El Período Intermedio Tardío en el Área Andina. María Eugenia Belmont Colombres, Luciana Dimarco y Natalia Portelli1 Introducción El objetivo de este trabajo es recopilar información acerca del periodo Intermedio Tardío en el área Andina desde los estudios arqueológicos. Consideramos que uno de los problemas fundamentales en cuanto al acceso y disponibilidad de información respecto a este tema, es la falta de diálogo y comunicación intradisciplinar así como interdisciplinar que permita una construcción más rica del conocimiento y una mayor difusión ( un ejemplo de esto es la contradicción que existe entre los estudios etnohistóricos y arqueológicos) . Otro de los problemas está dado por la proliferación de estudios específicos dedicados a temas puntuales (orfebrería, análisis de colecciones arqueológicas, estudios de contextos mortuorios, etc.), dejando de lado una visión relacional y abarcativa de la región andina en dicho periodo. Consideramos que respecto a la arqueología del área andina es necesario tener en cuenta que su práctica esta en relación con el contexto socio-político y económico en el cual se desenvuelve. Así, por ejemplo, la política influye de manera importante el quehacer de la arqueología, en algunos casos –como el de Perú con Chan Chan – promoviendo las investigaciones y la protección del patrimonio arqueológico como recurso que puede ser aprovechado económica y socialmente por el Estado; en otros casos limitando el desarrollo de investigaciones que permitan conocer el pasado de la región debido a la falta de interés estatal, traducido en la inexistencia de subvención económica –entre otras cosas-. También otra problemática a considerar es la diversidad social y cultural de America Latina y como esta influye en los discursos sociales y científicos en cuanto a la construcción del patrimonio. Nos interesa presentar los distintos desarrollos culturales del área Andina que tuvieron lugar después de la caída de Wari-Tiwanaku, analizando las características de Estado a partir de los indicadores arqueológicos de cada región. Se debe tener en cuenta que en la historia de la arqueología latinoamericana se da un permanente debate acerca de los esquemas conceptuales y teóricos que se utilizan en el análisis arqueológico. Lumbreras plantea que en los principios de la arqueología en Sudamérica, la principal preocupación era organizar los datos en una perspectiva histórica, por lo que se hacía uso de las categorías formuladas en Europa. Lo cual presentaba un grave problema, debido a que estas categorías no eran aplicables ni se correspondían con la historia y los procesos diferentes ocurridos en Latinoamérica. Por lo tanto, concordamos con el autor en que es necesario formular categorías y conceptos analíticos propios que sean adecuados a la realidad latinoamericana. Respecto al Periodo Intermedio Tardío, se reconoce la existencia de estados regionales en el área Andina, los cuales, podemos decir, presentan ciertas características que permiten distinguirlos de otros tipos de organización social. Existen varias posturas sobre el surgimiento del Estado como la teoría de la circunscripción planteada por Carneiro, la teoría de la guerra, la teoría del estado embrionario de Claessen Y Skalnik y la postura de Tainter.1 Esto plantea discusiones dentro de la arqueología acerca de qué características del registro arqueológico permiten inferir la existencia de Estados. En el desarrollo del trabajo tomamos como herramienta de análisis el planteo de Vicente Llul y Rafael Micó (2007) acerca de la identificación arqueológica de ciertas características que pueden estar dando cuenta de una organización estatal. En cuanto a las fuentes, consultamos a distintos artículos y manuales de arqueología. También presentamos imágenes para tener un mayor acercamiento al registro arqueológico de los sitios estudiados en cuestión.
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Asignatura Arqueología Americana (Licenciatura en Antropología). Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Salta. Corrección R. Ledesma
Belmont Colombres, María Eugenia; Dimarco, Luciana y Portelli;Natalia. (2013): El Período Intermedio Tardío en el Área Andina. Asignatura Arqueología Americana (Licenciatura en Antropología). Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Salta. Corrección R. Ledesma
PERIODO INTERMEDIO TARDIO Ubicación temporal En el caso de la historia prehispánica de los Andes centrales, la periodización más difundida es la que propuso el arqueólogo estadounidense John Rowe. Incluye: el Precerámico, el Período inicial, los horizontes y los intermedios. • Los horizontes se caracterizaron por el desarrollo y predominio de una sociedad que ejerció influencia sobre un territorio tan extenso que abarcó un ámbito panandino. Durante los horizontes la cerámica presento ciertos patrones que indicaban la homogeneización en la producción. Se expandió una ideología que unificaba diferentes regiones bajo un mismo sistema político, económico y religioso. • Los periodos2 intermedios fueron unidades de contemporaneidad que surgieron entre dos horizontes. Se caracterizaron por el desarrollo de grupos regionales cuyo poder estaba fragmentado y no abarcaba un vasto territorio, sino espacios más limitados. Si tomamos como referencia la periodización propuesta por Rowe, el Periodo Intermedio Tardío se ubica temporalmente entre el 1000 d.C al 1.200 d.C, entre el Horizonte Medio y el Horizonte Tardío. Sin embargo, hay que considerar que esta propuesta es una unidad de análisis que no se da de manera estricta para todos los casos, sino que se modifica de acuerdo a los diferentes desarrollos regionales. Es así que para algunas situaciones se plantea una extensión de este Periodo hasta el 1400 /1450dC (Huancas, Ica Chincha).
Ubicación geográfica A continuación explicaremos brevemente el espacio en donde se desarrollan los Estados regionales del Periodo Intermedio Tardío. Realizamos un recorte de las regiones geográficas del Área Andina lo cual proporcionará un marco que permitirá una mayor comprensión y análisis acerca de las relaciones que se dieron entre estas poblaciones y los lugares que habitaban. Como sabemos, las condiciones ambientales y geográficas son un factor importante –si bien no determinante- de la forma en que los grupos humanos se organizan y se relacionan entre sí. Existe en los Andes centrales una particularidad: hay una diversidad de pisos ecológicos (costa, valles interandinos, sierra, selva) que presentan diferentes recursos, lo cual es un elemento influye de manera importante en la subsistencia de los grupos. Respecto a esto, John Murra4 propone el concepto de control vertical de pisos ecológicos. Plantea que esta situación impulsa a los grupos a buscar una solución que permita la complementariedad y el acceso a una mayor diversidad de productos que no se encontraban disponibles en sus lugares de residencia. Esta técnica de archipiélagos es un modelo que hace posible que diversos grupos controlen islas ecológicas que se encuentran a diferentes distancias (desde dos a más de 10 días) del núcleo demográfico y centro de poder. A estas “islas” se enviaba una parte de la población (algunas familias) que residía allí de manera temporal o permanente con el objetivo de explotar y obtener aquellos recursos que en su núcleo de origen no se encontraban disponibles, para luego trasladar dichos productos al centro demográfico. (Murra, 1975). Figura 1 Representación del modelo de control vertical donde se toma como centro el Lago Titicaca. Rostowrowsky plantea que existe una diferencia ecológica entre la costa y la sierra ya que disponían de diferentes recursos: la costa de fauna marina, guano, llanuras fértiles de los valles. De esta manera, la existencia de abundantes recursos de la costa permitía la autosubsistencia en lo que se refiere a productos alimenticios, lo contrario sucedía en la sierra. Esto también habría permitido la especialización productiva
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(principalmente artesanal y de productos suntuarios) así como también un desarrollo político, económico y social diferente. (Rostowrowsky, 1977). Por otro lado, Lumbreras considera que en la sierra la actividad agrícola era posible pero trabajosa, y la cosecha representaba una opción ventajosa de supervivencia, de manera tal que pasó a tener un rol primario en la economía. Mientras que en la costa, la agricultura requiero de riego y al no haber precipitaciones el suelo solo se humedece por inundación o por surgimiento del subsuelo, lo que impide una agricultura de secano o barbecho. Esta precariedad estructural, solo es recompensada con la abundancia de recursos marinos que se logra con el mejoramiento de los medios técnicos. (Lumbreras, 2006).
Características ecológicas de los Andes Centrales Los Andes Centrales presentan una variedad de situaciones ambientales, con diferentes climas, relieves y biomas. En nuestro análisis distinguimos tres sectores: costa, sierra y altiplano. Una variable a tener en cuenta es la presencia de la Cordillera de los Andes que condiciona el clima y la orografía. Esto, sumado los cambios que producen las corrientes marinas son dos factores que alteran notablemente el clima.
En el caso de la costa, Lumbreras plantea que se dan cambios climáticos frecuentes asociados a los desplazamientos de las corrientes marinas de El Niño y Humboldt, lo cual impide una previsión climática eficiente. Estos cambios climáticos (sequias o intensas lluvias) actúan sobre la calidad y cantidad de los productos marinos e intervienen sobre el régimen de las aguas que alimentan los valles y oasis del desierto. Se trata de fenómenos catastróficos de corta duración que se presentan de modo recurrente pero imprevisto. (Lumbreras, 2006). En la sierra se aprecia una cantidad de diferentes ecosistemas, debido a las diversas alturas, relieves que generan microclimas y variaciones en las precipitaciones según las zonas. En cuanto al Altiplano, se lo define como una meseta de altura, esto es, una zona de poco relieve ubicada a gran altitud. Se trata de una serie de cuencas planas encerradas por serranías altas, que se ubican a
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más de 3.600 msnm. A partir del lago Titicaca, la cordillera de los Andes se va ensanchando progresivamente hacia el sur, dejando entre las cadenas montañosas más altas esta altiplanicie muy extensa, que también recibe el nombre de Puna. Su clima es frio y seco con grandes amplitudes térmicas diarias. La presión atmosférica es muy baja lo que ocasiona que haya menos concentración de oxígeno. Respecto a la flora, no hay gran diversidad, como en el caso de la sierra. Mientras que la fauna que presenta es mucho más rica (se destacan los camélidos como guanacos, vicuñas).
