Grandes Espacios Geograficos

unidad didáctica

Grandes espacios geográficos Subdesarrollo y países emergentes Blanca Azcárate Luxán M.ª Victoria Azcárate Luxán José Sánchez Sánchez

Historia

UNIDAD DIDÁCTICA

Grandes Espacios Geográficos: Subdesarrollo y Países Emergentes

Blanca Azcárate Luxán M.a Victoria Azcárate Luxán José Sánchez Sánchez

UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACIÓN A DISTANCIA

UNIDADES DIDÁCTICAS (0144203UD04A01) GRANDES ESPACIOS GEOGRÁFICOS: SUBDESARROLLO Y PAÍSES EMERGENTES Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidas la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamos públicos. © Universidad Nacional de Educación a Distancia Madrid, 2008 Librería UNED: c/ Bravo Murillo, 38 - 28015 Madrid Tels.: 91 398 75 60 / 73 73 e-mail: [email protected] © Blanca Azcárate Luxán, M.a Victoria Azcárate Luxán, José Sánchez Sánchez ISBN: 978-84-362-5854-7 Depósito legal: M. 35.898-2009 Primera edición: diciembre de 2008 Primera reimpresión: agosto de 2009 Imprime: Fernández Ciudad, S. L. Coto de Doñana, 10. 28320 Pinto. Madrid Impreso en España - Printed in Spain

ÍNDICE

GRANDES ESPACIOS GEOGRÁFICOS: SUBDESARROLLO Y PAÍSES EMERGENTES ...................................................... Norte-Sur: Un mundo desigual........................................................... Grandes Espacios Geográficos del Sistema Mundo.......................... Los conceptos de desarrollo-subdesarrollo........................................ Los indicadores socioeconómicos y la realidad del subdesarrollo... La organización del territorio: Redes de transporte y red urbana ... Norte-Sur: Relaciones de dominio y dependencia ............................ Subdesarrollo y países emergentes .................................................... Bibliografía .......................................................................................... 8.1. Libros........................................................................................... 8.2. Atlas ............................................................................................. 8.3. Anuarios.......................................................................................

Introducción. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8.

Capítulo I CHINA: UNA

17 19 20 22 24 26 27 28 34 34 35 35

POTENCIA ECONÓMICA MUNDIAL EMERGENTE, EN

PLENA TRANSFORMACIÓN........................................................

1. Introducción ........................................................................................ 2. El extraordinario potencial demográfico: la quinta parte de la humanidad ............................................................................................... 2.1. La evolución del crecimiento demográfico ............................... 2.2. El predominio del poblamiento han y las minorías nacionales .......................................................................................... 2.3. El acelerado proceso de transición demográfica: la incidencia de las políticas demográficas...................................................... 2.4. La rápida transformación de la estructura demográfica: una población todavía joven, con predominio masculino y una preocupante tendencia al envejecimiento....................................... 2.5. El reto de una población activa en constante aumento............ 2.6. La desequilibrada distribución de la población en el espacio. .......................................................................................

41 41 42 42 44 47

50 53 54

7

GRANDES ESPACIOS GEOGRÁFICOS: SUBDESARROLLO Y PAÍSES EMERGENTES

3.

4.

5.

6.

7.

8.

8

2.7. Una débil y tardía urbanización, hoy en día en vías de una fuerte aceleración................................................................................... La diversidad de los medios naturales ............................................... 3.1. Un relieve montañoso, complejo y muy fragmentado .............. 3.2. La originalidad climática del espacio chino.............................. La difícil modernización del espacio rural ........................................ 4.1. El desafío de alimentar al 22% de la población mundial con el 7% de las tierras cultivadas .................................................... 4.2. El proceso de colectivización de la agricultura......................... 4.3. La descolectivización. El retorno de la agricultura familiar .... 4.4. La bundancia de mano de obra y la escasez de tierras............. 4.5. La producción agraria: del monopolio cerealista a la diversificación de la producción.............................................................. 4.6. Las grandes regiones agrarias .................................................... El reciente proceso de industrialización y los fuertes contrastes espaciales ..................................................................................................... 5.1. La abundancia de riquezas minerales y fuentes de energía ..... 5.2. El proceso de industrialización.................................................. 5.3. Una estructura industrial compleja: la diversidad empresarial 5.4. La producción industrial. ........................................................... 5.5. Los acusados desequilibrios regionales en el nivel de industrialización................................................................................... Los transportes y la organización del territorio: una estructura dualista y una insuficiente red de transportes frena el desarrollo económico...................................................................................................... 6.1. La mejora de los transportes. La primacía del ferrocarril........ 6.2. Las disparidades regionales en función de la infraestructura viaria ............................................................................................ La reciente apertura al exterior .......................................................... 7.1. El crecimiento del comercio exterior......................................... 7.2. Las inversiones extranjeras y su concentración espacial.......... 7.3. El creciente papel del turismo.................................................... La persistencia de las fuertes disparidades regionales: las «tres Chinas». 8.1. La China costera: desarrollo y prosperidad............................... 8.2. La China interior: agrícola y tradicional ................................... 8.3. La China exterior: la periferia subdesarrollada......................... 8.4. Las contrapartidas del vertiginoso crecimiento ........................ Bibliografía ..........................................................................................

59 65 65 75 81 81 82 89 90 92 101 104 104 109 115 117 121

125 126 129 130 131 132 134 135 136 136 138 139 140

ÍNDICE

Capítulo II. EL SUBCONTINENTE INDIO

1. 2.

3.

4.

5.

SURESTE ASIÁTICO: COMPLEJIDAD SOCIAL Y TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS RECIENTES EN EL MUNDO TROPICAL MONZÓNICO (ASIA MERIDIONAL)............................................................................... Introducción: unidad y diversidad del gran espacio regional........... La sociedad más compleja en la región más poblada de la Tierra ... 2.1. Una encrucijada de pueblos, lenguas y religiones .................... 2.2. La influencia de las colonizaciones occidentales...................... 2.3. La constitución de los Estados actuales .................................... 2.4. Crecimiento rápido de la población: transiciones demográficas y movimientos migratorios .................................................. 2.5. Gran volumen de población y densidades contrastadas........... Una tectónica agitada, un relieve variado y dominio del monzón ... 3.1. Dos conjuntos topográficos ........................................................ 3.2. Los fragmentos de zócalo de origen precámbrico .................... 3.3. Montañas alpinas y guirnaldas insulares .................................. 3.4. Llanuras aluviales y costeras. Los grandes deltas ..................... 3.5. El imperio del monzón y la irregular distribución de las lluvias ............................................................................................... El predominio de la agricultura. Sistemas agrarios y transformaciones recientes ................................................................................... 4.1. El peso del sector agrario ........................................................... 4.2. Los sistemas agrarios tradicionales, marco de subsistencia de las poblaciones campesinas........................................................ 4.3. Las plantaciones, una agricultura para la exportación ............ 4.4. Reformas agrarias, revolución verde y frentes pioneros. Sus repercusiones geográficas........................................................... Industrialización escasa y desigual. Procesos y dinámicas recientes ......................................................................................................... 5.1. Recursos naturales limitados y explotados para el exterior ..... 5.2. Proceso de industrialización. Modelos y niveles de estructura industrial ..................................................................................... 5.3. La Unión India: una gran potencia industrial emergente en el Tercer Mundo .............................................................................. 5.4. El desarrollo industrial reciente en el Sureste Asiático: Singapur y los «pequeños dragones», nuevas economías emergentes........................................................................... 5.5. Los países de escasa industrialización en Asia Meridional ...... Y EL

141 145 146 147 153 156 161 168 172 172 173 176 178 180 185 186 189 194 197 203 203 205 211

216 220

9


6. Asia Meridional: grandes disparidades en un espacio subdesarrollado.......................................................................................................... 6.1. Desarrollo económico marcado por la dependencia y crecimiento del comercio exterior ..................................................... 6.2. Deficiencias en las redes de transporte y falta de articulación interna.......................................................................................... 6.3. La explosión del crecimiento urbano......................................... 6.4. Diferentes situaciones ante el desarrollo en los países de Asia Meridional ................................................................................... Conclusión................................................................................................. Bibliografía................................................................................................ Capítulo III. PRÓXIMO 1. 2.

3.

4.

5.

10

MEDIO ORIENTE: ISLAM Y PETRÓLEO, TRADICIÓN Y MODERNIDAD EN ASIA SUROCCIDENTAL .................. Introducción ........................................................................................ Un medio natural marcado por la aridez........................................... 2.1. Un complejo relieve de montañas, altas mesetas y llanuras..... 2.2. Unas condiciones bioclimáticas hostiles. El aumento de la desertificación ................................................................................. 2.3. El aprovechamiento y control de los escasos recursos hídricos ................................................................................................ La ocupación selectiva de un medio hostil: el impacto de la civilización en una sociedad de rasgos tradicionales.................................... 3.1. El elevado crecimiento demográfico.......................................... 3.2. Una población rica en minorías ................................................. 3.3. Una ocupación selectiva del territorio ....................................... 3.4. El dinamismo urbano ................................................................. Las dificultades del espacio rural: entre la tradición y el desarrollo. .......................................................................................... 4.1. El paulatino retroceso del nomadismo pastoril. La pervivencia de una organización social tradicional...................................... 4.2. Un sector agrario numeroso, poco productivo y con unas estructuras desequilibradas. .......................................................... 4.3. Los intentos de corrección de los desequilibrios: las reformas agrarias y transformaciones recientes. La creciente dependencia alimentaria............................................................................. Una industrialización reciente y acelerada, ligada al petróleo. ........ 5.1. La tradición artesanal .................................................................

224 225 230 232 240 244 245

Y

247 249 251 251 255 260 264 265 270 273 274 279 279 282

287 293 293

ÍNDICE

5.2. El petróleo, principal factor de la transformación social y económica ......................................................................................... 5.3. Las grandes disparidades en el nivel de industrialización. Los desequilibrios espaciales. ........................................................... 6. El profundo desequilibrio entre población y recursos. Una riqueza mal repartida. ...................................................................................... Bibliografía................................................................................................ Capítulo IV. ÁFRICA: CONTRASTES NATURALES, HUMANOS Y ECONÓMICOS EN EL ESPACIO MÁS SUBDESARROLLADO .............................. 1. Introducción: El gran peso del medio natural y de la historia ......... 2. Grandes contrastes del medio natural ............................................... 2.1. La formación del relieve actual .................................................. 2.2. Las grandes unidades de relieve................................................. 2.3. Dinámica atmosférica................................................................. 2.4. Grandes regiones bioclimáticas ................................................. 2.5. Degradación del medio natural y aumento de la aridez ........... 3. La ocupación humana del territorio africano ................................... 3.1. Proceso de colonización e independencia ................................. 3.2. Una población en rápido crecimiento ....................................... 3.3. Factores naturales del crecimiento de la población.................. 3.4. Movimientos espaciales de la población.................................... 3.5. Disparidades en la distribución y densidad de la población .... 3.6. Perspectivas ................................................................................. 4. Urbanización regional y tipos de ciudades ........................................ 4.1. Proceso de urbanización............................................................. 4.2. Factores de localización y tipos de ciudades............................. 4.3. Estructura interna de la ciudad ................................................. 4.4. Perspectivas ................................................................................. 5. La diversidad de espacios económicos en África .............................. 5.1. Economías subdesarrolladas...................................................... 5.2. La agricultura africana: entre la subsistencia y la exportación 5.3. Materias primas y fuentes de energía. Una riqueza desigualmente distribuida ........................................................................ 5.4. Escaso desarrollo del sector industrial ...................................... 6. Problemas de desarrollo y perspectivas de las regiones de África.... Bibliografía................................................................................................

294 308 318 321

323 325 327 327 328 332 334 348 350 350 354 356 361 363 368 369 370 372 374 375 376 376 378 386 392 396 398

11


Capítulo V. AMÉRICA LATINA: PROBLEMAS DE DESARROLLO EN UN GRAN ESPACIO CON FUERTE DEPENDENCIA ECONÓMICA .................. 1. Introducción ........................................................................................ 2. El medio natural: un espacio de grandes contrastes físicos ............. 2.1. Grandes unidades morfoestructurales....................................... 2.2. Distribución de las temperaturas y las precipitaciones: los grandes dominios bioclimáticos ................................................ 3. Una sociedad caracterizada por los desequilibrios sociales ............. 3.1. Una población en crecimiento ................................................... 3.2. Dinámica y estructura demográfica........................................... 3.3. Una irregular distribución de la población ............................... 4. Expansión urbana y aumento de la marginalidad ............................ 4.1. Proceso de urbanización desde la época colonial hasta 1930. De las factorías comerciales a la construcción planificada de ciudades ....................................................................................... 4.2. Urbanización tras la Segunda Guerra Mundial: la consolidación de la macrocefalia ............................................................... 4.3. Causas de la explosión urbana ................................................... 4.4. Estructura interna de la ciudad ................................................. 5. Una economía dependiente ................................................................ 5.1. Fases en el desarrollo económico. Economía colonial y reformas liberales................................................................................ 5.2. La agricultura latinoamericana: modernización y pobreza rural .. 5.3. Débil desarrollo industrial y acusada concentración................ 6. Desigualdad y pobreza: principales obstáculos para el desarrollo... Bibliografía................................................................................................

12

401 403 406 406 416 424 426 429 435 439

439 442 447 449 451 451 455 469 483 484

ÍNDICE DE FIGURAS

Figura I.1. Figura I.2. Figura I.3. Figura I.4. Figura I.5. Figura I.6. Figura I.7. Figura I.8. Figura I.9. Figura I.10. Figura I.11. Figura I.12. Figura II.1. Figura II.2. Figura II.3. Figura II.4. Figura II.5. Figura II.6. Figura II.7. Figura II.8. Figura II.9. Figura II.10. Figura II.11. Figura II.12. Figura II.13. Figura III.1. Figura III.2.

Tasa de crecimiento del Producto Interior Bruto de China ........... Población de las principales minorías étnicas............................... Evolución del crecimiento natural en China ................................. Evolución y proyección de la estructura demográfica por grupos de edad .......................................................................................... Distribución de la población en China .......................................... Los grandes niveles topográficos .................................................. Grandes unidades geomorfológicas del relieve de China ............. Extensión del loess en China......................................................... Distribución de las precipitaciones en China ................................ La presa de las Tres Gargantas, en el curso medio del Yangtsé Kiang ............................................................................................. El superávit de la balanza comercial china ................................... Emisiones de CO2 en China .......................................................... Las lenguas en el Subcontinente Indio.......................................... Mosaico de pueblos en Indochina ................................................. Transiciones demográficas en Asia Meridional ............................ Crecimiento natural en el Subcontinente Indio y el Sureste Asiático.... Pirámides de edades de la India .................................................... El monzón de invierno y de verano. Posición de la CIT............... Importancia del sector agrario (% del PIB)................................... Sistemas de policultivo en Asia Meridional.................................. Escalonamiento de cultivos en la India Meridional ...................... Importancia de la industria en los países de Asia Meridional (% del PIB) .................................................................................................. Regiones y centros industriales en la India ................................... Estructura del comercio exterior en algunos países de Asia Meridional............................................................................................. Croquis de estructura urbana......................................................... Distribución de las precipitaciones en Asia Surocciodental ......... Sistemas de regadío. Esquema de un qanat...................................

42 45 48 51 56 65 67 71 77 108 131 139 148 149 164 165 166 181 186 193 196 206 215 226 238 257 261

13


Figura III.3. Figura III.4. Figura III.5. Figura III.6. Figura III.7. Figura III.8. Figura III.9. Figura IV.1. Figura IV.2. Figura IV.3. Figura IV.4. Figura IV.5. Figura IV.6. Figura IV.7. Figura IV.8. Figura IV.9. Figura IV.10. Figura V.1. Figura V.2. Figura V.3. Figura V.4.

14

Las grandes presas del Tigris y el Éufrates ................................... El Kurdistán .................................................................................. Producción, consumo y reservas de petróleo en los países de Asia Suroccidental................................................................................. Estructuras geológicas favorables a la formación del petróleo..... Principales yacimientos petrolíferos de Irak ................................. Reservas probadas de gas en el mundo (2005) ............................. Producción, consumo y reservas de petróleo en el mundo (2005).... Grandes unidades de relieve del continente africano.................... Grandes dominios climáticos de África ........................................ Características de los grandes dominios climáticos ...................... Principales tipos de suelos en África ............................................ Regiones de África........................................................................ Número de hijos según el nivel de educación de las madres en algunos países de África................................................................ Densidad de población en África .................................................. Grado de urbanización en África .................................................. Principales regiones agrarias en África......................................... Recursos energéticos en África ..................................................... Principales unidades morfoestructurales de América Latina ........ Características de los grandes dominios climáticos ...................... Evolución de la pirámide de edades en América Latina (1950-2007) .. Regiones y centros industriales en América Latina ......................

263 272 295 298 303 304 308 329 335 337 339 357 358 364 371 380 390 407 418 431 479

ÍNDICE DE CUADROS

Cuadro 1. Cuadro 2. Cuadro I.1. Cuadro I.2 . Cuadro I.3. Cuadro I.4. Cuadro I.5. Cuadro I.6. Cuadro I.7. Cuadro I.8. Cuadro I.9. Cuadro II.1. Cuadro II.2. Cuadro II.3. Cuadro II.4. Cuadro II.5. Cuadro II.6. Cuadro II.7. Cuadro II.8. Cuadro II.9. Cuadro II.10. Cuadro III.1. Cuadro III.2. Cuadro III.3. Cuadro III.4. Cuadro IV.1. Cuadro IV.2.

Las 20 economías mayores del mundo ......................................... Renta per cápita y pobreza en algunos países emergentes ............ Rasgos demográficos de la China actual y proyección................. Evolución de la estructura de la población activa (%).................. Crecimiento urbano en China........................................................ Datos básicos del sector agrario en China..................................... Principales producciones agrarias en China (2005) ...................... Evolución del sector industrial en la economía y el empleo......... Balance energético de China (2005) ............................................. Los cinco primeros productores del mundo de acero (2005) ....... La importancia de la industria textil en China a finales del siglo xx.. Países de Asia Meridional ............................................................. Indicadores demográficos en los países de Asia Meridional ........ Evolución de la población en Asia Meridional ............................. Precipitaciones en la costa de Indochina (mm)............................. Importancia del sector agrario en Asia Meridional ....................... Aumento de la producción de arroz por hectárea.......................... Estructura de las exportaciones..................................................... Proceso de urbanización en Asia Meridional (1960-2015) ........... Ciudades de Asia Meridional entre las 20 mayores del mundo .... Clasificación de los países de Asia Meridional según niveles de desarrollo....................................................................................... Rasgos demográficos del Próximo y Medio Oriente (I) (2005).... Rasgos demográficos del Próximo y Medio Oriente (II) (2005) .. El sector agrario en el Próximo y Medio Oriente asiático (2005). Principales indicadores socioeconómicos del Próximo y Medio Oriente (2005) ............................................................................... Población por grandes regiones (2008) y población proyectada (2025, 2050) (millones)................................................................. Natalidad, mortalidad y crecimiento natural por grandes regiones (2007) ............................................................................................

29 32 49 54 59 91 98 104 106 118 120 157 162 169 185 188 201 228 233 234 243 266 269 283 319 355 359

15


Cuadro IV.3. Cuadro IV.4. Cuadro V.1. Cuadro V.2.

16

Los diez países con menor esperanza de vida en el mundo (2007).. Las mayores ciudades africanas (millones de hab.) ...................... Población por grandes regiones 2008 y población proyectada 2025, 2050 (millones) ................................................................... Principales características demográficas en América Latina y El Caribe (2007).....................................................................................

360 370 427 429

Introducción

Grandes Espacios Geográficos: Subdesarrollo y Países Emergentes

1. Norte-Sur: Un mundo desigual 2. Grandes Espacios Geográficos del Sistema Mundo 3. Los conceptos desarrollo-subdesarrollo 4. Los indicadores demográficos y la realidad del subdesarrollo 5. Organización del territorio: Redes de transporte y red urbana 6. Norte-Sur: Relaciones de dominio y dependencia 7. Países o economías emergentes 8. Bibliografía 8.1. Libros 8.2. Atlas 8.3. Anuarios

17

1.

NORTE-SUR: UN MUNDO DESIGUAL

En el mundo actual se pueden distinguir dos grandes conjuntos espaciales, cuyas sociedades muestran fuertes desigualdades ante el bienestar y ante el desarrollo socioeconómico. Los diferentes indicadores de desarrollo lo ponen de manifiesto año tras año. Son dos mundos, el Norte, donde se sitúan los países más desarrollados, y el Sur, integrado por los países más pobres y de menor nivel de desarrollo. La raíz de los contrastes y las disparidades entre los países del Norte y los del Sur no está en que unos y otros dispongan de más o menos recursos económicos. Se relaciona, sobre todo, con acontecimientos históricos, con el nivel cultural y el nivel de desarrollo técnico de la sociedad, con el grado de eficacia en la gestión económica, con la naturaleza de las relaciones espaciales internas, con el grado de control de las relaciones comerciales, etc. En definitiva, la diferencia entre el Norte y el Sur radica en su capacidad intrínseca para fomentar el crecimiento y el desarrollo en todos los ámbitos de la economía y de la sociedad. Este hecho marca la diferencia entre los dos grandes marcos espaciales: el mundo desarrollado, el de los países hace tiempo industrializados, y el mundo subdesarrollado o en vías de desarrollo –también llamado Tercer Mundo–, el de los países escasamente industrializados, algunos de los cuales experimentan hoy un fuerte crecimiento económico basado en su reciente e intensivo proceso de industrialización, por lo que se les denomina países emergentes. Para comprender adecuadamente las diferencias entre ambos mundos es necesario entender la complejidad que encierra el concepto de desarrollosubdesarrollo. En él están involucrados no sólo aspectos cuantitativos de índices y tasas que nos permiten delimitar áreas y describir la gravedad de las situaciones, sino también aspectos cualitativos y explicativos, relacionados con la génesis del problema, las estructuras espaciales, económicas y socia-

19


les, y las perspectivas de solución. Cada vez es más difícil establecer límites precisos entre estos dos conceptos. La realidad del mundo actual es mucho más diversa y en la escala del desarrollo-subdesarrollo existen niveles muy diferentes y numerosas situaciones intermedias, como la de numerosos países con sociedades y economías en plena transformación, algunos de los cuales empiezan a figurar ya entre las grandes economías del siglo XXI. En este libro vamos a estudiar los grandes espacios regionales del mundo subdesarrollado o en vías de desarrollo, siguiendo los mismos criterios de caracterización que los utilizados para los grandes espacios regionales del mundo desarrollado (AZCÁRATE, B.; AZCÁRATE, Mª. V. y SÁNCHEZ, J., 2008). Pero aprovechamos esta introducción para exponer una síntesis de los principales conceptos relacionados con la Geografía Regional, los grandes espacios regionales y el subdesarrollo, tratados con mayor amplitud en el libro citado, así como para referirnos brevemente al concepto de economía emergente. 2.

GRANDES ESPACIOS GEOGRÁFICOS DEL SISTEMA MUNDO

La Geografía, como ciencia que estudia las formas y los factores de organización del espacio terrestre, ha experimentado un desarrollo sorprendente en los últimos decenios. La Geografía Regional, como ciencia de relaciones, estudia de forma global la diversidad de elementos y relaciones que caracterizan y dan personalidad a la porción del espacio geográfico previamente delimitado; es decir, al espacio regional. Con frecuencia, se ha centrado la cuestión regional en el problema de la delimitación y definición de región, llegando a la conclusión de que las unidades políticas o administrativas, como los Estados o las provincias, no eran verdaderas regiones geográficas. Sin embargo, hoy la mayoría de los geógrafos admiten que lo importante no es el criterio de delimitación ni el tamaño del espacio delimitado, sino la metodología y la forma de abordar el análisis. La Geografía Regional debe estudiar las interrelaciones de los elementos existentes en un espacio concreto, independientemente del criterio de delimitación y el tamaño del conjunto. De esta forma debe ser una disciplina interpretativa, donde las unidades espaciales estudiadas sean concebidas como complejos de hechos y de relaciones, y donde los contenidos estén seleccionados y ordenados en relación a un eje explicativo.

20

INTRODUCCIÓN. GRANDES ESPACIOS GEOGRÁFICOS: SUBDESARROLLO Y PAÍSES EMERGENTES

En el mundo hay, desde luego, regularidades, procesos económicos, tecnológicos, culturales y sociales convergentes que tienden a unificar todo el planeta bajo un único sistema–mundo. Pero la globalización comercial, financiera y cultural no elimina la existencia de espacios regionales diferenciados. Si cabe, la globalización está acentuando las relaciones de dependencia, profundizando a la vez las diferencias entre las regiones de la Tierra. Pero, al mismo tiempo, ha permitido la industrialización de algunos países del Tercer Mundo que, con un crecimiento espectacular en los últimos diez años, han llegado a estar entre las mayores economías del mundo. Así pues, con la riqueza conceptual que hoy tiene la Geografía y con los procesos de globalización planetaria que hoy vivimos, la Geografía Regional del Mundo ha cobrado una gran relevancia e interés. Tras la aparición del subdesarrollo y las teorías de la dependencia, la visión del planeta y la interpretación de las diferencias entre los grandes espacios regionales necesariamente tienen que adoptar un enfoque económico–político, teniendo en cuenta, en la delimitación de regiones, el nivel de desarrollo, el tipo de estructuras económicas y sociales, la herencia histórico–cultural y el desigual valor de los condicionantes ecológicos. La Geografía Regional del Mundo, la Geografía de los Grandes Espacios Mundiales, puede responder así al interés de la sociedad por el mundo en el que vive. Conjugando simultáneamente los conceptos de unidad y diferenciación, los grandes espacios regionales se individualizan por sus peculiaridades; pero sin perder de vista que forman parte del mismo –y único– sistema mundial, cuyo funcionamiento afecta, aunque de distinta manera e intensidad, a todas las sociedades humanas y a la organización de todos los espacios regionales. En los centros económicos y en las sociedades desarrolladas los recursos demográficos y económicos se combinan con la coherencia cultural; el poder político se asienta sobre un sistema democrático y un Estado de derecho, y el desarrollo reposa en la capacidad de las poblaciones para movilizar investigación, tecnología, capitales y mercados, para aumentar la producción de bienes y servicios y para mejorar el nivel de bienestar de toda la población. Lo contrario ocurre en los espacios y sociedades subdesarrolladas, también llamadas «en desarrollo»: o faltan recursos o no hay capacidad de acumular capitales. Con frecuencia, la escasa coherencia interna de la sociedad, una mediocre o inadecuada formación cultural y unos rígidos sistemas

21


de organización social y política, generan incapacidad o ineficacia ante el desarrollo. El Estado, en muchos casos nacidos tras la descolonización en los años cincuenta y sesenta del siglo XX, ha sido todavía incapaz de eliminar las rivalidades de los numerosos grupos étnicos que dan lugar a una sociedad fragmentada; a la vez, se sostiene apoyado en grupos económica y militarmente fuertes que, sin superar el 10 % de la población, acapara la mayor parte de la riqueza del país. La corrupción generalizada hace dudar incluso del correcto funcionamiento del sistema democrático en los países en que se ha logrado implantar. A partir de esta tipología los espacios del mundo subdesarrollado o en vías de desarrollo tratados en este libro son cinco: China, el Subcontinente Indio y Sureste Asiático o Asia Meridional, el Próximo y Medio Oriente o Asia Suroccidental, África y América Latina. En cada uno de ellos, hemos procurado tener en cuenta todos los componentes principales y hemos intentado poner de relieve el máximo de relaciones que ayudan a comprender mejor el conjunto regional estudiado. Junto a la dominante económica, con los diferentes elementos de la estructura económica, hemos tratado de destacar los aspectos históricos que ayudan a comprender mejor la actual organización espacial; el componente natural o los condicionantes ecológicos, que constituyen elementos de estructuración del espacio regional y fuerzas que pueden comportarse como obstáculos o como posibilidades; los componentes demográfico, social y cultural, decisivos para comprender las peculiaridades de cada espacio regional; y el componente político, que ejerce una gran capacidad organizadora o «desorganizadora» de las estructuras económicas y territoriales. 3.

LOS CONCEPTOS DE DESARROLLO-SUBDESARROLLO

Con demasiada frecuencia se relaciona el concepto de desarrollo con el de crecimiento económico, en el sentido de un aumento de la capacidad de producción de una economía. Pero no hay que olvidar que un proceso económico que implique desarrollo debe ir acompañado paralelamente de otros aspectos sociales; por ejemplo, que el aumento de la producción se produzca en varias ramas económicas, y no solo en una; que haya un cambio en la estructura y en el peso relativo de los diferentes sectores económicos, es decir, descenso del sector agrario y aumento de los sectores industrial y de

22


servicios, y, lo más importante, que se registre una mejora del nivel de vida, de todos o de la mayoría de los habitantes. En definitiva, el concepto de desarrollo supone que los frutos de la expansión o del crecimiento económico de un país vayan acompañados de una mejor redistribución de la riqueza y de una mayor igualdad social, con el objetivo final de un progreso generalizado de toda la sociedad. A su vez, el concepto de subdesarrollo no se refiere sólo al país o región que ocupa una posición retrasada en la evolución natural hacia el desarrollo, medido con índices cuantitativos, como el PIB por habitante. Es verdad que estos países suelen ocupar la parte más baja de la lista de los países según su riqueza por habitante; por ello se identifican también como los países más pobres o países del Tercer Mundo, que ocupan posiciones retrasadas en casi todos los indicadores socioeconómicos utilizados para medir la escala del desarrollo-subdesarrollo. Naciones Unidas añadió a este elemento definidor de subdesarrollo, el hecho de que los países subdesarrollados –también denominados en vías de desarrollo– todavía no son capaces de llevar a cabo la explotación óptima de sus recursos naturales y humanos. Pero aún hay algo más en la caracterización del concepto de subdesarrollo. La razón de esta incapacidad hay que buscarla en el hecho de que el subdesarrollo debe entenderse como un fenómeno histórico y estructural particular; es decir, el cambio de rumbo que la colonización por parte de los potencias europeas introdujo en su natural evolución histórica y la consiguiente desarticulación de los sectores económicos de las regiones colonizadas. Así, el retraso de estas regiones en su evolución histórica respecto a las europeas –que venía siendo un retraso natural, dada la evolución histórica de las civilizaciones europeas– se convirtió en bloqueo, al producirse una profunda alteración en sus creencias, manifestaciones culturales, sistemas de producción y estructuras políticas. Las potencias europeas intervinieron en las sociedades de Asia (Indochina, Subcontinente Indio, Asia Central y Asia Suroccidental), África, tanto al norte como al sur del Sáhara, y América Latina, y alteraron profundamente la dirección de sus procesos históricos respectivos, estableciendo con ellos lazos de dominación y dependencia. Por ello muchos de los problemas que hoy sufren estos países arrancan de esa circunstancia histórica, y las dificultades que encuentran para supe-

23


rarlos se deben a que son problemas de raíces profundas que afectan a sociedades con escasa capacidad para erradicarlos, debido a su pobreza, desigualdades sociales, dependencia exterior y sistemas políticos inoperantes. 4.

LOS INDICADORES SOCIOECONÓMICOS Y LA REALIDAD DEL SUBDESARROLLO

Una aproximación a la caracterización del mundo subdesarrollado o en vías de desarrollo se puede obtener analizando los indicadores socioeconómicos y comparando sus índices con los del mundo desarrollado. Para ello se pueden consultar los mapas de la renta per cápita, el Índice de Desarrollo Humano, el número de calorías por habitante y día, la esperanza de vida al nacer, el número de habitantes por médico, el índice de analfabetismo, así como el índice de natalidad y de mortalidad, el índice de mortalidad infantil y el de fecundidad, el crecimiento natural de la población, la esperanza de vida, la desnutrición infantil, el desigual acceso al agua potable, el consumo de energía por habitante y el porcentaje de población activa en el sector primario que aparecen en el capítulo VIII del Atlas Histórico y Geográfico Universitario, editado por la UNED (AZCÁRATE, B., AZCÁRATE, Mª. V. y SÁNCHEZ, J., 2006, pp. 277 y ss.). Para una visión más completa puede consultarse el capítulo I del libro Grandes Espacios Mundiales. El Mundo Desarrollado (AZCÁRATE, B., AZCÁRATE, M.ª V. y SÁNCHEZ, J., 2008, pp. 45-95) y el DVD Norte-Sur: Un mundo desigual (AZCÁRATE, B., AZCÁRATE, M.ª V. y SÁNCHEZ, J., 2008), ambos editados también por la UNED. Lo que traducen estos datos estadísticos es la realidad de unas sociedades con fuertes desigualdades ante la riqueza, donde el 80 % de la población apenas dispone del 20% de la riqueza y donde aproximadamente la tercera parte vive con menos de 1 euro al día. Aunque en los últimos diez años numerosos países, sobre todo de América Latina, Asia Meridional y África Subsahariana, han experimentado una reducción significativa, todavía se mantienen altas las tasas de crecimiento natural; si la media mundial en los años 2000-2005 ha sido de 1,2% anual, en América Latina fue del 2,1%, en Asia del 2,2% y en África del 2,8%. Por ello siguen siendo sociedades jóvenes, con un predominio del grupo de edades menores de 20 años y con graves dificultades de escolarización y creación de puestos de trabajo. No obstante, hay que resaltar que en numerosos países del Tercer Mundo las

24


sociedades se encuentran en plena transformación demográfica, siendo muchos los países de América Latina y Asia Meridional que han llegado a una fase muy avanzada de la transición demográfica, con la natalidad controlada y el crecimiento natural por debajo del 0,5% anual. Los indicadores socioeconómicos en los países subdesarrollados son también manifestación de unas estructuras económicas poco eficientes, que contrastan fuertemente con la gran capacidad productiva de los países desarrollados, tanto en el sector industrial como en el agrario, debido a su alto nivel tecnológico y organizativo. Estas estructuras económicas están marcadas por un claro dualismo en los sistemas productivos: el tradicional, dedicado al autoconsumo y a los mercados locales, y el moderno, enfocado hacia la exportación y cuyo dinamismo apenas trasciende a la mayoría de la población, ya que son grandes multinacionales las que realizan las labores de producción, transformación y comercialización. En grandes regiones del Tercer Mundo apenas se han llevado a cabo auténticas transformaciones agrarias, permaneciendo intactas las estructuras latifundistas y de grandes explotaciones junto a minifundios de subsistencia, donde las técnicas agrícolas son todavía muy tradicionales. Asimismo, el sector industrial padece también un fuerte dualismo. El sector manufacturero moderno alcanza altos índices de incremento y sus industrias se localizan, en su gran mayoría, en enclaves aislados que, conectados con el exterior, apenas contribuyen al desarrollo de su propia economía y al mayor bienestar de toda la población. Por el contrario, la industria tradicional artesana, geográficamente muy dispersa y que siempre ha ocupado una gran cantidad de mano de obra, languidece y apenas cuenta con lo mínimo para subsistir. A todo ello se suma una fuerte dependencia tecnológica y financiera que se traduce en un fuerte endeudamiento de estos países con el exterior. El desarrollo social y económico de las sociedades del Norte ha llevado consigo el crecimiento espectacular de las actividades terciarias. La complejidad de la organización económica, social y espacial exige multitud de servicios dirigidos a facilitar y agilizar las interrelaciones entre los sectores económicos, entre el sistema productivo y los consumidores, entre los ciudadanos y el Estado, etc. Muchos de ellos se relacionan con la mejora del bienestar de la población: comercio, educación, sanidad, transportes, turismo, cultura, etc. Además, no sólo es significativa la cantidad (más del 60 %

25


de la población activa): cuanto más desarrollado se considera un país, más eficacia y calidad de servicios ofrece y más atención dedica a las actividades del llamado terciario superior, como la universidad, la investigación, etc. Por el contrario, muy diferente es el sector servicios de un país del Tercer Mundo. Con una economía mayoritariamente agraria, predominan las relaciones tradicionales y los servicios modernos están poco desarrollados. A la vez, su eficacia y calidad en nada se parecen a las del terciario de un país desarrollado. Los servicios sanitarios, comerciales, bancarios, educativos, etc., no sólo adolecen de graves deficiencias de funcionamiento, sino que ni siquiera llegan a la mayoría de la población. No obstante, en muchos casos, el crecimiento del sector servicios se debe también a la transformación de sus economías impulsada por los procesos de globalización, que favorecen el desarrollo del turismo, la modernización de los servicios y los intercambios comerciales. 5.

LA ORGANIZACIÓN DEL TERRITORIO: REDES DE TRANSPORTE Y RED URBANA

El desarrollo de la economía y la eficiencia de los poderes públicos en los países desarrollados se ha reflejado en el grado de organización del territorio a través de una buena red de transportes y una equilibrada red de ciudades. Así, la alta densidad viaria de un país desarrollado, donde el ferrocarril está ampliamente desarrollado y la carretera asfaltada llega a todos los puntos habitados, con una extensa red de vías rápidas, contrasta fuertemente con los países subdesarrollados, donde las carreteras asfaltadas son escasas, las pistas son intransitables durante varios meses al año y el número de kilómetros de vías férreas es pequeño; en estos países, extensos territorios permanecen incomunicados por medios de transporte modernos. No se debe olvidar que en el desarrollo socioeconómico una organización espacial basada en una densa red viaria y en el buen funcionamiento de los transportes es un factor, sin duda alguna, decisivo. Si a la distinta densidad viaria, unimos el grado de jerarquización de las redes de transporte y el nivel de funcionamiento, los contrastes entre los países del Norte y los del Sur, en cuanto a la articulación espacial, pueden resultar abismales. Una red de transportes bien organizada suele reflejar una red urbana equilibrada. Observado el mundo globalmente, existe un crecimiento de la población urbana bastante notable desde principios del siglo XX: en 1920 sólo

26


el 14% aproximadamente de la población mundial vivía en áreas urbanas, cifra que en 1950 alcanzó más del 25%, en 1990 casi el 45 % y en 2005 llega al 50% de la población mundial. Es previsible que todavía durante varias décadas se mantenga la tendencia al aumento de estos porcentajes. Pero este crecimiento en las regiones desarrolladas hoy día ha perdido relevancia (menos del 1% anual) frente a las regiones menos desarrolladas, con más del 2% anual. En África el crecimiento urbano es de 3% anual y en Asia de 2,8%. Y son las grandes ciudades las que crecen a un ritmo mayor, como lo hacen Bombay, Calcuta, México, Sao Paulo, Nueva Delhi, Yakarta, Karachi, etc. Este hecho contrasta con el fenómeno de estancamiento en el crecimiento de las ciudades detectado en los países desarrollados desde finales del siglo XX; es la denominada «desurbanización», con pérdida de población de las áreas metropolitanas a favor de las ciudades pequeñas; esto significa descentralización de la actividad económica, potenciando el desarrollo de las regiones más desfavorecidas con el fin último de paliar los desequilibrios regionales. En el mundo subdesarrollado el crecimiento incontrolado de las ciudades, que ha tenido y tiene lugar con la llegada masiva de inmigrantes rurales, da lugar a la aparición de unidades urbanas subintegradas en las que reside cada vez un mayor número de personas en la miseria, por debajo de los límites de la propia subsistencia. La acumulación de población en las grandes ciudades, que por lo general suele coincidir con las grandes capitales, ha creado un fenómeno muy particular de estas grandes áreas subdesarrolladas: la macrocefalia, fomentada, por otro lado, por la inexistencia de una auténtica red urbana. 6.

NORTE-SUR: RELACIONES DE DOMINIO Y DEPENDENCIA

La explotación de los recursos minerales y energéticos por y para el exterior, una monoestructura industrial y la falta de mano de obra cualificada dificultan en la mayoría de los países en vías de desarrollo un normal proceso de industrialización, entendido éste como sinónimo de desarrollo, y acentúan las relaciones de dependencia entre el mundo desarrollado y el subdesarrollado. Estas relaciones de dependencia, sobre todo, tecnológica y financiera, se traducen en el fuerte endeudamiento que estos países tienen con el exterior. El desequilibrio es también patente en las relaciones comerciales a nivel mundial: en líneas generales, se puede observar que los países menos desarro-

27


llados sufren una falta de diversificación, por lo que el 80% de los ingresos de exportación los obtienen de las materias primas minerales y productos agrarios. A esto hay que añadir el hecho de que, con frecuencia, los precios de estos productos destinados a la exportación suelen sufrir una tendencia a la baja. Por otra parte, existe un control del mercado por parte de los países desarrollados, no sólo en el establecimiento de los precios, sino también en los mecanismos que rigen el comercio mundial. Además, existe en muchos de estos países un grave riesgo, al depender su economía y desarrollo solamente de uno o dos productos de exportación, que se encuentran sometidos tanto a las posibles crisis climáticas como a los vaivenes de los precios del mercado. Durante la década de los ochenta, la deuda externa del Tercer Mundo se duplicó, pasando de 36.700 millones de dólares en 1982 a 69.100 en 1988. En este período la carga de la deuda en comparación con su PNB pasó del 48% al 69%, con lo que estos países se vieron en la necesidad de dedicar una mayor parte de los ingresos obtenidos de las exportaciones a saldar una deuda cada vez más agobiante. Las medidas que se tomaron entonces para paliar este problema fueron insuficientes. Y así, en los primeros años del siglo XXI, una de las reivindicaciones más solicitadas de los países en vías de desarrollo ha sido la condonación de la deuda por suponer una grave carga, a veces insoportable. Muchos países desarrollados, sobre todo de la Unión Europea, han aceptado en parte esta demanda, a cambio de un compromiso por parte de estos países de avanzar hacia la democratización, invertir en educación y luchar contra la corrupción. 7.

SUBDESARROLLO Y PAÍSES EMERGENTES

Hasta ahora ha sido relativamente fácil establecer diferencias entre estos dos mundos, el Norte y el Sur, el mundo desarrollado y el mundo subdesarrollado o en vías de desarrollo. Pero en los últimos diez o quince años se han producido tales cambios en el ámbito de la economía mundial, debido a la globalización, que hoy resulta ya muy difícil trazar la línea de separación entre ambos. Ha surgido así un nuevo concepto, el de país o economía emergente, que se viene utilizando de forma muy generalizada para referirse a estos países, cuyo potencial económico destaca en este mundo globalizado de forma notable por su rápida industrialización y su creciente importancia en el comercio internacional de materias primas, fuentes de energía o productos industriales.

28


Cuadro 1. Las 20 economías mayores del mundo Cuota del PIB mundial (%) (En paridad de poder de compra) PAÍS

2007

2013

PIB per cápita (dólares) (En paridad de poder de compra) 2007

2013

%

R

%

R

Dólares

R

Dólares

R

EEUU

21,36

1

19,22

1

45.845

8

55.724

9

China

10,83

2

14,69

2

5.292

100

9.730

92

Japón

6,61

3

5,60

4

33.577

25

41.725

26

India*

4,58

4

5,62

3

2.659

127

4.349

126

Alemania

4,34

5

3,69

5

34.181

24

42.725

24

Reino Unido

3,30

6

2,95

7

35.134

23

43.452

23

Rusia*

3,18

7

3,44

6

14.692

53

24.132

50

Francia

3,17

8

2,79

8

33.188

26

41.089

28

Brasil

2,81

9

2,69

9

9.695

79

12.870

79

Italia

2,76

10

2,32

10

30.448

28

35.116

34

España

2,09

11

1,91

12

30.120

30

36.716

31

México*

2,07

12

1,95

11

12.775

61

16.662

64

Canadá

1,96

13

1,75

14

38.435

15

46.313

15

Corea del Sur*

1,85

14

1,85

13

24.783

36

35.824

33

Turquía

1,37

15

1,39

16

12.888

60

17.768

60

Indonesia*

1,30

16

1,45

15

3.725

121

5.634

115

Australia

1,18

17

1,10

18

36.258

20

45.861

17

Irán*

1,16

18

1,22

17

10.624

72

14.079

77

Taiwan

1,06

19

1,06

19

30.126

29

41.608

27

Holanda

0,98

20

0,86

20

38.486

14

47.861

14

Fuente: Fondo Monetario Internacional. En negrita, países emergentes. R: Ranking mundial. * Mejoran su posición entre 2007 y 2013.

Sobre el fondo común descrito, han empezado a sobresalir países –hasta ahora calificados como subdesarrollados o del Tercer Mundo–, cuyas economías figuran en 2007 entre las 20 primeras del mundo, según datos del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional. De los veinte incluidos en el cuadro 1, diez son países considerados «emergentes»; cuatro de ellos se sitúan entre los diez primeros; China ya ha adelantado a Japón y es el segundo, sólo detrás de EEUU; India, que ya ha superado en PIB total a Alemania, superará

29


también a Japón en los próximos años. De los diez países emergentes incluidos en la tabla, siete son asiáticos y dos latinoamericanos. Habría que añadir un país africano, República de Sudáfrica, que ocupa el número 21 o 22 entre las grandes economías y también es uno de los característicos países emergentes. Rusia es un caso especial, ya que se considera emergente por su evolución y fuerte crecimiento desde final de los años noventa del siglo pasado; pero, a diferencia de los otros emergentes, no proviene de una situación de subdesarrollo, sino de la descomposición de la Unión Soviética, una gran potencia económica del siglo XX perteneciente al mundo desarrollado. El término «emergente» fue acuñado en los años ochenta para referirse a los países del Este y Sureste de Asia que se habían convertido en importantes exportadores de manufacturas. Primero se aplicó a los llamados «dragones» o «tigres» asiáticos (Corea del Sur, Hong Kong, Taiwan y Singapur) que, por su rápido proceso de industrialización, su creciente participación en el comercio internacional y la estabilidad de sus sistemas políticos, resultaban receptores importantes de inversión extranjera directa. Después, se refirió también, por los mismos motivos, a Brasil, China, India, Indonesia, Malasia, México, Tailandia y Sudáfrica. La participación de algunos de ellos en grandes procesos de integración regional, como ASEAN, o MERCOSUR, y su ingreso en organismos internaciones –México y Corea del Sur en la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y China en la Organización Mundial de Comercio (OMC)– reforzaron su presencia en el concierto económico internacional, hasta el punto de que en 2003 se constituyó un grupo (el G5), formado por China, India, Brasil, México y Sudáfrica, para facilitar la relación y cooperación estable con el G8 (grandes economías del mundo desarrollado), a cuyas reuniones asistirán como invitados permanentes. Más reciente es la constitución del G20, cuyo protagonismo ha aumentado con motivo de la crisis del sistema financiero mundial del 2008. De este grupo forman parte, junto a las grandes potencias del mundo desarrollado, diez economías emergentes del Tercer Mundo: Arabia Saudí, Argentina, Brasil, China, Corea del Sur, India, Indonesia, México, Sudáfrica y Turquía. En adelante, estos países emergentes serán tenidos en cuenta en las deliberaciones y toma de decisiones que afecten a la economía mundial. La globalización, con la facilidad que ha dado al movimiento de capitales, la difusión de las nuevas tecnologías y el desarrollo y abaratamiento de

30


los transportes han tenido como consecuencia la migración de las empresas desde países desarrollados hacia países del Tercer Mundo –la llamada «deslocalización»–, donde la relativa estabilidad política, las exenciones fiscales, la mano de obra barata y las facilidades dadas por los gobiernos, permitían mayores beneficios a las empresas transnacionales. Así se trasladaron las industrias de mayor valor añadido, como la del automóvil, la electrónica, la textil y de confección, juguetes y calzado y piel, aprovechando, además, los avances en las tecnologías de la información y comunicación (TIC), las nuevas técnicas de dirección y organización de empresas, las ventajas fiscales, la escasa regulación medioambiental, la disponibilidad de suelo barato con normativas urbanísticas muy permisivas, la escasa regulación laboral y una seguridad social escasa o inexistente. La irrupción de las potencias emergentes en la economía mundial está generando cambios sustanciales en el entorno económico global. Ya está en marcha una reconfiguración de la geografía de la producción mundial. Además, se están produciendo importantes modificaciones en los patrones de intercambios comerciales y financieros, así como en las pautas de consumo energético. De hecho, parece como si la conocida distinción entre centro y periferia planteada hace medio siglo estuviera quedando obsoleta. La buena marcha de la economía mundial en el lustro que cierra 2007 está muy ligada al despegue de los dos gigantes asiáticos. China empezó a crecer por encima del 10% anual desde 2003. Y desde ese año, el PIB de la India siempre ha superado el 7% anual. En principio, se puede definir este nuevo término como lo que sucede en todos aquellos países que, aun estando en vías de desarrollo, han mostrado en los últimos años un considerable crecimiento y estabilidad económica que realza su importancia en el contexto de la economía internacional; al tiempo que las proyecciones de futuro de estos países nos indican que en un mediano plazo pasarán a convertirse en potencias estratégicas dentro del nuevo organigrama de un mundo cada vez más globalizado, debido sobre todo a su amplia potencia competitiva en el sector exportador caracterizado por sus bajos costos. Las características indicadas los transforma en mercados deseados para las inversiones procedentes de los países desarrollados, mucho más si se tiene en cuenta que su mercado interno es cada vez más importante debido al aumento del PIB per cápita y a la aparición de una clase media con mayor poder adquisitivo. Ha comenzado a emerger lo que el Banco Mundial ha bautizado como la nueva clase media global, que en 2025 podría alcanzar

31


los 1.000 millones de personas, mayoritariamente chinos e indios. Hoy se calculan unos 300 millones en India y 100 millones en China. Estos datos reflejan que los beneficios del crecimiento se están trasladando, si no a toda la población, sí a un sector cada vez más amplio, que empieza a convertirse en la nueva clase media, antes inexistente. Se trata de un nuevo grupo de consumidores con una renta suficiente como para adquirir bienes y servicios de alto valor añadido que se producen (e idean) en los países desarrollados, sobre todo en empresas multinacionales punteras. Sin embargo, existen varios hechos por los que las economías emergentes no pueden considerarse todavía como desarrolladas. La primera es que son mercados mucho menos seguros que cualquier economía desarrollada, ya que están sujetos a frecuentes e imprevistos cambios (de políticas, de condiciones internacionales, etc.) y su rápido crecimiento no les libra de un alto grado de inestabilidad. La segunda es que son economías en transición y que todavía no se han convertido en su totalidad en economías de mercado. A esto hay que añadir otros hechos relacionados con la estructura económica, la distribución de la renta, el desarrollo del sector servicios, la articulación del territorio y la organización sociopolítica, como ya hemos visto en anteriores apartados de esta introducción. Son países con grandes economías en rápido crecimiento, mientras que un sector importante de su población sufre las consecuencias de la extrema pobreza. Cuadro 2. Renta per cápita y pobreza en algunos países emergentes

Países

Posición según su PIB por habitante*

Población con menos de 2 dólares al día (2003)**

1992

2000

2007

Por ciento

Mill. de habs.

China

186

107

100

47

600

India

193

134

127

52

600

Indonesia

174

122

121

52

115

Brasil

85

69

79

21

40

México

79

61

61

26

28

Sudáfrica

82

57

55

34

16

Fuente: *El Estado del Mundo, 1995 y 2003; FMI y Banco Mundial, 2008 ** Images Économiques du Monde, 2007.

32


Así pues, podrían ser considerados como la etapa más avanzada del subdesarrollo, o la intermedia, es decir, que todavía no son del todo desarrollados, pero tampoco son del todo subdesarrollados. Siendo una economía en vías de desarrollo, se muestra ante la comunidad internacional con aumentos en sus índices en función de su nivel de producción industrial y sus exportaciones, pudiendo así competir con economías más estables y prósperas que la propia. Aunque se otorgue actualmente una atención enorme al rápido crecimiento de estos países, sobre todo de China e India, aún falta mucho para que dejen de ser emergentes. Aunque en ellos se hayan creado focos impresionantes de prosperidad, la riqueza nacional todavía se halla distribuida de forma muy desigual. A esto hay que agregar la inestabilidad y fragilidad de los gobiernos y la inoperancia de la administración, lo que tiene mucho que ver con la democracia, el equilibrio de poderes, la administración de justicia y la legislación clara y precisa que garantice los derechos humanos, el buen funcionamiento del sistema bancario y la seguridad de las inversiones, tanto internas como externas. Así, por ejemplo, China, el más representativo de los países emergentes, es la segunda economía del mundo, gran potencia industrial, el mayor productor de bienes de equipo y de consumo del mundo, con una nueva clase media de 100 millones de chinos; con un vertiginoso crecimiento de la demanda de materias primas y fuentes de energía, ha desarrollado una creciente actividad inversora en el exterior, sobre todo en África y en América Latina. Sin embargo, se mantiene la hegemonía del partido comunista mediante la fórmula de la «economía socialista de mercado» y las empresas estatales todavía generan un tercio de la producción industrial y son responsables de la mitad del empleo urbano y de la inversión total del país. Muchas ciudades chinas son aparentemente tan sofisticadas como cualquier ciudad europea o norteamericana, pero las áreas rurales de China siguen siendo terriblemente pobres. La renta de las familias es diez veces mayor en los centros urbanos costeros, como Shanghai, en comparación con las provincias del interior del país. Así pues, a pesar del gran peso que representa en la economía mundial, ni China –con 600 millones de habitan-

33


tes viviendo con menos de 2 dólares al día–, ni India, ni los demás países emergentes, pueden considerarse países desarrollados. En conclusión, podemos afirmar que el término «país emergente» continúa expresando una realidad que no nos permite referirnos al mundo desarrollado, por un lado, ni al mundo subdesarrollado, por otro; pero sí se le puede calificar como país en desarrollo. Tenemos en mente países que son grandes promesas y que representan un gran potencial. Están creciendo y transformándose a buen ritmo, pero aún no han alcanzado en todos los ámbitos (económico, demográfico, social, de servicios, político, territorial, etc.) al mundo desarrollado. Lo que no quiere decir que no puedan hacerlo en un futuro más o menos próximo. 8.

BIBLIOGRAFÍA

8.1.

Libros

AZCÁRATE, B., AZCÁRATE, M.ª V. y SÁNCHEZ, J. (2008): Grandes Espacios Mundiales. El Mundo Desarrollado. UNED, Madrid; 625 p. BANCO MUNDIAL: Informe sobre el Desarrollo Mundial. Washington, Oxford University Press. Informe anual. BARKE, M. y O’HARE, G. (1985): The Third World. Edinburgh, Oliver &Boys. BERZOSA, C y otros (1990): Tendencias de la economía mundial hacia el 2000. Madrid, Inepala. CHAPUIS, R. (1994): Les quatre mondes du Tiers Monde. Paris, Masson. DI

MEO, G. (1988): Les démocraties industrielles. Crise et mutation de l’espace. París, Masson.

DICKENSON, J. P. y otros (1985): Geografía del Tercer Mundo. Barcelona, Omega. LACOSTE, Y. (1978): Geografía del Subdesarrollo. Barcelona, Ariel. LACOSTE, Y. (1991): Los países subdesarrollados. Barcelona, Ariel. PNUD: Informe sobre Desarrollo Humano. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Informe anual.

34


SAMPEDRO, J. L. y BERZOSA, C. (1996): Conciencia de subdesarrollo 25 años después. Madrid, Taurus. VIDAL VILLA, J.M. (1990): Hacia una economía mundial. Norte/Sur frente a frente. Barcelona. Plaza y Janés.

8.2.

Atlas

Atlas Geográfico de España y el Mundo (2006). Barcelona, Vicens Vives. Atlas. National Geographic (2004). Europa I, II y III. Atlas del Mundo Aguilar (1989). Madrid, Aguilar. AZCÁRATE, B., AZCÁRATE, M.ª V. y SÁNCHEZ, J. (2006): Atlas Histórico y Geográfico Universitario. Madrid, UNED. 1.ª reimpresión, 2007.

8.3.

Anuarios

Atlaséco. Paris. Le Nouvel Observatoire. Calendario Atlante de Agostini. Novara, Instituto Geográfico de Agostini. El Estado del Mundo. Anuario económico y geopolítico mundial. Madrid, Akal. EUROSTAT. Images Économiques du Monde. París, Armand Colin. Anuario El Mundo. Anuario El País.

35

Capítulo I

China: una potencia económica mundial emergente, en plena transformación

1. Introducción 2. El extraordinario potencial demográfico: la quinta parte de la humanidad 2.1. La evolución del crecimiento demográfico 2.2. El predominio del poblamiento han y las minorías nacionales 2.3. El acelerado proceso de transición demográfica: la incidencia de las políticas demográficas 2.4. La rápida transformación de la estructura demográfica: una población todavía joven, con predominio masculino y una preocupante tendencia al envejecimiento 2.5. El reto de una población activa en constante aumento 2.6. La desequilibrada distribución de la población en el espacio 2.7. Una débil y tardía urbanización, hoy en día en vías de una fuerte aceleración 2.7.1. La ambigüedad del concepto 2.7.2. Las fluctuaciones del proceso de urbanización 2.7.3. Una desequilibrada urbanización 3. La diversidad de los medios naturales 3.1. Un relieve montañoso, complejo y muy fragmentado 3.1.1. Los niveles topográficos 3.1.2. Unidades geomorfológicas de China occidental 3.1.3. Unidades geomorfológicas de China oriental 3.2. La originalidad climática del espacio chino 3.2.1. Factores y elementos del clima 3.2.2. Los grandes dominios bioclimáticos 4. La difícil modernización del espacio rural 4.1. El desafío de alimentar al 22% de la población mundial con el 7% de las tierras cultivadas 4.2. El proceso de colectivización de la agricultura

37


4.2.1. 4.2.2. 4.2.3. 4.2.4.

Las estructuras agrarias anteriores a 1949 La reforma del régimen de propiedad. La Reforma Agraria El cooperativismo Las Comunas Populares y la instauración del colectivismo

4.3. La descolectivización. El retorno de la agricultura familiar 4.4. La abundancia de mano de obra y la escasez de tierras 4.5. La producción agraria: del monopolio cerealista a la diversificación de la producción 4.5.1. El desarrollo agrario bajo el socialismo 4.5.2. La diversificación de la producción a partir de 1978 4.6. Las grandes regiones agrarias 5. El reciente proceso de industrialización y los fuertes contrastes espaciales 5.1. La abundancia de riquezas minerales y fuentes de energía 5.2. El proceso de industrialización 5.2.1. El desarrollo industrial según el modelo soviético 5.2.2. La búsqueda de nuevos modelos de desarrollo (1960-1979) 5.2.3. La nueva política industrial a partir de 1979: la aceleración del crecimiento económico 5.3. Una estructura industrial compleja: la diversidad empresarial 5.4. La producción industrial 5.5. Los acusados desequilibrios regionales en el nivel de industrialización 5.5.1. El noreste y la costa oriental septentrional hasta Shanghai 5.5.2. La China meridional 5.5.3. La China occidental 6. Los transportes y la organización del territorio: una estructura dualista y una insuficiente red de transportes frena el desarrollo económico. 6.1. La mejora de los transportes. La primacía del ferrocarril 6.2. Las disparidades regionales en función de la infraestructura viaria

38

CHINA: UNA POTENCIA ECONÓMICA MUNDIAL EMERGENTE, EN PLENA TRANSFORMACIÓN

7. La reciente apertura al exterior 7.1. El crecimiento del comercio exterior 7.2. Las inversiones extranjeras y su concentración espacial 7.3. El creciente papel del turismo 8. La persistencia de las fuertes disparidades regionales: las «tres Chinas» 8.1. 8.2. 8.3. 8.4.

La China costera: desarrollo y prosperidad La China interior: agrícola y tradicional La China exterior: la periferia subdesarrollada Las contrapartidas del vertiginoso crecimiento

Bibliografía

39

1.

INTRODUCCIÓN

En el extremo oriental del continente euroasiático, China cubre una superficie de 9.560.000 km2, el tercer país del mundo por su extensión, detrás de la antigua Unión Soviética y Canadá. Situada entre los 18º y 54º de latitud norte y los 74º y 135º de longitud este, sus dimensiones resultan gigantescas. Son semejantes a las que existen entre Madrid y el Mar de Barents, en el Ártico, en sentido sur-norte, y entre Lisboa y los Urales, en sentido oeste-este. Con más de cuatro mil años de historia, desde hace siglos se designó a sí misma Zhong guo, es decir, «el país del centro», siguiendo una tendencia natural de todos los pueblos a considerarse el centro del universo. Su denominación occidental proviene de la primera dinastía imperial, Qin (Ts’in) que gobernó del 221-206 a C. Se trata de un inmenso espacio esencialmente montañoso, con una enorme diversidad de medios naturales, donde viven actualmente 1.315 millones de personas, lo que le convierte en el primer país del mundo según el número de habitantes. Ello supone más de la quinta parte de la población mundial, es decir, 1 de cada 5 habitantes del planeta, es chino; y la tendencia es que la proporción siga aumentando. Este volumen demográfico, muy concentrado espacialmente, sigue siendo uno de los grandes desafíos de la China actual. Es un país pobre, con una renta per cápita de 7.204 dólares en el año 2005 (España cuenta con 26.320 dólares y Japón con 30.615), todavía con un alto porcentaje de población agraria y rural, cuyo más importante logro ha sido tener cubiertas las necesidades básicas, materiales y culturales de tan ingente población, algo inusual en el resto de los países del Tercer Mundo. En la actualidad, China se ha convertido en una de las grandes potencias económicas mundiales –la mayor economía emergente del planeta–, con la tasa de crecimiento más elevada y sostenida del mundo, semejante a la alcanzada por Japón en la segunda mitad del siglo pasado; en el año 2006 la econo-

41


mía china registró el mayor crecimiento de la última década (fig. I.1). Sin embargo, este espectacular crecimiento, que sitúa a China como la cuarta potencia económica del planeta, sólo superada por Estados Unidos, Japón y Alemania, no se ha visto acompañado de un aumento homogéneo del nivel de desarrollo, de manera que existen fuertes desequilibrios no sólo entre categorías sociales sino también entre regiones. Así, por ejemplo, los ingresos medios urbanos ascendieron en el año 2005 a 11.759 yuanes (1.157 euros) al año, más del triple de la renta per cápita de los campesinos, que tan sólo alcanzaba los 3.587 yuanes (353 euros). Igualmente, el dinamismo que caracteriza a las regiones costeras sufre una paulatina degradación hacia el interior, donde numerosas regiones permanecen aisladas y ancladas en sus tradiciones.

En porcentaje sobre el año anterior 14,0

13,1 10,9

93

94

95

10,0

96

10,7 10,0 10,1 10,4

9,3

97

7,8

7,6

98

99

8,4

8,3

00

01

9,1

02

03

04

05

06

Fig. I.1. Tasa de crecimiento del Producto Interior Bruto de China

2. EL EXTRAORDINARIO POTENCIAL DEOMOGRÁFICO: LA QUINTA PARTE DE LA HUMANIDAD 2.1.

La evolución del crecimiento demográfico

Los 1.330 millones de habitantes de la China actual (2008) representan más de la quinta parte de la población del planeta. Este enorme peso en el

42


contexto demográfico mundial no es algo nuevo. Desde el principio de nuestra era ya es el país más poblado de la tierra e incluso ya en la primera mitad del siglo XIX, su población llegó a suponer un tercio de toda la humanidad. La evolución de la población absoluta ha sido muy irregular. Se han alternado periodos de fuerte crecimiento con otros de estancamiento e incluso de verdadero retroceso demográfico a causa de enfrentamientos bélicos o desastres naturales (inundaciones, sequías, terremotos, etc.). A pesar de las grandes disparidades que existen entre unas fuentes y otras, lo que implica una escasa fiabilidad de los datos, se pueden establecer unas líneas generales sobre la evolución de la población absoluta: desde los 20-30 millones de personas que ya hacia el siglo V a.C. vivían en este espacio, hasta los 582 millones de habitantes que constataba el primer censo oficial, realizado en 1953. Parece ser que a principios de nuestra era la población china se estimaba ya en 60 millones de habitantes, población que tras continuos altibajos se mantiene hasta el año 1000. El impacto de la revolución económica medieval implicó un fuerte incremento demográfico, y ya a principios del siglo XIII existía una población de 120 millones de habitantes. Si hasta entonces la población se concentraba fundamentalmente en las llanuras de la China septentrional (los mayores asentamientos tuvieron lugar en la región del loess y las zonas de aluviones loéssicos del norte), paulatinamente la población va ocupando las tierras de la China meridional, sentando las bases de la distribución espacial actual. Este volumen de población de 120 millones de habitantes, tras largos periodos de continuas recesiones demográficas, no se alcanza de nuevo hasta el siglo XVII. A partir de entonces comienza una etapa de verdadera explosión demográfica: la población se llega a triplicar y alcanza los 430 millones de personas en el año 1850. La segunda mitad del siglo XIX y la primera mitad del XX fueron poco favorables para el crecimiento demográfico, debido a las frecuentes rebeliones que asolaron el país y a la mala situación económica. A falta de datos ciertos, se calcula que en el momento de la instauración de la República Popular de China, en 1949, la población era de 545 millones de personas. El primer censo nacional, efectuado en el año 1953, dio un resultado de 582 millones de habitantes, alcanzando el millar en la década de los ochenta. Este enorme volumen demográfico adquiere mayor trascendencia y significado si se le compara con otras regiones y países del mundo. Así, por ejemplo, Canadá, con una extensión superficial mayor, alberga a 32 millones de personas, y en Estados Unidos, con una extensión similar, viven 298 millones.

43


Son diversas las teorías que pretenden explicar las extraordinarias concentraciones humanas de este inmenso país, particularmente en las regiones de la China meridional. Un gran número de autores establece una clara relación entre el crecimiento demográfico y la difusión y mejora de las técnicas agrícolas. Cada periodo de innovación era seguido por unos mayores rendimientos y un crecimiento paralelo de la población. En este sentido, la mayor parte de los autores chinos coinciden en señalar cómo la concentración demográfica se llevó a cabo durante tres grandes períodos: — La revolución neolítica, que pobló la China del Norte. — La expansión de la ricicultura irrigada en la zona meridional, durante la dinastía Song (960-1279 ). — La introducción de plantas americanas (maíz, patatas, etc.), en el siglo XVIII, que permitió el cultivo de nuevas tierras. Sean cuales fueren las diversas teorías, es un hecho que la concentración de la población en China se ha basado en la agricultura. Si por una parte, la ricicultura permite fuertes densidades de población, por otra, la conquista y puesta en cultivo de nuevas tierras ha motivado importantes desplazamientos de la población. 2.2.

El predominio del poblamiento han y las minorías nacionales

A pesar de su enorme extensión y numerosa población, China tiene una gran homogeneidad étnica. Actualmente, el 91,6 % de su población pertenece a la etnia han, de rasgos homogéneos tanto por su aspecto físico, como por su lengua y sus costumbres. Este pueblo, que a partir de la dinastía Han (206 a C.-221 d.C.) tomó dicho nombre, ocupó desde hace milenios las llanuras de la cuenca media de Hoang Ho o Río Amarillo, y desde allí fué asimilando poco a poco a los otros pueblos, hasta extenderse en la actualidad prácticamente por toda la China interior o «China de las dieciocho provincias». El medio natural más adverso de las regiones periféricas del oeste, norte y suroeste, ha dificultado la penetración de los han, preservando allí las etnias autóctonas, cuya población absoluta supera hoy en día los 110 millones de personas, repartidos oficialmente en 55 grupos étnicos reconocidos como «minorías nacionales». Solamente 9 totalizan más de 80 millones de perso-

44


nas: Zhuang (16,2), Manchúes (10,7), Hui (9,8), Miao (8,9), Uigures (8,4), Tujia (8,0), Yi (7,8), Mongoles (5,8) y Tibetanos (5,4). Si bien la mayoría de las etnias se distribuyen muy difusamente por toda la China exterior o periférica, (exceptuando los uigures y tibetanos, que forman unos conjuntos más homogéneos), en líneas generales se pueden distinguir cuatro grandes espacios geográficos donde predominan las minorías étnicas: uno, en el SW, que alberga a más de la mitad de la población total minoritaria, y tres en la antigua China exterior: Mongolia, Xinjiang y el espacio tibetano (fig. I.2). Estos tres últimos conjuntos siguen ocupando su espacio histórico tradicional, frente a la región del SW, que está formada por numerosas etnias descendientes de los pueblos que ocupaban los territorios al sur del Yantgse Kiang y retrocedieron ante el avance de los han.

Manchúes 10,7

1,3

Kazajos Hui Uigures

Coreanos

9,8

1,9

8,4

Mongoles 5,8

Tibetanos 5,4 Yi 7,8

Población en 2006 en millones de personas

8,0 Tujia

Buyi 3,0

Bois

16,2

16,2

1,9

Zhuang 1,3

0

Yaos 8,9

Miao 2,6

500 km

Fuente: China Statistical Yearbook 2006

Fig. I.2. Población de las principales minorías étnicas

45


— El espacio tibetano posee una fuerte homogeneidad cultural, basada en la religión. Sus 5,4 millones de tibetanos son pastores seminómadas y sobre todo agricultores que viven en los valles meridionales y orientales. En la actualidad, cerca de la mitad vive en la región autónoma del Tíbet, y el resto se reparte entre Sichuan, Quinghai, Gansu y Yunnan. Se trata de una de las etnias menos integradas, cuyas tendencias separatistas culminaron con el exilio a la India del Dalai Lama. — El Xinjiang o «Turquestán chino», región del Asia central, de pueblos nómadas y agricultores de oasis, es el territorio de las etnias turcas, fundamentalmente los kazajos (1,3 millones) al norte y los uigures (8,4 millones) al sur, mayoritarios en la región. — El espacio mongol, del que China no posee más que una parte, se encuentra actualmente en vías de integración. Sus habitantes se localizan fundamentalmente en el sector oriental, donde la civilización han cada vez es más predominante. Los tradicionales pueblos mongoles, dedicados al pastoreo, sólo persisten en puntos aislados de la frontera, mientras que en sus márgenes meridionales y orientales, paulatinamente van convirtiéndose en pueblos sedentarios agrícolas. — El «mosaico étnico» del suroeste agrupa a más del 60% de la población minoritaria de China. Las etnias son muy numerosas y su distribución geográfica, debido a lo accidentado del relieve, se puede esquematizar en los siguientes escalones altitudinales: las zonas más bajas están compartidas por los han, mayoritarios, y los tai; el grupo miao-yao ocupa las montañas medias, y los tibetanos-birmanos, las zonas más altas y aisladas. Tras la aplicación del principio comunista, según el cual toda minoría nacional en número suficiente podía conseguir una autonomía regional, se crearon, entre 1947 y 1965, cinco grandes regiones autónomas: — «Región autónoma de Mongolia interior», abril de 1947 — «Región autónoma Uigur de Xinjiang», octubre de 1955 — «Región autónoma Zhuang de Guangxi», marzo de 1958 — «Región autónoma Hui de Ningxia», septiembre de 1958 — «Región autónoma del Tíbet», septiembre de 1965.

46


Sin embargo, hoy en día los chinos han son mayoritarios en tres de las cinco regiones autónomas, y la población minoritaria que da nombre a la región representa la mayoría de su población total solamente en la región autónoma del Tíbet. Una política de integración y asimilación de estas minorías étnicas sigue siendo el objetivo principal, teniendo en cuenta que estas regiones, lejos de las zonas costeras donde se concentra el progreso y la modernización, representan los espacios menos desarrollados del territorio chino. 2.3.

El acelerado proceso de transición demográfica: la incidencia de las políticas demográficas

Unas altísimas tasas de natalidad, a pesar de mantener también unos elevados índices de mortalidad, hicieron posible tan espectacular crecimiento. El comportamiento demográfico anterior a la revolución socialista es poco conocido debido a la escasez de datos estadísticos y a su falta de fiabilidad. Como era habitual en todas aquéllas regiones con un régimen demográfico antiguo, se estima que hacia los años cuarenta la natalidad en China giraba en torno al 38-40‰ y la mortalidad era aproximadamente del 25-30‰. La evolución de la dinámica demográfica en la segunda mitad del siglo XX es muy significativa (fig. I.3). La subida al poder de los socialistas no supuso en un principio cambios radicales en la política demográfica, experimentándose continuas oscilaciones hasta finales de los sesenta. A partir de entonces, y ante la creciente evidencia de la necesidad de poner un freno a tan ingente incremento de la población, se radicaliza la política demográfica antinatalista con el fin de lograr el equilibrio adecuado entre población y recursos. La baja natalidad que el Estado debía imponer iba en franca contradicción con la cultura china tradicional en la que los hijos, sobre todo los varones, representaban la fuerza de trabajo y suponían un seguro para la vejez de sus padres. Estas familias patriarcales, en las que a menudo vivían bajo un mismo techo tres o cuatro generaciones, estaban muy arraigadas en la sociedad china.

47


å

61

51

Dsfdjnjfoup!obuvsbm

Ubtb!ef obubmjebe

44 41 32-4

31

31

28

26-4 21

24 8-5

Ubtb!ef npsubmjebe

8

7-7

8

1 Bpt 2:61

66

71

76

81

86

91

96

:4 :6

::

16

Fig. I.3. Evolución del crecimiento natural en China

Tras dos campañas para controlar la natalidad, con un éxito muy relativo, la planificación familiar adquiere mayor difusión a partir de 1970, bajo el impulso de Zhou Enlai. Esta tercera campaña se basó en el slogan wan, xi, shao, que sintetiza las tres pautas a seguir: «más tarde, más separados y menos». Es decir, en primer lugar se recomendaba la edad de contraer matrimonio, de los 15 años para las mujeres y 18 para los hombres, ahora pasaba a los 23 y 26 años, respectivamente. Además, también se recomienda que exista diferencia de edad entre los hijos, al menos 4 años. Por último, consecuencia directa de lo propugnado anteriormente, se fomenta el tener solamente uno o dos hijos. Sin embargo, la campaña no logra los resultados previstos, sobre todo en las áreas rurales, por lo que el Estado, debido al continuo crecimiento que seguía experimentando la población, se ve obligado a radicalizar de nuevo su política demográfica. Ello desemboca en la cuarta campaña, conocida con el nombre de «política del hijo único», puesta en marcha en 1979 y que contaba con importantes incentivos económicos para toda aquella pareja que la mantuviera. No obstante, esta campaña fue muy criticada socialmente, sobre todo en las zonas rurales más pobres, donde la economía y el futuro familiar podían quedar muy comprometidos, especialmente si el hijo único no era un varón, ya que las hijas, al contraer matrimonio marchaban al hogar del marido.

48


Actualmente, la utilización de técnicas contraceptivas se encuentra muy extendida por todo el país. Así, si a principios de los años cincuenta el índice de fecundidad estaba en 5-6 hijos por mujer, quince años después había descendido a 2,6 por mujer, por lo que verdaderamente se puede hablar de un acelerado proceso de transición demográfica. Cuadro I.1. Rasgos demográficos de la China actual y proyección 1990

2000

2005

2025

Pobl. (millones)

1.153

1.275

1.315

1.540

Tasa crecim (%)

1,41

0,8

0,6

0,47

Nº hijos/mujer

2,2

1,8

1,6

1,8

Esperanza vida (años)

70,9

73,2

74,2

76,8

27,3 67 5,7

26,3 67,8 5,9

22 72 6

19 68,4 12,6

65,7

75,2

78,9

194

% pobl total 0-14 años 15-64 64 y más Mayores 65 años (millones)

Fuente: Lariviére: «Les chinois», op.cit. p. 149 y El Estado del Mundo 2007.

Igualmente, gracias a la mejora de las condiciones de vida, especialmente a la amplia difusión de medidas sanitarias en los medios rurales, la reducción de las tasas de mortalidad ha sido constante. En este sentido merece destacar el papel desempeñado por los llamados «médicos de los pies descalzos», que con responsabilidades sobre vacunaciones, higiene, planificación familiar, pediatría y cuidados elementales, permitieron que prácticamente toda la población tuviera acceso a las mejoras sanitarias. Estos «médicos de los pies descalzos», con una proporción de 1 para poco más de 600 personas, deben su nombre a que en un principio también trabajaban en los campos de arroz . A ellos se debe fundamentalmente la propagación y puesta en marcha de todas las campañas de planificación familiar. Hoy en día, con unas tasas de natalidad del 12‰ y una mortalidad del 6‰, China tiene una tasa de crecimiento que gira en torno al 0,6% anual, cifra muy baja si la comparamos con la mayoría de los países menos desarrollados, que superan ampliamente el 2% anual.

49


Sin embargo, desde un punto de vista geográfico, el proceso de transición demográfica no ha tenido una distribución homogénea. Si antes de la revolución socialista, las tasas de natalidad y mortalidad, ambas elevadas, apenas presentaban disparidades espaciales, la distribución geográfica de este proceso presenta fuertes desequilibrios, tanto entre el medio rural y urbano de una misma provincia, como entre distintas provincias. El proceso de transición demográfica empezó, en primer lugar, en las grandes ciudades (Shanghai, Pekín, Tianjin) durante los años sesenta, en la década siguiente se sumó el resto de la China oriental y no se extendió a las regiones de la China occidental hasta los ochenta. Todo ello es un fiel reflejo de los diferentes niveles de desarrollo regional: del este hacia el oeste, del litoral hacia el interior. En este mismo sentido, cabría destacar cómo el nivel educativo ha supuesto un factor clave en las disparidades de la dinámica demográfica. Así, cuanto mayor es el nivel educativo, menores son las tasas de fecundidad y mortalidad, de manera que es en el medio rural donde las familias todavía tienen más hijos, en contraposición con las grandes ciudades; de igual modo, las familias son más numerosas en las provincias occidentales y meridionales que en las orientales y septentrionales. La familia tradicional patriarcal, con 3 ó 4 generaciones en la misma vivienda, ha dejado ya de ser mayoritaria. A pesar de todas las mediadas adoptadas, la población china ha aumentado en 550 millones de personas entre 1949 y 1990; y 172 millones en tan sólo los últimos 15 años (1990-2005). Aunque la tasa de crecimiento natural ha sido más baja que en la mayoría de los países en vías de desarrollo, ha sido superior a lo programado y, por tanto, insuficiente para lograr los objetivos previstos: 1.200 millones de personas en el año 2000, cifra ampliamente superada en esa fecha (1.267 millones de habitantes). 2.4.

La rápida transformación de la estructura demográfica: una población todavía joven, con predominio masculino y una preocupante tendencia al envejecimiento

La composición demográfica por grupos de edad presenta una estructura todavía joven, pero se observa ya una clara tendencia al envejecimiento de la población, que resulta preocupante por el volumen de personas afectadas.

50


La pirámide de edad de los años cincuenta se caracterizaba por una amplia base, reflejo de una fuerte natalidad, y un pronunciado estrechamiento hacia la cúspide a partir de los 40 años, lo que indica una débil esperanza de vida, propia de los países del Tercer Mundo. Por el contrario, la pirámide actual presenta un tipo complejo, a caballo entre una población joven y una población envejecida, lo que implica una estructura por edades en curso de evolución. Por encima de los 15 años, la forma de la pirámide refleja un país de crecimiento rápido, en donde tan sólo se observan dos discontinuidades: las guerras de 1930 y 1940 (japonesa y civil) y los «años negros» de 1958-61. La base ya se encuentra en franco retroceso debido a la caída de la natalidad, fundamentalmente a partir de 1970 (fig. I.4).

años

años

1950

90-94 75-79

75-79

60-64

60-64

45-49

45-49

30-34

30-34

15-19

15-19

0-4

100

2005

90-94

0-4

50

0

50

100

100

años

50

0

50

100

2050

90-94 75-79 60-64 45-49 30-34 15-19 0-4

100

50

0

50

100

Fig. I.4. Evolución y proyección de la estructura demográfica por grupos de edad

El progresivo envejecimiento de la población es uno de los más graves problemas que el país tiene planteados de cara al próximo siglo. Si el aumento de la proporción de personas mayores respecto a la población total no es alarmante, sí lo es si consideramos este incremento en términos abso-

51


lutos: hoy día, mediada ya la primera década del siglo XXI, son 145 millones de personas las que tienen una edad superior a los 60 años y se estima que a finales del 2050, la población mayor de 60 años alcanzará la cifra de 437 millones de personas. El principal problema radica en la carencia de un sistema de pensiones adecuado, debido en parte al vertiginoso proceso de transición demográfica en el que el país se ha visto inmerso en un periodo de tiempo tan corto. La estructura por edad de la población no es la misma en todas las provincias, sino que existen enormes desigualdades. Consecuencia lógica de la mayor o menor implantación de las políticas antinatalistas, el mapa de la distribución geográfica de la estructura por edad evidencia una población más envejecida en las provincias orientales. Conforme avanzamos hacia el interior, las provincias occidentales todavía conservan una estructura demográfica joven, propia de los países en vías de desarrollo. Así, mientras que en provincias como el Xinjiang, Tíbet o Yunnan la edad media de la población se mantiene en 22 años, en Liaoning, Jiangsu o Zhejiang alcanza casi los 34 años. Además, existen también fuertes desequilibrios intraprovinciales, ya que la estructura por edad de la población no es la misma en las áreas rurales que en las ciudades. En cuanto a la composición por sexos, China es uno de los pocos países del mundo en que la población masculina supera a la femenina. A finales del siglo pasado, el índice de masculinidad (sex ratio) era de 106 hombres por cada 100 mujeres. La curva de masculinidad según la edad indica que la supremacía numérica masculina se mantiene hasta los 65 años, fecha a partir de la cual el excedente femenino aumenta, aunque es cierto que no tanto como en otros países; en China existen 44 hombres por cada 100 mujeres mayores de 85 años. La mayor proporción de varones en personas adultas (40-50 años) de hoy en día tiene su explicación en el tradicional infanticidio femenino que se practicaba habitualmente. Este mismo alto porcentaje masculino en grupos más jóvenes, se basa según algunos autores, en el mayor número de abortos practicados si el sexo era femenino, durante la campaña del hijo único. En la sociedad china tradicional existía una enorme desigualdad entre los sexos. Aunque la situación de la mujer ha mejorado notablemente, toda-

52


vía el peso de la tradición se deja sentir, lo que demuestra que las transformaciones sociales avanzan con más lentitud que el proceso demográfico. 2.5.

El reto de una población activa en constante aumento

En una sociedad en la que la población activa cuenta, en el año 2005, con 760 millones de personas ocupadas y con un ritmo de crecimiento anual superior a los 10 millones, las necesidades de creación de nuevos empleos se presenta como uno de los principales desafíos de la China actual. El carácter de la obligación social del trabajo de la época maoísta se reflejó en unas altas tasas de actividad, y el problema del paro no hizo su aparición hasta finales de los setenta. Actualmente, la tasa de actividad, 79% de la población activa potencial, es una de las más elevadas del mundo. La ocupación comienza a unas edades muy tempranas (el 60% de los jóvenes de 15-19 años son activos), debido a una baja escolarización a partir de esa edad. Otra característica destacable es la alta representación femenina en la actividad (45% de los empleos). Estos altos niveles de la tasa de actividad tienen su explicación en la ideología maoísta y su estrategia de crecimiento generalizado, que se podría resumir en el slogan «pleno empleo, bajos salarios, malos rendimientos». Aunque la tasa de paro es excepcionalmente baja (4,2%), esta situación enmascara una realidad bien distinta, ya que existe un elevado volumen de activos, fundamentalmente campesinos, que se encuentran excedentes. En líneas generales, este excedente afecta al 30-40% de los activos agrícolas, es decir, a más de 140 millones de personas. La acuciante necesidad de creación de empleos no agrícolas choca con la lenta transformación de la estructura de la actividad económica. China todavía figura entre los países con mayor población activa agraria del mundo. Le sigue el sector secundario, mientras que el terciario representa uno de los más débiles porcentajes mundiales. Las transformaciones de la estructura de la población activa por sectores de actividad no comenzaron hasta finales de los años setenta, fecha en que la agricultura seguía concentrando más del 70% de la población activa. A partir de 1978, el desarrollo de otro tipo de actividades y la reaparición del sector privado favorecieron el cambio, de manera que en el año 2005 los

53


activos agrícolas empleo han descendido al 49% del total , en provecho de los otros sectores, fundamentalmente el terciario que, a raíz del VII Plan Quinquenal, es fomentado como creador de empleo. Cuadro I.2 . Evolución de la estructura de la población activa (%) Sectores

1952

1965

1975

1985

2000

2005

Primario

84

81,6

76,8

73,7

47,5

49

Secundario

7

8,4

12,1

14,5

18,1

22

Terciario

9

10,0

11,6

12,2

34,4

29

Fuente: El Estado del Mundo 2007 y ediciones anteriores.

Estas transformaciones no han sido homogéneas en todo el territorio. Mientras que la mayoría de las provincias costeras y del NE se encuentran en un estado más avanzado de modernización, y numerosas provincias de la China interior y occidental tienen una estructura cercana a la media nacional, otras regiones del SW, desde Hunan al Tíbet, están todavía en una fase muy primitiva, con un altísimo porcentaje de población activa agraria. La creación de empleos no agrícolas entre los activos rurales, que fue uno de los objetivos principales durante la década de los ochenta, tampoco ha tenido la misma distribución espacial. De nuevo, en las provincias costeras se han creado más puestos de trabajo no agrícolas que en las provincias del interior y en las occidentales, donde la proporción de empleos no agrícolas entre los activos rurales es prácticamente insignificante. La importancia de la diversificación de las actividades rurales no sólo implica un aumento de las rentas de los campesinos, sino que también fomenta un mayor desarrollo rural y, por tanto, favorece la integración de las áreas rurales en el despegue económico regional. 2.6.

La desequilibrada distribución de la población en el espacio

La densidad media de población en China es de 137,1 habs/km2 en el año 2005, sin embargo, pocas regiones del mundo poseen unos contrastes tan fuertes en la distribución de su población. Frente a verdaderos hormigueros humanos, otras áreas se encuentran prácticamente deshabitadas. Así, las ocho provincias cuya densidad es superior a los 400 habs/km2 concentran al 60% de la población total, sobre poco menos de la quinta parte del territorio, y por el

54


contrario, las cuatro provincias con una densidad inferior a los 20 habs/km2 no llegan a albergar al 4% de la población, sobre casi la mitad de la superficie del país (Atlas Histórico y Geográfico Universitario, UNED, mapa IX. 33). Desde las llanuras de la China del Norte, pobladas hace milenios, tuvo lugar un desplazamiento de la población hacia la China meridional, en busca de mejores tierras. A partir de entonces, el mapa de la distribución de la población refleja fielmente el de la superficie cultivada. Teniendo en cuenta que cerca del 90% de la población se concentra sobre la sexta parte del territorio, se establece una fuerte oposición entre una China oriental, densamente poblada, y una China occidental, muy débilmente poblada (fig. I.5). La separación entre estos dos grandes conjuntos sigue, a grandes rasgos, una línea que va desde el norte de la provincia de Heilongiang, en Manchuria, hasta Kunming, en el Yunnan, pasando por la frontera oriental de Mongolia, por el gran bucle que realiza el Hoang Ho, sigue por Sian, bordea el sector occidental de la cuenca de Sichuan y llega hasta las montañas de Yunnan. Muchos autores señalan la coincidencia de esta misma línea Heilongiang-Yunnan, con la separación de dos dominios físicos totalmente diferentes: si en el Oeste predominan las montañas y altas mesetas, en el Este, grandes llanuras cultivables soportan las mayores densidades. Aún cabría añadir que esta misma línea separa la China interior, o China de las «dieciocho provincias», ocupada por la civilización han, de la China occidental o exterior, donde predominan las minorías nacionales. Así, si las regiones de poblamiento han se caracterizan por una intensa actividad agraria que permite, y a la vez necesita, fuertes densidades de población, aquéllas otras regiones pobladas por las minorías nacionales registran una débil densidad demográfica, herencia de un sistema de vida basado en el pastoreo nómada y en la agricultura de oasis. Esquemáticamente se pueden distinguir tres grandes regiones según su mayor o menor densidad demográfica. Las dos primeras pertenecen a la China oriental, donde vive el 90% de la población sobre el 40% del territorio. La tercera región es el dominio de la China «vacía». 1) En primer lugar, los llamados «hormigueros humanos» que alcanzan las densidades más elevadas y reúnen más del 60% de la población total de China. Las principales áreas de este poblamiento extremadamente denso son:

55

56

Densidad (hab/km2) < 10 10 - 100 100 - 400 > 400 Principales ciudades


Fig. I.5. Distribución de la población en China

— La Cuenca Roja de Sichuan, rodeada por un cinturón montañoso muy poco poblado, es la primera región de China por su volumen demográfico.

— La Gran Llanura de la China del Norte. Los fértiles suelos de loess han permitido desde tiempos históricos el asentamiento de una densa población. En esta región se incluye también la península de Shandong, cuyas fuertes densidades no son habituales en un país donde generalmente las zonas de colinas suelen estar muy poco pobladas. También podríamos incluir la Llanura manchú, sobre todo el área que ocupa la provincia de Liaoning, que se diferencia del resto por su reciente poblamiento.

— La cuenca media y baja del Yangtsé. El delta y la región de los lagos del curso medio del río son focos de denso poblamiento.

2) El resto de la China oriental presenta un poblamiento de tipo intermedio entre las enormes concentraciones humanas anteriormente citadas y


la China deshabitada. La distribución de la población presenta fuertes contrastes, según las condiciones naturales y la distribución de la superficie cultivada. Las áreas fuertemente pobladas son puntuales y dispersas, entre ellas merecen destacar: — los deltas del SE, de Zhejiang a Guangdong, como el delta del río de las Perlas. — los valles de las mesetas de loess de Wei (Shaanxi) y Fen (Shanxi), muy poblados desde tiempos remotos. — las pequeñas depresiones kársticas de las provincias de Yunnan-Guizhou-Guangxi. 3) La China deshabitada es la China exterior o China occidental, y también la China de las minorías étnicas. Se extiende sobre un enorme espacio que abarca las alturas que rodean la Llanura manchú, Mongolia, el Xinjiang, el Tíbet-Qinghai y gran parte de la meseta del Yunnan. Es decir, más del 60% del espacio chino, pero sólo el 10% de la población. En esta China árida y montañosa existen inmensos espacios prácticamente vacíos, sobre todo al Oeste (menos de 1 hab./km2). La población se concentra en pequeños enclaves, como los oasis de Gansu o del pie de las montañas de Xinjiang, los valles meridionales de Mongolia, los valles del sector sudoriental del Tíbet, etc. La desequilibrada distribución de la población sobre el espacio y la continuidad de idéntica situación a lo largo de muchos siglos, evidencia la escasa movilidad espacial que la población china ha manifestado hasta bien entrado el siglo XX. Generalmente existía una movilidad de corta distancia y las migraciones interprovinciales eran muy poco frecuentes. Asimismo, el apego que la población sentía hacia sus tradiciones y su país ha sido uno de los factores clave que ha contribuido a la escasa importancia porcentual de las migraciones exteriores. En cuanto a las migraciones internas, no existen datos estadísticos del todo fiables hasta la segunda mitad del siglo XX. A raíz del Primer Plan Quinquenal (1953-57) y la consiguiente prioridad otorgada a la industria, existieron importantes flujos migratorios; a partir de los sesenta fueron es-

57


trictamente controlados para evitar un crecimiento urbano desorbitado. Se necesitaba una autorización para cambiar de residencia y los obstáculos eran a menudo insalvables si se trataba de marchar del campo a la ciudad. Por el contrario, si la migración se efectuaba entre una misma categoría de localidad, o de rango inferior, las posibilidades de conseguir el traslado eran mayores. Este férreo control del éxodo rural tuvo su contrapunto en el impulso dado por el gobierno al éxodo urbano. El trasvase de población urbana hacia los medios rurales con el fin de controlar el crecimiento que las ciudades experimentaron durante los años cincuenta, supuso un movimiento único en el mundo que, a pesar de ser unas medidas que no lograron triunfar plenamente, permitieron, en parte, que las grandes ciudades chinas no sufrieran los mismos problemas que padecían los medios urbanos de los países subdesarrollados. Durante la etapa maoísta se acumularon en las áreas rurales enormes efectivos de activos agrícolas que, a raíz de las reformas económicas de los años ochenta y durante la estación no apta para las faenas agrícolas, buscan en las grandes ciudades nuevos empleos con el fin de mejorar su calidad de vida. En esta década China, conoce un espectacular desarrollo de las migraciones temporales o estacionales. Esta población flotante de agricultores a tiempo parcial, que ejercen una actividad no agrícola en determinados meses del año, constituye la mayor parte de la inmigración urbana, donde los inmigrantes definitivos son mucho menos numerosos. El creciente aumento de la movilidad espacial es uno de los fenómenos más significativos de la geografía humana de la China de hoy en día. El riesgo de un éxodo rural incontrolado hacia las grandes ciudades se presenta como un grave problema para los años futuros. Por otra parte, si bien los flujos migratorios interprovinciales podrían ser los que más contribuyeran a una mejor distribución de la población sobre el espacio, éstos siguen siendo todavía poco importantes. En la actualidad, ya en el siglo XXI, el gobierno está en vías de modificar el registro de población que limita los desplazamientos entre campo y ciudad, el llamado hukou, y clasificaba a los chinos en habitantes rurales o urbanos. Este procedimiento, como anteriormente hemos citado, fue implantado en la década de los sesenta del pasado siglo para restringir los

58


movimientos de población. A ello se añade una política de redistribución de la población en el espacio que bajo el slogan «id al oeste», favorece el asentamiento demográfico en las inmensas tierras vacías occidentales. 2.7.

2.7.1.

Una débil y tardía urbanización, hoy en día en vías de fuerte aceleración La ambigüedad del concepto

La población urbana en China ha pasado de un 9,1% en 1949, a un 30% en 1998 y a un 39,6% en 2005. China se encuentra entre los países más débilmente urbanizados del Tercer Mundo; sin embargo, si este porcentaje es muy bajo en comparación con otros países, en valores absolutos cuenta con la mayor población urbana del mundo: más de 500 millones de personas viven en ciudades. Cuadro I.3. Crecimiento urbano en China Año

Pobl.Urbana (millones)

Tasa pobl. Urbana (%)

1949

49.00

9.1

1953

64.64

11.0

1960

109.55

16.5

1969

100.65

12.5

1978

122.78

12.8

1982

152.91

15.1

1986

200.90

18.9

1994

345.39

29.0

1998

372.75

30.0

2000

412.67

31,6

2005

520.74

39,6

Fuente: Clawson (2001). Apéndice estadístico. El Estado del Mundo 2007.

Las estadísticas sobre la población urbana de China han planteado confusiones debido a la ambigüedad del propio concepto de «ciudad», que ha variado sensiblemente a lo largo del tiempo. Las unidades urbanas en China comprenden dos categorías de localidades: las ciudades (shi) y las aldeas (zhen).

59


— Las ciudades están organizadas administrativamente en municipalidades. Sobrepasan los 80.000 habitantes y cuentan con un amplio espacio periurbano, esencialmente rural, y organizado en distritos, que le otorga a la ciudad un amplio porcentaje de población agrícola. Así, en 1990 la población agrícola suponía más del 50% de la población total de las municipalidades. En función únicamente del volumen de su población no agrícola, estas ciudades suelen ser clasificadas en cuatro categorías: ciudades «muy grandes», con más de 1 millón de habitantes; ciudades «grandes», entre 500.000 y 1 millón; ciudades «medianas», entre 200.000 y 500.000, y «pequeñas» ciudades de menos de 200.000 habitantes. — Las aldeas suponen, para algunos autores, un estado intermedio entre lo rural y lo urbano. Su papel consiste en ofrecer empleos no agrícolas para absorber el excedente de mano de obra agraria y evitar así un éxodo rural masivo hacia las grandes ciudades, con lo que se convierten en el elemento clave de la política urbana actual. Hoy en día, su número alcanza los 20.000, con una población media en torno a 9.000 habitantes, y se estima que cerca de 60.000 localidades alcancen pronto la categoría de aldea. Teniendo en cuenta que la población urbana de China está compuesta por más de un 60% de población agrícola, habría que sustraer este porcentaje para saber cuál es exactamente la tasa de urbanización real. Todo ello es la causa de la gran disparidad de cifras según las distintas fuentes consultadas. 2.7.2.

Las fluctuaciones en el proceso de urbanización

— El desarrollo urbano de China arranca desde hace milenios. Tradicionalmente, y al contrario de lo que ocurrió en el mundo mediterráneo europeo, las ciudades nunca fueron la base de la organización política. Con un emplazamiento de llanura, fueron creadas para la explotación de su espacio rural. Su trazado era rígidamente organizado en una retícula geométrica, como correspondía a la cosmogonía china, en la que la forma de la Tierra es cuadrada, e invariablemente estaba rodeada por altas murallas. Podemos señalar el hecho significativo de que una misma palabra cheng sirve para

60


designar igualmente muralla que ciudad. En ellas, el yamen, residencia del mandarín, y el templo, eran los monumentos principales. Este esquema se encuentra plasmado en Pekín con una majestuosidad mayor que en ninguna otra ciudad. Por otra parte, no se levantó ninguna gran ciudad en el borde del mar, sino que su emplazamiento fue generalmente en el interior, ya que el imperio chino fue siempre continental. — A raíz de la penetración extranjera, a finales del siglo XIX, la situación cambió radicalmente y se crearon tres grandes ejes urbanos: Ê

UÊ ÊÃÊ «ÕiÀÌÃÊ VÃÌiÀÃ]Ê ì`V>`ÃÊ >Ê ViÀVÊ ìÊ iÝ«ÀÌ>V]Ê VÊ Cantón, Shanghai, Amoy, Hongkong, etc.

Ê

UÊ ÊÃÊiiÃÊvÕÛ>iÃ]Ê«ÀV«>iÌiÊiÊ9>}ÌÃj]ÊiÊVÕÞ>ÃÊÀ>ÃÊÃÕÀ}iÀÊ ciudades comerciales y mineras, como Nankín, Wuhan, etc.

Ê

UÊ Ê>ÃÊVÕ`>ìÃÊ>VÖiÃ]ÊVÀi>`>ÃÊL>ÊiÊ«iÀÊ>«jÃ]ÊVÊÃ>]Ê Fushun, Benxi o Changchum, capital del estado manchú.

— A partir de entonces, y hasta nuestros días, se pueden diferenciar netamente tres fases en el proceso de urbanización: un fuerte aumento en la década de los cincuenta, un estancamiento durante los años sesenta y hasta finales de los setenta, y de nuevo un brusco crecimiento urbano a partir de los ochenta: a) Durante los primeros años de la República Popular (1949-53) se acondicionaron de nuevo las infraestructuras urbanas destruidas por los enfrentamientos bélicos y se formularon los primeros principios que rigieron desde entonces, y durante treinta años, la política de desarrollo urbano: «transformar las ciudades de consumo en ciudades de producción», a la vez que limitar el desarrollo de las grandes ciudades fomentando la creación de pequeñas ciudades. Un desmesurado éxodo rural, a un ritmo superior al de la media del Tercer Mundo, fue la base de este crecimiento urbano, sobre todo en la segunda mitad de este periodo. En la primera etapa de industrialización, a raíz de la puesta en marcha del Primer Plan Quinquenal, se asiste a una enorme explosión urbana, con una evidente influencia soviética: monumentalismo, uniformidad sistemática, rigidez absoluta. Hoteles y Palacios de Cultura de la mayoría de las grandes ciudades datan de esta época soviética.

61


El crecimiento urbano en China, como en tantos otros países, corrió paralelo al desarrollo industrial. La fuerte concentración espacial de la industria en determinados centros urbanos fomentó un crecimiento urbano muy desequilibrado. b) Los decenios sesenta y setenta suponen una etapa de estancamiento en el proceso de crecimiento urbano. Después de la catástrofe que supuso el Gran Salto Adelante (1958-1961) para todo el país, se asiste a un periodo de reflexión e incluso de rectificación en el ámbito de la política urbana. Periodos de estancamiento se alternan con otros en los que el reenvío masivo de ciudadanos hacia los medios rurales provocan un descenso de la población urbana (1960-64). Esta fase corresponde a la aplicación del sistema maoísta, que sucedió al modelo soviético de los años cincuenta. c) A partir de 1978 el crecimiento urbano toma un renovado impulso con el nuevo modelo socioeconómico chino: reforma económica, apertura al turismo internacional, apertura a las inversiones extranjeras, etc. En los años ochenta la población urbana crece a un ritmo superior al 5%, de manera que la tasa de urbanización se elevó del 12,8% en 1978 al 20,9% en 1988. Tras el freno impuesto al éxodo rural, en relación con la política maoísta que evitaba la existencia de grandes aglomeraciones, éste toma un nuevo impulso, sobre todo a partir de 1982. Se calcula que entre 1982-85 este flujo afectó en torno a 10 millones de personas por año. El objetivo del gobierno era canalizar este movimiento hacia las aldeas y las pequeñas ciudades, las cuales debían absorber este excedente de mano de obra a la vez que suponían un elemento de reequilibrio de la red urbana en favor de sus escalas inferiores. En la actualidad, este original modelo de desarrollo urbano que privilegia el desarrollo de las pequeñas ciudades y aldeas, a la vez que somete a un férreo control el crecimiento de las grandes ciudades, mantiene un difícil equilibrio. Al ser cada vez mayores las distancias en los niveles de vida entre la ciudad y el campo, y al mismo tiempo resultar éste último incapaz de absorber el excedente de mano de obra, la amenaza de un éxodo rural masivo hacia las grandes ciudades es una de las principales preocupaciones de la política urbana de principios del S. XXI. Para facilitar la absorción del nuevo éxodo rural está en marcha un programa de grandes nuevas áreas urbanas, fundamentalmente en torno a Pekín, donde se prevé la construcción de once ciudades satélites, Shanghai y Guangzhou.

62


2.7.3.

Una desequilibrada urbanización

A pesar de este incremento de la tasa de urbanización, China actualmente sigue siendo un país muy poco urbanizado. Además, esta débil urbanización no es homogénea, sino que existen fuertes desequilibrios no sólo en la red urbana, sino también en el espacio (Atlas Histórico y Geográfico Universitario, UNED, mapa IX. 33). La estructura de la red urbana se caracteriza por el peso de las ciudades millonarias y de las aldeas, frente a las ciudades medias. China cuenta con 32 ciudades millonarias aunque muy pocas ciudades con más de 5 millones de habitantes y tan sólo una sobrepasa los 15 millones (Shanghai). Las grandes ciudades de más de 1 millón de habitantes concentran una gran parte de población urbana, en el otro extremo, las pequeñas ciudades (con menos de 200.000 habs.) y sobre todo las aldeas, concentran al 45% de la población, con lo que en la red urbana de China faltan ciudades medias (de 200-300.000 a 1.000.000 de habs.). El actual planeamiento urbano trata de conseguir una urbanización equilibrada y piramidal, favoreciendo en primer lugar las aldeas, a continuación las pequeñas y medianas ciudades y limitando el crecimiento de las grandes urbes. Sin embargo, la realidad es bien distinta y las grandes ciudades siguen experimentando un fuerte crecimiento. Por otra parte, la distribución espacial de la tasa de urbanización presenta fuertes desequilibrios, variando desde un 50% en la provincia de Liaoning hasta un 15% en Yunnan y Guangxi. Se pueden distinguir las siguientes regiones y ejes que registran una mayor urbanización: — el Noreste, donde el crecimiento urbano comenzó antes de 1949 bajo el impulso de los japoneses. En el primer censo de 1953 eran las tres únicas provincias que contaban con una población urbana superior al 20%. Hoy en día siguen teniendo las tasas provinciales de urbanización más elevadas de todo el país. — las regiones costeras. — los grandes ejes fluviales, fundamentalmente el bucle y la cuenca baja del Hoang Ho y, sobre todo, el Yangtsé. En cuanto a la estructura urbana, la morfología de la ciudad china tradicional, rígidamente configurada en una retícula geométrica, refleja el ca-

63


rácter estático de los procesos económicos y sociales de la China antigua. La apertura de las relaciones económicas con el extranjero, en la segunda mitad del siglo XIX, modifica profundamente la estructura de muchas ciudades. La presencia occidental quedó marcada por el emplazamiento de empresas extranjeras en barrios separados del resto de la ciudad existente, donde ejercen sus actividades. Estas empresas extranjeras no sólo se asentaron en ciudades ya creadas, sino que también fueron la base de la creación de nuevas ciudades, que se alinearon fundamentalmente a partir de los tres ejes anteriormente citados. A partir de 1949, el proceso de industrialización y el desarrollo de actividades terciarias motivaron la aparición de nuevos centros urbanos. Estas nuevas ciudades presentan varios elementos originales. En primer lugar, al no existir propiedad privada, el suelo es propiedad social. El crecimiento de estas ciudades no ha sido en mancha de aceite, como ha ocurrido en la mayor parte de los países, tanto industrializados como del Tercer Mundo, sino que su crecimiento ha sido más lento y según un planteamiento previo. De esta manera, un hecho positivo ha sido la poca importancia que los barrios marginales han tenido durante mucho tiempo. Otra singularidad es la existencia de un espacio periurbano muy desarrollado. Este espacio, si en un principio tuvo un carácter marcadamente agrario con el fin de autoabastecer a la propia ciudad, paulatinamente su función se ha ido modificando, adoptando usos industriales o residenciales. Los complejos residenciales se eligen muy cerca (no más de 2 km) de los emplazamientos mineros o industriales, con lo que los movimientos pendulares quedan anulados. Las viviendas suelen ser propiedad del Estado, quien las entrega a las fábricas y éstas las alquilan a sus trabajadores por un alquiler que no supera en ningún caso el 10% del salario mensual. Estos complejos residenciales están formados por edificios de 2 a 4 plantas, con abundantes espacios libres. Normalmente sólo se construye el 30% del espacio, el resto debe quedar para equipamientos comerciales y culturales, cuya construcción es paralela en el tiempo a la de las viviendas, con lo que desde un principio estos conjuntos forman una unidad cerrada. Esta desequilibrada distribución de la población y de las ciudades sobre el espacio obedece, en gran parte, a la diferente aptitud que los diversos medios naturales ofrecen para el asentamiento humano.

64


3.

LA DIVERSIDAD DE LOS MEDIOS NATURALES

3.1. 3.1.1.

Un relieve montañoso, complejo y muy fragmentado Los niveles topográficos

China es un país predominantemente montañoso: el 25% de su territorio tiene una altitud superior a los 3.000 m; el 45% entre los 3.000 y 1.000 m, y tan sólo el 30% restante se encuentra por debajo de los 1.000 m. Topográficamente el país se suele dividir en tres grandes niveles según su altitud media, que descienden paulatinamente desde el Tíbet hasta el Pacífico (fig. I.6):

Ma

nch

uria

El primer nivel topográfico es el más elevado y el que presenta una morfología más compleja. Está formado por las altas mesetas del Tíbet-Qinghai, cuya altitud supera los 4.000 m, y por las elevadas cordilleras que las limitan.

Sinkiang

Nivel III (más de 2.000m)

Hi ma lay a

Nivel II (de 800 a 2.000m)

Sichuan Guizhou

Gran Llanura Nivel I (menos de 800 m) Llanura del Yangtsé

Yunnan Colinas del Sur

Fuente: Según BUCHANAN, K. (1973): L’espace chinois. Ses transformations des origines a Mao Zedong.

Fig. I.6. Los grandes niveles topográficos

65


El segundo nivel en altitud comprende el noroeste y el sector central del país; su altitud media oscila entre los 800 y 2.000 metros: — El noroeste está formado por el Xinjiang o Turquestán chino. — El sector central del país se caracteriza por el predominio de mesetas, con un relieve tabular, a diferentes alturas. Destacan las mesetas de loess de Shensi y Shansi, la meseta de Mongolia interior, la meseta calcárea del Yunnan, integrada por escalones que hacia el Sudeste descienden en dirección al mar y la Cuenca Roja de Sichuan, en el valle del Yangtsé. El tercer nivel topográfico comprende el sector oriental e insular del país. Está formado por llanuras en el norte y colinas y montañas bajas en el sur, con una altitud media de 500 m sobre el nivel del mar. Así, de norte a sur, se suceden las siguientes unidades de relieve: — Las tierras bajas de Manchuria — La Gran LLanura del Norte. — La Llanura del Yangtsé — Los macizos montañosos de los Nanling y Wuishan separan los valles del Yangtsé y del Xikiang y dan paso a una región de colinas y montañas de escasa altitud que por el oeste limitan con la meseta del Yunnan, que ya representa un nuevo escalón hacia las grandes alturas occidentales. A este escalonamiento topográfico del territorio, de oeste a este, se añaden y entrecruzan diversas cordilleras de dirección norte-sur que dan al relieve chino una arquitectura cuadriculada. No obstante, la división meridiana del espacio chino queda claramente establecida a partir de una línea que desde el Gran Xingan de Manchuria, en dirección NE/SW, llega hasta la meseta del Yunnan, diferenciándose, por tanto, dos conjuntos muy contrastados: a una China occidental, de altas montañas y mesetas, árida, de tradición nómada, escasamente poblada y con múltiples minorías étnicas, se opone una China oriental de llanuras aluviales y montañas medias y bajas, con un alto porcentaje de tierras cultivadas, densamente humanizada y con un neto predominio de la etnia han. 3.1.2.

Unidades geomorfológicas de China occidental

La formación de las grandes unidades de relieve es el resultado de una larga evolución geológica y tectónica. La subducción de la subplaca de Filipi-

66


Gran Khing an

nas bajo el antiguo escudo sínico fue la responsable del levantamiento de los ejes montañosos de la China oriental, de dirección meridiana, mientras que, a su vez, la subducción de la placa índica bajo la euroasiática formó las alineaciones montañosas del Tibet y las cordilleras que la limitan meridionalmente, de clara orientación zonal. Diferenciando claramente estos dos grandes conjuntos, se pueden distinguir las siguientes unidades geomorfológicas (Atlas Histórico y Geográfico Universitario, UNED, mapa IX. 28 y fig.I.7).

Al tai Cuenca de Dzungaria

Tien shan Cuenca de Tarim

N

an

Kunlu

n sha

Meseta

n

del Tib et

Hima

laya

Cadenas montañosas Meseta Kárstica de Yunnan-Ghizhou

......... ......... .........

Cuenca d e Tsaidam

sh

an

Qinling Cuenca Roja de Sichuan

................................. ................................. ................................. ................................. ................................. ................................. ................................. Llanura ................................. ................................. manohú ................................. ................................. ................................. ................................. ................................. ................................. ................................. ................................. ................................. ................................. ................................. ................................. ................................. ................................. ................................. ................................. ................................. Gran llanura ................................. ................................. del norte ................................. ................................. ................................. ................................. ................................. ................................. ................................. ................................. ................................. ................................. Llanura del ................................. ................................. medio y bajo ................................. ................................. ................................. Yangtsé ................................. ................................. ................................. .................................

Región de colinas del sur

Mesetas de loess Llanuras Cuencas sedimentarias Posible extensión de la plataforma sínica

Fig. I.7. Grandes unidades geomorfológicas del relieve de China

China occidental presenta una disposición orográfica de dirección oesteeste y está formada por el Tíbet, el Xinjiang y Mongolia interior. Es el dominio de las «regiones autónomas». La región de Manchuria, si tradicionalmente perteneció a la China occidental, exterior o periférica, en la actualidad, por su mayor vinculación a las tierras del este, tiende a ser incluida en la China oriental.

67


a) El espacio tibetano, con una altitud superior a los 4.000 m, se extiende sobre un inmenso territorio de 2,3 millones de km2 y se encuentra limitado: — al norte, por las cadenas de los Kunlun — al sur, por el Himalaya — al este, por los llamados «Alpes» de Sichuan — al oeste, por el Kara-Korum Este espacio, de gran complejidad morfológica, comprende un enorme bloque montañoso, llamado a menudo meseta tibetana, formado por altas cadenas y mesetas de dirección zonal, que convergen en el nudo de Pamir, y rodeado por otras aún más elevadas. En el noreste, la meseta de Qinghai, sector intermedio entre la meseta tibetana y el Sinkiang, encierra la depresión de Tsaidam, parte del zócalo primitivo, que ocupa una extensión de cerca de 800 km de este a oeste y 200 km de sur a norte. Se podría hacer una distinción entre los grandes valles meridionales, donde vive la mayor parte de los tibetanos y cuyo centro religioso, económico y político es Lhasa, y el alto Tíbet, en el norte, una de las zonas más elevadas del planeta, donde pastan enormes rebaños de yacks. b) Al norte del espacio tibetano, y separado del mismo por la cadena montañosa de los Kunlun, se encuentra el Xinjiang o Turquestán chino. La región está formada por grandes bloques del zócalo primitivo que, al producirse el levantamiento del conjunto tibetano en la orogenia alpina, y debido a su escasa plasticidad, se fragmentó en diversos bloques a diferentes alturas. Así, la alineación montañosa de los Tien Shan, en su sector central, separa dos grandes depresiones de suelo pedregoso: la depresión de Tarim, al sur, sobre la que se extiende el desierto de Takla-Makan, y la depresión de Dzungaria, al norte, flanqueada esta última en su sector septentrional por los montes Altai, que la separan de Mongolia y el territorio de la antigua Unión Soviética. Estas depresiones se continúan hacia el este por los desiertos de Gobi y Ordós, hasta enlazar con el macizo manchú de los Gran Khingan. Esta región es la más extensa y continental del espacio chino. Aunque políticamente pertenece a China, geográficamente forma parte de las tierras del Asia Central. Frente a los elevados macizos del Tíbet y a las rudas condiciones climáticas de Mongolia Interior, esta región ha sido tradicionalmente

68


encrucijada entre Oriente y Occidente. En la Dzungaria se halla la famosa Puerta Dzúngara, estrecho desfiladero entre los montes Tarbagatai y Alau Tau, que ha sido una ruta histórica de caravanas que así salvaban las enormes alineaciones montañosas del Asia Central. La mayoría de la población es de raza turca, los uigures, que representan nada menos que el 75% de su población, practican la religión mahometana y viven en una serie de líneas de oasis al pie de las alineaciones montañosas. c) Separada de la depresión de Dzungaria por los montes Altai, la meseta de Mongolia Interior tiene una altura media de 2.000 m. Forma parte del zócalo precámbrico, plegado durante el primario y convertido luego en penillanura levantada en la orogenia alpina; la erosión fluvial, y sobre todo eólica debido a la escasa vegetación, han modelado su morfología actual, caracterizada por una enorme monotonía. La meseta está articulada en dos niveles, uno de mayor altitud, y otro más bajo que corresponde al desierto de Gobi, palabra con la que los naturales identifican las cubetas de fondo plano, cubiertas de arena y gravas. El sector occidental, en contacto con el Xinjiang, es la Mongolia desértica, con precipitaciones inferiores a 50 mm. El este, al pie de los Khingan, con unas precipitaciones en torno a los 300 mm, es el dominio de la estepa de gramíneas. Entre estos dos inmensos espacios, el río Hoang Ho o Río Amarillo, que viene desde los altos macizos tibetanos, describe un gran bucle en cuyo interior se encuentra el desierto de Ordós. Mientras que la estepa permanece bajo el dominio de los mongoles, pueblo nómada de pastores que con sus rebaños de caballos, camellos y carneros están en continuo desplazamiento, la franja meridional de la región muestra signos evidentes del avance de la colonización china: la actividad agrícola, basada fundamentalmente en la irrigación, permite un poblamiento sedentario. 3.1.3.

Unidades geomorfológicas de China oriental

China oriental, tradicionalmente conocida como la «China de las dieciocho provincias», es un país de colinas y llanuras en el que se puede hacer una neta distinción entre su sector septentrional, central y meridional:

69


a) El sector septentrional de la China oriental comprende el Nordeste o Manchuria y la cuenca del Hoang Ho ó Río Amarillo, es decir, la tradicional China del Norte. — La región de Manchuria ó China del nordeste, que se extiende sobre las provincias de Heilonjiang, Jilin y Liaoning, forma parte del zócalo precámbrico, plegado y más tarde arrasado en penillanura y ocupado por el mar. Movimientos orogénicos posteriores levantaron los bordes de la región y hundieron su sector central, configurando su morfología actual. Geográficamente esta región se encuentra muy bien delimitada: las tierras bajas del interior están encuadradas al oeste por los macizos montañosos de los Gran Khingan, al noroeste por el conjunto de montañas medias y mesetas que forman el Pequeño Khingan, y al este por el Changbaishan, ya en la frontera con Corea. Los Gran Khingan representan el límite oriental de las altas tierras de Asia Central, que hacia la llanura manchú descienden abruptamente. Suponen un fuerte obstáculo para las comunicaciones, las cuales sólo son posibles en su sector meridional, en Kalgan, palabra mongola que significa «puerta», por donde entraban hacia el sur las invasiones nómadas procedentes del norte, de ahí, el emplazamiento de Pekín como capital, con carácter de fortaleza ante dichas invasiones. La Llanura manchú se encuentra dividida en dos cubetas drenadas por el río Liao al sur y el Sungari al norte, esta última de mayor extensión. Débilmente habitada por pastores nómadas, los manchúes, desde el siglo XIX fue colonizada masivamente por los chinos, y hoy en día esta llanura supone una de las regiones pioneras de la agricultura china. — La Cuenca del Hoang Ho es la región tradicional de la China septentrional, conocida también como la China Amarilla. El relieve está formado por una serie de mesetas en su sector occidental y una gran llanura en la parte oriental. Es la región del «loess», que cubre miles de km2 y da esta tonalidad amarilla a todo el paisaje (los chinos llaman al «loess» tierra amarilla). Las mesetas de loess, que se extienden por el sector occidental de la China del Norte, están atravesadas por el Hoang Ho en su curso medio, y se sitúan entre los montes Qin Ling y las tierras altas de Mongolia; ocupan

70


una superficie de unos 300.000 km2 y tienen una altitud media entre 1.000 y 1.500 m. Desde un punto de vista geológico, forman parte del zócalo formado por conglomerados y areniscas carboníferas, muy ricas en hulla, plegado y posteriormente elevado a diferentes alturas y recubierto de sedimentos loéssicos. Una intensa erosión fluvial y eólica ha modelado profundamente el paisaje, dando lugar a una accidentada topografía: mesetas, cuencas, abruptas pendientes, etc., dificultan las comunicaciones y hacen de esta región una de las más significativas y características de toda China (fig. I.8).

loess

Pekín

Xi’an

Fig. I.8. Extensión del loess en China

El espesor del manto de loess oscila entre 30 y 100 metros. Se trata de una tierra permeable y muy fina, compuesta por pequeñísimas partículas de 0,05 mm de diámetro. Los vientos del noroeste son los responsables del transporte de este fino polvo desde las tierras del interior de Asia.

71


El Río Amarillo atraviesa el país del loess de norte a sur, quedando al oeste las mesetas de Shensi (actual (Shaanxi), y al este las mesetas de Shansi (actual Shanxi), de mayor extensión y altitud, que descienden ya hacia la Gran Llanura. Estas mesetas calcáreas se encuentran surcadas por los fértiles valles de Wei (Shensi) y Fen (Shansi), ocupados ya desde el Neolítico. Sus laderas, escalonadas en terrazas recubiertas de loess, suavizan las pendientes que se elevan hasta las mesetas. La ocupación de esta región por los han se remonta a la edad del Bronce. Su característica topografía ha actuado desde tiempos remotos como fortaleza natural contra las invasiones procedentes del Norte, papel que fue reforzado con la construcción de la Gran Muralla, en su sector septentrional, a fines del siglo II a. C. De esta manera, se protegía mejor a las poblaciones agrícolas y sedentarias de las tierras amarillas, de las invasiones de los pueblos nómadas del interior de Asia. Desde los primeros tiempos de la civilización china, el campesino ha podido tallar en este material sus viviendas trogloditas, a la par que ha utilizado agrícolamente estas fértiles tierras, ricas en potasio, magnesio y fosfatos. Asimismo, posee un rico subsuelo con importantes yacimientos de hierro y hulla, por lo que fue el centro metalúrgico de la China tradicional. Hacia el este, a consecuencia de la enorme cantidad de aluviones transportados desde las mesetas de loess, el Hoang Ho ha formado en su curso bajo una inmensa llanura conocida con el nombre de Gran Llanura del Norte, la mayor llanura de China con una extensión de 350.000 km2; está formada por aluviones cuaternarios de una gran fertilidad, que el río Hoang Ho o Río Amarillo ha ido depositando: de ahí que a menudo se la denomine también Llanura Amarilla. El nombre se debe al color de sus aguas, que al atravesar las mesetas de loess de Shansi y Shensi, arrastran abundantes partículas arcillosas. Asentada sobre una gran depresión del zócalo, hoy en día es la gran región triguera del país, soportando una enorme densidad demográfica. De todos los ríos que atraviesan la Llanura, el más importante es el Hoang Ho o Río Amarillo, sin embargo, y a diferencia del Yangtsé Kiang, no ha representado para esta región un elemento unificador, sino profundamente hostil. Debido precisamente a la abundancia de aluviones depositados, este hecho ha provocado que el fondo del cauce tenga un nivel más alto

72


que la propia Llanura, lo que ha dado lugar a frecuentes desviaciones de su curso y a catastróficas inundaciones, que le han valido al río el apelativo de «Tormento de China». El trabajo multisecular de los hombres con la construcción de diques, presas, canales de desviación, etc. para regular su curso y el de sus afluentes, ha conseguido fijar sus cauces y paliar la amenaza de graves inundaciones. La península montañosa de Shandong participa de la Llanura en sus tierras bajas occidentales, mientras que el resto está formado por un macizo precámbrico de rocas cristalinas y de morfología amesetada, atravesado por una gran depresión. Su mayor elevación es el Monte Taishan (1.545 m), célebre montaña sagrada de China. b) El sector central de la China oriental pertenece a la cuenca media e inferior del Yangtsé Kiang. Entre las llanuras y mesetas del norte, y las colinas del sur, el Yangtsé Kiang o Río Azul recorre China central de oeste a este. Es el río más largo de China (5.000 km) y en su cuenca viven más de 400 millones de habitantes. Nace en las altas tierras del Tíbet, y a través de los Alpes de Sichuan llega a la Cuenca Roja y sale de ella por una serie de estrechas gargantas, para formar en su curso bajo una llanura y un amplísimo delta. La cuenca media está salpicada de numerosos lagos, que revisten una enorme importancia como reguladores de su caudal. A diferencia del Hoang Ho, el Yangtsé Kiang es navegable en su curso medio e inferior, lo que le convierte en la vía de penetración más importante en el continente asiático desde el mar, a pesar de las limitaciones impuestas por su irregularidad, los frecuentes rápidos y la abundancia de aluviones que dificultan la navegación en algunos tramos. El tramo medio del Yangtsé recibe las aguas de la cuenca de Sichuan, nombre que significa «cuatro ríos», en atención a los principales ríos que la atraviesan: el Yangtsé y sus afluentes. Esta cuenca intramontana, donde los afluentes del Yangtsé se unen al gran río, es conocida con el nombre de Cuenca Roja de Sichuan; se trata de una gran depresión formada durante el jurásico y cretácico, con abundantes sedimentos posteriores, entre los que predominan los materiales arcillosos de la era secundaria, de color rojo, y a los que debe su nombre esta región. Es una fértil cuenca, la más occidental de las principales regiones agrarias de China, y con abundantes recursos en su subsuelo, lo que ha propiciado el asentamiento de más de 100 millones de personas.

