ECONOMÍA POLÍTICA DE LA DEPENDENCIA Y EL SUBDESARROLLO
ROLANDO ASTARITA ASTARITA
Recibido: Agosto Agosto de 2010
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Ag!deci"ie#tos Agradezco a Carlos Astarita por lectura de varios capítulos de este libro, sus críticas y observ observaci acione ones, s, en especi especial al referi referidas das a la articu articulac lación ión entre entre formac formacion iones es precap precapita italis listas tas,, y la mundialización del capital. A Carlos Bianco, quien me ayudó a profundizar profundizar en la relación entre tipo de de cambio y renta agraria. agraria. A Mauricio Turie!, quien leyó todo el borrador, corrigió no pocos errores y contribuyó con sus conse"os a darle forma de con"unto. Tambi#n estoy en deuda con mis alumnos de las carreras de $ociología, de la %acultad de Ciencias $ociales& de 'conomía, de la %acultad de Ciencias 'conómicas (niversidad de Buenos Aires, y de la carrera de Comercio )nternacional, de la (niversidad *acional de +uilmes, quienes a trav#s trav#s de mltip mltiples les plante planteos os y cuesti cuestiona onamie miento ntoss contr contribuy ibuyero eron n a precis precisar ar proble problemas mas y me estimularon a profundizar en temas. Mi agradecimiento asimismo a -aola Menna apatiel, de la Biblioteca de la (niversidad *acional de +uilme +uilmes, s, quien quien me !a prest prestado ado una gran ayuda ayuda al propor proporcio cionar narme me materi materiales ales para mis investigaciones.
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Ag!deci"ie#tos Agradezco a Carlos Astarita por lectura de varios capítulos de este libro, sus críticas y observ observaci acione ones, s, en especi especial al referi referidas das a la articu articulac lación ión entre entre formac formacion iones es precap precapita italis listas tas,, y la mundialización del capital. A Carlos Bianco, quien me ayudó a profundizar profundizar en la relación entre tipo de de cambio y renta agraria. agraria. A Mauricio Turie!, quien leyó todo el borrador, corrigió no pocos errores y contribuyó con sus conse"os a darle forma de con"unto. Tambi#n estoy en deuda con mis alumnos de las carreras de $ociología, de la %acultad de Ciencias $ociales& de 'conomía, de la %acultad de Ciencias 'conómicas (niversidad de Buenos Aires, y de la carrera de Comercio )nternacional, de la (niversidad *acional de +uilmes, quienes a trav#s trav#s de mltip mltiples les plante planteos os y cuesti cuestiona onamie miento ntoss contr contribuy ibuyero eron n a precis precisar ar proble problemas mas y me estimularon a profundizar en temas. Mi agradecimiento asimismo a -aola Menna apatiel, de la Biblioteca de la (niversidad *acional de +uilme +uilmes, s, quien quien me !a prest prestado ado una gran ayuda ayuda al propor proporcio cionar narme me materi materiales ales para mis investigaciones.
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Pese#t!ci$# 'ste 'ste libr libro o cons constititu tuye ye en muc! muc!os os sent sentid idos os una una cont contin inuac uació ión n de Valor Valor,, mercado mercado mundia mundiall y globalización. globalización. 'n Valor / analizamos críticamente la teoría cl0sica del imperialismo, a la luz de la teoría del valor traba"o de Mar1, la din0mica del capital que se deriva de ella, y de la globalización de la relación capital2traba"o. 'n el presente traba"o abordamos la corriente de la dependencia& la tem0tica del tipo de cambio y el desarrollo desigual& y cuestiones vinculadas con la renta de la tierra, su relación con la ganancia del capital y la tasa de inter#s, y con el desarrollo en un país dependiente como Argentina. 'n el primer capítulo capítulo brindamos brindamos un panorama panorama de la corriente corriente de la dependencia, dependencia, sus avances avances en relación a la teoría dominante en los medios acad#micos, sus raíces teóricas y políticas, e introducimo introducimoss a sus e1ponentes e1ponentes m0s destacados. destacados. 'n el capítulo capítulo dos, y a fin de profundizar profundizar en las concepciones de la dependencia, sintetizamos la obra de 3uy Mauro Marini, tal vez el teórico de la corr corrien iente te que que m0s m0s sist sistem em0t 0tic icam amen ente te apli aplicó có las categ categor oría íass de El Capita Capital l al estud estudio io de la dependencia en 4atinoam#rica. 'n el capítulo tres analizamos la teoría de Marini desde la teoría mar1iana del capital, su tesis sobre la acumulación dependiente, y su noción de subimperialismo. A trav#s de este e1amen buscamos demostrar que no es necesaria una teoría de la acumulación específica para los países dependientes, sino estudiar cómo se particularizan las tendencias y leyes generales del capital. 'n el capítulo cuatro abordamos las tesis de la dependencia desde el punto de vista del m#todo y abogamos por un enfoque dial#ctico de totalidad concreta, a fin de superar las polaridades rígidas !acia las que se deslizó la corriente de la dependencia. 'n el siguien siguiente te capít capítulo ulo intent intentamo amoss respon responder der la pregun pregunta ta de qu# fenóme fenómeno no !istór !istórico ico e1pres e1presó ó la dependencia y cu0les fueron las razones de su crisis y desintegración. 'l capítulo seis cierra esta primera parte del libro con una discusión sobre la 5dependencia reformulada6, esto es, sobre las posiciones 7predominantes en la izquierda y el progresismo latinoamericano7 que actualmente defienden los autores dependentistas. 4os siguientes cinco capítulos, que componen la segunda parte del libro, est0n dedicados a la relación entre tipo de cambio, precios y desarrollo en países atrasados. 'l capítulo siete generaliza el modelo de tipo de cambio, y la discusión sobre intercambio desigual que !abíamos realizado en Valor…. Valor…. $u conclusión central es que en los países atrasados tecnológicamente se genera menos valor por !ora de traba"o que en los países adelantados tecnológicamente, aun cuando puedan e1istir e1istir tipos de cambio 5de equilibrio6, equilibrio6, en el sentido sentido que los define la macroecono macroeconomía mía neocl0sica. neocl0sica. 'n el capítulo capítulo oc!o sintetizamo sintetizamoss la !ipótesis de -rebisc!8$i -rebisc!8$inger nger del deterioro deterioro de los t#rminos de intercambio, subrayamos su relevancia en el presente, y ofrecemos una e1plicación alternativa del porqu# del fenómeno, basada en la teoría del valor traba"o. (na primera versión de este capítulo apareció en Astarita 9:;;
; y >> constituyen una unidad. 'n ellos procuramos mostrar que e1istió una lógica en la alternancia de períodos de tipo de cambio alto y ba"o que !ubo en Argentina desde mediados de la d#cada de >; a la actualidad. $ostenemos tambi#n que esa lógica estuvo en la raíz de las recurrentes crisis cambiarias y financieras que atravesó el país. 4a tercera parte est0 conformada por tres capítulos en los que analizamos la cuestión de la renta agraria, el desarrollo del capitalismo agrario en la zona cerealera y so"era de Argentina, y sus consecuencias sobre los ingresos en la clase dominante. 'l estímulo inmediato para la elaboración de estos traba"os !a sido el conflicto entre el @obierno y los productores y propietarios de la tierra en la zona cerealera y oleaginosa argentina, que se desarrolló desde marzo de :;; y no se cerró completamente al momento de escribir estas líneas 9inicios de :;>;=. $in embargo el ob"etivo de estos capítulos no es en sí mismo el conflicto, sino indagar en el desarrollo agrario de un país atrasado, pero con un sector de alta productividad& y estudiar la din0mica que se plantea entre renta, ganancia e ingresos del capital financiero. -ara esto en el capítulo >: presentamos una e1plicación sencilla de la teoría de la renta de Mar1, que en general es poco conocida incluso entre los propios mar1istas. Asimismo analizamos los cambios que se !an producido en las rentas diferenciales ) y ))& cuestionamos la e1istencia !oy de la renta absoluta& y analizamos la relación entre la renta, la ganancia y el inter#s. 4a e1plicación de esas categorías se amplía en )nterludio ),
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a trav#s de la crítica a una interpretación de la teoría de la renta de Mar1 distinta de la que defendemos& en este )nterludio tambi#n abordamos la relación entre renta y tipo de cambio. . 'n el capítulo > analizamos el desarrollo del capitalismo agrario argentino como parte de la globalización y la entrada del capital en el agro a nivel mundial. 'n este capítulo volvemos tambi#n sobre cuestiones planteadas por los teóricos de la dependencia sobre la articulación entre modos de producción no capitalista y el desarrollo capitalista. 'n el )ntermedio )) e1plicamos cómo funcionan los mercados de futuros, a fin de discutir la idea de que los precios de los alimentos, las materias primas agrícolas y los productos energ#ticos son determinados por la actividad financiera y especulativa. 'n el capítulo > aplicamos las categorías teóricas discutidas al an0lisis del conflicto entre el @obierno y el campo, con un pequeDo 5modelo6 de país dependiente, basado en lo desarrollado en los capítulos >; y >>. 'l an0lisis refuerza la idea, que defendemos a lo largo del libro, de que es necesario superar las visiones linealmente 5estancacionistas6 que !an predominado en los estudios mar1istas de los países subdesarrollados. -or ltimo, en el capítulo >E nos preguntamos cu0l es el significado !oy de la dependencia, en el marco de nuestra tesis sobre que no e1iste e1plotación entre países, como !abía planteado la tesis de la dependencia. 'sta cuestión se vincula estrec!amente con los programas políticos, tradicionalmente tributarios de la corriente de la dependencia, de la 5liberación nacional6, la 5independencia económica6 y la 5autarquía económica6.
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Í#dice PRIMERA PARTE: LA CORRIENTE DE LA DEPENDENCIA >. Corriente de la dependencia, características generales :. Fependencia y subimperialismo en 3uy Mauro Marini . Fiscusión sobre Marini desde la teoría del valor traba"o . Fependencia, cuestiones metodológicas a la luz de la tradición !egeliana y mar1ista E. 4a realidad !istórica que e1presó la CF y las razones de su crisis G. 4a dependencia reformulada
SE%UNDA PARTE SUBDESARROLLO Y TIPO DE CAMBIO ?. Tipo de cambio 5de equilibrio6 y desequilibrio en t#rminos de valor en el intercambio Ap#ndiceH )ntercambio entre el modo de producción capitalista y la producción simple de mercancías . Feterioro de los t#rminos de intercambio y teoría del valor traba"o Ap#ndiceH '1plicación sencilla de precios de producción <. Tipo de cambio y crisis e1terna crónica en $!ai! >;. Tipo de cambio y desarrollo dependiente, el caso argentino. 'lementos estructurales >>. Tipo de cambio, din0mica del desarrollo desigual y de las crisis en el caso argentino
TERCERA PARTE CAPITALISMO A%RARIO EN UN PAÍS SUBDESARROLLADO >:. 3enta de la tierra y capital )nterludio )H 3enta agraria, inter#s y tipo de cambio, discusiones teóricas >. @lobalización y desarrollo capitalista en el agro )nterludio ))H 'speculación financiera y precio de los granos >. 3enta agraria, ganancia del capital y retenciones
CONCLUSI&N >E. I+u# es !oy la dependenciaJ
BIBLO%RA'ÍA
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PRIMERA PARTE LA CORRIENTE DE LA DEPENDENCIA C!()t*+o 1 Coie#te de +! de(e#de#ci!, c!!cte)stic!s ge#e!+es 4a corriente de la dependencia 9en adelante CF= fue un movimiento intelectual y político que buscó e1plicar las raíces del atraso y el subdesarrollo en Am#rica 4atina, y analizar las relaciones desiguales entre los países de la periferia y los países adelantados. *ació a mediados de la d#cada de ><;, cuando entró en un proceso de crisis y dispersión. $in embargo sus ideas siguen predominando en la izquierda y en el nacionalismo radical latinoamericano. -ara comprender a la CF es conveniente entender cu0les fueron sus fuentes teóricas& el conte1to intelectual, social y político que rodeó su nacimiento& y en oposición a qu# pensamientos, por entonces prevalecientes, los autores de la dependencia desarrollaron sus p rincipales tesis.
IN'LUENCIA DE LA CEPAL 'l surgimiento de la CF se vincula, en primer lugar y de manera directa, con las problem0ticas que !abía instalado la C'-A4 en la agenda de los estudios sociales, así como con las limitaciones de esta corriente frente a la realidad latinoamericana. 'n especial influyó en la CF la tesis de la C'-A4 sobre que la causa del atraso de Am#rica 4atina residía en la forma en que la región se insertaba en la economía mundial. (na cuestión que a su vez !abía sido determinante en la creación de la C'-A4. 'fectivamente, la C'-A4 nació en un entorno de deterioro de las relaciones de los gobiernos latinoamericanos con 'stados (nidos, en la inmediata segunda posguerra. (na serie de factores se con"ugaron para llevar a esa situación. -or aquellos aDos se !abía reforzado la dependencia de Am#rica 4atina con respecto a las importaciones de manufacturas norteamericanas& !abían caído sus reservas& y e1istía un temor generalizado de que los precios de las materias primas se establecieran en un mercado controlado por un nico comprador, 'stados (nidos. 4a C'-A4 fue creada, como agencia de las *aciones (nidas, a propuesta de latinoamericanos con el ob"etivo de estudiar las formas de relación económica de Am#rica 4atina con los países del centro. -or eso desde su inicio estuvo integrada por economistas mayoritariamente reformistas y eynesianos, que alentaban el desarrollo de una burguesía nacional industrialista en 4atinoam#rica, la intervención del 'stado en la economía y la colaboración de clases para !acer frente a las presiones e1ternas. 'ste conte1to e1plica la trascendencia que tuvo, a fines de la d#cada de ><;, la !ipótesis de -rebisc!8$inger, sobre el deterioro de los t#rminos de intercambio. $egn -rebisc! y $inger, los países atrasados sufrían un deterioro creciente de los precios de sus e1portaciones primarias, en relación al precio de los bienes industriales que importaban de los países adelantados& por lo tanto, seguía el argumento, el comercio internacional entre el centro y la periferia no llevaba autom0ticamente al desarrollo de la periferia, como postulaba la teoría ortodo1a.> Fe esta manera -rebisc! y $inger cuestionaban la aplicabilidad de la teoría neocl0sica a los países atrasados, y afirmaban la necesidad de diferenciar cualitativamente los países del centro capitalista de los países de la periferia. 'n base a este diagnóstico la C'-A4 rec!azó el crecimiento basado en las e1portaciones, adoptó un enfoque nacionalista y proteccionista, e impulsó a las corrientes desarrollistas de las burguesías latinoamericanas. -ero tambi#n abogó por una industrialización sustentada en la entrada del capital e1tran"ero. 1
Con esto introducía la temática de los intercambios entre países adelantados y atrasados, que había estado ausente de las preocupaciones marxistas, y de otros economistas heterodoxos, y sería retomada en la CD. n el campo del marxismo la cuesti!n del intercambio desi"ual había sido mencionada por #auer a comien$os del si"lo %%, en re&erencia a la cuesti!n nacional' pero no había atraído la atenci!n de los marxistas.
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)nicialmente el proyecto cepaliano despertó muc!as esperanzas en Am#rica 4atina, pero !acia mediados de los aDos sesenta su desarrollismo, caracterizaba la CF, entraba en un impasse. 'n Am#rica 4atina continuaban la marginación y la pobreza de vastos sectores& la entrada del capital e1tran"ero !abía generado una mayor dependencia de las importaciones de m0quinas y equipos, y un continuo drena"e de divisas por la remesa de utilidades y pago de regalías& adem0s, los países padecí padecían an crisis crisis recurr recurrent entes es en sus balanz balanzas as de pagos. pagos. 4as econom economías ías latino latinoame americ ricana anass se : estancaban. estancaban. Fe aquí la radicalización de economistas y sociólogos cepalianos y !eterodo1os, y la formación del movimiento de la dependencia en convergencia con sectores mar1istas. 'n >G=. Citaba luego a -rebisc!, quien admitía que /en la evolución evolución de la economía latinoamerica latinoamericana na en >GE=. 4os dependentistas pensaban que el programa de la C'-A4 !abía e1presado las aspiraciones de la burguesía latinoamericana a un desarrollo nacional autónomo. -ero a partir de los sesenta, cuan cuando do esa esa burg burgues uesía ía !abí !abía a esta estable bleci cido do una una rela relaci ción ón de depe depend nden enci cia a con los los capi capita tale less e1tran"eros, ese programa !abía de"ado de corresponder 5a los intereses propios de la clase que buscaba orientar y pasaba a corresponder a un sueDo utópico pequeDoburgu#s6 9Bambirra, ><, p. >=. 4a estrategia promovida por el desarrollismo generaba descapitalización, d#ficits e1ternos, crecimiento de las deudas y m0s dependencia 9ibid., p. :<=. 4os dependentistas tambi#n criticaban que la C'-A4 !ubiera subvalorado las medidas distributivas, en especial la reforma agraria.
RADICALI-ACI&N DE LAS LUC.AS A las dificultades económicas que enfrentaba el continente latinoamericano se sumó el auge de las luc!as populares y de liberación nacional, desde fines de los aDos cincuenta. $e asistió por entonces al ascenso de movimientos de liberación, nacionales y antiimperialistas, en Argelia, Congo Belga y Kietnam, entre otros lugares. M0s importante an fue el triunfo de la 3evolución Cubana, y el fortalecimiento del guevarismo, con sus críticas a las concepciones stalinistas y al refor reformis mismo mo burgu# burgu#s. s. Asimi Asimismo smo la 3evoluc 3evolución ión Cultur Cultural al c!ina c!ina contri contribuy buyó ó a la radica radicaliz lizació ación n latinoamericana de los sesenta. -ero tambi#n !ubo respuestas reaccionarias y de la derec!a. 'ntre comienzos y mediados de los sesenta se producen el golpe militar en Brasil& la sangrienta represión al movimiento obrero y popular en )ndonesia& la invasión de 'stados (nidos a 3epblica Fominicana& y el golpe militar en Argentina, de >
n el cap. 5 )eremos que sin embar"o las ci&ras del crecimiento del producto en *m+rica atina no a)alaban del todo esta tesis de la CD. 3 n Dos -antos 2//30 se caracteri$a a la C* como una or"ani$aci!n emanada de los "obiernos latinoamericanos latinoamericanos y un !r"ano encar"ado de la propuesta de políticas y asesoría a "obiernos p. (0.
pueda ser incluido formalmente dentro de la CF. Asimismo los trotsistas desarrollaron an0lisis con muc!os muc!os puntos de contacto contacto con la CF, siendo 'rnest Mandel el m0s destacado. destacado. 4a CF, siempre entendida en un sentido amplio, tambi#n incluyó estructuralistas que descubrieron 5los límites de un proyecto nacional autónomo6 9Fos $antos, :;;, p. :E=. 'ntre estos ltimos mencionamos a svaldo $unel, los traba"os maduros de Celso %urtado, 5e inclusive la obra final de 3al -rebisc! reunida en su libro El capitalismo periférico6 periférico6 9ibid.=. 9ibid.=.
SUPERACI&N DE LA TEORÍA ORTODO/A DEL DESARROLLO 4a situación que acabamos de describir se combinó con una profunda insatisfacción con la teoría burguesa del desarrollo dominante en los sesenta. Nsta !abía sido establecida, en lo esencial, por 3ostoO 9>=. 3ostoO planteaba que e1istía una secuencia de etapas de crecimiento, que se repet repetía ían n de form forma a m0s m0s o meno menoss unif unifor orme me en todo todoss los los país países es que que avan avanza zaban ban !aci !acia a 5la 5la modernización6. 'sas etapas eran la sociedad tradicional& la del desarrollo de condiciones previas para el impulso inicial& la etapa del impulso inicial, cuando se superaban los obst0culos para el crecimiento y pasaban a dominar las fuerzas del progreso económico& la etapa de la marc!a !acia la madurez& y la era del alto consumo de masas. 4o decisivo para que !ubiera desarrollo, siempre segn 3ostoO, 3ostoO, era favorecer la libre empresa, empresa, la importació importación n de capital capital y la inserción plena en la economía internacional. 3ostoO pensaba que desde el impulso inicial a la madurez se necesitaban apro1imadamente G; aDos porque, desde el punto de vista analítico, 5un intervalo de esa naturaleza puede apoyarse en la poderosa aritm#tica del inter#s compuesto aplicado al monto de capital, en combinación con las consecuencias de mayor alcance, debidas al poder de una sociedad de absorber la tecnología moderna de tres generaciones6 9p. ::=. E P sosten sostenía ía seriame seriamente nte que lo suyo suyo consti constituí tuía a 5una 5una alternativa a la teoría de la !istoria moderna de Qarl Mar16 9p. >=. $e trataba de una concepción lineal y mec0nica, que fue adoptada por los poderes políticos en los países centrales y en muc!os de los atrasados. 4a ideología y el programa de la Alianza para el -rogreso, promovida por el presidente Qennedy, refle"aron esta influencia. 4a visión linealmente evolucionista del desarrollismo neocl0sico se combinaba en la ortodo1ia dominante con una concepción dualista de las sociedades atrasadas. $egn el dualismo, las sociedades se dividían en un sector atrasado tradicional y otro moderno, el capitalista. $e pensaba que a partir de la interacción entre esos dos sectores se produciría el ensanc!amiento progresivo del sector moderno y una reducción del tradicional, !asta que todos los !abitantes estuvieran incluidos en el desarrollo. An modelos semi8!eterodo1os, como el de 4eOis, un referente en la teoría del desarrollo, participaban de esta visión. 4eOis pensaba que en países atrasados con e1cedente de mano de obra en el sector 5tradicional6 9precapitalista= podía !aber desarrollo por la transferencia paulatina de traba"adores !acia el sector 5moderno6 9capitalista=. Fe esta forma el segundo crecería a e1pensas del primero, que se iría ac!icando. G 'n consecuencia, las teorías del
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n este libro encontramos posiblemente las posiciones más radicali$adas de rebisch. lantea que el mercado no puede ser el re"ulador del desarrollo en la peri&eria, ya que no resuel)e las "randes &allas en las relaciones centroperi&eria, centroperi&eria, ni las tendencias excluyentes y con&licti)as del desarrollo peri&+rico. Constata que en los países peri&+ricos existe sobreo&erta de mano de obra, y por lo tanto ba6os salarios. 7ambi+n altos in"resos concentrados en las clases propietarias, que si"uen las pautas de consumo del centro, y una dinámica de acumulaci!n que implica un "ran desperdicio en la acumulaci!n del capital. 7odo 7odo esto está acompa8ado de la quiebra del liberalismo democrático rebisch escribe en tiempos de dictaduras en el Cono -ur de *m+rica atina0. 7ermina 7ermina proponiendo un uso social del excedente a car"o del stado y una acci!n re"uladora de +ste mediante la planeaci!n democrática. as resonancias 9eynesianas :del capítulo &inal de la Teoría General : son notables. 5 n El Capital ;arx se burlaba burlaba de aquellos aquellos economista economistass que pensaban pensaban que si se hubiera puesto una libra libra esterlina a inter+s compuesto hace 2/// a8os, hoy la humanidad dispondría de una &ortuna incalculable. ero esta idea alocada es posible cuando se considera que el capital es una cosa, que crece mecánicamente, y no una relaci!n social. +ase >+ase e=is 1?30' e=is nunca re)is! su postura postura esencial, esencial, a pesar pesar de recti&ic recti&icacio aciones nes parciale parciales' s' )+ase )+ase e=is 1??0.
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desarrollo centraban sus an0lisis en los obst0culos y resistencias que oponían las estructuras tradicionales al avance del sector 5moderno6, y al 5despegue6 de los países atrasados. 'n oposición a esta visión auto8conformista del desarrollo la CF planteó que los países no avanzaban mec0nica ni linealmente desde el atraso a la madurez, y que !abía que tener una visión !istórica y de totalidad de la periferia. 4a perspectiva !istórica era importante para entender, contra contra lo que afirmaba 3ostoO, que todas las sociedades !abían tenido !istoria, y que muc!os países subdesarrollados 7como )ndia o C!ina7 !abían sido en su momento 5desarrollados6. -or otra parte, desde la perspectiva de totalidad se podía comprender el atraso de la periferia como producto del sistema mundial. 'sto significaba que el subdesarrollo de la periferia constituía el refle"o especular del desarrollo de los países adelantados& el desarrollo de los países adelantados y el subdesarrollo de la periferia no eran fenómenos independientes, independientes, sino partes de un mismo proceso, donde uno se vinculaba vinculaba org0nicamen org0nicamente te al otro.? 4os países países adelan adelantad tados os e1plot e1plotaba aban n a los atrasad atrasados& os& estos estos ltimos ltimos transferí transferían an sus recursos al centro, centro, y potenciaban potenciaban el desarrollo desarrollo desigual de ambos polos. *o !abía por lo tanto desarrollos en sucesión lineal, sino en paralelo, paralelo, y el subdesarrollo de los países atrasados alimentaba el desarrollo de los adelantados. 'n palabras de Fos $antosH 'l tiempo !istórico no es unilineal, no !ay posibilidad de que una sociedad se desplace !acia etapas anteriores de las sociedades e1istentes. Todas las sociedades se mueven paralelas y "untas !acia una nueva sociedad. 4as sociedades capitalistas desarrolladas corresponden a una e1periencia !istórica completamente superada/. 9Fos $antos, >E=. Al respecto $!amsavari 9><<>= destaca que la escuela 5introdu"o una dimensión !istórica e internacional6 al problema del desarrollo 9p. :GG=, frente a las construcciones de los neocl0sicos. $e conforma así lo que posiblemente sea la tesis central de la CD, CD , que sostiene que las economías de los países subordinados, o dominados, están condicionadas y dependen de las economías del centro en un grado tal que les imposibilita tener un desarrollo capitalista dinámico, con fuerza propia -or propia -or eso el atraso no podía superarse, como pensaba la corriente mayoritaria de la C'-A4, mediante algunas medidas correctivas en el comercio internacional, ni incentivando la entrada de capital e1tran"ero& o apostando a un desarrollo capitalista autónomo, articulado por el 'stado.
CRÍTICA DE LAS CONCEPCIONES STALINISTAS 4a CF tambi#n criticó los an0lisis y las políticas de los partidos Comunistas latinoamericanos. A principios de los aDos sesenta los partidos Comunistas continuaban defendiendo la estrategia de la revolución por etapas, que !abía definido la )nternacional Comunista a comienzos de la d#cada de ><; para los países atrasados. -lanteaban que la falta de desarrollo en la periferia se debía a las estruc estructur turas as semi8f semi8feud eudale ales, s, manten mantenida idass por las oligar oligarquí quías as terrat terrateni enient entes es en alianza alianza con los monopo monopolios lios imperi imperialis alistas tas,, y contra contraria riass al fortal fortaleci ecimie miento nto de una clase clase capita capitalis lista ta indust industria riall y nacional. -or eso las burguesías nacionales 7eran 5nacionales6 porque estaban interesadas en desarr desarroll ollar ar capita capitalis lismos mos indepe independi ndient entes7 es7 tenían tenían intere intereses ses 5ob"et 5ob"etiva ivamen mente te enfren enfrentad tados6 os6 al imperialismo y la oligarquía. Fe aquí que los partidos Comunistas plantearan la necesidad de una revolución democr0tico8burguesa que abriera camino a la industrialización y, en consecuencia, al fortalecimiento social del proletariado. 4a estrategia revolucionaria era 5por etapas6. 4a primera etapa comprendería la revolución democr0tica, popular y anti8imperialista. 'n ella la clase obrera sería aliada de la burguesía nacional, y sólo despu#s del triunfo de esta revolución se podría avanzar !acia la segunda etapa, la revolución socialista.
stas stas ideas ideas )an a ser pro&undi pro&undi$ad $adas as por los te!ri te!ricos cos de la econo economía mía mundo, mundo, corrie corriente nte de la que participaron *ndr+ Aunder Bran9, Bran9, y -amir *min. @ a CD puso el +n&asis en el colonialismo :o neocolonialismo: externo, esto es, en las relaciones de explotaci!n, mediante la trans&erencia de plus)alía, desde los países atrasados a los adelantados. -in embar"o, y como se8ala Chilcote 1?40, hubo autores como Aon$ále$ Casano)a, scar e=is y Brant$ Banon, que pusieron la atenci!n en el colonialismo interno. -e"n esta perspecti)a, las áreas rurales de los países peri&+ricos son explotadas explotadas por las ciudades. a idea de trans&erencia trans&erencia de excedente excedente desde las áreas rurales rurales a las ciudades de los países subdesarrollados reaparece en Bran9' )+ase más aba6o. Discutimos al"unas cuestiones de m+todo m+todo relati)a relati)ass a la relaci!n relaci!n entre &ormaciones &ormaciones econ!mica econ!micass precapit precapitalis alistas tas :economía :economía parcelaria parcelaria campesina: y el modo de producci!n capitalista más adelante en este libro.
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4a CF invirtió este razonamiento al sostener que el atraso y el subdesarrollo no eran el producto de las estructuras atrasadas 7feudales o precapitalistas7, sino el resultado de la e1pansión del capitalismo mundial. 4as burguesías nativas eran un derivado de ese desarrollo capitalista, y sólo podían sobrevivir asoci0ndose con el capital e1tran"ero y abdicando 5de sus propios proyectos de desarrollo nacional autónomo6 9Bambirra, ><, p. GE=. *o se trataba de una burguesía 5nacional6, como sostenían los comunistas, ya que no podía defender los intereses de la nación independientemente de los intereses del capital e1tran"ero, al que estaba asociada. 'llas Rlas burguesías criollasS no disponen de la propiedad privada de los medios de producción fundamentales sino que la comparten con el imperialismo desde una posición desventa"osa, aunque eso no signifique que sus ganancias no sean sustanciales 9Bambirra, ><, p. GE=. 'n consecuencia la CF planteaba que los industriales criollos no serían aliados de los traba"adores y de los sectores populares en una futura revolución democr0tica. 4a nica salida para superar el atraso pasaba por el triunfo de la revolución socialista, dirigida por la clase obrera, enfrentada al imperialismo, las oligarquías y las burguesías nativas. 4a crítica de la CF a los partidos Comunistas coincidía con el planteo de los trotsistas 7pero no con los partidos maoístas7 sobre la incapacidad de las burguesías de los países perif#ricos de encabezar o participar en luc!as revolucionarias contra el imperialismo. P sobre la necesidad de abandonar la estrategia de la revolución por etapas. 4os autores de la dependencia tambi#n cuestionaron la visión lineal y mec0nica del mar1ismo sovi#tico, segn la cual la !umanidad debía atravesar, necesariamente, las etapas del comunismo primitivo, el esclavismo, el feudalismo y el capitalismo, antes de llegar al socialismo. 'n este respecto los aportes fundamentales provinieron de antropólogos mar1istas, que dieron pie, adem0s a la tesis de la articulación de los modos de producción 9v#ase m0s aba"o=. Festacamos los estudios de Maurice @odelier sobre el modo de producción asi0tico 9por e"emplo @odelier, >>=& la categoría de regímenes tributarios de Amin 9v#ase Amin, ><G=& la noción de 5modo de producción africano6, de Coquery8Kidrovitc! 9Coquery8Kidrovitc!, ><<=& y los traba"os sobre el rol de las formaciones no capitalistas africanas de Claude Meillassou1 9><:=. $eDalemos por ltimo que si bien en líneas generales los partidos Comunistas latinoamericanos rec!azaron a la CF, Kania Bambirra apunta que en algunos de ellos !ubo una receptividad favorable a la dependencia. -or e"emplo, en militantes del -C c!ileno& y en el -C brasileDo !abría !abido, siempre segn Bambirra, 5síntomas relevantes de reorientación6, en el sentido de plantear el car0cter socialista de la futura revolución 9Bambirra, ><, p. >;=. Fe todas maneras los partidos Comunistas de Am#rica 4atina nunca modificaron su s concepciones fundamentales.
TRADICIONES DESDE LA I-UIERDA 4as ideas de la CF entroncaron a su vez con estudios y debates de m0s larga data sobre el sistema mundial y el desarrollo. 'n primer lugar con la e1tensa pol#mica entre el mar1ismo y el populismo ruso que tuvo lugar !acia fin del siglo ) y principios del siglo , sobre si 3usia seguiría la evolución de los países capitalistas adelantados, o podría encarar vías alternativas de desarrollo.< Allí quedaron establecidas algunas problem0ticas que luego recorrerían los traba"os sobre la dependencia. 'ntre ellas, la relación entre la acumulación y la ampliación de los mercados internos. 4os populistas !abían sostenido, en oposición al mar1ismo 5ortodo1o6, que los ba"os ingresos de las masas campesinas constituían un obst0culo insuperable para el desarrollo capitalista, ya que limitaban mortalmente a los mercados. F#cadas m0s tarde autores de la CF 7 como lo veremos en Marini7 esgrimieron argumentos similares, y cuestionaron la aplicabilidad de las leyes mar1ianas de la acumulación a los países subdesarrollados. . 'n segundo t#rmino, la CF adoptó y profundizó las tesis cl0sicas sobre el imperialismo que elaboraron mar1istas y radicales de principios de siglo . Fe especial trascendencia fue el folleto de 4enin El imperialismo fase superior del capitalismo. $iguiendo a Lilferding 9>=, 4enin sostenía que el sistema capitalista !abía pasado de una fase de libre competencia 7típicamente las ?
os textos del primer enin, con sus pol+micas con los populistas, son característicos de esta literatura.
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d#cadas de >G; y >?;7 a una en que prevalecían los monopolios. $egn este enfoque, los precios eran administrados, y la economía podía ser mane!ada, a tra"és de la colusión y las relaciones de fuerza, por las grandes empresas. Adem0s, en los países m0s poderosos los mercados estaban saturados 7las masas carecían de poder de compra debido a la concentración de la riqueza7, y los capitales debían salir al e1terior por mercados y fuentes de aprovisionamiento para evitar la depresión. 4a tendencia al estancamiento en el centro se reforzaba por la !egemonía que !abía adquirido el capital financiero, que e"ercía un rol parasitario y retrógrado. -or lo tanto la empresa colonial, segn 4enin, era imprescindible para que el capitalismo del centro se reprodu"era. 'l monopolio y la necesidad de e1plotar a la periferia e1plicaban tambi#n que en las relaciones económicas internacionales prevaleciera la violencia para la e1tracción del e1cedente desde la periferia. El sistema de e#plotación colonial imperialista, sustentado en el saqueo y el pilla!e, se con"ertía en un rasgo característico de la época. *aturalmente, si !abía un estado de guerra permanente para mantener el dominio colonial y el saqueo, !abría poco espacio para el desarrollo capi talista en los países atrasados. $in embargo los mar1istas pensaban tambi#n que la e1portación de capitales desde los países centrales a la periferia generaría el desarrollo de las fuerzas productivas en esta ltima. 'n su traba"o sobre el imperialismo 4enin afirmaba que la e1portación de capital repercutía en los países en que era invertido, acelerando 5e1traordinariamente6 el desarrollo del capitalismo.>; 'ste pronóstico generaba una tensión 7no reconocida teóricamente en los escritos leninistas7 con la idea del predominio del pilla"e y el robo. -ara zan"ar la cuestión, entre finales de los aDos veinte y principios de los treinta la )nternacional Comunista sentenció que las inversiones de los capitales imperialistas sólo generaban atraso. 'n su se1to Congreso, en ><:, se aprobaron las 5Tesis sobre el movimiento revolucionario en los países coloniales y semicoloniales6, en las que se afirmaba que la e1pansión del capitalismo en los países coloniales y semicoloniales 7ubicados mayoritariamente en Asia y Ufrica7 ya no era progresiva. >> 'n el siguiente Congreso, de ><, esta tesis se e1tendió a Am#rica 4atina. 'stas ideas fueron profundizadas y sistematizadas, en la d#cada de >: de !ec!o, en los aDos sesenta y setenta normalmente se incluía a Baran dentro de la corriente. Baran planteó que el atraso, la miseria y el subdesarrollo de los países de la periferia no se debían a causas internas, sino a la e1plotación de las potencias. 'l caso m0s representativo era )ndia, cuya economía !abía sido devastada por el colonialismo ingl#s. Baran se apoyaba en datos de estadígrafos indios, que calculaban que @ran BretaDa se apropiaba anualmente de apro1imadamente el >;V del producto bruto de la )ndia. -lanteaba así la idea del 5drena"e6 o 5transfusión6 de recursos de la periferia al centro. 'l e1cedente económico se obtenía 5de las masas subalimentadas, semidesnudas, mal alo"adas y agotadas por e1ceso de traba"o6 9Baran, >?:=. )nevitablemente )ndia se subdesarrollaba en tanto @ran BretaDa se desarrollaba. 4a cone1ión de la periferia con el capitalismo frenaba el desarrolloH / no puede !aber duda de que si la cantidad de e1cedente económico que @ran BretaDa e1tra"o de la )ndia !ubiese sido invertido en esta ltima, el desarrollo económico de la )ndia tendría en la actualidad poca similitud con este cuadro sombrío 9Baran, >?:=. 1/
7ambi+n Eil&erdin", quien escribeF la exportaci!n de capitalG ha acelerado enormemente la sub)ersi!n de todas las )ie6as relaciones sociales y la di&usi!n del capitalismo por el "lobo Eil&erdin", 1?4, pp. 3(23(30. a idea de que la entrada del capital extran6ero promo)ería el desarrollo en la peri&eria ya había sido adelantada por ;arx. or e6emplo, cuando se re&iri! a los e&ectos bene&iciosos, a lar"o pla$o, para el desarrollo del capitalismo, que tendrían los &errocarriles británicos en la Hndia' )ol)emos sobre esta posici!n de ;arx en el cap. (. 11 Como ha se8alado Aabriel alma, este Con"reso debe ser considerado como el punto de transici!n del en&oque marxista respecto a la pro"resi)idad del capitalismo en las re"iones atrasadas alma, 1?@, p. 4(0. 12 Cardoso 1?0 relati)i$a la in&luencia de #aran, diciendo que no escribi! nada que ya no estu)iera presente en la perspecti)a del pensamiento crítico en *m+rica atina antes de 1?(/. ero el traba6o de #aran &ue publicado en los cincuenta.
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4a contracara de la )ndia era Wapón, el nico país que no !abía sido una colonia o una dependencia del capitalismo avanzado& en consecuencia !abía gozado de un 5desarrollo nacional independiente6 9ibid., p. >=. Adem0s del factor colonial, Baran aportó nuevos elementos a la tesis de que los países atrasados eran e1plotados. 's que ya en los aDos cincuenta el colonialismo estaba en retroceso, y era necesario modificar algunos planteos. Baran puso el #nfasis en la inversión e1tran"era directa 9)'F= de los países centrales en los atrasados. -lanteó que la entrada de capitales en la periferia era muy reducida, y al poco tiempo e1istía una salida neta de recursos debida a la remesa de utilidades, pagos de regalías, patentes, intereses, etc., por parte de los monopolios. 'n consecuencia era muc!o m0s lo que sacaban los imperialistas, que lo que aportaban a los países atrasados con sus inversiones& las balanzas de pagos sufrían crisis recurrentes. > Así la )'F, le"os de generar desarrollo, provocaba estancamiento y miseria. '1istía e1plotación de los países atrasados y formalmente independientes por parte de los 'stados imperialistas, aunque no por medio del dominio colonial. 4os monopolios e1tran"eros actuaban en combinación con las oligarquías locales, conformando una alianza que impedía el progreso social y económico. -or eso las relaciones capitalistas no se podían e1tender plenamente en los países atrasados, y los regímenes perif#ricos eran 5mercantil8feudales6. 'stas posiciones se profundizaron luego con la e1plicación m0s general de Baran y $Oeezy 9><:= sobre el capital monopolista, que intentaba actualizar las vie"as tesis del imperialismo. 'n particular porque Baran y $Oeezy plantearon que si el monopolio !abía pasado a dominar la economía, las leyes económicas establecidas por Mar1 de alguna manera debían ser modificadas. Adem0s, Baran y $Oeezy adoptaron adem0s un enfoque claramente subconsumista. $ostenían que la concentración del capital en manos del monopolio generaba un aumento de los beneficios en grado tal, que no podía ser gastado por los capitalistas. Fe a!í que !ubiera un problema estructural de realización del producto, y la salida del sistema pasaba por promover el gasto improductivo 9armas, propaganda, etc.=. > Fe manera que la supervivencia del capitalismo dependía del despilfarro estructural& lo que e1plicaba la tendencia al estancamiento en el centro. 'sta obra de Baran y $Oeezy fue considerada por muc!os autores de la dependencia como una actualización de las tesis leninistas del imperialismo y la preponderancia de los monopolios.>E 4a revista norteamericana $ont%ly &e"ie' , animada por Baran y $Oeezy, gozó de gran predicamento en la CF. 4a influencia de Baran y $Oeezy se combinó con la que e"ercieron mar1istas m0s 5ortodo1os6, como Mandel. Mandel planteó que la tesis de la preeminencia del monopolio no obligaba a generar una teoría distinta de la mar1iana. Adem0s, y a pesar de conceder importancia al despilfarro, no tuvo una visión 5estancacionista6 del capitalismo central. Mandel destacó que el capitalismo en los países desarrollados !abía tenido la capacidad de ampliar los mercados despu#s de la $egunda @uerra, por lo menos !asta comienzos de la d#cada de >;.
LA TESIS DEL INTERCAMBIO DESI%UAL 'n los aDos >
IJos países subdesarrolladosG en con6unto, han en)iado continuamente una "ran parte de su excedente econ!mico hacia los más adelantados, ba6o la &orma de intereses y di)idendos #aran, 1?(?, p. 2110. 14 o esencial de este planteo ya estaba elaborado a &ines de los cincuenta' )+ase #aran 1?5?0. 15 7oda)ía en la d+cada de 1??/ -amir *min rei)indicaba todos estos análisis de #aran y -=ee$y como punto de partida para la comprensi!n del capitalismo contemporáneo' )+ase el capítulo (.
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'mmanuel afirmaba entonces que !abía e1plotación de los países atrasados por parte de los países adelantados, aunque ya no se tratara de e1plotación colonial. Concluía adem0s en que no !abía posibilidad de establecer un programa socialista internacional, porque los traba"adores de los países adelantados participaban de la e1plotación de los traba"adores de los países atrasados. 'sta conclusión despertó muc!as críticas contra 'mmanuel. >G A pesar de este cuestionamiento, la tesis del intercambio desigual fue adoptada y defendida por muc!os autores de la CF. >?
LA CD, UNIDAD Y DIER%ENCIAS Lasta el momento nos !emos referido a la 5corriente6 de la dependencia dado el tronco de ideas claves compartidas por los dependentistasH la imposibilidad de un desarrollo capitalista con raíces propias de la periferia& la tesis de que los países atrasados eran e1plotados por los monopolios y los países centrales& el sesgo nacionalista radical de sus planteos& y la idea de que la transferencia de e1cedente generaba desarrollo en los países imperialistas. A partir de estos puntos en comn !ubo sin embargo importantes diferencias, razón por la cual es imposible !ablar de una 5escuela6. Pa en los sesenta Cardoso constataba que los autores de la CF tenían interpretaciones 5discordantes entre sí en puntos significativos6 9citado por Bambirra=. 'n ><> C!ilcote tambi#n apuntaba que 5aquellos interesados en la dependencia !an reconocido que no e1iste una teoría general y unificada6 9C!ilcote, ><>, p. >E=. P en su reseDa y balance de la corriente -alma 9><?= decía que la dependencia nunca !abía logrado unificar una teoría, y era conveniente !ablar de una escuela unificada. -or este motivo la me"or forma de profundizar qu# fue la CF es presentando las posiciones de sus principales e1ponentes, y sus diferencias.
A#d %*#de '!#3 %ran, "unto a Cardoso y %aletto, fue el iniciador de la CF con la publicación en $ont%ly &e"ie' , en > Fe manera que pequeDas diferencias iniciales van creciendo e1ponencialmente, dando lugar a que una minoría de países se desarrolle y una mayoría se subdesarrolle. -or eso, siempre segn %ran, cuanto m0s se vinculan los países de la periferia al mercado mundial, m0s se subdesarrollan. -or e"emplo, el norte de Brasil !abía e1perimentado un cierto auge cuando se !abía vinculado tempranamente, y de manera intensa, al mercado mundial, pero luego !abía caído en la decadencia, producto de esa vinculación. Algo parecido !abía ocurrido con el -otosí. Tambi#n !abía gozado de un período de esplendor cuando se !abía ligado al mercado mundial, en la #poca de la colonia& pero finalmente se !abía subdesarrollado. 'n cambio, cuando los países tomaban distancia del mercado mundial, crecían. C!ile se !abía desarrollado entre ><; y >< cuando !abía estado aislado del mercado mundial. 'n cuanto a los países adelantados, su desarrollo dependía de la transferencia de recursos desde los países subdesarrollados. %ran tambi#n planteaba que las sociedades campesinas eran e1plotadas por las burguesías locales urbanas, y que !abía una cadena de transferencias de e1cedente entre metrópolis, submetrópolis y regiones atrasadas, que conectaba al ltimo campesino de la periferia con los centros imperialistas m0s avanzados. 'sta visión !a sido calificada de 5circulacionista6, porque parece decir que la circulación de las mercancías genera el subdesarrollo y desarrollo. Como una consecuencia de este enfoque las contradicciones fundamentales se ubicaban en el nivel de las relaciones entre las metrópolis y los países dominados& o de las metrópolis, 1(
ste problema planteado por mmanuel nunca &ue respondido, a nuestro modo de )er, de &orma acabada. De hecho, ya en enin encontramos esbo$ada esta idea, cuando a&irma que en los países centrales hay una aristocracia obrera que )i)e a costa de la explotaci!n de las colonias. 1 ero &ue recha$ada por Bran9. 1@ >+ase Bran9 1?30.
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submetrópolis y regiones e1plotadas. 4as contradicciones de clase parecían pasar a un plano secundario. 'n crítica de la tesis de los partidos Comunistas sobre las 5estructuras semi8feudales y precapitalistas6 de Am#rica 4atina, %ran tambi#n planteó que la región !abía sido capitalista d esde la colonización. -ara esto definía el capitalismo como un sistema que produce para el mercado, y no por la relación de traba"o asalariado, como sucede en Mar1. Fado que la producción de Am#rica 4atina desde el origen del dominio colonial fue organizada para la e1portación, %ran concluía que no se podía !ablar de feudalismo, y sí de capitalismo. 4atinoam#rica !abía sido un sat#lite de las metrópolis desde el siglo K)), dentro de la economía mundial capitalista. 'sta caracterización de Am#rica 4atina como capitalista dio lugar a mltiples debates. Al margen de esta discusión, %ran sostenía una tesis que, de alguna manera, fue compartida por muc!os de sus críticos, aunque con matices. Afirmaba que el capitalismo latinoamericano no podía desplegar una lógica de reproducción ampliada y de acumulación como se describe en El Capital , y que el desarrollo era mero 5lumpen8desarrollo6. Fe aquí tambi#n que no !ubiera una clase capitalista con raíces propias, sino una 5lumpen8burguesía6. >< $e trataba de un enfoque claramente estancacionista. Febe seDalarse tambi#n que en su obra m0s madura %ran adoptó el enfoque de la 5economía mundo6 7que compartió con )mmanuel Xallerstein y @iovanni Arrig!i7, segn el cual toda economía nacional debía pensarse como parte de una totalidad de una forma an m0s estrec!a de lo que lo !abía !ec!o la CF. :; $egn esta visión, los dependentistas analizaban a los países desarrollados y a los subdesarrollados de manera demasiado fragmentaria, lo que inducía a pensar en la posibilidad de desarrollos nacionales autónomos. 'l an0lisis desde la perspectiva de la 5economía mundo6 7concebida como sistema7 demostraba que ningn país podía lograr un estado de independencia económica, o de 5no dependencia6, desvincul0ndose del mercado mundial. 'n consecuencia, tambi#n era imposible construir un socialismo nacionalmente aislado& una tesis que %ran compartió con los trotsistas.
'e#!#do E#i4*e C!doso Cardoso publica en >?= aparece m0s claramente an la crítica a la visión del estancamiento permanente de %ran& y a la tesis de la supere1plotación y el subconsumismo de Marini. Crítico tambi#n de la idea de que en los países atrasados no !abía dinamismo a causa del imperialismo, Cardoso planteaba que la penetración del capital industrial y financiero aceleraba la producción de plus"alía relati"a e 1?
>+ase Bran9 1?@0. #aran ya había utili$ado el t+rmino lumpenbur"u+s para re&erirse a la clase mercantil de los países atrasados. 2/ >+ase, por e6emplo, Bran9 1??a0 y 1?@@0' tambi+n Kallerstein 1??0.
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intensificaba las fuerzas producti"as. $ostenía que el imperialismo moderno difería del que !abía analizado 4enin, ya que a!ora la inversión e1tran"era se volcaba a la industria, no sólo a la producción de materias primas& y adem0s, los capitales de los países perif#ricos participaban en esas empresas. -or lo tanto el desarrollo capitalista dependiente se !abía convertido en una nueva forma de e1pansión del capital monopólico en el Tercer Mundo. $iendo el autor menos estancacionista de la CF, de todas maneras Cardoso mantuvo la idea de que las burguesías nativas eran e1plotadas por las burguesías de los países imperialistas& y que los países atrasados eran e1plotados por los adelantados. 'l 'stado en Am#rica 4atina constituía un 5instrumento de la dominación económica internacional6 y las clases dominadas locales sufrían 5una doble e1plotación6 9Cardoso, >?, p. >=. :> 'l desarrollo dependiente implicaba una suerte de e1plotación del país atrasado por los oligopolios multinacionales, a trav#s de la apropiación desigual del e1cedente.
T5eoto#io Dos S!#tos 'l mar1ista brasileDo Fos $antos desarrolló la idea de la 5nueva dependencia6. :: Con esto intentó e1plicar la forma que adoptaba la dependencia a partir de la entrada del capital e1tran"ero en el sector manufacturero de los países atrasados. Fos $antos pensaba que 4enin se !abía equivocado al pronosticar que la inversión e1tran"era generaría desarrollo en la periferia, ya que el capital monopolista se aliaba con los factores que mantenían el atraso, el subdesarrollo y la dependencia. 'sto implicaba que las economías de la periferia estaban condicionadas por el desarrollo y e1pansión de los países dominantes. 'n tanto estos ltimos podían e1pandirse y autoimpulsarse, los países dependientes 5sólo lo pueden !acer como refle"o de esa e1pansión, que puede actuar positiva o negativamente6 9Fos $antos, >;=. 4os países dependientes estaban /en retraso y ba"o la e1plotación de los países dominantes. 4os países dominantes disponen así de un predominio tecnológico, comercial, de capital y sociopolítico sobre los países dependientes/ que les permite imponerles condiciones de e1plotación y e1traerle parte de los e1cedentes producidos interiormente 9ibid.=. 4a dependencia suponía entonces e#plotación y e#tracción del e#cedente de los países atrasados. 'sto posibilitaba el desarrollo industrial de algunos países, 5y limita ese mismo desarrollo en otros, someti#ndolos a las condiciones de crecimiento inducido por los centros de dominación mundial6 9ibid.=. Fos $antos pronosticaba que la dependencia de Am#rica 4atina continuaría en tanto no pudiera transformarse 5en una economía autosostenible o independiente6 9ibid., p. >>=. 4os países que !abían roto con la dependencia eran los que 7fines de la d#cada de >:= Fos $antos no compartió la caracterización de %ran sobre Am#rica 4atina como capitalista desde la colonización, y sostuvo que se trataba de una 5economía colonial e1portadora6 9Fos $antos, >?=. Tambi#n, y en contraposición a %ran, intentó dar m0s importancia a las estructuras económico8sociales de los países latinoamericanos.
R*6 M!*o M!i#i Marini se reivindicaba mar1ista y aplicó las categorías del mar1ismo al estudio del subdesarrollo& dedicamos luego dos capítulos al an0lisis de su obra.
S!"i A"i#
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s sorprendente la similitud entre esta caracteri$aci!n de Cardoso de las bur"uesías de los países atrasados, y la que había dado 7rots9y en los a8os treinta. 7rots9y sostu)o que la bur"uesía de los países semicoloniales tambi+n la de los coloniales0 era una clase semi"obernante, semioprimida 7rots9y, 1?30. *"re"uemos que consideraba que ;+xico, por e6emplo, era un país semicolonial' en este sentido di&ería de la manera en que enin empleaba el t+rmino )+ase el capítulo 150. 22 Los basamos en Dos -antos 1?(@0 y 1?50.
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Amin elabora en el marco de las tesis de Baran y $Oeezy sobre el monopolio. Tambi#n estuvo influenciado por los estudios africanos de antropólogos mar1istas, como Coquery8Kidrovitc!, Meillassou1 y 3ey& este ltimo fue uno de los principales referentes de la tesis sobre la 5articulación de los modos de producción6, "unto con Amin. Amin sostuvo 9v#ase Amin ><G para lo que sigue= que el modo de producción capitalista necesitaba contrarrestar la tendencia a la caída de la tasa de ganancia aumentando la e1plotación de la fuerza de traba"o. $in embargo en los países adelantados no podía aumentar la e1plotación sin poner en cuestión la 5acumulación autocentrada6. -or 5acumulación autocentrada6 Amin no entendía la autarquía económica, sino que los salarios progresaran a medida que se desarrollaban las fuerzas productivas. A fin de no entrar en contradicción con la acumulación autocentrada, el capitalismo monopolista mantenía, aunque modificadas, a las formaciones sociales precapitalistas de la periferia. 4a función de los modos de producción precapitalistas era suministrar mano de obra barata al centro, a trav#s de la emigración& y principalmente a las plantaciones y empresas monopólicas e1portadoras, establecidas en la periferia. 'sta mano de obra barata era la clave para que !ubiera intercambio desigual. -or eso, a pesar de que el colonialismo socavaba los modos de producción tradicionales, el capitalismo no se e1pandía en el continente. 'l sistema preser"aba esos modos precapitalistas, aunque en una forma modificada. Ufrica sub sa!ariana constituía el caso paradigm0tico de esta situación. $egn Amin, tambi#n sufrían el intercambio desigual los campesinos que vendían su producción a trav#s de los canales de comercialización dominados por los monopolios, y a los precios establecidos por #stos. 'n definitiva, el intercambio desigual era el mecanismo m0s importante mediante el cual el capitalismo central e1plotaba a las formaciones precapitalistas, y posiblemente la cuestión teórica decisiva de la #poca. : 's que la economía mundial no podía funcionar, sostenía Amin, sino como 5articulación de modos de producción6. 'l modo de producción capitalista era dominante, pero sobrevivía solo mediante la e1plotación de los modos de producción precapitalistas.: 4os ba"os salarios y el control de los precios por parte de los monopolios tambi#n e1plicaban, segn Amin, el deterioro de los t#rminos de intercambio que !abía estudiado -rebisc!. Como consecuencia de esta situación en las periferias la proletarización, entendida en el sentido de Mar1, era incompleta. :E -ero la clase proletaria en el Tercer Mundo era muy amplia, ya que por 5proletarios6 Amin comprendía no sólo a los traba"adores ocupados por el capital, sino tambi#n a las amplias capas de marginados y desocupados permanentes en la periferia y, m0s importante, a las 5masas campesinas integradas en los intercambios mundiales, y que pagan como tales, al igual que la clase obrera urbana, el precio del intercambio desigual6. :G Febido a los ba"os salarios y la proletarización incompleta, los mercados internos de los países de la periferia eran restringidos, lo que acentuaba el estancamiento. *o !abía posibilidad de que se desarrollara un consumo de bienes durables por parte de los traba"adores. 4a industrialización 7por sustitución de importaciones7 que !abían e1perimentado algunos países del Tercer Mundo no anulaba las condiciones esenciales del atraso. $us economías estaban desarticuladas porque orientaban la producción conforme a las necesidades del centro. 'ran en esencia títeres del 23
a contro)ersia relati)a a la cuesti!n del intercambio desi"ual aborda el "ran problema de nuestra +poca *min, 1?@(, p. 2?20. 24 a idea de que el capitalismo s!lo podía reproducirse manteniendo y explotando modos de producci!n precapitalistas tambi+n la encontramos en alloix 1?10 y 1?50, y aclau 1?@40. or e6emplo, aclau consideraba que las &ormaciones precapitalistas eran una condici!n inherente al proceso de acumulaci!n de los países centrales p. 410. 25 Como una primera aproximaci!n podemos decir que ;arx entendía por clase proletaria a los traba6adores subsumidos a la relaci!n capitalista :esto es, que )enden su &uer$a de traba6o al capital: y a los que &orman el e6+rcito industrial de reser)a. 2( *min pensaba que esas masas campesinas estaban proletari$adas o en )ías de proletari$aci!n por su inte"raci!n al mercado mundial. De ahí que, en sintonía con la estrate"ia maoísta, *min considerara que los pueblos del 7ercer ;undo, como con6unto oprimido, tenían potencialidades anticapitalistas.
1(
capitalismo central& 5el centro modela a la periferia seg*n sus necesidades6 9p. >G:& #nfasis nuestro=. 4a periferia no podía pasar a un crecimiento autocentrado y din0mico.
E#est M!#de+ Mandel, a igual que Amin, sostuvo que el mercado mundial sólo podía concebirse como una articulación de modos de producción, entre formas precapitalistas 9subordinadas= y el modo capitalista 9dominante=. -lanteó tambi#n que el intercambio desigual se !abía convertido en la principal forma de e1plotación de los países atrasados, y compartió la tesis del bloqueo del desarrollo capitalista en la periferia. -or este motivo criticó la idea de Bu"arin 9>>= sobre que el modo de producción capitalista tendía a ser planetario 9v#ase Mandel, ><=. Fe todas maneras ofreció una e1plicación distinta del mecanismo del intercambio desigual que la brindada por 'mmanuel y Amin. $ostuvo que los países atrasados, al emplear m0s mano de obra en promedio que los países adelantados 7debido al atraso tecnológico7 generaban m0s valor que los países adelantados. P ese e1cedente se transfería al centro a trav#s del intercambio 9Mandel, ><=. 'sta tesis luego la desarrollaron, en las d#cadas de ><; y ><<;, Carc!edi y otros mar1istas.
CRÍTICAS A LA CD (na revisión de las críticas que se dirigieron a la CF, en especial en las d#cadas de >;, y ><;, nos ayudar0 a tener un panorama m0s completo de sus posiciones. Al estudiar las críticas a la CF es necesario distinguir, en primer lugar, las que se dirigieron desde fuera de la CF a algunos de sus autores& en segundo t#rmino, las que surgieron del seno mismo de la corriente y tuvieron como destinatario algn otro dependentista& y en tercer lugar, las que se destinaron al con"unto de la CF. *aturalmente, sólo el ltimo grupo constituye una crítica a la CF de con"unto. $in embargo muc!as veces se asumió que las otras dos especies formaban parte, de alguna manera, de un cuestionamiento global de la corriente. 'sto !a suscitado que"as de los dependentistas, en especial por la situación que se generó en torno a %ran, el autor de la CF m0s cuestionado. A %ran se le criticó su caracterización del capitalismo como un sistema de producción mercantil y su afirmación de que desde la colonización Am#rica 4atina !abía sido capitalista&:? su enfoque circulacionista& su visión demasiado rígida del estancamiento crónico de las periferias& y la 9casi= desaparición del an0lisis en t#rminos de clases sociales. -ero Bambirra, Fos $antos, Cardoso, entre otros, subrayaron repetidas veces que esas posturas no representaban sus propias posiciones, y que ellos mismos !abían criticado a %ran. Lay muc!o de v0lido en esta defensa. 's una realidad que no toda la CF fue rígidamente 5estancacionista6, o sostuvo que la mera cone1ión con el mercado mundial determinara el subdesarrollo y la ausencia de una burguesía con raíces propias. 'l pensamiento de Marini, por e"emplo, es sutil y comple"o. -or lo tanto, cuando se tiene en cuenta que muc!as críticas se dirigieron a algn miembro en particular de la CF& y que adem0s en buena medida esas críticas fueron compartidas por otros dependentistas, la cantidad de críticas a la corriente se reduce notablemente. %ueron pocos los autores que cuestionaron de con!unto a la CF a partir del e1amen de la obra de sus miembros m0s referenciados. 'n este respecto, tal vez la crítica m0s conocida a la CF sea la de Cueva 9>=. Kania Bambirra 9><= la considera 5el m0s serio esfuerzo de cuestionar las tesis de la teoría de la dependencia6 9p. >=. Fada su relevancia, presentamos sus ideas centrales con alguna e1tensión. Cueva comienza diciendo que con la teoría de la dependencia se daba una situación paradó"ica, ya que criticaba la teoría burguesa del desarrollo tomando ideas del mar1ismo, pero a su vez criticaba al mar1ismo tomando ideas del desarrollismo y de las ciencias burguesas. 's que la CF reproducía el dualismo, aunque invertido, ya que en lugar de ser el sector tradicional el responsable del atraso 7como sostenía la teoría burguesa del desarrollo7, en la visión dependentista era el sector moderno el responsable del atraso. Fe esta manera, adem0s, la dependencia se deslizaba !acia un an0lisis en t#rminos de regiones, que dificultaba el an0lisis de clases. $i bien Cueva admitía que e1istía una contradicción entre 'stados imperialistas y dependientes, la misma !abía que derivarla de las clases sociales& aunque no e1plicaba de qu# manera debería !acerse esa derivación. 2
>+ase aclau 1?@40 y #renner 1??0, quienes se8alaron que el modo de producci!n se de&ine a partir de la &orma en que se extrae el excedente. Mna idea que ya antes había subrayado ;aurice Dobb' )+ase Dobb 1?(0. #renner tambi+n hace una extensa crítica al circulacionismo de Bran9.
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Tambi#n Cueva cuestiona que la CF estuviera preocupada por el desarrollo y no por la e1plotación de clases. Afirma que esto impregnaba a la teoría de la dependencia de un tinte nacionalista, y que la contradicción central era entre clases sociales, y no en t#rminos de naciones, como sostenía la CF. Critica por otra parte a Fos $antos, en torno al rol del imperialismo, ya que, segn Cueva, la entrada de los capitales e1tran"eros desarrollaba el capitalismo en la periferia. 'n cuanto a Cardoso y %aletto, !abrían traba"ado con un doble código, porque por un lado adoptaban una perspectiva desarrollista, y por otra parte una mar1ista. $in embargo tambi#n !abían de"ado de lado la luc!a de clases. -or eso de con"unto los an0lisis de la CF se !acían en t#rminos de 5oligarquías6, 5burguesías6, 5clases medias6, 5sectores populares6, estando ausente la relación capital 2 traba"o. Cueva tambi#n cuestiona a Marini por su división del mercado de productos, donde el consumo de los obreros estaría estancado& y sostiene que no !ay que formular leyes particulares para el país dependiente, ya que las leyes generales del capitalismo se manifiestan en estos países simplemente con sus rasgos particulares. *o !abía espacio teórico, por lo tanto, para asentar una teoría de la dependencia. -or ltimo, Cueva ob"eta que la CF tratara de e1plicar siempre el desarrollo de una formación social por su articulación con otras formaciones, y no por su din0mica interna. 4a segunda crítica que destacamos es la de Fore y Xees 9><= y Xees 9><>=, que est0n en la línea de Brenner 9><=. B0sicamente estos autores sostienen que el error de la CF fue e1plicar el desarrollo desigual a nivel mundial por las transferencias de plusvalía entre países, y no poner el acento 7como sucede en la teoría mar1ista7 en la producción como causa de esa desigualdad. 's que la e1plotación se da en una relación de clases, subrayan Fore y Xees, y no en una relación entre países& las transferencias internacionales de valor debían entenderse desde esta perspectiva. 'n coincidencia con Brenner, sostienen que la desigualdad entre los países es consecuencia de la e1plotación de clases en los países atrasados, y que el desarrollo de los países avanzados no se basa en la e1tracción de riqueza de las periferias. 'l capitalismo no acumula a partir de la e1plotación de países, sino de la clase obrera. 4a e1plotación es apropiación del traba"o e1cedente, pero esta idea desaparecía cuando se !ablaba de e1plotación entre países, como !acía la dependencia. Con ello tambi#n se esfumaba la noción de modo de producción. 'n particular, Fore y Xees cuestionan que los autores de la CF !ablaran de que a los países subdesarrollados se les quitaba 5su6 e1cedente, como si #ste perteneciera al país. Critican tambi#n la visión subconsumista de Marini, como parte de una visión estancacionista. 'n cuanto a Cardoso, su error era poner en un mismo plano de importancia lo e1terno y lo interno& no advertía que lo que impulsa a la sociedad es la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción, que da lugar a los conflictos de clases. Xees 9><>= repite algunos de estos argumentos, y destaca que dependencia y mar1ismo son teorías alternativas. $ostiene que la evidencia empírica estaba en contra de las tesis de la dependencia, desde el momento en que los flu"os de capital no se daban principalmente desde los países desarrollados a los atrasados, como decía la CF que sucedía, sino entre los países adelantados. 'sta falla en el diagnóstico derivaba de la visión equivocada de la dependencia sobre la din0mica de la acumulación. tras críticas fueron m0s matizadas. -or e"emplo 'delstein 9><>= reivindicaba que la CF !ubiera planteado que la estructura de clases de los países perif#ricos se !abía formado por la relación con el imperialismo, y en interacción con el mercado mundial. Fe todas maneras admitía, como aspectos negativos, que la CF definía un modo de producción a partir de un an0lisis circulacionista, que minusvaloraba los procesos de traba"o y tendía a concebir la !istoria como un conflicto entre las clases poseedoras. -or ltimo, seDalemos que a partir del te1to de Xarren 9>=, !ubo cada vez m0s escritos que cuestionaron la visión estancacionista de la CF, a la luz de la industrialización que estaba teniendo lugar en muc!os países de Asia y Am#rica 4atina& tratamos estas cuestiones en el capítulo cinco.
RESPUESTAS A LAS CRÍTICAS %ran fue uno de los autores m0s cuestionados de la CF, y tambi#n uno de los que m0s respondió a las críticas. 'n general su defensa consistió en una matización de sus primeras posiciones m0s abiertamente circulacionistas. 'n particular %ran admitió que !abía que tomar en consideración
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los factores internos de los países, en especial la luc!a de clases. : $in embargo se trató, en nuestra opinión, de concesiones de formulación m0s que de contenido. 's que si bien reconoció que 5sí, es m0s importante plantear y entender el subdesarrollo en t#rminos de clases6 9%ran, ><?, p. <=, mantuvo la idea de que esa e structura de clases era el resultado 5de lo e1terno6. Así, la conquista colonial !abría 5formado6 en Am#rica 4atina su estructura económica y de clases, que a su vez !abría generado 5políticas de subdesarrollo en lo económico, social, cultural y político6 9ibid., p. :=. -or otra parte el imperialismo transformaba 5la estructura económica y de clases6 de los países latinoamericanos& y el neoimperialismo 5volvía a transformar la estructura económica y de clase en nuestros días6 9ibid., p. :?=. 'n definitiva, el factor decisi"o continuaba siendo el +e#terno . Fe !ec!o %ran nunca terminó de plantear la centralidad de las contradicciones de clases. Tampoco modificó su idea sobre que el capitalismo debía definirse a partir de las relaciones de producción, como sostiene el mar1ismo. -or otra parte, y en un nivel m0s general, es de destacar la respuesta de B ambirra a Cueva 9v#ase Bambirra, ><=.:< Bambirra seDala que muc!as de las críticas de Cueva no corresponden a posiciones de la corriente, sino a algunos de sus autores, y la mayor parte de las veces est0n referidas sólo a algunas de sus obras. Afirma que Fos $antos, o ella misma, dan importancia a los factores internos y las luc!as de clases& no sostienen una tesis estancacionista y reconocen que la entrada de capital acelera el desarrollo capitalista. -or otra parte Bambirra reivindica que se ponga el foco en la problem0tica del desarrollo y el subdesarrollo, que !abía sido planteada por la realidad latinoamericana, y permanecía como tema a resolver por una futura revolución socialista. A partir de aquí Bambirra responde el cuestionamiento de Cueva acerca de la falta de centralidad de las contradicciones de clase en la CF, seDalando que e1istían dos contradicciones claves en la sociedad contempor0nea. 'n primer lugar, la contradicción entre el imperialismo y las naciones oprimidas 9siguiendo a 4enin y la )nternacional Comunista=. P en segundo t#rmino, la contradicción entre la burguesía y el proletariado. Ambas se fundían en la oposición entre el imperialismo, en alianza con las burguesías locales, y el proletariado, "unto a las naciones oprimidas. Fe esta forma se podía tratar dial#cticamente la tensión entre las contradicciones de clases y las contradicciones nacionales. 'sta respuesta sería e1tensible a las críticas de Fore y Xees. 's
CONCLUSI&N A partir de la teoría sobre el imperialismo y el monopolio de los mar1istas de principios de siglo , y nutrida de los enfoques nacional8desarrollistas de la C'-A4, la CF planteó ideas que terminaron conformando un verdadero paradigma dentro de la izquierda. $ostuvo que el sistema imperialista8 monopólico e1plotaba a los países del Tercer Mundo& que a raíz de esta e1plotación estos países tenían bloqueada la vía del desarrollo capitalista en algn sentido fundamental& y que la ruptura de esta relación de e1plotación, y una genuina industrialización sólo podrían lograrse mediante el triunfo de la revolución socialista. Muc!as críticas que se dirigieron a la CF en realidad aludían a los traba"os de algunos de sus autores, particularmente a %ran. $in embargo Cueva dirigió una crítica integral a la corriente. M0s críticas se plantearon en las d#cadas de >; y ><;, a medida que avanzaba la industrialización en muc!os países de Asia y Am#rica 4atina.
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>+ase el ;ea Culpa con que abre Bran9 1?@0. #ambirra tambi+n responde a cta)io
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C!()t*+o 2 De(e#de#ci! 6 s*bi"(ei!+is"o e# R*6 M!*o M!i#i 'n este capítulo profundizamos en la CF a trav#s de la obra de 3uy Mauro Marini, teórico y militante brasileDo, nacido en ><: y fallecido en ><. Marini fue uno de los autores dependentistas que aplicó de forma m0s sistem0tica la teoría de Mar1. Adem0s abordó desde la perspectiva de la ley del valor traba"o el comple"o problema que planteaba, ya claramente desde mediados de los sesenta, la internacionalización del capital productivo. 'sto significa que rec!azó las e1plicaciones del subdesarrollo basadas en la presión militar o diplom0tica 7o sea, en la coerción e1traeconómica7 e intentó una e1plicación integral, sustentada en la dial#ctica del valor y en la teoría de la plusvalía de Mar1. Adem0s fue consciente de que no podía seguir analiz0ndose la economía de Brasil como simple ap#ndice neocolonial del imperialismo& ni al 'stado brasileDo de los sesenta como una 5marioneta de los yanquis6. $us an0lisis abrían entonces la posibilidad de una renovación de las visiones que se anclaban en la teoría leninista del imperialismo, que #l mismo reivindicaba.
LAS RAÍCES DE LA DEPENDENCIA Marini 9>= brinda una e1plicación abarcativa sobre las causas !istóricas y la din0mica de la dependencia. $ostiene que en las primeras etapas del capitalismo Am#rica 4atina tenía como función proveer de alimentos baratos a los países desarrollados. 'ste comercio iba acompaDado del deterioro de los t#rminos de intercambio, que era necesario e1plicar por la acción de la ley del valor en el mercado mundial. Marini era consciente de que a medida que el mercado alcanzaba formas m0s desarrolladas, la violencia política y militar destinada a e1plotar a las naciones m0s d#biles se volvía superflua, y que la e1plotación pasaba a depender de la reproducción de relaciones económicas. -or lo tanto, al ampliarse el mercado mundial, en la "isión de $arini, se ampliaba la acción de la ley del "alor . 'ncontramos así una idea clave, la centralidad de la ley del valor para e1plicar el atraso. -or otra parte Marini pensaba que el an0lisis debía centrarse en la producción, pero que esto era aplicable sólo para los países centrales, ya que el capitalismo dependiente estaba condicionado por la circulación de mercancías. 'sto sucedía porque e1istía un intercambio desigual entre las naciones adelantadas 7que e1portaban bienes manufacturados a las atrasadas7, y las naciones atrasadas 7que e1portaban bienes primarios a las adelantadas. 4os países que producían bienes manufacturados podían fi"ar precios de monopolio, por encima de sus valores, obteniendo ganancias superiores y configurando así el intercambio desigual. $e producía por lo tanto una transferencia de valor fundada en el poder del monopolio, lo que determinaba la e#plotación entre países. Nsta era la segunda idea clave de Marini. 'l intercambio desigual e1plicaba entonces por qu# en Am#rica 4atina la clase dominante buscaba compensar la p#rdida de plusvalía mediante la supere1plotación del traba"o. -or supere1plotación Marini entendía la intensificación de los ritmos de producción, la prolongación de los tiempos de traba"o y la e1propiación de una parte del traba"o necesario para reponer el valor de la fuerza de traba"o. 'n una palabra, la fuerza de traba"o en la periferia no se pagaba por su valor. 'sto era posible por la sobreabundancia de mano de obra, fenómeno que tenía su causa en una propiedad de la tierra altamente concentrada. $e configuraba así un modo de producción 5fundado e1clusivamente en la mayor e1plotación y no en el desarrollo de su capacidad productiva6 9>=. 4a supere1plotación "uega, por lo tanto, el rol central en $arini y se "incula orgánicamente con las leyes de la acumulación mundial del capital . 's que las e1portaciones desde la periferia favorecen la acumulación en los países centrales, debido al abaratamiento de los medios de subsistencia de los obreros de estos países y el consiguiente retraso en la caída de la tasa de ganancia. ; 4a supere1plotación estaba en el centro de las leyes del capital operando a escala mundial. 3/
-e"n la ley sobre la e)oluci!n de la tasa de "anancia, &ormulada por ;arx, a medida que pro"resa la acumulaci!n capitalista tiende a caer la rentabilidad del capital, lo que está en el ori"en de las crisis capitalistas.
2/
Marini sostiene que en la primera etapa de inserción de las economías perif#ricas en el mercado mundial no e1istían problemas de realización, a pesar de que la supere1plotación deprimía el mercado interno, ya que la venta ocurría en el mercado mundial. 'l capital podía supere1plotar sin preocuparse por la reproducción de la fuerza de traba"o 7la oferta de traba"o era abundante7 ni por la realización del producto. -aralelamente las ganancias inducían a un consumo capitalista suntuario que se abastecía con importaciones, en base a la plusvalía que no se reinvertía productivamente. 'n consecuencia se producía la estratificación del mercado interno, donde las esferas altas se vinculaban con la producción mundial a trav#s de las importaciones. > 'sto configuraba una situación de dependencia, en donde las relaciones de producción de las naciones subordinadas eran modificadas o recreadas para asegurar la reproducción ampliada de la dependencia. $obre esa relación de dependencia se !abía desarrollado la industrialización por sustitución de importaciones. -ero la industrialización en Argentina, Brasil, M#1ico y otros países no !abía llegado a conformar, por lo menos en su primera etapa, una verdadera economía industrial que implicara un salto cualitativo en el desarrollo. 4a industria !abía continuado siendo una actividad subordinada a la producción y e1portación de productos primarios. $ólo cuando se produ"o la crisis de los treinta se !abía obstaculizado la acumulación basada en el mercado e1terno, y el e"e de la acumulación se !abía desplazado a la industria. A partir de entonces la demanda de bienes que consumían los capitalistas se !abía recentrado !acia el interior, lo que parecía articular nacionalmente a las economías. 's sobre esta base, sigue Marini, que se !abía desplegado el desarrollismo latinoamericano en la d#cada de >
SUPERE/PLOTACI&N Y MAR%INACI&N (na de las cuestiones centrales del planteo de Marini fue que la supere1plotación y las grandes masas de desocupados generaban una demanda d#bil, y por lo tanto una industria tambi#n d#bil, que sólo podía ensanc!arse cuando factores e1ternos, tales como una crisis e1terna, o las limitaciones de los e1cedentes de las balanzas comerciales, cerraban parcialmente el acceso a la importación de las esferas de alto consumo. Fe manera que la industrialización en (mérica )atina no generaba su propia demanda& nacía para atender una demanda pree1istente y se estructuraba en función de los mercados de los países desarrollados. 4a demanda de los traba"adores no "ugaba un rol significativo, como !abía sucedido en el desarrollo capitalista cl0sico en los países centrales, donde el consumo de bienes salariales !abía sido, y continuaba siendo, el motor de la acumulación del capital. 'n los países adelantados la demanda de los traba"adores realizaba el producto, pero en los países subdesarrollados el rol de la clase obrera era sólo de productora, ya que el producto de su traba"o era e1portado. *o !abía necesidad de que la clase obrera fuera consumidora para la venta del producto, porque #ste se realizaba por la demanda salarial en los países adelantados. Fe esta forma en Marini 7como seDalan Fore y Xees 9><=7 surgía una teoría de los salarios en los países desarrollados, ya que el salario sería establecido no segn el valor de la fuerza de traba"o, sino en torno al nivel que permitiera la venta del output. Así tambi#n en Marini la contradicción entre el capital y el traba"o en los países desarrollados sería superada en la esfera de la circulación, dado que ambos, el capital y el traba"o, tendrían inter#s en que !ubiera salarios altos. 4a e1plicación de Marini tiene una clara vinculación con la idea de que los traba"adores de los países adelantados participan en la e1plotación de los países atrasados, que fue popular en las visiones 5tercermundistas6.
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a preocupaci!n por la estrati&icaci!n del mercado interno, debida a la alta concentraci!n del in"reso en los estratos superiores de las clases dominantes nati)as, y las limitaciones que esto plantea para la demanda, y el desarrollo, están presentes en muchos te!ricos de la dependencia. or e6emplo, el tema es central en Burtado 1?10, 1?30.
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A partir de lo anterior, la industrialización en Am#rica 4atina !abía dado como resultado un sector productor de bienes de consumo masivo que, siempre segn Marini, era poco din0mico, atrasado. P un sector productor de bienes de consumo de lu"o o bienes durables 7típicamente el automóvil7 que era din0mico, y estaba dirigido a los sectores altos y medios burgueses, de fuerte poder adquisitivo. Fentro del sector productor de bienes de producción e insumos eran din0micas las industrias que producían insumos para las industrias de bienes de lu"o. (na r0pida acumulación del capital solo era posible cuando e1istía un consumo masivo creciente& lo que implicaba me"oras de los salarios a medida que aumentaba la productividad, gener0ndose así un círculo virtuoso. -ero en Am#rica 4atina la supere1plotación no solo se mantenía, sino tambi#n se acentuaba cuando entraba el capital e1tran"ero en la industria, el comercio y los servicios b0sicos, aumentando los obst0culos para dar lugar a una acumulación din0mica. $in embargo Marini tomó distancia de las tesis m0s claramente estancacionistas, que eran populares entre los autores !eterodo1os. Admitió que con la entrada del capital e#tran!ero en Am#rica 4atina 7en especial en Brasil, Argentina, M#1ico7 a"anzaban la industrialización y la producti"idad del traba!o. 'l desarrollo capitalista era deformado, porque la acumulación basada en la supere1plotación obstaculizaba el tr0nsito !acia la producción de plusvalía relativa, o sea, basada en la tecnología y la productividad del traba"o. 'sto ocurría porque el fundamento de la dependencia era la supere1plotación del traba"o, que a!ogaba la realización de la mercancía& el mercado estaba segmentado y la industria desarticulada.
