1.- INTRODUCCIÓN Actualmente, las enfermedades cardiovasculares se han convertido en la primera causa de muerte en todos los países del mundo industrializado, y el análisis de este ha permitido reconocer la existencia de unas variables biológicas denominadas factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, capaces de influenciar la probabilidad del padecimiento de accidentes cerebrovasculares, enfermedad coronaria, insuficiencia cardiaca o arteriopatía periférica. La hipertensión arterial es uno de estos factores de riesgo modificables y es considerado, en la actualidad, como uno de los mayores problemas de Salud Pública. La relación directa entre los valores de la hipertensión arterial y el riesgo de morbilidad y mortalidad cardiovascular, determina la importancia de lograr niveles aceptables de presión arteria\. Un 90- 95% de los individuos que padecen hipertensión arterial, son hipertensos esenciales (los valores elevados no pueden atribuirse a ninguna causa orgánica); mientras que el resto son hipertensos secundarios, pudiéndose atribuir los valores elevados a daños renales, suprarrenales y/o vasculares (García -Vera & Sanz, 2000).EI Sexto Informe del Joint National Cominee on Prevention, Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Preasure (Noviembre de 1997) estableció para personas de 18 años y mayores, como nivel normotensivo de la presión arterial sistólica entre 130 -139 mm Hg; el de la presión arterial diastólica entre 85 - 89 mm Hg ; el nivel 1 (hipertensión leve) entre 140-159/90-99 140-159/90-9 9 mm Hg; el nivel 2 (hipertensión moderada) 160-179 / 100-109 mm Hg; el e l nivel 3 (hipertensión grave) = ó > 180 / = ó > 110 mm Hg. La mayoría de los hipertensos pertenecen a la categoría de hipertensión ligera o leve, por lo cual, las intervenciones psicológicas cobran especial relevancia, habiéndose demostrado que los tratamientos farmacológicos no son superiores a los de naturaleza cognitivo-conductual (Blanchard, Martín & Dubbert, 1988a). El control sobre la hipertensión arterial se realizará por medio de técnicas conductuales que tiene relación con el Biofeedback. Si se sabe qué efecto especifico produce una conducta, de forma inmediata y precisa (feedback), será más factible aprender a emitirla en el momento adecuado Þ Se facilitará el aprendizaje y se posibilitará su control voluntario. Las conductas que disponen de un feedback no identificable de forma consciente (respuestas autonómicas), funcionan de forma automática sin que sea necesario prestarles atención; Pero, si están mal automatizadas, r esulta especialmente difícil controlarlas voluntariamente. El objetivo de las técnicas de biofeedback (BF) es proveer de la información de los resultados o efectos de una conducta.
2.-MARCO TEÓRICO 2.1.- Definición de Hipertensión arterial La hipertensión arterial (HTA) es un síndrome caracterizado por elevación de la presión arterial (PA) y sus consecuencias. La relación entre las cifras de PA y el riesgo cardiovascular es contínua (a mayor nivel, mayor morbimortalidad), no existiendo una línea divisoria entre p resión arterial normal o patológica. La definición de hipertensión arterial es arbitraria. El umbral elegido es aquel a partir del cual los beneficios obtenidos con la intervención, sobrepasan a los de la no actuación. Así pues, la hipertensión se define como una presión arterial sistólica de 140 mmHg ó superior y/o una presión arterial diastólica de 90 mmHg ó superior, en personas que no están tomando medicación antihipertensiva. En la siguiente tabla, (Tabla I), se presenta la clasificación de los valores de la presión arterial en adultos de más de 18 años, que no estén tomando medicación antihipertensiva y que no sufran enfermedades agudas simultáneas a la toma de presión arterial. T A B L A I : DEFINICIONES Y CLASIFICACION DE LOS VALORES DE PRESION ARTERIAL
CATEGORIA SISTOLICA (mmHg) Optima <120 Normal <130 Normal-alta 130-139 Hipertensión de Grado 1 140-159 (ligera) Hipertensión de Grado 2 160-179 (moderada) Hipertensión sistólica >139 aislada
DIASTOLICA (mmHg) <80 <85 85-89 90-99 100-109 <90
Cuando la presión arterial sistólica y diastólica están en categorías distintas, debe seleccionarse la más alta para clasificar al hipertenso.
