Fichas de Iniciación a los Grupos Misioneros
Ficha 1
Presentación de las fichas La necesidad de ofrecer estas fichas de iniciación surgió por varios motivos:
Todos los años hay grupos nuevos y no saben cómo arrancar. Otros se reestructuran por cambio de asesor, coordinador, misioneros. Cambio de destino y reorganización del grupo…
En el año 2004 realizamos presencialmente un taller de iniciación a los Grupos Misioneros y, dada la necesidad, este año los volvemos a presentarlos pero como fichas de formación. De este modo, con el material ofrecido los años anteriores, podemos tener un itinerario de formación para los grupos misioneros y su misión.
Temática de las fichas ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐
Mayo: Los Grupos Misioneros Junio: Formación Misionera Julio: Espiritualidad Misionera Agosto: Animación Misionera Septiembre: Tiempo de Misión Octubre: Qué nos dice la Iglesia sobre la Misión (Magisterio)
Particularidad de los GM
La Iglesia: existe para evangelizar, es esencialmente misionera. El GM: expresión de este espíritu que se vive en una comunidad eclesial. Por eso sus integrantes, a la hora de misionar, van en nombre de esta comunidad y no en nombre propio (representantes). Nace: de una comunidad parroquial-congregacional-educativa que quieren dar gratuitamente lo que recibieron gratuitamente. Este tiene que ser el motor que los anime: “No podemos pod emos callar lo que hemos visto y oído”. El GM no es un grupo de jóvenes, éstos tienen por objetivos crecer como grupo y cada uno de ellos. Si bien en el GM no se niega que sirva para el crecimiento de cada uno de sus integrantes, el objetivo es otro: el anuncio de Cristo. Mira más a los destinatarios de la misión que a los integrantes del GM. Por eso es necesaria una mínima experiencia eclesial.
Perfil del misionero
¿Cómo ser miembro de un GM? Lo ideal: que ya tengan una experiencia de agentes de la pastoral en la comunidad (catequista, animador de grupo, colaborador, etc.): que no entren descolgados... Es una vocación. Los Integrantes pueden ser: jóvenes, familias, sacerdotes, religiosas, cuanto más variado más rico. Pero no olvidar que tengan una mínima experiencia y adhesión de fe, porque eso es lo que uno va a transmitir en la misión (no puede pertenecer a un GM alguien que pisa por primera vez la parroquia) Se supone creer y aceptar la fe. Todo lo que uno puede llegar a crecer en crecer en un GM es consecuencia, no el primer objetivo por el cual uno va al GM: “La fe se fortalece dándola”. Para el ingreso conviene poner algunos requisitos: que lo presente el párroco al GM, hacer alguna convivencia para los que ingresan entren todos juntos... No importa la cantidad sino la calidad, por ser mas no es bueno invitar a cualquiera, sino a aquellos que se sientan llamados, llamados , que tengan un perfil misionero. Perfil del Misionero: vida de oración, conocimientos básicos de la fe, capacidad de trabajar en equipo, adaptabilidad a los lugares de misión (sin las comodidades de la gran ciudad: celulares, Internet, heladera, luz eléctrica, agua en cantidad, bichos…)
Objetivos
Formar la comunidad donde uno va a misionar, por eso es necesaria una mínima experiencia de vida comunitaria en el grupo, de vida eclesial y de Fe. Coherencia Coher encia entre lo que decimos y hacemos: si uno va a misionar, pero llega la hora de misa y no está presente…, también la vivencia de los s acramentos: reconciliación, eucaristía, los proponemos pero muchas veces no lo vivimos. No tenemos que olvidarnos que en la misión muchas veces evangeliza más nuestras actitudes que las enseñanzas: todos van a mirarnos, forma de vestir, de hablar, de creer lo que decimos... Espíritu Eclesial: no vamos para llevar adelante un proyecto creado por el Grupo, sino para ponernos al servicio de la Pastoral de la Diócesis. Por ese es indispensable estar en comunión con el obispo o referente pastoral de lugar de misión. Es con ellos y desde lo que la diócesis tenga como prioridad, lo que el grupo trabajará para formarse durante el año y proponer desde la catequesis en el tiempo de misión.
Funciones A. Animación misionera (la que menos se trabaja): La animación misionera en las propias comunidades: toda la parroquia, capilla o colegio es misionera, el GM la concretiza en un lugar concreto. Importancia en la animación: carteleras con fotos de lugar de misión, en los eventos solidarios que siempre se hacen dar un testimonio misionero o aprovechar para algún video de la misión anterior, animar en la oración para toda la comunidad pidiendo por el lugar de misión concreto y por toda la actividad misionera de la Iglesia (por ejemplo en el Rosario y en la misa mientras dure la misión); animar el octubre misionero. Que todos se sientan partícipes. B. El servicio misionero concreto: misión de verano, de fin de semana, de semana santa, etc.
Estructura Asesor: es el responsable último del GM (tiene que ver con la eclesialidad: sacerdote, seminarista, religiosa, obispo, una institución), Mesa Coordinadora: dos o tres del grupo que llevan adelante las propuestas, piensan el grupo, las actividades. Pero sin creerse que son los dueños del grupo. Sólo cumplen una función en orden al funcionamiento, por eso es bueno rotar cada tres años; Ecónomo: también pude ser uno o dos. Ellos pensarán ideas para proponer al grupo para recaudar fondos, deberán llevar adelante la economía tanto antes de la misión (eventos) (e ventos) como durante; Formación: algunos podrán tener la tarea de pensar la formación y los temas, esto no implica que tengan que darlos ellos; Espiritualidad: se encargarán de pensar encuentros de oración, convivencias o retiros. Medios: se encargan de no perder el contacto con la gente del lugar de misión durante el año: pueden elaborar catequesis y enviarlas, programas de radios, cartas para Pascua.... Taller 1. Presentar al grupo las “Caricaturas…”, leerlas y comentarlas brevemente. 2. A partir de lo trabajado con el contenido de esta ficha y de las caricaturas compartimos por grupos los siguientes preguntas: ¿Qué espíritu anima a nuestro grupo? Lo definirías como Grupo Misionero o como Grupo de servicio o de jóvenes? ¿Qué tenemos que reforzar en nuestra identidad como Grupo Misionero? ¿Cómo ingresa un nuevo integrante? ¿Qué perfil buscan? ¿Hacen animación misionera durante el año? ¿Tienen encuentros de Formación? ¿Les dan importancia a la Espiritualidad? ¿Cómo se organizan durante el año? A partir de todo lo visto delinear el PERFIL que tendría que tener un misionero. 3. Puesta en común. 4. Algunas pautas para elaborar el “Perfil misionero”. Quiere ser santo. Enamorado de Jesús se siente enviado (contemplativo).
Ser contantes en la oración para estar unidos con Jesús, como grupo y con la gente del lugar. No se anuncia a sí mismo sino a Cristo (supone vivencia-experiencia en la fe y saberse instrumento de Dios). Ama a la Iglesia. Dócil a la acción del Espíritu Santo en su vida, en la de los hombres, y en las culturas. Corazón Universal Preparado y entrenado para trabajar en equipo Humildad (el protagonista no soy yo, el grupo, sino el Espíritu) para “dar” pero también para “recibir”. Camina junto con la gente y respeta su ritmo (y el de la Iglesia a la que es enviado). Sabe ser Animador Misionero de su propia Iglesia. Brazos resistentes y siempre en alto para construir el Reino (perseverancia - parresia) Manos disponibles para la Iglesia local, para el Grupo y para la misión. Capacidad de desinstalarse y salir más allá de la propias fronteras (geográficas: aceptar el lugar que se nos da para misionar; culturales: costumbres típicas del lugar que me hacen renunciar a mis comodidades y gustos; espirituales: formas de rezar distinto –rosario- y cantos litúrgicos; etc.).