Conceptos analíticos Tomamos como herramienta de análisis el planteo de Vicente Llul y Rafael Micó (2007) acerca de la identificación arqueológica de ciertas características que pueden estar dando cuenta de una organización estatal. Estas son: 1) Centros primarios (capitales): dan cuenta de una administración centralizada. Esto puede evidenciarse arqueológicamente a partir de lo siguiente: -Artefactos indicadores de una organización centralizada (archivos, sellos, escritura, documentos de tributación, etc.). -Edificios vinculados a funciones centralizadas de alto nivel: palacios (lugares de residencia de la clase gobernante), edificios públicos (como grandes construcciones rituales y templos en donde se realizarían rituales públicos). -Indicadores de competencia entre las poblaciones y defensa: como fortificaciones, murallas y torres. 2) Evidencias de una administración centralizada fuera del centro primario en los siguientes indicadores arqueológicos: -Artefactos relacionados con actividades administrativas o artefactos exclusivamente producidos en el centro primario (sellos característicos de un sistema redistributivo, emblemas de autoridad y poder). -Uniformidad del sistema de pesos y medidas (inicio de la centralización económica). -Sistema viario desarrollado, red de caminos (el Estado facilita la circulación de bienes, productos e información). -Indicios de poder militar (que se encargue de proteger a la población, conquistar nuevos territorios, conseguir bienes y recursos): fortificaciones, guarniciones. 3) Jerarquización social: reflejada en contrastes en cuanto a la propiedad, el acceso a determinados recursos y el status. -Residencia de la elite en palacios o residencias diferenciadas. -Concentración inusual de la riqueza (por ejemplo tesoros o acumulación de bienes que el resto de la población no tiene). -Representaciones iconográficas de la elite y otros emblemas simbólicos de la autoridad (por ejemplo estatuas, monedas, pinturas). -Monumentos funerarios (producto de una inusual inversión de trabajo), ajuares espectaculares (en ocasiones acompañados por sacrificios humanos). 4) Especialización económica: indicadora de una estructura centralizada y de un aumento en la eficacia productiva. Algunas características que permiten dar cuenta de esto: -Agricultura intensiva, generalmente vinculada a técnicas de intensificación del trabajo (intensificar la producción por unidad de terreno): arado, obras públicas como los canales de riego, terrazas agrícolas. -Impuestos, almacenaje y redistribución: estructuras de almacenaje permanentes para alimentos y otros bienes.
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-Artesanado especializado con dedicación plena, identificado en las tecnologías particulares aplicadas a cada oficio (orfebres, tejedores, ceramistas). 5) Relaciones entre sociedades centralizadas -Actividad bélica organizada -Rivalidades rituales y emulación, reflejada en la difusión de determinadas costumbres o artefactos. -Armas bélicas, huellas de enfrentamientos en los restos óseos -Estructuras de protección y defensa como fortificaciones y torres. -Establecimiento de leyes para el gobierno y capacidad para obligar a su cumplimiento. A partir del planteo anterior analizaremos cada uno de los casos de las sociedades del Periodo Intermedio Tardío en el área Andina.
Características generales Para analizar el desarrollo de los estados regionales durante dicho Periodo, es necesario considerar la caída de Wari-Tiwanaku, lo cual implicó una regionalización cultural importante. Se plantean diversas hipótesis acerca del colapso de este imperio panandino. Una de las hipótesis más aceptadas, plantea que se habría producido a causa de cambios climáticos que implicaron grandes sequias registradas alrededor del 950 dC, -que se habrían potenciado hacia el 1100 dC-.3. Esto provocó un caos económico en la productividad agrícola, generando cambios políticos y sociales que habrían llevado al abandono y colapso de Tiahuanaco. El colapso de Wari primero y luego de Tiahuanaco, debió ser catastrófico para los pueblos andinos, generando una parálisis generalizada. Otra postura sostiene que la caída de Wari y Tiahuanaco fue producto de sus propias contradicciones ya que Wari en su conquista no se limitó a obtener los beneficios de la fuerza de trabajo, sino que al mismo tiempo estimuló el desarrollo urbano local de sus colonias que terminaron siendo tan poderosas como la misma capital imperial, generando un desequilibrio de poder. Consideramos que los efectos de la desestructuración de este gran imperio, sumado a la poca disponibilidad de agua y la vulnerabilidad de los cultivos, que habrían tenido lugar anteriormente, crearon secuelas que fueron determinantes en la preocupación de las sociedades por proteger los recursos de los cuales disponían, llevando esto al surgimiento de poderes locales que buscaban asegurar su subsistencia. “Los nuevos Estados y curacazgos (behetrías les llamaban los españoles) crecieron de acuerdo a sus posibilidades económicas. Pronto se hicieron más poderosos aquellos que disponían de recursos para el sustento de ciudades y ejércitos más grandes. “(Lumbreras, : 26) Es así que mientras que en la sierra surgieron estados más pequeños y en continuo conflicto por los recursos, en la costa no hubo una atomización de las sociedades, sino que tuvieron lugar desarrollos culturales más complejos y poderosos como el caso de Chimú o el Reino Chimor y el señorío de Chincha. Siguiendo a Lumbreras podemos decir que durante este periodo, se produjo un retorno a la independencia regional que hizo posible una revalorización de las sociedades previas a la conquista Wari, llevando esto a un retorno a las nacionalidades regionales –que nunca dejaron de existir-. Algunos de estos desarrollos regionales fueron: en Lima principalmente Chancay, en Ica el señorío Ica-Chincha, en la sierra sur (Vilcanota) Killke, en Mantaro los Wankas, en el Pampas (Sierra Central) los Chancas. Alrededor de Titicaca Tiwanaku se descompuso en varios pequeños estados como Pacajes, Lupacas y Collas. En Trujillo, donde antes se desarrolló el Estado Mochica, se consolidó el poderoso reino de Chimú. En esta época, se puede observar una clara distinción entre zona urbana y rural, teniendo apogeo la construcción de ciudades. La base económica de estas sociedades se encontraba en el área rural a partir de la producción agrícola. La población –aun la que vivía en el centro urbano- es totalmente rural, con excepción de los señores y sus allegados. Quienes vivían en la ciudad eran campesinos trasladados temporal o permanentemente para cumplir con funciones específicas de producción o servicio (construcción, artesanos
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especializados, soldados, sirvientes, etc.). La población urbana era reducida. La mayor parte de los recintos no tenían carácter de viviendas, sino que eran oficinas, patios, salones, almacenes, etc. Plantea Kauffmann Doig, que “Las culturas de este periodo no logran igualar la maestría de sus antecesoras con respecto al arte, y especialmente la cerámica”. (1973: Kauffmann Doig, Manual de arqueología peruana, página 373). Puede evidenciarse una estandarización en la producción artesanal así como un decaimiento de la singularidad y el detalle de las obras de arte, a partir de los restos arqueológicos y realizando una comparación con los desarrollos de los periodos anteriores –principalmente Moche y Nazca-. Debido esto al desarrollo de técnicas que permiten la producción en serie de la alfarería por medio de moldes, y los tejidos con el “uso extensivo de la pintura o de técnicas, como el tapiz, que logran bellos lienzos decorados dentro de un régimen iconográfico modular” (Lumbreras, : 28.). Según este autor, esto puede relacionarse con el aumento demográfico y el crecimiento de la elite. Este periodo se caracteriza por el un gran desarrollo técnico y funcional de la metalurgia, ya que se perfeccionaron técnicas ya conocidas en el trabajo de los metales, originando una gran diversidad y especialización artesanal –lo que supone un grupo especializado en la producción metalúrgica-. Se produjeron una gran variedad de instrumentos como cuchillos, hachas, azadones para la agricultura, punzones y cinceles. Son destacables las piezas suntuarias de uso de la elite como las joyas y adornos personales que sirven para demostrar exclusividad social. En cuanto a la caída de estos estados, según Kauffman Doig: el panorama de las naciones y señoríos de la sierra, antes de su anexión al imperio de los incas, es muy confuso y escaso. Se sabe de un grupo altamente belicoso que llegó a tener una hegemonía en el Perú antiguo: los Incas. Se dice que en un proceso de guerras los territorios que estaban bajo el control de los estados, fueron anexados al nuevo imperio. Los incas, tal vez como extirpadores de idolatrías, arrasaron con el pasado de estos estados –por ejemplo, en el caso de Pachacamac se realizaron construcciones incas sobre las preexistentes, también esto se evidencia en la producción cerámica tardía de estos señoríos regionales que empieza a presentar la influencia del estilo Inca-. Por otro lado existen pocas investigaciones sobre otros sectores fuera de Chimú, lo cual no contribuye a un mayor conocimiento sobre la caída de estos estados. En la fase de los Estados regionales, los incas aparecen como un grupo más entre otros que poblaban el territorio peruano. Su asiento estaba en la zona del Cuzco y los datos arqueológicos concretos que se tiene de esta fase (inca provincial) son escasos. En cuanto a la cerámica, esta se conoce con el nombre de killke, se estima que no fue fina, pero presenta algunas formas que hacen recordar a las de la época inca imperial.
ESTADOS REGIONALES A continuación analizaremos los estados regionales del Periodo Intermedio Tardío utilizando las características de Estado propuestas por Llul y Micó explicadas anteriormente.
CHANCAY Se localiza en la Costa central del Perú, con su centro en los valles Chancay y Chillón, también ocupando el valle del Rimac y las zonas de Lurín. Este territorio se caracteriza por ser desértico aunque con valles fértiles que conforman oasis fluviales, ricos en recursos. En el núcleo central se encuentran los sitios más importantes con restos arqueológicos diagnósticos como Cajamarquilla y Pachacamac. Ambos poseen un antecedente histórico común, la ocupación de la cultura Lima (Periodo Intermedio Temprano)- Pero presentan una diferencia: en Pachacamac hay evidencias de una ocupación continua desde el Periodo Intermedio Temprano hasta el Horizonte Tardío (Inca), mientras que Cajamarquilla se encuentra deshabitada durante el Horizonte medio y es reocupada hacia el 1000 dC.
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Centros primarios Chancay fue un Estado que tuvo bajo su dominio varios grupos de la costa y valles del Perú Central. Arqueológicamente se pueden identificar tanto grandes centros urbanos como pequeños poblados a sus alrededores. Estos grandes centros presentaban edificaciones cívico-religiosas y complejos palacios residenciales, con sectores socialmente diferenciados y cementerios cercanos. Tenían forma de terrazas escalonadas construidas con adobes, en donde se han encontrado lugares de culto, complejos habitacionales y espacios de depósito de basura; lo que indica que se trataba de sitios densamente poblados. En ellos tenía lugar la concentración de la producción masiva de objetos a partir de ciertas pautas impuestas por el Estado (por ejemplo textiles, alfarería, etc.). Por otro lado, se debe tener en cuenta que aquí tenía lugar el acopio de la producción agrícola que debía ser tributada por los poblados secundarios, para ser almacenada y redistribuida. Los principales sitios de Chancay son Pachacamac y Cajamarquilla. A continuación presentaremos ejemplos de indicadores arqueológicos de centralización primaria en los mismos.
