3.1 Actividades de Reflexión inicial. 3.1.1 Preguntas de Análisis
Desarrolle las preguntas en un archivo de Word a. ¿Cuál crees que es el origen de la situación que vivió la alumna?
Su ingenuidad e inexperiencia no le permitieron dudar de sus compañeros de trabajo desde un principio y esto permitió que uno de ellos se aprovechara de ella.
b. ¿Qué responsabilidad tiene ella? ¿Qué responsabilidad responsabilidad tiene la empresa?
Al ayudar a su compañero y no indagar sobre el asunto a pesar de haber recibido indicaciones, ella debe asumir un 75% de la responsabilidad. En cuanto a la empresa, debido a su falta de control sobre este tipo de movimientos, debe asumir el 10% de la responsabilidad. responsabilidad. Por otro lado, su compañero debe asumir el 15% restante ya que se aprovechó de las debilidades de la joven.
c. ¿Qué aspectos éticos entran en juego en esta situación?
Honestidad: Arturo no fue honesto con su compañera y se aprovechó de su ingenuidad. Lealtad: Arturo no estaba siendo leal con la empresa a la que pertenecía, se aprovechaba de sus debilidades (en este caso la falta de control) y sacaba ventaja de ella. Laboriosidad: La alumna no fue responsable con sus funciones a pesar de haber recibido indicaciones claras.
d. ¿Cuál pudo haber sido la actitud adecuada en esta situación?
La alumna debió negarse ya que sabía que esto no debía suceder en un tiempo tan corto, pues le fue informado antes de empezar a laborar en la empresa. identificación de conocimientos necesarios para el 3.2 Actividades de contextualización e identificación aprendizaje El CONTADOR PÚBLICO Y LA ÉTICA
ACTIVIDAD 1. ¿Cuáles son las declaraciones de principio del código de ética del contador?
La Contaduría Pública es una profesión que tiene como fin satisfacer necesidades de la sociedad, mediante la medición, evaluación, ordenamiento, análisis e interpretación de la información financiera de las empresas o los individuos y la preparación de informes sobre la correspondiente situación financiera, sobre los cuales se basan las decisiones de los empresarios, inversionistas, acreedores, demás terceros interesados y el Estado acerca del futuro de dichos entes económicos. El Contador Público como depositario de la confianza pública, da fe pública cuando con su firma y número de tarjeta profesional suscribe un documento en que certifique sobre determinados hechos económicos. Esta certificación, hará parte integral de lo examinado. El Contador Público, sea en la actividad pública o privada es un factor de activa y directa intervención en la vida de los organismos públicos y privados. Su obligación es velar por los intereses económicos de la comunidad, entendiéndose por ésta no solamente a las personas naturales o jurídicas vinculadas directamente a la empresa sino a la sociedad en general, y naturalmente, el Estado. La conciencia moral, la aptitud profesional y la independencia mental constituye su esencia espiritual. El ejercicio de la Contaduría Pública implica una función social especialmente a través de la fe pública que se otorga en beneficio del orden y la seguridad en las relaciones económicas entre el Estado y los particulares, o de éstos entre sí. Plantear ejemplos que expliquen los principios básicos de la ética del contador.
2. ¿Qué significa que el contador da fe pública?
Los Contadores Públicos, cuando otorgan Fe Publica en materia contable, se asimilarán a funcionarios públicos para efectos de las sanciones penales por los delitos que cometan en el ejercicio de las actividades de su profesión, es decir, el contador expondrá sus actos, dará declaración de ellos, esto para probar que actuó correctamente.
3. Si el contador da fe pública sobre la situación de la empresa ¿por qué se observan bancarrotas aberrantes especialmente en el sector público?
Porque el contador puede dejar de lado sus principios éticos y prestarse para realizar actos irregulares que le serán recompensados. Esto normalmente se da por la corrupción que hay en el sector y sus influencias negativas.
4. ¿Cuál es la consecuencia de que las funciones del contador sean pobremente calificadas?
Debido a lo mencionado en el punto anterior, la reputación de los demás contadores se verá afectada, estos perderán credibilidad y confiabilidad.
5. Explicar la contradicción que existe entre el contador que cumple la norma ética con rectitud pero que no es un hombre virtuoso. ¿A qué se debe?
Teniendo en cuenta que la rectitud es una cualidad, es una manera de ser y de vivir, marcada por la coherencia con uno mismo; es la solidez del carácter y la estructura de nuestra conciencia y, por otro lado, la virtud es una "disposición de la persona para obrar de acuerdo con determinados proyectos ideales como el bien, la verdad, la justicia y la belleza ”. La virtud se opone al vicio, y tiene una gran importancia para la vida ética. La contradicción se presenta cuando la persona hace las cosas como debe, pero cuando se le propone realizar acciones que lo beneficiarán es capaz de dejar de lado esa rectitud por buscar el vicio.
