eBook Convierte Tus Problemas en Oportunidades

Convierte tus problemas en oportunidades

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Hola soy Amparo Green , coach especializada en motivación y

gestión emocional. Muchas gracias por unirte a mi comunidad y por tu interés en este ebook. Acabas de dar un salto importante para alcanzar aquello que deseas mediante la gestión de tus emociones, pensamientos y conductas. Cada semana recibirás nuevos artículos para inspirarte y seguir avanzando en tu desarrollo personal. También recibirás recursos gratuitos y de fácil puesta en práctica que te ayudarán a ir modicando aquellos aspectos de tu

conducta que no te gusten. Entusiasmada con el poder de la palabra y la gestión emocional, trabajo al servicio de las personas interesadas en su desarrollo personal y profesional. Soy fundadora de Green Coaching, desde donde trabajamos a fondo para denir objetivos con claridad y la

motivación para alcanzarlos


En este ebook encontrarás la forma de...

N Modicar tus automatismos a la hora de reaccionar ante un problema N Dejar de luchar y no porque seas incapaz sino para evitar un desgaste innecesario N Gestionar tus emociones y no quedarte enganchado en un pensamiento que no te hace feliz N Descubrir el signicado mágico de la palabra aceptar

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Manual de coaching para abordar y responder a tus problemas de una forma diferente

Índice Introducción ..................................................................................................................... Qué es lo que nos ocurre cuando aparece un problema .............

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¿Dónde se esconde la oportunidad? ¡Yo solo veo el problema! .............................. ................................. ........................

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Herramientas................................ ................................. ................................ ...................

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Plan de Acción ............................ ................................. ................................ ...................

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Conclusiones …………………………………………………………………………….….. ............................... ........

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Introducción

En nuestro día a día, en la vorágine cotidiana en la que vivimos, es muy fácil y casi inevitable el dejarnos llevar por la emociones que nos despiertan los acontecimientos o las situaciones que se nos presentan a diario. Nos levantamos con el despertador, nos metemos en la ducha, nos vestimos en función de lo que nos espera y del humor que estamos, tomamos un desayuno rápido y salimos al trabajo. Muchos días nos levantamos con alegría y con el rme propósito de no enfadarnos, de tener un buen día y de mantener la calma pase lo que pase, pero la realidad es que en la mayoría de los casos antes de que acabe el día hemos tenido no uno, sino varios episodios de tensión, estrés, pérdida de nervios, temores, rabia o frustración. En otros casos ni siquiera llegamos a levantarnos con alegría porque nos fuimos a dormir arrastrando un problema que nos inquietaba mucho y al despertar el problema sigue ahí y nos da los buenos días con una alada punzada en el estómago, con una desagradable taquicardia o con una ingrata angustia matinal. ¿Te suena? Estoy segura, mi querido lector, de que en algún momento te has planteado que la vida no puede ser tan complicada, que seguro que hay otras formas de vivir más sencillas; a veces miramos como les va la vida a otros y nos da la impresión de que todo parece muy fácil para algunos, que la vida les trata muy bien y, además, te comparas con ellos y te ves a ti siempre peleando y luchando, sufriendo por lograr lo que para otros parece que les viene dado…. ¿No te lleva todo esto a plantearte que tiene que haber otra forma? ¿Que vivir tiene que ser más fácil? ¿Que no puede ser todo tan complicado?. Pues te complacerá

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saber que ¡SI!, que efectivamente hay una forma de vivir llena de alegría, uidez y ligereza, una vida en la que conar y de la que no temer, una vida por la que sentirte agradecido y, en denitiva, una vida para vivirla desde el paradigma del disfrute y del afecto. Este ebook nace para mostrarte diversas herramientas que puedes aplicar en tu día a día para vivir tu vida manteniendo control sobre el sufrimiento que sientes de forma casi cotidiana y para enseñarte a crear un plan de acción que te ayude a evitar quedarte enganchado en un pensamiento o una emoción que no te hace feliz. En estas páginas descubrirás una visión que te haga expandirte, entendiendo y aceptando que todo lo que te ocurre es para que aprendas y crezcas. Como mi querida coach y mentora María Lobo dice… “la felicidad te llega cada vez que aprovechas las experiencias de la vida para reconocerte en ellas”.