-Pachacamac Esta ciudad está situada en el Valle de Lurín. La primera etapa constructiva corresponde a la fase Lima (200 a 600 dC), que organizó a los pobladores en torno a pirámides y canales de irrigación que permitieron una mayor productividad en los valles de la costa. En el Periodo Intermedio Tardío se observa un gran desarrollo arquitectónico con la construcción de templos y pirámides que convierten a Pachacamac en un centro religioso de peregrinaje al que acudía una gran cantidad de personas con el objetivo de realizar ofrendas y realizar ceremonias estatales (este circuito religioso permitía a la clase dominante absorber el excedente que se entregaba como tributo religioso a los dioses). Se construyeron al menos 16 edificios llamados por los arqueólogos "Pirámides con Rampa" (PCR), que son característicos de este periodo. Están formadas por una o más plataformas a cuya cima se accede por medio de una rampa (de ahí el nombre), la que generalmente se ubica en la parte central de la fachada. Delante de estas rampas se ubicaba una plaza cerrada por un muro con un solo ingreso. En la cima varias estructuras están construidas de tal modo que todas juntas y vista desde el aire tienen forma U con la abertura mirando a la plaza. El trazado de esta ciudad se organiza en torno a dos largas calles llamadas Calle Norte-Sur y Calle EsteOeste El cruce de ambas calles define cuatro grandes áreas llamadas "canchas". La mayoría de PCR tiene un acceso a algunas de estas vías. Los estudiosos de las PCR han dividido en dos partes principales a este tipo
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de edificios, la parte pública: el patio principal y la parte privada conformada por la pirámide, con estructuras en la cima y el plateau (escenario o atrio). Esta organización estaría dando cuenta de un acceso diferencial al espacio, de la existencia de una jerarquización social marcada. Así, en el patio principal (sector público) se realizaban ceremonias publicas dedicadas al culto al agua; evidencia de esto son vasijas rotas que tienen esculturas pequeñas de sapos o ranas en lugar de azas que unen el cuerpo de la vasija con el borde la boca, a través de la etnoarqueología es posible inferir que este tipo de esculturas están asociadas a ritos dedicados a propiciar las lluvias. También se han identificado restos de chicha sobre el piso del patio principal que permite suponer que estas festividades consistían en ofrendar esta bebida derramándola y bebiéndola de las vasijas descritas anteriormente que luego eran rotas y enterradas allí. El sector privado tenía un acceso restringido ya que solo se podía ingresar a el por medio de la rampa. Allí debieron ubicarse las personas de mayor jerarquía, quienes se encargarían de dar ceremonias privadas a una audiencia reducida. Su carácter religioso puede inferirse a partir de la presencia de hornacinas en sus muros y pequeños muros bajos y angostos adosados a una pared en forma de altar. Otra evidencia arqueológica de la importancia de este sector diferenciado es la preocupación constante por mantener en buen estado sus pisos y muros que fueron refaccionados al menos unas diez veces. Estos edificios también habrían servido como residencia del curaca que gobernó la ciudad. En donde se organizaron fiestas y ceremonias religiosas, se fabricaron objetos suntuarios y almacenaron los productos con los que se efectuó la reciprocidad con su pueblo y el comercio con las naciones vecinas. Eeckhout propone una hipótesis para explicar la PCR 3 presencia de tantas construcciones similares. Plantea que éstas se fueron construyendo cada 30 o 40 años y que a la muerte del gobernante de dicha PCR se lo enterraba en ella y el edificio era clausurado para su uso público, teniendo su sucesor que construir su propia PCR. Debido a que aún no se han realizado estudios completos de todas las PCR no se descarta que hayan coexistido varias al mismo tiempo. Esta propuesta hace referencia al sistema andino de herencia partida, que fue practicada por varios Estados preincaicos, y luego fue reutilizado por los Incas. -Cajamarquilla En la última etapa de ocupación del sitio, se construyeron grandes recintos amurallados asociados con pirámides, estos tienen un único ingreso que conduce a una amplia plaza que incluye un podio o estrado al que se accede por una escalera. De esta primera plaza se puede ir a otros ambientes recorriendo estrechos y zigzagueantes corredores que llevan a patios y a un sin fin de pequeños ambientes con banquetas y escaleras, por este motivo este tipo de estructura es conocida como “laberinto”.
Jerarquización social Podemos decir que era una sociedad altamente estratificada a partir del acceso diferencial al espacio explicado anteriormente, la residencia de la elite gobernante en palacios así como en los acompañamientos funerarios (ajuares).
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De esta manera, las tumbas de los miembros de la elite, consistían en cámaras rectangulares o cuadrangulares con techo de palos y barro cavadas hasta 2 a 3 m de profundidad, a las cuales se accedía por una especie de escalera. En ellas se depositaban ofrendas cerámicas, textiles y objetos de metales preciosos (los más notables llevan ofrendas de cuarzo, turquesa, lapislázuli, spondylus, y obsidianas). Los entierros eran diferentes para la gente común: consistían en fardos en los cuales el cadáver era colocado con las manos cruzadas delante del abdomen y/o sosteniendo las mandíbulas y con las piernas cruzadas o en cuclillas envuelto por varias capas de tela de algodón. La mayoría de llevaba una o dos cabezas falsas y modestas ofrendas.
Especialización económica Se han encontrado evidencias de una centralización económica basada en una agricultura intensiva de alimentos como el maíz, yuca, camote, ají, zapallo, calabaza y de plantas industriales como el algodón (fundamental para la producción textil). Esta actividad se complementó con la pesca y el intercambio interregional, vía terrestre hacia la sierra y selva, y vía marítima hacia el norte y el sur. Para mantener la producción agrícola fue necesaria la construcción de una infraestructura que permitiera la práctica de la agricultura a gran escala. Se han encontrado restos de canales de riego, acequias y represas, así como terrazas de cultivo. Por ejemplo, en Cajamarquilla y Pachacamac las construcciones fueron planificadas sobre obras de ingeniería hidráulica. Otro indicio que permite dar cuenta de una economía centralizada es la presencia de estructuras de almacenamiento. En Pachacamac, se han encontrado sectores de almacenamiento ligados a la parte superior de las PCR que fueron usados para guardar los alimentos y provisiones usadas en las ceremonias dedicadas al culto a los muertos. También existían almacenes asociados a los espacios públicos, que habrían tenido la función de abastecer a los peregrinos que se congregaban en estos espacios o para contener los productos allí realizados. En los alrededores de las PCR se encuentran canchones que tuvieron usos múltiples entre los que se destaca el secado de ají o maíz, y el encierro del ganado (posiblemente llamas). Por otro lado, existe una producción artesanal especializada con dedicación plena. La manufactura de bienes es abundante y homogénea, tanto en cerámica como en textiles, lo que supone producción masiva.
Almacenes en Pachacamac
La alfarería se caracterizaba por sus cantaros llamados popularmente “chinos” (algunos llevan tocados, orejeras y pinturas en el cuerpo). Prevalecen las representaciones de hombres y animales (sobre todo de aves y monos). Esta cerámica es clasificada en tres fases: preliminar en donde algunas cerámicas son tricolores, el clásico con predominio de la pintura negro sobre blanco, y el final de descuidada confección. Existía una variedad de motivos y formas. En cuanto a la textilería, esta fue de gran relevancia. La materia prima utilizada era lana de llama, algodón, mallas de pelos. Se practicaban una variedad de técnicas y los iconos más representados, estos eran monos, aves y felinos. Se destacan gasas, bordados y telas pintadas.
Jarro
Además se trabajaban otros materiales como la madera con la cual se tallaban artefactos cotidianos como estatuillas y adornos, y en metal la plata se utilizaba para la confección de apliques en vestidos, adornos y máscaras. Borde de camisa
Evidencias de una administración centralizada fuera del centro
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primario Podemos plantear que existió una religión impuesta por el estado, el cual se edificó templos y lugares de culto tanto en el interior como fuera del centro primario; ejemplos de esto son las huacas como: San Marcos (San Miguel), Pucllana (Miraflores), Huallacmarca (San Isidro), y Vista Alegre (cerca de Puruchuco). No se han encontrado evidencias de viviendas, pero sí existen restos de canales de regadío que conectaban a las distintas huacas.
Huaca San Marcos, Perú
ICA-CHINCHA El estado de Ica-Chincha se desarrolló en los valles de Chincha, Pisco, Ica y Nazca, pero su centro político estuvo en el valle de Chincha. Estos valles se extienden sobre un desierto muy árido, desembocando en el océanos pacifico, permitiendo el acceso a una gran cantidad de recursos marinos, que varían según los fenómenos del niño o niña. Otra característica a tener en cuenta es la presencia del río Viejo, cuyo cauce permitió el desarrollo productivo de una extensa porción de desierto, y por ende el establecimiento de las sociedades más destacadas del sur (Chimú, Ica-Chincha en el Periodo Intermedio Tardío). En cuanto a su antecedente histórico, observamos rasgos diagnósticos que pueden hablar de un legado por parte de Nazca, que luego fue derrotado por el Imperio Wari. Durante el florecimiento de los estados regionales Chincha fue considerada una de las sociedades más importantes junto a Chimú. En la época Inca mantuvo su importancia.
Centros primarios Los Ica-Chinchas fundaron varios centros independientes, en algunos valles se destaca la construcción de edificios públicos y/o sagrados y quizás con características de fortaleza, que debieron funcionar como centros político-administrativos.
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Belmont Colombres, María Eugenia; Dimarco, Luciana y Portelli;Natalia. (2013): El Período Intermedio Tardío en el Área Andina. Asignatura Arqueología Americana (Licenciatura en Antropología). Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Salta. Corrección R. Ledesma
No se puede admitir la existencia de un centro principal fuerte, pero sí de centros autónomos que se establecieron entre Pozuelo y Sunanpe, que tenían como divinidad principal a Chinchaycamac, estableciendo sus asentamientos primordiales en los complejos formados por los sitios de: La Centinela, Tambo de Mora, La Cumbre entre otros complejos secundarios ubicados al sur y centro del valle mismo, pero todos ellos conectados con una red de caminos. La Centinela se encuentra ubicado en el valle bajo de Chincha, a cercanías del mar. Fue un asentamiento principal, en donde prosperaron curacazgos de agricultores, pescadores, artesanos y mercaderes. Dicho complejo está constituido por montículos piramidales de tapia, incluyen terraplenes, patios, cuartos y calles. En la cumbre de una pirámide, se logró rescatar la parte inferior de un muro decorado con frisos en relieve, dibujos geométricos y la estilización de aves, resaltando su carácter ceremonial y residencial. El sitio Tambo de Mora parece haber sido también uno de los centros administrativos principal de este periodo. Las huacas de Tambo de Mora están organizadas alrededor de una gran plaza amurallada formada por dos terrazas a distinto nivel, este espacio dividido en dos conjuntos arquitectónicos, teniendo a ambos lados dos sólidas y altas estructuras de forma piramidal. Los muros están construidos con la técnica de la tapia. Por otro lado se debe resaltar, la pirámide de Lurin Chincha y la fortaleza de Ungara, que demuestra rastros de disputa y competencia con otros grupos cercanos.También se encuentra las Huaca de Ica “La vieja” construida en terrenos irrigados por la Chirana, que hicieron posible la ocupación intensiva de la zona.