CARICATURAS PARA PENSAR JUNTOS ... Misionar es algo que nos impulsa a darnos por entero al Señor en cada hermano. Pero... a veces nuestro “otro yo” nos juega malas pasadas. Aquí les presentamos algunas actitudes incorrectas o incompletas que, surgidas de nuestra debilidad humana, pueden empobrecer nuestra misión, y hacernos repetir con San Pablo: “no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero...” Son una especie de “caricaturas” para tomar con un poco de humor. Seguramente nos identificaremos más con alguna, y eso no tiene que avergonzarnos, sino ayudarnos a conocernos a nosotros mismos y a mejorar. 1. EMOCIONES FUERTES ”Me interesa sentir. Me han dicho que allá se sienten emociones muy fuertes que te estrujan el corazón...” Un poco egoísta. 2. VACACIONES FRUSTRADAS El que no ha podido lograr un plan más divertido, y va a misionar para no quedarse colgado. Busca pasarla lo mejor posible. 3. REVOLUCIONARIO TRUCHO Piensa en cómo puede “liberar” a la gente de la opresión en que vive, pero sólo “pìensa”. Mientras tanto no mueve un dedo cuando se necesita algo concreto. 4. AMIGUITO INSEPARABLE Va misionar porque va su amigo/a o sus amigos/as (incluso su novio/a...) De lo contrario no iría. 5. HÉROE DE PELÍCULA Se siente muy capaz. Piensa lo que se perdería esa gente si él no fuera. “Pero por suerte iré. Me sacrificaré por ellos. ¡Qué heroico soy, qué bien lo haré!” 6. HACER SOCIALES Le encanta tomar mate y chismear con la gente. Y se va encariñando con algunos a los que visita reiteradas veces, porque se siente bien. Pero se pone mal cuando no le dan mucha bolilla y le escapa a las tareas más ocultas, porque en el fondo sólo busca pasarla bien. 7. TEMEROSO VACILANTE ”Aunque me costó decidirme, finalmente voy. Pero creo que no puedo hacer nada realmente valioso. Más bien voy a ver qué hacen los otros, y yo trataré de no cometer errores.” 8. VISITADOR DE MUSEOS ”Me interesa esa gente, su mundo, sus problemas. Quiero saber de ellos”. Y el conocimiento termina en eso. No se llega al compromiso. 9. PURO ESPÍRITU ”Nada que suene a problemas de esta tierra. Somos evangelizadores, y tenemos que cuidarnos de contaminar nuestro mensaje con cosas humanas.” 10. EL SUPERFICIAL Hace chiste de todo. Sólo la pasa bien con los amigos del grupo, y le cuesta mucho salir al encuentro de la realidad. No se toma nada en serio, más que el truco y el walkman. 11. EL “CARRETILLA” Trabaja, pero hay que moverlo para todo. Nunca toma la iniciativa en nada. Cuando más disfruta es cuando llueve y no se puede hacer nada. 12. MISIÓN “PRIVATIZADA” Le cuesta integrarse en las propuestas del grupo. “En la misión hago la mía, pero voy con el grupo, porque es la única manera: no me queda otra”. El grupo no es más que una excusa para su propio programa.
Fichas de Iniciación a los Grupos Misioneros
Ficha 2
LA FORMACIÓN MISIONERA En esta ficha queremos destacar la importancia de la formación en los Grupos Misioneros, la pedagogía a tener en cuenta y los temas que pueden desarrollare. Para armar un plan de formación se debe tener en cuenta la realidad propia del GM: tiempo de reunión, integrantes, lugar de misión, inquietudes misioneras de los que participan. Lo más importante es incentivar para que el GM se sienta interesado y participe activamente de los encuentros formativos.
Objetivos de la Formación en los Grupos Misioneros En cuanto a la importancia de la formación podemos enumerar tres motivos-objetivos:
Asumir un proyecto de vida misionera para vivir plenamente la dimensión misionera del bautismo. Formarse y capacitarse para un mejor servicio misionero en la parroquia y en el lugar de misión. Reforzar la experiencia personal y comunitaria en el seguimiento de Jesús para ser mejores discípulos-misioneros.
Como vemos, no se trata sólo de incorporar conocimientos intelectuales. La formación es mucho más amplia, es un proceso de fe, un proceso comunitario, donde buscamos encontrarnos con el Maestro para crecer como discípulos misioneros suyos.
Pedagogía para la Formación en los Grupos Misioneros I.
LA ESCUELA CON JESÚS
Esta metodología pretende coordinar y aprovechar las energías y recursos de los Grupos Misioneros para una formación progresiva y armónica. Se trata de un proceso cíclico que abarca lo intelectual, lo afectivo, lo testimonial y lo grupal. Es importante remarcar que el GM debe tener objetivos claros para desarrollar este plan de formación. Lo que Jesús quiere enseñarnos en esta escuela se puede resumir en: vivir con Él, vivir como Él, unirnos a Él, ir con Él y dar la vida con Él y como Él. La formación misionera se realiza eligiendo un tema formativo por mes que se trabajará en las 4 semanas:
II.
Catequesis misionera: es el estudio doctrinal de un tema. Este encuentro está inspirado en la Palabra de Dios, para que el GM pueda rescatar elementos, conocimientos y temas básicos del ser misionero. ¿Cómo hacer este encuentro? Se pueden realizar talleres, trabajos en grupo, paneles, simbolizaciones, representaciones, videos, audiovisuales. Espiritualidad misionera: es la celebración y vivencia de lo aprendido en el primer encuentro. El mensaje aprendido y asimilado toca el corazón se encarna en la vida del GM. ¿Cómo hacer este encuentro? Se puede realizar un taller de oración, retiro, desierto, celebración de la Palabra, representación bíblica. Proyección misionera: es la acción concreta en la que el GM comunica el mensaje aprendido y vivido en los 2 encuentros anteriores. Este encuentro es vivido fuera del Grupo Misionero, para que este pueda salir a evangelizar. ¿Cómo realizar este encuentro? Se pueden realizar múltiples actividades: visitas a Grupo Misionero para compartir la experiencia misionera, animación misionera en la parroquia y fuera de ella, visitas a enfermos, a familias; a hogares de ancianos, etc. Vida de grupo: es el momento donde el Grupo Misionero crea vínculos de fraternidad y celebra el crecimiento misionero, creando un ambiente propicio para que se sientan discípulos de Jesús. ¿Cómo realizar este encuentro? Se pueden realizar convivencias, fiestas misioneras, encuentros deportivos, encuentros con otros grupos de la parroquia. CONTEMPLATIVOS EN LA ACCIÓN
Esta metodología busca formar al Grupo Misionero desde dos momentos: la contemplación-la acción misionera. El modelo es el Cenáculo, lugar de oración y de salida.
III.
Se preparan encuentros de oración, adoración y reflexión que permitan profundizar la vocación misionera (utilizando temas) y las distintas experiencias misioneras vividas. Es el momento para "escuchar" lo que el Espíritu va suscitando. Se hace realidad lo rezado en experiencias misioneras (en el barrio, con otros grupos, visitas) que preparan al GM a la misión.
LAS FICHAS DE FORMACIÓN MISIONERA
Por último presentamos como metodología las Fichas de Formación Misionera. Ellas nos ayudan en la formación misionera pero teniendo como horizonte la temática que va a trabajarse en la misión siguiente. Sirva como ejemplo de esta metodología las fichas que hemos compartido con ustedes durante 2006-2008, presentando un trienio de formación (pueden consultarlas en www.cagm.org.ar)
Temas propios para la formación misionera ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐
Fundamentos teológicos de la misión. La vocación misionera: desde los distintos personajes de la Biblia, los documentos de la Iglesia, testimonio de vida de los santos. La misión en la Biblia: los apóstoles, los discípulos, San Pablo, las primeras comunidades cristianas. La figura de Jesús misionero. La pastoral de Jesús: el Reino, los predilectos, el anuncio de la Buena Noticia. La naturaleza de la Iglesia es misionera. Ser misionero hoy. Los distintos desafíos misioneros en nuestro país, en el mundo. La realidad misionera: más comunitaria, eclesial, donde los pobres forman parte, más inculturada, desde los valores del pueblo. Espiritualidad misionera. Los patronos misioneros: San Francisco Javier v Santa Teresita del Niño Jesús. Evangelización y promoción humana. La madurez humana, afectiva y, comunitaria. Cultura y tradiciones del lugar de misión. ¿Cómo organizar el tiempo de misión? Ecumenismo y diálogo Inter-religioso. Los sacramentos: ¿cómo trabajarlos en el jugar de misión? Desafíos e inquietudes que se presentan. La catequesis: ¿cómo situarla en el contexto de la misión? ¿Cómo preparar mínimamente el material para trabajar. Las celebraciones de la Palabra. La formación de animadores de las comunidades que misionamos. La parroquia misionera. La animación misionera. Los documentos de la Iglesia: Ad Gentes, Evangelio Nuntiandi, Redemptoris Missio, Puebla, Santo Domingo, Líneas Pastorales para la Nueva Evangelización, Navega Mar Adentro, Novo Millennio Ineunte, Aparecida.
Taller Por grupos elegir Cinco temas que ayuden en la formación misionera. También evaluar los tres métodos pedagógicos y optar por el que más responda a la situación particular del grupo. Concretizar la formación ¿Quiénes son los encargados? ¿Cómo y cuándo se llevará adelante? Armar calendario con todas las actividades del Grupo Misionero para que todo tenga su lugar (formación, oración, animación, salidas, etc.)
Fichas de Iniciación a los Grupos Misioneros LA ESPIRITUALIDAD MISIONERA
Ficha 3
Esta ficha quiere ayudar a los Grupos Misioneros a descubrir la importancia de la espiritualidad para la misión. Sostenida en nuestra fe Trinitaria, la espiritualidad para la misión exige actitudes específicas de acuerdo al objetivo de la tarea a realizar. Por eso creemos necesario que todo misionero, de modo personal, y todo Grupo Misionero, no deben dejar de lado o para último momento la dimensión espiritual de la misión, sino todo lo contrario, ella será quien motive, sostenga e ilumine todo proceso de evangelización.
Notas de la Espiritualidad Misionera Podemos preguntarnos: ¿Qué significa ser espiritual? ¿Qué significa hablar de la espiritualidad de algo?
Ante todo, la espiritualidad es como la mística bajo la cual se hace algo, como el espíritu que empapa una actividad, un hacer, una acción. La espiritualidad no es sólo cuando estoy rezando. Tampoco se alimenta la espiritualidad sólo con la oración. La espiritualidad es dejar que el Espíritu Santo invada e impregne todo nuestro ser . Desde lo que hacemos hasta lo que rezamos. Es decir, se alimenta tanto de la actividad como de la oración. La espiritualidad, por tanto, se define de acuerdo a lo específico que caracteriza a una persona o a un estado de vida. De ahí que, el sacerdote tendrá su propia espiritualidad, como también el laico, un matrimonio, un catequista y también un misionero. Tendrán algunas características en común, pero también tendrán su ámbito específico.
