, trad. Eduardo Loedel, Paidós, Buenos Aires, 1967. Rawls,John, A Theory ofjuslice, The Belknap Press, Cam bridge, Mass., 1971. Sumner, Wayne y Jo se p h Boyle (comps.), Philosophical Perspectives on Bioethics, University o f Toronto Press, Toronto, 1996.
,
Vázquez, Rodolfo, Liberalismo, estado de derecho y minorías, Paidós/Universidad N acional Autónoma de M éxico, México, 2001. Winkler, Earl, “M oral Philosophy and Bioethics: Contextualism versus the Paradigm Theory”, en Sumner y Boyle, Philosophical Perspectives on Bioethics, pp. 50-78.
B
ernard
W
il l ia m s
El p ro b le m a con la tolerancia es q u e parece ser al m ism o tiem p o n ecesaria e im posible. Es n ecesaria ahí d o n d e coexisten g ru pos diferentes con creencias en conflicto —m orales, políticas o religiosas—, y éstos se percatan d e que no tienen alternativa si quieren convivir; esto es, no hay ninguna o p ció n excepto el conflicto arm ad o , lo cual no resolverá su d e sacu erd o y sí les im p on d rá un sufrim iento continuo. Éstas son las circunstan cias en las que la tolerancia es necesaria; sin em bargo, en esas m ism as circunstancias bien p u ed e p arecer im posible. Si se am en aza con violencia y ru p tu ra d e la co o p eració n so cial en tales circunstancias, esto o b ed ece a q u e a algun os les parece que las creencias o las form as d e vida de los otros son profu n dam en te in aceptables. Por ejem plo, en asuntos de reli gión (que, desde un punto d e vista histórico, fu e la prim era á re a en la que se usó la id ea d e tolerancia), la n ecesidad de to leran cia surge p o rq u e cuando m en os uno de los g ru p o s piensa q u e el otro está equivocado d e un m o d o blasfem o, d esastroso y ob scen o . L o s m iem bros de un g ru p o a veces piensan que los del otro g ru p o necesitan recibir ayuda p a ra poder llegar a la verdad, o q u e hay terceros q u e necesitan ser protegidos de las m alas opiniones. L o más im portan te —y más relevante p a ra los dilem as de las sociedades liberales— es que a veces pien san q u e los líderes o los ancianos del otro g ru p o no dejan que los jóvenes y las m ujeres se ilustren y liberen. En su opinión, que im pere la v erd ad era religión (com o la con sideran ) no es algo q u e sim plem ente beneficie el interés gen eral, sino algo que con vien e a alg u n o s integrantes del otro g ru p o . Debido a que el d esacu erd o alcanza este nivel de p ro fu n d id ad , las partes ‘ U na versión m ás breve de este texto fue publicada en el UNESCO Courier, ju n io de 1992.
in volucradas piensan q u e les es im posible a ce p tar la existencia del otro. Tenem os que tolerar a otros y sus form as de vida sólo en situaciones q u e hacen que esto sea muy difícil. P odríam os d ecir que la tolerancia es n e c e sa ria sólo p ara lo intolerable; ése es su p rob lem a básico. P o dem os p ensar que la tolerancia es una actitud qu e un g ru po m ás p o d ero so , o u n a m ayoría, tiene (o no tiene) h acia un g ru p o m enos p o d ero so o h ac ia u n a minoría. En un p aís d o n d e hay m uchos cristianos y p o co s m usulm anes, cabe la p osib ilid ad d e que los cristianos toleren o no a los m usulm anes; los m u sulm an es, en cam bio, no tienen la opción, por decirlo así, de tolerar o no a los cristian os. Si las proporciones de cristian o s y m usulm anes se invirtieran, lo m ism o ocurriría con la dirección d e la tolerancia. A sí es co m o so lem o s concebir la tolerancia, y es n atu ral que lo h agam os d e este m odo, porque las d iscu sio nes en torno a ella m uch as veces han sido discu sion es sobre q u é leyes d eben existir —en particular, leyes que p erm itan o que prohíban diversos tip os d e p rácticas religiosas— y las leyes han sid o determ inadas p o r las actitudes del grupo m ás p o d e roso. Sin em bargo, en un nivel m ás básico, la tolerancia es una cuestión que tiene que ver con las actitudes de cualquier g ru p o h acia o tro y no atañe exclu siv am en te a las relaciones entre los m ás p o d ero so s y los m enos p o d e ro so s. D esde luego, 110 es sólo una cuestión d e q u é leyes d eb en existir. Muy bien se p u e d e d e cir que un g ru p o o un cre d o es “ intolerante” si lo que a éste le g u staría sería suprim ir o e ch ar a otros aun cuan do, de hecho, no ten ga p od er p a ra h acerlo. L o s problem as de la tolerancia se encuen tran prim ero en el nivel de las relaciones hum anas y d e la actitud de una fo rm a de vida h acia otra. N o se trata solam ente de cóm o se ha de usar el p o d er del E stado, aun que, d e sd e luego, sustenta y alim e n ta un prob lem a al respecto, un prob lem a de filosofía política. N o obstante, d eb eríam o s actu ar con cautela en cuanto a su p o n e r que lo que subyace en una p ráctica o en u n a actitud d e tolerancia ten ga que ser un a vir tud p e rso n a l de tolerancia. T od a tolerancia im plica dificulta des, p e ro es ju sto la virtud lo q u e am enaza de m an era especial con o c asio n ar la im posib ilid ad conceptual. U n a práctica de to leran cia sign ifica solam ente que un g ru p o agu an ta d e hecho la existen cia del ol.ro g ru p o diferente. U na
actitud tolerante (h acia este g r u p o ) es cu alquier disposición o punto d e vista q u e los alienta a hacerlo: es m ás probable que se la identifique com o una actitud d e tolerancia si se aplica de m anera m ás gen eral en sus relaciones con otros grupos y en sus m odos d e ver las relaciones d e otros g ru p o s entre sí. U na posible base d e tal actitu d —pero sólo u n a — es una virtud d e tolerancia, la cual su b ray a el bien m oral q u e conlleva el aguantar creencias que n o s parecen ofensivas. A quí voy a proponer que si bien esta virtud no es im posible (com o puede parcccrlo), sí tiene que ad o p tar una form a m uy específica, que limita la variedad d e gente q u e p ued e poseerla. Debido a esto, es un grave e rro r p e n sar que e sta virtud es la única actitud, o tal vez la más im portan te, sobre la cual fu n d ar las prácticas de tolerancia. Para que haya un problem a d e tolerancia, es necesario que exista algo que ten ga que ser to lerad o; tiene q u e haber algu na creencia o práctica o form a de vida que un g ru p o piense (por fanático o p o co razon ab le que esto sea) que es incorrec ta, equivocada o indeseable. Si un gru p o sim plem ente odia a otro, com o en una vendetta en tre clanes o en los casos de puro racism o, no es realm ente tolerancia lo que se necesita; los in volucrados tienen más bien q u e desh acerse de su odio, de su prejuicio o de sus recuerdos im placables. Si le estam os pidien do a la gente que sea tolerante, estam os p idién dole algo m ás com plicado que esto. Efectivam ente tendrán que deshacerse de algo, de su deseo de suprim ir o exp u lsar la creencia rival; pero tam bién co n servarán algo, el co m p ro m iso con sus propias creencias, que es lo que, p ara em pezar, les d io ese deseo. Aquí existe cierta tensión entre nuestros propios com prom isos y el aceptar que otras person as p u ed an tener o tro s com prom isos, que tal vez nos resulten bastan te d esag rad ab le s: la tensión ca racterística d e la tolerancia y q u e es lo que la vuelve tan difícil. (E n la práctica, d e sd e luego, su ele haber u n a frontera muy te nue o b o rrosa entre el m ero tribalism o o la lealtad al clan y las diferencias d e pun tos d e vista o convicción.) Sim plem ente p o rq u e im plica cierta ten sión entre el com prom iso q u e sentim os con n uestro propio punto de vista y el so p o rtar el d e los dem ás, se suele su p o n er q u e la actitud d e tolerancia es más q u e el m ero hartazgo o la indiferencia. Des-
pues de q u e las encarn izadas guerras de religiones o cu rrid as en Europa en los siglos XVI y XVII cau saro n estragos durante años, la gente em p ezó a p en sar que tenía que ser m ejor que las diferentes iglesias cristian as coexistieran, Diversas actitudes acom pañaron a esta nueva circunstancia; alg u n o s se volvieron escépticos en cuanto a las pretensiones distintivas de cualquier iglesia y em pezaron a p ensar que no h abía verdad, o al me nos no una verdad que p udieran descubrir los seres hum anos, acerca de la validez del cred o de una iglesia en co m paració n con el de otra. O tros em p ezaro n a p en sar q u e las luchas los habían ayudado a entender mejor los p ro p ó sito s de Dios: a él no le im p o rtab a cóm o le rindieran culto, siem pre y cuan d o lo hicieran de b u en a fe y dentro de ciertos límites cristia nos amplios. (En ép ocas más recientes, un espíritu ecum énico sim ilar se ha exten d id o m ás allá d e las fro n teras del cristia nism o,) H asta cierto punto, e stas d o s tendencias sigu ieron direccio nes contrarias. U na de ellas, la escéptica, afirm ab a que había m enos por co n o cer acerca de los design ios divinos de lo que las partes en g u e rra, ca d a una con su fan atism o específico, ha bían supuesto. L a o tr a tendencia, el punto de vista de la Iglesia am plia anglican a [broad church], afirm aba que entendía m ejor los designios d iv in os q u e las partes en g u e rra. No obstante, en su relación co n las batallas d e la fe, las d o s ten dencias term ina ron a fin de cuentas en la m isma posición: con la idea de que las cuestiones precisas d e la fe cristiana no im p o rtab an tanto com o la gente lo h abía supuesto, y que era m en os lo que estab a en ju e g o Esto co n d u ce a la tolerancia co m o práctica política, y se trata de un resu ltad o extrem adam ente im portan te; pero, com o actitud, es m enos que la tolerancia. Si no nos im p o rta m ucho lo que alguien crec, no necesitam os la actitu d de la tolerancia, n o más de lo que la necesitam os con respecto a los gustos de los otros en cuanto a la com ida. En m uchos asuntos, las actitudes que so n m ás tolerantes en la práctica sí surgen por esa razón, que la gente d eja de pen sa r que cierto tipo de com portam iento es alg o que de algún m od o m erece d esap rob ación o juicio negativo. Esto es lo que está sucedien do en m uchas partes del m un do en relación con alg u n o s tipos de com portam ien to sexual que antes eran desa-
