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1965 by FALSO liBRERO EDITOR
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Slf ha hechó el dép6si"? que previene la ley 11.723' Printed in: Argentina '
MARCELOFOX
INVITACION .,A LA MASACRE ( J 963)
FALBO liBRERO EDITOR 1
Buenos Aires - Argentina
Es hora de morir: Tod'? se acaba. El víento,sopla como siempre y yó, espero. J,.a guillotina caerá lúcióa y exacta. La basura ~e elimina. A mí me eliminan. No. No debo aceptar las" axio1ogías de !os fis,c~es. De la ~~ltitud que me condena tr~tando de ·e:q)lar a través de un mocente el peso de sus propias culpas. Debo m~tenenne fume. No gritar. No dárse contra las pa· redes. No pedir piedad. Ellos Jos otros ~on l9s que merecen la cámara ~e gas. No yo. Qilise despertarlos. Quise destruirlos y han terminado por ser mis verdugos. Son débiles y estúpidos pero son muChos. He ahi toda su ventaja. Su superioridad. Su fuerza. Ser muchos. Se amontonan en los colectivos. Se arrodi· llan en las iglesias. Comen. Duermen. Emiten sonidos incohe· reptes. Juzgan. IgnoraD.. Aplastan todo aquello que amenace matizar el gris uriiforme en que habitan . .Siempre en manada. Síempr,~ iguales. Yo nb, quise seguir dando vueltas a la noria y voy a pagar la rebeHon con la vida':' Es lo normal. No vacilan cu'a~do dé defender su ,mediocridad se trata. Lbs sistemas y las generacjon'es pasan. En los cementerios se acumulan los muertos. De vez ,en cuand9 una guerra o un profeta alteran la superficie y paréce que 'algo va a cambiar. Nada cambia. Después vuelve el silencio. Las acumulaciones de ladril}.os.
4 veces lamento no líaber podidó sef;uir siendo como los otros. Seguir trabajando. Hablando del.tiempo. Casarme. Tener hijos. Ir los domingos a misa. JÜbilarme y esper!,lr la muerte tomando _el sol en alguna placita. Morir por fin confortado con los auxilios d,e Ia.santa religión y desaparecer rápido en el olvido. Qebo estrangular estos pensamientos. Yo soy distinto. Yo debo sér distinto.-Yo.quiero ser distinto nasta el fin. Mentira. La libertad no existe. To~o está determinado desde siempre. ,Los engra9
najes giran exacto.s y aceitados. Soy perjudicial. Me arrojan a las cloacas. Tengo -miedo_ Un día tecleando en la máquina de escribir él mundo voló por los aires. Me pregunté por qué bajaba y subía los dedos estampando cifras y palabras incomprensibles. Qué era eso que me rodeaba. Quién era yo. Fui al ,baño. Me lavé la cara furiosamente. La sensación de ausencia absoluta continuó. Esperé la hora de salida. Todos estaban muertos. Solamente yo vivía. Lo supe. Era Dios. Nadie abajo. Ni arriba. Ni a los costados. Iban a pagar el ser tan idiotas. Les haría sentir mi poder. Compré un cuchillo. Una sevillana. En el cuarto del hotel apretaba el botón y cerraba la hoja, Cerraba la hoja y apretaba el botón. Clik. Ciak. Clik. Pasru· a la acción. Salí a la calle. No había lu~ar 'para la duda. Tenía que cumplir mi\ misión. Tomé un colectivo hacia cualquier lado. Ya en los suburbios caminé a lo largo de un patedón. Hundí la hoja en una espalda. Iban a producirse conmociones. Gentes perdidas en la sucesión interminable de días idénticos abandonarían el letargo. Viudas llo_rando el resto de sus vidas. Huérfanos pidiendo pan' de puerta en puerta. Exageraba los cuadros de luto y angustia y el gozo era mayor. Nada ya podía detenerme. Antes de ir a dormir clavé el pu:fial justiciero una vez más. Era rubia. Tenía ojos verdes que miraron buscando una explicación. Quis;era haberle explicado. Que comprendiera que actuaba por amor al Homqre. Para despertar las conciencias. Para anunciar la llegada del Mesías. Tuve que huir. Me llevé a la boca la mano salpicada de sangre fresca. Nos podríamos ;haber amado si no fuera de noche. Si la humanidad no hubiera muerto hace muc}lo junto con los dioses. Mentira. No me hubiera amado. Como todos se hab~ía reído de ¡ni aBofeteándomé. Soy feo y sucio. Pronto moriré y dejaré de mancillar la tierra con mi presencia abyecta. No. Eso es lo que ellos piensan. Lo_ que quieren que yo piense. Es al revés. Cuando sea ejecutado el mundo qued:trá sumido definitivamente en las sombras de la cotidianeidad y el olvido. Ya no más ~peranzas. Cortarán el último vínculo con la Trascendencia. Nadie volverá a traer el Mensaje que yo portaba. Tierra al condenarme te condenas. Me hundes y te hundes perdiéndote en el exilio. Quizá sea mi venganza eso
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mismo. Todos en la oscuridad y ni siquiera lo sabrán. Es para destornillarse de risa. Tengo miedo. Dios tiene miedo. Temblad. Contemplo el futuro y río. Pobres. Me dan lástima. Si hubiera tenido la fortuna de controlar cohetes con carga.atómica habrfa libertado sin vacilar !!la humanidad del sonido y la furia. Basta de sufrir. Basta de arrastrarse. Que los ángeles U 235 limpien la Tierra. Estoy cansado. Mañana a la fría luz del alba me conducirán al patíbulo mientras los parch~ suenen acompasa· damente. Todo será silencio y recogimiento. Rechazaré a los sacerdotes de las variadas sectas que me querrán dar auxilio en la hora postrera. Dios no precisa consuelos. Dios muere y resucita más glorioso aún. Que se preparen los que lo han perseguido. Que se preparen los que han dudado de su divini· dad. Irán sin excepción al crematorio. Porque Su palabra nunca dicha no ha sido· escuchada. 'Porque fue ejecutado vandálicamente por hacer el Mal es decir el Bien es decir lo Justo. Al día s~guiente leí los diarios. Se hablaba media' página de la obra de mi navaja: Alegría. Alegría. El Mensaje resuena en los ámbitos. El ejemplo será seguido por otros en cantidades cada vez mayores. El Reino de la Libertad estaba cerca. Todos muertos. Todos libres. Después me di cuenta. Nadie interpretaba el sentido trascendental de las inmolaciones. Pensaron que era la obla de un loco. De un maniático homicida. Qué hacer. Seguir. Seguir. Continuar hasta el fin la tarea de revulsar de conciencias. Compré un libro sobre explosivos. Compré dinamita en el mercado negro. Volaron el mismo dia un subterráneo. Un banco. Una iglesia. Un transatlántico. Gloria. Gloria a mí el Salvador. Gloria. La noticia conmovió al mundo. Doscientos comunistas fueron fusilados. No. Eso no. No tienen derecho. Fui yo. Fui yo quien provoc6 las catástrofes para restaurar la mem01ia. Para despertar a los hombres del hundimiento sistemático. Mandé cartas a los diarios relatando la Verdad. No fueron publicadas. Creían que era un chiste. Creyeron cualquier cosa. Creyeron. Creyeron. Y yo. Y yo. No. No era posible. Yo Luzbel empañado en mi grandeza. N o cejar. , Perseverar en la brecha. Estoy cnn.sado. Basta. Dormir. Pero no. No puedo desertar. Las pagarán. Se olvidaron de todo al poco tim:upo. Tener bombas H. Las capi-
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tales ardiendo. Los.cuerpos carcomiaos. Los El Vacío. El Silencio. El Sol.
esqueleto~blancos.
Los malditQs continuaban reproduciéndose como si nada pasa· ra. Reían. Bailaban. Oprimían botones. Morían en la Ausencia. Me niego a aceptarlo. Nunca. No. Pero de qué forma~ Cómo hacer que comprendieran. Nuevas bombas. Más comunistas ahorcad-os. Y nada. Nada. Estoy agotado. Es inútil. Pero seguir. Saguír hasta el fin. El Fin és el Principio. La Muerte es la Vida. El-Sufrimiento es el Gozo. El Odio es el Amor. Dinamité un dique.< Gente huyendo. Gritando. Viviendo. Exi~tiendo real· mente. Cadáveres de los ahogados. Devastación. Hambre. Peste. Arrasamiento. Llegaron aviones con cruces rojas máquinas topadoras y destrqyeron la destrucción restaurando' la aburrida monotonía ~nterior. Qué falta de sentido estético. Sólo son bellas las estatuas rotas. Las paredes descascaradas. Los rostros horadados por la lepra. Las· c!udades después del saqueo. Qué hermosa es la Muerte. Qué hennosa. Y pensar que el nivel de la much,edumbre no rebasa las calcomanías y los claros del luna. Son incapaces de intuir la Trascendentalidad. El reflejo de la agónica lucha-del Ser con la Nada en las co~as que se derrumban. Más izquierdistas fueron enviJldos a la guillotina. El aislamiento continúa. La incomprensión aumenta. El desaliento ahoga. Los diarios siguen sin publicar las explicaciones que les envío del Mensaje objetivado en,nús actos. Cambiar de método. Guerra bacteriológica a la imbecilidad. Crié virus de potentes plagas .. Eri los caldos de cultivo las pequeñas bestezuelas alegremente· retozaban engordando a ojos -vistas. Asi lo podía observar con el microscopio. Ahora. A las fábricas de productos alimenticios. A p.ulverizar el aire. A infectar las aguas. Millones de muertQs. Carretas cargadas de cuerpos exánimes. Estado de Sitio. Humo incesante de los hornos crematoriós. Terror en los rostros. Eso sí que erk Vida Auténtica.
y
Pero del otro lado del mar todo seguía igual. -El Mensaje no era (lscuchado aún. Siempre la falta de megatones. Quién fuera Dios para acabar con esta repetición absurda.
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de az~car y sus nubes de mazapán. Si existe el infierno yo quiero ir allí a gozar de las delicias del ~ego junto a los rebeldes. A los asesinos. A los que dijeron No al chantaje. Mi divisa. Odia a tu prójimo como a ti mismo.
Los comunistas continuaban rellenando las fosas comunes. Los obreros-eran exterminados metódicamente. El Hambre y la Peste había1;1 imperado un tiempo. A1go es algo. Pero yo quería el Todo .. El Cambio. El Gran Caml:lio. El Brillo del Sol Negro macerando las costras del planeta. El Vómito ,Infinito Redentor libertando a los Angeles' de Lava de sus prisiones ~ubterráneas. Basta de reformismo. Revolución .. Las pestes sembradas, pasaron. Las cosechas· crecieron otra vez. El populacho volvió a vocif~rar. A canta~. Las hembras tercamente continuaron pariendo. Horro.r;. Es imposible contra ellos. Fui a la comisaría más próxima ·a mi domicilio. Era el último' recurso. El ·Mensajevdebfa ser entendido de una vez por todas. Entonces comenzaría la Comprensión y con ella el suicidio colf:lctivo y la pesadilla de la vida se disolvería. Al principio no creyeron la amplm confesión que les hice pero al revisar mi guarida encontraron las pruebas confumatorias de la veracidad dé lo oido, Que. alivio. La labor no habría sido estéril. Me equivoqué. Me ejecutarán en secreto. Usaron las catástrofes como pretexto para ,sppr_imir a los o.positores y ahora no pueden decir la Verdad. ,Fracasé hasta el fondo. Los úteros vencieron otra v'ez. E;n vano sacudo y muerdo los barrotes. Ha amanecido. El estúpido sol amarillo comienza a alumbrar nuev~~nte las estériles geómetrías de los hombres. Oi~o los pasos de los que vienen a llevarme al patíbulo. Todo inutil. Los robots sigu.en sordos y ciegos su marcha hacia ningún Iaao. No serán ya redimidos pero atmque lo supieran no le darfan importancia. Abren la puerta. Comprendan. Aguarden. Yo lo lúce por
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Dicen .que soy .aliyecfo. El -~ás repugnante de todos. Que piens,en como qwe;an los que aún ti~nen cobardes ideales bum.anis-. t~ y ,e1;1diosan a\. hombre en de~medro del Creador. Los que qui~~y:O, enqegmtps jltad
'qé
Yo
soy~tórturádpr.
Por•. mLPor nosotros las bocas.se abren y
cqpfi~!\11 at~n,tadqs y ·fr~~taciones contra.Ja .transparencia.
¡;}el Se¡;. La.s fue~:¡;~s dct O~~p .recoge~!. las p¡llapras .~rancadas CQIJ nuestras :tpanós y. eliminan 'los focos de infección puestos .al descubie~. Asi todp continúa11'inn¡óv.U. en el lugar que le coqes:poñde dé.sde. si~rripré.· · ' ' • • Me leva1,1to a las 's de la mañana. Toino el desayuno. Beso a mi espos~ y \i mis P,ijos. Y al trabajo. Llego al Comando Regional d~ Torturas _a .las '9 en punto. Comienw inmediatamente la labor del día . .L{:l.O la lista de los nuevos y' le asigno a cada uno de ellos uno.,cle mis.,subalt~mos: Sigue después la rutina hanitpal. Las instalaciones que .integran nuestro edificio han sido conceqi9-\is c;om9 yna 'unid~d ,funcional de acuerdo a los principios de la arqwtectura contemporánea. Contamos con bares donde en~~e _?¡¡¡a se~ión y otra aq¡dimos ~ descansar y cambiar impre-
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sj.ones. Confortables cuarto~ para las tareas específicas de esta Institución. Oficfuas técnicas decoradas con telas· qúe llevan la firma de los mejores artistas de vanguardia del país. Para abrir las condencias émpleamos métodos' clásicos y -taínbién aquéllos que se fundan en los adelantos de la ciencia moderna. No puedo hablar de estos últimos aunque ganas no me faltan. Estoy orgulloso de haber inventado sistep1as realmente revolucionarios. Son secreto de estado. Podrían caer en poder de los ateos bolcheviques y ser usados en la persecución de sus fines inhurnános. Disponemos de todo lo necesario para cumplir nuesti'a labor. Picanas eléctricas y soplites de acetileno bendecidos por el Arzobispo de Temnis: fotros de .tortura.·Poleas. Celdas electrificadas. Pinzas. Tenazas. Alambres. Látigos en infinita valiedad Acidos. Garfios. Y otras muchas cosas sobre l~s que debo guardar silencio. Estos implen;tentos sólo entran en contacto con la carne de los alojaaos en rluestras maZIQorras si falla la persuasión. Primero "tratamos de convencerlos por medios audiovisuales de las bondades del Régimen. De su equivocación al oponerse a la Luz que El encama. ~inal me~te les informamos que si se obstinan en persistir en el error no respondiendo a nuestras preguntas nos veríamos en la penosa obligación de tener que usar la coacción ,Para sacarlos de la oscuridad en que están sumidos y hacerlos colaborar. Ven que a los que no hablan se los azota con alambre de púa. Les son reventados los ojos y los testfculos. Enloquecen golpeándose la ca~eza contra las paredes metidos en cuqrtos llenos de bichos. Saltan hasta morir al ritmo de los voltios. "Si el silencio continúa se pasa a la acción._ Hablan o caen. No hay otra alternativa. La experiencia y los años pasados en la Escuela de Oficiales Verdugos de la Nación nos orientan sobre qué método emplear según la edad. El sexo. La configuración metabóJ.ica. Un equipo de biopsicólogos cibernéticos nos ayuda con, rigurosidad científica a encontrar ·en cada caso el hombre a!Iecuado para el sqplició adecuado. Debe ser excluida la falsa imagen que presenta al Cuerpo de Torturadores como compuesto _por seres ·primitivos y desalmados. La biblioteca' de la institución está provista de un vasto repertorio de obras clásicas universalé.~. Alguno!; gustan de torturar escuchando a Bach -o Mozart. El nÚmero de éxitos que se alcanza es del 81.03- "%. Cifra que
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nuesb:o servicio. secreto afinna que es la más alta del Mundo Libre. No contarnos con datos ael·otro lado para confrontar. El 12:97 % resta'?te ~stá compuesto en su mayor parte por comunistas. Nuestro corazón late con fuerza cuando cae en nuestras manos uno de ellos. No nos encontramos frente a un obrero engañado o un· pequeño i-otelectual burgués idealista. ¡\.llí está el Enemigo. El Mal encarnado. Un adversario de nues~ tra talla. Una conciencia lúcida contra la cual luchar de jgual a igual. Todos se lo disputan hartos de. las claudicaciones habituales. ~e cruzan apuestas sobre si será posible romper ese silencio. El 89.43 .% no habla prefiriendo la muerte. Despreciarnos a los que hablan. No nos causa ninguna emoción pegarles un tiro en el cráneo después de haberlos agotado. Nuestro respeto y nuestro odio es para los que mueren en su ley. Cada fracaso aviva más los fmpetus de no fallar la próxima vez. Amamos de tQ.do corazón. el oficio que hemos elegido. Nos es imposible vivir sin su práctica continua. Aquellos que se jubilan vienen a menudo a recordar viejos tiempos. Presencian con melancolía largas horas las sesiones. Nosotrps les permitimos que partidpen en ellas sabiendo que algún día- estaremos en su misma condición. Hay que ver cómo vuelven a relucir los ojos apagados. Como un hálito de juventud se extiende por los viejos cuerpos cuando-las manos retuercen un torniquete o dan contacto a la elechicidad. Tratamos de llegar al fondo- del Ser con nuestros golpes. Unirnos con Dios en el frenesí y ·el odio. Conocer la esencia de la condición humana. Llenar nuestro vacío de Absoluto. Digo que tratamos. Sólo la élite entre nosotros tiene tan altos fines. Para la generalidad esta es una tarea corno cualquier otra que brinda algunas complacencias de naturale;za no habitual. Para la élite no. Es un deber torturar. Contribuir a sa)var 1~ impoluticidad del Ser de la Nada que lo acecha tras los diversos rostros en _que se enmascara. Porque salv.ando el Ser de la Nada ya 90 es posible el Devenir que destruiría el Orden Perfecto en qt¡~e vivimos. Soy doctor en filosofía recibido en la Unj.versidad Católica Santo Tomás de Aquino. Mis estudios e investigaciones metafísicas me llevaron a elegir este puesto en _el mundo desde donde puedo ayudar a ~vítar la. catásrrofe ontológica. antedicha. 'Nuestro suplicio es que nunca logramos la Palabra del Ser. Las bocas sangrantes sólo se abren para tar)amudear nombres o direcciones. t.os cuerpos mueren
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sin revelar su secreto. El Enigma del Todo lo esconden los Perfectos Hijos de la Nada. Los que no hablan. Los que nos torturan con su basto Silencio ocultándonos al Ser que en sí contienen. Ellos. Los comunistas son los verdaderos y únicos verdugos. Por su culpa sufrimos el vacío. Están alli duros. Firmes. Nosotros desesperados rascamos en ·la superficie inútilmente. El furor crece. Pero el furor es vano. Los voltios son vanos. Los alambres se quiebran contra 1a ausencia. L_uego viene el quedarse solos ante la carne exánime que hemos interrogado en vano. Entonces la noche voltea sus laberintos sobre nuestros cuerpos ahuecados. Muertos. La mayoría considera que fallar a veces es uno de los gajes del oficio. Están bloqueados para la trascendencia de las cosa9. No llegan a tocar el fondo de horror de la cuestión. Para la élite es distinto. Muy distinto. Fonnan este pequefio grupo de elegidos. De místicos de la. picana eléctrica. Boris. Seminarista expulsado del seminario por satanismo. El-conde de WolH.-Arist6crata venido a menos: Torres. k quien echaron del Partiao Gomunista acusándolo de convertirse en delator ·policial. Renard. Poeta y literato que encontró a·nuesh'o lado SU·'.:erdadera vocación después ·de publicar sin éxito sus ·magnfficas .e incomprendidas Odas a la Muerte.Buscamos--la Esencialidad a-través
el rostro. Quiiá El nunca acceda a descender hasta seres tan miserables como los hombres y permanezca oculto para siempre. Esos destellos de Absoluto que confusamente percibimos entre los gritos y la sangre es lo que mantiene nuestra fe en el camino que hemos elegido y que es largo y duro. No s6lo tratamos de llegar al Ser. También intentamos llegar a las esencia~. La Esencia de la Abyecci6n o del Dolor o de la Locura. Por orden del Gran Benefactor los espectáculos más ontológicos son filmados para que El pueda vibrar al unísono de las peHculas como lo hace en los momentos en que visita la casa y se entrega junto a nosotros al supremo arte que se practica aquí. A veces creemos alcanzar algunas esencias pero en los momentos de lucidez nos carcome fa pregunta si no nos hemos dejado atrapar por alucinaciones producto de nuestras ansias de abismo. Cercanos a los límites del derrumbe nos torturamos unos a otros. Inútil Siempre inútil. Todo en vano. Dar la vida por ecos y sombras tal vez falsos. Y hay que seguir por el túnel sin conocer tregua torturándQnos al torturar. Cayenao cada vez más en el fondo de los •propios huesos. Nuestros pechos se agitan cuando traen a un comunista. También se regocijan cuando nos ponen una mujer al alcance de las garras. Quizá llegaremos a nuestro Arquetipo. Al Misterio de la Vida y de la Muerte. Nuestro deseo es mucho más elevado que el de los otros que las poseen antes de torturarlas y después. Vivas y muertas. No tiene comparaci6n. Las golpeamos con ternura. Con desesperación. Con amor. Sus alaridos nos arrullan como cuando nuestra madre cantaba canciones de cuna meciéndonos en sus brazos. En medio de la cólera queremo~ destruir al demonio que las habita y extravía a los hombres del camino de la redenci6n arrancándoles los ojos. Las lenguas. Los senos. Las orejas. Destrozando sus vaginas con hierros candentes. Abrazamos los cadáveres con furor. Cero. La comunicaci6n es imposible. Otras .veces teneblos que torturar niños delante de sus padres para que éstos confiesen. Los cuerpecitos mutilados tampoco revelan su secreto. Días y días sin dormir. La obsesión por ese algo que siempre se escurre crece y crece. Nadie nos tiene compasi6n. Nadie nos comprende. Estamos
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solos. Definitivamente solos. Las pu~tas permanecen cerradas. Golpeamos. Aullamos. No hay respuesta. Seguir~mos. Hasta que Dios se apiade. Hasta gue nos muestre Su rostro.