LOS ESUEMAS DE REPRODUCCI&N DE MAR/ Y LA TESIS DE MARINI -ara profundizar en el planteo !ay que tener presente la postura de Marini ante los esquemas de reproducción de Mar1. Con estos esquemas Mar1 demuestra que, en tanto se mantengan ciertas proporciones, en el capitalismo no e1istirían problemas con la realización del producto. $i se toma el modelo m0s sencillo, de acumulación simple 7donde toda la plusvalía se consume7 y denominando sector ) al productor de bienes de producción, y sector )) al productor de bienes de consumo, Mar1 prueba, teóricamente, que la realización del producto "am0s puede depender e1clusiva ni principalmente de los salarios. 'n t#rminos num#ricos, y siendo c Y capital constante& v Y capital variable& s Y plusvalíaH )=
;;;c Z >;;;v Z >;;;s Y G;;;
))=
:;;;c Z E;;v Z E;;s Y ;;;
'l producto se agota, ya que del valor total de G;;; de medios de producción, ;;; son consumidos para la renovación de medios de producción en el sector )& del valor de ;;; en medios de consumo, >;;; son consumidos por capitalistas y traba"adores del mismo sector& y :;;; son consumidos por capitalistas y obreros del sector ), a la vez que los capitalistas del sector )) disponen entonces de :;;; para renovar los medios de producción que !an consumido. 'n definitiva, la condición de equilibrio es que v Z s de ) sea igual a c de )). Como puede observarse, y de acuerdo a Mar1, si los salarios ba!an, la realización del producto no ofrece problemas en tanto los capitalistas gasten la plus"alía. 'l problema no se modifica si se trata de la acumulación ampliada, esto es, de la reinversión productiva de la plusvalía. 'n este caso la magnitud de los medios de producción generada en el sector ) debe superar a los medios de producción consumidos& pero siempre que la clase capitalista gaste la plusvalía, sea en consumo o acumulación 7y descontando que la clase traba"adora gasta sus salarios en medios de consumo7 no !ay dificultades con la realización del producto. (na vez m0s !ay que destacar que los salarios solo representan una fracción de esa realización. *unca la venta del producto puede depender del salario& si así fuese el sistema capitalista no podría funcionar. $egn Mar1, entonces, la vitalidad de la acumulación no depende del salario obrero, sino del gasto de los capitalistas. Marini en cambio sostiene que en los países dependientes la traba fundamental para el desarrollo est0 en el estrangulamiento de la demanda, debido a los ba"os salarios y la desocupación.: ICómo enca"a entonces su tesis con los esquemas de Mar1J $u respuesta es que 32
os esquemas de reproducci!n siempre han representado un problema para aquellos te!ricos que han )isto en los ba6os salarios la di&icultad &undamental de la acumulaci!n capitalista. s la llamada teoría del
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los esquemas de reproducción son modelos abstractos, que no tienen aplicación pr0ctica en la medida en que !ay que incluir en los an0lisis los aumentos de la productividad, de la composición org0nica del capital, o la supere1plotación. M0s an, tomados de manera abstracta, los esquemas de Mar1 corresponderían a la ley de $ay& o sea, a la tesis que dice que toda oferta genera su propia demanda. %rente a esto, y siguiendo a 4enin, Marini sostiene que el destino ltimo de la acumulación es la producción de bienes de consumo, y que el factor din0mico es el consumo de los sectores populares. Fe manera que la acumulación del capital sólo sería posible si aumentara el consumo de los sectores populares, algo que sucedía en los países desarrollados, pero no podía ocurrir en los países dependientes.
PLUSALÍA E/TRAORDINARIA Y ACUMULACI&N 4a supere1plotación y la desigualdad de la distribución del ingreso permiten entonces e1plicar, segn Marini, por qu# se reproduce una estructura económica desarticulada, donde la industrialización !ereda la pauta de consumo que se !a generado en la economía e1portadora. 's que el desarrollo de la industria del país dependiente se !izo fundamentalmente para sustituir importaciones destinadas a las clases medias y altas, o sea, el EV apro1imadamente de la población total, m0s el >EV del estrato siguiente 9Marini, >=. -ara asegurar el dinamismo de esta estrec!a fran"a del mercado, se le traspasa poder de compra que correspondería a los grupos de ba"os ingresos, o sea, a las masas traba"adoras sometidas a la supere1plotación. -aralelamente, para aumentar la cuota de e1plotación por mayor productividad del traba"o, se importan capitales y tecnología e1tran"eras. 'stas ltimas se relacionan con patrones de consumo de sectores de altos ingresos, por lo cual se mantiene la tendencia a la compresión del consumo popular. 4as tecnologías modernas, a su vez, aumentan el desempleo, el subempleo y la marginalidad, y ayudan a asegurar la supere1plotación. Adem0s la supere1plotación agudiza la concentración del capital, ya que parte del fondo de salarios va a la acumulación. A todas luces es claro que se acenta el divorcio entre la estructura productiva y las necesidades de consumo de las masas. $e generan entonces graves desequilibrios intersectoriales, debido a la tendencia al crecimiento desproporcionado de la producción de artículos suntuarios 9sería un subsector ))b, en los esquemas de reproducción=, con respecto a la producción de medios de producción 9sector )= y bienes de consumo necesario 9subsector ))a=. 'ste desequilibrio se combina con el predominio en la producción suntuaria por parte del capital e1tran"ero, lo que implica tecnología superior a la media, estructuras monopólicas y manipulación de precios. $in embargo Marini da m0s importancia, para e1plicar el crecimiento desproporcionado, a la mec0nica de generación de plusvalía e1traordinaria que a las manipulaciones monopólicas de precios 9v#ase Marini ><=. $ostiene que si una o algunas empresas consiguen elevar la productividad por encima del promedio de su rama productiva, obtendr0n plusvalías e1traordinarias, debido a la diferencia entre el precio que rige en el mercado, y el costo individual del innovador. 4a plusvalía e1traordinaria que obtiene el capitalista innovador proviene de una transferencia de plusvalía de los otros capitalistas de la rama. A su vez, cuando la nueva tecnología se generaliza, la plusvalía e1traordinaria desaparece y el producto se abarata. $i este producto forma parte de la canasta de bienes del traba"ador 9producida por el sector ))a= o constituye un insumo de su producción, el valor de la fuerza de traba"o se abarata y, 7todas las condiciones permaneciendo iguales7 aumenta la plusvalía relativa. -ero si el aumento de la productividad se registra en el sector ))b, aunque se anule la plusvalía e1traordinaria obtenida por el capitalista individual 7cuando se generaliza la innovación tecnológica7 ese aumento de la productividad 5seguir0 traduci#ndose en un nivel de productividad superior al resto de la economía6. A continuación sostiene que dado que el valor de la subconsumo )+ase #leaney, 1?0. Lo es casual que ;arx haya &ormulado la crítica más contundente a la teoría del subconsumo precisamente en la secci!n tercera del tomo HH de El Capital , cuando presenta los esquemas de reproducci!n. 33
;arini 1??0 presenta el si"uiente e6emplo te!rico. -upon"amos que dos empresas, * y #, &abrican $apatos, siendo * de capital extran6ero con mayor tecnolo"ía' * lo"ra entonces una plus)alía extraordinaria y la mayor "anancia de * es, en consecuencia, un &en!meno normal, correspondiendo a la transferencia de )alor al interior de la rama de $apatos +n&asis a8adido0.
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fuerza de traba"o permanece inalterado, la mayor p roductividad del traba"o se traducir0 en un grado de e1plotación superior y tambi#n en una mayor cuota de plusvalía en la rama en cuestión. A!ora la plusvalía e1traordinaria no constituye una transferencia intrasectorial sino que 5se sita a nivel de las transferencias de valor intersectoriales y de las relaciones de distribución en el con"unto de la economía6 9><=. Adem0s, los productos suntuarios gozan de una mayor elasticidad de demanda, debido a los aumentos de plusvalía en la economía y a que parte de esa plusvalía no se acumula productivamente. 4o cual permite a los capitalistas de ))b trasladar en menor medida los efectos del aumento de la productividad a los precios. Fe manera que e1istiría una transferencia intersectorial de plusvalía de ) y ))a a ))b. Como dice Marini, se trataría 5de una situación similar a la que alude la noción de intercambio desigual en la economía internacional6. 'sto a su vez reduce la masa de ganancia en ) y ))a y presiona !acia aba"o la tasa de ganancia. Así, ))b obtiene, como sector, una plusvalía e1traordinaria y presiona !acia aba"o la tasa general de ganancia& situación que se amplifica donde e1iste supere1plotación. 'n consecuencia tiende a inflarse el sector ))b 7que goza de una demanda din0mica, sostenida por el consumo de plusvalía7 y el sector ))a tiene poco dinamismo. 4a economía est0 desestructurada, con diferentes grados de desarrollo& y los capitales e1tran"eros que !an invertido en ))b reciben una plusvalía e1tra, similar a la que ocurre en el esquema del intercambio desigual a nivel del comercio internacional. Fe esta manera se amplían constantemente las brec!asH a= entre las industrias din0micas 9productoras de bienes suntuarios y de bienes intermedios y equipos destinados a #stas= y las industrias tradicionales& b= entre las grandes empresas, en su mayoría e1tran"eras o ligadas al capital e1tran"ero, y las empresas medianas y pequeDas 9Marini, >=. 4as ramas que se benefician son las que se separan del consumo popular, y e1iste una desproporción creciente entre la producción y el consumo. 'sta contradicción es entonces la cla"e de la dinámica del desarrollo dependiente en Marini. 4os graves problemas de realización que se presentan a su vez tratan de resolverse conH a= la intervención del 'stado, creando mercados con obras de infraestructura, vivienda, circunstancialmente la compra de armamento, y similares& b= la concentración del ingreso para incrementar el poder de compra de los sectores que demandan bienes de ))b& c= la e1portación de manufacturas. 'l ítem 9c= apunta a la necesidad de establecer un dinamismo e1portador, que es un resultado de las leyes propias de la acumulación dependiente, sustentada en la supere1plotación. Fe esta manera llegamos al concepto de subimperialismo. A igual que en las tesis cl0sicas de 4enin, uno de los motivos centrales de la e1pansión del capital !acia fuera es el agotamiento del mercado interno debido al ba"o poder de consumo de las masas traba"adoras.
SUBIMPERIALISMO 4a tesis sobre el subimperialismo de Marini se deriva de lo que !emos visto y se articula con la idea de que en las d#cadas de >; se !abía producido una diversificación y e1tensión de la industria manufacturera a escala mundial, lo que resultaba en el escalonamiento y "erarquización de los países capitalistas en forma piramidal, con el surgimiento de nuevos centros medianos de acumulación. 'sto es, de potencias capitalistas medianas, lo que lleva a !ablar de la emergencia de un subimperialismo. $e trataba de un proceso al mismo tiempo de diversificación e integración, con una superpotencia a la cabeza, 'stados (nidos. Fe !ec!o Marini estaba registrando la internacionalización del capital, y el fortalecimiento de centros de acumulación en las periferias. 'n Argentina, Brasil y M#1ico en particular, se !abía registrado una fuerte entrada de )'F desde el fin de la $egunda @uerra. Fe esta manera el capital e1tran"ero !abía reconquistado los mercados internos, ya no a trav#s del comercio, sino de la producción 9Marini, >?=. 'ra la internacionalización del sistema productivo nacional y su integración a la economía capitalista mundial. Pa no se asistía a una mera integración productiva mediante enclaves, a una ane1ión de
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0reas de producción 7e1tractivas o agrícolas7 a los centros industrializados, sino a la vinculación del capital e1tran"ero a un sector de la estructura productiva nacional. (na consecuencia de esta entrada de inversiones e1tran"eras !abía sido una alta concentración del capital 7mayor an que en los países desarrollados7 y la formación de un estrato de grandes empresas con una superioridad abrumadora sobre el resto. -ero dadas las limitaciones estructurales de los mercados internos para las industrias dinámicas, era imperioso impulsar las e#portaciones manufactureras, y de a%í, la necesidad de desplegar una política imperialista. Brasil !abría sido el país donde el fenómeno se !abía dado de manera m0s acentuada, gener0ndose un subimperialismo. 'l subimperialismo era la forma que asumía la economía dependiente al llegar a la etapa de los monopolios y el capital financiero. )mplicaba dos componentes b0sicosH una composición org0nica del capital media en la escala mundial de los aparatos productivos nacionales. P una política e1pansionista relativamente autónoma, que se acompaDaba de una mayor integración al sistema productivo imperialista y se mantenía ba"o la !egemonía e"ercida por el imperialismo a escala mundial. 'n Am#rica 4atina sólo Brasil e1presaba aut#nticamente este fenómeno& en Asia el rol subimperialista lo "ugaban )r0n del $!a, e )srael en riente Medio. -or otra parte el subimperialismo brasileDo no era solo la e1presión de un fenómeno económico, sino tambi#n el resultado de la luc!a de clases y del proyecto político definido por el equipo tecnocr0tico militar que !abía asumido el poder en >
>+ase #u6arin 1?10.
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colonias portuguesas en Ufrica, el potencial !idroel#ctrico en -araguay. Brasil desplazaba a sus rivales, Argentina y Kenezuela, y se aseguraba 0reas de influencia. Tambi#n e1portaba capital, principalmente a trav#s de empresas estatales& el caso representativo era -etrobr0s. Como parte integrante del proceso de internacionalización del capital, Brasil recibía capitales, pero a su vez los ree1portaba. -or ltimo, Brasil podía caracterizarse como un caso de subimperialismo porque poseía el rasgo fundamental que 7segn las tesis leninistas cl0sicas7 definía el imperialismo, una acelerada monopolización y crecimiento del capital financiero.
CONCLUSI&N 4a obra de Marini constituyó uno de los intentos m0s acabados dentro de la dependencia de aplicar las categorías mar1ianas al an0lisis de la realidad latinoamericana, manteniendo tambi#n lo esencial de las tesis sobre el imperialismo monopolista. $in embargo, en cuestiones decisivas en lo que respecta a la acumulación y reproducción ampliada del capital, Marini considera que la teoría de El Capital no tiene aplicación. 4os esquemas de reproducción de Mar1 eran abstractos y conducían a la ley de $ay& el ba"o poder de compra de los traba"adores restringía el mercado y el desarrollo capitalista& la generación de plusvalía relativa estaba bloqueada en los países subdesarrollados& los salarios en el Tercer Mundo se determinaban no segn el valor de la fuerza de traba"o, sino por la necesidad de sostener la venta del producto. -or ltimo, y en línea con el pensamiento leninista, el subimperialismo brasileDo era una consecuencia de la limitación de los mercados y la imposibilidad de realización interna del producto. -aralelamente Marini constata que la ley del valor traba"o tenía mayor vigencia, a medida que se e1tendía el mercado mundial, y que en el capitalismo se estaban internacionalizando las fuerzas productivas.
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C!()t*+o 7 Disc*si$# sobe M!i#i desde +! teo)! de+ 8!+o t!b!9o Como ya !emos seDalado en el capítulo anterior, uno de los rasgos que distinguió el an0lisis de Marini fue su intento de aplicar sistem0ticamente la teoría del valor traba"o a los fenómenos que estudiaba. $i bien utilizaba el concepto de monopolio, no se advierte que lo !iciera para significar que las grandes corporaciones pudieran controlar y manipular los precios a voluntad. $u posición a veces es ambigua, pero en términos generales aplica un encuadre analítico de mercados competiti"os& por e"emplo, cuando e1plica la generación de plusvalía relativa como resultado de la competencia tecnológica. 's a partir desde este marco que analizamos en algunos de problemas que plantean las e1plicaciones de Marini.
LA DINMICA DE LA ACUMULACI&N Y EL SUBCONSUMISMO (na de las cuestiones centrales de Marini, que tambi#n est0 presente en otros teóricos de la dependencia y en la C'-A4, es su idea de que el estrangulamiento de los mercados internos presenta formidables obst0culos para el desarrollo d e las fuerzas productivas en la periferia. Marini pensaba que los esquemas de reproducción 5a lo Mar16 no tenían aplicación en los países dependientes, que su aceptación implicaba admitir la validez de la ley de $ay, y que la industrialización estaba estructuralmente limitada por la falta de poder adquisitivo de los sectores populares. 'mpecemos entonces por la cuestión m0s abstracta, la relación entre los esquemas de reproducción de Mar1 y la ley de $ay. Como se recordar0, esta ley postula que a toda oferta le sigue inmediatamente una demanda& de lo que se deriva que no podrían e1istir crisis generales de sobreproducción. $egn Marini, debido a que los esquemas de reproducción de Mar1 muestran cómo puede ocurrir la venta del producto 7si se cumplen ciertas proporciones7, los esquemas avalan la ley de $ay. $in embargo es claro que la posibilidad no implica necesariedad . 'sto es, a partir de la afirmación 7contenida en los esquemas de Mar17 de que si los capitalistas gastan la plusvalía, la realización del producto, considerado globalmente, es posible, no se puede sostener 7 como !ace la ley de $ay7 que la sobreproducción generalizada es imposible. 'sta segunda afirmación sólo se podría defender si se pensara que los capitalistas siempre gastan su plusvalía, sea en inversiones o consumo. -ero precisamente la teoría de las crisis de Mar1 se basa en la idea de que en determinadas coyunturas los capitalistas de"an de invertir& esto es, no se cumple la ley de $ay. Con lo cual se demuestra, contra lo que pensaba Marini, que la crítica mar1iana de la ley de $ay no pasa por los esquemas de reproducción, sino por su teoría de la crisis. 4os esquemas de reproducción cumplen la función de demostrar por qu# y cómo el capitalismo puede reproducirse en escala creciente, ampliando los mercados. Fe ninguna manera Mar1 trató de demostrar que inevitablemente, y siempre, a una compra le sigue una venta, sino que, en tanto los capitalistas gasten la plusvalía, no debería !aber problemas para la realización de las ventas. 4a esencia del planteo se deriva directamente de la concepción del valor traba"o, ya que a un valor generado en la producción le debe corresponder, en promedio, un poder de compra equivalente por el lado de la demanda. 'l valor, segn la teoría de Mar1, se genera en la producción y se realiza en la venta. 'n la medida en que los capitalistas y los traba"adores decidan e"ercer su poder de compra, no tiene por qu# e1istir una crisis de realización. 'sta circunstancia permite a Mar1 criticar las e1plicaciones subconsumistas de las crisis& pero el rec!azo de la tesis subconsumista no es sinónimo de aceptación de la ley de $ay. 'n segundo t#rmino, y vinculado a lo anterior, los salarios ba!os, la supere#plotación y el e!ército industrial de reser"a no constituyen en sí mismos obstáculos para la acumulación capitalista, como pensaron Marini y otros teóricos de la CF, sino m0s bien todo lo contrario. 's que en la medida en que los salarios son ba"os, la plusvalía puede ser alta, y si los capitalistas reinvierten una parte importante de la misma en ampliar su capital, !abr0 crecimiento de las fuerzas productivas, y por lo tanto de la oferta y de la demanda correspondientes. 'ste fenómeno se !a dado en el capitalismo central& v#anse, por e"emplo, los niveles de e1plotación y miseria descritos por Mar1 y 'ngels durante la 3evolución )ndustrial inglesa, a la par que se desplegaba una intensa acumulación de capital. -ero adem0s, una vez iniciada la acumulación, la canasta de bienes de consumo salarial
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también se modifica como resultado del mismo crecimiento de las fuerzas producti"as y de la clase obrera, incluso por el mayor poder de negociación de ésta frente al capital . -or lo cual no es cierto que las industrias de bienes durables estuvieran condenadas en Am#rica 4atina a una demanda limitada a un cinco o diez por ciento de la población. Fe !ec!o grandes sectores de la clase obrera en Argentina, Brasil, C!ile y otros países latinoamericanos accedieron al consumo de bienes durables como refrigeradores, televisores, lavarropas, tel#fonos, equipos de msica y similares. P algunas capas 7consideramos parte de la clase obrera a todos los asalariados que est0n subsumidos a la relación capitalista7 alcanzaron el automóvil 9aunque en la mayoría de los casos no sea un 5cero ilómetro6=. Todo esto no niega la e1istencia de la supere1plotación, la marginación y los e"#rcitos industriales de reserva, pero pone las cosas en una perspectiva m0s a"ustada a la realidad. 'l problema no es menor porque muc!as veces los diagnósticos de la izquierda 7en línea con la visión estancacionista7 se vieron desmentidos por los desarrollos del capitalismo en la periferia, precisamente por no entender esta din0mica de la acumulación. E Fe lo anterior se deriva entonces una crítica m0s general del estancacionismo, y una perspectiva distinta de la que defendió la CF sobre los efectos de la entrada del capital e1tran"ero en los países atrasados. Marini y otros autores de la CF pensaron que el rol de las burguesías locales no podía ser m0s que de subordinación al capital e1tran"ero que invertía en la periferia& si los mercados estaban estructuralmente restringidos, no !abía espacio para una acumulación 5auto6 impulsada. $in embargo la entrada del capital e1tran"ero en los sectores din0micos de las economías atrasadas, y la dependencia tecnológica y financiera con respecto a los centros imperialistas, no anularon la posibilidad de que se desarrollaran empresas industriales en manos de fracciones de las burguesías nati"as. A veces estas fracciones se asociaron al capital e1tran"ero& en otras oportunidades capitalizaron renta agraria& o acumularon en base a la intensa e1plotación del traba"o y crecieron desde empresas pequeDas y medianas !asta alcanzar el status de empresas importantes, imitando avances tecnológicos o pagando por tecnología de punta. *o se trata de una burguesía que alcance el poder del capitalismo central& pero tampoco estamos ante una burguesía lumpen y meramente sat#lite. 4a din0mica de este capital !a respondido a las leyes m0s generales de la acumulación capitalista. (na consecuencia de la visión que estamos presentando es la necesidad de volver a pensar críticamente sobre los efectos que tiene la )'F en los países atrasados. *o sólo porque la )'F fomenta el desarrollo capitalista, un fenómeno que ya !abían admitido Cardoso, Fos $antos o Marini, sino porque la .ED no impide que ese capitalismo dependiente adquiera dinámica propia. 4o cual significa que la dirección y los modos de desarrollo en la periferia no est0n 5dictados6 por las corporaciones internacionales. $e trata de formas de acumulación locales que se articulan, a tra"és de las leyes de la competencia capitalista, con los capitales e1tran"eros, y en ese car0cter entran en el mercado mundial. P es por esta misma dial#ctica que estos capitales surgidos de los países atrasados terminan participando en la mundialización de las in"ersiones& una cuestión sobre la que volvemos m0s adelante.
LA TESIS DEL INTERCAMBIO DESI%UAL ENTRE SECTORES Marini sostiene que si algunas empresas consiguen elevar su productividad por encima del promedio de su rama productiva, obtendr0n plusvalías e1traordinarias, debido a la diferencia entre el precio que rige en el mercado y el costo individual de las empresas innovadoras. Nsta es, en principio, la postura de Mar1. $in embargo Marini plantea tambi#n que esta plusvalía e1traordinaria representa una transferencia de plusvalía desde los otros capitalistas de la rama. 'sta idea se !a mantenido !asta el día de !oy en muc!os autores, y constituye la base para demostrar el intercambio desigual en Carc!edi 9><<>=, por e"emplo. 4a cuestión es importante porque pone en 35
Mn e6emplo característico de esto &ue la postura de la i$quierda ar"entina cuando se produ6o la pri)ati$aci!n de los tel+&onos en *r"entina, a comien$os de los no)enta. Dia"nostic! que el plan de la bur"uesía y el "obierno consistía en que solo hubiera tel+&onos para una minoría de pri)ile"iados. a realidad es que en los a8os que si"uieron a la pri)ati$aci!n el uso de los tel+&onos se extendi! a amplias &ran6as de la poblaci!n, incluida la clase obrera. sto &ue a la par de la superexplotaci!n de amplias &ran6as, del aumento de la mar"inaci!n social y el e6+rcito de desocupados en *r"entina. l capitalismo amplía los mercados a tra)+s de esta dial+ctica contradictoria.
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primer plano no sólo la relevancia de la teoría del valor para e1plicar el desarrollo en los países atrasados, sino tambi#n porque demuestra la necesidad de realizar un an0lisis cuidadoso de las relaciones implicadas. (no de los problemas que notamos en los an0lisis sobre intercambio desigual, y similares, es la relativa liviandad con que se postulan transferencias de plusvalía y valor entre sectores o países. 'ntrando a!ora en la tesis de Marini, el problema es que no !ay forma de e1plicar de qu# manera las empresas de menor tecnología generan mayor plusvalía dentro de una rama, para que esa plusvalía pueda ser transferida 9o reaparecer= como plusvalía e1traordinaria en la empresa innovadora. 4as empresas que tienen una tecnología modal 9o promedio= con respecto a la rama, y venden al precio de producción 9costo Z tasa media de ganancia=, no pueden generar plusvalía e1tra que est# disponible para ser transferida a parte alguna. Con menor razón pueden generar plusvalía e1tra las empresas con menor tecnología que la modal, porque cada !ora de traba"o en estas empresas genera menos valor que la !ora de traba"o en las empresas con la tecnología modal. -uesto de manera m0s sencilla, si una empresa emplea en promedio diez !oras de traba"o para fabricar el producto , y las empresas modales emplean en promedio seis !oras de traba"o, la empresa atrasada no !a generado cuatro !oras e1tras de valor. -or el contrario, solo !a generado seis !oras de valor 9igual al tiempo de traba"o socialmente necesario= y cuatro !oras de traba"o no !an sido validadas en el mercado como generadoras de valor. IFe dónde puede surgir la plusvalía e1traordinariaJ 4a respuesta la da Mar1 al e1plicar que el traba"o en la empresa que tiene una tecnología superior acta como traba"o potenciado y genera m0s valor que el traba"o que emplea tecnologías inferiores.G -or lo tanto no e#iste transferencia de plus"alor desde las empresas de menor tecnología a las empresas de mayor tecnología. Marini tambi#n sostiene que cuando la nueva tecnología se generaliza, la plusvalía e1traordinaria desaparece, el producto se abarata, y si este producto entra en la canasta de consumo, aparece la plusvalía relativa. 'sto efectivamente corresponde a la din0mica del desarrollo de las fuerzas productivas ba"o el capitalismo. -ero en seguida e1plica que si el aumento de la productividad se registra en el sector ))b 9productor de bienes de consumo suntuarios=, y aunque se anule la plusvalía e1traordinaria obtenida por el capitalista individual 7cuando se generaliza la innovación tecnológica7, el aumento de la productividad seguir0 traduci#ndose en un nivel de productividad superior al resto de la economía. Fe manera que a!ora la plusvalía e1traordinaria de la que se apropia la rama surge de la transferencia de plusvalía desde los sectores ) y ))a al ))b. Fe nuevo aparece el empeDo por demostrar las transferencias de plusvalía entre sectores. 4a redistribución de plusvalor entre ramas es un fenómeno natural en el sistema capitalista, que da lugar a la igualación de la tasa de ganancia, y a los precios de producción, que rigen los precios de mercado. $in embargo esto sucede no porque e1istan 5diferentes productividades entre ramas6, sino porque !ay diferentes composiciones org0nicas de capital, lo que es muy distinto de lo que afirma Marini. 4a diferencia es fundamental porque %ablar de diferencias de producti"idad entre ramas no tiene sentido económico. *o se puede decir que la empresa que produce el automóvil A sea m0s productiva que la empresa que produce el avión B, porque es imposible comparar producti"idades cuando se trata de "alores de uso distintos. 4a productividad se relaciona con el tiempo de traba"o necesario para generar determinado valor de uso, y por lo tanto no es posible decidir qu# traba"o es m0s productivo si los bienes físicos no se pueden igualar. -ero si esto es así, la e1plicación de Marini sobre la diferencia de productividad entre la rama ))b y el resto de la economía no tiene sentido. -or lo tanto tambi#n se cae su e1plicación sobre la apropiación de una plusvalía e1traordinaria, en lo que respecta a la rama, a partir de la transferencia desde otras ramas. $i en ))b se generaliza el cambio tecnológico, y no e1isten precios de monopolio, el precio del producto suntuario cae, y la plusvalía e1traordinaria desaparece. *o !ay manera de que esta ltima subsista en la rama. -or supuesto, si la demanda supera la oferta, el precio de mercado puede ser superior durante todo un tiempo al precio de producción. 'sto implicar0 una tasa de ganancia m0s alta para la rama& lo que en condiciones de movilidad de capitales inducir0 a otros capitales a entrar en la rama& lo 3(
sta cuesti!n tambi+n es cla)e para comprender la teoría de la renta de ;arx, que presentamos en el capítulo 12 y sobre la que pro&undi$amos en el Hnterludio H.
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que provocar0 el aumento de la oferta, !asta que se iguale con la demanda, y el precio de mercado se acerque al precio de producción determinado por 7en promedio7 la tasa media de ganancia. *o !ay misterio en todo esto. A pesar de las trabas para la entrada de capitales en ramas de alta concentración de las empresas, #sta es la mec0nica que se repite, en sus líneas fundamentales, tanto en los países adelantados como en los atrasados. 'sta discusión es importante porque Marini asimila las supuestas transferencias de plusvalías e1traordinarias al intercambio desigual entre naciones. 4a matriz de su razonamiento coincide con las e1plicaciones sobre intercambio desigual, aplicadas al caso de competencia intra industrias. Mandel y Carc!edi, entre otros, sostienen por eso que los países atrasados transfieren plusvalía a los países adelantados. Fe esta manera subsiste una idea de e1plotación, de alguna manera, de los capitales que operan con tecnologías de avanzada, sobre los capitales que tienen tecnología atrasada. Marini da lugar para que el mecanismo se aplique al interior del país dependiente. -ero lo que sucede es que los capitales que emplean tecnología de avanzada e1traen m0s plusvalía de sus obreros, que los capitales que emplean tecnología atrasada.
ESUEMAS DE REPRODUCCI&N Y ACUMULACI&N DESI%UAL (no de los planteos centrales de Marini es que el desarrollo en las economías dependientes es !asta cierto punto 5deforme6, porque e1iste una gran desproporción entre las ramas ))b, y los sectores de ) que le proveen de insumos, y el resto de la economía. $iendo importante la tesis sobre el sesgo de los países de la periferia !acia el desarrollo desigual, y deformado 7v#ase m0s adelante una e1plicación de esta problem0tica vinculada a variaciones en el tipo de cambio7 es necesario precisar los mecanismos por los cuales se produce. 'n Marini subyace la idea de que el sector ))a 9productor de bienes de consumo masivo, salariales= est0 condenado al estancamiento, debido al estrangulamiento de la demanda, y que ))b 9productor de bienes de lu"o= es din0mico y goza de una mayor elasticidad de demanda, de manera permanente. 4a esencia del problema residiría así en la distribución e1tremadamente desigual del in greso. -ero esta idea no e1plica el desarrollo capitalista real de los países dependientes. 's cierto que en los aDos sesenta el sector automotriz 7epítome de la industria de lu"o en los escritos de la dependencia7 fue uno de los m0s din0micos en Am#rica 4atina, y que estuvo dominado por el capital e1tran"ero, principalmente el americano. -ero #ste fue un rasgo que en buena medida se repitió tambi#n en los capitalismos adelantados, y tiene que ver m0s con el desarrollo desigual que caracteriza !istóricamente al sistema capitalista. Cuando aparecen productos nuevos que ganan aceptación y gozan de alta demanda, se registran altas tasas de crecimiento en las ramas que los producen. 'sto sucedió y sigue sucediendo, y es un fenómeno que !an registrado de forma acabada los sc!umpeterianos. 4a rama innovadora e1perimenta un alto dinamismo, !asta que el producto alcanza madurez, y se estabiliza. 's lo que sucede en Argentina, por e"emplo, con la rama inform0tica, que crece 7dato del aDo :;;G7 a tasas del :; al :EV anual, o sea, muc!o m0s de lo que lo !ace la economía de con"unto. Adem0s, sucede muc!as veces que el producto nuevo en una primera instancia es consumido por los sectores de m0s altos ingresos, y luego paulatinamente, a medida que aumenta la productividad, puede 5derramarse6 !acia los sectores de ingresos m0s ba"os, incluidos los traba"adores. -ara brindar algunos e"emplos sencillos y recientes, es lo que sucedió con la televisión, los tel#fonos celulares o las computadoras personales& !oy estos productos los consumen capas importantes de la clase traba"adora, aunque en sus inicios fueran demandados sólo por la burguesía y las capas altas. Pa !emos e1plicado que esto se corresponde con la din0mica 5a lo Mar16 del capitalismo. -or otra parte, tampoco se !a verificado la idea de Marini de que los sectores ) 9que no producen insumos para ))b= o ))a estaban condenados al estancamiento y falta de dinamismo en los países dependientes. -or empezar porque en tanto muc!os productos de consumo duradero se incorporan a la canasta de bienes salariales, la distinción misma entre ))a y ))b se va modificando& debe recordarse que ))b est0 compuesto e1clusivamente por los artículos de lu"o que demandan los capitalistas. -ero adem0s, empresas capitalistas productoras de alimentos, o de otros productos tradicionales, !an tenido desarrollos din0micos en Am#rica 4atina, así como en otras regiones perif#ricas 9v#ase capítulos >: y >=, y !an dado lugar incluso a la formación de grupos económicos importantes, con capacidad de pelear mercados e1teriores.
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SUBIMPERIALISMO Y COMPETENCIA CAPITALISTA 4a cuestión del subimperialismo en Marini remite a un problema que recorre las elaboraciones mar1istas del siglo , referido al significado preciso de la noción de imperialismo. Como !emos intentado mostrar en Valor, mercado mundial y globalización, el uso del t#rmino en el campo del mar1ismo siempre presentó ambig[edades, que tienen su origen en la dicotomía teórica que subyace en las tesis cl0sicas del imperialismo. 'l problema podemos sintetizarlo a partir de preguntarnos si el imperialismo obedece a leyes de acumulación y desarrollo distintas a las planteadas por Mar1 en El Capital , y si por lo tanto el capitalismo del siglo se identifica con el imperialismo. , si por el contrario 7y #sta es una formulación de 4enin7 el imperialismo es solo una 5superestructura6 económica, constituida por los monopolios, que no afecta en lo esencial al capitalismo 5a lo siglo )6, y coe1iste con esta 5base6 económica. 'n el primer caso el capitalismo se !abría transformado en imperialismo 7#sta tambi#n es una formulación de 4enin7 y si esto es así, la din0mica del capitalismo actual es cualitativamente distinta, tanto para los países atrasados, como para los adelantados, que en la #poca de la 5libre competencia6. 'n el segundo caso, en cambio, !abría que traba"ar teóricamente a partir de reconocer la e1istencia de dos din0micas, una regida por las leyes del capitalismo 5a lo Mar16, y la otra por las leyes del capitalismo monopólico& aunque este ltimo fuera el que 7pensaba 4enin7 prevalecería a largo plazo. 'sta cuestión nunca fue clarificada, y por eso subsistió la referida ambig[edad. ? 'sa ambig[edad, o m0s bien esa dicotomía teórica, puede ser superada unificando el an0lisis sobre la base de la vigencia de la competencia y de la ley del valor traba"o en el capitalismo contempor0neo. 'l problema con la categoría de Marini es que de manera an m0s acentuada que en las tesis leninistas, no alcanza a entenderse cu0l es la especificidad que caracterizaría al subimperialismo. Fespu#s de todo la luc!a por los mercados, y por e1portar manufacturas, es característico de todo capital. Adem0s, todo 'stado nacional defiende los intereses de 5sus6 capitales nacionales y trata de posicionarlos de la me"or manera en el plano internacional. 'sto sucedía en la #poca que los teóricos del imperialismo definen de libre competencia, el siglo ), y siguió sucediendo en el siglo y !asta la actualidad. 'n la medida en que esa luc!a opere a trav#s de la competencia en el mercado mundial, estamos ante un rasgo del capitalismo 5en estado puro6. Todo capitalismo es agresivo, ya que la luc!a por los mercados es propiamente una guerra económica entre los capitales. P en muc!os países dependientes se registra, a lo largo de las ltimas d#cadas, un proceso industrial m0s din0mico e independiente que el de meras redes de ensambladoras. *o se comprende por qu# esto debería ser considerado un caso de 5subimperialismo6. Algo similar puede decirse de la e1portación de capitales. 4a e1portación de capitales constituía uno de los elementos que definían el imperialismo en las tesis de 4enin& pero lo era en tanto se integraba a lo que se pensaba que constituía un sistema, o forma de funcionamiento, distinto del capitalismo de +libre competencia . Fistinto porque el imperialismo en sentido leninista se caracterizaba por la primacía de la e1tracción del e1cedente mediante m#todos no económicos. 'n consecuencia la categoría de subimperialismo, segn las características definidas por Marini, se puede aplicar a todos los países capitalistas dependientes, que %ayan desarrollado medianamente la e#portación de manufacturas, o alguna e#portación de capitales. Con la mundialización de la relación capitalista este fenómeno se registra en toda una serie de países atrasados. 'sta circunstancia cobra especial relevancia cuando se intenta analizar algunos de los conflictos y tensiones que recorren Am#rica 4atina a mediados de la primera d#cada del siglo ). 's que las categorías de imperialismo, subimperialismo y países dependientes conllevan la idea de la e1plotación de países y regiones por otros países y regiones, 5a lo %ran6. Fe manera que, segn esta tesis, las contradicciones y conflictos se darían a trav#s de una amplia cadena de eslabones, desde el imperialismo 5m01imo6, !asta la región m0s pobre del planeta& cada uno de los eslabones intermedios sería al mismo tiempo e1plotado y e1plotador. Así, por e"emplo, %inlandia sería imperialista con respecto a (ruguay, por la instalación de la papelera Botnia en este país& pero %inlandia a su vez sería e1plotada por países europeos m0s poderosos& y estos ltimos por 'stados (nidos& a la vez que (ruguay sería e1plotado por los países europeos m0s poderosos y 'stados (nidos& y %inlandia por 'stados (nidos. Fe la misma forma Bolivia sería e1plotada por 3
sta ambi"Nedad &ue admitida por marxistas que traba6aron el tema, como *rri"hi, #arrat#ro=n, -utcli&&e y otros. ara re&erencias y una discusi!n más detallada, remitimos de nue)o a *starita 2//(0.
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Brasil, pero Brasil a su vez e1plotado por 'stados (nidos. -or lo tanto las disputas que tuvo durante :;;? y :;; el gobierno boliviano con -etrobr0s por el precio a que se e1portaba el gas, se interpretarían como una luc!a de liberación nacional. -ero desde la óptica que defendemos se trataba de una tensión 5normal6 entre burguesías nacionales por el reparto de la plusvalía. *o !ay necesidad de recurrir aquí a la idea de subimperialismo o imperialismo.
CONCLUSI&N $i bien los escritos de Marini avanzan en el estudio de las economías dependientes a partir de las categorías del valor y la plusvalía, el an0lisis termina !aci#ndose en t#rminos de conflictos nacionales. Adem0s, cuestiones como la acumulación capitalista, la generación de plusvalía, la formación diferenciada de valor a partir de las diferentes productividades, y la din0mica del mercado en los países dependientes, no estuvieron del todo bien resueltas por Marini. 'n su marco teórico era muy difícil e1plicar las evoluciones en los países dependientes del ltimo cuarto de siglo, la ampliación de sus mercados internos en base a la acumulación de capital y su inserción en la globalización. -or eso no es de e1traDar que la obra de Marini quedara envuelta en la crisis que terminó afectando a toda la CF.
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C!()t*+o ; De(e#de#ci!, c*estio#es "etodo+$gic!s ! +! +*< de +! t!dici$# 5ege+i!#! 6 "!=ist! 'n este capítulo discutimos cuestiones referidas al m#todo y la dial#ctica implicadas en los traba"os de la dependencia. -ara esto tomaremos como punto de referencia los balances críticos de la CF realizados por Blomstr\m y Lettne 9><<;= y -alma 9><?=. Magnus Bomstr\m y B"\rn Lettne, y @abriel -alma, no sólo sintetizan algunas de las críticas m0s frecuentes que se !an dirigido a la CF, y los problemas que afrontó, sino tambi#n tienen el m#rito de abrir la discusión a las cuestiones de método que subyacían en la escuela. 'stos autores consideran que en la CF se desarrollaron polaridades analíticas que fueron difíciles de superar, principalmente debido al enfoque metodológico. -alma, adem0s, plantea que la variante encabezada por Cardoso y %aletto, que #l llama 5el tercer enfoque de la escuela6, !abría establecido una vía correcta para superar las dificultades, consistente en analizar las cuestiones desde el punto de vista de la interacción, y no de las oposiciones rígidas y formales. -or eso enfatiza la importancia de la 5interacción dial# ctica6. 'l punto de vista que defenderemos es que si bien la interacción representa un progreso con relación a las oposiciones rígidas, el método dialéctico e#ige ir más allá de la interacción , para alcanzar las totalidades concretas, que se conforman por la articulación entre lo universal 7las leyes 5generales6 de las que !ablan -alma y Cardoso7, los particulares y los singulares. 'ste enfoque dial#ctico sería importante para las investigaciones sobre los países atrasados. 'mpezamos entonces presentando una síntesis de los balances de Bomstr\m y Lettne, y -alma.
LOS BALANCES $egn Blomstr\m y Lettne, la escuela !abría entrado en crisis y decadencia porqueH >. 4a CF sostuvo que el desarrollo capitalista no es viable en la periferia, y no se va !acia un sistema plenamente capitalista. %ue un error sostener que esto debía ser así, como si se tratara de la consecuencia de leyes naturales. :. -lanteó que el capitalismo dependiente se basaba en la plusvalía absoluta y la supere1plotación de la mano de obra. )gnoró la posibilidad de que el capitalismo dependiente avanzara !acia la e1tracción de plusvalía relativa y el progreso tecnológico. . $ostuvo que la supere1plotación de la mano de obra planteaba restricciones insalvables para el crecimiento del mercado interno, y por lo tanto para el desarrollo del capitalismo. 'sto se !a demostrado erróneo. . Como derivado de la tesis anterior, la CF pensó que la burguesía nacional de los países atrasados no tenía fuerza propia, era parasitaria, no podía lograr una acumulación del capital normal, ni era capaz de pensar en sus propios intereses verdaderos. 4a e1periencia demostró que las burguesías de los países dependientes tenían muc!a mayor autonomía e iniciativa que la supuesta por la escuela. E. 4a CF sostuvo que las nicas alternativas de la periferia son el socialismo o el fascismo. -ero en muc!os países dependientes se estabilizaron democracias capitalistas. -alma coincide con muc!as de estas críticas, aunque sostiene que sólo una parte de los teóricos de la dependencia !abrían fracasado, y que esto sucedió porque aplicaron un m#todo de an0lisis abstracto y formal. $on los que no llegaron a comprender, segn -alma, la especificidad del proceso !istórico de la penetración capitalista en los países de la periferia, se limitaron a elaborar una tesis sobre el inevitable estancamiento económico y una teoría formal del subdesarrollo. 'stos an0lisis estaban errados no sólo porque no se a"ustaban a los !ec!os, sino tambi#n porque eran de naturaleza 5mec0nico8formal6, 5est0ticos y a!istóricos6. 'n consecuencia presentaron 5esquemas incapaces de e1plicar la especificidad del proceso de desarrollo económico y dominación política en los países perif#ricos6& no pudieron detectar los procesos sociales m0s 3@
Eemos cambiado li"eramente la ordenaci!n' además #lomstrOm y Eettne a"re"an el &en!meno del subimperialismo, que no hemos incluido por tratarse de un planteo especí&ico de ;arini.
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relevantes, ni e1plicar los mecanismos de reproducción social y las formas de transformación de estas sociedades& y se mane"aron con conceptos vagos e imprecisos 9p. ??=. $in embargo -alma considera que lo que #l llama el tercer enfoque dentro de la CF 7b0sicamente los traba"os de Cardoso y %aletto7 muestra una metodología correcta para el an0lisis de las situaciones concretas de la dependencia. 4os puntos fuertes de este tercer enfoque seríanH >. Al igual que los otros autores de la dependencia, los del tercer enfoque concibieron las economías perif#ricas como partes integrantes del sistema capitalista mundial, y entendieron que los determinantes generales para la comprensión de estas sociedades se encuentran en el sistema mundial. Tambi#n fueron conscientes de que el capitalismo mundial en los aDos sesenta era muy distinto del que !abía visto 4enin a comienzos de siglo& y que contribuciones como las de @ramsci y Qaleci no !abían sido integradas a la teoría del imperialismo, lo que representaba una seria falencia. Adem0s el tercer enfoque incorporó de manera m0s satisfactoria las transformaciones que estaban ocurriendo en el capitalismo mundial, tales como la e1portación de capital a la periferia y su industrialización& y se dio cuenta de que la dependencia y la industrialización no eran necesariamente contradictorias. Fe esta manera pudo postular que e1istía un desarrollo dependiente, por lo menos en muc!os países de la periferia. :. 'l tercer enfoque amplió el an0lisis de los determinantes internos del desarrollo de las economías perif#ricas, porque dio gran importancia a cuestiones como la diversidad de recursos naturales, ubicación geogr0fica, y similares. . -or ltimo, la característica m0s importante del tercer enfoque es que !abría superado la discusión acerca de si los determinantes del subdesarrollo y el desarrollo son los factores e1ternos 7mercado mundial, imperialismo7 o internos, al sostener que lo importante es la interacción de los determinantes generales y específicos en situaciones concretas. 'sto se !abría logrado por la síntesis de ambos planos del an0lisis 7e1terno e interno7, o sea, a partir de 5una unidad dial#ctica de ambos determinantes6 9-alma p. ?=. Así se podría e1plicar cómo, por e"emplo, un mismo proceso de e1pansión comercial !abía producido en diversas sociedades latinoamericanas diferentes resultados 9traba"o esclavo en algunos lugares, e1plotación de la población indígena en otros, o formas incipientes de traba"o asalariado=. 4o importante es, desde el punto de vista del m#todo que reivindica -alma, el estudio de las especificidades de cada casoH las formas en que se realizaron las alianzas de clases, en que se organizaron los 'stados, se adoptaron ideologías. Fe aquí que el ob"etivo sea elaborar conceptos capaces de e1plicar cómo las tendencias generales de la e1pansión capitalista se transforman en relaciones específicas entre los individuos, las clases y el 'stado& y cómo estas relaciones a su vez reaccionan sobre las tendencias generales del sistema capitalista. 'n síntesis, lo central en -alma es la interacción entre lo general y lo particular para llegar a una e1plicación rica, que no caiga en el formalismo vacío. A esto le llama 5unidad dial#ctica6 de ambos determinantes. 'l m#todo correcto entonces sería el !istórico8estructural, que postularon Cardoso y %aletto& una alternativa al an0lisis esquem0tico y mec0nico en que !abrían incurrido %ran y otros autores dependentistas. A partir de aquí se plantea tambi#n uno de los principales problemas que enfrentó la CF, la relación entre 5estructura2acción !umana6. $egn -alma, la 5integración dial#ctica6 entre ambas instancias, o sea, entre estructura y conflicto 9luc!a de clases= sería la vía para superar los esquemas rígidos. Blomstr\m y Lettne parecen tambi#n inclinarse por esta salida& una cuestión que se vincula con la manera de superar las muc!as polaridades en que, segn Blomstr\m y Lettne, !abría incurrido la CF. 'stas polaridades seríanH >. 'ntre lo general y lo particular& :. 'ntre lo e1terno y lo interno& . 'ntre !olismo y particularismo, esto es, entre aquellos autores que producen modelos globales cuyas din0micas est0n determinadas por el sistema en su totalidad& y otros 5que construyen una perspectiva completa a partir de las partes constituyentes6 9p. =&
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. 'ntre an0lisis económico y an0lisis sociopolítico& esto es, entre los autores que 5traba"an e1clusivamente con un an0lisis económico6 y otros que 5subrayan las condiciones sociales y políticas6 9p. <<=& E. 'ntre 5contradicciones sectoriales8regionales6 y 5contradicciones de clase6, dicotomía que recorre los debates y críticas a la CF& G. 'ntre subdesarrollo y desarrollo& ?. 'ntre voluntarismo y determinismo. Todas estas polaridades, que no se pudieron superar ni resolver adecuadamente, !abrían contribuido entonces a la crisis de la CF. $iendo esto cierto, es necesario sin embargo indagar cu0les fueron los criterios metodológicos que llevaron a atascarse en esas dicotomías. *uestra respuesta se basa, en lo esencial, en la perspectiva planteada por Legel, en particular en sus 5lógicas6 9Legel, ><=.
DESARROLLO .IST&RICO Y DIAL>CTICA DEL DESARROLLO CAPITALISTA 'mpecemos seDalando que en los estudios y debates de la CF se !an superpuesto dos tipos de ob!etos de estudio y de problemáticas que deberían distinguirse. 'n primer lugar, el desarrollo %istórico de los modos de producción precapitalistas a partir del momento en que se vinculan al mercado mundial capitalista, ya sea en su g#nesis, o cuando #ste ya !abía madurado. 'n segundo lugar, la din0mica del capitalismo en los países subdesarrollados, cuando el modo de producción capitalista ya %abía arraigado en esos países. Ambos tipos de problemas est0n íntimamente entrelazados, desde el momento en que en una formación social atrasada se combinan modos de producción precapitalistas con el modo capitalista que est0 surgiendo. -ero desde el punto de vista del m#todo plantean cuestiones muy diferentes, porque la 5teoría general6 de la que !ablan Cardoso y %aletto, que supuestamente debería aplicarse a la intelección de la evolución de las formas precapitalistas, no es propiamente una +teoría general en el sentido que lo constituye El Capital . A lo sumo se trata de las categorías del materialismo !istórico 7conceptos como modo de producción, fuerzas productivas, relaciones sociales7 a partir de las cuales no e#iste posibilidad alguna de establecer alguna lógica, o ley interna de e"olución o transición al capitalismo. 's significativo que Mar1 "am0s elaboró seme"ante cosa, y sostuvo e1plícitamente que no !abía manera de establecerla. $í planteó, en cambio, que el capital tiene un impulso a formar el mercado mundial, y que tiende a abolir 5la producción de valores directos6 9propia de formaciones precapitalistas= y a poner en su lugar 5la producción basada sobre el capital6 9Mar1, ><<, t. > p. G;=. -ero esto no significa que pudiera elaborarse alguna 5ley6 general de desarrollo 7o subdesarrollo7 para el con"unto de las regiones y modos de producción que se vincularon con el mercado mundial. Mar1 nunca pretendió establecer una ley supra !istórica universal de este tipo, ni !ay manera de !acerlo. Con razón, refiri#ndose a la concepción de Mar1 sobre esta cuestión, eitlin apuntaH 'l surgimiento del capitalismo Rsegn Mar1S no podía deducirse de ninguna ley& no era !istóricamente inevitable& no !ay ninguna necesidad !istórica que pueda e1plicar su nacimiento. -or el contrario, el capitalismo moderno es el producto de la interacción y la convergencia de una variedad de procesos !istórico particulares 9eitlin, :;;>, p. >=. eitlin recuerda a continuación la carta de Mar1 a Mi"ailovsi, de fines de >??, en la que el autor de El Capital seDalaba que el capítulo sobre la acumulación primitiva sólo pretendía mostrar el camino por el cual !abía surgido el capitalismo en 'uropa occidental, pero que este esbozo !istórico no debía transformarse 5en una teoría !istórico8filosófica de la marc!a general que el destino le impone a todo pueblo6 9Mar1 y 'ngels, >, p. :<;=. 'n esa carta Mar1 tambi#n planteaba que /.sucesos notablemente an0logos pero que tienen lugar en medios !istóricos diferentes conducen a resultados totalmente distintos. 'studiando por separado cada una de estas formas de evolución y compar0ndolas luego, se puede encontrar f0cilmente la clave de este fenómeno, pero nunca se llegar0 a ello mediante la llave maestra universal de una
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teoría !istórico8filosófica general cuya suprema virtud consiste en ser supra!istórica 9Mar1 y 'ngels, >, p. :<>=. -or este motivo la idea 7típica de los manuales stalinistas7 de que la !umanidad debería atravesar necesariamente etapas 7comunismo primitivo, esclavismo, feudalismo, capitalismo, socialismo7 tiene poco que ver con la concepción mar1iana, y de !ec!o no se verificó !istóricamente. Tambi#n !emos visto esa concepción abstracta general en 3ostoO. 'n este sentido tenían razón los teóricos de la CD cuando criticaban este esquema. -ero tambi#n es un error pretender deducir, por oposición al planteo lineal evolucionista, otra ley general, esta vez estancacionista, como sucede con la 5ley6 de %ran de que inevitablemente la vinculación con el mercado mundial generaría atraso y subdesarrollo en la periferia. 's necesario el estudio de cada caso, poner el acento en las dotaciones de recursos naturales, en las estructuraciones de clases y las luc!as de #stas, en los factores políticos y otros, para e1plicar las evoluciones particulares y singulares. 4a e1plicación de por qu# en 'stados (nidos se da el reparto de tierra y una colonización intensiva de las llanuras, y por qu# eso no sucede en Argentina, necesita de algo m0s que el planteo 5vinculación o no al mercado mundial6. Fe la misma manera para e1plicar por qu# Argentina no evoluciona como Canad0, o como Australia, etc#tera. *o !ay aquí tampoco un 5modelo6 de desarrollo agrario 7 alternativamente de bloqueo7 que deban seguir 7alternativamente, no seguir7 necesariamente los países o modos de producción. Nste es el aspecto del asunto que resaltan correctamente -alma y Blomstr\m y Lettne. -ero por otro lado, a partir de los an0lisis singulares, tampoco es posible establecer 5leyes6 de evolución, como parecen sugerir Cardoso y %aletto, y -alma. Tal vez la nica 5ley6 es que a largo plazo el mercado mundial tiende a imponerse, todos los países o regiones entran en la órbita del capital , y las relaciones precapitalistas se transforman en relaciones capitalistas. 'sta tendencia se !a "erificado, y el impulso !acia la mercantilización y el establecimiento de relaciones capitalistas es m0s y m0s fuerte a medida que el mercado mundial se despliega en tanto totalidad concreta, regida por el capital. 4as transformaciones capitalistas de las ltimas d#cadas de las sociedades burocr0ticas no capitalistas 7(3$$, C!ina, Alemania riental y otras7 se e1plican a partir de esta primacía del mercado mundial. -ero esto sólo opera como tendencia, esto es, obedece al impulso de la ley general & o de lo que en la dial#ctica se llama 5el universal6. P del universal de ninguna manera se pueden deducir los singulares, esto es, los ritmos y modos de las transformaciones, las vías concretas, singulares, !istóricas. *o es posible !acerlo !oy, cuando el sistema mundial capitalista !a devenido una totalidad completamente desplegada. $uc%o menos es posible establecer alguna ley general de e"olución de las sociedades precapitalistas a partir de su "inculación a un mercado mundial toda"ía incipiente. Fe a!í la importancia de la crítica de Brenner 9><= a los teóricos de la 5economía mundo6, al seDalar 7siguiendo a Maurice Fobb7 que la vinculación al mercado mundial no siempre dio lugar a la disolución inmediata de las relaciones precapitalistas. 'l caso típico fueron las regiones de 'uropa riental que producían alimentos para el mercado mundial entre los siglos K) y K))). Allí los seDores reforzaron la servidumbre y la presión sobre los campesinos para aumentar la e1tracción de e1cedente y comerciar m0s e1itosamente. 4a razón de por qu# en -olonia se responde de esta manera, y por qu# en otro lugar se responde acelerando la descomposición de las relaciones precapitalistas, sólo puede encontrarse en el estudio de la articulación de clases interna de cada sociedad, su desarrollo de las fuerzas productivas, sus riquezas en recursos naturales, la demanda del mercado, las luc!as políticas, y muc!os otros factores. 'sto que se aplica a la periferia, también rige para la evolución de los países avanzados. 'l modo de producción capitalista necesita como presupuesto la propiedad privada de los medios de producción, por un lado& y la e1istencia de seres !umanos 5libres6, en el sentido que no poseen medios de producción, y pueden vender su fuerza de traba"o. A partir de este presupuesto se puede !ablar de una lógica del capital, de una lógica de desarrollo. -ero las condiciones !istóricas por las cuales se arriba a esos presupuestos no est0n encerradas en ninguna lógica, y deben estudiarse en cada caso. -lanteada así la cuestión se puede advertir entonces que la interacción dial#ctica entre 5ley general6 y 5casos singulares6 que postularon Cardoso y %aletto, y reivindica -alma como el camino de an0lisis, no tiene manera de rendir frutos si se quiere deducir alguna ley segn la cual las
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formaciones sociales de la periferia !abrían evolucionado al capitalismo. 4a 5ley general6 para esto no e1iste, salvo lo que ya !emos seDalado, el impulso tendencial a la mercantilización. Tampoco !ay manera de establecer una teoría general de evolución de las regiones precapitalistas a partir de casos singulares, una idea que tambi#n anima los traba"os de Cardoso y %aletto. 'sto se debe a que es imposible deducir el uni"ersal por simple comparación y e#tracción de elementos comunes. 's cierto que #sta es la manera en que comnmente se piensa que se elaboran los conceptos, pero como e1plicó Legel, por esta vía a lo sumo se tiene una representación del universal. 's lo que Legel llama 5el universal vacío6, que se consigue mediante abstracción 9separación= de rasgos, para quedarse con lo que es comn a muc!os. 'ste universal es estéril porque no tiene en su seno la riqueza del contenido, la diferencia, la particularización y la negación. Fe aquí es imposible deducir ley alguna de evolución, establecer la din0mica interna, y por eso cuando lo obtenemos quedamos reducidos a una simple tipología, a la clasificación. 's lo que !a sucedido, en definitiva, con algunos intentos de establecer tipologías de desarrollo dependiente 7 economías de enclave, economías precapitalistas subordinadas, etc#tera7 a partir de la comparación de muc!os casos singulares. 4a insistencia en lo 5concreto6, obtenido por inducción, conduce al universal abstracto. -areciera que la teoría, lo universal, fuera lo vacío, mientras que la riqueza del contenido marc!a por otro carril, porque residiría sólo en lo singular, y que 5teorizar6 es llenar el vacío con elementos tomados, sin m#todo, de lo empírico. $e desemboca así en una tipología Oeberiana, o 5modelos6, que constituirían el eslabón intermedio entre la teoría general 9a lo Mar1=, y los casos singulares. A pesar de que se lleva d#cadas tratando de sacar algn r#dito de esto, los estudios se estancan porque ese universal abstracto 7el modelo, o sea, la formación social 5tipo67 est0 vacío de contenido. bservemos tambi#n que el m#todo de %ran para elaborar su ley general del subdesarrollo tiene similitudes de fondo, a pesar de sus diferencias formales, con el enfoque de generalización por inducción que estamos criticando. 's que %ran arranca de una definición gen#rica sobre qu# es capitalismo 7producción para el mercado7 y se aboca luego al estudio de casos !istóricos singulares, a fin de demostrar que siempre que !ubo vinculación al mercado mundial, !ubo subdesarrollo en esos países, y viceversa. A partir de aquí generaliza. Así, el m#todo es apriorístico, al inicio, pero luego se desliza a la inducción abstractiva. A %ran se le dirigieron muc!as críticas porque siempre de"aba de lado, y convenientemente, los datos que no entraban en su esquema. -ero este problema es in!erente al m#todo mismo de la construcción teórica por abstracción de los rasgos generales. Fesde el punto de vista dial#ctico, entonces, la pretensión de la CF de establecer alguna ley general de la evolución 7alternativamente del 5bloqueo67 de las formaciones precapitalistas a partir de su vinculación al mercado mundial lleva a un calle"ón sin salida, porque el ob"etivo mismo est0 mal planteado. 's la propia dial#ctica la que nos debe indicar sus límites y 5los puntos en los que debe introducirse el an0lisis !istórico6 9Mar1, ><<, t. > p. ::=. (no de estos puntos es el de la formación del capitalismo en las periferias, y las formas que adquirió !istóricamente la transformación y2o disolución de los modos de producción precapitalistas, !asta llegar a la etapa actual en que el modo de producción capitalista !a adquirido clara preeminencia.
LA SITUACI&N EN LOS SESENTA Y LA ?TEORÍA %ENERAL@ $egn Cardoso y -alma, la teoría general estaba m0s o menos bien establecida al momento de desarrollarse la CF y la cuestión a resolver era entender cómo se la !acía interactuar con los casos particulares. (na idea que tambi#n est0 presente en otros autores de la CF. 4a mayoría adoptó como marco de referencia la revista $ont%ly &e"ie' , los escritos de Baran y $Oeezy, parcialmente los traba"os de Mandel, y en general la idea de la primacía del monopolio. -arecía entonces que la teoría mar1ista estaba 5lista6 para ser aplicada al estudio de los casos concretos, si bien era posible !acer todavía algunas me"oras 9incorporar los aportes de Qaleci, @ramsci, etc#tera, como sugiere -alma=. $in embargo, el estado teórico del mar1ismo en los sesenta y setenta en absoluto era como se lo describe. 4a raíz del problema ya la !emos mencionado, y se relaciona, en el terreno de la economía política, con el giro que introdu"o en el pensamiento mar1ista la tesis del predominio del monopolio. Fe !ec!o, no !abía teoría que e1plicara la formación de precios de monopolio& pero
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entonces no podía !aber teoría científica de la determinación de la ganancia, ni de la acumulación del capital. Nste era el estado de la 5teoría general6 que se quería aplicar a los casos 5concretos6. Con esta br*!ula los análisis +particulares tenían gra"es problemas . Así, por e"emplo, la tesis subconsumista de las crisis, o de la tendencia al estancamiento, eran aceptadas como normales por muc!os autores. 4a concepción ricardiana del valor no se distinguía de la de Mar1, o no !abía plena conciencia de los problemas que encerraban. < Algunos de estos temas se pusieron en evidencia cuando 'mmanuel planteó el intercambio desigual. 4a discusión que siguió a la publicación de la obra de 'mmanuel fue muy rica, pero las elaboraciones coe#istieron con el andamia!e teórico anterior 4a formación de precios por voluntad del monopolio se combinaba ecl#cticamente con referencias a la teoría de los precios de producción de Mar1. Cuestiones como los tipos de cambio, o los problemas monetarios que enfrentaban los países atrasados, casi no se abordaron, y no porque no !ubiera voluntad de aplicar 5la teoría general6 a los casos concretos, sino porque simplemente esa 5teoría general6 tenía importantes %uecos y problemas.
TEORÍA %ENERAL Y CASOS PARTICULARES 4o anterior nos permite abordar críticamente la idea de la necesidad de una 5interacción dial#ctica6 entre la teoría general y los casos particulares 9o singulares=, que postula -alma. %recuentemente se piensa que de alguna manera ambas esferas interactan, a partir de que están constituidas como totalidades más o menos terminadas. 's la imagen de la !erramienta 9la teoría general= que se aplica a un ob"eto de estudio 9el singular=. 'sta perspectiva es superior al enfoque mec0nico y rígido de las oposiciones abstractas y, como dice Legel, nos pone 5en el umbral6 del concepto dial#ctico& pero no garantiza un tratamiento superador de las antinomias y por eso mismo, en tanto se insista en permanecer en este plano, deviene est#ril. 'n otras palabras, no brinda una salida porque nunca se puede precisar la manera en que act*a la mentada interacción . -or esta razón el 5tercer enfoque6 de la dependencia, a pesar de apuntar en la dirección correcta, no pudo avanzar muc!o m0s all0 de plantear la necesidad de tener en cuenta la interacción entre 5el general6 y 5los particulares6 9o los 5singulares6=. 'l problema con la perspectiva de la interacción es que 7y de nuevo recurrimos a Legel7 lo general, o con m0s precisión, el universal, no e#iste si no es a tra"és de los casos particulares y de los singulares. Así, el capital no e1iste si no es a trav#s de los muc!os tipos particulares de capital 7agrario, financiero, industrial, etc#tera7 y #stos sólo e1isten a trav#s de los capitales singulares en competencia. Fe manera que no !ay forma de estudiar el capital en cuanto universal si no es a trav#s de estos capitales singulares y particulares& e inversamente, no se pueden entender #stos si no es a partir del universal. $i no se capta esta relación, se corre el riesgo de que el universal discurra por un carril por completo distinto de los particulares y singulares, de manera que 7y a pesar de las protestas de dial#ctica e interacción7 no tengan nada que ver el uno con el otro. -ongamos todo esto en t#rminos de un e"emplo, la generación de plusvalías e1traordinarias y de plusvalía relativa. 4a generación de plusvalía e1traordinaria siempre se da en casos singulares& por e"emplo, en la rama 9un particular= la empresa A 9un singular= es innovadora y logra plusvalías e1traordinarias con tal o cual costo de producción. 4a teoría, en cuanto universal, e1plica la lógica 9la ley interna= por medio de la cual se produce esa plusvalía e1traordinaria, pero no permite deducir la manera concreta en que se produce en cada caso la plus"alía e#traordinaria . 4o mismo sucede con la plusvalía relativa. 4a teoría solo e1plica cómo puede surgir& pero que esto ocurra, y en qu# grado, dependerá de muc%os factores, tales como el grado de organización sindical, la fase del ciclo capitalista, etc#tera, que son singulares. ; Fe manera que esta relación entre el universal y los casos singulares est0 presente, y es in!erente, a cualquier fenómeno que estudiemos. *o e1iste un capitalismo 5puro6 en los países avanzados, en los cuales el universal acte de manera tambi#n 5pura6, porque siempre está 3?
or concepci!n ricardiana del )alor entendemos una teoría del )alor que no otor"a importancia a los problemas del mercado, donde se reali$a el )alor "enerado en la producci!n, y por consi"uiente descuida tambi+n las cuestiones monetarias y &inancieras' discutimos estas cuestiones en *starita 2//(0. 4/ -in"ulares que actan en el marco, y a tra)+s de particularesF en el e6emplo, en tal sindicato, en tal país capitalista, en tal rama, etc+tera.
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'sto signif significa ica que el problem problema a no tiene tiene por qu# modifi modificar carse se particularizado y singularizado. singularizado. 'sto cualitativamente cuando se estudian los países perif#ricos capitalistas, porque aquí tambi#n !abr0 que tener en cuenta las diferencias de productividad particulares, particulares, las posibilidades posibilidades particulares particulares de de cambio cambio tecnológico, tecnológico, o el grado de organizació organización n particular de de los traba"adores. A partir de este enfoque, las desventa"as en tecnología, por e"emplo, que afectan con frecuencia a las empresas de países países dependiente dependientes, s, se pueden pueden integrar integrar de manera manera relativamen relativamente te sencilla en los estudios, sin necesidad de postular otra lógica, lógica, distinta de la que rige en los países avanzados. 'n este respecto la crítica de Cueva a la dependencia es completamente "usta.
L&%ICA DEL CAPITAL O CREACI&N LIBRE DEL SUETO 4a perspe perspecti ctiva va que estamo estamoss defend defendien iendo do podrí podría a tambi#n tambi#n ser un camino camino para para supera superarr otras otras dicotomías que enfrentó la dependencia. 'n especial la dicotomía entre estructuras sociales 7leyes ob"etivas7 y acciones de los su"etos, que recorre buena parte de las discusiones de las ciencias sociales, y ciertamente los debates sobre la CF. -lanteada la cuestión de manera un poco esquem0tica, digamos que en la perspectiva estructuralista los su"etos desaparecen& y en la visión sub"etivista las acciones de los su"etos pueden superar cualquier límite. Fe !ec!o, muc!os críticos de %ran sostuvieron que #ste !abía caído en un determinismo absoluto, y que no de"aba espacio para para el acci accion onar ar de los indiv individu iduos os.. 'n parti particu cula larr Cardo Cardoso so sost sostuv uvo, o, cont contra ra %ran %ran, , que que las potencialidades de las acciones !umanas y de su imaginación podían reemplazar a las estructuras vigent vigentes es 5por 5por otras otras no predet predeterm ermina inadas das66 9Cardo 9Cardoso, so, >?, >?, p. >>=. >>=. Tambi#n mbi#n la escuel escuela a de la regulación plantea que los regímenes de acumulación son producto de creaciones m0s o menos libres de las luc!as de clases, cla ses, y sus relaciones de fuerza, y que nada est0 determinado 9v#ase, por e"emplo, 4ipietz, ><<:=. Aquí no e1istiría lógica alguna del capital, ni tendencias ob"etivas del desarrollo capitalista. -or eso, en opinión de 4ipietz !ay posibilidades in#ditas, totalmente abiertas, para e1plorar formas de desarrollo a trav#s de concertaciones nacionales. 'sta perspectiva se opone entonces por el v#rtice al llamado determinismo. 's como si la tensión encerrada en la CF entre ambos polos se desplegara, pero inclin0ndose inclin0ndose !acia el voluntarismo voluntarismo y sub"etivismo sub"etivismo.. Boot! Boot! 9><E= 9><E= en crítica crítica a la CF, tambi#n tambi#n sostiene que no e1isten e1isten leyes in!erentes al capitalismo, capitalismo, y que todo lo que sucede en las sociedades dependientes no tiene nada de 5necesario6. 4os planteos del llamado post8mar1ismo se ubican en esta venaH el mundo se caracterizaría por la !eterogeneidad y la particularidad de los desarrollos, y no !abría leyes tendenciales de movimiento. -ero si no !ay leyes de ningn tipo, económicas o sociales, Icómo es posible construir cienciaJ cien ciaJ ITodo ITodo depender0 del despliegue libre de la imaginación de los seres !umanosJ 3esponder por la afirmativa supone afirmar que los seres !umanos no enfrentan restricciones sociales de ningn tipo. I*o se llega así al calle"ón del voluntarismo y el sub"etivismo, de lo meramente contingente y arbitrarioJ 4a salida del problema pasa por aceptar que las llamadas leyes ob"etivas son un resultado de la cosificación de las relaciones sociales entre los seres %umanos. %umanos . 'sto significa que los seres !umanos generan los !ec!os económicos, pero no los dominan, porque las relaciones sociales se les imponen como relaciones ob!eti"as, como sostenía $ar#, que los obligan a actuar seg*n cierta lógica. lógica. -or e"emplo, puesto en la función de capitalista, cada empresario est0 obligado a ir al m01imo m01imo posible posible en la e1trac e1tracció ción n de plusva plusvalía lía al traba traba"ad "ador or,, so pena pena de perder perder en la luc!a luc!a competitiva. 'n la medida en que el capital se mundializa, esta constricción se !ace sentir con m0s y m0s fuerza, en tanto subsistan las relaciones de producción. 4as luc!as sociales se inscriben en este cuadro 7en 7 en tanto las luc%as sociales no cambien de raíz las relaciones de producción 7 y por lo tanto, y contra lo que dicen Cardoso, Boot!, los autores de la regulación y otros, esas luc!as no pueden obtener ni plasmar creaciones sociales completamente 5nuevas6. -or eso, y naturalmente, cuando Cardoso estuvo al frente del gobierno en Brasil, siguió las 5generales de la ley6, aplicando una política económica que, dentro de ciertos m0rgenes, trataba de adecuarse a las necesidades del capital. -or supuesto, se puede !ablar de 5traición6 a los ideales de los sesenta y setenta& pero su enfoque de 5leyes generales6 por un lado y 5acción sub"etiva por el otro6, relacionadas solo al nivel de la 5interacción6, de"aba un amplio margen para independizar las segundas de las primeras. A pesar de los discursos y de la imaginación puesta en ello, e llo, las primeras !icieron sentir su rigor 7 que no es otra cosa que la constricción ob"etiva que impone el mundo de la competencia despiadada y la e1plotación de clases7 sobre los ensueDos utópicos. 4os límites de la 5interacción dial#ctica6 se revelan aquí de manera dram0tica.
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-or esto tambi#n las tendencias a la centralización y concentración de los capitales, a la e1pansión del mercado mercado mundia mundial,l, a la prolet proletari arizac zación, ión, no son aleatorias, aleatorias, porqu porque e están contenidas en la estructura fundamental de la relación capitalista. 'sto significa que, si bien la evolución !istórica no estuvo estuvo determina determinada da mec0nicame mec0nicamente, nte, una "ez que el sistema capitalista se %a establecido sus impulsos tendenciales est0n estructuralmente determinados. -or eso mismo las luc!as de clases se dan en conte1tos sociales y materiales que son dados, aunque sean, parcialmente, el resultado de luc!as anteriores. anteriores. 'stos conte1tos conte1tos determinan determinan las posibilidades posibilidades de cambio generados generados por las luc!as de las masas. Así, por e"emplo, las posibilidades de aumentos salariales dentro del sistema capita capitalis lista ta tienen tienen 5tec!o 5tec!o6H 6H cuando cuando el alza alza de salari salarios os amenaz amenaza a seriam seriament ente e la plusval plusvalía, ía, la acumulación del capital se !ace m0s lenta, o se acelera el cambio tecnológico, de manera que se recrea el e"#rcito industrial de reserva, y los salarios son presionados nuevamente !acia la ba"a 9v#ase Mar1 9><<<= t. >, cap. :=. Algunas de las tendencias que se registran en las políticas económicas de los 'stados a nivel mundial pueden entenderse desde esta perspectiva. > $ólo el cuestionami cuestionamiento ento y cambio de las relaciones de producción producción 7o sea, de propiedad7 propiedad7 puede eliminar esta constricción ob"etiva que encuentra el voluntarismo social.