Sentados y, en algun os casos, ca stig a d o s penalm ente. Es posible que una relació n extram írital o una p areja hom osexual ya n o susciten com en tarios ni reacciones h ostiles com o e n e 1pasado, Pero, un a vez m ás, aunque éstos son casos de tolerancia com o práctica, la actitud en la q u e se b asan es más la indiferencia que, en rigor, la tolerancia. De hecho, si algun os vecinos y yo dijéram os que toleramos lis relacion es hom osexuales de la p a reja de ju n to , se co n sid eriría q u e n u estra actitu d es menos que liberal, N o cab e d u d a q u e ha/ m uch os con flictos y áreas de into lerancia cuyas soluciones deberían de verdad ser buscadas en esta d irección , en un aum ento de la indiferencia. Los asuntos de co m p ortam ien to sexual y social q u e en sociedades m ás p e queñ as y m ás tradicionales son de g ra n interés público llegarán a p arece r una cuestión más de ín d o le privada, y por sí m is m os no p rov ocarán ninguna d iscu sió n de si están bien o m al. El deslizam iento h acia la in diferen cia tam bién parece ofrecer, co m o o c u rrió en E u ro p a, la ú n ica so lu ció n p a ra algun os deb a tes religiosos. Por supuesto que no tod as las religiones tienen el deseo de convertir a los d em ás, m uch o menos de coaccio narlos. S in d u d a tienen alguna o p in ió n acerca del estado d e verdad o d e erro r d e aquellos que n o com parten su fe (q u i zá esas o p in io n e s sean del tipo de las que sostiene la “Iglesia a m p lia”), p e ro en to d o caso se con ten tan con dejar en paz a esos otros, Existen, sin embargo, o tro s credos menos d isp u es tos a p erm itir que el error, tal co m o lo conciben, florezca, y tal vez con ellos no h a y a o tra solu ció n que la que Europa d e s cubrió h ace tiem po (cu an do m enos en la religión, aunque n o en la política): un declive en el entusiasm o. Es im portante q u e un declive en el entusiasm o no n ecesariam en te tom e la form a del sim ple agotam ien to de un m ovim iento. Tal co m o algu n as sectas cristian as lo descubrieron, u n a religión puede tener sus prop ios recursos p a ra replantear sus relaciones con las dem ás. U n a idea relevante, que :uvo n otable influencia en Europa, es que si b ie n una religión en e x p a n sió n realm ente quiere que la gente c r e a en ella, tiene que reco n o cer que esto no es algo q u e se p u ed a lo g rar p o r la fuerza. L o m áxim o que con el uso d e la fuerza se puede alcanzar es la aq u iescen cia y la con form idad externa. C o m o H egel lo dijo en relació n con el am o del escla
vo, el fan ático siem pre está d e cep cio n ad o : lo q u e q u ería era recon ocim ien to, pero todo lo que p u ed e co n segu ir es con for m idad. El escepticism o, la indiferencia, o las actitudes de la Iglesia am plia no son la única fuente d e lo q u e estoy llam ando toleran cia com o práctica. L a tolerancia tam bién se puede con segu ir en un equilibrio h obbesian o, según el cu al la aceptación de un g ru p o p o r parte del otro es lo m ejo r que cada un o de ellos p ued e lograr. D esde luego, ésta no es en sí m ism a u n a solución de p rin cipios, en contraste con la p osición escéptica, que, a su m an era, sí se b asa en principios; la solución hobbesiana es ade m ás notablem ente inestable. U n a secta que escasam ente pudie ra im p o n er la con form idad p o d ría verse^ lisu ad id a de h acerlo si se p u sie ra a pensar cóm o sería to d o si la otra parte tom ara el control. Pero p ara que este sea un pensam iento h obbesia no, a diferen cia de un argu m en to fu n d a d o en un im aginario cam bio d e papeles que, p or e jem p lo , h ag a referencia a d ere chos, tiene que haber algu n a in estab ilid ad en perspectiva. Es probable q u e las partes que están con scien tes de tal situación op ten por los ataques preventivos, y esto es todavía m ás pro bable si reflexionan que aun cuan do en una generación sólo p u edan e sp e ra r con tar con aqu iescen cia y conform idad exter na, no es del todo inconcebible que puedan esperar más en las siguientes gen eracion es. A d ecir verdad, en el m undo m oder no, im p on er por la fu erza cred os p olíticos e ideologías no ha resu ltado a la larga m uy eficaz. U na lección q u e ya e ra obvia en 1984 e ra la falsedad en este sen tid o del 1984 de Orwell. Sin em b argo , la im posición d e la id e o lo g ía a lo largo del tiem po ha fu n cion ad o d e sd e luego en el p asad o , y el matiz expresado en el en u n ciad o anterior, “en el m un d o m o d ern o ”, es extrem ada m ente im portante. (Esto es algo a lo q u e volveré al final de este ensayo.) H asta ah o ra, entonces, la to leran cia co m o valor ap en as se h a aso m a d o p o r el argum ento. P o d em os tener prácticas d e tole ran cia en cuya raíz esté el escep ticism o o la indiferencia, o, de nuevo, un equilibrio de poder sobreen ten dido. L a tolerancia co m o valor parece exigir m ás q u e esto. M uchos han p en sad o q u e esto p u e d e expresarse en cierta filo so fía política, en cierta co n cep ción del Estado.
H a sta cierto punto es p o sib le q u e las personas form en parte de com u n idades que se m an tien en unidas por las convicciones q u e com parten —con viccion es religiosas, por ejem plo— y que la tolerancia se sustente en un a distinción entre esas com uni dad es y el Estado. El E stad o no se identifica con ninguno d e eso s conjuntos de creencias n i im pon e algun o de ellos en e sp e cial; tam p oco perm ite que n in g u n o de los gru pos im pon ga sus creen cias a los dem ás, au n q u e, d e sd e luego, cada un o de ellos pu ed e defen der lo que cree. En E sta d o s Unidos, p o r ejem plo, hay un am plio consenso q u e a p o y a la Constitución en torno a no perm itir q u e n in g u n a ley im p o n g a ni siquiera fomente cierta religión en particular. H ay muchos grupos religiosos, y sin d u d a muchos de ellos c o n p rofu n d as convicciones, pero la m ayoría n o quiere que el E sta d o suprim a a los d em ás ni que p erm ita q u e alguno de ellos elim in e a los otros. M ucha gente ha alb erg ad o la esp eran za de que esto sirva d e m od elo gen eral de có m o u n a so cied ad 'm o d ern a p u ed e resol ver las tensiones de la to leran cia. Por un lado, hay varios g r u pos d e la sociedad que so stien en convicciones profun dam en te a rra ig a d a s y discrepantes a ce rc a de cuestiones m o rales o reli g io sas. Por otro lado, hay un E sta d o supuestam ente im parcial, que afirm a los derechos de to d o s los ciudadanos a recibir la m ism a consideración, lo c u a l incluye el mismo derech o a fo r m arse sus propias con viccion es y a expresarlas. Éste es el m od e lo del pluralismo liberal. Se p u e d e co n sid erar que este p ro m u lg a la tolerancia; puesto q u e e x p re sa convicción y aceptación , cier ta com binación peculiar de la tolerancia, alojando las distintas convicciones de la gente en g ru p o s o com unidades m enores q u e el E stado, m ientras sitúa la aceptación de la diversidad en la estructura del E stado m ism o. L o anterior im plica la p re se n c ia de la tolerancia co m o algo m ás que una m era práctica. Pero, ¿cóm o se iden tifica exacta m ente la tolerancia com o u n valor? ¿Se identifica com o un a virtud? Esto g ir a en to rn o a la cuestión d e las cu alid ad es que un sistem a así exige d e sus ciu d ad an o s. Los ciu dadan o s deben com partir, cuando m enos, la creen cia en el sistem a m ismo. El m odelo de una sociedad que se m antiene unida p o r un m arco de derechos y la asp iración a l lo g ro de igual respeto, y no p o r co m p artir un cu erp o com ú n d e convicciones sustantivas m ás
específicas, exige un ideal d e ciudadan ía ad ec u a d o p a ra so p o r tar ese peso. L a versión m ás im presionante d e este ideal es qui zá la que ofrece la trad ición de la filosofía liberal que emana de Kant, la cu al id en tifica la d ign id ad del ser h um ano con la auto nom ía. L a s p e rso n a s libres son aquellas q u e hacen su propia vida y d eterm in an sus p ro p ias convicciones, y el p od er debe se r usado para lo g ra r que esto sea posible, no p ara frustrarlo im pon ien do u n d eterm in ad o conjunto de convicciones. Éste no es un id eal puram ente negativo o escéptico. Si lo fuera, no p o d ría ni siquiera e sp e rar tener el p o d e r de unir en u n a sociedad a gente co n convicciones tan m arcadam ente dife rentes. T am p o co p o d r ía ofrecer la fuerza m otriz que todas las so cied ad e s toleran tes necesitan p ara co m b atir a los intoleran tes cuando otros m ed io s fallan, Éste es un id eal que se asocia a m uchos p en sad o res liberales con tem porán eos, com o Rawls, N agel y Dworkin. Segú n la filo so fía del pluralism o liberal, la tolerancia sí sur ge com o una d o c trin a b a sa d a en principios, y sí exige de sus ciud adan os la creen cia en un valor: tal vez no tanto en el valor de la tolerancia m ism a com o en cierto v alor m ás fundam ental, el de la autonom ía. C o m o este valor se con sidera sobreentendi d o y co m p artid o, esta explicación del p a p el de la tolerancia en el plu ralism o lib eral im plica u n a im agen d e ju stificación. De bería con stitu ir un argu m en to que p u d iera ser ace p tad o p o r todos aq u ello s a q u ien es prim a facie sí les p a rece n intolerables ciertos puntos d e vista que prevalecen en la sociedad, y contra los cuales el lib eralism o rechaza utilizar el pod er del Estado para suprim irlos. C om o el propio N agcl lo plantea: El liberalism o pretende ser un punto de vista que justifica la to lerancia religiosa n o sólo para los escépticos religiosos, sino tam bién para los devotos, y la tolerancia sexual no sólo para los li bertinos, sino tam bién para aquellos que creen que las relaciones sexuales extram aritales son pecado. Distingue entre los valores a los que una persona puede recurrir al conducir su propia vida y aquellos a los que puede recurrir p ara ju stificar el ejercicio del poder político.1 1T. Nagel, Equality an d Partiality, p. 156.
