Publicado en: “Arteterapia: nociones preliminares”. En: Revista Galería Psicológica. Universidad Sto. Tomás. Sede Puerto Montt (acreditada). Año 5. Nº5. Noviembre 2011. ARTETERAPIA: ARTETERA PIA: NOCIONES PRELIMINARES Au to r: Pamela Pamel a Reyes H. Psicóloga y Máster Máster en Arteterapia. Coordinadora y Docente Programa de Especialización de Postgrado en Terapias de arte: mención arteterapia, Universidad de Chile. Presentación: En este artículo intento reflexionar de modo introductorio respecto al origen de las terapias de arte como campo de especialización profesional. Presento algunos antecedentes socio-antropológicos así como introduzco algunas ideas respecto diversas prácticas de terapias artísticas y de otras afines 1. Las raíces raíces de la noción del arte y su potencial cur ativo: una perspectiva hist órica y antropológica. Los inicios de esta idea curativa en del arte la encontramos en el origen de la comunidad humana en sí misma.
Diversos autores coinciden en señalar los
fundamentos antropológicos del uso terapéutico de las artes. Recogiendo su rol durante las diversas prácticas rituales, comunitarios y mágico-religiosas a través de imágenes visuales, música o el movimiento. Un ejemplo de estas prácticas es analizado por la historia del arte, en el estudio de la función de las imágenes prehistóricas de animales como bisontes encontradas en las cuevas de Altamira, España (15000-10000aC.). Para los estudiosos estas imágenes cumplían una función mágica, es decir, los cazadores prehistóricos al dibujar estas imágenes apresaban mágicamente su presa, un ritual que les permitía seguridad y control. En este sentido, las imágenes no cumplían una función para ser vistas por otros, o admiradas como es la noción actual
1
Es importante mencionar que mi formación como especialista en esta área ha sido fundamentalmente en el área de del uso terapéutico de las artes desde las artes visuales. De este modo mis reflexiones apuntan fundamentalmente en este sentido.
que tenemos del arte, sino dentro de un ritual donde el artista a su vez era un mago y chaman. Hauser, A.(1983) El uso de la creación de imágenes en un sentido mágico y religioso nos conduce al animismo y las prácticas derivadas de esta cosmovisión. Recordemos que la visión animista nos remite a un momento del desarrollo de la cultura humana en donde el hombre era uno con la naturaleza, en donde su visión mágica del entorno le permite explicar los inexplicables cambios de su ambiente(los desastres naturales, los cambios de estación, etc.) dando vida a estos eventos. Los objetos, las imágenes y las arquitecturas fueron creados desde esta visión animista cumpliendo en muchos casos una función mediadora entre la realidad y un mundo trascendente según fuera la cosmovisión de los pueblos. Un ejemplo en este sentido, lo podemos encontrar en la arquitectura neolítica, los monolitos de Stonehenge, Inglaterra 2000aC, pueden ser considerados un lugar intermedio. Poseen una relación de objeto materno simbólico para su relación con la tierra, combinan el espacio interior y el exterior, espacio celeste y el subterráneo, espacio abierto y el cerrado, reúnen una relación con los muertos y la afirmación del renacimiento y la vida. (Schneider, L. 1996). Otro ejemplo de esta transicionalidad la podemos encontrar también en el arte funerario (Schneider, L. 1996). En este sentido, podemos deducir a partir de estos breves ejemplos, dos funciones del arte que anteceden a nuestra visión de su uso terapéutico de ellas. Por un lado, un modo de actuación mágica y simbólica; y por otro su rol mediador, dentro de un espacio intermedio entre la realidad y la fantasía. En sus rituales el chamán de los indios Navaho en Norteamérica, dibuja en arena imágenes simbólicas, cuando éste comienza a realizar las plegarias durante el ritual las imágenes atraen según su cosmovisión, los poderes de los espíritus, el miembro de la comunidad que busca la salud será ubicado por los chamanes-artistas dentro de la imagen y ungido de esta arena. La imagen visual y sus formas, desde esta visión, tienen el poder de encarnar el poder de fuerzas superiores y actuar en este sentido. Avanzando en la historia de la humanidad encontramos raíces de la noción curativa de las artes en la cultura griega donde había una fuerte integración entre cuerpo y mente y una intensa conexión entre música y medicina. En la mitología griega por ejemplo,
