¿Es fundamental la ontología? Emmanuel Lévinas morale , número 1, Texto Texto publicado publicado en la Revue de métaphisique et de morale, enero-marzo de 1951. Traducción de José Luis Pardo en !ntre "osotros. !nsa#os para pensar en otro$, Pre-Textos, %alencia, &ebrero de '((1, pp. 1)-'). 1. EL PRIMADO DE LA ONOLO!"A *"o reposa el primado de la ontolo+a entre las disciplinas disciplinas del conocimiento en una de las ms luminosas eidencias/ Todo Todo conocimiento de las relaciones 0ue reúne eúnen n u opon oponen en a los los ser seres unos unos a otr otros, os, *no *no impl implic ica a de ante antema mano no la comprensión del eco de 0ue estos seres # relaciones existen/ 2rticular la si+n i+ni3c i3cac ació ión n de es estte ec eco -reto etornar al pro problem lema de la onto ontolo lo+ +a aimplcitamente implcitamente resuelto por cada cual, incluso en &orma de olido, tal es, se+ún parece, edi3car un saber &undamental sin el cual todo conocimiento 3losó3co, cient3co o ul+ar sera in+enuidad. in+enuidad. La di+nidad de las inesti+aciones ontoló+icas contemporneas se relaciona con el carcter imperioso # ori+inal de esta eidencia. 2po#ados en ella, los pensadores se elearn por encima de las iluminaciones$ de los cenculos literarios para respirar nueamente el aire de los +randes dilo+os de Platón # de la meta&sica aristotélica. aristotélica. Poner en cuestión esta eidencia &undamental es una empresa empresa temeraria. Pero abord abordar ar la 3loso& 3loso&a a a partir partir de este este cuest cuestion ionam amien iento to si+ni3 si+ni3ca ca,, al me menos nos,, remontarse a su &uente ms all de la literatura # sus patéticos problemas.
#. LA ONOLO!"A $ONEMPOR%NEA La reconsideración de la ontolo+a por parte de la 3loso&a contempornea presenta la peculiaridad de 0ue el conocimiento conocimiento del ser en +eneral -u ontolo+a &undamental- presupone una situación de eco del espritu 0ue conoce. 4na razón liberada de las contin+encias temporales -el alma coeterna respecto a las deas- sera la ima+en 0ue de s misma se ara una razón i+norante u olidada de s, una razón in+enua. La ontolo+a llamada auténtica$ coincide con la
&acticidad de la existencia temporal. 6omprender el ser en cuanto ser es existir en este mundo. "o se trata de 0ue este mundo, debido a las pruebas 0ue impone, elee # puri30ue el alma asta acerla apta para ad0uirir receptiidad con respecto al ser. Tampoco se trata de 0ue este mundo inau+ure una istoria cu#o pro+reso ser lo único 0ue ar pensable la idea del ser. Este mundo no extrae su priile+io ontoló+ico ni de la ascesis 0ue comporta ni de la ciilización 0ue suscita. !n las ocupaciones temporales est #a inscrita la comprensión del ser. La ontolo+a no se cumple en el triun&o del ombre sobre su condición, sino en la tensión misma en la 0ue se asume tal condición. !sta posibilidad de concebir la contin+encia # la &acticidad, no como ecos 0ue se o&recen a la intelección sino como el acto mismo de intelección, esta posibilidad de mostrar en la brutalidad del eco # de los contenidos dados la transitiidad del comprender # la intención si+ni3cante$ -una posibilidad descubierta por 7usserl, pero 0ue 7eide++er a inculado a la intelección del ser en +eneral- constitu#e la +ran noedad de la ontolo+a contempornea. 2s pues, la comprensión del ser no supone únicamente una actitud teorética, sino la totalidad del comportamiento umano. !l ombre todo es ontolo+a. 8u obra cient3ca, su ida a&ectia, la satis&acción de sus necesidades # su trabao, su ida social # su muerte articulan, con un ri+or 0ue resera a cada uno de estos momentos una &unción determinada, la comprensión del ser o la erdad. Toda nuestra ciilización depende de esta comprensión, incluso aun0ue sea olido del ser. "o es 0ue a#a erdad por0ue existe el ombre, sino 0ue a# erdad por0ue el ser en +eneral es inseparable de su apertura o, si se pre3ere, a# umanidad por0ue el ser es inteli+ible. !l retorno a los ternas ori+inales de la 3loso&a -# es a0u donde la obra de 7eide++er es impresionante- no procede de una decisión piadosa de oler una ez ms a una presunta philosophia perennis, sino de una atención radical acia las preocupaciones ms ur+entes de la actualidad. La cuestión abstracta de la si+ni3cación del ser en cuanto ser # las cuestiones de actualidad se inculan espontneamente.
