Reflexiones degeneradas: Patriarcado y capitalismo Cinzia Arruzza Arruzza es profesora profesora de Filosofia en la New School for Social Research de Nueva or!" or!" femini feminista sta y milita militante nte social socialist ista# a# Autor Autoraa de $ Las sin parte: matrimonios y divorcios entre marxismo y feminismo$# %# Patriarcado y & o capitalismo: reapertura reapertura del de'ate Es normal encontrar encontrar referencia referenciass al "patriarca "patriarcado" do" y a las "relacione "relacioness patriarcales" patriarcales" en los textos, folletos, artículos o documentos feministas. feministas. Muy a menudo el el término patriarcado se utiliza para enfatizar el hecho de que la opresión y la desigualdad de género no son un fenómeno esporádico o excepcional. or el contrario, se trata de cuestiones que impregnan el con!unto de la sociedad, y se reproducen fundamentalmente fundamentalmente a traés t raés de mecanismos que no se pueden explicar simplemente en el plano indiidual. #esumiendo, a menudo menudo utilizamos el término término patriarcado hacer hacer hincapié en que la opre opresi sión ón de géne género ro es un fenó fenóme meno no con con cier cierta ta cons consta tanc ncia ia y de cará caráct cter er soci social al,, y no sólo sólo interpersonal. $in em%argo, las cosas se complican un poco si intenta ir a er lo que quiere decir exactamente "patriarcado" o "sistema patriarcal". Es a&n más complicado si se da un paso más y nos preguntamos qué tiene que er el capitalismo capitalismo con el patriarcado patriarcado y cómo se relacionan entre entre sí.
(a pregunta 'urante un %ree período, a partir de la década de ()*+ hasta mediados de ()+, la cuestión de la relación estructural entre el patriarcado y el capitalismo fue o%!eto de un acalorado de%ate entre las corrientes corrientes teóricas teóricas y actiistas actiistas pertenecie pertenecientes ntes al feminismo materialista francés y al feminismo marxist marxista. a. -as preguntas fundamentales que se plantearon gira%an en torno a dos e!es (/ 0El patriarcado es un sistema autónomo respecto al capitalismo1 2/ 0Es correcto utilizar el término "patriarcado" para designar a la opresión de género y la desigualdad1 3 pesar de que en el curso de este de%ate se produ!eron escritos de nota%le interés, progresiamente fue pasando de moda !unto a medida que perdían popularidad las críticas al capitalismo y se entra%an en auge corrientes feministas que, o %ien no entraron en discusión con el horizonte li%eral, o %ien esencializa%an y deshistoriza%an el género, esquiando la cuestión de clase y del capitalismo en faor de ela%oraciones conceptuales 44que se mostraron muy fructíferas 44 en términos de deconstrucción del género 5la teoría queer de los a6os noenta, particularmente/. 7%iamente, pasar de moda no significa desaparecer. desaparecer. En la <ima década, arios teóricos feministas han seguido tra%a!ando en estas cuestiones, a menudo a costa de parecer fuera de contacto con los nuevos tiempos, estigios de un pasado tedioso, restos molestos de una guerra del pasado tolerados con cierto fastidio. 8 tal ez tenían tenían razón. 9unto con la crisis económica económica y social tam%ién tam%ién estamos iendo un retorno parcial, pero significatio, de la atención so%re la relación estructural entre el género y la opresión capitalista. 'urante estos <imos a6os, no han faltado los análisis empíricos o descripciones de fenómenos o preguntas específicas, sin duda, como la feminización del tra%a!o: el impacto de las políticas (
neoli%erales en las condiciones de ida y la%orales de las mu!eres: la intersección de género, racial, y la opresión de clase: o la relación entre las diferentes construcciones de la identidad sexual el régimen de acumulación capitalista. $in em%argo, una cosa es "descri%ir" un fenómeno o un grupo de fenómenos sociales, donde la relación entre el capitalismo y el género opresión es más o menos eidente, y otra cosa es ofrecer una explicación teórica de porqué se produce, en general, esta relación entre capitalismo y opresión de género de una forma menos difusa es decir, 0cuál es el principio organizador de esta relación1 or razones de %reedad y claridad, trataré de resumir las tesis más interesantes que se han propuesto so%re este tema. En los siguientes comentarios, oy a analizar y cuestionar cada una de estas tesis. or honestidad intelectual y para eitar malentendidos, hago explícito que mi reconstrucción de las posiciones en este de%ate no es imparcial. 'e hecho, mi punto de ista enca!aría con el de la tercera tesis.
)ip*tesis + : (a teor,a de los sistemas do'les o triples odemos resumir la ersión original de esta tesis en los siguientes términos El género y las relaciones sexuales constituyen un sistema autónomo que se com%ina con el capitalismo y da nuea forma a las relaciones de clase, sin de!ar de ser al mismo tiempo, modificado por capitalismo en un proceso de interacción recíproca. -a <ima ersión de la teoría tam%ién incluye las relaciones raciales, a las que se considera como un sistema de relaciones sociales autónomo en interacción con las relaciones de género y con los de la clase. 'entro del feminismo materialista esta concepción suele ir acompa6ada de una consideración de la relación entre el género y la raza como dos sistemas de relaciones de explotación y opresión. En general, dentro de esta hipótesis, las relaciones de clase están caracterizadas esencialmente en términos estrictamente económicos es la interacción con el patriarcado y el sistema de dominación racial que les da un carácter que a más allá de la mera explotación económica. ;na ariante alternatia de esta hipótesis, sin em%argo, es la que e en las relaciones de género un sistema de relaciones culturales e ideológicas producto de los modos de producción precapitalistas y formaciones sociales independientes del capitalismo, que interiene en las relaciones capitalistas, dándoles una dimensión de género .