¿Sientes que tus propósitos de enfrentarte a tus problemas se acaban evaporando y respondes cometiendo los mismos errores? Sigue leyendo para inspirarte y encontrar la motivación que necesitas para hacer de cada crisis una maravillosa oportunidad de crecimiento personal. En las siguientes páginas encontrarás la forma de pasar a la acción y podrás comenzar a reprogramar tu mente para ser la persona que hasta ahora sólo habías soñador ser.

Convierte tus tus problemas problemas Convierte en oportunidades en

Qué nos ocurre cuando aparece un problema Cuando me encuentro con un problema tengo reacciones automáticas que me vienen dadas por mis programas subconscientes o creencias. Tu puedes tener intelectualmente muy claro lo que vas a hacer si te ocurre algo, pero cuando llega el momento te ha embargado la emoción y has respondido sin siquiera darte cuenta de que lo estabas haciendo. ¿Y esto por qué ocurre? Porque el 95% de quien somos es una serie de programas subconscientes que se han vuelto automáticos: conducir, leer, memorizar datos (como números de teléfono), quejarnos de nuestra vida, juzgar a los demás, preocuparnos por el futuro... y en cuanto tenemos un pensamiento y una emoción, reaccionamos de manera automática, nuestro cuerpo funciona con el piloto automático de manera inconsciente. Una cosa es saber algo intelectualmente y otra muy diferente es adquirir ese conocimiento a través de la experiencia. El cuerpo tiene unas memorias celulares que nos provocan reaccionar de forma automática y solamente reaccionaremos como nos proponemos cuando hayamos aprendido a reconocer esas emociones que nos hacen sentir mal y hayamos desaprendido a producirlas de forma inconsciente, rechazando experimentar situaciones y emociones que no están alineadas con nuestro bienestar. Esto nos permitirá vivir físicamente lo que realmente queremos y nos hará sentir bien. Cuando consigas dar repetidamente la respuesta que realmente quieres a un problema que te surja, habrás creado nuevas conexiones neuronales que te harán abandonar antiguas formas de proceder que no te gustaban. Nuestra pelea diaria suele ser una batalla porque habitualmente tenemos varios frentes abiertos y

nos pasamos el día apagando fuegos, presas de esas reacciones automáticas. Para muchos el logro está enfocado en el terreno laboral: conseguir tener mejores relaciones con tu compañero de ocina, lograr que tu jefe te respete más, alcanzar el aumento salarial que estas convencido que mereces, o lograr cambiar de trabajo porque no soportas el que tienes. El terreno personal es también otro campo de batalla: mi pareja está en otra dimensión a la mía, me siento un sándwich entre mis padres y mis hijos, no puedo hablar con libertad o ser yo mismo cuando hablo con mi hija adolescente, etc. Sea cual sea el problema y la envergadura del mismo, la clave está en cómo lo percibimos, en cómo lo vivimos y en qué emociones nos despierta esa percepción que tenemos de lo que nos está sucediendo. Por un lado vivimos situaciones que percibimos en función de nuestras experiencias vividas –PASADO y, por otro lado, reaccionamos ante esas situaciones

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teniendo en cuenta lo que imaginamos que ocurrirá según lo que hagamos –FUTURO-. Es decir, que ante un problema reaccionamos condicionados por el pasado y preocupados por el futuro, basándonos en experiencias pasadas que nos han provocado emociones similares y proyectando el resultado que tendrá nuestra decisión una vez la hayamos tomado. ¿Y qué pasa con el momento presente? ¿porqué nos olvidamos de que lo que realmente importa es el ahora? Tanto el vivir en pasado como en futuro, sin conciencia de lo que sentimos en el presente, va a mermar considerablemente nuestra capacidad de cambio. Bien cierto es que está en nuestra naturaleza humana el evitar y resistirnos a cambiar cualquier cosa, de hecho, la realidad nos muestra continuamente que sólo cambiamos cuando las cosas se han complicado mucho y ya nos sentimos incapaces de seguir adelante haciendo lo mismo. Casi siempre esperamos a sufrir una crisis, una pérdida, una enfermedad o una tragedia para que salten todas las señales de alarma y nos paremos a pensar qué está pasando con nuestra vida y qué cambios positivos vamos a empezar a hacer para mejorar en el área que sea: salud, pareja, hijos o profesión. Pero también es cierto que cuando hemos logrado resurgir de las cenizas después de crisis importantes nos invade un sentimiento de grandeza que nos empodera y nos impulsa, como si de un catalizador se tratara, para vivir con mucho menos miedo al cambio y “a lo que tenga que venir”. Entonces, si está claro que un cambio siempre conlleva crecimiento y vemos que la vida es cambio continuo, también nos resultará evidente que cada problema, cada

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situación de conicto, cada crisis que la vida nos pone delante son fantásticas oportunidades para mejorar, para crecer, para ir cambiando nuestra realidad y acercarnos más a nuestro ideal de vida.