EL ABORDAE SOCIOL&%ICO DE CARDOSO Y 'ALETTO Fiscutimos a!ora otras cuestiones de m#todo planteadas en Dependencia y desarrollo en (mérica )atina, )atina, de Cardoso y %aletto. Como sostienen sus autores en el 5-refacio6, y reivindica -alma, su ob"etivo es mostrar cómo se da la combinación entre economía, sociedad y política en momentos !istóricos y situaciones estructurales distintas. Cardoso y %aletto tratan de demostrar que los problemas económicos y políticos de Am#rica 4atina no se pueden tomar como un todo sin especificar las diferencias de estructura e !istoria que distinguen situaciones, países y momentos 9Cardoso y %aletto, >, pp. >8:=. Lasta aquí la cuestión en principio no presenta ob"eciones desde el punto de vista del m#todo dial#c dial#ctic tico, o, en el sentid sentido o que siempr siempre e es necesa necesario rio estudi estudiar ar en sus partic particula ularid ridade adess cómo cómo evolucionaron la economía, las alianzas políticas, las estructuras de poder, las ideologías, etc#tera, en momentos !istóricos y regiones o países específicos. $ostener que no se puede tomar a Am#rica 4atina como un todo, y que !ay que distinguir, es plenamente acertado. $in embargo el traba"o de Cardoso y %aletto no se queda en esto, porque de !ec!o despliega una e1plicación de la evolución de Am#rica 4atina que gira casi por entero en las relaciones de poder y las alianzas de clase, que terminan quedando en el aire, ya que nunca conectan con lo económico, esto es, con la producción y el intercambio, con la generación e1cedente 9o de valor y plusvalor=, y con los problemas de la acumulación. 'fectivamente, en aras de un an0lisis que se pretende 5no economicista6, Cardoso y %aletto desembarcan en las playas del sub"etivismo y la sobrepolitización de las instancias. -or e"emplo, mencionan las e1plicaciones sobre la desaceleración del desarrollo económico de Argentina, Brasil y otros países en los sesenta, basadas en la tesis del deterioro de los t#rminos de intercambio. $in embargo no analizan estas e1plicaciones desde alguna teoría económica, y saltan directamente a la cuestión de si algunos grupos !abían perdido, o no, el control del sistema de poder. A pesar de que advierten que no !ay que sustituir el an0lisis económico por el sociológico, y que se debe tener un enfoque integral, en los %ec%os reemplazan reemplazan el análisis económico económico por el sociológico y político. político. -or e"emplo, sostienen que el desarrollo e s el resultado / de la interacción de grupos y clases sociales que tienen un modo de relación que les es propio y por lo tanto intereses y valores distintos, cuya oposición, conciliación o superación da vida al sistema socioeconómico. 4a estructura social y política se va modificando en la medida en que distintas clases sociales y grupos sociales logran imponer sus intereses, su fuerza y su dominación al con"unto de la sociedad 9Cardoso y %aletto, >, p. >& #nfasis agregado=. 'l desarrollo est0 e1plicado en t#rminos de 5fuerza6, 5dominación6, 5imposición de in tereses6. I+u# sucede con las fuerzas productivasJ ICon la generación de valorJ ICon las formas específicas en que un espacio de valor se articula con el mercado mundialJ $obre esto Cardoso y %aletto no 41
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tienen nada que decir. Todo discurre por los carriles de las alianzas de clases, de las relaciones de fuerza y de los 5intereses y valores6. Analizando los 5intereses y valores6 que orientan las acciones, el cambio cambio se perfil perfila a 5como 5como un proces proceso o que en las tensione tensioness entre entre grupos grupos con intere intereses ses y orient orientaci acione oness diverg divergent entes es encuen encuentra tra el filtro filtro por el que !an de pasar pasar los flu"os flu"os purame puramente nte económicos6 9ibid., pp. >8><=. A pesar de la oscuridad de la rebuscada met0fora 95filtro6 por que pasan pasan 5flu"os 5flu"os purament puramente e económ económico icos6= s6=,, lo que trans transmit miten en Cardos Cardos y %alett %aletto o es que son las 5tensiones entre grupos6 las que deciden la evolución económica de Am#rica 4atina. I+u# sucede entonces con la din0mica de la acumulación del capital en los aDos de la industrialización por sustitución de importaciones, para poner un e"emploJ ICon la generación de plusvalía absoluta o relativaJ ICon el desarrollo de los mercados internosJ ICon la entrada de capital e1tran"ero y su inserción en la estructura productiva e1istenteJ *inguna de estas cuestiones es seDalada como metodológicamente importante para el an0lisis, porque lo económico no es tenido en cuenta ni siquier siquiera a en cuanto cuanto 5base6 5base6 9para 9para utiliz utilizar ar la tradi tradicion cional al met0fo met0fora ra de 5base 5base y supere superestr struct uctura ura6= 6=.. Adem0s, Ipor qu# estos 5filtros6 sociales tienen tanto poder como para imponer una u otra dirección al desarrollo económicoJ *o !ay e1plicación, pero Cardoso y %aletto est0n convencidos de que 5el 5el problema problema teórico teórico fundament fundamental al lo cons constititu tuye ye la dete determ rmina inaci ción ón de los los modo modoss de dominación porque dominación porque por su intermedio se comprende la din0mica de las relaciones de clase6 9p. ><& #nfasis en el original=. bs#rvese que la cuestión ni siquiera se plantea en los t#rminos de Brenner, esto es, de la primac primacía ía de las relacio relaciones nes de produc producció ción n sobre sobre las fuerz fuerzas as produc productiv tivas, as, sino sino en t#rmin t#rminos os puramente político8sociales, ya que son los modos de dominación los que permiten comprender la din0mica de las relaciones de clase. P ambas 7formas de dominación y estratificación social7 5condicionan los mecanismos y los tipos de control y decisión del sistema económico en cada situación particular6 9p. :>=. Aquí se est0 proponiendo un aborda"e casi opuesto al del materialismo !istórico. 4a interpretación de Cardoso y %aletto no es 5global6, sino unilateral, centrada en lo político, en las relaciones de fuerza y alianzas de clases, y en la sobrepolitización del desarrollo económico. -ara entender me"or cómo opera este m#todo propuesto por Cardoso y %aletto, analicemos todavía un caso al que aplican este razonamiento. Cardoso y %aletto sostienen que algunos países latinoamericanos, al proyectar la defensa de su principal producto de e1portación, propusieron una política de devaluación. 'l tipo de cambio alto !abría permitido, como consecuencia indirecta y !asta cierto punto no intencional, la creación de condiciones favorables al crecimiento, dando lugar a una mayor diferenciación económica. $in embargo esa política de devaluación no implicaba un proyecto de autonomía creciente y un cambio de relaciones de clase, y aquí es donde, en opinión de Cardoso y %aletto, parece faltar la esfera política. *o se puede analizar, sostienen, la cuestión del desarrollo e1clusivamente desde el punto de vista de los estímulos y reacciones del mercadoH 5si se parte de una interpretación global del desarr desarroll ollo, o, los argume argumento ntoss basado basadoss en puros puros estímu estímulos los y reacci reaccione oness de mercad mercado o result resultan an insufi insuficie ciente ntess para para e1plic e1plicar ar la indust industria rializ lizaci ación ón y el progre progreso so económ económico ico66 9p. :G=. Fe aquí aquí se desprende que lo nico que !abría faltado para que la política de tipo de cambio alto tuviera #1ito fue una 5decisión política !acia la mayor autonomía6. -ero/ Ino !abría que preguntarse por qu# razón en los países atrasados tienden a establecerse monedas depreciadas en t#rminos reales 7 que supuestamente crean condiciones favorables al crecimiento7 y sin embargo no logran salir del atrasoJ I-or qu# 5espont0neamente6 sucede estoJ A partir partir de responder a esta cuestión, Iqu# !ay que decir de la lógica económica de acumulación impulsada por el tipo de cambio altoJ $e debería investigar, por lo menos, qu# sucede con la generación de valor en un país atrasado& cómo se conecta conecta con el mercado mundial a trav#s del tipo de cambio cambio alto& qu# problemas problemas se originan originan con los t#rminos de intercambio& qu# sucede con la acumulación interna& cómo afectan las variaciones del tipo de cambio el crecimiento de productividad de sectores y ramas& qu# consecuencias acarrea el tipo de cambio alto para la moneda y los precios& y cuestiones seme"antes. Temas que superan en muc!o la problem0tica 7neocl0sica en el fondo7 5de estímulos y reacciones de mercado6, ya que remiten a las leyes de generación de valor y de la acumulación. %altos de este estudio, y siempre con el prete1to de no caer en el 5determinismo economicista6, Cardoso y %aletto !acen intervenir 5desde arriba6 lo po lítico, que pudo estar, pero no estuvoH
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$on "ustamente los factores políticos internos 7vinculados, como es natural, a la din0mica de los centros !egemónicos7 los que pueden producir políticas que se aprovec!an de las ]nuevas condiciones^ Rtipo de cambio altoS o de las nuevas oportunidades de crecimiento económico. Fe igual modo, las fuerzas internas son las que definen el sentido y el alcance político8social de la diferenciación ]espont0nea^ del sistema económico 9p. :?=. $in !aber estudiado la relación económica entre los centros del capitalismo y los países subdesarrollados, Cardoso y %aletto e1plican que son los factores internos, vinculados a la din0mica de los centros !egemónicos, los que pueden producir políticas que se aprovec!en de las condiciones para el crecimiento. Fe manera que esos factores internos, y su relación con los centros !egemónicos, deberían ser e1plicados en base a consideraciones puramente idealistas, ya que el an0lisis no est0 asentado en la mec0nica económica subyacente al tipo de cambio alto. Todo lo que dicen sobre el crecimiento basado en la moneda depreciada es que da lugar a una 5diferenciación espont0nea del sistema6, esto es, movido por su propio impulso. I'n qu# consiste ese impulso o espontaneidadJ Adem0s, Iacaso no !ubo políticas de tipo de cambio alto impulsadas por los gobiernosJ I*o eran e1presión de ciertas necesidades de inserción en los mercados mundiales, a partir de diferenciales en la generación de valorJ Labiendo pasado por alto estas cuestiones, insisten con el an0lisis 5político8social6H / es posible que los grupos tradicionales de dominación se opongan en un principio a entregar su poder de control a los nuevos grupos sociales que surgen con el proceso de industrialización& pero tambi#n pueden pactar con ellos, alterando así las consecuencias renovadoras del desarrollo en el plano político y social 9p. :?=. 4os grupos pueden pactar o no, tal vez afectando 5las consecuencias renovadoras del desarrollo6, sin que se e1plique en ningn momento qu# relación tienen estos cambios políticos, y sus efectos, con leyes económicas que no se conocen ni indagan. 4as alternativas políticas por lo tanto se desen"uel"en en una esfera autónoma, sin cone1ión con la relación económica. A lo sumo se !acen vagas referencias a que el 5tipo e intensidad de los cambios6 7esto es, de la moneda depreciada y la consiguiente industrialización7 5dependen en parte6 del modo de vinculación de las economías nacionales al mercado mundial 9p. :?=. -ero Icómo dependenJ I-or qu#, adem0s, dependen 5en parte6J Cardoso y %aletto no e1plican, aunque insisten con su admonición sobre los peligros del an0lisis 5puramente económico6H Tal perspectiva Rel m#todo defendido por Cardoso y %alettoS implica que no se puede discutir con precisión el proceso de desarrollo desde el 0ngulo puramente económico cuando el ob"etivo propuesto es comprender la formación de las economías nacionales 9p. :?=. -or supuesto, ningn an0lisis de la formación de las economías nacionales puede quedarse en lo 5puramente económico6. -ero el problema de la CD no es que sus análisis fueran +puramente económicos, sino que +lo económico no estaba cabalmente indagado/ o lo estaba desde una perspecti"a teórica equi"ocada 9teoría del monopolio y similares=. -ara precisar an m0s su argumento, Cardoso y %aletto agregan que no es suficiente con el an0lisis de variables como tasas de productividad, a!orro y renta, funciones de consumo, empleo, y similares. -or supuesto, no es suficiente con estas variables 7que est0n tomadas abstractamente por Cardoso y %aletto de la literatura económica usual7, pero no porque #ste sea un error 5economicista6, sino porque ninguna de estas variables e1plica las cuestiones del atraso y la dependencia a no ser que se establezca su relación con alguna teoría de la acumulación. $in !aber precisado esta relación, sostienen que se pueden construir 5modelos económicos6, que cobran significado siempre que est#n referidos a situaciones 5globales, sociales y económicas, que les sirvan de base y les presten sentido6 9p. :=. Fe nuevo !ay que preguntarse Ien qu# marco teórico se construyen estos 5modelos económicos6J IQeynesiano, mar1ista, alecianoJ Cardoso y %aletto no aclaran la cuestión, a pesar de su importancia. Adem0s, Iqu# quiere decir que un modelo económico tiene que estar referido a una situación económica y social que le sirva de baseJ I$ignifica que tiene que tener relación con lo que sucede en la realidadJ -ero/ Ie1iste algn 5modelo económico6 elaborado por la dependencia para e1plicar el subdesarrollo, que no !aya pretendido estar conectado con la realidadJ
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Todo esto termina siempre en la misma conclusiónH que lo político, las relaciones de fuerzas entre las clases y las luc!as por el dominio, pasan a ser lo decisivo para e1plicar el desarrollo. A pesar de que en varios pasa"es Cardoso y %aletto !acen referencia a la interacción entre las instancias económica, social, política, la actuación política de los grupos es lo que decideH 5la actuación de las fuerzas, grupos e instituciones sociales pasa a ser decisiva para el an0lisis del desarrollo6 9p. :=. M0s e1plícitos an, sostienen que la política 5es el medio por el cual se posibilita la determinación económica6 9p. >>=. -or lo tanto no estamos ante un an0lisis concreto, como sostiene -alma, sino abstracto, porque Cardoso y %aletto aislaron una variable 7las estructuras de dominación y la política7 a partir de la cual pretendieron derivar toda la problem0tica del desarrollo. Aquí se encuentra la raíz del an0lisis idealista en que termina esta perspectiva y se e1presa en la trayectoria política posterior de Cardoso.
LO INTERNO Y LO E/TERNO Tambi#n se puede plantear en t#rminos distintos a los de la dependencia la relación entre 5lo e1terno y lo interno6. 'l llamado 5tercer enfoque6 de la CF buscó !acer una síntesis entre el enfoque que ponía #nfasis en 5lo interno6 y el que ponía el acento en 5lo e1terno6, por la vía de la 5interacción dial#ctica6 entre ambos aborda"es. -ero el capital implica tanto la producción como la circulación& y la circulación no se limita al 0mbito nacional, sino abarca necesariamente el mercado mundial. 'n palabras de Mar1, el comercio e1terior, o sea, el mercado mundial, es el que 5desarrolla la verdadera naturaleza Rla del sobreproductoS como valor, al desarrollar el traba"o encarnado en #l como traba"o social6, y por eso /sólo el comercio e1terior, el desarrollo del mercado !asta convertirse en mercado mundial, !ace que el dinero se desarrolle !asta transformarse en dinero mundial, y el traba"o abstracto en traba"o social 9Mar1, >
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Todo induce a poner el #nfasis en los an0lisis concretos, como reclama -alma, pero entendidos no como estudios donde se interrumpe la primacía del uni"ersal , ni en los que #ste funciona de manera e1terna, sino tomando en cuenta la riqueza de lo particular. 'sta es, por otra parte, la verdadera naturaleza del concreto, entendido desde la dial#ctica.
CONCLUSI&N Lemos destacado la importancia de un enfoque dial#ctico, de las totalidades concretas, para superar las polaridades rígidas en que cayó la CF. 4o cual se articula con la necesidad de estudiar la dial#ctica del valor a escala mundial. Fe esta manera se podría comenzar a superar, en el sentido !egeliano, los aportes de la CF. 5$uperar6 aquí significa no sólo la crítica, sino tambi#n el 5conservar6. Conservar la perspectiva crítica de la CF sobre las corrientes del pensamiento económico burgu#s del desarrollo, al tiempo que avanzar en la comprensión de la dial#ctica mundializada del capital, y sus particularidades.
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C!()t*+o L! e!+id!d 5ist$ic! 4*e e=(es$ +! CD 6 +!s !
U> E/PRES& LA CD 'n lo que respecta a las tesis leninistas sobre el capitalismo monopólico, que sustentaron los an0lisis de la CF, refle"aron la acelerada centralización de capitales que ocurrió entre fines del siglo ) y principios del siglo , en el capitalismo avanzado. 'sa centralización buscaba frenar una competencia devastadora, provocada por la caída de los costos de transporte, y la consiguiente ba"a de precios.: 4as tesis sobre el monopolio refle"aron este proceso de formación de grandes corporaciones modernas& que no impidieron que siguiera operando l a competencia. Tambi#n fueron fenómenos reales la e1pansión colonialista, el pilla"e y el saqueo de las periferias. 4a e1pansión del capitalismo que se produ"o a lo largo del siglo ) no se basó sólo en los intercambios voluntarios y la libre circulación de gente, capitales e ideas entre 'uropa, Am#rica, Australia y *ueva elandia, como pretenden los economistas neocl0sicos. 4a otra cara de esos intercambios fueron la esclavitud, el colonialismo, las intervenciones militares y la diplomacia de las caDoneras. 3ecordemos que la esclavitud reci#n fue pro!ibida en las colonias brit0nicas en >, en '(A en >GE y en Brasil en >?. 4a guerra del opio contra C!ina y la amenaza mili tar directa a Wapón obligaron a estos países a abrirse al comercio mundial. 'l colonialismo se prolongó durante siglos y se generalizó a fines del siglo ). Fe >?; a ><> las posesiones coloniales de @ran BretaDa pasaron de :,? millones de ilómetros cuadrados a :, millones& las de %rancia de ;,E millones a >>, millones& las de Alemania de cero a ,> millones y las de 3usia tambi#n de cero a :,G millones. Adem0s, en ese período Wapón entró en Corea y Manc!uria& '(A intervino en Centroam#rica, toma %ilipinas y -uerto 3ico& y Austria8Lungría e"ercieron el mandato en los Balcanes. -or otra parte, las grandes migraciones a Am#rica y otras regiones no fueron totalmente libres, ya que estuvieron provocadas por la e1trema miseria, violencia y despo"o que sufrieron millones de campesinos europeos 9irlandeses, espaDoles, polacos, italianos, entre otros=. 4os autores neocl0sicos pasan por alto estos 5detalles !istóricos6. )a CD, en cambio, los puso en el primer plano de la atención, y éste fue un gran acierto. Adem0s, los autores de la dependencia, y en particular aquellos que suscribieron la tesis de la 5articulación de los modos de producción6, seDalaron con acierto que la mera vinculación al mercado mundial no generaba autom0ticamente la transición al modo de producción capitalista desde las formaciones precapitalistas. 'n muc!os casos sólo la violencia dio lugar a la implantación del capitalismo la periferia. Tambi#n la idea del estancamiento y retroceso de las fuerzas productivas en el Tercer Mundo tiene su base real. 's que efectivamente !ubo una generalizada desindustrialización en la periferia a partir de la entrada de las potencias y sus mercancías baratas, aupadas en las armas. -aul Bai roc! sostiene que despu#s de >> !ay muc!a evidencia de que el volumen total de la producción manufacturera del Tercer Mundo comenzó a caer debido al impacto de las importaciones provenientes de los centros metropolitanosH 4a industrialización del primero Rel mundo desarrolladoS llevó a la desindustrialización del ltimo Rel Tercer MundoS, y la contribución proporcional de cada región al total del producto 42
>+ase Dum+nil y +)y 1??(0. ntre 1@2/ y 1?13 salieron más de 5/ millones de emi"rantes desde uropa hacia *m+rica, *ustralasia y -udá&rica. 43
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manufacturero fue revertida casi e1actamente. $i incluimos Wapón entre los países del Tercer Mundo de aquel tiempo, #ste tenía todavía apro1imadamente el GV del potencial manufacturero total del mundo en >;, contra el ?V de 'uropa y *orteam#rica& para >G; las proporciones !abían devenido del V respectivamente6 9Bairoc!, ><:, p. :?=. 'ntre >G; y ><> el volumen total de la producción manufacturera mundial se multiplicó p or cuatro 9y por tres en t#rminos por !abitante=, y la diferencia entre el centro y la periferia siguió aumentando. 'n ><> los países desarrollados tenían el <:,EV de la producción manufacturera mundial, contra solo el ?,EV del Tercer Mundo. 'sto no ocurrió solo por la e1pansión en los países desarrollados, sino tambi#n porque la desindustrialización detuvo al Tercer Mundo. 4a producción manufacturera del Tercer Mundo cayó !asta el comienzo del siglo , y la brec!a con los países adelantados siguió ampli0ndose, aunque a tasas menores, !asta >E7 consideró que la acción revolucionaria del capital ingl#s sería m0s o menos r0pida y directa. Como seDala 3ey 9>E sólo 5para molestar a los norteamericanos6 93ey, >E=. 'l argumento de Mar1 es que una vez que el capitalismo arraiga 7la entrada del capital e1tran"ero, por medio de la violencia, es el punto de arranque7 tiende a !acerse !egemónico, y a largo plazo nico. El proceso no es lineal, pero la tendencia parece clara. -or eso Mar1 destacaba el doble car0cter de la inversión brit0nica, que provocaba devastación& pero tambi#n ponía la simiente del desarrollo capitalista. 'ste diagnóstico de Mar1 fue cuestionado por los mar1istas del dependentismo. E -ero la realidad es que el capitalismo indio se desarrolló& la previsión de Mar1 en el largo plazo se demostró más acertada que los diagnósticos de la CF. Fesde la perspectiva mar1iana se puede comprender tambi#n el rol que cumplieron las intervenciones imperialistas 7operaciones de desestabilización, promoción de golpes militares, etc.7 en países que eran formalmente independientes, en los siglos ) y . ' stas intervenciones impusieron gobiernos y dictaduras militares favorables a los capitales de los países adelantados. Con ello posibilitaron negociados y altísimas ganancias para sus corporaciones& se "ustificaba !ablar de violencia neocolonial sobre muc!os países, como !izo la CF. $in embargo las inversiones e1tran"eras que acompaDaban esas intervenciones también contribuyeron 0directa o indirectamente0 al desarrollo de fuerzas capitalistas locales, que luego fueron el sustento de 44
Decía que el pro"reso se reali$aba arrastrando a pueblos enteros por la san"re y el lodo, la miseria y la de"radaci!n )+ase ;arx y n"els, 1?(, p. 1/?0. 45 *min explica la equi)ocaci!n de ;arx, esto es, el que hubiera pensado que el &errocarril dará lu"ar a las industrias autocentradas, a que no había alcan$ado a )er la &uer$a de los monopolios )+ase *min, 1?@(, pp. 15?1(/0.
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gobiernos con capacidad de resistencia y autonomía al dominio imperialista. -arafraseando a Mar1, podemos decir que la "iolencia fue la partera del capitalismo de las periferias , desbrozando el camino para la reproducción del capital 'sto e1plica por qu# desde el final de la $egunda @uerra 7y en muc!os países atrasados por lo menos desde el período de entreguerras7 se registran casos de acumulación capitalista significativa en la periferia. -or eso mismo la "iolencia directa con el tiempo de!ó de ser el medio fundamental de e#tracción del e#cedente.G
DESARROLLO CAPITALISTA Y SAUEO COLONIAL Fesde !ace aDos tambi#n est0 cuestionada la tesis de la CF de que el desarrollo del capitalismo central dependió de la e1plotación colonial. Así 4ipietz 9><<;= criticó la idea de que el pilla"e de la periferia !aya sido cuantitativamente de gran importancia para el crecimiento del centro. Menos todavía se puede afirmar que despu#s de la $egunda @uerra el crecimiento del centro se !aya debido a las transferencias de valor desde la periferia. 4o cual, agrega 4ipietz, no niega la gravedad que tuvo para la periferia la e1plotación colonial. Fore y Xees 9><= tambi#n cuestionan la idea de que el desarrollo del capitalismo en el centro estuviera determinado por las transferencias de e1cedente desde las periferias no capitalistas. 'n el mismo sentido Fuc!esne 9:;;>8:;;:= 7en crítica a %ran7, sostiene que la 3evolución )ndustrial inglesa se %ubiera dado de todas maneras sin los beneficios colonialesH / entre >?;; y >;> sólo entre el ,V y el >E,?V del cambio en el ingreso nacional Rde @ran BretaDaS puede atribuirse al total del comercio e1terior. / el comercio colonial, aunque creciente en proporción, siguió representando un pequeDo porcenta"e del comercio e1terior de @ran BretaDa durante ese siglo. -or lo tanto, si usamos los c0lculos de Bairoc!, encontramos que en el período entre >?:; y >?;8>?<;, el comercio e1terior proveyó a @ran BretaDa con el V al V de su demanda total, pero que el comercio con los países no europeos representó entre el V y el 8:;;>, p. >& #nfasis en el original=. Con respecto a 'uropa, Fuc!esne cita a ^Brien, quien afirma que los beneficios derivados del tr0fico colonial no representaban m0s del :V del -*B de 'uropa de fines del siglo K))). Anotemos tambi#n que ya Lobson 9><;:= seDalaba que la contribución del comercio colonial a la economía brit0nica era pequeDa.
LA INDUSTRIALI-ACI&N Y LA CRISIS DE LA CD Lacia mediados de la d#cada de >; la CF llega a la cima de su evolución. 'n el período previo al triunfo de los golpes militares en C!ile, (ruguay y Argentina el dependentismo tenía una fuerte presencia en las facultades de ciencias sociales latinoamericanas& sus artículos y libros circulaban profusamente& sus ideas eran populares en la vanguardia políticamente radicalizada, y repercutían en todo el mundo. 3efiri#ndose a a quel momento, Fos $antos escribeH 'n aquel período, que podríamos situar entre >, el pensamiento de la región cobró una dimensión planetaria, pasando a influenciar la evolución de las ciencias sociales a un nivel universal 9Fos $antos, :;;, p. >;E=. Fos $antos incluye al pensamiento de -rebisc! y la C'-A4 en ese movimiento intelectual que dio origen a la dependencia y alcanza la cumbre en los setenta. 4(
Cuando a&irmamos que la )iolencia directa no 6ue"a un rol en la extracci!n del excedente, no estamos sosteniendo que la )iolencia no desempe8a un rol en el capitalismo. o que estamos se8alando es que en los modos de producci!n precapitalistas y en la explotaci!n colonial0 la extracci!n del excedente se produce por medio de la coerci!n extraecon!mica. n el modo de producci!n capitalista la extracci!n del excedente ocurre porque el traba6ador libre está obli"ado a )ender su &uer$a de traba6o. s en este respecto que ;arx destaca que la &orma de extracci!n del excedente es económica. Psta es la diferencia específica del modo de producci!n capitalista con otros modos de producci!n. Laturalmente, en una sociedad en que los productores directos están desposeídos de los medios de producci!n, la )iolencia 6ue"a un rol decisi)o en de&ensa de la propiedad pri)ada del capital.
4
$in embargo en esa #poca asomaron nubarrones en el !orizonte de la CF. -or un lado porque las cifras no avalaban la idea del estancamiento de la economía latinoamericana. -or caso, desde > el crecimiento económico d e Am#rica 4atina fue del ?,V anual promedio, una tasa en absoluto desdeDable. 'l producto por traba"ador creció a una tasa del :,?V anual entre ><; 9datos del %M)=. 'n la d#cada de los setenta se publicaron traba"os que demostraban que en Am#rica 4atina !abía posibilidades de algn grado de desarrollo tecnológico autónomo& y que sus empresas generaban tecnología. ? 'n Asia tambi#n avanzaba la industrialización. 'sta situación provoca, a comienzos de los setenta, una de las críticas m0s amplias a la CF, la de Bill Xarren. Xarren sostuvo que, contra lo que afirmaba la CF, se !abía producido una importante industrialización en muc!os países subdesarrollados y que el período posterior a la $egunda @uerra era de ascenso de las relaciones capitalistas y de las fuerzas productivas en el Tercer Mundo. '1plicó tambi#n que los principales obst0culos a este desarrollo estaban en las contradicciones internas de los países de la periferia, y no en las relaciones del imperialismo con el Tercer Mundo. )ncluso planteó que las políticas de los países imperialistas !abían favorecido la industrialización, y que los lazos de dependencia que ataban a los países atrasados con los imperialistas !abían sido aflo"ados considerablemente !acia la d#cada de los setenta. Como resultado la distribución del poder en el mundo se estaba !aciendo menos desigual 9v#ase Xarren, >=. Xarren no negaba que siguiera e1istiendo el imperialismo como sistema de dominación y e1plotación, pero afirmaba que la dependencia !abía entrado en un proceso de declinación irreversible. 'n los países subdesarrollados subsistían el atraso de la agricultura y la desigualdad del desarrollo& pero no eran neocolonias, ni estaban bloqueados en su desarrollo. Adem0s los países subdesarrollados podrían alcanzar en el futuro los niveles de tecnología y de las fuerzas productivas de los países imperialistas. Fe manera que se avanzaba !acia la igualación de los niveles de desarrollo de los países. -or otra parte, !acia fines de la d#cada de >; la evolución de los *uevos -aíses )ndustrializados, 9*-)=, Corea del $ur, Long Qong, TaiO0n y $ingapur rompía todavía m0s con los vie"os esquemas de la dependencia. A mediados de los oc!enta Mandel planteó que capitales con origen en Long Qong se invertían internacionalmente 9v#ase Mandel, ><E=. -ero no eran sólo los *-). 'n ><> $c!iffer, en crítica a Amin, demostraba que la tasa promedio de inversión de los países subdesarrollados era mayor, en porcenta"e de -B), que la de los países adelantados& que la producción manufacturera de los primeros estaba destinada a satisfacer principalmente el mercado interno y el consumo masivo, y no la e1portación y el consumo de la alta burguesía& que !abía !abido desarrollo de la industria pesada en Asia y Am#rica 4atina& que al comp0s de ese desarrollo !abían subido los salarios industriales& y que cada vez m0s sectores de las economías de esos continentes se integraban al capitalismo. A su vez 4ipietz seDalabaH 4a idea esencial del dependentismo/ es, en efecto, que los 'stados8naciones de la periferia no pueden desarrollarse en el marco del capitalismo porque los países desarrollados tienen siempre, y cada vez m0s, necesidad de su subdesarrollo& a lo sumo, 4
or e6emplo, en los setenta Qor"e Rat$ sostu)o que países como *r"entina, #rasil, ;+xico, de industriali$aci!n relati)a, eran tecnol!"icamente dependientes del mundo desarrollado, pero tenían una acti)idad in)enti)a que no carecía de importancia. sa in)enti)a tecnol!"ica tenía un carácter adaptati)o y subsidiario, destinada a me6oras mar"inales y adaptaciones al medio local de los dise8os importados, pero importante. Rat$ además re"istraba para *r"entina un si"ni&icati)o aumento de la producti)idad entre 1?(/ y 1?(@ :período que se"n la CD era de crisis cr!nica y estancamiento: en la industria, y a"re"aba que existía una incidencia importante de &lu6os acumulados de "astos dom+sticos en tareas de in)esti"aci!n y desarrollo, además de la compra de tecnolo"ía en el exterior' )+ase Rat$ 1?(0. n *blin et al. 1?@50, y en la misma línea de pensamiento que Rat$, se destaca, además, la in)ersi!n de empresas ar"entinas en el exterior. 4@ sta tesis desemboc! más tarde en lo que hemos llamado en *starita, 2//(0 "lobalismo extremo' )+ase #urbach y
4@
pueden conceder una 5acumulación dependiente6. 'sta idea conoció su !ora m0s gloriosa a raíz del fracaso de las tentativas e1plícitas de escapar a la dependencia, particularmente en Am#rica 4atina, en la #poca del fordismo triunfante. 'videntemente !oy día, esta tesis se critica severamente en la 5nueva industrialización6/ 94ipietz, ><<;, p. G=. 'n Am#rica 4atina y Asia e1istía un capitalismo cuya din0mica no era un mero refle"o especular de las economías centrales. 'n muc!os países de Asia las tasas de inversión eran superiores al ;V, en t#rminos del pnb, y estaban sustentadas en altos niveles de a!orro interno. ICómo se podía afirmar que se trataba de una 5burguesía lumpen6, o sin din0mica propiaJ Adem0s, los mercados internos de los países que se industrializaron en Am#rica 4atina y Asia evolucionaron segn las leyes m0s generales de la acumulación. Como resultado, en Asia y Am#rica 4atina surgieron empresas con capacidad de e1pandirse internacionalmente. 4a idea 9de Cardoso y otros= de que la clase capitalista de los países dependientes era 5semi8e1plotada6 perdió sustento. Loy, por e"emplo, el capital me1icano se !a convertido en el se1to inversor dentro de 'stados (nidos& y los empresarios me1icanos toman la delantera para e1plicar a sus pares estadounidenses cómo !ay que aumentar la e1plotación de los obreros. Capitales de Corea del $ur invierten y pagan ba"os salarios en )nglaterra. CompaDías del Tercer Mundo presentan batalla competitiva a empresas de países adelantados. Waguar y 4and 3over son compradas por Tata Motors, de )ndia. 'mpresas c!inas empleaban, en :;;, unos ?E;.;;; obreros en Ufrica, en diferentes emprendimientos, desplazando en muc!os casos a capitales estadounidenses. $i bien las 'M* 9empresas multinacionales= de los países atrasados no alcanzan la fuerza de las grandes corporaciones de '(A, 'uropa o Wapón, su crecimiento es innegable. M#1ico tiene gigantes como Ceme1 o Telme1& Corea del $ur empresas como Lyundai Motors o $amsung 'lectronics& Malasia a -etronas o $ime Farby& Brasil a -etrobr0s, Kale, 'mbraer o Bradesco. $egn un estudio de 'rnest _ Woung, las 'M* de países no adelantados tenían, en :;;?, el >;;; 'M* m0s importantes. < $e trataba de ::> empresas, de las cuales el ?V pertenecían a países atrasados distintos de 3usia, Brasil, C!ina e )ndia. 'n t#rminos globales, !acia :;;G la )'F 7incluyendo fusiones y adquisiciones7 desde los países atrasados !abía llegado a ($` >?.;;; millones, el >V del total mundial& la participación de estos países en el stoc total de la )'F 7que es de ($` >, billones7 alcanzaba el >V. 'n ><<; los países subdesarrollados tenían sólo el EV del flu"o de )'F, y el V del stoc 9v#ase 1%e Economist >:2;>2;=. Esto no enca!a ni siquiera en los esquemas más ricos y comple!os de la CD. %rente a estas evoluciones, la CF se vio obligada a e1plicar. Bambirra 9><= ofreció una tesis del tipo de 5compensación6, diciendo que el desarrollo de los nuevos países industrializados se conseguía a costa de enormes padecimientos y la sper8e1plotación de las masas. %ran 9>; 9v#ase %ran, ><=. 'ra la vie"a idea de que cuando !abía crisis en el centro se producían !uecos en el sistema mundial por donde emergía la periferia. $in embargo el capitalismo de Corea del $ur siguió creciendo en los aDos ><; cuando las economías del centro 7en particular la de '(A7 se recuperaban. Tampoco se verificó el pronóstico del estancamiento del capitalismo y del mercado mundial. E;
CRISIS DE LOS RE%ÍMENES ?SOCIALISTAS@ Y AUTRUICOS 4?
Contra el 5S en 2///. Bran9 1?@@0 pronosticaba, a &ines de la d+cada de 1?@/, que la pr!xima recesi!n a"udi$aría los problemas cr!nicos del intercambio internacional, lle)ando a una declinaci!n del comercio mundial' los países atrasados se )olcarían hacia la sustituci!n de importaciones, a una a"ricultura orientada a la producci!nTconsumo con base nacional o re"ional, y &lorecerían los acuerdos internacionales tipo trueque' los países adelantados se )olcarían pro"resi)amente hacia adentro. ;andel 1?@(0 pre)i! una crisis del capitalismo an más "rande que la que había sacudido al capitalismo en los a8os treinta, y una contracci!n de lar"o pla$o del mercado mundial. 5/
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4os problemas para la CF se agravaron con las dificultades que afrontaban los regímenes del 5socialismo real6. A fines de la d#cada de >; la dirección del partido Comunista c!ino iniciaba las reformas pro mercado, que desembocarían en la marc!a del país al capitalismo. 'n los oc!enta los campesinos comenzaron a cultivar sus parcelas y comerciar la producción, y se elevó la productividad en el agro. 4o cual ponía ba"o un serio signo de interrogación las ideas de Amin, 3ey y otros autores acerca de la naturaleza anticapitalista de los campesinos c!inos. A mediados de esa misma d#cada el partido Comunista de la (3$$ revelaba que la economía sovi#tica estaba estancada, que sus niveles de productividad eran m0s ba"os que en los capitalismos avanzados, y que no !abía manera de continuar con el crecimiento sustentado en el uso e1tensivo de recursos naturales y fuerza de traba"o. 'l problema tambi#n era admitido en otros países del bloque comunista.
LA TESIS DE LA ARTICULACI&N DE MODOS DE PRODUCCI&N A PRUEBA 'n cuanto a la tesis de la articulación de los modos de producción, no se verificó su pronóstico de que el capitalismo intentaría preservar las formas sociales precapitalistas. 4as políticas desplegadas por la mayoría de los gobiernos del Tercer Mundo y los organismos internacionales, en especial desde ><;, apuntaron a introducir las relaciones mercantiles, promover la propiedad privada de la tierra y las relaciones asalariadas. -or supuesto, se puede admitir que las economías campesinas tradicionales demostraron m0s capacidad de resistencia que la que preveían los mar1istas cl0sicos, como 4enin. -or caso, en la actualidad m0s del <;V de los derec!os sobre la tierra que tienen los campesinos en Ufrica subsa!ariana est0n generados por la tenencia consuetudinaria 9Mafe"e, :;;=. -ero sobre esta estructura tradicional se !a e1pandido la producción pequeDo8burguesa, con vistas al mercado& y los pequeDos campesinos responden cada vez m0s a los estímulos y dictados del mercado. Adem0s, y paradó"icamente para la tesis de la 5articulación6, !oy !asta el ;V de los ingresos rurales en Ufrica subsa!ariana provienen de 0reas urbanas, en forma de remesas de traba"adores. P como seDala Mafe"e, a menudo de manera no intencional, las 0reas rurales se convirtieron en enormes asentamientos rurales empobrecidos, que albergan a traba"adores urbanos desocupados. 'n cuanto a Am#rica 4atina, y amplias regiones de Asia, se !an e1tendido los cultivos comerciales y la producción capitalista agraria. E> 'stas evoluciones lle"aron a la crisis a la escuela de la dependencia. Adem0s, con el marco teórico de la dependencia cada vez se !acía m0s difícil contrarrestar la ofensiva ideológica y política de las políticas neoliberales. -or eso se asistió a una crisis ideológica y política que afectó a todas las corrientes que !abían abogado por vías alternativas de desarrollo. 'n Am#rica 4atina las e1presiones m0s radicales del estructuralismo cepaliano quedaron marginadas, y muc!os autores revisaron sus posturas, admitiendo la necesidad de 5respetar a los mercados6 y 5mantener los equilibrios macroeconómicos fundamentales6.E: Fentro de los autores 5fundadores6 de la CF, el caso e1tremo fue Cardoso, quien terminó en la derec!a y siendo presidente de Brasil. -ero m0s en general, la CF no se mantuvo como corriente, a pesar de que muc!os dependentistas mantuvieron sus ideas. Al decir de Bomstr\m y Lettne 9><<;=, entró en un proceso de 5crisis y desintegración6.
CONCLUSI&N 4a CF refle"ó el fenómeno real de que el capitalismo se e1pandió en la periferia e1tendiendo la violencia, el pilla"e, el militarismo y las guerras coloniales. 4a violencia abrió paso al capital en el Tercer Mundo. -ero al mismo tiempo este proceso generaría las condiciones para el surgimiento de capitalismos nativos. 's #ste segundo aspecto el que la CF pasó por alto, en lo fundamental. Fe 51
*mpliamos en el capítulo 13 sobre estos desarrollos, que son cruciales para la )alide$ de las tesis de la dependencia. 52 l estructuralismo clásico daría lu"ar, en la d+cada de 1?@/, al neoestructuralismo. Mna síntesis de esta e)oluci!n y de las posiciones del neoestructuralismo puede )erse en Bontaine y an$arotti 2//10 y Auillen
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aquí que la industrialización y desarrollo capitalista en buena parte del Tercer Mundo, notablemente en Asia y Am#rica 4atina, le !ayan presentado problemas teóricos importantes. A ello se sumó la crisis de los llamados regímenes socialistas. 'sto e1plicaría la dispersión de la corriente en la d#cada de los oc!enta.
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C!()t*+o L! de(e#de#ci! eFo"*+!d! A pesar de que la CF se desintegró como corriente !acia los aDos oc!enta, sus ideas esenciales siguieron "igentes %asta el presente en la izquierda y el nacionalismo radical . $us enfoques se difunden actualmente desde revistas críticas y !eterodo1as. Tal vez la de mayor renombre sea $ont%ly &e"ie' , de 'stados (nidos. )mportantes autores ad!ieren a las ideas de la CF, aunque con diversos grados de nacionalismo. 'l reputado sociólogo Wames -etras sostiene actualmente la visión dependentista, defendida en numerosos artículos y libros.E Fos $antos mantiene pr0cticamente sin cambio las vie"as posiciones y sus escritos son estudiados en círculos amplios. E 4a $ociedad 4atinoamericana de 'conomía -olítica y -ensamiento Crítico, $'-4A, que agrupa a la mayoría de los economistas de izquierda de Am#rica 4atina, tiene un enfoque global afín a la dependencia. 'n Argentina los 'conomistas de )zquierda 9'F)=, ad!erido a $'-4A, comparte esa postura. 'ntre los autores argentinos m0s destacados que siguen esta línea podemos citar a Atilio Boron., sociólogo y doctor en ciencias políticas, y a Claudio Qatz, el economista mar1ista m0s conocido en Argentina.EE Tambi#n encontramos las posiciones de la dependencia en la prensa política de la izquierda, por lo menos, y !asta donde conocemos, en Argentina, M#1ico, Brasil, (ruguay, Kenezuela, Bolivia y C!ile. $in embargo el pensamiento dependentista adoptó n uevas formas, principalmente por la relevancia que adquirieron en las d#cadas de ><; y ><<; las deudas e1ternas y el capital financiero internacional en muc!os países atrasados. $e mantuvo la tesis de que los países subdesarrollados son e1plotados por los países atrasados, pero a!ora no sólo a trav#s del i ntercambio desigual y las remesas de utilidades, sino tambi#n, y principalmente , por el pago de las deudas e#ternas . Adem0s, a la denuncia tradicional del 5capital monopólico y financiero6, se sumó la del 5neoliberalismo6. 'l 5neoliberalismo6 pasó a ser el responsable del ataque a los traba"adores y los sectores populares, de la ofensiva privatizadora y la apertura de los mercados. Fe esta manera continuó oper0ndose, en el an0lisis y la política, el desplazamiento de la contradicción de clase esencial en el modo de producción capitalista del que !ablaba Cueva. 4os antagonismos centrales, segn la dependencia reformulada, estarían plasmados en oposiciones como 5neoliberalismo Gpueblos6& 5finanzas Gpueblos6& 5capital financiero Gpaíses oprimidos6, y similares. 4a estrategia política siguió articul0ndose en torno a la 5liberación nacional6 de los pueblos oprimidos, enfrentados a!ora al capital financiero imperialista y el neoliberalismo. 's en este marco teórico que muc!os mar1istas 5dependentistas6 tratan de enca"ar la contradicción entre el capital y el traba"o. 'n la primera parte de este capítulo e1aminamos críticamente la versión m0s popularizada de la dependencia reformulada. -ara esto nos basamos en Toussaint 9:;;=, que contiene los planteos centrales m0s difundidos. *uestra crítica recoge e intenta profundizar muc!os de los cuestionamientos que ya se !icieron a l a CF, especialmente en la línea planteada por Cueva. 'n una segunda parte discutimos la reformulación que da Amin, en la d#cada de ><<;, a algunas de sus vie"as tesis. Keremos que, siendo una obra m0s sutil y comple"a que la de Toussaint, subsisten sin embargo los problemas que presentaba su teoría en las d#cadas de >;.
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>+ase, por e6emplo, etras 1??50 y 2///0. * comien$os de la d+cada de 2///, escribíaF llos no comprenden c!mo el imperialismo bloquea el desarrollo de las &uer$as producti)as de las naciones coloni$adas, mutila su poder de crecimiento econ!mico, de desarrollo educati)o, de salud y otros. Lo consi"uen entender el &en!meno de la sobreexplotaci!n y la trans&erencia internacional de excedentes "enerados en el 7ercer ;undo y en)iado a los países centrales Dos -antos, 2//3, p. 510. 55 >+ase, por e6emplo, #oron 2//@0. os traba6os de Rat$ pueden consultarse en su pá"ina =eb' Rat$ posee una extensa producci!n te!rica. 54
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DICTADURA 'INANCIERA Y TERCER MUNDO (na idea fundamental de Toussaint es que a comienzos de la d#cada de ><; se impuso en el mundo la !egemonía del capital financiero. 'sta tesis est0 en relación directa, y es tributaria, de la llamada 5teoría de la financiarización6, que afirma que !oy el capital financiero es el principal responsable del estancamiento y las crisis. EG 'ste capital financiero se !a globalizado, y la globalización se debe principalmente, sostiene Toussaint, a decisiones políticas de los gobiernos. 'sto significa que no responde a una tendencia in!erente al capital, y en consecuencia podría ser revertida sin acabar con el modo de producción capitalista. Adem0s, contina la tesis dependentista de Toussaint, la mundialización no lleva al desarrollo de las fuerzas productivas en el Tercer Mundo y el e1 bloque del 'ste, ya que las inversiones se dirigen principalmente !acia Am#rica del *orte, 'uropa ccidental y Wapón. 'n los países del Tercer Mundo y en el e1 bloque del 'ste sólo !ay marginación y pobreza. -uede !aber algunos crecimientos puntuales, como sucede con los *-) asi0ticos, y en algunas regiones de C!ina, pero en el resto del Tercer Mundo predomina el estancamiento. 4as posibilidades de desarrollo autónomo de la 5aplastante mayoría de los países del $ur y del vie"o campo llamado socialista se encuentran an m0s reducidas que en el período !istórico precedente6 9Toussaint, :;;, p. :EE=. )mposibilidad de 5desarrollo autónomo6 aquí se equipara con imposibilidad de 5acumulación de capital industrial6 y con 5bloqueo de desarrollo6. Como sucedía en la CF tradicional, la tesis combina el factor e1terno con el interno, ya que 5el bloqueo del desarrollo no proviene solamente de las relaciones de subordinación de la -eriferia en relación al Centro6, sino tambi#n /de la estructura de clase de los países de la periferia y de la incapacidad de las burgue burguesía síass locale localess para para lanzar lanzarse se a un proces proceso o acumul acumulati ativo vo de crecim crecimien iento, to, lo que implicaría el desarrollo del mercado interno 9ibíd.=. 'n los países del Tercer Tercer Mundo que basan su crecimiento en los ba"os salarios y las e1portaciones, sostiene Toussaint, las importaciones crecen a una tasa m0s r0pida que las e1portaciones. 'n estos países no !ay posibilidades de reproducción ampliada& la burguesía es incapaz de acumular& el desarrollo est0 bloqueado y los d#ficits de la balanza comercial son crónicos. 'l estancamiento, sin embargo, no se limita al Tercer Mundo, porque en los países del centro 7tambi#n llamados 5del *orte6, en oposición 5al $ur67 una parte creciente de la plusvalía se desvía !acia el sector financiero, que se convierte así en un succionador de riquezas por sobre el capital industrial. Adem0s aumenta el poder de las multinacionales oligopólicas. $i bien Toussaint Toussaint reconoce que e1iste e1iste una podero poderosa sa compet competenc encia ia entre entre ellas, ellas, contro controlan lan sin embarg embargo o el mercad mercado o mundia mundiall e imponen altos precios relativos a los productos que e1portan a los países del Tercer Mundo. A lo que se suman las decisiones políticas de los gobiernos de los países industrializados, que agravan la caída relativa de los precios de los productos que e1porta el $ur. 'n consecuencia los países atrasa atrasados dos son e1plotado e1plotadoss debido debido a los precio precioss establ estableci ecidos dos por el poder poder oligopól oligopólico ico,, y las decisiones de los 'stados imperialistas. 4a idea de que los grupos concentrados concentrados pueden imponer imponer los precios precios se e1tiende e1tiende a los mercados financieros. Toussaint Toussaint afirma que los grandes bancos tienen la facultad de establecer altas a ltas tasas de inter# inter#s, s, o primas primas de riesgo riesgo,, pr0ct pr0ctica icamen mente te a discre discreció ción. n. 'n esto esto colabo colaboran ran los gobier gobiernos nos imperialista imperialistas, s, sus bancos centrales centrales y los organismos internacionale internacionales. s. 4as tasas de inter#s inter#s est0n determinadas por relaciones de fuerza, tanto por control de mercado 7oligopolios financieros7, como por poder político. 4a combinación del deterioro de los t#rminos de intercambio, el crecimiento de las importaciones a una tasa m0s alta que las e1portaciones, y las altas tasas de inter#s, lleva al endeudamiento creciente. 4a deuda e1terna se convierte así en un arma de dominio y sumisión. Wunto a los planes de a"uste, sirve para domesticar a los países atrasados. Febido a las altas tasas de inter#s, las transferencias son crecientes. El 2orte succiona la riqueza del 3ur, aunque 3ur, aunque Toussaint Toussaint aclara que la e1plotación de países se articula con las relaciones de clases. 'l reembolso de la deuda opera 5(
ara un panorama de esta tesis, )+ase Chesnais comp.0 1??(0 y 1??0. Eemos hecho una crítica a esta tesis en *starita 2//?a0.
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como una bomba de agua que e1trae una parte del e1cedente generado por los traba"adores, los pequeDos productores y las la s empresas familiares del $ur. 4as clases dominantes del Tercer Tercer Mundo, 5cobran sus comisiones6 y se enriquecen, mientras las economías nacionales 5se estancan o retroceden y las poblaciones del $ur se empobrecen6. A estos per"uicios se agregan las transferencias de riquezas debidas a las privatizaciones de empresas pblicas& la repatriación de beneficios por las sociedades transnacionales& los pagos de royalties, derec!os de propiedad y similares& y las colocaciones de los capitales pertenecientes a las clases clases propie propietar tarias ias del $ur en las plazas plazas financier financieras as del *orte *orte o en paraís paraísos os fiscale fiscales. s. 'ventualmente tambi#n se destinan fondos a la compra de bienes inmobiliarios en el *orte. 'n consecuencia los países del $ur, incluidos los m0s grandes como M#1ico, Brasil o )ndia, retroceden !acia la 5dependencia y subordinación6 desde un desarrollo relativamente autónomo que !abrían iniciado con anterioridad al advenimiento de la ofensiva neoliberal.
E/PLOTACI&N 'INANCIERA DE PAÍSES PAÍSES 'n todo lo anterior la tesis del dominio del monopolio "uega un rol clave, pero esta vez aplicada a lo financiero. Toussaint !abla de la competencia, pero #sta no "uega ningn papel efectivo en la determinación de las tasas de inter#s, ni en los mercados financieros. -or eso Toussaint ni siquiera discute la teoría de Mar1, que sostiene que la tasa de inter#s se fi"a a partir de la oferta y demanda del capital dinero, y por lo tanto est0 vinculada a los ciclos económicos. 's que adoptar la teoría de Mar1 obligaría a desec!ar la e1plicación de la tasa de inter#s por 5relaciones de fuerza6. *aturalmente, se puede sostener que la teoría de Mar1 est0 desactualizada, y que la de Toussaint es la correcta. -ero la realidad es que la tesis de Toussaint Toussaint 7y m0s en general, el punto de vista de la financiarización7 es la que no puede e1plicar el funcionamiento ni las evoluciones de los mercados financieros. -or e"emplo, los autores de la financiarización 9v#ase C!esnais, ><<= !an insistido en que la !egemonía del capital financiero se e1presó en las altas tasas de inter#s que se decidieron a partir de fines de la d#cada de >; en '(A y @ran BretaDa. 'sas tasas de inter#s !abrían permitido al capital financiero obtener altas rentabilidades, succionando plusvalía al capital productivo. Toussaint ad!iere a esta idea. $in embargo en la d#cada de ><<; las tasas de inter#s ba"aron, y en la d#cada siguiente continuaron a niveles muy ba"os. ICómo se puede e1plicar esto si las ganancias del capital financiero dependían de las tasas de inter#s, y #stas se fi"aban a voluntad y conveniencia de los bancosJ I*o !abría que intentar relacionar sus variaciones con los ciclos de la acumulación, con la velocidad de rotación de los capitales, con la oferta oferta y demanda demanda de fondos en los mercados de dinero y de capitalesJ capitalesJ -ero #sta es la teoría teoría de Mar1, que se !a de"ado de lado. $in embargo en la realidad las cosas funcionan m0s de acuerdo con lo que dice la teoría de Mar1, que con lo que afirman Toussaint o C!esnais. 's que a los mercados financieros mundiales concurren capitales provenientes de mltiples países y sectores 7 fondos fondos sobera soberanos nos,, e1cede e1cedente ntess líquido líquidoss de empres empresas as indust industria riales les o comerc comercial iales, es, rentis rentistas tas acaudalados acaudalados,, etc.7 y por eso estos movimientos movimientos,, y sus efectos, efectos, no pueden ser controlados por monopolio alguno. alguno. Como e1plicaba Mar1, el banco se le representa al economista vulgar como todopo todopoder deroso oso.. -ero -ero las posibil posibilida idades des de contro controlar lar la econom economía ía est0n est0n limita limitadas das por fuerz fuerzas as económicas que los propios capitalistas no dominan. 4a cuestión tiene gran relevancia para el debate sobre la dependencia y el tercermundismo. -ara verlo, veamos un momento las tasas de inter#s que pagan los gobiernos de los países pa íses atrasados. A mediados de :;; los gobiernos de C!ile o (ruguay se endeudaban a una tasa muy inferior que la que pagaba el gobierno argentino. $egn la visión de Toussaint, esto se debería a una decisión, m0s o menos arbitraria, de los banqueros del *orte y los organismos internacionales. -ero el !ec!o es que la tasa que pagaba el gobierno argentino era la que demandaba cualquier inversor financiero, sin esperar órdenes de nadie. 'sto se debe a que cuando se licitan los bonos en los mercados primarios, o se revenden en los mercados secundarios, se establecen los precios de los activos a partir de las ofertas y demandas de muc!os inversores y agentes de fondos. Fe estos precios se derivan las sobretasas 7el llamado 5riesgo país6, o la prima de riesgo7 que pagan los gobiernos. 4a cuestión se puede ver en los intereses que el gobierno de Kenezuela cobró al de
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Argentina en :;;. 'se aDo Argentina se endeudó con Kenezuela a una tasa que llegó casi al >EV.E? 'l gobierno 5socialista6 del presidente Lugo C!0vez le cobraba a un país dependiente una tasa muy superior de la que un banquero suizo, por e"emplo, le !acía pagar a C!ile o (ruguay. Fe acuerdo a la teoría de Mar1, la tasa que cobraba el gobierno de Kenezuela fue un producto de las leyes del mercado capitalista. $egn el enfoque de Toussaint, Toussaint, no !ay manera de e1plicar el asunto 9a no ser que se recurra al argumento de la 5traición6 de C!0vez, o similares=. Toussain ussaintt tambi# tambi#n n sostie sostiene ne que los presta prestamis mistas tas e1trae e1traen n direct directame amente nte el e1cede e1cedente nte de los traba"adores. 4o cual induce a pensar que la contradicción fundamental de la sociedad se da entre el propietario del capital dinerario, que succiona e1cedente como un par0sito, y 5el pueblo6, entendido #ste como la masa de obreros asalariados y pequeDos productores. -ero la realidad es que la plusvalía es e1traída no a ni"el de prestamista4prestatario, sino por el capital en la relación laboral . -or lo tanto la tasa de inter#s no mide el grado de e1plotación del prestamista sobre el traba"ador, como pretende Toussaint, y en general los partidarios de la tesis de la 5e1plotación por la deuda6, sino de qu# manera se divide la plusvalía entre los e1plotadores. M0s en general, las ganancias que reciben los propietarios del capital dinerario son las que les corresponden en tanto encarnan la propiedad privada de los medios de producción, una de las condiciones de e1istencia del capital 9v#ase Mar1, ><<<, t. , sección E=. 4os prestatarios, a su vez, representan al capital en funciones, funciones, la segunda segunda condición de e1istencia e1istencia del capital. capital. 4a división división de la plusvalía plusvalía entre ambas fracciones no est0 determinada, en consecuencia, por la ubicación geogr0fica de los prestatarios o prestamistas. A pesar de lo que sostiene Toussaint, el 5*orte6 y el 5$ur6 en todo esto tienen poco que ver. -or este motivo, adem0s, los prestamistas 5del $ur6 no reciben sólo 5comisiones6 por sus pr#stamos, sino tambi#n la tasa de inter#s en l as mismas condiciones que los 5del *orte6.
EL ESTANCAMIENTO ETERNO 4a idea de que el capitalismo est0 estancado desde !ace tres o cuatro d#cadas est0 muy difundida entre los autores de la dependencia reformulada. 4a postración crónica del Tercer Mundo sería la e1presión m0s acabada de ese estancamiento generalizado. Como tambi#n lo sería la crisis de acumulación iniciada en :;;?, en '(A. $e sostiene que las economías desarrolladas ya estaban estancadas estancadas desde !ace ; o m0s aDos. 4a idea del estancamiento estancamiento es funcional para afirmar que los pronósticos de la CF se !an cumplido en lo esencial. -ero no !ay forma forma de congeniar congeniar esta tesis con lo sucedido sucedido en el ltimo cuarto de siglo. 's cierto cierto que se produ" produ"ero eron n crisis crisis import important antes es y que !ubo !ubo períod períodos os prolon prolongad gados os de estanc estancami amient ento o y retroceso en países e incluso continentes enteros. -or caso, la d#cada de ><; fue de retroceso para las economías de Am#rica 4atina. Ufrica subsa!ariana no se !a industrializado, y est0 relativamente estancada. Wapón, la segunda economía del mundo, no crece desde !ace >E aDos. 4os países del centro y este de 'uropa, y los que conformaban la vie"a (3$$, e1perimentaron un fuerte retroceso despu#s de ><<, que duró casi una d#cada. La !abido crisis como la asi0tica de ><?8><, o la iniciada en :;;? en el capitalismo desarrollado. $in embargo todo esto no significa que las fuerzas productivas, a escala mundial, !ayan de"ado de crecer en las ltimas d#cadas. Fe ><< !asta :;; la economía mundial creció a una tasa promedio del ,V anual. E 4a economía de '(A no estuvo estancada. 'ntre ><: y :;; el pnb estadounidense aumentó, en t#rminos reales, un >:EV. 4a producción industrial creció el <;V entre ><; y :;;E& la de maquinaria industrial un >:V solo entre ><<; y ><<<. 4a capacidad de toda la industria aumentó el GV entre ><<; y :;;G. Tampoco estuvo detenida la economía 5
ntre 2//5 y a"osto de 2//@ >ene$uela >ene$uela prest! a *r"entina M-U .5?? millones' debido a los intereses, esto represent! un aumento de M-U ?.241 millones del monto de la deuda ar"entina. n 2//5 los intereses &ueron, en promedio, del @,5S' en 2//( del @,1S' en 2// del ?,(S' en la primera mitad de 2//@ el promedio &ue de 13,?S, lle"ando al 14,@S en a"osto. ;uchos bancos )ene$olanos reali$aron buenos ne"ocios con la deuda ar"entina durante esos a8os. s que el "obierno de >ene$uela )endía una parte importante de los bonos ar"entinos a bancos locales cobrando en bolí)ares al tipo de cambio o&icial. ue"o los bancos los )endían en el mercado al d!lar paralelo, que es mucho mayor que el o&icial, y se quedaban con la di&erencia. Vuienes compraban los bonos en el mercado, a su )e$, lo hacían porque los utili$aban para sacar di)isas de >ene$uela. >ene$uela. 5@ os datos que si"uen están tomados del #ureau o& conomic *nalysis, de M*' del B;H' #anco ;undial y ;C.
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europea. 'ntre ><; y :;; el pnb por !abitante en los >E países de la (nión 'uropea creció a una tasa anual del >,V& '(A lo !izo al >,<<; y ><<<& y del ?V entre :;;; y :;;?. *o !ay manera de congeniar la idea de una producción bloqueada durante d#cadas con este desarrollo del mercado. -ero m0s importante para lo que nos ocupa es que las economías del Tercer Mundo tambi#n !an crecido. 4os 5países en desarrollo6 crecieron a una tasa de ,V anual promedio entre ><< y ><<& y al G,EV anual entre ><<< y :;;. 4a acumulación de capital en los países asi0ticos es asombrosamente alta. 4a inversión, medida en porcenta"e del pnb, fue del >,V promedio entre ><G y ><<, y del :,V entre ><< y :;;>. A mediados de la d#cada de :;;; tambi#n estaba creciendo 3usia. 'n :;; las economías de C!ina, )ndia, 3usia y Brasil gastaban ($` >,: billones en caminos, ferrocarriles, electricidad, telecomunicaciones y otros proyectos& una suma e quivalente al GV de sus -*B combinados& es el doble de la ratio de inversión promedio en infraestructura de los países adelantados. C!ina invirtió, entre :;; y :;;, en t#rminos reales, m0s en infraestructura que en todo el siglo 9 1%e Economist ?2;G2;=. $e calcula que m0s de la mitad de la inversión mundial en infraestructura se realizaba, en :;;, en los países subdesarrollados. -or supuesto, se trata de un desarrollo sustentado en altísimas tasas de e1plotación, y nivel tecnológico relativamente ba"o. -ero estos datos de"an sin sustento a la tesis del estancamiento por d#cadas.
LA CRISIS CR&NICA DE LAS BALAN-AS DE PA%OS Tampoco se puede sostener con algn fundamento que los países atrasados est#n sometidos de forma permanente a crisis en sus balanzas de pagos, debido a que sus importaciones superan sistem0ticamente a las e1portaciones. -or empezar, la afirmación carece de lógica. 's que si los países del $ur padecieran d#ficits permanentes en sus cuentas corrientes no !abría manera de efectuar una transferencia en t#rminos reales de riqueza a los países del *orte. -ara que e#ista esa transferencia debe %aber e#cedentes genuinos. Fe lo contrario las deudas se pagan tomando m0s deuda, como sucedió con Argentina en los noventa. 'n ese período la balanza comercial y de cuenta corriente argentina eran deficitarias. ICómo se podía entonces transferir divisas al e1terior, para el pago de los intereses de la deudaJ $ólo podía !acerse tomando m0s deuda, o incentivando la entrada de capitales, como sucedió cuando se privatizaron empresas del 'stado. -ero este remedio es de corto plazo y por eso mismo se terminó en una crisis de la balanza de pagos 7 generada por la salida precipitada de capitales7 que condu"o al estallido del r#gimen de convertibilidad de los noventa, y a una aguda crisis económica. A partir de la devaluación del peso Argentina tuvo fuertes e1cedentes en su cuenta corriente durante varios aDos, lo que permitió que efectuara una transferencia en términos reales de recursos desde 5667 en adelante . 'sto significa que se pagó deuda con reservas obtenidas por el e1cedente comercial, al que se sumó el e1cedente fiscal. Tambi#n los países asi0ticos del -acífico acumularon super0vits luego de la crisis de ><8><<& y despu#s de :;;; los países productores de petróleo. Como resultado en :;; las cuatro quintas partes de las reservas mundiales en dólares no eran tenidas por los bancos centrales de los países del @8?, sino por los bancos centrales de países atrasados, especialmente C!ina y productores de petróleo como Arabia $audita. ICómo se e1plica esto con la tesis de ToussaintJ 4a idea de que los países subdesarrollados est0n sometidos a una crisis crónica de sus balanzas de pagos tampoco puede e1plicar que muc!os se !ayan convertido en acreedores netos de gobiernos de países desarrollados. *i puede dar cuenta del !ec!o de que fondos estatales y bancos de Asia y Medio riente tomen participaciones en firmas occidentales afectadas por las crisis financieras. $egn Morgan $tanley, sólo los fondos soberanos invirtieron ($` .;; millones en activos financieros en 'uropa y 'stados (nidos desde enero de :;;G !asta fines de :;;?.E<
BUR%UESÍAS NATIAS Y DEUDA E/TERNA 5?
>ol)emos a examinar la tesis del d+&icit cr!nico de las balan$as comerciales de los países atrasados en el capítulo ?, donde presentamos más datos que desmienten la a&irmaci!n de 7oussaint.
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-or otra parte no es cierto que las burguesías de los países atrasados cobren meras 5comisiones6 por los pagos de las deudas e1ternas, como afirma Toussaint. -or e"emplo, muc!os de los inversores en la deuda argentina son argentinos& a ellos les corresponde una parte de la plusvalía generada en el país, como a cualquier otro inversor. Adem0s, la deuda e1terna no !a sido una 5imposición6 de los banqueros del *orte y sus 'stados a los países del $ur, como parece desprenderse del dependentismo renovado. Cuando en los aDos >; los gobiernos del $ur tomaron deuda, quedó especificado que las tasas serían variables. $i en ese momento las tasas eran ba"as, los que tomaban los cr#ditos eran conscientes de que podían subir. -or supuesto, todo esto dio lugar a magníficas estafas y defraudaciones, cometidas por los gobiernos, con la colaboración de banqueros y financistas nacionales y e#tran!eros. -or cada pr#stamo los países tomadores de cr#ditos pagaban "ugosas comisiones& los contratos establecían condiciones leoninas y contenían cl0usulas e1tremadamente per"udiciales 7por e"emplo, se establecían tribunales en el e1terior en caso de que surgieran conflictos entre las partes7 para los deudores. -ero todo esto, insistimos en ello, obedecía a una razón de clase. 4as burguesías de los países atrasados, o las fracciones que !abían accedido al poder, se regoci"aban en festivales de dinero y saqueo de los fondos pblicos. $e ligaban de esta manera al capital financiero internacional, y mediante los pr#stamos conseguían los fondos que les pe rmitían girar dinero al e1terior. -ero adem0s !ubo países que se endeudaron fuertemente y que desde el punto de vista de las categorías empleadas por Amin, Mandel, Fos $antos y otros, eran 5independientes6, como fueron los casos de -olonia y Pugoslavia. -olonia fue al default en ><>, antes que M#1ico. Pugoslavia estuvo agobiada por las deudas !asta su disolución como país. $e puede argumentar que en los países del Cono $ur de Am#rica 4atina, en %ilipinas, Corea del $ur y en otros lugares !abía dictaduras militares. -ero el endeudamiento fue saludado como positivo por los sectores m0s significativos de la clase dominante. Tomemos el caso de Argentina. *o solo la dictadura militar se endeudó con aprobación de la clase dominante en su con"unto, sino tambi#n los gobiernos argentinos siguieron !aci#ndolo durante los :E aDos posteriores a ><, cuando se restableció la democracia. (na y otra vez las negociaciones de las deudas dieron lugar a renovadas estafas y al r0pido enriquecimiento de los que actuaban como intermediarios. *ada de esto era ob"etado por la clase dominante. -or e"emplo, cuando el gobierno de Fe la 3a refinanció la deuda, en :;;>, a tasas e1orbitantes y condiciones ruinosas, los políticos m0s representativos, los grandes diarios y las c0maras empresarias saludaron la operación como un gran 5#1ito6. $e trató de manifestaciones espont0neas& no fueron dictadas por el %M) o Xas!ington. 4a cuestión se ilumina todavía m0s si recordamos que el monto total de la deuda argentina coincide, apro1imadamente, con el monto de los fondos que giraron al e1terior capitales argentinos y amplios sectores de las clases medias acomodadas. M0s precisamente, el monto de la deuda e#terna y el stoc8 fugado crecieron en paralelo. 'n > la deuda e1terna era de ($` ?.G;; millones, y el capital fugado era pr0cticamente la mitad, ($` .;; millones. 'n ><: las cifras eran ($` .;;; y ($` .;;; millones, respectivamente. 'n ><< la deuda era de ($` GE.;;; millones y los capitales fugados sumaban ($`E.;;; millones. A fines de :;;> la deuda era de ($` >;.;;; millones y el stoc fugado de ($` >.;;; millones 9@aggero, Casparrino y 4ibman, :;;?=. )a deuda e#terna sir"ió para financiar una gigantesca transferencia de riqueza de la clase dominante nati"a %acia los mercados financieros internacionales. 'ste !ec!o demuestra que la burguesía argentina no est0 5sometida6, ni es 5el país6 el que es 5e1plotado6 por los 5banqueros y financistas del *orte6, sino que estamos ante negocios que obedecen a la lógica de la valorización de los capitales, y la conservación de esos valores en los lugares que se consideran m0s seguros. *aturalmente, las circunstancias varían segn países. -or e"emplo, con respecto a la deuda e1terna brasileDa, %urtado 9><E= sostiene que el endeudamiento entre > y ><; tuvo que ver con graves errores de la política económica del gobierno militar y con los desequilibrios que arrastraba la industrialización desde la #poca del 5milagro brasileDo6, en los sesenta. Tampoco aquí !ay algo que e1i"a una teoría especial sobre el capital financiero. -or otra parte, la salida de capitales desde los países subdesarrollados 7entre ellos Brasil, M#1ico, Tailandia, )ndonesia, C!ile, Argentina7 para colocarse en los mercados es muy generalizada, e indudablemente las deudas e1ternas !an estado en el corazón de e stos procesos.
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NACIONALISMO, IED Y PRIATI-ACIONES M0s adelante en este libro e1aminamos con alguna atención los mecanismos del llamado intercambio desigual y el deterioro de los t#rminos de intercambio. Adelantamos aquí que, desde la teoría del valor traba"o, una consecuencia que se deriva de esos an0lisis es que los traba!adores de los países adelantados no disponen de me!or ni"el de "ida porque participen de la +e#plotación de los países atrasados, sino porque "i"en y traba!an en espacios n acionales con mayor desarrollo de las fuerzas producti"as. 's equivocado afirmar, como !ace la dependencia reformulada, que los países m0s industrializados toman cada vez m0s distancias en cuanto poder económico porque e1plotan a los países m0s atrasados. Laití, 'tiopía, $ud0n, Banglades!, 'cuador, para citar algunos casos notables, generan poco valor agregado 9y plusvalor= en relación a la economía mundial porque sus capitalistas emplean poca tecnología, y atrasada& y poco traba"o comple"o. 's imposible que el crecimiento de 'stados (nidos, Canad0 o Alemania dependa del plusvalor generado en estos países. Adem0s, en el caso de productos agrícolas puede !aber apropiación, e importante, de renta agraria por parte de las clases terratenientes de los países atrasados. Fe acuerdo a la naturaleza de la renta 7v#ase capítulo >:& tambi#n el )nterludio )7 es imposible sostener que represente transferencia de valor desde los países atrasados a los adelantados. $í e1iste supere1plotación por parte de los capitales de países adelantados sobre los traba"adores de los países atrasados, cuando pagan ba"os salarios. $in embargo, los capitales de los países atrasados est0n en la misma situación con respecto a los traba"adores de sus países. Así como tambi#n con respecto a los traba"adores de otros países en los que invierten y pagan ba"os salarios. 4os capitales argentinos que emplean mano de obra en Bolivia, los capitales c!inos que emplean mano de obra de Ufrica, los me1icanos que !acen lo propio en 'stados (nidos, no son 5imperialistas6 con respecto a estos países, aunque supere1ploten a esos traba"adores. bedecen a la misma racionalidad capitalista de cualquier otro capital. 4o anterior se vincula con la discusión sobre si los países del Tercer Mundo son e1plotados por vía de las )'F. 4o cierto es que !oy las relaciones con los capitales de los países adelantados se establecen, al menos en los países del Tercer Mundo industrializados, en t#rminos de negociaciones económicas propias de cualquier relación ínter8capitalista. -ara e"emplificarlo con Argentina, las condiciones de participación del capital e#tran!ero en la e#plotación de la clase obrera argentina están determinadas por el poder económico relati"o, y no por alg*n poder político o militar particular . Cuando los capitales locales se asocian con capitales e1tran"eros para llevar adelante alguna inversión, obtienen su ta"ada en las ganancias segn sus participaciones en el capital comprometido, como sucede en cualquier otro país capitalista. 4os capitales argentinos salen al e1terior y se colocan en inversiones de cartera, u realizan inversiones directas, compartiendo la suerte de otros capitales. 4o mismo sucede con otros capitales de países del Tercer Mundo. Tambi#n las privatizaciones ocurridas durante las d#cadas de ><; y ><<; pueden e1plicarse desde la lógica m0s general del capital. 'n el caso de Argentina, si bien e1istió un inter#s directo del capital financiero, de los organismos de cr#dito internacionales y del gobierno de '(A en que se privatizaran las empresas estatales, la clase capitalista argentina estu"o de acuerdo y consideró que la operación era beneficiosa para sus intereses. 4as privatizaciones significaron que todas las fracciones de la producción, y por lo tanto tambi#n los 5servicios pblicos6, debían someterse a las leyes del mercado. )ncluso las empresas que siguieron ba"o control estatal, se subordinaron a la racionalidad de la valorización. *o es cierto que esto se !aya debido al triunfo de un r#gimen de acumulación de 5financiarización6. Es que está en la esencia de todo capital, no sólo el financiero, el subordinarse a la e#igencia implacable de la "alorizarse o morir . Nste fue el contenido de las privatizaciones, en Argentina y en otras partes del mundo. +ue esto lo llevaran a cabo capitales locales o e1tran"eros, o alguna combinación de ambos, no era lo m0s importante. -or otra parte, que muc!as empresas pblicas fueran vendidas a un precio vil a inversores e1tran"eros, no significa que 5el país6 en particular fuera e1plotado& los saqueadores del erario p*blico eran tanto locales como e#tran!eros. 4as acciones de las empresas privatizadas fueron adquiridas por inversores de todos los colores nacionales. P cuando algunas de esas empresas en
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Argentina pasaron de nuevo a manos del 'stado, no !ubo un cambio significativo para los traba"adores en lo que !ace a las condiciones laborales o salariales& ni para los usuarios& ni se advirtió un desarrollo cualitativamente distinto de las fuerzas productivas. G; -or ltimo, no parece correcto considerar que las transferencias de valor impliquen e1plotación entre regiones. Cuando un capitalista 5del $ur6 envía fondos 5al *orte6, no est0 participando de la e1plotación 5del $ur por el *orte6& de la misma manera que el $ur no e1plota al *orte cuando un capitalista del *orte envía fondos al $ur. 4a observación se e1tiende a cualquier otra transferencia de valor en el sistema mundial. 'l tema adquiere significado a la vista del volumen e importancia de algunos flu"os, como las remesas de divisas que realizan los traba"adores inmigrantes !acia sus pueblos de origen& en :;;? alcanzaban los ($` ;;.;;; millones anuales.
LA RE'ORMULACI&N DE AMIN EN LOS NOENTA 4a rica y e1tendida obra de $amir Amin 7publicó desde fines de la d#cada de ><G=, publicado en >& a!ora tomamos como referencia Amin 9><<<=, publicado en ><<<<= el marco teórico general contina siendo el de la teoría del monopolio de Baran y $Oeezy&G> la tendencia al subconsumo como problema permanente del capitalismo& y el estancamiento de largo plazo del capitalismo.G: $e inscribe tambi#n dentro de la corriente de la 5articulación de los modos de producción6 9con particular influencia de 3ey= y de la 5economía mundo6. Amin considera que estos dos enfoques, le"os de oponerse, son complementarios. -recisemos sin embargo que, !abiendo adoptado la tesis de la economía mundo, Amin se diferencia de los 5referentes6 de la escuela 9Xallerstein o %ran= en que sostiene que lo específico del capitalismo es la producción basada en la gran industria. Fe manera que la economía mundial capitalista !abría e1istido sólo despu#s de la 3evolución )ndustrial inglesa. 4os teóricos de la economía mundo piensan que !ay economía capitalista desde >E;;, o aun antes, porque definen al capitalismo por la circulación de mercancías. A estas ideas, m0s o menos 5tradicionales6, Amin suma un nuevo #nfasis en el rol parasitario y per"udicial del capital financiero, en línea con la tesis de la financiarización. $in embargo y a diferencia de otros autores tercermundistas, Amin sostiene que en el presente las relaciones económicas predominan sobre las de e#tracción del e#cedente por medio de la "iolencia directa. 4os centros capitalistas dominantes, plantea, no buscan la conquista imperial, porque pueden e"ercer su dominación por medios económicos 9p. G;=. -or eso las relaciones entre el centro y la periferia son ante todo económicas. $e trata de comprenderlas y para ello Amin apela a la ley del valor. $ostiene entonces que la ley del valor gobierna la vida económica y todo el sistema social del mundo moderno. $in embargo el sistema moderno es mundial, y esta 5economía mundo6 se rige por lo que Amin llama la ley del "alor mundializada. Nsta se diferencia de la ley del valor a escala nacional porque a escala nacional circulan los productos, los capitales y l a fuerza de traba"o, pero a nivel mundial sólo circulan productos y capitales, no la fuerza de traba"o. -or esta razón, contina Amin, el capitalismo realmente e1istente no puede reducirse al modo de producción capitalista. 's (/
n a"osto de 2//@ la De&ensoría del ueblo de *r"entina present! un in&orme en el que se8alaba que los ser)icios que )ol)ieron al stado desde 2//2, como *"uas *r"entinas, Correo y )arias líneas de trenes, no mostraban me6oras y en muchos casos habían su&rido un mayor deterioro. or e6emplo, en los trenes se comprobaba que el ser)icio era prestado de manera de&iciente, con deplorable estado de la in&raestructura &erro)iaria, material rodante, )ial y estaciones, lo cual lo tornaba altamente ries"oso para los pasa6eros. Consideraciones del mismo tenor correspondían a los ser)icios de a"uas y al correo. (1 #aran, -=ee$y y ;a"do&& demostraron que, en el capitalismo de los monopolios, las leyes del mercadoG son cualitati)amente distintas de las que re"ían los mercados capitalistas del si"lo %H% p. (@0. De aquí y hasta el &inal del capítulo, sal)o indicaci!n en contrario, las citas se re&ieren a *min 1??(0. (2 l sistema econ!mico entr! desde principios de los a8os setenta en una lar"a &ase de estancamiento relati)o p. 1/@0.
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que #ste implica la circulación de la fuerza de traba"o& pero a nivel mundial #sta se encuentra compartimentada. 'ste !ec!o basta, segn Amin, para generar polarización a escala mundial, debido a las diferencias en los costos de la fuerza de traba"o. Fe manera que la ley del valor mundializada engendra la polarización y e1presa la pauperización que supone la acumulación a escala mundial. 'sta ley tambi#n subyace a los grandes conflictos y a 5la rebelión de los pueblos de la periferia6 9p. E<=. Amin precisa que desde >;; a ><E la polarización 5aparece en su forma moderna con la división del mundo entre países industrializados y países no industrializados6 9p. GG=. $in embargo, la reciente industrialización de las periferias 75impuesta a los centros dominantes por los movimientos de liberación nacional6 9p. ::<= 7, obliga a repensar la polarización. Loy, argumenta Amin, ya no se pueden pensar los centros como las regiones industrializadas, por oposición a las periferias como regiones no industrializadas 9p. =. I-or qu# entonces contina la polarizaciónJ 4a respuesta es que se debe a la no integración del mercado de traba"o, pero !ay que analizar cómo o curre. 4a polarización se produce, en primer lugar, por el intercambio desigual, posibilitado por la m0s intensa e1plotación de los traba"adores de la periferia. 'n segundo t#rmino, por la fuga de capitales de las periferias a los centros& y tambi#n por la migración de traba"adores en el mismo sentido. Fe manera que el producto de la supere1plotación se transfiere en parte a los centros por el intercambio, y se refuerza por las migraciones de capitales y traba"o. 'sta transferencia de valor constituye una fuerza capaz, por sí sola, de reproducir y profundizar la polarización. -ero a ella se suman las posiciones de monopolio de los centros en las finanzas, la tecnología, los medios de comunicación, el acceso a los recursos naturales y las armas de destrucción masiva. 4o cual anula cualquier posibilidad de #1ito en la industrializaciónH 5'n este marco la industrialización perif#rica puede volverse una especie de sistema moderno de putting out 9encargos=, controlado por los centros financieros y tecnológicos6 9p. G=. M0s todavíaH / estos condicionamientos anulan el alcance de la industrialización de las periferias y devalan el traba"o productivo incorporado en estas producciones, mientras que sobrevalan, para beneficio de los centros, el supuesto valor agregado de las actividades mediante las cuales operan los monopolios 9pp. <<8>;;=. 'sto en cuanto al Tercer Mundo que se !a industrializado, que comprende Asia y Am#rica 4atina, ya que Ufrica !a quedado sin industrializar y pasa a integrar, en el an0lisis de Amin, el Cuarto Mundo, integrado por los países que se !unden. 4a solución a la polarización, propone Amin, pasaría por el desarme global& por el acceso equitativo a los recursos del planeta& por la negociación de relaciones económicas fle1ibles y abiertas pero controladas, entre las regiones del mundo& por la gestión correcta del conflicto mundial Gnacional en la comunicación, la cultura y la política. $in embargo las tendencias actuales no apuntan en este sentido y la solución es acabar con la propiedad privada. 'n el presente predominan el caos, el estancamiento y las crisis, generadas por la falta de co!erencia del sistema productivo mundial. -or este !ec!o /la mundialización/ tal cual es a!ora, sigue siendo fr0gil, vulnerable y su evolución no est0 controlada por el diseDo de un marco social progresista, que pudiera ser capaz de operar con eficacia y co!erencia en todos l os niveles, del nacional al mundial 9p. >E>=. Fe todas maneras Amin tiene una visión optimista. 4a universalización que inauguró el capitalismo tuvo un aspecto positivo, y es que los pueblos ya no aceptan su suerte. 4os e1cluidos, los africanos, 0rabes y musulmanes, los latinoamericanos, van a conmover las estructuras que soportan. Adem0s, los norteamericanos y europeos 5que no est0n desprovistos del sentido de iniciativa ni de generosidad6 9p. >EG=, tampoco aceptar0n un esquema 5neomedieval que podría de"ar fuera del confort incluso a sus propias clases populares6 9ibid.=. 'n otro pasa"e pronostica que los conflictos 5entre los pueblos de Asia y el sistema dominante ocupar0n un lugar de primer orden en la !istoria venidera6 9p. >;E=.
LA ?REISI&N@ DE AMIN
(/
Amin registra algunos cambios importantes. 3econoce que la industrialización entre ><E y ><<;, si bien desigual, fue un factor esencial en Asia y Am#rica 4atina. Pa no encontramos la idea de que en la periferia el capital industrial debe estar subordinado el capital agrario o comercial. Tampoco afirma que los salarios reales no pueden progresar con el desarrollo de las fuerzas productivas, como sostenía la tesis de la imposibilidad de la acumulación 5autocentrada6. Lay m0s prudencia en este sentido. Fe todas maneras estas admisiones son m0s de forma que de contenido. 's que la industrialización en el Tercer Mundo apuntaría, segn Amin, a un sistema de producción 5por encargo6, o sea, completa y directamente subordinado a los dictados del centro. 4os condicionamientos que sufre esa industrialización, adem0s, anulan sus alcances. -or eso el surgimiento desde los países subdesarrollados de capitales multinacionales, y de procesos de acumulación importantes, no es registrado ni e1plicado por Amin. 'n consonancia con esto, Amin tampoco puede e1plicar cómo enca"a lo que !a sucedido en Am#rica 4atina y Asia con lo que decían sus vie"as tesis. Fe a!í que se deslice !acia la inco!erencia. 's que en los aDos setenta Amin planteaba que la din0mica de la periferia estaba completamente subordinada a los centros, y que sólo los países 5liberados6 9del 'ste de 'uropa, C!ina, etc.= escapaban a ese dominio. $in embargo en los noventa Amin e1plica la industrialización en Asia y Am#rica 4atina como el producto de los movimientos de liberación nacional. I*o es que estas economías evolucionaban como simple refle"o de lo que sucedía en las metrópolisJ -ero adem0s, la e1plicación se desentiende de lo sucedido. 's que muc!os de los países del Tercer Mundo que se industrializaron lo !icieron recibiendo )'F, y con gobiernos que poco tenían que ver con la 5liberación nacional6. Fe manera que la secuencia que presenta Amin no solo es inco!erente, sino tambi#n irreal. 'n los aDos >;, segn sus vie"as tesis, sólo estaban liberados los países del sistema socialista, y el resto no podía alcanzar ninguna din0mica propia industrializadora. Cuatro d#cadas despu#s, sin embargo, reconoce que muc!os de esos países que 5no podían6 industrializarse, se industrializaron, pero como resultado de movimientos de liberación nacional que, en los aDos sesenta o setenta, en casi ningn lado estaban al frente de países 5independientes6.