)ip*tesis -: .l capitalismo indiferente# -a opresión y la desigualdad de género son un remanente de los anteriores modos de producción y formaciones sociales, donde el patriarcado organiza%a directamente la producción, dando como resultado una rígida diisión sexual del tra%a!o. El capitalismo en sí es indiferente a las relaciones de género y podría funcionar sin la opresión de género hasta tal punto que el capitalismo ha disuelto el patriarcado en los países capitalistas aanzados y ha reestructurado radicalmente las relaciones familiares. En pocas pala%ras, el capitalismo tiene una relación meramente instrumental con la desigualdad de género lo refuerza dondequiera que pueda serle &til y lo mina donde constituye un o%stáculo. Esta posición tiene multitud de ariantes. 7scila entre los que sostienen que, dentro del capitalismo, las mu!eres han experimentado una emancipación sin precedentes en tipos de sociedad y que esto demuestra que el capitalismo no es un o%stáculo estructural para la li%eración de la mu!er, al tiempo que sostiene que de%e distinguirse con precisión el plano lógico del plano histórico. 'esde un punto de ista lógico, el capitalismo podría prescindir fácilmente de la desigualdad de género, pero si pasamos del experimento mental a la realidad histórica, las cosas no suceden del mismo modo.
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)ip*tesis /: (a teor,a unitaria# 'e acuerdo con esta hipótesis, en los países capitalistas no existe un sistema patriarcal autónomo del capitalismo. 7tra cosa es que continuen existiendo relaciones patriarcales pero no constituyen un sistema en sí mismo.
%%# 01no" dos" o tres sistemas2 En ()*+, =hristine 'elphy, escri%ió un %ree ensayo titulado "El enemigo principal", en el que teoriza%a la existencia de un modo de producción patriarcal, cuyas relaciones no coincidian con las del modo de producción capitalista, y la definición las amas de casa como una clase, en el sentido económico del término. eidi >artmann pu%licó, "El infeliz matrimonio entre marxismo y feminismo" , donde sostenía la tesis de que el patriarcado y el capitalismo son dos sistemas autónomos pero históricamente interconectados. ara >artmann, las leyes capitalistas de acumulación son sex-blind, es decir, indiferentes al sexo de la fuerza de tra%a!o, pero el racismo y patriarcado en el capitalismo son utilizados para la creación de relaciones !erárquicas en la diisión del tra%a!o y así de determinar la distri%ución de los puestos !erárquicos y la forma específica en que se produce esta !erarquización. Esta tesis finalmente tomó el nom%re de "teoría de los sistemas duales". En su li%ro de ())+ " Teorizando el patriarcado" , $ylia ?al%y reformuló la teoría de los sistemas a6adiendo un tercero, el racial, y tam%ién trató de entender el patriarcado como un sistema aria%le de relaciones sociales compuesto por seis estructuras el modo de producción patriarcal, las relaciones patriarcales en el tra%a!o por cuenta propia y asalariado, las relaciones patriarcales en el Estado, la iolencia machista, las relaciones patriarcales en la esfera de la sexualidad y las relaciones patriarcales en las instituciones culturales. Estas seis estructuras se condicionan recíprocamente entre sí sin de!ar de ser autónomas tam%ién pueden ser priadas o p&%licas. Más recientemente, 'ani@le Aergoat ha teorizado la "consustancialidad" del patriarcado, la raza y las relaciones de clase: estos son tres sistemas de relaciones %asadas en la explotación y la dominación que se cruzan y comparten la misma sustancia 5explotación y dominación/ al tiempo que son distingui%les entre sí, a seme!anza de las tres personas de la Brinidad cristiana. Este %ree estudio de autoras y textos es sólo un e!emplo de las diferentes formas en que se ha teorizado la intersección del sistema patriarcal y el sistema capitalista, y las formas en que un C
sistema se distingue del otro. >ay otros, tam%ién, pero por razones de espacio me eo o%ligada a limitar mi análisis a estos e!emplos, que están entre los más claros sin de!ar de ser los más sistemáticos y comple!os. =omo decía anteriormente, la dificultad del de%ate radica en la definición de "patriarcado".
Primer pro'lema $i definimos el patriarcado como un sistema de explotación, la consecuencia lógica es que existe un a clase explotadora y una clase explotada, o me!or dicho, una clase expropiadora y una clase expropiada. 0Fuiénes conforman estas clases1 -as respuestas pueden ser todas las mu!eres y todos los hom%res, o sólo algunas mu!eres y algunos hom%res 5en el e!emplo citado por 'elphy, las amas G
de casa y los miem%ros masculinos adultos de sus familias/. $i ha%lamos de patriarcado como un sistema p&%lico de explotación, se sugiere la hipótesis de que sea el Estado el explotador o expropiador. -as feministas operarias aplican la noción de explotación capitalista al tra%a!o doméstico, pero de acuerdo con su punto de ista, el erdadero expropiador del tra%a!o doméstico es el capital, lo que implica que el patriarcado no es en realidad un sistema de explotación autónomo. En el caso de la o%ra de 'elphy, la hipotesis de que las amas de casa son una clase y sus miem%ros masculinos de la familia inmediata 5en particular sus maridos/ son la clase explotadora no está completamente articulada, tampoco si la lleamos a sus &tlimas consecuencias. En términos lógicos, la consecuencia de su posición sería que la esposa de un tra%a!ador migrante pertenece a la misma clase social que la esposa de un capitalista como por e!emplo, eronica -ario ex4esposa de Herlusconi am%as producen alores de uso 5en un caso, puro y simple tra%a!o de cuidado: en el otro la o%ra de "representación" de un determinado estatus social, la organización de reuniones y recepciones, por e!emplo/ y están a la ez en una relación de explotación de carácter seril, es decir, ofreciendo su tra%a!o a cam%io de ser sostenidas económicamente por parte del marido. En "El enemigo principal" , 'elphy insiste en que ser miem%ro de la clase patriarcal es un hecho más importante que ser parte de la clase capitalista. $e deduciría que la solidaridad entre la esposa de un capitalista y la esposa del tra%a!ador migrante de%e tener prioridad so%re la solidaridad de clase entre la esposa del tra%a!ador migrante y los demás miem%ros de la clase de su marido 5o, lo que es más optimismo que cualquier otra cosa, de%e tener prioridad so%re la solidaridad de clase de la esposa del capitalista y sus amigos del clu% de campo/. 3l final, la práctica política real de 'elphy entra en contradicción con las consecuencias lógicas de su teoría, lo que hace que sus límites analíticos sean a&n más eidentes. or otra parte, si definimos hom%res y mu!eres 5en una ersión u otra/, como dos clases 4 una de los explotadores, la otra, la de los explotados 4 ineita%lemente llegamos a la conclusión de que existe un antagonismo irreconcilia%le entre las clases cuyos intereses están en contradicción recíproca. ero, si 'elphy está equiocada, 0de%emos entonces negar que los hom%res de ganancias y se aproechan del tra%a!o no remunerado de las mu!eres1 ay eidencia de lo contrario1 >agamos un sencillo experimento mental. ;n hom%re no perdería nada, en términos de carga de tra%a!o, si la distri%ución del tra%a!o de cuidado fuera completamente socializada en lugar de ser realizada por su esposa. En términos estructurales, no ha%ría intereses I
antagónicos o irreconcilia%les. or supuesto, esto no significa que él sea consciente de este pro%lema, ya que es muy posi%le que él esté tan integrado en la cultura machista que ha desarrollado alguna forma seera de narcisismo en %ase a una presunta superioridad masculina, lo que le llea a oponerse de forma natural a cualquier intento de socializar el tra%a!o de cuidado, o la emancipación de su esposa. El capitalista, por otro lado, sí tiene algo que perder en la socialización de los medios de producción: ya no se trata &nicamente de sus conicciones acerca de la forma en que funciona el mundo y qué lugar ocupa en él, sino tam%ién los enormes %eneficios que alegremente expropia a los tra%a!adores.