Pero claro, cuando estamos metidos en el problema y enganchados en la emoción que nos provoca ¿quién se atreve a entrar en un terreno nuevo y desconocido? ¿Quién se atreve a parar de hacer lo que siempre hace y abrir la Caja de Pandora del cambio? ¿Quién se atreve a desaarse a si mismo y probar a tomar conciencia de lo que siente para reprogramar esa emoción y experimentar una nueva reacción?

Crea una versión mejor de ti mismo con cada problema o crisis a la que te enfrentas


¿Dónde se esconde la oportunidad? ¡Yo sólo veo el problema! El problema está en las emociones que sentimos cada día y que generamos de forma automática en función de nuestras creencias. Algunas emociones nos hacen sentir alegres, motivados, en paz y tranquilos pero hay otras que, por el contrario, nos hunden. Podemos decir que son emociones que nos suman y emociones que nos restan. Los problemas nos despiertan emociones que nos restan tales como el miedo, la culpa o la vergüenza. Aunque te cueste creerlo, la oportunidad radica en que depende única y exclusivamente de nosotros el cómo gestionar las emociones que sentimos y, así, elegir cómo queremos vivir y sentir la vida. Las emociones que sentimos nos hacen movernos en diferentes niveles de frecuencias vibratorias en función de la energía que producen. Verás, es algo así como las ondas de radio: las ondas de radio son ondas electromagnéticas y viajan a la velocidad de la luz en el espacio libre. El aparato de radio es el receptor que capta estas ondas en múltiples frecuencias y que son la emisoras de radio. Pues las emociones son energía que se mueve en diferentes frecuencias vibratorias, como las frecuencias de la radio y es nuestro cerebro el “aparato receptor” de esas frecuencias. Todas las emociones son energía, algunas producen energías altas -como la alegría, la razón, la aceptación, la voluntad- y otras producen energías muy bajitas -como el miedo, el sufrimiento, la culpa, la apatía o la vergüenza-. ¿Qué signica estar en una frecuencia vibratoria baja? Te enseño un ejemplo: hace poco alguien me contó el viaje terrible que había tenido. Se fue a un viaje de 3 días cumpliendo con un compromiso, algo

que no quería ni tenía el menor deseo de hacer pero a lo que accedió porque no se atrevió a decir que no a quien se lo pidió. Sus emociones eran de rabia, frustración y apatía. Todas estas emociones están en la frecuencia vibratoria más baja de la escala de emociones. Cuando estás ahí, lo que atraes son emociones similares, ¿sabes que le pasó? El día de regreso perdió el vuelo de vuelta, con lo que tuvo que quedarse un día más. Cuando llegó nalmente al destino de vuelta, subió en un taxi ya entrada la noche y cuando bajó del mismo se dio cuenta de que había dejado su teléfono móvil (que había comprado tan sólo hacía un mes) en el asiento trasero del taxi. No lo volvió a encontrar y, además, no había hecho una copia de seguridad desde hacía un mes con lo que perdió toda su actividad reciente. ¿Cómo crees que el protagonista de este suceso podría haber evitado tanta mala vibración? ¿Cómo podría haber convertido ese conicto que le suponía decir que no al viaje que le proponían en una oportunidad para crecer y vibrar con una energía más positiva? Verás: cuando le plantearon hacer ese viaje él tenia claro que no quería ir, que no le encajaba en su agenda, que no estaba entre sus prioridades, que prefería quedarse haciendo otras cosas, pero ¿qué hizo? : ignorar sus sentimientos y atender a lo que sus pensamientos le decían: “mejor vas porque necesitan que les ayudes y si no lo haces vas a quedar mal, no seas vago, que van a pensar de ti si no los ayudas, deja lo que tengas que hacer para más adelante…”. Cuando reprimes emociones y no las maniestas porque no quieres ser social o políticamente

