Entrevista a Enrique Barrios En los años 80, Enrique Barrios se dió a conocer al mundo con la publicación de "Ami, el niño de las estrellas", y a día de hoy sigue siendo un referente, tanto en la Historia de los años calientes (época de masivos avistamientos de Ovnis y grupos esotéricos) como en la influencia que sus libros crean en sus lectores de cualquier edad. Nada de lo que cuenta "Ami" es negativo para crecer como ser humano, de ahí que Enrique Barrios se haya organizado mediante el Instituto esotérico y pedagógico Ami-Ophir para echar una mano a quienes quieren evolucionar como seres humanos, y hoy, después de más de veinte años de trabajos literarios, deja a un lado a los extraterrestres y el contactismo y se centra en la evolución personal acompañado de un grupo de personas que tienen el mismo objetivo. Incluso el nombre seleccionado para el Instituto, Ami-Ophir, tiene un significado visible: "Ami" proviene de su pequeño niño extraterrestre, y surge como homenaje a él, y "Ophir" aparece en la Biblia como un lugar lleno de riquezas del que hacía uso el Rey Salomón para extraer oro y piedras preciosas, e incluso Cristóbal Colón estuvo obsesionado por encontrar. Para Enrique Barrios esas riquezas no son tangibles, son riquezas interiores.En España la editorial Sirio ha publicado su serie "Ami, el niño de las estrellas", "Ami regresa", "Ami 3. Civilizaciones Civili zaciones internas" y tienen pensado continuar publicando sus siguientes títulos. La gran importancia que las enseñanzas de AMI tienen en sus propios lectores, y hemos decidido incluso comprobar el por qué leyendo sus libros. Enrique Barrios habla de AMOR con mayúsculas, nos propone a un maravilloso ser, con un divertido y agradable sentido del humor, que nos traslada su conocimiento en diversas aventuras con un niño llamado Pedro, y nosotros somos, al mismo tiempo, también receptores de aquellas confidencias. El resultado es una sensación de necesidad de dar más, de querer ser útiles, de creer en el amor y en las buenas conciencias. Quien lee a AMI, desea ejercer el bien común y lucha por ello, da igual que tenga 11 años (el caso del joven lector Erik G., que está maravillado con ese pequeño gran Ami... si no hay un cambio interno positivo sino negativo, nuestro mundo será cada vez más feo... ENTREVISTA El conocimiento de uno mismo es imprescindible para evolucionar, pero mirarse al espejo a veces no es soportable. ¿Qué cree que ve la mayoría de la gente cuando se mira en el espejo? Enrique Barrios: Cuando no hay sinceridad consigo mismo, sólo se ven ángeles y princesas en el espejo, y no se quieren ver las verrugas, las espinillas, las cicatrices, las arrugas ni otras fealdades. El problema es que si no vemos nuestros defectos no podemos trabajar sobre ellos, y si no trabajamos sobre ellos, el cambio no podrá ocurrir, y nos quedaremos siempre con las “espinillas y verrugas del alma”, inventándonos que tenemos la cara lisita. En cambio si nos atrevemos a ver la realidad, inevitablemente comenzaremos a ver cómo nos liberamos de
eso, iremos al “dermatólogo”, etc. Y así, defecto por defecto, a lo mejor hasta realmente terminamos convertidos en ángeles o en princesas. Pero mintiéndonos a nosotros mismos, no, así iremos de mal en peor, cada vez más feos. Y si no hay un cambio interno positivo sino negativo, nuestro mundo será cada vez más feo. Quiero decir que uno tiene necesariamente que mirarse al espejo viendo lo bueno y lo malo que lleva dentro, y luego de tomar consciencia de ello, trabajar sobre sí, y es entonces que el mundo irá cambiando para nosotros, porque si uno cambia, también cambia su mundo. Por eso hablamos de sinceridad despiadada, porque como Ud. dice, la gente no quiere reconocer la verdad y se inventa un mundo de mentirillas, y un “sí mismo” también de mentirillas. Pero no basta con hablar de estas cosas, que a lo mejor mucha