Dice Segundo Galilea: “La espiritualidad cristiana se parece a la humedad y el agua que mantiene empapada la hierba para que ésta esté siempre verde y en crecimiento. El agua y la humedad del pasto no se ven, pero sin ellas la hierba se seca. Lo que se ve es el pasto, su verdor y belleza, y es el pasto lo que queremos cultivar, pero sabemos que para ello debemos regarlo y mantenerlo húmedo.” Por lo tanto, cuando hablamos de espiritualidad no nos referimos a algo accesorio o superficial de la persona, sino de lo que está en el centro de la misma, es decir, lo que da sentido a su vida. Es la fuerza vital que llamamos motivación, pasión, ideal de vida, fuerza interior. Pero en el misionero no se trata de cualquier espiritualidad, sino de una específica, la espiritualidad cristiana, o sea, Trinitaria, se define desde la relación personal con el amor de Dios Padre, la gracia de Jesucristo y la comunión del Espíritu Santo. En la vida del misionero –y de todo cristiano – la espiritualidad Trinitaria se concreta en la oración personal diaria, la misa dominical, la confesión frecuente, el amor a la Iglesia y a mi comunidad concreta de la que pertenezco, la devoción y el amor a la Virgen María. ¿Pero será necesario hablar también de una espiritualidad misionera? En cuanto que la misión es una forma concreta y eminente del seguimiento de Jesús exige una espiritualidad específica (Cf. RMi 87). Vamos entonces a ver algunas características de esta espiritualidad misionera:
El llamado y el envío - El misionero se sabe elegido junto a otros. - Jeremías 1, 4-9: - Misionero →llamado, elección divina → VOCACIÓN. - Consagrado: separado para anunciar a Cristo. - Dios está con nosotros. - Decir las palabras de Dios: ser fiel, humilde à no llevo mi mensaje, sino el mensaje del Padre: 2 Cor 4, 7ss. - Debilidad y pecado nuestro que contrasta con la grandeza del mensaje que proclamo: 2 Cor 12, 7-10. - El misionero prolonga la misión de Jesús en la tierra en comunión con la Iglesia. - Jesús viene para dar vida: Jn 10, 10. Misionero llamado a dar vida y entregar la propia vida.
(Esto puede sonar muy lindo, para componer una estrofa más de Alma misionera, pero se manifiesta en cada cosa, cada pequeño sacrificio: levantada a la mañana, salida a la tarde a visitar las casas, comer lo que haya, no quejarme de nada, transmitir alegría cuando hay cansancio, obediencia a lo establecido de antemano y al responsable de la misión, acostarme temprano para estar bien al día siguiente -aunque me muera de ganas por estar con mis amigos compartiendo un rato-, etc.) → ESTO ES DAR LA VIDA Y ENTREGARLA POR LOS DEMÁS.
La oración - Es una relación personal y amorosa con el que vamos a anunciar. - Si no rezamos corremos el riesgo de anunciarnos a nosotros mismos. 16. « Queremos ver a Jesús » (Jn 12,21). Esta petición, hecha al apóstol Felipe por algunos griegos que habían acudido a Jerusalén para la peregrinación pascual, ha resonado también espiritualmente en nuestros oídos en este Año jubilar. Como aquellos peregrinos de hace dos mil años, los hombres de nuestro tiempo, quizás no siempre conscientemente, piden a los creyentes de hoy no sólo « hablar » de Cristo, sino en cierto modo hacérselo « ver ». ¿Y no es quizá cometido de la Iglesia reflejar la luz de Cristo en cada época de la historia y hacer resplandecer también su rostro ante las generaciones del nuevo milenio? Nuestro testimonio sería, además, enormemente deficiente si nosotros no fuésemos los primeros contempladores de su rostro. El Gran Jubileo nos ha ayudado a serlo más profundamente. Al final del Jubileo, a la vez que reemprendemos el ritmo ordinario, llevando en el ánimo las ricas experiencias vividas durante este período singular, la mirada se queda más que nunca fija en el rostro del Señor. 20. ¿Cómo llegó Pedro a esta fe? ¿Y qué se nos pide a nosotros si queremos seguir de modo cada vez más convencido sus pasos? Mateo nos da una indicación clarificadora en las palabras con que Jesús acoge la confesión de Pedro: « No te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos » (16,17). La expresión « carne y sangre » evoca al hombre y el modo común de conocer. Esto, en el caso de Jesús, no basta. Es necesaria una gracia de « revelación » que viene del Padre (cf. ibíd.). Lucas nos ofrece un dato que sigue la misma dirección, haciendo notar que este diálogo con los discípulos se desarrolló mientras Jesús « estaba orando a solas » (Lc 9,18). Ambas indicaciones nos hacen tomar conciencia del hecho de que a la contemplación plena del rostro del Señor no llegamos sólo con nuestras fuerzas, sino dejándonos guiar por la gracia. Sólo la experiencia del silencio y de la oración ofrece el horizonte adecuado en el que puede madurar y desarrollarse el conocimiento más auténtico, fiel y coherente, de aquel misterio, que tiene su expresión culminante en la solemne proclamación del evangelista Juan: « Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad » JUAN PABLO II, Novo Millennium Ineunte, 2001 - Oración: nos hace crecer en la humildad, en el amor a Dios y en las ganas de difundir el Evangelio hasta los confines de la tierra. - Es la única manera para evitar el activismo y no perder de vista lo esencial. - Es donde escuchamos la voz del Padre que me dice personalmente: Vos sos mi hijo muy amado; sos valioso a mis ojos; te llevo grabado en mis palmas. - Y a nosotros nos hace exclamar: Jer 20, 7a.9b.11 - En la oración descubrimos que Dios nos ama no por lo que hacemos o por nuestros logros, sino por lo que somos, porque nos creó y redimió por amor. - No solamente debemos orar, sino enseñar a rezar. 33. ¿No es acaso un « signo de los tiempos » el que hoy, a pesar de los vastos procesos de secularización, se detecte una difusa exigencia de espiritualidad, que en gran parte se manifiesta precisamente en una renovada necesidad de orar? También las otras religiones, ya presentes extensamente en los territorios de antigua cristianización, ofrecen sus propias respuestas a esta necesidad, y lo hacen a veces de manera atractiva. Nosotros, que tenemos la gracia de creer en Cristo, revelador del Padre y Salvador del mundo, debemos enseñar a qué grado de interiorización nos puede llevar la relación con él. La gran tradición mística de la Iglesia, tanto en Oriente como en Occidente, puede enseñar mucho a este respecto. Muestra cómo la oración puede avanzar, como verdadero y propio diálogo de amor, hasta hacer que la persona humana sea poseída totalmente por el divino Amado, sensible al impulso del Espíritu y abandonada filialmente en el corazón del Padre. Entonces se realiza la experiencia viva de la promesa de Cristo: « El que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré a él » (Jn 14,21).
Se trata de un camino sostenido enteramente por la gracia, el cual, sin embargo, requiere un intenso compromiso espiritual que encuentra también dolorosas purificaciones (la « noche oscura »), pero que llega, de tantas formas posibles, al indecible gozo vivido por los místicos como « unión esponsal ». ¿Cómo no recordar aquí, entre tantos testimonios espléndidos, la doctrina de san Juan de la Cruz y de santa Teresa de Jesús? Sí, queridos hermanos y hermanas, nuestras comunidades cristianas tienen que llegar a ser auténticas « escuelas de oración », donde el encuentro con Cristo no se exprese solamente en petición de ayuda, sino también en acción de gracias, alabanza, adoración, contemplación, escucha y viveza de afecto hasta el « arrebato del corazón. Una oración intensa, pues, que sin embargo no aparta del compromiso en la historia: abriendo el corazón al amor de Dios, lo abre también al amor de los hermanos, y nos hace capaces de construir la historia según el designio de Dios. JUAN PABLO II, Novo Millennium Ineunte, 2001 - No hay dos experiencias de Dios: la de la oración y la del servicio al hermano. Sino que es una única experiencia. El Dios que contemplamos es el mismo que servimos. - La oración alimenta mi acción, la hace más serena, más contemplativa, menos mecánica, más del corazón. La acción alimenta mi oración. Llevo a la oración los rostros de la gente que serví durante el día. No puede existir una sin la otra. - La oración en el misionero toma características especiales: 1) Es capaz de orar y celebrar la fe más allá de los espacios o lugares clásicos de oración. Encuentra a Dios más allá de los esquemas habituales. 2) Es fuertemente intercesora. Sabe que de él no depende mucho, sino que todo depende de Dios, por eso, sabe y experimenta que Él es el único capaz de mover los corazones. 3) Se va transformando en una oración más planetaria y universal. Al ensanchársele su corazón, empiezan a entrar en él mucha gente, cada vez más. Su oración abarca el mundo, toda la Iglesia, todos los misioneros de los distintos continentes y aprende a mirar todas estas realidades con los ojos y el corazón de Dios.