Segundo pro'lema Fuienes insisten en que las relaciones patriarcales hoy día conforman un sistema independiente dentro de las sociedades capitalistas aanzadas de%e enfrentar el espinoso pro%lema de la determinación de cuál es su fuerza motriz 0por qué este sistema se reproduce continuamente1 0or qué persiste1 $i se trata de un sistema independiente, la razón de%e ser interna y no externa. El capitalismo, por e!emplo, es un modo de producción y un sistema de relaciones sociales, cuya lógica puede ser identificada y reconocida seg&n Marx, e trata del proceso de alorización del alor. =iertamente, ha%er identificado este proceso como la fuerza o el motor del capitalismo no agota todo lo que hay que decir so%re lo que el capitalismo conllea esto equialdría a pensar que la explicación de la anatomía del corazón y sus funciones sería suficiente para explicar toda la anatomía del cuerpo humano. El capitalismo es un con!unto de procesos y relaciones comple!as. $in em%argo, la comprensión de lo que su corazón es y cómo funciona es una necesidad analítica fundamental. =uando las relaciones patriarcales !uegan un papel directo en la organización de las relaciones de producción 5qué se produce y cómo, quién se apropia, cómo se organiza la reproducción de estas condiciones de producción/, la identificación de la fuerza motriz del sistema patriarcal es más simple. Este es el caso de las sociedades agrarias donde, por e!emplo, la familia patriarcal es directamente la unidad de la producción de los medios de su%sistencia. $in em%argo, en la sociedad capitalista la cosa se complica, ya que las relaciones patriarcales no organizan directamente la producción, sino que desempe6an un papel en la diisión del tra%a!o, y la familia es relegada a la esfera priada de la reproducción. 3nte esta pregunta si, de acuerdo con 'elphy u otras feministas materialistas, si seguimos iendo el patriarcado contemporáneo como un modo de producción específico o como mínimo un con!unto de relaciones de explotación específicas, tendríamos que hacer frente a todos los retos que se han indicado anteriormente o simplemente a%andonar la idea de que el patriarcado es un modo de producción autónomo, al menos en el sentido conencional del término. ;na hipótesis que ya se ha sugerido en el pasado es que el patriarcado es un sistema ideológico independiente, cuyo motor reside en el proceso de la producción de significados e interpretaciones del mundo. ero aquí, nos encontramos con otro pro%lema si la ideología es la forma en que interpretamos nuestras condiciones de existencia y nuestras relaciones con ellas, de%e existir alguna relación entre la ideología y las condiciones sociales de existencia: una relación que definitiamente no es ni mecánica, o automática, ni nada que se le parezca. $ería necesario esta%lecer alguna conexión, de lo contrario correríamos el riesgo de adoptar una concepción fetichista y ahistórica de la cultura y la ideología. 3hora %ien, la idea de que el sistema patriarcal es un sistema ideológico que constantemente se reproduce a sí mismo, a pesar de los increí%les cam%ios introducidos por el capitalismo en la ida y las relaciones sociales de producción de estos dos <imos siglos, parece J
a&n menos conincente. 7tra hipótesis podría ser que el motor es psicológico, pero aquí tam%ién corremos el riesgo de caer en una concepción fetichista y ahistórica de la psique humana.
3ltimo pro'lema 3dmitamos por un momento que el patriarcado, las relaciones raciales, y el capitalismo son tres sistemas independientes, pero que tam%ién se cruzan y recíprocamente se refuerzan mutuamente. En este caso, la pregunta es sa%er el principio de organización y la lógica de esta "santa alianza". En los textos de Aergoat, por e!emplo, la definición de esta relación en términos de consustancialidad continua siendo una imagen descriptia, que no logra explicar mucho, las causas de la intersección entre estos sistemas de explotación y dominación siguen siendo un misterio, como el de las tres personas en una de la $antísima Brinidad. 3 pesar de estos pro%lemas, las teorías de sistemas do%le o triple, en sus diferentes formas se defienden como un presupuesto implícito en mucha de la teoría feminista contemporánea. En mi opinión, esto se de%e a que estos parecen ser los tipos de explicación más inmediatos e intuitios. En otras pala%ras, se trata de explicaciones que refle!an cómo se manifiesta la realidad tal como la perci%imos. Es eidente que las relaciones sociales son relaciones de dominación y la !erarquía %asada en el género y la raza que impregnan tanto el con!unto social como la ida cotidiana. -a explicación más inmediata es que todas estas relaciones corresponden a sistemas específicos, porque esta es la forma en que se manifiestan. $in em%argo, las explicaciones más intuitias no son necesariamente las más correctas. El hecho de que el n&cleo de las teorías de los dos o tres sistemas no sea conincente, no quiere decir que no haya nada que aprender del feminismo materialista. 3l contrario, los textos 'elphy y otras feministas materialistas contienen intuiciones y propuestas de ital importancia, como la pro%lematización del concepto del sexo o la atención extrema a la interrelación de la dimensión racial y la dimensión de género. En el de%ate italiano, algunos teóricos feministas que recurren a la feminismo materialista francesa han escrito cosas de gran interés, por e!emplo so%re mu!eres e inmigración y han lleado realizado desarrollos teóricos mucho más aanzados que los del feminismo de la diferencia. Estas reflexiones, por lo tanto, tomarse como un intento de discusión entre compa6eras de la lucha, que tienen mucho en com&n, a pesar de algunas diferencias.