encontramos a Apolo dios de la música quien era médico de otros dioses. Orfeo el dios de la calma y la música curativa, tocaba su lira para los hombres haciendo descansar su alma. Para el filósofo Aristóteles, el teatro permitía la catarsis. Sin embargo, fue el filósofo Platón quien introdujo una división entre cuerpo y mente expulsando a las artes de la “ciudad ideal”, introduciendo la supremacía del “mundo de las ideas”. Las artes fueron vistas por Platón como una forma de engaño y de hacer a los hombres más emocionales de lo que deberían ser Karkou & Sanders (2004) La época cristiana, mantiene este dualismo introducido por Platón sin embargo, observa en la música y las artes visuales un medio de servicio y adoración de dios, la sensualidad de la danza es excluida de esta noción. La idea de creación en la edad media es esencialmente teocéntrica, el artista es considerado un medio de actuación de dios, la creatividad del artista proviene de Dios y para su adoración. Podemos destacar en esta creación religiosa, la actitud altamente reflexiva de sus artistas. Al respecto el educador artístico Elliot W. Eissner (2004) sostiene que las pinturas religiosas realizadas en Europa durante el siglo XIII obtienen su serenidad de la manera en que trataron los aspectos formales sus creadores osea, los monjes que la pintaron. Esto nos hace pensar en otra función de la creación de imágenes visuales, su uso como medio de meditación y es en la cultura oriental en donde podemos encontrar más ejemplos en este sentido, la creación de mandalas en la tradición Tibetana constituye un medio de meditación activa a través de la imagen. Una descripción detallada de estos antecedentes históricos y antropológicos es una investigación que supera el objetivo de este trabajo. Sin embargo, a partir de estos breves ejemplos podemos dejar sentadas las bases para pensar que el uso terapéutico de las artes hunde sus raíces en etapas tempranas de la historia humanidad, aunque aseveremos que el advenimiento de las terapias de arte como tal se remita a comienzos de siglo XX en nuestra cultura occidental. El advenimiento de las terapias de arte en el siglo XX El surgimiento de las terapias de arte puede asociarse al menos a los siguientes factores: la influencia del pensamiento romántico en el arte, el desarrollo del psicoanálisis y la idea del inconsciente, la renovación humanista en la educación
artística, el desarrollo de las psicoterapias, Karkou & Sanders (2004). Otros autores mencionan los cambios en la visión hacia la salud mental y la antipsiquiatría, entre otros. Romanticismo y el arte Las terapias de arte son herederas de la influencia del pensamiento romántico en la cultura y las artes. El pensamiento romántico encarna la primacía del sentimiento, la sensibilidad y la libertad de la creación artística, designa lo subjetivo desligado de toda autoridad. Este contexto, que da origen posteriormente al arte moderno conduce a los artistas a volver su interés hacia el arte de los niños, las culturas originarias y los enajenados mentalmente. Esta mirada vinculará profundamente a la psiquiatría con el arte. Una de estas convergencias históricas entre arte y psiquiatría más importante es representada por la Colección Prinzhorm desarrollada por el
historiador de arte y
psiquiatra Hans Prinzhorm en la Clínica Hiedelberg de Alemania. Estudios revelan que esta colección influyó en el desarrollo de variados artistas modernos, fotografías de esta colección fueron encontradas por ejemplo en el taller de Pablo Picasso, demostrándose así la enorme influencia que estas colecciones tuvieron en el desarrollo del arte moderno, así como los importantes lazos que se establecieron entre medicina y arte. El trabajo de los artistas autodidactas de esta colección volvieron el interés por los estudios sobre los orígenes de la creatividad y su vínculo con la psicopatología. Permitió además volver sensible a la medicina respecto de la importancia de la creatividad en el tratamiento de la enfermedad mental. Lo que posteriormente será reconocido como arteterapia. Al gu no s ap or tes del Psi co anális is : A comienzos del siglo XX, Freud y su idea del inconsciente permea distintos ámbitos de la cultura y las artes. El trabajo de Freud sobre los sueños, por un lado la idea de que estas imágenes del inconsciente podían ser comprendidas o interpretadas y permitían un acceso a la psiquis profunda de las personas, unida a otros como los mecanismos de proyección y sublimación impactarán en el desarrollo de la terapia artística como campo autónomo. En términos generales, el concepto de proyección, que desde la nominación primaria de Freud se amplía y desplaza hacia actividades expresivas como el dibujo (Hammer)