La humildad - Esto es propio del que se siente elegido por Dios y enviado. Por tanto, él no es el dueño de la misión. - El misionero siempre es visto como alguien importante, es escuchado, respetado. - De alguna manera empieza a tener poder à la gente pone en nuestras manos sus vidas, nos cuentan todos sus dramas y dificultades. - Problema: que se nos suba todo esto a la cabeza y que nos demos manija y nos la terminemos creyendo. - Por eso es bueno tener siempre en claro que TODO ES GRACIA de Dios, todo lo recibí sin mérito alguno y por pura gratuidad de Dios y no me lo merezco. - Para eso debemos ampliar en nuestro corazón la actitud de gratitud para con Dios, ya que todo es don y gracia. - Saberme siempre débil y vulnerable y sentir la certeza de que yo necesito de la gente, de que yo recibo más que lo que doy: esto me va a bajar un poco los humos. - El misionero no está llamado a instalarse, sino que es un peregrino. Por tanto, no debe ser el protagonista de la misión. - Los Grupos Misioneros corremos el riesgo de montar un espectáculo con miles de actividades en el pueblo y cuando nos vamos, todo sigue igual. Esto crea una dependencia que no es del todo buena, ya que van a depender siempre de la creatividad e iniciativa de los misioneros. - Por tanto, estamos llamados a descubrir cómo la gente de este pueblo expresa su fe en sus símbolos culturales, en su estilo de vida, para que puedan ir encarnando en sus estructuras y en su cultura el Evangelio. Por ejemplo en vez de llevar armada la procesión según nuestro propio estilo de realizarla, es mucho mejor adaptarse a la manera en que ellos la realizan por más que no nos convenza mucho. Si no estamos atentos a estos pequeños detalles que son importantísimos, podemos llegar a meter la pata bastante profundamente. - Uno de los principales trabajos es el que debe hacer con los animadores locales de la comunidad. Es decir, debe ocuparse en los días de misión de juntarse (incluso todos los días) con los responsables de la capilla: los jóvenes más comprometidos, los catequistas, los que están más cerca. Y con ellos deben tener una atención especial para acompañarlos, animarlos y formarlos ya que durante el año, ellos deben animar la comunidad local; por cierto, tarea mucho más importante que la realizada por el Grupo Misionero en los pocos días de misión.
- El misionero debe amar la comunidad de destino, pero no se debe arraigar en ella. En el sentido de que debe promover los ministerios y liderazgos locales para hacerse substituir lo más pronto posible y no crear así una dependencia enfermiza y humillante. - Esto no se contrapone con las actividades dirigidas a toda la gente del pueblo, en especial a los más alejados. - Por eso hay que evitar la tentación que todos tenemos que es la tentación del poder. Esto se manifiesta en: -Buscar el éxito de las actividades, el número, la cantidad, la popularidad. -Desanimarme porque vino poca gente a una actividad. - Por eso, antes de visitar una casa o de dar una charla: es bueno sincerarme conmigo mismo y con Dios y darle gracias y reconocer que todo es regalo suyo.
El amor a la Iglesia y el sentido de la memoria - Tanto a mi Iglesia local de origen como a la que soy enviado. (Obligación moral de devolverle a la gente de mi comunidad lo que se misionó: cartelera, fotos, publicación de gastos, etc.) - Está siempre el peligro de creer que conmigo empieza la Iglesia en serio. Yo soy super-man, el pastoral-man que viene a solucionar los problemas de todos. - Reconocer que soy uno más en la vida de esta gente y que lo principal es el encuentro de la gente con Dios y no conmigo. - Tener muy presente que yo cosecho lo que OTROS sembraron. - Tener una mirada ECLESIAL: tener siempre la certeza de que voy en nombre de la Iglesia y que no soy un francotirador. - No puedo, entonces, hacer la mía o lo que a mí me parece o me gusta o siento. - Por eso el misionero debe respetar mucho lo que se viene haciendo en el lugar donde va y desde ahí debe ayudar con lo que hay. (asumir-purificar-elevar).
Hombre de comunión - Una de las misiones principales es la de formar comunidades. Estas han de ser: orantes, fraternas y misioneras. Por ello es imprescindible que el misionero sea un hombre de comunión. Es decir que sea familiar, sepa encontrarse con los otros y estimule, con su propio ejemplo, a la comunión. - Por ello son muy graves las faltas contra la unidad en el propio Grupo Misionero. Sobre todo cuando hay chismes, cosas que se hablan por atrás, falta de confianza. Esto se debe vigilar con todos los sentidos, ya que el diablo suele meter su cola en este tema. Uno no debe asustarse cuando esto sucede, ya que si somos tentados es un signo de que andamos bien y que el mal espíritu hace lo posible para que la misión no se siga realizando. Pero a su vez, nos debe a llevar a poner los medios efectivos para mejorar esa situación de desunión. - La misma vida de comunidad del Grupo Misionero es testimonio del mismo amor de Dios. Pero esto debe salir del corazón y no debe ser actuado. La convivencia es una de las cosas más difíciles. Sobre todo cuando hay cansancio, dificultades y problemas. 43. Hacer de la Iglesia la casa y la escuela de la comunión: éste es el gran desafío que tenemos ante nosotros en el milenio que comienza, si queremos ser fieles al designio de Dios y responder también a las profundas esperanzas del mundo. ¿Qué significa todo esto en concreto? También aquí la reflexión podría hacerse enseguida operativa, pero sería equivocado dejarse llevar por este primer impulso. Antes de programar iniciativas concretas, hace falta promover una espiritualidad de la comunión, proponiéndola como principio educativo en todos los lugares donde se forma el hombre y el cristiano, donde se educan los ministros del altar, las personas consagradas y los agentes pastorales, donde se construyen las familias y las comunidades. Espiritualidad de la comunión significa ante todo una mirada del corazón sobre todo hacia el misterio de la Trinidad que habita en nosotros, y cuya luz ha de ser reconocida también en el rostro de los hermanos que están a nuestro lado. Espiritualidad de la comunión significa, además, capacidad de sentir al hermano de fe en la unidad profunda del Cuerpo místico y, por tanto, como « uno que me pertenece », para saber compartir sus alegrías y sus sufrimientos, para intuir sus deseos y atender a sus necesidades, para ofrecerle una verdadera y profunda amistad. Espiritualidad de la comunión es también capacidad de ver ante todo lo que hay de positivo en el otro, para acogerlo y valorarlo como regalo de Dios: un « don para mí », además de ser un don para el hermano que lo ha recibido directamente. En fin, espiritualidad de la comunión es saber « dar espacio » al hermano, llevando mutuamente la carga de los otros (cf. Ga 6,2) y rechazando las tentaciones egoístas que continuamente nos asechan y engendran competitividad, ganas de hacer carrera, desconfianza y envidias. No nos hagamos ilusiones: sin este camino espiritual, de poco
servirían los instrumentos externos de la comunión. Se convertirían en medios sin alma, máscaras de comunión más que sus modos de expresión y crecimiento. JUAN PABLO II, Novo Millennium Ineunte, 2001. - Por eso hay que evitar el encerrarme en el grupo, no abrirme, vivir la misión más como unas vacaciones-campamento-convivencia que como una misión en serio. - Muchos de los problemas surgen por no planificar bien la misión y tener demasiado tiempo libre. Entonces ahí lo usamos para que el grupo se mire el ombligo y ahí vienen los problemas. - Realmente estar apasionado por difundir la alegría del Evangelio por todas partes.