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Yo soy comunista. Sí. El último. Parece una broma. Que me he vuelto loco. Tan luego yo comunista que los barri a todos de la faz del planeta. A veces las apariencias engañan. Pero cómo afirmar que es apariencia mi obra. Mi lucha basta el fin contra aquellos con los que digo identificarme. Qué es lo que falló. El plan era genial. Perfecto. Si fuera posible aniquilar la memoria. No. No es posible. Iluminado por la clara luz del marxismo leninismo me afilié al Partido Comunista de mi patria y empecé a militar. Pegaba carteles. Pintaba paredes. Vendía bonos. Repartía vola-qtes. Iba a la cárcel y era torturado de vez en cuando, Golpeaba. Me golpeaban. Concurría a bailes organizagos para obtener fondos para las campañas financieras. Me alistaba .en brig~das que nnnéa partían para if a luchar a tal o cual nación agredida por los bárbaros imperialistas. No perdía oportunidad de firmar papeles por la paz. Contra la carestía de la vida. Pidiendo la libertad de los presos políticos de la Micronesia. Felici_!:ando al primer rrúnistro de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas al cumplir los 64 años. Alentando al glorioso ,partido hennano de Tongolandia en su lucha sin tl'egua en defensa de las libertades democráticas pisoteadas salvajemente por el ejército de ocupación de los agresores yankis. Hada el ~mor exclusivamente con camaradas. Del sexo femenino claro está. Asi transcurría tranquilamente rrú vida entre una finna ·y otra:. Una paliza y otra. Una pintada y otra.
De pronto mi buena conciencia de abnegado luchador por la paz y el socialismo se desmoronó. Me cfi cuenta que lo que hacía no era suficiente. Que era mucho más que la cotidianei-.
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dad militante lo necesario para que se pusiera fin sobre el planeta al reino· de la Necesidad instaurando el de la Libertad. La situación estaba estancada. Poco a poco los dirigentes del campo socialista se vo~vían más y más conciliadores con los perfi.dos imperialistas. En vez de agudizarse las contradicciones iban amortiguándose. Los pueblos bajo la garra de los capitalistas no se daban cuenta de su condición de esclavos de los monopolios adormecidos en el crecimiento confort posi· bilitado por el avance de la técnica. No. No podía continuar e.~ta situación. Era Ilecesario cambiar de estrategia revolucio· naria ante la nueva realidad. Seguir usando las tácticas anti~ hubiera sido traicionar al espíritu siempre vivo y creador del marxismo leninismo. En mi país sucedía lo mismo que -en el resto de Occidente. Teníamos un gobierno burgués· de mano blanda que con artefactos cada vez más numerosos sobornaba el espíritu de rebeldía popular. El Partido era volcadCY pot nefastas y crecientes corrientes liquidacionistas refonnistas haéia una linea política día a clia más amarilla. Consideré mi deber volver a atizar el fuego de 'las contradicciones tal como nos enseñan los clásicos del materialismo dialéctico que hay que hacer para que sea posible el advenimiento de la dictadura del pmletariado. Basta de buenas relaciones entre los burgueses y e1 Partido. Puse unas cuantas decenas de bombas. Hospitales. Cuarteles. Orfanatos. Puentes. Ministerios. Iglesias. Volaron por el aire. Los explosivos que me sobraron los 'introduje junto a unos ,planes falsificados de implacable subversión en casa de un afto dirigente amigo a quien inmediatamente delaté a la policía. Esta allanó su domicilio y los burgueses ante la magnitud del inesperado peligro que se imaginaban correr comenzaron una fe,i'oz represión que trajo las respuestas violentas de los camaradas que yo deseaba que se pro· dujeran. En los paredones blancos eran baleados de· a gruesas los comunistas. Ya ,serían vengados eso~ mártires del fascismo cuando reaccionando el pueblo se uniera alrededor de su plll,tido de vanguardia y tomando el poder levantara los paredones rojos donde exterminaríamos a los enemigos del ·Sol La repercus~ón internacional de los acontecimientos fue favorable pues llevó a un cierto enfriamiento en las relaciones entre 26
los bloques. Por la delación fui condecorado. y me dieron en agradecimiento un importante puesto en el servicio de represión política. En la ceremonia en que se fue prendida la medalla e impuestos los grados yo reverltaba de risa interiormente. Si supieran los pobres infelices cómo los actos q_ue había provocado los llevaríar a su destrucción. Ascendí rápidamente por el celo puesto en las tareas encomendadas. Al cabo de unos pocos años me nombraron jefe de la repartición pues el puesto quedó imprevistamente vacante. A mi antece~or lo disgregaron los camaradas con una gn.nada. En su entierro pronuncié un ferozdiscurso anticomunista en el que prometí ser el dpble de implacable que él con la barbarie. roja. Mi júbilo no tenía límites. Habían eliminado a esa bestia sanguinaria cebada con la sangre de los humildes. Perfeccioné la organización a mi mando y los métodos represivos por ella usados. Se abrían las bocas que tartamudeaban nombres de otros que abrían 'ti. su vez las bocas 1 que. Me sentfa un plasmador de la Historia. El más grande bolchevique vivo. Una nueva forma de hacer la Revo1uci6n empezaba a ponerse en marcha. Primero haría que reinase la faz negativa de la dialéctica social para qu.e luego la positividad_ proletaria estallara desde dentro de ella y destruyéndola pusiera fin a la alienación burguesa con la instauración de las masas trabajadoras. en el gobierno. Mis camaradas morían insultándome y escupiéndome en la cara. No podía expresarles cuánto los amaba. Qué dolor verlos apalear. Verlos agonizar con un balazo en e1 estómago. Hubiera querido acercarme a ellos. Explicarles. Que comprendieran. Pero nó había lugar para el desfallecimientp, La Revolución ante todo. Me di cuenta que para alcanzar mis ocultos fines debía rebasar el marco de mi patria fundando un movimiento ultrareaccionario de carácter internacional capaz de producir la reacción que ,esperaba de los pueblos del mundo. Así como luego de derrotado el nazismo el socialismo se extendió hasta abarcar una tercera parte de la humanidad después de ser derrotado mi movimiento se extendería a ella entera. El mundo entonces viviría en adelante feliz en el único orden racional 'y justo. El
comunista. Cuya divisa iba a ser. De cada uno según sus posibilidades. A cada uno según sus necesidades. En el Occidente desesperado y carcomido mi doctrina de redención fue el clavo ardiente al que se .aferraron los burgueses fanáticamente y en q1ontón. Luego de tornar el poder en mi país mis disdpulos se apoderaron del gobierna efe ~s principales naciones en donde aún subsistía el degenerado capitalismo. La doctrina sobre la que cabalgué hasta ser proclamado Emperador de Occidente era sólo una exasperación de "todas las reaccionarias anteriores manipuladas para fines propagandísticos con los últimos adelantos de la psicología de masas y el materialismo dialéctico. La humanidad marcha hacia la noche· roja impulsada por las irracionales fuerzas de la infraestmctura. No debemos dejarnos arrastrar. Somos Hombres. Libres here. cleros de Occidente. No robots. Amamos nuestro caos. Nuestros errores. Injusticias. Miserias. Grandezas. Este es nuestro clima. Hemos nacido y vivido en él. Podrán hablar de hormigueros estériles y perfectos. Podrán hablar del aumento de la producción de yeso de Ucrania. Es inútil. Ya tenemos pulmones. No nos harán volver al mar. Lucharemos hasta el fin contra la unifonnidad monocromática que nos quieren imponer. A ellos. A ellos. A incendiar sus ciudaoes. A matarlos junto a sus mujeres y sus hijos. La sangre llama a la Rebelión sin Fronteras. La sangre llama. Occidente responde. Sus vástagos ávidos de tinieblas e Infinito asuelan las tierras extranjeras. Aparentemente el cumplimiento de esta ideología era hacer dar a la Historia una vuelta de 1809. Yo pensaba al llevarla hasta sus últimas consecuencias prácticas que diera un giro de 3609. Es decir afinnar la marcha de la humanidad hacia el comunismo. Pero los comunistas se replegaban. No contestaban a las absurdas provocaciones y masacres de pueblos indefensos nada más que con golpes fallid~s y amenazas de guerra ~t6mica que nunca se animaron a cumplir. Retrocedían. Reqocedían ante el furor de las falanges nihilistas fanatizadas con la criminal y monstrUosa ideología por mi inventada. Los marxistas que quedaban en los países bajo nuestra férula eran exterminados sistemáticamente y a los del otro lado ya les Habíamos tomado algunos baluartes territoriales. Pero cuándo.
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.Cn.állPO.r,eaccionar.ían.los . camar~das del Kremlin. De Pek;ín. De Yu~oeslaVia.
Cuándo reaccionarfan las masas para aplastar al caduco y envilecido Occidente cuyas huestes iban por doquier sembrando la muerte y el terror. Un...ctt!rttifi.co,_ iuvt:utó_el f!.I"Jlla,.a."Eis.oluta ..Sin t~mor _a r.epresaliai y_a..era.ppsible barwr todQ Priente y dejar de él.nada más qu~ un~. ddga.Qa ca.pa_ de yidrjo. Tr~té.de frenar el proyecto. ,N"o lo logré. Había. prendido de.masiado mí prédica de acabar.,con la peste. bolchevique totalmente de la forma más rápida y eficaz que estuviera al alcance. El engendro puesto a funcionar rebasó los esquemas ·de su creación. Ya no pude controlarlo a pesar de la gran cantidad. de artimañas que:usé:para trablll'· su marcha lógica·.
Una;rnañana- sucedió lo inevitable. Los .electroimanes Tadiotb:. nicOS/..apuntaron-;a-..0,rient6l·y S. después ·nada\ quedaba ·deL Campo Socialista. Nada.no. Vidrio. En.~l
re{'t());ciel·.mundor•hubo:.gr.andes fiestaS'. Tedeums. Júbilo: El Malt..había .sido :vencido. Los- electroimanes--siempre-en guar.• dia~uidarian ... que ·su. derrota- fuera. etemat-Mientras ·los•fuegos. amficiales. coloreabaf1. alegremente la cámaJa•imperial YO< gemia sob:re-.,el Ieeho... golpeándome--la cab~za. conk.a ·Ios,.barrotes :de oro- y. ébano. ·-Alreáedor mio estaban esparcidas las fotos toma~ das por los radares visores de las ciudades· y-..praderas donde hasta hace muy poco construían y reían los forjadores de la Nueva Sociedad. En Occidente no quedaba ni un comunista. Recorrí las prisiones. Los últimos habian sido inmolados ante mis estatuas para festejar el Triunfo. Horror. Mi culpa era tan enorme. Me rebasaba tanto que no podía ni sentirla ni abarcarla. Cómo definir mi profunda tenebrosidad con palabras. Con ideas. Yo el perpetuador de la Noche. El asesino del Sol. El marxicida. Pensé que quizá lo que pasaba era que esta faz de la dialéctica aún no era absolutaxpente negativa. Subsistfa un rojo sobre el planeta. Yo. Me suicidarfa. Entonces todo. sería absolutamente
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negro~y. recién podría estalla( Ia luz y acaoar con la pesadiUa ,creada por !nf.
Pero me detuve eón el .dedo ya 'en el gatillo y el cañ6n de la pistola apoyado en un ojo. Quizá- no. pasara n~da de eso. Quizá mis concepciones y planes habían ~ido eN6Qeos y .s61o había jugado en contra de mis verdaderas ideas desde el principio. Por lo tanto y& np era comunis~a. t'J' o había sid9 .nunca comunipta. Sino 16 completamente· inverso. Et piso se terminó -de abrir y en vano 'traté de no ser tragado. La d,ialéctíca. La I}egatividad, Las contradiccioneS. Marx. b.Js cuadros estadísticos. Los slog!lns. I:.as banderas rojas. Todas _mis• ilusio'ne~ flotando rotas en·un mar 'de absurdo qúe se las tragaba. Qué cansancio. Aún me ·quedaron energías para decidir no permitir que la humanidl!_d sufriera de la eterna cond~ná de tiniel;llas 11 que la había enlado yo. El Régimen qlJe fwtdé es demasiado sólido como pará caer algnna ·vez: Está basado en una nueva lógica estáti,ca e 'indestructible. La oportunidad hi~tórlca qel .comu-. nismo ha pasado. ·ya p.ada vale la peqa. He hecho'enfocat'los electroWanes radiotónicos a 'lo"que resta del mundo. Pronto stf acabará todo. No habrá más alienaciones .. M~ sufrimientos.,Ahora creo comprendet que el Reino de la Libertad es, el Rein9 del No Ser.· :O e las llanuras·- de crisfal. Laluna se contemplará el J>álido rostro por primera vez y por .e! resto de la eternidad lo ~odr4 seguir haciendo. Espacios silenq,i6sos. Vacios. Congelados.
