Paulo Freire, Pedagogía del oprimido Capítulo 1 [Índice: Justfcación de la pedagogía del oprimido. La conradicción opresores-oprimidos, su superación. La siuación concrea de opresión y los opresores. La siuación concrea de opresión y los oprimidos. adie li!era a nadie, ni nadie se li!era solo. Los "om!res se li!eran en comunión.# Una vez más los hombres, desafados por la dramacidad de la hora actual, se proponen a sí mismos como problema. Instalándose en el trágico descubrimiento de su poco saber de sí, hacen de sí mismos un problema. El problema de su humanizacin, a pesar de haber sido siempre, desde un punto de vista a!iolgico, su problema central, asume ho" el carácter de preocupacin ineludible. Comprobar esta preocupacin implica reconocer la deshumanizacin no slo como viabilidad ontolgica, sino como realidad histrica. # parr de esta comprobacin dolorosa, los hombres se preguntan sobre la otra viabilidad $ la de su humanizacin. %umanizacin " deshumanizacin, dentro de la historia, en un conte!to real, concreto, ob&evo, son posibilidades de los hombres como seres inconclusos " conscientes de su inconclusin. 'in embargo, si ambas son posibilidades, nos parece (ue slo la primera responde a lo (ue denominamos )vocacin de los hombres*. +ocacin negada, mas afrmada tambin en la propia negacin. +ocacin negada en la in&uscia, en la e!plotacin, en la opresin, en la violencia de los opreso opresore res. s. #frmad #frmadaa en el ansia ansia de liber libertad tad,, de &usci &usciaa de lucha lucha de los oprimido oprimidoss por la recuperacin recuperacin de su humanidad despo&ada. -a violencia de los opresores, deshumanizándolos tambin, no instaura otra vocacin, a(uella de ser menos. Como distorsin del ser más, el ser menos conduce a los oprimidos, tarde o temprano, a luchar contra (uien los minimiz. -ucha (ue slo ene sendo cuando los oprimidos, en la bs(ueda por la recuperacin de su humanidad, (ue deviene una /orma de crearla, no se sienten idealistamente opresores de los opresores, ni se trans/orman, de hecho, en opresores de los opresores sino en restauradores de la humanidad de ambos. #hí radica la gran tarea humanista e histrica histrica de los oprimidos0 liberarse a sí mismos " liberar a los opresores. 'lo el poder (ue renace de la debil debilida idad d de los oprimi oprimidos dos será será lo sufcie sufcient nteme ement ntee /uerte /uerte para para liber liberar ar a ambos. ambos. -os opresores, /alsamente generosos, enen necesidad de (ue la situacin de in&uscia permanezca a fn de (ue su )generosidad* conne teniendo teniendo la posibilidad de realizarse. El )orden* social in&usto es la /uente generadora, permanente, de esta )generosidad* (ue se nutre de la muerte, del desaliento desaliento " de la miseria. -a /alsa caridad, de la cual resulta la mano e!tendida del )abandonado de la vida*, miedoso e inseguro, aplastado " vencido. ano e!tendida " trmula de los desharrapados del mundo, de los )condenados de la erra*0 la gran generosidad slo se enende en la lucha para (ue estas manos, sean de hombres o de pueblos, se e!endan cada vez menos en gestos de splica. 'plica de
humildes a poderosos. 2 se va"an haciendo así cada vez más manos humanas (ue traba&en " trans/ormen el mundo. Esta ense3anza " este aprendiza&e enen (ue parr, sin embargo, de los )condenados de la erra*, de los oprimidos, de los desharrapados del mundo " de los (ue con ellos realmente se solidaricen. 45uin más (ue ellos para ir comprendiendo la necesidad de la liberacin6 -iberacin a la (ue no llegarán por casualidad, sino por la pra!is de su bs(ueda7 por el conocimiento " reconocimiento de la necesidad de luchar por ella. -ucha (ue, por la fnalidad (ue le darán los oprimidos, será un acto de amor, con el cual se opondrán al desamor contenido en la violencia de los opresores, incluso cuando sta se revista de la /alsa generosidad. 