73


Al abandonar la Cuenca Roja, el Yangtsé atraviesa un tramo montañoso, y pasados los terribles rápidos de Ichang, entra en una región de llanuras, que llega hasta su delta. Las llanuras del Yangtsé medio e inferior se encuentran totalmente salpicadas de lagos, el mayor de los cuales es el Tung-ting (2.740 km2), y recorridas además por algunos de sus principales afluentes, entre ellos el Han. Se trata de depresiones o cuencas poco profundas que no han sido colmatadas por los sedimentos fluviales, y constituyen la más importante zona lacustre del país. En su desembocadura, el Yangtsé crea un amplísimo delta formado por la colmatación de un amplio golfo en el que terminaba la cuenca del río. Situada prácticamente al nivel del mar y sometida a las fluctuaciones del Yangtsé, esta región tiene un carácter anfibio. Desde hace milenios, ha sido profundamente modificada por el hombre con obras de canalización y drenaje; en la actualidad, es una región ricícola por excelencia y soporta una de las mayores densidades demográficas de China. c) El sector meridional de la China oriental está constituido por el territorio situado al sur de la cuenca del Yangtsé, separado de la misma por la cadena de los Nan Ling y Ta Yu Ling. Morfológicamente esta vasta región comprende dos zonas bien delimitadas: al oeste, las mesetas de Yunnan y Guizhou, y al este, la región de colinas, al sur de las cuales se extiende el valle del Xikiang. — Las mesetas de Yunnan y Guizhou forman una región natural fuertemente individualizada. La forma de relieve predominante son unas mesetas articuladas en escalones que descienden hacia el sureste en dirección al mar. Estas mesetas están formadas por rocas cristalinas, fundamentalmente paleozoicas, y recubiertas de rocas calcáreas mesozoicas. Más tarde, movimientos verticales dislocaron la superficie y fragmentaron el bloque en dovelas a diferentes alturas. Todo el conjunto sufrió un levantamiento a fines del Terciario, formándose un altiplano a niveles diferentes, que son las actuales mesetas. Su subsuelo es muy rico en carbón, minerales de hierro, cobre y estaño. El centro de la meseta de Yunnan presenta una altiplanicie de unos 2.000 m de altitud media, con profundos valles encajados en gargantas, que descienden hacia la meseta de Guizhou, de menor altitud. El espesor de la roca calcárea alcanza a veces los 1.500 m y tiene una intensa circulación subte-

74


rránea, lo que ha dado lugar a un paisaje kárstico que confiere a esta región una enorme singularidad. Es célebre el karst de pitones que ha formado el «bosque de piedra» de Lu’nan, en Yunnan, centro de turismo internacional, al igual que Gulin en Guizhou. — Al este de las mesetas de Yunnan y Guizhou se extiende una inmensa región de colinas, cuya superficie alcanza los 750.000 km2 que la convierte en la región de colinas más extensa del mundo. Con una altitud media de 600 m, estas tierras forman parte del zócalo precámbrico y paleozoico, convertido en penillanura y recubierto de materiales. Movimientos orogénicos posteriores levantaron y fallaron el conjunto, que ha sufrido una intensa erosión fluvial. Todo ello ha dado lugar a una compleja morfología, donde montañas bajas y colinas se disponen de una manera caótica y desordenada, dificultando las comunicaciones y propiciando el aislamiento de sus habitantes. Estas alineaciones montañosas generalmente llegan hasta el mar, por lo que las costas de esta región son muy recortadas, con profusión de islas e islotes y numerosos puertos naturales. — Hacia el Sur, se abre la cuenca del Xikiang (2.100 km), la más importante de la región y cuyas aguas forman en Cantón una extensa llanura deltaica. 3.2. 3.2.1.

La originalidad climática del espacio chino Factores y elementos del clima

La magnitud territorial del país y su accidentada y variada topografía determinan una acusada diversidad climatológica. China se halla situada en la zona cálida y templada del Hemisferio Norte; sin embargo, factores como la latitud, altitud, posición respecto al océano o hacia el continente y la disposición orográfica, contribuyen a diversificar notablemente sus características climáticas. Resulta muy significativo resaltar la originalidad climática del espacio chino respecto a otras regiones del mundo situadas a latitudes semejantes. Así, por ejemplo, mientras que el sector meridional chino goza de un clima tropical monzónico, los desiertos del Sahara y Arabia, a la misma latitud,

75


sufren las consecuencias desecantes de las altas presiones subtropicales. Por el contrario, la intensa aridez que padecen las regiones desérticas del N y NW de China no se corresponden con la situación climatológica que tienen las regiones del centro de Europa. En buena parte, la mayor continentalidad del territorio chino se explica por la posición oriental que ocupa en el continente euroasiático. Así, mientras que en Europa, los vientos del Oeste llegan cargados de humedad tras atravesar el Atlántico, la masividad del continente imposibilita la entrada de la influencia marítima. Durante el invierno, la mayor parte del territorio se encuentra bajo la acción del potente anticiclón asiático, por lo que un aire siberiano gélido y seco afecta a casi todo el país; se trata de vientos de componente norte que soplan hacia las depresiones del Pacífico (Shanghai, a la misma latitud que El Cairo, tiene una temperatura media de 3ºC en Enero); solamente el sureste, debido al descenso del Frente Polar que en esta estación alcanza latitudes tropicales, goza de precipitaciones. En verano, este anticiclón es sustituido por un centro de bajas presiones que atrae los vientos húmedos y cálidos del Índico y del Pacífico. El ascenso del Frente de Convergencia Intertropical hasta latitudes más altas, a finales de mayo, se acompaña de un cambio de posición del Jet Stream al norte de las cadenas montañosas del Himalaya-Tíbet-Kunlun, lo que desencadena las lluvias monzónicas del sur y sureste de China: la lluvia de las ciruelas «meiyu», supone el inicio del monzón, con una duración de unos veinte días repartidos en la segunda quincena de junio y primeros de julio, si bien presenta cierta variabilidad en función del bloqueo que pueda sufrir el monzón en su trayectoria. Al final del verano son muy frecuentes los tifones, que llegan con gran violencia desde el Mar de la China, aportando lluvias torrenciales. Las perturbaciones asociadas al Frente Polar, que en esta estación se encuentra también en latitudes más elevadas, traen precipitaciones a Manchuria y la Gran Llanura del Norte. Así, el mapa de distribución de las lluvias presenta un claro contraste entre el noroeste, donde en el Xinjiang se encuentran algunos de los desiertos más áridos del mundo con menos de 50 mm de precipitaciones anuales, y el sureste donde las precipitaciones superan los 2.000 mm (fig. I.9). La concordancia entre regiones húmedas y mayor densidad de población es evidente. P. Gourou señala que la isoyeta de 400 mm, que es seguida con bastante exac-

76


titud por el trazado de la Gran Muralla, determina la tradicional separación entre el agricultor y el pastor. En líneas generales, el verano es la estación húmeda por excelencia, cayendo cerca del 70% de las precipitaciones en esta estación. Tanto en la China oriental como en el interior, las lluvias aumentan de norte a sur; en el litoral, Harbin recibe 480 mm y Pekín 622, mientras que Shanghai recibe 1.148 mm y Guangzhou 1.648 mm; en el interior, Lhasa, en el Tíbet, recoge 443 mm frente a los 50 mm de Turfán, en el Xinjiang.

0

1.000km

Precipitaciones (mm) Más de 1.400 1.000 - 1.400 800 - 1.000 400 - 800

200 - 400 50 - 200 Menos de 50

Fig. I.9. Distribución de las precipitaciones en China

77


En cuanto a las temperaturas, disminuyen gradualmente de sur a norte y la continentalidad del territorio se refleja en unas fuertes amplitudes térmicas, mucho más acusadas que las europeas: la isoterma de enero de –8ºC sigue con bastante exactitud el paralelo 40º, el de Pekín, casi a la misma latitud que Palma de Mallorca o Nápoles. Si las isotermas de Enero siguen fundamentalmente la línea de los paralelos, las isotermas de Julio reflejan la influencia del Océano y la disposición orográfica. Así, por ejemplo, la isoterma de 24ºC separa a su derecha las tierras más bajas del país, frente a las mayores alturas de la China interior. Además de existir un neto contraste entre el Norte y el Sur, la disposición orográfica marca también importantes diferencias entre las tierras del interior y la China oriental. La disposición de las principales líneas de relieve en China occidental sigue fundamentalmente el sentido de los paralelos, lo que impide la entrada de las masas de aire tropical; por el contrario, la disposición meridiana de los principales ejes orográficos en la China oriental facilita, tanto la penetración hacia el norte de las masas de aire tropical, como el descenso casi hasta latitudes tropicales del Frente Polar. 3.2.2.

Los grandes dominios bioclimáticos

Así pues, existe un fuerte contraste entre una China occidental árida y semiárida y una China oriental húmeda. Si a esta división añadimos una línea imaginaria aproximadamente a lo largo del paralelo 34º, quedarían diferenciados cuatro grandes espacios que se corresponden con los cuatro grandes dominios bioclimáticos (Atlas Histórico y Geográfico Universitario, UNED, Mapa IX. 29). — Un clima de alta montaña en el Tíbet-Qinghai, en el suroeste — Un clima desértico de degradación continental, en el norte y noroeste — Un clima templado continental, en el noreste. — Un clima subtropical y tropical, de influencia monzónica, en el sureste. a) Dominio de alta montaña en el Tíbet-Qinghai. La meseta del TíbetQinghai, por encima de los 4.000 m de altitud, es una de las regiones más extensas del mundo con clima de montaña. Tiene temperaturas muy bajas todo el año y unas precipitaciones inferiores a los 100 mm anuales. El gla-

78


ciarismo fue muy intenso en toda al región, sin embargo, la aridez no ha permitido que los glaciares desciendan de los 5.000 m. Bajo estas condiciones adversas, la vegetación es escasa y pobre en especies. Los sectores más elevados son del dominio de la tundra alpina, que al descender en altitud es sustituida por una estepa fría. El cambio de orientación de los principales ejes orográficos en la región suroriental del Tíbet, permite el acceso del monzón lluvioso. En las laderas de los profundos valles encajados de la cuenca alta del Brahmaputra se desarrolla una vegetación de coníferas, mientras que en el fondo de los mismos, los asentamientos agrícolas son numerosos. Aquí se encuentra Lhasa, la capital. b) Hacia el norte entramos en el dominio de un clima desértico de degradación continental que se extiende sobre el Xinjiang y la Mongolia interior. Los inviernos son largos y muy rigurosos y los veranos extremadamente cálidos, debido a la fuerte continentalidad que padece la región. Aquí se localiza la depresión de Turfán, cuyo clima es el más extremado de China, soportando una amplitud térmica de 49ºC y unas precipitaciones muy escasas, que oscilan entre 50 y 100 mm de media anual, y muy irregulares. Una vegetación de estepa posibilita la existencia de una ganadería nómada de camellos y cabras, y al pie de las montañas surgen oasis que permiten una agricultura de regadío cada vez más importante. c) Hacia el noreste domina un clima templado continental, con dos estaciones bien contrastadas. Se extiende desde Manchuria hasta la cuenca de Hoang Ho y se caracteriza por unos veranos cálidos y húmedos y unos inviernos muy rigurosos en que ríos y lagos se hielan. Las lluvias son escasas y aumentan conforme descendemos en latitud. Se trata fundamentalmente de lluvias de verano (asociadas a las perturbaciones del Frente Polar y a las masas de aire húmedo del Pacífico), mientras que la estación invernal, dominada por el anticiclón siberiano, es fría y seca. El suelo de la cuenca baja del Hoang Ho está formado por materiales fluviales y loéssicos, lo que supone unas condiciones muy favorables para la agricultura. Desde hace milenios el hombre ha aprovechado agrícolamente estas tierras, en perjuicio de la vegetación natural. Los bosques quedan reducidos a las zonas montañosas, y en las llanuras crecen abedules, encinas, olmos y otras especies de ribera.

79


En Manchuria las condiciones climáticas se recrudecen. Sus áreas montañosas suponen hoy en día una de las mayores regiones forestales de China, mientras que la llanura manchú se encuentra muy explotada agrícolamente por colonos chinos. d) Finalmente, la China central y meridional gozan de un clima tropical y subtropical. Cabría hacer una distinción entre el clima propiamente «chino», que se extiende sobre la cuenca del Yangtsé, y el clima tropical, de rasgos netamente monzónicos, en el sureste. — El clima «chino» comprende las tierras de la cuenca media y baja del Yangtsé, desde Sichuan hasta su desembocadura. Supone un dominio climático intermedio entre el tropical monzónico del Sur y el templado continental del norte. Este clima «chino» subtropical, o de las costas orientales de los continentes, se caracteriza por un invierno relativamente suave y unos veranos muy calurosos, con medias de 30ºC. Las precipitaciones caen fundamentalmente en la época estival y son de carácter monzónico. En esta región se desarrolla una vegetación en la que se mezclan especies tropicales y de la zona templada septentrional, alternando especies caducifolias, como el roble, con perennifolias, como la encina. El bambú y la morera también ocupan un lugar destacado. La intensa acción del hombre, que ha puesto en cultivo la mayor parte de esta cuenca hidrográfica, ha confinado la extensión de la masa arbórea a las montañas. — Por último, en la región del sureste de China, al sur de los montes Nan Ling y al este de las mesetas del Yunnan, se extiende un dominio tropical monzónico. Se caracteriza por unas temperaturas muy suaves en invierno (en torno a 15ºC) y cálidas en verano. Las precipitaciones, si bien caen durante todo el año, tienen un predominio estival (de mayo a septiembre), en relación con el monzón. En esta región se desarrolla un bosque original de frondosas, fundamentalmente perennifolias, como magnolias y laureles, además de tecas, ébanos, alcanfores, etc. y un denso sotobosque de helechos, té, cafetales, cacaotales. Sin embargo, la intensa acción antrópica ha modificado profundamente el bosque original y ha sustituido numerosas especies primigenias por árboles de cultivo, especialmente cítricos y moreras, además de eucaliptus y álamos, que por su rápido crecimiento convierten a la región meridional china en una de las principales regiones de mayor aprovechamiento maderero del país.

80


4. 4.1.

LA DIFÍCIL MODERNIZACIÓN DEL ESPACIO RURAL El desafío de alimentar al 22% de la población mundial con el 7% de las tierras cultivadas

Durante milenios China ha sido un país eminentemente rural, en el que una alimentación tradicionalmente cerealista ha propiciado la concentración de la población en los escasos espacios fértiles (llanuras y valles). En un medio natural tan hostil y teniendo que hacer frente a numerosas calamidades naturales y a abusivos impuestos, el campesinado chino ha sufrido largos periodos de penuria. El miedo al hambre ha sido una realidad constante durante muchos siglos. Tanto las acusadas sequías o peligrosas inundaciones de la Llanura de la China del Norte y de las mesetas de loess, donde el régimen pluviométrico es muy irregular, como el exceso de agua de la China monzónica, implicaban malas cosechas, y por consiguiente hambre y miseria. En la búsqueda de una solución eficaz a estos problemas radica su neta orientación hacia las producciones vegetales y el carácter intensivo de esta agricultura, a la que debido a su minuciosidad muchos autores califican como verdadera obra de jardinería. Esta agricultura tradicional intensiva, no en el sentido que se le da en los países desarrollados (técnicas avanzadas, abundancia de maquinaria, altos rendimientos), sino por la alternancia de cultivos, abonado muy meticuloso, extremo cuidado de las plantas y sobre todo por el empleo de una numerosísima mano de obra, apenas ha cambiado desde hace siglos y en la actualidad, la productividad del campesinado chino sigue siendo de las más bajas del mundo. Sin duda, uno de sus principales logros ha sido el asegurar las necesidades básicas de tan ingente población; necesidades cubiertas más en cantidad que en calidad, debido a la tradicional escasez de proteínas animales. Si bien desde 1980 el consumo de carne y de pescado se ha duplicado, estos avances no han afectado por igual a toda la población y todavía el volumen de personas que consumen una dieta muy poco diversificada, sobre todo en el mundo rural, sobrepasa los ¡200 millones de personas! Para conocer el estado de la China agrícola actual es necesario primero recordar el impacto de la revolución maoísta (1949-1976) y las reformas posteriores (desde 1978), para analizar después el problema de la excesiva

81


mano de obra agraria y la escasez de tierras cultivables, así como las principales producciones y regiones agrarias. 4.2. 4.2.1.

El proceso de colectivización de la agricultura Las estructura agrarias anteriores a 1949

Cinco mil años antes de nuestra era ya se cultivaba la tierra en varias regiones de la China septentrional: la cultura neolítica de la provincia de Shaanxi se encuentra ampliamente documentada. En toda la historia de la China imperial (desde 221 a C. hasta la dinastía Qing [1644-1919]) se alternan periodos de estabilidad y progreso económico frente a largas épocas de hambre y miseria. Si durante los primeros siglos de nuestra era, el Estado fue el propietario de la tierra, que entregaba a los campesinos para su cultivo, a partir del siglo VIII se crearon grandes propiedades agrarias en un régimen feudal, que condujo a graves desequilibrios no sólo en cuanto a la distribución de las tierras, sino también desde el punto de vista social. En una economía de autosubsistencia, la falta de tierra ha sido una constante a lo largo de los siglos. Se puede establecer una neta diferencia entre la China del trigo, en el norte, y la China del arroz, en el sur: mientras que el 75% de los campesinos del norte eran propietarios y sus parcelas tenían unas dimensiones mayores, en el sur tan sólo el 40% era propietario y la superficie media de las parcelas era mucho más reducida. A raíz de la penetración extranjera a partir de la segunda mitad del siglo la introducción y el desarrollo de nuevas formas de producción capitalista rompe el tradicional equilibrio que existía con el poder central. Por una parte, el gobierno abandona la protección que ofrecía al campesinado mediante la organización y financiación de las obras públicas necesarias, quedando el campesinado indefenso ante las sequías, inundaciones o plagas que causaban millones de muertos. Por otra parte, la monopolización de la tierra y de otras medios de producción por una clase de propietarios feudales, condujo a unas condiciones de miseria a buena parte de la población rural.

XIX,

Si a ello añadimos que la producción artesanal rural de tipo doméstico, que para muchas familias suponía una vital fuente de ingresos, sobre todo

82


en épocas de penuria, no pudo competir con los precios más bajos de los mismos productos industriales fabricados con capital extranjero, resulta lógico el apoyo del campesinado a los movimientos revolucionarios. Abandonados por el poder central a todo tipo de calamidades naturales y con fuertes presiones por parte de los terratenientes (usura, impuestos arbitrarios), que provocaban un endeudamiento cada vez mayor de los campesinos, la realidad se hacía insostenible. La reestructuración total del espacio rural sólo podía llevarse a cabo mediante una reforma agraria, y éste era uno de los principales objetivos de la revolución comunista. 4.2.2.

La reforma del régimen de propiedad. La Reforma Agraria

La Reforma Agraria de 1950 se difundió por todo el país durante los dos años siguientes, excepto en la región fronteriza de Shaanxi-Shenxi, donde ya se habían puesto en marcha con anterioridad los principios comunistas, y en las regiones poco habitadas de las minorías étnicas. La Reforma ya se había realizado en Jiangxi, Yunnan y también en todas aquéllas tierras que iban siendo conquistadas a los nacionalistas durante la guerra civil. En este sentido, la promulgación de la ley de la Reforma Agraria no fue más que la legalización de un hecho que la población campesina ya conocía. La primera etapa de la Reforma fue la distribución de la tierra entre los que la trabajaban. Este reparto no se hizo por meras disposiciones legislativas, sino que los propios campesinos debían actuar activamente, en colaboración con el gobierno, en esta lucha de clases. La violencia que acompañó a la Reforma Agraria alcanzó un rango desconocido en Occidente. Los propietarios feudales no sólo fueron expropiados, sino también aniquilados: las cifras de muertos oscilan entre tres y quince millones, según las fuentes procedan del régimen o de la oposición. La decisión de satisfacer el hambre de tierras de la población campesina no era más que el primer paso de un largo proceso que ineludiblemente debía desembocar en la colectivización. Así, se pueden establecer tres fases: la reforma del régimen de propiedad, una etapa siguiente de cooperativismo, y el nacimiento de las Comunas Populares y la instauración del colectivismo. El criterio sobre el que se basó la Reforma Agraria fue la diferenciación en cinco clases del campesinado chino:

83


— los grandes propietarios, que vivían de las rentas de sus tierras, junto con los usureros y recaudadores de impuestos. — los campesinos ricos, que empleaban mano de obra asalariada para explotar sus tierras. — los campesinos medios, que generalmente cultivaban sus propias tierras sin apenas recurrir a la ayuda de otros campesinos. — los campesinos pobres, cuyas propiedades eran demasiado pequeñas para alimentar a su familia y tenían que recurrir a los usureros, arrendar sus tierras o trabajar como asalariados agrícolas. — los obreros agrícolas y aquéllos que no tenían ni tierras ni bienes. El grupo más afectado fue el de los grandes propietarios que, como en otros países subdesarrollados, eran absentistas que vivían en un estado casi parasitario. Los campesinos ricos y medios, que trabajaban fundamentalmente sus tierras, no sufrieron una expropiación tan radical. Esta primera etapa de la reforma agraria había quedado prácticamente finalizada en otoño de 1952. Se repartieron 46,6 millones de hectáreas entre 300 millones de campesinos, mayoritariamente en aquéllos pertenecientes al escalafón inferior, que eran los más numerosos (el 70% del total de las familias). La superficie repartida entre los campesinos variaba entre 1 mu (1/15 ha) en la China del este y del sur, donde se registraba una mayor presión demográfica, 2 a 3 mu en China central, 3 mu en el norte de China y hasta 16 mu en el norte de Manchuria. Junto a estos 300 millones de beneficiarios, subsistían 70 millones de antiguos campesinos medios y 40 millones de campesinos ricos, cuyas propiedades fueron reducidas. Sin embargo, si la situación social en el campo mejoró notablemente, el problema de la extremada fragmentación de las parcelas y la falta de preparación del campesinado se hacía cada vez más patente. Muy pronto se ve la necesidad de acelerar la revolución e impulsar la socialización. Para ello contaron con el apoyo del 70% de la población rural, es decir, los campesinos pobres que, desprovistos de medios, de nuevo empezaban a endeudarse e incluso se veían obligados a vender o arrendar sus tierras. Si unos campesinos no tenían suficiente tierra, a otros les faltaba un utillaje adecuado o carecían de animales de carga, por lo que pronto

84


se vió la necesidad de reagrupar esfuerzos para solventar los nuevos problemas. Así, una vez reformado el régimen de propiedad, había que modificar y socializar ahora el modo de producción, de acuerdo con el Programa Común, elaborado en 1949, donde se decía textualmente «el gobierno del pueblo guiará al campesinado paso a paso en la organización de diversas formas de ayuda mutua y cooperación en la producción, de acuerdo con el principio de voluntariedad y mutuo beneficio». La Reforma era, pues, una etapa del proceso de socialización, iniciándose ahora la segunda etapa de este proceso. 4.2.3.

El cooperativismo

A partir de entonces se generalizan los equipos de ayuda mutua de producción que ya habían comenzado a funcionar con anterioridad a 1949 en las regiones del norte ocupadas por los comunistas y más tarde en determinadas regiones ocupadas por las minorías nacionales. Estos equipos se extendieron por el resto de China entre los años 1952-55. En un principio eran temporales, agrupaban a 6-10 familias y sólo trabajaban conjuntamente durante la estación veraniega. Con el tiempo se fueron creando también equipos que desarrollaban actividades en común (vigilancia del ganado, construcción de herramientas, etc.). En 1954, el 60% de los campesinos formaba parte de los equipos de ayuda mutua, y un 10% había pasado ya a la fase siguiente del cooperativismo. Pronto comienzan a surgir otras formas más avanzadas de cooperación. Se crean las cooperativas de producción semisocialista, o de nivel inferior, que se extendieron con muchísima rapidez a lo largo del año 1955: si a principios de año sólo el 14% de los campesinos formaba parte de las cooperativas, a finales del mismo este porcentaje alcanza el 63%. Estas cooperativas agrupaban a 30 o 40 familias y sus objetivos eran reducir los costos de producción, aumentando las unidades de producción; incrementar las inversiones y eliminar las explotaciones no rentables. En estas cooperativas semisocialistas una administración organiza una explotación planificada, de manera que el campesino ya no puede cultivar lo

85


que quiera y donde quiera, sino que se tiene que atener a unos objetivos planificados por el gobierno. De esta etapa data la mayor transformación del espacio rural, no sólo en el modo de producción, sino también en el paisaje. Sin embargo, los campesinos todavía conservaban para sí una pequeña parcela en propiedad individual, así como también la propiedad de sus animales de carga, utensilios y árboles frutales. La retribución estaba en relación no sólo con el trabajo realizado, sino también en función de las tierras y equipos aportados. El deseo de acelerar la colectivización de la agricultura llevó a la creación de otro reglamento que supuso la aparición de las cooperativas de producción socialista, o de tipo superior. Su objetivo era mejorar y aumentar la producción, a la vez que transformar los modos de producción agrícola y el régimen de propiedad. En estas cooperativas socialistas casi todas las tierras eran puestas en común, restringiéndose mucho más la propiedad privada. A partir de ahora los campesinos son retribuidos únicamente en función de su trabajo, y no en función de su capital. Agrupaban entre 100 y 300 familias, que se dividían en brigadas (20-40 familias) y en equipos (6-8 familias). El promedio era de unas 170 familias con unos 800 habitantes. Esta cifra era bastante más elevada a la de las anteriores cooperativas que albergaban unas 30 familias y poco más de 100 habitantes, siendo mucho más parecida al koljoz soviético (el koljoz de tipo medio agrupaba a 600 trabajadores). Todavía el campesino era propietario de un pequeño lote de tierras, pequeños animales domésticos y unos cuantos árboles. En 1957 la mayor parte de la población rural de China estaba organizada en el seno de unas 74.000 cooperativas de tipo superior. Sin embargo, los resultados económicos no fueron tan espectaculares como se había previsto y el descontento de los campesinos se fué generalizando. 4.2.4.

Las Comunas Populares y la instauración del colectivismo

La transformación gradual del medio rural, en el que cada etapa consolidada suponía una preparación para una nueva fase y un paso más en el proceso de colectivización, alcanzó su nivel máximo con la creación de las Comunas Populares, durante el Gran Salto Adelante.

86


La comuna es una organización económica basada en la propiedad colectiva de la tierra y en los medios de producción. Estaban formadas por brigadas, que se correspondían con las antiguas cooperativas socialistas, y tenían la competencia sobre la gestión de las pequeñas industrias y las tareas educativas y sanitarias. A su vez, las brigadas estaban subdivididas en equipos de producción, que eran los responsables de la organización de la producción, la utilización del trabajo y la distribución del producto. En la comuna se asocian todos los sectores de la vida económica: agricultura, industria, comercio, educación, defensa, etc. y es precisamente esta diversidad de funciones lo que la diferencia del koljoz soviético, asemejándose quizás más al kibbtuz israelí. El Plan de Difusión de las comunas elaboró un «Programa de actuación de 12 años» (1956-67) cuyas líneas básicas de actuación fueron la construcción de escuelas, la eliminación del analfabetismo y la difusión de técnicas agrícolas avanzadas, con el fín de ir reduciendo paulatinamente las diferencias entre los trabajadores agrícolas e industriales, es decir, entre el campo y la ciudad. Pocos fenómenos han transformado tanto el interior de un país, como lo ha hecho la comuna. Sus principales objetivos pueden quedar resumidos en tres: — Debe ser una unidad económica y política integrada, donde se aúnen la agricultura, industria, comercio, defensa militar, enseñanza, etc. y poseer también la tierra y los medios de producción. — Debe colectivizar la vida del campesinado mediante la instalación de comedores, talleres, guarderías, etc. — Debe remunerar a cada trabajador según sus necesidades, y nunca según su trabajo. Todo ello contribuyó a una rápida difusión de las comunas por todo el país. Así, al finalizar el año 1958, tan sólo cuatro meses después de haber puesto en marcha el programa de las comunas, las 74.000 cooperativas socialistas fueron agrupadas en 26.000 comunas populares con una media de 4.634 familias por comuna. Pero pronto se observan deficiencias en su funcionamiento, por lo que se reduce su tamaño y número de campesinos que la integran.

87


Desde un punto de vista meramente económico, la comuna permitía la utilización de una enorme masa de población campesina subempleada. Así, si hasta entonces el enorme peso demográfico había sido considerado como un freno para el desarrollo, a partir de ahora es una fuente de trabajo esencial para aumentar la capacidad productiva del país. En este sentido, Mao Tsé Tung pronto vio que la utilización del único recurso que era abundante y barato, la mano de obra, era un factor clave para el desarrollo agrícola y que sólo con el rápido incremento de la producción agrícola se conseguiría acelerar el desarrollo industrial del país. En la comuna estaban estrechamente asociadas la agricultura, la industria y el comercio, ya que fue creada como una unidad de integración económica. Cada una de ellas disponía de importantes recursos en capital y mano de obra, y su extensión variaba según las condiciones climáticas y edafológicas de cada región. La agricultura era la actividad dominante a la que dedicaban 225 días al año, el resto lo empleaban en numerosas obras de infraestructura dentro de la comuna: pozos, repoblación forestal, acondicionamiento y mejora de caminos y canales, ampliación de la superficie cultivada, etc. En este sentido, la comuna supuso un factor clave en la transformación de la vida agraria en China. Gracias a estar concebida como una unidad integrada, la comuna ha servido como vía de penetración en el medio rural de gran parte de las innovaciones ligadas al desarrollo, por lo que constituye uno de los elementos más originales e importantes para conseguir paliar el subdesarrollo del mundo rural. A través de sus pequeños talleres y equipos de construcción, las técnicas de la industria moderna se pudieron difundir y se impulsó la industrialización de las áreas rurales, en un intento de reducir las diferencias entre el campo y la ciudad. Todas estas ventajas, tanto sociales como económicas, contribuyen a explicar la rapidez y la facilidad del proceso de establecimiento de las comunas. Sin embargo, a pesar del entusiasmo de los primeros años, la experiencia y los resultados no fueron tan positivos como se esperaba. Con unas condiciones climáticas excepcionales, la cosecha de 1958 tan sólo alcanzó los 200 millones de t, cifra equivalente a la del año anterior. A los llamados «años negros» de sequías e inundaciones (1959-1961), se añadieron los problemas creados por una planificación excesivamente optimista, y la China se enfrentó a uno de los periodos más terribles de su historia reciente: más

88


de 20 millones de personas murieron de hambre. Además, las tendencias igualitarias en la retribución del trabajo, en el que cada trabajador es remunerado en función de sus necesidades y no de su labor, provocan el abandono de técnicos y responsables políticos y económicos, lo que también incide negativamente en la producción. La comuna se enfrentaba al reto de controlar y vencer esta situación. Si por una parte cuenta con material y mano de obra suficiente para poder llevar a cabo las obras de infraestructura necesarias para luchar contra las catástrofes naturales, por otra parte, el análisis de esta misma situación plantea la necesidad de corregir algunos aspectos que fueron planificados, quizás con demasiado optimismo, en 1958. 4.3.

La descolectivización. El retorno de la agricultura familiar

Las reformas llevadas a cabo por Den Xiaoping a partir de 1978 tenían el objetivo de crear una dinámica nueva y conseguir un desarrollo rural global. Se inicia entonces la generalización de los llamados «sistemas de responsabilidad», que suponen la puesta en práctica de métodos de cuantificación del trabajo que permitan la remuneración del mismo en función de sus resultados. Por ello, se debe delimitar el trabajo individual para poder lograr su cuantificación, con lo que las formas de trabajo comunales quedan más debilitadas. De esta manera, en la década de los ochenta, paulatinamente se va volviendo a una agricultura de tipo familiar, en la que la progresiva descolectivización del campo implica de hecho una vuelta a la privatización. El mejor aprovechamiento del suelo, ligado al retorno de una agricultura de tipo familiar, permite no sólo una mayor diversificación agrícola, sino también un mayor número de actividades no ligadas a la agricultura, por lo que, gracias a la introducción de nuevas formas productivas y comerciales, se potencia un desarrollo más integrado de las áreas rurales. El retorno de una agricultura de tipo familiar en 1982 y la regulación de la producción a través de los precios y no por la planificación centralizada, fueron los dos hitos más importantes de este periodo. Las reformas incitaron a los campesinos a trabajar duramente y los resultados no se hicieron esperar: la renta de la población rural se duplicó entre 1978-1984. En 1984

89


China era ya autosuficiente en la producción de cereales (trigo, arroz, maíz, sorgo y mijo). Sin embargo, ya a finales de los ochenta (1987-88) de nuevo aparecieron dificultades y son muchos los que hablaron de «crisis agrícola». La producción cerealista, clave de la política agrícola, dejó de cumplir sus objetivos por cuarto año consecutivo Al debilitamiento de las reformas, se añade el difícil crecimiento hoy en día de numerosas regiones de agricultura intensiva, mientras que en otras, el aumento de los rendimientos supone altísimos costes en los medios de producción. Si bien es cierto que las necesidades básicas alimenticias de una nación tan populosa están cubiertas, la pobreza todavía sigue siendo una dura realidad para buena parte del campesinado. 4.4.

La abundancia de mano de obra y la escasez de tierras

Si la agricultura no produce más que el 13,2% de la riqueza nacional, en contrapartida emplea nada menos que el 49% de su población activa, ¡lo que supone 373 millones de personas en el año 2005!. Aunque esta cifra ha ido experimentando un descenso considerable en las últimas décadas (75% de población activa agraria en 1970, 60% en 1988), el bloqueo al éxodo rural durante la época maoísta fue en parte responsable de este elevado volumen de población agraria. Sin embargo, un dato significativo es la reducción del carácter exclusivamente agrícola del medio rural: si en los años setenta, el 90% de los activos rurales trabajaba en las faenas del campo, hoy en día no llega al 70%, de manera que un tercio de las familias campesinas tienen a uno o dos miembros que no están ocupados en la agricultura. Este excedente de activos agrícolas (¡en torno a 150 millones de personas!) supone uno de los principales conflictos que la actual política agraria ha de resolver. El problema se agrava si consideramos la escasa extensión de la superficie cultivada, concentrada muy selectivamente en llanuras costeras, valles y cuencas de la China oriental. Los datos sobre la evolución de la superficie agrícola evidencian un incremento bastante reducido de la misma en los últimos años, a pesar de todas las mejoras efectuadas en los medios rurales. Así, si en 1949 la superficie cultivada no llegaba a los 100 millones de hectáreas, en 1992 esta superficie era de 125 y en la primera década del presente siglo la cifra había descendido a 122 millones de has. La expansión de las

90


ciudades, el trazado de las infraestructuras de transporte, la industrialización, arrebatan a la agricultura 200.000 has por año. Según un informe del Ministerio de Tierra y Recursos, publicado a finales del 2005, el área de tierra cultivada per cápita era de 1,4 mu (0,093 has), menos del 40% de la media mundial. Cuadro I.4. Datos básicos del sector agrario en China Población agraria (%)

49,0

Participación PIB (%)

13,2

Usos de suelo (%) Superficie cultivada Prados y pastos Superficie forestal Improductivo

14,7 42,9 17,5 25,1

Fuente: Calendario Atlante Agostini 2006.

La potencial puesta en cultivo de algunas decenas de millones de hectáreas en el oeste y norte del territorio, en condiciones muy adversas, parece ser que no va a compensar la pérdida de superficie cultivada de numerosas áreas periurbanas que, paulatinamente, han ido dejando terreno en favor de la expansión de las zonas industriales, residenciales o de servicios. Un factor que incide negativamente en la modernización del sector es la exigua superficie de las explotaciones cultivadas. El inicio de la descolectivización de las tierras a principios de los ochenta desembocó en una reducción del tamaño de las mismas, que a partir de entonces volvían a controlar las familias, retomando su papel de organización que habían perdido durante la etapa de colectivización. Esta privatización de hecho conduce a una microexplotación mayor de la que existía antes de la reforma, y afecta al 95% de las familias campesinas: si en 1949 la superficie media de las explotaciones era de 1,5 hectáreas, en la actualidad es de 1 ha, y fragmentada en minúsculas parcelas. La única excepción se encuentra en las regiones periféricas, donde los cultivos pioneros se desarrollan en explotaciones de mayores dimensiones (Heilongjiang, Xinjiang, Mongolia), aunque tan sólo representan el 5% de la superficie cultivada.

91


Aunque la tierra siga siendo propiedad de la aldea, es distribuida entre las familias según su número de miembros y por un periodo que varía entre doce y quince años. En estas pequeñas parcelas los campesinos actúan y se consideran como propietarios: ellos mismos organizan su trabajo, eligen los cultivos y hacen trabajar a todos sus miembros con el fin de obtener un aumento de la producción que, por primera vez en mucho tiempo, les va a repercutir directamente. Aunque una importante parte de la producción está destinada al autoconsumo, el resto se comercializa, vendiéndose en su mayoría al Estado. Sin embargo, los precios que éste paga por las producciones vegetales no son muy ventajosos, por lo que las rentas de la gran mayoría de los campesinos continúan estancadas. Estas exiguas explotaciones, desde hace siglos y generaciones llevan consigo una ingente acumulación de trabajo humano, que se traduce en una escasa productividad por trabajador. Ya a finales del siglo XX, se observaba de nuevo un movimiento cooperativista con el fin de aumentar la superficie de las explotaciones, considerando ésta como única solución para modernizar el sector. En el marco del XI Plan Quinquenal (2006-2010) se ha aprobado un nuevo programa denominado «primera prioridad estratégica», que significa la puesta en marcha de una reforma integral del medio rural. 4.5.

4.5.1.

La producción agraria: del monopolio cerealista a la diversificación de la producción El desarrollo agrario bajo el socialismo

El desarrollo agrario durante la etapa socialista se basó fundamentalmente en los principios enunciados en el «Código de los ocho puntos». Su contenido indicaba las líneas de acción generales que debían seguir los agricultores para incrementar los rendimientos en los siguientes aspectos: conservación y control de las aguas, abonado, conservación y mejora de los suelos, selección de semillas, plantación intensiva, protección de las plantas, modernización del utillaje y mejora de la gestión. La difusión de este Código entre una gran masa de campesinos que apenas tenía conocimientos técnicos, se realizó con mucha rapidez y facilidad gracias a la infraestructura que poseían las comunas.

92


Respecto a la conservación de las aguas, se realizaron importantes progresos. Así, si en 1957 tan sólo existían 13 embalses, su número alcanzó el centenar tan sólo 7 años más tarde, con lo que el agua embalsada pasó de 100 Hm3 a 180.000 Hm3. Paralelamente, el incremento y mejora de regadíos supuso uno de los progresos más evidentes. La superficie regada pasó de 21 millones de hectáreas regadas en 1949 a 34 millones en 1957. La labor reguladora de la red fluvial, la lucha contra las crecidas y la erosión, y la construcción de canales y diques son las principales causas del desarrollo y difusión de los regadíos. Aunque la mayor extensión de tierras irrigadas se encuentra en la China oriental y en los cursos medio y bajo de los grandes ríos, Hoang Ho, Yangtsé Kiang y Xikiang, el regadío también experimentó un gran desarrollo en otras regiones. En estas ingentes obras de infraestructura hidráulica trabajaron millones de campesinos y son el mejor exponente de la lucha titánica que el pueblo chino se ha visto obligado a realizar para lograr dominar un medio natural tan hostil. El aumento del abonado para mantener y mejorar la fertilidad de la tierra, a causa del constante e intensivo cultivo al que estaba sometida, es otro de los principales logros de esta época. Tradicionalmente el empleo de abonos orgánicos ha sido el medio más utilizado para mantener el rendimiento de los campos. En este sentido, la distribución de las cabañas porcinas se encuentra muy vinculada a las tierras agrícolas del Este. Gracias a grandes campañas de propaganda, este sector ganadero, ya de larga tradición en el país, experimentó un enorme incremento, lo que ha permitido al campesino chino disponer en torno a 25 t de estiércol por hectárea. El consumo de fertilizantes químicos recibió un fuerte impulso a raíz de estas reformas llevadas a cabo en los medios rurales. Si a principios de siglo China presentaba la tasa más baja del mundo en el empleo de abonos químicos en relación con la superficie cultivada, a partir de 1960 se instalan pequeñas fábricas por todo el país y la producción aumenta espectacularmente, con lo que a finales de los setenta, China se convirtió en uno de los países que utilizaban mayor cantidad de abono químico por hectárea, junto a los Países Bajos y Japón. En la conservación de los suelos también se consiguieron importantes resultados. Gran parte de la superficie cultivada fue transformada mediante

93


obras de nivelación, construcción de sistemas de drenaje, fijación de arenas, construcción de terrazas de cultivo sobre las pendientes, corrección de diques, luchas contra la erosión mediante la construcción de pequeñas presas, plantaciones arbustivas de protección, etc. En este sentido, cabe destacar la construcción de la «Gran Muralla Verde», destinada a proteger los campos de la China agrícola contra los vientos y las arenas procedentes de las regiones septentrionales y occidentales. La mejora de las semillas, las hibridaciones y los injertos son tareas a las que tradicionalmente el campesino chino ha dedicado numerosos esfuerzos. La existencia de centros de investigación agraria en la mayoría de los distritos rurales permitió una rápida difusión de nuevas variedades y tipos de plantas. Así, ya desde finales de los años cincuenta, el 80% de los campos se sembraba con semillas seleccionadas. Con el fin de incrementar los rendimientos al máximo, se impulsaron también las labores de plantación intensiva, aumentando el número de plantas por hectárea. Paralelamente, los trabajos de protección de las plantas contra plagas y enfermedades pronto dieron resultados positivos. El proceso de modernización del utillaje ha conocido diversas etapas. En un primer momento, la generalización de los arados de dos ruedas resultó un fracaso al ser rechazados por los campesinos, debido a la poca fuerza de tracción de los animales y a la falta de práctica en su manejo. Se proyectó la distribución de ocho millones de este tipo de arado por todo el país, pero la cifra apenas alcanzó los dos millones. Rechazada la maquinaria pesada se pasó a una etapa de «semi-mecanización», en la que pequeñas máquinas tuvieron mucho más éxito. Entre ellas destacan diversos modelos de transplantadores de arroz en madera o bambú, y muchas otras pequeñas herramientas para prensar el aceite, trillar los cereales o despepitar el algodón, que por su manejabilidad, escaso coste y facilidad de reparación gozaron de gran aceptación entre los campesinos A partir de 1965 comenzó una nueva etapa en el proceso de mecanización en la que la maquinaria pesada se fue poco a poco imponiendo. En un principio, las mayores extensiones de las granjas estatales y de las parcelas de la China septentrional y occidental permitieron la utilización de un mayor número de tractores, de manera que en 1969 la mitad de los tractores del país se encontraba en las tres provincias septentrionales de Heilongjiang,

94


Liaoning y Hebei. Si en esta fecha el número de tractores era de 140.000, diez años después, alcanzó la cifra de 1.213.000 unidades. Todas estas mejoras en el medio rural dieron lugar a un espectacular aumento de los rendimientos y de la producción global. En este sentido, el desafío de tener satisfechas las necesidades básicas alimenticias de la quinta parte de la humanidad, explotando tan sólo el 7% de las tierras cultivables del planeta, ya era un importantísimo logro. En líneas generales, la mayor parte de las mejoras de la era maoísta se concentraron en una serie de zonas privilegiadas, que suponían la cuarta parte de la superficie cultivada total y que muchas veces han sido denominadas «zonas de rendimientos altos y estables». En ellas también se concentraron las mejores infraestructuras, por lo que el resto aún permanecía bastante indefenso ante las numerosas calamidades naturales que periódicamente afectan al país y que han sido, y aún siguen siendo, un verdadero azote y amenaza para millones de campesinos que viven exclusivamente de la tierra: heladas, tifones, inundaciones y sobre todo, sequías, implican siempre peligrosos descensos de la producción, y en consecuencia, de la población.

4.5.2.

La diversificación de la producción a partir de 1978

A pesar de las innegables mejoras introducidas en los medios rurales durante la etapa socialista, la agricultura china debía seguir buscando, en una superficie tan reducida, un incremento de su producción. A raíz de las fuertes importaciones de cereales que soportaba la nación, la etapa maoísta fijó el objetivo del autoabastecimiento, haciendo suyo el viejo proverbio chino «el grano es la fuente de vida del Imperio». La descolectivización supuso no solo grandes aumentos en la producción agrícola (en 1984 China consiguió ser autosuficiente en cereales y desde 1994 es el primer productor mundial, por delante de Estados Unidos), sino también una redistribución y diversificación de la misma, en función de una demanda más variada, estimulada por el aumento del nivel de vida de parte de la población. A partir de entonces, se abandona la política de prioridad cerealista, a favor de la especialización regional en función de las diferentes condiciones locales.

95


En la actualidad, progresivamente se tiende a una mayor diversificación de la producción agrícola. Se continúa abandonando la política que daba prioridad absoluta a los cereales, en favor de una producción que busca adaptarse mejor a las condiciones locales, lo que conlleva a una mayor especialización regional. Igualmente, el aumento de la calidad de vida de gran parte de la población ha significado una demanda de productos más diversificados, lo que ha repercutido, lógicamente, en que también la oferta se diversifique. La transformación de los modos de producción y, por tanto, del paisaje agrario, así como las diferentes condiciones ecológicas del territorio que determinan distintos dominios agrarios, son otros factores que inciden en la actual diversidad del mundo rural. Tradicionalmente el campesino han cultivaba fundamentalmente productos vegetales. Los cereales ocupaban la mayor parte de la superficie cultivada y proporcionaban al hombre las calorías necesarias. Entre ellos, el arroz alcanzaba los mayores rendimientos por hectárea y, en parte, ha sido el responsable del emplazamiento de los campesinos en superficies horizontales, propicias de ser inundadas, en detrimento de los espacios con pendientes. Con técnicas exclusivamente tradicionales y una minuciosidad y laboriosidad, probablemente únicas en el mundo, el agricultor chino lograba altísimos rendimientos. En la actualidad, es el primer productor mundial de arroz, con el 30% de la cosecha mundial, por delante de la India, con el 20,9%, e Indonesia con el 8,7%. Desde hace milenios, el arroz comenzó a cultivarse en las tierras meridionales de la Gran Llanura del Norte y desde allí se fue extendiendo a toda la cuenca del Yangtsé y tierras bajas del Xikiang, donde pronto llegó a ser el cultivo dominante. En la actualidad sigue manteniendo carácter prioritario en estas regiones. La ricicultura china es célebre por su alto grado de perfeccionamiento. Al contrario de lo que ocurre en muchas regiones arroceras del SE asiático, la ricicultura china está siempre irrigada, ya sea porque el agua de la lluvia es insuficiente en la China del norte, o por la necesidad de obtener dos o más cosechas, en el sur. Durante siglos la isoyeta de 900 mm ha separado claramente a la China del arroz, al sur del Yangtsé Kiang, de las regiones trigueras del norte. Hoy

96


en día, la utilización de mejores semillas, la extensión del regadío y otras mejoras, han supuesto la difusión de ambos cultivos más allá de sus límites tradicionales, con lo que la antigua oposición entre la China del arroz y la China del trigo ya no es tan precisa. Los cereales siguen constituyendo la base principal de los sistemas de cultivo de la China agrícola oriental: — en el norte, un sistema de cultivo que recoge tres cosechas en dos años, basado en el trigo, maíz y gaoliang (un tipo de sorgo). — en el centro, en la cuenca del Yangtsé, donde se interpenetran ambos dominios, existe una doble cosecha anual de trigo en invierno y arroz en verano. — en el sur, se recoge una doble e incluso triple cosecha anual de arroz. Gracias a unos rendimientos cada vez mayores, la producción de cereales ha experimentado un incremento considerable, alcanzando los 426 millones de t en 2005, lo que le sitúa en el primer productor mundial, con el 17,8% de la producción total. En cuanto a la estructura de su consumo, si en un principio la mayoría de la producción estaba destinada a la alimentación humana, en la actualidad la proporción dedicada al consumo animal está en continuo aumento. El mijo fue desde el año 3.000 antes de C. el cultivo tradicional de la China del Norte. Es un cultivo de verano que se acomoda a suelos mediocres y está bien adaptado a los calores y lluvias estivales de la China septentrional. Su escaso valor nutritivo y sus débiles rendimientos son la causa de que su cultivo se reduzca hoy en día a las regiones más pobres. El gaoliang es un tipo de sorgo propio de China. Es otro gran cultivo tradicional de las regiones del Norte, que alterna con el trigo de invierno. De este cultivo se utiliza toda la planta: sus hojas son alimento para el ganado, los tallos sirven de combustible y la harina es base de la dieta del campesino del norte. Asimismo, es también el primer productor mundial de trigo con el 5,3% de la cosecha mundial, seguido de la India (11,5%) y Estados Unidos (9,1%).

97


Cuadro I.5. Principales producciones agrarias en China (2005) Millones cabezas

Ranking mundial

Millones t

Ranking mundial

Producciones

17.100

1

Bovinos

115.230

3

185.454

1

Ovinos

170.882

1

14.638

1

Porcinos

488.810

1

Maíz

132.645

2

Patos

725.018

1

Mijo

2.101

3

Avícola

4.360.243

1

73.037

1

0,941

1

Trigo

96.340

1

Pasta papel

33.105

2

Lana

0,400

2

Pesca

47.298

1

Producciones Algodón Arroz Cacahuete

Patatas Té

Fuente: Atlaseco 2007. El Estado del Mundo 2007. Images económiques du monde, 2007.

Entre las plantas oleaginosas destaca la colza y sobre todo la soja. El cultivo de la soja destaca por la extensión de la superficie cultivada y su importancia económica. La producción se concentra fundamentalmente en las llanuras de Manchuria, desde donde penetró en la Gran Llanura. Este cultivo fue introducido por los soviéticos, pero fueron los japoneses, que lo necesitaban para suplir la falta de proteínas (la soja contiene un 44% de proteínas) en su alimentación, quienes impulsaron su desarrollo. Hoy en día, a pesar de haber aumentado espectacularmente su consumo nacional, este producto sigue ocupando un importante lugar en el comercio exterior chino. Es el cuarto productor mundial de soja, con una producción de en 16,9 millones de t en el año 2005. Desde hace siglos, el campesino ha cultivado tres plantas arbustivas que han llegado a formar parte de su bagaje cultural: el algodón, el té y la morera. El cultivo del algodón ocupa fundamentalmente las llanuras del Hoang Ho y norte del Yangtsé Kiang. Durante mucho tiempo fue la principal materia prima con la que se confeccionaba la vestimenta de la mayoría de la población, pero en los últimos años ha sufrido importantes oscilaciones, tanto en la superficie sembrada como en la producción. La actual variedad de plantas textiles incluye desde el lino de los frentes pio-

98


neros septentrionales (Mongolia, Heilongjiang), al sisal de las tierras tropicales de Hainan, aunque sin duda el algodón sigue siendo la planta textil más importante. El té es la bebida nacional y cubre numerosas terrazas y colinas de la China meridional. Con más de 900.000 t anuales de té, China es la primera productora del mundo. La necesidad de mano de obra que requiere este cultivo nunca supuso un obstáculo para su desarrollo. Sus hojas ya se utilizaban para el consumo humano en el III milenio a. C. A partir de su introducción en Europa por los holandeses en el año 1610, China se convirtió en el primer exportador mundial de este producto. La palabra té deriva del dialecto tay, de la región de Fujian. El desarrollo de grandes plantaciones de té en la India, durante la colonización británica, supuso la pérdida de este lugar tan preeminente en el comercio mundial. Si un rasgo importante que caracteriza a la agricultura china de los últimos años es la diversificación de su producción vegetal, el aumento de la producción animal y su paulatina integración en la agricultura, es todavía más espectacular. Tradicionalmente la población china ha sido eminentemente vegetariana. Desde hace milenios, el pueblo chino han ha sido agricultor y sedentario, en contraposición a los pueblos nómadas y ganaderos de las estepas del Asia central. La producción vegetal necesitaba estar prácticamente en su totalidad destinada a la alimentación de una población cada vez más numerosa. En esta situación, se llegaba incluso a considerar a la ganadería como competidora en el consumo de unos cereales que eran demandados por la densa población. Si a ello añadimos la poca extensión que tienen los prados y pastos en todo el territorio, no es de extrañar que el sector ganadero no fuera significativo. En la actualidad, la mayor producción de carne se sigue obteniendo en la China agrícola oriental, a pesar de encontrarse en la China occidental las mayores regiones pastorales del país (Mongolia, Xinjiang, Qinghai, Tíbet tan solo aseguran el 4% de la producción nacional de carne). La cabaña porcina y la avicultura siguen siendo los dos subsectores ganaderos más extendidos por todo el territorio, estando presentes en casi todas las explotaciones. Dada su alimentación omnívora, ambas especies, cerdos y aves, esencialmente patos, se adaptan muy bien a la vida agrícola

99


china, cuyos recursos han sido siempre escasos, y constituyen un elemento esencial del paisaje agrario. Hoy en día, la ganadería porcina y la avicultura continúan asegurando más del 80% y 10%, respectivamente, de la producción total de carne. Sin embargo, los rendimientos todavía no son elevados: China cuenta con más del 40% de la cabaña porcina mundial (488 millones de cabezas, seguida muy de lejos por Estados Unidos), pero la producción de carne de cerdo apenas llega al 30%. Los actuales cambios en la dieta alimenticia, caracterizada por un neto predominio de los hidratos de carbono, tienden a un mayor aporte de proteínas. En este sentido, la ganadería vacuna ha experimentado un desarrollo considerable, pero todavía la oferta de carne y leche sigue siendo muy limitada. Contrariamente a la agricultura europea tradicional, la ganadería bovina nunca ha estado integrada en la agricultura china. La piscicultura, por el contrario, sí que ha sabido adaptarse a este medio anfibio de la ricicultura; desde hace siglos, canales de irrigación, estanques y arrozales, son utilizados para la cría de peces. Así, las proteínas necesarias para una dieta equilibrada se complementaban con el consumo de productos pesqueros, cuya producción ha aumentado espectacularmente en los últimos años. La actividad pesquera sigue siendo más importante en las aguas continentales, debido a la falta de medios de su flota pesquera de alta mar. Ríos, lagos, canales, estanques, arrozales, etc. proporcionan un importante volumen de capturas, que contribuye positivamente a variar la monotonía de la dieta. La acuicultura se encuentra muy desarrollada en la China meridional, particularmente en el curso medio e inferior del Yangtsé y en la provincia de Guangdong. Por otra parte, frente a la extrema protección que los japoneses prodigan a sus bosques, el pueblo chino nunca ha demostrado especial interés en su mantenimiento. China cuenta con una débil tasa de superficie dedicada al bosque (17,5% de su territorio), sobre todo si se la compara con otros países de la misma latitud: Estados Unidos (33,1%) o España (55,8%). La tala de los bosques, de una manera anárquica y desordenada en provecho de la superficie cultivada, ha sido una constante durante muchos siglos. La reducción de la superficie forestal ha favorecido el aumento de la erosión eólica y fluvial provocando efectos desastrosos en la productividad

100


agrícola de inmensas regiones del interior de China a causa de las incontrolables crecidas de los grandes ríos. Es a partir de 1949 cuando se toman las primeras medidas en política forestal. Numerosas campañas en favor de la repoblación forestal han conseguido resultados considerables, tanto por el aumento de la extensión de la superficie arbórea, como por su incidencia en la lucha contra la erosión. En este sentido, cabe destacar la creación de una larga franja forestal, que por su localización en las mismas tierras que la Gran Muralla, fue llamada la Muralla Verde. Está formada por árboles de rápido crecimiento, como los álamos, sauces, eucaliptus, bambúes y pinos y su misión es proteger los cultivos de los vientos y arenas procedentes de las altiplanicies de Mongolia. 4.6.

Las grandes regiones agrarias

La inmensidad y extrema variedad del espacio natural chino implican la existencia de un verdadero mosaico de regiones agrarias. Macizos montañosos entre los que se encuentran los más altos del mundo, mesetas, vastas regiones de colinas, inmensas llanuras aluviales, profundas depresiones interiores o grandes cuencas fluviales, componen lo esencial del relieve. Las condiciones climáticas distan mucho de ser homogéneas, variando desde los climas monzónicos de las regiones surorientales a las nieves perpetuas del Himalaya, o desde los climas templados y húmedos de las llanuras de la China nororiental a las regiones áridas y frías del noroeste. Por otra parte, si en el sector oriental predomina la etnia han, de tradición netamente agrícola y sedentaria, las regiones occidentales están ocupadas por las minorías nacionales, pueblos nómadas y ganaderos. Así pues, el territorio chino se caracteriza por una fuerte oposición entre el este y el oeste. La China oriental, más húmeda y compuesta por una serie de llanuras en el norte y noreste y grandes regiones de colinas en el sur, posee las mejores condiciones naturales para el desarrollo agrario, por lo que también se la conoce como la «China agrícola»; aquí la agricultura tiene una larga tradición y unos sistemas de cultivo intensivos han permitido fuertes densidades de población. Por el contrario, las condiciones naturales que dominan en el sector occidental son mucho más adversas; la aridez y los suelos mediocres dificultan las faenas agrí-

101


colas, que se concentran, al igual que la población, en pequeños enclaves puntuales. Cada una de estas dos grandes macrorregiones, oriental y occidental, se suele subdividir en un dominio septentrional y otro meridional, resultando así cuatro grandes dominios agrarios que coinciden básicamente con los cuatro grandes dominios bioclimáticos anteriormente señalados (Atlas Histórico y Geográfico Universitario, UNED, mapa IX. 30). a) En el dominio septentrional de la China oriental ha predominado tradicionalmente una agricultura pluvial (seca), hasta el desarrollo del regadío. Es la cuna de la civilización y el poblamiento han y ha sido el dominio chino tradicional de los dos cereales básicos de su civilización: el mijo y el gaoliang (sorgo), perfectamente adaptados a los cálidos y lluviosos veranos de esta región. La soja es el otro gran cultivo de verano, originario de las llanuras manchúes, donde alcanza gran extensión. El trigo es el indiscutible cultivo de invierno. Llegó a China procedente de Asia central hace más de 3.000 años. Se cultivó en la cuenca media del Rio Amarilo (Hoang Ho) en el siglo VI antes de C. y alcanzó las bajas llanuras aluviales en el siglo III antes de C. Muchos autores señalan la «paradoja geográfica» de este cultivo, absolutamente «fuera de estación» (J.Delvert), ya que el trigo de invierno necesita agua sobre todo en primavera, mientras que en la China del Norte reina la sequía en esta estación. Maíz, algodón, cacahuete y remolacha son otros cultivos importantes que completan el policultivo de esta región. Existe una amplia zona de transición que se extiende sobre la cuenca del Yangtsé Kiang, donde la interpenetración de los medios templados y tropicales se traduce en un sistema de cultivo que alterna el trigo en invierno y el arroz en verano. En el valle medio del Yangtsé Kiang se encuentra la cuenca de Sichuan, una de las regiones agrarias más ricas del país. La originalidad de esta región, como ocurre en la península del Shandong, radica en el minucioso cultivo de sus terrazas, en un país en el que las colinas y pendientes han sido tradicionalmente rechazadas como superficies agrícolas. b) Al Sur se extiende el dominio meridional de la China oriental. Es la región verdaderamente tropical del espacio chino, donde el arroz irrigado

102


es el cultivo por excelencia, del que se recogen dos y hasta tres cosechas anuales en una misma parcela. El té, la caña de azúcar, la morera y diversos árboles frutales, entre los que predominan los cítricos, se cultivan también en este espacio. Se trata de una región muy accidentada, donde la superficie agrícola no alcanza el 15% del total. En las llanuras, valles y deltas se extiende la ricicultura y otras plantas tropicales, mientras que el maíz, la patata y diversas plantas arbustivas se cultivan en las áreas menos favorables. En ambos dominios de la China agrícola, la ganadería porcina y avícola son las más extendidas y las de mayor tradición. La modernización del sector agrario a partir de 1949 supuso la introducción de explotaciones intensivas de ganado vacuno en la mayor parte de las comunas. Asimismo, la explotación pesquera en los numerosos ríos y lagos que se extienden por la región, se encuentra muy desarrollada. Frente a la China agrícola oriental, la China occidental tiene un neto predominio ganadero. La vida pastoral ocupa vastas extensiones y la agricultura se limita a «nichos ecológicos», donde también se concentra la población. c) El dominio septentrional de la China occidental es un conjunto árido cuyas tierras cultivadas se reducen a pequeños enclaves donde la irrigación es posible, generalmente oasis al pie de las montañas: ya en los oasis del Xinjiang y Gansu paraban las caravanas de la famosa Ruta de la Seda. Merece destacar la fosa de Turfán, que con un antiquísimo sistema de regadío persa, obtiene un variado policultivo: sus viñedos para la obtención de uva (no de vino, pues los uigures son musulmanes) suponen un cultivo importante. En las zonas pioneras del Xinjiang la producción de algodón y cereales (fundamentalmente trigo y maíz) se encuentra en continuo aumento. d) El dominio meridional de la China occidental pertenece a la región de alta montaña del Tíbet-Qinghai, donde predomina una ganadería transhumante de caprinos. El valle superior del Brahmaputra, cuna de la civilización tibetana, posee un clima de abrigo (en enero hace más frío en Pekín que en Lhasa) con precipitaciones de tipo monzónico y tierras fértiles. Los tibetanos han gozado de una agricultura tradicional basada en una variedad de cebada, centeno y productos hortícolas. La introducción del arroz, del trigo de invierno y otros cereales, completan el policultivo de este valle del Tíbet meridional.

103


5. EL RECIENTE PROCESO DE INDUSTRIALIZACIÓN Y LOS FUERTES CONTRASTES ESPACIALES El lugar que ocupa el sector secundario en la economía es mucho más elevado que en el resto de los países en vías de desarrollo, sin embargo, a pesar de un fuerte crecimiento industrial, donde los productos manufacturados suponen las cuatro quintas partes de las exportaciones, su gran retraso tecnológico es todavía un rasgo clave de este sector. Si hasta 1979 la industrialización siguió fielmente el modelo soviético, a partir de entonces se realizan numerosas reformas en las que se suceden fases de un crecimiento industrial acelerado y otras en las que la producción se ralentiza. El volumen y la tasa de crecimiento de la producción industrial son enormes; sin embargo, en relación con su inmenso peso demográfico y un consumo por habitante todavía modesto, el nivel de industrialización se asemeja más a los países del Tercer Mundo. Ya en la primera década del siglo XXI, China está mejorando considerablemente la calidad de su producción industrial con el fin de elevar su competitividad internacional. Para ello pone especial énfasis en la reconstrucción de las industrias tradicionales y el desarrollo de las industrias emergentes, fomentando especialmente la innovación tecnológica, meta prioritaria del XI Plan Quinquenal (2006-2010). En definitiva, y a pesar de los innegables logros conseguidos y del espectacular crecimiento de su producción, por el momento la industrialización aún no es suficiente para transformar la sociedad china y asegurar un verdadero desarrollo a toda la nación. Cuadro I.6. Evolución del sector industrial en la economía y el empleo Años

1952

1960

1981

2005

PIB (%)

23,1

33,0

46,0

47,5

7,0

8,4

15,2

22,0

Empleo (%)

5.1.

La abundancia de riquezas minerales y fuentes de energía

El atraso que padecía toda la ciencia en general, y concretamente la Geología, antes de 1949, motivó la falta real de conocimiento de los recursos

104


minerales que poseía el país. En pocos años, el estudio del subsuelo por parte de los geólogos, cuyo número aumentó espectacularmente, implicó un conocimiento más claro y preciso de los recursos, los cuales a partir de entonces experimentaron una constante reevaluación que auguraba a China como una de las primeras reservas mundiales de materias primas. Según un informe norteamericano de 1961, China «disponía de recursos minerales suficientemente variados para llegar a ser una potencia industrial de primer orden». Las prospecciones geológicas, realizadas bajo la dirección de técnicos soviéticos en un primer momento, permitieron conocer que la riqueza de minerales en China es abundante y variada. La riqueza en minerales tanto ferrosos como no ferrosos situan al país en los primeros lugares mundiales ya sea por la producción o las reservas. Mercurio, antimonio, molibdeno, tungsteno, estaño, oro, grafito, plomo, cobre, bauxita.... son algunos exponentes de la enorme variedad que convierte a China en una gran potencia minera (Atlas Histórico y Geográfico Universitario, UNED, mapa IX. 31). Ocupa el primer puesto mundial en la producción de hierro, antimonio, mercurio, magnesio, manganeso, plomo, zinc, aluminio, cobalto y tungsteno. La abundancia de mineral de hierro pasó de ser prácticamente desconocida a suponer un factor importante en el proceso de industrialización del país. China produce más de 30 millones de t anuales, lo que la sitúa en uno de los primeros países del mundo y sus reservas, tanto seguras como probables, son enormes. La localización de los yacimientos de hierro se encuentra muy dispersa por la mayor parte de las provincias, si bien los principales yacimientos están en las provincias de Jaingxi y de Henan. Asimismo, posee abundantes yacimientos de carbón y petróleo que han supuesto una vital fuente de energía para el desarrollo industrial. Al igual que ocurrió en Europa a finales del siglo XIX, surgieron numerosas industrias junto a los yacimientos mineros, especialmente en las cuencas de carbón y hierro. En cuanto al carbón, sus reservas probadas aseguran un consumo para diez siglos y su volumen es comparable al existente en Estados Unidos o la antigua Unión Soviética. A finales del siglo XIX y principios del XX los japoneses ya explotaban los yacimientos de Manchuria y Shantung. La producción iba destinada a las industrias que los japoneses instalaron en esta re-

105


gión y el resto era exportado a Japón, dada su escasez en materias primas y fuentes de energía. A partir de 1949, la necesidad de este producto para abastecer el desarrollo industrial motivó el control del sector por parte del gobierno, en detrimento de las potencias extranjeras. La nación otorga una atención prioritaria al carbón como fuente de energía primaria y se subvencionan numerosos trabajos geológicos que dan como resultado no sólo la explotación de nuevos yacimientos, sino también el descubrimiento de enormes reservas que permiten situar a China en uno de los primeros lugares del mundo por su riqueza carbonífera. Cuadro I.7. Balance energético de China (2005)

Carbón y lignito Petróleo Energía hidráulica Electricidad

Producción

Rango mundial

% mundial

2.057,5 millones t

1

35,8

180,8 millones t

6

4,6

372 TWh

1

12,5

2.450,7 mil mill.kwh

2

13,5

Fuente: Atlaséco 2007

La estructura geológica de la China del Norte ha propiciado la existencia de numerosos yacimientos carboníferos en esta región: casi la mitad de la producción nacional se concentra en las cinco provincias del Norte (Shaanxi, Shanxi, Hebei, Henan y Mongolia Interior). Destaca la cuenca carbonífera de Datong (norte de Shanxi), con unas condiciones de extracción verdaderamente excepcionales y una extensión de 60.000 km2, lo que la convierte en la mayor cuenca hullera del Asia oriental y una de las mayores del planeta. En el 2000 solamente la provincia de Shanxi produjo 400 millones de t, lo que equivale a cerca de la mitad de toda la producción norteamericana. En la actualidad, la hulla es la principal fuente de energía de China y el país es el primer productor mundial, muy por delante de Estados Unidos. La explotación de los yacimientos petrolíferos y la estimación de las reservas se llevó a cabo más tardíamente que el carbón. El aumento de la producción y el descubrimiento de nuevas reservas no permiten atender en su totalidad la creciente demanda interior, a pesar de ser el sexto mayor productor de petróleo del planeta. Su rápido crecimiento económico ha generado una fuerte demanda y le ha convertido en el segundo consu-

106


midor mundial de crudo –con 6,9 millones de barriles /día (2005)– por lo que se ve obligado a recurrir a la importación. Debido a la incertidumbre política que reina en los países del Oriente Medio, China busca nuevos proveedores en el continente africano, de donde importa materias primas, pero sobre todo petróleo, que le abastece en un 25% de sus necesidades. Los principales yacimientos y reservas petrolíferas se encuentran bastante concentradas en el noroeste y norte del país. Destaca el enorme yacimiento de Daqing, en el noroeste de Heilongjiang, en Manchuria, en explotación desde 1960 y que aporta la mitad de la producción nacional, seguido de los yacimientos de Shengli, en Shandong, y de Liaohe, en Liaoning. Los tres yacimientos producen las dos terceras partes de la producción total del país. En cuanto a la prospección off shore son importantes los yacimientos del golfo de Bohai, a lo largo de la costa de Jiangsu, en el estuario del Río de las Perlas, cerca de Hong-Kong, y en el golfo de Tonkin. En la actualidad, se intenta reducir el uso de una tecnología obsoleta que implica unos costes elevados y un consumo despilfarrador. Los yacimientos de gas natural no son tan abundantes, destacando, entre otros, los de la provincia de Sichuan. Está en construcción un gasoducto de 4.200 km de longitud, que desde la cuenca de Tarim, en el noroeste, irá hasta Shanghai, con el objetivo de suministrar a las regiones orientales de una energía menos contaminante que el carbón y reducir la dependencia del país en este recurso. El caudal, la fuerte pendiente y el encajamiento de la red fluvial china son factores positivos que implican un potencial hidroeléctrico considerable, pero que todavía dista mucho de estar plenamente explotado. En los comienzos de la industrialización, la producción hidroeléctrica fue sensiblemente menor que la del carbón y petróleo debido al elevado nivel técnico y costosas inversiones que se necesitaban. En Manchuria, los japoneses construyeron grandes presas que pronto hicieron de esta región la primera en producción de electricidad. La ayuda soviética permitió, más tarde, la construcción de enormes centrales hidroeléctricas en las principales cuencas hidrográficas, fundamentalmente en el Hoang Ho y Yangtsé Kiang. Ambos ríos han sido objeto de intensos trabajos de ingeniería, no sólo para el

107


aprovechamiento energético, sino también para regular su caudal, controlar las crecidas, mejorar la navegación, y sobre todo, aumentar las zonas regadas. Hoy en día, China es el segundo productor de electricidad del mundo. Cabe destacar la colosal obra de la Presa de las Tres Gargantas, en el tramo medio del Yangtsé Kiang (el río más largo de China y el tercero del mundo) el mayor proyecto de ingeniería china desde la construcción de la Gran Muralla y el mayor complejo hidráulico del planeta. El gigantesco embalse que ha generado la presa se extiende a lo largo de 683 km, cubre 1.045 km2 y almacena 39.300 m3 de agua: un millón de personas han sido desplazadas y cientos de ciudades y pequeñas aldeas anegadas. El dique de contención tiene 183 m de altura, una longitud de 2,3 km y contará con 26 turbinas de 700.000 kw. Su finalización está prevista para el año 2009 (fig. I.10).

Provincia de Jiangsu

Mar Amarillo

Shanghai Provincia de Sichuan

Provincia de Hubei

Provincia de Anhoi

Yichang

Chongqing Presa Área del embalse de Sandouping

Provincia de Hunan

Lago Dong Ting

Provincia de Jiangxi

Lago Po Yang

Mar de la China Oriental

Fig. I.10. La presa de las Tres Gargantas, en el curso medio del Yangtsé Kiang

108


A pesar de la indudable riqueza energética del país, la localización de este inmenso potencial energético en las regiones septentrionales y occidentales, muy lejanas respecto a las regiones activas y dinámicas orientales, y por tanto, las mayores consumidoras, evidencia una vez más las insuficientes infraestructuras energéticas y redes de transportes, que se convierten en uno de los principales frenos del desarrollo económico de la nación. 5.2.

El proceso de industrialización

La industria existente en China antes de 1949 era muy escasa. Los productos industriales se limitaban a bienes de consumo indispensables: textiles, alimentación, utillaje agrario, etc. La entrada de las potencias extranjeras a mediados del siglo XIX implicó el desarrollo de un tipo de industria muy puntual y sin ninguna vinculación con el resto del país, donde seguía predominando la monotonía de una economía rural, agraria y artesanal, estancada. Estas potencias extranjeras implantaron una serie de industrias, de estructura claramente colonial, en los puertos costeros de la franja oriental, de manera que en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, la industria china se encontraba enormemente retrasada, muy concentrada geográficamente y, en su mayoría, dominada por capital extranjero. Solamente en Manchuria, los japoneses crearon un entramado industrial integrado, que incidió positivamente en el mayor desarrollo económico de la región. La guerra contra Japón, y después la guerra civil, motivaron la desintegración de estas áreas industriales puntuales y la escasa capacidad industrial se redujo aún más. El triunfo del comunismo fue acompañado de la adopción de medidas dirigidas a sentar las bases del desarrollo industrial y reconstruir la economía del país, lo que supuso un cambio radical y profundo, y el fin de un siglo de colonialismo económico. 5.2.1.

El desarrollo industrial según el modelo soviético

La ayuda soviética, tanto financiera como técnica, sin ser considerable como ocurrió con el Plan Marshall en Europa, y más aún teniendo en cuenta el volumen de población y las enormes necesidades del país, fue un factor decisivo para la reconstrucción y desarrollo industrial posterior.

109


En el «Tratado de la Amistad, Alianza y Ayuda Mutua», firmado en febrero de 1950, se fijaron los distintos tipos de ayudas, que se mantuvieron hasta la retirada soviética en julio de 1960: — préstamos a intereses muy bajos, en torno al 1%-2%, que no debían ser reintegrados hasta 1955 y en un plazo de 5 años. — bienes de equipo y ayuda en la reconstrucción de algunas plantas industriales o en el montaje de nuevas instalaciones. — colaboración y ayuda técnica, así como la enseñanza y puesta al día de técnicos chinos. No obstante, la asistencia soviética nunca fue completa, ya que el deseo de independencia nacional se mantuvo siempre firme. En este sentido, destaca el escaso número de técnicos desplazados a China, en comparación con otros países en situación semejante. Durante los primeros años del gobierno comunista se inicia un «periodo de reconstrucción económica» (1949-52) con el fin de restablecer el orden social y económico destrozado tras los enfrentamientos bélicos de los años anteriores. Concluida la reconstrucción, el desarrollo de la economía queda marcado por una serie de Planes Quinquenales, inspirados en el modelo soviético, con el objetivo de transformar un país, de economía básicamente rural, en un país socialista moderno e industrial. El Primer Plan Quinquenal (1953-57) otorgó carácter prioritario a la industria pesada y de bienes de equipo, las industrias de bienes de consumo también debían mejorar, pero a un ritmo mucho menor. Esta importancia otorgada a la industria pesada en los comienzos del proceso de industrialización es característica del modelo de desarrollo soviético, que contrasta con lo sucedido en las primeras etapas de desarrollo de los viejos países industriales occidentales, donde en un primer momento la industria ligera tuvo mayor importancia, sobre todo la industria textil, que aseguró la existencia de unos capitales que más tarde se inviertieron en el desarrollo de la industria pesada. Durante esta época se intentó acelerar el desarrollo de las regiones interiores, con el fin de corregir los desequilibrios espaciales que existían. Sin embargo, el modelo de localización industrial anterior apenas si sufrió modificaciones importantes: Manchuria, China oriental y China septentrional

110


siguen siendo las regiones con mayor capacidad industrial del país, de manera que la concentración espacial de la industria continúa muy elevada. El apoyo otorgado a las grandes empresas modernas condujo a una fuerte concentración industrial en un número relativamente limitado de centros urbanos, de manera que tan sólo 18 ciudades acapararon los principales proyectos industriales, por lo que la concentración espacial y sectorial de la industria durante esta etapa se vio acentuada. El Primer Plan Quinquenal alcanzó los objetivos previstos: la producción industrial bruta creció el 18% anual –la industria pesada aumentó su producción en un 25%– y el producto bruto agrario lo hizo en un 4,5%. El éxito del Primer Plan motivó una ambiciosa programación en el Segundo Plan Quinquenal (1958-62), que se conoce con el nombre de Gran Salto Adelante. El objetivo era lograr un desarrollo económico, en quince años, próximo al de Gran Bretaña. A partir de ahora, el gobierno seguirá potenciando los grandes complejos industriales, pero también se impulsará la creación de pequeñas industrias dispersas en los medios rurales. Caminar sobre las dos piernas, es decir, apoyándose en la industria pesada y en la industria ligera, es el slogan que mejor resume la política industrial de esta etapa. Uno de los principales resultados del sector industrial durante esta etapa fue la difusión de la siderurgia y la hidroelectricidad en el interior del país. Los grandes centros siderúrgicos de Anshan y Wuhan fueron ampliados y modernizados; al mismo tiempo, se creó un tercer complejo siderúrgico en Baotou, en Mongolia interior. Paralelamente, se siguieron construyendo grandes presas, como las de Sanmen y Liujia, en el Hoang Ho, o la de Tanjaing-Kou, en Hubei, que en su día llegaron a estar entre los embalses hidroeléctricos más grandes del mundo. Respecto a la instalación de pequeñas industrias en los medios rurales, el optimismo y la euforia de los dirigentes lanzó al país a un acelerado proceso de industrialización con una enorme escasez de medios, tanto financieros como técnicos. En esta etapa, proliferaron las pequeñas centrales hidroeléctricas rurales, que podían ser atendidas por la mano de obra local: sus costes fueron escasos, como lo fueron también sus rendimientos. No obstante, el hecho más representativo de esta etapa fue la creación de centenares de miles de «pequeños altos hornos» en casi todas las comunas

111


–surgieron como «brotes de bambú después de la lluvia»–, construidos por la población local, con materiales del lugar y funcionando también con materias primas locales. Sin embargo, al poco tiempo la gran mayoría tuvieron que ser abandonados, ya que a pesar de aumentar considerablemente la producción, el acero era de bajísima calidad. El Gran Salto Adelante fracasó y fue en realidad un salto atrás. No sólo fracasó la industria rural, sino que tampoco el sector agrícola alcanzó los objetivos previstos, en parte, bien es verdad, a las calamidades naturales que afectaron al país durante los años 1959-61, conocidos como los «años negros»: sequías, inundaciones, heladas, plagas, tormentas, etc. mermaron la producción agraria a cifras similares a las de los años anteriores a 1949, creando situaciones de hambre en diversas regiones del país. La retirada de la ayuda soviética, técnica y financiera, a mediados de 1960, contribuyó aún más a acelerar el estado de crisis que padecía la economía de la nación: la producción agrícola cayó estrepitosamente (–4,3%), mientras que la producción industrial tan sólo creció un 6,6% anual. 5.2.2.

La búsqueda de nuevos modelos de desarrollo (1960-79)

Con la campaña de los Cuatro Principios «reajuste, consolidación, reforzamiento y mejora» se inicia el «periodo de reajuste» (1962-66), conocido también como la marcha paso a paso. En esta etapa, ante la consigna «la agricultura como base de la economía nacional y la industria como sector dirigente», la agricultura recobra su importancia tradicional, que había perdido durante los planes quinquenales anteriores. El sector agrícola no sólo debe alimentar a la población, sino que también debe suministrar materias primas a la industria ligera, que a partir de entonces recibe cada vez mayor apoyo. En este sentido, la estructura económica china comienza a diferenciarse cada vez más de la soviética, que prodigaba un apoyo total a la industria pesada. Los resultados obtenidos en esta etapa ofrecen un balance positivo, aunque no espectacular. Si las producciones de carbón y acero no superaron las cifras alcanzadas en 1960, en cambio, los abonos, y sobre todo el petróleo sí vieron incrementada su producción. Por primera vez la industria ligera mantuvo una tasa de crecimiento superior a la registrada por la industria pesada (21,2% y 14,9%, respectivamente).

112


En 1966, Mao Tsé Tung inició la campaña denominada Revolución Cultural con el fin de mantener la pureza de los principios comunistas, que supuso una nueva regresión en todos los sectores económicos. Las actitudes de xenofobia y la interpretación estrictamente nacionalista del principio de «contar con sus propias fuerzas», dificultaron enormemente el crecimiento económico. Con el fin de la Revolución Cultural en 1969 se inicia un nuevo periodo de desarrollo que incidió de manera especial en el sector industrial. A partir de 1970 comienza, en un principio muy timidamente, la normalización de las relaciones internacionales rompiendo su aislamiento. Zhou Enlai lanza en 1975 los objetivos del Programa de las Cuatro Modernizaciones: agricultura, industria, defensa, ciencia y tecnología, con el que pretendía asegurar el despegue económico. En 1976, la muerte de Mao Tsé Tung y Zhou Enlai coincide con la puesta en marcha del Quinto Plan Quinquenal. Este año se obtuvieron unos de los peores resultados económicos de las últimas décadas; a ello se añadió el efecto devastador de un violento terremoto que produjo graves daños a la industria pesada de Tangshan y también afectó a las zonas industriales de Beijing (Pekín) y Tianjin. 5.2.3.

La nueva política industrial a partir de 1979: la aceleración del crecimiento económico

En esta etapa destaca, por un lado, lo que ha sido calificado como Gran Salto hacia Afuera, es decir, la apertura a los capitales y tecnología extranjera, y por otro, el impulso otorgado a la industria ligera, con el fin de modernizar el gran número de pequeñas fábricas que se encontraban obsoletas. Asimismo, el especial hincapié concedido al desarrollo energético se concretó en un aumento de la producción tanto de carbón, como de petróleo y electricidad. No obstante, sigue siendo necesario aumentar más la producción, cuyo crecimiento no es aún suficiente para abastecer las demandas energéticas derivadas del crecimiento industrial. Como consecuencia de la nueva orientación del desarrollo industrial, la participación de la industria pesada en el conjunto de la producción industrial desciende paulatinamente, mientras que las medidas de apoyo a la

113


industria ligera se traducen en un mayor crecimiento de la misma. La producción de aparatos de radio, relojes, televisores, bicicletas, pequeños electrodomésticos, etc. no cesa de aumentar, al mismo tiempo que también se eleva la capacidad adquisitiva de la población, gracias a las nuevas orientaciones favorables al consumo privado. Desde 1984 la reforma industrial se convierte en uno de los objetivos primordiales de la política económica de China. Así, en el Séptimo Plan Quinquenal se define a la industria como el principal «motor del desarrollo económico». Los aspectos más importantes de la reforma conciernen a los siguientes puntos: — modificar la estructura industrial, otorgando a las empresas estatales un mayor poder de autonomía. — crear un marco de «economía comercial planificada», donde junto a otro tipo de empresas, se desarrollen las estatales, que deben ser mayoritarias. — disminuir el número de contratos vitalicios en favor del aumento de contratos por un periodo de tiempo variable, así como incrementar las primas por rendimiento en el trabajo. Dado el desigual punto de partida de la industria china, tanto sectorial como espacialmente, la aplicación de la reforma también tuvo resultados desiguales: afectó más a unas provincias que a otras, lo mismo que incidió más en determinados sectores en detrimento de otros. Sin embargo, en líneas generales, fue a partir de los ochenta cuando un hecho clave se hizo realidad: el aumento del crecimiento económico se acompañó también de un aumento de la renta por habitante. Entre 1984-1988 se llevaron a cabo numerosas reformas que tras un brusco detenimiento en 1989, de nuevo se aceleraron a partir de 1993 con el objetivo de una «economía socialista de mercado»; el IX Plan Quinquenal (1996-2000) siguió esta misma línea de reactivación económica y consiguió numerosos éxitos. El vertiginoso desarrollo económico de la presente década queda enmarcado en los últimos planes quinquenales: el X Plan Quinquenal (2001-2005), primero del nuevo siglo, propuso mantener la alta velocidad del crecimiento económico en torno al 7% anual, con el fin de duplicar

114


el PIB del 2000 al año 2010. El XI Plan Quinquenal (2006-2010) insiste, por primera vez, en la dimensión social de un crecimiento económico «rápido y estable». Entre sus objetivos principales figura reforzar la protección del medio ambiente, mejorar la situación de las poblaciones más desfavorecidas (desarrollo del oeste del país) y proseguir con la reestructuración económica; así mismo, se dará prioridad a proyectos clave de alta tecnología. El nuevo modelo de desarrollo de la China actual pretende superar la etapa de crecimiento extensivo, basado en la inversión directa extranjera y un aumento de la producción dirigido a la exportación, y comenzar una etapa de crecimiento intensivo basado en la demanda interna y en el marco de empresas nacionales. 5.3.

Una estructura industrial compleja: la diversidad empresarial

Existen actualmente más de diez millones de empresas industriales en China, cuya diversidad no cesa de aumentar en los últimos años. Si nos atenemos al tamaño o a la envergadura económica, se puede establecer una clara dualidad entre las grandes empresas y las pequeñas industrias rurales. Las primeras cuentan con un elevado capital invertido, están muy tecnificadas y pueden llegar a emplear a más de 100.000 personas; se asientan sobre todo en los grandes centros urbanos y la mayoría pertenece al sector de la industria pesada. Las pequeñas industrias rurales se encuentran dispersas por el territorio, están presentes en casi todos los centros comunales, tienen una media de 45 trabajadores y escasos medios técnicos y financieros. Desde principios de la década de los noventa, existe una enorme diversidad empresarial según su organización y modo de gestión. Así, se puede hacer una clara distinción entre las empresas estatales, las empresas colectivas y otro tipo de empresas, ya sean mixtas, privadas o de capital extranjero. En las empresas estatales, «propiedad del pueblo entero», trabaja el 43,7% de la mano de obra industrial. Se encuentran localizadas mayoritariamente en las tradicionales regiones industriales (noreste y grandes centros urbanos) y, debido al papel del Estado como motor de la industria, también en aquéllas regiones menos equipadas, como el noroeste o el suroeste. Este tipo de empresas se encuentran estrictamente sometidas a las directrices de los Planes Quinquenales y sus organismos administrativos no tie-

115


nen ningún poder de decisión. Sin embargo, cuentan con mayores inversiones y sus trabajadores cobran salarios más altos que en las empresas colectivas. Muchas todavía ofrecen empleos vitalicios y múltiples ventajas sociales. Su principal inconveniente es la baja productividad. Las empresas colectivas, «propiedad de sus trabajadores», tienen cada vez mayor importancia. Su gestión y financiación ya no dependen exclusivamente del Estado y se encuentran tanto en los medios urbanos como en los rurales, siendo su tamaño también muy variable. Al contrario qua las empresas estatales, trabajan mayoritariamente en la industria ligera, se encuentran mucho peor equipadas, sobre todo las empresas colectivas rurales, y los salarios de sus trabajadores son, en general, más bajos. Existe también un número cada vez mayor de pequeñas empresas rurales. La mayoría son colectivas, si bien últimamente de nuevo vuelve a aparecer un tipo de empresa rural privada, por iniciativa de una o varias familias. Estas empresas privadas gozan de todo el apoyo del gobierno, al favorecer la creación de un tejido industrial en los medios rurales; sin embargo, a pesar de los numerosos esfuerzos por parte del gobierno para paliar la grave concentración espacial que padece la industria, ésta sigue manteniendo un carácter netamente urbano: las 353 municipalidades contribuyen en un 64% a la producción industrial total. Por otra parte, a causa de su bajo nivel tecnológico, sus productos no son competitivos. Por último, en las provincias privilegiadas de la costa oriental (fundamentalmente en Guangdong, Fujian, Shanghai, Jiangsu y Liaoning) existe un tipo de empresas con capital extranjero, que se caracterizan por su alta productividad y elevados salarios. A principios del presente siglo el volumen de la inversión extranjera sigue manteniendo un incremento sostenido y hoy en día, China es el país que ha tenido más inversión extranjera entre los países en vías de desarrollo durante 15 años consecutivos. En el año 2006 la cifra alcanzó los 63.000 millones de dólares, de los que cerca del 70% se emplearon en el sector manufacturero. Ante la limitación del mercado interno, estas empresas con capital extranjero tienen grandes demandas para la exportación, de manera que desde hace tiempo, las exportaciones procedentes de las empresas de inversión extranjera suponen más del 60% del volumen total de las exportaciones del país.

116


5.4.

La producción industrial

El peso del sector industrial en la economía china es elevado: se encuentra por encima de la media de los países menos desarrollados de renta baja, entre los cuales se incluye. Si por el volumen de la producción total China ocupa un lugar destacado a escala mundial y sus productos inundan los mercados, la producción industrial por habitante es todavía baja. Uno de los principales problemas que aquejan al sector es el alto coste y baja productividad de las empresas públicas, por ello, la paulatina privatización y la innovación tecnológica son dos importantes objetivos que tiene planteados el actual sector industrial de China en la primera década del presente siglo. Hasta 1979, el mayor volumen de producción correspondía a la industria pesada, debido al apoyo que recibió este sector desde 1949. El fuerte impulso otorgado a la industria ligera a partir de 1979 implica una paulatina transformación del peso relativo de ambos sectores. El proceso de industrialización en China, como hemos visto, ha partido de unos niveles muy bajos y con unas condiciones especialmente negativas, como fueron la falta de infraestructuras y la escasez de capitales y mano de obra cualificada. Sí contaron, por el contrario, con una abundante riqueza en materias primas y un considerable potencial energético. Hoy en día, prácticamente todos los sectores industriales se encuentran representados, con unos volúmenes de producción que a menudo suponen un lugar destacado a escala mundial. Sin embargo, y a pesar de existir un débil consumo por habitante, China no cubre sus inmensas necesidades de productos manufacturados, por lo que se ve obligada a recurrir a la importación. En definitiva, el volumen de producción industrial es extraordinariamente elevado, pero en relación con el enorme peso demográfico que soporta la nación, el nivel de industrialización del país resulta todavía débil. Durante los últimos años el sector industrial se ha diversificado notablemente, sin embargo, todavía existe un cierto desequilibrio en favor de la industria pesada: metalurgia, siderurgia, materiales de construcción, industria textil, gran parte de la industria química y de la industria mecánica, son claros exponentes del enorme desarrollo de la industria pesada (Atlas Histórico y Geográfico Universitario, UNED, mapa IX. 32).

117


a) La industria siderúrgica conoció un espectacular desarrollo durante la primera década del régimen comunista. Antes de la revolución, la siderurgia se concentraba tan sólo en Manchuria y Shanghai. A partir de entonces, y gracias a la prioridad otorgada a este sector en las inversiones de los dos primeros planes quinquenales, la producción pasó de 1 millón a 12 millones de t en diez años. Los cereales y el acero fueron las principales prioridades de Mao Tsé Tung. De esta época datan los principales complejos siderúrgicos, como el de Anshan (Liaoning), Baotou (Mongolia interior), Wuhan (Hubei) y Chongqing. Su localización responde a la proximidad de los yacimientos y al objetivo de industrialización de la China interior (excepto el complejo de Anshan, antigua industria japonesa en Manchuria). Junto a estos enormes complejos industriales, la proliferación de «pequeños altos hornos» rurales, durante el Gran Salto Adelante, contribuyó considerablemente a aumentar la producción. El abandono técnico soviético incidió negativamente en el desarrollo de este sector, cuya producción descendió vertiginosamente. Manchuria sigue siendo la principal región siderúrgica del país, aunque la producción se encuentra muy repartida por todo el territorio: a los tradicionales centros siderúrgicos se ha sumado la creación de otros nuevos, particularmente en la China meridional, que se encontraba peor dotada. Uno de los principales inconvenientes que la aquejan, aún sin resolver, es el enorme despilfarro que todavía padece, tanto de energía como de mano de obra. En el año 2006 la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo anunció el cierre de varias acererías de baja productividad con el fin de modernizar el sector. En la actualidad, China es el mayor productor de acero del mundo. Cuadro I.8. Los cinco primeros productores del mundo de acero (2005) Millones t

% del total

China

333,0

30,6

UE-25

186,0

17,1

Japón

113,0

10,4

EEUU

92,4

8,5

Rusia

64,2

5,9

Fuente: El Estado del Mundo 2007

118


b) Juntamente con la siderurgia, y con un desarrollo paralelo, la industria mecánica también fue un sector prioritario durante los primeros planes quinquenales. Este sector apenas estaba representado antes de 1949, pero en la actualidad es uno de los sectores industriales más importantes y con más futuro del país, en él se incluyen la fabricación de maquinaria pesada, material de transporte, máquinas herramientas, etc. Uno de los principales problemas que ha sufrido esta metalurgia de transformación ha sido la falta de tecnología, lo que se ha traducido durante mucho tiempo en una mediocre productividad, de manera que la introducción masiva de tecnología y equipamientos occidentales incidió positivamente en el desarrollo del sector. El sector del transporte ha experimentado un gran desarrollo, non sólo la construcción de camiones y de material ferroviario, sino especialmente la producción de automóviles. Tras un despegue vertiginoso en los últimos años, cuya producción ha ascendido de 1,06 millones de vehículos en 1992 a 5,20 en el año 2004, en la actualidad se ha convertido en el tercer fabricante mundial, tras Estados Unidos y Japón, y relegando a Alemania al cuarto lugar. La concentración de la industria automovilística ha propiciado el control de un sector clave en el desarrollo industrial como es la producción de vehículos. La bicicleta todavía sigue siendo el principal medio de transporte individual; con una producción de 70 millones de unidades fabricadas al año, es el líder mundial en este sector. Asimismo, el parque de maquinaria agrícola es todavía muy insuficiente. Aunque su número ha aumentado considerablemente, en relación con el número de hectáreas cultivadas el subequipamiento resulta patente. Estas industrias mecánicas se encuentran concentradas, en líneas generales, en tres núcleos fundamentales: Shanghai y la cuenca del Yangtsé, Manchuria y el nudo Pekín-Tientsin. c) El desarrollo de la industria química, prácticamente inexistente antes de 1949, excepto alguna fábrica en Manchuria, ha sido lento debido principalmente a la falta de tecnología. En la actualidad es uno de los sectores que ha alcanzado mayores tasas de crecimiento. En un principio se concedió prioridad a la química básica: ácido sulfúrico, clorhídrico, sosa cáustica. Hoy en día se encuentra mucho más diversificada, si bien se orienta mayoritariamente hacia la producción de abonos químicos, de los que China es la tercera productora mundial. Sin embargo, aunque el volumen es muy elevado, resulta insuficiente para cubrir la demanda interna y debe recurrir a la importación.

119


La producción de abonos nitrogenados supera ampliamente a los fosfatados, cuya producción es todavía muy escasa. Productos farmacéuticos, plásticos, caucho, etc. son otras producciones importantes de este sector. d) La industria electrónica ha conocido un desarrollo espectacular en los últimos años. Microscopios, calculadoras, televisiones (China es el segundo productor mundial), pequeños electrodomésticos, etc. son algunas de las principales producciones de este sector. La producción se concentra mayoritariamente en las provincias costeras orientales. En la actualidad, la industria manufacturera de productos electrónicos es uno de los mayores sectores industriales de China y ocupa el segundo lugar en el mundo por su amplitud de producción. En el marco del XI Plan Quinquenal (2006-2010) China se ha planteado el objetivo de ser una potencia mundial en informática en un plazo de diez años. e) La industria textil es la de mayor tradición en el país y la más desarrollada antes de 1949. Materia prima abundante –seda, algodón– y sobre todo una gran demanda interior favorecieron su desarrollo. Se apoya tanto en las grandes fábricas, fundamentalmente en torno a Shanghai, como en los pequeños talleres artesanos localizados muy dispersamente por todo el país. No obstante, este sector adquiere su máxima extensión en el triángulo Hebei-Zhejiang-Hubei. El volumen de producción de la industrial algodonera se encuentra entre los mayores del mundo (primer productor mundial de algodón hilado), por lo que a pesar de su gigantesco mercado interior, puede dedicar buena parte a la exportación. Su localización se mantiene bastante vinculada a las zonas de cultivo de la materia prima. La industria textil de la seda ha gozado históricamente de gran prestigio, en la actualidad se encuentra muy concentrada espacialmente en las provincias de Zhejiang, Sichuan y Jiangsu. Asimismo, la industria textil de fibras sintéticas es otro sector que conoce un gran desarrollo (primer productor mundial de textiles celulósicos). Cuadro I.9. La importancia de la industria textil en China a finales del siglo xx Rango mundial

Algodón (bruto)

Algodón (hilado)

Lana (bruta)

Lana (hilada)

1

EEUU

China

Australia

EEUU

China

EEUU

2

China

EEUU

China

Italia

Japón

Taiwan

3

India

India

N.Zelanda

China

India

China

Fuente: Chancel: «Le monde chinois», p.115.

120

Textiles Textiles celulósicos sintéticos


La industria lanera experimentó un mayor auge en las regiones periféricas de China, debido a la mayor extensión en estas tierras de la cabaña lanar. Si en un principio la producción era fundamentalmente artesanal, hoy en día la difusión de mejores técnicas y mayores medios ha propiciado la creación de nuevas industrias en estas regiones, y el envío de materia prima hacia otros centros industriales del país. Cabe destacar la calidad de los tejidos de «cachemire», que desde tiempos remotos conquistaron el mercado exterior (segundo productor mundial de lana, detrás de Australia). En la actualidad, China es el primer productor y exportador del mundo en ropa de vestir, detrás de la Unión Europea, siendo sus principales compradores Estados Unidos y Europa. f) Por el contrario, las industrias alimentarias se encuentran mucho más retrasadas. Resulta paradójico que contando con tan impresionante volumen de población campesina, este tipo de industria esté muy poco representado entre las industrias rurales. Ello es debido tanto al hábito de la población en consumir productos frescos o muy poco elaborados, como por ser un sector que estuvo muy poco apoyado durante los primeros años de la industrialización. No obstante, en la actualidad las industrias alimentarias también han experimentado un considerable desarrollo, a causa no sólo del mayor consumo de productos agrarios, sino también debido al incremento de las exportaciones de determinados productos que necesitan una elaboración industrial previa, como puede ser el caso de la soja, o de la carne de cerdo y pato. En definitiva, la industria china hoy en día se encuentra muy diversificada y prácticamente todas las ramas de la producción se encuentran representadas, sin embargo padece una localización muy desequilibrada sobre el territorio. 5.5.

Los acusados desequilibrios regionales en el nivel de industrialización

La localización actual de la industria china sigue todavía muy condicionada por la situación anterior a 1949, de manera que continúa manteniéndose el desequilibrio espacial entre los antiguos centros industriales y el resto del país. Desde un principio, los primeros Planes Quinquenales

121


tuvieron como objetivo la industrialización del interior y del oeste del territorio, con el fin de paliar el desequilibrio geográfico de la industria a favor de la China oriental; sin embargo, estas acciones se llevaron a cabo sin una verdadera política de ordenación del territorio y la realidad no respondió a los proyectado (Atlas Histórico y Geográfico Universitario, UNED, mapa IX. 32) Durante los primeros años de la industrialización ésta se concentraba en una serie de enclaves puntuales: Manchuria, Shanghai, Tangshan-Tianjin, el Shandong, la conurbación de Wuhan, la región de Cantón y Sichuan. En la actualidad, según el nivel de industrialización se pueden diferenciar tres grandes conjuntos regionales: 5.5.1.

El Noreste y la costa oriental septentrional hasta Shanghai

Agrupa a las regiones más industrializadas. Desde la ciudad de Harbin, en la provincia manchú de Heilongjiang, existe un gran corredor industrial que a través de la provincia de Hebei , las municipalidades de Pekín y Tianjin y las provincias de Shandong y Jiangsu, llega hasta el sur de Shanghai. Esta región asegura el 70% de la producción industrial china y aquí se encuentran la mayor parte de las grandes ciudades industriales. a) La región de Manchuria ya era la más próspera de China antes de 1949. La abundancia de recursos minerales, la diversidad y su facilidad de extracción explican la temprana industrialización de estas tierras. En la actualidad sigue siendo la región más industrializada del país y cuenta con un verdadero sistema industrial. Predomina la industria pesada: construcción mecánica, metalurgia, industrias extractivas, etc. b) El triángulo metropolitano de Pekín-Tianjin-Tangshan es otro espacio fuertemente industrializado. La existencia de yacimientos de carbón y hierro explican la creación de una importante siderurgia en Tangshan desde el siglo XIX. En Tianjin, la industria textil algodonera estuvo muy desarrollada en el siglo anterior y en la actualidad posee una industria muy diversificada, donde si bien el sector textil sigue siendo importante, la metalurgia y la industria química están muy extendidas. Pekín, la capital, ha experimentado grandes cambios desde 1949. En la actualidad posee una industria muy diversificada, aunque el sector de tecnología punta tiene especial relevancia.

122


c) Hoy en día se puede considerar que las provincias de Jiangsu y Zhejiang forman, con la muncipiladidad de Shanghai, en torno a la cual giran, un espacio fuertemente industrializado. Shanghai es un área hiperindustrializada donde, hasta 1949, predominaba la industria ligera; a partir de entonces, ésta no sólo se ha diversificado sino que también se ha instalado una industria pesada, a pesar de carecer la región de materias primas y energía. En la actualidad, predomina la metalurgia, la industria química, la textil y la electrónica. Sin embargo, se deben aplicar urgentes medidas de reestructuración de su economía, ya que este espacio paulatinamente va perdiendo peso en el contexto nacional, en favor fundamentalmente de sus regiones vecinas: Jiangsu y Zhejiang, cuyo crecimiento económico es de los más elevados hoy en día. En razón de su proximidad a Shanghai, las zonas más desarrolladas son el sureste de Jiangsu y la llanura del norte de Zhejiang. Destaca la débil representación de las empresas estatales en estas provincias, sobre todo en Jiangsu, y la fuerte presencia de las industrias textiles, eléctricas y electrónicas. 5.5.2.

La China meridional

Todavía se encuentra poco industrializada. La población activa dedicada al sector primario en esta región aún tiene la mayor importancia, sobre todo en el Suroeste. Las provincias más industrializadas son Sichuan, Fujian y Guangdong. a) La provincia de Sichuan tradicionalmente se ha caracterizado por su enorme peso demográfico, es la provincia más poblada de China, y económico, ligado fundamentalmente a su prosperidad agrícola. Hasta la década de los setenta no comenzó su verdadera industrialización, instalada en sus tres cuartas partes en una quincena de ciudades, a cuya cabeza se encuentra Chongqing, con una industria muy diversificada. La capital, Chengdu, y otros núcleos del valle de Yangtsé Kiang conforman lo esencial de la industria de esta provincia, cuya productividad industrial es inferior a la media nacional, ya de por sí bastante baja. b) La provincia de Fujian, tradicionalmente una provincia de economía rural y encerrada en sí misma por la dificultad de las comunicaciones, experimentó a partir de los ochenta una espectacular transformación gracias a las relaciones comerciales con Taiwan, en su mayor parte de manera indi-

123


recta a través de Hong-Kong. Desde entonces su crecimiento económico es superior a la media nacional. La industrialización es eminentemente urbana y las ciudades costeras son las más beneficiadas de este proceso, sobre todo Fuzhou y Xiamen. Se trata de una industria muy diversificada, con un predominio de pequeñas y medianas empresas dedicadas fundamentalmente a la industria ligera: papel, alimenticias, electrónica, etc. La provincia de Guangdong registró un fuerte crecimiento económico a partir de los 80. En cierta manera puede ser considerada como una periferia integrada de Hong-Kong, por lo que predomina una industria de pequeñas empresas, con una fuerte utilización de mano de obra y netamente orientada a la exportación y donde las inversiones extranjeras son muy numerosas. El área de mayor crecimiento económico de la provincia está en el delta del Río de las Perlas, cuyo mayor núcleo urbano es Cantón. 5.5.3.

La China occidental

Es un gran vacío industrial. La proporción de activos dedicados al sector secundario es muy inferior a la media nacional. Las empresas estatales, relacionadas fundamentalmente con la industria pesada, obtienen la mayor parte de la producción industrial. En esta región la industria se refugia en verdaderos enclaves puntuales como: a) Batou, en la estepa de Mongolia, fue un verdadero centro pionero siderúrgico creado durante el Primer Plan Quinquenal gracias al descubrimiento de hierro en Baiyunobo, en la meseta de Mongolia. b) Lanzhou, antiguo núcleo caravanero, posee una importante industria química ligada al petróleo que se extrae de las zonas próximas. c) Urumchi, en Xinjiang, también antiguo centro de caravanas, hoy posee una industria diversificada para atender las demandas locales. Todos ellos, si bien son importantes centros industriales, el nivel de partida era tan bajo que apenas repercuten en el resto de la provincia, que sigue careciendo de un desarrollo económico integrado. La productividad industrial también es muy desigual según las provincias. Según su localización, la productividad es mayor en las industrias urbanas que en las rurales. Según el tipo de empresas, la productividad mayor

124


pertenece a las empresas con capital extranjero y a las privadas, mientras que las empresas estatales poseen una productividad mucho menor. Por sectores de la industria, es mayor en la petroquímica que en el sector del carbón. Finalmente, por provincias, de nuevo la mayor productividad la tienen las tres grandes municipalidades –Shanghai, Pekín y Tianjin– junto con las provincias de Jiangsu y de Liaoning. En un territorio tan extenso, el sector de los transportes incide en gran manera en el desarrollo de la industria, de manera que su insuficiencia condiciona todo el esfuerzo de descentralización previsto desde hace varias décadas. El equilibrio económico y el desarrollo armonioso de las regiones depende fundamentalmente de la construcción de buenas y completas redes de comunicación, de las que China es especialmente deficitaria.

6.

LOS TRANSPORTES Y LA ORGANIZACIÓN DEL TERRITORIO: UNA ESTRUCTURA DUALISTA Y UNA INSUFICIENTE RED DE TRANSPORTES FRENA EL DESARROLLO ECONÓMICO

La escasez de medios de transporte y de vías de comunicación ha supuesto uno de los principales obstáculos para lograr un desarrollo integrado de todo el territorio. Tradicionalmente las regiones chinas han vivido replegadas en sí mismas y la autosuficiencia económica ha sido una constante durante muchos siglos. La movilidad de la población era muy escasa y la gran mayoría de los campesinos, apegados a las tradiciones y a su tierra, no salía de su pueblo natal en toda su vida. La falta de transportes fue, sin duda, un factor importante que contribuyó a favorecer la autarquía de las regiones. La necesidad de unas infraestructuras viarias más densas, que permitan las relaciones interregionales y favorezcan los intercambios adquiere en China una transcendental importancia debido a múltiples factores. Se trata, en primer lugar, de un territorio inmensamente extenso y con un relieve muy compartimentado que potencia el aislamiento de numerosas regiones. Además, existe una clara disociación espacial entre población y recursos, de manera que mientras los recursos naturales son abundantes en el interior y en el oeste, la población, y con ella las actividades industriales se localizan fundamentalmente en las regiones costeras.

125


Antes de 1949 las líneas férreas, carreteras o vías navegables no constituían una red, sino que eran elementos desvinculados entre sí y creados para la explotación del país por las potencias extranjeras. La mayoría de estas vías de comunicación se concentraba en la China oriental mientras que inmensas regiones interiores se encontraban verdaderamente aisladas. En la actualidad, aunque los progresos en este sector son evidentes, el nivel de partida era tan bajo que el proceso dista mucho de haber concluido: todavía más del 30% de las aldeas carecen de accesos a través de medios de transporte modernos. Hoy en día el sector de los transportes todavía conserva una estructura dualista. Frente a la creciente importancia de un sector moderno: nuevas líneas férreas, autopistas, transporte aéreo, etc., pervive un sector tradicional donde la fuerza humana o animal sigue transportando millares de mercancías en distancias locales: bicicletas, sampanes, etc. Ya entrado el siglo XXI, inmersos en una economía de mercado donde los intercambios comerciales son prioritarios, la herencia de su pasado en materia de transporte supone un importantísimo freno para el desarrollo económico del país. 6.1.

La mejora de los transportes. La primacía del ferrocarril

La introducción del ferrocarril en China se remonta a finales del siglo Fueron las potencias extranjeras quienes, en función de sus intereses particulares, desarrollaron una serie de líneas férreas, sin ninguna conexión entre sí, en las provincias costeras de la China oriental.

XIX.

Se concentraron los mayores esfuerzos e inversiones en potenciar este medio de transporte con el fin de corregir las grandes deficiencias que presentaba su distribución y, sobre todo, mejorar y ampliar la red existente. Los objetivos se basaron en integrar las regiones interiores y occidentales y asegurar la circulación de materias primas para la industria pesada. Así, no sólo se potencian los grande ejes ya existentes, sino que también se construyen otros nuevos, como el de Lanzhou-Lan Xin, a través del Xinjiang, que acerca los ricos yacimientos de petróleo occidentales hacia la China oriental; Lanzhou-Batou, que permite el acceso a los recursos minerales de la Mongolia interior; Baoji-Chengdu, que atraviesa la cadena montañosa de los Qinling.

126


El esfuerzo en la construcción de una red nacional de ferrocarriles ha sido enorme, máxime si se tiene en cuenta la inmensidad del territorio y su enorme complejidad topográfica. Fue necesario salvar macizos montañosos de más de 4.000 m de altura, construir numerosos puentes, atravesar terrenos inundables y pantanosos, zonas de alto riesgo sísmico, áreas de dunas como en las márgenes del desierto de Gobi, etc. Así, si antes de 1949 China contaba tan sólo con 22.000 km de vías férreas, en 1993 la red totalizaba 53.800 km y en 2005 alcanzaba los 74.000 km, lo que la convierte en la tercera red de ferrocarriles del mundo, tan sólo por detrás de Estados Unidos y de Rusia; supone el 6% de la red ferroviaria mundial por donde circula el 25% del tráfico de mercancías y pasajeros del planeta. El objetivo es alcanzar los 100.000 km de red en el horizonte del 2020. Sin embargo, las vías férreas chinas no están modernizadas, fundamentalmente en cuanto al transporte de mercancías se refiere, cuya velocidad de desplazamiento es excepcionalmente lenta y su desigual reparto sobre el territorio continúa siendo evidente. La modernización de las líneas actuales y la construcción de nuevas líneas, incluidas las de alta velocidad, son objetivos prioritarios de la política actual. En este sentido, merece destacar la apertura de las nuevas líneas que refuerzan los ejes norte-sur, enlazando con las vías navegables de dirección este-oeste. Cabe mencionar el colosal esfuerzo que supone el ferrocarril Pekín-Lhasa, con un recorrido de 4.064 km; iniciado en 2001, el primer tramo Pekín-Qinghai fue inaugurado en 2005. Este ferrocarril es conocido con el nombre de «el tren del cielo» por la altitud en la que circula, la más elevada del planeta. Asimismo, la construcción de un tren de alta velocidad, con tecnología nacional, entre Pekín y Shanghai, recorrerá en menos de 5 horas, frente a las 10 actuales, los 1.318 km que separan ambas ciudades, a una velocidad punta de 350 km/hora. En el marco del XI Plan Quinquenal (2006-2010) referido a la aplicación de tecnología punta en la infraestructura del transporte se encuentra la construcción de una línea ferroviaria de suspensión magnética (maglev) de 30 km de longitud que une el aeropuerto de Shanghai con la ciudad. Asimismo, en un informe publicado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología se revela que en el año 2010 China contará con un tren de levitación magnética capaz de alcanzar los 500 km/hora. El estado de las carreteras antes de 1949 era deplorable. La mayor parte se concentraba en algunas regiones del este, mientras que en las zonas peri-

127


féricas se mantenían las tradicionales pistas utilizadas por las caravanas. Así, la Ruta de la Seda unía la Gran Llanura con Asia Central, y la Ruta del Té, a través del desfiladero de Kalgán, enlazaba Pekín con las altiplanicies mongolas. La red de carreteras pasó de 80.000 km en 1949 a 1.117.820 km a mediados de los noventa, pero el retraso que China padecía en este sector, tradicionalmente marginado, se ha visto ampliamente corregido en los últimos años. Así, si a principios de los noventa del pasado siglo, China tan sólo contaba con una autopista que unía Shanghai con su aeropuerto, en el año 2005 pasó a ser el segundo país con más longitud de autopistas del mundo. La creación de nuevas autopistas sigue siendo objetivo de la actual política económica y se espera que la red alcance los 65.000 km a finales de la presenta década, conectando entre sí a la mayor parte de las capitales provinciales y regionales, y poniendo fin a la escasa conexión interprovincial que el país padecía. Tradicionalmente el transporte fluvial ha sido el más utilizado en China. El país cuenta con un enorme potencial navegable –fundamentalmente el Yangtsé Kiang con 2.800 km navegables–, por lo que desde hace milenios los chinos han venido realizando enormes trabajos hidráulicos para regular y canalizar sus vías fluviales. Un claro exponente de estos trabajos lo simboliza la creación, en el siglo VII, del Gran Canal, que con una longitud de 1200 km unía la China del Norte con las regiones del Yangtsé. Esta cuenca se encuentra jalonada por más de 300 equipamientos portuarios, que con el paso del tiempo se han convertido en importantes centros urbanos e industriales: Suzhou, Nankin, Wuhan, Chongqing, entre otros. Actualmente China cuenta con 115.000 km de vías navegables, aunque más de la mitad no alcanza un metro de calado, por lo que tan sólo son accesibles a barcos de escaso tonelaje. La China oriental está surcada por numerosos ríos y canales por donde navegan numerosos juncos y sampanes. La vía fluvial navegable más importante es el Yangtsé, que permite el paso de navíos de gran tonelaje hasta Wuhan, gracias a las numerosas obras realizadas en su cauce. Este río supone la vía de penetración más larga en el continente asiático (3.000 km) y de ahí deriva la estratégica situación y esplendor de la ciudad de Shanghai, creación occidental del siglo XIX y primer puerto chino en tráfico de mercancías, a la vez que uno de los mayores del mundo (tercero por detrás de Singapur y Hong Kong).

128


En un país de grandes distancias, con un relieve tan accidentado y una escasa red ferroviaria y de carreteras, el transporte aéreo adquiere una importancia vital. En 1962 se creó la CAAC (Civil Aviation Administration of China), que en 1988 cedió su monopolio a cinco compañías regionales y una internacional: Air China. En 1996, ochenta ciudades estaban conectadas entre sí por más de 500 vuelos domésticos que paliaban la grave deficiencia de la red de transportes terrestres. En la actualidad, los esfuerzos realizados en este sector también han sido enormes y el crecimiento de aeropuertos has sido espectacular: está prevista la existencia de doscientos aeropuertos en el año 2010 y cuatrocientos en el 2020.

6.2.

Las disparidades regionales en función de la infraestructura viaria

Los progresos realizados en la creación y modernización de las redes viarias son evidentes. La explotación de los recursos petroleros, la creciente producción de la industria mecánica (material ferroviario, vehículos de motor) son factores, entre otros, que van transformando el panorama inicial y los efectos de la modernización poco a poco se van difundiendo por todo el país. Sin embargo, la difusión espacial de este proceso no ha sido homogénea y en la actualidad existen fuertes desequilibrios regionales según la red de transportes. Si durante la etapa maoísta se potenció el equipamiento de la China interior y occidental, hoy en día es la China oriental, y más concretamente las provincias litorales, las que acaparan las mayores inversiones. De nuevo la oposición norte/sur y este/oeste es patente, resultando en este caso también mejor equipadas las regiones septentrionales que las meridionales, y las orientales mejor que las occidentales. Así, en función de su infraestructura viaria, se pueden diferenciar en China cuatro grandes conjuntos regionales: a) La China del norte y la del noreste cuenta con una verdadera red de transportes. Gracias a las grandes obras realizadas por rusos y japoneses en Manchuria (Heilongjiang, Jilin y Liaoning), la región del NE ya era la mejor equipada en 1949. En torno al eje norte-sur, de Harbin al puerto costero de Dalian, se organiza una densa red de transportes que unen entre sí los principales núcleos urbanos e industriales.

129


b) La cuenca del Yangtsé, en las tierras centrales de la China oriental, supone la principal vía de comunicación entre Shanghai y Sichuan. Esta red es la más importante vía fluvial de China, a pesar de las limitaciones que le imponen la irregularidad de su caudal, los rápidos y los aluviones que dificultan el paso en algunos tramos. c) Las tierras meridionales orientales tienen una infraestructura de transportes más débil. En este caso, la extremada compartimentación del relieve dificulta las relaciones entre sus distintas regiones y generalmente las ciudades de la costa, como por ejemplo ocurre con la ciudad de Cantón, han estado mejor relacionadas con la China septentrional y otras ciudades costeras, que con el interior de su propia provincia. Sin embargo, los esfuerzos por paliar estos desequilibrios se han visto reflejados en la apertura de nuevas vías. d) La China occidental, débilmente poblada, todavía mantiene un tráfico escaso, a pesar de los numerosos esfuerzos que las políticas en materia de transporte han llevado a cabo, con el fin de integrar estas inmensas regiones en el resto del territorio. 7.

LA RECIENTE APERTURA AL EXTERIOR

Históricamente, China ha mantenido un desarrollo económico autárquico, que se acentuó en el siglo XIX y gran parte del XX. La abundancia y diversidad de recursos naturales y, por otra parte, la escasa densidad de las infraestructuras de transportes y comunicaciones, que dificultaban enormemente la integración económica del país, son factores que explicaban la reducida dimensión del sector exterior. Desde sus orígenes, la República Popular de China siguió una política de introversión económica, llamada también política de desarrollo hacia adentro, que se acentuó a lo largo de la década de los sesenta y especialmente a principios de los setenta, durante la Revolución Cultural. El inicio de la llamada política de puertas abiertas, por Deng Xiaoping en 1979, supuso un corte radical en la trayectoria de la vida social y económica de China. La puesta en marcha de medidas liberalizadoras influyó decisivamente tanto en el volumen y estructura de los intercambios comerciales, como en el decidido apoyo a las inversiones extranjeras.

130


7.1.

El crecimiento del comercio exterior

La evolución de las tasas de crecimiento anual de las exportaciones e importaciones en la últimas década han registrado un espectacular desarrollo hasta el punto que hoy en día (2006) China es la tercera potencia comercial del mundo, sólo detrás de Estados Unidos y Alemania, con unas exportaciones que suponen el 7,3% de las exportaciones mundiales e importaciones que suponen el 6,1% del total mundial. Miembro relevante de la organización Mundial del Comercio (OMC) desde el año 2001, su excedente comercial se ha triplicado en el año 2005, alcanzando los 85.000 millones de euros (fig. I.11).

Millones de euros 2000 2001 2002 2003 2004 2005

18.370 17.263 23.223 19.553 24.602 85.000

Fig. I.11. El superávit de la balanza comercial china

En cuanto a la estructura del comercio exterior, si en un principio, los productos energéticos suponían la mayor parte de las ventas al exterior, poco a poco los productos manufacturados fueron adquiriendo mayor importancia en las exportaciones, principalmente los productos de la industria ligera, entre los que los textiles y confección, sector de larga tradición en el país, representan la mayor parte del conjunto de las exportaciones, así como los productos eléctricos y electrónicos de menor calidad. La entrada de productos manufacturados chinos en los mercados occidentales ha causado un verdadero impacto en los países receptores. La crisis que hoy en día atraviesa el sector textil europeo es un claro exponente; a los textiles seguirá el

131


calzado, bicicletas, automóviles, etc, por lo que los miembros de la Unión Europea se ven abocados a elaborar una estrategia que proteja la industria comunitaria. Fundamentalmente, China importa materias primas de sus países vecinos asiáticos y especialmente de África, continente que proporciona actualmente el 30% de las importaciones chinas, con una tendencia al alza –los intercambios se han multiplicado por diez entre 1995-2005–. La presencia china en África es cada vez mayor mediante préstamos, inversiones y ayuda al desarrollo a cambio de materias primas y petróleo: Angola es su primer socio comercial y su principal proveedor de petróleo, con unas importaciones de más de medio millón de barriles diarios. Se estima que en el 2010 China tendrá un comercio con África similar al que tiene con la Unión Europea o Estados Unidos. Con una población de más de 1.300 millones de personas y un comercio exterior que registró el mayor crecimiento del planeta, el país ya es considerado como el mercado más fuerte del nuevo siglo. 7.2.

