"La paz no significa una ausencia de conflictos; las diferencias siempre van a estar ahí. La paz significa la solución de estas diferencias por medios pacíficos; a través del diálogo, la educación, el conocimiento; y por medio de formas humanas”. Dalai Lama. Las diferencias que existen de acuerdo a ciertos puntos de vista como económico, político, social, entre otros; dan paso a las guerras y conflictos entre países o personas y siempre han ocurrido en todos los periodos de historia de la humanidad, aún en pleno siglo XXI y con todo el desarrollo que se tiene hoy en día es difícil establecer una democracia justa con igualdad y equidad, aunque las causas de los conflictos son complejas, en parte se debe porque los gobiernos se basan en los intereses políticos y económicos de unos pocos.
La guerra en Colombia lleva más de 50 años, donde grupos insurgentes surgieron, carteles de narcotráfico, lo que causó que se generaran conflictos armados, y fueran extendiéndose por todo el territorio, entre muchas de las consecuencia que produjo la creación de estos grupos armados fue la posesión de tierras, en las zonas rurales del país, especialmente los lugares más productivos como por ejemplo donde se cultiva café, zonas petroleras, mineras, entre otras; causando así el desplazamiento forzoso de la población campesina, por consiguiente, generando más pobreza, violencia e inseguridad.
Aunque se han hecho varias reformas rurales y acuerdos, el problema persiste, basado en el poder económico y político que brinda poseer tierras, como su utilización para cultivos ilícitos y por consiguiente el narcotráfico, por lo que los grupos armados como las FARC, el grupo terrorista más poderoso que hace presencia en Colombia siguieron haciendo presencia en gran parte del territorio colombiano, sin que el estado pudiera generar soluciones efectivas para la población; y siendo aún uno de los sectores más golpeados por la violencia causando que miles de los campesinos fueran víctimas del despojo de sus territorios, desapariciones, asesinatos, entre muchos otros crímenes incontables, que por supuesto quedaban impunes, debido a la falta de justicia en nuestro país; a parte de ganar fama de uno de los países más narcotraficantes del mundo ya que como es sabido mucho del dinero que obtienen estos grupos provienen precisamente de negocios ilícitos.
Frente a todo esto, el gobierno ha intentado varias veces poner fin a los conflictos pero todos terminaron en fracaso, hace cuatro años iniciaron nuevamente los trabajos y diálogos para la construcción del acuerdo final para darle fin a la guerra, con la participación tanto de los jefes de las FARC como de la comunidad y el estado colombiano, aunque fue mucho tiempo y tal vez muchos no creían que llegarían a un acuerdo definitivo para la construcción de una paz duradera y
estable, al fin y en un momento histórico llegaron a un acuerdo, por lo que es ahora que nos proporcionan todo el documento que allí fue pactado y nos dan la oportunidad a todos los colombianos de participar mediante un mecanismo de participación ciudadana como el plebiscito, en donde se votará por el apoyo o no apoyo de los acuerdos ya establecidos.
Uno de los primeros puntos a tratar en este acuerdo es sobre el rumbo que van a tomar las tierras y los campesinos, para esto se acordó que lo principal va a ser la protección de campesinos y campesinas, ya que son uno de los grupos más afectados por la violencia, el desplazamiento y el conflicto armado, mediante la reforma rural integral, en donde será prioridad la población desplazada, los territorios con mayor grado de afectación, además muchos campesinos tendrán la oportunidad de acceder a tierras gratuitas, también podrán acceder a subsidios y créditos para poder comprar tierras, y esto es de gran importancia ya que con la recuperación de tierras y la unión de nuevos trabajadores para el sector agrario, así como garantizar condiciones de bienestar y disminución de la pobreza con mucha más presencia y acompañamiento por parte del estado, se podrá contribuir a un mayor desarrollo y crecimiento económico en el país.
Desde mi punto de vista, estos acuerdos proponen un cambio radical al sector campesino, les brindarían garantías a estas personas que en las zonas rurales más remotas de Colombia no contaban con la presencia del estado que velara por sus derechos y les brindara espacios dignos para de paz para trabajar en tierras, claro está si todo lo pactado en caso de que los colombianos aprobasen los acuerdos se cumplieran a cabalidad, garantizarían vienen y acceso a servicios públicos con el fin de fomentar también la protección ambiental de los territorios afectados al igual que un mayor desarrollo social, económico y tecnológico para zonas rurales.
Por supuesto este tema de la paz trae muchas opiniones divididas, por un lado están las personas que no apoyan los acuerdos pactados en la Habana por las FARC y el gobierno y es que efectivamente hay varios puntos que molestan a la población como es el caso de la participación política que tendrán si llegan a ganar, donde podrán tener 5 curules en el senado y 5 en la cámara de representantes y 16 curules más para comunidades rurales, por lo que muchos piensan que se tomarían el país a su antojo, pero siguiendo lo escrito en los acuerdos y la constitución política de Colombia todos tenemos derecho a la democracia y a elegir a nuestros representantes y es algo que no va a cambiar, sólo van a fomentar la participación y nuevos partidos como en este caso el de las FARC, donde los colombianos tendrían al igual que antes los mismos derechos de votar o seguir al partido de su preferencia. Además uno de los puntos que más ha causado polémicas también es sobre la reparación de las víctimas del conflicto armado, si bien es cierto que una vida
humana nunca se recuperará, si buscan reestablecer los derechos de las víctimas y a la no repetición del conflicto; los acuerdos plantean que los responsables de los crímenes más graves serán juzgados y sancionados y en caso de no colaborar con la justicia pagarán cárcel, también a las comunidades afectadas se les hará acciones de reparación en cuanto a construcción de infraestructura, desminado y búsqueda de desaparecidos, es decir si habrá reparación de víctimas y estos procesos estarán vigilados por el gobierno colombiano y también organizaciones internaciones.
En conclusión, afortunadamente yo nunca fui víctima directa de la guerra, no sé lo que en realidad vivieron estas personas, pero desde mi posición, los acuerdos para poner fin a al conflicto armado en Colombia merecen una oportunidad, si bien en cierto que hay mucha desinformación en general de la población acerca de lo pactado y lo que sucederá si el pueblo apoya o no lo pactado, leyendo los acuerdos, es claro que un grupo terrorista de tal magnitud como las FARC no van a ceder totalmente a todo lo pedido por el pueblo, y es que el negocio de la guerra y el narcotráfico genera muchísimo dinero y poder, por lo que llegar a acuerdos para de una vez por todas acabar el conflicto ya es un gran paso; de acuerdo al dicho “es mejor un mal acuerdo que un buen pleito”, opino que una erradicación total y absoluta del conflicto no es posible, ya que quedan muchos factores en juego además de otros grupos al margen de la ley, claro que en menor proporción, pero se habla del grupo armado más poderoso de Colombia, pero la paz precisamente se construirá empezando por una reconciliación y garantías de que no vuelva a ocurrir, es difícil olvidar el pasado de un pueblo que ha sufrido tanto, pero es más difícil aún continuar con este conflicto; considero que Colombia no estamos preparados para un cambio de tal magnitud la guerra y el conflicto siempre han marcado la historia del país, pero es una tarea de todos los colombianos informarnos y poder comprender que con conflicto no se logrará desarrollo social y económico que nos pueda llevar tal vez en un futuro a una verdadera paz.