6. ¿Cuáles son las funciones de la junta central de contadores? ¿Las cumple?
Artículo 20. De las funciones. Son funciones de la Junta Central de Contadores: 1. Ejercer la inspección y vigilancia, para garantizar que la Contaduría Pública sólo sea ejercida por Contador Público debidamente inscritos y que quienes ejerzan la profesión de Contador Público, lo haga de conformidad con las normas legales, sancionando en los términos de la ley, a quienes violen tales disposiciones. 2. Efectuar la inscripción de Contadores Públicos, suspenderla, o cancelarla cuando haya lugar a ello, así mismo llevar su registro. 3. Expedir, a costa del interesado, la tarjeta profesional y su reglamentación, las certificaciones que legalmente esté facultada para expedir. Nota Jurisprudencial. La Corte Constitucional en sentencia C 530 de 2000 declaró exequible este numeral, bajo los condicionamientos señalados en el punto 9.3 de esta providencia. 4. Denunciar ante autoridades competentes a quien se identifique y firme como Contador Público sin estar inscrito como tal. 5. En general hacer que se cumplan las normas sobre ética profesional. 6. Establecer Juntas Seccionales y delegar en ellas las funciones señaladas en los numerales 4 y 5 de este artículo y las demás que juzgue conveniente para facilitar a los interesados que residan fuera de la capital de la República el cumplimiento de los respectivos requisitos. 7. Darse su propio reglamento de funcionamiento interno. 8. Las demás que le confieran las leyes.
7.
¿Cuáles son las implicaciones sociales del mal desempeño de la labor del contador? • • • •
Perderá la confianza que se le otorgó. Le puede generar sanciones a la empresa que, probablemente, le serán cobradas. Será despedido y se le dificultará conseguir empleo nuevamente. Puede generarle problemas de imagen a la empresa con la que se desempeñó mal.
3.2 Actividades de contextualización e identificación de conocimientos necesarios para el aprendizaje. Teniendo como base la lectura “El sentido de las Profesiones” de Adela Cortina, haga un ensayo en el cual exprese la diferencia entre el concepto que normalmente tenemos de “profesión” y a
propuesta que hace la autora. En este ensayo, busque aplicar los conceptos expresados en la lectura a su futura actividad como contador o como profesional en gestión financiera.
EL SENTIDO DE LAS PROFESIONES PROFESIÓN: “Actividad especializada y permanente de un hombre, que normalmente, constituye para él una fuente de ingresos, y por lo tanto, un fundamento económico seguro de su existencia”. Max Weber (1901)
La actividad profesional cobra su sentido al perseguir unas determinadas metas, no sólo es un medio para conseguir una meta que está situada fuera de ella (el ingreso económico) sino una actividad que tiene un fin en sí misma. “La profesión es social y moralmente mucho más que un medio individual de procurarse el sustento. Podríamos caracterizarla como una actividad cooperativa, cuya meta interna consiste en proporcionar a la sociedad un bien específico e indispensable para su supervivencia como sociedad humana, para lo cual se precisa del concurso de la comunidad de profesionales que como tales se identifican ante la sociedad” “Elevar la moral” los distintos ámbitos sociales muestran unas peculiaridades que exigen a quienes ofician en ellos tratar de extraer cuáles son las reglas morales mas adecuadas para alcanzar las metas y supera el egoísmo.
El colegio profesional debe definir y enseñar que formas son las adecuadas para realizar las actividades profesionales. Los mismos profesionales son quienes definen las buenas prácticas, pero no lo realizan solos, sino que las definen junto con los usuarios o clientes de dichas actividades. La sociedad está legitimada para exigir a los profesionales que proporcionen ese bien específico.