2.2.- Clasificación de Hipertensión
Hipertensión primaria (esencial)
En la mayoría de los pacientes con presión arterial alta, no se puede identificar ninguna causa, esta situación se denomina hipertensión primar ia. Se calcula que el 95% aproximadamente de los pacientes con hipertensión tienen hipertensión primaria. El término alternativo, hipertensión esencial, es menos adecuado desde un punto de vista lingüístico, ya que la palabra esencial suele denotar algo que es beneficioso para el individuo. El término “hipertensión benigna” también debe
evitarse, porque la hipertensión siempre conlleva riesgo de enfermedad cardiovascular prematura.
Hipertensión secundaria
El término hipertensión secundaria se utiliza cuando la hipertensión está producida por un mecanismo subyacente, detectable. Existen numerosos estados fisiopatológicos como estenosis de la arteria renal, feocromocitoma y coartación aórtica, que pueden producir hipertensión arterial. En alguno de estos casos, la elevación de la presión arterial es reversible cuando la enfermedad subyacente se trata con éxito. Es importante identificar la pequeña cantidad de pacientes con una forma secundaria de hipertensión, porque en algunos casos existe una clara posibilidad de curación del cuadro hipertensivo.
2.3.- Tipos de Hipertensión
HIPERTENSIÓN DE BATA BLANCA: Es un estado pasajero de aumento de la presión arterial originado por la ansiedad del encuentro con el médico.
PSEUDOHIPERTENSIÓN: Se define como la obtención de cifras altas de presión arterial que no son reales, sino consecuencia de la rigidez de la pared de los vasos arteriales de los adultos mayores. Sospechar en pacientes donde se observan aumentos leves de la tensión arterial, con ausencia de daño a órgano blanco por hipertensión, ante casi nula respuesta al tratamiento, pese incluso a la aparición de síntomas de hipotensión ortostática con el mismo. Esta situación puede representar hasta el 10 por ciento de casos de hipertensión en adultos mayores.
VARIACIONES EN LA TENSIÓN ARTERIAL: Las personas mayores tienen una mayor prevalencia de hipotensión ortostática, por lo que se recomienda medir rutinariamente la presión arterial en bipedestación 1 0 min después de la medición con el paciente sentado o acostado. En los adultos mayores existe también un aumento en la variabilidad de la presión arterial, tanto por la mayor frecuencia de HTA de bata blanca como por las alteraciones en su ritmo circadiano. En cuanto a este último punto, hay que considerar una menor disminución nocturna (hipotensión nocturna) y vespertina de la presión arterial, con un mayor descenso después de las comidas (hipotensión posprandial) y un aumento especialmente marcado a mitad de la mañana.
2.4.- Factores de Riesgo 2.4.1.- Factores estructurales
Disminución de la distensibilidad de los grandes vasos.
2.4.2.- Factores funcionales: tono vascular, regulado por factores extrínsecos: Sodio: la restricción de sal en las personas mayores hace disminuir la PA más que en los individuos jóvenes. Sistema Renina-Angiotensina-Aldosterona: existe una menor producción de renina por el riñón envejecido Resistencia Periférica a la Insulina: la hiperinsulinemia favorece la reabsorción renal de sodio y la estimulación del sistema nervioso simpático. Sistema Nervioso Autónomo: existe un aumento de noradrenalina circulante, junto con una disminución en receptores beta-adrenérgicos, lo que implica un aumento del tono alfa adrenérgico. Factores Natriuréticos Circulantes: Tanto el factor natriurético atrial, como el factor digitálico circulante, parecen intervenir en la fisiopatología de la hipertensión en el adulto mayor, aumentando el sodio intracelular y, secundariamente, el calcio intracelular con un aumento del tono vascular.
