Conceptos fundamentales de Hegel. Por Gilberto Rodríguez Barriga.
Introducción. Este trabajo tiene como objetivo mostrar de manera sucinta los conceptos básicos del sistema filosófico hegeliano. Hegel al igual que todos los modernos utilizan un lenguaje distinto a la tradición clásica. Trata de explicar por medio de una filosofía científica la Totalidad como él llama, por medio de un movimiento lógico de contradicción que sintetiza en la verdad, lo que se le denomina dialéctica. La Razón es el Espíritu Absoluto que se despliega en la realidad y llega a conocerse por medio de la razón humana, es aquí donde llega a autoconocerse y autoposeerse.
Desarrollo. El primer concepto a desarrollar en el pensamiento hegeliano es el de religión secularizada. Para Hegel la religión es un ideal inalcanzable, por lo que la religión debía encarnarse en la vida del pueblo (Cruz Prados, 1991, pág. 33). Hegel logra ver una falta de vitalidad e insatisfacción en la vida religiosa. A la religión le hace falta vida, según Hegel, es exclusivamente objetiva y le hace falta lo subjetivo, lo familiar, el corazón, ya que de no ser así se vuelve extraña a los intereses humanos y finalmente se deshumaniza (Yvon Belaval, 1977, pág. 245). Sin embargo, Hegel logra ver un individualismo opuesto al espíritu del pueblo, que lo considera bueno en cierto sentido ya que ayuda a formar la conciencia moral del individuo (Yvon Belaval, pág. 246). Está concepción hegeliana tuvo repercusiones importantes en la filosofía de su tiempo. Por una parte se le dio una interpretación teísta, por otro lado se le dio una interpretación panteísta. Sin embargo, se acentuó una interpretación atea, en el que se vió a Dios como un nombre vacío por centrarse en su aspecto temporal y espacial, como en el caso de Feuerbach, Marx y Engels (Hirschberger, 1964, pág. 249). En segundo aspecto a revisar es la crítica que hace Hegel a dos de sus contemporáneos, Fichte y Schelling. Primero, Fichte concibe el absoluto como el yo. El yo es una intuición del acto y esta intuición del yo construye la
dialéctica que construye la representación objetiva. Está deducción viene precedida por Kant, que ya presentía una intuición refleja, captación inmediata que el espíritu hace de su propia actividad. Por lo que el sujeto presupone todo conocimiento y por lo tanto no puede ser deducido a nada, esto lo hace el Absoluto (Verneaux, 1989, pág. 208). Hegel afirma que esta manera de concebir al absoluto hace una realidad deducida, lo cual hace que objeto se separe del sujeto, lo cual rompe con la unidad anhelada por Hegel (Cruz Prados, pág. 35). En cuanto a Schelling, el Absoluto es identidad de sujeto y objeto. El objeto es la naturaleza, la cual es dinámica y por lo tanto cognoscible, ya que ningún ser puede ser aprehendido en la inactividad. Schelling sigue a Spinoza en el sentido de que tanto el sujeto y el objeto son dos polos opuestos que son inseparables. Pero para Schelling el absoluto verdadero está fuera y por encima de sujeto y del objeto, que en términos de Spinoza, el Absoluto es la sustancia infinita en la que el Espíritu, que es el sujeto, y la Naturaleza, que es el objeto, son sólo aspectos o expresiones (Verneaux, pág. 216). Hegel critica la postura de Schelling, toda vez que la identidad entre sujeto y objeto, es pura indiferencia, en el sentido de que el sujeto no participa en el proceso de identificación, además no tienen oposición intrínseca, es un abismo en el que toda diversidad desaparece (Yvon Belaval, pág. 256). Asimismo, se queda en la indeterminación porque niega la identidad la distinción entre sujeto y objeto. Para Hegel el Absoluto, a diferencia de Schelling, no puede ser distinto de su manifestación, debe ser su misma manifestación, ya que el Absoluto es Totalidad que engloba sujeto y objeto, lo infinito en lo finito (Cruz Prados, pág. 35). Como tercer aspecto a desarrollar es el Absoluto hegeliano. En Hegel el Absoluto es la Razón, es decir, es actividad autocognosciente, que es objeto para sí, que no es anterior o superior al yo y al mundo como lo concebía Schelling (Verneaux, pág. 221). Ya no es la sustancia como lo concebía Spinoza, sino que es sujeto y este sujeto no está constituido plenamente sino que es resultado en proceso y es la realidad toda (Cruz Prados, pág. 36).