8uestra preocupacin, en este traba&o, es slo presentar algunos aspectos de lo (ue nos parece constu"e lo (ue venimos llamando )la pedagogía del oprimido*, a(uella (ue debe ser elaborada con l " no para l, en tanto hombres o pueblos en la lucha permanente de recuperacin de su humanidad. 9edagogía (ue haga de la opresin " sus causas el ob&eto de re:e!in de los oprimidos, de lo (ue resultará el compromiso necesario para su lucha por la liberacin, en la cual esta pedagogía se hará " rehará. El gran problema radica en cmo podrán los oprimidos, como seres duales, inautncos, (ue )alo&an* al opresor en sí, parcipar de la elaboracin de la pedagogía para su liberacin. 'lo en la medida en (ue descubran (ue )alo&an* al opresor podrán contribuir a la construccin de su pedagogía liberadora. -a pedagogía del oprimido, (ue no puede ser elaborada por los opresores, es un instrumento para este descubrimiento críco. 'in embargo, ha" algo (ue es necesario considerar en este descubrimiento, (ue está directamente ligado a la pedagogía liberadora. Es (ue, casi siempre, en un primer momento de este descubrimiento, los oprimidos, en vez de buscar la liberacin en la lucha " a travs de ella, enden a ser opresores tambin o subopresores. 'u ideal es, realmente, ser hombres, pero para ellos, ser hombres, en la contradiccin en (ue siempre estuvieron " cu"a superacin no enen clara, e(uivale a ser opresores. En cierto momento de su e!periencia e!istencial, los oprimidos asumen una postura (ue llamamos de )adherencia* al opresor. )reconocerse*, en antagonismo al opresor, en a(uella /orma, no signifca an luchar por la superacin de la contradiccin. ;e ahí esta casi aberracin0 uno de los polos de la contradiccin pretende, en vez de la liberacin, la idenfcacin con su contrario. El hombre nuevo son ellos mismos, trans/ormándose en opresores de otros. 'u visin del hombre nuevo es una visin individualista. 'u adherencia al opresor no les posibilita la conciencia de sí como personas, ni su conciencia como clase oprimida. Uno de los elementos básicos en la mediacin opresores
comportamiento prescrito. 'e con/orma en base a pautas a&enas a ellos, las pautas de los opresores. -os oprimidos, (ue intro"ectando la )sombra* de los opresores siguen sus pautas, temen a la libertad, en la medida en (ue sta, implicando la e!pulsin de la )sombra*, e!igiría de ellos (ue )llenaran* el )vacío* de&ado por la e!pulsin con )contenido* di/erente0 el de su autonomía. El de su responsabilidad, sin la cual no serían libres. -a libertad, (ue es una con(uista " no una donacin, e!ige una bs(ueda permanente. >s(ueda (ue slo e!iste en el acto responsable de (uien la lleva a cabo. 8adie ene libertad para ser libres, sino (ue al no ser libre lucha por conseguir su libertad. ;e ahí la necesidad (ue se impone de superar la situacin opresora. Esto implica el reconocimiento críco de la razn de esta situacin, a fn de lograr, a travs de una accin trans/ormadora (ue incida sobre la realidad, la instauracin de una situacin di/erente, (ue posibilite la bs(ueda del ser más. 'in embargo, en el momento en (ue se inicie la autnca lucha para crear la situacin (ue nacerá de la superacin de la angua, "a se está luchando por el ser más. 9ero como la situacin opresora genera una totalidad deshumanizada " deshumanizante, (ue alcanza a (uienes oprimen " a (uienes son oprimidos, no será tarea de los primeros, (ue se encuentran deshumanizados por el slo hecho de oprimir, sino de los segundos, los oprimidos, generar de su ser menos la bs(ueda del ser más de todos. -os oprimidos temen a la libertad, en cuanto no se sienten capaces de correr el riesgo de asumirla. 'u lucha se da entre ellos mismos o ser duales. Entre e!pulsar o no al opresor desde )dentro* de sí. Entre desalienarse o mantenerse alienados. Entre seguir prescripciones o tener opciones. Entre ser espectadores o actores. Entre actuar o tener la ilusin de (ue actan en la accin de los opresores. Entre decir la palabra o no tener voz, castrados en su poder de crear " recrear, en su poder de trans/ormar el mundo. -a liberacin es un parto. Es un parto doloroso. El hombre (ue nace de l es un hombre nuevo. %ombre (ue slo es viable en " por la superacin de la contradiccin opresores