La opción por los pobres - No deben haber favoritismos, ni parcialidades con respecto a la gente del pueblo. A veces uno por miedo o vergüenza se acerca a los más simpáticos, los más alegres. Se deben derribar las fronteras del corazón que nos separan de los demás. Se debe salir al encuentro del otro con confianza en que vamos en nombre de Dios. - La opción por los pobres que nos pide el Evangelio se juega aquí: en tener una atención preferencial hacia los que son despreciados por la gente del pueblo. El misionero debe acercarse y hacerse prójimo de los que nadie se acerca. 49. A partir de la comunión intraeclesial, la caridad se abre por su naturaleza al servicio universal, proyectándonos hacia la práctica de un amor activo y concreto con cada ser humano. Éste es un ámbito que caracteriza de manera decisiva la vida cristiana, el estilo eclesial y la programación pastoral. El siglo y el milenio que comienzan tendrán que ver todavía, y es de desear que lo vean de modo palpable, a qué grado de entrega puede llegar la caridad hacia los más pobres. Si verdaderamente hemos partido de la contemplación de Cristo, tenemos que saberlo descubrir sobre todo en el rostro de aquellos con los que él mismo ha querido identificarse: « He tenido hambre y me habéis dado de comer, he tenido sed y me habéis dado que beber; fui forastero y me habéis hospedado; desnudo y me habéis vestido, enfermo y me habéis visitado, encarcelado y habéis venido a verme » (Mt 25,35-36). Esta página no es una simple invitación a la caridad: es una página de cristología, que ilumina el misterio de Cristo. Sobre esta página, la Iglesia comprueba su fidelidad como Esposa de Cristo, no menos que sobre el ámbito de la ortodoxia. No debe olvidarse, ciertamente, que nadie puede ser excluido de nuestro amor, desde el momento que « con la encarnación el Hijo de Dios se ha unido en cierto modo a cada hombre ».35 Ateniéndonos a las indiscutibles palabras del Evangelio, en la persona de los pobres hay una presencia especial suya, que impone a la Iglesia una opción preferencial por ellos. Mediante esta opción, se testimonia el estilo del amor de Dios, su providencia, su misericordia y, de alguna manera, se siembran todavía en la historia aquellas semillas del Reino de Dios que Jesús mismo dejó en su vida terrena atendiendo a cuantos recurrían a Él para toda clase de necesidades espirituales y materiales. 50. En efecto, son muchas en nuestro tiempo las necesidades que interpelan la sensibilidad cristiana. Nuestro mundo empieza el nuevo milenio cargado de las contradicciones de un crecimiento económico, cultural, tecnológico, que ofrece a pocos afortunados grandes posibilidades, dejando no sólo a millones y millones de personas al margen del progreso, sino a vivir en condiciones de vida muy por debajo del mínimo requerido por la dignidad humana. ¿Cómo es posible que, en nuestro tiempo, haya todavía quien se muere de hambre; quién está condenado al analfabetismo; quién carece de la asistencia médica más elemental; quién no tiene techo donde cobijarse? El panorama de la pobreza puede extenderse indefinidamente, si a las antiguas añadimos las nuevas pobrezas, que afectan a menudo a ambientes y grupos no carentes de recursos económicos, pero expuestos a la desesperación del sin sentido, a la insidia de la droga, al abandono en la edad avanzada o en la enfermedad, a la marginación o a la discriminación social. El cristiano, que se asoma a este panorama, debe aprender a hacer su acto de fe en Cristo interpretando el llamamiento que él dirige desde este mundo de la pobreza. Se trata de continuar una tradición de caridad que ya ha tenido muchísimas manifestaciones en los dos milenios pasados, pero que hoy quizás requiere mayor creatividad. Es la hora de un nueva « imaginación de la caridad », que promueva no tanto y no sólo la eficacia de las ayudas prestadas, sino la capacidad de hacerse cercanos y solidarios con quien sufre, para que el gesto de ayuda sea sentido no como limosna humillante, sino como un compartir fraterno. Por eso tenemos que actuar de tal manera que los pobres, en cada comunidad cristiana, se sientan como «en su casa». ¿No sería este estilo la más grande y eficaz presentación de la buena nueva del Reino? Sin esta forma de evangelización, llevada a cabo mediante la caridad y el testimonio de la pobreza cristiana, el anuncio del Evangelio, aun siendo la primera caridad, corre el riesgo de ser incomprendido o de ahogarse en el mar de palabras al que la actual sociedad de la comunicación nos somete cada día. La caridad de las obras corrobora la caridad de las palabras. JUAN PABLO II, Novo Millennium Ineunte, 2001.
Tomarse la misión en serio - Dios pone en nuestras manos una gran responsabilidad y un gran tesoro que es la vida de la gente. - Además vamos en nombre de nuestra comunidad que nos envía. Hubo mucha gente detrás de esto que colaboró (compró rifas, fue al bingo, etc.). Por tanto, no podemos hacer lo que se nos ocurra en el momento, lo que nos gusta: no podemos hacer la nuestra, porque no vamos de vacaciones con los amigos. Debemos tomarlo en serio. - La gente pone su confianza en nosotros, pone su vida en nuestras manos. - Por ello, tampoco nos podemos tomar a la ligera a la gente. No nos podemos reír de ellos o burlarnos de ellos. En especial de los que tienen capacidades diferentes a las nuestras. - No puede ir cualquiera a misionar. Debe estar preparado, debe tener una espiritualidad profunda. Hay que discernir antes las motivaciones de los misioneros: -Está de moda -Queda bien ir a misionar. -Me siento bien misionando. -Van todos mis amigos entonces yo voy. -Ojo: no significa que todo esto está mal (además: gracias a Dios que está de moda pues es una moda buena), sino que es bueno saber mis motivaciones para no creérmela y para purificarlas. - Por eso no hay que confundir la misión con una visita social. - Este peligro puede existir, sobre todo, si yo ya conozco a la gente: por lo tanto, la misión pasa a ser un mero encuentro de amigos y no verdaderamente misión. 21. La Buena Nueva debe ser proclamada, en primer lugar, mediante el testimonio. ... El testimonio constituye ya de por sí una proclamación silenciosa, pero también muy clara y eficaz, de la Buena Nueva. Hay en ello un gesto inicial de evangelización. 22. Y, sin embargo, esto sigue siendo insuficiente, pues el más hermoso testimonio se revelará a la larga impotente si no es esclarecido, justificado -lo que Pedro llamaba dar "razón de vuestra esperanza"-, explicitado por un anuncio claro e inequívoco del Señor Jesús. La Buena Nueva proclamada por el testimonio de vida deberá ser pues, tarde o temprano, proclamada por la palabra de vida. No hay evangelización verdadera, mientras no se anuncie el nombre, la doctrina, la vida, las promesas, el reino, el misterio de Jesús de Nazaret Hijo de Dios. PABLO VI, Evangelii Nuntiandi, 1975
La paciencia - Paciencia para con los ritmos de la gente y los ritmos de Dios que generalmente no son los nuestros. - La paciencia nos hace superar todo idealismo y ser realistas. Nos hace frenar nuestra ansiedad por ver los frutos y realizaciones visibles de la misión. -La paciencia misionera determina los métodos y las actividades de la misión según los ritmos de la gente y no según los nuestros.
El verdadero misionero es el santo - Juan Pablo II dice que el verdadero misionero es EL SANTO. (Ojo: que puede haber mucha gente que hable muy bien, que tenga muchas capacidades, que sea muy capanga, pero que no sea santo). - La misión –si la vivo bien- me debe llevar a una conversión diaria. 30. En primer lugar, no dudo en decir que la perspectiva en la que debe situarse el camino pastoral es el de la santidad. ¿Acaso no era éste el sentido último de la indulgencia jubilar, como gracia especial ofrecida por Cristo para que la vida de cada bautizado pudiera purificarse y renovarse profundamente? Espero que, entre quienes han participado en el Jubileo, hayan sido muchos los beneficiados con esta gracia, plenamente conscientes de su carácter exigente. Terminado el Jubileo, empieza de nuevo el camino ordinario, pero hacer hincapié en la santidad es más que nunca una urgencia pastoral. Conviene además descubrir en todo su valor programático el capítulo V de la Constitución dogmática Lumen gentium sobre la Iglesia, dedicado a la « vocación universal a la santidad ». Si los Padres conciliares concedieron tanto relieve a esta temática no fue para dar una especie de toque espiritual a la eclesiología, sino más bien para poner de relieve una dinámica intrínseca y determinante. Descubrir a la Iglesia como « misterio », es decir, como pueblo « congregado en la unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo »,
llevaba a descubrir también su « santidad », entendida en su sentido fundamental de pertenecer a Aquél que por excelencia es el Santo, el « tres veces Santo » (cf. Is 6,3). Confesar a la Iglesia como santa significa mostrar su rostro de Esposa de Cristo, por la cual él se entregó, precisamente para santificarla (cf. Ef 5,25-26). Este don de santidad, por así decir, objetiva, se da a cada bautizado. Pero el don se plasma a su vez en un compromiso que ha de dirigir toda la vida cristiana: « Ésta es la voluntad de Dios: vuestra santificación » (1 Ts 4,3). Es un compromiso que no afecta sólo a algunos cristianos: « Todos los cristianos, de cualquier clase o condición, están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección del amor ». JUAN PABLO II, Novo Millennio Ineunte, 2001 - Todo lo que vivo en la misión no puede quedar en la piel sino que se debe traducir en acciones concretas. - Mi vida no puede ser la misma antes y después de la misión. - La misión no es un tranquilizador de conciencia con la que cumplo 10 días y ya me vale para todo el año. - Un peligro es adoptar criterios que no son de Cristo: -hacer sólo lo que siento (me agarró un delirio místico y me quedo en la capilla hasta las 4 de la mañana: tener en cuenta que no es un retiro sino una misión por ej.: termina la misa y me quedo de acción de gracias no corresponde esto, sino salir a estar con la gente Esto exige de nosotros que en la preparación de la misión que recemos mucho y después de la misión llevemos a la oración los miles de rostros que nos fuimos encontrando). -Poco sentido de sacrificio: no sacrifico mis ganas de hacer otra cosa. -Transmitir tristeza y cansancio: no, el misionero debe ser, ante todo, PORTADOR DE UN MENSAJE DE ESPERANZA, en medio del cansancio y del dolor de la gente, TESTIGO DE LA ALEGRÍA DE CRISTO. -Otro peligro es el de caer en la rutina o acostumbramiento: -Muy común que nos pase porque hoy en día estamos acostumbrados a buscar las novedades, lo nuevo, lo de última hora. -Todo nos parece igual, aburrido, ya no tiene sentido seguir yendo a misionar, perdió el encanto del primer momento. -Esto pasa cuando apartamos nuestra vista de Dios y la ponemos sobre nosotros mismos, nuestros gustos, nuestras ganas, etc.