2.4.3.- Factores de Riesgo Vascular Se define factor de riesgo vascular como aquella situación o circunstancia que se asocia, estadísticamente, con una mayor incidencia de enfermedades cardiovasculares. Un factor de riesgo puede estar implicado en la etiopatogenia de la enfermedad, o asociarse con la misma.
Edad y sexo: El riesgo de padecer enfermedad cardiovascular aumenta de manera constante a medida que avanza la edad y es mayor en los hombres que en las mujeres, aunque esta diferencia disminuye al aumentar la edad, y es mayor para la cardiopatía isquémica que para el accidente cerebrovascular. La relación de la edad y el sexo con la prevalencia de HTA es evidente. La prevalencia de HTA en el varón aumenta, progresivamente, hasta la década de los 70 que se mantiene o aún se reduce ligeramente. En mujeres, el incremento mayor se produce en la década de los 50, aumentando progresivamente hasta la década de los 80. La prevalencia es muy elevada para ambos sexos en la década de los 70 y 80 debido, especialmente, al componente sistólico.
Tabaquismo:
El consumo de cigarrillos aumenta el riesgo de cardiopatía isquémica (CI) y de accidente cerebrovascular (ACV) a todas las edades, pero tiene especial importancia en las personas más jóvenes. En los varones de menos de 65 años, se ha observado que el tabaquismo aumenta el riesgo
de muerte cardiovascular al doble, mientras que en los hombres de edad igual o superior a 85 años, se observó que el riesgo aumentaba tan solo en un 20 por ciento.
Obesidad: El aumento del índice de masa corporal se asocia a un incremento del riesgo de CI. Es probable que el riesgo asociado con la obesidad se deba en parte a una elevación de la presión arterial, aunque también es posible que intervenga la reducción de colesterol HDL y el aumento en los niveles de glucosa e insulina.
Lípidos y lipoproteínas: Las concentraciones crecientes de colesterol total y de colesterol LDL se asocian a incrementos del riesgo de CI. El riesgo relativo parece disminuir a medida que avanza la edad, aunque es caracter ístico que el riesgo absoluto aumente.
Diabetes, hiperinsulinemia e hiperglucemia: Globalmente, la diabetes eleva de forma característica el riesgo relativo de muerte por CI y de muerte por ACV en unas 3 veces. Además, en los individuos sin diabetes, se ha observado que el riesgo de CI está relacionado de manera directa y continua con las concentraciones plasmáticas de glucosa e insulina.
Alcohol: Un grado elevado de consumo de alcohol puede causar otros trastornos cardíacos y se asocia a un aumento del riesgo de ACV, en especial después de un consumo puntual excesivo, así como a unas cifras más altas de presión arterial y a un mayor riesgo de varias enfermedades y lesiones no vasculares. El riesgo de CI parece reducirse en los consumidores regulares de cantidades moderadas de alcohol.
Actividad física: El ejercicio físico aeróbico regular reduce el riesgo de CI. Este beneficio puede deberse en parte a los efectos de reducción de la presión arterial que tiene el ejercicio físico, aunque también es posible que el ejercicio active otros factores metabólicos, entre los que se encuentran un aumento del colesterol HDL.
2.5.- Bases para el diagnóstico 2.5.1.- Principales causas En el adulto mayor, sigue siendo la hipertensión esencial la más frecuente. Ante la aparición de hipertensión después de los 60 años o hipertensiones resistentes al tratamiento, se debe sospechar HTA secundaria, en especial renovascular o secundaria a aldosteronismo primario. Se sugiere investigarlas cuando:
Hay un súbito y persistente incremento de la presión diastólica en alguien previamente normotenso.
La presión diastólica persiste > 100 mmHg, bajo tratamiento con 3 fármacos. Hay una progresión acelerada del deterioro en órganos blanco. Ocurre espontáneamente hipokalemia. Hay síntomas que sugieren feocromocitoma.