N ad ie, ni siquiera el p rop io N agel, cree que esto se a posible en todos los caso s. T iene que haber, en cu alquier versión, límites para el g r a d o en que el Estado lib eral pued a m antenerse al m argen en asuntos de d esacu erdo ético. Existen algunos asun tos, com o el del aborto, con re sp e c to a los cuales el E stado no será n eu tral h a g a lo que haga. T a l vez sus leyes establezcan dis tinciones entre diferentes circun stan cias p a ra el aborto, pero a fin de cuentas no p o d rá e sc a p a r al hecho de que algunas p erso n as crean con la m ás p ro fu n d a convicción que cierta cla se de actos deberían ser p erm itid o s, m ientras que habrá o tras que crean con el m ism o grado d e convicción que tales actos deberían se r prohibidos. S urgirán prob lem as igualm ente irre solubles c o n respecto a la ed ucación , cuando, p o r ejem plo, la auton om ía de ciertos grupos re lig io so s fundam entalistas p a ra criar a sus hijos en sus propias cre en cias entre, a ju ic io d e los li berales, en conflicto con la au ton om ía de esos hijos para elegir qué creen cias van a tener. (Tales p rob lem as pueden ser expre sados en térm inos de derechos d e g ru p o .) N inguna socied ad puede evitar decidir colectiva y sustantivam ente en asuntos de este tipo, y en tal sentido, respecto d e esos problem as, h abrá límites p a ra la tolerancia, aun c u a n d o la gente siga respetan do las op in ion es de los dem ás. El hecho de que haya algun os casos q u e de esta m anera son im posibles n o necesariam ente ech a p o r tierra la tolerancia li beral, a m en os que haya d e m asiad o s de ellos. No hay ningún argu m en to d e principios que m u estre que si A pien sa que cier ta práctica está equivocada y B p ie n sa que está correcta, A ten ga que p en sar que el Estado d e b e ría suprim ir dicha práctica o que B ten g a que p en sar que el E stad o debería prom overla. Estas co n sid eracio n es pertenecen a niveles diferentes. N o ob s tante, hay un argum ento fam o so que m uestra que el ideal libe ral es en p rin cipio imposible. A lg u n o s críticos del liberalism o afirm an que ni el E stado pluralista liberal ni la supuesta p ro m ulgación d e la tolerancia existen realm ente. L o que sucede, dicen ellos, es que el Estado im p o n e sutilm ente un conjunto de p rin cip io s (p or así decirlo, e n favor de la elección indivi dual —al m enos, la elección del co n su m id o r— la co o p e ració n social y la eficiencia em presarial), m ientras que las conviccio nes que la gente tenía antes p rofu n d am en te arraigad as, en ma-
te r ia d e religión, o com portam ien to sexual o del significado de la experiencia cu ltu ral, se desvanecen en los g u stos privados. En e sta m anifestación, el liberalism o se acercará a ser “sólo o tra d octrin a se c ta ria ”: é sta es la frase que Raw ls utilizó pre cisamente p ara explicar aquello que el liberalism o tenía que evitar ser. ¿En qué se b a sa n los críticos para decir que el Estado libe ral “im pon e suLilm ente” un conjunto d e actitudes en lugar de otro? N agel d istin gu e m arcadam ente entre imponer algo com o el individualism o, p o r un lado, y las p rácticas de tolerancia liberal, p or el otro, aun que h on esta y correctam en te admite, por ejem plo, q u e las prácticas educativas del E stado liberal no “tienen todas los m ism os efecto s”. Ésta es una distinción im portan te, y p u e d e constituir u n a diferencia significativa en la práctica. Ser blan co d e p roselitism o o coerción p o r parte del individualism o m ilitante no es lo m ism o q u e m eram ente ver nuestro entorno religioso tradicional ero sio n ad o p or una so ciedad liberal m od ern a. Los que se opon en a los liberales tie nen q u e co n ced e r que hay algo válido en la distinción, aunque esto no significa que los convenza la form a en que los liberales la usan, ya que no se trata d e una distin ción de inspiración neutral: se inclina asim étricam en te en favor d e lo liberal. Esto se d ebe a que o to rg a m ucha im portancia a una diferencia de procedim ientos, m ien tras que lo que cuenta p a ra un creyente no liberal es la d iferen cia en los resultados. D u do que podam os encontrar un argu m en to de principios que satisfa g a los ob jeti vos m ás p u ro s y fu ertes del valor de la to leran cia liberal, en el sen tid o de q u e no se b ase en el escepticism o ni en contingen cias de poder, y que tam bién p u d iera explicar en principio a gente racional cu y as m ás p ro fu n d as convicciones no se inclina ran por la au to n o m ía del individuo y los valores relacionados que deberían p e n sa r que un Estado que deje que sus valores decaigan es m ejor que uno que los im ponga. Si la tolerancia co m o práctica ha de ser d efen d id a p o r su condición de ser un valor, entonces ten drá q u e apelar a o p i niones sustantivas acerca del bien, en particular del bien de la auton om ía individual, y estas opin ion es se exten derán al valor y el significado d e las características y las virtu d es person ales aso ciad as a la tolerancia, tal co m o se extien den a las activida
d e s p olíticas de im poner o reh u sarse a im pon er varios puntos de vista sustantivos, Esto no q u iere decir que los valores sus tantivos d e la autonom ía in d ivid u al estén equivocados o q u e carezcan de base. La cuestión e s que estos valores, com o oí ros, pueden ser rechazados y, en la m ed id a en que la tolerancia se b ase en ellos, entonces tam bién será rechazada. La práctica de la tolerancia no se p ued e b a sa r en un valor com o la auto nom ía individual y al mismo tiem p o esp e rar escapar de los d esacu erd o s sustantivos acerca del bien. Esto es realm ente un a co n tradicción , porque sólo u n a id e a sustantiva de los bienes com o la auton om ía podría g e n e rar el valor q u e se expresa en las prácticas d e la tolerancia. A la luz d e lo anterior, ah o ra p o d e m o s entender m ejor la im posib ilid ad o la extrem a d ificu ltad q u e al parecer planteaba la virtud o la actitud personal de la tolerancia. Parecía im posible p o rq u e aparentem ente exigía q u e alguien pensara que cierta creen cia o p ráctica está p o r co m p leto equivocada o m al, y a l m ism o tiem po que hay un bien intrínseco que se encontraría al d ejarla florecer. Esto no su p o n e un a contradicción si el otro bien se encuen tra no en la co n tin u ación de esa creencia, sino en la auton om ía d el otro creyente. A lgu n o s pueden pensar co herentem ente que cierto punto de vista o actitud está profu n dam ente equivocado y que el florecim iento de tal actitud de bería ser tolerado si también so stu v ie ran otro valor sustantivo en favor d e la autonom ía o la in d ep en d en cia de otros creyen tes. Por lo tanto, el ejercicio de la tolerancia com o virtud, y en ese sentido la creencia en ella com o un valor en sí misma, no n ecesariam en te im plica un a co n trad icción , aun que en una situación determ in ad a p u ed a im p licar aquello que conocem os com o conflicto d e bienes, C o n todo, no p od em os com binar esta explicación de la tolerancia lib eral con la idea de que ésta se eleva p or encim a de las luchas de valores. L a explicación d a lu g ar a un problem a conocido: q u e tal vez otros no com partan el punto de vista liberal de estos distin tos bienes; en específico, la gente a la que se exige p articularm en te al liberal que tolere es precisam en te aquella que muy probablem en te no com par ta la idea liberal del bien de la au ton om ía, que es la base de la tolerancia, en la m edida en que ésta exp resa un valor. En esta represen tación de la tolerancia, el liberal no les ha d ad o
una razón p a ra v alo rarla si no co m p arten adem ás sus otros valores. C on cediendo lo anterior, tam bién está bien que la p ráctica de la tolerancia, co m o ya lo vimos, no necesariam ente se base en un valor de este tipo. Puede su sten tarse en con sideracio nes hobbesianas acerca d e lo que es p osib le o deseable en el asunto de la im posición , o de nuevo en la indiferencia basa d a en el escep ticism o acerca de los p rob lem as involucrados en el d esacu erd o ; aunque, desde luego, con la indiferencia y el escepticism o se lle g ará a un punto en el que nadie esté lo suficientem ente in teresad o en los d esacu erd o s co m o p a ra que haya algo que aguantar, y la tolerancia no se rá necesaria. Es im portante, asim ism o, q u e las exigen cias que se hacen a la tolerancia no su rjan en contextos en los que no hay otros valores o virtudes. En circunstancias favorables, recurrir al su frim iento y la cru e ld ad y a la patente estupidez que conlleva la intolerancia p u e d e tener algún efecto en aquellos que no están co m p ro m etid os con la tolerancia com o valor intrínseco o con el respeto p o r la auton om ía que subyace en la tolerancia com o virtud. C om o virtud, la tolerancia ofrece un tipo esp e cial de fu n d am en to p a r a su práctica, un fu ndam ento que es especialm ente kantiano, no sólo en sus afinidades, sino en lo que dem an da: su valor radica hasta cierto punto en su dificul tad, en su exigen cia d e que no sólo nos elevem os p o r encim a d e n uestros p rop ios d eseo s, sino p or encim a de n uestro deseo de conseguir la m ás p le n a expresión d e nuestros propios va lores. Puede ser que las m ejores esperan zas p ara la tolerancia com o p ráctica rad iq u en no tanto en esta virtud y su exigencia d e que co m b in em o s el espíritu puro de la tolerancia con nues tra aversión hacia lo que tiene que ser tolerado. La esperan za puede estar m ás bien en la propia m o d ern id ad y en su. crea ción principal, la so c ie d a d com ercial internacional. Todavía es posible p e n sa r q u e las estructuras d e este orden internacional alentarán el escep ticism o acerca d e las pretension es religiosas y de otro tipo a la exclu sividad y acerca de los m otivos de aque llos que im p on en tales pretensiones. En realidad puede ayudar a alentar la circu n sp ección en el seno de las religiones m ism as. C uando tal esce p ticism o se c o m p a ra con los d a ñ o s m anifiestos
g en e rad o s p o r la intolerancia, existe u n a base p a r a la p rá ctica de la tolerancia, una base que e stá ligad a al liberalism o p e ro que es m enos am b iciosa que el v a lo r puro de la tolerancia lib e ral, el cu al se b a sa en la creencia en la autonom ía. Está cerca d e un a tradición que se puede rem o n tar a M ontesquieu y a Constant, y a la que la fallecida Ju d ith Sh k lar llam ó “el liberalism o del m ie d o ”.2 U n a b u e n a pregunta que se p u e d e plantear es si la toleranci a es a ca so un problem a tem poral. T a l vez la tolerancia resulte h a ber sido un valor interm edio, q u e sirv iera p ara un p eriod o s i tu ado entre un p asado en el q u e nadie había escuchado d e ella y un fu turo en el que nadie la necesite. Actualm ente, de hecho, la id e a d e que los puntos de v ista intolerantes desaparezcan del m u n d o parece increíble: tales puntos d e vista se reafirm an notablem ente. Si tienen el éxito suficiente, no habrá de nuevo m ucho esp a cio para la tolerancia; será el tolerante quien, siri esperan za, estará pidiendo ser to lerad o. Lo m ás probable e s que a m ed ian o plazo podam os e sp e r a r alguna situación en la que haya un a especie d e em p ate entre la tolerancia liberal y los puntos de vista intolerantes d e diversos tipos. N o obstante, com o antes lo di a entender, a lg o que el orden internacional m od ern o sí vuelve m enos p ro b ab le es la im posición de o p in io nes sin m ás en una sociedad d u ra n te un p eriod o prolon gad o . S erá m ás d ifícil de lo que lo fu e e n el p asad o que un am biente cu ltural d e creencias fanáticas co in c id a durante un largo la p so con un centro d e poder del E stado, y q u e perm anezca inm une a las influencias externas. El lib e ralism o y sus oponentes p ro b a blem ente coexistirán en térm inos m ás cercanos que d iv id id o s por fro n teras nacionales estrictam ente controladas. En tales circunstancias, es p ro b ab le q u e la tolerancia y su s prácticas in cóm odas sigan siendo n ecesarias y en algún g rad o posibles. De ser así, q u ed ará del todo claro —más claro de lo que es si nos concentram os en el m uy esp ecial caso de E stados U n id o s— que la práctica d e la to le ran cia tiene que sustentarse no tanto en un principio puro q u e se apoye en un valor d e auton om ía, com o en un espectro m ás am plio y más m ezclado d e recursos. Esos recursos incluyen un escepticism o activo con 2 V éase su artículo con ese título "T h e L iberalism o f Fear”,
tra el fan atism o y las p rete n sio n es de sus defensores; la convic ción acerca de los m ales m an ifiestos de la falta de tolerancia; y, d e sd e luego, el p od er, p a r a en v iar recordatorios h ob bcsian os a los g ru p o s más extrem istas de que tendrán que resign arse a la coexistencia. [Traducción de ÍJiu ra E. Manríquez]
B IB L IO G R A F ÍA
Nage!, T hom as, Ei¡ualüy and Partíality, Oxford University Press, O x ford, 1991. Shklar, Judilh, “T h e Liberalism o f Fear”, en Nancy L . Rosenblum (comp.), Liberalism and the Moral Lije, Harvard University Press, Cam bridge, 1989, pp. 21-38.