LA LEY MUNDIAL DEL ALOR SE%HN AMIN Karias de las cuestiones que trata Amin, como el estancamiento, la financiarización o las tesis del intercambio desigual, ya las !emos discutido, o las analizamos m0s adelante en este libro. Keamos pues la e1plicación de Amin acerca de la ley del valor traba"o, su centralidad para e1plicar la 5economía mundo6, y la polarización. '1isten dos niveles de crítica posibles en este punto. 'l primero es, diríamos, 5de base6, y se refiere a la inco!erencia lógica que e1iste entre la ley del valor traba"o y la tesis del predominio del monopolio. 'n diferentes pasa"es de este libro !emos seDalado lo esencialH la ley del valor traba"o 7sea de 3icardo o Mar17 no rige si no !ay competencia y si los precios se determinan por acuerdos monopólicos. Amin dice basar su teoría 5monopólica6 del valor en Baran y $Oeezy, pero #stos no tienen tal teoría. -odríamos entonces detener nuestra crítica aquí, ya que el planteo de Amin est0 construido sobre pies de barro. $in embargo destacamos tambi#n que su diferenciación entre 5ley del valor nacional6 y 5ley del valor mundial6 es falsa. Keamos por qu#. Amin sostiene que sólo en el marco nacional e1iste circulación de la fuerza de traba"o, adem0s de productos y capitales, y que su falta de movilidad transnacional constituye el rasgo característico de la ley del valor mundial, y la razón ltima de la polarización. -ero se trata de una división artificial. -or empezar porque en lo que respecta a los productos, en el mercado mundial tampoco e1iste la circulación plena de la que !abla Amin. Muc!os son bienes no transables 7debido a los altos costos de transporte7, lo cual contribuye a la conformación de los espacios de valor nacional. Adem0s, los tipos de cambio inciden en estas particularidades. Amin no menciona el tema, a pesar de su relevancia para analizar la relación entre los tiempos de traba"o 5nacionales6. Algo similar se puede decir de las barreras al comercio, proteccionistas y de otro tipo. $in embargo, m0s importante an es que, en contra de lo que afirma Amin, sí e1iste una circulación mundial de fuerza de traba"o. -odemos admitir que la fuerza de traba"o no dispone del grado de movilidad transfronteras que tienen los capitales y productos& pero su movilidad es lo suficientemente alta como para permitir que en los países adelantados tambi#n operen las leyes del salario.
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Tomando como referencia la d#cada de ><<;, cuando escribe Amin, los emigrantes mundiales representaban el :,V de la población mundial, lo mismo que en >V en ><<;. 'n Am#rica del *orte, 'uropa ccidental y Australasia !abía aumentado del ,< al ?,GV en el mismo lapso. Aunque menor que lo que !abían subido las razones comercio2pnb y capital e1tran"ero2pnb, de todas maneras se trataba de un aumento importante. Tambi#n !abían crecido las migraciones temporarias y de retorno& lo cual no se refle"aba en los flu"os netos, pero sí en los flu!os brutos. Adem0s en ><<; se calculaba que los inmigrantes ilegales ampliaban en un >; a >EV el fondo de nacidos en el e1tran"ero en los países de la CF'. 'n '(A los promedios anuales de inmigrantes en la d#cada de ><<; eran <>G.;;;. 'l fondo de emigrantes !abía ba"ado en los países atrasados, pero !abía aumentado notablemente en los países adelantados. 'stos flu"os de inmigrantes engrosaban los e"#rcitos de desocupados en los países centrales& por lo tanto tambi#n en #stos el salario tendía a determinarse segn el valor de la fuerza de traba"o. 4a situación en lo esencial no !a cambiado en la d#cada de :;;;. Loy continan los flu"os de emigraciones desde el Tercer Mundo a los centros desarrollados, a pesar de las trabas y limitaciones. 'n :;;, segn la rganización )nternacional para las Migraciones, !abía en el mundo unos :;; millones de emigrantes internacionales. $ólo en 'stados (nidos, en :;;<, !abía casi >: millones de inmigrantes indocumentados, que es el V de la población total. $ituaciones similares se viven en 'uropa. 4a consecuencia es que en los mercados laborales de los países adelantados e#iste una continua sobreoferta de mano de obra, pro"eniente en buena medida del 1ercer $undo. 4o cual ayudó a la ofensiva del capital sobre el traba"o, en particular sobre los sectores sindicalizados 9tradicionalmente conocidos como la 5aristrocracia obrera6 del -rimer Mundo=. 'sto significa que opera, a ni"el mundial, una tendencia a la %omogenización de las condiciones de traba!o, a la par de l os impulsos a la segmentación y la diferenciación. 4o cual sería imposible si se verificara la tesis de Amin sobre las 5dos dimensiones6 del mercado mundial 9sólo circularían productos y capitales=. 's a partir de este encuadre teórico general que sus conclusiones se ubican en el terreno del tercermundismo nacionalista. 'l problema central, segn Amin, es el 5caos y el desorden6, provocados por la falta de co!erencia y control democr0tico en el sistema mundial. 4a polarización ocurre por no circulación de la fuerza de traba"o, y no porque la genere la relación de e1plotación capitalista, independientemente de que la fuerza laboral circule con m0s o menos libertad. 's por eso que, segn Amin, la solución del problema pasaría por la 5descone1ión6, que significa que un país somete sus relaciones e1teriores a la lógica de su desarrollo interno. 'sta 5descone1ión6 sería necesaria porque los flu"os migratorios est0n controlados. (n giro nacionalista acabaría entonces con la polarización. 4a tesis de Amin, en ltima instancia, intenta mantener, por una vía artificiosa, la vie"a idea tercermundista del conflicto entre los 5privilegiados del *orte6 9que incluiría a la clase obrera 5aristocr0tica6, por lo menos la sindicalizada= y los 5pueblos del $ur6. *o es de e1traDar que ubique los enfrentamientos sociales en el terreno de la luc!a de los 5e1cluidos6 7latinoamericanos, africanos, etc., sin olvidar a 5los norteamericanos y europeos6 molestos por la caída del nivel de vida de sus traba"adores7 contra los 5centros6. Alternativamente, el enfrentamiento sería entre los 5pueblos de Asia6 y 5el sistema dominante6. 4a centralidad de la ley del valor traba"o 5a lo Amin6 !a servido para !acer desaparecer la centralidad del conflicto entre el capital y el traba"o. 4a vie"a crítica de Cueva se aplica enteramente al Amin de los noventa.
CONCLUSI&N 'n la dependencia reformulada se mantienen las ideas de la vie"a dependencia, enriquecidas por la tesis de la financiarización. 'l enfoque estancacionista y la idea de que la economía mundial, y en particular las finanzas, son mane"adas a voluntad por los grandes poderes, y que los países atrasados, incluidas sus clases capitalistas y gobiernos, son e1plotados, no pueden e1plicar la (3
-e"n datos que tomamos de Eatton y Killiamson 2//40' tambi+n para lo que si"ue.
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evolución real del modo de producción capitalista mundializado. 'n el an0lisis m0s sofisticado y comple"o de $amir Amin se mantienen los elementos esenciales de la dependencia, a pesar de que admite que !an ocurrido algunos cambios, como la industrialización.
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SE%UNDA PARTE SUBDESARROLLO Y TIPO DE CAMBIO C!()t*+o Ti(o de c!"bio ?de e4*i+ibio@ 6 dese4*i+ibio e# t"i#os de 8!+o e# e+ i#tec!"bio *uestro ob"etivo en este capítulo es volver sobre algunas cuestiones que !emos discutido en el capítulo >> de Valor, mercado mundial y globalización, referidas al tipo de cambio, creación de valor e intercambio desigual. 4a idea que planteamos entonces es que las empresas atrasadas tecnológicamente 7generalmente ubicadas en países atrasados o subdesarrollados7 no generan m0s valor que las empresas adelantadas tecnológicamente 7generalmente ubicadas en los países adelantados7, a pesar de que emplean m0s !oras de traba"o en la producción de los bienes que venden en el mercado mundial 9o en los mercados de los países adelantados=. Fesde este punto de vista !emos afirmado que en este caso no e1iste intercambio desigual, en el sentido que lo !an entendido los mar1istas desde que 'mmanuel publicara su cl0sico libro, esto es, no !ay transferencia de valor desde los países atrasados a los países adelantados, por medio del mercado. $ostenemos que las empresas de los países subdesarrollados 7atrasadas tecnológicamente7 emplean m0s tiempo de traba"o, pero generan menos valor& y lo inverso sucede con las empresas 7adelantadas tecnológicamente7 de los países adelantados. Antes de continuar precisemos que empleamos la e1presión 5 país subdesarrollado6 no para significar que un país est# bloqueado en su desarrollo capitalista& o que su estructura capitalista no se ri"a segn las leyes del valor y la valorización, sino para designar países que están en una situación de inferioridad tecnológica e industrial 9aunque no necesariamente en todas las ramas producti"as: con respecto a los países adelantados. -or eso tambi#n lo empleamos como sinónimo de 5país atrasado6. -or otra parte en ese capítulo >> de Valor… presentamos una e1plicación de por qu# los países atrasados tienden a tener una moneda devaluada, en t#rminos reales, con respecto a las monedas de los países adelantados. Nste es un fenómeno que en su momento !abían tratado Balassa y $amuelson en sendos traba"os de ><<>= afirmanH 4o que es me"or conocido de los resultados empíricos del -rograma de Comparación )nternacional R)C-, siglas en ingl#sS, es la documentación de las diferencias entre el tipo de cambio de un país y su paridad de poder de compra. 4a versión fuerte de la doctrina de la paridad de poder de compra casseliana sostiene que la tasa de cambio de equilibrio a la cual las monedas de dos países se comerciar0n estar0 determinada por los niveles de precios relativos de los países. 4a evidencia es inequívoca para cada uno de los estudios que son puntos de referencia del )C-, acerca de que esto no se cumple. *o sólo las tasas de cambio difieren de manera significativa de sus correspondientes paridades de poder de compra, sino que lo !acen de manera sistem0ticaH el nivel nacional de precios de un país, definido como la ratio de su paridad de poder de compra con sus tasas de cambio es una función creciente de su nivel de ingreso o estadio de desarrollo 9$ummers y Leston, ><<>, p. >=. Balassa y $amuelson e1plicaron este !ec!o por los diferenciales de productividad entre los sectores productores de bienes transables y bienes no transables, utilizando la función de producción neocl0sica y una ley de formación de precios por mar8 up. 4a idea es que si los diferenciales de productividad entre los sectores de bienes transables 9en adelante, BT= y bienes no transables 9B*T= en ambos países fueran iguales, los tipos de cambio tenderían a establecerse en torno a la paridad de poder de compra. -recisamos que no se toman en cuenta imperfecciones de mercados, costos de transportes y otros factores, ya que se procura e1plicar un fenómeno que es sistem0tico.
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'n Valor… procuramos mostrar el porqu# de este fenómeno desde la ley del valor traba"o, esto es, no apelando a la función de producción neocl0sica. $in embargo en ese desarrollo teórico no e1plicamos con la suficiente claridad que el resultado obtenido, a saber, la depreciación sistem0tica, en t#rminos reales, del tipo de cambio, opera en la medida en que se registren diferenciales de productividad entre la producción de BT y B*T, entre el país adelantado y subdesarrollado, tal como lo planteó Balassa. 'sto es, si los diferenciales de productividad fueran iguales, tambi#n desde la tesis del valor traba"o el tipo de cambio competitivo 9el tipo de cambio que permite e1portar BT desde el país tecnológicamente atrasado= coincidiría, teóricamente, con el tipo de cambio a paridad de poder de compra, ' ppc. 'ste resultado, que se presenta m0s aba"o, aparentemente coincide con las conclusiones de Balassa, y con los modelos neocl0sicos del 5tipo de cambio real de equilibrio6, o 5natural6 9en adelante TC3'=. Nste se define como el tipo de cambio real que es consistente en todos los períodos con el equilibrio en el mercado de bienes y con el balance de la cuenta corriente 9a veces se utiliza como referencia el balance de la balanza de pagos=. 'n la literatura moderna neocl0sica se sostiene que la evolución del TC3' depende de los t#rminos de intercambio, del crecimiento de la productividad en los sectores productores de BT y B*T, de los cambios en las preferencias de los consumidores, la composición del gasto pblico, la estructura de los impuestos aduaneros y de las entradas de capitales e1ternos, como las variables m0s importantes. 'n otras palabras, pareciera que si se llegara a un tipo de cambio alrededor de 'ppc, que a su vez garantizara la consistencia de la cuenta corriente, se !abría l legado a un equilibrio fundamental. Fesde el punto de vista teórico esto puede suceder si los diferenciales de productividad entre los sectores de BT y B*T en los países adelantados y subdesarrollados son iguales. $e podría tener en este caso equili brio 9oferta Y demanda= en el mercado interno, equilibrio en la cuenta corriente 9las e1portaciones son competitivas= y tipo de cambio a paridad de poder de compra. A pesar de que #ste es sólo un supuesto teórico, es interesante e1aminarlo desde la óptica de la ley del valor traba"o para demostrar que an en el caso en que se diera, no e1istiría equilibrio en el sentido profundo del t#rmino. -or el contrario, seguiría e1istiendo lo que vamos a denominar desequilibrio en términos de "alor en el intercambio entre los espacios productivos del país adelantado y el país atrasado. A fin de e1plicar las cuestiones que acabamos de adelantar, en primer lugar resumimos la argumentación de Balassa. 'n segundo t#rmino abordamos la cuestión desde la teoría del valor traba"o, ba"o el supuesto de iguales diferenciales de productividad entre sectores BT y B*T, con precios directamente proporcionales a los valores, para poner en evidencia el 5desequilibrio6 fundamental en t#rminos de tiempos de traba"o, al que !icimos referencia. 'n tercer lugar planteamos las razones para mantener sin embargo la !ipótesis de que en la pr0ctica se registran distintos diferenciales de productividad entre los sectores, y que esto e1plica por qu# ocurre la depreciación en t#rminos reales de las monedas de los países subdesarrollados.
EL MODELO DE BALASSA 'l argumento de Balassa sostiene que el desarrollo tecnológico es m0s alto en el sector de producción de los BT que en el sector que produce los B*T, y que esta diferencia es m0s pronunciada en los países de altos ingresos. 4a mayor productividad en BT implica que los salarios 9Y a la productividad marginal= aumentan. 'l aumento de los salarios a su vez se generaliza al con"unto de la economía, lo que provoca un aumento de los precios de los B*T. 'sto genera la suba general de precios 9sube el índice general de precios, )-C=& pero dado que el tipo de cambio efectivo es igual a la razón entre los precios de los BT producidos en el país, y lo s producidos en el e1terior, el tipo de cambio real deber0 apreciarse. -ara verlo en t#rminos de ecuaciones, dado que ' Y -t 2 -t 9>= $iendo ' Y tipo de cambio nominal& - t Y precios de BT, del país que aumenta su productividad& y -tY precios de BT del país que se atrasa tecnológicamente. G A su vez, siendo q Y tipo de cambio real, (4
l tipo de cambio está expresado en t+rminos de la moneda del país adelantado con respecto al país atrasado.
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q Y ' -2(n aumento del nivel general de precios - con relación a -, no compensado por un aumento proporcional de ', provoca una ba"a de q, esto es, una apreciación en t#rminos reales de la moneda. 4o cual sucede siempre que e l crecimiento de la productividad en el sector de BT del país que tomamos como referencia sea relativamente mayor que el crecimiento de la productividad en B*T. -ara verlo m0s claro, !acemos una pequeDa formalización. $ea ]a^ la proporción de B*T que integran la canasta con la que se calcula el nivel de precios, - y -. A efectos de simplificación, suponemos que la participación de B*T y BT es igual en ambos países. Tenemos entoncesH - Y a -nt Z 9>7 a= - t y - Y a -ntZ 9>7 a= - t& 9:= (tilizamos minscula e it0lica para seDala r variación logarítmica& tenemosH q Y e Z p 7 p 9= )ntroduciendo en 9=, 9>= y 9:=, siempre en tasas de cambio, obtenemosH q Y a9 pt 7 pnt= 7 a9 pt 7 pnt= $e observa que si los precios de los B*T dom#sticos crecen en una mayor proporción que los precios de los B*T en el e1terior, se obtiene una caída de q& la moneda se aprecia.
LA CUESTI&N DESDE LA TEORÍA DEL ALOR TRABAO Analicemos a!ora el problema desde la teoría del valor traba"o. Consideremos que los precios son proporcionales a los tiempos de traba"o empleados. $uponemos que A es el país adelantado, y B el país atrasado. $uponemos que en cada uno de ellos se producen dos bienes& un bien de consumo, +c, transable& y un bien de servicio, + s, no transable. $uponemos tambi#n que en A se produce un bien de producción de alta tecnología, + p, necesario para que funcione la economía de B. GE $uponemos tambi#n que los diferenciales de productividad en la producción de ambos bienes en los dos países son iguales. Así, en A los capitales son veces m0s productivos en la producción de ambos bienes que en B& en el modelo una !ora de tiempo de traba"o en A se e1presa en `a E, y que una !ora de tiempo de traba"o en B se e1presa en `b >;. $uponemos queH
Pod*cci$# e# A: Tiempo de traba"o empleado en + c Y : !oras& precio de + c Y `a >; Tiempo de traba"o empleado en + s Y > !ora& precio de +s Y `a E Tiempo de traba"o empleado en + p Y E !oras& precio de + p Y `a :E
Pod*cci$# e# B: Tiempo de traba"o empleado en + c Y !oras& precio de + c Y `b ; Tiempo de traba"o empleado en + s Y !oras& precio de + s Y `a ; $i calculamos a!ora la 'ppc obtenemosH GG 'ppc Y precio de la canasta en B 2 precio de la canasta en A 'ppc Y `b >:; 2 `a >E& por lo tanto Y `b 2`a A este nivel de tipo de cambio + c producido en B puede ser vendido en A 9de"amos de lado los costos de transporte=. 'sto es, el tipo de cambio 5competitivo6 coincide con el tipo de cambio a paridad de poder de compra, 'ppc. 'l resultado es lógico porque !emos supuesto que los (5
n Valor… supusimos tambi+n la producci!n de un bien V r , medio de producci!n, que se produce en ambos países, pero en # es de menor tecnolo"ía' esto 6usti&ica que la producti)idad "eneral en # sea menor que en *. n aras de la simpli&icaci!n, ahora suponemos directamente que el espacio de )alor de # es menos producti)o que *. (( *hora el tipo de cambio se expresa, como se hace habitualmente, en cantidad de moneda del país atrasado por unidad monetaria del país adelantado' o sea, si se trata de *r"entina y stados Mnidos, será UTM-U.
((
diferenciales de tiempos de traba"o entre ambos sectores son iguales. ' ppc es proporcional a la razón de la suma de los tiempos de traba"o empleados en + c y + s en B y en A 9recu#rdese que los precios son proporcionales a los tiempos de traba"o=. $i en cambio la diferencia entre el tiempo de traba"o empleado en la producción de + c en B y el tiempo de traba"o empleado en su producción en A es mayor que la diferencia entre el tiempo de traba"o empleado en la producción de + s en B y el empleado en A, el tipo de cambio competitivo es mayor que el tipo de cambio a paridad de poder de compra, ' ppc. 'ste ltimo es el resultado que !abíamos presentado en nuestro libro, y es el que m0s se acerca a la realidad. $in embargo lo interesante es discutir que an en el caso en que el tipo de cambio competitivo sea igual al tipo de cambio de paridad de poder de compra, no e#iste equilibrio en un sentido profundo, desde la perspecti"a del "alor traba!o. 's que la !ora de traba"o de B genera un valor equivalente a sólo media !ora de traba"o de A. -or lo tanto si B debe importar el medio de producción + p de A, y para eso necesita e1portar + c a A, deber0 emplear m0s tiempo de traba"o contra menos tiempo de traba"o. -ara verlo, supongamos que el total de tiempo disponible en A y B sea de >:;; !oras de traba"o. $upongamos que la distribución del tiempo de traba"o en B seaH ;; !oras para producir >;; unidades de +c con un valor total de `b ;;;& ;; !oras para producir >;; unidades de +s con un valor total de `b ;;;. 'n A la distribución social de los tiempos de traba"o esH G;; !oras para producir ;; unidades de +c con un valor total de `a ;;;& ;; !oras para producir ;; unidades de +s con un valor total de `a >E;;& ;; !oras para producir G; unidades de +p con un valor total de `a >E;;. $upongamos que B necesita importar >; unidades + p de A& al tipo de cambio `b2`a 9Y ' ppc=, B debe destinar `b :;;;, o sea, e1portar :E unidades de + c, equivalentes a :;; !oras de traba"o, para comprar las >; unidades + p que encierran sólo E; !oras de traba"o de A. 'n otras palabras, de su traba"o total de >:;; !oras, B destina :;; !oras a conseguir un producto cuyo valor es E; !oras de A. -odemos tener entonces un tipo de cambio a paridad de poder de compra, y un equilibrio en la balanza comercial, pero sin embargo no e1iste equilibrio en t#rminos de valor. -or otra parte tampoco e#iste transferencia de "alor de B !acia A, porque el traba"o empleado en B representa traba"o 5despotenciado6 en A, esto es, traba"o generador de menos valor. '1iste un 5desequilibrio en t#rminos de valor6 en el intercambio entre el país desarrollado y el país atrasado& aunque no se produzca una transferencia de valor del segundo al primero, como postula el enfoque tradicional del intercambio desigual.
MS SOBRE EL DESEUILIBRIO EN T>RMINOS DE ALOR 4o anterior demuestra que plantear que e1iste un equilibrio entre los países porque el tipo de cambio se ubique a --C, y porque la balanza comercial est# equilibrada, es un grave error. 'l país subdesarrollado B necesariamente tendr0 un valor de su fuerza de traba"o menor que el país adelantado A, en t#rminos reales, debido al atraso de las fuerzas productivas. $i supusi#ramos una tasa de plusvalía en ambos países del >;;V, esto es, que el tiempo de traba"o se divide por igual entre traba"o necesario para reproducir el valor de la fuerza de traba"o, y plustraba"o, y suponiendo que la mitad del salario se gaste en cada uno de los bienes + c y + s, cada traba"ador de B obtendr0 por "ornada de traba"o de unidad de + c y de unidad de + s. 'n cambio cada traba"ador de A obtendr0, lógicamente, cuatro veces m0s + c y + s, esto es, dos y cuatro unidades respectivamente. 'stos diferenciales de productividad e1plican las plusvalías e1traordinarias que surgen de la aplicación de tecnologías superiores a las modales en la competencia en el mercado mundial. 4a cuestión tambi#n se puede ver desde el punto de vista de la teoría del equivalente de Mar1. Como se e1plica en El Capital 9cap. t. >= el dinero no tiene precio, pero su valor se e1presa en la serie de todas las mercancías a las cuales sirve para la e1presión del valor general. 3ecordemos
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tambi#n que 5el dinero es la forma de manifestación necesaria de la medida del valor inmanente a las mercancíasH el tiempo de traba"o6 9Mar1, ><<<, t. >, p. >>E=. A!ora bien, cuando consideramos el tipo de cambio, se puede decir que el dinero tiene un precio, e1presado en el equivalente del país con el que se compara, o en el equivalente que funciona a nivel de dinero mundial. -ero la paridad formal que se puede establecer en este precio, esto es, la e1istencia de un tipo de cambio a --C, no de"a de esconder la desigualdad de contenido de los tiempos de traba"o que e1presan cada uno de los equivalentes. 'fectivamente, en tanto `a E Y > !ora de traba"o socialmente necesario de A Y + c o > +s, sucede que `b >; Y > !ora de traba"o socialmente necesario de B Y >2 + c o >2 +s. 3igiendo 'ppc, `a E equivalen a !oras de tiempo de traba"o de B. )a magnitud de "alor del dinero de (, medida en %oras de traba!o nacionales, por lo tanto es muy superior a la magnitud de "alor del dinero de ;, a pesar de que el precio del dinero de ; se ubique a --C . 'sta cuestión no se puede advertir en la e1plicación neocl0sica tradicional sobre las 5desviaciones6 con respecto al tipo de cambio que se consideraría de equilibrio. Tampoco surge en las presentaciones !abituales del tipo de cambio real. 's que si q Y >, significa que la canasta de bienes producidos en B se intercambia por la misma canasta de bienes producidos en A. Aparentemente estaríamos en equilibrio. $in embargo, medidas en tiempos de traba"o las canastas no son equivalentes. *o !ay equilibrio, insistimos, aunque !aya equilibrio en la balanza comercial. 4a cuestión tiene entonces implicancias para el desarrollo a largo plazo de los países. 'n la medida en que las producciones de valor son diferenciadas, los países desarrollados tendr0n m0s y m0s oportunidades de incrementar de manera acumulativa sus diferencias, ya que sus traba"os actan como traba"os potenciados. 4a cuestión an se !ace m0s aguda si !acemos entrar en el esquema el traba"o comple"o. Al aumentar el traba"o dedicado a investigación y desarrollo, aumenta el diferencial de generación de valor entre los países que basan su producción en el traba"o simple, con respecto a los que ponen el acento en el traba"o comple"o. 4os espacios de valor adelantados tecnológicamente generan por lo tanto plusvalías e1traordinarias, y adem0s agregan más "alor por la inter"ención del traba!o comple!o. 'sto permitiría entender por qu# países con empresas de alta tecnología pueden sostener sus e1portaciones aun cuando sus monedas e1perimenten importantes apreciaciones. (n e"emplo lo encontramos en las e1portaciones europeas. Como seDala 1%e Economist 9E22;= las e1portaciones europeas se mostraron relativamente insensibles a la apreciación del euro de comienzos de la d#cada de :;;;. 'sto se debe a que apro1imadamente la mitad de las e1portaciones a países fuera de 'uropa son medios de producción o bienes de consumo durables de alta tecnología, y los compradores no encuentran f0cilmente alternativas de la misma calidad. -or eso, a pesar de la suba del euro !asta :;>;, la demanda de productos de e1portación se mantuvo alta, especialmente de Alemania, donde los productos de alta tecnología constituyen una parte importante de las ventas e1ternas. Todas estas cuestiones surgen entonces con claridad en cuanto se abordan los tipos de cambio desde la perspectiva de la ley del valor traba"o, y la teoría del dinero de Mar1.
DI'ERENCIAS CON BALASSA J SAMUELSON 'l desarrollo que !emos presentado busca llamar la atención sobre el desequilibrio en términos de "alor en el intercambio entre países desarrollados y subdesarrollados, desequilibrio que se produce aun cuando los tipos de cambio se determinen seg*n --C . $in embargo !emos visto que la mayoría de los países subdesarrollados tienen una moneda depreciada con respecto a la --C. 'sto sucede porque en el )-C entra el rubro 5servicios6 9educación, transporte, salud, recreación= cuya productividad puede ser m0s ba"a que en un país adelantado, pero no tanto como la diferencia que e1iste en la productividad de bienes manufacturados. 'n la medida en que se den estos diferenciales, el ' ppc ser0 m0s ba"o que el ' que permite la venta competitiva de productos del país subdesarrollado en el mercado mundial. 4a concurrencia de los capitales atrasados en el mercado mundial tambi#n fuerza a las devaluaciones en t#rminos reales de las monedas. 'sta determinación estructural del tipo de cambio se e1plica entonces a partir de uno de los elementos contenidos en el modelo Balassa8$amuelson. -ero no supone, por supuesto, la función de producción neocl0sica& no supone tampoco que las tecnologías sean 5recetas transferibles6, ni que los 5factores6 capital y traba"o puedan combinarse en cualquier proporción. Tampoco supone, como
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lo !ace el marco neocl0sico, que la rentabilidad de los capitales se iguale a la tasa de inter#s vigente en el mercado mundial& ni que los precios se formen segn una regla de mar8 up, que "am0s se e1plica teóricamente. bs#rvese que incluso desde la teoría neocl0sica se !an seDalado las limitaciones del modelo de Balassa, a pesar de que se trata del m0s referenciado a la !ora de e1plicar las diferencias sistem0ticas de los tipos de cambio con respecto a las --C. Como admiten %root y 3ogoff 9><
CONCLUSI&N Fesde la teoría del valor traba"o puede darse una e1plicación consistente del fenómeno Balassa8 $amuelson. 'n este enfoque se da lugar a plusvalías 9y ganancias= e1traordinarias& la competencia es intraindustria y opera en el caso de los bienes estandarizados a trav#s de guerras de precios 9y me"oras tecnológicas del producto=& y los precios se rigen segn la ley del valor traba"o, mediada por el !ec!o de que las mercancías son un producto del capital, esto es, las tasas de ganancia entre ramas tienden a igualarse. 'n este marco teórico se !a demostrado que, aun con tipos de cambio a --C, e1iste un 5desequilibrio6 en t#rminos de valor sustancial. -or otra parte, se evidencia tambi#n que no e1iste 5e1plotación6 del país subdesarrollado por el país adelantado, ya que no !ay transferencias de valor. 'n cuanto se incorpora al modelo el capital y la plusvalía, se !ace evidente que la e1plotación es sobre el traba"o, sea del país adelantado o atrasado.
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A(#dice I#tec!"bio e#te e+ "odo de (od*cci$# c!(it!+ist! 6 +! (od*cci$# si"(+e de "ec!#c)!sK 4a discusión sobre generación y transferencias de valor al interior del modo de producción capitalista puede ser e1tendida a los intercambios entre modos de producción de diferente naturaleza. (no de los casos m0s comunes son los intercambios entre el modo capitalista y el modo de producción simple de mercancías, conformado típicamente por artesanos o campesinos parcelarios. Nstos producen para el mercado en diferentes grados 7por e"emplo, una parte de la producción campesina puede destinarse al auto consumo7& pueden ser propietarios de sus parcelas, pero tambi#n alquilar la tierra& y utilizar ocasionalmente traba"o asalariado. 'n la literatura de la dependencia es frecuente que se considere que e1iste transferencia de valor desde el productor simple de mercancías al capitalista, a trav#s del mercado. peraría entonces el mecanismo del intercambio desigual. 'sta tesis parece tener un fundamento sólido en que los campesinos o artesanos con frecuencia ni siquiera reciben el equivalente al valor de su fuerza de traba"o. $in embargo es necesario evitar la confusión entre generación diferenciada de valor 9que ocurre a causa de las diferencias tecnológicas= y transferencia de valor. $i, por e"emplo, el campesino o artesano emplea :; !oras de traba"o para producir un bien que en el mercado vale >; !oras de traba"o, ello no significa que ese campesino o artesano %aya generado 56 %oras de "alor . 'n condiciones de competencia y diferencias tecnológicas acentuadas, los productores con menor tecnología generar0n menos valor que los productores con mayor tecnología. -or eso los artesanos o campesinos parcelarios pueden estar intercambiando más %oras de traba!o por menos %oras de traba!o, sin que por ello estén transfiriendo "alor . -or supuesto, si el campesino o artesano utiliza una tecnología modal, o promedio, pero se ve obligado 7debido a falta de poder de mercado7 a vender su producto por deba"o del valor, tendremos intercambio desigual, generado por algn mecanismo de monopolio. Algo similar puede ocurrir si el artesano o campesino est0 obligado a comprar insumos a precios de monopolio. $e trata entonces de estudiar de forma particularizada los diferentes escenarios. Festaquemos por otra parte que la e1istencia de mercados en los que intervienen empresas capitalistas y productores privados no implica que necesariamente e1ista un control monopólico de los precios por parte de los capitalistas. En mercados abastecidos por esos productores puede e#istir una competencia despiadada. -ara verlo, tomemos el caso del mercado 4a $alada, en Buenos Aires, que 7segn la (nión 'uropea7 se !a convertido en el mayor mercado ilegal de Am#rica 4atina. 4a $alada moviliza ($` < millones por semana y tiene unos >E;; puestos de venta. 'n el rubro de la ropa, constituye el mercado mayorista m0s grande de Argentina, abasteciendo a unas ;; ferias minoristas. Miles de productores pequeDos, que emplean su traba"o y el de sus familias, compiten con empresas capitalistas de diferente importancia. Aquí no e1iste mecanismo alguno de determinación monopólica del precio de la ropa 9aunque sí !ay apropiación de renta por el alquiler de los puestos de venta, y otras formas de comercio ilegal=. 'n definitiva, en cada caso !ay que estudiar si e1isten diferencias tecnológicas, y cu0les son las condiciones de realización del producto, así como de compra de insumos. *o se puede dictaminar, sin m0s, que siempre que los productores no capitalistas reciben sólo el valor de su fuerza de traba"o 9o menos=, !ay transferencia de valor !acia los capitalistas.
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C!()t*+o Deteioo de +os t"i#os de i#tec!"bio 6 teo)! de+ 8!+o t!b!9o 4a !ipótesis de 3al -rebisc! y Lans $inger sobre el deterioro de los t#rminos de intercambio !a estado en el centro de muc!os debates sobre el subdesarrollo. 'l ob"etivo de este capítulo es e1aminarla desde el punto de vista de la teoría del valor traba"o, y presentar una e1plicación alternativa, basada en la teoría de Mar1. Comenzamos presentando el argumento de -rebisc! y $inger.
LA .IP&TESIS DE PREBISC.J SIN%ER 4a !ipótesis original de -rebisc! procura e1plicar por qu# a partir de los aDos >?G8>; se produ"o un deterioro progresivo de la relación entre los precios de los productos primarios y los artículos finales de la industria. $egn las estadísticas de las *aciones (nidas 9v#ase -rebisc!, ><G= esa relación !abía pasado de un índice >;; en >?G8>;, a G,? en ><G8><?, y el problema era e1plicar por qu# sucedía esto cuando el aumento de la productividad !abía sido, durante ese período, m0s pronunciado en la industria de los países adelantados que en la producción primaria de los países de la periferia. 'n teoría, los precios de los productos industriales deberían !aber descendido en relación a l os productos primarios, pero !abía sucedido lo contrario. 4a primera e1plicación del fenómeno por parte de -rebisc! giró en torno a los distintos mecanismos de formación de precios en los países adelantados y atrasados. B0sicamente la tesis dice que en los países industriales las ganancias y salarios crecen m0s de lo que crece la productividad, mientras que en la periferia sucede lo inverso. (n e"emplo num#rico ilustra el argumento. $upongamos que en el país industrial la productividad aumenta de un índice >;; a >G;. -or lo tanto el costo ba"aH >;; >,G Y G:,E. -ero si los ingresos 9ganancias y salarios= se incrementan de un índice >;; a >;, el precio final esH G:,E >, Y >>:,E $i en el país que produce productos primarios la productividad aumenta de >;; a >:;, el costo ba"aH >;; >,: Y , -ero si los ingresos 9ganancias y salarios= se incrementan de >;; a > :;, el precio final esH , >,: Y <<,< -or lo tanto la relación de precios productos industriales2 precios productos primarios !a pasado de >H> a >,>:EH> 9v#ase -rebisc!, ><G=. -rebisc! e1plicaba esta diferencia por los diferentes poderes de negociación salarial en el centro y la periferia a trav#s de los movimientos cíclicos de las economías. Furante las fases ascendentes del ciclo en los países centrales aumentaban los beneficios, pero a medida que seguía creciendo la economía una parte de los beneficios se transformaba en aumentos de salarios, a causa de la competencia entre los empresarios y el poder de los sindicatos. 4uego, en la fase descendente del ciclo económico, el beneficio se reducía, pero no los salarios, debido a la resistencia sindical. 'n cambio en la periferia las masas obreras estaban desorganizadas, de manera que no podían conseguir salarios comparables con los salarios de los países centrales, ni mantenerlos. -or lo tanto en la periferia durante las fases descendentes del ciclo económico los salarios y beneficios caían de manera m0s f0cil. -or este motivo -rebisc! pensaba que la industrialización en la periferia, al aumentar la productividad e incrementar el poder de negociación sindical !aría subir los salarios y elevaría relativamente el precio de los productos primarios. 'n cuanto a $inger, tambi#n seDalaba que el deterioro de los t#rminos de intercambio no se debía a los costos reales de los productos manufacturados, ya que la productividad !abía crecido menos
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r0pidamente en los sectores productores de alimentos y materias primas. -ero el progreso t#cnico de la industria en los países desarrollados se traducía en una me"ora de los ingresos en esos países, mientras que el progreso t#cnico en la producción de alimentos y materias primas generaba la caída de los precios de estos productos. 4a razón radicaba en la inelasticidad ingreso de los alimentos& a medida que aumentaba el in greso, caía la tasa a la que aumentaba la demanda de estos productos. P con respecto a las materias primas, la caída de los precios se debía a que el progreso t#cnico en la manufactura en buena medida consistía en una reducción del monto de materia prima por unidad de producto. Como resultado de estos factores la caída de los precios de las materias primas y los alimentos no sólo era cíclica, sino tambi#n estructural 9v#ase $inger, ><< -rebisc! !abía cuestionado la idea de la competencia perfecta, pero en su informe a la Conferencia )naugural de la (*CTAF, en ><, p. :>=. -rebisc! atribuía esto al progreso t#cnico, ya que se reemplazaban cada vez m0s productos naturales por sint#ticos, por lo cual disminuía el contenido de los productos primarios en los bienes finales. P tambi#n a la menor elasticidad ingreso de los bienes primarios. A estos problemas se sumaba el aumento de la producción agrícola en los países avanzados. 4os países atrasados ya no eran los nicos que e1portaban bienes agrícolas, y los e1cedentes presionaban a la ba"a los precios. A pesar de que el proteccionismo y las subvenciones de las naciones desarrolladas profundizaban el deterioro de los t#rminos de intercambio, -rebisc! pensaba que la tendencia no se revertiría aunque se eliminaran las barreras aduaneras, ya que obedecía a factores m0s profundos. 's que al crecer lentamente la demanda de productos primarios, la creación de empleo sólo podía absorber una proporción decreciente del incremento de la población de los países en desarrollo para la producción de estos bienes& esta absorción adem0s disminuía por el progreso t#cnico. -or lo tanto !abía una amplia población e1cedente 7no absorbida con rapidez por la industria y los servicios7 que presionaba a la ba"a los salarios en los países de la periferia& los salarios no aumentaban en relación directa al avance del progreso t#cnico. 'n cambio, en los países desarrollados !abía escasez relativa de mano de ob ra y fuerte organización sindical, por lo cual los salarios aumentaban conforme a los aumentos de la productividad. 's importante seDalar, para lo que vamos a discutir luego, que el argumento !oy lo e1tienden los autores de la C'-A4 a la relación entre las ramas innovadoras y din0micas, y las que producen bienes manufacturados maduros. 4os países desarrollados, sostienen, concentran las ramas de producción m0s din0micas, ya que el cambio t#cnico se origina en el centro. 4os bienes que producen estas ramas gozan de una elasticidad ingreso superior a las ramas manufactureras en su etapa madura& lo cual se refle"a en una divergencia en los ritmos de crecimiento y2o la aparición de problemas en las balanzas de pago de los países en desarrollo. 'sto es, en una brec!a creciente de ingresos y estrangulamientos e1ternos 9v#ase campo, :;;>=.
LA EIDENCIA EMPÍRICA $i bien desde el punto de vista teórico la !ipótesis no fue cuestionada, sí lo fue desde la evidencia empírica 9v#ase Ladass y Xilliamson, :;;>, para lo que sigue=. 'n primer lugar se observó que -rebisc! se !abía basado en las estadísticas comerciales de @ran BretaDa, que no representaba al con"unto de los países desarrollados. 'n segundo t#rmino se ob"etó que !abía productos primarios e1portados por países desarrollados. 'n tercer lugar, se
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sostuvo que las estadísticas brit0nicas valuaban los productos e1portados a precios f.o.b 9libre a bordo en el puerto de carga=, y los productos importados a precios c.i.f. 9costo, seguro y flete en el puerto de destino=, de manera que la me"ora de los t#rminos de intercambio para @ran BretaDa podía deberse total o parcialmente a una caída de los costos del transporte, y no a una caída de los precios recibidos por los productores primarios. P por ltimo, se planteó que en la lista de productos industriales entran permanentemente nuevos productos y adem0s los productos e1istentes tienden a me"orar su calidad, lo que no es registrado adecuadamente por los índices de precios de las manufacturas. Fe estas ob"eciones, tal vez la que !a tenido m0s importancia es la tercera. 's que Ladass y Xilliamson demuestran que cuando se tienen en cuenta los precios de los productos de importación y e1portación en los mercados locales, se comprueba que !ubo una me"ora de los t#rminos de intercambio para los países e1portadores durante buena parte del período en que -rebisc! y $inger dicen que !ubo deterioro. 'n especial para los países del Tercer Mundo abundantes en tierras, como Argentina y (ruguay, !abría !abido una fuerte me"ora de los t#rminos de intercambio !asta el inicio de la -rimera @uerra mundial. Adem0s, y a la vista del aumento de los precios de las materias primas que se !a registrado desde los inicios de los aDos :;;; !asta mediados de :;;, autores neocl0sicos !an planteado que la !ipótesis del deterioro de los t#rminos de intercambio no se cumple en absoluto. G? $egn estos economistas, esto demostraría tambi#n lo errado del programa de la C'-A4 para Am#rica 4atina& y, por supuesto, lo acertado de los programas neoliberales recomendados por ellos mismos, los organismos internacionales y los centros del establis%ment acad#mico. 4a !ipótesis del deterioro de los t#rminos de intercambio !abría sido un gran cuento, sin sustento en la realidad de la economía mundial. $in embargo, es una realidad que el deterioro de los t#rminos de intercambio se verifica a lo largo del siglo . campo y -arra 9:;;= resumen la evidencia empírica, y los datos parecen contundentes. 4os autores toman : series de precios de productos, que comprenden seis metales 9aluminio, cobre, estaDo, plomo, plata y zinc=& siete materias primas no alimentarias 9aceite de palma, algodón, cauc!o, cuero, lana, madera y yute=& siete alimentos 9arroz, azcar, banano, carne de cordero, carne de res, maíz y trigo=& tres bebidas 9cacao, caf# y t#= y tabaco. Adem0s incluyen siete índices que fueron elaborados originariamente para el período ><;;8><G, y luego actualizados !asta :;;;. Tambi#n utilizan el índice de precios de productos b0sicos de 1%e Economist entre >; y ><<<. campo y -arra demuestran entonces que en el siglo !ubo un marcado deterioro de los t#rminos de intercambio, con una caída de largo plazo de los índices agregados de precios relativos cercana al >V anual, promedio. 'n su con"unto, al aDo :;;;, las materias primas !abían perdido entre el E; y G;V del valor relativo que tenían frente a las manufacturas !asta la d#cada de ><:;& los nicos productos que !abían me"orado sus precios relativos eran carne de res, madera y tabaco. tros autores, citados por campo y -arra, encontraron una disminución acumulada de un ?EV durante unos >; aDos. P el índice acumulado de 1%e Economist para productos b0sicos entre ><;;8><; y ><V. campo y -arra tambi#n se preguntan si el movimiento fue continuo o escalonado, esto es, con escalones que alteraron el nivel de precios de manera permanente. 4os autores se inclinan, a la vista de los datos, por esta ltima tesis. Aunque no lo pueden establecer con total rigor econom#trico, los resultados y la propia !istoria económica les permiten concluir que los mayores cambios se concretaron en torno a ><:; y ><;. 'sto sugiere, segn los autores, que fueron un efecto rezagado de las grandes desaceleraciones e1perimentadas por la economía mundial a partir de la -rimera @uerra y de la crisis económica de inicios de los setenta. 'l índice de 1%e Economist , de todas maneras, muestra una tendencia m0s continua, ya que se registra una fuerte caída, del :;V, en la d#cada de los veinte, y luego una tendencia negativa m0s o menos permanente entre ><:: y >< de apro1imadamente el >V a nual. 'n cualquiera de los casos, y para lo que nos interesa aquí, parece no !aber dudas de que e1istió una tendencia secular de deterioro de los t#rminos de intercambio. campo y -arra ponen el (
De acuerdo a C* 2//2//@0, los t+rminos de intercambio, en 2//@, para *m+rica atina, eran 45S superiores a los promedios de la d+cada de 1??/' para *m+rica del -ur la me6ora era del (?S.
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#nfasis en el movimiento escalonado, otros estudios afirman que el movimiento fue m0s suave, pero la tendencia de largo plazo parece innegable. P la cuestión sigue siendo relevante para el desarrollo de la periferia& segn la (*CTAF, ; de los >? países que se consideran 5en desarrollo6 dependen en m0s de un E;V de las materias primas en sus e1portaciones. *o !ay por lo tanto razones para desec!ar tan r0pida y a legremente el deterioro de los t#rminos de intercambio, como !ace la ortodo1ia neocl0sica. 'n primer lugar, porque todavía es pronto para saber si estamos, a comienzos de :;>;, ante un cambio de tendencia de largo plazo en los precios relativos. -ero en segundo t#rmino, y m0s importante, porque aun si estuvi#ramos ante un cambio de tendencia secular, !ay que preguntarse por qu# !ubo un deterioro de los t#rminos de intercambio a lo largo de, por lo menos, un siglo. I+u# teoría e1plica este movimiento de largo plazoJ Tambi#n !ay que e1plicar por qu# muc!os productos manufacturados est0n e1perimentando en la actualidad un deterioro de sus t#rminos de intercambio. 's lo que sucede con te1tiles y confecciones, "uguetes, industria electrónica, acero y otros productos 5maduros6.
PROBLEMAS DE LA .IP&TESIS DESDE LA TEORÍA DEL ALOR TRABAO Febemos por lo tanto fundamentar teóricamente el deterioro de los t#rminos de intercambio. -ero en este respecto la e1plicación tradicional de la C'-A4 presenta algunos problemas. 'n primer lugar, y tal vez el m0s serio, es que en su primer argumento -rebisc! termina recurriendo a una e1plicación basada en las relaciones de fuerza entre los sindicatos y el capital& y en las relaciones de fuerza de mercado entre los capitales de los países adelantados y los capitales de los países subdesarrollados. 's que -rebisc! sostiene que los mar8<<;. 'n 'stados (nidos el salario del traba"ador manufacturero promedio ba"ó, en t#rminos reales, un >EV entre fines de los setenta y fines de los noventa. 'n cuanto a los países subdesarrollados, si bien tambi#n !ubo ataques generalizados del capital al traba"o, es difícil suponer que la fuerza de resistencia sindical era menor a fines que a comienzos del siglo . $i los precios de los productos primarios, o de los bienes que producen los países atrasados, ba"an porque ba"an los salarios, los salarios de los países atrasados deberían !aber ba"ado m0s,
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relativamente, con respecto a sus ya ba"ísimos niveles de los aDos cincuenta y sesenta. *o e1isten pruebas empíricas de que esto !aya sucedido. I-or qu# se produ"o entonces el deterioro tendencial de los t#rminos de intercambioJ 'n lo que respecta a las diferencias en las elasticidades ingreso de los bienes primarios con respecto a los manufacturados, tampoco pueden e1plicar la tendencia. )as elasticidades ingreso e#plican las oscilaciones de la demanda/ pero esas oscilaciones no pueden dar cuenta de las tendencias de los precios en el largo plazo. 's que si la demanda de un bien crece a una determinada tasa 7inferior a lo que lo !ace el resto de la economía7 el crecimiento de la oferta tambi#n tender0 a adaptarse a ese ritmo de la demanda, de manera que, en promedio, los precios se adecuar0n a los costos de producción, m0s un tasa media de ganancia. Algo de esto registraba el informe de -rebisc! a la (*CTAF, de >V, y la producción manufacturera del mundo creció a una tasa anual del ,V anual& a su vez la tasa de crecimiento anual y acumulativa del comercio de los bienes primarios fue del >,>V y la tasa de crecimiento de la producción primaria fue del >,V 9las diferencias se supone que fueron absorbidas por los mercados internos=. Como puede verse, las ofertas se adecuaron, tendencialmente, al crecimiento de las demandas& de manera que si bien puede !aber !abido e1cedentes de oferta en ramas y durante períodos de tiempo, no puede !aberse tratado de un fenómeno constante a trav#s de las d#cadas. 'n tanto en el mercado domine la racionalidad del capital 7y se trata de grandes empresas e1portadoras, ya sean ellas mismas productoras, o comercializadoras de bienes que compran a pequeDos productores7 no pueden operar con el supuesto de una sobreproducción permanente y sistem0tica. 'n el largo plazo debe tender a imponerse la ley económica, esto es, los precios se a"ustan a sus 5precios naturales6 7para utilizar la e1presión de 3icardo7, o sea, a los precios de producción 5a lo Mar16.
UNA E/PLICACI&N DESDE LA TEORÍA DEL ALOR TRABAO 4a !ipótesis que proponemos como alternativa a la e1plicación de -rebisc!8$inger es muy sencilla, y en gran medida es similar a la que se desprende de los planteos de los neosc!umpeterianos, que subrayan la importancia de la innovación y el progreso tecnológico. $in embargo, la diferencia con estos planteos es que nos basamos en la teoría del valor traba"o. Fesde esta perspectiva el deterioro de los t#rminos de intercambio se puede e1plicar por las diferencias crecientes entre el traba"o comple"o y el traba"o simple, a medida que avanza la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías en los capitalismos avanzados. 4a idea de traba"o simple y comple"o se vincula con las diferencias en la preparación de la fuerza de traba"o, y las consiguientes diferencias en la generación de valor de los traba"os. 'l traba"o medio simple es el que resulta del gasto de una fuerza de traba"o que, 5t#rmino medio, todo !ombre comn, sin necesidad de un desarrollo especial, posee en su organismo corporal6 9Mar1, ><<<, t. >, p. E=. $e puede considerar traba"o simple el traba"o de un operador de m0quina o un ensamblador de línea de monta"e& son tareas que demandan poco tiempo de entrenamiento para que alcanzar los est0ndares de productividad medios. -or e"emplo en empresas de monta"e o líneas de m0quinas !erramienta los operarios reci#n incorporados pueden demorar dos semanas, a lo sumo, para llegar al nivel de productividad media de sus compaDeros. Fifiriendo segn los países y los entornos o #pocas culturales, el car0cter de este traba"o medio simple, como seDala Mar1, est0 dado para una sociedad determinada. A su vez el traba"o comple"o es el que e1ige una mayor preparación de la fuerza de traba"o, y por lo tanto opera como traba"o simple potenciado 5o m0s bien multiplicado, de suerte que una pequeDa cantidad de traba"o comple"o equivale a una cantidad mayor de traba"o simple6 9Mar1, ><<<, t. > pp. E8EE=. -ues bien, cuando en una rama o empresa se emplean, en promedio, m0s unidades de fuerza de traba"o calificado, se genera m0s valor por unidad de tiempo que en las ramas o empresas que emplean, en promedio, m0s fuerza de traba"o simple. 's similar al caso en que en una empresa se intensifica el traba"o con respecto al promedio reinante en el resto de la industria. $i la intensificación del traba"o ocurre sólo en determinadas esferas, 5entonces equivale a m0s traba"o comple"o, a traba"o simple elevado a una potencia mayor6 9Mar1, >
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la fuerza de traba"o, pueden brindar una apro1imación a las diferentes potencialidades de los traba"os como generadores de valor. (na cuestión que Mar1 rescata de 3icardoH 3icardo mostró que este !ec!o no impide la medición de las mercancías por el tiempo de traba"o, si est0 dada la relación entre traba"o no especializado y el especializado. 'llo corresponde a las definiciones de los salarios. P en ltimo an0lisis puede reducirse a los distintos valores de la propia fuerza de traba"o, es decir, a sus costos de producción variables 9determinados por el tiempo de traba"o= 9Mar1, >?=. -or lo tanto las empresas o ramas que emplean en alta proporción traba"o calificado, o sea, dedicado a la elaboración de productos que requieren una intensa formación en !abilidades 7 diseDadores, matriceros, ingenieros, t#cnicos7 y bienes de producción que a su vez son el resultado de una alta acumulación de capital y del empleo a trav#s de generaciones de estas formas de traba"o comple"o, pueden generar m0s valor, en relación a las empresas o ramas que emplean predominantemente traba"o simple. P esta diferencia puede ser creciente. $i las naciones desarrolladas concentran cada vez m0s el tipo de producción que demanda traba"o comple"o, y si los países subdesarrollados concentran las actividades 7sea en la producción de bienes primarios o industriales7 vinculadas a los traba"os simples, las diferencias de precios pueden ser tambi#n crecientes. Esto sucede como consecuencia de la ley económica, no por relaciones de fuerza a ni"el de los sindicatos. 4a !ipótesis que presentamos se basa en la formación de precios de producción, a partir del impulso a la igualación de las tasas de ganancia. -ara ver el tema, vamos a suponer una economía mundial formada por sólo dos ramas, la A ubicada en el país adelantado, que emplea crecientes unidades de traba"o comple"o, para !acer un producto . 4a rama B est0 ubicada en el país subdesarrollado, y emplea traba"o simple para !acer un producto P estandarizado. *o incluimos innovación de procesos que puedan !acer variar los tiempos de traba"o empleados en la producción de o P& incorporar este supuesto no alteraría las conclusiones del planteo. $uponemos entonces que e1iste una tasa media de ganancia& las empresas que producen P en B son capitales transnacionales, que pueden invertir libremente en A para producir . 'mpezamos suponiendo que en el primer ciclo cada unidad de traba"o comple"o en A se paga ($` >;, y cada unidad genera ($` >; dólares de plusvalía& se emplean dos unidades de traba"o por cada producto . 'n B por cada unidad de traba"o simple se paga ($` E y genera ($` E de plusvalía& se emplean tambi#n dos unidades de traba"o por cada producto P. *ótese que las tasas de plusvalía son iguales en ambas ramas& y que la diferencia salarial entre los traba"adores de A y B se debe sólo a las diferencias entre traba!o comple!o y simple & cada unidad de traba"o en A equivale a : unidades de traba"o en B. A partir de aquí suponemos que la diferencia inicial se amplía& en el siguiente ciclo cada unidad de traba"o comple"o que produce equivale a unidades de traba"o simple que produce P& y en el siguiente ciclo a cuatro unidades. 3emarcamos que la tasa de plusvalía no se modifica, y tampoco los outputs respectivos, desde el punto de vista cuantitativo. 'n A se producen en los sucesivos ciclos G unidades de , y en B >;; unidades de P. -or lo tanto, obtenemosHG -rimer ciclo 3ama
@eneración de valor
-recio individual
A
<;c Z :;v Z :;s Y >;
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>,>
producción
utput Y G B
<;c Z >;v Z >;s Y >>; utput Y >;;
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n el *p+ndice de este capítulo se presenta una explicaci!n sencilla del precio de producci!n.
(
4a relación de intercambio indica que B debe entregar >, productos P a cambio de cada bien , generado en A. $egundo ciclo 3ama
@eneración de valor
-recio individual
A
<;c Z ;v Z ;s Y >E;
:,G
>,>:
producción
utput Y G B
<;c Z >;v Z >;s Y >>; utput Y >;;
Al aumentar el traba"o comple"o en A la relación de intercambio se deteriora para B& a!ora debe entregar :; productos P a cambio de cada bien . Tercer ciclo 3ama
@eneración de valor
-recio de producción individual
A
<;c Z ;v Z ;s Y >?;
:G,
utput Y G B
<;c Z >;v Z >;s Y >>;
>,:>?
utput Y >;; 'n el tercer ciclo la relación de intercambio !a pasado a :>,G? bienes P por cada bien , contra >, bienes en el primer ciclo. A medida que aumenta la diferencia entre traba"o comple"o y simple, se produce el deterioro de los t#rminos de intercambio. *aturalmente, a partir de este esquema se pueden introducir otros supuestos, que !acen el esquema m0s cercano a lo que sucede en el mundo capitalista. -or e"emplo, suponer que los salarios que se pagan en el país B son menores que los que se pagan en A. Asimismo que empresas de capitales nacionales que producen en B deben competir tambi#n con empresas que producen P en A con me"or tecnología, y esto obliga a B a devaluar. Adem0s, se pueden introducir los cambios en los procesos productivos, de manera que se generen m0s unidades de productos por unidad de tiempo. Cualquiera de estas variantes no altera la conclusión b0sica. Kale aclarar tambi#n que lo anterior puede e1plicar los movimientos tendenciales de precios de los bienes primarios, o de bienes manufacturados 5maduros6 9estandarizados=, !acia la ba"a, pero #stos no niegan que durante períodos !aya reversiones parciales del deterioro de los t#rminos de intercambio. -or e"emplo, si durante un período la demanda supera de manera consistente la oferta de determinados bienes primarios o manufacturados 5maduros6, este !ec!o estar0 indicando la necesidad de que se destinen m0s capitales 7m0s traba"o social7 a su producción. 'n tanto los capitales se desplacen a estas ramas, y aumente la oferta, los precios de mercado se establecer0n alrededor de los precios de producción. Fe la misma manera, si se trata de productos primarios e1traídos de fuentes naturales no renovables, puede producirse un aumento tendencial de los tiempos de traba"o empleados en su obtención debido a la productividad decreciente de las fuentes naturales. 'n este caso no se registraría un deterioro de los t#rminos de intercambio& esto puede suceder porque se necesitan crecientes cantidades de traba"o simple para obtener una unidad de producto& o porque es necesario emplear cada vez m0s dosis de traba"o comple"o 7por e"emplo en investigaciones geológicas para localizar yacimientos petrolíferos7& o por una combinación de ambos tipos de traba"o.
CONCLUSI&N 4a teoría del valor traba"o ofrece una e1plicación alternativa a la basada en el poder de monopolio, del deterioro de los t#rminos de intercambio. -or e"emplo, la caída de los precios de los te1tiles en el siglo ) 7deterioro de los t#rminos de intercambio para )nglaterra7 obedecería a una caída de los precios de los productos 5maduros6, debido a la reducción tendencial de los tiempos de traba"o, y tambi#n a la utilización de menor traba"o comple"o 9por e"emplo porque se simplifican las operaciones=. 4uego la suba relativa de los bienes manufacturados a partir de fines del siglo ), comienzos del siglo , podría e1plicarse por la creciente incorporación de traba"o comple"o por parte de las empresas de países centrales, en especial con la )_F, construcción de laboratorios, subsunción del traba"o científico al capital 7por caso, las universidades se incorporan de manera creciente a la producción y mercantilización del conocimiento7 y procesos relacionados. 's lo que registran los teóricos de los $istemas *acionales de )nnovación desde fines del siglo ), con la 5segunda revolución tecnológica6. Fe esta manera se responde tambi#n a la cuarta ob"eción que se realiza a la !ipótesis de -rebisc!8$inger, a saber, que en los productos manufacturados entran nuevos productos, o tienden a me"orar su calidad. 'n la medida en que estas me"oras, o innovaciones, sean productos de la inversión de m0s traba"o comple"o con respecto al traba"o simple, !abr0 deterioro de los t#rminos de intercambio. -ero si se consideran los bienes industriales que se estandarizan, podremos encontrar que tambi#n sufren del deterioro de los t#rminos de intercambio. 'sta e1plicación sólo busca ser una !ipótesis de traba"o para futuras elaboraciones e investigaciones empíricas.
@
A(#dice E=(+ic!ci$# se#ci++! de (ecios de (od*cci$# 4os precios de producción surgen de la necesidad de igualar las tasas de ganancia de las diferentes ramas de la economía, en las que e1isten, naturalmente, diferentes relaciones entre capital constante y capital variable. G< 4as mercancías no se pueden vender a precios directamente proporcionales a los tiempos de traba"o, porque en ese caso las tasas de ganancia entre las ramas serían muy distintas. -ara ver por qu#, supongamos que tenemos una economía en la que e1isten tres ramas, con capitales por valor de `>;; en cada una, pero con composiciones de valor 7esto es, relación entre capital constante y capital variable7 distintas. $upongamos que la tasa de plusvalía es del >;;V en todas las ramas. $i las mercancías se venden a precios directamente proporcionales a los valores, tendríamosH 3ama
Cap. cte
Cap. var.
-lusv.
-recio valor
Tasa de ganancia V
A
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B
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C
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$i las mercancías se vendieran a estos precios& los capitales fluirían !acia C, la rama de mayor tasa de ganancia. 'sto generaría una sobreoferta de productos C, y una carencia de productos A y B. Fe manera que los precios de C ba"arían y los precios de A subirían, !asta que en promedio las tasas de ganancia se igualaran. Fesde el punto de vista analítico, esa tasa de ganancia comn surge de dividir la suma de las plusvalías 9en nuestro e"emplo Y G;= por el con"unto del capital invertido 9en nuestro e"emplo Y ;;=. 4a tasa media de ganancia es del :;V, y los precios se establecen a partir de un recargo sobre los costos, que comprenden la suma del capital constante m0s el variable. 4os precios que resultan, que Mar1 llama de producción, garantizan una tasa de ganancia igual en todas las ramas. 'n el e"emplo anteriorH 3ama
Cap. cte.
Cap. var.
-lusv.
-recio Kalor
A
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Tasa media -recio ganancia en V -roducción
de
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Así los capitales que tienen una menor proporción de capital variable que la media, venden a un precio de producción superior al precio directamente proporcional al valor. 4o inverso sucede con los capitales que tienen una mayor proporción de capital variable que la media. 4a ley del valor se cumple, dado que los valores globales producidos reaparecen en el producto final, y las ganancias apropiadas por los capitales equivalen a las sumas de plusvalías& o sea, de valores generados por los plustraba"os. -ero los precios individuales de las mercancías ya no se corresponden a los tiempos de traba"o invertidos, en forma estricta, en cada rama.
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>+ase ;arx, 1???, t. 3, cap. ? para lo que si"ue.
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C!()t*+o Ti(o de c!"bio 6 cisis e=te#! c$#ic! e# S5!i35 4os traba"os del economista mar1ista AnOar $!ai! sobre tipo de cambio y su crítica a la teoría de las venta"as comparativas constituyen un punto de referencia ineludible para todo aqu#l que desee abordar la cuestión desde el punto de vista de la teoría del valor traba"o. $in embargo, y con todo lo importante que !a sido el aporte de $!ai! al avance de la economía política crítica, su e1plicación encierra importantes problemas. Centralmente, porque no permite e1plicar el !ec!o cierto de que los países atrasados tienen con frecuencia balanzas comerciales e1cedentes& no padecen crisis crónicas en sus balanzas de pagos& y sus monedas tienden a estar depreciadas en t#rminos reales. 'stas cuestiones no pueden ser e1plicadas con el enfoque de $!ai!. -ara ver por qu#, comenzamos resumiendo la crítica de $!ai! a las venta"as comparativas, para luego analizarla, y presentar por ltimo una visión alternativa.
LA CRÍTICA A LAS ENTAAS COMPARATIAS Tal vez el traba"o de $!ai! sobre comercio internacional que m0s !a trascendido fue la crítica de la teoría de las venta"as comparativas de 3icardo. 'se escrito de $!ai! indudablemente constituye un !ito para la crítica mar1ista de la teoría burguesa del comercio internacional. Acertadamente $!ai! muestra cómo la teoría de 3icardo depende crucialmente de la teoría cuantitativa del dinero. 3ecordemos que en el e"emplo cl0sico de 3icardo, sobre el comercio entre )nglaterra y -ortugal, -ortugal tiene mayor productividad tanto en la fabricación de tela y vino que )nglaterra, pero mayor productividad relativa en el vino que en la tela, con respecto a )nglaterra. Fada la venta"a inicial en ambas ramas, -ortugal comienza e1portando ambos productos a )nglaterra. 4o cual genera super0vit comercial creciente en -ortugal, y d#ficit en )nglaterra. -ero la entrada de oro, segn la teoría cuantitativa del dinero, eleva los precios en -ortugal& y la salida de oro ba"a los precios en )nglaterra. 'sto contina !asta que la tela inglesa puede venderse m0s barata que la tela portuguesa. ?; Fesde ese momento )nglaterra se especializa en la producción de tela, en la que posee una venta"a relativa& y -ortugal en la producción de vino. -uede comprobarse que para que el mecanismo funcione de la manera descrita, es clave que se cumpla la teoría cuantitativa del dinero. P es en este punto, sostiene $!ai!, donde 5la teoría del dinero de Mar1 se !ace crítica6 9$!ai!, ><<>, p. >=. 's que segn la teoría de Mar1, la entrada del oro en -ortugal no genera suba de precios, sino la acumulación de reservas, la ba"a de la tasa de inter#s y la e1pansión de la producción. -or otro lado, la salida de oro de )nglaterra provoca la caída de las reservas, la suba de la tasa de inter#s, la caída de la inversión y de la producción de otras mercancías. Fe aquí concluye $!ai! que la desventa"a absoluta de )nglaterra se manifestar0 en un d#ficit comercial crónico, compensado por la salida del oro& y la mayor eficiencia de -ortugal en una acumulación continuada de oro. $in embargo, llegado a este punto $!ai! se enfrenta con una cuestión que es decisivaH Icómo es posible que pueda !aber comercio internacionalJ 's obvio que 5seme"ante situación no puede seguir indefinidamente6 9ibid=, y que si se consideran nicamente los flu"os de mercancías, el comercio entre )nglaterra y -ortugal tiene que derrumbarse& el d#ficit comercial debe ser financiado. )nterviene entonces la tasa de inter#s. Fado que aumenta la tasa en )nglaterra, los capitalistas de -ortugal comienzan a prestar dinero a )nglaterra. -ero $!ai! reconoce que tampoco así la situación estar0 equilibrada, porque )nglaterra tendr0 que pagar los intereses y devolver, eventualmente el principal. ICómo puede !acerlo si la producción se !a trasladado a -ortugal, y si )nglaterra no puede e1portarJ IFe dónde va a obtener )nglaterra el oro para pagar a los prestamistas portuguesesJ Aunque $!ai! no formula e1plícitamente todas estas preguntas, la conclusión es inevitableH 5Con todas las circunstancias iguales, !ay que pagarH al final, acosada por los d#ficits comerciales crónicos y deudas acrecentadas, )nglaterra debe sucumbir6 9ibid., p. ><=. 4as nicas mercancías que )nglaterra 7o cualquier país subdesarrollado7 puede e1portar son /
sto sucede se"n la teoría cuantitati)a, a la que adhería
@/
aquellas que produce a menor valor& o en las que tiene alguna venta"a natural y nica. Febido a que el an0lisis de $!ai! se realiza en t#rminos de precios8valores, no importa que !aya salarios m0s ba"os en el país subdesarrollado, ya que su nivel 5afecta las ganancias pero no tiene efectos sobre los precios6 9ibid., ><<=. 'l resultado tampoco se modifica sustancialmente cuando se consideran los precios de producción, porque 5el precio medio de producción es igual al precio directo promedio6 9ibid.=. 4a conclusión es que el país atrasado está condenado a padecer déficits comerciales crónicos, y en el largo plazo el comercio sucumbe.
TIPO DE CAMBIO ?ESTRUCTURAL@ 'l planteo anterior fue profundizado y completado con una e1plicación 5estructural6 del tipo de cambio, sustentada en la idea de que lo fundamental son las venta"as absolutas. 'n $!ai! 9><<<= se supone que el capital fluye libremente entre países, y que los t#rminos de intercambio 7o sea, el tipo de cambio real7 est0n determinados por la igualación de las tasas de ganancia entre los capitales que fi"an precios para las mercancías que se comercian en el mercado mundial. 'sto es, los tipos de cambio reales est0n determinados por los precios relativos& que est0n gobernados por los precios de producción y el mecanismo de igualación de las tasas de ganancia. -or caso, suponemos que el país A es adelantado, produce un medio de producción, Q& y su moneda es `a 9podemos pensar que se trata de 'stados (nidos, y la moneda es el ($`=. $uponemos, por otra parte, que el país subdesarrollado es B, que produce un bien de consumo C, y su moneda es `b. $egn $!ai!, el tipo de cambio real q est0 determinado de la siguiente maneraH ?> q Y ' -A2-cB 4os precios relativos de los bienes internacionales, y por lo tanto los t#rminos de intercambio entre naciones, se regulan de la misma manera que los precios relativos dentro de los países. 'sto significa, siempre segn $!ai!, que los tipos de cambio est0n regulados directamente por la ley del valor traba"o. 4os precios que intervienen en la determinación del tipo de cambio son los precios de producción de los productos en los cuales los países son competiti"os. 'sta idea es esencial en su planteo, ya que !a partido de la idea de que el tipo de cambio est0 determinado por los costos laborales unitarios, que a su vez se equiparan con los tiempos de traba"o sociales. Debido a que los costos laborales unitarios "arían muy lentamente, los tipos de cambio tienden, lógicamente, a ser estables. Fe esta manera $!ai! refuerza su anterior crítica a la teoría neocl0sica del comercio internacional. 'sencialmente porque plantea que es equivocado afirmar que los tipos de cambio real se modifican al variar el tipo de cambio nominal, de manera que los valores de las e1portaciones y las importaciones eventualmente se igualen. $ostiene, por el contrario, que los productores con altos costos pierden en la competencia internacional, y en consecuencia los países atrasados est0n condenados a padecer d#ficits crónicos. 4o inverso sucede, lógicamente, con los productores tecnológicamente avanzados, ubicados en países adelantados. 4os d#ficits comerciales se mantienen en el tiempo porque al !aber d#ficit ba"an la producción y el empleo. ?: bien porque la salida de dinero, debida al d#ficit comercial continuo, provoca una disminución de la liquidez interna y suba de la tasa de inter#s& por lo cual entran capitales que compensan, en la balanza de pagos, el d#ficit comercial. -ara sostener este planteo $!ai! debe demostrar que las variaciones del tipo de cambio nominal no afectan al tipo de cambio real. -ara lo cual presenta b0sicamente dos argumentos. 'n primer lugar sostiene que cualquier deterioro de los t#rminos de intercambio disminuye la tasa de ganancia de los capitales de los países que deprecian su moneda. 'n nuestro e"emplo, la tasa de ganancia de los capitales B disminuye con la suba de ' y q. 's que si los capitales B determinan el precio a que se vende el bien de consumo C, el ingreso de los capitales B, medido en moneda internacional `a, ser0 - cB2'. Fado que las tasas de ganancia negativas no pueden sostenerse en el tiempo, es muy poco lo que puede fluctuar el tipo de cambio real. -or eso, en 1
;odi&icamos la notaci!n de -hai9h para adaptarla a la notaci!n usual de los textos de macroeconomía que se utili$an en *r"entina. l tipo de cambio nominal es UbTUa' una suba de q, o de , implica una depreciaci!n de la moneda del país atrasado, Ub. sto es, un deterioro de los t+rminos de intercambio. 2 -e trata del en&oque 9eynesiano de la absorci!n, aunque -hai9h no lo menciona así.
@1
caso de que se devaluara la moneda, y se cumplieran las condiciones de elasticidad usuales, el resultado final de la depreciación de la moneda seguiría siendo el colapso del comercio. 'n segundo lugar, y dado que la tasa de ganancia no admite muc!as variaciones, la otra variable de a"uste que considera $!ai! son los salarios. 4os salarios deberían ba"ar considerablemente para que la depreciación de la moneda no afectara a la tasa de ganancia. -ero esto supondría una situación irreal, en la cual los traba"adores no defienden sus salarios reales. A lo sumo, podría e1istir un efecto positivo sobre la balanza comercial en un primer momento& pero en el mediano plazo los salarios suben, y se vuelve al d#ficit comercial. 'n definitiva, el tipo de cambio real no es fle#ible )as de"aluaciones son siempre ineficaces. $ólo las políticas y las instituciones proteccionistas pueden tener una incidencia importante en la balanza comercial, como lo !abrían demostrado los países que se industrializaron y desarrollaron, tales como 'stados (nidos, Wapón, Corea del $ur.
PROBLEMAS DEL PLANTEO -artimos de seDalar que coincidimos con $!ai! en la necesidad de una teoría sobre el tipo de cambio que vincule a #ste a determinantes estructurales& específicamente, con la teoría del valor traba"o. Tambi#n destacamos su crítica a la teoría de las venta"as comparativas, y su enfoque basado en las venta"as absolutas. $in embargo, a partir de estos puntos de coincidencia, afirmamos que la tesis de $!ai! no logra e1plicar lo que sucede con el comercio de los países dependientes, sus tipos de cambio, y las situaciones de sus balanzas de pago. -untualizamos cinco argumentos críticos sobre la tesis de $!ai!. 4os cuatro primeros giran en torno a cuestiones empíricas que el modelo de $!ai! no e1plica& el quinto e1plora la que, en nuestra opinión, es la cuestión teórica subyacente a los problemas que enfrenta su modelo.
1 Sobe e+ co+!(so (e"!#e#te de+ co"ecio (na primera y principal cuestión es que no e1iste el colapso permanente del comercio, como se desprende de la crítica de $!ai! a las venta"as comparativas, y de sus te1tos posteriores. 'n su e"emplo de )nglaterra 5subdesarrollada6, si el d#ficit comercial es crónico, sencillamente no puede %aber comercio internacional, ni tampoco desarrollo capitalista alguno. 'sto se debe a que el financiamiento de los d#ficits comerciales con entrada de capitales tiene un límite, determinado por la necesidad de los prestamistas de recuperar el principal y los intereses en moneda mundial. $i se trata de capitales que entran al país subdesarrollado atraídos por la tasa de inter#s, en el corto o mediano plazo el pago de intereses se !ar0 sentir en la cuenta corriente& y en el mediano o largo plazo, el recupero del principal pesar0 en la cuenta de capitales. $i se trata de inversiones directas, !abr0 remesas de utilidades. 'n cualquier caso, no es posible financiar indefinidamente los d#ficits comerciales. -ero por otra parte es una realidad que los países atrasados !an tenido super0vits comerciales durante muc!os aDos. 'l caso de Argentina tambi#n es e"emplar. Fe los ; aDos comprendidos entre ><E y >;, la balanza comercial fue deficitaria, pero desde ><; a ><<> !ubo otros diez aDos de super0vit& y volvió a tener fuertes super0vits en la d#cada de :;;;. $i tomamos los países subdesarrollados de con"unto, y segn datos de la MC, en los E? aDos que van desde >
2 Sobe +! est!bi+id!d de+ ti(o de c!"bio e!+ 6 s* i#cide#ci! e# +! b!+!# 9Y promedio de enero de ><; a marzo de :;;= el tipo de cambio real era de apro1imadamente ;,E; en ><>& se ubicaba a niveles superiores a > entre ><> y ><<> 9con picos que llegaban a casi =& ba"aba luego a menos de > en la d#cada de ><<;, y saltaba de nuevo desde menos de ;,E en diciembre de :;;> a apro1imadamente > en los aDos siguientes, segn las estadísticas del Banco Central. $ubas de m0s del >;;V y caídas del E;V o m0s. I+u# tiene de estableJ -or otra parte, es imposible negar que estas variaciones %ayan incidido en la balanza comercial& !ubo d#ficits cuando el tipo de cambio fue ba"o, y super0vits cuando fue alto. Muc!os
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otros países subdesarrollados muestran fuertes variaciones del tipo de cambio real a lo largo de los aDos.
7 L! i#cide#ci! de+ ti(o de c!"bio #o"i#!+ e# e+ ti(o de c!"bio e!+ $!ai! afirma que las variaciones del tipo de cambio nominal no inciden en el tipo de cambio real. -ero es un !ec!o que las variaciones del tipo de cambio nominal !an incidido en el tipo de cambio real en Argentina, y en otros países subdesarrollados. Así, cuando se !a fi"ado el tipo de cambio nominal en Argentina 7durante la dictadura militar y en los noventa para anclar la inflación7 el tipo de cambio real ba"ó, y la moneda permaneció apreciada, con respecto a sus niveles !istóricos y a la productividad general, durante aDos. )nversamente, las devaluaciones de ><> y :;;> modificaron al alza el tipo de cambio, y la moneda estuvo depreciada en t#rminos reales durante varios aDos.
; L!s t!s!s de g!#!#ci! 6 e+ ti(o de c!"bio $!ai! sostiene que los tipos de cambio no pueden e1perimentar modificaciones fuertes porque las tasas de ganancia est0n estructuralmente limitadas en sus variaciones. $in embargo, los tipos de cambio sí se modifican de manera importante en los países subdesarrollados& y con ellos, las tasas de ganancia. Tomando de nuevo el e"emplo de Argentina, la suba en términos reales del tipo de cambio de 566= aumentó los ingresos y la tasa de ganancia de los sectores e#portadores, y en general de los productores de bienes transables. (n resultado que es opuesto a lo que predice la tesis de $!ai!. $u modelo no registra la importancia que tienen las variaciones de los tipos de cambio en los países atrasados en las variaciones de las tasas de ganancia de sectores productores de bienes transables y no transables.