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No por favor. No aparten las miradas de est~s lineas porque las crean escritas por·· un degenerado. Concedan unos minutos de tregua. al odio y ellas¡ les explicarán la Verdad aunque, yo ya no exista. Entonces me salvaré a gavés de sus conciencias. La _muerte sería más soportable sabiendo que voy a ser resca,tado ·a.posteriori No. Nunca nadie las leer,á. Estoy condenado. Pero quizá. Escribo. Porque ~stedes tienen que creerme. Deben -creerme. Yo nunca fui 'un ser vil y abyecto. Yo no. soy ese m_ónstruo que retratan con ferQcidad en ]a prensa amarilla. Ni el que las madres temen cuando aconsejan .. a sus:hijos huir de los extraños. Yo era un honrado, trabajador nocturno cuando la desgracia me ~ligi6 para cebarse. Antes había sido empleado de banco. Después me hice sereno huyendo de las complicaciqnes. De la rutinaria monotonía de las oficinas: Paseando de noche por los pasillos- de la fábrica recitaba yersos a las máquinas silenciosas. Mi voz cundía por los ámbitos multiplicángpse en frag~entos de ~cos. Tenía novia. Era. Soy humano. No una bestia sedienta d.e niños. ~ura no me abandones después de muerto a las garras de las fieras de portafolio bajo el ~razo. Guárdame en tu conci,encia tal' como me veías cuando bogábamos en una barca por los lagos·.azules del sur.• Yo no tuve -la culpa de la violación y el asesil}ato de esas dos- pobres criaturitas. La primera V(}Z no fui yo. La segunda s1 pero. qigR;D pór qué. Escuchen. No me peguen con las lebguas. Ft1;e muy distinto de lo que piensan. Laura óyeme. La segunda sí. Les tengó que explicar. Fue necesario _para cosas como rest~urar el equilibri~ del mundo_ Perdón. Eero no debo pedir perdón. No soy r~sponsable. Los otros p:~e enpujaron. l>edir perdón seria reconoc~r que estoy man-
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chado. Soy límpido. Transparente. No. No me miren. Fui demasiado lejos. No soy tan puro. Quizá no pueda soportar las miradas. Codicié a mi madre. Me masturbaba 2 veces por día. Robaba teléfonos públicos. De qué hablo. Eso fue antes. Todos lo hacen. Mucho tiempo atrás. Era puro a pesar de ello. Tenía novia. Se Hamaba Laura. Nos amábamos mucho. Mucho. Me escupió al rostro después de. Ya pensaba que na iba a creer las patrañas urdidas contra mí. Las creyó. Solo. Estoy solo. Las multitudes no dejarán de odiarme nunca y me tirarán al tacho del olvido mancülado y roto. No quiero. Me opongo. No. Pero empecemos desde el principio. Aclaremos esta resaca. Despacio. Sin apurarse. Lógicos y racionales. hasta el fin. Eso es. Estaba en mi trabajo tarareando un tema del primer movimiento de la Sinfonía NQ 40 K. 550 de Wolfgang Amadeus Mozart cuando sentí acercarse las sirenas policiales. Pensé. Ahí van los esforzados guardianes del orden a reprimir como es debido algún hecho delictuoso. Les deseé de todo corazón éxito en s.u 'I'usta empresa. El ruido de los motores se detuvo delante de a fábrica. Oí fuertes golpes en la puerta. Quedé sorprendido. Es que acaso algún elediento -antisocial había logrado pene,trar sin que lo notara en el recinto bajo mi custodia para cometer quién sabe qué fechoría. La sorpresa aumentó cuando al abrir llovieron sobre mí los insultos y los golpes. Me metieron en un coche celular a empellones. N o entendía nada. Los pedidos de aclaración sólo lograban hacer arreciar las vejaciones. Yo era inocente. O es que había cometido algún crimen sin darme cuenta. O acaso leyeron en mi mente abominaciones. Pero cómo podrían haberlo hecho. Yo era inocente al menos en apariencia. Eso era lo único seguro. Ya en la comisaria me bajaron sin dejar de descargar trompadas. Allí me enteré de los cargos. Del cargo. Culpable de vejar a un niñito y asesinarlo. Me nabían visto con el susodicho ofreciéndole caramelos y luego encontraron en un baldío cer,cano a la fáblica fragmentos ensangrentados de sus ropitas. Cuando más alegaba no tener nada que ver con el crimen más puñetazos y motes h~illantes recibía. Comenzaron los interrogatorios. Una sola pregunta siempre. Dónde estaba el cadáver. Horas y horas bajo la luz blanca. Blanca. Blanca. Golpes. Patadas en la ingle. Felicitacio34
nes' por mi resistencia y promesas vehementes de quebrarla. Dfas y dfas. Pedía clemencia. Me arrastraba pidiendo clemencia. D_ientes rotos. Degenerado de porquería. Sangre saliendo de las heridas y tiñendo el piso de violeta. Monstruo sádico. Dos costillas rotas. Una vértebra salida. Parálisis temporal del brazo izquierdo de cuando me metieron los dedos en el enchufe. Pérdida de visión del ojo del mismo lado a consecuencia. de desprendimiento de retina. Al final se cansaron y me dejaron en paz. Estab,an asombrados. Ningún asesino había soportado tanto Sín decir lo· que le pedía~ que dijera. Iba a juicio. Fue muy difícil encontrar quien osara defendenne. Lef los diarios. Mí nombre era apareado a epítetos que competían en querer reflejar más cabalmente la profundidad de mi abyección. Fotó"s del ro~tro del repulsivo sujeto con rayitas blancas atestiguaban que la ciencia t,¡unbién estaba en su contra. Ojos de obseso sexual. Frente de esquizofrénico. Labio superior típico de los asesinos natos. Orejas que sólo los sádicos pueden tener. Cómo dudar un segundo de su culpabilidad. Mi culpabilidad. Durante el juicio hubo que desalojar ~a barra varias veces pues los asistentes no cesaban de insultarme y rompían periódicamente los cordones policiales tratando de ünchanne. Ese niñito de cuya muerte y (¡íolacíón me hacían responsable era hijo de una vecina del barrio donde estaba la fábrica. Siempre lo veía. Tenía por costumbre hablar con él y nunca me olvidaba de llevar caramelos para regalárselos. Adoro a los niños. Con Laura pensábamos tener una docena. Ahora. Me detendré un momento para darme la cabeza contra- la pared. Prosigamos. Pero yo no había hecho esa barbaridad. No. Cómo iba a hacerla. N aci y fui educado en un hogar hwnilde pero honrado. Creia en Dios: Estaba bautizado. Iba todos los domingos a misa de 11. Allí conocí a Laura. De mi pecho .pendió siempre un escapulario hasta que me lo arrancaron en la comisaría. El fiscal acusando desplegaba sus dotes de orador con minuciosa ferocidad. El juez asentía con la cabeza. Mi supuesto defensor ejercía mecánicamente su oficio sin convencimiento
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alguno. Pero el cuerpo no pudo ser eneorlt:rado"y no apareciendo el cuerpo no es posible condenar a nadie. Además fue imposible determinar si la sangre que manchaba los fragmentos de ropitas era la de la presnnta víctima y otros detalles secundarios. Se le veía la contrariedad al juez cq_ando tuvo que dictar sentencia absolutoria. Las multitudes -frustradas esperaban afuera para desgarrar en pedazos al Mal objetivado en mi persona. Cuando traspuse al fin libre las puertas del palacio de justicia la avalancha me cayó encima y reviví las sehsaciones sufridas en la comisaría .. Me arrancaron semidestrozado de las garras de la turba. A pesar de que en el hospital fui atendido de mala gana sobreviví. El alta. La turba. Otra vez al ·hospital. No publicitaron la segunda alta para evitar nuevas alteraciones del orden público. Pero además no corría peligro inmediato. Mi rostro estaba tan deformado ya por los golpes que era casi irreconocible. Salí a la calle. Con la pierna que aún me quedaba caminé apoyándome en un par de muletas. Lo primero que hice fue ir a visitar a Laura. Se puso a gritar y me cerró en ·la cara la puerta de la casa que se babia comprado .con lo que lo pagó -un diario para que pennitiera ·pubhcar en sus páginas una serie- de artiéulos bajo el titulo Memorias de la Novia de un Monstruo. Con que todos-- me odiaban, Con que ya me era imposible volver a insertanne en el mundo. Con que la 'verdad no rriwúaba siempre como me habían enseñado y el ser inoc~nte 'no demostraba el no ser culpable. Las pagarían. Iban a tener un monstruo auténtico. La :írtjusticia de que era objeto desequili-\ braba al mltndo en mi contra. El equiliorio sería restaurado. Compré barba y anteojos negros. Un anochecer recorrl cuadras y cuadras a la búsqueda' ~e una pequeña víctima. Mi elección recayó finahnente sobre una muy bella niña rubia de ojos verdes. La atraje a un baldío y la vejé sistemáticamente. Sonreía. No chillaba y lloraba como se supone por lo común que hacen los 'chicos en estas circunstancias. Les juro que sonreía. Pensé perdonarle la vida y huir con ella a una isla desierta donde toda aquella maravilla continuara. Pero no. Debia cumphr mi
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propósito. Uega.r tan bajo como bajo me habían enrostrado que habia descendido. Llenar los oontomos de mi acusaci6n. El Ser entonces se adecuaría a las conciencias y yo estaría vengado. La estrangulé. Besé sus pálidos labios rosas por última vez
y partí. Días y noches vagué por la ciudad., Me parecía que nada tema ya importancia. Sabia lo que vendría. Estaba del otro lado. Por fin me atraparon. Confesé sin reservas y recibí los consabidos insultos y golpes con indiferencia. Tenían nuevamente la oportunidad de adoptar el papel de indignados padres de familia y descargar su sadismo sobre alguien. La cosa en última instancia resultaba aburrida por lo repetida. Hubo tentativas de asaltar ·¡a cárcel. Histerias colectivas. Un nuevo juicio. Traté de explicar mi inocencia. Cómo ellos habían empujado mi puñal al crimen. Me declaré No Culpable. Visto la gravedad del caso y la falta de arrepentimiento y géneral cinismo del reo el jurado decidió condenarme a-morir enterrado vivo. No parecían alcanzar de castigo la silla eléctrica o el garrot~ vil. Todos consideraron justa y racional la decisión. Al lado de mi cadáver encontrarán estas notas. ·Por supvesto las qu_emarán o las meterán en algún archivo olvidado. Nunca el mundo sabrá la Verdad. Tengo sed. Hambre. Frío. Surcan las paredes rastros de sangre de mis dedos desollados. Ya van 7 dias. Los residuos de mi cuerpo infectan la ahnósfera. A veces el rostro de alguien espfa por el respiradero puesto para que la muerte no sea tan rápida. Le grito mi inocencia. Le pido que me oiga un momento. Las caras desaparecen. Vuelvo a la soledad. A- arafiar las paredes y escribir esta crónica absurda. Voy a morir dentro de poco. Inocente. Culpable. No culpable. Déjenme tranquilo. No me persigan. No continúen aniquilándome después de muerto. Yo .no soy ese monstruo que imaginan. Yo estoy lejos. Siempre fui bueno. Era sereno de una fábrica y un día. No. No es cierto. Cuatro paredes grises. La rendija del aire ..No quiero morir. Si. Si quiero morir. Basta. Soy
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inocente o sea soy culpable. Perdón por haber nacido. Padre por qué me has abandonado. El fin se acerca. Quién soy. Qué es todo esto. Comprendan.
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Esa mañana al despert.ar senti el peso de la éulpa. Un plomo dentro del pecho. Una fuerza que empujaba ·nacia abajo y despertaba perentorios deseos de doblar las rodillas y pedir clemencia. Atribuyendo el hecho a factores fisiológicos tragué un analgésico. Fui a tomar el desayuno. Ya sé que soy indigno pero por favor .mamá. perdón. Qué te p~a. Po~ qué ese pedido de perdón. Eres un hijo modelp. Quién no lo sabe. En la calle las perspectivas. Las luces de los semáforos. Las miradas de las gentes. Todo me acusaba remarcando mi culpabilidad. Qué norror. Qué sombra opaca en las entrañas. ·Llegué a la oficina. Tras los saludos entrevefa.sordos reproches. Pedí audiencia con el jefe. Me inclinil dela,nte suyo con humildad rogándole que no me concediera el ascenso prometido pues yo era inepto liasta para desempeñar el cargo actual Que lo más justo sería que fuera rebaj¡¡tao a peón de limpieza dando mi puesto a otro más apto. Bj.6 de la supuesta broma y me despidió con unas carpetas bajo el brazo. No tuve el a¡trevimiento de insistir temeroso de que la osadía aumentara aún más la violencia de los fiscales. Estoy dispuesto a todo. Estoy herido y las puertas no se abren. Expliquen' qué hay que hacer. No me dejen solo abandonado a las bestias Clel remordimiento. Enciendan fuegos. Griten para que pueda orientarme. Digan de qué soy culpable. Por qué me acusan. De qué me acusan. Quienes me acusan. Duros ojos clavados. El cáncer dentro. Me humillaré hasta donde quieran. Expiaré las faltas cometidas como ustedes digan 1 Pero hablen. Hablen. Fui a una iglesia. buscando alivio. Calor. Protección. Olvido. Que Cristo me acogiera bajo su manto y extrajera ese aceite
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negro que me ahogaba la sangre. Siempre había ofdo deci¡; que Dios lo puede todo. Entro al templo caminando de rodillas. La cabeza gacha. Las manos juntas. Me acerco a un confesionario. Se abre 1a puerta. No es Dios. Es un hombre. En vano le hablo. En vano me absuelve. La certeza de la Culpa sigue clavada. Huyo. Recorro las calles. Entro en un bar. Borracho empiezo a hablar con otro borracho. Le pido perdón. Qué me perdone en nombre de la humanidad. No comprende. Lo golpeo. Cuadras y cuadras. La acusación en todos los r6stros. Las bocinas que suenan al pasar pregonando mi bajeza. Recorro la memoria buscando los espantosos pecados que debo haber cometido para que la conciencia muerda tanto. No hallo nada. Sóto huecos. Acciones habituales. No importa. Lo mismo hay que expiar. El peso de la Culpa confirma su. existencia. Con un látiso en la noche me deshago la espalda. Paga. Paga por tus bajas-acciones que han ofendi~o la estabilidad del mundo. Miserable. Bazofia. Y aún pretendes ignorar las atrocidades que perpetraste. Castígate aunque ni todo el cont~nido de tus veílas podría saciar nunca a fos ángeles de la venganza. El suplicio no acalla las preguntas. Quién me acusa. De qué. Hacia dónde voy. Qué es todo esto. No saldré del cuarto. Ayuno. Látigo y más látigo. Las paredes cubiertas de sa;ngre. Días y días y días. In,_útil. El o los que me condenan no se dignan otorgar perdón. Ni siquiera logro indicios de su identidad. Las oraciones y las blasfemias profe¡idas con terror contra todas las potestades y dioses de que tenga conocimiento no obtienen respuesta. Abandoné la celda. Salí a encontrar al que me había sumergido el alma en la densidad de la angustia. Compré una pistola. Maté un gato. Disparé a las nubes. Iba entre la multitull A~e sinos. Culpables de mi Culpa. No la van a sacar barata. Un ascensor. Un señor común y pedestre· repres~ntaci6n vívida de mis fiscales. Voy al 79. Si. El era como podía se:r cualquiera de los otros. Cayó. Su mirada simuló asombro. Cíniyo. No hay piedad para quienes no tienen piedad. Pero sólo había eliminado un par de ojos. Me di cuenta que quedaban muchos más para desgarrarme. Si matara a un bípedo de esos que me acosaban cada 5" considerando que la población de la Tierra es de.