En la expresión gráfica se entiende la proyección como la ubicación de una experiencia interna, de una imagen interna, en el mundo externo a través de formas, gestos o movimientos Hammer, E.(1969). En terapia artística y basados en esta capacidad latente para proyectar conflictos bajo formas visuales, se sostiene que mediante la proyección pictórica se favorece un método de comunicación simbólica entre paciente y terapeuta. Naumburg, M. (1969). En este sentido, la configuración visual actúa como comunicación simbólica inmediata que supera las dificultades inherentes al lenguaje verbal, de allí deriva uno de sus importantes
potenciales
terapéuticos. En la psicología, la noción de proyección condujo al origen de los Test Gráficos y otras técnicas gráficas que muchas veces se confunden con la terapia artística. Al respecto uno de los aspectos centrales que diferencia el arteterapia del uso de estas técnicas proyectivas gráficas, es que la terapia artística enfatiza la idea del uso de la imagen como un medio de comunicación simbólica, cumpliendo un rol en la relación terapéutica, destacando
el desarrollo de un lenguaje visual
y simbólico
personal y el fomento de la creatividad como aspecto central del proceso terapéutico. A diferencia de un objetivo de evaluación e interpretación a través de la imagen visual, dentro de unos materiales artísticos restringidos (lápiz grafito, goma y hoja de papel) como corresponde a una batería de pruebas estandarizada. De ninguna manera arteterapia puede ser considerada una forma de evaluación a través de la imagen visual. Otro concepto, también muy importante de las nociones de Freud deriva de su concepto de sublimación. Que como sabemos, sienta las bases de la noción de creatividad en su pensamiento. Para Freud un instinto sublimado es aquel que desvía su propósito sexual hacia un plano cultural más elevado, como el arte, la ciencia el deporte y otras preocupaciones sociales, es la transformación de una actividad instintiva. En este sentido, una tendencia impulsiva antisocial es transformada en un acto socialmente productivo, de modo que el placer que produce el resultado del acto social reemplaza al placer que la gratificación del impulso original hubiera proporcionado. La arteterapeuta norteamericana Edith Kramer, quien es una de las fundadoras en su país de la terapia artística sostiene, que el artista empieza a reemplazar el impulso a actuar sus fantasías por el acto de crear equivalentes para esas fantasías mediante imágenes visuales. Su trabajo explora profundamente los conceptos de sublimación a
través de la creación artística y su aplicación con niños gravemente perturbados Kramer, E. (1982). Especialmente interesante resultan sus investigaciones respecto de emociones intensas como la rabia y la agresión, las que por medio de un proceso de acompañamiento creativo pueden ser canalizadas y transformadas a través del arte.
Renovación humanista de la educación artísti ca: Educadores de arte tan importantes como Victor Lowenfeld (1903-1960) vislumbraron el valor del arte y el uso de la actividad creadora como elemento de autorrealización. Como educador promueve la idea de ésta como un medio terapéutico; enfatizando e investigando respecto a los beneficios de la actividad creadora con niños. Promueve directamente su potencial como recurso terapéutico cuando asevera: “El hecho de que las actividades de creación sirvan como medio para producir descarga emocional y la adaptación del individuo, que promuevan la independencia y flexibilidad del pensamiento y que puedan ser aprovechadas en las acciones de la dinámica de grupos y en las interacciones sociales, es algo que no ha logrado traspasar todavía los gruesos muros de nuestras instituciones educativas” pp. 483 Lowenfeld, V. (1961). Una cuestión importante de esta visión de la educación artística es que enfatiza los procesos creativos por sobre los resultados plásticos en su dimensión estética. Desde esta perspectiva, el arte en arteterapia es considerado desde una visión amplia en el sentido de que un rango variado de actividades son consideradas artísticas abandonándose los juicios estéticos de hacer algo bueno artísticamente. Las habilidades llegan a ser irrelevantes de modo que “todos pueden hacer artes” acercándonos a una visión más democrática del arte y alejándonos de la noción del arte restringida a un grupo específico de especialistas. (Arnheim, R. 1989) Desde esta noción se diferencian objetivos orientados al desarrollo de habilidades artísticas específicas de otros objetivos personales o sociales más transversales desarrollados a través de las experiencias artísticas y el proceso creativo, en un contexto de relación interpersonal especial como es la relación terapéutica. Cambios en la visión h acia la salud mental y la antipsiquiatría.