Evidencias de una administración centralizada fuera del centro primario Como dijimos anteriormente los centros primarios como La Centinela y Tambo de Mora se hallan comunicado a través de una red de caminos con otros complejos secundarios, que permite agilizar el intercambio y el control estatal sobre esta región. Esto demuestra, como así también la construcción de fortificaciones, la influencia de una administración centralizada en la periferia del núcleo principal. Por otro lado la producción alfarera refleja como el centro determinaba la confección de la cerámica siguiendo un patrón determinado, quizás con una variación local. Esto puede observarse en la cerámica, utilizada como tributo o bien como recipiente de este, que debía realizar la población subordinada.El régimen común es la base de un estilo policromo; los motivos decorativos siguen una norma geométrica con predominio de diseños deformados por un tratamiento textil, con un régimen que modifica los perfiles curvos u oblicuos con líneas escalonadas; son frecuentes las representaciones convencionales como izadas de pájaros y peces que ha bases pierden su fondo dentro de perímetros que son combinaciones de ángulos.
Jerarquización social La jerarquía se refleja en la propiedad, el acceso a determinados recursos y el status. En Ica-Chincha las pirámides ostentosas debieron ser no solo lugares ceremoniales, sino también residencia de la elite. La población estuvo dividida en la nobleza -encargada de los cargos administrativos-, los sacerdotes y el pueblo, constituido por mercaderes, artesanos, pescadores y campesinos, de ahí que se señala que dentro de la sociedad Chincha se desarrollaba diversas actividades económicas las cuales fueron la agricultura, la pesca y principalmente el comercio. Los objetos suntuosos son referencia de una diferencia social, por ejemplo: el spondylus (obtenido por un comercio a larga distancia desde el Ecuador), la joyería, los tejidos y la confección de palos timón que están destinados a los dirigentes de las embarcaciones. La diferencia social es visible en los entierros y el acompañamiento funerario asociado a ellos.
Especialización económica Las condiciones naturales del valle, permite el desarrollo de una alta productividad agrícola y su cercania al oceano, permitieron el acceso a los recursos marinos, es decir que la economía Ica Chincha se caracterizó por ser agromarítima. Complementaban el cultivo del maíz, los porotos y los ajíes, entre muchos otros productos agrícolas, con la explotación de los recursos del mar, tales como peces, moluscos y crustáceos. La dedicación plena a cierta actividad como la confección de ceramica, textil y metalurgia muestran una gran especializacion en ciertas actividades. En Ica-Chincha la talla en madera alcanzó gran perfección, se destacan las
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Escudilla policroma
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palas y remos, algunos de los cuales se encuentran llenos de figuras esculpidos en bajorrelieve. Se plantearon varios problemas a la hora de identificar el uso de los instrumentos, se plantea: que fueron palos timón directivos de embarcaciones que se movilizaban con velas semejantes a los llamados Jagandas que se dan en el Ecuador. Otro grupo los asimilo como remos. Un tercer grupo considera que son palos similares a los remos, pero con una función de labranza. En cerámica desarrollaron un estilo bastante emblemático. Hay botellas globulares con cuellos altos, tazas y ollas, aunque los más populares eran los cántaros globulares de cuerpo ancho, y gollete con reborde. Sus diseños son principalmente motivos geométricos y combinaciones de representaciones de pájaros y peces. Algunos arqueólogos señalan que la cerámica de esta cultura tuvo dos estilos: uno llamado Ica tardío y el otro llamado Chincha, lo que si se llego a establecer con precisión es que la cerámica chincha tiene un estilo muy característico, por más que se noten influencias del horizonte medio y de la tradición Ica.La cerámica que se encuentra, sigue un patrón uniforme, en el que las variaciones tienen importancia (son índice de cierta independencia entre los valles en lo cultural). El régimen común es la base de un estilo policromo en el que los colores rojo, para la base, y blanco y negro son los más comunes, además se descubrió que utilizaron otros colores como gris y crema; los motivos decorativos siguen una norma geométrica con predominio de diseños deformados por un tratamiento textil, con un régimen que modifica los perfiles curvos u oblicuos con líneas escalonadas; son frecuentes las representaciones convencionales izadas de pájaros y peces que ha bases pierden su fondo dentro de perímetros que son combinaciones de ángulos. En cuanto a la arquitectura, la sociedad chincha se destaco en los templos, palacios y fortalezas. En su arquitectura practicaron la técnica del estuco decorando los muros con cabeza de peces, alcatraces y otras aves marinas. Alrededor de estos edificios levantaron viviendas de esteras y de cañas en donde habito la mayoría de la población. Si bien es cierto que las ruinas, actualmente se encuentran muy deteriorados, sin embargo restos de ella la podemos apreciar en los conjuntos arquitectónicos de la Huaca de Tambo de Mora, La Centinela de San Pedro, la de Lurin Chincha y La Cumbre.
Vaso narigón
En cuanto a la metalurgia, sus obras típicas son los "Vasos Narigones" confeccionados en plata, oro o aleación de estos metales; medían aproximadamente 20 cm de alto. También hubo vasos retratos de aleación de cobre con plata.
Relaciones entre sociedades centralizadas Los comerciantes cumplieron un rol importante dentro de esta sociedad, dada las intensas relaciones de intercambio que mantenían con las distintas zonas del mundo andino, que llegaban a través de grandes balsas de alta mar. La actividad económica de larga distancia, habría tenido implicancias políticas, integrando territorios que le permitian llegar hasta lo mas extremos puntos del norte y sur.Se infiere que llegaron hasta Centroamérica, ya que allí se encontraron productos que habrían sido exportados por los mercaderes de Ica Chincha, como las conchas spondylus, propias de Ecuador y Perú. Sus grandes habilidades comerciales y sus avances tecnológicos en navegación permitieron extender su influencia por todo el territorio que luego seria parte del Imperio Inca.
HUANCAS Los Huancas se ubican en los valles interandinos, en la cuenca del Mantaro (sierra central).Algunos autores dividen esta cuenca en dos regiones, una que va desde las punas de Junín hasta Tarma; y otra, la que va desde Jauja hasta Huancayo. En esta ultima región se asentaron los Huanca, que representaron a una entidad política del tipo de jefatura incipiente. Daltroy considera que los Huancas no eran un estado unificado, antes de la conquista inca.Los estudios arqueológicos revelan que esta sociedad estaba compuesta por una serie de entidades jerarquicas en conflicto crónico entre si por el acceso a los recursos economicos.Desde alli se infiere que la guerra era un aspecto común y estratégico entre los Huancas, que pudo haber suministrado un vehiculo para el desarrollo de
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Belmont Colombres, María Eugenia; Dimarco, Luciana y Portelli;Natalia. (2013): El Período Intermedio Tardío en el Área Andina. Asignatura Arqueología Americana (Licenciatura en Antropología). Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Salta. Corrección R. Ledesma
jerarquías políticas y sociales, con el fin de tomar el poder.El autor deduce teniendo en cuenta lo anterior, que el sistema politico parece haber estado en una fase dinámica y el poder se confería cada vez mas a unos pocos elegidos que lo trasferian a los hijos mas capacitados. A ello se sumaba un mecanismo, estratégico, que buscaba agrupar unidades politicas, para desarrollar dentro de ellas grupos sociales fuertemente diferenciados y con acceso desigual a la tierra y al trabajo, antes de la conquista inca. Los efectos belicosos entre los grupos se cristalizan arqueológicamente en un cambio radical en la organizacion de los asentamientos que se dio aproximadamente en el 1350 dc. La población que anteriormente se encontraba dispersa en pequeñas aldeas, ahora conformaban grandes pueblos nucleados sobre las cimas. Otra caracteristica significante es la construccion de terrazas, muros y fosos concentricos, que cumplian la funcion de proteger la poblacion, a falta de defensa natural de acantilados y pendientes abruptas. Al ubicarse en estas localizaciones, los Huancas perdieron el acceso fácil a las mejores tierras agrícolas donde producian los cultivos preferenciales del complejo del maíz.
Organización social Se cree que la estructura social característica de esta sociedad era el Ayllu, que se consideraba un grupo de parentesco endogamo y corporativo con descendencia por la línea masculina pero posiblemente con herencia bilateral. Poseía la mayor parte de los recursos en forma comunal que incluía la tierra para la agricultura y la ganaderia. El acceso se asignaba a las unidades de vivienda.
Patrón de asentamiento Los ciudades huancas que se destacan son Hatunmarca, Tunamarca y Unpamalca. Parecen haber sido los núcleos más importantes que cuales integraron administrativamente pequeños sitios. Hatunmarca se caracteriza por la presencia de arquitectura pública, ausente en las pequeñas aldeas de características más domésticas, lo que señalaría un incipiente desarrollo político especializado. Esto estaría dando cuenta de los cambios en la organización de los asentamientos, que según Daltroy, ocurrieron en la etapa la etapa tardía de los huancas. En el Complejo arqueológico de Tunanmarca, se utilizó el método contructivo de pircado de piedra canteada, con uso de argamasa y de pachillas (piedras pequeñas que ayudan en la unión de la piedras grandes). Se destaca la presencia de tres murallas que rodean al complejo. Se han localizado cerca de 3000 recintos habitacionales que presentan una planta circular, rodeando un patio. Se hallaron pasadizos que conectaban las viviendas, los cuales forman una estructura laberintica. Algunos elementos arqueologicos –como restos de fogones- nos permiten inferir que estas viviendas eran multifuncionales (eran lugares de descanso,depósito, cocina). Las unidades residenciales cuyas construcciones tenían mejor acabado y un tratamiento especial de la piedra curiosamente contaban con hasta seis edificios alrededor del patio y se localizaban hacia la parte central del complejo, cerca de las plazas, motivo por el cual se las considera como residencias de la elite huanca, siendo esto un indicador de jerarquias sociales.