La hipertensión arterial afecta aproximadamente a la mitad de los adultos mayores de 60 años. Al menos la tercera parte de los casos no son diagnosticados. La prevalencia de la hipertensión se correlaciona directamente con la edad en e l sexo femenino y con la presencia de obesidad. El problema suele ser silencioso y debe ser investigado sistemáticamente.
2.5.2.- ¿Cómo se lleva a cabo la evaluación?
Se realiza mediante la toma de la presión arterial y ha de efectuarse en forma estandarizada con materiales de medición apropiados y validados. El método estándar de referencia es el esfigmomanómetro de mercurio, con un manguito cuya cámara de aire abarque al menos el 80% de la circunferencia del brazo. La automedición de la presión arterial no sirve para el diagnóstico, sin embargo puede ser útil para distinguir la “HTA de bata blanca“ y para mejorar el seguimiento del tratamiento por parte de los pacientes. Los esfigmomanómetros digitales se consideran inexactos. La medición de la tensión arterial (TA) en el adulto mayor debe realizarse con un cuidado especial para evitar aumentos artificiales y preferentemente a primera hora de la mañana o por la tarde, evitando tomas inmediatamente después de las comidas. Debe medirse en ambos brazos, pues en caso de haber obstrucción unilateral por aterosclerosis, podríamos pasar por alto el diagnóstico. La posición del paciente debe ser sentado y con la espalda apoyada o en decúbito supino (después de reposo por 5 min) y, de ser posible, hacer mediciones inmediatamente después de que se ponga de pié, para valorar la presencia de hipotensión ortostática. La PAS debe primero ser estimada mediante palpación, ya que la desaparición transitoria de los ruidos de Korotkoff es frecuente en este grupo de pacientes EVALUACIÓN DEL RIESGO CARDIOVASCULAR: Una vez identificado el caso, la evaluación de la hipertensión arterial en el adulto mayor no difiere mucho de la realizada en personas jóvenes. Al interrogatorio conviene además investigar la presencia de síntomas de hipotensión ortostática y/o posprandial, consumo de medicamentos hipertensores y consumo de más de 30 gramos (1 onza) de alcohol al día. Seguidamente hay que llevar a cabo una valoración funcional del estado mental y social, adicionales a la valoración clínica, con el
fin de detectar problemas en estos tres ámbitos que puedan influir directamente en el éxito del tratamiento o determinar la modalidad del mismo. En particular, es importante determinar la competencia del enfermo para hacerse cargo de su propia vigilancia y medicación. A continuación, debe evaluarse el riesgo de enfermedad cardiovascular consecutiva, determinado tanto por la presencia de HTA como por otros factores, y la presencia de daño en órganos blanco La mayoría de los hipertensos pertenecen a la categoría de hipertensión ligera o leve, por lo cual, las intervenciones psicológicas cobran especial relevancia, habiéndose demostrado que los tratamientos farmacológicos no son superiores a los de naturaleza cognitivo-conductual (Blanchard, Martín & Dubbert, 1988).
2.6.- Biofeedback y su relación con la Terapia Conductual El biofeedback se utiliza desde el enfoque cognitivo – conductual y se clasifica dentro de las Técnicas de activación. Las técnicas de Biofeedback (BF) se refieren al conjunto de procedimientos experimentales destinados a proporcionar a un organismo información inmediata y precisa de una o varias funciones fisiológicas. Generalmente con la finalidad de producir modificaciones en dichas funciones de forma voluntaria, sin precisar la mediación de instrumentos químicos, mecánicos y/o electrónicos (Olivares et al., 1998). De esta definición se deduce como principio básico de la técnica, el hecho de que para poder modificar una conducta determinada se precisa información de los resultados que tiene ésta (Ashby, 1963). En el Biofeedback este conocimiento permite aprender a controlar una determinada respuesta fisiológica, conducta que normalmente resulta inaccesible a nuestra percepción sin la ayuda de medios tecnológicos específicos. Es un caso de una adquisición de conducta mediante contingencias. El aprendizaje o condicionamiento de Biofeedback es un caso de modelado en el que la actividad a realizar es el control de una respuesta fisiológica concreta. En consecuencia una vez que la persona está en condiciones de ver el resultado de sus acciones, mediante un aparato que le provee la información necesaria, puede disponerse a practicar, a dar ocasión de que los cambios le permitan ejercer el control sobre la actividad fisiológica vayan seguidos de la consecución del objetivo. Sin embargo, aquí viene la cuestión más peliaguda ¿a p racticar qué?, ¿a hacer qué. Si el entrenamiento en biofeedback es un caso de modelado, de condicionamiento operante, la respuesta más sencilla es que no hay que hacer nada, sólo esperar.