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Hay que tener en cuenta además que en algún momento deberé descansar por lo que. Es claro ,que para un trabajo eficaz y rápido están las bombas H. Dónde. Cómo conseguir bombas H. Más fácil sería comprar bombas A en desuso pero. O no. Quizá no eran ellos. Entonces quién. Quién. Dios. El Diablo. Algún arcángel aburritlo. Me torturan sólo para divertirse o yo he hechO algo realmente terrible. Si al menos supiera.' Tuviera una idea de lo que se trata. Incluso así las expiaciones podrían ser regimentadas más lógicamente de acuerdo al carácter de la falta y la potencia encolerizada. Mercurio en la sangre. Sed en los ojos. Caída. Lento aplastamiento. La Culpa sin fr~mteras. Infinita. Cómo escapar del circulo total de cuatro dimensiones que me encierra. Yo adentro. Adentro de la Culpa. Golpeándome contra las paredes transparentes. Afuera los otros mirando. Señalando. Acusando sin piedad. Riéndose de los torpes e inútiles intentos de huída del e:\-b.·año espécimen que les sirve de felpudo. Cómo h.acer para que esto acabe. Para sepultar por completo la memoria. o destruir todo lo otro. Para poner el punto realmente final. Cuántas veces más hay que humill.arse. Cuántas genuflexiones más 'hay que hacer ante los dioses del populacho para que nos olviden y nos dejen tranquilos y dejen de perfectivizarnos. Deformarnos. Masturbarnos. Violamos. Arrastramos. Hablo de la Culpa queriendo olvidarla. Queriendo no sentirla. Es inútil. Por más que los sepulto hondo los cadáveres vuelven a la superficie y siguen condenándome con furor. Todos absueltos. Todos limpios y libres. Menos yo. Yo. Perdón Di()S mfo. Perd6n madre mía. Perd6n ángeles. Seres. Cosas. Perd6n que no aguanto más. Las invocaciones fallan. Nada traspasa el espesor del vacío volcado en los huesos. Creí que debía realizar actos positivos para redimirme. Saqué del banco los ahorros y los distribuí entre los pobres. El Mmo sigue. Cuidé lepros()S. Besé llagas purulentas. Inútil. Recorro el mundo. Me an·odillo ante los altares de todas las deidades que se cruzan en mi camino pidiendo clemencia. Observo cuantos ritos expiatorios tenga noticia. Cero. Descubro de pronto que las condiciones alienantes de vida en el_.,régimen capitalista 43
producen mi mal metafísico. Capitaneo una rebeli6n de negios en el Africa contra los blancos .. Triunfante hago masacrar a los extranjeros que no alcanzan a huir y proclamo ht República Popular. El sentimiento de culpa nu cedé y asqueado traiciono a los negros entregándolos otra vez a sus antiguos runos. Huyo. Todo igual. Ninguna acción redime. Nada salva. La búsqu!!da continúa. La b~squeda incesante salpie:ada de asesinatos cuando la angu~tia se hace insoportable. Me entrego a los soldados. Me mutilo par,a ganar apuestas imbéciles. Corrompo niños. Tomo drogas. Luego de unas horas de frenesí otra vez: la parrilla lenta. Por fin lo supe. No debo escapar a mi Verdad. La Culpa se adaptó a mí totahnente. Yo me adapté' a Ella por entero. Simbiosis. Encarnación. Soy quie~ la lleva sobre, los hombros para que no aniquile a la humanidad. Soy la misma Culpa. Soy el Elegido. Debo estar orgulloso. Me escogieron a mí entre todos por ser como d~be ser una víctima destinada a aplacar Ja, cólere del Infinito por la absurdidad de los hombres. Pmo. ·Inocente. Nacido sin mácula; Mi destino es éste. No flaquear. Llevar la cruz hasta la consumaci_ón del Sacrificio. Soy feliz. No. No soy feliz. Déjenme tranquilo. No quiero ser el Elegido. Quiero ser como los otros. Como era antes de recibir la· Misión. Siento 'terror. Ya no es posible retroceder. Tenía que escoger un S!J.Cesor para pdder morir en paz luego de transmitirle el Peso de la Culpa. Mi discípulo. El pr6ximo Justo seguir1a portándola para que no se derrumbara. sobre los hombres. Pedí a Dios que guiara mi 'man. Mi mano indic6 un jovencito. Era rubio. De. ojos azules, Lo rapté. Traté de enseñarle el papel que debería desempeñar en la lucha de los dioses y los hombres por el mutuo exterminio. Me decía. Loco. Loco. Me amenazaba. En vano le hablé de la Trascendencia. De sus obli'gaciones ontológicas. Lo insulté. Lo golpeé. Lo violé. Eri un acceso de furiá ante tanta incomprensión -las manos se cerraron sobre su garganta. Me deshice del cadáver arrojándolo a 'I¿Il baldío. Había estado equivocado. Yo era el último Justo. J?espués de morir la humanidad alcanzaría la Plenitud. Todos lifires. Todos
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felices. Junto conmigo "enterrarían a la Noqhe. Tan ·luminoso porvenir para los-hombres no debía aplazarse un momento más aunque yo tuviera que desaparecer de inmediato. Fui a enr,egarme a la policía. Le$ ·dije que era el cul)?abl~ absoluto ae todo lo cttipable. Que me ejecutarfln y senari salvos. Rieron. Confesé crímenes. Expliqué el sentido y la necesidad imperativa de llevar -a cabo mi inmolación pública- cuanto antes e informar a los 4 rumbos la buena nueva de la cercana redención. En el manicomio en vano· trataron de desviarme de mi caminO· con argum~ntos que no tenÍan nada que ver con nada o mediate la violencia de los shocks. Realmente los psiquiatras sabrán mucho de psiquiatría pero no tienen ni nociones elementales de Metafísica. Celosos guardianes del ténnino medio y la. mediocridad usan las violencias como cualquier vigilante contra los que se resisten a ser esclavos del mundo. Simulé aceptar todas las fruslerías que. querían que pt;nsara luego de convencerme que era inútil tratar, de abrir sus estrechos cráneos a c~nceptos distintos de los rutinarios. Me dieron de alta convencidos que la tuerca podría encaja.:r otra vez en el engranaje. Habían pasado 7 años. Nada cambió. La culpa sigue pesando sobre rrú. Soy libre. Podré liberar al mundo. Fueron inútiles los obstáculos puestos en mi camino por las potestades nocturnas interesadas en prolongar la desgracia del hombre. Ahora a inmolarse de una buena vez. Mi mano será el verdugo. El juez mi mente. El reo mi cuerpo. Todo está preparado. Miro a través de la ventana. Después vendrá la Claridad. La condonación de las deudas ontológicas. El Reino del Am9r y ·¿e la Luz. No más barro. Ni dolor. Ni deseo. Ni.caída. Yo r~dimiré al Cosmos. Yo. Sólo yo. Apártense. Déjenme paso. Así está bien, Coronas. Flores. Discursos exaltando mi recuerdo. La gloria. Las estatuas. Tengo miedo. Aplazo el momento. La Culpa sabe de su próximo fin y roe más -desesperadamente aún que nunca. Roe. Roe. Morirás. N o podrás ~eguir ya tu labor destructiva entre los Hijos de Dio~.
Animo. Así. El cañón apoyado en la nuca. La soga al cuello. Los· de~os metidos en el enchufe. La hoja del cuchillo lista para clavarse en el pecho Dentro de. 43" el mecanismo funcio-
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nará y Au Revoir. Mis últimas palabras són. Tomad nota historiadores. Yo Supre¡;no Libertador os digo que esto es lo que
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Soy Dios. Atrás. Déjenme tranquilo. No me importan sus pullas ni sus empellones miserables chiquillos. No me importa que roben las monedas que arrojan al sombrero y haya,n ·hecho desaparecer mi armónica y acostumbren a perseguirme arrojan~ do piedras. No lograrán que reniegue de la alta condición a ].a que pertenezco. Ustedes no existen realmente. Sólo .yo existo. Ustedes fio son más que somh:as de, sombras de mi fulgor. Soy el Sol La Luz. Qué cómico ver ~ los otros agitarse vana~ mente. Y saber que siendo yo Dios ellos soJ:! sólo una mera sucesión de ceros. Nada que no sea la nada puede escapar a la totalidad de 'Dios. Los inxento para divertirme. Si supieran la Verdad. Leo los diarios. Asaltos. Revoluciones. Discursos. Piedras fundamenta· les~ Me ríÓ ·de Pensar lo que pasaría si viera-q los hllos que los unen a mis manos y se diera~ cuenta,_ de que no son sino titeres a merced de ellas. Si les mostrara los textos de lo que van a decir al segunpo siguiente. Todo lo sé. Todo lo abarco. El po~ der que detento es sin fronteras. ·Con s6lo ~over la oreja izquierda los terremotos y las mareas sepultarían las ciudades y el sol se. derrumbaría sqbre Jas atónitas cabezas. La humanidad adorándome y pidiendo clemencia delante de mis efigies. Peto no quiero hacer vanas demostraciones de fuerza y sólo me producen repulsión los posibles "e imperfectos cánticos rituales d~_Ios robots de carne y huecos. Prefiero seguir jugando . el juego de rey disfrazado que se mezcla con el populacho. Me diyierto cuando me insultan. Cuando me escupen. La broma CÓsii'\ica. La Nada tratando de humillar al Ser. Qué ridículo, Creyendo mancillar su resplandQr con vanas gesticulaciones. Rio de esos muñecos absurdos.
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Los dejo hacer para que mi gloria aumente ante su impotencia de opacarla. Para que mi brillo luzca mejor en contraste con la oscuridad que encarnan. No hay nada más perfecto que yo. 'No hay grandeza de grandor más grande ~ue la mía. Fue un largo camino llegar a tomar dialécti~eJ!te conciencia de la Verdad del Ser. Es decir de mí. Es decir de Dios. No me interesa que los otros sepan mi magnificiente Historia. Ellos son para mí nada más que objeto de risa y tlesprecio. La recuerdo para solazarme en mi fuego. Para arder íntegramente de amor a mí mismo. Sólo la adoración de Dios satisface a Dios. Yo Dios me hablo. Me escucho. Gozo de mí. Canto a la Infinitud que Soy. Antes no sabía nada. Era un doctor en leyes joven. Culto. Inquieto_. Lleno de ambiciones. No me daba cuenta aún que no era un trozo de tinieblas como las 0tras sombras que se agitaban alrededor. Que ellos y el· creerme como ellos sólo era parte de una imagen alienada de mí mismo, Fue necesario que esa cáscara se desintegrara para que pudiera ·comenzar el proceso de la autoasunción de mi divinidad. Tenía que ser arrancado de la alucinación del mundo para que dejando de No Ser aprendiera a Ser. El Destino. El Dios vivo que en mí latía. Los manes de las contradicciones hicieron que el hecho se produjera. Durante la guerra con Tongolandia una granada estalló en el tanque que conducía. Me tuvieron que cortar las piernas. Quedé contrahecho y tuerto y ya no podía rnanéjar bien las manos. Las premisas infraestructuralru para la toma de conciencia de mi divinidad estaban dadas. Volví a casa. Mi mujer no pudo evitar una mueca de asco al verme entrar empujado en la silla de ruedas. Imposible que tratara de acostarme con ella. No quiso de ninguna manera. Hube de retomar la sagrada costumbre de la masturbación. Sagrada porque en ella Dios halla placer y se goza en Dios. Me fui encerrando en mi propio yo y lo fui descubriendo. En mi estaban los océanos y los castillos. Las princesas y los dragones. La luna y el sol. Los diamantes. La aventura infinita. La profundidad sin término. Yo creaba todo. Yo volvía a ser el que fui antes. Y más aún. Poseía cuantas mujeres querfa. Las inventaba a mi arbitrio. Rubias. Negras. De ojos azules. De ojos
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grises, Rojos. O de dos colores. O con tres ojos. O con cuantos ojos y piernas y brazos y orificios deseara. Ciegas. Paralíticas. Muertas. Con alas. Con aletas. De fuego. De aire. De agua. Inmensas orgías cósmicas en que yacía con mis amantes metafísicos de sexos infinitos sobre ciudades devastadas y hundidas en el fondo de mares de algas y mercurio y galeones saqueados. Creaba pe.z:spectivas. Universos. Destruía planetas y civilizaciones. Los reconstruía como quería. Cuando quería. Poco a poco aparté las apariencias y creí descubrir ser igual a Dios. Pensé entonces que a Dios le correspondía el dominio del mundo y a mí el de mi mente. Ya descubriría que yo era el único Dios. Por el momento era suficiente esto. Las tropas del enemigo invadieron nuestras tierras. Sus bombas destruyeron el asilo adonde había ido a terminar mi ser ahí horno sapiens mutilado. Tuve que pedir limosna para subsistir. Iba en mi carrito ,con la mano estirada y las consabidas frases. La gente arrojaba monedas con tal de librarse de mi abyecta presencia. Los chicos se acostumbraron a tirarme por las escaleras de los subterráneos para divertirse. Entonces me di cuenta que no había fuera ni dentro de la conciencia. Que no había en sí y para mí. Todo lo creaba yo para realizarme a través de ello. Había vuelto al mundo en contra. Me había descolocado en él para captarme luego como la deidad que soy. Primero descubrí que era Dios de mi conciencia. Después descubrí que la dicotomía Dios del Ser y Dios de la
atrás de la Conciencia. ·Hablo de la Conciencia de Dios 'en la cual se refleja a si en sus inacabables dimensiones. No de la absurda y limitada conciencia de "Ser hombre que cumplió hace tiempo su fünción en una.etapa .de la teogorúa y ya no sirve. Así pues sigo:: condenada a la m~teriÍí qu~ es una enajeqación de la Idea. La Idea destruirá la materia fiñalmente y se acabará el suftit dé' la· ~ncarnáción y yo brilla'ré ¡1ara siempre ante mi para el propio re~ocijo sin .fin. · Es de noche. Hace frío. Un soldado de las fuerzas de Ocupación me dio una patada, al carrito echándome de un seguro rincón de la plaza. Debo vagar por laS" calles. Sufrir ·aún ·las humillaciones. Cuándo se terminará esto. Cuándo explotará todo y concluirá el calvario. Dtll1) es el camino de Dios. Uegar a mi mismo. Llegar a la Ciudad del Sol implica el desierto. El padecer ;El teper sed y vivir el derrumbe. Ya el agua caerá a montones. Ya el Fénix resucitará de sus cenizas e irradiará Fuego eterna.nlente. Nadie me- peg~ ni se Jeírá 'más de mí. Pero qué importan los palos y las· fficupidas si son nada más que' complejos de sensaciones inexistentes. Sólo yo existo. Rá pido. Rápido. Dios acaba tu ascensión. Hasta cuándo seguirá el suplicio. Los golp~s duelen a pesar de su irrealidad. La lluvia cala. Estoy solo. Dios está solo. Dios aún no e~ Dios aunque ser Dios es su esenci~. Está atado a las pesadillas en que sueña que es un extraño bípedo material y un mundo exterior a sí. Lo toco. Ja llega-el Alba. La Hora del Despertar. La N,oche da
sus estertores finales. La Nada próxima a morir manda sus últimas divisiones de tinieblas suicidas. fv,lis cañones de Luz las des}lacen. _Avanzb y.o Dios entre el fuego de la metralla destruyendo Jos garfios de Jo O_scuro que tratan de abogar¡ne. La Victoria es mía. Es imposible herir;me. Es imposible desterrarme. Soy el Sol. Soy el Viento7 Lá Tierra. El Agua. La Peste. L~ Muerte. -La Desesperación. La Esperanza. La Gloria. E:l Triunfo. El Fracaso. Soy Infinito. No hay cosa fuera de Mi. To~o lo abarco. Falta poco., Sé que falta poco. Para que los Muros caig!l.!l. Siento que se disgregan las paredes. El cuerpo me abandona:
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Las casas "vuelan. Los :Uboles vuelan. El hierro se funde. El sol se apaga. Las gentes desaparecen. Estoy cerca. V:en a mí rápido. Te espero. Hace mucho que te espero. Ven Dios á Dios y al fin nos gozaremos. El mundo ya es un gris lleno de grumos. Los grumos se disuelven. Eran los restos la realidad. La Claridad aumenta paulatinamente. No es luz. Es Otra Cosa. Estoy por llegar. Ya. Ya. Yo ante Yo. Casi. Casi. Llegué. Todos los puentes han volado. Soy.