Economía: Los Huanca dominaron las punas, el valle medio aluvial y desarrollaron relaciones de diversos tipos con la selva. La agricultura, pastoreo y el intercambio regional formaban las bases de la economía de estos
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Belmont Colombres, María Eugenia; Dimarco, Luciana y Portelli;Natalia. (2013): El Período Intermedio Tardío en el Área Andina. Asignatura Arqueología Americana (Licenciatura en Antropología). Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Salta. Corrección R. Ledesma
PERIODO KILLKE. CUZCO PREINCA Existen diferentes posturas que intentan explicar la situación de la ciudad de Cuzco preinca durante el Periodo Intermedio Tardío. En este contexto, se sitúa la discusión entre la arqueología y la historia, las cuales, según Paroy Villafuerte (Paroy Villafuerte, 2010) no llegan a un acuerdo acerca de esto. Es así que los argumentos presentados por ambas disciplinas se contradicen, por lo que el autor entiende que es necesario tratar de logar una comprensión entre la arqueología y la historia. Acerca del término Killke, existe una discusión entre diferentes investigadores en cuanto a si considerarlo como una “cultura” o como un estilo cerámico. Plantea Paroy Villafuerte que la concepción Killke es usada de forma confusa de acuerdo a la fuente histórica o arqueológica. Podemos decir que Killke fue introducido por John Rowe en el año 1492 para referirse al estilo cerámico hallado por Uhle en 1912 que no encajaba en ninguna de las sociedades que se conocían hasta el momento. Esta cerámica fue hallada en contextos cuzqueños y cercanos a los incas, lo cual genero un problema en cuanto a sus orígenes. Por lo que la arqueología se vio obligada a consultar a fuentes históricas, mientras la historia debió utilizar teorías y técnicas de la arqueología. Una postura acerca de Killke entiende que éste sería un estilo cerámico perteneciente a los Ayarmacas (quienes habrían poblado Cuzco antes de que los incas llegaran al valle, por lo tanto seria preinca). Adscriben a esta posición Waldemar Espinoza Soriano y María Rostowrowsky. El primero afirma que la cerámica ayarmaca ha sido identificada con el nombre de Quillque. La segunda, sostiene que cuando hablamos de Killke estaríamos hablando de una cerámica de baja calidad artística que habría pertenecido a los grupos ayarmacas que ocuparon la región antes que los incas. En resumen, para ambos autores, Killke sería solo un estilo cerámico cuyo contexto seria los ayarmacas. Otra concepción diferente es aquella que define a Killke como una “Cultura”, lo cual implicaría relacionar un estilo alfarero a una sociedad y a sus manifestaciones culturales. Lumbreras propone que se trataría de una cultura que se había originado a partir de la influencia Wari en Cuzo, convirtiéndose en una potencia regional. Autores como Duccio Bonavía y Mc Ewan concuerdan con el reconocido arqueólogo peruano en que la cultura killke se origina en un grupo llamado Qotacalli, cuyo estilo habría sido influenciado por Wari, dando lugar en el Periodo Intermedio Tardío a Killke. De esta manera, Killke sería una sociedad preinca. Apoyando la idea de “cultura killke” están Dwyer y Kendall. Por otro lado, hay autores que mencionan la dificultad de definir Killke. Al respecto, Rivera Dorado propone que podría haberse tratado de una cultura autóctona e independiente de Cuzo o que se habría tratado de una cultura extraña llegada a Cuzco después del siglo XII. Este autor se inclina aceptar que lo que hoy en día llamamos Inca seria Killke evolucionado pero también podría suponerse que Killke fuera una variedad del complejo incaico y no una cultura en sí. Otra postura diferente es la de Bauer, quien plantea que Killke es un periodo anterior del que luego evolucionan los incas. Denomina de esta forma al momento de la temprana formación estatal inca en la región del Cuzco, asociado a la producción de alfarería Killke. En cuanto a las contradicciones nombradas anteriormente, la arqueología muestra a los Incas como un grupo local que se desarrolla paulatinamente mientras la historia habla de grupos que se asentaron en el Cuzo pero provenían de otros lugares. Respecto a esto, Bauer plantea que en la zona de Paruro, el valle de Cuzco y alrededores, que según fuentes históricas estuvo poblada por grupos en constante conflicto, no tuvieron fronteras que delimitaran la distribución de cerámica Killke; desde la arqueología, los estilos alfareros de la región del Cuzco no parecen dar cuenta de elementos a partir de los que podría inferirse una identidad étnica, permite suponer que el periodo Killke estuvo caracterizado por la armonía y el intercambio regional. Es posible sugerir que las relaciones regionales ya habían comenzado a desarrollar un eje Cuzco-céntrico y que durante este mismo periodo, el valle del Cuzo podría haber está comenzando a surgir como un centro de producción regional. Plantea también que la cerámica puede estar reflejando la centralización del poder político en manos de una elite. Otra contradicción importante entre historia y arqueología se da en torno a la continuidad o discontinuidad de Killke con los incas. La información histórica sostiene que luego de vencer a los Chancas, Pachacutec reorganiza la población total por lo que es difícil precisar la zona en que habitaba cada ayllu o etnia ya que los incas procedieron a reubicar los grupos y a una nueva reparación de las tierras. Desde la
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arqueología, Bauer plantea una continuidad histórica entre Killke y los Incas; a partir del estudio de varios sitios que considera Killke, argumenta que no existe evidencia arqueológica que apoye la idea de que varios de estos sitios fueron abandonados con el surgimiento del estado inca. Siguiendo a Paroy Villafuerte, no puede definirse a Killke como una cultura o una sociedad ni como la primera etapa inca (ya que la producción de alfarería Killke habría iniciado alrededor del 1000 dC mientras que la fundación de Cuzco se especula en 1250 dC aproximadamente por lo que Killke es anterior a la llegada de los incas al Cuzco), sino como etapa precuzqueña, la cual se identifica con un estilo especifico de cerámica. Éste se caracterizaba por presentar formas toscas como finas, decoradas en rojo sobre crema y en negro con diseños geométricos y lineales. Las formas predominantes son las de vasos con lados rectos, platos abiertos y cántaros con cuellos anchos.
(Mapa extraído de D’altroy (2012: Los incas, pág. 79))
D’altroy plantea que la información de la que dispone para el Periodo Killke (comprendido entre el 1000 y el 1400 dC aproximadamente) es fragmentada ya que la mayor parte de la arquitectura temprana del Valle de Cuzco ha sido eliminada por la acción humana o por las catástrofes naturales. En cuanto a los modelos de asentamiento, la información que se tiene de la fase Killke se ha obtenido mediante reconocimiento y algunas excavaciones que se han realizado a bastantes kilómetros de la capital. También se han registrado varios emplazamientos Killke a una distancia aproximada de setenta kilómetros de Cuzco, fundamentalmente en los valles del Apurimac y el Vilcanota-Urubamba. Desde la arqueología, se considera que en la cuenca del Cuzco, una jerarquía de enclaves (que estaría indicando la existencia de una población organizada mediante una jerarquía político-social) comenzó a tomar forma entre los años 100 y 1200
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dC. Es así que localidades tales como Choquepuquio, Minas Pata y Kencha, que ocupaban hasta setenta hectáreas, quizás estaban habitadas por varios miles de personas. Los yacimientos más conocidos del periodo Killke se encuentran en escasas elevaciones por encima del fondo del valle y solo dos se hallan ubicadas en lugares de buena defensa, por lo que podría decirse, estas personas no estaban demasiado preocupadas por la posibilidad de conflictos con otros grupos. Fuera de la cuenca de Cuzco los modelos de asentamiento del estilo Killke se pueden comparar a los de la zona central ya que también se sitúan sobre pequeñas lomas o en lugares próximos a las tierras ricas del fondo del valle –aptas para la agricultura de maíz-, pero se diferencian en su escala y jerarquía. Localidades del oeste como Paruro y Limatambo carecen de fortificaciones; los mayores asentamientos de Paruro no eran más que aldeas. Respecto al norte de Cuzco, los asentamientos eran pequeños y poseían una orientación defensiva. Respecto a la arquitectura y otros restos materiales, D’altroy sostiene que no existió una dirección centralizada o una producción a gran escala de objetos del periodo Killke, planteando que a diferencia de la cerámica imperial que estaba enormemente estandarizada y se caracterizaba por ser fina, la Killke era de ejecución variada y tosca. Concluye que “el conjunto de los variados materiales de Killke no muestran señal alguna de la existencia de administración central en su artesanía” (D’altroy, 2003). Por lo que una vez más, podemos reafirmar la idea anteriormente planteada de que no se puede hablar de Killke como una cultura o sociedad.
El caso de Chokepukio Este sitio está ubicado en la cuenca de Lucre y la información que provee es de gran importancia, ya que contiene la única arquitectura monumental superviviente del Periodo Intermedio Tardío en el Cuzco. “La escala y características de la arquitectura, así como el conjunto de los artefactos documentados en Chokepukio, produjeron una enorme cantidad de nuevos datos acerca de las condiciones políticas, sociales y económicas en el Cuzco del Periodo Intermedio Tardío.” (McEwan et al, 2005). Las características de este sitio permiten a los investigadores suponer que los predecesores imperiales de los incas en el Cuzco también construyeron centros estatales especiales y utilizaron arquitectura específica para estos propósitos. “El plano de planta de la arquitectura y la estructura general, así como los fechados radiocarbónicos aluden a que una entidad política compleja tuvo su sede en Chokepukio durante tres o cuatro siglos entre la caída del imperio Wari y el ascenso de los incas”. (McEwan et al, 2005: 257).
Chokepukio.
A partir de esto, los autores plantean que Chokepukio pudo haber sido un centro regional principal en el Cuzco durante el Periodo Intermedio Tardío y que posiblemente haya sido el sitio dominante. También hay que tener presente que el hecho de que los incas no hayan demolido o destruido Chokepukio, e incluso hayan realizado importantes ofrendas allí, estaría dando cuenta de se trataría de un lugar sagrado y de gran prestigio. Para los autores, se trataría de un centro político y religioso de una entidad política que surgió luego del colapso del imperio Wari. Hitunen y McEwan han planteado que sería la sede del gobierno de la entidad política conocida como Pinagua en la etnohistoria.