%%%# 0.l culpa'le de todo es el capitalismo2 En la <ima sección, escri%í que la concepción del patriarcado como un sistema independiente dentro de la sociedad capitalista es la más extendida, no sólo entre las teóricas feministas, sino tam%ién entre las actiistas porque se trata, al fin y al ca%o, de la intepretación más intuitia e inmediata de los fenómenos de opresión y poder %asados en el género que experimentamos cotidianamente. En otras pala%ras, se trata de una intepretación que registra la realidad tal y como esta se manifiesta. or "manifestarse" no entedemos la mera apariencia o ilusión, en contraposición a una #ealidad con # may&scula, pero si en la apariencia que las relaciones de alienación y dominio que se producen y reproducen por y en el capital tal como las experimentan las personas a causa de esta lógica. =omo 'aniel HensaKd ha se6alado, la crítica de la economía política es ante todo, una crítica del fetichismo económico y de su ideología, la misma que nos condena a pensar en la som%ra de capital. Esto no es una cuestión de "falsa conciencia", sino de un modo de la experiencia determinada por el propio capital la fragmentación de nuestra percepción de la realidad. Este es un discurso comple!o, pero para hacernos una idea de lo que ha de entenderse por "un modo de experiencia determinado por el capital," tenemos que hacer referencia, por e!emplo, a la sección en el primer olumen de El =apital de Marx dedicada al fetichismo de la mercancía. *
3hora %ien, precisamente porque nuestra percepción está fragmentada y el con!unto de las relaciones patriarcales se experimenta y perci%e 5por aquellos que han desarrollado una sensi%ilidad de género/ de forma inmediata como en conformidad con la lógica independiente y separada de la del capital, es ineita%le que sur!an o%!ecciones y dudas ante la negación del carácter independendiente del patriarcado como sistema en las sociedades capitalistas.
(a transformaci*n de la familia -a o%!eción más frecuente tiene que er con la dimensión histórica 0cómo se puede afirmar que el patriarcado no es un sistema independiente cuando la opresión de las mu!eres existía antes de la sociedad capitalista1 'ecir que dentro de las relaciones de opresión y de poder sexistas de la sociedades capitalistas son una consecuencia necesaria del capitalismo, y que estos fenómenos no tienen su propia lógica independiente y adecuada, no significa apoyar el argumento a%surdo seg&n el cual la opresión de género se origina con el capitalismo. Estamos defendiendo una tesis diferente, referida a la especificidad del capitalismo. -as sociedades en las que el capitalismo ha suplantado el modo producción anterior se caracterizan por una transformación profunda y radical de la familia. -a transformación de la familia es ante todo el resultado de la expropiación de la tierra, o la acumulación primitia, que separa%a una gran parte de la po%lación de sus medios de producción y de su%sistencia 5la tierra/, proocando por un lado, la desintegración de la familia patriarcal campesina, y por el otro un proceso de ur%anización sin precedentes. El resultado fue que la familia ya no representa%a la unidad de producción con una función productia específica y organizada, en general, a traés de las relaciones patriarcales específicas que prealecían en la sociedades agrarias precapitalistas. Este proceso se inició en diferentes momentos y adoptó diersas formas en todos los países en los que se implantaron las relaciones sociales de producción capitalista. =on la separación entre la familia y el lugar de producción, el ínculo entre producción y reproducción 5en el sentido de la reproducción %iológica, generacional y social/ tam%ién sufrió una transformación radical. 8 aquí está el quid de la cuestión si %ien se mantuieron las relaciones de dominación de género, de!aron de ser un sistema independiente con una lógica autónoma, precisamente a raíz de esta transformación de la familia que de!a de ser una unidad de producción para deenir un espacio priado, separado de la producción de mercancías y del mercado. or otra parte, en el proceso, las relaciones de dominación tam%ién sufren cam%ios significatios. or e!emplo, una de estas transformaciones está inculada a una relación directa entre la orientación sexual, identidad sexual y de género 5se puede consultar al respecto el tra%a!o de Loucault en la istoria de la sexualidad , las o%ras de 9udith Hutler, o, más recientemente , los escritos de Aein Lloyd y #osemary >ennessy/. $i %ien es cierto que existía la opresión de género mucho antes del adenimiento del capitalismo, esto no quiere decir que las formas que adopta sigue siendo el mismo después. or otra parte, se podría cuestionar la idea de que la opresión de género es un hecho transhistórico, una idea defendida con fuerza por no pocas feministas de la "segunda ola" pero que de%ería ser reisada a la luz de la inestigación antropológica reciente. 'e hecho, la opresión de la mu!er no siempre existió, ni se produ!o en la mayoría de las sociedades no clasistas, donde la opresión de género se introdu!o &nicamente con el colonialismo. ara tener una idea me!or de la relación entre la relación de clase y las relaciones de poder entre los géneros, podemos tomar el e!emplo de la esclaitud en los Estados ;nidos.
Raza y clase En su li%ro !ueres, raza y clase, 3ngela 'ais destaca la forma en que la destrucción de la familia y todas las relaciones de parentesco entre los esclaos afroamericanos, así como la forma específica de mano de o%ra esclaa, dieron lugar a un uelco sustancial de las relaciones de poder de género entre los esclaos. Esto no quiere decir que las esclaas no se ieran sometieran a una forma específica de opresión como mu!eres, todo lo contrario la sufrieron seeramente, pero en las manos de los due6os de esclaos %lancos, no de sus compa6eros esclaos. En otras pala%ras, la persistencia y la articulación de las relaciones de género se inculan de manera comple!a con las condiciones sociales, las relaciones de clase,y las relaciones de producción y reproducción. ;na isión a%stracta y transhistórica de la opresión de la mu!er imposi%ilita la comprensión de estas articulaciones y diferencias, y por lo tanto es incapaz de explicarlas.