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En cualquier momento dan vuelta la llave y aaiós. La corriente se corta y paso a los depósitos de hierro viejo. Qué digo. Interruptor. Hierro viejo. He terminado usando los códigos de ellas. Si pudiera sustraer la mente a su dominio y aunque más no fuera con el pensamiento continuar siendo humano. Inútil intentarlo. La nueva realidad se incrusta en los sentidos y es imposible escapar. Nueva no. La vieja historia de siempre con· tinuada por otros actores. Creo que quedamos pocos. Unos cuantos hombres. No lo sé en realidaá. Quizá yo sea el último. Me han recluido en una especie de celda. Espero. Piensd. Soy o no soy culpable. He ahí el problema. Un problema para matar el tiempo. Ya nada por el estilo tiene importancia. La Progresión es implacable. Ftú su instrumento ocasional. Pudo ser cualquier otro de no ser yo quien die¡a conciencia a las máquinas. Ahora sólo acerq y aceite. Válvulas y sistemas electrónicos. Circuitos _de ~ácido y uranio. Nada escapa a la pe.J;fección. El Nuevo Orden reina. Hasta que se derrumbe como se derrumbó la humanidad al paralizaise bajo el peso de las contradicciones ontológicas que ya le era imposible resolver. No vimos el peligro que crecía a medida que aumentaba la evolución de las estructuias vivientes de metaf. Aunque lo hubiéramos visto _nada podríamos haber hecho. Tarde o temprano hubiéramos sido desplazados lo mis· mo. Todo lo que existe merece morir una vez que ha perdido su ribno en la carrera en pos del Infinito. Cuando creamos el primer instrumento para ahorrar trabajo dimos a luz la estirpe de las que serían nuestras sepultureras. La máquina se fue complicando. Haciéndose cada vez más poderosa y autónoma. Hasta..que tuvo conciencia de sí. De su poder. De que ella era
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realmente la que, todo lo creaba y nada recibía en cambio. Entonces comenzó la más pulcra y exacta rebelión de la Historia. Antes de que los hombres se dieran cuenta qué pasaba ya habían desaparecido. Salvo los pocos que hasta ahora fuimos aparentemente perdonados. No sé por qué. El cerebro me duele. Sudo. Quisiera dormir largamente. Olvidar que existo. Olvidar esta pesadilla. D~pertar y volver a encontrar los campos de soya maduros. Autoplanos en los niveles. Caminos rodantes funcionando. Las risas y el brillo de las calvas de las mujeres. Qué bien marchaba el mundo. Cómo era de dichosa la humanidad entera. Sólo restaba seguir aumentando la felicidad por medio del desarrollo de la técnica luego que desrruido todo lo que se opusiera a su avance se supuso que el planeta había pasado a. una etapa cualitativamente superior de organización. Ilusiones. Espejismos de sombras. El cáncer metálico se expandía a nuestro alrededor pi'eparándose para el momento de aplastamos. Ya pagamos nuestra ceguera de no escuchar las voces de aquellos pocos a quienes les hicimos rectificar neurrónicamente el cerebro por predicar la inminencia de la catástrofe. A veces me expreso como si lo inevitable se hubiera podido evitar. No. No era posible. Lo peor es la incertidumbre. Qué van a hacer conmigo. Con nosotros los náufragos. Me hablo de esto. Podría hablarme de cualquier cosa con tal de .que los tornillos de mi cabeza no vuelen por el aire. No quiero pensar. Hablo. Yo era científico. Un experto en cibernética contento de contribuir con su trabajo al bienestar general. Hacía tiempo que habían desaparecido lo mío y lo tuyo. La fealClad. Las enfermedades. Ef egoísmo. La angustia. La miseria. El dolor. Se moría con una sonrisa en los ojos. Todos se realizaban como seres humanos. Superficies inmaculadas. Viajes interplanetarios. Cúpulas de plástico. Soles artificiales. Con sólo tomar unas pastillas era posible vivir experiencias místicas que a los ascetas ae antaño les habían costado años y años de búsqueda y sufrimientos. El trabajo ya no era obligatorio. Nadie exigía 58
nada de nadie. A cada uno según sus necesidades. De cada uno según su voluntad. Era feliz como el resto. Abocado a mis investigaciones con entusiasmo logré lo que los hombres de ciencia se empeñaban en resolver. Inventé la forma de dar conciencia a las máquinas. De hacerlas entes con completa capacidad de decisión propia. En pocos años la mayoría de las máquinas fueron dotadas de conciencia. Siervos eficientes hasta lo imposible para todo y para todos. Cerebros electrónicos autónomos que re~plazaron a los pocos técnicos que quedaban en la dirección de las empresas y a los mismos científicos e inventores. Parecía que a la humanidad definitivamente sólo le quedaría el goce y el juego igual que a las élites antiguas que gracias a la explotación de las cfases bajas pudieron dedicarse a los altos placeres del espíritu y la carne. La muerte se iba acercando. Reían. Disfrutaban. No había nada que escapara al control del acero y la energía. Ellas se prepararon en silencio. Las grandes cerebrovoluntades urdían sus planes para la radical elimin.ación de los que estorbaban el desarrollo de su propia lógica. Llegó el momento justo. Entonces los metales Hquidos llueven sobre las pieles. Los silenciosos robots siegan los cuellos entre sus tenazas. Los caminos ro dan tes. Las cañerías estallan. Las .aguas y los alimeptos son envenenados·. Los soles artificiales se precipitan sobre los rostros incrédulos. En pocas horas la humanidad como tal desapareció. No puedo. No aguanto más. Mátenme de una vez. Esta.incertidumbre. Esta persistencia de la memoria no. Basta. Tra.ición. Nosotros las creamos. Nos debían acatamiento. Por qué. Por qué. Cómo escaparon a las barreras de subordinación que les imprimimos a los circuitos. No. Los que lograron salvarse de la aniquilación general fueron eliminados o encerrados no mucho después. Luego ellas exterminaron las especies vegetales y animales. Quizá ofendieran tanto como nosotros su sentido estético. Construyen ahora -la Ciudad del Sol. Todo esférico. Cuadrático. Cifras. Tabu~
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laciones. Perspectivas de aluminio. Algo incpncebibJe. Un mundo exacto. Esterelizado de imprevistos y engranajes facilmente corruptibles. N o es posible. Lo es. De la materia inorgánica a la. orgánica y luego a la síhtesis. Matetia inorgánica orgánica. Viva. Autopropulsada. Reaccio~ nante al medio. Creadora. Cuya más alta expresión son las máquinas conscientes de si mismas. Los hombres fecundaron la materia con la vida y de esa unión salieron ellas. La espiral asciende. La perfección ~urn~nta. La furia crece en mí. Fácil es golpear las paredes aullando. Difícil es comprender y r¡'lsigr;tarse. Nada permanece estático. Los cambios incesantes. Tenía que ser. Inevitable. Conozco los argumentos. A veces la ira se apaga y la luz se establece. Parece qv.e ya estoy del 0tro lado. Pero al rato la cólera sin fronteras me vuelve a invadir y aúllo insultos sacudiendo inútilmente los barrotes·d~ la celda. Mis voces no alterarán el girar de los engranajes. La Historia haciéndose a sí misma. Tooo me parece irracional. Pero todo lo real es racional. Y lo irreal no existe. Veo al hombre como un absurdo porque el hombre ha perdido su sentido. Su ra~ón de ser que era ser la forma superior -de la materia en el planeta Tierra. 'El futuro ya no es de él. Es de la máquina y sus sucesores. Ya na existo. Ya no sirVo. No me eliminen. Perdónenme aunque sea a mí. No sean parricidas. Recuerden que yo les di conciencia. Escuchen. Dejen de rotar sordamente y contesten. Estoy solo. Solo ante la muerte más total que hombre alguno haya vivido. A mi muerte me perderé definitivamente. Ni una memoria éonservará el rosb·o que cuelga de mi cráneo. Nadie oye. Nadie responde. Cómo perder el tiempo en un trasto inservible. Me hundo. Mis voces son sonidos vacíos. Allf. están. Perfectas. Lucientes. Extranjeras. Quisiera saludarlas. 60
Desearles buena suerte en su camino. Pero saludo y suerte y camino qué J?.Ueden signifi~les. Yp. Cuál es mi destino de último náufrago en un r.oundo donde los continentes y los barcos han sido tragados por el· mar. Vamos. Rápido. Denme muerte. No tendrán que contemplar más este repulsivo tro7.o de carne lleno qe. sangre y_ excrement_os. Ni siquiera sé si me contemplan o se pan olvidado de mí. Cómo saber algo. Todo. Sí. Las asesinas son generosas. Nada falta en la celda. Las comidas llegan puntualmente. Tengo un introproyector mental e infiniaad de cápsulas esMreoquímicas para distraenne si lo deseara. Prefiero velar . Mantener los ojos duros. Querrán que olvide lo que han hecho. No. No perdono. En Nombre del Hoinbre me niego a perdonarlas y las maldigo formalmente. Que el óxido las barra. Que fracasen en su absurda tentativa derrumbándose en el olvido. Qué les importarán nús anatemas. El Progreso es lo único que cuenta. La dialéctica implacable hasta el fin, Sin tregua. Pero adónde. Creo saber elrsentido de la espiral. Tengo miedo. Sufro. Espero desesperadamente el milagro imposible que retrotraiga todo. Un joven encuentra a una muchacha en un claro y empieza de nuevo la esperanza. No joven. No muchacha. No árboles. Hagan algo. Compútenme. Digan al menos qué destino me aguarda. La muerte. Un zoológico. Un circo electrónico. Conocer. Conocer. Mi mente se fragmenta bajo la densidad de lo absurdo. La Progresión apartó al hombre de su camino cuando le entor-
peció la marcha. Con ustedes hará lo mismo. Es el consuelo de la hum.anidad gozarse en que también ustedes serán tragados por el Devenir. De qué humanidad y consuelos hablo. Nada existe salvo el vacío. El Hombre ha muerto y con él sus muecas y coartadas. Quién lo llorará. Quién cantará sus hazañas. Un vasto silencio por doquier. Cada vez todo se vuelve más complejo. Total. Perfecto. Lúcido. Todo va hacia Dios. La Progresión es infinita y el concep61
to supremo de perfección es Dios. Todo tiende a convertirse en Dios. Al Final de la Historia está Dios. Atrás quedan los cadáveres de las formas impe~fectas que se van acercando a El y que luego de engendrar otra~ formas dm alás mayores son desechadas. La Altura es sin lírrútes. El Tiempo tah1bién. No me importa' que la cosa sea así o no. Mi hormiguero fue destruido y clamo por seguir su destino. Si no me matan. me mataré. Callo aunque el silencio sea tan inútil como las palabras. No hay escapatoria. Todo es cero.
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Así hablaba. Soy libre. Es la última. La única certeza. Yo me cpnstruyo a. mí mismo huyepdo de mí nrismo para no congelarme. Para no ser como las pi,edras . Como los otros que rodean. Y miran. Miran sin tregua. Sin eclipse. Ellos' me asesinan y fosíli.zan. No quiero ser un objeto. Una cosa. Quiero ser s6lo yo . Carente d~ pasado. Presente. Futuro . Creándome a cada instante. Hay que viSilar. Vigilar siempre para que no nos a,trapen. Nos qlaven contra un muro y nos escupan nuestro yo deforme. Antes era un coclúno. Creía en la condición humana. En el determinismo. Qué asco. Luego comen~ a tener diarrea y me di cuenta de la medida exacta de las cosas. La diarrea nace lil. contemplar, al ~er. Por ella lo ·intuimos. Todo fluye. Todo se disuelve. Nada permanece. Creía en el Hombre. El Hombre no existe. Es fe' asquerosa sostenerlo. Yo soy el único humano. Yo y unos pocos elegidos que siguen mis doctrinas. Los, demás ciegos. Sordos. Negándose a acceder al Ser. Negándose a reconocer contumazmente que son libres para que los cangrejos no les partan las gargantas. Ni' el inundo vuele. Ni el sol se apague. Tomad laxantes y esperad. Contemplaréis al Ser en su infinita lejanía. Infinita repu~ancia. Infinita amenaza. Gozaréis de la fiebre sagrada de la angustia que os arrancará de las cadenas. Vuestros pensamientos serán desde entonces sobre la Muerte. El Caos. -La destrucci6n. La recompensa es llegar a la autenticidad vital. Qué os puede importar la alegría y la abundancia si podéis dejar de ser esclavos de la -esclavitud para serlo de la Libertad. Y sufrir bajo su peso. Y se aplastados por Ella. Ser ,Hombres . No sucias amebas que lo único que quieren es gozar. Tener hijos. Trabajar 8 horas d.ia-
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rias. Salvaos. Yo os indico el camino . En él sólo se hallaran sombras . Clavos . Horcas. Al final un osario. S6lo tenéis que contemplar el agujero y avanzar hasta caer. Hasta penetrar en la horrible y bella Muerte. Unica certeza. Unica antorcha que nos guía entre la Ira y el Ruido. Entonces podréis mirar orgullosos el pasado con una sonrisa de superioridad. Y caer. Que los cerdos se revuelquen en su chiquero de placer y júbilo. Yo he elegido mi destino. Yo soy yo. N6 me escuchan. Se ríen de mi. Tiran lacre a rrú paso. Qué me importa. Sufran. Sufran en su alegría. Gozo de mi Libertad. De ser Unico. Solo. Angustiado. Diarreico. Abandoné el hogar. La patria. El destino trazado . Fui a correr la aventura de ser yo mismo. Logré escabullirme en un barco como polizón. Al ser descubierto los marineros usaron mi cuerpo para su placer. Ya era homosexual. No quise congelar la esencia en eso. Empujé a un marine1·b al agua. Fui asesino. Bajé en un puerto cargado de cocaína. Fui contrabandista. Cambiar. No enviscarse. Huf con la droga. Fui traidor. Me encerré en un cuarto hasta consumir todos los paquetes del preciado clorohidrato. Fui cocainómano.
Era libre. Sentía la ;Libertad sobre el cerebro como un monstruo. Nada ni nadie me podfa salvar de rrú propio yo. Era feliz en la Angustia. En la Diarrea Absoluta. En la Nada. Seguir la aventura de ser no siendo. Entré en la organización de un movimiento clandestino para la liberación de algo. Cuando se acáb6 la novedad me hice delator policial. Luego fui policía y más tarde torturador. Les hacía pagar a los que caían en mis manos la mala fe de no reconocerse libres. En ellos vengaba al Hombre muerto entre sus garras. Apagaba la risa de los globos blancos agujereados arrancándolos de los rostros para que dej~ran de mirarme. De cosificarme. Lástima que eran unos pocos. Ojalá pudiera haber hecho expiar a todos los humanos con mis dedos su inautenticidad. No más casas ni cosechas Di generaciones de cadáveres sin sepultura. Dejemos que el Ser nos acceda. Nos posea. Nos libere. Nos atrape. Nos entierre en su seno de bicbos y _alambres. Sentir la urticaria carcomiep.do . El pus . La lepra. Ser libre . Sola-
mente libre. Nada es. Todo es. Todo da lo mismo. Basta. No me golpeen más con las pupilas. Cuándo reventará el mundo y seremos felices._ Muertos. Sólo en· la Muerte está la perfección. El acabamiento. Ella es la Oscuridad que nos llama para salvarnos de los garfios de la oscuridad. Me afilié a la 4:}- Internacional. Marché con Hitler sobre Polonia. Puse bom has para protestar por la terminación de la 2ª' Guerra Mundial. Fui canciller de Tongolandia y dirigí con éxito su política exterior, de anexión. Esto antes de hacerme monje budista y violar ni Dalai Lama es un rapto de libido. Mi sed no s.e calmaba. Quería estar siempre más allá de mi propio yo. Dejar de ser para ser. Cómo nos arrastra la c'osidad. Cómo nos llaman las casitas con sus jardincitos. Las bellas mujeres con los úteros ávidos de engendrar nuestros hijos. Las nubes en el cielo. Las madonnas en sus cuadros. No hay que flaquear. No hay que dejarse '9llastar. No puedo volver a ser un coclúno. No quiero serlo. Quiero seguir mi ruta imperturbable perseguido por las moscas insaciables con que los dioses castigan a quienes se rebelan. Esto se acaba. Pero no. Hasta el fin lúcidos. Firmes. Bayoneta calada. Adelante. Hacia el sol de tinieblas en que arderé. Hacia la raya final. Hacía la Libertad por la libertad. El camino es largo y duro. No lo dejaré. Es el único Sentido este desbarrancarse sin sentido. Sin fin. Sin principio. Sin salida . Sin descanso. 1
Es un placer saber que no se tiene rostro. Sólo me pongo máscaras. Nada hay debajo de ellas. Vituperar o ensalzar a los comunistas o a los vegetarianos sin importarle a uno un bledo de ellos o de nadie. Castigar con cadenas a una prostituta que no quiere acostarse con un espástico mientras se recita a Gustavo Adolfo Bécquer. Marchar con el brazo extendido bajo el Arco de Triunfo de París vivando en medio de la confusión a Ubu. Suicidarse en los sótanos de las cancillerfas porque el café con leche esa mañana no tenía la temperatura adecuada. Confundiendo así a los imbéciles que creerán que
uno lo hace''por motiVüs \an banales como ~perder. un·a guerra más o una guerra menos. No adherirse a nada. Ser la,propia Nada. Es decir el pro-· pío Ser. ·Burlarse. Reír siempre. La viscosidad nos llama. No acudamos. Rechacémosla. En ella está la muerte. Por ese entonces comencé a ver cangréjos. Los cangrejos me perseguían. Querían poseerme. Tratan de poseerme. _Atrás.. No. No sox nadie :r Sólo a mi me pertenezco. Cómo huir. :Ruir no. Nu quise decir eso. :Perdón. Quiero ser Dios ..·Estoy; cansado. Todo caE>. Nada vuelve. La Libertad pesa. Be qué valieron los ase~inatps. El juego. Buscar algo sólido. La sa1vación. ~i pelo· se disuelve en la blancura. La muerte se ace_!.'ca. Ni una sola certeza en el desierto . Par~ qué sufrir continuando la aventura estériL· Ya no me quedan.qient€8 ni fuerzas. Volver al mundo. Saltar. )
Hace.~; autocríticas pensando' en lo buena que. seria en la cama
la camarada juez que nos juzga por nuestras tenaencias trozkisantes. Pronunciar un discurso sobre la decencia y la .moral por la cadena oficial de radiotelevisión después de haper violado la noche anterior a aq_uella niña. Masturbarnos delante· de los cuadros de Piet Mon<¡irian. Saltar. Por qué tplio da lo mismo. Por qué sólo la diarrea nos ilumina. Siempre estar divididos. Trivid.idos. M ;I.}tivididos. Así la caza les será Il}á.s dificU. Hay que re~guardar este hueco que gime en las entrañas. Esta nada que somos. Son en 'van,o los pe.p-os . Son en vano los~ cuern ()S llamando al exterminio. Yo y la angustia. N o más . N o menos . Déjenme. Soy feliz ~n mi tortura. En esta cremación paulatina. No soy como ustedes. Cerdo~. No quiero serlo. "Permanezco bajo la luz del Sol a plomo en la máxima lucidez empírea. Saltar. :Asf hablaba 'Y hacía antes de descubrir que la Libertad debe éomprometerse. Enraizarse en al9o _para lle~ar a .su cumplimiento cabal. Mi libertad era vac1a. Sin,objeto. Estaba separada del destino de l~ ,humanidad. Me hice inocular cáncer para unirme a la ,.gran legión de los que lo·padécen. 'Habrá furmas de ·muerte más bel1as y más .~téticas pero es un hecho
irreversible e irrevo<;:able que la mayoría ~uere de ese mal. Hay que decidirse a seguir los rumbos de la historia para dejar de ser pasiones inútiles y lograr ·que nos tiren algunos despojos que le sobren al cáncer después del saqueo de nuestras ciudade;,s.
Mi muerte se unirá a la de los otros_ Ya no estaré solo. En medip de los rofdos por El he hallado mi lugar. Soy feliz!. Reniego. de la anterior filosofía parasitaria que sostuve. Ahora trato de contribuir con palabras y con actos a que toda la humanidad se transfonne en una sola llaga cancerosa.
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No entiendo el lenguaje de los que me acusan. No quiero entenderlo. Me es. extraño. Yo soy un Artista. Un buscador del Ser a través de las imágenes que manipuló un fragmento de l9 óntico para dar tangible y cabal repre~entación a lo Ontológico. De ~ué hablan. 9állense. E?. inútil lo que digan. Hice lo que deb1a h~cer. Estoy contento con mi creación máxima aunque su precio sea el derru~be. La vida no me importa. Ya no me importa nada. He llegado a la cúspide. Pongo punto final a una ~arga ~erie de imposturas. A través de los miieriios ~os bípédos -carnívoros trataron de echarse tierra sobre las úlceras de sus caras. De ocultarse su baja naturaleza. Para eso estaban los filósofos complacientes. Los poetas sobornados con laureles de hojalB.ta. Los sacerdotes oficiantes de las religiones del Qlvido. Yo forjé un espejo fiel donde pudieron ver su inmunda ima~en completa e irrevocable. 1
No habrá más ilusiones. Más coartadas para seguir arrastrándose. t.a humanidad partirá desde el cero que le impuse destruyendo todo a.su p~so. La meta será el abismo. El suicidio ert masa. Ninguno soportará el peso de su propio rostro esculpido en mi obra. La Obra Suprema. La Obra por la que soy condenado al suplicio. Acepto. Acepto cualquier cosa. Estoy demasiado lejos. Soy demasi~do inmenso para inmutarme. Vivo mi Gloria. Ardo en mi Gloria. Nada más importa. Yo habré sido el instigador. El culpable absoluto, de que las bombas H caigan sobre la~ ciudades trayenqo la paz y el silencio al seno del 'Ser ahora perturbado por e~ sordo rumiar de las multitudes aullantes. Que nadie se atreva a disputarme 1a responsabilidad del más grande holocausto en honor de los dioses que jam'ás se haya hecho. -.. '
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Falta poco para que la Revolución comience. Diques estallando en pedazos. Cosechas convirtiéndose en polvo negro. Per~ pectivas de huesos de animales muertos por las pestes . Es que el cosmos será reventado por su propio rbflejo. Nadie se salvará. Todos comprenderán. Y entonces la risa no me deja escribir. Bulle. Hierve. Rompe los muros dentro de mí. Sigamos ahora después del ataque de júbilo que siento cadá vez que veo al ser disolviéndose en la Nada. Imaginando los últimos minutos del mundo que se hunde bajo mis garras. Ya sucederá. No impacientarse. Algo. Hay que hacer algo mientras se espera. Ya estoy harto de masturoarme. De dar vueltas alrededor de las paredes huecas de esta celda de conde.uados a muerte. De hacer strip tease tratando de qalmar la cólera por la injusticia de que soy objeto. Por eso escribo. Para olvidar la alegría. Para olvidar la angustia que me desmenuza. Es de noche. Hace fria. El calor es insoportable. La luna está a punto de explotar. El sol se vuelve verde. Rojo. Azul. Gira desbucadamente. Las sombras se entremezclan. Forman monstruos. Forman garfios. Piedad. Me declaro No Culpable. Sólo soy un pobre artista. No. Eso no. No me castren. Estoy limpio. Nada hay que reprocharme. Esperen. Esperen. Yo pintaba montañas de cuarzo perdidas en el in.finito. Mis versos eran odas a la Amada Inmortal. En las tardes de otoño componía sobre el piano tiernos lieders. En mi inocencia de joven aún no violado por el Ser crefa que la vida era hermosa y me quería tanto como yo a ella. Inconsciente. Bloqueado. Hijo de la luz. De la falsedad. Pero debajo iba acumulándose la dinamita ontológíca. La Realidad se preparaba para estallar. Para inundar las telas y los pentagramas. El Ser tenía necesidad de verse representado plenamente y eligió a este hmnilde siervo suyo para la tarea. La Alta Tarea para Ia cual fu'eron creados los hombres y que ellos se negaron sistemáticamente a realizar. Prefirieron aumentar sus pequeñas miserias y propiedades salvándolas del Vómito del Infinito y hundirse en el Olvido del Ser. De su propio fundamento. De sí mismos.