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Algunas características del sitio que permiten hablar de éste como un centro primario y de gran prestigio son: -La presencia de edificios vinculados a funciones centralizadas de alto nivel. En este caso se trata de una arquitectura monumental: grandes estructuras con nichos revelan que estas funcionaron como galpones destinados para rituales y fiestas. -El tamaño, arquitectura y ubicación física del complejo son evidencias de poder político y social de este centro. Se invirtieron enormes volúmenes de trabajo en la construcción de grandes recintos. La fuerza de trabajo –plantean los autores- pudo haber sido movilizada por medio de la reciprocidad andina en la que los gobernantes y la elite requerían trabajo y cooperación y a cambio debían proporcionar los materiales para la construcción, alimento, bebida (chicha), regalos (vestido, joyas, vasijas, metales preciosos, etc.). Además, el sitio está situado estratégicamente en una colina fácilmente defendible desde donde se podía controlar el camino principal Norte-Sur de la sierra de los Andes del Sur. También se encuentra ubicado cerca de un número de rasgos naturales hídricos que pudieron haber tenido un gran significado sobrenatural. Todos estos rasgos pudieron haber sido considerados sagrados o como huacas que daban gran prestigio y poder al lugar. Es decir, no solo se habría tratado de un centro político sino también de un centro religioso. -Su carácter sagrado o su importancia religiosa se pueden inferir a partir de la gran cantidad de ofrendas que se han encontrado en la excavación de recintos donde están ubicadas posibles huacas de piedra. Debido a la estrecha asociación entre los ancestros muertos y el agua (canales dentro de los recintos) hace pensar que estos estaban diseñados para el culto tanto del agua como de los ancestros de los linajes más importantes.
Otros elementos del sitio dan cuenta de la existencia de jerarquización social: -En primer lugar, el acceso a estos grandes recintos es restringido y se realiza por medio de entradas estrechas de casi 1 metro de ancho. A su vez, se accede a estos espacios por medio de calles muy angostas que miden 2 metros o menos de ancho. Esto es evidencia de que no toda la población tenía acceso a estos lugares, lo que está dando cuenta, por un lado del carácter sagrado o de poder que implicaban estos recintos, por otro lado del acceso diferencial a estos espacios. Es decir, eran espacios restringidos a determinados grupos de personas de prestigio, gobernantes, pertenecientes a la elite. -En segundo lugar, la presencia de una elite o de un grupo social jerárquico o de poder puede evidenciarse a partir de los objetos encontrados en los grandes recintos que están dando cuenta de una considerable riqueza material y alto rango social. Se han encontrado numerosas vasijas y tiestos finos, objetos preciosos que parecen haber sido los restos de ofrendas (láminas de oro, fragmentos de Spondylus, cuentas de el mismo material, cuentas de turquesas, discos de plata, un tupu de oro, lámina de oro en forma de camélido, pequeñas piedras de colores talladas, etc.). A partir de esto, Mc Ewan y colaboradores plantean que los miembros del linaje, representados por un galpón particular pudieron reunirse allí para pedir ayuda y bendiciones a sus ancestros y para honrarlos. Entienden que la estructura de esta entidad política parece haber consistido en una jerarquía de linajes que estaban representados en los recintos destinados para festines, donde la gente se reunía para celebrar sus ritos familiares, honrar a sus ancestros y concretar sus obligaciones de parentesco. En cuanto a la especialización económica, si bien no se han encontrado lugares de almacenaje, se puede suponer que las evidencias de prácticas de festines y banquetes de cierta forma indican que parte de la producción de alimentos y bebida, así como también artesanal, habría sido destinada especialmente para estas actividades. En cuanto a los productos artesanales nombrados anteriormente (alfarería, productos suntuarios) se puede decir que habría existido un grupo de la sociedad dedicado plenamente a la producción artesanal.
COLLAS, LUPACAS Al decaer el poder unificador de Tiwanaku, en el Altiplano tuvo lugar la fragmentación política en un ambiente de constante conflicto, de gran belicosidad. Esto puede evidenciarse a partir de estudios que han detectado gran cantidad de pucarás en esta región que fueron ocupados en el Periodo Intermedio Tardío.
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Según Silva Sifuentes, durante dicho periodo, la región del Altiplano estuvo habitada por pequeñas etnias representadas por entidades políticas de cierta complejidad conocidas como los “reinos lacustres”. Se trata de una región en la que la heterogeneidad étnica era bastante grande, aunque se reconoce a Collas, Lupacas y Pacajes como los grupos más poderosos ubicados en torno al Lago Titicaca. En este contexto de fragmentación política y de constante conflicto, estos grupos buscaban afianzar el control del territorio, por lo que utilizaron diferentes estrategias para reforzar la identidad étnica, marcar territorio y consolidarse políticamente. Uno de estos mecanismos ideológicos de control social fue la organización de peregrinaciones hacia centros religiosos como Cutimbo (Lupaca) y Sillustani (Colla). Plantea Arkush que las fuentes históricas sugieren que las sociedades preincas de la cuenca del lago Titicaca fueron “proto-estados” centralizados y unificados; sin embargo, existe poca evidencia arqueológica que apoye esta representación. Se ha prospectado una porción del territorio Lupaca, lo que ha permitido identificar patrones de asentamientos sin ninguna jerarquía centralizada de sitios, cuestionando la información de las crónicas. En este sentido, la autora sostiene –a partir de la evidencia arqueológica- que no existió un “Señorío Colla” unificado al momento del encuentro con los incas, sino una serie de grupos o confederaciones subregionales; la guerra habría sido fundamental en las relaciones socio políticas en la segunda mitad del Intermedio tardío -en este caso favoreciendo la fragmentación y no la consolidación como siempre se plantea-. (2009: Arkush, Pukaras de los collas: Guerra y poder regional en la cuenca norte del Titicaca durante el Periodo Intermedio Tardío). Acerca de los centros primarios de las entidades políticas más poderosas, se acepta que Hatunqolla quizá fue la capital de los Collas y Chucuito de los Lupacas. Estos habrían sido centros que encabezaron otros centros menores construidos con fortificaciones dentro y fuera de la cuenca del Altiplano. La economía de estos grupos estaba fuertemente basada en la ganadería y pastoreo de llamas y alpacas que proporcionaban lana, carne y era un medio fundamental de transporte. Accedían a otros recursos que no proporcionaba el ecosistema del altiplano por medio del control vertical de pisos ecológicos, estableciendo colonias en otros lugares para de esta manera poder conseguir maíz, ají, coca y algodón por ejemplo. El pastoreo, la textilería y el intercambio de bienes fueron actividades económicas centrales para estos pueblos. Arkush sostiene, a partir de las investigaciones arqueológicas realizadas en el área Colla, que ésta, en lugar de estar unida políticamente durante el Periodo Intermedio tardío, se encontraba fracturada en varias jerarquías regionales (conjuntos de sitios fortificados), encontrándose en cada conjunto o entre varios conjuntos centros mayores. Frye identifica en el área Lupaca centros mayores espaciados regularmente, se trataba de asentamientos fortificados en las cumbres de los cerros, llamados Pucarás. Cerca de estos, se localizaron aldeas pequeñas sin fortificaciones. Frye y de la Vega concluyen que la sociedad Lupaca probablemente estuvo compuesta por varios centros bélicos que podrían haberse unificado con fines defensivos pero que en general eran autónomos (Arkush, 2009).
Conjuntos hipotéticos de pukarás aliados, ligados por líneas de vista <10 km de distancia. (Arkush)
Los pucarás del área Colla habrían tenido una importante función defensiva pero también habitacional. Eran mayormente sitios habitaciones, a juzgar por las estructuras circulares que las excavaciones establecieron como cimientos de viviendas; asimismo, los artefactos de la superficie y recuperados en las excavaciones apuntan a la existencia de una economía doméstica (morteros, piruros, azadones, lascas, etc.). También se
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encontraron estructuras que posiblemente hayan sido utilizadas para almacenamiento. Al mismo tiempo, podemos decir que los pucarás fueron sin duda sitios construidos y diseñados con fines defensivos. Esto estaría dando cuenta de: por un lado, la existencia de una administración más o menos centralizada y de poder militar organizado, así como de relaciones conflictivas entre grupos. Las evidencias arqueológicas que indican que los pucaras tuvieron una función importante en la guerra son: tenían murallas defensivas múltiples y concéntricas, las entradas eran puertas mayormente pequeñas que pudieron ser bloqueadas con escombros, muchos muestran parapetos en sus murallas de defensas y en algunos hay concentraciones de piedras que pudieron ser utilizadas como proyectiles de hondas –encontrándose estratégicamente cerca de los muros-.
Un pucará de tamaño medio (Arkush)
De la Vega y Stanish, proponen que los centros de peregrinaje habrían sido mecanismos de integración política en las sociedades complejas del Altiplano del Titicaca. Analizan esta idea a partir de dos centros funerarios de gran importancia: Cutimbo (Lupaca) y Sillustani (Colla). Entienden que estos lugares de peregrinación habrían sido centros de poder sacralizado que poseían una gran capacidad de convocatoria no solo por la revelación de lo sagrado que implicaban, sino también por el contenido simbólico asociado y todo el conjunto de actividades vinculadas a ellos. Estos centros religiosos habrían convocado grandes cantidades de peregrinos que se reunían allí a celebrar el culto a los antepasados. Estas actividades religiosas habrían sido sostenidas por los grupos Lupaca y Colla para reforzar el control social y político de la población. Tenían como principal objetivo fortalecer la integración e identidad colectiva a través del reconocimiento de los vínculos entre la comunidad y los antepasados. Se pretendía reafirmar también los derechos de propiedad étnica sobre un determinado territorio, ya que podemos decir, la presencia de entierros (en estos casos chullpas) servían como hito y símbolo del control de un determinado espacio por parte de una población. Esto nos estaría revelando una administración centralizada, en este caso a través del uso de mecanismos ideológicos y religiosos para controlar social y políticamente a los pobladores. Sillustani se ubica sobre una pequeña península en el lago de Umayo, a menos de 4 kilómetros de Hatunqolla. Las chullpas de este sitio se encuentran entre las más grandes y mejor elaboradas de todo el Altiplano y de los Andes (para la construcción de estas estructuras se debe haber requerido de movilización de
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mano de obra, lo cual estaría indicando una cierta jerarquización social, así como también un poder importante). Fue un gran centro funerario formado por un conjunto de cementerios en lo que se encontraban diferentes tipos de entierros. Cutimbo se encuentra a 18 kilómetros al suroeste de Chucuito. Al igual que Sillustani era un extenso complejo funerario integrado por un conjunto de cementerios. Ambos, dan cuenta de uno de los aspectos más característicos de las poblaciones altiplánicas durante estos momentos: la construcción de chullpas (grandes e impresionantes torres funerarias que además de ser tumbas colectivas, fueron centros ceremoniales e hitos marcadores del territorio, sobre todo eran lugares sagrados).