L! !<$# te$ic!: es(eciFicid!d de +os es(!cios #!cio#!+es 6 +os ti(os de c!"bio 'l problema central del planteo de $!ai! es que !ace abstracción de la especificidad de los espacios nacionales de valor. *o advierte diferencias entre cómo se determinan los t#rminos de intercambio entre países, y cómo se determinan los precios relativos a l interior de un país. -ero los espacios nacionales de valor tienen una entidad propia, y por eso no pueden ser obviados. $on espacios donde se realizan valores a partir de sus relaciones con equivalentes nacionales& y donde estos valores 5nacionales6 se vinculan entre sí a partir de las relaciones entre los equivalentes nacionales. 3elaciones que no se reducen a las razones entre los precios de producción, que postula $!ai!. M0s precisamente, los t#rminos de intercambio no pueden ser determinados directamente a partir de las relaciones entre tiempos de traba"os sociales, como sostiene $!ai!, por la sencilla razón de que se trata de tiempos de traba"os que operan en condiciones de productividad media muy distinta. 'sta cuestión es teóricamente esencial& el no tenerla en cuenta es lo que induce a $!ai! a pensar que los países subdesarrollados sólo pueden tener d#ficits crónicos. -ara verlo en m0s detalle, sigamos la secuencia de su razonamientoH a= 4os tiempos de traba"o 9o los precios de producción= determinan directamente los tipos de cambio reales& b= las mercancías competitivas son las que intervienen en la determinación del tipo de cambio& c= los capitales de los países subdesarrollados fi"an los precios internacionales de los bienes que e1portan& d= se deduce que el país subdesarrollado sólo puede e1portar productos en los que posea venta"as absolutas, o que le sean específicos 9considerando que la oferta y la demanda a nivel mundial est0n equilibradas=& A!ora bien, si el tipo de cambio real est0 fi"ado segn los precios de las mercancías en cuya producción los capitales del país atrasado son competitivos, el tipo de cambio real estará sobre"aluado. -ara ver por qu#, volvamos a nuestro país B, subdesarrollado. $uponemos que en promedio su economía tiene una productividad tres veces inferior a la del país A, adelantado. $in embargo B posee una industria en la que tiene nivel de competitividad internacional, que determina el precio en el mercado mundial, tal como se supone en el modelo de $!ai!. $ea el bien + t. 'sta
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producción representa una parte pequeDa de su -B), digamos, el EV. $egn $!ai!, el tipo de cambio real se establece a partir de la relación entre los precios de producción 9o precios valores= de los productos competitivos. -or lo tanto en nuestro e"emplo el tipo de cambio estar0 determinado por la razón entre el precio de + t producido en B, y el precio de + c y de +p, producidos en A. -ero si esto es así, el tipo de cambio entre `b y `a se establecer0 a un nivel tal que la moneda del país ; estará apreciada con respecto a los ni"eles determinados por la paridad de poder de compra, tal como se calculan !abitualmente 9o sea, como relación entre los precios de canastas de bienes=. 'sto es, '^ 9tipo de cambio a lo $!ai!= ' ppc. 4a moneda de B est0 sper8 apreciada, en t#rminos reales y nominales, con respecto a la paridad de poder de compra. Con este nivel de tipo de cambio, el resto de las industrias de B, productoras de medios de producción o de medios de consumo, no tienen ninguna posibilidad de sobrevivir. -ero dado que la producción de +t representa sólo una pequeDa fracción de la economía de B, el d#ficit en cuenta corriente debe crecer a ritmos altísimos. 'sto reforzaría la visión de $!ai! de la imposibilidad de comercio por parte del país subdesarrollado, su tendencia a d#ficits permanentes en la cuenta corriente, etc#tera. -ero en la realidad sucede que el tipo de cambio de los países atrasados tiende a estar por encima del tipo de cambio que teóricamente corresponde a la paridad del poder de compra . 'sto es, no está apreciado, sino depreciado en términos reales. 4o cual se e1plica por el atraso general de las fuerzas productivas del país subdesarrollado. 'n Valor / !emos planteado que de ese atraso deriva la tendencia a los tipos de cambio 5competitivos6, ', que est0n por encima de ' ppc. 's lo que confirman las -enn Tables, lo que registra el modelo Balassa8$amuelson, y lo que típicamente comprobamos los ciudadanos de los países subdesarrollados cuando via"amos al e1terior y nuestras monedas tienen menos poder de compra que las monedas de los países adelantados. -or otra parte, Iqu# sucedería si un país no posee ninguna industria que pueda intervenir como formadora de precios en el mercado mundialJ ICómo se establece en este caso el tipo de cambio, segn el modelo de $!ai!J *o !ay respuesta a esta cuestión. Adem0s, incluso si un país tiene algn producto de e1portación en el que pueda ser formador de precios 7en Argentina puede ser el caso de los tubos sin costura, e1portados por una empresa de tecnología de punta a nivel mundial7, Iqu# razón teórica e1iste para decir que ese nico precio es el decisivo para establecer el tipo de cambio realJ *uestra respuesta es que ninguna. Festaquemos que, e1traDamente, el planteo de $!ai! sobre la estabilidad de los tipos de cambio real, y la no incidencia del tipo de cambio nominal en los t#rminos de intercambio, tiene un punto de contacto con los planteos neocl0sicos que sostienen que los precios y salarios son completamente fle1ibles y reaccionan instant0neamente a los tipos de cambio nominal, de manera que el tipo de cambio real permanece inalterado. Con esto apuntamos a una cuestión clave, que es que $!ai! se deslizó a un enfoque ricardiano de la cuestión. 's un planteo ricardiano y 5ortodo1o6 porque %a pasado por alto la dimensión monetaria del problema del tipo de cambio. 's que en los planteos cl0sicos 5a lo 3icardo6, o de los ortodo1os neocl0sicos, las variables monetarias no afectan, en el mediano o largo plazo, a las variables 5reales6. Aplicado al tipo de cambio, esto significa que las variaciones del tipo de cambio nominal no afectan al tipo de cambio real. -or este motivo en la e#plicación de 3%ai8% el tipo de cambio no tiene +espesor monetario . 'l tipo de cambio real se establece a partir de una relación entre precios de producción 9o entre tiempos de traba"o social=, donde el tipo de cambio nominal es una variable completamente neutra. -or este motivo entre las instituciones que incidieron !istóricamente en las balanzas comerciales de los países, $!ai! no presta atención a las políticas cambiarias. -ero las políticas cambiarias efectivamente incidieron en los cursos !istóricos de los países subdesarrollados. 's imposible entender la !istoria económica argentina, por e"emplo, sin tomar en cuenta este problema.
UNA SOLUCI&N ALTERNATIA DESDE EL MAR/ISMO 4a solución que !emos propuesto en nuestros traba"os intenta mantener el aspecto 5fuerte6 del planteo de $!ai!, a saber, que e1iste una determinación estructural, 5en ltima instancia6, del tipo de cambio real establecida por la ley del valor traba"o 9v#ase Astarita, :;;G=. $in embargo la ley del valor traba"o no debe entenderse en un sentido ricardiano, sino 5a lo Mar16. Lay que tener en cuenta no sólo la tecnología y la productividad 7que brindan las venta"as en t#rminos absolutos que
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destaca $!ai!7 sino tambi#n los espacios en que se realizan los valores, y los diferentes niveles de esta realización, segn las relaciones entre los equivalentes. -or eso pensamos que el modelo que !emos presentado permite dar cuenta de lo que sucede con los tipos de cambio en los países subdesarrollados. 4a idea b0sica es que en estos países opera un impulso a mantener la moneda depreciada en t#rminos reales 9o sea, el tipo de cambio real por encima del determinado a --C=& aunque esto a su vez genera presiones inflacionarias recurrentes, que muc!as veces desembocan en situaciones de alta inflación. 'sto ocurre porque los tipos de cambio nominales inciden en los tipos de cambio reales& y porque los salarios en los países atrasados difieren sustancialmente de los salarios en los países adelantados. -or otra parte, en nuestra e1plicación no !ace falta suponer que inevitablemente capitales de los países atrasados determinan los precios mundiales de uno o m0s productos. $implemente suponemos que las empresas de los países atrasados son 5precio8 aceptantes6 en la mayoría de los rubros en que compiten, en especial en las manufacturas, debido a su atraso tecnológico. $i el precio internacional, -& est0 dado, lógicamente la empresa del país e1portador aumentar0 sus ingresos si la moneda se deprecia, y a condición de que los salarios no aumenten en la misma proporción en que se devaluó la moneda. 'n el caso de la empresa del país B, e1portadora de C, su ingreso por unidad de producto vendido ser0H -cB Y ' -c 'sto es, el precio internacional 9en dólares= de C, multiplicado por el tipo de cambio. Cuando ' sube la tasa de ganancia de las empresas de B, productoras de C, aumenta si los salarios no suben en la misma proporción que la devaluación de la moneda. 4o inverso sucede con la tasa de ganancia de sectores que producen para el mercado interno, y utilizan insumos de importación.
CONCLUSI&N $i bien la crítica de $!ai! a la teoría de las venta"as comparativas !a representado un avance importante para la teoría mar1ista del comercio internacional, su enfoque en ltima instancia ricardiano sobre la determinación del tipo de cambio 7el tipo de cambio se determina directamente por las productividades relativas de las industrias competitivas7 no permite entender la dimensión monetaria de la cuestión, y por ende a atribuir una estabilidad a los tipos de cambio reales que no encontramos en la realidad. -eor an, si se verificase en la realidad el modelo de $!ai!, las monedas de los países atrasados deberían estar permanentemente sobrevaluadas, incluso por encima de lo que marca la paridad del poder de compra. $i #se fuera el caso, los d#ficits comerciales serían permanentes, y los países atrasados no podrían competir. *inguno de estos !ec!os, sin embargo, se verifica en la realidad del capitalismo. 'stos problemas pueden superarse si se adopta un enfoque que, sin descuidar la 5base6 diríamos estructural de determinación del tipo de cambio, a saber, los tiempos de traba"o socialmente necesarios, d# lugar sin embargo a la dimensión monetaria y a la incidencia de las variaciones del tipo de cambio nominal 7"unto las variaciones de los salarios y otros precios internos7 en el tipo de cambio real, y por consiguiente, tambi#n sobre las tasas de ganancias de los diferentes sectores productivos. 'n este enfoque las variables macroeconómicas, e incluso financieras, "uegan un rol para e1plicar las variaciones de mediano plazo del tipo de cambio en los países atrasados, y sus repercusiones sobre el desarrollo económico. 'n un plano m0s general, en lugar de derivarse una tesis del colapso permanente del comercio 7que equivale a la imposibilidad de desarrollarse como país capitalista, esto es, integrado al mercado mundial7 de nuestro planteo se desprende una visión de un país dependiente y atrasado, con un desarrollo e1tremadamente desigual.
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C!()t*+o 10 Ti(o de c!"bio 6 des!o++o de(e#die#te, e+ c!so !ge#ti#oK E+e"e#tos est*ct*!+es 'n los ltimos E aDos en Argentina se !a asistido a una alternancia de períodos de tipo de cambio real alto y ba"o. Tomando como punto de partida enero de >, ? se observa que entre esa fec!a y marzo de ><> el peso se aprecia, en t#rminos reales& entre febrero de ><> y comienzos de ><<> 9se instala la convertibilidad=, el tipo de cambio real aumenta& entre ><<> y fines de :;;> ba"a& a partir de :;;:, y !asta fines de :;;< vuelve a ser alto, aunque con tendencia declinante debido a la aceleración de la inflación. 4as oscilaciones se inscriben a su vez dentro de una tendencia de largo plazo a la depreciación en t#rminos reales del peso. 'ntre ><> y >< la moneda argentina se !abría depreciado un ;V con respecto al dólar y la libra& esto es, a una tasa de apro1imadamente el >V anual 9%root y 3ogoff, ><G=. 'n octubre de :;;?, el peso estaba entre un < y >;V devaluado, en t#rminos reales, con respecto al promedio de ><. ? 4os tipos de cambio promedio durante los períodos de apreciación real de la moneda 7notoriamente, durante la Convertibilidad7 no revirtieron la tendencia de largo plazo. 'sta depreciación de la moneda en t#rminos reales obedece, desde el punto de vista de la ley del valor traba"o, a problemas estructurales de la economía, que tienen que ver, principalmente, con su ba"a productividad global. 4a e1plicación m0s general la !emos presentado en Astarita 9:;;G=, y volvimos a tratarla en el capítulo siete de este libro. Aquí queremos e1plorar el porqu# de las oscilaciones periódicas del tipo de cambio. *uestra !ipótesis es que esos movimientos no se deben a simples cambios de !umores de los elencos gobernantes, sino que obedecen a impulsos estructurales. 'l tipo de cambio alto me"ora la competitividad internacional de la industria& pero los impulsos inflacionarios que derivan de ese r#gimen de cambio real alto generan las condiciones para reversiones !acia el tipo de cambio ba"o. Fe aquí tambi#n que los ciclos se combinen con una tendencia a un desarrollo crecientemente desigual entre los sectores productores de bienes transables y no transables. Comenzamos presentando el enfoque general.
MARCO %ENERAL 'l marco es el an0lisis a partir de la ley del valor traba"o y la teoría de la plusvalía. 'stablecer esta premisa no es en absoluta obvia para los países dependientes, ya que durante muc!o tiempo se !a pensado que en estos países la teoría del valor de Mar1 no tenía vigencia, o sólo regía de manera parcial, como !emos visto que sucedía en muc!os autores de la dependencia. 4a "ustificación para esta negación era que no e1istía la libre competencia, dado el dominio de los monopolios, y las particularidades del atraso. Fe aquí se desprendía tambi#n que de alguna manera las leyes de la acumulación capitalista no regían. *inguno de estos supuestos se sostiene en lo que sigue. $uponemos un país en el cual el modo de producción es capitalista& la relación de e1plotación es de clase& !ay competencia& y la tasa de ganancia rige la acumulación. Adem0s, y en oposición a planteos neocl0sicos, la tasa de inter#s es una parte de la plusvalía& su aumento tiende a ba"ar la tasa de ganancia y puede agravar una crisis de rentabilidad, pero no es el factor decisivo para las inversiones. 3igen las leyes del valor y la acumulación capitalista, aunque adquieren sus formas particulares. Al respecto, introducimos dos especificaciones. 'n primer lugar, la economía dependiente tiene una menor productividad promedio que las economías de los países desarrollados. Nste es un rasgo decisivo de la economía argentina. $e !a calculado, por e"emplo, que la productividad promedio de Argentina, a fines de la d#cada de ><<;, 3
n los primeros meses de 1?4 se inicia un &uerte aumento del tipo de cambio real, que )a a desatar, desde abril de ese a8o, una creciente aceleraci!n in&lacionaria' )+ase >itelli 1?@(0. a crisis hacia la que se desli$a *r"entina a &ines de ese a8o, y estalla en 1?5, marca el &in de la industriali$aci!n por sustituci!n de importaciones. 4 7omamos los datos del #C<*, pero corri"iendo se"n una in&laci!n estimada del 2/S durante 2//.
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era apenas el :V del nivel de 'stados (nidos. -or este motivo la !ora de traba"o empleada en la producción de determinada mercancía, en las empresas del país dependiente, genera, en promedio, menos valor en el mercado mundial que la !ora de traba"o empleada en la empresa de un país tecnológicamente adelantado. Febido a que la economía no est0 a la vanguardia del desarrollo tecnológico, depende crucialmente de la importación de equipos avanzados y de tecnología. 'n segundo lugar la economía es dependiente en tanto es 5precio aceptante6 en lo que respecta a sus e1portaciones. 'sto significa que no puede desatar guerras de precios& sus empresas, como regla general, no obtienen plusvalías e1traordinarias en el mercado mundial. 'n tercer t#rmino, incluimos un sector e1portador importante, pero no dominante, que tiene una productividad similar a los est0ndares internacionales, y puede competir con un tipo de cambio a la paridad de poder de compra. 'n períodos en que el tipo de cambio es alto, este sector obtendr0 plusvalías 9que pueden traducirse en rentas= superiores al resto de la economía. Fe esta manera registramos la e1istencia de un fuerte sector agro e1portador en la economía argentina. ?E
CONCEPCI&N MONETARIA BASADA EN MAR/ 'n lo que sigue tambi#n se considera que la teoría de Mar1 tiene relevancia para e1plicar los problemas monetarios de los países subdesarrollados. $in embargo la moneda del país dependiente no es un equivalente pleno, ya que su función como tal est0 condicionada a su relación con las divisas que actan como dinero mundial, el dólar y el euro. $iguiendo la teoría de Mar1, las funciones del dinero se ordenan "er0rquicamente& esto es antes de actuar como medio de cambio el dinero debe tener valor. 'l valor del dinero nacional est0 dado entonces por su relación con el dinero mundial, dólar o euro. 'sto sucede al margen de que e1ista un r#gimen de convertibilidad legal. 4a relación clave se establece entre la base monetaria 7que constituye el dinero propiamente dic!o7 y las reservas internacionales del Banco Central. 'sto no implica afirmar que e1ista una relación mec0nica entre ambas magnitudes, o sea, que a un aumento de la emisión monetaria, dada una cantidad de reservas, deba corresponder necesariamente una depreciación del signo monetario nacional. 4a moneda dom#stica es signo de valor a partir de su relación con el dinero8divisa, pero se trata de una relación sometida a mltiples mediaciones, incluso políticas y legales. 'n tanto se mantenga la convicción de que el billete dom#stico pueda convertirse, a determinada paridad, al dólar o euro, mantendr0 su valor, al margen de que e1ista efectivamente la cantidad de reservas que pueda garantizar la conversión efectiva de toda la base monetaria a esa paridad. 'sto !abilita a que puedan darse discrepancias entre base y respaldo en divisas. -ero tambi#n determina la e1istencia de límites a la emisión basada en el cr#dito interno& y abre la posibilidad de que el equivalente dom#stico sea sometido a cuestionamiento en cuanto se advierta que la conversión a la paridad establecida no es posible. 4as consecuencias de que e1ista esta necesidad de validación son difíciles de e1agerar. 's que en la medida en que se cuestione el valor del equivalente dom#stico, !abr0 corridas !acia el dinero8 divisa& de la misma manera que en el siglo ) en los países capitalistas se producía la corrida !acia el oro cuando el billete estaba cuestionado como signo de valor. Fe aquí tambi#n la posibilidad de que se desencadenen procesos inflacionarios debido a la p#rdida de valor del equivalente dom#stico por su relación con el billete8divisa. ?G 3emarcamos el problemaH no se trata de que el dinero dom#stico pierda valor porque circula en demasía con respecto a la masa de 5
l comportamiento de este sector, así como la cate"oría te!rica de la renta, y su relaci!n con la "anancia, se discuten en el capítulo 12. ( Contra lo que sostiene la tradici!n monetarista y neoclásica, hist!ricamente en *r"entina el principal impulsor de la in&laci!n no &ue la emisi!n monetaria, sino las de)aluaciones de la moneda. >itelli 1?@(0 apunta que en todas las "randes rupturas de la estabilidad de precios, en 6unio de 1?4@, mar$o de 1?5, abril de 1?(2, 6unio de 1?/ y abril de 1?4 el tipo de cambio inici! la estampida. sta &ue una mecánica impulsora de la ruptura que tiene )alide$ de carácter uni)ersal, ya que en todo quiebre, cualquiera haya sido su explicaci!nG el tipo de cambio &ue el precio que siempre creci! pre)ia o simultáneamente a su inicio, anticipándose en su expansi!n a los restantes precios p. ?/0. o mismo se puede a&irmar de la disparada de la in&laci!n en *r"entina a partir de &ines de 2//1.
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mercancías 7como sostiene la teoría cuantitativa del dinero7, sino de que pierde valor porque se debilita en tanto signo de valor referido a la divisa. 'sto e1plica tambi#n por qu# las economías de los países dependientes pueden verse forzadas a acumular enormes reservas de dinero8divisa, muy por encima de lo que dictan sus necesidades comerciales, o de transacciones corrientes. $e trata de fortalecer un equivalente que sólo es tal en tanto est# validado por el equivalente 9la divisa= reconocido como dinero mundial. 4a realización del plusvalor est0 condicionada al retorno a la encarnación de valor, a la moneda mundial. 'sto rige para las empresas e1tran"eras que invierten en el país, pero tambi#n para la clase capitalista nativa. 'l grado de valorización del capital se mide en t#rminos del dinero8divisa, no del dinero local. Fe aquí surge tambi#n la necesidad para el capital que produce valor localmente, de que !aya respaldo para la validación del dinero. 4o dic!o tambi#n e1plica por qu#, en la medida en que el dinero local entre en espirales de depreciación acelerada 7procesos de alta inflación e incluso !iperinflación7 sus funciones pueden ser reemplazadas paulatinamente por el dinero8divisa. -rimero en cuanto medida de valor 9por e"emplo, los precios de viviendas y dem0s bienes durables se fi"an en dólares o euros=& segundo en cuanto reserva de valor 9normalmente se atesora en dólares& durante una crisis la preferencia por la liquidez desata la corrida !acia el dólar, etc.=& tercero, como medio de pago 9los contratos se fi"an en dólares=& y por ltimo, incluso, como medio de circulación interna 9en casos e1tremos los consumidores compran con dólares los bienes cotidianos=. 4legada esta instancia en que el dinero dom#stico no sirve para la comparación de los tiempos de traba"o, es reemplazado enteramente por el dinero8divisa. 'sta situación e1plica que e1iste una racionalidad en la estabilización de precios por medio del ancla"e del tipo de cambio. $i esto se vincula con los problemas de inserción en el mercado mundial que tienen los capitales atrasados tecnológicamente, se comprende que sur"a una dial#ctica de ciclos de fuerte apreciación y depreciación de la moneda de un país dependiente como Argentina. 'stos ciclos a su vez se relacionan con cambios abruptos en los par0metros de desarrollo, y en la situación de las balanzas de pagos. 'ste capítulo gira en lo esencial en torno a estas cuestiones. Fe la concepción monetaria que !emos esbozado, adem0s, se derivan otras consecuencias, que sintetizamosH a= 's necesario distinguir entre la emisión e1ógena de dinero dom#stico de su creación endógena 7esto es, a partir del cr#dito que otorgan los bancos7 con el desarrollo de la actividad capitalista. Como !an demostrado mar1istas y poseynesianos, la generación endógena de dinero no puede tener consecuencias inflacionarias& lo cual derrumba la teoría cuantitativa.?? b=
's necesario distinguir, a su vez, la emisión de dinero dom#stico que efecta el Banco Central por compra de divisas& de la emisión para monetizar los d#ficits fiscales. 4a primera, y contra lo que afirma la teoría cuantitativa, no es inflacionaria. 4a idea de que es necesario 5esterilizar6 masa monetaria, para evitar presiones inflacionarias, cuando aumentan las reservas, no se sostiene. -or un lado, porque no necesariamente los bancos utilizan las nuevas reservas para e1pandir la masa monetaria. -or otra parte, y m0s fundamental, porque el dinero que no es necesario para la circulación permanece como stoc en moneda dom#stica& o es vuelto a colocar por los inversores en activos e1ternos 9v#ase 4avoie :;;;=. Fe esta manera se derrumba el mecanismo de 5a"uste a lo Lume6 y el famoso 5trilema6. ?
c= -or otra parte la emisión monetaria a partir de adelantos del Banco Central al gobierno 7 por e"emplo, debida a la financiación de d#ficits fiscales7 tiene efectos inflacionarios. 'n este respecto parece cumplirse un aspecto de lo que afirma la teoría cuantitativa, ya que
stas cuestiones las tratamos en *starita 2//@0. -e"n el trilema, no se puede tener al mismo tiempo tipo de cambio &i6o, in"reso de capitales y reali$ar política monetaria. l mantenimiento del tipo de cambio &i6o obli"a al #anco Central a adquirir o )ender todos los d!lares que se le solicitan. sto pro)oca, siempre se"n la teoría monetaria ortodoxa, )ariaciones en la masa monetaria, que se traducen en cambios en los ni)eles de precios. @
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este tipo de emisión genera aumento de los precios. -ero esto sucede porque aumenta la cantidad de signos monetarios locales en relación al dinero8divisa que es respaldo. *o sucede, como postula la teoría cuantitativa, porque se est# comparando una mayor masa de dinero con una cierta masa de mercancías 9v#ase Mar1, ><;=. 'stos mecanismos son esenciales para entender cómo se relaciona lo monetario con los tipos de cambio y la balanza de pagos& y con los ciclos de acumulación y crisis.
TIPO DE CAMBIO COMO ARTICULACI&N DE ESPACIOS DE ALOR 'n la literatura neocl0sica el tipo de cambio se define como el precio de la moneda e1tran"era en t#rminos de la moneda dom#stica. 'sta definición no es incorrecta si se toma como una primera apro1imación a la cuestión. 'l problema es que el tipo de cambio queda así definido a nivel de la mera forma sin contenido. 'sto significa que, como sucede con cualquier otro precio en el universo neocl0sico, el tipo de cambio no tiene espesor teórico& es una mera relación cuantitativa determinada por la oferta y la demanda. -ero la oferta y la demanda por sí mismas no e1plican nada. 4a teoría neocl0sica no puede brindar un fundamento teórico para el dinero, y por lo tanto tampoco puede !acerlo para las relaciones de cambio entre las monedas. 'n la teoría de Mar1, por el contrario, el equivalente, esto es el dinero, es encarnación del valor, o sea, de tiempo de traba"o social. 'n consecuencia el tipo de cambio vincula dos equivalentes de tiempos de traba"os sociales, nacionalmente determinados. 4os tiempos sociales de traba"o nacionalmente determinados a su vez se asientan en diferentes niveles de productividad, segn los países. 'n otras palabras, e1isten espacios nacionales de valor sustentados en desarrollos desiguales de las fuerzas productivas. 'sto obedece a que no e1iste una nica función de producción& las tecnologías no circulan libremente& no est0n disponibles gratis& y para implementarlas e1igen inversiones en capital fi"o, investigación y desarrollo, y capacitación de fuerza de traba"o. -or eso las diferencias de productividad entre espacios nacionales de valor pueden ser crecientes y acumulativas. 4os espacios nacionales de valor diferenciados son partes, adem0s, de un mercado mundial en el cual se !acen sociales mltiples traba"os nacionales y privados. 'sto e1plica la e1istencia de una relación comple"a y articulada entre espacios nacionales de distintas productividades, y el mercado mundial. 4as variaciones de los tipos de cambio entonces incidir0n en qu# tanto de los tiempos de traba"o empleados nacionalmente son generadores de valor en otros espacios nacionales, o en el espacio mundial. 'sto significa que !ay grandes diferencias en la generación y realización de valor en t#rminos del valor mundial o de otro país& en las posibilidades de colocación de los productos 9afectando de manera brusca a las balanzas comerciales=& en la capacidad de importación 9importante cuando se trata de importación de tecnologías o de insumos vitales para la industria=& en la capacidad de transferencias de valor realizado en el seno del espacio nacional 9crucial para los balances de la cuenta de capitales=. 2o %ay que representarse un mundo estático, ni una economía que crece a tasas más o menos constantes, como acostumbran los modelos mecánicamente lineales más o menos usuales, no sólo ortodo#os, sino también muc%os %eterodo#os. 'n lo que sigue la idea central es que pueden e#istir procesos acumulati"os, que desembocan, pasados ciertos umbrales, en cambios cualitati"os, re"ersiones bruscas, y da lugar a profundas torsiones en toda la estructura económica. Tratemos de e1plicar cu0l es la mec0nica que subyace a este comportamiento.
DESARROLLO DISTORSIONADO, RELACIONES 'UNDAMENTALES ! I#8esi$# 6 ceci"ie#to 4a inversión "uega el rol clave en el desarrollo económico y en el ciclo. A diferencia de los modelos neocl0sicos, que toman la tasa de a!orro como el factor decisivo del desarrollo a largo plazo, en esta concepción 7que responde a la idea de los cl0sicos y de Mar17 lo decisivo es qu# parte del a!orro se invierte productivamente. 'n este respecto un aumento de la propensión a invertir, i, 9i Y )2P, donde ) es inversión e P es ingreso y2o output= me"ora el crecimiento de la economía a largo plazo.
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4a inversión se divide en inversión en capital circulante, ) c, e inversión en capital fi"o, ) f . )c est0 determinada por la tasa de crecimiento del ingreso, g y 9Y ∆P2P=& en símbolosH )c Y )c9gy=, siendo ∂)c2∂gy > ;
9>=
A su vez )f es función de la tasa de ganancia empresaria, πe& de la variación de esta tasa, πe^& y de las e1pectativas de los empresarios sobre el crecimiento de la economía, que resumimos en la variable Ω. πe es la tasa de ganancia promedio 7toma varios períodos7 luego de pagar intereses& o sea, πe Y π 8 r
9:=
πe^ es la variación de πe, de período a período, 9por e"emplo de trimestre a trimestre& quitando la estacionalidad, en caso que corresponda=. Ω depende de la evolución del ingreso 9y por lo tanto de
la demanda= de largo plazo que se prev#, P9e=, que se vincula tambi#n a la e1istencia o no de sobrecapacidades& y del desarrollo tecnológico general, λ. 'n símbolos entonces, )f Y )f 9πe^& πe& Ω= Ω Y Ω 9P9e=& λ& q9e==
9= 9=
4a "ustificación económica de 9>=, 9= y 9= es la siguiente. ?< Con respecto a 9>=, supone que cuando aumenta la demanda, por e"emplo a la salida de una recesión, los empresarios tienen capacidad ociosa y a"ustan su producción a la demanda creciente, aumentando la contratación de !oras de traba"o y comprando materia prima. 3ecoge el principio de aceleración tradicional, aplicado al capital circulante& pero no se !ace supuesto alguno sobre retardos que puedan estar en la base de los ciclos económicos. 9= refle"a las variables que influyen sobre la inversión en capital fi"o, sean equipos y maquinaria, y grandes instalaciones y plantas. A medida que el ciclo se afianza, y tambi#n segn el principio de aceleración, los empresarios aumentan la inversión en equipos para a"ustar la capacidad a la demanda.; -ara decidir esta inversión tienen en cuenta la evolución de la tasa de ganancia de trimestre a trimestre. 'sta evolución decide entonces las inversiones en capital fi"o 7refacción de m0quinas, reemplazo de algunos equipos7 que implican períodos de amortización relativamente breves. -ero por otra parte la ) f destinada a ampliación de plantas, obras de largo plazo e infraestructura se decide tomando en cuenta no sólo la evolución de la tasa de ganancia, sino tambi#n la tasa de ganancia promedio en el sector en el mediano plazo, las e1pectativas de largo plazo de la demanda 7 por e"emplo, cu0nto puede evolucionar la demanda de determinado producto en el largo plazo teniendo en cuenta la e1periencia en otros países7, la posibilidad de que !aya sobrecapacidades, y cu0l ser0 la evolución de la inversión en tecnología en general, λ. 'n cierto sentido Ω recoge la idea de Qeynes 9><G= de los animal spirits, esto es, las olas de entusiasmo que animan las decisiones de inversión& pero ancla en las perspectivas de largo plazo del desarrollo ligadas a la evolución pasada de la economía. Con esta variable deseamos enfatizar que las decisiones de invertir de los capitalistas no dependen e1clusivamente de la evolución pasada 9reciente y de mediano plazo= de la tasa de ganancia. (na consideración especial merece λ. 'n cierto sentido recoge la idea de Larrod de la tasa 5natural6 de crecimiento, que pone un tec!o al crecimiento e1plosivo en el largo plazo. -ero en ?
20 se trata más aba6o. n nuestro traba6o no suponemos, como hacen los pos9eynesianos, que las empresas traba6an sistemáticamente con capacidad ociosa' no hay por lo tanto un problema sistemático de demanda. -i se tratara de una economía desarrollada y articulada, supondríamos :como los clásicos que la tasa de utili$aci!n real en el lar"o pla$o coincide con la tasa normal, entendiendo por normal no la tasa de utili$aci!n que es &actible desde el punto de )ista t+cnico, sino aquella que implica un uso de los equipos que permite su mantenimiento y un cierto colch!n de capacidad. @/
?/
tanto la tasa natural de crecimiento de Larrod es igual a la tasa de crecimiento de la población m0s la tasa de desarrollo tecnológico, en nuestra economía subdesarrollada suponemos que no !ay restricciones por el lado de la oferta de mano de obra. $in embargo λ presenta una restricción al crecimiento que ser0 muc!o m0s fuerte que en los modelos !arrodianos de economías desarrolladas. 's que las decisiones de invertir en la economía subdesarrollada, en especial en plantas y equipos de larga duración, est0n condicionadas de manera decisiva por las inversiones generales en infraestructura productiva. -ara ilustrar este condicionamientoH en nuestra economía subdesarrollada la decisión de realizar inversión en plantas petroquímicas, o metalrgicas, por e"emplo, estar0 influenciada por las previsiones que !agan los capitalistas acerca de las disponibilidades de energía y2o materia prima a costos competitivos.> λ refle"a esta constricción sobre las perspectivas de inversión. Adem0s, dado que se trata de una economía pequeDa, siempre estar0 planteada la posibilidad de trasladar la decisión de invertir a otro país si no se satisface este requerimiento. -or otra parte en la consideración de los empresarios "ugar0 un rol el tipo de cambio real esperado a mediano plazo, q9e=& en especial su estabilidad. 4os cambios bruscos del tipo de cambio, y la consiguiente modificación de los precios relativos y de las tasas de ganancia, es un fenómeno vinculado estructuralmente a las necesidades de inserción de una economía atrasada tecnológicamente en los mercados mundiales. $e supone entonces que la ) f en plantas industriales y equipos de larga duración otorga a los ciclos económicos una tonalidad e1pansiva importante. 'sto significa que en un conte1to de crecimiento de grandes inversiones, las recesiones serían suaves, y las fases alcistas sostenidas& en una palabra, !abría desarrollo 5sustentable6 en el largo plazo. 'n t#rminos mar1istas quiere decir que los problemas para la acumulación provendr0n de la propia acumulación, en particular de la caída tendencial de la tasa de ganancia por sobreacumulación de capital. : )f aumenta λ, lo que a su vez influye positivamente sobre las e1pectativas empresarias y realimenta la inversión, d0ndose así un círculo virtuoso. 4o opuesto ocurre cuando se debilita la tasa de ganancia o aparecen constricciones de largo plazo sobre λ.
b T!s! de g!#!#ci! 6 ti(o de c!"bio Avanzamos en el estudio de la tasa de ganancia empresaria, πe. Fe"amos de lado por a!ora la influencia de la tasa de inter#s r, para e1aminar los factores que determinan la tasa de ganancia 5bruta6. 'n t#rminos generales la tasa de ganancia depende positivamente de la participación de los beneficios en el producto, del producto por traba"ador, y negativamente de la relación capital2traba"o. 'n símbolosH π Y B2Q Y 9B2P= 9P24= 942Q=
9E=
$iendo BH beneficios& QH capital constante& PH output& 4H traba"o. A diferencia del tratamiento tradicional de la literatura neocl0sica o eynesiana, que sólo considera el capital utilizado en la producción, en nuestro caso Q registra el con"unto del capital constante invertido por la empresa. Tambi#n, a diferencia de la literatura usual, P24 no mide el producto físico por obrero, sino el producto medido a moneda constante, por obrero. 'sto significa que no siempre el aumento de la productividad genera un aumento de la tasa de ganancia& es que el aumento de la productividad se traduce en aumento del producto físico, pero da lugar a la ba"a de precios. Aunque en el modelo de economía subdesarrollada este factor puede no tener importancia, desde el punto de vista teórico es importante !acer esta distinción& que por otra parte es b0sica para comprender por qu#, desde el punto de vista de Mar1, aumentos de la productividad pueden ir acompaDados de caída de la tasa de ganancia. Febido a que se trata de un país subdesarrollado, donde la productividad general por obrero es ba"a con relación a los niveles internacionales, este capitalismo sostiene la tasa de ganancia a @1
or e6emplo, "randes proyectos de in)ersi!n en plantas para la &abricaci!n de productos como plásticos, a"roquímicos, sol)entes, &ertili$antes, lubricantes, pueden estar condicionados a la pro)isi!n su&iciente de "as en los a8os que si"uen a la puesta en &uncionamiento de las nue)as plantas. @2 ste &en!meno clásico en t+rminos marxistas de debilitamiento de la in)ersi!n s!lo opera en la medida en que exista una &uerte acumulaci!n' al"o que no suele suceder en los países subdesarrollados, sometidos a ciclos cortos y con)ulsiones &uertes.
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trav#s de la intensificación de los ritmos de producción, una alta relación B2P y ba"os salarios en t#rminos de la moneda mundial. 4a e1trema desigualdad en la distribución de los ingresos es entonces, !asta cierto punto, una necesidad 5estructural6 de la economía. 'n nuestra economía, la ba"a productividad afecta esencialmente a la industria& pero no a los productores de BT agrarios. 4a productividad, y por lo tanto la rentabilidad, pueden aumentar r0pidamente al comienzo de una fase e1pansiva, luego de la recesión, por la simple utilización de capacidad ociosa. 'sta variación del ingreso orienta, como di"imos, la ) c. -ara ver la incidencia de la capacidad ociosa en la tasa de ganancia, podemos e1presar π de una forma alternativa a 9E=H π Y B2Q Y 9B2P= 9+2Q= 9P2+=
9E^=
Fonde + es capacidad, de manera que Q2+ es la ratio tecnológica de capital8capacidad e P2+ es la ratio de utilización de la capacidad. -ero adem0s en nuestra economía subdesarrollada la tasa de ganancia de las diferentes ramas estar0 influenciada por los precios relativos entre los bienes transables 9BT= y los bienes no transables 9B*T=& esto es, por el tipo de cambio real, q 9q Y '-2-=. 4a influencia del tipo de cambio real sobre la rentabilidad es de una naturaleza cualitativamente distinta a la que e"erce sobre la rentabilidad de los sectores en los países adelantados. 'sto se debe a que el tipo de cambio conecta un espacio nacional de productividad relativamente m0s ba"a con el espacio mundial, o los espacios nacionales de valor de los países adelantados. Fado el atraso tecnológico relativo de los productores de BT del país subdesarrollado, se comprende la importancia de las evoluciones de q para la tasa de ganancia de estos sectores. 'l tipo de cambio influye el costo del capital y su composición tecnológica. 4lamando θ a la proporción de capital fi"o que se importaH E Q Y θQ Z 9> 8 θ=Q, siendo ; < θ < > 9G= ∂θ2∂q < ;
9?=
-or lo e1plicado antes, θ influye en la tasa de desarrollo tecnológicoH λ Y λ9θ=
9=
4a incidencia del tipo de cambio real, q, sobre las tasas de ganancia de los sectores productores de bienes transables y no transables ser0 por lo tanto comple"a. 'n principio, y dada la modificación de los precios del producto, una suba 9ba"a= de q aumenta 9ba"a= la tasa de ganancia de los sectores productores de bienes transables y ba"a 9aumenta= la tasa de ganancia de los sectores productores de bienes no transables. $i designamos con πeA la tasa de ganancia en bienes transables, y con πeB la tasa de ganancia en no transables, y desde el punto de vista del output, tenemosH ∂πeA 2∂q > ;& ∂πeB 2∂q < ;
9<=
$i se trata de BT del sector agrario, la suba del tipo de cambio real lleva a un aumento e1traordinario de las plusvalías del sector& este ingreso e1traordinario tender0 a traducirse en un aumento de la renta agraria 9v#ase )nterludio )=. -or otra parte, debido a que la suba del tipo de cambio real aumenta el costo de la importación de equipos, su aumento incide negativamente en la tasa de ganancia de las empresas que dependen @3
a adecuaci!n ba6ista de los salarios a las exi"encias de la tasa de rentabilidad puede ocurrir, bien )ía procesos de)aluatoriosin&lacionarios, o bien )ía de&lacionariadesocupaci!n, se"n el r+"imen cambiario &lotante o &i6o se desarrolla más aba6o0. @4 ste aspecto de la cuesti!n lo expresaba ;arini con su tesis de la sobreexplotaci!n )+ase caps. 2 y 30. -in embar"o en nuestro desarrollo la desi"ualdad de los in"resos o los ba6os salarios no implican a&irmar que los traba6adores están impedidos de acceder a bienes de consumo durable, o que no acta el mecanismo de la plus)alía relati)a, esto es, de los aumentos de plus)alía deri)ados del abaratamiento de los bienes de consumo, "enerado por los a)ances en la producti)idad. @5 * e&ectos de simpli&icar, suponemos que la economía no necesita importar bienes de capital circulante' incluir este &actor no altera los resultados "enerales que obtenemos.
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de la importación de tecnología. 'sto implica la posibilidad de desfases temporales importantes y de efectos de retardo sobre la evolución de la tasa de ganancia, en la medida en que los equipos se desgastan y !ace falta reponerlos, o es necesario avanzar tecnológicamente para mantener competitivas a las empresas. 4o cual da lugar a comportamientos tambi#n diferentes de las πe y πe^ en los sectores. Así, si se parte de una situación de alta productividad en el sector productor de bienes transables 7por caso, luego de un período de renovación de equipos favorecida por un tipo de cambio cercano a la paridad de poder de compra, ' ppc 7 la suba de q implica una alta tasa de ganancia del sector, por vía de la suba del precio del output, por el ba"o costo 9en t#rminos de la moneda mundial= del capital circulante y el ba"o costo !istórico 9con relación al tipo de cambio tendencial y competitivo, '= de Q. 4ógicamente πeA^ es positivo y sube la inversión. -ero el costo de reposición de Q es alto en caso de que θ sea alta y no pueda ser comprimida debido al atraso tecnológico del país. 'n este ltimo caso λ se frena y tenemos un efecto negativo sobre la πeA de largo plazo. 'sto e1plica que el crecimiento sustentando sobre un tipo de cambio competitivo, ', tenga constricciones de mediano y largo plazo en tanto no e1ista un fuerte proceso de inversión en tecnología, investigación y desarrollo y grandes inversiones en infraestructura. -or otra parte, períodos de apreciación cambiaria pueden favorecer la tecnificación del sector agrario, aumentando todavía m0s su competitividad. A medida que contina la producción los equipos se desgastan, se sobreutiliza capacidad y la competitividad internacional depende m0s y m0s de mantener el tipo de cambio '. 'n definitiva, la tasa de ganancia de cada uno de los sectores ser0 función del nivel salarial, de la relación capital2traba"o, de la productividad y del tipo de cambio real 9"ugando un rol importante las e1pectativas empresarias acerca de la evolución de este ltimo=. Fado que la tasa de ganancia gobierna la inversión fi"a en los sectores, y la inversión el crecimiento, se entiende que el crecimiento sea e#tremadamente desarticulado. 4a participación de los sectores productores de BT y B*T puede variar bruscamente al comp0s de las variaciones del tipo de cambio, y de los precios relativos que acarrean.G 'l crecimiento desarticulado repercute en el progreso tecnológico general, lo que a su vez debilitar0 la tasa de ganancia y las perspectivas de inversión.
c Secto !g!io co# !+t! (od*cti8id!d 'n nuestro modelo e1iste un sector de alta productividad relativa, capaz de e1portar a un ' ppc. 's el caso del sector agrario argentino que emplea tecnología de avanzada. Tambi#n e1iste una fracción de industria productora de bienes agroindustriales 9e"emplo, aceites=, con capacidad de competir internacionalmente, aunque de poco valor agregado 9ba"o empleo de traba"o comple"o=. Es importante desprenderse de la idea, tradicional en la izquierda, de que subdesarrollo implica atraso uniforme de todos los sectores de la economía . -or lo menos en los países como Argentina, M#1ico, C!ile y similares, no sólo e1isten empresas competitivas, sino tambi#n sectores con alta capacidad competitiva. $e debe introducir entonces en el an0lisis la renta diferencial, que corresponde a los propietarios de la tierra, su relación con la tasa de ganancia y el tipo de cambio. 'stas cuestiones se discuten m0s adelante en este libro, ya que demandan un debate específico sobre la renta. 4o importante aquí es que en los períodos en que el tipo de cambio se establece a niveles 5competitivos6, tanto la renta como la tasa de ganancia del sector agrario, y del comple"o agroindustrial competitivo, tienden a subir. 4o cual me"ora an m0s la competitividad internacional del sector, con la consiguiente me"ora de la balanza comercial& y presiona para la apreciación de la moneda.
d I#8esi$# e=t!#9e! 6 t!s! de g!#!#ci! 4as oscilaciones de la tasa de ganancia tendr0n una influencia sobre las entradas de capitales, tanto en lo que respecta a las inversiones directas, como a inversiones de cartera ligadas a sectores productivos 9acciones o bonos=. A diferencia del planteo neo8estructuralista, el super0vit en la cuenta de capitales no depende nica ni e1clusivamente de la tasa de inter#s. ? 4a @(
or e6emplo, como consecuencia de la depreciaci!n del peso en 2//2, los sectores productores de #7 aumentaron su participaci!n en el productor bruto interno del 25 al 45S Corember", 2//0. @ Los re&erimos a Bren9el 1?@10, 7aylor 1??20 1??@0 y Bren9el y Aon$ále$
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"ustificación económica de este planteo es que la .ED no está regida en lo fundamental por la tasa de interés, sino por las perspectivas de ganancia empresaria 9en la cual la tasa de inter#s "uega un rol subordinado=. 4a tasa de inter#s influir0 en la entrada de capitales destinados a colocaciones bancarias, con incidencia en el mercado monetario& a la compra de títulos pblicos y, en menor medida, a la compra de bonos de empresas. 4a inversión en bonos empresarios est0 determinada por su tasa de rendimiento, ligada a la rentabilidad esperada de la empresa, y el riesgo asociado a su desempeDo. 4as perspectivas de ganancias en el sector accionario tambi#n puede inducir a la entrada de capitales, con relativa independencia del diferencial entre la tasa de inter#s interna y e1terna. -or lo e1plicado en el punto anterior, la tasa de rentabilidad de la )'F estar0 afectada por las perspectivas de variación de q& la )'F y la inversión de cartera en empresas est0n condicionadas a las e1pectativas de los empresarios e inversores en general sobre ganancias y estabilidad del tipo de cambio. 4as valoraciones del capital invertido pueden sufrir bruscas modificaciones por las variaciones del tipo de cambio& con las variaciones del tipo de cambio tambi#n se pueden alterar bruscamente las posibilidades de transformar valor generado en el espacio nacional en valor mundial. (n tipo de cambio cercano a la paridad de poder de compra, ' ppc, me"ora las condiciones en que la plusvalía se transforma en valor mundial. 4a remesa de utilidades, a su vez, pone presión sobre la balanza de cuenta corriente, y sobre las reservas, si no est0 compensada por la entrada de capitales. 4o que agrava la restricción e1terna de la economía. -or otra parte ' 9esto es, un tipo de cambio 5competitivo6= empeora las condiciones de transferencia de plusvalor, pero alivia la restricción e1terna, al permitir la obtención de divisas para efectuar esa transferencia. 'sta contradicción es in!erente a la inserción d e una economía subdesarrollada en el mercado mundial.
e L! esticci$# e=te#! -lanteamos, por ltimo, las !abituales identidades macroeconómicas incorporando la !ipótesis de que e1iste deuda e1terna y se remiten utilidades al e1terior 9$f Z $p= 7 9) Z @= Y - 7 '-M 7 9r Z prima= 'F 1 7 'B Y Q1 7 Qm 9>= $iendo $f H a!orro fiscal& $ pH a!orro privado& )H inversión& @H gasto pblico& rH tasa de inter#s de referencia internacional& 'H tipo de cambio& F 1H deuda e1terna BH utilidades que se remesan al e1terior& Q1H salida de capitales y Q mH entrada de capitales. 4a ecuación 9>= no debería interpretarse de la forma est0tica 7como meras identidades contables7 con que !abitualmente se la presenta en los manuales de macroeconomía. 'n esas presentaciones un aumento del a!orro genera mec0nicamente 7si no se modifica el super0vit fiscal7 una me"ora en el super0vit comercial& una suba de la inversión genera una caída del super0vit comercial, etc. 'n una versión alternativa, en cambio, las interrelaciones son m0s comple"as y din0micas. 'n particular, y siguiendo la tesis eynesiana o mar1ista, debe considerarse que la inversión es el factor activo 7no el a!orro, como sostiene en enfoque neocl0sico7, de manera que un aumento de la inversión puede generar los ingresos que den lugar al a!orro que financia la inversión. Asimismo si la inversión se vuelca al sector productor de transables, no necesariamente presionar0 en sentido negativo sobre el super0vit comercial. de inter+s internacional. n estos modelos los &actores end!"enos de la economía subdesarrollada tienen poca importancia. n Bren9el y Aon$ále$
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CONCLUSI&N Lemos planteado las categorías centrales que nos permiten abordar la din0mica de esta economía dependiente, en la que las variaciones de la tasa de cambio e"ercen una influencia notable sobre las tasas de ganancia de los sectores productores de bienes transables y no transables, y por lo tanto en el desarrollo del con"unto. $e trata a!ora de esbozar las interrelaciones, en sus rasgos fundamentales, entre estos factores.
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C!()t*+o 11 Ti(o de c!"bio, di#"ic! de+ des!o++o desig*!+ 6 de +!s cisis e# e+ c!so !ge#ti#o Tomando como marco de an0lisis lo e1plicado en el capítulo anterior, presentamos la din0mica del crecimiento, que estar0 pautado por crisis recurrentes en el sector e1terno, y variaciones bruscas del tipo de cambio. 'fectivamente, en nuestra economía subdesarrollada el desarrollo es e1tremadamente desigual y se combinan e interactan entre sí sectores con ritmos de crecimiento muy distintos. 'l crecimiento distorsionado obedece a la forma en que se inserta la economía dependiente en el mercado mundial y a las tasas de ganancia diferenciales que afectan a los sectores de bienes transables y no transables, segn se resuelva esa inserción. -or eso no tomamos en cuenta la diferencia de Mar1 entre sector productor de bienes de producción y sector productor de bienes de consumo, sino la diferencia entre producción de BT y B*T, y la incidencia de la tecnología y equipos importados en estos sectores. A esta diferenciación agregamos la subdivisión dentro de los BT debida a la e1istencia de bienes agrícolas. 4a economía de nuestro país subdesarrollado tiene empresas en los dos sectores ) y )) planteados por Mar1, pero lo importante es cómo se insertan las empresas de ambos sectores en el espacio mundial. Tasas de ganancia diferentes entre los sectores de producción de bienes transables y no transables dan lugar a desarrollos desarticulados y desproporcionados de los sectores. -or eso an en períodos en que la economía est0 en auge, con crecimiento del ingreso y la inversión, ramas enteras de la economía 7ligadas ora al sector de BT, ora a B*T7 pueden estar languideciendo o incluso en crisis. Así, cuando se sale de una recesión, alguno de los sectores puede e1perimentar un fuerte aumento de la demanda, que satisface subiendo la ratio de utilización, en tanto el otro sector no se recupera& o lo !ace m0s lentamente. A medida que avanza la recuperación y se llega a la plena utilización de la capacidad, se impone aumentar la capacidad, esto es, invertir en equipos durables y posiblemente en nuevas plantas. -ero dadas las incertidumbres acerca de la permanencia de los precios relativos, los costos de importar tecnología 9si predomina '= y las perspectivas generales de la economía 9que incluyen λ=& o por incertidumbres derivadas de las restricciones crecientes que se advierten en la balanza de pagos 9si predomina ' ppc=, las inversiones de largo aliento pueden postergarse o no realizarse. 'l nivel tecnológico general permanece 7en relación a los países m0s adelantado7 atrasado, aun durante los períodos en que aumenta la relación capital2traba"o. < -or lo tanto, y al contrario de lo que plantea el enfoque poseynesiano de crecimiento de T!irOall 9><=, donde la tasa de crecimiento del país subdesarrollado depende e1clusivamente de la elasticidad ingreso de las e1portaciones, y el tipo de cambio real es neutro en el largo plazo, en nuestro planteo el tipo de cambio e!erce una influencia dominante , ya que e1presa las condiciones de inserción de la economía subdesarrollada en la economía mundial. 'n otras palabras, el problema no es sólo ni principalmente de demanda, sino de tasas de inversión productiva 7y desarrollo tecnológico7 por parte del capital del país subdesarrollado& y de un desarrollo desigual y combinado, muy diferente del desarrollo 5proporcionado6 que se refle"a en los esquemas de reproducción de Mar1. <; 'se desarrollo distorsionado afecta a la productividad de con"unto de la economía. Febemos incorporar a!ora otros elementos para llegar a un an0lisis din0mico.
@?
Con cate"orías de análisis neoclásicas, que no compartimos, Corember" 2//0 re"istra este hecho en *r"entina. Comprueba que en la d+cada de 1??/ el crecimiento está sustentado en la acumulaci!n de capital, pero es de tipo extensi)o' despu+s de la de)aluaci!n de 2//2 el crecimiento está más basado en el crecimiento del empleo. -e8alemos que desde el en&oque que adoptamos, la acumulaci!n de capital implica necesariamente me6ora tecnol!"ica. Lo existe aumento del stoc9 de capital por obrero sin despla$amiento de la &unci!n de producci!n, como pretende la literatura neoclásica como se8alaba hace a8os Raldor0. De todas maneras la acumulaci!n de capital puede reali$arse sin adoptar la tecnolo"ía de punta a ni)el mundial' o +sta puede representar una porci!n peque8a del total de la incorporaci!n tecnol!"ica. ?/ o cual no nie"a la existencia de contradicciones y crisis.
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CONSUMO Y A.ORRO 4a alta participación de los beneficios en el ingreso e1plica por qu# el segundo factor din0mico en el ciclo económico es el consumo en bienes durables 7 incluida la construcción residencial7 de la clase capitalista y de los sectores medios altos. Febido a que este tipo de consumo es postergable 7no !ay necesidad de cambiar el coc!e o de casa todos los aDos7 y dado que el ingreso est0 altamente concentrado, la decisión de consumo de estos sectores tiene una fuerte incidencia en el ciclo.<> A diferencia de una economía desarrollada 5normal6, donde se puede considerar, de manera estilizada, al consumo una función del ingreso, y principalmente de los salarios, en nuestra economía subdesarrollada el consumo de los sectores pudientes tiene una gran incidencia en el mercado interno y ser0 función de las rentas capitalista, X, consideradas en un sentido amplio& <: y de las variaciones del stoc de a!orro, $. $i llamamos Cc el consumo de la clase capitalista, tenemosH Cc Y Cc93& $= siendo ∂Cc2∂X > ;& ∂Cc2∂$ < ;
9>;=
'n cuanto a su composición, C c se divide en bienes de consumo no transables 9*T= y bienes transables 91 = nacionales y e1tran"eros. $i establecemos que θc indica la proporción de bienes de consumo transables e1tran"eros, con respecto al total de bienes de bienes transables consumidos, tenemosH Cc Y *T Z θcT Z 9> 8 θc=T& siendo ; < θ c<>
9>>=
A su vez θc es función inversa del tipo de cambio real, qH θc Y θc9q=& d θc2dq < ;
9>:=
El consumo de la clase capitalista tiene así una fuerte incidencia sobre el ciclo & y el consumo capitalista de bienes importados depende del tipo de cambio real. 'n períodos de tipo de cambio a nivel 'ppc, o cercano, este consumo capitalista influye sobre la balanza comercial, y m0s en general sobre la cuenta corriente& por e"emplo, salidas por turismo. Con respecto al a!orro, es plusvalía y est0 en manos de los capitalistas. Adem0s el a!orro no es un mero 5flu"o6 que invariablemente desemboca en la inversión 7es la versión de los manuales de macroeconomía7, sino est0 compuesto tambi#n de atesoramiento, sea en la forma de moneda local, o de activos financieros e1tran"eros, A% 9incluyendo moneda e1tran"era=. $i el a!orro va a la compra de activos financieros locales, aumenta la inversión. $i el a!orro se congela en forma de moneda local, o va a A%, la inversión ba"a. $ubrayamos que desde el punto de "ista macroeconómico lo que importa es la e#istencia de liquidez en forma de stoc8 que no es lanzada al circuito producti"o. Nsta es una visión distinta de la que presentan los te1tos convencionales de macroeconomía, donde el aumento de la demanda de dinero invariablemente se considera un aumento de los enca"es monetarios en manos del pblico, que lleva al aumento de la tasa de inter#s 9si no se modifica la oferta monetaria, que se considera e1ógena=. 'n los sistemas monetarios modernos el aumento de las tenencias monetarias por parte del pblico representa aumento de los depósitos& por lo tanto implica aumento de las reservas e1cedentes de los bancos y mayor capacidad prestable de #stos. 'n condiciones normales de ciclo económico, por lo tanto, un aumento de los enca"es monetarios puede traducirse en un incremento del cr#dito bancario. 'n cambio si el aumento de los enca"es monetarios por parte del pblico es acompaDado por un aumento de la preferencia por la liquidez de los bancos 7ante la incertidumbre los bancos restringen el cr#dito y aumentan los coeficientes de liquidez7, o el aumento de liquidez de los bancos no es correspondido por un aumento de la demanda de cr#ditos, tenemos un fenómeno de atesoramiento, con repercusiones negativas sobre la demanda agregada. 'ste corrimiento !acia la liquidez en los países subdesarrollados se plasma finalmente en el atesoramiento en A% por parte de bancos, empresas, la clase alta e incluso las capas medias de la población.
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ste aspecto reco"e la tradici!n de Celso Burtado y otros autores de la C* acerca de los problemas deri)ados de la estructura de la demanda de bienes de consumo en países atrasados. ?2
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Fe"amos apuntado que considerar al a!orro como stoc plantea importantes problemas relacionados con la valoración del a!orro, ya que se trata de activos financieros. Aquí consideramos al a!orro medido a valores de mercado, no a costo !istórico 9o sea, al precio de compra del activo=. 4a "ustificación económica es que el propietario del a!orro valora sus tenencias 7y toma decisiones7 teniendo en cuenta el valor actual de las mismas. 'sto implica, como anota -ollin 9:;;:=, que el a!orro variar0 con las variaciones de los precios de los activos, y que no podr0 considerarse como un residuo del ingreso una vez efectuado el consumo. Considerar al a!orro como stoc tambi#n tiene la consecuencia de que las decisiones de desa!orrar o a!orrar e"ercen una influencia en el consumo muc!o mayor que la que se desprende de considerar al a!orro sólo como flu"o. Adem0s, las decisiones de aumentar el a!orro en A% en conte1tos de incertidumbre e"ercen una nueva constricción sobre la balanza de pagos& lo inverso sucede en situaciones de optimismo y desa!orro. Fada por otra parte la incidencia de los cambios de q 7y de las crisis7 sobre los precios de los activos financieros, se comprender0 que las variaciones del a!orro pueden tener efectos amplificados sobre la economía en general. -or ltimo seDalemos que el consumo suntuario capitalista y el a!orro en activos financieros actan en detrimento de la inversión productiva, debilitando λ, aumentando las distorsiones del crecimiento y las posibilidades de procesos acumulativos y reversiones bruscas de la coyuntura económica.
TASA DE INTER>S Y SECTOR 'INANCIERO A diferencia de los modelos convencionales de macroeconomía, donde la tasa de inter#s se !ace depender de las curvas de oferta y demanda monetaria, siendo la primera e1ógena, aquí se considera que la tasa de interés depende en lo esencial del ciclo capitalista, esto es, de la plasticidad con que se est#n !aciendo los negocios y la facilidad que tengan los bancos para renovar los cr#ditos a las empresas. 4a política monetaria incide en esta situación, pero no puede alterarla de fondo. )nyecciones de liquidez y2o ba"as de la tasa de descuento del Banco Central alivian la situación en la plaza monetaria, pero para las empresas lo decisivo son los spreads por sobre la tasa de referencia que deben pagar para !acerse de fondos. $i no !ay confianza en la capacidad de repago de las empresas los spreads suben.< 'sto sucede cuando los bancos, y los prestamistas en general, comienzan a advertir que el pago de deudas por las empresas se !ace m0s lento. 'n la base del asunto est0n las crecientes dificultades para que siga operando con facilidad la metamorfosis del capital mercancía en dinero, y con ello la renovación del ciclo del capital. -or lo tanto consideramos que r es función de la velocidad de rotación del capital ϕ y de la tasa de referencia del Banco Central, r BC, que tomamos como e1presión de la política monetaria. 'n símbolosH r Y r 9ϕ& r BC= siendo ∂r2∂ϕ < ;& ∂r2∂ r BC > ;
9>=
4a tasa de referencia a su vez se correlaciona positivamente con la demanda de reservas en poder del Banco Central. (na presión sobre las reservas lleva a un aumento de la tasa de referencia, y de r. 'l cr#dito bancario 7y en general el mercado monetario7 "uega un rol importante en ) c así como en Cc 9bienes durables como automóvil y construcción residencial=& y un rol algo menor en la ) f , por la posibilidad de las empresas de financiarse en los mercados de bonos o con flu"o propio. 'l cr#dito bancario cobra importancia creciente a medida que se avanza en un ciclo alcista& a la salida de una depresión las empresas se financian f0cilmente con su flu"o de ca"a& el consumo capitalista con desatesoramiento. Cuando progresa la fase alcista del ciclo, el cr#dito lo impulsa y amplifica& aumentan los agregados monetarios y los sectores que crecen renuevan y amplían su capital de traba"o apoy0ndose en el cr#dito. 4a rotación del capital es fluida, ϕ es alta, r BC es ba"a y r tambi#n es ba"a. < Febido a la naturaleza del capital circulante, la deuda de las empresas con los bancos es esencialmente de corto plazo. -ero llegado un punto de la e1pansión, los stocs de ?3
-i los bancos endurecen las condiciones para otor"ar el cr+dito :lo que en la literatura se llama un credit crunch: tambi+n suben los spreads sobre títulos de corto pla$o y la tasa a la que las empresas descuentan documentos en el mercado monetario. ?4 Con relaci!n a los promedios hist!ricos de la economía subdesarrollada. n lo que ata8e a la in&luencia del tiempo de circulaci!n del capital sobre el mercado &inanciero, )+ase ;arx 1???0 t. 2 cap. 15.
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mercancías sin vender empiezan a aumentar& crece la ratio deuda2capital propio, y en especial el peso de la deuda de corto plazo. $i el aumento de la desconfianza lleva a aumentar el a!orro en A%, !abr0 alza de r BC elevando an m0s r. 'ste aumento de r e"erce entonces una influencia negativa sobre la tasa de ganancia empresaria, ya de por sí debilitada. Caen π^e y πe 7los balances que ingresan en la Bolsa lo evidencian7 y se frena la inversión en equipos. 'l clima de negocios empeora, la tasa de inter#s sigue subiendo, el consumo en bienes durables se contrae r0pidamente& ba"a la inversión de largo plazo. Al acercarse al punto m0s alto del ciclo la economía pasa progresivamente a una situación especulativa, y luego a una 5situación -onzi6, para utilizar la terminología de Minsy.
DINMICAS DE ACUMULACI&N Y CRISIS A partir de lo anterior presentamos escenarios alternativos.
! Ti(o de c!"bio co"(etiti8o, E 'n lo que sigue los subíndices A y B se refieren respectivamente al sector transable y no transable. Con tipo de cambio real alto, πeA y πeA^ son elevadas, dado el cambio relativo de los precios del producto, y suponiendo que no e1isten necesidades inmediatas de importar Q. 4ógicamente g PA ?5
n la situaci!n especulati)a las empresas están obli"adas a reno)ar su deuda en cada período porque los &lu6os que entran s!lo cubren los costos de los intereses que pa"an. l si"uiente estadio es la situaci!n on$i, en la cual los &lu6os de in"resos de las empresas ni siquiera cubren los costos por inter+s, de manera que deben tomar nue)a deuda para pa"ar los intereses. l t+rmino situaci!n on$i alude a la esta&a que cometi! en M* el italiano Carlo on$i, en la d+cada de 1?2/. on$i pa"aba altos rendimientos a los in)ersores &inancieros con el capital de los in)ersores que in"resaban a su esquema. Laturalmente, on$i termin! en la bancarrota. ?( bs+r)ese que en la ortodoxia neoclásica la pre&erencia por la liquide$ prácticamente ha desaparecido. ? ste tipo de crisis &ue desarrollada te!ricamente por ;ins9y. -obre las crisis ;ins9y, nos basamos en ;ins9y 1?@20 y en la exposici!n de su teoría que presentan apadimitrio) y Kray 1???0 y -chroeder 2//20. a explicaci!n de las crisis de ;ins9y puede ser &ácilmente extendida a los países atrasados, donde un shoc9 externo precipita el estallido de la crisis &inanciera y cambiaria' )+ase -chroeder 2//20. l sistema &inanciero debilitado amplía el shoc9. 7ambi+n en los modelos de los Lue)os Reynesianos el sector &inanciero 6ue"a como ampli&icador o multiplicador de la crisis. s lo que se llama el acelerador &inanciero, desarrollado en #ernan9e, Aertler y Ailchrist 1??@0. Mn caso de aplicaci!n del modelo del acelerador &inanciero a las crisis cambiarias y &inancieras es Aertler, Ailchrist y Latalucci 2//30. -in embar"o los Lue)os Reynesianos reconocen que sus modelos no dan cuenta de las ra$ones del "olpe inicial que a&ecta a la economía. l sector &inanciero s!lo acenta sus e&ectos, pero no explica por qu+ comien$a la crisis.
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tambi#n es elevada& ) cA aumenta r0pidamente en la primera fase del ciclo alcista por 9>= <, y luego lo !ace )fA por 9=, en tanto se mantengan las perspectivas de ganancia y ', aunque θfA se mantiene ba"a, repercutiendo negativamente en el desarrollo tecnológico λ. 'n el sector B, πeB y gPB son ba"as y por lo tanto es d#bil la inversión en el sector de con"unto& θfB se mantiene incluso m0s ba"a que en el sector A. Fado que el sector de no transables comprende infraestructura en transporte, energía, comunicaciones y similares, la situación repercute negativamente en , y en las perspectivas a largo plazo de la inversión. -or otra parte C c no pone presión sobre la balanza comercial, por 9>>= y 9>:=, y la tasa de financiamiento se mantiene ba"a para las empresas del sector A, y parcialmente para el sector B. 4as diferencias entre g PA y gPB indican que el crecimiento es distorsionado. Keamos entonces dos escenarios de crecimiento con '. 'l primero es de suba paulatina de los precios de los bienes no transables, en la medida en que aumenta la absorción interna. $i el movimiento obrero tiene capacidad de resistencia 7por e"emplo por ba"a tasa de desocupación7 tambi#n suben los salarios. 4a suba de los precios de los no transables recompone πeB en tanto la suba de los salarios reduce la π general, por 9E=. 4a moneda en t#rminos reales se aprecia, e"erciendo presión sobre las ganancias de los productores de bienes transables, y la din0mica de las e1portaciones. $i la situación se prolonga pueden aparecer d#ficits en la balanza comercial. (na forma de aliviar la constricción e1terna es tomando deuda en los mercados internacionales. 'l crecimiento de la deuda e1terna es un producto de la debilidad relativa de la economía, no su causa. Aunque a su vez, superados ciertos niveles, reacta sobre la economía, debilit0ndola e imponiendo nuevas restricciones. 4a forma de recuperar la capacidad de captación de divisas genuinas es me"orando la balanza comercial. Febido al atraso tecnológico, la salida es intentar nuevas devaluaciones que conducen a nuevas alzas de precios internos y salarios. $e desemboca así en una din0mica inflacionaria, que empeora las perspectivas generales de la economía. 4a inestabilidad de los precios relativos afecta las evoluciones de πeA y πeB, aumenta la incertidumbre del capital y se debilita la inversión de largo plazo 9ecuaciones y =. 4a importación de tecnología es ba"a, y la competitividad de las e1portaciones se logra con salarios permanentemente devaluados en t#rminos de la moneda mundial 9ecuaciones G a =. Cada salto en la depreciación de la moneda impulsa la inflación, y #sta obliga a nuevas devaluaciones.<< Comienza entonces a crecer la demanda de divisas en tanto se prev#n nuevas y cada vez m0s r0pidas devaluaciones. Aumenta el a!orro en A%, debilitando m0s la inversión. $i el Banco Central responde a la p#rdida de reservas con la suba de r BC se incrementa la presión financiera de las empresas y aumenta el incentivo para colocar a!orros en A%. 'l a!orro de"a de fluir a la inversión, ya que se divide en A% y A% 9estas ltimas colocaciones a una tasa de inter#s en ascenso=. 4os activos de los bancos se componen de forma creciente de A% estatales, que rinden altos intereses, y no de pr#stamos al sector privado. 4as devaluaciones elevan el peso de la deuda tomada en moneda e1tran"era, poniendo m0s presión en el sector e1terno. -or otra parte si la luc%a de clases obliga a conceder repetidos aumentos salariales que recuperan parte del terreno perdido en cada +ronda, la espiral inflacionaria se agudiza. 4a misma se convierte en el refle"o monetario de la agudización de la luc!a de clases por la resistencia de los obreros a la desvalorización de su fuerza de traba"o. 'l aumento de precios adquiere una velocidad inercial 7los precios aumentan en el período t Z > porque aumentaron en el período t7 y la economía se inde1a. A diferencia de los que plantean los modelos neocl0sicos 5de manual6, que la inflación favorece la inversión porque la tasa de inter#s real se !ace negativa, en un mercado financiero inde1ado la inflación acelerada aumenta la tasa de inter#s real 9v#ase Taylor, ><<:, pp. :E8:G=. 'sto genera nuevas presiones negativas sobre la tasa de ganancia empresaria ?@
* lo lar"o de este capítulo hacemos re&erencias a las ecuaciones presentadas en el capítulo anterior. sta cuesti!n es destacada por explicaciones tradicionales del estructuralismo' por e6emplo por *ldo Berrer en la d+cada de los setenta. a raí$ de la in&laci!n no es, en lo esencial, una cuesti!n monetaria, como sostienen los monetaristas' aunque la moneti$aci!n de los d+&icits &iscales reacta sobre la tasa de in&laci!n, dándole mayor impulso. ??
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4a moneda nacional progresivamente de"a de actuar como medida y reserva de valor. 4a recaudación fiscal ba"a en t#rminos nominales, y posiblemente en t#rminos reales. 'l gobierno tiene dos opcionesH o bien monetiza el d#ficit, lo que lleva a m0s presión inflacionaria y por ende a mayor presión sobre el mercado cambiario, acelerando las devaluaciones crónicas. intenta colocar deuda a tasas crecientes, que son aprovec!adas por capitales especulativos, de corto plazo. -ara garantizar la entrada de estos capitales el gobierno puede intentar diversos mecanismos financieros que actan como seguros de cambio& por e"emplo, el Banco Central garantiza operaciones s'aps para capitales e1ternos de corto plazo. >;; 'n cualquier caso, la tasa de inter#s interna debe ser superior a la tasa internacional& es la nica forma de que Tesorería puede colocar bonos. 'sto refuerza la necesidad de inde1ar la tasa de inter#s. 4a tasa de inter#s cada vez m0s alta profundiza la caída de la inversión y del consumo. 4a contracción de la demanda y la recesión afectan al sistema bancario. -ara no de"ar caer a los bancos el Banco Central inyecta liquidez e interviene devolviendo depósitos a los a!orristas cuando los bancos caen en la insolvencia 7no pueden recuperar los cr#ditos debido a la crisis general7 y deben ser liquidados. 4a base monetaria crece, sin que aumenten los agregados monetarios 9M: y M pueden estancarse o incluso decrecer= ni los cr#ditos& la economía se desmonetiza porque se recurre al dólar, a la par que se inyectan enormes sumas de dinero. 4legado un punto, adem0s, la aceleración de la inflación !ace que el tipo de cambio real ya no me"ora, a pesar de las devaluaciones nominales de la moneda. 4a liquidación de bancos facilita la concentración en el sector financiero. En una situación de pérdida constante y creciente del "alor de la moneda, la ley del "alor sencillamente no puede funcionar . *o !ay forma de comparar los tiempos de traba"o en el mercado. 4a coyuntura desemboca en la !iperinflación& la economía pr0cticamente se detiene. 4a crisis financiera se generaliza, en tanto la crisis cambiaria se !a !ec!o 5crónica6 porque la moneda se devala en forma casi constante. (n segundo escenario posible con tipo de cambio competitivo es de contención de las presiones inflacionarias 7puede e1plicarse por la recesión y alta desocupación7 luego de la devaluación, de manera que se mantiene alta la rentabilidad de los sectores transables y ba"a la de sectores no transables. 4a competitividad del sector transable es fuerte, pero a mediano plazo tender0 a deteriorarse en la medida en que no crezca la ) f. 4o mismo suceder0 si ' afecta la importación de tecnología para el sector A. Kuelve a evidenciarse la importancia de un desarrollo de las fuerzas productivas para superar las restricciones de mediano y largo plazo. 'n la medida en que ese desarrollo no se produzca, la constricción a mediano plazo para el desarrollo aparece por el lado de λ . 4a inversión en la producción de insumos esenciales se !ace m0s lenta, o cae, y se generan cuellos de botella que pesan m0s y m0s a medida que progresa el ciclo. Así, un cuello de botella en la producción energ#tica puede adquirir un peso creciente. -or otra parte, si la falta de inversiones en sectores productores de bienes intermedios b0sicos no transables lleva finalmente al aumento de los precios, se producir0 una me"ora de la rentabilidad de estos sectores, a costa de una apreciación en t#rminos reales de la moneda. 'l resto de los capitales pueden responder a esta situación aumentando la precarización del traba"o y los ritmos de producción, y modernizando parcialmente la tecnología. 4as tensiones entre los sectores del capital por mantener la rentabilidad media intentan resolverse con el aumento de la tasa de plusvalía. 'l resultado es la consolidación de una alta tasa de e1plotación del traba"o. 's la base para una π alta. $e produce así, de !ec!o, el 5a"uste basado en el crecimiento e1portador6 al que se !an referido los neoestructuralistas 9v#ase %renel y 3ozenOurcel, ><<=. 'n lo esencial se reduce a aumentar 1//
Mna operaci!n swap de entrada de di)isas consiste en comprar en el mercado spot la moneda local y al mismo tiempo comprar &uturo de d!lar para ase"urar la salida en una &echa determinada. De esta manera el in)ersor puede e)itar el ries"o cambiario por colocar dinero en el mercado local, y ase"urarse una alta tasa de rentabilidad, en t+rminos de d!lar. Wa en el a8o 1?5 el #anco Central de *r"entina, ba6o conducci!n del "obierno peronista, ase"uraba este mecanismo de swap a &ondos especulati)os del exterior, con el &in de obtener di)isas en el corto pla$o. !"icamente este tipo de operaciones a"ra)a toda)ía la situaci!n econ!mica "eneral.
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la tasa de a!orro interno, a fin de aumentar la razón e1portaciones2ingreso. 4o cual sólo es posible 5a trav#s del mecanismo de a!orro forzoso inducido por una sustancial redistribución regresi"a del ingreso6 9)bíd., p. :;& #nfasis aDadido=. 'l a!orro aumenta porque aumenta la e1tracción de plusvalía& esto e1ige que los salarios crezcan a un ritmo inferior al de la productividad. >;> 'l crecimiento se sostiene entonces a costa de un deterioro permanente de los t#rminos de intercambio y salarios ba"os en t#rminos de moneda internacional. 4as inversiones son parciales y el crecimiento sigue caracteriz0ndose por la falta de integración entre los sectores. -ero el estrangulamiento se !ace sentir a trav#s del creciente retraso tecnológico con respecto a los niveles internacionales. 'n un conte1to internacional de competencia por medio del cambio tecnológico, la competitividad sostenida e1clusivamente en tipo de cambio alto encuentra tec!os insalvables. Adem0s, en estos períodos de tipo de cambio alto, el sector productor de BT con competitividad a nivel internacional obtiene altas rentabilidades 7aumenta la renta de la tierra7 y genera un flu"o de entrada de divisas importante, que obliga al Banco Central a incrementar sus reservas, en aras de mantener el tipo de cambio alto. 4a política monetaria usual es la esterilización de la masa monetaria. 'sto es, el Banco Central interviene en el mercado colocando títulos, con el ob"etivo de absorber la liquidez, o parte de ella, que generó su absorción de dólares& #ste es claramente un factor de endeudamiento. -uede verse en esto la incidencia de factores ideológicos& en este caso, de la teoría monetarista, con su 5trilema6 y el modelo Mundell8%leming. >;: 'n todas las variantes del escenario del tipo de cambio alto se crean las condiciones para que se pase a una etapa de apreciación de la moneda, aunque varían los mecanismos, y la velocidad del pasa"e. $i el r#gimen de tipo de cambio alto desemboca en alta inflación, o an en !iperinflación, llega el momento en que el ancla"e de la moneda al dólar se convierte en un medio para estabilizar los precios. $i por el contrario el aumento de la inflación es lento, el tipo de cambio real alto se erosiona paulatinamente, y se va en los !ec!os a un r#gimen de tipo de cambio ba"o. 'sto se debe al temor de las autoridades monetarias a que nuevas devaluaciones produzcan renovados impulsos a la inflación, con el peligro de caer en alta inflación o incluso en !iperinflación.
b Ti(o de c!"bio b!9o, o cec!#o ! E((c $upongamos a!ora el escenario de tipo de cambio fi"o, con el que se busca anclar la inflación. Ba"a el tipo de cambio esperado, '9e=. πeB aumenta y por lo tanto g yB tambi#n sube& lo inverso sucede en el sector de transables donde sólo las empresas de mayor tecnología y el sector agrario, en nuestro modelo, pueden sobrevivir. Fada la estabilización, sectores que !abían a!orrado en A% los vuelcan al mercado interno& crece C c con lo que se impulsa una fase alcista del ciclo. Aumenta la construcción residencial y la producción de bienes duraderos. 's un ciclo impulsado por el consumo, la )c y la )f principalmente en equipos de amortización a mediano plazo, y muy desigual entre los sectores. -or eso λ no se eleva significativamente. 'n la medida en que la fi"ación de ' se realiza luego de un proceso inflacionario, se produce un aumento inercial de los precios internos que de"a el tipo de cambio real apreciado& el tipo de cambio se ubica a niveles cercanos a 'ppc. 'sto aumenta la presión competitiva sobre el sector de bienes transables. 4os sectores que pueden sobrevivir renuevan la tecnología recurriendo principalmente a la importación, lo que e1plica que a pesar del crecimiento económico ramas enteras 7por e"emplo productores de equipos y m0quinas7 traba"en con capacidad ociosa, o a p#rdida y deban cerrar. 1/1
Bren9el y
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4a entrada de capitales con destino a los sectores favorecidos por el tipo de cambio puede reforzar durante todo un período la tendencia a la apreciación de la moneda. 4a contrapartida lógica del super0vit en la cuenta de capitales es el creciente d#ficit en la cuenta corriente. Fada la debilidad de la inversión en los sectores productores de transables y las distorsiones en el crecimiento, la inversión en plantas e infraestructura productiva, o en investigación y desarrollo de largo plazo no es suficiente para cambiar la matriz productiva, ni para generar un avance cualitativo tecnológico. )a producti"idad crece, pero a costa de crecientes desequilibrios en el sector e#terno, que termina actuando como una constricción fundamental . 'l desequilibrio e1terno se agudiza por el aumento del consumo en bienes importados, por 9>>= y 9>:=. 4as tasas de inter#s se mantienen m0s al tas que las internacionales& es una consecuencia de la inestabilidad !istórica del país subdesarrollado y de las debilidades estructurales de su economía. A igualdad de rendimientos ningn capital dinerario opta por el país subdesarrollado frente a la seguridad que brindan los países desarrollados. Fadas las perspectivas de tipo de cambio estable durante un período previsible, aumentan los flu"os de capitales e1ternos para colocarse a tasas superiores a las internacionales. 4a inestabilidad estructural de la economía tambi#n induce al sistema bancario a mantener mayor enca"e que en los países adelantados, y a establecer mayores spreads entre las tasas activas y pasivas, para protegerse frente a posibles descalces. Todo esto puede ir acompaDado de maniobras y colusiones de tipo monopólico de los diversos sectores, incluido el financiero, para asegurar una rentabilidad alta. -ero por encima de estas maniobras 7que realiza todo capital, sea productivo o mercantil, cuando tiene oportunidad7 lo que prima es una lógica financiera propia del país subdesarrollado. 'n cuanto a las empresas grandes, con acceso al cr#dito internacional, crece la tentación de endeudarse en dólares si prev#n un !orizonte de estabilidad cambiaria a mediano plazo y de mercado interno m0s o menos cautivo o protegido. 'n todo caso, tendr0n que endeudarse si quieren renovarse tecnológicamente. 'l acceso al cr#dito internacional les otorga una venta"a con relación a las empresas m0s pequeDas. A medida que contina el crecimiento con 'ppc la balanza de cuenta corriente es cada vez m0s deficitaria. 's financiada por la entrada de capitales, sea por inversión directa 7en especial en el período posterior al arranque del ciclo alcista7, por inversiones de cartera y pr#stamos bancarios. Fe todas maneras la debilidad estructural de la recuperación económica e1plica que contine un 5goteo6 de fuga de capital nativo. -aulatinamente tambi#n cobra importancia la remesa de utilidades de las empresas que !an invertido con vistas a la producción en el sector no transables. 'l tipo de cambio permite realizar esa transferencia en condiciones óptimas, ya que el equivalente valor del espacio nacional est0 sobrevaluado con respecto a las condiciones estructurales de la economía. 4a revalorización de la moneda implica tambi#n que los salarios suban en t#rminos de la moneda internacional. 'n estas condiciones la clase dominante intentar0 aumentar la tasa de ganancia intensificando los ritmos de producción, disminuyendo los beneficios sociales, precarizando las condiciones laborales y ba"ando el salario. 4a resultante final de esta política depender0 de la capacidad de resistencia del movimiento obrero. -rogresivamente aumenta el d#ficit acumulado de la cuenta corriente y la deuda e1terna se !ace sentir sobre las cuentas fiscales y la balanza de pagos. 'l d#ficit de la cuenta corriente e1ige ser corregido& en ltima instancia es un refle"o de que la inserción de la economía en el mercado mundial no !a sido e1itosa, a pesar de la renovación parcial de equipos e infraestructura que !an posibilitado la me"ora de los t#rminos de intercambio y la entrada de capitales. (n camino para me"orar la competitividad sin tocar el tipo de cambio nominal es la deflación. -ero la deflación no sólo es dificultosa por lo que implica con relación a la luc!a de clases, >; sino tambi#n porque se corre el riesgo de caer en la espiral deflacionaria, que lleva a la preferencia por mantenerse líquido& esto es, induce a postergar las inversiones y el consumo de bienes durables, a la espera que la caída de precios toque fondo. Adem0s la deflación aumenta el peso de las deudas. >; 1/3
a ba6a en t+rminos nominales de los salarios "enera mayores resistencias sindicales que la ba6a en t+rminos reales, usualmente operada a tra)+s de las de)aluaciones y la in&laci!n. 1/4 >+ase el capítulo 1? de Reynes 1?@(0 sobre los e&ectos de la de&laci!n.