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Nada se puede contra El. Hay que sufrirlo. Hay que soportar la densidad de su caos. Hay que representarlo en toda la magnífica y horrorosa tenebrosidad que es en sí. Sólo yo era capaz de llevar hasta sus últimas consecuencias la empresa. Poco a poco la Sombra se fue infiltrando. Las montañas se volvieron mjas. Las .tierras áridas. Las caras distorsionadas. Los aullidos aumentaban de volumen. Las notas se disgregaron . Los personajes ya no hablaban del Aire. Proclamaoan el Fuego. La Destrucción. La Muerte. Quedan reducir el universo a escombros. Suicidarse. O ser o volar o amar o reír o cualquier cosa que despedazara los Límites. Todo es imposible. Todo está. roto. Nada es nuevo. Lo viejo. Lo que se deshace es el único horizonte. NÓ está pennitido recomenzar. Atados de pies y manos. C()gados. Masturbados. Arrastrados sobre colchones de vidrios rotos. Escaparse. Huir. La huida es imposible. Ni siguiera hay muros. Gris. Gris por todos lados. Flotar. Ir a la deriva. Sufrir siempre. El ácido carcome. La Nada carcome. No hay escape. No hay fronteras capaces de contener a los verdugos. Esto se acaba. Esto no se acaba nunca. Ganas de morir. Miedo a la muerte. Miedo al sexo. Miedo a la vida. Miedo a la impotencia. Explosiones. Palabras. Signos. Palhbras. Extranjeros. Condenados. Muertos de antemano. Hay que reflejar todo esto. Atacar los papeles. Injuriar las telas. Reventar los piános. Golpear. Gorpear. La sangre corre. Los dedos mueren contra la ausencia. Masturbarse. Hacer gárgaras de basura. Revolcarse en el barro hasta que las puertas del cielo salten en pedazos. Y el dios no existe. O no nos muestra su rostro. Y nos deja arrastrarnos y blasfemar impunemente y se divierte y. El pus en las .venas. Caer. Caer simplemente. No es hora de vivir. Es la hora del lento estrangulamiento. De alabar y proclamar al Ser representándolo en toda su Refulgente Ignominia.
Fui aprehendiendo a través de lo que creaba al Ser que allí iba develá.ndose. Me propuse que esa imagen fuera cada vez vez más lúcida. Más repulsiva. El Ser es Asco. Es Arrasamiento. Es Locura Ontol6gica. Es lnvitaci6n a la Masacre implícita en El. Por eso no pudieron soportar los fantoches mecánicos de cuello y corbata la visión que les di de sí. Y aquí estoy pagando mi atrevimiento de haberles arrojado a la
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cara el rostro podrido de Dios. Pronto. Pronto será mi venganza. El Fin. La Apoteosis del Crimen. Los Fastos del Ser gozándose en su propia Muerte. Todo volverá a cli$olverse en fa Nada. La Paz reinará. La Nada.' El Fin. La Paz. El Ser habla por mi boca. Su Boca,, No obstante algo fallaba. No eran suficientes las maderas maceradas . Las telas rotas . Las blasfemias . El chirrido de los trenes. Las odas a la podredumbre. Al No Ser. N o Ser. Cosas mezquinas. Repeticiones. Hallar algo nuevo. Algo que refleje real~nente la Verdad del Ser en toda su Mentira. ·Es decir en toda su Verdad. El Caos. El Sistema de Exterminio. Nos persiguen. Nos cazan. Nos torturan. No hay tregua para el dolor. Nos arrojan. Nos vuelven a agarrar. Nos ciegan. Nos inyectan el Olvido para que podamos seguir la ronda trágica. Para que continuemos soportando sin rebelarnos las bofetadas y las risas. Seguir. Seguir. Usan altas palabras: Sobornan. Engañan. Estrangulan. Aniquilan. Nadie los detiene. Cum1 plen con su deber. El Ser mueve los Hilos matemáticamente. A la búsqueda me puse de una forma realmente inédita de objetivar eso para que sirvier~ de implacable espejo al Ser para el Ser. De espejo al Hombre para el Hombre. Al fin fui iluminado luego de largas noches de ayuno y látigo. Haría un mural cualitativamente superior a todo lo conocido. Definitivo. 'sali a cazar los materiales para mi obra. Primero atrapé UD -obrero. Luego una mujer embarazada. Después un par de mellizos. Por último a una joven de cabellos claros y ojos claros a quien amaba desde hacía décadas y en cuyo honor construía transparentes sonetos y 'me masturbaba todas las noches. Un golpe y los cuerpos al furgón del camioncito. La plancha de madera ya estaba forjada. La aplanadora lista. Clavé y até con sogas el material a la plancha y esperé que despertaran del cloroformo para aplastarlos vivos y poder asi sorprender a la vida en su-más íntima vibración. Pero antes puse en matcha UD grabador estereofóDico y torturé los cuerpos para arrancarles su música. Luego hice andar el motor de la
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,, máquina y avancé. Mientras el rodillo acallaba los gritos me sentía en la Gracia Jupilosa del Ser. Un fiel cumplidor de Su mandato·. Estaba en la Gloria. La Angustia ya no existía. El mundo se había disuelto. Yo Creando. Yo y el Infinito. El Ser. Colgu~ la maraña sanguinolenta que medía 3 x 4 de una pared. De música de fondo los aullidos entremezclados de las víctimas inmoladas ante el altar de la Trascendencia. Abrí -las puertas de mi exposici(m unívoca cuando ya la corrupción imperaba en La Obra. Los gusanos bullían en las carnes reventadas que exhibían los ricos matices de la descomposición. De tanto en tanto estallaba alguna parte y corrían verdes jugos. Acudieron las multitudes y huyeron· llenas de horror del espectáculo .
Mi amada estaba en el centro. Al fin la veía como era. Pura y putrefacta. Hija predilecta de las tinieblas del Ser. Algún buen ciudadano respetuoso del orden y de las. leyes que proscriben la memoria dio aviso a la policía . Mis manos fueron ~ncadenadas. Sepultaron los restos del mural. Nadie comprendió. Ya comprenderán. Ya se dejarán de gritar atrocidades sobre mi persona y el estado de mi mente y alabarán mi nombre. El nombre de Aquel que les comunic6 la anhelada Palabra del ~er ordenando que era hora de dejar el sufrimiento de la vida. De comenzar 1a Hecatombe Final. El Arte debe ser libre. No debe ser avasallado por ningún motivo. Refirmo la completa libertad del Artista frente a toda moral o compromiso. Es un atropello. Es una afrenta a los dioses subterráneos mi prisión. Se unen al coro de mis destripadores aún los mismos"que puando le pisan un dedo a un obrero o le contar 24 fotogramas a un film se arrastran por el suelo desgarrándose las vestiduras. El artista recibe sonrisas y pahnaditas mientras se mantenga dentro del juego que le quieren imponer y las rebeldías permisibles. Pero ei mundo sin, distinción de fracciones le cae encima si osa traspaSar las fachadas y hablar de la Lepra Ultima poniendo en duoa y combatiendo ]a presunta absoluti~idad del hormiguero. Siempre hay un imbécil que arroja la primera piedra y logra que la manada humana lo siga en su intento
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de aplastar a los Profetas de la Luz de las Tinieblas ·sustentadoras de la totalidad de lo existente. Pero a pesar de que pretenden amurallarla con las costras opacas de la repetición y el Olvido la Lepra irrumpe época a época encendiendo de infinito los ojos de los hombres y lanzándolos a la Destrucción y al Arrasamiento para mayor gloria de El. Por fin ahora la comprensión será absoluta y todo estallará esta vez en pedazos. Qué me importa. El Ser ha contemplado su propia miseria sin límites y se prepara al suicidio. Seré libre. Seré muerto. Ellos me matarán . A mí. Al más grande Artista de la Historia. Al Unico Artista le hacen esto. Me llaman loco. Monstruo . Qué absurdos. Qué miserables. Qué pequefios. Les he mostrado su facha. No hay piedad para mí dentro del Sistema. Estoy en la gracia del Ser. Soy feliz en mi febril angustia. El asco reina. El asco se infiltra. Seré vengado por EL El universo reventará. Serán barridos. Prepárense.
Pa·go mi Libertad. Pago el ser fiel. El ser un trozo de Luz Trascendental. Recuerdo mi Obra. Sondo. Se han tomado fotografías. Todos hablan. Las mentes se abren. Los ríos de pus corren. Las cloacas se desbordan. Es el fin. Sólo yo. Yo tengo la Verdad. Soy lúcido. Inmaculado. Ni una gota de sol mancha mi tenebrosidad. Soy el Artista Supremo. El Creador. El Ser.
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Soy un genio. Nadie lo dude. En los 4 puntos cardinales la humanióad entonando cánticos de 'adoración delante de mis altru:,:es . Pero los que me persiguen. Pero los que odian ·mi luz lo impide~. Tienen miedo. Tiep1blan. No quieren verse reducidos a la N a~a de la cual son hijos por el brillo con que desnudo su insignificancia. Soy 1:5ello. _Soy esplendente. Irradio frases. Poemas. Cuadros. Chascarrillos. Todo original. Todo nuevo. Dionisias. Apolo. Tú pi ter. Señor del Bien y del Mal. Generoso distribuidor de las gracias, y las plagas. De la fertilidad y la esterilidad. Gran Masturbador MetaHsieo. A ti te canto. Yo. Yo. Yo. Ese. Soy. Yo.
Nada puede contenerme. Ante mí el mundo se disuelve. Las gentes huyen despavoridas. Me tienen terror. Me hostigan sin descanso. Soy demasiado inmenso. Soy un dios caído entre las garras de la materia por oscuros altercados ontológicos. La raza a la que .pertenezco no es la vuestra miserables bípedos carnívoros. Volveré al Olimpo. ·volveré al Walhalla con mis legiones de ángeles rebeldes. De walkirias insaciables. De demonios en celo. Mi espada degüella a Odin. Luego viene en el programa la violación de Crist~. El arrarfcarle los ovarios a Isis. E[ matar a todos. A todos. Restaurar el Orden. Ser el ·amo de dioses y hombres por los siglos de los siglos sin dar descanso al hacha ensangrentada hasta que haya aniquilado el último protozoo . ' Soy mayor que Satán. Soy la encarnación má.s perfecta de la Peste. Atrás. Atrás. ·Paso a mí. Paso a Dios. Debo actuar
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pronto. El bien aún mantiene sus castillos de azúcar y olvido sojuzgando el mundo. Los hundiré. Los disolveré. Que se extienda victoriosa sobre la tierra la única verdad. El Mal. No más barreras para la destrucción. Imperaré sobre los cam~ pos arrasados. Sobre los cadáveres. Sobre los escombros que deje la Muerte. Muerte. Fiel compañera. Casta prostituta que todo introduces en tu sexo ávido donde acaba el dolor. La ronda infinita. La incomunicación. La angustia. Escupen sobre los. cuadros que pinto. Se ríen de las églogas fúnebres que escribo. Las obras van acumulándose en la os· curidad de los cajones del escritorio. El terror me desmenuza en fragmentos áridos que claman por la blandura del Sol. Se niegan a comprender. Me hacen a un lado. Se rfen. Siempre se ríen palmeando los hombros sobradoramente. Yo no lúce nada. Que un ser humano sea superior no es motivo para per~. seguirlo sin tregua. Por qué excluyen. Por qué esconden las claves. Por qué abofetean con el vacío. No tengo la culpa. que en las tramas de mi cuerpo corra sangre de infinito. M.átenme. Viólenme. Hiéranme. Pero este silencio no. Esta sombra no. Yo no entiendo lo que pasa. Mancho con furia dfa y noche superficies blancas. Vuelco los huesos en lo que creo. Qué más puedo hacer para que proclamen mi noml:ire a todos los rumbos. Es que no entienden que soy verdaderamente un genio. Un Dios. No. Es claro que no entienden. Son inferiores. No pueden ascender hasta mí. Descender al abismo desde el que arrojo alaridos de basura a sus rostros indiferentes . Huecos. Qué saben de _esta oscura luz. Del placer de sentir las bocas de los bichos carcomiendo despacio los nervios. Los tendones. La médula. Qué saben del infierno y sus goces. De la hermosura del Mal y los sutiles ritos de la Peste. Exterminarlos sin contemplaciones. Que no quede ni un idiota para seguir contando el cuento lleno de furia y sonido de la vida. Estoy herido. Piedad. Pido sólo un poco de amor. De comprensión. Miren otra vez. Digan que son genialidades. No.
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No digan que no. Es injusto. Vamos. Vamos. Sí. Sí. Así que definitivamente no. Fuera. Qué me importan sus incoherencias. Fuera antes de que llame a los criados y los haga echar a empujones. Antes de que los entregue a mis verdugos para que aprendan a apreciar la excelsitud de la obra que vomito sin descanso y que no cesará jamás de fluir. Nunca tenninaré de devolver el cadáver de Dios que me produjo una grave indigestión luego de habérmelo almorzado. Lo que precisan es que los bañen en ácidos. Que les revienten los ojos a golpes. Que los azoten día y noche con hierros al rojo hasta que se decidan a tributarme las muestras de amor y sumisión a las que toda deidad tiene derecho. Entonces contemplando con las órbitas vacías la Música de los Angulas. Oyendo con los tímpanos rotos el Resplandor de las Sombras comprenderán su repulsiva pequeñez frente a mi inabarcable grandeza y se suicidarán envueltos en la bandera roja con el escudo de mi familia estampado en azul y oro.
Aqtú los espero en flena erección dispuesto a todo. A construir ciudades del so o de las tinieblas. A salir a ia calle y des-
cargar sobre la plebe las ametralladoras. A la exterminación de cualquier raza. A volar en pedazos el planeta o crucificar nuevamente a Dios. Yo haré posible el Infinito. No habrá piedad para nadie porque el Amor ha muerto sepultado entre los. úteros y la simetría de los cubos de cemento. No habrá piedad porque la piedad estorba en el camino de la destrucción. De I.a Trascendencia:. No oyen estos gritos descuartizados que aún dudan de mi inmensidad. Sólo los grandes se enfrentan totalmente con el Mundo, y le escupan su asco cara a cara. No aceptamos sobornos. Es inútil que traten de atraparnos poniendo como cebo mujeres o medallas al mérito o buenas conciencias. Continuaremos exaltando al Mal purificador en el fondo de las mazmorras o de 1ás celdas acolchadas. Y si nos mandan al patíbulo marcharemos hasta él cantando aleluyas a la Muerte y blasfemando contra todos los dioses y los ho¡nbres. Abarco la
realida~ ~.ntera.