Chullpa. Sillustani Chullpa preinca. Cutimbo
Chimú La cultura Chimú se desarrollo en la costa norte del Perú, teniendo su centro en el valle del rio Moche. Este estado fue incorporando territorios y poblaciones desde el valle de Tumbes, por el norte, hasta el valle de Chillón, por el sur. Por el este, sus límites fueron definidos por la cordillera montañosa, lo cual no pudo imponerse en la sierra. Se caracteriza por ser un desierto costero muy árido, atravesado por una gran cantidad de ríos que traen agua desde los Andes, formando valles fértiles que contrastan con el desierto que los rodea, ofreciendo una gran variedad de recursos vegetales, animales e hídricos. Esta cultura se extendió en el mismo territorio en donde estuvo la cultura moche. La capital o núcleo central era Chan Chan.
Centro primario Dentro de la ciudad de Chan Chan se construyeron palacios o ciudadelas; se trata de diez grandes áreas rectangulares delimitadas por muros de barro que alcanzan altura de 10 m, todas se orientan de norte a sur y comparten una misma estructura general. Al interior el espacio esta dividido en una serie de patios con rampas, pasadizos, habitaciones, estructura en forma de U, plataformas funerarias, depósitos, talleres, grandes posos rectangulares de agua. Generalmente existe una sola puerta de acceso, ubicada en el lado norte. Las ciudadelas son conocidas como: Gran Chimú, Velarde, Squier, Tello, Uhle, Laberinto, Caihuac, Tachuidi, Rivero y Bandelier.
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Chan Chan tuvo un poder limitado y su control político no superó los límites del valle de Moche, sin embargo a partir de la segunda mitad del periodo intermedio tardío, su influencia fue de tal magnitud que llegó a constituirse en la ciudad más importante de la costa norte. En esta zona se distinguen 4 tipos de arquitectura que reflejan el concepto de la ciudad andina del último periodo prehispánico: cercas rectangulares, canchas o ciudadelas, arquitectura intermedia, recintos aglutinados pequeños e irregulares, pirámides o huacas. A lo largo de territorio Chimú se encontraban varios otros centros urbanos de menor tamaño, formados generalmente por un pequeño núcleo de construcciones de adobe rodeado de las ya referidas edificaciones de caña, los cuales serían centros secundarios subordinados. La condición como centro de poder, característica de este periodo, radicaría en que las ciudadelas fueron ocupadas por un solo soberano, a cuya muerte se edificaba una nueva. Pero la diferencia reside en que las numerosas modificaciones y readecuaciones, observadas en sus estructuras indican que fueron utilizadas por más de un gobernante. - Otra característica que permite dar cuenta de una organización centralizada es la existencia de un culto organizado estatalmente que posibilita el control social y es un mecanismo utilizado para justificar la ideología hegemónica. Gran parte de los cultos y rituales chimú giraban en torno a la propiciación de la fertilidad de los cultivos, aspecto crucial en un Estado que, ubicado en un árido ambiente, dependía de la agricultura. El centro de muchos de estos ceremoniales reunía aspectos propios de la religión y de la política, ya que los principales rituales propiciatorios de la fertilidad agrícola consistían en la adoración de las momias de los dignatarios de las dinastías reinantes. Estos rituales variaban desde grandes ceremonias masivas que se realizaban en grandes plazas, donde las momias eran llevadas en procesión desde sus sepulturas, hasta rituales más privados realizados en recintos más pequeños. De esta manera, en la ideología Chimú la única manera de asegurar la fertilidad de sus campos era honrando a las dinastías gobernantes, encarnadas en las momias de sus antecesores. Seguramente estas celebraciones en torno a los ancestros reales se extendían a todo tipo de ceremoniales, especialmente políticos, ya que cerca de los lugares donde se adoraba a las momias, habitualmente se han encontrado grandes cantidades de almacenes donde se guardaban valiosos bienes que, como en el resto de los Andes, probablemente eran ceremonialmente repartidos a los aliados o, incluso, a los jefes enemigos derrotados.
Jerarquización Social La sociedad Chimú estaba marcada por profundas diferencias propias de un Estado altamente jerarquizado. El poder político, económico y social se concentraba en una aristocracia hereditaria, bajo la cual se encontraba una clase compuesta por funcionarios menores, comerciantes y artesanos especializados. Estas dos clases habitaban en los centros urbanos, aunque estrictamente segregados. En la base de la sociedad se encontraban los campesinos y pescadores, la mayor parte de los cuales vivían en la periferia de las ciudades y, especialmente, en pequeños poblados dispersos a lo ancho del territorio. Las ciudadelas reúnen los rasgos suficientes para señalarlas como residencias de la elite o de gente de alto status. El aislamiento, acceso limitado, tamaño, complejidad y planeamiento, forma, además de la concentración de riqueza, representada por los depósitos y plataformas funerarias, ofrece un marcado contraste respecto al conjunto de la arquitectura de un barrio y de los agrupamientos menos formales de la arquitectura intermedia. Cada una de ellas se caracteriza por ser un conjunto de intrincados pasillos, plazas y distintos tipos de recintos, los cuales se encuentran rodeados por muros perimetrales de hasta 11 m de alto y 600 m de largo que dejaban sólo un estrecho acceso a su interior. Cada uno de estos monumentales centros ceremoniales y
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políticos fue construido íntegramente con muros de barro, utilizando distintas técnicas, entre las que destaca la utilización de pequeños adobes para formar muros con calados romboidales, especialmente utilizados en los espacios más pequeños donde se realizaban determinados ritos. Muchos de estos muros, especialmente los de las plazas grandes plazas, presentan frisos con distintas representaciones, especialmente de olas, peces, aves y otros motivos marinos. Fuera de estos espacios segregados, los funcionaros y artesanos habitaban en construcciones, también de adobes pero mucho más modestas, que formaban verdaderos barrios rodeando las ciudadelas. Hacia la periferia de la ciudad se extendían los barrios de los campesinos y pescadores, en este caso, construcciones de caña de arquitectura muy sencilla conformada por cuartos pequeños, irregulares y aglutinados con muros construidos con cantos rodados, rara vez pasan los 50 cm de alto. Éstos sirvieron como bases a estructuras de estera y palos. Ocasionalmente los pisos y paredes tuvieron un enlucido de barro, aunque lo característico es que fueran de tierra compactada, humedecida. En síntesis, la ciudad de Chan Chan fue símbolo del poder imperial, representando el trabajo de la comunidad como tributo al Estado. Las clases en que se estratifico la sociedad Chimú fueron: alrededor del soberano, rey o jefe supremo, sus cortesanos o servidores personales (encargados de las pinturas faciales, trompetero, hamaquero, portador de la copa real, maestro de baños, maestro de tejidos y mosaicos de plumas), los dirigentes y gobernantes provinciales y sacerdotes y los artesanos. El pueblo ocupo evidentemente el escalón mas bajo, estando siempre a disposición de la clase dirigente.
Economía Mediante acueductos que transportaban agua desde enormes distancias y una amplia red de canales de regadío, los campesinos chimú ganaron grandes extensiones de tierra al desierto para cultivar maíz, calabazas, ají, porotos, algodón, yuca y otros productos agrícolas. También cultivaron árboles frutales para obtener pacay, papayas, chirimoyas y lúcumas. En las playas y roqueríos practicaron la recolección de moluscos, crustáceos y algas marinas. Los pescadores se adentraban mar adentro en pequeñas embarcaciones de totora para la pesca con anzuelo y en grandes balsas para la captura con redes. Incluso practicaron el buceo para acceder a recursos de aguas más profundas. A cambio de los preciados bienes que los artesanos chimú producían, los comerciantes obtenían papas, lana, cueros, carne y otros productos de los pastores de la sierra; coca, madera, monos y plumas de aves de la selva tropical; y valvas del molusco spondylus, originario de la lejana costa ecuatoriana, entre muchos otros artículos. En el centro de Chan Chan, capital del imperio, había dos terminales caravaneras, donde más de 600 individuos tenían a su cargo el transporte a lomo de llama de bienes suntuarios y de subsistencia desde y hacia la urbe. Los artesanos Chimú fueron diestros en el arte plumario, el tallado de la madera, la confección de esteras y el trabajo en conchas y piedras semipreciosas. A partir de las estrechas relaciones con sus vecinos Lambayeque, a quienes terminarían incorporando en su imperio, los orfebres perfeccionaron las técnicas para producir en cobre, plata y oro bienes de prestigio, tales como vasos, orejeras o máscaras, utilizados especialmente en los ceremoniales por parte de los nobles. La textilería de esta cultura fue una prestigiosa e influyente artesanía que se expandió por toda la costa norte y central del Perú, llegando incluso a rivalizar con la tradición de las finísimas tapicerías que caracterizan la textilería de los imperios Wari y Tiwanaku. Realizaron una amplia gama de tejidos, destacando especialmente la confección de trajes compuestos por diferentes prendas de vestir que comparten un estilo común, la mayor parte de uso ceremonial o consagrado a ofrendas funerarias. -Alfarería El término Chimú fue utilizado por primera vez por Alfred Kroeber para describir un conjunto de diferencias estilísticas de la última tradición alfarera de la costa norte de Perú. Definió seis estilos a los cuales denomino: geométrico tricolor, trípode cursivo, cursivo modelado, recuoide rojo-blanco-negro, chimú negro tardío y chimú rojo tardío. El vocablo Chimú fue utilizado por los arqueólogos para referirse a la cerámica negra que resulta de la mezcla de la producción de un tipo clasista (de los grupos asociados) y popular, en
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la que se incluye tanto el estilo de grupos asociados como los estilos subsidiarios del complejo hidráulico de Lambayeque. La cerámica Chimú forma parte de una larga tradición desarrollada en la costa norte del Perú a través de varios siglos que la influencia de Wari-Tiwanaku no logro romper. Se considera que es la continuación del estilo Moche, aunque adopta y mezcla elementos procedentes de estilos de la costa y la sierra: Cajamarca, Pachacamac y Recuay. Su calidad es inferior a la cerámica Moche, tanto en técnica como en lo artístico. Mientras los Moche utilizaron ampliamente el modelado, los Chimú utilizaron casi exclusivamente el molde. Los ceramios Chimú cumplieron dos funciones, como recipientes para uso diario o doméstico y los ceramios de uso ceremonial o para ofrendas de los entierros; los primeros fueron elaborados sin mayor acabado mientras los funerarios muestran bastante dedicación.