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'n estas condiciones la economía es pasible de sufrir profundamente cualquier s!oc e1terno. -or e"emplo, la suba de las tasas de inter#s en los países centrales& o la devaluación de la moneda de un socio comercial importante puede desatar un terremoto interno. A diferencia de los modelos neocl0sicos, este s!oc no acta sobre una economía en estado de 5equilibrios mltiples6, sino profundamente desequilibrada y atravesada por contradicciones sociales. >;E 'n la medida en que la situación e1terna empeora se incrementa la desconfianza en la evolución de la economía. 4lega un momento en que los inversores 7en especial los managers de managers de carteras7 e1igen tasas cada vez m0s altas para mantener sus colocaciones en activos de empresas locales, o en títulos pblicos. 4a suba de las tasas se acompaDa de la caída de la bolsa de valores. 'l flu"o de entrada de capitales se detiene primero y se revierte luego. 4a alta y mediana burguesía posterga el consumo, lo que repercute negativamente en el ingreso. Aumenta el a!orro de estos sectores, y se vuelca a A%. 4a caída de la demanda interna afecta al sector productor de B*T& g yB y πeB caen, ba"ando por lo tanto ) c e )f en el sector. Fado que los B*T eran principales principales impulsores de la fase alcista del ciclo económico, #ste se revierte r0pidamente. 4os bancos restringen el cr#dito y suben las tasas. A!ora las empresas contraen deudas para financiar los stocs de mercancías sin vender, y lo !acen a tasas m0s altas. 4a suba de la tasa de inter#s se generaliza& sube suben n los spreads entre entre tasas activas activas y pasiva pasivass dom#st dom#stica icass y los spreads spreads entre las tasas de referencia internacionales y las que se cobran en el mercado de dinero y de bonos. 'sto agrava el peso de la deuda pblica y privada y potencia la desconfianza. 'n la medida en que sube el d#ficit y aumenta el peso de las deudas se cierra el acceso al cr#dito internacional. 'l mercado accionario se !unde, contribuyendo al clima de pesimismo general. Tambi#n Tambi#n los precios inmobiliarios retroceden, poniendo presión en el sector financiero que empieza a advertir que no recuperar0 muc!os cr#ditos. $e acelera la salida de capitales, incluyendo el retiro de depósitos. 'l gobierno intenta frenar el proceso aumentando la tasa de inter#s& en tanto la provisión de liquidez al sistema bancario est0 limitada por la necesidad de mantener el tipo de cambio cambio fi"o. fi"o. -asamo -asamoss a una situac situación ión -onzi, -onzi, donde donde los deudor deudores es toman toman deuda deuda para para pagar pagar intereses. 4os balances de los bancos se deterioran. 4a producción y el consumo siguen en espiral descendente. 'l ataque especulativo contra la moneda puede desatarse antes de que el Banco Central agote sus reservas. 'n este punto ocurre en parte la !istoria de Qrugman 9><=, pero no !ay previsión perfecta ni mercados eficientes, sino incertidumbre y comportamientos 5en manada6 y salida salida de capita capitales les,, inclui incluido do el retiro retiro precip precipita itado do de depósi depósitos tos bancar bancarios ios..>;G 4a devaluación devaluación 1/5
*sí la crisis &inanciera internacional desatada a partir del de&ault ruso de a"osto de 1??@ implic! una suba "enerali$ "enerali$ada ada de los spreads de las tasas de inter+s en promedio para los siete países más importantes de *m+rica latina de 45/ puntos básicos, pre)ios a la crisis, a 1.(// puntos básicos en a"osto de 1??@. a entrada de capitales lue"o de la crisis se redu6o drásticamente. De M-U 1//./// millones en el a8o que terminaba en el se"undo cuatrimestre de 1??@, pas! a M-U 3./// millones en el si"uiente a8o' en t+rminos de L# ba6! del 5,5S a 1,?S. a re)ersi!n sbita es explicada en lo esencial por la salida de in)ersiones de carteras. ue"o si"ui! cayendo, al punto que en el a8o que terminaba en el cuarto trimestre de 2//2 la entrada de capitales a los siete países más importantes de *m+rica latina &ue de s!lo M-U 1/./// millones' todos los datos tomados de Cal)o y 7al)i 2//50. -in embar"o es de notar que la salida de capitales no a&ect! a los países desarrollados. 7ampoco 7ampoco a todos los países atrasados' ;+xico estu)o a sal)o de los retiros. Con lo cual se pone en cuesti!n la explicaci!n de Cal)o y 7al)i, en el sentido que la crisis se habría debido a una salida "enerali$ada de los capitales sin atender a fundamentals de nin"n tipo. 1/( Rru"man 1??0 constituy! la base para los llamados modelos de primera "eneraci!n de explicaciones ortodoxas de las crisis sudden stop, esto es, de sbito &reno de la entrada de capitales, y su salida apresurada. ste primer modelo de Rru"man atribuye la crisis al excesi)o "asto &iscal, &inanciado con emisi!n monetaria, y tipo de cambio &i6o. *nte la pre)isi!n de una &utura de)aluaci!n, y superado un punto crítico de p+rdida de reser)as reser)as por el #anco Central, Central, los in)ersores in)ersores desatan el ataque especulati)o especulati)o mucho antes de que las reser)as se a"oten, y obli"an a la de)aluaci!n. *demás *demás de atribuir el ori"en de la crisis a un &actor ex!"eno : los malos mane6os de la política: los supuestos del modelo son extremadamente irrealistas. irrealistas. l país produce un nico bien compuesto comerciable, no existen problemas de producti)idad ni de trans&ormaci!n de los )alores nacionales en )alor internacional' se cumple la paridad de poder de compra' los precios y salarios son completamente &lexibles, &lexibles, el ni)el de in"reso está al ni)el del pleno empleo y los a"entes actan en un mundo de expectati)as racionales. *demás la crisis se explica por la simple a"re"aci!n de comportamientos micro,
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finalmente se !ace inevitable, en medio de una profunda y violenta contracción económica y !undimiento financiero. $e pasa así a un período de tipo de cambio alto.
CONCLUSI&N 'n este capítulo !emos analizado los escenarios de crisis cambiarias, inspirados en la crisis argentina. )ntentamos mostrar que e1iste una lógica en la alternancia de tipos de cambio alto y ba"o que de Argentina Argentina en los ltimos aDos, y vinculamos vinculamos esa alternancia alternancia con los ciclos de crecimient crecimiento o e1tremadamente desigual entre sectores& y el estallido periódico de crisis cambiarias y financieras. -uede -uede interp interpre retar tarse se que nuestr nuestra a !istor !istoria ia tiene tiene alguno algunoss puntos puntos de contac contacto to con el enfoqu enfoque e neoestructuralista y el planteo Minsy, pero a diferencia de #stos se ubica en el cuadro teórico de la ley del valor traba"o, la producción de plusvalía y la importancia de las variaciones de las tasas de ganancia entre sectores para el comportamiento del tipo de cambio. Festacamos que la dinámica repetida de estas crisis potencia el atraso tecnológico relati"o . 'n primer lugar, porque los cambios bruscos de la rentabilidad de los sectores debilitan las inversiones a larg largo o plazo plazo,, fund fundam amen enta tale less para para supe supera rarr el atra atraso so.. $e prof profun undiz dizan an los dese desequ quili ilibr brios ios estructurales& los diferenciales de productividad se acentan po rque ora un sector, ora el otro, sufre períodos m0s o menos prolongados de ba"a rentabilidad y por lo tanto de ba"a inversión y renovación tecnológica. 'n segundo t#rmino, porque los cambios en la situación competitiva de las e1portaciones afectan a largo plazo la posibilidad de inserción en la economía mundial. 'n tercer lugar, porque las crisis financieras y bancarias periódicas 7y los rescates a que se ve obligado el 'stado7 'stado7 imponen elevados costos en t#rminos t#rminos del pnb, y elevan el endeudamien endeudamiento to pblico. Esta dinámica dinámica agudiza el desarrollo desarrollo desigual que está implicado implicado en la misma dialéctica dialéctica de producción producción del "alor en espacios nacionales diferenciados por sus ni"eles de producti"idad . Fe todas maneras la visión que presentamos aquí se diferencia de los cuadros linealmente estancacionistas que predominan en los autores de la dependencia, o sus continuadores. 2o %ay estancamiento crónico, sino sino desarr desarroll ollo o desigu desigual al y deform deformado ado de las fuerz fuerzas as produc producti" ti"as, as, con proces procesos os con"ul con"ulsos sos,, retroalimentación de desequilibrios, re"ersiones bruscas y agudas contradicciones. contradicciones . -or otra parte, una conclusión, que ataDe al an0lisis político, es que los cambios en las tasas de rentabilidad de los sectores no se deben, en principio, a cambios en lo que comnmente se conoce como 5el bloque de poder dominante6. 'l tema es importante porque muc!os analistas interpretan e1 post los cambios ocurridos en las tasas de rentabilidad entre los sectores como el resultado de políticas articuladas e1 profeso desde el 'stado, con vistas a favorecer a tal o cual fracción de la clase dominante. $in negar la influencia que puedan tener los grupos de presión en las políticas económicas, nuestra visión es muc!o m0s 5ob"etivista6, en el sentido que son las crisis las que plantean de !ec!o cambios en las tasas de rentabilidad y abren, o cierran, períodos durante los cuales algunas fracciones del capital pueden prevalecer sobre el resto. $i un determinado sector gozara durante muc!o tiempo de alta rentabilidad, los capitales fluirían masivamente al mismo. -ero es la misma volatilidad de las tasas de rentabilidad y de la situación general la que pone obst0culos a este movimiento. -or otra parte los programas gubernamentales refle"an muc!as veces a posteriori los posteriori los cambios en la situación situación económica& económica& aunque a su vez pueden pueden acentuar una línea de desarrollo.
de a"entes en&rentados a una política incoherente. stas características del modelo se mantienen en los modelos de se"unda "eneraci!n y los subsi"uientes elaborados por la ortodoxia.
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TERCERA PARTE PARTE CAPITALISMO A%RARIO EN UN PAÍS SUBDESARROLLADO C!()t*+o 12 Re#t! de +! tie! 6 c!(it!+ 4a teoría de la renta de la tierra es uno de los aspectos menos estudiados de la teoría de Mar1, pero pero de import importanci ancia a para para analiz analizar ar la distri distribuc bución ión del ingreso ingreso entre entre las clases clases sociales sociales y el desarrollo. A raíz del conflicto que se desarrolló a partir de marzo de :;; entre el @obierno argentino y el campo, se evidenció la necesidad de precisar, entre entre otras cuestiones, la categoría de renta agraria y su relación con la ganancia y el inter#s& el vínculo entre el capital agrario, la propiedad de la tierra y el capital financiero& y la relación de la acumulación en el agro argentino con el desarrollo de la globalización del capital. capital. 'mpezamos abordando la cuestión cuestión de la renta en la teoría de Mar1.
%ENERALIDADES Y RENTA DI'ERENCIAL I Mar1 define la renta como todo aquello que paga el arrendatario al terrateniente como canon po r la autorización a e1plotar la tierra. B0sicamente se origina en dos circunstancias. 'n primer lugar, en el !ec!o de que las tierras tienen diferentes fertilidades, y ubicaciones geogr0ficas, y por lo tanto varían los costos de producción. 'n segundo t#rmino, en que la tierra es un bien que no puede reproducirse, y por lo tanto es monopolizable. 4a manera m0s sencilla de introducir su mecanismo de formación es a partir de la renta diferencial ), que es la renta que se origina por las diferencias de fertilidad natural de los suelos. 4o !acemos con un e"emplo num#rico. $upongamos que e1isten tres tipos de tierra cerealeras, A, B y C, de diferentes niveles de productividad& la A es la de menor productividad, y la C es la de mayor productividad. 4a demanda de cereal es tal que se necesita la producción de los tres tipos de tierra. $upongamos que en las tierras de tipo A por cada `:E de capital invertido se obtiene un rendimiento de > unidad de cereal. $uponemos que la tasa de ganancia del capital invertido en el agro 7igual a la tasa media de ganancia que prevalece en el resto de la economía7 es del :;V& la ganancia cada `:E de capital invertido es entonces `E. 'sto significa que el precio de producción de > unidad de cereal es `;. A su vez en la tierra B se producen, cada `:E de capital invertido, : unidades de cereal& la ganancia es, lógicamente, `E. 'l 5costo de producción6 9entendido aquí como capital invertido m0s ganancia= de cada unidad de cereal es `>E. -or ltimo, si en la tierra C se producen, cada `:E unidades de capital invertido, unidades de cereal, el 5costo de producción6 de cada unidad de cereal es de `>;. `>;. 'n princip principio, io, si estas estas difere diferencia nciass de produc productiv tividad idad ocurri ocurriera eran n en cualqu cualquier ier rama rama de la economía en la que !ubiera libre competencia, se establecería un precio de producción que, en condiciones de equilibrio entre la oferta y la demanda, coincidiría con el de las empresas modales. $in embargo esto no puede ocurrir en la agricultura, debido a que la tierra no es un bien que se pueda reproducir a voluntad. 4os propietarios de las tierras de productividad superior, C y B po seen entonces una venta"a que no puede ser igualada por los propietarios de las tierras A. 'sta circunstancia !ace que el precio de mercado est# determinado por la peor tierra, en nuestro e"emplo, A. 4a unidad de cereal se vende por lo tanto a `;& en las tierras B se obtiene un e1cedente de `;, y en las C de `G;. 'ste e1cedente es la renta que va al terrateniente. Karias cuestiones son importantes de puntualizar. p untualizar. 'n primer primer lugar, lugar, %ay que distinguir entre la tasa de ganancia y la renta . Constituye un error frecuente !ablar de la rentabilidad del campo de con"unto, sin distinguir la renta de la ganancia del capital. 4a renta corresponde al dueDo de la tierra en tanto es propietario de un bien no reproducible. )a ganancia agraria, agraria, en cambio, corresponde al empleo del capital, y se rige por las mismas leyes que gobiernan las tasas de ganancia de cualquier otro sector de la economía . 'n particular, est0 sometida a la tendencia a la igualación de la tasa de ganancia que afecta a todas las ramas del capital. 'sto significa que cuando la tasa de ganancia en una rama se eleva por encima de los niveles medios, aumenta el flu"o de capitales !acia esa rama, llevando la tasa de gana gananc ncia ia de ese ese sect sector or nuev nuevam amen ente te !aci !acia a el nive nivell medi medio. o. 'n el sist sistem ema a capi capita talilist sta a
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permanentemente !ay ramas en e1pansión que gozan tasas de ganancia m0s altas que los promedios, y atraen capitales& y ramas en retroceso en las que sucede lo opuesto. Adem0s, dentro de cada rama !ay empresas con tecnologías o economías de escala superiores a las modales, que gozan de plusvalías e1traordinarias& empresas con escalas y tecnologías modales, que reciben la tasa media de ganancia& y empresas con escalas y tecnologías inferiores a las modales, que no alcanzan la tasa media de ganancia. 4as plusvalías e1traordinarias de los capitales avanzados tecnológicamente tienden a desaparecer a medida que los cambios tecnológicos se generalizan en la rama. 4a renta, en cambio, constituye una 5sper ganancia6, de la que se apropia de forma permanente el propietario de la tierra. Esta distinción entre ganancia y renta es cla"e para comprender la especificidad %istórica del modo capitalista de producción. Como seDala Mar1, en tanto en las sociedades precapitalistas la renta es la forma normal que asume el plusproducto 7o el plusvalor, si se paga en dinero7, la renta moderna es el e1cedente que va al terrateniente, por encima de la parte del plusvalor que se apropia el capitalista, ba"o la forma de ganancia. 4o cual demanda las condiciones modernas de producción, entre ellas el establecimiento de una tasa media de ganancia y precios de producción& esto es, el dominio del capital. -or eso mismo tambi#n esta separación entre ganancia y renta es el supuesto del modo de producción capitalista. 'n segundo t#rmino, la renta no es e l 5ingreso que recibe el factor de producción tierra6, como se la presenta en la literatura burguesa !abitual, sino la plus"alía remanente sobre la ganancia media del capital . 4a propiedad privada de la tierra no es su fuente, sino la que permite apropiarse de una parte de la plusvalía ba"o la forma de renta. 4a mayor fertilidad relativa de las tierras B y C no genera m0s valor, sino posibilita que la misma cantidad de traba"o !umano se e1prese en m0s cantidad de valores de uso& y dado que el precio del producto est0 determinado por la tierra (, es lógico que sur"a la renta. 's como si el traba"o aplicado en B y C fuera traba!o potenciado, generador de m0s valor que el aplicado en A. 'l valor es una categoría social& su magnitud depende del tiempo de traba"o socialmente necesario, y #ste est0 determinado tanto por la productividad del traba"o que determina el precio de producción 7en nuestro e"emplo, la productividad del traba"o en A7, como por la necesidad social del producto 7esto es, el tiempo de traba"o que se est0 dispuesto a entregar a cambio7. 'n tercer lugar, es claro que si por cualquier causa ba"a el precio del cereal, salen de producción las tierras marginales, y las tierras que le siguen en la escala ascendente de la productividad pasan a ser a!ora las reguladoras. 'sto es importante a tener en cuenta cuando se estudia el efecto ba!ista sobre los precios que tienen las retenciones a las e#portaciones sobre los precios de los granos, carne y otros productos del agro. 'n cuarto lugar, la apropiación de la renta diferencial por parte del 'stado no modifica el precio del grano 9si consideramos el precio mundial=. 'sto porque, como se !a visto, la renta no contribuye a la formación de los precios. 'n otras palabras, el cereal no es caro porque se paga una renta, sino que se paga una renta porque el cereal es caro . -or lo cual es incorrecto afirmar que si ba!a la renta se abaratan los precios de los cereales u oleaginosas . $í modifica el precio interno una "ariación de las retenciones, ya que lo desconecta, parcialmente, del precio en el mercado mundial. -ero, naturalmente, el precio en el mercado mundial no se modifica por esto& simplemente se trata de un procedimiento por el cual el 'stado se puede apropiar de una parte de la renta, dada la diferencia entre el precio interno y el precio mundial. -or supuesto tambi#n, si se modifica el tipo de cambio variar0 la renta de la que puede apropiarse el terrateniente, ya que se modifica el precio interno del producto agrícola 9v#ase el )nterludio ) para una discusión del tema=. -or ltimo, subrayamos que la renta depende de las productividades relati"as. 'sto significa, en primer lugar, que no depende del tamaDo de la tierra& una parcela pequeDa puede dar una renta relativamente m0s grande que una parcela mayor. -or eso en la zona pampeana e#tensiones de tierra no muy grandes 0dadas las escalas producti"as0 pueden sin embargo generar importantes rentas. P zonas e1tensas en tierras peores dan poca renta relativa. 'n segundo t#rmino se desprende que 3icardo se equivocaba cuando pensaba que la renta siempre aumentaba con la suba de los precios del grano, y viceversa. Fe !ec!o, la productividad total puede estar aumentando, de manera que ba"en los precios de los granos, en tanto aumenta la renta.
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PRECIO DE LA TIERRA Y CAPITAL 'ICTICIO Febido a que la tierra no es producto del traba"o, no puede tener valor. $in embargo es una mercancía 7en la medida en que es apropiable7 y por lo tanto tiene precio. $e plantea entonces la cuestión de cómo se determina el precio de la tierra. 4a respuesta de Mar1 es que se !ace por el principio de la capitalización de la renta con una tasa de inter#s determinada. >;? $e trata del mismo principio que se aplica actualmente en la 5superficie6 de la sociedad capitalista, sólo que en Mar1 el 5rendimiento6 de la tierra se e1plica a partir de la e1plotación del traba"o. $upongamos, por e"emplo, que la tasa de inter#s de referencia de un país es el GV& supongamos que una unidad de tierra da `:;; de renta anual. -ues bien, se puede suponer que esa renta corresponde al 5rendimiento6 de un capital ficticio 7en este caso la tierra7 cuyo precio se calcula capitalizando la renta a una tasa de inter#s que, por lo general, es m0s ba"a que la tasa de referencia. >; 'n nuestro e"emplo esta tasa puede ser del EV. -or lo tanto el precio de esa unidad de tierra ser0 `:;; ;,;E Y ` ;;;. 's claro que a medida que suba la renta, dada una tasa de inter#s, el precio de la tierra sube& y a medida que ba"e la tasa de inter#s de referencia, aumenta el precio de la tierra. 'l precio de la tierra se e1plica por la ley del valor traba"o, y est0 indisolublemente ligado a la relación capitalista. 'ntender que el precio de la tierra es renta capitalizada ayuda a resolver cuestiones que se !an discutido acaloradamente durante el conflicto entre el campo y el @obierno, y reaparecen comnmente en los an0lisis sobre la tierra. -or e"emplo, es frecuente que al !acer los c0lculos de rentabilidad de una e1plotación agrícola se considere el precio de la tierra como un componente del capital invertido 7sería 5capital constante fi"o6, en t#rminos mar1ianos7 por el terrateniente8 capitalista. 's lo que sucede en un c0lculo realizado por la $ecretaría de Agricultura de Argentina, para campos propios y arrendados y precios de fines de :;;?, donde se !abla de rentabilidades sobre 5capital invertido6 que resultan asombrosamente ba"as. Al margen de la e1actitud de las cifras sobre costos, impuestos, etc#tera, lo que llama la atención es que este c0lculo no discrimina entre lo que es el capital 7m0quinas, semillas, fertilizantes, pago de salarios7 y lo invertido en la tierra que no constituye capital . -ara ver por qu#, pensemos en la e1plotación capitalista típica, esto es, donde e1iste un terrateniente que percibe renta y un arrendatario capitalista que contrata obreros asalariados. 'n este caso el capital invertido por el terrateniente en la compra del suelo 5es para #l, por cierto, una inversión de capital que devenga inter#s, pero que nada tiene que ver en absoluto con el capital invertido en la propia agricultura6 9Mar1, ><<<, t., p. >;:=. Es que la tierra no es capital fi!o ni circulante & simplemente es un bien inmueble, una condición de producción. 'l título de propiedad que posee su comprador constituye un título que le da derec!o a percibir una parte del plusvalor, ba"o la forma de renta, pero nada tiene que ver con la producción de esa renta. -or eso es similar al dinero invertido en un título del 'stado& el título da derec!o a participar de los ingresos futuros del 'stado, pero detr0s del mismo no !ay capital& se trata de un capital ficticio. 'n el caso de la tierra, cuando el comprador abonó el precio de la tierra, se desprendió de su capital, que a!ora pasó a manos del vendedor. 5-or consiguiente, el capital no e1iste ya como capital del comprador, pues #ste !a de"ado de tenerlo& por lo tanto no se cuenta entre el capital que de alguna manera puede invertir en el propio suelo6 9)bíd.=. -or lo tanto esta suma desembolsada en la compra de la tierra no entra en el "alor del producto , como sí sucede con el valor de la m0quina o de la materia prima. De a%í que el comprador compare la in"ersión en tierra con la in"ersión en cualquier otro acti"o financiero . -ara #l es un 5capital6 que rinde inter#s, aunque como capital sólo podr0 realizarlo mediante su reventa& en este sentido es que Mar1 lo considera capital potencial. 4a lógica que rige esta inversión, como sucede con cualquier otro activo financiero, es la de ganar tanto con la renta como con la valorización de la tierra. 'sta perspectiva, propia del capital dinerario, se ve refle"ada en los balances de algunos grandes grupos del capitalismo agrario. -or e"emplo Cresud, de Argentina, vende tierras compradas a precios ba"os cuando considera que !an alcanzado una alta valorización.>;< 1/
l precio de la tierra no es otra cosa que la renta capitali$ada, y por ende anticipada ;arx, 1???, t. 3 p. 1/2@0. 1/@ a ra$!n de que sea más ba6a es que la tierra se considera una in)ersi!n más se"ura que la in)ersi!n &inanciera.
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4a distinción entre inversión en tierra y capital resurge a cada momento en el c0lculo del inversor financiero y del propietario. 'ste ltimo calcula normalmente cu0nto le rinde la tierra si la arrienda, comparando con el beneficio que obtiene de cualquier otro activo financiero& y las posibilidades de valorización del suelo. -or otra parte calcula cu0nto capital debe invertir para !acer producir el campo, y qu# ganancia obtiene. 'n base a esto puede decidir el curso a seguir& un c0lculo que adquiere especial significación en la din0mica del capitalismo agrario pampeano, como veremos en seguida. -or ltimo seDalamos que considerado desde el punto de vista del desarrollo de las fuerzas productivas, y debido a que el desembolso de dinero en la compra de tierras no es inversión de capital agrícola, la propiedad de la tierra constituye un obst0culo para la agricultura y 5de !ec!o contradice al modo de producción capitalista6 9Mar1=.
LA CRÍTICA DE LA PROPIEDAD PRIADA DE LA TIERRA Y LA RENTA Cuando se discute acerca de los ingresos del campo generalmente se !ace !incapi# en la e1istencia, o no, de 5ganancias e1traordinarias6 por parte de los propietarios de la tierra. Como !emos visto, estas 5ganancias6 7que son rentas7 no se distinguen, la mayoría de las veces, de las ganancias del capital, y los debates se centran en cu0l sería su nivel #ticamente 5"usto6. Con lo cual desaparece cualquier cuestionamiento a la propiedad privada misma de la tierra. 4a propiedad privada de la tierra aparece como algo natural. $in embargo cabe preguntarse en qu# se fundamenta el derec!o de propiedad privada de la tierra. 'n la respuesta a esta pregunta, como seDala Mar1, la ideología burguesa fracasa penosamente, incluso en sus e1ponentes m0s lcidos. 's que la propiedad privada de la tierra supone que !ay personas que !an monopolizado porciones del planeta, 5sobre las cuales pueden disponer como esferas e1clusivas de su arbitrio privado, con e1clusión de todos los dem0s6 9Mar1, ><<<, t. , p. ?<=. 'n determinados momentos de la !istoria !umana, algunas personas tomaron posesión de tierras, las declararon de su propiedad, y e1cluyeron a todos los dem0s. +ue luego las tierras se comercien como cualquier otra mercancía no cambia la naturaleza del problema. 4a renta sigue constituyendo un tributo que el con"unto de la sociedad paga a quienes !an monopolizado porciones del globo terr0queo. Fesde este punto de vista la defensa de la renta agraria, cualquiera sea la forma que adopte, es una bandera reaccionaria. Nste es un punto del programa del mar1ismo que es incompatible con las rei"indicaciones de los productores agrarios pampeanos, y con los partidos defensores del sistema capitalista. $in embargo, el !ec!o de que se naturalice la propiedad privada del suelo, que se confunda el precio de la tierra con el capital, y que la renta se conciba, segn la apariencia del fenómeno, como un rendimiento de ese 5capital6, constituye la base material para la defensa del derec%o del terrateniente a percibir ese ingreso. 'l cuestionamiento a la renta que percibe el propietario de la tierra por parte del mar1ismo es radical.
RENTA ABSOLUTA 4a renta diferencial ), que se origina en las diferencias de las productividades naturales del suelo es la que comnmente se tiene en cuenta cuando se analiza la cuestión de la tierra en Argentina. -ero Mar1 tambi#n pensaba 7a diferencia de 3icardo, que sólo concebía la renta diferencial7 que la tierra de peor calidad tambi#n generaba renta. 'sta renta surgía, siempre segn Mar1, porque la composición media del capital en la agricultura era m0s ba"a que en el promedio de la economía capitalista. 3ecordemos que la composición del capital es la relación entre capital constante y capital variable& esto es, la relación entre traba"o muerto y traba"o vivo, que es el que genera el valor y la plusvalía. 'n condiciones de libre competencia y movilidad de los capitales, las ramas en que e1iste una composición del capital menor a la media venden su producción por deba"o del precio que correspondería directamente a sus valores& y en las ramas en las que la composición del capital es superior a la media sucede lo contrario. $in embargo, seguía el razonamiento de Mar1, en la agricultura no podía ocurrir esa ni velación, debido a la propiedad privada de la tierra. 4o cual daba lugar a otra ganancia 5e1tra6, que constituía la renta absoluta, que recibe el propietario de la tierra de peor calidad. 'sto significa que Mar1 e1plica la renta en la peor tierra no a partir de 1/?
n su balance cerrado el 31T/3T/@ la empresa in&ormaba la )enta de 24/ hectáreas en -anta Be a M-U 254? cada una. Cresud las había comprado en 1?? pa"ando M-U 3/?.
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un precio de monopolio 7esto es, por el poder de mercado o el capric!o de la demanda7 sino por la ley del valor traba"o. 3u supuesto crucial es que en la agricultura la composición del capital es menor que en el resto de la economía . -or eso en este respecto no es correcta la afirmación de @astiazoro 9><<<= cuando sostiene que la renta absoluta, en el sentido de Mar1, 5surge de la supere1plotación de los asalariados rurales por el mayor atraso relativo del capitalismo en el campo6. 'n primer lugar porque, siempre segn la teoría de Mar1, la renta absoluta es independiente de si e#iste o no supere#plotación& la e1istencia de supere1plotación puede engrosar la renta, absoluta o diferencial, pero no es la razón de ser de la renta absoluta. An cuando no e1ista supere1plotación, !abr0 renta absoluta si la composición org0nica en el campo es menor que la composición org0nica promedio del resto de la economía capitalista. -or lo tanto, y en segundo t#rmino, tampoco es correcto sostener, como tambi#n afirma @astiazoro, que la renta absoluta surge porque !ay un mayor atraso relativo del capitalismo en el campo. 4o que importa es la composición org0nica media del capital, y la composición org0nica promedio en el campo. -uede !aber ramas de la economía con ba"a composición org0nica, que sin embargo est#n a la vanguardia de los avances tecnológicos. -or e"emplo, sectores en biotecnología o gen#tica poseen una alta relación de traba"o 7que es comple"o7 sobre capital constante, y son de avanzada. 'sta confusión conceptual acerca de qu# es renta absoluta lleva a una parte de la izquierda 7como el -artido Comunista 3evolucionario, al que pertenece @astiazoro7 a sostener que en Argentina este tipo de renta "uega un rol central. $eDalemos, por ltimo, que la renta absoluta sí influye en el precio del producto agrícola & si no e1istiera la renta absoluta el producto se vendería al precio de producción que, lógicamente, debe ser m0s ba"o que el precio8valor& siempre ba"o el supuesto de que la composición org0nica del capital en la agricultura es m0s ba"a que en el promedio social.
DESARROLLO CAPITALISTA Y RENTA DI'ERENCIAL II 4o visto !asta aquí !a constituido los pilares teóricos !abituales con los que se e1plicaron las cuestiones de la tierra en Argentina. -ero tambi#n est0 la renta diferencial )), que es la renta que surge por las sucesi"as me!oras introducidas por la in"ersión de capital en la tierra. 'n la medida en que esas me"oras se incorporen de manera permanente a la tierra, son pasibles de ser usufructuadas por el terrateniente en futuros contratos. -ara verlo, supongamos que en nuestro caso anterior un capitalista arrendatario introduce una me"ora en el riego de la tierra C, de manera que aumenta su productividad a unidades de cereal cada `:E de capital invertido m0s `? por inversión e1tra. 'n este caso el capitalista obtendr0 un ingreso de `>;;, de los cuales `G; constituyen la renta, `:E reponen el capital 5normal6 invertido, `? el capital 5e1tra6 invertido& `E constituyen entonces la ganancia normal, y ` una ganancia e1traordinaria, producto de las me"oras. -ero cuando la tierra est# disponible para que el terrateniente la alquile nuevamente, esa me"ora es una cualidad de la tierra que procurar0 la correspondiente renta. 'l arrendatario se quedar0 de nuevo con la ganancia media. 'l incremento de la renta deriva así de la inversión de capital, y es la renta que Mar1 llama diferencial )). 'l an0lisis a partir de aquí se !ace entonces m0s comple"o, porque las rentas diferenciales ) y )) dan lugar a muc!as combinaciones, segn que los rendimientos de las sucesivas inversiones de capital en la tierra sean crecientes, constantes o decrecientes& y segn las inversiones se !agan en tierras de diferentes fertilidades naturales. Fe esta forma aparecen muc!os casos en que la renta sube, pero no porque se vaya siempre a tierras peores, o porque suban los precios de los productos agrícolas, como pensaba 3icardo. 'n nuestra opinión esta renta diferencial cobra un significado especial en la actualidad, ya que depende y es in%erente al desarrollo del capitalismo. '1presa la circunstancia de que el capital al alcanzar determinado nivel se con"ierte en el factor decisi"o de la agricultura y la fertilidad natural de"a de ser el elemento determinante de la renta. (na cuestión que ya destacaba Mar1 en $iseria de la filosofía, cuando afirmaba que la fertilidad no es una cualidad tan natural como podría pensarse, porque est0 estrec!amente ligada a las relaciones sociales de su tiempo, y volvía a afirmarla en El Capital H / las propias leyes naturales del cultivo implican que, llegado a cierto nivel del cultivo y a su correspondiente agotamiento del suelo, el capital 7considerado aquí, al mismo tiempo,
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en el sentido de medios de producción ya producidos7 se convierta en el elemento decisivo del cultivo 9Mar1, ><<<, t. , p. G=. 4a e1istencia de la renta diferencial )) est0 indicando que la tierra se transforma en un campo de inversión para los capitales como cualquier otro. 'n relación a los países subdesarrollados, la incorporación al an0lisis de la renta diferencial )) es importante. La sido tradicional en la izquierda minusvalorar la renta diferencia )) 7a la par que se resaltó !istóricamente la renta diferencial ) y la absoluta7 porque se parte de la premisa de que el desarrollo de las fuerzas productivas en el agro es e1tremadamente d#bil, o despreciable. -ero esto !oy no tiene apoyo en la realidad, por lo menos para e1tensas zonas de los países perif#ricos, como es el caso de la zona oleaginosa y cerealera de Argentina. Afirmar que la tierra se transforma en un campo de inversión para los capitales como cualquier otro implica que a largo plazo debe aumentar la composición orgánica del capital en la agricultura, y por lo tanto no %ay razón para que su ni"el medio deba ser diferente a la de cualquier otra rama de la industria. 'n consecuencia desaparece la base para la e1istencia de la renta absoluta. 'l propio Mar1 admitía que la renta absoluta se basaba en 5una diferencia !istórica que puede desaparecer6 9Mar1, >; un gran"ero de 'stados (nidos empleaba entre :;; y ;; !oras de traba"o para producir >;; bus%els de trigo& en ><; entre ; y E; !oras& en >>; P todo indica que desde entonces el tiempo d e traba"o disminuyó. 4o mismo !a sucedido en las producciones de cereales y oleaginosas en Brasil, Argentina y otros grandes productores.
RENTA EN LAS PEORES TIERRAS $i no e1iste renta absoluta, cabe preguntarse entonces si e1iste renta en las tierras peores. -ara responder a esta pregunta vuelve a cobrar importancia la renta diferencial )). '1pliquemos el tema con cierto detalle, porque nos permitir0 abordar luego algunas de las contradicciones que se est0n evidenciando en el agro en Argentina. 4a tesis de Mar1 es que puede surgir renta en la peor tierra a partir de las inversiones sucesivas de capital, en condiciones especiales que afectan a las tierras marginales. -ara ver cómo puede suceder, supongamos, como antes, que la tierra peor, A, produce > unidad de cereal a un 5costo de producción6 9incluye la ganancia= de `;, y que la tierra B produce ,E unidades de cereal a un costo de producción de `G;. Fado que el precio de mercado est0 determinado por la tierra A, los productores de B venden las ,E unidades de cereal a `; cada una, obteniendo entonces `>;E. Fescontado el 5costo de producción6 queda una renta de `E. $upongamos a!ora que la demanda aumenta, y se necesita producir > unidad m0s de cereal. $e compara entonces cu0nto cuesta producir esta unidad adicional si se invierte m0s capital en la tierra A, en una tierra an peor, A 8>, o en B. $upongamos que producir esta unidad adicional cuesta `E en B, y ` en A, o en A 8>. 4ógicamente, la unidad adicional se produce en B. 'ntonces tenemos que B produce a!ora ,E unidades, de las cuales ,E unidades se producen a `G;, mientras que > unidad se produce a `E. 'n total en B las ,E unidades de cereal se producen a `,>>. 'n este caso el precio regulador seguiría siendo el de A, o sea `;, y no !abría renta en la peor tierra. $in embargo $ar# aquí introduce una %ipótesis crucial , ya que sostiene que el precio regulador bien puede ser el de la unidad adicional producida en B, o sea, `E. 'n este caso B vende las ,E unidades de cereal a `>E?,E& descontando los `
Datos que tomamos del Economic Report of the President M-, de 2//.
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dando aquí un rol relevante al c0lculo comparativo marginal. 'sto sucedería cuando no es posible disponer de nueva tierra de calidad A que tenga la misma situación favorable que la cultivada anteriormente, sino !ay que recurrir a una segunda inversión de capital en A, que implica una inversión menos rentable que en B& o, alternativamente, descender a una tierra A 8>, de peor calidad. tra situación en que la renta diferencial )) puede dar lugar a renta en la tierra de peor calidad es cuando la inversión adicional de capital permite un fuerte aumento de la productividad en la tierra peor. -ara verlo, partamos del caso que !emos venido estudiandoH en la tierra A una inversión de `:E permite producir > unidad de cereal, con una ganancia de `E. $upongamos a!ora que una segunda inversión de `:E permite producir : unidades adicionales de cereal 9la ganancia es de `E, como siempre=. Fe manera que se pueden producir unidades de cereal a un costo de producción de `G;. 'l costo medio de la unidad de cereal es de `:;& si A sigue sin arro"ar renta, el precio regulador pasa entonces a ser `:;. 'n cambio 7y de nuevo esta !ipótesis es crucial en el razonamiento de Mar1 para e1plicar la aparición de renta en A7 si se sigue considerando como precio regulador el precio de la unidad de cereal que resulta de la primera inversión de capital 9o sea, `;=, la producción total de A que se deriva de la primera y segunda inversión reportar0 un ingreso de `<;& y se genera una renta de `;. Todo depende de que la primera inversión se mantenga como la decisiva. -or supuesto Mar1 admite que en condiciones normales el precio regulador debería disminuir, de forma que no !abría renta en A. $in embargo, sigue su e1plicación, si la me"ora afectara solamente a una parte pequeDa de A, esta parte me"or cultivada arro"ar0 una ganancia e1cedente que el terrateniente terminar0 fi"ando como renta. A medida que la tierra A fuera incorporando el nuevo m#todo, se iría formando renta. Mar1 considera tambi#n el caso en que !ubiera productividad decreciente de los capitales adicionales invertidos en A, pero para nuestro estudio es suficiente con lo que !emos e1plicado. 4o central aquí es que a medida que aumenta la in"ersión de capital, y se desarrolla la producción capitalista, puede formarse renta incluso en las tierras marginales. -or otra parte se puede ver que la distinción entre las rentas diferenciales ) y )) es, !asta cierto punto, relativa. 's que siempre la renta diferencial ) supone que !aya inversión de capital, ya que no !ay suelo que d# producto sin inversión. -or eso Mar1 plantea 7no casualmente, cuando trata la renta diferencial ))7 que incluso cuando se dice que > unidad del suelo peor, A, proporciona determinada cantidad de productos, siempre se supone 5que se emplea un capital determinado, considerado normal ba"o las condiciones de producción dadas6 9Mar1, ><<<, t. , p. <;=. *aturalmente, a la par que se desarrolla el capitalismo se ele"a el ni"el del capital medio necesario. -or e"emplo, supongamos que se realizan nuevas inversiones de capital en algunas tierras de A, y que otras no reciban este capital suplementario. Fe esta manera se genera renta en las tierras de A me"or cultivadas, y aumenta la renta de las tierras B, C, F, que tambi#n reciben capitales adicionales. 'n tanto las parcelas de A que no recibieron ese capital adicional siguen determinando el precio de producción. -ero llega un punto en que el nuevo tipo de e1plotación se impone y se convierte en el tipo de e1plotación normal& en ese momento el precio de producción disminuye, la renta de las me"ores tierras vuelve a disminuir y 5la parte del suelo de A que no posea el capital medio de e1plotación deber0 vender por deba"o de su precio de producción individual, es decir, por deba"o de la ganancia media6 9)bíd.=. 'l nivel medio del capital necesario para e1plotar la tierra en Argentina se !a venido elevando sistem0ticamente en los ltimos aDos& asimismo la inversión de capital en tierras est0 poniendo en funcionamiento m0s y m0s tierras marginales. 'sto saca de la competencia a los productores más débiles e impulsa la concentración del capital . 'ste tipo de inversión la estarían realizando algunos grandes grupos en tierras marginales de Argentina. -or e"emplo Cresud invertía, en :;;, en tierras en el sur de $alta, donde estaba transformando en praderas sembradas unas G:.;;; !ect0reas de suelos marginales. Firectivos de Cresud tambi#n informaban, en :;;, que el grupo estaba comprando las tierras a ($` >; la !ect0rea 9esto significa que esa tierra, de !ec!o, no genera renta= e invirtiendo apro1imadamente ($` ?;; por !ect0rea. $i el precio de las oleaginosas o cereales es establecido por otras tierras marginales que no generan renta, y Cresud consigue, a partir de me"oras que puedan considerarse permanentes, una productividad por !ect0rea superior a la productividad de esas tierras marginales que siguen determinando el precio, entonces las tierras marginales que adquirió dar0n renta. Fe esta manera
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la inversión de capital 5genera6 renta agraria. Adem0s, a mediano o largo plazo, los propietarios8 productores que no posean el capital suficiente para generar un nivel de productividad similar al que consigue el capital m0s fuerte, terminar0n siendo eliminados. 'sto se puede acelerar si ba"a el precio del grano o de la oleaginosa. -or otra parte debe tenerse en cuenta que la renta diferencial . siempre es la base sobre la que se asienta la renta diferencial .. . $i !oy en la economía moderna no !ay posibilidad de obtener renta sin realizar fuertes inversiones de capital, debe e1istir una base, dada por la fertilidad natural de la tierra, para que pueda formarse una renta diferencial )). -or caso, la inversión de capital en la -ampa Lmeda !oy es imprescindible para que e1ista renta. -ero ese capital a su vez est0 actuando en un terreno de fertilidad natural superior a otros suelos& por e"emplo, a los suelos de Tucum0n o $alta que se dedican a la producción de trigo o so"a.
LA CATE%ORÍA DE ?CAMPESINO@ Y EL PRODUCTOR PAMPEANO Furante el conflicto agrario las organizaciones de izquierda que se alinearon con los productores rurales argumentaron que defendían a los pequeDos y medianos campesinos contra el avance de los grandes capitales agrarios y financieros. $egn esta visión, en la zona pampeana y productora de cereales y oleaginosas e1istiría una capa de productores que no serían capitalistas, dado que no utilizan mano de obra asalariada, o lo !acen en muy escaso volumen. 'fectivamente, de acuerdo al censo de :;;:, en la zona pampeana casi la mitad de los establecimientos sólo emplea traba"o familiar. P de los establecimientos que tienen asalariados permanentes, el <;V tiene menos de traba"adores 9v#ase *eiman, :;;=. Febido a que una relación capitalista se define por la utilización de mano de obra, y en una proporción tal que el dueDo de los medios de producción pueda vivir sin involucrarse directamente en el traba"o, >>> muc!os de los propietarios8productores de la zona pampeana 7típicamente, que poseen establecimientos de entre E; y ;; !ect0reas7, no serían capitalistas en el sentido estricto del t#rmino. $in embargo, cuando se analiza la rentabilidad de estos sectores, y sus posibilidades, y se las compara con la situación típica de los campesinos parcelarios, la cuestión aparece ba"o una luz muy distinta. -ara avanzar en este estudio debemos precisar qu# es la economía campesina, tal como !istóricamente se la entendió en la literatura mar1ista y en los estudios sobre las clases sociales en el campo. Fíaz8-olanco 9><= precisa las características que, segn Mar1, son distintivas del r#gimen de propiedad parcelaria campesina en su forma 5cl0sica6. 's la formación social en que el campesino es propietario de la tierra que traba"a, de las condiciones ob"etivas de producción, pero en la que 5una parte preponderante del producto agrario debe ser consumido, en cuanto medio directo de subsistencia por los propios campesinos6 9Mar1, ><<<, t. p. >;:=, y sólo una parte residual se comercia. Cuando este tipo de propiedad del suelo est0 e1tendido, presupone 5que la población rural posee gran preponderancia num#rica sobre la urbana6 9Mar1, ><<<, t. p. >;:= y que el capitalismo est0 poco desarrollado en el agro. $e la considera 5cl0sica6 porque sobre esta base se desarrollar0 el capitalismoH 'l sistema capitalista se desarrollar0 sobre la disolución y la ruina de esta forma cl0sica, destruyendo la industria campesina y separando al traba"ador campesino de sus condiciones ob"etivas de producción, convirtiendo a este ltimo en obrero asalariado cuya nica propiedad es su fuerza de traba"o 9Fíaz8-olanco, ><, p. ?=. 'stablecido este r#gimen en su forma 5cl0sica6, a medida que se desarrollan las relaciones mercantiles y el modo capitalista de producción, tender0 a producirse una diferenciación en su seno. 4os campesinos que posean la tierra m0s f#rtil, o alguna otra venta"a, podr0n realizar una renta diferencial, y tambi#n una ganancia& en el sistema capitalista desarrollado este campesino adquiere luego la fisonomía del @ran"ero 9farmer: americano, esto es, de alguien que recibe 111
>+ase el capítulo ? del tomo 1 de El Capital , donde ;arx explica que para que una suma de dinero se con)ierta en capital es necesario un mínimo determinado. -i el due8o de los medios de producci!n debe inter)enir directamente en el proceso de producci!n como un obrero más, no será más que un peque8o maestro artesano, un t+rmino medio entre el capitalista y el obrero. *l lle"ar a un cierto ni)el del desarrollo, la producci!n capitalista exi"e que el propietario de los medios de producci!n in)ierta todo su tiempo en actuar como capitalista, esto es, como capital personi&icado.
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normalmente renta, y ganancia. 4os campesinos acomodados tambi#n pueden evolucionar !acia capitalistas arrendatarios, a trav#s de formas de transición como la mediería o aparcería. >>: P la mayoría del campesinado "a camino a la ruina, a medida que el capitalismo se desarrolla. Febe subrayarse que por lo general los campesinos parcelarios no reciben ingresos equivalentes a renta o ganancias, y tienden a conformarse con un ingreso que apenas representa un salarioH Como límite de la e1plotación para el campesino parcelario no aparece, por una parte, la ganancia media del capital, en tanto es un pequeDo capitalista& ni tampoco, por la otra, la necesidad de una renta, en tanto es terrateniente. 'n su condición de pequeDo capitalista no aparece para #l, como límite absoluto, otra cosa que el salario que se abona a sí mismo, previa deducción de los costos propiamente dic!os. Mientras el precio del producto cubra su salario, cultivar0 su campo e inclusive y a menudo !asta llegar a un límite físico del salario 9Mar1, ><<<, t. pp. >;:8>;:E=. -uede darse entonces una transferencia de e1cedente, ba"o la forma de valor, desde la pequeDa producción campesina al modo de producción capitalista. Como !emos seDalado en el Ap#ndice al capítulo ?, esta circunstancia debe diferenciarse, de todas maneras, de los casos en que el campesino sólo alcanza a generar un valor equivalente al valor de su fuerza de traba"o 9o menor an=, debido a la escasa tecnología y ba"a productividad de su traba"o. 'l debilitamiento de la economía predial tambi#n puede obligar a la combinación del traba"o en la parcela con el traba"o asalariado por fuera de ella. Cuando ocurre esto estamos en presencia de un campesino en transición al proletario, o sea, es un 5semi8campesino6, 5semi8proletario6. Al no recibir siquiera un equivalente al plustraba"o por encima del traba"o necesario para reproducir su fuerza de traba"o y su familia, el campesino no distingue la renta de la tierra como una categoría específica de su ingreso/ ni una ganancia, que correspondería a la inversión de 5capital6. -or esta razón en las economías campesinas no encontramos la racionalidad económica típica del empresario capitalista, que se guía por el criterio de la rentabilidad . Como sostienen Mayer y @rave, refiri#ndose a campesinos del -erH 4os campesinos usan el dinero para importar productos que no pueden producir localmente, tales como gasolina, ropa, licor, comida e insumos agrícolas. Cuando los t#rminos de intercambio son desfavorables/, en intentos desesperados por continuar e1portando productos, devalan los elementos de la economía que est0n ba"o su control. A fin de continuar operando, los campesinos deben vender sus productos por deba"o del costo de producción, absorbiendo las p#rdidas en casa. A largo plazo esto lleva al empobrecimiento 9Mayer y @rave, ><<<, p. G=. $on esta clase de economías las que !istóricamente !an conformado el contenido de la llamada 5cuestión campesina6 en el mar1ismo. >> $e !abla de una 5cuestión campesina6 por los debates acerca de qu# programa debían levantar los socialistas y la clase obrera para ganar al campesinado para la luc!a contra el capital. Fado que en el siglo ) la mayor parte de la población en 'uropa continental era campesina, resolver este problema era de muc!a trascendencia política.>> Mar1 y 'ngels pensaban que este campesinado debía ser ganado como aliado del proletariado, mostr0ndole que su nica salvación frente a la ruina era ad!erir a un programa anticapitalista. 112
l arrendatario adelanta parte del capital, además de su traba6o' y el terrateniente otra parte del capital. ;arx se8ala que esta &orma está en transici!n hacia el arrendatario capitalista. 113 a cuesti!n campesina está )inculada, clásicamente, a la &alta de tierra, y por lo tanto a las consi"nas de reparto de la tierra y re&orma a"raria. 114 or e6emplo en Brancia, hacia mediados de si"lo %H%, las dos terceras partes de la poblaci!n )i)ía en el campo' la mayoría eran campesinos parcelarios, a"obiados por las deudas, y sobre)i)ían al borde del hambre. De ahí que ;arx y n"els &ormularan, durante la
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$in embargo, a medida que se desarrolló el capitalismo en 'uropa, 5la cuestión campesina6 tendió a desaparecer. Actualmente en %rancia la proporción de traba"adores empleados en el campo es de apenas el EV del total de la fuerza laboral del país& los porcenta"es en otros países europeos y en Wapón son similares. 'n 'stados (nidos sólo el V de la fuerza laboral est0 empleada en la agricultura. -ero adem0s, los gran!eros de >rancia, (lemania o Estados ?nidos de %oy tienen poca relación con aquellos campesinos en los que $ar# y Engels ponían esperanzas re"olucionarias. $e !an convertido en parte de la clase capitalista, y actan con la racionalidad propia de esta clase. 4os gran"eros, ranc!eros y administradores de establecimientos de 'stados (nidos y de otros países adelantados perciben una renta, se apropian de plusvalía y realizan inversiones que deciden segn criterios de rentabilidad. 'ste tipo de economía agraria no está subordinada a ninguna otra forma. P #ste tambi#n es el caso de los productores de cereales y oleaginosas de Argentina. $u situación se parece más a la de Estados ?nidos, que a la del campesino parcelario de C%ina o de @frica subsa%ariana. 'l productor de so"a propietario de >;; !ect0reas en Buenos Aires o $anta %e no puede ser incluido en la misma categoría social que el campesino parcelario. $u fuerza económica y perspectivas son cualitati"amente distintas. -roduce enteramente para el mercado& invierte capital calculando una tasa de ganancia& obtiene normalmente plusvalor& y la renta entra en sus c0lculos. Tampoco el arrendatario pampeano, que realiza inversión de capital, aunque tenga pocos o ningn traba"ador asalariado, puede asimilarse al campesino que arrienda una parcela de tierra y apenas sobrevive. 'l arrendatario productor pampeano recibir0 como ingreso una parte de la plusvalía producida por el capital en general, que le corresponde en tanto propietario de medios de producción, a igual que sucede en cualquier rama de la economía en que !aya una alta composición org0nica del capital. Al calcular, por e"emplo, cu0nto cobra por cosec!ar, incluye no sólo la amortización de la maquinaria empleada, sino tambi#n una ganancia 7que #l considera 5inter#s67 por el capital invertido. 'n caso que traba"e #l mismo la maquinaria, su ingreso estar0 compuesto por un 5salario6 y una ganancia o plusvalía, en cuanto propietario de medios de producción. $i contrata a un asalariado para que mane"e la cosec!adora, su ingreso ser0 pura ganancia capitalista. 4a diferencia cuantitativa en fertilidad del suelo, tamaDo del terreno, inversión de capital, y e1cedente del que se apropia, da lugar a una diferencia social , con respecto a la economía parcelaria campesina. 'n consecuencia !ay que distinguir la ruina de la pequeDa unidad campesina familiar de la 5ruina6 del propietario pequeDo y medio, o del arrendatario de la -ampa Lmeda, que realizan fuertes inversiones. 4a ruina de la pequeDa unidad campesina tradicional significa, en el me"or de los casos, terminar como proletario& y muc!as veces en el pauperismo y el !ambre. 'l productor pampeano que no puede competir con el capital m0s concentrado, con muc!a frecuencia se convierte en rentista, e incluso en rentista acomodado . 'n otros casos, podr0 transformarse en un pequeDo propietario rentista de ciudad.>>E $u punto de partida siempre ser0 sustancialmente distinto al del campesino, an cuando no emplee mano de obra asalariada. -or este motivo las categorías sociales apropiadas para el an0lisis en la zona pampeana y productora de cereales y oleaginosas son las del propietario de la tierra, arrendatario capitalista y traba"ador asalariado& o alternativamente la de propietario8capitalista, que puede emplear mano de obra asalariada en escasa proporción, pero tiene abierta la opción de convertirse en rentista. Con respecto a la clase traba"adora, debe subrayarse que debido a que el desarrollo capitalista en la zona pampeana fue fuertemente a!orrador de mano de obra, no dio lugar a un proletariado num#ricamente numeroso. Fel total de los ;?.E?: establecimientos censados en :;;:, el V empleaba sólo traba"o familiar& el >,V utilizaba traba"o familiar con traba"adores transitorios& el :,:V tenía asalariados permanentes, y quedaba un E,V sin discriminar. Adem0s, de los que tenían asalariados permanentes, el E,?V tenía un asalariado permanente& el ,:V empleaba de dos a cuatro traba"adores permanentes& el ?,; o m0s asalariados permanentes 9*eiman, :;;=. >>G 115
*unque no poseemos estadísticas, hay mucha e)idencia anecd!tica :reco"ida en la prensa: de que parte de la renta a"raria obtenida por peque8os y medianos propietarios de la $ona cerealera y olea"inosa ar"entina se rein)ierte en propiedad inmobiliaria en las ciudades.
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'sto permitiría entender tambi#n una característica del conflicto agrario argentino, que es la ausencia de participación de la clase traba!adora con un programa de reivindicaciones propias, independientes de las demandas levantadas por la patronal. 'l reducido nmero de asalariados por establecimiento, y el involucramiento de muc!os dueDos en las tareas de producción, probablemente !a dado lugar a una fuerte influencia de la patronal sobre los traba!adores. 'sto a pesar de que e1iste una alta e1plotación del traba"o. 4a $ecretaría de Traba"o calculaba, en :;;<, que apro1imadamente el ?:V de los traba"adores del campo est0n en negro. $egn datos del )*F'C, el salario promedio en el campo era, en :;;, de ` >>;;, el E?V del salario promedio que regía en el resto de la economía.>>? bs#rvese que en la medida en que con estos niveles de salarios e1ista una ganancia media para el capitalista, !abr0 un aumento de la renta de la tierra. 'sto es, una parte del salario en este caso está ingresando en la renta agraria 9un caso que contempla Mar1& v#ase ><<<, t. , p. ;=. 4a primera manera pr0ctica y sencilla de ba"ar la renta agraria y comenzar a me"orar la distribución del ingreso es aumentando los salarios de l os traba"adores rurales.
CAPITAL 'INANCIERO, POOL DE SIEMBRA Y CAPITAL A%RARIO (na de las cuestiones que !a estado en el centro de muc!os debates es el rol que "uega el capital financiero en la producción agraria. Muc!os sostienen, en línea con las tesis de la financiarización y de la dependencia reformulada, que e1iste una contradicción fundamental entre el capital financiero 7singularizado en los pool de siembra7 y el capital agrario& y que el avance de los pool de siembra representa el predominio de la especulación parasitaria sobre la producción. 4os problemas actuales en el agro derivarían entonces de la naturaleza daAina de una forma particular de dominación, la del capital financiero, y del antagonismo entre ambas formas de capital. *uestra interpretación de la cuestión es opuesta a esta idea. 'ntre el capital financiero y el capital productivo agrario no e1iste contradicción fundamental alguna. $i bien pueden e1istir tensiones, ambos son sólo formas de e1istencia del capital en general& los dos se nutren de la plusvalía 7esto es, de la e1plotación del traba"o !umano7 y est0n estrec!amente relacionados. Constantemente montos de capital dinero que participan en el ciclo de rotación del capital productivo se invierten en los circuitos financieros, a la espera de volver a entrar en el circuito productivo. )nversamente, el capital dinerario no puede valorizarse si no es a trav#s de su relación con el capital productivo. '1iste un trasvase constante de capitales de una forma a la otra. 'sta relación lleva incluso a la imbricación entre ambos tipos de capital. (n e"emplo lo constituye el fondo de cobertura spraie Management, de 'stados (nidos. 'n :;; spraie administraba una cartera de ($` <.;;; millones, y se lo considera el fondo m0s poderoso de los que actuaban en los mercados financieros de materias primas. 'se aDo comenzó a invertir en la cadena de valor de los alimentos 5en un esfuerzo por conseguir una visión de primera mano de lo que est0 moviendo el mercado de bienes b0sicos6 91%e Ball 3treet ournal (mericas 2;?2;=, para lo cual compró por ($` :.;; millones ConAgra %oods, una empresa que negocia alimentos. spraie se convirtió así en uno de los mayores operadores estadounidenses de granos. $u negocio es comprar el grano a los agricultores y venderlo a la cadena alimenticia, pero tambi#n opera barcazas y planea entrar en ferrocarriles, o sea, en sectores generadores de plusvalor. Asimismo est0 invirtiendo en campos& por e"emplo, en (ruguay, donde incrementó la producción utilizando m0s fertilizante y me"or tecnología. tros capitales siguen el mismo caminoH /los grandes inversionistas est0n comprando cada vez m0s activos físicos 7desde gran"as a refinerías7 a medida que instituciones inyectan capital en los commodities. 4os propietarios tienen una clara venta"a sobre otros inversionistas porque pueden comprender me"or la cadena alimenticia. 9TX$WA 2;?2;=. -or otro lado, tambi#n el capital productivo se reproduce en vinculación con el capital dinerario. -or e"emplo, Cresud opera campos cerealeros, so"eros, ganaderos, propios y arrendados& pero 11(
De todas &ormas, tambi+n hubo un aumento de los traba6adores empleados por capitalistas contratistas. Lo hemos encontrado ci&ras de los traba6adores empleados de esta manera. 11 n los culti)os industriales :5/./// traba6adores: los salarios eran, a comien$os de 2//@, de apenas U@(@.
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tambi#n posee una división financiera que busca realizar ganancias especulando en derivados de los commodities, y otros activos financieros. Con la misma perspectiva teórica analizamos los pool de siembra. Nstos constituyen sociedades de inversores 7pueden adoptar la forma de fondos de inversión o fideicomisos7 que tienen como ob"etivo valorizarse aumentando la escala productiva. 'n Argentina !abía, en :;;, unos :?;;, que controlaban entre el siete y el >;V de la tierra cultivada y contribuían con apro1imadamente el >EV de la financiación total de las inversiones agrarias. Típicamente los pool contratan ingenieros, veterinarios y otros asesores para el alquiler de campos y su e1plotación& toman seguros para cubrirse frente a contingencias clim0ticas& pagan los servicios de siembra y cosec!a a contratistas& y terminan la operación comercializando el producto y retornando el capital invertido, m0s el rendimiento, a los inversores. Muc!os se !an formado con capitales en ciudades del interior del país y mane"an entre E;;; y :;.;;; !ect0reas. (n pool de siembra que traba"a :;.;;; !ect0reas facturaba, en :;;, unos ($` >E millones, con un rendimiento promedio del >;V al >EV anual, en condiciones de cosec!as normales. Algunos operan decenas de miles de !ect0reas. 'l mayor es el grupo @robo, que operaba 9en :;;= >E;.;;; !ect0reas, de las cuales el <;V, apro1imadamente, eran arrendadas& @robo financia rutinariamente casi toda su operatoria con fideicomisos. 'n este respecto es una empresa capitalista típica, en el sentido de la división de clases en el campo 5a lo Mar16, o sea, donde predomina el capitalista arrendatario, pero que en este caso se financia con fideicomisos. 'l dinero que se invierte en estos fideicomisos constituye una forma particular del capital dinerario que se valoriza cuando es prestado a un capitalista empresario, y rinde inter#s.>> *o !ay una diferencia conceptual entre esto y lo que sucede con cualquier otro capital dinerario que se presta a industriales a trav#s de los mercados de capitales 7 bonos o acciones7& o que se deposita en una cuenta y se canaliza a la producción a trav#s de los pr#stamos bancarios. -or eso cuesta entender con qué lógica se critica una forma de financiación en un rubro, y se acepta como algo normal en otra rama de la economía . 'l prestamista cede el dinero para que se lo emplee como capital agrario. -or lo tanto es acreedor a una porción de la plusvalía. 'l empresario recibe su porción en tanto encarna el capital en funciones. 'sta división entre capitalistas dinerarios y capitalistas en funciones genera la división de la plusvalía en ganancia empresaria e inter#s. $in embargo la plusvalía que recibe el capitalista emprendedor aparece ba"o una forma fetic!izada, esto es, no como resultado del traba"o impago, sino como 5fruto de su traba"o6& por eso esta plusvalía es considerada un 5salario6 de director. >>< 'sta circunstancia !ace que los capitalistas en funciones muc!as veces se presenten como víctimas oprimidas 7a la par de sus obreros asalariados7 por el 5capital financiero6. >:; Fe a!í la idea 7que registra religiosamente el pensamiento vulgar izquierdista7 de que e1iste un antagonismo fundamental entre el capital productivo y el capital dinero. -or otra parte, y como sucede con cualquier otro capital de pr#stamo, la división de la plusvalía entre la ganancia empresaria y el inter#s 7la renta del fideicomiso7 est0 gobernada por la competencia. $i la renta financiera del inversor en el pool de siembra es muy alta, esto atrae capitales, y la ganancia financiera tiende a ba"ar. -or e"emplo, los fideicomisos en construcciones inmobiliarias urbanas en :;; y :;;E en Argentina daban rendimientos de entre el :;V y ;V& a partir de la entrada de m0s capitales en el sector, y el endurecimiento de las condiciones en el mercado de viviendas, los rendimientos disminuyeron.
ESTRUCTURA COMPLEA DE IN%RESOS EN LA CLASE DOMINANTE A partir de lo e1plicado !asta aquí puede advertirse que en el agro estamos frente a una estructura comple"a, rica en determinaciones, porque entran en "uego todas las formas en que se reparte el 11@
G cualquier capital prestado, sea cual &uere su &orma, y comoquiera que se halle modi&icado el reinte"ro por la naturale$a de su )alor de uso, siempre es s!lo una &orma particular del capital dinerario ;arx, 1???, t. 3, p. 44/0. 11? G este propio proceso de explotaci!n aparece como un mero proceso laboral., en el cual el capitalista actuante s!lo e&ecta un traba6o di&erente al del obrero. De modo que el traba6o de explotar y el traba6o explotado son id+nticos ambos en cuanto traba6o ;arx, 1???, t. 3 p. 4@?0. 12/ Brente al capitalista &inanciero, el capitalista industrial es un traba6ador, pero un traba6ador como capitalista, es decir, como explotador del traba6o a6eno ;arx, 1???, t. 3 p. 4?50.
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valor entre las clases, y la plusvalía entre las fracciones del capital y los propietarios de la tierra. ( ni"el de las clases sociales fundamentales, encontramos la di"isión entre plus"alía y "alor de la fuerza de traba!o, que determina la tasa de e1plotación del traba"o asalariado por el capital. A su vez, dada la masa de plus"alía, se debe analizar la manera en que se di"ide entre las fracciones propietarias y la clase capitalista en general . -or un lado encontramos la divisoria entre ganancia agraria y renta de la tierra& por otro, la división de la ganancia agraria entre ganancia empresaria e inter#s. A esto se agregan las diferenciaciones en la generación de plusvalía, ya que !ay capitales que reciben una tasa media de ganancia, otros capitales obtienen ganancias e1traordinarias y otros ganancias por deba"o de la media. -or otra parte, puede suceder que durante períodos m0s o menos prolongados, la tasa de ganancia media de una rama sea m0s alta que en el promedio de la economía. Pa !emos visto cómo las variaciones del tipo de cambio pueden incidir en las tasas de ganancias entre sectores productores de bienes transables y no transables. 'n particular, despu#s de la devaluación del peso de :;;>, la tasa de ganancia en el sector agrícola argentino !abría aumentado. 'sto atra"o capitales, llevando a una mayor demanda de tierras, y aumento de la renta 9v#ase )nterludio ), y capítulo >=. -or ltimo, tenemos los impuestos, que constituyen otra fracción de la plusvalía, y afectan de manera muy desigual, y segn las t#cnicas impositivas, a las divisorias de plusvalor entre las fracciones de la clase dominante. Fesde el punto de vista impositivo, y del reparto de la plusvalía, o el desarrollo del capitalismo, por supuesto, no es lo mismo gravar la renta que la ganancia. Fe todas maneras la imposición sólo afecta el reparto de la plus"alía entre las fracciones burguesas 9y los propietarios de la tierra y el capital:/ entre éstas y el Estado . *o altera la distribución del ingreso entre el capital y el traba"o. Festaquemos por ltimo que a medida que se profundizan las relaciones capitalistas, la ley del "alor rige más y más la e"olución de la economía agraria . 4a e1istencia de la propiedad privada de la tierra no niega esta ley. 4a propiedad de la tierra permite al terrateniente apropiarse de una parte de la plusvalía, pero no determina el precio del producto. Adem0s, no se puede sostener con algn fundamento que los precios de los granos y oleaginosas est#n determinados por algn poder monopólico en la producción. 4a producción en el agro argentino est0 incluso menos concentrada que en otras ramas de la economía. 4as GE empresas agrícolas m0s grandes del país tenían ba"o producción cerealera y so"era, en :;;, unos :,E millones de !ect0reas, lo que representaba algo menos del >;V del total de la superficie cultivada.
CONCLUSI&N 4as categorías mar1ianas de la renta agraria son plenamente aplicables al estudio de la producción de cereales y oleaginosas en Argentina. 'sto se debe a que estamos en presencia de relaciones capitalistas desplegadas, donde impera la lógica del mercado y la valorización de los capitales. 'sto se aplica tanto al capital productivo, como al capital financiero. 4a economía de los productores de cereales y oleaginosas de la -ampa !meda argentina, por otra parte, debe distinguirse cualitativamente de las economías campesinas tradicionales. 'n la zona cerealera y oleaginosa no e1iste una cuestión campesina, tal como se !a entendido tradicionalmente en el pensamiento mar1ista o de izquierda.
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INTERLUDIO I: RENTA A%RARIA, INTER>S Y TIPO DE CAMBIO, DISCUSIONES TE&RICAS Fesde !ace aDos circula en círculos de la izquierda y del progresismo argentino, en particular en la (niversidad de Buenos Aires, la tesis de que la renta agraria se origina por fuera del capital agrario. 4a renta sería plusvalía generada por el obrero industrial, y apropiada por el terrateniente. Pa !ace muc!os aDos en la %acultad de %ilosofía y 4etras se e1plicaba a los alumnos de la carrera de Listoria que la renta diferencial que recibían los terratenientes argentinos a fines del siglo ) y principios del siglo , no era creada por el traba"o agrícola, sino constituía transferencia de plusvalor originado en las industrias de los países centrales. Kinculada a esta tesis est0 la concepción de que la renta surge por un precio de monopolio& y que la magnitud de la renta es independiente de las variaciones del tipo de cambio. 'l profesor Wuan )Digo Carrera, de la (niversidad de Buenos Aires, es uno de los mayores e1ponentes de la tesis de que la renta no se origina en el traba"o agrícola, sino en la industria. 'n un escrito crítico de nuestras posiciones, afirma que 5la fuente de esta plusvalía Rla rentaS no se encuentra en la producción agraria misma6 9)Digo Carrera, :;;<, p. =. 'n el mismo sentido sostiene que la sociedad paga a los terratenientes con plusvalía generada por el traba"o de los obreros no agrícolas 9ibid, p. =. $i esto fuera así, !abría que concluir que la renta de la tierra de la que se apropiaban los terratenientes argentinos antes de que el país se industrializara, provenía del e1terior. P en la actualidad una parte importante de la renta tambi#n debería generarse en el e1terior, dado el atraso tecnológico e industrial relativo de Argentina. 'n consecuencia estaríamos ante un 5intercambio desigual6 a la inversa, ya que !abría transferencia de plusvalía desde los países adelantados a los atrasados. 'n el fondo de esta conclusión encontramos una serie de errores teóricos que es necesario e1aminar. Tambi#n es necesario clarificar la teoría de la renta diferencial )) que, como vimos antes, est0 vinculada al desarrollo del capitalismo agrario. P volver sobre la diferencia entre inter#s y renta, cuestión en la cual tambi#n se evidencian confusiones. Como conclusión de este )nterludio ofrecemos una e1plicación de la relación entre renta y tipo de cambio.
EL CONCEPTO DE RENTA DI'ERENCIAL 'l fondo del argumento de Wuan )Digo Carrera es que, segn la teoría de Mar1, cuando el traba"o se aplica en una tierra de productividad superior, ese traba"o no puede generar más "alor que el traba!o menos producti"o. -or lo tanto sostiene que si el traba"o aplicado a la tierra de mayor fertilidad no genera m0s valor que el traba"o aplicado a la tierra de menor fertilidad, no !ay posibilidad de que la renta sea plusvalía generada por el traba"o agrícola. -or eso tambi#n afirma que el traba"o que en cualquier rama de la industria utiliza una tecnología superior a la media no genera más "alor que el traba!o social medio de esa rama. 'ste razonamiento evidencia incomprensión de la teoría de Mar1 del valor, y específicamente de la plusvalía e1traordinaria. Pa !emos e1plicado que la plusvalía e1traordinaria surge porque en las empresas con venta"as tecnológicas el traba"o acta como traba"o potenciado, y genera más valor por unidad de tiempo que el traba"o promedio de la rama. 4a renta diferencial de la tierra se e1plica por este mecanismo. 'n varios pasa"es de su obra Mar1 insiste en que no !ay diferencias conceptuales de fondo entre la renta diferencial y la plusvalía e1traordinaria que obtiene una empresa que utiliza me"or tecnología& por casoH 4a e1istencia de diferentes ganancias e1cedentes o distintas rentas sobre tierras de fertilidad variable no distingue a la agricultura de la industria. 4o que la distingue es el !ec!o de que dic!as ganancias e1cedentes en la agricultura se conviertan en características permanentes/ Ren cambioS en la industria/ esas ganancias e1cedentes sólo aparecen en forma fugaz/ 9Mar1, >=. Con lo cual est0 diciendo que se trata de una plusganancia 5normal6, o sea, no generada por 5operaciones fortuitas de venta o por fluctuaciones en el precio de mercado6 9ibid.=. 4a renta es una ganancia e1traordinaria que se !ace permanente porque la tierra es monopolizable. -ero por eso
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tambi#n es plusganancia generada en el traba!o agrícola. 's que si la plusganancia del capital industrial se origina en el traba"o potenciado, y si a renta no se diferencia, en cuanto a su fuente, de cualquier otra plusganancia, !ay que concluir que, en la teoría de Mar1, la renta se origina en el traba"o agrícola. 4a renta, escribe Mar1, es /un e1cedente peculiar de esta esfera de la producción 0la esfera agrícola 7/ un e1cedente por encima de la parte del plustraba"o que el capitalista reclama como peteneci#ndole de antemano y normalmente 9Mar1, ><<<, t. , p. >;>& #nfasis aDadido=. 'n otro pasa"e subraya que la renta no surge porque se eleve el precio de la mercancía por sobre su plus"alía intrínseca 9Mar1, >=. 4a renta surge porque el producto agrario /no tiene que trasladar a los otros la proporción de su plusvalía intrínseca que sólo rinde la ganancia media, sino que es capaz de realizar una porción de su propia plus"alía que constituye un e1cedente por encima de la ganancia media 9Mar1, >& #nfasis aDadido=. 4as citas abundan, todas en el mismo sentido. 4a tesis de Mar1 es bastante distinta de lo que presenta Wuan )Digo Carrera. $in embargo con esto no !emos demostrado que la tesis de Mar1 sea correcta. I*o podría tener la renta otro origen, distinto de la producción agrariaJ 'l problema es que si la renta no es originada en el sector agrícola, !abría que postular que surge por algn recargo monopólico sobre el precio del costo. 's la idea 7de esencia mercantilista7 de que la ganancia 9en este caso la renta= se origina en el mercado. -ero con esta concepción, como seDala Mar1, salta por lo aires 5toda la base de la economía política6 9Mar1, ><E, p. EG=. -or eso en 3icardo y Mar1 la renta no es producto del monopolio, sino es el monopolio de la tierra el que permite la apropiación de la renta.
RENTA DI'ERENCIAL II Wuan )Digo Carrera sostiene tambi#n que en la agricultura no es necesario un mínimo de capital, y e1plica que la renta diferencial )) surge de la aplicación de porciones adicionales de capital cada vez menos productivo. A consecuencia de la introducción de la porción de capital que pone en movimiento traba"o menos productivo, el precio de producción se ubica a!ora por encima del correspondiente a la aplicación intensiva del capital que anteriormente determinaba el precio, de manera queH Toda la producción se vende al mismo precio comercial, determinado por el mayor precio de producción correspondiente a la porción de productividad m0s ba"a, con independencia de la productividad correspondiente al traba"o que produ"o cada porción 9)Digo Carrera, :;;<, p. E=. -or lo tanto, siempre segn Wuan )Digo Carrera, el precio de venta es establecido por la *ltima porción aplicada de capital que siempre es de menor producti"idad que las anteriores. Afirma luego que 5se trata de una renta proveniente del monopolio sobre las condiciones naturales diferenciales6 9ibid, p. E& #nfasis agregado=. P sostiene que la renta diferencial )) no es renta, sino el inter#s sobre el capital equivalente por el período de vida til normal del mismo 9ibid, p. =. -ues bien, por empezar, no es cierto que en la agricultura no !aga falta un mínimo de capital. 4a renta diferencial )) es posible porque !ay inversiones de capital por encima de los mínimos montos de capital necesarios para que, incluso en el caso de la renta diferencial ), !aya renta. 'sto es, en la agricultura
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/ ReS1actamente de la misma manera que en la industria se requiere determinado mínimo de capital para cada ramo de la actividad, a fin de poder elaborar las mercancías a su precio de producción 9Mar1, ><<<, t. , p. <;=. 's que no estamos !ablando de la unidad campesina familiar, sino de empresas capitalistas que deben rendir una cierta tasa de ganancia, y por lo tanto deben poner en producción determinadas cantidades de tierra, que e1igen mínimos de capital. Pa en El Capital Mar1 seDalaba que despu#s de >G se e1igía a los arrendatarios, por contrato, que desembolsasen >: libras anuales por acre en inversiones. 'sto es, !abía un mínimo de inversión necesaria. Loy permanece la necesidad de este piso. $i bien pueden variar las calidades y cantidades de insumos 9calidad de semilla, cantidad y calidad de fertilizantes, etc.=, no es posible ba"ar de ciertos mínimos de inversión por !ect0rea. Tampoco, por supuesto, se puede de"ar de cumplir con las fases principales de la producción. $i se siembra y luego no !ay capital para levantar la cosec!a, se est0 en un problema. 4os que creen que la so"a, por e"emplo, es un 5yuyo6 y que su producción admite cualquier monto de capital, en el fondo piensan que !oy la agricultura la lleva adelante una 5oligarquía parasitaria6, que no invierte y no opera segn la racionalidad capitalista. -or supuesto, el planteo de Mar1 se corresponde con su comprensión profunda del desarrollo capitalista de las fuerzas productivas en el agro. Kayamos a!ora a la segunda cuestión. Lemos visto que segn Wuan )Digo Carrera, la renta diferencial se genera por sucesivas inversiones de capital, de productividad decreciente, que !acen que el producto agrícola se venda al precio comercial determinado por el precio de producción correspondiente a la ltima porción de capital, de productividad m0s ba"a. I's #sta la e1plicación de Mar1J Categóricamente no. 'n la teoría de Mar1 la renta diferencial )) surge por las me"oras en la tierra que introduce el capitalista en procura de elevar sus ganancias. $i tiene #1ito, en tanto dure el contrato de arrendamiento, el capitalista se embolsar0 esas plusganancias. Cuando venza el contrato, si las inversiones de capital me"oraron de manera duradera la fertilidad del suelo, el terrateniente estar0 en condiciones de apropiarse esa plusganancia ba"o la forma de renta. Nsta es la renta diferencial )). 'l precio de venta es determinado por la peor tierra 9no por la ltima inversión de capital, como dice Wuan )Digo Carrera=. 4a plusganancia que constituye la renta sigue determinada por la diferencia entre el precio de producción 5individual6 del producto de la tierra me"or 9que a!ora tiene fertilidad adquirida, adem0s de la natural= y el precio de producción del producto de la peor tierra. Todo esto est0 e1plicado por Mar1 en El Capital , en los capítulos dedicados a la renta diferencial )). -rimero, la renta surge porque los capitalistas arrendatarios buscan plusgananciasH /la renta se fi"a al arrendar los terrenos, por lo cual las plusganancias que surgen de la inversión sucesiva de capital fluyen !acia los bolsillos del arrendatario mientras dure el contrato de arrendamiento 9Mar1, ><<<, t. , p. GG=. -ero una vez terminado el contrato de arrendamiento esa fertilidad elevada por las inversiones del capitalista coincide con la fertilidad natural, y da lugar a que la plusganancia pase a manos del terratenienteH 'n el caso de me"oras permanentes del suelo, al e1pirar el contrato de arrendamiento la fertilidad diferencial artificialmente ele"ada del suelo coincide con la fertilidad diferencial natural y por ello coincide la tasación de la renta con la fertilidad diferente entre tipos de suelo, en general. 9Mar1, ><<<, t. , p. G?& #nfasis agregado=. Adem0s, en la teoría de Mar1 la inversión adicional de capital no da como resultado necesario la suba del precio agrícola. Mar1 analiza los casos en que el precio del mercado es constante, creciente o decreciente& y tambi#n en los que la producti"idad de la segunda in"ersión de capital es constante, creciente o decreciente. Al 5cruzar6 estas posibilidades Mar1 obtiene nue"e casos b0sicos 9no uno, como
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sucede en Wuan )Digo Carrera=. P, como vimos, en Mar1 las inversiones de productividad decreciente sólo pro"ocan aumento del precio de mercado cuando se %acen en peor tierra.>:> -regunt#monos a!ora, Icu0l de las teorías de la renta diferencial )) es correcta, la de Wuan )Digo Carrera o la de Mar1J *uestra respuestaH la de Mar1 es correcta, no sólo porque es teóricamente co!erente, sino tambi#n porque e1plica lo que sucede en la realidad del capitalismo agrario. 's que no es cierto que las inversiones sucesivas de capital sean siempre de productividad decreciente. *o !ay nada que diga que esto es así. 4os rendimientos muc!as veces son constantes o crecientes. 4as revoluciones científicas y t#cnicas en el agro lo atestiguan. Nste fue un punto importante destacado por Mar1, que se !a verificado. -ero adem0s, la idea de que el precio del producto agrícola no est0 determinado por la peor tierra, sino por la ltima porción de capital, es lógicamente inco%erente. -ara entender por qu#, recordemos que Mar1 sostiene que la renta diferencial ) y la renta diferencial )) se imbrican de manera comple"a, y en la pr0ctica son indistinguibles 9aunque analíticamente es importante diferenciarlas=. -ero si esto es así, no !ay forma de sostener que la renta ) est0 d eterminada por el cereal producido con el capital aplicado a la tierra menos productiva, y la renta )) por el cereal producido con la porción de capital menos productiva. M0s an, si seguimos la teoría del profesor Wuan )Digo Carrera deberíamos concluir que !ay dos precios del mismo producto agrícola, uno determinado por la ltima porción de capital invertido, y el otro determinado por la peor tierra. 's un absurdo. -or otra parte vimos que, segn Wuan )Digo Carrera, una vez incorporada la renta diferencial )), la renta proviene 5del monopolio sobre las condiciones naturales diferenciales6 9)Digo Carrera, :;;<, p. E& #nfasis aDadido=. Mar1, en cambio, sostiene que la renta, una vez incorporada la renta diferencial )), proviene de la fertilidad diferencial, coincidiendo en esa fertilidad diferencial la natural y la artificial 9esto es, la que se origina en las inversiones adicionales de capital=. I+ui#n tiene razón, Wuan )Digo Carrera o Mar1J Fe nuevo tenemos que decir que, en nuestra opinión, Mar1 est0 en lo correcto. 's que al considerar Wuan )Digo Carrera que la renta proviene del monopolio sobre 5condiciones naturales diferenciales6, termina por no distinguir la renta diferencial )) de la ), ya que la renta diferencial .. no es un producto de diferencias naturales del suelo , aunque tenga por base la renta diferencial ). 4a renta diferencial )) e s el resultado de las me"oras que introduce el capital en el suelo, que termina usufructuando el terrateniente. 'n palabras de Mar1H 4as así denominadas me"oras permanentes 7que modifican las propiedades físicas, y en parte las propiedades químicas del suelo, en virtud de operaciones que cuestan un desembolso de capital y que pueden considerarse como una incorporación del capital al suelo7 desembocan casi todas en conferir al suelo de un lugar determinado y restringido, características que otros suelos/ poseen por naturaleza 9Mar1, ><<<, t. , p. <=. -or este motivo, cuando se refiere a la renta diferencial )) Mar1 !abla de las diferentes fertilidades de la tierra, no de las diferentes fertilidades naturales.