A finales de los años 40 e inicios de los años 50 del siglo pasado, las largas hospitalizaciones y la atención de las innumerables víctimas traumatizadas por este conflicto crean condiciones para el desarrollo de nuevas prácticas terapéuticas tales como las terapias de grupo, las psicoterapias humanistas entre otros. La influencia por otro lado de toda una sensibilidad distinta hacia la enfermedad mental introducida a fines del siglo anterior con el movimiento llamado Tratamiento Moral introducen a los artistas en los Hospitales y permite el desarrollo de profesiones como la terapia ocupacional. Una cuestión importante de señalar, es que en sus comienzos la terapia artística era considerada un modo especial de terapia ocupacional, vinculándose su quehacer con la llamada ergoterapia. Sin embargo, será en la década de los años ochenta del siglo pasado en que arteterapia se separa de la ergoterapia enfatizando su rol sobre la exploración de la autoexpresión, elaboración y desarrollo de la creatividad como ejes de su quehacer profesional (Hogan, S. 2001). Posteriormente la segunda mitad del siglo XX, durante la década de los sesenta el movimiento de la antipsiquiatría cuestionará intensamente la comprensión de la salud mental y su institucionalidad desde perspectivas sociales y críticas. Este importante movimiento
será un segundo antecedente que abrirá la oportunidad para nuevas
formas de intervención terapéutica entre ellas las terapias de arte (Hogan, S. 2001) Es importante mencionar, que si bien el origen de las terapias de arte puede encontrarse a mediados del siglo XX, su reconocimiento como campo profesional se iniciará principalmente en la década de los 80. Esta profesionalización estará marcada por el desarrollo de países como Gran Bretaña y Estados Unidos, en estos países su reconocimiento integra a los terapeutas artísticos en los equipos de salud general y salud mental (Waller, D. 1991) . En otros países del mundo su desarrollo es bastante heterogéneo. Terapias de arte algunas diferencias entre ellas. Actualmente podemos encontrar en la literatura al menos dos modos de categorizar en general las terapias de arte 2. Por un lado, encontramos las modalidades multimodales, es decir, que integran las diversas formas artísticas en un mismo marco de intervención terapéutica como por 2
Estas categorizaciones provienen fundamentalmente de la literatura Inglesa y Norteamericana, ya que en otros países como Francia existen denominaciones muy diversas. Lo que conlleva a que a veces se nomine prácticas distintas bajo un mismo rótulo.
ejemplo danza, literatura, artes visuales y música las que suelen reunirse bajo la nominación de terapias expresivas intermodales. Y por otro lado, encontramos las terapias unimodales, es decir, aquellas que enfatizan una modalidad o forma artística en su metodología de intervención. Estas últimas suelen
denominanarse
como:
musicoterapia,
danzaterapia
3
,
biblioterapia,
dramaterapia o arteterapia (en el caso del uso predominante de las artes visuales). También podemos encontrar otras acepciones en la literatura como terapias creativas. Ambos enfoques focalizan su atención principal en el proceso creativo y sus condiciones de libertad y seguridad básicas para su uso como recurso terapéutico, además comparten esta mirada amplia de las artes mencionada anteriormente. Sin embargo, difieren en cuanto a sus metodologías. Por ejemplo, el modelo de terapias expresivas denominado Conexión Creativa, desarrollado por la psicoterapeuta de orientación humanista Natalie Rogers propone la secuencia de vivencias creativas a través de distintas modalidades expresivas como un medio de explorar el mundo interno. Subyace la idea a estas intervenciones de que cada uno de estos medios concatena una respuesta que amplía estas vivencias (Rubin, J 2001). De éste modo, el proceso terapéutico es entendido desde el punto de vista intermodal (del paso de un lenguaje artístico a otro), a diferencia de las terapias unimodales que conciben el proceso terapéutico centrado en la secuencia y exploración de una modalidad expresiva (artes visuales, música, teatro, etc.). Actualmente el Consejo de Profesionales de la Salud de Gran Bretaña que regula al menos quince profesiones distintas como terapia ocupacional, psicología, fisioterapia entre otras. Define como terapeutas de arte a quienes usan su arte para trabajar terapéuticamente con personas quienes están experimentando dificultades físicas mentales, emocionales y sociales. El trabajo de los terapeutas artísticos incluye trabajos en distintos settings incluyendo niños, adultos, adolescentes, adultos y tercera edad, psiquiatría forense, cuidados paliativos, educación especial y normal, discapacidades mentales, desórdenes del espectro autista, servicios sociales y personas que tienen diversos impedimentos físicos. Un aspecto importante es que el quehacer de un terapeuta artístico se centra especialmente en promover la expresión de sentimientos y emociones de las personas a través de las artes visuales, la música o el drama. 3
También nominada danzamovimientoterapia .