Las principales características de las vasijas Chimú son las siguientes: -La cerámica tenia una superficie muy bruñida, una pequeña escultura en la unión del gollete con el arco, su fabricación moldeada para la cerámica ceremonial y modelada para uso diario, su coloración generalmente negro metálico con algunas variantes es decir en pequeñas cantidades también se elaboraron ceramios de colores claros, su brillo característico se obtenía humeando la vasija que previamente había sido pulida. Entre sus formas más comunes están las botellas de doble pico con asa- puente, uno de ellos escultórico y el otro con pico cónico, y las botellas con cuerpo esférico y asa estribo, también se repite el uso de vasijas silbadoras típicas de la cerámica Vicús. En la cerámica se han plasmado muchas representaciones realistas como animales, frutos y personajes, así como, escenas míticas. Un rasgo característico en este aspecto es la colocación de una pequeña figura de un monito u otro animal en la base de las asas estribo. La decoración suele ser en base a bajos relieves, punteados y representaciones decorativas. - Metalurgia Los artesanos Chimú fueron diestros en la confección de objetos de metal. Los metales los trabajaron en talleres divididos en secciones para cada caso del tratamiento especializado de los metales; trabajaron el enchapado, el dorado, el estampado, el vaciado a la cera perdida, el perlado, la filigrana, el repujado sobre moldes de madera, etc. Con todas estas técnicas elaboraron gran cantidad de objetos como vasos, cuchillos, recipientes, figuras de animales sólidas o vacías, brazaletes, alfileres, coronas, etc. Al igual que los artesanos de Lambayeque utilizaron el dorado y el plateado de superficies. Mediante estas técnicas elaboraron adornos como collares, orejeras, mascaras, y objetos diversos como pinzas para depilación, agujas, anzuelos, cucharitas, vasos, entre otros. Para realizar las aleaciones recurrieron a combinaciones de ácidos que se encontraban naturalmente. Los minerales debieron ser obtenidos de minas, de atajos abiertos de los ríos y de socavones. Los metales más usados fueron el cobre, la plata, el oro y el estaño. Este mineral extraído se molía en batanes para poder separarlos de otros minerales o impurezas en seguida se fundían en un horno que tenía como combustible carbón vegetal y mineral; constantemente debieron avivar las brasas soplándolas con tubos largos para así elevar la temperatura.
-Industria textil La cultura Chimú tiene los tejidos más grandes hasta ahora encontrados en el Perú prehistórico. Por su tamaño se ha podido determinar que estas enormes telas de algodón en estado natural se usaban para cubrir muros. En este género destaca el que ilustra a unos personajes principales con unos prisioneros sujetos por una cuerda, encontrados en los terrenos de la hacienda Mocupe, dentro de una cámara cubierta con una losa de piedra. Este textil medía aproximadamente 35 metros de largo en su estado original.
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Cajamarca El sitio arqueológico Cajamarca está ubicado en el norte del Perú, en el actual departamento homónimo (200 a.C. hasta 1.300 d.C.). Su influencia se extendió desde el departamento de Amazonas, hasta las serranías de la Libertad y el norte de Ancash; su centro de mayor influencia y desarrollo fue el valle interandino de Cajamarca. Durante este período, se construyeron sitios sobre cerros y fortalezas, lo que sugiere fue una época de grandes conflictos, probablemente como consecuencia del aumento demográfico. La cerámica es muy destacada y se ha observado que fue exportada a distintos lugares alejados del centro.
Cerámica La cerámica Cajamarca estaba hecha en base a la arcilla blanca denominada “caolín”, que servía de fondo para las decoraciones. Para la decoración de las vasijas de utilizaron pinceles finos con los que se trazaban líneas y figuras geométricas (triángulos, círculos, líneas y puntas), motivos zoomorfos estilizados, como aves, felinos, camélidos y serpientes. A partir de la decoración se ha podido determinar dos momentos en la evolución de la cerámica, el primero se presenta con líneas simples y escasas, posteriormente la ornamentación se recarga. Las formas cerámicas más comunes son: cuencos con base pedestal, cuencos con base trípode, botellas con base anular, tazas, vasos y cucharas con asas modelado. Es típica la cerámica tipo “trípode”. Cuando en Cajamarca aparecen las copas trípodes, es cuando se nota mayormente la influencia Wari-Tiwanaku. La forma trípode es ajena al área andina central y su presencia a partir de ese momento en otras partes del territorio es por difusión desde Cajamarca.
Discusión final Como planteamos al inicio del trabajo, nuestro objetivo fue recopilar información de los distintos procesos sociales del área Andina después de la caída de Wari-Tiwanaku, analizando las características de Estado a partir de los indicadores arqueológicos de cada región. Tomamos como herramienta de análisis el planteo de Vicente Llul y Rafael Micó acerca de la identificación arqueológica de ciertas características que dan cuenta de la existencia de un Estado. Las entidades políticas que cristalizan de manera más sólida los indicadores de Estado son Chimú, Ica Chincha y Chancay que están ubicados geográficamente en la costa peruana. Chimú fue uno de los estados mas poderosos de la costa, cuyo domino fue muy extenso, caracterizándose por la existencia de una diferenciación tajante entre el área urbana y rural; siendo la primera el lugar de la sede político-administrativa y religiosa encarnada en la ciudad de Chan Chan. Esta ciudad presenta gran complejidad arquitectónica (palacios, ciudadelas, pirámides, templos, etc.) lo cual da cuenta de un poder centralizador y de la existencia de jerarquías sociales muy marcadas. El área rural tenía lugar la producción agrícola, realizada por los campesinos tributarios del centro urbano. En cuanto a la especialización económica, es destacable la tecnología hidráulica necesaria para la agricultura a gran escala, así como la producción artesanal –principalmente la metalúrgica, que tiene su apogeo en este periodo-.
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Ica Chincha fue un estado respecto al cual no es posible identificar un centro principal pero si centros importantes como La Centinela y Tambo de Mora. También se han encontrado complejos secundarios conectados con una red de caminos. En cuanto a lo económico, un aspecto a destacar es el importante rol que tuvo el comercio a larga distancia, generando intensas relaciones de intercambio y de poder. Respecto a Chancay, los principales centros fueron Pachamac y Cajamarquilla, en los cuales es posible observar una arquitectura compleja representada sobre todo por las pirámides con rampa que fueron y residencia de la elite gobernante y espacios cívicos-religiosos de gran importancia. En la producción artesanal, destaca la industria textil que tuvo un gran desarrollo. En cuanto a las entidades políticas de la sierra y del Altiplano andino se presentan dificultades para determinar si se trata de estados o jefaturas. En torno a esto, se dan discusiones tanto dentro de la arqueología como interdisciplinares (con la historia), que aun no llegan a un acuerdo en cuanto a como estuvieron organizadas política y socialmente estas sociedades. En el caso de Killke, se discute si se trata de un estilo cerámico, de una sociedad o de una fase precuzco; prevaleciendo la postura que considera que Killke no puede ser entendido como una sociedad o una cultura, sino como una fase en el período intermedio tardío. Si hablamos de los Huancas, en la sierra central de Perú, D’altroy propone que no se puede hablar de la existencia de un estado con una autoridad política centralizada, sino mas bien de una jefatura incipiente, conformada por grupos en constante conflicto por el acceso a los recursos. En la región del Altiplano, se presenta una problemática similar a la anterior: la de los grupos que se desarrollan durante el Periodo Intermedio Tardío, entre los que se destacan los Collas y los Lupacas. Se plantea la existencia de una serie de grupos o confederaciones sub regionales en un ambiente de constate competencia y guerra. Otro obstáculo en el desarrollo de este trabajo fue la dificultad para acceder a información sobre las entidades culturales de dicho Periodo; este es el caso de Cajamarca, Huancas, sociedades altiplánicas. Finalmente, consideramos que es necesaria una mayor comunicación intra e interdisciplinar y entre las instituciones académicas que permita construir un conocimiento mas sólido acerca de estas sociedades, así como una mayor difusión que hago posible la fluidez de la información, de forma que estos aportes no queden restringidos solo a la comunidad científica, sino que sean accesibles a toda la sociedad. Como futuros profesionales, no debemos perder de vista que las cuestiones políticas influyen de manera importante permitiendo el desarrollo de investigaciones arqueológicas, así como también dificultando su progreso. Es así que debemos tener una posición critica en la lectura de trabajos arqueológicos anteriores, ya que se encuentran elaborados bajo un paradigma científico que determina los métodos, teorías y también reduce el campo de análisis –por ejemplo en el caso de las investigaciones histórico-culturales, solo se centran en el estudio de la cerámica, dejando de lado los demás aspectos político y sociales, los conflictos que se daban al interior de estas sociedades y con otras, etc.-.
Notas 1 Teorías sobre el surgimiento del Estado según Carneiro en: “Reflexiones adicionales sobre concentración de recursos y su papel en el surgimiento del Estado”. Coloquio Gordon Childe. Manzanilla Editores. U.N.A.M, México. 1987. ·
Carneiro: Teoría de la circunscripción: La concentración de recursos atrae a los pueblos a las áreas ecológicas favorecidas y da origen a las densas poblaciones necesarias para impulsar la guerra de conquista (La presión demográfica es la fuerza propulsora necesaria para engendrar la guerra de conquista.). La guerra de conquista es el único medio por el cual se podía hacer que las comunidades rindieran sus soberanías individuales y formaran unidades políticas más grandes.
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Teoría de la guerra: Guerra como el impulso para el nacimiento del Estado (las poblaciones se agrupaban para protegerse).
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Teoría del estado embrionario (Claessen Y Skalnik): Estado donde el parentesco, la familia y los lazos comunales dominan las relaciones. También considerado como jefaturas complejas y mixtas. La
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Tainter: elementos que separan a estados de sociedades simples son la organización territorial, diferenciación ocupacional por clase antes que por parentesco, monopolio de la fuerza, autoridad por movilizar
especialización a tiempo completa es limitada.
recursos y jurisdicción legal. 2 Rowe distingue entre periodos y etapas. Los primeros son unidades de tiempo, de contemporaneidad. Mientras que las etapas son unidades de semejanza cultural, pueden aparecer en distintos periodos. 3 Esta información proviene de investigaciones realizadas por la glacióloga Thompson en las capas de hielo del nevado Qelqaya, ubicado entre el Cuzco y Tiwanaku. 4 Murra basa su propuesta en el estudio de descripciones arqueológicas y fuentes etnohistóricas como las visitas.
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