&. LA AM'I!(EDAD DE LA ONOLO!"A $ONEMPOR%NEA
La identi3cación de la comprensión del ser con la plenitud de la existencia concreta corre de entrada el ries+o de ane+ar a la ontolo+a en la existencia. !saflosoía de la exístencia 0ue 7eide++er recaza por su parte, no es sino la contrapartida ineitable de su propia concepción de la ontolo+a. La existencia istórica 0ue interesa al 3lóso&o en la media en 0ue es ontolo+a interesa también a los ombres # a la literatura por su carcter dramtico. 6uando la 3loso&a # la ida se con&unden, es imposible saber si nos inclinamos acia la 3loso&a por0ue es ida o si tendemos a la ida por0ue es 3loso&a. La aportación esencial de la nuea ontolo+a puede presentarse como opuesta al intelectualismo clsico. 6omprender el útil no es erlo, sino saber manearlo: comprender nuestra situación en lo real no es de3nirla, es allarse en cierta disposición a&ectia: comprender el ser es existir. Todo ello indica, en apariencia, una ruptura con la estructura teorética del pensamiento occidental. Pensar #a no es contemplar sino comprometerse, estar en+lobado en a0uello 0ue se piensa, estar embarcado -acontecimiento dramtico del estar-en-elmundo. La comedia comienza con el ms simple de nuestros +estos. Todos ellos comportan una ineitable torpeza. 2l extender la mano para acercar una silla, e arru+ado la man+a de mi ca0ueta, e ra#ado el suelo, e derramado la ceniza de mi ci+arrillo. 2l acer lo 0ue 0uera acer, e eco miles de cosas no deseadas. !l acto no a sido puro, e deado uellas. ;, al borrar esas uellas, e deado otras. 6uando 8erlo< 7olmes apli0ue su ciencia a esta irreductible torpeza de cada una de mis iniciatias, la comedia se conertir en tra+edia. 6uando la torpeza del acto se uele contra el 3n perse+uido, nos encontramos de lleno en la tra+edia. Para &rustrar las &unestas predicciones, La#o ar exactamente lo 0ue se precisa para 0ue se cumplan. !dipo, al triun&ar, constru#e su propia des+racia. 6omo la presa 0ue u#e en lnea . recta por la llanura cubierta de niee al escucar a los cazadores # dea de ese modo las uellas 0ue sern su ruina. =e este modo, somos responsables ms all de nuestras intenciones. !s imposible, para la mirada 0ue diri+e el acto, eitar esa acción producida por descuido. "uestros dedos estn presos en el en+ranae, las cosas se rebelan contra nosotros. !s decir, nuestra conciencia # nuestro dominio de la realidad
mediante la conciencia no a+otan nuestra relación con ella, en la 0ue estamos presentes en toda la densidad de nuestro ser. >ue la conciencia de la realidad no coincide con nuestra abitación en el mundo, eso es lo 0ue de la 3loso&a de 7eide++er a causado tanta impresión en el mundo literario. Pero, con todo, la 3loso&a de la existencia se desanece ante la ontolo+a. !l eco de estar embarcado, el acontecimiento en el 0ue me encuentro comprometido, al estar li+ado como lo esto# a a0uello 0ue deba ser mi obeto por nculos irreductibles a pensamientos, esta existencia se interpreta como comprensión. 2s es como el carcter transitio del erbo conocer se transmite al erbo existir.?i@ La primera &rase de la Metaísica de 2ristótelesA Todos los ombres aspiran por naturaleza al conocimiento$, si+ue siendo erdadera para una 3loso&a a la 0ue por li+ereza se a credo despectia para con el intelecto. La ontolo+a no corona únicamente nuestras relaciones prcticas con el ser, como lo aca la contemplación de las esencias en el libro B de la Ética a Nicómaco, 0ue coronaba las irtudes. La ontolo+a es la esencia de toda relación con los seres e incluso de toda relación en el ser. !l eco de 0ue el ente esté abierto$, *no pertenece al eco mismo de su ser/ "uestra existencia concreta se interpreta en &unción de su entrada en lo abierto$ del ser en +eneral. !xistimos en un circuito de inteli+encia con lo real -la inteli+encia es el acontecimiento mismo articulado por la existencia-. La incomprensión no es ms 0ue un modo de3ciente de la comprensión. 8ucede as 0ue el anlisis de la existencia # de eso 0ue se llama su ecceidad ( Da ) no es sino la descripción de la esencia de la erdad, de la condición de la propia inteli+ibilidad del ser.