Pa u lette D
i e t f .r l e n
I L a tolerancia es quizá una de las virtudes, tanto en la política com o en la m oral, m ás difíciles d e caracterizar. V arios son los problem as q u e enfrentam os cu an do tratam os el tem a; para em pezar, p or ejem plo, la tolerancia suele co n fu n d irse con otras actitu des com o la indiferencia y el escep ticism o. O tro proble ma surge cu an d o intentamos establecer los límites de la con ducta tolerante, ya que a m enudo la línea d iv isoria entre lo que debem os rechazar y lo que debem os tolerar es muy tenue o indefinida. Y una dificultad m ás está en que, d ep en d ien d o del prob lem a co n creto que estem os ab o rd an d o , las características de la tolerancia p u ed en cam biar significativam ente cuando nos referim os, p or ejem p lo, alám b ito d e la religión, a lo racial o lo sexual. Grosso modo, podem os caracterizar la tolerancia com o un hábito, es decir, como una fo rm a de p en sar y de actuar que nos lleva a abstenernos de im pedir, cu an do tenem os la posibilidad de hacerlo, una co n ducta o u n a actitu d contraria a nuestros valores. Sostendré en este trabajo q u e cuan do nos abstenem os de intervenir, n uestra decisión se b a sa en dos ele mentos: el p rim ero es el valor que le d am o s a la libertad, es decir, a la no in terferencia con las acciones de otras personas, y el segun do, el valor que conferim os a la au ton om ía, que signi fica la posibilidad que u n a p e rso n a tiene de elegir sus propios 'A g rad e zco !a ayuda y los valiosos com entarios so b re el Cexto de Laura Manríquez. Sin duda alguna, el lexCo m ejoró notablem ente con las sugeren cias de Mark Platts. Y agradezco también a Gustavo OrLiz Millán, que leyó el texto y me hizo varias observaciones.
del E stad o, com enzarem os p o r an alizar las razones que d io Locke a favor d e la sep aración d e la Iglesia y el Est.ado. C on relación a nuestro ejem plo, d ich as razon es tienen una gran ac tualidad. II Jo h n L o ck e escribió la Epístola sobre la tolerancia en 1685 y la publicó en 1689. La situación h istórica que m otivó dicha o b ra fueron los conflictos religiosos d e su época: en Francia, el e d ic to de N an tes de 1598, que g ara n tiz ab a la tolerancia religiosa, fue re v o cad o en 1685, lo que o casio n ó fuertes represiones co n tra los hugonotes. En Inglaterra, la situación resultó todavía más com plicada: el rom pim iento de E n rique VIII con la Iglesia católica trajo co n sigo que no h ubiera “continuidad religiosa” entre los m on arcas que lo su ced ieron y que, p o r lo tanto, se a g u d iz a ra el problem a d e las diferen cias d e cre d o 9 Dados esos conflictos, lo que a Locke le in teresó fu e d a r argum entos a favor de la sep a ra ció n entre el Estado y la Iglesia y ofrecer razones por las cuales dichas instituciones tienen la obligación de p rac ticar la tolerancia religiosa, L a o b r a de Locke tenía por ob jeto co n ven cer de la necesidad de ser tolerantes tanto a los repre sentantes d e las iglesias com o del E stad o , ya que am bas entida des sustentaban el poder legítim o, es decir, el p o d e r de llevar a cabo accion es coercitivas. Segú n Locke, el E stado es una socie d a d co n stitu id a sólo p a ra procurar, p reservar y prom over los intereses civiles q u e son: “la vida, la libertad, la salud y la no dolen cia d el cu erp o , y la p o se sió n d e o tr a clase d e bienes co m o d in ero , tierras, casas, m uebles y co sas por el e stilo ".10 El m agis trado civil tiene el deber de p ro cu rar la ejecución imparcial de las leyes d e una form a igu alitaria y a se g u ra r que las person as p u ed an d isfru tar d e aquello que les perten ece en esta vida; sin em b argo, no le co rresp on d e el cu id ad o d e las alm as porq u e éstas son asunto d e la iglesia. Por otra parte, define la Iglesia co m o "u n a socied ad voluntaria d e h om bres que se unen p o r acuerd o propio, p a r a rendirle culto a D ios, d e una m an era que 9 P a ra con ocer las condiciones históricas en las que Locke escribió la Epís tola, véase el texto de M. Cranston “John L ocke and the C ase for Toleration”, y S M endus, “L ocke a n d the C ase for R ationality”, p. 23. 111J. Locke, A Leüer Concerning Toleration (infocus), p. 17.
ju z g u en aceptable y efectiva p ara la salvación d e su alm a".11 Una vez expu estas las defin icion es d e Locke d el Estado y d e la Iglesia, exam inarem os sus razon es sobre cuándo puede el prim ero intervenir en asuntos religiosos, y cu án do no, y sobre cu án do y por qué la Iglesia no pued e intervenir en asuntos del Estado. Así, al E sta d o sólo le co rre sp o n d e vigilar q u e se cum plan y prom uevan los co m p ro m iso s civiles y no puede influir en lo que se co n sid era n ecesario p a ra la salvación de las alm as. L a s razones en las q u e se sostien e e sta tesis son las siguientes: la prim era se refiere a que el cu id ad o de las alm as no le co rres p on d e al m agistrad o civil, p orq u e Dios no ha d a d o esa enco m ienda a ningún h om bre y éstos no pueden adqu irirla por el consentim iento de otros hom bres. L a seg u n d a se refiere a que el p oder del m agistrado civil só lo se limita a la fuerza: la reli gión verdadera y la que salva consiste en la p ersu asió n interna. U na co sa es persuadir, otra m an dar y otra más p resio n ar con argum entos. Las leyes se pueden aplicar p or la fuerza, pero la fuerza no puede cam biar las creencias d e la mente. L a tercera sostiene que "el cu id ad o que necesitan las alm as p ara encon trar la salvación no pertenece a l m agistrad o, porque aun que el rigor d e las leyes y d e la fuerza d e los castigos fuesen capaces d e convencer y de cam biar las m entes de los hom bres, esto no ayudaría a que salvaran su alm a” .12 L a conclusión q u e se deriva d e las tres razo n es es q u e el p od er del gobiern o civil está rela cion ad o con los intereses civiles de los hom bres y se limita al cu idado de las co sas d e este m undo; n o tiene n ad a que ver con el m undo futuro d e las a lm a s.13 Por últim o, los m agistrados que form an parte del E stado tienen la obligación de prom over la tolerancia religiosa. Esto se debe a que el cu id ad o d e las alm as no les pertenece y no pueden obligar p or m edio del cas tig o .14 El tem a del castigo es im portante, ya que la tesis funda mental d e Locke afirm a que las creencias religiosas no pueden inducirse por la fuerza física, ap lican do los castigos co rp o ra le s o am enazando con la su sp en sió n d e los derechos civiles, qu e es lo que h asta cierto punto y paradójicam en te reclam a la Iglesia 11 Ibid.., p. 20, 12 ibid., p. 19. 15 Cfr. ibid., pp. 18-19. 14 Cfr. ibid.., pp. 22-28.
Si le estam os pidiendo a la gente que sea tolerante, estam os p i diéndole algo más com plicado que esto. Efectivamente tendrán que deshacerse de algo, de su deseo de suprimir o expulsar la creencia rival; p ero también conservarán algo, el com prom iso con sus propias creencias, que es lo que, p ara empezar, les dio ese d eseo.’1
M ark Platts ha señalado que W illiams tiene razó n al d is tin guir los c a so s de tolerancia de los de puro odio. En estos últim os, p o r decirlo de algún m o d o , no existe un con tenido p rop o sicio n al, ni interviene n in gún pensam iento, pero el p en sam iento de in deseabilidad que W illiam s m enciona tien e un contenido d e m asiad o débil p a r a q u e p u ed a establecer la dis tinción con la intolerancia. Seg ú n Platts, lo que se necesita es alg o co m o lo siguiente: En los casos de intolerancia (a diferencia de los de “puro o d io ”), la p erso n a intolerante no sólo ju z g a que hay algo indeseable (o erróneo o equivocado) en cierta creencia, práctica o form a de vida de alguna persona o gru p o, sino también que el rasgo inde seable (o erróneo o equivocado) es responsabilidad de la p erson a o g ru p o o d iad os.5
L a distin ción señ alad a es im portan te porque nos ayuda a diferenciar, p or ejem plo, casos de “o d io s raciales” —que p rá c ticam ente son viscerales, com o los que reflejan las actitudes de los m iem bros del Ku Klux R ían — de actitudes p ro p iam e n te intolerantes. En las Consideraciones encontram os la siguiente afirm ación: Sin em bargo, según la enseñanza de !a Iglesia, los hombres y mu jeres con tendencias hom osexuales “deben ser acogidos con res peto, com pasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discrim inación in justa”. T ales personas están llam adas, com o los dem ás cristianos, a vivir la castidad. Pero la inclinación hom osexual es “objetivamente desordenada"; y las prácticas ho m osexuales “son pecados gravem ente contrarios a la castidad ”.6 4 B. Williams, op. cit., p. 471. 5 M. Platts, op. cit., p. 1S. 6 Consideraciones, p. 2.
En la posición del Vaticano n os encon tram os con un caso p a tente de intolerancia, segú n las tesis expuestas anteriorm ente, porque p ara la Iglesia católica existe algo in deseable, la hom o sexualidad, y las p rácticas h om osexu ales son respon sabilidad d e las p e rso n as en la m edida en q u e p u ed en absten erse de te nerlas p ara “ vivir la c a stid a d ” . Sin em bargo, ¿qué razones de peso, m ás allá de la sim ple descalificación, p o d ría m o s tener y expresar p a ra pedir esto? C uando decim os q u e las Considera ciones em itidas por el V aticano son un ejem plo de intoleran cia, nos referim os a que existe el deseo, m ediante la acción de los legisladores católicos, de suprim ir la legalización de las so cied ad es en convivencia que perm itirían la institucionalización de acuerdos tom ados p o r p erso n as en pleno uso de sus facul tades, y de suprim ir eso que ju z g a n como “com portam ien to d e sv ia d o ”. A h o ra bien, ante lo que tam bién califican de “fenóm eno m oral y social inquietante”, el docum en to p lan tea lo siguiente: Con respecto al fenómeno actual de las uniones hom osexuales, las autoridades civiles asum en actitudes diferentes: a veces se li mitan a la tolerancia del fenóm eno; en otras ocasiones prom ue ven el reconocimiento legal d e tales uniones, con el pretexto de evitar en relación a [ízc] algunos derechos, la discrim inación de quien convive con un a persona del mismo sexo; en algunos ca sos favorecen incluso la equivalencia legal de las uniones homo sexuales al matrimonio propiamente dicho, sin excluir el recono cimiento de la capacidad ju ríd ic a a la adopción de hijos.7 Ante el reconocim iento legal de las uniones hom osexuales, o la equiparación legal de éstas al matrimonio con acceso a los de rechos propios del mismo, es necesario oponerse en form a clara e incisiva. Ilay que abstenerse de cualquier tipo de cooperación form al a la prom ulgación o aplicación de leyes tan gravemente injustas, y asimismo, en cuanto sea posible, de la cooperación material en el plano aplicativo. En esta m ateria cad a cual puede reivindicar el derecho a la objeción de conciencia.8
C om o lo m encionam os anteriorm ente, d ad o que las Consi deraciones constituyen, adem ás, una introm isión en los asuntos
7Ibid. 8 Ibid.