Hombre de alegría y de esperanza - El misionero debe ser alegre y fervoroso. 80. “De los obstáculos, que perduran en nuestro tiempo, nos limitaremos a citar la falta de fervor, tanto más grave cuanto que viene de adentro. Dicha falta de fervor se manifiesta en la fatiga y desilusión, en la acomodación al ambiente y en el desinterés, y sobre todo en la falta de alegría y de esperanza. Por ello, a todos aquellos que por cualquier título o en cualquier grado tienen la obligación de evangelizar, los exhortamos a alimentar siempre el fervor del espíritu ... Conservemos, pues, el fervor espiritual. Conservemos la dulce y confortadora alegría de evangelizar, incluso cuando hay que sembrar entre lágrimas. Hagámoslo -como Juan el Bautista, como Pedro y Pablo, como los otros Apóstoles, como esa multitud de admirables evangelizadores que se han sucedido a lo largo de la historia de la Iglesia- con un ímpetu que nadie ni nada sea capaz de extinguir. Sea ésta la mayor alegría de nuestras vidas entregadas. Y ojalá que el mundo actual -que busca a veces con angustia, a veces con esperanza- pueda así recibir la Buena Nueva, no a través de evangelizadores tristes y desalentados, impacientes o ansiosos, sino a través de ministros del Evangelio, cuya vida irradia el fervor de quienes han recibido, ante todo en sí mismos, la alegría de Cristo y aceptan consagrar su vida a la tarea de anunciar el reino de Dios y de implantar la Iglesia en el mundo. PABLO VI, Evangelii Nuntiandi, 1975 - Nuestro pueblo esta viviendo momentos muy difíciles desocupación, pobreza, miseria, marginalidad. Esto trae desesperación, angustia, tristeza. - En un pueblo se vive mucho la rutina, todos los días parecen iguales, no hay perspectiva de cambio. Ante todo esto el misionero debe encontrar las raíces de su propia esperanza para poder brindar a los demás la esperanza cristiana. - El misionero debe contagiar la alegría de la esperanza puesta en Cristo. Para ello no bastan 15 días, sino que debe ayudar a la gente a que ellos mismos buceen las raíces de su esperanza. - Esta alegría no suprime ni niega la realidad de la cruz y del dolor.
Acepta con fidelidad el sufrir por el Evangelio -Es la cruz pastoral que tiene muchas astillas: -trabajo en equipo -renuncia al protagonismo -incomprensiones de la gente, ingratitudes, ser desplazados -fracasos dolorosos -el ritmo lento de la inculturación, los pasos atrás
Creatividad e imaginación - Busca tomar siempre la iniciativa, es creativo, imaginativo. - No se deja vencer con las primeras dificultades ni desanimar por ellas, sino que las toma como una ocasión para la creatividad. - Está totalmente descentrado de sí mismo, el centro son los otros. Está en continua expansión hacia los demás, nunca se repliega en sí mismo, en sus necesidades o caprichos.
Comprometido con su vocación laical - El misionero lo es las 24 hrs de los 365 días del año. De nada sirve ponerme la camiseta de misionero sólo para los 15 días de misión. Muchas veces pasa que nos cuesta ser misioneros durante todo el año desde nuestra vocación laical. - El laico está llamado por su vocación bautismal a ser fermento evangélico en su ambiente, a ordenar todas las cosas temporales, según el espíritu de Dios. - Por ello estamos llamados a profundizar en la propia vocación. Asumiendo los riesgos y dificultades que esto implica. Ya que resulta mucho más fácil ser misionero en un pueblo que en la propia familia, en el trabajo, en la facultad, etc.
Hombre universal - El misionero debe amar a la Iglesia universal y no se debe cerrar a su propio grupo. - Lleva en su corazón a los hombres de toda raza, lengua y condición. Los siente a todos como hermanos, los tiene presentes en sus oraciones y sacrificios. -El misionero debe llevar en el corazón el deseo de hacer conocer a Jesús a todos los pueblos y debe estar abierto al llamado personal de Dios a dedicar su vida o parte de ella a la misión. En especial, aquella que se desarrolla en los lugares en donde Dios y su Evangelio no son conocidos: la misión ad gentes. 58. ¡Caminemos con esperanza! Un nuevo milenio se abre ante la Iglesia como un océano inmenso en el cual hay que aventurarse, contando con la ayuda de Cristo. El Hijo de Dios, que se encarnó hace dos mil años por amor al hombre, realiza también hoy su obra. Hemos de aguzar la vista para verla y, sobre todo, tener un gran corazón para convertirnos nosotros mismos en sus instrumentos. ¿No ha sido quizás para tomar contacto con este manantial vivo de nuestra esperanza, por lo que hemos celebrado el Año jubilar? El Cristo contemplado y amado ahora nos invita una vez más a ponernos en camino: « Id pues y haced discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo » (Mt 28,19). El mandato misionero nos introduce en el tercer milenio invitándonos a tener el mismo entusiasmo de los cristianos de los primeros tiempos. Para ello podemos contar con la fuerza del mismo Espíritu, que fue enviado en Pentecostés y que nos empuja hoy a partir animados por la esperanza « que no defrauda » (Rm 5,5). Nuestra andadura, al principio de este nuevo siglo, debe hacerse más rápida al recorrer los senderos del mundo. Los caminos, por los que cada uno de nosotros y cada una de nuestras Iglesias camina, son muchos, pero no hay distancias entre quienes están unidos por la única comunión, la comunión que cada día se nutre de la mesa del Pan eucarístico y de la Palabra de vida. Cada domingo Cristo resucitado nos convoca de nuevo como en el Cenáculo, donde al atardecer del día « primero de la semana » (Jn 20,19) se presentó a los suyos para « exhalar » sobre de ellos el don vivificante del Espíritu e iniciarlos en la gran aventura de la evangelización. Nos acompaña en este camino la Santísima Virgen, a la que hace algunos meses, junto con muchos Obispos llegados a Roma desde todas las partes del mundo, he confiado el tercer milenio. Muchas veces en estos años la he presentado e invocado como « Estrella de la nueva evangelización ». La indico aún como aurora luminosa y guía segura de nuestro camino. « Mujer, he aquí tus hijos », le repito, evocando la voz misma de Jesús (cf. Jn 19,26), y haciéndome voz, ante ella, del cariño filial de toda la Iglesia. JUAN PABLO II, Novo Millennio Ineunte, 2001
Taller Para entrenarnos mejor como discípulos misioneros, en grupos, cada uno, elaborará una de las siguientes pautas:
Preparar una convivencia para el Grupo Misionero, con dos ejes centrales: la vida de grupo y la oración. Escenificar un grupo de pasajes bíblicos que puedan iluminar la espiritualidad de un Grupo Misionero durante el año. Elaborar una Adoración al Santísimo para el Grupo Misionero. Esboza los rasgos generales de un “devocionario” para el Grupo Misionero en tiempo de misión, qué debe contener para que el grupo pueda rezar.
Fichas de Iniciación a los Grupos Misioneros LA ANIMACIÓN MISIONERA
Ficha 4
Hasta ahora miramos “hacia adentro”, el andamiaje necesario para sostener el Grupo Misionero. Ahora nos toca mirar “hacia fuera” teniendo en cuenta que esta dimensión es la más propia del Grupo Misionero, ya que la tarea propia del Grupo es el „otro‟: „la comunidad de origen‟ y la „comunidad de destino‟. En el primer taller nombramos las funciones de todo Grupo Misionero: la „Animación Misionera‟ y el „Servicio Misionero‟. En este mirar hacia fuera, hoy nos dedicaremos a descubrir esta función muy nombrada pero poco conocida en profundidad, y por lo tanto, poco trabajada en los Grupos.
¿Por dónde comenzar? Podríamos partir de este interrogante: ¿cuál es nuestro lugar y cuál es nuestra misión en la Iglesia particular? Ayudar a que nuestros hermanos de comunidad –de origen: nuestra parroquia, colegio, etc. – se conviertan en verdaderos misioneros. Un punto de partida puede ser este: “ser discípulos de Jesús para hacer discípulos para Él”. Discipulado y misión son interdependientes y complementarios: somos discípulos para la misión, realizamos la misión para ser fieles discípulos de Cristo.
Pastoral Misionera Como ya vimos en espiritualidad misionera y como veremos en el Magisterio, toda comunidad: o es misionera o no es cristiana. Por eso toda la parroquia, escuela o comunidad tiene que ser misionera: la catequesis, la legión de María, Cáritas, etc. Por eso tenemos que hablar de una Pastoral Misionera. Sabemos que la evangelización es un proceso en el cual podemos reconocer cinco pasos: 1. El testimonio misionero, 2. El anuncio de la Buena Noticia, 3. La Conversión y el crecimiento en la fe, 4. la Vivencia Comunitaria, 5. El compromiso Evangelizador. Estos cinco pasos son necesarios y correlativos. La Pastoral Misionera se propone dinamizar todo este proceso evangelizador para que se llegue al quinto paso, el compromiso misionero. Para que el cristiano se comprometa y dé testimonio evangelizador, haga el anuncio del Evangelio, acompañe a otros en su conversión y crecimiento de su fe, ayude a madurar eclesialmente su familia y su comunidad, y sobre todo, trabaje para que los demás también asuman su compromiso misionero y se conviertan en activos evangelizadores.