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incorrecto estas haciendo espacio en tu interior para el miedo y para todas las emociones que suelen acompañarlo (culpa, rabia, vergüenza, desconanza, desasosiego, ansiedad). Sintiendo miedo no te permites ser tú, estas dejando de cuidarte y, en denitiva, de respetarte. La oportunidad aquí estaba en atreverse a ser auténtico, el a sus deseos y no sólo decir que no, sino hacerlo sin el más mínimo resquicio de culpa. ¿Y eso como se hace?: pues tomando conciencia de la emoción que sentimos, las señales nos llegan a través de nuestro cuerpo porque cuando hacemos algo por obligación y que no queremos hacer, sentimos inquietud, desasosiego, intranquilidad… en resumen no nos sentimos felices, ni alegres, ni ligeros. A pesar de que sentir infelicidad nos limita, nos empequeñece y nos perturba, nos resistimos a evitarla, siempre hay una parte nuestra que se aferra a las emociones negativas y esta parte tiene poca energía, es agotadora y disminuye la autoestima. En cambio, hay otra parte nuestra opuesta que es capaz de actuar con coraje, y arriesgarse a ignorar lo que los demás puedan pensar de nosotros. Para actuar desde el coraje debemos tomar conciencia de la emoción que sentimos, nos la debemos permitir y finalmente dejarla pasar. Al hacerlo así, automáticamente estamos abriendo la ventana de las emociones positivas, reemplazando la falta de autoest ima por el cariño y cuidado hacia nosotros mismos y dejando de buscar fuera de nosotros la felicidad, es decir, empezamos a ser capaces de ir por la vida con fluidez y equilibrio.

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La oportunidad radica en utilizar cualquier situación/problema que me crea conicto o estrés para liberarme de emociones que me restan, de sentimientos negativos que no son más que formas de miedo como la culpa, la ambición, el orgullo o el sufrimiento ¿cómo?: Dejando de reprimir los sentimientos negativos que nos llegan, en lugar de ignorarlos y actuar en contra de lo que realmente queremos, debemos permitirnos sentir la emoción, enfrentarla, observarla y nalmente dejarla ir. Lo primero y principal que hay que hacer cuando nos llega una contracción y con ella una emoción intensa, es permitirnos sentirla en lugar de reprimirla y escapar de la misma. Al permitirme sentir la emoción, ésta pierde energía y yo puedo ver claro cual es el deseo real que tengo detrás de esa contracción, qué es lo que realmente quiero y no tengo. Las emociones que nos contraen realmente son un auténtico regalo que la vida nos ofrece porque al experimentarlas podemos darnos cuenta de que no estamos en nuestra frecuencia de emoción positiva y esto es una oportunidad para recolocarnos, para volver al camino de la coherencia y de lo que nos hace sentir bien, para volver a nuestra “frecuencia vibratoria positiva”. Convertir una crisis en una oportunidad requiere moverse bajo el paradigma de que todo lo que ocurre y existe es necesario porque es lo que nos invita a desear un mundo diferente. Cuando logras dejar ir la emoción negativa que te produce algo o alguien, estás creando espacio para poder dar una respuesta alineada con tu verdadero sentir, una respuesta que no te crea conicto, una respuesta que te permite sentirte bien.


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Herramientas

La realidad es que tenemos a nuestro alcance todo cuanto necesitamos para hacer cambios en nuestra vida. Se trata de reconocer cuales son esos recursos y ponerlos a nuestro servicio. Esto signica simplemente ir conociéndote a ti mismo cada vez más porque si aprendes a cambiar el mundo interior de tus pensamientos y emociones, tu mundo exterior también empezará a cambiar y podrás ver claramente cómo tus pensamientos han afectado a tu mundo exterior. Aquí tienes algunas herramientas que puedes utilizar para empezar a conocerte un poco más mediante la toma de conciencia de tus pensamientos, la observación tus emociones cuando están sucediendo y la toma de decisiones desde la tranquilidad y no desde la emoción que te está haciendo sufrir.

estuvieses viendo en una película la escena que te ha despertado la emoción que te ha contraído. Al observar desde la tranquilidad en lugar de hacerlo desde la emoción o la contracción, podrás comprobar cómo esa emoción pierde intensidad rápidamente y, en muchas ocasiones, la respuesta al problema te llegará de forma inmediata.

3. Identica si tu respuesta es correcta: cuando tomo una decisión ante un problema determinado debo identicar cómo me hace sentir mi elección. Para que tu respuesta sea correcta debes sentir alivio, alegría y calma, es denitivamente una sensación de estar en paz, armonía y uidez.