ten gan una religión, y sea cual sea ésta), ya que ellos, usan do la term inología de Locke, deben ocu p arse de asuntos que se relacion an con “la vida, la libertad , la salud y la no dolencia del cuerpo, y la p osesión d e otra clase de bienes co m o din ero, tierras, casas, m uebles y co sas p o r el estilo”. Lo m ás grave es q ue la exh ortación se d irige a los legisladores que tom an deci sion es en dem ocracias con stitu cion ales, y su intención es con ello norm ar la vida de u n a so cied ad conform e a sus creencias. En to d o caso, ten dríam os q u e record ar seriam ente la id ea de Locke d e que el Estado no p u e d e tolerar a aquellos qu e, p o r p erten ecer a un a iglesia, o b e d e c e n a otro príncipe. Son varios los co m en tario s que surgen de la posición de Locke. Uno de ellos se refiere a la actualidad de sus enseñ an zas. Hay autores que o p in an que el texto fue im portan te en su época pero que actu alm en te el problem a de la intolerancia religio sa ha ido d e sa p a recien d o y que la m ayoría de los esta d o s, p o r lo menos aq u ello s que cuentan con constitu ciones liberales, perm anecen n eu trales con resp ecto a la p lu ralid ad religiosa. O tros autores p ie n sa n que Locke, en su época, ni si q u ie ra fue capaz de d istin g u ir entre las form as diferen tes que existen p ara hacer cam biar las creencias. Se p reo cu p ó por la fuerza física, pero p arece que nunca se dio cuenta de que el E stad o y la Iglesia p red o m in an te tenían y aún tienen m étodos m ás sutiles p ara convencer a los hom bres de que tengan ciertas creen cias o p a ra evitarlo; la ign oran cia y la cen su ra so n algu nas de ellas.18 A pesar de estas críticas, m e parece pertinente d e stac ar la vigencia de su s tesis en m ateria de sep a ra ció n de la Iglesia y el Estado. P o d em os p en sar que algunas de las razones que d a Locke no son m uy convincentes, y éste sería entonces un caso de “m alas ra z o n e s”; sin em bargo, p arece in dispen sable reforzar la tesis gen eral de la sep aració n entre el E sta d o y las iglesias. Si leemos con aten ció n el docum ento em itid o por el Vaticano, podrem os o b se rv a r la “ord en ” que la alta je ra rq u ía católica da a los legislad ores p a r a q u e se o p o n g a n a cualquier p rop u esta de legislación q u e p e rm íta la s uniones legales entre los hom osexuales. Esto q u e b ra n ta , tal co m o lo vio Locke, la teoría de la sep aración de la Iglesia y el Estado. L a Iglesia no 18 Cfr. J . Waldron, “Lockc, Toleration and the Rationality o f Persecución”, p. 81.
debe en ningún caso d ar instrucciones a los legisladores de u n gobiern o; in dependientem ente del tem a d e que s e trate, h acer lo es un caso claro de introm isión. III Un g ru p o de id e a s q u e im pregnan los e stu d io s sobre la toleran cia se encuen tra en la o b ra Sóbrela libertad de Jo h n Stuart Mili, las tesis de Mili so n i m portantes p a ra el estud io d é l a tolerancia porque, tal com o lo afirm a lsaiah Berlin: los críticos de Mili han excedido en conjunto al número de sus defensores. Sin embargo, la ciudadela interior (la tesis central) ha soportado la prueba. Q uizá necesite elaboración o matizariones, pero es todavía la exposición más clara, simple, persuasiva y conm ovedora del punto de vista de aquellos que desean una sociedad abierta y tolerante.59
En esta sección intentaré d estacar la im p ortan cia q u e tiene la “ciudadela in terior” d e su pensam iento p a r a criticar, apegán donos a nuestro ejem plo, las actitudes intolerantes. Si intentam os com pren der el alcance de las tesis de Mili con relación a la tolerancia, es in dispen sable p a r tir d e su “sencillo p rin cip io ”: Este principio consiste en afirmar que el único fin por el cual es justificable que la humanidad, individual o colectivamente, se entremeta en la libertad de acción de uno o cualquiera de sus m iem bros es la propia protección. Q ue la única finalidad por la cual el p od er puede, con pleno derecho, se r ejercido sobre un miembro d e u n a comunidad civilizada, es evitar que perjudique a los demás. Su propio bien, físico o m oral, no es justificación suficiente. Nadie puede ser obligado justificadam ente a realizar o no realizar determ inados actos, porque eso fuera mejor para él, porque le haría más feliz, porque, en opinión de los demás, hacerlo sería m ás acertado o m ás justo. Éstas son buenas razo nes para discutir, razonar y persuadirle, pero no para obligar le o causarle algún perjuicio si obra de m anera diferente. Para justificar esto se n a preciso pensar que la conducta de la que se l9I. Berlin, "John Stuart Mili y los fines d e la vida", p . 43.
católica en n uestro ejem plo. P ersegu ir a las personas con el fin de que a b an d o n en una religión o perm an ezcan en ella es obli g arlas a actuar d e una d eterm in ad a m anera; quizá sea posible forzar a qu e lleven a cab o los ritos p ro p io s de un culto, pero d e ninguna m an e ra se lo g ra cam biar las creencias religiosas. Ésta es una d e las razo n es p o r las cu ales el uso de la fuerza física para propiciar ciertas prácticas religiosas, ya sea por parte del E sta d o o d e a lg u n a institución religiosa, es, a todas luces, irra cional. A h o ra bien, exp licaré en q u é caso s sí tiene el Estado la obli gación d e intervenir. Seg ú n Locke, el E stado no puede tolerar aquellas opiniones con trarias a las que sostiene la socied ad o a las reglas m orales que son n ecesarias para la preservación de la socied ad civil; por ejem plo, el E stado no puede tolerar actos de sedición , com o los de las sectas q u e prom ueven, entre los m iem bros d e la sociedad, acciones que los lleven a rom per sus co m p ro m iso s civiles. El E stad o no puede perm itir la existencia de credos que exigen a sus seguidores obedien cia a otro príncipe. Por últim o, no pueden ser to lerad os aquellos que niegan la existencia d e D ios, p o rq u e un ateo no es capaz de cum plir las prom esas y los convenios que representan las relaciones que se establecen en las so cied a d e s hum anas.15 Q ui zá la últim a ra zó n haya p e rd id o fu erza a lo largo de la historia, principalm ente por el surgim iento d e los estados laicos; p or ejem plo, en el artículo 3o, fracción I, d e la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se a firm a lo siguiente: “G a ra n tizada p o r el artículo 2'1 la libertad de creen cias, la educación será laica y, p o r lo tanto, se m an ten d rá p o r com pleto ajena a cualquier d o ctrin a re lig io sa.”16 Por “laico ” se entiende, según el D iccionario d e la R eal A cadem ia E sp añ o la, “independiente de cualquier organ ización o co n fesió n re lig io sa ”. L a cuestión es que, en un Estado laico, Dios no es asun to del Estado, ni éste es asunto de D ios. A dem ás d e las razones p o r las cu ales, según Locke, el Esta do tiene la ob ligación de no inm iscuirse en asuntos religiosos, exam in a aqu ellas por las que las in stitucion es religiosas, a su 15 Cfr. ibid., pp. 45-47. 16 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, p. 31.
vez, no deben tener injerencia en cuestiones civiles. L a p r i m era consiste en la c reencia d e que ninguna p e rso n a p u ed e retener a otra en el sen o de u n a Iglesia. Si bien alguien p u ed e ser excom ulgado, no por e llo ha de perder sus derechos civi les. L a Iglesia pued e instruir, convencer y persuadir, pero n o p riv ar a los disidentes de los d erech o s que les otorga e l E stad o. L a se g u n d a se refiere al h ech o d e que ninguna p e rso n a p u e d e perju d icar a otra e im pedir q u e disfrute d e sus derech os civiles por pertenecer a un a d eterm in ad a Iglesia o p or p rofesar cie rta religión ; la Iglesia no tiene ju risd icció n so b re los asuntos d e l m un do. L a tercera afirm a q u e existe la obligación d e p racticar la tolerancia en aquellos q u e se distinguen d e los d e m á s p o r el puesto q u e ocupan , com o los sacerdotes, los p resb íteros y los ob isp os. En resum en, p o d e m o s destacar que L o ck e rech aza la introm isión de la Iglesia e n lo que se refiere a los d e rech o s civiles y p roclam a la o b ligació n que deben tener aqu ellos q u e profesan cierta religión de no intervenir en los asu n tos que só lo son com peten cia d e l Estado. L a sep aración entre la Iglesia y el Estado existe en los países liberales; sin em b argo, aun en ellos suele haber introm isiones. T a l p a rece que ciertas iglesias, com o la católica, pretenden s e g u ir interviniendo en aquello que Locke denom in a “los c o m p ro m iso s civiles”. P rueba d e ello es que en el d ocu m en to p u blicado por el V aticano se en cuen tran fra se s q u e vulneran la sep aració n del Estado y la Iglesia; p o r ejem plo: Si lod os los fieles están o b lig ad o s a oponerse al reconocim iento legal de las uniones hom osexuales, los políticos católicos lo están de un modo especial, según la responsabilidad que les es propia. En el caso de que en una A sam blea legislativa se p rop on ga p o r prim era vez un proyecto de ley a favor de las uniones h om osexu a les, el parlamento católico tiene el deber moral de expresar clara y públicamente su desacuerdo y votar contra el proyecto de ley.17
Es evidente que nos encon tram os ante una introm isión d e la Iglesia en un asu n to que e n un Estado laico n o le co m p e te: lo q u e deben hacer y d e cid ir los legisladores (ten gan o n o 17 Consideraciones, p. 3.