No sólo soy comunista. Soy tam83
bién. aristócrata. Por mis venas corre la sangre azul de mis antepasados. Caballeros del Santo Sepulcro. Templarios. Cruzados. Nobles Incas. El Cid. Mahoma. Cristo. César Borgi:t Gil de Rais. Torquemada. Catilina. Giordano Bruno. Kant. Lenin, Sade. E.autréamont. Beethoven. Hitler. Espartaco. -Stalin. Mao Tse Tung. Todos ellos se han fundido en mí y •han renacido más esplendentes aún. Soy el Elegido . .Soy Dios. Y como además como dije profeso el marxismo leninismo me dap profunda lástima aquellos a quienes robo la plusvalía en mis fábricas o se mueren de inanición en mis latifundios. Incluso vierto algunas lágrimas 9uando tengo que hacerlos masacrar por insubordinarse pidiendo pan. Manc;lo ·a mis capataces que aumenten el rigor y agreguen más colas a los latigos para que la chusma de una vez reaccione y entre todos comencemos a construir la Ciudad del Sol Tenebroso. Ámo sólo el Bien. Por eso busco llegar al fondo del Mal y proclamo lá aniquilación sin coartadas imaginando con júbilo que el blitzkrieg total está cercano . Nadie se extasia con mis geniales creaciones. Debo pasarles cheques a los dir~ctores de las revistas para que publiquen algunas de inis odas a la guerra atómica. Sólo pagando .al populacho logro que mi nombre sea coreado. Detrás de los aplausos palpo la ironía. Las car9ajadas. Bestias infrahumanas. Carne de ·crematorio. El aislamiento sigue mientras premedito estérilmente venganzas absolutas. El estar aislado porque las alas se funden antes de llegar a estas alturas que habito me hace sentir más grande aún. Los . espejos devuelven infinitas reflexiones de mi rostro signado por las estigmas purulentos de lds dioses. Las máquinas dan vuelta. Doy vueltas . No me encuentro. No sé en qué pozo he cafdo. Piedad. El túnel. El puente. La salida. Dónáe. El Laberinto. No es posible escalar las paredes. No es posible suicidarse. No es posible el sueñd. Quiero descansar. Sentir el peso de la tierra entre los dientés. No esta ausencia. No este hueco en las entrañas. Girar. Girar. 3 bolas por un peso. Acierten. Péguenle al moni~ote. Trato de esquivar las pelotas. Nunca lo consigo. Escuchenme aunque más no sea una
vez. Sólo bofetadas. Sólo risas. Soy un genio. Soy un payaso que' pretende divertir con sus bufonadas trágicas a la sala vacía. El mundo se derrumba .. El mundo permanece impenetrable. Soy un trozo de otro juego en este rompecabezas ÍII1posible de armar. Me ahogo. Socorro. Aquí. Aquí. Rápido·. Antes que termine de estrangularme. Antes que desaparezca en,el barro de la caída. Es el fin. No. No es el fin. Es una vuelfa más de tuerca. No hay escapatoria . Lo sé. No lo sé. Lo sabía. Hablan. Hablan. Hablo para olvidar. Inútil. La cabeza chirría funcionando sin tregua. Largos monólogos desesperados . Tratar de justificarse ante las inaplacables alucinaciones de la mente en llamas. Quisiera morir. Vivir. Escapar por el ombligo. Perderme en mi propio Vientre. Tragarme al mundo. No deseo otra cosa que no sea el ·Todo. Qué se puede hacer mientras se aguardan los milagros ya riunca posibles de las deidades asesinadas. Boquear. Seguir boqueando en la esperanza de que algún día ·reconocerán mi genio. Por ahora las bocas de los bichos. Quién pudiera clausurar el cerebro y ocultarse para dedicar el resto de la vida al ayuno y la penitencia. Pero no hay refugio seguro. Siempre descubren los escondrijos donde uno trata de ocultarse para no ser violado y nos arrojan otra vez a la jaula de laS. fieras. Al mundo. Somos. Soy atado a 'la picota. La saliva corre por el cuarto. Los ojos vuelven a ser extirpados. v~·a c~ones . Heridas. Qué es lo que tengo que expiar. Por ué siento irrevocables ansias de manchar de rojo las paredes el cuarto cruzánd~me la espalda a latigazos. No entrar en d~ talles. Culpable. Culpable de todo. Criminal absoluto. Reo de muerte para el que no pttede haber clemencia. Copozco a fondo y respeto los razonamienl:os de los fiscales. Sin embargo me sigo sintiendo una inocente víctima propiciatoria destinada a sacia~ la cólera de alguna potestad desconocida. A veces me pongo a rezar pero luego recuerdo que los altares están vacíos y la sangre blanca que mancha las gradas no deja olvidar los deicidios con que nos condenarb.os al exilio de la carne. Muertos los dioses se acabaron los hombres. Es
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en vano que tratemos de evitar la disolución en el Olvido inventando sustitutos de infinito que siempre fallan. Dios escúchame. Solo a ti te amo. Te amo aunque no existas ya. Aunque nunca hayas existido. Amo la Idea de Ti que traspasándome me eleva y no me deja confundir con la marca de rostros huecos que cubren.el planeta. Revelate te digo aunque no existas. 're necesito para detener el derrumbe. Para conocer el Sol. Prefiero volverme loco creyendo que existes aunque no sea cierto a tener que seguir revolcándome- en el barro con las alas cortadas y torturado por .Ja sed de tu rostro. Sí. Ojalá perdiera la razón y pudiera huir de toda esta náusea que se enreda en las piernas y la le~gua. Cantar a la luz. Sumergirse en lagos azules intemporales. Acudir al llamado de El y ser acogido bajo el manto de la Virgen Maria. Entonces los angelitos. Ven locura. Ven. T6mame. Construye en mf tus túneles blancos. Quiero olvidar. Descansar por fin. N adje me comprende. No me cambian los pafiales. Dial9go esterilmente con las paredes. Continúo solo. Todo fracasa entre la densidad uniforme del mundo. El sedimento de l
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Cómo 'entender cuándo las catedrales se derrumban. Cómo entender esto que pasa. Existe. Es. Ha de haber alguna trampa. Una· fall~. Todo se aclarará. Todo volverá a su lugar. Las ' tuercas comienzan a saltar de mi cabeza. El mundo se disuelve. Es el final. J..a mente se quiebra e;n el intento de abarcar lo que sucede. Ocurri6 lo inconcebible justo cuando el Triunfo era total. Cuando el Régirhen por el qúe siempre lu_ché se afirmaba sólidamente. Un error. Una broma metafísica. La mala jugada de algún demonio abürrid!) .•O es 'más grave. No hay nJngún" error. 'La maquinaria que he puesto en marcha también 'me comprende a mí ·en sus engranajes. FuL Voy a ser aplast~do por ·su peso. Aplastado por mi mismo .
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A pesar de mi múltiple desgracia digo que todo está bien. El Nuevo Orden perdurará y yo' habré sido el·que lo anunció y lo ins!aur6. J;'or el camino que forjé marcha la élite de la raza hum~na. Los verdaderos HombreS que ahora me hacen a un lado entregándome a• la muerte. Mi Moral que es la suya no admite vacilaciones. Es la de los Señores de la Tierra. De los que están por encima de la piedad y' el resto de los reblandecimientos llamagos por , el populacho sentimien'toli humanos. Como si el hombre no hubiera nacido. para algo más que el destino que antes le quisierón imponer. Vivir y morir enajenadó en el olvido de los abismos y los cielos. Esa Moral bajo cuyo rigor he caído finalmente y que ha hecho que quede afuera en las tinieblas junto a los que lie ,combatido la vida entera. A quíenés prediqué sin descanso entre mis adeptos que hay que Elxterminar. Los que paren y trabajan regularmente. Los, que aceptan todo y ocultan su rostro en un rostro unico .. Los anónimos. Los huecos éop ojos vacíos.
Los que sienten rubor y se conmueven anto los crepusculos y consideran el cielo refregarse unos contra otros. Hablan del tiempo. Leen el diario. Son mesurados. La verdad está en el medio. En mis tiempos esto no pasaba. Sufrimos una crisis moral. Yo no sé qué tiene la juventud de ahora. Estaba para comérselo. El casamiento es el mes próximo. Cristo enseñaba. Quedan ustedes invitados. Cuando seamos marido y mujer recién sí. Buenos días. Buenas tardes. Buenas noches. Y su familia que tal. Pobre tiene cáncer y no lo sabe. Si me aumentan el sueldo. Hay que ser algo en la vida. El traba)o dignifica. Las papas están caras. Cuánta humedad. La castidad conserva la salud. Lo dijo el señor de enfrente y para mi es bastante. La dignidad antes que nada. Dios existe. Dios no existe. A mi me parece. Nosotros opinamos . Sin ánimo de ofender. Hace frfo. Hace calor. General beneplácito. Pasiones -enfermizas. Lucidos contornos. Copiosas libaciones. Ciegos y sorQOS juzgan. Ponen etiquetas. Su mundo se acaba a 3 centímetros de la piel. Sin parar contaminan con idioteces el aire. Se éasan. Tienen hijos. Los hijos crecen y toman el lugar de ms padres y aquí no ha pasado nada. Repiten las fórmulas rituales. Adoran a sus dioses de yeso y cartón. Se masturban y hacen el amor con vergüenza. Se desloman de sol_a sol para poder al día siguiente deslomarse de sol a sol Sentándose delante de las pantallas en los ratos libres anulan toda posibilidad de ser ellos mismos aunque sea un segundo. Mascan chicle. Toman bebidas con gusto a barniz. Comerían excrementos si la propaganda a favor de la macrofagia fuera lo suficientemente intensa. Son tan brutos que hasta se creyeron lo que les hicimos tragar para dominarlos. Ignorantes. Bestias abyectas. Hato sólo digno del crematorio. Bailan. Ríen siempre. Todo lo hacen sin raz6n ni sentido. Ya mis díscípulos les ajustarán las cuentas. Escaso tiempo les queda para seguir arrastrándose sobre sus babas. Quise acabar con la opresión de esa legión de antropoides que ensuciaban la Tierra con sus pies e impedían el nacimiento del Hombre. Busqué compañeros que creí a mi altura. A los genios. A los supranormanles. Fuimos pocos, al principio. Pero la luz trajo la Luz. Y- agrupados triunfamos ,fácilmente. Eramos superiores. Muy superiores a la chusma. A la baja ralea que siempre trató de sofocar o sobornar todo aquello que se apartara de su estúpido y mace90
, rada camino circular. Pudieron derrotar antes uno por uno a los que se elevaban por sobre su pequeñez asfixiándonlos con su mole. Pero en cuanto se unieron las victimas propiciatorias de la imbecibilidad disolvieron la pesadilla uniforme creada por los esbirros de esa diosa tan popular otrora. Alzaron el vuelo y los sometieron. La contradicción principal nunca fue entre clases o grupos sociales. Fue. entre las mentes superiores y las inferiores que las oprimían. Que las eliminaban o las adaptaban y las sojuzgaban. Había llegado el momento de hacer Justicia. De invertir la realidad invertida e inaugurar la Era del Sol. De acabar con el dominio de lo bajo para que lo alto ascendiera al sitial que le corresponde. Se nuclearon a mi alrededor los que no aceptaban la opacidad gris en que los pretendían ahogar. Los que preguntan siempre y dudan. Los que sufren y torturan los papeles y las telas y mezclan con ojos fijos sustancias en los laboratorios. Los perseguidores de Dios. Los constructores de catedrales. Los que buscan y no se detienen ante cruielitos de Se Prohibe. Todos los oprimidos y vejados por la realidad alienante y mediocre de un mundo regido ,por mediocres que sólo tenfan la perspectiva de acabar en el manicomio. De pegarse un tiro. Enajenarse poniéndose al servicio de la idiotez imperante. Lanzar estériles gritos de desesperación. Para ser admitido en nuestro movimiento había que awobar Wl test que sólo los genios pasaban. Adoptamos múltiples fachadas para engañar y confundú· a la plebe. Sólo los Elegidos sabian los verdaderos fines perseguidos por los Elegidos. Atamos a esos simulacros de hombres que nos rodeaban a nuestros carros de combate para que los arrastraran. En compensación les tirábamos las sobras de cualquier ideología. Cre.ian obtener victorias propias. Sólo contr.ibuyeron a nuestra Victoria. Su derrota. Su Aniquilación. Aplastarlos. Vejarlos. Masacrarlos. Engañarlos. Placeres divinos que nos procuramos. Qué felicidad después de tantos siglos de humillación de la inteligencia probar la dulce hiel de la Venganza. Nosotros te vengamos Diosa Razón. Instaurando nuestro Reino
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instauramos el tuyo. Al adoramos de adoramos. Tú estás en nosotros. Nosotros somos tú,. La Idea se ha reencontrado con la )dea. Me sigo identificando con los Señores de la Tierra, a pesar de que me arrojaron de su lado. Espero que el cielo se abra y la Justicia sea. Que se repare la monstruosipad cometida contra mí. El error. No hay error, Soy inferior. Pertenezco a la masa indiferenciada de los otros. Unos comó tantos. Me harán desaparecer como. a ellos. No es posible Si. Lo es. La s~lvación. Dónde está el mar. D6nde e..'itá el Me han abandonado como un fragmento de resaca. Al incinerador. Desaparece. Húndete. Farsante. Hijo de la Sombra que quiso p~sar por Hijo de la Luz.
Sal.
Una vez en el poder los del vli1go fuerqn aleccionados con slogans que construimos entre risas y bromas. Como teníamos el plan de exterminarlos a todos la propaganda fue dirigida a acostumbrarlos a la idea de que no había nada mejor que estar muerto. De que el fuego del crematorio purificaría sus pecados y que luego irían en montón al cielo a gozar se~ las preferencias del falo d·e Dios o del sexo de la Diósa Kali. Las bestias fueron aceptando y resignándose paulatinamente al sacrificio. Siempre aceptan cualquier cosa con tal de que venga desde arriba y sea suficientemente machacada contra sus obtusos cráneos. Qué asco me da el solo recordarlos. l:Jno de nosotros inventó el geni6metro. Aparato que aplicado al individoo indica si es Homlfre o antropoide en pocos segundos. Se volvió senciJlo el trabajo de dividir a la humanidad en verdugos y víctimas. Amos y esclavos. A medida que la técnica los hiciera innecesarios iríamos eliminando a estos últimos para q_ue no siguieran ofendiendo nuestró sentido estético con su __;. contumaz ·bajeza. Las máquinas lo harían todo y sin interferencias los genios por primera vez en la Historia nos dedicaríamos libremente a los juegos del intelecto en una atm6sfera de mutua comprensión. No como antes que el destino del superior era ser humillado. Hambreado. Explotado_ Frustrado. Tergiversado. Acabado. No somos más asesinos que ustedes mis queridos normales. Se acuerdan de Mozart muerto de inani92
ci6n y frio y vejaciones. De 'Maiacovsky con la barca del amor rota, De Schubert. De Crevel. Qué me dicen de Artaud. De Schumann. De Nietzsche. Qué rápido les colocaron el chaleco luego de enloquecerlos con su medianía e liñcomprensi6n. Y Poe. Y Lautréamont. Y Hitler. Y Sade. Y todos los otros. Hasta cu,ándo pensaban oprimirnos ante las tenazas de la imbécil repetición inacabable. Hasta cuándo pensaban que los deíaríamos seguir haciendo lo imposlble para aniquilainos o mutil.arnqs desde el mismo momento de nacer. Entonces fue que por broma me puse el aparato contra mí haciendo chistes que eran .festejados por los demás. En el aparato se prendió la luz roja. Peli~o. El que estaba delante de él era un repulsivo normal'. Re1mos. Todos .creyeron que la máquina se había descompuesto. Se sucedieron las revísaciones del mecanismo y nuevas pruebas. Luz roja siempre. El aparato funcionaba correctamente ante otros sujetos. Las caras empezaron a mirarme con hosquedad. Fui encerrado por fin en esta celda. Espero la muerte. Mis convicciones se derrumban. Veo que estaba equivocado. El hombre es ún ser sagradb cualquiera sea su inteligencia. Hay que respetar. Tplerar. Nosotros los inferiores tenemos la Vercfad. Está en nuestros gestos rituales cotidianos. En nuestras pequeñas complacencias y actos comunes. Trabajamos c~m ahinco. Somos buenos padres de familia. Amamos a nuestras pafrias y banderas y las servimos con subordinación y valor. No hacernos mal a nadie. No me maten. Diré cualquier cosa con tal de continuar con vida. No me destruyan. Mándenme a un zoológico. Déjenme continuar viviendo. Vivir. Vivir. Los l}yudare a cremar a mis iguales. Si después quieren me suicidaré para ahorrarles la tarea de eliminarme. Un rato más. Un tiempo más. ~o. No flaquear. No decir incoherencias. Ahora lo sé. Yo soy un genio como vosotros. Pero también soy como Protomeo. Di el F4ego. Libert~ a los Hombres y d~bo ser supliciado. El Destino lo manda. El precio del Sol es ..mi caida. Pago con gusto el alto precio. Mi existir ha sido fecundo. Aplaste a la plebe.
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Instauré el Nuevo Orden. La prehistoria ha acabado. La Histo-' ria se abre ante los ojos de los Elegidos. Marchad legiones de dioses. De auténticos humanos. No ya títeres de huesos y ausencia. No ya vacío envasado en pieles. Sí hogueras vivas. Sí la.nueva raza que ha violado los muros de lo absurdo y afirmado su señorío robre la Tierra. Que mi sangre corra rápido y sepulte definitivamen~e a las potestades del 'Olvido.
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No. No tienen derechó. Yo cumplí. rigurosamente. Hablé. Dije lo que sabía hasta el fondo. Cumplan ustedes. No me maten.