8o basta saberse E8 una relacin dialcca con el opresor $su contrario antagnico< descubriendo, por e&emplo, (ue sin ellos el opresor no e!isría ?%egel@ para estar de hecho liberados. Es precioso, recal(umoslo, (ue se entreguen a la pra!is liberadora. -o mismo se puede decir o afrmar en relacin con el opresor, considerado individualmente, como persona. -a solidaridad, (ue e!ige de (uien se solidariza (ue )asuma* la situacin de a(uel con (uien se solidariz, es una actud radical. 'i lo (ue caracteriza a los oprimidos, como )conciencia servil*, en relacin con la conciencia del se3or, es hacerse )Ab&eto*, es trans/ormarse, como se3ala %egel, en )conciencia para otro*, la verdadera solidaridad con ellos está en luchar con ellos para la trans/ormacin de la realidad ob&eva (ue los hace )ser para otro*. El opresor slo se solidariza con los oprimidos cuando su gesto de&a de ser un gesto ingenuo " senmental de carácter individual, " pasa a ser un acto de amor hacia a(ullos7 cuando, para l, los oprimidos de&an de ser una designacin abstracta " devienen hombres concretos, despo&ados " en una situacin de in&uscia. -a realidad social, ob&eva, (ue no e!iste por casualidad sino como el producto de la accin de los hombres, tampoco se trans/orma por casualidad. 'i los hombres son los productores de esta realidad " si sta, en la )inversin de la pra!is*, se vuelve sobre ellos " los condiciona, trans/ormar la realidad opresora es tarea histrica, es la tarea de los hombres. #l hacerse opresora, la realidad implica la e!istencia de los (ue oprimen " de los (ue son oprimidos. Bstos, a (uienes cabe realmente luchar por su liberacin &unto con lo (ue con ellos verdaderamente se solidarizan, necesitan ganar la conciencia críca de la opresin, en la pra!is de esta bs(ueda. Bste es uno de los problemas más graves (ue se oponen a la liberacin. Es (ue la realidad opresora, al constuirse casi como un mecanismo de absorcin de los (ue en ella se encuentran, /unciona como una /uerza de inmersin de las conciencias. En este sendo, esta realidad, en sí misma, es /uncionalmente domescadora. -iberarse de su /uerza e!ige, indiscublemente, la emersin de ella, la vuelta sobre ella. Es por esto por lo (ue slo es posible hacerlo a travs de la pra!is autnca7 (ue no es ni acvismo ni verbalismo sino accin " re:e!in. 'lo en su solidaridad, en (ue lo sub&evo constu"e con los ob&evo una unidad dialcca, es posible la pra!is autnca. 9ra!is (ue es re:e!in " accin de los hombres sobre el mundo para trans/ormarlo. 'in ella es imposible la superacin de la contradiccin opresor
-uács indudablemente plantea la cuesn de la )insercin críca* a (ue nos re/eríamos. )e!plicar a las masas su propia accin* es aclarar e iluminar la accin, por un lado, en lo (ue se refere a su relacin con los datos ob&evos (ue la provocan ", por otro, en lo (ue dice respecto a las fnalidades de la propia accin. Cuanto más descubren, las masas populares, la realidad ob&eva " desafadora sobre la cual debe incidir su accin trans/ormadora, tanto más se )insertan* en ella crícamente. ;e este modo, estarán acvando )conscientemente el desarrollo posterior* de sus e!periencias. En un pensar dialcco, accin " mundo, mundo " accin se encuentran en una ínma relacin de solidaridad. #n más, la accin slo es humana cuando, más (ue un mero hacer, es un (uehacer, vale decir, cuando no se dicotomiza de la re:e!in. 9ara nosotros, el problema no radica solamente en e!plicar a las masas sino en dialogar con ellas sobre su accin. 