(a persistencia del modo de producci*n dom4stico =omo refería anteriormente, en los países en los que el modo de producción capitalista suplantó el anterior modo de producción, las relaciones de poder entre los género de!aron de formar un sistema independiente de%ido a la transformación radical que sufrieron la familia y su papel social. Esta afirmación no la podemos aplicar directamente en los países cuyas estructuras de producción que no se transformaron por completo y que permanecen en la periferia de la economía capitalista mundial. =laude Meillassoux ha documentado la persistencia de un "modo de producción doméstico" en muchos países africanos, en los que el proceso de proletarización 5es decir, la separación de los campesinos de la tierra/ ha sido %astante limitado. $in em%argo, incluso en los lugares donde el modo de producción doméstico permanece en igente, se le somete a una intensa presión a causa de la integración del país en el sistema capitalista mundial. -os efectos del colonialismo, el imperialismo, el saqueo de los recursos naturales por parte de los países capitalistas aanzados, las presiones o%!etias de la economía de mercado glo%al, etc., tienen un impacto significatio en las relaciones sociales y familiares que organizan la producción y distri%ución de %ienes y a menudo exacer%a la explotación de las mu!eres y la iolencia de género.
1na totalidad contradictoria oliendo a los países capitalistas aanzados. ;na o%!eción clásica a la tesis de que el patriarcado no constituye un sistema independiente es que el feminismo marxista es fundamentalmente reduccionista. En otras pala%ras, el feminismo marxista reduce la comple!idad plural de la sociedad a meras leyes económicas sin comprender correctamente la irreducti%ilidad de las relaciones de poder. Esta o%!eción tendría sentido %a!o dos condiciones la primera sería que el capitalismo se entiendese &nicamente como un proceso estrictamente económico de extracción de plusalía y por lo tanto, como un con!unto de reglas económicas que determinan este proceso: la segunda sería que el feminismo marxista entendiera las relaciones de poder como el resultado mecánico y automático del proceso de extracción de plusalía. -a erdad es que este tipo de reduccionismo no se corresponde en a%soluto a la riqueza y la comple!idad del pensamiento de Marx, y menos a&n a la extraordinaria sofisticación de una gran parte de la tradición teórica marxista. =omo decíamos, para tratar de explicar la sociedad capitalista &nicamente en términos de extracción de plusalía es como tratar de explicar la anatomía del cuerpo humano explicando solamente cómo funciona el corazón. or el contrario, el capitalismo es una totalidad ersátil y contradictoria, en perpetuo moimiento, que contiene relaciones de explotación y de alienación que están tam%ién sometidas a un proceso de transformación constante. 3 pesar de que Marx atri%uye un carácter )
aparentemente automático a la alorización del alor en el primer olumen de El #apital 4 un proceso en el que el alor es el o%!eto real, mientras que los capitalistas y los indiiduos se reducen al papel de sostenes o soportes de una estructura 4 !onsieur $e #apital en realidad no existe, se trata de una categoría lógica.
.s el capitalismo $indiferente$ a la opresi*n de la mu5er 1 ;na opinión muy extendida entre los teóricos marxistas es considerar la opresión de género como innecesaria o accesoria al capitalismo. Esto no quiere decir que el capitalismo no explote o no se %eneficie de las formas de desigualdad de género producida por configuraciones sociales anteriores. -o que plantea es que se trata de un aspecto contingente y una relación oportunista. 'esde esta perspectia, el capitalismo realmente no depende de la opresión de género, y las mu!eres han alcanzado un niel sin precedentes de li%ertad y emancipación en el capitalismo, en comparación con otras épocas históricas. En resumen, no hay una relación antagónica entre el capitalismo y el proyecto de li%eración de la mu!er. Este punto de ista ha sido faora%lemente acogido entre los teóricos marxistas de diferentes escuelas de pensamiento, por lo que merece la pena analizarlo. ara ello podemos utilizar como punto de partida un artículo escrito por Ellen Meisins ?ood. En su artículo " El capitalismo y la Emancipaci%n umana& 'aza, (énero y )emocracia " ?ood comienza explicando las diferencias fundamentales entre el capitalismo y los modos de producción precapitalistas. El capitalismo no ínculos intrísecos con las identidades particulares, las desigualdades o diferencias extra4 económicas, políticas o !urídicas. Bodo lo contrario la extracción de plusalía tiene lugar en las relaciones entre indiiduos formalmente li%res e iguales, sin diferencias en la situación !urídica o política. El capitalismo no tiene una disposición estructural que cree desigualdades de género, es más, incluso tiene una tendencia natural a poner en tela de !uicio tales diferencias y diluir las identidades raciales y de género. 01na relaci*n intr,nseca u oportunista 1 El desarrollo capitalista tam%ién creó las condiciones sociales conducentes a la crítica de estas desigualdades, y la facilitación de la presión social en contra de ellas. Esto no tiene precedentes en épocas históricas anteriores es suficiente eocar la literatura greco4romana, donde la que las posiciones a%olicionistas están prácticamente ausentes, a pesar de la presencia uniersal de la esclaitud con fines productios. 3l mismo tiempo, el capitalismo tiende a utilizar las diferencias preexistentes heredadas de las sociedades anteriores de manera oportunista. or e!emplo, el género y la diferencia racial se utilizan con el fin de crear !erarquías entre los más y menos faorecidos los sectores de la clase explotada. Estas !erarquías se disfrazan como consecuencias de las diferencias naturales que enmascaran su erdadera naturaleza, es decir, que son los productos de la lógica de la competencia capitalista. Esto no de%e entenderse como un plan consciente seguido por el capitalismo, pero a medida que un con!unto de prácticas y políticas conergen se eidencia el hecho de que las igualdades de género y raciales son enta!osas para los capitalistas. El capitalismo, en efecto, instrumentaliza la opresión de (+