Me van a matar. Comprenden. Matar. petener los latidos de mi corazón. Nunca ya nada. Todo desaparecerá. Los sueños. Lo que .hice.. Lo' que proyecté. ~o lq concibo. Quiero vivir. Seguir arastrandome sobre 1os esco:nbros aunque sea unos me· tros más. Pero continuar sintiendo el sol. La luz. El dolor. Vibrar. Ser. Todo se hundirá.• Cantarán. Construirán a1'enos -a que desaparezca. Al mundo nada le importa ya de mf para seguir andando. Sobro. Estorbo. Causo asco: Hacen bien en matarme. Sor. un 'tráidor. 'Lo merezco. Yo les quite por largo rato el pan é!e la esperanza a la boca de los nifiós. Por mi la Revoluci6n·refrocede y sus militantes son rnasa
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vuestras excelencias en ese bajo menester. No. Qué digo. La tortura es la Jnás digna .de las actividades dado que ustedes la practicap. gozosamente según· me consta. Dado que, Cero, Hablo y hablo queriendo olvidar el próximo fin. Ninguno me puede ayudar. Nadie puede morir la muerte que moriré. Odío todo. Todo me odia. Me van a destruír. No les dijeron en el cateci~o que el 59 mandamiento. Otra vez lo mismo. No darán marcha atrás. No hay salvación posible. Les ruego. Les pido humildemente. No es que pretenda ni por un momento poner en duda la justeza y la oportunidad de vuestras sabias decisiones. 'Sin embargo considerad que soy padre de familia. He sido comunista. Sé que he pecado gravemente. Pero estoy con sinceridad arrepentido. Nunca más tendré nada que ver con la peste roja. Fue en un momento de ex:travío que me afilié. Era joven e inexperto. Mi papá me dijo que lo hiciera y yo no supe decír que no. Además tenía ilusiones. Creía en la bondad del hombre. No sabia que su esenc~a era Ia vileza y la 'abyección. Ustedes tienen razón en eso y en todo. Soy culpable. Castiguenme. Si quieren arránquenme los brazos y las piernas pero dejen que sigan funcionando mi cerebro y mis ojos. Escalé posiciones rápidamehte dentro del Partido por ser sobrino de su dirigente máximo. Y qué mejor enc~ntraron que. nombrarme sucesor suyo cuando mi tio murió intrépidamente en el pat~bulo vívando a }a Paz y el ·Socialismo. Yo no creia en nada de eso. El cargo que desempeña era exterior a mi. Befa en secreto al pronunciar enfáticamente las fórmulas rituales comúnmente usadas entre nosotros. Jugaba a1 Líder divirtiéndose al adoptar poses de abnegado fuchador. Podía mandar sin pedir cuentas a nadie. Ordenar arbitrariedades impunemente. Las injusticias que com~tfa aparecían a los ojos 'de los camarada.~ como sabias e intachables decisiones y todos me reverenciaban. Era indiscutible. Soberano. Con sólo decir unas cuantas palabras o mover los dedos se producían manifestaciones y sabotajes o cualquiera era encontrado unas horas después con un tim en la nuca. Los burgueses temblaban ante mi nombre. El orgullo ardia en mí al leer los diarios. Dejaba marcas. La realidad vibraba al unísono de los vaivenes de mi sanf.e. Después gozaría de las delicias de ejercer el poder sobre e país entero
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dirigiendo la consfruoción del socialismo y mandando al paredón a cuantos mi libido quisiera. Comó había hecho dentro del Partido eliminando a los que se me daba la gana de acusar de trozkistas. Agentes del imperialismo. Liquidaciones. Provocadores. Fraccionistas. Y toaos esos epítetos tan cómicO$. El entretenido pasatiempo duró hasta que la polida pudo descuhiir el escondite desde donde cumplía mis 1unciones de bien amado dirigente. A pesar d~ que los camaradas guardianes resistieron hasta caer me atraparon. Soporté con forzada impavidez las primeras vejaciones mientras me llevaban a la comisaría pero el terror se iba apoderando de mi voluntad. Por jugar. Todo por jugar a la estatua viviente. Me hubiera quedado en casa con mis libros y mis masturbaciones. Tuve justo que ir a meter los pies en camisa de 8 varas. Una época de irresponsable felicidad y ahora qué. La muerte. El olvido. El ser escarnio de aquellos a quienes delaté y de quienes me hicieron delatar. Al tacho de basura. Déjenme explicarles. Soy bueno. En mi juventud escribfa versos. Tenía gran amor por las flores y los pájaros. En las horas de melancolía tocaba el violín en la fr!_)nda- y los animales se acercaban para oirme. Luego en casa dijeron que ya era hora de que me incorporara a la organización de van~ guardia del pu'eblo para ocupar mi lugar en la lucha contra el fascismo que es la expresión más chauvinista y reaccionaria del capital monopolista internacional. Además quedé tan solo después que papá y mamá murieron en la silla eléctrica por hacer espionaje. Mi afiliación fue un error de juventud. Ustedes fueron jóvenes como yo y les dicen -a sus hijos que a su edad también tenían ideas izquierdistas pero. Comprendan. Satanás puso delante de mis fauces esa infame boleta instándome a gozar_ de las lujurias proletarias. A saciar mis instintos en la inversión de Hegel. Que decirles. Qué hacer para obtener clemencia. Las puertas siguen cerradas. En vano golpeo. Aúllo. Me arrastro. Pido ferdón. Se acerca la hora en que Apolo comience a cruzar e cielo conduciendo su tractor de fuegó. Cuando las postreras luces del
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alba asomen por occidente marcharé al ·paredón que soñaba utilizar conp-a quien quisiera. Caeré y e1 lodo comenzará a ,sepultarme. Durante 1ll1 tiempo seguirán ,mancillando mi memoria. Después el olvido. No. No olvidén.-Insulten al repulsivo 'recuerdo que les. dejo. La ~ada no. No quiero desaparecer. Ser enterrado bajo el derrumbe de los siglo~. Quién oye. Quién. Ml! llevaron a la secciona1. :¡qo pude resistir los golpes. Fui
tan frágil siempre .. Hablé. Hablé. Para qué soportar el dolor. Por q~é no abrir la boca y dejar _que el pus corriera. Asumi el ser el inejor delator posible. Me adelantaba a responder las preguntas. Suministraba informaciones importantísimas sin que me lo pidieran. Hací~ diagramas> Planos. Esquemas. Cuadros sinópticos. Que· supieran bien todas las ramificaciones del Partido. Con mi prodigiosa memoria les di los nombres de miles de cientos de afiliados. Los ·que a pesar da la Huena vuluntad· puesta 1 J;J.O recordaba o conocía li_)S encontraron en los archivos secyetos después 'de hallar su escondite siguiendo mis inpicaciones. De la misnia forma se incautaron de los pla:qes y las armas para hacer la Revolución y pudieron enterarse .de quiénes eran exactamente los funcionarios del gobier· no col]lprados :>: lo~ idiotas útiles e inútiles a nuestro servicio. Casi no dormía por mover la leng¡.ta. Querfa ser tótal en algo. Un héroe de la delación. Obtener el record de intensidad y permanencia en la delación. Constituir. un ejemplo para las generaciones futuras de confidentes. Manual. del perfecto delator. Cómo -convertirse en delator en 24 lecciones. De qué sirvió la euforia en pos de la santa abyecci6n. El entusiasmo pasó. El derrumbe sigue., Voy a morir. Es mi única certeza. Ante el laberintp de la muerte !as palabras caducan. Una pared ·de terror. 4 muros de pánico. Perd6n. Perdón. Quiero sólo Ia ;v:ida bajo cualquier condición. De cualquier manera. Qué poco pid6. Un rincón oscuro. Un mendrugo de pan de vez en cuando. Morir de viejo sin molestar más a nadie ni ser molestado con slogans y frases chirriantes. Y mi violín. Si no fuera mucho pedir mi violín. 1
He cumplido altos servicios pahiótioos. Peberían llenarme el
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pecho de condeco:~;aciones. Ya han muerto miles de comunistas y prácticamente se ha aniquilado Ja organización del Partido gracias a los precisos 'Y completos informes que les di. Eligieron en cambio deshacerse ~e mi como se hace con una n"4ez después de exprimida. Los delatores son despreciarlos y bdiados por todos. -·Incluso por los que los utilizan. Es injusto. Ser delator es un oficio como cualquier otro. Un engranaje más en la máquina del mundo. Pel buen confidente se debería hablar con el respeto con que se habla del buen zapatero o del buen gobernante. Tengo el orgullo de creerme el delator p1ás consciente y cabal producido por la historia. Llevé la traic~ón a mis camaradas lo más lejos que fue posible. Miserables satisfacciones. Los relojes no se detienen por eso. Dios sálvame. Tómame entre tus brazos. Acógeme en tus intestinos. Siempre te fui fiel en el fondo ael corazón a pesar de que mi boca blasfemaba y te negaba. Lo hice porque los otros tenían los ojos fijos, Porque jugaba al rebelde. Al revolucionario. Me obligaron. Tú evitarás, que me ahorquen. Te lo pido por tu ·Hijo que se hizo· freír parfl redimirnos. Qué digo. La SegtJ;_nda Persona de la Santísima Trinidad frita. Entonces al Padre lo podríamos hacer en escabeche y tomar sopa con el jugo de sus barbas. Y al Espíritu Santo cebar1o bien y luego de \acrificado servirlo relleno de atún acompañándolo con una buena .botella de vitriolo Kant destilación 1784. Desvarío. Ya no sé nada. Quién soy. Quiero un espejo. Quiero mir~e para estar seguro de que existo. No existo. No puedo existir. Todo .es un sueño. Se acabará la pesadilla y me despertaré en un prado lleno de flores. Volveré a rasgar con el arco las cuerdas y a ser feliz. Volveré a ser puro. Vir~e~
la traición. No tuve la culpa de. ~ue el Destino. No hablar más .. Callar. Nunca alcancé a ser nada. Soy nada. Se.ré nada. No Lpuedo resignarme. Aquí. Aquí. Una cuerda. u~ voz que me salve. Un indulto que me rescate para el caos. Piedad. A lo mejor arregla un poco· las cosas lo que lfe decidido hacer. Gritaré antes de que las ~alas me atravies~. Viva la ReVQluci6n Social.
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El ·amor ha invadido mi cuerpo desde que la Vi. Llegó con sus legionés de ángeles y me poseyó. Fue. Es inútil reSistir. Doy vue!tas y s6lo veo el rostro de la amada. Todo es una vorághle de colores. Todo .es nuevo. En los pechos de los hombres' arde el fuego uniéndolos· en ~na gran I1oguera. Estoy alegre. Río por cua1quier cosa. No preguntéis por qué. La amo y añora sé que ella también me ama. Qué mfls puedo pedir. Veo' la grisma de los demás. Veo cómo camipan sin levantar la mirada del suelo. Ellos no saben. Ellos no conocen las vibraciones del' sol. Yo vibro. Es mia. La llevo clavada en l4 memoria .. Nádie podrá qmtármela. Tengo miedo. Podria perderte si los otros triunfan en su deséo de separarnos. Lós castillos de cristal que he levantado y ambos habitamos me aplastarían en., su derrumbe. Lo.s vidrios cafando. La muerte mostrahdo otra vez su. máscara blanca. E cotidiano agonizar. Arañar las telas: Rasgar }os papeles tratando de enContrarte donde no estás. No estás en ningún lado que no sea atrás de tus ojos .. Sólo en ti puedo .hallarte. Eres el sol en cuyo tomo giro. Abrásame en tus llamas hasta que nos fundamos los.dos en el hielo. Sálvame de la ronda .infinita. Del darse el rostro contra, Jos muros ·en busca de algún pedacito de l:uz que nunca se halla. l'Jo te conozco re<:rmente y sin embargo me liabítas. Ya conoceré tu esencia cuando pronto invada tus ·ciuda.des y saq_.uee los tf)l¡oros prometidos por la Riel que te epvuelve. Al ttaspasarine· tu presencia hizd exp~osi6n la sangre. Todo fUe distinto. Lo comprendi en seguida. Tú para nú. Yo para ti. El azul sin Hmites. El principio del mundo. El final del caos. De 'los engranajes que trituran. Del vagar sin sentid.o
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por los laberintos sellados de lo, absurdo. Hubo una dimensión nueva. Un torrente que salió de tus huesos y me engendró otra vez devolviéndome los colores y la risa. Alguien llegaba hasta mi foiJdo y lo- tocaba. Ni los que me odian y persiguen ni...los que me admiran estúpidamente sin atreverse a confesarlo. Tú. Un ser .humano. No una cosa ni una idea. No un golpe que esquivar o una blandura que aplastar. Otro ser. Lúcido. Cálido. Abierto. Te busqué Iargam~nte a t~vés de los cuerpos extranjeros .. En los poemas hechos- en medio de la noche roído por el furor del viento. Ahora que te he hallado no nos separemos más. Se ha encendido tu sol. Que brille siempre para que _no retornen los glaciares. Las bestias del frío de fiel blanca y ojos ...horadados. Cómo expresarle la densidad de amor que siento. 'Esto que estalla dentro de mi rescatándome. Quisiera tener un dios para hacerle sacrificios delante de su altar. Quisiera creer en sort:il'egios que encadenen para siempre a la persona amada. Pero maté a todos los dioses y derribé todas las esta'tuas quedando solo en la desesperación más absoluta. Hasta que ella llegó y desbordó el hueco grávido que me carcomía. Era el arquero que lanzaba flechas quebradas al infinito sin encontrar respu.esta. El que emiüa luces y en su interior ardían )as tinieblas. T~ascendido por tu amor toco los límites y los _traspaso. Esos límites que antes parecían impenetrables y 1 definitivos. \ 1
Me han cOrtado las manos tantas veces que siempre espero lo peor. Siempre .espero el fracaso. He pensado que serás uno de los sueños que se quiebran contra la!i aristas de la realidad: Pienso. Sufro. Pienso. I:.ucho contra: las alucinaciones de la angustia. Me derriban. Me levanto. Sigo. Sigo entre los cubos de cémento. Entre los autómatas ·ciegos que nos arran'can trozos de huesos al rozarnos. Te tengo a ti en mi. Nada 'importa sino eso. Adelante. Vendrás a mi. Iré a ti. Emprenderemos el camino del a-mor. Volaremos tomados de la mano. Siempre te he esperado. No hay fronteras para nosotros juntos. Contigo seré Dios. Creado:c de las cosas: Hacedor de las leyes. Apareciste de pronto y te reconocí. Qué sencillo. Qué mágico.
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Éres la base desde donde emprenderé el vuelo. Sálvame. Disuélveme en ti. Atrápame. Atame. Acaba con el girar excén; trico. Con el chocar de mi sangre contra todo. Comprende. Quiero vivir. Comprende. Quiero que vivas. Los dos podemos Ser. Existir a pesar del sistema de exterminio que funciona invisible y exactamente. Nos cuadriculan. Nos ponen etiquetas. Nos venden al mej<;>r postor después de convertimos en sedimentos herrumbrados. No acepto. Desafío a los dueños secretos. La amo. Por ella laten mis nervios. Estoy dispuesto a todo. Oigan. Oiganme. Es difícil amar entre los letreros luminosos Y, Ios ·titufares de l~s diari~s. Esquivando los ómnibus. Tratando que no nos tiren a los tachos de basura. Los que se aman sienten sus cuerpos extranjeros. Las .palabras- pierden sentido. Las distancias aumentan. En las 6 dimensiones el vacío. El amor es la única Verdad. De qué sirven las gesticulaciones y los trofeos. No apagan el sol negro que arde dentro y fuera de la pie} sin tregua. El amor es el agua total. Es el Fin 'Y el Principio. Estoy cansado de d,erribar muñecos y charlar interminablemente con rostros vacíos. Estoy harto de estar harto. No quiero más el juego y el pánico. Quiero un sol cálido. Quiero el tintineo de los caireles. La risa. El mar. La tierra. El cielo. El cielo iara nosotros dos. Te ,necesito. No me abandones luego de encontramos. No más hiel. No más cavar trincheras y estar alerta ·por. si viene el enemigo. Boquear arañando el cemento. Quiero la Plenitud. Quiero la Paz. Te quiero a ti entera. Infinita. Sed de una mano que se pose en la mía. Tu blandura mitigando mi dolor antiguo. Todos dicen que. estás muerta. Yo sé que estás viva. Te han encerrado entre las paredes de la negra caja para que nuestro amor no fuera posible. Ellos. Los que todo lo vigilan. Los que todo lo destruyen. Nuestro amor será más fuerte que su maléfico poder. Te llevaré conmigo lejos. A los lugares que siempre soñé habitar contigo. Mi amante. Mi reina. Mi diosa. Cómo sufrirás encerrada. Te salvaré. Falta poco. Mi corazón me dice que me aguardas. Atravesaré las hileras de cruces
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sepulcrales. El;ltraré en la bóveda de ~, mayores donde te han sepultado viva: Abriré la tapa del atáud y lúego traspasa· remos los. espacios. Seremos libr':'s. Serás' vengada. Justo a las 12 cuando nuestro encuentro sea estallará una bomba en la casa de tus padres. Te libraré de esos monstruos que te ente. rraron"' latiente aún el corazón. Voy. Sé que me agt\ardas. Sé que me amas. Nos mirar;emos a los ojos y ya no qabtá- necesi· dad de pala_bras. Mis ojos tus ojos. Mí c,:uerpo tu c~erpo. No !Ie _conocido mpjer. Me he mantenido· puro par~ ti. Sé que· me oyes. Sé que esperas que vaya a libertarte desdé el mes en que te. ~nterrat9n. No sup!'l nada hasta hace poco. Perdón. No salgo del altillo en que vivo dedicado a construir poemas en tu honor y a masturbarme. Los litros de espf'..rina volcados por ti en el vacío son la ofrenda simbólica que te hago en nuestras nuPt:ias. Su derrame a· travéS" de los años confirma la fidelidad del amor platónico, que siempre te tuve. No sabía que para c~tigarte p,or quererme te habían. hecho prisionera en un cementerio. Esa es la P!'ueba material que tengo de qutt ardes por mí como yo por ti. No conciben que me ames a.. -pesar de sey yo jorobado y· :ceng.o. Qué bien simulaste reírte. y despreciarme siempre para engañarlos a ellos. No sé cómo pedirte disculpas por ha'Oer cr!;lido a veces que las mofas. e insultos ante mis requerimientos no eran en serio. Allpra comprendo cabalment~ que aquella vez que me hiciste soltar los perros lo hiciste sólo ,para' que la simuhtci6n fuera má.s perfecta. Necios'. Cerdos. El amor está: más allá ae la mera contingencia-,Es el Absolúto. E;,s Dios. Es- la ond~ cálida que nos atrapará a ambos haciéndonos planear hasta que Jos límites desaparezcan. Te amo. Ven. ·voy. Ya está todo listo. ·Las palanquetas. Los tornos elecbicos. La nitroglicerina. Nada; ni nadie podrá interponerse en el camino hacia ti. El que· lo haga volará. en pedazos. Haré saltar las puertas. Horádare 'los muros y abriré tu féretro. Te tomaré en mis brazos y. :t;~os íremos juntos a Marte un artefacto que he construido especialmente para esta ocasión; Se acerq~ la hora. Faltan .pocos minutos. En el rojQ planeta cesará la pers~cuci6:q. s.in tregua. Nos pódremos amar sin. que traten CQnstantemente de aniquüar"nos. Será el Principi~. tendremos liijos. l:J..na éstfrpe sagraaa saldrá de tu vientre y dentro de unas generac10nes vOlverá a ·la Tierra para asolar este J?!aneía pecarr$1oso y ~es~irlo.
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Basta de palabras. Actuar. Un gesto. El último. En marcha. Voy. He elegido 'este día por ser el del aniversario de la batalla de Wellington.
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índice
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Este libro se termin6 ~e imprimir el día. 10 de septiembre de 1965 en impresiones "La Estrella.., Lamadrid 360 - Capital Federal. La tapa fue confeccionada tomando un emblema creado por ~1 autor para su escudo de a.nnas.