). EL PR*+IMO $OMO INERLO$,OR "o puede mantenerse un len+uae sensato &aoreciendo un diorcio entre razón # 3loso&a. Pero tenemos dereco a pre+untarnos si la razón, considerada como posibilidad de tal len+uae, le precede necesariamente, si el len+uae no est &undado en una relación anterior a la comprensión # 0ue constituira su razón. Las p+inas 0ue si+uen intentan caracterizar mu# +eneralmente esta
relación irreductible a la comprensión, incluso tal # como 7eide++er la delimitó, superando el intelectualismo clsico. Para 7eide++er, la
comprensión
reposa
en
última
instancia
sobre
la apertura del ser. Cientras el idealismo de Der
en
principio
la relación con
el ente ser
otra
cosa
0ue
su comprensión como ente, el eco de dearlo ser libremente en cuanto ente/
!xcepto en el caso de los otros. "uestra relación con otro consiste ciertamente en 0uerer comprenderle, pero esta relación desborda la comprensión. "o solamente por0ue el conocimiento del otro exi+e, adems de curiosidad, simpata o amor, maneras de ser distintas de la contemplación impasible, sino por0ue, en nuestra relación con otro, él no nos a&ecta a partir de un concepto. !s ente # cuenta en cuanto tal. !l partidario de la ontolo+a presentar a0u una obeciónA pronunciar ente, *no es #a insinuar 0ue el ente nos concierne a partir de una reelación del ser # 0ue, por ende, al estar situado -en la apertura al ser, est de antemano establecido en el seno de la comprensión/ !n e&ecto, *0ué si+ni3ca la independencia del ente si no es su re&erencia a la ontolo+a/ Felacionarse con el ente en cuanto ente si+ni3ca, para 7eide++er, dear ser a lo ente, comprenderlo como independiente de la percepción 0ue lo descubre # asla. Gracias a esta comprensión se da precisamente como ente # no sólo como obeto.
Por
ello,
el
estar-con-otro
-elMiteinandersein- reposa,
para 7eide++er, en la relación ontoló+ica. "uestra respuesta es éstaA en nuestra relación con otro, *se trata de de!arle ser ? *no es en su papel de interpelado dónde se cumple la independencia del otro/ 20uel a 0uién ablamos, *es preiamente comprendido en su ser/ =e nin+ún modo. !l otro no es primero obeto de comprensión # después interlocutor. Las dos relaciones se con&unden. !n otras palabras, la inocación del otro es inseparable de su comprensión. 6omprender a una persona #a es ablarle. Plantear la existencia de otro dendole ser es aber aceptado #a esa existencia, aberla tomado en cuenta. 7aber aceptado$, aber tornado en cuenta$ no remiten a una comprensión, a un dear-ser. La palabra desi+na una relación ori+inal. 8e trata de entender la &unción del len+uae no como subordinada a la conciencia 0ue tenernos de la presencia de otro, de su proximidad o de la comunidad con él, sino como condición de esa toma de conciencia$. 6iertamente, tenemos aún 0ue explicar por 0ué el acontecimiento del len+uae no se sitúa #a en el plano de la comprensión. Pues, *por 0ué no ampliar la noción de comprensión, se+ún ese procedimiento con el 0ue nos a
&amiliarizado la &enomenolo+a/ *Por 0ué no presentar la inocación del otro como la caracterstica propia de su comprensión/ Tal cosa nos parece imposible. Por eemplo, el maneo de los obetos de uso se interpreta como su comprensión. Pero la extensión de la noción de conocimiento se usti3ca, en este eemplo, por la superación de los obetos conocidos, 0ue se cumple a pesar de todo lo 0ue pueda aber de compromiso preteórico en el maneo de utensilios$. !n el seno de la manipulación, se sobrepasa el ente en el moimiento mismo 0ue le capta, # en este ms all$ necesario para la presencia en las inmediaciones de$ se reconoce el itinerario mismo de la comprensión. !sta superación no tiene únicamente 0ue er con la aparición preia del mundo$ cada ez 0ue entramos en contacto con lo maneable, como 0uiere 7eide++er, sino 0ue remite también a la posesión # al consumo del obeto. Pero nada de esto ocurre en mi relación con otro. También en ese caso, si se 0uiere, comprendo