En efecto una persona está continuamente emitiendo distintos tipos de respuestas o actividades espontáneas que no van seguidas de un reforzamiento contingente, motivo por el cual tienen un comportamiento irregular y en cierto modo aleatorio. Para que el aprendizaje y el control se establezcan, sólo es necesario, que el número de ensayos de condicionamiento aumente, lo que ocurrirá de forma progresiva y natural, siempre que la persona se siente frente al aparato con la intención de lograr su respuesta. Éste tipo de aprendizaje fue demostrado inicialmente en ratas por Near Miller y Leo V, Di Cara en 1967. La referencia básica, por tanto, del porqué del entrenamiento en biofeedback es el condicionamiento operante, el aprendizaje instrumental, paradigma bien conocido que sustenta gran parte de las técnicas de modificación de conducta. En virtud de él es posible, como ha quedado dicho, aprender mediante contingencias de forma ajena al control verbal. EL BF es un caso del moldeado en la adquisición de una respuesta: el control de la actividad fisiológica objeto de entrenamiento. En consecuencia debe atenderse a los parámetros: el estímulo reforzador utilizado, la respuesta inicial de que se parte y la programación de los pasos intermedios, las aproximaciones sucesivas a la meta. Todo esto anterior está dentro de las Técnicas de modificación de conducta aplicadas de la Terapia Conductual.
2.7.- Preeclamsia
2.7.1 Definición Síndrome que se presenta desde la vigésima semana del embarazo en adelante, durante el parto y puerperio, caracterizado por hipertensión arterial y proteinuria. Pueden presentarse síntomas y signos así como alteraciones de laboratorio. En el feto, se suele acompañar de insuficiencia placentaria que suele manifestarse por enlentecimiento o restricción del crecimiento intrauterino (RCrIU), pero que puede llegar a provocar la muerte fetal. Es habitual que el estado fetal, si no lo ha hecho antes la situación de riesgo materno, obligue a terminarla gestación antes de término, de forma que junto a la rotura prematura de membranas, es una de las causas más frecuentes de prematuridad extrema.
2.7.2.- Manifestaciones clínicas y diagnóstico El diagnóstico se establece cuando existe hipertensión (TA>140/90) y proteinuria (>300mg/24 horas), después de las 20 semanas en una gestante anteriormente
sana, aparezcan o no edemas. El incremento de proteinuria y de hipertensión en una paciente nefrópata o hipertensa previa se denomina preeclampsia sobre añadida y el manejo clínico es parecido. La preeclampsia se considerará grave en una gestante anteriormente sana, cuando la tensión arterial sistólica o diastólica superan los valores de 160 y/o 110 respectivamente, cuandolaproteinuriaessuperiora2g/24horas, o aparecen signos de afectación delSNC (hiperreflexia, cefaleas, alteraciones visuales...), de Síndrome HELLP (plaquetopenia, elevación de enzimas hepáticos y hemólisis), de insuficiencia cardíaca (edema agudo de pulmón),o de insuficiencia renal(creatinina >1,2 mg/dL), o dolor epigástrico.