Las inversiones extranjeras y su concentración espacial

La política de apertura iniciada a finales de los años setenta supuso un decidido apoyo a las inversiones extranjeras en el país. En la actualidad, para sostener su elevado crecimiento China sigue necesitando elevados volúmenes de inversión directa extranjera (IDE), que en el año 2006 superó los 70.000 millones de dólares, convirtiéndose en el país líder mundial en recepción de IDE, muy por delante del resto de los países de economías emergentes (57.000 millones de dólares en 2004). La mayor parte de las inversiones proceden de Hong Kong, seguido a bastante distancia de Japón, Corea y Estados Unidos. En cuanto a la distribución geográfica de las inversiones, existen una serie de áreas en las que el gobierno chino ha favorecido la inversión directa de empresas extranjeras, dando lugar a una fuerte concentración espacial de las mismas. Manteniendo la tradicional oposición litoral-interior, las autoridades chinas pretendieron conseguir de las regiones costeras, desde Liaoning hasta Guangdong, el motor de desarrollo para el resto del país, por lo que desde un principio las inversiones se concentraron en estos espacios

132


costeros, más desarrollados, en detrimento de las regiones interiores (Atlas Histórico y Geográfico Universitario, UNED, mapa IX. 34). La puesta en marcha de una política específica de incentivos y privilegios para atraer las inversiones extranjeras se concretó en la creación de una serie de espacios abiertos, todos ellos costeros, que se pueden clasificar en tres tipos: a) Las Zonas Económicas Especiales (ZEE), cuya regulación se efectuó en 1980. Suponen verdaderas zonas francas según el modelo ampliamente difundido en los países del Tercer Mundo durante los años setenta. En un primer momento se crearon cuatro ZEE de las que una se encontraba situada en la provincia de Fujian (Xiamen) y las tres restantes en la provincia de Guangdong (Zhantou, Zhulai y Zhenzhen, ésta última la de mayor superficie (372 km2)). Todas ellas se beneficiaban de la proximidad de Hong Kong y Macao, y en el caso de Xiamen, de la isla de Taiwan. En 1988 se creó en la provincia de Hainan, la quinta ZEE, la más extensa de todas ellas. b) En 1984 se designaron catorce ciudades costeras como zonas de tratamiento preferencial a la inversión extranjera. Declaradas «ciudades abiertas», se encuentran situadas desde la provincia de Laioning hasta la de Guangxi. Estas ciudades han sido dotadas con una o varias Zonas de Expansión Económica y Técnica (ZEET), en las que se ofrecen incentivos a la inversión extranjera similares a los de las ZEE, y en ellas se concentran las nuevas actividades, esencialmente industriales, con participación de capitales extranjeros. Las principales ciudades costeras abiertas que han acaparado el mayor volumen de inversiones extranjeras son las de Shanghai, Cantón, Tianjin y Dalian. c) A mediados de los ochenta se crearon las llamadas Zonas Económicas Abiertas (ZEO), muy extendidas en numerosas ciudades de la costa. Desde 1990 son particularmente importantes las situadas en los deltas del Changjinag, Río de las Perlas y sur de Fujian, así como las de Laioning (Liadong) y Shandong (Jiaodong). La conjunción de ciudades costeras, ZEE y ZEO en determinados espacios han creado en ellos polos de crecimiento, netamente vinculados al exterior, que paulatinamente incrementan su grado de desarrollo respecto al resto del país y acentúan el tradicional desequilibrio espacial del territorio. Estos privilegiados espacios están situados, principalmente, en el norte –en

133


torno al golfo de Bohai–, en el delta del Yangtsé, en el delta del Río de las Perlas y al sur de la provincia de Fujian. En la actualidad, mediada ya la primera década del siglo XXI, existen en China 53 parques científicos o zonas estatales de desarrollo industrial de alta y nueva tecnología, que han contribuido en gran manera al crecimiento económico de las ciudades donde se encuentran localizadas. Todos ellos han sido pioneros en innovación científica y tecnológica y han mantenido una tasa de aumento de más del 40% para todos sus índices económicos. Entre ellos destaca el Parque Científico Zhongguancun, en Pekín, el primero y más grande de los 53 que existen en China; distribuido en siete zonas de la municipalidad de Pekín, ocupa una superficie de más de 300 km2 y acoge a 2,6 millones de personas, cuenta con más de 13.000 empresas, 39 universidades (con 400.000 alumnos) y 213 instituciones de investigación.

7.3.

El creciente papel del turismo

Las reformas aperturistas llevadas a cabo desde 1979 incidieron en el progresivo aumento del turismo en la República China, hasta el punto de convertirse en una nueva fuente de riqueza y un elemento clave para el desarrollo de determinadas regiones. Aunque la inmensa mayoría de las entradas estaban integradas por chinos de otros lugares del mundo, la cifra de extranjeros aumentó considerablemente, pasando de 200.000 en 1978 a más de 6 millones a finales del siglo XX. Actualmente es el primer país de Asia en cuanto a entrada de turistas y cuarto del mundo, con 124 millones de turistas en el año 2006 y con una tendencia al alza. Los Juegos Olímpicos de 2008 supondrán un nuevo auge para el sector. Estos turistas provienen en su mayor parte de los países industrializados capitalistas; se trata en general de un turismo todavía caro, como lo demuestra la escasez de turistas menores de 20 años y se suelen organizar en tours previamente concertados. Pekín y la Gran Muralla es el centro turístico por excelencia y desde allí el turismo se diversifica hacia las estepas mongolas del norte; hacia Suzhou, la «Venecia china» y Shanghai, en el sureste; hacia Xinjiang a través de la ruta de la seda, en el oeste; o hacia Yunnan, Guangxi, Sichuan y el valle del Yangtsé, en el sur.

134


China también será un gran suministrador de turistas al resto del mundo. Según estimaciones de la Organización Mundial del Turismo (OMT), si en el año 2003 salieron del país 20 millones de turistas chinos, esta cifra alcanzará los 100 millones en el año 2020. 8.

LA PERSISTENCIA DE LAS FUERTES DISPARIDADES REGIONALES: LAS «TRES CHINAS»

Las desigualdades en el desarrollo económico de las regiones es una de las principales características que afectan al conjunto de los países en vías de desarrollo. La amplitud que estas disparidades alcanzan en China supone una seria amenaza para el equilibrio interno del país y son herencia de un largo pasado histórico. Ya en la China imperial el territorio se encontraba organizado según una estructura meridiana, existiendo una fuerte oposición entre la China costera, activa y dinámica, y la China interior, rural y atrasada. El siglo XX no ha hecho sino reforzar aún más esta división. Las tentativas maoistas de desplazar el centro de gravedad hacia el oeste resultaron un fracaso y las profundas reformas económicas llevadas a cabo desde 1979 acrecentaron estos desequilibrios. Si analizamos un indicador clave como es el PIB/hab, observamos que entre Guizhou, la provincia más pobre, y Shanghai, la municipalidad más rica, la proporción es de 1 a 13. Todas las provincias que tienen una mayor renta per cápita son costeras y todas ellas se mantienen en los primeros puestos desde hace más de cuarenta años. Situación que, a principios del presente siglo, se sigue agravando, pues si en 1990 las tres provincias más dinámicas del sur (Guangdong, Fujian y Zhejian) tenían un PIB/hab un 70% superior al del resto de sus provincias limítrofes (Guangxi, Hunan, Jiangxi y Anhui), esta proporción se duplicó a finales de la década. Éste y la mayor parte de los demás indicadores, sufren una neta degradación de oriente a occidente: el noreste y las regiones costeras son las más favorecidas, frente a la China interior, el oeste y el sudoeste. De manera que, siguiendo criterios tanto sociales como económicos, resulta extremadamente clara la división meridiana del espacio en tres grandes conjuntos regionales: una China costera, dinámica y abierta al exterior, una China interior, pobre y agrícola, y una China occidental, árida y subdesarrollada (Atlas Histórico y Geográfico Universitario, UNED, mapa IX. 34).

135


8.1.

La China costera: desarrollo y prosperidad

Desde Heilongjiang, al norte, hasta Hainan, al sur, este espacio se encuentra integrado por diez provincias (Heilongjiang, Jilin, Liaoning, Hebei, Shandong, Jiangsu, Zhejiang, Fujian, Guangdong y Hainan) y tres municipalidades (Pekín, Tianjin y Shanghai). Aquí viven más de 500 millones de personas (40% de la población), con una densidad media de 385 hab/km2 y con una producción de más del 50% del valor total de las producciones agrarias e industriales. Este es el espacio que se ha favorecido de la apertura al exterior y en la actualidad se encuentra plenamente inmerso en el circuito de la economía mundial. Estas regiones, tradicionalmente dedicadas a la industria ligera, rápidamente supieron volcarse hacia una industria de consumo (textiles, electrónica) muy orientada hacia la exportación desde los años ochenta; hoy en día este espacio asegura el 85% de la exportaciones nacionales. Esta capacidad de respuesta a la demanda de productos de la industria ligera, ha permitido la contratación en multitud de pequeños talleres, de una abundante mano de obra rural, de manera que en 1995, la proporción de población activa agraria empleada en actividades no agrícolas, alcanzaba el 40%. Este es un factor clave para el desarrollo de estas regiones, frente al interior del país, donde una inmensa población agraria carece de empleo. Desde un punto de vista financiero, también este espacio de nuevo concentra más del 80% de las IDE (Inversiones Directas Extranjeras). Solamente la provincia de Guangdong recibió en 1995 el 30% del total nacional (diez mil millones de dólares), lo que equivalía, por ejemplo, al doble de lo que recibió Rusia. La intensa actividad industrial y exportadora de la China costera se apoya en el desarrollo de unas modernas infraestructuras portuarias. Por el volumen de su tonelaje, Shanghai es el primer puerto de China y tercero del mundo, sólo detrás de Singapur y Hong Kong. 8.2. La China interior: agrícola y tradicional Este conjunto agrupa a 9 provincias (Shanxi, Shaanxi, Henan, Anhui, Hubei, Jiangxi, Hunan, Guizhou y Sichuan) y la municipalidad autónoma de

136


Chongqing. Tanto por su nivel de desarrollo, como por su situación geográfica, supone una verdadera región intermedia entre las regiones más desarrolladas del este y las menos desarrolladas del oeste. Es la China agrícola por excelencia, situada en torno a las dos grandes cuencas fluviales (Hoang Ho, o río Amarillo y el Yangtsé) donde la amenaza de las inundaciones ha sido una constante milenaria que el campesino ha tenido que controlar mediante laboriosas obras hidráulicas, entre las que se encuentran las mayores del mundo, como la Presa de las Tres Gargantas, en el valle medio del Yangtsé, cuya finalización, prevista para el año 2009 la convertirá en la más grande del mundo. Es una región con un fuerte peso demográfico, donde la etnia han es predominante. La tasa de urbanización es inferior a la media nacional y la red urbana se encuentra muy desequilibrada: las ciudades millonarias generalmente coinciden con la capital de la provincia, frente a ellas existen casi un centenar de ciudades de más de 200.000 hab., pero tan sólo 14 ciudades intermedias, con una población entre 500.000 y el millón de habitantes. Más del 75% de la población trabaja en el sector agrícola, pero con una productividad muy baja: la China interior tan sólo aporta el 38% del valor neto de la producción agrícola nacional a pesar de contar con el 45% de la superficie cultivada y el 49% de la población activa agraria nacional. Uno de los mayores problemas que padece el país en general, pero que afecta con mayor intensidad a estas regiones agrícolas, es la incapacidad de las labores agrícolas para absorber a un volumen tan elevado de campesinos, de manera que se calcula que entre 100 y 150 millones de personas se encuentran sin empleo productivo, ya que la oferta de empleos industriales es también insuficiente y no acoge a este sector que realmente sobra en el campo durante la mayor parte del año. La débil apertura económica de la región (8% del total de las inversiones extranjeras, frente al 88% de la China costera) pone de relieve su escaso dinamismo. Posee una industria generalmente urbana, con actividades de débil valor añadido: bien industrias extractivas (Shanxi, Henan, Jiangxi), cuya producción es rápidamente enviada hacia las industrias costeras, o bien industrias alimentarias (Guizhou, Anhui, Sichuan) y textiles (Henan, Hubei, Shaanxi). Esta estructura industrial, a la que se añade una fuerte escasez tanto de mano de obra cualificada como de capital, explican la baja productividad industrial de la región: con algo más del 30% de la mano de obra industrial tan sólo aporta el 26% de la producción nacional.

137


8.3.

La China exterior: la periferia subdesarrollada

La China exterior agrupa a tres provincias (Yunnan, Qinghai y Gansu) y cinco regiones autónomas (Guangxi, Tíbet, Xinjiang, Ningxia y Mongolia Interior). Se trata de un inmenso espacio donde la aridez, el retraso económico y la pobreza son sus principales características. Solamente Qinghai, Tíbet y Xinjiang, situadas en las altas y áridas mesetas occidentales, se extienden sobre 3,5 millones de km2, es decir, el 37% del territorio, aunque sólo cuentan con el 2% de la población y del PIB nacional. Cuna de las minorías nacionales, posee una inmensa riqueza en su subsuelo. Según un estudio del Instituto Central de Nacionalidades de Pekín «el Este sobrepasa al Oeste por sus niveles de desarrollo económico, técnico, científico y cultural, pero el Oeste sobrepasa al Este en recursos naturales». Numerosas zonas pioneras agrícolas y establecimientos mineros y de industria pesada salpican el país, pero los esfuerzos por homogeneizar el desarrollo de estas regiones ha sido lento e insuficiente, por lo que estos avances no dejan de ser enclaves puntuales. Toda la región sigue con un gran retraso económico, como lo demuestran la gran mayoría de los indicadores socioeconómicos consultados; así, por ejemplo, el porcentaje de analfabetos supera, y en muchas de las provincias dobla, la media nacional, como en Gansu y Qinghai; igualmente, el índice de fecundidad supera la media nacional en toda la región; por el contrario, el PIB/hab, las infraestructuras en transporte, la asistencia sanitaria, etc. es mucho menor que en el resto del país. Cómo es lógico, los límites de esta división regional no son nunca claros ni precisos, y hay determinadas provincias que pueden incluirse en una u otra subdivisión, según los factores que se primen. Así, por ejemplo, la provincia de Heilongiang, de neto predominio agropastoral, se puede incluir en la China interior agrícola, mientras que por su alta tasa de urbanización e industria petrolífera pujante (es conocida como el «Texas chino») forma parte de la China más desarrollada. Lo mismo ocurre con la provincia de Guangxi, que por su desarrollo puntual en torno al eje Nanning (capital) y el puerto de Beihai, algunos la incluyen en la China costera, otros en la China interior debido a su importante sector agrícola, mientras que por su retraso económico y el peso de las minorías étnicas, forma parte de la China periférica y subdesarrollada.

138


8.4.

Las contrapartidas del vertiginoso crecimiento

El espectacular auge económico de China, con la tasa de crecimiento más elevada del mundo que le ha convertido en la cuarta potencia del planeta, es indiscutible, pero se muestra incapaz de frenar las cada vez mayores desigualdades sociales, factor por el que también ocupa uno de los primeros lugares mundiales. Las diferencias entre ricos y pobres o entre las ciudades y el medio rural se acentúan con el paso del tiempo: los ingresos medios del campesinado, representado por 750 millones de chinos, equivalen hoy en día a la tercera parte de la renta urbana y todavía cerca de 100 millones de personas sobreviven con 1 dólar al día. Incrementar el gasto público en sanidad, educación, pensiones o subsidios agrícolas son otros de los desafíos que tiene planteadas la actual política económica de este gigante asiático. La factura medioambiental también ha sido de enorme magnitud. Es el segundo emisor de gases de invernadero del mundo y según el Banco Mundial, posee 16 de las 20 ciudades más contaminadas del planeta. El 70% de sus ríos, sobre todo en el noreste, se encuentran contaminados y 300 millones de personas todavía no tienen acceso al agua potable; a ello se añade una grave desertización, degradación del suelo, un tercio del país afectado por la lluvia ácida y un largo etcétera (fig. I.12).

Emisiones (% mundial) Resto mundo 30%

Emisiones (t/hab.) EEUU

19.73

EEUU 22% Rusia

10.63

Alemania

10.29

Japón Japón 5% Rusia 9%

China 17% Europa 17%

9.52

España China

7.72 3.65

Fig. I.12. Emisiones de CO2 en China

139


En el marco del vigente XI Plan Quinquenal (2006-2010) China opta por el desarrollo sostenible y pone el énfasis en el concepto de «sociedad armoniosa» (hexie shehui) para lograr un país más justo y ecológico ante los crecientes desequilibrios campo/ciudad, ricos/pobres, este/oeste, costa/interior y la fuerte degradación medioambiental. BIBLIOGRAFÍA Banco Exterior de España (1986): La economía china de la Revolución a las Cuatro Modernizaciones. Servicio de Estudios Económicos del BEE. CANNON, T y JENKINS, A. (ed.) (1990): The geography of contemporary China. The impact of Deng Xiaoping’s decade. Londres. Routledge. 310 pp. CHANCEL, C y PIELBERG,E.C. (1998): Le monde chinois dans le nouvel espace mondial. Paris. Presses Universitaires de France. 295 pp. CLAWSON,D.L. (2001): World Regional Geography. A Development Approach. Prentice Hall, New Jersey, 672 p. DUFOUR,JF (1999): Géopolitique de la Chine. Paris. Editions Complexe. 143 pp. GENTELLE, P. (1994): «Chine», en BRUNET, R. (dir.): Geographie Universelle. Belin/ Reclus. Paris. Geographische Rundschau (2001): «China». Westerman. GOODMAN, D. (1989): China’s regional development. Londres. Routledge. The Royal Institute of International Affairs. 199 pp. LARIVIÈRE, J.P. y GUÉGAN-ROUÉ, A. (1994): Les chinois. Paris. Masson. 159 pp. LARIVIÈRE, J.P. y SIGWALT, P. (1996): La Chine. Paris. Masson/Armand Colin. 2ª ed. 288 pp. LEEMING, F. (1993): The changing geography of China. Oxford. Blackwell. 197 pp. SONGQIAO, Z. (1986): Physical geography of China. Londres. Science Press. Willey & Sons. TAMAMES, R. (2001): China 2001: la cuarta revolución: del aislamiento a la superpotencia mundial. Madrid. Economía. Alianza Editorial. TAMAMES, R. (2007): El siglo de China. De Mao a primera potencia mundial. Barcelona, Planeta.

140

Capítulo II

El Subcontinente Indio y el Sureste Asiático: Complejidad social y transformaciones económicas recientes en el mundo tropical monzónico (Asia Meridional)

1. Introducción: unidad y diversidad del gran espacio regional 2. La sociedad más compleja en la región más poblada de la Tierra 2.1. Una encrucijada de pueblos, lenguas y religiones 2.1.1. Pueblos y lenguas 2.1.2. Religiones 2.2. La influencia de las colonizaciones occidentales 2.2.1. La ocupación del territorio por los colonizadores 2.2.2. Consecuencias de las colonizaciones 2.3. La constitución de los Estados actuales 2.4. Crecimiento rápido de la población: transiciones demográficas y movimientos migratorios 2.4.1. Evolución del crecimiento natural 2.4.2. Los movimientos migratorios 2.5. Gran volumen de población y densidades contrastadas 3. Una tectónica agitada, un relieve variado y dominio del monzón 3.1. Dos conjuntos topográficos 3.2. Los fragmentos de zócalo, de origen precámbrico 3.3. Montañas alpinas y guirnaldas insulares 3.3.1. El Himalaya 3.3.2. Los arcos montañosos de Indochina e Indonesia 3.4. Llanuras aluviales y costeras. Los grandes deltas 3.5. El imperio del monzón y la irregular distribución de las lluvias

141


4. El predominio de la agricultura. Los diferentes sistemas agrarios y sus transformaciones 4.1. El peso del sector agrario 4.2. Los sistemas agrarios tradicionales, marco de subsistencia de las poblaciones campesinas 4.2.1. Sistemas agrarios extensivos 4.2.2. El arrozal inundado, base de la civilización de Asia Meridional 4.3. Las plantaciones, una agricultura de exportación 4.4. Reformas agrarias, revolución verde y frentes pioneros. Sus repercusiones geográficas 4.4.1. Reformas agrarias 4.4.2. La «revolución verde» 4.4.3. Los frentes pioneros 5. Industrialización escasa y desigual. Procesos y dinámicas recientes 5.1. Recursos naturales limitados y explotados para el exterior 5.1.1. Variedad de minerales 5.1.2. Las fuentes de energía 5.2. Proceso de industrialización. Modelos y niveles de estructura industrial 5.2.1. Diferente peso del sector industrial 5.2.2. Permanencia de las industrias tradicionales 5.2.3. El desigual desarrollo de la industria moderna 5.3. La Unión India: una gran potencia industrial emergente en el Tercer Mundo 5.4. El desarrollo industrial reciente en el Sureste Asiático. Singapur y los «pequeños tigres», nuevas economías emergentes 5.5. Los países de escasa industrialización en Asia Meridional 6. Asia Meridional, grandes disparidades en un espacio subdesarrollado 6.1. Desarrollo económico marcado por la dependencia y crecimiento del comercio exterior 6.2. Deficiencias en las redes de transporte y falta de articulación interna

142

EL SUBCONTINENTE INDIO Y EL SURESTE ASIÁTICO: COMPLEJIDAD SOCIAL Y TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS...

6.3. La explosión del crecimiento urbano 6.3.1. Las ciudades en el Subcontinente Indio 6.3.2. Las ciudades en el Sureste Asiático 6.3.3. La estructura interna de la ciudad 6.4. Diferentes situaciones ante el desarrollo en los países de Asia Meridional Conclusión Bibliografía

143

1.

INTRODUCCIÓN: UNIDAD Y DIVERSIDAD DEL GRAN ESPACIO REGIONAL

El Subcontinente Indio y el Sureste Asiático constituyen un enorme espacio socioeconómico de unos nueve millones de km2 que también suele ser denominado Asia Meridional. En él se estudian dos conjuntos geográficos con características diferentes, en los que no faltan los elementos comunes que permiten considerarlos como una unidad espacial (Atlas Histórico y Geográfico Universitario, UNED, mapa IX.35). Todo Asia Meridional es un mundo hinduizado, cuyos rasgos perduran en la base de sus viejas civilizaciones, a pesar de la complejidad étnica y de la influencia posterior de otras religiones. Tanto en el Subcontinente Indio como en el Sureste Asiático reina la civilización común del arroz, expresión de un mundo rural dominado por el clima tropical monzónico. Además, la presencia de los colonialismos occidentales, con un periodo postcolonial lleno de conflictos y tensiones, han dejado en esta parte de Asia una huella imborrable que todavía perdura en los Estados actuales. Las condiciones climáticas han hecho de Asia Meridional un área privilegiada por su habitabilidad, en comparación con otros espacios tropicales, y han permitido la acumulación de altas densidades demográficas gracias a los sistemas de organización social, política y técnica a lo largo de dos milenios de historia. A estos elementos de unidad se oponen aspectos que individualizan a los dos conjuntos geográficos. El subcontinente Indio está constituido por un bloque subcontinental, de caracteres geomorfológicos más simples y mayores contrastes climáticos, en el que un gran Estado central, la Unión India, domina ampliamente sobre los otros Estados periféricos (Pakistán, Bangladés, Ceilán, Bután y Nepal).

145


Por el contrario, el Sureste Asiático está marcado por su carácter peninsular e insular, de mayor complejidad geomorfológica, donde los contrastes regionales se deben más al relieve que al clima y donde los Estados modernos (Myanmar –antigua Birmania–, Tailandia, Malasia, Camboya, Laos, Vietnam, Indonesia y Filipinas), de base étnica y colonial, presentan grandes diferencias de desarrollo, con algunos países beneficiados por el dinamismo económico que caracteriza a la costa asiática del Pacífico. Paradójicamente, la región que ha logrado la más extensa unidad de civilización, la védica, es a la vez la de mayor complejidad étnica, lingüística y religiosa de la Tierra. Las fuerzas económicas del mundo actual, con las nuevas formas de producción capitalista, inciden de manera especial en el Sureste Asiático por tener una mayor tradición de apertura económica y cultural. Frente a la imagen de permanencia e inmovilidad que hasta ahora ha transmitido el Mundo Indio, el Sureste Asiático ha forjado ya la imagen de un área dinámica y de cambios rápidos, a pesar de que todavía permanecen en él los rasgos básicos de subdesarrollo, de economía dependiente, de desequilibrios regionales y de pobreza en la mayor parte de los países. 2.

LA SOCIEDAD MÁS COMPLEJA EN LA REGIÓN MÁS POBLADA DE LA TIERRA

Asia Meridional, tanto el Subcontinente Indio como el Sureste Asiático, constituye sin duda la región de mayor complejidad étnica, lingüística y cultural del Planeta. Esta enorme diversidad de pueblos y culturas dan lugar a numerosas tensiones y a enfrentamientos interétnicos e interculturales, que constituyen uno de los mayores problemas a los que tienen que enfrentarse los Estados actuales. La fragmentación de la sociedad es más grave en el Subcontinente Indio, ya que se produce una falta de cohesión social en el seno de cada uno de los Estados; en el Sureste Asiático la heterogeneidad ha dado origen a la fragmentación política que se ha producido de acuerdo con el mosaico de las grandes etnias. Los problemas se agudizan por el enorme volumen de población que se acumula, sobre todo en las grandes llanuras aluviales y litorales; en un territorio

146


que equivale al 6% de la superficie de los continentes vive un tercio de la población mundial. 2.1.

Una encrucijada de pueblos, lenguas y religiones

En ningún otro lugar del mundo encontramos cinco familias lingüísticas, todas ellas muy diversificadas, tan mezcladas e imbricadas entre sí. Además, las grandes religiones del mundo tienen en la zona una presencia significativa. Esta gran complejidad actual es el resultado de una historia milenaria, cuyo último episodio se ha producido incluso en pleno siglo XX. 2.1.1.

Pueblos y lenguas

En el Subcontinente Indio el substrato étnico de gran importancia actual y de origen más primitivo es el de los drávidas indomelanesios de piel oscura que llegaron en el 3.000 a. C. y se extendieron por la península del Decán, desplazando a los primeros pobladores o «adivas», protoaustraloides (munda, santal) hacia las zonas más inaccesibles del Decán e islas de Ceilán y Andamán. Entre los años 1700 y 1000 a. C., los blancos arios penetraron por los pasos del norte del Himalaya; estaban emparentados con los iraníes y ocuparon toda la llanura indogangética, donde hoy son mayoría. Con su avance desplazaron hacía el sur a los drávidas, a la vez que se mezclaban con ellos, creando así un mestizaje que hoy forma el grupo de población más importante de la India. Ya en la era cristiana llegaron otros grupos más minoritarios, como los parsis de Bombay, mercaderes musulmanes que llegaron entre los siglos XII y XVII, los mongoles y timurides, del centro de Asia, y los grupos de europeos que llegaron con los colonizadores. A todos estos hay que añadir los grupos de mongoloides que viven en el Himalaya, llegados del norte y noreste y pertenecientes a la familia tibetano-birmana. Un reflejo de esta gran heterogeneidad son las lenguas. En el Subcontinente Indio se contabilizan 850 lenguas y dialectos (algunos dan la cifra de 1.600), que incluyen 15 lenguas mayores, varios alfabetos y 11 tipos de es-

147


critura. Al sur predominan las lenguas dravinianas, como el telugu o el tamil; al norte, las indoeuropeas, como el indí, rajastaní, el bengalí o el urdú; en algunos lugares menos accesibles quedan todavía las lenguas residuales de la familia munda, de los más primitivos pobladores (fig. II.1).

Kashmirí Urdú Sindí

Tibetano

Pubjabí Rajastaní

Gujaratí

Nepalí Hindí Biharí Gond

TibetanoBirmano Assamés Kashi Bengalí

Lenguas Tibetano Chino-tibetanas Mundarí Surasiáticas Hindí

Indoeuropeas

Tamil

Dravídicas

Áreas de las lenguas dravídicas

Santalí Mundarí

Maharathí

Telugu

Kanarés Malayalam

Cingalés

Tamil

Tamil 0

500km

Fig. II.1. Las lenguas en el Subcontinente Indio

En el Subcontinente Indio ninguna lengua ha podido imponerse como oficial en todo el territorio, aunque dominan el indí, lengua nacional desde su independencia, el urdú, con escritura árabe y sintaxis del indí, oficial en Pakistán y lengua de relación para todos los musulmanes, y el bengalí, oficial en Bangladesh. El inglés es la lengua más extendida y la más usada por las administraciones, por ser imprescindible en las relaciones internacionales y esencial en el ámbito intelectual y científico. En el Sureste Asiático la variedad étnica no es menor. Esta es un área de transición en la que se encuentran y se mezclan diferentes culturas. La base del poblamiento actual y de la civilización indochina la constituyen cinco

148


grandes pueblos, integrados por numerosas etnias mongoloides, que se impusieron a los pobladores anteriores gracias a la introducción de los arrozales inundados (fig. II.2).

Chinos

Montañés Mon-Khmer

Pueblos tibetanos

Vietnamitas

Birmanos

Cham

Tai

Malayos

Karen

Semang

Mon Khmer

Fig. II.2. Mosaico de pueblos en Indochina

Los primeros iniciaron su penetración en el siglo III a.C.: fueron los monkhmer, establecidos en Camboya y Tailandia, y los malayos que dominaban la navegación y se instalaron en Malasia y en los archipiélagos de Insulindia (espacio malayo). Ambos recibieron la influencia de la India, creando los reinos hinduizados. Después, a partir del siglo VIII, llegaron los otros tres pueblos más fuertes y de influencia china, los considerados «intrusos»: los tai, que establecieron su dominio en el siglo XIII en Tailandia, Laos y alto Tonkín, los vietnamitas, que desde la provincia china de Tonkín conquistaron la llanura oriental y llegaron a Cochinchina en el siglo XVII, y los birma-

149


nos que lograron la supremacía en la llanura del Irawadi en el siglo XVIII. Los tres se establecieron en las grandes llanuras periféricas, desplazando a los pueblos anteriores hacia las mesetas del interior. Unos y otros habían desplazado a su vez a otros pueblos más primitivos que tuvieron que refugiarse en las altas mesetas y montañas. Son los negritos de Malaca y Filipinas, los veddas de Malaca y Sumatra, los indonesios (kha, moi) de Indochina e Insulindia, los protomalayos de Sumatra, Borneo y Célebes, etc. Las migraciones relacionadas con las colonizaciones recientes han dado origen a comunidades minoritarias diferenciadas, como los árabes de las ciudades malayas, los indios del sur de Birmania y de Malasia, y los chinos en todo el Sureste asiático, especialmente en Tailandia, Malasia, Vietnam e Indonesia. El número de lenguas en el sureste asiático es igualmente altísimo, pero se distinguen cuatro familias principales. En la península dominan las lenguas mon-khmer, habladas en Vietnam, Camboya, Laos, Tailandia, Malasia y norte de Birmania; la familia tai (tailandés y laosiano) y la familia tibetano-birmana; en el área insular, las lenguas de la familia malayo-polinésica se hablan en todo el mundo malayo. En algunos Estados del sureste asiático se está impulsando la fijación de lenguas oficiales, como el tagalo (Filipinas), el indonesio y el malayo; la intensificación de las relaciones comerciales está, además, generalizando el uso del inglés y del chino. 2.1.2.

Religiones

Asia Meridional es igualmente una encrucijada de religiones, cuya diversidad no es menor que la etnolingüística. Aquí coexisten el hinduismo, el budismo, el jainismo, el islamismo y el cristianismo, además del animismo que todavía perdura entre los pueblos más primitivos. Y lo que más sorprende es el enorme peso de la religión en la vida de los hombres de esta parte del mundo. De acuerdo con las tres grandes religiones se han formado tres tipos de sociedades, brahmánica, budista y musulmana, que han recubierto, pero no destruido, el substrato animista que todavía subsiste en las creencias populares. En el Subcontinente Indio la religión predominante es el hinduismo, que deriva de la religión védica o brahmanismo; éste no es un conjunto de dogmas, sino un pensamiento que ha penetrado profundamente y subyace en lo

150


más profundo de la cultura de Asia Meridional y que da unidad especialmente a todo el Subcontinente Indio, desde el Himalaya hasta Ceilán, impregnando tanto a las capas altas como a las bajas. Muy atenuado en cuanto a organización social, se mantiene también en algunos territorios que pertenecieron a los antiguos reinos hinduizados del Sureste Asiático, como Camboya, Laos, Tailandia y Birmania. El hinduismo es el hecho religioso de la India, pero el brahmanismo es la doctrina que da al hinduismo una teología, una ética y una organización social. La sociedad hindú se organiza, según el principio de segregación, en un sistema de castas. El origen de esta segregación no es solo religioso; es también étnico, por lo que las castas han constituido un freno al mestizaje total entre arios y drávidas; y tiene además un sentido económico, de grupo cerrado, que ha obstaculizado notablemente la movilidad social y la rápida difusión de las innovaciones. En este sistema de castas hay que distinguir entre las «jatis» y las «varnas». Las «jatis» son castas a nivel local, comunidades endogámicas, cuyo principio de cohesión es el parentesco; en ellas pesa más el carácter étnico y tribal, y esto constituye el verdadero problema en las comunidades rurales. Pero, además, estás «jatis» están asociadas al ejercicio hereditario de una profesión común; este carácter profesional es el que confiere a las «jatis» categoría de casta, en un sistema que reproduce las antiguas clases sociales, diferenciadas de acuerdo a la profesión. El brahmanismo ha superpuesto a esta sociedad de castas una jerarquía rígida de rangos y valores; son las «varnas», que significa color o categoría, y que establece el rango o la posición en la pirámide social estructurada en cuatro categorías bien definidas (las castas propiamente dichas). En ellas se integran los varios miles de subcastas o «jatis» existentes en la India: brahmanes, o casta religiosa, es la más instruida, muy respetada y son reconocidos por su piel más clara; hatriya, guerreros, príncipes y gobernantes que ejercen el poder; vaisyas, que realizan funciones económicas nobles como el comercio y los negocios; y los sudras, agricultores y artesanos nacidos para servir a los tres grupos anteriores y que llevan a cabo tareas manuales poco nobles pero no contaminantes. Queda todavía un amplio grupo de población (unos 100 millones de personas) excluido del orden brahmánico y no encuadrado en ninguna de las

151


cuatro castas anteriores. Son los parias, los sin casta o «intocables», «jarijan» (hijos de Dios), que ejercen oficios considerados impuros, tareas despreciables como barrendero, barberos, carroceros, enterradores, etc.; estos tienen conciencia de su propia marginación. En realidad, se trata de las desigualdades sociales convertidas en doctrina religiosa. Oficialmente las castas están abolidas (Constitución de 1950), pero en la realidad continúan existiendo, siendo incluso la base y criterio de ciertas medidas oficiales de protección, ya que su existencia permanece viva en todas partes. Así, pues, religión y castas, enraizadas en aspectos étnicos y lingüísticos de tipo local, integran a los habitantes del Subcontinente Indio en un medio social que da estabilidad al individuo, pero que constituye a la vez un gran obstáculo para el desarrollo y la unidad, ya que funciona como un factor de desagregación social. El sistema cerrado impide el ascenso y la movilidad social. Hoy la economía de intercambio, la actividad industrial y la vida urbana están destruyendo estos cuadros sociales tradicionales, al favorecer la desaparición de las castas mucho más que las reformas jurídicas. El budismo nació en el siglo VI a.C. como reacción al brahmanismo. Desplazado por el hinduismo, no ha podido extenderse mucho en la India pero sí ha penetrado en el resto de Asia. El budismo del sur (hinayana) más individualista, se difundió por Ceilán, Indochina y el archipiélago malayo; el del norte (mahayana), más social, que convierte a Buda en un dios y difunde el mensaje de la liberación para toda la humanidad, se extiende desde el Ganges a China, a través de la región del Caspio y de la cuenca de Tarim; y de China pasa a Vietnam, donde es mayoritario. También se establece en el Tíbet, impregnado de filosofía lamaísta. El islam llega a la India en el siglo VIII y se difunde por el norte y sur del Subcontinente; por medio de los mercaderes indios y árabes, penetra en el archipiélago malayo, donde desplaza casi por completo al brahmanismo y al budismo. Hoy cuenta en Asia meridional con unos 600 millones de personas, repartidos por Pakistán, Bangladesh, la Unión India, Indonesia, Brunei y Filipinas. Por último, el cristianismo (unos 130 millones de personas) tiene una presencia significativa en Filipinas e Indonesia; el confucionismo, traído por los chinos, es predominante en Singapur y entre la minoría china de Malasia, Tailandia e Indonesia. Además, se pueden citar los jainitas y los

152


parsis en la región de Bombay, y los sijs (unos 22 millones), mezcla de hinduismo e islam, en el estado indio de Rajastán. 2.2.

La influencia de las colonizaciones occidentales

A esta excepcional amalgama de pueblos y culturas se añadieron las influencias de las colonizaciones occidentales, que se iniciaron al final del siglo XV, se intensificaron el siglo XIX y XX, y han sido determinantes para la construcción de los Estados actuales. Cuando llegan los europeos, el Subcontinente Indio y el Sureste Asiático se encontraban en una etapa de crisis y transformaciones políticas (Atlas Histórico y Geográfico Universitario, UNED, mapas IV.40.a), V.10, V.11, V.27 y VI.2). 2.2.1.

La ocupación del territorio por los colonizadores

En la India, que se encontraba fragmentada tras la decadencia del imperio mongol, terminó imponiéndose el dominio británico (1757-1820), a través de la Compañía de Indias, estableciendo una autoridad directa en gran parte de territorio, y a través de acuerdos de protectorado en algunos Estados hindúes que permanecieron autónomos; consiguieron formar un gran imperio hindú que formó parte del imperio británico y desde 1877 estuvo bajo el control directo del parlamento británico y gobernado por un virrey. En la península de Indochina se hallaban en descomposición los grandes reinos Khmer de Camboya, Laos y Birmania y Shampa del centro de Vietnam, ante el empuje de los nuevos pueblos birmano, tai y vietnamita, que imponían monarquías absolutas; en algunos lugares pervivieron pequeños reinos, como los montañeses del noroeste de Indochina o de Bali, o los sultanatos musulmanes dependientes del comercio occidental, desde la península de Malaca al sur de Filipinas (Joló). Al contrario de lo ocurrió en el Subcontinente Indio, donde los ingleses fueron los únicos colonizadores, dando unidad a todo un inmenso territorio, en el Sureste asiático fueron varios los países europeos que intervinieron en la conquista, estableciendo una división que dará lugar a la fragmentación política actual. Los franceses ocuparon toda la Indochina central y oriental entre 1863 y 1893. Los británicos ocuparon Birmania y la península de Malaca, con el fin

153


de establecer la frontera con el área de influencia francesa. Entre una y otra quedó el reino de Siam (Tailandia), como estado-tapón independiente. Los holandeses fueron reduciendo su área de influencia, pero consiguieron consolidarla en Insulindia (Indonesia). Los portugueses habían perdido casi todas sus posesiones ante los holandeses y solo conservaron Macao y la parte oriental de la isla de Timor. Por último, los españoles dominaron Filipinas, donde en 1571 habían fundado Manila, hasta la derrota de 1898 en la que las islas pasaron a poder de Estados Unidos. 2.2.2.

Consecuencias de las colonizaciones

Las consecuencias de la colonización fueron numerosas y, algunas, muy importantes: a) Desde el punto de vista político, en el Subcontinente Indio se consiguió una unidad administrativa que impulsó algunos factores de unificación, como la lengua, la red de ferrocarriles y el sistema de administración. La reacción a favor de la independencia favoreció la formulación de un nacionalismo indio con filosofía unitaria (Bengala y Bombay), basada en los valores tradicionales del hinduismo. En el Sureste Asiático, la división del territorio entre las diferentes potencias coloniales propició la posterior fragmentación política en el momento de la independencia. b) Desde el punto de vista territorial, se inicia el proceso urbano moderno, en el que la ciudad se convierte en elemento discordante y ajeno al mundo rural tradicional: impulsadas por una población alóctona, europea o china, las ciudades se asocian a los emplazamientos portuarios y desarrollan las actividades comerciales (Colombo, Yakarta, Saigón, etc.). c) En el aspecto demográfico se producen grandes migraciones y se inicia el proceso de transición demográfica, con el descenso de la mortalidad impulsado por las políticas sanitarias de las potencias coloniales, provocando la aceleración del crecimiento de la población en todos los territorios. d) En el terreno agrícola se producen cambios importantes: los colonizadores introducen nuevas técnicas agrícolas y nuevos cultivos para la exportación; aumenta la superficie dedicada al arroz (deltas del Irawadi y del Mekong) y surgen las plantaciones que crean nuevas formas de organización espacial (caucho, té, café, cocotero). Nuevas leyes agrarias establecen

154


cultivos obligatorios (Indonesia, Filipinas) y la entrega de grandes extensiones de tierra a propietarios occidentales, privatizando en ocasiones las tierras comunales (Indochina francesa). El crecimiento de la población y la transmisión hereditaria de la tierra provocan la disminución del tamaño de las propiedades y de las parcelas y el aumento del numero de aparceros. Con los cultivos de exportación y el establecimiento de los impuestos se introduce en el campo el sistema monetario, rompiendo el equilibrio tradicional de economía autárquica e) En la India, donde se había desarrollado en el siglo XVII un artesanado precapitalista muy floreciente, los ingleses establecen un sistema de cuotas injusto que bloquea el proceso de desarrollo hacia el capitalismo y, en pocas décadas, hunde el sector artesanal, impidiendo la creación de un sector industrial moderno. f) Las nuevas actividades coloniales, por un lado, crean una yuxtaposición de sectores económicos y sociales (autóctonos y coloniales) poco interelacionados; por otro, revalorizan áreas no aprovechadas en la economía tradicional, como las regiones agrícolas de nueva colonización (deltas del Irawadi y del Mekong, costa occidental de la península de Malaca, noroeste de Sumatra, montañas de Assam, etc). Además, dan un impulso a la explotación minera: carbón (en Tonkín), estaño, bauxita, cobre, petróleo, etc. (el sector minero suponía a finales del siglo XIX el 36% de las exportaciones en Birmania, 30% en Malasia, 27% en Indonesia, etc). g) Muy importante fue la construcción de vías férreas. En la India contribuyó eficazmente a la articulación territorial, uniendo las cuatro grandes ciudades regionales: Bombay, Madrás, Calcuta y Nueva Delhi; en Indochina el trazado fue lineal de sur a norte (Hanoi-Saigon, Phnom Penh-Battambang, Rangún-Mandalay-La Shio, etc), haciendo competencia a las vías fluviales y propiciando al mismo tiempo el desarrollo de grandes centros portuarios. En general, el fenómeno colonial no alteró el modo de vía tradicional rural, pero sí se agravaron las tensiones campesinas por la creciente escasez de tierras agrícolas, por la llegada de colonos extranjeros, por los impuestos que establecieron las administraciones internacionales y por la discriminación de las clases medias autóctonas en las actividades más rentables, como la industria y el comercio.

155


2.3.

La constitución de los Estados actuales

Las entidades políticas actuales, tanto del mundo indio como del Sureste Asiático, tienen mucho que ver con su historia milenaria anterior a las colonizaciones. Pero el mapa político y el establecimiento de las fronteras, tal y como aparecen hoy, surgen con la división que se produce en el momento de la descolonización, tras la Segunda Guerra Mundial, y deben mucho a la herencia de la colonización (Atlas Histórico y Geográfico Universitario, UNED, mapa IX.35). En el Subcontinente Indio la unidad lograda por la dominación británica no resiste a la independencia, aunque los Estados han logrado mantener grandes conjuntos territoriales. Las diferencias religiosas originaron en 1947 la separación de la India, básicamente hindú, y Pakistán, musulmán. Esto provocó el desplazamiento de millones de personas: seis millones de musulmanes de la India a Pakistán occidental, seis millones de hindúes de Pakistán Occidental a la India y cuatro millones de hindúes de Pakistán Oriental a la India; las rivalidades entre ambos países han dado origen a tres guerras fronterizas y a tensiones permanentes centradas sobre todo en la disputa por Cachemira, integrada provisionalmente en la India, a pesar de tener mayoría musulmana. En septiembre de 1998 se llegó a un principio de acuerdo, pero el problema parece todavía lejos de estar resuelto. La Unión India cuenta con una unidad profunda ligada a los valores de hinduismo y al sistema de organización social; se ha constituido en un Estado Federal para integrar la multitud de particularismos étnico-lingüísticos regionales y las tensiones entre hindúes y musulmanes. Es realmente sorprendente que todavía permanezca unido un Estado tan heterogéneo, que ha sobrepasado los 1.100 millones de habitantes en 2005. Es posible que ello se deba al buen funcionamiento de una administración unitaria y competente creada por los ingleses en el periodo de la colonización. Cuando Pakistán se independizó estaba formado por dos grandes provincias: Pakistán Occidental y Pakistán Oriental. La inviabilidad de este Estado pronto se hizo evidente; no sólo porque ambas provincias estaban separadas por 2.000 km de territorio indio hostil, sino también porque existían grandes diferencias culturales, lingüísticas y de desarrollo. Pakistán Occidental, trataba a la parte oriental como a una colonia; esto provocó sus deseos de independencia y la definitiva separación se logró en 1971: Pakistán

156


Oriental pasó a ser Bangladés, un Estado menos islamizado y más laico que Pakistán, y que mantiene mejores relaciones con la India. Cuadro II.1. Países de Asia Meridional Países Unión India

Km2 (miles)

Habitantes Densidad (2005) (2005) (millones) Habs/ Km2

Habitantes (miles) Capital

3.288

1.103,4

336

Nueva Delhi

Pakistán

803

158,0

198

Islamabad

Bangladés

144

141,8

985

Dacca

Sri Lanka

66

20,7

316

Nepal

147

27,1

184

Bután

47

2,1

46

4.495

1.453,1

323

Myanmar (exBirmania)

677

50,5

77

Tailandia

514

64,2

125

Camboya

181

14,1

Laos

237

Malasia

1998*

2008**

10.655

11.954

559

657

9.426

10.083

Colombo

690

678

Katmandú

535

911

79

87

Rangún (Yangon)(1)

4.026

4.886

Bangkok

6.566

5.768,014

78

Pnonh Penh

1.147

1.398

5,9

25

Vientienne

160

226

330

25,4

77

Kuala Lumpur

1.238

1.458

Singapur

0,6

4,7

6.362

Singapur

3.532

4.974

Vietnam

333

84,2

254

Hanoi

1.247

1.527

1.904

222,8

117

Yakarta

10.034

8.576

6

0,4

64

25

32

300

83,1

277

10.414

10.993

15

1,0

66

45

49

Sureste Asiático

4.498

556,3

124

Asia Meridional

8.993

2.009,4

223

Subcontinente Indio

Indonesia Brunei Filipinas Timor Oriental

Timbú

Bandar S. Begawan Manila Dili

Fuente: El Estado del Mundo, 2007. * Anuario Atlante Agostini, 2002. **World Gazetter, 2008 (1) Rangún está en proceso de abandono como capital. Naypyidaw es la capital desde noviembre de 2005 (100.000 habs.). Dada la situación política del país, es probable que este traslado de capitalidad sea transitorio, como puede serlo también el régimen político actual.

157


Ceilán mostraba cierta singularidad que los británicos acentuaron: además de su insularidad, el predominio del budismo y la mayoría cingalesa. Desde la llegada de los portugueses, la isla había mantenido relaciones comerciales con los países occidentales; los holandeses y británicos desarrollaron la economía de plantaciones y de exportación. Gran Bretaña permitió un gobierno autónomo en 1931 y en 1948 le concedió la independencia, manteniendo a la Reina de Inglaterra como Jefe del Estado hasta 1972 en que se constituye en la República de Sri Lanka. La principal amenaza le viene de la minoría Tamil que exige la independencia del sector noroeste de la isla, con acciones terroristas especialmente cruentas. En el espacio del Sureste Asiático, aunque la división política actual es herencia de las colonizaciones, los Estados se corresponden, a grandes rasgos, con las etnias dominantes que ocupan los grandes deltas y las llanuras circundantes, existiendo en todos ellos numerosas minorías que habitan las altas mesetas y montañas periféricas. Estas etnias dominantes, que impusieron su autoridad hace siglos y establecieron estructuras estatales centralizadas, son las que hoy rigen la vida política y ejercen el poder económico y cultural, aunque las tres cuartas partes del territorio sigan ocupadas por las etnias minoritarias. Así, en Birmania dominan los birmanos, que ocupan la llanura del Irawadi; en Tailandia, los Tai, muy mezclados con los antiguos pobladores mon y establecidos en la llanura de Chaopraya; en Camboya los Khmer de la llanura camboyana; en Vietnam, los vietnamitas asentados en las llanuras del Río Rojo y del Mekong; en Laos se han impuesto los lao, habitantes de las llanuras interiores del Mekong, que son tai puros. Cada Estado está organizado por uno de estos grupos étnicos mayoritarios, que ocupa una región de rizicultura densamente poblada donde se encuentra la capital. A diferencia de la India, donde la civilización común ha sobrevivido a pesar de la división religiosa y política, en el Sureste Asiático las principales etnias han desarrollado su propia civilización, creando sus estructuras políticas en el marco de varias naciones; y la etapa colonial apenas alteró esta multiplicidad. A pesar de las guerras civiles ocurridas en décadas pasadas, que parecen ya superadas (Vietnam y Camboya) y de las guerrillas y conflictos étnicos derivados de la falta de integración y del antagonismo de algu-

158


nas minorías (Myanmar (exBirmania), Malasia, Indonesia y Filipinas), los Estados del Sureste Asiático dan muestras de estabilidad y unidad. Uno de ellos, Tailandia, figura entre los más antiguos del mundo. Sobre la base de este cuadro étnico persistente, las metrópolis coloniales han dejado una herencia cultural diferenciada y han contribuido a dividir y a retardar la unificación de este conjunto del Sureste Asiático, que no se ha percibido como tal hasta después de la Segunda Guerra Mundial, aunque los Estados independientes no han cuestionado las fronteras fijadas. El proceso de independencia en la península de Indochina no fue nada fácil. No sólo hubo enfrentamientos con las metrópolis sino que con frecuencia surgieron conflictos entre algunos Estados o entre diversos grupos dentro de un mismo Estado. Además, las potencias occidentales (británicos, franceses y holandeses) conservaron sus influencias culturales, pero la hegemonía real pasó a EEUU que, de acuerdo con las burguesías nacionales de cada Estado, sostuvo el enfrentamiento con los movimientos comunistas que, en los años cincuenta y sesenta, proliferaban por toda la península apoyados por China. En el área británica, Birmania, que ya tenía una autonomía desde 1937, accedió a la independencia en 1948, pero ha mantenido una guerra civil en cubierta por el problema que presentan cinco minorías étnicas importantes que ocupan en norte del país. La independencia de los Estados de Indochina oriental estuvo marcada por los conflictos bélicos que se han mantenido hasta bien entrado los años ochenta (Atlas Histórico y Geográfico Universitario, UNED, mapas VI.27, a y b). Ya desde los años veinte se formaron algunos grupos marxistas que terminaron constituyendo en 1930 el Partido Comunista de Indochina. Estos grupos fueron la principal fuerza de oposición a Francia desde el final de la Segunda Guerra Mundial. En 1945 se declara la independencia de la República Democrática de Vietnam, iniciándose la primera guerra de Indochina, que termina con la derrota de Francia en 1954 y la división entre Vietnam del Norte (República Democrática) y Vietnam del Sur. La división se establece por intereses franceses y la línea de separación se fijó en el paralelo 17º lat. N. La República Democrática, apoyada por la URSS y China, realiza una transformación socialista, implantando el sistema de planificación centralizada y em-

159


prendiendo reformas de las estructuras agrarias y una fuerte industrialización, primando las ramas de la industria pesada. Vietnam del Sur, a su vez, con ayuda norteamericana inició un desarrollo de tipo capitalista hasta 1961, pero el proyecto de reforma agraria que quiso llevar a cabo fracasó. A Camboya se le concede la independencia en 1953, respetando la monarquía de Norodon Sihanuk. En Laos, también independiente en 1953, los movimientos nacionalistas se dividen en dos tendencias, una de las cuales, los comunistas del Patet-Lao se enfrentaban al gobierno legítimo independiente. A partir de 1954, con la retirada de los franceses, se hace patente en la zona la presencia norteamericana, proclamando la independencia de la República de Vietnam (Vietnam del Sur) con la ayuda de EEUU, que abría así otro de los frentes activos contra el comunismo, después de haber establecido la independencia de Corea del Sur en 1953. El intento de desarrollo de tipo capitalista en Vietnam del Sur pronto se vio entorpecido por la insurrección del Frente Nacional de Liberación apoyado por Vietnam del Norte, convirtiéndose en 1969 en una guerra extendida por toda Indochina oriental. Los efectos fueron devastadores: en 1970 se había destruido el 20% de los bosques y el 50% de los cultivos; en 1973 un tercio de la superficie de Vietnam del Sur estaba esterilizada e, igualmente, extensas superficies de Laos y Camboya. La retirada de las tropas norteamericanas a partir de 1974 provocó el hundimiento de la economía de esta región, que dependía casi totalmente de la ayuda de EEUU. Con la victoria del FNL de Vietnam del Sur, en 1976 se produce la reunificación de todo Vietnam. También en el espacio malayo la división política actual es herencia de los imperios coloniales. Malasia, independizado en 1963, incluye las antiguas posesiones y protectorados británicos, a excepción de Brunei que mantenía fuertes movimientos antibritánicos y que accedió también a un autogobierno, y de Singapur, que se separó de Malasia en 1965, convirtiéndose en centro financiero autónomo y pilar de la intervención norteamericana en la zona. Indonesia ha heredado las antiguas Indias holandesas a las que incorporó en 1976 la parte oriental de Timor, antigua colonia portuguesa. La insularidad y dispersión del territorio indonesio propiciaron los movi-

160


mientos centrífugos de numerosos sectores, recuerdo de los sultanatos y de los reinos anteriores a la época colonial. Esto provocó la constitución en 1950 de un Estado unitario y centralizado, en el que han sido frecuentes los problemas internos, como los deseos secesionistas de Timor Oriental que consigue la independencia en el 2000 (con reconocimiento de la ONU en 2002) y de Irian Occidental, y la falta de integración de la importante minoría china. Filipinas, antigua colonia española, desde 1898 se convirtió en protectorado de EEUU. Se independizó en 1946, permaneciendo bajo la tutela de EEUU que impuso duras condiciones en sus relaciones comerciales; la Bell Trade Act establecía completa libertad para las importaciones y para la explotación de los recursos filipinos por parte de compañías norteamericanas, mientras que se limitaban fuertemente las exportaciones filipinas a EEUU. 2.4.

Crecimiento rápido de la población: transiciones demográficas y movimientos migratorios

La colonización occidental con sus políticas sanitarias representó un cambio importante en la evolución demográfica de Asia Meridional, iniciando el descenso de las tasas de mortalidad. Pero hasta 1930 los cambios no se hicieron significativos. En la India entre 1891 y 1920 la población aumentó solo en 13 millones, pasando de 235 millones a 248 millones. El crecimiento natural fue de 0,4% entre 1901 a 1921 en la India y de 0,8% en Camboya entre 1921 y 1926 (Dupuis, 1979); casos excepcionales fueron Java que pasó de 28 millones en 1900 a 40 en 1940, y Singapur que por inmigración multiplicó su población por 30 entre 1820 y 1910. 2.4.1.

Evolución del crecimiento natural

Fue a partir de los años treinta cuando se entra plenamente en la primera fase de la transición demográfica que se prolongará hasta los años ochenta. La tasa de mortalidad fue bajando rápidamente hasta situarse por debajo del 12 por 1.000. En algunos casos, como en Ceilán, el descenso fue brusco al pasar entre 1950 y 1960 del 18 por 1.000 al 8 por 1.000, debido a un programa sanitario para erradicar la malaria.

161


Cuadro II.2. Indicadores demográficos en los países de Asia Meridional

Países

Crecimiento Índice de vegetativo fecundidad (% anual) (2005) (2000 -2005)

Tasa de natalidad (‰) (2005)

Tasa de mortalidad infantil

Menores de 15 años (%)

1980

2005

2005

Unión India

1,7

3,0

25

113

60

36

Pakistán

2,4

4,8

34

105

85

42

Bangladés

1,9

3,0

27

129

65

35

Sri Lanka

1,3

2,0

19

34

11

27

Nepal

2,1

3,7

31

—

65

39

Bután

2,2

4,2

34

—

56

39

Subcontinente Indio

3,5

37


1,2

2,7

22

94

75

29

Tailandia

0,7

1,7

14

45

20

23

Camboya

2,2

4,5

31

—

95

37

Laos

2,3

4,8

36

—

88

40

Malasia

2,1

3,3

26

31

10

33

Singapur

0,6

1,3

10

—

2

20

Vietnam

1,3

2,2

19

44

18

29

Indonesia

1,6

2,6

22

79

46

30

Brunei

1,9

2,6

22

—

8

32

Filipinas

2,3

3,5

28

55

29

35

Timor Oriental

2,7

6,4

39

—

94

41

Sureste Asiático

3,3

30

Asia Meridional

3,4

35

Fuente: ONU, El Estado del Mundo, 2007 e Images Économiques du Monde, 2007.

La natalidad, sin embargo, se mantuvo alta (más de 30 por 1.000) en casi todos los países hasta los años sesenta, descendiendo lentamente hasta 20-25 por 1.000 al final de los años setenta. El crecimiento anual medio en los años sesenta fue de 2-3 por 100 (2,7% entre 1967 y 1977), comparable al de América Latina y África. Por encima del 3% aparecían Pakistán, Tailandia y Filipinas; con menos del 2% Sri Lanka, Singapur y

162


Malasia. La India, con 2,1% de crecimiento anual, aumentó su población en 300 millones entre 1950 y 1980. Es el periodo de máximo crecimiento, la «explosión» demográfica correspondiente a la fase central del modelo de transición demográfica. Entre 1960 y 1980 la población se dobló en casi todos los países; la única excepción fue Camboya que sufrió una regresión debido al «autogenocidio» de los Khemeres o jemeres rojos de Pol Tot, entre 1975 y 1978, y a la permanente situación de guerra, emigración y hambre de 1970 a 1980: en 1962 Camboya tenía 5,5 millones de habitantes y en 1982 solo registraba 6,2 millones en lugar de los 10 millones previstos. Fue en estos años de fuerte crecimiento en la mayoría de los países, cuando se pusieron en marcha las políticas demográficas que muchos de ellos las adoptaron como parte integrante de las políticas económicas. No se limitaron la difusión de los anticonceptivos; en la India se aplicó también la esterilización que en 1970 llegó a afectar a 3,1 millones de hombres y en 1976 se impuso de forma obligatoria en algunos estados indios a partir del tercer hijo. Igualmente se aplicaron políticas de reducción de natalidad de forma generalizada en Vietnam, en el contexto del desarrollo socialista que propugnaba la incorporación de la mujer al trabajo, y en Sri Lanka, cuya evolución social en este aspecto era la más avanzada de Asia meridional. Fruto de estas políticas y de la evolución natural de las tasas de mortalidad y de natalidad es la situación demográfica actual de Asia Meridional, que se corresponde, en su conjunto, con una fase bastante avanzada de la transición demográfica. Las tasas de mortalidad, a principios del siglo XXI, se sitúan en su mayoría por debajo de 10 por 1.000; sólo Laos se halla todavía en el 13 por 1.000. Debido a la mejora de la alimentación y de las condiciones sanitarias la mortalidad infantil ha descendido a la mitad en los últimos veinte años: Malasia 10 por mil, Sri Lanka 11 por 1.000, Tailandia 20 por 1.000, frente a Pakistán, Bangladés, Laos, Camboya y Timor Oriental con más de 80 por 1.000. Las tasas de natalidad, que bajaron lentamente hasta finales de los setenta, han seguido descendiendo después con mayor ritmo, hasta situarse en la mayoría de los países por debajo del 30 por mil, aunque las desigualdades y contrastes entre ellos siguen siendo grandes. Singapur, Tailandia, Sri Lanka y Vietnam se sitúan ya por debajo del 20 por mil.

163


Tasas de Natalidad (‰) x

3%

45

Camboya

Timor Oriental 40

Bután

30

x India

Malasia x

Vietnan

20

10

1% x

Bangladesh x

x

Sri Lanka x

x

Myanmar

Indonesia

Brunei

15

2%

Nepal

Filipinas

25

x

Pakistán

x

35

Laos

x

nto mie i c crxe

Tailandia

%) l (0 x a r u nat

Singapur Tasas de mortalidad (‰)

0

5

1995-2000

2000-2005

10 Evolución entre los dos períodos

15

20

Tres fases de la transición demográfica en 1995-2000

Fig. II.3. Transiciones demográficas en Asia Meridional

El índice de fecundidad es en conjunto de 3,4 hijos por mujer; solo en Pakistán, Bután, Camboya, Laos y Timor Oriental tienen más de 4 hijos por mujer; pero desde 1970 el índice de fecundidad se ha reducido la mitad en Tailandia, una tercera parte en Indonesia y Vietnam y una cuarta parte en India y Malasia, debido fundamentalmente al aumento de la escolarización, del trabajo de la mujer y de la urbanización, y a las políticas de planificación familiar que se han generalizado en los años ochenta y noventa. En el año 2005, con menos de 2 figuraban Sri Lanka, Tailandia, Vietnam y Singapur, los países más adelantados en el proceso de transición demográfica (fig. II.3).

164


Crecimiento natural (2000-2005) Más de 2,0% anual De 1,5 a 2,0 % anual De 1,0 a 1,5% anual Menos de 1,0% anual

0

1.000km

Fig. II.4. Crecimiento natural en el Subcontinente Indio y el Sureste Asiático

El mapa del crecimiento natural (fig. II.4) muestra las diferencias entre unos Estados y otros: frente a Tailandia y Singapur que registran tasas inferiores al 1% anual, con la mortalidad y la natalidad controladas, aparecen Malasia, Filipinas, Nepal, Camboya, Bután, Pakistán, Laos y Timor Oriental con tasas entre el 2% y el 3%. Ninguno de los diecisiete países integrados en este gran espacio regional registra una tasa de crecimiento vegetativo superior al 3%; en la mayoría –nueve– las tasas se sitúan por debajo del 2% anual. Así pues, en todos estos países se aprecia una desaceleración del crecimiento natural muy significativa, que refleja lo avanzado que está el proceso de transición demográfica en Asia Meridional. Las diferencias entre los distintos Estados se reflejan también en la estructura por edades. En conjunto, Asia meridional todavía es una sociedad joven en la que más del 35% de la población tiene menos de 15 años, con el proble-

165


ma que supone la «explosión» de la fuerza de trabajo y las necesidades en educación tanto en los niveles primario (70-90% de niños escolarizados) como en el secundario. Sin embargo las diferencias son muy fuertes entre la estructura por edades de países como Tailandia y Singapur, con menos de 25% de menores de 15 años y una transición demográfica acabada, y la de Pakistán, Laos, Nepal, Bután y Camboya, situados todavía en las fases centrales de la transición y con porcentajes de población menor de 15 años en torno al 40%; la India, Indonesia, Malasia, Myanmar y Vietnam representan situaciones intermedias (cuadro II.2). La evolución de la pirámide de edades de la India (fig. II.5) es un ejemplo del proceso de cambio demográfico en Asia Meridional. Edad

Edad

India 1950

90 y más 75-79

India 2005

90 y más 75-79

60-64

60-64

45-49

45-49

30-34

30-34

15-19

15-19

0-4

0-4

5

2 0

2

5

5

%

2 0

2

5

% Edad

India 2050

90 y más 75-79 60-64 45-49 30-34 15-19 0-4

5

2 0

2

5

%

Fig. II.5. Pirámides de edades de la India

2.4.2.

Los movimientos migratorios

Este crecimiento natural coincide prácticamente con el crecimiento total de la población, porque la emigración fuera de este gran espacio geográ-

166


fico apenas tiene significación, dado el volumen total de población. Entre los destinos de esa emigración figuran los países petroleros de Oriente Medio que han acogido a unos 4 millones de trabajadores procedentes de la India (1 millón), Bangladés, Pakistán, Sri Lanka y Filipinas; y EEUU a donde han llegado tras la guerra más de medio millón de vietnamitas. También han salido indios hacia Asia Oriental y Meridional como comerciantes y mano de obra para las plantaciones. Más numerosas, aunque nunca masivas, han sido las migraciones de mano de obra entre unos países y otros de Asia Meridional y de unas regiones más pobladas a otras con mejores perspectivas de trabajo. Así figuran las migraciones de indios hacia Sir Lanka, Malasia y Myanmar (Birmania); indios de Uttar Pradesh, Punjab, Bihar, Tamilnadu y Andra Pradesh hacia zonas acondicionadas con trabajos hidráulicos, hacia las regiones industriales de la India, especialmente Bengala Occidental, Bombay, Bangalore y Madrás, y hacia las grandes ciudades regionales (Nueva Delhi, Hyderabad, Calcuta,...) también merece citarse la salida de javaneses hacia las regiones de plantaciones de Sumatra, la de malayos hacia Singapur, birmanos hacia el delta del Irawadi, vietnamitas, laosianos y camboyanos hacia Tailandia y Malasia,... Y, en todos los países y regiones, el éxodo rural, la salida de millones de campesinos hacia las grandes aglomeraciones urbanas (Manila, Rangún, Bangkok, Yakarta,...). Las corrientes inmigratorias han dado lugar a la existencia de minorías que con frecuencia producen problemas de asimilación y rechazo: bengalíes musulmanes en las plantaciones de Assam, los tamiles en Sri Lanka, los indios en Birmania y Malasia, los vietnamitas en Camboya y Laos, los filipinos, camboyanos y laosianos en Malasia y Tailandia; las minorías de países occidentales, numerosas en la etapa colonizadora, prácticamente han desaparecido. La más importante de todas las minorías es la china, que destaca por su gran significación económica en algunos países del Sureste Asiático. Procedentes desde el sureste de China en una corriente inmigratoria muy antigua, los chinos aumentaron de forma espectacular en los siglos XIX y XX: desde los años setenta representan entre el 5 y el 6% de toda la población del Sureste Asiático. Llegaron como trabajadores de las minas, de las plantaciones y de las obras publicas, crearon sus propias ciudades (barrios chinos) en las urbes de mayor expansión: Singapur (hoy son mayoría), Bangkok, Kuala Lumpur, Phnom Peng, Malaca, etc.; y han terminado haciéndose con buena parte de los negocios de la industria y de la banca.

167


De 4,6 millones en 1931 pasaron a 15 millones en 1970 y a 35 en el 2005. En Singapur representan el 77% de la población; en Malasia el 34% (8,5 millones); en otros países son minoritarios: en Tailandia el 14% (9 millones), en Indonesia el 3% (6,7 millones), en Vietnam el 4% (3,4 millones), en Filipinas y Birmania más del 2%. No obstante, su peso en la economía de todos estos países es decisivo: controlan la mitad de las empresas industriales malayas; en Tailandia poseen la mayor parte del sector privado de la economía, sobretodo la banca, y ocupan la mayoría de puestos en las mejores universidades. En Indonesia y Filipinas también ocupan la mayor parte del comercio y han sabido aprovecharse de los monopolios y del proteccionismo de los gobiernos. Estas circunstancias han suscitado actitudes de rechazo por parte de la población autóctona, siendo en ocasiones objeto de ataques indiscriminados por parte de la población más pobre, sobre todo en Malasia, Indonesia y Vietnam.

2.5.

Gran volumen de población y densidades contrastadas

Así pues, coincidiendo con la fase central de la transición demográfica, los Estados de Asia Meridional han visto crecer su población a un ritmo acelerado: de 800 millones de 1960 se pasó a 1.250 en 1980, a 1.800 en el 2000 y a 2.009 millones en 2005. El enorme peso demográfico se pone de relieve al comprobar que Asia Meridional (9 millones de Km2) concentra el 31% de la humanidad en el 6% de las tierras emergidas. Aquí se encuentra el segundo país más poblado de la tierra: la India con 1.103 millones de habitantes; Indonesia supera los 200 millones y otros dos (Pakistán y Bangladés) concentran a unos de 150 millones de habitantes cada uno; Vietnam y Filipinas se aproximan a los 100 millones. En conjunto, es el gran espacio geográfico con mayor número de habitantes de todo el planeta, y se calcula que para el 2015 vivirán en estos países entre 2.300 y 2.500 millones de personas. Pero en pocos lugares aparecen tantos contrastes en la distribución geográfica de este enorme volumen de población. En primer lugar, se diferencian los dos grandes conjuntos: frente al Subcontinente Indio (1.453 millones de habs.) que forma parte del Asia de altas densidades generalizadas (323 habs./km2 de media), concentrando el 22,5% de la población mundial en el 3% de la superficie terrestre, el Sureste Asiático (556 millones de personas) es un espacio de densidades medias (124 habs./km2), concentrando

168


el 8,6% de la población mundial en el 3% de la superficie terrestre. Pero, tanto en la península indochina como en los archipiélagos, los contrastes en las densidades son mucho más fuertes, y no faltan áreas de altísimas densidades (más de 500 habs./km2), de extensiones más reducidas y rodeadas de auténticos vacíos demográficos (Atlas Histórico y Geográfico Universitario, UNED, mapa IX.41). Cuadro II.3. Evolución de la población en Asia Meridional Países Unión India

2015 2005 2000 1980 1960 Millones Millones Millones Millones Millones de habitantes de habitantes de habitantes de habitantes de habitantes* 442,3

687,3

997,5

1.103,4

1.211,7

Pakistán

50,0

82,7

135,0

158,0

222,6

Bangladés

51,4

86,7

128,0

141,8

161,5

Sri Lanka

9,9

14,7

19,0

20,7

21,9

Nepal

9,4

14,5

23,4

27,1

32,7

Bután

0,9

1,3

0,8

2,1

3,1

563,9

887,2

1.303,7

1.453,1

1.653,5


21,7

33,8

45,0

50,5

53,5

Tailandia

26,4

46,7

60,3

62,2

68,9

Camboya

5,4

6,2

11,7

14,1

14,4

Laos

2,2

3,4

5,1

5,9

7,8

Malasia

8,1

13,8

22,7

25,4

27,5

Singapur

1,6

2,3

4,0

4,7

4,0

Vietnam

34,7

53,7

77,5

84,2

96,6

Indonesia

96,2

148,3

207,0

222,8

250,0

0,1

0,2

0,3

0,4

0,4

27,6

48,3

74,3

83,1

96,7

—

—

—

1,0

1,4

Sureste Asiático

224,0

356,7

507,9

556,3

620,2

Asia Meridional

787,9

1.243,9

1.811,6

2.009,4

2.273,7

Subcont. Indio

Brunei Filipinas Timor Oriental

* Previsiones de la ONU, realizadas en 1998 Fuente: PNUD: Informe sobre el desarrollo Humano, 2000. Para 2005, El Estado del Mundo, 2007.

169


Los fuertes contrastes en las densidades vienen determinados por las características topográficas del territorio, el volumen de las precipitaciones y su distribución anual, la naturaleza y la fertilidad de los suelos, las técnicas de regadío y el desarrollo industrial y urbano. — Los vacíos demográficos se corresponden con cuatro tipos de regiones: a) las altas montañas, como las alineaciones del Himalaya cuyo factor repulsivo es el frío; b) los desiertos del noroeste de la península Indostánica (Thar) con menos de 5 habs./km2 y poblamiento muy disperso; c) las altas mesetas y montañas cubiertas de bosque húmedo tropical, donde solo se practica la agricultura itinerante de rozas: montañas de Assam y del noroeste de la península del Decán, montañas en el interior de Birmania, Tailandia y Malasia; Sumatra occidental, Timor Occidental, interior de Borneo, Irian Jaya (Oeste de Nueva Guinea), con 10 habs./km2; y d) las zonas ecuatoriales con menos de dos meses secos: península de Malaca, Mindanao, islas periféricas de Indonesia, etc., llanuras hasta hace poco cubiertas de bosque y cuyo poblamiento es muy reciente. — Densidades medias (de 50 a 150 hab./km2) aparecen en las vertientes inferiores del Himalaya, con población concentrada en los valles transversales; en el interior del Decán con agricultura permanente pero no regada, que en las montañas tropicales puede ascender hasta los 2.000 m. (región de los Nilguiri e interior de Ceilán, con más de 100 habs./km2); llanuras interiores de la península de Indochina; valle medio y alto del Irawadi (alrededor de Mandalay), cuencas del norte de Tailandia, valles de la isla de Java, etc. — Las más altas densidades, las regiones con mayores concentraciones humanas, están íntimamente relacionadas con tres tipos de factores: condiciones ecológicas favorables a la rizicultura, estructuras evolucionadas de organización política y actividades económicas modernas. a) La rizicultura ha permitido aumentar la población desde hace siglos. El arrozal asegura una alta productividad por hectárea cultivada, pero un débil rendimiento del trabajo humano. Por ello, la rizicultura permite fuertes densidades y, a la vez, éstas explican el mantenimiento y expansión del

170


arrozal, ya que la abundancia de fuerza de trabajo permite el control del agua y el conjunto de labores que exige el cultivo del arroz. Por ello, las altas densidades aparecen en las regiones llanas y litorales del Subcontinente Indio, de Indochina y de algunas islas del mundo malayo. Aquí se alcanzan las densidades rurales más altas del mundo (más de 1.000 habs./km2): Bengala, Camboya, Tonkín y Java. El mapa de altas densidades se corresponde estrechamente con el de las regiones donde el arrozal inundado es el sistema agrícola dominante. En la llanura indogangética, desde Punjab a Bengala Occidental, en las regiones llanas de Guyarat, Bihar, Uttar Pradesh y Kerala, se concentra un tercio de la población de la India; en Bengala Oriental, en el gran delta del Ganges-Brahmaputra, vive la mayor parte de la población de Bangladés. Con densidades superiores a 500 hab./km2 aparece la llanura del Punjab pakistaní y la desembocadura del Indo, con la guirnalda de áreas húmedas de los regadíos del desierto de Thar, la llanura de la costa de Malabar, la llanura litoral y deltaica de la costa de Coromandel y de Ceilán; el rosario de llanuras costeras en la península indochina, unas de ocupación más antigua, como Tonquín y centro de Vietnam, costa oriental de la península de Malaca, costa de Arakán en Birmania, y otras de ocupación más reciente (s. XIX y XX), como los deltas del Irawadi y Salwen en Birmania, Chaopraya en Tailandia y delta del Mekong en Vietnam meridional y Camboya oriental. En los archipiélagos, las altas densidades se concentran en algunas islas, como Java y Flores (700 habs./km2), en Indonesia, y Luzón (200 habs./km2), en Filipinas, y en algunas llanuras litorales de reciente colonización, como el sur de Sumatra, sur y oeste de Mindanao y costas de Borneo. b) La existencia de medios favorables es indispensable para explicar estas altísimas densidades; pero el factor esencial de diferenciación espacial es el funcionamiento de un sistema complejo que relacione componentes técnicos, políticos y demográficos (Bruneau, M. y Taillard, C., 1995). Así pues, solo la existencia de estructuras políticas fuertes que aseguransen el control de territorio y fuesen capaces de realizar grandes obras de infraestructura pudo facilitar la expansión e intensificación del regadío; y solo así pudo hacerse posible el aumento multisecular de las altas densidades. Por ello, en el Sureste Asiático la distribución de altas y bajas densidades tiene bastante que ver con las áreas etnolingüísticas, que revelan sistemas sociales y políticos muy diferenciados.

171


c) A los suelos fértiles y lluvias abundantes, junto con estructuras de organización espacial que explican las altas densidades rurales, hay que añadir otros factores de densificación demográfica, como son la explotación minera en la jungla de Malasia e Indonesia, el avance de la industrialización en Bengala Occidental, en el noroeste del Decán, en Singapur y en las costas del estrecho de Malaca, y el proceso de urbanización que en las últimas décadas se ha acelerado por todas partes y genera densidades superiores a 2.000 habs./km2, como la región de Calcuta, Bombay, Madrás, Nueva Delhi, Estrecho de Malaca, Isla de Java... Desde la Segunda Guerra Mundial la población se ha cuadruplicado, pero apenas se han mitigado los contrastes de densidades: las altas densidades han aumentado con la expansión de la industria y las ciudades, y los vacíos están menos vacíos al ir reemplazándose los bosques y la agricultura de rozas por agricultura permanente y por campos de plantaciones. Las migraciones interiores organizadas por los Estados han transformado los lugares de llegada destruyendo el bosque y abriendo frentes pioneros agrícolas: islas exteriores de Indonesia, montañas interiores de Vietnam, mesetas periféricas de Malasia y Tailandia, montañas de Birmania, llanuras de Mindanao, Borneo, Sumatra... Los asentamientos costeros se han multiplicado, favorecidos por la intensificación de la economía comercial y el contacto con el mundo occidental. 3.

3.1.

UNA TECTÓNICA AGITADA, UN RELIEVE VARIADO Y DOMINIO DEL MONZÓN

Dos conjuntos topográficos

A la sencilla organización del relieve en el Subcontinente Indio con un extenso zócalo en la península, una gran cordillera alpina en el norte, y una gran llanura sedimentaria entre ambas unidades, se opone la complejidad morfoestructural del Sureste Asiático, con una zona de zócalo en la península, donde mesetas y llanuras se hallan flanqueadas por alineaciones montañosas no superiores a 2.000 metros, y otra zona plegada con montañas de más de 3.000 metros en la península y dos arcos insulares, uno volcánico interior y otro exterior, no volcánico.

172


Tanto en el Subcontinente Indio como en el Sureste Asiático destacan por su importancia, desde el punto de vista del poblamiento y de la actividad económica, las llanuras aluviales y los grandes deltas formados en la desembocadura de los principales ríos. Gracias a estas llanuras y a las zonas volcánicas recientes, Asia Meridional es la región mejor dotada del mundo tropical en suelos jóvenes y fértiles. El relieve de la India se debe fundamentalmente al desplazamiento de la placa india hacia el norte y la subducción bajo la placa euroasiática. El progresivo avance de la placa de la India hacia el norte, que ha recorrido unos 2.000 km desde la colisión (a 5 cm por año), explicaría la frecuente actividad tectónica de esta parte de Asia. El Asia del sureste se compone de una parte continental, la península de Indochina, prolongada por la península de Malaca, y otra insular, los archipiélagos de Indonesia y Filipinas, que se encuentran unidos al continente a través de la plataforma continental. Penínsulas que avanzan sobre los mares poco profundos, islas que emergen de una plataforma continental, volcanes todavía activos: se trata del borde fragmentado de la gran masa continental asiática. Insulindia aparece así como un puente hacia Australia. Los mares de la plataforma de la Sonda son poco profundos (unos 50 m.) y las tierras insulares, incluido el archipiélago filipino son islas desde hace solo unos 10.000 años. Asia del Sureste es lugar de convergencia de tensiones geológicas: está convulsionada por el choque de dos placas continentales y tres oceánicas. La plataforma de la Sonda es la más estable; en su periferia, la región está recorrida por una serie de arcos volcánicos desde Birmania hasta Filipinas, a través de Sumatra, Java y las pequeñas islas de la Sonda; constituye así un verdadero «cinturón de fuego». (Atlas Histórico y Geográfico Universitario, UNED, mapa IX.36). 3.2.

Los fragmentos de zócalo, de origen precámbrico

Formados por rocas metamórficas antiguas (granitos, gneis, cuarcitas, etc), las viejas penillanuras constituyen los elementos rígidos y relativamente estables (desde hace unos 600 millones de años) de la estructura geológica de Asia Meridional. Con frecuencia los fragmentos de zócalos se hallan

173


recubiertos con capas sedimentarias de arenisca recientes o mantos de rocas volcánicas (basaltos). Bajo los empujes de la orogénesis reciente, los zócalos rígidos han sufrido una gran fracturación, produciéndose hundimientos (fosas tectónicas) de unos bloques y levantamientos (horst) de otros, creando macizos de vertientes escarpadas. Las fases de climas semiáridos han desarrollado extensos glacis de erosión. En el área de la India aparecen dos fragmentos del viejo continente de Gondwana: el Decán y Ceilán, que fueron separados en el Mioceno. En el ámbito indochino el zócalo forma la meseta de Sham, en Birmania, y la cordillera Annamítica, hundiéndose al sur de la península en la plataforma continental de la Sonda. El zócalo del Decán muestra un perfil muy irregular, con una meseta entre los 500 y 1.000 m, muy dislocada y bordeada de llanuras litorales. Las transgresiones marinas formaron desde el Jurásico unas capas de rocas sedimentarias, como las areniscas y calizas pliocénicas, y las efusiones volcánicas de la era terciaria formaron una profunda capa de rocas basálticas o traps (2.000 m de espesor en la región de Bombay), tan extensa como la Península Ibérica, que ha dado origen a los excelentes suelos regur. La meseta se halla basculada hacia el este, por lo que los principales ríos vierten al golfo de Bengala. En gran parte constituye una penillanura con varios niveles de erosión, con amplios glacis y montes islas. La gran fracturación ha dado lugar al levantamiento de algunos horst, como los montes Vindhya, al noreste, los Ghates (escaleras) Occidentales, Ghates Orientales y los Nilguiri al sur, con más de 2.500 m, de altitud. La erosión ha actuado sobre los diversos materiales, produciendo un ensanchamiento en los valles de fractura y relieves residuales de cuarcitas, originando en el noroeste del Decán un típico relieve apalachense en los montes Aravalli. Los mismos rasgos geológicos y morfológicos caracterizan al fragmento de zócalo que forma la mayor parte de la isla de Ceilán, donde la meseta de granito y gneis se eleva hasta 2.500 m en el sur de la isla. En Indochina el zócalo es el principal elemento morfoestructural; aflora en la meseta Sham (Birmania oriental) y en la cordillera Annamítica, verdadero eje del relieve indochino, donde destacan los macizos de Laos-Tonkín. Al norte del Mekong, en territorio laosiano, algunos macizos cristalinos pasan de 2.500 m y al norte del río Rojo, los relieves calcáreos originan una

174


topografía muy recortada con profundos cañones como el del río Negro al suroeste de Hanoi. Los duros materiales cristalinos dan al conjunto de la cordillera un aspecto compacto, con acusada disimetría entre las vertientes: mientras que al oeste se desciende en mesetas escalonadas, por el este la caída hacia el mar es abrupta. Espesas capas de areniscas, depositadas durante las transgresiones marinas a partir del Triásico, recubren parte de zócalo en las mesetas de Vietnam, Laos, Camboya y Tailandia. Las formas de relieve están relacionadas con la existencia de esta capa cuarcítica o con la aparición del zócalo. La capa de arenisca da origen a mesetas estructurales limitadas por acantilados escarpados, como en el noreste de Tailandia y en el medio y bajo Laos. El zócalo proporciona amplias extensiones planas con colinas aisladas, como ocurre en el centro de Tailandia o en Camboya, ya que se hundió en el Terciario y fue recubierto posteriormente por una delgada capa de sedimentos; a veces, el zócalo da origen a macizos rocosos o a cadenas bien alineadas, como las de Tenasserim o las de la península de Malaca. En algunos sectores, como al sur de Vietnam y este de Camboya, aparecen capas basálticas producto de las emanaciones volcánicas provocadas por la orogénesis Terciaria a través de las fracturas, similares a los traps del noroeste del Decán (Atlas Histórico y Geográfico Universitario, UNED, mapa IX.36). Al sur de Indochina, el zócalo se hunde a unos 55 m bajo el nivel del mar, formando la más extensa plataforma continental con casi dos millones de Km2, la plataforma de la Sonda, cuya periferia emerge por encima de las aguas. Así, el zócalo aparece en la península de Malaca, en la parte occidental de Borneo, recubierto por una capa de areniscas pliocénicas; en Sumatra constituye el esqueleto de los montes Barisán, cuya depresión central se interpreta como un rift valley; y en Java, donde el zócalo apenas aflora, ya que está oculto bajo capas sedimentarias recientes y aparatos volcánicos, cuya alineación es la prolongación de la existente en Sumatra. Los batolitos de granito, además de constituir las principales montañas, son muy ricos en casiterita (estaño), en Tungsteno y otros recursos metálicos. Es como si el zócalo, que al norte de Asia meridional emerge en grandes extensiones, se hundiera al sur de esta región para desaparecer al sur de Ceilán y de Sumatra y al este de Borneo y Java, donde empiezan las grandes profundidades marinas (Dupuis, 1979).

175


3.3.

Montañas alpinas y guirnaldas insulares

El segundo elemento morfoestructural de Asia meridional son las montañas surgidas por la orogenia alpina a lo largo del Terciario. En el espacio indio, está el Himalaya, que se prolonga por la cadena de Indukush, en el oeste, y por las montañas prebirmanas en el este; en el Sureste Asiático, un doble arco periférico, prolonga las alineaciones orientales del Himalaya, tomando una orientación norte-sur en la península de Indochina para girar hacia el este en el archipiélago indonesio. 3.3.1.

El Himalaya

El Himalaya es resultado de un largo proceso de formación en el que la placa de la India se desplazaba hacia el norte, chocaba contra la placa tibetana (euroasiática) y en un fenómeno de subducción se deslizaba bajo ella. Gran parte de lo que hoy son montañas estuvo ocupada por el extremo oriental del mar de Tetys, extensa área geosinclinal en la que se acumularon grandes espesores de sedimentos. Por el este se prolongaba por el geosinclinal birmano y continuaba por el de Sunda. De aquí surgió el inmenso sistema montañoso de Himalaya-Sunda. Los movimientos orogénicos se iniciaron en el Jurásico y culminaron en el Mioceno, pero incluso los mas tardíos sedimentos terciarios aparecen plegados y aún hoy se registra cierta actividad sísmica. El Himalaya forma una gran barrera entre la India y la gran mole del Tíbet, difícil de flanquear; por ello constituye una frontera humana y climática con algunos pasos al oeste, como Afganistán y Cachemira. La cadena está constituida por un núcleo central de rocas cristalinas, flanqueado por rocas sedimentarias de todas las edades desde el Precámbrico hasta fines de Terciario; las de época más recientes forman las cadenas exteriores, las más cercanas a las llanuras indogangéticas, las de Beluchistán y las indobirmanas. Forman así un conjunto de alineaciones orográficas adosadas al Tíbet. Con una longitud de casi 2.800 km y una anchura entre 200 y 350 km, unas cuarenta cimas superan los 7.500 m y catorce pasan de 8.000 m; entre ellas figura el Everest, el techo del mundo, con 8.846 m. La formación se inicia con una fase de levantamiento de los materiales rígidos en el Cretáceo y Eoceno, continúa con los plegamientos de los materiales sedimentarios que culminan en el Mioceno y se prolongan hasta el final del Terciario.

176


Su estructura es de gran complejidad: abundan los mantos de corrimiento que en general convergen hacia el sur; los puntos culminantes coinciden con fragmentos de granitos, esquistos y gneis. Desde el punto de vista geoestructural y fisiográfico se pueden diferenciar, de norte a sur, cuatro unidades, separadas por estrechos y largos valles longitudinales y, a veces, cortadas por profundas gargantas: a) Transhimalaya, compuesto por formaciones sedimentarias que van desde el Paleozoico al Eoceno y que parecen simples levantamientos. Los grandes ríos abren aquí profundos valles entre 3.000 y 4.300 m; el alto Brahmaputra forma la frontera con el Tíbet. b) Gran Himalaya, la cordillera Axial, la más sencilla y elevada del conjunto, compuesta por granitos y gneis, con algunas bandas sedimentarias intercaladas; su altura media es de 6.000 m y cincuenta cumbres superan los 7.000 m, entre las que se encuentran el Everest (8.846 m). c) Himalaya medio, compuesto en su mayor parte por formaciones paleozoicas y mesozoicas, con alturas entre 2.000 y 3.500 m. d) Prehimalaya o Montes Siwalik, cordilleras originas en las fases de plegamientos más tardías y formadas por materiales terciarios y neógenos; raramente pasan de los 1.500 m de altitud, pero desciende bruscamente sobre el valle del Ganges. 3.3.2.

Los arcos montañosos de Indochina e Indonesia

En el Sureste Asiático las montañas plegadas son una continuidad de las cadenas del Himalaya y constituyen una orla periférica de orogénesis muy reciente. Este reborde montañoso de la extensa zona de zócalo se compone de dos arcos, uno externo que no es volcánico, al borde de las fosas meridionales, y otro interno más reciente y volcánico. Situadas junto a las fosas del Índico y del Pacífico, estas guirnaldas forman el borde mal consolidado del continente asiático. El arco externo arranca en los montes Patkai (Saramati, 3.824 m) y en la cordillera de Arakan Yoma (Myanmar o antigua Birmania) que se sumerge en el mar para aparecer en las islas de Andamán y Nicobar; se interrumpe al sur de Java para reaparecer en Sumba y Timor; finalmente, con-

177


tinúa formando un arco por las islas de Ceram, Buru y el este de Célebes. Los terrenos son más antiguos que los del arco interno y no aparecen volcanes recientes. El arco interno se inicia con una alineación al este del río Salwen formada por varios tramos que se hallan separados por valles transversales y longitudinales, con altitud decreciente hacia el sur. En la península de Malaca adquiere el aspecto de cordillera unitaria. Continúa por Sumatra, Java y Flores y se curva hacia el mar de Banda, las montañas de Borneo (Kinabalu, 4.101) hasta Filipinas, con las alineaciones volcánicas de Luzón, la Cordillera Central (Pulog, 2.928) y la Sierra Madre de la costa oriental. Los seísmos son muy frecuentes y, en una alineación compacta, numerosos volcanes activos (100 en Sumatra, 121 en Java, 12 en Filipinas) provocan erupciones explosivas con nubes ardientes y coladas de lava. Los terrenos sedimentarios, muy jóvenes, neógenos y cuaternarios, han sido plegados recientemente originando relieves poco vigorosos que están recubiertos por los conos volcánicos (algunos con más de 3.000 m) y que se erosionan rápidamente. Estas guirnaldas insulares, situadas junto a las fosas del Índico y del Pacífico, forman el borde mal consolidado del continente asiático. 3.4.

Llanuras aluviales y costeras. Los grandes deltas

El tercer tipo de unidad morfoestructural lo constituyen las llanuras, unas formadas en áreas de subsidencia y otras originadas por la acumulación actual en las costas (llanuras litorales y deltas). Todas ellas tienen una importancia excepcional por su significación en la geografía humana. En ellas vive la mayor parte de la población de Asia Meridional; son las grandes áreas de actividad y en ellas se localizan las grandes ciudades. Además la llanura indogangética, es el corazón del mundo indio, donde se gestó la civilización hindú; y en la península de Indochina las llanuras periféricas, separadas por las mesetas y cadenas montañosas interiores, han facilitado la formación de unidades políticas diferentes, a la vez que han dificultado una organización del espacio más unitaria. Las más importantes son, en el Subcontinente Indio, la llanura indogangética con los deltas del Ganges y el Brahmaputra, la estrecha llanura litoral de la costa de Malabar, recorrida por cortos ríos debido a la proximidad de los Ghates occidentales, y la amplia llanura litoral y los deltas de

178


la costa de Coromandel, formados por la acumulación de sedimentos arrastrados por los ríos Mahanadi, Godavari, Krisna y Cauvery, cuyas extensas cuencas se deben al basculamiento general de la meseta del Decán hacia el este. En la península de Indochina destacan las llanuras aluviales y deltas del Irawadi, Sittang, Chao Phraya o Menang, Mekong y Río Rojo, y las llanuras de subsidencia del este de Malaca, este de Sumatra, norte de Java y sur de Borneo. El mejor ejemplo de llanura en zona de subsidencia es la indogangética. Corresponde a la zona de hundimiento (subducción) de la placa índica bajo la placa tibetana (euroasiática). Es la mayor fosa tectónica del mundo, rellenada por varios miles de metros de sedimentos de origen himalayo, entre los que los aluviones actuales no suponen más que una delgada capa superficial. La horizontalidad es casi absoluta, pues a 1.500 km de su desembocadura el Ganges discurre a menos de 30 m sobre el nivel de mar. El interfluvio más alto es el que separa la cuenca del Ganges y la del Indo, con solo 270 m. La única diferencia se da entre los aluviones antiguos en las terrazas más viejas, con nódulos calcáreos y suelos lixiviados y lateritizados, y la llanura de inundación actual con suelos más fértiles. El Indo al oeste, con una cabecera de 5 ríos (Punjab), se aleja de la montaña y se va empobreciendo conforme atraviesa la región árida de Pakistán. El Ganges corre hacia el este, paralelo a la montaña, y recibe numerosos afluentes que aumentan su caudal; en la depresión de Bengala se une al Brahmaputra, formando una inmensa marisma fertilísima de 14.000 km2, uno de los más extensos deltas del mundo con 400 km de costa. La fundición de la nieve del Himalaya y las lluvias de verano producen en el Ganges y en el Indo crecidas devastadoras que, a la vez, se convierten en el principal factor de organización de un mundo rural dominado por el arrozal inundado. Entre las llanuras litorales destacan por su extensión y significación las de la costa de Coromandel, con los deltas del Mahanadi, Godavari, Krisna y Cauveri, formados por la acumulación de sedimentos arrastrados por estos ríos, cuyas extensas cuencas se deben al basculamiento general de la meseta del Decán hacia el este. Otra gran llanura litoral es la que ocupa la parte oriental de Camboya y Vietnam meridional, antiguo golfo marino colmatado, a la que se une el delta del Mekong. El lago de Tonlé Sap, resto del antiguo golfo, regula hoy las avenidas de Mekong.

179


Los deltas constituyen grandes acumulaciones de sedimentos en antiguos golfos poco profundos, que se han formado debido a la proximidad de relieves importantes y la potencia erosiva de los climas tropicales. Como en la costa oriental del Subcontinente Indio, en la península de Indochina todos los ríos han formado su propio delta. El más representativo es el de Tonkín (16.000 km2, formado por el Río Rojo en el norte de Vietnam; a 220 km de su desembocadura el río fluye solo a 10 m sobre el nivel del mar; cuando entra en la llanura su cauce discurre por encima de una loma formada por sus propios sedimentos a cinco o seis metros por encima de los campos circundantes. Ello ha obligado a construir una extensa red de diques (2.000 km) para evitar al máximo los peligros de inundación. 3.5.

El imperio del monzón y la irregular distribución de las lluvias. Tipos de clima

Tanto el subcontinente Indio como el Sureste asiático se encuentran situados en su mayor parte en la llamada Asia monzónica, es decir, bajo la influencia del monzón que rige lo esencial de las condiciones climáticas y de la vida rural. Junto al carácter generalmente cálido de las temperaturas, la estacionalidad del régimen pluviométrico, con precipitaciones de verano (más o menos abundantes), es el rasgo distintivo del clima que domina en la mayor parte de Asia Meridional, el clima tropical monzónico Sólo la franja situada a uno y otro lado del ecuador está afectada por el clima ecuatorial: Península de Malaca, Islas de Sumatra, Java, Borneo y Célebes. Registran temperaturas medias por encima de los 24º C y la oscilación térmica es inferior a 3ºC (Singapur: 26º C y 1,8º C, respectivamente); las precipitaciones son abundantes (más de 1.000 mm) y están repartidas durante todo el año, con diferencias locales acusadas que están relacionadas con la presencia de relieves y con la posición a barlovento o sotavento. Al norte de las latitudes ecuatoriales y hasta las latitudes templadas (apenas existen en este espacio geográfico de Asia Meridional), todo el territorio del Subcontinente Indio y el Sureste Asiático se halla sometido a la circulación de los monzones, cuyo mecanismo regulador no es más que una anomalía de la circulación atmosférica; esta anomalía permite que la mayor parte de la población de Asia Meridional habite en las mismas latitudes de los desiertos de Arabia y del Sahara. El valle del Indo marca la separación

180


entre los desiertos afroasiáticos vacíos y el Asia de las lluvias con fuertes densidades humanas. La anomalía atmosférica tiene relación con la existencia de la enorme barrera del Himalaya que interfiere en el desplazamiento latitudinal de la corriente del Jet; y la originalidad se debe a los vientos del suroeste al noreste, que llegan cargados de humedad; el monzón (en árabe «Mausim» significa estación) se refiere a este viento que trae las lluvias estivales. En invierno, con el desplazamiento hacia el sur de todo el sistema de circulación atmosférica, el Jet Stream se fragmenta en dos ramas; una de ellas pasa al sur del Himalaya y en el norte de la India se forma un cinturón de altas presiones que envía vientos hacia el Ecuador e impide las precipitaciones en la mayor parte del Subcontinente Indio. La península de Indochina queda bajo los efectos del anticiclón térmico del centro de Asia, recibiendo los vientos fríos y secos que éste emite. Las temperaturas son más frescas al norte que al sur y oscilan entre 15-20ºC por el día y 10-15ºC por la noche. En marzo los días se alargan, pero ambos anticiclones se mantienen, provocando un calor asfixiante (hasta 40-45ºC) y sin lluvias (fig.II.6).

EL MONZÓN ASIÁTICO DE INVIERNO

EL MONZÓN ASIÁTICO DE VERANO

A Frente Pol ar

A

A

A

A

B

Ecuador

B

B

Trópico

B

A

Convergencia Intertropical (CIT) Circulación atmosférica

Trópico

B

A

Ecuador

A

B B

B

B

Trópico

Trópico

A

A

A

A B

A B

B

B

Anticiclón Bajas presiones

Fig. II.6. El monzón de invierno y de verano. Posición de la CIT

181


En Mayo todo se va preparando para el cambio que se produce en Junio con el recalentamiento de la meseta del Tíbet. La rama meridional del Jet Stream pasa al norte del Himalaya, invirtiendo el campo de presiones de la troposfera media. Con la instalación de las bajas presiones en el norte de la India, desde Punjab a Bengala, se produce una fuerte advección de aire que obliga a la CIT y a la masa de aire húmedo ecuatorial a ascender bruscamente hasta latitudes muy superiores a las normales, obligando igualmente a los alisios del sur a girar bruscamente en una trayectoria hacia la CIT, convirtiéndose así en vientos del suroeste hacia el noreste. Esta «explosión» del monzón, que «caprichosamente» puede adelantarse a primeros de junio o retrasarse hasta julio, suele causar grandes catástrofes con las fuertes inundaciones o la prolongada sequía y la destrucción de las cosechas; es el momento culminante del ciclo meteorológico anual; de él depende la mayor parte de la vida agrícola del Asia monzónica. En la India el monzón llega desde el oeste hacia el interior del Decán, atravesando los Ghates Occidentales, y en la península de Indochina desde el S-SO hacia el interior, descargando a barlovento de las cadenas montañosas grandes cantidades de precipitaciones (lluvias orográficas). En la vertiente oriental de los Ghates Occidentales y a sotavento de las cadenas del Sureste Asiático se produce el efecto föehn, con descenso importante de precipitaciones. (Atlas Histórico y Geográfico Universitario, UNED, mapa IX.37). Después de atravesar el Decán, dejando fuertes precipitaciones en las montañas del noreste, los vientos confluyen en el Golfo de Bengala, provocando enormes precipitaciones en la región de Bengala-Assam donde, por efecto del relieve, alcanzan un volumen superior a 10.000 mm (14.000 mm en Cherrapungi, polo lluvioso de la Tierra). Ante el obstáculo de las cadenas montañosas, los vientos giran hacia el oeste y recorren el valle del Ganges, dando lugar a grandes precipitaciones, sobre todo en las laderas medias de los Siwalik, que van disminuyendo gradualmente conforme avanzan hacia el noroeste. La vuelta a la situación de invierno se produce lentamente a partir de Octubre. La rama meridional del Jet Stream desciende al sur del Himalaya y los anticiclones se restablecen tanto en el noroeste de la India como en el centro y sur de China. Pero en el golfo de Bengala y en el mar de China meridional siguen actuando depresio-

182


nes móviles, a veces tan fuertes como ciclones, que producen las lluvias de otoño-invierno de la costa oriental del Decán y de Vietnam (fig. II.6). Así, pues, nos encontramos en la mayor parte del subcontinente indostánico y del Asia del sureste con un clima tropical de dos estaciones: una seca en invierno que debe su origen a la célula de altas presiones situadas en el noroeste y relacionada con el descenso de una rama del Jet Stream al sur del Himalaya, y otra lluviosa de verano, provocada por el ascenso del Jet al norte del Himalaya, la instalación de bajas presiones en el valle del Ganges y la llegada de vientos cálidos cargados de humedad. La concentración de las lluvias es muy acusada, siendo norma general que una cuarta parte de los días de precipitación generen la mitad de las lluvias anuales. Existen, sin embargo, importantes diferencias regionales dentro de un mismo clima monzónico. Unas se deben a las temperaturas que varían con la latitud y el relieve: medias anuales más altas y menor oscilación térmica cuanto más al sur, temperaturas medias más bajas e inviernos más fríos cuanto más al norte y en relieves más elevados. Pero los verdaderos contrastes climáticos en el Asia monzónica se deben a la pluviosidad: en una misma latitud Lahore recibe 480 mm, Nueva Delhi 660 mm, Calcuta, 1.582 y Cherrapungi 14.000 mm. Además de por el volumen total, las diferencias se marcan también por la duración de la estación lluviosa (Atlas Histórico y Geográfico Universitario, UNED, mapa IX.37). Se pueden distinguir, así en Asia Meridional varios tipos de clima (Atlas Histórico y Geográfico Universitario, UNED, mapa IX.38): a) El más árido del semidesierto de Rajastán (Ahmedabad) y del desierto de Thar (Carachi) con menos de 250 mm, que constituye la extremidad oriental de los desiertos subtropicales afroasiáticos. b) El tropical monzónico poco lluvioso de la vertiente oriental de los Ghates Occidentales (Bangalore), con oscilación térmica acusada (continentalidad) y precipitaciones inferiores a 750 mm, y el del sector noroccidental (Lahore, Punjab), con fuerte oscilación térmica, precipitaciones inferiores a 1.000 mm y con algunas lluvias de invierno de influencia mediterránea. c) El tropical monzónico de larga estación seca (7-8 meses secos), en India central-oriental y valle medio del Ganges (Allahabad), con precipitaciones medias superiores a 750 mm;

183


d) El tropical monzónico de media estación seca (5-6 meses secos), lluvioso, en las regiones de Bombay y Bengala (Calcuta), con estaciones bien marcadas y precipitaciones no inferiores a 2.500 mm; también el de la costa de Malabar (Madrás), con precipitaciones máximas de septiembre a diciembre debido a la actividad de los ciclones que se originan en estos meses en el golfo de Bengala; igualmente es clima tropical monzónico de media estación seca el que se da en el valle medio del Irawadi y en las llanuras centrales de Tailandia-Camboya, con precipitaciones entre 1.000 y 2.000 mm. e) El tropical monzónico muy lluvioso y casi ecuatorial, sin verdadero invierno y estación seca muy corta, de Ceilán, Kerala y gran parte de la península de Indochina y de Filipinas; en el sur de Java y en las pequeñas islas de la Sonda la estación lluviosa corresponde al verano del hemisferio austral (diciembre-marzo). Además, en el espacio geográfico de Asia Meridional podemos encontrar el clima ecuatorial y el de alta montaña: f) El clima ecuatorial lo encontramos en las proximidades del Ecuador: sur de Ceilán, península de Malaca e islas de Sumatra, Borneo, Célebes, Mindanao y Malucas; se caracteriza por sus temperaturas medias superiores a 22º C, escasa oscilación térmica –inferior a 3º C– y lluvias abundantes y repartidas por todos los meses del año (un ejemplo, Singapur). g) El clima de montaña aparece en la cordillera del Himalaya; además de propiciar temperaturas medias más bajas, provoca mayor volumen de precipitaciones (en gran parte de nieve) que, de acuerdo con la trayectoria de los vientos monzónicos, van disminuyendo desde el sector oriental hacia el occidental; el relieve, además de generar el escalonamiento térmico, provoca fuertes contrastes en el volumen de precipitaciones entre la vertiente de barlovento (más lluviosa) y la de sotavento (menos lluviosa); los climas templados fríos se localizan entre los 2.500 y 5.000 m de altitud y las nieves perpetuas a partir de los 5.000 m. En resumen, el clima dominante en todo Asia Meridional es el tropical monzónico más o menos lluvioso. La sucesión de estaciones es la misma: invierno seco y fresco, primavera seca y tórrida, verano lluvioso y cálido, y otoño poco lluvioso y templado, excepto en las costas de Coromandel y Vietnam meridional afectados por los tifones.

184


Cuadro II.4. Precipitaciones en la costa de Indochina (mm) Meses Enero Febrero Marzo

Ho Chi Ming (exSaigón)

Hanoi

Hué

20

30

165

6

45

60

18

50

115

Abril

45

90

50

Mayo

190

200

130

Junio

340

255

80

Julio

315

290

70

Agosto

275

355

115

Septiembre

345

255

365

Octubre

220

110

590

Noviembre

120

45

750

Diciembre

60

25

400

2.011

1.776

2.795

Total

El volumen de precipitaciones aumenta en las costas, en las vertientes a barlovento y en las montañas de Camboya (5.000 mm), mientras que disminuye hacia el interior, especialmente en las llanuras y en las vertientes a sotavento: valle del Irawadi, llanura central de Tailandia, sectores orientales de la península de Malaca e islas de Sumatra, Java, Borneo, etc. Como en la costa de Coromandel las lluvias de otoño de la costa vietnamita y montañas de Annam se deben a los ciclones que se forman en el mar de China: Hué, 2.795 mm y con máximo entre septiembre y enero. 4.

EL PREDOMINIO DE LA AGRICULTURA. SISTEMAS AGRARIOS Y TRANSFORMACIONES RECIENTES

Hasta hace pocos años, sociedades y economías de Asia meridional eran casi exclusivamente rurales; en los años cincuenta más del 80% de la población vivía del sector agrario, con porcentajes de población activa superiores al 75%. Casi en su totalidad trabajaban en la agricultura, ya que ni la ganadería ni la pesca han tenido ni tienen todavía significación alguna. En las últimas tres décadas el desarrollo económico ha sido notable en algunos países del Subconti-

185


nente Indio y del Sureste Asiático. Sin embargo, el sector primario y especialmente la agricultura sigue siendo esencial en este gran espacio que ha visto aumentar el rendimiento de los cultivos y ampliarse el espacio agrícola, sobre todo en los países del Sureste Asiático, a costa del bosque tropical húmedo. 4.1.

El peso del sector agrario

En conjunto, la trascendencia social del sector agrario en Asia Meridional es mucho mayor que su peso económico. Casi el 70% de la población es rural: unos 1.350 millones de personas; el mundo rural soporta densidades superiores a 300 habs./km2 cultivado (en España, 63), apareciendo países, como Sri Lanka, Bangladés y Vietnam, con densidades rurales superiores a 1.000 habs./km2 cultivado en 2005.

% del P.I.B. (2005) Más del 30% Del 20 al 30% Del 10 al 20% menos del 10%

Fig. II.7. Importancia del sector agrario (% del PIB)

186

0

1.000km


En conjunto, la mitad de los activos trabajan en el sector agrario; unos 700 millones de agricultores aporta menos del 20% del PIB. Sólo en algunos países, como Myanmar, Camboya y Laos, además de los Estados himalayos de Nepal u Bután, el sector agrario aporta más de la mitad del PIB (figura II.7). Algunos países, como Sri Lanka, Filipinas y sobre todo Malasia, han reducido notablemente el porcentaje de activos agrarios, como consecuencia de los cambios que se están produciendo en la estructura económica; pero todavía en nueve de los diecisiete países la población activa agraria supera el 60% de los activos (cuadro II.5). Todo ello refleja el atraso que aún mantiene el mundo rural, donde dominan sistemas agrarios tradicionales, consumidores de mucha mano de obra, pero con rendimientos por hectárea muy bajos. La base de este mundo rural tradicional es la pequeña explotación (menos de 2 hectáreas) ; el 70% de los propietarios tienen menos de 2 ha y más de la mitad menos de 1 Ha.; esta pequeña explotación es casi autárquica, con algunos cultivos de alimentación principales, como el arroz donde hay agua suficiente, mijo donde no la hay y trigo en las latitudes templadas o tropicales con inviernos frescos; además, tienen algunos otros productos complementarios (caña de azúcar, soja, mandioca...), según tradiciones y climas locales. Junto al atraso de medios técnicos se unen los millares de pequeño agricultores y asalariados, para explicar la existencia de una vida miserable de los campesinos, que ni las reformas agrarias ni la revolución verde ni las migraciones han sido capaces de mejorar. La ganadería apenas tiene significación y se está evitando su expansión debido a que la carne producida en una determinada superficie proporciona siete veces menos calorías que los cultivos. En algunos países del Sureste Asiático (Filipinas, Laos, Camboya, Vietnam, Tailandia...) se mantiene una pequeña ganadería porcina; pero la primera cabaña de bovino, que es la de la India, no tiene valor económico alguno, ya que solo se emplea para el trabajo agrícola y su carácter sagrado impide sacrificar a las reses. Sin embargo, dada la enorme extensión y las condiciones ecológicas, destacan algunas grandes producciones agrícolas. En primer lugar, el arroz, que está presente en toda Asia Meridional y en algunos países ocupa más del 50% de la superficie agrícola útil, como en Indonesia, Tailandia, Filipinas y Vietnam. Aquí se sitúan varios de los grandes productores mundiales de arroz: India (1/4 parte de la superficie agrícola útil y 135 millones de tm en el 2005), Indonesia (51 mill. de tm), Vietnam, Bangladés, Tailandia, ...), y los tres primeros exportado-

187


res: Tailandia, Malasia y Vietnam. También destacan otros cereales, como el trigo en suelos fértiles, implantado por la tradición de los invasores arios y bien adaptado a los inviernos del norte de la India (15% de la superficie agrícola y 3º productor mundial con más de 50 mill. de tm) y Pakistán (1/3 de la superficie cultivada); y el mijo en suelos más pobres y con precipitaciones escasas (Atlas Histórico y Geográfico Universitario, UNED, mapa IX.39). Cuadro II.5. Importancia del sector agrario en Asia Meridional

Países

% de la población activa en el sector agrario 1965

2005

Unión India

70

60

Pakistán

74

Bangladés

% del sector agrio en el PIB (2005)

Población Rural/ km2 cultivado 1990

2005

21

388

439

45

22

359

394

74

63

21

975

1.204

Sri Lanka

70

33

18

1.528

1.664

Nepal

90

75

40

748

700

Bután

90

80

33

503

509


83

66

50

316

340

Tailandia

75

45

10

258

281

Camboya

87

73

33

216

263

Laos

88

78

47

409

483

Malasia

60

15

10

537

537

Singapur

—

—

—

—

—

Vietnam

85

60

22

996

1.080

Indonesia

66

42

15

611

695

Brunei

15

3

5

…

…

Filipinas

60

37

14

576

573

Timor Oriental

—

75

27

—

Subcontinente Indio

Sureste Asiático

Fuente: Elaboración propia con datos del Anuario Atlante Agostini, Banco Mundial 2001, Atlaséco, 2002 e Images Économiques du Monde, 2007 .

188


Entre los cultivos industriales figuran grandes producciones como el algodón en los regadíos de Pakistán y en los fértiles suelos volcánicos de Rajastán en la India; el yute en la India y Bangladés (primeros productores mundiales), y el cacahuete en la India (península del Decán). Entre los cultivos de plantación sobresalen el té, con tres de los cinco grandes productores mundiales (India, Sri Lanka e Indonesia), caña de azúcar (India, Pakistán y Tailandia), caucho natural en Tailandia, Malasia e Indonesia (3/4 de la producción mundial) y frutas tropicales (banana, ananás y agrios) en la India, Tailandia, Malasia, etc. Aunque el peso de la agricultura es notable en todos los países de Asia meridional, no en todos tiene la misma trascendencia económica; no solo por el papel que juega en la alimentación de la población y en las exportaciones, sino también por la mayor o menor diversificación de las producciones. Así, por ejemplo, la India, con medios ecológicos bastante diferenciados, se caracteriza por una gran variedad de cultivos que se complementan tanto desde el punto de vista alimenticio como en el de las exportaciones: arroz, trigo y mijo; algodón, yute y cacahuete; caña de azúcar, té, aceite de palma, tabaco... Frente a esta gran diversificación de la India contrasta Bangladés, con arroz para alimentación y yute para la exportación (80% de las exportaciones); Sri Lanka, con arroz y té (70% de las exportaciones); Pakistán, trigo y algodón (70% de las exportaciones); Malasia y Tailandia, con arroz y caucho. Así, pues, aunque todavía perviven algunos modos de vida arcaicos en las regiones más inaccesibles, la mayoría de las explotaciones se dedican a una agricultura permanente, en proceso de intensificación, asociada a una pobre ganadería. Además, destacan por su importancia económica los cultivos de plantaciones en enclaves modernos de agricultura comercial. 4.2.

Los sistemas agrarios tradicionales, marco de subsistencia de las poblaciones campesinas

Tres factores determinan las diferencias de los tipos de agricultura que se practican en Asia Meridional: el volumen y distribución de las precipitaciones, el nivel de desarrollo cultural y técnico de las sociedades y el grado de integración en el mercado mundial. Entre los sistemas agrarios tradicionales figuran los más arcaicos y extensivos (agricultura de rozas y ganadería extensiva del Decán), la agricultura de secano extensiva y el cultivo del arroz en regadío, más o menos intensivo.

189


4.2.1.

Sistemas agrarios extensivos

a) La agricultura itinerante de rozas es una agricultura marginal, solo posible en regiones tropicales húmedas donde el bosque puede regenerarse con facilidad. Recibe diferentes nombres que hacen alusión a los grandes arboles que quedan después de cortar y quemar un sector del bosque: «Taungya» en Birmania, «rai» en las mesetas vietnamitas, «tamrai» en Tailandia, «ladang» en los territorios malayos, «Cainge» en Filipinas. Sobre las cenizas se planta el arroz seco que se cultiva durante dos años consecutivos, abandonándose después durante un periodo de quince o veinte años. Actualmente la presión demográfica obliga a reducir el barbecho a menos de diez años, en los que da tiempo a reproducirse el bosque secundario. Este sistema está presente en las montañas y mesetas húmedas del Decán, el Himalaya oriental, interior de Birmania, cordillera Annamítica, tanto en su vertiente oriental (Vietnam, Laos) como en la occidental (Tailandia, Camboya) y bosques de los archipiélagos malayos (Sumatra, Célebes, Borneo, Nueva Guinea, Filipinas, etc.). Es una agricultura muy extensiva, sin arados y sin abonos, que junto al arroz seco como cultivo principal de alimentación produce también maíz, mandioca y ñame; a los que se han añadido algunos cultivos industriales (algodón y cáñamo) o de plantación (caña de azúcar, café, hevea). Practicado por minorías étnicas bien adaptadas al medio, hoy es un sistema en retroceso que en algunos países como la India e Indonesia (Java) está ya prohibido, obligando así a estas poblaciones a sedentarizarse y a cambiar de modo de vida. Sin embargo, el verdadero peligro para el bosque no son estos agricultores de rozas sino los cultivadores de coca, agricultura itinerante que destruye toda la cubierta vegetal abandonando al cabo de unos años el suelo agotado y sin árboles, donde la erosión puede hacer estragos. b) La ganadería extensiva del Decán es, como la agricultura de rozas, un tipo de vida arcaico, reliquia de estadios culturales atrasados, que están en fuerte retroceso desde hace varias décadas por la falta de un medio natural apropiado: bóvidos de Mysore, ganaderos de bueyes de los montes Vindhya y de búfalos a 2.000 m en los Nilguiri. Mayor desarrollo ha alcanzado la ganadería ovina en los territorios subdesérticos de Pakistán, donde también es famosa la cría de caballos. La producción de leche solo tiene cierta importancia en la India y Pakistán, descuidándose en los demás países del Subcontinente Indio y del Sures-

190


te Asiático. La ganadería porcina, eliminada en los países de cultura islámica, solo se practica entre los budistas de influencia china en Indochina y en explotaciones comerciales solo ha progresado en Tailandia. c) La agricultura sedentaria de secano está determinada por la escasez de lluvias que imposibilita la intensificación, obliga a la práctica del barbecho y genera escasos rendimientos. Es la agricultura del arroz seco, mijo, sorgo, maíz, mandioca, ñame y leguminosas de las regiones mesetarias e interfluviales tanto del Decán como del Sureste Asiático peninsular. En las últimas décadas ha experimentado una expansión debido al fuerte crecimiento demográfico que ha impulsado las roturaciones en el bosque; al ir ocupando tierras cada vez más marginales, la productividad del suelo disminuye. Estas roturaciones son las que provocan los incendios en el Sureste Asiático, ya que, al contrario de lo que ocurre con los agricultores de rozas que viven en simbiosis con el bosque y conocen sus secretos, estos nuevos colonos procedentes de tierras bajas desconocen las exigencias ecológicas de estos medios, y las prácticas agrícolas que introducen, provocan la erosión y la destrucción de los suelos. Sin embargo, entre todos los sistemas de agricultura tradicional, el arrozal en regadío es la condición indispensable para la explotación intensiva de la tierra y para la formación de las altas densidades que aparecen en Asia Meridional. 4.2.2. El arrozal inundado, base de la civilización de Asia meridional El arrozal en regadío no solo multiplica por tres el valor de la tierra sino que también crea condiciones excelentes para la conservación de los suelos y para el mantenimiento de una agricultura intensiva a lo largo de los siglos. En torno al arrozal se ha forjado la civilización rural de toda Asia Meridional, desde las costas occidentales de la India hasta las llanuras de Java y las laderas abancaladas de la isla de Luzón, en Filipinas. Aparece como monocultivo en los deltas de los grandes ríos, mientras que forma parte del policultivo en los valles y llanuras interiores, donde la tierra no siempre se puede regar durante todo el año. Las parcelas deben tener bordes elevados para retener el agua y, si es posible, con la posibilidad de regular el nivel de la capa. El regadío tradicional puede ser por inundación, con la llegada de las lluvias, y por control de agua a través de presas. A estos sistemas se han unido más recientemente los pozos y las nuevas infraestructuras apoyadas en grandes embalses modernos.

191


a) El regadío por inundación aprovecha el agua de las crecidas en el momento de las lluvias monzónicas. En la parte más baja de valles y llanuras, donde las aguas alcanzan un buen nivel, se cultiva el arroz flotante de tallo largo (2-3 m.), con un crecimiento rápido que tiene que adaptarse al ritmo de crecida del agua. Sólo permite una cosecha en la estación de lluvias; los rendimientos son débiles, las explotaciones son pequeñas y de autoconsumo y las densidades de 50 a 200 habs/km2. Este es el sistema que aparece por todas partes en Asia Meridional, desde las llanuras costeras al oeste de la India, el delta del Ganges y en el interior del Decán, hasta el noreste de Tailandia, Laos, Camboya y Vietnam central b) El regadío controlado es el sistema que permite densidades mucho más elevadas, ya que exige mayor mano de obra. Se practica en el bajo Ganges y en el delta del Ganges-Brahmaputra, en las llanuras deltaicas del sureste de la India y Ceilán, en el interior de los viejos Estados del sureste peninsular, Myanmar, Tailandia y Vietnam, en Bali y en Java. El agua de las crecidas se deriva a través de presas y canales, almacenándose en embalses artificiales que se suelen alinear en forma de rosario a lo largo del mismo canal. Supone una organización colectiva del trabajo y ha sido la base de la formación de los grandes Estados, tanto en la India centrados en las principales áreas productoras (valle del Ganges y Sureste peninsular), como en el Sureste Asiático, donde se formaron desde el s. XI y XII los grandes Estados de Birmania, Tailandia, Vietnam, Bali y Java. Estos arrozales son los que han logrado el récord de intensidad. En Jogyakarta (Java) las pequeñas explotaciones de media hectárea producen dos cosechas de arroz replantado y otra tercera de cereal o legumbre de secano. Igual intensidad ofrece también el delta de Tonkín. La regulación de las aguas ofrece la posibilidad de practicar el policultivo con rotaciones en la misma parcela, donde el cultivo principal, el arroz de estación lluviosa, alterna con arroz seco o cultivos comerciales en la estación seca (fig. II.8). En la India se distinguen, así, dos tipos de cosechas: el jarif, con recogida en otoño (arroz, sorgo, sésamo, algodón o yute), y rabí, con recogida en primavera y cultivos de trigo, cebada, mostaza o colza. Muy característico es también el policultivo camboyano en las márgenes del río Mekong y del lago Tonlé Sap: en la época de gran inundación se cultiva el arroz flotante; en octubre, con la retirada de las aguas, se aprovechan las tierras húmedas para plantar hortalizas, tabaco, algodón, maíz,

192


plantas oleaginosas, y, entre mayo y agosto, se obtiene otra tercera cosecha de maíz y judías. A) Cultivos en Bangladés Arroz seco yute

Arroz boro (cultivo rabí) bajo rendimiento

2m

Arroz amán (cultivo jarif) gran cosecha Pueblo

nivel máximo de la inundación 1,20 m

Inundado permanentemente

no inundable

Inundable en época de crecida

B) Sistemas de cultivo en Camboya La ola de la crecida penetra a través de zanjas abiertas en los diques o ribazos. Se siembra con Al retirarse las aguas, el las primeras lluvias suelo queda cubierto de limos fértiles Nivel de crecidas Maíz, sésamo Ribazos

Lluvias en mayo-junio y septiembre-octubre Nivel de crecidas

Río

Horticultura: frutas, verduras

Arroz flotante (la caña crece con la subida de las aguas hasta 6 m) Regadío

Lago

Ganadería de engorde Secano

Agricultura extensiva de subsistencia

Policultivo comercial

Fig. II.8. Sistemas de policultivo en Asia Meridional

193


c) Otras regiones productoras de arroz fueron acondicionadas por los colonizadores europeos; en ellas se practica la rizicultura comercial extensiva. Se trata de tres grandes llanuras del Sureste Asiático peninsular: el delta del Irawadi en la baja Birmania; la llanura de Chao Phraya en el centro de Tailandia, y el delta del Mekong en Vietnam meridional. Con anterioridad a esta puesta en cultivo eran regiones poco pobladas, por lo que se pudieron trazar grandes parcelas. La tierra se reparte en propiedades de mayor tamaño (más de 5 ha) y se utilizan ya medios mecánicos. Las densidades de población son altas, pero no tanto como en los arrozales intensivos tradicionales. Son las grandes zonas de producción de arroz para la exportación en condiciones competitivas y cultivadas en un monocultivo casi absoluto, excepto en las proximidades de las ciudades (Bangkok, Saigón, entorno al lago Tonlé Sap en Camboya, con un policultivo característico de arroz con tabaco, cacahuete y algodón), donde la horticultura está muy extendida.

4.3.

Las plantaciones, una agricultura para la exportación

En el siglo XX, un nuevo sistema agrícola se ha extendido por toda Asia Meridional, ocupando grandes extensiones que han sido arrebatadas al bosque. Dos factores explican esta gran expansión: la apertura de las economías locales al mercado internacional desde la época de la colonización y la presión demográfica de las últimas décadas. La aparición de las plantaciones en Asia Meridional está ligada a la necesidad de producir en las colonias cultivos que, siendo necesarios para las metrópolis, no podían ser producidos en sus territorios por exigir climas tropicales o ecuatoriales. Tienen, pues, un origen colonial. Los europeos encontraron aquí territorios ecológicamente adecuados y relativamente próximos a la ruta marítima que desde las Molucas llegaba a Oriente Medio: India, área de Calcuta; en el Sureste Asiático, a ambos lados del estrecho de Malaca; sur del Decán e isla de Ceilán. La existencia de bosques húmedos vacíos de población facilitó la expansión de las plantaciones, sin necesidad de sustraer tierras a la agricultura de subsistencia, y la disponibilidad de áreas de montaña permitió la diversificación de la producción según la altura. Se pudieron, así, formar grandes haciendas sin entrar en conflicto con la sociedad tradicional. Por ello se ha considerado a las plantaciones como un enclave extranjero dentro de las economías surasiáticas (Dupuis, 1979).