Como es sujeto, tiene movimiento, que es absolutamente inquieto, es la pura actividad (Verneaux, pág. 221). El cual llega a conocerse en plenitud cuando el espíritu humano se conoce así mismo y conoce la naturaleza, esto es conocimiento de la Totalidad. Por ello se afirma que el Espíritu Absoluto existe a través del espíritu humano o finito, que lo hace inmanente y no trascendente, ya que lo infinito existe en lo finito y la verdad de lo finito se encuentra en su articulación con lo infinito. En Hegel, el hombre también es espíritu, ser para sí, ser libre que se opone a lo natural para luego reconciliarse con ella y lograr la unicidad de sí (Yvon Belaval, pág. 257). El Absoluto como sujeto tiene personalidad concreta y se hace sujeto en la medida que se separa interiormente. Además, el Absoluto es el movimiento de los momentos que pasan por la dialéctica, no es momento nuevo que se superpone y que une los momentos precedentes (Yvon Belaval, pág. 256). Este principio de contradicción consiste en negar la falsedad y manifestar la verdad, precisamente al suprimir el aislamiento del sujeto. Este principio de contradicción es la presencia de lo infinito inmanente en lo finito que lo obliga a moverse (Yvon Belaval, pág. 257). El cuarto aspecto a desarrollar es la identidad entre realidad y racionalidad. Hegel afirma que todo lo racional es real y todo lo real es racional (Cruz Prados, pág. 38). Esta afirmación es consecuencia de la definición de
lo
Absoluto, ya que si la realidad es autoreflexión del Absoluto, la realidad en su despliegue tendrá que ser lógico, es decir, racional. La realidad se produce en el autoconocerse del Absoluto (Cruz Prados, pág. 38). A esto se le denomina
panlogismo (Verneaux, pág. 222). Toda la realidad es cosa o sustancia en cuanto se relaciona con su racionalidad, esto hace a la Razón inmanente. Por ello la verdadera realidad de lo finito es su racionalidad o idealidad (Cruz Prados, pág. 38). Este principio tiene dos miembros. Primero, todo lo real es racional. El proceso de generación del mundo es necesario y lógico, ya que el Absoluto es la Razón, misma que se hace consciente en el hombre, que se manifiesta en el pensamiento lógico. Segundo, todo lo racional es real. Del pensamiento lógico se deduce que el pensamiento es real, en el sentido de que corresponde con lo real. Con esta
identidad entre la realidad y lo racional se construyen conceptos objetivos y necesarios (Verneaux, pág. 222). Con esto la realidad se hace necesariamente lógica hasta coartar toda libertad, y se hace lo que debe ser (Cruz Prados, pág. 38). El quinto punto a desarrollar es el concepto de filosofía. La filosofía explicita la Razón que está implícita en la realidad, es decir, la Razón por medio de conceptos expresa la racionalmente la realidad, así mismo, al conocer la realidad se conoce también la Razón (Cruz Prados, pág. 40). La Razón que es el Absoluto, porque es el autoconocimiento de la Totalidad se realiza en la Filosofía, en ella se desarrolla el saber absoluto y comprende tres partes. La lógica, la filosofía de la naturaleza y la filosofía del espíritu. En la lógica, que es la ciencia del ser en sí, pasa del ser puro, que no es nada, a la Idea absoluta, que es el Espíritu, que se piensa así mismo (Verneaux, pág. 226). Hay un progreso a partir del máximo de abstracción. El Todo está presente y actúa constantemente (Yvon Belaval, pág. 271). La Filosofía de la naturaleza, es la ciencia del Espíritu alienado o negado, que está fuera de sí mismo, es decir, inconsciente. Construye el mundo pasando del espacio vacío a la vida (Verneaux, pág. 226). La naturaleza viene a ser así como la primera etapa del retorno del espíritu a sí mismo. Pero también es el resultado de una salida de sí mismo. El espíritu, para conocerse a sí mismo, debe comenzar por exteriorizarse en la naturaleza ( Yvon Belaval, pág. 273). La Filosofía del espíritu es la ciencia del espíritu que vuelve a sí mismo y sus etapas son la psicología, el derecho, la moral, el arte, la religión y finalmente la filosofía (Verneaux, pág. 226). Sin embargo, todo el sistema hegeliano es una filosofía del espíritu con movimiento espiritual. En la lógica el espíritu aparece como esencia abstracta sin existencia explicita. En la Filosofía de la naturaleza el espíritu se halla en forma exterior, pero en este tercer momento el espíritu es real y existente en los fenómenos humanos (Yvon Belaval, pág. 274). Finalmente, se concluye con la filosofía de la historia, donde se trazan las líneas del progreso del espíritu humano (Verneaux, pág. 226).