2.8.- Técnicas y Procedimiento
2.8.1.- Técnicas de relajación El interés de la modificación de conducta por éstas técnicas viene de mediados de los años cincuenta, con los trabajos pioneros de Wolpe (1958) asociados al quehacer de la psicología clínica. La relajación es vista como una respuesta incompatible o antagónica con los efectos fisiológicos producidos por la ansiedad y la activación mantenida. En consecuencia, la relajación se considera bien un procedimiento adecuado y suficiente para tratar diferentes problemas. Indicaciones para comenzar el entrenamiento en control de la activación: 1.- La relajación, como toda habilidad, se aprende de forma progresiva, mejorando paso a paso. Para ello es fundamental la práctica cotidiana y regular, en especial en los primeros momentos. 2.- Es necesario desarrollar un “abandono activo”. Abandonar el control de los pensamientos y permitir el desarrollo de sensaciones corporales, identificándolas pero sin intentar controlarlas. 3.- Durante el entrenamiento, centrar la atención en las instrucciones del psicólogo y en las propias sensaciones corporales. No preocuparse de si está haciendo mejor o peor. Tras el entrenamiento, será determinante generar e identificar esas sensaciones de forma rápida y eficaz. 4.- Para facilitar el aprendizaje en los primeros momentos es importante realizarlo en condiciones óptimas; una postura cómoda (sentado o tumbado), reducir los estímulos que puedas distraer o molestar, tanto ambientales, como personales,
tener los ojos cerrados para facilitar la atención a sensaciones corporales y evitar distracciones. 5.- Tras el aprendizaje en condiciones óptimas, se procede a generalizar lo aprendido a las condiciones y situaciones habituales, incluso otras más demandantes pero en las que será especialmente adecuado utilizarlo. 6.- Abandonar el miedo a perder el control o hacer alfo contra la propia voluntad. Es la propia persona la que en cada momento decide qué hará o no hará. A continuación se exponen los ejercicios que van a realizarse en función de la técnica elegida.
2.8.2.- Entrenamiento Autógeno de Schultz Entrenamiento autógeno significa ejercitarse por sí mismo. El aprendizaje mental que se deriva del entrenamiento autógeno es capaz de influir sobre el comportamiento de diversas partes de nuestro organismo. A través de diferentes representaciones mentales se consiguen distintos efectos orgánicos que permiten alcanzar distintos grados de relajación. El entrenamiento autógeno exige la participación y la perseverancia en la concentración interna, pero no a través de una voluntad consciente, tensa y activa sino mediante una entrega interior a determinadas “representaciones” preestablecidas. El método se basa en que una idea representada con suficiente intensidad y concentración da lugar a un movimiento involuntario (p.e. experiencia del péndulo). No es que la mente piense y el cuerpo la siga, sino que es un todo psicosomático en que vive la representación. Así, por ejemplo, si se quiere relajar la musculatura de un brazo mediante concentración, habría que representar interiormente dicho estado de relajación; dado que la relajación muscular se traduce en una sensación de peso, en el entrenamiento autógeno nos concentramos en la fórmula “ el brazo está pesado” sobreviniendo de ese modo la sensación correspondiente que se acompaña de la relajación muscular. Los ejercicios sólo resultan eficaces cuando el que los realiza se aísla y concentra. En este sentido, las prácticas realizadas en clase no serían realmente sesiones de entrenamiento autógeno ya que las sensaciones están dirigidas por un elemento externo (el profesor) El método completo persigue la relajación concentrativa en seis zonas diferentes con sus correspondientes representaciones mentales: 1. Músculos (peso) 2. Vasos sanguíneos (calor) 3. Corazón (ritmo cardíaco)
4. Respiración 5. Órganos abdominales 6. Cabeza (frescor)
No debe comenzarse simultaneando todos los ejercicios pues la concentración se dispersaría. Cada uno de los puntos anteriores debe ir alcanzándose de forma progresiva mediante el entrenamiento y sin saltarse ninguna etapa.