194


Han aparecido nuevos paisajes agrarios, reflejo de los nuevos sistemas de producción agrícola impulsados por grandes sociedades capitalistas o por la política de los Estados, en explotaciones superiores a 50 ha; también responde a la acción espontánea de los agricultores en pequeñas explotaciones (menos de 2 ha) que han encontrado en las plantaciones una mayor rentabilidad de sus tierras. La plantación es un sistema de producción moderno, orientado al mercado exterior y basado en un consumo intensivo de capital: productos fitosanitarios, agroquímicos, procedimientos técnicos y mecánicos; y que, además, emplea mucha mano de obra especializada y exige una excelente organización para poder aprovechar las oportunidades del mercado internacional. Es, en definitiva, un auténtico monocultivo de exportación al que se aplican los métodos científicos de la agricultura moderna. En la India hay dos zonas especialmente importantes: las montañas de Assam, con plantaciones de té a diferentes niveles de altitud (hasta 1.800 m) que atrajeron a una fuerte inmigración de bengalíes musulmanes, creándose así un foco de tensiones étnicas, y el sur de la península del Decán, con caña de azúcar, palmera aceitera, cocotero y hevea en la llanura litoral de Kerala, cafetales a media montaña (1.000-1.500 m.), té a diversas alturas (hasta 2.400 m.) y quina en los niveles más altos de los montes Nilguiri (fig. II.9). La caña de azúcar se extiende también por la llanura del Ganges. En Ceilán la superficie agrícola se reparte al 50% entre el arroz y las plantaciones (hevea y coco en el piso inferior, té en el piso medio y superior, de calidad muy apreciada) que proporcionan el 70% del valor de sus exportaciones. En Bangladés destaca el té, la caña de azúcar y el yute; mientras que Pakistán tiene el algodón como principal cultivo de exportación. En el Sureste Asiático los holandeses desarrollaron el cultivo de la caña de azúcar en Java, haciendo de Indonesia, en los primeros años de este siglo, el primer exportados mundial de azúcar. Hoy se ha extendido también por Tailandia y Filipinas. También los colonizadores implantaron la hevea, transplantada desde Brasil a finales del s. XIX, que se difundió rápidamente en las llanuras de Sumatra occidental y de la península de Malaca (por debajo de los 200 m) por sus buenas condiciones de calor y humedad, llegando a ostentar Indonesia en los años cuarenta el monopolio mundial del caucho. Hoy está extendida por el oeste de Java, Sumatra, costa de Borneo, península de Malaca (donde trabaja mano de obra india), sur de Tailandia, Myanmar, Vietnam meridional, Camboya y Mindanao (Filipinas), y su produc-

195


ción representa el 90% de la producción mundial de caucho. Con las mismas condiciones ecológicas de la hevea, a partir de 1950 la palmera de aceite disputa los suelos a la hevea; con ella aparece asociada frecuentemente en las llanuras aluviales y piedemontes con suaves pendientes.

Café

1.800

Plátano

Quina

2.200

Pimienta

Té

2.600

Cardamomos

Metros

Acacia mollissima

Eucaliptus globulus

El té, menos exigente en temperaturas, se concentra en las montañas de Sumatra y Java y su cultivo se ha estendido por las mesetas meridionales vietnamitas y del norte de Tailandia. La quina se encuentra bien adaptada a las montañas del oeste de Java, que, junto con la región de los Nilgiri en el sur del Decán, detenta casi el monopolio mundial. El café también tiene un área restringida en Java, Célebes y Vietnam meridional.

Hevea

1.000

Areca

1.400

200

Cocotero

600

0 Fuente: DUPUIS, J., 1995

Fig. II.9. Escalonamiento de cultivos en la India Meridional

196


A los productos de plantación mencionados hay que añadir las especias, pimienta, clavo, nuez moscada, jengibre, canela, etc., que se obtienen en áreas insulares y peninsulares ecuatoriales de temperatura constante. Cada vez son más numerosas las pequeñas explotaciones que han aparecido, bien en las franjas próximas a las grandes explotaciones, a las que venden sus productos, o en áreas de fuerte presión demográfica, como en el sur de Tailandia, Borneo, oeste y sur de Sumatra, donde heveas, cocoteros o cafetos comparten la tierra con los campos de azúcar y otros cultivos alimenticios. En Indonesia, las pequeñas explotaciones suponen ya el 83% de la superficie de heveas y el 60% de la producción de caucho. 4.4.

Reformas agrarias, revolución verde y frentes pioneros: sus repercusiones geográficas

En un mundo rural tan densamente poblado y étnicamente tan complejo, las condiciones de vida de la población campesina son extremadamente duras. La desigual distribución de la tierra y las injustas relaciones sociales entre propietarios de las explotaciones y trabajadores agrícolas han dado origen en algunos países, y en momentos de orientación política socialista, a reformas agrarias que han modificado en cierta manera las estructuras de propiedad y las relaciones de dependencia entre propietarios y arrendatarios. En otros, se han acometido mejoras técnicas y científicas para incrementar el rendimiento de los cultivos; en muchos, para paliar la presión demográfica de las áreas más densamente pobladas, se han abierto verdadero frentes pioneros donde se instalan pequeños campesinos en las tierras arrebatadas al bosque tropical, que se reduce conforme avanzan las roturaciones. 4.4.1.

Reformas agrarias

La primera reforma agraria en ponerse en practica fue la de la India, cuyo planteamiento tuvo tres influencias: la comunidad aldeana autóctona, el cooperativismo británico y las realizaciones chinas. Gandhi ya había abogado por emprender una reforma que diese las tierras a los pobres, rompiendo así la vieja estructura clasista de una sociedad estancada. En el momento de la independencia (1947) se creó una comisión de reforma agraria,

197


que se inclinó por un sistema de explotación campesina individual con unidades cooperativas. Al cabo de los años, aunque se han paliado algunos de los problemas más graves, no se ha conseguido eliminar la miseria que afecta al 60% del campesinado. Así, por ejemplo, se suprimió el sistema latifundista feudal, con recaudadores de impuestos o «zamindari», que terminaban confiscando la tierra de los campesinos; y se dio estabilidad a millones de colonos de pequeñas explotaciones («aiyatwari»), concediéndoles el disfrute de la tierra a perpetuidad. Se intentó así acabar con los patronos parásitos, pero no se acometió la reforma de las explotaciones; el objetivo social (estabilidad de los pequeños agricultores) impidió el objetivo de rentabilidad económica, imponiendo un límite máximo a las explotaciones: 10-30 ha en Bihar, 15 ha en Punjab y Rajastán, 20 ha en Uthar Pradesh y Kerala. Sin embargo, se reconoció el dualismo agrario concediendo hasta un máximo de 100 ha para explotaciones altamente tecnificadas y quedando fuera de estas limitaciones las plantaciones de caña de azúcar, sisal, té, café y caucho. El desarrollo del cooperativismo se vio obstaculizado por los antagonismos clasistas de la aldea, donde la estratificación social es innegable, a pesar de que no existan ya segregaciones radicales. A partir de 1958 se desarrolló una amplia campaña cultural en las aldeas, consiguiendo que en 1964 hubiese constituidas unas 1.600 cooperativas. Ello ha contribuido a formar una pequeña y mediana burguesía rural que está ayudando a la lenta modernización de las estructuras rurales, donde todavía el 61% de la población, con menos de una hectárea de tierra que no supera el umbral de la pobreza, solo posee el 15% de las tierras cultivadas, mientras que el 2,5% de agricultores que poseen explotaciones superiores a 10 ha ocupa el 40% de la superficie cultivada. Actualmente (2006), en el contexto de un vasto plan contra la pobreza, se intenta mejorar las condiciones de vida de los más de 700 millones de personas que viven en el campo con inversiones en las infraestructuras viarias y de regadío, con préstamos a los pequeños agricultores y con el desarrollo del empleo rural, garantizando al menos 100 días de trabajo a un miembro de cada hogar que viva por debajo del umbral de la pobreza. También se han llevado a cabo reformas agrarias más radicales en los países de Indochina oriental, pero el fracaso de las experiencias socialistas han limitado notablemente sus efectos. En los sectores de vieja colonización

198


dominaba el minifundio y la mayor parte de los agricultores disponían de tierras en propiedad. En el delta de Tonkín (norte de Vietnam) en los años treinta había un millón de propietarios para 1,2 millones de hectáreas cultivadas. Los agricultores sin tierras eran casi inexistentes en Laos y en la mayor parte de Camboya. En el sur de Vietnam, de colonización más reciente, la gran propiedad adquirió mayor importancia: (2% de propietarios poseían el 50% de la tierra); existían también numerosos agricultores sin tierra con arrendamientos muy onerosos. En estos países se planteó la reforma agraria con el objetivo de erradicar las desigualdades existentes en las áreas rurales y conseguir el desarrollo de una agricultura moderna, basada en el aumento de la producción a través de las cooperativas y de las granjas estatales. En Vietnam del Norte empezó en 1954, con la expropiación de las tierras de los grandes propietarios absentistas, y terminó en 1956 con la plena colectivización de la tierra y útiles y con el 85% de los campesinos agrupados en cooperativas. A la vez, se ampliaron las áreas de regadío, se aumentaron en un 45% los rendimientos del arroz y se impulsaron cultivos complementarios de secano e industriales. Con el final de la guerra se acomete también la colectivización en Vietnam del Sur, de tal manera que en 1978 se habían creado ya 9.000 cooperativas. El descenso de los rendimientos hizo frenar a partir de 1980 este proceso de colectivización. Lo mismo ocurrió en Laos y Camboya. Pero en Laos la reforma fue más moderada, con expropiación de tierras solo a los extranjeros y proceso de colectivización lento, y más técnica, con aumento de regadíos, impulso de la ganadería e introducción de cultivos comerciales (café, adormidera); mientras que en Camboya el régimen del Pol Pot llevó a cabo entre 1975 y 1978 una reforma radical y traumática, con la ruralización y colectivización de todo el país, lo que significó unos costes demográficos y sociales altísimos y el fracaso total con la caída de los Khemeres (jemeres) rojos. 4.4.2.

La «revolución verde»

Como complemento o alternativa a la reforma agraria y para paliar el déficit alimentario, algunos países pusieron en marcha programas de intensificación de los cultivos por medios técnicos y científicos. Es lo que se llamó «revolución verde» que tuvo como resultado, en los años setenta y ochenta,

199


el fuerte aumento de los rendimientos en los cultivos alimenticios y especialmente en los cereales. Por un lado, se introdujeron nuevas semillas «milagrosas» (arroz filipino, trigo mejicano con un 30-80% más de rendimiento), se emplearon masivamente abonos y productos agroquímicos y se impulsó la electrificación y mecanización del campo. Por otro lado, se ampliaron las superficies regadas, construyendo grandes obras de infraestructura. Todas estas políticas de intensificación de la agricultura tradicional han hecho aumentar notablemente la producción de cereales en estos países de Asia Meridional. Los que más interés pusieron en ella fueron los deficitarios en arroz: Filipinas, Malasia, Indonesia e India; después lo hicieron Tailandia, Laos y Vietnam. Indonesia ha multiplicado por tres la producción de arroz desde 1965, pasando a ser exportador; con una hectárea de regadío una familia puede vivir en condiciones aceptables. En Tailandia la producción de arroz ha aumentado en un 50% desde 1975 y se ha colocado como primer exportador mundial de arroz y mandioca. En Malasia el regadío se extiende por la costa oriental de la península de Malaca y por las provincias de Sarawak y Sabah, en Borneo. Otro de los países donde más repercusión ha tenido la revolución verde ha sido la India, especialmente en los estados de Gujarat, Uthar Pradesh, Bihar y Punjab, los más ricos de la India; también en Tamil Nadu, en el sur del Decán. En Punjab el 75% de las tierras cultivadas están en regadío, gracias al sistema de embalses del alto Ganges; la electrificación está muy difundida, lo que ha permitido establecer una red de pozos con motobomba; el 80% de los agricultores son propietarios y el cooperativismo está muy arraigado. La ampliación del regadío también se ha producido en el Estado de Mysore y se han mejorado las infraestructuras de regadío de los deltas del Khrisna y Cauvery. Esto ha permitido a la India cubrir la autosuficiencia alimenticia, alimentar a una enorme población en rápido crecimiento y aumentar el regadío hasta 50 millones de hectáreas. También Pakistán ha obtenido grandes resultados con la «revolución verde»: desde los años setenta se han puesto en regadío cuatro millones de hectáreas, se ha doblado la producción de trigo y de algodón, ha aumentado en un 50% la producción de maíz y se ha triplicado la de agrios y azúcar. La «revolución verde» ha exigido una mejora en los aspectos organizativos: para distribuir las semillas, los fertilizantes, los insecticidas y el agua de

200


riego a millones de agricultores; para organizar la recogida y el almacenamiento de la cosecha. La poca eficacia de las agencias oficiales ha hecho que aparezcan redes de comerciantes privados y asociaciones de campesinos; y ha sido necesaria la difusión de la banca moderna, puesto que la modernización de las explotaciones exigía importantes inversiones. Esto ha generado ciertas limitaciones, ya que solo las explotaciones con posibilidades financieras (más de 10 ha) han sido capaces de introducir todas estas mejoras. Cuadro II.6. Aumento de la producción de arroz por hectárea Kg por hectárea 1965

1995

% de aumento (1965-1995)

Indonesia

1.810

4.300

138

Filipinas

1.260

2.780

120

India

1.480

2.620

77


1.640

2.860

74

Vietnam

1.960

3.170

61

Bangladés

1.650

2.680

62

País

Fuente: Cole, 1996, con datos de la FAO.

A pesar de estos resultados relacionados con el aumento de los rendimientos y de las producciones, la «revolución verde» ha tenido muchos detractores que han sostenido que los buenos resultados son más aparentes que reales, debido al alto coste medioambiental que las medidas adoptadas (uso de herbicidas y plaguicidas, embalses, obras de regadío, etc.) han llevado consigo. 4.4.3.

Los frentes pioneros

El aumento de las producciones agrícolas, que se debe fundamentalmente a la intensificación llevada a cabo por la revolución verde, tiene relación también con el aumento de la superficie cultivada en muchos de estos países, sobre todo en los del sureste asiático. La alta presión demográfica en las zonas de viejo poblamiento y la existencia de tierras vírgenes en áreas de bosques impulsaron las roturaciones, abriendo frentes pioneros que fueron

201


favorecidos por los gobiernos y han estado alimentados por corrientes migratorias de campesinos procedentes de las regiones superpobladas. Los más importantes se hallan en Indonesia, Malasia y Vietnam, organizados por el Estado, y en Tailandia, Indonesia y Filipinas, debidos a la colonización espontánea. En Indonesia se ofrecen dos hectáreas de tierra para roturar con vivienda e infraestructura, orientadas a cultivos de autoconsumo en regiones aisladas de Sumatra. En Malasia se ha fomentado en la costa oriental de Malaca, a base de heveas y palmeras de aceite; los colonos son obreros agrícolas bajo una dirección técnica; obtienen altos beneficios y constituyen ya una minoría (10% de las familias agrícolas) relativamente privilegiada. En Vietnam la colonización de las mesetas centrales ha sido impulsada por el Estado desde la unificación en 1975, creando las Nuevas Zonas Económicas (NZE), destinadas a recibir a cientos de miles de colonos, en gran parte militares desmovilizados, que entran en conflicto con las minorías étnicas no vietnamitas (De Koninck y otros, 1996). En una auténtica marcha hacia el oeste, entre 1976 y 1990 las tierras agrícolas en Vietnam han pasado de 4,3 a 6,9 millones de hectáreas. Unida a la intensificación de los métodos de cultivo, esta ampliación de las tierras explica el gran crecimiento de la producción agrícola nacional, que Vietnam sea hoy uno de los tres principales exportadores de arroz y que cada vez aumente más la exportación de café, té, nuez moscada y caucho. Esta colonización implica un cambio de paisajes, con retroceso del bosque y sobreexplotación de las vertientes, con grave deterioro ambiental, aumento de las densidades de población de 30 a 70 habs./ km2 y cambio de la estructura étnica, con aumento de población vietnamita, antes insignificante, sobre todo en las áreas urbanas. La colonización espontánea ha adquirido un notable desarrollo en Filipinas y en Indonesia; pero sobre todo en Tailandia desde los años 60, donde se han instalado un millón de familias roturando 4-5 millones de ha. Se han puesto en cultivo las terrazas media y alta, las colinas y piedemontes del país, siguiendo la progresión de la red de carreteras; la red comercial de los chinos asegura el aprovisionamiento de semillas, abonos, herbicidas, crédito y transporte. El 40% de la cubierta forestal ha desaparecido. La ausencia de carreteras ha hecho que los frentes pioneros no progresen en Myanmar y en Laos, pero es previsible que en un próximo futuro avancen como en los demás países del Sureste Asiático.

202


5.

INDUSTRIALIZACIÓN ESCASA Y DESIGUAL. PROCESOS HISTÓRICOS Y DINÁMICAS RECIENTES

5.1.

Recursos naturales limitados y explotados para el exterior

Salvo algunas excepciones, la potencialidad en energía y recursos minerales de Asia Meridional, tanto del Subcontinente Indio como del Sureste Asiático, es bastante modesta, según las evaluaciones realizadas hasta ahora. Las industrias mineras y energéticas apenas generan el 6% de PNB y solo en Malasia e Indonesia llegan al 10%. A pesar de su inmensa extensión territorial, la India solo ocupa el número 23 entre todos los países por el valor de la producción minera (Chapuis, 1993). 5.1.1.

Variedad de minerales

Quizá sea por la deficiente prospección geológica realizada hasta hoy, pero lo cierto es que en todo el gran espacio de Asia Meridional solo destacan las producciones de hierro, bauxita y, la más significativa, estaño, que representa el 28% del total mundial (Atlas Histórico y Geográfico Universitario, UNED, mapa IX.40). La India parece que posee una de las grandes reservas de hierro (80 millones de t en 2005, 5º productor mundial), además de mica (75% de la producción mundial), magnesita, manganeso y bauxita (11 millones de t). Tanto de manganeso (650 millones de t en 2005, 8º productor mundial y 2ª reserva) como de plomo, zinc y cobre obtiene producciones que destina al consumo propio, dedicando una pequeña parte a la exportación. Pakistán tiene reservas de cobre, manganeso, bauxita y fosfatos, que apenas son explotadas por su difícil accesibilidad. En el Sureste Asiático, entre otras producciones menores, destaca el cobre en Indonesia (3ª producción en 2005 y 3ª reserva), además de la bauxita en Malasia (reservas en Borneo) e Indonesia, donde es explotada por la Aluminiun Company of America, el níquel de Célebes y Molucas, manganeso de Java, cobre y hierro de Filipinas, plomo y zinc en Myanmar. Pero es el estaño, extraído de los depósitos aluviales de casiterita, la única producción significativa. Malasia ha sido durante años el primer productor mundial y uno de los grandes exportadores de estaño, y sigue siendo una de las principales riquezas del

203


país. Se pueden distinguir dos sectores diferenciados desde el punto de vista técnico y financiero: el tradicional, en pequeñas explotaciones de propiedad malaya, en la región de Perak, extraído a base de inyección de agua a presión, y el moderno, con grandes empresas de capital extranjero, extraído mediante dragado en las costas occidentales de Malaca. En 2005 Malasia ha descendido al 8º lugar y el 1º lo ha ocupado Indonesia con los yacimientos de las islas de Bangka, Belitung y Singkep, que son continuación de los yacimientos de Malasia. En Tailandia representa el 8% de las exportaciones, en yacimientos situados al sur del Itsmo de Kra; la mayor parte se envía a Malasia y a Singapur para ser refinado, lo mismo que hace Myanmar. 5.1.2.

Las fuentes de energía

Entre las fuentes de energía destaca, en primer lugar, el carbón, que se encuentra principalmente en algunos yacimientos de la meseta del Decán, sobre todo en la cuenca de Damodar (Estados de Bihar, Bengala y Orissa). Con 426 millones de t en 2005 permite a la India producir el 7% del total mundial (3º productor), y ha constituido la base de su industria siderúrgica. Otros yacimientos menos importantes se sitúan entre Hiderabad y el bajo Godavari. Existen también yacimientos de carbón entre las formaciones geológicas antiguas del norte de Vietnam, en la cuenca de Tonkín, que posibilitó la creación de la industria siderúrgica de Hanoi. También se extrae carbón en Indonesia que, con 150 mill. de t en 2005, es el 8º productor mundial. Las reservas probadas de petróleo se calculan en el 1,5% del total mundial y las de gas en el 4%. La principal producción de petróleo es la de Indonesia que obtiene unos 55 mill. de t en 2005 (70 millones de t en 1990) y que ha sido decisiva en su desarrollo reciente. Las reservas se encuentran en Borneo (litoral oriental), noroeste de Java y Sumatra (cuencas del norte, centro y sur). El pequeño Brunei (en Borneo) basa su economía en el petróleo y tiene abundantes reservas de gas; allí se ha construido una de las mayores plantas de gas licuado del mundo. También en Borneo, en las provincias de Sarawak y Sabak hay yacimientos de petróleo y gas, que son para Malasia importante capítulo de exportación. En Myanmar los yacimientos del centro del país y de la plataforma continental le han hecho exportador de petróleo y gas

204


desde 1977. Con importantes reservas en el valle del Ganges, la India solo explota los yacimientos de petróleo y gas de Assam. Las reservas en el golfo de Bengala podrían convertir también a Bangladés en productor de petróleo y gas; lo mismo que Tailandia, cuyas reservas de petróleo y gas pueden proporcionar el autoabastecimiento en un próximo futuro. Entre los cuatro principales productores de gas natural en Asia Meridional, Indonesia (8º productor mundial), Malasia (11º), India (20º) y Bangladés, extraen en conjunto el 7% de la producción mundial. La gran disponibilidad de agua y las fuertes pendientes existentes proporcionan a todos los países de Asia Meridional una gran potencialidad en energía hidroeléctrica. Su producción ha aumentado notablemente en los últimos años, aunque todavía en cantidades limitadas por la distancia que separa las áreas potencialmente productoras y los centros de consumos y por las escasas inversiones realizadas. Destacan el área del Himalaya, donde Nepal posee el 4% del potencial hidroeléctrico mundial, la vertiente occidental de los Ghates occidentales, Decán meridional, Ceilán y el interior del Sureste Asiático peninsular. 5.2.

Los procesos de industrialización. Modelos y niveles de estructura industrial

El desigual reparto de los escasos recursos naturales y las diversas situaciones de colonialismo, por las que han pasado todos los países del Subcontinente Indio y del Sureste Asiático, explican los fuertes contrastes que existen en el panorama industrial y las grandes diferencias que encontramos entre unos países y otros en el proceso de industrialización. 5.2.1.

Diferente peso del sector industrial

En conjunto el avance de la industrialización en los últimos 40 años ha sido muy importante. La mayoría de los países se está industrializando, aunque el modelo y el ritmo difieren de unos a otros. En la base de estos procesos se halla la mano de obra barata, la llegada de capitales extranjeros, sobre todo a determinados países que han ofrecido facilidades, y el dinamismo de los empresarios locales estimulados por el liberalismo económico. El proceso de modernización de la economía está vivo en todos estos países,

205


pero frente a algunos que han avanzado extraordinariamente, todavía quedan otros en los que apenas se ha iniciado. Excluyendo la minería y la energía, los activos industriales equivalen al 20% del total, variando entre el 10-12% de Bangladés, Myanmar y Camboya, el 20% de Indonesia y el 30% de Malasia. En los extremos de la tabla aparecen Singapur, con el 35% y los Estados himalayos, con menos de 10%. Desde 1960 la evolución ha sido muy positiva, tanto en los porcentajes de población activa como, y sobre todo, en la aportación que la industria hace al PIB: en el año 2005 el sector industrial representa casi la tercera parte en el conjunto de Asia Meridional, existiendo países como Tailandia, Indonesia, Malasia y Vietnam, donde pasa del 40%. En la India representa el 27% y en Singapur, el 35% (fig. II.10).

% del PIB (2005) Del 40 al 50% Del 30 al 40% Del 20 al 30% Menos del 20%

Fig. II.10. Importancia de la industria en los países de Asia Meridional (% del PIB)

206

0

1.000km


Dentro del Tercer Mundo, y sin incluir a los cuatro «dragones» (Corea del Sur, Hong Kong, Taiwan y Singapur), por ser casos especiales, entre los primeros países por el volumen de producción industrial figuran cuatro de Asia Meridional: India, Indonesia, Filipinas y Tailandia; y en lugares destacados se sitúan Malasia, Vietnam y Pakistán; casi insignificante es la producción industrial de Sri Lanka, Bangladés, Myanmar, Laos y Camboya, además de los dos países himalayos. Como todavía se hallan en pleno proceso de modernización, en todos los países coexisten las industrias tradicionales y las modernas, dominando aquellas en los países más atrasados y éstas en los más evolucionados, aunque las manufacturas siguen siendo en todos ellos un sector minoritario, excepto en Singapur (Atlas Histórico y Geográfico Universitario, UNED, mapa IX.40). 5.2.2.

Permanencia de las industrias tradicionales

Las industrias tradicionales están relacionadas con el artesanado que existe en todas partes, aunque el Subcontinente Indio siempre fue más floreciente en esta actividad que el Sureste Asiático. Los colonizadores impusieron severas restricciones a la exportación de estos productos artesanales, impidiendo así el desarrollo hacia una industria moderna en momentos en que hubiera podido tener alguna ventaja, por ejemplo, en la India en el s. XVIII, en la Indochina Francesa en el s. XIX, y en Filipinas a principio del s. XX. Precisamente la India en el s. XVIII era la primera potencia industrial mundial, con una producción masiva y diversificada (Dupuis, 1979). El enorme volumen de población y la estructura de castas favorecían la profesionalización de la artesanía y la transmisión hereditaria de las técnicas de trabajo. Hoy la artesanía, no solo se mantiene en numerosos centros rurales, sino que se ha instalado en las ciudades, de donde sale la mayor parte de los productos artesanales destinados a cubrir las necesidades de artículos corrientes, y es capaz también de exportar algunos productos. Las técnicas siguen siendo primitivas y los rendimientos bajos. La mayor parte de las empresas son de tipo familiar, siendo en el mundo rural una actividad complementaria de la agricultura y en la ciudad un sector que ocupa a una gran cantidad de mano de obra.

207


Así como en la India la producción artesana está ligada a determinadas «jatis», en el Sureste Asiático se organiza en patronatos controlados por la burguesía china, presente en todas las ciudades grandes y medianas de la región. Los principales productos elaborados son los alimenticios, los textiles (lana de Cachemira, algodón a mano, seda, estampados), los trabajos en arcilla, cuero, metal y madera, cerámica, ladrillos, calderas de cobre, cestería, artículos de bambú, muebles, vidrio, cerillas... Su gran desarrollo en Asia Meridional y su actual pervivencia se debe a que en numerosos países es una actividad protegida, por ser una gran fuente de empleo, porque mantiene salarios bajos, es compatible con la estacionalidad del trabajo agrícola, responde al gusto tradicional y, en muchos casos, adopta ya técnicas modernas de elaboración. Sin embargo, el problema reside en que los artesanos se han convertido en asalariados de los comerciantes, que son los que proporcionan la materia prima y comercializan la producción; incluso pueden ser los dueños de los equipos de trabajo. Además, el trabajo artesanal se halla cada vez más en peligro ante la fábrica, que produce de forma más competitiva todo tipo de productos. 5.2.3.

El desigual desarrollo de la industria moderna

El desarrollo de la industria moderna en los países de Asia Meridional se ha llevado a cabo a lo largo de un proceso en el que se pueden diferenciar tres fases: sustitución de importaciones, revalorización de materias primas locales para la exportación y sustitución de exportaciones. La primera consiste en sustituir la importación de productos consumidos en el país por la fabricación local de los mismos mediante la importación de materias primas, favoreciéndose con políticas aduaneras y fiscales. Casi todos los países del Subcontinente Indio y del Sureste Asiático han adoptado y han pasado por esta fase de industrialización. En la segunda fase, la industrialización se basa en elaborar productos casi terminados o terminados a partir de materias primas locales, agrícolas, forestales y mineras; con ello se pretende revalorizar los recursos naturales, consiguiendo una parte del valor añadido mayor que si se exportasen en bruto. También a esta fase han llegado casi todos los países de Asia Meridional, pero las industrias de este tipo son más importantes en aquellos

208


países mejor dotados de recursos naturales, como son la India, Indonesia y Malasia. La tercera fase a la que solo han llegado Singapur y, en menor medida, países emergentes, como Malasia, Tailandia, India, Indonesia y Filipinas, consiste en modificar la estructura de las exportaciones, creando industrias manufactureras con el objetivo de exportar al exterior, reduciendo así el valor relativo de las exportaciones de materias primas. Este tipo de industrialización solo se puede realizar mediante acuerdos con firmas transnacionales que realizan las inversiones y crean las industrias manufactureras, a cambio de grandes beneficios basados en bajos salarios y grandes exenciones fiscales. Como consecuencia de estos procesos, algunos países están formando una base industrial importante, más o menos sólida, pero diversificada. Mientras que unos (Bangladés, Laos, Camboya) siguen en la fase de sustitución de importaciones, otros no han podido llegar todavía al estadio de la sustitución de exportaciones (Pakistán, Sri Lanka, Birmania, Vietnam, Filipinas) y algunos otros están accediendo a él (los llamados «pequeños dragones»: Malasia, Tailandia, Indonesia; quizá también Filipinas y Vietnam); esta última fase solo está consolidada en Singapur, lo mismo que en los otros tres «dragones». Esta evolución explica que el sector industrial moderno adolezca de unas estructuras propias del sector tradicional: atomización y pequeñas unidades productivas (80% de las empresas tienen menos de seis empleados). De las industrias modernas las más extendidas son las que se dedican a la primera transformación de los recursos mineros y a la elaboración de productos agrarios de producción nacional. Sin embargo, en los últimos años las manufacturas están alcanzando un notable desarrollo, sobre todo en la India, Tailandia, Malasia e Indonesia. Destacan, en primer lugar, las industrias transformadoras de productos agrícolas y forestales. Suelen estar próximas a las áreas productoras o en los puertos de exportación: conservas y aceites en India e Indonesia; cigarrillos en Indonesia, Filipinas, Tailandia y Malasia; caucho en Malasia, Indonesia y Tailandia; muebles y cuero en la India; azúcar en la India, Filipinas y Vietnam. Algunas producciones están en manos de empresas multinacionales, como Nestlé o Coca-Cola, y muchos capitales proceden de Holanda, Japón

209


y Oriente Medio. Las exportaciones agroalimentarias adquieren cierta importancia relativa en Tailandia, Sri Lanka, Birmania y Malasia. La industria textil se destina a los mercados internos y a la exportación; entre los grandes productores mundiales figuran Pakistán, India y Bangladés que también son productores de las materias primas, mientras que Singapur, Indonesia y Filipinas importan el algodón de India y de Pakistán y producen tejidos para exportar. En Asia Meridional se produce hoy un tercio de los tejidos de algodón del mundo; Bangladés y Pakistán ostentan casi el monopolio de la industria del yute. En segundo lugar, figuran las industrias transformadoras de productos minerales que son las de mayor tamaño, con instalaciones de más de 1.000 obreros: refinerías de estaño y de petróleo en Malasia e Indonesia; acero en India, Tailandia y Vietnam; y la gran industria química de cemento en India, Pakistán, Tailandia y Filipinas y de fertilizantes en India y Tailandia. En tercer lugar, las industrias manufactureras, de alto valor añadido, que incluyen una gama cada vez más amplia de artículos acabados, desde automóviles y aviones hasta aparatos eléctricos y electrónicos, electrodomésticos, radios, televisores, ordenadores, material de precisión, juguetería, química, textil y farmacéutica; la llamada «industria de componentes», que supone la fabricación parcial de las piezas y el montaje final de los artículos, importando las piezas no fabricadas en el país de montaje. Donde más han proliferado estas industrias de los años sesenta ha sido en los países donde se han creado las zonas francas (EPZ o Export Processing Zones), especialmente en Singapur, Tailandia, Malasia e Indonesia. La mayoría son industrias basadas en el consumo intensivo de mano de obra. Así, pues, la industrialización en Asia Meridional es un proceso complejo y muy activo, cuya evolución y características marcan grandes diferencias entre unos países y otros, no solo por el distinto nivel de producción alcanzado, sino también por el modelo seguido, por las repercusiones territoriales y por su influencia en el desarrollo socioeconómico del país. La industrialización de un gran Estado como la India tiene poco que ver con la de Singapur; y la de los «pequeños dragones» del Sureste Asiático difiere igualmente del tipo de industrias de Pakistán, Bangladés o los Estados himalayos. Por su desarrollo industrial, podemos establecer una gama muy variada de países: en un extremo se situaría un «dragón», Singapur, y un

210


Estado-Continente, la India; en el otro, están los países olvidados de la industria: los Estados himalayos, Bangladés, Sri Lanka, Myanmar, Laos y Camboya; entre unos y otros aparecen los llamados «pequeños dragones», es decir, Indonesia, Malasia y Tailandia, y los aspirantes a «pequeños dragones»: Filipinas y Vietnam. 5.3.

La Unión India: una gran potencia industrial emergente en el Tercer Mundo

El nivel de industrialización alcanzado por la India viene explicado, no solo por la abundancia y variedad de recursos naturales, sino también por la tradición de su producción artesanal, por el volumen de su mercado interno y por la acción de una política industrial impulsada desde la independencia. Hoy, por el volumen de su producción industrial, es uno de los cuatro grandes del Tercer Mundo, junto con China, Brasil y México. Aunque las primeras iniciativas de industrialización modernas se llevan a cabo a finales del s. XIX, no es hasta la Segunda Guerra Mundial y sobre todo después de la independencia, cuando ésta cobra vigor. La India contaba con el alto nivel técnico de su artesanía practicada por «jatis» especializadas y con grandes fortunas acumuladas a lo largo del s. XIX. A ello hay que añadir el gran potencial de materias primas tanto agrícolas (algodón, cacahuete, palma, frutales, etc.) como minerales (hierro, bauxita, manganeso, mica, etc.) y la abundancia de fuentes de energía (carbón, gas y energía hidroeléctrica). Pero ha sido la política industrial surgida desde la independencia la que ha contribuido principalmente a formar un sector industrial de cierta envergadura y bastante diferenciado que en 2005 ocupa el 17% de la población activa y representa el 27% del PIB. A la explotación de materias primas realizada en tiempos de la colonización inglesa, siguió a partir de los años cincuenta la fase de sustitución de importaciones, buscando la creación de un sector industrial autónomo basado en el desarrollo del mercado interior y en la asociación de capitales del Estado, inversiones extranjeras y capital privado indio. A partir del segundo plan quinquenal, iniciado en 1956, la India centró sus esfuerzos en los recursos energéticos (carbón y petróleo), la industria

211


básica (siderurgia y aluminio) y los medios de transporte. La escasez de capitales propios dio motivo a la petición de ayuda exterior que llegó tanto de países occidentales como de la antigua Unión Soviética. Además de los créditos concedidos, la URSS construyó una siderurgia en Madhya Pradesh, colaboró en la explotación del petróleo y contribuyó a la formación de técnicos. El capital británico y alemán fundó las siderurgias de Durgapur y Raulkela. Protegida durante mucho tiempo, la industria india es poco competitiva, por su mediocre calidad, pero es capaz de fabricar casi todos los productos de uso corriente y, junto con China, dispone del material eléctrico nuclear más potente del Tercer Mundo. Todo ello le da un grado muy alto de autosuficiencia en productos industriales. A partir de 1985 la India abandonó el sistema de planificación parcial que había creado un potente sector público, y dio un giro hacia el sistema neoliberal que ha supuesto el fin del nacionalismo económico, la privatización de muchas empresas, una mayor apertura al capital extranjero y el paso a la fase de sustitución de exportaciones, impulsando la exportación de productos manufacturados. El comercio indio representa ya el 18% del PIB, y los productos industriales equivalen al 54% del valor total de las exportaciones. Para importar tecnología informática ha creado empresas mixtas con firmas internacionales y se da el caso de que capitales indios se han invertido ya en países del Sureste Asiático y de África. Actualmente, se está desarrollando un ambicioso programa de modernización basado en las nuevas tecnologías y en la biotecnología, dedicando el 1% del PIB a Investigación y Desarrollo (I+D). En el importante sector industrial de la India figuran, por un lado, las industrias tradicionales, pequeñas en su mayoría pero que proporcionan el 80% de los empleos industriales y, por otro, las industrias modernas. Entre las primeras, cabe citar a la industria textil, la única gran industria a escala mundial: yute en Calcuta y otros centros de Bengala Occidental, con la mitad de la fibra de yute fabricada en el mundo, utilizando materia prima importada de Bangladés; el algodón se elabora principalmente en la región de Bombay (también en Surat, Poona, Ahmedabad y Nagpur), cuya producción es la tercera del mundo, después de EEUU y Rusia. En tejidos de lana la producción india es más secundaria. Igualmente destaca la industria alimentaria, basada en producciones agrarias, como son las conservas, harinas, té, tabaco o aceites.

212


Entre las industrias nuevas figuran, en primer lugar, las de base: cemento con 12 millones de t en 1967, 50 millones en el 2000 y más de 100 en el 2005; aluminio con 90.000 t en 1967, 500.000 en el 2000 y 700.000 en el 2005, cuyo crecimiento está relacionado con el aumento de producción de bauxita y de energía hidroeléctrica; y, entre todas, destaca la siderurgia. La primera fábrica de acero la fundó en 1906 el grupo indio Tata en Jamshedpur, cerca de la cuenca hullera de Damodar y no lejos del hierro de Noamundi, al norte, y del manganeso y hierro de Jada, al Sur. Otras tres siderurgias fueron creadas entre 1956 y 1970 por el Estado con ayuda del capital británico (Durgapur), alemán (Raurkela) y soviético (Bhilaï en Madhya Pradesh). Posteriormente ha surgido alguna otra siderurgia al sur (Andhra Pradesh y Madrás), de tecnología más moderna y productos de mayor calidad que las anteriores. La India se ha convertido así en un país siderúrgico de tipo medio, que dobló la producción de acero entre 1950 y 1967 y pasó de 7 millones de t en este último año a 9 millones en 1975 (España, 11 mill.), a 20 millones en el 2000 y a 38 millones en el 2005 –9º productor mundial– (España 17 millones y 14º productor). El grupo indio Mittal es el mayor grupo siderúrgico del mundo, con 70 mill. de t de acero, producido en catorce países. En segundo lugar, también ha experimentado un gran crecimiento la metalurgia de transformación y las industrias mecánicas: locomotoras en Jamshedpur y Varanasi; vagones y bicicletas en Madrás, automóviles en Bombay, Calcuta y Bangalore (1,5 mill. de vehículos), 12º productor mundial); astilleros en Bombay y Calcuta (13º productor mundial). Igualmente, la industria química, poco desarrollada en los años setenta, ha recibido un notable impulso en los años posteriores: fertilizantes, con producciones masivas a partir de la «revolución verde»; ácido sulfúrico, sosa, neumáticos, refinerías de petróleo y productos farmacéuticos (90% de los medicamentos consumidos). Por último, desde 1985 el Estado está potenciando la industria punta como la informática, la electrónica, las telecomunicaciones y las biotecnologías y productos farmacéuticos. El crecimiento industrial es lento porque no llega todo el capital extranjero que se necesitaría para renovar todo el viejo sistema productivo; pero la India sigue confiando más en su mercado interno que en las exportaciones, por lo que es de suponer que los cambios sigan realizándose a un ritmo no demasiado rápido; no obstante, a partir de

213


1994 se han acelerado las reformas económicas y los inversores extranjeros están cogiendo confianza en un país socialmente complejo, pero que tiene ya una clase media de 300 millones de personas, que crece a un ritmo del 20% anual. Con el desarrollo reciente de la industria india se han configurado tres grandes regiones industriales, a las que se unen otros muchos centros repartidos por todo el país, con mayor densidad en el valle del Ganges (fig. II.11). Dos de ellas tienen un origen más antiguo, la de Bombay y la del Noreste o Bihar-Orissa; la tercera es de formación más reciente, Bangalore-Madrás, en los estados de Andhra Pradesh, Mysore y Kerala, al sur del Decán. En los centros antiguos tiene especial interés el puerto como factor de localización industrial (Bombay y Calcuta), mientras que en los más recientes la existencia de materias primas, energía y masas de población, junto con mano de obra especializada, son los factores de localización determinantes. Entre las tres regiones citadas proporcionan el 90% del empleo industrial de la India. En el noreste, estados de Bengala Occidental, Bihar y Orissa, la región industrial tiene su centro en Calcuta y se extiende por su extenso traspaís. En Calcuta, cuya función portuaria principal ha sido suplantada por la industrial, destacan dos tipos de industrias: la textil, con materia prima local (yute y algodón), y las industrias de consumo, aprovechando el gran mercado y la abundante mano de obra: industrias mecánicas (motores y automóviles), químicas (ácido sulfúrico, sosa, colorante, papel...) y alimentarias (conservas, harinas,...). Al oeste de Calcuta un gran cuadrilátero industrial que engloba las dos grandes cuencas huyeras de Damodar e Hirakud, y donde se han desarrollado las ciudades industriales de Durgapur, Asansol y Bokaro, al Norte, y Hirakud, Raurkela y Jamshedpur, al sur. Destaca especialmente esta última ciudad, el centro siderúrgico más antiguo que ha atraído a industrias mecánicas, químicas y de cemento. En la región de Bombay (estados de Gujarat y Maharasta) tiene especial desarrollo la industria textil basada en el algodón de Gujarat y presente también en ciudades del interior como Poona, Baroda y Ahmedabad; en esta región se fabrican las tres cuartas partes de los tejidos de la India; han cobrado igualmente importancia la industria mecánica (astilleros, automóviles, máquinas útiles...), la petroquímica y las químicas (fertilizantes, ácido sulfúrico y fibras artificiales) y la farmacéutica.

214


Amritsar Nueva Delhi Kanpur Varanasi Gan

Bhopal

Ahmadabad

ges

Al

ra

put

ma

h Bra

Mn

da Narba

Varoda

Fe

Al

Cu

Bombay

Godave

Sholapur

Poona

Calcuta

Mn

Al

Mn

ri

Vishakhaptnam

a Krishn

Fe

Madrás

Bangalore

Maduray Coimbatore 0

Fe

Hierro

Cu Mn

500km

Bauxita

Grandes regiones industriales

Cobre

Petróleo y gas

Región industrial reciente

Manganeso

Carbón

Áreas de difusión industrial

Al

Fig. II.11. Regiones y centros industriales en la India

La región del sur del Decán ha basado su crecimiento en la abundante producción de energía hidroeléctrica y ha desarrollado industrias textiles, químicas, de aluminio y mecánicas (máquinas útiles, automóviles, vagones y bicicletas) y se ha especializado en aeronáutica y electrónica. Junto a Madrás con industrias más tradicionales agroalimentarias, textil y mecánica, destaca Bangalore, especializada en industria electrónica y aeroespacial en los años sesenta y setenta y que hoy es la ciudad india más beneficiada en esta fase

215


actual de reformas, atrayendo a grandes multinacionales y convirtiéndose en un gran centro internacional de la industria informática. La región de Bangalore cuenta con más ingenieros informáticos que el Silicon Valley. Además de estas tres grandes regiones citadas, con una gran densidad de instalaciones y centros industriales, pero relativamente aisladas entre sí, cabe citar los numerosos centros urbanos del Valle del Ganges con industrias tradicionales, de alimentación y textiles, y modernas, de artículos de consumo, maquinaria agrícola y fertilizantes; destacan las ciudades de Kampur, Luknow, Allahabad, Delhi y Amritsar, esta última centro de una nueva región industrial en formación en el Punjab. Más recientemente en los años noventa, se han creado algunos enclaves portuarios con intención de desarrollar las industrias de exportación, básicamente de artículos de precisión eléctricos y electrónicos. La gran transformación que actualmente experimenta la India no se basa en el sector industrial, como ocurre en China, sino en el dinamismo de los servicios (50% del PIB). Es el primer país en subcontratas en el sector informático y bancario; se multiplican los centros de investigación y todas las grandes empresas mundiales se sienten atraídas por la cantidad y calidad de la mano de obra, bien formada y barata. Se estima que en 2010 la industria informática llegará a ser el motor de la economía india. Pero tendrá que hacer frente a la dependencia energética, a la excesiva burocratización y corrupción, a las deficientes infraestructuras de transporte, al gran problema de la pobreza y a la enorme necesidad de empleos demandados por los emigrantes rurales y por los 10 millones de jóvenes que cada año llegan al mercado laboral

5.4.

El desarrollo industrial reciente en el Sureste Asiático: Singapur y los «pequeños dragones», nuevas economías emergentes

Otros países del Asia Meridional han realizado también esfuerzos en la industrialización desde su independencia, siguiendo modelos independientes: mientras que Pakistán ha mantenido una evolución parecida a la de la India, con planificación parcial y economía mixta, Vietnam impulsó un sector industrial con el modelo soviético, Singapur, Tailandia, Malasia y Filipinas siguieron desde el principio el modelo liberal, firmemente dirigido por los gobiernos, e Indonesia, tras un periodo de fuerte dirigismo estatal hasta

216


los 70, ha desarrollado desde entonces su industria, dando juego a la iniciativa privada y abriendo el país a la inversión extranjera, siguiendo el mismo ritmo que Malasia y Tailandia (fig. VIII.10 y Atlas Histórico y Geográfico Universitario, UNED, mapa 40). A partir de principio de los noventa, casi todos se están beneficiando de la globalización de la economía y de las nuevas técnicas de producción industrial que han facilitado la llegada desde el exterior de recursos financieros, sobre todo a los países donde la política industrial ha estimulado la entrada de grandes inversiones, ofreciendo amplias facilidades y ventajas a las firmas transnacionales. Tales son los casos de Singapur y los «pequeños dragones» que adoptaron un modelo de desarrollo industrial muy diferente al de la india, debido a las diferentes características y emplazamiento de estos países. Singapur es uno de los cuatro dragones o tigres asiáticos que han desarrollado su economía y su industria siguiendo el modelo japonés, de donde llegaban los impulsos y las inversiones principales. Como Estado es un caso excepcional en el conjunto geográfico de Asia Meridional, ya que se trata de una pequeña isla que un comerciante inglés compró en 1819 a un sultán Malayo. Su situación geográfica especialmente favorable en el estrecho de Malaca pronto la convirtió en un puerto destacado en las rutas transoceánicas, sobre todo después de la apertura del Canal de Suez. A mediados del siglo XIX, Singapur funcionaba como un gran almacén y puerto franco, donde se instalaron numerosos comerciantes chinos que hacían de intermediarios entre las áreas de producción agrícola, forestal y mineral y los países occidentales. Se construyó un gran puerto moderno para grandes barcos y en 1930 el 50% de sus exportaciones eran caucho natural, con EEUU como primer cliente. Además, contaba con varias sociedades bancarias, compañías de navegación, grandes productores de caucho y sociedades comerciales que compraron minas y plantaciones en Malasia. Con la descolonización, Singapur formó parte de Malasia, de la que se independizó en 1965, pasando a ser en los años 70 una gran base de operaciones comerciales y financieras de EEUU. El fuerte aflujo de población dio origen a las industrias de consumo que se unieron a las industrias de acondicionamiento y embalaje y a los talleres de reparación de barcos. En 1961 se inicia un programa de industrialización para acoger industrias consumidoras de mano de obra, como la textil y la

217


agroalimentaria, e impulsar la industria petrolera, con refinerías y sus productos, a la vez que se producía una intensa actividad bancaria. En 19661967 se decide pasar de la industrialización por sustitución de importaciones a la industrialización para la exportación, y es en 1979 cuando se lanza a la fase decisiva en la que se pasa de la industrialización intensiva en trabajo a la de alta tecnología como mecánica de precisión, robótica e informática. Sostenido por inversiones extranjeras, el sector secundario ha adquirido en Singapur un peso decisivo, convirtiéndose en el motor del desarrollo económico y el que proporciona un alto nivel de renta per cápita: la industria ocupa en 1999 el 35% de la población activa y proporciona el 36% de PIB y el 86% del valor de las exportaciones. En este desarrollo industrial el Estado tiene un gran papel, sobre todo en la construcción de infraestructuras, como en la de la gran zona industrialportuaria de Jurong, en el suroeste de la isla. En 2005, Singapur fue el segundo puerto mundial en tráfico de contenedores, después de Hong Kong. Hoy el gran puerto necesita espacio y se está impulsando un polígono malayo en el extremo meridional de la península de Malaca (Johore Bahru), derivando hacia él parte de las inversiones que se dirigen a Singapur. Con estos proyectos se trata de deslocalizar las industrias de Singapur, llevándolas a un área próxima, donde se puede aprovechar a la vez la mano de obra barata de Malasia e Indonesia y las ventajas de Singapur en comunicaciones y servicios. A partir de 1986, Singapur está promocionando las actividades terciarias; pretende mundializar las redes bancarias y financieras locales, jugar un papel de intermediario para las multinacionales que quieren introducirse en el mundo chino y pasar de recibir inversiones extranjeras a ser inversor en otros países, como ya ha empezado a hacer sobre todo en Malasia, Tailandia y Vietnam, donde Singapur ha sustituido a la antigua Unión Soviética desde 1992 como primer socio comercial; y en los últimos años, está aumentando también las inversiones en China. La actual competencia china en las manufacturas, por el bajo nivel de los salarios, está haciendo que Singapur se centre en las industrias de mayor valor añadido, como los productos electrónicos, la biotecnología, con productos farmacéuticos, y la ingeniería marítima (primer productor de polataformas petrolíferas). A la vez, ha puesto en marcha un ambicioso plan de desarrollo de las Tecnologías de la Información, con el fin de aumentar

218


el nivel de competitividad en las actividades industriales y terciarias. Se ha dado también un fuerte impulso a las actividades de ocio y turismo (9 millones de visitantes), con el objetivo de convertir a Singapur en el primer polo de turismo regional. A Singapur han seguido en este proceso de industrialización Malasia, Tailandia e Indonesia. Después de la Segunda Guerra Mundial estos países apenas tenían algunas industrias que ocupaban menos del 5% de la población activa. Fue al final de los años 60 cuando el proceso de industrialización adquiere importancia, creciendo al 7% anual en los años setenta y al 10% anual al final de los ochenta. Factores favorables han sido la estabilidad política, la abundancia de mano de obra barata y en su mayoría escolarizada (escaso porcentaje de analfabetos), la existencia de una minoría china muy dinámica y preparada para recibir las inversiones de Japón y de los cuatro dragones, la creación de zonas francas y la liberalización de la economía. Primero fue la industria agroalimentaria (ananás, tomate, langostinos) y la transformación de los productos mineros locales: el estaño en Tailandia, Malasia e Indonesia; el petróleo en Indonesia y Malasia, con refinerías y derivados; bauxita en Indonesia con producción de aluminio; caucho en Malasia (aquí se han instalado todas las grandes firmas de guantes de caucho y producen más de la mitad del total mundial); también productos de caucho en Indonesia. Poco después aparecieron otros sectores como el textil, confección, calzado, artículos de deporte... y, a continuación, las ramas tecnológicas más avanzadas, como el montaje de automóviles (1 millón automóviles y vehículos comerciales en Tailandia en 2005, 396.000 en Indonesia y 373.000 en Malasia), circuitos electrónicos y eléctricos, aparatos electrodomésticos, relojes, juguetes... La mayor parte de estas industrias se localizan en las Export Processin Zones (EPZ) o puertos francos que importan materias primas y componentes para su procesado y montaje y aprovechan las grandes facilidades aduaneras y la exención de impuestos. La mayoría de las industrias son intensivas en trabajo y sus productos se destinan a la exportación. Son centros importantes Bangkok en Tailandia, Garang y Johore Baru en Malasia y Batam en Indonesia. En los tres países la industria da ocupación a más del 20% de la población activa y proporciona más del 40% del PIB. Los productos industriales

219


representan en 2005 el 74% de las exportaciones de mercancías en Tailandia (5% en 1970), el 80% en Malasia (30 en 1985) y el 54% en Indonesia, donde el gas y el petróleo todavía constituyen un importante capítulo de las exportaciones. Frente a Indonesia, con numerosas dificultades derivadas de los desastres naturales, del terrorismo islámico y de la inestabilidad política, que ha perdido dinamismo por falta de inversiones, Malasia y Tailandia muestran un crecimiento sólido, sostenido por el aumento de la demanda interna, la calidad de las infraestructuras, la estabilidad política y el alto nivel de las exportaciones, el 25% de las cuales se destinan a los países del ASEAN (Asociación de Naciones del Sureste Asiático). 5.5.

Los países de escasa industrialización en Asia Meridional

El resto de los países del Subcontinente Indio y del Sureste Asiático continúan con un sector industrial de mucha menor relevancia. Entre todos ellos destacan, por un lado, Vietnam y Filipinas en el área del Pacifico, que parecen seguir la senda de los «pequeños dragones» y, por otro, Pakistán, con fuerte nacionalismo económico, pero que, al igual que la India ha creado un sector industrial variado con una fuerte intervención del Estado. La población activa en la industria llega al 15% en Vietnam, Filipinas y Pakistán, pero se reduce al 10-12% en otros países, como Bangladés, Myanmar, Laos y Camboya. El retraso que registran estos países en cuanto a su industrialización se debe a carencias de recursos naturales, a la estrechez del mercado interior por la escasa población y su extrema pobreza, al nacionalismo económico que algunos países han practicado, al aislamiento por razones físicas (Estados himalayos y Laos) o políticas (Birmania) o a los conflictos internos y la inseguridad, como ha ocurrido en Vietnam, Camboya, Laos, Birmania o Sri Lanka. No obstante, en algunos países se han llevado a cabo diversos esfuerzos para industrializarse, siguiendo modelos diferentes. Muchos de los centros industriales recientes creados en Filipinas, Bangladés o Sri Lanka tienen el carácter de industria denominada maquiladora; son industrias de otro país instaladas para aprovechar las ventajas de la mano de obra barata y se parece mucho a una concesión extranjera, a un enclave, que deja en el país, donde está la industria, los

220


salarios y los beneficios de uso de los servicios y energía. El impulso industrial que se detecta en muchos de estos países, desde los años ochenta, se debe a las inversiones de Japón y de los «dragones» que están canalizando gran parte de sus inversiones hacia aquellos países que más facilidades ofrecen; tal es el caso de Vietnam, Filipinas, Sri Lanka y Bangladés. Mientras que Vietnam del Norte impulsó su industrialización con el modelo soviético, todavía hoy en transición, y Filipinas siguió desde es principio el modelo liberal, Pakistán, Sri Lanka y Bangladés han pasado por etapas de economía socializante de fuerte dirigismo estatal, para desembocar en los años ochenta en la liberalización económica, dando juego a la iniciativa privada y abriendo el país a la inversión extranjera. A partir de los años noventa, todos estos países se están beneficiando de la globalización de la economía y de las nuevas técnicas de producción industrial, que han facilitado la llegada desde el exterior de recursos financieros, sobre todo en los países donde ha sido estimulada por los gobiernos con facilidades y ventajas a las firmas transnacionales, aunque la falta de estabilidad política y social ha constituido en casi todos ellos un freno importante. Se han formado así varios sectores industriales relevantes en algunos de estos países, en su mayoría perteneciente a capital extranjero, que se han dedicado a la transformación de materias primas locales y a la fabricación de manufacturas destinadas a la exportación. Los productos agroalimentarios adquieren cierta importancia en Sri Lanka, Filipinas, Vietnam y Birmania, mientras que los textiles han alcanzado un excepcional desarrollo en Bangladés (1/3 del valor añadido industrial), Pakistán y Sri Lanka. Desde los años setenta la industria textil ha experimentado un crecimiento del 40% en Bangladés y del 100% en Pakistán; estos dos países junto con la India detentan el monopolio industrial de la industria del yute. Siguen los pasos de los «pequeños dragones» Filipinas y Vietnam. En Filipinas la industria proporciona ya el 32% del PIB, más que la agricultura. Junto a las ramas más tradicionales (agroalimentaria, textil y de cemento), empieza a destacar la electrónica (12% de la producción mundial de semiconductores, la farmacéutica, el montaje de automóviles (450.000 vehículos en 2005) y fabricación de piezas de recambio, debido a que las empresas internacionales aprecian la mano de obra cualificada.

221


Como centros industriales destacan Manila, Batangas e Iligán (Mindanao). La inestabilidad política, la guerrilla musulmana y los cambios continuos de orientación económica no favorecen la llegada de inversiones extranjeras, lo que explica que, después de un rápido crecimiento de la industria en los años ochenta (12% anual), se haya sufrido una paralización en los noventa. La producción industrial, incrementada en los últimos años, se localiza en zonas francas, bastante desconectadas del resto del país; los problemas de pobreza siguen siendo importantes, sobre todo en el mundo rural, donde el 70% de los campesinos no poseen tierras, lo que explica el gran volumen de emigrantes al exterior (8 millones), cuyas transferencias suponen el 12% del PIB. En Vietnam, a partir de los años noventa se ha abierto un proceso de cambio que implica liberalización económica, privatizaciones y apertura al exterior. Todavía pesa un fuerte sector estatal en crisis que fue creado en el norte durante los años de economía centralizada; se trata de siderurgia, metalurgia, química y bienes de equipo, instaladas en los centros industriales de Hanoi y Haiphong. La posición de Vietnam en el Sureste Asiático, un mercado de casi 100 millones de personas, la calidad de la mano de obra y las reservas importantes de petróleo y gas hacen de Vietnam un «dragón» en potencia, donde están llegando importantes inversiones sobre todo de Japón, Francia, Australia y Singapur, gracias a la apertura de la economía. Junto a la industria agroalimentaria y textil se desarrolla especialmente la industria farmacéutica, muebles, productos electrónicos e industria de transformación: ocupa el puesto 14º en producción naval, se ha iniciado ya la industria automovilística (25.000 vehículos en 2005) y empieza a ser importante la exportación de artículos de alta tecnología. A los centros ya citados del norte hay que añadir la ciudad de Ho-Chi-Ming (exSaigón), en el sur, que constituye un hervidero de pequeñas industrias, donde se va a instalar una fábrica de microprocesadores Intel. Las exportaciones han aumentado del 29% de PIB en 1993 al 60% en 2003. Vietnam se está beneficiando de un gran volumen de ayuda pública al desarrollo y de importantes trasferencias que envían los 2,5 mill. de vietnamitas que viven fuera del país. Realiza grandes inversiones en turismo (6 mill. de turistas y 5% del PIB), infraestructuras viarias, centrales hidroeléctricas y desarrollo de las regiones rurales. Sin tener las perspectivas de los dos países anteriores, Sri Lanka y Pakistán han creado un sector industrial digno de mencionarse. Sri Lanka podría

222


ser otro de los países con gran futuro en la industrialización si no existiese el problema de la minoría tamil. Fue el primer ejemplo de cambio brusco de orientación económica, pasando en 1977 de una economía planificada que no resolvía los problemas del país a otra economía de mercado. En el campo de la industrialización se han creado zonas francas como la de Colombo, donde la industria ha crecido a buen ritmo, especializándose en la textil y confección, caucho y curtidos, a las que acompañan otras ramas importantes como la agroalimentaria y el montaje de algunos electrodomésticos. Pakistán ha sufrido fuertes cambios de orientación económica desde la independencia, lo que explica, junto con la inquietud que provoca hoy el fuerte movimiento islamita, el escaso peso que tiene la industria. Entre 1958 y 1970 dominó una dictadura militar que, a diferencia de la India, permitió un sector industrial capitalista, basado en industrias de consumo (textiles y agroalimentarias, localizadas en Hyderabad y Lahore, propias de la fase de sustitución de importaciones). El 70% del sector industrial pertenece a un pequeño grupo de familias que no atiende a las ramas de industrias básicas. Entre 1973 y 1977, el gobierno de Ali Bhutto introduce una orientación socializante de la economía, nacionalizando algunas empresas y fomentando la creación de industrias básicas como la siderurgia e industria mecánica de Karachi y Lahore, y las refinerías de petróleo. Con la caía de Ali Bhutto en 1977 y la consiguiente liberalización económica se devuelven las empresas nacionalizadas y se acelera la industrialización, diversificando el tejido industrial en el que dominan las pequeñas industrias y creando dos zonas francas para industrias de exportación en Karachi y Lahore. Inversiones coreanas han transformado algunas empresas textiles y los japoneses ya han iniciado el montaje de automóviles en Karachi (60.000 unidades en 2005), pensando en un mercado de consumo de 80 millones de personas. Sin embargo, la inestable situación política actual constituye un obstáculo importante para el desarrollo industrial de Pakistán, un país que todavía la agricultura emplea el 70% de la población activa. En el resto de los países la industria apenas significa algo en su estructura económica. Hace unos años inexistente (solo industrias artesanales orientadas a producir útiles agrícolas), hoy empieza a aparecer, pero todavía de forma muy tímida: los Estados himalayos (Bután y Nepal), Timor Oriental, Bangladés, Myanmar, Laos y Camboya. La autarquía económica, la planificación autoritaria, las guerras interiores, la falta de iniciativas y de capitales locales y

223


el escaso interés que suscitan para las inversiones extranjeras son los motivos de la ausencia de un sector industrial significativo en estos países. Bangladés, por el volumen de población (158 millones), por la existencia de materia prima (yute, algodón) y por el bajo nivel de los salarios es el único país que posee una industria textil cuantitativamente significativa, junto a la industria del tabaco, cemento y de montaje de automóviles que se ha creado recientemente en el puerto de Chittagong. A la industria del yute se han unido recientemente en la región de Dacca y del puerto de Chittagong numerosas instalaciones modernas de confección pertenecientes a firmas multinacionales y a capitales procedentes de Singapur, Taiwan y la India. Bangladés solo tiene el 12% su población activa en el sector industrial. En Laos, Camboya y Myanmar las nuevas instalaciones localizadas en las capitales de los Estados se dedican al tratamiento de materias primas como la madera, el caucho o el tabaco. Sin embargo, frente a Myanmar, que está gobernada por una junta militar y basa su economía en el tráfico de drogas y en el comercio informal (aunque cuenta con algunos recursos naturales), Laos y Camboya han iniciado una fase de apertura económica, impulsada por la puesta en funcionamiento de la Región del Gran Mekong. A la vez que participan en la construcción de los ejes de comunicación, han incrementado sus intecambios comerciales en el seno del ASEAN. Laos ha reactivado la minería del oro y cobre, construye centrales hidroeléctricas para exportar electricidad a Tailandia y Vietnam, y está desarrollando el turismo, que con un millón de visitantes se ha convertido en la principal fuente de divisas del país. Camboya, como Laos, es uno de los países más pobres de Asia Meridional y basa su economía en la actividad agrícola (más del 75% de población activa agrícola); los productos textiles suponen el 90% del valor de las exportaciones; sin embargo, está impulsando el turismo y se le abren buenas perspectivas con las reservas de petróleo que se han encontrado en sus costas y que podrán explotarse a partir del 2009. 6.

ASIA MERIDIONAL: GRANDES DISPARIDADES EN UN ESPACIO SUBDESARROLLADO

Si por desarrollo entendemos madurez económica, capacidad para general y controlar el propio crecimiento económico y unos niveles de bien-

224


estar relativamente altos y generalizados en la mayor parte de la población, no cabe duda de que Asia Meridional en su conjunto no pertenece al tipo de espacios que denominamos desarrollados. Un laosiano dispone solo de la centésima parte del PIB por habitante de un japonés; en Tailandia, «un pequeño dragón», la renta de un habitante del noreste es la 7ª parte del que vive en Bangkok, ciudad que concentra el 80% de la industria del país. Puede que Singapur, un punto en el inmenso espacio de Asia Meridional, haya traspasado la línea divisoria, atendiendo a los niveles de los indicadores que generalmente se usan. Pero ni en características del territorio, ni en historia, ni en población su caso es extrapolable al resto de los países del Subcontinente Indio y del Sureste Asiático. Y aún así, no se puede decir que su situación en el umbral del desarrollo esté exenta del riesgo que implica un proceso profundamente marcado por la dependencia de decisiones tomadas en otros centros de poder económico. 6.1.

Desarrollo económico marcado por la dependencia y crecimiento del comercio exterior

El punto de inflexión en la evolución histórica de todos estos países fue la colonización. A partir de la conquista y dominio de estos territorios por parte de las potencias coloniales se estableció un esquema de relaciones comerciales que se ha mantenido hasta los años ochenta. Los países del Sureste Asiático destacaron como productores de materias primas: estaño, caucho natural, madera, petróleo, tabaco, azúcar...; los países del subcontinente asiático aportaban sobre todo té, azúcar, algodón y yute. Estas producciones estaban dominadas por firmas extranjeras que eran las propietarias de las minas y de las plantaciones y controlaban la exportación de las producciones que, sin apenas transformación, eran expedidas hacia Europa, EEUU y Japón, donde se convertían en productos de consumo. En contrapartida, todos los productos industriales y de equipo procedían de esos países que importaban las materias primas, estableciéndose así un intercambio desigual en el que salían perjudicados los países de Asia Meridional. El 90% de sus exportaciones eran productos agroalimentarios y materias primas.

225


India

1974

2005

9%

16% 41% 9%

39%

75%

11%

Pakistán 35%

44%

52%

63%

2% 4%

13%

Tailandia

3%

3% 18% 4%

10% 75% 74%

Indonesia

1% 4%

2%

12%

25%

32%

54%

70%

Productos agrícolas

Minerales y metales

Productos manufacturados

Fig. II.12. Estructura del comercio exterior en algunos países de Asia Meridional

226

Otros


Todavía en los años setenta las exportaciones de Tailandia consistían en arroz, caucho, maíz y estaño en un 80%, las de Indonesia en petróleo en un 60%, las de Pakistán, en un 60% eran algodón y productos textiles; en Bangladés el 70% era yute, en Sri Lanka el 61% eran cultivos industriales (té, caucho, aceite de palma). El caso de la India era especialmente grave por el balance extremadamente deficitario de su comercio: sus proyectos de desarrollo exigían la importación de material de equipo (40%) y de productos industriales terminados (25%); además, como otros países del Subcontinente Indio y del Sureste Asiático, necesitaba importar productos alimentarios en grandes cantidades (20-30% del valor de las importaciones) e hidrocarburos que, tras la crisis de los años setenta y consiguiente subida de precios, provocó un gran déficit comercial. A cambio solo podía exportar algunos productos agrícolas como té, fibra de yute y de algodón, junto con café, tabaco y especias, que en total equivalían al 40% de las exportaciones; también vendía al exterior algunos artículos textiles de yute y de algodón; el resto eran materias primas como manganeso, hierro, bauxita y carbón (fig. II.12). A partir de los años setenta y durante los ochenta, se produce el proceso de industrialización acelerada del que ya hemos hablado y que se debió a las implantaciones industriales procedentes de Japón, primero, y de Hong Kong, Taiwan y Singapur, después, que desviaron hacia puntos muy concretos de Tailandia, Malasia, Indonesia y Filipinas parte de sus industrias intensivas en mano de obra. La estrategia de estos países del Sureste Asiático fue facilitar e impulsar la creación de industrias no solo para cubrir las necesidades internas sino, sobre todo, para producir artículos baratos para la exportación. Pero la mayoría de las empresas no eran más que instalaciones de multinacionales japonesas, norteamericanas y europeas que aprovecharon las ventajas fiscales y de mano de obra barata que les ofrecían estos países, sin abandonar la propiedad de las instalaciones y el control total de la tecnología. Así pues, el comercio exterior de muchos de estos países se ha incrementado notablemente en las últimas dos décadas, ya que la mayor parte de los artículos industriales se produce con materia prima importada. Si a ello añadimos que la revolución verde ha hecho autosuficientes en productos alimenticios a la mayor parte de estos países, podemos comprender los cambios que se han producido en la estructura de su comercio. Los princi-

227


pales hechos que se pueden observar son el aumento importante del comercio exterior, la reducción de importaciones de productos alimentarios y el aumento significativo de artículos manufacturados. Pero estos cambios son perceptibles solo en los países citados; en los demás, el comercio exterior sigue caracterizado por una exportación de materias primas agrícolas y una importación de productos energéticos y artículos industriales, principalmente productos de equipamiento industrial y de transporte. Malasia ha pasado en siglo y medio del ciclo del estaño al de hevea y al de los hidrocarburos; pero, ante el descenso del valor de las materias primas, a principios de los ochenta reaccionó con una industrialización masiva que ha colocado en el primer puesto en el valor de las exportaciones a las máquinas y los componentes eléctricos y electrónicos, después del petróleo, del estaño y del caucho. En Indonesia todavía los hidrocarburos figuran en el primer lugar de las exportaciones, pero en los últimos años el valor ha descendido del 60% al 25% del total, debido a las nuevas exportaciones de artículos manufacturados, como calzado y textiles. Cuadro II.7. Estructura de las exportaciones Exportaciones (% del valor total) Países

Productos agrícolas

Productos manufacturados

1974

2005

1974

2005

Unión India

38

16

49

75

Pakistán

43

35

52

63

Tailandia

74

18

13

75

Indonesia

24

12

18

54

Fuente: El Estado del Mundo, 1998 y 2007.

La originalidad de Tailandia radica en que se mantiene como primer exportador mundial de arroz, pero ha diversificado su economía cobrando una gran importancia en sus exportaciones las producciones industriales (electrónica, zapatos, textiles, etc.) y dando un gran impulso al turismo (primer destino entre los países en desarrollo) que se ha convertido en una gran fuente de divisas. En estos países, a la vez que se ha dado un descenso en las importaciones de alimentos y de manufacturas, se ha producido un notable aumento de las materias primas.

228


En todos los casos, salvo en Singapur, la mayor parte de estas transformaciones están ligadas a operaciones realizadas por firmas transnacionales que operan en los países con gran libertad y bastante impunidad; lo que les confiere un alto grado de fragilidad y un carácter de provisionalidad, derivados de la dependencia a la que está sometido este peculiar proceso de desarrollo. EEUU, en primer lugar, Japón y los países europeos son los que ejercen un mayor protagonismo en estas relaciones de dependencia, en las que no solo figura el déficit de la balanza comercial, sino también una deuda externa que ha crecido notablemente en las últimas dos décadas, aunque no son países gravemente endeudados, porque mantienen un alto grado de autofinanciación y han evitado lanzarse a grandes proyectos industriales. Por el contrario, las relaciones comerciales entre los países que componen el Asia Meridional, así como su integración económica han sido muy débiles, hasta hoy. La única asociación que funciona desde hace años es la ASEAN o Asociación de Naciones del Sureste Asiático. Fue fundada en 1967 por razones geopolíticas e impulsada por EEUU por temor al avance de la influencia comunista en la península de Indochina; estuvo integrada por Singapur, Tailandia, Malasia y Filipinas. En 1987 esta asociación fue orientada hacia fines económicos, potenciando la cooperación de carácter industrial. En 2005, además de los países citados, forman parte también del ASEAN Brunei, Indonesia, Vietnam , Laos, Myanmar y Camboya, completando así un área de libre cambio que ocupa todo el Sureste Asiático peninsular e insular. Este conjunto está fortaleciendo sus relaciones comerciales con Japón, Australia, China y los «cuatro dragones», de donde recibe inversiones y tecnología, a la vez que han acelerado el proceso de integración con el objetivo de crear la Comunidad Económica del Sureste Asiático en 2020. En el seno de esta asociación está funcionando desde 1994 la Región del Gran Mekong, con el fin de acelerar la cooperación y la integración regional de los países ribereños. Grandes proyectos de infraestructuras, con la construcción de cuatro corredores de circulación (dos norte-sur y dos este-oeste), se unen al fomento de la cooperación en campos como transporte, energía, comercio, turismo, medio ambiente y recursos humanos. Esto ha generado numerosos proyectos en común, ha incrementado los intercambios internos y ha abierto a una importante cooperación con China.

229


También la India ha iniciado contactos con los países de su entorno para llevar a cabo algún tipo de asociación económica. Así nació en 1985 la SAARC o Asociación de Asia del Sur para la Cooperación Regional que desde 1997 integra ya a todo el Subcontinente Indio: India, Pakistán, Bután, Nepal, Bangladés, Sri Lanka y Maldivas. Está previsto que en un próximo futuro funcione como zona de libre cambio, donde se intensificarán las relaciones comerciales y los proyectos de cooperación económica. Sin lugar a dudas, estas perspectivas obligarán a mejorar las redes de transporte que son una condición necesaria para una mayor y mejor integración regional.

6.2.

Deficiencias en las redes de transporte y falta de articulación interna

Las condiciones de economía colonial, basadas en unas relaciones comerciales con países de fuera del área, explican en parte las grandes deficiencias que sufren las redes de transporte y, como consecuencia de ello, la falta de articulación interna que se observa, más en el Sureste Asiático y menos en el Subcontinente Indio. La falta de recursos financieros, las dificultades derivadas de la difícil orografía, el carácter insular de algunos Estados y el reciente desarrollo basado en producir para la exportación, son algunos de los otros muchos factores que intervienen en la explicación de unas carencias que afectan a la articulación territorial de las distintas regiones de Asia Meridional. Estas carencias forman parte, como elemento fundamental, de la situación de subdesarrollo de este conjunto espacial, aunque en este como en otros aspectos las diferencias entre Estados y regiones pueden ser bastante notables. Así, por ejemplo, mientras que en la mayor parte de los países las redes de transporte no existen o son elementales, éstas han adquirido un mínimo desarrollo en Filipinas, Sri Lanka y Tailandia. Entre todos destaca la India, donde los ingleses dejaron una infraestructura ferroviaria y de carreteras que sigue siendo una de las mejores de Asia, gracias también a los programas de ampliación llevados a cabo en los planes quinquenales. Así pues, la densidad de la red ferroviaria y de carreteras así como el parque automovilístico es en la India muy superior a la media de Asia Meridional. En 1948, año de la independencia, la India tenía 48.000 km de líneas fé-

230


rreas; en 1979 había llegado a 60.775 km, longitud que apenas se ha incrementado en los años siguientes: en 2005 hay 70.000 km, de los que sólo 17.000 están electrificados. A pesar de la posición destacada de la India en cuanto a los índices de desarrollo de la red de ferrocarriles, en la actualidad su eficacia es bastante limitada por lo obsoleto del material que utiliza, la reducida velocidad y la gran polarización que acusa el trazado. Éste se basa en media docena de grandes líneas que tienen su punto de arranque y destino en los tres principales puertos: Bombay, Calcuta y Madrás, complementados con un polo que es Nueva Delhi, y unos nudos de conexión en el interior como Nagpur, Hyderabad y Bangalore. Esta polarización hace que más del 50% de la red se encuentre en la llanura indogangética y que el 80% de la carga la soporte el 25% de la red, cuyos itinerarios principales son los siguientes: Calcuta-Delhi, Bombay-Calcuta, Bombay-Madrás, Madrás-Calcuta, Delhi-Bombay y Delhi-Madrás, con un total de 10.000 km de vía férrea. Mucho más deficitaria es la red de carreteras que apenas llega a la mitad de los pueblos de la India, por ello, la red ferroviaria concentra el 82% del tráfico total de mercancías y el 70% del de viajeros. El escaso desarrollo del transporte por carretera hace del ferrocarril el protagonista de los transportes en los grandes países del Subcontinente Indio. En el Sureste Asiático, hasta los años 60, la economía era todavía más agrícola que en el Subcontinente Indio. El predominio de la agricultura tradicional, semiautárquica, en la mayor parte del territorio, era la regla general y, por lo tanto, pocas eran las vías de transporte construidas hasta entonces; además el relieve, con una serie de montañas y altas mesetas en el interior peninsular, obstaculizaba tremendamente el trazado de una red ferroviaria que, por otro lado, no encontraba razones de orden económico para su construcción. Así pues, los colonizadores se limitaron a construir unas líneas de penetración que arrancaban de los puertos de exportación y llegaban a alguna otra ciudad del interior a lo largo de los valles fluviales. En el año 2005, la red ferroviaria se reduce a 6.400 km en Indonesia, 4.000 km en Tailandia, 3.000 km en Vietnam, 4.700 km en Myanmar. Todas las existentes se limitan a ser trazados lineales con escasa o nula capacidad de interrelacionar regiones o países. Es probable que la integración de los países del Sureste Asiático en el marco de la ASEAN, si se concreta en pro-

231


yectos de cooperación interestatal y de desarrollo regional, tenga como uno de sus objetivos principales la construcción de una red de transportes eficaz que ayude a incrementar las relaciones interregionales. Lo mismo hay que decir con la SAARC en el Subcontinente Indio. También es probable que la red de transportes vaya mejorando conforme vaya consolidándose y difundiéndose el fenómeno del turismo, que hoy tiene ya cierta relevancia económica en Tailandia y en la misma India. La herencia de culturas milenarias, la grandiosidad y variedad de paisajes naturales y el exotismo de la vida diaria ejercen una gran atracción sobre el turismo occidental, que hoy todavía apenas tiene otros destinos que no sean las grandes ciudades y los más importantes centros culturales. El aumento notable de turistas en los años noventa en otros puntos de interés situados en el interior de países, como India, Tailandia, Malasia, Laos, Camboya o Indonesia, se ha convertido en un importante factor de desarrollo de la red de carreteras. En 2005 están en marcha dos ambiciosos planes de construcción de carreteras; uno en la India, que tiene como objetivo conectar todos los pueblos con su capital administrativa; otro en la península de Indochina, con una malla de cuatro grandes corredores, dos con trazado norte-sur y otros dos con trazado este-oeste.

6.3.

La explosión del crecimiento urbano

En comparación con los países desarrollados y con algunos otros del Tercer Mundo, la tasa de urbanización de Asia Meridional es todavía muy baja: 17% en 1960 y 30% en el 2000 (28% en el en el Subcontinente Indio y 35% en el Sureste Asiático), cuando la media mundial es del 47%. Aunque existan ya numerosas ciudades millonarias, con un crecimiento anual muy fuerte, todavía es en términos relativos una de las regiones menos urbanizadas del mundo. Esto significa que nos encontramos entre sociedades rurales, cuyo proceso de urbanización no se ha acelerado hasta fechas muy recientes. Sin embargo, dado el volumen de población que vive en las ciudades y el ritmo de crecimiento que hoy registra, la explosión urbana es uno de los grandes problemas que actualmente presentan estos países.

232


Cuadro II.8. Proceso de urbanización en Asia Meridional (1960-2015) Índice de urbanización (%) 1960

2005 %

Millones

2015*

Tasa de crecimiento de la pobl. urbana (2000-2005)

Unión India

18

29

320,0

36

2,2

Pakistán

22

35

55,3

47

3,4

Bangladés

5

24

34,0

31

3,4

Sri Lanka

18

21

4,4

32

0,8

Nepal

3

16

4,3

18

5,0

Bután

2

9

0,2

12

6,0

418,2

—

—

Subcontinente Indio

17

28,8

Myanmar (exBirm.)

19

30

15,2

37

2,8

Tailandia

13

32

20,6

39

1,7

Camboya

10

19

2,7

33

5,0

8

21

1,2

33

4,5

27

64

16,3

66

2,9

Singapur

100

100

4,7

100

1,3

Vietnam

15

26

21,9

28

2,8

Indonesia

15

47

104,7

52

3,9

Brunei

44

77

0,3

79

3,0

Filipinas

30

62

51,4

68

3,1

Timor Oriental

—

8

0,1

—

—

Sureste Asiático

17

35

239,2

—

—

Asia Meridional

17

30

657,4

—

—

Laos Malasia

Mundo

48

55

Fuente: PNUD: Informe sobre Desarrollo Humano, 2001. Atlaséco, 2007 y elaboración propia * Previsiones de la ONU

En el año 2000, en el Subcontinente Indio vivían en ciudades unos 370 millones de personas; y en el Sureste Asiático otros 180 millones; en total, 544. En 2005, los habitantes de las ciudades de Asia Meridional han aumentado a 657 millones (cuadro II.8). En 1991, en las 31 ciudades millonarias

233


vivían unos 150 millones de personas y este volumen no deja de crecer: en 2007 se contabilizan 71 ciudades millonarias y el número total de habitantes supera los 220 millones. Entre las 20 mayores aglomeraciones urbanas del mundo en 1960 y 1970 solo figuraban Calcuta y Bombay; además, estaban situadas en posiciones muy retrasadas (cuadro II.9). En 1985, en este grupo entraba también Yakarta, y en el año 2003 ya aparecen siete de Asia Meridional; todas tienen más de 10 millones de habitantes y las tres indias (Bombay, Nueva Delhi y Calcuta) estaban entre las 10 primeras, todas ellas con más de 13 millones de habitantes, siendo las otras cuatro Yakarta, Dacca Karachi y Manila. En 2007, las mismas siguen estando entre las veinte más grandes del mundo y todas han aumentado su población en varios millones de habitantes. Cuadro II.9. Ciudades de Asia meridional entre las 20 mayores del mundo 1960

1985

2003

2007

Mill. de Nº Mill. de Nº Mill. de Nº Mill. de Nº Ciudad habs. orden Ciudad habs. orden Ciudad habs. orden Ciudad habs. orden 12

Calcuta

6,3

5

Calcuta

11,9

5 Bombay

17,4

2

Bombay

22,6

15

Bombay

4,7

10

Bombay

10,1

6

N.Delhi

14,1

3

N.Delhi

20,9

19

Yakarta

7,9

7

Calcuta

13,8

7

Dacca

17,9

10

Yakarta

12,3

8

Yakarta

17,5

12

Dacca

11,6

10

Calcuta

16,8

15

Karachi

11,1

11

Karachi

16,2

19

Manila

10,4

16

Manila

12,6

Fuente: Elaboración propia con datos de ONU

6.3.1.

Las ciudades en el Subcontinente Indio

En la formación de la trama urbana actual han intervenido las altas densidades rurales tradicionales, la colonización europea, la industrialización posterior a la independencia y la reciente apertura de estos países a la economía mundial. La herencia del pasado ha sido mayor en el Subcontinente Indio que en el Sureste Asiático; las grandes densidades alcanzadas en grandes extensiones de las llanuras indogangéticas y en las llanuras y mesetas del Sur del Decán dieron lugar a la aparición de centros comerciales y de

234


servicios en un esquema similar al de la trama de los lugares centrales; es decir, la trama más densa de núcleos urbanos se correspondía con las áreas de mayor densidad de población y, por lo tanto, con las regiones de mayor productividad agrícola, las de arrozales inundados, y funcionaban como centros de servicios a la población rural. Esta trama originaria, fortalecida por la presencia de un importante artesanado, de la que formaban parte algunas capitales principescas y centros religiosos (Lahore, Amritsar, Bhopal, Venarés, Madurai, Hyderabad indio), se vio modificada con el desarrollo de los centros administrativos, centros mineros y establecimientos costeros de la etapa colonial. Surgieron así nuevas ciudades que destacaron sobre la trama originaria y se convirtieron en los polos principales de la jerarquía urbana: Calcuta, Bombay, Nueva Delhi, Karachi, Madrás, Dacca, Colombo, Jamshedpur, Nagpur,... La independencia no hizo más que fortalecer estos centros principales convertidos en capitales de los nuevos estados o en el caso de Calcuta, Bombay y Madrás, en centros de intercambio y base de las comunicaciones. La política de desarrollo de los años cincuenta y sesenta hicieron además de estas ciudades los grandes centros industriales del Subcontinente Indio, en muchos casos (Calcuta, Bombay y Madrás) cabeceras de importantes regiones industriales. Así pues, la industrialización fue el motor del crecimiento de las ciudades, provocando a la vez una fuerte corriente inmigratoria. Entre el año 1950 y 1960, el crecimiento anual de Bombay fue del 3,3%, de Nueva Delhi de 4,3% y de Calcuta de 5,2%. En la década de los ochenta y noventa se han registrado crecimientos superiores al 7% anual. Las de mayor crecimiento están asociadas a las funciones políticas (capitales de estado), a puertos, en los que se implantan las principales industrias, y a los centros de comunicaciones (Rawalpindi, Bangalore). En el caso de la India, la política de planificación llevada a cabo entre los años cincuenta y ochenta, creando un importante sector industrial público, fue determinante en la localización industrial que favoreció el crecimiento de determinadas ciudades, como Jamshedpur, Ahmedabad y Poona. Es especialmente importante el caso de Nueva Delhi y las numerosas ciudades del Punjab (Amritsar, Ludhiana,...) que, junto con las ciudades del Punjab pakistaní (Lahore, Islamabad-Rawalpindi, Faisalabad) han hecho de esta región un área altamente urbanizada.

235


Gran número de ciudades aparece también en la región del noreste, donde Calcuta destaca como el primer puerto (40% de las exportaciones y 25% de las importaciones) y centro industrial de la India, y también como capital mundial de la miseria. Otras ciudades se sitúan en la región industrial del valle de Damodar, como Jamsedpur, Durgapur, Asansol, etc. En el sur de la península, además de Madrás, destacan Coimbatore, Mysore y sobre todo Bangalore donde, como en otras ciudades –Chandigard, Coimbatore o Bawal (Haryana)– se están instalando las nuevas industrias con capital extranjero y experimentan una gran expansión. Bangalore se ha convertido en centro de las multinacionales de la informática y de numerosas empresas indias del alta tecnología, siendo ya el centro de un Silicon Valley, cuya población ha pasado de 1,7 mill. de habs. en 1970 a 2,9 mill. en 1991 y a 5,6 mill. en el 2007 (Atlas Histórico y Geográfico Universitario, UNED, mapa IX.41). 6.3.2.

Las ciudades en el Sureste Asiático

En el Sureste Asiático la trama de fondo agrícola apenas existía. Las regiones de altas densidades humanas de las llanuras arroceras solo dieron origen a ciudades de poder, residencia de los príncipes y monarcas que, además, ejercían la función comercial, artesanal y de fortaleza. Pero estas ciudades desaparecían, o se hundían, cuando una nueva dinastía trasladaba su residencia a otro lugar. Tal fue el caso de Pagam en Birmania, Sukhotahi en Tailandia o Angkor en Camboya; y lo mismo hubiese ocurrido con Bangkok, si la colonización no le hubiese dotado de nuevas funciones, fomentando la llegada de población no indígena. Así pues, la mayoría de las grandes ciudades del Sureste Asiático fueron fundadas por los europeos, como centros mineros o de plantaciones, o como puertos de exportación-importación. Sólo algunas, como la citada Bangkok en Tailandia, Hanoi y Hué en Vietnam y Jogyakarta y Surakarta en Java ,son de fundación anterior. La falta de tradición urbana explica también que, en un primer momento, las ciudades creciesen con población no indígena, concretamente con europeos y chinos que llegaron para atender a los intereses europeos y terminaron por dominar el sector comercial e industrial. La mayoría de los europeos abandonaron las ciudades tras la independencia de estos países, pero los chinos siguen representando un alto porcentaje

236


de población residente en las grandes ciudades: es el caso de Bangkok, Kuala Lumpur, Phom Penh, Ho Chi Minh, Yakarta y sobre todo Singapur, donde el 77% de su población es china. Entre las ciudades fundadas por los europeos, las más antiguas son Manila (1571) y Batavia (1619), convertida después en Yakarta. Rangún (1852) y Saigón (1859), hoy Ho Chi Ming, se convirtieron en ciudades coloniales, absorbiendo a antiguos centros dinásticos, y Singapur surge a finales del s. XIX en una isla despoblada como centro portuario y comercial. En el Sureste Asiático, más todavía que en el Subcontinente Indio, las ciudades no portuarias han quedado relegadas a un segundo puesto y todas las grandes ciudades tienen un emplazamiento costero que ha sido el principal factor de la localización industrial. Las funciones portuaria, industrial, de capitalidad política y de centro de servicios son las que han dado origen a las grandes aglomeraciones, cuyo crecimiento se ha disparado en las últimas dos décadas: Yakarta, Manila, Bangkok, Ho Chi Minh y Rangún. Junto a ellas algunas otras ciudades de origen minero o con función industrial han alcanzado un volumen de población mucho más modesto: Ipop y Johor Baham en Malasia, Medan y Padang en Sumatra, Bandung y Surabaya en Java, Hanoi y Haiphon en Vietnam, Cebú y Davao en Filipinas. La combinación de todos estos factores explica que ni en el Subcontinente Indio ni en el Sureste Asiático haya arraigado el fenómeno de la macrocefalia, tan extendido en otros espacios subdesarrollados. Solo en Camboya, la capital del país, Pnonh Penh (1,8 mill. de habs. en 2007), absorbe más del 60% de la población urbana total, sin que aparezca ninguna otra ciudad que llegue a los 200.000. En Myanmar, Rangún (hoy Yangoon) llega al 31%, pero comparte la función rectora con Mandalay, capital de la región septentrional. Malasia tiene además de Kuala Lumpur, las ciudades de Ipop, George Town (Penang) y Johore Bahru. En Indonesia a pesar, del enorme crecimiento de Yakarta, hay otras numerosas ciudades que se reparten por las dos islas más pobladas: en Java, Bandung, Surabaya y Semarang; en Sumatra, Medam, Padang y Palenbang. En Vietnam, Hanoi y Haiphon, además de Ho Chi Minh (exSaigón); en Filipinas, la gran aglomeración de Manila, que engloba ya a otras ciudades de su entorno próximo como Quezon City, está localizada en Luzón, mientras que en otras islas se sitúan las ciudades de Davao y Zamboanga (Mindanao) y Cebú (Cebú). En general, las ciudades funcionan como en-

237

S

S

Río

Puerto

Distritos comerciales

Puertos

S Suburbios

Industria

Costa Playa Industria Industria

S

Zona residencial de clases altas Viejo centro Comercial Zona residencial de rentas bajas S

S

S

S

S

S

l

S

S S

Distrito Zona Comercial de Central élites

rri ca rro

S

S

Nuevas zonas residenciales para clases acomodadas

Fe S

ra ete rr Ca

238

La estructura interna de la ciudad 6.3.3.

Pue rto


tes autónomos en sus áreas de influencia y en raros casos existe una verdadera integración y jerarquización de la red urbana. Solo Singapur está tejiendo, con sus intereses financieros en el Sureste Asiático, una incipiente red de relaciones entre los grandes centros urbanos.

En la estructura urbana de las ciudades de Asia Meridional domina un esquema bastante común. Se relaciona con el carácter de ciudades portuarias y coloniales, que han pasado las mismas etapas de desarrollo urbano y puede encontrarse desde las ciudades costeras de la India hasta las de Filipinas.

Nuevo puerto

Fig. II.13. Croquis de estructura urbana

La estructura interna de estas ciudades suele organizarse en torno a un núcleo antiguo y monumental, al que se yuxtaponen barrios de estilo occidental con funciones administrativas y comerciales, derivadas del periodo colonial. Otros barrios acogen a la población de rentas altas y bajas, mar-


cándose diferencias también por motivos étnicos y religiosos. La ciudad penetra casi imperceptiblemente en el campo, por medio de arrabales y chabolas, fundiéndose con aldeas rurales para dar lugar a heterogéneas conurbaciones de gran extensión superficial. Todo ello en torno a un puerto que fue el origen de la ciudad y que hoy constituye su elemento fundamental, junto al cual se ha desarrollado la actividad industrial (fig. II.13). La última fase del desarrollo urbano ha dado lugar a nuevos barrios residenciales construidos en entornos de calidad medioambiental, a nuevas áreas industriales localizadas en la periferia, junto al ferrocarril o junto al río, y, en ocasiones, a un nuevo puerto construido a las afueras de la ciudad para descongestionar el viejo puerto. A la vez, en la franja periférica, y junto a las vías de acceso a la ciudad, han surgido extensos barrios irregulares de chabolas, de habitat espontáneo y viviendas autoconstruidas. Este es, por ejemplo, el modelo de Yakarta, con casas típicas holandesas a lo largo de los canales de la antigua Batavia; el antiguo centro administrativo es el barrio de Weltvredem, barrios residenciales europeos como el de Djatinagada; un puerto moderno a 10 km al este de la vieja Batavia y enormes barrios de suburbios en la periferia. Es el mismo modelo que se encuentra en Bangkok, Manila, Calcuta o Bombay. En la India, cuando existe un núcleo originario, este ofrece un plano anárquico, con calles estrechas y altas densidades humanas, donde residen comerciantes y artesanos, y donde han aparecido también talleres de tipo moderno. Este fenómeno de expansión incontrolada es consecuencia de la llegada de millones de personas que han abandonado el mundo rural, buscando en la ciudad un medio de sobrevivir que no encuentran fácilmente. Desde 1950 la población urbana se ha multiplicado por siete y en las ciudades millonarias, donde en 1950 vivían 30 millones de personas hoy viven ya más de 200 millones. La mayor parte se hacina en esos barrios miserables e insolubles que se extienden a lo largo de muchos kilómetros en los bordes de las grandes ciudades. El deseo de escapar de la miseria rural les lleva a una nueva miseria urbana. En Yakarta el 80% de las viviendas son inadecuadas para vivir. Grandes focos de inmigración, las ciudades son un reflejo del conglomerado étnico del país, donde conviven sin mezclarse los chinos con los malayos, tailandeses, camboyanos o vietnamitas. En la India las castas dan origen a fuertes contrastes y divisiones en el interior de las ciudades. La inmigración masiva y el grave deterioro de estas ciudades han desdibujado

239


el esquema apuntado, que hasta hace poco era bastante nítido, afectando a los barrios residenciales más antiguos, de donde han salido las clases más acomodadas para instalarse en nuevas urbanizaciones de gran calidad en zonas periféricas más saludables. Hoy, las grandes ciudades, sobre todo las del Sureste Asiático, siguen todavía apareciendo como enclaves poco integrados en el conjunto de sus Estados. Son centros de negocios, sedes de grandes empresas comerciales y de sociedades financieras extranjeras, que apenas tienen que ver con el resto del territorio. 6.4.

Diferentes situaciones ante el desarrollo en los países de Asia Meridional

Asia Meridional, formada por el Subcontinente Indio y el Sureste Asiático, constituye en su conjunto uno de los grandes espacios subdesarrollados en el que encontramos algunas economías emergentes. Los procesos económicos que están teniendo lugar en este área geográfica han repercutido de manera desigual en los diferentes países; los indicadores de desarrollo han mejorado notablemente, sobre todo en algunos de ellos. El conjunto de países, que en los años cincuenta se situaba entre los más pobres del mundo, muestra hoy una amplia gama de situaciones ante el desarrollo: desde el «dragón» Singapur, el segundo país más rico de Asia (después de Japón), situado en el mismo umbral del desarrollo, y Brunei, con gran riqueza de hidrocarburos, hasta Bután, Timor Oriental, Camboya, Laos o Bangladés, que siguen estando en los lugares más bajos de la lista de países en vía de desarrollo y menos desarrollados. El primer hecho que hay que destacar es que algunos de estos países se han convertido en el transcurso de las últimas dos décadas en economías «semiindustrializadas», transformando notablemente sus estructuras productivas. La denominación de «países emergentes», atribuida a la India y a ciertos países del Sureste Asiático (Tailandia, Malasia, Indonesia, Filipina) hace referencia al fuerte incremento de algunos parámetros económicos que han colocado a estas economías en posiciones avanzadas en el contexto internacional, como si se tratase del surgimiento de nuevas potencias económicas. En realidad, los distintos procesos de industrialización han hecho que el PIB de todos estos países haya aumentado y, con él, la renta per cápita.

240


El modelo de industrialización para la exportación ha hecho a estas economías muy abiertas, aumentando el volumen del comercio exterior y convirtiéndose en centros de fuerte atracción de los capitales extranjeros. Estos cambios económicos afectan a enormes masas de población y se está formando una clase media alta relativamente numerosa (10-15% de la población) que aumenta su nivel de consumo y es motivo de atención de las grandes firmas transnacionales que ven un buen mercado en un futuro inminente: en el Subcontinente Indio se calculan unos 350 millones de personas de esta clase media; en el Sureste Asiático más de 80 millones. Sin embargo, esta situación «emergente» no es la más generalizada entre los países de Asia Meridional: frente al fuerte incremento del comercio interior en los llamados Nuevos Países Industriales (Tailandia, Malasia, Indonesia, India y Pakistán) quedan otros muchos con su fuerte carácter rural y escasamente exportadores. Los indicadores de desarrollo han mejorado notablemente en la mayor parte de los países. El índice de fecundidad se ha reducido. Solo Pakistán, Bután, Nepal, Laos, Camboya y Timor Oriental continúan teniendo más de 4 hijos por mujer, mientras que Sri Lanka, Tailandia y Singapur han reducido ya el índice a menos de 2 (cuadro VIII.2). La mortalidad infantil ha caído desde tasas de 150 por mil en los años sesenta a menos de 80 por mil en los años 2004-2005 (Filipinas 29, Tailandia 20, Vietnam 18, Sri Lanka 11, Malasia 10). La esperanza de vida al nacer ha aumentado de unos 45 años a más de 60; aunque todavía en 2005 quedan países, como Laos y Camboya, con menos de 50 años de esperanza de vida al nacer, ya aparecen otros con más de 70: Sri Lanka, Tailandia, Malasia, Filipinas, Brunei y Singapur. Esta mejora está relacionada con la mayor atención a los sistemas de sanidad y con el aumento del número de médicos (Atlas Histórico y Geográfico Universitario, UNED, mapas VIII.23 y VIII.31). En estos indicadores se refleja el contraste entre aquellos países que han avanzado más en sus transformaciones económicas y aquellos otros que, como Myanmar, Laos, Camboya, Bangladés y los Estados himalayos, continúan con estructuras económicas más estáticas. La disponibilidad de recursos y el convencimiento de que la educación es un factor de desarrollo ha llevado a algunos gobiernos a impulsar la escolarización para erradicar el analfabetismo; esto es particularmente manifiesto en Singapur, Sri Lanka, Tailandia, Malasia, Indonesia y Filipinas, donde la escolarización ha llegado

241


a más del 80% de la población entre 6 y 15 años y el analfabetismo se ha reducido a menos del 20% (en algunos casos casi ha desaparecido), frente a países como Camboya, Laos, Bután, Bangladés y Pakistán, donde la escolarización no llega al 50% de la población infantil y juvenil y el analfabetismo afecta a más de la mitad de la población adulta. Con el Índice de Desarrollo Humano (IDH) puede verse con gran claridad los tres grupos de países que coinciden con las diferentes situaciones ante el desarrollo que se dan en Asia Meridional. A grandes rasgos los IDH coinciden con los diferentes niveles de renta per cápita. Sin embargo, el IDH al incorporar en su elaboración, además de los ingresos económicos, otros aspectos de desarrollo social (escolarización y esperanza de vida), nos da una idea más ajustada a la realidad de estas sociedades. Sólo Singapur y Brunei se encuentran en situación semejante a países desarrollados como España. En los demás las situaciones reflejan carencias muy notables, con grandes bolsas de pobreza que afectan entre la tercera parte y la mitad de la población. Los índices de renta per cápita encierran desigualdades sociales muy fuertes, incluso en los llamados países «emergentes», donde el crecimiento económico solo afecta a una minoría, quedando amplios sectores de la población al margen de sus beneficios. El control del crecimiento demográfico, que ya es apreciable en todos los países, podría favorecer el descenso de la pobreza, que en el año 2005 afecta a unos 600 millones de personas en toda Asia Meridional. Para ello serían necesarios grandes esfuerzos de distribución de la riqueza por parte de los Estados. En India, por ejemplo, segundo gigante demográfico (después de China), 300 millones de personas viven con menos de un dólar al día y más de 600 millones, con menos de dos dólares al día; y en Indonesia, primera economía del Sureste Asiático, los que viven con menos de dos dólares al día equivalen a la mitad de la población, más de 100 millones de personas. Así pues, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), los países que integran el espacio de Asia Meridional presentan las siguientes situaciones ante el desarrollo: a) Mal situados en cuanto a producción de riquezas: Timor Oriental, Bangladés, Nepal, Bután, Laos, Camboya y Myanmar se hallan entre los «países menos desarrollados». b) Mejor situados pero con grandes problemas de pobreza e inestabilidad se encuentran la India, Pakistán, Sri Lanka, Tailandia, Malasia, Filipinas, Vietnam e Indonesia. c) Por último Singapur y Brunei aparecen en el límite del mundo desarrollado.

242


Cuadro II.10. Clasificación de los países de Asia Meridional según niveles de desarrollo Niveles y países

Desarrollo Humano Alto

Índice de Desarrollo Humano Índice 2005

Nº de orden (226 Estados) 1998

2005

PIB per cápita

Dólares 2006

Nº de orden 1999

2006

Singapur

0,922

24

25

27.490

19

24

Brunei

0,894

32

30

23.090

21

31

Mundo: 6.487 Malasia

0,811

61

63

4.960

100

96

Tailandia

0,781

76

78

2.750

121

126

Filipinas

0,771

77

90

1.300

151

156

Sri Lanka

0,743

84

99

1.160

158

162

0,743

—

—

—

—

—

Vietnam

0,733

108

105

620

191

185

Indonesia

0,728

109

107

1.280

167

156

India

0,619

128

128

720

183

177

Laos

0,601

140

130

440

202

199

Camboya

0,598

136

131

380

206

203

Myanmar

0,583

125

132

2.050

144

144

Bután

0,579

142

133

840

175

174

Pakistán

0,551

135

136

690

167

180

Bangladés

0,547

146

140

470

190

195

Nepal

0,534

144

142

270

215

215

Timor Oriental

0,513

139

150

750

—

176

Desarrollo Humano Medio

Índice Medio mundial

Desarrollo Humano Bajo Fuente: (1) PNUD: Informe sobre el Desarrollo Humano, 2006 (2) Banco Mundial: Informe sobre el Desarrollo Mundial, 2007

El cuadro II.10 nos muestra la clasificación de los países según el Índice de Desarrollo Humano; este orden refleja una estrecha relación con el mo-

243


mento en el que se inicia el proceso de industrialización, de tal manera que en Asia Meridional es válida la afirmación de que el desarrollo socioeconómico está íntimamente unido al proceso de industrialización. Así, el país más avanzado en desarrollo humano es Singapur, que inició su impulso inicial con la llegada de los capitales japoneses en los años cincuenta y sesenta; después en los años setenta llegó el turno de Malasia, Tailandia, Filipinas e Indonesia; en los ochenta India, Sri Lanka y Pakistán; después, a finales de los noventa, inició el despegue Vietnam que comenzó una etapa de liberalismo y hoy es uno de los países que avanzan con mejor ritmo, lo que hace que esté a punto de superar el índice medio mundial; después, aparecen países como Laos y Camboya que, salidos recientemente de un periodo de graves conflictos bélicos y con altos índices de pobreza, han iniciado los primeros planes de reconstrucción y muestra ya una notable mejoría entre 1998 y 2005; Myanmar, por el contrario, gobernado por una junta militar y sometido a sanciones económicas internacionales, basa su economía en el tráfico de drogas y en el comercio informal con China y Tailandia y ha registrado en los últimos años un retroceso en el IDH. Por último, en 2005, aparecen los Estados himalayos, Nepal y Bután, aislados y con escasa evolución, el recientemente independizado Timor Oriental y Bangladés, situados entre los países más pobres del mundo, con más del 60% de su población por debajo del nivel de pobreza.

CONCLUSIÓN El Subcontinente Indio y el Sureste Asiático constituyen un espacio geográfico de gran complejidad étnica y cultural. Debido a la temprana conquista de las técnicas de regadío se han conseguido las densidades rurales más altas del mundo. Las colonizaciones europeas introdujeron nuevos elementos culturales y económicos ajenos a la civilización asiática, que potenciaron el desarrollo agrícola y minero orientado a la exportación y fundaron enclaves portuarios que aumentaron su población aceleradamente. Tras la independencia de estos países, acaecida en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, los graves conflictos que surgieron, incluidas guerras entre Estados o guerras civiles, han retrasado notablemente el desarrollo de estas sociedades que hoy mantienen en la mayor parte de los casos, profundos niveles de subdesarrollo con fuertes contrastes en las dinámicas

244


territoriales, que encierran grandes bolsas de pobreza, grandes tensiones sociales y confrontaciones étnicas y culturales. No obstante, la evolución registrada en la última década permite abrigar grandes esperanzas en la mejora de la situación, al menos de una parte de los países de este gran espacio de Asia Meridional: el aumento de los índices de esperanza de vida y de alfabetización, el control de natalidad y el descenso de la mortalidad infantil, el crecimiento de la producción y exportación de artículos industriales, el proceso de terciarización, el aumento general del nivel de vida o el inicio de la cooperación económica interna, así lo reflejan. A esta evolución positiva contribuye de manera importante la existencia de minorías activas en algunos países, el ambiente económico favorable que se ha creado en el área y el consiguiente aumento de las inversiones extranjeras procedentes sobre todo de Japón y de los «dragones», aunque tampoco faltan las inversiones de firmas europeas y estadounidenses y, más recientemente, de China. Países como Tailandia, Malasia, Indonesia, y también India, Vietnam y Filipinas, destacan entre todos por su estructura productiva más diversificada y por el mayor ritmo de crecimiento. Singapur es un caso totalmente excepcional, cuyo modelo de crecimiento es difícilmente exportable a los otros países del Subcontinente Indio o del Sureste Asiático; éstos poco tienen que ver en su estructura territorial y en su economía con esta Ciudad-Estado-Puerto que solo cuenta con algo más de un siglo de existencia. BIBLIOGRAFÍA BRUNEAU, M. y TAILLARD, C. (1995): «Asie du Sud-Est» en BRUNET, R. (Dir.): Géograhie Universelle, Belin/Reclus. CHAPMAN, Gr. y BAKES, K. M. de (1992): The changing Geography of Asia. Ed. Routledge, London, 265 p. CHAPUIS, R. (1993): Les quatre mondes du Tiers Monde. Masson, Paris, 234 p. COURLET, C. (1990): Les industrialisations du Tiers Monde, 1990, Paris, Syros. CURRAN, K. W. (1990): Tiers Monde: évolution et stratégies de développement, 1990, Paris, Eyrolles.

245

GRANDES ESPACIOS GEOGRÁFICOS: SUBDESARROLLO Y PAÍSES EMERGENTES DE

KONINCK, R. (1994): L’Asie du Sud-Est. Masson, Paris.

DE

KONINCK, R., DAC DAN, T., ROCHE, Y., et LUNDQVIST, O. (1996): «Les fronts pionniers du Centre du Viêt-nam: évolution démographique et empreinte toponymique.» Annales de géographie, nº 590, p. 395-412.

DELVERT, J. (1979): «L’Asie Méridionale» en Géographie Régionale. 2, Encyclopédie de la Pléiade, p. 33-394. DHINGRA, I. C. (1995): The Indian Economy. Sultan Chan & Sons. Nueva Delhi, 728 p. DIXON, C. (1991): South East Asia in the World-Economy. A Regional Geography. Cambridge University Press, Cambridge, 281 p. DUPUIS, J. (1979): LÀsie Méridionale. Paris, PUF, coll. Magellan, 178 p. DURAND, M.F., LÉVY, J., RETAILLE, D. (1992): Le monde: espaces et systèmes. Paris, Presses de la Fondation Nationale des Sciences Politiques & Dalloz. DURAND-DASTÈS, F. (1995): «Monde Indien» en BRUNET, R. (Dir.): Géograhie Universelle, Belin/Reclus. HILL, R. D. De (1979): South-East Asia: a systematic geography. Kuala Lumpur, Oxford University Press, 214 p. JAFFRELOT, C. (Dir.)(2006): LÍnde contemporaine de 1950 à nos jours. Fayard, Paris. VIRMAN, A. (2001): «LÍnde, une puissance en mutation», Problemas politiques et sociales, nº 866. La Documentation Française, Paris.

246

Capítulo III

Próximo y Medio Oriente: Islam y petróleo, tradición y modernidad en Asia Suroccidental

1. Introducción 2. Un medio natural marcado por la aridez 2.1. Un complejo relieve de montañas, altas mesetas y llanuras 2.1.1. Las montañas alpinas septentrionales 2.1.2. El zócalo arábigo 2.1.3. La cuenca sedimentaria mesopotámica 2.2. Unas condiciones bioclimáticas hostiles. El aumento de la desertificación 2.2.1. El dominio desértico 2.2.2. El dominio mediterráneo 2.2.3. El dominio continental 2.3. El aprovechamiento y control de los escasos recursos hídricos 3. La ocupación selectiva de un medio hostil: el impacto de la modernización en una sociedad de rasgos tradicionales. 3.1. El elevado crecimiento demográfico 3.2. Una población rica en minorías 3.3. Una ocupación selectiva del territorio 3.4. El dinamismo urbano 3.4.1. Un desarrollo urbano tradicional 3.4.2. La explosión urbana

247


4. Las dificultades del espacio rural: entre la tradición y el desarrollo. 4.1. El paulatino retroceso del nomadismo pastoril. La pervivencia de una organización social tradicional. 4.2. Un sector agrario numeroso, poco productivo y con unas estructuras desequilibradas. 4.3. Los intentos de corrección de los desequilibrios: las reformas agrarias y transformaciones recientes. La creciente dependencia alimentaria. 5. Una industrialización reciente y acelerada, ligada al petróleo. 5.1. La tradición artesanal 5.2. El petróleo, principal factor de la transformación social y ecoómica 5.2.1. Las favorables condiciones geológicas 5.2.2. Principales áreas petrolíferas 5.2.3. Características de la explotación petrolera 5.3. Las grandes disparidades en el nivel de industrialización. Los desequilibrios espaciales. 6. El profundo desequilibrio entre población y recursos. Una riqueza mal repartida. Bibliografía

248

1,

INTRODUCCIÓN

Esta amplia región del globo forma un complejo conjunto geográfico, en el que la religión islámica y la lengua árabe se encuentran profundamente imbricadas, de manera que son precisamente estos elementos culturales y religiosos los que le confieren una incuestionable unidad. Se trata, también, de un espacio de paso, encrucijada entre Europa, Asia y África, en el que la aridez es un importante factor que condiciona los modos de vida y la ordenación del territorio. Esta unidad se encuentra, además, reforzada por un modelo de desarrollo económico basado en la abundancia de recursos energéticos, los cuales, a su vez, le convierten en uno de los espacios políticos más sensibles del planeta. Los límites de esta amplia región geográfica son difíciles de precisar. Durante décadas, este espacio de Asia Suroccidental ha sido objeto de numerosos intentos de delimitación regional por parte de diferentes autores. En primer lugar, reina una cierta confusión en la terminología empleada para designar a esta parte del globo. Hasta el siglo XIX, todos estos territorios, que permanecían bajo el dominio otomano, se conocían con el nombre de Oriente. A raíz de la penetración europea en China, a finales del siglo, surgió el término de Extremo Oriente, lo que, por contraposición, inevitablemente condujo al nacimiento de la expresión Próximo Oriente. A principios del siglo XX, los anglosajones introdujeron entre ambos conceptos la noción de Oriente Medio, que englobaba a todo el espacio que se extendía desde el Mar Rojo hasta el Imperio Británico de las Indias. La creación por parte de los aliados, durante la Segunda Guerra Mundial, de la región militar de Middle East, que abarcaba desde Irán hasta la Tripolitania, supuso el afianzamiento definitivo de este concepto. La delimitación geográfica de la región de Oriente Medio es ambigua y difícil de precisar. Para algunos autores, el área se restringe a los países ri-

249


bereños del Golfo Pérsico, que a raíz del nuevo peso económico de la otra orilla, muchos estudiosos lo denominan Golfo árabe-pérsico, o simplemente, países del Golfo. Otros autores aplican el término a los países árabes del continente asiático, a los que añaden tres Estados asiáticos no árabes (Israel, Turquía e Irán); mientras que otros, amplían este conjunto desde Mauritania hasta Pakistán. La inclusión del norte de África en esta macrorregión suscita también grandes discrepancias. Si algunos autores incluyen todo el África septentrional (Magreb u Occidente árabe: Marruecos, Argelia y Túnez; y Machrek u Oriente árabe: Libia y Egipto), una gran mayoría tan sólo incluye al Machrek; en incluso, otras grandes obras, como la de Beaujeu Garnier, únicamente a Egipto. Fisher, en su tradicional «Middle East» incluye también a Sudán. Por sus condiciones climáticas y menor nivel de desarrollo, entre otros factores, creemos que Mauritania y Sudán pertenecen más al África subsahariana. Como es lógico, tampoco esta región podría reunir a todo el mundo islamizado, ya que entonces tendríamos que abarcar un inmenso espacio desde Senegal y Mauritania, hasta Pakistán e Indonesia. Por lo tanto, definimos este conjunto como Próximo y Medio Oriente asiático, que se extiende desde la franja mediterránea hasta Afganistán, y que queda subdividido en: UÊ Creciente Fértil: Jordania, Líbano, Israel, Siria, Irak y la Autonomía Palestina. UÊ Península Arábiga: Arabia Saudí, Yemen, Omán, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Bahrein y Kuwait. UÊ Mundo turco-iraní: Turquía, Irán, Afganistán. Son en total 15 países, más un Estado palestino embrionario, que cubren un espacio fuertemente islamizado (excepto Israel) y arabizado (excepto el mundo turco-iraní), cuna de tres religiones religiones monoteistas (judaismo, cristianismo e islam), donde la aridez, estacional o permanente, condiciona fuertemente su organización territorial, y donde, a pesar de los fabulosos ingresos derivados de la explotación de los hidrocarburos, su permanencia en el Tercer Mundo sigue siendo incuestionable.

250

PRÓXIMO Y MEDIO ORIENTE: ISLAM Y PETRÓLEO, TRADICIÓN Y MODERNIDAD EN ASIA SUROCCIDENTAL

2. 2.1

UN MEDIO NATURAL MARCADO POR LA ARIDEZ Un complejo relieve de montañas, altas mesetas y llanuras

En líneas generales, el relieve de esta región se resuelve en tres grandes dominios morfológicos claramente diferenciados: — las montañas de Asia Menor, Irán y Afganistán — los desiertos arábigo-iraníes — las cuencas sedimentarias y fosas tectónicas La disposición actual y la naturaleza de estos grandes dominios deben su génesis y posterior evolución a un largo proceso geológico. El desplazamiento hacia el norte, entre el Cretácico superior y Plioceno, de las placas africana, arábiga e índica y su encuentro con la placa euroasiática produjo la compresión de un amplio geosinclinal, situado en el gran mar de Tethys, dando como resultado el sistema alpino-himalayo que, considerado en su conjunto, se extiende desde Gibraltar en el oeste, hasta el Himalaya e Insulindia, en el este. Además, el desplazamiento de la placa arábiga en sentido SW-NE, a raíz de la apertura de la fosa del Mar Rojo, reforzaría también en su avance hacia el norte, la compresión de los sedimentos de dicho geosinclinal contra el bloque euroasíatico. Las espesas capas sedimentarias que se encontraban depositadas en este geosinclinal originaron un relieve extremadamente complejo, en el que se pueden diferenciar múltiples regiones morfoestructurales, que van desde cadenas plegadas a fragmentos de zócalo fracturados o profundas fosas tectónicas. Así, como resultado final de este proceso geológico, la disposición actual del relieve del Próximo y Medio Oriente asiático queda configurada en tres grandes unidades morfoestructurales (Atlas Histórico y Geográfico Universitario. UNED, mapa IX. 42): — las montañas septentrionales, pertenecientes al conjunto alpino-himalayo, con una estructura joven, fragmentada e inestable

251


— el zócalo arábigo, recubierto de grandes mesetas y plataformas donde la horizontalidad es el rasgo dominante — y, entre ambos, la cuenca sedimentaria mesopotámica. 2.1.1

Las montañas alpinas septentrionales

Con una dirección predominante E-W, se extienden desde Turquía hasta Afganistán. Así, siguiendo esta misma orientación, se pueden distinguir la meseta y los arcos montañosos de Asia Menor, el nudo de Armenia, y el área de Oriente Medio, formada por la meseta y cadenas montañosas iraníes. Es decir, se distinguen tres conjuntos: — el sector occidental (Asia Menor) que se resuelve en una gran meseta flanqueada al norte y al sur por dos grandes cadenas montañosas. — el nudo de Armenia — el sector oriental, donde se repite la misma estructura que en Asia Menor: la meseta iraní, rodeada al norte y al sur por dos extensas cadenas montañosas. a) La meseta y arcos montañosos de Asia Menor La meseta de Anatolia, situada en el centro de la península del mismo nombre, está formada por un zócalo precámbrico muy fracturado, cubierto por sedimentos mesozoicos y cenozoicos. Presenta un relieve escalonado que va ganando altura desde la costa del mar Egeo hasta la región de Frigia, donde alcanza los 2500 m. En toda esta región la erosión fluvial ha sido muy intensa. Al sur de esta inmensa altiplanicie se levantan los montes Taurus, que forman parte del sistema montañoso alpino de los Dinárides. Se trata de un imponente conjunto de bloques y pliegues calcáreos que dibujan dos arcos tangentes: el Taurus occidental y el Taurus oriental. Al este y al sur de esta cadena, al Antitaurus, formado por dos cordilleras principales, presenta una estructura más compleja y su sector septentrional se encuentra cubierto por importantes expansiones de lava. Al norte de la península de Anatolia, bordeando el mar Negro, se levantan los montes Pónticos. Se trata de unos macizos que presentan una direc-

252


ción predominante este-oeste, pero que a menudo se ve interrumpida por fallas transversales de dirección norte-sur, acentuadas por la erosión fluvial. En su sector oriental, formados por materiales cristalinos y modelados por la erosión glaciar, a menudo alcanzan los 3.000 m, mientras que su sector occidental presenta un relieve más suave y aplanado. b) Hacia el este, en la parte oriental de Anatolia, las estribaciones de los montes Pónticos y de los Taurus se unen dando lugar al nudo de Armenia, región de relieve complejo y de elevada sismicidad y vulcanismo. En esta complicada región, convergen también las montañas que encierran la altiplanicie iraní: los Zagros y los montes Elburz. Se trata de un imponente conjunto de montañas y mesetas basálticas, cuya altura más importante corresponde al pico de Ararat (5.165 m), de origen volcánico. Esta compleja región de montañas y altiplanos, surcada por profundos valles fluviales, a menudo encierran también depresiones ocupadas por lagos salados, como el Lago Van, de 3.400 km2, el mayor de Turquía. En estas altas tierras de Armenia, de abundantes precipitaciones, nacen los ríos Tigris y Éufrates. Hacia el sur, las elevadas montañas del Kurdistán se abren ya paso hacia las llanuras mesopotámicas, mientras que hacia el Norte, la cordillera del Cáucaso se extiende en el istmo entre el mar Negro y el mar Caspio, a lo largo de más de 1.300 km. c) El sector oriental. Las estructuras ya conocidas en Asia Menor se prolongan hacia Irán y Afganistán: de nuevo aquí una inmensa altiplanicie, de considerable altitud y carácter árido –la meseta de Irán–, es flanqueada por dos arcos montañosos alpinos –Zagros y Elburz–. Igualmente, estas dos cadenas montañosas se aproximan hasta coincidir en la meseta de Pamir. La meseta de Irán es una región eminentemente árida, con una altura entre los 800 y 1.500 m, formada por pequeños desiertos pedregosos y arenosos (dasht) y elevadas cubetas sedimentarias ocupadas a menudo en su parte central por lagos que, al desaparecer a causa de la rápida evaporación del agua procedente de las escasas lluvias, dejan extensas capas salinas (kavir). Al norte, la gran cordillera de Elburz, cuya cima más elevada es el Demavend (5.604 m), en el nordeste de Teherán, se prolonga hacia el Este en las

253


montañas cristalinas del Khorasan, que marcan ya la frontera con el Turquestán ruso. El sector meridional de la meseta de Irán está flanqueado por los montes Zagros, el mayor conjunto de cadenas plegadas paralelas que existe en el mundo. Esta cadena montañosa, con una longitud de 1.800 km, bordea el sur de la meseta iraní, y la separa de las costas del Golfo Pérsico y del Golfo de Omán. La estrutura geológica de esta región asiática ha favorecido la existencia en los piedemontes de los Zagros de una de las mayores riquezas petrolíferas del planeta. 2.1.2.

El zócalo arábigo

Se extiende por toda la península arábiga y se caracteriza por un relieve básicamente de plataforma, basculada hacia el noreste. Esta plataforma arábiga está formada por el zócalo precámbrico que aflora en su sector occidental, mientras que hacia el este, queda recubierto por una cobertera sedimentaria, fruto de las sucesivas transgresiones marinas acaecidas durante el Mesozoico. Estos depósitos están formados fundamentalmente por areniscas impermeables y rocas calizas. Hacia Mesopotamia y el Golfo Pérsico la plataforma desciende suavemente debido a movimientos de subsidencia, mientras que hacia el oeste, fuertes presiones tectónicas han dado lugar a alineaciones montañosas fragmentadas por numerosas fallas transversales, en las que afloran emisiones volcánicas. Así, en su reborde occidental y suroccidental se suceden una serie de macizos y altiplanos, entre los que destaca el macizo de Hejaz, que se extiende desde el golfo de Aqaba hasta el sur de La Meca. A partir de aquí, y hasta el Yemen, el sistema orográfico se prolonga en el macizo de Asir. En el límite occidental de esta cadena montañosa, el litoral del Mar Rojo se presenta como una estrecha franja llana y arenosa, el Timahah. El interior de la península prácticamente está formado por una gran meseta que desciende escalonadamente desde el Mar Rojo hacia el este. En esta región se extienden los dos grandes desiertos de Arabia: el Gran Nefud, al norte, y el Rub al Khali, al sur, considerado como el desierto más árido del mundo.

254


Finalmente, en la fachada mediterránea, los sedimentos mesozoicos depositados en el borde del zócalo han dado lugar a una serie de cadenas montañosas de origen alpino (Líbano, Antilíbano) y de orientación meridiana. 2.1.3.

La cuenca sedimentaria mesopotámica

Es la gran llanura aluvial de los ríos Tigris y Éufrates, que discurren suavemente desde las montañas de Armenia hacia el Golfo Pérsico. A unos 180 km de la desembocadura, ambos ríos se unen dando lugar al Shatt al-Arab, que sale al mar formando un amplio delta. Paulatinamente estos depósitos fluviales van colmatando el fondo del golfo Pérsico, a un ritmo de unos 30 m por año. Esta inmensa llanura aluvial, formada sobre la cobertera mesozoica y cenozoica del zócalo arábigo, es una región de escasa altitud que, a medida que se acerca a su desembocadura, experimenta periódicas inundaciones que dan lugar a terrenos lacustres y pantanosos en los espacios más bajos. La escasa altitud de toda la región queda patente al constatar que, por ejemplo, la ciudad de Bagdad, situada a casi 500 km de la costa, se encuentra tan sólo a 40 m sobre el nivel del mar. 2.2.