género para sus propios fines, pero tam%ién sería capaz de so%reiir muy %ien sin ella. or el contrario, el capitalismo no podría existir sin la explotación de clase. Es fundamental tener en cuenta que el marco del artículo de ?ood lo constituyen una serie de cuestiones políticas %ásicas so%re el tipo de ganancias y %eneficios extra4económicas que pueden 4 y no pueden 4 ser o%tenidos en una sociedad capitalista. $u punto de partida es el cam%io en la atención de las luchas sociales desde el terreno económico a cuestiones no económicas 5emancipación racial y de género, la paz, la salud am%iental, la ciudadanía/. 8 ahí está el pro%lema. Menciono el marco teórico de ?ood, porque, por una parte, su artículo se funda en una fuerte separación entre la estructura lógica del capital y sus dimensiones históricas: pero sin em%argo, termina confundiendo estos mismos nieles, reproduciendo así una confusión clásica que es lamenta%lemente muy com&n en la o%ra de muchos teóricos marxistas que se suscri%en a la tesis del artículo de ?ood. ara desarrollar este punto con una mayor claridad tan pronto como aceptamos esta distinción entre la estructura lógica del capital y sus dimensiones históricas, podemos aceptar la idea de que la extracción de la plusalía se llea a ca%o en el marco de las relaciones entre indiiduos formalmente li%res e iguales sin presuponer diferencias en el estatus !urídico y político. ero podemos hacer esto sólo en un muy alto niel de a%stracción, es decir, a niel de la estructura lógica. 'esde el punto de ista de la historia concreta, las cosas cam%ian radicalmente. 3nalicemos este aspecto de la cuestión punto por punto. (. amos a partir de un hecho nunca ha existido una formación social capitalista carente de opresión de género 5en sus diersas formas/. Fue el capitalismo se limite al uso de las desigualdades preexistentes en este proceso continua siendo discuti%le el imperialismo y el colonialismo han contri%uido a la introducción de las !erarquías de género en las sociedades en las que no existían antes, o existieron de una manera mucho más matizada. El proceso de acumulación capitalista fue acompa6ado por la expropiación ingente de diferentes formas de propiedad a las que las mu!eres tenían acceso, y la expulsión de profesiones que ha%ían sido capaces de mantener a lo largo de la 3lta Edad Media: la alternancia de procesos de la feminización y desfeminización del tra%a!o contri%uyó a la reconfiguración continua de las relaciones familiares y a la creación de nueas formas de opresión por razón de género. El adenimiento de la reificación de la identidad de género a partir de finales del siglo NDN ha contri%uido al fortalecimiento de una matriz heteronormatia que tuo consecuencias opresias para las mu!eres, pero no sólo para ellas. 7tros e!emplos podrían citarse. 'ecir que las mu!eres o%tienen las li%ertades formales y los derechos políticos, hecho hasta entonces inimagina%le, sólo %a!o el capitalismo, ya que este sistema ha%ía creado las condiciones sociales que permiten este proceso de emancipación, es un argumento de alidez cuestiona%le. $e podría, de hecho, decir exactamente lo mismo para el con!unto de la clase o%rera es un hecho &nico dentro del capitalismo las condiciones conquistadas por los estratos su%alternos en términos de emancipación política y el hecho de que esta clase se conirtiera en un su!eto capaz de alcanzar importantes ictorias democráticas. 0Entonces qué1 0$ería esto una demostración de que el capitalismo podría funcionar fácilmente sin la explotación de la clase o%rera1
desigualdades, pero estas desigualdades, desde un punto de ista a%stracto, no están necesariamente relacionadas con el género. $i tuiéramos que pensar en el capitalismo "puro", es decir, analizarlo so%re la %ase de sus mecanismos esenciales, entonces tal ez ?ood tendría razón. $in em%argo, esto no demuestra que el capitalismo no produzca necesariamente, como consecuencia de su funcionamiento concreto, la reproducción constante de la opresión de género, a menudo %a!o diersas formas. C. or <imo, hay que oler a la distinción entre el niel lógico y el niel histórico. -o que es posi%le desde el punto de ista lógico y lo que sucede a niel de los procesos históricos son dos cosas profundamente diferentes. El capitalismo siempre existe en las formaciones sociales concretas, cada una de las cuales tiene su propia historia específica. =omo decíamos, estas formaciones sociales se caracterizan por la presencia constante y omnipresente de la opresión de género. $upongamos, como un experimento mental, que estas !erarquías en la diisión del tra%a!o se %asaran en otras formas de desigualdad 5altos y %a!os, !óenes y ie!os, gordos y flacos, los que ha%lan una lengua indo4europea frente a los que ha%lan otros idiomas, etc./. $upongamos tam%ién que el em%arazo y el parto fueran procesos completamente mecanizados y que toda la esfera de las relaciones emocionales pudiera ser mercantilizada y gestionada por los sericios priados O Hreemente, supongamos que todo esto. 0Es esta una isión conincente desde un punto de ista histórico1 0uede la opresión de género sustituirse fácilmente por otros tipos de relaciones !erárquicas, que aparecerían como algo natural y estar tan profundamente arraigados en la psique1 Estos escenarios parecen legítimamente dudosos.
)acia an6lisis hist*rico concreto En conclusión para responder a la pregunta de si es posi%le que la emancipación y la li%eración de las mu!eres sean alcanzadas %a!o el modo de producción capitalista, de%emos %uscar la respuesta en el niel de análisis histórico concreto, no en el niel de un análisis altamente a%stracto del capital. 'e hecho, es aquí donde nos encontramos no sólo con el paso en falso de ?ood, sino tam%ién con el error de muchos teóricos marxistas que permanecen fuertemente unidos a la idea de una !erarquía entre la explotación 5principal/ y la opresión 5secundaria/. $i queremos atender el aspecto político de esta cuestión y tam%ién estar en condiciones de responder a él, tenemos que tener una concepción histórica de lo que el capitalismo es hoy y lo que ha sido históricamente. Este es uno de los puntos de partida para un feminismo marxista, donde el concepto de reproducción social ocupa un papel central.