4. Medita: la práctica de la meditación aumenta 1. Toma conciencia: esto signica simplemente estar presente, darte cuenta de lo que te está sucediendo estando atento a tus sensaciones físicas y pensamientos. Observando nuestros pensamientos podemos evitar estados mentales y físicos negativos; podemos dejar de pensar, actuar y sentir como siempre. La toma de conciencia, a la larga, evita que tengas de forma automática emociones que ya no quieras experimentar. Reconoce la experiencia, pensamiento o emoción que te ha contraído y sin juzgarlo ni intentar entenderlo, acéptalo.

2. Observa: conviértete en un observador de la situación que estás viviendo. Observa como si

considerablemente la circulación sanguínea de la corteza pre-frontal que es la parte más pensante del cerebro humano. La meditación es una extraordinaria herramienta para desarrollar un cerebro mejor.

5. Sube tu frecuencia vibratoria: no dejes pasar un solo día sin hacer algo que te guste y que te entusiasme. El disfrute y el bienestar es el combustible necesario para recargarnos y afrontar situaciones de crisis con energía positiva recargada.

6. Acepta la situación: cuando no acepto la situación presente surgen una serie de emociones, entre ellas la impaciencia y la necesidad de control. La falta de aceptación surge cuando la situación que vivo no me gusta

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pero no decido cambiarla. La emoción que sentimos nos contrae porque se produce una incoherencia entre lo que quiero y lo que siento. Cuando no acepto quiero controlar la situación. Aceptar te ayudará a ver qué necesitas cambiar.

correr más rápido, debería trabajar más duro, debería pasar mas tiempo con mis hijos, debería ser más comprensivo, debería ayudar más a mis padres,….” La lista es interminable.

9. Practica la Gratitud: la gratitud es una fuerza 7. No actúes desde la rabia: cuando respondo a algo o alguien desde una emoción de rabia es siempre porque no he hecho algo que quería hacer, he reprimido el hacer algo en un momento determinado sin haberlo elegido libremente.

muy potente que puedes cultivar para alcanzar mayor alegría y energía. Nos ayuda a mantener nuestra atención en el presente, es una emoción que nos transporta de un mundo de miedos y limitaciones a un mundo de expansión y amor. Cuando te sientes agradecido puedes ver la realidad que te rodea de una forma diferente y, por tanto, ser capaz de modicar tus conductas. Encuentra cada día una cosa por la que te sientas agradecido con la vida y toma conciencia de todas esas cosas de las que disfrutas a diario sin darte cuenta, son esas cosas que damos por sentadas sin sentir la gratitud por poder disfrutarlas. No utilices las gracias como una simple palabra de cortesía y practica la gratitud como un rasgo de tu conducta.

Siempre toma tus decisiones desde tu elección personal de forma consciente y no sólo porque atiendes los deseos de otros.

8. No te permitas sentirte culpable: la culpa es una forma de miedo que va asociada a la sensación de injusticia. Es una emoción muy destructiva que niega la negación del propio valor como ser humano. Frecuentemente, hagamos lo que hagamos terminamos sintiéndonos culpables ¿a que si?: “debería estar más delgado, debería

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Plan de Acción “He notado que incluso la gente que dice que todo está predestinado y que no podemos hacer nada para cambiar nuestro destino, mira antes de cruzar la calle” Stephen Hawking

Ten un cuaderno asignado para anotar todo lo que vas a empezar a experimentar y durante una semana anota lo que encontrarás a continuación:

1. Listado de pensamientos: observa tus pensamientos y escríbelos. Anota los 5 pensamientos que recuerdes que te hayan creado mayor conicto y que te hayan hecho pasar momentos duros recientemente.

¿Que ha ocurrido que me ha hecho sentir mal? Describe las situaciones que

produjeron el conlicto Ej. Una discusión con mi jefe

¿Qué emociones he sentido? Ej. Irritado, nervioso,

¿Qué pensamientos he tenido? Ej. De frustración, de agobio

Recuerda que las emociones son únicamente la manifestación física en tu cuerpo de un pensamiento. Las emociones reejan los pensamientos desde los cuales estás actuando y un pensamiento no es más que una creencia instalada de forma repetitiva en tu cerebro que forma parte de una red neuronal.

el conicto porque estás pensando en el futuro o en el pasado y, probablemente, también podrás ver que tus emociones de contracción son repetitivas. Con este listado podrás ver como reaccionas habitualmente ante determinadas situaciones.