Unas condiciones bioclimáticas hostiles. El aumento de la desertificación

La región del Próximo y Medio Oriente asiático, situada entre los 13º de latitud N, en el suroeste de la península arábiga, y los 42º, en el norte de Turquía, y atravesada en su sector meridional por el Trópico de Cáncer, se encuentra a caballo entre las zonas cálidas y templadas del planeta. La situación de una gran parte de este territorio bajo el dominio de las altas presiones subtropicales explica la enorme extensión que adquieren los climas de desiertos cálidos que desde el Sáhara se prolongan por la península arábiga y el golfo Pérsico hasta el Sind, en el Pakistán meridional. Frente a la omnipotente presencia que adquieren las regiones desérticas y esteparias, el litoral egeo de Anatolia y la costa de Siria, Líbano e Israel,

255


gozan de un clima mediterráneo que conforme nos adentramos hacia el interior sufre una paulatina degradación. Así, los dominios de transición se encuentran ampliamente representados en este territorio. Hacia el norte –regiones interiores de Turquía y norte de Irak e Irán– el clima presenta cada vez mayores rasgos de continentalidad, mientras que hacia el sur, se observa una progresiva desertización del paisaje. Durante el invierno, los altiplanos y los macizos montañosos de las regiones septentrionales soportan temperaturas muy bajas a consecuencia de la entrada de aire frío procedente de las altas presiones siberianas. Así mismo, los vientos dominantes del oeste y del noroeste descargan su humedad en las principales cadenas montañosas de la región (Taurus, Pontos, Zagros, Elburz). En la península arábiga y regiones meridionales, los inviernos son calurosos y secos a causa de la permanencia de potentes anticiclones. La franja mediterránea, abierta a los vientos del Oeste, goza de un invierno suave y lluvioso. Esta circulación del Oeste se adentra en cuña hasta el Golfo Pérsico y mesetas meridionales de Irán, donde choca al final de su recorrido con el aire siberiano. Durante el verano, siguiendo el movimiento aparente del Sol hacia latitudes superiores, las altas presiones subtropicales ascienden hacia el norte, hasta los 40-45º de latitud, por lo que la mayor parte de la región sigue vinculada a la permanencia de estos potentes anticiclones, soportando un verano extremadamente seco y caluroso. Igualmente, y en relación con el desplazamiento hacia el norte del anticiclón subtropical de las Azores, las costas de Turquía y del Levante mediterráneo tienen también un verano cálido y seco. Podemos destacar, pues, como rasgos distintivos del clima de esta región un escaso volumen anual de precipitaciones y unas elevadas amplitudes térmicas. El régimen de precipitaciones, no obstante, no es homogéneo en todo el territorio. Únicamente en los dominios montañosos que bordean la península de Anatolia, sobre todo en las costas del mar Negro, así como en las grandes cadenas montañosas de los Zagros y los Elburz se pueden llegar a alcanzar los 2.000 mm anuales. Este volumen disminuye progresivamente hacia el sur e interior del continente, llegando a situarse por debajo incluso de los 50 mm en algunos sectores del interior de la península arábiga, Irán y suroeste de Afganistán (Aqaba: 35mm) (fig. III.1).

256


Más de 1.000 mm Entre 600 y 1.000 mm 200 y 600 mm 0 a 200 mm 0

800 Km

Capa freática

Fig. III.1. Distribución de las precipitaciones en Asia Suroccidental

La diferente altitud, el alejamiento de la costa y la disposición del relieve son factores que influyen decisivamente en el régimen térmico de este espacio. En los desiertos y altas mesetas del interior las oscilaciones térmicas son muy elevadas, superando a menudo los 20ºC: Teherán 27ºC; Mosul 29ºC, Riad 21ºC. Las temperaturas medias mensuales oscilan entre los más de 30ºC en verano de Bagdad, Abadán o Riad, y los 5ºC de Mosul o los 0,6ºC de Mashdad, en el noreste de Irán, en invierno. En consecuencia de todo lo anterior, y teniendo siempre en cuenta la existencia de amplios sectores de transición, se pueden delimitar, en líneas generales, los

257


siguientes dominios bioclimáticos (Atlas Histórico y Geográfico Universitario. UNED, mapa IX. 43). 2.2.1.

El dominio desértico

Se extiende por la mayor parte del Próximo y Medio Oriente asiático: ésta es el área por excelencia de los climas de los desiertos zonales cálidos, vinculados a la estabilidad de las altas presiones subtropicales. Afecta a una amplia franja que se extiende desde la península arábiga hasta el valle del Indo y se caracteriza por unas fuertes oscilaciones térmicas diarias, una acusada sequía (fundamentalmente durante los meses de verano) y unas temperaturas muy elevadas, tanto absolutas como medias. En los altiplanos del interior, estas características se degradan dando paso a un clima desértico de invierno frío. Es la extrema aridez la que permite incluir a estas elevadas mesetas en los climas desérticos, ya que por sus temperaturas estacionales tan contrastadas se acercan más a los climas continentales. Estas amplias regiones desérticas, donde las temperaturas sobrepasan los 40ºC y el aire es muy seco, no presentan condiciones favorables para la vida vegetal, por lo que se caracterizan tanto por la discontinuidad y escasa densidad de su cobertera vegetal, como por su total ausencia en otros casos. El desierto de Rub al Khali, en Arabia Saudí, con una extensión de 647.500 km2 es considerado como la temida «tierra vacía», la región de las «grandes arenas» donde las condiciones bioclimáticas llegan a ser insoportables. En estas regiones desérticas, tan sólo los oasis proporcionan agua suficiente para mantener a pequeñas comunidades agrícolas. Asimismo, la escasez de lluvias, la fuerte evaporación y unos suelos arenosos muy permeables imposibilitan la existencia de unos cursos de agua regulares. Las aguas discurren por cauces esporádicos, en función de la breve estación lluviosa, y sin salida al mar; estos cauces, llamados uadis, salvo en los breves periodos de lluvia, el resto del año permanecen completamente secos. En líneas generales, la vegetación de estas regiones áridas y semiáridas se encuentra adaptada a las diferentes condiciones naturales. Así, en las

258


áreas donde la sequía es más acusada, se encuentran especies xerófilas de profundas raíces para poder acceder a las aguas subterráneas; en las regiones salinas sólo sobreviven las especies halófilas, mientras que otras especies se encuentran mejor adaptadas a la existencia de fuertes vientos o de terrenos muy arenosos. En las regiones semiáridas, el límite entre el desierto y la estepa fluctúa en función de la irregularidad de las precipitaciones. La palmera datilera, típica del desierto, paulatinamente cede lugar a algunos arbustos. 2.2.2.

El dominio mediterráneo

En el litoral de Asia Menor y Levante domina un clima típicamente mediterráneo. La costa de Turquía, Siria, Líbano e Israel tienen un verano muy caluroso y seco debido a la influencia de las altas presiones subtropicales que en esta estación se encuentran más desplazadas hacia el norte. El invierno es suave y lluvioso a causa de la penetración de los vientos del Oeste. La formación vegetal característica es el bosque mediterráneo perennifolio (encina, alcornoque, cedro del Líbano, pino de Alepo, etc.) hoy día fuertemente degradado y que, conforme aumenta la aridez, hacia el sur y el este, cede paso a especies más adaptadas a la sequía, que anteceden a la estepa. Entre el dominio desértico de Arabia y el estepario de Irán, penetra una pequeña cuña de clima mediterráneo hasta el Golfo Pérsico. Si hacia el interior del continente estas características mediterráneas progresivamente han ido adquiriendo rasgos de desertización, hacia las regiones septentrionales, la continentalidad es cada vez más acusada. 2.2.3.

El dominio continental

En las regiones septentrionales, que desde el interior de la península de Anatolia se prolongan a través de las altas tierras de Armenia hasta el norte de Irán y Afganistán, las condiciones climáticas adquieren progresivamente una mayor continentalidad. La entrada de aire polar durante el invierno, procedente de las altas presiones siberianas, da lugar a unos inviernos extremadamente rigurosos, con

259


temperaturas que no suelen superar los 0ºC. Los veranos, por el contrario, son muy calurosos. Las precipitaciones varían en función de la altura, siendo los macizos montañosos los que reciben el mayor volumen. En estas montañas de Armenia nacen los dos grandes ríos de la región, el Tigris y el Éufrates, que a través de Siria e Irak, desembocan en el Golfo Pérsico. El paisaje vegetal de estas regiones septentrionales varía desde las formaciones boscosas de las montañas, donde crecen encinas, hayas, pinos y abetos, hasta las áridas estepas del interior. 2.3.

El aprovechamiento y control de los escasos recursos hídricos

La debilidad e irregularidad de las precipitaciones, la fuerte evaporación y la permeabilidad de los suelos arenosos hacen del agua un recurso escaso y muy preciado en gran parte de la región. En estas regiones tan áridas del globo, el agua constituye uno de los principales condicionantes de vida, hasta tal punto, por ejemplo, que en Arabia Saudí llaman a la lluvia la misericordia de Dios. La búsqueda y control de este recurso, cada vez más demandado hoy en día, supone uno de los principales objetivos de todos los Estados de este espacio. Tradicionalmente, el sector agrícola ha sido el principal y casi exclusivo consumidor de recursos hídricos. En una región donde la isoyeta de 250 mm marca el límite de la agricultura pluvial, la irrigación debe paliar la insuficiencia de las precipitaciones. Desde hace milenios, los campesinos han utilizado el agua tanto subterránea como superficial para regar sus tierras. Con la ayuda de pozos artificiales hoy día se siguen utilizando las aguas de las capas freáticas en los valles, llanuras y depresiones. La variedad de este tipo de pozos que permiten elevar el agua hasta la superficie es enorme; un ejemplo característico es el llamado shadouf (pozo con poleas), en Arabia Saudí. En este sentido, es muy ingenioso el sistema de galerías subterráneas, llamadas qanats, que permiten transportar el agua para regar los campos a distancias a veces de hasta 50 y 100 kms. Este sistema es una técnica de irrigación de piedemonte y se le conoce con el nombre de kanawat en Siria, karez en Irak, qanat en Irán o falaj en Omán. Parece ser originario de Irán, donde aún hoy día quedan unos 18.000. Surgió en el primer milenio a. de C.

260


y pronto se difundió por todo el dominio árido del Antiguo mundo, desde el Magreb hasta el Xinjiang chino. Consiste en una serie de pozos que captan el agua de la capa freática y, unidos a través de una galería o qanat, ésta lleva el agua por efecto de la gravedad a varios kilómetros desde la falda de la montaña. Este sistema no permite utilizar grandes cantidades de agua, por lo que paulatinamente se ha ido imponiendo el uso de otras técnicas más modernas. (fig. III.2).

Zona de regadío

Roc

a pe

Roca impermeable

Pozo madre rme

Boca del pozo

able

Canalización Acuífero

Fig. III.2. Sistemas de regadío. Esquema de un qanat

Las técnicas tradicionales de utilización del agua de superficie consistían en la creación de pequeñas presas de derivación que almacenaban el agua de las crecidas y la distribuían en las tierras colindantes. Estas pequeñas presas, construidas a lo largo de los ríos, ya eran utilizadas por los sasánidas, aqueménidas o romanos, lo que evidencia la antigüedad de este sistema. En la región mesopotámica, las crecidas de los grandes ríos Tigris y Éufrates eran espectaculares y devastadoras, arrasando a su paso cosechas, diques y canales de irrigación. Desde hace tiempo, la protección de la llanura de Mesopotamia frente a imprevisibles crecidas, tanto por medio de la construcción de presas de derivación, como de presas de retención en las regiones de su tramo superior, son tareas que progresan sin interrupción.

261


Actualmente la irrigación por submersión cede paulatinamente lugar a la aspersión. En este sentido, y debido a los numerosos acuíferos con que la región cuenta en su subsuelo, destaca la irrigación por medio de pivotes de aspersión que extrae el agua del subsuelo practicada en Arabia Saudí. Sin embargo, este sistema resulta poco practicable, ya que además de necesitar una infraestructura muy costosa, el volumen de agua extraída es enorme con lo que, al hecho del despilfarro de agua se suma un serio peligro de agotamiento del acuífero. Otro sistema muy característico de regadío y que ejerce un control más eficaz sobre la cantidad de agua utilizada es el «gota a gota», practicado desde hace tiempo en el desierto israelí del Neguev. Hoy en día, el elevado crecimiento demográfico, la expansión de las ciudades, el aumento de la industrialización o el auge del turismo son factores, entre otros, que contribuyen a un vertiginoso aumento del consumo de agua. La escasa disponibilidad de este recurso que padece la región no cubre el espectacular aumento de su demanda, por lo que ya no son los campesinos, de manera individual, o las pequeñas comunidades rurales quienes deben hacer frente a este problema, sino que la necesidad de realizar grandes inversiones en materia de política hidráulica concierne al Estado. Así, la construcción de grandes presas es objetivo primordial de todos los países de la región. Los grandes ríos del Medio Oriente tienen su origen en las zonas montañosas que se encuentran fuera del dominio árido; por ello, gracias a una alimentación proporcionada casi exclusivamente en su tramo superior, estos ríos pueden atravesar el desierto con un caudal relativamente elevado. Entre el reborde occidental de la meseta de Irán y el plano inclinado de la meseta arábiga, se extiende Mesopotamia o el Irak, es decir, la tierra entre el Tigris y el Éufrates. Ambos ríos, con una longitud de 1.718 km y 2.330 km respectivamente, nacen en las montañas de Armenia y tras atravesar la meseta siria se juntan formando el Shatt al-Arab, hasta su desembocadura en el Golfo. Con un régimen pluvio-nival (nieves de las altas mesetas de Anatolia y lluvias mediterráneas invernales), proporcionado casi exclusivamente en su tramo superior, experimentan fuertes crecidas en primavera y un acusado estiaje a finales del verano. El control y aprovechamiento de estas crecidas, muy superiores a las posibilidades de evacuación de los lechos fluviales, ha sido un objetivo principal desde tiempos antiguos. La construcción

262


de grandes presas Tabqa (Siria); Keban, Atatürk, la sexta más grande del mundo (Turquía); Saddam, Qadisiya, Al Faris (Irak) permiten no sólo la producción de electricidad, sino también el aumento de las superficies irrigadas (fig. III.3).

Keban Karakaya 3 Atatürk 4 Birecik 5 Tabqa (Assad) 6 Quadisiyah (Haditha) 7 Devegeçidi 8 Silvan 9 Ilisu 10 Saddam 1

2

TURQUÍA

1 2 8 7 3

4

Diyarbakir

9

Sanliurfa 10

5

Mosul SIRIA

Kirkuk

Ti g ris

ARABIA SAUDÍ

tes ufra R. É

IRAK

IRÁN

R.

6

Bagdad

Fig. III.3. Las grandes presas del Tigris y el Éufrates

Sin embargo, la falta de una política hidráulica global entre los países ribereños (Turquía, Siria e Irak) es una fuente continua de conflictos, que incide negativamente en la ya deteriorada política internacional de esta región del globo. Así, la creación de cada vez más numerosas presas y centra-

263


les hidroeléctricas en el curso alto, por parte de Turquía, provoca continuas protestas por parte de Siria e Irak, que ven disminuir sensiblemente el caudal que llega a sus tierras. En la actualidad, el Proyecto de Anatolia Sudoriental, comúnmente conocido por las siglas GAP (Güneydoôu Anadolu Projesi) tiene como objetivo potenciar el desarrollo de esta deprimida región, mayoritariamente poblada por kurdos, con la construcción de 22 embalses, 19 centrales hidroeléctricas y una densa red de canales de riego que se espera esté concluido en el año 2010. En este contexto, la gigantesca presa de Ilisu, en el Tigris, junto a la frontera con Irak, será la segunda más grande de Turquía, sin embargo su construcción tiene numerosos detractores al anegar un sector del valle del Tigres de alto valor cultural ( la ciudad de Hasankeyf, en la Alta Mesopotamia, cuenta con 12.000 años de historia y posee una valiosa riqueza monumental asiria, hitita, romana, bizantina y musulmana). Igualmente, las aguas del Jordán son disputadas por Jordania, Israel, Siria y Líbano. En 1953 Estados Unidos propuso el Plan Johnston para la distribución de sus aguas, y a pesar de que nunca fue ratificado, Israel y Jordania se siguen ateniendo a su sistema de cuotas. En definitiva, se debe utilizar más racionalmente este recurso tan escaso, evitando despilfarros inútiles y aplicando técnicas de irrigación que no entrañen riesgos reales de agotamiento de los acuíferos. La instalación de plantas desalinizadoras, a pesar de las cuantiosas inversiones que implica, es un medio que cada vez se emplea más para hacer frente a las necesidades de agua en muchos países de este espacio, cuya situación en esta materia es hoy en día muy preocupante. 3. LA OCUPACIÓN SELECTIVA DE UN MEDIO HOSTIL: EL IMPACTO DE LA CIVILIZACIÓN EN UNA SOCIEDAD DE RASGOS TRADICIONALES Mesopotamia, palabra de origen griego que significa entre ríos, es la región situada entre los valles del Tigris y Éufrates, donde se inventó la escritura (ya utilizada por los sumerios en el cuarto milenio a. de C.) y la irrigación y donde florecieron las primeras grandes civilizaciones de la humanidad. La milenaria ocupación de estos territorios estuvo relacionada con el desarrollo de la agricultura, que tuvo sus comienzos en la exten-

264


sa región del Creciente Fértil, que formaba una amplia curva desde el extremo norte del Golfo Pérsico y, atravesando los valles del Tigris y Éufrates, bordeaba los límites septentrionales del desierto sirio hasta el sur de Palestina. Las grandes crecidas anuales de los ríos depositaban barros y limos fertilizantes que permitieron el temprano desarrollo agrícola. Simultáneamente los asentamientos humanos fueron permanentes y, en torno a ellos, surgieron las primeras civilizaciones. Estos primeros poblados agrícolas eran también considerablemente grandes, llegándose a extender sobre varias hectáreas. Hacia el año 6.000 a. de C. ya existían numerosos poblados agrícolas y el comercio y el artesanado estaban bastante desarrollados. A mediados del IV milenio a. de C., para evitar que las crecidas arrasaran los campos cercanos, los sumerios, habitantes de las marismas de la Baja Mesopotamia, construyeron diques y canales con el fin de controlar y encauzar el agua hasta las tierras de labor más alejadas de los ríos. La fertilidad del Tigris y Éufrates y la adición del regadío potenciaron el desarrollo agrícola que implicó un paulatino y progresivo desarrollo de la vida urbana. El desarrollo de las ciudades fue el punto culminante de un largo proceso de expansión de la población. En el resto del territorio, el hombre se tuvo que adaptar a la extrema dureza de un medio hostil que le impuso un modo de vida nómada y pastoril, basado en una organización patriarcal. Tan sólo los oasis y los valles fluviales soportaban una fuerte presión humana, en términos más parecidos al resto de las regiones de Asia meridional. El impacto de la modernización ha introducido importantes modificaciones, tanto en el comportamiento demográfico como en las estructuras sociales. 3.1. El elevado crecimiento demográfico Tradicionalmente esta región, a pesar de contar con elevados índices de fecundidad, tenía un moderado crecimiento de su población a causa de unas tasas de mortalidad enormemente elevadas. La generalización de los adelantos sanitarios, ya en la segunda mitad del siglo XX, trajo consigo un brusco descenso del coeficiente de mortalidad y con ello un ritmo acelerado del crecimiento demográfico, que registra uno de los índices más elevados del mundo.

265


Cuadro III.1. Rasgos demográficos del Próximo y Medio Oriente (I) (2005) T. Natalidad (‰)

T. Mortalidad T.Crecimiento (‰) Natural (%)

T.Mortalidad Infantil (‰)

T.Fecundidad Nº hijos/mujer

Afganistán

48

22

2,6

172

6,8

Arabia Saudí

30

3

2,7

23

4,5

Bahrein

21

3

1,8

8

2,8

EAU

15

1

1,4

8

2,5

Irak

37

10

2,7

94

5,1

Irán

18

6

1,2

32

2,1

Israel

21

6

1,6

Jordania

29

5

2,4

22

3,7

Kuwait

19

2

1,7

10

4,0

Líbano

22

6

1,6

17

2,2

Omán

22

4

1,8

16

3,4

Qatar

21

3

1,8

11

3,3

5,1

2,9

Siria

30

4

2,7

22

3,7

Turquía

21

7

1,4

38

2,4

Yemen

43

10

3,3

75

6,2

España

11

10

0,1

3,6

1,3

Fuente: Images économiques du monde 2007.

Las tasas de mortalidad general, como ha ocurrido en el resto de los países del Tercer Mundo, han disminuido drásticamente hasta alcanzar niveles inferiores al 10‰ en la mayoría de los estados, exceptuando Afganistán, Yemen e Irak. No obstante, todavía persisten elevadas tasas de mortalidad infantil, que oscilan desde el 172 ‰ en Afganistán al 5,1 ‰ en Israel o al 8 ‰ en los EAU, es decir, desde unos de los niveles más elevados del mundo, tan sólo equiparable a algunos países del África ecuatorial, a tasas muy cercanas a los países desarrollados. Por el contrario, el mantenimiento de unas altas tasas de natalidad sigue siendo hoy en día una característica común del mundo islámico, con unos valores superiores al 20‰ en casi todos los países, en incluso superando el 40‰ en Yemen y Afganistán. Son varios los factores que pueden explicar este comportamiento pronatalista. En toda la región, tradición y religión han coincidido en mantener un fuerte conservadurismo en materia de reproducción. La obligación del

266


matrimonio y el tradicional deseo de una familia numerosa favorecieron desde hace siglos una fuerte natalidad, necesaria, desde otro punto de vista, por la existencia de unas elevadísimas cotas de mortalidad infantil. No obstante, aunque todavía el índice de fecundidad se encuentra en torno a 3 hijos por mujer, hoy día se observa ya un tímido descenso motivado por el retraso de la edad del matrimonio, la lenta incorporación de la mujer al trabajo y la progresiva utilización de medidas anticonceptivas modernas. A pesar de esta tendencia generalizada a la baja, todavía se mantienen valores en torno a los 6 hijos por mujer en Afganistán y Yemen, seguidos de Irak y Arabia Saudí. Así, y aunque como ocurre en el resto del mundo, cuanto mayor es el nivel de escolarización e instrucción de la mujer, menor es su fecundidad, este descenso todavía tardará en sentirse en la población en general, ya que el porcentaje de población joven es aún muy elevado (el mayor del Tercer Mundo después de África). La población menor de 15 años supone para la mayoría de estos países entre el 30 y el 40% de la población total (el 46 % en el caso del Yemen), mientras que los mayores de 65 años no representan más que unos valores en torno al 3%, con la excepción de Israel y Turquía, que se encuentran en el otro extremo de la balanza. Resulta evidente que este numeroso volumen de población joven, muy pronto en edad de procrear, mantendrá la natalidad en un nivel elevado todavía durante varios años. Por todo ello, el crecimiento demográfico, aún descendiendo significativamente, sigue siendo alto, en torno al 2,5% anual, valores muy parecidos a los de África, donde la natalidad es más elevada pero la mortalidad también. La resistencia de estas sociedades tradicionales patriarcales ante la incorporación de la mujer al mundo laboral y el mantenimiento de su exclusivo papel en funciones reproductoras, poco a poco se ha ido debilitando y la natalidad ha entrado lentamente en un proceso de disminución desde los años ochenta. No obstante, los efectos de la modernización no han afectado por igual a todos los países y la dinámica demográfica de este espacio regional no es totalmente homogénea. En la actualidad, este todavía elevado crecimiento demográfico se presenta como uno de los principales retos que debe afrontar este espacio islámico de cara al futuro y algunos estados empiezan a tomar medidas; en este sentido, cabe destacar la política más activa llevada a cabo por Turquía. Por el contrario, otros países del mundo árabe mantienen políticas netamente pronatalistas por razones de diversa índole. Así, Irak, a raíz de la guerra

267


con Irán, divulgó y promocionó el lema traer un hijo al mundo es como clavar una flecha en los ojos del adversario. Por otra parte, los países de la península arábiga desean también aumentar su población, para no quedar absorbidos por los inmigrantes extranjeros atraídos por los negocios petrolíferos. En función de la falta de homogeneidad del comportamiento demográfico en esta zona del Oriente islámico, en líneas generales se pueden establecer tres grandes conjuntos, según su inserción en el proceso de transición demográfica: — Países que se encuentran al comienzo de la primera fase. Son aquéllos en los que la mortalidad permanece elevada, la esperanza de vida no alcanza los 60 años y la natalidad sigue siendo también muy alta (más del 40‰). En este conjunto se encuentran los países más retrasados del Oriente árabe, con un nivel todavía similar al régimen demográfico tradicional: Yemen y, sobre todo, Afganistán. — Países más cercanos a la segunda fase del proceso de transición demográfica. Son aquéllos en los que si bien la mortalidad ha experimentado un fuerte descenso, la natalidad mantiene todavía valores muy elevados, por lo que el crecimiento natural sigue siendo alto, con valores en torno al 2,5% anuales. Es el caso de la mayoría de los países islámicos asiáticos: Siria, Irak, Arabia Saudí y Jordania. — Países que ya han entrado ampliamente en la segunda fase de este proceso. La mortalidad es baja y la natalidad ya ha iniciado un evidente descenso, por lo que el crecimiento natural se sitúa en torno al 1,5 % anual: Turquía, Irán o los EAU. Mención aparte merece el Estado de Israel, con un comportamiento demográfico similar a los países occidentales. No obstante, no debemos olvidar que en este caso los valores medios enmascaran una realidad nada homogénea, ya que la dinámica demográfica de las poblaciones árabes y judías difieren totalmente. La estructura por edad evidencia una población extraordinariamente joven, lo que implica importantes inversiones en escolarización que no todos los países logran llevar a cabo. Aún hoy día se mantienen elevadas tasas de analfabetismo, que afectan todavía a más de un 30% de la población. La actitud de estas sociedades musulmanas patriarcales, que conceden a los hombres un papel preponderante, se refleja en el diferente grado de

268


alfabetización de la población según el sexo. Así, aún hoy en día, si el porcentaje de hombres analfabetos se sitúa entre el 30,5 % de Yemen y el 1,5 % de Israel, este volumen aumenta al 71,5% en el caso de las mujeres que no saben leer ni escribir en Yemen, frente al 4,1% en Israel): de nuevo Yemen e Israel presentan los valores más extremos del conjunto. Como es lógico, estos valores disminuyen sensiblemente en las poblaciones más jóvenes que en la actualidad tienen un mayor acceso a la escolarización, del mismo modo que las diferencias entre sexos paulatinamente se van debilitando. Sin embargo, a pesar de los innegables progresos en materia de enseñanza, son muchos países los que todavía se ven obligados a importar mano de obra extranjera cualificada, lo que provoca una peligrosa situación de dependencia. Cuadro III.2. Rasgos demográficos del Próximo y Medio Oriente (II) (2005) Población (miles hab)

Densidad (hab/km2)

Población <15 años (%)

Población > 65 años (%)

Esperanza vida M H

Afganistán

29.900

46

45

2

42

41

Arabia Saudí

24.600

11

37

3

74

70

700

1.014

28

3

75

73

EAU

4.600

55

25

1

80

75

Irak

28.800

66

42

3

60

57

Irán

69.500

43

30

4

72

69

Israel

7.100

337

28

10

82

78

Jordania

5.800

65

37

3

72

71

Kuwait

2.600

146

26

2

79

77

Líbano

3.800

365

28

6

75

72

Omán

2.400

11

33

3

75

72

Qatar

800

73

25

2

72

69

Siria

18.400

99

37

3

73

71

Turquía

72.900

94

29

6

71

66

Yemen

20.700

39

46

4

63

59

España

43.500

86

15

17

84

77

Bahrein

Fuente: Images économiques du monde 2007.

269


3.2.

Una población rica en minorías

El Islam, surgido en Arabia en el siglo VII, es el principal factor de cohesión de este espacio geográfico caracterizado por el predominio de la lengua y la cultura árabes. Su difusión se llevó a cabo de tal manera por este pueblo que, en la actualidad, se llega a identificar a un musulmán (practicante de la religión islámica) con un árabe. Esta región, situada en la conjunción de Europa, Asia y África, desde hace milenios ha supuesto un lugar de vital importancia para el paso de pueblos, ideas y mercancías. Aunque étnicamente es aplastante la presencia árabe, su agitada y larga historia debido a su estratégica situación, explica la variedad de pueblos, lenguas y religiones que conviven en los mayor parte de los Estados que la integran. La incuestionable unidad cultural y religiosa de este espacio, debido a la lengua árabe y la religión islámica dista mucho de ser totalmente homogénea. La religión islámica se encuentra claramente dividida entre sunnitas y chiítas. Los sunnitas son aquéllos que siguen los preceptos de la Sunna o ley tradicional islámica; son los ortodoxos del Islam y su religión es practicada por la mayoría de los musulmanes (cerca del 80%). Los chiítas, mayoritarios en Irak, Irán y Bahrein mantienen que los verdaderos maestros del Islam descienden directamente de Alí, primo del profeta Mahoma. Asimismo, no sólo existen multitud de dialectos de la lengua árabe, sino que incluso hay diferencias entre la lengua hablada y la lengua escrita. En este espacio mayoritariamente arabizado e islamizado existe un verdadero mosaico de grupos étnicos y religiosos que inciden peligrosamente en la inestabilidad política de la zona y dificultan la unidad del conjunto. Las minorías religiosas no musulmanas son muy numerosas. Las minorías cristianas se encuentran ampliamente representadas en todos los países, excepto en la península arábiga: griegos ortodoxos y católicos de rito griego en Turquía, Líbano y Siria; maronitas católicos en Líbano; armenios en Irán, Líbano y Turquía, etc. Los judíos, mayoritarios en Israel, representan importantes minorías en muchos países del área. Espacio de encrucijada, esta amplia región se encuentra también en la intersección de tres grandes conjuntos geolingüísticos: las lenguas semíticas, las uralo-altaicas y las indo-europeas. La lengua árabe es la lengua se-

270


mítica más extendida, sin embargo, existe también una gran diversidad de minorías etnolingüísticas en esta región, donde árabes conviven con turcos (rama uraloaltaica) e iraníes (rama indoeuropea). Entre los grupos iraníes, el principal es el persa, mayoritario en Irán, el patchou, base étnica de Afganistán, y el kurdo, repartido entre Irán, Irak, Turquía y Siria. No todos los países afrontan el problema de las minorías desde el mismo ángulo. Así, mientras que en el mundo turco-iraní la causa minoritaria es principalmente de origen etnolingüístico, en los países del Levante mediterráneo y del Creciente Fértil la cuestión de las minorías es fundamentalmente de índole religiosa. Entre la enorme variedad de situaciones que se manifiestan en esta región, cabe destacar los casos particulares de los kurdos y palestinos; ambos son pueblos sin Estado cuyas reivindicaciones son el origen de continuos conflictos. — Los kurdos son uno de los pueblos más antiguos de Asia suroccidental y constituyen la minoría etnolingüística más importante de este espacio. Viven en una zona geográfica no definida con precisión, el Kurdistán. Se trata de una región de montañas y mesetas, con una superficie de unos 400.000 km2, que desde el sureste de Turquía se extiende por el noreste de Siria e Irak hasta los montes Zagros, en le noroeste de Irán (fig. III.4). En la actualidad, la población kurda alcanza unos 30 millones de personas y es el cuarto grupo étnico más importante de la región, después de árabes, turcos y persas, respectivamente. De ellos, el 45% se encuentra en Turquía (en torno al 25% de la población), el 30% en Irán (12% de la población), el 20% en Irak (20% de la población) y un 1,5% en Siria (12% de la población); el resto vive en la zona del Cáucaso, Europa central y Estados Unidos. Los kurdos son musulmanes sunnitas y hablan una lengua indoeuropea del grupo iraní. Se encuentran organizados en tribus y la mayoría son agricultores, aunque todavía persiste un grupo bastante numeroso de pastores seminómadas. Por lo general, las áreas de asentamiento kurdo suelen coincidir con las menos desarrolladas. El incumplimiento de los acuerdos tomados en el Tratado de Sèvres (1920), en los que se reconocía su identidad y el derecho a crear su propio Estado, fue el detonante de la revitalización de la lucha por la autonomía kurda.

271


MAR NEGRO

TURQUÍA

MAR CASPIO

Lago Van Lago Orumiyeh Mosul SIRIA

Kirkuk IRÁN R. Ti g ris

te ufra R. É

IRAK

Bagdad

s Kurdistán

Fig. III.4. El Kurdistán

— Desde la partición de Palestina y la creación del Estado de Israel en 1948, los palestinos se dispersaron entre los países vecinos. En la actualidad, según el Instituto Central Palestino de Estadística, a finales de 2005 son 10,1 millones los palestinos que viven entre Israel (una minoría), los territorios ocupados de Cisjordania y la franja de Gaza (3,5 millones), una peque-

272


ña élite se encuentra en los países del Golfo (Kuwait, Arabia), y el resto son refugiados en los países vecinos (Jordania y Siria), viviendo en campos bajo unas paupérrimas condiciones de vida. Actualmente los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania se perfilan como los primeros elementos de un futuro Estado Palestino. 3.3.

Una ocupación selectiva del territorio

Sobre una superficie de 6,8 millones de km2 viven 262,7 millones de personas, lo que significa una densidad media de 38,6 habs/km2. Si la comparamos con otras regiones del mundo, se trata de una densidad relativamente débil, pero la realidad es muy distinta, ya que la población está fuertemente concentrada en determinadas áreas frente a inmensos espacios totalmente deshabitados. Esta desequilibrada y selectiva distribución de la población se encuentra, entre otros factores, estrechamente vinculada a las disponibilidades hídricas. Así, este medio extraordinariamente árido, propio de un clima tropical seco, ha provocado la concentración de la población en oasis, valles fluviales, llanuras litorales y valles intramontanos, los cuales se encuentran densamente poblados, frente a los vacíos territorios ocupados por el desierto, de manera que el mapa de distribución de la población se asemeja mucho al de distribución de los recursos hídricos: en ambos, son evidentes las profundas disparidades regionales (Atlas Histórico y Geográfico Universitario. UNED, mapa IX.47). El mundo turco-iraní (Turquía, Irán, Afganistán) es la región más poblada de este espacio, con 172,3 millones de personas, seguida a bastante distancia por los países que integran el Creciente Fértil (Irak, Siria, Líbano, Jordania, Israel y los territorios de Gaza y Cisjordania) con 67,4 millones de personas, y la península arábiga, que alberga a 56,4 millones de habitantes. Sin embargo, si analizamos la densidad media de estos tres grandes conjuntos, es la región del Creciente Fértil la más densamente poblada seguida del mundo turco-iraní, correspondiendo la menor densidad a la península arábiga. Si descendemos a un nivel de análisis menor, los países más densamente poblados son Bahrein (1.014 habs/km2 ), Israel y Líbano, seguidos a bastante distancia por Kuwait, Turquía y Siria. En el extremo opuesto se encuentra Arabia Saudí, con una densidad media de 11 habs/km2.

273


En todos ellos, la combinación de la crisis del mundo rural motivada por la modernización y el aumento demográfico, ha causado un vertiginoso y progresivo éxodo rural, desencadenando un acelerado proceso de urbanización, fundamentalmente a partir de la segunda mitad del siglo pasado. 3.4. 3.4.1.

El dinamismo urbano Un desarrollo urbano tradicional

La aparición de las primeras ciudades tuvo lugar en la región meridional de Mesopotamia en el IV milenio a.C. Estas ciudades fueron el resultado final del aumento de los rendimientos agrícolas que, a su vez, potenció un aumento de la población. Unos 3.000 años a.C. ya existían en el sur de Mesopotamia más de una decena de ciudades sumerias, con varios miles de habitantes cada una. Estas ciudades se formaron a partir de antiguas poblaciones agrícolas y constituían verdaderos núcleos independientes entre sí. Se trataba de ciudades-Estado cuya unidad consistía en un sólo centro urbano y sus alrededores; cada ciudad dominaba un amplio territorio que explotaba económicamente a partir de la agricultura y la ganadería. En torno al año 2.500 a.C., se calcula que un 80% de la población vivía en núcleos urbanos. A lo largo de todo el Creciente Fértil, desde la Baja Mesopotamia hasta Siria y Palestina, se desarrollaron este tipo de ciudades. Zona de paso entre el mundo mediterráneo y el indostánico, la actividad comercial fue otro factor importante del temprano desarrollo urbano de la región: muchas ciudades, situadas a lo largo de las rutas caravaneras, fueron importantes centros comerciales. Al depender en un principio exclusivamente de los recursos naturales propios, y carecer de piedra y madera, el único material utilizado para la construcción era el barro. Esta arquitectura de ladrillo, para los edificios públicos, y de adobe (barro sin cocer) para las viviendas, ya se utilizó en siglos anteriores para la construcción de los diques y canales de riego. El uso casi exclusivo del ladrillo como material de construcción es el motivo por el cual la mayoría de estas ciudades no hayan perdurado hasta nuestros días. Uruk, Ur (que parece ser que llegó a alcanzar los 20.000 hab. en el se-

274


gundo milenio), Lagash, Nínive, Asur, Babilonia (capital de Caldea y famosa en el mundo antiguo por sus jardines colgantes), fueron algunas de sus principales ciudades. La urbanización pronto se extendió más allá de su área de aparición, alcanzando tanto el Levante mediterráneo como la región occidental de Persia. Sumerios, acadios, asirios, babilonios, persas, etc. se suceden en este escenario geográfico, hasta que el surgimiento de un nuevo poder –el Islam– centrado sobre los antiguos reinos sasánidas, reunifica el territorio y difunde su doctrina desde la India en el este, hasta el Atlántico, en el oeste. La conquista árabe, difusora del Islam, se acompañó de una intensa urbanización de manera que, hacia el año 1000 de nuestra era, el mundo árabe era el espacio más urbanizado del planeta. El proceso expansivo del Islam, iniciado en las ciudades de Medina y La Meca en el siglo VII contó con unos factores, tanto de índole geográfica como humana que, desde un principio favorecieron el desarrollo urbano. Si por una parte, su difusión se realizó en un medio desértico, más propenso a un hábitat concentrado que disperso a causa de las escasas y puntuales disponibilidades hídricas, por otra, tanto la necesidad de los invasores de permanecer unidos debido a su inferioridad numérica, como a la tradición urbana preislámica de algunos territorios, son factores que facilitaron la expansión y crecimiento urbano. El traslado de la capital del Islam de Damasco a Bagdad, a orillas del Tigris, en el siglo VIII, marcó el comienzo de un imperio con una verdadera base urbana, donde la actividad comercial va adquiriendo progresivamente mayor relevancia. Los árabes construyeron numerosas ciudades a lo largo de sus rutas comerciales, en las que comerciantes y artesanos gozaban de un elevado prestigio. La medina es el centro histórico de la ciudad árabe. El espacio central gira en torno a la mezquita y hacia ella convergen las calles principales; es el elemento unificador de la ciudad árabe. Junto a ella se situaban los baños públicos, de los que tan sólo Bagdad contaba con más de dos mil. La ciudad árabe se caracteriza por una construcción que tiende más al desarrollo horizontal que al vertical; las casas bajas suponen un factor unificador del paisaje urbano frente a los minaretes de las mezquitas, que destacan como únicos elementos que se elevan sobre la ciudad. Estas ciudades carecen de simetría por falta de un planeamiento general: se presentan

275


como un conjunto arracimado de casas cuyos muros exteriores están cegados para preservar la intimidad de sus moradores, y ubicadas en estrechas y sinuosas callejuelas para protegerse del sol. Estas ciudades presentan una clara oposición entre los espacios públicos y privados y se encuentran profundamente segregadas en barrios homogéneos, ya sea de origen etnolingüístico (barrios pakistaníes, hindúes, judíos...) o según las distintas actividades profesionales. El zoco (árabe) o bazar (persa) es la zona comercial por excelencia y la ciudad vive, fundamentalmente, del comercio y del artesanado. A raíz de las invasiones mongolas y turcas este florecimiento decayó. La impronta de la potencias coloniales, ya en el siglo XIX, supuso la oposición del modelo tradicional de ciudad islámica frente al modelo occidental. Se implanta una nueva urbanización en damero y surgen barrios europeos en las ciudades antiguas. El periodo colonial inicia un proceso de urbanización que va a conocer su mayor dinamismo a partir de la década de los cincuenta; así, si a principios de siglo había nueve ciudades de más de 100.000 habs., en los años cincuenta ya eran veinticinco. A partir de entonces, el crecimiento urbano se dispara. 3.4.2.

La explosión urbana

El acelerado crecimiento urbano del Próximo y Medio Oriente asiático a partir de la segunda mitad del siglo XX, con una tasa media de urbanización cercana al 80%, sitúa a este conjunto en uno de los espacios más urbanizados del Tercer Mundo, por delante del resto de Asia y África, aunque a bastante distancia todavía de América Latina. No obstante, estos valores medios ocultan sensibles diferencias entre los distintos países. Salvo Yemen y Afganistán, cuyas tasas de urbanización se encuentran por debajo del 26%, en el resto la población urbana supera ampliamente la barrera del 50%. Destacan, en el otro extremo, los altísimos índices de los países petrolíferos del Golfo, con porcentajes que se encuentran entre los más elevados del mundo, todos ellos superiores al 90% (Kuwait, Bahrein, Qatar), al igual que Israel (91,6%) y la franja de Gaza (94,5%). En un principio, fueron las grandes capitales de los Estados las que atrajeron a un mayor número de población y crecieron desmesuradamente. Hoy

276


en día, la macrocefalia tiende a atenuarse y son las ciudades medianas y pequeñas las que experimentan los crecimientos más rápidos, con lo que la red urbana paulatinamente tiende a equilibrarse. No obstante, aunque el crecimiento de las grandes ciudades sea más lento, y aumenten cada vez más las ciudades intermedias, la macrocefalia sigue predominando en la mayor parte de los países: Damasco, Amman, Estambul, Teherán o Bagdad, son capitales que siguen concentrando elevados volúmenes de población; por ejemplo, en Beirut vive el 34% de la población total del Líbano (2005) (Atlas Histórico y Geográfico Universitario, UNED, mapa IX.47). Turquía es el país que cuenta con el mayor número de ciudades millonarias y con el sistema urbano más equilibrado del conjunto, donde la cúspide de la pirámide urbana está ocupada por dos ciudades que se reparten las funciones de capitalidad: Estambul y Ankara. Aquí, como en el resto de los países en vías de desarrollo, la urbanización no ha sido un factor integrador de desarrollo, ya que no ha estado acompañada de un aumento del nivel de vida de sus habitantes. El crecimiento urbano ha sido en muchos casos tan rápido que ha absorbido a una gran masa de población sin urbanizarla: la población rural se ha trasladado a la ciudad, pero sigue conservando sus estructuras sociales y familiares tradicionales. En general, la llegada masiva de migrantes rurales, poco instruidos y poco cualificados, desencadenó una urbanización marginal y descontrolada en la mayor parte de las grandes ciudades. Este crecimiento urbano se propaga sin un plan preestablecido; el desorden y la anarquía urbanística reinan en torno a las grandes ciudades, cuyos espacios periurbanos se extienden sobre varios kilómetros y en ellos vive más de la mitad de sus ciudadanos. Así, Teherán se despliega sobre 80 km de noroeste a sureste, y Estambul ocupa un área cercana a los 40 km. Este hábitat periurbano marginal en un principio se realizó bajo la forma de bidonvilles, cuya construcción se realizaba con materiales de desecho. En los últimos años este tipo de construcciones tan precarias va cediendo lugar a unas viviendas de materiales más resistentes, construidas por la propia familia o un artesano, si bien carecen de autorización legal. Este tipo de autoconstrucciones, aunque en un principio supongan un remedio inmediato para cubrir las necesidades primarias de alojamiento, en su conjunto resulta deplorable, ya que carecen de las más mínimas infraes-

277


tructuras: agua, luz, equipamientos colectivos, calzadas, etc. Cabe destacar este tipo de barrios de autoconstrucción en Turquía, donde se les conoce con el nombre de gecekondu, que quiere decir en sentido literal «construidos durante la noche». Estos habitantes, si bien mantienen formas de vida semirurales, son netamente urbanos, ya que la mayoría trabaja en la administración, en la industria o en el comercio. En la actualidad, el gobierno intenta «urbanizar» estos espacios dotándoles de unos mínimos servicios e infraestructuras básicas. Las ciudades tradicionales en parte siguen manteniendo sus características específicas: el comercio y el artesanado continúan concentrados en los zocos y bazares, y los espacios religiosos siguen acaparando un lugar preeminente. Aunque el resto de la ciudad se moderniza y expande su perímetro, el carácter islámico de estas ciudades les sigue proporcionando una indudable originalidad. Este acelerado proceso de urbanización ha sido particularmente explosivo en los países petrolíferos, debido fundamentalmente a la intensa inmigración extranjera que ha acudido a ellos. A partir de los comienzos de la explotación del petróleo, se estructuró un complejo sistema migratorio en el interior mismo de la región, que giraba en torno a estos países productores. En un primer momento estos flujos migratorios provenían exclusivamente de otros países árabes, más ricos en mano de obra pero más pobres en capital. La crisis energética de 1973 y la subida del precio de los hidrocarburos motivó una fuerte demanda de mano de obra que no pudo ser atendida por la inmigración árabe interna, por lo que los flujos migratorios se diversificaron y países asiáticos no árabes aseguraron un fuerte volumen de mano de obra (pakistaníes, indonesios, filipinos, surcoreanos, tailandeses, etc.), hasta tal punto que, hoy en día, esta mano de obra asiática crece más rápidamente, en detrimento de los trabajadores árabes. En la mayoría de los Estados de la península arábiga la población extranjera alcanza valores muy elevados. En Kuwait la mano de obra extranjera creció un 47% entre 2000-2005 y actualmente dos tercios de la población del país no son kuwaitíes. La existencia de un sistema de padrinazgo muy peculiar propicia una rotación rápida de estos trabajadores, impidiendo su integración en el país, al mismo tiempo que salvaguarda los privilegios que disfrutan los nacionales. Este sistema se conoce con el nombre de kafala: los extranjeros están ligados a un garante (kafil), que puede ser un

278


ciudadano, una administración o una sociedad, quien les proporciona los permisos de trabajo y de residencia y al que entregan su pasaporte; la migración es siempre temporal y el trabajador necesariamente ha de volver a su país al término de su contrato (de 3 a 6 años). Estas ciudades de los Estados petrolíferos, con una población cada vez menos musulmana y menos integrada, presentan una estructura urbana claramente dualista, en la que amplios y elegantes barrios de corte occidental –a Kuwait se la denomina «Los Ángeles árabe»– ocultan la pervivencia de una población autóctona, que sigue manteniendo unos rasgos patriarcales profundamente tradicionales. La inmigración extranjera queda reflejada también en la peculiar estructura por edades y sexo de estas ciudades, verdaderas Torres de Babel surgidas en el desierto, donde la población adulta y masculina es mayoritaria. 4.

4.1.

LAS DIFICULTADES DEL ESPACIO RURAL: ENTRE LA TRADICIÓN Y EL DESARROLLO El paulatino retroceso del nomadismo pastoril. La pervivencia de una organización social tradicional

El Próximo y Medio Oriente asiático participa ampliamente del mundo bioclimático árido del Hemisferio Norte. A unas escasísimas e irregulares precipitaciones, se añaden una elevadas temperaturas debidas a la fuerte radiación solar como consecuencia de su latitud. Desde hace milenios, el hombre se ha tenido que adaptar a estos medios áridos (desiertos) o semiáridos (estepas) donde la disponibilidad de agua ha condicionado los modos de vida de los pueblos de estas regiones. El pastoreo nómada ha sido durante muchos siglos la principal forma de utilización del territorio y la actividad agraria tradicional por excelencia. El nomadismo ha dominado estos espacios desérticos y esteparios, donde el continuo ir y venir de las caravanas ha supuesto un elemento esencial de la economía y del paisaje de estas regiones. La península arábiga constituye la tierra del nomadismo en su más pura esencia. Los beduinos (del árabe bedawi, habitante del desierto), son

279


pastores nómadas que viven de la cría de ganado, del transporte y del pillaje (razzias). Tienen una sólida organización patriarcal cuya célula principal es la tribu, organizada bajo el mando de un jefe cheikh o sayid. Las grandes decisiones, como las expediciones guerreras o la ruta de sus desplazamientos, son tomadas por el consejo de la tribu, compuesto por los jefes de familia. Mantienen un código estricto del honor y las rivalidades y enfrentamientos entre los distintos clanes son a veces sangrientas. Sin embargo, su generosidad y hospitalidad son grandes, así como el gusto por la palabra y la poesía. En la sociedad beduina el animal es su mayor riqueza y fuente de producción. Camellos, ovejas y cabras predominan en los espacios desérticos o de montaña, respectivamente. La capacidad del camello en soportar las sofocantes temperaturas, permanecer sin beber más de dos semanas y su frugalidad, hacen de este animal el idóneo en la inmensidad de los desiertos. Durante siglos, los beduinos han vivido ajenos a toda evolución. Este gran desierto arábigo, dividido por numerosos valles y sembrado de oasis, ha sido permanente escenario del tráfico caravanero; ciudades como La Meca, Medina o Ryad, así como diversos oasis, eran lugares de descanso y de intercambio comercial de estas caravanas nómadas. La dependencia servil de los campesinos de los oasis con respecto a los nómadas, no ha sido abolida hasta fechas muy recientes. El beduino era, pues, el amo del desierto. Este tipo de nomadismo, llamado nomadismo horizontal, supone la movilidad de la vivienda principal. Personas y animales se desplazan siguiendo los itinerarios establecidos por los escasos recursos hídricos. Estos grandes desplazamientos, de centenares de kilómetros a veces, en busca de pastos y agua, implican la movilidad de la tribu entera, cuyos campamentos estaban compuestos de 4 a 6 tiendas, confeccionadas con pieles de ganado y cuyo color y forma suele ser un elemento de identificación tribal. Era practicado fundamentalmente por los beduinos, por las tribus de Anatolia (conocidos como los yörük, en sentido literal: «los que se van») y de los sectores montañosos de Irán y Afganistán, que mantenían una intensa actividad pastoril y comercial comunicando el Creciente Fértil con el valle del Indo. Tradicionalmente, durante el invierno los beduinos conducían sus rebaños hacia el Hamad, región árida hoy extendida entre Siria, Jordania, Irak

280


y Arabia, mientras que a la llegada del verano se instalaban en los márgenes de la mammoura, región donde su mayor pluviosidad permite ya el cultivo de cereales. Según las características de los desplazamientos existe también un tipo de nomadismo, conocido con el nombre de nomadismo vertical, cuyas diferencias con la transhumancia son difíciles de delimitar y que en la mayoría de los casos no es más que una evolución del nomadismo más puro. La badiya, zona de transición entre la estepa siria y el desierto, con unas precipitaciones inferiores a los 200 mm anuales y que supone el 50% del territorio, es otra de las zonas tradicionales de pastoreo nómada. En Turquía existen todavía numerosos pueblos nómadas a lo largo de la cadena del Taurus. Se trata de pastores que conducen sus rebaños de ovejas y cabras desde los pastos de invierno de los piedemontes hasta los pastizales de verano de las cimas. Este nomadismo pastoril de montaña ocupa todavía un lugar importante en la organización social de Irak, Irán y Afganistán, donde las migraciones estacionales entre los pastos de verano y los de invierno forman, aún hoy día, parte esencial del mundo rural. Existen, pues, muchas modalidades de transición entre el beduino o nómada puro, cuya vida transcurre paralelamente a sus desplazamientos, y otro numeroso tipo de situaciones en las que son mayoría los seminómadas, que participan tanto del pastoreo como de la agricultura. En la actualidad, el nomadismo, considerado como un modo de vida propio del desierto, se encuentra en franca regresión. Las rutas seculares caravaneras, cuyos desplazamientos seguían unos itinerarios sin preocupaciones de fronteras, se vieron enormemente afectadas por las divisiones políticas de principios de siglo. La razzia o rapiña organizada, que suponía una fuente de ingresos complementaria, fue prohibida. La introducción del camión supuso la ruina de estas sociedades. El camión no sólo acabó con el carácter mercantil de estas rutas caravaneras, sino que incluso los desplazamientos de los rebaños utilizan ya este medio de transporte. Por otra parte, los gobiernos tienden a sedentarizar a esta población, cuyas áreas de desplazamiento se encuentran cada vez más restringidas. La realización de grandes obras de infraestructura, a raíz de la mayor disponibilidad de recursos financieros de estos países, también ha

281


incidido negativamente en esta sociedad rural, cuya población ha supuesto una mano de obra poco exigente y barata. Asimismo, los recientes y prolongados periodos de sequía que ha sufrido el planeta en las últimas décadas, han afectado especialmente a algunos países de esta región, viéndose diezmados sensiblemente sus rebaños. La disminución de la demanda de dromedarios y camellos, cada vez menos utilizados en el transporte y en la agricultura es otro factor más que incide en este proceso de regresión del nomadismo, un mundo que ha evolucionado más en los últimos 50 años que en 15 siglos. El verdadero nómada, cuyo hábitat se desplaza conjuntamente con su ganado, paulatinamente se está convirtiendo en un pastor trashumante. Sin embargo, a pesar de estas profundas transformaciones, la tradición sigue viva en esta sociedad que, aunque haya modificado su modo de vida, la tribu permanece como el núcleo social básico que define la identidad de cada individuo, quien se resiste firmemente a perder su ancestral libertad y ser asimilado por el resto de la sociedad. 4.2.

Un sector agrario numeroso, poco productivo y con unas estructuras desequilibradas

El sector agrario todavía emplea a una gran parte de la población activa en la mayoría de los países. En conjunto, cuatro de cada diez activos trabajan en este sector, con porcentajes que oscilan desde el 50% en Afganistán y Yemen, los dos países menos desarrollados de la región, seguidos muy de cerca por Turquía y Siria, con tasas que superan el 40 %, hasta valores inferiores al 10% en los pequeños Estados petrolíferos de la península arábiga. Estos elevados índices de población activa agraria, si bien son sensiblemente inferiores a los de África y resto de Asia, son en cambio bastante superiores a los de América Latina. La precaria situación de este sector queda claramente reflejada en su baja participación en la formación del PIB. Excepto la franja litoral mediterránea y las cadenas montañosas del sector septentrional, el resto del territorio se encuentra inmerso en la franja de desiertos cálidos del Hemisferio Norte. La pertenencia a un mundo bioclimáticamente árido de este conjunto regional implica una serie de condicionamientos negativos para su desarrollo agrícola.

282


La extremada escasez de precipitaciones y su irregularidad dificultan la expansión de la agricultura. Además, la mala calidad de los suelos, su elevada salinidad y la creciente erosión que padecen, son otros factores negativos que el sector debe afrontar. En este espacio, ocupado por estepas y desiertos, que figuran entre los más rigurosos del globo, y donde el avance de la desertificación es una amenaza constante, el porcentaje de tierras cultivadas apenas supone el 10% de la superficie total. No obstante, existen fuertes disparidades entre unos países y otros. Las favorables condiciones bioclimáticas de los países del Levante mediterráneo, que permiten el desarrollo de una agricultura sin necesidad de regadío, se reflejan en sus mayores porcentajes de superficie cultivada, que alcanzan valores del 20% en Israel o casi el 30% en Líbano y Siria, llegando incluso al 34,6 % en Turquía, el país con más desarrollo agrícola del conjunto. Cuadro III.3. El sector agrario en el Próximo y Medio Oriente asiático (2005) Pbl. Activa agraria (%) Arabia Saudí

3

Tierras cultivadas (%del territorio)

Regadío (% de las tierras cultivo) (2002)

Participación PIB (%)

1,7

42,3

4

10

37,3

11

Irán

16

Irak

7

12,1

61,3

9

Israel

2

20,3

45,5

2

Jordania

5

4,5

19,5

3

Líbano

4

36,0

7

Omán

6

0,3

98,4

2

Siria

41

29,1

20,5

23

Turquía

41,5

34,6

14,7

13

Yemen

49

3,2

31,3

14

España

6

36,5

18,1

2

29

Fuente: El estado del mundo 2007. Calendario Atlante Agostini 2007. Images économiques du monde 2007.

Por el contrario, en las regiones de clima desértico y semiárido, donde a las altas temperaturas se suma una extrema aridez, las posibilidades agrarias dependen del regadío, por lo que la proporción de tierras cultivadas

283


desciende sensiblemente, con valores que apenas superan el 1% en la mayor parte de los países de la península arábiga. La isoyeta de 250 mm marca el límite de la agricultura pluvial, de manera que la irrigación debe paliar la escasez de precipitaciones que padece gran parte de la región, donde las principales áreas agrícolas se localizan tradicionalmente en los valles fluviales y en los oasis. Desde hace milenios, estas poblaciones han practicado diversos sistemas de regadío con el fin de aumentar las exigüas tierras agrícolas, bien aprovechando el caudal de los ríos mediante presas y diques que canalizan el agua, bien mediante la construcción de galerías subterráneas que transportan el agua a grandes distancias (qanats), o bien mediante la construcción de norias que elevan el agua de los ríos o la perforación de pozos para captar las aguas subterráneas. Los cereales representan el cultivo más importante, tanto en extensión como en producción, ocupando casi el 50% de la superficie cultivada (Atlas Histórico y Geográfico Universitario. UNED, mapa IX. 44). Ya en el octavo milenio antes de C. se cultivaban el trigo y la cebada en el llamado Creciente Fértil. En la actualidad el trigo sigue siendo el cereal más difundido, ocupando casi el 70% de los terrenos cerealistas. La cebada es el segundo cereal en importancia, tanto por la superficie cultivada como por su producción. Ambos, cereales de invierno, se cultivan en la mayoría de los países de la región, especialmente en el norte iraquí, norte y noroeste de Irán, la meseta de Anatolia y la franja estépica de la mammoura siria. El mijo, cereal de verano, se cultiva en las regiones meridionales más cálidas, mientras que el centeno y la avena ocupan las regiones más frías. En la mayoría de los casos se trata todavía de una agricultura tradicional, con largos periodos de barbecho y que, salvo Turquía (15º país productor mundial de trigo, con el 1,4 % del total mundial en el año 2005) y algunas regiones muy puntuales, ofrece unos escasos rendimientos. Los bajos rendimientos de la agricultura tradicional cerealista de secano se atribuyen no sólo al débil empleo de abonos o a la escasa utilización de semillas seleccionadas, sino también a su localización en terrenos no muy favorables, de ahí el excesivo mantenimiento de la tierra en barbecho, tanto desde un punto de vista espacial (en torno al 40% de la tierra cultivada) como temporal (a veces 4 de cada 5 años), aunque cada vez se encuentra más generalizado el sistema de año y vez.

284


Olivo, vid, higuera y diversos árboles frutales ocupan colinas y laderas montañosas del Levante mediterráneo, donde los agrios, fundamentalmente en Turquía e Israel, suponen importantes productos de exportación. Mención aparte merece el cultivo de la avellana en Turquía, entre Ordu y Trabzon, que aporta el 70% del mercado mundial de este producto, en su mayoría destinado a la exportación. En los oasis de los grandes desiertos y en Mesopotamia, la palmera datilera es el cultivo más característico. En Irak meridional, en el Shatt al-Arab se recogen elevadas producciones de dátiles destinados al mercado nacional y, sobre todo, internacional. Entre los cultivos comerciales e industriales, en su mayoría a expensas del regadío, destacan la remolacha azucarera, tabaco, té y algodón. Té y tabaco se cultivan en las laderas montañosas de Irán e Irak y en las costas turcas del Mar Egeo y Mar Negro, mientras que el café fue un cultivo esencial en las regiones tropicales del Yemen. Originario de Etiopía, los cafetales encontraron un medio muy favorable en las laderas montañosas, entre los 1.000 y los 2.000 m, de la República del Yemen, cuyo cultivo en terrazas dió trabajo a una abundante mano de obra. Navegantes portugueses introdujeron su consumo en Europa durante el siglo XV y pronto su cultivo experimentó una enorme demanda, de manera que durante más de un siglo el Yemen tuvo el monopolio sobre el mercado mundial. El desarrollo de plantaciones de café en las colonias europeas supuso un golpe mortal para la agricultura yemení, excesivamente dependiente de su monocultivo. El café fué sustituido por el arbusto del «khat» o «qat» (Cardya abissina), planta poco exigente cuyas hojas producen leves efectos alucinógenos al ser masticadas. Su cultivo supone elevados beneficios: en la actualidad (2006) el kat asegura por si sólo el 4% del PIB del Yemen. El algodón, materia prima para numerosas industrias textiles locales, se cultiva principalmente en Turquía (costas del Mar Egeo), Israel, Siria, Irak e Irán. En Afganistán, su cultivo fue el principal motor de desarrollo económico a mediados del siglo pasado, destinado a abastecer no sólo a una importante industria nacional, sino que también suponía un producto esencial de exportación, mercado en el que la antigua Unión Soviética era su principal comprador. Hoy en día, su cultivo ha descendido drásticamente.

285


La enorme extensión de zonas montañosas, esteparias y desérticas de la región, da lugar a inmensos espacios incultos dedicados en su mayor parte a pastos. En la actualidad, la ganadería sigue ocupando un lugar destacado en la economía de este conjunto regional. No sólo es la actividad principal para los pastores nómadas y trashumantes, sino que también numerosos agricultores sedentarios mantienen una actividad agropecuaria de subsistencia. El número de camellos ha disminuido ostensiblemente a causa de la política de sedentarización de las tribus nómadas y de la fuerte competencia del camión, aunque todavía quedan grandes rebaños en las zonas desérticas de Irán, Afganistán y de la península arábiga. La ganadería ovina y caprina es sin duda la más representada y la que mejor se adapta a estos medios áridos y pobres. Irán, con 80 millones de cabezas, Turquía con 34 millones y Afganistán con 16 millones, son los países que cuentan con una mayor cabaña ganadera. La piel del cordero de la raza karakul, conocida también con el nombre de Astrakán o «borrego persa», sigue siendo una importante materia prima para la confección de abrigos de pieles y tapices. En Irak y el Levante mediterráneo, la ganadería ovina y caprina también se encuentra muy extendida. En general, en toda la región se trata de una ganadería extensiva, con unos rendimientos muy bajos, pero que secularmente ha sustentado una peculiar y tradicional industria de alfombras: hace años éste era un trabajo característico de la población nómada, pero hoy en día esta actividad paulatinamente se ha ido trasladando a modernas fábricas. La ganadería bovina se encuentra mejor adaptada a las zonas más húmedas de Irán y Turquía. Al predominio de unos sistemas de cultivo poco evolucionados, de carácter extensivo y rendimientos muy bajos, se añade la existencia de unas estructuras agrarias desequilibradas. La disolución de la propiedad campesina colectiva tradicional, desde mediados del siglo pasado, en beneficio de familias de terratenientes, la mayoría absentistas, favoreció la concentración de tierras en manos de una oligarquía feudal, que supuso un fuerte retroceso en el desarrollo del mundo rural. La existencia de numerosas comunidades tribales sin tierras, facilitó la imposición por parte de latifundistas y jefes de tribu, de formas de explotación y tenencia muy gravosas para el campesinado que, a partir de

286


entonces, adquirió unas condiciones de esclavitud desconocidas hasta el momento, y supuso un factor más de pauperización del mundo rural. La mayoría de los países de la región padeció las mismas estructuras agrarias desequilibradas, de manera que el Estado, grandes familias y terratenientes, acapararon la mayor parte de las tierras, mientras que el campesinado –sin tierras o con minúsculas parcelas sin posibilidad alguna de introducir técnicas modernas– permanecía sujeto y endeudado bajo unas condiciones abusivas. Tradicionalmente, la cosecha se dividía en cinco partes en función de los cinco factores que intervenían en la producción: tierra, agua, simiente, animales de labor y trabajo. El campesino, al colaborar tan sólo con su trabajo, su participación en la cosecha se reducía únicamente a la quinta parte. A esta situación se añadía la existencia de contratos abusivos, ilegales y sin ningún tipo de garantía de continuidad. El gran propietario era el dueño indiscutible del mundo rural. A mediados de los años cincuenta, el sector agrario padecía no sólo un evidente retraso en sus formas de producción, sino que también millones de campesinos se encontraban sumidos en la miseria, sin ninguna posibilidad de escapar de ella. En este contexto, y con el fin de conseguir una sociedad más igualitaria y un desarrollo económico más armonioso de todos los sectores, la cuestión agraria pasa a ocupar un primer plano en las políticas nacionales. La reforma agraria es, a partir de entonces, sentida como una necesidad por la mayoría de los gobiernos de la región. 4.3.

Los intentos de corrección de los desequilibrios: las reformas agrarias y transformaciones recientes. La creciente dependencia alimentaria

La abolición de una estructura de la propiedad en la que predominaba el latifundismo y el absentismo, y un régimen de tenencia de la tierra con unos tipos de arrendamiento y aparcería totalmente injustos y abusivos, fueron los principales objetivos de la puesta en marcha de las reformas agrarias. Igualmente, se pretendía mejorar la situación del campesinado, la mayoría endeudado, y potenciar la modernización del sector con el fin de aumentar la productividad.

287


Casi todos los países promulgaron leyes de reforma agraria, que conocieron un grado muy diverso de aplicación. Así, mientras que las reformas de Turquía, Jordania y Afganistán apenas transformaron la realidad, o países como Omán y Arabia Saudí ni siquiera las ejecutaron, cabe destacar las reformas agrarias de Siria, Irak e Irán, tanto por el volumen de personas afectadas como por los objetivos planteados. En Siria, la desaparición del antiguo sistema comunitario (musa’a) de propiedad indivisa, produjo la fragmentación de la tierras y su acaparamiento por parte de grandes terratenientes, de manera que en 1958 el 1% de los propietarios poseía el 75% de las tierras cultivadas, y las propiedades de más de 100 has. ocupaban el 52% de las tierras. Promulgada una primera reforma en 1959 y una segunda en 1963, la propiedad privada quedó limitada en función de las regiones y de la utilización del suelo: 80 has en cultivos irrigados y 300 has en cultivos de secano. Ambas reformas redujeron el número de grandes propiedades, acabaron en parte con la aristocracia feudal y mejoraron la situación del campesinado. Cerca del 85% de las tierras cultivadas se expropiaron, de las cuales un 25% fueron nacionalizadas y organizadas en cooperativas, tanto de producción como de servicios, y el resto se repartió entre los campesinos sin tierras. Esta redistribución supuso una enorme fragmentación de la tierra, hasta el punto de que si antes de las reformas, las propiedades menores de 25 has suponían el 30% del total, en 1975 representaban el 93%. En la década de los ochenta, el sistema cooperativo aumentó sensiblemente, de manera que hoy en día, la mitad de las tierras cultivadas están integradas en cooperativas (2 millones de has) y la otra mitad se encuentra acaparada por el sector privado. El sector público tan sólo controla 100.000 has, aunque la política de producción agrícola es fijada en su totalidad por el Estado. La reforma agraria en Irak se promulgó el mismo año que cayó la monarquía y se proclamó la revolución (1958). Al igual que en otros países de la región, la desaparición de las tierras colectivas tradicionales, a mediados del siglo XIX, favoreció la concentración de tierras y la creación de grandes propiedades. Desde entonces, el latifundio fue la nota dominante en un país donde el 2% de los propietarios poseían casi los dos tercios de las tierras cultivadas, y el 75% de los campesinos carecían de ellas.

288


La reforma agraria de 1958 redujo el poder de la oligarquía feudal y redistribuyó la tierra en lotes individuales entre la población campesina. Una segunda reforma agraria en 1970, de rasgos más radicales, desembocó en un mayor dominio del Estado sobre el sector agrario, al que pertenecían la mayor parte de las tierras y las explotaba en forma de granjas estatales o las transfería a agricultores que obligatoriamente debían integrarse en cooperativas. Si la reestructuración agraria logró poner fin a la aristocracia terrateniente, el resto de los objetivos socioeconómicos no se cumplieron según lo previsto. La reforma agraria en Irán fue el eje de la llamada Revolución blanca del sha y del pueblo, promulgada una primera fase en 1962 y completada en 1964 y 1968, respectivamente. Uno de sus principales objetivos fue evitar la posesión de más de una aldea a una sola persona, y abolir el tradicional reparto de la cosecha en los cinco factores productivos correspondientes. Asimismo, se procedió a la redistribución masiva de la propiedad rústica. Al final de este primer periodo, si bien la ambigüedad de su articulado no permitió una aplicación más estricta del mismo, se cumplieron parte de sus objetivos al lograr ser modificada la precaria situación de algo más del 20% de las familias rurales. La segunda fase se concretó en la reforma de la tenencia de la tierra. Los terratenientes debían elegir entre cinco alternativas de explotación: partición, formación de sociedades agrícolas, arrendamiento a mayor plazo, venta o compra por parte de los campesinos de sus derechos sobre la tierra. El objetivo cumplido fue la generalización de los arrendamientos a largo plazo (30 años). La ley de 1968 pretendía eliminar todo tipo de explotación indirecta, mediante la venta o partición de las propiedades que todavía permanecían en manos de los terratenientes, y favorecer así el definitivo acceso a la propiedad de los campesinos. Al término de estas tres fases, se calcula que la mitad de las familias rurales era ya propietaria de las tierras que trabajaba. Sin embargo, si la dependencia feudal respecto al terrateniente había logrado ser en buena parte erradicada, la falta de preparación técnica del campesinado motivó que éste no supiera hacer frente a su integración en el mercado liberal, de manera que se vio abocado a otro tipo de endeudamiento (créditos, burocracia de las cooperativas, gestión de los derechos sobre el agua, etc.).

289


Asimismo, la explotación agrícola media, de unas 6 has, resultó ser excesivamente pequeña para mantener una familia, con lo que una gran mayoría se vio en la necesidad de vender sus tierras y emigrar a la ciudad, donde el desempleo contribuyó aún más a la marginación de este sector. En la década de los setenta se potenció la creación de polos de desarrollo rural que agruparían a todas las aldeas del país, pero la caída del régimen supuso la paralización de este proyecto. La llegada de la república islámica al poder marcó una nueva etapa en este largo proceso: la reforma agraria islámica potenció una política de equipamiento e infraestructura de las aldeas (carreteras, agua, electricidad, servicios sociales...) con el fin de dinamizar y activar la economía rural tradicional. Se pusieron en cultivo nuevas tierras distribuyéndose casi más de 2 millones de has. entre los campesinos; pero estas medidas no han logrado cumplir con los objetivos previstos y el mundo rural vive todavía en unas condiciones sociales muy limitadas. Ya en la primera década del siglo XXI, la escasez de agua y la excesiva división de la propiedad de la tierra siguen siendo factores negativos para el desarrollo agrario. El sistema de cooperativas (fomentado por las reformas agrarias) reviste una especial singularidad en Israel, donde el kibutz y el moshav son sus pilares básicos. El kibutz es una comunidad democrática que alquila tierras propiedad del Estado, ella misma posee los medios de producción y organiza colectivamente todas las actividades, tanto productivas (agricultura, ganadería, artesanía, industria) como sociales (vivienda, alimentación, enseñanza, sanidad). Hoy en día, la mayor parte de los kibutzim combina la agricultura con las manufacturas especializadas y las industrias de servicios. Suelen ser comunidades de unos centenares de habitantes y abundan sobre todo en las regiones pioneras (desierto del Neguev) y en las regiones fronterizas (valle del Jordán). A principios de los noventa, un tercio de la población rural trabajaba en cerca de 300 kibutzim. En la actualidad (2007), Israel acaba de privatizar su kibutz más antiguo, situado en Degania, a orillas del lago Tiberiades; este kibutz fue creado en el año 1910 por un pequeño grupo de emigrantes procedentes de Ucrania y desde entonces fue considerado como un ejemplo para todos los kibutzim. El moshav o moshav ovedim son cooperativas que agrupan pequeñas explotaciones familiares, de idéntica extensión y administradas individual-

290


mente, aunque los medios de producción son comunitarios: utillaje, abonos, semillas, comercialización de la producción, etc. Cada familia tiene su vivienda propia y trabaja su tierra en régimen de concesión hereditaria. Estos moshavim son más numerosos que los kibutzim, se calcula en torno a 500, y en ellos trabaja el 45% de la población agraria. El moshav shitufi, mucho menos numeroso, es un modelo intermedio donde se combina una economía centralizada, como la de los kibutzim, con el tipo de vida familiar privado de los moshavim. En líneas generales, las reformas agrarias llevadas a cabo en gran parte de los países de esta región pretendían no sólo reducir las desigualdades entre la población rural y la población urbana, sino también mejorar la producción y lograr una mayor integración del sector agrario en el economía nacional. Sin embargo, el resultado de este largo proceso ha sido muy diferente al pretendido: los desequilibrios sociales no han disminuido, sino que se han acentuado y la población agraria, en aumento a raíz del crecimiento demográfico, no ha logrado mejorar su calidad de vida. En los últimos años el mundo rural está experimentando profundas transformaciones. La extensión y difusión del regadío es, cada vez más, uno de los principales objetivos de la política agraria de la mayoría de los países de la región. Los antiguos sistemas tradicionales de regadío como las norias, los shadouf o los qanats, entre otros, paulatinamente han sido sustituidos por bombas de motor, cuya utilización alcanza cada vez mayor difusión. En aquéllas regiones donde sus características topográficas, hidrográficas y pluviométricas lo permiten, la construcción de embalses ha posibilitado que la superficie regada cubra cada vez áreas más amplias. En este contexto, la construcción de la presa de Ilisu, en Turquía, inmersa en el proyecto GAP, regará grandes extensiones de terreno de la región de Anatolia sudoriental antes del año 2010. Merecen destacar la costosas obras de infraestructura que Arabia Saudí está llevando a cabo para potenciar el sector y obtener sistemas de regadío cada vez más perfeccionados. La difusión y extensión de las superficie regada en áreas desérticas, ha sido posible mediante un sistema de «pivotes de aspersión», que extraen el agua de las capas freáticas del subsuelo. La llanura de Hasa, los alrededores de Ryad, el gran Nefud y el Rub al Khali son las

291


regiones favorecidas por este tipo de regadío. Este sistema, basado en un aporte continuo de agua (16 horas/día) tiene sus contrapartidas. El aprovechamiento del agua dista bastante de ser total, con el consiguiente despilfarro de un recurso tan escaso; además, este elevado consumo de agua implica un riesgo cada vez mayor de agotamiento de los acuíferos. No obstante, la difusión del regadío y el apoyo al sector otorgado por este país, promocionando la mecanización, selección de semillas e introducción de abonos, pronto dio sus frutos. En diez años (1980-90), la SAU pasó de 150.000 has a más de 2 millones, y la producción de trigo se triplicó, de manera que desde 1985 Arabia Saudí es exportadora de trigo –generalmente, a los países vecinos– y autosuficiente en legumbres, frutas, avicultura y productos lácteos. Sin embargo, la utilización de una tecnología importada, una mano de obra técnica también extranjera y unas costosas inversiones implican un precio excesivamente elevado: el precio del trigo de Arabia Saudí es cinco veces superior a la media mundial. Otro ejemplo de moderno desarrollo agrícola que utiliza técnicas muy sofisticadas se encuentra en los Emiratos Árabes Unidos. En este país, gracias a las cuantiosas rentas petrolíferas y sin excesiva preocupación por obtener unos elevados rendimientos, se desarrolla una importante agricultura periurbana hidropónica de frutas y legumbres: las plantas crecen sobre un soporte sintético alimentado por una solución acuosa que contiene los elementos nutritivos necesarios. A pesar de los numerosos esfuerzos realizados en todos los países de la región para desarrollar y mejorar el sector, la productividad agrícola sigue siendo muy débil. Los bajos rendimientos de la producción siguen siendo un rasgo característico, debido no sólo a la existencia de una mentalidad y unas técnicas tradicionales de gran parte del campesinado, sino también a que este sector no ha sido, desde un principio, un objetivo prioritario de las políticas de desarrollo, como lo fue el sector industrial. El aumento demográfico y la paulatina mejora del nivel de vida, sobre todo en las grandes ciudades, ha llevado consigo un espectacular aumento de la demanda de bienes alimenticios, muy superior en un principio a la oferta nacional. Al mismo tiempo que la demanda aumenta, ésta se diversifica y enriquece: carne, huevos, frutas, hortalizas, legumbres, etc. Sin embargo, esta región, tradicionalmente de base cerealista, no logra aumentar su producción al mismo ritmo que la demanda. En la actualidad, excepto

292


Turquía, el resto de los países, en mayor o menor grado, sigue sin ser autosuficiente y debe recurrir a la importación, de manera que sus balanzas comerciales agrarias se encuentran fuertemente desequilibradas. 5.

5.1.

UNA INDUSTRIALIZACIÓN RECIENTE Y ACELERADA, LIGADA AL PETRÓLEO

La tradición artesanal

Desde hace siglos, se ha venido desarrollando en la región un artesanado familiar tradicional dedicado al metal, los textiles y la transformación de productos alimenticios. Los zocos árabes y los bazares orientales, con sus innumerables talleres y tenderetes en un laberinto de callejuelas y estrechos pasajes, todavía mantienen una parte importante de la actividad comercial y artesanal de las ciudades y son uno de los pocos sectores urbanos que, de momento, se ha librado de la modernización. Las ciudades de Damasco, Bagdad, Jerusalén o Teherán siguen manteniendo una intensa actividad comercial en estos mercados: el bazar de Estambul, por ejemplo, consta de más de 4.000 tiendas y data del siglo XVI, y el inmenso bazar de Ispahan, es testigo de una antigua ruta caravanera de la que esta ciudad era un punto neurálgico. Los textiles fueron desde un principio uno de los productos artesanales más importantes de la región. La abundancia de materia prima local (algodón, seda, lana) propició una tradicional artesanía que empleaba un alto volumen de mano de obra y que en la actualidad sigue gozando de un merecido prestigio. La confección a mano de tapices y alfombras mantiene todavía un activo comercio, tanto a nivel nacional como internacional; al igual que siguen siendo muy cotizados los lujosos brocados de seda sirios e iraníes. La artesanía del metal ha sido una actividad característica de la mayor parte de los países de este conjunto desde tiempos antiguos. Durante la Edad Media, destacó la fabricación de armas y arneses: Damasco fue famosa por sus espadas y dagas, y todavía hoy en día muchos yemeníes llevan a la cintura la jambiyya, la tradicional daga curva, símbolo de la cultura yemení. En Bagdad, la artesanía del cobre sigue muy activa, mientras que Irán destacó por la elaboración de valiosos platos y fuentes de plata, material que

293


debido a su escasez, tuvo que ser sustituido en el siglo bronce.

XI

por el latón y el

La transformación artesanal de productos agrícolas goza, al igual que el sector textil, de una cierta dispersión geográfica al localizarse en la proximidad de las áreas de producción: fabricación de harinas, sémola, azúcar, conservas de frutas y legumbres. Durante el siglo XIX y primera mitad del XX surgen paulatinamente pequeños enclaves industriales ligados en su mayoría a la actividad agraria: actividades textiles ya de mayor envergadura en relación con el algodón en Afganistán, café en el Yemen, caña de azúcar, equipamientos agrícolas, producción de abonos, etc. En torno a la ciudades empiezan a surgir también pequeñas industrias de transformación. Sin embargo, este desarrollo industrial era todavía muy incipiente, y la mayoría de las actividades se mantenían en un estado artesanal o semiartesanal. 5.2.

El petróleo, principal factor de la transformación social y económica

Los países de Asia Suroccidental asiático extraen cada año más de 1.000 millones de t de petróleo (1.208 millones en 2005), es decir, casi la tercera parte de la producción mundial (fig. III. 5). Sus reservas conocidas se estiman, en este mismo año, en 101,2 miles de millones de tep (el 61,9% de las mundiales), de las cuales un tercio corresponde a Arabia Saudí (primer productor del planeta y primer país en reservas probadas) y el resto a los otros cuatro grandes productores del Golfo (Irán, Irak, Kuwait y Emiratos Árabes Unidos). A raíz de recientes descubrimientos efectuados en Irak y Arabia Saudí, se prevé que en este siglo XXI los países del Golfo llegarán a disponer del 85% de las reservas mundiales. Igualmente, la región posee en la actualidad casi la mitad de las reservas mundiales de gas natural (40,1% en el año 2005). A la abundancia de reservas se une también la facilidad de extracción (los pozos suelen ser muy poco profundos, de manera que el coste de producción por barril se encuentra entre los más bajos del mundo) y la flexibilidad de su producción, lo que permite ser aumentada o disminuida en un breve periodo de tiempo, e influir muy directamente en el ritmo del mercado mundial.

294


Irak 7,2%

Producción Omán Siria 3% Yemen 1% Resto 1,5% Qatar 0,2% 3,8%

Consumo

Resto 25,6%

Arabia Saudí 32,1%

Arabia Saudí 46%

EAU 10,4%

Qatar 1,4% Kuwait 5,3% EAU 6,7%

Kuwait 10,5%

Irán 28,9%

Irán 16,4% Total 1.208,1 millones de T. (31% del mundial)

Total 271,3 millones de T. (7,1% del mundial) Reservas

Qatar 2% Siria 12,8%

Omán 0,8%

EAU 0,4% Yemen 0,4% Arabia Saudí 36%

Kuwait 13,8%

Irak 15,3%

Irán 18,5%

Total 101,2 millones de T. (61,9% del mundial)

Fig. III.5. Producción, consumo y reservas de petróleo en los países de Asia Suroccidental

295


Desde los primeros años del siglo XXI, se ha producido una fuerte demanda de hidrocarburos a raíz de las crecientes necesidades energéticas de China y del resto de los países de Asia meridional y oriental, con lo que la región del Golfo, debido no sólo a su producción actual sino también a sus reservas conocidas, jugará un papel todavía más decisivo. La historia geológica de esta región del globo explica la existencia de estos importantísimos recursos en hidrocarburos, que suponen la base de su riqueza y el principal factor de transformación social y económica del conjunto. 5.2.1.

Las favorables condiciones geológicas

El petróleo (del latín petra roca y oleum aceite) está compuesto por una mezcla de hidrocarburos variados: líquidos, que forman la parte principal; gaseosos (metano, acetileno, butano, propano y otros), que se encuentran almacenados a enorme presión; y sólidos (asfalto y betún), disueltos en los hidrocarburos líquidos. El petróleo en teoría sirve para designar a todos los hidrocarburos naturales, ya sean sólidos, líquidos o gaseosos, pero en la práctica se utiliza más corrientemente para referirse a los hidrocarburos líquidos. El betún es uno de los materiales de construcción más antiguo que existe. El uso del betún en el área de Mesopotamia se remonta a tiempos muy antiguos: en torno al año 3.800 antes de nuestra era, los sumerios ya conocían las propiedades adhesivas y la impermeabilidad que poseía este material, que utilizaron como aglomerante en albañilería y en la construcción de caminos, así como impermeabilizante de estanques y depósitos de agua a lo largo del Tigris y del Éufrates. Su empleo estuvo también muy difundido para calafatear embarcaciones (según la Biblia, Noé utilizó ya el betún para el calafateo del Arca). Asimismo, la migración del petróleo hacia la superficie, donde se disipan los hidrocarburos más volátiles y permanecen los sólidos, es decir los bituminosos, impregnando las rocas superficiales o rezumando de ellas gota a gota, fue también muy conocida en la antigüedad, sobre todo en el Oriente Medio, donde los escapes de hidrocarburos inflamables eran muy frecuentes; estos pueblos solían utilizar estos materiales como combustible para mantener el «fuego sagrado» de sus templos. Actualmente se encuentra ampliamente demostrado que el petróleo se originó a partir de la materia orgánica acumulada en los sedimentos del

296


fondo del mar de las regiones de depresiones. En estas cuencas irían cayendo gran número de organismos planctónicos que vivían en las aguas superficiales y colindantes de las propia cuenca marina. A esta acumulación de organismos marinos se añadiría también materia orgánica (humus y organismos muertos) arrastrada por los ríos hacia el mar. Estos restos orgánicos quedarían enterrados en mares poco profundos y cubiertos por finas capas de sedimentos (arenas y arcillas). En este fango estancado, se desarrollaron bacterias anaerobias que descompusieron la materia orgánica, transformándola en sustancias grasas y parafina. Estas fermentaciones bacterianas darían lugar al llamado «sapropel», materia orgánica ya descompuesta, de color muy oscuro y de olor pestilente, que al quedar enterrada y bajo la acción de ciertas condiciones de temperatura y de presión se transformaría en hidrocarburos. No obstante, para la formación de un yacimiento petrolífero se requiere no sólo que se origine el hidrocarburo, sino que también, dada su enorme movilidad, que existan unas condiciones adecuadas para su almacenamiento. Estas circunstancias dependen tanto de las características de las rocas que constituyen el yacimiento (litología), como de las estructuras que presentan. La existencia y posibilidad de explotación del petróleo en Oriente Medio deriva, pues, de la coincidencia de estas dos características favorables: litología y estructura. En cuanto a la litología, si una serie estratigráfica determinada contiene petróleo, a esta serie se la denomina «serie petrolífera» y necesariamente ha de estar compuesta por tres tipos de roca: — se considera «roca madre» del petróleo a toda roca cuyas condiciones de formación fueron adecuadas para generar hidrocarburos, que aparecen en forma de gotas de petróleo y burbujas de gas. En general, son rocas de textura muy fina, como arcillas, margas o calizas, con un alto contenido en materia orgánica y de un color oscuro o negro. — la «roca almacén» es la que por su porosidad y permeabilidad ofrece las características adecuadas para la acumulación de petróleo, aunque no se haya formado en ella. — la «roca de cobertera» es aquélla roca impermeable que no permite el paso del petróleo, por lo que éste queda atrapado en la «roca almacén».

297


El largo proceso de sedimentación que se llevó a cabo en el geosinclinal de Tethys contribuyó a la formación de esta variada gama de rocas, que combinan materiales porosos y permeables (que permiten el almacenamiento del aceite) y materiales impermeables (que evitan su migración). Asimismo, para que el petróleo forme un yacimiento es necesario además que la disposición de las rocas no permita su migración. Las estructuras geológicas de esta región de Oriente Medio han favorecido el almacenamiento de petróleo en grandes bolsas. Entre las estructuras geológicas más favorables para la formación de las llamadas «trampas petrolíferas», en las que el petróleo, gas y agua marina quedan atrapados de acuerdo con sus densidades relativas, destacan (fig. III.6):

Gas

Gas Gas

Petróleo

Petróleo Agua Agua Falla Gas Petróleo

Gas

Petróleo Agua Agua

Sal de Piedra Fuente: Fisher (1978). En negro, capa techo impermeble

Fig. III.6. Estructuras geológicas favorables a la formación del petróleo

298


— Las estructuras anticlinales de amplio radio de curvatura, que son las más favorables. — Pequeñas estructuras falladas que interrumpen la continuidad de un estrato poroso, bloqueándolo con una capa de rocas impermeables. — Los diapiros salinos, muy frecuentes en algunas regiones de Irán. — Estratos porosos que se introducen en forma de cuña entre estratos impermeables. Estas características litológicas y estructurales favorables para la formación de yacimientos petrolíferos han coincidido sobre extensas regiones de Oriente Medio. Entre las principales causas que, según Fisher (op.cit, pág.245) han determinado esta situación, se encuentran las siguientes: — Una larga y continua sedimentación en el amplio geosinclinal de Tethys, que dió como resultado la formación de petróleo sobre rocas de diferente edad y estructura. — El hecho de ser el mar de Tethys un mar cálido, propició el desarrollo en él de una rica vida animal. — El vigor de los movimientos tectónicos en esta región fué amortiguado por el zócalo subyacente, por lo que los estratos sedimentarios no sufrieron grandes deformaciones. — La existencia de numerosos estratos porosos. — La abundancia también de rocas impermeables en la superficie o muy cerca de ella. La suma de todas estas características favorables es la que ha dado lugar a la formación de los mayores yacimientos petrolíferos del mundo. 5.2.2.

Principales áreas petrolíferas

La producción de petróleo en el Próximo y Medio Oriente asiático se encuentra netamente concentrada en torno al Golfo (Pérsico para unos, Arábigo para otros); tan sólo una pequeña área escapa a esta fuerte concentración, localizada entre el sureste de Turquía y nordeste de Siria e Irak, pero de mucha menor capacidad (Atlas Histórico y Geográfico Universitario, UNED, mapa IX.45).

299


Arabia Saudí es el primer productor mundial de petróleo (con el 13,5% del total mundial, seguido de Rusia, en el año 2005) y guarda asimismo el 22% de las reservas mundiales. El zócalo que subyace bajo la península arábiga, que es un fragmento de la antigua plataforma continental de Gondwana, ha actuado de amortiguador frente a los empujes tectónicos, de manera que los estratos suprayacentes apenas sufrieron deformaciones, dando lugar a anticlinales de amplio radio de curvatura, especialmente favorables para el almacenamiento de petróleo. Estos anticlinales a menudo se formaron sobre areniscas porosas mesozoicas, desde el Jurásico hasta el Cretácico, que actuaron de roca-almacén, dando lugar a unos de los yacimientos más extensos del mundo. El petróleo se explotó por primera vez en 1938 en la región de Damman. En la actualidad, Arabia Saudí posee el mayor campo petrolífero continental del planeta, situado en Ghawar, el cual se extiende sobre unos 200 kms de norte a sur y entre 25 y 30 kms de este a oeste; a su vez se encuentra dividido en varias secciones (Farzan, Ain Dar, Uthmaniyah, Hawiyah y Haradh) y sus reservas son superiores a todas las de Estados Unidos. Mas hacia el norte se encuentran los yacimientos de Abqaiq, Damman, Qatif, Berri, Abu Hadriya, Fadhili. Posee también el yacimiento submarino más grande del mundo, Safaniya, descubierto en 1951. La mayor parte de la producción es exportada por el puerto de Ras Tanura, donde confluyen la mayoría de los oleoductos del país y donde se encuentra también la mayor refinería del planeta. Asimismo, el país controla la compañía petrolera más grande del globo, la Aramco, que asegura el 97% de la producción nacional y que en el año 2005 ha puesto en marcha un ambicioso programa con el fin de aumentar la producción y duplicar el número de pozos de sondeo para reemplazar los yacimientos más obsoletos. Los principales campos petrolíferos de Kuwait se encuentran sobre una roca-almacén de areniscas cretácicas, de unos 300 metros de espesor –en Arabia Saudí algunos campos tan sólo alcanzaban los 70 metros– y a una escasa profundidad, factores que han propiciado unos costes de explotación excepcionalmente bajos. El petróleo kuwaití se descubrió en 1938, pero su explotación y posterior exportación no comenzó hasta después de la Segunda Guerra Mundial. En

300


la actualidad (2005), este pequeño país desértico de 17.820 Km2, situado entre Irak y Arabia Saudí, posee el 8,5% de las reservas mundiales de petróleo y una de las rentas per cápita más elevadas del planeta. La proximidad de los terrenos a la costa y el declive del terreno han favorecido un desplazamiento por gravedad del petróleo, sin necesidad de bombeo, desde los centros de producción (el principal yacimiento es el de Burgan, cuyo precio es el más bajo del mundo; son importantes también los yacimientos de Mutaiba, Umm Gadar, Minagish, Wafra, Roudatain) hasta los puertos exportadores, donde se sitúan las grandes refinerías y complejos petroquímicos (Mina al Ahmadi, Mina Abbullah, Mina Saud). En cuanto a los campos petrolíferos de la zona neutral (on shore y off shore: continentales y marinos) eran explotados por Kuwait y Arabia Saudí a través de sus compañías concesionarias: Aminoil y Getty Oil, respectivamente. Sin embargo, ya en la década de los ochenta, el 90% de todas las actividades ligadas al petróleo (prospección, extracción, refino) se encontraba en manos de compañías nacionales. Irán es el país en el que se descubrió el primer yacimiento productivo de Oriente Medio (1908: Masjid-i-Suleiman). Los yacimientos petrolíferos más importantes, explotados por la Sociedad Nacional Iraní del Petróleo (SNIP), se encuentran en el suroeste del país, en la región del Khuzistán, al pie de los Zagros. El petróleo se encuentra almacenado en calizas oligomiocenas, plegadas en amplias estructuras anticlinales de una longitud de 20-30 km, y con una orientación noroeste/sureste. Estos vastos anticlinales encierran grandes bolsas de petróleo, entre las mayores del mundo, y presentan unas condiciones de extracción extremadamente fáciles: la instalación de pozos en los flancos de los anticlinales permite una sencilla y poco costosa extracción. Todos los campos petrolíferos se encuentran ligados a través de una densa red de oleoductos con las principales refinerías y puertos exportadores. Desde 1970 el puerto de Abadán ha ido cediendo su primacía a la inmensa terminal de la isla de Kharg, construida en alta mar para facilitar las maniobras de los grandes buques petroleros. Hoy en día (2005), Irán es el cuarto país del mundo en producción de petróleo y el séptimo en gas natural, con unas reservas del 11,5% y 14,9%, respectivamente.

301


Irak es un antiguo país petrolero cuyo primer yacimiento descubierto se remonta al año 1927, en la región de Kirkuk. Los principales campos petrolíferos irakíes también se localizan al piedemonte de los Zagros, sobre amplias estructuras de anticlinales y sinclinales, cuya roca-almacén está constituida por calizas terciarias (fig. III.7). La producción del campo de Kirkuk, situado sobre un anticlinal que alcanza los 90 km de longitud, se exportaba hacia los puertos mediterráneos de Banias y Trípoli a través de una larga red de oleoductos que recorría el desierto sirio; en 1976, a raíz de una serie de desavenencias surgidas entre ambos países –Irak y Siria– este tráfico quedó interrumpido. El descubrimiento de nuevos yacimientos en la Baja Mesopotamia, ya en las proximidades del Golfo, sobre areniscas cretácicas al igual que en gran parte de Kuwait y Arabia Saudí, ha dado un nuevo impulso a este sector, que desde 1975 se encuentra en su totalidad en manos de compañías nacionales. Estas dos grandes zonas petrolíferas del país (Kirkuk al norte y Rumaila al sur), que distan entre sí más de 700 km, se encuentran comunicadas por un gran oleoducto, conocido con el nombre de «oleoducto estratégico» (Kirkuk-Haditha-Rumaila), que hacia el norte se dirige a través de 1100 km hacia la terminal turca de Dörtyol y hacia el sur asegura su salida al Golfo gracias a la terminal de Khor-el-Amya (la terminal de Fao fue destruida por Irán en el último conflicto bélico entre ambos países). Asimismo, este oleoducto enlaza también con la Petroline saudí, lo cual permite que la producción llegue hasta el puerto de Yanbu, en el Mar Rojo. A raíz de los conflictos bélicos de los últimos años, varios oleoductos han sido parcialmente destruidos y otros cerrados. A pesar de todo, hoy en día (2005), Irak produce el 2,3% del petróleo del mundo, con unas reservas que suponen el 9,3% del total mundial. En el resto de los pequeños países del Golfo (Bahrein, Qatar, EAU, Omán y Yemen) el petróleo fue descubierto en fechas muy dispares: 1932 en Bahrein, 1949 en Qatar, 1960 en Abu Dhabi, 1966 en Dubai, 1967 en Omán, 1973 en Charjah, 1986 en Yemen. La existencia de numerosos yacimientos convierte en la actualidad a la península arábiga en una de las mayores regiones productoras mundiales de hidrocarburos. Entre ellos destacan los Emiratos Árabes Unidos, con una producción de petróleo que supone el 3,3% del mundo y unas reservas estimadas en el 8,1% del total mundial en el año 2005.

302


TURQUÍA

Mosul Erbil Khurmala

SIRIA

Bai Hassan Kirkuk

Khabbaz

Jambur

IRÁN

Samarra

Bagdad Este

Oleo

JORDANIA

Bagdad

duct

Abu Ghirab

o es

Buzurgan

gico

traté

Halfaya

Nayaf Nasiriyah

Majnoon Qurnah Oeste Nahr Umr

Basora

Rumaila

Abu Khaimah

Yacimientos petrolíferos

KUWAIT

ARABIA SAUIDÍ

Fig. III.7. Principales yacimientos petrolíferos de Irak

A la abundancia de reservas se añade la facilidad de su extracción. En esta región existen tanto yacimientos terrestres (on-shore), no muy alejados de la costa, como yacimientos marinos (off-shore), que al estar situados en

303


un mar tranquilo, con una débil profundidad y bastante cercanos al litoral, facilitan enormemente su explotación. En cuanto a la calidad del petróleo, ésta depende principalmente de su viscosidad, que se mide en grados API (American Petroleum Institute): cuánto más ligero es un petróleo más grados API tiene, y cuesta más dinero. El petróleo bruto sirio de Karatchak, con tan sólo 19º API es pesado, con mucho azufre (muy sulfuroso) y de muy mala calidad, en cambio el petróleo saudí de Qirdi, con 42º API es muy ligero y de muy buena calidad. La mayor parte del petróleo del Golfo oscila entre los 25º y 42º API. No obstante, el precio del petróleo se encuentra fuertemente sometido a la ley de la oferta y la demanda, en la que no sólo influye el ritmo de la economía mundial, sino que también la situación geopolítica de esta conflictiva región del globo repercute muy directamente en la oferta Todos los países petroleros poseen también gas asociado a estos yacimientos (gas de petróleo) y otros, además, poseen yacimientos de gas exclusivos (gas natural). Irán con 78,3 millones de tep, Arabia Saudí (62,6), EAU (41,9) y Qatar (39,2) son los principales productores de gas natural en el Oriente Medio; la producción de todo el conjunto regional supone el 10,6% del total mundial en el año 2005. La región posee, además, el 40% de las reservas mundiales (fig. III.8).

América Norte 4,1%

América Latina 3,9%

África 8% Asia Pacífico 8,3%

Oriente Medio 40,1%

Europa y Eurasia 35,6%

Fig. III.8. Reservas probadas de gas en el mundo (2005)

304


Irán, por sí sola, ocupa el segundo puesto mundial en cuanto a reservas probadas, después de Rusia. Una densa red de gasoductos atraviesa el país y la puesta en marcha en 1975 del IGAT (Iran Gas Trunkline) permite exportar un elevado volumen de este recurso hacia la antigua Unión Soviética, que a su vez exporta su propio gas hacia Europa occidental. Qatar, tercer país del mundo por sus reservas probadas, cuenta con el mayor yacimiento submarino de gas natural del mundo, situado al norte de la península (North Field), y otros yacimientos continentales en Khuff y El Ghataa el Ghazzi; ya a finales de los noventa exportaba cerca de 4 millones de toneladas de gas líquido hacia Japón. En los últimos años se observa un cambio sustancial en la estructura del consumo de energía a nivel mundial: el consumo de gas representa el 21% del consumo de energía primaria en el mundo y su empleo aumenta paulatinamente, a pesar de los graves problemas técnicos y costosas obras de infraestructura que crea su transporte (necesidad de compresión para su traslado en gasoductos, alta peligrosidad, etc.). 5.2.3.

Características de la explotación petrolera

Tradicionalmente, la explotación del petróleo en Oriente Medio se ha basado en el sistema de «concesiones», es decir, derechos que las grandes compañías occidentales, a partir de 1930, obtuvieron de los soberanos locales, sobre determinadas áreas de su territorio, para la prospección y futura explotación de yacimientos de hidrocarburos. Estos contratos de concesión firmados entre los países productores y las compañías explotadoras han evolucionado mucho a lo largo del siglo. Durante los años treinta, la mayoría de los contratos se caracterizaban por: — Su enorme duración (setenta años). — La extensa área concedida, que a menudo casi suponía casi la totalidad del territorio estatal. — El carácter exclusivo de la prospeccción y eventual explotación a cargo de la compañía firmante. — El pago de un exiguo canon, que aumentaría en caso de descubrimiento de petróleo.

305


— Todos estos contratos carecían así mismo de alguna cláusula relativa a la formación o al empleo de la mano de obra local, ni afectaban a la industrialización del país. Hasta la Segunda Guerra Mundial, Gran Bretaña era la que controlaba la mayor parte de la producción de petróleo de la región, que por aquéllos años se concentraba especialmente en Irak e Irán. Después de la Guerra, la supremacía inglesa va perdiendo lugar en favor de la participación americana, europea y japonesa. El ambiente de movimientos anticolonialistas, frente al paulatino resurgimiento del nacionalismo árabe, incita a los países productores a reivindicar unos beneficios, cada día mayores en virtud de la espectacular progresión de la actividad petrolera. Así, durante los años cincuenta, los contratos de concesión se renegociaron de manera que a partir de entonces se redujo la duración de la concesión a 20-25 años; el territorio de un mismo Estado se podía parcelar en varias zonas concedidas a compañías diferentes; se dictó una claúsula en la que se daba prioridad al empleo local y a la industrialización del país; y se dividieron los beneficios al fifty-fifty, cánon introducido por Arabia Saudí en 1950 y adoptado por el resto de los países desde 1952 (excepto Irán). La progresiva participación de los países productores en este sector implicó la creación de compañías nacionales, con las que obligatoriamente debían contactar las compañías extranjeras, hasta el punto que durante los años setenta, numerosos contratos de concesión fueron sustituídos por contratos de asociación, gracias a los cuales los beneficios derivados de la explotación petrolera comenzaron a recaer sobre el conjunto de las economías productoras. La OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) se creó en la conferencia de Bagdad en 1960 y está integrada por Arabia Saudí, EAU, Irán, Irak, Kuwait y Qatar, países todos ellos pertenecientes al área del Golfo; junto a ellos están también Libia, Gabón y Nigeria, Indonesia y Venezuela. En 1968 se fundó la OPAEP (Organización de Países Árabes Exportadores de Petróleo) por Arabia Saudí, Kuwait y Libia, a los que más tarde se sumaron Bahrein, EAU, Irak, Qatar, Siria, Egipto y Túnez. Con la creación de la OPEP y más tarde de la OPAEP, los países productores fueron mejorando sensiblemente su participación hasta el punto que, por ejemplo, en el año 1973, ellos mismos, por primera vez en la historia, fijaron el precio del petróleo. A lo largo de toda la década se mantuvo el aumento del precio del barril, llegando a multiplicarse por doce en el lapso de 1973-1981.

306


Las rentas de los países productores tuvieron por ello un espectacular aumento durante la década de los setenta, multiplicándose por 50 e incluso por 100 en muchos países: en Arabia Saudí, por ejemplo, las rentas petroleras ascendieron en este periodo de 1.200 a 110.000 millones de dólares. A partir de entonces, la evolución de la producción petrolera de los países del Golfo ha corrido en paralelo a la evolución de las relaciones entre los países productores y los países importadores. A raíz de la crisis de 1973 y 1979, las políticas energéticas de los países consumidores variaron sustancialmente, incentivando otro tipo de energías alternativas con el fin de paliar las excesiva dependencia de los países exportadores de petróleo, quienes tuvieron que empezar a reducir su producción. Todo ello implicó un estancamiento e incluso un descenso de la producción, de manera que si las rentas de los principales productores del Golfo pertenecientes a la OPEP pasaron de 5.000 millones de dólares en 1970 a 220.000 millones en 1980, éstas cayeron a 100.000 en 1984 e incluso a 51.000 en 1986, situándose de nuevo en torno a los 100.000 millones de dólares a principios de los noventa. La Guerra del Golfo y demás conflictos bélicos interregionales implicaron un descenso brusco del precio del petróleo y por tanto de las sumas integradas por estos países, pero tras una etapa en la que ya no se volvieron a alcanzar los fabulosos ingresos obtenidos en el periodo de euforia de la década de los setenta, de nuevo el alza de los precios del petróleo desde principios del s. XXI se ha visto reflejado en enormes superávits de su economía. En efecto, las disponibilidades financieras de esta región no sólo son hoy en día elevadísimas, sino que se espera sigan creciendo debido a las inmensas reservas que poseen (61,9% de las mundiales) y al aumento de la demanda por parte de otros conjuntos regionales del globo, como China o el Sureste Asiático (fig. III.9). En la actualidad, debido al escaso consumo energético de los países productores (7,1% del consumo de petróleo del mundo en el año 2005), casi la totalidad de la producción de hidrocarburos, en su mayoría en bruto, se destina a la exportación. A pesar de la evolución de la política energética de los países fuertemente industrializados en busca de energías alternativas, éstos siguen siendo los principales destinatarios de la producción petrolera del Golfo (Estados Unidos, Unión Europea, Japón), a los que se suman las crecientes exportaciones a China y países emergentes asiáticos: en el año 2003, el 46% del petróleo consumido en China provenía del Oriente Medio y se espera que alcance el 79% en el año 2020.

307


845

1.132,6 642,5

101,2

963,3 19,2

7,8 21,7%25,1%11,7%

16,5% 29,5%11,9%

1.208,1 1.116,9 271,3

467,1

15,2 129,3

12% 3,4% 9,5%

350,6

223,3

31% 7,1% 61,9%

381,7 5,4 9,8% 29,1% 3,4%

14,8

9,0% 5,8% 8,6%

Produción P Total (millones t.) Consumo C P C R Reservas R % del total mundial

Fig. III.9. Producción, consumo y reservas de petróleo en el mundo (2005)

En cuanto a las vías de circulación del petróleo del Golfo hasta su llegada a los países consumidores, tradicionalmente la vía marítima ha sido la más utilizada por ser la más económica. El cierre del canal de Suez durante 1967-75, el impacto de la guerra irano-irakí y demás conflictos en el área, son factores que influyeron decisivamente en el deseo de diversificar las vías de salida del petróleo, evitando el paso obligado a través del estrecho de Ormuz, por donde circulaba, en 1980, el 90% de las exportaciones. En este sentido, la geografía de los oleoductos se ha modificado profundamente con la apertura de nuevas vías que desde el Golfo se dirigen hacia el Mar Rojo y hacia el Mediterráneo. 5.3

Las grandes disparidades en el nivel de industrialización. Los desequilibrios espaciales

El proceso de industrialización está en casi todos los países de la región estrechamente vinculado con el sector del petróleo y gas natural. Este proceso de industrialización, basado en las disponibilidades financieras derivadas del petróleo, es totalmente peculiar de esta región del planeta. En nada

308


se asemeja, por ejemplo, al proceso desarrollado en América Latina, basado en una «industrialización sustitutiva de importaciones», ni al de otras regiones del Sureste Asiático. La industria manufacturera sigue todavía excesivamente dependiente de los hidrocarburos. La industria del refinado ha conocido un desarrollo espectacular, de manera que la capacidad de refinado de la región, con ce de 300 millones de t al año, supone más del 10% de la capacidad mundial (Atlas Histórico y Geográfico Universitario, UNED, mapa IX.46). En líneas generales, los grandes productores son también los que cuentan con las mayores refinerías. Arabia Saudí, primer productor y exportador de petróleo del mundo, posee también una importante industria de refinado, con más de 2 millones de barriles al día (2005), tratados en grandes refinerías, entre las que se encuentran las de Ras Tanura, una de las mayores del mundo. Irán (1,6 millones de barriles al día), Kuwait, Irán, Irak y Bahrein cuentan también con grandes complejos industriales de refinado. No obstante, son varios los países que con una producción de hidrocarburos insuficiente o incluso inexistente, han instalado en su territorio diversas plantas de refinería que tratan el petróleo de sus países vecinos. Es el caso, por ejemplo, de Turquía que, careciendo de petróleo, tiene una fuerte capacidad de refinado, o de los países del Levante mediterráneo, donde varias unidades de refino se sitúan a lo largo de la costa. La industria petroquímica ha conocido también un enorme desarrollo en esta región, sobre todo a partir de los años ochenta. Un creciente número de complejos petroquímicos proporciona abonos, materiales plásticos o productos químicos: metanol, etileno, sosa caústica, amoniaco,etc. La sociedad saudí SABIC (Saudi Basic Industries Corporation) es hoy día una de los grandes productoras petroquímicas mundiales. Irak, Kuwait, Siria, EAU o Bahrein cuentan también con importantes complejos petroquímicos. La afluencia de capitales y las enormes disponibilidades financieras de la región propició asimismo el desarrollo de otras industrias paralelas. La necesidad de realizar grandes obras de infraestructura (carreteras, autopistas, viviendas, puertos,) motivó un auge de la industria del cemento, entre otras. En este sentido, destacan las importantes obras en el sector de los transportes que se están llevando a cabo en Arabia Saudí, con el fin de dotar al país de unas infraestructuras ferroviarias que enlacen las principales ciudades: Riad, Jidah, La Meca, Medina. Igualmente, se potencia me-

309


jorar la integración con los países vecinos a través de una interconexión ferroviaria. En la actualidad, las producciones agrarias locales abastacen a una industria de bienes de consumo cada vez menos artesanal; estas industrias agroalimentarias gozan de una gran dispersión geográfica. Las industrias textiles se encuentran en una fase de industrialización más avanzada. En líneas generales, la industria de esta región se encuentra todavía poco diversificada y excesivamente polarizada en los centros urbanos. El crecimiento industrial se ha concentrado en las ciudades, principalmente en las capitales, lo que en muchos casos ha contribuido a agravar aún más los desequililbrios regionales existentes. En ciudades donde a la función de capitalidad política se añadía la condición de puerto, el crecimiento ha llegado a ser explosivo (Atlas Histórico y Geográfico Universitario, UNED, mapa IX.46). Un rasgo muy peculiar del modelo de desarrollo económico de estos países petroleros, prácticamente sin paralelo en el resto del mundo, es la apropiación casi íntegra por parte del estado de todo el capital procedente de su inmenso sector exportador. El estado es quien dirige la economía, sea cual fuere el régimen político y social. Él es quien determina los objetivos a realizar, emplea a casi la totalidad de la mano de obra y es prácticamente el único inversor, ya que el aporte de capital privado es insignificante. En este contexto, la diversificación industrial como medio para luchar contra las masivas importaciones y conseguir una mayor independencia económica es el principal objetivo de la política industrial de todos los estados. No obstante, en los últimos años se observa ya una creciente tendencia a la privatización y se comienzan a sentir las ventajas que suponen las pequeñas y medianas empresas frente a las grandes compañías nacionales o internacionales. A pesar de los innumerables esfuerzos y logros conseguidos en materia de industrialización, este conjunto regional todavía no ha conseguido un verdadero tejido industrial donde los inmensos complejos industriales, a los que se conoce con el nombre de «catedrales del desierto», se complementen con las pequeñas y medianas empresas. Por otra parte, la mayor parte de los países, excepto Turquía e Irán, no cuentan tampoco con un amplio mercado potencial de consumidores, por lo que necesariamente su economía se debe orientar hacia la exportación.

310


A la falta de un denso tejido industrial y a la pequeñez de su mercado, se suma la absoluta carencia de mano de obra nacional bien formada y cualificada, por lo que estos países deben recurrir no sólo a la entrada de cuadros y mandos técnicos, sino también a la importación masiva de tecnología. En definitiva, la industria de estos países, que soporta unos excesivos costes en su puesta en marcha, tiene un nivel de producción todavía insuficiente y la mayor parte funciona muy por debajo de sus capacidades de producción. En líneas generales, la explotación de su inmenso potencial energético ha atraído capitales, mano de obra y técnicas del exterior que, por el momento, y en la mayor parte de los países, han dado lugar a auténticos enclaves económicos en el seno de economías aún tradicionales. No obstante, no todos los países se encuentran en el mismo nivel de desarrollo industrial, de manera que existen notables disparidades y peculiaridades significativas en el grado de industrialización de unos y otros. Turquía, Irán e Israel, a los que en los últimos años se puede añadir Arabia Saudí, son los que cuentan con un sector industrial más desarrollado y diversificado. En el otro extremo de la balanza, Yemen y Afganistán son los países menos industrializados del conjunto. La ausencia de petróleo y por tanto de disponibilidades financieras, su gran riqueza minera, el amplio mercado interno y un moderno y desarrollado sector agrícola, hacen de Turquía un país con unas singularidades específicas frente a sus países vecinos. Los elevados rendimientos agrícolas permiten no sólo autoabastecerse en numerosos productos, sino también exportar cantidades significativas; Turquía ocupa el primer puesto a escala mundial en la producción de uvas, higos, avellanas, lentejas o castañas, el cuarto puesto en la producción de tabaco y aceitunas y un octavo puesto en la producción de trigo, algodón y remolacha azucarera. Este potente sector agrario abastece a un importante volumen de industrias agroalimentarias que, al igual que la industria tradicional textil, se encuentra bastante dispersa geográficamente y en, gran parte, aún en estado artesanal o semiartesanal. La existencia de una gran riqueza minera (carbón, hierro, 12% de las reservas mundiales de cromo, bauxita, antimonio, manganeso, zinc, plomo) ha permitido la creación de plantas siderúrgicas (Zonguldak, Karabük, Kirikkale) y metalúrgicas (Izmit, Diyarbakir). Si las industrias de base han

311


conocido un espectacular desarrollo, el sector de bienes de equipo progresa más lentamente. Asimismo, cuenta con grandes refinerías de petróleo. No obstante, los objetivos conseguidos en la diversificación industrial no han avanzado en paralelo al aumento de la población, por lo que la mano de obra turca sigue emigrando masivamente hacia los países de Europa. En contrapartida, estos continuos contactos potencian una progresiva afluencia de turistas hacia Turquía, y el sector goza de un prestigio cada vez mayor; sin embargo, el turismo no puede ser considerado como un factor de desarrollo regional, ya que son las regiones occidentales las de mayor interés turístico, por lo que éste incluso contribuye a reforzar los desequilibrios existentes. Este país asiático, puente entre Oriente y Occidente, sigue mirando más hacia Europa que hacia su propio continente, pero la adhesión de un país con una pujante agricultura a un espacio ahogado por sus excedentes, así como el peligro de una afluencia masiva de inmigrantes, ya bastante numerosos, son factores reticentes a la hora de apoyar su entrada en Europa. A mediados de siglo, Irán poseía uno de los mejores equipamientos en infraestructuras del Oriente Medio en redes de carreteras, telecomunicaciones, servicios y energía. La aportación masiva de capitales extranjeros y la nacionalización del petróleo permitieron este mayor nivel de desarrollo, que desde un principio incidió en el fuerte desequilibrio regional en favor del oeste iraní, más poblado y mejor equipado que el sector oriental. Los efectos de la revolución islámica (1979) y de la guerra con Irak (1980-88) resultaron catastróficos para la economía iraní. La producción de petróleo y la capacidad de refino descendieron bruscamente, por lo que el país dejó de percibir unos ingresos que necesitaba para pagar los elevados gastos de armamento y artículos básicos. A pesar de su enorme potencial, Irán sigue siendo un país en vías de desarrollo, no obstante, hoy en día es uno de los países del conjunto que cuenta con mayores posibilidades. Es el más antiguo productor de petróleo del Oriente Medio y sus reservas conocidas se calculan en el 11,5% de las mundiales (2005). Los campos petroleros más productivos están situados en el suroeste, en la llanura de Khouzistán, al pie de los Zagros; una inmensa red de oleoductos enlaza los campos petrolíferos con las refinerías y con las terminales costeras para su exportación. La destrucción de gran número de plantas industriales durante el conflicto bélico, supuso un duro golpe para

312


este sector, del que todavía no se ha recuperado. La refinería de Abadán, una de las mayores del mundo, quedó destruida; igualmente, quedó inutilizada la terminal de la isla de Kharg, al fondo del Golfo Pérsico, por donde se exportaba la mayor parte del petróleo iraní y que en su día fue el segundo puerto del mundo por su movimiento anual de toneladas. En la actualidad, el puerto de Bénder Abbás, en el estrecho de Ormuz, es el más activo de Irán. Irán posee así mismo la segunda mayor reserva mundial de gas natural (14,9%), en el año 2005, después de Rusia (26,6%). Los recursos naturales son muy abundantes, sobre todo en la región de Kermân; el yacimiento de cobre de Sartchechmeh es uno de los mayores del mundo; posee también hierro y carbón que sustentan una importante industria siderúrgica. Un rasgo distintivo del proceso de industrialización de Irán, frente a los países de su entorno, radica en que se planeó bajo formas capitalistas básicas, fruto de la iniciativa privada. Sin embargo, si este sistema fue eficaz para el desarrollo de las industrias de bienes de consumo, no lo fue para el sector de bienes de equipo, que necesitó la financiación pública directa. La instauración de la república islámica de 1979 y la guerra irano-iraquí detuvieron bruscamente este proyecto de modernización del país. En la actualidad, gracias al alza de los precios del petróleo, goza de un excedente comercial altamente favorable. Posee también un sector agroalimentario en continuo desarrollo, que no sólo cubre las necesidades del país, sino que dedica gran parte de la producción a la exportación. En el plano internacional, su potencia nuclear sigue suscitando grandes reticencias. Frente a la carencia de recursos minerales y fuentes energéticas, Israel no sólo cuenta con una abundante y cualificada mano de obra y un elevado consumo interior, sino también con una cuantiosa aportación de capitales y una eficiente organización económica (hoy en día es un país de primer orden en el campo de la Investigación y Desarrollo). Todo ello ha contribuido a crear un sector industrial caracterizado por su gran diversificación, su dispersión geográfica y el importante número de empresas de pequeño tamaño; el desarrollo de actividades industriales en los kibutzim ha incidido eficazmente en la localización de la industria en los medios rurales, frente a la tendencia a concentrarse en las principales aglomeraciones urbanas. La industria alimentaria, textil, química, así como el sector electrónico y de

313


alta tecnología son las ramas más representativas. La exportación de productos de elevado valor como aparatos electrónicos, joyería o diamantes tallados, sigue jugando un papel decisivo en su balanza comercial. Arabia Saudí, primer productor mundial de petróleo, cuenta con un inmenso poder financiero que excede las capacidades de su economía. Estas enormes disponibilidades de capital han financiado la modernización del país, al mismo tiempo que contribuyen a reforzar su papel tanto en el mundo árabe como en el resto del planeta. En las últimas décadas, la economía saudí se ha transformado radicalmente. Dentro de la diversidad de estrategias de desarrollo llevadas a cabo por los diferentes países del Tercer Mundo, Arabia Saudí es el típico país representativo del modelo de aplicación de una estrategia industrial basada en la valoración de los hidrocarburos y el desarrollo de industrias ligadas a estas materias primas. En la actualidad, Arabia Saudí cuenta con dos grandes polos industriales y portuarios, uno en el Golfo Pérsico y otro en en Mar Rojo, a los que cabría añadir el área industrial de Riad. En el Golfo Pérsico, la región de Hasa concentra en su subsuelo la mayor parte de la riqueza petrolífera del país; aquí se encuentra el polo industrial de Jubail (90.000 has.), en torno a la terminal petrolífera de Ras Tanura, que cuenta con una de las plataformas petroquímicas más grandes del mundo, con importantes producciones de etanol, metanol, urea, amoniaco, nitrógeno, etc. En Jubail se ha instalado también una de las mayores plantas desalinizadoras de agua marina que existe en el planeta. Otros centros importantes de la región son Damman, Dharan (ciudad-hongo construida por los obreros de Aramco) y Al Khobar, entre otros. En el litoral del Mar Rojo, el polo industrial de Yanbu, de más reciente creación, dinamiza toda una región en la que también destaca el puerto de Jeda. Entre ambos espacios litorales circula un verdadero eje de desarrollo: oleoductos y gasoductos, carreteras y autopistas, redes de telecomunicación, que hoy en día se encuentra en plena expansión. En la región de Riad, capital del reino, ha surgido también una importante industria. Las necesidades de agua de esta región se abastecen, no sólo de su subsuelo, sino también de la planta desalinizadora instalada en Jubail.