%7# Repensando .l Capital" repensar el g4nero En la sección anterior, traté de aclarar los límites del "pensamiento fragmentado", que presenta los diferentes tipos de opresión y dominación, ya que cada ser conectado a un sistema autónomo, sin entender su unidad intrínseca. or otra parte, critiqué la lectura de la relación entre el capital y la opresión de género que se %asa en lo que he llamado un "capitalismo indiferente". >a llegado el momento de a%ordar la "teoría unitaria", así como el concepto de "reproducción social".
Reconceptualizar capital -as posiciones dualistas a menudo parten de la idea de que la crítica marxista de la economía política sólo analiza las leyes económicas del capitalismo, a traés de categorías exclusiamente económicas. Este enfoque sería insuficiente para comprender fenómenos tan comple!os como la (2
multiplicidad de las relaciones de poder, o las prácticas discursias que nos constituyen como su!etos. Es por ello que se considera que otros enfoques epistemológicos alternatios son más capaces de er las causas que se encuentran fuera del ám%ito de la economía, y son más adecuados para la comprensión de la especificidad y la naturaleza irreducti%le de estas relaciones sociales. Esta posición es compartida por un amplio espectro de las teóricas feministas. 3lgunas de ellas han sugerido que necesitamos un "matrimonio" o una com%inación ecléctica entre diferentes tipos de análisis críticos, algunos dedicados a las leyes económicas "puras" de la acumulación capitalista, y otros frente a otras formas de relaciones sociales. or otro lado, otros teóricos han adoptado lo que se llama el "giro lingPístico" en la teoría feminista, que separa la crítica de la opresión de género de la crítica del capitalismo. En am%os casos, existe la suposición com&n de que existen "leyes económicas puras", independiente de las relaciones específicas de dominación y alienación. Es precisamente esta hipótesis la que de%e ser cuestionada críticamente. or razones de espacio, me limitaré a destacar dos aspectos de la crítica marxista de la economía política.
1na relaci*n de explotaci*n implica siempre una relaci*n de dominaci*n y alienaci*n# En realidad estos tres aspectos nunca se separaron en la crítica marxista de la economía política. El tra%a!ador es ante todo un cuerpo io y su pensamiento, sometido a formas específicas de disciplina que lo remodelan. =omo escri%e Marx, el proceso productio "produce" el tra%a!ador en la misma medida que se reproduce la relación tra%a!o4capitalista. 'ado que cada proceso de producción es siempre concreto 4 es decir, que se caracteriza por aspectos que lo determinan histórica y geográficamente 4 es posi%le conce%ir cada proceso productio inculado a un proceso disciplinario, que construye parcialmente el tipo de su!eto el tra%a!ador se conierte. odemos decir lo mismo para el consumo de los productos %ásicos como Aein Lloyd ha demostrado en su análisis de la formación de la identidad sexual, el consumo de productos %ásicos implica un aspecto disciplinario y participa en la reificación de la identidad sexual. or lo tanto el consumo tam%ién es partícipe del proceso de formación del su!eto.
.n 8arx la producci*n y la reproducci*n forman una unidad indivisi'le# En otras pala%ras, si %ien son distintas y separadas y tienen características específicas, la producción y la reproducción son necesariamente com%inaciones de momentos concretos de una totalidad articulada. -a reproducción se entiende aquí como el proceso de la reproducción de una sociedad en su con!unto, o en términos althusserianos, la reproducción de las condiciones de producción la educación, la industria de la cultura, la iglesia, la policía, el e!ército, el sistema de salud, la ciencia , los discursos de género, há%itos de consumo ... todos estos aspectos !uegan un papel crucial en la reproducción de las relaciones de producción específicas. 3lthusser se6ala en " *deología y aparatos ideol%gicos de Estado" que sin la reproducción de las condiciones de producción, una formación social no sería capaz de mantener unida ni un a6o. Es esencial, sin em%argo, no entender la relación entre la producción y la reproducción de una manera mecanicista o determinista. 'e hecho, si %ien Marx entiende la sociedad capitalista en su totalidad, no la entiende como una totalidad "expresia". Es decir, no hay un "refle!o" automático o directo entre los diferentes momentos de esta totalidad 5arte, cultura, economía estructura, etc./, o entre un momento en particular y la totalidad como un todo.
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3l mismo tiempo, un análisis del capitalismo que no entienda esta unidad entre la producción y la reproducción olerá a caer en un materialismo ulgar o economicista, y Marx no cometió este error. Más allá de sus escritos políticos, el mismo El #apital es prue%a de ello, por e!emplo, en las secciones so%re la lucha por la !ornada de tra%a!o o en la acumulación primitia. En estos pasa!es, se puede er claramente que la coerción, la interención actia del Estado, y la lucha de clases son de hecho los componentes constitutios de una relación de explotación que no está determinada por leyes puramente económicas o mecánicas. Estas o%seraciones nos permiten destacar la insosteni%ilidad de la tesis de que Marx conci%e el capitalismo &nicamente en términos económicos. Esto no quiere decir que no haya ha%ido tendencias materialistas reduccionistas o ulgares dentro de la tradición marxista. Esto significa, sin em%argo, que estas tendencias se %asaron en un malentendido fundamental de la naturaleza de la crítica marxista de la economía política y la fetichización de las leyes económicas, éstas <imas conce%idas como cosas estáticas o estructuras como a%stractos y no como formas de actiidad o de las relaciones humanas. 3lternatiamente, tam%ién existe la suposición opuesta a la separación entre las leyes puramente económicas del capitalismo y otros sistemas de dominación que conci%en la unidad entre producción y reproducción en términos de identidad directa. Este punto de ista caracteriza a una sección del pensamiento marxista4feminista, en particular, la tradición operaria u o%rerista, que insistió en er el tra%a!o reproductio como directamente productio de plusalía, y por lo tanto se regido por las mismas leyes. ;na ez más, por razones de espacio, me limitaré a la o%seración de que un punto de ista tal nos deuele nueamente a una forma de reduccionismo, que oscurece la diferencia entre las diersas relaciones sociales y no ayuda a entender las características específicas de las distintas relaciones de dominación que no sólo son constantemente reproducidas sino tam%ién transformadas dentro de cada formación social capitalista. or otra parte, no nos ayuda tampoco a analizar la forma específica en que se encuentran determinadas estas relaciones de poder fuera del mercado la%oral, sin de!ar de estar indirectamente influidas por este mercado por e!emplo, a traés de las diferentes formas de consumo de materias primas, o por medio de las limitaciones o%!etias que el tra%a!o asalariado 5o su equialente, el desempleo/ impone a la ida personal y a las relaciones interpersonales. ara concluir, me propongo repensar la crítica marxista del capitalismo como una crítica de una totalidad articulada y contradictoria de las relaciones de explotación, dominación y alienación.