RENTA Y TASA DE INTER>S Wuan )Digo Carrera tambi#n atribuye a Mar1 la idea de que la renta diferencial )) es en realidad inter#s. -ara sostener esta interpretación alude a pasa"es en los que Mar1 parece asimilar todo ingreso generado por las inversiones de capital en la tierra, al inter#s. -or e"emplo, Mar1 dice que las me"oras incorporadas al suelo 5caen en manos del terrateniente en cuanto accidentes inseparables de la sustancia, del suelo6, y que al momento de celebrar el nuevo contrato de arrendamiento 5el 121
Quan H8i"o Carrera de6! de lado la parte pro&unda de la teoría de la renta de
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terrateniente aDade a la renta propiamente dic!a de la tierra el inter#s por el capital incorporado a la tierra6 9Mar1, ><<<, t. , p. ?<=. Tambi#n afirma que 5el inter#s de las edificaciones, así como el del capital incorporado al suelo por el arrendamiento en la agricultura6, que va al capitalista industrial, al especulador inmobiliario o al arrendatario durante la vigencia del contrato, termina a la postre en manos del terrateniente y engrosa su renta 9ibid. p. ;;=. 'stos pasa"es 9que son pre"ios al tratamiento específico de la renta diferencial ))=, parecen entonces apoyar la idea de Wuan )Digo Carrera de que la renta diferencial )) es inter#s, y constituye una categoría distinta de la renta diferencial ). $in embargo cuando Mar1 trata la renta diferencial )), sostiene que es renta en el mismo sentido que la renta diferencial )H 5/la renta diferencial )) sólo es una e#presión diferente de la renta diferencial ), pero que intrínsecamente coincide con ella6 9ibid. p. ?;& #nfasis aDadido=. P precisaH 'l que esa desigualdad se produzca para capitales diferentes, sucesivamente invertidos en la misma porción de terreno, o en el caso de capitales empleados para varias porciones de diferentes tipos de suelo, no puede crear distingos en cuanto a la diferencia de fertilidad o de su producto, y por ende en cuanto a la formación de la renta diferencial para las partes del capital más producti"amente in"ertidas. $igue siendo el suelo el que, con igual inversión de capital, presenta una fertilidad diferente, sólo que en este caso Rel de la renta diferencial ))S el mismo suelo cumple, para un capital sucesivamente invertido en diferentes porciones, la misma tarea que desempeDan en ) diferentes tipos de suelo para diferentes partes del capital social, de igual magnitud, invertidas en ellos 9Mar1, ><<<, t. , p. ?;& #nfasis aDadido=. $i Mar1 !ubiera considerado que la renta diferencial )) es en realidad inter#s, lo !ubiera planteado en estos capítulos que tratan de la renta diferencial )), y de los que e1traemos estos pasa"es. 'n ese caso !ubiera tenido que e1plicar de qu# manera se combinan la renta diferencial ) y ese 5inter#s6 en un nico monto que en realidad sería 7segn la interpretación Wuan )Digo Carrera7 la unión de dos categorías distintas. -ero en l ugar de !acer esa distinción, Mar1 remarca que la renta )) es sólo una e1presión diferente de la renta ), y que intrínsecamente coincide con ella. M0s an, se burla de quienes pretenden !ablar de renta cuando estamos ante diferencias de fertilidad natural, y de inter#s cuando se trata de diferencias de fertilidad producidas por las inversiones de capitalH 3esulta entonces una teoría verdaderamente regoci"ante la que sostiene que aquí, en el caso del suelo cuyas venta"as comparativas !an sido adquiridas, la renta es inter#s, mientras que en el otro, que posee dic!as venta"as por naturaleza, no lo es 9Mar1, ><<<, t. , p. <=. Tambi#n en 1eorías/ advierte contra el error que comete Wuan )Digo Carrera. 3efiri#ndose a quienes piensan que la parte de la renta de la tierra no es m0s que inter#s sobre el capital fi"o que se invirtió en la tierra, Mar1 dice 5 este razonamiento es erróneo6, y recuerda que, como lo !abía observado 3icardo, 5la fertilidad así creada se fusionó en parte con la calidad natural del suelo6, por lo que pasa a integrar la renta, sin m0s 9v#ase Mar1, >>=. Cuando estudia el inter#s, en la sección K del tomo , Mar1 tampoco cree necesario aclarar que en realidad la renta diferencial )) es inter#s. P en 1eorías/ advierte que no !ay que confundir la renta con e l inter#s, ya que para el comprador de tierra /la renta del suelo aparece así, nada m0s que como inter#s de su capital usado para comprarla& y de esta manera la renta de la tierra se !a vuelto desde todo punto de vista irreconocible y aparece como un inter#s sobre el capital 9Mar1, >, p. ;;=. ICómo se interpretan todos esos pasa"es en los que Mar1 insiste en que la renta diferencial )) es renta y no inter#sJ IP cómo se e1plica que Mar1 diga en otras partes de su te1to que las inversiones incorporadas a la tierra generan inter#sJ *uestra respuesta es que para comprender estas diferencias !ay que poner a los te1tos en sus conte#tos. 's que Mar1 est0 tratando dos tipos diferentes de in"ersiones. -or un lado, las inversiones de capital fi"o que se concretan en edificios, canales, solares, instalaciones varias, y en las me"oras del suelo relacionadas con este tipo de construcciones. -or otra parte las inversiones
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que me"oran la fertilidad del suelo, y desde ese punto de vista generan una fertilidad artificial que confluye a conformar, con la fertilidad natural, una nica fertilidad. 'l primer tipo de inversión no !a sido tratado sistem0ticamente por Mar1. Lasta donde alcanza nuestro conocimiento, sólo e1isten anotaciones y referencias, en el capítulo ? del tomo de El Capital , que sirve de introducción al an0lisis de la renta de la tierra, y todavía m0s superficialmente en algunos pasa"es del tomo :, cuando se refiere a construcción de las condiciones generales del traba"o. Mar1 e1plica que cuando e1isten construcciones, por e"emplo viviendas edificadas por arrendatarios que las alquilan, las mismas rinden un inter#s que en principio va a los constructores, y luego se lo quedan los terratenientes 9en )nglaterra !abía contratos de alquiler de tierras por << aDos=. 4o mismo sucede con inversiones en la agricultura como solares, edificaciones varias, etc., y con las me"oras del suelo que las acompaDanH 'l inter#s de las edificaciones, así como el del capital incorporado al suelo por el arrendatario en la agricultura, recae en el capitalista industrial, el especulador en construcciones o el arrendatario durante la vigencia del contrato de alquiler, y en sí nada tiene que ver con la renta de la tierra, que debe abonarse anualmente en fec!as determinadas, por la utilización del suelo 9Mar1, ><<<, t. , p. ;;=. 'l inter#s devengado por lo invertido en capital fi"o que no modifica la productividad agrícola del suelo, engrosa la renta del terrateniente cuando vence el contrato de arrendamiento. Aquí sí estamos ante dos categorías, el inter#s y la renta. Anotemos sin embargo que el rendimiento de este tipo de inversiones, y el precio de estas construcciones, !ubiera e1igido un tratamiento m0s específico por parte de Mar1. -or e"emplo, el precio de vie"as construcciones que se alquilan puede no estar determinado por su costo de construcción m0s una ganancia media, sino por la capitalización, a la tasa de inter#s, de su rendimiento. 'n varios pasa"es Mar1 parece insinuar que esto es lo que sucede a menudo. 'n cualquier caso, la clasificación de Mar1 es co!erente con su teoría del inter#s y la renta. 'l inter#s es la parte de la plusvalía que le corresponde a todo capitalista en tanto encarna la propiedad privada del capital, no de la tierra. Cuando !ay construcciones se trata de capital fi"o que, como todo capital, da a su poseedor un inter#s. 4a renta, por el contrario, es la parte de la plusvalía que va al terrateniente en tanto #ste es dueDo de la tierra 9que no es capital=. >:: 'n la medida en que las inversiones de capital me"oran la fertilidad del suelo 9y una vez incorporadas esas inversiones la fertilidad adquirida no se distingue de la natural=, puede !aber m0s renta para el terrateniente. -or eso Mar1 se refiere, cuando !abla de renta diferencial )), a las me!oras de la fertilidad del suelo, no a los edificios u otro tipo de construcciones que pudiera %acer el arrendatario. -or supuesto, puede %aber casos ambiguos y mi#tos, pero ambas categorías b0sicas deben distinguirse. -or este motivo Mar1 "am0s dice, cuando trata la renta diferencial )), que #sta sea inter#s& por el contrario, insiste en que debe considerarse renta. '1pliquemos todavía esto con un e"emplo. $upongamos que un arrendatario agricultor construye una casa para vivir, y al e1pirar su contrato la casa queda para el terrateniente, quien a su vez la alquila. $upongamos tambi#n que el arrendatario agricultor me"oró la fertilidad del suelo. -ues bien, aquí se producen para el terrateniente dos tipos distintos de ingresosH por el alquiler de la casa recibe inter#s 9m0s la amortización por la casa=& por la fertilidad diferencial del suelo recibe 122
or supuesto, el dinero in)ertido por el terrateniente en la compra del terreno es para +l un capital que de)en"a inter+s, pero no tiene que )er en absoluto con el capital in)ertido en la propia a"ricultura ;arx, 1???, t. 3, p. 1/2@0. or este moti)o la suma desembolsada en la compra de la tierra no entra en el )alor del producto, como sí sucede con el )alor de la máquina o de la materia prima. l título de propiedad que posee el terrateniente le da derecho a percibir una parte de la plus)alía ba6o la &orma de renta, pero no tiene nada que )er con la producci!n de esa renta. or eso es similar al dinero in)ertido en un título del stado, que da derecho a percibir los in"resos &uturos del stado, aunque detrás de ese título no haya capital. Desde el punto de )ista te!rico más "eneral, si el capital es )alor que se )alori$a, debe concluirse tambi+n que la tierra no puede ser capital, desde el momento en que no tiene )alor aunque sí tiene precio0.
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renta, en la cual coinciden la renta diferencial ) y )). -or este motivo Mar1 distingue el interés y la amortización del capital in"ertido en el edificio, de la +renta del mero suelo .
APLICACI&N DE LAS CATE%ORÍAS DISCUTIDAS Y TIPO DE CAMBIO $i se comprende que la renta agraria se origina en el traba"o agrícola, y adem0s si se comprende que e1iste renta porque el precio del bien agrícola es alto 9y no al rev#s=, se comprender0 tambi#n la incidencia del tipo de cambio sobre las variaciones de la renta. $egn la tesis de Wuan )Digo Carrera, cuando la moneda est0 sobrevaluada el capital agrario se queda con una parte de la renta.>: -ero siguiendo la teoría de la renta de Mar1, segn la cual la renta e1iste porque el precio del bien agrícola es alto 9y no al rev#s=, no !ay manera de que e1ista algo similar a lo que postula Wuan )Digo Carrera. -ara verlo, supongamos que la tierra peor A, en el país A, es la que fi"a el precio del bien agrícola T. 'l país A tiene el dólar como moneda 9este supuesto puede quitarse con toda facilidad=. 'n la tierra de A se obtiene una unidad de T con un capital invertido de ($`:E. 4a ganancia del capital agrario es del :;V, de manera que la ganancia es ($`E. 'l precio de la unidad de T en el mercado mundial es ($`;. 'n A no !ay renta diferencial. $uponemos a!ora el país B con tierras f#rtiles B& la moneda es `. 4a tierra B produce en promedio : unidades de T por cada `:E de capital invertido. 4a tasa de rentabilidad es tambi#n del :;V, la ganancia es `E. $uponemos en principio que el tipo de cambio, ', es `>2($`. Fe manera que el capital de B vende en el mercado mundial : unidades de T, por las que recibe ($`G; 9Y `G;=. 4a renta es lógicamente `;. Analizamos casos posibles.
C!so 1 $e produce una devaluación en B y los salarios y el costo general del capital suben en la misma proporción. 4a devaluación es del :;V, de manera que ' Y `>,:2($`. A!ora el capital invertido es `;& la ganancia es `G. 'l ingreso recibido por la venta de : unidades de T sigue siendo de ($`G;, que se traducen en `?:. 4a renta !a subido a `G. Conclusión, no !a !abido alteración de la tasa de ganancia del capital& #ste no !a transferido valor a nadie& la renta en t#rminos nominales aumenta con la devaluación, a igual que los salarios y la ganancia& aunque en t#rminos de la moneda mundial la renta, como el resto de las variables, sigue igual que antes.
C!so 2K $e produce una devaluación del :;V en B, pero lo salarios no suben. Fe manera que aumentan los costos del capital, pero en menor medida que la devaluación& suponemos que aumentan un >;V. Como en el caso >, la competencia mundial de los capitales lleva a la igualación de la tasa de ganancia. A!ora el capital invertido es `:?,E. 4a ganancia es `E,E. 4a renta en consecuencia es `< 9Y ($`:,E=. ConclusiónH a!ora sí la renta !a subido en t#rminos reales, pero no porque %aya %abido transferencia de plus"alía desde el capital al propietario de la tierra, sino porque aumentó la tasa de e#plotación de los obrero, aumentando la p lus"alía.
C!so 7 4a moneda se revala un :;V, esto es, el tipo de cambio ' Y `;,2($`. $upongamos que los salarios no ba"an, y que el capital invertido se mantiene igual. 4as : unidades de T vendidas en el mercado mundial a ($`G; se traducen a!ora en `. Fado que la inversión del capital es `:E, y la ganancia sigue siendo del :;V, la renta !a ba"ado a `>. I+u# sucedería si la moneda se sigue revaluando y !ay capitales que no dan la tasa de ganancia mediaJ -ues sencillamente en ese caso los capitales se retiran, y las tierras menos f#rtiles salen de producción !asta que aumente el promedio del rendimiento en la tierra del país B.
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>+ase, por e6emplo, H8i"o Carrera 2//@0.
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ConclusiónH si se revaluó la moneda ba"ó la renta, dado que suponemos que los salarios y el costo del capital constante suben en t#rminos de dólares. 'l capital invertido obtiene la misma ganancia porque tiene una productividad media que le permite mantenerse competitivo. A partir de estos casos pueden estudiarse otros. -or e"emplo, puede analizarse la siguiente situación.>: $upongamos que el capital constante es `:; y el variable `E, y que el tipo de cambio es ' `>2>($`. $e produce una devaluación del :;V en B, pero los salarios no suben y los costos del capital constante aumentan solo el EV. 3ela"amos el supuesto de la igualación de la tasa de ganancia a nivel mundial. Furante todo un período este capital goza una tasa de ganancia superior al promedio. 'l precio del producto es `G, y la ganancia del capital `>;& aumentó de ($` E a ($` ,. 4a renta es `G 9($` ;=. 4a suba de la ganancia del capital proviene e1clusivamente del aumento de la e1plotación. 's la situación descrita en los capítulos >; y >>. 4os capitales vinculados a los bienes transables aumentaron sus ganancias& los capitales vinculados a bienes no transables disminuyeron sus ganancias 9lo que se evidencia en la suba de sólo el EV del costo del capital constante=. A!ora entran capitales al agro, atraídos por la mayor ganancia, y aumenta la presión por las tierras. $e produce aquí un fenómeno similar al que analiza Mar1 cuando trata las plusvalías e1traordinarias. 4os capitales que reciben estas plusvalías tienen un margen como para ceder una parte de esa plusvalía al propietario de la tierra. 's lo que sucedió en Argentina en el período :;;:8 :;; 9v#ase cap. >=. 4os capitales agrarios pu"an por la tierra y elevan las rentas 7los capitales m0s concentrados desplazan a los capitales medianos o pequeDos7, cediendo de esta forma una parte 9que puede ser importante= de la plusvalía e1traordinaria que posibilitó la devaluación del peso. Así queda an m0s claro que en los tres casos analizados antes que no !ubo transferencia de plusvalía desde el capitalista agrario al propietario rural, ya que ambos se benefician con la devaluación. 4a apropiación de un nivel de pluvalía adicional encuentra como fuente ltima la e1plotación de los traba"adores. 4a situación puede mantenerse en tanto se contengan los factores que llevan a la suba del tipo de cambio real, discutidos en los capítulos >; y >>.
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* partir de un caso elaborado por Carlos #ianco, quien me lo transmiti! en una comunicaci!n personal.
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LA E/PANSI&N CAPITALISTA Y DE LA CLASE OBRERA ASALARIADA Algunos !an e1plicado el conflicto entre el @obierno y el campo como el producto de una ofensiva recolonizadora sobre los países atrasados, liderada por los gobiernos imperialistas, los organismos internacionales 9%M), Banco Mundial= y los monopolios transnacionales, especialmente financieros, con el propósito ltimo de establecer un monopolio sobre la producción mundial de alimentos. Contarían para ello con la colaboración de los terratenientes y productores agrarios argentinos, continuadores de la tradicional política 5entreguista y cipaya d e la oligarquía6. *uestra visión del problema es opuesta a este enfoque, ya que caracterizamos el tema agrario en el conte#to de las leyes de la acumulación del capital y la naturaleza del desarrollo de las fuerzas producti"as ba!o el capitalismo. 'l marco de an0lisis no es el fortalecimiento de la oligarquía, ni el restablecimiento de una dominación colonial, sino la e1pansión de las relaciones capitalistas a ni vel mundial. 'sta es manifestación el impulso del capital, entendido como totalidad concreta, a formar el mercado mundial. 4a e1presión m0s clara de este proceso lo constituye el aumento, en las ltimas d#cadas, del flu"o transnacional de los capitales. 'l stoc acumulado de )'F casi se triplicó en los aDos oc!enta, y en la d#cada siguiente m0s que se triplicó. 4os flu"os de )'F en :;;? alcanzaron ($` >,E billones, de los cuales ($` EE.;;; millones correspondieron a los países atrasados. 4as corrientes de )'F provenientes de los países atrasados pasaron de ($` >:.;;; millones en ><<> a ($` <<.;;; millones en :;;;, y ($` :>;.;;; millones en :;;?. 4os flu"os totales de capitales a los países subdesarrollados en :;;? llegaron a los ($` >,; billones, un monto equivalente al ?,EV de sus productos brutos internos 9Economist .ntelligence ?nit:. -aralelamente la interdependencia comercial entre los países tambi#n creció e1ponencialmente, y se profundizó la industrialización y la acumulación del capital en Asia y Am#rica 4atina. %ue esta e1pansión la que dio fuerza a un mo"imiento de largo plazo de urbanización y proletarización de la fuerza laboral, y disminución relati"a de la población rural . 'n ><;; millones de personas abandonan el campo y se incorporan anualmente a la fuerza laboral urbana en el mundo. C!ina posiblemente sea el caso m0s avanzado de este proceso. Fesde que comenzaron las reformas precapitalistas en ese país unos >;; millones de traba"adores provenientes del campo se incorporaron al sector urbano& y entre >; y >E millones se agregan anualmente a las ciudades. 'n ><; los traba"adores agrícolas representaban el ?V de la fuerza laboral de C!ina, y el GV en :;;;. 4a e1pansión mundial del capital, y de la clase obrera asalariada, va de la mano de la ampliación de los mercados y de la creciente mercantilización de la producción. Al proletarizarse los campesinos y artesanos aldeanos se convierten en compradores de las mercancías necesarias para su subsistencia& las materias primas agrícolas tambi#n son mercantilizadas. >:E 125
Con la parte liberada de la poblaci!n rural se liberan tambi+n, pues, sus medios alimentarios anteriores. Pstos ahora se trans&orman en elemento material del capital )ariable. l campesino arro6ado a los caminos debe adquirir de su nue)o amo, el capitalista industrial, y ba6o la &orma del salario, el )alor de esos medios alimentarios. o que sucede con los medios de subsistencia, sucede tambi+n con las materias primas a"rícolas, destinadas a la industria. -e con)ierten en elemento del capital constante ;arx, 1???, t. 1 p. ?330. Mna parte si"ni&icati)a de los despla$ados del campo se radica en los suburbios empobrecidos de las "randes urbes, donde reali$a traba6os mal pa"os, o cae en la mar"inaci!n y el pauperismo. -e ha calculado que unas mil millones de personas )i)en en las )illas miserias de *r"entina, en las X&a)elas de #rasil, y similares en otros países. 7ambi+n en China la situaci!n de los campesinos que de6an sus tierras para ir a las ciudades es
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Todo confluye para provocar el aumento de la demanda mundial de alimentos. 'n la medida en que se desarrolla la relación capital2 traba"o en C!ina, )ndonesia, )ndia y otras regiones, es necesario reproducir la nueva fuerza de traba"o urbana, a los menores costos posibles. -ero no sólo aumenta el nmero de asalariados que compra alimentos, sino tambi#n ocurren cambios en su canasta alimentaria& y se modifican las pautas de consumo de los nuevos sectores medios. 'n C!ina, y de acuerdo a datos de la %A, entre ><<; y :;;: el consumo de cereales disminuyó un :;V, en tanto se triplicaron los consumos de frutas y !uevos, y m0s que se duplicaron los de carnes, l0cteos y !ortalizas. 4a ingesta de proteínas pasó de GG g2persona2día en ><<;8><<: a : g2persona2día en :;;>8:;;. -rocesos similares se registran en )ndia, otros países asi0ticos y en 3usia. A nivel mundial se pasó de una media de ::; cal2persona2día en >8 :;;& la mayor parte del aumento se produ"o en Asia. 'ste crecimiento de la demanda mundial de materias primas, alimentos y energ#ticos constituiría la base material para la creciente penetración del capital vastas zonas agrarias del Tercer Mundo.
LOS 'LUOS DE CAPITAL .ACIA EL A%RO $i bien en la segunda posguerra las corrientes de inversiones transnacionales a la agricultura no siguieron el ritmo de crecimiento de las inversiones en industria, comercio o finanzas, en los ltimos aDos se !a producido un aumento importante de las mismas. Todavía entre ><< y ><<> los flu"os mundiales de )'F en agricultura permanecían por deba"o de los ($` >;;; millones anuales& pero en :;;E8:;;? superaron los ($` ;;; millones. Aunque todavía es menos del >V del total mundial, puede estar marcando un cambio de tendencia. >:G Tambi#n se registra un aumento de las fusiones y adquisiciones transnacionales de empresas agrícolas& su monto alcanzó ($` >;; millones en :;;? y ($` :>;; millones en :;; 9(*CTAF, :;;< a=. Algunos casos significativos sirven para ilustrar el proceso. Blac3oc, un fondo de inversión con sede en *ueva Por y operaciones en >< países, que mane"a activos por ($` >,E billones, volcaba a mediados de la d#cada de :;;; cientos de millones de dólares para la compra de tierras en Ufrica subsa!ariana, y 'uropa. Morgan $tanley, de 'stados (nidos, compró en :;; ;.;;; !ect0reas en (crania& Cali1 Agro, una división de Freyfus, adquirió miles de !ect0reas en Brasil& 'mergent Asset Managent, con sede en 4ondres, reunía, en :;;, entre ($` E; y ($` ?E; millones para invertir en la compra de tierras y desarrollos agrícolas en Ufrica $ubsa!ariana. Lyundai Leavy )ndustries invirtió en el agro en 4iberia. Alpcot Agro, de $uecia, compró unas >:.;;; !ect0reas en 3usia. 4andom, una empresa con sede en 4ondres, y Blac Lerat %arming, con sede en 'stocolmo, !an !ec!o fuertes inversiones en gran"as en (crania. 'n marzo de :;;< Terra %irma, una firma de inversión privada con sede en 4ondres anunció que compraba el <;V de Consolidated -astoral Company, que posee unas E millones de !ect0reas en Australia dedicadas a la cría de ganado. Al +udra, un fondo de los 'miratos Urabes (nidos, compró grandes e1tensiones en Marruecos y Argelia, y a comienzos de :;;< cerraba acuerdos de compra de tierras en -aist0n, $iria, Kietnam, $udan e )ndia. di&ícil' comnmente, son tratados como ciudadanos de se"unda. n Y&rica, la escasa industriali$aci!n hace más dramática la lle"ada de campesinos arruinados a las ciudades' muchos permanecen desocupados en las )illas rurales. 12( Despu+s de 1?45 las acti)idades de las empresas multinacionales ;L0 relacionadas con la a"ricultura se concentraron en las industrias pro)eedoras insumos como semillas, maquinaria, &ertili$antes, etc.0 y en las industrias downstream comerciali$aci!n, transporte, procesamiento de alimentos0. -i"uiendo este patr!n, las ;L hoy participan en los se"mentos más rentables de las cadenas de )alor. -on propietarias de marcas, poseen conocimiento en lo"ística, y se bene&ician de la propiedad intelectual, por e6emplo en semillas, &ertili$antes y otros bienes. -on los casos de *D;, #un"e, Car"ill y Drey&us en la comerciali$aci!n de "ranos en #rasil' de ;onsanto en la pro)isi!n de semillas de so6a "en+ticamente modi&icadas' de "randes productoras de alimentos como epsico en Hndia' o de di)ersas ;L en la compra de "ranos de ca&+ a peque8os productores en #rasil, Colombia y >ietnam. *demás, muchas ;L e6ercen su in&luencia sobre las economías campesinas a tra)+s de contratos, y otras &ormas de relaci!n más o menos estables. n cuanto a la propiedad directa de explotaciones a"rícolas, las ;L se mantu)ieron en al"unos países como Costa
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tros fondos est0n aumentando la inversión en la cadena del agro8negocio mundial. (n e"emplo es FX$ @lobal 'quity Agribusiness %und, con sede en Australia, mane"ado por el Feutsc!e Ban. FX$ posee acciones en Arc!er Faniels Midland, una compaDía integrada verticalmente que controla los procesos de elaboración y comercialización de alimentos, comida para animales y derivados químicos& en $ygenta, empresa suiza especializada en semillas& en la alemana Q _ $, productora de fertilizantes& en Monsanto, Bunge y otras. 'n :;; C%C, un conglomerado c!ino controlado por el 'stado, compró el EV de $mit!field, el mayor productor mundial de cerdos& tambi#n se asoció con %ilmar, el mayor comerciante mundial de aceite de palma. 'n febrero de :;;< *ufarm, fabricante australiano de agroquímicos logró la aprobación para comprar AL Mars, una de las empresas químicas m0s antiguas de @ran BretaDa, con una amplia cartera de !erbicidas. Fice el presidente de la consultora de finanzas Cole -artners, de C!icago, que mane"a un fideicomisoH 5Lay un enorme inter#s en ]poseer estructura^, tierras en 'stados (nidos, en la Argentina o en )nglaterra, allí donde las perspectivas de ganancias son me"ores6 9)a 2ación, ?2;?2;=. 4a forma en que operan estos capitales puede verse a trav#s de un memorando, de :;;, para inversores, de un fondo con sede en 'stados (nidos. 4a propuesta consistía en invertir en C!ile, Brasil, M#1ico y (ruguay, países que el fondo consideraba de ba"o riesgo político. -roponía aportar capital para establecer !oint "entures con capitalistas de esos países& buscar tierras degradadas con potencial de apreciación y empresarios agrícolas que estuvieran en problemas para devolver pr#stamos bancarios. Al considerar las perspectivas de la inversión, el fondo tomaba en cuenta las tendencias de largo plazo de los precios de los alimentos& y que la tierra en Am#rica 4atina estuviera m0s barata que en 'stados (nidos. 'ntre los diversos planes presentados, proponía comprar >E.;;; !ect0reas para cultivar so"a y caDa de azcar en Brasil, a un precio de ($` E;; la !ect0rea. $e trataba de tierra marginal, que el fondo pensaba me"orar mediante una inversión promedio de otros ($` ;; por !ect0rea. 4a previsión era que el precio de la tierra aumentara a un promedio del >;V anual en los siguientes aDos, y que los precios de la producción subieran un :,EV anualmente. Fe esta manera aumentaría la renta diferencial& la intención era vender la tierra al cabo de algunos aDos, concretando ganancias. -ropuestas de este tipo %oy son comunes en los mercados de in"ersión. 'stamos ante una lógica de valorización mundializada del capital, fuertemente condicionado por lo financiero. Tambi#n !a cobrado importancia la inversión de países que buscan asegurar su provisión alimentaria& particularmente los gobiernos del @olfo, C!ina y Corea del $ur. Corea del $ur firmó acuerdos con $ud0n para cultivar G<;.;;; !ect0reas, y los 'miratos Urabes (nidos por ;;.;; !ect0reas. 4a mayor parte de lo producido se destinar0 a la e1portación !acia los países inversores. $egn 1%e Economist 9:2;E2;<= el gobierno de $ud0n planea de"ar un quinto de la tierra cultivable para gobiernos del @olfo. C!ina se aseguró :, millones de !ect0reas en Congo para cultivar aceite de palma& sería la plantación de aceite de palma m0s grande del mundo. Tambi#n negociaba, en :;;<, con ambia para cultivar en unas : millones de !ect0reas& en este país las gran"as c!inas ya producen un cuarto de los !uevos que se venden en 4usaa. Fe acuerdo a )nternational %ood 3esearc! )nstitute, de Xas!ington, entre >E y :; millones de !ect0reas de tierra de países pobres !an estado su"etas a transacciones, o !an entrado en conversaciones en las que participan e1tran"eros, desde :;;G !asta :;;<. 'quivale al tamaDo de toda la tierra agrícola de %rancia. Calcula, conservadoramente, que el valor involucrado en estos montos oscilaría entre los ($`:;.;;; y ($`;.;;; millones. -uesta en producción, esa tierra generaría entre ; y ; millones de toneladas de cereales anuales& una cifra significativa si se tiene en cuenta que el comercio mundial de cereales es de apro1imadamente 9en :;;<= ::; millones de toneladas. -aralelamente muc!os capitales agrarios con raíces en la periferia se internacionalizan. -or e"emplo, capitales agrarios argentinos !an invertido fuertemente en (ruguay, Brasil, Bolivia y -araguay. tro tanto !acen capitales brasileDos en otros países latinoamericanos. 'l grupo argentino Cresud poseía, en :;;, el >>V de las acciones de Brasil Agro, empresa brasileDa con >.;;; !ect0reas en ese país& y est0 buscando invertir en (ruguay, -araguay y Bolivia& @robo
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est0 en alianza con capitales brasileDos, y tambi#n realiza inversiones en Kenezuela. A su vez en el agro argentino entran capitales internacionales& podemos citar los casos de Benetton 9con <;;.;;; !ect0reas=& la australiana 4iag& Adecoagro, de $oros 9:E;.;;; !ect0reas=& Cali1 Agro, de Freyfus. 'n el grupo agrario 'l Te"ar participan socios norteamericanos y brit0nicos& en Cresud inversionistas como $am ell, uno de los cinco mayores propietarios de inmuebles de 'stados (nidos, o Mic!ael $tein!ardt, dueDo de un gran fondo de inversión norteamericano. Adem0s, en t#rminos relativos, la importancia de las 'M* agrícolas surgidas en los países atrsados es mayor que en otras actividades. 'n :;;<, de las :E 'M* m0s importantes del mundo que se basaban en la agricultura, >: pertenecían a países atrasados 9Malasia, Tailandia, $ri 4ana, )ndonesia, -apua *ueva @uinea, )ndia y $ud0frica=. $ime Farby Ber!ad, de Malasia, principal productor de aceite de palma del mundo, ocupaba el primer lugar, por encima de Fole y Fe l Monte, de '(A 9(*CTAFa :;;<=. 'sta mundialización del capital agrario no obedece a alguna ofensiva circunstancial del 5neoliberalismo6, sino al impulso del capital, sin distinciones de nacionalidades, a someter a su imperio la producción agrícola.
DESARROLLO DE LAS 'UER-AS PRODUCTIAS Y CAÍDA DE PRECIOS A medida que se amplía la reproducción global del capital, la producción de alimentos adopta cada "ez más la forma social de la mercancía, y se !ace m0s estandarizada. 'n la actualidad, el <;V de los alimentos del mundo se deriva de sólo >E cultivos y especies animales. Fe manera que no se verificó la tesis, bastante difundida en los aDos ><<;, sobre el pasa"e de un r#gimen de producción masiva para un mercado masivo 7fordismo, segn la terminología de la escuela de la regulación7, a un r#gimen posfordista, que se caracterizaría por la producción especializada para sectores de alto poder de compra. >:? 4a presión por abaratar los costos de reproducción de la fuerza de traba"o urbana 7a lo que se suma la e1pansión de los biocombustibles7, e1plica que la producción en masa de alimentos siga siendo central en el capitalismo globalizado. 4a mundialización del capital !a estado acompaDada del desarrollo de las fuerzas productivas en el agro. A partir de los aDos >: 4e siguió la revolución en la gen#tica, la introducción de las m0quinas computarizadas, y la utilización de sat#lites para me"orar el mane"o de suelos, fertilizantes y control de los cultivos. Como resultado, entre > y :;;E la producción de cereales en el mundo creció a una tasa anual del :,:V, y en los países subdesarrollados al :,V. -ara el mismo período la tasa anual de crecimiento de la producción de oleaginosas en el mundo fue del V, y en los países subdesarrollados del ,V. 4a de carne fue del V a nivel mundial y ,V para los países subdesarrollados& y la de lec!e del >, y ,:V, respectivamente. 4a productividad tambi#n se incrementó. Fesde >; a :;;; el producto agrícola mundial 7medido en dólares estadounidenses de ><<;7 se duplicó, subiendo de ($` GE.<;; millones a ($` >, billones, en tanto el traba"o agrícola creció el ;V, pasando de < millones a >.;; millones de personas. >:< 'ste incremento de la productividad e1plica que en el largo plazo se !aya registrado una ba!a tendencial de los precios agrícolas. Lacia :;;G el costo real de la cesta de alimentos mundial %abía caído casi a la mitad a lo largo de los 76 aAos pre"ios& los precios de numerosos productos alimenticios !abían ba"ado un :8V anual en t#rminos reales 9%A, :;;<=. 'l índice real de precios de los alimentos que elabora la %A 9precios de los alimentos deflactado por el índice del valor 12
-e"n esta )isi!n, la producci!n artesanal y campesina, &ocali$ada en productos particulares, "o$aría de un amplio campo para su desarrollo. ste pron!stico s!lo se ha cumplido para una peque8a &ran6a de "ran6eros, en su mayoría ubicados en países adelantados. or e6emplo, los que producen productos or"ánicos. 12@ a re)oluci!n )erde consisti! en la introducci!n de nue)as )ariedades de culti)os de alto rendimiento, sustentadas en la "en+tica' en la utili$aci!n masi)a de &ertili$antes, herbicidas y pesticidas, y del rie"o. 12? Cabe decir que a lar"o pla$o la tesis maltusiana no se ha )eri&icado. n 1?4( la producci!n a"re"ada mundial de tri"o, so6a, maí$, arro$ y cebada era de 35 millones de toneladas para una poblaci!n mundial de 23// millones de personas' en la actualidad hay una producci!n de "ranos de 21/ millones de toneladas, para una poblaci!n mundial de ((// millones. * ni)el mundial la producci!n de carne en los países subdesarrollados más que se quintuplic! entre 1?/ y 2//5.
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unitario de las manufacturas del Banco Mundial= disminuyó, desde inicios de la d#cada de ><<8:;;; m0s del E;V 9ídem=. 'l uso de tecnologías avanzadas tambi#n permitió poner en producción tierras marginales. A nivel mundial la tierra cultivada se incrementó en m0s del :EV entre > millones de !ect0reas en :;;;. >; 'n Argentina, -araguay y Brasil se e1pandió notablemente el 0rea cultivada& en Brasil, por e"emplo, la tierra dedicada a la agricultura pasó de E: millones de !ect0reas en ><<: a E< millones en :;;E. C!ina tambi#n aumentó, en el mismo lapso, las tierras cultivadas de >: a >; millones& pero en los ltimos aDos se est0n reduciendo, a causa principalmente de la urbanización. 'n 3usia, (crania y Qaza"st0n disminuyeron como producto de la crisis y la desarticulación del antiguo sistema sovi#tico, de :;; a >?? millon es de !ect0reas.
REERSI&N DE LA TENDENCIA DE PRECIOS A partir de :;;; comenzó una suba de los precios de los alimentos, que se aceleró entre :;;E, y mediados de :;;. 'n este ltimó período los precios de las materias primas alimenticias se duplicaron& el aceite de palma subió >;V, el arroz >>;V, el maíz >;:V, el trigo >;>V y la so"a GV. Con posterioridad a "ulio de :;; los precios cayeron, pero an así a comienzos de :;>; estaban m0s altos que antes del comienzo de la suba, a pesar de la recesión mundial, y de que la agricultura estaba utilizando a pleno su capacidad productiva. $e plantea entonces el interrogante sobre si estamos en presencia de un cambio de tendencia de los precios, esta vez !acia el alza. -ara dar una respuesta !ay que articular el an0lisis entre los movimientos tendenciales y la lógica de la ganancia que rige la inversión en el modo de producción capitalista. 'mpecemos seDalando que la oferta de los alimentos no puede reaccionar r0pidamente a cambios en la demanda. 4a puesta en producción de nuevas tierras e1ige fuertes inversiones, e inmovilizar capital por muc!o tiempo. 4a decisión de invertir se rige por la rentabilidad, y los movimientos de precios indican !asta qu# punto es necesario aplicar m0s o menos tiempo de traba"o social a una producción determinada. Cuando en una rama la oferta supera a la demanda, ba"an los precios, las ganancias y la inversión& con el tiempo la oferta se adapta a la demanda. 4o inverso sucede cuando la demanda supera a la oferta. 'sto se aplica a lo que sucedió en las ltimas d#cadas. Febido a la ba"a de los precios, desde mediados de los oc!enta ba"ó la inversión en la agricultura, y en investigaciones, en especial en los países subdesarrollados. 4a inversión de las economías campesinas parcelarias fue e1tremadamente ba"a en la mayor parte del Tercer Mundo. 4os países subdesarrollados de con"unto invertían 9en :;;;= sólo el ;,EGV del valor agregado en agricultura en investigación y desarrollo, contra el E,>GV de los países adelantados 9(*CTAFa :;;<=. Tambi#n incidieron los programas neoliberales de reducción del gasto pblico y del involucramiento del 'stado en los países atrasados, con sus consecuencias sobre obras de infraestructura. 'n :;;, segn la %A, los países cuyas economías se basan en la agricultura invertían en promedio sólo el V de su gasto pblico en la agricultura. 4a consecuencia es que si bien los rendimientos siguieron creciendo, lo %icieron a una tasa cada "ez menor . 'n los países atrasados, los rendimientos de las tierras cerealeras que crecían a tasas del al GV anual entre ><;, en los :;;; lo !acían al > o :V, por deba"o del crecimiento de la demanda 91%e Economist ><2;2;=. Fe manera que cuando a comienzos de la d#cada de :;;; comenzó a aumentar la demanda de productos alimenticios, la oferta era insuficiente. A esto se sumó la producción de etanol, que genera mayor demanda de cereales, oleaginosas y azcar. Tambi#n influyeron algunos grandes desastres naturales, que muc!os vinculan al cambio clim0tico global& y la suba de los precios del petróleo, un insumo clave en el agro. Adem0s incidió la caída del dólar, ya que los alimentos cotizan en esa moneda. 4a %A tambi#n seDala la caída de las e1istencias, que se produ"o en los ltimos aDos, a medida que me"oraron las redes de comercialización, la gestión de los stocs y los países e1portadores adoptaron medidas para reducir los costos por almacenamiento. A estos factores se sumaría una cierta influencia coyuntural, para formar la burbu"a de precios, de la especulación financiera con las materias primas, energ#ticos y alimentos 9v#ase )nterludio ))=. 13/
-in embar"o, el mal mane6o de la irri"aci!n produce la salini$aci!n de los suelos. -e"n la B*, el 1/S de las tierras irri"adas su&ren de salini$aci!n.
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'l problema de fondo, de todas maneras, es la inversión. 4a %A estima que para satisfacer las necesidades de la demanda mundial de alimentos en los pró1imos aDos, la inversión neta en la agricultura debería elevarse a ($` .;;; millones anuales, lo que es apro1imadamente un E;V m0s que el nivel actual. $i la ba"a inversión no se revierte, podríamos asistir a un período m0s o menos largo de suba tendencial de los precios de los alimentos y las materias primas. $in embargo es prematuro afirmar que se !a producido una 5ruptura estructural6 de la tendencia de largo plazo 9v#ase %A, :;;<=. $i bien las economías campesinas parcelarias, en especial las que producen escasamente para el mercado, no responden con el aumento de la producción a la suba de los precios, las empresas capitalistas pueden reaccionar m0s el0sticamente al aumento de los precios y los beneficios. -or eso la posibilidad de que retome la tendencia ba"ista de los precios es contemplada en %A 9:;;<=. Febe recordarse, por otra parte, que tambi#n a comienzos de la d#cada de >; !ubo un pico alcista de los precios, y otro de menor importancia a fines de esa d#cada, pero ninguno modificó la tendencia que, como vimos, fue descendente.
DESARROLLO CAPITALISTA Y ECONOMIAS CAMPESINAS A nivel mundial se calcula que !ay unos >;; millones de pequeDos campesinos y traba"adores rurales sin tierra. M0s precisamente, en :;;G la fuerza laboral empleada en la agricultura comprendía >? millones de personas 9sobre una fuerza laboral mundial de ;E millones=, de las cuales > millones correspondían a los países en desarrollo 9datos (*CTAF, :;;=. Cientos de millones de campesinos en el Tercer Mundo son propietarios de lotes de, a lo sumo, una o dos !ect0reas& y otros muc!os millones ni siquiera son propietarios de sus parcelas y deben pagar rentas a los terratenientes. ICu0l es la perspectiva para estos campesinosJ 'n principio, desde el punto de vista teórico, podemos distinguir tres posiciones principales. -or un lado, la visión del mar1ismo tradicional 7v#ase por e"emplo 4enin 9>> (na tercera postura est0 constituida por la tesis de la 5articulación de los modos de producción6, que como !emos visto, afirma que los modos de producción no capitalistas son mantenidos por el propio capital. 'sta tesis tiene algn punto de contacto con la segunda, porque afirma tambi#n que los modos de producción campesina tienen capacidad de resistencia al capital. -or lo tanto la persistencia en la actualidad de los cientos de millones de economías campesinas en Asia, Am#rica 4atina y Ufrica parece dar sustento a la segunda tesis, y parcialmente a la tercera 9parcialmente porque no se !a verificado que el capitalismo tienda a conservar los modos precapitalistas=. 4a pequeDa propiedad campesina est0 muy e1tendida en Asia& aunque en muc!os países se combina con la gran plantación& y con la propiedad terrateniente que alquila la tierra. Tambi#n en Am#rica 4atina perviven las economías campesinas, incluso en países en los que el capitalismo agrario !a tenido un desarrrollo importante. >: M0s significativo an es que en Ufrica 131
Chayano) sostiene que son las necesidades de la &amilia las que constituyen el motor de la acti)idad campesina' las cate"orías de renta, "anancia o salario no "obiernan sus criterios de producci!n. sto explicaría, se"n Chayano), que la economía campesina pudiera )encer la explotaci!n capitalista en culti)os intensi)os en períodos de ba6as de precios. n esos períodos, en los que el mercado es des&a)orable, el capitalista reduce la producci!n, pero el campesino intensi&ica el traba6o. Chayano) pensaba tambi+n que nin"n poder político estaba en condiciones de modi&icar la naturale$a de la explotaci!n campesina' )+ase Chayano) et al . 1?@10. 132 #arril Aarcía 2//0 sostiene que en *m+rica atina hay dos tipos de unidades, las empresas a"ropecuarias a"ricultura empresaria en todas sus re"las0 y los peque8os productores &amiliares que podrían incluir los casos en que haya empleo de al"n traba6o asalariado ocasional0. ntre &ines de la d+cada de 1??/ y principios de la si"uiente se calculaba que en los cinco países del Cono -ur la a"ricultura campesina
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subsa!ariana las economías campesinas no !an evolucionado siquiera !acia las formas de propiedad individual de la tierra, que es la base para el desarrollo de una economía agraria capitalista. 4a pertenencia a determinados lina"es o clanes todavía !oy constituye el principal criterio para la asignación de la tierra en amplias regiones. 4a tierra se trata como una parte permanente de la e1istencia !umana, y por lo general se la considera garantizada& es un activo social, en principio inalienable. 4a organización social se basa en el principio de lina"es, y legalmente la propiedad es tenida y transmitida por ellos. Adem0s, por fuera de la tierra arable que est0 en manos de unidades de producción individuales, !ay tierras y elementos de uso comn 9tierras para pastoreo, 0rboles para leDa y construcción, etc.=. > Fe manera que las economías campesinas se !an demostrado muc!o m0s resistentes frente al capitalismo de lo que predecía la tesis mar1ista8leninista tradicional. $in embargo todo indica que el proceso de diferenciación y desintegración de las economías campesinas es el que %oy tiene mayor "igencia. 'sto es lo que constata Tapella 9:;;:= cuando estudia la situación de la pequeDa producción yerbatera de Argentina, y lo mismo puede afirmarse sobre la tendencia mundial. $e trata de un proceso no lineal, mediado y lleno de contradicciones, pero la dirección parece no de"ar lugar a dudas. 'n primer lugar, debe precisarse que si bien muc!as unidades campesinas son de 5subsistencia6, esto no significa que no produzcan para el mercado. Como ya seDalaba Coquery8Kidrovitc!, subsistencia no es sinónimo de autarquía. $i bien el ob"etivo del campesino es la subsistencia, ello no implica la ausencia de intercambios elementales en los mercados locales. 4os mercados locales, a su vez, !oy est0n cada vez m0s vinculados, a trav#s de mltiples canales, con el mercado mundial. P desde !ace tres d#cadas las economías campesinas sufren en forma incrementada la competencia de los mercados en e1pansión, del cambio tecnológico y el aumento tendencial de la productividad. 'sta competencia demanda inversiones de capital imposibles de realizar para las economías campesinas parcelarias. 4a agricultura en pequeDa escala, que debe enfrentar a las empresas agrarias capitalistas, por lo general realiza poca inversión& es de ba"a productividad& posee tecnologías rudimentarias& utiliza escasos insumos& tiene problemas de comercialización& sufre altas p#rdidas de los cultivos& y tiene ba"o acceso al cr#dito 9%A, :;;<=. -aralelamente la presión del mercado se !ace sentir en zonas cada vez m0s ampliasH 4os mercados neoliberales tienen a!ora mayor y mayor penetración en los %interlands rurales. Mientras esto puede brindar oportunidades a los productores rurales 9como sucede en Ufrica ccidental=, simult0neamente incrementa la competencia para captar una parte de la demanda local, con productores m0s distantes 9como sucede con las importaciones de ropa de algodón en Ufrica ccidental= 9Battebury, :;;?, p. >>=. 4a presión competitiva se incrementa por el proteccionismo y las subvenciones de los países adelantados a sus propios campesinos. $ólo en :;; el gobierno de 'stados (nidos subvencionaba por ($` ;;; millones a :E.;;; productores de algodón, provocando la crisis de m0s de >> millones de campesinos africanos. 'se aDo las subvenciones del orden de los ($` >;.;;; millones a los productores de maíz permitían a 'stados (nidos e1portar el producto a M#1ico, per"udicando a los campesinos me1icanos. 4as subvenciones al azcar arruinaban a campesinos de MalaOi, Mozambique y ambia, y las de la carne a los productores de $ud0frica. 4as 'M* tambi#n atan a los campesinos a los mercados y a sus dictados. 4as grandes corporaciones imponen est0ndares, especificaciones de calidad y tiempos de entrega. Asimismo establecen relaciones de subordinación de los campesinos gracias al acceso a las redes mundiales de comercialización, a su capacidad logística y control de marcas. Algunas 'M* mantienen estas relaciones con cientos de miles de campesinos. -or e"emplo, en :;; *estl# 9$uiza= tenía m0s de G;;.;;; contratos con gran"eros, que actuaban como proveedores directos, en unos ; países atrasados y economías de los e1 países de regimenes sovi#ticos. lam, una 'M* de $ingapur, se proveía de >? productos agrícolas con :;;.;;; proveedores de unos G; países. (nilever 9@ran BretaDa y -aíses Ba"os= tenía unos >;;.;;; proveedores, pequeDos y grandes campesinos, en comprendía 4.?5./// explotaciones lo que representaba el @4S del total de las explotaciones campesinas0. 133 >+ase ;a&e6e 2//30' para una discusi!n sobre el modo de producci!n a&ricano, )+ase Coquery>idro)itch 1??@0.
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países atrasados. 'n Mozambique el >;;V de la producción de algodón se compraba, en :;;, a los campesinos con contratos 9(*CTAF :;;<=. Tambi#n los llamados 5a"ustes estructurales6, operados por los gobiernos de países subdesarrollados, con el conse"o de los organismos internacionales, aceleran la subordinación a la ley del valor. -or todos lados favorecen las economías de escala y las producciones destinadas a la e1portación& reducen los cr#ditos subsidiados a los campesinos& liberalizan los precios de los insumos& impulsan la utilización de insumos provistos por el gran capital transnacional, así como la comercialización a trav#s de las cadenas del agro8negocio. Furante las d#cadas pasadas las deudas e1ternas sirvieron como argumento e1tra para las aperturas de las economías agrarias 7 vender en el mercado mundial para lograr super0vit comercial con el cual pagar la deuda7 y eliminar las producciones volcadas al mercado interno. -aíses dependientes de unas pocas e1portaciones en materias primas se vieron sometidos de la manera m0s cruda a los vaivenes de los precios mundiales. %ue el caso de la sobreproducción de cacao a fines de la d#cada de ><;, que repercutió en una fuerte crisis en @!ana. Asimismo es ilustrativa la crisis de sobreproducción mundial y !undimiento de los precios del caf# en :;;;8:;;>. 'n este caso, desde los aDos noventa el gobierno de Kietnam impulsó nuevas variedades de cultivo 7con per"uicios ecológicos7 mediante subvenciones a pequeDos productores y ayudando a las 5economías de finca6, que implicaban la acumulación privada de tierras y el empleo de mano de obra asalariada. 'l resultado fue un e1ceso mundial de oferta, con serios per"uicios a otros países productores como Londuras, @uatemala, *icaragua, 'tiopía, )ndonesia. (n caso tr0gicamente e"emplar es lo sucedido en MalaOi a comienzos de la d#cada de :;;;. > 'n este país el Banco Mundial, el %M) y organismos de ayuda promovieron, "unto al gobierno, medidas pro mercado desde ><;. $e quitaron subsidios para la compra de insumos a los campesinos, se privatizaron organismos pblicos, se intentó orientar la producción !acia cultivos comerciales y la e1portación.>E Como resultado !ubo un proceso de diferenciación acentuado en el agro. 'n la d#cada de ><<; la producción agrícola creció a una tasa del ?V anual, pero la pequeDa producción estaba estancada. $ólo prosperó una minoría de pequeDos productores y empresas agrícolas, dedicados a cultivos comerciales. -aralelamente se mantenían, o se e1tendían, la pobreza, el $)FA, la discriminación de las mu"eres 9que constituyen el ?V de la fuerza laboral agrícola=. Adem0s, al inicio de la d#cada de :;;;, !abían disminuido la s oportunidades de migración 7fuente de ingresos para las familias campesinas7& aumentaba la presión demogr0fica& y las economías campesinas estaban e1tremadamente debilitadas. 'n esas condiciones !ubo inundaciones y se produ"o una !ambruna. $e calcula que unas E;;.;;; personas murieron de !ambre durante la crisis de :;;>8:;;:. A partir de este suceso el gobierno restituyó los subsidios de fertlizantes a los campesinos y la producción medianamente se restableció. $in embargo, y a pesar de estas e1periencias tr0gicas, la receta usual permanece invariable. 4as reba"as de aranceles, las subvenciones agrícolas y el proteccionismo e"ercido por los países centrales, la liberalización del comercio, la entrada de capitales, siguen incrementando la coerción del mercado sobre los campesinos pobres, y empu"ando a estas economías a la crisis. 'n :;;? la >( debía admitir que en muc%os sistemas agrícolas tradicionales de países subdesarrollados se registraba un considerable aumento de la pobreza. -or eso cada vez m0s los campesinos tratan de sobrevivir, diversificando actividades. 5 ;ricolage, o mezclar y combinar actividades, es una respuesta casi universal Rde los campesinosS a las presiones por el modo de vida, a los azares y la caída general del ingreso6 9Battebury, :;;?, p. ?=. 'n Am#rica 4atina, Asia y Ufrica las poblaciones campesinas est0n obligadas a diversificar sus actividades con empleos por fuera de las gran"as, realizar artesanías, o dedicarse al comercio& o dependen de la remesa de miembros de la familia que emigraron a países desarrollados 93oberts, ><<;=. 4a feminización del traba"o predial, que registran la )T y otros organismos internacionales, se debe a que en muc!as regiones los campesinos salen a b uscar empleo fuera de su economía, y las mu"eres, con ayuda de los !i"os, se dedican a la parcela. *umerosos organismos, tanto oficiales 134
l caso de ;ala=i dio lu"ar a muchas discusiones. Los basamos en =usu y LAZambi 2//20 y Dor=ard y Rydd 2//30. 135 -e"n la teoría neoclásica del comercio internacional de las )enta6as comparati)as.
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como no gubernamentales, seDalan que el aumento de la pobreza est0 provocando el aumento de la e1plotación del traba"o infantil en el agro en )ndia, C!ina, Ufrica subsa!ariana y otras regiones del Tercer Mundo. 4os campesinos pierden tierras y se proletarizan, o caen en la marginalidad. 'n )ndia cientos de miles de campesinos est0n siendo desplazados !acia tierras marginales& poseen lotes que no alcanzan para proveerles los alimentos b0sicos, no tienen la productividad mínima para competir con el capital agrario, o pierden completamente la posesión de los mismos. $egn diferentes c0lculos, !abría entre > y > millones de !ogares campesinos que carecen de tierras& lo que implica de ?; a >;; millones de personas, que en su mayoría sobreviven como traba"adores temporarios.>G Tambi#n en C!ina e1isten contradicciones crecientes en las economías campesinas, producto del avance del capitalismo.>? Fe acuerdo a denuncias de organismos de ayuda internacionales, unos ; millones de campesinos pobres perdieron sus lotes por tomas compulsivas del gobierno para satisfacer demandas de desarrollo urbano. 4as presiones capitalistas se intensifican y la desigualdad social se e1tiende.> 4os funcionarios locales se transforman en propietarios medios& o venden tierras fiscales a empresas agrícolas privadas, que est0n creciendo. >< A medida que avanzan las relaciones mercantiles y capitalistas, aumentan las tensiones sociales. 4as tendencias emergentes de polarización espacial, y particularmente de clases, fueron el resultado de la mercantilización del traba"o, la tierra y el capital, enraizada y permitida por una alianza emergente entre el capital dom#stico e internacional, y la elite burocr0tica local 9QOan 4ee y $elden, :;;?=. Aunque oficialmente no !ay campesinos sin tierras, !abría unos ?; millones en esa condición, y la cifra est0 aumentando en unos tres millones anuales. Loy e1iste una generalizada conflictividad& sólo en :;;E se reportaron oficialmente unos ?.;;; incidentes de diferente grado de violencia. >; Tambi#n en Ufrica se est0 desarrollando una creciente diferenciación. 3efiri#ndose a Ufrica subsa!ariana, Bel#lihres et al . 9:;;:= dicen que una minoría de productores tiene capital y tierra, se rige con criterios empresarios y produce enteramente para el mercado& mientras la mayoría de pequeDos campesinos est0 cada vez m0s pobre de recursos. AgreganH 13(
-obre la entrada del capital en el a"ro en Hndia )+ase ;ehta 2//40. n China hay unos ?// millones de campesinos. -e"n un estudio del ;inisterio de *"ricultura, de 1?@(, reali$ado en 2? pro)incias, cada ho"ar campesino poseía, en promedio, /,4(( hectáreas, &ra"mentada en 5,@5 parcelas, en promedio )+ase Bu Chen, 1???0. -e"n Eu Qin" 2//@0, actualmente el promedio de tierra culti)ada por ho"ar es de /,333 hectáreas. 13@ Gmedida por la distribuci!n del in"reso China ha e)olucionado desde ser una de las sociedades más i"ualitarias del mundo en )ísperas de la re&orma, a ser, hacia 1??5, una de las más desi"uales de *sia, y hacia comien$os de los 2///, del mundo. *quí tambi+n la tendencia de la distribuci!n del in"reso imita la tendencia de M*, Qap!n y muchos otros países. l coe&iciente Aini para el país de con6unto ha empeorado a la asombrosa tasa de /,31 en 1?@, a /,3@ en 1?@@, a /,43 en 1?? y /,4 en 2//4 R=an ee y -elden, 2//0. -e"n la Comisi!n para la
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'l proceso de liberalización que comenzó en Ufrica subsa!ariana a fines de la d#cada de ><; !a dado por resultado un profundo cambio estructural en la conformación de los sistemas agrícolas. 'stos cambios est0n aumentando las desigualdades entre los diferentes tipos de gran"eros, como entre los mismos gran"eros 9Bel#lihres et al ., :;;:=. 4os autores seDalan tambi#n que !oy todos los campesinos están ligados al mercado, directa o indirectamente, y que e1iste una creciente fractura en la agricultura , como la que ocurrió en Am#rica 4atina, entre las gran"as modernas y orientadas al mercado, y la gran masa de pobladores rurales que est0n marginados económicamente. 'sta tendencia es reforzada por las agencias de ayuda internacional y los nuevos principios de ayuda al desarrollo, que favorecen a las empresas privadas.>> 'l proceso es acompaDado por la reducción de las parcelas. 'n 'tiopía y MalaOi, por e"emplo, el tamaDo de la unidad de producción típica campesina cayó de >,: !ect0reas en la d#cada de ><<; 91%e Economist ><2;2;=. 4as políticas favorables al capital agrario y su concentración tambi#n suceden en países donde el latifundio tiene tradición. -or caso, en BrasilH 4a política agraria seguida por la dictadura militar en >< 8 ><E favoreció la aceleración del desarrollo capitalista en el campo a trav#s de la adopción de medidas para estimular el gran capital en la agricultura y concentrar la propiedad. 9/= la modernización capitalista de la agricultura fue acompaDada por la inversión de capital en la tierra rural y la p romoción de un vínculo entre los intereses financieros, industriales y agrarios con fuertes cone1iones locales y regionales. 4os comple"os agroindustriales que se crearon con esto, vinculando industrias que producen insumos para la a gricultura, la agricultura moderna, y las industrias que procesan productos agrícolas, fueron ayudados con generosos subsidios gubernamentales. 9Fe Almeida, 3uiz $0nc!ez y LalleOell, :;;;, pp. >8><=. $ólo en la zona de 3ío @rande do $ul se desplazaron unas ;;.;;; personas en los ltimos aDos, y otras :,E millones en -aran0. 'l M$T 9Movimiento $in Tierra= brasileDo calcula que :; millones de personas no tienen tierra y ? millones apenas sobreviven en tierras ocupadas precariamente, como medieros o traba"adores inmigrantes. 4a concentración de la propiedad de la tierra es una de las m0s altas del mundo& el ;V de los gran"eros tienen el >V de la tierra, el :;V de los propietarios poseen el V. Miles de campesinos tambi#n son despo"ados de sus tierras por medio de la violencia directa, o las pierden debido a los desplazamientos provocados por guerras y conflictos.>:
.AMBRE Y DE%RADACI&N AMBIENTAL Como resultado de los procesos que !emos descrito, millones de personas sufren !ambre crónica y desnutrición, a pesar de que el nivel de desarrollo de la tecnología permitiría alimentar con creces a la población mundial. $ignificativamente, tres de cada cuatro personas que pasan %ambre en el mundo "i"en en el campo. 4a devastación que genera la entrada del capitalismo en la tierra, est0 en la raíz de este gigantesco drama !umano. 's cierto, como argumentan la %A, el Banco Mundial y otros organismos internacionales, que la proporción de personas subalimentadas descendió en las ltimas d#cadas. 'n >> !abía ?V de la población. -ero con las posibilidades tecnológicas de la actualidad, la nica razón de que persistan estas elevadas cifras de !ambre se encuentra en las relaciones sociales capitalistas. 'l !ambre no es 5natural6, sino tiene su e1plicación ltima en las relaciones socia les de producción. 'n países como 141
os pro"ramas de desarrollo promo)idos por los economistas neoclásicos asumen las tesis de *dam -mith, a saber, que la )inculaci!n con el mercado aumenta la especiali$aci!n, y +sta "enera el desarrollo de las &uer$as producti)as. or eso bastaría promo)er el mercado y los derechos de propiedad para que haya desarrollo. Mna crítica marxista a esta tesis smithiana puede )erse en #renner 1?0. 142
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Brasil, Argentina o -araguay, que son grandes e1portadores de alimentos, !ay millones de personas que est0n sufriendo de la malnutrición crónica. Adem0s, ya desde >< $i bien desde mediados de :;; los precios de los alimentos ba"aron, esto fue producto de la crisis mundial. (n informe de la %A de "unio de :;;< !abía elevado a >;:; millones el nmero de personas subnutridas en el mundo, lo cual representaba el >EV de la población total. 4a otra cara de la e1pansión agrícola capitalista es el desprecio por el medio ambiente, y la destrucción de suelos. $ólo la ampliación de las plantaciones capitalistas de so"a produ"o la destrucción de :> millones de !ect0reas de bosques en Brasil, > millones en Argentina y : millones en -araguay. 4a sobree1plotación de la tierra lleva a la degradación, la p#rdida de materia org0nica, la desertización y salinización de los suelos. $e calcula que anualmente en el mundo se pierden G millones de !ect0reas de tierra productiva por erosión, salinización y desertificación. 'n Brasil la erosión alcanza los >;; millones de !ect0reas. 4os suelos de -un"ab y Laryana, donde se produce el ;V del trigo de la )ndia, est0n sufriendo marcados descensos de fertilidad. 'n algunos países, la p#rdida de producción potencial que se puede atribuir al agotamiento del suelo equivale, segn la %A, al >,EV del -*B. A nivel mundial el ;V de la tierra agrícola estaría seriamente degradada. 'n resumen, la e#pansión de las fuerzas producti"as ba!o su forma capitalista es profundamente contradictoria/ por un lado aumenta la generación de riqueza material y se despliegan las posibilidades que ofrecen la tecnología y la ciencia -or otra parte aumentan las desigualdades sociales, cientos de millones caen en la más absoluta pobreza, y se produce un colosal despilfarro y destrucción de recursos naturales.
DESARROLLO A%RARIO PAMPEANO, PARTE DE LA MUNDIALI-ACI&N 'n la zona pampeana y productora de cereales y oleaginosas de Argentina !ubo un importante desarrollo de las fuerzas productivas y del modo capitalista en las ltimas d#cadas. 'sto constituye una e#presión particularizada del proceso de e#pansión mundial del modo de producción capitalista.> 'l capital agrario de Argentina !a acumulado al calor del capitalismo mundial& y su fracción más poderosa está imbricada con el capital mundializado, en tanto las fracciones m0s d#biles pelean por garantizar su participación en los mercados mundiales en crecimiento. 4a aceleración del desarrollo capitalista agrario en la zona pampeana comenzó a insinuarse !acia fines de la d#cada de los setenta, aunque se interrumpió a mediados de los aDos ><;. A la incertidumbre generada por el conte1to macroeconómico de esa d#cada, se sumó una fuerte caída de los precios internacionales, y mayor presión tributaria, lo que generó una crisis de rentabilidad. -ero en la d#cada siguiente la supresión de impuestos y las facilidades para importar tecnología y maquinaria con tipo de cambio ba"o, generaron un aumento de rentabilidad en el agro pampeano que fue determinante para el crecimiento de la inversión, del 0rea cultivada y la productividad. >E $e 143
n mar$o de 2//@ Camboya, Hndonesia, Ra$a6stán, *r"entina, ietnam y 7ailandia habían restrin"ido las exportaciones de alimentos. 144 l carácter capitalista a)an$ado del desarrollo a"rario ar"entino es subrayado en #isan" y Autman 2//50' #isan" y Rosaco& 2//(0 y #isan" 2//@0. 145 >+ase !pe$ 2//0' #ars9y 1??30 para la crisis de rentabilidad de los ochenta, tambi+n citado por !pe$.
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producen entonces algunas transformaciones trascendentes. 4a m0s importante 5fue la incorporación de variedades transg#nicas en so"a y maíz, que permitieron un me"or control de las malezas y de menor costo6 9Barsy, :;; p. :=. Adem0s, se difundió la siembra directa, que 5abarató costos y favoreció la conservación del suelo al mantener la capa vegetal6 9ibid=. 'stas me"oras a su vez fueron posibles, y estuvieron acompaDadas, de un avance en la mecanizaciónH 'n materia de mecanización se observa que la potencia de la maquinaria se incrementa Rdurante los noventaS lo que se vincula con el traba"o en mayor escala de productores y contratistas de maquinaria, y se producen mltiples me"oras que incrementan la rapidez de los procesos y la calidad de las labores, con dispositivos de precisión, sensores y comandos electrónicos y sistemas de posicionamiento geogr0fico y satelital. Comienza a introducirse en forma significativa el riego complementario en la agricultura e1tensiva, sobre todo para el cultivo del maíz, lo que potencia notablemente sus rendimientos al ma1imizar el uso de los fertilizantes 9Barsy, :;;, p. :=. $e avanzó en el control de plagas, en la variación y me"oramiento de semillas, y en el uso de nutrientes y fertilizantes. 4a inversión de capital por !ect0rea se incrementó. A mediados de :;; el cultivo del maíz e1igía, en promedio, unos ($` E;; de inversión por !ect0rea en fertilizantes, semillas, plaguicidas, etc#tera& el cultivo de la so"a unos ($` :G;. 'l desplazamiento de mano de obra a raíz de la mecanización en el agro, y el aumento de la inversión por obrero, da como resultado el aumento de la composición org0nica del capital. 4o cual implica que la renta absoluta tiende a desaparecer y la renta diferencial .. adquiere importancia. 'stos cambios constituyen e1presiones del desarrollo capitalista. 'sta idea se opone a la tesis 7 v#ase @astiazoro 9><<<=7 de que la renta absoluta tiene un gran peso en la actualidad en Argentina.>G Merced al empleo de las nuevas tecnologías, se produ"o una e1pansión de la frontera agraria, que pasó de :; a > millones de !ect0reas desde ><<; la !ect0rea de tierra rendía entre >E a :; quintales de so"a como m01imo& en ><; a ; quintales en :;;G. Fado el aumento de la productividad y la e1pansión de la frontera agrícola, es lógico que la producción !aya crecido considerablemente. 4a producción sumada de cereales y oleaginosa a principios de la d#cada de ><; rondaba los ; millones de toneladas. 'n ><E correspondían a la so"a y ; a los cereales. 'n :;;? fue de << a :;;E. 'sto fue posible gracias a la incorporación de fertilizantes, variedades forra"eras, me"or uso del pasto y el empleo del grano de maíz como complemento. Aunque a partir de :;;E e ste crecimiento comenzó a revertirse. 'ste desarrollo tra"o apare"ado cambios en el tamaDo de las propiedades, en especial en la zona -ampeana. $egn el Censo Agropecuario de :;;:, el tamaDo promedio de las empresas agropecuarias en todo el país pasó de G< !ect0reas en >< a E en :;;:& una suba del :EV. 'l mayor crecimiento se dio en la zona pampeana, donde se pasó de ;; !ect0reas a E& esto es, !ubo un aumento del EV. 'l nmero de las e1plotaciones m0s pequeDas, de !asta E;; 14(
Mna renta absoluta que tendría por base, siempre se"n este en&oque, además de la sper explotaci!n de la clase obrera rural el lati&undio de ori"en &eudal y las relaciones precapitalistas. ste análisis es &uncional al artido Comunista
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!ect0reas, disminuyó un >V& entre >< y :;;: desaparecieron cerca de <;.;;; productores. 4o cual est0 en la línea tendencial de la concentración que ocurre en otros países. 'l estrato de establecimientos de entre E;; a :E;; !ect0reas, en cambio, aumentó un EV& y no aumentó el nmero de las e1plotaciones con m0s de :E;; !ect0reas. 'sto ltimo se e1plicaría por las necesidades de crecientes in"ersiones de capital por %ectárea. 'n el largo plazo tendió a desaparecer la estancia que practicaba un culti"o e#tensi"o y se beneficiaba de la renta absoluta y la renta diferencial . .>? Adem0s, se redu"o relativamente la población rural de la zona pampeana. 'n :;;> representaba el G,GV en >;. $eDalemos tambi#n que la tendencia al desarrollo capitalista no !a eliminado completamente la pequeDa producción, en particular en el *oroeste y *oreste argentino, donde entre el ::V y :E V de la población es rural. 'n la provincia de Misiones el EV de los :>.;; productores yerbateros poseen entre > y >; !a, representando el E>V de la superficie implantada& las unidades m0s pequeDas en particular est0n pr0cticamente al nivel de subsistencia. > $egn bsc!ato 9:;;?=, y en base al Censo Agropecuario de :;;:, !abía en Argentina :>.G pequeDos productores. Fentro de esta categoría bsc!ato incluye desde el pequeDo productor familiar que, a pesar de sus escasos recursos, puede evolucionar con una reproducción ampliada, !asta el estrato de los pequeDos productores cuya dotación de recursos no le permite vivir e1clusivamente de su e1plotación. 'stos campesinos deben realizar traba"os asalariados ocasionales, viven en condiciones de acentuada pobreza y el mantenimiento de su campo se e1plica, en la mayoría de los casos, por el aporte que reciben de programas pblicos de asistencia social e ingresos eventuales. Fe todas maneras la permanencia de la pequeDa producción rural se combina con el desarrollo capitalista. 4a producción en la zona pampeana y productora de cereales y oleaginosas, en particular, obedece plenamente a la racionalidad del capital. Cada vez m0s se imponen los capitales m0s desarrollados, con mayor capacidad tecnológica y financiera, por sobre los m0s d#biles. Algunos poseen varios cientos de miles de !ect0reas, y arriendan tambi#n decenas de miles. Febido a su tamaDo pueden beneficiarse con economías de escala, y obtener una rentabilidad mayor de la que tiene el productor mediano o pequeDo. $egn los datos preliminares 9a mediados de :;;<= del Censo :;;, en el lustro transcurrido desde :;;: se acentuó la concentración. 'n :;;: e1istían .E establecimientos agropecuarios, y en :;; !abía :?.E<;& esto es, se !abía producido una reducción del >V. Adem0s !ay una creciente integración de cadenas de valor. 4as economías de escala se e1tienden a las fases de la circulación del capital. 4os grandes productores pueden comprar los insumos con descuentos& o tienen la posibilidad de vender su producción directamente a los e1portadores, evitando intermediarios. 'ste con"unto de factores e1plica el crecimiento que tuvieron algunos grupos capitalistas, como @robo, Adecoagro, Cresud, 'l Te"ar, M$(, Cazenave, lmedo Agropecuaria, (nited Agro. Tambi#n entraron en el negocio agrario argentino transnacionales proveedoras de insumos. 'ntre ellas, Monsanto, que es dueDa de la patente de so"a 33& empresas proveedoras de semillas, como *idera& las que proveen pesticidas, como Bayer o $ygenta& y las que se dedican al procesamiento y2o comercialización, como Cargill, Bunge, Freyfus o AFM. Cada "ez más se borran los límites entre lo agrario, industrial, financiero y comercial , como enfatizan Bisang y Qosacoff 9:;;G=. (n caso ilustrativo lo constituye la participación de Cresud en el negocio de la carne. Adem0s de poseer, en :;;, >;.;;; !ect0reas dedicadas a la ganadería y <<.;;; cabezas de ganado, se asoció con Tyson %ood, el principal productor de carne de 'stados (nidos, para montar un corral de feed
Comentando el desarrollo del capitalismo norteamericano, enin se8ala que la eliminaci!n de la peque8a producci!n por la "rande consiste en la eliminaci!n de las explotaciones más "randes en super&icie, pero menos intensi)as en capital, por explotaciones de tama8o más peque8o, más intensi)as en capital y más producti)as' )+ase enin, 1?15. 14@ Rele"amiento #er$atero, de 2//2, Aobierno de la pro)incia de ;isiones.
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antiaftosa en Argentina=& en el laboratorio 'lea& posee inversiones en ganadería, en plantaciones y e1plotación forestal& en la cría de yacar#s& desarrolla un proyecto de aprovec!amiento del guanaco en $anta Cruz& participa en una productora cinematogr0fica& en los medios, a trav#s de Capital )ntelectual 91res -untos, 11 , y la edición del Cono $ur de )e $onde Diplomatique=, y tiene una fuerte participación accionaria 9casi el :;V= en @as * atural Ban. >< Tambi#n es importante destacar que ese desarrollo agrícola ocurre en un país cuya economía sigue teniendo una producti"idad global inferior a la producti"idad de los países desarrollados. )a economía argentina sigue siendo una economía atrasada. 'l capitalismo agrario pampeano contina dependiendo de los avances tecnológicos que ocurren en los países m0s desarrollados, y de la importación de maquinaria y tecnología. (na consecuencia es que mientras el agro pampeano puede competir con un tipo de cambio real ba"o 7y cuando los precios mundiales de los alimentos son altos, tambi#n pueden !acerlo las zonas marginales7 las industrias que producen bienes transables 5demandan6 permanentemente un tipo de cambio real alto para salvar la brec!a de productividad que e1iste en el mercado mundial.
SOI-ACI&N Y DETERIORO DE LOS SUELOS Como contrapartida del crecimiento de la productividad y la e1tensión de la frontera agrícola, y de la mano de la so"ización, se !a producido un deterioro de los suelos. $in embargo, y de acuerdo a los t#cnicos del )*TA y de organizaciones conservacionistas, no es la so"a en sí la causante de los males, ni tampoco la siembra directa. >E; (n correcto mane"o de la siembra directa, con rotación de los cultivos, inclusión de cultivos de cobertura, mane"o integrado de malezas, insectos y enfermedades, reposición de nutrientes y con el uso científico de insumos, no sólo preservan el suelo, sino pueden me"orarlo a largo plazo. 'n muc!as zonas, como seDala Barsy, con la e1tensión de la siembra directa se comenzó a revertir un proceso !istórico de degradación del suelo. $in embargo la presión por las ganancias, combinada con la inversión inadecuada, est0 generando crecientes problemas. 's que, como seDala 3oberto Casas, director del Centro de )nvestigaciones de 3ecursos *aturales del )*TA, 5en los ltimos aDos nuestra agricultura se encamina !acia una simplificación e1trema de los sistemas productivos, lo cual nos !ace potencialmente vulnerables6 9Campo )a 2ación, E2;?2;=. 'n muc!as zonas y establecimientos no !ay suficiente rotación de cultivos, ni se aplican otros cuidados. *o e1iste un adecuado mane"o de la siembra directa y fertilización balanceada. 'sto favorece la continuidad de plagas, agentes patógenos y malezas, y la acidificación de los suelos. Como resultado sólo en la región -ampeana !abría, en :;;, unos >G millones de !ect0reas afectadas por la acidificación. 'sto es un indicador del desequilibrio que genera el monocultivo por p#rdida de nutrientes debido a los fertilizantes químicos de alto índice de acidez. 'n zonas marginales productoras de so"a, donde las tierras !an sido desmontadas recientemente, la desaparición de materia org0nica es an m0s veloz. 4a continua siembra directa provoca que los suelos sean m0s densos, lo que afecta su permeabilidad y los !ace menos capaces de resistir los procesos de degradación. 4a so"a tambi#n consume altas cantidades de minerales que no se reponen con los fertilizantes. A esto se suma la eliminación de bosques. $egn la $ecretaría de Medio Ambiente, entre ><< y :;;:, con la introducción de la so"a transg#nica el 0rea forestal se redu"o en m0s de <;;.;;; !ect0reas. 'n t#rminos m0s generales, el )*TA estima que los procesos de erosión !ídrica y eólica en Argentina afectan a unos :; millones de !ect0reas, lo que equivale al :;V del territorio nacional. 14?
a realidad de la di)ersi&icaci!n de los capitales debería inducir a la re&lexi!n a quienes acostumbran interpretar los con&lictos siempre en t+rminos de luchas entre &racciones del capital a"rario, industrial, comercial, etc+tera0, concibi+ndolos como compartimentos estancos y &i6os. -e trata de una tradici!n intelectual que en los sesenta y setenta instal! oulant$as, que hoy debería ser re)isada. -i bien existen tensiones entre di&erentes sectores, +stas se dan en el marco tambi+n de una unidad, que está dada por las di&erentes &ormas que adopta el capital. or otra parte, los con&lictos y tensiones muchas )eces se re"istran en el seno de un mismo tipo de capital' por e6emplo, entre productores de aceros y &abricantes de autom!)iles' entre criadores de "anado y productores dedicados al en"orde, etc+tera. 15/ *demás del HL7*, pueden consultarse **C<*.