314


En las últimas décadas, y con el fin de diversificar el sector, se han ido creando pequeñas industrias, sobre todo de materiales de construcción y bienes de consumo, de manera que los productos manufacturados empiezan a ser ya significativos. Asimismo, la necesidad de crear una infraestructura de transportes en un país ocupado por enormes extensiones desérticas (carreteras, aeropuertos, oleoductos),y especialmente con el fin de unir las regiones productoras del Golfo con las puertos exportadores del Mar Rojo, potenció enormemente el desarrollo de las industrias cementeras. Todo este enorme desarrollo económico se ha llevado a cabo a través de una serie de planes quinquenales, puestos en marcha a partir de 1970. Sin embargo, y a pesar de los enormes logros conseguidos, la capacidad de producción todavía se encuentra infrautilizada. La necesidad de importar mano de obra y tecnología extranjera o la grave escasez de recursos hídricos, son obstáculos que el país debe seguir afrontando en un futuro inmediato. Su entrada en la OMC en el año 2005 refleja el pujante estado de su economía. Las economías de los pequeños Estados del Golfo que jalonan la fachada oriental de la península arábiga (Kuwait, Bahrein, Qatar, los Emiratos Árabes Unidos y Omán), se encuentran estrechamente ligadas a su poderoso vecino. Región de larga tradición comercial, la pesca de perlas, el comercio marítimo y la construcción naval fueron actividades artesanales que han sufrido un fuerte impacto a raíz del descubrimiento del petróleo; no obstante, el aumento del tráfico marítimo ha potenciado de nuevo este último sector. Desde hace más de mil años, los marinos árabes del Golfo Pérsico, en unos veleros de construcción simple pero sumamente ingeniosa, los llamados dhows, realizaban largas rutas oceánicas aprovechando los vientos monzónicos. Estas redes comerciales marítimas llegaban hacia el sur, a lo largo de toda la costa africana, hasta Mozambique, o hacia el este, hasta la India y China. En la actualidad, este tradicional medio de transporte sigue recorriendo las mismas rutas que sus antepasados y mantiene una actividad comercial todavía importante. La producción petrolera de estos pequeños Estados supone más del 40% de la producción total de la península arábiga y todos ellos han desarrollado una industrialización basada en la petroquímica. Por otra parte, cabe desta-

315


car la importancia del sector bancario en Bahrein, apoyado en una excepcional red de telecomunicaciones y una legislación de corte liberal. La elevada urbanización, los excelentes equipamientos en infraestructuras (puertos, aeropuertos, autopistas, escuelas, hospitales), la posesión de una de las mayores rentas per cápita del mundo, su alto crecimiento demográfico y sus ambiciosos programas de industrialización son, entre otros, rasgos distintivos de estos pequeños países, cuyas enormes disponibilidades financieras han transformado radicalmente su economía y sus modos de vida. La opulencia de estos países queda reflejada en los más de 5 millones de turistas al año que recibe Dubai, los cuales se benefician de lujosas instalaciones –cuenta con el segundo centro comercial más grande del mundo– y con el objetivo de duplicar el número de visitantes antes del 2010, con una construcción prevista de 170 hoteles. Irak posee con uno de los mayores potenciales de desarrollo de Oriente Medio. Dispone de abundantísimas reservas petrolíferas (9,6% de las reservas mundiales) y recursos mineros (azufre en Mechrak, fosfatos en Akkachat); regado por el Tigris y el Éufrates, sus disponibilidades de agua son mucho más abundantes que las de sus países vecinos; asimismo, debido a una población más numerosa, su mercado interior es mayor. Su desarrollo industrial, basado en la valorización de los hidrocarburos y sus productos asociados, se vio seriamente afectado por la guerra contra Irán (1980-88) y más tarde con Kuwait (1990-91). La guerra del Golfo supuso una brusca detención de todo el proceso de desarrollo, hasta tal punto que según un informe de la ONU de mayo de 1991 Irak «volvió a la época preindustrial pero con todos los inconvenientes de la dependencia postindustrial». Tras largos años de conflictos bélicos continuados, la situación económica es caótica y su reconstrucción difícil. La producción petrolífera, que representa el 95% de los ingresos del estado, continúa descendiendo desde el año 2003. En la actualidad, el país no logra cubrir las necesidades básicas de su población (alimentación, sanidad, educación) y se enfrenta a un grave problema de desempleo y emigración: se estima desde el año 2004 un volumen de 1.100 salidas por día. Por último, los países más atrasados del conjunto son Yemen y Afganistán. Yemen, la «Arabia felix» de los autores antiguos por oposición a la Ara-

316


bia árida, es hoy día uno de los países más pobres del mundo árabe, que en nada recuerda a sus tiempos de esplendor durante el reinado de Saba (siglos XI-XII). La guerra del Golfo perjudicó sensiblemente al nuevo Estado recién creado (la reunificación del Yemen del Norte y Yemen del Sur se realizó en 1990). Su actitud pro-irakí deterioró en gran manera sus relaciones con Arabia Saudí, la cual cesó en su ayuda financiera a la vez que repatrió a cerca de 1 millón de yemenitas. La pesca, el turismo y la reciente explotación petrolera permiten esperar un mayor desarrollo del país, al mismo tiempo que elevar el nivel de vida de sus habitantes. Su potencial demográfico (20,7 millones de habitantes) y agrícola (en razón de su altitud y de su posición latitudinal el país recibe unas abundantes precipitaciones que contrastan vivamente con los países de su entorno) inciden también en esta opinión. Afganistán, perteneciente a la vez a tres grandes conjuntos geográficos (Asia central, Oriente Medio y Subcontinente Indio), es en la actualidad uno de los países más pobres y menos desarrollados del planeta, y con mucho, el más retrasado de la región. Destacaba la industria algodonera y numerosos talleres artesanales que producían alfombras y prendas bordadas, así como abrigos de piel de cordero (astrakán). Fue importante la producción de lapislázuli de Sar-e-Sang (Badakhchân) y los yacimientos de gas natural de la región de Sibarghar, al norte del país. Sin embargo, tan sólo la región de Kabul, la capital, disponía de un cierto desarrollo industrial de bienes de consumo (textiles, agroalimentaria, cuero). La prolongada guerra civil paralizó totalmente el proceso de industrialización del país, al mismo tiempo que desmanteló las escasas infraestructuras existentes. La enorme devastación tras más de veinte años de guerra y el nulo interés de los talibanes en crear un Estado moderno frenaron todo tipo de desarrollo. Este país, enclavado en un espacio estratégico del Asia central, desde hace décadas ha estado en el punto de mira de las grandes potencias internacionales. Los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 cambiaron la situación, y por primera vez en la historia de este espacio, las tres grandes potencias (Rusia, China y Estados Unidos) se unieron en la lucha contra el terrorismo y el extremismo islámico. El conflicto bélico que comenzó en octubre del 2001, sumió al país en una situación todavía más dramática.

317


Seis años después de la caída de los talibanes el reto de la reconstrucción permanece candente, ya que los indicadores socioeconómicos de la región continúan siendo totalmente insuficientes: todavía en el año 2005, un 70% de la población vivía con menos de dos dólares al día. En la actualidad, el cultivo del opio sigue sustentando la economía de la nación, significando su producción un 47% del PIB, a la vez que supone el 87% del opio mundial. 6.

EL PROFUNDO DESEQUILIBRIO ENTRE POBLACIÓN Y RECURSOS. UNA RIQUEZA MAL REPARTIDA

Espacio neurálgico desde hace milenios, en la confluencia de tres continentes (Europa, Asia y África), multiplicó su relevancia a nivel internacional a raíz del descubrimiento y explotación de sus yacimientos de petróleo y su incuestionable papel que, desde entonces, desempeñó en la economía mundial. Las fabulosas rentas generadas por la exportación del petróleo modificaron profundamente la sociedad y el espacio de esta región. El petróleo ha sido el principal motor del sector industrial moderno de estos países, al mismo tiempo que ha generado un original modelo de desarrollo económico basado en la explotación y tratamiento de los hidrocarburos. Los grandes países petroleros se enriquecieron considerablemente y el conjunto de la región tuvo durante el periodo 1965-80 el mayor crecimiento del Tercer Mundo, con un valor superior al 7% anual. Sin embargo, teniendo en cuenta, entre otros factores, el escaso grado de integración política y económica de estos países, el colosal incremento del potencial económico no afectó a todos por igual, de manera que, a partir de entonces, la ausencia o presencia de hidrocarburos se convirtió en un elemento diferenciador de las economías de este espacio. Así, si los hidrocarburos forman la base de su riqueza y suponen un rasgo peculiar de este espacio, la presencia o carencia de esta materia prima marca la diferencia no sólo entre países petroleros o no petroleros, sino también entre grandes y pequeños productores e incluso entre países tradicionalmente petroleros y países cuya explotación es reciente. El petróleo es, pues, factor de integración, pero también un importante elemento de diferenciación. Si analizamos un indicador clave como es la renta per cápita (PIB/hab), se observan profundos desequilibrios: los más de 24.000 dólares por habi-

318


tante de algunos pequeños estados petrolíferos del Golfo, contrastan vivamente con los menos de 600 dólares per cápita de Yemen, Irak, e incluso los apenas 200 de Afganistán, ambos valores –máximo y mínimo– en los dos extremos, no sólo del Próximo y Medio Oriente, sino del mundo. Por otro lado, aunque los adelantos tanto en materia de educación como en sanidad han sido grandes, todavía existe un gran sector de la población que permanece anclado en sociedades casi medievales, de manera que los desequilibrios no sólo son importantes si comparamos países productores y no productores, sin que en el interior de los estados, las desigualdades sociales son aún mayores. Cuadro III.4. Principales indicadores socioeconómicos del Próximo y Medio Oriente (2005) PIB/hab (PPA) $ Afganistán

IDH

s.d.

2,1 (2)

0,772

8,3 (1)

2,5 (2)

6,9

5.607 (2)

s.d.

0,846

3,2 (3)

s.d.

4,1

s.d.

EAU

24.730

0,849

1,6 (4)

2,5 (2)

2,0

s.d.

Irak

620

s.d.

s.d

1,4 (2)

s.d.

s.d.

Irán

2.770

0,736

4,8 (5)

3,1 (3)

3,4 (5)

2.055 (2)

18.620

0,915

7,5 (4)

6,1 (2)

9,3 (5)

3.086 (2)

2.500

0,753

5,0 (6)

4,2 (2)

7,4

1.027 (2)

Arabia Saudí Bahrein

Israel Jordania

220

s.d.

11.770

Gasto Gasto Gasto Consumo público en público en público en de energía Defensa Educación Sanidad (kep/hab) (%PIB) (%PIB) (%PIB) 14,5 (1)

s.d.

Kuwait

24.040

0,844

8,2 (5)

2,7 (2)

6,1

9.566 (2)

Líbano

6.180

0,759

2,6 (5)

3 (2)

2,4

1.700 (2)

Omán

9.075

0,781

4,6 (4)

2,7 (2)

9,8

4.975 (2)

Qatar

31.397

0,849

3,6 (1)

s.d

5,8

s.d.

Siria

1.380

0,721

4,1 (3)

2,5 (2)

6,5

Turquía

7.950

0,750

3,6 (4)

5,4 (2)

3,9(5)

Yemen

600

0,489

9,6 (3)

2,2 (2)

6,2

España

26.320

0,928 (2)

4,5 (4)

5,5 (2)

1,0(5)

986 (2) 1.117 (2) 289 (2) 3.240 (2)

(1) 1998; (2) 2003; (3) 2001; (4) 2002; (5) 2004; (6) 1999. Fuente: Images économiques du monde 2007. L’etat du monde 2007.

319


Frente a los países no productores, en los que las actividades tradicionales basadas en el sector agrario siguen siendo sus principales modos de vida, los grandes productores de petróleo han generado tal volumen de rentas, que sus economías nacionales no han sido capaces de absorber. No obstante, la pertenencia de este espacio al Tercer Mundo sigue siendo incuestionable, ya que los beneficios derivados del petróleo, aunque significativos, todavía no han repercutido en un aumento generalizado del nivel de vida de toda la sociedad. Una urbanización descontrolada, una tasa de desempleo en continuo aumento o una presión demográfica cada vez mayor son rasgos, entre otros, de un subdesarrollo evidente, del que tan sólo se salva una minoría privilegiada, en torno a la cual gira un poderoso entramado socioeconómico. La existencia de numerosas tensiones internas y el continuo incremento de los conflictos bélicos es otro factor común de este espacio, que incide negativamente en el desarrollo de la región, y cuyo origen se remonta al siglo pasado. La desmembración del Imperio Otomano, a raíz de la Primera Guerra Mundial, condujo a una balcanización de la región, en la que Gran Bretaña, Francia, Alemania y Rusia trazaron fronteras a tenor de sus intereses, de manera que tan sólo el interior desértico de la Península Arábiga quedó fuera del control extranjero. Se han realizado numerosas tentativas para recuperar la unidad perdida, en torno al Islam y la cultura árabe, como elementos unificadores de la región. Sin embargo, se trata de sociedades muy complejas, donde la yuxtaposición de grupos étnicos, lingüísticos y religiosos diferentes es cada vez más conflictiva. El Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo (CCG) es una organización regional creada en 1981 y formada por seis naciones: Bahrein, Omán, Qatar, Kuwait, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos. Tienen entre ellos una unión aduanera y entre sus objetivos figura la integración de todos sus Estados miembros en todos los campos socioeconómicos (comercio, turismo, administración, legislación, agricultura, industria, investigación, etc.). Pertenecen a la Organización Mundial de Comercio y en la actualidad (2006) se encuentran en vías de negociación para firmar un acuerdo de libre comercio con Japón y la Unión Europea; así mismo, estudia adoptar una moneda única en el año 2010. Hoy en día, prácticamente todos los Estados de la región se encuentran implicados en litigios bélicos o crisis internas, cuyas consecuencias implican unos elevados gastos que no cesan de aumentar. Los costos en armamento, en porcentaje del PNB, se elevan en este espacio, a más del doble de la media

320


mundial: se invierte el doble en gastos para cubrir las necesidades de seguridad y defensa, que en proyectos de desarrollo. Y no todos los Estados tienen la misma disponibilidad financiera para asumir esta inmensa carga. El control no sólo del petróleo, sino también del gas y del agua, son factores estratégicos que las grandes potencias internacionales pretenden seguir controlando, lo que modifica con extrema rapidez los precarios equilibrios conseguidos. En definitiva, y a pesar de innegables progresos alcanzados, este espacio presenta un desarrollo demasiado dependiente de la coyuntura internacional y, por tanto, peligrosamente frágil, que ha generado un crecimiento socioeconómico profundamente dualista, en el que una pequeña minoría acapara toda la riqueza y bienestar, mientras que gran parte de la población sigue anclada en unos modos de vida arcaicos. BIBLIOGRAFÍA CARRERAS VERDAGUER, C. (dir.) (1997 ): «Asia Sudoccidental», Geografía Universal. Océano-Instituto Gallach, Barcelona, vol. 14. CHALINE, C (1990): Les villes du monde arabe. Masson, Paris, 188 pp. CAHPUIS, R. (1994): Les quatre mondes du Tiers Monde. Masson géographie, Paris, 210 pp. DUMORTIER, B. (1997): Géographie de l’Orient Arabe. Armand Colin, Paris, 212 pp. HUNTINGTON, S. (1997): El choque de civilizaciones. Paidós, Barcelona, 422 pp. FISHER,W.B. (1978): The Middle East. Methuen, Londres, 614 pp. KLATZMAN,J. (1981): Israel. Ariel, colección Elcano, Barcelona, 194 pp. MOSTYN,T (ed). (1988): The Cambridge Encyclopedia of The Middle East and North Africa». Cambridge University Press. MUTIN,G. (1995): «Afrique du Nord, Moyen-Orient», en BRUNET, R. (dir.): Geographie Universelle. Belin/Reclus. Paris. 245 pp. NEUVY,G. (1991): L’homme et l’eau dans le domaine tropical. Masson géographie, Paris. VERNIERES, M. (1991): Économie des Tiers-Monde. Economica, Paris, 177 p.

321

Capítulo IV

África: Contrastes naturales, humanos y económicos en el espacio más subdesarrollado

1. Introducción: El gran peso del medio natural y de la historia 2. Grandes contrastes del medio natural 2.1. La formación del relieve actual 2.2. Las grandes unidades de relieve 2.2.1. 2.2.2. 2.2.3. 2.2.4.

Tierras Altas y Tierras Bajas Cuencas y mesetas El Rift Valley y la formación de lagos Las cordilleras: El Atlas y los Drakensberg

2.3. Dinámica atmosférica 2.3.1. La distribución de las precipitaciones 2.4. Grandes regiones bioclimáticas 2.4.1. 2.4.2. 2.4.3. 2.4.4. 2.4.5.

La zonalidad de los dominios bioclimáticos Dominio ecuatorial Un extenso dominio tropical de doble estación Dominio desértico Dominio subtropical en los bordes del continente

2.5. Degradación del medio natural y aumento de la aridez 3. La ocupación humana del territorio africano 3.1. 3.2. 3.3. 3.4. 3.5.

Proceso de colonización e independencia Una población en rápido crecimiento Factores naturales del crecimiento de la población Movimientos espaciales de la población Disparidades en la distribución y densidad de la población 3.5.1. Bajas y altas densidades demográficas. Sus causas

3.6. Perspectivas

323


4. Urbanización regional y tipos de ciudades 4.1. 4.2. 4.3. 4.4.

Proceso de urbanización Factores de localización y tipos de ciudades Estructura interna de la ciudad Perspectivas

5. La diversidad de espacios económicos en África 5.1. Economías subdesarrolladas 5.2. La agricultura africana: entre la subsistencia y la exportación 5.2.1. Usos del suelo agrario y principales cultivos 5.2.2. Sistemas agrarios 5.3. Materias primas y fuentes de energía. Una riqueza desigualmente distribuida 5.3.1. Principales materias primas y fuentes de energía 5.3.2. Distribución espacial de las materias primas 5.3.3. Distribución espacial de las fuentes de energía 5.4. Escaso desarrollo del sector industrial 5.4.1. Principales rasgos de la industria 5.4.2. Localización industrial 6. Problemas de desarrollo y perspectivas de las regiones de África Bibliografía

324

1.

INTRODUCCIÓN: EL GRAN PESO DEL MEDIO NATURAL Y DE LA HISTORIA

Con una extensión de 30,3 millones de km2, el continente africano está situado entre los 37º 51’ latitud N en Cabo Blanco (Túnez) y los 34º 50’ latitud S en Cabo Agujas (República Sudafricana), a través aproximadamente de 8.000 km. De Este a Oeste se extiende a lo largo de más de 7.000 km, desde los 51º 50’ longitud E, en Cabo Guardafuí (Somalia) a los 17º 32’ longitud W en Cabo Verde (Senegal). Dos tercios de su extensión superficial están situadas al norte de la línea del Ecuador. Formado por un zócalo precámbrico, el continente africano ha sido afectado por movimientos tectónicos que han dado lugar a su desnivelación. Estos movimientos tectónicos se detectan desde la era Primaria, pero es a fines del Secundario y en el Terciario, cuando tienen lugar los principales movimientos que reflejan la actual morfología del relieve. De este modo, en África occidental, central y meridional, y como consecuencia del plegamiento, se forman amplias cubetas separadas entre sí por altas mesetas de cortes abruptos. Sin embargo, en África central y oriental el zócalo se fractura y se originan, en las zonas altas, fosas tectónicas que discurren a lo largo de miles de kilómetros: son el Rift occidental (Tibetsi-Camerún) y el Rift oriental, denominado Rift Valley, de mayor complejidad. Durante esta fase de fractura surgen de manera paralela procesos volcánicos y se reactiva el proceso de erosión que se refleja en el paisaje actual. Por otro lado, las únicas grandes cordilleras están localizadas en los extremos del continente: al norte, producido por el plegamiento alpino (Atlas); al sur, por el plegamiento herciniano (Drakensberg). El continente ofrece un aspecto macizo y compacto con una altitud media elevada (675 m), debido en gran parte a que el movimiento del zócalo es predominantemente vertical. Sus costas son poco recortadas, con escasos entrantes y salientes, donde la escasez de puertos naturales ha hecho difícil

325


el acceso hacia el interior. Determinado por la disposición latitudinal a ambos lados del Ecuador, el continente africano presenta una gran variedad de paisajes con una clara disposición zonal. La influencia de las precipitaciones es determinante en la configuración del paisaje vegetal, que corresponde en gran parte a las diferentes áreas climáticas, y ha jugado un importante papel en la historia africana impidiendo o facilitando, según las regiones, los movimientos de población, aunque intervienen igualmente otros factores como el relieve, el suelo y la acción humana. Es patente la fuerte dependencia de las condiciones del medio natural, tanto positivas (riqueza del subsuelo, potencial energético…) como negativas (aridez, erosión del suelo, desertificación, salinidad…), presentes de manera diversa en las regiones del continente. Esta relación directa entre las características del medio natural, el potencial ecológico y el grado de desarrollo regional en los distintos países africanos ha sido destacada en multitud de estudios. No hay que olvidar, sin embargo, que el medio natural ha sido modificado y transformado por la intervención humana en variadas ocasiones. De este modo, se ha destruido la vegetación natural para la explotación de campos de cultivos y de pastos con el empleo de técnicas como las rozas, lo que ha dado lugar a la aparición de zonas herbáceas como la sabana y la estepa, con una fuerte erosión del suelo y, en algunos casos, la total desertificación, como en el Sahel. África ha sido un continente colonizado tardíamente. Durante el XIX, debido al desarrollo industrial de los países europeos y ante la necesidad de éstos por determinadas materias primas como los cultivos tropicales (aceites vegetales, especias, plátanos, azúcar, cacao, etc.) y minerales (cobre, manganeso, hierro, etc.), se dirigió la mirada hacia el continente africano, y comenzó un periodo de colonización que ha dejado sus huellas en la configuración actual del territorio. En la actual organización del espacio, el aspecto que destaca es la escasa densidad de la red de transportes: la red viaria es casi inexistente, a excepción de los países del Magreb y del sur del continente. Muchas áreas del África al sur del Sahara (ASS) están aisladas de tres a seis meses durante la época de lluvias, cuando los caminos se hacen totalmente intransitables al existir pocas carreteras asfaltadas. El trazado dentrítico de las vías de transporte es una clara herencia del pasado colonial. Las vías férreas y las carreteras, las líneas aéreas y marítimas, las vías fluviales y las redes de telecomunicación se han concebido en su relación con el exterior, por lo que en muchas ocasiones es más fácil comu-

326

ÁFRICA: CONTRASTES NATURALES, HUMANOS Y ECONÓMICOS EN EL ESPACIO MÁS SUBDESARROLLADO

nicarse con otros continentes que entre ellos mismos. Las carreteras y líneas ferroviarias se trazaron para asegurar la comunicación de las áreas agrícolas y mineras más ricas con los puertos de salida, mientras que, en muchas ocasiones, hay ausencia total de vías de comunicación con los países vecinos. Por otro lado, países en guerra actúan de barrera infranqueable. Esta deficiente infraestructura viaria es un factor importante del subdesarrollo, crítico sobre todo en los estados interiores, como la zona de Sahel-Sudán y en la zona central, con lo que se acentúan las disparidades regionales y el desarrollo económico sigue concentrándose, cada vez en mayor medida, en pocos puntos. Es patente, pues, la falta de integración económica y espacial entre los estados africanos y el débil desarrollo de muchas regiones: según la Organización de las Naciones Unidas, entre los estados menos desarrollados del mundo a comienzos del presente milenio, se encuentran una gran cantidad de países del África subsahariana que, como es el caso de Mozambique, Etiopía, Burkina Faso, Burundi, Níger o Sierra Leona, ocupan los últimos puestos, según el Índice de Desarrollo Humano. Es necesario comprender los factores del subdesarrollo para poder aplicar las soluciones adecuadas para superarlo. Debemos, pues, analizar los condicionamientos naturales, los factores históricos y socioeconómicos así como la situación actual de las distintas regiones de África ante el desarrollo. 2. GRANDES CONTRASTES DEL MEDIO NATURAL 2.1.

La formación del relieve actual

En sus orígenes, el continente africano formaba parte del continente de Gondwana, que englobaba también América del Sur, India, Arabia, Australia y la Antártida. Tras su fragmentación e individualización, la placa africana se inclina hacia el norte y se hunde bajo la placa europea. África está constituida, en su mayor parte, por un gran zócalo de origen precámbrico, de rocas cristalinas rígidas que en muchas ocasiones afloran a la superficie, donde se forman los depósitos de minerales y metales preciosos que se explotan actualmente en el interior de este gran bloque africano. Este zócalo ha sido erosionado desde la era Primaria y recubierto por areniscas, calizas y otras rocas sedimentarias de origen marino y continental.

327


A finales del Secundario y Terciario se producen los principales plegamientos y fracturas que actúan sobre el zócalo y su cobertera sedimentaria. De este modo, por efecto de ondulación de la plataforma africana, se han configurado las principales formas de la actual morfología del relieve de amplias cubetas y mesetas. Los movimientos tectónicos a lo largo del Terciario (hace menos de 70 millones de años) rompen el zócalo de la meseta africana, donde el material muy rígido no se puede plegar. Las cadenas del Atlas, al noroeste del continente, forman parte del plegamiento alpino que afectó a la placa euroasiática y se eleva a más de 4.000 metros en su parte occidental. El área oriental de tierras altas del continente es la que va a conocer las mayores elevaciones, con la aparición de amplias fracturas que se extienden desde el Mar Rojo hasta Zambeze y que dan lugar a unas fosas tectónicas a lo largo de miles de kilómetros, los denominados Rifts occidental y oriental. Ciertas partes del zócalo se hunden y son ocupadas por lagos, mientras que otras se elevan dando lugar a la aparición de altas montañas y de volcanes, que son los puntos de mayor altitud de África oriental (Kilimanjaro, 5.895 m; Kenya, 5.199 m) y occidental (montes Camerún, 4.070 m). Madagascar ofrece casos comparables y las mesetas cristalinas del interior se ven dominadas por volcanes que sobrepasan los 2.500 m (Ankaratra, 2.643 m; Tsaratanàna, 2.876 m). La era Cuaternaria, en la que nos encontramos desde hace un millón de años, ha estado marcada por variaciones climáticas importantes. Es a lo largo de los periodos húmedos cuando se forman los mantos de corrimiento freáticos saharianos, mientras que los grandes conjuntos de dunas del Sahara y Kalahari son modelados durante los periodos secos. 2.2.

Las grandes unidades de relieve

En líneas generales, y aunque predominan las formas llanas, África posee una elevada altitud media de 675 m, (división por altitud: 10% menos de 200 m; 63,5% hasta 1000 m; 23% de 1.000 a 2.000 m; 3,5% más de 2.000 m). La forma de relieve predominante es la meseta alternando con cubetas interiores; sólo encontramos elevaciones montañosas continuas en el extremo septentrional (el Atlas) y meridional (los Drakensberg).

328


A S T L MAR ME A ......................... ......................... DITERR ......................... S . ......................... ................................................... ÁNEO E ......................... ................................................... ......................... ................................................... M T ......................... ................................................... ............................... ......................... I I

I

I

I

I I I

................................................... ............................... ......................... ................................................... ............................... ......................... ................................................... ............................... ......................... ................................................... ............................... ......................... ................................................... ............................... ................................................... ............................... ................................................... ........... ............................... ................................................... ........... ............................... ................................................... ........... ............................... ................................................... .......... ........... ............................... ................................................... .......... ............................... ................................................... .......... ............................... ................................................... .......... ............................... ................................................... .......... ............................... ................................................... Macizo .......... ............................... ................................................... .......... ............................... ................................................... .......... ............................... ................................................... d e A h a g g a.................................. r .......... ............................... ................................................... .......... ............................... .................................. ............................... ............................ .................................. ..... L. Nasser ............................... Macizo ......... ............................ .................................. ..... ............................... ......... ............................ .................................. ..... ............................ .................................. ..... 20b ......... de Tibesti ......... ............................ .................................. ..... ......... ............................ .................................. ..... ......... ............................ .................................. ......... ............................ .................................. ......... ............................ .................................. ......... ............................ .................................. CUENCA ......... ............................ .................................. ........................ ......... ............................ .................................. ........................ ......... ............................ .................................. ........................ ........................ DEL ......... ............................ .................................. ........................ ......... ............................ .................................. ........................ ......... ............................ .................................. CUENCA ........................ C. Verde ......... ............................ .................................. N I G E R ........................ ......... ............................ .................................. ........................ ......... ............................ .................................. M E S E TA D E L ........................ ............................ .................................. ........................ ............................ .................................. ........................ ............................ .................................. D E n ........................ C H A D ............................ .................................. L. Chad ........................ ............................ .................................. Adé ........................ ............................ .................................. de D A R F........................ UR ............................ .................................. ........................ ............................ .................................. ....................................... olfo ........................ G ....................................... M E S E.................................. T A ........................ .................................. .................................. ........................ ....................................... ........................M ....................................... ....................................... D E.................................. .................................. ....................................... ESETA ........................ .................................. ........................ ....................................... ........................ ....................................... ........................ .................................. ....................................... J O .................................. S ........................ DE .................................. ....................................... ........................ .................................. ....................................... ........................ .................................. ........................ ....................................... .................................. E T IOPÍA ....................................... ........................ ................ ....................................... ........................ ................ ....................................... ........................ ................ ........................ ................ ....................................... ........................ ....................................... ................ ....................................... ............................ ........................ ................ ....................................... ............................ ........................ ................ ............................ ........................ ....................................... ............................ ........................ ....................................... L. Rodolfo ....................................... ............................ ....................................... ............................ ....................................... ............................ ....................................... ............................ ....................................... ............................ ....................................... ............................ ....................................... ............................ 0b ....... ....................................... CUENCA ............................ ....... ....................................... ............................ ....... ....................................... ............................ ....... ....................................... ............................ DEL ....... ....................................... ............................ ....... ....................................... ............................ ....... ....................................... ............................ Z A I R E C. López....... OCÉANO ....... ....................................... ............................ ....................................... ............................ ....................................... ............................ ....................................... ............................ ÍNDICO ....................................... ............................ L. Victoria OCÉANO ....................................... ............................ ....................................... ....................................... ....................................... ATLÁNTICO ....................................... ....................................... L. Tanganica ....................................... ....................................... ....................................... ....................................... ....................................... ....................................... ....................................... ....................................... ..................................................... ....................................... ..................................................... ....................................... ..................................................... ....... ....................................... C. Delgado ..................................................... ....... ....................................... L. Malawi ..................................................... ....... ....................................... ..................................................... ....... ....................................... ..................................................... ....... ....................................... ..................................................... ....................................... ..................................................... ....................................... ..................................................... ..................................................... ..................................................... ..................................................... ..................................................... ..................................................... ..................................................... ................... ..................................................... ................... ..................................................... ................... ..................................................... ................... ..................................................... ..................................................... L. Kariba................... ................... ..................................................... ................... ..................................................... ................... ..................................................... ................... ..................................................... ................... ..................................................... C U E N C A ................... ..................................................... 20b ................... ..................................................... ................... ..................................................... D E ................... ..................................................... ................... ..................................................... ................... ..................................................... ................... ..................................................... KALAHARI ................... ..................................................... ................... ..................................................... ................... ..................................................... Zócalo precámbrico ................... ..................................................... ................... ..................................................... ................... ..................................................... ..................................................... ..................................................... Zócalo recubierto de sedimentos antiguos ..................................................... ..................................................... ..................................................... (principalmente del mesozoico) ..................................................... ...... ...... ...... Zócalo recubierto de sedimentos recientes I

I

I

I

I

I

I

I

I

I I

I

I

I

R

MA

I I I I I

I

I

JO RO

I

I I I I

I

I

I

I

C.

I

I

I

I

I

I

I I I I I I I I I I I I I I I I

fui

I

I

a ard Gu

I I I I I I I I I

I

I

I

I

I

I I

I I I

I

I

I

I

I

I

I

I

I

I

I

I

I

I

I

I

I

I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I

I

I I I I I I I I I I I I

I I I I

I

I

I I

I

I

I

I

I

I

I

I

I

I

I

I

I

I

I

I

I

I

I

I

I I I I I I I I I I I I I I

I I I I

I I I I

I

I I

I

I I I I I I I I

I

I I I I I I I I I I

I

I

I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I

I

I

I

I

I

I

De

sie

rt

o

ami de N

ER

G

b

B

(principalmente del cenozoico) Plegamiento herciniano C. de Buena Esperanza

Plegamiento alpino

DRA MTES.

KE

N

0

S

500

1.000 Km

© UNED

Meseta basáltica Volcanes Principales cadenas montañosas I I I

Rift Valley Límite entre las tierras Altas y Bajas de África

20b

0b

20b

40b

60b

Fig. IV.1. Grandes unidades de relieve del continente africano

329


2.2.1.

Tierras Altas y Tierras Bajas

En África se ha de distinguir, en primer lugar, entre las Tierras Altas y las Tierras Bajas (Figura 1). Esta diferenciación del continente en tierras altas y bajas tendrá grandes repercusiones en la regionalización bioclimática, en el proceso de asentamiento de la población y en la utilización del suelo y distribución de los diferentes tipos de cultivo: Ê

UÊ Ê >ÃÊ/iÀÀ>ÃÊÌ>ÃÊ>L>ÀV>ÊvÀV>ÊÀiÌ>ÊÞÊiÀ`>]ÊVÊÕ>Ê>ÌÌÕ`Ê media de 1.200 m. El zócalo ha sido dislocado y el relieve, más compartimentado, está caracterizado por la aparición de cuencas, mesetas, fosas, altos macizos y volcanes.

Ê

UÊ Ê Ê?Ài>ÊìÊ/iÀÀ>ÃÊ >>Ã]ÊVÊÕ>Ê>ÌÌÕ`Êi`>ÊìÊÎää°Ê-iÊV>â>ÊiÊ la región central y occidental del continente. En su parte septentrional se encuentra limitada por la cadena montañosa del Atlas.

Las llanuras litorales de África son estrechas y limitadas por relieves elevados y de fuertes pendientes, mientras que el fondo marino se hunde rápidamente, debido al débil desarrollo del zócalo submarino. El mar no penetra hacia el interior con profundidad en ninguna región y las bahías propicias a la instalación de buenos puertos naturales son escasas. 2.2.2. Cuencas y Mesetas Es característica, pues, la alternancia de mesetas y cuencas originadas por la acción de la tectónica sobre el zócalo (Figura IV.1). Las cuencas o cubetas se hallan situadas entre las mesetas y son antiguas áreas que fueron cubiertas por el mar o por lagos ya desaparecidos: en la región de las Tierras Bajas, destacan las cuencas del Zaire, Chad, Sudán y Níger. En la región suroriental del continente se localizan las cuencas de Kalahari y el lago Victoria (Unjambesi-Uganda). Se trata de amplias formaciones de materiales sedimentarios procedentes de las mesetas con una altitud media entre 300 y 900 m, y son, en gran parte, áreas pantanosas y de poco aprovechamiento. Las mesetas están formadas por rocas cristalinas o sedimentos areniscos, reflejo del plegamiento del zócalo, originando un paisaje de elevaciones escalonadas de norte a sureste y desde el Mar Rojo hasta la región del Cabo, entre los 600 y los 2.600 m, delimitadas por bruscos escarpes. Destacan las de Agra, Tibesti, la meseta de Etiopía y la meseta oriental africana.

330


2.2.3.

El Rift Valley y la formación de lagos

Pero cuando el zócalo se ve afectado por grandes fuerzas tectónicas se fractura y aparecen las fosas tectónicas. Esta tectónica de fractura afecta a la morfología actual del relieve oriental del continente y también, aunque en menor medida, a la denominada línea del Camerún (fosa del Camerún-Tibesti), desde el Golfo de Guinea hasta el Sahara. La más representativa, el Rift Valley o «gran grieta», en el África oriental, presenta un entramado de fosas, que recorre la mitad oriental del continente a lo largo de más de 7.000 km (5.000 en África), en dirección norte-sur desde el Mar Rojo hasta el valle del Zambeze, al sureste de África y con una amplitud que oscila desde los 30 km a los más de 100 km en Kenia. La fractura paulatina de la corteza terrestre en esta región dio lugar a la formación de un paisaje de bloques levantados y hundidos, unidos por grandes escarpes. Esta gran grieta parece ser el comienzo de la formación de una dorsal oceánica semejante a la que ha separado la Península Arábiga y ha originado la aparición del Mar Rojo durante la era Terciaria. La formación de lagos, en general poco profundos, es un fenómeno ligado a los movimientos de la corteza terrestre en esta zona oriental del Rift Valley. Se observan lagos localizados a lo largo de la línea de fallas, como los lagos Tanganika (680 km de longitud y 50 km de ancho), Malawi, Kivu, Alberto (Mobuto), Kariva, Rodolfo/Turkana, Natron, Manyara; en los cráteres volcánicos, como los de Tana (Etiopía) y Magadi (Kenia); o bien al fondo de las grandes depresiones surgidas entre las ramas occidental y oriental del Rift Valley, como el lago Victoria (69.490 km2 y 82 m de profundidad). Esta tectónica de fractura va también acompañada de fenómenos volcánicos que han dado lugar a las mayores elevaciones del continente situadas en los volcanes de Elgon (4.321 m), Kenya (5.199 m), Kilimanjaro (5.898 m) y Longonot (2.777 m) y han formado las altas mesetas basálticas de Etiopía (4.620 m) y de Lesotho en África del sur. 2.2.4.

Las cordilleras: El Atlas y los Drakensberg

En los extremos septentrional y meridional del continente se encuentran dos cadenas montañosas: al norte, El Atlas, la única elevación formada en el plegamiento alpino. Surge, a finales de la era Terciaria, por la colisión de la placa africana con la placa eurasiática. Con una orientación oeste-suroeste/

331


este-noreste, la cordillera se extiende a lo largo de 2.300 km; su altura más elevada se encuentra en el monte Toubkal a 4.165 m. Se pueden diferenciar dos secciones: la occidental, que atraviesa Marruecos y está integrada, de norte a sur, en el Atlas medio, Alto Atlas y Anti Atlas; y la oriental que recorre Argelia y Túnez y, se subdivide, de norte a sur, en el Pequeño Atlas y el Gran Atlas o Atlas sahariano, separados entre sí por una meseta elevada con pequeños lagos, los llamados chotts. En el extremo meridional del continente, los Drakensberg se elevan a más de 3.000 metros, de forma escalonada, desde la costa del Natal hasta Lesotho, a lo largo de 1.100 km. La cordillera herciniana del Cabo posee importantes capas sedimentarias de la serie karroo, donde se encuentran los depósitos carboníferos más importantes del continente. 2.3.

Dinámica atmosférica

Situada entre los 37º de latitud norte y los 34º de latitud sur, más del 75% del continente africano se encuentra en la zona intertropical del globo. Por lo tanto, su localización en la zona cálida es el rasgo más influyente en la clasificación climática. Sin embargo, se deben tener en cuenta otros factores que modifican regionalmente esta distribución, como son la altitud y el relieve; el movimiento aparente del sol entre los trópicos y la acción de las corrientes marinas, cálidas y frías, que influyen sobre todo en el litoral. La distribución de los centros de acción atmosféricos y los movimientos de las masas de aire son los que explican la distribución de los climas secos y húmedos, así como la distribución de las precipitaciones en las distintas estaciones del año. Las masas de aire polar continental frías y secas, procedentes de Siberia, afectan solamente a una estrecha franja del norte de África. El aire polar marítimo, fresco, húmedo e inestable afecta al noroeste y al suroeste del continente en sus respectivos inviernos. Son las masas de aire tropical las que afectan en mayor grado al continente africano: UÊ >ÃÊ>Ã>ÃÊìÊ>ÀiÊÌÀ«V>Ê>ÀÌÊ/®]ÊV?`ÊÞÊÖi`]ÊÃiÊvÀ>Ê sobre los océanos, en los dos hemisferios. UÊ >ÃÊ>Ã>ÃÊìÊ>ÀiÊÌÀ«V>ÊVÌiÌ>Ê/V®]ÊV?`ÊÞÊÃiV]ÊÃiÊÀ}>Ê en los desiertos del Sahara y del Kalahari.

332


2.3.1.

La distribución de las precipitaciones

El cambio de las estaciones en el territorio africano está determinado por el volumen de precipitaciones a lo largo del año (estación seca/húmeda), más que por las variaciones de temperatura invierno/verano, como ocurre en Europa (Atlas Histórico y Geográfico Universitario, UNED, mapa IX.70). Ê

UÊ Ê ÊÕÉ>}ÃÌÊ>Ê /Ê>`µÕiÀiÊÕ>Ê«ÃVÊÕÞÊÃi«ÌiÌÀ>Ê£n¨Ê>Ì°Ê ®°Ê Las masas de aire marítimas del Atlántico sur se dirigen hacia el oeste y centro del continente y las precipitaciones son mayores en la región sudanesa, mientras que en la franja tropical del sur del Ecuador el tiempo es seco.

Ê

UÊ Ê ÊiÊV>LÊìÊÃÌÕ>VÊìÊ>ÊVÀVÕ>VÊ>ÌÃvjÀV>]Ê>Ê /ÊÃiÊÌÀ>Ã>`>Ê hacia el sur. A finales de septiembre/principios de octubre se instala sobre el Ecuador, de tal manera que es en esta época cuando la zona ecuatorial (entre los 5º N y 5º S) registra los máximos pluviométricos. De este modo, mientras que en las áreas de sabana del norte llega la época seca, en el área sur de África central y meridional comienza la época de lluvias.

Ê

UÊ

Ê Ê>ÊV>â>VÊìÊ>Ê /ÊiÊÕ>Ê«ÃVÊ?ÃÊiÀ`>]ÊiÊvÀV>Ê del hemisferio sur registra en noviembre/enero la época de máximas precipitaciones. En el área al norte del Ecuador se registra la época de mayor sequedad del año.

Ê

UÊ Ê ÊiÊÕiÛÊV>LÊìÊ«ÃVÊìÊ>Ê /Ê>V>ÊiÊÀÌi]ÊiÊ?Ài>ÊiVÕ>ÌÀ>Ê vuelve a alcanzar una segunda época de máximo de lluvias en los meses marzo/abril, mientras que al sur de África termina la época de lluvias.

Así, el área ecuatorial está caracterizada por unas abundantes precipitaciones (superiores a 1.500 mm), una temperatura media de 26ºC, una escasa amplitud térmica anual y una elevada humedad atmosférica. Entre los climas ecuatoriales, de abundantes precipitaciones, y los subtropicales secos, existen una serie de climas tropicales cuyo rasgo común es la alternancia de una estación seca y otra húmeda de mayor o menor duración, dependiendo de la acción de los vientos alisios. De este modo, a medida que nos acercamos a los trópicos, la alternancia entre una estación seca, donde dominan los vientos alisios continentales, denominados harmattán, y otra húmeda, dominada por la influencia de los vientos monzónicos procedentes del océano, es más acusada. Estas características a escala global adquieren unas modificaciones en los bordes costeros:

333


Ê

UÊ Ê ÊvÀV>ÊVVìÌ>]ÊÞÊ«ÀÊiviVÌÊìÊ>ÃÊVÀÀiÌiÃÊ>À>ÃÊvÀ>ÃÊ>ÊÀÌiÊÞÊ sur del Ecuador, la de Canarias en la costa noroccidental (Marruecos) y la de Benguela en la costa suroccidental (Namibia), se reducen las temperaturas y se registra un aumento de la aridez: en las costas meridionales las precipitaciones son escasas y se forman regiones áridas (desierto tropical costero de Namib). Situada entre ambas corrientes se encuentra la corriente ecuatorial cálida de Guinea, que se dirige de oeste a este y que unido a la acción de los vientos del Atlántico (monzón guineano), provoca abundantes precipitaciones en el litoral del Golfo de Guinea, entre Senegal y Gabón.

Ê

UÊ Ê Ê>ÃÊVÃÌ>ÃÊìÊvÀV>ÊÀiÌ>]ÊÃÊiL>À}]ÊÞÊìL`Ê>Ê>Ê>VVÊìÊ>ÊVrriente cálida de Mozambique, las temperaturas aumentan, lo que ha permitido la introducción de determinados cultivos a latitudes más bajas (por ejemplo, caña de azúcar en la costa de Mozambique y de Natal, en la República de Sudáfrica). Al mismo tiempo los vientos alisios del sureste que proceden del océano se pueden cargar de humedad y aportan lluvias en el litoral índico del hemisferio sur. Las lluvias son más regulares y abundantes y, exceptuando alguna región del noreste, no se encuentran zonas áridas. Por otro lado, en las áreas de relieve elevado se produce un fuerte contraste pluviométrico entre ambas vertientes. En la vertiente oriental, por su exposición a los vientos oceánicos e inestables (alisios húmedos) procedentes del este, las precipitaciones son abundantes y regulares durante todo el año. Por el contrario, la vertiente occidental, situada a sotavento, permanece al resguardo del alisio y sufre el descenso brusco de las precipitaciones.

2.4. 2.4.1.

Grandes regiones bioclimáticas La zonalidad de los dominios bioclimáticos

La localización de los climas en el continente africano presenta una clara disposición latitudinal a ambos lados del Ecuador (Figura IV.2). El relieve predominantemente llano y sin grandes elevaciones va a facilitar la disposición zonal de los climas y la vegetación. Mientras que los valores de las temperaturas permanecen elevados, en líneas generales, por la situación en áreas de baja latitud (la temperatura media anual es superior a los 20º en toda la zona intertropical) y las amplitudes térmicas anuales y diurnas no son elevadas más que en el desierto, son el volumen y la distribución anual de las precipitaciones los criterios que van a determinar las principales variaciones climáticas.

334


................................................................................................. ................................................................................................. ................................................................................................. ................................................................................................. ................................................................................................. ................................................................................................. MAR ME ................................................................................................. ................................................................................................. DITERR ................................................................................................. ................................................................................................. ÁNEO ................................................................................................. ................................................................................................. ................................................................................................. ................................................................................................. ................................................................................................. ................................................................................................. ................................................................................................. ................................................................................................. ................................................................................................. ................................................................................................. ................................................................................................. ................................................................................................. TAMANRASSET 20b

R MA

.................................................................................................................................. .................................................................................................................................. .................................................................................................................................. .................................................................................................................................. .................................................................................................................................. TOMBUCTÚ .................................................................................................................................. .................................................................................................................................. .................................................................................................................................. .................................................................................................................................. .................................................................................................................................. .................................................................................................................................. .................................................................................................................................. .................................................................................................................................. .................................................................................................................................. .................................................................................................................................. dén .................................................................................................................................. .................................................................................................................................. eA .................................................................................................................................. UAGADUGU .................................................................................................................................. lfo d .................................................................................................................................. o ...................................... .................................................................................................................................. G ...................................... .................................................................................................................................. ..................................................................................................................... ...................................... .................................................................................................................................. ..................................................................................................................... ...................................... .................................................................................................................................. ..................................................................................................................... ...................................... ..................................................................................................................... ............. ...................................... ..................................................................................................................... ............. ...................................... ..................................................................................................................... ............. ...................................... ..................................................................................................................... ............. ...................................... ..................................................................................................................... IBADÁN ............. ...................................... ..................................................................................................................... ............. ...................................... ..................................................................................................................... ............. ...................................... ..................................................................................................................... ............. ...................................... ..................................................................................................................... ............. ...................................... ..................................................................................................................... ............. ...................................... ..................................................................................................................... ............. ...................................... ..................................................................................................................... ............. ...................................... ..................................................................................................................... ...................................... ..................................................................................................................... ...................................... ..................................................................................................................... ...................................... ..................................................................................................................... ...................................... ..................................................................................................................... ...................................... DOUALA ..................................................................................................................... ...................................... ..................................................................................................................... ...................................... ..................................................................................................................... ...................................... ..................................................................................................................... ...................................... ..................................................................................................................... ...................................... ..................................................................................................................... ...................................... ..................................................................................................................... ...................................... ..................................................................................................................... ...................................... ..................................................................................................................... ...................................... ..................................................................................................................... ...................................... ..................................................................................................................... ...................................... ..................................................................................................................... ...................................... ..................................................................................................................... ...................................... ..................................................................................................................... OCÉANO ...................................... ..................................................................................................................... ...................................... ..................................................................................................................... ...................................... ..................................................................................................................... ...................................... ........... ..................................................................................................................... ÍNDICO ...................................... ........... ..................................................................................................................... ...................................... ........... ..................................................................................................................... ...................................... ........... ..................................................................................................................... ...................................... ........... ..................................................................................................................... ...................................... ........... ..................................................................................................................... ...................................... ........... ..................................................................................................................... ...................................... ........... ..................................................................................................................... ...................................... ........... ..................................................................................................................... ...................................... ........... ..................................................................................................................... ...................................... ........... ..................................................................................................................... ...................................... ........... ..................................................................................................................... ........ ...................................... ........... ..................................................................................................................... ........ ...................................... ........... ..................................................................................................................... ........ ...................................... ........... ..................................................................................................................... ........ ...................................... ........... ..................................................................................................................... ........ ...................................... ........... ..................................................................................................................... ........ ...................................... OCÉANO ........... ..................................................................................................................... ................................................. ........ ...................................... ..................................................................................................................... ................................................. ........ ........... ..................................................................................................................... ................................................. ........ ..................................................................................................................... ................................................. ........ ..................................................................................................................... ATLÁNTICO ................................................. ........ ..................................................................................................................... ................................................. ........ ..................................................................................................................... ................................................. ................................................. ................................................. ................................................. ................................................. ................................................. ................................................. ................................................. ................................................. ................................................. ......... ................................................. ......... ................................................. ................................................. ......... ................................................. ......... ................................................. ......... ................................................. ......... ......... ................................................. ......... BEIRA ................................................. ................................................. ...................................................... ..... ................................................. ................................................. ..... ................................................. ..... ................................... ................................................. ..... ................................... ................................................. ..... ................ ................................... ................................................. ..... ................ ................................... ................................................. ..... ................ ................................... ................................................. ..... ................ ................................... ................................................. ................ ................................... ................................................. ................ ..... ................................... ................................................. ................ ................................... ................................................. ................ ................................... ................................................. ................ ................................... ................................................. ................ ................................... ................ ................................... ................ ................................... ................ ................................... ................ ................................... ................ ................................... ................ ................................... ................ ................................... ................ ................................... ................ ................................... ................ ................................... ................ ................................... ................ ................................... ................ ................................... ................................... ................................... ................................... ................................... ................................... CIUDAD DEL CABO JO

.......................... .......................... .......................... .......................... .......................... .......................... .......................... .......................... .......................... .......................... .......................... ..........................

RO

........................ ........................ ........................ ........................ ........................ ........................ ........................

0b

20b

....... ....... ....... ....... ....... ....... ....... ....... .......

Ecuatorial Tropical húmedo Tropical Tropical semiárido Desértico y subdesértico Semiárido de tendencia mediterránea Mediterráneo

0

1.000

2.000

3.000

Subtropical de veranos lluviosos (tipo chino) De montaña

© UNED

20b

0b

20b

40b

60b

Fig. IV.2. Grandes dominios climáticos de África

335


Más del 75% de su superficie se encuentra en la zona intertropical y únicamente sus dos extremos, norte y sur, están dentro del dominio templado, por lo que se le puede considerar claramente un continente cálido y caracterizado por la aridez. La estructura maciza, la inexistencia de grandes entradas del mar y las depresiones del interior flanqueadas por grandes elevaciones que las separan de la influencia marítima, acentúan el carácter cálido del continente. En este área intertropical se observan una gama de climas que van desde los climas ecuatoriales, caracterizados por las abundantes precipitaciones, hasta los climas desérticos, pasando por una serie de climas tropicales caracterizados por la alternancia de una estación seca y otra húmeda más o menos larga y por la acción de los vientos alisios, a medida que nos alejamos de la línea del Ecuador (Figura IV.3). La distribución climática de forma simétrica a ambos lados del Ecuador solamente se ve modificada por la estructura del relieve y la existencia de altas mesetas y macizos. Al sur del Ecuador, los regímenes árido y semiárido están limitados al suroeste (Namib y Kalahari), mientras que la costa del Océano Índico, al sureste, tiene un clima muy húmedo. Las temperaturas medias anuales son más bajas que en el hemisferio norte. Estas diferencias se deben a la forma más estrecha del área meridional, con lo que la influencia marítima es mayor. El relieve relativamente elevado contribuye igualmente a la bajada de las temperaturas. En Madagascar, donde la altitud atempera el clima de las altas tierras centrales, la vertiente oriental de la isla, expuesta a los alisios marítimos, recibe abundantes precipitaciones, mientras que la vertiente occidental protegida del viento posee un clima más seco. A cada dominio climático corresponde un tipo de vegetación, adaptado a unas determinadas características físicas y atmosféricas, como la morfología del relieve y el comportamiento climático. No hay que olvidar, sin embargo, que la acción humana ha transformado los paisajes, con la progresiva colonización y la introducción de las actividades agrícolas con técnicas que han acelerado la introducción de sabanas en amplias áreas tropicales y que, en muchos casos, ha llevado consigo la deforestación y desertificación. La degradación de la vegetación aumenta en todas las zonas del continente debido al fuerte crecimiento demográfico, tanto en las zonas rurales como en el entorno de las ciudades. De este modo, se registra una transformación de los bosques tropicales en áreas de hierba sin arbolado, debido a la expansión de las áreas cultivadas, una reducción de los tiempos de barbecho y

336


una progresiva deforestación para la utilización de la madera como fuente energética. Por otro lado, las reservas de bosques no son respetadas por la creciente demanda de madera y su utilización por parte de agricultores y ganaderos. Temperatura media anual: 26,4 bC Total anual de precipitaciones: 4.109 mm T bC

P mm 740

Temperatura media anual: 26,5 bC Total anual de precipitaciones: 1.117 mm T bC

720

P mm

700

180

680

160

660

140 120

640 620

100

600

80

580

30

60

560

20

40

540

10

520

0

20 0

500

E F M A M J J A S O N D

480

IBADÁN

460

2

440 420 400 380 360


340

P mm

Temperatura media anual: 26,9 bC Total anual de precipitaciones: 814 mm

320

320

300

300

280

280

280

260

260

260

240

240

240

220

220

220

200

200

200

180

180

180

160

160

160

140

140

140

120

120

100

100

80

80

40

80

T bC

P mm

120 100

30

60

30

60

30

60

20

40

20

40

20

40

10

20

10

20

10

0

0

0

0

0

20 0




DOUALA

BEIRA

UAGADUGU

1

2

3

Temperatura media anual: 29,1 bC Total anual de precipitaciones: 229 mm T bC

P mm 100



P mm 100

40

80

30

60

30

60

30

80 60

20

40

20

40

20

40

10

20

10

20

10

0

0

0

0

0

P mm

20 0




TOMBUCTÚ

TAMANRASSET

CIUDAD DEL CABO

4 1. Ecuatorial 2. Tropical húmedo 3. Tropical

5

6 4. Tropical semiárido 5. Desértico y subdesértico 6. Mediterráneo

Fig. IV.3. Características de los grandes dominios climáticos

337


En general, los suelos son muy poco fértiles debido al efecto de la erosión, el volumen de precipitaciones y la aridez, lo que repercute directamente en las actividades agrícolas. Los diferentes tipos y la distribución de los suelos están determinados por la temperatura y las precipitaciones. Así, las zonas edáficas se distribuyen, en general, en bandas paralelas en latitud y reflejan las zonas climáticas. En África oriental se interrumpe la distribución paralela debido a la existencia en esta región de un variado mosaico de relieve y clima. Junto a los tipos de suelos de disposición zonal (ferralíticos, ferruginosos, desérticos/subdesérticos y pardo/arcillosos) (Figura IV.4), hay una serie de suelos azonales (litosoles y regosoles) cuya formación no se debe exclusivamente a los elementos climáticos, como temperatura y precipitaciones, sino que están condicionados al tipo de relieve y la época de formación: Ê

UÊ Ê ÃÊiÊV>ÃÊìÊÃÊÃÕiÃÊi}ÀÃÊÞÊ}ÀÃÊÃVÕÀ]ÊÃÕiÃÊV>â>`ÃÊÃLÀiÊ jóvenes cenizas volcánicas en el África tropical y que son de alto valor para la agricultura.

Ê

UÊ Ê ÃÊÃÕiÃÊ>ÕÛ>iÃÊiÊ>ÃÊVÃÌ>ÃÊÕ`>`>ÃÊÞÊÛi}>ÃÊvÕÛ>iÃ]ÊÀVÃÊiÊ nutrientes por su constante inundación. A diferencia del continente asiático, África no posee apenas grandes deltas ya que las elevaciones marginales y los escalonamientos del continente lo impiden. Están localizados en las áreas centrales de las cuencas interiores como la cuenca del Níger, en las tierras bajas de Níger-Benue, en los paisajes de aluviones en Barotse en el Zambeze o en el delta de Okavango (Botswana), entre otros. Se trata de áreas interiores de difícil acceso que, sólo de forma moderada, han sido transformadas en espacios dedicados al cultivo de arroz.

Ê

UÊ Ê ÃÊÛiÀÌÃÕiÃ]ÊÃÕiÃÊVÊ}À>ÊVÌi`ÊìÊ>ÀV>Ã]ÊÃÊV>À>VÌiÀÃticos de las depresiones y cuencas de las sabanas o en la alta meseta etíope y pobres en humus. Son buenos para el cultivo de cereales como el tef (Etiopía), maíz y arroz, así como para el algodón y caña de azúcar, aunque difíciles de trabajar.

Ê

UÊ * Ê ÀÊÖÌ]ÊÃÊÃÕiÃÊ«`ÃVÃÊÌÀ«V>iÃ°Ê-ÕiÃÊ>ÀiÃÃÊÞÊ«LÀiÃÊ característicos de las dunas costeras o de las arenas del interior. La pobreza de nutrientes y la poca capacidad de absorción de este tipo de suelos sólo es útil para superficie de pastos o bosques. La sabana seca y espinosa se encuentra sobre un substrato arenoso, como en las arenas de Kalahari del sur y centro de África o en las superficies arenosas del Sahel, con arenales de textura gruesa.

338


Suelos ferralíticos Suelos ferruginosos

Suelos desérticos y subdesérticos

Suelos de montaña Vertisuelos

Suelos pardo/arcillosos. Terra rossa

Suelos aluviales

Fig. IV.4. Principales tipos de suelos en África

339


2.4.2.

Dominio ecuatorial

Se extiende a una y otra parte de la línea del Ecuador, sobre la cubeta central del Congo, Gabón, Camerún, las áreas más elevadas del África oriental y las regiones costeras del golfo de Guinea entre los 3º N y los 4º S, en las costas occidentales alcanza hasta los 8º N. Está caracterizado por unas temperaturas elevadas y constantes (medias de 25º), una escasa oscilación térmica anual (inferior a los 3ºC), y una constante humedad relativa. Las precipitaciones son muy elevadas (media entre 1.500 y 2.000 mm), repartidas durante más de diez meses, en algunas zonas (áreas costeras del Golfo de Guinea y litoral occidental) superan los 2.400 mm. Aunque las precipitaciones son altas durante todo el año, hay dos estaciones con máximo pluviométrico: marzo-abril y septiembre-octubre, y son menores en junio-julio y diciembre-enero. Debido a las fuertes precipitaciones durante todo el año, los ríos son caudalosos y regulares (por ejemplo, el río Congo), pero con poca capacidad de erosión al transportar sobre todo materiales finos. Las precipitaciones disminuyen en las costas occidentales de Ghana y Togo, debido a la acción de la corriente fría que reduce la convección tropical y frena la humedad. En el área oriental el paso de la masa de aire del alisio monzónico entre África y Asia provoca lluvias en primavera y otoño y dos marcadas épocas secas. Con el progresivo alejamiento de la zona ecuatorial se reducen las precipitaciones y el número de meses húmedos. Así, al sur de los 4º de latitud S y al norte de los 3º de latitud N se registra un retroceso de los meses húmedos a 6-7 meses. La vegetación característica es el bosque denso siempre verde, el denominado rain forest (selva ecuatorial). Cubre un área que se extiende a lo largo de 1.100 km de este a oeste y alrededor de 800 km de norte a sur. Se localiza en las costas del Golfo de Guinea y la cuenca del Zaire; también aparecen algunas áreas de menor extensión en el litoral oriental de Madagascar y, al sureste del continente, en una estrecha franja en el litoral del Océano Índico. Dentro del bosque ecuatorial, formado por multitud de pisos de árboles de especies muy variadas, se pueden diferenciar entre los bosques primarios y los bosques secundarios. Denominamos bosques de formación primaria, aquellos que nunca se han visto afectados por las roturaciones, y bosques secundarios, aquellos que están constituidos por árboles de menor tamaño y de especies distintas y menos

340


variadas. Los primeros, de formación primitiva, están caracterizados por la gran variedad de especies y su gran tamaño (superior a los 40 m) y los segundos, más abiertos y de menor altitud, más fáciles de penetrar por la existencia de un sotobosque de menor altura y que han sufrido en mayor medida los efectos de la roturación, por lo que es patente la reducción de su superficie. La alteración ferralítica (acumulación de hierro y aluminio) da como resultado suelos muy profundos (10 a 50 m) y en las áreas más húmedas, con precipitaciones superiores a los 1.500 mm, son característicos los suelos ferralíticos de color rojo-ocre, por su riqueza en óxidos de hierro y aluminio, y de gran dureza, por la incrustación de hematites. Debido a la existencia de altas temperaturas y la constante humedad, los suelos están caracterizados por una gran descomposición química y física. Por otro lado, el continuo lavado o lixiviación destruye la materia orgánica por lo que son pobres en sales minerales (calcio, potasio, magnesio…), desaparecen los minerales sílico-arcillosos lo que hace a los suelos porosos y poco flexibles y los hace poco fértiles y pobres en humus. A estos suelos se les ha denominado tradicionalmente suelos lateritas, por su similitud con el color rojo del ladrillo, o también denominados genéricamente corazas, debido a su gran dureza, incluyendo tanto aquéllos con acumulación únicamente de hierro, que se encuentran también en el dominio de sabana en áreas donde hay una menor actividad bioquímica, como en los que se concentra exclusivamente aluminio, por el lavado del hierro. La insalubridad ligada a la humedad y la mediocridad de los suelos lateríticos, donde la capa de humus es muy débil por la rápida descomposición química, las rocas son alteradas en gran espesor y los suelos son muy profundos, lo que hace de esta zona un lugar poco adecuado para la vida humana. En los deltas, lagunas y bajas zonas costeras, el bosque denso se presenta bajo la forma de manglares, bosques pantanosos compuestos por árboles, los mangles o mangrobes (Rhizophora), de 10 a 15 metros de altura, de raíces aéreas y que se extienden a lo largo de la costa, en una banda que puede variar en anchura desde unos metros a varios kilómetros. 2.4.3.

Un extenso dominio tropical de doble estación

Al alejarnos del Ecuador aumenta la oscilación térmica anual, aunque todavía no alcanza valores muy pronunciados. Es característica la existencia

341


más marcada de dos estaciones secas que separan otras dos estaciones con máximos lluviosos (transición del ecuatorial al tropical), hasta alcanzar, paulatinamente, un clima caracterizado por la existencia de una alternancia entre una estación seca marcada y una estación lluviosa. En el hemisferio norte el alisio del noreste, denominado harmattán, acentúa la estación seca. La duración de la estación húmeda disminuye según nos acercamos a la zona de altas presiones subtropicales y nos distanciamos del Ecuador, reduciéndose de ocho meses a sólo tres, (en el Sahel la estación seca alcanza los ocho o nueve meses). Paralelamente, las amplitudes térmicas aumentan, el volumen de precipitaciones disminuye hasta menos de 500 mm anuales y, como consecuencia, se reduce la humedad relativa, las lluvias se hacen más irregulares y aumenta la evaporación. Por el contrario, a medida que nos acercamos a la línea del Ecuador aumenta la duración de la estación lluviosa, de tres a cuatro meses en las zonas semiáridas (tropical seco) a los siete/ ocho en los bordes de la región ecuatorial (tropical húmedo). El volumen de las precipitaciones aumenta de 400 ó 500 mm hasta 1.500 mm en el área del Golfo de Guinea, por la acción de la corriente cálida del mismo nombre. Debido a la forma maciza del continente, la influencia de la latitud es preponderante en el hemisferio norte, donde las diferentes zonas tropicales se suceden en bandas paralelas al Ecuador. Las condiciones climáticas van a determinar la distribución de la vegetación de las zonas más húmedas a las más secas, con una progresiva degradación vegetativa que pasa de bosques tropicales (tropófilos), caracterizados por la variedad de especies caducifolias y perennifolias y un sotobosque más claro, a la extensión de la sabana, paisaje vegetal típico de este dominio y caracterizado por ser una formación herbácea con árboles caducifolios, hasta la vegetación de matorrales espinosos y estepa de las bandas situadas al límite de las regiones semiáridas (sabana seca y sabana espinosa). Los ríos son menos caudalosos e irregulares debido a la estacionalidad de las lluvias (p. ej. el Senegal). a) Clima tropical húmedo (subecuatorial). Este tipo de clima se desarrolla a lo largo del Golfo de Guinea, desde Sierra Leona hasta el norte de Angola bordeando la región de clima ecuatorial. Las temperaturas son similares al dominio ecuatorial, aunque la amplitud térmica anual es algo mayor, oscilando entre los 3ºC y los 10ºC. Debido al desplazamiento en latitud de la CIT, se registran variaciones en la distribución de las precipitaciones. Se caracteriza por unas precipitaciones medias anuales entre 1.200 y 1.600 mm., que caen

342


entre seis y nueve meses y disminuyen según nos vamos alejando del Ecuador. Es el área del cinturón de sabanas arboladas con bosques en galería. b) Clima tropical seco o sudanés. Este dominio abarca gran parte de la costa sudoriental del continente, regiones del Sudán, mesetas orientales y del sur de la cuenca del Zaire y las mesetas de Madagascar. Dentro de este dominio, cabe resaltar las costas orientales más húmedas, afectadas por la acción de los vientos alisios y donde el efecto de las altas presiones subtropicales es menor. La estación seca se alarga a medida que nos acercamos al trópico. La estación húmeda tiene lugar en verano, cuando el sol llega a su cenit. El total de lluvias anuales oscila: sobrepasa los 1.000 mm. al sur de Malí, pero es inferior a 800 mm al norte de Nigeria. La época de lluvias se concentra en seis/siete meses en una media de 1.300 mm. La época seca tiene lugar en los meses de junio a octubre en el hemisferio sur y de octubre a abril en el hemisferio norte. Esta variabilidad tanto en el volumen de precipitaciones como en su distribución puede actuar como factor limitativo de la utilización del suelo agrícola. c) Clima tropical árido/semiárido o saheliense (senegalés según De Martonne). Forma una banda de transición hacia el clima desértico. Acercándonos a los trópicos aumenta la oscilación térmica anual, las precipitaciones son cada vez más escasas (menos de 500 mm) y aumenta la duración de la estación seca (seis/nueve meses). Son irregulares de un año a otro. Las temperaturas son más elevadas que en las regiones húmedas y alcanzan los 40ºC al final de la estación seca. La influencia del alisio del noreste es notable. Como ya hemos visto, la vegetación característica del dominio tropical es la sabana, formación herbácea de gran altura (2/3 m); posee grupos de árboles dispersos que en los bordes de los ríos forman los denominados bosques galería. Su origen parece que, en su mayoría, es debido a la acción humana que destruye el bosque, mantiene la práctica del sistema de rozas, quemando el bosque y degradando los suelos. Existen variadas formas de sabanas, según la densidad de la vegetación arbórea: Así, existen sabanas formadas solamente por gramíneas y que alcanzan una considerable altura (hierba del Elefante: Pennistum = 5 m); sabanas parque o arbustivas, con arbustos diseminados; sabana matorral, con vegetación arbustiva densa; sabana bosque, etc. A menudo una sola especie

343


se extiende sobre una gran superficie: Combretum Adansonia (baobab) en Senegal; Faidherbia en Senegal y Chad; Butyrospermum en Sudán; Euphorbia en África oriental; palmeras en África occidental, Madagascar y Sudán. La sabana se degrada progresivamente según el periodo de sequedad, que oscila entre tres y siete meses, y el volumen de precipitaciones medias, con valores entre los 400 y los 1.600 mm, pasando desde el dominio de la sabana húmeda hasta el de la sabana espinosa: — Sabana arbolada. Donde la época de lluvias oscila entre 7 y 9 meses (clima tropical húmedo), está caracterizada por la existencia de extensiones de hierbas altas bulbosas y con rizomas, y acacias en forma de sombrilla hasta cinco metros, bien adaptadas a la alternancia de estación seca y húmeda. — Sabana herbácea. Con la reducción del número de meses húmedos entre cinco y siete y unas precipitaciones medias menores de 1.000 mm aparece la sabana seca, compuesta de verdes matorrales. En la larga época seca amarillea el manto herbáceo. Son característicos los bosques de Miombo que toma su nombre de la denominación africana del árbol característico Brachrystegia, típicos de las mesetas del sur de África central entre los 900 y los 1.500 m de altitud, entre el este de Angola y centro de Tanzania, a lo largo de 1.000 km. Es típica la existencia de árboles diseminados caducifolios, que alcanzan una altura media de 10-12 m, el más característico es el baobab. — Sabana espinosa (estepa o sabana semiárida). Al aproximarnos al desierto, en áreas con una larga estación seca (de ocho a diez meses) y unas precipitaciones medias entre 250 y 500 mm., las hierbas forman un tapiz discontinuo y la vegetación (de tipo xerófilo) se limita a formaciones de zarzales o matorrales de espinas diseminados (es característico el esparto que se desarrolla en suelos secos pero no muy arenosos), algunos árboles (acacias) y pastos temporales (el denominado acheb). En amplias zonas del continente se observa, debido a una sobreexplotación de los pastos, una destrucción de las gramíneas (manto de hierba) y una expansión excesiva de los matorrales espinosos. Cuanto más pronunciada es la estación seca, más destacan las formaciones vegetales con gran resistencia a la aridez: plantas con espinas, hojas con mayores capacidades de retención de agua y fuertes cortezas. Es el dominio de los pastores seminómadas del Sahel. En el entorno de las concentraciones de población esta vegetación espinosa ha sido destruida para la obtención de madera como fuente de energía primaria. Las condiciones de vida son más crudas, la escasez de vegetación es la nota dominante, la agri-

344


cultura solamente se practica a lo largo de los lechos limosos de los uadi y se practica la ganadería trashumante. La vida se concentra en los oasis donde las plantaciones de palmeras constituyen la principal vegetación. Los suelos de la zona tropical poseen unas especiales características: con la reducción de las precipitaciones de 1.500 a 1.000 mm y con menos de siete meses húmedos hay una menor lixiviación y el suelo presenta una descomposición química cada vez menor y una menor ferralitización (se vuelve cada vez más pardo/castaño). En las áreas secas, con menos de 1.000 mm de precipitaciones anuales y menos de cuatro meses húmedos, predomina la descomposición producida por agentes físicos, carbonatización y salinización de los suelos. La menor alteración de las rocas se manifiesta en un espesor menor que en el clima ecuatorial, debido al aumento de la estación seca. Son característicos los suelos ferruginosos (dominio sudanés), de alto contenido en óxidos de hierro. El agua caída durante la estación de lluvias se filtra en el subsuelo, mientras que durante la estación seca (superior a cinco meses) el agua que sube a la superficie se evapora, y al resecarse el suelo, se forma una costra por concentración de las sales ferruginosas surgidas por la descomposición de las rocas: son las llamadas costras o corazas lateríticas, formaciones compactas de horizontes arcillo-ferruginosos o arcillo-aluminosos, características de los suelos tropicales expuestos a una marcada estación seca. Como estas costras no dejan traspasar las raíces de las plantas, dan lugar a regiones estériles y de escaso aprovechamiento agrario y forestal. En la franja semiárida del dominio tropical, en el borde del desierto (Sahel), las temperaturas medias anuales llegan a los 30ºC, la estación húmeda es corta y las precipitaciones inferiores a 500 mm, se distribuyen durante tres/cuatro meses en forma de tormentas. Los suelos son delgados y pobres en humus (suelos pardos de estepa/Sierozioms). Debido a las grandes variaciones de temperatura, la roca es fragmentada rápidamente. d) Clima de montaña. Las montañas y macizos montañosos con alturas superiores a los 1.200 m, localizados en su mayoría en la región oriental del continente, pertenecen a los climas tropicales de altura (tierra templada, tierra fría, tierra helada). La altitud modifica los rasgos característicos marcados por la latitud en la que están localizados. Así, con la altitud disminu-

345


yen las temperaturas y aumentan las precipitaciones (3.000 mm), que en ocasiones aparecen en forma de nieve. Las formaciones vegetales se desarrollan escalonadamente en altura: el bosque denso ecuatorial deja paso al bosque mixto de montaña compuesto por especies tropicales, frondosas y coníferas; entre los 2.000 y los 3.000 m, debido a las abundantes precipitaciones, bajas temperaturas y una importante humedad del aire que favorece la aparición de nubes y nieblas, la formación vegetal característica es el nebelwald o bosque de la niebla, invadido por musgos, líquenes y plantas epífitas (que viven sobre otras plantas), como los helechos. A medida que se asciende, aparecen los bosques de bambúes. El bosque toma la forma de un maquis de matorrales y de los 3.500 a los 4.000 m, piso subalpino, es el dominio de la landa de altos brezos, ericáceas arbustivas, matorrales, senecios y lobelias; el piso alpino comienza a los 4.000 m y se caracteriza por una pradera clara; por encima de los 5.000 m no es posible ningún tipo de vegetación. Por otro lado, no hay que olvidar las importantes modificaciones introducidas por la diferente orientación de las vertientes.

2.4.4.

Dominio desértico

El clima desértico y subdesértico se extiende en torno a los dos trópicos, en ambos hemisferios (boreal y austral) en función de la constante presencia de las altas presiones subtropicales. Al sur del Ecuador, el desierto ocupa una superficie mucho más reducida y se extiende por la región de Namib y la meseta de Kalahari, limitado, al este, por las altas tierras de África oriental que actúan de barrera a los vientos marítimos. En el hemisferio norte, se desarrolla en una gran extensión, desde la costa atlántica hasta Somalia. Su principal carácterística es la ausencia o escasez de precipitaciones, siempre inferiores a 250 mm. El régimen de las altas presiones (subtropicales) atmosféricas y la acción de las corrientes marinas frías son factores que explican la sequedad, acentuada por la acción de los vientos alisios secos que soplan de manera constante desde las altas presiones subtropicales hacia las bajas presiones ecuatoriales. Otra de sus características es la fuerte oscilación térmica anual y diurna producida por el calentamiento del suelo a lo largo del día y el enfriamiento por radiación a lo largo de la noche; las diferencias de temperatura entre el día y la noche pueden llegar a alcanzar los 50ºC, mientras que la amplitud térmica anual supera los

346


25ºC. Las precipitaciones son escasas e irregulares: no sobrepasan los 200 mm anuales, y en el interior del Sahara, la superficie desértica más amplia del continente, son inferiores a 20 mm. Por otro lado, la existencia de fuertes vientos produce una fuerte erosión por lo que aparecen amplias superficies de abrasión (regs), extensiones sin vegetación y caracterizadas por la fragmentación de las rocas debido a las fuertes amplitudes térmicas, que da como resultado un paisaje de guijarros; y de superficies que registran un modelado característico por la acción del viento (ergs), formando un paisaje de dunas. En general, la vegetación es escasa y queda reducida a plantas espinosas a excepción de los enclaves de palmeras que se pueden encontrar en los oasis. Debido a la aridez, los suelos están poco evolucionados, mientras que adquieren grandes extensiones las costras superficiales formadas por concentraciones de yeso, cal y sal, que llegan a alcanzar varios metros de espesor. Son característicos los suelos salinos (solonchak o solonetz) originados por la salida al exterior de las sales del interior de la superficie. 2.4.5.

Dominio subtropical en los bordes del continente

a) Clima subtropical estepario. En el borde externo de los desiertos aumenta el volumen de precipitaciones, debido a la influencia de los respectivos frentes polares, por lo que la vegetación es de carácter estepario, semiárido de tendencia mediterránea. b) Clima subtropical de veranos lluviosos del área oriental (tipo chino). En el área sureste del continente existe una banda, caracterizada por una constante humedad y un máximo pluviométrico en verano. Con seis/siete meses lluviosos, y con precipitaciones entre 500 y 1.000 mm durante el verano, contrastan con meses de invierno menos húmedos y fríos, en los que son frecuentes las heladas. Factor que explica la vegetación de sabana de altitud y sin arbolado tan característica de las altas mesetas sudafricanas (veld) de Transvaal, Natal y Orange. La precipitación en forma de nieve, debida a la entrada de aire frío subpolar, es negativa para la agricultura y ganadería. c) Clima subtropical de inviernos lluviosos (mediterráneo). Se encuentra localizado en los extremos septentrional y meridional del continente, a partir del paralelo 30º. La oscilación latitudinal de las masas de aire y los centros de acción atmosféricos dan lugar a unos veranos cálidos y secos, dominados por masas de

347


aire cálido y los anticiclones subtropicales, y a unos inviernos fríos y húmedos, dominados por el paso frecuente de las borrascas asociadas del frente polar. La amplitud térmica es superior a 10ºC y las precipitaciones superan los 500 mm. En el área occidental la oscilación térmica es más suave y la humedad más constante. Las diferencias de temperatura se acentúan hacia el interior (mesetas de Argelia) donde se marca el carácter continental y donde el hielo y la caída de nieve son frecuentes. En el Magreb, la media térmica anual es de 18ºC en las llanuras, y sólo de 14ºC en las montañas del Atlas. En la región del Cabo, las elevaciones montañosas impiden su influencia en el interior, por lo que el clima mediterráneo de variedad oceánica se limita a una estrecha banda litoral meridional donde no llega la influencia de la corriente fría de Benguela. La vegetación característica del clima mediterráneo es la esclerófila mediterránea, adaptada a la alternancia de un invierno frío y húmedo y un verano cálido y seco: árboles de hoja perenne, encinas, pinos, cedros (Quercus ilex), el pino carrasco (pinus halepensis), alcornoques, etc. En algunas zonas, su degradación ha dado lugar a la aparición de matorrales (lentisco y acebuche) y de praderas de gramíneas (denominada veld en África del Sur). El bosque, degradado también por las actividades humanas, ha dejado paso, en extensas regiones, a una vegetación de arbustos y de maleza: la garriga y el maquis. En las regiones subtropicales de veranos secos del área mediterránea y del Cabo son típicos los suelos denominados terra rossa (suelos pardo/arcillosos), de color rojo debido al alto contenido de óxidos de hierro, pobres de humus, suelos arcilloso-rojizos de acidez media y ricos en sesquióxido de hierro (Fe2 O3) de donde proviene su color rojo. Estos suelos están formados sobre caliza y son típicos del área mediterránea. Por su capacidad de acumulación y absorción de agua son aptos para la agricultura (cereales). 2.5.

Degradación del medio natural y aumento de la aridez

La progresiva aridez es un factor que limita las posibilidades agrícolas en un continente donde el 70% de la población se dedica a las actividades agrarias. El papel de los ríos en África es importante debido a la progresiva extensión de las áreas secas, la necesidad de una mejora en el agua para el consumo humano y el aumento de la producción agraria basada, en gran parte, en el regadío. Los conflictos por el agua son cada vez mayores.

348


Los caudales de las corrientes fluviales en África (Nilo, Niger, Congo/ Zaire, Zambeze, Orange...) dependen muy estrechamente de las grandes divisiones geomorfológicas y climáticas del territorio. El área ecuatorial de África central y oriental está recorrida por ríos con grandes caudales, como el Congo/Zaire, el Ubangi, Ogowe, Sanaga o el bajo Níger. Los ríos del dominio tropical seco, como el Senegal, Níger y Zambeze, se caracterizan por poseer grandes variaciones de caudal anual y a lo largo de varios años. Los periodos de sequía repercuten en la vegetación natural y el aumento de la salinización en las áreas litorales destruye los manglares. En el dominio subtropical de inviernos lluviosos, las precipitaciones estacionales y el relieve montañoso dan lugar a ríos cortos y caudalosos. Por otro lado, en las zonas húmedas del área oriental, occidental y central no hay problema de abastecimiento de agua, ya que las elevadas precipitaciones garantizan el aprovisionamiento. Sin embargo, en el África seca el agua disponible no es suficiente más que una época del año. El aumento de población, el crecimiento de las ciudades y el incremento del consumo de agua en las actividades agrarias e industriales ha llevado consigo que se recurra a la explotación de las capas freáticas. Este continuo abastecimiento de las reservas acuíferas (Water mining) lleva consigo graves daños ecológicos, socioeconómicos y políticos. El territorio africano registra una paulatina degradación del medio natural y un progresivo incremento de la aridez. Entre los principales factores humanos que han favorecido el aumento de la aridez y progresiva desertificación del continente se deben citar la extensión de superficies cultivadas, la reducción de los tiempos de barbecho, las grandes extensiones de pastoreo y la tala de bosques. Por otro lado, el aumento del número de explotaciones agrarias y la continua utilización del sistema de rozas llevan consigo un aumento del desequilibrio entre las condiciones ecológicas y la utilización agrícola. En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desertificación y Aridez (Nairobi, 1977), ya se planteó el importante papel que la actividad humana ejerce en este proceso. Esta degradación no afecta solamente, en el ámbito local, a la vegetación, las condiciones edáficas o a la reducción de las reservas acuíferas, sino que sus consecuencias se pueden reflejar también en el ámbito regional y global. El método de sistema de rozas, aplicado tradicionalmente en la agricultura africana, ha degradado progresivamente el suelo. Esta obtención de

349


superficie ocupada por bosques para el cultivo, que en un primer momento permitía la regeneración del suelo con la implantación de barbecho durante varios años, es cada vez menos posible por el aumento de la población y la fuerte presión sobre la tierra resultante de este proceso. Por otro lado, la madera utilizada como leña, es la fuente energética principal de la población en el África tropical; al uso doméstico hay que añadir la transformación de la madera para carbón vegetal en las áreas urbanas. Las repercusiones de la progresiva aridez y desertificación no son sólo ecológicas, sino que también son importantes las repercusiones sociales, económicas y políticas. De este modo, la reducción de la producción agraria, la deficiente alimentación y el éxodo rural agravan los problemas de política interior. Para paliar las consecuencias y buscar soluciones conjuntas se creó el CILSS (Comité Permanent Inter-Etats de Lutte contre la Sécheresse dans le Sahel), que tiene su sede en Uagadugu, capital de Burkina Faso. 3.

LA OCUPACIÓN HUMANA DEL TERRITORIO AFRICANO

3.1.

Proceso de colonización e independencia

La historia del continente africano se puede subdividir en tres etapas: a) La época de precolonización. b) La época de la colonización por parte de los países europeos. c) La época de postcolonización, en la que comenzó la independencia de los distintos estados africanos. a) Las civilizaciones más antiguas surgen en el área central del Valle del Nilo (Kush, Nubia, Axum), con una avanzada organización social, política y religiosa. En la alta Edad Media, existía una franja de imperios africanos en el oeste de Sudán que formaban una unidad cultural ya desde la prehistoria, debido a los contactos comerciales que se establecieron entre el este y el oeste (comercio transsahariano), así como por su situación geográfica entre las culturas mediterráneas más desarrolladas del norte, y los países del Golfo de Guinea ricos en materias primas, al sur. Por otro lado, desde el siglo XI, la islamización de la región septentrional jugó también un importante papel. En el medio y alto Níger se localizaban los antiguos reinos de Ghana,

350


Mali y Songhai y los de Kanem, Oyo, y Hausa, entre otros, de origen posterior. En el área central y meridional del continente, el pueblo bantú funda varios núcleos: Congo, en la desembocadura del río Congo en el noroeste de Angola, Kuba, Luba, Lunda, Monomotapa. b) La colonización de África es una parte de la historia del comercio. Hasta el siglo XIX el continente africano era prácticamente desconocido para el resto del mundo, y solamente se crearon enclaves costeros que servían como punto de apoyo en el camino de los europeos hacia Oriente/ Asia. Únicamente en el sur del continente, en la región del Cabo, se instalaron los holandeses (boers) en un territorio que posteriormente (1804) fue ocupado por los ingleses. Desde los centros costeros las grandes compañías comerciales europeas traficaban con materias primas y esclavos (de manera legal hasta 1820, e ilegal hasta 1870), mientras que el interior del continente permaneció ignorado, con excepción de algunos enclaves misioneros o aisladas expediciones. En 1786 se constituye en Londres la Asociación Internacional Africana, con el objetivo de fomentar las exploraciones en el continente. Durante el siglo XIX los crecientes intereses tanto económicos como políticos de las potencias europeas impulsaron la progresiva colonización del interior del continente africano. A mediados del XIX, Francia controlaba parte del área central y oriental (Senegal), los ingleses, Gambia, y Sierra Leona en la Costa de Oro, y los portugueses, Angola y Mozambique. No es hasta la segunda mitad del XIX cuando se penetra hacia el interior africano. Desde 1880 se realiza una colonización del espacio por motivos económicos y estratégicos (imperialismo). En la Conferencia de Berlín (1884/5), convocada por Bismarck, se reglamentan y fijan las esferas de influencia colonial y se reparte el continente entre los estados europeos que habían conquistado territorios para su explotación minera, agrícola y comercial. Se acordó el derecho a la ocupación hacia el interior por aquellas potencias que ya poseían un sector de la costa. La ocupación se realizó, procurando mantener el equilibrio internacional existente, por lo que Gran Bretaña, Francia y Alemania se apropiaron de extensos territorios, mientras que España, Italia, Portugal y Bélgica lo hicieron en menor magnitud. El continente africano quedó así dividido como si hubiese sido realizado con escuadra y cartabón, tomando como referencia las líneas de los parale-

351


los y meridianos y sin tener en cuenta las peculiaridades étnicas y culturales de la población indígena de cada región. Ello, unido a un sistema de explotación colonial basado en el rendimiento económico, provocó una destrucción paulatina de los sistemas de vida tradicionales. Todo el territorio africano, excepto Liberia (fundación estatal con esclavos africanos de América) y Etiopía, quedó bajo la colonización europea, que perduraría hasta pasada la primera mitad del siglo XX, exceptuando el caso de Egipto y la Unión sudanesa, que proclamarían su independencia antes de la Segunda Guerra Mundial. Así, a comienzos del siglo XX el continente estaba repartido entre las distintas potencias de la forma siguiente: Ê

UÊ Ê }>ÌiÀÀ>Ê VÌÀ>L>Ê >L>]Ê -iÀÀ>Ê i>]Ê ÃÌ>Ê ìÊ "ÀÊ >VÌÕ>Ê Ghana) y Nigeria en África occidental, así como un largo pasillo desde Egipto hasta la Unión Sudafricana (que se formó después de haber eliminado a la población bantú y haber ganado la guerra que mantuvo contra los boers), pasando por Somalia británica, Uganda, Kenia, Nyasalandia, Rhodesia y los protectorados de Bechualandia, Basutolandia (actual Lesotho) y Swazilandia.

Ê

UÊ * Ê ÀÌÕ}>Ê`>L>Ê}>ÊÞÊâ>LµÕi°Ê/>LjÊ>ÃÊÃ>ÃÊìÊ >LÊ Verde, Guinea, Islas del Príncipe y de Sto. Tomé y Cabinda.

Ê

UÊ Ê Ê Ã«>>Ê«iÀÌiiV>Ê,ÊÕÊÞÊ>ÊÃ>ÊìÊiÀ>`Ê*]Ê>Ê>VÌÕ>Ê Guinea española, parte de Marruecos, Sahara occidental.

Ê

UÊ Ê i>>Ê VÌÀ>L>Ê /}]Ê >iÀÖ]Ê vÀV>Ê ìÊ ÃÕÀiÃÌiÊ ÞÊ vÀV>Ê oriental alemana (Tanganica/actual Tanzania). En 1919, por el tratado de Versalles, las colonias alemanas pasaron a estar bajo mandato de la Sociedad de Naciones.

Ê

UÊ Ê À>V>ÊVÕ«ÊiÊÌiÀÀÌÀÊìÃìÊ-ii}>Ê>ÃÌ>ÊiÊ >`ÊÞÊVÕiV>ÊìÊ Zaire, que organizó en dos federaciones: El África Occidental Francesa (AOF) y el África Ecuatorial Francesa (AEF). La costa francesa de los somalíes, las islas Comores, Túnez y Madagascar.

Ê

UÊ Ê j}V>ÊVÕ«ÊiÊiÃÌ>`Êì«iìÌiÊìÊ }ÊVÀi>`ÊiÊ£nnx]ÊµÕiÊ pasó a ser Congo belga en 1908.

Ê

UÊ Ê Ì>>ÊVÌÀ>L>Ê ÀÌÀi>]Ê->>ÊÞÊ Ì«>ÊìÃìÊ£Î{Ê>Ê£{Ó®°

352


Este proceso de colonización favoreció el crecimiento de las regiones mejor comunicadas y más ricas, donde se instaló la Administración central, mientras que el resto del territorio permaneció relegado, y comenzó un progresivo movimiento espacial de la población hacia las ciudades, más desarrolladas y con mayores perspectivas, mientras que en las áreas rurales apenas se realizaron transformaciones agrarias y estructurales. c) Al finalizar la Primera Guerra Mundial sólo existían dos Estados independientes: Liberia (formado en 1897) y Etiopía, que lo sería hasta 1934. Después de la Segunda Guerra Mundial comienza la descolonización (1960 fue denominado el año de África, fecha tan significativa como lo fue el año 1885 en la historia de la colonización). Sin embargo, la descolonización e independencia política de las distintas regiones de África, que se desarrolló con más vigor en la década de los sesenta (hasta 1975 cuando se independizan los territorios portugueses de Angola y Mozambique), no llevó consigo más que otro tipo de fuerte dependencia, la dependencia económica que actualmente todavía perdura y que la ha mantenido en el crónico subdesarrollo que hoy la caracteriza. En un primer momento, las potencias colonizadoras constituyeron instituciones parlamentarias semejantes a las existentes en sus regiones, pero estas instituciones no funcionaron una vez alcanzada la independencia, al no existir las condiciones adecuadas para que pervivieran. Así, en la década de los sesenta se produjeron múltiples golpes de estado, de los cuales muchos lograron su objetivo. La estabilidad política es un factor fundamental para lograr alcanzar un mayor desarrollo y la independencia económica. La inestabilidad de los nuevos regímenes políticos es patente sobre todo en los países del África subsahariana, debido no sólo a la falta de tradición democrática sino motivado también por la constitución de Estados en los que no se han tenido en cuenta los determinantes sociales, históricos o culturales que conforman el espacio, con lo que han surgido importantes enfrentamientos étnicos como el de los hutu y los tutsi, en el Congo, Ruanda y Burundi, o el de musulmanes/islámicos y animistas, en Nigeria y Sudán. Estos factores determinan la existencia de áreas con un alto grado de subdesarrollo y el aumento creciente de los rasgos de dualidad interna y la dependencia económica del exterior.

353


Por otro lado, las importantes reservas en riquezas minerales han seguido siendo explotadas por compañías multinacionales con el fin de abastecer a las grandes potencias económicas, con lo que a pesar de la independencia política surge una nueva forma de colonialismo (neocolonialismo) económico y político, como es el caso, por ejemplo, de las compañías francobelgas de la República Democrática del Congo (antiguo Zaire). Se han constituido uniones estatales de ámbito regional y continental para afrontar y solventar las dificultades económicas mediante la formulación de políticas globales, como es el caso de la Organization for African Unity (OAU), creada en 1963 en Addis Abeba para reforzar la unidad política. Pero, debido a los enfrentamientos internos, no han logrado alcanzar los objetivos de unificación. Otras organizaciones regionales y de carácter económico merecen destacarse: la Economic Community of West African States (ECOWAS), constituida por Mauritania, Mali, Níger, Nigeria, Benin, Togo, Ghana, Burkina Faso, Costa de Marfil, Liberia, Guinea, Sierra Leona, Guinea-Bissau, Gambia y Senegal; la Southern African Development Community (SADC), de la que son miembros integrantes: Angola, Zambia, Tanzania, Malawi, Mozambique, Zimbawe, Namibia, Botswana, República Sudafricana, Leshoto y Swazilandia; la Economic Community of Central African States (CEEAC), de la que forman parte los países de África central: Chad, República Centroafricana, Camerún, Gabón, Guinea Ecuatorial, República Democrática del Congo, Ruanda y Burundi; La Unión Economique et Monétaire Ouest-Africaine (UEMOA), compuesta por Níger, Mali, Burkina Faso, Benin, Togo, Costa de Marfil, Gambia y Senegal; la Unión Árabe del Maghreb (UAM) constituida por Libia, Algeria, Túnez, Mauritania y Marruecos; o la Preferential Trade Area for Eastern and Southern African States (PTA), que desde 1994 pasó a denominarse Common Market for Eastern and Southern Africa (COMESA), de la que forman parte todos los países del África oriental y meridional, excepto la República Sudafricana y Botswana.

3.2.

Una población en rápido crecimiento

El continente africano ha pasado de los 220 millones contabilizados en 1950 a 944 millones de habitantes en 2008, y se estima que para el año 2050 podrá superar la cifra de 1.950 millones (Cuadro IV. 1). Es, sin embargo,

354


uno de los más despoblados del mundo, determinado por la conjunción de variados factores: unas condiciones físicas generales desfavorables, la existencia de una gran extensión de áreas desérticas, la expansión de determinadas enfermedades endémicas en las áreas de sabana y de bosque ecuatorial, todo ello unido a factores históricos y económicos. Sin embargo, el ritmo de crecimiento desde mediados del siglo XIX es muy fuerte. Cuadro IV.1. Población por grandes regiones (2008) y población proyectada (2025, 2050) (millones) 2008

2025

2050

ÁFRICA

944

1.359

1.953

África Subsahariana

788

1.160

1.716

África Septentrional

195

253

310

África Occidental

283

419

616

África Oriental

294

438

650

África Central

118

191

315

55

58

62

África Meridional Fuente: Population Reference Bureau.

Conocer los datos demográficos de siglos pasados en el territorio africano es difícil. Según estimaciones, que varían de unos autores a otros, entre mediados del siglo XVII (100 millones de habitantes) y finales del XIX (120 millones), se observa un largo periodo en el que se registra un estancamiento en el crecimiento de la población. A partir de entonces el crecimiento demográfico se acelera: se calcula que en 1900, la población africana alcanzaba la cifra de 140 millones de habitantes, en 1950 casi alcanzaba los 200 millones y en 1965 sobrepasaba los 300. Actualmente contabiliza casi 944 millones desigualmente repartidos: Sólo en cinco países (Nigeria, Egipto, Etiopía, República Sudafricana y la República Democrática del Congo) se concentra más del 40% de la población (405,4 millones) El crecimiento de la población, que esconde grandes diferencias regionales, es muy superior al resto de las áreas que engloban el mundo subdesarrollado. Sin embargo, a pesar de estas diferencias regionales, se puede generalizar para el conjunto africano un comportamiento similar con respecto a la evolución, en el crecimiento de la población durante el siglo XX. Evolución que se puede resumir en tres etapas (Wiese 1997):

355


a) Una amplia y larga etapa en la que el crecimiento fue muy lento e incluso regresivo en algunas ocasiones (Segunda Guerra Mundial). b) Tras la Segunda Guerra Mundial y motivado por la introducción de las mejoras en la medicina, se detecta un lento pero constante crecimiento de la población. c) Una gran explosión de población tras la independencia colonial en la década de los sesenta, crecimiento que alcanzó hasta el 4% (1970: 365 millones). Esta explosión de población se debe a las altas tasas de natalidad (46‰ frente al 28‰ mundial en el quinquenio 1975/80) y de fecundidad (6,5 hijos por mujer, frente al 3,9 mundial para el mismo periodo), que son las más elevadas del mundo. El crecimiento anual de la población en África para el quinquenio 2005-2010, obtiene unos valores medios del 2,1%, casi el doble de la media mundial (1,1%). Las proyecciones realizadas por la ONU que estiman una población para el año 2050 de casi dos mil millones de habitantes, llevará consigo una colonización de los bosques ecuatoriales y de las sabanas, con la consiguiente deforestación, y un considerable aumento de la población urbana. El crecimiento de la población esconde importantes diferencias en su comportamiento entre las regiones urbanas y rurales: aunque la mayoría de la población africana aún es rural (61%), son las áreas urbanas las que registran un mayor crecimiento, con una media de 3,2% (2005-2010). La tasa de crecimiento urbano en la región de África oriental, que alcanza casi el 4% es la más alta del mundo. Son áreas en las que se concentra gran proporción de población joven y donde las condiciones sanitarias son mejores. 3.3.

Factores naturales del crecimiento de la población

Para explicar el crecimiento natural de la población hay que tener en cuenta la evolución de los factores que determinan el comportamiento demográfico. Por otro lado, se pueden observar importantes diferencias en las diversas regiones del continente (septentrional, occidental, oriental, central y meridional) (Figura IV.5), así como entre el África del norte y la región subsahariana, en su conjunto mucho menos desarrollada.

356


TÚNEZ MARRUECOS

LIBIA

ARGELIA

EGIPTO

MAURITANIA

MALI NÍGER

SENEGAL

ERITREA CHAD

GAMBIA GUINEA

GUINEABISSAU

SUDÁN

BURKINA FASO

DJIBUTI BENÍN ETIOPÍA

NIGERIA

COSTA GHANA DE MARFIL

SIERRA LEONA

CAMERÚN

REPÚBLICA CENTROAFRICANA

TOGO LIBERIA

GUINEA ECUATORIAL

SOMALIA UGANDA REP. GABÓN CONGO

KENIA REP. DEM. DEL CONGO

RUANDA BURUNDI TANZANIA ISLAS COMORES

ANGOLA

MALAWI ZAMBIA

ZIMBABWE NAMIBIA MOZAMBIQUE

BOTSWANA

MADAGASCAR SWAZILANDIA REP. SUDÁFRICA

LESOTHO

África septentrional África occidental

África central

África oriental África meridional

Fig. IV.5. Regiones de África

357


Avanzado el siglo XXI las tasas de fecundidad siguen siendo bastante más elevadas que la media mundial (5,0 frente a 2,7 de media mundial en 2007), y posee también unos valores superiores al resto de los conjuntos menos desarrollados (Asia 2,4; América Latina 2,5). Este comportamiento dentro del territorio africano varía de una región a otra, como resultado de la planificación familiar y las transformaciones culturales y sociales. De este modo, un mayor nivel de educación lleva consigo una reducción de los niveles de fecundidad (Figura IV.6). Asimismo, se observan diferencias al comparar áreas urbanas y rurales o el comportamiento de los distintos grupos étnicos. Dentro de las áreas rurales también se registran grandes fluctuaciones regionales y el comportamiento oscila según los grupos étnicos, sociedades mineras o de plantaciones con mejores condiciones médicas. 10 8 6 4 2 0 Etiopía

Senegal

Lesotho

Egipto

Sin estudios Con educación secundaria o superior

Fig. IV.6. Número de hijos según el nivel de educación de las madres en algunos países de África

El índice bruto de natalidad registra igualmente valores muy por encima de la media mundial (38‰ frente al 21‰ de media mundial) y superior al resto de los continentes menos desarrollados (Asia: 19‰; América Latina: 21‰). Hay muchas regiones donde siguen registrándose altos índices, debido a diversos factores sociales, políticos, culturales, religiosos, que hacen

358


difícil la introducción de nuevas formas de comportamiento (Cuadro IV.2). Existe, por ejemplo, y desde el punto de vista cultural, el convencimiento de que un alto volumen de población hace poderosa a una nación, aunque haya problemas de abastecimiento. Por otro lado, tanto las religiones del Islam como la católica están a favor de una política pronatalista. Cuadro IV.2. Natalidad, mortalidad y crecimiento natural por grandes regiones (2007) Nacimientos por 1.000 hab.

Muertes por 1.000 hab.

Tasa de crecimiento natural (%)

ÁFRICA

38

14

2,4

África Subsahariana

41

16

2,5

África Septentrional

26

7

1,9

África Occidental

42

15

2,7

África Oriental

41

15

2,5

África Central

46

18

2,8

África Meridional

24

8

0,8

Fuente: Population Reference Bureau.

La mortalidad en África registra también los niveles más altos del mundo: 14 ‰ frente al 9‰ de media mundial; Asia, 7,0 ‰; América Latina 6‰. Aunque posee una clara tendencia regresiva en los últimos años, debido a los adelantos médicos y técnicos. Existen grandes contrastes en el interior de cada país y aún mayores entre las áreas rurales y urbanas. Por otro lado, la alta mortalidad infantil, que todavía alcanza valores muy por encima de la media mundial en su conjunto (86‰ frente al 6‰ de Europa y de América del Norte) y muy por encima de los valores de Asia (48‰ y de América Latina (24‰). Las regiones del África subsahariana son las que poseen unos mayores índices (92‰) y dentro de éstas existe una gama de variaciones regionales y sociales muy diferenciadas: afectan, sobre todo, a las áreas rurales y en las ciudades a los grupos sociales más desfavorecidos, motivado por unas malas e insuficientes condiciones sanitarias, de alimentación e higiene. De este modo, se registra en las ciudades una menor tasa de mortalidad, mientras que en el área rural se registran valores por encima de la media.

359


El comportamiento de la natalidad y mortalidad, es decir el comportamiento natural de la población, se refleja en la esperanza de vida que, para el conjunto africano es de 53 años, la más baja del mundo. Así, de los diez países con menor esperanza de vida del planeta, nueve están situados en el continente africano (Cuadro IV. 3). Las diferencias dentro del continente son significativas: Ê

UÊ Ê iÌÀÊìÊVÕÌÊ>vÀV>]ÊÃÊÃÊiÃÌ>`ÃÊìÊvÀV>ÊÃÕLÃ>>À>>Ê los que poseen los menores valores (49 años), mientras que los estados septentrionales registran valores más altos (68 años).

Ê

UÊ Ê ÊiÀÊiÃV>>]Ê>ÃÊ`viÀiV>ÃÊÌ>LjÊiÊiÃÌiÊV>ÃÊÃÊÕÞÊV>À>Ã]Ê entre el área rural y urbana. Las ciudades con una esperanza de vida superior a los 60 años, debido a la existencia de unas mejores condiciones de acceso a los servicios sanitarios a al agua potable, mientras que en el área rural se reduce drásticamente y apenas alcanza los 40 años. Cuadro IV.3. Los diez países con menor esperanza de vida en el mundo (2007) Swazilandia

33

Botswana

34

Lesotho

36

Zimbabwe

37

Zambia

38

Malawi

40

Angola

41

Afganistán

42

Rep. Centroafricana

43

Mozambique

43


Otro claro reflejo del comportamiento natural de la población y su evolución se registra en la composición de la estructura por edades que se refleja en la pirámide de población. Caracterizada por una población joven, efecto de la fase de explosión de población, dentro del proceso de transformación demográfica en el que se encuentra, las pirámides de población presentan una ancha base. El grupo de población menor de 15 años representa el 41 %

360


del total de la población africana (mundo: 28 %), porcentaje que en algunas regiones puede alcanzar hasta el 46% (África central), mientras que en el África septentrional y meridional son las regiones que registran los porcentajes más bajos (33%). Sin embargo, la población mayor de 65 años, representa únicamente el 3% de la población total. 3.4.

Movimientos espaciales de la población

Los movimientos de población en África, tanto inter- como intracontinentales, así como inter- e intraregionales, han sido una constante, ya estén determinados por causas políticas y militares (guerras civiles en Etiopía, Ruanda, en el sur de Sudán, Angola, Mozambique…); provocados por desastres ecológicos que obligan a la población a emigrar para poder sobrevivir, (pensamos por ejemplo en la zona de Sahel, en el problema de desertificación desde los años sesenta que obligó a la población allí instalada a emigrar hacia las zonas costeras del sur y del oeste); o por razones laborales como es el caso de las migraciones, sobre todo hacia las regiones del norte, sur y, en menor medida, hacia el oeste. Sin olvidar, el movimiento continuo de población desde las áreas rurales a las áreas urbanas, reflejado en el crecimiento espectacular de estas últimas y con repercusión negativa en las áreas rurales de partida, por tratarse fundamentalmente de una emigración, sobre todo de composición masculina y joven. Sin embargo, la reducción de los productos orientados al mercado, como café, cacao y cacahuetes, la estabilización de la mano de obra en las plantaciones o la crisis en regiones extractivas han llevado consigo la reducción de estos movimientos migratorios. Este retroceso y continuo estancamiento de la emigración interior del África oriental es una de las causas de la emigración hacia los países industriales europeos. Hasta los años ochenta, en el sur del continente ha existido una fuerte corriente migratoria de los países del Southern African Development Community (SADC), Angola, Zambia, Tanzania, Malawi, Mozambique, Zimbawe, Namibia, Botswana, República Sudafricana, Lesotho y Swazilandia, como consecuencia del desnivel centro-periferia de esta región. Durante la segunda mitad del XIX, época de gran actividad minera, la República Sudafricana reclutó población de los países vecinos, de manera organizada y constante, para la explotación de las minas de carbón, diamantes y oro. Esta

361


corriente se ha mantenido durante el proceso de industrialización del sur de África en las áreas industriales y mineras. En la década de los setenta y comienzos de los ochenta se contabilizaron como activos en los núcleos mineros e industriales hasta 400.000 trabajadores temporales de los estados fronterizos del sur y 1,5 millones de los denominados homelands, estados autónomos de la República Sudafricana, y también en las plantaciones y empresas agrícolas. Factores de atracción hacia estas áreas de inmigración fueron los sueldos más altos y la existencia de una mejor infraestructura en el sector del consumo y del ocio. Por el contrario, en las áreas de emigración, los factores que actuaron como de empuje, son la pobreza de las áreas rurales y la falta de oferta de puestos de trabajo fuera del sector agrario y de mínimas infraestructuras. Ahora bien, el descenso de la economía sudafricana en la fase final del régimen del apartheid, a mediados de los ochenta, se tradujo en una reducción de la inmigración y el aumento del numero de parados y subempleados, lo que lleva consigo un aumento del rechazo a la población de otros países. Así, en regiones pobres en recursos, como Lesotho o Malawi, se registró un enorme retroceso del capital transferido por los emigrantes que supuso una gran reducción (60%) del PIB. Un caso especial dentro de los movimientos espaciales de la población, es el caso del nomadismo: los Fulbé o Peul del área del Sahel-Sudán (finales de los ochenta: 440.000 en Mauritania) o los Tuaregs del área del Sahel-Sahara (560.000 en Mali). Se han visto influenciados en su forma de vida por los cambios producidos tras la independencia colonial, y actualmente se habla de la existencia de un medio nomadismo. El proceso de desertificación limita su espacio vital, lo que ha llevado consigo enfrentamientos. En África del sur la forma de vida nómada ha retrocedido desde comienzos del XX, hasta los reductos de Himba en el noroeste de Namibia. Entre los factores que han actuado en la desaparición del nomadismo se encuentra la expansión de granjas de la población blanca, así como la introducción de ranchos, alrededor de Botswana. Las áreas litorales y las interiores de plantación son áreas integradas en el proceso de mercado internacional y áreas de fuerte atracción de la población, procedente, en su mayoría, de las áreas rurales donde predomina la economía de subsistencia. Se trata de sociedades poco organizadas, incapaces de satisfacer las necesidades más vitales y donde se registra una emigración constante de los efectivos más jóvenes.

362


Desde hace algunos años se registra un movimiento continuo de población africana, sobre todo del norte y oeste, hacia la Unión Europea. Movimientos que se presiente aumentarán mediante la inmigración ilegal, paralelamente al retroceso del número de inmigrantes legales tras la introducción de medidas políticas inmigratorias de la Unión Europea, cada vez más restrictivas. Los movimientos de población dentro de África hacia el norte y oeste, debidos a desastres ecológicos (sequías, inundaciones), a la recesión económica y a las inestabilidades producidas en el proceso de democratización, son, muchas de las veces, etapas en el largo recorrido hacia Europa. 3.5. 3.5.1.

Disparidades en la distribución y densidad de la población Bajas y altas densidades demográficas. Sus causas

La contraposición entre regiones vacías y regiones superpobladas junto a una baja densidad de población (31 hab/km2) es una característica de este continente (Figura IV.7). Para explicar la débil ocupación del continente se deben tener en cuenta varios factores, de índole natural e histórico: a) En primer lugar, los determinantes del medio natural: Una gran parte de la superficie corresponde a las regiones del dominio ecuatorial, de clima cálido, lluvioso y de suelos pobres; otra gran parte corresponde a las regiones de clima desértico con unas características de aridez por la escasez de agua, que hacen imposible el asentamiento humano. b) La existencia de enfermedades endémicas (malaria, tifus, fiebre amarilla...) que diezmaron la población, en las regiones tropicales. c) La gran trata de esclavos que desde hace siglos (desde el siglo VII) ha tenido lugar, a través del Sahara y los puertos orientales, con destino al mundo islámico y a la que posteriormente (desde comienzos del XVI) se añade también hacia América desde los puertos occidentales (el espacio comprendido entre Cabo Verde y Sierra Leona, en Costa de Oro, en Angola y, sobre todo de Dahomey y Nigeria, se la ha denominado la costa de los esclavos) lo que favoreció la formación de Estados organizados en el litoral del Golfo de Guinea. Este continuo sangrado demográfico es un factor que hay que tener también en cuenta para explicar el estancamiento económico y demográfico del continente y que ha dejado importantes vacíos demográficos.

363


MAR ME DITE

RRÁNEO

El Cairo

20b

R MA JO RO

fo Gol

de

n Adé

0b

OCÉANO ÍNDICO OCÉANO ATLÁNTICO

20b

Habitantes / Km2

0

Más de 200

500

1.000 Km

© UNED

De 100 a 200 De 25 a 100 De 1 a 25 Menos de 1

20b

0b

20b

40b

Fig. IV.7. Densidad de población en África

364

60b


d) La pervivencia de sistemas económicos tradicionales, con un escaso rendimiento e incapaces de sustentar una población en crecimiento. e) Otros factores como los conflictos tribales o los retrasos en la medicina, han contribuido también a la existencia de vacíos demográficos. Con una baja densidad de población (31 hab/km2 frente a los 48 de media mundial o a las altas densidades alcanzadas en Europa y Asia, superiores a los 100), lo primero que se observa es su desigual distribución. De este modo, nos encontramos con grandes vacíos demográficos o una muy baja densidad de población, en las regiones más áridas de los grandes desiertos (Sahara, Namib, Kalahari con menos de 1 hab/km2) y en las regiones ocupadas por los bosques ecuatoriales, en las montañas del sector oriental y en la costa suroccidental, con densidades inferiores a 3 hab/km2. Frente a estos grandes espacios caracterizados por una baja densidad demográfica, las regiones que poseen mayores densidades de población, exceptuando las grandes ciudades, están localizadas: Ê

UÊ Ê ÊiÊÌÀ>Êi`ÌiÀÀ?iÊÞÊìÊvÊìÊÕi>]ÊiÃiÌ>ÃÊÀiÌ>iÃÊ y litorales meridionales y en el área suroriental del continente. Los cinco países más numerosos, Nigeria, Etiopía, Egipto, República Democrática del Congo y República de Sudáfrica concentran, como ya hemos visto, a más del 40% de la población.

Ê

UÊ Ê Ê>ÃÊ?Ài>ÃÊÃÕLÌÀ«V>iÃÊìÊÕÛ>ÃÊÛiÀ>iÃÊ>ÊVÃÌ>ÊìÊV>Êiditerráneo) de los extremos septentrional y meridional del continente, con cultivos de regadío orientados a la exportación y con ciudades portuarias con una industria y urbanización en expansión: * En el norte, el área litoral del Magreb entre Casablanca / Rabat y el golfo de Túnez y su hinterland. * En el sur, en el área occidental de Ciudad del Cabo. En esta zona del continente africano podemos diferenciar entre aquellas áreas con alta densidad de población en las áreas mineras e industrializadas que comenzaron en la época colonial, como el cinturón del cobre (Copperbelt) de Zambia y el antiguo Zaire o la región sudafricana de Witwatersrand, con la explotación de las minas de oro; y aquellas áreas rurales densamente pobladas de la costa de Mozambique y del área surorien-

365


tal de la República Sudafricana, condicionada por la política de apartheid que conllevaba unos rígidos controles de movilidad e instauró áreas de asentamiento de población según razas y se formaron concentraciones de población, las denominadas homelands. Ê

UÊ Ê ÊÛ>iÊL>ÊÞÊìÌ>ÊìÊ ]ÊVÊ Õ>Ê ìÃ`>`ÊÃÕ«iÀÀÊ>Ê ÈääÊ >LÉ km2, donde las instalaciones de regadío permitieron aumentar esta densidad.

Ê

UÊ " Ê ÌÀ>ÊvÀ>>ÊìÊ>Ì>ÊìÃ`>`ÊìÊ«L>VÊÃiÊiÝÌiìÊiÊ>Êâ>ÊìÊ Sahel-Sudán entre Bamako (Mali) hasta el Chad, pasando por la meseta de Mossi (Burkina Faso) y la región de Kano (Nigeria del norte). Región que ya en época precolonial estableció una relación comercial (Imperio Mossi en Burkina Faso o el imperio Haussa en el norte de Nigeria). La estructura espacial de estas sociedades feudales se refleja actualmente en una alta densidad de población rural y urbana.

Ê

UÊ Ê ÊÌÀ>ÊìÊvÊìÊÕi>]ÊiÌÀiÊ>>ÊÞÊ >iÀÖ°Ê ÊVÕÌÛ]Ê`Õrante la época colonial, de cacao, café y caucho así como la orientación de las corrientes de comercio a ciudades como Accra, Lomé, Lagos o Douala explican el crecimiento de población en esta zona litoral de África occidental.

Ê

UÊ Ê ÊiÊ?Ài>ÊÃi«ÌiÌÀ>ÊÞÊiÀ`>ÊìÊÃÊLÃµÕiÃÊìÊ>ÊÀi}ÊiVÕ>torial se registra un área de alta densidad de población rural, que coincide con la extensión de los antiguos imperios africanos; sobre todo, en los valles de los grandes ríos, como el Senegal y el Níger, en las regiones de sabana.

Ê

UÊ Ê >ÃÊ>Ì>ÃÊÌiÀÀ>ÃÊìÊvÀV>ÊÀiÌ>ÊÞÊViÌÀ>ÊÞÊìÊ Ì«> * Las altas tierras centroafricanas, en la franja oriental de la cuenca del Congo, con las ciudades de Ruanda y Burundi. Las altas densidades de población en África central coinciden, en algunos casos, con las áreas de los antiguos imperios. * En África oriental, al norte del lago Victoria y algunas áreas en las tierras altas de Kenia. En ambos casos, las altas densidades responden a las favorables condiciones ecológicas que han facili-

366


tado la colonización y la orientación de los cultivos hacia la exportación. * Las altas tierras de Etiopía han sido un espacio densamente poblado desde la antigüedad, donde la introducción del arado para el cultivo de cereales se introdujo ya desde antes de Cristo. Hoy día, con técnicas arcaicas, no tiene capacidad para alimentar la creciente población, por lo que la presión de población es notable. Ê

UÊ Ê Ê>ÃÊVÃÌ>ÃÊÀiÌ>iÃ]ÊVÊiÀiÃÊV`ViÃÊvÃV>ÃÊÞÊÕÊViÀcio tradicional con Oriente, se encuentran concentraciones con densidades superiores a 50 hab/km2 (Mombasa, Dar-es-Salaam).

Las causas que explican la desigual densidad y distribución de la población y la existencia de grandes vacíos demográficos y áreas de concentración de población son, pues, de índole físico-natural, histórico y socioeconómico. Las características bioclimáticas influyen en la distribución de la población pero no la determinan, ya que actúan otros factores que pueden modificar esta distribución, como el nivel de desarrollo económico o el grado de organización política de la sociedad, que posibilitan la mejor utilización del potencial ecológico de la región. Una sociedad con alto desarrollo en la organización social y política llevará consigo una mejora en las técnicas de producción agrícola y en el sistema de usos del suelo, lo que permitirá unas mejores condiciones para el asentamiento humano. Así, por ejemplo, mientras que las zonas donde se practican cultivos itinerantes, en conjunción con campos sin cultivar, permiten una densidad de población entre 1 y 5 hab/km2, la rotación de cultivos permite soportar densidades entre 30 y 50 hab/km2, y el cultivo permanente incluso densidades entre 70 y 100 hab/km2. Por otro lado, el sistema de plantación instaurado en la época colonial ha llevado consigo un importante trasvase de población de unas regiones a otras. Esta colonización fue posible por la continua roturación del bosque en la estación seca mediante la aplicación del sistema de rozas. En el África tropical existe una estrecha relación entre densidad y altitud: en un tramo que oscila entre los 1.000/1.200 m y los 2.000/2.200 m se registran las mayores densidades de población, motivado por el hecho de que en estas altitudes hay menos posibilidades, en comparación con regiones situadas a me-

367


nor altitud, de contraer enfermedades como la malaria y la enfermedad del sueño (las condiciones naturales permiten una menor expansión de la mosca tsé-tsé). Paralelamente las infecciones que afectan al ganado (Trypanosomiase o Nagana) también son menores en estas altitudes, lo que hace posible el desarrollo de la práctica ganadera. Los distintos tipos de suelos también juegan un importante papel para explicar esta distribución, tanto en el ámbito regional, como local. Así, los suelos arenosos de las mesetas de la región occidental de la República Democrática del Congo (Kwango, Bandundu) poseen una muy baja densidad de población, mientras las áreas con suelos de marga (arcillosos) sobre sedimentos mesozoicos registran mayores densidades. En el área central de la cuenca del Congo existen amplias áreas en las que no procede el asentamiento de la población, por ser una región pantanosa e inundada, donde no se ha sabido implantar las técnicas adecuadas para su aprovechamiento, mientras que regiones de similares características en el sudeste asiático pertenecen, sin embargo, a regiones donde se han instalado grandes arrozales con muy altas densidades de población. Regiones con suelos sobre cenizas volcánicas (oeste de Camerún) poseen densidades superiores a los 100 hab/km2. 3.6.

Perspectivas

El aumento de la esperanza de vida (de 48 años en el periodo 1975/80 a 53 en 2008), y una alta natalidad (38 ‰) en un marco geográfico caracterizado por la pobreza, el paro y el subempleo unido a una todavía deficiente sanidad, insuficiente alimentación y vivienda, son aspectos que señalan la importancia de las políticas de desarrollo que han de tenerse en cuenta en un futuro próximo. El crecimiento de la población absorbe y supera al crecimiento económico, lo que lleva a plantear la cuestión de hacia qué dirección deben dirigirse las políticas demográficas y de desarrollo. Con el alto índice de crecimiento natural la población se duplicará en a mediados de siglo. Al no registrarse un crecimiento económico paralelo los ingresos irán dirigidos al mantenimiento de la creciente población, no restando apenas nada para el desarrollo económico. De hecho se ha observado un aumento general de la pobreza (avanzado el siglo XXI, todavía más del 50 % de la po-

368


blación de los países situados en África al Sur del Sahara viven por debajo del umbral de la pobreza, y los más afectados son los habitantes de las áreas rurales). Esta evolución de la pobreza aumentará en números absolutos con el gran crecimiento demográfico y el insuficiente aumento de la renta per cápita. A la vista del margen de las condiciones actuales desfavorables no se vislumbra una solución a medio plazo. La lucha contra la pobreza mediante la formación, la educación y la mejora de la situación de la mujer cumple también la importante función de restringir los movimientos migratorios hacia aquellos países de África con mejor situación económica, o hacia el exterior del continente. Las ayudas al desarrollo deberían contribuir a limitar los movimientos migratorios y utilizar sus herramientas para luchar contra la pobreza, proteger el medio ambiente y facilitar la formación de la población africana. 4.

URBANIZACIÓN REGIONAL Y TIPOS DE CIUDADES

África es el continente menos urbanizado del mundo, aunque actualmente el ritmo de crecimiento de la población urbana es superior al 3% anual. La principal característica del proceso de urbanización, que comenzó en los años cincuenta, es la importante concentración de la población en las grandes ciudades que actúan como grandes focos de atracción, al ofrecer la posibilidad de acceso a mayores niveles de bienestar. Por otro lado, el éxodo rural se incrementa debido a la disminución de la productividad agrícola y de la oferta de empleo en el sector, así como a unas deficientes infraestructuras. Es patente la inexistencia de una red urbana integrada y una cada vez mayor marcada macrocefalia, características del mundo subdesarrollado. La gran ciudad anula las otras ciudades por su crecimiento y por las funciones económicas y administrativas. En 1950, dos ciudades superaban la cifra de 1 millón de habitantes, en 1960 eran tres, en la década de los noventa seis de ellas sobrepasaba los 2,5 millones (El Cairo, Lagos, Kinshasa, Casablanca, Alejandría y Abidján). En 2008, se añaden a esta lista las ciudades de Johannesburgo, El Cabo, Luanda y Nairobi, mientras que El Cairo y Lagos superan con creces los 10 millones de habitantes (megalópolis), convirtiéndose en unas de las ciudades más pobladas del planeta (Cuadro IV. 4).

369


Cuadro IV.4. Las mayores ciudades africanas (millones de hab.)

4.1.

El Cairo (Egipto)

15.900.000

Lagos (Nigeria)

13.400.000

Kinshasa (Rep. Dem. Congo)

7.500.000

Casablanca (Marruecos)

5.000.000

Ibadán (Nigeria)

3.900.000

Johannesburgo (Rep. Sudáfrica)

3.500.000

El Cabo (Rep. Sudafricana)

3.000.000

Luanda (Angola)

2.776.168

Nairobi (Kenia)

2.750.561

Jartúm (Sudán)

1.725.570

Proceso de urbanización

El 37% de la población africana vive en ciudades y el ritmo de crecimiento es muy alto (3,2 % frente al 2% de media mundial en el quinquenio 200510). A pesar de todo, esta cifra está por debajo del índice de urbanización que registran otras regiones del Tercer Mundo, como América Latina (78%). Este porcentaje esconde acusados contrastes regionales. Así, y en primer lugar, frente a las regiones de África del Norte, desde Egipto a Marruecos, inmersos en la cultura islámica, que poseen ya una alta tradición urbana, el proceso de urbanización es consecuencia en la mayoría de los casos del legado histórico; en los países situados al sur del Sahara, con las mayores tasas anuales del mundo (4,8%), el proceso de urbanización se explica por otros tipos de causas: por un lado se trata de países de tradición minera como Zambia o la República Sudafricana, con ciudades que aumentan de población desde la Segunda Guerra Mundial, como por ejemplo, las áreas industriales y mineras de Copperbelt en Zambia o Witwatersrand en la República Sudafricana. Por otro lado, países como la República del Congo donde la mayoría de la población se concentra en la zona sudoeste (Brazzaville y Pointe Noire) mientras que el resto queda prácticamente deshabitado; o el caso de Costa de Marfil, donde se registra un crecimiento del número de ciudades explicado por el crecimiento económico general registrado desde los años sesenta.

370


La proporción de población urbana presenta importantes diferencias regionales (Figura IV.8): Ê

UÊ Ê Ê>ÊÀi}ÊìÊvÀV>ÊÃi«ÌiÌÀ>ÊÞÊiÀ`>ÊÃiÊÀi}ÃÌÀ>ÊÃÊ>yores valores (entre el 40 y 60%). En algunos países supera el 60%.

0%-20% 21%-40% 41%-60% 61%-80% 81%-100%

Fig. IV.8. Grado de urbanización en África

371


Ê

UÊ Ê >Ê >ÞÀ>Ê ìÊ ÃÊ «>ÃiÃÊ VÃÌiÀÃÊ VVìÌ>iÃÊ ìÊ vÀV>Ê ViÌÀ>Ê poseen un grado de urbanización entre el 40% y el 60%. Debido a la orientación hacia el exterior desde la época colonial, se registra un fuerte desarrollo de las zonas costeras y de las ciudades allí instaladas, como es el caso de Dakar (Senegal), Abidján (Costa de Marfil), Accra (Ghana), Lagos (Nigeria), Douala (Camerún) o Libreville (Gabón).

Ê

UÊ Ê ÊiÊ>ÊÓäänÊVVÊ«>ÃiÃÊÃÕ«iÀ>L>ÊiÊnä¯ÊìÊ«L>VÊÕÀL>>\Ê Djibouti, Gabón, Sahara occidental, Reunión y Libia.

Ê

UÊ Ê >ÊÀi}ÊìÊ->iÊÞÊÕ>ÊvÀ>>ÊµÕiÊÃiÊiÝÌiìÊiÊ>ÊÀi}ÊÀiÌ>Ê del continente, desde Etiopía a Mozambique, son los dos espacios del continente africano que detectan las tasas más bajas de población urbana. En estas áreas, a pesar de poseer ciudades millonarias como Nairobi (con casi 3 millones de habitantes), una alta proporción de población está ligada al medio rural. Países como Burkina Faso, Níger, Burundi, Etiopía, Eritrea, Kenia, Malawi, Rwanda, Lesotho o Uganda no alcanzan el 20% de población urbana.