Después de una semana repasa lo que has escrito: comprobarás que la mayoría de las veces te surge

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2. Identica la sensación/emoción más frecuente: Al repasar lo que has escrito podrás ver cuál es la emoción que se repite en mayor medida, aquella que se presenta repetidamente y que te hace sentir emociones tales como ansiedad, odio, rabia, miedo, tristeza, preocupación, envidia, inseguridad, culpa… la que sea. Es esa emoción que te es familiar, que casi es una parte de ti por lo mucho que se repite.

¿Qué emoción siento a diario con la que lucho constantemente Y QUE ME LIMITA?

¿Qué pensamientos me han venido?

¿Qué sensaciones ísicas he experimentado?

3. Visualízate como te gustaría ser: Ha llegado el momento de visualizarte tal y como te gustaría ser. ¿Cómo te gustaría sentirte en esa misma situación que ahora te crea conicto y te hace

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sentir mal? Da respuestas muy sinceras y con detalles porque cuanto más te veas como tu personaje soñado, más te estarás aproximando a que su realidad se convierta en la tuya.


¿Quién son tus dos ídolos o personas que admiras o que te inspiran?

¿Qué admiras de ellos, qué valores los describen? (dedicación, entusiasmo, tolerancia, valentía, seguridad, riqueza, optimismo, posición social, control, bondad, etc)

¿Qué me diría a mis mismo si fuera esta persona?

¿Cómo me gustaría comportarme?

¿Qué peril tiene mi yo ideal?

Visualízate en la situación de conicto pero siendo tú quien decide cómo te sientes y cómo reaccionas, en lugar de dejarte llevar por la emoción. Siente que respondes de la misma forma en que lo haría ese yo ideal que has denido. Tal vez dónde antes sentías

nervios y frustración ahora sientas desapego y tranquilidad; dónde sentías culpa ahora sientas paz y quizá ahora comprendes que puedes responder libremente porque la otra persona elige lo que quiere sentir.

¿Sabías que el inconsciente no distingue entre lo que vives realmente y lo que imaginas? ¡La visualización de tu vida ideal te acerca a ella!

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4. Vive en PRESENTE, mantente alerta… ¡PÍLLATE CON LAS MANOS (O CON LA EMOCIÓN) EN LA MASA!: estamos continuamente viviendo en modo pasado o futuro. Cualquier experiencia nos desencadena un pensamiento que está unido a nuestro pasado y, de la misma forma, ante cualquier decisión que tomamos siempre nos vamos a basar en un futuro, proyectando/imaginando los efectos que tendrá lo que estamos a punto de decidir. Las experiencias pasadas y la incertidumbre futura nos marcan cada pensamiento, cada emoción y cada paso que damos en nuestro día a día. Aquí el reto está en vivir tu presente, sin condicionantes. ¿Y como se hace eso? Pues manteniéndote como un observador, sin hacer juicios. Observa a tu entorno y a ti mismo y distingue tu realidad externa de tu realidad interna. La observación es un elemento clave en tu día a día para darte cuenta no sólo de lo que ocurre a tu alrededor, sino para que también puedas darte cuenta de lo que ocurre en tu interior. Cuando te encuentres en situaciones de la vida que te resulten complicadas, en lugar de observar a la otra persona que te crea el conicto, prueba a convertirte en el observador

de lo que esa situación está produciendo en ti, en tu cuerpo: taquicardia, sudor de manos, nudo en la garganta, tos, etc. Estate alerta a las señales de tu cuerpo y date el permiso de sentir esa emoción sin juzgarla, sólo date cuenta de que la sientes.

5. Cambia tu enfoque: Observar tu emoción te permite observar la situación que estas viviendo en tercera persona y es aquí donde puedes tomar distancia y cambiar tu enfoque. Deja ir esa emoción que te contrae y te hace sentir mal y cambia tu visión, permítete convertirte en esa persona ideal que te gustaría ser y que has visualizado. Al observar las señales que tu cuerpo te envía (por ejemplo porque sientes que una persona es desagradable y te está haciendo daño), vas a poder PARAR ese proceso y sacarte a ti mismo una clara señal de STOP que detenga esas sensaciones, evitando así quedarte enganchado con la emoción de rabia, temor o enfado. Las señales corporales que recibes te están enviando un mensaje claro para que pares y salgas de esa espiral. Aquí paras, recoges tu ira y tu enfado y te haces la siguiente pregunta:

¿Esta conducta pensamiento y emoción añaden grandeza a mi vida?