8inguna pedagogía realmente liberadora puede mantenerse distante de los oprimidos, vale decir, hacer de ellos seres desdichados, ob&etos de un tratamiento humanitarista, para intentar, a travs de e&emplos sacados de entre los opresores, la elaboracin de modelos para su )promocin*. -os oprimidos han de ser el e&emplo de sí mismos, en la lucha por su redencin. -a pedagogía del oprimido, (ue busca la restauracin de la intersub&evidad, aparece como la pedagogía del hombre. 'lo ella, animada por una autnca generosidad, humanista " no )humanitarista*, puede alcanzar este ob&evo. Esta pedagogía no puede ser elaborada ni praccada por los opresores. 'in embargo, si la prácca de esta educacin implica el poder políco " si los oprimidos no lo enen, 4cmo realizar, entonces, la pedagogía del oprimido antes de la revolucin6 Un primer aspecto de esta indagacin radica en la disncin (ue debe hacerse entre la educacin sistemáca, (ue slo puede trans/ormarse con el poder, " los traba&os educavos (ue deben ser realizados con los oprimidos, en el proceso de su organizacin. -a pedagogía del oprimido, como pedagogía humanista " liberadora, tendrá, pues, dos momento disntos aun(ue interrelacionados. El primero, en el cual los oprimidos van descubriendo el mundo de la opresin " se van compromeendo, en la pra!is, con su trans/ormacin ", el segundo, en (ue una vez trans/ormada la realidad opresora, esta pedagogía de&a de ser del oprimido " pasa a ser la pedagogía de los hombres en proceso de permanente liberacin. En cual(uiera de estos momentos, será siempre la accin pro/unda a travs de la cual se en/rentará, culturalmente, la cultura de la dominacin. En el primer momento, mediante el cambio de percepcin del mundo opresor por parte de los oprimidos ", en el segundo, por la e!pulsin de los mitos creados " desarrollados en la estructura opresora, (ue se manenen como aspectos mícos en la nueva estructura (ue surge de la trans/ormacin revolucionaria. En el primer momento, nos en/rentamos al problema de la conciencia oprimida como al de la conciencia opresora. 2 debemos encararlos así, como seres duales, contradictorios, divididos. -a
situacin de opresin, de violencia en (ue stos se )con/orman*, en la cual )realizan* su e!istencia, los constu"e en esta dualidad. =oda situacin en (ue, en las relaciones ob&evas entre # " >, # e!plote a >, # obstaculice a > en su bs(ueda de afrmacin como persona, como su&eto, es opresora. =al situacin, al implicar la obstruccin de esta bs(ueda es, en sí misma, violenta. 8o e!isrían oprimidos si no e!isera una relacin de violencia (ue los con/orme como violentados, en una situacin ob&eva de opresin. 'on los (ue oprimen (uienes instauran la violencia7 a(uellos (ue e!plotan, los (ue no reconocen en los otros " no los oprimidos, los e!plotados, los (ue no son reconocidos como otro por (uienes lo oprimen. 'in embargo, para los opresores, en la hipocresía de su /alsa )generosidad*, son siempre los oprimidos los (ue desaman. 'on siempre ellos los )violentos*, los )bárbaros*, los )malvados*, los )/eroces*, cuando reaccionan contra la violencia de los opresores. En verdad, por parad&ico (ue pueda parecer, es en la respuesta de los oprimidos a la violencia de los opresores donde encontramos el gesto de amor. ientras la violencia de los opresores hace de los oprimidos hombres a (uienes se les prohíbe ser, la respuesta de stos a la violencia de a(ullos se encuentra in/undida de anhelo de bs(ueda del derecho de ser. -os opresores, violentando " prohibiendo (ue los otros sean, no pueden a su vez ser, los oprimidos, luchando por ser, al rerarles el poder de oprimir " de aplastar, les restauran la humanidad (ue habían perdido en el uso de la opresin. Es por esto por lo (ue slo los oprimidos, liberándose, pueden liberar a los opresores. 