El p rim er orden es d e carácter racional, lo que significa que “las legislaciones favo rab les a las uniones h om osexu ales son contrarias a la recta ra zó n porque confi eren g aran tías ju rídicas an álogas a las d e la in stitución m atrim onial a la unión entre personas del m ism o s e x o ”.26 Es im portante hacer notar que en ningún sitio se a c la ra lo que significa “ recta razó n ”, por lo que decir que las legislacion es favorables son co n trarias a ella carece com pletam en te d e significado. Q uizá entenderíam os la proposición si p u d ié ra m o s tener, hablando cartesianam ente, una idea clara p ero tam bién distinta de lo q u e dicho térm ino significa. A lgo paten te a lo largo de las Consideraciones es que se parte d e una co m p a ra ció n equivocada entre el m atrim onio religioso y las so c ie d a d e s d e convivencia. En los distintos p a sajes en que se refiere al m atrim onio, el docum en to lo califica básicam ente d esd e un punto de vista religioso (h abla de la con dición d e sacram en to d e la unión m atrim onial, de la com unión espiritual que supone, etc.), lo cual no tiene sentido si enten dem os que los proyectos de otorgar recon ocim ien to legal a las uniones entre p e rso n a s h om osexuales atañ en al terren o de lo civil; y si bien el m atrim o n io m ism o p u ed e en algun o s casos estar relacion ado con a lg ú n tipo de rito o cerem o n ia religiosa, no sólo tiene esa faceta, tam bién constituye un acto civil. En el ám bito civil, am b as uniones suponen el reconocim iento de derechos y ob ligacio n es. El seg u n d o argu m e n to es de orden b iológico y antropológi co y dice así: E n la s u n io n e s h o m o s e x u a le s e s tá n c o m p le ta m e n te a u se n te s lo s e le m e n to s b io ló g ic o s y a n t r o p o ló g ic o s d e l m a tr im o n io y d e la fa m ilia q u e p o d r ía n f u n d a r ra z o n a b le m e n te el re c o n o c im ie n to le g a l d e tales u n io n e s . E s t a s n o e stá n en c o n d ic io n e s d e a s e g u r a r la p r o c r e a c ió n y la s u p e r v iv e n c ia d e la e s p e c ie h u m a n a . El re c u rrir ev e n tu a lm e n te a lo s m e d i o s p u e sto s a d is p o s ic ió n p o r lo s re c ie n tes d e s c u b r im ie n to s e n el c a m p o de la f e c u n d id a d a r tific ia l, a d e m á s d e im p lic a r g r a v e s fa lta s d e re sp e to a la d ig n id a d h u m an a , no c a m b ia r ía en a b s o lu t o su c a rá c te r in a d e c u a d o .27
26 Ibid. * Ibid., p. 3.
R esp ecto a este segundo p rete n d id o argum ento, “los e le m en tos” a los que alu d e p arecen la procreación y la su p e rv i vencia d e la esp ecie humana. P o d ríam os decir qu e lo que n ece sitam os es precisam ente “un arg u m e n to ” convincente que n o s p erm ita identificar los elem entos b iológico s y an trop o ló gicos p rop ios del m atrim on io y de la fam ilia. N o existe n in gun a e x plicación sobre los elementos b io ló g ico s y an tropológicos e sp e cíficos y peculiares; pero, su p on ien d o q u e fu era la p ro c re a ció n “el argu m en to biológico y a n tro p o ló g ico ” en cuestión, ¿qué su p on d ría esto p a ra los m atrim on ios sin hijos, específicam en te p a r a las p arejas q u e, adem ás del con trato civil, han ce le b rad o una cerem o n ia religiosa? L a tercera línea de argu m en tación es d e orden social y afirm a: la sociedad debe su supervivencia a la fam ilia fundada sobre e l m atrim onio. La consecuencia inevitable del reconocimiento legal de las uniones hom osexuales es la redefmición del m atrim onio, que se convierte en una institución que, en su esencia legalm ente reconocida, pierde la referencia esencial a los factores ligados a la heterosexualidad, tales como la tarea procreativa y educativa [...]. Poniendo la unión hom osexual en un plano ju ríd ico análogo a l del m atrim onio o la familia, el Estado actú a arbitrariamente y entra en contradicción con sus propios deberes.28
D estaca, en esta afirm ación, la id e a de que una co n secu en cia in evitable del reconocim iento legal d e las uniones h o m o sex u ales es la redefinición del m atrim on io. Existen ejem p los de q u e “ red efin ir” es a lg o co m ú n en nuestras p rácticas lega les; de hecho, en diferentes países y en diferentes épocas se h a “re d e fin id o ” el m atrim onio. De se r contratos que co m p ro m e tían a las p arejas a una unión que d e b ía d u ra r h asta la m uerte de un o d e los cónyuges, en la actu alid ad tales contratos p u e den an ularse p o r un gran n ú m ero d e razones, entre ellas la voluntad d e alg u n o d e ellos. T am b ién existen contratos ma trim o n iales con fechas d eterm in adas que pueden se r p ro rro g ad o s o an u lad o s. Estos ejem plos constituyen “redefin icio n es” del m atrim on io . En cuanto a la tarea “e d u cativ a” de la fam ilia, 28 Ibid.
trata de disuadirle producía un perjuicio a algún otro, La única parte de la conducta de cada uno p o r la que él es responsable ante la sociedad es la que se refiere a los dem ás. En la parte que le concierne m eram ente a él, su independencia es, de derecho, absoluta. Sobre sí mismo, sobre su propio cuerpo y espíritu, el individuo es sob eran o.20
Tal parece q u e el p rin cip io de Mili e stá d irigid o a varios objetivos: al E stad o, a la opin ión de la m ayoría y a aquellos que pretenden e x p re sa r opin ion es b a sá n d o se en un a supuesta au to rid ad m oral. A Mili tam bién le interesa com batir las acti tudes paternalistas que o b ligan a Sas p e rso n a s a ad o p tar ciertas prácticas o a tener ciertas creencias p o rq u e, segú n la opinión de los dem ás, sería lo m ás acertado. Esto lo lleva a defender la soberan ía del in dividuo en las decision es que afectan tanto su espíritu co m o su cuerpo. D e esta m an era intenta reivindicar la libertad h um ana que, según él, co m p ren d e el dom inio in terno de la con cien cia en ten did a com o libertad de pensam ien to y sentim iento sobre todas las m aterias, sean éstas prácticas o especulativas, científicas, m orales o teológicas; y, asim ism o, com o libertad d e determ in ar nuestros fines p a ra trazar nues tros p lan es d e vida. De esta libertad se d e sp re n d e la libertad de asociación entre los individuos; así, “la ú n ica libertad que m erece este n om bre es la d e buscar n uestro p ro p io bien, por nuestro cam ino p rop io, en tanto no privem os a los dem ás del suyo o les im p id am os esfo rzarse p o r co n se g u irlo ”.21 Susan M endus,22 al analizar la o b ra de Mili, encuentra dos com ponentes, un o positivo y otro negativo. El positivo se re fiere a la defen sa que Mili hace de la libertad, m ientras que el negativo hace alusión a las ju stificacio n es y restricciones sobre la propia libertad. A m bos com ponentes so n relevantes p ara el estud io de la tolerancia. El prim ero, p o rq u e uno de los temas im portantes cu an d o e stu d iam os la toleran cia es la separación entre las libertades y los derechos q u e están señ alad os en las constituciones y que p rotegen las accion es d e los individuos, p o r un lad o, y las actitu d es intolerantes d e las que pueden ser 20J.S . Mili, Sobre la libertad, pp. 65-66. 21 Ibid., p. 69. 22 S. Mendus, “Mili and the C ase for Diversity”, pp . 46-50.
víctim as, p o r el otro. Esto sig n ific a que la tolerancia no se re duce a un asunto m eram ente leg al, al respeto de los derech os constitucionales. El segun d o co m p o n en te se relacion a con algo que p reo cu p ab a a H .L.A. H art: las ju stificacion es para restrin gir la libertad de una persona, n o tanto en los casos en los q u e claram ente hay daños a terceros, sin o en los casos en los que no los hay. A H art lo inquietan esp ecialm en te los casos de m o rali d a d sexual que, co m o verem os m ás adelante, son precisam ente objeto d e intolerancia.23 Este a u to r n ota ciertas dificultades en la p osición de Mili; p o r ejem plo, cóm o establecer una lín ea q u e sep are las acciones en las q u e el Estado puede intervenir d e aquellas en las que el Estado d e b e abstenerse de hacerlo. S e gún H art, algun o s críticos d e M ili h an sosten ido que su intento por estab lecer dicha línea es d o g m á tic o y han afirm ado que las leyes deben castigar ciertas co n d u ctas aun cuando no exista el daño a terceros. Para H a rte s im p o rtan te afirm ar que hay c a so s significativos en los que la ley d e b e abstenerse d e reforzar u n a m oralidad existente, y éste es un asun to en el que Mili tiene razón.24 El tem a surge con clarid ad cu an do estudiam os caso s de intolerancia en m ateria d e m o ra lid a d sexual. De la ob ra de Mili p o d e m o s e x tra e r dos enseñanzas. L a p ri m era tiene q u e ver con el respeto a la p lu ralidad d e opin ion es y plan es de vida d e las p erson as. P ara ilustrar esta en señ an za recurrirem os al docum ento q u e n os ha servido de ejem plo: el de las Consideraciones. En éste se p reten d en d os cosas: p o r un lado, q u e las prem isas son “v e r d a d e r a s” y q u e los argu m e n tos son válidos p ara varios ó rd e n e s del conocim iento hum ano, cuan do en realidad, com o lo verem os m ás adelante, nunca se dice en q u é se b a sa la “verdad" d e las prem isas y, ni siq u ie ra se dan argum entos; m ás bien se recurre a enun ciados q u e carecen d e to d o sustento e m p írico . En el docum ento se afir ma: “L a com pren sión de los m otivos q u e inspiran la n ecesidad de o p o n erse a las instancias q u e b u scan la legalización de las uniones h om osexuales requiere a lg u n a s con sideracion es é tic as específicas, q u e son de diferentes ó rd e n es.”25 25 H.L.A. H ari, Lean, Liberty and M ojalily. p. 5. 24 Cfr. ibid. Consideraciones, p. 2.
25
o religiosas, p u e d e argum entarse que su desintegración sería m ejor que su preservació n ,33 Por su p arte, H art, desp u és de hacer un análisis cu idadoso de las co n secu en cias nocivas que prov ocaría en la sociedad la prohibición d e prácticas sexuales entre adultos que voluntaria mente las llevan a cabo, y basán d ose en el principio sencillo de Mili, d efien d e la tesis de que el E sta d o y sus leyes no d e ben reforzar la m o ralid ad p red om in an te con el pretexto de que ésta se so stien e p or un consenso. H art d e stacó la im portan cia de que las in stitucion es de cu alq u ier socied ad , incluyendo la m oralid ad p o sitiv a —que es la que so stien en las p erson as—, se abran a la crítica y no aceptó que la preservación de la socie dad requ iriera el refuerzo d e la m o ral com o tal. H art tam poco acep tó que la p reservació n de la so cied a d exija el refuerzo de la m oralid ad p o sitiva y advirtió sobre el d a ñ o q u e se cau sa a las p e rso n as al castigarlas p o r su co n d u cta sexual; asim ism o, al igual que Mili, H art p e n sab a q u e las restricciones a la liber tad son m ales p a r a un a sociedad. A firm ó q u e el refuerzo de la m oral p a ra p re se rv a r dicha socied ad revela un m ero conform ism o con las reglas m orales inducidas por mie do; la gratificación de sentimientos de o d io para el que actuó mal o un castigo retributivo, aun cuando no haya una víctima que clame justicia; el dar castigo com o sím bolo o expresión de una condena m oral: el m ero aislamiento de cualquier cambio en la m oralidad social por m ás bárbara y represiva q u e sea 3'*
Y, co m o él concluye, todo esto tiene un costo muy elevado.35 Tanto Mili co m o H art rechazan las restricciones a la liber tad por la o p in ió n pública, las costum bres y, seguram ente, p o r la id e a d e un b ien com ún entendido co m o la interpretación, con a p arien cia d e verdad, de un g ru p o , con la cual se inten ta reprim ir las con ductas y las o p in io n e s individuales, P ara ejem plificar la vigen cia d e sus id eas y la n ecesidad d e su defen sa es conveniente tener presentes ciertas p osicion es, com o la que exp resó el presiden te d e E stad os U n idos, G eorge W. Bush, 33 Ibid., p. 19. iAIbiáL, p. 82. 35 llid., p. 83.