*Si lo que vas a hacer no te hace sentir grande, ya sabes que no estas reaccionando como lo haría esa persona ideal que aspiras a ser. En denitiva, no estás siendo tu mismo.

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6. Repasa tu día: cada día, antes de irte a dormir reexiona sobre este nuevo enfoque y pregúntate si hoy has convertido algún problema en una oportunidad. Piensa en cuando lo has logrado y cuando no. Podrás valoras si tu mente

y tu vida están alineadas, si tu vida empieza a ser un reejo de ti. Te ayudará a hacer esta valoración el responder a las siguientes preguntas:

¿Qué problemas me han surgido hoy?

¿De cuales he tomado conciencia?

¿Qué reacciones he tenido?

¿Cuándo no he conseguido cambiar mi enfoque ni mi conducta?

¿Si la situación se repite actuaré de otra forma? ¿Cómo?

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La oportunidad que te ofrece cada problema que experimentas radica en que seas consciente de lo que te está ocurriendo para que modiques la percepción que tienes del problema y, así, puedas responder de una forma diferente. Date cuenta de que si practicas continuamente este cambio de enfoque, estarás cambiando también tu conducta y pasarás de pensar en algo a hacerlo y a serlo. Cuando eres tu mismo, sin condicionantes, lo que piensas y lo que haces ocurre de una forma natural, inconsciente y espontánea… FLUYES. La clave en convertir tu problema en una oportunidad está en observar el conicto y Pensar / Sentir /

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Actuar en coherencia contigo mismo, generando tu propia admiración hacia ti mismo en todo lo que hagas, sin que te condicione la opinión de los demás. Con este plan de acción que te propongo podrás experimentar en primera persona tus primeros cambios de conducta, tus primeras reacciones diferentes a como venias reaccionando hasta ahora. Te aseguro que funciona si lo pones en marcha, los cambios necesitan acción. Para poder hacer cambios en tu vida debes modicar tus automatismos, si sólo lees y no tomas acción, no verás llegar los cambios.


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Conclusiones

Tomar conciencia y vivir en el presente son las claves para abrirnos a las nuevas posibilidades que se esconden detrás de nuestras creencias limitantes. A menudo miramos tan de cerca nuestros problemas que sólo vemos una puerta cerrada y no podemos ver la puerta que está ahí detrás, abierta para nosotros. Siempre hay una puerta abierta esperándonos y lo mejor es que es de fácil acceso si te mantienes despierto, si tomas conciencia. Cuando estas presente, viviendo y sintiendo el momento actual, estás impidiendo que tu mente se obsesione con alguna preocupación que temes vivir en el futuro, precisamente basándose en una experiencia pasada; en cambio, vivir en el ahora te permite concentrarte en cambiar tus pensamientos y tu conducta para ir poco a poco transformándote en esa persona ideal que te gustaría ser . Se trata de vivir desde la uidez, de vivir momentos en los que el entorno, el cuerpo, la mente y el tiempo parecen desaparecer. Es vivir momentos creativos, cuantos más mejor. ¿Por qué nos cuesta tanto vivir estos momentos creativos? Porque la mayoría estamos acostumbrados a vivir en modo supervivencia: es decir, estresados con lo que nos rodea, ya sea el pago de la hipoteca, la falta de tiempo, nuestra salud, etc. Como gastamos tanta energía en problemas de nuestro mundo externo, nos queda muy poca para nuestro mundo interno y la regeneración, el cambio y el crecimiento se convierten en una quimera.

¿Sabes que las emociones son la huella química de una experiencia?

Cuando repetimos los mismos comportamientos frente a los problemas que experimentamos, estamos produciendo hormonas de estrés de forma continuada, generando emociones de rabia, miedo, envidia, ansiedad, inseguridad o frustración y esto nos lleva a vivir experiencias de dolor y sufrimiento. Mientras vivimos estas experiencias permitimos que nuestro cuerpo se intoxique con estas sustancias químicas y con el tiempo, de forma subconsciente, nos volvemos adictos a los pensamientos que nos hacen liberar adrenalina. Cambiar estos patrones o hábitos de conducta cuesta mucho porque es como si nos hubiésemos vuelto adictos a los problemas y a las condiciones de nuestra vida que nos producen estrés. Pero puesto que no hay una vida exenta de dolor, tristeza y problemas, ¿por qué este empeño en cambiar e intentar convertir nuestros problemas en oportunidades? ¿No sería más sencillo aprender a convivir con ellos en lugar de intentar evitarlos? La respuesta es sencilla: si no sientes alegría, ligereza o facilidad en lo que haces es evidente que un cambio es necesario. La clave está en que el cambio requiere revisar no tanto lo que haces sino el como lo haces, o lo que es lo mismo, no es importante lo que haces sino desde dónde lo haces: si respondes a un problema desde la rabia, el miedo o el enfado es más que probable que lo que recibas a tu respuesta sea más de lo mismo: más rabia, más miedo o más enfado. Si, por el contrario, estando presente reconoces el problema, observas la emoción que te produce y tomas distancia sin reconocerte en la emoción sino simplemente aceptándola, cuando retomes el problema tu respuesta vendrá desde la