El profesional debe vivir su actividad como vocación, en el sentido de que debe contar con las aptitudes requeridas para proporcionar ese bien y debe ser consciente de la valía del servicio que presta, anteponiéndolo a su interés egoísta. Para acceder al ejercicio profesional se requiere las más veces, pero no siempre, seguir estudios reglados, de los que depende la licencia para ejercer la profesión. Los profesionales dormán con sus colegas un colectivo que habitualmente tiene la forma de colegio profesional. En el que puede proponerse realizar actividades de interés de sus miembros, elaborando CODIGOS ETICOS. El ingreso en una profesión es un factor de identidad social y de pertenencia a un grupo, bienes ambos no despreciables en sociedades atomizadas y anómicas. Conviene recordar, en principio, que una profesión es un tipo de actividad social, a la que se han atribuido desde Max Weber un buen número de características, de las que aquí destacaremos únicamente las siguientes: 1. Se trata de una actividad que presta un servicio específico a la sociedad de una forma institucionalizada. El servicio ha de ser indispensable para la producción y reproducción de la vida humana digna, como se echa de ver en el hecho de que personal sanitario y docentes, juristas, ingenieros, arquitectos, empresarios o economistas y un largo etcétera sean imprescindibles, no sólo para mantener la vida humana, sino para promover una vida de calidad. 2. La profesión se considera como una suerte de vocación, lo cual no significa que alguien se sienta llamado a ellas desde la infancia, sino que cada profesión exige contar con unas aptitudes determinadas para su ejercicio y con un peculiar interés por la meta que esa actividad concreta persigue. Sin sensibilidad hacia el sufrimiento de la persona enferma, sin preocupación por transmitir el saber y formar en la autonomía, sin afán por la justicia, mal se puede ser un buen médico, enfermera, docente, jurista. Y así podríamos seguir con las, restantes profesiones. 3. El profesional, al ingresar en su profesión se compromete a perseguir las metas de esa actividad social, sean cuales fueren sus móviles privados para incorporarse a ella.
Y, en este sentido, creo que llevan razón algunos filósofos de inspiración aristotéli ca cuando recuerdan que las actividades sociales ya tienen unas metas precisas, por las que cobran su sentido y legitimidad social. Que cada actividad profesional -diría yo- justifica su existencia por perseguir unos bienes internos a ella, bienes que ninguna otra puede proporcionar. Transmitir conocimientos y educar en la autonomía es el bien de la docencia; ampliar la información de los ciudadanos y proporcionarles opiniones diversas es el de la actividad informativa; prevenir la enfermedad, cuidar y curar es el bien de las profesiones sanitarias; trabajar por una convivencia más justa debería ser la meta de los juristas en sus diferentes dedicaciones. Metas todas ellas que empiezan a borrarse del horizonte cuando, por poner un ejemplo, dice el abogado al cliente que entra en su despacho: "Si lo que usted busca es una solución justa al problema, ha errado el camino; aquí no vamos
a tratar de justicia, sino de sacar lo que podamos". ¿Y qué sentido tiene, a fin de cuentas, una profesión si no proporciona los bienes sociales que la legitiman? Naturalmente, quien ingresa en una profesión puede tener motivos muy diversos para hacerlo: desde costearse una supervivencia digna hasta enriquecerse, desde cobrar una identidad social a conseguir un cierto o un gran prestigio. Pero, sea cual fuere su motivo personal, lo bien cierto es que, al ingresar en la profesión, debe asumir también la meta que le da sentido. No puede un médico o una enfermera justificar su negligencia ni un abogado sus trampas alegando que, a fin de cuentas, entraron en este mundillo por ganar dinero y no por promover la salud o por hacer posible una convivencia más justa. Los motivos -conviene recordarlo- sólo se convierten en razones cuando concuerdan con las metas de la profesión. Y no puede una comisión universitaria dar la plaza a quien tiene menos méritos que otros alegando que "es el de la casa", ni puede quien valora proyectos o peticiones de beca poner notas bajas a quienes no son "de los suyos". Los motivos individuales no son razones, no se convierten en argumentos si no tienen por base las exigencias de la meta profesional. Cuando los motivos desplazan a las razones, cuando la arbitrariedad impera sobre los argumentos legítimos, se corrompe una profesión y deja de ofrecer los bienes que sólo ella puede proporcionar y que son indispensables para promover una vida humana digna. Con lo cual pierde su auténtico sentido y su legitimidad social. Por eso importa revitalizar las profesiones, recordando cuáles son sus fines legítimos y qué hábitos es preciso desarrollar para alcanzarlos. A esos hábitos, que llamamos "virtudes", ponían los griegos por nombres " aretai", "excelencias". "Excelente" era para el mundo griego el que destacaba por respeto a sus compañeros en el buen ejercicio de una actividad. "Excelente" sería aquí el que compite consigo mismo para ofrecer un buen producto profesional, el que no se conforma con la mediocridad de quien únicamente aspira a eludir acusaciones legales de negligencia. Frente al "ethos burocrático" de quien se atiene al mínimo legal pide el " ethos profesional" la excelencia, porque su compromiso fundamental no es el que le liga a la burocracia, sino a las personas concretas, a las personas de carne y hueso, cuyo beneficio da sentido a cualquier actividad e institución social. Es tiempo, pues, no de despreciar la vida corriente, sino de introducir en ella la aspiración a la excelencia.