'i su lucha se da en el sendo de hacerse hombres, hombres (ue estaban siendo despo&ados de su capacidad de ser, no lo conseguiría si slo invierten los trminos de la contradiccin. -os /renos (ue los anguos oprimidos deben imponer a los anguos opresores para (ue no vuelvan a oprimir no signifcan la inversin de la opresin. -a opresin slo e!iste cuando se constu"e como un acto prohibivo al ser más de los hombres. 9or otra parte, en el momento en (ue el nuevo poder se plasma como )burocracia* dominadora se pierde la dimensin humanista de la lucha " "a no puede hablarse de liberacin. Es indispensable (ue, a(uellos (ue se comprometen autncamente con el pueblo, revisen constantemente su accin. Esa adhesin es de tal /orma radical (ue no permite comportamientos ambiguos de (uien la asume. ;e ahí (ue este paso deba tener el sendo pro/undo del renacer. 5uienes lo realizan deben asumir una nueva /orma de estar siendo 7 "a no pueden actuar como actuaban, "a no pueden permanecer como estaban siendo . 'erá en su convivencia con los oprimidos, sabindose uno de ellos, como podrán comprender las /ormas de ser " de comportarse de los oprimidos, (ue re:e&an en diversos momentos la estructura de la dominacin.
9or otro lado e!iste, en cierto momento de la e!periencia e!istencial de los oprimidos, una atraccin irresisble por el opresor. 9or sus patrones de vida. 9arcipar de estos patrones constu"e una aspiracin incontenible. -a autodesvalorizacin es otra caracterísca de los oprimidos. Desulta de la intro"eccin (ue ellos hacen de la visin (ue de ellos enen los opresores. uchas veces insisten en (ue no e!iste di/erencia alguna entre ellos " el animal ", cuando reconocen alguna, sta es venta&osa para el animal. En tanto se manene nída su ambigedad, los oprimidos diFcilmente luchan " ni si(uiera conFan en sí mismo. =ienen una creencia di/usa, mágica, en la invulnerabilidad del opresor. Es necesario (ue empiecen a ver e&emplos de la vulnerabilidad del opresor para (ue se va"a operando en sí mismos la conviccin opuesta a la anterior. %asta el momento en (ue los oprimidos no toman conciencia de las razones de su estado de opresin, )aceptan* /atalistamente su e!plotacin. 'lo cuando los oprimidos descubren nídamente al opresor, " se comprometen en la lucha organizada por su liberacin, empiezan a creer en sí mismos, superando así su complicidad con el rgimen opresor. Este descubrimiento debe estar asociado a un intento serio de re:e!in, a fn de (ue sea pra!is. El diálogo críco " liberador, dado (ue supone la accin debe llevarse a cabo con los oprimidos. -o (ue puede " debe variar, en /uncin de las condiciones histricas, en /uncin del nivel de percepcin de la realidad (ue tengan los oprimidos, es el contenido del diálogo. 9retender la liberacin de ellos sin su re:e!in en el acto de esta liberacin es trans/ormarlos en ob&etos (ue se deben salvar de un incendio. Estamos convencidos de (ue la re:e!in, si es verdadera re:e!in, conduce a la prácca. El camino para la realizacin de un traba&o liberador e&ecutando por el liderazgo revolucionario no es la )propaganda liberadora*. Bste no radica en el mero acto de depositar la creencia de la libertad en los oprimidos, pensando con(uistar así su confanza, sino en el hecho de dialogar con ellos. Es preciso convencerse de (ue el convencimiento de los oprimidos sobre el deber de luchar por su liberacin no es una donacin hecha por el liderazgo revolucionario sino el resultado de su concienciacin. #l hacer estas consideraciones no intentamos sino de/ender el carácter eminentemente pedaggico de la revolucin. 'i los líderes revolucionarios de todos los empos afrman la necesidad del convencimiento de las masas oprimidas para (ue acepten la lucha por la liberacin reconocen implícitamente el sendo pedaggico de esta lucha. 'in embargo, muchos, (uizás por pre&uicios naturales " e!plicables contra la pedagogía, acaban usando, en su accin, mtodos (ue son empleados en la )educacin* (ue sirve al opresor. 8iegan la accin pedaggica en el proceso liberador, mas usan la propaganda para convencer.