En Estados Unidos la conformación de un estado federal conlleva a que su reconocimiento difiera de un gobierno a otro. En general, son reconocidas como un medio de counselling o psicoterapia y reguladas a través de los sistemas de acreditación correspondientes a estas profesiones. El contexto de estado federal de esta nación y su sistema de salud privado hace muy importante la existencia de instancias reguladoras externas. En este sentido, las diversas Asociaciones profesionales cumplen un rol altamente importante. La Asociación Americana de Arteterapia 4, por ejemplo, define el arteterapia como una profesión de salud mental que usa el proceso creativo de hacer arte para mejorar el bienestar físico, mental y emocional de personas de todas las edades. Sostienen que diversas investigaciones confirman que el proceso creativo involucrado en la auoexpresión artística contribuye a las personas a resolver conflictos y problemas, desarrollar habilidades interpersonales o sociales, manejar conductas, reducir el estrés, aumentar la autoestima, tomar conciencia de sí mismo e insigth. Ar te, t erapia y sal ud en el co nt ext o s oc io co mu ni tar io La relación arte, terapia y salud puede ser bastante amplia, especialmente cuando ampliamos el área de esta relación hacia ámbitos socioculturales y promocionales de la salud. Pues allí encontramos que la terapia artística se asocia y superpone con otras prácticas. A continuación presentaré brevemente dos de esos campos, representado por el movimiento artes en la salud y el arte comunitario respectivamente. Artes en la salud: El desarrollo de movimientos como el de las artes en la salud suelen focalizar su atención en la preocupación por el acceso de diversos grupos sociales al mundo del arte y la cultura (Jones, P. 2005), en Chile esta preocupación se ha cristalizado en la actual política cultural como la creación de nuevas audiencias para el arte. Específicamente, en el ámbito sanitario, los movimientos arte-salud convergen con las actuales preocupaciones de la salud pública en los objetivos de promoción de la salud y bienestar general (Jones, P. 2005)..
4
Aquí focalizo la atención en la mirada hacia el uso terapéutico de las artes desde las artes visuales.
Para Angus, J. (2001) el uso de los recursos artísticos en la salud comprende un conjunto variado de prácticas diversas. Por un lado encontramos acciones vinculadas a las artes y el diseño que focalizan su atención hacia los ambientes físicos en un sentido de cuidado hacia la salud general. En segundo lugar, encontramos el uso de las artes visuales, escénicas y/o musicales centradas en la preocupación por mejorar la experiencia de los pacientes, el personal, visitantes en los hospitales, y de este modo promover un sentido de bienestar general al interior de las instituciones sanitarias. Estas preocupaciones por ejemplo, se reúnen en torno al accionar de programas como
“Arte en los hospitales”, que realiza concursos de arte para
Hospitales, implementa colecciones de arte en estas instituciones, organiza conciertos de música, entre otras. En tercer lugar, encontramos el uso de los recursos artísticos como medio para promover la empatía y mejorar la relación médico-paciente en el entrenamiento mismo del profesional sanitario. En cuarto lugar, el uso de las artes en la educación comunitaria en salud, como medio de empoderamiento, construcción de necesidades compartidas y factores protectores en salud. Y finalmente, como un ámbito específico de esta amplia relación arte-salud la constituyen las terapias de arte, vinculadas al tratamiento de condiciones de salud específicas. En este sentido la revisión realizada por Angus, J (2001) comprende a las terapias de arte como campo clínico, cumpliendo un rol terapéutico específico y vinculado a la oferta de prestaciones clínicas en salud. Sin embargo, si bien podemos observar las diferencias también podemos aseverar su complementariedad. Ya que si ampliamos el marco comprensivo de las terapias de arte hacia nociones más sociales y positivas de salud podemos extender y comprender la acción de las terapias de arte en las áreas de promoción y prevención. Para ello es necesario visualizar su campo de acción desde un continuum que va desde actividades promocionales y preventivas hacia otras más curativas y de tratamiento. Lo que deriva de esta ampliación es también la necesidad de especificar las habilidades específicas de los actores que realizan estas prácticas: desde habilidades profesionales