al m an ifestar su convicción “de que el m atrim onio es, un ¡ca y exclusivam ente, un a unión entre un hom bre y un a m ujer” . T am b ién anunció q u e sus a b o g a d o s estudiaban ya la form a de “c o d ificarlo ’1p a r a sum arse al d eb ate en el C on greso, cuyo pro p ósito es “prohibir el m atrim o n io entre p erson as del m ism o s e x o ” .36 L o que p reocu pa y m u e stra la necesidad de revitalizar el p un to de vista de Mili y de H a rt es el uso de la p a la b ra “p ro hibir”. Dicho uso p u ed e rem itirn os a las form as en las que, en este caso, el p od er ejecutivo p u e d e “co d ificar” un asunto de com p ortam ien to sexual. IV L a s d iscu sio n es actuales so b re la tolerancia se h an dado, en un p rim er contexto, en el terren o d e la corriente p olítica llam ada “ liberalism o p olítico”, que p o n e énfasis en las características in divid u ales de las person as, en la autonom ía, es decir, en su cap acid ad de elección y en la b ú sq u e d a d e acuerdos que ha cen posib le la convivencia p acífica dentro del Estado. En otro con texto, la discusión remite a la caracterización de la toleran cia com o un a virtud m oral cuya naturaleza está presente en la d e n o m in ad a “p arad o ja de la to le ra n c ia ”. Dicha p a r a d o ja con siste en afirm ar que “la tolerancia se basa en la rep ro b ació n m oral, en la idea de que aquello que toleram os es in correcto y que no d e b e ría existir; sin e m b arg o , la cuestión que surge és q u e acep tam o s que es bu en o to lerarlo”.37 L o que se discute son las razon es p o r las que finalm ente acep tam o s que es bu en o to lerar alg o con lo que en p rin cipio no estam o s de acuerdo. De los d o s sen tid os antes m en cion ad os, en este ensayo m e referi ré exclusivam ente al segun do. Este problem a ha sid o tratado, entre otros filósofos, por B ern ard Williams. S e g ú n B ern ard W illiams, cu an d o estudiam os la virtud de la tolerancia, los problem as q u e surgen deben enfocarse en el nivel de las relaciones hum anas y en las actitudes que las p erso n as tom an con relación a ciertas fo rm as d e vida que otras lle van y que no son aceptadas p o r ellas. En este artículo, Williams 35 S. M uñoz Mata, “Todo el mundo discute el m atrim onio entre hom ose xuales", F ron tera Invisible, Reforma, ju e v e s 7 de agosto de 2003, p. 21 A. 37 S. M endus, “T h e Concept o f T oleration", pp. 18-19.
es im portante re c o rd a r q u e existen grupos fo rm ados por per son as del m ism o se x o —específicamente las órden es religiosas— q u e tienen la p rete n sió n d e llevar a cabo una tarea educativa, S o b re la actuación “ a rb itra ria ” del Estado, debem os recordar que, generalm ente, las,le y e s son arbitrarias y d ep en d en de las condiciones h isló rico-so ciales de los países; p o r ejem plo, algu nos países recon ocen “arbitrariam ente” la legalidad del concu binato. Fbr último, en s u argu m en to de orden ju ríd ico el docum en to afirm a: Dado que las parejas matrimoniales cumplen el papel de garan tizar el orden de la procreación y son por lo tanto de eminente inlerés público, el derecho civil les confiere un reconocimiento institucional, Las uniones homosexuales, por el contrario, no exi gen una específica atención por parte del ordenamiento jurídico, porque no cumplen dicho papel para el bien común.29 Respecto a este s u p u e s to argum ento, cabe resaltar dos te m as. En prim er lu g ar, es im portante pregu n tarn os si a las pare ja s heterosexuales q u e con traen m atrim onio se les piden prue b as d e que p u e d e n c u m p lir con la garan tía “del orden de la procreació n ” y ,d e n o ser así, si se les n iega el “ reconocim iento in stitu cion al”, Si e s t o es falso, también lo sería que las unio nes hom osexuales n o e x ig e n una específica atención por parte del ordenam iento j u r í d i c o . En segundo lugar, sería convenien te que el d ocum en to e x p lic a ra qué entiende por “bien co m ú n ”. So sp ech o q u e el té r m in o expresa únicam ente las creencias que tiene un g ru p o r e lig io s o que arbitrariam ente pien sa qué es lo m ejor para todos y c a d a uno de los m iem b ros de la “hum a n id a d ”. Si atendem os c o n c u id a d o los argu m en to s de los diferentes órden es, nos p e r c a ta r e m o s de que no hay nada m ás ajeno al e sp ír it.u d e M illq u e la pretensión , p o r parte d e u n a institución, d e tener a rg u m e n to s “ racionales, biológicos, an tropológicos, sociales y ju ríd ic o s” q u e d e b e n m oldear la vida d e to d o s y cada un o d e los in d iv id u o s d e una sociedad. C abe d estacar que en n in gu n o de los “a r g u m e n t o s ” se m en cion a la im p ortan cia de la
relación afectiva entre d o s p e rso n a s y d e los planes q u e tengan para idear y llevar a cabo ciertos proyectos d e vida en común. A dem ás, M ark Platts, al hablar d e la Ley de Sociedades en Convivencia, m enciona que p ara las parejas en cuestión dicha ley tiene “seguram en te aspectos m uy im portantes con relación a las herencias, los derechos, las decisio n es, las enferm edades graves y la co m p eten cia” 30 N o to m ar esto en cuenta podría generar situacion es en las q u e en una pareja unida por una relación afectiva, uno d e los in tegran tes q uede m arginado en la tom a de d ecision es relevantes para la salud y la vida del otro. En casos de enferm edad, p o r ejem plo, las decisiones podrían recaer en "m iem bros de la fam ilia” q u e quizá no tengan nada que ver con el paciente. L a se g u n d a enseñanza de la o b ra d e Mili fue captada por H art y la usó p ara argum entar con tra lord Devlin. H art recha za la idea d e introm isión de parte d e aquellos que detentan el p o d e r y de las leyes en asuntos de m oralidad sexual, El de sacuerdo entre H art y Devlin su rg ió a p artir del inform e del Com ité W olfenden, en el cual se recom en d ó “por una mayoría de doce a un o que las prácticas h om osexu ales en privado entre adultos que voluntariamente las llevan a cab o no constituirían un d e lito ”.31 Devlin atacó la decisión del inform e cuestionan d o que h ubiera un ámbito do la in m o ralid ad y la m oralidad que no fu e ra asunto d e la ley; por el contrario, según él, la supresión del vicio es tan asu n to de la ley com o la supresión de las actividades subversivas.32 Seg ú n Devlin, la inm oralidad sexual, co m o la traición, p u e d e con stitu ir una am enaza para la sociedad. Sin embargo, H art a cla ra que en la posición d e lo rd D evlin se encuentran d o s m an e ra s d e concebir la m orali dad: u n a positiva y otra crítica. L a m o ra lid ad positiva es la que sostien en las p erson as, y la crítica n os sirve para evaluar las prácticas m orales cotidianas. P ara Devlin, la p rim era brinda un principio, racionalm en te a c e p ta d o , q u e p u e d e ser u sado para evaluar o criticar las instituciones sociales; p o r ejem plo, si una socied ad se d e d ica a perseguir cruelm en te a m inorías raciales 30 Platts, “El SARS: tema ideal para hacer florecer los prejuicios", p. 9. 31 H.L.A. I-Iart, Law, Liberty ondMorality, p. 13. 32 Citado por H.L.A. Hart, op. cit., p. 16.
p o r q u e b ran tar tanto la libertad, com o la auton om ía d e una p e rso n a o d e un gru p o. Q u iero insistir en que en las Consi deraciones em itidas por el V aticano se pretende influir en las d ecisio n es d e un parlam ento p a r a im pedir que se legalicen las so cied ad e s d e convivencia. Esto atenta de form a contundente co n la sep a ra ció n d e la Iglesia y el E slad o que caracteriza a los E stad o s laicos. Es im portan te hacer n o tar qu e, p a r a W illiams, en las socie d a d e s actu ales la virtud d e la toleran cia no se sustenta exclu sivam ente en la auton om ía de la p erson a; la creen cia d e que algo es incorrecto y d e que a p e sa r d e ello pensam os q u e es bu en o tolerarlo —dice él— p rovien e d e una g am a de recursos más am p lia y más mezclada. Esos recursos incluyen un escepticismo activo contra el fanatis mo y las pretensiones de sus defensores; la convicción acerca de los males manifiestos de la falta de tolerancia; y, desde lue go, el poder, para enviar recordatorios hobbesianos a los gru pos más extremistas de que tendrán que resignarse a la coexis tencia.43 En este trab ajo he intentado m o strar un ejem plo d o cu m en tal q u e reúne m uchos d e los ra sg o s que caracterizan la into lerancia. R ecordem os que Lockc defen dió la sep aración entre la Iglesia y el Estado, y q u e Mili luchó p o r una sociedad plu ral y limitó la intervención del E stad o en los casos en que la co n d u cta de los adultos n o hacía dañ o a terceros; Hart, p o r su parte, m ostró precisam ente el d añ o q u e las p erson as pue d en su frir cuando las leyes no p e rm ilcn acciones entre adul tos que voluntariam ente las llevan a cabo y que n o dañ an a terceros, y m uchos filósofos co n tem p o rán eos co n sid eran que, a pesar d e analizar sus dificu ltad es, la tolerancia es un a vir tud. A n alizan d o las Consideraciones pod em os notar que están au sen tes d os elem entos im portan tes p ara Lratar de entender lo que es la tolerancia: el resp eto p o r la libertad d e las p e r so n as, en este caso d e los h om osexu ales, al im pedir que ten 43 Williams, op, cit., pp, 481-482.