;esde los comienzos de la lucha por la liberacin, por al superacin de la contradiccin opresor< oprimidos, es necesario (ue stos se va"an convenciendo (ue esta lucha e!ige de ellos, a parr del momento en (ue la aceptan, su total responsabilidad. -os oprimidos (ue se )/orman* en el amor a la muerte, (ue caracteriza el clima de la opresin, deben encontrar en su lucha el camino del amor a la vida (ue no radica slo en el hecho de comer más, aun(ue tambin lo impli(ue " de l no pueda prescindirse. -os oprimidos deben luchar como hombres (ue son " no como ob&etos. -a propaganda, el dirigismo, la manipulacin, como armas de la dominacin, no pueden ser instrumentos para esta reconstruccin. 8o e!iste otro camino sino el de la prácca de una pedagogía liberadora, en (ue el liderazgo revolucionario, en vez de sobreponerse a los oprimidos " connuar mantenindolos en el estado de )cosas*, establece con ellos una relacin permanentemente dialgica. 9rácca pedaggica en (ue el mtodo de&a de ser instrumento del educador con el cual manipula a los educandos por(ue se trans/orman en la propia conciencia.
Capítulo G [Índice: la concepción $!ancaria% de la educación como insrumeno de opresión& sus supuesos& su crítca. La concepción pro!lemat'adora de la educación y a li!eración& sus supuesos. La concepción $!ancaria% y la conradicción educador-educando. La concepción pro!lemat'adora y la superación de la conradicción educador-educando: nadie educa a nadie (nadie se educa a sí mismo-, los "om!res se educan enre sí con la mediación del mundo. )l "om!res como ser inconcluso y consciene de su inconclusión y su permanene mo*imieno ras la !+sueda del ) /0.# Cuanto más analizamos las relaciones educador
Una de las caracteríscas de esta educacin disertadora es la )sonoridad* de las palabras " no su /uerza trans/ormadora. En vez de comunicarse, el educador hace comunicados " depsitos (ue los educandos, meras incidencias, reciben pacientemente, memorizan " repiten. =al es la concepcin )bancaria* de la educacin, en (ue el nico margen de accin (ue se o/rece a los educandos es el de recibir los depsitos, guardarlos " archivarlos. argen (ue slo les permite ser coleccionistas o fchadores de cosas (ue archivan. En el /ondo, los grandes archivados en esta prácca e(uivocada de la educacin son los propios hombres. #rchivados "a (ue, al margen de la bs(ueda, al margen de la pra!is, los hombres no pueden ser. En la visin bancaria de la educacin, el )saber*, el conocimiento, es una donacin de a(uellos (ue se &uzgan sabios a los (ue &uzgan ignorantes. ;onacin (ue se basa en una de las mani/estaciones instrumentales de la ideología de la opresin0 la absoluzacin de la ignorancia, (ue constu"e lo (ue llamamos alienacin de la ignorancia, segn la cual sta se encuentra siempre en el otro. El educador se en/renta a los educandos como annomia necesaria. Deconoce la razn de su e!istencia en la absoluzacin de la ignorancia de estos lmos. -os educandos, alienados a su vez, a la manera del esclavo, en la dialcca hegeliana, reconocen en su ignorancia la razn de la e!istencia del educador pero no llegan, ni si(uiera en la /orma del esclavo en la dialcca mencionada, a descubrirse como educadores del educador. -a educacin debe comenzar por la superacin de la contradiccin educadoreauvoir@. # fn d lograr una me&or adaptacin a la situacin (ue, a la vez, permita una me&or /orma de dominacin. 9ara esto, ulizan la concepcin )bancaria* de la educacin a la (ue vinculan todo el desarrollo de una accin social de carácter paternalista, en (ue los oprimidos reciben el simpáco nombre de )asisdos*. 'on casos individuales, meros )marginados*7 (ue discrepan de la fsonomía general de la sociedad. Bsta es buena, organizada " &usta. -os oprimidos son la patología de las sociedades sanas, (ue precisan por esto mismo a&ustarlos a ella, trans/ormando sus mentalidades de hombres )ineptos " perezosos*.