4.2.

Factores de localización y tipos de ciudades

Según su origen y época de formación, podemos diferenciar entre las ciudades históricas, coloniales y postcoloniales: a) Ciudades históricas. El norte del continente africano, caracterizado por la ciudad islámica. Fez (Marruecos) fue fundada en el año 789 d. C.; Kairuán (Túnez) en el 671 d. C. Otras ciudades tienen su origen en su situación como lugares estratégicos o tuvieron una función central de los núcleos tribales: Kampala (Uganda), Kumasi (Ghana), Addis Abeba (Etiopía), Tananarive (actual Antananarivo, capital de Madagascar). En el área del SahelSudán, los antiguos imperios de Ghana, Songhai y Kanem (desde el siglo IX d. C.) fundaron ciudades comerciales en las que se intercambiaban productos como el oro y marfil con productos procedentes del norte de África y de Europa. Enclaves como Timbuktu (Tombuctú), Djenné y Gao, en Mali, son ciudades surgidas entonces. b) Ciudades coloniales. Durante la época colonial, desde finales del XIX hasta la independencia en la década de los sesenta del siglo XX, se fundaron

372


ciudades en las que todavía hoy se aprecia el fuerte dualismo entre zonas europeas y africanas. c) Ciudades postcoloniales. La época postcolonial está caracterizada por el crecimiento de las antiguas ciudades creadas durante el colonialismo y por el surgimiento de nuevos centros urbanos. Se trata de ciudades mineras como Arlit en Níger; Sishen o Phalaborwa en la República Sudafricana; nuevas ciudades industriales, como Jinja en Uganda; o desarrollo de nuevas ciudades como Lilongwe, la nueva capital de Malawi, Yamusukro en Costa de Marfil o Abuja en Nigeria. Así pues, un gran numero de ciudades surgieron y crecen movidas por la función comercial desde las primeras fundaciones. Ciudades que crecen por su localización en las vías de comunicación: es el caso de las grandes ciudades que se localizan alrededor de los puertos marítimos como, por ejemplo, Casablanca (Marruecos), Dakar (Senegal), Luanda (Angola), Maputo/Lourenço Marqués (Mozambique) y Dar-es-Salaam (Tanzania); o de ciudades más pequeñas, como Saldanha en la República Sudafricana, San Pedro en Costa de Marfil, Tema en Ghana o Buchanan en Liberia. Otras se desarrollan en torno a puertos interiores, fluviales o lacustres como Bamako (Mali) y Niamey (Níger) en la cuenca del Níger; Brazzaville y Kinshasa/Léopoldville en la cuenca del Congo; Bangui (República Centroafricana) localizada en la ribera del Ubangi, o El Cairo, en el delta del Nilo. Por último, el comercio también ha impulsado a ciudades situadas en cruces de caminos como Kano (Nigeria), Lusaka (República Democrática del Congo) o Salisbury (Zimbabwe). Por otro lado, la explotación de yacimientos mineros determinó el nacimiento de ciudades en la región del Copperbelt o del Transvaal y Orange, como Kitwe y Mufulira (Zambia). Auténticas ciudades industriales son escasas: Newcastle (República Sudafricana), Jinja (Uganda), Edéa (Camerún). Caracterizadas por la existencia de grandes enclaves industriales y una importante actividad comercial, son significativos polos de atracción de la población. Las ciudades pueden ser monofuncionales: administrativa, comercial, de nudo de comunicaciones, minera e industrial, o bien multifuncionales, como es el caso de las grandes metrópolis, localizadas en su mayoría en la costa. Es el caso de Dakar (Senegal), Abidján (Costa de Marfil), Nairobi (Kenia), Casablanca (Marruecos), Túnez o El Cairo en el norte de África.

373


4.3.

Estructura interna de la ciudad

La mayoría de las ciudades subsaharianas surgen durante el periodo de la colonización, y es después de la Segunda Guerra Mundial cuando experimentan un espectacular crecimiento, mayor en África meridional y occidental, mientras que la región oriental se presenta como una de las regiones menos urbanizadas. Su desarrollo se efectúa a partir de las relaciones comerciales, junto a la costa o alrededor de enclaves mineros e industriales. Son características la casi total ausencia de una auténtica red urbana, exceptuando el caso de Witwatersrand, y una clara tendencia hacia la macrocefalia. En el núcleo de la ciudad se localizan los edificios administrativos y comerciales de la época colonial y los grandes rascacielos de viviendas de época posterior. En las grandes avenidas se sitúa un sector informal de venta de productos diversos y la oferta de múltiples servicios que forman una importante base para el mantenimiento e ingreso de la población urbana. En los límites de este núcleo se encuentra el mercado «formal», tiendas de variada y diversa oferta. El área residencial, situada en esta zona y formada en la época colonial, presenta hoy un mayor hacinamiento de población y está más degradada. En las avenidas más representativas se sitúa, la mayoría de las veces, un sector de viviendas de mayor calidad, que acogen población de más alto poder adquisitivo. También las zonas mejor situadas desde el punto de vista bioclimático son, por lo general, zona residencial de la clase alta. En los lugares más desfavorecidos surgen asentamientos ilegales que crecen de manera espontánea, construidos de la noche a la mañana con maderas y materiales de deshecho y que contrastan con las buenas construcciones de las villas de la clase alta, o los altos edificios de viviendas sociales de la clase media. Estos barrios degradados, que crecen junto a las viejas áreas industriales y alejados de las zonas habitadas por la clase social alta, se extienden en bandas cada vez más amplias, en cuyo interior se dividen, de forma paulatina, por etnias y lugar de procedencia y, dentro de los grupos étnicos, por diferentes grupos sociales. Hay que distinguir dos procesos diferentes en la movilidad interna. Primero, la inmigración de población hacia los barrios con una muy alta densidad de población cerca del centro urbano, donde encuentran acogida fre-

374


cuentemente en casas de familiares. Posteriormente, se registra un movimiento hacia la periferia, bien sea a los barrios de viviendas sociales o bien a un nuevo barrio de formación espontánea en el borde de la ciudad, donde las condiciones son mejores que en los «slums» que se han creado en el centro antiguo de la época colonial. Desde el punto de vista histórico, cultural y funcional la ciudad islámica, aunque pervive en muchas de sus formas, ha variado notablemente desde el siglo XIX, y ya sufrió modificaciones en su fisonomía durante la época colonial. Así, junto a la vieja ciudad han surgido nuevos barrios a semejanza de la ciudad europea. Esta transformación ha sido acompañada de un gran crecimiento de la población urbana La antigua ciudad islámica está caracterizada por la medina, centro donde se concentran las mezquitas y madrazas (escuelas religiosas), centro religioso y político de la ciudad, y alrededor del cual se distribuyen los zocos o barrios comerciales, formando un entramado de calles angostas de edificios construidos en adobe. El modelo de ciudad islámica se encuentra actualmente transformado por el modelo de ciudad industrial, con la desaparición de las antiguas medinas y con la aparición paralela de barrios marginales y degradados que surgen clandestinamente, de los que las bidonvilles de El Cairo son un ejemplo evidente, y que contrastan fuertemente con los barrios modernos de clases medias y altas. 4.4.

Perspectivas

El futuro desarrollo de las ciudades, la evolución de sus funciones y el consiguiente comportamiento social y económico que pueda significar para las regiones africanas se prevé que estará marcado por una serie de características, reflejo de una situación de la conducta actual: — La deficiencia en el equipamiento de viviendas, debido al gran crecimiento natural de la población (más del 50% de la población urbana es menor de 15 años), unido a la continua inmigración de población procedente del área rural, reflejado en el gran crecimiento de los barrios marginales, lleva consigo el hacinamiento de los habitantes donde no es raro encontrar en 20 m2 a 9/10 personas. Este hecho lleva aparejado una alta especulación del precio del suelo al existir una ele-

375


vada demanda. En países como Etiopía, Angola o Mozambique, donde el estado posee el control del suelo hay, sin embargo, falta de capital y material de construcción para la edificación de nuevas viviendas. — El aumento del paro y el subempleo. Debido al alto porcentaje de población joven y la insuficiente oferta de puestos de trabajo, se registra un alto grado de desempleo (30/50% de la población activa). Es usual la convivencia bajo el mismo techo de varias generaciones juntas, que reparten los ingresos que cada uno puede aportar. — Por otro lado, el rápido crecimiento demográfico lleva consigo la ruptura de la infraestructura conseguida en la época colonial, por ejemplo, en el campo del abastecimiento de agua potable, de la canalización y de la recogida de basuras. Esta conjunción de factores favorece la expansión de las infecciones y epidemias en un entorno sanitario deficiente. — Aumento de la polarización socioeconómica, con las consecuencias políticas que ello conlleva. 5. 5.1.

LA DIVERSIDAD DE ESPACIOS ECONÓMICOS EN ÁFRICA Economías subdesarrolladas

África ha sido un continente colonizado tardíamente. Durante el siglo XIX, debido al desarrollo industrial de los países europeos y ante la necesidad de éstos por determinadas materias primas: cultivos tropicales (cacao, especias, cocos, semillas oleaginosas, azúcar, plátanos...) y minerales (cobre, manganeso, petróleo...), unido a la necesidad creciente de mercados exteriores, se comenzó a explotar masivamente el continente. En los países del África central domina el sector primario, exceptuando algunas regiones que poseen una industria incipiente como es el caso de Nigeria, Costa de Marfil, Kenia o Zimbabwe, mientras que África septentrional posee una estructura industrial más sólida, superada y más afianzada aún en África meridional. En muchas regiones africanas se ha dado el paso de una economía de subsistencia a una economía basada en las relaciones comerciales, impul-

376


sada por una fuerte inversión de capital extranjero, lo que ha supuesto el trasvase de población de una economía tradicional a otra que utiliza las técnicas modernas. Es un continente donde la mayoría de las producciones del sector primario están dirigidas hacia la exportación y es patente la falta de inversiones en el sector agrario. Se suma el hecho de que en muchos países la economía está orientada a un solo producto, lo que añade un factor más de vulnerabilidad ante los cambios del mercado. Es el caso, por ejemplo, de Níger, Senegal y Gambia, donde el cacahuete supone el 65%, 90 y 85% del valor de las exportaciones; o del Chad, donde la producción de algodón representa el 80%; o de Somalia, donde el plátano representa el 68%. En el sector agrario, determinantes ecológicos, como son las largas sequías que en algunas ocasiones se mantienen durante años o la falta de una adecuada red de transporte, entre otros factores, son causa de la reducción de la producción. Por otro lado, afecta gravemente a la economía de los países africanos la bajada de los precios de materias primas en el mercado mundial (deterioro del terms of trade), sobre todo en aquellos países que dependen de un solo producto, como, por ejemplo, Zambia, donde el 90% del valor de sus exportaciones se basa en el cobre; Guinea, el 60% en la bauxita; o Togo, 55% en los fosfatos; o en países exportadores de petróleo, como Argelia, Libia, Nigeria o Gabón. El grado de industrialización es muy bajo. El porcentaje de participación de África en la producción mundial representa poco más del 1%, mientras que el sector terciario muestra un valor anormalmente elevado. Por otro lado, con una red de transportes muy deficiente, las zonas más dinámicas de la economía africana se limitan a una serie de localizaciones concretas, que surgen en medio de áreas con una muy baja productividad. Es el caso, por ejemplo, de las regiones costeras que deben su desarrollo a su localización junto al mar, que facilitó su acceso y una más temprana colonización europea; o las regiones de las Tierras Altas, por sus mejores condiciones naturales, o aquellas donde un yacimiento minero o una zona de regadío han permitido un mayor crecimiento económico. Los puertos actúan como centros de importación/exportación y al mismo tiempo, muchas veces, como capital del Estado y centro administrativo. Centros que la mayoría de las veces están rodeados de un espacio económicamente desierto. Son característicos dentro de estos países los desequili-

377


brios económicos, y sólo en casos aislados, como el de Witwatersrand en la República de Sudáfrica, nos encontramos con un área industrial relativamente densa; o Nigeria, que posee una localización industrial algo más dispersa, con centro en Lagos. En comparación con otras regiones del mundo subdesarrollado, África está retrocediendo económicamente. Desde los años sesenta, se detecta un lento crecimiento económico unido a un rápido crecimiento de la población, baja producción agraria, insuficiente alimentación, alta deuda externa, y crisis financiera. Acentuado por el hecho de la disminución de la demanda de materias primas por parte de los países industrializados, que se ha reflejado en la desintegración de muchas empresas, y en una disminución de sus infraestructuras humanas necesarias para el desarrollo regional. Las desigualdades sociales se han acentuado y la pobreza ha aumentado. Así, según la clasificación publicada por las Naciones Unidas y realizada sobre la base de determinados factores seleccionados, la mayoría de los países están incluidos dentro de los más subdesarrollados. 5.2.

La agricultura africana: entre la subsistencia y la exportación

África ocupa el 20% de la superficie del planeta, pero el 40% de sus tierras son desérticas, tan sólo posee un 12% de tierra cultivable, de la que únicamente el 6% es de regadío. Por otro lado, el índice de crecimiento de la población es muy superior al aumento de la producción de alimentos. Según un estudio de las Naciones Unidas se prevé que la demanda de cereales en el África subsahariana en el 2020 no logre cubrirse con la producción interna. Los intentos de innovación del sector agrario con el fin de poder garantizar la alimentación de la población se detectan desde hace décadas. Sin embargo, son características de la agricultura africana su bajo grado de inversión y mecanización, introducidas casi exclusivamente en las plantaciones, en las áreas de regadío o en aquellas zonas agrícolas de mayores dimensiones y orientadas al mercado, y una escasa productividad, con lo que la producción nacional apenas cubre el 50% de sus necesidades aunque genera aproximadamente un tercio del PIB. La agricultura en África registra el rendimiento más bajo de todas las regiones menos desarrolladas del planeta. El bajo rendimiento, tanto en produc-

378


ción por hectárea como en producción por habitante, se explica por la conjunción de factores físicos, como la distribución e irregularidad de las precipitaciones y las fuertes sequías, así como por factores sociales y económicos. La modernización de la agricultura es complicada debido a la situación crítica de la población rural. Sólo es abordable si se concentran las acciones conjuntamente, aunando esfuerzos desde diversos puntos de vista: político, financiero, social, tecnológico y de infraestructuras. Las prioridades de la población rural se centran en satisfacer un conjunto de necesidades como es el acceso al agua potable, mejora de la sanidad, la creación de una escuela, la instalación de un molino o la mejora de la red de caminos, antes que en medidas agrícolas para proteger el suelo. 5.2.1.

Usos del suelo agrario y principales cultivos

Teniendo en cuenta los usos del suelo agrario, la distribución refleja una división zonal muy similar a las áreas bioclimáticas o a las de altitud (Figura VI.9). En cuanto a la actividad agraria, se pueden distinguir: a) Áreas mediterráneas. Cultivo de cereales, olivos, verduras, frutas y vid caracterizan el sector de África del norte y del sur, entre húmedo y semiárido. En el borde septentrional y meridional del continente surgen plantaciones de viñedos, olivares y frutales de regadío y secano. Al norte del continente, la vida agrícola estuvo hasta el XIX limitada a las zonas montañosas, mientras que las zonas bajas estaban ocupadas por la población nómada y seminómada. Con el retroceso progresivo del nomadismo, las llanuras costeras se han convertido en el dominio privilegiado de los cereales (trigo y sorgo) y de las leguminosas (guisantes, judías y lentejas). b) Cordillera del Atlas. Las áreas de montaña, ocupadas por el bosque mediterráneo, son utilizadas como pradera para la explotación de ganadería extensiva y la producción de madera destinada a su uso como energía primaria. c) El Sahara. Las regiones áridas próximas al desierto se dedican a la ganadería trashumante. En los oasis del Sahara, donde la explotación de las aguas subterráneas permiten el regadío, el principal cultivo es la palmera datilera y los cereales (trigo y sorgo).

379


Argel Tánger Casablanca

Sousse

Mahdia ................. ..................................................................................................................... ..................................................................................................................... ................. Safi ................. ..................................................................................................................... ................. ..................................................................................................................... ................. ..................................................................................................................... ................. ..................................................................................................................... Alejandría ................. ..................................................................................................................... ................. ..................................................................................................................... ..................................................................................................................... Agadir ................. ................. ..................................................................................................................... ..................................................................................................................... ..................................................................................................................... ..................................................................................................................... ..................................................................................................................... ..................................................................................................................... ..................................................................................................................... ..................................................................................................................... ..................................................................................................................... ..................................................................................................................... ..................................................................................................................... ..................................................................................................................... ..................................................................................................................... ..................................................................................................................... ..................................................................................................................... ..................................................................................................................... ............................................................................................................................... ..................................................................................................................... ............................................................................................................................... ............................................................................................................................... ............................................................................................................................... ............................................................................................................................... ............................................................................................................................... Nouadhibou 20b ............................................................................................................................... ............................................................................................................................... ............................................................................................................................... ............................................................................................................................... ............................................................................................................................... ............................................................................................................................... ............................................................................................................................... ............................................................................................................................... ............................................................................................................................... ............................................................................................................................... ............................................................................................................................... Dakar ............................................................................................................................... ............................................................................................................................... ............................................................................................................................... ............................................................................................................................... ........................... ............................................................................................................................... ........................... ............................................................................................................................... ........................... ............................................................................................................................... ........................... ............................................................................................................................... ........................... ............................................................................................................................... ........................... ............................................................................................................................... ... ........................... ............................................................................................................................... ... ... ........................... ............................................................................................................................... ... ........................... ............................................................................................................................... ... ... ... ........................... ... ... ........................... ... ... ........................... ............................. ... ... ........................... .............................. ... ........................... Conakry ............................. ............................. ... ................................. ............................. ... ........................... ...... ............................. ... ...... ............................. ........................... ... ...... ............................. ........................... ... ...... ............................. ........................... ... ................................. ............................. ... ............................. ........................... ............................. ........................... ............................. ........................... ............................. ........................... ............................. .......................................................... ........................... ............................. .......................................................... ........................... Accra .......................................................... Abidjan ........................... .......................................................... .......................................................... .......................................................... .......................................................... .......................................................... Mogadiscio .......................................................... .......................................................... .......................................................... 0b .......................................................... .......................................................... .......................................................... .......................................................... .......................................................... .......................................................... .......................................................... OCÉANO .......................................................... .......................................................... .......................................................... OCÉANO ÍNDICO .......................................................... .......................................................... Tchilonga Mombasa .......................................................... .......................................................... ATLÁNTICO .......................................................... .......................................................... .......................................................... .......................................................... .......................................................... Dar es Salaam .......................................................... .......................................................... .......................................................... .......................................................... .......................................................... .......................................................... .......................................................... .......................................................... .......................................................... ............ ...................................................................... .......................................................... ...................................................................... ............ ............ ...... ............ Benguela ...... ............ ...... ............ ...... ............ ............. ...... ............ ............. ...... ............ ........................ ............. ...... ............ ........................ ............. ...... ............ ........................ ............. ...... ............ ........................ ............. ...... ........................ ............. ...... ........................ ......... ............. ........................ .... ......... ............. ........................ .... ......... ............. ........................ ......................... .... ......... ............. ......................... ......................... .... ......... ............. ........................ ......................... .... ......... ............. ........................ ......................... .... ......... ............. ........................ ......................... .... ......... ............. ........................ ......................... .... ......... ............. 20b ........................ ......................... .... ......... ............. ........................ ......................... .... ............. ... ........................ ......................... ............. ........................ ......................... ............. ... ........................ ......................... ............. ... ......................... ......................... ............. Swakopmund ........................ ......................... ............. ........................ ......................... ............. ........................ ......................... ............. ........................ ......................... ............. ........................ ......................... ............. ........................ ......................... ............. Maputo ........................ Policultivo mediterráneo ......................... ........................ ......................... ........................ ......................... (cereales, vid, olivo) ......................... ..... ........................ ..... ........................ ..... ........................ ..... ........................ Agricultura extensiva itinerante (mijo, sorgo) ..... ........................ ..... Durban ........................ .......... asociada a cultivos comerciales (algodón, cacahuete) ........................ Port Nolloth .......... ........................ .......... ........................ .......... ......................... 0 500 1.000 Km .......... ........................ Agricultura extensiva de las regiones tropicales ........................ ........................ húmedas (mandioca, arroz, ñame, maíz) ........................

© UNED

Ciudad del Cabo

Agricultura y ganadería intensiva (cereales, maíz, trigo, forrajes) Ganadería extensiva Ganadería extensiva de montaña Cultivos de regadío Plantaciones y cultivos comerciales de exportación

...... ...... ...... Bosque ecuatorial. Explotación forestal

...... ......

y agricultura itinerante Áreas desérticas poco aptas para la agricultura. Ganadería nómada Tierras improductivas 20b

0b

20b

40b

Fig. IV.9. Principales regiones agrarias en África

380

60b


d) Zona del Sahel. Zona de contacto entre medios nómadas y campesinos. Es una zona de alto riesgo ecológico, con importantes determinantes físicos negativos como las largas sequías. Predomina la agricultura extensiva itinerante (mijo, sorgo) asociada a cultivos comerciales (algodón, cacahuete) y se practica el nomadismo en grandes extensiones de superficie. El aumento de cabezas de ganado, determinado por el mayor número de familias campesinas y el paralelo crecimiento en la demanda de carne en las ciudades, y unos programas de abastecimiento de agua, unido a una continua tala de árboles para conseguir madera como energía primaria, han llevado consigo un incremento de la desertificación. Junto a los campos de cultivo en época de lluvias, se encuentran áreas de regadío en torno al río Senegal, en el Níger-Binnen o en el centro de Sudán, con una agricultura más intensiva. En el área meridional del Sahel, condicionada por la dependencia de la exportación, se practica una agricultura extensiva. En esta zona se detecta una explosión de población y un problema de abastecimiento que obliga a la población a emigrar hacia el sur o a los centros costeros de la zona ecuatorial. Los cultivos comerciales dominantes son el algodón, el cacahuete y el cacao. En las sabanas, con una estación seca y una única estación de lluvias, el cultivo predominante es el cereal, como el sorgo y maíz, completada con ganadería en las regiones más secas. e) Área de lluvias ecuatoriales del Golfo de Guinea. Es en estas regiones costeras occidentales donde los problemas del abastecimiento de alimentos son menores. Junto al maíz, ñame, mandioca, plátanos y arroz, cultivos de consumo interno, el algodón, cacao, café, palmera aceitera y caucho son productos de exportación importantes. Las regiones de clima tropical húmedo han conocido en las áreas costeras un auge importante de los cultivos de plantación: cacao, café, aceite de palma, hevea y piña. La disposición de los espacios agrarios al sur del Ecuador no se realiza según una zonificación paralela como en el norte y occidente. La contraposición entre el sector occidental seco y el oriental húmedo, con el espacio interior semiárido está determinada por su situación en la zona seca del hemisferio sur, con la corriente fría y seca de Benguela en la parte occidental y la corriente cálida y húmeda de Mozambique en la zona oriental del continente, que condicionan los asentamientos y utilización del suelo. En las montañas con alta densidad de población se practica un

381


policultivo intensivo, mientras que la ricicultura está muy desarrollada en Madagascar. La utilización de los bosques es importante como abastecimiento local: energía, material de construcción y como producto de exportación (madera). Entre los productos de los bosques tropicales destaca la palmera aceitera, en las áreas costeras occidentales, la nuez de cola, en Sierra Leona y Nigeria o el copal, del que se utiliza la resina. La explotación del bosque juega un papel importante en Gabón, Congo, Nigeria, Ghana y Costa de Marfil, Camerún y Guinea Ecuatorial. 5.2.2.

Sistemas agrarios

Existen, pues, una serie de cultivos tradicionales: mandioca (regiones forestales), mijo (sabana), trigo (África del norte) arroz (Madagascar). La colonización y la globalización de la economía de mercado han hecho que los productos para la exportación cobraran importancia, por lo que se desarrollan cultivos comerciales: cacao, café, palmera oleaginosa, hevea, algodón, cacahuete, remolacha azucarera. Paralelamente es de destacar la coexistencia de sistemas agrarios heterogéneos: a) Agricultura tradicional de subsistencia. Sistema de cultivo itinerante El sistema de cultivo itinerante (tavy, en Madagascar; lugan en África occidental), domina en amplias superficies de la sabana húmeda y de los bosques tropicales. Este sistema agrario extensivo es una de las formas más antiguas de los usos del suelo y del que todavía dependen millones de personas. Ningún sistema agrario ha sido tan discutido como el de la agricultura itinerante: por una parte ha sido considerado como el uso del suelo más favorable para mantener el equilibrio ecológico, por otra parte, también se le ha denominado como un sistema agrario de escasa producción y que «despilfarra» demasiada superficie. Caracterizado por la propiedad colectiva del suelo, las técnicas de cultivo de este sistema se basan en la roturación de la vegetación primaria (o autóctona) al comienzo de la época seca, que se quema por el sistema de rozas al final de la época seca con el objetivo de fertilizar el suelo. Se siembra durante tres o cuatro años. El tipo de rotaciones varía, aunque predomi-

382


nan normalmente los cereales y las leguminosas (mijo y maíz). También es típico el cultivo mixto, así como el cultivo por pisos en una misma área de cultivo. Después de varias cosechas se agota la fertilidad del suelo y el cultivo se traslada a otra superficie preparada también mediante el sistema de rozas, a veces incluso se trasladan asentamientos enteros. Se abandona el terreno y se deja en barbecho, donde se formará una vegetación secundaria, hasta que se recupere la fertilidad del suelo. Mientras que el tiempo que se cultiva en el sistema de agricultura itinerante es de 1 a 3 años, el tiempo de barbecho que necesita el terreno para recuperar la fertilidad puede durar entre 6 y 15 años. La agricultura itinerante actualmente no se practica exclusivamente como economía de subsistencia, sino que en múltiples ocasiones se intercalan cultivos comerciales como el café, cacao, tabaco, caucho y algodón que se venden en el mercado regional, aunque la mayor parte se dirigirá posteriormente a la exportación. A pesar de que es indiscutible la necesidad de ingresos complementarios para la población que vive de este sistema, sin embargo, se plantea la cuestión de si el aumento de la producción de cultivos con una clara orientación hacia el mercado no lleva consigo una sobrecarga del espacio natural. Este sistema de utilización del suelo sólo se puede considerar óptimo si el tiempo de barbecho permite una regeneración de la fertilidad del suelo. Si el tiempo de regeneración se queda por debajo del límite, los daños ecológicos serán irreparables, pues aumentará el empobrecimiento de minerales del suelo, los índices de erosión y las dificultades de abastecimiento de agua. Este sistema tradicional únicamente se puede practicar en áreas con baja densidad de población. El aumento de población en las regiones de agricultura itinerante y la paralela necesidad de crecimiento de la producción plantea la cuestión sobre el futuro desarrollo de estas áreas. Una posible solución estaría en la práctica de cultivos mixtos, sistema que podría sustituir a la agricultura itinerante de manera paulatina. Estos cultivos mixtos podrían ofrecer cultivos que, por una parte, aseguraran el abastecimiento de la población y, por otra, la posibilidad de comercio; por ejemplo, combinaciones como mandioca, aceite de palma, palma de coco, plátanos y café. Ventaja añadida sería la diferente profundidad de las raíces de las plantas con lo que se podría abarcar un mayor volumen del

383


suelo y una mejor utilización de su potencia. La continua caída de hojas contribuye a enriquecer de minerales la capa superficial del suelo y la pérdida de nutrientes es baja porque en las cosechas sólo se elimina una pequeña parte de la biomasa. Por otro lado, que el suelo esté cubierto todo el año ofrece protección de las lluvias tropicales. Por último, las diferentes épocas de cosecha de los diversos cultivos permiten una oferta de alimentación más regular y un mayor movimiento en el mercado de los cultivos comerciales (cash crops). Existen también otros sistemas de agricultura tradicional más intensivos y sedentarios, y la mayoría de las veces asociados a la ganadería: es el caso del sistema practicado por los campesinos sereres (sureste de Dakar, Senegal), basado en el cultivo de mijo y mandioca en los terrenos cercanos a la aldea, mientras que en los terrenos más alejados se lleva a cabo un sistema trienal de cultivo: mijo, cacahuete y barbecho para la ganadería. Este sistema intensivo asociado a la ganadería es capaz de soportar mayores densidades de población en suelos pobres. Los campesinos bamilekés (área suroriental montañosa de Camerún), con una agricultura de campos cercados (bocages), cultivan ñames y batatas en las pendientes menos pronunciadas y cacahuete y maíz en las zonas de mayor altitud. Otras comunidades campesinas practican sistemas similares, como los mossi del Alto Volta, las comunidades de la región de Kano (norte de Nigeria), o los kikuyu (Kenia). En otras áreas se practican cultivos de inundación, como es el caso de los diolas (Casamanze, en el área meridional de Senegal) y en el valle del Níger basado en la ricicultura inundada, mediante la construcción de diques en las marismas. Aunque la producción no es muy alta, debido a las técnicas rudimentarias utilizadas, puede asegurar la subsistencia a un grupo numeroso de población. También debe citarse el sistema de regadío llevado a cabo en los valles de los grandes ríos, en áreas como el valle del Nilo, donde se practican cultivos intensivos; el sistema tradicional de año y vez, de los secanos del área mediterránea, donde se cultiva trigo y un policultivo de regadío; y la agricultura de oasis del norte del Sahara, que utilizan el agua de los pozos subterráneos y donde se cultivan frutales, cereales y leguminosas. En las regiones de bosque la actividad agrícola tradicional se dedica sobre todo a las plantas de tubérculos como ñame, mandioca o patatas, así como al maíz, plátanos y palmeras.

384


Las comunidades ganaderas se extienden en grandes extensiones de terreno de las regiones áridas y semiáridas. Se dedican fundamentalmente a la ganadería ovina y de camellos. Se trata de comunidades nómadas (beduinos) que actualmente está en retroceso. b) Agricultura de plantación. Símbolo de la dependencia extranjera Las plantaciones son grandes explotaciones agrícolas de las áreas tropicales o subtropicales, en las que las altas producciones (té, café, cacao, plátanos, caucho, sisal, palma, algodón, caña de azúcar) están orientadas al mercado mundial. En muchas ocasiones, plantación es sinónimo de monocultivo. En África, la plantación es un sistema heredado de tiempos de la colonización, que se instauró para abastecer, sobre todo, a los mercados de Europa. En el sistema de plantación se pueden reconocer tres épocas: Ê

UÊ Ê >Ê «>Ì>VÊ V?ÃV>Ê ìÊ ÃÊ Ã}ÃÊ XVI-XIX, donde se cultivaban productos que en los países colonizadores no se podían cultivar. Localizada en el área meridional de Norteamérica, en Centroamérica y en el norte de América del Sur. Llevó consigo una gran oleada de esclavos como mano de obra barata, sobre todo, del continente africano.

Ê

UÊ Ê>Ê«>Ì>VÊìÀ>ÊìÊV>«Ì>Ã]ÊiÊ>ÊÃi}Õ`>ÊÌ>`ÊìÊXIX. Los barcos de vapor y las mejoras introducidas en la técnica del congelado, posibilitaron el transporte de productos agrarios entre grandes distancias. Creadas, la mayoría, con capital americano y europeo.

Ê

UÊ Ê >Êj«V>ÊìÊ«ÃÌV>Ã]ÊÌiÀViÀ>Êv>ÃiÊìÊÃÃÌi>ÊìÊ«>Ì>V°Ê Desde los años sesenta se detectan importantes transformaciones en las plantaciones del continente africano, como son: el incremento del número de dirigentes africanos en la gestión de las plantaciones, aumento de la participación de capital nacional, diversificación de cultivos, etc. Actualmente es una gran superficie donde se conjuga la actividad agrícola-industrial, se practica un monocultivo orientado a la exportación con una introducción elevada de maquinaria y mano de obra. Sólo en algunos casos se ha repartido entre los pequeños campesinos y con ellos ha cambiado, de manera significativa, la estructura productiva. Por regla general, la explotación ha sido expropiada y explotada por el Estado o por empresas privadas.

385


Las características del sistema de plantación son: la especialización de un solo cultivo, la alta inversión de capital, una red de transportes interna, asentamientos para la mano de obra así como instalaciones para la transformación de los productos. La plantación tiene una serie de desventajas, como es la dependencia extrema de la evolución de los precios del mercado, el alto riesgo por posibles daños o desastres ecológicos, la necesidad de una alta inversión y la necesidad de un tiempo considerable hasta que se logra la primera cosecha (caucho, siete años). Aunque hay plantaciones tanto en el área tropical como en la subtropical, la mayoría se localizan fundamentalmente en la zona de África tropical: desde los países del Golfo de Guinea, pasando por los estados de África central, hasta África oriental. En las plantaciones de las tierras bajas tropicales se cultiva caucho, aceite de palma, cacao, y café (Robusta-Café), mientras que en las tierras altas tropicales se cultiva fundamentalmente té y café. En las plantaciones del área subtropical se cultivan, sobre todo, caña de azúcar y frutales. En el marco de la economía global, la plantación evoluciona aislada en el espacio económico de la región y no tiene apenas relación con los mercados regionales. Su exclusiva orientación hacia la exportación no ayuda a la alimentación de la población local, ni al desarrollo regional. 5.3.

5.3.1.

Materias primas y fuentes de energía: una riqueza desigualmente distribuida Principales materias primas y fuentes de energía

La existencia de riquezas mineras en el continente africano fue uno de los factores que impulsaron la colonización durante la segunda mitad del siglo XIX. Surgen, de este modo, ciudades mineras en áreas deshabitadas y líneas de ferrocarril que unen los centros mineros con el puerto más cercano, para dar salida al exterior a las materias primas y actualmente es el sector minero el que ofrece por medio de las exportaciones mayores ingresos al continente. Es el primer productor de oro del mundo (República de Sudáfrica) y de diamantes (República Democrática del Congo), también posee uranio, ní-

386


quel, cobre, zinc, plomo, estaño, hierro, bauxita, fosfatos, manganeso y cobalto. En la zona del Sahara, fosfatos, petróleo y gas natural. Los numerosos recursos minerales de África representan alrededor del 18% de la producción mundial. El continente africano posee también un gran potencial energético: 9,6% de las reservas mundiales de petróleo y gas natural, 25% de las de uranio, 5,5% de las reservas estimadas de carbón, más del 35% del capital hidroeléctrico del mundo, con la construcción de grandes presas, como la de Assuan en el Nilo (Egipto). Es rica también en recursos de energía renovable como es el caso de la energía eólica, solar, geotérmica y maremotriz o el biogas. Estos recursos están desigualmente distribuidos por el continente y no están completamente explotados, por lo que, a pesar del gran potencial energético, la mayoría de la población utiliza la madera como principal fuente de energía. Actualmente, el sur de África central es un área de gran relevancia a nivel mundial. Las principales áreas mineras se localizan en el área de Tierras Altas (Witwatersrand, Zimbabwe central, o Copperbelt), donde en las elevaciones geomorfológicas emerge el zócalo precámbrico antiguo a la superficie, de tal modo que los yacimientos contenidos en sus rocas son fácilmente visibles, mientras que en el África de Tierras Bajas, sedimentos mesozoicos y cenozoicos cubren el zócalo. Ligado a los levantamientos de los antiguos macizos (por ejemplo, los montes Nimba en Liberia) se encuentran yacimientos de hierro, mientras que los yacimientos de bauxita y fosfatos están ligados a sedimentos más recientes. No hay yacimientos en zonas de sedimentos cenozoicos en las altas cuencas del sur de África, como la cuenca del Kalahari en Botswana y el este de Namibia o la alta cuenca del alto Zambeze, mientras que las elevaciones que las bordean pertenecen a la región minera más importante de África. 5.3.2.

Distribución espacial de las materias primas

En lo que respecta a la localización de las materias primas, hay que destacar su desigual distribución y su diferente sistema de explotación. Exceptuando el caso del petróleo, la principal región minera se extiende desde el centro de de la República Democrática del Congo (antiguo Zaire) a El Cabo, donde se concentran las mayores riquezas mineras y constituye la primera zona mundial productora de oro, diamantes, cobalto, platino, cromo y co-

387


bre. El subsuelo de muchos países del norte y oeste del continente contiene numerosos minerales (hierro, bauxita, uranio y fosfatos). Existen yacimientos de diamantes (República Democrática del Congo, Botswana y Namibia), oro, platino, cromo, titanio, vanadio, cobre (República Sudafricana, Zambia y República Democrática del Congo, son los mayores productores del mundo), plomo, zinc, hierro, bauxita, fosfatos, petróleo (Angola y Gabón), cobalto (República Democrática del Congo). Los yacimientos se explotan en enclaves aislados o se forman áreas mineras (Wiese 1997): a) Enclaves aislados. Se trata de yacimientos con asentamientos de población minera adyacente. Por lo general, alejados de las zonas agrícolas y mantenidos desde el extranjero. b) Áreas mineras. Se trata de zonas más amplias y compuesta por varios núcleos; con grandes concentraciones de población y con mejores infraestructuras, servicios e industrias de transformación de los productos. Por ejemplo, las áreas mineras de Witwatersrand, en la República Sudafricana y la de Copperbelt, en Zambia, o la región de Shaba, en la República Democrática del Congo: — Witwatersrand. Compuesta por varios núcleos urbanos, se extiende, a lo largo de 120 km, desde la ciudad de Springs al este hasta Randfontain al oeste, con la ciudad de Johannesburgo (y con una anchura de aproximadamente 20 km), reúne a 7 millones de habitantes. Destaca la ciudad de Johannesburgo, con 3,5 millones de habitantes, fundada en 1886 y que se ha convertido en un centro de minería, industria y servicios de primer rango. Otras ciudades importantes dentro de esta área son las de Germiston, Boksburg y Kempton Park. Por otro lado es de destacar la existencia de compañías internacionales de la industria electrónica, farmacéutica y óptica. — Copperbelt. Una de las áreas mineras más importantes de África. Es patente la dependencia total de Zambia de los productos mineros, pues el cobre representa 75% del valor de las exportaciones. Destacan las industrias de bienes de consumo que apoyaron el crecimiento de varias ciudades mineras e industriales. Ndola, es centro comercial y administrativo del cinturón que acoge aproximadamente a 1,5 millo-

388


nes de habitantes. El ejemplo de Zambia explica como la monoestructura minera y la dependencia de la fluctuación de los precios internacionales puede afectar a toda la economía de un país. — Región de Shaba (antigua Katanga). Se extiende a lo largo de 300 kms en una banda con dirección sureste/noroeste y una anchura de 50-80 km. Es un área donde se localizan yacimientos de cobre, cobalto y zinc, junto a los cuales se ha establecido una industria química e industrias de alimentación y de confección para abastecer a la población concentrada en el área, posibilitado por la explotación de energía hidráulica (cuatro centrales de 50 a 276 MW de potencia). La situación interior tanto de Copperbelt como de Shaba, con una distancia de 2.000 km hasta los puertos de exportación de Matadi (República Democrática del Congo), Lobito (Angola) y Dar-es-Salaam (Tanzania), y 3.000 km hasta Port Elizabeth (República de Sudáfrica), desde donde se exporta la mayoría del cobre, unido a la dependencia de estas áreas a la infraestructura viaria precaria de los países vecinos, hacen difícil su mantenimiento y el crecimiento económico. Estados que dependen de un solo producto como Zambia (cobre), Botswana (diamantes) o los países petrolíferos, han estado condicionados a las fluctuaciones mundiales: crisis del 29; Segunda Guerra Mundial: demanda de productos; aumento de los precios en los años sesenta; crisis desde mediados de los ochenta. Por otro lado, la inestabilidad política, guerras civiles, insuficiente infraestructura, dejadez de la explotación, unido al auge económico de Asia y el desarrollo de los antiguos países del Este, están haciendo que las compañías multinacionales no miren hacia África, y que el sector minero no reciba la transferencia de capital y tecnología que necesita para su mantenimiento y desarrollo. 5.3.3.

Distribución espacial de las fuentes de energía

Desde mediados del siglo XX, África se ha convertido en exportador de fuentes de energía, como petróleo, gas natural, uranio. Países como Libia, Argelia, Nigeria, Gabón y Angola son grandes exportadores de petróleo. Namibia, Níger, República Sudafricana y Gabón, de uranio. Al igual que en el caso de las materias primas, la distribución de las fuentes de energía es muy desigual (Figura IV.10):

389


Tánger Casablanca

Argel

Orán

Túnez Trípoli

MAR ME DITE Bengazi

RRÁNEO

Al-Sidar

El Cairo

Assuán

F. Dérick Zouérate

Wadí Halfa Nouadhibou

Port Sudán

R MA

20b

JO RO

Arlit Dakar

Asmara

Jartum Bamako Uagadugu Conakry

Kano

Addis Abeba Ngaounderé

Lagos Accra

Abidjan

Port Harcourt

Bangui

Douala 0b

Gol

Djibouti

Kaduna

Monrovia

dén

eA

fo d

Maiduguri

Mogadiscio

Libreville

Kampala

OCÉANO ATLÁNTICO

Nairobi Brazzaville

OCÉANO ÍNDICO

Mwanza Kinshasa

Mombasa

Jlebo ALTO SHABA

Dar-es-Salaam

Kananga Luanda Lubumbashi Lobito Namibe

COPPERBELT Menongue

Lusaka Harare

Tsumeb

20b

Beira Orapa

Walvis Bay

Bulawayo

Windhoek

Pretoria

Yacimiento de carbón

Maputo WITWATERSRAND

Johannesburgo 0

500

1.000 Km

Yacimiento de petróleo Yacimiento de gas

Ciudad del Cabo

© UNED

Port Elizabeth

Central hidroeléctrica Principales redes ferroviarias Áreas especialmente ricas en minerales Campos de petróleo y gas Oleoducto

Gasoducto

20b

0b

20b

40b

Fig. IV.10. Recursos energéticos en África

390

60b


a) Grandes recursos energéticos en el norte y oeste, como petróleo y gas; y de carbón en el área meridional del continente. b) Un gran número de países poseen muy poco o nada. Zona de Sahel y área del cuerno de África (Etiopía, Somalia, Eritrea). Aquí la fuente energética principal se basa en la madera. El continente africano a finales de 2006 representaba el 12,1 % de la producción mundial de petróleo y el 9,6 % de las reservas mundiales conocidas. En lo que respecta a la localización de los recursos energéticos, la producción de petróleo se concentra en cinco países: Nigeria, Argelia, Egipto, Angola y Libia. Nigeria es el mayor productor del continente africano, seguido de Libia, Argelia, y Egipto y Argelia es el primer productor africano de gas natural. África produce, aproximadamente un tercio de la producción mundial de uranio. Los mayores yacimientos de uranio se encuentran en Namibia y Níger, que ocupan el tercer y cuarto lugar mundial, seguidas por la República de Sudáfrica, República Democrática del Congo y Gabón. En los años noventa se registró una disminución de la producción, motivado por la conjunción de varios factores: abundancia en el mercado mundial, reducción de precios en la antigua Unión Soviética, el estancamiento de la producción de energía y el problema nuclear que frenó las nuevas construcciones de centrales nucleares. Por otro lado, África generó en 2006 el 4,8 % de la producción mundial de carbón y posee el 5,5% de las reservas mundiales. Los principales yacimientos de carbón están localizados en la República Sudáfrica, Botswana y Zimbabwe. Su producción se dirige no sólo hacia la exportación, sino que se utiliza también para sus centrales térmicas para la generación de electricidad. De fácil extracción, permite la introducción de grandes maquinarias. Pero la fuente de energía principal para el consumo de la mayoría de los estados del continente africano es la madera. En países como Burkina Faso o Chad en el Sahel, o Tanzania y Ruanda en el sector oriental africano, la madera supone el 90% del consumo energético. Incluso en un país como Nigeria rico en posibilidades energéticas, la madera y la querosina son los principales productos energéticos utilizados. En cuanto al uso de las energías renovables, la utilización de la energía solar es muy limitada. Los precios de los productos son todavía muy altos y el cuidado de las baterías suponen un problema. En las ciudades, y depen-

391


diendo de los precios y por consiguiente del nivel económico y social de la población, se utiliza una energía mixta: madera, carbón vegetal, gas, querosina o electricidad. Respecto a la energía hidroeléctrica sólo hay pequeñas centrales de abastecimiento en el Norte, aunque son numerosos los cursos de agua que permiten la construcción de centrales hidroeléctricas. Entre las principales presas destacan Assuan en el Nilo (Egipto); Owen Falls en la cabecera del Nilo (Uganda); Akosomba en el Volta (Ghana); Kariba en el Zambeze (Zambia-Zimbawue). 5.4. 5.4.1.

Escaso desarrollo del sector industrial Principales rasgos de la industria

África es el continente donde se registra el desarrollo más bajo en términos de industrialización. El índice de industrialización es muy bajo, aún si lo comparamos con otras regiones del Hemisferio Sur, como es el caso del Sureste Asiático o de América Latina. La escasa industrialización explica la proliferación de actividades artesanales y la aparición del sector informal en las ciudades africanas, que acentúan los desequilibrios regionales internos. Una serie de indicadores muestran el bajo grado de industrialización: Ê

UÊ Ê >Ê«>ÀÌV«>VÊiÊ>Ê«À`ÕVVÊ`ÕÃÌÀ>ÊÕ`>ÊÞÊiÊ>ÃÊiÝ«ÀÌ>ciones de productos industriales es muy baja y representa solamente el 1% del total mundial.

Ê

UÊ * Ê ÀÊ ÌÀÊ >`]Ê Ì>LjÊ ÃÊ «>ÌiÌiÃÊ >ÃÊ `viÀiV>ÃÊ Ài}>iÃÊ iÊ >Ê participación de la industria en el PIB. En la gran mayoría de los países africanos la participación del sector industrial en el PIB es inferior al 15%. Únicamente en algunos países la ratio industrial es superior al 20%, y en algunos casos se registran valores inferiores al 5%. Mientras que países como la República de Sudáfrica o Argelia se registran valores superiores (38 % y 58% respectivamente).

Ê

UÊ Ê Ê `V>`ÀÊ ìÊ VÃÕÊ ìÊ iiÀ}>Ê «iÀÊ V>«Ì>Ê Àivi>Ê Ì>LjÊ >ÃÊ diferencias: los mayores consumidores son los países del norte y sur de África, seguido por otro grupo de países mineros como Botswana, Zimbabwe y Zambia y los países exportadores de petróleo como Angola y Gabón, que son las áreas con un mayor grado de industrialización;

392


mientras que los países con menor nivel de consumo energético son los países interiores del Sahel-Sudán y la mitad oriental desde Etiopía a Tanzania, regiones predominantemente agrícolas. Teniendo en cuenta el consumo de energía por habitante del conjunto africano, en el África subsahariana se observan unos grandes desequilibrios en el grado de industrialización: * Existen, en primer lugar, un grupo de países con un bajo nivel de industrialización: zona del Sudán-Sahel, África central y oriental. Se trata de áreas en las que predomina la mediana y pequeña empresa de industria de la alimentación, textil y de bienes de consumo, para un mercado caracterizado por la baja densidad de población y agravado por las malas condiciones de la infraestructura del transporte. * En un segundo grupo de países con un nivel medio, se encuentran Senegal, Costa de Marfil, República Democrática del Congo, Kenia y Zimbabwe. Se trata de países productores de materias primas (mineros o agrícolas) donde se ha desarrollado una industria de importancia en torno a las explotaciones (industria química, metalúrgica…). * Dentro del grupo de países con un alto grado de industrialización al sur del Sahara, ejemplo de país industrializado al sur del Sahara son Nigeria y la República de Sudáfrica, donde se ha desarrollado una industria muy diversificada: industria siderúrgica química, industria del petróleo, industria del automóvil, de maquinaria, de armamento, textil, alimentación y papel. Las áreas del norte destacan del resto del continente. Países como Argelia y Egipto realizaron su industrialización a través del estado. En Argelia, a mediados de los años ochenta, el 80% de las inversiones y el 70% de la producción y de los ocupados en la industria lo eran en empresas estatales. Desde la descolonización e independencia durante la década de los sesenta, se intentó reavivar en el continente el proceso de industrialización como elemento fundamental para el desarrollo. De esta manera, los diferentes estados africanos apoyaron el Plan of Action de Lagos de 1980 que aconsejaba la rápida industrialización como factor indispensable para el desarrollo, aunque el efecto conseguido no ha sido el esperado. Los programas

393


estructurales del Banco Mundial tampoco han conseguido un positivo desarrollo de la industrialización. El futuro en este sentido es bastante pesimista. Quizás la solución sea la instalación de pequeñas y medianas empresas, como aconsejan las comunidades internacionales de empresarios, que estén dirigidas por nativos, en lugar de grandes industrias, con el fin de poder abastecer el mercado interior, ya que la competencia exterior es cada vez más fuerte y la globalización actual hace cada vez más difícil esta competencia. Factores que explican el escaso desarrollo industrial son las desfavorables condiciones en el marco político y económico, la estrechez de los mercados nacionales, la falta de inversiones de capital e infraestructura, la insuficiente y desequilibrada red de transporte y comunicaciones, y la falta de trabajadores especializados debido a la emigración de la fuerza de trabajo cualificado, lo que hace cada vez más difícil la competencia con el creciente Sureste Asiático. De este modo, el proceso de globalización, desde la década de los ochenta, provoca que en el aspecto de las inversiones de capital por parte de las empresas multinacionales se esté planteando una cada vez mayor competencia entre los países menos desarrollados; y en este punto el continente africano frente a la creciente región del Sureste Asiático, se encuentra en una peor situación debido a su deficiente infraestructura, menor productividad y falta de trabajadores cualificados. Por otro lado, la existencia de multinacionales provoca que la fuerte dependencia industrial del exterior se extienda al plano político. 5.4.2.

Localización industrial

En la distribución de las industrias podemos observar dos tipos de asentamientos industriales, por un lado los localizados en las ciudades portuarias de las áreas costeras, y en segundo lugar, aquellas industrias ligadas a los centros energéticos y mineros del interior: a) En las áreas costeras, en torno a los grandes puertos que, la mayoría de las veces, son también capitales de estado, se encuentran áreas industrializadas con valores por encima de la media africana en cuanto al número de ocupados en este sector, valor de la producción y tamaño de la industria. Se trata de áreas industriales que se han formado en las ciudades portuarias, desde Argel a Casablanca, Dakar, Abidján, Lagos, de Ciudad del Cabo a Ma-

394


puto y Dar-es-Salaam. Variados factores nos explican el porqué de la localización industrial en estas áreas costeras: En primer lugar, hay que tener en cuenta el factor histórico: la función de estas ciudades en época colonial como áreas exportadores de materias primas. Aquí, sobre la base de los productos agrarios, se va formando lentamente una industria de transformación de estos productos. En este aspecto se dio un importante paso hacia la sustitución de la importación por productos ya transformados; es el caso de la industria de alimentación, que permitió una mayor concentración de población, y que motiva el desarrollo de la industria de la piel, textil y de confección, muebles… Desde los años setenta, se asiste a una segunda fase de la industrialización en estos centros portuarios, con el desarrollo de las empresas orientadas hacia la exportación. Se pretende reducir la dependencia de la exportación de materias primas y equilibrar paralelamente la balanza de pagos mediante la exportación de productos manufacturados. Así, se desarrolla una industria conservera orientada a la exportación; sobre la base de las pequeñas industrias textiles se instalan grandes compañías para la producción en serie. Aunque aquí también está patente la competencia con los países asiáticos. b) En el interior se encuentran otro tipo de instalaciones industriales en torno a centros mineros, como en Zambia, junto a centros energéticos (hidroeléctrica de Jinja/Uganda), o en capitales de estado: Ê

UÊ

Ê iÌÀÃÊ`ÕÃÌÀ>iÃÊ}>`ÃÊ>ÊÃÊÞ>ViÌÃÊiÀÃ]ÊVÊiÊVLÀiÊ en el sur y centro de África, o el oro en el sur de África o incluso yacimientos más pequeños como el de manganeso en Gabón, que dan lugar a la formación de ciudades mineras. Son núcleos donde, alrededor de los yacimientos, se han instalado industrias para abastecer a la creciente población urbana e industrias ligadas a estos yacimientos, alejados de la costa, con lo que surgen industrias variadas ligadas a estas diversas necesidades como la industria metalúrgica, la química, la de alimentación, textil y de muebles, así como refinerías e industrias químicas adyacentes. Actualmente estos centros industriales interiores forman las aglomeraciones industriales más importantes en países como Zambia y la República de Sudáfrica.

Ê

UÊ

Ê iÌÀÃÊ `ÕÃÌÀ>iÃÊ µÕiÊ ÃÕÀ}iÊ ÕÌÊ >Ê ViÌÀ>iÃÊ `ÀijVÌÀV>Ã°Ê Ejemplos son Jinja (Uganda) y Edea (Camerún). Aquélla se ha conver-

395


tido en la segunda ciudad más importante de Uganda con 60.000 habitantes y el centro industrial del país. Un importante factor de localización son las buenas infraestructuras de transportes, como, por ejemplo, la línea del ferrocarril Mombasa/Kampala, con puerto en el lago Victoria. Ê

UÊ

Ê >«Ì>iÃÊìÊ ÃÌ>`°Ê >ÀL]ÊÃ>Ã>ÊÊ1>}>`Õ}Õ°Ê*ÀV«>Êv>VÌÀÊ de localización: el consumo de la población que supera en casi todas el millón de habitantes. Son centros financieros y administrativos. Los tipos de industrias son, por lo tanto, variados: alimentación, textil, bienes de consumo, química, maderera.

Actualmente se está llevando a cabo en múltiples estados africanos una política de descentralización de la industria mediante el fomento de centros secundarios, con el fin de evitar la emigración masiva hacia las grandes metrópolis, y al mismo tiempo activar el crecimiento en las áreas interiores. Sin embargo, todos los esfuerzos realizados hasta ahora en esta línea no están logrando los objetivos propuestos y los desequilibrios regionales en lo que respecta a la localización industrial siguen siendo notables. 6.

PROBLEMAS DE DESARROLLO Y PERSPECTIVAS DE LAS REGIONES DE ÁFRICA

África es el continente más pobre del planeta y esta pobreza sigue acrecentándose. Si en el continente asiático, la reducción de la pobreza se ha visto reducida por el crecimiento económico registrado en países como China e India, en los países del África subsahariana no sólo ha seguido aumentando el número de personas en extrema pobreza (más de 300 millones), sino que se ha visto reducido el promedio de ingresos de la población (de 0,62 dólares a 0,60). Así de los treinta países más pobres del mundo, 25 están localizados en el continente africano. A escala global existe en África una falta de integración económica y espacial de las distintas regiones y una fuerte dependencia del exterior. A escala regional, las perspectivas de desarrollo de las diferentes regiones, son diversas. Nos encontramos con los países que componen el África septentrional (Argelia, Egipto, Libia, Marruecos, Sahara occidental, Sudán y Tú-

396


nez), región caracterizada por una tasa de crecimiento de población moderada (1,9) y con niveles de industrialización y urbanización por encima de los valores medios africanos. La región occidental de África, se extiende desde el área meridional del Sahara (15º N) desde la desembocadura del Senegal a la orilla septentrional del lago Chad, hasta el Atlántico, en la costa de Guinea (5º N). Al este está limitada por los montes de Camerún (la antigua línea divisoria entre el África occidental francesa (AOF) y el África ecuatorial francesa (AEF). Comprende los 16 estados que componen la ECOWAS (Economic Community of West African States). Un gran espectro de países: desde Nigeria, el país más poblado y que forma parte de la OPEC (Organisation of Petroleum Exporting Countries); países con una economía basada en la agricultura como Costa de Marfil o Senegal; países pobres en recursos como Burkina Faso o Níger, Liberia o Sierra Leona. Grandes problemas de desarrollo tienen los países interiores del área de Sahel-Sudán y los pequeños estados de la costa, como Gambia, Guinea Bissau, Togo o Benin. Los principales problemas de esta región occidental son: altas deudas externas, dependencia del capital extranjero, alto crecimiento de la población o la pérdida de mano de obra cualificada, con lo que son relevantes los movimientos de población del norte al sur de la región, por la desertificación paulatina de las áreas septentrionales. La región central, que abarca los países de Angola, Camerún, Chad, Gabón, Guinea Ecuatorial, República Democrática del Congo, República Centroafricana, Santo Tomé y Príncipe. Localizada entre los 11º N y 14º S a ambos lados del Ecuador, se extiende desde la costa atlántica y las elevaciones centrales al este. Posee un fuerte potencial hidroeléctrico y es rica en minerales, en los bordes de las elevaciones del escudo (cobre, cobalto, diamantes) y yacimientos de petróleo y gas, en las cuencas sedimentarias. El 80% de la población vive por debajo del límite de la pobreza, muchas veces como resultado de un constante saqueo de los recursos nacionales por parte de dictadores, como Mobutu en el Zaire (desde 1997 República Democrática del Congo). Con una fuerte dependencia exterior, se registró un retroceso de los precios de las materias primas a mediados de los ochenta, lo que motivó grandes movimientos de población del campo a la ciudad, donde había mejores condiciones de vida. Las perspectivas no son buenas, a pesar de su enorme potencial. De este modo las guerras civiles latentes, pobreza, degra-

397


dación de los recursos naturales y huida de la población, son indicadores de la situación crítica en que se encuentra esta región. La región oriental, formada por Burundi, Comoras, Djibouti, Eritrea, Etiopía, Kenia, Madagascar, Malawi, Mauricio, Mozambique, Reunión, Rwanda, Seychelles, Somalia, Tanzania Uganda, Zambia y Zimbabwe. Posee buenas condiciones desde el punto de vista ecológico, en las altas tierras tropicales y en el área húmeda, una red de transportes heredada de la época colonial, una base industrial conseguida por la minoría hindú. Sin embargo, el desarrollo de los países ha sido muy desigual. La región meridional, cuyo concepto engloba el llamado Greater South África, los estados de la República de Sudáfrica, Botswana, Lesotho, Swazilandia y Namibia unidas por una unión aduanera y monetaria. Esta gran región se extiende desde El Cabo de Buena Esperanza en el sur y la costa atlántica al oeste hasta el Océano Índico al este. Reúne a dos países mineros (República de Sudáfrica y Botswana) y constituye la principal nación industrial del ASS (África al Sur del Sahara). Con Mozambique y Angola la región abarca dos países en los cuales la política desestabilizadora del régimen del apartheid desencadenó una guerra civil durante más de dos décadas. Namibia y Botswana, aunque ocupan grandes superficies, tienen una muy baja densidad de población y políticamente no tienen peso, al igual que los pequeños Lesotho y Swazilandia, estados interiores en el área oriental de la República de Sudáfrica. BIBLIOGRAFÍA ADAMS, W. M., A. S. GOUDIE and A. R. ORME (eds.) (1996): The physical geography of Africa. Oxford University Press. AZCÁRATE, B, AZCÁRATE, M.V. y SÁNCHEZ, J. (Dirs.) (2007): Atlas Histórico y Geográfico Universitario. UNED. Madrid. BÄHR, S., C. JENTSH y W. KULS (1992): Bevölkerungsgeographie. Walter de Gruyter. Berlín-New York. Banco Mundial. Informe sobre el desarrollo mundial 2008. Agricultura para el desarrollo. BART, F. et al. (2003): LÁfrique. Continent plurel. CED/SEDES. París.

398


BOCQUIER, PH. (2000): Urbanisation et dynamique migratoire en Afrique de l’Ouest: la croissance urbaine en panne. Harmattán, París, Montreal. BRUNEL, S. (2004): LÁfrique. Bréal. Paris. COQUERY-VIDROVITCH, J. (ed.) (1988): Processus d’urbanization en Afrique. Harmattan, París. DUBRESSON, A. y RAISON, J.P. (2003): LÁfrique subsaharienne, une géographie du changement. Armand Colin. Paris. IRADIER, M. (2000): África. Mondadori, Barcelona. HUGON, R. (2003): L´économie de lÁfrique. La Découverte. Paris. Jeune Afrique (1993): L’Atlas du continent africain. Les Editions du Jaguar, París. PEÑA ESTEBAN, Fco. J. (Ed) (2000): África en el sistema internacional: cinco siglos de frontera. Catarata, Madrid. PISANI, E. (1995); África en la encrucijada. Mensajero, Barcelona. PRITCHARD, John M. (1988): Africa: a study geography for advanced students. Longman, Londres. SALAFRANCA ORTEGA, J. F. (2001): El sistema colonial español en África. Algazara, Málaga. SELLIER, J. (2004): LÁtlas des peoples dÁfrique. La Decouverte. París. WIESE, B. (1997): Afrika. Ressourcen, Wirtschaft, Entwicklung. Teubner, Suttgart.

399

Capítulo V

América Latina: Problemas de desarrollo en un gran espacio con fuerte dependencia económica

1. Introducción 2. El medio natural: un espacio de grandes contrastes físicos 2.1. Grandes unidades morfoestructurales 2.1.1. México y América Central 2.1.2. América del Sur 2.1.2.1. Los Escudos 2.1.2.2. Las Cuencas sedimentarias 2.1.2.3. La Cordillera de los Andes 2.2. Distribución de las temperaturas y las precipitaciones: los grandes dominios bioclimáticos 2.2.1. Los grandes dominios bioclimáticos 2.2.1.1. Un extenso dominio tropical húmedo 2.2.1.2. Dominio templado 2.2.1.3. Dominio árido 2.2.1.4. Escalonamiento climático de los Andes 3. Una sociedad caracterizada por los desequilibrios sociales 3.1. Una población en crecimiento 3.2. Dinámica y estructura demográfica 3.2.1. Dinámica natural 3.2.2. Envejecimiento de la población 3.2.3. La composición étnica 3.3. Una irregular distribución de la población 4. Expansión urbana y aumento de la marginalidad 4.1. Proceso de urbanización desde la época colonial hasta 1930. De las factorías comerciales a la construcción planificada de ciudades

401


4.2. Urbanización tras la Segunda Guerra Mundial: la consolidación de la macrocefalia 4.3. Causas de la explosión urbana 4.4. Estructura interna de la ciudad 5. Una economía dependiente 5.1. Fases en el desarrollo económico. Economía colonial y reformas liberales 5.2. La agricultura latinoamericana: modernización y pobreza rural 5.2.1. Herencia histórica 5.2.1.1. 5.2.1.2. 5.2.1.3.

La agricultura precolombina La explotación de la tierra en la época colonial: encomiendas, estancias y plantaciones El proceso de acumulación de las tierras agrícolas

5.2.2.

Sistemas agrarios: coexistencia de pequeñas y grandes propiedades 5.2.3. Distribución geográfica de las explotaciones agrícolas 5.2.4. El fracaso de las reformas agrarias

5.3. Débil desarrollo industrial y acusada concentración 5.3.1. Riqueza en materias primas y fuentes de energía 5.3.1.1. 5.3.1.2.

La gran producción de minerales Las fuentes de energía

5.3.2. Desigual desarrollo industrial 5.3.3. Principales centros industriales 6. Desigualdad y pobreza: principales obstáculos para el desarrollo Bibliografía

402

1.

INTRODUCCIÓN

El espacio latinoamericano se extiende, a lo largo de más de 9.000 km, desde los 32º latitud norte en Río Grande, que actúa de frontera entre México y Estados Unidos, a los 56º latitud sur, en la Patagonia, próximo al círculo austral. Desde el punto de vista geográfico engloba a los países de América Central, incluido México, y América del Sur. Ocupa una superficie de 20.446.082 km2 y posee una gran diversidad regional desde el punto de vista natural: desde las cordilleras andinas hasta los desiertos costeros, pasando por las regiones tropicales de sabana, con una amplia variedad de hábitats naturales (selvas densas tropicales, bosques caducifolios, sabanas, manglares...). América Latina presenta gran afinidad en la estructura del relieve con el espacio de América del Norte. Así, a grandes rasgos, se distinguen tres grandes unidades: los Escudos del este; las Cordilleras del oeste, prolongación de las montañas Rocosas, y las amplias Cuencas del centro. En lo que respecta a sus peculiaridades climáticas, es un subcontinente cálido y cubierto en sus orígenes de bosques y sabanas, característicos de las regiones tropicales y ecuatoriales. Los suelos presentan, generalmente, una erosión generalizada por la implantación de inadecuados sistemas de rotación de cultivos e insuficientes medidas de protección. En la región oriental y en latitudes superiores a los 23º latitud sur (trópico de Capricornio) predominan los suelos lateríticos, muy poco fértiles, propios de las áreas tropicales. Mientras que en América Central y el Caribe las redes fluviales son de poca importancia, en América del Sur se encuentran dos de las mayores cuencas fluviales del mundo: la cuenca del Amazonas-Uyacali y la del Río de la Plata-Paraná. Los ríos que desembocan en la vertiente atlántica son los de mayor longitud y caudal; los de la vertiente pacífica

403


son más cortos, estrechos y torrenciales y, por lo tanto, menos aptos para la navegación. Los ríos de ambas vertientes han tenido un significativo papel en la localización de los asentamientos humanos y han constituido importantes focos urbanos en sus desembocaduras: como Santiago de Chile en el Mapocho, Lima en el Rímac o Barranquilla en el Magdalena. Posee una población de más de 580 millones de habitantes contabilizados en la primera década del siglo XXI, y se prevé que en el 2050 supere los 780 millones. La distribución de la población es desigual: si las primeras civilizaciones precolombinas estaban localizadas en las mesetas andinas, durante la colonización se fundaron ciudades hacia donde se dirigían las riquezas, al tiempo que se explotaron las minas de metales preciosos de los Andes (Potosí) y se formaron grandes latifundios y plantaciones para la explotación de determinados cultivos tropicales como la caña de azúcar, café, algodón o cacao, que actuaron de foco de atracción de la población. Actualmente, las mayores densidades se localizan, sobre todo, en los márgenes costeros del continente, donde se encuentran las grandes concentraciones urbanas. Con una economía de clara orientación hacia la exportación de materias primas, en muchos países del continente latinoamericano más de la mitad de las exportaciones proceden de un solo producto agrícola: bananas en Honduras y Costa Rica; café, en Brasil y Colombia; caña de azúcar, en Cuba y Santo Domingo. Este hecho supone una vulnerabilidad frente a las fluctuaciones del mercado internacional. Por otro lado, la mayor parte de las grandes riquezas mineras: petróleo, cobre, plomo, hierro, bauxita, estaño, plata, nitrato, se encuentra explotada por compañías extranjeras. Si una historia análoga y una organización similar de los asentamientos, han dotado al territorio de una unidad cultural evidente, los intentos de unificación e integración económica han obtenido hasta ahora escasos resultados. La fragmentación a nivel político y regional es notable. Fragmentación que la convierte en más vulnerable frente a la gran potencia económica estadounidense. El primer intento integrador de América Latina fue promovido sin éxito en 1826 por Simón Bolívar. Un segundo intento, a finales del siglo XIX, fue impulsado por Estados Unidos (Primera Conferencia Panamericana, 1888), con el fin de crear una unión aduanera

404

AMÉRICA LATINA: PROBLEMAS DE DESARROLLO EN UN GRAN ESPACIO CON FUERTE DEPENDENCIA ECONÓMICA

que facilitase la introducción del comercio norteamericano y el control del mercado latinoamericano. A partir de entonces, y a lo largo de la primera mitad del XX, se llevó a cabo una política de inversiones por parte de Estados Unidos y una progresiva implantación del dominio económico («diplomacia del dólar»), sobre todo en el territorio de América Central, acompañado la mayoría de las veces de un control político y militar en todo el área, con la justificación de la necesidad de una estabilidad necesaria para su propio país. Es la época de Roosevelt y la política del big stick. Al mismo tiempo, se conseguía debilitar el dominio económico de los países europeos en América Latina. En 1948 la Conferencia Panamericana pasó a ser la Organización de Estados Americanos (OEA), utilizada para proteger los intereses económicos estadounidenses en territorio latinoamericano. A partir de la segunda mitad del XX surgen diversas organizaciones y alianzas económicas, para lograr la integración regional y fomentar el mercado interno. Es el caso, entre otras: a) El Mercado Común Centroamericano (MCCA) creado en 1960 tras la firma del Tratado General de Integración de América Central, está integrado por Guatemala, Honduras, Nicaragua y El Salvador y, desde 1963, también Costa Rica. Favoreció el intercambio interregional, otorgó importantes incentivos fiscales a la industria y logró un arancel externo común. Alcanzó importantes avances durante la década de los sesenta y setenta, pero a partir de finales de los setenta la creciente crisis de la deuda y las tensiones políticas frenaron su desarrollo. b) El Pacto Andino, creado en 1969 y relanzado en 1996 con el nombre de Comunidad Andina por el Acuerdo de Cartagena de Indias. Integrado por Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela. En 2006 se retira Venezuela y Chile se reincorpora como miembro reconocido. Tiene como principal objetivo la unión arancelaria, la constitución de las políticas económicas y la integración regional económica y social. Las divergencias políticas de sus componentes han supuesto un importante obstáculo para su desarrollo. c) El Mercado Común y Comunidad del Caribe (CARICOM), creada en 1973 con la firma del Tratado de Chaguaramas. Actualmente está constituido por Barbados, Guyana, Jamaica, Trinidad y Tobago, Bahamas, Belice, Haití, Granada, Montserrat, Santa Lucía, San Vicente, Antigua y San Cris-

405


tóbal Nevis. Se persigue la integración económica de la región del Caribe, para lo cual se dictaron políticas comunes respecto al comercio exterior, finanzas y proyectos de desarrollo. Los grandes contrastes económicos y políticos de los países miembros han dificultado su evolución. d) La Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), creada en 1980, sucesora de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) que fue fundada en 1960 (Tratado de Montevideo). Constituida por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Paraguay, Perú, Uruguay, Cuba y Venezuela. Favoreció la expansión del sector manufacturero mediante el acceso a nuevos mercados y el crecimiento del comercio interregional. Se eliminaron barreras comerciales y se establecieron aranceles especiales para aquellos productos originados en los países miembros y tiene una destacada proyección exterior, con acuerdos tanto de países latinoamericanos como con países de otros continentes. e) El Mercado Común del Sur (Mercosur), activo desde 1991. Es una alianza económica para la libre circulación de bienes y servicios entre Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, siendo Chile y Bolivia miembros asociados. En 2006 se firma el protocolo de adhesión de Venezuela. En un territorio marcado por las desigualdades sociales, se han sumado el grave endeudamiento y la dependencia económica del exterior. El liberalismo económico seguido en la década de los ochenta no favoreció la solución de los problemas sociales más pronunciados. Este hecho ha llevado consigo la separación, cada vez mayor, entre la clase política y la población, lo que está repercutiendo en la estabilidad de muchos países. 2.

2.1.

EL MEDIO NATURAL: UN ESPACIO DE GRANDES CONTRASTES FÍSICOS Grandes unidades morfoestructurales

Las principales formas de relieve son reflejo de las distintas fuerzas que han actuado en las diversas épocas geológicas. De norte a sur, de México al Cono Sur pasando a través de América Central y del Caribe, podemos distinguir en el territorio latinoamericano los siguientes rasgos estructurales (Figura V.1).

406


tal ien Or adre an Sierra M ic ex ov M Ne ral lera ent Cordil ental id ta C Occ Mese adre ra M Sier

MAR DE LOS SARGAZOS

Golfo de México

Trópico de Cáncer

a De pres

20b

ión de Balsas c á n i ca S i e r ra Madre

del Sur

MAR CARIBE

L l a n o s de l O

ol

rin

oc

o

ESCU

E DO D

U AY LAS G

C O

N LLA

URA

ANAS

DEL

Ecuador 0b A

ZO MA

NAS E

S

R

C

U

D

D

O

IL

L

B

E

OCÉANO PACÍFICO

R

R

A

S

A

I

L

E

D

Ñ

O

E

LO S an

Ch

Trópico de Capricorni o

Gr

AN DE S

ac

o

20b

OCÉANO ATLÁNTICO

Cuenca del río de la Plata

MESETA DE

40b

PATAGONIA

0

Zócalo precámbrico

500

1.000

1.500 Km

© UNED

Zócalo recubierto de sedimentos antiguos, principalmente del paleozoico y mesozoico Plegamiento alpino Meseta volcánica Cuencas y llanuras sedimentarias Volcanes Alineaciones montañosas

120b

100b

80b

60b

40b

20b

0b

Fig. V.1. Principales unidades morfoestructurales de América Latina

407


2.1.1.

México y América Central

La región central y septentrional de México está caracterizada por la existencia de una gran meseta, la Meseta Central Mexicana, flanqueada por dos cadenas montañosas: la Sierra Madre Occidental y la Sierra Madre Oriental. Este relieve es una prolongación de las cadenas montañosas norteamericanas, que se extienden desde Canadá hasta los 20º N (istmo de Tehuantepec). Unas amplias llanuras litorales, más abiertas en la zona del Caribe que en la del Pacífico, bordean esta región. La Sierra Madre Occidental, de origen terciario (Cenozoico medio) es continuación de la Sierra Nevada estadounidense. Se extiende a lo largo de la costa pacífica, entre la Meseta Central y la llanura litoral del noroeste, con una escasa amplitud que apenas supera los 400 km, una longitud de más de 2.000 km y una altitud media de 2.250 m. Está compuesta por rocas cristalinas plegadas sucesivamente y ha sido afectada por movimientos orogénicos que provocaron la aparición de fracturas y fallas. La región se encuentra cubierta, en una gran parte, por materiales volcánicos. Presenta un carácter más abrupto, escarpado y macizo que la región oriental. La Sierra Madre Oriental, de formación geológica más antigua que la occidental, formada desde finales del Mesozoico hasta principios del Cenozoico, es la prolongación de las Montañas Rocosas norteamericanas. Está constituida por rocas calizas y predominan los terrenos sedimentarios del Jurásico y Cretácico. Con una altitud media de 2.200 m y una longitud de 1.350 km, presenta grandes escarpes en la vertiente que accede al Golfo de México, mientras que en el sector occidental se desarrollan una serie de bloques o terrazas. Ambas cadenas montañosas, Sierra Madre Occidental y Oriental, discurren paralelas a la línea de la costa y se unen en la región meridional de México donde se reduce su altura (240 m), para separarse al traspasar el istmo de Tehuantepec en dos bandas: una de ellas de gran actividad volcánica atraviesa Centroamérica y se conecta con la cordillera de los Andes; y otra desaparece bajo el mar y vuelve a aparecer en el arco antillano (en la isla de Caimán, en el sudeste de Cuba, en Puerto Rico e Islas Vírgenes). La Meseta Central Mexicana (o altiplano mexicano) está formada por sedimentos eólicos y volcánicos. Con una inclinación suroeste-noreste posee

408


una altura media de 1.000 m y su sector más ancho no supera los 500 km. El área septentrional de la Meseta es menos elevada y se encuentra compartimentada por montañas y sierras de origen volcánico, que discurren de forma paralela y perpendicular. Desde los 22º N se extiende el área central de la Meseta, compuesta de sedimentos volcánicos y con una altitud que supera los 2.000 m. En el sur, la Meseta limita con la Cordillera Neovolcánica (desde las islas Revillagigedo hasta el estado de Veracruz), eje volcánico transversal de disposición este-oeste, y donde se localizan las mayores elevaciones del país: el Popocatépetl (5.450 m), el Pico de Orizaba (5.700 m), la Malinche (4.400 m), el Iztaccíhuat (5.300 m), el Nevado de Toluca (4.600 m). La Depresión de Balsas separa la cordillera Neovolcánica de la Sierra Madre del Sur, zona tectónicamente activa, que se extiende desde Jalisco y Colima hasta Chiapas. Con alturas que superan los 2.500 m de altitud, constituye el sistema montañoso más reciente de México En cuanto a los tipos de suelos de la región mexicana, el sector septentrional presenta suelos pardos y castaños, característicos de las áreas desérticas, mientras que el sector meridional presenta unos suelos lateríticos y porosos que se extienden a lo largo de la costa del Pacífico. Al norte de Yucatán son característicos los suelos rojos (terra rossa) y amarillos típicos de las áreas de clima subtropical. El relieve de la región de América Central, región eminentemente volcánica, está caracterizado por la existencia de una serie de mesetas y montañas con clara orientación oeste-este, al igual que la Sierra Madre del Sur. Debido a las características topográficas y climáticas diversas, la región de América Central presenta unos suelos lateríticos en el área continental, mientras que en el sector más meridional son característicos los suelos volcánicos. Desde el Cabo de San Antonio (Cuba) hasta la isla de Aruba (golfo de Venezuela), se extiende el denominado Arco antillano, caracterizado por la inestabilidad tectónica y la gran actividad volcánica. Está dividido en tres unidades: las Antillas Mayores, Cuba, Jamaica, La Española (República Dominicana y Haití) y Puerto Rico, ordenadas de este a oeste; en el área oriental del arco y ordenadas de norte a sur, desde Puerto Rico hasta el litoral venezolano, las Antillas Menores o Pequeñas Antillas, compuestas por una

409


serie de diminutas islas (Islas Vírgenes, Anguilla, San Cristobal y Nevís, Antigua y Barbuda, Montserrat, Guadalupe, Dominica, Martinica, Santa Lucía...); y las Antillas Venezolanas y Holandesas, desde Trinidad hasta Aruba. 2.1.2.

América del Sur

En América del Sur, de este a oeste, se diferencian tres grandes unidades morfoestructurales: UÊ ÊÃÊEscudos o macizos antiguos, compuestos por rocas precámbricas metamórficas e ígneas, en el sector oriental. UÊ Ê>ÃÊLLanuras interiores. Grandes cuencas recubiertas por sedimentos paleozoicos, mesozoicos y cenozoicos, en el sector central. UÊ Ê>ÊCordillera andina, en el sector occidental. 2.1.2.1.

Los Escudos

En las regiones orientales podemos distinguir una serie de mesetas y montañas erosionadas, constituidas por rocas metamórficas precámbricas cristalinas y sedimentos paleozoicos: el Escudo brasileño y el Escudo de las Guayanas, separados entre sí por la Gran Cuenca del Amazonas. Al sur la Meseta de Patagonia. El Escudo brasileño es un macizo de forma triangular, de amplia superficie y donde se localiza la actividad humana y económica de Brasil. Está constituido por viejas rocas del precámbrico arrasadas, cristalinas y metamórficas, que afloran a la superficie en algunos sectores, y recubiertas por capas sedimentarias, entre las que destacan las calizas y areniscas. Con una altura media de 1.300 m, presenta elevaciones montañosas en la zona oriental, en los sectores norte y sur, que actuaron de barrera de penetración durante la colonización portuguesa, y desciende hasta los 400 m en las inmediaciones del río Amazonas. Bascula suavemente hacia el oeste y forma en el litoral Atlántico, en el sureste, una cadena montañosa (Sierra del Mar). Este reborde montañoso de la zona oriental se aleja de la costa hasta distancias que alcanzan los 250 km en el área septentrional. Sin embargo, en su sector meridional se encuentra próximo al mar, y es en este sector, de

410


composición cristalina, donde por efecto de la descomposición química favorecida por las características del clima cálido y húmedo, se forman los denominados «panes de azúcar». En el interior, la erosión ha modelado el relieve que presenta la forma de una penillanura recubierta de sedimentos paleozoicos, donde afloran las rocas cristalinas y donde se destacan abruptas laderas. Esta forma de relieve tabular, con una altitud media inferior a 1.000 m recibe el nombre de chapadas. Más hacia el sureste, las intrusiones basálticas resistentes a la erosión han dado lugar a la formación de un relieve de cornisas y cuestas, que en las sierras de Botucatu y Geral, alcanzan su máximo exponente. Los suelos son pobres y en ellos se asienta una población dispersa que practica la cría de ganado extensiva. En el sector meridional del macizo brasileño, los suelos son más ricos, al ser atravesado por cuencas fluviales, y sobre el que se extienden las grandes plantaciones de cultivo del café. Posee abundantes riquezas minerales: oro, bauxita y diamantes. El descubrimiento de yacimientos de metales preciosos a finales del siglo XVII en Minas Gerais, aceleró el proceso de poblamiento de esta región. El Escudo de las Guayanas, de menores dimensiones que el anterior, se localiza al norte de la depresión del Amazonas que actúa de separación con el escudo brasileño. Tanto en su origen como en morfología posee similares características: se trata de una formación antigua de base precámbrica y constituida por rocas cristalinas, granitos y gneis recubiertos de arcillas rojas lateríticas, de areniscas y finas capas de pizarra. Fue afectado por la orogenia andina y, por efecto de la erosión, se ha transformado en una planicie. Con una clara basculación hacia el este (900 m al oeste y 180 m en la parte oriental), presenta un relieve tabular, con laderas abruptas y escarpadas, sobre todo en el sector central y meridional. Los afluentes del Orinoco han formado profundos valles. Las formas de relieve son más suaves en el sector septentrional y más escarpadas al sur donde se encuentran las mayores altitudes: monte Roraima (2.809 m), Auyán Tepui (2.953 m), Marahuaca (2.579 m); y al igual que el anterior, las riquezas mineras más importantes son oro, bauxita y diamantes. La Meseta de Patagonia está constituido por una sucesión de mesetas despobladas, con alturas que oscilan entre los 200 y los 1.300 m en el piedemonte andino; ofrece, de este a oeste, una forma escalonada, más elevada

411


en el sector occidental. Afectado por levantamientos y fracturas, presenta una superficie irregular y accidentada, con la presencia de planicies, cuencas y valles profundos como el Negro, el Chubut, el Deseado y el Chico. Actualmente se encuentra cubierto por rocas volcánicas (basaltos). 2.1.2.2.

Las Cuencas sedimentarias

Las Cuencas sedimentarias son grandes extensiones localizadas entre los macizos orientales y las cordilleras andinas occidentales y están recorridas por ríos caudalosos. Sobre una base precámbrica están colmatadas por sedimentos terciarios y cuaternarios y constituyen las cuencas de grandes ríos. En algunos lugares las capas sedimentarias superan los 4.000 m. Entre las llanuras interiores, se pueden citar de norte a sur: Los Llanos del Orinoco, la LLanura del Amazonas y las LLanuras del Chaco y la Pampa, por donde discurren los ríos del sistema del Plata (Paraná y Paraguay). Al norte, los Llanos del Orinoco ocupan una extensión de 600.000 km2, localizados entre los Andes septentrionales y el macizo de las Guayanas (Colombia y Venezuela). Son formaciones de sedimentos aluviales y cuaternarios depositados sobre rocas del Cretácico y Terciario. De relieve plano se inclinan levemente desde la cordillera andina y del Caribe hacia el río y delta del Orinoco. La sección occidental presenta un relieve tabular de grandes valles fluviales y forma un paisaje de terrazas, mientras que el sector septentrional desciende suavemente hacia el mar (delta del Orinoco). El río Orinoco nace en el cerro Carlos Delgado Chalbaud (Venezuela), a 1.047 m sobre el nivel del mar, discurre por Colombia y Venezuela en su mayor parte a través de una topografía llana, pero con numerosos saltos y rápidos que dificulta su navegación, y desemboca en el Océano Atlántico. Posee una longitud de 2.400 kilómetros y en su sistema fluvial destacan, en su margen derecha, los ríos que proceden del macizo de las Guayanas y los que proceden de los Llanos, en su margen izquierda. Se comunica con la cuenca del Amazonas a través de los ríos Casiquiare y Negro. El asentamiento de la población se ha visto dificultado por las inundaciones periódicas a las que se ve sometido por las crecidas del Orinoco (dos periodos pluviométricos de mayo a septiembre y de noviembre a febrero). Sin embargo, las ciudades de Ciudad Bolívar y Ciudad Guayana (Venezue-

412


la), que se encuentran en sus orillas, registraron un incremento a partir del descubrimiento de petróleo bituminoso en la región. Los yacimientos de petróleo junto a la explotación de hierro y bauxita y el aprovechamiento hidroeléctrico de sus saltos de agua han permitido un aumento de los índices de ocupación en sus márgenes. La Llanura del Amazonas es una inmensa cubeta, 7 millones de km2, que se extiende entre el océano Atlántico y los Andes a lo largo de más de 3.200 km, a través de los estados de Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. Se encuentra limitada por el macizo de las Guayanas, los Andes y el escudo brasileño. Formada por capas sedimentarias de origen marino y fluvial, posee una escasa altitud (menos de 300 m sobre el nivel del mar). Los suelos característicos de esta región tropical son los latosoles o ferralíticos, amarillos y rojos por su alta concentración de hidróxidos de hierro. Los vientos alisios procedentes del Océano Atlántico, cálidos y húmedos, penetran hacia el interior, mientras que, sin embargo, los vientos húmedos procedentes del Pacífico no pueden ejercer su influencia por la actuación de barrera que ejerce la cordillera andina. El río Amazonas, por su superficie de más de siete millones de kilómetros cuadrados (7.050.000 km2), su longitud de 6.280 kilómetros y su enorme caudal (100.000 m3/seg, que en la desembocadura puede llegar a los 200.000), conforma la mayor cuenca hidrográfica del mundo. Nace en la laguna de Lauricocha (Perú), donde se le conoce como Marañón (marañones se llamaba a los proscritos españoles que vivían en la maraña de la selva) a 4.500 m de altitud y desciende lentamente hasta su desembocadura donde se subdivide en varios brazos (furos). La Llanura de la Pampa de gran riqueza agrícola y ganadera, forma, junto a la región del Chaco, una sola unidad estructural. La vegetación natural y las características climáticas son las que ofrecen una singularidad propia. Con una extensión de más de 600.000 km2, se pueden distinguir la pampa ondulada, la pampa deprimida, la pampa interserrana y la pampa occidental. Está caracterizada por unos suelos arcillosos y arenosos y un clima templado, con una clara variación en la intensidad de lluvias de este a oeste. Desde mediados del siglo XIX esta región posee una elevada densidad de población y conforma una importante área productiva. Este crecimiento se debió a la conjunción de varios factores: el fácil acceso al Atlántico por el estuario del río de la Plata, la construcción de líneas ferroviarias, una gran

413


corriente migratoria procedente de Europa, y la explotación de grandes superficies de tierra orientada hacia la producción de carne destinada al mercado externo. El sistema del río de la Plata posee una superficie de 3.140.000 km2 y recorre los territorios de Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay, desde el altiplano boliviano-peruano hasta el océano Atlántico y desde la Chapada dos Parecis en Brasil, hasta el Atlántico, a lo largo de 4.700 kilómetros. Ciudades como Buenos Aires se localizan en sus bordes y a partir de mediados del XIX se registra un importante proceso de ocupación humana en los márgenes de los ríos de la cuenca (Paraná, Paraguay y Uruguay) y concentra a un gran número de ciudades como Montevideo, Rosario, Santa Fe, Corrientes, Resistencia, Posadas, Asunción y Encarnación, entre otras. 2.1.2.3.

La Cordillera de los Andes

El área occidental de América del Sur está ocupada por el sistema andino que, con una altitud media superior a los 3.500 m (punto más alto el Aconcagua con 6.980 metros), se extiende de norte a sur, a lo largo de más de 7.000 km, por el litoral pacífico desde el Mar Caribe hasta el Cabo de Hornos, en la punta de Tierra del Fuego, desde los 4/5º latitud norte hasta los 40º en el hemisferio sur, constituyendo la cadena montañosa más larga del mundo. Posee una anchura media de 300 km, aunque con grandes desigualdades: en los sectores septentrional y meridional su amplitud no supera los 100 km y en el sector central sobrepasa los 800 km (amplitud máxima: 850 km en Bolivia y mínima en Chile: 40 km). No constituye una cordillera homogénea y, según la influencia de factores como la altitud, amplitud y efecto de las corrientes marinas, se distribuyen los distintos tipos de climas y hábitats naturales que conforman el territorio andino. Así, el sector de la vertiente oriental es más húmedo y continuo, mientras que la vertiente occidental es más variada y presenta una diversidad en función de la latitud. La influencia de las corrientes marinas se refleja en un clima más húmedo en el área litoral septentrional, más seco a medida que se desciende en latitud y vuelve a ser húmedo en el área austral. Los Andes forman parte del cordón circumpacífico, con estrechas llanuras litorales al oeste, mientras que en su parte oriental descienden, en for-

414


maciones de terrazas y mesetas, hacia las cuencas aluviales más bajas. Poseen grandes riquezas mineras: oro (Colombia, Venezuela, Perú y Ecuador), cobre (Andes occidentales peruanos), estaño y bismuto (Bolivia), platino (cordillera occidental colombiana), vanadio (Perú). En la región de los Andes encontramos desde suelos lateríticos hasta esteparios de montañas, dependiendo de la altitud, latitud y las características climáticas. En la cordillera andina se pueden diferenciar tres secciones: septentrional, central y meridional, diferenciados por sus peculiares características físicas y humanas: Los Andes septentrionales. Atraviesan Venezuela, Colombia y Ecuador. Característica de esta sección es la existencia de varias cordilleras (cordillera occidental, central y oriental) separadas por fracturas y depresiones, denominadas hoyas. La cordillera central es la más abrupta y de mayores altitudes, con una altitud media de 3.000 m (Nevado del Tolima, 5.150 m). Se trata pues de cadenas separadas por los valles de los ríos Magdalena y Cauca en Colombia y Venezuela que convergen en el nudo de Pasto (Colombia). Este sector del sistema andino presenta una mayor humedad relativa y una estacionalidad climática poco marcada. Los Andes centrales o peruanos. Se extienden desde el sur de Ecuador hasta el norte de Chile y Argentina, atravesando Bolivia y Perú. Se presentan como una gran elevación a lo largo de 1.300 km y con altitudes que alcanzan los 6.000 m. De morfología variada posee grandes altitudes, profundos valles y altiplanicies de extensión diversa. Desde el Cerro de Pasco (Perú) hasta el Nudo de Vilcanota (Bolivia), se distinguen dos grandes cordilleras: la cordillera oriental y la cordillera occidental (la cordillera Real, de los Frailes y de López al este, y la de Cochabamba y Misiones al oeste), entre las que se encuentra una gran meseta, donde se localiza el Lago Titicaca, uno de los mayores lagos del mundo de agua dulce (8.300 km2). En esta sección del sistema andino se distingue la gran altiplanicie peruano-boliviana, denominada el «altiplano», con alturas superiores a los 4.000 m, y que está formado por una serie de serranías y mesetas. Este sector de la cordillera andina ha sido el asentamiento de las primeras civilizaciones incaicas, de la colonización española y donde actualmente se desarrolla la actividad económica de la región. Posee mayores contrastes

415


climáticos y destaca la marcada diferencia entre la vertiente oriental, más húmeda, y la vertiente occidental árida. Los Andes meridionales. Se extienden, entre Argentina y Chile, a lo largo de 4.000 km, desde los 18º hasta cerca de los 55º de latitud Sur, con unas altitudes que superan los 6.000 m (Aconcagua, 6.959 m) en el sector central. Debido a la acción de los glaciares, presentan grandes fallas en sentido longitudinal y transversal. En este sector, las grandes altitudes y la existencia de varias cadenas paralelas, que discurren de forma discontinua, han dificultado la comunicación entre oriente y occidente, que sólo ha sido posible por la existencia de pasos muy elevados, como los de la Cumbre, Pehuenche o Pino Hachado. En este sector de los Andes se puede establecer una diferencia entre los Andes áridos, formado por la elevada cordillera Principal y caracterizados por la aridez, y los Andes patagónicos, más húmedos. Poseen gran cantidad de recursos hídricos y minerales, así como importantes asentamientos de población. 2.2.

Distribución de las temperaturas y las precipitaciones: los grandes dominios bioclimáticos

Si la distribución de la vegetación natural es resultado de la combinación de factores como la temperatura, las condiciones edáficas, el drenaje y la altitud, la diversidad climática está determinada por factores geográficos (corrientes marinas, orientación y altitud del relieve), atmosféricos (masas de aire, presión atmosférica, vientos), éstos determinados por la latitud. Es, sobre todo, la gran extensión latitudinal y la disposición y altitud del relieve los factores que explican la existencia de una gama de climas que van desde el ecuatorial, cálido y húmedo, de la Amazonia hasta el árido, cálido y seco, del desierto de Atacama (Atlas Histórico y Geográfico Universitario, UNED, mapas IX.61 y 62). Así, la latitud determina diferentes zonas climáticas. Situada más de las tres cuartas partes de su territorio en latitudes tropicales, en América Latina predomina el clima cálido. Las temperaturas medias anuales generalmente elevadas (+20ºC), abundantes precipitaciones, y una pequeña oscilación anual de temperaturas (diferencia entre el mes más cálido y más frío) en torno a 1ºC, explican que el cambio de estaciones sea apenas imperceptible en este dominio. Fuera de las latitudes tropicales, al sur de Paraguay y nor-

416


te de México, aumentan las oscilaciones anuales de temperatura y se presentan los climas templados. América Latina se encuentra afectada por diferentes corrientes marinas: las corrientes marinas cálidas, del Ecuador al polo, calientan la superficie del agua de los océanos, mientras que las frías, del polo al Ecuador las enfrían. — En la costa atlántica, Ê

UÊ ` Ê >Ê>ÃÊVÀÀiÌiÃÊiVÕ>ÌÀ>iÃÊV?`>ÃÊ>ÃÌ>ÊÃÊÎn¨ÊìÊ>ÌÌÕ`Ê (corriente de Brasil, las Guyanas y el Caribe, derivadas de la corriente ecuatorial), y

Ê

UÊ Ö Ê V>iÌiÊiÊÃiVÌÀÊ?ÃÊiÀ`>Ê>ÕÃÌÀ>®ÊìÊÌÀ>Ê>À}iÌÊ recibe la influencia de una corriente fría (Falkland).

— En el océano Pacífico, Ê

UÊ Ê>ÊVÀÀiÌiÊvÀ>ÊìÊÕL`ÌÊ`>ÊÕ>Ê}À>Ê«>ÀÌiÊìÊ>ÊVÃÌ>Ê sudamericana, en el litoral chileno peruano, desde los 38º de latitud sur hasta Cabo Blanco (4º de latitud sur);

Ê

UÊ Ê>ÊÀÌi]Ê>ÊVÀÀiÌiÊvÀ>ÊìÊ >vÀ>Ê>VÌÖ>ÊÃLÀiÊiÊÌÀ>ÊìÊ>Ê Península de baja California, en el área septentrional de México.

Ê

UÊ Ê ÌÀiÊ>L>ÃÊÃiÊÃÌÖ>Ê>ÊVÀÀiÌiÊV?`>ÊiVÕ>ÌÀ>ÊµÕiÊÃÊiiÀViÊ su influencia hasta los 15º S).

La diferente acción de las corrientes, predominantemente frías en el Pacífico y cálidas en el Atlántico, en ambas costas, explica que, a similar latitud, se den situaciones muy diversas en ambos litorales. Por otro lado, debido a la altitud y la disposición meridiana del conjunto andino se establece una clara diferencia en sus laderas según la distinta orientación a los vientos dominantes. Así, mientras que en la zona cálida las vertientes de barlovento son las orientales (vientos del Este), en la zona templada son las vertientes occidentales las que reciben las mayores precipitaciones en función de los vientos del Oeste (westerlies). La actuación de barrera a los vientos húmedos propicia, por un lado, las fuertes precipitaciones en las vertientes occidentales, situadas a barlovento, y, por otro, la formación de grandes desiertos interiores, como el de la Puna de Atacama, en regiones situadas a sotavento.

417


2.2.1.

Los grandes dominios bioclimáticos

Podemos distinguir los siguientes dominios bioclimáticos (Figura V.2).


P mm 320 300 280

Temperatura media anual: 28 bC Total anual de precipitaciones: 1.303 mm

260

T bC

P mm

240

240

220

220

200

200

180

180

160

160

140

140

140

120

120

120

100

100

80


P mm

100

80

80

30

60

30

60

30

60

20

40

20

40

20

40

10

20

10

20

10

0

0

0

0

0

20 0




MANAUS (Brasil)

CALABOZO (Venezuela)

MONTERREY (México)

1

2

3


P mm 120 100


80

Temperatura media anual: 20 bC Total anual de precipitaciones: 40 mm

P mm

T bC

P mm

30

60

60

30

60

20

40

20

40

20

40

10

20

10

20

10

0

0

0

0

0 E F M A M J J A S O N D BUENOS AIRES (Argentina)

20 0



PUNTA ARENAS (Chile)

LIMA (Perú)

5

6

4 1 Ecuatorial

4 Subtropical de veranos lluviosos

2 Tropical

5 Oceánico

3 Tropical semiárido

6 Desértico y subdesértico

Fig. V.2. Características de los grandes dominios climáticos

2.2.1.1.

Un extenso dominio tropical húmedo

El área tropical ocupa gran parte de América Latina. El régimen térmico tropical está caracterizado por su regularidad: elevadas temperaturas medias en las superficies situadas por debajo de los 900 metros de altitud (25º/30ºC), escasa amplitud térmica anual y más importantes os-

418


cilaciones diurnas. Las variaciones térmicas están determinadas por factores como la mayor o menor cercanía al litoral o la altitud, mientras que la distribución de las precipitaciones es la que marca una cierta estacionalidad. a) El dominio ecuatorial, cálido y húmedo, está caracterizado por unas altas y constantes temperaturas (superiores a 25ºC), que no varían más de 2ºC, y un volumen de precipitaciones muy elevado y regular (+ 2.500 mm anuales). Se extiende a ambos lados del Ecuador, ocupando la Amazonia, la costa pacífica de Colombia y Ecuador, una franja en el litoral sudoriental de Brasil, así como la región de Tierras Bajas de América Central y las islas caribeñas. Áreas donde se acusa la influencia húmeda procedente de la acción de los vientos alisios. La vegetación característica es la selva densa, bosque pluvial siempre verde constituido por una formación compacta de árboles de hoja perenne, arbustos, epífitas y lianas, estructurados en estratos que pueden rebasar los 30 metros de altura. Sin embargo, la selva amazónica no es una formación homogénea y se puede distinguir — la selva de igapos característica de los bordes de los ríos de suelos húmedos y pantanosos, — la selva de varzea que se desarrolla sobre suelos inundables una vez al año, y — la selva de tierra firme sobre las bajas mesetas y en suelos no inundados. b) Al norte y sur del área ecuatorial se pasa progresivamente al dominio del clima tropical con estación seca (de sabana o sudanés). Con dos estaciones, una lluviosa y otra seca, está caracterizado por unas elevadas temperaturas, pero con unas diferencias en el volumen de precipitaciones, que dan lugar a áreas con estación seca más marcada. Las precipitaciones disminuyen y su concentración en una estación lo diferencian del clima ecuatorial. Se localiza en el litoral del Pacífico de México, América Central y una franja costera en Ecuador; el Caribe; la planicie atlántica de Colombia, Venezuela y la región central y occidental de Brasil. Al disminuir la humedad, y por debajo del umbral de los 2.000 mm anuales de precipitación, el bosque denso va degradándose y se desarrolla una vegetación caracterizada por las formaciones vegetales mixtas, compuestas

419


de árboles y gramíneas: las sabanas. Cuando la estación seca es más marcada y larga, la formación vegetal se degrada en estepa. Así y dependiendo del nivel de humedad se desarrollan variadas formas de degradación de la selva densa: el bosque caducifolio, formación boscosa característica de extensas superficies de América Central y México y en algunos territorios del norte y centro de América del Sur; y la vegetación de gramíneas con algunos árboles dispersos, que se extiende en el área central y septentrional de América del Sur. Podemos distinguir tres tipos de sabanas según la densidad arbórea: — sabana arbolada, cuando la superficie arbórea es más densa y ocupa entre el 15 y el 40% de la superficie, — sabana herbácea o de «campos cerrados», cuando aparecen árboles dispersos, y — sabana espinosa o de «campos limpios», cuando hay ausencia de árboles y arbustos. En las áreas llanas predomina la sabana herbácea, y en las áreas de meseta y sobre las chapadas se desarrolla la sabana espinosa. En la Llanura del Amazonas, las inundaciones periódicas dan lugar a la formación de una peculiar vegetación, los bosques de igapos y la varzea (vegetación que permanece sumergida en la época de lluvias). Los bosques de tierra firme, se consolidan en terrenos de arenas y arcillas localizados a un nivel superior al nivel de las aguas de los ríos. Debido a la existencia de lagunas litorales y a los grandes sistemas fluviales en el territorio de América Latina, se desarrollan extensas áreas de manglares, vegetación tropical constituida por arbustos adaptados al agua salina y de gran importancia para mantener el equilibrio ecológico de las áreas costeras y proporciona los nutrientes necesarios para el desarrollo de especies animales y vegetales. Aunque menos representativos que en el continente africano, ocupan grandes extensiones (cerca de seis millones de hectáreas) en países como Brasil, México, Panamá, Colombia, Cuba y Venezuela. 2.2.1.2.

Dominio templado

Los climas templados ocupan en América Latina un espacio mucho más reducido, al sur del trópico de Capricornio. Se distingue un clima subtropi-

420


cal húmedo, templado y lluvioso, en el área meridional de Brasil (estados de São Paulo, Paraná, Santa Catarina, Río Grande del Sur), Uruguay y región de las pampas en Argentina. Es el área de la pampa húmeda, paisaje desprovisto de árboles donde se desarrolla una vegetación de pradera subtropical, que se ralea hacia el interior a medida que aumenta la aridez. La región presenta una gran actividad agrícola y ganadera. El área central de Chile está dominada por el clima mediterráneo, caracterizado por temperaturas moderadas y escasas precipitaciones, es característica la vegetación mediterránea de matorral bajo y maquis. En el valle central se cultiva la vid y frutales y constituye la región más desarrollada social y económica del país. En el área meridional del litoral del Pacífico, desde el río Bio-Bío hasta la Patagonia, se extiende el clima oceánico templado, con precipitaciones anuales superiores a los 2.000 mm y una densa vegetación forestal (bosque de araucarias), que constituye una importante reserva maderera. 2.2.1.3.

Dominio árido

Localizado a lo largo de una banda que se extiende desde la costa de Perú y Chile hasta la Patagonia, atraviesa la mitad occidental de Bolivia y el centro y noroeste de Argentina, denominada diagonal semiárida. Pasa de un desierto templado continental (desierto de Patagonia) a un desierto cálido subtropical interior (Gran Chaco) hasta un desierto cálido costero (desierto de Atacama), donde alcanza su mayor intensidad. Esta diagonal árida, de más de 3.700 km de longitud, está caracterizada por el monte xerófilo o una escasa vegetación de tipo estepario. En las mesetas septentrionales de México domina un clima árido, con oscilaciones térmicas anuales superiores a los 10ºC y escasas precipitaciones, que en algunas ocasiones no sobrepasan los 100 mm anuales. La vegetación característica son los cactus y yucas. En esta región, los ríos procedentes de la Sierra Madre Occidental y que discurren hacia el océano Pacífico, han permitido la introducción del regadío y la expansión de una importante agricultura comercial. En el área seca nororiental de Brasil, en el espacio situado entre el litoral húmedo del sureste y la Amazonia, se acentúan las condiciones de aridez y

421


se desarrolla una formación vegetal de especies xerófitas, denominada la caatinga. Otras áreas climáticas áridas se localizan en el litoral septentrional de Venezuela y en el área costera de Ecuador y Chile. 2.2.1.4.

Escalonamiento climático de los Andes

Mención aparte merece la variedad climática que ofrece la cordillera andina, en función de la latitud y altitud. Su orientación en el sentido de los meridianos presenta una diversidad climática de norte a sur, desde el dominio tropical al frío pasando por el dominio templado. Esta diversidad según la latitud presenta importantes modificaciones si tenemos en cuenta factores como la altitud, la distancia de la costa, la distinta disposición a los vientos (sotavento/barlovento), o la influencia de las corrientes marinas. Se registra, de modo general, una disminución de la temperatura, a una media de 6,5ºC por kilómetro. Así, si en los demás dominios, el volumen de precipitaciones era un factor fundamental para explicar las formaciones vegetales, en la cordillera andina, la temperatura, determinada por la latitud y altitud, es el principal factor que define los diferentes gradientes de la vegetación natural. Los distintos pisos térmicos altitudinales son de marcada importancia para explicar el poblamiento y la utilización de los recursos de las montañas tropicales. — En los Andes septentrionales, del bosque tropical o la sabana al bosque templado y a los páramos: a) Tierras cálidas, entre los 800 y los 1.000 m de altitud, con temperaturas medias anuales superiores a los 24ºC y precipitaciones anuales que superan los 4.000 mm. Es característico el bosque denso tropical en las regiones más bajas y donde se registran los mayores índices pluviométricos. Se practican cultivos tropicales (cacao, caña de azúcar…). En los valles y cuencas interiores de esta área es donde se registran las mayores concentraciones de población. Se localiza en la vertiente pacífica de la Cordillera Occidental. b) Tierras templadas, entre los 1.000 y 2.000 m. Se caracterizan por unas temperaturas medias anuales más bajas (entre 17º y 23ºC) y un volumen anual de precipitaciones todavía abundante (entre 1.500 y 3.000 mm). La formación vegetal característica es el bosque mixto y la sabana. Es el área donde se sitúan las grandes plantaciones de café. Como en el piso de tierras

422


cálidas, la población tiende a concentrarse en los valles y cuencas interiores. Las tierras templadas se localizan en la vertiente occidental de la Cordillera Oriental, en ambas vertientes de la Cordillera Central y en la vertiente oriental de la Cordillera Occidental. c) Tierras frías, entre los 2.000 y 3.000 m y temperaturas medias entre los 11º y los 16ºC. La vegetación característica es de gramíneas, mientras que se cultivan preferentemente cereales (trigo y cebada) y patatas. Se desarrolla en la vertiente sureste de la Cordillera Oriental y en las dos vertientes de la Cordillera Occidental. d) Tierras heladas. En altitudes superiores a los 3.000 m y con temperaturas medias inferiores a los 10ºC, se extiende el páramo. Las precipitaciones son escasas (600 y 800 mm anuales). Se extiende en la cordillera central, que es la que posee mayores altitudes. En los suelos pobres la vegetación característica son las turberas, musgos y líquenes, mientras que en aquellas áreas con mejores condiciones edáficas se extiende el bosque bajo de bambúes. (Es el área de los pastos, pajas y «tolas»). Por encima de los 4.500 m, dominio de los glaciares, no hay posibilidad de vegetación y la nieve es constante. En los Andes centrales al sur del Ecuador, la cordillera occidental registra la alternancia de estaciones secas y húmedas característica del dominio tropical y además el volumen de precipitaciones varía con la altitud. En la cordillera oriental las precipitaciones son mayores, las hoyas de la fosa media situada entre ambas cordilleras a una altitud media de 2.500 m presentan una mayor aridez y la vegetación característica son los bambúes enanos y queñuas. Según la altitud y la orientación de las vertientes se distinguen varios pisos: a) Entre los 500/1.000 y 2.000 m. En el litoral de la vertiente occidental, desde el sur de Ecuador hasta los 30º de latitud Sur, se atempera el clima seco tropical y predomina un clima desértico por la acción de la corriente fría de Humboldt. En las laderas orientales se desarrolla una vegetación densa de helechos y quinos (las yungas), idóneas para el cultivo de coca, café, vid y plátanos. b) Entre los 2.000 y los 3.000/3.500 m. En las laderas occidentales se desarrolla una vegetación de carácter arbustivo, mientras que en las vertien-

423


tes orientales húmedas predomina el bosque bajo y la vegetación de estepa de gramíneas (pajonales) típicas del páramo en los valles centrales. c) Por encima de los 3.000 m, en el amplio altiplano boliviano/peruano, la vegetación característica es la denominada puna, un ecosistema de pradera o estepa de altitud elevada, que se desarrolla hasta los 4.800 m. Según el volumen de precipitaciones, que oscila entre los 150 y los 1.000 mm, se diferencian tres subtipos: la puna húmeda, la seca y la desértica. En los Andes meridionales, se registra una gama climática que va desde el dominio desértico, semiárido, templado y mediterráneo hasta los dominios esteparios fríos a partir de los 44º de latitud Sur. Esta diversidad climática es alterada por la altitud y la mayor o menor cercanía al mar. Uno de los mayores problemas que experimenta el medio natural del territorio de América Latina es la fuerte deforestación, la más intensa del planeta, y con grandes impactos ambientales. Esta deforestación, que se inició en la costa atlántica, se amplió posteriormente hacia el interior del continente hasta los ecosistemas amazónicos. De este modo, desaparecieron las selvas tropicales localizadas en el litoral atlántico y de las que sólo quedan algunos reductos aislados, mientras que la caatinga del noreste de Brasil está sufriendo una degradación paulatina. Las mayores áreas deforestadas en números absolutos se localizan en América del Sur tropical, aunque en números relativos los territorios de América Central, México y Caribe, cuya deforestación comenzó ya en el siglo XIX, poseen los mayores porcentajes, con un ritmo anual de deforestación en torno al 2%. Esta intensa deforestación es debida a la utilización del bosque para uso agropecuario y para la explotación maderera, y se ve acrecentada, entre otros factores, por el continuo crecimiento demográfico y urbano, con la consiguiente y progresiva contaminación de suelos, ríos y atmósfera. Por otro lado, la sustitución de cultivos, acompañada por un sistema de cultivo más intensivo que sustituye a las técnicas tradicionales, agrava esta situación. 3.

UNA SOCIEDAD CARACTERIZADA POR LOS DESEQUILIBRIOS SOCIALES

Como ya hemos indicado, en América Latina son característicos los desequilibrios entre las sociedades arcaicas y las más desarrolladas o de desa-

424


rrollo intermedio; entre una pequeña proporción de población que sigue aumentando su nivel de vida y una gran mayoría que sigue reduciéndolo; entre zonas urbanas y rurales, lo que conlleva un crecimiento del éxodo rural. Estos desequilibrios en el desarrollo se traducen en desigualdades de las sociedades internas que se reflejan en los diferentes indicadores sociales y económicos, donde se puede observar la fuerte disparidad entre niveles de rentas y grado de desarrollo. Así, podemos hacer una primera diferenciación dentro del territorio latinoamericano entre sociedades tradicionales y sociedades de desarrollo intermedio: a) Sociedades tradicionales. Países como Haití, Nicaragua, Guatemala, Honduras, el Salvador, República Dominicana o Bolivia y Ecuador. Son sociedades predominantemente rurales, donde todavía una gran proporción de la población está ocupada en el sector agrario (superior al 30%, y en algunos casos supera el 50%). Un gran crecimiento de la población (del 2 al 3% anual), altas tasas de natalidad, altas tasas de fecundidad, altas tasas de mortalidad, sobre todo infantil, deficientes estructuras sanitarias y bajo nivel de educación, son características de estas sociedades. b) Sociedades más desarrolladas o de desarrollo intermedio. A partir de la década de los cuarenta, y por la introducción de las políticas de sustitución de importaciones, se registró un desarrollo económico de aquellos países que poseían determinados requisitos: recursos, mano de obra industrial y mercado de consumo. Es el caso de países como Brasil, México, Chile, Argentina, Colombia, Venezuela o Uruguay. El incremento del consumo impulsó, a su vez, la formación de un sector de clase media ocupada en el sector servicios (empleados y comerciantes). Se crearon polos de desarrollo industrial, y especialmente se registró un crecimiento urbano considerable. Son aquellos países más industrializados y en los que se ha registrado un crecimiento económico a lo largo del siglo XX. La población que trabaja en el sector agrario es menor, mientras que el crecimiento registrado en el sector secundario y, sobre todo, del sector terciario es notable. Mejores niveles de sanidad y educación y con características demográficas muy similares a las del mundo desarrollado: tasas de natalidad y mortalidad en continuo descenso y por lo tanto un menor índice de crecimiento, y una mayor esperanza de vida, son sus principales características. Sin embargo, dentro de esta generalización, hay que decir que no se puede hablar de sociedades homogéneas y que dentro de ellas vamos a encon-

425


trar de nuevo grandes desequilibrios: entre zonas urbanas y rurales; en el interior de las ciudades, entre distritos ricos y marginales; a escala regional, entre zonas económicamente más desarrolladas y regiones de extrema pobreza. 3.1.

Una población en crecimiento

A lo largo del proceso de conquista y colonización se establecieron nuevos asentamientos humanos en un territorio caracterizado por una densidad de población escasa y con una gran riqueza en recursos naturales, mineros y agrarios. La reducción de la población indígena registrada durante el siglo XVI fue de tal magnitud que se la ha catalogado de «catástrofe demográfica»: durante la etapa del descubrimiento se calculaba una población de 35/45 millones de personas (según Sapper, 1924), que a comienzos del siglo XVII se había reducido a 10/15 millones a causa de las epidemias, las guerras, el hambre y las catástrofes naturales. No será hasta comienzos del XVIII cuando comience a registrarse una recuperación de los efectivos demográficos. Así, a principios del siglo XIX se estimaba un volumen de población entre 15 y 19 millones. Durante el siglo XIX, época de la independencia, se detecta un gran crecimiento demográfico, duplicando su población en 50 años: de 34 millones de habitantes en 1850 a una población aproximada de 75 millones al finalizar el siglo. Incremento debido a factores como los altos índices de natalidad y una elevada corriente inmigratoria procedente de Europa. Ambos factores muy propicios en una época caracterizada por la explotación masiva de los recursos impulsada por la integración latinoamericana en el mercado mundial: leyes de fomento a la inmigración en países del Cono Sur. Aunque paulatinamente se van reduciendo las cuotas de inmigración, el elevado crecimiento vegetativo se refleja en un aumento de la población, y se vuelve a duplicar el número de habitantes durante la primera mitad del siglo XX: se pasa de los 75 millones al comenzar el siglo a los 165 millones en 1950. Hasta entonces se pudo absorber este gran aumento de población, porque estuvo acompañado de un considerable desarrollo económico. Pero el ritmo de crecimiento continuaba y a comienzos de la década de los sesenta se alcanza una tasa de crecimiento del 2,8%. Todo ello unido a la introduc-

426


ción de nuevas técnicas en los sectores económicos, a partir de la década de los setenta, permite reducir la mano de obra y comienza a detectarse una paralización económica. Es una época en la que nacen en el ámbito mundial las preocupaciones por la explosión demográfica. En 1974 se reúne en Bucarest la Conferencia Mundial de Población y se aprueba el primer Plan de Acción Mundial sobre Población (PAMP), donde se plantea la necesidad de «Armonizar las tendencias demográficas y el cambio socioeconómico» (PAMP, párrafo 69). Conferencias que han seguido reuniéndose con carácter periódico a partir de entonces: México (1984), El Cairo (1994). Se registra, a partir de la década de los setenta, una pequeña desaceleración en las tasas de crecimiento demográfico, aunque el volumen de población sigue aumentando. La población de América Latina registra un incremento de 1900 a 1950 de 90 millones de habitantes, pasando de 75 a 165. Pero el ritmo de crecimiento a partir de entonces es aún más considerable. Así de 1950 al 2000 la población aumentó en 315 millones, de 165 a los 515 registrados en el año 2000. Actualmente (2008) se contabilizan ya 569 millones y, según las proyecciones demográficas se espera que el crecimiento continúe durante el siglo XXI (Cuadro V. 1), aunque a un ritmo más desacelerado. Cuadro V.1. Población por grandes regiones 2008 y población proyectada 2025, 2050 (millones) 2008

2025

2050

AMÉRICA LATINA/EL CARIBE

569

691

784

América Central

148

181

205

El Caribe América del Sur

40

46

51

381

463

528


El crecimiento de población se ha registrado de manera mucho más rápida que el crecimiento económico lo que ha implicado un descenso paulatino de los niveles de vida. Por ello, a partir de la II Conferencia Internacional sobre Población, celebrada en México en 1984, comienza a plantearse la necesidad de aplicar políticas de control de la natalidad. Sin embargo, el descenso de la natalidad se vio dificultado por razones de índole cultural y

427


social. Por otro lado, en el documento final surgido tras la conferencia de El Cairo (1994) ya se recomendaba disminuir las tasas de crecimiento para alcanzar la estabilización durante el siglo XXI, mediante la aplicación de políticas y programas de desarrollo. Así, según el comportamiento en el crecimiento natural, se puede distinguir, en primer lugar, una etapa pretransicional, hasta el siglo XVIII, caracterizada por unas tasas de crecimiento anual del 0,06%, debido a una alta tasa de mortalidad y natalidad en torno al 40 por mil, y una esperanza de vida de 25 años. A comienzos del siglo XX, se inicia un paulatino aumento del ritmo de crecimiento demográfico 1920: 1,8%; 1940: 2,2%. Durante la etapa de transición demográfica, a partir de la Segunda Guerra Mundial y hasta la década de los ochenta, se registra una aceleración en el ritmo de crecimiento de la población (1950/60, 3,2%; 1960/70 2,8%; 1970/80: 2,6%) y una gran explosión de la población, debido a las mejores condiciones en el nivel de vida y los adelantos registrados en medicina. Se experimenta una reducción notable de la mortalidad, que se refleja en un crecimiento de la población, que alcanza tasas anuales superior al 2 %. En una etapa posterior se reducen las tasas de natalidad, que da como resultado un descenso en el crecimiento demográfico. En algunos países el descenso de la mortalidad comenzó a detectarse en la primera mitad del siglo XX, pero no se generaliza en todo el territorio hasta después de la II Guerra Mundial. Hasta los años sesenta la natalidad se mantiene elevada y se alcanzan unas tasas de crecimiento anual de cerca del 3%. Con la reducción de la natalidad, avanzada la segunda mitad del XX, la tasa media de crecimiento disminuye significativamente hasta la actualidad, (1980/85: 2,5%; 1985/90: 1,9%; 1990-1995: 1,7%; 1995-2000: 1,6%; 2005-2010: 1,3%). El proceso de transición demográfica ha tenido lugar de una forma mucho más rápida y tardía que la ocurrida en Europa. Un retroceso de más de un siglo en el comienzo del proceso de transición y una duración de veinte años en un proceso que en el continente europeo se realizó en casi cien años. Por otro lado, mientras que en Europa la transición fue acompañada de un progreso económico y social, en América Latina el avance de la medicina es el principal factor que lo explica. Si en la década de los sesenta la mayoría de los países se encontraban aún en los inicios del proceso, actualmente la mayoría de los países se encuentran en plena transición o ya han alcanzado una etapa avanzada de la misma.

428


3.2.

Dinámica y estructura demográfica

El elevado ritmo de crecimiento de la población viene marcado por una reducción de la mortalidad, sobre todo infantil, posibilitado por la introducción de medidas sanitarias que alargan la esperanza de vida, unido a unas elevadas tasas de fecundidad. Frente a la importancia del crecimiento natural para explicar el crecimiento de la población latinoamericana, la inmigración no tiene apenas importancia hoy día. En lo que respecta a las características en el comportamiento de la población latinoamericana (Cuadro V. 2), vamos a centrarnos en el análisis de tres problemáticas concretas: la dinámica natural, el envejecimiento y la composición étnica de la población. Cuadro V.2. Principales características demográficas en América Latina y El Caribe (2007) América Central Nacimientos por 1.000 hab.

El Caribe

América del Sur

TOTAL

23

19

21,0

21

Muertes por 1.000 hab.

5

8

6

6

Tasa de crecimiento natural (%)

1,8

1,1

1,5

1,5

Tasa de Mortalidad infantil (‰) Tasa de fecundidad (Nº hijos por mujer) Esperanza de vida

23 2,7 74

32 2,5 71

24 2,4 72

24 2,5 73


3.2.1.

Dinámica natural

Característica común de la mayoría de los países latinoamericanos es la disminución progresiva de la mortalidad, sobre todo de la población infantil, una todavía alta fecundidad y un aumento de la esperanza de vida. Factores que explican la reducción de la mortalidad son, entre otros, los importantes avances de la medicina y la mejora en las condiciones de vida, lo que significa una mejor atención sanitaria y un mayor acceso a la educación (de 54 defunciones por cada mil nacidos vivos en 1991, descendió a 21

429


en 2007). Otros aspectos, que han acompañado a esta reducción son el aumento del grado de urbanización y la disminución de la fecundidad, que han contribuido al descenso de la mortalidad infantil. El descenso de la fecundidad comienza de una manera notable a mediados de la década de los sesenta. Proceso que se registra de manera diferente según los países y con comportamientos también dispares según los grupos sociales. La mayoría de los países de América Central poseen una tasa de fecundidad de más de 4 hijos por mujer, mientras que los que se encuentran en una fase más avanzada del proceso de transición demográfica ven reducida la tasa. Este descenso que comienza en las áreas urbanas, donde hay un mejor acceso a la educación para posteriormente extenderse a las áreas rurales, depende no sólo de factores biológicos. Los factores sociales, económicos y culturales juegan un importante papel: tales como el nivel cultural, el acceso de la mujer al mercado laboral o el proceso de urbanización. A comienzos del siglo XX la esperanza de vida oscilaba entre los 30 y 40 años, exceptuando el caso de Uruguay, que sobrepasaba los 50; en el periodo 1950/55 alcanzaba los 52; a finales de siglo (periodo 1995/2000), la esperanza de vida al nacer era de 69,2. En el periodo 2005-2010 la esperanza de vida ha aumentado considerablemente, registrándose una media de 73,4. Estos datos globales, sin embargo, esconden importantes diferencias en los valores regionales, como es el caso de Haití o Bolivia, con una esperanza de vida de 58 y 65 años respectivamente, frente a los países como Cuba, Argentina o Chile, con 77, 75 y 78 años respectivamente, en el 2007. 3.2.2.

Envejecimiento de la población

Según los estudios realizados por la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), la población de América Latina está envejeciendo a un ritmo más rápido de lo esperado, y se espera que el ritmo en el proceso de envejecimiento se incremente. En 1950 la población menor de 15 años alcanzaba valores en torno al 40 o 50 % en la mayoría de los países. La proporción de menores de 15 años a comienzos del siglo XXI (2007) es del 30% y se prevé que se reducirá al 24% en el 2025 y que a mediados del siglo XXI, no sobrepasará el 20%. Por otro lado, la población mayor de 60 años aumentó del 5,5% al 8,8% en el periodo comprendido entre 1950 y 2000, y se prevé que en el 2050 podría alcanzar el 23,6% de la población (Figura V.3).