gan los m edios ad ecu ad os p a r a legalizar sus relaciones, y p o r su autonom ía, al d esco n ocer la cap acid ad q u e tienen de fo r m ar sus p rop ios plan es de vid a y de vivir de acuerdo co n ellos. BIBLIOGRAFÍA Berlin, Isaiah, “John Stuart Mili y los fines de la vida”, enjohn Stuart Mili, Sobre la libertad. Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las unio nes homosexuales: h ttp ://www.vatican.va/new s_services/press/vis/ dinamiche/dO_s p .htm. Constitución Política délos Estados Unidos Mexicanos, Comisión Nacional de los Derechos Humanos, México, 2002. Cranston, Maurice, “John Locke and the Case for Toleration”, en Susan Mendus y David Edwards (comps.), On Toleration, Clarendon Press, Oxford, 1987, pp. 101-121. Grifñn, James, Well-Being. Its Meaning Measurement and Moral Impór tame, Clarendon Press, Oxford, 1986. Hart, H.L.A., Law, Liberty and Morality, Stanford University Press, Stanford, 1963. Locke, John, A Letter Concerning Toleration (infocus), ed.John Horton y Susan Mendus, Routledge, Londres, 1991. Mendus, Susan, “Locke and the Case for Rationality”, Toleration and the Limits of Liberalism, pp, 22-43. ------ , “Mili and the Case for Diversity”, Toleration and the Limits o f Libemlism, pp. 44-68. ------ , “The Concept o f Toleration”, Toleration and the Limüs of Liber alism, pp. 1-21. ------ , Toleration and the Limits of Libemlism, Nueva Jersey, Humanities Press International, 1989. Mili, J.S., Sóbrela libertad, trad. Pablo de Azcárate y Natalia Rodríguez Salmones, Alianza, Madrid, 1970. Platts, Mark, “Detrás de la tolerancia”, Isonomía, Revista de Teoría y Filosofía del Derecho, no. 19, 2003, pp. 7-17. ------ , “El S A R S : tema ideal para hacer florecer los prejuicios”, Huma nidades, no. 252, 4 de junio de 2003, pp. 1 y 9. ------ , “Las razones y la tolerancia”, Universidad de México, Revista de la Universidad Nacional Autónoma de México, no. 607, 2002, pp. 5-12,
intenta caracterizar la to le ra n c ia com o una virtud person al; es decir, no entra a d iscu tir las actitudes de aquellos que susten tan el poder ni tam poco la ab o rd a com o un p rob lem a de los derechos de los ciu d ad an o s. L a tolerancia, co m o virtu d , p on e énfasis en la b o n d a d m oral ' que se encuentra en el h ech o d e q u e aceptem os la coexisten cia de ciertas creencias aun c u an d o pensem os q u e son ofensivas. C u an d o d ecim os q u e un a cre en cia o una p ráctica debe ser to lerad a es porque creem o s q u e hay una p erson a o un g ru p o que la con sidera erró n ea, in co rrecta o indeseable. A h o ra bien, cu an d o exigim os que las p e rso n a s sean tolerantes, les estam os pidien d o que se d e sh a g a n d e algo, a saber, del d e se o q u e tie nen d e suprim ir las cre en cias rivales; pero que con serven algo, su com prom iso con sus p ro p ias creencias, que es lo que da lu gar a que aparezca el d e se o de suprim ir las otras.38 Sin em bargo, para lograr que en una socied ad convivan p e rso n a s con form as d e vida diferentes, existen actitudes distintas de la to lerancia. Una de ellas es la posib ilid ad d e llevar a cabo lo que W illiams llama los "co n trato s h o b b e sian o s”. M ediante ellos se b u sc a, d e u n a form a in ten cion al, respetar ciertas id e a s y acti tudes d e los dem ás con la co n d ició n d e que ellos respeten las n uestras. Sin em bargo, e sto g e n e ra una situación inestable, ya que, por una parte, los in d ivid u os albergarán la incertidum bre de que los acuerdos p u d ie ra n no cum plirse y, por otra, todos los que participan en los a cu e rd o s saben que existen m ecanis m os p ara im poner nuestras creencias a los dem ás o p a r a que ellos nos im pongan las suyas. T al com o H obbes lo vio, estas ■situaciones provocan la n ec esid ad de que intervenga el Estado, y entonces la tolerancia, c o m o lo fu e p a ra Locke, se convierte en un asunto d e Estado. L a se g u n d a es la actitu d de la indife rencia. Es com ún rech azar la tolerancia co m o virtud, porque a m enudo se la co n fu n d e con la indiferencia, A lgo q u e distin g u e la tolerancia de la in d iferen cia es que m ientras q u e con la p rim era, tal com o lo m en cion am os, tenem os creencias firm es sobre determ inados asuntos, con la segu n d a carecem os d e ella, ra zó n p or la cual ace p ta m o s sin ningún p ro b le m a las creen cias de los dem ás. El p rop io W illiam s com enta q u e lo q u e alg u n a 38 W i l l i a m s ,
op. cu.,
p. 47 1 .
vez fue u n a actitu d tolerante en m ateria de asun tos religiosos, en algu n o s p aíses d el m undo se ha co n vertido en una actitud de indiferencia.39 Esto se debe a q u e los gru p os religiosos han apren d id o a con vivir y a que se ha exten d id o el pensam iento laico; el objeto d e este trabajo, n o ob stan te, es m ostrar que en materia de co n d u cta sexual no ha su ce d id o lo m ism o: ciertas religiones sigu en ad op tan d o actitu d es intolerantes. Un aspecto im portante con siste en d estacar el p ap el que desem peñ an las actitudes d e u n a person a p a ra d e scrib irla s com o intolerantes o com o indiferentes, R especto de la indiferencia, hay que distin guir, tal co m o lo afirm a Mark. Platts, tres ideas: la indiferencia puede ser p ro d u cto de la falta d e interés en un tem a, de la suspen sión d e todo " juicio evalu ativo”, y d e l equilibrio del "jui cio evaluativo”, es decir, “la creen cia d e que algo es tan bueno co m o m alo ”.40 Uno d e los c o n cep to s clave p a r a entender la tolerancia es el de auton om ía. T al com o lo vim os en el caso de Mili, las personas libres y autón om as son aquellas que no son coerciónadas y que p u e d e n planear su p ro p ia vid a y actuar según sus convicciones. W illiam s percibe un p ro b lem a con esta caracte rización de la tolerancia. A firm a que, en el liberalism o políti co y a la luz d e la autonom ía, la tolerancia aparece com o una doctrin a b a sa d a en un principio que d e b e ser aceptado por las person as que conform an la so cie d a d . Este principio no es la tolerancia p rop iam en te dicha, sin o la autonom ía.41 El pro blem a que surge es que si q u erem o s defen der el valor de la tolerancia, ten em os que recurrir a op in ion es sustantivas sobre el bien, en p articu lar sobre el bien d e la auton om ía individual. L a cuestión es que dichos valores, co m o otros, pueden ser re chazados, y si la tolerancia d e sca n sa en ellos, tam bién p o d rá ser rech azada.42 Sin em bargo, com o lo d ije al principio de este trabajo, so sten go que una actitud d e intolerancia se distingue M Bernard Williams explica que en varios países occidentales, si bien la práctica política de la tolerancia religiosa ha tenido resultados importantes, la actitud que toman las personas al respecto es semejante a sus gustos con relación a la comida; cfr. op. cit., p. 472. 40 Platts, “Las razones y la tolerancia”, p, 8. 41 Cfr. Williams, op. cit., p. 478-479. « Cfr. ibid.., p. 25.
M ark Platts, “E scep ticism o filosófico acerca de la obligación m o ra l”: “Ph ilosoph ical Skepticism about M o ral O bligation", Proceedings of the Aristotelian Society, vol. supl. 67, 1993, pp. 175-194. Se trad u ce y p ub lica con la autorización d e los editores de T he A ristotelian Society (c) 1993. D avid W iggins, “P reten sion es de n ecesid ad ”: “ Claim s o fN e e d ", Needs, Valúes, Truth (3a. e d ició n revisada), O x fo rd University Press, O xford, 2003, p p . 1 -5 9 y 319-328. (c) D avid Wiggins. Se traduce y publica con la autorización del autor. B ern ard W illiams, “El recon ocim ien to de la re sp o n sab ilid ad ”: “R ecogn isin g R esp on sib ility”, Shame and Necessity, University o f C alifornia Press, Berkeley, 1993, pp. 5 0 - 7 4 (Sather Clas sical Lectures, 57). (c) 1993, The R egents o f the University o f California. Se traduce y publica con la autorización de University o f C alifo rn ia Press. B ern ard W illiams, “L a toleran cia, un a virtud im p o sib le ”: “To leration: A n Im p o ssib le V irtue?", en D avid H eyd (com p.), Toleration. An Elusive Virtue, Princeton University Press, Princeton, 1996, pp. 1 8 -2 7 . (c) 1996, Princeton University Press. Se traduce y p ublica con la autorización d e Princeton Uni versity Press.
ÍN D IC E
G .E .M . A N S C O M B E , Filosofía m o ra l m o d e r n a ....................
27
MARK P l a t t s , Escepticismo filosófico acerca de la obligación m o ra l......................................................................
55
FAVIOLA RIVERA C a st r o , H um e y la obligación m o ra l. 81 C h r is t in e M. K o r sg a a r d , E l análisis kantiano de la obligación; el argumento de la Fundamenlación 1 ........... 103 GUSTAVO O r t iz M i l l An , ¿Tenemos deberes hacia nosotros m ism o s?.................................................................... 147 B e r n a r d W il l ia m s , El reconocimiento de la respon sabilidad.............................................................. 167 MARK P l a t t s , Razonam iento práctico y responsabilidad......................................................................201 JOEL FEINBERG, L a naturaleza y el valor de los derechos. 225 DAVID W ig g in s , Pretensiones de n ecesid ad ...................... 251 J u a n A n t o n io C r u z P a r c e r o , Personas y derech os. .. 333 JA M E S
G r if f in , Privacidad ...................................................... 365
Waldron, Jeremy, “Locke, Toleration and the Rationality o f Persecution”, J-ustifying Toleration: Conceptual and Ilistorical Perspectives, Cambridge University Press, Cambridge, 1988, pp. 61-86. Williams, Bernard, “Toleration: An Impossible Virtue?”, en David Heyd (comp.), Toleration. An Elusive Virtue, Princeton University Press, Princeton, 1996, pp. 18-27. [La versión en castellano, “La tolerancia: ¿una virtud imposible?”, se incluye en este volumen, pp. 469-482.]
Los siguien tes textos incluidos en esta an tología aparecieron originalm ente en o tras publicaciones. A grad ecem o s a los au to res, cuando fue el caso, y a los ed ito res su am ab le autorización para reproducirlos en estas p ágin as. G.E.M. A n sco m b e, “Filosofía m o r a l m o d e rn a ”: “M odern M or al Ph ilosoph y”, Philoso-phy, vol. 33 (1958), pp. 1-19. © T h e Royal Institute o f Philosophy, p u b licad o p o r C am bridge IJniversity Press. S e traduce y p ublica co n la autorización de C am brid ge University Press. Manuel A tienza y J u a n Ruiz M añ ero, “L a s n orm as de m andato: principios y r e g la s”, capítulo 1 de M anuel Atienza y Ju a n Ruiz M añero, L a s piezas del Derecho. Teoría de los enunciados jurídicos, Ariel, Barcelona, 1996, pp, 1-25. © 1996, Edito rial Ariel, S.A . Se reproduce con la autorización de E d i torial Ariel, S.A . Jo e l Feinberg, “L a n aturaleza y el valor d e lo s d erech o s”: “T h e N alure an d V alué o f R ights”, Jo u rn a l of Valué Inquiry, vol. 4 , no. 4, 1970, p p . 243-257. (c) Kluw er A cadem ic Publishers B.V. S e traduce y publica co n la autorización d e Kluwer A cadcm ic Publishers. Christine K o rsg aard , “El análisis kantiano d e la obligación. El argum ento d e la Fundamentación “ K ant’s Analysis o f Obligation: T h e A rgu m en t o f Foundations F , The Monist, vol. 72, no. 3 (julio d e 1989), pp. 3 1 1 -3 4 0 . © 1989, The Monist. An International QuarterlyJournal of General Philosopkical Inquiry, Perú, Illinois, U .S. A. 61354. S e trad u ce y p u b lica con la autorización de The Monist.
M
anuel
A
t ie n z a y
J
uan
R
u iz
M
a ñ ero
,
L a s n orm as de m andato: p rin cip io s y r e g la s ................... 401 T eorías, p rin cip io s y reglas. R eflexion es d esd e la b io é tic a ................................................. 435
R O D O L FO VÁZQUEZ,
a r d W i l l i a m s , L a tolerancia: ¿una virtud im p o s ib le ? ..................................................................................... 469
Bern
Sobre la (in)tolerancia: un e je m p lo .....................................................................................483
PA U LETTE D ie t e r l e n ,
P roceden cia de los te x to s..................................................................507
Conceptos éticos fundavnentalw se terminó de imprimir en diciembre de 2006 en los talleres de Formación Gráfica, S,A. de
C.V., Matamoros no, 112, colonia Raúl Romero, 57630, Mcxico, D,F. Para su im presión se utilizó papel cultural de 90 gr; en su composición y formación, realiza das por computadora, se utilizaron el pro grama BTeX2£ y tipos New Baskerville, El tiraje corista de 1000 ejemplares.