gente se da cuenta de que son verdades, pero no conoce las técnicas necesarias para trabajar sobre sí. Siguiendo con el ejemplo de las espinillas, hay que ir a un dermatólogo. Y con respecto a observarnos para conocernos mejor, para eso está el Esoterismo. ¿Cree usted que la gente no se observa porque no quiere o porque no tiene tiempo de hacerlo? Enrique Barrios: El problema es que casi todo el mundo está “dormido”, por eso Jesús, que era un Iniciado en los secretos del Esoterismo, lo que más proclamaba era ¡despertad! ¡velad! Porque todo el mundo se contenta con sus mentirillas y encuentra miles de excusas para no encarar su realidad. En el fondo la gente huye de sí misma, de su realidad, pensando que si se mete en eso muy a fondo va a encontrarse con cosas feas y nada más, porque intuye que tiene cosas feas por dentro, aunque se esconda esa verdad de sí misma; pero no es tan así, porque aparte de las cosas feas irá encontrando también sus cosas bonitas, y aparte de ello, también el remedio para arreglar lo que no es tan bonito, y así al final podrá transformarse en una persona verdaderamente guapa, y no de mentirillas; porque a lo mejor resulta que al desaparecer una verruga se revela una nariz preciosa, y cosas así... Pero no es tanto que la gente no quiera enfrentar su realidad, es que no sabe cómo hacerlo, y tampoco le ve la utilidad. Si algo cree acerca de cómo evolucionar, es que hay que reprimirse, y que en eso consiste todo. Pero no va por ahí la cosa. Tuve la impresión de que Ud. muestra el ego como un defecto, pero al mismo tiempo como un salvavidas ¿en qué medida es importante este punto? Enrique Barrios: Un poco de ego es importante para llegar a interesarse por adquirir conocimientos poco comunes, por “salir del rebaño”, de la masa, de la mente de la calle, esa de los periódicos, la TV, la farándula y el banco, e interesarse por temas más profundos, reales y trascendentes. Una persona completamente “buena”, simple, sin ego (eso no existe, pero pongámoslo así porque suena poético) es feliz mirando una flor, respirando el aire puro de las m ontañas o también leyendo los chismes de la farándula, total esa persona es feliz de cualquier manera, así que no se va interesar mucho por cosas difíciles para ser más feliz cuando ya es feliz. A veces es justamente el ego el que nos da el primer impulso para interesarnos por temas que requieren de un cierto esfuerzo, y es ahí cuando entramos en el Esoterismo, que lo primero que hace es mandarnos a “mirarnos en el espejo”, de una forma “despiadadamente sincera”.
A un adulto algo cascarrabias, si le dices que debería ser más amable, menos quejicoso, etc… te dice que a estas alturas ya no va a cambiar ¿qué podemos hacer nosotros ante esto si, de verdad, jamás cambiará porque no quiere poner voluntad en ello? Enrique Barrios: En la medida en que yo vaya siendo capaz de cambiarme a mí mismo, iré siendo capaz de ayudar a cambiar a los demás. No es posible ayudar a otros cuando no se es capaz de ayudarse a sí mismo. Esto es una Ley. ¿Perdonar es siempre la solución o debemos mantener cierta dignidad? Enrique Barrios: El rencor es una energía capaz de segregar venenos en nuestro torrente sanguíneo. No se trata de “ser buenitos”, es algo práctico, es cosa de salud, física, mental, emocional y espiritual. El verdadero perdón va de la mano del crecimiento interior, de la justicia y de la sanación. Yo diría que perdón es igual a liberación, y también a sentido común, a lógica, a autodefensa y autoprotección, a auto respeto, a verdadera dignidad, porque no es digno andar por la vida envenenado de odios. Odiar es cosa de bobos, no de seres inteligentes. Usted hace mucho hincapié en lo necesario que es la fe para evolucionar. Enrique Barrios: Antes que nada debo explicar lo que entiendo por fe. Si es creer que alguna leyenda religiosa, por más extendida que ella sea, es la