430


60-64 40-44 20-24

80 + Hombres

Mujeres

40-44 20-24

0-4 10 8

6

4

2

0

2

4

6

60-64

grupos de edad

Mujeres

grupos de edad

80 + Hombres

0-4

8 10

10 8

6

4

2

1950

0

2

4

6

8 10

1975

Mujeres

60-64 40-44 20-24

grupos de edad

80 + Hombres

0-4 10 8

6

4

2

0

2

4

6

8 10

2007

Fig. V.3. Evolución de la pirámide de edades en América Latina (1950-2007)

Los principales factores que determinan el proceso de envejecimiento de la población latinoamericana son la disminución de la tasa de natalidad y el incremento de la esperanza de vida: UÊ Ê>Ê`À?ÃÌV>ÊÀi`ÕVVÊìÊ>ÃÊÌ>Ã>ÃÊìÊviVÕ``>`°Ê Ê£xäÊiÊÖiÀÊ de hijos por mujer estaba situada en torno a 5,9. En 2007 esta cifra se ha reducido a 2,5. Sin olvidar que estas cifras globales esconden las importantes diferencias que existen en el comportamiento de los distintos países, aunque todos registran índices inferiores a 4. Las previsiones para el 2025 es que continuará el descenso hasta los 2,1 hijos por mujer. UÊ Ê Ê>ÊÀi`ÕVVÊìÊ>ÃÊÌ>Ã>ÃÊìÊÀÌ>`>`]Ê>ÊiÃ«iÀ>â>ÊìÊÛ`>Ê>Ê aumentado de forma considerable, pasando de 52 años en 1955 a 73,4 para el periodo 2005-2010. Estos valores están muy por encima de los valores alcanzados en las regiones menos desarrolladas y similares a los registrados en los países desarrollados. En el 2025 se espe-

431


ra que la esperanza media de vida alcanzará los 75 años y a mediados de siglo los 78. El comportamiento en el proceso de envejecimiento está en relación con la situación en el proceso de transición demográfica en que se encuentran las distintas regiones latinoamericanas. De forma general, UÊ Ê>µÕiÃÊ«>ÃiÃÊµÕiÊÃiÊiVÕiÌÀ>ÊiÊ>Êv>ÃiÊìÊViâÊìÊ>ÊÌÀ>ÃVÊ demográfica, con descensos de la mortalidad pero con unas tasas de natalidad elevadas, presentan un rejuvenecimiento de la población debido a que el descenso de la mortalidad afectó primordialmente a la población infantil y, por lo tanto, actúa de forma similar a un aumento de la natalidad. Hasta 1950 la tasa de mortalidad infantil alcanzaba el 120 por mil en el 2000 la cifra se redujo al 36 por mil, en el 2007 eran ya del 24 por mil y las proyecciones para 2025 es que las tasas de mortalidad infantil no lleguen al 20 por mil y no alcance el 10 por mil en el 2050. UÊ Ê ÊÃÊ«>ÃiÃÊ`ìÊViâ>Ê>ÊìÃViìÀÊ>Ê>Ì>`>`ÊìÊ>iÀ>Ê?ÃÊ brusca que la mortalidad se refleja una menor proporción de niños («envejecimiento por la base»), debido a un crecimiento menor de la población infantil respecto al promedio de la población total, aunque en números absolutos no se registre disminución. UÊ Ê ÊÌiÀViÀÊÕ}>À]Ê>µÕiÃÊ«>ÃiÃÊµÕiÊÃiÊiVÕiÌÀ>ÊiÊ«i>ÊÌÀ>ÃVÊ poseen una mayor proporción de población adulta, debido al descenso notable de las tasas de natalidad (menores de 15 años: 25-35%). UÊ Ê*ÀÊÖÌ]ÊÃÊ«>ÃiÃÊVÊL>>Ê>Ì>`>`ÊÞÊÀÌ>`>`Ê«ÃiiÊÕ>Ê>yor proporción de población en la cúspide de la pirámide demográfica y un estrechamiento de la base, en comparación con otros países latinoamericanos (como, por ejemplo Uruguay: menores de 15 años: 24%; mayores de 65: 13%). Sin embargo, ninguno de estos países presenta el marcado envejecimiento de muchos de los países desarrollados, donde la población menor de 15 años y mayor de 65, alcanzan proporciones similares (en torno al 20%). Este proceso de envejecimiento se prevé que continúe y se incremente durante las primeras décadas del siglo XXI, debido a los avances de las mejoras sanitarias que permitirán una mayor esperanza de vida y una drástica reducción de las tasas de mortalidad, sobre todo infantil.

432


3.2.3.

Composición étnica

La población de América Latina es el resultado de numerosas y variadas corrientes migratorias de diversas procedencias. Los amerindios, primeros pobladores del territorio latinoamericano, son originarios de Asia, que entraron en el continente americano a través del estrecho de Bering (hace entre 25.000 y 40.000 años) y que, de una manera lenta, fueron avanzando hacia las tierras meridionales del continente, alcanzando América del Sur 15.000 años más tarde (aproximadamente entre el 15.000 y el 20.000 a.C.). Son el origen de las grandes civilizaciones localizadas en el altiplano andino (imperio inca), del altiplano mexicano (mayas) y de las áreas selváticas de América Central. Fundamentalmente colonizaron los elevados altiplanos de México y de la región de los Andes. Se trataba en un principio de pueblos nómadas y cazadores, que vivían en cuevas, en asentamientos dispersos y en pequeños grupos. Posteriormente, con la introducción de la agricultura (horticultura, sistema de rotación de los cultivos) se hicieron sedentarios y en torno al cultivo del maíz (la milpa) y la introducción de nuevas técnicas de cultivo que permitían elevar la producción (regadío, terrazas, canales, chinampas/ islas artificiales levantadas en los lagos) se crearon asentamientos mayores, de carácter permanente y semipermanente y se formaron las bases para el desarrollo de una organización social jerarquizada y una organización política. Se fundan ciudades que ejercen una función rectora sobre pueblos y aldeas. Es el caso de las ciudades de Tiahuanaco (altiplano boliviano) o de Teotihuacán (México). Tenochtitlán (capital del imperio azteca) y Cuzco (capital del imperio inca) eran las ciudades más grandes al comienzo de la colonización. No hay datos estadísticos fiables acerca de la población indígena estimada antes del comienzo de la conquista, y los datos, según las distintas fuentes, varían de forma considerable (entre los 7,5 y 80/100 millones); población que disminuyó durante la época de la colonización. Las causas que explican el descenso han sido variadas: propagación de enfermedades y epidemias (viruela, tifus, malaria, sarampión) (Tenochtitlán fue afectada a comienzos del XVI por una epidemia de viruela que redujo su población en un 50%); enfrentamientos bélicos; las malas condiciones de trabajo (el sistema de la encomienda supuso, en múltiples ocasiones, para los indíge-

433


nas condiciones de auténtica esclavitud). Las comunidades indígenas sufren una descomposición social, al tiempo que tienen que adaptarse a las nuevas estructuras socioeconómicas. La disminución de la población indígena registrada desde el siglo XVI indujo a buscar mano de obra en otros lugares y comenzó la masiva llegada de esclavos procedentes de África (aproximadamente 10 millones entre mediados del XV y finales del XVIII), sobre todo del Golfo de Guinea, que se dirigían fundamentalmente a las llanuras tropicales del Caribe y las áreas litorales del subcontinente y que trabajaban en las grandes plantaciones (caña de azúcar, en Brasil o el Caribe; y, en menor proporción, tabaco, cacao, algodón, café). A finales del siglo XVIII/principios del XIX, se reduce el número, y queda finalmente abolida la esclavitud a finales del siglo XIX. Comienza entonces una inmigración procedente del continente asiático y europeo: Entre 1824 y 1924 aproximadamente 11 millones de europeos, procedentes, sobre todo, de los países mediterráneos, Italia, España y Portugal, emigraron principalmente hacia Argentina y Uruguay, cuya población es mayoritariamente de origen europeo, y hacia Brasil, Chile, Costa Rica, Cuba y Venezuela. Tras las restricciones a la emigración en la década de los treinta, cambia el carácter de la inmigración europea y comienza un tipo de inmigración de carácter político. Es el caso de los emigrantes españoles republicanos a México. Después de la Segunda Guerra Mundial, se registra una nueva oleada de inmigrantes procedentes de Europa, especialmente hacia Venezuela y Argentina. América Latina fue durante cinco siglos un territorio de inmigración, primero ligado a la colonización y más tarde, desde mediados del XIX hasta la Primera Guerra Mundial, por la coyuntura política y económica del continente europeo. A partir de la segunda mitad del siglo XX comienza a registrarse un movimiento en sentido contrario, la población inicia una emigración hacia Estados Unidos y Canadá y en la última década hacia Europa. En este periodo de la segunda mitad de siglo, sobre todo a partir de la década de los sesenta, comienzan a cobrar importancia también los movimientos inter- e intraregionales. Estos movimientos de migración interior afectaron a un gran porcentaje de la población. Predominan las corrientes migratorias hacia los grandes centros urbanos y sobre todo a las aglomeraciones cercanas a la costa, donde se concentran las áreas más dinámicas, lo que supuso un gran

434


crecimiento de la población urbana. Otras áreas de atracción, aunque en menor medida, son los denominados frentes pioneros, donde se localizan nuevas áreas de explotación agraria o extractiva. Los movimientos interregionales son, la mayoría de las veces, producto de las situaciones políticas y socioeconómicas internas. Es, por ejemplo, el caso de los movimientos de población procedentes de Nicaragua, Salvador o Guatemala hacia sus países vecinos de Honduras, Costa Rica o México, empujados por las contiendas bélicas internas; el movimiento registrado en países del Cono Sur, como fue el caso de Chile o Uruguay, provocado por las dictaduras militares; o el registrado desde Colombia a Venezuela por razones económicas. Así pues, el desigual poblamiento de América Latina anterior a la conquista española y la diferente procedencia de los inmigrantes ha dado lugar a una composición étnica que difiere de unos países a otros, aunque es de destacar que América Latina presenta el más fuerte mestizaje del mundo. La Ámérica con mayoría de población india corresponde a los focos de los antiguos imperios, cordillera andina y América central, y a aquellas zonas de baja densidad de población del centro del subcontinente, donde el asentamiento de población y la colonización del espacio ha sido muy limitada. La Ámérica negra se extiende en las áreas donde se ubicaban las antiguas plantaciones esclavistas: Antillas, litoral caribeño de Colombia y noreste de Brasil. Por último, en las zonas templadas del sur del continente (Argentina, Uruguay y región meridional de Brasil) la población es mayoritariamente de origen europeo, debido a la gran afluencia de inmigrantes durante el siglo XIX. 3.3.

Una irregular distribución de la población

En la distribución de la población por grandes regiones se observa una mayor concentración demográfica en el litoral y en los valles más húmedos del interior, donde se localizan las actividades económicas y turísticas. a) México y América Central. En México, la población se concentra en la Meseta central, donde se localizan los mayores centros industriales y de servicios, con ciudades como México, Guadalajara o Puebla; en el litoral pacífico (Acapulco) o el litoral atlántico del Golfo de México y el Caribe (Veracruz, Mérida, Cancún), dinamizadas por el turismo o la explotación petrolífera; mientras que el sector septentrional presenta menores densidades,

435


aunque el contacto con la frontera estadounidense puede dinamizar este sector. b) En América del Sur, destaca la concentración urbana y litoral de la población: en el territorio andino la población se concentra en el altiplano andino, en el caso de Bolivia, el país menos urbanizado y donde persiste una mayoritaria población rural, mientras que en Ecuador y Perú se registra un descenso de los asentamientos andinos y un aumento de la población en las áreas urbanas o en los enclaves más dinámicos de la costa, fomentados por la explotación agraria y petrolífera o dinamizados por la actividad turística. La población de los países septentrionales (Venezuela, Guyana, Guayana, y Surinam) se concentran en las áreas costeras, al igual que en Uruguay y Brasil, donde a pesar de sus esfuerzos por la colonización del interior, sigue registrando las mayores densidades en el área meridional del litoral atlántico. En Argentina la población se concentra en el litoral y la Pampa, y se registran muy bajas densidades en la Patagonia y el Chaco. Igualmente, en Paraguay, la región del Chaco se presenta muy poco poblada, concentrándose la población en el sector oriental y suroriental del país. Por último, en Chile se observa una concentración en el sector central, debido fundamentalmente a las condiciones climáticas del sector meridional, con temperaturas muy frías, y el sector septentrional, caracterizado por su extrema aridez. La extensión del latifundio que comenzó a expandirse a finales del siglo pasado, a costa del pequeño campesinado o de las comunidades indígenas, produjo una rápida e intensiva superpoblación, ya que sólo una muy pequeña parte de la población agraria pudo alcanzar las condiciones necesarias para mantener un nivel de vida mínimo. Así, en gran parte de América Latina hay una creciente presión de población en las áreas agrícolas, al margen incluso del rápido crecimiento natural, debido a que la necesidad de mano de obra disminuyó con la entrada de la mecanización en los latifundios, mientras que paralelamente no existían posibilidades de trabajo en otro sector. Al mismo tiempo, se reducen las industrias artesanas en favor de la introducción de la industria de bienes manufacturados. De este modo, el aumento de la presión de población provocado por cuestiones estructurales, se ve reforzado considerablemente por el paralelo crecimiento natural de la población, más evidente en las zonas rurales, donde las tasas de natalidad son más altas.

436


Con diferencias según los distintos espacios, actualmente la distribución de la población en territorio latinoamericano viene determinada, en mayor o menor medida, por condicionantes naturales, culturales e históricos: UÊ Ê>ÃÊ características morfológicas del subcontinente (grandes sistemas montañosos que poseen las mayores altitudes del planeta, la existencia de grandes desiertos, la gran selva amazónica, etc.), dificultaron, en muchas ocasiones, la comunicación con el interior del continente. UÊ Ê>Ê estructura y distribución de la población en época precolonial. En muchos casos, la ocupación del territorio durante la colonización se realizó a partir de aquellas superficies ocupadas por sociedades precolombinas (aztecas, mayas, incas), bien organizadas y adelantadas, localizadas en América central y la zona andina, donde se implantaron nuevas formas de ocupación territorial. UÊ Ê ÊViâÊìÊ> colonización y la explotación de la superficie agrícola. Las distintas formas de colonización determinan la configuración de los asentamientos: así, los primeros asentamientos que formaron enclaves comerciales no potenciaron la concentración demográfica; mientras que las explotaciones mineras y agrícolas que requerían gran cantidad de mano de obra estable, dieron origen a una masiva concentración de población. UÊ Ê>ÃÊ}À>ìÃÊcorrientes migratorias desde finales del XV hasta el siglo XVII. Colonizadores que se establecieron mayoritariamente en aquellas zonas donde existían sociedades precolombinas organizadas y donde se aseguraba mano de obra campesina, para la explotación agrícola o minera. Un buen ejemplo es la ciudad de México, fundada sobre la ciudad antigua de Tenochtitlán. También se colonizaron las costas, donde se instalaron los puertos para la exportación de productos (Veracruz, Cartagena, Bahía, Río de Janeiro, Valparaíso, Callao, Acapulco), mientras que el interior recibió menos volumen de inmigrantes. No hay que olvidar, sin embargo, y dentro de las diferencias nacionales, una característica común: la división en mosaicos, es decir, en pequeños espacios densamente poblados, donde se concentra la mayor parte de la población, frente a grandes espacios vacíos con una gran dispersión y con bajas densidades de población. Es patente, pues, el gran desequilibrio de-

437


mográfico interno en todos los países del subcontinente. Los pequeños espacios densamente poblados que alcanzan, exceptuando las ciudades, densidades de población superiores a los 100 hab/km2, se encuentran situados en áreas favorecidas y donde se practica una utilización intensiva agrícola del suelo. Se trata de estrechas bandas a lo largo de valles en las zonas montañosas, de pequeños núcleos en las áreas de regadío de las zonas secas, como en el norte de México o al oeste de Perú o de bandas más anchas en la zona costera, a lo largo de la costa oriental del continente. Estas zonas de concentración de población ocupan grandes espacios solamente a grandes altitudes y en las cuencas de las zonas montañosas, en México, países andinos y América central; aisladamente también en las zonas montañosas con predominio de población compuesta de pequeños campesinos, como en Haití, Costa Rica y Colombia. Las ciudades se localizan la mayoría de las veces en estas zonas agrícolas densamente pobladas, con lo que la presión de población aumenta considerablemente. Frente a estas zonas de concentración de población existen áreas mucho más extensas con un gran vacío demográfico, con pocas unidades de asentamiento, y densidades de población entre 1 y 10 hab/km2. En estas áreas el aprovechamiento económico es de poca importancia, y está caracterizado por una agricultura extensiva en las áreas de grandes explotaciones y, en otras ocasiones, por una economía de subsistencia del pequeño campesinado, que practican una utilización intensiva del suelo en pequeños núcleos diseminados. Característica de estos grandes espacios vacíos es la insuficiente red de comunicaciones, por lo que aumenta la dificultad de abastecimiento y se dificulta el contacto con los espacios económicamente activos, lo que conlleva, en definitiva, un creciente aumento del desequilibrio regional. Ahora bien, la distribución de la población presenta diferencias importantes si la examinamos a una escala más pequeña: diferencias por países en cuanto a la densidad de población. En general, se observa un marcado contraste desde la época colonial, entre las zonas costeras densamente pobladas frente al interior. Sin embargo, en los países andinos tradicionalmente las zonas con más alta densidad de población no se encontraban en la costa, sino en los largos valles y en zonas más elevadas, y desde estas áreas existe una posterior y constante corriente migratoria hacia la costa. Así, en el gran espacio que representa el interior tropical,

438


las densidades que se registran son inferiores a 1 hab/km2, mientras que en las regiones de América central así como en las cuencas de las cordilleras andinas localizadas entre Colombia y Bolivia, las densidades pueden superar hasta los 300 hab/km2. 4.

EXPANSIÓN URBANA Y AUMENTO DE LA MARGINALIDAD

El gran aumento de la población latinoamericana ha ido acompañado, de igual manera, de un crecimiento de la población urbana, que ha adquirido grandes dimensiones: en 1930 la población urbana representaba el 17% del total; en 1950 el 41% de la población residía en áreas urbanas; en 1970 se eleva hasta el 57,4%; al 67,4% en 1980; en 1990, alcanza la cifra 72,1%; y en el año 2008 más del 76% de la población latinoamericana reside en aglomeraciones urbanas, aunque con una tasa de crecimiento por debajo de la media mundial (1,7, frente al 2,0 mundial) Se prevé para el 2025 un aumento de la población urbana cercana al 85%. Si en un primer momento, el crecimiento se explica por la importancia de los movimientos migratorios internos desde las áreas rurales, a partir de la década de los sesenta el ritmo de crecimiento interno de la población urbana es el principal motor de este aumento. 4.1.

Proceso de urbanización desde la época colonial hasta 1930. De las factorías comerciales a la construcción planificada de ciudades

La colonización española en América tuvo una peculiaridad: los territorios colonizados eran propiedad del rey (tierra de realengo). De este modo, la propiedad de la tierra solamente se podía adquirir por concesión real. Los primeros asentamientos de población que se establecieron en las Antillas (La Española), al comienzo de la colonización, tienen un carácter de factorías comerciales, a través de las cuales se exportaban los productos, sobre todo metales preciosos, a Europa. En un primer momento no se instalaron asentamientos agrícolas, pues de la metrópoli se importaba lo necesario para subsistir y sólo de forma complementaria se cultivaban determinados productos agrarios. Paulatinamente fueron distribuyéndose predios para fomentar la colonización y se dictaron medidas que favore-

439


cían la adjudicación de tierra para su uso agrícola, importando ganado y semillas de la metrópolis. Durante la época colonial se crearon las bases de la actual morfología urbana. Asentamientos urbanos en muchos casos fortificados (como es el caso, por ejemplo, de la planta de la ciudad de Lima durante el virreinato de Perú) y adecuados a la forma de vida hispana, con la intención de concentrar a los colonizadores españoles y evitar su dispersión por el área rural. La localización de las ciudades se basa en las actividades económicas llevadas a cabo por los colonizadores: — en la América andina y en las Tierras Altas de América Central se crean ciudades en el interior, donde se encontraban los yacimientos minerales, — en las zonas tropicales y en el área portuguesa surgen importantes enclaves de plantación, — en el litoral, se crean asentamientos como lugar de salida de los productos y de comunicación con el exterior. Así, a lo largo del siglo XVI, comienza la construcción planificada de ciudades siguiendo el modelo urbano de la Península que se había llevado a cabo durante la Edad Media. A partir de entonces, las ciudades se construyen según un trazado denominado ajedrezado, en el que una red de calles paralelas se entrecruzan en ángulo recto, y los edificios se levantan en los cuadriláteros «porque en los logares que de nuevo se facen dando la orden en el comienzo sin ningún trabajo ni costa quedan ordenados». Es el caso de la ciudad de Panamá (1519). En 1573, se dictan las disposiciones legales recogidas en las ordenanzas de Felipe II, que se ampliaron en el código colonial de 1680 y donde se fijan y detallan las normas para el trazado de las nuevas ciudades: «plazas, calles y solares debían ser trazados en línea recta, para lo cual había que comenzar con la delimitación de la plaza principal o plaza mayor, y a partir de allí construir la red de calles» (Konetzke, 1976). Con el fin de favorecer el asentamiento de una población inmigrante, que en un principio se acercaba al Nuevo Mundo con el ánimo de un enriquecimiento rápido y sin la intención de asentarse por largo plazo, se otorgaban las denominadas «mercedes de tierras», mediante las cuales al colo-

440


nizador se le proporcionaba un solar urbano para que edificase y unas parcelas para el cultivo en las afueras de la ciudad (parcelas agrícolas llamadas conucos en la Antillas y chacras en el subcontinente). Las fincas ganaderas se encontraban más alejadas de la ciudad y se denominaron haciendas, estancias o hatos. Se diferenciaban entre las tierras cultivables (mercedes de labor) y las de ganadería y pasto (mercedes de estancias de ganado). Estas tierras, cuya extensión dependía del mérito que se consideraba a la persona y que colaboró en la instauración de un sistema social jerarquizado, se concedían como propiedad libre y hereditaria, y no en enfiteusis, como era habitual en las colonizaciones medievales realizadas en la Península durante la Reconquista. Paulatinamente se obtuvo de iure la propiedad de los predios de pastos que de facto ya se había llevado a cabo. A lo largo del siglo XVII por Real Orden se suprimieron las mercedes reales gratuitas y a partir de entonces se vendían en pública subasta. De este modo, la corona española podía conseguir ingresos procedentes de la venta de tierras realengas aún sin explotar. La colonización portuguesa en Brasil se realizó de manera diferente: los asentamientos se establecieron de forma más dispersa en las áreas rurales y en los núcleos de plantación y el crecimiento urbano fue más lento y desigual. Durante el siglo XVIII se fundan nuevas ciudades impulsadas por la introducción de nuevos cultivos, como el tabaco, el lino o el café, o por el desarrollo de actividades pesqueras y ganaderas. La colonización europea instauró un modelo de organización espacial centrífugo que condicionó el crecimiento periférico, que facilitaba la exportación de los productos hacia la metrópolis (Callao, Guayaquil, Montevideo, Cartagena, Sao Paulo...) o la instalación de ciudades en áreas mineras o agropecuarias (Salta, Potosí...). Mientras que, paralelamente, y a nivel regional, se mantiene el modelo centrípeto del periodo precolombino, dinamizando los grandes centros urbanos que actuaban de núcleo receptor de las materias primas de la región (Martín Lou/Múscar Benasayag, 1992). A lo largo del siglo XIX, época de la independencia, los nuevos países se constituyeron alrededor de un importante núcleo urbano (Argentina/Buenos Aires; Chile/Santiago; Venezuela/Caracas). El trazado radial de las redes de transporte conecta las metrópolis nacionales con las áreas de producción y amplias extensiones quedan aisladas y generan los actuales desequilibrios

441


regionales. Por otro lado, el gran crecimiento de las capitales nacionales (Buenos Aires pasa de 187.346 habitantes en 1869 a 1.576.597 en 1914) y la ausencia de jerarquías urbanas regionales acentúa el fenómeno de la macrocefalia, mientras que se consolida el modelo de distribución espacial heredado de la época colonial. 4.2.

Urbanización tras la Segunda Guerra Mundial: la consolidación de la macrocefalia

Hasta la década de los cuarenta la población latinoamericana era mayoritariamente rural. Es el incipiente proceso de industrialización y el desarrollo del sector terciario el que impulsará definitivamente el proceso de urbanización durante la segunda mitad del XX. El crecimiento de las ciudades es tan grande que se acentúa enormemente el desequilibrio entre las grandes ciudades y los espacios casi vacíos del resto. El gran incremento de población urbana registrado a partir de la década de los cuarenta, coincide con la época del modelo económico del crecimiento hacia dentro, que llevó consigo una fuerte industrialización y una gran redistribución de la población. Este gran crecimiento de la población urbana tuvo importantes repercusiones en la transformación de los paisajes humanos del territorio. En la década de los ochenta, denominada la«década pérdida», se registra una regresión tanto social como económica (el PIB de 1989 era el mismo que el de 1976). Se detectan importantes transformaciones en la distribución territorial de la población, comenzando una tendencia a la reducción de la emigración hacia las grandes ciudades, y con ello una reducción de la importancia relativa de éstas en el conjunto urbano. El desarrollo de las ciudades registrado tras la Segunda Guerra Mundial está acompañado por un desarrollo de la industria basado en el modelo de sustitución de importaciones, un impulso en el crecimiento del mercado interior y un auge en el movimiento migratorio de las áreas rurales hacia las regiones urbanas. Comienza a detectarse un éxodo rural masivo hacia las ciudades de una gran masa de campesinos en busca de mejores condiciones de vida (1950: 58,4% población rural; 1975: 38,7%). Destaca la preferencia de estos movimientos migratorios hacia las grandes ciudades, donde se concentran las producciones industriales y de servicios, frente a un empobreci-

442


miento generalizado de las áreas rurales. De forma paralela, el espectacular crecimiento urbano se realiza de manera desigual y se reflejan grandes contrastes internos desde el punto de vista social y económico. El proceso de urbanización en América Latina se registró de manera más tardía que en las regiones desarrolladas, aunque fue más reciente que en el continente asiático y africano. El crecimiento de población urbana es patente desde la segunda mitad del siglo XX: 1950: 41,6%; 1975: 61,3; 1990: 71,5%; 1996: 73,7; 2000: 75,3%; 2008: 76%, porcentaje muy similar al registrado en los países más desarrollados (75%) y muy superior al registrado en el continente africano o asiático (37 y 41% respectivamente) y con unas previsiones para el año 2025 del 84,7%. Aunque hay que señalar que los similares índices de urbanización con los países más desarrollados no significa que se hayan experimentado las mismas transformaciones sociales y económicas características del desarrollo, ya que la pobreza urbana se ha incrementado de manera considerable: si en la década de los setenta el 37% de los pobres residían en áreas urbanas, a comienzos de la década de los noventa sobrepasaba el 60%, y lejos de disminuir se mantiene y aumenta en las grandes ciudades. Por otro lado, no existe una relación tan estrecha entre urbanización y crecimiento económico, como la ocurrida en los siglos XVIII y XIX cuando se registró el gran crecimiento urbano en Europa. Factores geográficos, históricos y económicos configuran la actual red urbana, tales como la estructura espacial precolombina, la distribución colonial y postcolonial, estructura agraria y producción de determinados cultivos hacia la exportación, que jugaron un importante papel en la fundación de ciudades, etc. La mayoría de los actuales asentamientos fueron consolidados en la época colonial, algunos de ellos ya existían en la época prehispánica y la mayor parte de ellos surgieron ligados a los enclaves mineros y a los puertos. Dada la dificultad de acceso a determinados asentamientos y la gran extensión del territorio, se consolidó una red urbana costera que a lo largo del siglo XIX se prolongó hacia el interior. Posteriormente, junto al desarrollo económico, se registra un gran aumento de la población que lleva consigo una transformación en su distribución espacial: crecen sobremanera los núcleos urbanos y se desarrolla la infraestructura de la red viaria. Pero no todo el continente latinoamericano se comporta de una manera homogénea, sino que se observan distintos comportamientos que reflejan el desigual desarrollo de las diferentes regiones.

443


a) El Caribe es la región que registra los niveles medios de urbanización más bajos (62%). Aunque es de destacar su diversidad: países como Puerto Rico o Cuba con muy alto porcentaje de población urbana (94% y 76%) frente a países como Trinidad y Tobago o Haití, con porcentajes que no alcanzan el 50% (12% y 36% respectivamente). b) Tras Venezuela (88%), la región del Cono Sur es el territorio que presenta un mayor nivel de urbanización de Latinoamérica. Los países con mayor grado de urbanización como es el caso de Uruguay (93%), Argentina (89%) y Chile (88%): Al movimiento migratorio interno hay que sumar el enorme volumen de inmigración externa que llegó al subcontinente desde principios del siglo XIX hasta comienzos del XX, y que colaboró de forma notable en el gran auge del crecimiento urbano, sobre todo de las poblaciones de las grandes ciudades del continente latinoamericano. Los países que recibieron este contingente exterior, son actualmente los más urbanizados de América Latina. Es el caso, por ejemplo, de Argentina y Uruguay. Entre los diferentes países hay importantes diferencias que reflejan la diferente evolución histórica, así como en el interior de ellos hay grandes contrastes entre áreas urbanizadas y rurales. Es el caso, por ejemplo, de Brasil, con el 81% de población urbana, caracterizado por la gran concentración económica y demográfica en el sureste (metrópolis de São Paulo, Río de Janeiro y Belo Horizonte), frente a un área vacía: la región del noreste y la Amazonia. En México (75%), la población se concentra en la altiplanicie, en la ciudad de México, frente a una despoblada zona del litoral caribeño. En Colombia (73%) la población se concentra en las ciudades de Bogotá-Medellín-Cali frente a las regiones del este y sureste y las tierras de la costa pacífica; en Chile (88%) hay una fuerte concentración demográfica en Santiago-Valparaíso-Viña del Mar, frente a una ocupación muy puntual en el norte y sur del país. El alto grado de urbanización va acompañado de otra serie de características, tales como el temprano comienzo del proceso de urbanización y la gran fuerza de su desarrollo. Hay una serie de países donde el proceso comienza a finales del siglo pasado (Argentina, Chile, Uruguay...); en otros el proceso comienza en el periodo de entreguerras, como es el caso de México, Venezuela, Panamá, Nicaragua o Brasil; el resto lo hará a partir de la Segun-

444


da Guerra Mundial. Los más tardíos en el comienzo del proceso son, entre otros, Haití, Guatemala y Honduras, con menores porcentajes de población urbana (36%, 47% y 48% respectivamente). Especialmente significativo en el proceso de urbanización es el aumento del tamaño de las ciudades y la metropolización. Si en 1930 ninguna ciudad latinoamericana superaba el millón de habitantes, en 1950 ya se contabilizaban seis, y actualmente hay más de treinta. Desde los años setenta crecen sobremanera las ciudades mayores de 500.000 habitantes y aumenta el fenómeno de la macrocefalia. Las ciudades de México, São Paulo, Buenos Aires con 19,2, 18,3 y 13,3 millones de habitantes, se encuentran entre las ocho ciudades más grandes del mundo, junto a Tokio, Nueva York, Bombay, Nueva Delhi y Calcuta. Con el proceso de metropolización se registra paralelamente un crecimiento desmesurado de la población de la metrópolis que suele coincidir con la capital del Estado. La concentración de la capitalidad se traduce en una macrocefalia con una centralización de las decisiones políticas, económicas y culturales, que se ha acentuado aún más desde finales del pasado siglo. Desde que lo usara Jefferson en 1939, se denominó a este fenómeno como primacy. Como indicador que señala este fenómeno se puede tomar la proporción que representa la principal ciudad en el sistema urbano de un país, que supera en muchos casos el 30%, como es el caso, por ejemplo de Buenos Aires (33,3 %). Las medidas descentralizadoras, que se implantan desde los años setenta y se intensifican en la década de los ochenta, tienen el objetivo de reducir el proceso de metropolización, fomentando el desarrollo de ciudades intermedias (secondary cities), mediante la creación de infraestructuras y de polos de desarrollo económicos que faciliten el asentamiento de la población y permitan reducir las disparidades regionales. Esta política de descentralización ha experimentado una desigual repercusión en los diferentes países: sin éxito en Perú o Colombia; incipiente en el caso de México o Brasil. El único ejemplo del éxito de la implantación de las medidas descentralizadoras se detectó en Cuba, donde se potenciaron desde la década de los setenta centros agrícolas, con lo que se frenó la corriente emigratoria hacia la capital. Este hecho dio lugar a que La Habana sea la única metrópoli latinoamericana cuyo crecimiento demográfico registrado entre 1953 y 1988 esté muy por debajo de la media nacional y cuyo porcentaje de población respecto a

445


la población nacional haya incluso disminuido para el mismo periodo de tiempo (22,0% frente al 19,8%). En el caso de Brasil, el traslado de la capital nacional de Río de Janeiro, localizada en la periferia oriental, a la ciudad planificada de Brasilia, situada en la confluencia de las cuencas fluviales del Paraná, San Francisco y Amazonas, en 1956, respondía a un intento de fomentar el desarrollo de la región interior y del área occidental del país. En aquellos países que poseen unas redes urbanas más jerarquizadas, como es el caso de Brasil, México y Colombia se observa una primacía compartida por varios núcleos urbanos. Según Cunill (1995) que analizó el proceso urbano latinoamericano, en el caso de Brasil se observa una triple primacía urbana: Brasilia, donde se concentra el poder administrativo y político, Río de Janeiro y São Paulo, que actúan como cabeceras económicas. Existen también núcleos metropolitanos impulsados por las actividades industriales, como es el caso de Recife, Salvador, Belo Horizonte y Porto Alegre, así como los centros metropolitanos de Belem, Fortaleza y Curitiba, que aumentaron notablemente su población desde la década de los cuarenta y sobre todo a partir de la década de los setenta. Destaca en el territorio brasileño la fundación de nuevas ciudades y complejos urbanos industriales en la Amazonia. Para el desarrollo de esta región es importante señalar el Programa Grande Carajás, cuyo principal objetivo es impulsar el desarrollo industrial, o los programas madereros de la Zona Franca de Manaus, o de los proyectos mineros de la región de Marajó y Furos o del eje Carajás-São Luis-Marabá, entre otros. México se caracteriza por una triple primacía urbana, México, Guadalajara y Monterrey, y un notable dinamismo demográfico de las ciudades medias. Destaca el crecimiento del área metropolitana de la ciudad de México (abarca las 16 delegaciones político-administrativas del Distrito Federal y 17 municipios conurbados del estado de México), que ha incrementado sus efectivos demográficos de 3.135.826 habitantes registrados en 1950 a más de 19 millones en el año 2008. Este enorme crecimiento transformó el entorno urbano del área central del país y alcanzó al valle de Topluca-Lerma, se extendió hacia Puebla-Txacala y el valle de Cuernavaca. El segundo núcleo de importancia dentro de la primacía urbana es Guadalajara, constituida por los municipios de Guadalajara, Zapopán y Tlaquepaque. Su desarrollo ha estado basado en el importante papel como nudo de transporte y núcleo comercial de la región occidental del territorio mexicano. Por últi-

446


mo, el espacio de Monterrey, que se ha convertido en una de las principales regiones industriales y que registra un dinámico desarrollo demográfico. Además de estas tres primacías urbanas, destaca en México la consolidación de una red de ciudades medianas, de magnitudes que oscilan entre los 100.000 y 1 millón de habitantes, por lo que el número de ciudades medianas aumentó considerablemente durante la segunda mitad del siglo XX: en 1950 se contabilizaban siete, en 1970 la cifra ascendía ya a 36 y en la primera década del presente siglo superan las 100. Ejercen una función de equilibrio territorial y destacan, entre otras, ciudades como Hermosillo, Durango, Zacatecas, San Luis de Potosí, Cuernavaca, Puebla, Queretaro, Pachuca, Oaxaca o Villahermosa. En Colombia, sin embargo, la cuatricefalia urbana tradicional, constituida por las ciudades de Santa Fe de Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla, está siendo sustituida por una primacía de Bogotá, y la macrocefalia es cada vez más acusada. Esto se explica por el aumento de los movimientos migratorios internos, registrados desde la década de los setenta y el consiguiente crecimiento de las funciones comerciales, industriales y administrativas. 4.3.

Causas de la explosión urbana

El aumento de la población urbana se explica fundamentalmente por dos factores: a) El crecimiento natural de la población. b) El éxodo campo-ciudad. Estos movimientos migratorios internos fueron de gran relevancia en la década de los cuarenta y cincuenta, llegaron a suponer más del 60% en el crecimiento urbano en países como Venezuela, Colombia, República Dominicana o Nicaragua. Ambos factores actúan conjuntamente y están en estrecha relación, ya que la mayoría de la población inmigrante se encuentra entre los 15 y 35 años. Zelinsky (1971), ya lanzó la hipótesis, para explicar la transformación de la movilidad, de que el aumento del nivel socioeconómico no lleva consigo únicamente transformaciones en el crecimiento natural sino que también conlleva diferentes comportamientos en lo concerniente a la movilidad de la población.

447


El origen del desequilibrio entre campo/ciudad hay que buscarlo en la época colonial que fomentó el crecimiento de la capital y algunos centros regionales, a los que unió con una red de servicios y transportes, dejando el resto cada vez más aislado. De este modo, las principales capitales estaban más relacionadas política y económicamente con el país colonizador de ultramar, que con su entorno. Este contraste se acentuó tras la independencia y continúa la concentración de las nuevas funciones en las grandes ciudades. Los grandes movimientos campo/ciudad comienzan en la mayoría de los países latinoamericanos en los años treinta y en gran parte tras la Segunda Guerra Mundial. Se explica por factores tanto económicos como demográficos: es una época de gran explosión demográfica con una estancada estructura de la propiedad de la tierra, el comienzo de la industrialización y el auge del sector terciario. Más acusado es el insuficiente desarrollo de las áreas rurales que la atracción que ejercen las ciudades en la decisión de emigrar. Este desequilibrio entre campo y ciudad tiene sus raíces, como ya hemos visto, en la época colonial. Desequilibrio que se acentúa desde finales del XIX, debido no sólo a movimientos migratorios internos sino motivado por la migración de población procedente de Europa: es el caso de las ciudades de Buenos Aires, São Paulo o Montevideo. a) Factores de impulso. Entre ellos destacan: el crecimiento de la población (acelerado por la fase de expansión del proceso de transformación demográfica) en una estructura agraria estancada, sin otras oportunidades de trabajo en las áreas rurales; la ausencia de una auténtica política de desarrollo agrícola; la expansión del latifundio; el incremento del subempleo o unas condiciones económicas y sociales deficientes en las áreas rurales. b) Factores de atracción de los grandes centros urbanos. Entre otros: la formación del sector secundario en el marco de una industrialización basada en la sustitución de importaciones; la expansión del sector servicios; medidas para mejorar la formación profesional y la escolarización; mejores infraestructuras; buena imagen en los medios de comunicación; información de los previamente emigrados que ayudan en el lugar de destino (sistema de compadrazgo). (Mertins, 2003). Actualmente se detecta una leve disminución o estancamiento de la población en las grandes ciudades, debido a la reducción de los movi-

448


mientos inmigratorios y la disminución registrada paralelamente en las tasas de crecimiento natural. Por otro lado, las transformaciones en la agricultura han motivado la posibilidad de creación de empleos temporales en el campo, lo que ha llevado consigo, en algunos casos, la migración no a las grandes ciudades sino a los centros urbanos intermedios más cercanos. 4.4. Estructura interna de la ciudad La ciudad latinoamericana actual, sobre todo las pequeñas y medianas, están muy impregnadas de la herencia colonial tanto en su estructura como en la división socioespacial. Esta herencia colonial se observa en el tipo ideal de las ciudades españolas coloniales. Estas ciudades coloniales surgieron bajo recomendaciones reales (por ejemplo, la instrucción general de 1521) y podemos resaltar las siguientes características (Mertins 2006): — Una regular forma en damero con lados de más de 100 metros (las denominadas cuadras o manzanas). — Los bloques cuadrados en el centro de las ciudades coloniales se dividieron en solares del mismo tamaño. — El centro de la ciudad era la plaza mayor, un cuadrado libre de edificaciones. — A los cuatro lados de la plaza se construyeron los edificios oficiales más representativos, como la catedral, el ayuntamiento, etc., y, junto a ellos, las viviendas de las familias más acomodadas. — Al aumentar la distancia del centro disminuye el tamaño y la calidad de las casas, y con ello el status social. Con ello, la ciudad española colonial desde el punto de vista socioespacial sigue el mismo modelo que las ciudades preindustriales, registrándose un empobrecimiento social del centro a la periferia. — Las actividades comerciales e industriales se concentran al borde de los mercados. — Más alejados se encuentran los asentamientos de los indígenas y en parte también de los esclavos, es decir de las clases sociales más bajas, espacios que la mayoría de las veces estaban separados de la ciudad por unos territorios sin cultivar.

449


Desde la década de los treinta se registra una degradación y deterioro de los centros históricos, debido al paulatino abandono de los residentes, de extracción social alta y media, hacia la periferia de las ciudades y posteriormente hacia áreas más alejadas. Hasta principios de los cincuenta, comienzan a levantarse en los cascos centrales, centros de negocios y oficinas, mientras que una gran parte de los edificios se ocupan o alquilan a la población con menos recursos económicos. Surge un tipo de concentración denominada los cités en Chile, los pasajes en Perú o los caserones en Colombia, constituidos por alojamientos contiguos unidos por un pasadizo estrecho que sirve de acceso común. Mientras que se generaliza la subdivisión de las antiguas casas señoriales en habitaciones donde residen familias enteras, situadas alrededor de un patio central donde se concentran los servicios higiénicos de uso común. A estos asentamientos se les denomina callejones (Perú), vecindades (México y Venezuela), o conventillos (Chile y Argentina). Esto se refleja en la conformación de un paisaje urbano discontinuo y un desplazamiento paulatino de la población hacia la periferia. Un crecimiento de la población urbana que va acompañado de un incremento de la superficie urbana. El aumento incontrolado de las ciudades ha degradado paulatinamente el actual espacio urbano y las condiciones de vida de la población que allí reside. Uno de los aspectos más significativos de la transformación del espacio urbano es la aparición de los nuevos barrios marginales que crecen sin control y aparecen de forma espontánea. Estos barrios acogen una población en extrema pobreza y están constituidos por un tipo de hábitat subintegrado, que reciben diversas denominaciones: favelas (Brasil), callampas (Chile), ciudades perdidas (México), villas miseria (Argentina), barriadas, pueblos jóvenes (Perú), cantegriles, viviendas brujas, entre otras. Se trata, por regla general, de viviendas construidas espontáneamente sobre terrenos yermos y que han transformado la periferia de las grandes ciudades de América Latina, donde se concentra una gran parte de la población, y que han registrado un notable ritmo de crecimiento. De manera general, podemos distinguir tres formas de asentamiento periféricos en las metrópolis de América Latina, que de manera desigual explican el crecimiento espacial de la población en las grandes ciudades (Mertins 2003): a) Los barrios de clase social alta, que la mayoría de las veces se localiza en un solo sector. El proceso de suburbanización se lleva a cabo por la emi-

450


gración de la clase social elevada desde el centro de la metrópolis. Tiene lugar desde los años veinte y se acrecienta en la década de los treinta y cuarenta en algunas ciudades de Centroamérica tras la Segunda Guerra Mundial. El motivo del abandono es, en unos casos, el aumento del deterioro medioambiental y el alto valor del suelo para edificios de oficinas y comercios. En otros, es la posibilidad de poseer modernas viviendas en barrios con mejor infraestructura. b) Los barrios formados por viviendas sociales y de bajo coste, que surgieron sobre todo en la década de los setenta. Este sector de viviendas sociales forma barrios de altos bloques de viviendas, debido al bajo precio del suelo. c) Los barrios ilegales y marginales que predominan por toda la periferia. El crecimiento espacial de las grandes ciudades latinoamericanas desde la década de los sesenta está caracterizado por la aparición de barrios de chabolas en la periferia de las ciudades. La crisis económica de la década de los ochenta acentuó esta tendencia. 5. 5.1.

UNA ECONOMÍA DEPENDIENTE Fases en el desarrollo económico. Economía colonial y reformas liberales

En la primera etapa de la colonización latinoamericana la búsqueda de minas de oro fue uno de los motivos que impulsaron los avances hacia la conquista de nuevas tierras. Es una época en la que Europa utilizaba el oro como forma de pago para cualquier intercambio comercial y, por lo tanto, era símbolo de poder y riqueza. Con el descubrimiento de las minas de plata (Zacatecas, Guanajuato, Potosí) se pasó al denominado ciclo de la plata, que perduró hasta finales del siglo XVI, momento en el que se alcanzó la cifra de 300 toneladas anuales de producción. Este gran montante, sin embargo, no fue utilizado en el desarrollo de actividades productivas locales y se fomentó la importación de productos manufacturados de otros países europeos como Inglaterra, Francia y Holanda. Comienza a generarse una dependencia cada vez mayor del exterior. El proceso de colonización reemplaza las economías indígenas existentes por un sistema tendente a cubrir las necesidades del exterior sin tener en

451


cuenta el desarrollo interno. Con la progresiva independencia política de las colonias durante el XIX, comienza una época de liberalismo económico y América Latina se incluye definitivamente en el mercado mundial como exportador de materias primas, tanto agrícolas como mineras, con lo que aumenta considerablemente su producción. Esta dinámica tiene repercusiones en el territorio y se produce un desigual desarrollo regional: un claro crecimiento de las áreas de producción, generalmente ubicadas en la costa, frente a un retroceso y estancamiento del interior. Al mismo tiempo, se inicia un control extranjero de determinados sectores de producción. Todo ello unido a una economía basada en un número reducido de productos, que llegaban a suponer más del 30% de las exportaciones, al tiempo que se sometían a las fluctuaciones del mercado mundial. La dependencia económica del exterior sigue acrecentándose. A finales del XIX esta dependencia se consolidó con el nacimiento de un incipiente desarrollo industrial fomentado por capitales extranjeros, sobre todo británicos y norteamericanos. Comienza a desarrollarse una industria textil y de elaboración de productos agrícolas así como de extracción de minerales (cobre, estaño, nitrato, posteriormente petróleo), que quedaba en manos de sociedades extranjeras. Este proceso persistió durante la primera mitad del siglo XX: tras la crisis de la Primera Guerra Mundial el capital norteamericano controlaba gran parte de las producciones y se incrementó también su poder político sobre toda la región. Es una etapa de desarrollo y crecimiento del comercio internacional con la exportación de materias primas bajo el control norteamericano. Sin embargo, la crisis económica que atravesó Europa tras la Primera Guerra Mundial, que necesitaba los productos del subcontinente, tuvo como resultado en algunas regiones (Argentina, Brasil, México, Chile) el comienzo de un desarrollo hacia dentro y la creación de una industria autónoma denominada de sustitución de las importaciones. Este proceso evolucionó en la década de los cuarenta, a partir de la Segunda Guerra Mundial y bajo el gobierno de regímenes populistas, época en la que se desarrollaron nuevas industrias, tanto de bienes de consumo (productos alimenticios, textil, pieles...) como bienes de equipo (siderurgia, maquinaria agrícola, automóviles, petroquímicas...). Es el momento en que con más fuerza se intenta el desarrollo interno, mediante la intervención del Estado y la aplicación de una serie de medidas, como la nacionalización de las infraestructuras y las

452


energías (ferrocarriles, electricidad, petróleo). En México, Argentina, Brasil, Bolivia, Venezuela y, más tarde, en Ecuador, Chile y Perú, se llevan a cabo políticas nacionalizadoras. Se logró alcanzar un aumento del nivel de vida y del bienestar económico, aunque frenado por la gran explosión demográfica. En los pequeños países de América Central con una economía basada en el monocultivo y volcado hacia el exterior, sin embargo, este proceso fue mucho menos acusado. Este intento de desarrollo interno se vio mermado por la gran dependencia tecnológica del exterior, que hacía que sus productos fueran poco competitivos y con baja rentabilidad en el contexto del mercado mundial de la exportación. En 1948 se crea la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) encargada de analizar los problemas que surgen por la existencia del patente desequilibrio en las relaciones comerciales con los países más industrializados y la consiguiente dependencia. Se recomienda, entre otras medidas, la industrialización enfocada a las demandas internas y la formación de un mercado común interno latinoamericano. La necesidad de nuevas inversiones de capital para la financiación de bienes de equipo costosos y nueva tecnología para la industria y la carencia de capitales hicieron necesaria la petición de préstamos a organismos internacionales y grandes bancos (FMI, Fondo Monetario Internacional; BIRD, Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo; BID, Banco Interamericano de Desarrollo), surgidos tras la Segunda Guerra Mundial, con el objetivo teórico de fomentar el desarrollo en regiones más pobres. En la práctica, han supuesto una extrema dependencia de estos centros financieros internacionales y han originado graves desequilibrios internos, así como un crecimiento de la deuda externa. Si en las décadas de los sesenta y setenta, América Latina registró un gran crecimiento (1960/1979 tasa de crecimiento media del PNB: 7,2%), a partir de entonces se observa una gran recesión debido, fundamentalmente, a dos factores que, unidos, forman el llamado «efecto tijera»: a) El retroceso registrado en los países más industrializados tras la crisis del petróleo de finales de la década de los setenta; esta crisis trajo consigo una recesión en el comercio internacional y una disminución de los precios de las materias primas: productos mineros y agrícolas. b) La existencia de unos elevados tipos de interés.

453


De este modo, en la década de los ochenta, con el aumento de los tipos de interés y la subida de la cotización del dólar y la bajada del precio de las materias primas, la deuda se dispara: en 1990 ascendía en Brasil a 114.500 millones de dólares (1982: 70.000 millones); en México a 101.500 (1982: 81.000 millones); en Argentina a 58.900 (1982: 40.000) (Total América Latina 1990: 420.000 millones de dólares). En esta década, denominada la «década perdida», se acumularon los intereses de la deuda, de tal modo que la devolución de éstos superaba lo que se recibía de los fondos monetarios internacionales. Por todo ello, se tuvo que llevar a cabo una política de reajuste económico (Plan Austral de 1985 en Argentina; Plan Cruzado de Brasil en 1986) hasta tal punto que se disminuyó la renta per capita en algunos países hasta los niveles de los años setenta (disminución media del 8,3% y en algunos, como Perú, hasta el 20%). Tras la «década perdida» de los ochenta, las políticas de ajuste de los noventa han generado unos niveles de pobreza aún más desequilibrados, sobre todo en el área rural, por lo que las desigualdades ya existentes se han visto incrementadas. Por otro lado, la puesta en marcha de los Programas de Compensación Social, que intentan paliar y corregir estos desequilibrios, no ha obtenido mejores resultados. Los costes sociales del crecimiento económico son muy altos. Los fuertes ajustes económicos provocaron una desestabilización social que llegó a afectar también a la clase media y al poder político. Por otro lado, al verse reducidas las inversiones en el sector productivo se vieron frenadas y agravadas las proyecciones de desarrollo futuro. El entonces presidente de Perú, Alan García, manifiesta su negativa a destinar más del 10% del total de las exportaciones para el pago de los intereses de la deuda, mientras que en Cuba, Fidel Castro, propone su cancelación total. Se ponen en práctica diversos planes tendentes a solventar la deuda y fomentar el desarrollo. El Plan Baker (1985) y el Plan Brady (1988), redujeron levemente el volumen de la deuda, pero llevaron consigo una marcha atrás en el proceso de nacionalización, por lo tanto una mayor privatización y un alto coste social. Las políticas neoliberales (Thatcher, Reagan) de principios de los noventa que proclamaban la privatización, la exportación y el libre mercado y la necesidad del subcontinente de integrarse a los mercados internacionales, se tradujo en sucesivas privatizaciones de sectores del transporte (ferrocarriles y compañías aéreas), fuentes de energía (petróleo, gas, electricidad),

454


medios de comunicación (televisión, prensa), bancos...: Chile, Argentina, Venezuela, y Perú son ejemplos significativos. Privatizaciones que si a nivel macroeconómico supusieron un aumento del PIB, sin embargo, originaron fuertes desequilibrios sociales internos y desequilibrios en el desarrollo regional. Por otro lado, las políticas económicas de ajuste que surgieron como consecuencia del aumento de la deuda se reflejaron en la reducción del volumen de comercio interregional. Se intentan tomar medidas de integración regional con la instauración de regímenes liberados de las dictaduras militares, con similitud de enfoques en el marco económico, y se potencia la creación de diversas organizaciones y alianzas económicas (Mercosur, Pacto Andino, entre otras). Los desequilibrios internos, sin embargo, siguen siendo todavía muy acusados. El nivel de desarrollo económico sigue situado en un nivel intermedio entre los países más industrializados y los menos desarrollados, está supeditado a las fluctuaciones económicas mundiales. Depende de las variaciones de la oferta y demanda de las materias primas, que repercute directamente en la subida o bajada de precios; de los niveles de inflación de los países industrializados, que también repercute en los precios de las importaciones; de los precios del petróleo, fuente de energía primordial. 5.2.

La agricultura latinoamericana: modernización y pobreza rural

Según datos del Banco Mundial, el 2008 el sector agrario representaba en el conjunto del espacio latinoamericano el 7 % del PIB (30% el sector secundario y 63% el sector terciario). Este porcentaje del sector agrario disminuye progresivamente desde mediados del siglo XX, aunque representa más del 50% del valor total de las exportaciones. Ahora bien, en el medio agrícola existen grandes disparidades regionales que no se ven reflejadas en las estadísticas sobre el ingreso medio de la agricultura. Estas disparidades vienen determinadas por factores como el medio natural, la antigüedad e historia del poblamiento y la colonización, así como la orientación de la producción hacia el exterior. Unas determinadas condiciones sociales, heredadas del periodo de la colonización, y la existencia de una clara dualidad entre una economía de exportación y una econo-

455


mía tradicional de subsistencia han conformado un paisaje agrario donde conviven estructuras agrarias fuertemente contrastadas, y donde la introducción de verdaderas reformas agrarias resulta, en la mayoría de las ocasiones, muy compleja (Atlas Histórico y Geográfico Universitario, UNED, mapa IX.63).

5.2.1.

Herencia histórica

La agricultura no tuvo apenas interés para los conquistadores, pues la colonización estuvo centrada, como ya hemos visto, en la explotación de las minas de oro y plata que proporcionaba un mayor y más rápido enriquecimiento: de 1510 a 1530 y de 1551 a 1560 se suceden los ciclos del oro; desde 1520 comienza la explotación de minas de plata, que en 1561 superará en volumen al oro. Este hecho, unido a factores como el que se tratara de un medio nuevo y desconocido, los problemas de abastecimiento y la inexistencia de animales de labor, se reflejó en el hecho de que surgieran enclaves agrícolas de importancia. Los primeros asentamientos fueron fundados por Colón en las Antillas y se instalaban con carácter de factoría comercial, donde la empresa se encargaba de canalizar las mercancías que se enviaban a Europa. Posteriormente se fundan los asentamientos mineros donde se desarrollaba la explotación de los yacimientos auríferos y argentíferos. Así pues, las labores de la tierra sólo se realizaban como complemento de abastecimiento de alimentos, ya que se importaban todos los bienes de consumo necesarios. Pero la explotación minera llevaba consigo la formación de enclaves urbanos y mineros cada vez mayores, donde se concentraba la población que demandaba productos alimenticios. Comienza a crearse la necesidad, por parte de los colonizadores, de desarrollar la agricultura con la introducción de nuevos cultivos, como el trigo, y la extensión de las actividades agropecuarias, registrándose un crecimiento de la ganadería bovina, ovina y porcina para abastecer estas concentraciones. Al mismo tiempo, comienzan a exportarse también cultivos indígenas como el maíz, patatas, tomates, café, cacao, tabaco... Importaciones que alcanzan su máximo desarrollo con la introducción del sistema de plantación (caña de azúcar, algodón, cacao) a finales de la época colonial y que consolidó la propiedad privada de grandes extensiones de tierra. Así, la explotación de la tierra se fue convirtiendo en un sector de productos exportables que beneficiaban las economías locales

456


y a la vez suponían importantes ingresos para la Corona española. Esta nueva forma de enriquecimiento va a suponer, sin embargo, una descomposición de la sociedad y la economía indígenas. 5.2.1.1.

La agricultura precolombina

Durante la época precolombina, los espacios de la geografía americana, en los que se concentraban núcleos urbanos con altas densidades de población, estaban constituidos por sistemas políticos, económicos y sociales que conformaban la comunidad y donde se trabajaba la tierra por generaciones familiares y se desarrollaba una agricultura intensiva (calpulli en la civilización azteca; ayllu en la civilización andina). El maíz era el elemento principal de la alimentación, como lo era entonces el trigo en Europa, hasta tal punto que se haya denominado las civilizaciones del maíz al conjunto de pueblos aztecas, mayas, chibchas e incas. Civilizaciones cuyo cultivo básico era el maíz y que aunque utilizando diferentes sistemas, practicaban la agricultura como base de su economía. La civilización maya practicaba el sistema denominado milpa, un sistema de rotación por el cual se podían recoger varias cosechas de maíz, con lo que no sólo servían para autoabastecerse, sino también se podía utilizar para el intercambio con otras comunidades. La utilización del sistema de rozas (tala o quema de la vegetación para el cultivo) fue dejando tierras áridas por los desmontes, que necesitaban varios años para recuperarse después de ser utilizadas. El crecimiento urbano produjo la necesidad de nuevas y más amplias roturaciones para la instalación de nuevas milpas lo que llevó consigo lo que se ha denominado «colapso agrícola» y que contribuyó sobremanera al ocaso de la civilización maya. La civilización azteca utilizó también el sistema de rozas para el cultivo de maíz, y el regadío (chinampas), con grandes obras de ingeniería hidráulica, que facilitó la plantación de variados cultivos en los lagos (judías, tomates, pimientos, calabaza, ñame, batatas, etc.). Un sistema muy común consistía en la construcción de superficies delimitadas por acumulación de troncos y vegetación y colmatadas de tierra. En Tahunatinsuyu (imperio inca) se practicaban sistemas variados de regadío y cultivo de terrazas en las laderas de las vertientes montañosas y el cultivo a distintas alturas (maíz hasta 3.000 metros de altitud, patatas hasta los

457


5.000 m). Sistemas hidráulicos de canales que trasladaban el agua a las áreas de cultivo, realizados mediante un sistema comunitario. Por otro lado, la labor comunitaria que se desarrolló sobre la base de la mita (trabajo obligatorio que la comunidad debía realizar para el Estado) hizo posible la construcción de muros y mejoras para la canalización de las aguas. 5.2.1.2.

La explotación de la tierra en la época colonial: encomiendas, estancias y plantaciones

El dominio colonial transformó este esquema de explotación de la tierra. En un primer momento, con la entrada de los colonizadores, comenzó un trasvase regional de cultivos: la patata llega a México desde Perú, cultivo que posteriormente solucionaría hambrunas en Europa; el algodón desde los Andes al Río de la Plata; el cacao desde Nueva España a Venezuela. En el siglo XVI, con el sistema de encomienda, comienza a entrar en escena el agricultor europeo. Los territorios conquistados pasaban a formar parte de la Corona: son las llamadas tierras de realengo. Por lo tanto, la propiedad del suelo solamente podía ser adquirida por concesión real. Por medio de la encomienda, procedente de la Edad Media castellana, pero que en América adquirió caracteres propios, el rey otorgaba al encomendero las tierras descubiertas y el derecho a recibir el tributo o trabajo que el súbdito indio (encomendado) debía pagar a la corona, pero no la concesión de las tierras de la comunidad indígena sobre las que éste habitaba o tenía en propiedad, que seguía perteneciendo al rey, a la propia comunidad o a otro encomendero. Este sistema de encomiendas supuso el primer paso hacia la formación de grandes propiedades y la puesta en marcha de la agricultura colonial. La implantación de una agricultura extensiva, la producción masiva orientada al mercado exterior y la utilización mayoritaria de mano de obra indígena, supuso una gran transformación en la estructura social y en los paisajes naturales. El término estancia se utilizaba entonces para designar el lugar donde vivía el propietario; aunque en un principio designaba tierras ganaderas de explotación extensiva, posteriormente evolucionaría en tierras agrícolas y ganaderas. Desde estas primeras concesiones, se inicia un proceso de acumulación de tierras en manos de los más ricos. Con la promulgación real de que no se cedían más tierras de labranza y pastoreo como merced real y gratuitamen-

458


te, sino que había que venderlas en pública subasta y darlas al mejor postor, la Corona hacía frente a las crisis financieras con la introducción de ingresos; pero, al mismo tiempo, la tierra de asentamiento comenzó a ser utilizada como mercancía y objeto de especulación. Como muchos de los territorios habían sido ocupados sin la posesión de títulos legales, bajo el reinado de Felipe II se adoptaron las denominadas composiciones de tierra, que obligaban a demostrar el derecho de propiedad sobre los predios ocupados. Mediante el método de composición, llevado a cabo a finales del XVI, se consolidó definitivamente la gran propiedad. Este método supuso una clara desventaja para los pequeños campesinos y para las comunidades indígenas, ya que sólo una pequeña minoría de potentados pudo legalizar la posesión de unas tierras a las que había tenido acceso de forma ilícita. Ello fue debido al hecho de que dichas composiciones exigían tener que acreditar los derechos de posesión de la tierra o, en caso contrario, la obligatoriedad de satisfacer la compra según precios fijados por la Hacienda Real, y sólo los más ricos pudieron acceder a su compra. Ya en el siglo XVII surge la hacienda, una gran propiedad de tipo claramente capitalista. En Brasil se llevó a cabo una colonización basada en la explotación del palo de brasil, en un primer momento, y posteriormente del azúcar, que llegó a alcanzar un gran valor en Europa y se convirtió en un producto de exportación de la gran mayoría de los países de América Latina. En el noreste brasileño (en el actual estado de Pernambuco), de clima tropical, donde no existían antiguas culturas ni comunidades indígenas sedentarias, con buenas condiciones para el cultivo de caña de azúcar, cultivo que necesitaba abundante mano de obra, se recurrió al trasvase de población emigrante desde Madeira. Ya desde el siglo XVI comenzaron a desarrollarse las plantaciones, en sistema de monocultivo, orientadas hacia la exportación y se implantaron formas de trabajo de signo esclavista. Desde 1580 hasta su abolición en 1888 predominó la esclavitud como forma de trabajo. El comercio entre Portugal, el resto del imperio portugués y Brasil, fue predominantemente de esclavos de este a oeste, y de azúcar desde oeste a este. Gilberto Freyre ha caracterizado a la sociedad como agraria en su estructura, esclavista en su técnica de explotación económica, y mezclada con el indio y el negro en su composición (Martínez Díaz, 1985, p. 19).

459


Ya en el siglo XVII la aparición y crecimiento de centros urbanos (como México, Cuzco, Quito, Lima, La Paz, Maracaibo, Santa Fe de Bogotá, Caracas) y mineros (como Potosí, que llegó a alcanzar los 150.000 habitantes), Ouro, Antioquia, Tolima (Nueva Granada), Zacatecas y Guanajuato (Nueva España), demandan cada vez mayores volúmenes de productos alimenticios, lo que impulsó el crecimiento de las áreas agrícolas. Surge la hacienda, donde se combina la agricultura y la ganadería, para poder cubrir las necesidades de estos dos focos consumidores. Mientras tanto, continuaba el derecho al usufructo de mano de obra indígena, que estaba concedido por el sistema de encomienda y, a pesar de algún intento de revisión para frenar su abuso, no fue abolido definitivamente hasta 1720, bajo el reinado de Felipe V, aunque en algunas zonas continuó bajo diversas formas (naborías en las Antillas y Nueva España; yanacona en Perú) hasta finales del XVIII. La economía de plantación alcanza su mayor desarrollo con la explotación comercial del azúcar. Se trata de una gran empresa que requiere altas inversiones y está volcada hacia el exterior. Su función difiere de la hacienda que, como ya hemos visto, registra su mayor expansión en América Latina por el aumento de la demanda de los centros urbanos y los centros mineros y que posee una orientación hacia el mercado local con métodos de agricultura tradicional, sin necesidad de grandes inversiones y con una función de abastecimiento, al poseer pequeñas parcelas destinadas a la producción de cultivos para el consumo interno. No hay que olvidar, sin embargo, que el término hacienda se ha seguido utilizando para empresas dedicadas al cultivo del café o del cacao, muy semejantes a las plantaciones azucareras. Con la introducción del sistema de plantación —primero de la caña de azúcar, más tarde del algodón y del cacao—, que alcanza su mayor desarrollo al final de la época colonial, se intensifican las exportaciones agrícolas que demandaba la creciente población europea. Se favorece el proceso de privatización de la tierra bajo formas como la hacienda (fazenda en Brasil), que contrastaba con la explotación comunitaria de la población indígena. Al mismo tiempo, por esa clara orientación hacia la exportación, no se tienen en cuenta las necesidades del consumo interior ni el desarrollo de las manufacturas locales, lo que da lugar a la formación de unas condiciones de dependencia externa que se verán agravadas posteriormente.

460


5.2.1.3.

El proceso de acumulación de las tierras agrícolas

El nacimiento de la gran propiedad agrícola, sin embargo, no puede considerarse como consecuencia directa de la conquista. En la concesión de mercedes de tierra que se facilitaba a los conquistadores se limitaba la recepción de tantas peonías y caballerías de tierras para cultivo y explotación ganadera, como pudieran explotar. Sin embargo, la formación de latifundios, tanto civiles como eclesiásticos, fue un hecho evidente. Esta acumulación de tierras en manos de las familias más ricas y poderosas se explica por la conjunción de varios factores: a) Las concedidas mercedes de tierra fueron en muchas ocasiones vendidas a terceros, a pesar de su prohibición. Ventas que aumentaban la especulación del suelo y daba lugar a la acumulación de tierras por los más ricos. b) Las composiciones de tierra que, a través del pago de dinero daban legitimidad a la propiedad que se había adquirido de forma ilegal, acentuaron el desarrollo y la consolidación del latifundio. c) Las estancias que en un primer momento solamente significaban el derecho a la utilización de los pastos, derivaron en una propiedad privada y total de la tierra. Este hecho da lugar, entonces, al característico latifundio latinoamericano: la hacienda, que tiene su máximo desarrollo en el siglo XVIII. En regiones como Chile o el Río de la Plata, sin embargo, la denominación «estancia» pasó a referirse a la propia hacienda y no una simple medida de superficie (estancia = 780 ha). d) Con la implantación del mayorazgo, por el que se creaba el derecho de herencia de la tierra al hijo mayor, el latifundio se mantuvo indivisible. En el siglo XVIII, para paliar la concentración de la propiedad de la tierra y su escasa productividad, se realizaron los primeros intentos de reforma agraria. Pero estos intentos de redistribución del suelo para un mejor rendimiento, llevados a cabo por el Antiguo Régimen, fueron rechazados tras un conjunto de dificultades, y se admite el derecho a la propiedad de la tierra. Las transformaciones políticas que tienen lugar durante el siglo XIX dan como resultado un incremento de la concentración de la propiedad de la tierra. La independencia de los países latinoamericanos a lo largo del siglo

461


marcó el final del sistema económico colonial. Comienza una etapa de libre comercio que termina de consolidar la gran propiedad de signo capitalista y los sistemas de tenencia de la tierra por parte del campesino, asociados a la gran propiedad y acogiéndose a los procesos llevados a cabos por la desamortización. Las reformas liberales y el capital procedente del extranjero, que se invertía fundamentalmente en la creación de infraestructuras en las redes ferroviarias y portuarias, y en la adquisición de nuevas tierras, dan como resultado un incremento de la especialización agraria en productos destinados al mercado externo y facilitado por las nuevas infraestructuras. Durante las primeras décadas del siglo XX se registra un crecimiento de la gran propiedad procedente de áreas de bosque o de tierras comunales, mientras que en las regiones tropicales el cultivo de caña de azúcar impulsa el incremento de las grandes plantaciones. Es el caso de Puerto Rico, Cuba o el área húmeda del sector nororiental de Brasil. Este proceso va acompañado de una fuerte entrada de capital extranjero, que favorece la concentración de la propiedad (compra de las empresas nacionales existentes), mientras que los campesinos asociados a las anteriores grandes propiedades (moradores o foreiros) son reconvertidos en asalariados de las fábricas de las plantaciones. Es el caso de las plantaciones de café de la región de São Paulo, donde se practica una agricultura de exportación de carácter extensivo. En los países del Plata, sobre todo Argentina y Uruguay, se crean grandes estancias ganaderas, hecho facilitado por la instalación de nuevas líneas férreas. En fin, un largo proceso de concentración de la propiedad a lo largo de casi cinco siglos, y un fortalecimiento de las desigualdades sociales que se ha incrementado y consolidado a lo largo del tiempo. Estas desigualdades se reflejan en los niveles registrados de concentración de la riqueza y del poder político en un pequeño número de propietarios. 5.2.2.

Sistemas agrarios: coexistencia de pequeñas y grandes propiedades

La estructura agraria latinoamericana está caracterizada por la contraposición entre la pequeña y la gran explotación, diferenciadas no sólo por el tamaño de la superficie sino también por el modo de propiedad de

462


la tierra y el sistema de cultivo. A primera vista se observa que cerca del 50% de las tierras está en manos del 2% de terratenientes, mientras que sólo el 3% de la superficie cultivada es controlada por el 70% de los campesinos. Tierras donde destacan los cultivos de café, azúcar, algodón, cacao, plátanos, tabaco, soja, y las grandes explotaciones ganaderas de carácter extensivo. Podemos distinguir dos sistemas de propiedad de la tierra: los minifundios, pequeñas explotaciones familiares; y las grandes propiedades: latifundios de manos muertas; sistema de plantaciones y haciendas. Las pequeñas explotaciones familiares se explican por la conjunción de diversos factores como son la disgregación de las comunidades indígenas, y la puesta en práctica de reformas agrarias o de planes de colonización. Por otro lado, existe una variada forma de propiedad de la tierra que va desde la unidad familiar independiente, hasta el usufructo de una parte de una comunidad o la aparcería, ya que en muchos casos resulta insuficiente para mantener las necesidades familiares. En Guatemala, Ecuador, Perú, Haití, Jamaica o Salvador más de las 3/4 partes de las familias rurales poseen explotaciones familiares. Estas pequeñas explotaciones están caracterizadas por la puesta en práctica de sistemas tradicionales (agricultura de rotación) y un policultivo de autoconsumo. Cumplen un papel esencial y complementario a la gran explotación de cultivos industriales orientados hacia la exportación. El sistema agrícola varía en función del medio natural y de la estructura social. Se caracterizan por la producción de una amplia variedad de cultivos e incluso la práctica de varios cultivos en un mismo terreno para asegurar el abastecimiento frente a posibles peligros (sequía, vientos, etc.) y reducir al mínimo el riesgo de crisis económica. Sus productos están orientados a abastecer el mercado interior, tanto de cereales como de frutas y legumbres (trigo, maíz, patatas, fríjoles, arroz...). En las áreas montañosas es usual la existencia de parcelas pequeñas, separadas entre sí y a distintas altitudes donde se cultivan patatas, maíz, fríjoles, batatas, yuca y caña de azúcar. En numerosas ocasiones, los miembros de las familias de campesinos de las pequeñas explotaciones se ven obligados a trabajar en las haciendas cercanas o a emigrar temporalmente para realizar trabajos temporales. Por otro lado, la subdivisión de la tierra a través de generaciones, motivada por

463


las sucesivas herencias, lleva consigo una reducción del tamaño de la superficie de las ya de por sí pequeñas parcelas, lo que acelera el proceso migratorio. Las grandes explotaciones están caracterizadas por su orientación hacia la exportación, por su dedicación a cultivos especializados, la utilización de métodos modernos de producción, la aplicación de nuevas y modernas técnicas de explotación, escasa mano de obra, y cuya propiedad está en manos, en la mayoría de los casos, de grandes empresas y de sociedades extranjeras. Estas grandes explotaciones comerciales se caracterizan también por la implantación de un monocultivo orientado hacia la exportación: café (Colombia, Brasil); bananas (Ecuador, Colombia); azúcar (Cuba, Barbados), ganadería lanar y vacuna (Argentina, Uruguay). En las estancias, características de la región del Plata, se practica la ganadería y el cultivo de cereales con orientación hacia los mercados exteriores e interiores, y una explotación extensiva. Mientras que la entrada de nuevos productos agrícolas de las grandes explotaciones (aguacate, tomates, fresas, soja) en las exportaciones del subcontinente refleja los cambios producidos en la demanda y en los precios del mercado mundial, así como la mano de obra más barata y las mejores condiciones naturales respecto a muchos de los países más desarrollados. En algunos casos, el origen de las grandes propiedades se remonta al periodo colonial y en otros casos se formaron a lo largo del siglo XIX y XX, mediante la adquisición paulatina de tierras. En las áreas tropicales es notable, también, el incremento de las grandes explotaciones dedicadas a la producción de carne, en espacios ganados al bosque donde se detecta una intensa y continua deforestación. En algunos países el Estado se ha hecho propietario de las grandes haciendas: es el caso, por ejemplo, de las plantaciones de caña de azúcar de Cuba o las de algodón y azúcar de Perú. Por último, indicar que las grandes haciendas siguen siendo de gran importancia por el volumen de producción y por los métodos modernos de tecnología, a pesar del escaso número de población agrícola que acogen. Es patente el uso cada vez más intensivo de la agricultura comercial donde se combina la explotación ganadera y avícola.

464


5.2.3.

Distribución geográfica de las explotaciones agrícolas

En América Central y México, la población rural se concentra en la cadena montañosa y practica sistemas de cultivo de subsistencia en pequeñas explotaciones donde se cultiva maíz, frijoles, calabaza..., mientras que en las zonas más altas se encuentra el dominio de las grandes explotaciones donde se cultiva mayoritariamente el café. El espacio de las llanuras, es el dominio de las plantaciones comerciales de bananas, por lo general en manos de sociedades extranjeras (mayoritariamente norteamericanas). En América del Sur, mientras que en las llanuras situadas al este de la cordillera andina hay una baja densidad de población rural, se registra una concentración de población agrícola en las tierras altas occidentales, a lo largo de la cordillera andina, desde Venezuela hasta el cono sur, Chile y Argentina. Aunque predominan las pequeñas explotaciones, donde se cultiva maíz, patatas y frijoles, en algunas áreas existen también grandes explotaciones donde se combina la agricultura con la ganadería. En las regiones litorales de Ecuador, Perú y Chile se practica una agricultura comercial de gran relevancia con la producción de cacao, bananas, algodón y caña de azúcar. Por último, en las áreas situadas en las regiones templadas de Argentina, Uruguay y Brasil se cultivan cereales combinados con el ganado extensivo para la producción de carne. Hay que resaltar, que en Brasil las extensiones de cultivo agrícola se han ido desplazando paulatinamente hacia el oeste y aparece cada vez más asociada a la actividad ganadera, mientras que en el centro y noreste, la población se concentra en el litoral. Es importante la producción de café, cacao y caña de azúcar en grandes haciendas para la exportación. 5.2.4.

El fracaso de las reformas agrarias

Desde la época de la colonización la tierra ha sido controlada por un número reducido de personas en forma de grandes propiedades. Esta privatización se vio agravada, durante la época de las reformas liberales del siglo XIX, con la formación de la agricultura de plantación y el aumento de la demanda de productos alimenticios y, durante el siglo XX, con el aumento de la orientación de las producciones a un solo cultivo

465


así como por la instalación de las grandes empresas norteamericanas. América Latina ha sido pionera mundial en la introducción de las reformas agrarias. En casi todos los países latinoamericanos se han dictado leyes de reforma agraria. Aunque hay casos como Haití, Salvador, Argentina, Uruguay y Santo Domingo, en los que no se ha registrado apenas una transformación de la estructura agraria heredada. Pero las sucesivas leyes de reforma han transformado muy poco el desequilibrio de la estructura agraria. (Le Coz, 1975, p. 150 ss.). Sin embargo, sólo algunas reformas agrarias fueron llevadas a buen término. En ciertos casos, se han alcanzado objetivos en algunos aspectos como la redistribución de tierras o el aumento de la productividad, pero en la mayor parte de los países no se alcanzaron las metas propuestas y quedaron limitadas a la ejecución de normas aisladas. a) México, inició ya un primer intento de reforma agraria con la Revolución de 1910, se instauró en 1917 y alcanzó un gran empuje y desarrollo de 1934 y 1940, bajo el gobierno de Cárdenas. El proceso se basaba en la distribución de las tierras de los grandes latifundios y la creación de un sistema comunitario: una forma de tenencia de la tierra donde la propiedad de las tierras y aguas es comunal (el ejido), dividida en pequeñas parcelas y repartidas entre los campesinos para su explotación, que no pueden enajenarlas. El término ejido se utiliza tanto para designar al grupo de tierras que posee una comunidad, como a la comunidad en sí. Sin embargo, los ejidos, dado su pequeño tamaño y la falta de ayudas y asistencia técnica, no pudieron ser competitivos y comenzaron a ser vendidos o arrendados a pesar de su prohibición. En 1991 fue autorizada su privatización mediante la promulgación de una reforma constitucional. b) En Guatemala, el proyecto de reforma agraria promovido bajo la presidencia de Arbenz en la década de los cincuenta fue abortado por la actuación de la United Fruit Co., de capital norteamericano, que vio peligrar sus intereses, provocando el golpe de estado de 1954, y apoyando la formación de un gobierno que favoreciera sus intereses para poder mantener su control de producción en la zona. c) En Bolivia, tras la Revolución nacionalista de 1952, se registró un proceso de expropiación de las tierras de los latifundios y la entrega a los campesinos de las tierras que cultivaban. De nuevo, la inexistencia de una

466


adecuada asistencia técnica posterior para poder desarrollar la agricultura, hizo fracasar la reforma, y la colonización del área oriental y septentrional desarrolló posteriormente nuevas formas de latifundio. d) En Chile, entre 1962 y 1964 se realizó una suave expropiación, a buen precio y de predios poco productivos. Entre 1965 y 1970 la CORA (Corporación de Reforma Agraria) distribuyó 1.408 propiedades. Entre 1970 y 1973, bajo el gobierno de la Unidad Popular de Allende, se quiere eliminar el latifundio, pero con el golpe de Estado de 1973 que llevó al poder a la Junta Militar de Pinochet, se dió fin al proceso de expropiaciones iniciado, y fueron devueltos gran parte de los predios expropiados entre 1970 y 1973. De este modo, fueron desapareciendo las cooperativas surgidas entre 1964 y 1973. e) Perú, bajo el gobierno de la junta militar progresista del general Velasco Alvarado, entre 1968 y 1975, centró las expropiaciones en las haciendas azucareras de la costa y de las multinacionales que controlaban la producción en la zona de la sierra (Cerro Pasco Mining Corporation), transformando los latifundios en cooperativas. f) En Cuba se realizó una serie de expropiaciones de la tierra y de toda la infraestructura productiva a partir de 1959. Se nacionalizaron las haciendas azucareras y se realizó una colectivización de la superficie agrícola. Se crea el Instituto Nacional de la Reforma Agraria (INRA) durante la primera ley de reforma agraria, que se encarga de organizar, controlar y dirigir las nuevas propiedades y asesorar a los pequeños campesinos. Durante esta primera reforma, de carácter moderado, y tras la ruptura de relaciones con Estados Unidos, que controlaba la gran mayoría de los grandes latifundios azucareros, se nacionalizan las grandes plantaciones y se crean las granjas del pueblo (cooperativas agrícolas) y las granjas azucareras. En octubre de 1963 se pone en marcha una segunda reforma agraria. Se realiza una reestructuración del espacio y a nivel administrativo se crean los distritos (antiguas municipalidades) y las células (unidades menores con funciones administrativas, económicas y políticas) enmarcadas en la provincia. g) En Nicaragua después de 1979, con el gobierno sandinista, se expropiaron los latifundios que poseía la familia del dictador Somoza que representaba el 20% del total de la superficie cultivable.

467


h) En Brasil se intentó realizar una reforma agraria bajo la presidencia de Sarney, pero no tuvo el éxito esperado debido a las presiones ejercidas por los grandes terratenientes. Los campesinos constituyen la clase social más desfavorecida, con una elevadísima proporción que no tienen tierra, y que registran un alto nivel de subempleo. Esto llevó consigo un incremento de los conflictos sociales y de movimientos campesinos. Bajo la presidencia de Lula se pone en marcha un Plan Nacional de reforma agraria como estrategia para salir del problema de la pobreza rural y terminar con la arraigada estructura latifundista existente en el país que (de los 5 millones de propietarios de las tierras cultivables de Brasil, sólo 25.000 se concentra el 49% de las propiedades). Entre 1950 y 1980 aumenta la producción agrícola a un ritmo anual del 3,1%. La superficie dedicada al cultivo aumenta a más del doble: en1950 la superficie dedicada al cultivo era de 50 millones de hectáreas, en 1980 era de 120 millones. Se incrementa en más del 50% la superficie dedicada a regadío, y se registra un espectacular aumento del número de tractores por hectárea (más del 500%) y del uso cada vez más intensivo de fertilizantes por hectárea (superior al 700%). Paralelamente se registra un incremento de las explotaciones para la producción de carne y la superficie dedicada al cultivo de cereales. Persiste una agricultura de clara orientación hacia el mercado exterior. Así, a pesar del aumento de la producción agraria crece la pobreza. Entrado ya el siglo XXI, en países como Bolivia, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Paraguay y Perú aproximadamente el 50% de su población rural se encuentra por debajo del umbral de pobreza. Las transformaciones registradas en la tenencia de la tierra, mejoras tecnológicas, el aumento de la mecanización, la instalación de zonas de regadío, la utilización de fertilizantes, abonos y pesticidas, la introducción de nuevas especies y la instalación de enclaves agroindustriales para la transformación de los productos, han aumentado la producción agrícola, pero no han repercutido en el aumento del nivel de vida de la población rural, que aceleró el movimiento campesino hacia las grandes áreas urbanas. Por otro lado, las transformaciones registradas por la introducción de la denominada Revolución Verde, con la introducción de nuevas especies, fertilizantes, fomento del regadío (México, Brasil, Paraguay) aumentó considerablemente la producción. Pero la utilización intensiva del suelo llevó con-

468


sigo un alarmante aumento de la erosión y desertificación, así como la disminución de especies vegetales autóctonas, frente a una monoproducción de cultivos demandados por el exterior (maíz, trigo, café...). 5.3.

Débil desarrollo industrial y acusada concentración

5.3.1. 5.3.1.1.

Riqueza en materias primas y fuentes de energía La gran producción de minerales

Ya hemos señalado que la búsqueda de metales preciosos y la explotación de yacimientos auríferos y argentíferos fueron impulsores determinantes para la colonización americana. En un primer momento estas actividades mineras tuvieron una ocupación temporal y transitoria y no tuvieron grandes repercusiones en la ocupación del espacio. Esto se explica por el hecho de que se trataba, en su mayor parte, de yacimientos de acumulación de oro aluvial que al agotarse se abandonaban en busca de nuevos enclaves. Sin embargo, a mediados del XVI, la plata rivaliza con el oro y se explotan grandes minas subterráneas (Zacatecas, Guanajuato, en México, Cerro Rico de Potosí, en Perú). Ya en 1560 el volumen de exportaciones de plata superaba al del oro, hegemonía que perdurará hasta 1620. En este periodo, Potosí se transformó en la ciudad más rica del continente con una alta concentración de población y donde se producía la mitad de la plata mundial. Así, la explotación minera consolidaba la posición de España como gran potencia en el contexto mundial. En torno a los centros mineros se desarrollan grandes áreas de cultivo para abastecer a la creciente población, se fundan ciudades, centros administrativos y de mercado de consumo de los trabajadores mineros y se desarrollan los sistemas de comunicación con estos emplazamientos. México se convierte en la primera región minera durante los siglos XVII y XVIII. En Brasil, no es hasta finales del XVII cuando se empiezan a descubrir y explotar los yacimientos minerales. En 1690 se descubren las primeras minas de oro por los conocidos bandeirantes y, poco después, el gran filón de Ouro Prêto (Oro negro) y las regiones de Minas Gerais, Goias,

469


Cuiabá y Mato Grosso. La necesidad de comunicación de las minas para su abastecimiento unieron el noreste, el centro y el área meridional del país. En la segunda mitad del XIX se dio un gran impulso a la minería, al darse la confluencia de varios factores: UÊ ÊÕiÌÊìÊ>Êì>`>Ê«ÀÊ«>ÀÌiÊìÊ ÕÀ«>ÊÞÊ ÃÌ>`ÃÊ1`Ã° UÊ Ê,i`ÕVVÊìÊÃÊVÃÌiÃÊìÊÌÀ>Ã«ÀÌi]ÊìÃìÊ>ÊÛiVÊìÊ>Ê?quina de vapor (navegación y ferrocarril). UÊ Ê «ÀÌiÊìÊÌiV}>ÊÞÊV>«Ì>ÊìÊÃÊ«>ÃiÃÊ?ÃÊ`ÕÃÌÀ>â>`Ã°Ê Àicimiento y auge que perduraron hasta la crisis del 29. A partir de entonces se produce una fuerte bajada de los precios y una reducción generalizada en el volumen de las exportaciones mineras. Desde mediados de los años cincuenta, se intenta poner freno al control de las empresas mineras por capital extranjero. Es de destacar la alta participación del Estado en las actividades mineras, llegando en algunos casos a la nacionalización del sector (Bolivia, 1952; Cuba, 1959-60; Chile, 1971; Perú, 1973; Nicaragua, 1979). Por otro lado, la creación de industrias metalúrgicas actuó como importante factor de impulso en la integración del sector minero en las economías nacionales. Sin embargo, la producción se destina fundamentalmente a la exportación e interviene muy débilmente en el desarrollo de su economía interna. Rica en minerales como el hierro, zinc, bauxita, cobre, plomo, los yacimientos mineros en América Latina se encuentran desigualmente repartidos. Esta distribución desigual indica la diferente importancia en la economía de la industria minera según las diversas regiones, siendo Chile el más importante país minero, seguido de Perú, Brasil, México, Venezuela y Bolivia. Los mayores yacimientos de cobre son de tipo pórfido, es decir, yacimientos donde el cobre se encuentra muy diseminado, oxidado en la superficie y en forma de sulfuros en las capas más profundas, y están localizados en las vertientes occidentales de la cordillera andina (Chile, Perú) y en el noroeste mexicano; los yacimientos de hierro se encuentran más distribuidos por el continente (Brasil, Venezuela, México, Perú); la bauxita (mineral

470


del que se obtiene aluminio) (islas del Caribe, Venezuela, Guayabas, Brasil); estaño (Bolivia y Brasil); zinc, plomo y plata (México, Perú). Chile es el mayor productor mundial de cobre. Su producción aumentó a cerca 16 millones de toneladas en el 2008 y se espera un mayor incremento en los años siguientes, debido a la creciente demanda de China y algunos países de Oriente Medio. Desde 1860 se explotan las pequeñas y numerosas minas de la región de Norte Chico en los bordes occidentales de la cordillera andina. De 1890 a 1920 los nitratos superaron al cobre en volumen de exportación. Pero a partir de entonces las nuevas formas de explotación minera con modernas técnicas de extracción y una importante inversión de capital extranjero, permiten explotar intensivamente las grandes minas del Teniente, al sureste de Santiago, la mina subterránea de cobre más importante del mundo; Chuquicamata, en la frontera con el desierto de Atacama, la mina a cielo abierto mayor del mundo; Potrerillos; El Salvador y La Andina. Estas cinco minas producen la mitad de la producción nacional. El otro 50% de la producción de cobre está distribuida en minas de medianas dimensiones. Desde 1976 están controladas por un organismo estatal: la Corporación de Cobre de Chile (CODELCO). La promulgación de nuevas leyes sobre minería en 1984 facilita un crecimiento de las inversiones extranjeras. Chile ocupa el tercer lugar del mundo (2000: casi la cuarta parte —24,4%— de la producción mundial) en molibdeno, subproducto del cobre; y el quinto lugar en la producción mundial de plata (el 7,4% del total mundial) por detrás de México, Perú, Estados Unidos y Australia. El resto de las producciones minerales juegan un papel más secundario, es el caso de las evaporitas, nitratos de sodio y potasio, litio y bórax (Atacama), así como las minas de hierro a cielo abierto en el norte (mina El Romeral). Perú ocupa el segundo puesto mundial en producción de plata, el tercero de zinc y el cuarto de plomo y el quinto de oro, con la mina de oro más grande América Latina (Yanachocha) La principal región minera de Perú es Cerro de Pasco, donde ya se ubicaban las minas de plata hasta el XIX y donde se registra la mayor producción nacional de plata, zinc y plomo Actualmente se explota el plomo y zinc en la zona oriental y el cobre en el área meridional, ambos asociados con la plata, tanto en minas subterráneas como a cielo abierto. Las minas de plomo, zinc y plata están localizadas en la Sierra Central, mientras que las de cobre (minas de Toquepala y Cuajone), hierro

471


(mina de Marcona) y oro están localizadas en el área meridional. La producción de cobre está aumentando en los últimos años y casi el 83% de su producción se concentró en las minas de Antamina, Cerro Verde y Southern Perú Copper Corporation. En Bolivia los principales productos mineros son el zinc, estaño, oro y plata que significan en su conjunto más del 90% del valor de su producción. Hasta la década de los ochenta el principal producto minero era el estaño, que se extraía en minas situadas en alturas superiores a los 4.000 metros de altitud y en estrechos filones, lo que dificultaba el trabajo de extracción y elevaba los costes de producción. El denominado ciclo de la minería del estaño se terminó a mediados de los 80. En la década de los 90 se diversifica la producción minera y se introducen nuevos métodos de explotación y la introducción de cambios tecnológicos en las fases de extracción y procesamiento. El estaño pierde importancia por el descenso del precio en el mercado internacional. A comienzos del presente siglo se incrementa la producción de oro, zinc y plata. La región minera de Oruro-Potosí es la más grande e importante. México destaca en la producción de oro, plata, cobre, plomo, zinc. Ocupa el tercer lugar en la producción mundial de plata, el quinto en plomo y el sexto en molibdeno y zinc. Las ciudades mineras de origen colonial de Guanajuato y Fresnillo (estado de Zacatecas) son hoy importantes centros industriales. Destaca la producción de cobre (en Cananea y Nacozari), plomo y zinc (Chihuahua). Los yacimientos de hierro en las regiones litorales de Colima, Michoacán y Guerrero abastecen a la siderurgia nacional situada en la desembocadura del río Balsas. Otros productos importantes por su volumen de producción son el molibdeno, cadmio, bismuto, mercurio, grafito, antimonio, fluorita, azufre y manganeso. Brasil posee una gran diversidad de productos mineros. A nivel mundial es el primer productor de niobio (95,2%) y el segundo de mineral de hierro (18,8% de la producción total mundial). Tras la Segunda Guerra Mundial se potenciaron los yacimientos mineros localizados en Minas Gerais, en el área meridional y oriental de Belo Horizonte, en el denominado «cuadrilátero del hierro» y se realizó la construcción de la vía férrea hasta la costa, con el fin de poder exportar el mineral. Desde los años setenta se está potenciando la región de Carajás (Estado de Pará) con la explotación de minas de hierro, y otros minerales (bauxita, cobre, níquel, manganeso, oro y estaño) y la instalación de fundiciones y de una línea férrea (entre

472


Carajás y Ponta da Madeira) y la existencia de un puerto fluvial y una central hidroeléctrica en el río Tocantín. Ocupa el tercer lugar en la producción mundial de bauxita y manganeso y el cuarto en estaño; también posee cromo, fosfatos, niobio (Minas Gerais), cobre, níquel y oro. Los minerales de mayor exportación son el hierro (64%), el aluminio (bauxita) (11%) y el cobre (3%). El centro minero más importante de Venezuela está localizado en la cuenca del Orinoco. Son representativos los yacimientos de hierro (minas de Cerro Bolívar y El Pao), descubiertas en la década de los cuarenta. Ciudad Guayana creció a sus expensas. También es importante productor de bauxita (Pijiguaos/estado de Bolívar). Es importante la producción de oro en Colombia; bauxita en explotaciones a cielo abierto en el Caribe (Jamaica, Surinam y Guyana); níquel en Cuba; plata y oro en la República Dominicana; cobre en Panamá y Argentina. 5.3.1.2.

Las fuentes de energía

En lo que respecta a fuentes de energía, América Latina es rica en yacimientos de petróleo y gas natural y posee un enorme potencial hidroeléctrico. Los recursos energéticos se encuentran muy desigualmente distribuidos por el territorio, registrándose una concentración en determinadas áreas, mientras que otras se encuentran totalmente desabastecidas. La industria petrolífera juega un importante papel por la conjunción de varios factores: primero por su relevancia en el abastecimiento de energía del continente; segundo, por su significado en las relaciones comerciales con el exterior. Los principales países productores de petróleo son Venezuela, que promovió la creación de la OPEP en 1960 y México, que poseen también grandes industrias petrolíferas. En Venezuela la producción de crudo, sobre todo de crudos pesados, experimentó un espectacular crecimiento a lo largo del siglo XX. Las principales cuencas petrolíferas son: la Cuenca Oriental, con una extensión de 153.000 km2 se extiende por los estados de Anzoátegui, Monagas, Gárico, Sucre y Delta Amacuro y con más de 3.000 pozos produce casi el 50% del petróleo (573.611 barriles) y la cuenca de Maracaibo. De menor importancia, por el volumen de producción se encuentran la Cuenca Barinas-Apure

473


(3,52% del total nacional), la Cuenca de Falcón (0,03%) y la Cuenca TuyCaraco, cubierta en su mayor parte por el mar Caribe. En México la explotación de los yacimientos de petróleo se remonta a 1869. Experimentó un gran desarrollo en la producción en las dos primeras décadas del siglo XX (yacimientos del Golfo de México (campo de PanucoEbano) y en la región de Tuxpan. En la década de los veinte, por efecto de la crisis mundial de 1929, la entrada en el mercado petrolífero de Venezuela y el incremento de los impuestos a todas las exportaciones de crudo, entre otros factores, contribuyeron a la existencia de una época de declive en la industria petrolífera de México. En 1938 se nacionaliza la industria del petróleo y se añade un boicot internacional, por lo que el volumen de exportaciones se reduce drásticamente. Pero, el descubrimiento de nuevos pozos petrolíferos y el aumento de la demanda del exterior, experimentada durante la Segunda Guerra Mundial, dio como resultado un incremento de la producción y actualmente ocupa el sexo lugar en la producción mundial con 3.256 bariles/día, tras Rusia, Arabia Saudí, Estados Unidos, Irán y China. Las principales regiones productoras son: Marina Noreste que representa el 70% de la producción nacional y concentrada en los campos de EkBalam, Ku-Maloob-Zap y Cantarell, Marina suroeste, Norte y Sur. Además de México y Venezuela, otros países de América Latina producen también cantidades significativas. En Argentina, los yacimientos se encuentran muy distribuidos por el territorio pero alejados del gran centro de consumo de Buenos Aires (Patagonia, Mendoza, Neuquén, Salta), aunque la producción no alcanza a cubrir la demanda interna. En Brasil se localizan en la región de Paraná, en Amazonia, en las llanuras sedimentarias del litoral atlántico y en la plataforma marina (Río Grande do Sul, costa de Río Grande do Norte y costa de Campos/Río de Janeiro); Ecuador, miembro de la OPEP, produce más de lo que consume en pozos en una banda de norte a sur desde Colombia a Auca. Perú posee antiguos yacimientos petrolíferos (Talara), yacimientos marinos en la plataforma continental y en la región nororiental (Selva). En Bolivia es de destacar la producción de gas natural (Tila, La Vertiente y Santa Rosa) desde la década de los setenta. El carbón apenas tiene relevancia en América Latina. En Colombia se localizan las mayores reservas y sus yacimientos están distribuidos por la región andina (cuenca del Cauca); en Brasil (Santa Catalina y Río Grande do Sul); y en México en el área nororiental (Coahuila).

474


Desde la década de los setenta, en América Latina el consumo de hidroelectricidad ha experimentado un gran crecimiento y, a finales de siglo, una buena parte de la demanda de energía comercial estaba cubierta por la energía hidroeléctrica. Las previsiones son cada vez de mayor importancia debido al enorme potencial hidroeléctrico del territorio latinoamericano. Las buenas condiciones para la instalación de centrales hidroeléctricas se explican por la conjunción de varios factores entre los que se pueden destacar el tamaño, el gran caudal de los ríos que recorren el continente, la elevada altitud de sus nacimientos y las bruscas caídas debido a las variaciones de altitud en su recorrido. El lento avance en su ejecución se explica por las altas inversiones necesarias para la construcción de presas y la localización de muchos emplazamientos alejados de los núcleos de consumo (como por ejemplo, los Andes orientales), lo que significa una pérdida importante de energía al aumentar la distancia con el centro de consumo. Brasil ocupa el segundo lugar del mundo y es el país que produce mayor energía hidroeléctrica de América Latina seguido de Venezuela y México y a mayor distancia se encuentra Colombia, Argentina, Perú y Chile. Más del 20% del consumo total de energía comercial en Brasil, está suministrada por las centrales hidroeléctricas. Situadas, en su mayoría en la cuenca del Amazonas y Paraná (central de Itaipú) y en los ríos que caen de forma abrupta en las cordilleras litorales de la región oriental y próximos a los centros de consumo. Dentro de las energías renovables, la biomasa (leña, carbón vegetal y restos de cosechas) ocupa un lugar destacado en el consumo energético de América Latina. La madera juega un importante papel en la producción de energía en algunos países latinoamericanos, como Haití, Paraguay, Bolivia o Guatemala, países donde no hay otro tipo de fuente de energía, cuya población es mayoritariamente rural. Brasil, donde se encuentran las mayores reservas de madera, utiliza este combustible no sólo para usos domésticos sino también para pequeños procesos industriales. También en Brasil es interesante destacar el denominado programa proalcohol. Proyecto de destilación de alcohol/etanol de un derivado de la caña de azúcar para su utilización como combustible comercial (gasohol para los automóviles). Se siguen realizando investigaciones en ese campo con otros cultivos, como la mandioca. También, y dentro de otro programa (progra-

475


ma proóleo), se realizan adelantos con cultivos como el aceite de soja, girasol, cacahuete y aceite de palma, con el fin de buscar un combustible que pueda reemplazar al gasoil y, de esta manera, poder incrementar la autosuficiencia energética y reducir la dependencia externa de determinados productos energéticos. 5.3.2.

Desigual desarrollo industrial

En la época colonial no hay apenas industria debido a que los países colonizadores eran los que suministraban los productos manufacturados y las colonias eran, sobre todo, abastecedoras de materias primas a la metrópolis. Durante la época de la independencia se siguieron desarrollando, durante un amplio periodo, aquellos sectores y productos de clara orientación hacia el mercado externo. Productos tales como el café en Brasil, que desarrolló una pequeña industria asociada, o los nitratos en Chile. Al comienzo del siglo XX y debido a la reducción de las importaciones de productos manufacturados provocado por la Primera Guerra Mundial, se fomentó la actividad industrial interna. Paralelamente, con el aumento de las exportaciones se detecta un inicio del proceso de industrialización. Así, desde finales del XIX comienza un lento proceso de industrialización caracterizado por la excesiva concentración espacial en un pequeño número de países y, dentro de ellos, localizado en las áreas urbanas más importantes (es el caso de Buenos Aires, Ciudad de México y Sao Paulo). En la primera mitad del siglo XX se registra una expansión económica, en el marco de la coyuntura internacional (Primera Guerra Mundial y crisis del 29). Se diversifica la industria y se impulsa el desarrollo industrial con el aumento de las inversiones extranjeras y el apoyo por parte de la política nacional. De 1920 a 1940 se registra un desarrollo de las actividades industriales en países como Argentina, Brasil y México. De 1950 a 1967 comienza la época de la industrialización para la sustitución de importaciones. Tras la crisis del 29, América Latina vio reducido el volumen de sus exportaciones y no tuvo capacidad de absorber los gastos que producían las importaciones de los productos manufacturados. Comienza una época de proteccionismo con la implantación de aranceles y

476


medidas de control del comercio exterior y una etapa de incipiente desarrollo industrial: la industrialización para la sustitución de las importaciones. Esta política de industrialización tuvo mejores resultados en los países de mayores dimensiones, aunque, en general, no obtuvo los logros esperados y dio como resultado una industria de elevados costes y precios por la inexistencia de economías a gran escala, motivado por un mercado de pequeñas dimensiones. Para paliar este problema se comenzaron a crear programas de integración económica como la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC), el Mercado Común Centroamericano (CACM), o el Pacto Andino. Los distintos programas tuvieron resultados desiguales y no lograron el éxito deseado debido, la mayoría de las veces, a problemas de organización y a la aparición de tensiones internas. El crecimiento industrial durante esta época fue importante (1950/78 media mundial de crecimiento, 5,9%; América Latina, 6,5%). Actualmente se asiste a un cambio en la política de industrialización y se observa una transformación de una modalidad de industrialización basada en la sustitución de importaciones, que se ha mostrado incapaz de hacer competitivas sus manufacturas, hacia una promoción de exportaciones. Paralelamente se registra un incremento de las desigualdades regionales que se consolida a raíz de la concentración industrial y demográfica, un incremento paralelo de la pobreza en las áreas rurales y desempleo en las áreas urbanas. Unido, todo ello, a una fuerte dependencia tecnológica y financiera con los países más desarrollados, que se traduce en el incremento constante de la deuda externa.

5.3.3.

Principales centros industriales

El proceso de industrialización en el continente latinoamericano va estrechamente unido al proceso de urbanización y ha contribuido notablemente al gran crecimiento del sector terciario. Esto se explica porque en la mayoría de los países latinoamericanos las industrias se han concentrado espacialmente en una ciudad, que suele coincidir con la capital de la nación. En estas aglomeraciones, se generaron grandes ofertas de empleo en el sector terciario que necesitaba la industria, tales como publicidad, servicios sanitarios y financieros, de formación, jurídicos, etc. Por otro lado, ya desde el siglo XIX existía una tendencia a la concentración en una ciudad de los órganos de decisión gubernamentales y de la población.

477


Esta tendencia a la concentración industrial en las grandes ciudades ha impulsado el fenómeno de la macrocefalia y se puede considerar el principal factor de localización industrial. Esta localización en las grandes concentraciones urbanas ofrecía una serie de ventajas y beneficios, como son la existencia de mejores y variados servicios e infraestructuras y la cercanía al mercado de consumo y a los poderes de decisión. En la capital se podía tener un contacto estrecho con el sector financiero y con los órganos de gobierno que planificaban la política de industrialización. Es una etapa en que la producción industrial tenía una clara orientación al mercado nacional, y en la capital se encontraba el mayor mercado de consumo interno, al residir un gran volumen de población. Por otro lado, la organización en grandes compañías, donde la sede central suele estar ubicada en la ciudad más importante, refuerza esta localización. La ciudad se presentaba como el centro de sistema de transportes y la inexistencia de una densa red dificultaba la localización fuera de estas áreas. Tanto las vías férreas, realizadas durante el siglo XIX, como las grandes carreteras, pasan por las grandes ciudades. Por ello, la comunicación y la posibilidad de acceso de la capital a otras áreas de mercado podían realizarse sin dificultad. Se desarrollan las industrias de alimentación, y las de transformación, que necesitan materias primas de diferentes áreas del país para su proceso, y aquellas que necesitan materias primas importadas. Para lo cual, la ciudad, como nudo de transportes y concentración humana, ofrece la localización más ventajosa. El proceso de industrialización, sin embargo, no ha afectado de igual manera a todos los países de América Latina. Sobresalen como potencias industriales Brasil y México, seguidas por Argentina, y a mayor distancia Colombia, Venezuela, Chile, Uruguay y Perú. El resto (Bolivia, Paraguay y países de América Central) todavía se encuentra en un proceso de incipiente industrialización. Entre los principales cinturones industriales donde se concentra la mayor parte de la actividad industrial destacan (Figura V.4): UÊ Ê ÊÃÕÀiÃÌiÊìÊ À>ÃÊ-KÊ*>ÕÉ6Ì>Ê,i``>É,ÊìÊ>iÀÊÞÊ iÊ Horizonte). UÊ Ê Ê?Ài>ÊViÌÀ>ÊÞÊÀÀiÌ>ÊìÊjÝVÊ?Ài>ÊìÊ ÃÌÀÌÊiìÀ>ÊìÊ México y Monterrey). UÊ Ê>ÊVÕiV>ÊìÊ*>Ì>Ê ÕiÃÊÀiÃÉÌiÛì®°

478

AMÉRICA LATINA: PROBLEMAS DE DESARROLLO EN UN GRAN ESPACIO CON FUERTE DEPENDENCIA ECONÓMICA Tijuana Nogales

Ciudad Juárez

rn lifo Ca de lfo Go

MAR DE LOS SARGAZOS

Golfo de México

Trópico de Cáncer

Monterrey La Habana León

20b

ia

Guadalajara México

Puebla

MAR CARIBE Maracaibo Barranquilla

Maracay Caracas

Medellín

L. Maracaibo Valencia o rinoc R. O

Paramaribo

Bogotá

Cali

as

azon

Guayaquil

R. Am

Manaus

Ecuador

0b

Belém Fortaleza

Callao

Recife

Lima

OCÉANO PACÍFICO

Brasilia

Arequipa

Belo Horizonte

Valparaiso

Mendoza Córdoba

Buenos Aires La Plata Bahía Blanca

Río de Janeiro

Pa ra

R.

Uru

Santa Fe

Rosario

Santiago

20b

Sao Paulo

Santos

R.

Antofagasta

ná

R. Paragua y

La Paz

Salvador

Santa Cruz

Trópico de Capricornio

Curitiba gu

ay

Porto Alegre

Montevideo

OCÉANO ATLÁNTICO

Concepción

R. Chu

but 40b

0

500

1.000

1.500 Km

© UNED

Principales áreas industriales Centros industriales

120b

100b

80b

60b

40b

20b

0b

Fig. V.4. Regiones y centros industriales en América Latina

479


UÊ Ê>ÊÀi}ÊViÌÀ>ÊìÊ iÊ->Ì>}6>«>À>Ã®° UÊ Ê ÊiiÊ >>>]ÊiÊ*iÀÖ° UÊ Ê>ÃÊVViÌÀ>ViÃÊìÊ L>Ê }Ì?]ÊiìÊÞÊ >ÀÀ>µÕ>®° UÊ Ê Ê6iiâÕi>]ÊiÊiiÊ >À>V>Ã>À>V>Þ6>iV>° País tradicionalmente productor de materias primas agrícolas y minerales destinadas al comercio exterior, Brasil comienza, a partir de la década de los treinta, a producir bienes manufacturados destinados al comercio interior. Pero el mercado interior se quedó pequeño, no sólo por el número de habitantes, sino también, y sobre todo, por su escasa capacidad de compra de productos industriales y la expansión ha tenido que realizarse en función del mercado mundial. A comienzos del siglo XXI la industria genera más de un tercio del PIB, el 20% de la población activa está ocupada en el sector industrial y supone más de la mitad de las exportaciones. Entre las industrias tradicionales se han desarrollado las textiles, especialmente la del algodón, y la industria de alimentación (azúcar, alcohol). Destacan las industrias pesadas (siderurgia), la industria del automóvil, metalúrgicas, mecánicas y la industria de alto nivel tecnológico, vinculada a la petroquímica. La siderurgia se inició con la acería de Volta Redonda, en el estado de Río de Janeiro, cuya localización se hizo en función de las buenas condiciones infraestructurales y del fácil acceso a las materias primas: hierro de Minas Gerais y carbón de la región de Portoalegre (estado de Río Grande do Sul); y la siderurgia de Belo Horizonte (Minas Gerais). La industria del automóvil, una de las más dinámicas, se concentra en torno a São Paulo, depende en gran medida de sociedades extranjeras (Ford, General Motors, Fiat y Volkswagen) y ha favorecido el desarrollo de otras industrias auxiliares, como las del caucho para neumáticos, también controladas por sociedades multinacionales. Destaca el cinturón industrial del sureste del país (estados de São Paulo y Paraná), donde se encuentran los centros industriales de Curitiba, São Paulo, Santos, Volta Redonda y Río de Janeiro, donde se concentran una gran diversidad de industrias: alimentarias, textiles, siderurgias, de aluminio, mecánica, de automóviles, construcciones aeronáuticas, químicas; y el complejo industrial de Belo Horizonte y su entorno en Minas Gerais. Otros

480


centros destacables son Salvador, Recife, Fortaleza, Belém en el litoral nororiental y Brasilia y Manaus en el interior. Según el Banco Mundial, Brasil ocupa en el año 2007 el 9.º puesto mundial por su PNB. Las reservas de espacio y de recursos son muy considerables, mientras que las inversiones realizadas en infraestructuras han favorecido el dinamismo industrial de la región. Sin embargo, en todo el proceso de industrialización se ha recurrido a fuertes inversiones de capital extranjero, especialmente estimulado por el régimen militar (1964-1984) y que basaba su eficacia en el mantenimiento de los bajos salarios y el control de los sindicatos, mientras que las ramas menos rentables tuvieron que ser asumidas por el Estado. México presentaba una fuerte concentración de las actividades industriales, característica de los países que registran una tardía industrialización, aunque se han llevado a cabo políticas de descentralización, con la mejora en la infraestructura de comunicaciones y la reconversión industrial. Así, más del 50% de la producción industrial se concentraba en la ciudad de México y el Distrito Federal, posteriormente se ha extendido hacia los centros industriales de Guadalajara, León, Puebla, Cuernavaca y Orizaba, con una gran diversidad de industrias (alimentación, textil, factorías petroquímicas, de neumáticos, de fibras sintéticas, metalúrgicas y de mecánica de precisión). Frente a esta tradicional localización de la industria, surgieron los denominados polos de desarrollo alternativos, con la utilización de tecnología más avanzada: en el noreste del país, alrededor de Monterrey, con los yacimientos de gas y carbón más importantes del país, destaca la industria siderúrgica, mecánica, química, electrónica y textil. En el área septentrional, en la frontera con Estados Unidos (Ciudad Juárez, Nogales, Mexicali, Tijuana) surgen, a finales de los años sesenta, plantas industriales de propiedad estadounidense, las denominadas maquiladoras, facilitado por la introducción de especiales medidas arancelarias (programa de industrialización fronteriza) a la importación de productos para su posterior reexportación. En ellas se realizan varias etapas del proceso de producción con la utilización de mano de obra barata, mientras que la gestión y comercialización se lleva a cabo en Estados Unidos, aprovechando la proximidad geográfica que reduce los costes de transporte. Sectores como el textil y la electrónica son representativos en estas áreas.

481


En Argentina se observa una gran concentración industrial en la cuenca del Plata con los centros de Buenos Aires, Rosario, La Plata y Santa Fe, donde se localizan las grandes aglomeraciones urbanas (industria ligera, química, textil, de automóviles), y se extiende hasta la región meridional de Uruguay. Otros centros industriales de importancia se localizan en el interior (Córdoba, Mendoza, Bahía Blanca). En Perú, existe una concentración geográfica de la industria en el litoral y sobre todo en el complejo portuario Lima-Callao, donde se desarrolla una industria ligada a las refinerías de petróleo, químicas, metalúrgicas, eléctricas, y las ramas tradicionales (textil, alimentación o producción artesanal). La industria en Chile tuvo un importante auge a partir de los años treinta, se frenó a partir de la década de los setenta con el desarrollo de otros sectores económicos como la agricultura especializada y la minería. Los principales sectores industriales, son la metalurgia del acero, la industria textil, ramas de alimentación y forestales, fundiciones de hierro, química y construcción, así como las industrias ligadas al sector primario, como la elaboración maderera y azucarera. Se concentra en el área en torno a Santiago-Valparaíso, y está caracterizada por la fuerte inversión financiera y tecnológica extranjera. Otros centros industriales destacados se localizan en Concepción y Antofagasta. En Colombia, con importantes yacimientos de petróleo y gas natural, los complejos industriales coinciden con las grandes aglomeraciones urbanas: eje Medellín-Cali; Bogotá-Paz del Río; y Barranquilla, en el litoral Atlántico. Destacan las industrias de metalurgia del aluminio, química, sectores alimentarios. Como en gran parte de los países de América Latina, a partir de la década de los ochenta, Colombia se aplica políticas neoliberales que orientan los recursos hacia los sectores de exportación y la estructura financiera, frenando en parte las ayudas a la industria nacional, lo que lleva consigo un aumento de los desequilibrios regionales internos. Por último, la base del desarrollo industrial venezolano está en la gran riqueza de energía y materias primas, así como en los recursos financieros necesarios obtenidos a través de la exportación del petróleo. Con una clara concentración en la región litoral del centro (Caracas-Maracay-Valencia), posee una industria muy diversificada: metalurgia, construcción mecánica,

482


cemento, papel, textil, automóviles, química. Otros centros importantes están localizados en Maracaibo, Amuay y Santo Tomé. 6.

DESIGUALDAD Y POBREZA: PRINCIPALES OBSTÁCULOS PARA EL DESARROLLO

En la Declaración del Milenio, aprobada en el año 2000, se fijaron los principales objetivos para que en el año 2015 se rebajara a la mitad la población que vive en extrema pobreza (menos de un dólar al día) contabilizada en 1990. En el caso de América Latina, supondría reducir a 10,5 millones esta cifra. Aunque se han llevado a cabo numerosos esfuerzos para mejorar y alcanzar los indicadores sociales aprobados en la Declaración del Milenio, muchas regiones de América Latina no han experimentado ninguna mejora y, en algunos casos, han sufrido un deterioro de sus condiciones sociales y económicas. Únicamente siete de los dieciocho países podrían alcanzar estos objetivos: Argentina, Chile, Colombia, Honduras, Panamá, República Dominicana y Uruguay. En otros seis (Brasil, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, México y Nicaragua) la situación ha mejorado sensiblemente, pero no alcanzarán el objetivo de reducción de la pobreza. En el resto (Bolivia, Ecuador, Paraguay, Perú y Venezuela) se ha incrementado la pobreza, aumenta el desempleo y un gran número de población vive con lo mínimo. Esta situación es consecuencia de la desigualdad social existente que frena la reducción de la pobreza y significa un fuerte obstáculo para el crecimiento económico de la región. Aunque a comienzos de la década de los noventa se consiguió reducir la pobreza en un 10%, la recesión económica desde 1997 significó un retroceso en los logros obtenidos. Desde finales del siglo XX la reducción de la pobreza no ha experimentado apenas cambios significativos. Así, en el año 2003, 224 millones de personas vivían con menos de dos dólares al día. De éstas el 19,4% de la población (98 millones) se encontraban en situación de pobreza extrema (menos de un dólar/día). Es necesario que el crecimiento económico se incremente para poder reducir la pobreza. Se calcula que el PIB debería crecer al menos un 2,5%, anual, para poder alcanzar la reducción de la pobreza según los objetivos fijados en la Declaración. Este crecimiento del PIB, incluso tendría que superar el 3% en países como Hondu-

483


ras, Nicaragua, Bolivia o Paraguay con niveles actuales de pobreza mucho más acusados. Sin embargo, algunos indicadores del bienestar han experimentado algunos cambios importantes. Según datos de la CEPAL, la esperanza de vida al nacer ha aumentado considerablemente, alcanzado cifras similares a los países más desarrollados (73 años), han disminuido los índices de mortalidad infantil entre un 8% (Ecuador) y un 25% (Cuba), así como han disminuido sensiblemente las tasas de analfabetismo, el acceso al agua potable y a servicios sanitarios básicos. Aunque habría que remarcar las grandes diferencias que existen si comparamos la situación según el sexo, edad o lugar de residencia, y nos indica la existencia de importantes disparidades sociales: — se registra una mayor concentración de población en situación de pobreza en las áreas rurales frente a las áreas urbanas. — La pobreza afecta con mayor intensidad a la población infantil que a la adulta, a las mujeres, sobre todo en las áreas urbanas, que a los hombres y a la población indígena. La pobreza es, por tanto, uno de los principales problemas que han de solucionarse en la región. Pobreza que tiene su origen en las grandes desigualdades. Medidas como el incremento de las partidas presupuestarias en gastos sociales, salud y educación, mayores ayudas sociales; la disminución del crecimiento demográfico o la introducción de mecanismos que canalicen la ayuda económica desde los países más desarrollados, son importantes para el desarrollo de la región, pero es necesaria una transformación más profunda. Transformación, en definitiva, de las actuales estructuras socioeconómicas internas que puedan compatibilizar el crecimiento económico y una mejor distribución de los recursos. BIBLIOGRAFÍA ALBRECHT, D. et al. (2005): LÁmérique Latine. CNED/Sedes. París. AZCÁRATE, B., AZCÁRATE, M.V. y SÁNCHEZ, J. (Dirs.) (2007): Atlas Histórico y Geográfico Universitario. Madrid, UNED. BÄHR, J. (2004): Bevölkerungsgeographie. Stuttgart. UTB 1249.

484


BETHELL, L. (ed.) (1997): Historia de América Latina. Vol. 11: «Economía y sociedad desde 1930». Cambridge University Press, Crítica, Grijalbo Mondadori, Barcelona. BATAILLON, C., DELER, J.-P. y THÉRY, H. (1992): Amérique Latine. Geographie Universelle. CEPAL, IPEA y PNUD (2003): Hacia el objetivo del milenio de reducer la pobreza en América Latina y el Caribe. Libros de la CEPAL,núm.70. CEPAL (2004): Panorama social de América Latina 2003-2004. COVO, J. (1993): Introduction aux civilisations latinoaméricaines. Nathan, Paris. COZ, J. L. (1976): Las reformas agrarias. Ariel, Barcelona. CUNILL GRAU, P. (1995): Las transformaciones del espacio geohistórico latinoamericano 1930-1990. Fondo de Cultura Económica, México. DELAVAUD (1973): L’Amerique Latine. Approche géographique générale et régionale. Tomo I. Bordas. Paris-Bruxelles-Montreal. D’ENTREMONT, A. y PÉREZ ADÁN, J. (1999): Desarrollo socioeconómico y evolución demográfica. Perspectivas para América Latina. Eunsa, Pamplona. GARCÍA, R., CORDERO, F. e IZQUIERDO, A. (1987): Economía y geografía del desarrollo en América Latina, Fondo de Cultura Económica, México. HEINEBERG, H. (2007): Einführung in die Anthropogeographie/Humangeographie. Schöningh/UTB.Paderborn. Munich. Konetzke, R. (1976): «América Latina. II: La época colonial». Historia Universal siglo XXI, núm. 22, México, España, Argentina. Latin American Economic Outlook –LEO 2008. OECD Development Center. MARTÍN LOU, M. A. y E. MÚSCAR BENASAYAG (1992): Proceso de urbanización en América del Sur. Mapfre, Madrid. MARTÍNEZ DÍAZ, Nelson (1985): «La agricultura en América». Cuadernos de Historia 16, núm. 135. MERTINS, G. (2003): «Jüngere sozialräumlich-strukturelle Transformationen in der Metropolen und Megastädten Lateinamerika». En: PGM 147, núm 14, pp. 4755.

485


MERTINS, G. (2006): «Wachsende Marginalisierung und Marginalviertel in Grosstädten der Dritten Welt». En: P. GANS, A. PRIEBS y R. WEHRHAHN (Eds.): Kulturgeographie der Stadt. Kieler Geographische Schriften, núm. 111, pp. 63-77. PANADERO MOYA, M. (1991): América Latina: regiones en transición. Universidad de Castilla-La Mancha. VV.AA. (1992): América Latina: crecimiento urbano, pobreza, medio ambiente. Seminario organizado por la Universidad de Valencia y UNICEF. VV. AA. (1993): Serie Biblioteca Iberoamericana. Varios títulos. Anaya, Madrid ZELINSKY, C. (1971): «The Hypotesis of the Mobility Transition». Geographical Review, 61. pp. 219-249.

486

En el mundo actual se pueden distinguir dos grandes conjuntos espaciales, cuyas sociedades muestran fuertes desigualdades ante el bienestar y ante el desarrollo socioeconómico. Son dos mundos, el Norte, donde se sitúan los países más desarrollados, y el Sur, integrado por los países más pobres y de menor nivel de desarrollo. La raíz de los contrastes y las disparidades entre los países del Norte y los del Sur está relacionada, sobre todo, con acontecimientos históricos, con el nivel cultural y el nivel de desarrollo técnico de las sociedades, con el grado de eficacia en la gestión económica, con la naturaleza de las relaciones espaciales internas y con el grado de control de las relaciones comerciales. Así, el mundo desarrollado, el de los países hace tiempo industrializados, se contrapone al mundo subdesarrollado o en vías de desarrollo –también llamado Tercer Mundo–, el de los países escasamente industrializados, algunos de los cuales experimentan hoy un fuerte crecimiento económico basado en su reciente e intensivo proceso de industrialización, por lo que se les denomina países emergentes. Cada vez es más difícil establecer límites precisos entre estas dos categorías. En la escala del desarrollo-subdesarrollo existen hoy niveles muy diferentes y numerosas situaciones intermedias, como la de muchos países con sociedades y economías en plena transformación, algunos de los cuales empiezan a figurar ya entre las grandes economías del siglo XXI. Siguiendo el modelo del libro Grandes espacios geográficos: el mundo desarrollado (B. Azcárate, M.ª V. Azcárate, y J. Sánchez . UNED, Madrid, 2008), en esta obra se estudian los grandes espacios regionales del mundo en vías de desarrollo; en cada uno de ellos se resaltan aspectos explicativos de la organización del territorio, la localización y distribución de los fenómenos geográficos y el análisis de las interrelaciones. El texto va acompañado de un importante apoyo gráfico y cartográfico y se relaciona directamente con el Atlas Histórico y Geográfico Universitario editado por la UNED. Los autores, Blanca Azcárate, M.ª Victoria Azcárate y José Sánchez, son profesores titulares de Análisis Geográfico Regional del Departamento de Geografía de la UNED, con una amplia experiencia en la enseñanza de esta disciplina.

ISBN 978-84-362-5854-7

44203

Editorial 9 788436 25 85 47

0144203UD04A01

Grandes Espacios Geograficos

Recommend Documents