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calma y la tranquilidad, con lo que el efecto de la misma generará más calma. Desaprende viejas conductas mentales y emocionales basándote en quién quieres ser en lugar de ser la misma persona de siempre. ¡Reinvéntate!

Aquello en lo que te enfocas crece ¡si te centras en el problema, problema tendrás! Si tienes un problema, sea personal o profesional, y centras la mayor parte de tu atención en las dicultades derivadas de ese conicto (hablando mucho del mismo, pensándolo, sintiéndote mal, buscando soluciones sin parar, dejándote llevar por la frustración, la tristeza, la rabia o el enfado), lo único que realmente vas a conseguir es hacerlo crecer, hacerlo cada vez más grande y además, lo que es todavía peor, toda la atención que le dedicas al conicto se la restas a otras áreas o aspectos de tu vida que son los que de verdad te acercarían a tu ideal de conducta. Pero claro, ¡es tan fácil dejarte llevar por las emociones!, porque la mayoría de las veces no te das cuenta hasta que ya estas metido hasta el cuello y presa de la irritación, el miedo, la rabia o el enfado. En nuestro día a día vivimos sujetos a dos planos, el de la realidad externa y el de la realidad interna, o lo que es lo mismo, nuestro mundo interno y nuestro mundo externo. Saber moverte en equilibrio entre tu mundo interno y externo es vital para estar enfocado, consciente de lo que sientes y de lo que haces. Este equilibrio es el

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que te lleva inevitablemente a aprovechar cualquier pensamiento o conducta que produces y que no te añade grandeza para observarlo sin juicio y crear una nueva vida para ti con la que te sientas identicado, a gusto y satisfecho. Sólo tener o buscar pensamientos positivos no bastan para cambiar porque la mayor parte de quien somos reside a nivel subconsciente, solo el 5% de la mente es consciente, el otro 95% esta dirigido por programas automáticos subconscientes. Si no somos conscientes de los que pensamos, hacemos o sentimos y vivimos en la inconsciencia, nos dejamos llevar por los hábitos y así los cambios no podemos ejecutarlos. Muchos de mis clientes que han sufrido una contrariedad, una desgracia o una experiencia difícil se preguntan ¿por qué me ha tenido que pasar esto a mi? Yo siempre les respondo con otra cuestión: ¿Y por qué no a ti? Si te ha ocurrido a ti es para que aprendas algo de esa experiencia, para que puedas avanzar, crecer y mejorar. Por muy retadora que sea la circunstancia a la que te enfrentas, vívela como un observador, no te identiques con ella y aprovecha el reto que se te presenta como una oportunidad para convertirte en la persona que sueñas ser.


“Aprendí que el coraje no es la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él. El valiente no es quien no siente miedo, sino quien lo conquista” Nelson Mandela

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Muchas gracias por haber llegado hasta aquí, espero que hayas disfrutado este manual y que te sirva de ayuda para abordar tus problemas de ahora en adelante. Si te pones en marcha con mi plan de acción y compruebas que empiezas a reaccionar de forma diferente a como lo estabas haciendo hasta ahora, puedes enviar tus comentarios a www.greencoaching.es Si, además, te ha gustado la experiencia y te gustaría explorar en profundidad los conictos que te surgen puedes ponerte contacto conmigo en amparo@ greencoaching.es. Estaré encantada de trabajar contigo para ayudarte a encontrar tu camino hacia la tranquilidad y el equilibrio. También puedes seguirme en redes sociales o en www.greencoaching.es y unirte a mi comunidad para recibir dosis semanales de inspiración con artículos y otros recursos gratuitos. Al suscribirte recibirás mi guía Las claves de

una buena gestión del tiempo.

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