Posición: sentado o tumbado en decúbito supino, en una habitación tranquila, en penumbra y con temperatura agradable. La postura ha de ser totalmente cómoda, de lo contrario sobrevienen tensiones de origen mecánico que dificultan el entrenamiento. 2.8.3.- Principios del Adiestramiento Autogénico de Schultz El entrenamiento autogénico enseña al cuerpo y a la mente a relajarse. Se basa en cuatro requisitos: 1.- Reducción de la estimulación externa, es decir, ausencia de ruidos fuertes, luces brillantes u otros estímulos invasivos 2.- Una actitud de concentración pasiva, descrita en el folleto de propaganda del curso de entrenamiento autogénico, sin esforzarse y sin preocuparse por el producto final. Esto significa no forzar ningún cambio, sino más bien, dejar simplemente que el ejercicio Funcione (Achterberg, 1985); Si, mientras está inmerso en la concentración pasiva, entran en la mente pensamientos que distraen la atención, pueden ignorarse o rechazarse suavemente. Sin embargo, los pensamientos que llevan imágenes perceptivas pueden considerarse como un producto valioso del ejercicio. Puede decirse que la concentración pasiva existe entre otros enfoques tales como la meditación y algunas formas de relajación progresiva. La repetición de frases inductoras de la relajación se basa en seis puntos centrales:
Pesadez en los brazos y en las piernas. Calor en los brazos y en las piernas. Latidos del corazón tranquilos y regulares. Respiración tranquila. Plexo solar caliente Frente fría.
Estas frases se repiten para intensificar su efecto. Las sugestiones de pesadez pueden intensificarse mediante imágenes de plomo, mientras que las de calor pueden profundizarse con imágenes de la luz del sol o de agua caliente (Rosa, 1976). Los dos primeros puntos se presentan frecuentemente solos (tanto por parte de clínicos como de investigadores), aunque no se sabe a qué coste para el efecto general de relajación (Lichstein, 1988).
4. Contacto mental con la parte del cuerpo a la que la frase hace referencia.
2.8.4.- Charla introductoria para los practicantes Se prepara a los practicantes con una leve descripción: El método que van a aprender consta de frases breves describiendo sensaciones de pesadez y de calor en las extremidades. Se las voy a leer y hacerlo quiero que concentre su atención en una cada vez, repitiendo la frase en una en voz baja. Una característica importante de éste enfoque es que ustedes debe sentirse pasivo y despreocupado al respecto y que no debe intentar forzar ninguna respuesta. Condiciones Escenario. La habitación debe ser tranquila y la iluminación tenue. La vo z del entrenador. Un tono lento, tranquilo y dulce es el adecuado (Lichstein 1988). Posición del practicante: Una postura tendida es preferible a una sentada. Sin embargo, si el practicante está sentado, su cabeza debe estar apoyada. Inducción El preparador procede con la inducción: Por favor, cierre los ojos. Imagínese en un lugar que le haga sentir relajado, quizás un prado cálido y soleado, imagínese tendido allí (pausa). Dentro de un momento le voy a pedir que concentre su atención en distintas partes de su cuerpo, pero primero quiero recordarle lo importante que es para usted adoptar una actitud pasiva y despreocupada hacia el procedimiento. Esto quiere decir dejar sensaciones de pesadez y de calor emergan en sí misma en lugar de hacer un esfuerzo para evocarlas. Dedique unos pocos momentos a acomodarse.
2.8.5.- Los ejercicios La sesión comienza como antes con unos pocos minutos de relajación tranquila. Esto va seguido por 18 ejercicios, cada uno de los cuales está compuesto por una serie de frases. Cada frase es recitada por el instructor y repetida, mental o vocalmente, por el aprendiz. Se asignan unos 30 segundos para cada ejercicio y unos 30-45 segundos adicionales para la concentración continuada de la atención por parte del practicante.
E jercicio 1 Comience con el brazo dominante.
Me siento en paz. Mi brazo derecho pesa. Mi brazo derecho pesa. Me siento en paz. Mi brazo derecho pesa.
Mi brazo derecho pesa. Por favor, continúe pensando en la pesadez de su brazo mientras está tendido en el prado soleado.
E jercicio 2
Me siento en paz. Mi brazo izquierdo pesa. Mi brazo izquierdo pesa. Me siento en paz. Mi brazo izquierdo pesa. Mi brazo izquierdo pesa. Piense en su brazo como si pesase igual que el plomo
E jercicio 3
Me siento en paz. Mis dos brazos pesan. Mis dos brazos pesan. Me siento en paz. Mis dos brazos pesan. Mis dos brazos pesan. Imagínese tendido en el prado, con los brazos apoyados pesadamente sobre la hierba exuberante.