Responsables y Destinatarios En la Pastoral Misionera hay agentes y destinatarios. En cuanto a los agentes, están en primer lugar aquellos que tienen la tarea de conducir una comunidad (sacerdotes, consagrados, asesores), el equipo de pastoral (junta parroquial, delegados, consejos), el Grupo Misionero, y todos aquellos que tengan un papel activo en la comunidad. Todos tienen que asumir el papel de “Animadores Misioneros” para que el proceso evangelizador pueda alcanzar su objetivo: que todo cristiano asuma su vocación misionera por el bautismo. Muchas veces percibimos que en la comunidad se vive como en un archipiélago: cada grupo-institución es una isla. Y cada uno piensa que la suya es la más importante. Si bien esto tiene algo de verdad, a veces nos olvidamos que no se trata de ver qué institución es la más importante, sino descubrir que todas son importantes, que todas tienen que mirar bajo el mismo prisma. Ser discípulos de Jesús y hacer discípulos para Él tiene que ser el objetivo de todo grupo. Lo que los diferencia es el modo y también los destinatarios (por ejemplo: en cáritas, por la asistencia y la caridad; en catequesis, por la enseñanza; etc.). En cuanto al destinatario de la Animación Misionera es toda persona que se acerca a nuestra comunidad o que nosotros nos acercamos a ella (asistidos de cáritas, los jóvenes, los niños de catequesis, los abuelos de la 3° edad y los que están en geriátricos, los vecinos en la misión barrial, etc.). Todos ellos son los destinatarios de la Animación Misionera hasta que todos y cada uno se trasforme en Animador Misionero. A nosotros, los Grupos Misioneros, nos corresponde de modo en especial la Animación Misionera, ya que es una función propia de nuestra identidad como Grupo Misionero. Podríamos pensar la Animación en dos momentos: a) La Pastoral Misionera (que todo bautizado descubra su vocación misionera por el bautismo) y b) La Animación en orden al Servicio Misionero. Para cada uno de estos dos momentos es necesario buscar los caminos y medios adecuados para una verdadera y fecunda Animación Misionera.
Caminos y Medios en la AM La Animación Misionera tiene como objetivo despertar, avivar, y sostener el espíritu misionero universal. Hace unos años, en una visita del Card. Jorge Bergoglio a los Grupos Misioneros, nos decía que teníamos que ser como pulgas en nuestras comunidades. Esto implicaba el no quedarnos quietos, el mantener a la comunidad activa, movediza, sino el corazón universal que todo misionero tiene que tener, poco a poco se va atrofiando. No podemos olvidarnos que una verdadera Animación Misionera debe mirar a la comunidad de envío pero también a la Iglesia Universal. Por eso, un medio concreto, en este sentido es Octubre Misionero: un mes dedicado a que toda la Iglesia renueve el fuego misionero. Para esto el Papa siempre envía un mensaje a las comunidades y cada una de las cuatro semanas de Octubre tiene un aspecto distinto para la animación misionera: 1° semana: Oración; 2° semana: cooperación material; 3° semana: el sacrificio; 4° semana: vocación misionera. Dada la importancia de este mes no podemos dejar de aprovecharlo para una buena animación misionera en vista al Servicio Misionero y a la Misión Universal de la Iglesia.
CAMINOS ‐
Oración
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Información Misionera
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Animaciones Misioneras
Servicios Misioneros
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Cooperación Material
Acompañamiento Misionero
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MEDIOS Liturgias Misioneras, especialmente el Domingo, y sobre todo en el Octubre Misionero Rosario Misionero Oración por las misiones durante octubre Intenciones Misionales del Papa para el mes de octubre. Adoraciones Encuentros de oración con la comunidad de origen durante el tiempo de misión, rezando por los frutos de la misión Sobre las necesidades que hay en la misión del Grupo y de las misiones en el mundo Sobre las necesidades concretas que tienen los misioneros Experiencias de los misioneros a la vuelta Boletines misioneros Carteleras con fotos de la misión Dar a conocer figuras Misioneras En los distintos grupos de la parroquia Un domingo al finalizar la misa con algún audiovisual, video, power point, sobre las misiones En la escuela con los chicos y jóvenes Repartir masivamente el mensaje del Papa por la Jornada Mundial de las Misiones Animar el Octubre Misionero Misión Barrial Organizar visita a hogares de chicos, madres. Para que cualquier fiel pueda tener una experiencia misionera Geriátricos: la oración de los ancianos por las misiones. Además de la oración, este modo de cooperar también nos hace misioneros Realizar eventos para recaudar fondos para la misión, pero sin perder de vista el sentido de animación (por ej.: si hacemos una feria del plato, podemos repartir una oración para que recen por las misiones) Motivar la colecta mundial por las misiones de octubre Estar atentos a las vocaciones misioneras específicas y buscar encauzarlas y darles respuestas
Taller
Elaborar un esquema o una descripción con la cual ustedes puedan explicarle al resto del Grupo Misioneros para qué es y cómo se realiza la Animación Misionera.
Grupo 1 a. A partir del „camino de la oración‟ elegir un „medio‟ y elaborarlo para ponerlo en práctica en tu comunidad. Grupo 2 a. A partir del „animación misionera‟ elegir un grupo de la parroquia y pensar una animación para ellos en orden al Servicio Misionero. Grupo 3 a. A partir del „animación misionera‟ ¿cómo llevarían adelante el Octubre misionero? Grupo 4 a. A partir del „animación misionera‟ elegir un „medio‟ y pensar como ponerlo en prác tica en la comunidad (teniendo como horizonte la misión Universal).
Fichas de Iniciación a los Grupos Misioneros
Ficha 5 TIEMPO DE MISIÓN
Después del recorrido que hemos hecho este año a través de las fichas de formación, les presentamos en esta oportunidad la siguiente ficha orientada al tiempo de misión. Así podrán encontrar elementos básicos y orientativos a la hora de proyectar y organizar una misión.
Punto de partida En el siguiente cuadro encontrarán la síntesis del contenido de esta ficha y que, a continuación iremos desarrollando. El „antes‟, el „durante‟, y el „después‟ refieren al tiempo de misión.
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ANTES Antes de pensar en buscar lugar y demás… Identidad del GM Formación del GM Espiritualidad del GM Preparando la misión… Elección del lugar
DURANTE
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Se acrecienta Se acrecienta Se acrecienta Mantener contacto por medio de cartas a la comunidad o con los agentes pastorales Quererlo Evaluarlo
DESPUÉS
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Madurez Madurez Madurez
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Antes de pensar el lugar …
Las fichas anteriores nos proporcionan herramientas para crecer en la identidad, la formación y la espiritualidad misionera. Esa es la primera tarea de todo Grupo Misionero. Muchas veces estamos pensando dónde ir antes de preocupamos por nuestra identidad, formación y espiritualidad a favor del grupo y de la misión también.
Preparando la misión Elección del Lugar
Principio fundamental- hay una Iglesia que envía (recordar lo de la animación en las propias comunidades) y otra que recibe (estamos al servicio de ésta). Se trata de reciprocidad y diálogo entre ambas. ¿Cómo elegir el lugar? Enterados de las necesidades de la diócesis que recibe a través del Obispo, párroco, religiosas, laicos del lugar. Por ejemplo: porque en el lugar hay aborígenes y quieren contactase con ellos o les gusta la tarea con ellos. Si está a nuestro alcance el lugar que se nos propone: ¿estamos preparados? ¿Tenemos recursos económicos como para trasladarnos a lo que se nos propone? ¿No tendríamos que buscar algo más cerca?
Visita al lugar
Visitar el lugar para conocer la realidad: primera evangelización, zona rural, campo, ciudad... Mediante el diálogo con el Obispo, Sacerdote, Religiosa, Laico se tendrá en cuenta qué se ha hecho hasta el momento, cuáles son las prioridades... Sería bueno conseguir un mapa del lugar; saber la cantidad de familias o casas aproximadamente, si hay geriátricos u hospitales, hogares de niños, hogar de ancianos, escuela primaria o secundaria, medios de comunicación (radio, cable, TV, etc), club, darse a conocer en la intendencia y en la policía; sacar fotos o filmar para mostrarle al resto del grupo, conocer qué fiestas importantes se celebran en el pueblo en tiempo de misión: doma de caballo, patronales, etc. Prever los lugares físicos para el desarrollo de la misión: lugar de alojamiento del GM (escuela, capilla, salón municipal), dónde se desarrollarán cada una de las actividades: misa, catequesis, encuentros... Teniendo en cuenta todo esto, la mesa coordinadora, evaluará sí cuenta con el número necesario de misioneros y la situación real del GM antes de asumir el compromiso con el lugar.
Catequesis
Cada comisión preparará previamente, según el lema o tema de la misión (que tendrá que ver con alguna necesidad del lugar o con lo que está viviendo la Iglesia diocesana o universal -jubileo-), los encuentros de catequesis- niños, jóvenes, adultos, abuelos, enfermos. La cantidad de encuentros dependerá de la cantidad de días de misión y del conjunto de las actividades. Es conveniente que los NIÑOS tengan encuentros diarios. Éstos pueden estar acompañados con juegos y merienda sin reducir la catequesis a esto. Con los JÓVENES los encuentros pueden ser periódicos y no es aconsejable todos los días. Se pueden prever mateadas, fogones, encuentros de catequesis, convivencias, retiros. El objetivo es formarlos y no sólo entretenerlos. Con los ADULTOS es bueno aprovechar la visita a las casas. También debe haber encuentros de catequesis, talleres para la familia, cursos específicos (Biblia), educación para la vida (paternidad responsable, salud, promoción humana).