9ara ellos la solucin estaría en el hecho de de&ar la condicin de ser )seres /uera de* " asumir la de )seres dentro de*. 'in embargo, los llamados marginados, (ue no son otros sino los oprimidos, &amás estuvieron )/uera de*. 'iempre estuvieron )dentro de*. ;entro de la estructura (ue los trans/orma en )seres para otro*. 'u solucin, pues, no está en el hecho de )integrarse*7 de )incorporarse* a esta estructura (ue los oprime, sino trans/ormarla para (ue puedan converrse en )seres para sí*. Abviamente este no puede ser el ob&evo de los opresores. El problema radica en (ue pensar autncamente es peligroso. El e!tra3o humanismo de esta concepcin bancaria se reduce a la tentava de hacer de los hombres su contrario $un autmata, (ue es la negacin de su vocacin ontolgica de ser más. -o (ue no perciben a(uellos (ue llevan a cabo la educacin )bancaria*, sea o no en /orma deliberada, es (ue en los propios depsitos se encuentran las contradicciones, revesdas por una e!terioridad (ue las oculta. 2 (ue, tarde o temprano, los propios depsitos pueden provocar un en/rentamiento con la realidad en movimiento " despertar a los educandos, hasta entonces pasivos, contra su )domescacin*. Un educador humanista, revolucionario, no puede esperar esta posibilidad. 'u accin, al idenfcarse, desde luego, con la de los educandos, debe orientarse en el sendo de la liberacin de ambos. En el sendo del pensamiento autnco " no en el de la donacin, el de la entrega de conocimientos. Esta concepcin bancaria, más allá de los intereses re/eridos, implica otros aspectos (ue envuelven su /alsa visin de los hombres. #spectos (ue han sido ora e!plicitados, ora no e!plicitados, en su prácca. 'ugiere una dicotomía ine!istente, la de hombres
2 si slo así ene sendo el pensamiento, si slo encuentra su /uente generadora en la accin sobre el mundo, el cual mediaza las conciencias en comunicacin, no será posible la superposicin de los hombres sobre los hombres. =al superposicin, (ue surge como uno de los rasgos /undamentales de la concepcin )educava* (ue estamos cricando, la sita una vez más como prácca de la dominacin. -o (ue nos parece indiscuble es (ue si pretendemos la liberacin de los hombres, no podemos empezar por alienarlos o mantenerlos en la alienacin. -a liberacin autnca, (ue es la humanizacin en proceso, no es una cosa (ue se deposita en los hombres. 8o es una palabra más, hueca, mifcante. Es pra!is, (ue implica la accin " la re:e!in de los hombres sobre el mundo para trans/ormarlo. #l contrario de la educacin bancaria, la educacin problemazadora, respondiendo a la esencia del ser de la conciencia, (ue es su intencionalidad Hesto en el sendo husserliano de ser conciencia de algo. #ntes hace una disertacin larga sobre %usserl (ue decidí ignorar por(ue evidentemente no es algo (ue nos va"an a tomar, pero aclaro por las dudas para (ue se enenda la especifcidad tcnica del trmino, niega los comunicados " da e!istencia a la comunicacin. 'e idenfca con lo propio de la conciencia (ue es ser, siempre conciencia de, no slo cuando se intenciona hacia ob&etos, sino tambin cuando se vuelve sobre sí misma. Como situacin gnoseolgica, en la cual el ob&eto cognoscible, en vez de ser el trmino del acto cognoscente de un su&eto, es el mediazador de su&etos cognoscentes, la educacin problemazadora antepone, desde luego, la e!igencia de la superacin de la contradiccin educador