Reproducci*n social y $9eor,a 1nitaria$ 3 la luz de esta aclaración metodológica, ahora tenemos que a%ordar qué se entiende por "reproducción social" dentro de lo que generalmente se llama "teoría unitaria". -a reproducción social a largo plazo, en la tradición marxista, por lo general indica que el proceso de la reproducción de una sociedad en su totalidad. En la tradición marxista4feminista, sin em%argo, la reproducción social significa algo más preciso refiere el mantenimiento y la reproducción de la ida, diaria o generacionalmente. En este contexto, la reproducción social designa la forma en la que el tra%a!o físico, emocional y mental necesaria para la producción de la po%lación se organiza socialmente por e!emplo, la preparación de alimentos, la educación de los !óenes, el cuidado de los ancianos y los enfermos, así como cuestiones de la iienda y los aspectos referidos a la sexualidad O El concepto de reproducción social tiene la enta!a de ampliar nuestra isión de lo que antes se llama%a el tra%a!o doméstico, y que una gran parte de lo que ha acaparado la atención del feminismo marxista. 'e hecho, la reproducción social incluye dentro de su concepto un con!unto de (G
prácticas sociales y tipos de tra%a!o que an mucho más allá del tra%a!o doméstico. Bam%ién hace que sea posi%le extender el análisis fuera de las paredes de la casa, ya que el tra%a!o de reproducción social no siempre se encuentra en las mismas formas 0qué parte de éste proiene del mercado, del estado de %ienestar, y de las relaciones familiares1 Qsta sigue siendo un cuestión contingente que depende de las dinámicas históricas específicas y luchas feministas. El concepto de reproducción social, por lo tanto, nos permite localizar con mayor precisión la calidad móil y porosa de las paredes de la casa, es decir, la relación entre, por un lado, la ida doméstica en el hogar, y el fenómeno de la mercantilización , la sexualización de la diisión del tra%a!o y las políticas del estado del %ienestar, por el otro. -a reproducción social tam%ién nos permite analizar con mayor eficacia fenómenos como la relación entre la mercantilización de la atención en el tra%a!o y la "racialización" de las políticas migratorias represias, como las que tienen como o%!etio reducir los costos de mano de o%ra inmigrante y o%ligarlos a aceptar como esclaos las condiciones de tra%a!o. or <imo, y este es el punto crucial, la forma que adoptan las funciones de reproducción social dentro de una formación social dada, responde una relación intrínseca con la forma en que las sociedades organizan su producción y reproducción,en su totalidad: y por lo tanto responde, se inculan con las relaciones de clase. ;na ez más, estas relaciones no pueden ser conce%idas como intersecciones puramente accidentales y contingentes o%serarlas a traés de la lente de la reproducción social nos permite identificar la lógica de la organización de estas intersecciones sin por ello excluir el papel desempe6ado por la lucha, y la existencia de fenómenos contingentes y otras prácticas en general. 'e%emos tener en cuenta que el ám%ito de la reproducción social es tam%ién determinante en la formación de la su%!etiidad, y por lo tanto tam%ién de las relaciones de poder. $i tenemos en cuenta las relaciones que existen en cada sociedad capitalista entre la reproducción social, la producción de la sociedad en su con!unto, y las relaciones de producción, podemos decir que estas relaciones de dominación y el poder no son estructuras separadas o nieles se no se cortan de una manera puramente externa y no mantienen una relación exclusiamente contingente con las relaciones de producción. -as m<iples relaciones de poder y dominación, por lo tanto aparecen como expresiones concretas de la unidad articulada y contradictoria que es la sociedad capitalista. Este proceso no de%e entenderse de una manera automática o mecanicista. =omo se ha se6alado antes, no hay que olidar la dimensión de la praxis humana el capitalismo no es una máquina o autómata sino una relación social, y como tal, está su!eto a las contingencias, accidentes y conflictos. $in em%argo, las contingencias y los conflictos no descartan la existencia de una lógica 4 es decir, la acumulación capitalista 4 que impone limitaciones o%!etias no sólo en nuestra praxis o la experiencia iida, sino tam%ién de nuestra capacidad para producir y relaciones articuladas con los demás, nuestro lugar en el mundo y nuestras relaciones con nuestros condiciones de existencia. Esto es exactamente lo que la "teoría unitaria" intenta alcanzar ser capaz de leer las relaciones de poder %asadas en el género o la orientación sexual como momentos concretos de ese articulado, comple!o, y la totalidad contradictoria que es el capitalismo contemporáneo. 'esde este punto de ista, estos momentos concretos sin duda poseen sus propias características específicas, y por lo tanto de%en ser analizadas con herramientas teóricas adecuadas y específicas 5desde el psicoanálisis a la teoría literaria .../, pero tam%ién mantienen una relación interna con esta totalidad más grande y con el proceso de reproducción social que procede de acuerdo con la lógica de la acumulación capitalista.
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-a tesis esencial de la "teoría unitaria" es que para el feminismo marxista, la opresión de género y la opresión racial no corresponden a dos sistemas autónomos que tienen sus propias causas particulares se han conertido en una parte integral de la sociedad capitalista a traés de un largo proceso histórico que ha disuelto anteriores formas de ida social. 'esde este punto de ista, sería un error er a am%os como meros residuos de anteriores formaciones sociales que siguen existiendo en la sociedad capitalista, por razones relacionadas con su ancla!e en la psique humana o en el antagonismo entre "clases sexuadas", etc.
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