Visita a las casas
Hay que preparar las visitas (no hay que improvisarlas)- qué lecturas bíblicas se usarán en las oraciones, material para dejar: estampas, rosarios, trípticos, oraciones, devocionarios, etc... Se puede llevar un cuadernillo con temas de formación. Oración: tener en cuenta la forma de rezar de ellos, sí hay una intención concreta como la pérdida de un familiar o alguna enfermedad. Se evaluarán la cantidad de visitas según la cantidad de familias, de días de misión y de misioneros. Pedir intenciones para rezar en las misas comunitarias o en las oraciones del GM: difuntos, enfermos, trabajo. Prever para cada misionero un mapa del lugar y las fichas de las familias realizadas en la primera misión. Para realizar estas fichas hay que tener en cuenta que no es un censo. Se puede observar bien la realidad de cada familia y completarlas al salir de la casa. Un esquema para las visitas podría ser el siguiente: 1º año, desde los más lejanos a los más cercanos de la capilla; el 2° año, de lo más cercano a lo lejano, el 3º año, zona rural, barrios nuevos, los que menos se acercan, los agentes pastorales...
Eventos especiales
Prever si habrá procesiones, misas especiales (patronales – en el cementerio con bendición de tumbas – enfermos – trabajo – celebración de los sacramentos: bautismos, comuniones, casamientos), fiestas de la Virgen, rezo del rosario, novena propia del lugar o santo, vía crucis. Todo esto tendrá que estar preparado antes de partir. Teniendo en cuenta los medios de comunicación que hay en el lugar se deben preparar cuentos, reflexiones, canciones, temas de charla. En ellos se pasará la agenda de la misión. Es bueno prever quienes irán a cada uno de los medios. Pensar que se harán en las visitas al hospital, geriátricos, hogares. Es bueno tener contactos con las autoridades para detectar necesidades y, en la medida de lo posible, prestar alguna ayuda: medicamentos, ropa. Todo lo que tenga que ver con la asistencia (útiles, remedios, juguetes, alimentos, etc.) es conveniente llevarla pero no repartirla en la misión, sino dejarla a los responsables y que ellos la distribuyan según necesidad, ya que conociendo más la realidad, sabrán mejor quién necesita más.
Vida de grupo
Tareas de la comunidad por parejas: elaborar tablas con los servicios de comida, lavado de platos, mantenimiento del lugar, liturgia y oraciones del día del GM: Laudes, adoración al Santísimo, Rosario, textos para la oración personal. En otra se pondrán las actividades de cada día (catequesis, charlas, misas especiales, etc.), los horarios. Las parejas de misión se harán antes de ir al lugar ya que son necesarias para la elaboración de las tablas.
Elaboración del Proyecto Misionero Después de haber visitado el lugar, se estipulará un tiempo prudente en el que se desarrollará la misión. Tiene que ver con la cantidad de años (3 a 5), la frecuencia de los tiempos de misión (invierno, verano, etc.), y la cantidad de días de permanencia (7, 10, 15, etc). En cuanto a la cantidad de años es necesario poner un término. Llegado este y viendo que hay necesidad de continuar porque no se cumplieron los objetivos, se establecerá otro periodo de misión. El objetivo de esto es dejar en claro que los misioneros van por un tiempo determinado para formar la comunidad, luego se retiran. Hay que evitar todo paternalismo. Tomando un modelo de proyecto por cinco años, les proponemos el siguiente esquema donde encontrarán los objetivos de cada año de misión sin olvidarnos que el objetivo general de toda misión es "crear comunidades": 1º año: Observar la realidad del lugar y escuchar a la gente. Medios: visita a las casas, escuelas, maestros, catequistas, encuentros con la comunidad. Por medio de todo
esto se podrá observar: la realidad laboral, familiar, educacional, religiosa... Por ejemplo: si no hay secundario o terciario, no hay adolescentes y jóvenes en el pueblo; esto es importante saberlo a la hora de preparar la misión... 2º año: Actuar. Se desarrollarán los encuentros con las distintas edades teniendo en cuenta la realidad vista el primer año. Esto estará presente en los siguientes años de misión, sólo que cada uno tendrá una característica propia... 3° año: Detectar animadores, catequistas para que luego trabajen en la comunidad. Jóvenes para ir armando un grupo que visite las casas con la Virgen durante el año... 4° año: Formar a los agentes pastorales de la comunidad por medio de cursos, retiros y jornadas. Tener en cuenta que ellos asumirán la conducción de la comunidad en la liturgia, la catequesis (niños, jóvenes, pre bautismal) y la caridad. Habrá que organizarlos… 5° año: Protagonismo de los agentes locales, dejar en manos de ellos la comunidad. El Grupo Misionero se despide.
Recursos económicos
¿Cómo se viaja? Micro, Tren, Camión. ¿Cómo se envían los bultos? Expreso, Flete, etc. El costo del pasaje: ¿cada uno provee el suyo o se hace algún beneficio? Feria del plato, rifas, encuentro musical. Es bueno tener en cuenta en todos estos eventos algún momento para presentar la misión a la comunidad (fotos, videos, testimonios) para que todos se sientan partícipes y alimente la animación misionera en la propia comunidad. ¿De donde salen los fondos para los alimentos, la salud, los materiales...? ¿De los fondos comunes (beneficios) o por campañas especiales (de alimentos, lápices –en las escuelas-?
Preparación de la pastoral
El GM se distribuirá las tareas por comisiones de trabajo: catequesis, visitas a las casas, liturgia, comidas y mantenimiento del lugar, etc. Preparar formación para los agentes pastorales locales: Liturgia, catequesis, cáritas, etc.
Promoción Humana
Junto a la evangelización es necesario prestar una ayuda en este ámbito. No tenemos que olvidarnos que el destinatario de la misión es la persona. Por lo tanto hay que asumirla en su integridad. Esto podemos concretizarlo de la siguiente manera: ayudarlos en la organización y ejecución de distintas tareas comunitarias: pintar una escuela, hacer un pozo de agua, buscar recursos para la construcción de un puesto sanitario, etc. Educación: plan de vacunación, higiene y salud, paternidad responsable, prevención de enfermedades contagiosas o propias del lugar, alcoholismo, SIDA, tabaquismo, etc.
Formación específica
Para responder a las necesidades de la Promoción Humana. Conocer la cultura, las tradiciones y la religiosidad del pueblo.
Preparación inmediata
Oración del GM en tiempo de misión: la misión no debe reducirse sólo a las actividades. La oración no sólo dará fuerzas y ánimo, sino que será el alimento, el fruto y el fundamento de la misión. Sin oración no hay misión: "Para mí, la oración, es un impulso del corazón, una sencilla mirada lanzada hacia el cielo, un grito de reconocimiento y de amor, tanto desde dentro de la prueba como desde dentro de la alegría" (Santa Teresa del Niño Jesús, Ms C. 25r). Todo lo relativo a las compras: comida, material didáctico y catequístico, etc. Pasajes. Ficha médica. Autorización para menores. Seguro. Botiquín de primeros auxilios.
Evaluación Diaria Es conveniente para que la marcha de la misión sea buena y estar atentos para hacer cambios oportunos y necesarios. Puede hacerse en el contexto de la oración de la noche creando el clima para esta compartida. Cada pareja comentará lo vivido en el día. Se recordarán las actividades del día siguiente y los responsables de cada una. Final Una EVALUACIÓN pretende “testear” una realidad para que, desde esa misma realidad concreta surjan propuestas para seguir adelante con las cosas buenas, cambiar las que no convencieron del todo, y modificar las que no anduvieron para nada. No busca, bajo ningún punto de vista, mirar sólo lo negativo para amargarnos y quedarnos allí. Sino mirar la realidad para transformarla con los criterios propios del Evangelio. Por eso que tanto para lo bueno, como para lo más o menos, como para lo negativo le sigue una propuesta. La Misión tiene tres momentos y todos son importantes. El “antes”, el “durante”, y el “después”. El antes tiene que ver con toda la preparación de la misión, de la animación en la parroquia, de la vida del grupo (formación, espiritualidad, comunidad, etc.), etc. El durante tiene que ver con los días de misión desde que salimos de nuestra comunidad hasta el retorno y con todas las áreas que implica la misión: trabajos (visitas, niños, etc.) y el grupo (servicios para adentro –limpieza, liturgia, cocina, etc.-y para afuera –el trabajo concreto con la gente-). Y por último, el después: en primer lugar, cómo seguir con la misión durante el año: cartas, saludos, caridad, acomodado de las cosas en la parroquia, etc. Y, en segundo lugar, el campo “propuestas” también responde a este „después‟ ya que tiene que ver con nuevas ideas para el futuro. Los beneficios no son sólo para nosotros, sino también para la Iglesia que nos confía esta tarea de anunciar a Jesús en una comunidad concreta. Es conveniente realizarla en el lugar de misión, tomándose un día para el descanso, la oración y la evaluación. Se evaluarán sobre lo siguiente: Antes…
DIAGNOSTICO
PROPUESTAS
DIAGNOSTICO
PROPUESTAS
Formación Espiritualidad Vida de grupo Animación Preparación para la misión Inserción diocesana
Durante… a) Vida de Grupo Oración Oficios Áreas de trabajo (la de cada uno y la del otro) Parejas Horarios del día
b) Trabajo con la gente
DIAGNOSTICO Visitas a las casas Niños Jóvenes Adultos Rosario Misas (diarias y especiales: enfermos, difuntos, etc) Bautismos Medios de comunicación social
PROPUESTAS