el ser en el otro, ms all de su particularidad de ente: llamo a ser a la persona con la 0ue entro en relación, pero al llamarle ser apelo a ella. "o pienso únicamente 0ue es, sino 0ue le ablo. !s mi asociada en el seno de la relación 0ue únicamente debera acérmela presente. Le e ablado, es decir, e olidado el ser uniersal 0ue ella encarna para atenerme al ente particular 0ue es. La &órmula antes de entrar en relación con un ser es preciso 0ue lo a#a comprendido en cuanto ser$ carece a0u de aplicación en sentido estrictoA al comprender el ser, le di+o simultneamente mi comprensión. !l ombre es el único ser con 0uien no puedo encontrarme sin decirle este encuentro, # es por ello 0ue el encuentro se distin+ue del conocimiento. 7a# en toda actitud relatia a un ser umano un saludo -aun0ue sea como recazo del saludo-. 20u, la percepción no se pro#ecta acia el orizonte -campo de mi libertad, de mi poder, de mi propiedad- para adueHarse del indiiduo sobre este &ondo &amiliar. 20u se relaciona con el indiiduo puro, con el ente en cuanto tal. ;, para expresarlo en términos de comprensión$, ello si+ni3ca precisamente 0ue la comprensión del ente en cuanto tal es #a la expresión 0ue le o&rezco de tal comprensión.
!sta imposibilidad de abordar a otro sin ablarle si+ni3ca 0ue en este caso el pensamiento es inseparable de la expresión. Pero la expresión no consiste en trasasar de al+ún modo un pensamiento relatio a otro a su espritu, como sabemos no #a desde 7eide++er, sino desde 8ócrates. La expresión tampoco consiste en articular una comprensión 0ue compartira de antemano con otro. 6onsiste, antes de toda participación de un contenido común mediante la comprensión, en instituir la socialidad merced a una relación irreductible, en consecuencia, a la comprensión. La relación con otro no es, pues, ontolo+a. !ste nculo con otro 0ue no se reduce a la representación del otro sino a su inocación, # en el 0ue la inocación
no
a
precedida
de
una
comprensión,
es
lo
0ue
llamamos reli"ión. La esencia del discurso es la ple+aria. Lo 0ue distin+ue al pensamiento 0ue arrostra un obeto del nculo con una persona es 0ue en este último se articula un ocatioA lo 0ue se nombra es, al mismo tiempo, a0uel a 0uien se llama. 2l esco+er el término reli+ión$ -sin aber pronunciado la palabra =ios$ ni la palabra sa"rado-, pensamos en principio en el sentido 0ue esta palabra tiene para 2u+uste 6omte al comienzo de su #olítica #ositiva. "in+una teolo+a, nin+una mstica est disimulada tras el anlisis 0ue acabamos de presentar del encuentro con otro # cu#a estructura &ormal emos procurado subra#arA el obeto del encuentro se nos da #, al mismo tiempo, est en sociedad con nosotros, sin 0ue este acontecimiento de socialidad pueda reducirse a una propiedad cual0uiera 0ue se reelase en lo dado, sin 0ue el conocimiento pueda preceder a la socialidad. 8i la palabra reli+ión$ debe, no obstante, anunciar 0ue la relación con los ombres, irreductible a la comprensión, se alea por ello del eercicio del poder # reEea el n3nito en los rostros umanos, aceptaremos esta resonancia ética del término con todos sus ecos
esta
asimilación
conduce
a
separarlo
como ente, a de!ar$
ser . Tampoco consiste en establecer clase al+una de pertenencia ni en escapar de lo irracional mediante el es&uerzo por comprender lo ente. *8e
reduce lo racional a un poder sobre el obeto/ *!s la razón la dominación 0ue ence la resistencia del ente en cuanto tal, no en una inocación a esa misma resistencia, sino como por una astucia de cazador 0ue atrapa a0uello 0ue el ente comporta de &uerte e irreductible a partir de sus debilidades, de su renuncia a su particularidad, a partir de su ubicación en el orizonte del ser uniersal/ La nteli+encia como astucia, la nteli+encia de la luca # la iolencia eca a las cosas, *es capaz de constituir un orden umano/ Paradóicamente, se nos a acostumbrado a buscar en la luca la mani&estación misma del espritu # su