vinculadas a la facilitación grupos,
conocimiento de las artes y el proceso creativo general en unas; hacia la comprensión del setting y el rol de la relación terapéutica mediada a través del arte en las acciones más curativas y de tratamiento en las otras. Ar te y co mu ni dad: Esta misma superposición y complementariedad la podemos encontrar cuando observamos prácticas derivadas del llamado arte comunitario, vinculado en nuestro contexto latinoamericano a la animación sociocultural, al desarrollo cultural de base,
prácticas en donde el arte es un medio para el desarrollo social y cultural de una comunidad. En la investigación realizada por Palacios, A. (2009) se señala que si algo caracteriza a este tipo de arte público es su ideología, es decir la “confianza en la relevancia social del arte y en la posibilidad de alcanzar una auténtica democracia cultural, es decir, trabajar por una cultura más accesible, participativa, descentralizada y que refleje la necesidades y particularidades de las diferentes comunidades”, Como vemos esta noción democratizadora de las artes está en las bases de la terapia artística según la perspectiva de Rudolf Arnheim (1987). De este modo, las terapias de arte comparten con estos enfoques la convicción de que la creatividad posee una fuerza real de transformación social, la búsqueda por encima de unos logros estéticos, sino un beneficio o mejora social y sobre todo, que favorecen la colaboración y la participación de las comunidades implicadas en la realización de la obra. Palacios, A. (2009) Todas estas prácticas concuerdan en su énfasis en la importancia de la creatividad y del arte como experiencias de libertad y goce que muy pocas otras actividades humanas ofrecen. En este sentido podemos también vislumbrar su importancia como experiencia fortalecedora de la autonomía en cuanto permite re conocer todas las posibles respuestas como correctas, tolerando la ambigüedad, fortaleciendo la inclusión social en cuanto permite integrar en su divergencia distintas miradas. Como síntesis podemos observar cómo
la terapia artística dentro de áreas de
intervención más inespecífica como es la promoción de la salud se superpone y complementa con otros campos como la educación artística, la acción cultural y el arte comunitario, en un accionar conjunto en función de unos objetivos de salud y bienestar general compartidos. En este sentido podemos constatar distintos niveles de objetivos de intervención en arteterapia: objetivos a nivel personal, grupal y comunitario. La arteterapeuta Marion Liebemann (1987) realiza un trabajo de investigación en el campo explorando los aportes percibidos como objetivos de la terapia artística entre un número considerable de arteterapeutas registrados y trabajando activamente en su país. En esta investigación ella reúne un conjunto de objetivos personales y grupales consensuados, y que permiten vislumbrar los aportes de la terapia artística (Ver Fig. Nº 1). Desde mi experiencia, yo adiciono a estos objetivos personales y grupales planteados por Liebemann, M. (1987) otros más sociales y comunitarios que se desprenden de mí trabajo en el área:
Fig. Nº1. Objetivos Personales
Objetivos Grupales
Objetivos
(Liebeman, M. 1987)
(Liebeman, M. 1987)
Sociocomunitarios (Reyes, P. 2011)
•
Creatividad
u
•
espontaneidad •
Fomento
de
aceptación la
confianza,
Cooperación,
Formación de lazos de solidaridad
pertenencia
•
Comunicación.
construcción
•
Compartir
una
experiencias,
comunitaria común
del
Aumento
de
la
problemas •
como individuo.
•
Libertad para tomar decisiones,
•
•
Conciencia
la Universalidad
poder
Aprendizaje
del grupo.
Cohesión grupal.
y de
Fortalecer resiliencia
•
de
identidad
Descubrimiento de
interpersonal •
la y
el
reparatorio
Favorecer
los
diálogos
experimentar,
intergrupales
probar ideas.
intergeneracionales
Expresar sentimientos, emociones, conflictos. Trabajar
con
la
Autoconciencia
y
fantasía
reflexión •
•
actividad grupal.
valor,
personal, desarrollo
•
Integración social.
propio
motivación
•
la
implicación en una
autonomía y de la
•
y
Promover
reconocimiento del
propio potencial.