El sexto tema es la dialéctica. Para Hegel la dialéctica es la ley inmanente por la cual toda la realidad se desarrolla en la historia de la vida del absoluto. Esta ley lógica es la Razón (Cruz Prados, pág. 41). Hegel se sitúa en la línea de Platón, en el sentido de que para él la dialéctica es el método de la Filosofía, ya que es desarrollo del pensamiento humano y de las cosas (Verneaux, pág. 224). La Razón avanza en su conocimiento mediante oposición y síntesis de contrarios. Pero no es un momento específico de exteriorización, sino es el desarrollo interno del Absoluto en el que se va constituyendo, lo que trae como consecuencia la introducción de la negatividad y consecuente contradicción. La tesis es la posición inmediata, que implica necesariamente la antítesis, que es la oposición relativa, y ambas son asumidas y conciliadas en la síntesis, que es el momento mediato de identidad en la diferencia. Es preciso indicar que este momento no niega los momentos anteriores, sino que los conserva al mismo tiempo que los supera por medio de la unidad. Este momento es la verdad de los opuestos (Cruz Prados, pág. 41). Cada síntesis es la tesis de una nueva antítesis, que se concilian en una síntesis ulterior, y así sucesivamente hasta llegar a la síntesis final y definitiva, que es la autoconciencia infinita (Cruz Prados, pág. 42). La dialéctica tiene como campo de desarrollo lo finito, ya que allí el movimiento es posible. Sin embargo está dialéctica tiene su origen en el infinito abstracto e indeterminado llamado Ser. La dialéctica termina en el infinito concreto y determinado que Hegel llama Espíritu (Verneaux, pág. 224). Por último, queda el sistema hegeliano. Hegel se propone hacer de la Filosofía un saber real: “La verdadera figura en que existe la verdad no puede ser sino el
sistema científico de ella. Contribuir a que la Filosofía se aproxime a la forma de la ciencia, que se deje de llamar amor por el saber y llegue a ser saber real (Hegel).” Su ambición no fue otro que la de crear un sistema filosófico científico que explique el progreso de la conciencia desde su forma más elemental, que es la sensación, hasta su forma más alta, que es el saber absoluto (Verneaux, pág. 226).
El sistema hegeliano unifica todo el saber por medio de las ciencias humanas, que son pasos hacia el autoconocimiento de la Razón. Que son tres momentos que ya quedaron desarrollados: la ciencia lógica, que es la Idea en sí misma; la Filosofía de la naturaleza, que es la Idea en su extrañamiento; y la filosofía del espíritu, que es la Idea en su autopenetrarse (Cruz Prados, pág. 42).como el conjunto En el sistema hegeliano, Dios es el Absoluto y no la realidad finita considerada en su conjunto, por lo tanto Dios es la Totalidad como proceso de autoconciencia, que es la Razón. Dios como Razón está inmanente al mundo, Dios se hace Dios en la actividad fundante de la realidad. Por lo que en este sistema todo es necesario, la historia de la humanidad es conducida por la Razón, y la libertad humana es sólo apariencia (Cruz Prados, pág. 43). Para Kierkegaard el sistema hegeliano es un magnifico sistema de ideas, pero Hegel vive a lado, en una choza, ya que el mismo no es una idea, él es un hombre concreto que tomo la decisión de construir un sistema. Este sistema explica todo, excepto el existente que es un individuo absolutamente original, contingente y libre (Verneaux, pág. 234).
Conclusión. Hegel propone una religión secularizada encarnada en el espíritu del pueblo; Así mismo critica la concepción que se tiene del Absoluto por parte de Fichte y Schelling, ya que el primero se centra en el sujeto y el segundo funde sujeto y objeto hasta llegar a la indeterminación, además de que los separa del Absoluto; el Absoluto para Hegel es la Razón, además es un sujeto que se despliega en la realidad de manera dialéctica hasta autoconocerse en la razón humana; la realidad y la razón se identifican, es decir, la realidad es lógica y todo lo que es pensado racionalmente es real; Hegel tiene un concepto de filosofía que es la Razón que está implícita en la realidad y que es necesario explicitar; la dialéctica es la ley inmanente en lo finito por medio de la cual se desarrolla el Absoluto que es la misma Razón; el sistema hegeliano busca pasar del saber elemental al saber absoluto por medio de la razón, así mismo intenta unificar todas las ciencias para llegar al autoconocimiento de la Razón.
De lo anterior, es posible advertir que la filosofía hegeliana comprende metafísica, epistemología y lógica, es un sistema bastante ambicioso, pero la critica que Kierkegaard le hace es un argumento avasallador. Es un idealismo absoluto donde lo existente, en especial el hombre no es tomado en consideración como tal, como ser concreto. Todo queda en las ideas, y se olvido de lo que verdaderamente existe.