realidad. Pero, *no se constitu#e ms bien el orden de la razón en una situación en la 0ue se abla$, en la 0ue la resistencia del ente en cuanto ente no resulta 0uebrantada sino paci3cada/ La preocupación de la 3loso&a contempornea por liberar al ombre de las cate+oras 0ue únicamente se adaptan a las cosas no debe, pues, contentarse con oponer a lo esttico, a lo inerte, a lo determinado de las cosas el dinamismo, la duración, la trascendencia o la libertad como esencia del ombre. "o se trata tanto de oponer una esencia a otra, de decir cul es la naturaleza umana, como de encontrar ante todo el lu+ar en el 0ue el ombre dea de concernirnos a partir del orizonte del ser, es decir, de o&recerse a nuestros poderes. !l ente en cuanto tal I# no como encarnación del ser uniersal no puede allarse ms 0ue en una relación en la 0ue se le inoca. !l ente es el ombre, # sólo en cuanto próimo es el ombre accesible, sólo en cuanto rostro.
-. LA I!NI/I$A$I*N 0I$A DEL ORO 2l re&erirse al ente en la apertura del ser, la comprensión le encuentra una si+ni3cación a partir del ser. !n este sentido, la comprensión no le inoca, simplemente le nombra. =e ese modo eerce con respecto a él una cierta iolencia # una cierta ne+ación. 4na ne+ación parcial, 0ue es iolencia. ; esta parcialidad reside en el eco de 0ue el ente, sin desaparecer, se encuentra en mi poder. !sa ne+ación parcial 0ue es la iolencia nie+a la independencia del enteA es mo. La posesión es el modo en 0ue un ente, sin dear de existir, resulta parcialmente ne+ado. "o se trata sólo del eco de 0ue
el ente sea instrumento o útil consumible, es decir, medio, #a 0ue también es 3n: se trata de 0ue es alimento #, en el +oce, se o&rece, se da, es mo. La isión, sin duda, calcula mi poder sobre el obeto, pero ella es #a +oce. !l encuentro con otro consiste en el eco de 0ue, no importa cul sea la extensión de mi dominación sobre él # de su sumisión, no lo poseo. "o penetra del todo en la apertura del ser en la 0ue me manten+o como campo de mi libertad. "o iene a mi encuentro desde el ser en +eneral. Todo lo 0ue me lle+a de él a partir del ser en +eneral se o&rece sin duda a mi comprensión # a mi posesión. Le comprendo a partir de su istoria, de su medio, de sus bitos. Lo 0ue escapa en él a la comprensión es él mismo, el ente. "o puedo ne+arle parcialmente, mediante la iolencia, captndolo a partir del ser en +eneral # pose#éndolo. !l otro es el único ente cu#a ne+ación sólo puede anunciarse como totalA el asesinato. !l otro es el único ente a 0uien puedo 0uerer matar. Puedo 0uererlo. ;, a pesar de ello, este poder es todo lo contrario del poder. !l triun&o de este poder es su derrota como poder. !n el mismo momento en el 0ue se realiza mi poder de matar, el otro se me a escapado. 8in duda, puedo perse"uir un 3n al matar, puedo matar del mismo modo 0ue cazar, talar rboles o abatir animales: pero en ese caso capto al otro en la apertura del ser en +eneral, como un elemento del mundo en el 0ue, me encuentro, le percibo en el horionte."o le e mirado a la cara, no me e encontrado con su rostro. La tentación de la ne+ación total, 0ue mide lo in3nito de esta tentatia # su imposibilidad, es la presencia del rostro. !star en relación con otro cara a cara es no poder matar. ; ésta es también la situación del discurso. 8i las cosas son solamente cosas, la relación 0ue con ellas se establece es de comprensiónA como entes, se dean sorprender a partir del ser, a partir de una totalidad 0ue les otor+a una si+ni3cación. Lo inmediato no es obeto de comprensión. 4n dato inmediato de la conciencia es una contradicción en los términos. =arse es exponerse a las astucias de la inteli+encia, ser captado mediante el concepto, mediante la luz del ser en +eneral, +racias a un rodeo u oblicuamente: darse es si+ni3car a partir de a0uello 0ue no se es. La relación con el rostro, acontecimiento de la colectiidad -la palabra-, es una relación con el ente mismo en cuanto puro ente.