•
•
aprecio de otros •
realización
•
Conciencia,
Relajo
e
Ideas en torno a lo terapéutico en arteterapia. Es importante mencionar que la comprensión del uso del arte en una dimensión terapéutica conlleva como en cualquier otro modo de terapia una comprensión de setting o contexto, unos límites de tiempo y espacio y un determinado rol de la relación terapéutica, todo aquello que constituye una práctica terapéutica consciente de sus implicancias éticas. La comprensión del setting en arteterapia no difiere en su noción de la de otros contextos terapéuticos en cuanto a que define un modo particular de relación asimétrica, un rol de ayuda en un contexto que mantiene constantes unos acuerdos básicos de tiempo y espacio. Lo que diferencia al arteterapia de otras prácticas terapéuticas como hemos visto es el rol principal del arte en este proceso, en este sentido podemos encontrar settings muy variados en arteterapia, cercanos a un taller de arte, o a otras adaptaciones de espacios creados en entornos sanitarios. Como campo que se desarrolla a partir de la práctica, los arteterapeutas han ido variando sus espacios de trabajo según el contexto en que se insertan. Una cuestión importante que se deriva de una aproximación más terapéutica del arteterapia es la noción de proceso terapéutico. En este sentido, cobrarán importancia en el proceso de arteterapia la secuencia de eventos desde el momento en que el paciente comienza a trabajar visualmente hasta la conclusión de la sesión. El proceso incluye la conducta del paciente y el estados afectivo; los comentarios o asociaciones; la evolución del trabajo artístico en sí mismo; el uso del material; lo que lleva desde una imagen visual a otra de una sesión a otra. En ésta visión hacia el proceso terapéutico adquiere una gran relevancia la visión triangular de la terapia artística ya que supone la noción de un tipo de relación que se constituye en base a tres ejes: el arte, el paciente y el terapeuta. Una de las bases teóricas para comprender esta relación triangular la constituye la teoría de espacio transicional desarrollado por el psicoanalista británico Donald Winnicott. Como sabemos, este psicoanalista y pediatra continuador de las teorías de Melanie Klein investigó el rol que diversos objetos y fenómenos transicionales cumplían en etapas tempranas, antes de que las funciones simbólicas se hubieran
desarrollado. Allí descubrió el espacio transicional un espacio intermedio de juego, que reúne realidad y fantasía. El término objeto de transición es introducido por Winnicott para describir un área intermedia de la experiencia, antes de que las relaciones de objeto reales y pruebas de realidad estuvieran establecidas, Aquí objetos que no son parte del cuerpo del bebé son utilizados, sin hacer totalmente la diferencia que pertenecen al mundo externo. Desde este apego de un objeto que se ha desarrollado en la separación madre e hijo Winnicott deriva la capacidad de investir objetos culturales de todo tipo, y la habilidad de hacer vínculos creativos entre mundos internos y externos. Constituye un Viaje de avance hacia la experimentación. La importancia de este espacio transicional y del arte como un objeto transicional ha sido ampliamente difundido en la terapia artística, constituye uno de sus conceptos fundantes en la comprensión de su intervención terapéutica. Según el profesor Rolando Benenzon, R. (1981), musicoterapeuta argentino, la noción de objeto intermediario es introducido en la literatura hispanohablante a partir de los trabajos en los años sesenta del psicodramatista argentino J. Rojas Bermúdez. Este psiquiatra explora las contribuciones que pueden hacer objetos como títeres en la restauración de la comunicación con personas en graves estados autistas Rojas Bermúdez, J. (1997). En este sentido, podemos comprender el arte en este rol intermediario ya que presenta una existencia real y concreta, puede ser inocuo no genera per sé reacciones de alarma, es maleable, puede utilizarse a voluntad permitiendo la comunicación por su intermedio, sustituyendo al vínculo y manteniendo la distancia. Benenzon, R. (1995). En este contexto la comprensión de una relación triangular nos permite visualizar
distintos
niveles
de
comunicación
en
arteterapia:
comunicaciones
interpersonales, fundamentalmente referidas a los intercambios entre paciente y terapeuta, comunicaciones Intermediarias a través del objeto intermediario y otras que se derivan de la comunicación o relación que establece el paciente con su arte denominadas comunicaciones intrapersonales (Killick, K 1997). A través de este breve trabajo introductorio, espero haber presentado al lector interesado algunos conceptos que permiten comprender el campo del arteterapia como área de especialización. Invitando a través de otras lecturas a profundizar en sus fundamentos, prácticas y evidencias difundidos en la literatura científica actualmente.
Referencias Bibliog ráficas: Angus, J. Health Development Agency A review of evaluation in community-based
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