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4as regiones 0ridas y semi0ridas presentan un G;V de desertificación de moderada a severa, y un >;V de desertificación grave. -or otra parte, nada parece confirmar la tesis 7defendida por la %ederación Agraria7 de que un cierto tamaDo medio de la e1plotación agraria garantiza una me"or conservación de los suelos. Cuando se trata de la propiedad arrendada, el tratamiento 5racional y consciente6 del suelo es obstaculizado porque el arrendatario restringe la inversión productiva de largo alcance que beneficiaría al terrateniente. 'n la pequeDa propiedad, muc!as veces se evidencian falta de recursos y conocimientos científicos. >E> 'l problema se agrava cuando a los gobiernos sólo les interesa aumentar la recaudación del presente, con desatención de las consecuencias para las generaciones futuras.
CONCLUSI&N Con la globalización del capital se profundiza la penetración del mercado y se e1tienden las relaciones salariales en el agro del Tercer Mundo. Cualquier an0lisis nacional del tema agrario en los países subdesarrollados debe partir de las tendencias a nivel mundial. 4as tesis de la CF sobre el bloqueo de las formaciones precapitalistas en la periferia no se verifican. 'n la zona pampeana y productora de cereales y oleaginosas se !a desarrollado una clase capitalista que es parte de este proceso de mundialización del capital. $e observa que la propiedad de la tierra no impidió el desarrollo capitalista en el agro, como quiere creer la tesis que sostiene que la 5renta absoluta6 y la 5gran propiedad terrateniente de origen feudal6, o la 5oligarquía6 impedirían el surgimiento de una clase de 5gran"eros6, al estilo americano. Adem0s, ninguna fracción significati"a de la clase dominante en (rgentina, ni ning*n gobierno en el *ltimo cuarto de siglo se %a opuesto, o %a cuestionado, el proceso de desarrollo capitalista agrario que acabamos de reseAar . *i siquiera la so"ización fue seriamente cuestionada. Tampoco !ubo críticas a las condiciones salariales y laborales de los traba"adores rurales. )a clase capitalista no puso reparos a esta e"olución capitalista. 4os intereses del comple"o que industrializa productos agrarios est0n ligados a los intereses agrarios. 'n muc!os casos se trata de los mismos capitales, que invierten en una u otra actividad. Aunque puedan e1istir tensiones, nada indica que alguna fracción significativa de la burguesía argentina est# apostando por una industrialización 5a e1pensas6 del agro.
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Gel lu"ar del tratamiento consciente y racional del suelo en cuanto propiedad colecti)a eterna, condici!n inalienable de existencia y reproducci!n de la serie de "eneraciones humanas que se rele)an unas a otras es ocupado por la explotaci!n y el despil&arro de las &uer$as del sueloG. n el caso de la peque8a propiedad, ello ocurre por &alta de medios y conocimientos cientí&icos para la aplicaci!n de la &uer$a producti)a social del traba6o. n el caso de la "ran propiedad, sucede ello porque se explotan esos medios con el ob6eti)o de que arrendatarios y propietarios se enrique$can con la mayor rapide$ posible. n uno y otro caso, por la dependencia con respecto al precio de mercado ;arx, 1???, t. 3, p. 1/330.
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INTERLUDIO II: Es(ec*+!ci$# Fi#!#cie! 6 (ecios de +os g!#os (na idea muy e1tendida es que el alza de los precios de las materias primas desde :;;E !asta mediados de :;; se debió a los capitales financieros especulativos que se volcaron a los mercados de futuros. *o !abría entonces determinación ob"etiva de los precios& sus variaciones estarían sometidas a los cambios de !umores de lo s especuladores financieros. 'sta tesis !a sido criticada no sólo por economistas neoliberales que defienden la !ipótesis de los 5mercados eficientes6 7segn la cual los precios de los activos financieros siempre refle"an los fundamentos7, sino tambi#n por algunos 5nuevos eynesianismos6. 'l caso m0s notable es -aul Qrugman. 'n un artículo publicado en 1%e 2e' For8 1imes, y refiri#ndose al petróleo, Qrugman sostuvo que la actividad especulativa sólo %ace subir los precios si %ay aumento de in"entarios. $in embargo, continuaba Qrugman, en :;;?8:;; los inventarios de petróleo no !abían aumentado, y por lo tanto no podía atribuirse la suba del crudo a la especulación en los mercados de futuros 9v#ase Qrugman, :;;=. Algo seme"ante podría decirse entonces del alza de los granos. $in coincidir con los fundamentos del razonamiento de Qrugman, >E: acordamos sin embargo en que para que e1ista aumento de precios por la actividad especulativa debe ocurrir un aumento de los stocs. 's que la especulación en los mercados de futuros por sí misma sólo puede tener un efecto de corto plazo sobre los precios de las mercancías subyacentes . 4a ley económica que determina el movimiento de los precios 7esto es, la ley del valor traba"o7 no se ve suplantada por la actividad especulativa, aunque #sta pueda contribuir a las oscilaciones de los precios, y tambi#n a la formación de burbu"as. >E -ara aclarar por qu# esto es así, en lo que sigue e1plicamos brevemente cómo funcionan los mercados de futuros. -ara ello nos basamos en el informe del $enado de '(A de :;;< sobre el mercado estadounidense de futuros de trigo y su relación con el alza de precios 9($ $enate, :;;<=. 'mpecemos introduciendo los instrumentos b0sicos. -or un lado tenemos los contratos for'ard , que establecen la entrega en un tiempo futuro de una cantidad de cierta mercancía, cuya calidad y el lugar de entrega est0n especificados en el contrato, a un precio convenido. 4os for'ard son instrumentos particulares, esto es, sus características est0n acordadas entre las partes. -or e"emplo, un gran"ero establece un for'ard con un acopiador, para entregar cierta cantidad de trigo, de 1 calidad, en determinado tiempo y lugar. 4os contratos for'ard son difíciles de negociar. 4os contratos de futuros, por su parte, son esencialmente contratos for'ard pero estandarizados. 'sto significa que la cantidad y calidad son est0ndar, así como los lugares y momentos de entrega. 4o nico que varía es el precio. 4os mercados de futuros se organizan para comercializar estos contratos y son altamente líquidos. Fado que las transacciones est0n supervisadas por las autoridades del mercado, quienes operan en futuros est0n obligados a depositar garantías 7que aumentan en la medida en que los precios se mueven en contra del inversor7 y las casas que pueden entregar o recibir las mercancías est0n debidamente autorizadas. 4as garantías depositadas se recuperan en el momento de e1piración del contrato. >E 152
* pesar de sus críticas a la ortodoxia neoliberal, Rru"man de&iende la teoría neoclásica, se"n la cual los precios se determinan por el simple 6ue"o de la o&erta y la demanda. 153 * )eces se piensa que la ley del )alor traba6o de ;arx no toma en cuenta a la o&erta y la demanda. -e trata de un error. a ley del )alor traba6o s!lo ri"e a tra)+s de las permanentes oscilaciones de la o&erta y la demanda. *demás, en la determinaci!n de los precios no solo inter)iene el tiempo de traba6o socialmente : esto es, se"n la tecnolo"ía e intensidad de traba6o promedios en la rama: necesario para producirlos, sino tambi+n el tiempo de traba6o que la sociedad está dispuesta a entre"ar por el producto. ste ltimo aspecto alude al lado de la demanda. a &ormaci!n de stoc9s por moti)os especulati)os en consecuencia puede a&ectar a los precios durante todo un período. 154 7ambi+n se opera con opciones, pero las operaciones con &uturos son más importantes en los mercados &inancieros li"ados a las materias primas a"rícolas, a la ener"ía o los metales. as opciones dan derecho a la compra del acti)o subyacente en el momento del e6ercicio' se pueden e6ercer o no, se"n con)en"a al
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'ntre quienes actan en los mercados de futuros debemos distinguir dos tipos de operadores. 4os que tienen relación directa con los bienes físicos 7productores, comerciantes, acopiadores, industriales que utilizan la materia prima, etc.7 y los especuladores, quienes no tienen inter#s directo en el bien. 'n una primera apro1imación se puede decir que los primeros operan en el mercado con el fin de protegerse frente a posibles cambios de los precios, mientras los segundos buscan !acer diferencias comprando y vendiendo los contratos. Festaquemos que, contra lo que generalmente se piensa, los contratos de futuros 7de a!ora en adelante nos referimos al mercado de granos, y específicamente al trigo7 raramente se utilizan para proveer la mercancía al comprador. 'n '(A sólo entre el > y :V del total de los contratos terminan en la entrega de la mercancía. $in embargo, "uegan un rol importante en la comercialización del producto. -ara ver por qu#, supongamos que un gran"ero en '(A firma un contrato for'ard con un acopiador, por el cual se compromete a entregarle en determinada fec!a y a cierto precio, un determinada cantidad de trigo. 'l acopiador compra el grano al terminar la cosec!a y lo almacena para venderlo m0s tarde. -ero si ba"a el precio del grano, sufrir0 p#rdidas. -ara protegerse puede vender un contrato de futuro, para lo cual elige un contrato que establece la fec!a de entrega lo m0s cerca de la fec!a en que piensa que efectivamente va a vender el grano. 'n esta circunstancia se dice que el acopiador est0 5largo6 en el mercado cas% 9o de contado= y tiene una posición 5corta6 en el mercado de futuro. -odemos suponer que el acopiador compra trigo a ($` por unidad en "ulio, y vendió futuro a ($` G para diciembre 9la diferencia cubre sus costos de almacenamiento, seguro y genera su ganancia=. -ues bien, el contrato de futuro requiere que el acopiador entregue el grano a una determinada empresa autorizada por el mercado, y en un lugar especificado. -ero por lo general los acopiadores, y otros comerciantes, entregan en otros lugares y tiempos, y a otros compradores. $i #ste es el caso del acopiador de nuestro e"emplo, deber0 des!acer 9 un'ind = la protección al llegar diciembre. -ara esto en diciembre compra un contrato de futuro, por el cual est0 obligado a recibir la misma cantidad de trigo que su anterior contrato de futuro le obligaba a entregar en diciembre. $upongamos que el precio del contrato de futuro para diciembre es a!ora ($` & el acopiador compra futuro a ($` , con lo cual ganó ($` en el mercado de futuro 9!abía vendido a ($` G=. Al mismo tiempo vender0 la unidad de trigo a ($` , suponiendo que el precio del futuro, al momento de su e1piración, coincide con el precio spot del mercado. 'n esta operación pierde ($` > 9!abía pagado ($` al gran"ero=, con lo cual la diferencia, segn lo previsto al protegerse, es de ($` :. 'ste e"emplo demuestra que para el #1ito de la operación es fundamental la convergencia entre los precios de futuro y spot. $i en diciembre el precio del futuro es mayor que el precio de contado, el acopiador tendr0 p#rdidas 9y viceversa=. 'n teoría los precios deben converger, y las diferencias son pequeDas. $in embargo la entrada de capitales especulati"os puede distorsionar este funcionamiento F esto es lo que sucedió, en especial a partir de 566G en los mercados de materias primas. 4os inversores especulativos en los mercados de futuros son de dos tipos, en lo esencial. -or un lado est0n los que compran y venden directamente futuros, apostando a !acer diferencias con la evolución de sus precios. P por otra parte encontramos a los que compran instrumentos financieros cuyo valor depende de los índices de precios de las materias primas. 'l m0s comn de estos instrumentos es el commodity inde# s'ap 9C)$=& se trata de un instrumento que paga un retorno basado en el valor de un índice especificado. -or e"emplo, un C)$ puede tener un valor vinculado a un índice que consiste en un E;V de petróleo y un E;V de trigo. +uienes los emiten 9 s'aps dealers= son grandes instituciones financieras& en '(A como Ban of America, Citiban, @oldman $ac!s, L$BC Ban y W. -. Morgan C!ase. 4os inversores que compran los C)$ son fondos de pensión, de inversión, fondos de cobertura 9 %edge funds, altamente especulativos= o inversores ricos. $e trata de un mercado descentralizado, no regulado. comprador de la opci!n. l contrato de &uturo, en cambio, obli"a a entre"ar si se ha comprado &uturo0 o a recibir si se ha )endido &uturo0 la mercancía subyacente.
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ICómo afectan estas inversiones los mercados de futurosJ -ues sucede que los s'aps dealers por lo general protegen su e1posición comprando contratos de futuros por un monto equivalente a lo que !an vendido en el mercado s'ap. -or e"emplo, si !an vendido un s'ap basado en el índice del trigo, y el precio del trigo sube, el emisor del s'ap tendr0 una p#rdida. -ara protegerse comprar0 entonces futuro de trigo por el monto equivalente. Fe esta manera est0 5corto6 en el mercado s'ap de trigo, y 5largo6 en el mercado de futuro de trigo. $u posición neta es cero, y su ganancia se origina en las comisiones que recibe por la operación. 4as ganancias 9o p#rdidas= del inversor en el s'ap provienen, en primer lugar, de los cambios de precios en el mercado de las mercancías incluidas en el índice. -or e"emplo, si el índice contiene trigo, el tenedor del s'ap ganar0 si sube el precio del trigo. 'n segundo t#rmino !abr0 una ganancia por la renovación de la operación, que est0 ligada a la renovación de los futuros. Al acercarse la fec!a en que e1pira el contrato de futuro se venden estos contratos y simult0neamente se compran otros con fec!as m0s le"anas de e1piración. Cuando el precio del contrato de futuro que se vende es superior al precio del contrato que se compra, !abr0 ganancias, y viceversa. 'ste componente de las ganancias 9!ay un tercero, pero no lo tratamos aquí= es más importante que el deri"ado de las "ariaciones directas de precios. -or eso en los ltimos aDos se comprobó que las ganancias de este tipo de instrumentos no fueron particularmente altas& es que en un mercado alcista de futuros, !abr0 una p#rdida importante por las renovaciones. Con lo e1plicado tenemos los elementos para comprender lo sucedido en los :;;;. Fesde :;; !ubo una creciente ola de inversiones en estos instrumentos. 4os e1pertos 5vendieron6 la idea de que estos activos cuyo valor se basa en índices de materias primas, petróleo o metales, constituían una protección efectiva contra la inflación& sostuvieron que permitían diversificar las carteras& y que estaban correlacionados negativamente con los movimientos de bonos y acciones. Fado que el mercado burs0til estaba 5de capa caída6 9despu#s de la crisis del :;;;8:;;>=, y los precios de las materias primas subían, se consideró que las ganancias eran 5seguras6. Fe esta forma el valor total de los instrumentos inde1ados pasó de un estimado de ($` >E.;;; millones en :;; a por lo menos ($` :;;.;;; millones a mediados de :;;. 'n este ltimo aDo los dealers en estos índices poseían entre el ; y EV de los contratos de compra en el mercado de futuros de trigo de C!icago& y proporciones tambi#n muy altas en otros mercados de futuros. 'sto llevó a que !ubiera una creciente demanda de compra de futuros que debían renovarse& dado, adem0s, que los precios de los futuros subían 9con las consiguientes p#rdidas, por lo que se e1plicó antes=, tambi#n !ubo una tendencia a invertir en futuros a plazos cada vez m0s ale"ados. 4o importante es que los precios del trigo 9y de otros bienes= del mercado al contado divergían fuertemente del precio de los futuros. P adem0s ambos precios no con"ergían al momento de la e#piración de los contratos. 'sto tuvo consecuencias en varios sentidos. 'n primer lugar, desapareció una referencia orientadora de los precios para productores, acopiadores, comerciantes y grandes compradores. 'n segundo t#rmino, en la medida en que subían los precios de los futuros, se les e1igía reposición de garantías 9 margin call =. 4os que no podían cumplir, veían cerradas sus posiciones. $e calcula que el acopiador promedio en '(A enfrentaba, en :;;, un costo de protección un ;;V superior al de :;;G. -ero adem0s, al no !aber convergencia entre los precios de contado y del futuro en el momento de e1piración, los acopiadores sufrían p#rdidas& ante esto los bancos limitaron el cr#dito. P los acopiadores encontraron beneficioso acumular stoc8s. Como sostiene el subcomit# del $enado de '(A que estudió esta situaciónH Muc!os traders y analistas e1plicaron que los altos precios de futuros !acían m0s rentable para los acopiadores 9ele"ators= de grano comprar grano en el mercado cas!, almacenarlo y entonces proteger estas compras de grano con la venta de contratos de futuro de altos precios relativos, que embarcarse en una operación de arbitra"e 9comprar trigo en el mercado cas!, vender el contrato de futuro y luego entregar el trigo= al e1pirar el contrato. Cuando los spreads Rdiferencias entre los precios spot y de futuros& aclaración nuestraS/ el acopiador puede recuperar m0s que el costo de almacenamiento del grano6 9($ $enate, :;;<, p. >=.
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's en este sentido que la especulación afectó los precios, al aumentar el almacenamiento. $in embargo no est0 claro en qu# medida aumentaron los almacenamientos. $egn %A 9:;;<= al cierre de las temporadas agrícolas que finalizaron en :;; las e1istencias mundiales de cereales !abían aumentado nicamente >,EV desde su ya reducido nivel al comienzo de las temporadas, y alcanzaban su nivel m0s ba"o en :E aDos. (*CTAF 9:;;EE 'n cualquier caso parece verificarse que la incidencia sobre los precios no puede ser de largo plazo, porque el almacenamiento tiene costos crecientes a medida que progresa. $í parece indudable que la especulación aumentó la "olatilidad de los precios, e incidió en el alza, aunque no %ay e"idencia sólida de cuánto. @ilbert 9:;;= anota tambi#n que la especulación generó mayor correlación entre los mercados, debido a que se compraron indiscriminadamente índices, y afirma que ayudó a generar la burbu"a. -ero no encuentra pruebas de que los inversores financieros generaran el alza de precios en lo fundamental& m0s bien los inversores siguieron una tendencia, y la profundizaron, en especial en el período de febrero a mayo de :;;. Mayer 9:;;<= en cambio da mayor cr#dito a la idea de que los inversores financieros pueden !aber dado lugar a una onda alcista. $ostiene que los dealers de índices afectaron en mayor medida los precios desde el :;;G, porque a diferencia de los especuladores tradicionales, que toman posiciones cortas y largas en lo s mercados de futuros, quienes especulan con índices sólo tienen posiciones largas, esto es, sólo compran contratos. $in embargo Mayer constata que %ay poca correlación entre posiciones financieras y cambios de precios para períodos e#tensos en oro, gas natural, crudo, cobre, so!a, aceite de so!a, maíz y trigo. Mientras !ay períodos y bienes primarios en los que posiciones financieras y precios se mueven "untos, especialmente en la caída de precios posterior a :;;, y ocasionalmente durante la subida, !ay otros períodos y bienes en los que el incremento de las posiciones financieras en determinados bienes no aumenta, aunque est#n subiendo los precios. 'n el mismo sentido, 1%e Economist 9>2;E2;= seDala que en :;;, por e"emplo, subió fuertemente la inversión especulativa en los mercados de futuro de níquel, y el precio del metal cayó. )nversamente el precio del cadmio, un metal raro, aumentó desde :;;> a :;; m0s del doble de lo que lo !izo el petróleo, a pesar de que no se negocia en los mercados de futuros 9ídem=. Adem0s de la falta de correlación, tampoco se !a encontrado una relación causal significativa de un impacto sistem0tico de las posiciones financieras sob re los precios. 'n síntesis, los precios se pueden desvincular en el corto plazo de los 5fundamentos6 de la oferta y la demanda, debido a las operaciones financieras. 'n este respecto la !ipótesis neocl0sica de los mercados eficientes no se verifica. -ero no !ay elementos científicos para sostener que la ley del valor traba"o no rige los precios de los productos primarios debido a la inversión financiera especulativa. )os especuladores financieros se montan sobre tendencias que están gobernadas, en su sentido profundo, por la ley de formación de precios. 4a incidencia de los fondos financieros puede ser importante para la formación de la burbu!a, pero no pueden gobernar las tendencias de base.
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l in&orme de la MLC7*D sostiene que la acti)idad especulati)a en 2//2//@ no &a)orecía el arbitra6e entre los precios spot y &uturos, y que esto impuls! al al$a a los precios. ero no explica c!mo actuaba este mecanismo de arbitra6e. *demás reconoce que no hay pruebas claras de que haya habido una relaci!n causal entre incremento de la acti)idad &inanciera y el al$a de precios.
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C!()t*+o 1; Re#t! !g!i!, g!#!#ci! de+ c!(it!+ 6 ete#cio#es 'n este capítulo aplicamos las categorías discutidas en el capítulo >: al an0lisis de un caso concreto, la evolución de la renta agraria y los precios de la tierra en la zona cerealera y so"era argentina, su relación con la tasa de ganancia, y el conflicto entre el campo y el @obierno, a raíz de la suba de las retenciones a las e1portaciones. (tilizamos un pequeDo modelo de economía dependiente, en la línea de investigación que presentamos en los capítulos >; y >>. *uestra intención es proponer una vía de an0lisis, y mostrar las relaciones que afectan a lo s ingresos de las clases sociales y sus fracciones, en sus trazos gruesos. (na de las conclusiones que surgir0n es que las consecuencias de las retenciones sobre la economía de con"unto no son lineales sino comple!as, y su"etas a m*ltiples determinaciones.
RENTABILIDAD A%RARIA *uestro punto de partida es precisar la rentabilidad de una e1plotación representativa de los llamados 5pequeDos productores6 de la zona pampeana, que !an sido uno de los pilares del conflicto con el @obierno. *uestro establecimiento es un campo de so"a, de >;; !ect0reas, con un rendimiento de toneladas por !ect0rea. Tomamos un precio de noviembre de :;;?& un precio internacional de la so"a ($` ;;. Con retenciones del EV, y tipo de cambio a `2($`, el precio que recibe el productor es de `;; por tonelada. >EG -ara calcular la rentabilidad de este campo nos !emos basado en variadas fuentes.>E? 'ncontramos coincidencias entre ellas en lo que ataDe a costos directos e indirectos, pero no en los impuestos que se incluyen en los c0lculos. 'sto resulta en importantes diferencias en las rentabilidades. 'n t#rminos estrictos, de la rentabilidad bruta !abría que restar todos los impuestos 7ganancias, inmobiliario, ingresos brutos, bienes personales7 para obtener la rentabilidad neta. 'sto se !ace en alguna de las fuentes consultadas. $in embargo, dado que nos interesa encontrar la rentabilidad real promedio, y dado adem0s que e1iste una importante evasión, !emos calculado una deducción a la rentabilidad bruta por impuestos de sólo el ::V. Con el rinde de toneladas por !ect0rea, y el precio de noviembre de :;;?, el valor de la producción de so"a del campo que analizamos es de `:;.;;;. 4a suma de costos directos 9semilla, agroquímicos, fertilizantes, labranza, fumigaciones y cosec!a= es `GE; por !ect0rea. 4a suma de los costos indirectos 9transporte de :;; ilómetros, acondicionamiento del grano y comercialización= es `E;, tambi#n por !ect0rea. 'sto da un costo total de `>;;; pesos por !ect0rea& o sea, para >;; !a el costo es `>;;.;;;. 'l margen bruto para el propietario8capitalista entonces es `>;.;;;.>E Feduciendo el ::V de impuestos, el margen neto es `>>;.;;;. 'sto es, un capital de `>;;.;;; obtiene un rendimiento de `>>;.;;;. $in embargo aquí est0 incluida la renta de la tierra. -ara obtener la ganancia del capital, suponemos que la renta equivale a >; quintales de so"a por !ect0rea. 'sto porque en promedios !istóricos de los ltimos :; aDos la renta equivalió a la tercera parte de la producción. Fe manera que si el propietario8productor alquila su campo de >;; !a, obtiene una renta de `;.;;; anuales. 4a tasa de ganancia 5pura6 es ;V, apro1imadamente, para un capital que casi en su totalidad rota en un aDo 9suponemos que el productor alquila los servicios de siembra y cosec!a a otros capitalistas=. $i !ace doble siembra 7 15(
Dado que nos interesa a)eri"uar el orden del ni)el de "anancia y renta, hemos redondeado los nmeros, a &in de &acilitar el se"uimiento de los cálculos. 15 Comparamos estudios de la -ecretaría de *"ricultura' #olsa de Comercio de
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so"a de segunda y trigo7 la rentabilidad sube entre un :;V y :EV. Aunque no todas las tierras admiten la doble siembra, ni tampoco se puede realizar todos los aDos. $in embargo la inversión en al agro est0 su"eta a mayores riesgos que en otras ramas de la economía. -or eso un c0lculo de la rentabilidad debe !acerse en base a promedios de entre E y >; aDos. Fesde el sector rural se asegura que : de cada E cosec!as dan p#rdidas, o no dan ganancias. 's muy posible que este dato est# 5inflado6& pero no !emos encontrado registros estadísticos sobre la cuestión, que por otra parte debería !acerse segn regiones. $i una de cada cuatro cosec!as no diera ganancia 9lo ingresado cubriera sólo los costos= la ganancia media para nuestro campo de referencia sería del ::,EV. -or otra parte las rentabilidades est0n muy condicionadas por las distancias, y l ógicamente, por las diferencias de rindes de los campos. -or e"emplo, en Tucum0n el rinde promedio es de :, toneladas por !ect0rea, y el costo de transporte es, naturalmente, muc!o m0s alto que el que !emos calculado en nuestro e"emplo !ipot#tico. 'n el e1tremo opuesto, !ay campos que tienen rindes normales de ,E y !asta toneladas por !ect0rea, y est0n en zonas cercanas a los puertos. 'n la campaDa :;;G8:;;? la producción promedio m01ima fue de :<; ilogramos, en $ anta %e, y la mínima fue de >?G ilogramos, en Corrientes. 'l promedio nacional fue de :> ilogramos, coincidente con el que !emos supuesto en nuestro caso representativo. 4as rentas por lo tanto varían fuertemente segn las regiones. -or otra parte !ay que tener en cuenta los tiempos de rotación del capital. -or e"emplo, para algunos capitales que arriendan campos, la mayor parte de la inversión est0 compuesta de capital circulanteH inversión en semillas, fertilizantes y otros insumos, gastos de comercialización y salarios. -ero si este capital contrata los servicios de siembra y cosec!a a otros capitalistas, recupera casi enteramente el capital invertido al cabo de >; o >: meses. tras fracciones del capital 9por e"emplo, contratistas que poseen cosec!adoras= invierten sumas muy importantes en capital fi"o, que amortizan en el largo plazo& la tasa de ganancia anual debe ser m0s alta, suponi#ndose que se cumpla la tendencia a la igualación de las tasas entre ramas.
AUMENTO DE LA RENTA A%RARIA A partir de la determinación de la ganancia y renta introducimos la din0mica de aumento de las rentas a partir de la competencia entre los capitales. Febido a que la tierra es un bien limitado, los capitales deben pu"ar por entrar en la tierra y arrendarla. 'n un marco de e1pansión de la demanda y aumento de los precios, se e#plica que la tendencia %aya sido a que cada "ez entraran en !uego capitales más grandes, que ofrecieron, y ofrecen, pagar rentas más altas . 'sto fue posible porque estos capitales pueden !acer grandes diferencias en productividad, por escalas& disminuir riesgos, ya que diversifican y2o contratan seguros& y abaratar costos en la compra de insumos y en la comercialización del producto.>E< 'n consecuencia se incrementa la presión competiti"a en la producción, a la par que aumenta la renta. 4o cual e1plica que los propietarios8productores pequeDos y medios crecientemente de!en la producción y pasen a ser propietarios que "i"en del alquiler de sus tierras. 'n el e"emplo de la tierra de >;; !a que !emos tomado como punto de referencia, si el arriendo sube de >; a >: quintales por !ect0rea, la renta pasa de `;.;;; a `.;;;. 's lógico que crezca la tentación de arrendar el campo. 'sto es precisamente lo que !a estado sucediendo en las tierras dedicadas al cultivo de oleaginosas y cereales. 4os grandes grupos y los pool !an estado en condiciones de ofrecer rentas cada vez m0s altas. Campos por los que en :;;E o :;;G se pagaban rentas de >; quintales de so"a la !ect0rea, en $anta %e o Buenos Aires, en :;;? y :;; se alquilaron a >, >E o !asta > quintales. $egn un estudio de AAC3'A, para so"a de primera, a precios de noviembre de :;;?, en campos con rendimientos de E quintales por !ect0rea, los arrendamientos representaban entre el E,?V y el E?V del valor del producto& la ganancia bruta sobre capital invertido del arrendatario, pagando un arrendamiento del E>V del valor del producto, era en ese caso del >V. Tomando a!ora un campo de 15?
or e6emplo, comprar insumos a "ran escala, con descuentos del 15S o 2/S' o )ender directamente en los puertos, en tanto el productor más peque8o está obli"ado a )ender al acopiador.
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trigo con un rendimiento de :: quintales por !ect0rea, precios de enero de :;;, el costo del arrendamiento oscilaba entre el :V sobre capital invertido. bs#rvese que para pagar un arrendamiento que equivale a m0s del E;V del valor del producto, debe de !aber una alta producti"idad relati"a por parte del capital arrendador . -resentamos otros varios c0lculos sobre esta cuestión, para diferentes zonas, tomados esta vez del suplemento rural de Clarín 9::2;E2;?=, y reproducido en la p0gina de )nternet de AAC3'A. -ara el centro de la provincia de Buenos Aires, un campo de so"a con un rendimiento de : quintales se alquilaba, para la campaDa :;;?8:;; en > quintales, equivalentes a ($` :;. Fado que el margen bruto de la e1plotación era de ($` :, el rendimiento para el arrendatario daba ($` . 'sto es, el propietario conseguía un ingreso casi G veces superior al del arrendatario. tro caso, presentado por el especialista 'duardo Manciana, para la zona agrícola de $anta %e, consistía en un campo que se alquilaba a :; quintales de so"a la !ect0rea& siendo el costo de producción de quintales, y el de comercialización de E quintales, el arrendatario debía obtener un rendimiento superior a los quintales para obtener ganancia. $egn la consultora Agritend, un propietario de >;; !a podía alquilarlas en :;;? a ($` E;, esto es, ganar ($` E.;;; anuales. 4a tendencia contina en :;;. Fe acuerdo a un informe preparado por @uillermo Aiello, de la firma 8'4 $emillas, que reproduce parcialmente Campo )a 2ación del :G2;?2;, por un campo so"ero con un rinde de E quintales se pagaba, en :;;, un alquiler de ($` G:G, equivalente a > quintales. 'ntre los factores que influyeron para el aumento de las rentas, !asta mediados de :;;, tambi#n pueden intervenir las venta"as que derivan de integrar una cadena de valores. 'l siguiente caso lo tomamos de un sitio de discusión en )nternet entre productores. 'l lugar es Lenderson, provincia de Buenos Aires, y un productor dice que los alquileres de los campos se estaban pagando, en :;;?, entre `>:;; y `>;; la !ect0rea& sin embargo la empresa Molinos 3ío irrumpió en la zona ofreciendo pagar, en :;;, de `>E;; a `:;;; la !ect0rea. 'l productor calculaba que pagando esa renta, dados los costos y las distancias de los puertos, la empresa debía obtener rendimientos superiores a las toneladas por !ect0rea para obtener ganancias. Molinos podía !acerlo porque, adem0s de las economías de escala, la !arina de trigo paga menos retenciones. >G; 'n la medida en que el capital pu"a por !acerse de tierras para e1plotar, suben entonces las rentas y muc!os propietarios8capitalistas pequeDos o medios se convierten en propietarios8rentistas. 'n la pampa !meda, se calcula que en 566H el G6I del área sembrada correspondía a tierras alquiladas, y el fenómeno seguiría creciendoH 4o que est0 ocurriendo en Argentina es sintom0ticoH segn diversas estimaciones que circulan en el sector, todos los aDos unos >E;; productores pasan a ser rentistas con parte o toda su e1plotación alquilando a otros productores m0s grandes o pools 9 Campo )a 2ación :G2;?2;=. 'sto e1plicaría tambi#n el aumento sostenido de los precios de la tierra a trav#s de los aDos. Fesde >? a :;;> el precio promedio de la tierra en Argentina subió a una tasa anual del :,V& desde :;;> a :;;?, lo !izo a una tasa del >?V anual& y en el ltimo aDo !ubo una nueva aceleración. Fe febrero de :;;? a febrero de :;; el precio de la !ect0rea en la zona maicera subió el :V 9en febrero de :;; valía ($` >;.?;;=& en el mismo período el precio de la !ect0rea triguera subió E,EV 9($` .;; en febrero :;;=& y el de la invernada aumentó el >V 9($` E.E;; en febrero :;;=.>G> Aquí aparece entonces un conflicto, porque muc!os propietarios8productores no pueden competir con las grandes empresas y pools. -ero la opción para la mayoría no es morirse de %ambre, sino transformarse en rentistas. 4o que en :;; se considera un 5pequeDo productor6 7traba"a el campo con su familia y algn asalariado7 con >;; !a so"eras, puede retirarse de la producción y seguir 1(/
n 2//@ el tri"o pa"a 2@S de retenciones, y su harina el 1/S. sto ha "enerado tensiones con los molinos de #rasil, que acusan a *r"entina de &omentar comercio desleal. 1(1 -on datos de la #olsa de Cereales. -e han cuestionado estos )alores, porque los a"entes inmobiliarios dicen que se está comerciando poca tierra, y los precios son más bien te!ricos. De todas maneras son indicati)os del aumento de las rentas.
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recibiendo un ingreso equivalente, por lo menos, al doble de lo que recibe un obrero argentino especializado de primer nivel. (n propietario de ;; !a que alquilara la tierra a >E quintales de so"a la !ect0rea, recibiría un ingreso anual bruto de apro1imadamente ($` >;.;;; 9con un precio de `<;; la tonelada en el puerto de 3osario=. -or eso la capacidad de resistencia y movilización de los c!acareros durante el conflicto con el @obierno refle!a a una burguesía que se %a fortalecido luego de un proceso de intensa acumulación, me!ora de los precios de la tierra y de la renta. -or supuesto, los que tienen menor cantidad de tierras pueden adoptar formas sociales !íbridas. -or e"emplo, un propietario de E; !a puede alquilarlas, asegur0ndose un piso de ingresos de ($` >.;;; o ($` :;.;;; anuales, y tener otro empleo complementario. 4os que ya est0n traba"ando en tierras arrendadas, con equipos propios, pueden a su vez traba"ar como subcontratistas para empresas m0s grandes. 4as variantes son muc!as, debido a las diferencias de rentabilidades, propiedades y capitales. Algunos sectores de propietarios8capitalistas resisten la tendencia, en tanto quieren mantenerse como productores. @lobalmente parece asistirse a un proceso de concentración a ni"el de la producción, m0s que de la propiedad. Nsta fue entonces una de las vertientes del conflicto con el gobierno. -or su naturaleza es, por supuesto, un conflicto estrictamente interno a fracciones capitalistas. 4a dirección de la %ederación Agraria precisó correctamente la cuestión cuando sostuvo que su luc!a se articulaba a partir de definir un 5su"eto social6 al que aspiraba, a saber, un propietario;;; !a, valuados en por lo menos ($` E millones, generadores de rentas potenciales de ($` ;;.;;; o ($` ;;.;;; anuales 9con los precios de mediados de :;;=. -recisemos tambi#n que desde el punto de vista !istórico el proceso es in"erso al que ocurría a principios del siglo "einte, cuando la %ederación Agraria Argentina surgió en luc!a contra los altos precios de los arrendamientos. 'n ese entonces eran los terratenientes los que e1igían un elevado alquiler a los arrendatarios. 'n la actualidad, el capital agrario es m0s fuerte y ofrece una alta renta al propietario, y desplaza al capital m0s d#bil. Joy el capital %a pasado a ser el e!e del proceso . 'n ><>: la demanda de reba"a en el pago de los arrendamientos e1presaba el inter#s de un pequeDo agricultor que no quería ver comido todo el e1cedente 9o una gran parte= por la renta. (n siglo despu#s el reclamo de poner un límite a los alquileres de la tierra e1presa el inter#s económico de un sector capitalista que no puede competir contra otro sector del capital agrario.
SUBA DE LAS RETENCIONES Y SUS E'ECTOS Abordamos en lo que sigue una de las cuestiones que m0s se !an debatido a lo largo del conflicto, el efecto de la suba de las retenciones. 4a discusión giró no sólo sobre cu0nto se afectaba a la rentabilidad de las e1plotaciones agrícolas, sino tambi#n sobre sus consecuencias en los salarios, y para el 5modelo6 de desarrollo del país 75modelo agro8e1portador6 versus 5modelo industrialista67. $i bien un e1amen acabado de todas las cuestiones implicadas en estos debates e1cede los límites de este traba"o, intentaremos presentar algunos elementos que sirvan para avanzar en futuras investigaciones. -ara eso vamos a partir de un pequeDo y sencillo 5modelo6 de economía dependiente, que produce y e1porta trigo y so"a.
UN PEUEQO MODELO DE ECONOMÍA DEPENDIENTE Fado que nos interesa mostrar algunas relaciones b0sicas, traba"amos con una economía muy simple.>G: Tenemos un producto agrícola, $, que se e1porta en su totalidad. tro producto agrícola T, que es materia prima para la fabricación del bien de consumo W& la producción de T se e1porta en sus dos terceras partes, y el resto es consumido en el país para elaborar W, que integra la canasta de bienes de los asalariados. 'l nivel de productividad en $ y T est0 entre los m0s altos del mundo. $e puede pasar f0cilmente de la producción de $ a la de T, y viceversa.
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n lo que si"ue introducimos una serie de ecuaciones. sto lo hacemos a &in de &acilitar el se"uimiento de los ar"umentos. ero en sí mismas las ecuaciones no prueban nada. l lector que lo desee, puede hacer el mismo ra$onamiento en palabras. o importante es establecer las relaciones entre las )ariables.
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A su vez !ay un sector industrial que produce , que se utiliza como insumo productivo en la industria y el campo, y se e1porta& el bien W, que puede importarse, y constituye, como di"imos, la canasta salarial& un bien %, que es no transable, que consumen productivamente el agro y la industria, y tambi#n integra la canasta salarial. 4a industria es atrasada con respecto a los est0ndares mundiales de productividad. Tanto el agro como la industria utilizan adem0s el insumo % que se importa& representa medios de producción de alta tecnología& una e1presión de la dependencia y atraso tecnológico del país. 4a e1portación de es vital para el país, puesto que le permite tener un balance comercial con super0vit. 'l bien W no se e1porta, pero las empresas que lo producen pueden padecer la competencia e1terna si la moneda se aprecia por encima de determinado nivel. Fesignamos con + el monto producido& por e"emplo, + s es la cantidad producida de $& designamos con ' el tipo de cambio nominal& q el tipo de cambio real& p el nivel de precios interno& p el nivel ponderado de precios de los principales socios comerciales del país& es la tasa de retenciones a las e1portaciones 9s las retenciones a las e1portaciones de $, etc#tera=& j es el flu"o de impuestos que va al @obierno. 'l precio ps que reciben los productores de $ es entoncesH ps Y 'ps 9> 7 s= 9>= Fe la misma manera, el precio interno de T es p t Y 'pt 9> 7 t=
9>^=
'1isten tipos de tierra, A, B y C& A es la tierra de menor fertilidad, que no genera renta y C la de mayor fertilidad. $ea Ms el vector de insumos utilizados por el capital agrario productor de $ 9 Mt el vector para la producción de T=& k la tasa media de ganancia& O el nivel de salarios& 4 s la cantidad de unidades de traba"o que se emplea por unidad de producto $ 94 t el insumo de traba"o para T=& sea la renta de la tierra. 'l costo de producción Msp estar0 influenciado por el tipo de cambio, ya que en Ms est0n incluido el insumo % 9su precio en moneda nacional es 'p%=. $uponemos que la misma cantidad de capital 9 Msp y 4sO por unidad de producto= se aplica en todas las tierras. -or lo tanto el precio de $ estar0 determinado por esa cantidad de capital 9por unidad de producto= que se aplica a la peor tierra, A, m0s la ganancia determinada por la tasa media de gananciaH ps Y 9> Z k= 9 Msp Z 4sO=
9:=
'l precio de producción pt se calcula de la misma manera, con los cambios correspondientes. 'n general, la formación de precios de producción 7o sea, de los precios tendenciales que tienden a imponerse, a trav#s de las oscilaciones de los precios de mercado7 ser0H p Y 9> Z k= 9 Mp Z LO=
9=
Fonde M a!ora es una matriz de insumos, y L un vector traba"o. 'l salario cubre la canasta W O de bien salarial& por lo tanto esH O Y p "WO
9=
A su vez, la renta que produce la tierra B productora de $, ser0H B Y +Bps 7 R9> Z k= 9 Msp Z 4sO=S
9E=
Fe forma similar se obtiene la renta de C, CH C Y +Cps 7 R9> Z k= 9 Msp Z 4sO=S
9E^=
Con sus correspondientes variaciones se definen las rentas de las tierras que producen T. 'l flu"o de impuestos que recibe el @obierno a causa de las retenciones esH j Y R'ps +s Z 9'pt :2+t=S 7 Rp s+s Z 9pt :2+t=S 'l tipo de cambio real esH q Y 'p2p
9?=
15/
9G=
Febido a que la industria es tecnológicamente atrasada, el tipo de cambio alto acta de !ec!o como barrera proteccionista& permite a las empresas productoras de competir en el mercado mundial& a las empresas productoras de W !acer frente a las importaciones. 4a contrapartida es un salario ba"o en t#rminos de la moneda mundial. 'l tipo de cambio real para los productores de $ es qs Y 'ps 9> 7 s= 2 p
9=&
Fe la misma forma se calcula el tipo de cambio real para los productores de T. qt Y 'pt 9> 7 t= 2 p
9^=
-or ltimo, agregamos una ecuación que e1presa la manera en que en la teoría económica usual, no mar1ista, se e1plica la formación de precios. Nstos se determinan por un recargo, o mar8< up, sobre los costos salariales, divididos por la productividad, . 'ste recargo se distingue conceptualmente del 5recargo6 conformado por la tasa de ganancia, k, de la teoría mar1ista. 4a "ustificación del mar8 Z = O2
9<=
$ubrayamos que es conceptualmente distinto de k. -or eso la ecuación 9:= admite variaciones de k que pueden deberse, por e"emplo, a la luc!a de clases. 'n 9=, por el contrario, aparece fi"ada, y se supone que no cambia, por lo menos en el corto y mediano plazo.
1K L! (o+)tic! de+ %obie#o ! Los argumentos inmediatos 's claro que por 9>=, el aumento de r ba"a los precios internos de $ y T, y viceversa& de esta manera los precios internos pueden desconectarse, por lo menos parcialmente, de la suba de los precios internacionales. 4a primera "ustificación del @obierno para introducir las retenciones móviles es mantener estable el precio interno de T, a medida que sube p t. $ostuvo que así defendía 5la mesa de los argentinos6 y una distribución progresista del ingreso, ya que en principio, por 9=, el aumento de p t influye en el precio de la canasta de bienes salariales. $i O no aumenta, disminuye WO, esto es, la cantidad de bien W que consume el obrero. $in embargo, debido a que la producción puede pasar f0cilmente a $, se corre el peligro de que el aumento relativo de los precios de $ 9y de las rentas y ganancias ligadas a $= !aga desaparecer la producción de T. -or lo tanto deben aumentarse las retenciones de $. -or eso el @obierno planteó que con el aumento de s buscaba impedir la 5so"ización6. -or otra parte 9por >, >^ y G=, a medida que aumentan los precios internacionales y las retenciones, y permaneciendo constante los volmenes producidos, aumenta el flu"o de impuestos que recibe el 'stado. 'l @obierno e1plicó que transfería ganancias e1traordinarias del campo al 'stado, que las utilizaría para construir !ospitales, escuelas, etc#tera.
b Razones de segundo nivel tra razón, que estuvo detr0s de la decisión de aumentar las retenciones, tiene que ver con mantener un tipo de cambio real alto, a fin de favorecer al sector industrial, productor de bienes transables internacionalmente. -or 9?=, si aumenta el nivel de precios interno, p, ba"a el tipo de cambio real& esto significa que la moneda se aprecia en t#rminos reales. $egn la tesis comnmente aceptada en la economía ortodo1a, si aumentan los precios de los bienes salariales, aumentan los salarios nominales, y este aumento se traslada 9por <= a todos los precios. 'n consecuencia, un aumento de p t !abría provocado una ba"a de q. 4o que quitaría competitividad a la industria. Tambi#n por este lado las retenciones !abrían ayudado a los traba"adores. Al sostenerse la competitividad de la industria, se mantiene el nivel de ocupación& lo cual favorece el poder de negociación de la clase traba"adora.
c Otra razón, y poderosa
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'l argumento anterior se combina con otra razón que estuvo en el fondo de la política del @obierno, y que tambi#n ataDe a la necesidad de mantener q alto. Como !emos e1plicado, para que la devaluación de la moneda aumente la competitividad de los sectores e1portadores, es imprescindible que los salarios y los precios internos no aumenten en la misma proporción en que lo !ace el valor del dólar 9o el euro=. $i al producirse la devaluación !ay alta desocupación y recesión los asalariados no piden aumentos, y los capitalistas productores de % y W no aumentan los precios. -ero a medida que se recupera la economía, los salarios y los precios de los bienes no transables, o que se comercian internamente, empiezan a subir& el valor de la moneda se incrementa en t#rminos reales. -ara mantener q alto, el @obierno opta por poner precios m01imos a W y %, y subvencionar a los capitalistas que los producen, como compensación. 4as subvenciones frenan entonces la apreciación de la moneda. $in embargo, si la tasa de ganancia en los sectores productores de W y % no llega a la tasa media de ganancia, la inversión no aumenta& en ese caso la productividad se estanca, en tanto los costos siguen presionando la rentabilidad. 4o cual e1ige m0s subvenciones para mantener el tipo de cambio alto. Fe esta manera las subvenciones pasan a estar estructuralmente "inculadas al +modelo . 'l argumento de los partidarios del @obierno que decía que con las retenciones móviles se estaba defendiendo un 5modelo de país6 industrial contra el 5modelo agro8e1portador6, tenía esta base. El %ec%o de que las sub"enciones sean endógenas, y se d eban otorgar en escala creciente, condiciona fuertemente las posibilidades de que el Kobierno destine fondos a obras de salud, educación, etcétera .>G 'n nuestra pequeDa economía esto quiere decir que la mayor parte del flu"o de impuestos va a subvencionar la producción de W y %. 's claro que en el largo plazo el desarrollo industrial basado simplemente en el tipo de cambio alto para la industria, sin atender a la inversión en ramas vitales, erosiona la productividad. 'n particular, adem0s, los precios de los insumos W y % afectan la rentabilidad del sector agrario. >G -or otra parte, si a pesar de las subvenciones, los precios y salarios aumentan 7los capitalistas que producen W y % buscan una rentabilidad comparable con los que producen & los traba"adores presionan a medida que ba"a la desocupación7 el tipo de cambio real de todas maneras ba"a y la moneda se aprecia. 4a industria pierde competitividad& el intento de recuperarla por medio de nuevas devaluaciones impulsa m0s la inflación.
2. EFecto de +! s*b! sobe +os i#gesos e# e+ !go $i la suba de las retenciones compensa e1actamente el aumento de los precios internacionales de $ y T, y no suben los costos en la producción agrícola, los precios internos se mantienen constantes. 'n este caso los tipos de cambios reales, q s y qt, no se modifican& tampoco lo !acen los ingresos y las rentas. 'l efecto es neutro. $i en cambio las subas de t y s son superiores a los aumentos de pt y ps, salen de la producción tierras marginales. 'n nuestro pequeDo modelo el precio regulador pasa a ser el de la tierra B. 4a renta agraria de C se reduce. 'n suma, ba"a la renta agraria. $i en nuestro modelo !ubi#ramos introducido algunas tierras A en las que se !ubieran efectuado inversiones de capital, en tanto otras tierras A siguieran sin recibir inversiones, y por lo tanto estuvieran determinando el precio de producción, la suba de las retenciones podría !aber sacado de producción a las tierras A 5atrasadas6& y estaría por verse cu0l de las tierras, la A con inversión, o la B, determinaría el precio de producción de $ y T. 'n cualquier caso, la renta tambi#n disminuye, pero esta vez afectando directamente la formación de renta diferencial )). Fe esta manera la suba de las retenciones disminuye la renta agraria global . Aunque si el contrato de arrendamiento est0 firmado al momento de producirse la suba de , se afectaría negativamente π durante el tiempo que dure el mismo. $in embargo, si suponemos que π tiende a establecerse a su nivel promedio, en línea con el resto de la economía, los alquileres de las tierras ba"arían en el mediano plazo. 's lo que !abría empezado a suceder durante el conflicto agrario& la prensa 1(3
* lo cual habría que sumar el pa"o de intereses y de)oluci!n del principal de la deuda externa. *unque no hemos incluido el &actor deuda en nuestra economía, tiene indudable peso en la economía ar"entina. 1(4 a producti)idad tranqueras adentro del campo en *r"entina se )e disminuida por la producti)idad tranqueras a&uera. or e6emplo, el transporte del "rano se reali$a en camiones :una &lota de unas 15/./// unidades: y no por tren, que sería más econ!mico. *demás, la mayoría de los caminos está en malas condiciones. os e6emplos pueden multiplicarse.
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especializada informaba que se estaban renegociando muc!os contratos de alquileres de tierras, a la ba"a. Fe la misma manera el capital puede presionar para renegociar !acia la ba"a los contratos si aumenta el costo de los insumos y si p t y ps permanecen constantes, a causa del aumento de t y s en la misma proporción que p t y ps& todas estas alternativas se e1aminan con 9E= y 9E^=, 5moviendo6 las variables. Tambi#n puede suceder que algunos capitalistas de las tierras A acepten seguir produciendo con una k inferior a la tasa media de ganancia. -or supuesto, ambos efectos 7ba"a de las rentas y ba"a de la tasa de ganancia de capitales en tierras marginales7 pueden darse de manera combinada. 'sto e#plica la resistencia de propietarios
7K Otos eFectos Febido a que, con la suba de las retenciones y la ba"a de precios, salen de producción tierras marginales, +s y +t disminuyen& lo cual tiene un efecto negativo 9por G= sobre j. 'l resultado final sobre el monto de j depender0 entonces de qu# pesa m0s, el aumento de , o la ba"a de +. Al ba"ar el gasto de la renta que se capitaliza en construcciones urbanas, compra de bienes de consumo duradero y gasto en consumo, !ay un efecto depresivo sobre las economías urbanas 9especialmente en el interior=. 'n nuestra economía, disminuye la producción de W y %& la inversión agraria disminuye, porque ba"a la inversión en tierras marginales. 'n caso de que los arrendatarios acepten traba"ar con una tasa de ganancia menor del promedio, disminuye su gasto de inversión en insumos. -ero en un esquema ideal esto podría ser compensado por los gastos estatales del Kobierno& por e"emplo, si derivara lo recaudado con las retenciones a gastos en infraestructura, etc#tera.
;K I#cide#ci! e# e+ costo s!+!i!+ A corto plazo la suba de t, en paralelo a la suba de p t, frena el aumento del costo de la fuerza de traba"o que ocurriría si p t aumentara a la par de p t. 4o !ace en la proporción en que el precio de T participa en el precio final de W, el bien salarial. >GE $ubrayamos que el incremento de Lt afecta directamente al costo de la fuerza de traba!o y no al salario real . 'sto es, no siempre que aumente el costo de la fuerza de traba"o deber0 ba"ar el salario real. 'n la !istoria reciente del capitalismo se !an dado períodos de intensa ba"a de los precios de los alimentos 7como ocurrió en la d#cada de ><;7 con caída de los salarios reales, por lo menos en Argentina y en otros países latinoamericanos. 'sto prueba que no e1iste una relación directa entre precios de los alimentos y niveles salariales reales. M01ime en los países que son productores mundiales de alimentos, 1(5
Mna suba de, por e6emplo, el 1//S del precio del tri"o no se re&le6a en un aumento del 1//S en el precio del pan, como a )eces se ha sostenido. l tri"o representa s!lo un 15S del precio &inal del pan. l precio del pan está in&luenciado por los costos en una lar"a cadena de )alor. W lue"o hay que ponderar la participaci!n del pan :y otros alimentos: en la canasta &inal de bienes.
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donde un deterioro de los t#rminos de intercambio tiene efectos profundamente depresivos sobre la economía& y lo inverso sucede cuando me"oran los t#rminos de intercambio. M0s en general, el problema m0s importante es tener en cuenta que el valor de la fuerza de traba"o se determina por el nivel del desarrollo de las fuerzas productivas, el ciclo económico y el desarrollo e intensidad de la luc!a de clases. 'n este respecto es ilustrativo el m#todo con que Mar1 analiza una situación que podríamos calificar de similar a la que plantea el caso que analizamos. Cuando en )nglaterra se discutía la eliminación del impuesto a las importaciones de los cereales, los librecambistas sostenían que dado que se trataba de un impuesto sobre los salarios, su eliminación permitiría elevar los salarios reales. %rente a esto Mar1 demuestra que la eliminación del impuesto no modificaba sustancialmente los salarios, ya que si se reducía el precio del pan por el cambio del impuesto, ba"arían los salarios. 'sto debido a que los salarios, en el mediano plazo, se establecen de acuerdo con el valor implicado en la reproducción de la fuerza de traba"o, determinada por las condiciones sociales m0s generales 9v#ase Mar1, >=. 's necesario por lo tanto analizar concretamente cu0l es el efecto de la variación del costo de la canasta de bienes 9W O, en nuestro caso= sobre la tasa de plusvalía, esto es, sobre la división entre el tiempo de traba"o necesario y el plustraba"o. Fe la misma manera que no siempre que se abarata el costo de la fuerza de traba"o aumentan los salarios reales 7m0s bien la regla es la opuesta7, no siempre que se encarece la fuerza de traba"o ba"an los salarios reales. Todo depende del estadio del ciclo económico 7nivel de desocupación, que condiciona el poder del traba"o frente al capital7, del nivel de organización sindical y política del movimiento obrero, y de la coyuntura internacional, en especial la evolución de los precios mundiales de los productos que e1porta el país. $i ante el aumento de los precios de los bienes salariales 9de W en nuestra pequeDa economía= la clase traba"adora logra imponer al capital un aumento del salario en la misma proporción, la suba de pt se %abrá traducido en una ba!a de π , no de ' . -or supuesto, esto no puede ocurrir en 9<=, donde se supone que el mar8
K EFecto sobe +os (ecios !g)co+!s e# e+ +!go (+!
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Keamos entonces qu# sucede si pt y ps suben. $upongamos que aumentan porque la demanda mundial est0 superando a la oferta. $upongamos tambi#n que mientras sucede esto, p t y ps se mantienen estables, debido a que t y s aumentan en la misma proporción que lo !acen los precios internacionales. 'n este caso los precios internos no est0n dando ninguna seDal de que es necesario aumentar la oferta& por lo tanto la oferta interna se mantiene. 3ecordemos que si al mismo tiempo est0 aumentando el precio de %, o cualquier otro costo, la oferta interna ba"a, como !emos e1plicado antes. $upongamos sin embargo que se mantiene la oferta interna. 4os capitales agrarios se reproducen a la misma escala. $in embargo, a nivel internacional, debido a que aumentan los precios y los beneficios en el agro, sube la inversión. 4os capitales entran en el agro& !ay capitales que salen de Argentina, ya que en este país se sigue produciendo a la misma escala. A nivel mundial aumenta la productividad agraria 7aumenta la intensidad del capital7 y se e1pande la frontera agrícola. -or e"emplo, en Brasil, en los territorios de la e1 (3$$. Aumenta la producción mundial y ba"an los precios. -or otra parte, supongamos a!ora que la suba de p t y ps se deba enteramente al aumento del precio de un insumo b0sico, %& o sea, los p t y ps suben en la proporción e1acta que compensa la suba del costo de % 9podemos suponer que % es fertilizante derivado del petróleo, gasoil, etc#tera=. 'n este caso, si t y s aumentan, se produce una ba"a de π en el sector agrario, y una contracción de la producción. Ba"a la productividad& los costos a!ora aumentan a causa de esta caída de la productividad. Fisminuye el neto comercial& ba"an los impuestos captados por las retenciones debido a que tambi#n disminuye la producción.
INTERENCI&N DEL ESTADO Y LEY DEL ALOR 4a política de subsidios, que "uega un rol central en el esquema económico que procura el desarrollo industrial con tipo de cambio alto, durante el conflicto agrario se vistió con el discurso ideológico, de larga tradición, de 5la luc!a contra el mercado6. 'fectivamente, desde muc!os sectores se sostuvo que la suba de las retenciones, "unto a los precios m01imos y los cupos a las e1portaciones de alimentos, conformaba una ofensiva del 'stado para imponerse a los mercados. 4os dirigentes de la izquierda nacionalista 7en la senda de la corriente de la dependencia7 precisaron an m0s la cuestión, afirmando que estaba en "uego qui#n decidía los precios, el 'stado o el mercado. Tambi#n muc!os intelectuales establecieron las coordenadas del enfrentamiento en t#rminos del 'stado 9el polo progresista= contra el agro y el mercado 9el polo de la derec!a=. 4a idea económica que subyace aquí es que los precios se fi"an a partir de relaciones de fuerzas, y que su determinación es una cuestión política. Fe a!í la creencia de que con una suficiente dosis de aranceles, subsidios, tipos de cambio diferenciados, precios m01imos y similares, se puede desarrollar un vigoroso capitalismo nacional. 54a6 batalla contra la derec!a pasaría entonces por imponer este control. Muc!os mar1istas comparten, en alguna medida, esta idea& o no la cuestionan. *uestro enfoque es crítico de esta tesis. $ostenemos que en su estrategia no %ay nada de progresi"o. Al afirmar esto somos conscientes de que estamos tocando un tema sensible para la izquierda, donde est0 arraigada la idea de que 5la crítica pr0ctica6 al neoliberalismo pasa por defender la intervención del 'stado en el mercado, a fin de desarrollar un capitalismo 5progresista, nacional y popular6. -ero lo que debe pesar en el discurso crítico es el an0lisis científico, y no las ganas de defender contra viento y marea algunos mitos establecidos y populares, pero mistificadores. -ara e1poner nuestro argumento, vamos a centrarnos en la política de subsidios que se implementaba a mediados de :;;. 4os defensores m0s lcidos de esta estrategia dicen que la misma es posible si e1iste un 5mane"o muy fino6 del Ministerio de 'conomía. -or eso la cuestión pasaría, al menos en los papeles, por determinar un nivel de retenciones que no desaliente la producción agrícola& aunque lo suficientemente alto como para que el 'stado recaude y pueda otorgar subsidios a industrias de energía, alimentos y otras, a fin de que no aumenten los precios, y se mantenga el tipo de cambio 5competitivo6. -aralelamente se deberían generar mecanismos para impulsar la inversión en los sectores subsidiados, para que a mediano o largo plazo aumenten la productividad y la producción.
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Aclaremos que en principio no se puede negar que un cierto nivel de intervención del 'stado con retenciones y subsidios, puede contribuir a la formación de una clase capitalista. Listóricamente las medidas proteccionistas e intervensionistas !an tenido este efecto. 's en este sentido que Mar1 y 'ngels plantearon que el proteccionismo era til en la fase de surgimiento de una burguesía industrial. $in embargo no puede ser una política permanente, porque termina impidiendo que act*e la regulación del "alor, y obstaculizando el desarrollo de las fuerzas producti"as . -or eso Mar1 criticó el proteccionismo, y 'ngels !izo lo propio cuando analizó las consecuencias de los subsidios y protecciones. 'sta crítica de 'ngels, en particular, adquiere renovada relevancia cuando se discute la coyuntura económica de Argentina. 4o que sigue est0 fuertemente inspirado en ella 9v#ase 'ngels, >=. 'n primer lugar !ay que notar que el proteccionismo tiende a generar, inevitablemente, una espiral de subsidios y m0s protecciones. 's que si se protege a una industria, argumenta 'ngels, se per"udica a otra, y por lo tanto !ay que protegerla. -ero al !acerlo, a!ora se per"udica a la industria a la que primero se quería proteger, y entonces !ay que compensarla. P esta compensación reacciona, como antes, sobre todas las dem0s industrias, y así de seguido. Fe esta manera se va estableciendo una red cada vez m0s intrincada de subsidios cruzados. 'sto es lo que sucedió en Argentina. -or e"emplo, cuando se aumentaron, en :;;?, las retenciones de la so"a al :?,EV, el @obierno e1plicó que tomaba esa medida para compensar a los productores de trigo, ya que los precios del cereal estaban reprimidos, debido a las limitaciones que tenía la e1portación& tambi#n di"o que con las retenciones se subsidiaría a los feedlots y a los criadores de pollos, que !abían sido castigados por el aumento de los precios del maíz. P ya entonces los molinos recibían subsidios por el trigo que pagaban por encima de determinado m01imo, establecido para el mercado interno, con la condición de mantener la !arina destinada al mercado interno a precios de noviembre de :;;G. A su vez, debido a que los criadores de ganado, pequeDos y medianos, se que"aban porque los feedlots les 5pisaban6 los precios 7debido a los precios m01imos7, el @obierno tambi#n les dedicó subsidios especiales. Fe esta manera un gran"ero que tenía so"a en una parte de su e1plotación, trigo en otra, y ganado en otra, pagaba al 'stado un impuesto con la parte sembrada con so"a, para que el 'stado le devolviese ese mismo dinero por las partes del campo que tenía sembradas con trigo y dedicadas al ganado& aunque tambi#n pagaba retenciones por el trigo. A su vez debía recibir subsidios por el gasoil, con lo que se le devolvía otra parte de los impuestos que !abía pagado con la so"a y el trigo. P así podría seguirse con cada una de las industrias, e1plotaciones agrarias, medios de transporte, etc#tera, cada uno con sus respectivos precios m01imos, cuotas para vender, subsidios a cobrar. $i a esto se suma que se pretende diferenciar por tamaDos de e1plotación, el resultado es que cada vez se !ace m0s difícil calcular cu0les son los costos, las rentabilidades reales, y decidir a qu# sectores subsidiar, y en qu# medida. ADo tras aDo crece la red de subsidios, y con ella los montos comprometidos. 'sto sin contar los mltiples vericuetos de la burocracia del 'stado capitalista por las que se cuelan innumerables oportunidades para realizar estafas y enriquecerse con todo tipo de maniobras fraudulentas. -ero adem0s e1iste otro problema, que es posiblemente m0s grave, y que tambi#n seDala 'ngels. 'l tema es que en las economías capitalistas !ay constantes cambios de la productividad, y en ramas enteras de la economía. 'stos cambios son tan r0pidos que lo que !asta ayer pudo !aber sido una estructura de subsidios balanceada, !oy ya no lo es. Adem0s, la mayoría de estas transformaciones suceden al interior de las empresas, y se manifiestan e# post en los mercados. 'sto es in!erente a una producción que se basa en la propiedad privada y la competencia despiadada. 'n consecuencia no e1iste aparato estatal capitalista que pueda determinar si se !an producido cambios en los tiempos de traba"o socialmente necesarios& qu# incidencia tienen las transformaciones tecnológicas& cómo influyen las variaciones de la demanda y de las necesidades sociales sobre los precios& o en qu# medida precisa las variaciones de los precios internacionales afectan los costos y rentabilidades relativas de sectores. -or este motivo inevitablemente aparecen desequilibrios en los sistemas de subsidios y precios administrados desde el 'stado& estos desequilibrios se reproducen a escala ampliada a medida que avanza la acumulación del capital. Así se llega a un punto en que surgen cuellos de botella. 'sto ocurre porque los capitalistas que sobreviven con subsidios invierten poco y no amplían su base productiva. 4os costos son crecientes& la ba"a rentabilidad acenta la carencia de inversiones, y la estructura productiva
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atrasada demanda m0s y m0s subsidios. -or ltimo, si ya es muy difícil tener un sistema de protecciones y subsidios equilibrado, m0s difícil an es librarse de #l una vez que se !a instalado y consolidado. 'n definitiva, fracasa lo que se buscaba, un desarrollo armónico de las fuerzas productivas, con distribución progresista de los ingresos. 's comn entonces que finalmente los precios suban, las empresas atrasadas terminen yendo a la quiebra, los salarios caigan y de a poco el capital reanude la acumulación en los sectores en que estaba 5trabado6. 'n la óptica de la izquierda esto se lee como 5un giro a la derec!a6. Tal vez lo m0s grave de todo esto es que desde el punto de vista ideológico el saldo es muy negativo para las ideas de izquierda, porque se identifica la política fracasada con alguna especie de socialismo. 's una ilusión pensar que la intervención del 'stado puede acabar con la anarquía de la producción capitalista, de"ando in tactas las relaciones sociales de producción que constituyen la base de esa anarquía capitalista. -or esta vía no !ay manera de ganarle al neoliberalismo reaccionario la batalla ideológica. 's que la ley del valor traba"o determina qu# parte del traba"o social total puede gastar la sociedad en la producción de cada tipo particular de mercancía. 'n este sentido acta como reguladora. -ero esta regulación acta a trav#s de los precios, solo a posteriori , cuando los productos !an llegado al mercado y los tiempos de traba"o privados deben atravesar la prueba de su validación social 9que consiste en la venta de la mercancía=. 'ste 5salto mortal6 de la mercancía, como lo llamaba Mar1, no puede eludirse con la intervención del 'stado. Fe aquí que esa regulación acte por medio de permanentes desequilibrios y movimientos an0rquicos 9v#ase Mar1, ><<<, t. >, cap. >:=. $eDalemos tambi#n que, en un sentido m0s general, la intervención del 'stado en los mercados no define de por sí a una política económica progresista. La !abido regímenes e1tremadamente reaccionarios que fueron intervencionistas. (n e"emplo paradigm0tico lo constituye la dictadura de %rancisco %ranco, en 'spaDa& en las d#cadas de ><; y >
CONCLUSIONES 4a e1pansión de la producción capitalista en el agro argentino, que acompaDa a la e1pansión mundial del sector, lleva a un aumento de la renta agraria, m0s que de la tasa de ganancia agraria& e impulsa una creciente concentración de la producción. 'l aumento de las retenciones a las e1portaciones afecta a la renta agraria, y tambi#n las producciones marginales. 4os llamados pequeDos y medianos campesinos pampeanos son, en su mayoría, propietarios8capitalistas que disponen de 5pequeDas fortunas6. $i bien est0 en marc!a un proceso de concentración de la producción, sus rentas !an subido y se convierten crecientemente en terratenientes rentistas. Muc!os se movilizaron porque no quieren perder su condición de productores& no porque estuvieran amenazados por la ruina. -or otra parte los capitalistas8arrendatarios medios se movilizaron porque la suba de las retenciones aumentaba la presión que sobre ellos e"ercen los grandes grupos. P los propietarios8capitalistas de tierras marginales lo !icieron porque la medida del @obierno podía sacarlos de la producción. $igue trat0ndose de fracciones de capitalistas, o propietarios de la tierra, que defienden su porción de plusvalía, y la propiedad de la tierra. Todo indica que se trata de reivindicaciones en las que la clase traba"adora no tiene nada que ganar. 4os efectos de las retenciones sobre los precios internos, y el crecimiento, son comple"os y ambiguos. 4os salarios reales no dependen del nivel de retenciones, sino de toda una serie de factores relacionados 7principalmente los que se establecen al nivel de las relaciones entre el capital y el traba"o7 que !ay que analizar en cada caso en particular. A corto plazo las retenciones permiten desconectar, parcialmente, los precios internos de los internacionales. A largo plazo, sin embargo, no es posible evitar la ley del valor traba"o, que tiende a imponerse. -or esta razón es
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que las políticas de subsidios, precios administrados, y similares, tienen efectos limitados. -ueden ser funcionales, en determinado período inicial, a la acumulación de un capital nativo& sin embargo no pueden sustituir, de manera permanente, las leyes del mercado y la ganancia que gobiernan la acumulación del capital. M01ime cuando #ste est0 crecientemente mundializado.
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C!()t*+o 1 * es 5o6 +! de(e#de#ci! A modo de conclusión, dedicamos este capítulo de cierre a intentar definir qu# es !oy la dependencia. (n concepto que est0 en el centro de las caracterizaciones sobre los países subdesarrollados. Fos $antos 9>GG 4os países 5dependientes6, en cambio, eran aquellos que, siempre segn 4enin, eran políticamente independientes, pero dependientes económicamente de los países m0s ricos. 'ntraban dentro de esta categoría naciones como Argentina, $erbia, Bulgaria, 3umania, @recia, -ortugal y !asta 3usia. 5*o solo los pequeDos 'stados, sino an 3usia, por e"emplo, es enteramente dependiente, económicamente, del poder del capital financiero de los países burgueses ]ricos6 94enin, ><>=. 3emont0ndose al siglo ), 4enin tambi#n consideraba que 'stados (nidos !abía sido, económicamente, una colonia de 'uropa. A pesar de lo escueto de las referencias, y de las situaciones tan diversas que abarcaba el t#rmino, pareciera que 4enin pensaba que los países dependientes eran e1plotados, de alguna manera, por los países m0s ricos. 'n algunos pasa"es se refiere a las naciones dependientes como 5colonias económicas6 de los países imperialistas. Argentina era una 5colonia comercial6 de )nglaterra, y -ortugal un 5vasallo6 de )nglaterra, aunque conservara su independencia 94enin, ><>G=. Aunque 4enin no profundiza en la cuestión, los países dependientes no serían sin embargo e1plotados en el sentido que sí lo eran las colonias y semicolonias, donde la e1tracción del e1cedente estaba bien definida y se operaba mediante la coerción e1tra8económica. 'l sistema colonial permitía la transferencia de recursos 7como materias primas7 desde las periferias al centro, así como la apertura de mercados para la sobreproducción crónica que, siempre segn la tesis leninista, e1istía en los países adelantados. -or eso implicaba la imposición de una minoría e1tran"era sobre una población nativa, a partir de una relación de fuerza y violencia directa. Como seDala Lobson 9><;:= la ocupación la !acía una minoría de funcionarios, comerciantes, organizadores industriales, asentada en el poder militar, que e"ercía un poder económico y político sobre grandes masas de población, a la que se consideraba inferior e incapaz de autogobernarse política o económicamente. 4a e1plotación adoptaba diversas formasH producción y transporte con uso compulsivo de mano de obra 7traba"adores de plantaciones, portadores de cargas en Ufrica, etc7& economía de trata, que consistía en el monopolio comercial del país dominante sobre 1((
n 1@42 Aran #reta8a obli"! a China a &irmar el tratado de Lan9in, por el cual debía liberar sus puertos, &i6ar un tope a los derechos aduaneros de importaci!n y permitir que los extran6eros tu)ieran áreas residenciales y comerciales &uera de la 6usticia local. osteriormente China &ue obli"ada a conceder nue)os derechos de na)e"aci!n &lu)ial, pri)ile"ios comerciales, y a permitir la &undaci!n de más &actorías extran6eras a Brancia, Aran #reta8a, *lemania,
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monocultivos& impuestos de todo tipo sobre los campesinos y artesanos& y acaparamiento de la tierra por parte de los colonos. A las clases burguesas o pequeDo burguesas nativas 7comerciantes y artesanos7 no se les permitía comerciar con otras potencias o países en me"ores t#rminos& ni podían tomar decisiones políticas, económicas, diplom0ticas con un mínimo de autonomía. 4a sociedad nativa era dominada por un aparato militar, político y administrativo importado y mantenido con una violencia que podía llegar al etnocidio. 's a partir de esa relación de e1plotación colonial 7o semicolonial7 que 4enin planteaba la demanda de liberación nacional, que significaba la conquista de la autodeterminación política y la constitución de un Estado soberano. 'n su visión la autodeterminación nacional no podía interpretarse como otra cosa 5que el derec!o a la e1istencia de un 'stado separado6 94enin, ><>=. 4a autodeterminación que !abía logrado *oruega al independizarse de $uecia a principios de siglo no afectaba a su dependencia económica, porque #sta derivaba del sistema financiero imperialista en su totalidad, y no podía desaparecer en tanto !ubiera capitalismo 9v#ase 4enin ><>G=. 'n consecuencia la demanda de autodeterminación, o liberación nacional, desde el punto de "ista económico, no tenía sentido. Aunque no por esto la liberación nacional de"aba de tener implicancias económicas, ya que permitía la formación de un 'stado nacional con independencia estatal, y terminaba con el pilla"e y el robo vía coerción e1traeconómica. -or este motivo la autodeterminación generaba me"ores condiciones para el desarrollo del capitalismo 9v#ase 4enin, ><>G=. Como !emos visto, los autores de la CF, en cambio, consideraron que la dependencia encerraba, decididamente, una relación de e1plotación entre países establecida en los mismos términos, en esencia, que la relación colonial . Fe a!í que tambi#n emplearan indistintamente los t#rminos 5semicolonial6 y2o 5neocolonial6 para designar a los países dependientes. Fe esta manera, y como seDalaba Xarren 9>=, se quería decir que con la independencia política no se !abían modificado las condiciones para el desarrollo de los países perif#ricos. Así, la conquista de la independencia era reba"ada en lo que !acía a su significación !istórica. 4as luc!as de liberación nacional triunfantes, desde la independencia de Am#rica 4atina, no !abrían logrado ningn avance real. -or este motivo se reivindicó una 5segunda independencia6 y la 5liberación nacional6, ya no entendida, como sucedía en 4enin, como una conquista política, sino como una liberación económica de los países oprimidos. 4a liberación pasaba por conquistar la autonomía y el autodesarrollo. -or este motivo la liberación nacional, entendida en el sentido de acabar con la e1plotación imperialista, fue el comn denominador de todos los matices dependentistas, !asta el día de !oy. 4a secuencia 5dependencia Y e1plotación y liberación nacional Y independencia económica Y fin de la e1plotación imperialista6, fue aceptada casi como de sentido comn. 'l problema en esta concepción es que no está definido por qué y cómo se produce la e#plotación de un país adelantado sobre el país dependiente. P la e1plotación colonial, tal como ocurría !asta bien entrado el siglo , !oy es un fenómeno residual. -or eso el t#rmino dependencia no debería ser utilizado en el sentido de denotar una relación de e#plotación entre países . A lo largo de este libro nos !emos referido a esta cuestión en repetidas oportunidades. (na de las consecuencias que se derivan de todo esto es que es necesario superar la interpretación linealmente estancacionista sobre el subdesarrollo que predominó y an est0 presente en los autores de la dependencia y la dependencia reformulada. Lemos procurado mostrar cómo los procesos !an estado, y est0n, plenos de contradicciones. 4a )'F no provocó sólo devastación en la periferia dominada, sino tambi#n generó las condiciones para el surgimiento de capitales locales. 'l colonialismo y el neocolonialismo no anularon la posibilidad de que se generara acumulación de capital local. Loy este car0cter contradictorio del desarrollo se evidencia de manera m0s nítida an. 4a dependencia no impide que los mercados se amplíen siguiendo las leyes de la acumulación del capital. 'l atraso tecnológico no implica que necesariamente la productividad en todas las ramas y sectores del país atrasado sea menor que la en los países adelantados& o que los países atrasados est#n condenados a tener d#ficits comerciales crónicos. 4a tendencia al tipo de cambio alto no significa mec0nicamente que no pueda !aber períodos en que la moneda se aprecie, y se generen din0micas y crisis particulares por este motivo. Fe l a devastación que provoca la entrada del capital en las zonas campesinas no debe deducirse que en esas zonas no se desarrollar0n fuerzas
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productivas capitalistas. 'l !ec!o de que las burguesías de los países subdesarrollados sean m0s d#biles que la de sus pares de los países altamente industrializados no significa que no !aya capitales que sean capaces de invertir globalmente. 4o importante entonces es abordar los fenómenos de la dependencia y el subdesarrollo desde el punto de vista dial#ctico. 'stamos ante procesos altamente contradictorios, donde ocurren causaciones acumulativas, se generan desarrollos desiguales, y situaciones nuevas que brindan oportunidades a las clases dominantes de los países perif#ricos de insertarse en la globalización. *aturalmente, en la medida en que e1istan diferencias de poder económico entre los capitales, y entre los 'stados que defienden a esos capitales, !abr0 presiones políticas, diplom0ticas, y de todo tipo, para !acer prevalecer los intereses de determinado capital nacional. -ero esto no significa que se est0 ante una situación de neocolonialismo. )o que pre"alecen son diferentes grados de desarrollo capitalista, que se "inculan de maneras comple!as, dando lugar a dinámicas también comple!as, que e#igen estudios particulares. 'l fenómeno del agro argentino 9zona de cereales y oleaginosas=, su inserción en la economía mundial, y su combinación con el desarrollo del capitalismo atrasado nativo, es un e"emplo de estas articulaciones comple"as. I$ignifica lo anterior que la noción de dependencia !aya perdido todo significadoJ *o en nuestra opinión, ya que el término es apropiado para designar una situación de predominio tecnológico, comercial y financiero de los capitales de los países más desarrollados, y de sus Estados . 4as líneas directrices del avance tecnológico, los cambios fundamentales de la economía mundial, la din0mica financiera, ocurren en los países centrales. -aíses como Argentina, Malasia o Colombia siguen estas corrientes. 4as cuestiones que !emos discutido sobre el deterioro en t#rminos de valor, el deterioro de los t#rminos de intercambio, el desarrollo deformado con variaciones bruscas en el tipo de cambio, y similares, son e1presiones de esa dependencia. $in embargo la dependencia no podrá ser superada mediante el aislamiento y la autarquía económica. 4a autarquía de Birmania y Corea del *orte, para mencionar las dos naciones en que este programa se aplicó de la manera m0s consecuente y a largo plazo, no las !a liberado de los condicionamientos ob"etivos que impone el sistema mundial capitalista. 4a miseria y el atraso de las fuerzas productivas no liberan a nadie. $ólo conforman el clima social y político propicio para la imposición de dictaduras militares. Fesde el punto de vista político, #ste fue posiblemente el 5punto ciego6 de la CF, que m0s influyó en su p#rdida de credibilidad y en su crisis teórica y política. -or este motivo la reconstitución de un programa de liberación y socialista deber0 tomar como e"e, en las condiciones actuales del desarrollo capitalista, la centralidad de la relación entre el capital y el traba"o.
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