>ue la relación con el ente sea inocación de un rostro # #a en s misma palabra, una relación con una pro&undidad ms 0ue con un orizonte -una ruptura del orizonte-, 0ue mi próimo sea el ente por excelencia, todo esto puede resultar 0uiz sorprendente si nos atenemos a la concepción de un ente insi+ni3cante por s mismo, silueta en el orizonte luminoso 0ue no ad0uiere si+ni3cación ms 0ue por esta presencia en el orizonte. !l rostro si+ni3ca de otro modo. !n él, la in3nita resistencia del ente a nuestro poder se a3rma precisamente contra la oluntad asesina 0ue arrostra, por0ue, en su desnudez -# la desnudez del rostro no es una 3+ura estilstica-, si+ni3ca por s misma. "i si0uiera puede decirse 0ue el rostro sea una apertura, por0ue ello implicara pensarlo como relatio a una plenitud 0ue le rodease. *Pueden las cosas ad0uirir un rostro/ *"o es el arte la actiidad 0ue otor+a un rostro a las cosas/ La &acada de una casa, *no es una casa 0ue nos mira/ !l anlisis realizado asta a0u es insu3ciente para responder a estas pre+untas. !n todo caso, nos pre+untamos si no sucede acaso 0ue, en el arte, el tenor impersonal del ritmo, &ascinante # m+ico, sustitu#e a la socialidad, al rostro, al abla. Kponemos la si+ni3cación del rostro a la comprensión # a la si+ni3cación 0ue se captan a partir del orizonte. *Dastan las brees indicaciones mediante las cuales emos introducido esta noción para dear entreer cul es su papel en la comprensión misma # cules sus condiciones, 0ue pro#ectan una es&era de relaciones casi insospecadas/ Lo 0ue en ellas entreemos nos parece, no obstante, su+erido por la 3loso&a prctica de ant, a la 0ue nos sentimos particularmente cercanos. *Por 0ué la isión del rostro no es #a isión, sino audición # palabra/ *6ómo puede describirse el encuentro con el rostro -es decir, la conciencia moralcomo condición de la conciencia en sentido estricto # del deselamiento/ *=e 0ué modo se a3rma la conciencia como imposibilidad de asesinar/ *6ules son las condiciones de la aparición del rostro, es decir, de la tentación # de la imposibilidad del asesinato/ *=e 0ué modo puedo aparecerme a m mismo como rostro/ *!n 0ué medida, en 3n, la relación con otro o la colectiidad es nuestra relación -irreductible a la comprensión- con lo in3nito/ Tales son los
temas 0ue se desprenden de esta primera contestación del primado de la ontolo+a. La inesti+ación 3losó3ca no podra de nin+ún modo contentarse con la reEexión sobre s o sobre la existencia. La reEexión no nos entre+a ms 0ue el relato de una aentura personal, de un alma priada 0ue retorna a s sin cesar, incluso cuando parece escaparse. Lo umano sólo se o&rece a una relación 0ue no es un poder. Emmanuel Lévinas
?i@ 6&. nuestras obseraciones sobre este tema en Esquisse pour une histoire de %&'existentialisme », ean Mal, Nditions de lO2rce, pp. 95-9.