única verdad posible, no. Yo sólo sé que he aparecido de repente en esta vida en un vehículo modelo 1945, que es mi cuerpo, con un “equipo incorporado” (built-in kit) compuesto de un cerebro, unas emociones, unos anhelos en el alma y una fuerte necesidad de aprender. Cuando yo era niño no sabía nada y sufría un poco, pero fui creciendo y aprendiendo a desenvolverme mejor en este equipo i ncorporado y en este rincón del cosmos. Ahora sufro menos, disfruto conscientemente de mis sentidos, entiendo mejor este negocio y soy más feliz, con sus lapsos, claro, pero sacando las cuentas, las horas de felicidad aumentan progresivamente, mientras que las otras disminuyen en l a misma medida. Todo ello me hace ver que hay algo Bueno detrás de este bonito misterio llamado vida, y como relaciono Bueno con Amor, siento que estoy en buenas manos, que todo irá siempre para mejor, porque para mí está clara la i ntención de amor del autor de este film. Entre paréntesis, esa es toda mi religión y toda mi fe, que más que fe es certeza, conocimiento, verdad, lógica, porque el Amor no es ninguna creencia sino algo constatable, científico, comprobable. Y como el Amor es la fuerza más decisiva y más linda que existe en mí, hago de la Fuerza-Amor mi Dios, por eso para mí Amor = Dios.Debido a eso tengo la suerte de poder sentir la Presencia de Dios cada vez que siento Amor, y no se trata de fe ni de creencias. Yo siento el Amor, i gual que todo el mundo, sólo que “todo el mundo” no se da cuenta de que esa fuerza tan bonita que están sintiendo es el Espíritu de Dios; yo sí. Como creo que la vida es un don de Amor, entendiendo por fe el confiar en que nuestra vida tiene un sentido, que no soy un gusanito de entre millones, producto del azar, sino que soy algo más, que soy una consciencia que evoluciona, la cual me hace ser cada día menos tonto y comprender mejor “el manual de instrucciones” de este cuerpo-mente en su transito por esta curiosa experiencia llamada vida en este planeta y en este momento preciso de su historia.
Y dicho sea de paso, aparte de todo ello, son millones las personas que han abierto un poco más sus ventanas del alma gracias a alguno de nuestros libros, y ahora hay otras más, gracias a nuestro Instituto, así que algo Bueno habrá en el fondo de todo esto. Pero ¿no es cierto también que los humanos que dudamos y nos cuestionamos las cosas tenemos más posibilidades de evolucionar? Enrique Barrios: Depende de lo que usted llame dudar. Si con ello quiere decir creer que los valores, conceptos y supersticiones de lo que esotéricamente llamamos “la vida mecánica” o “la vida ordinaria” nos van a llevar a un nivel superior de conciencia o existencia, entonces hay razón para dudar. Pero si quiere decir que debemos dudar de que la vida tenga un propósito y un sentido trascendentes, de eso no se puede dudar, porque sino no tendría ningún sentido querer avanzar, evolucionar, ni siquiera vivir... Frases hechas como “castigo divino”, supersticiones en realidad, ¿cuánto daño hacen al proceso evolutivo? Enrique Barrios: No hay castigo divino sino Ley de Causa y Efecto. Si metes el dedo en el enchufe te dará la corriente, y el pobre Dios nada que ver con eso. Si crees bobadas por no darte el trabajo de investigar objetivamente, sé tú mismo víctima de tu omisión. Si no aprendemos que con nuestras acciones generamos causas que tendrán efectos positivos o negativos que recaerán sobre nosotros mismos, pensaremos que todo lo que nos pasa es por culpa de la bondad o maldad de Dios, y nunca nos haremos responsables de nuestros actos ni de nuestro destino, pero no hay daño, a algunos se les puede enseñar por las buenas, otros sólo entienden por las malas, por el terror y cosas así. Cada cual está donde debe estar, y ya llegará el momento de que pase a un nivel más elevado donde ya no necesite de amenazas para fluir con más armonía por la vida.