E jercicio 4
Me siento en paz Mi pierna derecha pesa. Mi pierna derecha pesa. Me siento en paz. Mi pierna derecha pesa. Mi pierna derecha pesa. Piense en su pierna como si pesase igual que el plomo
E jercicio 5
Me siento en paz. Mi pierna izquierda pesa. Mi pierna izquierda pesa. Me siento en paz. Mi pierna izquierda pesa. Mi pierna izquierda pesa.
E jercicio 6
Me siento en paz.
Mis dos piernas pesan. Mis dos piernas pesan. Me siento en paz. Mis dos piernas pesan. Mis dos piernas pesan. Sienta como sus piernas se hunden en el suelo.
E jercicio 7
Me siento en paz Mis brazos y piernas pesan. Mis brazos y piernas pesan. Me siento en paz. Mis brazos y piernas pesan. Mis brazos y piernas pesan
E jercic ios del 8 al 14
Son similares a los ejercicios que van del 1 al 7, pero el calor sustituye a la pesadez. El efecto puede aumentarse con imágenes del calor del sol
E jercicio 15
Me siento en paz Mis brazos y piernas pesan y están calientes Mi pulso es tranquila y regular. Mi pulso es tranquilo y regular. Me siento en paz. Mi pulso es tranquila y regular. Mi pulso es tranquilo y regular.
E jercicio 16
Me siento en paz Mis brazos y piernas pesan y están calientes Mi pulso es tranquilo y regular. Mi respiración es tranquila. Mi respiración es tranquila. Me siento en paz. Mi respiración es tranquila. Mi respiración es tranquila.
E jercicio 17
En el caso de personas que padecen del estómago se omiten de las frases relativas a éste. Me siento en paz. Mis brazos y piernas pesan y están calientes. Mi pulso es tranquilo y regular. Mi respiración es tranquila. Mi abdomen está caliente. Mi abdomen está caliente. Me siento en paz. Mi abdomen está caliente. Mi abdomen está caliente.
E jercicio 18
Me siento en paz.
Mis brazos y piernas pesan y están calientes. Mi pulso es tranquilo y regular. Mi respiración es tranquila. Mi abdomen está caliente. Mi frente está fría. Mi frente está fría. Me siento en paz. Mi mente está fría. Mi mente está fría. Pueden crearse imágenes de corrientes aire fresco para reforzar la sensación de una frente fría (Samuels y Samuels, 1975).
2.8.6.- Terminación La terminación permite que el individuo retorne grad ualmente a la actividad normal. Cuando esté preparado, permítase tomar lentamente conciencia de la habitación en la que se halla. Abra los ojos. Deje que sus ojos exploren el interior de la habitación. Dígase que se va a sentir refrescado y alerta. Abra y cierre las manos con poca fuerza unas pocas veces. Flexione y enderece los codos unas pocas veces. Después de las rodillas. Extienda suavemente su cuerpo. Vuélvase de costado y levántese lentamente.
2.8.8.- Prácticas en casa Unos apuntes permiten que los participantes practiquen en casa. Esta práctica en casa es esencial y desarrolla la capacidad de poder responder con presteza a las frases. Con el tiempo, una sola frase clave tendrá la capacidad de provocar la relajación total. La frase “me siento en paz” puede sustituirse por “estoy relajado” o “me siento tranquilo” como autosugestiones alternativas para reducir la tensión. Éstas frases complementarias de las frases autogénicas báscas son ejemplos de lo que Schutlz llamaba “formulas intencionales” máximas personales para intensificar la vida Davis y cols. (1988). Luthe (1962) informó inicialmente sobre la posibilidad de controlar la presión arterial con el entrenamiento autógeno. Los ejercicios básicos de concentración pasiva en sensaciones de pesadez y de calor han demostrado su efectividad en la hipertensión arterial.